Bosques tropicales: informe intermedio y nuevos desafíos. Qué orientaciones para los actores franceses? Síntesis del informe

3° Informe del Grupo Nacional sobre los Bosques Tropicales Bosques tropicales: informe intermedio y nuevos desafíos ¿Qué orientaciones para los actor

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3° Informe del Grupo Nacional sobre los Bosques Tropicales

Bosques tropicales: informe intermedio y nuevos desafíos ¿Qué orientaciones para los actores franceses? Síntesis del informe

Introducción

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El Grupo Nacional sobre los Bosques Tropicales (GNFT por sus siglas en francés) es un órgano consultivo informal cuyo objetivo consiste en discutir sobre la doctrina y las orientaciones francesas relativas a los bosques tropicales. Creado en abril de 2002 a continuación de la sexta Conferencia de las Partes en el Convenio sobre la Diversidad Biológica de La Haya, comúnmente llamada “Cumbre de los bosques primarios”, este grupo es dirigido conjuntamente por los representantes de los principales ministerios implicados. Forman parte integrante de este grupo los actores del sector privado (sector maderero, gran distribución, finanzas), así como ONGs ecologistas y de desarrollo, representantes de los consumidores y de los responsables políticos, de las administraciones, los entes públicos y los organismos de investigación. El mandato inicial del grupo consistía en “definir un programa francés de acción para cumplir los criterios de explotación sostenible de los bosques y contra la explotación ilegal” (nota de prensa del gobierno, del 10 de abril de 2002). Concretamente, se había encargado al grupo que recabase elementos de diagnóstico, que identificase los puntos de controversia y las necesidades de información complementaria, así como que propusiese acciones concretas sobre varios temas: estado de los bosques, gestión sostenible, explotación ilegal de la madera y comercio relacionado, rastreabilidad de las maderas, sistemas de certificación, importaciones madereras en Francia y eco-condicionalidad en los contratos públicos. Tras un primer informe titulado “Bosques tropicales: ¿cómo puede Francia contribuir a su gestión sostenible?”, el GNFT publicó en 2006 un Libro Blanco sobre los bosques tropicales húmedos que constituye un texto de referencia sobre las políticas que se deben aplicar para asegurar la conservación y la gestión sostenible de los bosques tropicales

húmedos, tanto por lo que se refiere a la actuación del Estado, como de la ayuda oficial al desarrollo y las iniciativas del sector privado. Presenta más de un centenar de recomendaciones sobre un conjunto de temas clave y plasma el consenso establecido en el marco del GNFT al cabo de varios años de discusiones entre las diferentes partes interesadas francesas. En 2007 y 2008, un grupo ad hoc sobre los bosques tropicales contribuyó a los trabajos de la Cumbre Grenelle del Medio Ambiente, lo que dio lugar a varios compromisos y a una recomendación de reactivación del GNFT. Compromisos de la Cumbre Grenelle del Medio Ambiente en materia de bosques tropicales

Compromiso n° 221: Promoción por la presidencia francesa [de la Unión Europea en 2008] del tema bosque/ biodiversidad como uno de los pilares de las disposiciones post-Kioto. En este marco, apoyo activo a la implantación de mecanismos de financiación innovadores para evitar la deforestación. Compromiso n° 222: Lucha contra el comercio ilegal de la madera y desarrollo de alternativas a la explotación destructora de los bosques, en forma de gestión de dichos espacios. Se prestará atención a la cuenca del Congo.

El mandato del GNFT se actualizó entonces para incluir en los trabajos las implicaciones del calentamiento climático y de los bosques tropicales secos. Los tres temas que estructuran las actividades del grupo son hoy, pues, el comercio de productos forestales, la lucha contra la deforestación y la ayuda al desarrollo en el sector bosque-medio ambiente. El GNFT atribuye, por otra parte, una importancia particular al seguimiento de las actividades de la Alianza para la protección forestal de la cuenca del río Congo (PFBC por sus siglas en francés).

