Católica del Perú, 2002

U.B.A.- Facultad de Psicología - Licenciatura en Musicoterapia Psicología del Ciclo Vital I – Cát 296 - Prof. Lic. Mirta Graciela Fregtman Desnutrici

4 downloads 76 Views 177KB Size

Recommend Stories


2002
ORDENANZA MUNICIPAL REGULADORA DE LA INSTALACION DE ROTULOS, ANUNCIOS, PLACAS, TOLDOS, MARQUESINAS Y CIERRES METALICOS (EN SUELO URBANO Y URBANIZABLE)

2002
CITGO 100 Soft Wax Hoja de Datos de Seguridad de Materiales (MSDS) CITGO Petroleum Corporation P.O. Box 3758 Tulsa, OK 74102-3758 United States of Ame

2002
CERD NACIONES UNIDAS Convención Internacional sobre la Eliminación de todas las Formas de Discriminación Racial Distr. RESERVADA* CERD/C/63/D/27/20

2002
Informe de la Dirección General de Tributos del Estado - Consulta núm. 1058-02 Órgano: SG Impuestos sobre el Consumo Fecha Salida: 01/07/2002 Normativ

Story Transcript

U.B.A.- Facultad de Psicología - Licenciatura en Musicoterapia Psicología del Ciclo Vital I – Cát 296 - Prof. Lic. Mirta Graciela Fregtman

Desnutrición, pobreza y desarrollo cognitivo a Javier M Iguíñiz Echeverría Publicamos en esta sección el presente texto que fue escrito inicialmente como reseña1, por su importacia y por ser un tipo de acercamiento no habitual al tema de la pobreza y que, por eso, puede ser del interés de nuestros lectores. El autor, Ernesto Pollitt, investigador peruano de la Universidad de California, en Davis, recoge en 16 capítulos una amplísima literatura internacional sobre el problema de la desnutrición y su relación con la capacidad cognitiva y el aprendizaje de los niños y niñas del mundo. Los, lamentablemente, pocos estudios realizados en el Perú, por el propio autor y por otros estudiosos, son también recogidos, por lo que el estudio resulta doblemente importante. El problema de la desnutrición abarca, en el caso de la crónica severa, a 4.1% de los varones, y a 2.3% de las mujeres (p. 74); la desnutrición moderada, a 22.4% y 17.3%, respectivamente, y la leve, al 73.4% y 80.4%. Por nuestro sesgo y habilidad profesional, en esta reseña vamos a concentrarnos en las dimensiones menos biológicas y psicológicas del problema presentado en el libro; más específicamente, en los capítulos menos técnicos. Aun así, dichas dimensiones están tan entretejidas con las sociales que aludiremos a ellas sin intentar una evaluación desde los criterios más científicos de esas disciplinas. Nos concentraremos en lo que entendemos que constituye el planteamiento central del conjunto del libro. Antes debemos mostrar la estructura del libro en su conjunto. El libro tiene dos objetivos específicos: en primer lugar, “evaluar si el retardo en el crecimiento intrauterino, la deficiencia energético proteica, el retardo en el crecimiento físico, y la deficiencia de hierro y de yodo, pueden afectar el porvenir del niño desde su infancia temprana hasta su participación escolar. Todas estas condiciones han sido o son muy frecuentes en nuestro país” (p. 25). Los capítulos VI, VIII, XIV y XV tratan de esos temas con gran minuciosidad y despliegue de erudición y de análisis de las técnicas de investigación. En segundo lugar, entra a tallar el problema de la pobreza. En los capítulos IX al XIII se analiza con gran detalle la influencia de la alimentación en el desarrollo de los niños y niñas. La relación entre nutrición, salud y pobreza confluye en hacer de la situación de los niños y niñas algo especialmente grave en el Perú. “En este trabajo, el interés está puesto en el posible impacto de una dieta cuantitativa y cualitativamente deficiente e infecciones frecuentes desde muy temprana edad en una niña o niño que es parte de una familia sin los recursos económicos para satisfacer las necesidades fisiológicas de sus miembros” (p. 28)2. Antes y después de esos dos bloques de capítulos hay otros que resultan también imprescindibles. Se trata de los primeros 5 capítulos. En ellos vamos a concentrar nuestra atención en lo que sigue. Los capítulos IV y V, que son los más importantes desde el punto de vista del método, son muy útiles para entender muchos términos técnicos que recorren el libro y para saber con precisión la naturaleza de los resultados. 1. El capítulo IV, “Deficiencia de nutrientes y del desarrollo y el funcionamiento intelectual: metodología y validez”, presenta un análisis crítico de los aspectos metodológicos presentes en la búsqueda de “factores causales” tras la presencia de limitaciones intelectuales y dificultades de aprendizaje. Para ello explicita los distintos diseños de las investigaciones y las bondades y limitaciones del método experimental, quasiexperimental, y de los estudios de experiencias diversas, incluyendo las de apoyo alimentario, que no han sido planteadas para fines de investigación y cuyo estudio, por lo tanto, no puede arrojar resultados contundentes o definitivos sobre las relaciones causales en juego. Posteriormente, a lo largo de todo el libro se reseñan críticamente experimentos realizados en todo el mundo, que sirven para arrojar luces respecto de problemas que en el Perú no han sido investigados, y también los estudios realizados en el país. El refinamiento y la pulcritud con la que Pollitt ha realizado sus investigaciones se expresa bien en este capítulo. Lo destacamos para insistir en la importancia de este libro en la literatura sobre la pobreza en el mundo y en el Perú. La necesidad de ser siempre críticos de los conceptos utilizados, pues sólo recogen parcial, confusa y sesgadamente las complejas realidades que interesan, como, por ejemplo, la 1

