CAPITULO V: EL SUELO I. LA IMPORTANCIA DEL SUELO

CONAMA Capítulo V: El Suelo • Octava Región del Bío-Bío CAPITULO V: EL SUELO I. LA IMPORTANCIA DEL SUELO En el suelo se cultivan los alimentos del mu
Author:  Carmelo Rojas Gil

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CAPITULO 4 - SUELO NO URBANIZABLE
PLAN GENERAL DE ORDENACION URBANA HIRIA ANTOLATZEKO PLAN OROKORRA LABASTIDA TEXTO REFUNDIDO- ACUERDO C.O.T.P.V. ACUERDO MUNICIPAL BASTIDA 17-12-2.0

El suelo como i nterfase
5. Interfases El suelo como i nterfase Es una cubierta de alteración superficial, constituido por minerales, aire, agua, restos orgánicos y seres vi

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CONAMA Capítulo V: El Suelo • Octava Región del Bío-Bío

CAPITULO V: EL SUELO I. LA IMPORTANCIA DEL SUELO En el suelo se cultivan los alimentos del mundo. Por su superficie fluye el agua y se construyen nuestras ciudades, y desde sus entrañas se extrae la energía de los combustibles fósiles. También en él se descompone la materia y se reciclan los nutrientes. Por todo lo anterior, su conservación es fundamental para que sus características, como factor de vida y de desarrollo se mantengan en el tiempo. El suelo es un conjunto de unidades naturales de la superficie terrestre, que da soporte a la vida, y cuyas propiedades se deben a los efectos combinados del clima, geología y de la materia viva; todo ello en un período de tiempo y en un espacio determinado. 1. La Formación del Suelo La formación del suelo es el resultado de la acción combinada del clima, el relieve, la vegetación, organismos asociados, y la acción del ser humano. Dependiendo de estos factores se formará más rápido o más lento, llegando a formar gruesas capas de suelo en algunas zonas de la región y capas delgadas en otras. También presentará características químicas y físicas específicas, por lo cual los suelos de una parte de la región son muy diferentes a las de otras partes. El proceso de formación del suelo es lento, no medible a escala humana, y en él la roca madre se desintegra en una mezcla de partículas grandes y pequeñas, que se mezclan con el agua y el aire. La arena, el limo y la arcilla son las partículas que componen el suelo. La arena corresponde a fragmentos rocosos que miden entre dos y 0,02 milímetros, visibles a simple vista, que al tocarlas se sienten ásperas. El limo varía entre 0,02 y 0,002 milímetros y al tocarlo se siente suave. En el caso de la arcilla, son partículas más pequeñas, que no

se pueden ver a simple vista y que miden menos de 0,002 milímetros. Además de éstas, las capas superiores del suelo contienen una cantidad variable de materia orgánica, parcialmente descompuesta, que recibe el nombre de humus, y que permite el desarrollo de las plantas y de los cultivos. La mezcla ideal de partículas y materia orgánica para tener suelo de excelente calidad para uso en jardinería o agricultura, es de aproximadamente un 45% de materia mineral, un 25 % de agua, un 25% de aire y un 5% de materia orgánica. 2. Clasificación de los Suelos La ciencia del suelo -la edafología- ha realizado varias clasificaciones y se ha llegado a establecer el "Sistema Completo de Clasificación de Suelos", basado en el estado actual de los suelos. Este sistema identifica 10 órdenes de suelo, 40 subórdenes, más de 100 grupos de suelos y cientos de series de suelos. De acuerdo a este sistema de clasificación, en la Región del Bío-Bío, se pueden distinguir cinco órdenes de suelo: 2.1. Entisoles: Corresponde a suelos que carecen de horizontes desarrollados. En la región se localizan en la depresión intermedia, asociados a la presencia de sedimentos arrastrados por los ríos, de origen volcánico, cercano a ríos y cursos de agua. Por su localización se les llama “Arenales de Yumbel” y se han formado a partir del Río Laja. 2.2. Inceptisoles: Esta denominación proviene de "incepti" que significa "reciente". Son suelos jóvenes con horizontes débilmente desarrollados, con bajo contenido de materia orgánica. En nuestra región gran parte de estos suelos se han desarrollado a partir de cenizas volcánicas y, por lo general, se les llama “trumaos”. Se localizan en sectores de escasa pendiente en los valles y montañas más bajas de la Cordillera de los Andes. Por el transporte del viento llegan, incluso, a la Cordillera de la Costa.

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2.3. Mollisoles: Su nombre proviene de "molli", que significa "blando" o “mullido”. Son suelos de mayor desarrollo en horizontes o capas, con abundante materia orgánica. Se encuentran principalmente en la Cordillera de la Costa y cerca del mar, desarrollándose bajo vegetación de pradera y arbórea. 2.4. Alfisoles: Estos suelos tienen un mayor desarrollo de capas, son ácidos y se caracterizan por un contenido alto de arcillas. Se pueden observar en bosques caducifolios, asociados a climas con períodos áridos. En la región se localizan en la Cordillera de la Costa, al norte del Río Bío-Bío. 2.5. Últisoles: Su nombre viene del latín “ult” (último), por su desarrollo muy avanzado. Se presentan en áreas con mayores precipitaciones, pero donde aún persiste una estación seca. El superávit de precipitación los hace ser fácilmente erosionables, por lo general, muy lixiviados; es decir, el paso del agua ha arrastrado compuestos solubles. Estos suelos se localizan principalmente en la cordillera de Nahuelbuta. La particularidad de cada uno de estos grupos de suelos se relaciona con su aptitud o capacidad para soportar diferentes tipos de usos como, por ejemplo, agrícola o forestal. Ello también sirve como fundamento para la clasificación de los suelos según su capacidad de uso. 3. Capacidad de Uso de los Suelos Esta clasificación se basa en la capacidad de los suelos para sustentar actividades agropecuarias. Se dividen de acuerdo a sus potencialidades y limitaciones para la producción de los cultivos en una zona determinada para mantener una vegetación permanente. Según estos criterios existen varias categorías de suelos arables, los primeros, y varias

