BIBLIOTECA CENTRALIZZATA"R. RUFFILU" POLO SCIENTIFICO DIDATTICO DI FORLI'

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Programma Didattico Annuale
Liceo Scientifico Galileo Galilei Viale Gorizia 16 - 20025 LEGNANO (MI) LICEO SCIENTIFICO STATALE GALILEO GALILEI PROCEDURA della QUALITA' PdQ - 7

Programma Didattico Annuale
Liceo Galileo Galilei Viale Gorizia 16 - 20025 LEGNANO (MI) LICEO STATALE SCIENTIFICO - LINGUISTICO - CLASSICO GALILEO GALILEI - LEGNANO PROCEDURA

Polo
Deportes de equipo. Deportes de pelota. Caballo. Stick. Mazo. Cancha. Handicap

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BIBLIOTECA CENTRALIZZATA"R. RUFFILU"

POLO SCIENTIFICO DIDATTICO DI FORLI'

TEORÌA DEL DICCIONARIO MONOLINGUE

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CENTRO DE ESTUDIOS LINGUiSTICOS YLITERARIOS

TEORiA DEL DICCIONARIO MONOLINGUE

Luis Fernando Lara

SERIE ESTUDIOS DE LINGuiSTICA YLITERATURA XXXIII

EL COLEGIO DE MÉXICO

413 L3186t

Lara Ramos, Luis Fernando Teoria del diccionario monolingiie / Luis Fernando Lara. ~ México : El Colegio de Méx.ico, Centro de Estudios LingUlsticos y Literarios, 1996.

274 p.; 22 cm.

INDICE ISBN 968-12-07D5-X

1. Lexicografia. 2. Lexicografia·Historia. 3. Encidopedias y diccionariosHistoria y critica.

Portada de Monica Diez~Martinez Tirando cl verbo. 6leo sobre tela de Gilberto Aceves Navarro, 1996. Fotografia de Agustin Estrada

Primera edici6n, 1997 D.R. © El Colegio de México Camino al Ajusco 20 Pedregal de Santa Teresa 1074D México, D. F.

ISBN 968-12-0705-X Impresa en México/Printed in Mexico

Prologo

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I. La construcci6n simbolica del diccionario O. Las origenes 1. La lexieografia y el nacimiento de la idea de la lengua en Occidente 1.1. Las Estados nacionales 1.2. El descubrimiento de la lengua materna 1.3. La busqueda de legitimidad 1.4. La filosofia de! lenguaje 2. La cultura de la lengua 2.1. La lengua y la memoria heroica 2.2. La legitimidad y la pureza de la lengua 2.3. Fijaci6n y primera normatividad 2.4. La lengua literaria '3. Las inicios de la lexicografia monolingiie 3.1. La aparici6n de la lexicografia monolingiie 3.2. Las primeros diccionarios 3.2.1. Etimologia y antologia: CobarnlVias 3.2.2. El Vocabulario de la Crusca: la pureza de la lengua literaria 3.2.3. El diccionario de la Academia Francesa: purismo y autoritarismo 3.2.4. Las autoridades y el principio filologico de la Academia Espaii.ola 3.2.5. Autoridades y autorldad 3.2.6. El valar simbolico de la autoridad 3.2.7. El pape! socia! de la lexicografia 3.3. La lexicografia inglesa y el desarrollo de la burguesia 3.3.1. La imposibilidad de una academia 3.3.2. El papel de la burguesia 3.3.3. SamuelJohnson y la autoridad burguesa

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TEORiA,. DEL DICCrON:\RIQ i\IQNOLINGÙE

3.3.4. Un nuevo sentido de la autoridad 3.4. La versi6n estadounidense de la lexicografia inglesa 304.1. La lengua nacional como esliindar 3.4.2. Una idea "cientifica" de la lengua 3.5. La "verdadera" lengua: un sImbolo largamente elaborarlo 4. La lexicograffa del ciudadano burgués 4.1. La lexicografia infonnativa, empresa privada 4.2. El interés por la técnica y la ciencia 4.3. El acenro tradicionai 4.4. L05 regionalismos 5. La irrupci6n de la ciencia 5.1. La evoluci6n fIlologica 5.1.1. El Deulsches VoIar/abueh de Jacob y Wì1helm Grimm 5.1.2. El dìccìonario de Oxford 5.2. El radicalismo lingiHstico 5.2.1. La aparicion de la lingùistica 5.2.2. El 'YVì:bster's ThiTd New Intematìonal Dictionary 5.2.3. Descripci6n, uso y norma 5.3. El "hecho diccionario" y las relaciones entte la linguistica y la lexicografia II. Pragmitica de la infonnad6n lexicogrifica O. La naturaleza informativa del diccionario l. El origen informativo de la lengua 1.1. La naturaleza dial6gica de la lengua 1.2. La lengua, fundamento de la sociedad 2. De la teoria dellenguaje a la teoria del diccionario 2.1. Postulados de la teoria dellenguaje 2.1.1. La lengua como identidad 2.1.2. La lengua como hecho sodal 2.1.3. La lengua como consenso sodal 2.1.4. El consenso y el compromiso de entendimiento 2.2. El papel del1érico 2.2.1. El caricter abierto delléxico 2.2.2. El caracter ilimik'ldo delléxico y la limitaci6n de la memoria 2.2.3. Elléxico, hecho sodal 3. La manifestacion de la necesidad de infonnaci6n 3.1. Acciones y actos verbales 3.1.1. Acciones con finalidad

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3.1.2. La acci6n comunicativa 3.1.3. Las acciones verbales acerea de 105 signos 3.2. El acta verbal 3.2.1. El acto verbal como forma y como instituci6n sodal 3.2.2. El acta verbal en el entendimiento sodal 3.2.3. El valor de la teoria del acro para la lexicografia 3.2.4. El fundamento pragmatico del diccionario 3.3. El diccionario como producto lingtiistico 4. TeorIa del acro de respuesta acerca del signo 4. L La validez del acta de respuesta 4.2. La impark'lncia de la teoria habermasiana 4.2.1. Condiciones de validez 4.2.1.1. Condiciones esenciales 4.2.1.2. Presupasiciones de existencia 4.2.1.3. Condiciones normativas 4.2.2. Pretensiones de validez 4.3. La impartancia de hacer explicitas las pretensiones de validez 5. El acta verbal fundador del diccianaria 5.1. El caracter ilocutivo del acta III. El contenido proposicional del acta: la entrada O. Introdllcci6n L El arriculo lexicogrifico 1.1. La unidad léxica 1.2. La en trada 1.2.1. El vocablo 1.2.2. Palabra y vocablo 1.2.3. Ellema 2. La naturaleza ordinaria de la entrada 2.1. La refiexi6n como hecha pragmatico 2.2. La reflexi6n como hecho metalingtìistieo 2.2.1. El origen 16gico del metalengtlaje 2.2.2. (Es la entrada parte de un metalenguaje? 3. Una necesaria elecci6n teorica 3.1 El aut6nimo 3.2. La duplicacio-':l delléxìco 3.3. El efecto teorico 3.4. Una asunci6n pragmitica de la menci6n 3.5. La menci6n y el acto verbal

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TEORiA DEL DICCIONARlD MONOUNCUE

iNDICE

IV. El contenido proposicional del acto: la ecuaci6n sémica O. lntroducci6n 1. El origen pragmatico de la ecuaci6n sémica 1.1. Dos clases de predicaci6n 1.2. La predicacion de la ecuaci6n sémica 2. La exploraci6n de la ecuaci6n sémica 2.1. La ecuaci6n sémica con ser, to be y étl'e 2.1.1. To be como identificaci6n del objeto 2.1.2. Etrecomo identificacion del signa 2.2. Sinonimia 2.2.1. SimetIia y capacidad de sustituci6n 2.2.2. Las sustituciones 2.2.2.1. Equivalencia cntre signos 2.2.2.2. Equivalencia entre significados 2.3. Las dificultades de la ecuaci6n con ser 2.4. La ecuaci6n sémica con llamarse 2.5. La ecuaci6n sémica con designar 2.6. La ecuaci6n sémica con siftTlificar 2.6.1. Efectos de la ecuaci6n con significar 2.6.2. La ecuaci6n con significar y las teorias del signa 3. La eomplejidad de la ecuaci6n sémica 4. La naturaleza ordinaria dellenguaje del articulo lexicogr:lfico

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V. El contenido proposiciona! del acto: la definici6n lexicogrifica O.Introducci6n 1. El origen pragrnatico de la definici6n 1.1. El signi6cado del vocablo 1.2. La naturaleza sernantica del vocablo 1.3. La ensenanza de 105 estudios de adquisici6n de la lengua materna 1.4. La estabilidad del vocablo 2. El signi6cado "principal" 2.1. El caracter semantìco del significado principal 2.1.1. El prototipo 2.1.2. Prototipo y signi6cado 2.1.3. El estereotipo 2.1.3.1. La naturaleza del estereotipo 2.1.3.2. Pertinencia soda! 2.1.3.3. Correcci6n (o verdad) situada

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2.1.3.4. Valor nonnativo 2.2. El estereotipa en la definici6n lexicogrifica 2.2.1. No estereotipicidad 2.2.1.1. Insuficiencia en relaci6n con el prototipo 2.2.1.2. Creaciones intelectuales 2.2.2. El de prototipo, un concepto limitado 2.2.2.1. Los "objetos naturales" 2.2.2.2. Las creaciones intelectuales 2.3. Del prototipo y el estereotipo al signa 2.3.1. La constituci6n del signo 2.3.2. Interés y conocimiento cientifico 2.3.3. Enciclopedia y diccionario ·3. La definici6n lexicogrifica corno constrllcci6n cultural 3.1. La definici6n aristotélica 3.1.1. De la esencia a! nombre 3.1.2. El analisis del signo 3.1.3. Signo y verdad 3.1.3.1. Intensi6n yextensi6n 3.1.3.2. Estereotipo y extensi6n 3.2. La definici6n lexicogrifica moderna 3.2.1. El compromiso de Putnam 3.2.2. Ciencia e inteligibilidad 3.3. Mis alla de los objetos naturales 3.3.1. Seres que no existen 3.3.2. La existencia de 105 conceptos 3.3.3. Acciones y verbos 3.3.4. Palabras relacionales 4. La definici6n lexicogrifica como reconstrucci6n del significado 4.1. Del método a la teoria 4.1.1. Los procedimientos de observaci6n y recolecci6n delléxico 4.1.2. Los procedimientos de obtenci6n del significado 4.2. El método lexicografico 4.2.1. La elaboraci6n lexicogrifica 4.2.1.1. Documentaci6n 4.2.1.2. Anilisis 4.2.2. La reconstrlicci6n del significado 4.3. La definici6n lexicogr:ifica

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TEoRiA DEL DlCCIQNARIQ MONOUNCUE

VI. La eomplejidad normativa del diccionario monolingùe O. Introducci6n 1. Condiciones de validez y normatividad 1.1. Hecho léxico y selecci6n normativa 1.2. Dos concepciones normativas 2. De la lengua a sus nonnas 2.1. Fonologia, fonética y normatividad 2.1.1. Transcripci6n fonologica 2.1.2. La pronunciaci6n en 105 primeros diccionarios 2.2. Escritura y ortografia 2.2.1. Escrintra

2.2.2. Ortografia 2.2.3. Escritura y ortografia en 105 primeros diccionarios 2.2.4. La ostensi6n de la escritura en la entrarla 3. La normatividad en la nomenclatura y en 105 usos 3.1. Nomenclatura 3.2. Las marcas 3.2.1. Marcas dialectales 3.2.2. Marcas de usos sociales 3.2.2.1. Dificultad teorica 3.2.2.2. Dificultad metòdica 3.2.3. Marcas tenninol6gicas 3.3. Cultura de la lengua y marcas de uso 4. Los ejemplos 5. El acta ilocutivo del articulo lexicografico

