¿Cómo participan las Juntas de Acción Comunal de Puente Aranda? Línea base de participación local Serie ¿Cómo participan las Juntas de Acción Comunal en Bogotá?
Bogotá, D.C., 2009
¿Cómo participan las Juntas de Acción Comunal de Puente Aranda? Documento de trabajo Serie ¿Cómo participan las Juntas de Acción Comunal en Bogotá? Samuel Moreno Rojas Alcalde Mayor de Bogotá Clara López Obregón Secretaria de Gobierno Olga Beatriz Gutiérrez Tobar Directora del Instituto Distrital de la Participación y Acción Comunal (IDPAC) José Cuesta Novoa Subdirector de Promoción de la Participación Jorge Luis Rodríguez Ibagué Gerente de la Escuela de Participación Julio César Martínez Gerente de proyectos Autor Freddy Cusgüen Rubio Colaboradora Sandra Viviana Polo Con la asesoría de la Fundación Foro Nacional por Colombia Coordinación editorial Oficina Asesora de Comunicaciones El contenido de este documento de investigación es responsabilidad de sus autores y no compromete la opinión de Foro Nacional por Colombia. Impresión Gente Nueva Editorial ISBN 978-958-9231-77-7 Instituto Distrital de la Participación y Acción Comunal (IDPAC) Carrera 30 No. 25 – 90 Piso 14. Teléfono 2417900 www.participacionbogota.gov.co
[email protected] Bogotá D.C., Colombia 500 ejemplares 2009
TABLA DE CONTENIDO PRESENTACIÓN
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INTRODUCCIÓN
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1. PRÁCTICAS PARTICIPATIVAS DE LA ACCIÓN COMUNAL: ANTECENDENTES Y ELEMENTOS DE ENFOQUE 1.1. Antecedentes de la organización comunal 1.2. La participación en la organización comunal 1.3. Elementos de enfoque conceptual
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2. ANTECEDENTES Y CONTEXTO LOCAL 2.1. Caracterización general 2.2. La organización comunal en la localidad
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3. LA ORGANIZACIÓN COMUNAL EN LA AGENDA POLÍTICA DISTRITAL Y LOCAL 27 3.1. Las Juntas de Acción Comunal en el Plan de Desarrollo Distrital 27 3.2. Ley 743 de 2002 norma comunal en su componente de participación ciudadana 32 3.3. La organización comunal en la propuesta de decreto de política pública de participación 34 3.4. El papel de las Juntas de Acción Comunal en el Sistema Distrital de Participación (decreto 448 de 2007) 37 3.5. Plan de desarrollo “Bogota positiva: para vivir mejor. Puente Aranda amable, social y ambientalmente sostenible” 39 4. LA PARTICIPACIÓN DE LA ORGANIZACIÓN COMUNAL EN EL COMITÉ LOCAL DE EMERGENCIAS (CLE) 41 4.1. El papel de la organización comunal en el Comité Local de Emergencias CLE 41 4.2. Balance y retos de la organización comunal en el Comité Local de Emergencias 43 5. EXPERIENCIA DE PARTICIPACIÓN NO FORMAL LA OBRA CON PARTICIPACIÓN CIUDADANA DEL BARRIO PENSILVANIA 5.1. Antecedentes de Obras con Participación Ciudadana 5.2. Dinámica y funcionamiento de la experiencia de participación en la Recuperación ambiental y recreacional del parque Pensilvania. 5.3. Percepciones y valoraciones de los líderes comunales 5.4. Balance y retos de la Junta de Acción Comunal
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6. CONCLUSIONES
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BIBLIOGRAFÍA
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¿Cómo participan las Juntas de Acción Comunal de Puente Aranda?