En 2011, el GNFT decidió sacar balance de la aplicación de las recomendaciones del Libro Blanco y actualizar su contenido para poner al día las orientaciones políticas sobre los bosques tropicales respecto a los nuevos desarrollos. A tal efecto, empezó por encargar la realización de un estudio cuyo objetivo es aportar elementos objetivos de evaluación sobre el estado de la aplicación de las recomendaciones concretas del Libro Blanco de 2006. Este estudio sirvió de base para realizar una segunda etapa, que consistió en organizar una conferencia de los actores franceses sobre los bosques tropicales, que se celebró en París los días 11 y 12 de enero de 2012. Dicha conferencia congregó a más de 300 participantes provenientes de distintos medios: administraciones, comunidades territoriales, investigación y universidades, sociedad civil y sector privado, así como a cierto número de grandes testigos internacionales. El presente informe fue redactado en gran parte sobre la base de los trabajos de esta conferencia, de diferentes fuentes recientes, concretamente las evaluaciones efectuadas sobre las acciones de la Agencia Francesa del Desarrollo (AFD) y del Fondo Francés para el Medio Ambiente Mundial (FFEM por sus siglas en francés) en los bosques de la cuenca del río Congo, y de intercambios entre miembros del GNFT. Su finalidad es actualizar las posiciones de los actores franceses sobre los bosques tropicales y establecer una nueva hoja de ruta que constituirá la doctrina francesa sobre los bosques tropicales, en particular desde la perspectiva de la conferencia de las Naciones Unidas sobre el Desarrollo Sostenible, en junio de 2012 (Río+20). Sin intentar nunca minimizar los problemas identificados ni ocultar las sensibilidades que son a veces diferentes para tratarlos, los informes del GNFT trazan progresivamente los contornos de una visión compartida entre los actores franceses que actúan en el ámbito de la protección y del desarrollo. Proponen orientaciones políticas y estratégicas a los

Parque Nacional de Guadalupe. © Jonathan Saulnier, ministère de l’agriculture et de l’agroalimentaire

actores franceses y contribuyen, en particular, a reorientar gradualmente las prioridades y los modos de intervención del gobierno francés y de los entes públicos, tanto en Francia de Ultramar como por medio de la diplomacia de los bienes públicos mundiales y de la ayuda bilateral, europea y multilateral. En su primera parte, la presente obra recuerda brevemente los principales asuntos que implican los bosques tropicales para recapitular a continuación los principales elementos que han estructurado la actuación de los actores franceses sobre los bosques tropicales desde la publicación del anterior Libro Blanco en 2006. Presenta los principales temas y modos de intervención de Francia en el ámbito de los bosques tropicales, así como las lecciones que se pueden sacar de la aplicación de las recomendaciones de 2006. La segunda parte de la obra se centra sobre las perspectivas y las orientaciones que el GNFT propone para guiar la intervención de los actores franceses sobre los bosques tropicales en los próximos años. Esta segunda parte comprende seis capítulos que corresponden a los seis talleres de la conferencia y un capítulo complementario sobre las cuestiones de investigación y de mejora de los conocimientos.

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Índice del informe

y principales mensajes de cada capítulo

I. Contexto: Interés de los bosques tropicales y acciones de los actores franceses

II. Perspectivas: Orientaciones para un enfoque francés sobre los bosques tropicales

A. Bosques tropicales: situación y principales intereses

A. Gestión sostenible de los bosques tropicales de producción

La deforestación tropical, aunque disminuye, sigue siendo preocupante. El deterioro de los bosques también es un importante motivo de preocupación, en particular por sus consecuencias sobre el clima y la biodiversidad. El peso de Francia y la UE disminuyen en los mercados de maderas tropicales, por comparación con la demanda de los países emergentes.

B. Grandes líneas de la intervención francesa en los bosques tropicales Francia mantiene su compromiso en favor de los bosques tropicales y su nivel de ayuda ha aumentado considerablemente estos últimos años.

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La cooperación forestal francesa, que hasta hace poco se había centrado principalmente en apoyar la ordenación forestal en África central, se está diversificando, temática y geográficamente. La gestión sostenible y la conservación de los bosques tropicales de ultramar han progresado estos últimos años.

