BOLETÍN DE LA ACADEMIA ARGENTINA DE LETRAS. TOMO LIX - Julio-Diciembre de N"

BOLETÍN DE LA ACADEMIA ARGENTINA DE LETRAS TOMO LIX - Julio-Diciembre de 1994 - N" 233-234 BUENOS AIRES 1996 BOLETÍN DE LA ACADEMIA ARGENTINA DE

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Nueva Historia Argentina Tomo 6
Nueva Historia Argentina Tomo 6 Democracia, conflicto social y renovación de ideas (1916-1930) Ricardo Falcón (Director de tomo) Editorial Sudameric

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BOLETÍN DE LA

ACADEMIA ARGENTINA DE LETRAS TOMO LIX - Julio-Diciembre de 1994 - N" 233-234

BUENOS AIRES

1996

BOLETÍN DE LA ACADEMIA ARGENTINA DE LETRAS

Directora: Ofelia Kovacci Consejo Asesor Manuel Alvar, Enrique Anderson Imbert, Alicia Jurado, Rodolfo Borello, Jorge Calvetti, Raúl H. Castagnino, Guillermo Guitarte, Rafael Lapesa, Jorgelina Loubet, Antonio Pagés Larraya, Carlos A. Ronchi March, Gregorio Salvador, Manuel Seco, Alonso Zamora Vicente

SUMARIO ARTICULOS Carilla, Emilio, Historias de palabras: caníbal, canibalismo ...... 255 Chicote, Gloria B., La Delfina: historia y leyenda en las tradiciones oral y escrita .. .............................................. 271 Liscano, Juan, Andrés Bello, civilizador........................\ ........... 305

HOMENAJES Castagnino, Raúl H.,Apertura ..................................................... 319 Loubet, Jorgelina, Recordación de Julio Conázar ..................... 325 , Peltzer, Federico, Manuel Mujica Láinez .................................... 335 / / Anderson Imberr, Enrique, Mallea y su Simbad ........................ 343 (Continúa en la contratapa) El contenido y la forma de los trabajos publicados en este Boletín son de exclusiva responsabilidad de sus autores. Los textos contenidos en este Boletín podrán reproducirse con la previa autorización escrita de la Academia.

BOLETíN DE LA

ACADEMIA ARGENTINA DE LETRAS

© 1996 ACADEMIA ARGENTINA DE LE1RAS IMPRESO EN LA ARGENTINA

Queda hecho el depósito que marca la Ley 11. 723 InscripciófJ en el Registro Nacional de la Propiedad Intelectual N° 423.691 I.S.S.N.0001-3757

ACADEMIA ARGENTINA DE LETRAS

ACADÉMICOS DE NÚMERO Presidente: Don Raúl H. Castagnino Vicepresidente: Don Jorge Calvetti Secretaria General: Doña Jorgelina Loubct Tesorero: Don Federico Peltzer

Don Ricardo E. Molinari Mons. Octavio N. Derisi Don Enrique Anderson Imbert Don Carlos Alberto Ronchi March Doña Alicia Jurado Don Antonio Pagés Larraya Don Marco Denevi Don Roberto Juarroz Don Adolfo Pérez Zelaschi Don Horacio Armani Doña Ofelia Kovacci Don Rodolfo Modem Don Ángel Mazzei Don José María Castiñeira de Dios Don Martín Alberto Noel Don Osear Tacca Don José Edmundo Clemente Don Adolfo de Obieta

ACADÉMICOS CORRESPONDIENTES Don Aurelio Miró Quesada (Perú) Don Luis Beltrán Guerrero (Venezuela) Don Pedro Grases (Venezuela) Don Pedro Laín Entralgo (España) Don Rafael Lapesa Melgar (España) Don Adolfo Zamora Vicente (España) Don Emilio Carilla (fucumán, Rep. Arg.) Don Paulo Estevao de Berredo Cameiro (Brasil) Don Alberto Wagner de Reyna (Perú) Don Arturo Uslar Pietri (Venezuela) Don Ramón García-Pelayo y Gross (Francia) Don Rodolfo A. Borello (Mendoza, Rep. Arg.) Don Franco Meregalli (Italia) Don Diego F. Pró (Mendoza, Rep. Arg.) Don Rodolfo Oroz Scheibe (Chile) Don Léopold Sédar Senghor (Senegal) Don Daniel Devoto (Francia) Don Paul Verdevoye (Francia) Don Juan Bautista Avalle-Arce (Estados Unidos de Norte América) Don Juan Filloy (Río Cuarto, Córdoba, Rep. Arg.) Don Federico E. Pais (Catamarca, Rep. Arg.) Don Guillermo L. Guitarte (Estados Unidos de Norte América) Doña Emilia Puceiro de Zuleta Álvarez (Mendoza, Rep. Arg.) Don Domingo A. Bravo (La Banda, S. del Estero, Rep. Arg.) Don Gastón Gori (Santa Fe, Rep. Arg.) Doña María B. Fontanella de Weinberg (Bahía Blanca, Bs. As., Rep. Arg.) Doña Elena Rojas Mayer (Tucumán, Rep. Arg.) Doña Ángela B. Dellepiane de Block (Estados Unidos de N. América) Don Roberto Paoli (Italia) Don Giovanni Meo Zilio (Italia) Don Raúl Aráoz Anzoátegui (Salta, Rep. Arg.) Don José Luis Víttori (Santa Fe, Rep. Arg.) Don Carlos O. Nállim (Mendoza, Rep. Arg.) Don Hugo Rodríguez Alcalá (paraguay) Don Walter Rela (Uruguay) Doña Yolanda Bedregal (Bolivia) Don Alejandro Nicotra (Córdoba, Rep. Arg.)

Don Horacio Castillo (La Plata, Bs. As., Rep. Arg.) Doña Luisa López Grigera (España) Don Susnigdha Dey (India) Don Germán Arciniegas (Colombia) Don Joaquín Balaguer (Rep. Dominicana) Don Juan Liscano (Venezuela) Doña Gloria Videla de Rivero (Mendoza, Rep. Arg.) Don Dietrich Briesemeister (Alemania) Don Manuel Alvar López (España) Doña Nélida E. Donni de Mirande (Rosario, Santa Fe, Rep. Arg.) Don Aledo Luis Meloni (Resistencia, Chaco, Rep. Arg.) Don Rafael Felipe Oteriño (Mar del Plata, Bs. As., Rep. Arg.) Don Oscar Caeiro (Córdoba, Rep. Arg.) Don Juan María Lope Blanch (México) Don José Saramago (portugal) Don Bemard Pottier (Francia) Don Francisco Rodríguez Adrados (España)

BOLETfN DE LA

ACADEMIA ARGENTINA DE LETRAS

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TOMOLIX

N° 233-234

HISTORIAS DE PALABRAS: CAN/BAL, CANIBALISMO

Introducción No hace falta indagar mucho, ni recurrir a minuciosas estadísticas bibliográficas para comprobar en las últimas décadas el uso creciente de vocablos que, con un sentido amplio, podemos catalogar como "vocablos de significación cultural". Vocablos que, como mito, utopía y canibalismo, entre otros, no aparecen como elementos gratuitos, sino que conllevan, como corresponde, sus especiales contenidos. Contenidos que, a su vez, dan la pauta de significados históricos, variantes semánticas y ¿por qué no? recordadas vicisitudes. Por descontado, no se trata de novedades exclusi vas que solo se comprenden al enfocar la realidad contemporánea. Aun alargando la dimensión temporal ¿ quién puede negar que, después de todo, la noción de utopía se da antes de Tomás Moro? Y, paralelamente, que la noción de can{bal, canibalismo es anterior al " Descubrimiento" de América.

