BR 1 Z N A S A. R. 1958

ta hacia todos los temas universales. De la colección que publicaba BR 1 Z N A S como Archivo, con su nombre, y del llamado Briznas I ¡que en su par

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D E S A L I N I Z A D O R A S
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ta hacia todos los temas universales. De la colección que publicaba

BR 1 Z N A S

como Archivo, con su nombre, y del llamado Briznas I ¡que en su parte superior derecha inscribe una graciosa y amistosa dedicatoria manuscrita: A Margos: ¡Perdón por la confianza! AR\, reproducimos algunos textos (2". Y 4". de forros\ que e~emplifican con exactitud su carácter. La edición es del año en que fallece: 1959, en 50 ejemplares no venales, según consta en el copyright ¡comprada en una librería de viejo, en un pequeño e invaluable lote de sus obras dedicadasl, y que pertenece a mi biblioteca particular. JOSE ANTONIO MONTERO.

Estas briznas son el gotear espontáneo de la tinta, la enfermedad congénita de la pluma. Pero no puedo publicar sino una parte de las que he escrito. Con pena he suprimido algo, o le he dado "segunda esponja", como se decía en el siglo XVII -sin duda echándolo a perder-, cuando la alusión o la caricatura eran demasiado transparentes. ¡Y luego dirán que no es uno buena persona! Además, no todo se ha de decir, o no todo de manera que lo entiendan todos, como nos lo enseña el Evangelio: Entonces, llegándose a él los discípulos, le dijeron: -¿Por qué les hablas por parábolas? -y él, respondiendo, les dijo: -Porque a vosotros es concedido saber los misterios de los cielos; mas a ellos no es concedido ... Por eso les hablo en parábolas; porque viendo no ven, y oyendo no oyen ni entienden. (San Mateo, XIII, 10-11, 13.)

A. R. 1958

Del Bestiario Mexicano: En el norte de México acostumbran poner a los gallos en lo alto de un templete, para que no se los coman los coyotes. Desde su mirador, el gallo va y viene. y mira de reojo al coyote que se va acercando con un airecillo bondadoso: -Buenos días, hermano gallo. -Buenos días, hermano coyote. -¿Que haces ahí trepado? -Ya lo ves, tomando el sol. -¿Por qué no bajas un rato a "platicar" conmigo? - No me atrevo, ¡No vaya a pasarme "alguna cosa"! -¿Qué puede sucederte? Si desconfias de mí, acuerdate de que ya el leon. el Rey de la Selva, acaba de dictar una ley ordenando que ningún animal le hag.l daño a otro. ¡Anda, baja, no tengas miedo! -No me atrevo ... -iPero si la nueva ley te ampara! -No creas, hermano: hay cabrones que ni la ley respetan.

Más difícil 3Uil que ser datCiioso con elegancia es ser agradecid0 con pI O;:;:: cía, Por lo cual muchos preC,,,ren pasar por un poco ingratos ... Asu/1t,~ ti.=> f'L.

estética.

EMMANUEL CARBAL LO

ALFONSO REYES, ENSAYISTA les) literatura y en otros , sobre todo en los años mexicanos, de 1939 en adelante, no-literatura . Como primera aproximación a este problema , Reyes ofrece las siguientes observaciones generales: admite que la literatura es un servicio mental que propone una manera muy peculiar de expresar asuntos de cierta índole. Sin cierta expresión no hay literatura sino materiales para hacer literatura . Sin cierta índole de asuntos no hay literatura en pureza sino literatura aplicada a

En 1920, recién aparecido El pIa-

las narraciones de Reyes apare-

no oblicuo , Ramón López Ve-

cían con frecuencia sorprenden-

asuntos ajenos , o sea literatura

larde dijo con cierta impertinen-

tes "parpadeos fosfóricos" . Sí,

ancilar o de servicio .

cia que prefería a Alfonso Reyes

los de la inteligencia, pero junto a

En el primer caso (poesía , pro-

en la prosa y no en el verso .

los de la emoción . Esa es la fór-

sa narrativa, ensayo, teatro) la

Afirmación que le valió la ene-

mula literaria de don Alfonso .

expresión agota en sí misma su

mistad de Reyes , quien no supo

Hoy recuerdo el aserto de Ló-

objetivo . En el segundo (historia

ver en él a un poeta modificante

pez Velarde porque estoy de

aderezada con erudición, ciencia

y vigoroso .

acuerdo con él: don Alfonso como

amenamente expuesta , filosofía

López Velarde fue un crítico

poeta es un sutil lírico de segunda

de sobremesa , homilías sociales

perspicaz: don Alfonso no figura

fila . Además, conviene recordar-

y religiosas) la expresión sirve de

en el sistema solar de nuestra lí-

lo, fue un sensato teórico, histo-

vehículo a un contenido y a un fin

rica. Sin embargo López Velarde

riador y ensayista de la poesía .

no-literarios. Para la literatura

pasó por alto una virtud que ca-

No meto en este saco la hermosa

propiamente dicha el asunto se

racterizó a Reyes desde joven: el

lfigenia cruel porque es poesía

refiere a la experiencia humana;

uso frecuente y eficiente de la

dramática y no poesía lírica.

para la no-literatura a conoci-

poesía en la prosa , tanto la na-

Aprovecho la distinción que

mientos especiales . La literatura

rrativa como la ensayística . Tam-

hace don Alfonso en El deslinde,

expresa al hombre en cuanto es

poco pudo adivinar que ese libro

que tan pocos lectores tiene en

hombre a secas; la no-literatura

que no le gustaba , junto con En-

nuestros días, entre literatura

en cuanto es teólogo, filósofo ,

sayos y poemas (1917) de Julio

pura y literatura ancilar para re-

científico, historiador, político.

Torri, inauguraría, entre nosotros,

ferirme a su obra ensayística.

la prosa imaginativa del siglo xx.

Sus ensayos son en ciertos

En su momento, Reyes es el escritor más complejo y ambicio-

Una última acotación acerca de

momentos (pienso, para dar un

so de su generación , el Ateneo

López Velarde: advirtió que en

ejemplo, el de los años españo-

de la Juventud. Quiere ser poe-

2 Biblioteca de México

ta , narrador, articulista, autor de

firio Díaz. Reyes es un liberal ,

ensayos , traductor, erudito. En

pero un liberal sin los "excesos"

un país subdesarrollado quiere

de Ignacio Ramírez y su grupo de

ser al mismo tiempo que escritor,

escritores utópicos . Un liberal

divulgador: dar a conocer a Mé-

que acepta el positivismo de los

xico en el mundo y al mundo en

científicos y, más adelante, la de-

México. Sin decirlo en letras de

mocracia de los maderistas. Tam-

REYES

(1889-1959)

imprenta, se propone ser un pró-

bién , conforme avanza el tiempo,

cer de la historia mexicana . Si su

un hombre que se adapta sin

Grande personaje y escritor

padre Bernardo Reyes quiso y

grandes esfuerzos al carrancis-

de una enciclopédica e im-

no pudo cambiar la historia polí-

mo y al callismo (a cuyo jefe dedi-

tica de México, don Alfonso fue ,

ca su "Discurso por Virgilio"). No

y no se ufanó al conseguirlo , uno

entiende a Cárdenas (con cuyas

de los primeros escritores sobre-

ideas políticas está en desacuer-

salientes del siglo xx, tanto en la

do), y en cuyo sexenio se rein-

turas, es el ilustre Alfonso

manera de pensar como de es-

corpora a la vida de México. Los

Reyes, desaparecido hace

cribir. Hizo escuela .

presidentes posteriores tuvieron

medio siglo, en el mismo

Nutrido en nuestra tradición

con él cordiales relaciones: con

año que José Vasconcelos.

decimonónica del arte entendido

frecuencia llegaban a su casa

como servicio a la gente pen-

sacos del mejor café, cajones de

sante , don Alfonso procuró evi-

fruta poco frecuentes de encon-

prescindible obra de ensayo, de creación literaria y de estudioso de todas las cul-

Para conmemorar el año de la muerte de este extra-

tar este sacrificio artístico y no

trar en el mercado , invitaciones a

ordinario mexicano, publica-

pudo : literariamente terminó sus

actos oficiales , reuniones a las

mos aquí textos de algunos

días más como maestro que co-

que no asistió.

notables escritores contem-

mo creador. Pudieron en él más

A partir de este momento don

los afanes didácticos de su pa-

Alfonso es el "hombre del cen-

dre (quien fue su guía) que sus

tro": el presidente de la república

propios intereses artísticos .

mexicana de las letras. No co-

Con él culminan extemporá-

poráneos suyos, que lo admiraron y leyeron y con quienes convivió intelectual-

mulga con la derecha extrema ni

mente en distintos tiempos

tampoco con los desbordados

y países, durante su fecun-

y culturales de la generación jua-

escritores de izquierda. De Ávila

da vida de viajero: Jorge

rista de los liberales "puros", mar-

Camacho a López Mateos ejer-

Guillén, Jorge Luis Borges,

ginados durante los años de Por-

ce el equilibrio: ni vodka ni coca

neamente los propósitos sociales

Manuel Bandeira; las constancias de sus colegas mexicanos, MarUn , Luis Guzmán, Julio Torri y Carlos Pellicer a la hora de su muerte, forman parte de estas páginas, que serán siempre insuficientes para homenajear a un creador y una obra de tales proporciones. Textos del propio Re-

yes y dos más de Ernma-

3 B iblio t eca d e M é xico

Nacional. Antes su ayuda fue decisiva en el arranque del Fondo de Cultura Económica. En búsqueda del público que no consiguieron sus libros, Reyes colaboró en diarios y revistas, en estaciones de radio . Para acceder a lectores y auditores ínfimos don Alfonso tuvo que bajar el nivel de sus artículos pasó de la literatura a la no-literatura: de mostrar a enseñar. Ya no buscaba lectores cómplices sino coautores desmadejados y ordinarios . cola , tequila diluido con agua

y él mismo tiene que insistir en su

mineral.

condición de escritor mexicano.

