ECOGNICION GABINETE DE ECOLOGIA DEPARTAMENTO DE CIENCIAS BIOLOGICAS UNIVERSIDAD CENTRO DE ALTOS ESTUDIOS EN CIENCIAS EXACTAS

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ECOGNICION EDICION COMPILATIVA DE OBRAS DE ECOLOGIA

GABINETE DE ECOLOGIA DEPARTAMENTO DE CIENCIAS BIOLOGICAS UNIVERSIDAD CENTRO DE ALTOS ESTUDIOS EN CIENCIAS EXACTAS

UNIVERSIDAD CAECE ECOGNICION EDICION COMPILATIVA DE OBRAS DE ECOLOGIA

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Lic. Nicolás Paíetta DECANA ACADEMICA Lic. Amalia González

DEPARTAMENTO DE CIENCIAS BIOLOGICAS

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¡¡1|¡¡ COMITE CONSULTIVO Lic. Claudio Dámele Lic. José Ferrer L»c. Inés Gómez Lic. Julio Hurrell Lic. Juan Iwaszkrw Lic. Alejandro Malparí ida Lic. Alberto Morán

DIRECTORA Lic. Amalia González

Lic. Claudia Aguilar

GABINETE DE ECOLOGIA Lic. N. Luis Jácome Lic. Alejandro Scataglím

ECOGNICION es una Edición Compilativa de Obras de Ecología de Publicación Aperiódica. Correspondencia a Av. de Mayo 1396 4to. piso (1085) Capital Federal, Argentina. Derechos Reservados. Registro de la Propiedad Intelectual (en Trámite). Prohibida la reproducción total o parcial, por cualquier medio, sin la previa autorización de la Dirección. Los artículos firmados no expresan necesariamente la opinión de los Directores.

CAJRACTERISTICAS DI LA OBRA 1 ENSTRUCIONES PARA SU ARCfflVQ Y CONSULTA 1 .Esta obra ha sido Editada con elpropósito quepueda ser utilizada como consultor por estudiantes, técnicos, docentes e investigadores de ecología y disciplinas afines, 2. Para tal fin, se ka recurrido a un sistema- de entrega de textos impresos en hojas perforadas, con la intención que el usuario tas incorpore en una carpeta anillada de formato adecuado. 3. Para archivar el material adquirido debe considerarse; a)Número de Tomo b) Sección a la que pertenece cada porte de la entrega (Investigación, Divulgación, Eventos, Bibliografía, Materiales y Métodos, Actividades). c) El número de páginas (que se entrega enforma correlativa para cada Sección), deberá ser ordenada correlativamente de menor a mayor, computando todas las referencias y dígitos impresos en el margen inferior, incluida la fecha de entrega. d) En cada Edición y cada vez que se inaugure una Sección, se remitirán las TapasGuía. en donde se especificará claramente el nombre correspondiente. c) El orden de disposición de las Secciones es a elección del Usuario según su comodidad. No obstante, la Dirección sugiere el siguiente arreglo: INVESTIGACION, DIVULGACION, MATERIALES Y METODOS, BIBLIOGRAFIA, EVENTOS, y por último ACTIVIDADES. 4. Apenas recibida cada Edición realice el archivo según las instrucciones dadas, esto evitará posibles pérdidas. 5. El control de las páginas perforadas (incorporadas en cada entrega) indica la cantidad total de hojas contenidas en cada tomo y sus secciones. Este Control será remitido a los suscriptores yío lectores anualmente.

PAUTAS METODOLOGICAS PARA LA DESCRIPCION DEL COMPORTAMIENTO Alejandro R. Mcüpartida y Julio A. Huirell 2

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Cátedra de Etologí» y Sección Ecología Bkxmltural de la División Etnografía, Facultad de Ciencias Naturales y Museo. Universidad Nacional de La Plata. Paseo del Bosque s/N .1900 La Plata. Argentina. Cátedra de Evolución, Departamento de Ciencias Biológicas. Universidad CAECE. 1

2 3

Comisión de Investigaciones Científicas (CJ.C) de la Provincia de Buenos Aires, Argentina. Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET) de la República Argentina.

