CATEQUISTAS: PEDAGOGOS DE LA MISERICORDIA!

CATEQUISTAS: ¡PEDAGOGOS DE LA MISERICORDIA! Inducción de catequesis COMISIÓN DE CATEQUESIS Diócesis de Cúcuta 40 1 “Bienaventurados los misericord

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CATEQUISTAS: ¡PEDAGOGOS DE LA MISERICORDIA! Inducción de catequesis

COMISIÓN DE CATEQUESIS Diócesis de Cúcuta 40

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“Bienaventurados los misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia” (Mt 5,7) Queridos catequistas: El camino de la catequesis es el trayecto de la evangelización en el que como Iglesia diocesana buscamos arraigar los corazones de los hombres y mujeres cada día más a Cristo. De modo especial al vivir este año de la misericordia, se nos propone un estilo siempre nuevo, el estilo del Padre, la pedagogía de la misericordia. Que tiene como su único rostro a Jesucristo. Es por ello que nuestra catequesis ha de mirar cada día a aquel que es su meta y principio, de modo que en nuestros niños y jóvenes se empiece a cultivar un reino nuevo; el reino de Dios. Llenando cada día el mundo de la presencia misericordiosa de los cristianos que se han dejado amar de Dios y por ello pueden amar a sus hermanos. En particular, este Año Santo de la Misericordia “es el tiempo para que la Iglesia redescubra el sentido de la misión que el Señor le ha confiado el día de Pascua: ser signo e instrumento de la misericordia del Padre” (Papa Francisco: Homilía en las Primeras Vísperas del

San Juan Crisóstomo

(Comentario a Mateo, XV, 4). Bienaventurados los misericordiosos, porque hallarán misericordia.

Aquí habla Jesús, según me parece, de todos los que ejercitan la misericordia, no solo utilizando sus riquezas, sino también practicándola con obras. De hecho, son muchos los modos para ejercer la misericordia, por eso tal mandamiento es de una extensión amplísima. ¿Y cuál es la recompensa de eso? Porque -dice Jesúshallarán misericordia.

A primera vista parece que la recompensa es igual al bien que se ha hecho, pero en realidad es infinitamente más grande. Los hombres ejercitan la misericordia como hombres y en cambio obtendrán la misericordia del Dios del universo. La misericordia humana y la divina no son iguales: entre ellas hay una distancia como entre la maldad y la bondad.

Domingo de la Divina Misericordia, 11 de abril de 2015).

En el capítulo 15 del Evangelio de Lucas encontramos las tres parábolas de la misericordia: la de la oveja extraviada, la de la moneda perdida y la que conocemos como la del “hijo pródigo”. 2

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Podemos observar que Dios omnipotente es manso y misericordioso, hace brillar su sol sobre justos e injustos, y envía la lluvia sobre sus santos y sus malvados.

San Basilio

(Cf: cartas, 46) “Todo alejamiento de Dios conmueve al padre celestial como al padre de la parábola, y toda la conversión le causa gozo a él y a toda la familia de Dios. No falta un suave reproche a quien, a pesar de ser miembro de esta familia, todavía duro en su corazón, juzga creyéndose muy seguro en la fe en Dios, y sin embrago no logra gozar junto con el padre de la misericordia. Va en busca de ti el buen pastor, dejando aquellas ovejas que no se disgregaron. Si tú te donas a él, él en su voluntad no desdeñara ni dudara de cargarte en sus espaldas, alegrándose por haber encontrado a la oveja perdida. Además, el padre está preparando tu regreso de tu erra. Regresa saltando hacia él y cuando aún estés lejos, el, corriendo a tu encuentro, se te echara al cuello y con afectuosos abrazos te estrechara, ya purificada por tu arrepentimiento… Él dice: en verdad les digo, hay más gozo en el cielo, ente Dios, por un pecador que se arrepiente. Y si alguno de los que creen ser firmes protesta por que ha sido acogida de inmediato, el buen padre mismo hablara en tu defensa, diciendo: era necesario festejar y gozar, porque esta hija mía estaba muerta y ha vuelto a la vida, estaba perdida y ha sido encontrada. 38

En estas tres parábolas nos impresiona la alegría de Dios, la alegría que Él siente cuando encuentra al pecador y lo perdona. Si perdonar es la alegría de Dios, aquí tenemos la síntesis de todo el Evangelio. Por eso quiero invitarlos, a que salgamos de nuestro confort, de nuestra comodidad, a que sobrepasemos barreras y obstáculos y lleguemos hacia los que más nos necesitan. Falta poco tiempo para nuestro envío, para nuestro encuentro con tantos que nos esperan con el corazón y los brazos abiertos. Lleven la llama del amor misericordioso de Cristo –de la que habló san Juan Pablo II– a los ambientes de su vida cotidiana y hasta los confines de la tierra. Para de este modo ser signo e instrumentos de una nueva manera de acercar a los hombres al misterio de Cristo; llamados a aceptar esta bella tarea de ser pedagogos de la misericordia; pidamos a Dios que acompañe y guie nuestro camino para que la gracia del discipulado irradie en nosotros como en nuestra madre María una disponibilidad para la alegría, para el amor. Que el Señor acompañe y guie nuestra labor pastoral para que así Dios sea todo en todos. Comisión Diocesana de catequesis

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Primer Encuentro. Catequista: ¡Discípulo que vive la misericordia!

Objetivo: Crecer en la experiencia de encuentro personal y comunitario con Jesucristo, procurando una verdadera adhesión al Dios de la misericordia que nos sale al encuentro.

Invocación trinitaria: “En el nombre del Padre… abre mi corazón, Señor, a tu presencia en la palabra y en la comunidad.”

Actividad ¿Cómo vivirla de modo concreto?

¿Qué entiende por misericordia?

