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CÓMO EDUCAR.... –A MODO DE INTROMISIÓNCÓMO EDUCAR A LOS NIÑOS SIN ASESINARLOS León Zuleta Ruiz “(...) No viva por él ni disponga de su cuerpo. El amor propio y la pasión de su propio cuerpo serán garantías suficientes para moverse en el mundo sin necesidad de muletas, de ideologías, de partidos, de iglesias, de equipos de fútbol... Aprenda de sus niños la creatividad y sus flujos orgánicos y déjeles compartir también la estupidez por usted aprendida; aprenda a compartir el ridículo, desacralícese ante él, no se mitifique y desande los espacios recorridos de sus fanatismos más diferentes y diversos con sus amigos niños. Visite las bibliotecas, las escuelas y los templos de su domesticación, muéstrele los museos de guerra y de industria, camine por las oficinas bancarias y fabriles con su tradicional pose de obediente servidumbre. Vaya a las sedes de los partidos políticos y converse un momento con sus líderes y militantes para que su niño se de cuenta de qué tipo de amigos ha tenido su padre o su hermano, su tío o tutora, su madre o su abuela. Permítale que pregunte, que importune, que inquiera salvajemente como un extranjero que desconoce esos universos de sumisión y mentira... Aproveche el juego de la identidad y la danza, la tolerancia de la diversión y juegue, diviértase sin creer en la ilusión del Carnaval de vanidades. Sepa, sin embargo, que para cambiar las reglas del juego de esta civilización hay que cambiar uno por uno a sus jugadores con un decorado renovado y una escena totalmente transformada...”
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A quiénes educamos para la sexualidad1 La juventud es una hermosa etapa de despliegue de la energía vital, de pasiones y deseos llenos de fuerza, de necesidad de afirmación, de rebeldía frente a las normas que no tienen sentido para personas que están viendo el mundo con sus propios ojos. Momento de exploración y ensayo, de búsqueda de mundos soñados, de fantasías y fervorosos deseos radicales de justicia, de paz y amor, de intolerancia frente a la ambigüedad, a la mentira, a lo no completamente diáfano. Difícil momento para hablar de concertación política, de equilibrios entre verdad y conveniencia. Momento difícil, sobre todo para el mundo adulto, tan cierto y tan seguro de sí mismo y de sus “valores”, tan acostumbrado a que las “cosas tienen que ser así” tan olvidado de sus sueños y sus fantasías adolescenciales. Hablamos a esos/as jóvenes apasionados/as y anhelantes de ser tenidos en cuenta, a esos/as jóvenes soñadores/as, a esos/as jóvenes resentidos/as porque sus anhelos han recibido como respuesta la negación y el rechazo, cuando no la agresión. Pero debemos dar prioridad a los/as jóvenes menos favorecidos, a quienes están fuera de todo circuito de integración social creativa, constructiva y legal. A quienes no tienen posibilidad de asistir a las escuelas, ni a un trabajo, ni pertenecen a un equipo deportivo, o a un grupo musical y que por tanto, en cuanto no tienen alternativa, están en alto riesgo de ingresar a la pandilla, al grupo armado, al grupo de raspachines o expendedores, a la prostitución, al bajo mundo del hampa…. Cuando visitamos los barrios periféricos urbanos más pobres encontramos un panorama en el que los/as jóvenes tienen muy escasas ofertas de integración en actividades asociativas–creativas. Los grupos juveniles organizados para el desarrollo de encuentros lúdicos, creativos, colaborativos son tan escasos como las posibilidades de actividades teatrales, musicales, de danza, de cine, o deportes. Propuestas de educación no-convencional que se ajusten a los intereses y posibilidades de los jóvenes (semiescolarizadas y flexibles) son muy limitadas. Los espacios comunitarios para desarrollar actividades juveniles como las descritas, cuando existen, no están disponibles2. No debemos olvidar que el 53% de los/as jóvenes desplazados entre 11 y 18 años, están fuera de la escuela y no tienen acceso a Proyecto educativo alguno.3. La encuesta nacional de PROFAMILIA en población desplazada nos indica el incremento de la violencia familiar cotidiana entre la pareja y con los niños/as, en esta población, así como los críticos índices de embarazo adolescente que llega al 30% en menores de 19 años.4 Por otra parte, aunque no tenemos datos estadísticos recientes, las cifras existentes en temas relacionados con la situación de los/as jóvenes más pobres es indicativa de una situación que reclama respuestas contundentes y de corto plazo, en perspectivas de sostenibilidad y consolidación en procesos estructurales que transformen de raíz la problemática juvenil actual.
