Título: Pensamiento de Justicia Social en “Mi Raza” de José Martí. Autores: Profesora Auxiliar Maritza Benítez Mazaira MSc. Yulianne Rodríguez Zorrilla Centro de Procedencia: Universidad de Ciencias Pedagógicas “Frank País García” Resumen Cuando Martí tenía alrededor de 9 años, pasó unas vacaciones junto a su padre, en la región de Hanábana y allí se percató, por primera vez, de la crueldad del régimen esclavista imperante en Cuba, cuando vió como se azotaba despiadadamente a un negro. Años más tarde diría: ¿Y los negros? ¿Quién que ha visto azotar a un negro no se considera para siempre su deudor? Yo lo vi, cuando era un niño, y todavía no se me ha pagado en las mejillas. La vergüenza, (…) yo lo vi y me juré desde entonces su defensa. Podemos plantea que los crueldades de la esclavitud y el estallido de la guerra de independencia de 1868 repercutieran profundamente en la formación del joven Martí. Es por ello que con esto trabajo “Pensamiento de Justicia Social” en “Mi raza” de José Martí, nosotros queremos expresar algunos de los aspectos de cómo José Martí abarca este tema. Introducción En una ocasión, cuando Martí tenía alrededor de 9 años, pasó unas vacaciones junto a su padre en la región de Hanábana y allí se percató, por primera vez, de la crueldad del régimen esclavista imperante en Cuba, cuando vio como se azotaba despiadadamente a un negro. Años más tarde diría: ¿Y los negros? ¿Quién que ha visto azotar a un negro no se considera para siempre su deudor? Yo lo vi, cuando esa niña, y todavía no se me ha apagado en las mejillas la vergüenza (…) Yo lo vi y me juré desde entonces su defensa… Podemos plantear que las crueldades de la esclavitud y el estallido de la guerra de independencia de 1868 repercutieran profundamente en la formación del joven Martí. Oponiéndose a los prejuicios de su época, Martí criticó duramente toda manifestación de racismo y señaló que era una forma eficaz de dividir a los cubanos y, por ende de frenar la Revolución. Para él no había razas inferiores. Todos los hombres eran iguales y sólo se distinguen entre si por la actividad que asumieran ante la vida. El tema de la igualdad racial e intercultural ha sido muy trabajado en el contexto del ideario emancipador de José Martí. En relación con esta temática es importante destacar que Martí, situándose también en la línea del pensamiento revolucionario cubano que le precede, lo supera con creces. En primer lugar porque introduce las bases de una nueva identidad cultural y la autoconciencia nacional cubana y latinoamericana al plantear que es precisamente en el carácter mestizo de la cultura en el Nuevo Mundo donde está el

origen de los rasgos que distinguen a nuestros pueblos en el plano universal y la fuente de las mejores cualidades. Lo que distingue a Martí en este aspecto esencial del proceso de integración nacional, es precisamente el hecho de que, al partir de la idea de que la Revolución tenía como objetivo supremo fundar un pueblo sobre la base de desarrollo su identidad cultural y nacional como proceso nunca acabado, su programa social tenía que salir al paso de las tendencias racistas y nacionalistas estrechas que habían resultado consecuencia de siglos de dominación colonial y esclavista. No es casual que, durante su año de estancia como conspirador en Cuba, Martí estableció estrechas relaciones con Juan Gualberto Gómez y más tarde lo designará como su representante en la isla y delegara en él la responsabilidad de trasmitir la orden de alzamiento. Las posiciones de Juan Gualberto Gómez y Martí en torno a cómo enfrentar, en la práctica social, la tarea de fundar el nuevo pueblo cubano desde las perspectivas de la integración nacional y cultural en un país heterogéneo surgido de la violencia con que se interrumpió su natural desarrollo coinciden en lo esencial, Juan Gualberto Gómez fue una de las figuras más destacada en la lucha contra la discriminación racial, desde posiciones no exclusivistas determinadas por una concepción integradora de la cultura y la nacionalidad cubana, concebida en su esencia mestiza. Entre los argumentos que Martí expone en el debate ideológico en el interior del PRC, en relación con la integración social vale la pena destacar los siguientes presupuestos. La necesidad de demostrar que las concepciones hechas por España, obligados por las circunstancias, no harían olvidar a las manos negras y mestizas que lo habían alcanzado en el orden de la libertad y la igualdad había sido el resultado de la lucha conjunta de blancos y negros por la independencia nacional. La discriminación racial que había referido racial que había sufrido la población negra y mestiza de la isla y el crimen de la esclavitud que la engendraba, no podían generar, por muy justificado que esto pudiese parecer dados los sufrimientos que habían padecido y padecían los negros y mestizos, el odio indiscriminado hacia el blanco y una suerte de prejuicio de signo contrario. La población negra y mestiza tenía el derecho y el deber de organizarse para luchar por la plena igualdad que aún estaba muy lejos de haber sido alcanzada; pero esas organizaciones podían y debían incorporar también a los blancos que defendían los mismos principios. La lucha por la igualdad entre blancos y negros no podían dar resultados definitivos y verdaderos ni como premisa mayor no incluía la lucha por la independencia nacional. En 1892 en un comentario sobre la igualdad, Martí se solidariza abiertamente con las posiciones asumidas por el directorio de la raza, organizada por Juan Gualberto Gómez, sintetizando los puentes esenciales de las ideas de su entrañable amigo, al saludarla publicación de la igualdad que este fundara, destacando que: …Aparece en Portuondo J. A. Teoría Martiana del Partido revolucionario, Casas de las Américas, mayo, junio. La Habana, 1975… No venía a levantar, vino a impedir que se levantaran con el remedio seguro de la justicia; no venía a hacer armas contra la libertad, del accidente infortunado del color, vino a poner el color de la libertad, aún por encima de los desdenes más pueriles e imprudentes (…) para los cubanos de cala, sino a que sobre la que los cubanos de un color tuviesen derechos especiales sobre los de otro color. Este viene a defenderla igualdad, sea bienvenida. Martí página 49. El artículo “Mi Raza” de Martí, contra el racismo apareció publicado el 16 de abril de 1893 en Patria (el periódico que Martí fundó en Nueva Cork con el objetivo de impulsar la lucha por la independencia de mi patria; de ahí la razón del nombre del periódico.

