Cela en la Alcarria

Cela en la Alcarria - 1972 - Fotografías Santiago Bernal La cámara de Bernal tras la huella de Cela en la Alcarria - 1972 - Diputación de Guadalaj

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UNIVERSIDAD CAMILO JOSÉ CELA
.............................................................. DEPARTAMENTO DE DERECHO TITULACIÓN: DERECHO ASIGNATURA: DERECHO CIVIL IV CURSO: 2º

LA FAMILIA DE PASCUAL DUARTE Camilo José Cela
LA FAMILIA DE PASCUAL DUARTE Camilo José Cela Capítulo 1 5 10 15 20 25 30 Yo, señor, no soy malo, aunque no me faltarían motivos para serlo. Lo

Story Transcript

Cela en la Alcarria - 1972 -

Fotografías

Santiago Bernal La cámara de Bernal tras la huella de Cela en la Alcarria - 1972 -

Diputación de Guadalajara 2016

© de las fotografías: Santiago Bernal © de los textos: sus autores © retrato pag.12: Paula Montávez Langa © fotografías pag.80: sus autores Edita : Excma. Diputación Provincial de Guadalajara. Servicio de Cultura Diseña y Maqueta: InnovArt Fotografía & Imagen (www.innovart.biz) Imprime: Dep. Legal: Prohibida la reproducción total o parcial de este catálogo sin la autorización expresa de sus autores y/o editores.

A mis hijos y a mi esposa, por estar siempre ahí. A Paula Montávez Langa, por su trabajo y ayuda.

Santiago Bernal, La “Mirada Viva” de un maestro de la fotografía

Con tanto placer como responsabilidad asumo, a través de estas breves líneas, la presentación del catálogo de la muestra de fotografías titulada “La cámara de Bernal tras la huella de Cela en la Alcarria, 1972” que forma parte muy destacada de la gran exposición que la Diputación Provincial de Guadalajara ha organizado, bajo el título genérico de “Cela, siempre en la Alcarria”, con ocasión del centenario del nacimiento del Premio Nobel gallego, tan estrechamente vinculado a nuestra provincia. Las fotografías que conforman esta muestra de S. Bernal son en su gran mayoría inéditas, a pesar de estar hechas hace ya 44 años, los que han transcurrido desde que Cela regresara por primera vez a la Alcarria en 1972, tras haber viajado por ella en 1946 y editado su extraordinario libro sobre esta comarca guadalajareña dos años después. Efectivamente, Cela volvió a esta tierra en 1972, con ocasión del XXV aniversario de su “Viaje a la Alcarria”, y la cámara de Santiago Bernal, como si de un fotoperiodista se tratara, siguió su huella en el periplo que organizó la Institución Provincial de Cultura “Marqués de Santillana”, dependiente de la Diputación, por los mismos pueblos que el escritor había pasado cuando hizo su primer viaje alcarreño. En aquél regreso a la Alcarria, que tuvo lugar en octubre de 1972, se colocaron placas conmemorativas de la efeméride en casi todos los pueblos en los que estuvo Cela en 1946 y la cámara de Bernal fue testigo de ello, viendo ahora la luz, tarde pero felizmente, la gran colección de fotografías que realizó con aquel motivo. Santiago Bernal, guadalajareño de Santiuste de San Juan Bautista (Segovia), segoviano de Guadalajara, es uno de los principales referentes de la fotografía, no sólo a nivel provincial sino de toda España, pues su conocimiento y prestigio traspasan nuestros límites territoriales. Bernal se ha hecho acreedor a un espacio destacado dentro del mundo de la fotografía española por su propia categoría como fotógrafo, al tiempo que por el magnífico trabajo que desarrolló durante los muchos años en que fue máximo responsable del prestigioso premio de ámbito nacional “Abeja de oro” y las Semanas Internacionales de la Fotografía que organizó en 1980 y 1982. También son importantes activos suyos la gran tarea que llevó a cabo al frente de la Agrupación Fotográfica Alcarreña durante casi medio siglo, así como su decisiva aportación para la recuperación del gran legado fotográfico de Francisco Goñi. Igualmente, la colección Camarillo, que gestiona el CEFIHGU, le debe mucho a Santiago Bernal, como tantos fotógrafos de Guadalajara que hicieron sus primeros negativos bajo su magisterio y aliento.

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En esta muestra que acoge el Centro San José, podemos disfrutar de la madurez fotográfica de Santiago Bernal, cuya cámara siempre quiso que el paisaje fuera un decorado porque lo que verdaderamente le importa es retratar al paisanaje. La composición, los encuadres de sus fotografías y el tratamiento de la luz son ciertamente magistrales, hechos a los que, en esta colección, cabe unir la circunstancia de ser también testimonios, gozando del don de la oportunidad que sólo tienen los mejores fotógrafos de prensa. José Ramón Cancer Matinero tituló la gran antología de fotografías de Bernal que se editó en 2005 como “Mirada viva”; no se me ocurre mejor manera de definir la forma y el fondo de sus fotografías porque en todas ellas hay vida ya que su cámara siempre busca al hombre. Y como comprobarán en la muestra, lo encuentra.