PRESENTACIÓN La Alcaldía Mayor de Bogotá, a través del Instituto Distrital de la Participación y Acción Comunal, IDPAC, como entidad promotora de acciones participativas y de fortalecimiento a la organización social en Bogotá, ha establecido la construcción de una línea base de la participación como herramienta indispensable para aproximarnos a los procesos y las dinámicas de incidencia de la ciudadanía en la ciudad. Para ello, nos hemos preguntado ¿Cómo participan las Juntas de Acción Comunal en las 20 localidades? y, de esta manera, efectuar un ejercicio para mejorar la comprensión de los procesos participativos de éstas organizaciones, sus formas, expresiones y dinámicas en torno a la participación de las Juntas de Acción Comunal y su incidencia en las políticas públicas. Estos documentos son el resultado del proceso investigativo realizado por el IDPAC, bajo la asesoría de la Fundación Foro Nacional por Colombia. Queremos resaltar el papel protagónico de las y los autores (contratistas y servidore(a)s del IDPAC), quienes desde su experiencia, trabajo con las organizaciones comunales de la ciudad, y del conocimiento sobre las prácticas participativas, aportaron en la construcción de cada uno de los documentos. El proceso investigativo dio como resultado una serie de documentos, de la cual hace parte ¿Cómo participan las Juntas de Acción Comunal de Puente Aranda? De esta manera, la Bogotá Positiva para vivir mejor continúa brindando herramientas de fortalecimiento a la comunidad y de esta forma cualificar su incidencia en público.
Olga Beatriz Gutiérrez Tobar Directora General Instituto Distrital de la Participación y Acción Comunal, IDPAC
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¿Cómo participan las Juntas de Acción Comunal de Puente Aranda?
INTRODUCCIÓN En su interés por desarrollar líneas de investigación que sirvan como insumo para la construcción de política pública y la generación de apuestas institucionales acordes con las necesidades y dinámicas de la ciudadanía en Bogotá, el IDPAC, con asesoría de Foro Nacional por Colombia, ha desarrollado un proceso con gestores de la Subdirección de Asuntos Comunales y de la Gerencia de Proyectos de Obras con Participación Ciudadana para la realización de una serie de investigaciones que pretenden dar cuenta de cómo participan las Juntas de Acción Comunal en cada una de las 20 localidades de Bogotá. En este sentido, entre los meses de febrero y junio de 2009 se llevó a cabo un proceso de asesoría y acompañamiento a veinte gestores del IDPAC, para la identificación y análisis de las prácticas participativas de las Juntas de Acción Comunal en diferentes instancias de participación reglamentadas mediante normas distritales o locales pero también en espacios no formales de participación a escala barrial, local e interlocal. El producto de este ejercicio de investigación es la serie de documentos Cómo Participan las JAC en Bogotá, que hoy se presenta y de la cual hace parte el presente volumen. La investigación tiene como objetivos en primer lugar, establecer una línea de base sobre la participación ciudadana de la organización comunal en Bogotá que de cuenta, entre otras cosas, de las lógicas, dinámicas, agendas y prioridades que orientan sus acciones. En segundo lugar, determinar la posible configuración de la organización comunal como contrapeso social así como su incidencia en políticas públicas a través de su intervención en las instancias de participación a nivel local y distrital. Y finalmente, identificar los factores sociales e institucionales que determinan las características de la participación de la organización comunal en las diferentes instancias de participación. Los lineamientos conceptuales y metodológicos de la investigación fueron construidos conjuntamente entre el equipo de Foro por Colombia y los gestores del IDPAC. El desarrollo de la presente investigación incluyó el análisis de información secundaria y la realización de seis entrevistas en profundidad. Sea esta la oportunidad para agradecer a las personas entrevistadas por su disposición y valiosos aportes. En este orden de ideas, la investigación está estructurada en cinco capítulos. El capítulo introductorio, que corresponde al planteamiento del problema y a los elementos conceptuales en los que se fundamenta cada una de las investigaciones, fue elaborado directamente por la Fundación Foro Nacional por Colombia y enriquecido a partir de la presentación y discusión con el grupo de gestores que hizo parte del proceso1. El segundo capítulo corresponde al contexto de la localidad e incluye datos de carácter histórico, físico-territorial, socio-demográfico y una mirada general a la existencia y funciona1 La formulación del planteamiento del problema se hizo mediante el análisis de información secundaria, dos grupos focales de discusión en el IDPAC, uno con el equipo directivo y otro con gestores.