La ordenación de los bosques tropicales de producción es un importante logro de estos últimos veinte años. Se debe perfeccionar el modelo para aumentar los beneficios sociales y ecológicos. También se deberán alentar otros modelos, además del de la concesión adaptada.

B. Bosques tropicales de protección: ¿Cuál es la situación actual de los modelos de conservación y de restauración? Se reafirma el papel fundamental de las zonas protegidas. Deberán ser extendidas al 17% de las zonas terrestres, conforme a las Metas de Aichi del Convenio sobre la Diversidad Biológica, con un esfuerzo particular sobre los biomas forestales tropicales, y su gestión deberá ser mejorada. La biodiversidad fuera de las zonas protegidas también tiene un papel ecológico muy importante. Otras modalidades de conservación deberán completar las redes de zonas protegidas, dentro de una lógica de continuidad ecológica. Emerge la importancia considerable de la restauración en colaboración con las poblaciones locales de los ecosistemas forestales deteriorados.

El mayor empuje de REDD+ representa una perspectiva importante para financiar las externalidades medioambientales en los bosques tropicales.

C. El auge de la demanda energética, alimentaria y minera mundial como causa de deforestación La demanda energética, alimentaria y minera mundial aumenta la presión sobre los bosques tropicales. Los principales ejes de trabajo, especialmente en el sector agroalimentario, son el dominio de la demanda, la certificación, la intensificación ecológica de la producción y la reducción del despilfarro. La implantación de actividades extractivas deberá controlarse mejor, velando por salvaguardar el ámbito forestal, en particular las zonas protegidas. Las bioenergías son recursos renovables pero limitados. Convendría establecer una jerarquía de su uso y promover la emergencia de sectores sostenibles. La iniciativa de la UE para “una Europa que utilice eficazmente los recursos” brinda una perspectiva interesante para limitar los impactos del consumo europeo sobre la deforestación.

D. El comercio de maderas tropicales: legalidad, sostenibilidad El plan de acción FLEGT y la certificación de la gestión forestal deben seguir esforzándose en enfrentar los retos que plantean una producción y un consumo responsables, para el futuro de los bosques tropicales. La mayoría de los volúmenes de maderas tropicales cosechadas se consumen en la región o se exportan a países emergentes. Nuestro próximo horizonte será mantener un diálogo activo con los actores de ese comercio Sur-Sur, a fin de prevenir los riesgos de sobreexplotación de los recursos naturales.

E. Inversiones en bosques tropicales y financiación de las externalidades medioambientales La gestión sostenible y la conservación de los bosques tropicales generan costes significativos frente a los cuales los actores públicos, privados, nacionales e internacionales deben movilizarse, en particular la cooperación francesa y europea.

Lo que se ha aprendido sobre la eficacia de la ayuda debe ser aplicado plenamente, en particular el alineamiento sobre las estrategias nacionales elaboradas de manera participativa en los países tropicales. La experiencia ganada con los fondos fiduciarios y los pagos por servicios ecosistémicos presenta un gran interés para financiar la gestión sostenible y, en particular, para REDD+.

F. Gobernanza de los territorios forestales, desde lo local hasta lo global La protección efectiva de los masivos forestales tropicales requiere una inversión renovada en la clarificación de los derechos de tenencia y para tomar en cuenta la pluralidad de los valores y de los intereses. Una organismo especializado de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente podría contribuir a mejorar la gobernanza mundial de los bosques reforzando su pilar medioambiental y desempeñando un papel motor, en tándem con la FAO, en el diálogo entre las grandes organizaciones e instituciones que tratan las cuestiones forestales.