Ernesto Pollitt, Consecuencias de la desnutrición en el escolar peruano, Lima, Fondo Editorial de la Pontificia Universidad Católica del Perú, 2002. 2 En una comunicación que gentilmente me ha remitido el autor, recuerda que no se trata de pobreza simplemente de ingresos: “Los mecanismos que median la relación entre pobreza y el rezago en el desarrollo infantil son muchos, destacando entre ellos las pocas oportunidades educativas que se les ofrece a los niños en el hogar y las deficiencias en el cuidado de éstos, dadas las presiones sociales, económicas, físicas y psicológicas a las que la familia está expuesta”.

1

U.B.A.- Facultad de Psicología - Licenciatura en Musicoterapia Psicología del Ciclo Vital I – Cát 296 - Prof. Lic. Mirta Graciela Fregtman

inteligencia, la necesidad de tomar prudente distancia respecto de las medidas de dichas variables y la importancia de, recién entonces, buscar una relación estadística y, eventualmente, causal entre ellas, están muy presentes en el libro que reseñamos y comentamos. De ahí que sea útil para los legos en estos temas, como es nuestro caso, recorrer en este capítulo las definiciones de “inteligencia”, “cognición” y “mente” (p. 92-4), así como su disquisición sobre el relativismo cultural en esa tarea definicional (p. 94-7). Una expresión de estas inquietudes es la afirmación de que “el relativismo cultural está tejido en el concepto de validez del constructo, un tema crucial en psicometría, que se refiere a la correspondencia entre el constructo y el concepto (p. ej., inteligencia) y la prueba para medirla” (p. 95). La preocupación por la validez científica de lo que se afirma está presente en todos los capítulos del libro. “En este trabajo, la noción de validez puede aplicarse, primero, al juicio que proviene de poner a prueba la relación causal entre dos o más variables y, segundo, a la medida de cada una de dichas variables” (p. 102). Nuestra relativa insistencia en estos aspectos proviene de la necesidad de valorar un libro en el que su autor explicita su paradigma científico y se preocupa permanentemente de indicar lo que científicamente hablando se sabe o no se sabe de un tema. Al respecto, el autor insiste en que más importante es lo que todavía no se sabe con certidumbre, sobre todo en los países subdesarrollados, que lo que se conoce con mayor seguridad. Obviamente, la política social no puede esperar a los científicos, pero tampoco debe implementarse sin tomar en cuenta ni un ápice de aquello que sí se ha investigado. Este libro es, por eso, de lectura obligatoria para todos los involucrados en políticas contra la pobreza. 2. El capítulo V, “La pobreza: causa y moderadora del problema del desarrollo humano”, plantea otro tipo de problema metodológico, también crucial. Nos referimos a la dificultad para separar el impacto exclusivamente resultante de la desnutrición de las consecuencias de la pobreza; en términos más generales, sobre la capacidad intelectual del niño y de la niña y sobre el aprendizaje en la escuela. Como es obvio, y en el libro se recuerda muy a menudo, la pobreza influye en la desnutrición, pero también influye por conductos distintos a dicha desnutrición. Separar esa, simplificando, doble vía resulta especialmente difícil y requeriría, como en parte se realiza, analizar el problema en situaciones en las que no hay pobreza. Sin embargo, la preocupación central del