1. EL COMPORTAMIENTO Y SU DESCRIPCION En 1969 ErnestHaeckel brindó el contexto teórico en el cual: el quehacer ecológico cobró significado. Según su definición de ecología, este quehacer comprende el estudio de las relaciones de los organismos con su entorno. Desde entonces ese concepto se deslindó, con alguna confusión y cierta premura (Lorenz, 1985), de la noción de etología propuesta en 1854 por Etienne Goeffrey Saint-Hilaire (Labeyrie, 1974). Este último define la etología como el estudio de las costumbres de los animales en su ambiente, haciendo de esta aproximación un complemento indispensable de las investigaciones de laboratorio. Con anterioridad; en 1809, Lamarck había dado un gran impulso a estas ideas identificadas hoy con la ecología y la etología: declara la necesidad de estudiar a los seres vivos en relación a las circunstancias en las que viven y el papel fundamental del hábito y las acciones de los animales en la transformación de la organzación viviente (Lamarck, 1873). Por ese entonces, Lamarck fundaba la teoría de la evolución. La separación entre los campos de observación de la ecología y de la etología se profundizó a lo largo del tiempo. Hoy en día se pueden configurar dos situaciones bien marcadas: los ecólogos estudian aquellas cuestiones que tienen que ver con la economía de la naturaleza (Thienenmann, 1965) y los etólogos estudian los actos de conducta y el comportamiento (Tinbergen 1975). A pesar de ser concebidas separadamente, ambas disciplinas se vuelven complementarias en la actualidad. Ciertamente, ECOGNICION N* I TOMO I

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las ideas en torno al comportamiento (o a los predicados que surgen con relación aél) no son muy claros. Es posible hablar de comportamiento sin hacer referencia al entorno? El trabajo etológico siempre ha sido considerado como una actividad que combina especial curiosidad y sensibilidad del naturalista en la observación (Smith, 1982). Una forma de conocer que, por ser "especial", es muchas veces poco explícita o explicitable. Por lo general se trata de un pasaje directo de la observación al enunciado y, en ciertos casos, se pretende adjudicar mayor "objetividad" a la observación cuanta más experiencia (en el sentido de encuentro similares) haya vivido el observador. Una de las nociones* de base en el estudio del comportamiento animal es el concepto de display, enunciado por Huxley en 1914 (Eibl-Eibesfeld, 1974). Este tiene que ver, de modo general, con una conducta que muestra cierta frecuencia y forma, operando como señalador social. Los display son considerados generalmente desde el punto de vista causal lineal o unidireccional (A — > B) o causal bidireccional o interactivo (A B) y como pautas de acciónfijas.Lo que se pone en evidencia al considerar el comportamiento desde estas diferentes perspectivas, es que el comportamiento se toma por un producto discontinuo. Sea considerado el display como acción unidireccional que influye sobre el comportamiento de otro organismo, o sea considerado interactivamente, ambas perspectivas tienen que ver con el trazado de redundancia en la estructura de una serie de repertorios o comportamientos. Sin secuencia de comportamientos no hay posibilidad de especificar redundancias y sin estas no hay posibilidad de demarcar el display. Estas perspectivas acciónales o interaccionales no tienen que ver con considerar que en el intervalo del display no hay comunicación, ni conducta. La problemática reside en caer en la ingenuidad de algunos realistas y confundir el signo (que porta el mensaje) con el grado de significación (si logra tenerlo), obtenido a partir de la información generada en la observación del referente en cuestión. Así mismo, la aplicación de un criterio interactivo permite concebir la orientación de las acciones de un individuo (dentro de una amplia gama de probabilidades) como el resultado de la intensidad y dirección de los estímulos, puesto que en ese esquema se reduce materialmente la noción de información a la de mensaje. Es así como, en última instancia, se vuelve altipode situación A —> B, analítica casual del comportamiento. Por el contrario, si entendemos el comportamiento como un proceso comunicacional y sistémico la apreciación de la situación comportamental se modifica substanECOGNICION N* I TOMO I