“Queridos amigos… abramos con sencillez nuestra vida y corazón, para que de este modo, como hermanos logremos construir un mundo lleno de misericordia buscando una nueva civilización del amor”

Oración para antes de la Palabra. (Posiblemente esta u otra con la misma intención, para ser repetida por todos) Dios de amor y misericordia Que miras con amor a los que acuden a ti. Concede a los que nos encontramos unidos por tu Palabra Que cada día logremos con generosidad Ser artífices de un mundo mejor. 4

Por ejemplo: da de tu pan al que tiene hambre; dáselo con una parte de tu corazón, no con limitaciones, para no tratar como un perro al hombre semejante a ti. Entonces, cuando cumples un acto de misericordia compórtate [así]: si ofreces un pan, trata de participar de la pena de quien tiene hambre; si das de beber ,participa de la pena de quien tiene sed, si ofreces ropa, comparte la pena de quien no está vestido; si ofreces hospitalidad, comparte la pena de quien es peregrino; si visitas a un enfermo, de quien tiene una dolencia; si vas a un funeral te entristezca el difunto y si pones la paz entre litigantes piensa en el afán de quien tiene una queja. Si amamos a Dios y al prójimo no podemos hacer esto sin una pena en el corazón.

San clemente romano

(Carta a los cristianos de corinto, IX, 1). Seamos pues, obedientes a su voluntad excelente y gloriosa, y presentémonos como suplicantes de su misericordia y bondad, postrémonos ante él y recurramos a sus compasiones prescindiendo de labores y esfuerzos vanos, de la discordia y de los celos que llevan a la muerte.

San Justino

(Dialogo con Trifón, 96). Pedimos todas estas cosas, para que tú puedas sentir la misericordia de cristo. De hecho, Él nos ha enseñado a rogar por nuestros enemigos, cuando dijo: sean mansos y misericordiosos como también su padre que está en los cielos es misericordioso.

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San Agustín

(Sermón 51, 5.6). “Lleno de orgullo, me atrevía a buscar [en las sagradas escrituras] lo que solo el humilde puede encontrar. ¡Cuánto más dichosos son ustedes ahora! ¡Cuán seguros, cuan protegidos aprenden ustedes, los que, aun párvulos, están en el nido de la fe y reciben el alimento espiritual! En cambio, yo, desdichado, juzgándome capacitado para volar, abandone el nido y, antes de levantar el vuelo, caí al suelo. Pero el señor misericordioso me levanto para que no muriese pisoteando por los transeúntes y me puso de nuevo en el nido.

Sobre el significado de la palabra

(Sermón 358 A)

“Deseo darles, oh buenos fieles, alguna recomendación sobre el valor de la misericordia. Con frecuencia he experimentado que están dispuestos para toda obra buena, no obstante es preciso que les dirijan un sermón esmerado sobre ello. Veamos entonces: ¿Qué es la misericordia? No es sino cargarse de un poco de miseria [ajena]. La palabra “misericordia” deriva su nombre del dolor por lo “miserable”. Estas dos palabras son las que forman el término: miseria y corazón. Cuando el corazón es tocado, golpeado por la miseria ajena, entonces aquí está la misericordia. Por lo tanto, pongan atención, hermanos míos, en que todas las buenas obras que hagamos en la vida se refieran a la misericordia. 36

Que también nosotros como catequistas podamos amarte y seguirte; Tu que nos has mirado con misericordia y nos has llamado de modo prodigioso Concédenos responderte con generosidad; Sabiendo que a quien mucho se le perdona mucho ama. Encomendamos en este primer encuentro a todos los sacerdotes, Que ellos en este año de gracia puedan ser testigos De tu misericordia en sus lugares de apostolado; Y que nosotros tocados por tu Palabra podamos Descubrir con nuevo dinamismo La misericordia que nos sale al encuentro En tu Hijo Jesucristo. Amen.

Texto bíblico:

1 Co 1, 17-18.22-25

“Porque no me envió Cristo a bautizar, sino a predicar el Evangelio. Y no con palabras sabias, para no desvirtuar la cruz de Cristo. Pues la predicación de la cruz es una necedad para los que se pierden; más para los que se salvan - para nosotros - es fuerza de Dios. Así, mientras los judíos piden señales y los griegos buscan sabiduría, nosotros predicamos a un Cristo crucificado: escándalo para los judíos, necedad para los gentiles; más para los llamados, lo mismo judíos que griegos, un Cristo, fuerza de Dios y sabiduría de Dios. Porque la necedad divina es más sabia que la sabiduría de los hombres, y la debilidad divina, más fuerte que la fuerza de los hombres.

Palabra de Dios. 5

Signo:

(para el signo el animador pedirá que fijen su mirada en la cruz y motivara a que todos digan a una voz).

¡El discípulo se hace a la sombra de la cruz! ¡Cristo crucificado es el mayor signo de misericordia! Posibilidad de presentar el video ANEXO CD: No licuen la fe en Jesucristo… https://youtu.be/pRTo4EuDvcg

Dios habla a nuestro corazón:

Actitud y compromiso del catequista: realizar examen de conciencia y acudir al sacramento de la reconciliación.

Medita con alegría: Podremos decir que en el desierto no tendrán más opción que ir detrás del pastor (la oveja) que se ha puesto de camino, su seguridad no está en un espacio cercado sino allí donde está el pastor, Y su pastor estará allí donde se encuentra la oveja perdida.

Textos para profundizar:

LA VOZ DE LOS PADRES DE LA IGLESIA.

“MISERICORDIOSOS COMO EL PADRE” Pide a Dios la presencia del Espíritu Santo en tu corazón.

Oremos con la palabra y compartamos.

¿Maestro como contemplar tu mensaje en la Cruz?

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Para finalizar este espacio de integración, reflexión y conocimiento, se pide que se compartan ideas y se dejen unas líneas de acción para la catequesis de este año, esas líneas van de acuerdo a cada ítem y buscan ser un proyecto para una pastoral del perdón y la reconciliación.

Dios de amor, ayuda a nuestros catequistas de la Diócesis de Cúcuta a ser testigos de tu amor; que tu Palabra se encarne en nosotros y que nuestra respuesta sea un SI generoso. Para que así esa Palabra no sea estéril sino que sea un testimonio seguro de la sabiduría de la cruz de Cristo Jesús.

