(COLUMBA PALUMBUS) EN AVILA

LA REPKODUCCION D E LA PALOMA T O R C A Z ( C O L U M B A P A L U M B U S ) E N AVILA JesGs GALLEGO Cátedra de Zoologia de Vertebradoe Facultad de Bi

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LA REPKODUCCION D E LA PALOMA T O R C A Z ( C O L U M B A P A L U M B U S ) E N AVILA

JesGs GALLEGO Cátedra de Zoologia de Vertebradoe Facultad de Biologia Universidad Complutense Madrid-3

Este estudio puede considerarse como un primer intento de aproximación al conocimiento de la reproducción de la Paloma Torcaz (Columbe palurnbus), en la Península Ibérica. Por otra parte, el trabajo hay que encuadrarlo en una zona de estudie concreta y serían necesarias numerosas observaciones por toda Iberia, para poder extrapolar las conclusiones del siguiente estudio a toda ella. De todas formas, creemos que aquí se aportan algunos datos interesantes y esto puede abrir camino a nuevas investigaciones sobre la Torcaz. Por fin, debemos apuntar que el hecho de haber realizado las observaciones de campo casi siempre en solitario, ha limitado, en cierto modo, las posibilidades de investigación.

Realizamos visitas a la zona de estudio, en general semanalmente, desde el 10 de junio de 1976 hasta septiembre de 1978. También en el periodo d e cría de 1979 (abril-septiembre) se realizaron algunas observaciones, mucho más esporádicas. Hay que destacar, por fin, que en julio y agosto de 1976 y 77 las observaciones fueron casi diarias. Las observaciones se basaron, sobre todo, en la búsqueda de nidos. q u e se realizó caminando despacio y, generalmente, esto era suficiente para provocar la salida de la paloma del nido; en otros casos, veíamos la cola der ave sobresalir del nido. También usamos los prismáticos para observar entre el ramaje de los árboles altos y, a menudo, encontrábamos así alguna pluma de Torcaz, que nos indicaba la presencia de un nido, oculto entre el ramaje. Si apreciábamos espeso ramaje en un pino, raspábamos con un palo e n el tronco y esto solía ser suficiente para espantar al ave, si había un nido en dicho pino. Sin embargo, en algunos casos aislados, sobre todo en nidos

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ARDEOIA, VOL.

28, 1981

con pollos, la Torcaz sólo se espantó cuando ya trepábamos por el tronco, hacia el nido. En los pinares grandes de la zona de estudio, la búsqueda de nidos la efectuábamos en sucesivas idas y venidas en paralelo (re, p r o en (1) Sobre migraci6n efectuamos otro estudio. hasta el otoño de 1978 (inclusive) y usamos como método el anillamisnto; anillamos 75 pollos en nido y un adulto: tuvimos dos recuperaciones lejanas, una en Alto Alentejo (Portugal) y otra en Badajor. a 4% Km. al S W y S O Km. SSW, respectivamente.

Lh REPRODUCCI~N DE LA PALOMA TORCAZ EN AVILA

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invierno no habría bellotas para toda la población (que además seria mayor al criarse más pollos), incrementada además en octubre y noviembre. con muchos miles de torcaces europeas, que atraviesan la zona, en su camino hacia el área de invernada de la Península Ibérica; y, además, en abril y mayo no podría haber nidos, al no quedar seguramente bellotas (alimento principal de los pollos en dicha época, como hemos observado). Con todo ello, parece que la migración representa una ventaja para l a población de torcaces de la zona, salvo en años de alimento muy abundante, en que un número considerable de palomas puede invernar en la zona.

3. LOS NIDOS Son ligeros, hechos con un entramado de palitos (ramitas secas en general), a veces son visibles los huevos a su través; esta ligera estructura, s e ha observado también en : Gran Bretaña (MURTON,R. K., 1!)G:) (JOURDAIN, F. C. R., 1965), U. R. S. S. (DEMENTIEV, G. P., 1968), Chipre (BAKNERMAN, D. A. & BANNERMAN, W. M., 197í), Bélgica (VERIIEYEN, R., 11)67), etc. Los nidos no poseen un forro bien delimitado, lo único apreciable es que el' material de la infraestructura es más grueso que el de la superficie del nido. Hemos concluido además, comparando abundancia de diversos materiales. en el sitelo de los diversos bosques de la zona y en los nidos que éstos albergaban, que las torcaces se adaptan a usar el material que tienen en el suelo del bosque donde sitúan el nido ; material que, por otra parte, es muy abmdante durante toda la época de cría. Además, observamos algunos nidos construidos con una sola especie vegetal (Pilius pinnsler, phea, Halim'rcnz y Cynodoii dncl~dor); algunos nidos tenían material de dos especies, pero separado drásticamente en el nido. Sin embargo, en general, los nidos estaban fabricados con varios materiales, de diferentes especies, y estos estaban entremezclados. El Único material que existía en más del 80 % de los nidos observados era Pirrus (piwsler o fiinea), las ramitas fundamentalmente en la infraestructura y las hojas en el forro (superficie del nido más bien, ya qne 110 hay forro como tal). Los materiales qiie le siguen en abundancia no llegan a estar en el 40 % de los nidos observados. La abundancia de Pi>itiscomo material de los nidos sc debe a que todos los nidos encontrados lo fueron en pinares. Por otra parte, el nido es, a veces, muy exiguo; así, en algunos casos, hemos observado sobre un entramado natural de ramaje con muchas Iiojac

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ARDEOLA, VOL.?8, lSSl

verdes, únicamente algunas hojas secas (en un caso con un peso total de sólo 10 gr.), aportadas por la paloma, constituyendo todo ello el nido. Mientras que el peso medio de los nidos observados oscilaba entre 150-200 gr., registrándose un nido con más de 300 gr. En algunos casos, entre 3 y 7 por año (desde 1976 a 1979), hemos observado la utilización de nidos viejos (la mayoría construidos el año anterior) ; abservamos un total de 17, de los 275 nidos vistos durante los 4 años; es decir un 6,s También en Gran Bretafia se observó la utilización de nidos viejos (MURTON,R. K. & ISMCSON,A. J., 1962). Si embargo, mientras en U. R. S. S. es frecuente la utilización de nidos d e otras especies (Pica pica, Corvus corax, Falco subbuteo, etc.) (DBMENTIEV, G. P., l9ü8), en la zona de estudio parece un hecho accidental; sólo abservamos dos casos: uno, en el que se ocupó un nido de Urraca (Pica pica) y otro de Corneja Negra (Corvus corone) ; ello significa sólo un 0,8 0/, del total de nidos observados ; esto parece 16gic0, ya que como dijimos, el material para hacer los nidos es abundante. 8%.

Ulsidn r m ~ a r a f i v ade lar diwnslmirs dr los nldos en Gran BrrtaiAa, U. R. S. S. y 13rpafia (zona dr estudio)

............ ..... Didnr. mdr. (cm.). .

Palr Autor (fecha)

Didm. mln. (cm.).. Profundidad (cm .). Altura (cm.).

.....

U . R . S. S. Dementiev C . P. (19m 40 Si) 9-6 7-14

G. Brebña Murton R. K . (iesa) 25 16

~apañi Presente estudio 29 f 6 22 f.$ 6 i8 Is!cr

(1) (1) (2) (3)

(1) Dihmstro exterior. Muestra de 144 nidos (1978 y TI). (2) Medida dorde la superficie total del nido hasta al fondo da 18 superficie interior. Muestra de 96 nidos (1976 y 77). (3) Medida desde el punlo mAs supeder al mBs inferior del nido. Muestra de 152 nido*

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