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Edición impresa GOBERNACIÓN DE

Miranda

Gobernación de Miranda Henrique Capriles Radonski Gobernador del estado Miranda Adriana D’ Elia Secretaria General de Gobierno

Miriam Hermoso de Rivas Presidente FFESR / IABIM Libertad Scott Directora editorial Thiana Balza Mora Editora junior Gaetano Iannuzzi Diseño gráfico Diseño de portada: Ernesto Díaz Textos: Ovidio Aguilar Meza Correctora: Ileana Florez Arias ISBN: 978-980-7316-09-5 Depósito Legal: lf42320109002702 Colección: Ambrosio Plaza Serie Azul # 10 © 2010 Fundación Fondo Editorial Simón Rodríguez Todos los derechos reservados. Prohibida su reproducción parcial o total por cualquier otro medio sin permiso del editor.

Edición digital GOBERNACIÓN DE

Miranda

Gobernación de Miranda Henrique Capriles Radonski Gobernador del estado Miranda Juan Fernandez Morales Secretario General de Gobierno

Miriam Hermoso de Rivas Presidenta Fabricio Briceño Graterol Director Editorial Gaetano Iannuzzi Diseño gráfico Osmariz Carolina Pérez Transcripción de textos Publicación Digital 2016 Fundación Fondo Editorial “Simón Rodríguez” Av. Bolívar al lado del Boulevar Lamas, Casa de la Cultura “Cecilio Acosta”, piso 1. Los Teques. Edo. Miranda E-mail [email protected] +58 (0212) 364.14.19 Todos los derechos reservados. Prohibida su reproducción parcial o total por cualquier otro medio sin permiso del editor.

En búsqueda de la verdad ¿Miranda fue Masón? Ovidio Aguilar Meza

BIBLIOTECA DE AUTORES Y TEMAS MIRANDINOS

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Sección Azul Colección Ambrosio Plaza

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Dedicatoria A mis hijas Katherine y Maríalejandra, razón de mi existir A la memoria de mis padres, Gladys, símbolo de abnegación, y Ovidio, la moral hecha hombre A mi hermano Leo y sus muchachos A Fanny, un ser especial A mis hermanos Mireya, Jorge y Miriam y mis sobrinos A toda mi familia Y a los buscadores de la verdad en todo el Orbe

Agradecimientos Al Lic. José Negrón Varela, por su valiosa ayuda. A la Lic. Miriam Hermoso de Rivas, Presidente de la Fundación Fondo Editorial “Simón Rodríguez” por la receptividad a nuestra propuesta Al Dr. Ildefonzo Leal, Cronista de Los Teques, por la valoración de este libro y, muy especialmente, a la Prof. Libertad Scott, Directora de la Fundación Fondo Editorial “Simón Rodríguez” por su incondicional y decidido apoyo para la publicación de esta obra

Ovidio Aguilar Meza

Capítulo I

Consideraciones preliminares La presente investigación biográfica nace de la necesidad de esclarecer uno de los misterios que rodean la vida del prócer venezolano Sebastián Francisco de Miranda Rodríguez. Una vida enriquecida con experiencias únicas, estudios, circunstancias particulares y sucesos que difícilmente haya experimentado algún otro personaje de su época, y porqué no decirlo, de todas las épocas. Francisco de Miranda, como se dio a conocer, tiene el privilegio de que hoy en día, aún después de más de dos siglos y medio de haber visto la luz en su nativa Caracas, su pensamiento cobra vigencia cada vez que surgen en el mundo hechos y circunstancias que, de una u otra manera, sacuden los cimientos de la sociedad, sobretodo en el continente que anheló convertir en una sola nación para enfrentar el futuro como una potencia unida. Sin embargo, en esta obra no se ahondará en su vida, toda vez que existen importantes trabajos biográficos de reconocidos autores acerca del librepensador caraqueño, que abundan en detalles en relación a su interesante existencia, por lo que nuestra investigación se concentrará en el tema que nos ocupa, Miranda y la Masonería. Francisco de Miranda, hombre de mundo que quiso absorber la mayor cantidad de conocimientos que la vida ponía a su disposición, buscaba aún más en donde lo intangible estaba superpuesto a lo evidente. Ansias de conocimiento, curiosidad innata, investigador incansable en la inacabada búsqueda de la verdad, Miranda no podía estar ajeno al mundo que la Masonería podría mostrarle. Viajaba Bicentenario del 19 de abril (1810-2010)

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desde occidente hacia oriente, de norte a sur, no perdía oportunidad de observar y saberlo todo, procuraba percibir como un verdadero aprendiz lo que los viajes le mostraban. Su sentido crítico le hacía evaluar con elevada agudeza y libertad desde lo más elemental hasta lo más complejo, manteniendo un espíritu analítico hasta el final de sus días. Miranda, adelantado a su época en todos los sentidos, tuvo la particularidad de utilizar doce pseudónimos durante su vida para evadir las persecuciones de las que era víctima, así como para relacionarse en diversos círculos, manteniendo en secreto su verdadera identidad. Carlos Sáenz de la Calzada1 hace referencia de tales pseudónimos: Los patriotas de América, que alcanzan nuevos triunfos en este año (1816), empiezan a hacer merecida justicia al Precursor, que mientras viajaba y conspiraba se llamó señor de Meran, en Hamburgo; señor de Meirat, en Suiza; Coronel de Maryland, en Roma; Coronel Mirandow, en Rusia; M. de Meroff, en la República Bávata; Monsieur de Meroud, en Francia; Mister Martín, en Inglaterra y Estados Unidos; Gabriel Eduardo Leroux d´Helander, en una fuga de París; “Don Pancho”; “Un peruano”; “Un Americano”; o “Eleuteriatikos”, en sus salidas a las columnas de la Prensa, y José Amindra – juego con las letras de su apellido. Cuando intentaba evadir de su prisión.

Asimismo, todos los biógrafos del precursor de la independencia de Venezuela coinciden en lo maravillosa de su vida, llena de vicisitudes y aventuras irrepetibles, sin embargo, en cuanto al tema que nos ocupa, existen divergencias e imprecisiones acerca de su ingreso a la Masonería. 1. C  ARLOS SÁENZ DE LA CALZADA, Diccionario Biográfico de Venezuela, Talleres de Blass S.A. Tipográfica, Buenos Aires, 1953, p. 750

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No obstante, es importante destacar que mucho de los biógrafos del generalísimo no son masones, por lo que tal vez, de manera inconsciente, han obviado elementos, circunstancias y hechos que les resultan irrelevantes, pero que ante una investigación objetiva biográfica-masónica es imposible que pasen desapercibidos por las connotaciones que los mismos representan, y éste es nuestro caso. Las circunstancias que vinculan a Miranda con los masones las podemos ver reflejadas en ejemplos, como la del historiador venezolano Tomás Polanco Alcántara2: “En el equipaje venía un lote de libros adquiridos por Miranda en Jamaica. Una cuidadosa revisión de los mismos hace difícil pensar que en ellos hubiese alguno peligroso para la revisión inquisitorial”. Observaremos lo contradictorio que puede resultar esta afirmación ante un hecho significativo en cuanto a esos libros de Miranda, que menciona el historiador Polanco Alcántara. En ese sentido, para los efectos de la presente obra, hemos considerado estos hechos y circunstancias singulares como elementos vinculantes, cuyo análisis están orientados hacia la aclaratoria del tema en cuestión. ¿Se inició Francisco de Miranda en los augustos misterios de la Masonería? Develemos pues, el velo de este misterio. ¿Qué es la Masonería? Aunque la presente obra no es masónica, la metodología de la investigación nos exige determinar las variables que conforman este trabajo, Francisco de Miranda como sujeto investigado, y la Masonería como marco de la investigación. Basándonos en tantas imprecisiones conceptuales que acerca de esta orden se han presentado a través del tiempo, unas por desconocimiento exacto de sus principios y otras tal vez con el objeto 2. TOMAS POLANCO ALCANTARA, Miranda ¿Don Juan o Don Quijote?, Ediciones GE, Caracas, 1997, p. 82

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explícito de desinformar, consideramos menester ilustrar al lector en cuanto a la verdadera esencia de lo que es la Masonería o Francmasonería universal, toda vez que aún hoy en día, ella, y por ende los masones, encuentran detractores y enemigos en diversos ámbitos. Una de las últimas acciones en su contra la representa la Declaración sobre la Masonería, dictada por la Congregación para la Doctrina de la Fe, firmada por el entonces prefecto de la congregación, Cardenal Joseph Ratzinger en 19833, en la que se expone entre otros cargos: “Los fieles que pertenezcan a asociaciones masónicas se hallan en estado de pecado grave y no pueden acercarse a la santa comunión”. En otras palabras, los masones siguen hoy en día excomulgados por la Iglesia Católica. No obstante, esta medida contrasta con la obra escrita mucho antes, por el p.j. Dr. Töhötöm Nagy4, quien tuvo la singular experiencia de ser Sacerdote Jesuita y luego iniciarse en la Masonería, alcanzando en ambas instituciones los más altos grados. En su libro, expone: Los católicos no prácticos, que no escuchan la misa por años, que no comulgan por décadas y que dicen ‘yo soy católico a mi manera’, se les puede tildar prácticamente de paganos. Pues, si juzgamos a la Iglesia a través de estos miembros, ella (la Iglesia), es tan irreligiosa como la Masonería.

Una reflexión interesante, digna de ser analizada en todo su contexto. Pero los ataques provienen de muchos frentes. Una referencia a palabras atribuidas al Papa León XIII (P. 1878-1903), son plasmadas por el Pbro. Virgilio Filippo5: 3. C  ONGREGACIÓN PARA LA DOCTRINA DE LA FE, Declaración sobre la Masonería, Roma, 26-11-1983 4. NAGY TÖHÖTÖM, Jesuitas y Masones, Buenos Aires, 1963, p. 483

5. V  IRGILIO FILIPPO, Imperialismos y Masonería, Edit. Organización San José SRL. Buenos Aires, p. 62

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Los masones están imbuidos en el espíritu de Satán, son su instrumento como inspirador del odio contra Cristo, se aúnan contra la majestad de Dios, maquinan la ruina de la Iglesia. Su propósito es despojar a los pueblos de la Gracia de Dios.

Sin embargo, analizando lo que se estipula en cuanto al aspecto religioso de los masones, en la llamada carta magna de la Masonería, conocida como Las Constituciones de los Francmasones, compiladas y publicadas por James Anderson en 1723, se afirma en el capítulo descrito como “Deberes de un Francmasón”; Artículo I, DE DIOS Y LA RELIGIÓN6: El masón está obligado por su carácter a obedecer la ley moral, y si debidamente comprende el Arte, no será jamás un estúpido ateo ni un libertino religioso. Pero aunque en tiempos antiguos los masones estaban obligados a pertenecer a la religión dominante en su país, cualquiera que fuere, se considera hoy mucho más conveniente obligarlos tan sólo a profesar aquella religión que todo hombre acepta, dejando a cada uno libre en sus individuales opiniones.

He aquí precisamente el sentido de libertad de culto que la Masonería otorga a cada uno de sus miembros, sin hacer proselitismo a favor o en contra de religión alguna. Este hecho puede desvirtuar las causas de las bulas antimasónicas de la Iglesia Católica, que según algunas opiniones de historiadores, tenían más carga política que religiosa. De manera contradictoria, en una obra editada por la Universidad Católica Andrés Bello, Los archivos secretos vaticanos y la Masonería, en el capítulo titulado “El clero francmasón”, en cuanto

6. G  RAN LOGIA DE LA REPÚBLICA DE VENEZUELA, Constituciones de los Francmasones, James Anderson, Edición Cuadernos Simbólicos, Caracas, Nº 4, 1996, p. 73

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a la presencia de muchos de sus miembros en dicha orden, señala José Antonio Ferrer Benimeli”7: A lo largo del siglo XVIII una de las características más uniformes en todos los países, sean o no católicos (es decir de mayoría católica), es precisamente la presencia de sacerdotes en casi todas las logias. Pertenecen a todas las categorías religiosas: Sacerdotes seculares, diáconos, archidiáconos, beneficiados, chantres, deanes, canónigos, arcedianos…

Acota más adelante: Las órdenes religiosas están igualmente representadas casi todas en las filas de la Masonería del siglo XVIII: Congregación del Oratorio, religiosos de San Juan de Dios, Capuchinos, Recoletos, Paulinos, Hospitalarios, Benedictinos, Teatinos, Bernardos, Premostratenses; Dominicos, Franciscanos, Barnabitas, Lazaristas, de la Caridad, exjesuitas, etc.

Cabe destacar que es durante el siglo XVIII, época de Francisco de Miranda precisamente, la Masonería y los masones fueron blanco de los mayores ataques de la Iglesia Católica. Asimismo, diversos monarcas y jefes de estado de Europa dictaron decretos y edictos en contra de ella y sus miembros, unos, bajo presión del Santo Oficio, y otros, por decisión propia. Sin embargo, en cuanto a qué es la Masonería y sus principios, la propia institución a través de las grandes logias en todo el mundo ha desvirtuado los conceptos errados emitidos en su contra, basada en sus postulados. En ese sentido, tenemos que el Artículo I de La Constitución de la Gran Logia de la República de Venezuela8 reza: 7. J OSÉ ANTONIO, FERRER BENIMELI, Los archivos secretos vaticanos y la Masonería, Universidad Católica “Andrés Bello”. Instituto de Investigaciones Históricas, Caracas,1976, pp. 708-709. 8. G  RAN LOGIA DE LA REPUBLICA DE VENEZUELA, Constitución de la Gran Logia de la República de Venezuela, Caracas, 1982, p. 7 12

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La Francmasonería, Institución esencialmente filantrópica y progresiva, tiene por objeto la investigación de la Verdad, estudio y práctica de la moral y de la solidaridad. Trabaja por el mejoramiento espiritual y material de la humanidad y por su perfeccionamiento individual y social”… “Tiene por principios la tolerancia mutua, el respeto de los demás y de sí mismo, y la libertad absoluta de conciencia; no dando cabida en su seno a debates sobre política y religión”... “Es su divisa: Libertad, Igualdad y Fraternidad.

Por su lado, la Gran Logia Unida de Inglaterra, la llamada “madre de las grandes logias”, establece en su página web9: La Francmasonería es la mayor organización secular, fraterna y de caridad en el Reino Unido. Enseña el autoconocimiento mediante la participación en una progresión de ceremonias. Se espera que sus miembros mantengan una alta moral y estén motivados a hablar abiertamente acerca de la Francmasonería. (Traducido del inglés).

Con el propósito de aclarar acerca de su condición religiosa en la misma página Web10 agrega seguidamente “¿No es una religión? Enfáticamente no. La Francmasonería no intenta reemplazar a ninguna religión o sustituirla. Se trata de la relación entre el hombre con su prójimo, no en la relación del hombre con su Dios”. (Traducido del inglés). Igualmente, aparece una referencia al respecto, en el Diccionario Enciclopédico de la Masonería11: Es lo mismo que Francmasonería y todos los autores la definen distintamente, si bien en el fondo todos la declaran un sistema moral dentro del que caben los principios y creencias de todos los hombres amantes de la humanidad y del pro9. UNITED GRAND LODGE OF ENGLAND, encontrado en www.ugle.org.uk

10. U  NITED GRAND LODGE OF ENGLAND, encontrado en www.ugle.org.uk

11. L  ORENZO FRAU ABRINES, Diccionario Enciclopédico de la Masonería, Tomo 2, Editorial del Valle de México, México DF, p. 768 Bicentenario del 19 de abril (1810-2010)

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greso y dotados de rectitud de criterio y buena voluntad. La etimología inglesa de esta palabra significa albañilería o arte de edificar.

Ahora bien, aunado a estos conceptos, es importante destacar que la Masonería, aparte de ser una institución humanista, filantrópica, altruista y progresista, defensora de la libertad del individuo en todas sus acepciones, es una fraternidad universal a la cual se ingresa solamente mediante una iniciación. De hecho, las enseñanzas masónicas, desde sus inicios hasta hoy en día, están basadas en el simbolismo como herramienta universal que aborda la conciencia del individuo, generando efectos directos en la concepción de las ideas. Siendo así, destaquemos que el simbolismo masónico posee un aspecto exotérico (externo) y otro esotérico (interno), que el masón comprende y asimila en toda su acepción sólo mediante la iniciación. Un ejemplo sencillo pero profundo de lo que aquí referimos podemos verlo en el símbolo universal de la Masonería, representado por una escuadra, un compás y la letra G. Para quien no es masón, dichos elementos podrían representar herramientas de la construcción y una letra en el Masonería Universal centro. Simplemente un logo. Ese es el mensaje exotérico precisamente, pero para el iniciado en la Masonería simbolizan mucho más, son las herramientas que rigen los actos de su vida y de su conciencia, he aquí el aspecto esotérico, de allí que se afirma que ser masón es un estado de conciencia. Pues bien, el simbolismo ha sido usado desde tiempos inmemorables por quienes han sido considerados los antepasados de la Masonería, las antiguas Corporaciones de Constructores. En cuanto a las costumbres de aquellos canteros, acota Eduardo R. Callaey12 12. E  DUARDOR CALLAEY, El Otro Imperio Romano (De la Orden del Temple a la Francmasonería), Ediciones Nowtilus S.L. Madrid, 2005, p. 35

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Llevaban a cabo ritos fúnebres, enterrando a cada cual bajo el emblema de su oficio, generalmente la escuadra, el compás y el nivel: Muchos de estos símbolos funerarios han llegado hasta la francmasonería moderna, que los ha heredado de las corporaciones medievales.

También se refiere a este hecho, Ferrer Benimeli13 La escuadra, el nivel, el compás se convirtieron en sus atributos y símbolos característicos. Resueltos a formar un cuerpo independiente de la masa de los obreros, imaginaron entre ellos palabras de contraseña, y toques, para distinguirse.

Pero al transcurrir el tiempo, la Masonería fue evolucionando en cuanto a la amplitud de sus preceptos, entre los que destacaban los valores de libertad de pensamiento, de igualdad en la sociedad y fraternidad entre los hombres, llevados al interior del individuo mediante iniciación y simbolismo. Este hecho hizo que fueran ingresando una nueva clase de miembros que no practicaban el oficio de la construcción, incorporándose filósofos, pensadores, líderes, artistas, monarcas, militares, la nobleza y diversas profesiones. Cabría entonces preguntarse si Francisco de Miranda, un hombre con una formación filosófica singular, pudo haber tenido algún interés en la Masonería y sus preceptos, y si llegó a iniciarse en ella. Miranda, desde muy joven, se dio a la tarea de estudiar profundamente diversos temas, sobretodo los relacionados a filosofía, política, sociedad y militares. Una opinión acerca de las inquietudes del prócer venezolano, la ofrece Antonio Egea López14: De filosofía progresista, el pensamiento de Miranda se acoge a las ideas innovadoras que representan el reformismo del siglo de las luces. En materia de religión, el deísmo es la 13. J OSÉ ANTONIO FERRER BENIMELI, Ob. Cit., p. 22

14. ANTONIO EGEA LÓPEZ, Ob. Cit., p. 59

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concepción predominante en los ideólogos racionalistas. Las doctrinas pretenden ser reducidas a la sola creencia en un Ser Supremo.

Asimismo, es interesante analizar cómo lo describe Láutico García15: Miranda no era un ideólogo. No baja del sistema a la realidad, sino de ésta al sistema. Como en política, también en religión, fueron las experiencias, los contactos personales y las lecturas, las que progresiva y lentamente fueron estructurando y remachando en su espíritu unos cuantos prejuicios y principios anticatólicos….Su dialéctica es vital, no racional ni metafísica. Su proceso está marcado por el ritmo vital de su metabolismo psíquico-espiritual. De ahí el gran peligro de falsear sus actitudes – religiosas o políticas- si uno se limita a espigar unos cuantos textos en su inmenso archivo sin atender bien a sus conexiones con u tiempo determinado, un estado concreto de su alma versátil, su situación social y política.

Indudablemente, que el perfil del librepensador caraqueño se adaptaba perfectamente a los preceptos que la Masonería promulgaba, representados por la libertad de pensamiento, la lucha contra la opresión y la tiranía, la igualdad de derechos entre los individuos y una sociedad más justa, por lo que no era de extrañar que Miranda pudiera haberse interesado en la orden. Por otra parte, siendo nuestro personaje un hombre de mundo, que mantuvo relaciones y amistad con importantes personajes de la época en diversos ámbitos, cabría preguntarse si sus “amistades masónicas”, pudieron haber influido en sus ideales. Al respecto cita Egea López16

15. L  AUTICO GARCÍA, S.J. Francisco de Miranda y el Antiguo Régimen Español, Academia Nacional de la Historia, Caracas, 1961, p. 192 16. ANTONIO EGEA LÓPEZ, Ob. Cit., p. 68

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Si, además, Voltaire, que influencia en el caraqueño, y la Enciclopedia, que también dejó huella en nuestro ilustrado, tienen que ver con las ideas religiosas de la Masonería Masonería, no puede dudarse que Miranda también recibiera lecciones de la sociedad secreta.

¿Pudo Miranda haber formado alguna verdadera logia masónica? En ese orden ideas, para poseer un escenario mental y una concepción más fiel acerca de estas circunstancias, demos un vistazo fugaz por el origen y la evolución de esta orden milenaria. Origen y evolución de la Masonería La Masonería, tal y como la conocemos hoy en día, surgió en Inglaterra en 1723, producto de una evolución paulatina y sostenida en el tiempo, que generó una transformación en sus fines, el desarrollo intelectual de su membresía y la evolución de la sociedad. Siendo así, para comprender en profundidad qué es la Masonería, y cómo evolucionó hasta la época que nos ocupa, debemos remontarnos a sus orígenes, toda vez que la connotación etimológica de su nombre está íntimamente relacionada con su razón de ser y la definición de sus principios. En ese sentido, todas las teorías y versiones acerca del origen de esta orden se remiten al antiguo oficio de la construcción. Permítame unas líneas para abordar este punto. Masón proviene de la palabra, maçons, término anglosajón que significa constructor, albañil, que agrupados en gremios (guildes) durante la Edad Media, tenían diferentes niveles de conocimientos y autoridad en el oficio de la construcción, desde el aprendiz hasta el maestro masón. Poseían formas de reconocimiento para identificarse que sólo ellos manejaban. Sus conocimientos eran transmitidos verbalmente, de generación en generación, para preservar los secretos del oficio de la construcción, al que llamaron desde el punto de vista iniciático, arte real. Ingresaban a través de un riguroso proceso selectivo y ri-

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tuales de iniciación, y se reunían en locales ubicados al lado de sus obras que llamaron logias. En cuanto a sus orígenes, muchos historiadores se remontan a los Colegios Romanos, conocidos como collegia fabrorum. Así acota Frau Abrines17 Con esta palabra se han denominado las antiguas sociedades de constructores, de las cuales se asegura por muchos, se deriva el origen de las actualidades Logias Masónicas. Según Clavel, por los años 714 antes de J.C., Numa instituyó en Roma los colegios de arquitectos (collegia fabrorum).

Igualmente, en cuanto a la similitud entre ambas organizaciones, refiere Eduardo R. Callaey18 En verdad existen semejanzas entre la estructura de los colegios y la de las logias masónicas: Cada colegio debía estar presidido por un maestro y dos decuriones que ejercían la autoridad sobre los demás miembros, mientras que las autoridades que gobiernan una logia masónica, son el venerable maestro y los dos vigilantes.

No obstante, con el propósito de darle una connotación más profunda a su oficio, los constructores tuvieron que abordar temas y aspectos del simbolismo para poder comprender el verdadero arte recibieron influencia de diferentes corrientes iniciáticas. Estudiaban Geometría, Numerología y Astrología, entre otras disciplinas de mucha utilidad para erigir construcciones con características particulares, que para un constructor “no iniciado” eran difíciles de realizar. En aquella época un gran número de masones pudieron ser analfabetas funcionales, que aunque no supieran leer y escribir, eran iniciados, y precisamente, las enseñanzas iniciáticas se transmiten a 17. L  ORENZO FRAU ABRINES, Ob. Cit., Tomo 1, p. 299

18. EDUARDO R CALLAEY, Ob. Cit., p. 34

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través de condiciones innatas del individuo, que no requerían de la lectura ni la escritura; en tal sentido, el simbolismo se convirtió en el lenguaje por excelencia. A este respecto, exponen Christian Jacq y Francois Brunier19: En la Edad Media todo se considera a través de la criba del símbolo. Este signo de la presencia divina se utiliza en todos los niveles de la aventura humana se trae de la historia, de la sociedad o de la religión. Semejante actitud, que podría parecernos sistemática o arbitraria a la vez es, en realidad, la puesta en práctica de una asombrosa toma de conciencia. El mundo es una palabra de Dios, pues el mundo es sagrado.