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VII. Del acta verbal al articulo lexicogrifico: conclusi6n O.Introducci6n 1. El acta ilocutivo 2. La reconstrllcci6n del significado y la cultura de la lengua 3. La teoria del diccionario monolingiie

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Bibliografia

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A Kurt Baldinger

PROLOGO Hay libros que parecen formar parte sobrentendida del mobiliario de una casa. Las libros en su conjunto, por si mismos, bien dispuestos en Ios libreras de una biblioteca, eomponen también cse mobiliario. Pero ni un Quijote, ni 105 sonetos de S?akespeare; ni Jìladame Bovary, ni cl Doctor Fausto se sobrentìenden como parte del mobiliario. No sorprende encontrarlos cn una biblioteca doméstica, pero no-se considerarla que forman-parte obligaloria de sus existencias. Si aca50, se dirla que habla bien de-Ics habitantes de una casa, tener esas cuatro obras en su biblioteca, junto con varios cientos de obras mas. Las diccionarios, cn cambio, san libros tan obvios, tan esperados en la biblioteca doméstica, gue parecen muebles: tomo cl teléfono o como un aparalo de radio. Se utilizan por cortos instantes. R.:1.ra vez se ve a una persona absorbida en una larga lecrura de sus textos. Mas bien se les acerca con premura, para consultar una duda y seguir leyendo otro libro, o seguir escribiendo otro texto. Pero estan alli. Tan necesarios y tan d,isponibles como el teléfono o el radio. Las companfas editoras de libros, que bien conocen su negocio, saben que un diccionario les asegura_buenas ventas y casi durante todo el- ano. Cuando san compaiiias serias y de larga vida, incluso han financiado 1m diccionario o han compradosus derechos, para poderlo reproducir cuantas veces haga falta, o para refundir sus materiales en versiones mas pequeiias, mas atractivas, dirigidas a grupos de lectores particulares, a escuelas, a estudiantes de lenguas, a gremios profesionales. iQué es un diccionario? Eu especial, (qué es un diccionario de la lengua materna?, son preguntas que no suelen hacerse. La obviedad del uso de 105 diccionarios por la gente las hace superlIuas. No 5610 por eso. Cualquier persona que haya utilizado uno, sabe qué es: un catilogo de palabras, seguido de indicaciones acerca de su escritura, su pronunciaci6n, su categoria gramatical, su uso sodal, regional o especializado, su significado, y una pequena colecci6n de ejemplos, que enseiian a manejarlas en cliferentes contextos sintacticos. Sin embargo 105 diccionarios monolingùes son objetos verbales particulares: se arrogan, aparentemente, la facuItad de informar acerca de la lengua en su totalidad, como verdaderos y legitimos representantes de ella;

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TEORiA DEL DICCIONARIO ]'v[ONOUNGUE

se 105 coucibe como cat5logos verdaderos de la lengua de la comunidad lingiiistica , no como obras de autores particulares, sujetas a gust.os. modas y biografias, sino como lengua en si, como la lengua de la sOClcciad eil su eonjunto. Por eso se eree en ellos, o se [es cree. iNotables objetos verbales! Las (micos que, sin provenir de una revelaci6n religiosa, o de la pIuma de un profeta, constituyen una verclad para l~ ~omu?idades li~gii~sticas. En euanto objetos verbales, 105 dlcclOnanos monolmgues deben ser objeto de estudio de la lingiiistica, pues su -naturaleza semintica): semi6tica no se agata eil su caracterizaci6n como catalogos del voca~ula.no de una lengua, ni en 105 métodos con que se 105 elabora. Nada ~ll.ste.nosos estos liltimos, pues al fin y al cabo son 105 que constituyen la dIsclplma y ~l a:te de la lexicografia, nO sonlos métodos 105 que definen la naturalez~ sIgnificativa de 105 diccionarios monolingiies. Pues una vez hechos, el metodo es poco importante y lo que destaca, en cambi~, es su papel soci.al, su funcionamiento semintico y su dimensi6n nonnatlva, que 105 conVIerten en objetos verbales tan notables, tan dignos de reflexi6n y de anilisis como las obras literarias, como 105 textos periodisticos, o como 105 relatos orales tradicionales. La lingiiistica contemporanea ya no gusta de pensar en la especifici~ad de 105 textos. Desentendida desde hace mas de cincuenta aiios de sus ongenes filo16gico y etnologico, todo texto espedIico, caracteristico de la cultura, se concibe comO un hecho artificial, en relaci6n con la lengua natural. Pues el esfuerzo realizado para ingresar al cenaculo de 105 cientificos, ~ue .siguen siendo, por antonomasia, 105 que se_ocup.an ~~ l.a naturale~a, h.a significado el desdén por la cWtura. Hoy se suena la ImgUIStICa como ClenCIa de la fac~l­ tad de hablar, comociencia del fenomeno biol6gico universal dellenguaJe. O se suena también coma ciencia descriptiva de 105 hablares concretos, pero vistos comO expresiones de una naturalidad "nativa", anterior a l~ cultura: anterior al artificio. Para Esa clase de lingiiistica, que es la que pnva en las universidadcs y en las revistas mas respetadas, objetos verbales como 105 diccionarios "no san objetos de la lingiiistica". En cl mejor de 105 casos lo son de la lingiiistica aplicada; en el peor, se ac~rcan _~ ~isciplinas tan "sospcchosas" como el anilisis del discurso o el pSicoanilisls. Por lo contrario, yo creo que la lingiiistica es una ciencia, pero una ~ien­ cia de fen6menos concretos, entte 105 cuales esci, sin duda, el hecho umversal de la facultad de hablar, solo que esa facultad se plasma en una realidad verbal que es la CInica veniaderamente conocible: en discursos, en textos, en 105 que se completa el fenomeno mas espedficamente humano: el paso de la naturaleza a la cultura. El diceionario, libro, es un objeto nùtural. No eS"ni ha sido nunca, una descripci6n dcI significado de los vocablos para eierta comunidad, en CÌer-

PROLOGO

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to momento de su historia. Es, como se vera en este trabajo, una construcci6n hist6rica, mIto de la reflexi6n sobre la lengua y orientada a la conservaci6n de la memoria de experiencias de scnticio valiosas para la comunidad lingiiistica entera. Por eso me ha parecido importante tratar de cxplicarlo en su naturaleza semiintica y semi6tica, visto como objeto verbal; es decir, visto como fenomeno del lenguaje, que una ciencia, la lingiUstica, clebe considerar entre sus objetos legitimos de estudio. Es por esa por lo que el objetivo de este libro es explicar a la lingiiistica, con sus propios instrumentas de teoria y de método, qué es un diccionario monalingfle y por qué es un fenomeno verbal digno de atenci6n cientifica. Igualmente, este libro tiene por abjetivo aclarar a la lexicograffa en qué consisten 105 fundamentos reales de su practica y como la comprometen, tanto con el saber contemporaneo acerca de la lengua y ellenguaje, como con cl pùblico para el que escribe. El tratamiento lingfllstico de la lexicografia es relativamente nuevo. Adquiri6 interés y se expandi6 a partir del ano de 1971, cuando coincidio la publicaci6n de tres importantes obras: el Élude linguislique et sémiotique des dictionnaiTes français contempomins, de Josette Rey-Debove (redactora de la casa Robert) , la Introduction à la lexicographie, deJean y Claudc Dubois (de Laro'Usse) y el1Ì1anual ofLexicography, que Ladislav Zgusta, indoeuropefsta y lexicografo, escribi6 para la UNE5CO. Esos tres libros seminales sc unieron a 105 trabajos de Bemard Quemada y 105 Cahiers de Lexicologie, a 105 de AJain Reydcsde cl diccionario Robert, y a 105 de varios otros lexic6grafos, para consolidar un interés serio, documentado y riguroso por la lexicografia, que ha venido a coronarse con la monumentaI TVorlerbilclle1~ Dictionaries, Dictionnaires (Enciclopedia intemacional de la lexicografia, 1982), dirigida por el propio Zgusta, 105 gerrnanistas Oslcar Reichmann y Berbert Ernst Wiegand, y el romanista FranzJosefHausmann. La investigaci6n y la teorizaci6n acerca de la lexicografia ha dado 1ugar, desde entonces, a una disciplina que tienden muchos autores a l1amar "1 IetaIexicografia". A partir de la generalizaci6n del pref~o mcta- en la lingùistica con temporanea y en las humanidades, se piensa que todo estudio de una disciplina es su propia "meta-disciplina". De rnanera que un estudio como el de Este libro es "metalexicogrilico". Por el contrario, y de manera consecuente con la concepci6n te6rica que fundamenta esta investigaci6n, en Este libro sostengo que la lexicografia es una disciplina que tiene por objeto definir y enseIÌar los métodos y 105 procedimientos que se siguen para escribir diccionarios. Es decir, que la lexicografia no es una ciencia, sino una metodologia. El diccionario, especialmente el diccionario monolingiie, encambio, es un fenomeno verbal que antecedi6 hist6ricamente a la constitucion de su propia metodologia, porque fue un resuItaI

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TEOR14.. DEL DICCIONARIO MONOLINGUE

PROLOGO

do de la evolucion de la cultura en varias civilizaciones, particularmente en la europea, y de la manera en que se dio la refiexion sobre las lenguas matemas dentro de ellas. En cuanto el diccionario monolingiie se analiza como un fenomeno verbal-que es como hay que verlo-, se revelan varios hechos sorprenden-

La teoria del diccionario monolingùe forma parte. en consecuencia, del conjunto de teorias que hay que elaborar para explicar diversos fenomenos verbales, presididas por la teoria de la lengua en generaI, o teoria del lenguaje, que es como tradicionalmente se la designa. Como teoria de esta clase, es una teoria empIrica, basada en hechos concretos. Procede inductivamente, buscando el sentido de 105 fenomenos que estudia, no imponiéndoles una especulaci6n disfrazada de axiomatica, y sometiendo a crItica y a verificaci6n cada uno de 105 elementos que la constituyen. Al fin y al cabo una teoria de un objeto tan complejo como lo es el dicdon aria monolingiie, no puede reducirse. so pena de eITar totalmente su objetivo, a una especie de lingiiistica descriptiva del diccionario, sino que tiene que entrelazarse con conocimientos gue proceden de otras regiones: de la filosofia, en cuanto toca a 105 fundamentos de la creencia en 105 diccionarios, a Sll relacion con la fonnaci6n del consenso social, gue interesa hoy en dia a buena parte de la filosofia heredera de Wittgenstein y de la tradicion ilustrada -Habermas, especialmente-, y al sentido de la definicion de 105 vocablos, que también interesa a la moderna 16gica formai y a la herencia fisicalista de Rudolf Carnap. De la psicologIa y et estudio empirico (insisto en elIo; cuarenta aiios de especulaci6n formalista nos estin llevando a la ignorancia y la frivolidad) de la adguisici6n de la lengua materna, por cuanto es ahi en donde hay que buscar 105 fundamentos de la acei6n significativa individuaI y de la manera en que se gesta el significado de las palabraso Del amilisis del discurso y la "lingiiistica sodal", porgue el diccionario es un texto complejo, cuya significacion trasciende las unidades oracionales y se corona en un simbolismo socia1. Yfinalmente de la filologia, que sigue siendo nuestra unica manera de adentrarnos en el pasado de las lenguas y las comunidades lingùisticas, y de interpretarlo sin apelmazar la historia en una caricatura de nuestro presente, ni atribuirle a 105 seres humanos gue nos antecedieron hace siglos pensamientos y percepciones gue, para bien y para mal, solo a nuestros contemporaneos pertenecen. El libro es relativamente complicado: tomo argumentos y ejemplos de muy diversas procedencias, y su tejido se vuelve difici1. Por eso he ido poniendo a 105 paragrafos que eomponen cada capftulo niimeros en estruetura arborescente y subtitulos, con el animo de ayudar allectar a orientarse en él. He tornado muchas citas de diversas fuentes y en varias lenguas. Salvo en 105 casos en que hay versiones de ellas publicadas en espaÌ101, que senalo en la bibliografia, en todos 105 demas las traducciones san rnias. Pero como la interpretacion de esas citas es muy importante para la argumentacion te6rica incluyo, generalmente en natas, las citas en su lengua originaI. Reconozco que eso vuelve las notas un tanto farragosas, pero no hay remedio. Hay ohras mencionadas en el texto, que no incIu! en la bibliografia