categorías de suelos no arables, los segundos. Las características principales de los grupos de suelos, de acuerdo a su capacidad de uso, son: 3.1. Clases I a III: Son suelos arables, de buena calidad para los cultivos, ofrecen adecuada productividad y prácticamente no tienen limitaciones en su uso. En la Región del Bío-Bío, alcanzan el 20% de la superficie regional, y se encuentran principalmente, en las llanuras y valles de la depresión intermedia, en los alrededores de las ciudades de Chillán y Los Angeles. 3.2. Clase IV y V: Estos suelos se localizan en terrenos que presentan serias limitaciones para la realización de cultivos, como pedregosidad, clima riguroso, viento o frío. Se encuentran dispersos en la región, especialmente en zonas de altura, como mesetas, y alcanzan un 7,8% de la superficie regional. 3.3. Clases VI y VII: Son suelos no arables, con serias limitaciones para los cultivos y principalmente destinados a la forestación o ganadería. Los suelos Clase VI representan un 10,4% de la superficie regional, así como los suelos clase VII alcanzan al 34,6 % del total regional. Se localizan en terrenos de mayor pendiente, asociados a los cordones de la Cordillera de la Costa y Precordillera de los Andes. 3.4. Clase VIII: Son suelos que no poseen potencial para ningún fin agrícola, ganadero o forestal, debido a severas limitaciones originadas por sus pendientes. Son suelos destinados a usos como vida silvestre, recreación, y protección de cuencas hidrográficas. Se localizan, generalmente, en los cauces de los ríos y zonas húmedas. En la Tabla 1 se indica la Capacidad de Uso de los suelos de la región, según su superficie, proporción y características principales.

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Tabla 1: Capacidad de uso de los suelos en la Región del Bío-Bío. Capacidad de uso

Superficie (has)

Porcentaje (%)

Características

Clases I; II; III

739.536,1

20,0

Arable, sin limitaciones de uso

Clase IV

290.071,7

7,8

Arable, con serias limitaciones de uso

Clase VI

389.330,3

10,4

No arable, forestación y empastadas

Clase VII

1.281.312,8

34,6

No arable, forestación y empastadas

Clase VIII

54.299,5

1,5

No arable, recreación y protección

2.727.554,5

73,6

980.620,8

26,4

3.708.175,3

100,0

Total área estudiada Area no estudiada Total región

(Fuente: IREN, 1961. Citado por Rovira, 1984)

4. Usos del suelo en la Región del Bío-Bío Desde el punto de vista administrativo, la Región del Bío-Bío se divide en 52 comunas que, de acuerdo a criterios de urbanización, concentración de la población, rubros productivos y problemas ambientales, se han clasificado en tres grupos: • El área metropolitana: Está conformada por un grupo de 8 comunas unidas físicamente con a capital regional, Concepción. En este grupo de comunas se concentra el 46,2% del total de apoblación regional, la mayor parte de las actividades industriales y portuarias, y en ellas se observa una serie de impactos ambientales derivados de su alta urbanización, como es el caso de las ciudades de Talcahuano y Concepción.

• Las comunas urbanas medianas: Este grupo formado por 6 comunas, (Chillán, Los Angeles, Lebu, San Carlos, Laja y Nacimiento) se caracteriza por un fuerte crecimiento urbano e industrial y por el surgimiento de problemas ambientales. • Las comunas rurales: Aquí están las 38 comunas restantes. Ocupan la mayor parte de la superficie regional, pero sólo poseen alrededor de un tercio de la población, la cual se encuentra dispersa en localidades pequeñas. Los problemas ambientales en estas comunas, por lo general, se relacionan con la degradación de recursos naturales y deficiencias en infraestructura sanitaria.

Tabla 2: Agrupación de las comunas de la Región del Bío-Bío, según habitantes, extensión y densidad media de población. Area metropolitana Comunas urbanas medianas N° de comunas 8 6 Habitantes 802.895 hab. 429.981 hab Extensión 1.562,3 km 2 5.249,0 km 2 Densidad media 514 hab/km 2 82 hab/km 2 (Fuente: CONAMA Región del Bío-Bío, 1999)

Comunas rurales 38 495.172 hab. 30.118,0 km 2 17 hab/km 2

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4.1. El Uso de los Suelos en las Áreas Rurales: La superficie total de la región del Bío-Bío comprende 3.692.930 hectáreas, de las cuales un 6,6% son suelos de riego, un 19,5% de secano arable y un 73,9% de secano no arable. La distribución de los terrenos según su aptitud o capacidad de uso es la siguiente: 26,4% de suelos agropecuarios, 59,3% a suelos forestales y 14,2% a suelos inproductivos. Estimaciones recientes indican que los suelos de la región con usos predominantemente agrícolas, ocupan una superficie de 984.911 hectáreas; las plantaciones forestales ocupan 984.577 hectáreas; las praderas y matorrales 602.475 hectáreas; y los bosques (nativo, renoval y mixto)

ocupan 813.681 hectáreas. En la Tabla 3 se indica el uso actual del suelo en la región del Bío-Bío. Las principales comunas forestales de acuerdo a la superficie plantada se localizan en la costa, entre ellas están Curanilahue (69.249 hectáreas), Arauco (44.345 hectáreas), Cañete (36.773 hectáreas), Tomé (32.414 hectáreas), Cobquecura (26.958 hectáreas), Contulmo (26.310 hectáreas), Tirúa (24.642 hectáreas) y Quirihue (20.061 hectáreas). En la Depresión Intermedia destacan Nacimiento (40.111 hectáreas), Cabrero (31.988 hectáreas), Pemuco (17.513 hectáreas) y Laja (11.628 hectáreas). En tanto, en la cordillerana de los Andes, las mayores superficies de uso forestal se localizan en Mulchén (62.820

