Story Transcript
Balance del Gobierno de izquierdas de Catalunya Para hacer balance de la obra del gobierno de Catalunya es necesario saber cuáles eran los objetivos iniciales y así poder evaluarlos. Sin ese requisito, la tarea se puede convertir en una mera descripción o listado telefónico. Podemos haber sido unos buenos gestores y unos malos políticos; o unos buenos políticos y un desastre como gestores. Tendréis que confiar en mi palabra si os digo que el Govern d’Entesa y, en especial, las áreas de responsabilidad ejercida por la coalición ICV-EUiA son las que más discurso político han tenido y su resultado y experiencia, a nuestro entender, positiva. Para ser conscientes de magnitud del esfuerzo que Catalunya ha tenido que realizar durante los gobiernos de izquierda, es necesario recordar que la Generalitat, a principios de los años 90 del siglo pasado, cerraba escuelas por falta de alumnos y en apenas 10 años Catalunya ha sido capaz de absorber 1 millón y medio de nuevos catalanes y catalanas en una población que tenía 6 millones de habitantes y hacerlo, además, con unos niveles de convivencia ciudadana muy razonables. Catalunya ha bajado de un 18,72% del PIB (2009) a un 18,64% (2010). A pesar de la crisis y de las dificultades hemos ido aumentado progresivamente los recursos destinados a políticas sociales y en este año representan ya un 54,7 % del total. Es cierto que en el gobierno, como en todo, existen muchas luces pero también alguna sombra. Ni en España ni en Catalunya existe tradición, a diferencia de lo que ocurre en el resto de Europa, de gobiernos de coalición y eso manejado hábilmente por la mayoría de los medios de comunicación ha podido dar una imagen generalizada de desencuentro y greña permanente, cuando en la realidad eso no es cierto (os lo dice la persona encargada de coordinar
la
labor
parlamentaria
e
institucional
de
los
diferentes
departamentos). ICV y EUiA comparten el mismo espacio en la izquierda verde y transformadora y, por tanto, hemos vivido como algo natural esa polifonía, Nuestro pasado, ‘cainita’, nos ha creado anticuerpos ante las normales diferencias que se producen en un gobierno que es expresión de toda la
izquierda parlamentaria y que, a su vez, es el sentir mayoritario de la población catalana (en las encuestas que a nivel europeo se realizan Catalunya es la población que más a la izquierda se declara). Sea como sea, hemos sabido negociar las diferencias. Una coalición es política en estado puro que precisa de mucho diálogo, comprensión y respeto. Somos el reflejo de un mundo complejo y la interpretación de las izquierdas plurales pueden ser polífonas en tono pero han de ser precisas en la letra de la partitura. El pacto de Entesa ha sido nuestro texto. En cuanto a acción legislativa hemos cumplido en un 80% y me atrevería a decir que en el global, el grado de cumplimiento, a pesar de la crisis (que los instrumentos que tenemos para atajarla son escasos), aún es superior. Desde un inicio nuestro principal objetivo fue la necesidad de ampliar la autonomía de las personas, o sea, facilitar la vida de la ciudadanía y, en especial, de aquellos que por su clase social parten en peores condiciones para desarrollarla. En una palabra que la gente viva mejor y sea más feliz. Para hacerlo posible nos marcamos –como ICV-EUiA- 4 propósitos: 1.
-Lo que durante 23 años de gobiernos de CiU (derecha) no se había hecho y era imprescindible realizar.
2.
-Una acción que marcara el futuro de las próximas generaciones.
3.
-Desarrollar el autogobierno desde una perspectiva federal y plurinacional.
4.
-Aquello que sólo nuestra coalición (ICV-EUiA) podía hacer, nuestro valor añadido en una izquierda que se declara transformadora. Durante 23 años los gobiernos de CiU fueron dejando que el
sector privado se apropiara de los servicios básicos del estado de bienestar: salud, educación y servicios sociales. Les dotaba de pocos recursos y deterioraba aquello que era de todos. Convirtió el estado del bienestar en una especie de limosna necesaria para que los trabajadores y trabajadoras no quedaran del todo desamparados.