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miento de la organización comunal en la Localidad de Puente Aranda; el tercer capítulo, es el resultado de un ejercicio de análisis documental para determinar el papel de las organizaciones comunales en la agenda distrital y local tanto desde la perspectiva de la normatividad como de la política pública. En los capítulos cuatro y cinco se analiza el papel de la organización comunal tanto en instancias formales, el Comité Local de Emergencia, como en experiencias no formales de participación, Obra con Participación Ciudadana del barrio Pensilvania, respectivamente. En ambos capítulos se hace énfasis en el lugar que ocupa la organización comunal en la instancia o experiencia; las prácticas, valoraciones y percepciones en torno a la representación comunal y se incluye un balance en términos de trayectoria y perspectivas.
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¿Cómo participan las Juntas de Acción Comunal de Puente Aranda?
1. PRÁCTICAS PARTICIPATIVAS DE LA ACCIÓN COMUNAL: ANTECENDENTES Y ELEMENTOS DE ENFOQUE A pesar de los años y los cambios en las dinámicas socio-políticas, aún hoy día las Juntas de Acción Comunal son las organizaciones de base con mayor arraigo ciudadano y las que más peso tienen dentro del tejido asociativo a escala barrial, veredal, local, Distrital e incluso nacional. El 40% de las organizaciones sociales que existen en Bogotá son comunales, se trata de 1756 Juntas de Acción Comunal, 20 Asociaciones y una Federación, que congregan aproximadamente a 23.000 líderes sociales como dignatarios y a otros 750.000 ciudadanos en calidad de afiliados (Agudelo R., 2009). Actualmente en Bogotá las Juntas de Acción Comunal tienen representación en diferentes instancias de participación a nivel local y distrital, lo que pone de manifiesto de un lado, el reconocimiento de la trayectoria e importancia de estas organizaciones como parte del entramado social de la ciudad y de otro, la necesidad de la propia organización comunal de insertarse en las nuevas lógicas y dinámicas participativas. Adicionalmente, la mayoría de las organizaciones comunales continúan cumpliendo sus tradicionales funciones relacionadas con el desarrollo integral de sus comunidades y adelantando diferentes tipos de gestiones ante entidades de la administración a nivel local y distrital. Sin embargo, como se verá en el presente capítulo, la situación actual de las Juntas de Acción Comunal va mucho más allá y es mucho más compleja, especialmente desde la perspectiva de sus prácticas participativas y su vinculación a instancias y procesos de participación a escala barrial, local y distrital. En este sentido, en el presente capítulo se incluyen los elementos de enfoque de la investigación. En primer lugar, se presentan algunos planteamientos generales que sirven de punto de partida y que ponen de manifiesto la necesidad de indagar, analizar e incluso matizar las lógicas y dinámicas de la participación de las Juntas de Acción Comunal en Bogotá. En segundo lugar, se presentan los elementos de enfoque conceptual que sustentan la investigación.
1.1. Antecedentes de la organización comunal La acción comunal fue inicialmente una iniciativa de origen rural y europea que sirvió de espacio para hacer converger a las personas alrededor del territorio. En Colombia se aplicó más como una estrategia de integración social y no de posguerra, centrada en promover la paz, la descentralización y la alfabetización dado el déficit de instituciones educativas rurales ocasionado por el desmonte de las grandes haciendas. Desde la creación legal de las Juntas de Acción Comunal mediante la Ley 19 de 1958, éstas han sido concebidas como organizaciones claramente relacionadas con las expresio-
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nes, manifestaciones y luchas populares, alrededor de las necesidades más sentidas de la población. Desde entonces las JAC han sido las organizaciones llamadas a resolver, por la vía de la autogestión o de la interacción con el Estado, los problemas relacionados con el desarrollo barrial o veredal. En la historia de la organización comunal tanto en Bogotá como en el resto del país, se pueden identificar cuatro grandes etapas profundamente relacionadas con el contexto político y social del país que ha determinado las características y alcances de estas organizaciones. Etapa de 1958 a 1968: Esta primera etapa de las Juntas de Acción Comunal se caracteriza por su énfasis autogestionario orientado a resolver problemas relacionados con servicios públicos