De 1892-1893 Martí tiene un amplio peregrinaje revolucionario por Haití, Jamaica,---, Filadelfia, Nueva Orleáns, Santo Domingo, Haití de nuevo y Costa Rica. Como planteamos anteriormente este artículo se publica a un año y seis días de creado el PRC, todavía en la etapa de preparación de la Guerra Necesaria (tregua fecunda o Reposo Turbulento) donde se produjeron en Cuba una serie de transformaciones en lo económico, político y social que permitieron el predominio de las relaciones capitalistas de producción en el país. A pesar de que en 1886 España se vio obligada a abolir la esclavitud, los esclavos liberados se convirtieron en obreros asalariados, en la inmensa mayoría; esta integración consolidó la formación de la clase obrera en el país, pero las emancipadas quedaron separadas de los demás clases sociales por una serie de barreras: discriminadas, humilladas, explotadas, constituían un sector aparte de la sociedad colonial. De ahí que el llamamiento de la Revolución para continuar la obra por la independencia, encontró en ellos apoyo incondicional. Y es precisamente por todo esto que Martí en 1893 en las páginas de Patria, expone el principio esencial del proyecto social de la Revolución Cubana en lo que a integración ---cultural y racial se refiere, el artículo “Mi Raza”, es --- por tanto, del debate ideológico en el seno del PRC y de la campaña que sus integrantes debían precisar para esclarecimiento de las masas tanto en la emigración como sobre todo en el interior de la isla. El hombre no tiene ningún derecho especial porque pertenezca a una raza u otra: dígase hombre y ya se dicen todos los derechos (…). Todo lo que divide a los hombres, todo lo que los especifica, aparta o acorrala es un pecado contra la humanidad (…) En Cuba no hay temor alguno a la guerra de razas. Hombre es más que blanco, más que mulato, más que negro (…) El mérito, la prueba potente y continua de cultura, y el comercio inexorable acabarán por unir a los hombres. En Cuba hay mucha grandeza en negros y blancos. En este artículo, Martí expone la concepción que tiene de raza y se nos revela una vez más, como un enérgico antirracista. Recuerda los versos sencillos en que alude a la tremenda impresión que siendo un niño le causó la contemplación de los horrores de la esclavitud, por lo que juró lavar con su vida el crimen o el poema dramático Abdala en el que mediante el personaje principal, el propio autor se identifica con el héroe. Pensamiento Concepción martiana acerca de la justicia social en el texto “Mi Raza” presente en el Cuaderno Martiano # 2. La justicia social comprende el conjunto de decisiones, normas y principios considerados razonables de acuerdo al tipo de organización de la sociedad en general, o en su caso, de acuerdo a un colectivo social determinado. Comprende por tanto el tipo de objetivoscolectivos que deben ser perseguidos defendidos y sostenidos y el tipo de relaciones sociales consideradas admisibles o deseables, de tal manera que describan un estándar de justicia legítimo. Un estándar de justicia sería aquello que se considera más razonable para una situación dada. Razonable significa que determinada acción es defendible ante los demás con independencia de sus intereses u opiniones personales, esto es, desde una perspectiva imparcial; así para justificar algo hay que dar razones convincentes que los demás puedan compartir y comprender. La igualdad social es una situación social según el cual las personas tienen las mismas oportunidades o derechos en algún aspecto. Existen diferentes formas de igualdad, dependiendo de las personas y de la situación social particular. Por ejemplo: igualdad entre personas de diferentes sexos; igualdad entre personas de distintas razas; igualdad entre los individuos de otras especies; igualdad entre personas discriminadas o de

distintos países con respecto a las oportunidades de empleo; igualdad de diferentes razas respecto a derecho de tránsito, de uso de transportes públicos o de acceso a la educación. Con respecto a esto, hablar desde o a partir de Martí implica una profunda responsabilidad cívica y un compromiso ético inedulible. A José Marti en su etapa de formación hasta la cima de3 su pensamiento y práctica en política le acompañó una concepción muy realista de democracia y justicia- social. Proclamar una democracia con todos, era una meta muy revolucionaria en aquella época. Marti proclamaba una democracia con el propietario y con el desposeído, con el instruido y con el analfabeto, con el blanco, con el negro, con el indio, con el mulato y con el mestizo, con el hombre y también con la mujer. Concibe que solo hay honra en la satisfacción de la justicia y que solo obedeciendo estrictamente a la justicia se honra a la patria. Declara además que en los pueblos libres, el derechota de ser claro. En los pueblos dueños de sí mismo, el derecho ha de ser popular. Lo que reafirma en el escrito “Mi Raza” al plantear criterios como los siguientes:
El hombre no tiene ningún derecho especial porque pertenezca a una raza u otra: dígase hombre y ya se dicen todos los derechos (…). Todo lo que divide a los hombres, todo lo que los especifica, aparta o acorrala es un pecado contra la humanidad (…)
La paz pide los derechos comunes de la naturaleza: los derechos diferenciales, contrarios a la naturaleza, son enemigos de la paz.