Los últimos años de don Alfonso son a un tiempo de triunfo

En el fondo de sí mismo don

En los años españoles , los

y de fracaso . De éxito porque

Alfonso era más un hombre de

mejores de su vida, don Alfonso

mexicanos eminentes dictami-

etérea derecha que un hombre

no era ni un escritor ibérico ni

naron que su .obra era parte del

de profunda izquierda. Más pró-

tampoco (en la superficie) un es-

patrimonio nacional. De infortu-

ximo a la visión del mundo de su

critor mexicano. Era un escritor

nio porque los lectores brillaron

padre que a la de Zapata y Villa .

de lengua española , un adelan-

por su ausencia . Unas cuantas

En los terrenos del arte no

tado de la globalización de la

decenas de textos magníficos,

aceptó el compromiso como tam-

que hoy tanto se habla . En el

de diversa índole , no obtuvieron

poco la evasión . En ese campo

fondo , y fatalmente, don Alfonso

los destinatarios para los cuales

se hizo bolas con los alcances de

era en profundidad de la misma

fueron escritos. Literatura para

la literatura pura: la entendía (y

estirpe de Fernández de Lizardi .

minorías, sus ensayos , puros e

defendía) pero no siempre por

Estirpe, en su caso, llevada a las

impuros, están a la espera de

distintas razones la practicaba .

últimas consecuencias .

ojos novísimos que los gocen y

Su obra estuvo lastrada casi siempre por la erudición .

Anoto la mayor de sus imper-

comprendan .

fecciones. Don Alfonso pudo po-

Lo mismo que textos hechos

Su tragedia familiar, el acribi-

cas veces concretar los arran-

"a lo Montaigne", escribió ensa-

lIamiento de su padre el 9 de fe-

ques de sus libros en proceso en

yos cuya raigambre parte de una

brero de 1913, trastornó sus

obras terminadas, definitivas :

futesa y arriba a una abstracción

sentimientos y sus ideas . Optó

arranques de novela, prolegó-

feliz y llena de sugerencias. Se

por lo que parecía más fácil, la

menos a la teoría de la literatura,

trata de observaciones acerca

huida : se incorporó al servicio

inicio de sus memorias, apuntes

del ser humano (poéticas unas,

exterior mexicano que lo destina

para su diario. Pocas veces

filosóficas otras) que no sólo se

a París .

obras definitivas, siempre esbo-

aferran al pensamiento científico

zos brillantes pero incompletos.

sino que aterrizan en el pensa-

Así se evita intervenir en la "vendetta" mexicana y consigue

De 1939 a 1959, el año de su

miento poético. Los más anti-

figurar tenuemente en la historia

muerte, don Alfonso no pudo de-

guos datan de los años diez y

de la literatura nacional.

dicarse únicamente a escribir.

los más nuevos fueron escritos

A don Alfonso sus contempo-

Inventó sucesivamente El Cole-

meses antes de su muerte.

ráneos lo acusan de "extranjero"

gio de México y luego El Colegio

4 Biblioteca de México

Entre una y otra fechas don

Alfonso escribe un corpus ensa-

su biografía de la niñez al mo-

yístico que casi no tiene paran-

mento en que sale a Francia al

gón con los creados en esos

servicio de

años a lo largo y ancho de la len-

atrás una familia y un país en-

gua española.

vueltos en llamas.

Huerta , dejando

Maneja el idioma con una sol-

Los ensayos de don Alfonso

tura que parece regalo de los

ofrecen más de lo que prometen .

dioses más que conquista de la

Nos dan el goce generoso pro-

razón y la imaginación .

pio de la literatura y nos conce-

nuel Carbal/o que lo entrevistó en los últimos meses de su vida y una espléndida ficción de José Emilio Pacheco (Diálogo de los muer-

Uso un lugar común : desde la

den , también , el del conocimien-

salida de Cuestiones estéticas

to : en su juventud nos entrega

tos: Alfonso e eyes y José

(1910-11) Reyes escribe una

nociones filosóficas acerca del

Vasconce/os) complementan brillantemente núestro

prosa casi perfecta , y las imper-

estar del hombre en la tierra ; en

fecciones se deben a las aride-

la madurez y la senectud nos

ces de la erudición más que a la

proporciona pistas que, de se-

inexperiencia

guirlas, nos harían menos infeli-

de la

extrema

juventud o al cansancio mental de los últimos años .

ces en este valle de lágrimas.

número final del año 2009. Hemos bebido en la enorme y luminosa producción de

Si al hablar del estilo creo que

Reyes los lectores y los escritores mexicanos de todas las

Pronto empieza a desterrar la

éste es una dádiva difícil de es-

frase larga (herencia marceli-

tablecer, al referirme a la estruc-

nesca) y a valerse de la corta .

tura también sospecho que es

generaciones (también los de otros continentes) y sin

En España la frecuentación de

un don sólo concedido a los que

Azorín (como persona y como

superan la palabra talento . Y Re-

autor) quizá haya ayudado a que

yes , en cuanto a la prosa ensa-

surjan sus pequeños ensayos y

yística, es un escritor impar. Al

ratura y la de otras lenguas

prosas breves de los Cartones

leerlo creemos que lo difícil es

ha sido para la de nuestro

eUa no hubiéramos podido entender lo. que nuestra lite-

de Madrid (1917) y Calendario

fácil , que lo complicado es sen-

país y aun para los del conti-

(1924), donde figura uno de los

cilla , que lo común y corriente

nente americano, en cuyos

textos perfectos de don Alfonso ,

(en cuanto a temas y desarrollo

"Romance viejo" , en el cual me-

literario) nada tiene que ver con

diante unas cuantas líneas traza

el clisé y la ramplonería .

más destacados círculos militó

e~

gran Reyes como es-

trella principal. Aun el maligno y malicioso Borges, que siempre lo declaró el mayor prosista latinoamericano (pero que no dejaba qe embromarlo en esos diálogos maledicientes que Bioy Casares revivió en un diario de reciente edición) lo encomió en un largo y bello poema:

El vago azar o las preciosas leyes

5 B ib l i o teca de M é x ico

JOSÉ EMILIO PACHECO

DIÁLOGO DE LOS MUERTOS:* ALFONSO REYES Y JOSÉ VASCONCELOS A Jesús Arellano: In M emoriam la mía ni siquiera es calle. Un puente sin agua , un viaducto, algo hecho para las máquinas y no para los seres humanos. Reyes: Después de muertos seguimos unido : nuestras ca lles hacen esquina. Y en Tacubaya .

Para nuestra generación fue muy importante Tacubaya . S on las cinco de La mañana. La hora deL Lobo. La hora en que, dice L6pez Ve Larde , se nace, se muere y se ama . México parece un cementerio . Nadie se aventura a pie por Las calles en que será invariablemente asaltado, si no por los la drones por la patrulla . Con todo, no cesa el estruendo de los vehículos . En la esquina de Lo que fiteron caLzada de Tacubaya y Juanacatlán aparece elfantasma de Alfonso Reyes. Cruza el Circuito Interior el espectro de José Vasconcelos y se aproxima a su amigo de juventud.

Vasconcelos: Como verás, no queda nada de Tacubaya . No era un lugar de ricos como San Ángel. Acabaron con ell a las obras viales, todas inconclusas, de no sé cuantos sexenios. Oye ¿qué es e o que se levanta donde estaban las bombas de la Condesa?

Vasconcelos: Hay cosas buenas. Me da gusto comprobar que al fin se adoptaron oficialmente mis tesi s sobre el criollismo.

Reyes: El lmcé, más conocido como e l monumento a la devaluación. ¿No quieres caminar un poco? Me gustaría aparecerme en mi casa. Hace veinte años que no la veo.

Vasconce/os: Ni la muerte pudo curarte de tu trauma , Alfonso: el general Reye murió hace mucho tiempo. Todo es política en la vida .

Reyes y Vasconce/os atraviesan la Vascol1celos: ¿Qué haces a estas horas, Alfonso? Reyes: Contemplo mi calle . Un poco triste ¿no?

caLLe entre camiones que 11.0 se detienen, pero como no los ven tampoco pueden atropellarlos. Tomados de/ brazo caminan lentamente por la acera de/ Circuito Interior.