Un ejemplo del dominio del lenguaje simbólico de los constructores se puede observar en el Rosetón principal de la Catedral de Notre Dame. Para el hombre común, el Rosetón podía ser simplemente un vitral ornamental, sin embargo, sus constructores tenían otra acepción. Una explicación detallada del mismo la ofrece Udo Becker20:

Rosetón principal de la Catedral de Notre Dame

Rosa de los alquimistas, su diseño se basa en el significado simbólico del número 16 (símbolo de la perfección cristina); el círculo inferior representa a los profetas del Antiguo Testamento; el siguiente a los jueces y los reyes, y el círculo exterior a los reyes y los sumos sacerdotes, todo alrededor de la Virgen María y el niño.

Se incorporaron entonces monjes benedictinos a las logias, quienes eran los encargados de dirigir las obras, ellos transmitían a los masones muchas enseñanzas del simbolismo cristiano que 19. C  HRISTIAN JAQ Y FRANCOIS BRUNIER, El Mensaje de los Constructores de Catedrales, Plaza & Janes Editores S.A., Barcelona, España, 1976, p. 131

20. U  DO BECKER, Enciclopedia de los Símbolos, traducción de J. A. Bravo, Ediciones Robin Cook, Barcelona, España, 1996, p. 280

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fue alimentando el espíritu de aquellos albañiles dedicados en un principio a un trabajo tosco y rudo. A este respecto, opina Eduardo R. Callaey21 “Durante la Edad Media, el arte de la construcción fue desarrollado por los monjes, principalmente por la Orden Benedictina, que asumió fundamental importancia en tiempos del Imperio Carolingio”. Pero los masones ya habían abordado el tema religioso en sus reuniones. En un poema que trata acerca de los deberes de los masones, considerado el más antiguo documento de la Masonería (1250), aparece una interesante reflexión a este punto. Se trata del Manuscrito Reggio22: En esta Asamblea se ordenaron otros puntos, De grandes señores y también maestros; Que quien conozca este oficio y adquiera dignidad, Amará siempre bien a Dios y a la Santa Iglesia,

Esta afirmación refleja la avanzada orientación moral y religiosa que mantenían los constructores de la época. Sin embargo, en las logias había una diversidad de miembros provenientes de diferentes regiones, con creencias y fe muy particulares, y entre ellos, algunos iniciados en otras escuelas Iniciáticas que poseían aptitudes para el arte de la construcción. Los masones fueron adoptando la figura del Gran Arquitecto del Universo, para definir a la divinidad sin otorgarle el nombre de un Dios específico, para así reconocer las religiones particulares de cada miembro. Era el inicio de una concepción primigenia de libertad de culto. Muestra de esta amplitud religiosa lo representa una ilustración del año 1250 de una Bible Moralisée, en la que aparece el creador del universo con las herramientas de la construcción. Era 21. E  DUARDO R. CALLAEY, Ob. Cit., p. 40

22. G  RAN LOGIA DE LA REPÚBLICA DE VENEZUELA, Cuadernos Simbólicos Nº 1, Manuscrito Reggio, Caracas 1995, p. 13

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el Gran Arquitecto del Universo. Udo Becker23 ofrece una interpretación de ella: La noción de Dios creador como Sumo Hacedor del mundo se convirtió en un tópico, en una imagen reiterada; lo pintan con el compás gigante de los canteros en una mano, abarcando el círculo del mundo cuyo verde representa el mar primordial que lo delimita.

Bible Moralisée

No obstante, es importante mencionar que tiempo atrás, producto de desinformación en una época caracterizada por el poder omnímodo del Santo Oficio, se venían generando persecuciones a estas agrupaciones, representadas en las prohibiciones de sus reuniones y asambleas. Una referencia a este hecho hace Robert Ambelain24: La condena más antigua entre las pronunciadas por la Iglesia contra las corporaciones, es la del Concilio de Rouen en 1189, condenación fulminada contra las cofradías obreras de albañiles. El motivo fue (¡ya!) la existencia de secretos (de oficio), de ritos (tanto de recepción como de iniciación de una obra), de asambleas, cuyas deliberaciones se mantenían igualmente secretas.

Otro acto similar, cita Ferrer Benimeli25: En 1425, un Acta del Parlamento, en el tercer reinado de Enrique VI, prohibió que los constructores se reunieran en asambleas, considerándolos culpables de felonía si desobedecían 23. U  DO BECKER, Ob. Cit., p. 111

24. R  OBERT AMBELAIN, El Secreto Masónico, Ediciones Martínez Roca, S.A. Barcelona, España, 1987, p. 89

25. JOSÉ A. FERRER BENIMELI, Ob. Cit., p. 61

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la disposición, castigando a los demás obreros que tomasen parte en aquéllas, con la pena de prisión o una multa, según la voluntad del rey.

Benedicto XIV

Como podemos observar, los ataques a los constructores y asambleas de masones trascendían en el tiempo, y los más poderosos que la Masonería tuvo que soportar sin derecho a la defensa fueron las bulas papales, las más contundentes estuvieron representadas por las de Clemente VII In Eminenti, y Providas de Benedicto XIV, de cuyas motivaciones da su impresión Ferrer Benimeli26

Es cierto que tanto Clemente XII, como Benedicto XIV, a los motivos de seguridad del Estado, añaden otro de tipo religioso, cual es la “sospecha de herejía” por el hecho de admitir en las logias a individuos de diversas religiones, motivo que en el siglo XVIII tenía una valoración muy distinta a la de nuestros días.

Indudablemente, para la Iglesia Católica y la Santa Inquisición era delito imperdonable que alguna organización mantuviera secretos, juramentos, rituales, y para colmo, aceptara individuos de otras religiones. Pero hay una circunstancia particular en Clemente XII estas bulas, se trata de que se fundamentaban prácticamente en rumores, denuncias de pobladores, de funcionarios, de clérigos, pero verdaderamente no había la certeza de lo que los masones hacían en sus reuniones. Así lo señala Ferrer Benimeli27 26. J OSE A. FERRER BENIMELI, Masonería e Inquisición en Latinoamérica durante el Siglo XVIII, Universidad Católica Andrés Bello, Instituto de Investigaciones Históricas, Caracas, 1973, p. 6

27. Ibid., p. 6

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Por otra parte, tanto en la bula In Eminenti de Clemente XII, como en la Providas de Benedicto XIV – por no citar otros edictos o normas emanados de altos eclesiásticos en sus respectivas jurisdicciones- se condena una asociación que de hecho no se sabía qué era, ni en qué consistía.

Asimismo, ya habían sido víctimas de ataques similares los Caballeros del Temple o Templarios, hasta que Clemente VII ordenó en 1314 su abolición y encarcelación, los despojó de todas sus propiedades y riquezas, los acusó, entre otras causales, de herejes, y terminó con la ejecución de Jacques de Molay, el último Gran Maestre de la Orden. Muchos autores otorgan a los Templarios gran influencia en la conformación de ritos masónicos que posteriormente se crearon, y que hoy en día, aún se mantienen. La coincidencia de las causales atribuidas a los templarios y por las que fueron acusados igualmente los masones se pueden Templarios observar en la referencia al cuestionario en contra de los Caballeros del Temple, que hace Martin Walker28: 1.- Que renegaban de Cristo y escupían sobre la cruz en la ceremonia de admisión en la Orden. 2.- Que en esta ceremonia se intercambiaban besos obscenos. 3.- Que los Sacerdotes de la orden omitían las palabras de la consagración cuando decían misa. 4.- Que practicaban la sodomía. 5.- Que adoraban ídolos. 6.- Que se confesaban mutuamente y que el presidente del capítulo perdonaba los pecados.

28. M  ARTIN WALKER, La historia de los templarios, Edicomunicación S.A. Barcelona, España, 1993, p. 168

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Con el tiempo la Masonería recibió influencias de diferentes corrientes, reflejadas en su simbolismo y rituales, como la cábala mística (kaballah), las escuelas del Antiguo Egipto, la pitagórica, el hermetismo y otras, que conformaron todas un simbolismo ecléctico único. Igualmente debemos mencionar una escuela iniciática que jugó un papel preponderante en la Masonería, se trata de la Orden Rosacruz, que ciertamente tuvo gran ascendencia en ella debido al ingreso de destacados miembros en las logias masónicas, así como la incorporación definitiva de elementos de su filosofía en la Masonería. Prueba de ello Fraternidad Rosacruz es la conformación de grados masónicos en la creación de los Capítulos Rosacruces de la Masonería, así como los postulados de personajes como el filósofo inglés, Sir Francis Bacon, (1551-1626). A este respecto, cita Eduardo R. Callaey29: La primera referencia indirecta de la relación entre rosacruces y masones aparece en un poema editado en Edimburgo en 1638, que en una de sus estrofas dice: Porque somos hermanos de la Rosa Cruz, tenemos la palabra del masón y una segunda vista, podemos predecir correctamente las cosas que vendrán.

Gr. 18º Rosacrucismo Masónico

Por su lado, una referencia en cuanto a la relación Masonería y Rosacrucismo, resalta Aldo Lavagnini30: En la segunda mitad del siglo XVII el rosicrucianismo (sic) y la masonería se van enlazando tan íntimamente, y se ejerce tal 29. E  DUARDO R. CALLAEY, Ob. Cit., p. 118

30. ALDO LAVAGNINI, Manual del Caballero Rosacruz, Editorial Kier, S.A. Buenos Aires, p. 69

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Consideraciones preliminares

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intercambio entre el simbolismo de la una y de la otra, bajo la influencia del espíritu filosófico humanista dominante, que, a principios del siglo XVIII, los dos movimientos se han fundido prácticamente, y la masonería se prepara para ser heredera de las tradiciones rosacruces y de las corrientes humanistas de la época.

La base del gnosticismo en la fraternidad Rosacruz tuvo gran impacto en la Masonería, que lo abrazó de una manera inmediata, incorporándose como una de las corrientes con gran aceptación dentro de ella. Europa vivía cambios determinantes en lo político, intelectual y religioso, que generaron trasformaciones en la sociedad, y la Masonería no iba a ser la excepción. El pensamiento medieval estaba en decadencia después de siglos de dominio. Y fue precisamente la Iglesia Católica la primera institución que sufrió los rigores del cambio, afectando directamente a los masones, que de una u otra forma tenían su existencia íntimamente ligada a ella a través de las construcciones de catedrales. Por otro lado, comenzaba el humanismo, una corriente que influyó en la vida y razón de ser de la orden, el cual tuvo gran significación en la formación intelectual y la percepción religiosa de muchos de aquellos constructores. Al mismo tiempo, daba sus primeros pasos la Ilustración para convertirse en un fenómeno cultural, intelectual y filosófico que generaría cambios determinantes en el Viejo Mundo, y de cuyo seno, muchos destacados propulsores se iniciaron en la sociedad de la escuadra y el compás, incorporando sus postulados a ella, convirtiendo a las logias en centros de estudios del hombre, su entorno y su progreso, bajo una perspectiva iniciática. Toda aquella etapa de los constructores ha sido identificada como Masonería Operativa, porque los masones eran operarios, constructores, lo cual progresivamente fue cambiando, hasta llegar a la encrucijada de 1723, cuando se transformó en lo que es hoy en día. Bicentenario del 19 de abril (1810-2010)

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A partir de entonces nace la llamada Masonería Especulativa, toda vez que los masones dejaron de construir obras y templos físicos, para que sus trabajos estuvieran orientados a erigir templos a las virtudes, considerando al hombre como una piedra bruta, la cual podía tallarse y convertirla en un cubo perfecto para la construcción del propio templo interior, eran los libres y aceptados masones. Libres y aceptados masones, agentes para cambios en la sociedad Las logias tuvieron que enfrentar una cruda realidad e iniciaron un proceso de cambio representado en la aceptación de nuevos miembros que no eran constructores, a quienes se denominaron en adelante free and accepted stone masons o libres y aceptados masones. Se les identificó como aceptados, porque se comenzaron a aceptar individuos de diversas actividades y profesiones distintas a la construcción, y se dedicarían a construir las bases de un nuevo hombre, como célula generatriz de una nueva sociedad, y libres, porque no pertenecían a ningún señor feudal ni tenían obediencia explícita a persona alguna, porque eran libres. Una referencia a este punto del historiador Findel, hace Ferrer Benimeli31: Es en Inglaterra, en 1350, donde aparece por vez primera la denominación de francmasón o de free-stone-mason, es decir, del albañil libre que trabaja la piedra de adorno, para distinguirlo del rough-mason, trabajador tosco, comúnmente aplicado a los canteros ingleses. 31. J OSÉ A FERRER BENIMELI, Ob. Cit., p, 27

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Iniciación Masónica

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La incorporación de estos nuevos miembros fue de tal magnitud que a mediados del siglo XVII los constructores de oficio eran minoría en las logias, así ingresó la Masonería con éxito en la Ilustración. Igualmente, reyes, monarcas y la nobleza se motivaron a iniciarse en aquella institución que generaba comentarios de diversa índole. Un caso típico de este aspecto, refiere Santiago Valentí Camp32: Los primeros gérmenes de la alianza universal masónica en Alemania se relacionan con el reinado de Enrique el Hechicero, y en Inglaterra, con el de Eduardo III (1327-1376). Este monarca comprendió que el arte de construir era el más necesitado de energía y reglamentación, pues existía entonces un excelente espíritu de fraternidad entre los obreros constructores de edificios, que por su conducta correcta eran fieles y sumisos, y por este motivo el monarca favoreció a esta institución a título de favorecedor de las ciencias y las artes.

Por otra parte, el hecho de que filósofos se motivaran a ingresar a la fraternidad masónica le dio una profundidad extraordinaria que la proyectó definitivamente hacia un nuevo pensamiento. Casos como los de Voltaire, Diderot, Rousseau, Montesquieu y otros tantos, ofrecen una visión de la proyección de la orden. Circunstancias como éstas fueron decisivas para la transformación de la Masonería, que definitivamente abandonaba su antiguo oficio para prepararse a un nuevo postulado. Las logias se dieron a la tarea de reformular su propósito, sus principios y su objeto. Muchas de ellas se convirtieron en centros de pensamiento avanzado de la época, trascendiendo en el tiempo. El punto de quiebre de esta transformación se consolidó con la creación, en Londres, de la Gran Logia Unida de Inglaterra y la promulgación en 1723 de The Constitutions of free and accepted 32. S  ANTIAGO VALENTI CAMP, Sectas y sociedades secretas, Tomo II, Editorial del Valle de México, Mexico DF, 1989, p. 479

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free-masons, (Las constituciones de los libres y aceptados masones) compilada por el Reverendo Dr. James Anderson. Al respecto, expone Ferrer Benimeli33: El paso de la masonería medieval de los constructores de catedrales (masonería operativa), cuyos miembros se obligaban a ser buenos cristianos, a frecuentar a la Iglesia y a promover el amor de Dios y el prójimo, a la Masonería moderna (masonería especulativa), puede seguirse a través de una serie de documentos que permiten apreciar la transición. Estos se encuentran sobretodo, en la famosa Gran Logia de Edimburgo, que tenía sus reuniones en la St. Mary´s Chapel.

Fue así que paulatinamente se fue generando un sentimiento colectivo de transformación, representado por la incorporación definitiva a la Masonería Especulativa. Un interesante comentario sobre esta transformación ofrece de nuevo Ferrer Benimeli:34 Así concebida, la Masonería desde sus orígenes, quiso ser una reunión, por encima de las divisiones políticas y religiosas del mundo, de hombre que creían en Dios, respetaban la moral natural y querían conocerse y trabajar juntos a pesar de la diversidad de sus opiniones religiosas y de su afiliación a confesiones o partidos más o menos opuestos.

Una diversidad que se expresaba principalmente en la libertad de conciencia y de espíritu, libertad de pensamiento, libertad de expresión, y desde luego, libertad de culto. Para los masones, la concepción de Dios era, y es, un aspecto exclusivo del fuero interno de cada uno de ellos. Y consideraban que la sociedad requería de individuos con este perfil para generar los cambios que irreversiblemente se estaban produciendo. 33. J OSÉ ANTONIO FERRER BENIMELI, Ob. Cit., p. 32

34. Ibid. p. 37

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Pues bien, toda esta amplitud de hechos, criterios, iniciados y pensamientos de libertad estaba respaldada desde 1723, por algunos de los postulados de las Constituciones de Anderson35: Aunque en tiempos antiguos los masones estaban obligados a pertenecer a la religión dominante en su país, cualquiera que fuere, se considera hoy mucho más conveniente obligarlos tan sólo a profesar aquella religión que todo hombre acepta, dejando a cada uno libre en sus individuales opiniones.

Esta circunstancia daba como resultado que para la época de Miranda, ya la fraternidad masónica había sido blanco de los ataques del Santo Oficio a través de Bulas papales y edictos, que entre otros delitos, declaraban a los masones, o liberi muratori, como herejes y enemigos de la ley de Dios. En tal sentido, una transcripción de parte de la bula In Eminenti, presenta Robert Ambelain36: Hemos sabido, y el rumor público no nos ha permitido dudarlo, que se había formado cierta sociedad, asamblea o asociación, bajo el nombre de francmasones o Liberi Muratori, o bajo una apelación equivalente, según la diversidad de las lenguas, en la cual se admite indiferentemente a personas de toda religión y de toda secta, que bajo un exterior de probidad natural afectada, que se exige y con la que se contentan, se han dado ciertas leyes, ciertos estatutos que les unen unos a otros y que, en particular, les obligan bajo las penas más graves, en virtud de un juramento prestado sobre las Santas Escrituras, a mantener un secreto inviolable sobre lo que sucede en sus asambleas.

Como puede observarse, este documento se fundamenta en la prohibición expresa de admisión de personas de una religión distinta 35. G  RAN LOGIA DE LA REPÚBLICA DE VENEZUELA, Ob. Cit., p. 3 36. R  OBERT AMBELAIN, Ob. Cit., p. 90

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a la católica a determinada asociación. Además de lo capcioso que lucía el hecho de prestar juramentos secretos. Igualmente, nótese que se basa en comentarios y rumores, mas no en elementos probatorios. Pero aún así, la bula concluía con una condena estricta en cuanto a todos los fieles. Así lo transcribe Ferrer Benimeli37: Prohibimos seriamente y en virtud de la santa obediencia, a todos y cada uno de los fieles de Jesucristo, de cualquier estado, grado, condición, rango, dignidad y preeminencia que sean, laicos o clérigos, seculares o regulares, aun los que merezcan una mención particular, osar o presumir bajo cualquier pretexto, bajo cualquier color que éste sea, entrar en las dichas sociedades de Liberi Muratori o Francmassons o de cualquier forma que se denominen, propagarlas, sostenerlas o recibirlas en su casa o darles el poder y los medios de reunirse, suministrarles cualquiera cosa, darles consejo, socorro o favor, abierta o secretamente, directa o indirectamente por sí o por medio de otros, de cualquier manera que esto sea…

Extendiendo su alcance no sólo a los masones, sino a quienes de alguna manera cooperasen con ellos: Es más, les ordenamos en absoluto que se abstengan enteramente de estas clases de sociedades, asambleas, reuniones, agregaciones o conventículos, bajo pena de excomunión a incurrir ipso facto y sin ulterior declaración, de la que nadie puede recibir el beneficio de la absolución por otro sino por Nos, o por el Pontífice romano que exista, a no ser en Artículo de muerte.

Pues bien, aparte de la de Clemente XII, para el año de 1771, cuando Miranda comienza su periplo por el mundo, ya se habían producido diversos decretos y bulas en contra de la Orden Masónica, siendo la Bullarium Providas Romanorum; Sanctissimi Domini 37. J OSÉ A. FERRER BENIMELLI, Ob. Cit., p. 131

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Nostri Benedecti Papae XIV, Romae, typis Sacrae Congregationis de Propaganda FIDE junto a In Eminenti, unas de las más firmes condenas en contra de los francmasones. De esta manera, podríamos inferir que en esta posición asumida por la institución, había mucha influencia de las ideas del Liberalismo, presente desde el siglo XV. El hecho de que importantes librepensadores como John Locke (1632-1704) propulsor del empirismo y el liberalismo, mostraran su firme interés en la Masonería, fue determinante. Incluso, en contra de la opinión de algunos autores que niegan la posibilidad de que Locke fuese masón, existen pruebas de que sí perteneció a esta Orden, como la transcripción de un importante documento relacionado con el filósofo inglés, quien se refirió al Manuscrito Leiland, la cual es comentada por James Davis Carter38: John Locke (1632-1704) El Manuscrito Leland cuya autenticidad ha sido cuestionada, pero firmemente defendida, contiene notas y comentarios escritos el 6 de mayo de 1696, por Locke a Thomas, Conde de Pembroke, en el cual, en una de sus partes se lee: “No sé cuál es el efecto de una revisión de este viejo documento puede producir a Su Majestad; pero por mi parte no puedo negar, que ha despertado mi curiosidad, que me ha inducido ingresar a la fraternidad, la cual es una decisión que he tomado (si puedo ser admitido), la próxima vez que vaya a Londres, y será pronto. (Traducido del inglés).

Estas palabras de Locke se convirtieron en un estímulo para los masones, traducida desde luego, en el ingreso de nuevos miembros con ideales completamente liberales a las logias. 38. D  AVIS CARTER JAMES, Committée on Masonic education and service of the Grand Lodge of Texas. Masonry in the US history

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Con este postulado, la Masonería daba un paso adelante que estremecía a la sociedad, al poder instituido, y desde luego, al Santo Oficio. Claro está que en una época en la que el poder de la Iglesia era tan desproporcionado, no sólo en lo religioso sino en lo político, adoptar una posición de esta manera era un sacrilegio. Este fue el preámbulo de la Masonería que vivió Francisco de Miranda.

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Capítulo II

Francisco de Miranda y el contexto histórico de la Masonería en el siglo XVIII Francisco de Miranda nace exactamente en la mitad de un siglo que convulsionó a la humanidad en lo político, en lo social, en lo económico, así como en lo religioso, y en el que la Masonería fue, a la vez, actora y receptora de parte de esos cambios. Era el siglo de las Luces, de los Enciclopedistas, en la que una percepción nueva de la sociedad, del individuo y de la vida era presentada a la humanidad. Miranda, tal vez por esos dones innatos de algunas mentes esclarecidas, fue sintiendo el momento histórico que vivía, y con el tiempo percibió el papel protagónico que él podría jugar en la historia, dedicándose a escribirla, teniendo como actor principal su propia vida. Para ese efecto, se dedicó a escribir un diario, al que llamó Colombeia, del cual acota, Antonio Egea López39: Miranda, con una mentalidad ilustrada, ha empezado a escribir un largísimo diario, que redactará y lo acompañará a todos sus viajes. Al diario agregará cuantos documentos va acumulando, terminando por formar un voluminoso archivo, que, junto a los libros que adquirirá, y que llegaron a sumar seis mil títulos, portaría, lo que de por sí es meritorio, de una nación a otra.