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cialmente. Desde un punto de vista comunicacional no es posible partir de la forma (apariencia exterior) del sistema de comunicación para llegar a su estructura (interior, subyacente) en la cual una señal, un estímulo, sea indicativo o no, cobra significación. Sólo en ese contexto de significación es posible discriminar instancias puntiformes de comportamiento (discontinuidad) dotados de intención o motivo. Este salto se advierte de forma explícita en algunas descripciones comportamentales. Una concepción comunicacional, dinámica y sistémica del comportamiento requiere admitir que esta es la expresión totalizadora y continua del organismo en su entorno (un individuo en su ambiente) y que esta categoría es última e irreductible. Los recursos descriptivos utilizados para todas las posibles acciones de los organismos permiten dar cuenta de situaciones del individuo en su ambiente, pero no permiten considerar que ellas por si mismas tengan valor conductual. Una conducta en sí misma tendría un contexto donde pueda inscribirse como significativa. Los posibles recortes dentro del continuum etodinámico (el sistema de comunicación) pueden ser tomados como unidades descriptivas dentro de unrepertorio,pero no pueden considerarse en esta perspectiva como un estereotipo prefijado a metas por si mismo, o como la única instancia de conducta. En esta situación comunicacional, el observador compromete su actividad discriminadora dentro de una totalidad. En este sentido se introduce una nueva consideración: el observador (el etólogo) no es un marginado dentro del sistema que describe, sino que por su propia actividad es parte del mismo. Esta postura dista mucho de considerar cualquier acto, señal o display como unidad per se, una unidad que "viene dada" al observador pasivo que traduce, mal o bien, lo que supuestamente "ve". Heinz von Foerster llamó a esta constitutividad del observador dentro del sistema de observación "cibernética de segundo orden", poniendo de relieve que un sistema no es una cosa, sino el resultado de una actividad del sujeto que distingue (Foerster, 1973; Maturana y Varela, 1984; Watzlawic, 1988). En última instancia, el fenómeno (lo que aparece) surge de la observación y no alrevés,es decir, que la observación predica o se sigue del fenómeno "dado". 2. PAUTAS METODOLOGICAS DE LA DESCRIPCION Desde este contexto explicativo, la descripción comportamental no residirá en el presupuesto de objetividad de la conducta per se (previa observación) sino que será "mejor" cuanto más claros sean los pasos, etapas o procedimientos que nos permiten ECOGNICION N* I TOMO I

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pasar de la observación al enunciado explicativo del referente en cuestión. Este pasaje de la observación a la explicación no siempre es explícito y por este motivo, como ya indicamos, la actividad etológica parece "especial": mezcla de curiosidad y sensibilidad que muchos formalistas rechazan por inconsistente o poco rigurosa. La claridad en los procedimientos descriptivos reviste fundamental importancia a la hora de evaluar el rigor necesario de la explicación. En la descripción se requiere un lenguaje adecuado y explícito. En este punto es de destacas' que las palabras con que se designan conductas muchas veces se prestan a confusión. Hecho por demás común en el quehacer etológico que hoy resulta "tradicional". La confusión no sólo radica en las múltiplés sinonimias y polisemias, sino (lo cual es peor) en el uso de palabras "impregnadas" de intencionalidad y connotaciones. Formas del lenguaje todas ellas que, siendo aceptadas, no aparecen sin embargo en ninguna porción de la secuencia analítica del comportamiento. Así, por ejemplo, los indicadores "A" y "B" indican "cortejo", pero no hay ningún indicador explícito que exprese por qué esos indicadores se vinculan con esa "palabra que designa" un comportamiento. Un lenguaje descriptivo tiene por función servir de medio entre las diversas observaciones y el lenguaje científico en que se presenta la explicación (Lahitte, 1981, 1984). Se pretende que este último exprese en términos y clases lógicas la observación reformulada. Es en este sentido que un código cobra valor, en tanto se lo considere como un conjunto organizado de unidades constitutivas sobre la base de la cual se pueda exponer la construcción de un razonamiento, de manera que este no quede implícito (o devenga en un saber intuitivo) (Lahitte, 1980). En tanto sea implícito el razonamiento la descrpción será "menos" objetiva. Hablamos, por supuesto, de la objetividad de la descripción, en tanto mecanismos para reformuiar el fenómeno observado. En la Figura 1 se indica la observación como proceso inmediato y su enunciado en lenFHS