Vasconcelos. Cuando menos la animan alguna putas . En cambio

Vasconce/os: Veinte años. Llevamos muertos veinte años .

• " Di á10go de los Il1UCI10S : Alfonso Reyes y José ascollcc1os·· . Proceso No . 164.24 de diciembre de 1979. pp . 50-5 1. recogido e n Asedio a AIfiJ/lso Reyes /889- / 989 . Mcxico. 1M -UAM -A . 1989 . pp . 14 1- 145 .

Reyes: Parecen veinte iglo . Es otro mundo . No me gustaría nada seguir viviendo en él.

6 Biblioteca de México

Reyes: Cambiemos de tema . No critico al rég imen ni me gusta hablar de política.

Reyes: Todo es violencia. Jamá

pude aceptarlo. Nunca quise el sufrimiento ni el exterminio de los demás. Vasconcelos: Nadie te lo agradeció. Por e o no te leen. Tus virtudes no on de e te siglo . Tu obra es una gratísima conversación, un salón literario portátil. Eres el compañero ideal para endulzar las incomodidades y abolir el tedio del viaje. Tu mundo es el siglo dieciocho , antes de la Revolución francesa por supue too

Reyes: ¿Y tú? Vasconcelos : Hablé el lenguaje de la pasión, sacudí las conciencias como decíamos entonces. Ante mí nadie puede ser indiferente. Me odian o me veneran, Alfonso : no se limitan a respetarme . Soy algo más que una gloria literaria, una estatua a la que pocos vuelven la mirada. Soy muchos , no soy uno. En mí encamaron todas las contradicciones que forman la miseria y la gloria humana. Reyes: Te admiro y me horrorizas, José. Por tu causa se derramó la sangre. Yo no conduje a nadie a su muerte.

te conformaste con ser lo mejor que fuiste? Tu sitio no estaba en la república del poder, al menos no de ese poder que buscaste . Que rigen este sueño, el universo,

Vasconcelos: Me robaron las elecciones.

Me permitieron compartir un terso Trecho del curso con Alfonso

Reyes: Y si no te las hubieran robado ¿sabes cuál hubiese sido tu destino? A los tres meses los generales, los empresarios y el embajador norteamericano te hubieran echado a patadas. Acuérdate de Madero, de Rómulo GaIlegos y de Juan Bosch.

Reyes.

Vasconcelos: Tú no te arriesgaste, Alfonso. Por eso cometiste menos errores.

Grande viajero, en el año de

Supo bien aquel arte que ninguno Supo del todo, ni Simbad ni Ulises, Que es pasar de un país a otros países y estar íntegramente en cada uno.

1913, pobre exiliado parisino, alguna vez dijo en una carta a

Vasconcelos: Traté de redimir a este país de infamias, a esta tierra de asesinos, ladrones y fariseos...

Reyes: Me arriesgué a ser nada más escritor, a darle a mi país lo único y lo mejor que podía darle.

Julio Torri: "Julio, París es un lugar en que vale la pena morirse de hambre".

Reyes: Tu tierra .

Viajero sí, pero nunca turis-

Vasconcelos: La nuestra , Alfonso. Somos lo que México hizo de nosotros. Reyes: México y tu ambición y vanidad sin medida. ¿Por qué no

Vasconcelos: Sí, una obra encantadora e inconclusa . Proyectos , esquemas, puntos de partida , resúmenes, glosas. Muy bien escrita, claro. El estilismo. Siempre odié el estilismo , consuelo de los estériles y los cobardes.

ta ocioso ni vagabundo estéril, sino verdadero explorador de mundos y culturas que dejó rastros de luz en todas las ciudades en que vivió. Nosotros, por lo pronto, lo hemos leído casi entero y proseguimos alimentándonos de su bella e inagotable tarea de poeta, de narrador y de ensayista. E.L•

.

~ ----. _~ -

Alfonso Reyes en junio de 1959, México, 1927

7 Biblioteca de México

..

~

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Vasconcelos : No robé. Tenía que ganarme la vida . Acepto, si tú quieres, que me equivoqué trágicamente respecto a Hitler, Franco y Mussolini. Pero lo hice por antimperialismo, por creer que los enemigos de nuestros enemigos eran nuestros amigos. Reyes : Pepe, no contribuyamos a la confusión general. Tu antiyanquismo fue tan de derecha como el de Federico Gamboa o Carlos Pereyra. Inmersos en la discusión, Reyes y Vasconcelos han llegado sin darse cuenta frente a la casa del primero. Atraviesan las paredes y entran en la biblioteca. Reyes: Todo está como lo dejé hace veinte años. Vasconcelos : Un museo. Qué espanto. Reyes: Lo odiaste porque no podías escribir prosa como Martín Luis ni como yo. Sin embargo, a pesar tuyo, fuiste un gran escritor. Ulises criollo es un libro prodigioso. Lo más parecido, junto con El águila y la serpiente y La sombra del caudillo, a una novela en una generación de extraordinarios prosistas y narradores que jamás pudimos escribir novelas ni dramas ni verdaderos poemas. Vasconcelos: Fui un filósofo, intenté crear un sistema filosófico. En cambio tú, Alfonso -con toda la admiración que mereces y con medio siglo de afecto- no fuiste sino esa cosa amorfa y horrible que llamamos "hombre de letras" porque no podemos nombrarlo de una manera más precisa. Reyes: Fui un escritor, a secas. Un ensayista.

Vasconcelos : Un especialista en generalidades . Alguien que mariposea sobre todos los temas y no se compromete con ninguno. Tu obra entera es periodismo , sin duda magistral y de suprema calidad literaria, pero al fin y al cabo periodismo. Reyes: ¿Por qué te parece mal el periodismo? Democraticé hasta donde pude el saber de los pocos y lo llevé a quienes habían aprendido el alfabeto gracias a tu labor como secretario de Educación Pública. Además, Pepe, casi toda la literatura española de nuestra época es periodismo: Ortega, Unamuno, Azorín, Díez-Canedo. Tú también fuiste un gran periodista. Lástima que hayas puesto ese talento al servicio de las peores causas. Qué pena ver que terminaste tus días como editorialista estrella del coronel García Valseca.

8 Biblioteca de México

Reyes : Pepe, estás a punto de alcanzar tu centenario (te quitabas la edad , como tu coterráneo don Porfirio) . Los desplantes juveniles ya no te quedan. ¿Por qué no te sientas? Vasconcelos: Déjame ver tus libros. Qué antiguallas. Mira, Toynbee. Dedicado. Ya nadie cita a Toynbee . Sic transito Reyes: Pero Toynbee fue el único que predijo adecuadamente lo que iban a ser los terribles setentas . Fortuna nuestra no haberlos vivido. Nadie, basado en el pensamiento socioeconómico ni en el pensamiento mágico, supo ver lo que nos esperaba, de la crisis petrolera a la crisis de Irán, de Camboya al Cono Sur. El 16 de diciembre de 1969 Arnold dijo: "En la próxima década la violencia llegará a extremos infernales.

La situación será espantosa para todo el planeta, especialmente para el Tercer Mundo".

Vasconcelos: Te da miedo la situación , Alfonso . Reyes: Me aterra . Pienso siempre en lo que dijo T. W. Adorno: "Del mundo, tal como existe , uno nunca estará lo suficientemente asustado ." Vasconcelos: Buscaste la paz. Paz en la guerra. Por eso a tu manera fuiste un freak. Perdona el pochismo: formamos, qué curioso , la primera generación mexicana que habló fluidamente el inglés. En un mundo donde todos quieren pelea, tú intentaste no hacerle daño a nadie. Por tanto interrumpiste la maquinaria. Todo se te vino enci-

ma. Tu ideal hubiera sido no el siglo dieciocho -me equivoquésino el monasterio del siglo doce: libros , manuscritos , tranquilidad, buena mesa , buena cama. La isla rodeada de barbarie por todas partes. Alfonso , "fuego y sangre ha sido nuestro tiempo". Tus virtudes -tolerancia, concordia, respeto humano- no son de este mundo . Aun muerto , eres un anacronismo viviente .

Reyes: Objeta lo que desees a esos rasgos . Cuando todo se ha dicho son preferibles a sus contrarios: intolerancia , inhumanidad, tortura , exterminio de quien no es o no piensa como yo. Vasconcelos: El mundo es de los fuertes y de los crueles, Alfonso. Tu proyecto de vida es una utopía.

'A José Vasconcelos. Alfonso Reyes", México, 1927

9 Biblioteca de México

Reyes: Hace setenta años traducíamos en voz alta a Wilde. ¿Te acuerdas? : "No vale la pena ningún mapa que no incluya la isla de Utopía" . La luz de la mañana invade la

Capilla Alfonsina. Vasconcelos: Adiós, Alfonso. Nos veremos en mi centenario. Reyes: Hasta muy pronto, Pepe, hasta el 82 . Mientras tanto, no dejaré que mueras: te seguiré leyendo . A pesar de todo. Vasconcelos: Yo también te seguiré leyendo, Alfonsito.