domiciliarios, equipamientos básicos como escuelas y salones comunales así como vías primarias. La acción comunal como práctica autogestionaria ya existía a finales de los cincuenta, de manera que la Ley 19 de 1958 sobre reforma administrativa lo que hace es reglamentar esta práctica, estableciendo que los concejos municipales y otras entidades locales debían reglamentar la conformación de las JAC y encomendarles “funciones de control y vigilancia de determinados servicios públicos, o dar a esas juntas cierta intervención en el manejo de los mismos”. (Art.22) Sin embargo, la ley de 1958 no avanza en la definición de las Juntas de Acción Comunal, apenas once años después con el Decreto 2070 de 1969, se hace un esfuerzo para definirlas. En efecto, se plantea que: “es Junta de Acción Comunal toda Asociación voluntaria de los vecinos de un Municipio, Barrio, Inspección de policía, Corregimiento, Vereda o Caserío, que se organiza democráticamente, sin ánimo de lucro, para conseguir el desarrollo social y económico de los asociados y de las familias que integran la respectiva comunidad”. A través de este Decreto se define a las Juntas de Acción Comunal como las organizaciones comunitarias por excelencia y las interlocutoras con el Estado al establecer entre sus finalidades “Organizar los diferentes sectores populares para que tomen conciencia de las necesidades de la comunidad y de la manera como pueden satisfacerlas y Asumir la vocería de la comunidad en los problemas que directamente le interesan” Entre 1959 y 1966 se conformaron en Bogotá 250 Juntas de Acción Comunal. En ese momento, el balance de la administración de Bogotá sobre el surgimiento de las JAC apuntaba a que a través de estas organizaciones se lograba “responsabilizar a las comunidades de su participación activa en el estudio y solución de sus problemas; estimular la organización comunal para que los inmigrantes provenientes de provincias y áreas rurales se adapten a la vida urbana; despertar la iniciativa, pericia e ingeniosidad de los individuos, como un nuevo recurso para el mejoramiento de sus condiciones de vida y formular con las comunidades pequeños planes de desarrollo para cada barrio, integrados dentro del plan general de la ciudad” (Jaramillo J. 2005, pp. 20). Etapa de 1968 a 1990: Esta etapa del movimiento comunal está marcada por el pragmatismo de la política y los denominados auxilios parlamentarios que derivaron en las prácticas clientelistas de las Juntas de Acción Comunal. Durante este periodo una de las principales fuentes de financiamiento de las JAC provenía de los auxilios parlamentarios2 y sus funciones, en relación con el desarrollo barrial y el mejoramiento de las condiciones de vida de los habitantes, estaban determinados por el paternalismo por cuenta de los partidos políticos y por la relación directa entre votos y vías, redes de acueducto o escuelas. 2 Según el trabajo sobre el Movimiento Comunal en Bogotá realizado por Voltaire Ciro a comienzos de los ’90 el 21% de las JAC incluidas en el estudio tenía como fuente de financiamiento los auxilios políticos.
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¿Cómo participan las Juntas de Acción Comunal de Puente Aranda? Es justamente durante esta etapa, más precisamente en 1968, cuando se crea el Departamento Administrativo de Acción Comunal y se le atribuyen entre otras funciones la de canalizar los auxilios aportados por el Estado para las Juntas de Acción Comunal, de manera que las JAC debían cobrar los auxilios por conducto del DAACD, y ésta entidad debía programar y dirigir las obras barriales hacia las cuales iban destinados dichos recursos (Jaramillo J. 2005, pp. 24). Con estas condiciones, no es de extrañar que para comienzos de los años ’70 el DAACD ya se hubiera convertido en un instrumento de los partidos políticos y que se produjeran debates entre los partidos liberal y conservador por el control de la institución. Durante este período el clientelismo se convirtió en el medio articulador del sistema político y la principal herramienta de gestión de las Juntas de Acción Comunal, lo que puso de manifiesto la capacidad de movilización política y partidista de las Juntas un aspecto que posteriormente implicaría una creciente pérdida de credibilidad en estas organizaciones y un estancamiento con respecto a su potencial y capacidades de gestión. Curiosamente en las décadas de los ’70 y ’80 se produce un avance significativo en la organización comunal como una estrategia por superar la atomización por su configuración meramente barrial y veredal y avanzar