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En fin, sobre mito no hace falta ninguna aclaración. Todo esto es fácil de admitir, dentro de un conocimiento general. Como, sin ningún misterio, repito, es difícil negar hoy que, por una serie de factores, mito, utopía y canibalismo han alcanzado en las últimas décadas renovada actualidad. En buena medida, como amplificación y enriquecimiento de las ciencias culturales en que los colocamos, y, no menos, por el creciente respaldo que les prestan diversidad de testimonios: libros, periódicos, conferencias, manifiestos, ocasionales diálogos, declaraciones político-sociales, etc, etc.

Camoal, canibalismo Por motivos comprensibles, debo limitarme a uno solo (y su derivación) de los vocablos que señalé, si bien creo que, por diferentes razones, ofrece un caudal de noticias nada desdeñable. Pero me parece prudente no anticiparme en subrayar su importancia. Sobre la etimología de la voz arahuaca caribe contamos ya con una copiosa bibliografía, en consonancia con la rica derivación del vocablo. Y, asimismo, con los avances que, en los trabajos lingüísticos, observamos en la bibliografía dedicada a los americanismos. Eso sí, este reconocimiento no impide que aún tengamos presente, a pesar del tiempo transcurrido, el valioso estudio de Pedro Henríquez Ureña., de 1933, contenido en su libro Para la historia de los indigenismos l.

I Cfr. Pedro Henríquez Ureña, "Caribe" (en Para la historia de los indigenismos. Buenos Aires,1938, pp. 95-102); G. Friederici,

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Un obligado y elemental dato nos exige decir que el vocablo caribe figura ya en los primeros americanismos recogidos por Cristóbal Colón. Y, por otra parte, sabemos que tanto caribe como cant'bal se originan en una misma etimología, con la alternancia r-n y hasta l. En relación a su significado, es bueno saber que caribe y cant'bal fueron identificados desde temprano como"feroz", "salvaje" y, sobre todo, como "antropófago". Lo llamativo - como nos explicaba Pedro Henríquez Ureña - es que no está probado que los caribes fueran comedores de carne humana, pero bien sabemos que este tipo de equívocos no constituye una excepción en la controvertida historia de las etimologías 2. Lo concreto es, así, aceptar la vitalidad de los dos vocablos, su fijeza y difusión a lo largo de cinco siglos. Y, por descontado, su rica evolución semántica, tal como tendremos ocasión de ver. Y, por si esto fuera poco, con las singularidades, no exentas de polémica, que tempranamente podemos vincular a dos autores de la dimensión de Montaigne y Shakespeare. Es bien sabido que en la larga y cruenta conquista de América, una de las razones aducidas por los conquistadores fue la acusación de la idolatría de los indígenas, a la que agregaban -eso sí, no siempre- el delito de los sacrificios humanos, y, en ocasiones, el estigma de la antropofagia, ligada por lo común a las prácticas religiosas. El tema da

Amerikanisches Worterbuch (2a. ed., Hamburgo, 1960); Leonardo Olschi, Storia letteraria delle scoperte geografiche (Florencia, 1937); Tomás Buesa Oliver, Indoamericanismos léxicos en español (Madrid, 1965, pp. 31-33). 2 Ver Pedro Henríquez Ureña, op. cit., pp. 95-102; Tomás Buesa Oliver, op. cit., pp. 31-33; Manuel Alvar, "Colón en su aventura" (Prohemio, n, 2, Madrid, 1971, p. 188).

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para mucho, pero no entraré aquí en detalles. Por otra parte, no podía eludirse, al hablar de la antropofagia de los indígenas, la noticia de que los conquistadores, en determinadas circunstancias, habían recurrido a tal práctica como último recurso para no morirse de hambre. Claro que la diferencia que suelen establecer los cronistas es la que se marca entre un hecho ocasional, extremo (ver testimonios de Mártir de Anglería, Gonzalo Femández de Oviedo, Herrera, Alvar Núñez Cabeza de Vaca, Fray Tomás Ortiz y muchos otros), frente a la tacha o "vicio" de los indígenas. Femández de Oviedo, al hablar de los caribes, dice: ... y estos que son flecheros viven desde el Golfo de Urabá al punto que llaman de Caribana, a la parte de Levante; y es también costa alta; y comen carne humana, y son abominables, sodomitas y crueles 3. Por su parte, el Padre Las Casas ensaya una tímida defensa de los caribes. Así, niega el vicio de sodomía, pero no alcanza a borrar la tacha de "comedores de carne humana" 4. Acercándonos más a Femández de Oviedo, pocos son, sin embargo, los que gastan una lista tan negativa como el dominico Fray Tomás Ortiz, cuando hacia 1524, al referirse a los indios de Tierra Firme, en la región de Santa Marta, los describe como "antropófagos, sodomitas, borrachos, traidores, crueles, vengativos, haraganes,

3

Cfr. Gonzalo Femández de Oviedo, Sumario de la natural historia

de las Indias (Toledo, 1526, cap. IX). 4 Cfr. Fray Bartolomé de las Casas, Historia de las Indias (Biblioteca de Autores Españoles, XCV, Madrid, 1957, Libro I1I, cap. XXIII).

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ladrones, mentirosos, hechiceros", etc, etc. s. No cabe duda de que a Fray Tomás Ortiz se le fue la mano ... En fm, sin alejamos del Río de la Plata, contamos con un animado repertorio, entre trágico y pintoresco, con la antropofagia repartida entre los dos bandos, y con el respaldo bibliográfico que, entre otros, nos ofrecen U1derico Schmidel, Luis de Miranda, Ruy Díaz de Guzmán, Francisco de ViIlalta y Barco Centenera ... y dando un gran salto, hasta podemos llegar a aquel conocido verso de Borges, en su popular "Fundación mítica de Buenos Aires", en que recuerda rápidamente la muerte de Solís: ... en que ayunó Juan Díaz y los indios comieron.

con alternancias de la historia de Grosso y la severidad académica de Groussac 6.

