AYUNTAMIENTO DE TEGUISE. Alcalde JUAN PEDRO HERNÁNDEZ RODRÍGUEZ. Concejal de Cultura y Patrimonio ALFREDO CABRERA DELGADO GOBIERNO DE CANARIAS

AYUNTAMIENTO DE TEGUISE Alcalde JUAN PEDRO HERNÁNDEZ RODRÍGUEZ Concejal de Cultura y Patrimonio ALFREDO CABRERA DELGADO GOBIERNO DE CANARIAS Consejer

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AYUNTAMIENTO DE TEGUISE Alcalde JUAN PEDRO HERNÁNDEZ RODRÍGUEZ Concejal de Cultura y Patrimonio ALFREDO CABRERA DELGADO

GOBIERNO DE CANARIAS Consejero de Educación, Cultura y Deportes ISAAC CRISTÓBAL GODOY DELGADO Directora General de Ordenación e Innovación Educativa JUANA DEL CARMEN ALONSO MATOS Director General de Promoción Educativa RAFAEL JUAN GONZÁLEZ ROBAYNA

Título: De la isla de fuego a la isla habitáculo Colección: Encuentros Educativos Edita: CONSEJERÍA DE EDUCACIÓN, CULTURA Y DEPORTES DEL GOBIERNO DE CANARIAS Dirección General de Ordenación e Innovación Educativa Comisario: Pedro Rodríguez Textos: Esther Terrón y Pedro Rodríguez Diseño y coordinación de la edición: Pedro Rodríguez Fotografías: Fernando Cova del Pino, y autores. Transporte y montaje: Taller Creativo LA HORNERA Primera edición: Mayo de 2006 Impresión y encuadernación: Producciones Gráficas DL: TF-477/2006 ISBN: 84-689-8540-6

La exposición que presentamos en el Convento Centro de Arte Santo Domingo de Teguise en Lanzarote, bajo el epígrafe «De la isla de fuego a la isla habitáculo», en la que intervienen veintiséis artistas canarios, se enmarca dentro del programa del Encuentro Educativo que, con el título «Canarias vive en la escuela. Tradición, cultura y futuro», se celebrará paralelamente en Arrecife y Teguise en el mes de mayo. Este encuentro pretende propiciar e impulsar un marco de reunión de las comunidades y agentes implicados en la educación, para desarrollar tareas que tienen como objetivo básico mostrar, debatir y definir acciones educativas relacionadas con los contenidos canarios en el aula, que puedan ser un referente de futuro en el sistema educativo de la Comunidad Autónoma. Tradición, cultura y futuro se entrelazan para poder acercarnos a lo que intenta ser este encuentro: un espacio de intercambio, reflexión y debate que establezca líneas de actuación a seguir en la educación, que permitan abordar los contenidos canarios con perspectiva de futuro en nuestras escuelas. La presente exposición es, en este sentido, una aportación más a este debate. Por eso se ha creído importante invitar a un grupo numeroso de artistas, de diferentes generaciones, estilos y tendencias, para que con sus obras nos muestren su punto de vista sobre el espacio que habitamos, entendido como espacio físico, vital y emocional: la isla como vínculo y como fragmentación de nuestra identidad. La percepción y la trasformación del espacio y, por ende, de la isla son el eje conductor que definen las diferentes propuestas de esta exposición y constituyen una visión micro-histórica en la que están presentes desde algunos de nuestros más destacados artistas, como Pedro González y Manuel Bethencourt, hasta los creadores más jóvenes, acercándonos con su visión y reflexión al momento actual de la plástica de las Islas y constatando la diversidad de lenguajes presentes en nuestro marco cultural. Queremos, por último, agradecer la colaboración de las entidades y personas que han contribuido a la realización de este proyecto, el inestimable apoyo del Cabildo de Lanzarote, Ayuntamiento de Teguise, Ayuntamiento de Arrecife y, especialmente en esta muestra, a todos los artistas, hombres y mujeres, que han querido hacernos partícipes, desde el campo del arte, de esta importante muestra cultural y didáctica.

JUANA DEL CARMEN ALONSO MATOS Directora General de Ordenación e Innovación Educativa RAFAEL JUAN GONZÁLEZ ROBAYNA Director General de Promoción Educativa

“De la isla de fuego a la isla habitáculo” es una exposición en la que participan conjuntamente grandes artistas canarios que durante un mes van a compartir el Centro de Arte Convento de Santo Domingo de la Villa de Teguise. Este espacio de encuentro facilita la aproximación al público de significados autores contemporáneos desde sus experiencias creativas hasta la conversación y el diálogo que pueden mantener con el espectador. De gran interés es el tema a tratar, “la isla”, concebida muchas veces como espacio oprimido pero a la vez como lugar afortunado y paradisíaco. Por ello, me parece muy acertado el propósito de profundizar a través de esta exposición en un espacio natural donde nos desarrollamos como seres humanos, consiguiendo la unidad armónica de naturaleza y arte con un profundo sentido didáctico. Los artistas en esta ocasión nos muestran aspectos esenciales de su práctica creativa con respecto al paisaje natural y humano de las islas, convirtiendo su arte en “arte público” para disfrute del espectador. La exposición se complementa con un magnífico catálogo que proporciona al interesado un conocimiento más exhaustivo de cada uno de ellos. Mis felicitaciones a todos los artistas por esta magna exposición, centrada en el paisaje de la isla como patrimonio cultural y como escenario de la relación entre el hombre y su entorno. Mi agradecimiento a la Consejería de Educación, Cultura y Deportes del Gobierno de Canarias a través de la Dirección General de Ordenación e Innovación Educativa y de la Dirección General de Promoción Educativa por elegir como sede de esta muestra el Centro de Arte Convento de Santo Domingo de la Villa de Teguise.

JUAN PEDRO HERNÁNDEZ RODRIGUEZ Alcalde de Teguise

Índice “Entretextos”. De la isla de fuego a la isla habitáculo. Pedro Rodríguez [13] Isla: metafísica de lo igual y lo distinto. Esther Terrón Montero [19] [Catálogo] Pedro González[26] Manuel Bethencourt[28] Severo Acosta[30] Ángel Luís Aldai[32] Ventura Alemán[34] Javier Alonso Labrador[36] Pilar Araña[38] Roberto Batista[40] Ramiro Carrillo[42] Juan Correa[44] Manolo Cruz[46] Gonzalo González[48] Juan Gopar[50] Susana Guerra[52] Inmaculada Juárez[54] Juan López Salvador[56] Evelina Martín[58] Medín Martín[60] Benedicto Martín[62] Fernando Mena[64]Soledad del Pino[66] Amelia Pisaca[68] Raquel Plans[70] Pedro Rodríguez[72] Carlos Schwartz[74] Mónica de Vega[76]

“ENTRETEXTOS”. DE LA ISLA DE FUEGO A LA ISLA HABITÁCULO

Pedro Rodríguez Rodríguez Si hay elementos que definan el espacio arquipielágico son, sin duda, la isla y el mar; la isla perdida en la inmensidad del piélago, la isla situada en la vastedad del océano y alejada de toda costa conocida. La isla representa un concepto universal, un espacio con límites, fragmentado y lejano, rodeado por una periferia de mar. La imagen mental que nos hacemos al nombrar isla es la representación unitaria de un perfil de montaña, donde el horizonte siempre está definido por una línea, en ocasiones por otra isla y con frecuencia por una confusa frontera entre el cielo y el mar. Pero la isla es, además, un concepto con connotaciones psicológicas profundas, muchas veces contradictorias, que nos aturde o reconforta. Como espacio físico y geográfico, las Islas han sufrido el mismo proceso de transformación universal, desde el paisaje primigenio y prehumano hasta la ocupación total o parcial del paisaje natural, ocultándolo y sustituyéndolo por el paisaje construido. Este proceso humanizador, esta metamorfosis de la isla originaria, de la isla volcán, del arrecife salvaje de paisajes paradisíacos, de la ínsula descubierta que ha sido domesticada y transformada hasta la isla habitáculo son variaciones que han generado una iconografía del paisaje y de la isla. [Aforismos - Leonardo da Vinci] “211.- Donde abunda el agua dulce en la superficie del mar, es seguro presagio de la creación de una isla, que se descubrirá tanto más tarde o tanto más temprano, cuanto menor o mayor sea la cantidad de agua que surge. 212.- Y una isla se formará también por la acumulación de tierra o de rocas descompuestas, causada por un curso subterráneo de agua en los sitios en que se detiene.” Como espacio vital, la isla no siempre ha sido fácil de abandonar, de traspasar, resultando en ocasiones un espacio asfixiante, una orilla, una frontera periférica lejos de cualquier centro; en otras, la isla representa la calidez, el refugio personal, un espacio añorado, la “Itaca” a la que regresó Ulises; pero también la isla es un lugar imaginado, paradisíaco y deseado, la isla de Humboldt y del turista accidental, el Jardín de las Hespérides de los trabajos hercúleos, la isla de las Sirenas; el eterno binomio de isla paraíso – isla presidio.

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[Las islas en que vivo. Pedro García Cabrera] “Hombre soy de las islas que toma el sol y bebe lejanías sentado en las terrazas de la mar. Mas, ¿por qué tantas puertas interiores cerradas, tanta arena de oscuridad en la sangre, tantas sienes que murmuran esperanzas que desconozco? ¿Y esa voz, esa otra voz que nos desnuda, que nos solidariza con las olas y grita en la garganta de otros hombres, es sólo risco, aulaga, sed o contrapunto mío? Alguien me está llamando desde adentro, alguien que no consigue abrir mis ojos, aunque su aliento ronde mi palabra, tan cercano a la orilla de mí mismo que me debo alejar de mis rumores para poder oírmelo en los labios. Sé que no es soledad, que tiene un nombre que se parece mucho a rebeldía. Huya de mí el descanso hasta que horade en todas direcciones las montañas y brote al fin esta palabra huida en el canto del agua liberada.” La isla concebida como frontera o como refugio, influye sobre el carácter del habitante insular, sobre la percepción de nuestra identidad esencial; como afirmaba Domingo Pérez Minik: “el insular siente la propia naturaleza de su recinto geográfico como presente en todas las actividades de su vida”. Sin embargo, la isla imaginaria es una concepción romántica del viajero que busca el mito de la isla paraíso, el espacio perfecto de su existencia. [Diario. Alejandro de Humboldt] 19 de junio de 1799. “Desde mi juventud he soñado con pisar esta isla, y mi deseo creció más aún tras mi viaje con Georg Forster. [...] El célebre explorador de las islas paradisíacas de los mares del sur [...] contaba que el tiempo que había pasado en Tenerife le había resultado tan encantador como el de su estancia tahitiana. [...] A menudo, por la tarde, mientras navegábamos por el Rin, lo interrogaba...” 14

Pero también la isla, como es el caso de Lanzarote, nos devuelve al alumbramiento; visualiza el nacimiento del propio espacio, la creación en la inmensidad del océano de una roca donde asirse, donde echar raíces y crecer. Es la isla esculpida por el fuego, la isla volcán, la isla como espacio natural primitivo, la isla misteriosa, temida y admirada. [De los grandes acontecimientos. Friedrich Nietzsche] “…Hay una isla en el mar -no lejos de las islas afortunadas de Zaratustra - en la cual humea constantemente una montaña de fuego; de aquella isla dice el pueblo, y especialmente las mujeres viejas del pueblo, que está colocada como un peñasco delante de la puerta del submundo: y que a través de la montaña misma de fuego desciende el estrecho sendero que conduce hasta esa puerta del submundo. Por el tiempo en que Zaratustra habitaba en las islas afortunadas ocurrió que un barco echó el ancla junto a la isla en que se encuentra la montaña humeante;…” Son éstas las islas de las pinturas volcánicas de César Manrique, o de la serie “Montaña” de Pedro González y de las “Bombas volcánicas” de Manuel Béthencourt; o “Mi patria es una roca” de Martín Chirino y de “Montaña de fuego” e “Isla” de Gonzalo González. [La isla misteriosa. Julio Verne] “En cuanto al volcán, no podía dudarse que estaba completamente apagado; ni siquiera una humareda se escapaba de sus costados; ni una llama se descubría en las profundas cavidades; ni un gruñido, ni un murmullo, ni un estremecimiento salía de aquel pozo oscuro, que llegaba quizá hasta las entrañas del globo. La misma atmósfera, dentro del cráter, no estaba saturada de ningún vapor sulfuroso. No se trataba del sueño de un volcán, sino de su completa extinción.” Una vez extinguido el fuego y enfriada la roca, la isla personifica una nueva obra: el paisaje natural. Durante el siglo XIX y, sobre todo, desde principios del XX, se desarrollan en Canarias diferentes modos estéticos que ponen énfasis en la naturaleza insular, su belleza y exotismo. Desde el regionalismo, pasando por el modernismo de Néstor de la Torre, las dispares propuestas de la Escuela Luján Pérez, la peculiar mirada sobre el paisaje y la isla de César Manrique en diferentes obras realizadas a partir de finales de la década de 1950, la renovada y romántica visión de la denominada generación de los 70 y obras de un amplio abanico de artistas de las tres últimas décadas del siglo XX, han ido desarrollando y reforzando una estética y un lenguaje alrededor, no solo del paisaje, sino también del imaginario mítico-insular y de lo insular como espacio físico y emocional; la isla convertida en mito, interpretada y representada como variaciones de diferentes mitologías: las islas Atlánticas, el Jardín de las Hespérides, los Campos Elíseos, la Selva de Doramas de Bartolomé Cairasco de Figueroa e incluso la isla fantasma que desaparece del escenario: San Borondón. Y es este espacio emocional donde el horizonte toma relevancia, el mar, la frontera, la isla límite que Juan Ismael pintara en 1939 en la tela titulada “Composición surrealista”, donde las únicas salidas son la muerte o la huida, 15