tes: en primer lugar. el diccionario materializa una parte muy importante de la memoria soda! de la lenguaj es deeir, deja ver como, cuando una comunidad lingiiIstica comienza a reconocerse a SI misma en su historia y en su pluralidad, procede a construir una memoria de sus experiencias significativas, que ciertamente se guarda en textos y en relatos de la mas diversa indole, pero que tiene como una de sus bases mas importantes la propiedad, que tiene toda lengua, de construir unidades léxicas; unidades cortas, en térrninos fonologicos y morfol6gicos, de faei! recuerdo, que se asocian en la actividad significativa a la experiencia del mundo, la que segmentan, ordenan y clasifican. Eu segundo lugar, que esa memoria se convierte en uno de 105 medios principales para que haya condiciones de entendirniento entre todos 105 miembros de la comunidad lingiiIstica, lo que da cohesi6n a las sodedades y proyecci6n a su cultura. En tercer lugar, que en virtud del hecho de que el diccionario es un deposito de memoria sodal manifiesta en palabras, es un texto en cuya veracidad cree la comunidad lingiiistica~ una poderosa creencia, de la que derivan, no solamente condidones de validez de muchos actos verbaies, sino también un sentimiento sodal de identidad, una creatividad semi6tica socialmente controlada, y desgraciadamente también una posibilidad de autoritarismo y de represi6n socia! de la libertad de pensarniento y de expresi6n. Si el diccionario monolingiie revela todos esos fen6menos, entonces SI es un objeto que requiere de una exploraci6n cientifica, que permita dilucidar las complejidades semanticas, semi6ticas y normativas que lo constituyen. Es, entonces, un objeto verbal que interesa a la lingiHstiea en cuanto ciencia que se oeupa, precisamente, de objetos verbales. Por lo que una explicacion coherente, ex.haustiva en relacion con 105 componentes fundamentales del diccionario (no en re1aci6n con el nUmero y variedad de diccionarios monolingiies existentes en el mundo) y lo mas sencilla posible, que pueda someterse a verificaci6n ampliando el estudio a otros diccionarios, de otras culturas, puede ser, legitimamente, una teoria del diccionario monolingz-ie. Esta teoria no es una metalexicografia, en consecuencia con lo gue se afirm6 antes. Tampoco tiene por objetivo ofrecer y hacer e:;cpllcitos mejores métodos de elaboracì6n de diccionarios monolingiies. Esa es la tarea, precisamente, de la lexicografia. Quiza, si es convincente, pueda contribuir a gue 105 métodos lexicogr.ificos mejoren, o a gue 105 lexic6grafos tengan mayor conciencia de su trabajo.

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TEORIA DEL OICCIONARID MONOUNGÙE

fina1. Lo hice porque nO dieron lugar a citas especificas, ni conuibuyeron de mancra concreta en la elaboraci6n de la teoria, sino glie s610 ofrecen referencias generales o sugerencias gue ayuden allectar a situar un pensamiento eo su contexto. La investigaciém gue conc1uye en este libro camenza en 1983, nutrida por la perplejidad gue me causaba la pràctica de la lexicografia, sus resultados y sus efectos sociales. Ese ano disfruté de un ano sabirico, gue pude pasar a la vera del gran romanista, fil6logo y lexic6grafo que es Kurt Baldinger, en cl Romanisches Seminar de la Universiciad de Heidelberg, gracias a la generosidad de una beca de la Alexander von Humboldt Stiftung. Pero cl regreso a mis obligaciones lexicograficas y académicas en El Colegio de lvléxico, me impidi6 tenninarla en un plazo mas corto. S6lo un nUevo ano sabatico, la decisi6n de no buscar otros compromisos universitarios para mejorar mis ingresos, y el apoyo ~e la Fundaci6n Humboldt para pasar un mes en bibliotecas alemanas, me permitieron reanudarla en 1993~ 1994, hasta llevarla a su fin ahora. Re de agradecer, cn consecuencia, cl apoyo y la ayuda de varias personas: ante todo, 105 de mi maestro Kurt Baldinger, que me ayud6 a aclarar mis plallteamientos iniciales, y me ofreci6 ese remanso de paz y de activi~ dad intelectual gue es el Romanisches Seminar de Heidelberg, Los de mis amigos Klaus Zimmermann, del Instituto Iberoamericano de Berlin y Franz Josef Hausmann, de la Universidad de Erlangen-Nùrnberg, quienes mc abderon Ias puertas de sus institutas para mejorar mi documentaciGn de 105 diccionarios del siglo XVII y se tomaron la molestia de comentar 105 primeros esbozos de este libro. En n'léxico, Carlos Pereda, Fernando Castanos y Thomas Smith me hicieron valiosas sugerencias en diferentes momentas elcI elcsarrollo dc esta teoria. :NIis compaiieros lexic6grafos, del Dicrionano del espaiiol de lHéxico, leyeron una y otra vez, atenta y solidariamente, las versiones que les iba presentando. Josefina Camacho, nuesU-a imprescindible secretaria, me ayudò tado cl tiempo con 105 ires y venires de las versiones y las copias gue no se dejan ver en el libro terminado. La Alexander von Humboldt Stifumg y El Colegio de rvléxico me apoyaron tado el tiempo con generosidad y confianza. Elizabeth, mi esposa, y mis hijos, soponaron con paciencia las largas temporadas gue Ies robé de la atenci6n, el cuidado yel esparcimiento gue merecen. Van al ultimo, pero son todo el sentido de mi vida.

Tepoztlàu, octubre de 1995

L LA CONSTRUCCION SIMBOLICA DEL DICCIONARIO

o. Los ORÌGENES Los mas antiguos diccionarios conocidas san bilingiies o multilingùes. En realidad, anteceden por cientos de anos a los diccionarios monolingiies. Este hecho tiene su origen en una necesidad objetiva de Ios pueblos de distintas lenguas gue entran en contacto: necesitan una clave gue les permita comprender el discurso comercial, guerrero, diplomatico o religioso del otro pueblo. Cuando no hay 5uficientes traductores gue conozcan ambas Ienguas, hay gue pasar a un documento en que se asienten las "equivalencias" de 105 vocabios de una lengua en la otra. De ahi nacieron, por ejempl0, Ias glosas gue, como las Silenses y Ias Emilianenses, para hacer comprensible el latin eclesiastico a Ios monjes de esos monasterios, apuntan equivalencias en la lengua vernacuia y, para la historia lingùistica, documentan por primera vez la existencia de un romance castellano diferente dellatin;1 también nacieron de alli los primeros vocabulario5 bilingi.'Ies de muchas mas lenguas europeas, americanas, africanas o asiaticas enfrentadas entre 51. La necesidad de infonnaci6n es lo que da origen a la Iexicografia bilingue o multilingiie: "Las lenguas extranjeras y lo extraiio en la lengua (asi como toda elase de extraileza concreta) despiertan inmediatarnente en cada quien una necesidad de informaci6n [... ]. La histOIia universal de 105 diccionarios muestra el caracter primario de tal lexicografia infonnativa".:! Infor~ maci6n restringida, si se quiere, a un pequeno vocabulario de reiaciones comerciales o de mercancias; o a un esfuerzo de delimitaci6n hermenéutica de los sentidos del vocabulario de una lengua extrana, como las americanas para 105 misioneros gue en el siglo 1.\11 se propusieron expandir la I Cf. Bray, 1989, y Pfister, 1989, acerca de la riqueza dc mles glosarios en la Francia y la Italia medieval y renacemista (la colccci6n de glosarios que hoy se catalogan como Abav!ls Y AaIJll(/ -por su primera entrada- en Francia, y los numerosos glosarios l;nin-dia1ectos italìanos de la misma época). De igual manera la "prehistoria" de la lcxicografia alemana, tan semejame co su riqueza dialeetal a la italiana, en Crubmùller, 1989. "Fl"elllde Sj)/"acl:en 11l1dFrellldheii in dcrSjJrac!le (wic aurhjedl' A.rl V011 Jach/icl/I'I" Frl'lIldlu:it) liÙCll tlllmittelbal"m JlIjoDllalionsbedmfJìirdf'l1l!Ìll=.dlll!ll alts (...) Dii' H.'(irterfmc!lgrsdlirltll! ::.elbit wellwl'ill'ine solchi! AlIsk1l1!ftslcxikagmlJhie a/s primar (Hausmann, 1989a:8).

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TEORiA DEL OICCIONARlO l'I-lONOUNCUE

LA CONSTRUCCION SIMBDUCA DEL DICCIONAlUO

fe cat61ica entte 105 "indi05 paganos". O en otro ambito de la historia humana, informaci6n orientada a la comprensi6n de una antigua lengua de cultura, como ellatin o el griego, desde el espiritu renacentista de un Nebrija en su Lexicon hoc est dictionarium ex sermone latino in hispaniensem de 1492, de un Robert Estienne en su Dictionarium latino-gallicum de 1531, o de un Josua Maaler en su Dictionanum germanicolalinum nOVUln de 1561. Esta necesidad de informaci6n, como se desarrollara sistematicameJ:lte en el capitulo II de Este libro, se sitUa eD la base de toda teoria que pretenda reconocer y cxplicar lo que son 105 diccionarios en cuanto fen6menos lingùistieos. Pero si es una necesidad universal, en mucho cumplida por la funci6n de 105 traduetores en 105 contactos entte pueblos -105 llamados "lenguas" en la historla del contacto entte espIDoles y mesoamericanosy en esa medida una nccesidad cubierta por el conocimiento individuaI de 105 léxicos de dos lenguas en contacto, su manifestaci6n en un libro, en un diccionario, le superpone de inmediato un caracter de civilizadon que cl género humano debc al papel, a la escritura y a la imprenta. Pues solo mediante esas tres invenciones de la hum;midad -que no son "naturales" en el sentido en que si lo son la capacidad de hablar, cl conocimiento de otras lenguas y la necesidad de infonnaci6n- fue posible hist6ricamente la aparici6n de 105 diccionarios y es posible ontogenéticamente su eomprensi6n como fen6meno lingiiistico complejo. De esas tres invenciones de la humanidad hay que destacar las dos liltirnas para comprender lo que significa cl diccionario como fen6meno complejo: primero la escritura, desarrollada desde la remota antigtiedad, que rlja la expresi6n de las lenguas en una sustancia consen'able, como el papel y la tinta (la tablilla y el estilo) y de Esa manera permite la comunicacion entre individuos que no estan uno frente al otro, sino ausentes y a distaneia, ya sea la distancia fisica entre localidades lcjanas, ya sea la distancia sodal entre individuos an6nimos unos de atros, ya sea la distancia temporal entre las generaciones. Si la fijaci6n de una lcngua en una escritura es importante, es todavia mas importante el fenomeno de reflexi6n que promueve en 105 seres humanos: por primera vez, desde siempre, ostenta las lenguas en su sustancia sonora o en su forma significativa -en el caso de la escritura ideogriificacomo materialidad separable del habla y separable del individuo, poniéndolas bajo una consideraci6n que, semejante a la de la ret6rica o la de la poesia, acelera la ref1exi6n humana sobre ellas y lleva a su objetivacion supraindividual, social y estatal. Después la imprenta, que al facilitar la reproducci6n de textos extiende la p05ibilidad de que muchos mas individuos de una sociedad compartan el conocimiento plasmado en un libro y, consecuenternente, comiencen