Desaparecen . La Capilla Alfonsina queda en silencio.

MARTíN LUIS GUZMÁN*

ALFONSO REYES y LAS LETRAS MEXICANAS D os razones, dos por lo menos , me obligan a salu-

suicida un carácter inusitado en libros castellanos.

dar el nuevo libro de Alfonso Reyes (El suicida,

y tan nueva actitud espiritual contribuye a que la

Madrid, 1917) con reflexiones que no se refieren al

mirada del lector se vuelva irresistible hacia el

libro precisamente. En primer lugar, El suicida

ensayista . Se atiende a lo que las páginas dicen,

llega a nosotros como eslabón arrancado de una

se sigue el curso sinuoso del pensamiento y se

cadena desconocida casi, y en la cual este libro

saborea cada una de las líneas de este rico volu-

tiene un valor episódico , difícil de apreciar sin la

men; pero la imagen del autor está siempre pre-

perspectiva completa . Recuérdese que Alfonso

sente , y no podemos menos que detenernos en

Reyes comenzó a escribir en prosa desde 1908

las circunstancias , pasajeras unas, otras definiti-

(mucho antes escribía en verso) y que a partir de

vas, de su talento , su cultura, su maestría literaria

entonces no ha soltado la pluma un instante; de

y aun la disposición sanguínea que hace de él un

suerte que, acumuladas y acumuladas las cuarti-

vigoroso escritor. Ahora bien -y aquí se funden

llas, su obra inédita comprende a esta hora tres o

por un punto la segunda razón y la primera-, de

cuatro tantos iguales a lo publicado hasta aquí.

tales cosas prefiero no hablar todavía.

Olvidar esto sería tender un puente desde Cues-

Otras hay no menos importantes. La aparición

tiones estéticas hasta El suicida, a sabiendas de

de El suicida renueva el interés de ciertas cuestio-

que hay tierra firme de por medio, sin otros apoyos

nes relacionadas con el actual movimiento cultural

evidentes que los diversos artículos aislados (pro-

mexicano , en el que, ahora se ve más claro que

ducción bien copiosa) que Reyes ha dado a la

nunca , Alfonso Reyes adquiere cada día mayor

imprenta aquí y allá, parte de sus estudios de his-

relieve. Dentro de este movimiento, Reyes figura

toria literaria y alguno que otro escrito de índole

como individuo (el individuo más joven) de un

especial , como la bella y jugosa Visión de Aná-

grupo de escritores, homogéneo fundamental-

huaco Aunque bastante en sí mismo para fundar

mente, que en México se conoce con el nombre,

una reputación de primer orden, esto último no

demasiado amplio e impreciso de Ateneo. Carac-

abarca sino un trozo de la labor de Alfonso Reyes.

terízase este grupo por una cualidad de valor ini-

El haz central de sus poesías permanece inédito; inéditos están sus cuentos, inéditos muchísimos -'de sus ensayos y diálogos. En segundo lugar, El suicida es -lo diré abusando de una palabra desgastada- un libro subjetivo, un libro cuyo interés supremo radica en el autor. Analizarlo equivaldría más que a otra cosa, a exponer el procedimiento mental de Alfonso Reyes y a reconocer sus dotes extraordinarias . .. Porque la amenidad y fina gracia, el atrevimiento y la agilidad, los súbitos arranques hacia lo imprevisto, la sutileza, el intenso ambiente de humanidades, y, más que todo eso junto, el admirable barajar de las ideas, animadas a veces de tal movilidad que parecen tocarse punta y cabo, dan a El * Martín Luis Guzmán, Obras completas, Compañía General de Ediciones , S. A. , México, 1961 , 1ero tomo , 1624 pp.

11 Biblioteca de México

cial indiscutible, si bien de mérito muy diverso y

El punto de partida de estos jóvenes escritores

abierto a todas las apreciaciones en cuanto a la

Uóvenes cuando , seguidos de cerca de otros

realización personal : la seriedad . La seriedad en

cuyos nombres no es necesario mencionar, co-

el trabajo y en la obra ; la creencia de que las co-

menzaron a ver coronados sus esfuerzos en 1910

sas deben saberse bien y aprenderse de primera

Y 1911) les valió prestigio suficiente para lograr

mano, hasta donde sea posible; la convicción de

una fusión inesperada : de una parte , atrajeron

que así la actividad de pensar como la de expre-

hacia su órbita a los representantes más eminen-

sar el pensamiento exigen una técnica previa, por

tes de generaciones anteriores , los cuales no tu-

lo común laboriosa, difícil de adquirir y dominar,

vieron empacho en retroceder, para ese fin , sobre

absorbente, y sin la cual ningún producto de la

los caminos de la edad ; de la otra, llevaron su

inteligencia es perdurable ; el convencimiento de

influencia , gracias al brillante magisterio de An-

que ni la filosofía , ni el arte , ni las letras son mera

tonio Caso , y, más enérgicamente aún , por la per-

distracción o noble escapatoria contra los aspec-

suasión y el trato directo de Pedro Henríquez

tos diarios de la vida, sino una profesión como

Ureña , a generaciones más jóvenes . Tal coloca-

cualquiera otra , a la que es ley entregarse del to-

ción, activamente abierta sobre dos horizontes; tal

do, si hemos de trabajar en ella decentemente, o

concentración e irradiación simultánea de los me-

no entregarse ni en lo mínimo. Sin duda que, dadas las condiciones tradiciona-

jores impulsos nacidos en diversos parajes, hicie-

les de México en materia cultural, un propósito de

fuerzas a él concurrentes, anunciaban al fin la pri-

esta especie había de exceder necesariamente a

mera cristalización de una cultura nacional verná-

su implantación práctica . Baste recordar que mu-

cula abrevada en las culturas clásicas, antiguas y

ron creer por un momento que este grupo, y las

cho se habló y escribió en este grupo sobre

modernas. Hicieron creer por un momento, he

Grecia, sobre su literatura , su arte, su filosofía, sin

dicho, porque hasta ahora la esperanza no se ha

conocer una sola palabra del griego. Mas no por

colmado, si bien es verdad que no ha de pronun-

tales limitaciones, y otras análogas, el impulso pri-

ciarse aún la última palabra . Después de varios

mitivo resultó menos fructuoso. Fue primer producto acabado de este grupo, jefe de él en mu-

años de mar deshecha parece que los maderos de

chos sentidos , Antonio Caso . En él figuró como voz orientadora infatigable -nunca se lo agrade-

tempestad misma ha juntado. De lejos unas, de cerca otras, las voluntades dispersas vuelven a

cerán bastante la cultura y las letras mexicanasPedro Henríquez Ureña, alto espíritu dotado a la vez, por raro privilegio , de un talento adulto, sobrio y tranquilo y del más bello entusiasmo juvenil. Formase allí, quizá como su pensador más profundo y original, José Vasconcelos, teórico del ritmo y el acto desinteresado.

coordinarse hacia el fin primero. La perspectiva

la balsa se afirman de nuevo, con otros que la

sigue descubierta y todavía hay motivos para que los ojos se fijen en la lontananza. Pues bien, Alfonso Reyes empieza a delinearse como la hechura más perfecta de las tendencias arriba indicadas. No se trata tan sólo de la cantidad y calidad de su obra; trátase de la absorción

12 Biblioteca de México

completa de su ser en su obra, de su actitud resuelta a cortar de plano con todo lo ajeno a su vocación espiritual, de la honradez que lo ha llevado a hacerse un maestro de su arte. Nada de esto valdría la pena de decirse, por supuesto, si la literatura mexicana fuera ya un organismo íntegraI mente formado y no una semilla que apenas está por reventar; aquellas virtudes serían entonces meras circunstancias de rigor. Pero así las cosas, Alfonso Reyes cumple una misión cerca de las letras patrias -a la vez que realiza sus propios fines- esforzándose por dar de sí la llama más intensa que él alcance a producir. E igual diríamos

ejemplo, sino el general o el médico versados a fondo en su arte sospechan las dificultades de la misión de legislar o del papel de unir las palabras y devanar las ideas? Alfonso Reyes rompe nuevo surco para la literatura mexicana llevando a la práctica, en buena parte por lo menos, los preceptos tácitos del grupo de escritores a que pertenece. Con su pluma profesional y sabia, que hacen más elocuente, más atractiva , más grata las cualidades superiores de su espíritu , está marcando la entrada del verdadero camino, el camino que Herder hubiera señalado: el estudio extenso y atento de todas las litera-

de espíritus menos generosos, menos brillantes, pero poseídos del mismo afán de superación. Se puede ser un escritor o un pensador modesto; es explicable y aun plausible el no aspirar a más.

turas, lo mismo antiguas que modernas, para acostumbrar los ojos a la oculta luz que nos descubre las formas reales , eternas . Hecha la mirada a los rayos de esa luz, fácil será encontrar la rea-