G. Investigación y mejoría de los conocimientos Los sistemas forestales tropicales son particularmente complejos y se conocen menos que los sistemas de los bosques mediterráneos o de la zona templada. Las recientes reflexiones internacionales constituyen un marco sólido para identificar los déficit de conocimiento y las prioridades de investigación. Francia dispone de una red de laboratorios y de competencias de primer orden a nivel mundial, así como de una sólida experiencia de colaboración con los equipos científicos en los países tropicales. El impacto del dispositivo de investigación podría aumentarse, mejorando el acceso a los resultados para las sociedades civiles, los gestores, las empresas y los decisores en los países tropicales.

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Conclusión Este tercer informe del GNFT nos permite medir el camino recorrido, identificar mejor los fundamentos de las convicciones francesas, así como las inflexiones progresivas y las prioridades emergentes. Con Río+20 como trasfondo, contribuye, por una parte, a establecer un balance positivo, aunque matizado, de las orientaciones que se han adoptado en materia de gestión sostenible de los bosques tropicales desde 1992, identificando concretamente las insuficiencias que deben solventarse sin tener que cambiar de rumbo, pero también, por otra parte, a proponer perspectivas movilizadoras para el decenio venidero.

Los fundamentos de las convicciones francesas

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El apego por un enfoque multifuncional sobre los bosques, que permite ajustar, según las localidades y lo que está en juego en cada una, la ponderación que se atribuye a los factores ecológicos, económicos y sociales, nunca ha sido puesto en entredicho. Pero al ir tomando conciencia progresivamente de los problemas concretos y de los lastres históricos, se ha ido recordando también de manera cada vez más clara que es necesario, por una parte fomentar también la creación y la gestión de las zonas protegidas y, por otra parte, tomar en cuenta los intereses de las poblaciones locales mediante una gobernanza adaptada. La ordenación forestal como instrumento que integra los factores ecológicos, económicos y sociales es algo que Francia promueve tradicionalmente, valorizando así su experiencia multisecular y su saber hacer. Pero el contexto de los bosques tropicales requiere que se preste una atención particular al diseño de los inventarios ecológicos y dendrométricos previos a la ordenación, así como a la identificación prospectiva de las presiones y amenazas, y a

las lógicas socioeconómicas y culturales locales. La promoción de la ordenación forestal ante los pequeños operadores forestales y entre las comunidades locales es necesaria, pero requiere adaptar el instrumento a este nuevo contexto. A fin de cuentas, la ordenación es un instrumento interesante que ha demostrado lo que vale, pero que no deja de ser más que un instrumento: los resultados dependen también, y ante todo, de la buena voluntad de los gestores y de los poderes públicos, a la larga. En las zonas habitadas, está de más reflexionar sobre la protección y la gestión sostenible de un territorio forestal en términos abstractos, si no se trabaja paralelamente sobre cómo atender las necesidades alimentarias y energéticas de las poblaciones afectadas. La planificación territorial no se puede limitar a los territorios forestales únicamente, sino que debe necesariamente interesarse por otras cuestiones, además de las que son específicamente de carácter silvícola y ecológico. Deberá comprender un enfoque integrado y multi-actores, que supere la dimensión exclusivamente forestal, y promover una zonificación de la utilización de las tierras con las poblaciones locales. La agricultura y la satisfacción de las necesidades energéticas son parte de las soluciones a los problemas forestales, al tiempo que son una de sus causas. La definición y la clarificación de los derechos sobre un territorio forestal tienen una larga historia en Francia, entramada tanto con conflictos como con soluciones imaginativas. Esta experiencia ha llevado, concretamente, a hacer emerger extensos montes comunales en ciertas regiones, plasmando así los derechos de las poblaciones locales, junto a los montes estatales, heredados del dominio del soberano, y a los montes privados. Lo que explica la particular sensibilidad francesa por preconizar una colaboración estructurada entre los poderes públicos encargados de orientar, controlar y, más raramente, hacer, y los otros actores, activos y agrupados en