Tabla 3: Uso actual del suelo en la Región del Bío-Bío Uso actual

Superficie (ha)

Porcentaje (%)

Terrenos agrícolas

984.911

26.56

Plantaciones forestales

984.577

26.55

Bosques nativos y mixtos

813.717

21.94

Praderas y matorrales

602.475

16.25

Cuerpos de agua y otros

287.115

7.74

Areas urbanas e industriales

25.199

0.68

Humedales

10.653

0.29

Total 3.708.647 100.00 (Fuente: CONAF-CONAMA. Catastro y evaluación de los recursos vegetacionales nativos de Chile. 1998)

hectáreas) y Santa Bárbara (27.238 hectáreas). Los suelos de cultivo en la región alcanzan las 425.489,3 hectáreas y comprenden cultivos anuales y permanentes, praderas sembradas y terrenos en descanso. Los cultivos anuales corresponden a cereales, tubérculos, leguminosas, oleaginosas y hortalizas. Los permanentes son frutales, viñas y cultivos industriales. Por su parte, las praderas sembradas permanentes y de rotación, consisten en cultivos forrajeros donde predomina

la avena, maíz de silo, trébol y alfalfa. Las praderas que tienen un uso ganadero comprenden 788.882,8 hectáreas. De éstas, 75.745,5 hectáreas corresponden a praderas mejoradas (pastos naturales sometidos a labores de mejoramiento), y 713.137,3 hectáreas son praderas naturales (sin labores de mejoramiento). En la Tabla 4 se indica la estructura de usos del suelo según los datos del VI Censo Nacional Agropecuario.

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Tabla 4. Suelos destinados a actividades agropecuarias, Región del Bío-Bío, según uso del suelo y superficie. Destino Suelos de cultivo

Praderas

Uso del suelo

Superficie (has)

Cultivos anuales y permanentes Praderas sembradas permanentes y de rotación En barbecho y descanso

271.768,9 51.156,7 102.563,7

Praderas mejoradas Praderas naturales

75.745,5 713.137,3

(Fuente: Instituto Nacional de Estadística. VI Censo Nacional Agropecuario. 1997)

En la Tabla 5 se indican en mayor detalle las principales actividades agropecuarias de la región,

de acuerdo a los grupos de cultivos, su descripción y superficie.

Tabla 5: Principales cultivos agropuecuarios de la Región del Bío-Bío Grupos de cultivos Cereales Chacras Cultivos industriales Hortalizas

Descripción Trigo, cebada, avena, arroz, maíz. Poroto, arveja, lenteja, grabanzo, papas. Maravilla, raps, remolacha, lupino. Espárrago, alcachofa, ajos, cebolla, zapallo, melón, sandía, tomate. Flores Alstroemeria, gladiolo, clavel, rosa, lilium, tulipán. Frutales Cerezo, manzano, peral, higuera, naranjo, frambuesa, frutilla, uva de mesa. Viñas y parronales Parronales viníferos (país, blancas, tintas). Forrajeros Avena, maíz de silo, trébol, alfalfa. Viveros Frutales y forestales. Semilleros Especies varias (cereales, frutales y forestales). (Fuente: Instituto Nacional de Estadística. VI Censo Agropecuario. 1997)

Con respecto a la situación de productividad y rentabilidad de las áreas rurales de la región, se observa que la población rural ha perdido medios de subsistencia por el progresivo deterioro de los suelos, originado en la falta de riego, erosión y mala rentabilidad de los cultivos tradicionales. De acuerdo a esta situación, las principales tendencias del sector agropecuario de la región son:

Superficie (has) 149.334 28.576 20.783 9.653 20 9.073 19.664 90.361 303 1.809

• Disminución del aporte del sector agropecuario al Producto Interno Bruto (PIB), y disminución de los suelos destinados a la agricultura tradicional, debido a su baja rentabilidad. • Transferencia de tierras del sector agropecuario al sector forestal, principalmente en los suelos destinados a praderas naturales utilizadas en la producción de bovinos y suelos