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guaje natural o corriente (a), el pasaje a un lenguaje descriptivo jerarquizado, teniendo en cuenta conjuntos de signos y reglas (códigos) (b) que permiten construir una explicación en lenguaje científico (c) acerca de (a). Es decir que (c) constituye un texto científico que da cuenta, por medio de la descripción por caracteres codificados, del cambio de estado de conocimiento de un estado inicial (E°) a un conocimiento en un estadofinal(E ), que reformula la observación. Así el pasaje entre el estado inicial y eí final a través de un procedimiento o cálculo explícito adquiere la estructura general de toda construcción teórica (Lahitte et ai. 1989) del tipo M —> C —> P, en la que "M" designa un corpus inicial que oficia de base para la construcción, "C" designa el conjunto de comentarios o procedimientos intermedios explícitos y "P" el conjunto de proposiciones finales que reformulan " M". Estos momentos sucesivos hacen explícitos el razonamiento seguido en la explicación (Gardin, 1974; Coulon y Kaiser, 1981) De este modo, en la construcción de modelos es posible representar el conocimiento y, así mismo, representar el razonamiento seguido (Lahitte, 1984). En lafigura2 se esquematiza la relación organismo/entorno como una situación de 1

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2.

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mutua dependencia (Bateson, 1980,1985), Se trata de una relación que se verifica en el acoplamiento estructural entre el organismo y el entorno. Una unidad que puede, a su vez, ser considerada un sistema, un subsistema dentro de un sistema mayor o un metasistema constituido por sistemas menores. Situación que depende del mecanismo de tipificación lógica o jerarquización de los niveles sistémicos de organización considerados (Lahitte et al. 1988). Diferenciar los términos organismo y entorno, en este contexto, no implica definir su dinámica independientemente del acoplamiento que los vincula (Maturana, 1982). Por el contrario, hace referencia a que el organismo es el centralizador de la conducta desde un punto de vista comunicacional. En este sentido, la conducta no predica del organismo que la ejecuta independientemente del ECOGNICION N* I TOMO

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entorno donde dicha conducta se verifica (Castilla, 1982). La conducta, en tanto acto de conducta (acción), se desprende de la relación organismo/entorno. Por ejemplo, un organismo no podría ser "agresivo" (o expresar una conducta "agresiva") per se, es decir, sin un referente (entorno) que sea el depositario de esa acción. La conducta siempre se verifica "respecto de", es decir, sobre la base de una relación ineludible. El acto de conducta cualifica dicha relación, del mismo modo que en gramática (para tomar una analogía ilustrativa) el verbo (acción) cualifica la relación entre el sujeto y el predicado (Castilla, 1984). El organismo centraliza la conducta en tanto es el sujeto responsable que ejecuta la acción. Así el verbo cualifica la relación sujeto/ predicado: V (S/P) y él acto de conducta cualifica la relación organismo/entorno: aC (Org./Ent). Volviendo a la Figura 2. el observador establece una relación predicativa con respecto a su referente de observación (el sistema organismo/entorno). En el contexto de un entorno mayor es entonces posible que el observador centralice el sistema del cual predica (ya que la observación es asi mismo un acto de conducta). En este punto la diferencia entre el referente de observación (acto de conducta) y el enunciado (producto argumental del observador) queda explicitada. Este enunciado porta las "formas o huellas" del acto de conducta que cualifica la relación entre organismo y entorno pero no las contiene. La relación predicativa que establece el observador con su referente puede ser disociada (a los fines de la explicación) en dos instancias. La primera es necesariamente co-circunstancial (conducta observada) e incluye todos los enunciados inmediatos a la observación. La segunda comporta una nueva observación, una aobservación del registro de la conducta obserada una vez que ha sido enunciada y que se verifica en ausencia del referente. La primera instancia marca la contextualidad de la segunda, es decir, la alimenta a modo de miniteoría a partir de la cual se puede dar cuenta de la reformulación de lo observado. La primera oficia de marco teórico para la segunda. Sin ese contexto teórico no podría tener significación el registro obtenido. El valor del sistema descriptivo en etología radica en que a través de la observación de un registro podemos detectar el cambio de estados ocurrido en una secuencia de actos de conducta. Esta secuencia de actos individuales y su dinámica podrá permitirnos hablar de un comportamiento específico. Tomaremos un ejemplo par ilustrar esta discusión. En la gallareta (Fúlica armilliata Veillot) es posible discriminar distintas orientaciones en los movimientos que ECOGNICION N* I TOMO I