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Rojas Rubio, Manuel. La educación sexual: más allá de las fronteras de la escuela. Gerencia de Educación IDPs- OIM. Marzo de 2005. Bogotá. 2 Existen espacios que permanecen cerrados fines de semana y vacaciones. Los Centros Educativos oficiales son un ejemplo: abren los 200 días de clase al año. Los 165 días restantes –en generalpermanecen cerrados bajo llave cuando podrían ser escenarios para distinto tipo de propuestas educativas. Un dato del DANE es bien significativo existen en Colombia 101.847 edificios escolares públicos. 3 Ver: de FEDESARROLLO (2002) “Encuesta Social 2002” – OIM (2002)“Diagnóstico sobre población desplazada en seis departamentos de Colombia” 4 Ver PROFAMILIA (2001) “Salud sexual y reproductiva en zonas marginadas – Situación de las mujeres desplazadas” EDUCACIÓN PARA LA SEXUALIDAD. Módulo 3. Pagina 2 de 83
Veamos algunos datos: La principal causa de muerte en Colombia con 59.2% de los casos, es el homicidio. Los hombres y mujeres jóvenes tienen el más alto índice de muertes por homicidio; 76.4%, el homicidio como causa de muerte es 10 veces más alto entre hombres que entre las mujeres.5 Un estudio de la Universidad externado de Colombia en 1993 demostró que de cada 100 jóvenes embarazadas menores de 19 años 44.5% ya había tenido una experiencia de aborto inducido6 De acuerdo con diferentes estudios en los grupos armados ilegales pueden estar entre 11.0007 y 14.0008 niños/as y adolescentes menores de 18 años. El fenómeno del Pandillismo se ha incrementado en Colombia en los últimos tiempos, aunque no contamos con estadísticas al respecto. Sabemos que es un fenómeno internacional que en América latina afecta muy especialmente a países Centroamericanos en procesos de post-conflicto: Salvador, Honduras, Nicaragua. La educación El concepto promovido por Beatriz Castellanos Simons del Equipo de Apoyo Técnico del UNFPA para América Latina y el Caribe Educación en diferentes documentos de UNFPA define la educación como “el proceso social complejo, de carácter histórico-concreto, a través del cual tiene lugar la transmisión y apropiación de la herencia cultural humana”. La educación conlleva, según Velandia9, el proceso de autoreflexión como también la reflexión y la comprensión sobre los procesos sociales, políticos y culturales, ya que toda forma de ejercicio del poder conlleva una manera de explicar, emocionar y vivenciar el cuerpo y las relaciones sociales y sexuales. Educación más, mucho más que escolarización 10 Educación no es ni puede ser un concepto sinónimo de escolarización entendida como las “clases”, “el estudio”, “las lecciones”, los “exámenes o evaluaciones”. Quizás los procesos más importantes en la adquisición creativa de las herramientas intelectuales, emocionales, sociales, productivas y ciudadanas para vivir en una sociedad (sus códigos, normas, imaginarios y prácticas) se adquieren en las prácticas sociales que ocurren dentro y fuera de la escuela (no necesariamente en las clases), en las vivencias cotidianas de amores y desamores, de conflictos, de organización de Proyectos y sueños, en la interacción entre pares, entre jóvenes y adultos, entre la autoridad y los subalternos, entre los sexos, las etnias, las clases sociales. Sin embargo, cuando se habla de educación, aún en reuniones de expertos en intervención social, existe la tendencia a representarse el “modelo escolar”; alguien habla desde un saber: un/a enseñante. Una/s persona/s que no saben del tema, escuchan al que sabe: los / as aprendices. Se habla desde una metódica o estructura temática previamente preparada que ordena el discurso y los aprendizajes: el 5
SARMIENTO ALFREDO”Informe de desarrollo humano en Colombia1999” DNP, PNUD pág. 2 Muñoz Monserrat “Ponencia presentada en Taller 7 CIFRA DE HUMAN RIGHT WATCH (2003) “Aprenderás a no llorar” 8 Cifra UNICEF 9 Velandia Mora, Manuel Antonio. Salud sexual y salud reproductiva, Modulo VI. Secretaría de Salud de Santander/ UDES. Bucaramanga. 2004 10 Rojas Rubio, Manuel. La educación sexual: más allá de las fronteras de la escuela. Gerencia de Educación IDPs- OIM. Marzo de 2005. Bogotá EDUCACIÓN PARA LA SEXUALIDAD. Módulo 3. Pagina 3 de 83 6
