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LA TELEVISIÓN: ¿AMIGA O ENEMIGA DE LOS NIÑOS/AS DE PRIMARIA? 1. RESUMEN Hablaremos si influye la televisión en los comportamientos de los niños/as, si deben ver la televisión, el papel que juega la escuela, los organismos públicos y la familia en este asunto, etc., 2. PALABRAS CLAVES Televisión, escuela, familia, educación, programas televisón, organismos públicos 3. SÍNTOMAS DE UN CONSUMO NEGATIVO DE “TELE” Es difícil encontrar personas que no tengan uno, dos, tres,… televisores en el “mundo desarrollado”; yo, sin ir más lejos tengo tres… Este “infernal” o “angelical” aparato, hace que consumamos al cabo del día varias horas de programas televisivos de todo tipo. Y cuando, digo de todo tipo, me refiero a escenas llenas de violencia verbal, física y escenas repletas de pedagogía. Usted seguramente sea de los que opinan que es una droga, adictiva que favorece la violencia gratuita; valores contrarios a los que consideramos saludables: insolidaridad, incomunicación, …. Se habla de que la televisión rompe la comunicación entre los miembros de la familia, aísla y hace pasivos a los espectadores, favoreciendo el sedentarismo y la pobreza verbal… Y además no favorece en nada el desarrollo físico y psiquico de sus hijos y lo argumente que con tantas horas de TV, los niños/as está dejando de jugar y el juego no es solo entretenimiento, sino que es fundamental en él para el desarrollo de su forma de comunicarse y de aprender del mundo que lo rodea, y también están dejando de interactuar con otras personas, fundamentalmente con sus padres, y sabemos que de esta interacción con sus padres va a depender buena parte de sociabilización futura. Hace menos deportes, ejercita menos su motricidad, y lee menos. 1
Si usted es padre o madre sabrá que los niños/as menores de 8 años no distinguen entre fantasía y realidad cuando ven las imágenes que nos llegan de “la caja tonta”. (Nos hace pensar este comentario, ¿verdad?). Y si le digo que la televisión ha hecho que el lenguaje de las imágenes tome preeminencia sobre el lenguaje oral. El lenguaje oral es abstracto mientras que el de imágenes es concreto. Ambos lenguajes se tienden a localizar en zonas distintas del cerebro. La utilización predominante de las imágenes, es probable que tienda a anular el desarrollo del lenguaje, y su consecuencia es disminuir o anular la capacidad analítica del pensamiento abstracto (¿será por esto que los adolescentes actuales muestran un lenguaje tan pobre?) Todo programa televisivo comunica y por lo tanto educa, independientemente del propósito original del mismo. Detrás de todo programa, hay valores, creencias y actitudes que al ser vistos por un número masivo de niños y adolescentes, toman difusión y se convierten en moda. Este proceso de aprendizaje es diseñado por profesionales al servicio del rating o de los sponsors, que presentan las cosas de una manera mucho más entretenida que el maestro o profesor, y por sobre todas las cosas, no exige nada ni toma examen después. Siempre se ha dicho que es necesario "ver para creer". La persona que "ve" a Superman volar en la pantalla, debe aprender a "no creer" que vuela. La televisión obliga a desarrollar la incredulidad. Esto es posible en el adulto que es capaz de entender las paradojas pero no puede ser captado por el niño pequeño. Otro factor de distorsión de la realidad proviene del hecho que en TV todo es contrareloj, y forzosamente se deben resumir y condensar los hechos: lo que no es rápido no es televisión. Por lo tanto la TV no permite la reflexión y tiende a anular el pensamiento crítico. Esto lo limita como medio comunicador de ideas (lo que no ocurre con la prensa escrita, donde se pueden desarrollar ideas, reflexionar, replicar y traer ulteriormente otras ideas o posiciones). Se culpa a la televisión de todos los males y quizás tengan razón, pero no toda. Los propietarios de las cadenas televisivas niegan tener tanta influencia. Y se defienden que los programas de alto contenido de violencia se emiten en horas adecuadas y devuelven la pelota a los padres que permiten que vean dichos programas. Y pienso que algo de culpa tendrán cuando los niños/as imitan bandas callejeras que ven en la televisión, o simpatizan con los “ultrasur” de cualquier deporte. Pienso que el problema radica en la cantidad de horas que consumimos y en una falta de formación para saber ver la televisión. Vista con medida y con ojos críticos la televisión puede ser un instrumento poderoso educativo y de formación. Algo que ni los educadores y padres se han dedicado a hacer. Unos porque consideran que es un asunto de familia y los otros porque ven la tele como un instrumento válido para tener “calladitos” durante horas a sus hijos. Muchos especialistas alertan de que si no se ataja el problema pronto, el problema se agravará en las futuras generaciones.