Colonizacíon del espacio florestal por la agricultura en la Amazonia boliviana. ©CNES 2009 - Distribution Astrium Services/Spot Image estructuras representativas que defienden sus intereses. El modelo de protección y gestión sostenible que defiende Francia insiste en la necesidad de un poder soberano bien organizado, que coopere activamente con los actores privados o públicos dentro de un marco estructurado en el que cada uno hace aquello en lo que es más eficiente. La creación de una dinámica que asocie a los actores públicos y privados es, pues, necesaria, y una apuesta basada exclusivamente sobre una sola familia de actores estaría abocada al fracaso: es indispensable reforzar paralelamente la sociedad civil y el Estado, y la lucha contra la corrupción resulta insoslayable. Por último, Francia se implica desde hace más de un siglo en el fortalecimiento de los conocimientos necesarios para efectuar inventarios y gestionar de modo sostenible los recursos en las zonas forestales tropicales, mediante las ciencias naturales y sociales.

La investigación francesa sobre los bosques tropicales es de primer orden a nivel mundial y tiene, además una sólida experiencia de coparticipación con los equipos científicos de los países del sur. Toda una baza puesto que, frente a los numerosos problemas actuales y por venir, la enseñanza superior y la investigación tienen más que nunca un papel determinante para mejorar el nivel de conocimientos técnicos y sociales necesarios para los actores.

Las inflexiones en curso

Hoy más que nunca, se justifica que la cooperación francesa y europea se movilicen fuertemente en los próximos años sobre los temas forestales tropicales, concretamente el clima, la biodiversidad, la seguridad alimentaria, la economía verde y las condiciones de existencia de las comunidades locales.

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Tipos de bosques tropicales Fuente: según la mapa de los bosques del mundo en 2010 de FAO

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Estos últimos años, los temas emblemáticos de los bosques tropicales húmedos habían eclipsado un poco los de los bosques tropicales secos. El presente informe inicia una extensión de sus ambiciones a este segundo grupo de bosques tropicales, cuya dimensión menos mediática no debe hacer olvidar su importancia ecológica y social. El avance conceptual, legislativo y práctico de las reflexiones sobre las zonas protegidas francesas, también en ultramar, en el curso de los últimos años se traduce lógicamente en una inflexión en la concepción de la conservación de la biodiversidad en los bosques tropicales. El informe insiste más que los precedentes sobre la necesidad de interconectar en red las zonas protegidas, sobre la necesidad de interesarse más activamente por las zonas periféricas, pero también sobre la utilidad de valorizar la biodiversidad fuera de las zonas protegidas, inclusive en los bosques secundarios, sabiendo que los espacios

antropizados contienen una parte considerable y creciente de la biodiversidad forestal. A este respecto, la restauración de los ecosistemas degradados deberá también ser un eje de intervención de importancia creciente. Los actores públicos y privados franceses siguen estando convencidos del efecto de palanca que puede crear un fuerte compromiso francés y europeo en el ámbito del control de legalidad de las maderas y de la certificación de la gestión sostenible, aunque todos los países no adopten estos enfoques, en particular algunos países grandes importadores de maderas tropicales. Así pues, habrá que seguir esforzándose por alcanzar los objetivos del plan de acción FLEGT, la respuesta de la UE al desafío de la explotación ilegal y del comercio asociado. Es menester, en particular, mejorar la articulación todavía muy imperfecta entre, por una parte, el seguimiento de la explotación forestal sobre el terreno

Selva umbrófila Selvas caducifolias húmedas Sistema tropical montañoso Selva tropofíla Matorrales tropicales Otras tierras Agua

por la autoridad pública, la certificación privada y los observadores independientes, y, por otra, la implantación de sistemas de verificación de la legalidad para el comercio internacional. Por último, los adquisidores y prescriptores públicos y privados deben estar más sensibilizados a los medios de orientar la demanda de madera tropical hacia productos provenientes de una gestión sostenible certificada. Las modalidades de aplicación de la circular sobre la compra pública de madera deberán ser mejoradas. Pero además, las cuestiones de conservación, de gestión sostenible y de valoración de los bosques tropicales ya no pueden ser abordadas sin considerar los determinantes extra-forestales: otros sectores de actividad, decisores-actores, prioridades y conflictos de uso. Por comparación con las intervenciones clásicas subvencionando proyectos, recurrir a los fondos fiduciarios y a los pagos