libro está en los niños y niñas de países y regiones pobres y, en éstas, el factor “pobreza” es muy importante. Lo que el autor hace a menudo es distinguir resultados de experimentos que, por ser más precisa y metodológicamente controlados, permiten aislar el impacto del factor “desnutrición” propiamente dicho de resultados donde la separación entre factores intervinientes es más difícil. En esos casos, las conclusiones son, valga la redundancia, más concluyentes, aunque no siempre tengan la misma utilidad para los efectos del diseño de políticas de apoyo alimentario debido a las peculiares condiciones que un auténtico experimento requiere. Es sumamente interesante esta consideración sobre la cientificidad y la utilidad de un estudio. La pobreza es un factor tan importante que a menudo “modera” e incluso “confunde” la relación estadística que se encuentra entre desnutrición e inteligencia y aprendizaje. Por ejemplo, el autor señalará que “la deficiencia del sector educativo depende de factores múltiples que operan en niveles diferentes dentro de una cadena causal” (p. 26). En concreto, coinciden tanto pobreza y desnutrición que es difícil aislar los canales de influencia sobre el aprendizaje. Una expresión de esa inquietud que recorre todo el libro es la que recuerda que las diferencias nutricionales entre ricos y pobres se corresponden en gran medida con las diferencias económicas. En los términos de los autores: “Si bien las diferencias entre estudiantes de escuelas públicas y privadas son muy grandes, lo mismo ocurre con algunas de las características socioeconómicas de los estudiantes que asisten a estos centros” (p. 54). Intentamos a continuación una lectura, tomando piezas de distintos capítulos, de esa compleja relación entre educación, desnutrición, pobreza y desigualdad económica. Es conocida la comprobación de que “el ingreso económico personal y familiar varía en función directa del nivel de educación de la persona que tiene la responsabilidad principal de dicho ingreso. Esto es cierto aun cuando el análisis se restrinja a una sola comunidad rural” (p. 23). Obviamente, la relación entre educación e ingreso no es directa y el proceso por el cual la primera se convierte en el segundo es muy complejo y diversos factores se insertan en el camino. Uno de ellos puede ser, justamente, el grado de nutrición y del desarrollo mental de las personas. Además, no es fácil estudiar este proceso porque la información no ha sido obtenida para ello. Así, “los estudios reportados [en el Perú] son valiosos en tanto que brindan información sobre qué grupos de estudiantes muestran mejor situación, pero no en cuanto a quienes tienen un rendimiento aceptable o para definir la calidad y cantidad de los conocimientos de los estudiantes” (p. 55). En cualquier caso, se postula que el sistema educativo contribuye a un proceso darwiniano (p. 58) en el que no se ayuda al que queda atrás (p. 79), y se deja detrás a muchos, lo que configura un círculo vicioso de difícil reversión. Una manera de expresarla es la siguiente: “La población estudiantil de hogares en situación de pobreza continuará reproduciendo similares condiciones de pobreza como parte de un fenómeno asociado con el bajo nivel educativo. Otra forma de plantear el problema es conceptuar la pobreza como una consecuencia de la baja educación y la baja educación como producto de la pobreza” (p. 36).