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destinados a cultivos tradicionales en la Cordillera de la Costa. • Migración de la población rural a las ciudades medianas, por su mayor atractivo en trabajo e ingresos, con efectos negativos en la disponibilidad de fuerza de trabajo en las áreas rurales. • Aumento en las plantaciones de frutales, viñas de cepas finas y cultivos de flores. Esta tendencia es reciente, pero ya ha demostrado una mayor rentabilidad y, por lo tanto, permite esperar mejorías en algunas áreas rurales. 4.2. El Uso de los Suelos en las Areas Urbanas: En la Región del Bío-Bío el suelo destinado a áreas urbanas e industriales alcanza a 25.199 hectáreas, que equivale a un 0,68% de la superficie regional. La población urbana de la Región del Bío-Bío alcanza al 78% de la población regional total, y se concentra principalmente en Concepción Metropolitano, y en las ciudades de Chillán, San Carlos y Los Angeles. Si bien la superficie ocupada por las ciudades es pequeña, sus actividades influyen fuertemente en las condiciones ambientales, incluso más allá de sus límites urbanos. Las ciudades existen en la medida que tienen funciones que cumplir, y la ocupación del suelo deriva en gran medida de estas funciones. Se han agrupado las funciones de las ciudades regionales de acuerdo al siguiente esquema: • Administrativas: centros urbanos donde se localizan la administración del territorio y los principales servicios públicos y privados: Concepción, Los Angeles, Chillán, Lebu. • Comerciales: centros urbanos donde la actividad comercial se constituye en uno de los principales factores de desarrollo: Concepción, Talcahuano, Los Angeles, Chillán, Lebu.

• Industriales: centros urbanos con predominio de la actividad industrial, generalmente asociadas a redes de comunicación (puertos, aeropuertos, nudos viales) y/o existencia de recursos naturales: Lirquén, Tomé, Penco, Talcahuano, Chiguayante, Coronel, Arauco, Los Angeles, Laja, Nacimiento. • Agrícolas: Centros urbanos con predominio de actividades agrícolas en su entorno inmediato: Florida, Santa Juana, San Carlos, Quillón, Bulnes. • Recreativas: Centros urbanos vinculados a actividades deportivas y turísticas: Pingueral, Dichato, Punta de Parra, Lirquén, Concepción, Lebu, Antuco, Quillón. • Habitacionales: Centros urbanos cuya función principal es servir de ciudad dormitorio, o satélite a otros centros, de los cuales dependen en funciones administrativas, de servicios y/o productivas: Hualqui, Chiguayante, San Pedro y Penco de Concepción y Penco de Talcahuano. Al interior de las ciudades, se dan diversos usos de suelo, de acuerdo a la distribución del espacio urbano y a la función de la ciudad. Estos usos se expresan en los Planos Reguladores Comunales. Los usos de suelo predominantes en las zonas urbanas de la región son los siguientes: • Vivienda: Son los suelos destinados principalmente a la habitación de las personas. Por lo general, estas áreas se dividen en diversas categorías de áreas residenciales, según su coexistencia con otras actividades. Pueden ser de uso residencial exclusivo, donde sólo se permiten viviendas, o residencial mixto, donde coexisten viviendas con oficinas y comercio. • Equipamiento: Corresponde a los terrenos y edificios urbanos destinados a complementar las funciones básicas de habitar, producir y circular. Tales como la salud, educación, seguridad, culto, cultura, organización comunitaria, deporte, esparcimiento y turismo, servicios públicos y profesionales.

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• Comercio: Son las áreas donde predomina el uso de locales destinados al intercambio de mercaderías, ya sean cotidianos o especializado. Se pueden clasificar en comercio intenso, menos intenso y discontinuo. • Industria: Corresponde a los usos del espacio urbano para actividades productivas, extractivas, transformadoras o manufactureras. Se clasifican de acuerdo al Servicio de Salud, en: - Peligrosas: Son aquéllas que representan un alto riesgo potencial permanente y aquellos cuyo grado de insalubridad es inaceptable. - Insalubres: Son aquéllas que resultan dañinas para la salud, como consecuencia de ruidos, emanaciones, trepidaciones y/o atracción de insectos o roedores. - Molestas: Aquéllas que producen incomodidad o molestias al vecindario. - Inofensivas: Aquéllas que no producen daños ni molestias a las personas o al entorno, no revisten peligro. • Infraestructura: corresponde a importantes obras públicas y privadas que dan soporte a las actividades productivas y de habitación, como son infraestructura de transporte, sanitaria, energética y de comunicaciones. Además de estos usos principales, las áreas urbanas también consideran áreas o zonas de restricción, por ejemplo, por riesgos naturales, o presencia de

infraestructura, áreas de conservación o protección ecológica y áreas destinadas a la expansión urbana y reserva urbana. II. LA IMPORTANCIA DE LOS PLANOS REGULADORES Los planos reguladores son instrumentos de ordenamiento del uso del suelo urbano que, al ser sabiamente usados, tienen un alto potencial de mejorar las condiciones de vida de la sociedad urbana. Están relacionados a las actividades económicas que se desarrollan en su entorno y a los roles que la comunidad asigna a su territorio comunal. Ellos, junto con otros instrumentos, permiten armonizar el crecimiento de las ciudades con la conservación de un ambiente de calidad. En el caso de Concepción Metropolitano, su Plan Regulador incluye extensas superficies de terreno destinados a Protección Ecológica, cuyos usos de suelos quedan definidos como áreas de protección de drenajes naturales, protección de áreas con pendientes e incluye el Santuario de la Naturaleza de Hualpén. Esta situación implica un avance importante en cuanto a fijar normativas para restringir usos incompatibles –como industria, vertederos- con las funciones ecológicas de determinadas áreas naturales de la región (Tabla 6).