39. ANTONIO EGEA LÓPEZ, Ob. Cit.

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Es conocido el nivel intelectual y cultural de Miranda. Su biblioteca llegó a tener más de seis mil volúmenes. Miguel Castillo Didier40 hace una descripción de parte de ella: “La colección mirandina muestra las obras completas de Voltaire en 70 tomos, de Rousseau en 35, de Condillac en 23, de Montesquieu, la Gran Enciclopedia de D’Alembert y Diderot en 39 volúmenes (3 de láminas), edición de Lausanne de 1781” Francisco de Miranda organizó sus archivos y diario, clasificándolos en: Viajes (26 volúmenes), Revolución Francesa (18 volúmenes) y Negociaciones (19 volúmenes). En el año 2007 el Comité Consultivo Internacional de la Unesco aceptó formalmente la postulación de los Archivos de Miranda como parte Francisco de Miranda (1750-1816) de los registros de la memoria del mundo. Miranda llega a Cádiz muy joven sin tener mayor experiencia de vida, allí comenzó a desarrollarse su espíritu investigador de manera vertiginosa en una sociedad un tanto puritana, lo que generó diferentes reacciones en su ambiente. Una referencia a tales reacciones en Cádiz, refiere J.G. Lavretski41: “Un joven oficial, que leía los autores griegos en el original, y citaba a Rousseau y Voltaire, producía desconfianza en los afectados e ignorantes generales españoles, que le consideraban librepensador y arribista”. Indudablemente, que esta inquietud y particularidad inédita en un desconocido sudamericano generaba reacciones en contra en un círculo que se resistía a los cambios Asimismo, la Corona Española y la Inquisición incoaron en su contra una causa que se convirtió en persecución durante toda su vida, el prócer venezolano estaba en pleno conocimiento de lo que 40. M  IGUEL CASTILLO DIDIER, Miranda y la senda de Bello, Ediciones de la Presidencia de la República, Caracas, 1991, p. 94

41. J.A. LAVRETSKI, Miranda, Biblioteca de la Academia Nacional de la Historia, Caracas, 1991, p. 28

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representaba poseer libros prohibidos y las consecuencias que le acarrearía tenerlos. Precisamente, en una oportunidad, es informado por Juan Manuel Cagigal, su superior y gobernador de La Habana, del decomiso de diversos libros y obras de su biblioteca personal, de la cual había sido víctima, enviándole una correspondencia secreta en la que le escribe42 “Parece que G…ha leído y quemado varios papeles pertenecientes a V.E. y que no podrían hacerle una gravísimo perjuicio. Se ha quedado con los libros, porque quiso su voluntad absoluta”. Asumimos que “G”, podrían ser, José Gálvez, ministro de Indias o Bernardo de Gálvez. Recordemos que entre Cagigal y Miranda se desarrolló una relación muy estrecha que sobrepasaba la natural entre un superior y su subordinado. Realmente Miranda fue protegido por Cagigal permanentemente. Algunos autores lo atribuyen a la supuesta pertenencia de ambos a la Masonería, lo cierto es que Cagigal se encargó de apoyar y proteger al caraqueño de las intrigas y persecuciones que en su contra se habían creado. La amistad entre Cagigal y Miranda era tan estrecha, que por defender las instrucciones que le había dado a su Edecán mantuvieron a Cagigal en prisión por más de nueve años. En relación con este hecho, Miranda le escribió a Cagigal una carta fechada el 16 de abril de 1783, en la que le manifiesta que dejaría La Habana para dirigirse a Estados Unidos, y así evitar caer preso por las falsas acusaciones en su contra. Pues bien, Cagigal le escribe nueve años después desde Madrid, en los siguientes términos43: Muy señor mío. En carta que me escribió Vm, desde la mar, me ofreció no tomar partido hasta la conclusión de mis asuntos, siendo a 42. M  IRANDA, Colombeia, Ediciones de la Presidencia de la República, Caracas, 1983,Tomo I, p. 309 43. M  IRANDA, Colombeia, Ediciones de la Presidencia de la República, Caracas, 1983, Tomo IX, p. 432

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mi cargo tratar de los de Vm, que estuvieron su origen en el desempeño de la Comisión del Real Servicio que puse a su cuidado y la que, evacuada ventajosamente, definió la emulación que franquearon nuestros adversarios, y produjo las consecuencias que Vm sabe hasta mi arribo a España. Nueve años de arresto y otros trabajos, sólo han producido en mi defensa de la indicada Toma de Providencia, el que S.M., vistos mis descargos, me haya dado por absuelto y buen servidor de su Real Persona…

Esta circunstancia habla del nivel de lealtad mutua entre ambos militares. Por otro lado, en cuanto al perfil del precursor, opina Láutico García44: ¿Puede considerarse a Miranda un producto típico de su tiempo? Ciertamente, Miranda fue uno de los hombres más simbióticos de la Historia. Las lecturas incesantes, los viajes, las conversaciones le tenían en contacto siempre con los hombres ilustrados, los más diversos y los más numerosos que se pueda imaginar.

Ciertamente, las ansias de conocimiento e investigación de Miranda le llevaron a sostener los más disímiles contactos en todas las ciudades que visitaba, pero entre ellos predominaban aquellos que de una u otra manera pudieran ser importantes para su proyecto. Como dato anecdótico, dentro de los singulares contactos realizados por Miranda estan los que sostuvo con ex jesuitas en varias ciudades. Así lo refiere Egea López45: La vida política de Francisco de Miranda coincide con la etapa de exilio de los jesuitas expulsados del territorio español por 44. L  AUTICO GARCIA, S.J., Francisco de Miranda y el Antiguo Régimen Español, Academia Nacional de la Historia, Caracas, 1961, p. 143 45. ANTONIO EGEA LÓPEZ, Ob. Cit., p. 57

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Carlos III, en 1767. El contacto, pues, del Precursor con los miembros de la Compañía de Jesús se configurará bajo unos parámetros distintos del clero regular o secular.

Igualmente acota Rumazo González46: El arribo a Venecia trae significación especial, conoce allí en la misión diplomática de España, al ex jesuita español Esteban de Arteaga quien llega a entregarle la primera lista de exjesuitas americanos españoles que residen en Boloña.

Por su parte, también hace mención a ellos, J.G. Lavretski47: En Boloña los jesuitas expatriados reciben muy amistosamente al criollo español. Le explican en detalle los varios conocimientos de la situación económica y administrativas de las colonias, le dan la dirección de gente de confianza en diversas ciudades de Europa.

En este orden de ideas, hay un personaje que ha pasado desapercibido en cuanto a la importancia que tuvo para Miranda y su proyecto libertador, se trata del ex jesuita peruano Juan Pablo Viscardo y Guzmán, quien, en las postrimerías de su vida, le entrega al Ministro de Estados Unidos en Londres, Rufus King, gran amigo del prócer venezolano, un valioso documento en el que estaban plasmados postulados de independencia que había desarrollado el peruano, a los que llamó “Carta a los Españoles Americanos”. Rufus King, al leerlos, consideró que podrían ser importantes para el precursor. Esta fue realmente una decisión acertada, ya que el librepensador caraqueño le dio tal connotación que los imprimió en francés en Filadelfia, posteriormente en Londres, otra versión en español original, para luego, remitírselo a Pedro Gual a las Antillas. 46. ALFONZO RUMAZO GONZÁLEZ, Ob. Cit., p. 96 47. J .G. LAVRETSKI, Miranda, Ob. Cit. p., 62

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Igualmente, en la proclama que Miranda lleva en su fallido intento de invasión a Venezuela en 1806, reza48: Lean la epístola adjunta de D. Juan Viscardo de la Compañía de Jesús, dirigida a sus compatriotas y hallarán en ella irrefragables y sólidos argumentos a favor de nuestra causa, dictados por un Varón Santo, y a tiempo de dejar al mundo, para aparecer ante el Creador del Universo.

Lo cierto es que Miranda no escatimó esfuerzos para lograr sus objetivos, o al menos, intentarlo. Sin embargo, mientras nuestro personaje recorría el mundo ya se habían suscitados hechos que sacudieron internamente la Masonería. La Masonería especulativa avanza Ya hemos mencionado la transformación que esta institución había vivido en 1723 y su salto al futuro, del que se desprendió posteriormente una concepción distinta de la sociedad y el hombre. Aunque la formulación de sus nuevos principios representó una importante proyección, sus actividades, sus jurisdicciones y las influencias que pensamientos de importantes personalidades dentro de la orden producía en las logias cambios acelerados en su razón de ser. Es así que comenta Ferrer Benimeli49: Pues, si bien hay en el siglo XVIII miles de hombres afiliados a las logias masónicas, la Francmasonería apenas presenta una unidad. Lo que en algunas partes es una institución de beneficencia, en otras se hace racionalista y alienta el movimiento filosófico, y no faltan lugares donde el carácter predominante es el místico.

48. F  RANCISCO DE MIRANDA, Palabras esenciales, Ministerio de comunicación e información, Caracas, 2006, p. 81

49. JOSÉ A FERRER BENIMELI, Ob. Cit., p. 55

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Ciertamente muchos masones consideraban que debían mantener el legado de los Templarios, otros, se aferraban a las corrientes esotéricas del oriente, un gran número de ellos abrazaron la corriente de los iluministas o iluminados, pero definitivamente, un segmento importante le dio una connotación social y hasta política a los postulados masónicos. Sin embargo, todas estas corrientes pudieron amalgamarse de alguna forma en que no chocaran entre su objetivo principal, el hombre. La Masonería se adaptaba al clima social y político que imperaba en cada región, pero en general, sus miembros estaban en el centro del acontecer europeo en diferentes ámbitos. En los tiempos de los viajes de Miranda la Masonería especulativa tenía más de cincuenta años de maduración desde la promulgación de Las Constituciones de los Francmasones en 1723. Ya los enciclopedistas habían inyectado sus postulados en las logias, y dentro de sus senos se planteaban temas de una gran connotación filosófica y social, que iba nutriendo a pasos acelerados la mentalidad de los masones de la época. Uno de los casos más resaltantes es el de Voltaire, iniciado en la logia parisina de Las Nueve Hermanas en 1778.Una referencia a su iniciación hace Frau Abrines50: Presentado por Franklin (Benjamín) y Court de Gibelim, la ceremonia tuvo lugar suprimiéndose las pruebas físicas, limitándose a las morales y al examen. La recepción fue un triunfo para Voltaire, que lo apreció como el más importante de su vida; su satisfacción no tenía límites, cuando descubrió que las doctrinas y principios que informan a la Francmasonería, eran exactamente los mismos que él había profesado y difundido con tanto ardimiento durante toda su vida, y que Francmasones y filósofos eran, por tanto, en rigor, miembros de una misma escuela, que caminaban hacia un mismo fin. 50. L  ORENZO FRAU ABRINES, Ob. Cit., Tomo 3, p. 1942

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François Marie Arouet (Voltaire) 1694 - 1778

En esa iniciación podemos ver dos importantes personajes de la sociedad del siglo XVIII: Benjamín Franklin y Court de Gibelim. Coincidencialmente en una oportunidad Miranda hace referencia a un acto en el que estuvieron presentes Voltaire y Franklin. Reseña el prócer venezolano51:

La Asamblea de Ciencias ha reanudado sus sesiones públicas el miércoles 29 de abril. El señor Voltaire asistía a esta asamblea en la que se encontraba también el señor Franklin, miembro extranjero de la Academia. El público ha contemplado con emoción, esos ilustres ancianos, gloriosos benefactores de dos hemisferios, abrazarse y dar muestras de una recíproca admiración y de una fervorosa amistad entre dos hombres que, a dos mil leguas el uno del otro, han consagrado su vida al mismo fin: al triunfo de la Ilustración y de la Felicidad del género humano. (Traducido del francés).

El despertar de la conciencia hizo que el arte y la música tuvieran su representación en la Masonería. Un ejemplo que ilustra este punto lo representa Wolfang Amadeus Mozart, iniciado en Viena, en el año de 1781 en la logia La Esperanza Coronada. La Masonería repercutió de tal manera en la fibra creativa de Mozart que varias de sus obras tienen contenido iniciático. La más representativa de ellas Wolfang A. Mozart (1756-1791) es la Flauta Mágica, creada conjuntamente con el poeta Schikaneder. Asimismo, varias fueron sus obras creadas para la Masonería, entre ellas resalta El Elogio a la Amistad, 51. F  RANCISCO DE MIRANDA, Colombeia, Viajes, Tomo XXV, Folio 14

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la cual se asumió como el himno de la Masonería universal. Igualmente, la Música Fúnebre Masónica, hizo de Mozart un respetado masón entre las logias. Otros grandes músicos miembros de la Masonería fueron Beethoven y Haydn, este último, por cierto, intercambió conversaciones e impartió conocimientos de música a Miranda en la interpretación de la flauta. Ahora bien, hubo dos movimientos universales durante el siglo XVIII en los que los masones tuvieron un papel protagónico y significativo, y en los cuales nuestro personaje igualmente participó, la Independencia de los Estados Unidos y la Revolución Francesa, haremos una breve reseña de ellos, con el propósito de no desviarnos del tema central de la obra. Independencia de los Estados Unidos Si algún movimiento revolucionario e independentista tuvo como actores importantes a los masones fue la Independencia de los Estados Unidos. Desde los más destacados militares y defensores de ella, hasta un grupo de los firmantes del Acta de la Independencia y de la Benjamín Francklin Constitución de los Estados Unidos fueron miembros (1706-1790) de esta institución. Es así que Filadelfia, la llamada cuna de la libertad, además de ser gestora de los movimientos de independencia de esa nación, fue centro masónico de vital importancia en los Estados Unidos, que aunque no fue la primera ciudad en donde su fundó una logia, sí es considerada la de formación ideológica de los principios libertarios de Norteamérica. En el año de 1733, se funda La Gran Logia de San Juan en Boston, y al año siguiente, en 1734, se constituyó una logia en Filadelfia, cuyo venerable maestro fue Benjamín Franklin.

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A partir de ese momento el movimiento masónico mantuvo una proyección permanente antes, durante y después de haberse consolidado la independencia de esa nación. Una referencia a este punto hace Frau Abrines52: Las Grandes Logias de Inglaterra y Escocia ejercieron autoridad suprema sobre las que respectivamente habían constituido en ese país, hasta el fin de la revolución americana. Pero al confirmarse la independencia política de los Estados Unidos, los hermanos que ansiaban también verse libres de toda autoridad extranjera, empezaron a organizar Grandes Logias en los Estados que iban conformando.

En otras palabras, los masones interiorizaron el sentido de independencia de su nación, al aspecto de jurisdicción territorial de sus logias, por lo que se dieron a la tarea de crear grandes logias en casi todos los Estados de la unión, con la finalidad de trasladar a la jurisdicción masónica la independencia que habían logrado en las armas. Por otra parte, tal y como acotamos anteriormente, el nivel de participación de los masones en el desarrollo de la independencia de dicha nación fue decidido. Cabe destacar que entre los firmantes de la Declaración de la Independencia se encuentran 8 personajes que son reconocidos masones: Benjamin Franklin, John Hancock, Joseph Hewes, William Hooper, Robert Treat Payne, Richard Stockton, George Walton, William Whipple, así como también, en siete más de ellos, existen evidencias de haber sido iniciados o relacionados con las logias, nos referimos a Elbridge Berry, Lyman Hall, Thomas Jefferson, Thomas Nelson Jr., John Penn, George Read y Roger Sherman. Asimismo, en cuanto a la Constitución Norteamericana, nueve de sus firmantes son igualmente reconocidos masones: Gunning Be52. L  ORENZO FRAU ABRINES, Ob. Cit., Tomo 1, p. 436

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dford, Jr., John Blair, David Brearly, Jacob Broom, Daniel Carrol, John Dickinson, Benjamin Franklin, Rufus King, George Washington. Mientras que otros 13 mantienen evidencias de haber pertenecido a la Masonería: Abraham Baldwin, William Blount, Elbridge Gerry, Nicholas Gilman, Alexander Hamilton, Thomas Jefferson, John Lansing, Jr., James Madison, George Mason, George Read, Robert Morris, Roger Sherman, George Wythe. Es importante destacar que el término “reconocido” en la Masonería es utlizado a la confirmación real, por al menos un masón, de que un determinado individuo pertenece a la orden. Las formas de reconocimiento, solamente ellos, los masones, la conocen y utilizan. Por otra parte, dentro de este selecto grupo de personajes mencionados anteriormente, hay varios con los que Francisco de Miranda sostuvo importantes conversaciones y amistad, a saber, Henry Knox, Rufus King, Alexander Hamilton y George Washington entre otros. Más adelante veremos el nivel de relación que tenía con cada uno de ellos. La Masonería y la Revolución Francesa No se sabe a ciencia cierta cuándo penetró la Masonería en Francia, sin embargo, en 1721 masones ingleses fundaron dos logias, una en el puerto de Dunkerque y la otra en París, identificadas como “Amistad y Fraternidad” y “Luz de Plata y Santa Margarita” Posteriormente, en 1736, la Gran Logia Provincial de Inglaterra fue comisionada para la jurisdicción del Reino de Francia, hasta que en 1743 la Gran Logia de otorgó la dispensa para constituir el alto cuerpo simbólico de la Masonería Francesa. Sin embargo, los masones franceses se mantenían con un nivel conservador en sus actividades. Aunque destaquemos que Luis XVI había prohibido las reuniones masónicas, por lo que los masones se nombraron como gran maestro al conde de Clermont, perteneciente a la familia real, con la finalidad de ganarse la confianza del Monarca.

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Pero con el mismo tenor que expresamos en cuanto a la participación de los masones en la independencia de los Estados Unidos, igualmente nos referiremos al caso de la Revolución Francesa Asumiendo que los postulados de los enciclopedistas tuvieron una gran repercusión en la sociedad y en los promotores de la Revolución Francesa, y que dentro de estos filósofos habría un selecto grupo de importantes y destacados masones como Voltaire, Juan Jacobo Rousseau, Diderot, Montesquieau y otros más, cuyos ideales trascendieron las fronteras de Francia, para convertirse en postulados de la humanidad, estaríamos hablando pues, que la Revolución Francesa estuvo alimentada filosóficamente por hombres pertenecientes a la orden masónica. Dentro de lo que aquí referimos, debemos destacar a la consigna humanista “Libertad, Igualdad y Fraternidad“ que se convirtió más que en una consigna, en un estado de conciencia ciudadana, que cada vez se interiorizaba en la mente y el espíritu de aquellos luchadores franceses. Esta divisa fue creada por los masones parisinos antes de la gestación de la Revolución Francesa. Una interesante reflexión presenta Santiago Valentí Camp53: La trilogía: Libertad, Igualdad y Fraternidad, como conservación de una identidad redentora, hubo de encarnar de tal modo en el alma de las muchedumbres sedientas de justicia y que anhelaban vivir con la loca intensidad sus sueños de emancipación, que fue inscrita y esculpida en el fronstipicio de los edificios públicos.

Igualmente, lo que se puede clasificar como el clímax del pensamiento humanista masónico en este movimiento se consolida en lo que podría llamarse la carta fundamental de la humanidad, nos referimos a la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano. 53. S  ANTIAGO VALENTÍ CAMP, Ob. Cit., p. 662

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No podemos obviar que durante los años en que se desarrolló este movimiento muchos fueron los masones que por una u otra causa fueron ejecutados, acusados de conspiradores y otros delitos, por lo que deja abierta una interesante expectativa acerca de la Masonería y la Revolución Francesa, sin embargo abordar este tema nos alejaría del objeto de la presente obra. El tema de la Revolución Francesa y la Masonería es una materia que amerita muchas páginas, por lo que hemos realizado tan sólo una referencia histórica dentro del contexto masónico del siglo XVIII. Sirva pues, este breve periplo por el mundo con las referencias históricas de la Masonería, como preámbulo al hecho fundamental de la presente obra. ¿Perteneció realmente Francisco de Miranda a la Masonería? Una manera de abordar esta circunstancias la hemos identificado como elementos vinculantes, los cuales de una u otra manera nos acercan a un hecho fundamental: la búsqueda de la verdad.

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Declaración de los Derechos Humanos y del Hombre

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Capítulo III

Elementos vinculantes Mencionábamos al principio de la obra el hecho singular que se ha presentado con la biografía de Francisco de Miranda, referida al caso específico de su pertenencia a la Masonería y en cuanto a la perspectiva histórico-biográfica masónica, basada en circunstancias de particular importancia para la Masonería. Para ofrecer una explicación lo más acertada posible procuraremos establecer la relación entre el hecho y la afirmación de una manera analítica, sin prejuicios y con la mayor objetividad posible, para abrir una puerta franca hacia la búsqueda de la verdad, estando concientes que a partir de nuestros análisis se generarán opiniones y estudios que llegarán cada vez más cerca de la realidad. Asimismo, los elementos vinculantes no se presentan en un orden cronológico, sino fundamentados en el valor documental para esta investigación. Queremos resaltar el hecho de que las investigaciones realizadas están basadas en las actuaciones o la probable iniciación de un ciudadano llamado Francisco de Miranda y no la de algún individuo o masón identificado como: Señor de Merán, Señor de Merat, Coronel de Maryland, Coronel Mirandow, M. de Meroff, Monsieur de Meroud, Míster Martin y Gabriel Eduardo Leroux d´Helander. ¿Quiénes son estas personas? Todas son una sola, Francisco de Miranda. Es importante de tomar en cuenta esta circunstancia, ya que no es descartable que si aún existiesen registros y libros de actas de la época de las logias lugareñas pueda aparecer alguno de esos nom-

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bres, omitiendo el de Francisco de Miranda. Ya definido este punto, procederemos a nuestro estudio detallado. Elemento vinculante Nº 1 Kingston, Jamaica, 1781 Miranda adquiere libros masónicos El primer elemento vinculante lo consideramos uno de los más sólidos en este trabajo investigativo. Es el año de 1781, Francisco de Miranda es edecán de Juan Manuel Cagigal en La Habana, quien lo comisiona en una misión secreta para negociar un Cartel de Canje de prisioneros con el gobernador de Jamaica, donde están detenidos oficiales y marineros de la escuadra española. Dicha misión la hace respaldado por una correspondencia titulada Instrucción Reservada del Capitán General de la isla de Cuba, fechada 9 de agosto54. El militar venezolano viaja el 14 de agosto en la embarcación parlamentaria Nuestra Señora del Rosario, provisto de instrucciones secretas y amplias credenciales, dirigidas al gobernador y capitán general de Jamaica, mayor general Dalling, y para el vicealmirante Sir Pedro Parker, comandante general de las escuadras de Su Majestad en la isla, arribó el 5 de septiembre del mismo año. Una vez instalado en la isla, Francisco de Miranda se dedica a realizar reuniones secretas. Se ha mantenido allí tres meses, tiempo durante el cual entabla importantes contactos. Está siendo observado por las autoridades de la isla, y sin embargo, logra realizar reuniones con diferentes personajes. Producto de las instrucciones recibidas, ha adquirido dos bergantines, El Three Friends y el Porcupines, en el cual regresa a La Habana el 13 de diciembre del mismo año. Asimismo, durante su permanencia en Jamaica, Miranda ha tenido tiempo de comprar la 54. F  RANCISCO DE MIRANDA, Colombeia, Ediciones de la Presidencia de la República, Caracas, 1983, Tomo II, p. 131

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cantidad de 93 libros de diferentes tópicos. Sin embargo, el prócer no ha hecho mayor referencia en su diario acerca de este hecho. Ahora bien, en el catálogo del equipaje de los libros que había adquirido aparecen dos obras de vital importancia en nuestra investigación, que tienen singular interés para los masones: Las Constituciones de los Libres y Aceptados Masones, y las Ilustraciones de la Masonería. En dicha relación de viaje, se lee entre las obras, las siguientes: CATALOGUE OF BOOKS FOR DON FRANº DE MIRANDA.55 Kingston; Nov. 15th, 1781 5 Constitutions of free & accepted Masons 4to. (sic). 60 Illustration of Masonry; 12mo (10). (sic).

Este elemento es determinante para nuestros objetivos, recordemos que en páginas anteriores nos referimos a la evolución de la Masonería operativa a la especulativa que culminaba con la promulgación precisamente de The Constitutions of free and accepted Masons, (Constituciones de los libres y aceptados masones) compiladas por el reverendo Dr. James Anderson desde 1721 y publicadas en 1723, y que en adelante, se convirtieron en la Carta Magna de la Masonería Universal regular hasta nuestros días. Es importante resaltar que ese libro, incluso hoy en día, no es una obra literaria que se adquiera en librerías, menos aún en aquella época, ya que su contenido, como su nombre lo indica, es la Constitución de la Masonería, la base de lo que podríamos decir, la Pirámide de Kelsen* de la Masonería; la columna vertebral del estamento legal de la Institución, los deberes y derechos de los masones dentro de su organización. 55. F  RANCISCO DE MIRANDA, Colombeia, Viajes, Tomo IV, Folio 76

* Nombre dado al orden jurídico o pirámide jurídica establecida por J. Kelsen y A. Marka, formada por la Constitución, las leyes, reglamentos y disposiciones de las autoridades administrativas”

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Por lo tanto, al igual que otros temas exclusivos de la membresía masónica, es un documento de interés particular interno de la orden, y es entregado en las logias, única y exclusivamente al masón, en el momento de su iniciación o en el grado de aprendiz, con la finalidad de que conozca el ordenamiento jurídico en que se basa la institución. De tal manera resulta difícil pensar que Miranda lo haya adquirido a través de algún librero en Jamaica, siendo que ya para Constitución de los Francmasones esa fecha la Masonería estaba proscrita, acusada de herejía y otros tantos delitos señalados en las bulas referidas en capítulos anteriores. Es así que luce incomprensible el hecho de que si la bula In Eminenti, por mencionar tan sólo una, extendía la condena a quienes de una u otra manera establecieran contacto, protegieran o apoyaran a los liberi muratori o Francmasones, pudiera haber algún individuo en la isla que libremente le ofreciera a un extranjero desconocido unas obras prohibidas de este tenor. Ubicándonos en el tiempo y en el espacio, resulta impensable la entrega a cualquier persona de una obra de este tipo en pleno siglo XVIII, salvo que fuese en su Tenida* de iniciación en la logia. Por otro lado, tenemos el otro libro referido en el Catálogo de Equipaje de Miranda. La obra intitulada, Illustrations of Masonry; se trataba de uno de los libros de historia de la Masonería más impor*. Tenida: en la Masonería, nombre de las sesiones y reuniones de los masones. De iniciación: cuando se inicia un nuevo miembro.