Pero no se debe ser, sobre todo en países todavía no formados (como México), un escritor o un pensador improvisado durante la vida entera. Los

lidad patria a través de la visión interior y construir

peores enemigos de las sociedades informes son justamente los genios esporádicos; ellos las retienen en el desorden primitivo, ellos no las dejan conocerse ni coordinarse . Cuando en un país los músicos son sólo músicos a medias, y los literatos, literatos por mitad, y así los médicos, y los generales, y los pintores, la otra mitad, que no es mitad de nada, sino ocioso jirón flotante, se mantiene como agresiva posibilidad de todo, que todo lo emprende, todo lo juzga, todo lo trastorna y lo destruye. Únicamente la especialización rigorosa hace pueblos completos y organizados , porque en ellos nadie adquiere derecho a la universalidad si antes no ha dominado su oficio. ¿Sin esa garantía es posible la vida social ascendente? ¿Quién, por

la nueva forma adecuada a la nueva materia. y no hay otro sendero. Porque si es lícito afirmar que existe, aunque con ciertas restricciones, una poesía mexicana, nadie concedería que México tiene una literatura propiamente nacional, es decir, una corriente de pensamiento, sobre la vida y la naturaleza, con características internas y externas discernibles; una manera de interpretar emotivamente las cosas, conforme a una sensibilidad peculiar, que culmina en un núcleo de escritores clásicos (lejanos, próximos o inmediatos) para derivarse de ellos después. De aquí el grave problema para los mexicanos que se empeñen en hacer obra nacional, y que además de nacional sea literaria -en el buen sentido del término-, sin otra materia que la substancia mexicana misma: equivale a crear de un golpe la tradición.

13 Biblioteca de México

JULIO TORR I*

NOTAS SOBRE ALFONSO REYES

14 Biblioteca de México

Alfonso Reyes nos ofrece un ejemplo de entrega total a su vocación , desde la adolescencia hasta su muerte . Estudiar con perseverancia tenaz ; escribir; mostrar a los demás cómo superarse en el cultivo de las buenas letras; divulgar en el extranjero lo valioso de nuestra literatura y de nuestra historia: éstos fueron si n duda los objetivos que dirigieron su vida, la misión espiritual que realizó en sus años de aprendizaje y en los de madurez . Su obra es tan vasta que satisface gustos diversos. Unos prefieren la Visión de Anáhuac o

memorias; y añadió: "Yo lIevo ya escritos dos tomos de las mías, y todavía no nazco." Uno de estos tomos es Parentalia, en que narra hazañas que su padre solía referirle hac iendo recuerdos. EL MENSAJE DE ALFONSO REYES. Para el sociólogo Francisco García Calderón -prologu ista del primer libro de Alfonso , Cuestiones estéticas- "defiende el ideal español , la harmonía griega, el legado latino, en su país Bernardo Reyes

ALFONSO REYES Y SU PADRE. A.

amenazado por turbias plutocracias".

R. nació el 17 de mayo de 1889 ,

Chacón y Calvo, erudito escri-

¡figenia cruel; no falta quien está por la Crítica ateniense o la admirable Junta de sombras;

año en que se fundó en París la célebre revista literaria Le Mer-

tor cubano, opina: " ... Lección ... la del trabajo sin tregua, la de

cure de Franee y en que se co-

otros estamos por los libros de ensayos diversos, sin desestimar, por supuesto, otros aspectos de su copiosa producción . Se mueve en una densa atmós-

menzó a levantar la torre Eiffel. Alfonso escribió en Tren de ondas

sentir la vida toda cargada de deberes y encontrar en su cumplimiento una profunda alegría." Octavio Paz lo lIama " . . .el ena-

fera libresca. No porque le falte la experiencia humana naturalmente, sino porque su mundo es el mundo de las ideas . La rica producción alfonsina se puede distribuir en períodos : el primero, el de su juventud que inicia con Cuestiones estéticas, libro en que se reflejan lecturas de escritores españoles, y que desde el punto de vista del lenguaje es de los mejores y el más , castizo. Después vienen los libros publicados durante su estadía en España y en París (por ejemplo, El suicida y El cazador, en los que es visible la preocupación filosófica). El plano oblicuo que aparece por entonces había sido escrito en México. En Río de Janeiro y en Buenos Aires su producción siguió acrecentándose, lo mismo que cuando retomó a la patria.

Julio Torri, Tres libros, Fondo de Cultura Económica; México, 1964, 186 pp.

que alguna vez la torre y él tuvieron la misma estatura. Su abuelo paterno nació en Nicaragua. Su padre el general de divi sión don Bernardo Reyes se di stinguió al frente del 6°. regimiento de cabalIería , bajo las órdenes del general don Ramón Corona, en la guerra contra el temible "Tigre" de la Sierra de Álica, el feroz Lozada; fusilado éste, contra sus lugartenientes. El general Reyes hizo una brilIante carrera militar; se señaló siempre por su extraordinario valor personal, y como personaje de aliento heroico fue vÍCtima de la fatalidad inexorable. De sobremesa, cierta vez Alfonso me aconsejó que escribiera mis

Julio Torri

15 Biblioteca de México

morado de la mesura y la proporción , sediento de claridad y armonía, hombre para el que todo, inclusive el amor, la acción y la pasión ética, debería resolverse en equilibrio; sabía que estamos rodeados de caos y silencio". En mi opinión , la obra de Alfonso es una exhortación a cultivar nuestro intelecto con las más severas disciplinas , una entusiasta excitación a desarrolIar y acrecentar nuestra inteligencia en el comercio de la antigüedad clásica y de las principales literaturas modernas para lograr la posesión de una alta cultura, de una cultura de primer orden. Este propósito fundamental de la obra de Reyes es perceptible en casi toda su producción. Citemos entre otros los Estudios helénicos, libro de iniciación y guía para el estudioso.

SU RETRATO. En cuanto a su "retrato" intelectual, recordemos la respuesta que dio, en una encuesta, a una revista de Bogotá:

.. . Los fi nes humanos son , para la Divinidad , sólo medios . De aquí el mal y el dolor. Aceptac ión estoica . ... La Estéti ca. La escala pl atónica del deseo desde el apetito hasta la contempl ac ión. Imperi oso afá n hacia la belleza , y sospecha de que la comprensión es un resultado de hábito en la conte mpl ac ión.

Platón hasta Bergson y Husserl. No en balde su estrecha amistad se nsualidad , la palabra úni co ver- con Antoni o Caso, Henríquez dadero producto humano , único Ureña , y Vasconcelos. Spinoza, sentido en que el hombre crea , o Descartes, Montaigne, Hobbes , colabora plenamente con la Crea- Rousseau, Schopenhauer, qué se yo cuantos más ocupan largo ción . .. .El orden hum ano es un or- espacio en sus escritos. Sentía hoden moral. Todo ac ierto hum ano , rror porque se le definiera, se le consciente o inconsc ientemente, clasificara, se le limitara en su es una in vestigac ión hac ia el pensar. Con todo, no es aventurado afirmar que se inclina al eclecbien . ... La Economía , la Economía ticismo. Oíd esta fábula que apaPolítica , la Política . Nunca lo he rece en El cazador: . . . La expresión: toda la Poé-

ti ca . Suma vo luptuosidad , suma

entend ido muy bien . ¿Acaso aquí el anhelo de independencia , de

Un hombre se propuso un día no

libertad ? Libertad , ¿ para qué ?

te ner ideas preconcebid as, no

Para conquistar el oc io . El ocio ,

tener prejuicios; y ese mismo día

¿para qué? Para trabaj ar siempre

perdi ó la vista . Al siguiente se

en lo que yo qui era . Y trabajar

colgó de una sola idea , como

siempre en lo que yo qui era ¿no

desesperado , y fundó en ella todo

será más bien jugar? Tal vez .. .

su sistema del mundo: y siguió a

. . . El princ ipi o ortodoxo de

ciegas. Al tercer día meditó en

toda acc ión; a saber: 1) rigor en

sus dos ex periencias. Y como al

lo esencial; 2) tolerancia en lo

hacerl o tuviera que confrontar la

accesorio; 3) abandono de lo inú-

desconfi anza en todas las ideas

til.

-de la antev íspera- con la fe en ... La fábula del astrónomo al revés : ver cada día donde se va

una sola idea -de la víspera- , recobró súbitamente la vista.

afirmando la planta, y afir-

" iEureka ! - sali ó gritando por

marla bien . Y, en cuanto a

la calle-, y de hoy más mi ojo

la trayectoria del viaje

derecho se ll amará dogmatismo ,

(jes curioso!) , cierto fata-

y mi ojo izquierdo escepticismo ."

li smo cierta obedi encia semejante a la que me permite acatar con sencillez , en mi carrera diplol ática, los cambios de país que

me ordenan

desde

Méx ico . De aquí el horror de los "manifiestos", "plataformas", "programas" -y hasta de las defini ciones como ésta que voy haciendo , que me parecen atentados contra la plasticidad necesaria de mi ser.

Su

POSICIÓN FILOSÓFI-

Fue un expositor brillante de las doctrinas filosóficas desde

CA .