2

U.B.A.- Facultad de Psicología - Licenciatura en Musicoterapia Psicología del Ciclo Vital I – Cát 296 - Prof. Lic. Mirta Graciela Fregtman

Los autores están más interesados en la desnutrición absoluta, no en el sentido de que son carencias en todos los aspectos de la desnutrición, sino en la desventaja de quienes la sufren respecto de quienes no tienen ese problema. Éste es sin duda un problema de fondo. Desde el punto de vista de la economía, sería muy interesante que tal información se complementara con correlaciones entre indicadores nutricionales de situación relativa o comparativa y sus efectos en la capacidad competitiva entre pobres, o entre desnutridos, en los mercados. En la medida en que, debido a las reglas de la economía, compiten entre sí, también cuentan las dotaciones relativas de recursos mentales. El tipo de causalidad que a lo largo de cada vida iría de nutrición a educación y a ingreso es elemental: i) Desigualdad nutricional à desigualdad educativa y ii) Desigualdad educativa à desigualdad de ingreso Obviamente, el supuesto es que en esa desigualdad hay casos de diferente grado de desnutrición y que también puede haber casos sin desnutrición. Eso sí, no puede haber solamente desigualdades de nutrición entre los suficientemente nutridos, pues, en este caso, no tendría interés el problema de la desnutrición absoluta y sus efectos sobre la desigualdad educativa. Esta última desigualdad sería intrascendente para los efectos de la preocupación de este estudio. Pero, para que el círculo vicioso opere, la desigualdad del ingreso tiene que incluir ingresos suficientes para nutrirse adecuadamente e ingresos insuficientes para ese fin. Podría incluir sólo una gama de ingresos de este último tipo, pero no sólo ingresos por encima de la línea, digamos de indigencia, porque en este caso el problema nutricional dejaría de existir. Se supone, para los efectos del tema entre manos, que, encima de cierto ingreso, el nivel nutricional similar, suficiente o insuficiente haría que la relación (i) no aporte a ningún círculo vicioso, aunque la relación (ii) siga plenamente operativa, cosa que ocurrirá si es que la cantidad y calidad de la educación que reciben los niños es diferente, así como también aportará su propia contribución al círculo vicioso. A esta contribución nos parece que se refieren los autores3 cuando señalan que “de ser esto [“que la calidad del servicio educativo ofrecido por el Estado es menor en las zonas de mayor pobreza”] cierto, se puede afirmar que el sistema educativo peruano estaría orientado a perpetuar, o incluso ahondar, las diferencias socioeconómicas entre sectores más ricos y más pobres del Perú” (p. 54). En realidad, la relación (ii) puede amplificar el efecto de la (i) o neutralizarla. Así, por ejemplo, en Colombia, “aun cuando los niños en desventaja participaron en un experimento que mejoró su desarrollo intelectual, la diferencia entre ellos y los niños de clase alta era muy pronunciada y aumentaba con la edad” (p. 126). Pero, además, en la desigualdad de la educación no hay sólo factores educativos de por medio. Por ejemplo “la deficiencia del sector educativo depende de factores múltiples que operan en niveles diferentes dentro de una cadena causal” (p. 26). Todo esto busca solamente indicar la complejidad de las conexiones causales y la dificultad para establecer el impacto del factor nutrición en la educación y, más aún, en el ingreso. En cualquier caso, lo señalado abre tres cauces de acción que se deben retroalimentar, pero que también deben tener eficacias propias. Uno, por la educación, pues “si uno de los objetivos de la educación peruana es reducir estas grandes desigualdades, se debe empezar por aumentar la inversión del Estado en zonas rurales de habla vernácula” (p. 52); otro, por la nutrición, y, en tercer lugar, debemos añadir la aproximación al problema desde la economía. La economía se supone que se encarga de la pobreza de ingreso. Para el autor, la pobreza es un factor que denomina “moderador” en un sentido metodológico, en la medida en que “modera o confunde las relaciones entre nutrición y desarrollo” (p. 39). La pobreza causa y modera el problema del desarrollo humano, tal y como señala el título del capítulo V. La cadena de relaciones puede expresarse más o menos así: /

Desnutrición

\ Pobreza

Rezago en el desarrollo intelectual

\ Pobre rendimiento / Nuevamente debemos recordar que estamos intentando establecer la complejidad de las relaciones causales. Las relaciones empíricas entre los extremos de la cadena mostrada son claras. Hay una “estrecha correlación inversa entre la frecuencia del retardo intelectual y el nivel socioeconómico de los

3

En una comunicación que gentilmente me ha remitido el autor, recuerda que no se trata de pobreza simplemente de ingresos: “Los mecanismos que median la relación entre pobreza y el rezago en el desarrollo infantil son muchos, destacando entre ellos las pocas oportunidades educativas que se les ofrece a los niños en el hogar y las deficiencias en el cuidado de éstos, dadas las presiones sociales, económicas, físicas y psicológicas a las que la familia está expuesta”.