convirtiéndose ésta con frecuencia en añoranza o en deseo de regreso a la isla, la isla soñada (Óscar Domínguez, “Recuerdo de mi isla”, 1933), la ansiada Itaca. [Las Rosas de Hércules. Tomás Morales] “Oda al Atlántico I El mar: el gran amigo de mis sueños, el fuerte Titán de hombros cerúleos e imponderable encanto en esta hora, la hora más noble de mi suerte, vuelve a henchir mis pulmones y a enardecer mi canto… El alma en carne viva va hacia ti, mar augusto, ¡Atlántico sonoro! Con ánimo robusto, quiere hoy mi voz de nuevo solemnizar tu brío. Sedme, Musas, propicias al logro de mi empeño: ¡mar azul de mi Patria, mar de Ensueño, mar de mi Infancia y de mi Juventud…, mar Mío! XXIV ¡Atlántico infinito, tú que mi canto ordenas! Cada vez que mis pasos me llevan a tu parte, siento que nueva sangre palpita por mis venas y a la vez que mi cuerpo, cobra salud mi arte… El alma temblorosa se anega en tu corriente. Con ímpetu ferviente, henchidos los pulmones de tus brisas saladas y a plenitud de boca un luchador te grita ¡padre! Desde una roca de estas maravillosas Islas Afortunadas…” Como hemos apuntado, es igualmente sobresaliente la iconografía desarrollada y no suficientemente fundamentada sobre el espacio físico y geográfico insular: la isla domesticada primero, fragmentada y construida después. Aunque son muchos los artistas que pintan el paisaje rural de las Islas de finales del siglo XIX y principios del XX, es en los paisajes del pintor Jorge Oramas donde podemos encontrar estas huellas en planos yuxtapuestos; no se trata de la isla de Humboldt, del paisaje natural, sino de un paisaje domesticado para la agricultura, fragmentado por paredones y veredas: son las primeras marcas de la isla construida, la isla habitáculo. Esta concepción del paisaje natural y rural de las Islas, que refleja la obra de Oramas y que describe Miguel de Unamuno en los textos que escribió después de visitar Gran Canaria, Tenerife y Fuerteventura, se convierte en iconografía del imaginario canario, en memoria colectiva del paisaje de las Islas de la última centuria y que permanece casi intacta hasta la década de los sesenta 16

del siglo XX cuando el desarrollo turístico empieza a transformar el paisaje rural. Es a lo largo de las tres décadas siguientes cuando este desarrollo se acelera de forma vertiginosa y hace que muchos artistas dirijan sus miradas de nuevo al paisaje insular, a la isla ciudad, a la isla convertida en metrópoli anónima, al paisaje ocupado por infinitos artificios: paisajes de islas de las que desaparecen romanticismos, paraísos, paisajes naturales y paisajes rurales. Son espacios de paraísos artificiales, de islas creadas dentro de islas, islas convertidas en Torres de Babel que tocan los cielos, donde el mito sigue, por fortuna o desventura, en la gaveta de la Cultura, donde incluso las islas son visitadas por La isla con hélice de Julio Verne, una isla flotante creada por la ingeniosidad del hombre para poder visitar todas las islas. [La Guía (Antología poética). Manuel Padorno] “Carretera del mar El mar es una larga carretera. Comienza aquí debajo de mi casa; arranca desde aquí, sobre la orilla y va, como una larga cinta echada desde mi puerta al infinito, afuera. Se pierde allá en la espesura. Mírala lejos. Corre asfaltada por la espuma y se remonta encima de la línea azul del horizonte por arriba para seguir llevada de la niebla (sin que termine nunca en ningún sitio) hasta el final que desaparecía. Es una larga carretera azul; comienza aquí, sobre la orilla misma. Caminaré por ella. Iré por ella hasta el final del día, el estrellado día. Hasta el final, en donde encuentre sobre las aguas, nómada del sueño la claridad distinta, la otra luz.” La percepción y la trasformación del espacio-isla es el hilo conductor que define las diferentes miradas de esta exposición y constituyen una visión micro-histórica sobre el paisaje y la iconografía del concepto insular; por otra parte y, desde las propuestas de los artistas más jóvenes, se muestra una revisión que nos acerca a algunos aspectos que ocupan y preocupan a estos. [La isla de las voces, Robert Louis Stevenson] “…Keola caminó por la playa, llena de arena reluciente y de corales, como también de curiosísimas conchitas de animales, pensando para sí: “¿Cómo no conozco esta 17

playa? Regresaré otra vez por aquí y llevaré estas conchas”. Delante suyo había una fila de palmeras que se alzaban hacia el cielo; pero no como las palmeras de las Ocho Islas, sino derechas, lozanas y hermosas, abriendo como abanicos los ramos secos, amarillos dorados, entre el verdor de los árboles frescos…” La forma de mirar y sentir el espacio insular, la isla, ha sido y sigue siendo uno de los referentes que se repiten en el imaginario estético del Arte Canario, convirtiéndose, en esta ocasión, en el eje vertebrador de esta muestra que pretende propiciar lecturas y debates diversos sobre los continuos cambios que se producen en el paisaje de las Islas y de otras islas.

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ISLA: METAFÍSICA DE LO IGUAL Y LO DISTINTO

Esther Terrón Montero Hay imágenes que comprimen mundos enteros. Imágenes que guardan la posibilidad de una condición nueva, de un modo provisional de habitar, del experimento. De nosotros como huéspedes en tránsito. De combinaciones sorpresivas, de mundos posibles en los que descubrimos otros: otros con otros orígenes, con otras lenguas, con otros rostros. Mundos de formas singulares, calentados por otros soles y sometidos a una física imprevista. Escenarios de lo imposible. Visiones sin contornos que nos libran de la simetría de la costumbre y nos aseguran la inocencia del futuro. Hay imágenes que comprimen libertades: que se ofrecen al despliegue del poeta, del ingeniero, del artista, en las que aún el descubrimiento y la conquista son creíbles. Carentes de cimientos, no reclaman subversión, sino proyecto. Lugares abiertos para el juego donde el orden social, físico o geográfico no han sido instaurados y por ello todos las disposiciones son posibles. Imágenes por las que esforzarse, rastrear, hallar y asentarse. Figuras como objetos arrojados contra el nomadismo y que se transforman en espacios en los que ser algo cuando aún no se es nada, territorios donde eclosionar y mostrarse. Escenas para regar paraísos o avivar los fuegos del infierno. Hay imágenes que comprimen lenguas. Imágenes apropiadas a lo ignoto que se ofrecen a la fundación de un lenguaje adánico, prehistórico, en el que los nombres no vigilan el hábito y las palabras nos asoman cada vez al estreno de un mundo. Representaciones de mundos en los que aún nada conoce su nombre y la voz se inicia solemne en cada llamada, de un mundo sin lenguaje que nos abre a un espacio sin márgenes en el que ninguna comunicación es reclamada. Hay imágenes que comprimen mundos felices. Mundos en los que todo dolor ha sido erradicado y la naturaleza dominada. Mundos en los que los trabajos del hombre han fructificado y los productos de su imaginación han devenido artefactos benefactores que nos eximen para siempre del esfuerzo. Hay imágenes que comprimen el origen, la inauguración. Unas de lo salvaje, de lo que quisimos haber sido, de lo atávico. Otras edénicas del hombre como rama o como diente, del hombre como piedra o como pez. Representaciones imposibles del hombre sin palabras, del hombre sin hombres. El hogar del hombre sin rostro. O del hombre feliz, del hombre-niño en la casa del padre donde nada es aún preciso. 19

Hay imágenes de lo insalvable, de la asfixia y la exasperación, de la exclusión y el exilio. El hogar del hombre solo, del hombre perdido, del expulsado. El hogar del hombre sin hogar, que ya no es hombre, sino preso o náufrago. El dolor de un mundo sin un mundo, del claustro. El lugar del que hay que huir, aún sin haber llegado. Hay imágenes de la concordia, de la hermandad, de la justicia. De la felicidad del hombre hecho con los hombres. Del hombre que ha abolido el peligro del hombre. O que vive entre los hombres y se ha tendido sobre una piedra lisa a convivir en el paso de las horas. Figuras de un proyecto común cumplido. El lugar al que hay que llegar aún sin haber iniciado el viaje. Hay, en fin, imágenes de la intimidad, del autoconocimiento, de la aceptación. De la unidad con nosotros mismos. Todas son fantasías de lo humano, el escenario del deseo o del pánico. Donde esas imágenes se rodean de una única masa que se contrae y se expande avistamos una isla. Jardín edénico, isla salvaje, santuario del poeta, hogar primigenio, tierra para el destierro, espacio de exploración, de conquista... Atractores de éstos y muchos más significados, la cultura ha consagrado a las islas como el territorio donde asentar la mitología de lo posible. Inventadas para inventar, las islas se han cargado de toda nuestra capacidad creadora. Ésta ha sido su identidad asignada desde otros territorios en los que la exploración ha quedado diferida. La cultura hace de la isla la evidencia de la fractura, de la aflicción del ser humano en su contacto con el mundo y con los otros cuando se ha testificado la expulsión del paraíso. La isla, levantada sobre la metafísica de lo igual y lo distinto, es pues la aspiración a lo otro que ya siempre permanecerá ajeno. Para saberse tal, toda isla requiere de un ojo que le muestra su excentricidad, su condición de más allá, de alteridad, de polo. Sólo así es posible entonces un ojo que se reconoce como excéntrico y aprende a vivir su condición de límite. Es el viajero el que señala a la isla su condición de milagro, el que le muestra lo admirable de su condición de existencia, como imprevisto espacio habitable en medio de la nada. Y es entonces cuando la isla se hace tal, cuando nos reconocemos en el espejo del otro y comienza la vivencia bajo el signo insular, bajo el signo de la mitología. El horizonte, hasta entonces ilimitado y hueco, comienza a poblarse y la isla se transforma en frontera. La isla, hasta ese instante lugar de permanencia, se transforma en punto de partida y de regreso. La constitución de la identidad humana está marcada por la mirada del otro y por la búsqueda de una pertenencia. Es inevitable insertarse en un orden que nos ancle y nos de sentido, que impida el extravío en el centro de un abismo blando y líquido, siempre dispuesto a engullirnos, y suspender el milagro de nuestra existencia. Las islas, elevadas desde un amenazante espacio submarino, necesitan asirse para no desvanecerse en la bruma. Es la hora de la isla desde dentro, la hora de vivir como lo que hemos aprendido que somos y de decidir qué queremos ser. La preocupación por la identidad y la adscripción es una constante en el isleño, por la necesidad de comprender la espe20

cial naturaleza de prodigio del lugar que habita. En su construcción encontramos con frecuencia dos sentimientos encontrados que se relacionan con la isla como umbral, como lugar de partida y como lugar de regreso. Son los movimientos de apego y de negación; la mirada hacia adentro y la mirada volcada hacia fuera. El repliegue hacia un recorrido exploratorio que nos descubra en el interior de nosotros mismos la verdadera raíz de lo que somos, o la conciencia de isla como límite que es preciso trascender para acudir al encuentro con el otro. Isla autocontenida o isla como territorio a proveer. Si la mirada desde el exterior ha adherido a la condición geográfica de la isla una pluralidad de significados, la propia búsqueda de identidad por parte del isleño ha generado también los suyos. Frente a los espacios continentales en los que los límites quedan definidos por la capacidad trashumante del hombre, la isla se ofrece como un espacio precintado y potencialmente abarcable por la mirada. Esta naturaleza de dimensiones abarcables parece favorecer la experiencia del espacio como un objeto que se ofrece a la interpretación. La visión externa puede entonces interpretar la isla como una suerte de cofre en el que cabe pensar la naturaleza indomable como objeto de investigación, el lugar que brindará al explorador sus secretos es a la par esta isla-cofre que puede cargarse con las imágenes que las expectativas e intereses de la mirada externa proyectan sobre ella. Los científicos y románticos viajeros que en el siglo XIX arribaron a las Islas Canarias son un buen ejemplo de esta transferencia de significados. Con el equipaje repleto de todas las mitologías que sobre la condición insular la tradición había generado durante siglos, miraron las islas con sus propias certidumbres sobre lo que querían ver, con su propia manera de generar un sentido para lo que veían.1 Un sentido que quedaba fuera de su experiencia de lo cotidiano y que podía ser aprehendido mediante el viaje, mediante el movimiento sobre un espacio que recorrer y del que salir con la satisfacción de aquello que se ha visto corroborado. El arte, en su función de productor de imágenes, ha recibido y procesado todas estas mitologías. En el caso del arte canario, su verdadera preocupación por el territorio en el que se desarrolla coincide, además de con la formación de las identidades nacionales en toda Europa, con la elaboración y difusión de estas visiones externas que proliferan en el siglo XIX. Visiones que han marcado el territorio emocional en el que vive el isleño y que ha incorporado a los modelos de interpretación con los que se enfrenta a sus propios retos. El arte, en tanto que herramienta de interpretación y conocimiento del mundo, acusará de manera patente la recepción de esta mirada externa a la que nos venimos refiriendo. En un principio adecuándose y mostrando visiones más bien tópicas, costumbristas o sentimentales que en cierto modo celebraban esa identidad adquirida y, quizá debido a su carácter de excepción o maravilla, raramente cuestionada. Sólo algo más tarde, en las primeras décadas del siglo XX, es cuando esas visiones amables comienzan a sufrir un proceso desmitificador y la producción artística comienza a dirigirse a la elaboración de unas coordenadas propias por las que transitar la ruta de la identidad insular. Si las islas constituían para la mirada externa el horizonte de lo posible, para el isleño la propia vivencia de la insularidad debía de construirse en diálogo con sus propias expectativas que, si bien partían de una herencia difícilmente ineludible, requerían una indagación sobre aquella isla en la que pudieran reconocerse. Una imagen que respondiera a la mirada interna de una isla volcada ahora en la búsqueda de si misma. 21