s Cit por Germán Arciniegas, Cahiers de I'Amérique úuine, 2, París, 1969,p.7. 6 En fin, ya que menciono el nombre de Borges en relación al canibalismo, es bueno agregar que, aparte de la cita pintoresca que aparece en "La fundación mítica de Buenos Aires", poema de su época martinfiemsta (más allá de las correcciones), el tópico se encuentra también en otra obra suya, bien diferente: "La casa de Asterión", relato en prosa del mito clásico del Minotauro. Quizás como contraste con la interpretación de André Gide, Borges atenúa, o borra aquí, dos de los rasgos tradicionales individualizadores del monstruo: la lujuria y la antropofagia. Sin duda, como exigencia del enfoque metafísico y el perfil religioso que da al mito. Algo queda, sin embargo, apenas visible en el circunloquio con que Borges lo envuelve: cuando habla de la ofrenda humana al monstruo: " ... para que yo los libere de todo mal[ ... ] La ceremonia dura pocos minutos. Unos tras otros caen sin que yo me ensangriente las manos". Sal vo que pensemos que Borges cambia la versión tradicional, y lo hace aparecer solo como verdugo:

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Montaigne y Shakespeare Como es bien conocido, vocablos como canfbal y canibalismo, aparte del explicable y abundante respaldo testimonial que encontramos en España y sus colonias, nos permiten dos enlaces dignos de señalarse, ya que se ligan a dos nombres de la jerarquía universal de Montaigne y Shakespeare. Por descontado, no se trata de noticias nuevas. En el caso de Montaigne, constituyen, por lo pronto, una cita ineludible los párrafos de sus Essais (1, cap, XXX). En realidad, lo que hace Montaigne al hablar de los indígenas del Brasil es relativizar su "culpa". El comer carne humana -nos dice- obedece en ellos al deseo de venganza, y, dentro de la guerra, forma parte de un ritual. Montaigne señala asimismo que todos los humanos son caníbales, si bien el canibalismo europeo está determinado, sobre todo, por el hambre 7. Y no entro aquí, por razones comprensibles, a averiguar hasta dónde tenía fundamentos el poeta latino Juvenal al acusar a los primitivos vascos de antropófagos, tal como cita Montaigne 8,

"Donde cayeron quedan y los cadáveres ayudan a distinguir una galería de la otra" (Ver J.L. Borges, "La casa de Asteri6n", en El Aleph, Buenos Aires, 1949, pp. 71-72). En fin, Los traductores de "Las mil y una noches", en la breve biografía de Richard Burton. No creo que convenga aquí entrar en mayores detalles. 7 Cfr. Michel de Montaigne, Essais. (Ver ed. de París, 1922-1923,1, XXX). Ver también Voltaire, artículo "Anthropophagues" (en el Dictionnaire Philosophique). Como estudio reciente vinculado al tema, ver Frank Lestringeant, "Scenes de l'utopie cannibale" (en Magazine Littéraire, n° 306, Paris, 1992, pp. 56-58). 8 Como curiosidad (y espero que los vascos no se ofendan), diré que Montaigne cita versos del poeta satírico Juvenal, en que alude a los vascos

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Por SU parte, la mención de Shakespeare está determinada, corno puede adivinarse, por su famosa obra póstuma, The Tempest. Y, claro, por la presencia de los dos "genios": Ariel y el "infrahombre" Ca libán. Creo que a esta altura de la copiosa bibliografía sobre Shakespeare, no hay ya dificultades en aceptar la derivación o encadenamiento entre Caribe, Can{bal y Calibán. Hoy se acepta que, en efecto, el nombre Calibán (así acentuamos en español) y su carácter de genio del mal responden a su origen americano. Genio del malo, más certeramente, corno he dicho, "infrahombre" u hombre primitivo. Y, por otra parte, se admite la posibilidad de que sea precisamente Montaigne la fuente básica del nombre, con base en los Essais, que Shakespeare pudo haber leído en la traducción de Florio, Aunque esto no signifique una total aceptación del carácter que da el autor francés a los indígenas brasileños y su antropofagia. Lo demás forma parte de las conexiones que tempranamente se establecen entre The Tempesty América. Así, juntamente con la relación caribe-caribal-canibalCaliban, se llegaba a aceptar que la Isla de Próspero estaba también en América. En fin, no olvidemos tampoco el predominio de los nombres hispánicos que aparecen en el drama 9. Corno no pretendo hacer un recuento minucioso del canibalismo a través de las épocas, y corno mi meta declarada

priIIÚtivOS como comedores de carne humana, alimento que -creían- les alargaba la vida ... 9 Ver Richard Eden, The History ofTravayle in the West and East [ndies (Londres, 1577). Y no entro en el problema del dios Setebos, gran diablo de los patagones ...

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está en llegar al siglo XX, me parece que lo más apropiado está en trazar líneas de enlace, que a grandes trazos nos acerquen al momento que vivimos. Sin perder de vista que América es no solo como punto de partida sino también como centro de reflexión el ámbito preferente. Sobre esta base, no creo que resulte gratuita., por ejemplo, la curiosa presencia de la antropofagia, como recurso temático, en obras escritas para los niños. Curiosa, aunque en verdad increíble, y aunque en ocasiones pretenda justificarse como reminiscencia de las antiguas fábulas clásicas 10. Además, el siglo XIX presenta., junto con la afumación de la ficción novelesca, y en particular de la literatura de viajes y de aventuras, un nuevo plano en el tema del canibalismo. En este sentido, queda como uno de los testimonios más recordables la famosa obra de Edgar Allan Poe, The narrative ofArthur Gordon Pym ofNantucket (de 1838). El procedimiento que elige Poe es el de los náufragos que, como puede adivinarse, llegan al extremo de comer carne humana para no morirse de hambre. 10 Tiene alguna significación en las letras hispanoamericanas el cuadro que traza el poeta cubano José María Heredia en su conocido poema titulado "En el teocali de Cholula", cuando evoca al monumento en relación a los sacrificios humanos de los aztecas, aunque no se detiene en el tema de la antropofagia. Es muy posible que· entre las fuentes de tIeredia figure Alejandro de Humboldt. Este, al hablar de los aztecas, señala que mataban a los prisioneros de guerra, y que, después de arrancar el corazón de la víctima, devoraban una parte del cadáver. (Ver A. de Humboldt, Sitios de las cordilleras y monumentos de /os pueblos indígenas de América,. trad. de B. Giner, Buenos Aires, 1968, p.213). Conviene aclarar que en poemas posteriores, y en relación a su prédica de libertad poICtica, la evocación de los aztecas.tuvo un sentido muy distinto. (Cfr. mi estudio "La lírica de Heredia en 'El teocali de Cholula", en Pedro Henriquez UreÑJ y otros estudios, Buenos Aires, 1949, pp. 43-54).