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tantes de la época, que aún hoy, es marco de referencia para el estudio histórico-biográfico de esta orden. Fue escrito por el historiador masón William Preston, célebre tipógrafo y literato escocés, nacido en Edimburgo en 1742 y fallecido en 1818. Una descripción acerca de Preston, es presentada por Lorenzo Frau Abrines56: Masón entusiasta y distinguido, fue Venerable Maestro de la célebre logia La Antigüedad de Londres. Se ocupó muy especialmente de las investigaciones sobre la Ilustraciones de la Masonería Francmasonería, y escribió varias obras notables, que obtuvieron el más justo y brillante éxito, como son: las renombradas Ilustraciones sobre la Francmasonería (Londres 1772 en 12º) de las que se han hecho numerosas ediciones. Así como también, el Calendario del Francmasón y la Crónica de Londres. Preston atribuye el origen de la Francmasonería de Inglaterra a las Compañías de Constructores, traídas de Roma por William Preston (1742-1818) Albano y después por San Agustín.

Indudablemente, que para un masón de la época ésta era una obra de uso obligado para comprender con mayor claridad los orígenes de la Masonería, la cual, obviamente, estaría incluida entre los libros prohibidos del momento. Una reflexión en detalle a la obra de Preston, hace Frau Abrines57: 56. LORENZO FRAU ABRINES, Ob. Cit., Tomo 2, p. 1162 57. Ibid. Tomo 4, p. 161

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La primera edición de Illustration of Masonry de Preston apareció en el año de 1775, y muy pronto fue seguida de una traducción alemana de J.M. Chr. Meyer… Las ediciones que se hicieron después, con mucha rapidez por cierto, fueron considerablemente aumentadas hasta el punto de formar un libro en el que se encuentra un manantial fecundo de enseñanza masónica.

Basado en este punto, podemos observar que para el momento en que Miranda la adquiere, la obra de Preston tiene seis años dentro de la vida de las logias, siendo ya conocida por los masones de la época y de lectura obligada dentro de la fraternidad. Ahora bien, resaltemos el estatus en el que la Masonería se encontraba en Jamaica para la época en que Miranda adquirió los libros en dicha isla. Jamaica se había convertido en la puerta de entrada de la Masonería a América y el Caribe, debido a su ubicación geográfica privilegiada, sumado al hecho de ser Colonia Británica. A este respecto refiere Américo Carnicelli58: En las islas del mar Caribe, colonias que eran de Inglaterra, de Francia, de Holanda, no tardaron en prosperar las logias masónicas. La primera fundada en las Antillas, fue en la isla de Jamaica, colonia inglesa, en la ciudad de Kingston, el 134 de abril de 1739, distinguida con el número 182 por la Gran Logia de Inglaterra. La segunda se fundó en la misma isla, en Port Royal en 1742 con el nombre de Port Royal Lodge Nº 193, puerto naval, entonces de gran importancia para la Corona Inglesa en América y centro de operaciones contra las colonias españolas. La tercera logia se fundó en la misma isla, en Santiago de la Vega (hoy Spanish Town). S estableció otra en la ciudad de Kingston en octubre de 1771 titulada Unión Lodge Nº 257, y una segunda en Port Royal, llamada 58. AMÉRICO CARNICELLI, Ob. Cit., Tomo I, p. 38

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Harmony Nº 281; además unas logias militares inglesas en los años siguientes en la misma isla.

Igualmente, hay una información interesante de reseñar, en cuanto al aspecto histórico de la Masonería en Jamaica, referida en la página web de la Gran Logia Distrital de Jamaica, (District Grand Lodge of Jamaica)59: El 20 de noviembre de 1779, el Hermano William Smellie, maestro de la Logia San Andrés 102, que al parecer, se estaba reuniendo en Liguanea, recibió permiso del Gran Maestro Provincial Inglés, posteriormente Almirante Sir Peter Parker, para celebrar el Festival de San Andrés en Half-Way-Tree el martes, el 30 de noviembre. Esta fue la primera celebración registrada del Festival de San Andrés en Jamaica en 1780”. (Traducido del inglés).

En esta reseña histórica del web oficial masónico jamaiquino, se menciona a un personaje importante en la vida de la institución en la isla, se trata del Almirante Sir Peter Parker, quien en 1780, fue quien dirigió la primera celebración de San Andrés de la Masonería, en Jamaica. Asimismo, con la finalidad de tener una visión más exacta de los hechos, se realizó una consulta a la Gran Logia Distrital de Jamaica, en cuanto a información relacionada con el Almirante Sir Peter Parker. En ese sentido, el Gran Secretario de la misma, Neville Black, nos remite la respuesta que Manley Bowen, Gran Secretario de la Gran Logia Distrital de Jamaica y las Islas Caimán, suministró. A continuación presentamos extracto del correo electrónico enviado desde el Despacho de la Gran Secretaría de la Gran Logia Distrital de Jamaica y las Islas Caimán. 59. J OHN A.C. SINCLAIR, Chronological History of the District Grand Lodge of Jamaica, disponible en www.dgljamaica.org

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From: Manley Bowen Sent: Thursday, May 13, 2010 12:55 PM To: ‘Neville Black’ Subject: RE: REQUEST FOR IMPORTANT INFORMATION Bro. Neville Admiral Sir. Peter Parker was Jamaica’s Provincial Grand Master, E.C. 1778 to 1784. He did, however, leave Jamaica in 1782, taking with him Admiral Comte de Grasse and other high ranking French Officers who had surrendered to Admiral Lord Rodney following the Battle of The Sainte in 1782. He became Deputy Grand Master to the Duke of Cumberland in 1787.” Hermano Neville. El Almirante Sir Peter Parker fue el Gran Maestro Provincial de Jamaica EC 1778 hasta 1884. Sin embargo, él dejó a Jamaica en 1782, llevando con él, al Almirante Comte de Grasse y otros oficiales de alto rango francés que se habían rendido al Almirante Lord Rodney tras la batalla de la Sainte en 1782. Se convirtió en Gran Maestro Adjunto para el Duque de Cumberland en 1787.

Es a este oficial a quien precisamente Juan Manuel Cagigal refirió con correspondencia privada a Francisco de Miranda, y con quien el prócer venezolano sostuvo diversas reuniones privadas durante su estadía. En esta correspondencia oficial podemos observar que el almirante Sir Peter Parker, para el momento en que Francisco de Miranda visita y sostiene reuniones secretas con él, ejercía el cargo de Gran Maestro Provincial de la Gran Logia de Jamaica. Se podría inferir que producto de esas reuniones secretas habría podido surgir el tema de la Masonería entre ambos militares, por lo que si se hace un análisis de la secuencia de los hechos podremos ver que fue en la salida de la isla, después de las reuniones secretas de Miranda, cuando aparecen por primera vez los libros masónicos en su equipaje. Por otro lado, es en Jamaica precisamente por donde ingresa con mucha fuerza la Masonería a América y el Caribe. 54

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Existe un personaje de importancia en la historia de la Masonería hispanoamericana que vale la pena mencionar, se trata de Etienne o Esteban Morín, destacado masón que trajo desde Europa los fundamentos masónicos, introduciéndolos a través de Jacquemel, fundando en primera instancia la Logia Perfecta Armonía. Al respecto, acota Frau Abrines60: En 1762 desembarcó en Jacmel, isla de Santo Domingo, Etienne Morín, delegado de los Orientes de París y Burdeos, de quienes obtuvo patentes el 27 de agosto de 1761, para propagar el Rito Escocés en América”. “Morín funda la Logia y se celebra en ella la primera Tenida del Rito Escocés Antiguo y Aceptado en el Nuevo Mundo.

En 1796 Morín viaja a Kingston e instala y nombra a Henry Andrew Francken, Diputado Inspector General para el Rito de Perfección, uno de los ritos masónicos que se habían conformado en Europa. En otras palabras, la Masonería estaba suficientemente fuerte y posicionada en la isla para la fecha del arribo y permanencia de nuestro personaje en Jamaica. Pero existen circunstancias que se deben tomar en cuenta, Miranda ya había sido víctima de la Sumaria 210 de la Santa Inquisición, con la Real Orden de ponerle en prisión en noviembre de 1781 “por delito de proposiciones, retención de libros prohibidos y pinturas indecentes”61 Tomás Polanco Alcántara62 acota: El 11 de noviembre de 1778, el tribunal Inquisitorial de Sevilla remitió al Consejo de la Suprema Inquisición de Madrid, una Sumaria de 155 hojas acusando a Miranda por delitos de proposiciones, retención de libros prohibidos y pinturas obscenas. El Consejo devolvió la causa de Sevilla el 8 de noviembre de 1779 para que ejecutase lo que va sentado y ha resuelto el Consejo. 60. LORENZO FRAU ABRINES, Ob. Cit., Tomo 4, p. 467

61. FRANCISCO DE MIRANDA, Colombeia, Ob. Cit., Tomo I 62. TOMÁS POLANCO ALCÁNTARA, Ob. Cit., p. 62

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Podemos deducir lo altamente riesgoso y peligroso que resultaba para el caraqueño adquirir estos libros masónicos por mera curiosidad, toda vez que ya estaba siendo acusado de tenencia de libros prohibidos. Por el contrario, luce incongruente que alguna persona o vendedor de libros en la isla se los ofreciese y él los aceptase libremente. Estas circunstancias indudablemente que complicaban mucho más las actuaciones de Miranda, a sabiendas de quienes estaban tras sus pasos, para que se aventurara por simple curiosidad a adquirir tales obras. Asimismo, si Miranda se hubiese iniciado en la Masonería en otro lugar y en otra oportunidad, ya hubiese tenido estos libros dentro de su biblioteca, desde el momento en que ingresó a la orden. Elemento vinculante Nº 2 La Habana, 1783 Miranda, dos años después, mantiene en su poder los libros masónicos adquiridos en Jamaica Francisco de Miranda se ha mantenido activo en La Habana durante dos años desde que regresó de Jamaica a finales de 1781. Pero el 12 de febrero de 1783 debe partir de Cuba. Es sabido que el venezolano viajaba llevando consigo los volúmenes de su extensa biblioteca, la cual estaba dando los primeros pasos para su formación. Ya el venezolano tiene 33 años de edad y han transcurrido 12 desde que salió de su Caracas natal. Al momento de salir de La Habana elabora una lista del equipaje del viajero. En esta nueva lista aún se mantienen los libros de la Masonería que había adquirido en Jamaica. Cabe entonces preguntarse: ¿Tenía necesidad el librepensador venezolano de mantener obras que lo comprometieran y complicaran más aún ante el Santo Oficio y la Corona Española? ¿Qué sentido tenía mantener en su poder tales obras?

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El 12 de febrero de 1783 zarpa de la Habana y aparecen de nuevo relacionados los libros masónicos. Equipage de la Havana (sic)63 5 Constitutions of free & accepted massons – 4ª - 12 P (sic) 25 Illustrations of Masonry, 2-12º - 01 P (sic)

No podríamos asegurar si Miranda mantuvo actividad masónica en la isla durante esos dos años, sin embargo, se tiene conocimiento de que la Masonería estaba presente en Cuba desde años atrás, basado en un certificado del Grado de Maestro otorgado a un ciudadano inglés llamado Alexander Cockburn, fechado 3 de mayo de 1763. Acota a este punto, Gustavo Pardo Valdés64: La Masonería se establece en forma definitiva en Cuba, a partir de la llegada de miles de emigrantes franceses procedentes de Haití, que trajeron con ellos las logias “La Perseverance”, “La Concorde”, “La Amitié” y “La Bonéfique, instalándose las dos primeras en Santiago de Cuba y las otras dos en La Habana, presumiéndose que ello ocurre entre 1798 y 1802.

En cuanto a la Masonería en las islas, también refiere Ferrer Benimeli65: Respecto a Hispanoamérica, tampoco abundan las noticias. Una de las primeras, no obstante, corresponde a Cuba. Al igual que en Gibraltar y Menorca, la dominación inglesa de dicha isla, durante los años 1762-1763, sirvió para la implantación de la Masonería en aquel territorio. El Regimiento No. 48 de tropas irlandesas que participó en el sitio de La Habana, y permaneció en Cuba hasta la evacuación inglesa, el 6 de Julio de 1763, constituyó una logia militar, la No. 218 del Registro de Irlanda, según consta de una patente de masón 63. F  RANCISCO DE MIRANDA, Colombeia, Viajes, Tomo IV, Folio 279 vto. 64. G  USTAVO PARDO VALDES, La Masonería en Cuba, disponible en www.visionmasonica.org

65. JOSÉ A. FERRER BENIMELI, Masonería e inquisición en Latinoamérica duranteel siglo XVIII, Universidad Católica Andrés Bello, Caracas, 1973, p. 10

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a favor de Alexander Cockburn, fechada en La Habana el 3 de Mayo de 1763, que reproduce Miranda de Álvarez en su Historia documentada de la Masonería en Cuba.

De acuerdo con lo antes expuesto, la Masonería se encuentra activa en Cuba, veinte años antes de que Miranda estuviese en la isla. Pero no es sino hasta 1804, cuando se funda regularmente la Logia El Templo de las Virtudes Teologales Nº 103 en la Habana, bajo la jurisdicción de la Gran Logia de Pensilvania. Por otra parte, ya hemos referido, que el librepensador venezolano mantuvo una estrecha amistad con el general Cagigal, de quien se asegura pertenecía igualmente a la Masonería, por lo que cabría preguntarse si durante su permanencia en la Habana ambos personajes mantuvieron reuniones masónicas. Egea López66 realiza una acotación en cuanto a esta amistad: Las relaciones entre Cagigal y Miranda continuaron epistolarmente, y no puede dudarse de que debió haber con seguridad una identificación ideológica entre ambos. No debe olvidarse que el Ejército español contaba con bastantes masones, partidarios de las ideas liberales en política, y librepensadores en materia de religión y de moral. La aproximación de Miranda a los principios filosóficos que definían a la Masonería, en cuanto que eran modos de pensamiento característicos del siglo de la Ilustración, es innegable.

Miranda, acosado a diario, logra evadir en diversas oportunidades a las comisiones que le buscan para su detención, alegando que se encontraba bajo la jurisdicción del Tribunal General de Indias, sin embargo, parte de sus obras, retratos y cuadros han sido incautados y destruidos. En la ocasión en que Cagigal le escribe a Miranda67 “Parece que G… ha leído y quemado varios papeles pertenecientes a V.E., y que 66. ANTONIO EGEA LÓPEZ, Ob. Cit., p. 21

67. F  RANCISCO DE MIRANDA, Colombeia, Tomo I, doc. 349 58

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no podrían hacerle un gravísimo perjuicio. Se ha quedado con los libros porque quiso voluntad absoluta” Pudiérase deducir que entre las obras que han sido decomisadas y destruidas estarían las dos mencionadas en esta investigación, puesto que en las sucesivas listas de equipaje de Miranda no aparecieron mencionadas nunca más, o en caso tal, también cabría la hipótesis de que Cagigal las haya tomado para proteger a su edecán. En esta oportunidad escribe a Miranda68: Amigo: aunque por la forma ha sido menester apoderarse de los papeles de Miranda, como seré yo sólo quien lo verá, aseguro a Vmd. Que si por casualidad, hallase alguno que pudiera perjudicarse, lo quemaré o no aparecerá nunca. Como entre sus libros puede haber alguno que esté en el mismo cabo registro de ahí, se quedan aquí para reconocerlos; se hará después su inventario que se tendrían a su disposición. Exmo. Señor Don Manuel de Cagigal.

Esta afirmación de Cagigal supone el conocimiento y reconocimiento que tiene acerca de las inquietudes políticas de Miranda y la presunción sobre la tenencia de obras prohibidas, entre las cuales pudieron haber estado las obras masónicas. Lo cierto es que a partir de entonces no aparecen los libros de la Masonería en el equipaje del prócer venezolano, los cuales pudieron haber tenido dos destinos: el decomiso por parte de las autoridades o la desaparición y destrucción realizada por Juan Manuel Cagigal. Elemento vinculante Nº 3 Cristianía, Noruega, 1787 Miranda visita una Logia Masónica Corren los primeros meses del año 1787, han trascurrido cuatro años desde que nuestro personaje zarpó de La Habana. 68. F  RANCISCO DE MIRANDA, Colombeia, Tomo IV, Folio 96

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Miranda, bajo el seudónimo de Conde de Miranda, viaja a Rusia, donde estableció muy buena amistad con la Emperatriz Catalina II. La reina le ha profesado gran admiración y respeto, al punto de que en una ocasión, cuando el encargado de negocios de España, al reconocer a Miranda, le solicita su extradición a la reina, aduciendo que era solicitado por la Corona Española, Catalina II (1729-1796) Catalina II rechaza inmediatamente su petición, advirtiéndole que Miranda estaba bajo sus servicios. Ya habiendo permanecido varias semanas en Rusia, Miranda considera prudente partir debido a aquel incidente, lo cual se lo manifiesta a la Emperatriz. Ella, a sabiendas del peligro que corría Miranda fuera de su jurisdicción, le otorga el grado de coronel para protegerlo, autorizándole a la vez a utilizar el uniforme oficial de los ejércitos de Su Majestad, le emite un pasaporte imperial, cartas de recomendación a todos sus representantes en diversas regiones y recursos económicos para sus viajes. Con fecha del 22 de abril, el Conde Bezborodko, le entrega al señor coronel Conde de Miranda una correspondencia que reza entre sus partes69: “Su Majestad Imperial, persuadida de vuestro celo por su servicio y dispuesta a recibirlo en él, en el momento que V. encuentre conveniente, le permite, Señor, utilizar el uniforme de sus Ejércitos”. Asimismo, en cuanto al pasaporte imperial, estaba encabezado de la siguiente manera70:

69. FRANCISCO DE MIRANDA, Colombeia, Viajes, Tomo XI, Folio 175 (traducido del francés) 70. FRANCISCO DE MIRANDA, Colombeia, Viajes, Tomo XI. (traducido del ruso)

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Nos, Catalina II, por Gracia de Dios, Emperatriz y Autócrata de todas las Rusias… Se notifica por medio del presente a todos y cada uno a quienes concierne saberlo, que el portador del presente, el Coronel Miranda, es enviado como Correo a Londres y vuelta a Petesburgo, vía Estocolmo y Copenhagen.

Con estas credenciales, el Precursor Francisco de Miranda ha realizado un buen recorrido hasta que llega a Noruega, llevando consigo cartas de recomendación del Conde Andrei Razumovsky, ministro plenipotenciario de Catalina II, quien posteriormente lo remite a los hermanos Bernard y Peter Anker, convertidos luego en sus anfitriones. Ya instalado en Cristianía, el 11 de noviembre, sucede un hecho singular, Bernard Anker lo busca para invitarlo a comer y posteriormente le presenta al gobernador. Al respecto, relata Miranda71: Vino él mismo a la una y fuimos a visitar al Gobernador, señor Scheel, que me recibió con sumo agrado, y su mujer, persona juiciosa y amable. Caballero, dicho Gobernador, de la Orden que tiene una cinta blanca con filete rojo

A simple vista, la referencia sobre “la Orden que tiene una cinta blanca con filete rojo” puede lucir intrascendente, pero es importante destacar que la orden que siempre ha usado prendas con estas características es la Masonería, se trata Mandil Masónico de la banda y el mandil de Maestro Masón del Rito Escocés Antiguo y Aceptado, así como algunos collarines de dignidades logiales, prendas que solamente se utilizan en 71. FRANCISCO DE MIRANDA, Colombeia, Tomo VI, p. 49

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las Tenidas masónicas ¿Cómo pudo Miranda estar en conocimiento de esta condición del Gobernador? ¿Cómo supo que pertenecía a esa orden? Pero hay un elemento de mayor relevancia aún en la visita de Miranda a Cristianía. Al día siguiente, el 12 de noviembre, Bernard Anker lo va a buscar de nuevo y lo lleva a conocer importantes sitios de la ciudad, entre ellos, el propio Miranda menciona a uno de particular importancia para esta obra: una logia masónica. Cita el librepensador caraqueño72: á (sic) la casa de Frank-masones mui (sic) buena sala, que han comprado los frank-masones aquí pr. (sic) 5.000 Rix (sic) de (sic), cuia (sic) sociedad llega á (sic) 72. En el día –Mr. Khan vive allí” - “A la casa de Francmasones, muy buena sala, que han comprado los francmasones aquí por 5.000 Rix de cuya sociedad hay 72 en el día. Mr. Khan vive allí.

Indudablemente que al mencionar a “la casa de los Frank-masones” se está refiriendo a un templo Masónico, que es en donde funcionan las logias. Se puede observar que le es permitida la entrada a la logia, lo cual no es posible si no se es un iniciado, más aún en la época que estamos refiriéndonos, y sobretodo, a un forastero. Igualmente, tiene acceso a información considerada clasificada para la orden, como lo es el número de sus miembros. Pues bien, es importante destacar que para 1787 ya la Masonería lleva más de cuarenta años funcionando activamente en Suecia, en la que diversos miembros de la nobleza y ciudadanos destacados se iniciaron en ella, incluso el Rey de Suecia también pertenecía a esta orden. En lo que respecta a la ciudad de Cristianía, en el portal Wikipedia, Den Norske Frimurerorden (la Orden Noruega de los Francma72. F  RANCISCO DE MIRANDA, Colombeia, Viajes, Tomo III, p. 60

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sones) hace una reseña histórica de la trayectoria de la Masonería en esa nación73: La logia San Olai el Leopardo Blanco, se constituyó el 24 de junio 1749 en la isla de Ladegaard, en la construcción de Bygdøy Kongsgaard en Christiana. El nombre original de la logia fue San Olai y fue nombrada después del rey noruego Olaf el Santo (Olai es un genitivo de forma latina de Olav).En 1780 la logia cambió su nombre a Saint Olaus al Leopardo Blanco. (Traducido del sueco).

Asimismo, se expone: “San Logia San Olai, fue la primera logia masónica en Noruega, y la madre logia de muchas logias de la Orden Noruega de la Masonería”. (Traducido del sueco). La Masonería estaba muy activa en Cristianía para el momento en que la ciudad es visitada por Miranda, de hecho, fue allí en donde se funda la que se considera madre de muchas logias en Noruega. Más adelante, se hace referencia a un hecho de vital interés en esta obra74. En 1785, el segundo Ayuntamiento de Christiania (construido 1733), fue comprado por la logia San Olai. La inauguración de la logia fue realizada por Bernt Anker, y tenía su residencia en la planta baja y la logia en el primer piso hasta 1811. (Traducido del sueco).

Notemos un dato interesante en esta reseña histórica de la Gran Logia de Suecia: se menciona a un reputado masón como artífice de la inauguración de la logia St. Olai en 1785, el señor Bernt Anker. ¿No es acaso el nombre del anfitrión que Miranda identifica como Bernard Anker, quien le presenta al gobernador de la cinta blanca 73. N  orwerian Order of Freemasons, disponible en www.wikipedia.org 74. S  venka Frimurare Orden, Gran Logia de Suecia, disponible en www.frimurarorden.se

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con filete rojo? ¿Este mismo personaje no es quien lo lleva a conocer a una logia de la ciudad? A nuestro modo de ver se trata de la misma persona que Miranda identifica como Bernard Anker. Cuando Miranda menciona que la persona que los atendió, Mr. Khan vivía en la logia, se estaba refiriendo al Ecónomo* de la logia, un funcionario en la Masonería cuyas atribuciones son las de velar por la conservación del inmueble y sus instalaciones, y que generalmente reside en áreas continuas de la logia. Elemento vinculante Nº 4 Gotemburgo, Suecia, 1787 Miranda visita otra Logia Masónica Miranda llega a Gotemburgo, ciudad ubicada a cuatrocientos kilómetros de Estocolmo. Ha estado en compañía de un matrimonio que se ha convertido en gentiles anfitriones, los señores Hall. Gotemburgo (Gotemborg) había sido una ciudad de un gran arraigo masónico. Para la fecha en que Francisco de Miranda se encuentra allí ya habían diferentes logias establecidas, que trabajaban bajo varios ritos. De acuerdo al site oficial de la Gran Logia De Suecia75 ya existía una Gran Logia Provincial, y se habían establecido varias logias en esa ciudad, entre ellas, las logias de San Juan: Adolfo Fredrik en 1753, Salomón en 1755, San Enrique en 1756 y San Andrés de las Tres Coronas Unidas en 1777. Pues bien, Miranda llega a la ciudad el 22 de noviembre, diez días después de haber visitado la logia en Cristianía. Tal y como ha sido su costumbre, ha tenido diversas actividades desde el primer día que llegó, presentándose a diferentes personas recomendadas y * ECÓNOMO: cargo de las Logias que tiene por objeto tomar cuenta, custodiar y renovar todos los útiles de las Logias.