3

U.B.A.- Facultad de Psicología - Licenciatura en Musicoterapia Psicología del Ciclo Vital I – Cát 296 - Prof. Lic. Mirta Graciela Fregtman

niños” (p. 127). Sin duda, la “pobreza restringe las oportunidades que tiene el niño de desarrollar su potencial intelectual” (p. 128)4. 3. Los tres primeros capítulos sirven para poner de relieve la importancia de la educación para el desarrollo de los niños (I), la situación de la educación en el Perú (II) y los determinantes de la eficiencia escolar (III). En efecto, además de la importancia de la nutrición adecuada como fin en sí mismo, como condición del pleno desarrollo humano, el libro destaca el papel instrumental de la nutrición para el logro de un proceso fructífero de aprendizaje y desarrollo intelectual. La eficiencia del proceso educativo y la bondad de sus resultados dependen de muchos factores, pero también, como demuestra el libro, de la situación nutricional de los niños y niñas. En el libro se valora mucho la educación escolar como proceso de desarrollo intelectual. En palabras del autor: “La influencia de la experiencia escolar en el desarrollo y el funcionamiento cognitivo de niños y niñas ha sido evidente en muchos estudios de culturas y sistemas políticos diferentes. Se puede concluir que el CI –el producto de las pruebas de inteligencia– varía en función de los años cursados en el sistema escolar formal” (p. 33). Incluyendo más una perspectiva instrumental, el autor afirma que “la educación formal escolarizada tiene efectos muy poderosos en las personas y en las sociedades en general. A través de sus efectos en el desarrollo cognitivo y en otros atributos personales, determina el potencial adquisitivo del individuo y la capacidad de una familia para cuidar de sus hijas e hijos, con el objetivo de que crezcan y se desarrollen sanos” (p. 39). A su vez, la educación, más directamente la de la madre, retroalimenta el proceso nutritivo y en general de desarrollo humano. En cuanto a la dimensión de la familia: “Aun después de controlar los efectos de las variables confusoras, la fuerza predictiva de la variable educación es generalmente superior a cualquier otra variable social y económica” (p. 35). La influencia no es totalmente directa y depende de la confluencia de diversos factores, entre los que más se destaca en la literatura reciente son la política y el acceso a servicios de salud (p. 35, 36). 4. Las conclusiones están en el capítulo final, que pueden ser leídas como quien, sabiendo el final, siente que se le abre el apetito para saber cómo se llegaron a ellas. No vamos a resumir el detallado recuento de las conclusiones ni de las dificultades para llegar a ellas (que el autor también indica) y, finalmente, de las no-conclusiones, que resultan útiles para evitar confusiones. Tampoco podemos resumir su ordenada, caso por caso, aplicación al Perú. Esas conclusiones constituyen, más que un recuento de lo estudiado, una propuesta de punto de partida en el campo investigado. Sin embargo, una conclusión que sacamos es que cerrar la brecha de investigación entre los países ricos y pobres es difícil. Como señala el autor: “El esfuerzo y el tiempo que tomaría construir una prueba siguiendo las pautas establecidas trascienden generalmente el dinero con que cuenta el investigador” (p. 95). Hay, pues, conclusiones que añaden al conocimiento de lo que se sabe, pero también las que añaden a la conciencia de lo que no se sabe. El carácter motivador de las conclusiones ha provenido, por lo menos para nosotros, de cuatro fuentes: la primera es, obviamente, la importancia del tema; la segunda es la complejidad que se expresa en ellas y la necesidad de terminar de aprehender y de confirmar, leyendo los capítulos correspondientes, las cuidadosamente formuladas conclusiones; la tercera es que muchos resultados no corresponden con nuestros prejuicios; y la cuarta, el conflicto que revelan las conclusiones entre fuerzas en tensión, especialmente las socioeconómicas versus las biológicas. Dichas conclusiones revelan la profundidad del problema social y de la desnutrición, pero también algo que se presenta en muchos capítulos: la extraordinaria capacidad biológica del ser humano para revertir daños recibidos en ciertas etapas de la vida. Un ejemplo, entre muchos, y no el más impresionante es que “niños que inicialmente están pobremente motivados para el aprendizaje escolar y para mantener su atención en las tareas tienen un enorme potencial para cambiar y aprovechar óptimamente lo que les brinda la escuela” (p. 28). A la vez, se señala que “hoy es la desnutrición el factor biológico más limitante de la calidad de vida de los niños en el Perú. Esta afirmación se justifica en la altísima prevalencia de la desnutrición y sus efectos funcionales” (p. 25). Y eso a pesar de que se nos dice que los niños son, entre otras cosas, una maravilla de la construcción humana, por lo que incluso casos de gravedad resisten sin efectos grandes y pueden entrar en procesos de recuperación, de reversibilidad.