16 Biblioteca de México

Alfonso fue un autor que deslumbraba al lector con la pirotecnia de su inteligencia siempre alerta y activa: con las innumerables referencias a toda suerte de lecturas; con la avalancha de sus oportunas citas. En el mundo de las ideas descubre relaciones nuevas e insospechadas, sin fatiga y en un juego que tiene mucho del arte del prestidigitador. No en balde se titula uno de sus libros Árbol de pólvora . Escritor de la familia espiritual de Sainte-Beuve, el gran crítico europeo del siglo XIX. SUS impresiones directas de las cosas despiertan resonancias de sus am-

plias lecturas. Fue un escritor libresco, sin que esta palabra implique nada de peyorativo o de censurable. Toda idea trae en él el recuerdo de otras semejantes que halló en sus autores predilectos , que son legión . Es un tipo de escritor que sólo se produce en los ambientes literarios más doctos, en los países de cultura más refinada . En su formación intelectual colaboran no únicamente nuestra Metrópoli , en las últimas etapas del modernismo , cuando el nivel de cultura literaria era superior al que hoy priva , sino también el Madrid del segundo decenio del presente siglo, el Buenos Aires anterior al peronismo, y el Río de Janeiro "foco vivaz de pensamiento", que dijo Rubén Darío .

SU PROSA . Emilio Oribe, al saber la muerte de Alfonso ha exclamado: "Ya nunca se volverá a dar en castellano una prosa tan atrayente, engañosa y veraz, como frágil y enigmática." ¿ Qué operación de magia realizaba para investirla de una calidad tan rara y preciosa? De Stendhal se cuenta que apuntaba los pensamientos que le ocurrían, aun en las mangas de la camisa, cuando , no tenía a mano un pedazo de papel. En El cazador dice Reyes: CÓMO TRABAJABA .

Esta tarea de ir apuntando cada uno de nuestros fugaces pensamientos ofrece el riesgo de todos los "narcisismos", conduce a la desesperación y a la muerte. Quien a toda hora escribe lo que dice o lo que piensa decir, acaba por considerar la "nota" como el objetivo supremo de su vida y por enamorarse de todas sus ideícas. Ya no piensa, no habla, no escribe, sino en vista de su libro de notas . Y me-

El grupo Contemporáneos reunido en una comida al escritor español Enrique Diez-Canedo (2 de septiembre de 1932). De pie (de izquierda a derecha): Florisel. Xavier Villaurrutia . Francisco Monterde. José Gorostiza. Carlos Pellicer, Manuel Toussaint. Artemio del Valle-Arizpe . Xavier lcaza. Enrique González Rojo . Bernardo Ortiz de Montellano. Guillermo Jiménez. Jorge Cuesta y Celestino Gorostiza. Sentados: Samuel Ramos. Roberto Montenegro. Julio Torri . Salvador Novo. Enrique Diez-Canedo. Palma Guillén , Gonzalo Zaldumbide. Enrique González Martinez y Mariano Azuela .

nos mal si se trata de una mente desordenada, que se regocija en su desorden ... Olvidará el comer y el dormir. i Ay del que clasifica palabras L (y figuraos que , en cierto modo , la humanidad nunca ha hecho otra cosa). Muchos años después, en Ancorajes rectifica estas apreciaciones sobre el valor de los libros de notas : Tú , en cambio, hostigado de ideas y de motivos, a cada instante te aíslas para fijar un rasgo, una sugestión, una palabra. Alfonso era un escritor que administraba tan perfectamente sus extraordinarias facultades creadoras, que alguna vez me mostró un baúl mundo que usaba en sus viajes, lleno de pequeños compartimientos para guardar y clasificar las apuntaciones que fuera registrando su continuo e intenso pensar. Su vida es digna de ejemplo. Su dedicación a las letras, su entrega total a ellas, duró hasta el fin de sus días.

Los AMIGOS DE ALFONSO. Lo fueron todos los miembros del 17 Biblioteca de México

Ateneo de la Juventud , incluyendo a los poetas Roberto Argüelles Bringas y Rafael López , hoy injustamente preteridos por la boga de López Velarde. Sus amigos predilectos, además de Antonio Caso y de Henríquez Ureña, fueron el arquitecto Jesús T. Acevedo, a quien consagra un sentido artículo en Simpatías y diferencias (notas sobre Jesús T. Acevedo) , Ricardo Gómez Robelo , a quien menciona alguna vez, y Martín Luis Guzmán. En los comienzos de su carrera literaria influye en sus lecturas el egregio bardo colombiano Ricardo Arenales (que se llamó antes Miguel Ángel Osorio , y después Porfirio Barba Jacob). En los años de la

Pedro Henríquez Ureña

madurez, además de los citados, Luis G. Urbina , Nervo, González Martínez, Enrique Díez-Canedo , Gabriela Mistral , Amado Alonso. Yo mi smo di sfruté largamente de su amistad y bondades. EL ENSAYISTA . Se quejaba siempre de que se le elogiaba sin leerle . Sucedía esto -y es más explicable- respecto de los tratados extensos como El deslinde (en que aísla el concepto de lo literario , segregándole especies adventiCarta de Jaime Torres Bodet para Alfonso Reyes cias) y en colecciones de sustanciosos artículos como Junta de sombras. Menudean hoy las men- el poeta , nada desdeñable; el críti- algunos: para la Biblioteca Nueciones de la Visión de Anáhuac y co con preferencias por Góngora, va , de Madrid, dirigió la edición de la Ifigenia cruel, tan admi- Goethe y Mallarmé; el evocador de Obras Completas de Amado rables, pero apenas si se recuer- de nuestro pasado en Visión de Nervo (en 28 volúmenes). Le dan sus escritos más personales , Anáhuac; el tratadista de Estética, auxilió eficazmente desde aquí donde se reflejan mejor su gran en El deslinde, en La antigua Genaro Estrada que hacía copiar talento e ingenio: las crónicas Retórica y en La crítica en la periodísticas (recogidas en colec- Edad ateniense; el traductor del ciones como Simpatías y diferen- delicioso Viaje sentimental de cias); sus ensayos críticos , sus im- Steme, y de libros del humorista presiones de viaje (así Las víspe- católico Chesterton. La producras de España); sus recuerdos ción literaria es tan variada como literarios (del tipo de Pasado in- sorprendente no sólo por su valor mediato) , como las Burlas veras. intrínseco sino por su vastedad. La La dispersa Historia documental personalidad literaria de este escride mis libros, que recogió la tor es verdaderamente proteica. Revista de la Universidad, es una OTRAS ACTIVIDADES. Además de autobiografía imprescindible. "A Alfonso Reyes", fotografia En Reyes además del ensayista la copiosa producción de libros , dedicada por Genaro Estrada y notable prosista merece atención ejecutó útiles trabajos. Citemos

Carta de Gabriela Mistral para Alfonso Reyes

18 Biblioteca de México

las colaboraciones del bardo nayarita en diversas revistas . Paleografió el Manuscrito Chacón de las poesías de don Luis de Góngora, para la edición definitiva que hizo el sabio francés Reymond Foulché-Delbosc. Regentó desde su fundación La Casa de España en México, editora de importantes obras; y más tarde El Colegio de México . A la muerte de Amado Alfonso asumió la dirección de la Nueva Revista de Filología Hispánica, que tanto honor ha traído de los filólogos del mundo para nuestro país .

JORGE MENDOZA R OMERO*

ALFONSO REYES Y LA HERMENÉUTICA A Renato Prada

sión-explicación-comprensión) es asimilable a los grados de la crítica alfonsina (impresión-exégesisjuicio). De acuerdo con Gabriel Zaid la perennidad del Alfonso Reyes ensayista radica en la calidad de su prosa que es un "paseo de lujo", mientras que los datos allí ensayados podrían envejecer por el avance del conocimiento . En cuanto al "Aristarco o anatomía de la crítica " y algunos de los ensayos de "Páginas adicionales" (escolio del "Aristarco ... ") ni la prosa ni las ideas allí desarrolladas han envejecido sino que han alcanzado una nueva lozanía . La experiencia literaria (1942) fue escrita durante el periodo que José Luis Martínez denomina "el periodo de madurez" en la vida y obra de Alfonso Reyes, etapa que abarca once años, de 1939 a

En las siguientes líneas referiré mi comercio con

1950. Estudios como La crítica en la edad ate-

la obra de Alfonso Reyes en uno de los ensayos

niense (1941), El deslinde (1944) o Letras de la

centrales de La experiencia literaria : "Aristarco o

Nueva España (1948) sobresalen en una de las

anatomía de la crítica" que puede ser considera-

etapas más fértiles en el de por sí abundante cor-

do, junto con el "Apolo o de la literatura" y el

pus alfonsino . Por estos años había regresado

"Jacobo o idea de la poesía", entre los más im-

definitivamente a México y dividía el tiempo entre

portantes momentos reflexivos en torno al fe-

la escritura y la dirección e impulso de institucio-

nómeno literario escritos en nuestra lengua. Las

nes como La Casa de España en México, pos-

ideas sobre las que discurre Alfonso Reyes hoy

teriormente El Colegio de México.