currículo. Todo esto dentro de unos espacios y unos tiempos (aulas y calendarios, grados escolares que segmentan el conocimiento y a los estudiantes) todo ello delimitado en planes estructurados que se repiten año tras año, generación tras generación. El concepto de educación, desde este imaginario, tiende a asociarse con escolarización. El pensamiento de Freire subraya algo completamente distinto: la educación no es una acción unilateral de alguien que sabe hacia alguien que no sabe, la educación es un proceso dialogal entre personas distintas que poseen saberes distintos, edades distintas, sexos distintos, razas, colores y costumbres muy distintas y, por esto mismo, es una oportunidad para desestabilizar maneras de sentir, pensar y actuar estáticas y sesgadas por el subjetivismo. Es la diferencia la fuerza educadora dinamizadora de nuevas maneras de pensar y de actuar, de la construcción de la tolerancia, la democracia y la solidaridad Por otra parte, la educación no se desarrolla solamente desde la palabra, no es solamente una acción de hablar y escuchar. Las palabras y los discursos tienen sentido si tienen que ver con la VIDA, con las prácticas concretas en las que nos debatimos los seres humanos día tras día. Como dicen los indígenas de la comunidad Nasa : las palabras sin acciones son vacías y las acciones sin el espíritu de la comunidad están muertas
Educación para la sexualidad y el desarrollo personal y social11 Desde algunas miradas trabajar en educación para la sexualidad es una tarea centrada en la PREVENCIÓN de las infecciones de transmisión sexual y el VIH - SIDA, del embarazo indeseado y, en el mejor de los casos, de relaciones sexuales insatisfactorias. Desde otras perspectivas, la educación para la sexualidad debe interesarse en la PROMOCIÓN de habilidades para el amor, el goce, el erotismo, el encuentro y la comunicación con el/la pareja. Desde nuestra lectura es necesario e imperativo ir un poco más allá y explicitar el claro vínculo entre una vida sexual grata y la construcción de la democracia, la tolerancia, la pluralidad, la paz. El estrecho nexo entre una sexualidad placentera y la creatividad, productividad y justicia socio-económica. Es necesario insistir en la fuerza micropolítica de la sexualidad como fuerza motriz para la conformación de personas, familias, sociedades distintas. No somos seres parcelables ni susceptibles de ser seccionados en porciones separadas para el desarrollo de programas educativos correspondientes a cada parte: por un lado educarnos para el trabajo, para cuidar del medio ambiente, para la ciudadanía, para la democracia, para la sexualidad, ….etc. Es necesario entender la importancia de la específicidad de los diversos programas educativos pero sin olvidar que en cualquier caso existe un enfoque orientador: estamos trabajando por crear condiciones para que las personas aprendan a ser más felices, a desarrollar su potencial personal y social de manera integrada. Nos preocuparía estar trabajando por un ser unidimensional que hipertrofiara alguno de los aspectos de su ser en detrimento de los demás. Una vida de calidad exige a la vez: capacidad de goce y encuentro consigo mismo y con otros/as en el amor, capacidad de organización y movilización política para incidir en las transformaciones que a todos interesan, autonomía económica para superar las dependencias. Partiendo de la educación para la sexualidad tenemos un reto: trabajar desde lo erótico – afectivo como motor dinamizador de construcción de nuevas identidades y roles, de nuevos valores y normas de 11
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convivencia, de nuevas prácticas cotidianas de familia, de relaciones sociales que promuevan el respeto, la responsabilidad, la comunicación, la transparencia, la equidad. Evidentemente, éste reto aunque exige una ardua tarea de cada persona consigo misma, no es un asunto meramente individual, es una formidable tarea colectiva que implica asociación, organización, movilización. Queremos con la educación para la sexualidad no solo promover individuos que en su particularidad desarrollan nuevas formas de vivir su afectividad y su erotismo, sino además –y quizás con visión estratégica- contribuir en el desarrollo y despliegue pleno de un movimiento social que desde la reivindicación de lo erótico - afectivo afirma la vida y aporta a la construcción de nuevas relaciones sociales.