Se les pedirá a los diferentes grupos que tomando el material de reflexión, elaboren una obra de teatro en el que plasmen lo que descubren como valioso para la vida y la pedagogía del catequista.

Al final expondrán cada uno de los grupos y se procede a acomodarse como al inicio.

Reflexiona: El perdón no es fruto de nuestros esfuerzos, sino es un regalo, es don del Espíritu Santo, que nos colma de la abundancia de la misericordia y la gracia que brota incesantemente del corazón abierto del Cristo crucificado y resucitado.

Un minuto con Dios.

Presentación del santo de la misericordia: Santo Cura de Ars (1786-1859) Animador: De entre todos los misericordiosos se debe una veneración especial a aquellos que han sido llamados a administrar el sacramento de la misericordia de Dios y han cumplido santamente su misión. Esta era la convicción del santo cura de Ars, que amaba repetir a menudo: “el sacerdocio es el amor del corazón de Jesús. Y añadía.

Santo Cura de Ars: “un buen pastor, un pastor conforme con el corazón de Dios, es el tesoro más grande que el buen Dios pueda conceder a una parroquia y uno de los dones más preciosos de la misericordia divina”.

Animador: En sus predicaciones, las imágenes bíblicas más Padre nuestro… Dios te salve María…. Ntra. Sra. De Chiquinquirá: RUEGA POR NOSOTROS. 34

tradicionales y queridas al respecto no solo eran recurrentes, sino que también adquirieron una particular vivacidad y realismo.

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Santo Cura de Ars:

Nuestro Señor es en la tierra como una madre que lleva a su niño en brazos. Este niño es travieso, da patadas a su madre, la muerde, la araña, pero la madre no le hace caso; ella sabe que si lo deja, el niño se cae y no puede caminar por sí solo. Así es nuestro Señor, Él soporta todos nuestros maltratos, soporta nuestra completa arrogancia, nos perdona todas nuestras tonterías, tiene piedad de nosotros a pesar de nosotros.

Animador:

A veces el santo cura de Ars encontraba a algún penitente desalentado y dudoso del perdón de Dios, por la conciencia de haber pecado; entonces él le daba la siguiente increíble y sublime respuesta:

Santo Cura de Ars: “El buen Dios sabe todo. Antes de que usted se confiese, ya sabe que pecara y con todo, lo perdona. ¡Tan grande es el amor de nuestro Dios que hasta se olvida voluntariamente de lo que ha de venir, con tal de perdonarnos!” Animador: Y cuando escuchaba elogios porque a su parroquia acudía de entre toda Francia, un rio de pecadores en busca de perdón, precisaba lo siguiente:

Santo Cura de Ars:

“no es el pecador que vuelve a Dios para pedirle perdón, sino Dios mismo el que corre detrás del pecador y lo hace volver a Él”

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De este modo en la comunidad que vive la reconciliación, ha de surgir una actitud siempre actual: la corrección fraterna, esta reconciliación al interior de la comunidad cristiana, se convierte en un camino de conversión desde dentro, pues de este modo se hará posible que el evangelio llegue a todo el hombre en cada hombre. Sabiendo que la verdadera corrección fraterna es dolorosa porque está hecha con amor, en la verdad y con humildad. De este modo como catequistas hemos de corregir siempre con dulzura, pues la recuperación del hermano que peca es tarea de toda la comunidad, esta reconciliación supone siempre un acercamiento, un caminar con y de frente al otro. El catequista en el mundo, es artífice de reconciliación. La reconciliación brota de la cruz, gracias al bautismo el cristiano se hace testigo, el testimonio de reconciliación siempre implica ponerse en el campo de juego con una presencia humilde pero tenaz, dispuestos a pagar incluso personalmente según el ejemplo de Jesús. Y es aquí donde adquiere fuerza la oración de intercesión, es hacer de intermediario, interceder implica meterse allí donde tiene lugar el conflicto y sin moverse quedarse entre las dos partes enfrentadas; pero es el perdón la puerta que conduce a la reconciliación, Jesucristo al pedirnos que perdonemos nos pide algo totalmente radical, pero también nos da la gracia para hacerlo; tengan confianza en la fuerza de la cruz de cristo, reciban su gracia reconciliadora en sus corazones y compártanlos a los demás.

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De este modo la solidaridad se convierte en la característica dominante de la comunidad cristiana: en esta radicalidad resplandece el testimonio. Así el fruto del espíritu es Amor, alegría paz, (Cf: Gal 5,22-23) para de este modo decir que la reconciliación con Dios se constituye en fuente de reconciliación fraterna.

Teniendo en cuenta que la llamada a la reconciliación es una llamada que nos concierne a cada uno de nosotros, y es una llamada siempre actual. La Reconciliación en el seno de la comunidad. La unidad que caracteriza a la Iglesia no es el resultados de los esfuerzos que caracteriza a sus miembros, tampoco es establecida por leyes impuestas; en la fe logramos descubrir que no es posible que nada nos separe del amor de Cristo y por tanto de su cuerpo que es la Iglesia, de este modo el sentir de la comunidad cristiana será siempre buscar al que falta. No se conformara con las que están sino que como en Lc 15,4 siempre se ira con el pastor en busca de la oveja perdida, y surge la pregunta: ¿Qué será de las noventa y nueve? Podremos decir que en el desierto no tendrán más opción que ir detrás del pastor que se ha puesto de camino, su seguridad no está en un espacio cercado sino allí donde está el pastor, Y su pastor estará allí donde se encuentra la oveja perdida.

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Con la Iglesia profundicemos: El catequista como cristiano está llamado a vivir de modo especial la misericordia, pues su vida ha estado marcada por el amor que Dios nos ha tenido; es por ello que estamos llamados a vivir a la altura del don recibido. Solo de este modo cada catequista podrá convertirse en apóstol de la bondad del padre. Se puede decir por tanto que de la misericordia el cristiano, el catequista, recibe vida nueva. El catequista está llamado a hacer suyo un nuevo estilo de vida; El estilo de vida misericordioso del Cristiano. En el crucificado el cristiano experimenta la misericordia del amor divino, el hombre que busca el amor lo encuentra plenamente en Cristo. El cual le ofrece la fuerza para vivir una vida transformada.