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parecen conformar unidades de comportmaiento, recibiendo cada una de ellas un nombre distintivo (Navas, 1960). Estas secuencias pueden observarse en ios arroyos y lagañas bonaerenses en los cuales esta especie habita. Lo que es difícil de determinar es el pasaje de uno a otro comportamiento, es decir, que porción de la secuencia (que acto) nos permite evidenciar el inicio de otro comportamiento. En este punto los comportamientos descriptivos no parecen engarzarse. El comportamiento, como se indicó anteriormente, aparece como discontinuo y estereotipado, a la manera en que son presentados en los trabajos clásicos de Lorenz y Tinbergen, donde se evidencia esta discontinuidad. Además de hacerse dificultoso el cambio de estado señalado, se presenta así mismo una gran variabilidad de acciones posibles en una misma señal indicativa supuesta. Por ejemplo, en la Figura 3 (elaborada a partir de Navas, 1960) se señalan algunos display de Fúlica armillata. En la Figura se obser-

va que desde un determinado display se puede pasar a muchos otros en forma retroactiva o lineal, Esta variabilidad en el cambio de estado de un comportamiento a otro, este pasaje de uno a otro en uno posible, pone de relieve la idea de que una señal no es un desencadenante unívoco y, además, que no debe ser confundida la señal en cuestión con la información que orienta el accionar de un individuo en la gama de posibles que indicamos. Esta situación denota una vez más la necesidad del registro y del código descriptivo explícito que permita detectar los rangos que sirven a la delimitación del cambio de estado. Bajo estas consideraciones (sólo esbozos) se asume que la conducta refiere a un acto y que el comportamiento surge como resultado de una serie de actos de conducta, Sí estos actos son la base de la descripción etológica, deten considerase en torno a ellos los siguientes criterios: ECOGNICION N* I TOMO I

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1) La noción de acto comporta un sentido descriptivo en tanto es la unidad aislada sobre la base de rasgos y atributos y no debe ser considerada una unidad de estímulorespuesta o de acotamiento espacio temporal del comportamiento. 2) Concebido el comportamiento y sus unidades secuenciales desde una perspectiva sistémico-comunicacional, el acto opera como "unidad de forma" (de lo aparente) en la dinámica del acoplamiento estructural entre organismo y entorno. 3) Mientras la categorización del acto se refiere a la forma, las distinciones (información) que orientan la acción que el acto resume (la categorización del acto) se refiere a la estructura (acoplamiento estructural). 4) Así, la estructura del sistema organismo/entorno subyase y orienta la forma en que el acto de conducta se presenta al ser distinguido por el observador. 5) La noción de acto asimila y sintetiza las distinciones del organismo o actor (las cuales se desconocen porque son subyasentes e inmanentes a larelaciónorganismo/ entorno) y las distinciones del observador (que sí podemos conocer y es necesario explicar). 3. CONCLUSIONES De lo expuesto se desprende que el comportamiento debe ser considerado una emergencia a partir de la estructura del vínculo organismo/entorno (acoplamiento estructural), el cual es distinguido y unificado por un observador (por la conducta de observación). En este proceso de distinción y unificación cobra sentido un sistema de rasgos codificados. Más aún, si consideramos que un etólogo cuenta con los cambios de orientación que muestran ios cambios de posición de un comportamiento como expresión de un sistema etodinámico. Aquí la ecología (en tanto explicación del vínculo organismo/entorno) y la etología (en tanto explicación de las acciones que predican de esa relación) vuelven a constituirse en un campo totalizador unificado. Adherir a este campo implica, desde luego, redefinir muchas nociones y ajustar muchas ideas a un nuevo contexto de significación. Y esto no sólo es válido para una reformulación de la noción de acto de conducta o del concepto del comportamiento. Es necesario brindar un nuevo marco teórico a la noción de individuo (Gallo, 1981) y establecer pautas complejas de codificación (Daciuk y Lahitte, 1984) de las cuales hay muy pocos intentos realizados hasta el presente. Pero sobre todo implica inscribir nuestras acciones en un contexto puntuado por la relación organismo/entorno (Bateson, 1985) (premisa ecológica) donde la información generada oriente los ECOGNICION N* I TOMO I