El marco de los movimientos artísticos de la Vanguardia supuso otra oportunidad adecuada para emprender esta indagación acerca de una imagen que coopere en la comprensión de la vivencia isleña. En este sentido la producción del llamado Movimiento Indigenista fue un punto de inflexión crucial en la medida en que se otorgó a la naturaleza el rango de signo identitario, imaginario que se desarrolló como una suerte de determinismo ambiental que daba respuesta a todos los rasgos idiosincrásicos del isleño. El ensimismamiento, uno de estos rasgos idiosincrásicos, producto del aislamiento consustancial a la coyuntura geográfica, es experimentado entonces, bien dramáticamente como enclaustramiento –el caso del poeta Alonso Quesada–, bien como la oportunidad de exploración del presente y como una forma de negación del tiempo2 –el caso del pintor Jorge Oramas–, que en esta búsqueda de intemporalidad se asocia a una aspiración a la belleza pura, propia de la tarea fundacional que se está emprendiendo. Paralelamente otros grupos de intelectuales y artistas trataban de combatir el ensimismamiento, entendiendo el espacio insular como lanzadera o plataforma que posibilitara el trasvase a cualquier lugar del orbe. Adscribiéndose a los presupuestos más internacionales de la Vanguardia el grupo que se articuló en torno a la publicación de Gaceta de Arte buscó en las nuevas estéticas europeas un modo de conectar la vivencia local con las experiencias que se desarrollaban fuera. Desde esta perspectiva la isla es interpretada como el espacio idóneo en el que ensayar las revolucionarias propuestas estéticas –el caso de Eduardo Westerdahl–, o el escenario de lo prodigioso –en el caso de Juan Ismael–, o la liberación onírica –como las pinturas surrealistas de Óscar Domínguez–. La búsqueda de imágenes con las que interpretar la experiencia de la isla ha continuado a lo largo del siglo XX en las arpilleras de Millares, las formas espirales de Chirino, las intervenciones sobre el territorio de Manrique y en otros muchos artistas que más recientemente han creado prestando atención al imaginario en el que su creación es producida. El arte del XX ha generado una pluralidad de imágenes que se han ido imbricando con las vertidas por la mirada externa, creando una suerte de mitología híbrida, a través de la cual el isleño va trazando la geografía de un espacio en el que poder reconocerse. Alguien creyó que si hay algún lugar en el mundo en el que el hombre puede nacer sin procreadores este lugar sería una isla. Sería éste un hombre espontáneo y primigenio. No sería heredero de ningún orden, no se conformaría a través de otras miradas, ni se insertaría en un mundo administrado. No se distraería de sí, atendiendo a las solicitudes de otros hombres, ni se obstinaría en conquistar un puesto en la sucesión, en la acumulación de un legado que otorgar. Ese hombre sin padres y sin hijos habría nacido con el don (o el estigma) de la orfandad y así, con la capacidad de auto-crearse únicamente en el diálogo con el presente. Ésta es la historia de Hayy Ibn Yaqzan, un personaje inventado por el filósofo Ibn Tufayl, médico califal en la Granada del siglo XII. La historia se relata en El filósofo autodidacto, una de las obras más singulares de la literatura andalusí, cuyo título original es El viviente hijo del vigilante 3. Antecesor de otras muchas imágenes de hombre reducido a sus propias fuerzas en el desamparo de una isla y sin ningún tipo de contacto con seres racionales, Hayy ha de educarse a sí mismo mostrando el alcance del ingenio humano. El propósito más general de la obra es mostrar, a través de un caso ejemplarizante, cómo la sola 22

razón natural, aislada de cualquier sociedad humana y sin el auxilio de ninguna autoridad, puede encontrar las verdades necesarias que la lleven a su unión mística con lo divino. Nosotros hoy quizás podemos ver algo distinto, algo de más y algo de menos. Una especie de alegoría sobre cómo la condición del isleño cuando se sustrae al estado de perplejidad que supone la constante búsqueda de confirmación en las miradas de otros y permanece entregado a sus propias búsquedas e intereses. Se hallaría entonces la rara oportunidad de desarrollo de las más complejas capacidades humanas. La historia que nos cuenta Ibn Tufayl es la siguiente: Aunque el origen del protagonista no parece del todo claro, el autor se inclina por la posibilidad de que su aparición en el escenario de la isla no haya sido fruto de ningún viaje, que nuestro isleño no haya llegado de fuera. Contrariamente a la mayoría de las historias sobre islas vírgenes, Ibn Tufayl defiende con ahínco la posibilidad de que Hayy surgiera naturalmente a partir de cierta arcilla fermentada al sol del ecuador. Una vez en el mundo, el protagonista fue criado por una generosa gacela que, habiendo perdido a su cría, lo adoptó como propio ofreciéndole amor, alimento y seguridad. Aunque durante sus primeros años Hayy vive una vida idéntica a la de los otros animales de la isla reconociéndose mutuamente como iguales, su propia maduración le hará pronto ver que él no es otro pez en el agua. En realidad, es un hecho muy doloroso lo que lo expulsa de la isla-paraíso en la que ha vivido sus primeros años. Es la experiencia de la separación y de la muerte lo que activa en él una curiosidad no aprendida. El momento en el que muere la gacela que lo ha amamantado y protegido es la hora en la que Hayy abandona la animalidad descubriéndose como un ser desconocido y extraño. Como un ser que está solo. Un ser sin semejantes. Es la conciencia de la desaparición y el acabamiento lo que empuja a Hayy a una vida de exploración y búsqueda. Cuando la conciencia de la precariedad del mundo irrumpe en su espacio, es cuando siente la necesidad humana de trascenderlo. Entonces comienza su verdadera aventura para la que, carente de cultura o religión, tendrá que inventar su propio método: el de alejarse de todas las cosas particulares que han venido conformado su vida. Un método en el que se ejercita durante años, que incluye vivisecciones, dietas, purificaciones, observación, análisis, y que lo dispone a la ansiada contemplación de lo que escapa a la temporalidad, de lo que no puede morir, de lo eterno. Hayy no se conforma con la belleza que rodea su vida en la isla, no puede disfrutar como los demás disfrutan de ella porque él conoce el dolor de la caducidad, y por esto se concentra en el ejercicio de trascenderse a sí mismo para vivir en lo otro. Finalmente, a los treinta y cinco años y tras una ardua búsqueda; Hayy logra contemplar la belleza pura, una belleza que no está en su mundo, que no está en ningún mundo pero que, sin él saberlo, es la misma que han conocido los habitantes de otras orillas asistidos por el saber y la civilización. Él lo desconoce, pero hay otras orillas que guardan hombres. Son hombres herederos de saberes y cuidadores de preceptos. Asal es uno de esos hombres, un hombre santo que, buscando retiro, llega inesperadamente a la isla de Hayy. Es entonces el momento del encuentro y del estupor. El momento del reconocimiento de que el hallazgo ha sido él mismo, de que la búsqueda humana es siempre la misma. Hayy ha sido capaz de otorgarse un método, Asal ha vivido confrontándose a otras experiencias. Dos caminos bien distintos y un objetivo común. 23

Más allá de la mezcla entre iluminismo místico y audacia especulativa que componen la obra de Ibn Tufayl, más allá de nuestra actual certeza de que la identidad humana sólo se logra mediante la mirada del otro, la isla de Hayy se presenta como el escenario del recogimiento del hombre sobre sí mismo y la imagen de la culminación humana. Es una imagen con la que nos encontraremos más tarde, en Gracián o en Dafoe, por ejemplo, pero que en Ibn Tufayl se muestra con temprana agudeza. Un místico sufí había concluido en el siglo XII que la búsqueda del hombre, isleño o continental, es siempre la misma: la búsqueda del sentido. La cultura secularizada del siglo XXI ha depositado más que nunca en la producción artística la tarea de trazar mapas con los que recorrer el territorio, la tarea de interpretar el mundo y de ayudarnos a reconocernos en él. Si, como hemos venido diciendo, la identidad individual o colectiva no puede construirse en solitario, será preciso admitir que, en alguno de esos espacios de sentido, la mirada externa y la mirada interna han estado desde que existen reflejándose.

1 Son muy ilustrativas las páginas que escribe sobre este asunto Carmelo Vega en su texto “Maneras de mirar una isla” en el catálogo La isla taller, editado por el Cabildo de Tenerife en el año 1999. 2 Remito aquí al análisis que hace de estos asuntos Fernando Castro en su texto “La isla como taller” publicado en el catálogo La isla taller, editado por el Cabildo de Tenerife en el año 1999. 3 Ibn Tufayl: El filósofo autodidacto, Madrid: Editorial Trotta, 1995.

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[Catálogo] Pedro González • Manuel Bethencourt • Severo Acosta • Ángel Luís Aldai • Ventura Alemán • Javier Alonso Labrador • Pilar Araña • Roberto Batista • Ramiro Carrillo • Juan Correa • Manolo Cruz •Gonzalo González • Juan Gopar • Susana Guerra • Inmaculada Juárez • Juan López Salvador • Evelina Martín • Medín Martín • Benedicto Martín • Fernando Mena • Soledad del Pino • Amelia Pisaca • Raquel Plans • Pedro Rodríguez • Carlos Schwartz • Mónica de Vega

[Pedro González] La Laguna, Tenerife, 1927.

Licenciado en Ciencias Químicas, Doctor en Bellas Artes y Profesor Emérito de la Facultad de Bellas Artes de la Universidad de La Laguna. Fundador del grupo Nuestro Arte. Premio Canarias de Bellas Artes e Interpretación.

Montaña. Detalle.

Exposiciones (selección): Museo de Bellas Artes, Caracas (1957 y 1960). Círculo de Bellas Artes, Tenerife (1962). Sala Nebí, Madrid (1963). Modern Art Gallery, Las Palmas de Gran Canaria (1966). “Cosmoarte”, Museo Municipal de Santa Cruz de Tenerife, Ateneo de La Laguna (1967). “Cosmoarte”, Dirección General de Bellas Artes, Madrid. Bienal de Sao Paulo, Brasil (1968). Salón del Prado del Ateneo de Madrid. Galería Sen, Madrid (1969). Museo Municipal de Bellas Artes, Tenerife. Galería Sen, Madrid (1971). Casa de Colón, Las Palmas de Gran Canaria (1974). Galería Aritza, Bilbao (1976). Fondo de Arte Contemporáneo, Madrid (1977). Galería Leyendecker, Santa Cruz de Tenerife (1979). Sala de Arte y Cultura de Caja Canarias, La Laguna, Tenerife (1984). Antológica. Colegio de Arquitectos, Tenerife. Art Expo, Montrel, Canada. ARCO 85 (1985). Galería Saro León, Las Palmas de Gran Canaria (1988). Serie “Blanca”, Circulo de Bellas Artes, Santa Cruz de Tenerife. Centro Insular de Cultura, Las Palmas de Gran Canaria (1991). “Cajones y Construcciones”, Círculo de Bellas Artes, Tenerife (1992). Galería Rayuela. Madrid (1993). “El Mar”, Museo Municipal de Santa Cruz de Tenerife. La Regenta, Las Palmas de Gran Canaria (1994). “El Bosque”, Círculo de Bellas Artes de Santa Cruz de Tenerife (1995). “Coches”, Círculo de Bellas Artes de Santa Cruz de Tenerife (1996). “Hombre solo”, Centro de Iniciativas de la Caja de Canarias, Las Palmas de Gran Canaria. Centro de Arte La Recova, Santa Cruz de Tenerife (1998). “La Montaña”, Sala de Exposiciones La Granja, Santa Cruz de Tenerife. Sala de Exposiciones La Regenta, Las Palmas de Gran Canaria (2000). “Pedro González 1961-2001”, CAAM (Centro Atlántico de Arte Moderno), Las Palmas de Gran Canaria; Instituto Cabrera Pinto, La Laguna, Tenerife (2001). “La Patera”, Sala de Exposiciones del Centro Cultural de CajaCanarias (2004). “La Bota”, Fundación Maphre Guanarteme, Las Palmas de Gran Canaria. “Santa Cruz. Icerse. La Bota”, Museo Municipal de Bellas Artes. Santa Cruz de Tenerife (2005).