1.1
EL DERECHO A LA EDUCACIÓN12
La educación es un derecho humano intrínseco y un medio indispensable de realizar otros derechos humanos. Como derecho del ámbito de la autonomía de las personas, la educación es el principal medio que permite a adultos y a menores, marginados económica y socialmente salir de la pobreza y participar plenamente en sus comunidades. La educación para la sexualidad desempeña un papel decisivo en la emancipación de la mujer, la protección de los niños y las niñas, los/las adolescentes y jóvenes contra la explotación laboral, el trabajo peligroso, la violencia sexual y la explotación sexual comercial, la promoción de los derechos humanos y la democracia, la protección del medio ambiente y el control del crecimiento demográfico. Está cada vez más aceptada la idea de que la educación es una de las mejores inversiones financieras que los Estados pueden hacer, pero su importancia no es únicamente práctica pues disponer de una mente instruida y activa, con libertades y amplitud de conocimiento, es uno de los placeres y recompensas de la existencia humana.13 1.2
La educación para la sexualidad en la perspectiva de los derechos.
Los Proyectos de educación para la sexualidad dentro y fiera de la escuela tienen una dimensión política. Por un lado, en lo concerniente a la responsabilidad de aportar en la formación de sujetos sociales capaces de entablar relaciones afectivas y sexuales respetuosas de la libertad, equitativas, justas, no violentas, sin discriminación de alguna condición. Sujetos que tengan acceso a información, que vayan aprendiendo a analizarla y a tomar decisiones en consecuencia; en últimas, sujetos sociales dignos, libres, democráticos, activos y empoderados. Por otro lado, lo político hace referencia también a que los procesos educativos para la sexualidad deben hacer parte de todos los esfuerzos que hacen los gobiernos, los docentes, los padres y madres de familia, las organizaciones de la sociedad civill por fortalecer y transformar la educación pública, considerándola como un camino propicio para la democratización. Es decir, no basta con que la educación para la sexualidad sea un Proyecto pedagógico de una institución, debe trascender las cuatro paredes de la escuelas y sin importar el lugar en que se haga desde ahí se construyen espacios en los que se tenga en consideración la posibilidad de transformar o realizar la política pública en esta materia y de modo general en el campo de la educación. 12 Segmento autoría de Manuel Velandia, a partir de: Suárez Molano, Harvey Darío. (2004). Cartilla para la capacitación da funcionarios del Ministerio Publico y Comités Departamentales de Atención a la población Desplazada. Defensoría del Pueblo/ ANNUR/ EuropeAid, Oficina de Cooperación. Bogotá. 13 Comité de derechos económicos, sociales y culturales, Observación general No. 13. El derecho a la educación, ahora en O'Donnell, Daniel et. Al. (comp.), Compilación de jurisprudencia y doctrina nacional e internacional. Derechos, humanos, derecho internacional humanitario. derecho penal internacional. Op, Cit., Pág. 251 -277, aquí Pág. 251. EDUCACIÓN PARA LA SEXUALIDAD. Módulo 3. Pagina 5 de 83
Esta perspectiva nos lleva a una base fundamental para el desarrollo de nuestro EXPEDICIÓN: la educación como derecho. Lo primero que hay que tener en cuenta en esta reflexión es que en el artículo 13 del Pacto Internacional de Derechos Económicos Sociales y Culturales, se establece la importancia de la educación para fomentar el cumplimiento de los Derechos Humanos en general y para fomentar la participación de las personas en sus comunidades, así como la posibilidad de incrementar la emancipación de las mujeres y la protección de los menores14. Según el Informe sobre el Disfrute del derecho a la educación –formal- elaborado por la Plataforma Colombiana de Derechos Humanos Democracia y Desarrollo15 la situación es la siguiente: “Los recursos destinados por el Estado para el cumplimiento del derecho a la educación son insuficientes y se han reducido sustancialmente en los últimos años. La reducción del gasto público social, ha significado un agravamiento de la ya difícil situación económica de la mayoría de los municipios y departamentos del país. La ley 715 de 2001 a través de la cual “se dictan normas orgánicas en materia de recursos y competencias de conformidad con los artículos 151, 288, 356 y 357 de la Constitución Política” y las políticas de “racionalización” del sistema educativo han vulnerado el derecho a la educación, en cuanto a disponibilidad, acceso, permanencia y calidad. En los últimos años se han