integran la vanguardia del pensamiento contem-

El lector recordará que la formulación principal

poráneo a la luz de la hermenéutica textual, que

del "Aristarco o anatomía de la crítica" es el aná-

se desprende de la hermenéutica ontológica. El

lisis de los diferentes momentos o grados a los

círculo hermenéutico -una manera gradual de

que convoca una obra literaria: impresión, exége-

acercarse a los discursos simbólicos (religioso,

sis y juicio. Alfonso Reyes sopesó a lo largo de su

mítico y estético) para interpretar los diversos sen-

vida la función de la crítica y los rasgos que la

tidos que encarnan, que se desprende de las

caracterizarían . Este derrotero, dirá Evodio Esca-

inquisiciones de filósofos como Paul Ricceur y

lante, sufriría una transformación fundamental :

otros hermeneutas- encuentra correspondencias . como Goethe, Alfonso Reyes se movió de un rocon lo que Alfonso Reyes llamó de modo lacónico

manticismo a una visión clásica (40-57). Escalante

"Crítica". Así, el círculo hermenéutico (compren-

encuentra y demuestra que la configuración y valoración del primer grado de la crítica (la impre-

*Jorge Mendoza Romero, Puebla 1983. Realizó la maestría en Letras Mexicanas, en la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla . Ha publicado en revistas como Alforja, Tierra Adentro y Casa del Tiempo . Es catedrático del Instituto Tecnológico de Estudios Superiores de Monterrey. Becario de la Fundación para las Letras Mexicanas en ensayo.

sión) proviene de los románticos alemanes para quienes lo idéntico sólo puede ser juzgado por lo idéntico. Esto es, la obra literaria sólo puede ser enjuiciada o contestada por una crítica igualmente

19 Biblioteca de México

al hombre en sentido general ; por el otro , "La experiencia literaria supone la comunicación de una obra literaria ." Sin embargo, toda recepción de una obra supone una mediación marcada y condicionada por el horizonte cultural que lleva consigo el hombre inscrito en ésta y no en aquélla cultura . Vemos que aqu í la voz del humanista se escucha con vigor. Para la actual hermenéutica textual, la impresión alfonsina es denominada como "comprensión intuitiva". No obstante a diferencia de lo planteado por Alfonso Reyes, esta comprensión intuitiva no es separable del marco de recepción en que es leído todo discurso simbólico específicamente y cualquier discurso en sentido amplio . Si bien la obra se dirige a "todos los hombres en lo que tienen de meramente humano", cada hombre tendrá una vivencia , una "experiencia literaria", en palabras de Reyes , acotada por todo aquello que le marca su lugar de enunciación y recepción . Antes de llegar al hombre, la obra pasa por el tamiz de la Manuela Mota de Reyes y Alfonso Reyes

cultura en la que interactúa y que marca su modo

literaria . Vista de este modo, la crítica para Reyes

de interlocución con otras culturas .

se convierte en inquilina en vez de parásita : crea-

Si volvemos a la tesis de Evodio Escalante, la

ción y crítica se moverán en el mismo rango for-

transición a una perspectiva clásica se encontrará

mal. No el acercamiento aséptico de la academia,

en la obra más ambiciosa del análisis literario

sino a través de un expresivo juicio: "El verdadero

emprendida por Alfonso Reyes, El deslinde . Sin

crítico impresionista es un creador en creación"

embargo , ¿en verdad hay una transición? ¿No es

(Reyes 333). Esta crítica podrá tener el mismo

sólo un cambio de nivel al interior de la misma

valor "poemático" o aun superar el de la propia

arquitectura conceptual? Considero que, si bien el

obra a la que se enfrenta. En México, junto con

ensalzamiento de la crítica impresionista es una

Alfonso Reyes, Octavio Paz (también muy ligado

muestra clara de la influencia romántica, ésta en-

al ideario romántico) es quien ha alcanzado el

cuentra su lugar en todo el entramado conceptual

"impresionismo superior", el punto cimero de este

que urde Alfonso Reyes , siempre guiádo por una

grado de la crítica, donde se pone en juego el

visión clásica , equilibrada , donde el pathos y el lagos se enfrentan de modo dinámico para ofre-

talento y gusto del crítico. El impresionismo "medio e inferior", no obstante, es lo que campea

cernos una imagen diáfana de aquello que obser-

sobretodo las páginas de las revistas y periódicos

va el pensamiento alfonsino . Todo ocupa su lugar

o cuartas de forros de cuanto libro circula. : El

y su tiempo correspondiente. Pongamos un ejem-

impresionismo que ejerció Alfonso Reyes es una

plo . De modo marginal, Alfonso Reyes también

trampa engañosa. Solicita una refinada sensibili-

dedica líneas al lugar que jugaría la emoción en su

dad. Quien no la posea y sepa verbalizarla, debe abstenerse de ejercer la crítica impresionista.

escala crítica . Si para Ramón López Velarde es imprescindible que cada verso sea templado por

Alfonso Reyes emprende una apología de esta crítica. El principal de sus argumentos es el

tes de ser registrado en la página, la emoción tam-

siguiente : "el fin de la creación literaria no es provocar la exégesis, sino iluminar el corazón de los

bién adquiere un papel y un lugar importante en la experiencia literaria. En ningún momento Reyes

hombres, de todos los hombres en lo que tienen de meramente humanos, y no en lo que tienen de especialistas en esta o la otra disciplina." (Reyes 110). Aquí debemos apuntar que por una parte, para Reyes, el fin de la creación literaria es hablar

pide que el encuentro con la obra sea impersonal y distanciado. Todo lo contrario, incluso en la parte metódica de su escala crítica, la "exégesis", indica

la emoción, por la combustión de sus huesos, an-

que la emoción debe estar presente y advierte: "si la emoción es indispensable y aun anterior al

20 Biblioteca de México

método, ella en el método debe depurarse y educar-

enseñarse y aprenderse . Nos encontramos en el

se como un factor más de la interpretación . Lo obje-

terreno medio de la Crítica o la hermenéutica tex-

tivo en bruto no merece el exclusivo derecho, porque

tual cuyo fin al que apunta y que sirve como ante-

dista mucho de ser un elemento literario puro. ( ... ) el

sala, es el juicio o la comprensión intelectiva, una

crítico no debe privarse del choque emocional , al

comprensión enriquecida que no intenta hacer de

que tiene opción por derecho humano. Ello equival-

la obra un fetiche , sino elevar y enriquecer la frui-

dría a extirpar violentamente el único medio de

ción estética inicial.

comunicación intuitiva con la obra . Ahora bien : la

En Alfonso Reyes los tres acercamientos básicos

disciplina ha de corregir su sentimiento , enseñarlo a

son igualmente válidos aunque atiendan diversos

sentir literariamente, sometiendo el subjetivismo a la

aspectos de la obra. Para la descripción de esta

dieta y a la gimnasia que lo purguen de adiposidades

etapa del círculo hermenéutico -que hace Renato Prada Oropeza partiendo del Ricreur de Teoría de

extrañas" (Reyes 326).

la interpretación , sobre todo- es indispensable y Como en una de las tesis del Sensacionismo pes-

aun punto de partida del análisis un modelo formal,

soano , para Reyes también "sentir es compren-

una semiótica literaria (narratológica o poética).

der", la emoción es imprescindible para la inter-

Sobre esta cimentación que da cuenta de la organi-

pretación a cuenta de que sea cincelada .

zación de la obra, pueden sobreponerse otros mé-

Renato Prada Oropeza apunta que si la com-

todos como los que menciona Alfonso Reyes.

prensión intuitiva (la impresión) , la primera media-

Naturalmente, esta descripción formal puede apa-

tización entre la obra y el hombre , se "hace metó-

recer implícita como en muchos de los libros de

dica y sistemáticamente entramos en la instancia

Mario Vargas Llosa dedicados a narradores como

de la explicación" (47), lo que Alfonso Reyes

Víctor Hugo, Flaubert, García Márquez u Onetti. Así

denomina "exégesis" o "crítica metódica". El pro-

como Alfonso Reyes menciona que "por lo mismo

pio Reyes da algunos de los rasgos externos que

que el impresionismo carece de rigores científicos,

la definen : es una exacerbación de la didáctica , es

desgraciadamente ofrece un fácil acceso a los inge-

dominio de la filología , admite la aplicación de mé-

nios legos y aun a los legos sin ingenio. De modo

todos específicos (tres básicamente : psicológicos,

que hay también

históricos y formales) y es la única que puede

impresionismo inferior" (Reyes 335); lo mismo

, ,

Dibujo de Elvira Gascón

21 Biblioteca de México

un impresionismo medio y un

podría decirse de la exégesis o explicación. Tan pronto como se mencionan, palabras como semiótica causan disgusto a quienes las escuchan . Sin embargo debemos pensar que también hay una exégesis superior, media e inferior. Un ejemplo de la primera me sigue pareciendo Poesía española de Dámaso Alonso en la que el análisis y la emoción cincelada alumbran la obra de los poetas del siglo áureo.