José Manuel Latre Rebled

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Presidente de la Diputación Provincial de Guadalajara

Memoria de un viaje a la Alcarria con Cela y Bernal

El libro “Viaje a la Alcarria” escrito por Camilo José Cela durante el año 1946, tras su periplo real, caminero y averiguador, fue publicado al año siguiente, y desde entonces ha sido uno de los libros más conmemorados que se conocen. Un libro que todos hemos releído de vez en cuando, y en cuyas conmemoraciones nos hemos encontrado, de una u otra manera. Una de esas aventuras conmemorativas, y quizás la primera, fue la que en 1972 se hizo, organizada por la Excma. Diputación Provincial de Guadalajara, presidida a la sazón por don Mariano Colmenar Huerta, para conmemorar, no ya el viaje, sino la publicación del libro. Hacía entonces 25 años de esa primera publicación, y la Diputación, que entonces contaba con un numeroso y entusiasta grupo de colaboradores culturales, se lanzó a memorar la obra celiana, con una serie apretada e interesante de actos, a los que se me ocurrió darle forma de crónica, que salió publicada en el semanario “Nueva Alcarria” de Guadalajara, a lo largo del mes de Octubre de ese año. Los actos y viaje conmemorativo, se prepararon para los días 6 y 7 de octubre que eran viernes y sábado, respectivamente. Previamente, gentes que llevaban años laborando por la cultura, en Guadalajara, como eran Angel Montero Herreros, Manuel Revuelta, Miguel Lezcano, José Antonio Suárez de Puga, Rodríguez Villasante, Luis Rodrigo, y otros varios, se movieron en la preparación de la cena, las conferencias, el paseo por la provincia, la realización y colocación de las placas conmemorativas, y el encuentro con el autor, a quien se le trajo desde Palma de Mallorca, donde entonces residía. De aquel viaje, que realicé junto a la comitiva oficial, pero por mi cuenta, y a lomos de un recién estrenado automóvil marca Seat modelo 600 E, guardé recuerdos, fotografías y amistades. Tan a lo libre como yo iban José Ramón López de los Mozos, Andrés Aberasturi, Jesús Campoamor, Dámaso Santos, Molleda, Javier Sanz Boixareu y Alfredo Villaverde Gil. Contaba el evento con la presencia de quien ya entonces era una figura consolidada de la fotografía, presidente de la Agrupación Fotográfica de Guadalajara, incansable en su trabajo de retratar la realidad de nuestra tierra: Santiago Bernal Gutiérrez, quien en calidad de fotógrafo oficial iba, y por lo tanto con capacidad para decirle al futuro Nobel donde y cómo tenía que ponerse para sacar las fotografías con mejor perspectiva. Consejos que siguió Cela durante un rato, cansándose enseguida, y haciendo el viaje a su aire. Bernal tuvo entonces que seguirle a cualquier precio, y apañárselas como mejor pudo para tomar las fotografías que inmortalizaran aquel periplo. 9