Tabla 6: Usos de Suelo del Plan regulador Metropolitano de Concepción, que abarca las comunas de Tomé, Penco-Lirquén, Concepción, Chiguayante, San Pedro de la Paz, Talcahuano, Hualqui, Coronel, Lota. Categorías de uso urbano Vivienda

Industria

Infraestructura (transporte)

Usos del suelo urbano Residencial Parcelas Expansión urbana Industria inofensiva Industria molesta Industria peligrosa Terminal portuario Terminal ferroviario Terminal aéreo

Superficie (ha) 7.537,2 467,2 3.606,3 229,6 537,6 1.104,0 532,8 39,6 539,2

Porcentaje (%) 26,3 1,6 13,0 0,8 1,8 3,8 1,9 0,1 1,9

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Categorías de uso urbano Vivienda Equipamiento

Protección ecológica

Usos del suelo urbano Residencial Cementerio municipal Cementerio parque Turismo Parque metropolitano Deporte y recreación Protección drenajes naturales Protección pendientes Santuario de la Naturaleza

Total áreas urbanas (Fuente: Actualización Plan Metropolitano de Concepción. 1996)

Superficie (ha) 7.537,2 41,2 28,0 926,4 499,6 473,0 2.024,0 7.318,2 2.728,8 28.632,7

Porcentaje (%) 26,3 0,1 0,1 3,2 1,7 1,7 7,0 25,5 9,5 100%

Otro ejemplo se encuentra en el Plan

protegido las áreas de drenaje natural del

Regulador de la comuna de Quillón, en el cual

Estero Quillón y de la Laguna Avendaño,

expresamente se han incorporado zonas cuyo

zonas a las que ha asignado gran importancia

uso es definido como de Protección Ecológica.

para el desarrollo turístico de la comuna

La comunidad de Quillón, de esta manera, ha

(Tabla 7).

Tabla 7: Usos del suelo urbano de Quillón, según Plan Regulador Comunal. Categorías de uso urbano Vivienda Industria Expansión urbana Equipamiento

Usos del suelo urbano Residencial mixto (servicios) Residencial parcelas Residencial e industria inofensiva Expansión residencial Deporte y recreación Turismo Protección drenajes naturales

Protección ecológica (*) Total área urbana (Fuente: Unidad Planificación Territorial Centro EULA. 1997)

Superficie (ha) 76,2 54,5 110,0 42,3 238,0 28,6 29,1 578,7

Porcentaje (%) 13,2 9,4 19,0 7,3 41,2 4,9 5,0 100%

En el caso de la comuna de Coelemu, gran parte

está relacionado con la importancia de este centro

de la superficie urbana tiene un uso relacionado

urbano como centro de servicios y comercio para

a las actividades económicas que se desarrollan

su entorno rural, así como de localización de

en su entorno, por lo tanto, destina grandes áreas

industrias relacionadas con la actividad forestal,

a la localización de servicios, e industria

tales como talleres, aserraderos, y otras

inofensiva hasta molesta. Este Plan Regulador

(Tabla 8).

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Tabla 8: Usos del suelo de Coelemu, según Plan Regulador Comunal. Categorías de uso urbano Vivienda

Equipamiento e Industria

Usos del suelo urbano Residencial exclusivo Residencial mixto (servicios) Residencial e Industria inofensiva Equipamiento e industria inofensiva y molesta

Total área urbana (Fuente: Unidad Planificación Territorial Centro EULA. 1997). III. DIAGNOSTICO AMBIENTAL DE LOS SUELOS EN LA VIII REGION Los múltiples usos del suelo muchas veces causan su degradación, que se define como una disminución de su capacidad actual y potencial para producir alimentos y bienes de origen animal y vegetal, provocada por causas naturales y humanas. La degradación se refiere a las alteraciones desfavorables, ya sean de naturaleza físicoquímica o biológica, de una o más de las propiedades del suelo. La erosión es la forma más completa de degradación del suelo y la más común en Chile. Está asociada a importantes alteraciones físicas, químicas y biológicas de las propiedades del suelo, que se expresan en la disminución en volumen y profundidad, reducción de la capacidad para retener agua, pérdida de materia orgánica, agotamiento de la fertilidad y pérdida de vegetación y fauna asociada. El suelo se erosiona por causas naturales, como son la lluvia y el viento. No obstante, las acciones humanas inadecuadas actúan como un acelerador de los procesos degradativos del suelo, empobreciendo los ecosistemas. Además, la erosión del suelo provoca impactos negativos en otros sistemas, como sedimentación de lagos, embalses y canales de riego; degradación de la calidad y abastecimiento de agua potable, reducción de la vida útil de obras de generación de electricidad y de la operación de puertos; empobrecimiento de la

Superficie (ha) 23,9 47,5 30,3 47,7

Porcentaje (%) 16,0 31,8 20,3 31,9

149,4

100

calidad de vida de la población rural y, por consiguiente, aceleración de procesos migratorios campo – ciudad en áreas deprimidas. Los principales problemas ambientales relacionados con el suelo como recurso en la Región del Bío-Bío corresponden a: 1. Erosión Hídrica Corresponde a los procesos erosivos del suelo por escurrimiento superficial del agua de lluvia. Los principales factores asociados son los relieves de lomajes y cerros, el grado de destrucción de la cobertura vegetal y el régimen de lluvias. Sobre estos factores, la acción humana incide al destruir la vegetación por tala para madera, leña y carbón; realizar malas prácticas agrícolas, tales como arado en sentido de la pendiente, barbecho descubierto, quema de rastrojos, labranza en suelos no arables; desarrollo de actividades silvícolas sin respetar la capacidad de uso de los suelos y cubriendo de plantaciones hasta el borde de esteros y quebradas. Para la Región del Bío-Bío, ya en 1976 se sostenía que la superficie atacada por fenómenos de erosión abarcaba entre el 40,8% y el 68,8% de la superficie total. Situación que fue corroborada por estudios de IREN en 1979, mediante imágenes satelitales, al establecer que un 66% de los suelos de la VIII Región presentaba algún grado de erosión, siendo los suelos de la Cordillera de la Costa los más afectados, en las comunas de Quirihue, Treguaco, Quillón, Florida,