El último grado de la crítica alfonsina y la hermenéutica textual es el "juicio" para la primera o la "comprensión intelectiva" para la segunda . Alfonso Reyes también llamará a este grado "dirección del espíritu" que, como la "impresión" no puede enseñarse, pero además de estar mediada por el marco de recepción sociocultural , posee la mediación de la exégesis . Reyes la define como "acto del genio". Es una vuelta al discurso del cual se desprende todo y para el que se emprende la exégesis que "sitúa la obra en el saldo de las adquisiciones humanas" ( Reyes 113). Al contrario de lo que propone la tesis de Evodio Escalante, la crítica de Alfonso Reyes se mueve en un trazo que forma parte del mismo cuerpo . Si se mueve hacia algún punto alejándose de otro no es para cambiar de figura : ahora un cuadrado, después un triángulo. Alfonso Reyes, cuya mente es por excelencia clásica se abandona al viaje circular que traza su visión de la crítica , actualísima y modelo de la hermenéutica textual de nuestro tiempo . BIBLIOGRAFíA

Escalante , Evodio. "El concepto de la crítica en Alfonso Reyes". Las metáforas de la crítica. México: Joaquín Mortiz, 1998. Reyes, Alfonso . La experiencia literaria . Obras Completas de Alfonso Reyes. Vol XlV. México: FCE , 1962. Reyes , Alfonso.

Páginas

adicionales. Obras

Completas de Alfonso Reyes . Vol XlV. México: FCE , 1962. Ricceur, Paul. Teoría de la interpretación . Discurso y

excedente de sentido. México: Siglo

XXI,

1995.

Prada Oropeza , Renato. Hermenéutica, símbolo y

conjetura. México: UIA, 2003.

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JORGE LUIS BORGES*

IN MEMORIAM A. R. El vago azar o las precisas leyes Que rigen este sueño, el universo, Me permitieron compartir un terso Trecho del curso con Alfonso Reyes.

Supo bien aquel arte que ninguno Supo del todo, ni Simbad ni Ulises, Que es pasar de un país a otros países y estar íntegramente en cada uno. Si la memoria le clavó su flecha Alguna vez, labró con el violento Metal del arma el numeroso y lento Alejandrino o la afligida endecha. En los trabajos lo asistió la humana Esperanza y fue lumbre de su vida Dar con el verso que ya no se olvida y renovar la prosa castellana. Más allá del Myo Cid de paso tardo

y de la grey que aspira a ser oscura, • Alfonso Reyes, Homenaje nacional, INBA, Cultura, SEP, Instituto Nacional de Bellas Artes, México, 1981, 112 pp.

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Rastreaba la fugaz literatura Hasta los arrabales del lunfardo. En los cinco jardines del Marino Se demoró, pero algo en él había Inmortal y esencial que prefería El arduo estudio y el deber divino. Prefirió, mejor dicho, los jardines De la meditación, donde Porfirio Erigió ante las sombras y el delirio El Árbol del Principio y de los Fines. Reyes, la indescifrable providencia Que administra lo pródigo y lo parco Nos dio a los unos el sector o el arco, Pero a ti la total circunferencia. Lo dichoso buscabas o lo triste Que ocultan frontispicios y renombres: Como el Dios del Erígena, quisiste Ser nadie para ser todos los hombres.

Alfonso Reyes en la embajada de México en Brasil. en Rlo de Janeiro. 1931

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Vastos y delicados esplendores Logró tu estilo, esa precisa rosa, y a las guerras de Dios tornó gozosa La sangre militar de tus mayores. ¿Dónde estará (pregunto) el mexicano? ¿Contemplará con el horror de Edipo Ante la extraña Esfinge, el Arquetipo Inmóvil de la Cara o de la Mano? ¿O errará, como Swedenborg quería, Por un orbe más vívido y complejo Que el terrenal, que apenas es reflejo De aquella alta y celeste algarabía? Si (como los imperios de la laca y del ébano enseñan) la memoria Labra su íntimo Edén, ya hay en la gloria Otro México y otro Cuernavaca. Sabe Dios los colores que la suerte Propone al hombre más allá del día; Yo ando por estas calles. Todavía Muy poco se me alcanza de la muerte. Sólo una cosa sé. Que Alfonso Reyes (Dondequiera que el mar lo haya arrojado) Se aplicará dichoso y desvelado Al otro enigma y a las otras leyes. Al impar tributemos, al diverso Las palmas y el clamor de la victoria: NO profane mi lágrima este verso Que nuestro amor inscribe a su

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CARLOS PELLICER*

RETRATO DE

ALFONSO REYES 1 La palabra a la mano y en la mano toda la flor de la sabiduría. Era un bosque y hablaba como el día; noche de lucidez tuvo su arcano . Fue como un príncipe republicano; un diamante de toda garantía. Un diamante engarzado en la alegría de tener siempre cerca lo lejano. Si de la Poesía los confines alcanzó, los antiguos paladines le vieron junto al mar armando el viaje que entre sirenas y constelaciones colocó , a la manera de un paisaje lleno de misteriosas relaciones.

11 En el espacio de una perla, cabe; es todo el mar y sólo es una gota. Escribe con ternura de gaviota Poniéndole la sal a su jarabe. Hay un rincón en el que todo cabe: el arpa abandonada y lo que brota de tanta soledad. De odio, ni jota. Nada que la armonía menoscabe Si con los ojos la palabra hechiza y sonríe al mirar, su voz maciza de pájaro barítono clarea. ¡Ay, Alfonso, qué hermoso haber estado contigo tantas veces! Lisonjea toda una vida haberte siempre amado . • Alfonso Reyes, Homenaje nacional, INBA, Cultura, SEP, Instituto Nacional de Bellas Artes, México, 1981, 112 pp.

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III Si sacar las palomas del sombrero aun cuando en el sombrero no hay palomas ... Esto fue así ¿no es cierto? Las palomas a veces fueron águilas primero. Toda Tenoxtitlán y todo Homero y diagonales límpidas de aromas. y las Grecias, las Francias y las Romas le dieron de sus luces el lucero . Si Góngora y el Cid -alma y diademadiéronle conjunción y no dilema; si habitar el idioma fue su silla y comprender, el drama de su juego , Alfonso Reyes, hombre y maravilla tuvo del solla luz y el amor ciego. Las Lomas, junio 4 y 5 de 1960 .

SONETO A un amigo, enviándole un ejemplar de Visión de Anáhuac de Alfonso Reyes

Mírala aquí -ciudad y poesía-, flor tan viva que en sangre se derrama. Una mano perfecta le da fama, música historia de su biografía.

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Su ejercicio final de primacía - quetzal atardecido en una ramabri ll a entre los metales de ese drama que angustia en oro su mortal valía . Oro sangró la tierra mexicana junto al maíz de sus felicidades. ¿Oyes en mis arterias la mañana? Ven a escuchar entre mis soledades la caída de un vaso de obsidiana sobre un muerto co llar contado en jades .

Alfonso Reyes en la Capilla Alfonsina , 1954

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JORGE GUILLÉN*

ALFONSO REYES

Alfonso Reyes, embajador de México en Brasil. Caricatura de Caras y Caretas

• Jorge Guillén, Homenajes, Club Internacional del Ubro, Madrid, 1998, 608 pp.

BRINDIS

A lfonso Reyes pasea Por la Historia de papel Una mirada muy fiel A la vida hermosa o fea,

y sin cesar albacea De tanto inventor difunto, Pone con gracia en su punto Más luminoso el invento Para que con nuevo aliento Se ajuste a mayor conjunto. Mirando con el rabillo Del ojo murmura a medias Alusiones que tú asedias, Interlocutor sencillo, Con ahínco a fin que el brillo Del ingenio no te impida Ver claro en luz tan ardida, Tan ágil, tan mexicana Mientras la fatal manzana Del saber da sólo vida. Goza mucho en biblioteca -Su mansión lo es, muy grande-

y adonde el gozo le mande Siempre irá como a su Meca. Confiado así, no peca: Todo es Amor, Opus Dei.

y -sin dejar a su greyTan egregio, vida, vida Crea en obra con buida Pluma nuestro Alfonso, Rey.

MANUEL BANDEIRA *

DOS POEMAS SOBRE

ALFONSO REYES** Traducción del portugués , Mario Bojórquez

Rondó de los Caballitos L os caballitos corriendo los caballones comiendo ... Tu belleza, ay, Esmeralda me terminó enloqueciendo. Los caballitos corriendo nos, caballones comiendo ... el sol tan claro allá afuera y en mi alma -ianocheciendo! Los caballitos corriendo y nos, caballones comiendo ... Alfonso Reyes partiendo, y tanta gente quedando ... Los caballitos corriendo, los caballones comiendo ... la Italia casi gritando la Europa desalentando Los caballitos corriendo los caballones comiendo ... El Brasil politiqueando, y nuestra poesía muriendo ... El sol tan claro allá afuera el sol tan claro, Esmeralda, y en mi alma -ianocheciendo!

* Manuel Bandeira, Testamento de Pasárgada , Organiza

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