introducido una serie de reformas que han elevado los costos educativos. En los últimos siete años el índice de precios de la educación aumentó un 40% con relación al índice general de precios. Además, el país ha avanzado aceleradamente en un proceso de privatización de la educación que afecta las posibilidades de las niñas y niños más pobres para acceder a una educación gratuita y de calidad, siendo rezagados por aquellos de mayores ingresos. La violencia sociopolítica tiene un impacto muy negativo que agrava aún más la situación de disfrute del derecho a la educación. Las permanentes violaciones a los derechos humanos y al derecho humanitario afectan estudiantes, maestras y maestros y, en muchas oportunidades, implican la destrucción o daño de bienes destinados a la satisfacción del derecho, lo que dificulta aún más el disfrute del derecho a la educación [muchos maestros y maestras no son víctimas colaterales del conflicto, sino que se convierten en objetivo militar de grupos paramilitares y de guerrilla por la promoción incesante de los Derechos Humanos y su protagonismo social]. La situación de vulneración de los derechos de las niñas, niños y jóvenes en el país es muy grave. El Estado no tiene políticas concretas para brindar atención educativa especial a las víctimas del conflicto armado y el desplazamiento forzado, a las víctimas de violencia sexual y explotación sexual comercial; a las personas privadas de la libertad; niñas, niños y jóvenes que habitan en la calle, y que se ven obligados(as) a trabajar, ni para las niñas y adolescentes madres o en estado de embarazo. La adopción de políticas y normas en materia de desplazamiento forzado, no se ha traducido en medidas efectivas que garanticen la educación primaria gratuita y obligatoria a las niñas, niños y jóvenes desplazados(as). Dicha política tampoco ha permitido eliminar las grandes dificultades que encuentran los adolescentes y adultos desplazados para acceder a la educación secundaria y programas de capacitación adaptados a su situación de extrema vulnerabilidad.”
14 UNESCO – ECOSOC. Derecho a la educación. Alcance e implementación. Observación general 13 sobre el derecho a la educación.1999. 15 Plataforma Colombiana de Derechos Humanos Democracia y Desarrollo. Informe sobre el disfrute del derecho a la educación en Colombia. 2003 EDUCACIÓN PARA LA SEXUALIDAD. Módulo 3. Pagina 6 de 83
1.2.1
La finalidad de la educación desde un enfoque de Derechos
El derecho a la educación invalida la dicotomía de los derechos humanos que separa los derechos civiles y políticos de los derechos económicos, sociales y culturales, ya que los engloba a todos al afirmar y afianzar la universalidad conceptual de esos derechos negándose a aceptar que la desigualdad y la pobreza sean fenómenos ineludibles. Se han realizado progresos gracias a la aceptación casi mundial de los derechos del niño y de la niña, que son por definición intersectoriales, y al compromiso de promover en el plano mundial la igualdad entre los sexos, para lo cual es necesario unificar unas categorías de derechos cuya separación resulta artificial. Es preciso adoptar medidas adicionales para elaborar y poner en práctica una estrategia integral encaminada a eliminar la discriminación por motivos de sexo en relación con el derecho a la educación escolar. La formación en los derechos humanos en la escuela y fuera de ella potencia el disfrute de todos los derechos y libertades. Aun cuando se ha avanzado en el enfoque de derechos, la práctica general sigue consistiendo en considerar que las mujeres son un grupo vulnerable pero no se sin abordan los problemas que las hacen vulnerables, en particular el menoscabo de sus derechos y, en consecuencia, su menor acceso a los recursos. El acceso de la mujer a la propiedad de la tierra y sus oportunidades de empleo son factores que influyen en la motivación de los padres, las madres y de las propias niñas. La educación formal de las niñas retrasa el matrimonio y la maternidad, reduce los nacimientos y, por ende, el número de niños que deberán ser educados en el futuro. La mayor presencia de la mujer en la política tiende a tener un efecto de propagación en todas las facetas del desarrollo. 1.2.2
Las niñas y las escuelas