75. S  venka Frimurare Orden, Gran Logia de Suecia, disponible en www.frimurarorden.se Svenka Frimurare Orden, Gran Logia de Suecia

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visitando instalaciones. Pero apenas cinco días después de su llegada, visita a otra logia de la ciudad. En ese sentido, Miranda escribe en su diario el 27 de ese mismo mes76: Por la mañana temprano vestido. A las nueve a almorzar con la amabilísima señora Hall, en cuya compañía, después de tomar té… (Ilegible) fuimos a las diez en su coche a ver la sala de los francmasones; vino el señor J.P. Holterman, propietario de la casa, que nos vino a enseñar dicha sala con suma política. Esta pieza es sencilla, de buena proporción y en muy buen gusto; su arquitecto, el señor Carlberg, que ha visto lo mejor de Italia, Inglaterra, etc. La iluminación que es solamente en la cornisa y algunas lámparas colgadas del techo, debe producir un buen efecto.

Así como en el caso de Cristianía, la referencia de la “casa de los francmasones” mencionada por Miranda es una logia, y el hecho de que el propietario de la misma la haya mostrado interiormente ratifica de nuevo lo que mencionábamos en páginas anteriores, es decir, es un aspecto que no puede pasar desapercibido. Asimismo, es de hacer notar que el venezolano menciona detalles sobre la iluminación de la sala en aspectos puntuales “La iluminación que es solamente en la cornisa y algunas lámparas colgadas en el techo, deben producir un buen efecto” ¿A cuál efecto se pudo haber referido? Esta apreciación específica la hace una persona que conoce cómo puede ser la disposición de la iluminación utilizada dentro de una logia, la cual no mantiene el mismo sentido que en cualquier salón posible, por lo que el comentario de Miranda no estaría referido al aspecto ornamental, sino al efecto que dicha iluminación debe producir en las sesiones masónicas, llamadas Tenidas.

76. F  RANCISCO DE MIRANDA, Colombeia, Ob. Cit., Tomo VI, p. 85

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Elemento vinculante Nº 5 Estocolmo, Suecia, 1787 Miranda visita a orfanato auspiciado por los masones Tal y como referimos al principio de este capítulo, los elementos vinculantes no están señalados bajo un orden cronológico, por tal razón, señalamos como número 5 la visita de Miranda a un orfanato auspiciado por los masones, sucedido en fecha anterior a los precedentes elementos. Asimismo, ya hemos referido el nivel de actividad que mantuvo la Masonería en Suecia, al punto de que monarcas y nobles se iniciaron en ella, logrando ocupar los más altos cargos, incluyendo la Gran Maestría. Sin embargo, la Masonería sueca presentó diversos conflictos con la Gran Logia de Inglaterra y la de Alemania, conformándose a mediados del siglo XVII en una Gran Logia Provincial. Una mención al respecto hace Frau Abrines77: La Francmasonería adquirió en Suecia, hacia los años de 1735 y siguientes, el carácter de un arte espiritualista, mucho más aún que en Francia. El gobernador, conde Alejo Erikson, Wrede Sparre, que había sido recibido en la Sociedad, en París, el 4 de Mayo de 1731, y que después había visitado las logias de Italia, fundó en 1735, en Suecia, la primera logia.

La información que ofrece la Gran Logia de Suecia al respecto es importante destacar para tener una visión más exacta del escenario masónico de la época. Dice en su página web78: La Masonería llegó a Suecia por el conde Axel Wrede-Sparre, un oficial de Caballería Durante el servicio, que en París se inició como francmasón. De vuelta a Suecia se reunió con unos amigos que como él mismo, se habían iniciado masones 77. LORENZO FRAU ABRINES, Ob. Cit., Tomo 4, p. 137

78. Svenka Frimurare Orden, Gran Logia de Suecia, disponible en www.frimurarorden.se.

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en el extranjero. En 1735, él inició al Conde Carl Gustaf Tessin en Estocolmo La mayor parte de los hermanos de la logia Sparre’s Lodge pertenecían a la alta nobleza Las reuniones parecen haber cesado a finales de la década de 1740. San Juan, fue llamada la “Madre Logia de Suecia” y se consideraba con derecho a dictar órdenes a otras Logias. El Conde Carl Fredrik Scheffer que se había iniciado francmasón en París en 1737, fue elegido Gran Maestro Nacional en 1753. Durante la década de 1750, La logia abrió sus puertas a los miembros de distintas clases de la sociedad. En 1756, Charles Frederick Eckleff junto con seis hermanos más, formaron la logia escocesa L’Innocente en Estocolmo, de acuerdo al rito llamado escocés de San Andrés. El siguiente paso en el desarrollo de la Masonería sueca fue tomado por Eckleff en 1759, cuando estableció un Gran Capítulo en Estocolmo.” La Gran Logia de Suecia fue fundada en 1760, y fue reconocida como una Gran Logia Nacional en 1770 por La Gran Logia de Inglaterra. (Traducido del sueco).

Pues bien, Francisco de Miranda llega a Suecia el 21 de septiembre de 1787 utilizando el pseudónimo de Conde de Miranda, ha permanecido dos semanas en diversas actividades. Le ha entregado al ya mencionado Conde Razumovsky, la carta circular de la Emperatriz y la correspondencia particular del Conde de Bezborodko, por lo que las atenciones hacia él son completas. El día 6 de octubre, muy temprano, está a la espera del Conde Razumovsky y un amigo de éste, el Dr. Gahn. El grupo decide recorrer hospitales y otras instituciones. La primera de ellas es un orfanato auspiciado por los francmasones. Refiere el prócer en su Diario79: “Fuimos á (sic) corrér (sic) ospitales, (sic) y otras instituciones- 1ª á la Casa de Expositos (sic) de los Frac-masones, de quien el Pe. Carlos, hermano del Rey es gran-maestre, y Directór, (sic) y el Rey mismo con-frer-”. 79. FRANCISCO DE MIRANDA, Colombeia, Tomo V, p. 503

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Cabe destacar que la Masonería sueca estuvo caracterizada por una gran actividad filantrópica desde sus comienzos, incluso hasta nuestros días, teniendo períodos que la mantuvieron permanentemente en actividad filantrópica y altruista, como sus principios estipulan. Una referencia a un evento realizado por esa Gran Logia, la hace Ferrer Benimeli80: El 3 de noviembre de 1797, la Gran Logia de Suecia celebró las bodas de su Soberano, con una fiesta masónica dedicada a la beneficencia. La Gran Logia dio una comida a 150 pobres, a los que sirvieron los mismos hermanos. Estuvo presente no sólo el duque de Sudermanie, en su calidad de Gran Maestre, sino que el Rey mismo entró en la sala como un simple espectador, e hizo distribuir a cada convidado una corona en especies, y entregó un donativo de 2.000 coronas al hospicio fundado por los francmasones para la educación de los jóvenes huérfanos, a cuya suma añadió el duque 200 coronas más.

Una acotación a este personaje refiere Frau Abrines81: “Carlos XIII, Rey de Suecia era ya Gran Maestro, siendo aún duque de Sundermania”. Incluso, en cuanto a la actividad masónica del Rey Carlos XIII, leemos en el site oficial de la Gran Logia de Suecia82: “Cuando el Duque Carlos de Södermanland, más tarde rey Carlos XIII, en 1774 asumió la dirección de la Logia, se unió a San Juan, San Andrés e instauró un nuevo título de la organización en un sistema que se conoció como el sistema sueco”. (Traducido del sueco). Asimismo, a principios del siglo XVIII la Masonería sueca tenía gran influencia espiritualista, sin embargo, a raíz de la bula In Eminenti, fue suprimida, pero 14 años más tarde, durante 1752 se funda en Estocolmo, precisamente, la Logia Auxiliar de San Juan. 80. JOSÉ A. FERRER BENIMELI, Ob. Cit.

81. LORENZO FRAU ABRINES, Ob. Cit., Tomo 1, p. 270

82. Svenka Frimurare Orden, Gran Logia de Suecia, disponible en www.frimurarorden.se

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A mediados del siglo XVIII se presentaron cambios estructurales y de prácticas de ritos masónicos diferentes al llamado Escocista. Uno de ellos fue el llamado de la Estricta Observancia, con gran influencia jesuítica, propulsado por el Rey Gustavo III, sin mayor éxito. Lo cierto es que a través de esta visita particular Francisco de Miranda continúa manteniendo relaciones con la Masonería de manera directa o indirecta. Elemento vinculante Nº 6 Orden de Cincinnati Históricamente la Masonería, a través de diferentes iniciativas de sus miembros, ha creado y fundado diversas organizaciones e instituciones a las que podríamos llamar “paramasónicas”, con el propósito de exaltar valores particulares de sus miembros y llevar a la sociedad sus fundamentos. En los Estados Unidos de Norteamérica, en mayo de 1783, un grupo de masones decidieron crear una orden militar con el fin de hacer un reconocimiento a los militares que actuaron en la guerra de la independencia de ese país. Esta iniciativa fue llamada Orden o Sociedad de Cincinnati, fundada por los generales Henry Knox y George Washington, destacados masones, quienes fueron sus primeros directivos, y a la cual ingresaron diversos miembros de la francmasonería norteamericana, aunque no era condición sine qua non para pertenecer a ella, el ser masón. Una referencia histórica oficial Orden de Cincinnati de dicha orden, aparece en su página web83: La Sociedad de Cincinnati es una organización histórica con agencias en los Estados Unidos y Francia fundada en 1783 83. Sociedad de Cincinnati, disponible en www.societyofthecincinnati.org

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para preservar los ideales y fraternidad de los oficiales de la Guerra de la Revolución y así preservar el honor de los oficiales que pelearon por la independencia americana. (Traducido del inglés).

Asimismo, se destaca su primera junta directiva: “George Washington fue electo el Primer Presidente General de la Sociedad. Él sirvió desde diciembre de 1783 hasta su muerte en 1799. El segundo Presidente General de la Sociedad fue Alexander Hamilton”. (Traducido del inglés). Sus principales propulsores, Henry Knox, George Washington y Alexander Hamilton eran masones activos para la época y coincidencialmente mantuvieron amistad y contacto permanente con Francisco de Miranda. Es interesante destacar que el hecho de que fuesen Washington y Knox sus fundadores motivó a muchos masones que participaron en la guerra de la independencia de Estados Unidos a ingresar a esta sociedad. No obstante, ena un nota del editor aparecida en un site especializado en temas masónicos de Estados Unidos, se hace una aclaratoria a esta sociedad84: Frecuentemente se pregunta acerca de la conexión entre la francmasonería y la Sociedad de Cincinnati. Actualmente, no hay otra que no sea que prominentes militares francmasones (particularmente de la época) pertenecieron a ambas organizaciones. Probablemente una conexión es hecha porque George Washington influenció en la membresía de ambos grupos. (Traducido del inglés).

Esta aclaratoria, lejos de desvirtuar el elemento vinculante que presentamos, ratifica la cercanía de Miranda hacia las actividades 84. B  RO. ALEXANDER A. BLEIMANN, PDDGM, Editor, Logia Americana de Investigación, disponible en www.masonictrowel.com

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masónicas. Asimismo, acota el investigador masónico Alexander A. Bleinmann85: Del Directorio de New York (1786), se desprende que muchos miembros de la Sociedad de Cincinnati era conocido que habían sido francmasones. Estos mencionados eran George Washington, el Marqués de Lafayette, el General Friedrich Von Steuben, Robert Livingston (Gran Maestro), John Paul Jones y el General Henry Knox. (Traducido del inglés).

Prosigue más adelante: “Aunque la Sociedad de Cincinnati no es un Cuerpo Masónico, ni lo fue jamás, la Sociedad puede bien ser considerada una organización quasi masónica, si todos sus fundadores fueron francmasones”. (Traducido del inglés). Francisco de Miranda tuvo una relación muy particular con masones miembros de esta orden. La primera referencia a este punto proviene del año de 1783, cuando el prócer llega a Newberne en Carolina del Norte, con varias cartas de recomendación de Juan Manuel Cagigal para distinguidos personajes, entre ellos, George Washington, James Hamilton y otros masones, fechada el 26 de mayo de 178386. Miranda transcribe en su diario87: “Varias cartas de recomendación (sic) con que me favorecio (sic) mi propartida me sirvieron de introduccion (sic), y concepto para con varios literatos y miembros del congreso de Pennsilvania (sic) y Jersey.” Entre los personajes con quienes entabla amistad y relación, se encuentran el Juez Adenaus Burke (1743-1802), presidente de la Corte Suprema de Justicia de Carolina del Sur, quien en una oportunidad hizo un estudio de los principios de la Orden de Cincinnati. 85. B  RO. ALEXANDER A. BLEIMANN, PDDGM, Editor, Logia Americana de Investigación, disponible en www.masonictrowel.com. 86. F  RANCISCO DE MIRANDA, Colombeia, Tomo III, p. 86 87. Ibid.

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Una referencia a él hace el propio militar venezolano88: “Mr. Chief Justice Burck, autor del papel intitulado Consideraciones Cincinatti que vaso (sic) el nombre de Casuis se publicó en Charleston el 10 de octubre, estando io (sic) allí, es persona de ingenio, habilidad y buen juicio”. Asimismo, en relación con esta orden, refiere el mismo prócer89: “El Conde de Mirabeau, exiliado en Londres lo ha traducido al francés por indicación de Benjamín Franklin y las publicó en 1788” Resulta un hecho particular que ambos personajes mencionados por el venezolano, el Conde de Mirabeau y Benjamín Franklin, eran destacados masones de la época. Ahora bien, veamos de qué manera Miranda se relaciona con esta sociedad. En septiembre de 1785 el librepensador caraqueño se encuentra en Potsdam, Magderburgo. Ha iniciado un viaje por varios países en compañía del Coronel William Smith, quien fue Edecán de George Washington, yerno del Presidente Adams y secretario de la Legación de Estados Unidos en Londres, además de ser un miembro activo de la Masonería norteamericana, de cuyas actuaciones acota Frau Abrines90: El 20 de Junio de 1764 se constituyó por la Gran Logia de Inglaterra, una Gran Logia Provincial de Pennsylvania, siendo nombrado Gran Maestro, el hermano William Bell… Hasta la fecha de San Juan de Invierno en 1779, no se tienen noticias de nuevas reuniones, y se sabe que a esta ceremonia asistió el hermano General Washington, nombrándose al hermano William Smith, Gran Secretario y encargado de preparar un resumen de todas las leyes necesarias para la reorganización de la Logia.

88. Ibid., p. 66

89. FRANCISCO DE MIRANDA, Colombeia, Viajes, Tomo V, Folio 33 90. LORENZO FRAU ABRINES, ob. Cit., Tomo 4, p.152

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El 19 de septiembre de 1785 ambos compañeros se encuentran en Potsdam. Se han presentado con cartas de recomendación al príncipe Fernando de Brunswick-Wolfenbüttel. El Coronel Smith, quien sigue escribiendo el Diario, hace referencia a una reunión sostenida entre él, Miranda y el príncipe91.

William Smith (1769-1839)

Partimos de Berlín el día 19 a las siete y llegamos a Potsdam a las doce. Nos alojamos en el hotel Alley. Respecto al actual Príncipe Fernando de Brunswick-Wolfenbüttel, a quien tuvimos el honor de visitar, debo decir que éste demostró más apego a los principios que no gobernaron durante la revolución y que le expusimos plenamente durante una conversación de casi dos horas, de lo que yo esperaba de un Príncipe criado y alimentado desde su más tierna infancia bajo la férula del despotismo.

Cabe mencionar que Fernando de Brunwsick tuvo una destacada participación en la Masonería europea, la cual podemos verla en la siguiente referencia de Frau Abrines92. Príncipe alemán que intervino en los cismas y complicaciones de las varias sectas masónicas surgidas en Alemania. Los promotores del convento de Wilhemsbad pretendieron ponerle al frente de las Logias del sistema reforzado, excluyendo de la Masonería los ritos templarios, pero la agitación cismática de fines del siglo XVIII le obligó a separarse de toda participación en tales desinteligencias.

Es así que mientras sostenían la interesante reunión con el Príncipe, el coronel Smith, menciona la llegada de un personaje interesante93: 91. Ibid. pp. 100-101

92. LORENZO FRAU ABRINES, Ob. Cit., Tomo I, p.455

93. FRANCISCO DE MIRANDA, Colombeia, Tomo IV, pp. 100-101

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Llegó el Marqués de la Fayette acompañado del Coronel Gouvión, y el Marqués me visitó con gran afecto inmediatamente. Pasó tres horas conmigo, dándome detalles de su gira por Silesia y de su visita a la Corte Imperial –más adelante acota– me preguntó entonces por qué yo no llevaba la Orden de Cincinatti, y observó que tendría una singular importancia a los ojos del Rey y de los oficiales de Europa, cuyos principales representantes, el General Duportail y el Coronel Gouvión, que habían ido a verle, aparecían con ella, y yo como oficial Americano, sin ella, y muy categóricamente me rogó la usase.

Ante esta petición personal, Smith le esgrimió las razones por las cuales no la usaba, detallando la reacción del Marqués94 Me replicó que yo no necesitaba llevar el águila, pero que no podía tener reparo alguno en ponerme la cinta; que debíamos ponérnosla todos, o desecharla todos. Le dije que en cuanto a llevar la cinta, que era el emblema de la alianza, no podía más que considerarlo desde un punto de vista honorable, pero como aquella determinada cinta pertenecía a aquella determinada orden, no podía más que considerarlas como una sola y misma cosa.

El general norteamericano se extiende en justificativos ante el Marqués de La Fayette, concluyendo finalmente con estas palabras95 Me lancé en una explicación completa de las razones que yo tenía para ello, y al mismo tiempo hice observar que yo opinaba que los oficiales franceses debían llevarla, porque les fue otorgada por el ejército americano, en prenda de amistad, pero nosotros la habíamos concedido a nosotros mismos y limitado a nuestro país, etc., etc. Pareció quedar satisfecho, y abandonó el tema. 94. Ibid., p. 101

95. Ibid., Tomo IV, p. 102

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Hasta aquí, el episodio en Postdam. Siete años más tarde, estando el coronel Smith y el mismo Francisco de Miranda en París, se presenta una confusión en cuanto a la autoría de una carta incorporada al Diario de Miranda, que de acuerdo a la versión manuscrita original en inglés luce escrita por Smith, debido que al pie de la mismas aparecen sus iniciales. En correspondencia fechada el 1º de noviembre de 1792,96 se lee: My Dear friend. The variety of important objects which you know have engaged my attention for several years past, has interfered with my, expressing my wish to you and my other american friends, relative to my presenting myself as a Candidate as a member of the Society of The Cincinnati, the general pursuit of my life, if I know my own heart, have been for the liberty and happiness of manking (sic). I fouth successfully in the Cause of America when in the Spanish service, during your great struggle for freedom & have been, so successfull in the present struggle of the freeman of France to cast off the calling yoke of oppression as to fill with the same degree of applause the station of Leut. General in the Armies of this great Republic, I much when I request your & their support in getting me elected a member of your respectable society, it is a society the component parts of which I respect, & venerate the principles which gave it birth, do me the favour (sic) of presenting me as a Candidate & aid my wishes. Yours sincerely (W.S.S.) París, 1º de noviembre de 1792 Mi estimado amigo La cantidad de asuntos importantes que V. (sic) conoce y que han ocupado mi atención durante los años pasados, han impedido que exponga ante V. (sic) y demás amigos americanos, mis deseos de presentarme como candidato a socio de 96. F  RANCISCO DE MIRANDA, Colombeia, Tomo XX, Folio 139

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la Sociedad de Cincinatti. El empeño general de mi vida, si conozco mi propio corazón, ha sido la libertad y la felicidad de la humanidad. Luché con éxito en la causa de América, cuando estuve al servicio español, durante su gran conflicto por la libertad, y he tenido éxito en la presente contienda del hombre libre de Francia para deshacerse del yugo opresor, como para culminar con el mismo grado de aplauso, con el rango de Teniente General en los ejércitos de esta gran República. Por lo tanto, yo creo que mis amigos americanos no pensarán que ambiciono demasiado cuando ruego el apoyo de V. (sic) y el de ellos para obtener mi elección como socio de su respetable asociación. Es una asociación cuyas partes componentes respeto, venerando los principios que le vieron nacer. Hágame el favor de presentarme como candidato y ayude a mis deseos. Sinceramente. W.S.S.

No obstante, historiadores atribuyen la autoría de la misma a Miranda, como la historiadora Josefina Rodríguez de Alonso97. Analizando las circunstancias que rodean el caso, independiente de que al pie de la carta aparezcan las iniciales del general norteamericano, podríamos coincidir con la historiadora en que la carta fue escrita por Miranda, debido a su contenido, toda vez que Smith nunca estuvo militando en las milicias españolas. Así mismo, ¿A quiénes se refería Miranda cuando acota?: “Yo creo que mis amigos americanos no pensarán que ambiciono demasiado cuando ambiciono el apoyo de usted y el de ellos para obtener mi elección como socio de su respetable asociación”. Indudablemente que se refería, entre otros, a George Washington, Hamilton y Henry Knox, con quienes mantenía estrecha amistad desde su estadía en Estados Unidos, y habiendo actuado en la guerra de la independencia de ese país, todos ellos, como acotamos anteriormente, pertenecientes a la Masonería. 97. F  RANCISCO DE MIRANDA, Colombeia, Ob. Cit., Tomo X, p. 555, doc. 1859

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Washington tomaba en cuenta a otros miembros de la fraternidad en sus actividades militares y políticas. Una referencia a este hecho particular la hace el historiador masón estadounidense James Davis Carter98: Washington escoge para su primer gabinete a los siguientes cuatro masones: Secretario de Estado, Thomas Jefferson; Secretario del Tesoro, Alexander Hamilton, Secretario de Guerra, General Henry Knox y Procurador General, Edmund Randolph, Gran Maestro de la Gran Logia de Virginia en 1788. (Traducido del inglés).