“Vista desde lejos, la isla es una montaña, vivimos en una montaña, eso se siente. Yo empiezo a pintar hasta que aparece mi montaña, voy orientando la idea vaga con la que llego al lienzo. Y entonces empieza a regir la plástica, el mundo del objeto pictórico con el que trabaja va exigiendo una dialéctica visual. Aparecen las vivencias, la soledad existencial, las afinidades, la impronta y el universalismo. La forma de poner la mancha que lo define, el espíritu de renovación, la exactitud, los desequilibrios formales, lo barroco, el drama…” 1 1 Pedro González: «La Montaña», en Carlos Díaz Beltrana: La Montaña de Pedro González, Viceconsejería de Cultura y Deportes del Gobierno de Canarias, Santa Cruz de Tenerife, 2000, pp. 9-10.

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Montaña. 2000. Técnica mixta sobre lienzo. 200 x 250 cm.

[Manuel Bethencourt] La Habana, Cuba, 1931. Gran Premio «Roma». Premio Nacional de Escultura. Catedrático de Escultura de la Universidad de La Laguna.

Bomba volcánica. 2003. 61 x 33 x 17 cm.

Exposiciones (selección): Museo Canario, Las Palmas de Gran Canaria (1950). Arte de Santa Isabel de Fernando Poo, Guinea Ecuatorial; Nacional de Bellas Artes, Madrid (1958). Nacional de Bellas Artes, Barcelona (1960). Colegio Español de Bolonia, Italia (1966). Premios «Roma» de la promoción de 1965, Biblioteca Nacional, Madrid (1969). Exposición de África, Madrid; Casa de Colón, Las Palmas de Gran Canaria; Liceo Cultural de Gáldar, Gran Canaria; Casa de León y Castillo, Telde, Gran Canaria (1973). Antológica Centenario Premios «Roma», Palacio de Velásquez, Madrid (1980). Circulo de Bellas Artes, Madrid (1981). Salas de Arte y Cultura de CajaCanarias, La Laguna y Puerto de la Cruz, Tenerife (1985). VIII Bienal de Zamora. Escultura Ibérica Contemporánea, en representación de la Comunidad Autónoma de Canarias (1986). Figura 10, Colegio Oficial de Arquitectos Técnicos de Canarias, Santa Cruz de Tenerife; Sala La Regenta, Las Palmas de Gran Canaria (1988). Una escultura fin de siglo, Sala Conca, La Laguna, Tenerife (1989). “Hallazgos”, Circulo XII de Enero, Santa Cruz de Tenerife (1990). “El museo imaginario”, Centro Atlántico de Arte Moderno (CAAM), Las Palmas de Gran Canaria (1991). “10 años de La Regenta”, Las Palmas de Gran Canaria; “Dos artistas”, Galería de arte Mazda Lázaro, Santa Cruz de Tenerife (1997). “La estampa en Canarias”, Centro Cultural de CajaCanarias, Santa Cruz de Tenerife y Casa de Colón, Las Palmas de Gran Canaria (1999). “El fin del principio”, Museo Municipal de Bellas Artes, Santa Cruz de Tenerife (2000). Galería Mazada Lázaro, Santa Cruz de Tenerife. “Isla Raíces. Visiones Insulares en la Vanguardia de Canarias”, Centro Cultural de CajaCanarias, Santa Cruz de Tenerife (2005).

“Sin duda, Bethencourt podría haber logrado plasmar sus intenciones acudiendo al bronce o la madera, o a la piedra, sus materiales más habituales; pero había de estar ahí, en ese resultado del fuego, el magma del que el escultor había de extraer sus rostros torturados, desesperanzados; henchidos con el evidente asombro de la muerte, poseídos por el horror del silencio y la deformación, cocidos en el fuego lento de su propia destrucción...” 1 1 Lázaro Santana, De la materia del fuego (texto leído el día 9 de octubre de 1990 en la inauguración de la muestra de esculturas de Manuel Bethencourt en la galería Círculo XII).

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Bomba volcánica. 2003. 54 x 35 x 18 cm.

[Severo Acosta] Las Palmas de Gran Canaria, 1959. Licenciado en Bellas Artes por la Universidad Complutense de Madrid, 1985. Doctor en Bellas Artes por la Universidad de La Laguna, 1996. Profesor e investigador de la Universidad de la Laguna, Facultad de Bellas Artes, desde 1990. Exposiciones individuales: “Bajo en signo” (2000-2004), Centro de Arte Convento Santo Domingo, Teguise, Lanzarote (2004). “2X2 Acosta & Pérez y Joel”, San Antonio Abad, CAAM, Las Palmas de Gran Canaria (2001). “Cuerpos platónicos”, La Palmita, Las Palmas de Gran Canaria (1998). “Sobre muro (de divina proportione)”, Galería Saro León, Las Palmas de Gran Canaria (1995). “Severo Acosta. Pinturas 1990-1992”, Sala de Arte de CajaCanarias, La Laguna, Tenerife (1992). “Severo Acosta”, Caja Postal de Lleida, (1988). “Severo Acosta”, Ateneo de Madrid (1987). Ha participado en la Feria Internacional ARCO en las ediciones: 1988, 1996 y 1999.

“Teguise, el más anciano pueblo de las islas, con su raigambre, con su solera, con su gran belleza de viejas texturas, acostado al pie de su carcomido volcán Guanapay, en donde al borde de la circunferencia de su cráter se asienta el castillo guardián” César Manrique. Lanzarote, arquitectura inédita. San Sebastián, 1974.

“Efectivos de la Guardia Civil detuvieron ayer a los 37 inmigrantes indocumentados que se dirigían en un cayuco a Los Abrigos. Los inmigrantes, varones entre los que podrían haber dos menores, se dirigían hacia la zona de El Confital, pero los tripulantes de un barco pesquero los divisaron y ...” La Opinión de Tenerife. Sucesos. Viernes 24 de marzo de 2006.

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Isla volcán – Diana o salvamento. Díptico. 2006. Técnica mixta sobre madera. Diámetros: 60 cm.

[Ángel Luís Aldai] Las Palmas de Gran Canaria, 1949.

La otra orilla. Detalle

Realiza sus primeras fotografías en distintos viajes a Marruecos y Senegal (1972). Segundo Viaje a New York, becado por el Gobierno de Canarias; realiza un WorkShop en el Internacional Center of Photography (1986). Exposiciones (selección): “Paralelo 28”, Círculo de Bellas Artes, Madrid (1988). “Blanco sobre Blanco y Negro”, Centro Insular de Cultura, Las Palmas de Gran Canaria (1989). “Otro color”, Fotomuestra Internacional CIC (1991). “Anastomosis”, Encuentro Multidisciplinal de Creadores, Centro de Arte La Regenta, Las Palmas de Gran Canaria. “Anastomosis”, Centro de “Arte La Granja”, Santa Cruz de Tenerife (1994). “Anastomosis”, Museo Internacional Arte Contemporáneo de Lanzarote (MIAC), (1995). “Bañado por Las Aguas”, Centro Insular de Cultura, Las Palmas de Gran Canaria (1998). “Bañado por las Aguas”, Caja Insular de Ahorros, La Laguna, Tenerife. “Cuatro Formas de Mirar”, CICCA, Las Palmas de Gran Canaria. “La ciudad y los ojos”, CIC, Las Palmas de Gran Canaria. “Aires, Luz y Sombra de Las Palmas de Gran Canaria”, CAAM (1999). ARCO 2000. “Fotoarts”, Bienal de Lanzarote, MIAC (2001). Elegido por el Gobierno de Canarias para la exposición “Roma en España – España en Roma” organizada por el Instituto Cervantes de Roma (2002). “Roma en España – España en Roma”, itinerario nacional: Galicia (Colegio de Arquitectos de Santiago de Compostela), Asturias (Museo Bartola), Cantabria (Paraninfo de la Universidad de Cantabria), Castilla-La Mancha (Museo de Ciudad Real), Castilla y León (Nuestra Sra. de Prado Valladolid), Aragón (Museo Pablo Serrano), (2002). “Derroteros de la fotografía en Canarias 1839–2000”, CajaCanarias, Santa Cruz de Tenerife. “La Colección”, Centro Atlántico de Arte Moderno (CAAM), Las Palmas de Gran Canaria (2003). “New York Postdata”, Las Palmas de Gran Canaria – New York, Queen Sophia Spanish Institute, New York (2004). “New York Postdata”, Las Palmas de Gran Canaria – New York, Centro de Arte La Regenta, Las Palmas de Gran Canaria (2005). “Islas Raíces”, Centro de Arte La Regenta, Las Palmas de Gran Canaria (2006).Colecciones: Museo de Arte Contemporáneo de Canarias (CAAM). Museo de Arte Contemporáneo de Lanzarote (MIAC). Gobierno de Canarias. Instituto Cervantes de Roma. Centro de Fotografía Isla de Tenerife.

“Piedras como planetas, agrupadas en su espacio telúrico de mar y lejanía. Frondosidad de algas, en racimos sombríos de vida pululante con la radiosidad de un errante universo que nos convierte en polvo, en oleaje, en número olvidado.” Justo Jorge Padrón

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La otra orilla. Tríptico. 2004. Cibacrome. 100 x 300 cm.

[Ventura Alemán] La Laguna, Tenerife, 1965. Exposiciones: “Con título”, Centro de Arte Juan Ismael, Puerto del Rosario, Fuerteventura (2005). “Ni se compra, ni se vende”, Sala Ermita San Miguel, La Laguna (2002); “Ni se compra, ni se vende”, Sala la Palmita, ULPGC (2001); “La Tierra Prometida”, Ateneo de La Laguna (1998); Galería Saro León, Las Palmas de Gran Canaria, exposición conjunta, “Nos comemos el pastel”, con Fernando Larraz y Sergio Brito (1997); Ateneo de La Laguna, exposición conjunta, “Nos comemos el pastel”, con Fernando Larraz y Sergio Brito (1996); Ermita de San Miguel, La Laguna, exposición conjunta, “Proyecto Norte, Sur, Este y Oeste”, con Sema Castro, Jerónimo Maldonado y José Prats (1991); Casa de la Cultura de Los Llanos de Aridane, La Palma, exposición conjunta con Leandra Estévez (1990); Ermita de San Miguel, La Laguna, exposición conjunta con María Otamendi, Juani Cabrera, Elisa Betancourt, Germán Gil y Raúl Fumero (1988). Miembro del Taller de esculturas BRONZO desde 1994.

[TERRITORIO ADOLESCENTE] Anillo insular. Detalle.

Siempre deseando. Un pedazo de algo, jardín ultraperiférico de Europa. Ganando terreno al mar. Queriendo ser algo más, parte macaronésica de algo. La octava isla nos lleva a América y son latinos. Queriendo ser uno de siete sobre el mismo mar, mi patria es una roca, y África en los ojos. Isla-archipiélago, paraíso de contrastes. Siempre algo más. Siempre parte de algo. [ANILLO INSULAR] No hay distancia, todo está cerca, el centro y la periferia son el mismo sitio, ya no hay esquinas ni rincones ni refugios, todo está a la vista para ser consumido, todo es paisaje, turismo, espectáculo.

Territorio adolescente A. 2006. Bronce. 7 x 25 x 22 cm. Territorio adolescente B. 2006. Bronce. 8 x 28 x 17 cm. 34

Anillo insular. 2006. Técnica mixta. 17 x 30 x 30 cm.

[Javier Alonso Labrador] Santa Cruz de Tenerife, 1965. Licenciado en Químicas y Técnico Superior de Artes Plásticas y Diseño en Fotografía Artística. Actualmente es Jefe del Departamento de Fotografía en la Escuela de Arte “Pancho Lasso” de Arrecife de Lanzarote. Exposiciones individuales: “Pincel de Espuma”, COAC, Santa Cruz de Tenerife. III Bienal Internacional Fotonoviembre (1995). San Fernando de Maspalomas y Excmo. Ayuntamiento de Agüimes, Gran Canaria (1996). “Pinceles del Aire”, Ermita de San Antonio de Tías, Lanzarote (2003). Exposiciones colectivas: “El Juego del Alisio”, Sala de Arte La Recova. II Bienal Internacional Fotonoviembre (1993). “La Experiencia de los Límites”, Sala de Arte de CajaCanarias, Santa Cruz de Tenerife (1997). “Encontros de Imagem”, Guimaraes, Portugal (1998) y Centro Insular de Cultura. Cabildo Insular Gran Canaria (1998). “El Espacio Figurado”, Casa de la Cultura de Arrecife (2000) y Sala de Arte de CajaCanarias, La Laguna, Tenerife (2001). “Perpetua Singularidad”, Bienal Internacional Primavera Fotográfica 2000, Barcelona y Tarragona (2000). “Arte contra Violencia”, Casa de la Cultura de Yaiza y Ermita de San Antonio de Tías, Lanzarote (2005). “Al interior del paisaje. Siglo XXI. Una nueva ética”, MIAC, Arrecife. Lanzarote (2005). “Espacios Abiertos”, Sala de Arte Mapfre, La Laguna, Tenerife (2005). “Alter ínsula”, Galería de Arte Puerto Calero, Yaiza, Lanzarote (2005). “Tierra de sueños”, III Encuentro Bienal, Sala Tomare, San Bartolomé, Lanzarote (2005). “La mirada panorámica”, II Encuentro de Fotografía Digital de la Macaronesia, Las Palmas (2006).

En los paisajes nocturnos de Javier Alonso, un mundo imaginado se presenta ante nuestros ojos, evocando una belleza que sólo el paso del tiempo aglutina en un único instante; ese mismo instante que el fotógrafo vive y siente mientras la espuma, como nube luminosa, pinta el borde del mundo. El territorio-isla, tan alterado por la especulación y el desarrollo turístico, es recreado como una imagen especular de sí mismo, adoptando entonces un nuevo significado: la isla como volcán degradado, como tierra ultrajada, como habitáculo agotado, … un puente a ninguna parte. Puente a ninguna parte. 2005. Fotografía. Impresión digital. 25 x 52 cm.