Manos a la Obra: “Misericordiosos como el Padre” Son ya elocuentes las palabras del papa Pablo VI, quien decía: “participar de la cruz de cristo significa recibir su fruto: la misericordia.” Del mismo modo el santo Juan Pablo II, afirmo en su tiempo “El hombre necesita del amor, y lo encuentra en la misericordia revelada en Cristo”. De aquí nace “La convicción de que el amor de Dios es más poderoso que el pecado”. Y se puede decir con plena justicia que “Un fruto de la misericordia en la vida del cristiano es la conversión”.

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El hombre no puede vivir sin el amor, solo en el amor su vida adquiere sentido, por esto precisamente, Cristo redentor revela plenamente el hombre al mismo hombre. Con razón podremos decir hoy que creer en el amor del crucificado significa creer en la

misericordia. Como catequistas hemos de hacer nuestra la realidad de un mundo nuevo, construido como una civilización arraigada en el amor; arraigada en Cristo, el signo más concreto de la misericordia en la vida del catequista es su camino de conversión y búsqueda de santidad, pues la realidad de la conversión es la expresión más concreta de la obra del amor y de la presencia de la misericordia en el mundo humano. Pero ojo catequistas ¡La misericordia se manifiesta en su aspecto verdadero y propio, cuando revalida, promueve y extrae el bien de todas las formas de mal existente en el mundo y en el hombre! Solo de este modo “el hombre alcanza el amor misericordioso de Dios; su misericordia, en cuanto el mismo interiormente se transforma en el espíritu de tal amor hacia el prójimo, cristo crucificado es para nosotros el modelo, la inspiración y el impulso más grande” Solo es acto misericordioso: cuando nos convencemos profundamente de que al mismo tiempo la experimentamos por parte de quienes la aceptan de nosotros” El papa emérito Benedicto XVI, Nos ayuda a descubrir la complementariedad en la ternura hacia Dios y hacia el prójimo. Pues desde este punto de vista solo mi disponibilidad para ayudar al prójimo, puede ser signo manifiesto de amor, el ayudar a los otros me hace sensible también ante Dios. Solo el servicio al prójimo abre mis ojos a lo que Dios hace por mí, al tiempo que descubro el gran amor que me tiene.

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El sentido de la penitencia abre la conciencia al sentido del pecado, y desde allí a la experiencia de la misericordia, es fundamental por tanto buscar “ganar a Cristo” y uno lo gana cuando se “encuentra arraigado en él” La fe también es un re-conocimiento: un volver a conocer a aquel que ya se ha conocido. Es una relación inagotable, dinámica y comprometedora. Los cristianos saben que siempre están en camino, corren independientemente de la edad, de las propias fuerzas y energías, de los éxitos y fracasos; corren en la historia. CORREN en búsqueda de aquella meta de estar arraigados en Cristo. En la verdadera penitencia, nuestra única tarea es hacer espacio a su acción en nosotros. Esta es precisamente la dinámica que caracteriza toda relación amorosa autentica.

Vivir la reconciliación.

El perdón de Dios no se agota en el pecador arrepentido, sino que a través de el se irradia a toda la comunidad; transformando las relaciones interpersonales. Una conducta reprensible contradice el don recibido y la acción redentora de Dios, el creyente puede acoger y perdonar porque el mismo ha sido acogido y perdonado incondicionalmente por Dios.

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Incluso hoy se habla de la objeción de conciencia, evidenciando el carácter inviolable de la misma. Lo cual la pone por encima de cualquier ley humana. Precisamente porque Dios se hace presente a la conciencia, esta se vuelve instrumento de la libertad humana, que salvado por la gracia busca lo verdadero y lo bueno. La conciencia requiere por ello formación y educación, educando en el amor y la responsabilidad; pues así se revela nuestra identidad y se genera un estilo de vida. ¿Cómo se forma la conciencia? siguiendo los caminos de la verdad, pues reconocer los pecados es solo un paso en el conocimiento de si y de Dios. La formación de la conciencia guiada por el Espíritu Santo es un saber que garantiza la libertad y genera la paz del corazón.

La conciencia se forma mientras observa e ilumina, el cristiano logra observar por el don del discernimiento en que se está convirtiendo, de esta manera en el encuentro con Cristo que salva, en la escucha y oración de su palabra, en la relación con la comunidad eclesial, en la confrontación con los otros y con la realidad que lo circunda, el pecador reencuentra su imagen de hijo amado y perdonado.

Educar en el sentido de pertenencia.

Amor a Dios y amor al prójimo son dos momentos inseparables de un único mandamiento. Pero ambos viven del amor que viene de Dios que nos ha amado primero. Por su parte el papa Francisco, nos recuerda que el encuentro con Jesús misericordioso nos da la fuerza para volver a comenzar y ser capaces de misericordia. Son muy dicientes aquellas palabras en las que nos dice: “Es la cruz – siempre la cruz con Cristo, porque a veces nos ofrecen la cruz sin Cristo: esa no sirve- es la cruz, siempre la cruz con Cristo la que garantiza la fecundidad de nuestra misión” En otros apartados de su grandiosa predicación insiste en invitar “a cada cristiano en el lugar en que se encuentre a renovar su encuentro personal con Jesucristo, o al menos, a tomar la decisión de dejarse encontrar por él, porque nadie queda excluido de la alegría reportada por el Señor. Su exhortación le lleva a decir ¡No huyamos de la resurrección de Jesús, nunca nos declaremos muertos, pase lo que pase. Que nada pueda más que su vida que nos lanza hacia adelante! Y resalta al igual que el papa Benedicto que “estamos llamados a vivir de misericordia porque a nosotros en primer lugar se nos ha aplicado misericordia”

¿Cómo educar hoy en el sentido de la penitencia? Cuando el hombre deja de reconocerse pecador no hace nada para evitar el pecado y entonces se pierde la dimensión salvadora y la conciencia de la pascua del señor no entendiendo el porqué de su muerte en la cruz.