En la enseñanza, el problema consiste en elaborar estrategias para alcanzar la igualdad de géneros en la educación y mediante la educación. Por consiguiente, el criterio para evaluar los progresos ha de ser la igualdad tanto de las mujeres como de los hombres, y no simplemente la igualdad entre uno y otro sexo. En el marco de las Metas de Desarrollo del Milenio encaminadas a erradicar la pobreza a nivel mundial, el derecho a la educación se ha convertido en un poderoso instrumento para incorporar los derechos humanos y la igualdad de género. Se ha afirmado universalmente que la pobreza es un obstáculo clave para el disfrute de ese derecho. Las cuestiones de géneros inciden claramente en la pobreza, puesto que la denegación y la violación de los derechos humanos, incluido el derecho a la educación, afectan desproporcionadamente a las niñas y a las mujeres. Como resultado de una conjunción de diferentes motivos de exclusión y discriminación, las nuevas generaciones -especialmente las niñas- quedan atrapadas en un círculo vicioso de denegación de los derechos en el que la falta de acceso a la educación conduce al matrimonio y la maternidad precoces, que perpetúan y aumentan la pobreza: una relación circular que es preciso romper mediante una educación basada en los derechos. El fortalecimiento y la ampliación de los compromisos sobre la igualdad de géneros en el acceso a la educación no se han traducido en decisiones similares sobre su utilización para alcanzarla. Existe una diferencia abismal entre una cosa y la otra. A menudo no se envía a las niñas a la escuela porque la educación, como sector aislado, no genera por sí misma suficientes incentivos para atraer el interés de los padres y de las propias niñas cuando al concluir los estudios éstas no pueden aplicar la formación recibida para mantenerse a sí mismas o ayudar a sus padres. Los años de escolarización parecen tiempo perdido cuando las mujeres no tienen acceso al empleo o al trabajo por cuenta propia, ni pueden decidir libremente sobre el matrimonio y la maternidad, o cuando no tienen posibilidades de intervenir en la política. 1.2.3
Acceso a la educación para la sexualidad
La Convención sobre la eliminación de todas las formas de discriminación contra la mujer contiene una disposición concreta sobre educación sexual (párrafo h. del artículo 10), con arreglo a la cual los Estados Partes (Colombia entre ellos) tienen la obligación de asegurar para las niñas y las mujeres el "acceso al EDUCACIÓN PARA LA SEXUALIDAD. Módulo 3. Pagina 7 de 83
material informativo específico que contribuya a asegurar la salud y bienestar de la familia, incluidos la información y el asesoramiento sobre planificación de la familia". El Comité para la Eliminación de la Discriminación contra la Mujer ha definido la planificación de la familia en su Recomendación general Nº 21 de manera que incluya la educación sexual. El Comité de los Derechos del Niño, en su Observación general Nº 3 sobre el VIH/sida y los derechos del niño (y la niña), ha interpretado que la Convención sobre los Derechos del Niño afirma el derecho a la educación sexual para permitirle "abordar de manera positiva y responsable su sexualidad" y añade lo siguiente: "El Comité quiere destacar que para que la prevención del VIH/sida sea efectiva los Estados están obligados a abstenerse de censurar, ocultar o tergiversar deliberadamente las informaciones relacionadas con la salud, incluidas la educación y la información sobre la sexualidad, y que [...] deben velar por que el niño tenga la posibilidad de adquirir conocimientos y aptitudes que le protejan a él y a otros desde el momento en que empiece a manifestarse su sexualidad (Párr. 16)". El abismo que media entre la firme reivindicación del derecho de los y las escolares a recibir educación sexual y su denegación en nombre de los derechos de sus padres y madres indica la gravedad de este problema. Unos y otros recurren al lenguaje de los derechos humanos para justificar sus posiciones. Los defensores del derecho que tienen niños y niñas a conocer y a recibir información suficiente, oportuna y científica, invocan el interés superior de éste y se apoyan en consideraciones de salud pública. En una reunión convocada por la Organización Panamericana de la Salud (OPS/OMS) expertos internacionales de salud pública determinaron que "la sexualidad se refiere a una dimensión [...] [inherente al] ser humano... que se [experimenta] y se expresa en todo lo que somos, sentimos, pensamos y hacemos." Los oponentes que a su vez invocan los derechos de los padres y la moral pública, afirman que es preciso proteger a los niños de la "educación sexual inmoral". Como resumió el Gobierno de Lesotho, algunos padres están convencidos de que la educación sobre salud reproductiva da a los niños la posibilidad de mantener relaciones sexuales, mientras que otros consideran que les permite tomar decisiones informadas.
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