por servicios ecosistémicos presenta un potencial mayor para la eficacia de la ayuda y la movilización de los actores nacionales, concretamente para contribuir a resolver las cuestiones difíciles relacionadas con las políticas de las zonas protegidas. Pero tal orientación también supone formalizar mejor las contrapartidas locales, reducir los costes de transacción y prevenir los riesgos de malversación. Ni las prioridades declaradas, ni la movilización de competencias reconocidas y de medios suficientes, ni las buenas intenciones bastan por sí solas para garantizar que el resultado estará a la altura de las expectativas que suscite un proyecto. Por esto, la metodología de la evaluación medioambiental, ex ante y ex post, pero también con una periodicidad razonable, debe ser experimentada y adaptada a las especificidades de los bosques tropicales y del contexto socioeconómico local.

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Las prioridades emergentes

Frente a la envergadura del comercio local y del comercio sur-sur de maderas tropicales, resulta obvio para todos que nuestros instrumentos actuales, basados sobre el comercio norte/sur de madera tropical, no constituyen más que una parte de la respuesta. La situación alimentaria mundial, la extensión de las superficies agrarias, la demanda de bioenergías y la explotación minera pueden suscitar nuevas tensiones sobre los ecosistemas forestales tropicales, acentuadas por los riesgos debidos al cambio climático. El informe identifica estos importantes desafíos para todas las políticas de protección y de gestión sostenible como el próximo horizonte de nuestra acción colectiva, que debe interesarse a la vez por la zonificación y la gestión integrada de los territorios, por las cadenas de suministro y por el dominio de los efectos de la demanda global. Seguirá siendo necesario evaluar las orientaciones preconizadas a la luz del mejor estado de los conocimientos disponibles sobre estas problemáticas. El aumento de la demanda exige que también se haga hincapié en los itinerarios técnicos y los modelos socioeconómicos adaptados para la agrosilvicultura y las plantaciones forestales. La creación de nuevas zonas protegidas es indispensable, como se ha reconocido en las Metas de Aichi sobre la Biodiversidad, pero debe ir acompañada de una mejora de la vigilancia y de la gestión de las zonas protegidas existentes. De la elaboración, la ejecución y la financiación duradera de modos

de gestión eficaces dependerá la conservación de la biodiversidad. Numerosos países tropicales se apasionan realmente por el mecanismo de reducción de la deforestación contemplado por la Convención sobre el Cambio Climático (REDD+), que permite abordar de manera concreta las causas societales de la deforestación promoviendo un enfoque participativo del análisis de los problemas y de la ejecución de las acciones necesarias. Deberá seguir aumentando el empuje de este mecanismo integrando la gran diversidad de los contextos nacionales y locales y enfrentando los numerosos desafíos técnicos, económicos y políticos que se presenten, sin perder de vista la necesidad de resultados a gran escala en materia de protección de los bosques. Sin reducir de ningún modo el bosque únicamente a su dimensión medioambiental, Francia espera mucho de la creación de una organismo especializado de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente, que se basaría sobre el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente, y trabajaría de manera sinérgica con la FAO sobre las cuestiones que condicionan el éxito de una política de protección y de gestión sostenible de los bosques tropicales. El movimiento hacia una cooperación sur-sur reforzada entre los países de las tres grandes formaciones forestales tropicales de Sudamérica, África central y el sudeste asiático, esbozada en la cumbre de Brazzaville, en junio de 2011, contribuye también a reforzar los intercambios de experiencias y a estimular la adopción de las mejores prácticas.

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El informe completo y los documentos asociados se pueden leer o descargar a la dirección siguiente www.developpement-durable.gouv.fr/Rapport-GNFT-annee-2012.html

P. 1. Reserva de pantanos de Kaw en Guayana francesa, el humedal más grande de Francia © Xavier Remongin, ministère de l’agriculture et de l’agroalimentaire.