a intervenir en un proceso autoraI en el que anterionnente se puede imaginar la soledad del escritor y su obra, pero que a partir de la reproducci6n editorial comienza a convertir, al eseritor, en personaje publico; la obra, en objeto y rapidamente en mercanda, responsables de lo impresa ante sus lectores, cada cual a su manera, y requeridos por éstos como parte de un mercado de conocimiento que abandona los cIaustros monacales o las bibliotecas principescas para volverse piiblico. Si todo lo anterior tiene caracter universal, en la medida en que casi no quedan ya sociedarles totalmente aisladas de la civilizaci6n del libro y de la escritura o, mejor dicho, en la medida co que es ya imposible imaginar una 50ciedad humana en cuyo horizonte no se encuentre la posibilidad de la escritura y ellibra (a pesar del hecho de que cientos de millones de babitantes de la Tierra no saben leer y escribir, y ni Ics importe, posiblemente, a muchos de ellos), para la teoria del diccionario monolingiie constituye ademas su punto de partida, tanto bistarico -105 diccionarios han sido siempre libros, es decir, productos de la escritura y de la imprenta- como empirico, pues define la especificidad de su objeto, su valor ref1exivo para la cancepci6n social de la lengua en una comunidad dada, y su car\ LENGUA EN OCCIbENTE

La lexicografia monolingiie aparecio en Occidente en el siglo XVII, como efecto de un largo proceso de maduraci6n de las fonnas poIfticas y las formaciones sociales en 105 territorios civilizados por el Imperio romano y 105

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TEORLA,. DEL DICCIONAIUD ~mNOLINGÙE

gue recibieron su influencia, asi como por tres fen6menos culturales determinantes (al meoos): cl desarrol1o de las lenguas modemas como requerimiento de varios tipas de discurso Ercote al dominio medieval dellatin; la busqueda de una legitimidad cultura! equivalente a la que impania el mocielo romano antiguo; y la reflexi6n, de ordco filosofico, sobre cl origen de las lenguas y su relaci6n con la realidad.

Li\. CONSTRUCCrON SrMBDUCA DEL orccrONARIQ

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al recanocimiento de una lengua culta italiana ya prefigurado por Dante doscientos anos antes; Alernania, igualmente, por el protestantismo y el papel que jug6 en la lengua alemana la traducci6n de la Biblia por Lutero, iniciaba una concepci6n nacional de ella rnisma basada en cl alto aleman.

1.2. El descubrimiento de la lengua materna 1.1. Los Estados nacionales

La necesidad de 105 diccionarios monolingiies se vino preparando desde mucho tiempo antcs, pero recibi6 su impulso definitivo a partir del siglo XVI. Eu este siglo, la forrnaci6n de las grandes patrias y de 105 imperios modemos sirvi6 para definir un nuevo tipo de diccionario, ya no cu térmioos de la utilidad informativa que habia dado origen a 105 diccionarios multilingiies, sino en un sentido ante todo simb6lico que habra que precisar en las paginas que siguen. En la dificultad practica de no poder seguir y tornar en cuenta la historia particular de todos 105 Estados modernos europeos, habra. que resuingirse a unos cuantos ejemplos, pero siempre bajo la suposici6n de que 105 elementos centrales para interpretar e1 valor simb6lico de los diccionarios rnonolingues fueron 105 mismos en cualquier eomunidad lingitistica del occidente de Europa. Asi por ejemplo la de Espaiia,3 recién unificada por Isabel de Castilla y Fernando de Arag6n, inauguraba a principios de ese siglo una comprensi6n nacional de ella misma tras la torna de Granada y la desaparici6n del dominio arabe en la Peninsula Ibérica, a la vez que ini~iaba su imperio sobre la América recién descubierta, en realidad, "recién mventada" por los imperios mismos, seglin afortunada concepci6n de Edrnundo O'Gorman. 4 Inglaterra, unida con Escocia por 105 reyes Tudor, establecfa también entonces las bases de su posterior expansi6n colonial a Arnérica y a la India. Francia, con Enrique IV lograba su unidad nacional y se situaba en relaci6n con Espaiia e Inglaterra en las principales eontroversias imperiales, tanto en Europa como en América. Italia, en cambio, si bien no se unificaba todavia en la Italia que ahora conocemos, desarrollaba un sentimiento de nacionalidad ligado a las pequeiias ciudades-estado y, sobre todo, 3 Ya bajo cl predominio del castellano, debido a una compleja interacci6n de poderio politico y prestigio dialectal. gue se puede vislumbrar, aungue no adarar del LOdo, en Lapesa 1981,§§ 66-72. ~ En su excelentc libro La invéncion de América, Fondo de Cultura Economica, México, 1955.

Todos esos acontecimientos, siguiendo la linea de interpretaci6n que ofreeen Werner Bahner (1956) y Karl Otto Apel (1980), tuvieron por efeeto una determinante reflexi6n sobre las lenguas maternas de las nuevas naciones, que vino a evolucionar la que habia teniclo lugar dos siglos antes y que Apelllamajusta y sugerentemente "descubrimiento de la lengua materna". En efecto, la decisi6n, tamada por Alfonso X el Sabio en el siglo XlII, de escribir la historia de Espaiia en una lengua vulgar castellana que superara la fragmentaci6n dialectal de la Peninsula Ibériea, y de unificar en castellano su derecho, dividido en mUltiples fueros gue quedaron aislados por la do.minaci6n arabe de buena parte de la Peninsula (Nieclerehe, 1975) significò nada menos que el primer reconocimiento reflexivo, o "descubrimiento" -como lo llama Apel- de una lengua europea moderna, distinguida de manera definitiva de la latina; igualmente la defensa que hizo Dante, en su "De vulgari eloquentia", de la necesidad de gue la poesia del dolce sti[ nuovo se hiciera en lengua vulgar, atendiendo a la tradicion trovadoresca del sur de Europa, se convirti6 en un impulso definitivo para el reconocimiento del fiorentino como lengua digna para la poesia y para la apertura de un horizonte de legitimidad linguistica que hubo de encauzar 105 esfuerzos de rnuchas cuituras europeas por reconocer sus propias lenguas y, en esa fonna, reconocerse a SI mismas como clistintas de la cultura latina. Pero a diferencia de lo que ocurri6 durante el siglo XVI, la reflexi6n del siglo XlII sobre la lengna materna no creo realmente dos lenguas nacionales castellana e italiana. Pues tanto para Alfonso el Sabio como para Dante, relativamente contemporaneos, su interés consistia solamente en delimitar un estiIo discursivo que conviviera con 105 dem:is estilos de su époea y, por supuesto, con ellatin: castellano para la historia y la unificaci6n de 105 fueros, galaico~portugués para la poesia alfonsina, italiano~florentinopara el dolce stil nuovo que coronaba la tradici6n poética trovadoresca gue lleg6 a Italia. La lengua vulgar no se enfrentaba allann para disputarle todas sus funciones, sino que oeupaba pragmaticamente aquellas gue precisamente ellann ya no podia llenar. Tenian gue pasar doscientos aiios para gue la innovaci6n de Alfonso el Sabio y la propuesta de Dante se cristalizaran en el reconocimiento verdadero del castellano y el italiano como lenguas nacionales.

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TEORi>\ DEL DICCIONAR.lD MONOLINGÙE

Tal reconocimiento, como se dice antes, provino de la formacién de 105 Estados nacionales. En el caso de Espaii.a, la presentaci6n de la Gramiitica de la tengua castellana de Elio Antonio de Nebrija a 105 reyes Isabei de Castilla y Fernando de Arag6n en 1492 corono el largo proceso de reflexién sobre la lengua materna iniciado por Alfonso el Sabio, y fij6 por primera vez una fonna gramatical sobre la base de una norma ortografica ya adelantada desde el siglo XIII. Pero si la obra de Nebrija parece ser resultarlo de una evoluci6n cultural independiente del Estado, lo eierto es que tal evoluci6n esm profundamente imbricada con la historia polltica del Estado espailol y que su coincidencia con la torna de Granada, ultimo reducto musulman en Espaiia, y el "descubrimiento" de A..rnérica marcan con clandad la relacì6n entre la lengua y el Estado. En el de Italia, no una unificacì6n de la; Il n CJl, ~"n paur mal, ni par lo. parcol", ni par I alfecllOn. I ou' n. 1M .re. 1'11.1, rien. III. Suivi d'une prèposilion au d'un a.d"erbe, d'un.e locution ad,-erbiule. • l" (Elat). Erre blen, .rre mo/, n:lau. vemenl au confon, i lo. .unté. Commenl èU"~ou, Cc mall~: Mlcux qu'h/er. V. AlIer, portnr (.c). Eire cf aw,:qu.". ,•. ~ (Licul. V. Trnu ..r 'sel. J'y .ul., j'y reIl•. ,UII ': / hord de la gare. V. Oemeurer, lucee. tlre ,he: SOl. La oa'lure esr ou garage. l.es clef• • onl .ur /0 porre. " Rom. ':l'CII. p/fU. dO,n. Ro",e, d/e •• t loute aù j. '1.11. ,,(C, asi como el desconcierto gue

TEORiA DEL DICCIONARIO MONOUNGÙE

LA COMPLEJ1DAD NOR:.\l>\m'A DEL DICCIONAlUO MONOLINGUE

que el diccionario tenga que tornar una decisi6n selec~va, n~ces~=i~mente basarla en el contexto normativa generaI de la comumdad lmgmsuca (cf. 5upra capitulo I § 4.2.1.3), Y eso lo fuerza a asumir su propio c~mpromiso normativa. Cuando se trata de diccionarios de lenguas que preVlarnente no 17 han tenido escritura, su cuno normativa es inevitable.

Inglaterra en Estados Unidos de Arnérica); la segunda fue la de una seleccion social,.dirigida por la idea de la lengua que tenia la aristocracia (o el sectar dommante de la burguesfa), manifiesta sobre todo en su rechazo a voces populares y a palabras cuyo significado lesionara su sentida del pudor o de ~a moraI (daramente notable cuando se trata de voces o de significados relaclOnados con el cuerpo, eI sexo, el excremento y el insulto. Cf. PopeIar, 1976 y ?~~!?e~, 1982);18 la tercera, la de una seleccion genealogica y morfologIca, d1ngtda por el conocimiento etimol6gico y gramatical de la época, que promovia, ante todo, un casticismo (cf. capitulo I, § 3.2.4, n. 39) desd~~el pu~to de vista de la formaci6n y la derivaci6n de las palabras, pero tamblen mas tarde un chauvinismo lingiiistico, en contra de la entrada de voces de otras lenguas a la lengua materna, como el galicismo y el anglicismo en espanol a partir del siglo XVIII, o también, durante el fascismo, en contra de voces no genminicas en aleman,19 o francesas en italiano. De ahi que las nomenclaturas de los diccionarios monolingiies y ciertos usos de vocablos "aceptados" tengan tradicionalmente un cuno normativo, que transfonna el diccionario en su conjunto en un catalogo de actos verbales nonnativos, que se superponen sobre su caracter estativo originario. S610 a partir de la influencia del pensamiento filol6gico sobre la lexicografia en el siglo XIX, y de la de la lingUistica en el xx, se ha venido poniendo en cuesti6~ esa norm.atividad de la tradici6n lexicognifica occidental, tanto por las socledades m1smas, como por los lexic6grafos.