Nosotros,
las
izquierdas,
hemos
cambiado
esa
dirección
preestablecida. El Govern d’Entesa apuesta por una ciudadanía con derechos y deberes universalizados. Nos negamos hablar de la gente como consumidores que según sus posibilidades pagan una cartera de servicios en sanidad, cultura, educación, vivienda... Ejemplo de ello han sido las 63.521 plazas de guardería (el 60% públicas cuando en el 2003 eran sólo 23.833 el 40% públicas y el 60% privadas). Una apuesta por la escuela pública de calidad con 3.120 escuelas frente a las privadas concertadas (715). Hemos inaugurado una media de 2 escuelas por semana, contratado a 17.405 maestros y maestras que hoy suman 70.000 docentes. CiU había abandonado, a la lógica del mercado, a las zonas más deprimidas de las ciudades dejando que se degradaran, el gobierno de izquierdas ya ha rehabilitado 141 de esos barrios. Cada 18 días, por toda Catalunya, hemos abierto una biblioteca. También podemos referirnos a la Sanidad dónde destinamos el 26,9% de nuestro presupuesto, la sanidad catalana se sitúa en los primeros puestos del ranking mundial por encima de Alemania, Francia o Dinamarca (3.7 médicos por cada 1.000 habitantes). Hemos construido 10 hospitales y 123 centros sanitarios. Todos los ciudadanos de Catalunya tienen un Centro de Atención Primaria a 10 minutos de su casa. CiU simplemente no tenía política de vivienda, hoy, el 40% del suelo de nueva construcción está destinado a vivienda protegida. 63.307 familias han recibido ayudas para la compra o el alquiler de sus viviendas, 30.000 hogares han podido instalar ascensores gracias a las ayudas de la Generalitat. Una acción que marcará el futuro de las próximas generaciones. El Govern d’Entesa ha conseguido que Catalunya esté entre los 6 primeros países con menor mortandad por accidentes de tránsito. Hasta hace relativamente poco, el conducir a 180 Km., tomar alcohol o no respetar las señales de tráfico eran consideradas, en el imaginario de la ciudadanía, como hombradas. Hoy, si alguien en una autopista nos pasa
a esa velocidad pensamos que es un loco irresponsable. Catalunya durante los próximos años no tendrá que estar pendiente del cielo, ahora una planta desalinizadora da servicio a 700.000 personas frente a las propuestas faraónicas de CiU que quería el trasvase de Roine y que durante 23 años sólo rezaba para que no hubiese sequía. Hemos profundizado en la nueva cultura del agua, hoy el área metropolitana de Barcelona es la que menor consumo por persona realiza en el mundo desarrollado. Hemos cubierto todo el territorio catalán de depuradoras de aguas residuales y tenemos 223 plantas potabilizadoras. Catalunya lidera el tratamiento de residuos con una tasa de reciclaje del 37,6% frente al 30% de los países de la OCDE y un 17% del resto de España. Nuestra apuesta por el ferrocarril ha sido fundamental, hoy el futuro viene en tren, el transporte público de la región metropolitana es el más accesible de Europa. El 100% del territorio catalán está planificado frente un 10,3% en la época de CiU. El 30,49% del territorio catalán está protegido, hemos recuperado los ríos que han dejado de ser cloacas y recuperado su caudal ecológico. Hemos sido pioneros en políticas de igualdad al aprobar la Ley del derecho de las mujeres a erradicar la violencia machista, también hemos elaborado planes de igualdad en las empresas creando 105 agentes de igualdad y desarrollado un plan estratégico de los usos del tiempo en la vida cotidiana. Desarrollar
el
autogobierno
desde
una
perspectiva
federal,
plurinacional y plurilingüe. Nunca antes habíamos disfrutado de tanto autogobierno. La negociación no ha sido fácil, ni fluida pero hemos asumido 19 nuevas competencias; Cercanías, el 1 de enero los media distancia (regionales RENFE), Inspección de trabajo, el Hospital Clínico o la gestión del litoral. Nos falta limitar a su mínima expresión el conflicto permanente que genera una casta de funcionarios que muchas veces se sitúa por encima de la política, con una visión jacobina del estado, y que utiliza la legislación básica para poner obstáculos al modelo de estado compuesto que somos las 17 autonomías que conforman España.