Entre las autoridades, figuraba el presidente de la Diputación, Mariano Colmenar Huerta, y Francisco Cortijo Ayuso, médico todavía de Pastrana, a la sazón diputado provincial. Añadiéndose encantado el amigo de Cela, aspirante entonces a la Real Academia, y gran escritor y poeta siempre, José María Alonso Gamo. En cada pueblo se unieron los respectivos alcaldes y curas párrocos, y en cada plaza y puente se unieron entusiasmados, felices y curiosos, los habitantes de cada pueblo. Siendo Pastrana, con el señorío de amabilidad que caracteriza a sus gentes, la que más público aportó al evento. El conjunto de conmemoraciones comenzó el viernes 6 de octubre con un acto literario en el salón de plenos de la Diputación Provincial, que estaba a rebosar de público, y en el que intervinieron, además de los amigos del escritor, quien en esos momentos pasaba por ser la luz más alta de la intelectualidad española, el médico, historiador, ensayista y antropólogo don Pedro Laín Entralgo, a quien pude saludar de nuevo, por haber sido alumno suyo un par de años antes y luego su pupilo en los cursos de Antropología de la Complutense. La conferencia de Laín, que tituló «Carta de un pedantón a un vagabundo por tierras de España» fue sin duda extraordinaria, hasta el punto de que al día siguiente la prensa de Madrid la calificó de sublime. Tras las fotografías de rigor, estrechamientos de manos, y algún que otro abrazo sonoro, siguió la celebración con una cena en el Hernando, donde corrió el cabrito y se repartieron unas jarras de recuerdo, bastas y alfareras, con el letrero en ellas grabado de “XXV Aniversario del Viaje a la Alcarria”. Al día siguiente, sábado ya, 7 de octubre, comenzó el viaje por la Alcarria que supuso un ir y venir imparable, y casi a matacaballo, por los pueblos por los que pasó el caminante Cela veinticinco años antes. Feliz se le veía a la puerta del parador de Torija, donde se tiró del cordel que descubría la primera placa, y donde subió a la habitación que le acogió antaño y allí se retrató junto a la cama de dorado cabecero con los dueños, ya ancianos, de la posada. Siguió la comitiva a Brihuega, y de allí a Cifuentes, bajando después a Gárgoles, donde paramos todos ante el parador, aquel donde Cela se entretuvo en mirar los dos perros (el uno galgo triste y el otro barbudo inquieto) que le acompañaron durante su afeitado y su comida luego. De allí a Trillo, a la puerta de cuya vieja posada sucedió el hecho de que Camilo colocara un orinal que había comprado antes en Brihuega sobre la cabeza de Alonso Gamo, cuando este acabó de leer un párrafo del libro. Porque eso fuimos haciendo, unos aquí, y otros allá, por las diversas localidades que visitamos. Leyendo fragmentos del “Viaje a la Alcarria” en sus contextos específicos. En Budia se rodeó Camilo de las gentes del pueblo, y junto con Colmenar, Lezcano y Villasante visitó la vieja cárcel y oscuro cuartucho donde pasó la noche por invitación expresa de su alcalde. Todos probamos los ricos crispines de la localidad, y de allí seguimos a Pareja, a La Puerta luego, pasando después por Sacedón, Tendilla, llegando finalmente a 10

Zorita y Pastrana, donde acabó la jornada, agotadora pero feliz. Y en ella estuvo, con su máquina analógica en la mano, atento a todo y a todos, Santiago Bernal, que fue quien más de cerca siguió la huella de Cela en este primer viaje conmemorativo. Las fotografías que entonces hizo Santiago quedaron guardas en los estuches de negativos de su archivo. Muy pocas llegaron a ser positivadas, y esas deprisa y corriendo, para cumplir el trámite de aparecer publicadas en alguna crónica o noticiero. La foto maravillosa que le hizo a Cela en una casa de Budia, ojeando un viejo libro manuscrito, mientras la anciana dueña parece fascinada o dormida junto al escritor, ha sido una de las que hemos podido admirar desde hace tiempo, entre otras cosas porque el autor la positivó para servir de contraportada interna a su libro antológico “Santiago Bernal, mirada viva”. La ocasión actual, en el setenta aniversario del viaje original de Cela, y en el año en que se cumple el centenario de su nacimiento, requería salvar definitivamente aquellas imágenes, aquellos instantes que Bernal captó y que se quedaron prendidos y guardados en un oscuro cajón de un remoto escritorio. La Diputación Provincial, atenta siempre a ese rescate de lo culto, de lo sabio y de lo auténtico de nuestra tierra, ha querido participar en los fastos celianos con el rescate de estas imágenes hasta ahora inéditas de Santiago Bernal. A quien contamos entre nosotros, cargado ya de años, sí, pero también crecido de honradez, de amistad y de sabiduría. No de dineros, porque este oficio de retratista, de notario de la realidad, de artista de las luces y las formas, de los encuadres y los perfiles, en blanco y negro además, desde los plásticos de los negativos antiguos, no da para enriquecerse. Pero sí para ganar amigos, admiradores y la fama justa que da el buen hacer y la medida. Por eso esta colección de imágenes que ahora Diputación rescata del viejo baúl de Santiago Bernal, y con modernas técnicas nos las pone ante los ojos, es un homenaje certero, grandioso incluso, que Guadalajara hace a la memoria de Camilo José Cela. Un aplauso que, con Bernal a la cabeza, todos damos al escritor gallego, al viajero de alcarrias, al amigo con quien todos disfrutamos y a quien convocamos de nuevo, con nuestro aplauso. Antonio Herrera Casado Cronista Provincial de Guadalajara

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Vivencias y anécdotas que vuelven a mi memoria viendo los negativos de aquel día