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Concepción, y precisamente por el desarrollo durante muchos años de inadecuadas prácticas agrícolas y tala de bosques. Estas prácticas inadecuadas han dado origen a diversos tipos de erosión, como es la erosión en manto, con pérdida visible del horizonte superficial del suelo y cambios de color. La más severa de este tipo es la erosión en cárcavas, que implica tanto la destrucción del suelo en su estructura y propiedades, como el resquebrajamiento y destrucción de los relieves de lomaje, típicos de la Cordillera de la Costa. Un estudio reciente desarrollado en el área de Tomeco, señala que el número de cárcavas aumentó entre los años 1943 a 1978 de 420 a 550, lo que significa un crecimiento del área afectada en un 3,4%. 2. Erosión Eólica Es un proceso erosivo del suelo producido por la acción del viento, y caracterizada por la aspersión de arenas, denudación de los suelos, esterilización y pérdida de nutrientes. Ocurre, por lo general, en suelos desprovistos de humedad y vegetación, formado a partir de partículas segregadas y livianas (arenas, arcillas) en terrenos expuestos a la acción del viento. El ser humano interviene en esta situación como un factor de aceleración y agravamiento de los procesos, al realizar prácticas agrícolas y/o forestales que eliminan la vegetación. En la Región del Bío-Bío se estableció hacia el año 1966 que existían 91.700 hectáreas afectadas por erosión eólica, donde los suelos han sido cubiertos por dunas, lo que corresponde a un 2,5% de la superficie regional. De esta cifra, las áreas más afectadas estaban en la provincia de Arauco (31.700 há), Concepción (29.500 há) y Bío-Bío (22.600 há). Incluso, los campos de dunas de la Provincia de Arauco representan el 41,5% del total de dunas litorales en Chile Central. Al mismo tiempo es importante destacar que con prácticas forestales adecuadas es posible recuperar

productivamente suelos afectados por dunas. Esto ha sucedido, por ejemplo, en Ranquilco y Paicaví, en la provincia de Arauco, mediante la construcción de una duna costera artificial con empalizadas y ramas, estabilizada con vegetación (Ammophila arenaria) para impedir el paso de arena hacia el interior. Luego, se plantan especies leguminosas que dan un desarrollo incipiente del suelo, sobre el cual ya pueden plantarse árboles. 3. Degradación Biológica Es un proceso degradativo de la productividad de los suelos, influido principalmente por la deforestación y los incendios que contribuyen a una fuerte disminución de la materia orgánica. Dada la latitud y el tipo de clima de la región y bajo condiciones de vegetación nativa, los incendios no se manifiestan en forma espontánea en Chile. Sin embargo, la Región del Bío-Bío presenta los índices más altos de incendios forestales del país, y éstos están asociados siempre a la acción del ser humano. De acuerdo al número de incendios investigados, se puede establecer que el origen de los incendios forestales, en general, es accidental, y obedecen principalmente al tránsito de personas, circulación de vehículos, quema de desechos agrícolas o forestales y niños jugando con fuego. Las estadísticas al respecto señalan que, habitualmente, las regiones V y VIII registran la mayor ocurrencia de incendios forestales en Chile, seguidas de las regiones IX y X. Durante la temporada de 1996-1997 las regiones V, VIII y IX concentraron el 58,24% del total nacional de incendios forestales. En la Región del Bío-Bío, en el período 1996-1997, se quemaron 3.845 hectáreas de tierras por incendios forestales. No obstante, en el período 1998-1999 los incendios fueron de bastante mayor envergadura, alcanzando 47.305 hectáreas, entre plantaciones forestales y vegetación natural (Tabla 9).

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Tabla 9: Superficie afectada por incendios forestales (1991-1998) VIII Región. Temporadas Plantaciones (has) 1990-1991 929 1991-1992 331 1992-1993 2.250 1993-1994 4.864 1994-1995 2.419 1995-1996 2.818 1996-1997 1.050 1998-1999 29.640 (Fuente: Corporación Nacional Forestal, Carabineros de Chile.1999) Las consecuencias ambientales de los incendios forestales son enormes, porque causan la pérdida de hábitat para muchas especies, la pérdida de vegetación que protege el suelo, lo que activa rápidos procesos erosivos y la pérdida de gran parte de sus propiedades físicas y químicas necesarias para sustentar la vida. 4. Contaminación de Suelos por Residuos de Plaguicidas Consiste en un proceso de acumulación persistente en el suelo de sustancias tóxicas utilizadas por el ser humano para controlar plagas, malezas, e insectos, con el fin de aumentar la producción agrícola y forestal. Los efectos van desde disminuir la fertilidad de la tierra, hasta la pérdida de estructura del suelo y su degradación. Además, desde el suelo, los plaguicidas pasan a contaminar el agua, las plantas y animales, y a través de la cadena alimenticia, llegan al ser humano provocando enfermedades, generalmente graves. En Chile, el 70% de los plaguicidas se utilizan en las actividades forestales y agrícolas, especialmente en monocultivos. Estos son sensibles a la presencia de enfermedades y plagas, porque se ha reducido la diversidad genética de las especies y se inhibe su control natural. En la región se utilizan diversos plaguicidas agrupados