Al analizar este elemento vinculante podemos observar el interés que Francisco de Miranda demostró por pertenecer a esta Orden Militar, cuyos miembros fundadores, aparte de ser sus amigos, pertenecían a la Masonería. Igualmente, podemos leer en la correspondencia enviada al General Smith la referencia que hace de sus amigos americanos, ya mencionados, por lo que consideramos con razones fundadas como un elemento vinculante, a la Sociedad de Cincinnati. Elemento vinculante Nº 7 Londres, Inglaterra. 1798-1800 La Gran Reunión Americana y las Logias Lautaro A través del tiempo éste ha sido un punto que ha despertado muchas controversias, y las seguirá teniendo entre los biógrafos e historiadores pertenecientes o no a la Masonería, debido a las connotaciones que su consideración, para los efectos de la historia de esta orden milenaria en América, y en lo que respecta al tema que nos ocupa, representa para una definición exacta de los hechos. Diversas han sido las opiniones de destacados historiadores acerca de las Logias Lautaro y la Gran Reunión Americana, en cuan98. J AMES DAVIS CARTER, Masonry in US History, Published by the Committee on Masonic education and service for the Grand Lodge of Texas. Bicentenario del 19 de abril (1810-2010)

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to a que hayan sido o no logias masónicas, y sobretodo, que Francisco de Miranda haya sido su fundador. Cabe destacar entre ellas, la de Augusto Mijares99: “Es muy difícil determinar imparcialmente la influencia de aquella sociedad, y si eran verdaderamente masónicas, o ‘al estilo masónico’, como dicen algunos historiadores”. Existen diversos aspectos que dejan abiertas expectativas y planteamientos cada vez que se profundiza en las investigaciones. La primera de ellas está representada por el hecho de que no fue precisamente Francisco de Miranda quien da a conocer estas agrupaciones, sino el prócer chileno Bernardo O’Higgins Riquelme, 12 años después de la fecha en que él refiere que se sucedieron los hechos con el general venezolano, en Bernardo O´Higgins (1778-1842) Londres. Asimismo, diversos autores han atribuido a esta Reunión de Caballeros Racionales, como se hicieron llamar, el ser una logia masónica fundada por Miranda, a la cual ingresaron distintos próceres de la independencia de América, y en la que hasta se otorgaban grados, así como también, el hecho de que Francisco de Miranda fuese erigido como Gran Maestro. En ese sentido se han levantado muchas discusiones al respecto, ya que, aunque es un hecho irrefutable la creación de las Logias Lautaro, igualmente se presenta la interrogante si las mismas podrían ser pruebas fehacientes de que ciertamente Francisco de Miranda se inició en la Masonería. Pues bien, veamos algunas referencias biográficas que acerca de este punto exponen diversos autores. 99. AUGUSTO MIJARES, El Libertador, p. 166

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En primer lugar, cabe destacar que ciertamente en el año de 1797 se lleva a cabo en París el compromiso libertario de América conocido como “La Carta de París”, en la que varios líderes sudamericanos se comprometen a luchar por la independencia de sus naciones. En ella se nombran a Francisco de Miranda y Don Pablo de Olavide, como los máximos conductores del movimiento. De hecho, en el punto 15, se acuerda100: Don Francisco de Miranda y Don Pablo de Olavide están autorizados para nombrar un cierto número de agentes civiles y militares que los ayuden en la Misión. Pero los empleos que estarían en el caso de conceder no serán sino provisionales y revocables a voluntad hasta el instante de la formación del Cuerpo representativo continental, que es el único que tendrá derecho para confirmar o anular estos grados según lo juzgue conveniente.

¿Podríamos afirmar que éste era el génesis de las Logias Lautaro o de la Gran Reunión Americana de Londres? Lo cierto es que en dicho compromiso no estaban presentes O´Higgins ni San Martín. Por otro lado, en cuanto a la fundación de estas asociaciones, refiere Mario Briceño Perozo101. El Gran Maestro Miranda y ante él han de jurar trabajar por la independencia de América y hacer profesión de fe democrática, Antonio Nariño, el otro precursor; Simón Bolívar, José de San Martín, Mariano Moreno; Carlos María de Alvear; Bernardo O´Higgins y Riquelme, Bernardo Monteagudo, Servando Teresa de Meier, José María Zapiola, José Caro y otros cuya actuación los lleva a figurar en el cuadro de los grandes aladides de Hispanoamérica. 100. F  RANCISCO DE MIRANDA, Colombeia, Tomo XVIII, p. 61

101. M  ARIO BRICEÑO PEROZO, Francisco de Miranda, Maestro de Libertadores, Imprenta Oficial del Edo. Trujillo, 1950, pp. 30-31

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En búsqueda de la verdad ¿Miranda fue Masón?

José de San Martín (1178-1850)

Carlos María de Alvear (1789-1852)

Consideramos que estas afirmaciones tienen un importante grado de romanticismo e idealismo, toda vez que en bases a esos juramentos, no existen registros que así lo confirmen, salvo el caso de lo referido por O´Higgins. Incluso nuestras investigaciones no arrojaron resultados positivos en cuanto al hecho de que José de San Martín y Carlos de Alvear, para mencionar dos casos, hayan conocido personalmente a Francisco de Miranda alguna vez, o hayan tenido comunicación alguna. Sin embargo, la historia de las Logias Lautaro está escrita por la vida de un gran luchador sudamericano, Bernardo O´Higgins y Riquelme. Acota el historiador venezolano Mariano Picón Salas102:

Hay un joven –hijo natural de un Virrey de Perú y Ex Gobernador de Chile- que aún no se atreve a usar el paterno apellido de O’Higgins y se llama Bernardo Riquelme. Ha pedido a Miranda que le enseñe matemáticas. El gran Fésgoli, el sumo presdigitador que también es el venezolano, despliega ante el joven Riquelme, todo un prerromanticismo de logias y secretos. Se han fundado en Londres en 1798, las primeras sociedades secretas hispanoamericanas.

Al analizar esta opinión del historiador venezolano, que aunque menciona de manera subjetiva, “Todo un prerromanticismo de logias y secretos”, no se puede afirmar que en verdad Miranda haya tenido este tipo de temas con el prócer chileno, toda vez que el mismo O´Higgins no lo menciona. Asimismo, podemos observar que se refiere a Sociedades Secretas, y no a logias masónicas en sí. 102. M  ARIANO PICÓN SALAS, Biografías, Monte Ávila Editores, Caracas, 1995, p. 20

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Elementos vinculantes

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Igualmente, William Spence Robertson103 refiere: Entre 1798 y 1800, Miranda fundó una sociedad secreta de revolucionarios hispanoamericanos, y se llamó Logia Lautaro… El examen de sus papeles inéditos nada revela que pudo probar, sea que perteneciera a la Orden Masónica, sea que fuese fundador de la Logia Lautaro.

En este punto cabe destacar que fue O’Higgins quien le sugirió a Miranda el nombre de Lautaro a estas asociaciones secretas, sin embargo, no se conoce algún registro en el que Francisco de Miranda, personalmente, haya fundado alguna Logia Lautaro. Es así que el prócer chileno refiere las palabras que le dijo al General venezolano como demostración del sentimiento que sembró en su espíritu, Miranda y su proyecto: “Mirad en mí, señor, tristes restos de mi compaisano Lautaro, arde en mi pecho ese mismo espíritu que libertó entonces a Arauco, mi patria, de sus opresores” Por otra parte, afirma J.G. Lavtrerski104: Miranda fundó en Londres un centro clandestino revolucionario con el nombre de “Gran Logia Americana”. Otro centro fue fundado por él en España, en Cádiz, bajo el nombre Lautaro, guerrero araucano que durante largo tiempo luchó en Chile contra los españoles.

Ahora bien, cuando se afirma que “otro centro fue fundado por él en España, en Cádiz” se cae en una imprecisión, ya que no se precisa en qué año crearía dicha logia en Cádiz, por lo que se debía exponer la fundación de una Logia Lautaro a propósito de las instrucciones que le dio a Bernardo O´Higgins, o en caso tal, a instancias de los planes de Miranda, por lo que descartamos que él haya 103. WILLIAM SPENCE ROBERTSON, Ob. Cit. 104. J .F. LAVTRESTSKI, Ob. Cit., p. 141

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fundado alguna Logia Lautaro. También hace mención a este punto Ángel Grisanti105: La logia Lautaro, que no podemos considerar centro masónico, sino club político clandestino, se localizaba en la ciudad gatidana, en casa del banquero y escritor Nicolás de la Cruz. Esta logia aglutinó a la mayoría de los hispanoamericanos disidentes: la casi totalidad de los diputados americanos de las Cortes de Cádiz pertenecían a este centro.

Esta aseveración de Grisanti en cuanto a que “no podemos considerar centro masónico” coincide con la nuestra. Igualmente refiere Antonio Egea López106: “Ese año de 1798, en su casa de la capital londinense, funda la Gran Reunión Americana, para organizar la independencia y donde se formarán caudillos de la emancipación”. Ahora bien, todas estas referencias parten de lo que O´Higgins relató en 1812, sin embargo, Miranda no hace mención alguna en su Diario al respecto. Indudablemente que el personaje clave en la creación de las Logias Lautaro es el joven militar chileno, quien quedó impactado por la personalidad de Miranda y por la profundidad de sus proyectos libertarios, y es él quien se dedica de manera particular a promover logias, bajo las directrices del precursor venezolano, sumando voluntades de otros líderes sudamericanos, como el caso particular de José de San Martín, quien conjuntamente con el prócer chileno le dieron un impulso determinante a estas sociedades. Asimismo, la impresión que sintió O´Higgins fue de tal nivel que en momentos en que recibió toda la información de los planes Mirandinos, tuvo palabras cargadas de una gran emoción, que hablaban del sentimiento nacionalista que había implantado Miranda en su corazón. 105. ANGEL GRISANTI, Miranda, Precursor del Congreso de Panamá y del Panamericanismo, Caracas, 1954

106. ANTONIO EGEA LÓPEZ, Ob. Cit., p. 24

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Elementos vinculantes

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Confiesa O´Higgins, que se dirigió en los siguientes términos: Padre de los oprimidos, si roto el primer eslabón de la cadena que en el Norte ha hecho aparecer una nueva nación, ¿Con cuántos mayores motivos debe despedazarse la restante que ata las demás regiones del Nuevo Mundo a los centros del continente europeo?...Permitid, señor, que yo bese las manos del destinado por la Providencia bienhechora para romper esos hierros que nuestros compatriotas y hermanos cargan tan ominosamente, y de sus escombros nazcan pueblos y repúblicas que algún día sean el modelo y el ejemplo de muchos de otros del antiguo mundo.

Miranda le respondería: Sí, hijo mío, la Providencia Divina querrá que se cumplan vuestros votos por la libertad de nuestra patria común. Así está decretado en el libro de los destinos. Mucho secreto, valor y constancia son la égida que os escudará de los lazos de los tiranos.

Por otra parte, una trascripción de las palabras del propio chileno las hace Lorenzo Frau Abrines107: “Cuando yo oí aquellas revelaciones y me posesioné del cuadro de aquellas operaciones, me arrojé a los brazos de Miranda, bañado en lágrimas y besé sus manos”. Es comprensible la reacción de aquel joven que ha pasado necesidades, hijo natural de un Virrey, ante un intelectual de 48 años que había recorrido el mundo, con un sin fin de experiencias en dos movimientos independentistas para el momento de sus encuentros. Miranda finalmente le entrega instrucciones precisas y recomendaciones personales, entre las que le escribe: “Desconfiad de todo hombre que haya pasado de la edad de cuarenta años, a menos que os conste el que sea amigo de la lectura y particularmente de aquellos libros que hayan sido prohibidos por la Inquisición…” 107. L  ORENZO FRAU ABRINES, Ob. Cit., Tomo 2, pp. 935-936

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Esta conversación, que más parecía la profetización del futuro del continente americano, en el que ambos personajes tendrían un papel preponderante, fue suficientemente sólida como para que a partir del momento en que el chileno partió de Londres, jamás descansaría para llevar a cabo tales proyectos. Se mantiene la interrogante acerca de la Gran Reunión Americana. Todos los historiadores coinciden en que era una especie de club secreto revolucionario y no una logia masónica, sin embargo, existe una conexión de ideales y funcionamiento entre ella y las llamadas Logias Lautaro. Al respecto, acota el historiador masón chileno, Edgar Perramón Q.108: La Gran Reunión Americana, había sido creada en 1798 por Miranda, en cuyo seno se fragua la emancipación continental, que se fortalece y afianza en Londres y en sus filiales, las Logias Lautarinas, ya extendidas con éxito, entre 1800 y 1823 en París, Madrid, Cádiz, Buenos Aires y Santiago de Chile.

Más adelante agrega: “Las logias Lautarinas, bajo la trilogía de Unión, Fe y Victoria, estaban dispuestas a concretar los ideales libertarios que estimulaba la Masonería con los valores consecuentes que le dan justicia y dignidad al hombre”. Podemos observar que Perramón establece similitud de objetivos y principios entre ambas asociaciones, pero mantiene el cuidado de no identificarlas como logias masónicas en sí, aunque sus preceptos están impregnados en alto grado, de principios masónicos. Igualmente acota el biógrafo masón venezolano, Pedro Alciro Barboza de la Torre109: 108. E  DGAR PERRAMÓN Q., Pensamiento Masónico de Bolívar, Gran Logia de la República de Venezuela, Caracas, 2006, p. 6

109. PEDRO A. BARBOZA DE LA TORRE, Bolívar y la Francmasonería, Apuntaciones Históricas, Gran Logia de la República de Venezuela, Maracaibo, 1976, p. 4

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La de Miranda era, pues, una Gran Potencia Masónica irregular, revolucionaria y política. Nació sin solicitarle a ninguna Gran Logia una Carta Patente, como ya estaba establecido en la costumbre francmasónica. Las logias que la Gran Reunión Americana fundaría, serían, también, irregulares; pero servirían idóneamente a los fines de la conspiración y la independencia.

Barboza de la Torre confirma que ciertamente esta asociación secreta creada por Miranda nunca se conformó como logia masónica regular, como tampoco se realizó la solicitud por los canales regulares de la Masonería para su creación ante ninguna Gran Logia, que en este caso, ha debido ser a través de la Gran Logia Unida de Inglaterra. Sin embargo, es cierto que posteriormente surgieron en diversos países logias regulares identificadas como Lautaro que funcionaron como tales, sobre todo en Chile y Argentina, en la que fueron centro de decisiones trascendentales en la vida política y militar de ambos países. Igualmente, muchos líderes revolucionarios mantenían una dualidad en cuanto a que pertenecían a las logias revolucionarias Lautarinas, y a la vez se iniciaban en logias regulares masónicas. Ahora bien, consideramos que no se debe utilizar el término iniciado en la Gran Reunión Americana, puesto que la iniciación es un ritual cuyas características y condiciones mencionamos en capítulos anteriores no estaban presentes en Grafton Street. Tampoco se pudo haber otorgado grados, puesto que allí no funcionaba ninguna logia regular como tal. También consideramos que llamar a Francisco de Miranda como Gran Maestro es improcedente por las connotaciones que dicho título conlleva en la Masonería Universal. Un Gran Maestro es la máxima autoridad de la Masonería en un país, o en caso tal, de una Gran Logia Provincial, y es electo por los

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maestros masones activos de su jurisdicción, por lo que su investidura va más allá de un mero título. El hecho de que nuestro personaje identificara a estas asociaciones como Logias indica el carácter secreto, místico y consciente en Miranda, de lo que significaba identificarlas de esa manera, así como los lazos y compromisos que ello conllevaba. También se sabe que entre los miembros de tales asociaciones se identificaban eventualmente como hermanos. Para concluir solamente un masón puede tener plena conciencia de lo que podría representar la creación de asociaciones identificadas como logias, por tal razón, hemos calificado este hecho como un elemento vinculante. Elemento vinculante Nº 8 Las relaciones y amigos masones de Miranda Francisco de Miranda se destacó por mantener amistad y relaciones con influyentes personajes en diversas ciudades y países. Entre ellos se encuentran importantes masones con quienes fraternizó y estableció gran amistad, recibiendo ayuda y cooperación incondicional en sus viajes y proyectos, lo cual es muy representativo, toda vez que el venezolano era un reo de Estado perseguido hasta su muerte por la Corona Española y el Santo Oficio, pero si no hubiera sido por estos personajes que le extendieron apoyo, protegiéndolo y otorgándole cartas de recomendación, tal vez su destino hubiera sido otro. Hemos querido incluir entre los elementos vinculantes a los amigos y contactos masones que tuvo Francisco de Miranda durante toda su vida, como un hecho de singular importancia en cuanto a los objetivos de la presente obra. Entre estos importantes personajes mencionaremos aquellos masones de mayor significación para este trabajo investigativo, sin ningún orden preestablecido de importancia entre ellos, pero que representan de sumo interés para el desarrollo del contenido de la investigación. 86

Elementos vinculantes

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Veamos pues, quiénes son algunos de estos personajes y su relación con Francisco de Miranda George Washington Destacado activista de la Masonería norteamericana, ocupó diversos cargos en las logias masónicas a la vez de que mantuvo una permanente ascendencia en la orden. Se inició en la Logia Fredericksburg, en Virginia, el 4 de noviembre de 1752, hasta que en agosto de 1753, es exaltado al grado de George Washington (1732-1799) Maestro Masón. En cuanto a la actividad masónica de Washington podemos mencionar parte de ella, referida por Frau Abrines110: “El 25 de abril de 1788 la Gran Logia de Virginia expidió una patente para la Constitución de la Respetable Logia Alexandría Nº 22, siendo designado el hermano Washington para el cargo de Venerable Maestro”. En elementos vinculantes anteriores mencionábamos el caso de la Sociedad de Cincinnati, así como también es importante destacar que muchos son los documentos y hechos que confirman la condición de masón de George Washington, por lo que este punto no está en cuestionamiento. Ahora bien, reseñemos cómo se conocen y relacionan Francisco de Miranda y el general norteamericano, así como las circunstancias que prevalecieron para ello. El 10 de junio de 1783 Francisco de Miranda pisa suelo norteamericano desembarcando en Newbern, Carolina del Norte. Luego, el 29 de septiembre del mismo año, arriba a la ciudad de Charleston, Carolina del Sur. Tres meses después Miranda llega a Filadelfia.

110. L  ORENZO FRAU ABRINES, Ob. Cit., Tomo 3, p. 1957

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El historiador José Antonio Carbonell111 acota: “Diciembre 8 de 1783. Miranda conoce a Jorge Washington que llega a Filadelfia en viaje a Annápolis; lo visita con el encargado de negocios Rendón, le da carta de Cajigal y es invitado a comer con el Héroe Americano.” Francisco de Miranda lleva en sus manos una correspondencia de presentación firmada por Juan Manuel Cagigal, con fecha 26 de mayo de 1783 dirigida a George Washington en los siguientes términos112: Excmo. Señor. Muy señor mío: Ya que las presentes circunstancias no me lo han permitido, concluida la guerra y de regreso a España, visitar esos famoso países y tener el honor de conocer al Fabio de estos tiempos, como lo había premeditado, permítame V.E. lo haga por medio de esta carta, ofreciéndome a su disposición y recomendándole al mismo tiempo mi edecán, el teniente coronel Don Francisco de Miranda, que con el propio designio se acaba de embarcar para Filadelfia. Su carácter, instrucción y demás circunstancias, me han merecido siempre singular distinción y espero le hagan acreedor igualmente del aprecio y estimación de V.E. que celebraré infinito. Soy constante admirador de las heroicas virtudes de V.E. y por lo tanto tendré siempre singular satisfacción en servirle y que me mande cuanto fuese de su mayor agrado. Nuestro Señor guarde su apreciable vida muchos años y conserve sus gloriosos hechos a la inmortalidad. Excmo. Señor, B.L.M. de V.E. su más atento y seguro servidor. Juan Manuel Cagigal. Teniente Coronel.

Como se puede observar, Cagigal y Washington no se conocían personalmente, lo que desvirtúa la versión de algunos autores que 111. JOSÉ ANTONIO CARBONELL, Separata del Boletín de la Academia Nacional de la Historia. Tomo LII, abril-junio 1969.Nº 206. Cronología de Francisco de Miranda. p. 292 112. F  RANCISCO DE MIRANDA, Colombeia, Viajes, p. 547

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Elementos vinculantes

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afirman que Cagigal y Washington se reconocían como masones, y de allí la especial recomendación de Miranda que hacía el uno para el otro. Sin embargo, Miranda tuvo la oportunidad de compartir en diversas ocasiones con el líder norteamericano. Así reseña su experiencia con Washington113: En consecuencia le debí bastante agasajo y tuve el gusto de cenar en su compañía todo el tiempo que estuvo en Filadelfia en esta ocasión. Su trato es sincuspecto, (sic) taciturno, y poco expresivo; bien que un modo suave y gran moderación le hacía suportable (sic)… nunca conseguí verle deponer estas cualidades sin embargo de que el vaso corría con umor (sic) y alegría por sobre mesa, y que al bebér (sic) ciertos tostes (sic) (o saludes) (sic), se ponían de pie y daba sus tres Cheers (sic) como todos nosotros.

Parte de estos comentarios pueden lucir irrelevantes. Sin embargo, curiosamente, dentro de esas características particulares de los brindis de Washington y sus amigos, existen elementos de gran similitud a costumbres masónicas universales relacionadas con celebraciones de las logias. Nos referimos a los ágapes masónicos* y las ceremonias que los miembros de esta fraternidad efectúan al momento de iniciar dichos actos. Es uso y costumbre en la Masonería al momento de realizar brindis, ponerse de pie, hacer una invocación, realizar unos toques y dar tres expresiones al unísono, para culminar con saludos masónicos. Al comparar la mención de Miranda de las celebraciones de George Washington y sus acompañantes, con estas costumbres de los masones, se establece una referencia obligada entre ambos 113. FRANCISCO DE MIRANDA, Colombeia, Tomo III, p. 104

*ÁGAPE: Entre los masones, algunas comidas místicas y frugales que celebran los miembros de las logias en ocasiones especiales.

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hechos, a sabiendas de la condición de masón del líder estadounidense, tal y como mencionábamos en líneas anteriores. En otras palabras, podríamos inferir, que Miranda hacía referencia a ágapes masónicos celebrados por Washington. Es importante señalar que George Washington tuvo una actividad masónica permanente, y fue precisamente en Filadelfia en donde con más énfasis la desarrolló. Se pudiera decir que esa celebración particular que reseña nuestro personaje sin mayores detalles podría haber sido entre masones, por cuanto la Masonería en esa ciudad era representativa desde años antes de la independencia de los Estados Unidos. Ya mencionábamos en líneas anteriores que la primera logia fundada data de 1734, jurisdiccionada a la Gran Logia de Massachusetts, siendo su primer Gran Maestro, Benjamín Franklin. Asimismo, en 1764 se constituyó la Gran Logia Provincial de Pensilvania, la cual parece que tuvo un receso durante la guerra de la independencia, volviendo a reanudar sus trabajos años más tarde. De nuevo aparece Washington dentro del quehacer masónico. Menciona al respecto Frau Abrines114: Hasta la fecha de San Juan del Invierno de 1779 no se tienen noticias de nuevas reuniones, y se sabe que a esa ceremonia asistió el hermano General Washington, nombrándose al hermano William Smith Gran Secretario y encargado de preparar un resumen de todas las leyes necesarias para la reorganización de la Gran Logia. El hermano Smith presentó su trabajo el 27 de Noviembre de 1781, siendo aprobado.

Finalmente, cabe destacar que sus honras fúnebres fueron realizadas bajo el rito masónico, el 18 de diciembre 1799, en el Mount Vernon. 114. L  ORENZO FRAU ABRINES, Ob. Cit., Tomo 4, p. 153

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Henry Knox Es un personaje interesante de mencionar en este trabajo biográfico-masónico de Francisco de Miranda. Knox fue uno de los primeros militares norteamericanos, conjuntamente con Alexander Hamilton, a quienes, en junio de 1784, Francisco de Miranda presentó su plan emancipador. Menciona el historiador Carbonell115:

Henry Knox (1750-1806)

Esboza un proyecto de liberación de su patria a Henry Knox, General de Nueva Inglaterra y que había organizado la artillería durante la guerra de Independencia y a Alexander Hamilton, éste le da la lista de generales americanos con los cuales debía consultar sus planes, empieza con Washington y están Lafayette (sic) y otros varios.

Precisamente, en dicha lista hay varios militares masones, y entre ellos se encuentran Washington y Lafayette, dos importantes iniciados con quienes Miranda mantuvo estrecha relación. En una oportunidad Miranda hace una reflexión acerca del militar norteamericano116: Este hombre, que de simple librero pasó a la milicia, y de aquí a los primeros rangos del generalato americano, es uno de los militares más instruidos en la teoría y práctica del arte de la guerra de cuantos caudillos he conocido en este continente, incluso el ídolo. Su trato es bastante agradable y su conversación interesante.

La amistad entre Miranda y Knox se refleja en diferentes intercambios de correspondencias, una de ellas se refiere cuando Mi115. J OSÉ ANTONIO CARBONELL, Ob. Cit., p. 293

116. FRANCISCO DE MIRANDA, Colombeia, Tomo III, p. 306

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randa lo felicita por haber obtenido un nombramiento en el ejército norteamericano, fechada el 19 de octubre de 1798, desde Londres. Escribía el prócer venezolano117: ¡Qué placer he recibido, mi muy querido general, conociendo el nombramiento de V. en el Ejército Continental de los Estados Unidos de América! Parece que nuestros deseos van a cumplirse al fin y que todas las circunstancias posibles se reúnen en este momento a nuestro favor. ….Culminaba Miranda: En fin, todo parece juntarse para que nuestros proyectos del año 1784 se cumplan… Espero que V. mantendrá sus promesas y que pronto tendré el honor de ir a buscar a V. a su casa. Adiós, mi digno y muy querido amigo, guarde esto y no olvide el Diccionario y la Gramática que envié a V con Callahan y de mis respetuosos saludos a la señora Knox.