Para finalizar este espacio de integración, reflexión y conocimiento. Es conveniente que los grupos preparen de modo creativo una exposición de los puntos más importantes que reflexionaron en su grupo de trabajo. Se les pedirá a los diferentes grupos que tomando las revistas, elaboren un cartel significativo en el que expresen una invitación a vivir el año de la misericordia, resaltando el papel que tienen los catequistas en esta tarea. Al final expondrán cada uno de los grupos y se procede a acomodarse como al inicio.

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Al final expondrán cada uno de los grupos y se procede a acomodarse como al inicio.

“tengan valor y sean fuertes háganlo todo con amor”

Reflexiona: Vivir este año jubilar a la luz de la palabra del Señor: Misericordiosos como el Padre… es un programa de vida comprometedor como rico de alegría y de paz. Para ser capaces de misericordia, entonces, debemos en primer lugar colocarnos a la escucha de la palabra de Dios.

Hoy más que nunca en la mentalidad de nuestros agentes de pastoral -de los catequistas de modo especial- se ha de dar una profundización de una pastoral encaminada a valorar el sacramento de la reconciliación, y a descubrir la importancia de experimentar la misericordia de Dios en la vida de cada Cristiano.

Un minuto con Dios.

Para ello como catequistas tenemos una tarea muy concreta:

Finalmente como gesto significativo se le pide a cada participante que tomando el crucifijo pequeño en sus manos sea pasado por cada uno de sus participantes diciendo:

Manos a la Obra: “Misericordiosos como el Padre”

Contempla la luz de Cristo.

Gracias Señor por este encuentro Fortalece la vida de nuestros catequistas Y ayúdanos a cimentar nuestra existencia en el amor. Que también nosotros podamos ser testigos de tu misericordia Y experimentemos a la luz Del crucificado la fuerza renovadora que nos Lanza a la misión. Pidamos a Cristo Jesús que nos ayude a ser Misericordiosos como el padre. Dios te salve María…. Ntra. Sra. De Chiquinquirá: RUEGA POR NOSOTROS.

Actitud y compromiso del catequista: Recuperar el valor del silencio.

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Al hablar del termino conciencia, hemos de tener en cuenta que denota un saber que no es fruto de esfuerzos individúales, sino que es un conocer juntos. Podremos decir por tanto que para el creyente el conocimiento de si y del mundo es, por tanto una obra de discernimiento Espiritual. Como catequistas al tener de modo especial la tarea de formar la vida del cristiano se plantea con específico cuidado la formación de la conciencia; la cual se convierte en una tarea urgente. ¡No es tarea fácil! Pues el hombre de nuestro tiempo sufre la incapacidad de hacer un análisis de la propia conciencia, en él se da una profunda incomprensión de sí mismo, llegando a buscar el sentido de su existencia solo en el plano material y con criterios individuales. La iglesia profundizando en este tema define la conciencia como “la voz de Dios en nosotros” la tradición antigua ha descubierto en la conciencia una participación del hombre en Dios.

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San Pedro Claver: “Jesucristo, hijo de Dios, deseo que seas mi padre, mi madre, y todo mi bien. Yo te amo mucho, y siento un extremo dolor de haberte ofendido. ¡Señor, yo te amo mucho, mucho, mucho!

Con el tiempo, Pedro Claver aprendió incluso a hablar varios dialectos, reunió entorno de si números catequistas y se convirtió en “patrono universal de las misiones entre las poblaciones negras”.

Con la Iglesia profundicemos: En este espacio de profundización se leen o comparten los siguientes párrafos se recomienda hacerlo por grupos, con el objetivo de generar nuevas propuestas para una correcta vivencia del sacramento de la reconciliación, encaminados a una pastoral del encuentro.

Como todo cristiano, el catequista es ante todo un discípulo que respondiendo a su vocación de modo particular, busca servir a la Iglesia en el papel de ser auténticos transmisores de la fe; ser fieles testigos de la misericordia de Dios obrada en favor de los hombres. Es por ello que acepta la invitación del apóstol de estar firmes en la fe y arraigados en Cristo (cf. col 2,7) o como dirá más adelante: “estén atentos permanezcan firmes en la fe” (1 co 16,13) se puede decir por tanto que la vida del catequista es un empeño constante de vivir en relación con el Señor; para de este modo descubrir que la misión es fruto del encuentro personal con Cristo. 28

Medita con alegría: Jesús pide también perdonar y dar, ser instrumentos del perdón, porque hemos sido los primeros en haberlo recibido de Dios.

Segundo Encuentro.

Catequista: ¡Pedagogo de la misericordia! Objetivo: los catequistas han de descubrir que su misión es hacer presente el rostro de Cristo, aceptando aquellas palabras de “quien acoge a uno de estos pequeños me acoge a mi” de este modo arraigando nuestra vida en Cristo salimos a transmitir una experiencia nueva, educando de modo nuevo, mostrando con nuestra vida el testimonio del amor.

Invocación trinitaria: “En el nombre del padre… abre mi corazón, Señor, a tu presencia en la palabra y en la comunidad.”

Actividad: 13

crear un slogan publicitario en el que de modo creativo se invite a vivir a los demás catequistas el año de la misericordia.

“Queridos catequistas, somos ante todo signos e instrumentos de un amor misericordioso, este ejercicio que buscamos hacer es ante todo la oportunidad para descubrir que nuestro fundamento es Cristo, no renunciamos a los contenidos, sino que antes bien nuestra catequesis partiendo de un hecho fundamental, busca modificar la manera de presentación.”

Oración para antes de la Palabra. (Posiblemente esta u otra con la misma intención, para ser repetida por todos)

Señor Jesús, que en los momentos de Oscuridad tú seas mi única luz, Que cuando me sienta triste tú alegres mi corazón, Para que cuando sea débil tú seas mi única Fortaleza. Dios de amor mira con misericordia a Nuestra Diócesis, a su labor de evangelización; Y envía cada día mensajeros decididos a anunciarte Con nuestra vida. Reconforta los corazones de los caídos y Anima las esperanzas de tantos hombres y mujeres Que confían su vida a tú presencia llena de amor. Dándonos la gracia de ser Instrumentos de tu misericordia. Amen.