Después de haber pasado más de 25 años, mis negativos del “ Viaje a la Alcarria”, hechos en 1972 con motivo de la conmemoración del 25 aniversario del “Viaje a la Alcarria” Camilo José Cela, con su libro “Viaje a la Alcarria”; surge de una manera casual la publicación de un libro fotográfico sobre ese viaje. Quizás tenga yo mucha culpa de este problema, ya que no me gusta molestar pidiendo favores para mí, sobre todo en el periódo de casi cuarenta años en que fui presidente de la Agrupación Fotográfica de Guadalajara. A mí, gentilmente, me había invitado la Excma. Diputación Provincial, para ser el fotógrafo de la entidad. En dicho viaje, hice el recorrido completo, revelé mis carretes y los negativos quedaron archivados, hice un pequeño álbum con unas treinta fotografías, las que a mí más me gustaban. Un día del mes de marzo de 2016 tengo la visita de un familiar mío y su esposa. Me explican que quieren decorar su casa con fotos mías en blanco y negro. Les saqué dos o tres álbumes, fuimos viendo y comentando, al final saqué otros varios, y, entre ellos estaba el álbum del viaje con Cela. ¿Y éstas fotos?, me preguntaron, ¿que hiciste con ellas?. Nada, les comenté; pues archivar bien los negativos, nunca me pidieron nada relacionado con este tema, seguramente que recibirían el trabajo que realizaron cinco o seis fotógrafos, que cubrieron estos actos para una agencia. El marido de mi prima, maestro en Azuqueca, me pidió permiso para ofrecer este trabajo a la Fundación de D. Camilo en La Coruña, ya que había leído que le iban a preparar un homenaje a Cela con este motivo, y él pensó que podría interesarles. Pasados unos días me trajo una carta de la Fundación, en la que decían que llevara el trabajo a la Diputación, ya que en Guadalajara estaban preparando un homenaje al premio Nobel, y la colección seguramente les interesaría. Sin perder tiempo me puse en contacto con mi buen amigo, el periodista y escritor Jesús Orea, que como siempre me recibió con su fuerte abrazo. Él, a su vez,me puso en contacto con Plácido Ballesteros, Director de los Servicios Culturales de la Diputación de Guadalajara y máximo responsable del CEFIHGU (Centro de la Fotografía y la Imagen Histórica de Guadalajara), y con Paloma Rodríguez, Jefe de Sección de Archivo, Biblioteca y Fototeca de la Diputación. Allí vieron el trabajo, les gustó y decidieron hacer un libro fotográfico y una exposición, dentro de la que se va a celebrar con motivo del centenario de Cela en el Centro San José.

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Después de ésta síntesis de como se desarrolla la creación de este libro, contemos como viví yo esos días de 1972. Mentiría si no dijera la satisfacción que me produjo esta llamada, en aquellos años de mi apogeo creativo fotográficamente. No olvidaré el momento en que Luis Rodrigo, mi ilustre paisano, me comunicó: Prepárate, el Presidente D. Mariano Colmenar, te va a invitar a los actos del homenaje a Cela y vas a hacer un reportaje fotográfico en el viaje. No recuerdo con qué coche salí de Guadalajara, pero sí que recuerdo con nitidez que al poco de salir, al pasar por el camino que va desde la carretera nacional a Taracena, Camilo dijo: “ese caminito va a un lindo pueblo”. Al llegar a Torija, esperaban a la puerta de la posada el matrimonio de posaderos y muchos invitados; inmediatamente, el poeta Alonso Gamo, precisamente natural de Torija, se puso manos a la obra, leyendo el capítulo correspondiente a dicho pueblo de “Viaje a la Alcarria”. Desde el primer momento de hacer las primeras tomas a la puerta de la posada, vi que, hacer un buen reportaje, sería muy difícil para mí, ya que la gente se movía muy deprisa, con un suelo difícil de pisar bien. Unos para ver de cerca a Cela, otros con cámaras fotográficas colgando o entre las manos; ¿pero cómo hay tanta gente haciendo fotos?, me preguntaba yo; codazos, empujones, aquello parecía como si estuviera en la guerra. Después de muchos saludos, besos, apretones de manos y muchos momentos para retratar, los posaderos entraron en la casa con Don Camilo y el Sr. Colmenar. Yo me fui tras ellos, alguien cerró la puerta y empiezo a funcionar. Allí se podía trabajar, hice varias tomas tranquilísimo, nadie me estorbaba. Tomé la foto del armario que llegaba hasta el techo, la cama tan antigua con colchón de paja, y el posadero junto a los invitados posaron para mí. El camino hasta Brihuega no se hace muy pesado, al llegar al Palacio de Ibarra, en ruinas como consecuencia de la guerra, Don Camilo quiere descansar unos minutos, se sienta en el suelo recostándose en una de las tapias del palacio y todos nos tomamos un vinito. Hasta Cifuentes, no hubo mucho que destacar fotográficamente, sí al llegar cerca de Gárgoles de Arriba, dónde alguien nos informa que allí, entre tanta naturaleza, había existido una fábrica de papel especial e la que se fabricaban billetes por encargo del Banco de España. Cela se interesó por esta historia que escuchó atentamente. En Trillo, nada más entrar, se comentaba que Cela, siempre que le surgía echarse una siestecita, salía a relucir el tema “siesta con pijama y orinal”, algún acompañante lo venía comentando, y el caso es que apareció, sin saber de dónde ni como, una persona con un orinal en la mano. En un momento dado, el poeta Alonso Gamo le colocaba un orinal a Cela en la cabeza, “como un acto de coronación”; entre risas, camaradería y buen ambiente, seguimos la visita a esta localidad.