Vegetación natural (has) 5.122 917 2.727 4.187 2.081 2.918 2.795 17.665

en insecticidas, herbicidas y fungicidas, cuyos residuos permanecen en el ecosistema. Por medio de estudios regionales de análisis de suelos, se ha detectado una gama de cinco compuestos, con presencia de lindano en un 90% de las muestras. También se encontraron residuos de pesticidas organoclorados, como aldrín, dieldrín, heptacloro, clordano, en un 70% de las muestras. Todos estos compuestos son tóxicos y su uso ha sido prohibido en muchos países, por ejemplo, en Estados Unidos. No obstante, los estudios y análisis en Chile recién se están iniciando por lo que hace falta mayor cantidad de investigaciones al respecto. Los estudios que se han hecho se enfocan a conocer los efectos que se provocan estas sustancias en el ser humano, pero no en el ecosistema. 5. Mal Drenaje de los Suelos Es un proceso de degradación del suelo asociado principalmente a factores naturales, como concentración de lluvias en el período invernal, topografía deprimida, plana u ondulante de los terrenos, presencia de horizontes de suelos impermeables, entre otros. No obstante, este proceso es acelerado y agravado por el hombre, por desconocimiento de las características y propiedades del suelo que cultiva, y se expresan en sistemas inadecuados de riego, riegos excesivos y/o riegos en períodos en que no se los necesita.

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Se estima que en la Región del Bío-Bío, los problemas de mal drenaje de los suelos afectan a 166.100 hectáreas, que equivalen a un 4,6% de la superficie regional, principalmente al norte del Río Bío-Bío, en la depresión central y valles de la Cordillera de la Costa. En el sector occidental de la Provincia de Ñuble, es común encontrar problemas de mal drenaje asociados a un grupo de suelos con alto contenido de arcillas, lentamente permeables una vez humedecidas. Estos suelos se dan en una topografía plana a ligeramente cóncava, y presentan niveles freáticos altos a lo menos durante seis meses del año. Entre los Ríos Cato y Ñuble, la situación se presenta porque los suelos descansan sobre un substrato ondulado, que impide el drenaje natural de los excedentes de agua. Debido a esto, importantes sectores están severamente afectados por exceso de humedad, tanto en invierno como en verano. Por su parte, entre los ríos Itata y Bío-Bío se encuentra una extensa área formada por sedimentos arenosos de origen volcánico. En éstos, los niveles freáticos son fluctuantes, desde el otoño hasta mediados de primavera los niveles son altos, pero desaparecen totalmente en verano, dejando en los sectores altos diversos cultivos y plantaciones sin agua, mientras que en sectores bajos ésta es excesiva. La situación se agrava por las filtraciones de los canales y la baja eficiencia de los sistemas de riego. 6. Pérdida de Suelos Agrícolas por Expansión Urbana, Industrial y Parcelas de Agrado Las ciudades, generalmente, ocupan suelos de riego de alta calidad, y los límites urbanos son sobrepasados continuamente por la expansión de villas, barrios e industrias. La pérdida de suelos productivos por expansión urbana en Chile, obedece a la falta de una política clara de ordenamiento territorial, que considere el suelo como recurso ambiental, donde los límites urbanos sean estrictos

en el tiempo y se restrinjan los loteos de predios rústicos. En el período 1994 a 1998, en la Región del Bío-Bío se perdieron 283 hectáreas de suelos por expansión urbana, que significa una tasa de expansión promedio de 71 hectáreas al año. Un estudio desarrollado en las ciudades de Chillán y Los Angeles, demuestra que en la década de 1980, estas ciudades expandieron su superficie en 2.163 hectáreas; de estas tierras de expansión urbana, el 51,5% son suelos agrícolas de riego, cuya capacidad de uso es I, II y III, es decir, suelos de buena a excelente calidad desde el punto de vista agrícola. 7. Extracción de Aridos y Arcillas Este problema ambiental es generado, principalmente, por la industria de la construcción, que explota y procesa rocas, arenas y ripios, o utiliza arcillas en la fabricación de adobes, ladrillos y tejas. En Chile sólo se regula la extracción de áridos en cauces de ríos y, por consiguiente, en suelos agrícolas se puede llevar a cabo esta actividad sin restricciones. La extracción de áridos en suelos con potencial agrícola destruye la capa vegetal de los mismos y afecta seriamente la producción, incluso de predios cercanos, pues el polvo y material particulado que se genera interfiere en la fotosíntesis de las plantas. Además, el socavón que generalmente dejan estas actividades, origina un descenso violento en el nivel freático de las aguas, alejando la humedad de los cultivos. En zonas costeras, la extracción de arenas en dunas y cordones litorales, deja expuesto los suelos y poblaciones cercanas a la acción del viento y las marejadas, como es el caso del litoral al sur del BíoBío, intensamente explotado en la extracción de arenas negras, entre San Pedro y Coronel. Por su parte, la extracción de arcillas en laderas de