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4. ¿PODEMOS PREVENIR QUE EL DESASTRE OCURRA? Pienso que no es tan difícil desligarnos de todos los factores negativos que acarrea el mal uso de la televisión. Para ello se deberá ser fieles a estos propósitos: ¾ Crear conciencia sobre el problema. ¾ Las autoridades e instituciones que deberan velar para que la TV sea utilizada positivamente no asuman su responsabilidad, se debe alertar a los padres y madres acerca de la necesidad de regular la cantidad y calidad de lo que sus hijos ven. ¾ Sistema educacional puede enseñar al niño (de la misma manera en que lo conduce pro lecturas) a ver TV, de tal manera de desarrollarles el espíritu crítico acerca de lo que ven. ¾ Los padres pueden ver programas con sus hijos y analizarlos, de tal manera de poder aclarar sus contenidos, reforzar ciertos aspectos educativos, morales o sociales y contrarrestar aspectos negativos. ¾ Los adultos deben predicar con el ejemplo, ya que si el hábito de estos es llegar e instalarse frente al televisor, no habrá norma que se pueda hacer cumplir a los niños. Y tener en cuenta que no se trata solo de proscribir el televisor, sino también de ofrecer alternativas. A. ¡EL MAESTRO COMO TRANSMISOR DE UNA FORMA DE VIVIR! Cada vez hay mas maestros que analizan en sus clases las situaciones de violencia de la vida cotidiana, organizan el entorno escolar para promover valores como la cooperación o la solidaridad y aprovechan las posibilidades educativas que ofrecen los conflictos. Hay muchos padres que lo que se dice en este artículo “les suenan a chino”. Entonces será cuando intervengamos los docentes para dar pautas de intervención o para orientarlos a lugares que les puedan ayudar (pediatras).. Una forma concreta de enseñar en el aula a desarrollar la capacidad de analizar críticamente los contenidos televisivos es la aplicación del esquema de resolución de conflictos. Para ello pueden seguirse los siguientes pasos: 1) Se elige en clase un programa infantil para realizar el análisis (por ejemplo, una serie de dibujos animados) 2) Se graba el programa para utilizarlo de material base en el analizas. 3) Se reasalta en la grabación cada secuencia de contenidos conflictivos o violentos. 4) Cada secuencia se analiza hasta llegar al desenlace del conflicto, en el momento en el que los personajes tienen que dar una respuesta violenta y se para la imagen. 5) Los alumnos/as deberán buscar soluciones para tal conflicto y se evaluará cada respuesta. 6) Se visualiza el final de la escena y se compara con las soluciones dadas. 7) Finalmente hacer un resumen de lo visto y hecho.
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Las asambleas de clase pueden ser un buen recurso para abordar los conflictos del aula. Las asambleas sirven a los alumnos/as sobre todo para aprender a respetar posturnos de palabra, expresarse en público e in comprendiendo el sentido de las decisiones democráticas colectivas. Les cuesta mucho aceptar la opinión de la mayoría si no coincide con la propia, pero van aprendiendo a tomar postura ante un problema. También se aprende a escuchar al resto del grupo, aunque las opiniones no sean siempre del agrado de cada uno. B. CONSEJOS PARA LOS PADRES (Adaptado de "Caring your school-age child" de la Academia Americana de Pediatría, 1995). Ponga límites a la cantidad de tiempo que su niño pasa frente al televisor. Sea firme. Que no pase de una o dos horas diarias. Planifique con su hijo los programas que este quiera ver. Elíjalos del programa y haga un plan semanal. Conozca el contenido de los programas que ve(n) su(s) hijos(s) y mantenga una supervisión constante sobre ellos. No permita la TV durante las comidas: la cena es el único momento del día en que la familia logra estar reunida y la TV dificulta la comunicación. Los niños no deben tener un televisor privado en su cuarto: si lo tiene, no solo tenderá a ver más, sino a aislarse más y a los padres les terminará siendo imposible controlar lo que ve. Visite con su hijo librerías y bibliotecas. Incítelo a leer, en lugar de mirar TV. Predique con el ejemplo. Si Ud. quiere que el niño vea menos TV, hágalo menos Ud. Si quiere que lea más, lea más Ud. Si la TV causa una discusión, conflicto o pelea, simplemente desenchufe el aparato por un rato. Los niños pueden ser más creativos cuando el aparato esta apagado.
5. CONCLUSIÓN Los pediatras vienen preocupándose por este tema desde hace ya años, por varias razones: la primera es que dado que el crecimiento y desarrollo del niño en buena parte es un producto de su interacción permanente con el medio, y dado que la TV ha modificado profundamente las costumbre y los hábitos, se ha visto que esta modificación es mas significativa para la edad infantil. La segunda tiene que ver con la influencia que tiene la TV en la conducta de las personas, niños y adultos. Y la tercera es la comprobación que en diversas sociedades, la influencia de la TV (en conjunto con otros medios) ha producido una progresiva disminución de la influencia que en la formación y la sociabilización de niños y jóvenes tienen tradicionalmente la familia y la escuela. Por último, decir que los que hacen los programas de televisión no son los culpables principales de los valores que se están transmitiendo. Aquí todos somos responsables: familias, educadores, instituciones,…
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REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS: AA.VV., (1994) Televisión, currículum y familia, Ministerio de Educación y Ciencia. Madrid AA.VV. (2001) La nueva era de la televisión, Academia de la Ciencias y las Artes de Televisión de España, Madrid. AGUADED, J.I.; (1998) Descubriendo la “caja mágica”. Enseñamos a ver la tele (2 vols). Grupo Comunicar, Huelva. FERRÉS, J.; (1996) Televisión y educación. Ed Paidós. Barcelona.
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