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3. LA NOft\1ATMDAD EN LA, NOMENClATVRA YEN LOS USOS

Si ahora se pasa a considerar el establecimient~ de las nomenc:aturas.de 105 diccionarios monoIingiies de las lenguas conslderadas, se vera que est~ alcanza también a los usos de 10s vocablos, cuando se trata de voces que d1vergen, en alguno de sus elementos, de los usos considerados "correctos" por la nonnatividad vigente.

3.1. Nomenclatura

La selecci6n normativa originaria de la lexicograffa monolingiie en Ocddente se orienté en tres direcciones principales, que variaban en importancia segiill la época en que se hiciera cada diccionario, seglill el p~pel destinado al diccionario en el Estado nacional de que se rratafa y segun 1as elabor~­ ciones ideol6gicas o intelecruales con que se lo pretendiera validar:.la pnmera fue la de una seleccién dialectal, dirigida a la imposici6!1 de un d1alecto sobre los demas de la nacién o del Estado nacional, como base de una estandarizaci6n lingUIstica que sirviera a sus prop6sitos de legitimaci6n simb?lica y de expansi6n politica (Ios casos del castellano en Espana, del florentmo en Italia, del dialecto de la Ile de France en Francia, y del inglés de Nueva p rovocò la deeisiòn de la Academia Espaiiola y sus correspondientes americanas de eliminar -J os y. Por otro lado, la misma arbitrariedad de. la ortograen alfabético 105 di.......... d e l OIU 5'~' . Ba sigue despertando la apariciòn de paladines del "principio fonologico", gue eXlgen aJllstar la escriturn al rigar de la biunivocidad letr.l.-fonema. Intentos glie, generalmente, ~hoca? con la tradieion comunicativa de la~ sodedades y con la eficaeia alcanzada cn los medios ~:os. 17 La escritura es el primero de los conflictos gue enfrenta la lexieografia monohngue. d~ lenguas amerindias. 5us comunidades lingiiisticas aceptan sin d~cusi6n el. "prilll~ipio fonol~gt~ co", pero generalmente el sistema de e~critt1ra del espanol: en H.~panoame~ca,aene va.lor simbolico para la creaeion de sus propios slstema~, como mamfesffiaon de la calidad de la lengua, y choca con la imposidòn dc algunos lingUistas descriptìvos, qu~ tratan de dar a esas l:nguas escrituras "fonoI6gieas" plagadas de diacriticos. gue las comumdadcs rechazan. De ahi. ~a necesidad de que esos diccionarios desarrollen previament~ .una cuidado~a argumentaclOn d~ sus pretensiones de validez, gue tome en cuenta las condtclOnes nonnatrvas de cada comuntdad lingùistica implicada eH cl trabajo.

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3.2. Las marcas Los criterios de selecci6n de las nomenclaturas y de algunos usos, explicaclos en eI paragrafo anterior, conducen también a la aparicion de marcas de uso en el diccionario monolingiie. Pues cada vez que se incluya un vocabIo de uso dialectal, de uso social restringido o mal visto, de construcci6n considerarla anomala o de procedencia extrarljera, eI diccionario 10s marca. Si en el primer caso, de marcas de uso diaIectal, su interpretaci6n es ambilB Hay que resaltar la aetitud del Diccionario de autoddades al respec[o. En la cita incluida en el capitulo I, § 3.2.4, asume la indusi6n de palabras regionales, y de "genn?nia o gerigonza" por "encontrarse muchas veces en algunas obras jocosas de prosa y verso de autores dasin cos , ignorando los embates del purismo. 19 En euanto a Alemania, véase el interesante trri.bajo de Peter von Polenz (1967), en gue fiuestra como, paradòjicamente, los altos mandos nacionalsocialista.5 preferian utilizar voces "ex~njerasn cultas en su discurso, mientras que desoian las propuestas de 1m; agrupaciones punstas a1emanas. que trataron de aprovechar la situaciòn para extender a la lengua su fobia a lo extranjero.

TEoRiA DEL DICCrONARIO l>mNOLINGUE L-\ COMPLE;nDAD NOR.\JATIVA DEL DrCCIQNARIO MONOLINGÙE

gua, pues la localizacion geografica no implica necesariamcnte u.na sa~­ cion nonnativa, en 105 otros tres casos las marcas han sido nonnatlvas hISt6ricamente; su objetivo era advertir allectar del diccionario que debia tener cuidado al usar 105 vocablos o 105 usos marcados (es decir, han sido marcas prescriptivas, que pretenden nonnar 105 usos del habl~te y no informarlo sobre la procedencia o la estructura de un vocablo), y solo n:odernarne~te tienden a despojarse de su normatividad en [avor de una sImple ~ocahza­ cion socia1, morfologica o genealogica de 105 vocablos o 105 liSOS regIstra~os. Es ese cariz normativa del diccionario cl que pennite que, cuando se senala en un diccionario moderno, por ejemplo, la procedencia regiona1 de una voz, una parte de su pùblico la interprete como sancì6n norm:tiva: "el v?cablo X o el uso Y son rualectales y por lo tanto no deben usarse . Por el mI5ma motivo, la elìmìnaci6n de marcas prescriptivas de usos sociales en el Iv3 condujo, como se via en el capftulo primero (§ 5.2.2), a una cerrad~ coOOontaciDn entre cse diccionario }' una parte de la sociedad estadoumdense.

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o el. italiano; en cambio, cuando se trata de variedades de la lengua nacional

re~Istradas en una zona geogrifico~hist6ricadel Estado nacionaI, la marca se~aJ.a una va:ie~ad regionaJ, un dialectalismo en el sentido lingUistico des~npuyo del te~mo, de la misma lengua nacional. La ponderacion nOrma-

~va ~~ ~mbos upos de marcas depende del valor que conceda la comunidad

h~guIStI~a.a la len~a nacional y a sus pr~pios dialec~os regionales. En His~ ~oamenca. p~r eJemplo, las rnarcas reglOnales del tIpo mexicanismo, a1gen-

~onorenslSJno, bogotanis17lo, etc., se han interpretado hist6ricamente como s~nales de desvio regional en relaci6n con el espanol peninsular -supuesto Ideai de lengua-y se han visto 105 vocablos o las acepciones asi marcados como "barbarismos" (cf Haensch, 1989 y Lara, 1990:133-156). En. la actualidad, las marcas dialectales o regionales en 105 diccionarios n:onolmglies tienden a perder valor nonnativo ya ganar valor descriptivo. Sm embarg?, Ios argum:ntos gue esgrima cada diccionario para sustentar sus pre.tenslOnes ~e vahdez en. Cuanto a marcas regionales san 105 que deternunan su caracter nonnatIvo o descriptivo. tmlS'T1l0,

3.2.1. lVlarcas dialectales

Las diccionarios qUè se han venido analizando son "diccionarios nacionales" es dedr, diccionarios cuyo primer objetivo fue instimcionalizar una lengua' del Estado naciona1. En Europa se logr6 esa finalidad imp?nienrlo un dialecto del mismo tronco a otros dialectos hist6ricamente sem~Jantes (salvo en 105 casos del castellano sobre cl vasco, el francés sobre cl breton, etc.), que quedaron englobados en el Estado naci01:al }' rnuchas veces en conflicto con ellos:w Todavia ahora hay lenguas naclOnales que dependen de SlI enseiianza escolar para que las dominen sus hablantes, pues las comunidades lingùisticas locales consenran sus propios dialectos hist6ricos (como s.ucede, por ejemplo, con cl suebo, el bavaro o e~ "plattdeutsch" :~ Aleman1a~. En América, por lo contrario, Ias lenguas naClonale.s no compltIeron con cl~alec­ tos histéricos emparentados con ellas. Se extendIeron como lenguas naClOnaIes desde cl principio de la colonizaci6n europea, imponiéndose a .Ias.len~as amerindias aborigenes. De donde las marcas regionales en 105 dicclOnanos tienen dos significados: cuando se trata, por ejemplo, de voces gallegas en cl espanol de la Peninsula (galleguismos). o_de vocabl~s provenzales en el francés europeo (provenzalismos), la marca senala un prest~o o una leng~a ~e origen, tal como sucede con préstamos de lenguas ex~eras, como el rngles ~o

No haria falta seiialar gue las acmales condidones de Europa han perrr:itido gue antiguos dialectos hist6ricos, como lo fueron :n Sll o~ge~ e~ castellano y el frances, r:cobren ~ estatllto de lenguas en sus propias comullldades ImgUlstlcas, como lo san cl caLalan, el galle go, cl ocdtano, etcétera.

3.2.2. 111arcas de usos sodales

Las marcas d~ ~sos sociales son las mas controvertidas, debido, por un lado, al ~1echo tradlclonal de que todo vocablo seiialado como, por ejemplo, coloqwa~ familiar. popular, vldgar, slang, etc., se pondera desde una nonnatividad im~Hcita, no sufiden temeo te reconocida ni por 105 diccionarios ni por bs socIedades y, consecuentemente, tiende a reprobarse. Por el otro lado debido a la dificultad actual de la lingUistica para reconocer variacione~ de uso social de Ios vocablos, de una manera sistematica, aceptablemente exhaustiva y verificable. A diferencia de la investigaci6n dialectal, que ha avanzarlo lo suficiente

co~o para delimitar 105 dialectos de una lengua detenninada, la investigaci6n

s~cI?le~tal no ha!o.grado cl mismo aVance. Se pueden proponer las siguientes hIpot:S~s a pr~pOSlto de 105 motivos para ella: en primer lugar, una dificuItad teonca, denvada de la concepci6n de sistemaheredada del estructuralismo, que presupone una concepci6n igualmente estructuralista de Ias sociedades' en segundo lugar, una dificultad del método de obtenci6n de datos. '

3.2.2.1. Dificultad te6rica La ~ificultad teorica consiste en lo siguiente: para el estructuralismo, todo fenomeno verbaI debe fonnar parte de un sistema, que es cerrarlo por rlefi-

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TEORiA DEL DICCIONARIO MONOLINGÙE L4. CO/l.JPLE]IDAD NORMATIVA DEL DICCIONARIO l\'1ONOLINGUE

nici6n. La probable existcncia de vocablos, o de usos de vocablos, caracteIisticos de grupos socialcs o de estilos de habla especfficos, debe confinnarse identificando 105 sistemas a 105 gue pertenezcan. Una manera de lograrlo es utilizando las famosas cuatro dirncnsioncs que definen la "lengua funcionaI" como sistema homogéneo, propuestas por Eugenio Coseriu:::!l sinGranfa, sintopia, sinstratia y sinfasia, gue son, en realidad, condiciones técnicas previas para poder reconocer un sistema y, consecuentemente, identificarlo. La primera, la dimensi6n sincr6nica, se eubre con relativa facilidad en una investigaci6n lingiiistica de campo;22la segunda también, gracias al conocimiento que afrece la dialeetologia. En cambio las dimensiones sinstratica y sinfisica plantean dificultades graves, en euanto las sociedades no estin constituidas por grupos sociales homogéneos y de estructura ftia, con Ios euales se puedan relacionar formas de hablar especfficas. Campo de investigaci6n de la sociolingiiistica, no hay -al menos todavia- descripciones compietas de sociolectos (concebidos como sistemas homogéneos en la dimensi6n sinstratica) y de estilos de habla (sistemas en la dimensi6n sinfisica) eo que se identifiquen capas, grupos sociales y relaciones entre elIos, con sus vocablos o con sus usos; y no las hay, probablemente, porque el planteamiento te6rico es inadecuado. Las variables sociales como el sexo, la edaci, el niveI de ingresos, la educaci6n, etc., no revelan la existencia de grupos estancos o castas en las sociedades occidentales, que se caractericen univocamente en su léxico. El acceso a la memoria léxica es igual para todos los miembros de la comunidad, en particular gracias a la educaci6n, que es un hecho generaI en Occidente, y no hay restricciones verbales impuestas por una capa socia! sobre las otras. Otras sociedades, en las gue la estratificaci6n es relativamente fija, como la de las castas en la India o Iajaponesa, podran quiza pennitir la identificaci6n de usos y de vocablos en ténninos de verdaderos sociolectos, pero no es el caso de las comunidades lingliisticas agui consideradas. De donde, met6dica y estructuralmente habiando, es imposible discemir la existencia de vocablos o usos exclusivos de giupos sociales. Lo mis gue puede comprobarse es la preferencia de ciertos grupos sociales por ciertos vocablos o ciertos usos, pero esa preferencia es cuantitativa y no cualitativa, como lo regueriria el estrucnlralismo. La imagen del uso rea! gue ~l