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En La Puerta y Durón siguieron las tertulias en grupos, disfrutando de bellos paisajes, asomándonos después por el viaducto hasta Budia. Llegamos a la plaza de Budia, donde espera mucha gente, incluso, un señor con su borriquillo está allí. El Señor Alcalde lee su correspondiente párrafo de el Viaje a la Alcarria y la gente se arremolina en torno a Cela. A mí se me ocurre hacerle una fotografía en la puerta de la cárcel, en la que estuvo preso en su primer viaje. Me acerco y le digo: “Don Camilo, me gustaría hacerle otra fotografía en la puerta de la cárcel, que ahora hay buena luz”, y él me contesta: “Pues vamos”. Nos dirigimos hacía el rincón de la plaza donde se encuentra el calabozo, y detrás nos sigue una legión de fotógrafos. Yo le quiero colocar como saliendo por la puerta y ya empiezan a destellar todos los flashes tras de mi, me molestan y les digo que me respeten, que esta es mi foto. No hacen mucho caso; cuando termino de colocarle, uno de la organización les dice con actitud autoritaria: “Ahora os esperáis a que nuestro fotógrafo termine su trabajo”. Yo hago un disparo, e inmediatamente vuelven los flashes. Don Camilo se pone en pie y dice muy fuerte: “¡Estoy hasta los huevos de tanto golpe de flash, y a pleno día. Esto es inaguantable!”. Don Mariano se acercó a él y le dijo: “Hombre Camilo, que te has dirigido a nuestro fotógrafo, que además no lleva flash”, a lo que Cela se disculpó. Cuando se calmó el ambiente, ocurrió algo más entrañable. Un señor del pueblo se me acerca y me dice:”¿Puede usted decirle al señor Cela que si hace el favor de venir a mi casa, para enseñarle un libro que tiene la señora que dicen que es un incunable?”. El hombre quería saber si era verdad y conocer su valor. A lo que le contestó Cela: ”vamos, vamos, antes de que las fieras nos “flaseen””. Cuando entramos a la salita, allí estaba la señora Nieves Falcón sentada, Don Camilo la saluda y le dice que le enseñe el libro. Cela se sienta a su lado, y mientras examina el libro, yo preparo la escena: una mesa redonda, un espejo grande ovalado y una ventana. Esa fotografía es la elegida para la portada de este catálogo. Entre Budia y Chillarón, a la orilla del pantano, hay un monolito, dónde descansamos y hay un amago de siesta, pero sin orinal. Es el lugar donde Cela dice que cantaba el búho. El alcalde lee su parte del Viaje. Es un lugar privilegiado. En Pareja, el encargado de leer el fragmento de la novela, fue el que años atrás me puso en contacto con el escritor y a través del cuál conseguimos un lote de ejemplares del Viaje a la Alcarria, dedicados personalmente por Cela. Que fueron entregados a los distinguidos fotógrafos que formaron parte del jurado del reconocido Concurso Nacional de Fotografía “Abeja de Oro”, organizado por la AfGu. Este amigo generoso y servicial es Don Miguel Lezcano Quiles. A Casasana, Cela se empeñó en subir andando; yo, por supuesto, le seguí, estaba acostumbrado a malos caminos, pero algunos se fueron quedando atrás. El recibimiento fue grandioso, “vivas” y aplausos del gentío entusiasmado fueron dedicados al caminante. 15