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Media vida. 2005. Fotografía. Impresión digital. 25 x 52 cm. Auditorio. 2005. Fotografía. Impresión digital. 25 x 52 cm. Isla. 2005. Fotografía. Impresión digital. 25 x 52 cm.

Pilar Araña] Figueras, Gerona, 1962. Exposiciones individuales: Ateneo de Madrid (1987); Galería Víctor Martín Madrid y Caja Postal Guadalajara (1989). Exposiciones colectivas: II Salón de Pintura Joven Madrid y Certamen Nacional de Artes Plásticas (1985); III Salón de Pintura Joven Madrid, IV Certamen de Pintura Caja Postal Madrid y Caja de Ahorros de Ronda Madrid (1986); VII Certamen Nacional Ciudad de Alcorcón (1987); “Madrid en Vanguardia”, ARCO 88, Ateneo de Madrid, Los Circuitos de Artes Plásticas, Galería Víctor Martín Madrid, V Semana de la Juventud Madrid y IV Bienal de Producciones Culturales de la Europa Mediterránea, Bolonia (1988); Sala Muralla Bizantina Murcia (1989). Premios: II Certamen provincial de Pintura “Arona 86, Santa Cruz de Tenerife; Premios Arganda de Pintura 86 Madrid. Obra permanente: Ateneo de Madrid; Gabinete de Dibujos de la Real Academia de BBAA, Madrid; Consejería de Hacienda, Madrid; Fundación MAPFRE Vida, Madrid y Fondos Galería Víctor Martín, Madrid. “Con título”, Centro de Arte Juan Ismael, Puerto del Rosario, Fuerteventura (2005).

Siempre el límite… visión interiorizada e intangible. Nací por accidente fuera de él, pero no pude sustraerme a él y la linde se instaló adentro, aunque algo debió ocurrir en aquel tiempo que no alcanzo a recordar porque la voluntad de la mirada se hizo desobediente, empecinada por vencer la línea. La rebeldía se hizo presente, obstinada en ver lo que está más allá de la raya, y así mi isla esta siempre enfrente como un sanborondón imaginado, que en el setenta y uno estalló en llamas y en la noche y la distancia escupía fuego; anoche era una línea brillante y hoy se desvela con la luz, aparece y se refleja sobre si misma, en torno al borde; unas veces esta tan lejos que es sólo una señal del otro lado y otras tan cerca que vives su presencia… y persigo con la mirada un diminuto punto blanco que se mueve lento y que desaparece tras el límite.

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Sin título. 2006. Técnica mixta. 120 x 40 cm.

[Roberto Batista] Villa de Mazo, La Palma, 1954. Exposiciones individuales: Casa Ossuna, San Cristóbal de La Laguna, Tenerife (1984); Casa de la Cultura de Garachico, Tenerife (2000); Centro Superior de Educación de la Universidad de La Laguna, Tenerife (2000); “Silencio”, Galería de Arte La Trasera del Leal, San Cristóbal de La Laguna, Tenerife (2004). “Silencio”, Palacio Salazar, Santa Cruz de La Palma (2005). Exposiciones colectivas (selección): Casa de la Cultura, Santa Cruz de Tenerife (1989); Ateneo, La Laguna, Tenerife (1992); La Caixa, La Laguna, Tenerife (1992); Arte-Galería, Granadilla, Tenerife (1993); ICONA, La Laguna, Tenerife (1995); Arte-Galería, Granadilla, Tenerife (1995); Sala de Exposiciones del BBVA, Barcelona (2000); Museu D’Art Modern, Tarragona (2000); Museo de Historia de Tenerife, La Laguna, Tenerife (2000); Real Club Náutico de Santa Cruz de Tenerife (2001; Real Club Náutico de Santa Cruz de Tenerife (2003); “Con título”, Centro de Arte Juan Ismael, Puerto del Rosario, Fuerteventura (2005). “Salinas”, Colectivo Apresto, Casa Massieu, Tazacorte, La Palma (2005).

Aquel oscuro e infinito día, permanente e interminable. La extrema, apacible y casi inapreciable frialdad, esa desesperante e insufrible quietud. La súbita presencia de un futuro pasado, y la vuelta a empezar en algún instante futuro de este tiempo persistente. La soñada igualdad en esta salida cortada, en esta entrada inaccesible. El infeccioso charco, la abrazadora llovizna. La laguna inmensa, la gélida luz. Ni tú, isla soñada, ni yo, ni Nada, sólo… Silencio.

Roberto Batista

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Sin título. Serie Silencio. 2006. Acrílico sobre lienzo. 60 x 116 cm. Sin título. Serie Silencio. 2006. Acrílico sobre lienzo. 60 x 114 cm.

[Ramiro Carrillo] Santa Cruz de Tenerife, 1965. Doctor en Bellas Artes, profesor de dibujo en la Universidad de La Laguna desde 1990. Desde 1996 publica ensayos como crítico de arte en publicaciones artísticas. En 2000, junto al artista Claudio A. Marrero, funda el espacio de arte Academia Crítica. Exposiciones individuales: “Media: Muerte”, Salas de Arte de Cajacanarias, La Palma (1989) y Sala de arte de Cajacanarias, La Laguna (1990); “Dibujos”, Ateneo de La Laguna, Tenerife (1991); “Páginas sueltas de un Libro de la Naturaleza”, Galería Magda Lázaro, Santa Cruz de Tenerife (1995); “Apuntes para el estudio de la realidad de las cosas”, Colegio de Arquitectos, Santa Cruz de Tenerife (1995); “Treinta albergues para Manolo Cruz”, Sala de Exposiciones de Cajacanarias, Puerto de la Cruz, Tenerife (2002 ); “Oración sobre el sentido de la acción moral”, Sala San Antonio Abad, Las Palmas de Gran Canaria (2004); “Caminar en línea recta, para hacer poesía”, Ateneo de La Laguna, Tenerife (2005).

La isla es un entorno muy singular, aunque el hábito nos impida darnos cuenta hasta que viajamos al continente. El mar nos rodea, nos aísla y a la vez nos protege, nos limita y a un tiempo nos distingue. Vivir aislados es una suerte y un mérito, porque es complicado pasar la vida tan cerca de uno mismo. Y es a la vez desventura, porque es sencillo vivir con el horizonte tan claro. Tengo una vieja y secreta pasión por esas piscinas que, en ciertos pueblos de costa, se construyen cerca del mar. Son como islas de mar dentro de islas de tierra. Parecen un intento de abarcar el mar de igual forma que la isla nos permite imaginar que abarcamos la tierra. Creo que estas piscinas son reflejo del espíritu isleño, de su serena seguridad en lo cercano, de su tremenda aprensión a lo infinito.

Montaña II. 2004. Sangre humana sobre DM imprimado. 25 x 25 cm.

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Montaña I. 2002. Sangre humana sobre DM imprimado. 25 x 25 cm.

Piscina. 2004. Sangre humana sobre DM imprimado. 25 x 25 cm.

[Juan Correa] Las Palmas de Gran Canaria, 1969. En 1989 comienza los estudios de arquitectura en la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria. En 1997 deja los estudios de Arquitectura en 5º curso para dedicarse con exclusividad a la escultura.

Situación. Detalle

Exposiciones individuales: Colegio Oficial de Aparejadores y Arquitectos Técnicos de Las Palmas de Gran Canaria (1996). “Del plano a la luz”, Galería Saro León, Las Palmas de Gran Canaria (1999). “Naturaleza Urbana: espacios”, Sala de exposiciones de la Sede del Rectorado de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria (2002). “Informas”, Museo de esculturas de Abrahán Cárdenes, Tejeda, Circuito Insular de Artes Plásticas del Cabildo de Gran Canaria (2004). “Informas”, Gabinete Literario, Las Palmas de Gran Canaria. Circuito Insular de Artes Plásticas, Cabildo de Gran Canaria (2005). “Tipo 01 – Tipologías”, Colegio de Arquitectos de Canarias, demarcación de Gran Canaria, Las Palmas de Gran Canaria (2006). Exposiciones colectivas: “Arquitecturas”, Galería Artificios, Las Palmas de Gran Canaria (2003). “NY Postdata. Las Palmas de Gran Canaria – New York”, The Queen Sofía Spanish Institute, Nueva York (2004). “N Y Postdata, Las Palmas de Gran Canaria – New York”, La Regenta, Las Palmas de Gran Canaria (2005). Obra Pública: “Moebius”, Autopista de Circunvalación, Las Palmas de Gran Canaria (2003). “Fractura”, Plaza Dr. Cesáreo Rosas, Las Palmas de Gran Canaria (2004). “Pórticos”,. Plan especial del Polvorín, Las Palmas de Gran Canaria. “Luz en el Atlántico”, conjunto escultórico, Parque de San Juan. Ciudad de Telde, Gran Canaria (2006). Colecciones: Patrimonio Artístico de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria. Gobierno de Canarias. Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria. Colegio de Arquitectos de Canarias, Demarcación de Gran Canaria.

[SITUACIÓN] Me interesa que nos situemos en una visión aérea para tener una escala de conjunto que nos permita hablar del archipiélago, sin renunciar al fragmento individual de la geometría natural con la que están formadas y un paisaje artificial que se superpone. Cuando anegamos un papel éste obtiene una forma distinta de su origen que en ocasiones nos sorprende descubriendo geometrías nuevas que nacen de su propia materia. Es aquí donde encontramos lo artificial superpuesto a lo natural dibujado en la memoria. Huella que en momentos se recupera y en otros, se olvida. Conozcamos los límites que nos permita diagnosticar el grado de intervención buscando el equilibrio donde lo natural y lo artificial sean capaces de describir paisajes. Juan Correa

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Situación. 2006. Plástico rayado sobre madera pintada (7 piezas). 26 x 260 x 152 cm.

[Manolo Cruz] Santa Cruz de Tenerife, 1962. Licenciado en Bellas Artes por la Universidad de La Laguna donde se doctoró en el año 2003 con la tesis titulada En el límite del sujeto. Definición provisional de un modelo de actuación en el arte. Desde 1985 compagina la creación artística con la labor docente; a partir de 1992 es profesor perteneciente al Área de Pintura de la Facultad de Bellas Artes de la Universidad de La Laguna. Junto a estas actividades cabe destacar su labor como miembro del Aula Cultural de Pensamiento Artístico Contemporáneo (Universidad de La Laguna), el comisariado y montaje de varias exposiciones, y la publicación de diversos textos ensayísticos de pensamiento artístico. Entre sus principales exposiciones podemos mencionar, en la década de los ochenta: “Límites de la Expresión Plástica en Canarias”, en el Colegio de Arquitectos de Santa Cruz de Tenerife; en los años noventa: la exposición individual en la galería Magda Lázaro de Santa Cruz de Tenerife, “Topologías”, junto a Gonzalo González y Adrián Alemán, en la Sala de Arte de Caja Canarias, La Laguna. Tenerife; la exposición individual, “La verdad de las máscaras” en el Colegio de Arquitectos de Canarias, Santa Cruz de Tenerife; “De la pintura considerada como una de las Bellas Artes”, junto a Ramiro Carrillo y Ramón Salas, Sala de Arte Caja Canarias, La Laguna; “Ni demasiado cerca, ni demasiado lejos”, Galería Cruce, Madrid; y desde el año 2000 hasta la actualidad cabe destacar, “Manzana Verde”, Sala de Arte Los Lavaderos de Santa Cruz de Tenerife y “Primer Salón Universitario de Artes Plásticas”, en el Círculo de Bellas Artes, Santa Cruz de Tenerife. En el año 2001, formando equipo con Drago Díaz, gana el primer Premio en el Concurso Nacional de Escultura Monumental organizado por el Excmo. Cabildo Insular de Gran Canaria con la escultura “Argual”, que está ubicada en el Municipio de Santa Brigida, Gran Canaria.

La obra de Manolo Cruz podría definirse como un reiterado intento de pintar la imagen de lo humano. En su caso, lo humano se representa sobre todo por medio de los lugares que los hombres construyen y transitan sin énfasis estéticos. Los espacios escogidos para ser plasmados en sus lienzos no son los que elegiría un paisajista convencional, Manuel Cruz no va en pos del locus amoenus renacentista, se interesa por lo que él denomina “estéticas humildes” o “energías constructivas”. Un asiento construido a partir de un saliente rocoso del camino, por ejemplo, invita al descanso y a la conversación. Constituye un “albergue” para demorarse y reflexionar antes de continuar el camino. El albergue es un lugar para el repliegue y sirve para perder el paso de la inercia, propicia la comprensión y la adquisición de conocimiento. Por eso es un motivo digno de ser pintado. Camino y Frontera, los cuadros presentados en esta exposición, aluden a dos conceptos que han configurado desde siempre el espíritu del hombre isleño: universalidad e insularidad. El océano que nos limita y del cual, en ocasiones, necesitamos protegernos, ese mar frontera al que tantas veces damos la espalda con desdén, es el mismo mar que nos invita a superar la introspección, a orientar nuestra voluntad hacia el conocimiento del otro, a emprender el viaje. Es el mar camino. Un viejo muelle con su escalerilla oxidada y un muro que nos produce cierto desasosiego por su descarnada simplicidad son los motivos escogidos por Manolo Cruz para ofrecer al espectador estas dos visiones del mar y de la isla. «...para ofrecer al espectador estas dos visiones del mar y de la isla. »

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Frontera. 2006. Óleo sobre lienzo. 100 x 100 cm.