No éramos ajenos al posible desgaste que suponía reformar el Estatut pero nuestra voluntad de construir una España federal lo hacia imprescindible, no queríamos entrar en un callejón sin salida que diera paso al fracaso colectivo de la división. Y la verdad es que nos hemos sentido muy solos en la lucha por una España federal. El gobierno de España y sus instituciones no han querido o no han comprendido el problema. Dilatar en el tiempo el modelo de financiación ha generado cansancio y apatía. La sentencia del Tribunal Constitucional ha cerrado el paso a una lectura federalizante de la Constitución, en fin, una canallada. No se ha respetado ni al pueblo catalán, ni a su Parlamento, ni a las Cortes Generales ni al Senado; 10 hombres y mujeres sin piedad han sentenciado la Constitución. El Estatut no está muerto, como algunos desearían, ni es menos del que teníamos, pero la sentencia del TC sí que ha abierto una herida de difícil sutura. Los que nos quieren separados están felices -ya sean aquellos que desde una posición legítima quieren la independencia como ‘los otros’ que lo hacen para recolectar votos sin importarles el problema español y su encaje-. Nosotros, en lo inmediato, seguiremos aplicando el Estatut; a medio plazo, trabajaremos con vosotros y todos aquellos / as que entiendan que España o es federal -Plurinacional y plurilingüe- o no será, estén dónde estén. A largo plazo, sumaremos para modificar una Constitución que ha sido violentada por aquellos que la interpretaron bajo una óptica restrictiva. Aquello que sólo nuestra coalición (ICV-EUiA) podía hacer. Decía al principio que toda acción humana tiene luces y alguna sombra. Nuestra tarea no ha sido una excepción. Nosotros queríamos iniciar el camino de la eliminación de la escuela privada concertada, pero más allá: queríamos eliminar las políticas de exclusión que hacen algunas escuelas del Opus que segregan a la infancia por género o aquellas escuelas privadas concertadas que no cumplen la ley y ‘seleccionan’ su alumnado. No es admisible (también lo dice el Síndic de Greuges) que coexistan en un mismo barrio una escuela pública y una
concertada, en la que una el 100% de su alumnado sea de padres de origen extranjero o gitano y, a 200 metros, otra con sólo algún niño /a (en cuenta gotas) siempre que su piel no sea muy oscura. Por eso, votamos diferente que nuestros socios de gobierno, aunque el resto de la Ley de Educación es, en general, un paso adelante. Tampoco nos gustó el decretazo de ZP para reducir el déficit, tuvimos que acatar la parte que nos correspondía, no sin dolor. pero con modificaciones sustanciales que otras autonomías y hasta el gobierno central terminarán realizando, subir el IRPF a aquellos que cobran ingresos superiores a 120.000 euros y a aquellos que disfrutan de vehículos de gama muy alta. También es el único gobierno que se ha comprometido a restablecer la normalidad salarial una vez se halla superado la crisis. Los impuestos han sido una de nuestras señas de identidad, hemos impedido la eliminación del impuesto de sucesiones y en nuestro relato hemos trabajado en profundidad la necesidad de la lucha contra el fraude y por una fiscalidad progresiva. En nuestro haber, sin duda, está ser avanzadilla del reconocimiento de todos aquellos y aquellas que lucharon por que hoy estemos aquí en libertad. El homenaje a los represaliados / as se ha plasmado en multitud de actos y tal y como reconoce el Estatut en su artículo 54 en la promoción de las políticas públicas por recuperar la memoria y la cultura de la paz. La constitución del Memorial Democràtic y del Institut Català per la Pau son muestra de ello. No nos hemos limitado a señalizar y a crear parques temáticos recreando los lugares de la Guerra Civil, sino a dar luz a todo aquello que significó sufrimiento, prisión y muerte. Hemos recuperado y conservado los expedientes del Tribunal Militar III (modelo para el resto de España, aún por realizar) creando una base de datos digitalizada para los 152.000 registros referidos a las 100.000 personas que fueron juzgadas por ese Tribunal y que hoy historiadores y familiares tienen libre acceso para su consulta. No nos conformaremos hasta que los juicios del franquismo pasen de ser ilegales de derecho a su nulidad absoluta, como ejemplo el de nuestro President Companys, único presidente electo que en la Europa occidental fue fusilado por el fascismo.