Como podemos ver, las relaciones de Miranda y el general masón eran de varios años, y el nivel de confianza elevado, por lo que no es de extrañar las palabras que le había escrito a Smith en cuanto a los amigos comunes que pertenecían a la Sociedad de Cincinnati, de la cual Henry Knox era fundador precisamente. En cuanto a su condición masónica, Knox y Washington mantuvieron mucha amistad y afinidad durante muchos años y en diversas actividades que realizaron conjuntamente, dentro y fuera de la Masonería.

Alexander Hamilton (1755/57-1804)

Alexander Hamilton En capítulos anteriores referimos el hecho de que Alexander Hamilton, conjuntamente con George Washington y Henry Knox habían fundado la Sociedad de Cincinnati, conformada por un gran número de masones, entre quienes se encontraban ellos mismos.

117. FRANCISCO DE MIRANDA, Colombeia, Tomo XVIII, p. 168 92

Elementos vinculantes

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Igualmente, Alexander Hamilton es reconocido como uno de los masones signatarios de la Constitución de los Estados Unidos. Es a Hamilton y Henry Knox a quienes presenta Francisco de Miranda, en 1784 en la ciudad de Nueva York, el proyecto de liberación de su patria. Aunque Hamilton mostró algunas reservas en cuanto al grado de participación directa de los Estados Unidos en los proyectos de Miranda, le recomendó que contactara a un grupo de militares y personalidades importantes a quienes el venezolano podría presentar sus planes. En dicho listado aparecen distinguidos masones: Washington, Knox, Barón de Steuben, St. Clair, Marqués La Fayette, Coronel Ogden, entre otros. Durante muchos años, Miranda y Hamilton intercambiaron correspondencia fraternal. Rufus King Dentro de los personajes que tuvieron una relevancia importante en los proyectos de Francisco de Miranda se encuentra Rufus King. Hombre de confianza del presidente Alexander Hamilton, quien le nombró embajador de los Estados Unidos en el Reino Unido, desde 1796 hasta 1803, ambos pertenecienRufus King (1750-1806) tes a la Masonería. Dentro del rol protagónico de primer orden de Rufus King en la vida de Miranda, está el hecho de que fue él quien le hizo entrega de un manifiesto independentista, escrito por el ex jesuita peruano Don Juan Pablo Viscardo y Guzmán, que hemos mencionado en páginas anteriores. Referimos atrás que Viscardo y Guzmán le hizo entrega a Rufus King, en las postrimerías de su vida, su proyecto de libertad para América, con la finalidad de que le diese el mejor uso posible. En

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otras palabras, que cayera en manos de quien pudiera valorarlo y darle continuidad. Cuando King lo lee, inmediatamente relaciona esos postulados con los proyectos que Miranda la he presentado, por lo que decide entregárselos a sabiendas de que ambos sudamericanos coincidían perfectamente en sus ideales. Cabe destacar el hecho de que Miranda ya había recibido una lista de los exjesuitas proscritos que estaban en Italia, y en ella aparecía un tal Rossi, que para Miranda no representó nada en particular. Pues bien, ese Rossi era Juan Pablo Viscardo y Guzmán. Es 12 años más tarde, al recibir de las manos de Rufus King los documentos de Viscardo, cuando se encuentra ante los ideales que el peruano venía urdiendo años atrás, en pro de la independencia, coincidiendo con el proyecto del precursor. Indudablemente Rufus King, como ministro de los Estados Unidos de América, ya conocía el proyecto mirandino, por lo que no dudó en entregarle dichos documentos al precursor ¿Cuáles eran tales escritos que pudieran tener tanta significación entre estos hombres? La respuesta la tenemos en dos circunstancias cruciales en el ideario de Miranda. La primera de ellas, la publicación que ordenó en 1799 en Londres y Filadelfia, de un folleto de 41 páginas titulado: “Lettre aux espagnols américains par un de leurs compatriotas”, el cual fue posteriormente traducido al español por el mismo Miranda en 1801 bajo el título: “Carta derijida (sic) a los españoles americanos por uno de sus compatriotas”, considerada una obra realmente revolucionaria que tuvo repercusiones en la sociedad del momento. La otra circunstancia se refiere al momento en que Miranda en 1806 invade a Venezuela por la Vela de Coro y lanza su Proclamación a los pueblos habitantes del continente americano-colombiano. El artífice de que el prócer venezolano tuviera en sus manos esta proclama del jesuita peruano fue el destacado masón Rufus King, con quien Miranda sostuvo muchas reuniones en Londres para 94

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presentarle sus proyectos, recibiendo bastante acogida por parte de este diplomático norteamericano, quien se convirtió en el intermediario entre Miranda y el presidente Hamilton, perteneciente igualmente a la Masonería. Johann Kaspar Lavater En páginas anteriores, habíamos hecho referencia acerca de los cambios estructurales que sufrió la Masonería europea durante el siglo XVIII. Hubo diferentes influencias de corrientes iniciáticas, así como Johann Kaspar Lavater (1741-1801) transformaciones en los diversos ritos que se practicaban. Unas de esas influencias fueron las que se sucedieron a través del llamado Rito de La Estricta Observancia de influencia Templaria - jesuítica. Una acotación a este punto hace Lorenzo Frau Abrines118: Nombre de un rito que se ha dividido en muchísimos más, y que constituye las más completa expresión del sistema Templario en Masonería. Este rito fue la tercera innovación masónica de los jesuitas, alentando entre los adeptos, la peligrosa esperanza de entrar en posesión de las riquezas de los antiguos Templarios. La historia cronológica de sus Grandes Maestros no es otra que la historia de los Generales de la Compañía de Jesús.

Esta fue una de las principales pugnas históricas internas entre los masones, cuando determinaron que muchos jesuitas habían ingresado a la orden. Esta circunstancia ocasionó una grave incisión dentro de la fraternidad. Mientras estos hechos sucedían, Francisco de Miranda se encontraba en Suiza utilizando el pseudónimo de Señor de Meirat. 118. L  ORENZO FRAU ABRINES, Ob. Cit., Tomo 1, p. 439 Bicentenario del 19 de abril (1810-2010)

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En una tarjeta dirigida a un señor Brumenthal, remitida por los hermanos Zorbeubuler119 se lee: Se ruega al señor Brumenthal, intérprete de Luneta, ayudar con sus buenos consejos al portador, señor Caballero de Meirat, anglo-americano. Su muy humilde y obediente servidor, Trogen, 11 de agosto de 1788 J. Zouberbuler – Mayor

En septiembre de 1788 Miranda conoce a Johann Kaspar Lavater en la ciudad de Zurich. El precursor se encontraba en la casa del canónigo Gesner, pero debía ir a una cita con Lavater. Escribe el 5 de septiembre de 1788:120 “En fin a las once me fue preciso dejarlo para ir a ver al señor J. G. Lavater que me aguardaba a esta hora, por la recomendación que traje del Sr. Spach… Fui a casa de J. G. Lavater que ya me aguardaba. Tuvimos larga conversación” Los dos personajes sostuvieron conversaciones acerca de diversos temas, quedando comprometidos a verse nuevamente en la noche, lo cual se llevó a cabo. De esa nueva reunión resultó otra cita a petición del fisonomista, quien le pidió al prócer que posara para él, para realizar un retrato fisiognómico, un método impulsado por Lavater que tuvo muchos seguidores. Transcribe Miranda el 6 de septiembre121 “Vino a las siete en punto el pintor de Lavater, y en menos de una hora y concluyó un retrato (en una ie de pastel) de un pie de grande y bastante Frascisco de Miranda (Pintura de Lavater) parecido” 119. FRANCISCO DE MIRANDA, Colombeia, Tomo VII, p. 461 120. Ibid., p. 464

121. FRANCISCO DE MIRANDA, Colombeia, Ob. Cit., Tomo VII, p. 464 96

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Asimismo, el artista suizo igualmente le escribió una serie de pensamientos dedicados al Señor de Meirat, tal vez ignorando el verdadero nombre del prócer venezolano. Tales pensamientos los tituló Recuerdos para viajeros queridos122 en cuyo encabezamiento acota una condición personal: Tengo más de un motivo importante para desear, rogar y exigir que no exista copia de este manuscrito, ni sea tomada, dada o permitida sin mi consentimiento; menos aún, que este Recuerdo se publique sin mi expreso permiso, bajo cualquier pretexto que sea.

En cuanto al retrato que realizó de Miranda, Lavater le hizo una dedicación: Hombre todopoderoso, vives con el sentimiento de la fuerza! Los secretos del corazón, más que escucharlos los ves! Quién puede penetrar la realidad como tú, Tú, a quien escapan tan pocas cosas? Quién pues, comprende como tú las debilidades de los débiles? Quién comprende como tú el poderío de los fuertes? Qué resolución, qué energía, y qué habilidad, Qué orgullo despreciativo, y qué valor te ha dado la naturaleza!

Adjunto a esta prosa, Lavater le escribe al momento de dedicarle sus pensamientos123: He aquí mi querido Mairat. He aquí una mezcla de pensamientos para viajeros, que contiene más verdades que novedades. Quienquiera que viaje aprende que no hay nada absolutamente viejo ni nada nuevo bajo el sol, Buscad y encontraréis; tocad a la puerta y se os abrirá; dad y se os dará.

122. Ibid., p. 517 123. Ibid., p. 517

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Así como hemos referido en oportunidades anteriores, hay elementos en estas líneas que pudiesen pasar desapercibidos para cualquier lector, pero para los efectos de esta obra no resultan tan vagos. Nos referimos a las últimas palabras de Lavater, Buscad y encontraréis; tocad a la puerta y se os abrirá; dad y se os dará. Estas palabras tienen un gran significado para la Masonería, sobretodo para el grado de aprendiz, por lo que suscribir unos pensamientos con una despedida de este tipo es muy singular. Al utilizar estos términos en la despedida a Miranda, Lavater deja un mensaje vedado al venezolano, que en el caso de haber sido iniciado en la Masonería, indudablemente captaría el simbolismo iniciático del mismo. Pero ¿Qué representa para la Masonería Lavater? Una explicación de sus actuaciones, hace Lorenzo Frau Abrines124: El Dr. Lavater fue uno de los miembros más distinguidos de la Orden de la Estricta Observancia. Cuando las Logias suizas de este régimen se reunieron en Basilea en 1778 para constituir el Directorio Helvético Alemán, aclamaron unánimemente al doctor Lavater, para desempeñar el cargo de Gran-pior o Presidente. Gracias al celo y a los trabajos de este hermano, se puso término al desorden que reinaba en aquella época en Suiza.

Este hecho se suscitó diez años antes de la fecha en que se conocieron Miranda y Lavater, tiempo en la cual la Masonería suiza estaba consolidada. Por todo lo antes expuesto resulta interesante analizar estas conversaciones y reuniones privadas entre el suizo y el venezolano, en las que, como el propio Miranda confiesa, fueron demasiado fructíferas.

124. L  ORENZO FRAU ABRINES, Ob. Cit., Tomo 2, p. 706

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Capítulo IV

Francisco de Miranda y los masones venezolanos Dentro de este trabajo investigativo no podía faltar la relación de Francisco de Miranda con los masones de la época. Miranda regresa a Venezuela a finales de 1810, hacemos hincapié en el hecho de que nos referimos a los masones y no a la Masonería en sí, puesto que la misma no funcionó como institución colegiada en Venezuela sino hasta 1824, año en que se fundó en Caracas la Gran Logia de la Gran Colombia. Es importante destacar la circunstancia de que la corta estadía de Francisco de Miranda en su patria fue acelerada y traumática. Muchas fueron las intrigas, críticas y desaires de las que fue víctima de los mismos venezolanos que pugnaban por la independencia de Venezuela. Realmente Francisco de Miranda fue un incomprendido en su patria, que culminó con su entrega a Monteverde por los propios compatriotas. El velo de desconfianza que siempre estuvo presente entre algunos destacados venezolanos, que no terminaban de digerir a aquel general de 60 años, que usaba aretes, pelo largo, exquisito en sus gustos, con un sin fin de historias y formación militar muy avanzada para sus compatriotas, pudo haber influido en la confianza y afinidad entre el Precursor y los masones de la época, ya que aunque dentro de aquellos líderes se encontraban varios iniciados en la francmasonería, con ninguno de ellos Miranda estableció lazos de fraternidad masónica comprobables. Bicentenario del 19 de abril (1810-2010)

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Sin embargo, al hablar de este tema, la primera idea que llega a la mente está relacionada a la Gran Reunión Americana y las actividades que Miranda llevaba a cabo a través de ella, así como el por qué no tuvo eco en Venezuela como entre otros países. La respuesta parece estar en que, en Venezuela, se desconocían en profundidad los planes del Generalísimo. Una referencia al respecto hace Cristóbal L. Mendoza125 “Bolívar no estaba al tanto de los proyectos del Precursor ni de sus contactos con personajes extranjeros e hispanoamericanos para promover la Independencia de las Colonias españolas”. Podríamos inferir que si Bolívar desconocía los proyectos que Miranda había realizado con otros líderes sudamericanos tampoco podría estar enterado de una circunstancia mucho más privada, como sería el pertenecer a la Masonería. Sin embargo, para el momento en que los venezolanos llegan a Londres, aún el prócer chileno no ha hecho pública su experiencia con Miranda, acaecida entre 1798 y 1800. En otras palabras, ha transcurrido una década después de los encuentros que menciona O´Higgins. Igualmente, tampoco se conoce registro alguno, ni referencia histórica o personal, acerca de si Miranda sostuvo con sus compatriotas el mismo tenor de sus planes con las Logias Lautaro. Muchos biógrafos afirman que dentro de la membresía de la Gran Reunión Americana, estaban incluidos Bolívar, Bello y el propio López Méndez, quien era sobrino político de Miranda. En este punto, hay un elemento importante que resaltar. Francisco de Miranda no pudo haber “iniciado” a Bolívar en la Gran Reunión Americana, porque cuando el futuro Libertador llega a Londres ya pertenecía a la Masonería, toda vez que de acuerdo al acta que en el año 1956 el historiador Ramón Díaz Sánchez adquirió 125. C  RISTÓBAL L. MENDOZA, Las Relaciones entre Bolívar y Miranda, Italgráfica, Caracas 1978, p. 42

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en Francia, Simón Bolívar recibió el grado de Compañero Masón en la Logia San Alejandro de Escocia, ubicada en París, el 11 de noviembre de 1805. Incluso, el propio Libertador le confesó a Peroux de la Croix en el Diario de Bucaramanga, que había recibido el grado de Maestro Masón en París, sin mencionar en cuál logia había sido, no obstante, podríamos inferir que haya sido en la misma logia San Alejandro de Escocia. A este respecto menciona Barboza de la Torre126: “Se conserva en la Biblioteca Nacional de París, un Cuadro de dicha Logia, de 1805, Simón Bolívar (1783-1830) donde aparece Simón Bolívar, Oficial español, en la Columna de los Maestros Masones de dicha Logia” En este sentido resulta interesante analizar el hecho de que estando ya Bolívar iniciado años atrás en la Masonería, estaban dadas las circunstancias como para que existiese una comunicación directa entre ambos masones, y un reconocimiento mutuo de tal condición, de lo cual no se conoce referencia histórica al respecto. Este hecho refuta las versiones que aseguran que Bolívar se inició en la Gran Reunión Americana cuando llegó a Londres con Andrés Bello y López Méndez, así como también deja abierta la duda de si Bolívar estuvo en conocimiento de la pertenencia o no de Miranda a la orden masónica. En caso tal, resulta un tanto incomprensible que si ambos líderes se reconocían como masones, no agotase Bolívar esa instancia antes de comandar al grupo de compatriotas que hacen prisionero al Generalísimo y lo entregan a Monteverde, sin derecho a defensa. Por otra parte, aunque hay evidencias firmes y registros acerca de la creación de logias a principios del siglo XIX en Venezuela, así 126. P  EDRO A. BARBOZA DE LA TORRE, Ob. Cit., p. 6

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como también la presencia de individualidades masónicas, los historiadores masones no coinciden en cuanto a cuál fue la primera logia fundada en el país.Se podría afirmar que las primeras señales de presencia de masones en Venezuela pudieron ser en 1797, a través de Juan Bautista Picornell, José Lax y Sebastián Andrés, masones españoles que fueron expatriados a raíz de la conspiración de San Blas en 1795, quienes, de acuerdo a la tradición masónica venezolana habrían “iniciado” a José María España y Manuel Gual. Es prudente aclarar que de haber sucedido esta “iniciación” de los mártires venezolanos en los calabozos de La Guaira, la misma estaría signada por algún juramento secreto y no por los rituales masónicos regulares. Para el año en que llega Miranda a la tierra que lo vio nacer, posiblemente existiesen tan sólo tres logias, una fundada en Caracas en 1805, la otra en Margarita en 1808 y la otra, como Triángulo Masónico en Barcelona, en junio de 1810, es decir, el mismo año en que el Generalísimo arriba al país, de las cuales no hay mayores registros de sus actividades y membresía. Veamos las opiniones que se presentan en cuanto a las primeras logias en Venezuela. Afirma el historiador masónico Hello Castellón127: La primera logia regular que se fundó en Venezuela fue “San Juan de la Margarita”, en 1808, en Pampatar, según la documentación aportada por el historiador Jesús Manuel Subero. Entre los asistentes a “tenidas” posteriores entre 1810 y 1811, en la columna de los visitantes aparece el nombre de Diego Bautista Urbaneja.

Pero otros autores hacen mención a otra logia, como Francisco B. Storms128: “La primera logia en Venezuela, fue Protectora de las 127. H  ELLO CASTELLÓN, Diego Bautista Urbaneja, El Padre de la Masonería Venezolana, Impresión particular, Caracas 1997, p. 9 128. FRANCISCO B. STORM, Ob. Cit., p. 122

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Virtudes Nº 1, fundada como Triángulo Masónico el 24 de Junio de 1810 y como logia el 24 de Julio de 1812, con Carta Patente de la Gran Logia de Maryland”. Un Triángulo Masónico es una agrupación en la que hay, al menos, tres maestros masones. En cuanto a esta logia, aunque con una diferencia de días en la fecha de su fundación, hay una referencia interesante relacionada con las autoridades masónicas que la instalaron y algunos de sus asistentes, que hace Edgar Perramón129: El 1º de julio de 1812 se funda la logia “Protectora de las Virtudes Nº 1 de Barcelona, su primer Venerable Maestro fue Diego Bautista Urbaneja Sturdy, a quien acompañaron, en la tenida de instalación, Manuel Carías, José María Otero Guerra, general José Tadeo Monagas, Juan Maimó, Rafael Meneses, coronel A. Brito, general Juan Suárez, y como visitadores, el general Carlos Soublette, Fernando Peñalver, general Rafael Urdaneta y Pedro Gual.

Igualmente, en lo concerniente a las primeras logias fundadas en Venezuela, destaca el mismo autor130: “Muchos destacados venezolanos vieron la luz masónica en la logia ‘Perfecta Armonía’ Nº 74 de Cumaná, fundada en 1811, que funcionó bajo la jurisdicción de la Gran Logia de Maryland hasta 1823.” En cuanto a la Logia Unión Nº 5, no existe registro confiable que identifique la fecha de su fundación. Sobre esto hace mención a un artículo del 12 de Junio de 1962, en los 150 años de la Logia Regeneradores, presentado por Pedro A. Barboza de la Torre, el historiador masón Francisco Storm131: 129. E  DGAR PERAMON Q., Breve Historia de la Masonería en Venezuela, Gran Logia de la República de Venezuela, Caracas 1997, pp. 6-7 130. Ibid., p. 5

131. FRANCISCO STORM, Ob. Cit., p. 81

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Que si la logia Unión que debió funcionar clandestinamente en local ubicado en las cercanías de El Silencio en el área actual del Liceo Fermín Toro entre 1808 y 1809, siendo la primera Logia Masónica establecida en nuestra patria, pero sin contarse con elementos que avalen esta suposición.

Como podemos observar, las contradicciones en este tema son significativas, no obstante, de una u otra manera, se asume que para la época en que Miranda está de vuelta a Venezuela, a finales de 1810 y hasta su entrega a Monteverde, hubo actividad masónica, bien sea por logias o por individualidades. Pero es de referencia obligada las Sociedades Patrióticas, sobretodo, la Sociedad Patriótica de Caracas, una organización de vital importancia en el génesis del movimiento civil y político independentista de Venezuela. En cuanto a su funcionamiento una nota dirigida a Monteverde en 1812, remitida a Madrid por Morillo en 1815, hace referencia José Gil Fortoul132: Los individuos que componían esta Sociedad Patriótica, al principio sólo eran aquellos que se titulaban establecedores del Gobierno y protectores de la libertad venezolana, que eran muy pocos y los principales motores de la revolución del 19 de abril de 1810; después comenzaron a admitirse todos los que se nominaban patriotas y que en el concepto de los vocales lo eran, procediendo antes de su recibimiento votación secreta.

Se deduce que las Sociedades Patrióticas actuaban a semejanza de los clubes de la Revolución Francesa. Sobre este punto cabe una reflexión acerca de por qué Miranda no transmitió o mencionó a sus compatriotas el proyecto de las Logias Lautaro, o por qué él personalmente no lo llevó a cabo en su propia tierra. 132. J OSÉ GIL FORTOUL, Historia Constitucional de Venezuela, Tomo I, Ediciones Sales, Caracas 1964, p. 231 104

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En cuanto a estas asociaciones, opina Américo Carnicelli133: Bajo el nombre de “Sociedad Patriótica” de Caracas se ocultaba la Logia patriótica revolucionaria, filial de la “Gran Reunión Americana”, del General Francisco de Miranda en Londres. Se desconoce cuándo y cómo se efectuaron las primeras diligencias para su fundación, la cual agrupó en su seno a los patriotas venezolanos más entusiastas y fervorosos.

Consideramos que en estas afirmaciones de Carnicelli hay imprecisiones que destacar, como el hecho de que él mismo afirma que “se desconoce cuándo y cómo se efectuaron las primeras diligencias para su fundación” ya que es bien conocida la fecha de la creación de la Sociedad Patriótica de Caracas. No obstante, el mismo autor refiere una carta que había sido enviada en un paquete de correo de Luis López Méndez, la cual estaba firmada por Carlos Alvear dirigida a Rafael Mérida134: Mi estimadísimo Hermano: al fin he salido del poder de los tiranos y me hallo aquí acompañado de los hermanos que en el oficio indico, me ha sido muy sensible no haber tenido aquí noticias de Ud. Y de sus progresos. Pienso salir el mes que entra con los Hermanos arriba expresados para Buenos Aires, y desde allí comunicaré a Ud. Lo que ocurra, esperando haga Ud. Lo mismo con lo que le haya ocurrido después de nuestra separación.

Más adelante continúa: Aquí ha establecido una logia para servir de comunicación con Cádiz, Filadelfia y esa, como también para que encuentren abrigo los Hermanos que escapen de Cádiz. Nuestro Román de la Cruz ha salido del Castillo y tiene la ciudad por 133. AMÉRICO CARNICELLI, Ob. Cit., p. 92 134. Ibid., p. 92

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cárcel, y lo estoy esperando de un momento a otro… …Si Ud. no puede desde esa comunicarme lo que ocurre directamente a Buenos Aires, puede hacerlo por la vía de Londres, remitiéndoselo al Hermano López Méndez, diputado de esa capital, que creo probablemente quedará de Presidente de esta Sociedad.

Estas palabras escritas en la correspondencia que refiere el autor, que fue interceptada por el corsario realista llamado “El valiente Rovira”, al bergantín inglés en las inmediaciones de Cabo Codera el 3 de enero de 1812, hablan de una red de logias y “hermanos” en diferentes ciudades del continente, incluso arroja un dato interesante sin confirmar, la creación de una Logia en Filadelfia, la cual nuestras investigaciones no han arrojado ningún resultado. Sin embargo, algunos autores afirman que las Sociedades Patrióticas eran precisamente una especie de versión criolla de las Logias Lautaro, en la que varios de sus miembros eran masones. Esta circunstancia la confirma Edgar Perramón135: El 3 de julio de 1811 se había reunido la Sociedad Patriótica con la presencia del General Francisco de Miranda, el Coronel Simón Bolívar, Peña Iznardi, Espejo, Roscio, Yáñez, Peñalver y otras importantes figuras patrióticas, a todos los cuales se les acusaba del delito de Masonería.