Don Mariano Colmenar pronunció unas palabras como agradecimiento a tan efusiva entrada y se fundió en un abrazo con Don Fabián Gabarda. Por Córcoles se hace una parada sin entrar al monasterio, desde las ventanillas del coche y en la lejanía vemos las tristes ruinas que siguen ahí. Como siempre, yo no me conformo y un voluntario se queda para acompañarme, hago dos o tres tomas y nos enteramos que, gracias a la labor de un sacerdote, D. Andrés Pérez Arribas, estas ruinas no fueron a más. En Sacedón, entramos para inaugurar la placa, que está puesta en lo que fue la gran posada, junto a otra plaquita con el nombre de la plaza, que es el de un ilustre español, “Ramón y Cajal”. Damos un paseo, visitamos la iglesia y tomamos un refrigerio. Comemos en el merendero junto al pantano. Recuerdo que en la mesa estaba con: Antonio Herrera Casado, Campoamor, Alfredo Villaverde y López de los Mozos, entre otros. La comida trascurrió con la alegría de los más jóvenes, con el cachondeo de un dibujo y una poesía que entregaron a Cela, que él recibió complacido. De Sacedón a Tendilla, la gente ya va cansada. La placa está muy cerca del bar, aprovechamos para tomar algo. Es una especie de placita, donde hay mucho espacio para charlar sin agobios. Yo me doy una vuelta por los soportales, que mantienen un sabor pueblerino, con sus gentes amables, de trato serio y sencillo. A Pastrana llegamos muy tarde. En el arco de entrada a la plaza, con vista al Palacio, está colocada la placa. Pastraneros e invitados, escuchan atentos el fragmento de “Viaje a la Alcarria” leído por “Josepe” Suarez de Puga. Terminado el acto de descubrir la placa, el protagonismo es para el Palacio Ducal, el de la princesa de Éboli. El Dr. Cortijo, con Montero Herreros, se encargan de enseñarnos el interior del mismo: sus artesonados, salas, balcones,... Están entusiasmados con la restauración que se le va a hacer. Algunos visitan la Colegiata y otros vamos al TeleClub, donde nos invitan a merendar. Debido a la hora, una parte de la comitiva da aquí por finalizado el recorrido, decidiendo volver a Guadalajara, y terminar en la plaza de la Cruz Verde, en la tienda del talabartero Montes. El resto nos vamos a Zorita, donde nos esperan para inaugurar la placa, que está en el arco de entrada al pueblo. La gente está muy contenta de nuestra llegada. En el bar nos dedican una copa y a algunos aún les quedan fuerzas para bailarse unas jotas. Y aquí termino el relato de un viaje de un día de octubre de 1972, corto pero intenso, lleno de momentos que les presento a través de mi cámara.

Santiago Bernal

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Fotografías

Fachada principal del Palacio del Infantado. Fue bombardeado en 1936, aunque se restauró pasados unos treinta años.

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Tienda del talabartero Montes. Este es Luisito, el niño que Cela vió entre lonas y cueros.

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Terreras sobre el Río Henares.

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Edificio característico de la época situado en la Plaza Mayor.

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“Arco de Bejanque”, restos de la muralla de la ciudad, en la que había construida una vivienda.

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Concatedral de Santa María.

Llega Cela a la puerta de la posada. El poeta Alonso Gamo le da la bienvenida.

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A su llegada al pueblo, fue recibido bajo la placa en la posada. Inmediatamente Cela recordaba el primer viaje junto al posadero y el poeta Gamo. 24

En la posada hay una cama que Cela quiere ver. Mientras elogian a la misma, D. Camilo se sienta en ella y posa junto a Colmenar y el posadero. 25

Camilo J. Cela firma un ejemplar de su libro, que le presentaron los posaderos.

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Los dueños de la posada que atendieron a Camilo en su primer viaje.

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Cela camina por el pueblo acompañado por el Alcalde. Derecha: Arco de la Cadena, En lo alto figuran dos placas: una que recuerda las heroicas batallas de diciembre de 1710, y otra de la Guerra Civil de 1936. 28

pie de foto lorem impsum cadaques porque me da la gana

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Arco de los restos de la muralla.

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Jardín de la Real Fábrica de Paños, que tanta fama le dió al pueblo como “jardín de la Alcarria”.

Plaza del Coso.

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Charlando con el alcalde por las calles del pueblo.

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La iglesia parroquial en lo alto del cerrete nos da la bienvenida.

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Una mujer posa bajo la placa conmemorativa.

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Muchos fueron los que pidieron a Cela una dedicatoria.

D. Camilo y Luis Rodrigo charlan con las lugareñas.

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La comitiva escucha atentamente al alcalde de Cifuentes. Izquierda: Vista panorámica de Masegoso con las Tetas de Viana al fondo. 37

Placa conmemorativa junto al típico balcón de la casa de Arbeteta.

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Plaza Mayor, al fondo la iglesia de El Salvador.

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La balsa.

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Convento de Santo Domingo, actualmente rehabilitado.

Junto a las casas del pueblo está la “balsa”, que alimenta el Río Cifuentes, afluente del Tajo. Extraordinario criadero de truchas.

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El alcalde lee el fragmento correspondiente de “Viaje a la Alcarria”. Derecha: Típicas bodegas de Gárgoles de Arriba. 42

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Iglesia parroquial y balconada típica de Gárgoles de Abajo. Derecha: Muchacha lavando en el Puente del Río Cifuentes. 44

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Puente sobre el Río Tajo. Derecha: Tras una amena anécdota sobre las siestas de D. Camilo, éste coloca al poeta Gamo un orinal en la cabeza. 46

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Puente de un solo ojo sobre el Tajo. Derecha: La alcaldesa de La Puerta saluda a D. Camilo a su llegada al pueblo. 48

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Retrato frente a la placa.