Camino. 2006. Óleo sobre lienzo. 100 x 150 cm.

[Gonzalo González] Los Realejos, Tenerife, 1950. Pintor y escultor, licenciado en Bellas Artes por la Universidad Complutense de Madrid. Se dedica exclusivamente a la creación, fundamentalmente preocupado por la relación dramática del hombre con el territorio. Desde 1975 ha participado en incontables colectivas y ha realizado mas de una cuarentena de exposiciones individuales, exhibiendo su obra en ciudades como Nueva York, Washington, La Habana, Caracas, Buenos Aires, Madrid, Milán, Barcelona, Triestre, Bolonia, Viena, Colonia, Burdeos o Bruselas. Reside en Canarias, lugar desde el que desarrolla una intensa y prolífica labor creativa. Paralelamente a su obra pictórica y escultórica ha desarrollado un amplio trabajo como dibujante, así como grabador y escenográfo. Algunos de sus últimos trabajos son la serie de grabados “Archipiélagos” (1999), la muestra de dibujos “Cuadernos de botánica” (1995) o “La invención de la naturaleza” (1999). En 1999 publicó una compilación de dibujos bajo el título “Cuadernos del paseante estático”; posteriormente la serie de esculturas “Del jardín” (2001), “Jardín urbano” (2004) e “Interiores y patios” (2006) o series pictóricas como “El espejo de las nubes” (1991), “Escenas de humo” (1998), “Nocturnos” (1997), “Mar Adentro” (2002), “Azul” (2002), “La luz de la noche” (2003) y “Paraíso” (2004).

“Un poco de tiempo todavía y veremos florecer los almendros, brillar los mármoles en el sol y la ondulación del mar.

Suite del Horizonte. 2006. Acrílico sobre cartón. 70 X 90 cm.

Un poco de tiempo todavía para revivir.” Giorgos Seferis

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Suite del Horizonte. 2006. Acrílico sobre cartón. 70 X 90 cm.

[Juan Gopar] Lanzarote, 1958. Exposiciones individuales: Galería Conca, La Laguna, Tenerife (1980). Ateneo, La Laguna, Tenerife (1982). “Gopar”, Sala de Arte y Cultura, La Laguna, Tenerife (1983). “Instalación para una fortaleza del hambre”, Museo Internacional de Arte Contemporáneo (MIAC), Lanzarote (1986). “Superficie-apariencia”, Sala Benito Pérez Armas, Yaiza, Lanzarote (1988). “Imagen du méme”, Galería Manuel Ojeda, Las Palmas de Gran Canaria; “Código de sombra”, ARCO 89, Madrid, Galería Manuel Ojeda (1989). “Ciudad fortificada”, Galería Línea, Madrid; “La Batalla”, ARCO 90, Galería Manuel Ojeda, Madrid (1990). “Octubre”, Galería Kaj Forsblom, Helsinki (1991). “Gacelas Interiores”, Galería Cristine Debras - Yves Bical, Bruselas; “TETH”, Sala Pelaires, Palma de Mallorca; “Vasos comunicantes”, Estudio Artizar, La Laguna, Tenerife; “Estancia Insular”, Museo Internacional de Arte Contemporáneo (MIAC); Convento de San Francisco, Teguise y Galería El Aljibe, Lanzarote (1992). “Dibujos del cuaderno de agosto”, Galería Manuel Ojeda, Las Palmas de Gran Canaria; “Hora prima”, Centro de Arte La Regenta, Las Palmas de Gran Canaria (1993). “Tokonoma”, Galería Gamarra y Garrigues, Madrid; “Estancia”, Galería Carles Taché, Barcelona (1994). “Estiba”, Galería Manuel Ojeda, Las Palmas de Gran Canaria (1998). “Ma”, Project Room Arco’99, Galería Manuel Ojeda, Madrid (1999). “Suite Ibn Hazm”, Galería Manuel Ojeda, Las Palmas de Gran Canaria (2000). “Primer momento”, Fundación Mapfre Guanarteme, Las Palmas de Gran Canaria (2004). “Primer momento”, Fundación Mapfre Guanarteme, La Laguna, Tenerife. “Pinturas”, Galería Manuel Ojeda, Las Palmas de Gran Canaria; “La Laguna”, Convento de Santo Domingo, La Laguna, Tenerife (2005). Colecciones (selección): Conca, Tenerife. Cajacanarias, Tenerife. AENA, Madrid. Testimoni, La Caixa, Barcelona. Genty Latimer, Londres. Centro Atlántico de Arte Moderno (CAAM), Las Palmas de Gran Canaria. Instituto Óscar Domínguez de Arte Contemporáneo (IODAC), Tenerife. Unión FENOSA, Madrid. CajaMadrid, Madrid. Fundación Cesar Manrique, Lanzarote. MIAC, Lanzarote. Aachener und Muenchener Versicherungen AG. Aachen, Achenbach Art Consulting, Düsseldorf. A.T. Kearney, Düsseldorf-Berlin. Deutsche Apotheker und Arztebank, Frankfurt. Frank Gerritz, Hamburg. Helge Achenbach, Düsseldorf. Fundación Pelaires, Palma de Mallorca. Antonio P. Martín. Las Palmas de Gran Canaria. ARTIUM, Vitoria. Gas Editions, Las Palmas de Gran Canaria.

“…Juan Gopar trabaja desde la memoria y lo hace estableciendo una suerte de lenguaje reservado, que se nutre y apropia de aquellos rudimentos que se propician desde un ámbito singular: su entorno inmediato. Éste le suministra un rico filón de ingredientes materiales y, mucho más importante, de pilares conceptuales sobre el que la obra de Gopar encuentra fácil acomodo. Son los restos descubiertos en las orillas de las playas de su isla natal, es la arqueología instrumental que halla frecuentemente entre los aperos en desuso que encuentra en lugares cargados de nostalgia los que despiertan su inquietud como autor, pero también son los retazos de la memoria local (individual y colectiva) factores que intervienen decisivamente en el desenlace de su producción creativa, y que también manipula con sabiduría forzando un propósito que, a menudo, deviene en justicia poética. Su lenguaje artístico apela a esta fusión de realidad del pasado y a la fugacidad tangencial de los mitos civilizadores del presente, una especie de vanitas reflexiva en torno al espacio / tiempo histórico y su proyección actual. En cierto sentido, sus obras han adquirido una pátina de arqueología contemporánea, es decir, expresan además de su visión de lo transitorio, lo fugitivo y lo contingente, la perdurabilidad de lo eterno y lo inmutable. Se concluye de este modo un vínculo culminante, que podríamos definir por la forma de interpretar la naturaleza que le acoge y por el hecho de que no pretende reproducirla sino que la usa para exteriorizar el reflejo de sus inquietudes…” Geografía melancólica. (Fragmento del texto de Orlando Franco escrito con motivo de la VII Bienal de Valencia, 2005)

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La casa de la orilla. 1999. Algodón tejido y hierro. 90 x 40 x 40 cm.

[Susana Guerra] Las Palmas, 1965. Licenciada en Bellas Artes por la Universidad de La Laguna en 1989. Doctora en Bellas Artes por la misma Universidad en 1994. Ha sido becada en las Escuelas de Arte de Amberes (Bélgica) en 1989, de Roma (Italia) en 1990, de Toulouse (Francia) en 1994, de Múnich (Alemania) en 2002 y en la de Utrecht (Holanda) en 2005. Principales exposiciones: Galería Davó-Arzola. Santa Cruz de Tenerife, 1990. Galería Pintzel. Pamplona, 1994. “Naturalezas invisibles”, Ateneo de La Laguna. La Laguna, 1995. “4ª Mirada”, Centro Insular de Cultura. Las Palmas de Gran Canaria, 1998. “Un poema inmóvil”, Obra Social y Cultural de CajaCanarias. La Laguna, 1999. “…de no sé qué pureza”. Círculo de Bellas Artes de Santa Cruz de Tenerife, 2003. Entre las principales exposiciones colectivas están: “Multimedias”. Círculo de Bellas Artes de Santa Cruz de Tenerife, 2003. Proyecta. Guerra & Herrera. CAAM. Sala San Antonio Abad. Las Palmas de Gran Canaria, 2003. “Espejos del poema”. Exposición colectiva de Arte y Poesía. Sala CajaCanarias de La Laguna y Sala de CajaCanarias del Puerto de la Cruz, 2004.

“Una flor es relativamente pequeña. Todo el mundo hace asociaciones con una flor. (…) Entonces, me dije, voy a pintar lo que veo, lo que significa la flor para mí. Pero voy a pintarla grande para persuadir a la gente de que se tome el tiempo necesario para contemplarla...” Georgia O´Keeffe

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Sin título. 2005. Técnica mixta sobre papel. 75 x 225 cm.

[Inmaculada Juárez] Tenerife, 1975. Artista, dicen, de nacimiento. De vocación la poesía muda de la pintura. Estudió en la Escuela de Arte Fernando Estévez de Santa Cruz de Tenerife y en la barcelonesa Escuela de Arte Moderno MASSANA, en la especialidad de “Ilustración”. Inquieta buscadora de expresiones, trabaja el dibujo y la pintura clásica, para luego jugar a dos bandas: diseño, moda, publicidad, ilustración infantil, textil, escultura, grabado (…) Ha realizado desde 1991 numerosas exposiciones colectivas, además de individuales entre las que cabe destacar “MOMENTOS”, Escuela de Aparejadores, Tenerife; “ANONIMOS”, Fundación Mapfre Guanarteme, Las Palmas de Gran Canaria; y “RETROSPECTIVA” Casino de Tenerife. Participa en Ferias como el reciente FORUM de las Culturas en Barcelona, o “ART-EVENT”, Feria Internacional de Arte Contemporáneo, en Lille, Francia. Ganadora de diversos premios artísticos (Encuentro Rubens, Viña Norte Humboldt), fundadora del Colectivo Rincón del Atril y desde 2004, artista de la emblemática Sala CONCA.

“… el mar de canarias es rojo”, dijo con voz pausada. Sin pestañear, lo dijo. Con esa cara de AMEN indiscutible. Y yo me quedé así, parado, consternado. Se frotó los ojos y llenó de rojo las yemas de sus dedos, la cara entera, la piel del cuello, el largo cabello y la luz de su mirada, entre el escote de la voz callada y un susurro de complacencia amodorrada. Embadurnada de sangre al aceite, la miro, caricias rojas, paleta herida de rojo rocío. Y quise que me tocara, -casi supliquécon esas manos rojas, de artista sin pincel… … rojas de mar azul sin azul, de arte resbaladizo y oscura luz… “… el mar de canarias es rojo”, repitió embobada. Y yo quiero volver a mirar en sus ojos, la mar salada.

[DE-DESPERTAR-ES. Poema de Inmaculada Juárez] “DEJAR UNA HUELLA… ES PINTAR CON LOS DEDOS”

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Despertares. 2004. Óleo sobre lienzo. 100 X 100 cm.

[Juan López Salvador] La Laguna, Tenerife, 1951. De formación autodidacta, comienza a realizar esculturas en los años 70. Presenta su primera exposición individual en el Ateneo de La Laguna en 1982. En su trabajo ha utilizado diversos materiales como madera, piedra, resinas, hierro, bronce, latón, cobre, plomo, etc.. Desde 1991, comparte su actividad profesional de escultor trabajando de Director de Montajes de Exposiciones de Artes Plásticas en la Viceconsejería de Cultura del Gobierno de Canarias. Ha realizado una veintena de exposiciones individuales, la última en 2005 en Barcelona. En ellas ha presentado diversas series que, en muchos casos, ha seguido desarrollando en exposiciones posteriores. Entre las mas significativas se encuentran: “Paisajes“, “Acantilados“, “Cráteres“, “Disyunciones“, “Trampas de Viento“, “Reflejos de Mar“, etc. Ha participado en exposiciones colectivas en Canarias, Madrid, Barcelona, Lisboa, París, Caracas, Washinton, New York, etc...

“La serie Trampas de Viento es un avance hacia la abstracción en la poética de López Salvador. Lo que vemos en estas esculturas es fácil de describir, espirales que terminan en cuadrados o rectángulos. Lo que las fundamenta es la clara sensación de equilibrio que transmiten. Son obras que concilian el dinamismo y la quietud, lo irracional con el orden, lo espiritual con lo material, lo seguro y lo inestable. Explorando tensiones entre opuestos, entre la rigidez de la geometría y la evanescencia del torbellino, se desarrollan estas obras.

Trampa de Viento. Detalle

El título no es vano. En la naturaleza los huracanes no se dejan atrapar ni confinar en depósitos, pero en el mundo del arte no se reproduce, se pueden crear ilusiones, Trampas de Viento. Esculturas que revelan un ámbito donde el equilibrio es posible y que tienen toda la fuerza de lo artificial, de lo construido por el hombre.” Carlos Díaz-Bertrana. 2003

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Trampa de Viento. 2005. Hierro. 250 x 60 x 56 cm.