Cf. Coseriu, 1965:14S.150. Llevada la e.xigencia de sincronia al extremo, que consistiria en reunir datos de una lengua en un instante determinado, se lIegaria a la fumosa paradoja de Aquiles y la tortuga La versi6n real de la sincronia la da el concepto de "estaclo de lengua" y ese estaclo puede deflnirse acudiendo al litil concepto deJosene Rey-Debove de "sincronia pcictica", que se define mediante vanablcs no lingùislicas, como la esperanza de "ida de una comunidad y la comunidad de comunicaci6n. Cf. Rey-Debove, 1971:95 y Lara/Ham, 1979:10. 22

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nos ofrece el estructuralismo es la d d" tos), entre 105 cuales las conexloone e ,UIO e lficlO con varios pisos (105 es tra• • 5 so o se estableceo de 105 slgnificados del "code shiftin ") p , con ascensores (uno bla de cada individuo es un .r ' g Oh ero al reves de esa imagen, el ha~ 11eno meno eterogéneo l I I o, de vocablos y de usos depende d I d ' ,en e gue a se eCClOn . e 05 ma os de slgnifi .~ perUnentes para cada hablant d o o, .lcaclOn gue resulten e en ca a SltuaclOn de h bI d d tant~, no co~espo?den a la concepciém de niveles del :s:Uc:-U:~l;~~rlo . ' a consecuenCla gue esto tiene sobre I te empirico y quedan reducidas a l ' marcas, es gue plerden Susten_ del uso social por parte del l . ~ a l:pr~lOn, ~o a una evaluaci6n embozada tringir lo mis posible eI n6:m:x~c~gr o. edalh la ten?encia moderna a resLo mismo sucede con 105 :stil~s~:~:lae~so. SOCI~ en 10s diccionarios. dada, solemne, coloqllia~ etc., no identifican estù ~~caclOnes como habla cuirepertorio a Ios miembros de la comunidad r o~s~ ~os, gue se ofrezcan Como sistematicamente. También a ui h m~l1stIca yse puedan reconocer nidas por la relaci6n diaJ6gi g ay pre:erencIas de vocablos y de usos, defiidea gue éste tenga de su in~:r~~c~~~/~~:olucreei hablante, pero segiin la usos seleccionados por el hahl t . l odos l?s casos, 105 vocablos o 105 ficativa, de su posici6n social :eesS;:~~~c~;i~tesmto~as de su actitud signi~ su interlocutor, para decido co l d 1 Pd n del dIalog~, o apelaciones a ne mo eo e mganon de Buhler (l934: §2)o

.a:

3.2.2.2. Dificultad metodica

~::~~~~:~~::~~~C:;:~~o~l::,s~i~~le~eÒI

estilos de habla :ocialmente esner esa elase de cl ' 05 metodos segmdos para obtede 105 vocablos. de sociales vocablo o su uso en ténninos o ' e es capaz e ponderar un superarse si se contara Con I n nn.atlvos, po~ lo que la dificultad podda 05 me d IOS necesanos para o 1 raciones normativas de 105 habl t C _ ~ regIstrar as ponde-