4

El autor nos ha comunicado lo siguiente: “Existe una cantidad sustantiva de estudios sobre desnutrición infantil general causada por problemas médicos… presentes en niños no pobres. En esos casos, los efectos esperados sobre el desarrollo intelectual no están presentes o, si están, son relativamente menores. Ello sugiere que los efectos de la desnutrición existen porque ésta co-existe con la vida-en-pobreza. Por ejemplo, es posible que los efectos de la desnutrición en el desarrollo cognitivo se acentúen porque las oportunidades de aprendizaje del niño pobre son limitadas. Por otro lado, algunos de los efectos de la pobreza podrían depender de la existencia de la desnutrición y esto lo podemos ver si consideramos el otro lado del mismo ejemplo. Esas interacciones no se verían entre los niños desnutridos de clase media porque a éstos no les faltan las oportunidades de aprendizaje; es más, en estos casos los padres tratarían de compensar educativamente por el problema nutricional”.

4

U.B.A.- Facultad de Psicología - Licenciatura en Musicoterapia Psicología del Ciclo Vital I – Cát 296 - Prof. Lic. Mirta Graciela Fregtman

Un ejemplo, entre muchos, de la complejidad de los factores en juego y de la tensión entre ellos es el siguiente, referido al “retardo en el crecimiento intrauterino”: “No hay evidencia de que el RCIU sea un factor de riesgo para el funcionamiento intelectual y para la competencia educativa en edad escolar en poblaciones donde predominan la desnutrición y la pobreza” (p. 345). Y eso no es porque la pobreza modere o confunda al investigador, sino porque el retardo es reversible y disminuye o desaparece con la edad. Nuestra conclusión personal es que el problema no proviene principalmente de su dimensión biopsicológica, sino del círculo vicioso que se desarrolla cuando esa dimensión interactúa con la socioeconómica y la educativa. De ahí que las cifras sobre los casos más graves de desnutrición no sean las más importantes desde un punto de vista social. La importancia cuantitativa del tema es mayor que lo que esas cifras indican, pues el proceso social haría de los casos moderados o leves también muy probables participantes del círculo vicioso indicado, esto es, de la reproducción de la desigualdad y de la pobreza económicas. Los factores en pugna están presentados en el libro en el estilo de un drama, de una película de suspenso, y eso hace que el libro sea tan atractivo como una buena novela, a pesar de que muchos tecnicismos escaparán a la mayoría de los lectores, incluyendo a este reseñador. Quizá se parezca a alguna novela de Umberto Eco o a ciertos poemas de Enrique Verástegui.

5

U.B.A.- Facultad de Psicología - Licenciatura en Musicoterapia Psicología del Ciclo Vital I – Cát 296 - Prof. Lic. Mirta Graciela Fregtman

NUESTRO ENFOQUE . 2.7 millones de niños nunca han asistido a la escuela: 2’700.000 de niños en América Latina y el Caribe nunca han asistido a la escuela y, en promedio, 27% de los niños desertan de la escuela antes de concluir la escuela primaria.