[Evelina Martín] Arrecife, Lanzarote, 1962. Exposiciones colectivas: “Alumnos de Bellas Artes”, Sala de Arte Cajacanarias, La Laguna (1985); “XIX Bienal de Bellas Artes”, Gabinete Literario, Las Palmas de Gran Canaria; “Escultores Canarios de los 80”, Sala de Arte Cajacanarias, La Laguna y Sala de Arte Cajacanarias, Santa Cruz de La Palma (1987); “Teteras”, Círculo de Bellas Artes de Santa Cruz Tenerife, “Escultores Canarios de los 80”, Sala de Arte Cajacanarias, Puerto de la Cruz, “Otra dimensión”, Círculo de Bellas Artes de Santa Cruz Tenerife. “Muestra de libros de artista”, Ateneo de Madrid y Casa de la Cultura de Santa Cruz de Tenerife (1988); “El Mar”, Círculo de Bellas Artes de Santa Cruz Tenerife, “Una historia, escultura fin de siglo”, I Parte y II Parte, Sala Conca, La Laguna, “Escultura y Pintura”, Galería de Arte OTRES, Las Palmas de Gran Canaria (1989); Instalación de Escultura “Cardumen”, en Santa Cruz de Tenerife (2004). “Con título”, Centro de Arte Juan Ismael, Puerto del Rosario, Fuerteventura (2005). Miembro del taller de Esculturas BRONZO desde 1985.

[CORAZÓN QUE AISLA] Aislamiento interior, cada corazón una isla, cada persona una isla. Una isla a la que no es fácil acceder, ni de la que es fácil salir. No es fácil descubrirla ni dejarla. El agua, el mar, la posibilidad de salir, pero esta queda aislada por el propio corazón, atrapada, ensimismada por la fantasía… Isla corazón. Corazón que aísla. El mar, una huída, un recurso, la posibilidad de otra vida, un recuerdo… Una vida en el interior del corazón. El mar, ilusión pasajera, una huída frustrada, un recuerdo, la ausencia… Donde los límites no existen. Donde los límites los pongo yo. [ALMOHADA] Almohada, suma de sentimientos. Pensar que al despertar acudirá un nuevo día esperanzado. Reposar la cabeza en algo blando. Abandonar la razón en mi sueño, al olvido por unas horas. Siento el cansancio del día y apoyo la cabeza en mi almohada. Sueño con una isla blanca. Recorro su entorno lunar, me atrapa el sueño, el cansancio, cierro los ojos, me coge el desengaño… Camino en ese paisaje. Donde los límites no existen. Donde los límites los pongo yo. 58

Isla corazón. 2006. Bronce. 8 x 32 x 32 cm.

Piel de isla. 2006. Silicona. 11 x 34 x 68 cm.

[Medín Martín] Breña Alta, La Palma, 1955. Licenciado en Bellas Artes por la Universidad de La Laguna. Profesor en dicha Universidad, de la asignatura de “Estudio del Volumen”, entre los años 1979 y 1983. Catedrático de la modalidad de “Volumen” en la Escuela de Arte “Fernando Estévez” de Santa Cruz de Tenerife. Exposiciones individuales (selección): Ermita de San Miguel de La Laguna (1986); Sala de Arte y Cultura de CajaCanarias, La Laguna (1991); Galería de Arte Magda Lázaro, Santa Cruz de Tenerife (1993 y 1997); Círculo de Bellas Artes, Santa Cruz de Tenerife (2002). Exposiciones colectivas (selección): “Anaga Figura 10”, Colegio de Arquitectos, Santa Cruz de Tenerife (1987); “Forum Atlántico 96”, Oporto, Portugal; “Al NW del sur, 9 artistas de La Palma” (2001); ARCO 2003. “Con título”, Centro de Arte Juan Ismael, Puerto del Rosario, Fuerteventura (2005).

Pedro García Cabrera en su poema ISLA Y MAR comienza diciendo: “Una isla es un margen para ser y no ser. Roca y mar han de unirse al mismo tiempo. Afuera, el contrapunto enamorado. Dentro, turbinas de esperanzas.” Los conceptos roca-mar-dentro-fuera-esperanza-futuro, despiertan en mi yo creador la aventura de transmitir a través de mis obras, lo más íntimo de nuestros recuerdos, sabiduría innata y ancestral, pero con una identidad propia, particular e inédita del isleño. Trato de desarrollar una creación personal basada en el mundo imaginario de la realidad en la que vivo, de la isla y desde la isla, con un componente de arraigo manifestado en algunas de las esculturas y que se materializa tanto en el material empleado, madera de tea, como en la carga histórica que aporta: realidad autóctona y a la vez universal. Montañas, barrancos, lava, agua, mar…, “para ser y no ser”. Isla mágica. 2006. Madera de caoba, bronce y plomo. 114 x 70 x 25 cm.

Medín Martín. 2006 60

Isla de barrancos de sal. 2006. Madera de tea. 110 x 89 x 17 cm.

[Benedicto Martín Rodríguez] Puerto del Rosario, Fuerteventura, 1971. Licenciado en Bellas Artes por la Universidad de La Laguna (1998). Ha realizado distintos cursos en otras universidades e instituciones públicas como diseño ambiental y de espacios públicos, Patrimonio Histórico de Fuerteventura, cerámica japonesa, In art (arte cibernético) y enseñar a pensar en el aula, entre otros. Ha impartido clases de dibujo en Educación Secundaria y actualmente trabaja en el departamento pedagógico del Centro de Arte Juan Ismael de Puerto del Rosario, Fuerteventura. Premios (selección): 2º premio de dibujo, Fuerzas Armadas (1983); 1º premio pintura Maxoarte joven (1998), Cabildo de Fuerteventura; 2º premio pintura Maxoarte joven (1999), Cabildo de Fuerteventura; 1º premio fotografía Maxoarte joven (1998), Cabildo de Fuerteventura; 1º premio diseño gráfico Maxoarte joven (1998), Cabildo de Fuerteventura; 1º premio cartel fiestas de Puerto del Rosario (2000). Exposiciones (selección): I Semana Cultural Majorera Universitaria (1997), Colegio de San Fernando, La Laguna (1997); II Semana Cultural Majorera Universitaria (1998), Instituto Laboral Pedro Cabrera, La Laguna (1998), Jóvenes Majoreros, Casa de la Cultura (1998), Puerto del Rosario; Babel, romerías de mayo, Holguín (1999), Cuba; Centro de Arte Juan Ismael (1999). Puerto del Rosario.

Gracias a los sentidos podemos explicar el mundo. El gofio huele a trigo y cebada, sabe salado el mar, y el viento duele. De tal manera que, cuando definimos lo que nos rodea, es como si lo inventáramos de nuevo, jugamos a ser dioses, sentimos y trasformamos las sensaciones, lo que nos rodea. Así, podemos hablar del olor de las estaciones o del calor de los aplausos, del susurrar del viento que actualmente dialoga con el olor del cemento sin que nadie se asombre. Soñamos y cantamos a la luna, deseando e inventando espacios idílicos como son nuestras islas.

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Mi ex-horizonte I. 2005. Tinta china sobre papel. 21 x 29,7 cm. Mi ex-horizonte II. 2005. Tinta china sobre papel. 21 x 29,7 cm.

[Fernando Mena] Los Llanos de Aridane, La Palma, 1958. En 1974 comienza estudios de dibujo en la Escuela de Artes Aplicadas y Oficios Artísticos de Santa Cruz de Tenerife. Posteriormente ingresa en la Facultad de Bellas Artes de la Universidad de La Laguna. Realiza cursos de dibujo en la Escuela de San Carlos y Círculo de Bellas Artes, de Valencia.

La Adoración. Detalle

Exposiciones colectivas: Círculo de Bellas Artes de Santa Cruz de Tenerife, “Otra dimensión” [escultura]; Exposición de escultura en la calle del Festival de Cine Ecológico del Puerto de la Cruz (1988). I Bienal Regional de Artes Plásticas, Centro de Arte La Recoba, Santa Cruz de Tenerife [escultura]; Exposición de escultura en el Centro Cívico Cultural de La Vaguada, Madrid (1992). Exposición en el Centro Comarcal de Servicios Sociales de la Matanza de Acentejo [escultura] (1993). Exposición “16 artistas” organizada por UGT de Canarias con motivo del Día Mundial de la Mujer Trabajadora en Palacio de Salazar, en Santa Cruz de la Palma [escultura] (1994). Exposición en el Auditorio Juan Carlos I de la Villa de Arafo, Tenerife [escultura] (1996). Exposición “Libros de artista”, Centro Cultural de Los Cristianos [escultura] (1999). “Con título”, Centro de Arte Juan Ismael, Puerto del Rosario, Fuerteventura (2005). “mAgmA Burning Stone Project”, Centro de Arte La Recoba, Santa Cruz de Tenerife y Sala de Arte CajaCanarias (2006). Realiza el proyecto y escultura para el pueblo de Tegueste homenaje a “La Lucha Canaria” (1994).

La isla rodeada de mar; habitáculo de nubes, no sentida como cárcel, sino como desarrollo del alma. La isla intimista, que nos lleva a interiorizar, como refugio, las emociones. Mirando al mar, más allá del horizonte, intuimos los caminos a otros mundos. Nos vamos. La dejamos. Cuando estamos en otras tierras, buscando sueños, el tiempo pasa y sentimos añoranza de ella. La soñamos, la comentamos, la recordamos, la repetimos, la adoramos. La isla rodeada de nubes.

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La Adoración. 2006. Basalto. 125 x 100 x 100 cm.

[Soledad del Pino] Las Palmas de Gran Canaria, 1957. Exposiciones: “Algunas Imágenes”, Circulo de Bellas Artes, Santa Cruz de Tenerife y Sala de Exposiciones del Centro Insular de Cultura. Las Palmas de Gran Canaria. “La Puente, Pedro Déniz y otros náufragos”, Centro Cultural de la Villa de Agaete., Gran Canaria. “Cesi nést pas une exposition de fernmes”, Ermita de San Miguel, La Laguna, Tenerife. “Arte Postal”, Centro Insular de Cultura de Las Palmas de Gran Canaria. “Los Papeles de Mayo”, Circulo de Bellas Artes de Tenerife. “En Venta: Artistas Frente al Macro Puerto”, Circulo de Bellas Artes, Noviembre del 2004. “Con título”, Centro de Arte Juan Ismael, Puerto del Rosario, Fuerteventura. “Insula Quijote”, homenaje al Quijote, exposición conmemorativa del IV Centenario de su publicación organizada por la Universidad de La Laguna, Vicerrectorado de Extensión Universitaria y Relaciones Institucionales. “De bronce”, exposición itinerante Isla de Tenerife, proyecto patrocinado por CajaCanarias y Taller de Fundición de La Universidad de La Laguna: Casa de La Juventud de La Matanza, Sala Prebendado Pacheco de Tegueste, Casino de Vilaflor y Casa de Cultura del Ayuntamiento de Adeje.

La isla Soledad Recuerdo que de pequeña me aprendí de memoria que una isla era una porción de tierra rodeada de agua por todas partes. Recuerdo que de pequeña aprendí muchas cosas de memoria. Cosas que fui olvidando con el tiempo o que han quedado aisladas de forma residual en algún lugar de mi imaginario. Incompletas, inexactas, corrompidas. Sin embargo, no he podido olvidar el significado de isla, almacenado en algún lugar especial de mi memoria. Un rincón a donde no ha podido llegar el paso del tiempo ni el olvido y donde aquella porción de tierra rodeada de agua por todas partes continúa intacta, prácticamente inalterable. Con el devenir del tiempo aquella isla aprendida y jamás desmemoriada se ha ido codificando, evolucionado hasta un estadio ideal de equilibrio entre fuerza y forma, entre gesto e impulso. Mi isla, la mía y de nadie más, es una mixtura orgánica teñida de sensaciones y sentimientos. Cada uno de nosotros lleva una isla dentro; una isla cargada con un significado único, especial. Cada uno de nosotros somos una isla, un sentimiento, una sensación. De entre todas las islas, de entre todos los posibles archipiélagos que pudiera habitar, el mío es un arrecife de retraimiento, de soledad. Solidificado capa a capa, con cada estación, con cada marea. Mi isla es un atolón de aislamiento, a veces voluntario, otros tantos forzados. Es la isla de Robinson Crusoe, la fuente de su reveladora soledad. El lugar al que quiso huir Baudelaire hastiado de aquella vida moderna finisecular que inspiraría sus spleen. Es el paraíso explorado por Gauguín y el Arlés donde Van Gogh experimentó la soledad más absoluta. Mi isla puede ser aquella trinchera donde cayó herido Apollinaire, las habitaciones sombrías donde se suicidaron Diane Arbus, Mark Rothko o Charlie Parker, pero a la vez es el remanso luminoso donde Picasso refrescaba su inspiración; donde Chaplin encontraba la mueca que dinamizaba su trabajo. Así es mi isla, una poderosa amalgama de retraimiento visual. Me concierne únicamente la experiencia de la clausura del individuo. La parábola del hombre y la mujer como seres que flotan sobre herméticos océanos de incomunicación. Un bucle sin fin en torno a esta fascinante idea visual que es la soledad, padecida y diseccionada tantas veces y de manera descarada y fresca por la edificante protagonista de Sex in the city, Carrie Bradshow, o por ese auténtico esteta de la insolencia trasgresora que es el doctor Gregory House; personajes que iluminan mis horas del destierro más voluntario. Yo soy mi isla. Yo soy mi soledad y la soledad de la gente que vive en ella mientras me miran, mientras contemplan mi solitario arrecife. Auque solo sea un segundo. Al tiempo que se preguntan por el significado de mi Macondo más íntimo. Los códigos de ese universo en el que se adentra la gente o es desterrada. Un mundo lleno de silencio y de ruido. Un planeta muy parecido al asteroide B-612, aquel pequeño planeta en el que habitaba El Principito. De él aprendí de memoria que una isla es una porción de tierra rodeada de agua por todas partes. “[...] Viví así, solo, sin nadie con quien hablar verdaderamente, hasta que tuve un panne en el desierto de Sahara, hace seis años.” [El Principito. Antoine de Saint-Exupéry.] Ramón del Pino 66

Sín título. 2006. Plomo. 64 x 15 x 12 cm.