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esquemas de acción (Wilden, 1979) (premisa etológica). En este campo es posible brindar una argumentación tanto de la conducta observada como de la conducta de la observación. Conductas antes y ahora reconsideradas en el seno de una teoría de la relación. BIBLIOGRAFIA BATESON, G.; 1981. Espíritu y naturaleza. Bs. As. Amorrortu Edil. BATESON, G.; 1982. Pasos hacia una ecología de la mente. Bs. As. Ed. Lohle CASTILLA, C.; 1984. Teoría de la alucinación. Madrid. Alianza Edit. CGULON, D. y D. KAISER: 1981. Modelization du raizonnemant approximatif. Paris, LRI 99. DACIUK, J. y H. LAHITTE; 1984. Guía para la codificación de los caracteres exosomáticos de las aves y de datos complementarios para su aplicación en los estudios otológicos. El hornero V (3): 176 EIBL-EISBESFELDT, I; 1974. Etología. Barcelona Ed, Omega. FOERSTER, H. von; 1973. Qn constructing areality. E.E, Preiser (ed); Environmental Design.Research.Vol. 2, Dowden, Hutchinson & Ross. GALLO, A.; 1981. La notion d'individuo en ethologie. Bull.Soc. Hist. Nat. Toulouse 117:125. GARBIN, J.; 1974. Les analyses de discours. Neuchatel, Ed, Zelhos, LABEYRIE, V.; 1974, L'ecologie et lTiomme, En L'ecologie comtre les nuisances pour la conservaban de la narure. Paris, Diff. grand. LAHITTE, H.; 1980. Principios generales para la construcción de una teoría general de los códigos. LARDA 2 (5): 1. FCNYM. UNLP, LAHITTE, H.; 1981. Aportes teóricos-metodológicos al estudio del comportamiento. Symposia VI J. Arg. Zoología:201. LAHITTE, H.; 1984. Introducción a los problemas teóricos de la antropología, LARDA 6 (20):1. FCNYM. UNLP. LAHITTE, H,; J. HURRELL y A. MALPARTO) A; 1988. Relaciones: de la ecología de las ideas a la idea de la ecología. La Plata, Mako Edit. LAHITTE, H,.; J. HURRELL y A. MALPARTIDA; 1989. RELACIONES II: critica y expansión de la ecología de las ideas. La Plata, Ed, Nuevo Siglo. LAMARCK, J.; 1973. Philosophie Zoologique. Paris. F. Savy. LORENZ, K; 1985. Consideraciones sobre la conducta animal y humana. Barcelona, Ed. Pianeta-Agostim. MATURANA, H.; 1982. Relfexiones: Aprendizaje o deriva ontogenética? ARch. Biol. Med. Exp. 15:261. Sgo. de Chile. MATURANA, H. y F. VARELA; 1984. El árbol del conocimiento, Sgo. de Chile. OEA/Ed. Universitaria. NAVAS, J.; 1960. Comportamiento agresivo de Fúlica armillataVeillot(AVES, RaUidae).Zoo. VI(3)Mus. Arg. Cs. Nat. B. Rivadavia. SMITH, J.; 1982 Etología de la comunicación. México, FCE. THIENENMANN, A.; 1965. Yiday mundo circundante. Bs. As, EUDEBA. TINBERGEN, N.; 1975. Estudios de Etología I. Madrid, Alianza Edit. WATZLAWICK, P.; 1988. La realidad Inventada. Bs. As. Edit. Gedisa. WILDEN, A.; 1979. Sistema y estructura. Madrid, Alianza Edit ECOGNICION N* I TOMO I