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Siglo XX (y anticipos inmediatos) Como ya he dicho, sin desmerecer los datos citados hasta ahora (cosa imposible), mucho importa señalar la trayectoria de la evolución semántica de los vocablos caribe y canibalismo a lo largo de nuestro siglo. Hacia 1878 y 1881, Ernesto Renan había llamado la atención con dos "dramas filosóficos", titulados Ca/iban y L'eau de Jouvence, dramas poco teatrales donde tomaba y transformaba los personajes principales de la obra de Shakespeare, hasta darles un sentido social que The Tempest no tenía. Por eso, cuando en 1898 sobreviene la guerra entre los Estados Unidos y España con motivo de la independencia de Cuba y Puerto Rico, se da el hecho significativo de que, por un lado, muchos hispanoamericanos ansían la liberación de las últimas colonias españolas en América, pero, por otro lado, atacan la intervención interesada del coloso del norte. Un testimonio no casual es el que encontramos en una semblanza de Rubén Daría sobre Edgar Allan Poe, como no es tampoco casual que acuda a los personajes y símbolos de Shakespeare: "Esos cíclopes ... ", dice Groussac; "esos feroces calibanes ... " escribe Peladan. ¿Tuvo razón la América del Norte? Calibán reina en la cola de Manhattan, en San Francisco, en Boston, en Washington, en todo el país ... 11.

11

Cfr. RubénDarío, "Edgar Allan Poe" (en Los Raros. Buenos Aires,

1896. Ver ed. de Madrid, s.a. , pp. 20-21).

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y el testimonio se reitera a mediados de 1898, cuando, después del triunfo de los Estados Unidos, Darlo publica "El triunfo de Calibán" en el periódico El Tiempo de Buenos Aires (20-V-1898)12. Como vemos, no hace falta explicar que Rubén Darlo, como Groussac, Manuel U garte y, poco después, Rodó, entre otros, están utilizando no solo el nombre fijado por Shakespeare, sino también las connotaciones ligadas a las voces caníbal, canibalismo, y, en especial, las acepciones negativas vinculadas desde sus comienzos aestos vocablos.

Brasil y el canibalismo

Teniendo en cuenta la evolución semántica que persigo, no hay ninguna duda de que tiene un carácter más revolucionario y espectacular, en relación a este problema, la etapa que establece el Modernismo brasileño en la década del 20, desde sus centros más notorios: San Pablo y Río de Janeiro (en especial, San Pablo). En primer término, reparo en el grupo de poetas destacados reunidos primero en la revista Klaxon y posteriormente escindidos en los grupos conocidos con los nombres de Primitivos y Verdeamarillos. Lema llamativo de los primeros fue la revista Antropofagia, reflejo asimismo de la "revolución canuoa". Manifestación visible era una literatura de fuerte contenido social, que acercaba el deslumbramiento cercano del comunismo, el ataque a la burguesía, la oposición al simbolismo y ciertos contactos con las literaturas de

12 Ver la crónica en la reproducción hecha por E.K. Mapes, con el título de Escritos inéditos de Rubén Darío (Nueva York, 1938).

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vanguardia. En el grupo de San Pablo fueron autores importantes Oswald de Andrade, Mario de Andrade, Raúl Bopp, Osvaldo Costa ... 13. Famoso fue el Manifiesto antropófago o ''Revolución camba" 14, de Oswald de Andrade, que, si bien tiene, como es corriente, carácter iconoclasta, entusiasmo juvenil y la vida efímera de estos programas, aporta datos significativos para nuestro tema. He aquí algunos de sus principios y relaciones: Solo la antropofagia nos une. Socialmente, económicamente, filosóficamente ... Queremos la Revolución Caraíba. Mayor que la Revolución Francesa ... Filiación. El contacto con el Brasil Caraíba ... Montaigne. El hombre natural. Rousseau. De la Revolución Francesa al Romanticismo, a la Revolución Bolchevique, a la Revolución Surrealista y al bárbaro tecnicismo de Keyserling. Caminemos ... Antes que los portugueses descubrieran el Brasil, el Brasil ya había descubierto la felicidad ... Contra larealidad social, vestida y opresora, catalogada por Freud. La realidad sin complejos, sin locura, sin prostituciones y sin cárceles matriarcales de Pindorama ... 15.

13 Cfr. Manuel Bandeira, Brief History of Brasilian Literature, trad. de Ralph Edward Drirnmick, Washington D.C., 1958, pp. 141-150; Manuel Bandeira, Panorama de la poesía brasileña, trad. de Ernestina de Champourcin, México, 1951, pp 82-118. 14 Caraibo -aclaro- designa una familia lingüística de varias tribus del norte de la América del Sur. 15 Cfr. Revista de Cultura Brasileña, n° 47, Madrid, octubre de 1978, pp. 55-57.

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Concretamente, para este grupo de poetas brasileños, antropofagia, "revolución carafba", canibalismo, representan un partir de cero en los ámbitos sociales y artfsticos, aunque ese partir de cero sea en realidad un enlace con la realidad rnftica primitiva. Por otro lado, la oposición al academicismo, al exceso ornamental y a tradicionales influencias extranjeras ... Sobre esta base, cabe aquf la pregunta que surge cuando avanzarnos en las décadas siguientes: despojando al manifiesto brasileño de su carácter nacional ¿es esta realmente la acepción que de vocablos como can{bal y canibalismo ha prevalecido después? ¿ Es esta la variante, o las variantes que vemos más extendidas dentro del significante de los vocablos? Verdad es que lo que hoy observamos, sin mayor esfuerzo y con notoria frecuencia, es la casi general acepción semasiológica que apunta a significados negativos. Canibalismo, corno lucha sin cuartel, impiedad, ferocidad, destrucción del enemigo ... Patente en ámbitos artfsticos, en la sociedad, la política, la economfa, donde todo recurso es válido o aceptable. Reflejado sobre todo en los libros, en la prensa escrita y oral. Sería ingenuo pretender - repito- que esto es una particularidad exclusiva de nuestros días; con todo, creo que es imposible negar hoy su uso frecuente y su difusión popular. Por otra parte, subrayo la utilización más corriente de canibalismo, en lugar de antropofagia, corno si, de esta manera, la voz americana diera, más por motivos de eufonía que por un sentido local o continental, una explicación por la preferencia. En todo caso, una conformación más directa (y no importa aquí la posible injusticia de su raíz) que la aparente frialdad del vocablo griego. Como he dicho, los ejemplos abundan. Solo elijo algunos,

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un tanto al azar, y los elijo, claro, en relación a las modalidades señaladas: El canibalismo es el signo actual de la lucha entre los partidos políticos ... (Diario La Gaceta, Tucumán). El intemismo caníbaL .. (Id.). Literatura carubal y filosofía del rechazo ... (Horacio González). La cultura es la que juega con el tiempo y el tiempo es de caníbal ... (Id.), La canibalización y el camavalismo como parodia de la literatura latinoamericana ... (Emir Rodríguez Monegal). Víctor Rugo y su gestación de Los miserables, como canibalización de tendencias literarias ... (Mario Vargas Llosa, citado por Jorge Urién Berri). El bibliófago, como ejemplo de canibalismo ... (Ezequiel Martínez Estrada). L' ombre naturel des choses: voyez cannibalisme, famine, guerre, peste, tremblement de terre, inondations et ... le reste! (Charles Régismanset). Scenes de l'utopie cannibale. (Artículo dedicado a Montaigne, en el Magazine Littéraire, n° 306, Paris, octubre de 1992) 16.