Texto bíblico: Mt 5, 1-12 14

Presentación del santo de la misericordia: San Pedro Claver (1580-1654) Siendo un joven estudiante Jesuita en palma de Mallorca, escucho la invitación del viejo portero de su convento, que le conto lo que ocurría en el nuevo mundo y le sugirió: San Pedro Claver: ¡Las almas de los indios tienen un valor

infinito, porque tienen el mismo precio que la sangre de Cristo…! ¡ve a las indias a comprar todas las almas que se pierden! Y así pedro pidió que lo enviaran a Cartagena, Colombia, a cuyo puerto la nave esclavista traía un millar de esclavos por mes. No tenía ninguna posibilidad de influir social o políticamente, pero decidió de inmediato ponerse al servicio de los pobres, presentándose como ¡esclavo de los negros por siempre! Y obrando para darles una dignidad a la que ellos jamás podrían aspirar: la dignidad de sentirse amados. Más tarde, comenzando por aquellos que ya llegaban moribundos por el agotamiento, impartía su extraordinaria catequesis confiada en grandes carteleras, pintadas por él mismo con colores vivaces, en las cuales contaba la vida y la misericordia de Jesús crucificado. Cuando los oía repetir con exactitud la fórmula que les había enseñado con insistencia, repetidamente, llorando conmocionado decía: 27

¡Quien mucho se le perdona, mucho ama! ¡Dejémonos tocar por el perdón que es más grande que nuestro pecado! Posibilidad de presentar el video ANEXO: Papa Francisco: el valor de la confesión… https://youtu.be/g7fCv5jutfw

Dios habla a nuestro corazón: Pide a Dios la presencia del Espíritu Santo en tu corazón. Ven Espíritu Santo…

Y lo que desates en la tierra quedará desatado en los cielos.»

Oremos con la palabra y compartamos. ¿Qué dice el texto? ¿Qué me dice y que me hace decir?

(Terminada la lectura del texto bíblico, el animador invocando la presencia del Espíritu Santo invitara a los catequistas a reflexionar el texto bíblico; si es posible insistir en la lectura orante, preparándome para recibir con amor el sacramento)

Viendo la muchedumbre, subió al monte, se sentó, y sus discípulos se le acercaron. Y tomando la palabra, les enseñaba diciendo: «Bienaventurados los pobres de espíritu, porque de ellos es el Reino de los Cielos. Bienaventurados los manso, porque ellos poseerán en herencia la tierra. Bienaventurados los que lloran, porque ellos serán consolados. Bienaventurados los que tienen hambre y sed de la justicia, porque ellos serán saciados. Bienaventurados los misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia. Bienaventurados los limpios de corazón, porque ellos verán a Dios. Bienaventurados los que trabajan por la paz, porque ellos serán llamados hijos de Dios. Bienaventurados los perseguidos por causa de la justicia, porque de ellos es el Reino de los Cielos. Bienaventurados seréis cuando os injurien, y os persigan y digan con mentira toda clase de mal contra vosotros por mi causa. Alegraos y regocijaos, porque vuestra recompensa será grande en los cielos; pues de la misma manera persiguieron a los profetas anteriores a vosotros.

Palabra del Señor. Signo: (para el signo el animador pedirá que fijen su mirada en la

Padre que por tu Palabra, nosotros catequistas logremos descubrir la grandeza del perdón que nos libera de nuestros pecados, concédenos la gracia de ser auténticos testigos de tu misericordia en nuestros lugares de catequesis. Para que de este modo todos los cristianos contribuyamos a crear juntos la civilización del amor.

mesa donde están representadas las obras de misericordia y motivara a que todos digan a una voz).

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¡Tengamos valor y seamos fuertes, haciendo todo con AMOR! Posibilidad de presentar el video ANEXO CD: 2.1 El Papala misericordia es lo que a Dios le gusta más… https:// youtu.be/zjcPSG6h_CA

Dios habla a nuestro corazón:

Que tu amor Señor venga a nuestro encuentro, ilumina siempre nuestro corazón para estar disponibles a poner por obra tu palabra y que así tu gracia nos asista en todas nuestras actividades. Danos señor a nosotros catequistas un corazón misericordioso para acompañar la experiencia de fe de tantos niños y jóvenes con un rostro compasivo y dispuesto a ayudar al necesitado.

Presentación del santo de la misericordia:

Dios de amor, tu que en tu caridad no te cansas de Perdonarnos y llamarnos a vivir en la santidad, Concédenos que al contemplar tu rostro En Jesucristo, también nosotros catequistas, tocados Por la fuerza de tu Espíritu podamos ser instrumentos de perdón Y esperanza para el pueblo cristiano. En este encuentro Te entregamos todos los catequistas de la Diócesis de Cúcuta, enséñanos a ser Testigos de tu misericordia para brindar a los demás El mismo amor que tú nos has dado. Amen.

Texto bíblico:

Mt 16, 15-19 Díceles él: «Y vosotros ¿quién decís que soy yo?» Simón Pedro contestó: «Tú eres el Cristo, el Hijo de Dios vivo.» Replicando Jesús le dijo: «Bienaventurado eres Simón, hijo de Jonás, porque no te ha revelado esto la carne ni la sangre, sino mi Padre que está en los cielos. Y yo a mi vez te digo que tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia, y las puertas del Hades no prevalecerán contra ella. A ti te daré las llaves del Reino de los Cielos; y lo que ates en la tierra quedará atado en los cielos, y lo que desates en la tierra quedará desatado en los cielos.»

Palabra del Señor.

Beata Madre teresa de Calcuta (1910-1997) Animador: La Beata Madre teresa de Calcuta se dedicó a entrelazar el culto de la Eucaristía con las obras de misericordia. Inauguro su difícil misión con esta plegaria que constituía todo un programa: 16

Signo: (Para el signo el animador insistirá en revisar nuestra vida, hacer un examen de conciencia, y motivara para que el confesionario sea en nuestra vida un signo del sacramento de la reconciliación).