En Cuba no hay temor alguno a la guerra de razas. Hombre es más que blanco, más que mulato, más que negro (…)
Los hombres verdaderos, negros o blancos, se tratarán con lealtad y ternura, por el gusto del mérito, y el orgullo de todo lo que honre la tierra en que nacimos, negro o blanco.
Muchos blancos se han olvidadota de su color; y muchos negros. Juntos trabajar, blancos y negros, por el cultivo de la mente, por la propagación de la virtud, por el triunfo del trabajo creador y de la caridad sublime.
En Cuba no habrá nunca guerra de razas.
En Cuba hay mucha grandeza en negros y blancos. En este artículo se nos revela una vez más, como un enérgico antirracista. Hace un profundo y fundamentado análisis contra la discriminación racial y a favor de la unión de todos los cubanos para la tarea común de hacer una nación justa e independiente. Aclara mediante su concepción de justicia social para que ya no exista confusión que decir hombre es decir derechos, de lo que se deriva su criterio de igualdad, equidad y oportunidades para todos. Hace evidente el rechazo a la discriminación por raza, sexo, edad, credo u origen. Plantea la identificación que debe de existir entre los cubanos, independientemente de su color, asegurando además que en Cuba no existe racismo ni existirá. Por último destaca que negros y blancos como, hombres deben de estar unidos a favor de la transformación de la realidad para la construcción de un sociedad y patria socialista cada vez mejor en su calidad humana. Y que existe en su país grandeza tanto en unos como en otros debido a que han luchado juntos para conseguir la preciada libertad. En cuanto a la vigencia de su concepción acerca de la justicia social presente en “Mi Raza” se puede plantear que sirvió de inspiración a cuantos a lo largo del siglo XX batallaron por una Cuba mejor. Cuanto acto justo y de conquista ha alcanzado la Revolución Cubana está en el camino de los postulados martianos. La Revolución ha alcanzado elementales derechos y garantías para todos los ciudadanos de cualquier etnia y origen. Ha desarrollado una lucha por erradicarlas diferencias en el

status social y económico de la población, demostrado está en el capítulo 6 y 7 de la Constitución de la República donde se plasma la igualdad, derechos y deberes y garantías fundamentales para todos los ciudadanos páginas 21,23; artículo 42, 43, 44, 50, 51, 53. Como resultado de este colosal esfuerzo por lograr el más alto nivel de justicia para nuestro pueblo y propiciar la más plena igualdad de oportunidades para todos se han producido como frutos de los programas de la Revolución transformaciones radicales en todos los niveles de la enseñanza, así como también en la capacidad de in fluir en la formación de valores desde la escuela, entre las que se encuentran:
La utilización del televisor, el video y los laboratorios de computación en las escuelas.
Se crearon los cursos de superación integral para jóvenes de 17 a 30 años que no estudian ni trabajan.
La universalización de la educación superior.
Surgimiento de la Universidad de Ciencias Informáticas.
Los programas desarrollados para convertir las prisiones en escuelas.
La Universidad para todos convertida en la más masiva y variada universidad del país.
La ampliación de los Joven Club.
Surgimiento de los canales educativos.
Inauguración de la escuela de Autismo. Todo ello se corresponde con la batalla de ideas que se lleva adelante, que es la batalla del humanismo contra la deshumanización, la batalla de la hermandad y la fraternidad contra el mas grosero egoísmo, la batalla de la justicia contra la mas brutal injusticia, la batalla por nuestro pueblo y la batalla por otros pueblos. Para realizar el análisis en las aulas es necesario haber orientado con anterioridad la lectura del artículo y el trabajo con el vocabulario para que haciendo uso del diccionario busquen el significado de las palabras de difícil comprensión como son:
Raza; racista; redención. Redundante; sensato; envanecerse.
Ventura; inhabilite; alega.
Galos; plenitud. En el aula se orientará la lectura en silencio o si se prefiere se llevan fragmentos seleccionados en tarjetas para que sean leídos por diferentes estudiantes.