Pt~:~~s~~~d~~~sl~e~~aOe~~:~ia

evalu~ciones

~"§al:~P6sito de los métodos~ee~i,te~:~~~~e:;.,~~s~:~I~af:'~~~cr~:

~~~~~:~~:~;y~~~i~~;~:~~~ ;ooc~~o~e;:~uC:r~Ot::~~I~~i~~~~~d~~~ , por ese cannno lIegar a d e t ' .

gué estratificaciones sociales o ~Ué estilos d:r~a~:: ~n :C1eu te ce~teza bros de una comunidad lin ~ l en cm 105 mlemlIés (1994) e . gu.lsnca. Estudios Como el dirigido por Lirca Vail Cuba san dificllmente generalizables a todo el Iéxico. 2i1 H





• 2!l Algo semejante parece ser la investi cion • nario del cspaiiol dc Puerto Rico" g a . para el eqUlvocamente nombrado "Diecio, que es en reahdad una encuesta sociolingiiistica sobre un

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TEORiA DEL DICCIONARIO !\IONOUNCÙE

3.2.3. Nlarcas tenninol6gicas

En cambio, las marcas de usos especializados del léxico o de al.guna ace p.- paru·cular de un vocablo no plantean dificuItade.s normatIvas para cl ClOn .. ~ . As-,diccionarlo. Siempre se entienden como locahzaclones tematIcas. l qUlmica, medicina, equitaci6n, etc., 5610 senalan el uso del vocablo o de la acepcion en esos campos técnicos.

3.3. Cwtura de la lengua y marcas de uso Pero como es un hecho gue 105 hablantes de un.a lengua .1~O solament~ son capaces de distinguir usos sociales de vocablos, smo tamblen de selecclOnar SUS propios usos segim las situaciones de habla en gue se encuentren, hay gue investigar de atra manera el fenomeno gue da lugar a las marcas d~ uso sacandolo de la concepcién tradicianal con gue se lo plantea en lexlco~afia, y buscando sus caracteristicas pragmaticas profundas.. . De acuerdo con la idea centrai de la teoria elaborada en esre lIbro, de que 105 cliccionarios monolingùes manifiestan la memoria léxica de l~ co~~­ nidad lingùistica, gue se presenta a cada hablante como lecho de mtelIgtbilidad para su pro pia actividad verba! significativa, hay ~ue ~dar. por sentado gue el vocabulario manifiesto por el diccionario monolmgue tiene et nec~­ sario cuno soci ai gue da validez a todos y cada uno de sus usos. En ese sentIdo, bs marcas no restan validez alos vocablos o las ~cepciones qu:~ las lle~~ y resultan, consecuentemente, de interés secun~ano. Pero tamb.le~ es C1~r­ to gue la primera acumulacion de voces gue dIO lu~ar a 105 cliCCIOnar~o.s monolingiies esrudiados era una acumulaci6n defin;da por la nonn,atIVIdad de la lengua literaria, precisamente porgue era .esta la gue s: postuIaba como la Unica manifestaci6n verbai de la comumdad gue vaha la. pena consel'lar v ostentar a sus hablantes, por lo gue las marcas de. uso denva.d~ de la norrilatividad literaria significan, en princip~o, valoracl~nes restnCtIvas de muchos vocablos y usos delléxico de la socledad, gue Impone n una jerarguia al vocabulario incluido en cl diccionario. . . ., . El uso Iiterario de la lengua es ei caso extremo de la acuVIdad POletlca (cf. II, § 3.1.1). El escritar o el cantor buscan siem~re hac.er de sus textas o sus cantos las expresiones mas precisas y significatlvas. poslbl~s ~e s.u experiencia de la vida, por lo gue elléxico gue utilizan no tiene mas hmltes gue • 'Y -"du-,"do de vocablos considerarlos puertorriqueiiismos. ajuzgar por la noticia ntunero mi .... .. d L " ~fi arai dada por Humberto L6pez rvIorales en las recientes Segundas]ornadas e cXJcos, ....la, gue organiz61a Universirlad de Buenos Aires (octubre de 1995),

L4. COMI'LEJTDAD NOIU;lATrVA DEL DICCIQNARlO MONOUNGÙE

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su expresividad, y 105 significados de cada VOGlblo usado por ellos tienden a aprovechar 105 matices o los rasgos significativos mas sutiles de la expeM riencia verbal comunitaria, asi como a agregarle Otros, derivados del modo de significaci6n con gue enfrentan su experiencia de la vida y del mundo. 2·! Lo gue produce esa activi.dad poiética es un verdadero cultivo de la lengua. Cultivo porgue, sobre la base de la memoria social delléxico, cl artista refina sus esguemas de expresi6n y desarrolla cl signillcado de cada signo gue utiliza. La lengua literillia se conviene, por eso, en origen de la llamada lengua culta. 25 De un uso de la lengua gue impulsa el enriguecirnienta del significado, la varieclad y la selecci6n de los esguemas sintacticos y ann morM fologicos disponibles eu ella, y cl interés por sectores del léxico gue trascienden a las reStr1cciones de gusto, de época, o de ideologia gue van imponiendo diversos sectores sociales. De ahi el pIimer conflicto de la lexicografia purista, corno la habrian soilado Ma1herbe, Deimier yel mismo Vallgelas (cf. I, § 3.2.3), gue [Uvo gue aceptar la existencia de vocablos "impropios" en 105 diccionarios porgue, como declan 105 académicos espaiioles, se encontraban "muchas veces en algunas obrasjocosas [ial menos!] de prosa y verso de autores c1asicos" (cf. I, § 3.2.4). Fue por eso por lo que la lengua literaria se convirtio, historìcamente, en lengua culta: en cI estadio ultimo de las posibilidades de manifestaci6n verbal de la experiencia del mundo y de la vida en la comunidad lingùisti~ ca. De donde se puede concluir gue la lengua literaria, gue fue cl objetivo conscìente de la lexicograffa occidental en sus inicios, nllnca fue realmente la de alguna capa social especifica -la capa anstocratica- de las sodedacles europeas oceìdentales; esa capa fue cI motor de su primera acumulacion, como se ha visto, pero fueron las grarnaticas y 105 mìsmos diccionarios 105 que abs~eron y fonnalizaron la lengua literarìa como acenro de toda la comunidad linguistica, como forma lingùfstica, en el sentido gue da Bi.i.hler al término. La lengua culta, en consecuencia, no es la lengua de una capa soci aI determinada (la de la ari.stocracia, la de la burguesia, la de Ios polfticos y empre.sarios de la oligarquia), como cierto marxismo acanallado ha querido entenclerla, sino una cOTIStnlcci6n sociai oriemada por la necesidad de ~-j Idealmente hablado, el texto cientifico o técnico debiera obecleccr a la misma actividad poiética, s610 gue referida al conocimicnto y el manejo preciso de las técnicas, por lo gue formarla parte de la lengua culta. Desgraciadamente, san pocos los cientificos y tecnicos que recanocen en la lengua materna un instrumento de prec:isi6n y aniilisis, como lo hacen 1m escritores, c incluso Uegan a afinnar que la lengua util:izada en SllS propios textos es secllnda~ ria al conoeimiento e:icntlfico. 25 Véase, al respecto, la abundante bibliografia acerca de eSt: concepto, modernamente desarrollado por la Escllcla de Praga, por ejemplo en Vachck, 1964 y Garvin, 196'1.

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TEORiA DEL DICCIDNARID MONOLlNGÙE

L\ COfl.IPLEJ1DAD NO&\V\,TIVA DEL DICCIONARIO ~[QNOUNGÙE

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manifestar de la manera mas clara y precisa la experiencia del mundo y de la vida, que resulta valiosa para la socieciad eil su eonjunto. Se puede entonces entender por qué no hay una correlaci6n positiva entre grupos sociales y lengua culta. Quc 105 grupos con mas medios economicos en una sociedad tengan, en principio, mas oportunidades de aprender y dominar la lengua culta, es una posibilidad gue, sin embargo, suele no

delléxico: ?ada diccionario ofrece sus propios argumentos para sostener la nonnatn!ldad de sus rnarcas o la capacidad descriptiva de ésras. Depende de la nonnatividad lingiiistica generalizada en cada comunidad, la aceptacion gue reciba cada uno de ellos.

realizarse. El niveI de ingreso no es la variable detenninante del uso de la lengua culta. Por el contrario, es la eciucaci6n (pero no solamente en euanto educacion formal) , la que puede definir un grupo "culto" de hablantes. Siendo asi, lo gue seiiaIan err rcalidad Ias marcas de uso Cil el diccionano monolingiie moderno son diferencias en relaci6n con la lengua culta. Esas diferencias pueden ser de varias indoles: de llSOS predominantemente escritos frente a usos predominantemente hablados, gue reflejan grados de apego a la lengua culta o literaria, o de intimidad entre el hablante y su oyente; de usos orales, atenidos a costumbres expresivas etnol6gicarnente definidas (cologuiales, familiares,juveniles, etc.), o cuya expresividad gravita sobre la tradici6n verbal de cada comunidad lingiiistica, relativamente desligada de la lengua culta o hasta ajena a ella (populares, rurales); de usos predominantemente orales, surgidos de lazos fuertes de soIidaridad entre miembros de un gremio de ocupaci6n Uergas profesionales, germania), etc. La nonnatividad gue manifiestan los hablantes al evaluar vocablos y usos gue no forman parte de la lengua culta, es por lo tanto, una ponderaci6n de la propiedad o la pertinencia de un vocablo o de una acepei6n determinados en un discurso elaborado en lengua culta. Eu relaci6n con esa ponderaci6n normativa de la lengua culta, cl uso de cierto vocablo o de cierta expresi6n por parte de un hablante da solamente un sin torna de él a su interlocutor. Tal sintoma no es de su procedencia social; su interpretaci6n depende de la experiencia gue tenga su interlocutor de la variedad de la lengua y su pertinencia en ciertas situaciones de diaIogo (en relaci6n con la lcngua culta) , y de otros valores sociales con gue la juzgue. A la vez es esa experiencia del interlocutor la que define el caracter apelativo de una expresi6n. Asi gue las marcas que usan ciertos diccionarios para designar vocablos o acepdones como "vulgar, jocoso, nono, ir6nico, burlan, etc.", son realmente interpretaciones punUtales de un discurso o de un texto particulares, gue algunos lexicografos tienden a considerar, erroneamente, como fijas. Es por eso por lo que han tendido a desaparecer en 105 diccionarios modemos. Segiin esta interpretaci6n de las marcas de uso, su caracter normativo en 105 diccionarios se ha venido diluyendo cn una pura descripdon de 105 vocablos o las acepciones gue senalan, por la eua! desaparece la proscripdon anterior y se reconoce la pluralidad de las interpretaciones sociales

4. Las fjEMPLas

Parte ~entral de la construcci6n simbolica del diccionario monolingiie desde cl SIglo XVI1 ha sirlo la inclusion en el articulo lexicogrifico de ejemplos de uso de los vocablos. Entresacados de las obras gue conformaban el corpus literario de legitimaci6n de la lengua, 105 ejemplos eran, como se senal6 en el capitulo I (§ 3.2.4), apoyo del texto lexicogratico para mostrar la calidad de la lengua con gue habia de reivindicarse el clasicismo del Estado nacional, y modelos para guienes desearan ajustarse al "consensum eruditorum tI, objetivo indisputado de la concepd6n humanista de la Iengua. Los ejemplos comenzaron, pues, siendo autoridades, precisamente en el sentido en gue uso la palabra la Academia Espanola. El diccionario 105 listaba como documento de partida, como verificacion de las aseveraciones de sus actos proposicionales y como modelos de uso para sus hablantes. Su Cuna normativo era evidente. El sentido del ejemplo de uso cambio cuando aparecieron los diccionarios filologicos, como se asienta en el mismo capitulo I de este libro. Para la filologia, el ejem pIo valla fundamentalmente como registro historico,como preciosa comprobaci6n del momento en gue surgia un vocablo o un significado, o de 105 momentos sucesivos en que se operaban cambios en elIos. Pero al fin y al cabo respetuosa de la tradici6n lexicografica, la .fùologia tomo las autoridades del pasado y Jas integro sin conflicto a sus intereses hist6ricos, 105 cuales, por supuesto, no contradecian Ios ejemplos de 105 clasicos, sino gue los sumaban a sus registros. Las citas de los diccionarios historicos, en la medida en gue también provenian en buena cantidad. del acervo pacientemente elaborado por 105 diccionarios del siglo XVII (de Johnson, de la Academia Francesa, del Diccionario de autoridades, etc.), y en la medida en que la filologia del siglo XIX seguia teniendo por principal interés el uso literario, eran citas selectas gue no contradedan el simbolismo de las autoridades a gue las sociedades europeas ocddentales estaban acostumbradas. Cierto es gue Richard Chenevix Trench, cl impulsor del diccionario de Oxford, proponia inventariar la lengua inglesa sin distinguir buenas de malas palabras y gue, en ese sentido, aclelantaba el valor lingiiistico del ejemplo como simple descripcion del uso, pero debido a las condiciones comunes de acumulaci6n de datos en un acervo lexicografico cada vez mas

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TEORIA. DEL DICCIONARIO !\'IONOUNGUE

grande, y por ello cada vez mas apreciado socialmente, y debido al caracter selecto de las citas en el diccionario hist6rico, la presencia de citas ejemplares en eI acervo del diccionario de Oxford era natural, por un lado, y socialmente neutra, por cl otro. ' La tradici6n normativa implantada por cl siglo X\tlI, en consecuencia, no se via confrontada en el siglo XIX, aunque el principio hist6rico de la filologia abria las puertas a una ampliacion del concepto de autoridad, en la direccion de un predominio del ejemplo con valor documentaI hist6rico, mas gue literario. Fue, eIl cambio, la lingiiistica del siglo XX la gue atent6 contra el ejemplo normativo; y su mejor expresi6n resulto, como se sena16 antes, la publicacion de la tercera edici6n del diccionario Merriam-Webster. En este diccionario fue en donde hizo crisis la conversi6n de la autoridad en simple cita de la fuente de un uso; el w3 ya no era un diccionario historico y, por cl contrario, pertenecia al paradigma de Ios diccionarios generales de inspiraci6n descriptiva. La inclusi6n como fuentes de ejemplos de algunas obras de Mike Spillane (un autor de novelas policiacas ligeramente pornograticas), de dichos del beisbolista Willy May, de las actrices Ethel Merman y Elizabeth Taylor, y de rnuchos mas personajes piiblicos, sin un prestigio lingllistico gue 105 convalidara, obededa realmente al programa descriptivo gue adoptaron 105 autores del w3, pero bizo crisis por cl solo hecho de gue la tradici6n lexìcogrflfica general y la de 105 diccionarios Merriam-Webster en particular, suponian una selecci6n ejemplar de citas, autorizadas por su valor Iiterario. La implantaei6n abrupta de una concepci6n descriptiva del ejemplo por parte del w3 atac6 105 valores nonnativos tradicionales y dio la impresi6n de burlarse de ellos. Seguramente Phillip Cove y su eguipo lexicogcifIco no pretendian tal cosa. Para eIlos, la cita era solamente cl registro de la fuente en gue se habia obsenrado eierto uso, como lo exige la honradez de la lingl1istica descriptiva. Pero para 105 criticos del w3 la honradez cientifica del nuevo diccionario no valia frente a la destrucci6n de 105 simbolos norrnativos heredados. Como decia Mario Pei, no eran lo mismo estos personajes publicos que Adams, Poe, Whitman y 105 demiis grandes escritores estadounidenses. La lingiiistica descriptiva tendrla gue haber previsto el chogue gue causarla entre el w3 y sus lectores. No lo hizo precisamente porgue sus valores cientificos se impusieron sobre la lexicografia degamente, sin tornar en cuenta la c1ase de objeto lingùistico con el gue estaban tratando. Se ve, por lo t,'mto, gue las pretensiones de validez gue sustentan a todo diccionario monolingùe requieren una cuidadosa argumentacion, gue prevea, precisamente, chogues culturales como el gue causo el w3.