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Tercer Encuentro. El sacramento de la Reconciliación en la vida del Catequista.

Objetivo: los catequistas de la diócesis de Cúcuta, se hacen consientes de la responsabilidad de educar en la fe; reconociendo la ardua tarea de ser predicadores de la misericordia que ellos han experimentado en su vida.

Invocación trinitaria: “En el nombre del Padre… abre mi corazón, Señor, a tu presencia en la palabra y en la comunidad.”

Actividad: ¿Cómo vive en su vida el sacramento de la reconciliación? ¿Cuál es el imaginario del pueblo Cristiano sobre el perdón, y la confesión eclesial? ¿Qué puede aportar la catequesis diocesana a este tema? ¿Qué propuestas se generarían para vivir de modo intenso este año de la misericordia?

Sacramento de la Reconciliación Aspectos positivos

Negativos

Desafíos de esta pastoral

Oración para antes de la Palabra. (Posiblemente esta u otra con la misma intención, para ser repetida por todos)

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Beata Teresa: “Dios mío… no dejare de marchar atrás. Mi comunidad son los pobres. Su seguridad es la mía. Su salud es mi salud. Mi casa es la casa de los pobres: no simplemente de los pobres, sino de los que entre los pobres son más pobres. De aquellos a los cuales uno trata de no acercarse por miedo de contagiarse y ensuciarse… De los que se desploman en las calles, conscientes de que van a morir, mientras los vivos transitan a su lado sin prestarles atención. De los que ya no son capaces de llorar porque no tienen más lágrimas.”

Animador:

Pero ¿Dónde habrá encontrado el secreto y la fuerza para dar un verdadero abrazo de dulcísima caridad a cada marginado? Ella lo explico a sus hermanas de la siguiente manera: Beata Teresa: ¿Ustedes han visto con cuanto amor y delicadeza el sacerdote trata el cuerpo de Cristo durante la misa? Intenten hacer lo mismo en la casa (de los moribundos) a la que están a punto de ir: allí esta Jesús en cada semblante de dolor. “Ante todo, nosotras somos religiosas, no asistentes sociales, no maestras, no enfermeras, no medicas… la diferencia entre nosotras y los obreros sociales está en lo siguiente: que ellos actúan para algo, nosotras, en cambio, actuamos para alguien. Nosotras servimos a Jesús en los pobres. Todo lo que hacemos –Oración, trabajo y sacrificiolo hacemos por Jesús. 17

Animador:

Y es ciertamente impresionante ver a una santa que percibe las obras de misericordia como algo capaz de señalar un camino transitable y enteramente recto, que va de los lugares más humildes de la tierra hasta los gloriosos sitios del paraíso.

Con la Iglesia profundicemos: Como catequistas aceptamos la misión de transmitir la fe, y la forma propia de darla a conocer es a través de un testimonio capaz de atraer a más y más personas que quieren experimentar la misericordia infinita de Dios. Es por ello que el estilo propio del catequista es el mismo estilo de su maestro, capaz de anunciar con palabras y obras la misericordia de Dios. Nuestros catequistas han de conocer los contenidos esenciales de la fe, pero al mismo tiempo han de asumir el desafío de hacerlo vida. Es por ello que la tarea de la transmisión de la fe, implica de nuestra parte cabeza y corazón, en otras palabras ser catequista nos implica la vida. Esta pedagogía de la misericordia requiere de parte de los catequistas una formación litúrgica y bíblica. “Sin la liturgia y los sacramentos –dice la carta Porta fidei–, la profesión de fe no tendría eficacia, pues carecería de la gracia que sostiene el testimonio de los cristianos” (n. 11); se requiere asimismo la oración guiada por la Palabra de Dios en la Sagrada Escritura.

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Un minuto con Dios. Finalmente como gesto significativo se pedirá a algunos de los participantes que en voz alta digan la obra de misericordia que más les ha costado en la vida, y posteriormente todos nos unimos con la oración: INSTRUMENTOS DE TU PAZ.

Oh, Señor, hazme un instrumento de Tu Paz. Donde hay odio, que lleve yo el Amor. Donde haya ofensa, que lleve yo el Perdón. Donde haya discordia, que lleve yo la Unión. Donde haya duda, que lleve yo la Fe. Donde haya error, que lleve yo la Verdad. Donde haya desesperación, que lleve yo la Alegría. Donde haya tinieblas, que lleve yo la Luz. Oh, Maestro, haced que yo no busque tanto ser consolado, sino consolar; ser comprendido, sino comprender; ser amado, como amar. Porque es: Dando, que se recibe; Perdonando, que se es perdonado; Muriendo, que se resucita a la Vida Eterna. Dios te salve María…. Ntra. Sra. De Chiquinquirá: RUEGA POR NOSOTROS.

Actitud y compromiso del catequista: Realizar una oración diaria de intercesión y llevar a cabo las obras de misericordia.

Medita con alegría: Mi comunidad son los pobres. Su seguridad es la mía. Su salud es mi salud. Mi casa es la casa de los pobres: no simplemente de los pobres, sino de los que entre los pobres son más pobres. De aquellos a los cuales uno trata de no acercarse por miedo de contagiarse y ensuciarse… 23

A diferencia de los otros, que pasaban, el Evangelio dice que Jesús se detuvo y preguntó qué pasa… Se detiene frente al clamor de una persona. Sale del anonimato de la muchedumbre para identificarlo y de esta forma se compromete con él. Se enraíza en su vida. Y lejos de mandarlo callar, le pregunta: decime ¿Qué puedo hacer por vos? No necesita diferenciarse, no necesita separarse, no le echa un sermón, no lo clasifica y le pregunta si está autorizado o no para hablar. Tan solo le pregunta, lo identifica queriendo ser parte de la vida de ese hombre, queriendo asumir su misma suerte ….Y esta es la

lógica del discipulado, esto es lo que hace el Espíritu Santo con nosotros y en nosotros. De esto somos testigos. Un día Jesús nos vio al borde del camino, sentados sobre nuestros dolores, sobre nuestras miserias, sobre nuestras indiferencias. Cada uno conoce su historia antigua. No acalló nuestros gritos, por el contrario se detuvo, se acercó y nos preguntó qué podía hacer por nosotros. Y gracias a tantos testigos, que nos dijeron: «ánimo, levántate», paulatinamente fuimos tocando ese amor misericordioso, ese amor transformador, que nos permitió ver la luz. No somos testigos de una ideología, no somos testigos de una receta, o de una manera de hacer teología. No somos testigos de eso. Somos testigos del amor sanador y misericordioso de Jesús. Somos testigos de su actuar en la vida de nuestras comunidades. Reflexiona: Y esta es la pedagogía del Maestro, esta es la pedago-