[Amelia Piñas Pisaca] Santa Cruz de Tenerife, 1966. Licenciada en Bellas Artes (1988). Exposiciones individuales y colectivas: CajaCanarias (1989) a través de la Sala Conca, La Laguna. Exposición individual, “El Guardián” organizada por Estudio Artizar, La Laguna. Exposición individual en el Ateneo de La Laguna organizada por Estudio Artizar. Exposición individual “Paparrucha” organizada por la Galería Magda Lázaro, Santa Cruz de Tenerife. Participación en las actividades, exposiciones colectivas y fondos de las galerías anteriormente mencionadas. Estancia en Italia para la realización de numerosos murales y obra pictórica en colecciones privadas en toda la zona de Cortina y la Provincia del Veneto. Exposición colectiva organizada por la “Accademia di Venecia” en Latisana. Publica con la Editorial Edaf ilustraciones para “El Bestiario Mágico” de Jesús Callejo, así como el cuento “Paparrucha”. Exposición organizada por la Sala de Arte La Regenta en el Proyecto Hespérides “El interior del Jardín”, Gran Canaria. Exposición colectiva “Con título”, Centro de Arte Juan Ismael, Puerto del Rosario, Fuerteventura (2005).

“…Amelia Pisaca nos depara el color, un estallido de color que obliga al ojo a recibirlo desde la atalaya lejana de su oblicuación, no porque su propuesta raye en la estridencia sino porque es tal la potencia con la que esa pintora elabora su paraíso que imaginarnos en él nos causa vértigo. Al color hay que sumar el engarzamiento de historias sucesivas, superpuestas que, a manera de enjambres la pintora traza en los contenidos intelectuales de sus cuadros. Nunca nos contará una única historia en cada uno de sus lienzos, ni tampoco será lineal, por obvia, la historia que nos cuenta, dentro de cada una de ellas una intrahistoria soterrada cuenta lo verdadero de cada pieza… Pero ese intrincado laberinto en el que la artista parece demorarse, entretenerse, para contarnos lo verdadero, lejos de ser confuso, de ofertar disquisición, es, bien al contrario, alegre y gozoso de descubrir, por allí, donde no lo esperamos, en un cuadrado de un centímetro de lado, la pintora nos revela su visión del Mundo. Lo que Amelia Pisaca nos oferta…es una alegoría del Paraíso a través de la consciencia del gozo en la fundación del color…” 1

1 Javier Cabrera: «Retorno al paraíso inconcluso», en HESPÉRIDES. El interior del Jardín, Viceconsejería de Cultura y Deportes del Gobierno de Canarias, Santa Cruz de Tenerife, 2001, pp. 50-51.

Titanes y nínfulas 2005. Impresión digital. 44 x 200 cm.

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Islas. 2001. Impresión digital. 105 x 200 cm. Paisaje radiante. 2005. Impresión digital. 60 x 200 cm.

[Raquel Plans] Las Palmas de Gran Canaria, 1974. Estudia en la Escuela de Artes Aplicadas y Oficios Artísticos de Las Palmas durante los años 1989-1992. Se licencia en Bellas Artes en la especialidad de Escultura por la Universidad de Salamanca en 1997. Entre los años 1999 y 2003 trabaja en talleres de Fundición Artística en Tenerife, donde adquiere experiencia en el trabajo del bronce. Obtuvo el Primer Premio de Escultura en el Certamen de Artes Plásticas CajaCanarias 2002. Exposiciones colectivas: “Esculturas”, muestra de alumnado de Bellas Artes, Sala de Arte de CajaCanarias, La Laguna, Tenerife (1995). “Bienal de Arte de Teror”, obras seleccionadas, Teror, Gran Canaria (1996). “Premio Regional de Artes Plásticas de CajaCanarias”, obras seleccionadas, Santa Cruz de Tenerife (2003). “Arte Docente”, Sala de Arte El Almacén, Arrecife, Lanzarote (2004). “Artistas canarios se acercan a nuestra escuela”, Tegueste, Tenerife (2004). “Bienal de Arte de Tenerife”, obras seleccionadas, Sala de Arte La Recova, Santa Cruz de Tenerife (2004). “Siglo XXI. Una nueva ética”, Lanzarote (2006). Exposiciones individuales: “Colinas de cebolla”, Sala de Arte CajaCanarias, La Laguna, Tenerife (2005).

La Isla es un espacio cerrado, tan metido en sí mismo. ¿Quién, que haya vivido en una isla, no ha sentido alguna vez la claustrofobia? Una necesidad de huir más allá del desierto del mar. Un ansia de recorrer caminos que no tengan fin, de Libertad. Pero el isleño que voló, que logró poner pie en el Continente, no puede dejar de añorar su Isla que le atrae y atrapa. Como el útero materno, protector y opresivo a un tiempo. Pues el que viene de una isla es parte de Ella. Le pertenece. Raquel Plans

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La Isla Hogar. 2006. Varios materiales. 20 x 18 x 18 cm. Centro. 2006. Varios materiales. 60 x 60 x 12 cm.

[Pedro Rodríguez] Las Palmas de Gran Canaria, 1962.

Isla habitáculo. 2004. Aluminio, acero inoxidable y metacrilato. 20 x 9,5 x 19 cm.

Licenciado en Bellas Artes, especialidad de Grabado, por la Universidad Complutense de Madrid (1985). Durante el curso 1985-1986 trabaja en el taller de Grabado del Museo de Arte Contemporáneo de Madrid con el grabador Martín Prado y en el taller de grabado de Dimitri Papagueorgius. Ha sido becado por la Koninklijke Academie loor Schone Kunsten (Amberes, Bélgica, 1986). Profesor de la Escuela de Arte “Fernando Estévez” de Santa Cruz de Tenerife de 1986 a 1998 y Director en el periodo 1989-1994. Exposiciones colectivas (selección): “Colectivo 84”, Museo de Arucas, Gran Canaria (1984). “Grabados”, Casa de Valladolid, Madrid (1985). “Grabados”, Museo de Bellas Artes, Santa Cruz de Tenerife (1987). “Obra Gráfica en Canarias”, Círculo de Bellas Artes, Santa Cruz de Tenerife (1990). “Grupo Infusión”, Arte Galería, Granadilla de Abona, Tenerife (1993). “Camino del hierro”, Sala de Arte Los Lavaderos, Santa Cruz de Tenerife (2001). “De la transición a la libertad y diversidad creativa”, Colección de Arte del Instituto de Estudios Hispánicos de Canarias, exposición itinerante por las Islas (2001- 2003). “Forjadores”, exposición itinerante por las Salas de Arte de CajaCanarias de Tenerife (2002). “Proyecto para adecentar la Vía Pública”, Galería Academia Crítica, Santa Cruz de Tenerife (2002). “Artistas canarios se acercan a nuestra escuela”, Tegueste, Tenerife (2004). “Con título”, Centro de Arte Juan Ismael, Fuerteventura (2005). Exposiciones individuales: “Obra Gráfica”, Museo de Arucas, Las Palmas (1984); “Hojas y Objetos” [esculturas, fotografía y obra gráfica digital], Instituto de Estudios Hispánicos de Canarias, Puerto de la Cruz, Tenerife (2000); “Naturaleza Linear”, [esculturas y dibujos], Ateneo de La Laguna, La Laguna, Santa Cruz de Tenerife (2002). Colecciones institucionales: Ayuntamiento de Arucas, Gran Canaria. Ayuntamiento de Puerto de la Cruz, Tenerife. Instituto de Estudios Hispánicos de Canarias, Puerto de la Cruz, Tenerife. Ateneo de La Laguna, Tenerife. Ha comisariado las exposiciones: “Con título”, Centro de Arte Juan Ismael, Fuerteventura (2005). “De la isla de fuego a la isla habitáculo”, Centro de Arte Santo Domingo, Teguise, Lanzarote (2006).

[VOLCÁN PARA UN ESTANTE] La mirada al paisaje se ha tornado en mirada ausente, en nada extraño, donde la naturaleza nos parece cada vez más lejana y ajena; como si se tratase de una fotografía de unas añoradas vacaciones lo situamos en el portarretratos de la repisa o como souvenir en un estante donde de soslayo la miramos de vez en cuando. Solo parece interesarnos brevemente los días de vacaciones y lo aprendemos en megas de digitales fotografías, o cuando las noticias nos recuerdan las catástrofes de atmosféricos y terremotos acontecimientos. [ISLA HABITÁCULO] Además, a la isla, le estamos cambiando rápidamente la piel, le modificamos el paisaje, le arrancamos los delicados mantos de hierba y ejidos. Necesitamos construir nuestros habitáculos y los habitáculos de los que nos visitan para que puedan fotografiar una playa o un volcán para un estante; al final solo podrán fotografiar la isla habitáculo, este será el nuevo paisaje. 72

Volcán para un estante. 2004. Hierro, madera y metacrilato. 139 x 35,5 x 18 cm.

[Carlos A. Schwartz] Santa Cruz de Tenerife, 1942. Estudió arquitectura en Barcelona (1968), profesión que ejerce actualmente, y ya en sus últimos años de carrera comenzó a interesarse por la fotografía. Desde 1976 ha presentado sus trabajos en numerosas muestras individuales y colectivas, nacionales e internacionales. Tiene obra en el Ministerio de Cultura (Madrid), Ayuntamiento de La Laguna, MIAC (Lanzarote), CAAM (Las Palmas) y Centro de Fotografía (Tenerife). Ha publicado los libros “Retratos del tiempo” (2004), “Libro del sur” (2004), con textos de Arturo Maccanti, “La generación de los 70: imágenes de una época” y “Lanzarote: Itinerarios” (2001), “Solo el mar”, con poemas de Cecilia Domínguez Luis (2000), “Fuerteventura: Itinerarios” (1995), y en colaboración, “Santa Cruz de Tenerife: Esculturas en la calle” (1985), “Tenerife por cuatro” (1988) y “Santa Cruz de Tenerife: I Exposición Internacional de Esculturas en la Calle” (1997).

[TARAJALEJO, FUERTEVENTURA] El habitante insular ha construido un cercado de cabras junto a la carretera en el sur de Fuerteventura. Sin pretenderlo, pero con ingenio, sensibilidad y economía de medios despliega sobre el territorio su pieza de land art. [MAJANICHO, FUERTEVENTURA] Extrañas construcciones industriales como símbolos de nuestro presente, que nos avisan de que en ese lugar de la isla hasta ahora solitario se continuará colonizando el territorio con nuevas edificaciones para el turista. [POLÍGONO INDUSTRIAL DE GRANADILLA, TENERIFE] Junto a este Polígono se está librando una batalla. Algunos quieren construir un puerto y dicen que de él depende el futuro de nuestros hijos. Otros aseguran que ese puerto producirá un daño irreparable a nuestra tierra. Unos mirarán siempre la isla como un negocio y otros serán el eco de la tierra pidiendo ayuda. Abades, Tenerife. 2005. Fotografía en color. 40 x 120 cm.

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Tarajalejo, Fuerteventura. 2005. Fotografía en color. 40 x 120 cm. Majanicho, Fuerteventura. 2005. Fotografía en color. 40 x 120 cm. Polígono Industrial de Granadilla, Tenerife. 2005. Fotografía en color. 40 x 120 cm.

[Mónica de Vega] Santa Cruz de Tenerife, 1960. Técnica Superior en Cerámica, y Vaciado y Moldeado. Ha realizado estudios de grabado y pintura en la Facultad de Bellas Artes de la Universidad de La Laguna. Es profesora de la Escuela de Arte “Fernando Estévez” de Santa Cruz de Tenerife. Ha participado en varias exposiciones colectivas desde 1987.

Los paisajes de Mónica de Vega son horizontes diluidos, paisajes donde el cielo y mar son uno y la isla, casi ausente, solo constata la existencia de un lugar donde se encuentra el otro espectador, la otra isla. Son horizontes contemplados hasta hastiar la retina, cielos crepusculares, mares de espejos de la alborada, horizontes que esconden sueños añorados o viajes no cumplidos.

Horizonte 1. 2006. Acrílico sobre lienzo. 70 x 70 cm.

Las nubes marcan los ritmos abstractos del cuadro, son nubes que aparecen y cambian de forma sin aviso previo; de igual manera la técnica utilizada por Mónica de Vega, los lavados sucesivos, recrean la propia improvisación de la naturaleza; de hecho, es como si hubiese remedado los espontáneos y naturales ritmos de esta. Al final del proceso ella es la primera sorprendida del paisaje que se le presenta. De Vega no quiere dejar que el horizonte le juegue otra mala pasada o dejarle que impida realizar lo que ella quiere, para ello ha tomado como rehén de sus pinturas los cielos y mares de su memoria, convirtiéndolos en espacios de horizontes diluidos. Pedro Rodríguez. 2006

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Isla 1. 2006. Acrílico sobre lienzo. 70 x 70 cm.

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