16 Cfr. La Gaceta, Tucumán, 22 de octubre de 1993; Horacio González, "Literatura caníbal y filosofía del rechazo" (en Actas de las Jornadas del Pensamiento Latinoamericano, Mendoza, 1991, p. 63) ; Enrique Rodríguez Monegal, "Carnaval, Antropofagia" (en Tempo Brasileiro, Rio de Janeiro, 1980, p. 62); Ezequiel Martínez Estrada, Exlwrtaciones (Buenos Aires, 1957); Jorge Urién Berri, "Entrevista a Mario Vargas Llosa" (en La Nación, Buenos Aires, 16 de mayo de 1993); Charles Régismanset, Nouvelles contradictions (paris, 1939, p. 181); Frank Lestringeant, "S cenes de l'utopie cannibale" (en Magazine Littéraire, n° 306, París, 1992, pp. 56-58).

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Conclusión

En la enumeración de las lacras humanas solemos reparar en las tiranías, las injusticias sociales, las guerras, los prejuicios raciales, el colonialismo ... ¿Cabe también en la serie lo que enunciamos como canibalismo? A través del itinerario que con mayor o menor precisión pretendí mostrar en los párrafos anteriores, no cabe duda de que sÍ. Y sin dejar de lado el punto de partida del vocablo, es decir, aquel cuyo significado directo se enuncia desde mucho antes con el relativo sinónimo de antropofagia, con tanta o mayor razón es válida la condena del canibalismo como concepto moral, como mal vituperable. Eso sí, una vez más nos duele que la conformación del vocablo, es decir su significante, tenga un origen americano y aluda claramente a un particular grupo étnico de las Antillas. Y no nos consuela el saber que, como hoy afirman documentados estudios, partió de la falsa igualación caribe=caníbal. Por otra parte, es también fácil de comprobar que voces como caníbal, canibalismo son, por las causas ya explicadas, muy trabajosas de borrar. Todo esto es cierto. Ahora bien, pasando de los aspectos histórico-lingüísticos a la realidad palpitante que hoy vi vimos, debemos reconocer que la voz canibalismo (al igual que antropofagia) refleja males que aquejan peligrosamente a las últimas décadas. Repito: no como algo inédito, pero sí como fenómeno si se quiere extremado. Sus manifestaciones son la impiedad, la ferocidad, la lucha sin cuartel ... Rasgos que, no casualmente, encuentran su mejor expresión (libros, prensa oral y escrita, etc.) en la palabra

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canibalismo, como uno de los males de nuestra sociedad 17, Emilio Carilla

17 En el caliente mundo de las letras, los ejemplos a nuestro alcance son nutridos. Por otra parte, es cierto, por ejemplo, que Jean Cocteau no usa el vocablo cannibalisme como lo usan otros autores de nuestro siglo, pero quién puede dudar de que es el vocablo que mejor conviene a este dolorido testimonio de su Journal: "Je viens de Iire chez Auric un livre du Mercure: Au temps de Baudelaire, oú l' auteur [A. Tarabant] groupe les innombrables insultes publiés contre Baude1aire, Manet, Courbet, etc. Rien nechange.Il n'en reste pas moins vrai que notre époque se croit tres fine et incapable de commetre ces injustices crapuleuses. Or, une autre maniere d'etre aveugle et sourd cache a nos joumalistes leur aveuglement et leur sourdité. KIéber Halders me loue, mais de telle sorte qu'i1 me ferai renoncera écrire" (J.Cocteau,Joumal( 1942-1945), Paris,1989,p. 331). y no está de más, entre infinidad de testimonios, citar también, aunque sea menos dramático, el conocido "Arte de injuriar", reunido por Jorge Luis Borges (ver Historia de la Etemidad, Buenos Aires, 1953), que el autor pudo llamar igualmente "Arte del canibalismo literario". En mucho, apología de Paul Groussac y su "buen malhumor", repertorio de estudiadas frases satíricas, a las que era tan afecto el autor francoargentino ... En fin, una última cita del hispanista inglés Gerald Brenan: "La política española puede ser explicada en su conjunto de esta forma. Este es un país de caníbales, en el cual la mitad de la población se come a la otra mitad" (G. Brenan, Lafaz de España, Barcelona, 1985, p. 147).

LA DELFINA: HISTORIA Y LEYENDA EN LAS TRADICIONES ORAL Y ESCRITA

1.Introducción 1.1. Las teorías lingüísticas desarrolladas en los últimos decenios han insistido reiteradamente en que el lenguaje es acción, y por lo tanto, al utilizarlo producimos actos de habla. Aun la lengua literaria, aunque desprovista de la necesidad e inmediatez del uso puramente comunicativo del lenguaje, en beneficio de su función estética, denota un accionar "decolorado"!, no de un código diferente al de la lengua general, sino de un uso estilístico particular de ese código, que el convencionalismo cultural ha canonizado como literario 2.

I José Domínguez Caparrós, "Literatura y actos de lenguaje", en José A. Mayoral (comp.), Pragmática de la comunicación literaria, Madrid, ArcolLibros, 1986, pp. 90-95. 2 Teun Van Dijk, "La pragmática de la comunicación literaria", en José A. Mayoral (comp.), Pragmática de la comunicación literaria, cit. en n°l.

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Si pensamos en aquellos géneros cuyos textos están directamente relacionados con los hechos, como la poesía narrativa o la leyenda, en tanto ficcionalizaciones orales o escritas de la historia, podremos observar en ellos, quizás con mayor evidencia, el "accionar" del lenguaje. ¿Qué proceso complejo ha tenido lugar cuando un hecho histórico, además de ser fijado en un libro de historia, ingresa en el ámbito de la oralidad y comienza a desarrollar gérmenes legendarios que se traducen en géneros orales y escritos? ¿Cómo se opera la conversión de lahistoriaen discurso? ¿Qué mecanismos podemos detectar en ese pasaje que nos ayuden a caracterizar los géneros literarios o folclóricos que dan expresión al tema? 1.2. Nos proponemos responder a estos interrogantes a partir del análisis de tres relatos orales y tres poemascanción documentados en la tradición oral contemporánea, referidos a un personaje de nuestra historia: la Delfina, heroína histórico-legendaria, compañera del caudillo entrerriano Francisco Ramírez (1786-1821), que ha transitado durante más de 170 años por este camino de retroalimentaciones entre historia y leyenda, poesía culta y canción popular, novela y relato folclórico. El eje del trabajo consiste en diferenciar los componentes narrativos presentes en los textos recolectados y tratar de iluminar los mecanismos discursivos de construcción de la leyenda, en el marco de las convenciones genéricas respectivas y en confrontación con el conjunto de textos "literarios" que han surgido sobre el mismo tema.