En 1824 el comisionado francés Joseph Cernau llegó a Venezuela con la autorización de la Gran Logia de Pensilvania para otorgar altos grados masónicos a diferentes personalidades, entre quienes, para los efectos de la presente obra, podríamos mencionar a: Diego Bautista Urbaneja, Carlos Soublette, Francisco Bermúdez, Santiago Mariño, José Antonio Páez, Juan Bautista Arismendi, Pedro Gual, Simón Bolívar, Pedro Briceño Méndez, José María Pelgrón y otros más. 135. E  DGAR PERRAMON Q., Ob. Cit., p. 14

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Dicha información aparece en los archivos de un ilustre masón de la época, José Félix Ribas, identificados como Papeles de José Félix Ribas136 Al leer estos nombres podemos ver que algunos de ellos eran miembros de la Sociedad Patriótica y otros compañeros de armas de Miranda, aunque desconocemos a ciencia cierta cuáles de ellos pertenecían a la Masonería para la fecha de la llegada del Precursor a Venezuela, así como tampoco, en cuál, dónde y cuándo se iniciaron, salvo el caso específico ya mencionado, de Bolívar. Observemos que la autorización de estos altos grados masónicos se realiza 14 años más tarde de la llegada de Miranda a Venezuela. Tampoco hemos encontrado un registro que mencione el conocimiento entre ellos, de una posible pertenencia de Miranda a esta orden, o igualmente, si el Generalísimo conocía la condición de sus compatriotas. En conclusión, aunque como mencionamos anteriormente, existían algunas individualidades masónicas en Venezuela entre 1810 y 1812, no existe la comprobación firme de alguno de los actores de estos movimientos, de que, al igual que sucedió con las Logias Lautaro y la Gran Reunión Americana, nuestro personaje, de manera personal y predominante, haya utilizado bajo esos preceptos la Sociedad Patriótica.

136. E  DGAR PERRAMON Q., Ob. Cit., p. 14

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Capítulo V

Día Masónico Nacional de Venezuela En un justo acto de reconocimiento a Francisco de Miranda, el Gran Maestro de la Gran Logia de la República de Venezuela, José Tomás Uzcátegui, el día 1º de enero de 1950, en conmemoración del centenario del nacimiento del prócer venezolano, decreta celebrar el Día Masónico Nacional el 28 de marzo de cada año, el cual se ha mantenido en el tiempo desde la promulgación de dicho decreto. Ya mencionábamos anteriormente que la Gran Logia de la República de Venezuela tuvo sus comienzos orgánicos desde el 24 de Junio de 1824, bajo la denominación de Gran Logia de Colombia, por lo que el celebrar el Día Masónico Nacional de Venezuela el 28 de marzo demuestra la importancia que para la Masonería venezolana representa Francisco de Miranda. Con la celebración anual de esta fecha la Masonería y los masones venezolanos reconocen como tal a Francisco de Miranda, manteniendo vivos los ideales y postulados Mirandinos.

Gran Logia de la República de Venezuela

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Capítulo VI

Versiones encontradas Con el objeto de ilustrar más acerca de este controversial tema hemos querido presentar diferentes versiones de historiadores, biógrafos y autores acerca de esta circunstancia, de las cuales hacemos un breve análisis. Señalaremos algunos de los más reputados historiadores y biógrafos de Francisco de Miranda y sus apreciaciones. William Spence Robertson137 afirma: Aunque libros que tratan de la masonería figuraban ya en su catálogo desde 1783, y aunque manifestó interés por los establecimientos masónicos en el curso de sus viajes por Europa, el examen de sus papeles inéditos nada revela que pueda probar, sea que perteneciera a la Orden Masónica, sea que fuese el fundador de la Logia Lautaro. Tampoco se ha encontrado, pruebas palpables indican que haya Iniciado jamás a revolucionarios como San Martín y Bolívar en una asociación de “carbonaris” sudamericanos.

Como se puede observar, este autor no establece ningún elemento que apunte hacia el hecho de que Miranda se haya iniciado en la fraternidad masónica. Spence Robertson crea una expectativa al respecto, aduciendo que la Logia Lautaro era una especie de sociedad secreta a la que ingresaban líderes sudamericanos ganados a la independencia de sus países, que no tenía nada que ver con la Masonería regular. 137. W  ILLIAM SPENCE ROBERTSON, Francisco de Miranda y la Revolución de la América Española, Bogotá, Imprenta Nacional, 1918, pp. 157-158

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Es importante señalar que la Gran Logia Unida de Inglaterra no tiene entre sus registros la existencia de esta organización, ni tampoco una petición emitida por un grupo de masones para la creación de una logia regular de la época con esta denominación. Refiriéndose acerca de la relación a las Logias Lautaro, el mismo historiador acota138: “Existe la posibilidad de que algún historiador del porvenir, con la ayuda de archivos secretos sudamericanos, pueda vincular en forma indiscutible a esos conspiradores con la telaraña gigantesca que Miranda estaba tejiendo en Londres”. Por otra parte, Egea López considera que el librepensador venezolano mantuvo contactos con masones radicados en Cádiz. Refiere Egea López139: “Cuando Miranda arriba a la Península la sociedad secreta cuenta con raíces”; precisamente, la ciudad de Cádiz, donde el caraqueño residiría y contara con amigos ya en 1748 disponía de al menos una logia, con ochocientos afiliados. Más adelante continúa: Teniendo presente que Miranda obtiene el grado de Capitán en la Metrópoli, y que entre los militares encuentra la masonería su mejor mercado, las probabilidades de un Miranda masón se multiplican, máxime con el carácter notoriamente contestatario, reformador y progresista del venezolano, que aparecía ante los ocultos masones como un socio interesante.

En esta opinión se puede observar cierto carácter subjetivo, cuando se apela a la especulación en cuanto al carácter del Precursor, cuando el autor menciona “las probabilidades de un Miranda masón se multiplican, máxime con el carácter notoriamente contestatario, reformador y progresista del venezolano, que aparecía ante los ocultos masones”. Para algunos historiadores fue allí en donde se inició el venezolano, basados en el hecho consabido de la existencia de logias des138. WILLIAM SPENCE ROBERTSON, La vida de Miranda, p. 158 139. ANTONIO EGEA LÓPEZ, Ob. Cit., p. 68 110

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de principios del siglo XVIII, pero sin ninguna base fundamentada que así lo compruebe. Recordemos que el rey Fernando VII fue uno de los monarcas que se hizo eco de manera total de las condenas del Vaticano, al punto de reaccionar casi inmediatamente después de ser dictada la bula Providas emanada por Benedicto XIV. A continuación, fragmentos del Decreto que emanó el 2 de Julio de 1751140: Hallándome informado de que la invención de los que se llaman Franc-Masones, es sospechosa a la Religión y al estado, y que como tal está prohibida por la Santa Sede debajo de Excomunión, y también por las Leyes de estos Reinos, que impiden las Congregaciones de muchedumbre, no constando sus fines; e institutos a su Soberano: He resuelto atajar tan graves inconvenientes con toda mi autoridad, y en su consecuencia prohíbo en todos mis Reinos las Congregaciones de los Franc-Masones, debajo de la pena de mi Real indignación, y de las demás que tuviere por conveniente imponer a los que incurrieren en esta culpa.

Las consideraciones del monarca no tenían ningún tipo de vacilación, pertenecer a la fraternidad durante su reinado, y en el tiempo que nos ocupa, era una verdadera temeridad, por lo que aún considerando a Miranda un individuo audaz y hasta irreverente, para la fecha en que se presentan estos actos, el caraqueño apenas tiene veintiún años y es un perfecto desconocido en Cádiz. En cuanto al punto específico de este capítulo, más adelante acota el propio Egea López141: “En conclusión, la pertenencia de Miranda a la Masonería no queda ni afirmada ni refutada, sí es evidente, en todo caso, que Miranda supo de la Masonería y contactó con 140. JOSÉ ANTONIO FERRER BENIMELLI, Masonería e Inquisición en Latinoamérica durante el siglo XVIII, p. 15 141. ANTONIO EGEA LÓPEZ, Ob. Cit., p. 70

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ella, y que, por tanto, con sus ideas se sentiría identificado, al menos en algunas concepciones, que ya vimos afines”. No obstante, una opinión de Pedro de Leturia, quien los toma de Mancini, refiere el mismo autor142: “El P. Leturia cuenta que Miranda se habría iniciado en los misterios y juramentos de la Masonería en 1773”. Nótese que en esta cita no se hace referencia a ningún lugar en especial, aunque en ese año Miranda ya se encuentra en Cádiz. Otro historiador que hace mención a la Masonería y Miranda, es Alfonso Rumazo González143: Lo invitan a Gibraltar y acepta alborozado esta ruptura de la monotonía taladrante de la vida de cuartel. Gibraltar es un baluarte inglés desde 70 años atrás. Se queda dos meses y ofrece retornar. Probablemente esta segunda vez fue invitado a ingresar a la francmasonería, la asociación más importante del siglo XVIII y de buena parte del XIX.

Al observar la expresión “probablemente esta segunda vez fue invitado a ingresar a la francmasonería” nos refleja el carácter especulativo de esta cita. Asimismo, en otra obra de su autoría el propio Rumazo Gonzá144 lez afirma: “En Cádiz, el capitán caraqueño ingresa a la logia de la ciudad dependiente de Londres. En el año 1776 había ya una logia en Cádiz según informe de la Inquisición en Madrid” Nuevamente observamos en esta opinión aspectos subjetivos y contradicción del mismo autor, en cuanto al tiempo y lugar identificados como de posible iniciación del prócer. Para Frau Abrines el prócer se inicia en la Masonería, pero no indica lugar ni fecha que así lo confirme. 142. Ibid., p.69

143. ALFONSO RUMAZO GONZÁLEZ, Miranda Protolíder de la Independencia Americana, Colección Ambrosio Plaza Nº 4, Los Teques, Venezuela, 1985 144. ALFONSO RUMAZO GONZÁLEZ, 8 Grandes Biografías, Tomo II, Ediciones de la Presidencia de la República, Caracas, 1993

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Reflexiona al respecto145: “El General Miranda era un verdadero aladid de las ideas de la libertad e independencia: había sido iniciado en los secretos de las Logias Masónicas por el gran Lafayette” Analizando esta opinión hecha sin fundamentos aparentes debemos agregar que, aunque Miranda y Lafayette tuvieron contacto y amistad, no hubo una relación suficientemente sólida como para que el oficial francés iniciara a Miranda en logia alguna, más aún el afirmar que el propio Lafayette habría iniciado a Miranda, significa que ocupaba el cargo de Venerable Maestro en alguna logia que en dicha cita no se menciona cuál es, como tampoco el año y lugar de su funcionamiento. Asimismo, expone el historiador chileno masón, Edgar Perramón146: “No hay duda que Miranda, que partió de Caracas a los 21 años e ingresó a la Masonería, seguramente en Madrid, a los 23 años, en 1773, vio, en el sistema de la Masonería, en su labor humanista, en el secreto o privacidad de sus reuniones, en las palabras y signos de reconocimiento, una forma eficaz para trabajar por la emancipación de América, por la libertad y la justicia”

Con estas consideraciones Perramón reafirma lo que Egea López había referido en cuanto al interés que pudo despertar la Masonería en Miranda, lo cual es una constante entre sus biógrafos, no obstante, no se arrojan mayores datos para deducir que Miranda haya podido iniciarse en Madrid. Una apreciación de la cual no hemos encontrado comprobación presenta Mario Briceño Perozo147: “Recuerda el Precursor que en Francia, las principales figuras de la Revolución, estuvieron afiliadas a la francmasonería, en cuyos centros exponían sus ideas progresistas los más ilustrados señores del siglo XVIII francés”. 145. L  ORENZO FRAU ABRINES, Ob. Cit., Tomo 3, p. 787 146. EDGAR PERRAMÓN Q., Ob. Cit., p. 11

147. MARIO BRICEÑO PEROZO, Don Francisco de Miranda, Maestro de Libertadores, Imprenta Oficial del Edo. Trujillo, 1950, p. 30 Bicentenario del 19 de abril (1810-2010)

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Aunque ciertamente la Revolución Francesa se nutrió del pensamiento de filósofos pertenecientes a la Masonería, no hemos encontrado un registro en el cual Miranda haga referencia a que tales personajes eran masones. Incluso, es de observar que el historiador Briceño Perozo no presenta la respectiva fuente. Asimismo, en un trabajo biográfico acerca del prócer venezolano, afirma Eumenes Fuguet Borregales148: “Algunos historiadores mencionan el ingreso de Miranda en la Orden Masónica en Madrid el año 1773 a los 23 años, en algunas Respetables Logias de Noruega, Suecia y Bélgica, tiene registrada la asistencia de nuestro Precursor a tenidas (reuniones masónicas)”. Es de hacer resaltar que cuando Francisco de Miranda recorre estas naciones poseía un Pasaporte Imperial emitido por la Emperatriz Catalina II, en el que se identificaba con el pseudónimo Señor Conde de Miranda, Coronel de los Ejércitos de Su Majestad Imperial Catalina II de Rusia. Por lo tanto, se hace un tanto inviable que en dichas logias aparezca registrada la visita de un caballero llamado Francisco de Miranda. Otra versión presenta el investigador masón venezolano, González Pachano149: “Es posible que Miranda se iniciara en la francmasonería, durante su estadía en Gibraltar, donde la Gran Logia Inglesa había fundado una filial en 1726”. En la misma obra, más adelante reflexiona150: “Si nuestro compatriota fue iniciado en Londres como suponemos, con el interés y la minuciosidad que siempre demostró por todo lo que fuera cultura, estudia los principios masónicos”. Asumimos que en estas dos opiniones del mismo autor, pudo haber tenido una confusión entre la creación de la llamada Legión Americana en Londres, con la iniciación de Miranda. 148. E  UMENES FUGUET BORREGALES, Francisco “Libertad” Miranda, Gran Logia de la República de Venezuela, Caracas, s/f.

149. B  .G. GONZÁLEZ PACHANO, El Precursor Generalísimo Francisco de Miranda, Primer Masón Venezolano, Edición Fungecamil, Maracay, Venezuela, 1999, p. 6 150. Ibid., p. 44 114

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Prosiguiendo con las versiones acerca del planteamiento histórico que nos ocupa, se afirma en una página web venezolana que trata temas masónicos151: Varios historiadores masónicos norteamericanos y franceses, aportan valiosa información sobre la actividad masónica del caraqueño Francisco de Miranda, de quien aseguran que se inició en 1783, en una logia de Filadelfia, muy frecuentada por el famoso general francés Mario José Lafayette. No hay datos sobre el día y el mes. Por las contingencias derivadas de la guerra, al parecer se perdieron los archivos de la Logia donde Miranda recibió la luz masónica. De lo que se sabe es que Lafayette fue su padrino de iniciación. Existen muchas referencias sobre la asistencia de Miranda a logias de Nueva York y de sus tertulias con George Washington en locales masónicos. Sin embargo, investigaciones posteriores a la publicación de los dos volúmenes de Américo Carniccelli, arrojan bastantes evidencias sobre los contactos de Miranda con Lafayette, que culminaron en su iniciación en una logia de Filadelfia, en 1783. Otros investigadores aseguran que Miranda se inició en la Masonería en París, Francia, en 1797, meses antes de su regreso a Londres. Pero esas teorías se desmoronan solas con las referencias publicadas por diarios ingleses en 1785, donde hablan de las reuniones masónicas de Miranda con intelectuales y personajes de la nobleza. Al citar esas evidencias, un historiador británico, llegó a la conclusión de que Miranda se inició en Filadelfia, Estados Unidos, en 1783; recibió el grado de compañero en Londres, en 1785; y el grado de Maestro, en París, en 1797. Esa cronología parece la más ajustada a la verdad, ya que guarda relación con el periplo del Precursor por esos países.

151. G  eneralísimo Francisco de Miranda, El Precursor de la Independencia y padre de la Masonería Latinoamericana, disponible en www.glrbv.org.ve

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Hemos querido presentar completa esta reseña ya que entre las versiones que hemos estudiado, ésta, en la que hasta se describe en dónde recibió los diferentes grados, nos parece la más inexacta y especulativa, toda vez que ningún historiador o biógrafo, siquiera ha mencionado qué grado podría haber obtenido Miranda, y mucho menos, la logia y el año en que los recibió. Asimismo, en nuestras investigaciones no se han presentado ningún tipo de documentación que esté relacionada con la asistencia de Miranda a logias en Nueva York, por lo que descartamos estas apreciaciones. Tal y como se puede observar en las diferentes referencias biográficas y opiniones de estos destacados autores, se aprecian en algunas de ellas, inconsistencias y vacíos documentales en cuanto a fechas, lugares y personajes que confirmen de manera fehaciente la pertenencia o no de Miranda a la Masonería.

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Capítulo VII

Conclusiones ¿Francisco de Miranda se inició finalmente en la Masonería? Llegamos al final del camino con una convicción en mente. Las probabilidades de que ciertamente Francisco de Miranda se haya iniciado en la Masonería son elevadas y firmes. Para llegar a estas conclusiones nos hemos basado fundamentalmente en los elementos vinculantes que hemos presentado de manera objetiva, los cuales consideramos que arrojan fuertes indicios de que ciertamente el Generalísimo ingresó a esta fraternidad universal. Es importante señalar que los hechos y circunstancias en las que referimos la relación de Miranda con la Masonería los hemos identificamos como elementos vinculantes, es debido a que, basados en la objetividad que hemos querido demostrar, no pueden llamarse elementos determinantes, de allí el título de nuestra obra. Aunado a ello están las diferentes versiones de destacados historiadores y biógrafos, con las que en algunos casos no coincidimos en cuanto a imprecisiones de los datos que en ellas aparecen. Con base en todo lo planteado, nuestra conclusión va dirigida a que fue en Kingston, en 1783, durante su estadía de tres meses en la misión secreta ordenada por Juan Manuel Cagigal, cuando se inició Miranda en la Masonería. La razón de mayor fundamento que poseemos para afirmarlo es la tenencia de los libros masónicos, Las Constituciones de los Francmasones y La Historia de la Masonería.

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En búsqueda de la verdad ¿Miranda fue Masón?

Estas dos obras, como lo afirmamos en su momento, no podían ser de venta libre en ningún local, ya que como hemos hecho referencia, aún hoy en día es un material bibliográfico que recibe el masón al ser iniciado, y más aún, en una época en que la Masonería estaba proscrita de las leyes de muchos Estados, y sobretodo, del Santo Oficio. En tal sentido, consideramos que cuando aparecen en el inventario de obras del Generalísimo, es porque durante sus reuniones secretas mantuvo contactos con masones de la isla, y a raíz de las mismas, se inició en una logia jamaiquina para poder haber recibido tales libros. Igualmente, es una circunstancia de relevancia para esta obra el hecho de que Francisco de Miranda llevó correspondencia privada dirigida a Sir Peter Parker, quien para el momento era el Gran Maestro Provincial de la Gran Logia de Jamaica, y es posterior a esas reuniones secretas cuando aparecen los libros masónicos en el equipaje de Miranda. Asimismo, el hecho de que dos años después, cuando sale de La Habana, aún mantenga estas obras nos apuntan a que ciertamente Francisco de Miranda se habría iniciado en Jamaica, en 1783. De allí se deriva su firme interés en la orden masónica a través de sus viajes, así como los contactos específicos con importantes personajes pertenecientes a la Masonería. Igualmente, consideramos que esta fue la razón por la cual le sugirió a Bernardo O´Higgins que las asociaciones secretas creadas para la gesta emancipadora de los países del continente sudamericano fuesen llamadas logias. Finalmente, consideramos que hemos sentado bases interesantes para continuar los caminos en la búsqueda de la verdad a todos los investigadores de este interesante tema, con el propósito de que cada vez nos acerquemos a la certificación de que Francisco de Miranda, ciertamente, se Inició en la Masonería.

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Conclusiones

Ovidio Aguilar Meza

Bibliografía AMBELAIN, Robert, (1987). El secreto masónico. Barcelona: Ediciones Martínez Roca, S.A. ABRINES FRAU, Lorenzo, (1988). Diccionario enciclopédico de la Masonería. México: Editorial del Valle de México S.A. de C.V. BECKER, Udo, (1996). Enciclopedia de los símbolos. Barcelona: Ediciones Robin Book BELDA, Francisco, (1985). La Lengua de Francisco de Miranda en su Diario. Caracas: Academia Nacional de la Historia . BIGGS, James, (1950). Historia del intento de Don Francisco de Miranda para efectuar una revolución en Sur América. Caracas: Publicaciones de la Academia Nacional de la Historia. BOHÓRQUEZ, Carmen L, (2006). Miranda, bitácora de un visionario de nuestra América. Caracas: Ministerio de Información y Comunicación. BRICEÑO PEROZO, Mario, (1950). Francisco de Miranda, maestro de libertadores. Trujillo: Imprenta Oficial del Estado Trujillo. CABALLERO, Enrique, (1980). Incienso y pólvora, comuneros y precursores. Bogotá: Editorial Pluma Ltda. CALLAEY Eduardo R. (2005). El otro imperio cristiano. Madrid: Ediciones Nowtilus, S.L. CARNICELLI, Américo (1970). La Masonería en la Independencia Latinoamericana. Bogotá: Cooperativa Nacional de Artes Gráficas.

Bicentenario del 19 de abril (1810-2010)

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Bibliografía

Ovidio Aguilar Meza

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Bibliografía

Contenido Capítulo I Consideraciones preliminares ¿Qué es la Masonería? Origen y evolución de la Masonería Libres y aceptados Masones Capítulo II Miranda y el contexto histórico de la Masonería en el siglo XVIII La Independencia de los Estados Unidos La mazonería especulativa avanza La Revolución Francesa Capítulo III Elementos vinculantes entre Miranda y la Masonería

7 9 17 26

33 38 41 43

47

 lemento vinculante Nº 1: Miranda adquiere libros E masónicos en Kingston, Jamaica

48

Elemento vinculante Nº 2: Miranda conserva en La Habana, los libros masónicosnadquiridos en Jamaica

56

Elemento vinculante Nº 3: Miranda visita una Logia en Cristianía, Noruega

59

Elemento vinculante Nº 4: Miranda visita una Logia en Gotemburgo, Suecia

64

Elemento vinculante Nº 5: Miranda visita un orfanato auspiciado por los masones en Estocolmo, Suecia

66

Elemento vinculante Nº 6: Orden de Cincinnati

69

Elemento vinculante Nº 7: La Gran Reunión Americana y las Logias Lautaro

77

Elemento vinculante Nº 8: Las relaciones y amigos masones de Miranda

86

Capítulo IV Francisco de Miranda y los masones venezolanos

99

Capítulo V Día masónico nacional de Venezuela

108

Capítulo VI Versiones encontradas

109

Capítulo VII Conclusiones

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Bibliografía

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GOBERNACIÓN DE

Miranda Ovidio Aguilar Meza

Iniciado en la Francmasonería en 1986, Ovidio Aguilar Meza ha desarrollado una interesante carrera masónica, que lo llevó a ser electo primer Gran Vigilante de la Gran Logia de la República de Venezuela para el período 1996-1999 y a ocupar la presidencia de la Gran Comisión de Docencia Masónica Nacional, en la que realizó diversos trabajos histórico-biográficos, entre ellos, la investigación producto de esta obra. Más de 60 autores consultados y 152 citas biográficas respaldan la seriedad, objetividad y profundidad que el autor desarrolló en su obra, que seguramente creará campos de discusión sobre el tema y abrirá caminos en búsqueda de la verdad.

Colección Ambrosio Plaza 10

Sección Azul

EN BÚSQUEDA DE LA VERDAD Francisco de Miranda es quizás el hombre más interesante que haya dado a luz Venezuela. Coronel de Maryland en Roma, Gabriel Eduardo Lerroux d’Helander en una fuga en París, Conde de Mirandow en Rusia, y otros siete pseudónimos, que fueron utilizados por el librepensador caraqueño para evadir la persecución de la Corona Española y la Santa Inquisición, hablan del perfil de este increíble personaje. Militar, intelectual, estadista, político, filósofo, de formación deísta reconocida, seguidor de los Enciclopedistas… A través del tiempo, se ha creado una polémica en cuanto a un aspecto fundamental de su vida… la Masonería: ¿Se inició realmente Francisco de Miranda en la Francmasonería? Tal incógnita motivó este trabajo investigativo denominado En búsqueda de la verdad, en el que el autor presenta elementos vinculantes que permiten al lector develar ese halo de misterio.

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