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RESUMEN: El presente trabajo constituye una discusión crítica en torno a los criterios de base para la descripción del comportamiento. Se realiza un replanteo de la noción de conducta y se brindan pautas metodológicas para la descripción de la conducta observada y la conducta de observación. Palabras Claves: CONDUCTA, COMPORTAMIENTO, DESCRIPCION DEL COMPORTAMIENTO. ABSTRACT: This paper constitutes a disscution about the basic criteria for the description of the behaviour. The authors reconsider the notion of behaviour and gibe methodological principies for the description of observed behaviour of observation. Key Words: BEHAVIOUR, DESCRIPTION OF BEHAVIOUR, BEHAVIUR OF OBSERVATION.

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METODOLOGIA PASA LA DETERMINACION DE LA DENSIDAD POBLACIONAL DE ROEDORES SINANTROPICOS EN EL PUERTO DE LA CIUDAD DE BUENOS AIRES, ARGENTINA Lic. Héctor D. Coto y Lic. Mario Bóveda INTRODUCCION La Capital Federal presenta una preocupante situación en lo que a roedores sinantrópicos respecta. A la situación económica y social predisponente, se suma una ubicación geográfica y características climáticas que favorecen la proliferación de roedores y, por ende, su interferencia en diversas actividades antrópicas, ya sea constituyéndose en vectores o reservorios de patologías transmisibles al hombre o destruyendo y contaminando gran cantidad de productos almacenados por éste. En este contexto, la principal incidencia económica y sanitaria está dada por los géneros Rattus y Mus que engloban la totalidad de las especies distribuidas en la ciudad. El género Rattus se halla representado por Rattus rattus (rata negra) y Rattus norvegicus (rata parda), mientras que el género Mus comprende una sola especie (Mus musuculus) conocida vulgarmente como ratón casero o laucha. En lo que hace al puerto de la Ciudad de Buenos Aires, por su configuración estructural y operativa, brinda condiciones óptimas para la domiciliación, reproducción y alimentación de roedores transformándose así, junto con las redes cloacales, en el hábiíat urbano por excelencia para las especies citadas. La falta de trabajos previos en la zona, con la sola excepción del realizado por Maiztegui (1983), hace que no se posea ningún tipo de información sobre la real magnitud que alcanzan las poblaciones de roedores en el puerto metropolitano. Hecho, éste, que convierte al presente estudio en un elemento diagnóstico de gran valor. OBJETIVOS Determinar la densidad poblacional de roedores sinantrópicos en diferentes sectores del puerto de la ciudad de Buenos Aires. ECOGNICIONN®1

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MATERIALES Y METODOS A UTILIZAR Consideraciones generales Muchos de los trabajos ejecutados hasta la actualidad sobre la ecología de roedores sinantrópicos han tenido un carácter fragmentario o han sido efectuados mediante métodos no sistemáticos ni comparables, creciéndose en consecuencia de datos cuantitativos que permitan optimizar los resultados de los programas de lucha. En efecto, el éxito de ia lucha antivectorial presupone un conocimiento suficiente de la ecología de las poblaciones que se trata de combatir y de su relación con el hombre. En estas condiciones es posible aplicar de manera más selectiva el método de lucha más efectivo con el objetivo de obtener el máximo efecto. Es evidente, por tanto, que la adopción de métodos que permitan medir el número real de individuos de una población es indispensable para el éxito del programa a desarrollar. En este sentido, la principal dificultad que plantea el conocimiento de la densidad real de las poblaciones de roedores sinantrópicos está dada por la concurrencia de varios factores (características del hábitat, horarios de actividad, etc.) que impiden el recuento directo como método confiable para conocer la densidad. Esta circunstancia ha llevado a diversos investigadores a diseñar distintos métodos de determinación de densidad, desarrollando fórmulas matemáticas aplicables a los valores de captura obtenidos por medio de diferentes sistemas de trampeo. Para el presente trabajo se ha escogido el modelo matemático de Hayne. Area de estudio El estudio se realizará en un área del puerto de la Ciudad de Buenos Aires que sea representativa de la actividad y estructura portuarira. Se tratará de utilizar una parcela perfectamente delimitable (por ejemplo, un depósito) con el fin de minimizar la inmigración de roedores atraídos por los cebos. Tareas a desarrollar Una vez estafc lecida el área a censa e su ic e y se registrará la distribución y tipo de productos almacenados si ios hubiera. Luego se procederá a un precebado de dos días puesto que los roedores deben adaptarse al olor y sabor de los ECOGNICION N® 1 TOMO I