P. 4-5. Bosque nublado, Corredor Chocó-Andino, Reserva de Maquipucuna, Ecuador. © Léa Durant, www.envol-vert.org.

P. 11. Bosque primario, Danum Valley, Bornéo © Jonathan Saulnier, ministère de l’agriculture et de l’agroalimentaire

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Bosques tropicales: informe intermedio y nuevos desafíos ¿Qué orientaciones para los actores franceses?

MINISTÈRE DES AFFAIRES ÉTRANGÈRES MINISTÈRE DE L’ÉCOLOGIE, DU DÉVELOPPEMENT DURABLE ET DE L’ÉNERGIE MINISTÈRE DE L’AGRICULTURE ET DE L’AGROALIMENTAIRE MINISTÈRE DES OUTRE-MER

El tercer informe elaborado por el Grupo Nacional sobre los Bosques Tropicales, del que ha sido extraída la presente síntesis, pretende describir el interés de los bosques tropicales para todos los actores franceses – administraciones, sector privado, círculos científicos, asociaciones – a fin de definir nuevas orientaciones frente a los desafíos actuales, tanto en Francia de Ultramar como con los países socios, concretamente al acercarse Río+20. ¿Por qué nos interesamos por la protección de los bosques tropicales? En primer lugar, porque con los departamentos y colectividades de ultramar, aproximadamente la tercera parte de los bosques franceses son bosques tropicales. Además, porque Francia importa cantidades considerables de madera tropical y los bosques tropicales contribuyen a los bienes públicos mundiales que son la estabilización del clima, la conservación de la biodiversidad, la seguridad alimentaria y la salud pública. Por último, porque los bosques tropicales ofrecen un potencial importante para el desarrollo de la economía verde, la lucha contra la pobreza y la preservación de los modos de vida tradicionales en los países asociados con la cooperación al desarrollo. ¿En qué punto se encuentra ahora la protección de los bosques tropicales? Su ordenación y certificación progresan en los grandes masivos forestales tropicales, por más que todavía quede mucho por hacer en materia de gestión sostenible. La deforestación, aunque disminuye desde los años noventa y ha sido parcialmente compensada por las repoblaciones forestales, continúa al ritmo de 13 millones de hectáreas al año, según el último informe de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO). Estos últimos años, la Convención sobre el Cambio Climático ha establecido el mecanismo REDD+ para fomentar y contribuir a financiar la lucha contra la deforestación. En 2010, la Conferencia de París sobre las grandes cuencas forestales permitió movilizar más de 4 000 millones de dólares para que el mecanismo empezase a funcionar. La Conferencia de Nagoya sobre la biodiversidad definió los objetivos de Aichi para 2020. La Unión Europea aprobó un “Reglamento de la madera” para prevenir las importaciones ilegales de madera y negocia acuerdos con una docena de países que tienen bosques tropicales. ¿Cuáles son los temas que se profundizan en este nuevo informe? (i) El modelo de ordenación y certificación de la gestión sostenible de los bosques tropicales de producción, sus logros y sus límites en materia de protección de la biodiversidad y de beneficios para las poblaciones locales; (ii) Los modelos de conservación y restauración de los bosques tropicales de protección; (iii) El auge de la demanda energética, alimentaria y minera mundial en un contexto de expansión demográfica, de crecimiento económico y de mundialización de las transacciones; (iv) Los instrumentos de promoción de la legalidad y la sostenibilidad mediante el comercio internacional de madera tropical, así como la situación de los mercados locales y la demanda de los países emergentes; (v) Las inversiones en los bosques tropicales y la financiación de las externalidades ambientales, con una focalización particular sobre el mecanismo REDD+ y los fondos fiduciarios para las zonas protegidas; (vi) Los problemas de gobernanza de los territorios forestales, desde el nivel local – papel de las administraciones territoriales, representación de las poblaciones autóctonas – hasta el nivel mundial, centrándonos en particular en las oportunidades que brinda Río+20 para remediar la fragmentación actual de la gobernanza internacional de los bosques; (vii) Las prioridades en materia de enseñanza superior y de investigación, así como el papel creciente de las herramientas de teledetección para proteger los bosques tropicales.

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