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Arriba y derecha: La comitiva posa frente a este característico paisaje rocoso del pueblo.

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pie de foto lorem impsum cadaques porque me da la gana 52

Ayuntamiento y fuente de Durón. Izquierda: Vista de La Puerta. 53

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Recibimiento a Cela en la plaza de Budia. Izquierda: vista general con el embalse de Entrepeñas al fondo. 55

El alcalde lee el libro que alguien le sujeta, y el público escucha atentamente.

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En la puerta de la cárcel.

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Una mujer se asoma a esta típica calle alcarreña. Derecha: Cela examina junto a Nieves Falcón un antiguo libro en su casa. 58

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Edificio de las Carmelitas a las afueras del pueblo.

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En un lugar entre Budia y Chillarón, el alcalde lee un fragmento de “Viaje a la Alcarria”.

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En este corro, Don Camilo recordaba a la hija de la posadera. Izquierda: En este paraje, es donde Cela dijo: “este es el lugar donde cantó el búho”. 63

Junto a Cela, el hijo de Fabián Gabarda, aquel vecino que le acompañó por el campo hasta Córcoles.

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Ruinas del Monasterio de Monsalud de Córcoles. 65

Monasterio de Monsalud.

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La placa conmemorativa acompaña a la de otro ilustre español.

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Típicos soportales de Tendilla. Derecha: Torre de la iglesia parroquial. 68

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Soportales, arquitectura típica de Tendilla.

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Fuente de los Cuatro Caños.

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Retrato del Tío Remolino a las afueras de Pastrana. Izquierda: El grupo escucha a Suarez de Puga en el arco de entrada a la plaza. Al fondo el Palacio Ducal. 73

Ambiente festivo frente a la iglesia.

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Ruinas de Recópolis.

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Arcos de las ruinas de Recópolis. Derecha: Placa recién descubierta en el arco de entrada a Zorita. Último pueblo de nuestro recorrido.

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Díptico del Homenaje a Camilo J. Cela que la Diputación le dió con motivo del XXV Aniversario de Viaje a la Alcarria,

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con distintos actos programados los días 6 y 7 de octubre de 1972.

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Izquierda: Santiago fotografiado por Caloto en 1979. Arriba: Santiago fotografiado por Paula M.L. durante una de las reuniones de trabajo para la digitalización de sus negativos. Abajo: Dedicatoria de Cela a Bernal : “ A Santiago Bernal Gutiérrez, a medias conmigo en nuestro común amor a la Alcarria. Con un abrazo, Camilo José Cela”. 80

Santiago Bernal, fotógrafo amateur en el más amplio sentido Nacido en Santiuste de San Juan Bautista (Segovia) en julio de 1927, lleva más de cincuenta años viviendo en Guadalajara. Relojero de profesión, entra en el mundo de la fotografía por afición, siendo totalmente autodidacta. Desde hace muchos años está reconocido como una de las grandes figuras de la fotografía artística española, habiendo conseguido importantes premios y siendo valorada y expuesta su obra en exposiciones y libros. En 1961 se hace socio de la Agrupación Fotográfica de Guadalajara (AfGU), y en 1968 es elegido presidente de la misma, permaneciendo en el cargo casi cuarenta años. Entre la infinidad de premios y distinciones, cabe destacar: 1963: Primer premio Certamen Tomás Camarillo de Guadalajara, premio que ha recibido en varias ediciones del mismo (1964,1965,1967,1970, 1971). 1965: Segundo premio en el Salón Nacional de El Ferrol. Primer premio en el Salón Nacional de Santander. Premio de Honor en el Concurso San Ignacio de Cádiz. Premio de Honor en el Trofeo Cervantes de Alcalá de Henares (y en 1966 y 1968). Primero en Concurso Nacional de Talavera de la Reina (y en 1966), entre otros varios. 1966: Segundo premio en el Concurso “Rosa de Reus“ (Tarragona). Primer premio en el Concurso Nacional de Martorell (Barcelona)( y 1967). 1967: Primer premio en el Concurso Semana Santa de Sevilla. Participa en el Salón Internacional de Charleroy (Bélgica) y Cremona (Italia). 1968: Tercer premio en el Primer Salón Europeo de fotografía deportiva (Tarragona), segundo en el concurso de Sant Fost de Campsentelles (Barcelona), segundo premio en el trofeo Egara de Terrassa. A partir de 1968 participa como miembro de jurado en varios concursos fotográficos de gran prestigio nacional como: Salón nacional de Burgos, salón fotográfico de noveles de la Real Sociedad