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Z. Historia y recreación literaria Z.L E/tema Lahistoria de la Delfina, enigmática mujer que acompañó Pancho Ramírez en sus últimos años y que está ~strechamente vinculada a las circunstancias de su muerte, ~a que la tradición histórica más difundida afirma que el ;audillo muere por salvarla3, fue recreada por poetas y

1

J Véanse al respecto las versiones del hecho proporcionadas por Vicente Fidel López, Historia de la República Argentina, su origen, su revolución y su desarrollo político, t. VIII, Buenos Aires, Kraft, 1913, pp. 477-478, Y Bartolomé Mitre, Historia de Belgrano y de la independencia argentina, t. I1I, Buenos Aires, Félix Lajouanne ed., 1887, pp. 562-563. Por otra parte hay "quienes no se conforman con los relatos conocidos y traen testimonios concluyentes, para probar que no hubo tal defensa de la amada. Los testimonios, aportados por el coronel Juan Beverina, son unos apuntes dictados por el general Anacleto Medina a los 90 años" (Bernardo GonzáJez Arrili, Historia argentina. Según las biografías de sus hombres y mujeres, t. V, Buenos Aires, Nobis, 1962, p. 1718). Otras referencias histórico-legendarias, que agregaron matices a la caracterización del personaje, pueden hallarse en: 1) Diccionario histórico argentino (Directores: Ricardo Piccirilli, Francisco Romay y Leoncio GianeIlo, Buenos Aires, Ediciones Históricas Argentinas, 1953-4, 6 volúmenes). Delfina (t. 1lI, pp. 55-56): según Adolfo Saldías acompañaba siempre al caudillo vestida con un caprichoso traje de amazona; Ramírez, Francisco (t. VI, pp. 39-42). 2) Aníbal Vásquez, Dos siglos de vida entrerriana. Anales y efémerides 1730 -23 de octubre- 1930, Paraná, 1950. Los acontecimientos del 10 de julio de 1821, día de la muerte de Rarnírez, son narrados en esta obra de la siguiente forma: por liberar a la Delfina que ha sido capturada por una partida enemiga, Ramírez retrocede, la sube al caballo del coronel de dragones Anacleto Medina, pero en ese momento es alcanzado por una bala enemiga y muere (pp. 331-333). Jorge Newton, Francisco Ramírez, el Supremo Entrerriano, Buenos Aires, Plus Ultra, 1964: el episodio de la muerte ocupa las páginas 272-276.

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narradores que apreciaron su potencia ficcional, alimentada . con episodios novelescos referidos a su belleza, su origen, el regreso a Entre Ríos después de la muerte de Ramírez, finalmente la vejez y su propia muerte. Conectada con la figura de Delfina surge la leyenda referida a la prometida de Pancho Ramírez, Norberta Calventos, que abandonada por su novio lo espera durante toda la vida y es enterrada con su traje de boda. Ambas mujeres se convierten en personajes ficcionales, encamando modelos culturales muy diferentes que de algún modo se complementan entre sí. Las recreaciones literarias del tema son múltiples, tanto en la narrativa como en la poesía y permiten pensar en posibles nexos entre oralidad y escritura en la génesis y difusión de los motivos narrativos, 2.2. Los Romances de Lugones Leopoldo Lugones en sus Romances de Río Seco (Buenos Aires, 1938) dedica los tres primeros poemas a la historia de la muerte de Pancho Rarnírez: "La cabeza de Rarnírez", "La presa", "Historia de la Delfina". En estos romances Lugones se propone recuperar el tono noticiero del romance criollo, y crea, con pluma magistral, un desarrollo épicolírico desbordante de recursos propios de la tradición oral, que narra los hechos histórico-legendarios referidos a la muerte del caudillo: En la guerra federal y entre esos hombres impíos, Perdió la vida Ramírez Tirano del Entre Ríos,

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Le cortaron la cabeza, Que es lo que voy a contar, Cerca del pueblo llamado San Francisco del Chañar. Yo lo sé bien porque soy Nativo de aquellos pagos Que tanto tiempo sufrieron Con la guerra y sus estragos.

Así comienza "La cabeza de Ramírez", y continúa con la semblanza del caudillo y la narración pormenorizada de los hechos relacionados con su persecución y su asesinato en el momento en que salva a la Delfina: Porque a su lado en grupo Va la Delfina, esa hermosa Que en todas las correrías Junto a él peligra animosa. Ramírez que a su guerrera No quiere dejarla sola Para atrás, por sobre el hombro, Les dispara su pistola.

y mientras embiste solo, Pega el grito a los restantes. Que la escolten. ¡Qué él se basta contra esos cuatro tunantes!

En este punto la acción se bifurca, el narrador abandona a la Delfina, que huye camino al Chaco: Así, obedientes, consiguen

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El Chaco ganar con ella. Pero al caudillo ese día, Se le ha nublado la estrella.

y continúa relatando las circunstancias de la muerte de Ramírez. El romance "La presa" narra el viaje de la cabeza de Ramírez hasta ser entregada a Estanislao López, que ordena exhibirla en Santa Fe; el poema concluye con una reflexión ejemplar, también característica del relato oral: Mas la fama de Ramírez No acabó con su desgracia, Pues su muerte fue un espejo De sacrificio y audacia.

En el romance "Historia de la Delfina" se retoma el hilo narrativo abandonado en'el primer texto: Atiendan, señores míos, Pues quizás les interesa, Cómo acabó sus andanzas Delfina la portuguesa. Aquella que en el contraste De un destino singular, A costa de su cabeza Logró Ramírez salvar.

Este último romance referido al tema que nos ocupa relata la penosa huida de la Delfma hasta el Chaco, el regreso al Arroyo del China, en Concepción del Uruguay, y su muerte solitaria muchos años después. A través de una metamorfosis frecuente en las obras literarias, el poeta culto se ha disfrazado de "cantor de

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versos" popular, que a su vez se convierte en narrador de la leyenda. Lugones ha reelaborado en sus textos una constelación de elementos históricos y legendarios, tomados en ocasiones de la tradición oral, y les ha dado forma literaria, posibilitando que sus romances actúen como un posible eslabón de la cadena de tradicionalizaciones, en un hipotético retomo a la oralidad.

Z.3. Los Romances de Ricardo Molinari Ricardo Molinari retoma el tema en sus "Romances" y "Sombras de romances" de Unida noche (Buenos Aires, Emecé, 1957, pp. 29-37). Si bien vuelve sobre los motivos elaborados por el saber popular, ya no se acerca a ellos con el propósito de aprehenderlos en su mismo código, sino que les imprime las marcas de su poética, expurgándolos de todo desarrollo narrativo y resignificándolos en un clímax de exaltación lírica 4. En "Ramírez" Molinari actualiza, a través de exclamaciones y metáforas, la presencia de un paisaje que se conecta íntimamente con la tragedia del héroe: ¡Ay como crece la hierba, que el tiempo siega y separa! llanuras de Santa Fe.

El desarrollo del poema se centra en la descripción

4 Véase Ana María Barrenechea, "Repeticiones, duplicaciones y variaciones poéticas: Ricardo E. Molinari", Actas del III Congreso Argentino de Hispanistas "España en América y América en España", Buenos Aires, Instituto de Filología y Literaturas Hispánicas "Dr. Amado Alonso", 1993, t. 1, pp. 311-317.