L~ COMPLEJIDAD NORl'IHTfVADEL DICCION:\RIO MONOLlNGÙE

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5. EL AcrO ILOCUTIVO DEL ARTfcULO LE.'\lCOGIl.\FICO

~e.puede concluir, en este capitulo, gue si es estativo el contenido proposlclOnal del acto de respuesta a la preguma por el significado de Wla palabra, en la medida en gue el articulo lexicognifico al gue da origen inc1uye ostensiones grificas de la escritura y la ortografia y ostensiones de t;jempl~s del ma de 105 vocablos, asi como marcas de uso, el acta ilocutivo del articulo lexicogrilico es, o bien estativo, cuando se trata de un diccionario gue se concreta a aseutar la escritura, a presentar variantes ortograIicas de uso eil la socieciad, a transcribir la complexi6n fono16gica del vocablo, a Iocalizar 105 usos geogrifica o estilisticamente, y a citar ejemplos de uso como simpIe verifìeacion de su existencia, o bien normativa, cuando se trata de un diccionario gue propone o impone selecciones ortognificas, gue impone una "pronunciaci6n estandar", que marca 105 usos con referencia a un rnodelo de lengua, y gue cita usos ejemplares, de autores se1eccionados por su calidad. En el primer caso, el diccionario registra elléxico como memoria sodal, mas precisamente como memoria de un léxico cultivado a lo largo de la historla de la comunidad lingUistica, y forma parte de las condiciones de posibilidad de la comunicaci6n verbal gue garantizan la acci6n comunica~ tiva de la sociedad. En el segundo, el diccionario orienta la memoria del Iéxico cultivado, seleccionando su composici6n, restringiendo sus posibilidades e imponiendo una concepci6n de la lengua hist6rica a la comunidad lingùistica.

VII. DEL ACTO VERBAL AL ARTICULO LEXICOGRÀFrco, CONCLUSrON O. INTRODUCCION .

El diccionario monolingire se ha vcnicio reveIando como una construcci6n compleja, que supera a la del acta verbaI de respuesta acerca del significado de una palabra, eu cl que se origina. No padria ser de ou-a mancra, si se torna en cuenta que un acta verbaI de esm elase se produce siempre en una situacion de dialogo concreta, en la que hablante y oyente se encuentran cara a cara, en ciertas condiciones esped:ficas de habla, y no tienen por objetivo la manifestaci6n de la memoria léxica en su conjunto, sino solamente resolver una durla o la ignorancia momentanea de un vocablo, con Esa memoria como punto de referencia mas o menos conocido por uno de ellos. El diccionario monolingue, por cl contrario, se abstrae de las situacio~ nes concretas y busca crear una acumulacion cxpresa de conocirniento acerca deIléxico de la lengua, cuyo objetivo es precisamente la inteligibilidad de la memoria social. Ya a1lf hay un grado mayor de abstracci6n en el acta verbaI de respuesta que realiza ellexic6grafo para redactar cl articulo lexicografico. Si el acta verbaI, como dice BuhIer, es una formalizaci6n de las acciones verbales concretas, el articulo lcxicografico,que constituye el meolIo del diccionario monolingùe, tiene a su vez un mayor grado de 1'ormalizaci6n: precisamente la confonnada por cl Iema, la ecuaci6n sémica, la definici6n, Ios ejemplos y las mareas, tanto gramaticales albergadas en el lema, como de uso, situadas eil diferentes lllgares de su microestructura. Es por eso por lo que, en euanto fonnalizaci6n, el artfculo lexicografico es un texto;! y su tratamiento linguistico no puede concretarse a la verificaci6n trivial de que se com pone con estructuras oracionales propias de la lenglla en que eslL1. eserito, sino que tiene que hacer intervenir una interpretaci6n profllndamente semantica, que es la gue da sentido a las relaciones predicativas gue se crean entre el vocablo de la entrada y su definici6n. Pero ade~ mas de Esa interpretaci6n, que se podria considerar "intrinseca" al puro l Cf. el estudio del texto lexicogr.illco desde et punto de vista metodol6gico hecho por Wiegand,1987b.

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TEoRiA DEL DICCIONARIQ l'VIONOUNGUE

DEL ACTO VERBAL AL ARTICULO LE.XlCOGRJ.F"ICO: CQNCLUSrÒN

fenomeno verbal, lo gue se ha visto en el desarrollo de csta teoria es eil qué gran medida cl sentido del articulo es resultarlo de una tradici6n lexicografìca -la gue se inici6 en Occidente a principios del siglo XVII-; y de una reflexi6n sobre la lengua, elaborarla en estrecha dependencia del pensamiento acerca de la legitimidad de 105 Estados modernos, sobre la base de la especulaci6n acerca del origen de las lenguas, y enraizacia eil las cues-

dad lingiiistica, clirigidos con menar o mayor rigar hacia el cantral de la conducta verbai de quien pregunta. Los dicdonarios contemporaneos tienden a ser cada vez mas"descriptivos"3 de una situaci6n real, empiricamente estudiad?, del léxico de, una lengua, y 105 actos i1ocutivos que se producen en cada articulo lexicografi_ co son, por ella, verdaderos actos estativos. Su fuerza ilocutiva va dirigida a informar veridicamente a sus lectores acerca del significado socialmente constituido en cada vocab1o incIuida, por lo gue sus condiciones de validez no son diferentes a las gue preceden a todo acto de csta clase, y sus pretensiones de validez implican la liberrad de elecci6n de sus lectores en materia de lengua y de medios de expresi6n, a la vez gue un procedimiento cientifico de recopilaci6n de datos, gue verifiquen sus afirmaciones. Los dicdonanos elaborados siguiendo fielmente la tradici6n lexicografica occidentaI, gue se plantean como inventarios seIectivos del léxico, y como jueces de la correcci6n, dan lugar a actas normativos en la e1aborad6n de cada articulo lexicografico. Ciertamente gue todo acto normativo implica una dimensi6n estativa, pues de otra manera el diccionario en su totalidad seria un arbitrio inutil; pero aungue tenga esa base estativa, proporcionada precisamente por la realidad delléxico seleccionado, cl caracter normativo del acta se impone sobre ella. Dicho de otta manera: el diccionario normativo aprovecha su base estativa para cumplir con sus condidones de validez, pero en realidad le impone sus propias pretensiones de validez como si naturalmente fueran condiciones del acto. Deriva de alli su capacidad para imponer una ideologia, ya sea lingiiistica -como el purismo-, ya sea politica, como sucedi6 con algunos diccionarios de comunidades lingiiisticas dominadas por elllamado "comunismo rea1". Aunque hay gue seùalar que, en la medida en que cl anaIisis semantico se basa eo la interpretaci60 del seotido de 105 datos recopilados en textos, la posibilidad de que un diccionario pretendidamente "descriptivo" termine ofreciendo una interpretaci6n ideol6gica de ciertos significados es un peligro siempre presente; tanto mas, cuanto ellexic6grafo que lo elabore se crea inrnunizado por su adhesi6n a la cientificidad lingiiistica.'! Por lo que el rnétodo lexicogr.1fico debe incluir como uno de sus elementos centrales el tratamiento de vocablos cuyo significado tiende a manifestarse en términos ideol6gicos, como 105 religiosos, varios filos6ficos y politicos, algunos vocablos de la medicina y la biologia (cf. Rost/Cracker, 1987), etcétera.

tiones onto16gieas gue ha planreado siempre la perplejidad del ser humano ante la oscura rclaci6n gue hay entre la lengua y e1 mundo por él c)..--pcrimentado. Por eso es por lo gue se ha venido sosteniendo gue el arricula lexicografico es una construcciòn, cualitativamente distinta del acta espontaneo de respuesta acerca del significado de una palabra. Toda la teoria agui desarroIlada ha consistido en explicar las caracteristicas de esa construcci6n, tanto en su aspecto forma! fina!, como sobre todo en su aspecto fenoménico lingUistico; es deeir, en euanto hay en ella fenomenos naturales de las lenguas, cuya raiz se encuentra en la percepci6n y los medios de conocimiento del ser humano, pero también, y de manera determinante, en su socialidad. Eu este capftulo se procedera a concluir la explicaci6n gue se ha venido elaborando en 105 capftulos anteriores, acerca del tipo de construcci6n gue es cl diccionario monolingùe, para terminar de aclarar gué es el "hecho diccionario", como tan felizmcnte lo Ilam6 Marcel Cohen.~

1. EL ACTa ILDCUTIVO

En los capitulos III al V se ana1izo el acta proposicional manifiesto en el articulo lexicogrifico. En el VI los elementos del articulo gue son, ademas de elementos proposicionales -pues contribuyen a expresar el c0rBunto de ase~ veraciones gue realiza el acto-, indicadores de la fuerza ilocutiva del acto, en la medida en que determinan su orientaci6n y su proposito, al punto de extender su caracterizaci6n a la totalidad del diccionario. Éstos ultimos, como se ha visto, san 105 gue llevan a distinguir dos tipos de acto subyacente en cL articulo lexicogrilico: por un lado, un acta estativo, gue obedece al fundamento pragmatico informativo y de manifestaci6n del consenso sociaI acerca del signilicado de 105 vocablos gue forman clléxico de una lengua; por cl otro, un acta normativa, o incluso prescriptivo, que se produce cuando la respuesta acerca del signilicado de un vocablo se orienta por valores de correcci6n, ya sea verbaI o ya sea mas ampliamente social, o de uniformi~ En "Le fai t dictionnaire", Proceedings oJ the Ninth Intemati01lal Congress oJLinguisis, Londres, 1964. pp. '197-503.

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3 Pero léngase siempre en cuenta gue lo gue agui se entiende por "descriptivo~ no es lo gue la linguistica "descriptiva" propone, corno se argument6 cn el capltulo V, §§ 4.2 Y4.3. 4 No es posible lratar agui lo gue puede llamarse "falsificaci6n de una definici6n", de cuyos peligros ha}' algunas advertencias eo la obra de Robinson (195'1) y en Lara, 1992b.

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TEoRiA DEL OIccrONARIO MONOUNGÙE

El acto ilocutivo gue da origen al artieulo lexicografico, en consecuencia, es una instituci6n sociallargamente elaborada en Occidente (y debe serlo también en lexicografias de otras culturas lingiiisticas) gue, por esa raz6n, no encuentra una explicaci6n suficiente en la simple consideracion etnologica de 105 actos verbales instituidos en cualguier sociedad "natural". El acto ilocutivo de la lexicografia es un fenomeno cultural.

2. LA

RECONSTRUCCION DEL SIGNIFICADO Y lA CULTURA DE U. LENGUA

El capitulo V también lleg6 a la misma conclusi6n: la definici6n lexicografica se distingue de la definicion espontanea, que se produce en el acto de respuesta acerca del significado de una palabra, porque a lo largo de 105 siglos ha venido a elaborar la estereotipicidad de muchos signifieados (en especiallos de las llamadas "clases naturales", pero también 105 de muchos otros voeablos cuya signifieaci6n privilegia el modo designativo del mundo experirnentado) bajo la gaia del pensamiento ontol6gico de la filosofia occidental, precisamente como motor y resultado de la evoluci6n cultural. Debido a ella, hay que insistir, la definici6n lexicogr5.fica es una recons-tnIccion del significado socialmente construido. Pero no 5610 eso: si el diccionano monolingiie es un deposito de la memoria social delléxica y de alli deriva su veracidad, la definici6n gue ofrece para cada vocablo Bega a oeupar ellugar del significado mismo; es decir, infonna el significado (en 105 sentidos de "dar forma al significado" y de "transmitirlo" a sus miembros) en la sociedad y a la sociedad,hasta convertirse en el verdadero significado de un vocablo. Por eso es por lo gue cl diccionario monolingiie no es simplemente el m6dulo descriptivo del significado delléxico de una comunidad lingiiistica, como lo ha concebido la linguistica descriptiva. Es, por lo contrario, una elaborada construcci6n de toda la sociedad (no de un agregado de sus miembros), interpretada y formalizada por ellexie6grafo como agente lingiiistico en la divisi6n social del trabajo. Como se dijo en 105 capitulos V y VI, la reconstrucci6n del significado en el diccionario monolingiie no se logra como "minimo comiin denominador" de 105 significados de vocablos usados por miembros de la sociedad, ni como manifestaci6n del significado "mas frecuente" entre ellos; se lagra como resultado de un cultivo de la lengua, orientado por las historlas de cada comunidad lingiiistica considerada. También alli se concluye, enton· ces, gue el diccionario es un producto cultural.

DEL ACTO VERBAL AL ARTfcULO LE..XICOGRAnco: CONCLUSrON

3. Li\. TEORiA DEL DICCION.-\RlO

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tlIONOUNGÙE

El resultado de csta larga clucidaci6n del sentido de 105 diccionarios monolingUes es que hay fenomenos lingiiisticos "naturales" en la base de todo diccionario, pero gue esa naturalidad de la lengua hablada por cada ser humano no basta para explicar su existencia real: ésa gue se hace manifiesta a cualquier persona cuando habla o cuando escueha a 105 que la rodean. Las lenguas no existen realmente sin sociedad. La capacidad biologica para aprenderlas y hablarlas es una virtualidad genética, gue se atrofia si el ser humano no entra en sociedad, y si no es la sociedad la glie lo ensena a delimitar un campo referencial y la glie lo educa en 105 multiples modos de significaci6n gue sus propios organos cognoscitivos penniten, pero gue la vida comunitaria destaca, modula y orienta. El diccionario monolingiie es una prueha privilegiada de ello, porgue su hechura pone en juego el reconocimiento de esas habilidades y de las maneras en gue la sociedad intenriene realizandolas en direcei6n a la in te· ligibidad generaI. Por eso, precisamente, el diccionario debia ser analizado como fenomeno lingùistico, y no abandonado al desinterés gue causan 105 meros productos comerciales, o los objetos gue produce una despreeiada "aplicaci6n" de la lingiiistica. Ya se ve que hay "aplicaciones" gue van mas alla de la simple organizaci6n de datos, de la lista alfabética y de 105 programas de computaci6n que ofrecen las "industrias de la lengua". La lexicografia es una lingùistica aplicada; si. Su producto, el diccionarlo, es un fen6meno lingiiistico y cultural de primer orden, cuya comprensi6n ni se agata, ni en realidad se logra tornando en cuenta solamente 105 métodos con que fue elaborarlo. De ahi la importancia de una teoria verdadera del "hecho diccionario".

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DICC[01\ARIOS

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