LA BUENA NUTRICIÓN ES ESENCIAL PARA REDUCIR LA POBREZA E IMPULSAR EL CRECIMIENTO ECONÓMICO Brindar buena alimentación durante los primeros años de vida ha demostrado ser una inversión que crea crecimiento económico en el largo plazo. La desnutrición es uno de los factores más importantes en la pérdida del desarrollo potencial para los niños, lo que conlleva costos económicos y sociales tanto para los individuos como para la sociedad. Si se reduce la desnutrición en 1 por ciento, la pobreza se reduce en 4 por ciento. La buena alimentación es la piedra angular de la supervivencia, la salud y el desarrollo. Las mujeres bien alimentadas presentan menos riesgos durante el embarazo y el parto. Los niños bien alimentados tienen mejor rendimiento escolar, se convierten en adultos más saludables, pueden ofrecer un mejor arranque en la vida a sus propios hijos y se vuelven miembros más productivos de la sociedad.

milias pobres, indígenas y rurales sufren los peores índices de déficit de crecimiento (baja estatura para la edad), que es un trición crónica). En América Latina, la presencia del déficit de crecimiento es 3 a 6 veces mayor entre los niños que tienen ndica deficiencias alimenticias. Las investigaciones demuestran que la principal causa de la desnutrición no es la falta de combinación de factores tales como mala salud de la madre, cuidado inadecuado del infante y malas prácticas de de agua y condiciones sanitarias adecuadas. Es esencial para el futuro económico de América Latina lograr reducir la pecial entre los niños de 0 a 3 años de edad. Los programas alimenticios requerirán acción sistemática a nivel nacional, de munidad para asegurar que el combate a la desnutrición sea una prioridad nacional respaldada por una agenda multiy programas de alimentación eficaces en las comunidades en riesgo.

esarrollo óptimos de los niños requieren una alimentación adecuada, que comienza desde el embarazo con madres mentadas. Durante los primeros meses de vida la lactancia juega un papel fundamental para brindar a los niños los os para su desarrollo, y se cree que reduce las probabilidades de presentar déficit de crecimiento post-natal temprano. La anto una nutrición adecuada como un desarrollo infantil saludable a través de la estimulación mediante el apego como e lactancia.

6

U.B.A.- Facultad de Psicología - Licenciatura en Musicoterapia Psicología del Ciclo Vital I – Cát 296 - Prof. Lic. Mirta Graciela Fregtman

CONSECUENCIAS DE LA DESNUTRICIÓN El retraso en el crecimiento, la emaciación y el debilitamiento son tres indicadores de la desnutrición crónica. Se estima que la desnutrición es la causa subyacente de casi la mitad de todas las muertes de niños en todo el mundo. Además, de tener un impacto devastador en términos de mortalidad infantil, las deficiencias alimenticias, en especial para los niños de menos de tres años de edad, tienen efectos perjudiciales de largo plazo en el desarrollo cognitivo. Es esencial reducir la desnutrición, en especial en los niños entre 0 y 3 años de edad para asegurar un adecuado desarrollo cerebral. Si son presas de la desnutrición durante este período de su vida, como es el caso casi siempre, las consecuencias son irreversibles. El veinte por ciento de los niños menores de 5 años en América Latina, o el equivalente a casi 9 millones de niños, padecen desnutrición así como deficiencias en vitaminas y minerales, y casi 50 por ciento de los niños de menos de cinco años de edad padecen anemia. Las consecuencias son desarrollo físico y cognitivo menoscabado, mal rendimiento escolar, respuesta baja del sistema inmunológico, y tienen mayor probabilidad de morir a causa de padecimientos habituales de la infancia, tales como diarrea e infecciones respiratorias, todo lo cual contribuye a enfermedades crónicas. La enfermedad frecuente socava la condición alimenticia de los que sobreviven y los encierra en un círculo vicioso de enfermedad recurrente y déficit de crecimiento, y nunca logran alcanzar todo su potencial.

7

Get in touch

Social

© Copyright 2013 - 2024 MYDOKUMENT.COM - All rights reserved.