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Fotográfica de Madrid (RSFM), concursos “Cañailla de Oro” de San Fernando (Cádiz), concurso nacional de San Mateo en Castellón, concursos nacionales de “César Augusto” de Tarragona, certamen de fotografía de Berlanga de Duero, salón internacional San Fermín de Pamplona, premio nacional Ciudad de Cuenca, trofeo internacional de San Sebastian (Guipúzcoa), concurso nacional de fotografía deportiva Alto Duero de Soria, certamen Michelín de Aranda de Duero (Burgos), certamen Jóvenes Artistas de CLM, certamen Internacional de Fotografía Apícola de Azuqueca de H., y en otros tantos certámenes repartidos por toda la geografía española.

1969: Primer premio en el Salón San Juan Bosco de Burriana (Castellón).

1970: Premio especial Paisaje en el concurso de Esparreguera (Barcelona). Segundo premio en el concurso Abeja de Oro de Guadalajara. Medalla de Bronce de la Obra Sindical E y D. 1972: Es nombrado vocal del Patronato Provincial de Cultura “Marqués de Santillana”, Guadalajara. Participa en II Viaje a la Alcarria de Camilo José Cela como fotógrafo, invitado por la Diputación de Guadalajara. 1973: Se publican sus fotografías en el libro “Danzas, rondas y música popular de Guadalajara” de Antonio Aragonés Subero. 1976: Se publican sus fotografías en los libros “Guadalajara en su folclore” de J.R. López de los Mozos y “Guadalajara y su provincia”. 1985: La Confederación Española de Fotografía le nombra Presidente-Delegado, cuyo cargo sigue ostentando hasta 2005. De 1986 a 1996, sigue participando como jurado en varios certámenes nacionales, aunque destaca en este periodo la realización de varias exposiciones de su obra, como en Charleville-Mezieres (Francia), Ceuta, Segovia, Reus, y su trabajo sobre El Rastro Madrileño en la AfGU (Guadalajara),... Y la publicación de sus fotografías en varios libros, como: el libro “Memoria 1989” editado por la Diputación de Guadalajara, en la Mostra estatal de Arte Contemporáneo de Reus, en el libro “El auto religioso en España” editado por la Consejería de Cultura de la C. de Madrid,...

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1994: Recibe un Homenaje Nacional por parte de la Confederación Española de Fotografía como reconocimiento a su labor fotográfica. 1997: Realiza una exposición retrospectiva de su obra en la sala de la AfGU. 2000: Participa en la exposición colectiva “Memoria y Modernidad”, itinerante por las capitales de Castilla la Mancha. Se selecciona obra suya para el libro “Fotografía y fotógrafos del S. XX en CLM”.

2003: Se publican obra suya en el libro “Historia del Arte de Castilla la Mancha en el S. XX”.



2004: Primer premio en el concurso nacional Abeja de Oro de Guadalajara.

2005: Publica su primer libro monográfico “Santiago Bernal: Mirada Viva”, realizado como homenaje del Centro Segoviano de Guadalajara a su persona, editado por Aache ediciones. 2006: Recibe la Placa de Reconocimiento al Mérito Regional por su prestigioso trabajo fotográfico y su demostrado amor a esta tierra, por parte del consejo de gobierno de Castilla la Mancha. 2009: La Federación Internacional de Arte Fotográfico (FIAP) le hace proclama Excelencia de la FIAP “EsFIAP” por su trayectoria fotográfica. 2011: Publica el libro de autor “Santiago Bernal, La Caballada de Atienza”, editado por la Junta de Comunidades de Castilla la Mancha. Actualmente dedica largas horas a organizar, recordar, documentar y digitalizar sus fondos fotográficos, para que en un futuro su legado fotográfico pueda ser disfrutado por todo el mundo.

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Agradecimientos:

A la Excma. Diputación Provincial de Guadalajara, que primero me invitó a hacer el II Viaje a la Alcarria en 1972, y ahora, me ha propuesto realizar esta exposición y libro fotográfico con motivo del Homenaje a D. Camilo por el centenario de su nacimiento. A D. Mariano Colmenar Huerta y D. Luis Rodrigo Arribas, Presidente y Vicepresidente de la Diputación que me hicieron la primera invitación.

A Plácido Ballesteros, Paloma Rodríguez y Jesús Orea, funcionarios del Servicio de Cultura de la Diputación y responsables técnicos de la exposición-homenaje a Cela y de la inclusión en ella de mi colección fotográfica. A Luis Rodríguez de Agustín, por su gestión para esta publicación. A Miguel Lezcano, por ser el primero que me puso en contacto con Cela.

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