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dinámica de los elementos naturales, en la que el hilo narrativo aflora como las piezas de un rompecabezas que solo es posible reconstruir a partir de un saber tradicional compartido por el poeta y sus receptores. La liricidad del poema trasciende el nivel de la leyenda, simplemente insinuada en el dístico admonitorio "¡Francisco Ramírez, ávida/te invoca la despedida!", la referencia a la muerte cercana "(¡ah, quién pudiera morir/cuando aflige la desgracia!)" y el trágico final del caudillo: "y mira la triste siembra:/tu cabeza en una jaula". En "La Delfina" Molinari emplea el mismo recurso: reduce la narratividad al lirismo a través de la simbiosis operada entre los estados de la naturaleza y la tristeza del personaje. Los versos del romance esbozan, a partir de una perspectiva "aérea", característica del poeta, las señales de la tragedia: Sólo el aire errante vuela; sólo un pájaro tramonta las sombrías tierras granas. ¡Sólo el horror duro sopla! ¡Sólo esparce el viento al viento! Sus cabellos rubios flotan junto a la amarga fortuna.

En las "Sombras de romances" se recupera, aunque ilusoriamente, el nivel de lo narrativo, no ya de los hechos legendarios sino a partir de las percepciones que experimentan los protagonistas de la tragedia, a quienes el poeta ha concedido la voz del enunciado. Ramírez y Delfma, convertidos en sombras, nos introducen en su mundo fantástico y aéreo, en el que la situación se ha desprendido de su contingencia para convertirse en esencial:

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Como un gran pájaro negro vuelo en el atardecer sobre las lagunas, mezclado con la luz y la noche inseparables. ("Ramírez"). Pennanezco en el aire, nube soy, y la amante fui de una sombra que descansa aún sobre las praderas su atavío, y ocupa la estrellada noche llamando a sus guerreros. ¡Y yo sola, inaccesible, por el espacio! ("Delfina").

La importancia de estos poemas en el circuito transmisor de la leyenda de la Delfina no reside obviamente en la reelaboración particular de su desarrollo narrativo, sino en la presencia implícita de un conjunto de motivos, a los que tácitamente el poeta remite para conformar el sentido de sus textos.

2.4. UIUl novela histórica La novela histórica Delfina de Leoncio Gianello (Buenos Aires, Ediciones Troquel, 1969),[ la. edición, Santa Fe, 1940], es el texto literario que más elementos aporta a la construcción de la leyenda. En su obra, Gianello recrea el contexto histórico que sirvió de marco para el romance y fija una secuencia narrativa en la que reelabora los motivos legendarios procedentes de la tradición oral. La novela comienza con el regreso triunfante de Ramírez y el reencuentro con su prometida, Norberta Calventos, que lo espera para la próxima boda. Una nueva batalla los vuelve a separar, y esta vez, entre los prisioneros brasileños aparece Delfina, la hermosa noble bastarda de quien el caudillo se

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enamora perdidamente y se convierte a partir de entonces en su amante y compañera. Gianello incorpora un cuarto personaje en el conflicto amoroso: Portes, un oficial portugués, que también está enamorado de la Delfina y es quien, con una traición, desencadena la muerte de Ramírez. La novela incluye el motivo del presentimiento del desastre que tiene Norberta (motivo retomado en la canción popular) y finaliza con la muerte del traidor Portes, necesaria para el cumplimiento de la justicia poética. El trasfondo de los conflictos políticos y el ambiente de época, reflejado en un logrado cuadro costumbrista, completan los focos de interés del texto, secundando la tragedia amorosa.

3. La tradición oral 3.1. El cancionero histórico de J. A. Carrizo En contraposición con la abundancia de materiales escritos sobre este suceso, ya sea desde la óptica histórica o desde la óptica ficcional, no tan claramente diferenciados en la tradición textual, no se han documentado cantares orales referidos a la muerte del caudillo o a la historia de sus amores. Solo hallamos, entre las "Canciones históricas" reunidas por Juan Alfonso Carrizo, un poema en décimas dedicado a la muerte de Javier o Ángel López en Monte Grande, Tucumán, en enero de 1836. La última de las cuatro décimas que integran la canción "El día veintiuno de enero/a eso de la madrugada", menciona el rescate de Francisq\IÍta Ostes en la grupa de un caballo; la décima fmal del cantar dice:

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López pensó adelantarse y gritó: Viva la patria! y hallando a Francisquita Osta L'hizo al caballo subir, Sin advertir que al salir, Del Monte grande a la Aguada Los esperó una emboscada Que los rindió por entero El día veintiuno de enero A eso de la madrugada.

En las notas Carrizo relaciona la extraña peripecia, ajena al suceso histórico, con el episodio final de la Delfina5 •

3.2. Nuevos datos La vitalidad de la historia de la Delfina en la literatura y las escasas referencias al tema en los cantares históricos de tradición oral nos llevaron a inferir que la leyenda se había circunscripto al ámbito escrito, letrado, habiendo abandonado el mundo oral del que había surgido, y que por lo tanto, en la actualidad no hallaríamos versiones de la historia. Fue un iluminador artículo de Germán Orduna que sugirió la posible vigencia del tema a partir de las conexiones establecidas entre poema escrito y canción, poema oralizado a través de un código musical, que permite su reinserción en el mundo oral6 • La presencia de un conjunto de elementos aportados por los textos escritos, sumado al interrogante de qué sucedería

s Antiguos cantos populares argentinos. Cancionero de Catamarca, Buenos Aires, 1926, p. 38. 6 Gennán Orduna, "¿Cuál es el texto? Del texto literario a la 'puesta

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actualmente en el ámbito de la oralidad, fueron los motivos que nos impulsaron a intentar una encuesta referida al tema, y una vez más, como tantas veces en el pasado, el trabajo de campo posibilitó la percepción de una realidad concreta, mucho más viva que la inferida del contexto libresco: el contacto directo con la tradición oral cambió la perspectiva, ya que nos permitió corroborar la vigencia de la leyenda. En mayo de 1993 efectuamos, junto con el profesor Miguel Ángel García, un trabajo de campo en la provincia de Entre Ríos, cuyos objetivos eran, en primer término, registrar la poesía oral de origen hispánico vigente en la zona (romancero y canciones infantiles), y en segundo lugar, documentar la música folclórica de génesis y transmisión en ellitoraF. A los propósitos establecidos se incorporó, a último momento, en el modelo de encuesta, la interrogación sobre la historia de la Delfina.

en canto' (a propósito de 'El Romance de la Delfina')" ,/ncipit, XII (1992), 3-20. En este trabajo se estudian las relaciones existentes entre el "Romance de la Delfina" de Guiche Aizemberg, el mismo romance al que Carlos Guastavino puso música ("Romance de la Delfina", poesía de Guiche Aizemberg, música de Carlos Guastavino, Buenos Aires, Lagos, 1964. [Poema y partitura musical citados por Germán Orduna, arto cit.]), y, finalmente, el texto que Eduardo Falú interpreta en guitarra y canto. Las variantes operadas en el texto del poema lo conducen a distinciones teóricas sobre la fijación del texto en relación con la música y la actualización, poniendo al descubierto el mecanismo de producción textual utilizado por el poeta, que ha trabajado la materia histórica con el arte de un romancista del siglo XV. El descubrimiento de esta analogía conduce a Orduna a estudiar en las actualizaciones del poema, procedimientos que también encuentra relacionados con las técnicas de los poetas cortesanos españoles. 7 El viaje se efectuó en el marco de un proyecto interdisciplinario auspiciado por el CONICET y el Instituto Nacional de Musicología "Carlos Vega",