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cebos empleados antes de aceptarlos. El tercer día, se colocará un sistema de captura muerta compuesto por trampas de resorte con base de madera de las denominadas "tipo guillotina" usando como cebo la misma mezcla utilizada para el precebado. Las trampas serán dispuestas formando una cuadrícula con una separación de cinco metros entre sí y cubriendo la totalidad del área a censar. Se anotará el emplazamiento de todas las trampas para facilitar su inspección y renovación. El cuarto día se inspeccionarán las trampas, registrando la cantidad de animales capturados y reemplazando las trampas accionadas para evitar que los roedores sean repelidos por los olores y restos de sangre de los animales previamente capturados. Idéntica actividad se desarrollará el quinto y sexto día: después del tercer recuento se dará por finalizado el muestreo. Modeio matemático de Hayne Este modelo se basa en que el número de animales capturados en un período de trampeo (en este caso, período = día) es el resultado del producto de la probabilidad de captura por el número de animales presentes en el área. Animales capturados = probabilidad de captura x población del área La probabilidad de captura es constante y está definida por la probabilidad de que un animal sea capturado por un sistema de trampas en un período determinado. Asi mismo, el número de animales presentes al comienzo de cada período es tomado como la población original menos el número de animales previamente capturados. Matemáticamente, puede ser expresado de la siguiente manera: y = p.P-p.x

(1)

en donde: y = número de caputras durante el período (día), p = población original del área censada. P = probabilidad de captura. x = número total previamente capturado desde el inicio del trampeo. ECOGNICION N® 1

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SECCION MATERIALES Y METODOS

FECHA 20.12.89

003

*a partir de la ecuación (1), se despeja la población original (P): (2) P = y + p.x Con ios resultados del muestreo se obtendrán los valores de "x" e "y", mientras que la probabilidad de captura "p" se obtiene a partir de la siguiente ecuación: Zy-^y

*

—2 X

-

(3)

X

A modo aclaratorio, se supone el siguiente ejemplo: Se muestra un área de 100 m durante tres días consecutivos obteniéndose los siguientes valores: 2

día animales capturados 1 13 2 3 2 3 La población del área, según Hayne, se calcula de la siguiente forma: Teniendo en cuenta el numero de animales capturados para cada día (13, 3 y 2) y el número de animales capuírados previamente () para el primer día, 13 para el segundo día y 16 para el tercer día) se construye una tabla que relaciona ambas variables: y 13 3 2

x 0 13 16

Luego, se obtiene la probabilidad de captura mediante la ecuación (3). De acuerdo con esto, p = 0.71 ECOGNICION N® 1

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Después, se reemplazan los datos ea la ecuación (2) pam cada uno de los días de muestreo: P=

ig 30 rcsdíms primer día) s

3 + 0,71.13

p= = 17,22 roedores (segundo dia) . 2+0,71,16 ,, r

—oTi—'

Por último, se promed mío - _ c 18,30+ , — — 17,22+ - — -18,81 — - 18,íl roedores Entonces, la población total del área censada serf de 18,11 roedores, pero el resultado déte ser expresado en roedores por .metro cuadrado, ya que se quiere conocer la densidad: Densidad- X J Msuperínoie « «111

=

a

1 8

roedores/m

2

La gran ventaja de e e r v

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