En esta línea, se destaca el redescubrimiento del sacramento de la reconciliación (la confesión) y la adoración eucarística, este estilo misericordioso implica descubrir con nueva fuerza la riqueza de la fe, la gracia del don recibido. Y esto es así porque la fe tiene su “estructura pedagógica profunda” (cf., por ejemplo, Rm 10, 10). Y los padres de la Iglesia; ellos unían la vida y la doctrina, la verdad y la caridad. Diríamos hoy: la cabeza y el corazón, la fe que da sentido a nuestra vida y las obras de servicio en que esa fe se manifiesta. Benedicto XVI ha señalado que “el conocimiento de los contenidos que se han de creer no es suficiente si después el corazón (…) no está abierto por la gracia que permite tener ojos para mirar en profundidad y comprender que lo que se ha anunciado es la Palabra de Dios” (Carta Porta fidei, n. 52). Es por ello que el testimonio vivo y seguro de nuestra catequesis se manifiesta en la disponibilidad para hacer vida lo que anunciamos de palabra, para ser otros Cristo. Esta catequesis renovada por la misericordia no ha de limitarse a una formación pre-sacramental sino que ha de buscar ser integral en la vida de todo cristiano autentico.

Manos a la Obra: “Misericordiosos como el Padre”

gía de Dios con su Pueblo. Pasar de la indiferencia del zapping (saltarse) al «ánimo, levántate, el Maestro te llama» (Mc 10,49). No porque seamos especiales, no porque seamos mejores, no porque seamos los funcionarios de Dios, sino tan solo porque somos testigos agradecidos de la miseri-

(Papa Francisco refiriéndose al texto bíblico que relata lo sucedido con el ciego Bartimeo)… Cómo reaccionan frente al dolor de aquél que está al borde del camino, que nadie le hace caso, no más le dan una limosna, de aquél que está sentado sobre su dolor,

cordia que nos transforma.

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que no entra en ese círculo que está siguiendo al Señor. Son tres las respuestas frente a los gritos del ciego, y hoy también estas tres respuestas tienen actualidad. Podríamos decirlo con las palabras del propio Evangelio: Pasar, Cállate, Ánimo, levántate. 1. Pasar, pasar de largo y algunos porque ya no escuchan. Estaban con Jesús, miraban a Jesús, querían oír a Jesús, no escuchaban. Pasar es el eco de la indiferencia, de pasar al lado de los problemas y que éstos no nos toquen. No es mi problema. No los escuchamos, no los reconocemos. Sordera, eh. Es la tentación de naturalizar el dolor, de acostumbrarse a la injusticia, y sí, hay gente así: yo estoy acá con Dios, con mi vida consagrada, elegido por Jesús para el ministerio y sí, es natural que haya enfermos, que haya pobres, que haya gente que sufre, entonces ya es tan natural que no me llama la atención un grito, un pedido de auxilio. Acostumbrarse y nos decimos: es normal, siempre ha sido fue así, ‘mientras a mí no me toque’, pero eso entre paréntesis, ¿no? Es el eco que nace en un corazón blindado, en un corazón cerrado, que ha perdido la capacidad de asombro y por lo tanto, la posibilidad de cambio… Ellos creían que escuchaban al maestro pero también traducían, y las palabras del Maestro pasaban por el alambique de su corazón blindado. Dividir esta unidad – entre escuchar a Dios y escuchar al hermano- es una de las grandes tentaciones que nos acompañan a lo largo de todo el camino de los que seguimos a Jesús…Pasar sin escuchar el dolor de nuestra gente, sin enraizarnos en sus vidas, en su tierra, es como escuchar la Palabra de Dios sin dejar que eche raíces en nuestro interior y sea fecunda. Una planta, una historia sin raíces, es una vida seca. 20

2. Segunda palabra: Cállate. Es la segunda actitud frente al grito de Bartimeo. Cállate, no molestes, no disturbes, que estamos haciendo oración comunitaria, que estamos en una espiritualidad de profunda elevación, no molestes, no disturbes... Es la actitud de quienes frente al pueblo de Dios, lo están continuamente reprendiendo, rezongando, mandándolo callar. Dale una caricia, por favor, escúchalo, dile que Jesús lo quiere: “no, eso no se puede hacer, señora, saque al chico de la iglesia que está llorando y yo estoy predicando”. Como si el llanto de un chico no fuera una sublime predicación. Es el drama de la conciencia aislada, de aquellos discípulos y discípulas que piensan que la vida de Jesús es sólo para los que se creen aptos. En el fondo hay un profundo desprecio al santo pueblo fiel de Dios… Escuchan pero no oyen, ven pero no miran… Los que siempre le ponen barreras al pueblo de Dios, lo separan. Escuchan pero no oyen, le echan un sermón, ven pero no miran. La necesidad de diferenciarse les ha bloqueado el corazón. 3. La tercera palabra: Ánimo, levántate. Y este es el tercer eco. Un eco que no nace directamente del grito de Bartimeo, sino de la reacción de la gente que mira cómo Jesús actuó ante el clamor del ciego mendicante. Es decir, aquellos que no le daban lugar al reclamo de él, no le daban paso o alguno que lo hacía callar. Claro, cuando ve que Jesús reacciona así, cambia. Levántate, te llamó. Es un grito que se transforma en Palabra, en invitación, en cambio, en propuestas de novedad frente a nuestras formas de reaccionar ante el Santo Pueblo fiel de Dios. 21

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