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La dinámica de las entrevistas llevó a detectar la vigencia del tema en la tradición oral de las localidades recorridas. Ya en Gualeguaychú tomamos contacto con el motivo legendario: un músico de la ciudad, Lorenzo Macías, nos ofrece sus canciones referidas al tema (Apéndice: textos 4 y 5) Ysu versión del acontecimiento histórico (texto 2). En Urdinarrain, un pueblo cercano, otra informante (texto 1) :la su relato y anuncia que cuando lleguemos a Concepción :lel Uruguay, escenario histórico de los acontecimientos relatados, encontraremos materiales más interesantes. Efectivamente, en la ciudad de Concepción del Uruguay se percibe claramente la presencia de dos figuras del pasado :J.ue viven en la memoria de los ciudadanos: Pancho Ramírez, ~on la leyenda de sus amores, y Justo José de Urquiza. La ~iudad es un museo viviente que mantiene en los nombres :le sus calles, sus plazas, sus instituciones públicas y privadas (comercios, confiterías y restaurantes) los sucesos :le la historia vinculados con estos dos personajes claves de :listintas etapas de nuestra historia. El museo histórico "Delio Panizza" funciona en la casa que perteneció a la familia Calventos y aún hoy la guía señala a los visitantes el sillón y el balcón en el que Norberta, la novia fiel, ~ontinuaba esperando el regreso de Pancho después de su muerte. También la tumba de la Delfina lleva una placa en el osario común del viejo barrio de la Concepción. De este ambiente tan impregnado por la historia procede una tercera versión narrativa (texto 3) y un poema cantado (texto 6) referidos al tema. 3.3. Estructura y fábula

Si consideramos los seis textos documentados en función

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de los diferentes niveles de estructuración del mensaje señalados por Cesare Segre: discurso, intriga y fábula 8, podemos inferir una estructura secuencial hipótetica del relato que, a través de distintas intrigas, responde a la siguiente fábula: l. Procedencia de la Delfina. 2. Retrato de la Delfina. 3. Muerte de Ramírez. 4. Rescate y vuelta de la Delfina a Concepción. 5. Muerte de la Delfina. 6. Relación entre la Delfina y Norberta Calventos: 6.a. Retrato de Norberta. 6.b. Espera del amado. 6.c. Muerte de amor y entierro vestida de novia. En los textos documentados, esta estructura se reordena y ofrece variantes de acuerdo con las demandas internas del mensaje.

Texto 1 Esquema secuencial de la intriga: 6. Norberta: 6.b. Novia que borda el vestido de boda cuando

8 Siguiendo a Cesare Segre (Las estructuras y el tiempo, Barcelona, Planeta, 1976, cap. 1; Teatro e Romanzo, Torino, Einaudi, 1984, cap. 11; Principios de análisis del texto literario, Barcelona, Crítica, cap. 111 y IV), consideramos discurso al texto en su aspecto lingüístico de superficie; correspondería entonces a la manifestación lingüística de cada uno de nuestros textos. El discurso es siempre el vehículo lingüístico de actualización de una intriga, que es el resultado de la segmentación del discurso en unidades de contenido, tal como aparecen en el relato. El nivel de la rábula corresponde a un reordenamiento de los elementos constituyentes de la intriga en función de la sucesión temporal de los eventos,las relaciones de causalidad que determinan y la eliminación de los datos extraños a dicha esquematización.

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Ramírez se va a la guerra. 6.c. Pide que la entierren con el vestido de novia. Se cita un poema "Llora Norberta Calventos ... " l. Origen de la Delfina. No se sabe el apellido. Tres versiones: a. Brasilera, bastarda, hija de un noble, llegó en un barco. b. "Algunos dicen que ... " llegó con los bandeirantes. c. "Otros dicen que ... " apareció después Cepeda y vino de Buenos Aires. 2. Retrato: a. Rubia, valiente. b. "Otros dicen ... " pelirroja y de ojos verdes. 3. Muerte de Ramírez: Ramírez rescata a la Delfina porque su caballo cae en la huida. 4. Rescate: la rescata y después la trae a Concepción el mismo hombre que lo tomó prisionero a Ramírez. 5. Vida posterior y muerte de la Delfina: en Concepción del Uruguay, a los 53 o 54 años. Texto 2 Esquema secuencial de la intriga: 3. Muerte de Ramírez. 4. Rescate y vuelta de la Delfina: es recogida por Medina, por eso es mencionado en el poema (El poeta presta la voz a sus personajes). Otra tradición alude a Galarza. 1. Procedencia de la Delfma: llega con prisioneros traídos del Brasil. 6. Norberta: 6.a. Retrato: "una chica de buena familia", novia fiel. 6.b. Espera inútilmente, premonición de la muerte de Ramírez, envía a su hermano Mariano. 2. Retrato: pelirroja, llamarada, buena jineta, valiente, pertenecía a ''una época en la que no se amagaba". Texto 3 Esquema secuencial de la intriga:

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2. Retrato de la Delfina: maravillosa, interesante, esgrimía el arma. 1. Procedencia: indeterminada, "Ramírez, en sus andanzas, se encontró con esta mujer". 3. Muerte de Ramírez: "por ella dio la vida en Río Seco". 6. Norberta: 6.a. Muy linda, novia oficial, paciente; 6.b. Espera a su novio; motivo del compromiso. 6.c. Vestido de novia con el que es enterrada; ve volver a Ramírez en el atardecer. 5.Vida posterior y muerte de la Delfina: muere en Concepción a los 30 y pico de años; mención del osario común; fue ayudada por la familia Calventos.

Texto 4 Esquema secuencial de la intriga: 3. Muerte de Rarnírez: el poema comienza en el momento inmediatamente posterior a la muerte de Rarnírez. Alude a la bala que lo mata y al origen de la leyenda. 4. Rescate y vuelta a Concepción: después retrocede en el tiempo y escuchamos la voz de Ramírez gritando a Medina que salve a Delfina. Regreso al barrio de la Concepción. 5. Muerte de la Delfina. Texto 5 Esquema secuencial de la intriga: 6. Norberta: 6.a. Retrato: 28 años, flor de la edad. 6.b. Espera del amado. 6.c. Muerte de amor y entierro vestida de novia; presagio de la muerte de Rarnírez. Texto 6 Esquema secuencial de la intriga: 6. Norberta: 6.a. Retrato: novia paciente. 6.b. Espera del amado. 6.c. Muerte de amor y entierro vestida de novia.

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