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cerros, origina cortes y pendientes que son un factor potencial de deslizamientos de tierra y derrumbes, como ocurre en los sectores de Palomares, Lonco Alto, y Valle Nonguén en Concepción. 6. Uso Sustentable del Suelo Es necesario comprender que una vez que se ha contaminado, erosionado o degradado el suelo, en cualquiera de las formas descritas en esta sección, es casi imposible revertir el proceso. Por ello es importante usar el suelo de manera tal que no se erosione. Hay suelos que simplemente no deben ser cultivados y su cubierta de vegetación no debe ser destruida o alterada, porque junto con perder el pasto, o el bosque, se perderá también el suelo. Pero, si por malas prácticas se ha empobrecido el suelo y éste se ha erosionado, es posible devolver la materia orgánica y los minerales que necesitan las plantas. Esto es lo que hacen normalmente los ACTIVIDADES Se dice que la escasez de recursos es un concepto relativo, relacionado con la disponibilidad del recurso y los usos que se le den. ¿Crees que éste se aplica al recurso suelo? Cuando hablamos de recurso suelo nos referimos a aquella parte de la tierra que pisamos, ¿en dónde instalamos nuestras casas y en dónde cultivamos los alimentos? Para que te imagines con mayor claridad las dimensiones que tiene el recurso del suelo disponible para producir los alimentos de toda la humanidad, te invitamos a realizar la siguiente actividad (adaptada del Libro Ecolíderes de Casa de la Paz): Materiales: Una manzana y un cuchillo Procedimiento: 1. Piensa que el Planeta Tierra corresponde a la manzana.

agricultores, al agregar fertilizantes como fosfatos, salitre o úrea al suelo. Sin embargo, esto es una solución parcial, ya que junto con mejorar temporalmente el rendimiento de los cultivos, se aumenta la cantidad de sales en los suelos, lo cual a la larga también disminuye su fertilidad. Mejorar suelos degradados es, además, un proceso lento y tiene un alto costo económico. Por todo lo anterior, parece más razonable prevenir la destrucción del suelo y usarlo de acuerdo a sus capacidades, con respeto y precaución. Una solución de más largo plazo y de beneficios duraderos es usar las técnicas de agricultura orgánica. En este método se le agrega materia orgánica al suelo, en la forma de guano, humus o tierra de hojas. No se usan pesticidas y se plantan variedades de frutas y hortalizas resistentes a las plagas. Se posibilita así el uso sustentable del suelo, se obtienen alimentos más sanos y se mejora la calidad de vida. 2. Parte la manzana en cuartos y deja a un lado tres de los cuartos; éstos representan a los océanos del mundo. 3. El cuarto restante representa a la Tierra. Divídelo por la mitad. Deja una mitad al lado, esa mitad corresponde al área de la Tierra que es inhóspita para la vida humana (áreas polares, pantanos, desiertos, montañas muy altas o rocosas). 4. Ahora te queda 1/8, que corresponde a la parte de la Tierra en donde vivimos las personas, pero en donde generalmente no cultivamos los alimentos que necesitamos para vivir. Ahora divide el 1/8 en cuatro partes y deja tres de éstas aparte. 5. ¿Qué fracción te queda?, tienes en tus manos 1/32 parte, las otras 3/32 partes representan las áreas de la Tierra que son demasiado empinadas, tienen un suelo muy pobre para producir alimentos y están ocupadas por ciudades, carreteras, fábricas, plazas de estacionamiento y otros lugares en donde vivimos pero no cultivamos alimento.

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6. Para terminar pela con mucho cuidado la parte de la manzana (1/32), que tienes en tus manos. Ese pequeño pedacito de cáscara representa la capa extra delgada de superficie terrestre de la cual dependemos todos nosotros para alimentarnos. Tiene un espesor de menos de 1,5 metros y constituye la cantidad de tierra que produce los alimentos que consume toda la humanidad ¿Sorprendido? Antes de continuar la lectura piensa en los usos que se le dan al recurso suelo. ¿Crees que el uso del suelo puede generar conflictos? ¿Por qué? Si tu respuesta ha sido afirmativa, ¿podrías dar algún ejemplo de conflicto que ocurra o haya ocurrido en el medio urbano o rural? El uso del suelo debe ser planificado y organizado ya que en un territorio se realizan múltiples actividades en forma simultánea, las cuales a veces pueden entrar en conflicto. Por ejemplo, a nadie le gusta que al lado de su casa le instalen un local de diversión, por el flujo de gente y ruido que ello significa. Averigua qué tipo de instrumentos y/o normativas regulan el uso del suelo a nivel regional, comunal e intercomunal, tanto en el área urbana como rural y cuales son el tipo de regulaciones que se establecen en estos instrumentos. Una fuente de información puede ser la Secretaría de Planificación Comunal (SECPLAC) o la dirección de obras de tu comuna. Si es que en tu comuna existe plano regulador, averigua sus principales disposiciones en términos de usos del suelo y áreas de restricción de uso.

¿Crees que es importante planificar, regular y controlar la forma de uso del suelo de la comuna y/o región?, ¿Por qué? En la actualidad, los Planos Reguladores incorporan la participación de la ciudadanía, la cual puede hacer observaciones y realizar sugerencias durante la etapa de elaboración. Además, deben ser sometidos al Sistema de Evaluación de Impacto Ambiental. ¿Por qué crees que es importante analizar y prever los impactos ambientales del uso del suelo? ¿Qué problemas ambientales podrían generarse por el uso del suelo? Elabora un mapa regional donde se representen problemas asociados a un mal manejo del suelo; puedes indagar información en la Corporación Nacional Forestal, en el Servicio Agrícola Ganadero, Comisión Nacional del Medio Ambiente de la región; en Atlas Regional o contactarte con alguna organización no gubernamental. Sin duda alguna la erosión del suelo es un problema ambiental en la región del Bío-Bío, averigua que políticas regionales existen para su control y sobre algunos proyectos que se han realizado. Una organización es el CET (Centro de Educación y Tecnología), también algunas industrias forestales están realizando acciones de prevención, control y recuperación de suelos como parte de su política ambiental. Por ejemplo, Forestal Millalemu y CET en la comuna de Yumbel; en Florida existe y se difunde la experiencia de Cero Labranza como técnica agrícola que permita un buen manejo del suelo.

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