en la construcción del movimiento comunal, se empiezan a llevar a cabo los congresos comunales distritales concebidos como un espacio de encuentro y de definición de agendas colectivas que trascendieran lo barrial e incluso lo local y se crean en 1974 las asociaciones zonales de JAC –Asojuntas- y en 1985 la Federación Comunal de Bogotá, dos años después se formaliza la estructura de la organización comunal mediante el decreto 330 de 1987 y se crea la Confederación Nacional Comunal (Ciro Restrepo V., 1993, pp. 75). Durante esta etapa, al mismo tiempo que la organización comunal funciona con la lógica impuesta por los auxilios parlamentarios y sus negativas consecuencias, alcanza un crecimiento importante en relación con el auge de los movimientos sociales y la confluencia de múltiples tendencias y sectores alrededor de lo comunal (movimientos sociales, de izquierda, sindicalista), reivindicando, entre otros aspectos, la descentralización y la autonomía regional. Etapa de 1991 a 1996: para comienzos de la década de 1990 en Bogotá se habían conformado 1060 JAC que agrupaban alrededor de 600.000 socios, aunque cerca del 14% permanecían inactivas (Ciro Restrepo V., 1993, pp. 51). No obstante, ya durante la década de los ’80 las Juntas de Acción Comunal tenían serios problemas asociados a las prácticas clientelistas, con la expedición de la Constitución en 1991 que eliminó la figura de los auxilios parlamentarios, podría decirse que estas organizaciones entraron en crisis porque no contaban con el “apoyo” de los partidos políticos y tampoco tenían otras herramientas para la gestión de recursos. Adicionalmente, durante este período, comienzan a surgir nuevas organizaciones de todo tipo con estructuras más abiertas y modernas que le quitan fuerza a las JAC como organización de base por excelencia. Etapa de 1996 – Actualmente. En abril de 1996 se inicia un proceso de resurgimiento de la organización comunal mediante la renovación de dignatarios de las Juntas de Acción Comunal, las Asojuntas y la Federación y también con su vinculación a las instancias de participación creadas a partir de la Constitución. En el caso de Bogotá, el proceso de resurgimiento de esta organización es promovido por el entonces DAACD, que a través de programas como Obras con Saldo Pedagógico y Acciones para la Convivencia, busca entre otras cosas brindar herramientas a las JAC para entender y asumir nuevas lógicas de relacionamiento con el Estado y nuevas prácticas para la gestión de recursos por la vía de la elaboración de proyectos social comunitarios.
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Por otro lado, la Ley 743 de 2002 le da un nuevo alcance a la organización comunal en el marco de la democracia participativa. En este sentido el artículo 8º de la Ley define las Juntas de Acción Comunal como “una organización cívica, social y comunitaria de gestión social, sin ánimo de lucro, de naturaleza solidaria, con personería jurídica y patrimonio propio, integrada voluntariamente por los residentes de un lugar que aúnan esfuerzos y recursos para procurar un desarrollo integral, sostenible y sustentable con fundamento en el ejercicio de la democracia participativa.”
1.2. La participación en la organización comunal La organización comunal es identificada como un semillero y como la principal escuela de liderazgo; un significativo número de organizaciones sociales de otro tipo han tenido como fundadores a miembros de las Juntas de Acción Comunal, y en las diferentes localidades muchos ediles han sido antes dignatarios comunales. Este hecho da cuenta de la importancia de la organización comunal en el conjunto del tejido asociativo pero también plantea cuestiones como el tipo de liderazgo que se está generando desde estas organizaciones. No obstante, desde la perspectiva del IDPAC, en estos momentos el panorama al interior de la organización comunal está marcado fundamentalmente por una serie de conflictos internos, por la falta de relación y comunicación entre las Juntas y los otros niveles de la organización como las Asociaciones, la Federación y la Confederación. Situaciones que condicionan la acción de las organizaciones comunales e incluso su real incidencia en el mejoramiento de las condiciones de vida de los habitantes de sus barrios y localidades. Por otra parte, las estructuras internas de las organizaciones comunales tienden a la dispersión de la base social y a la concentración del poder en los dignatarios, lo que de por sí ya genera problemas de representatividad y contrapesos en el nivel micro de la organización comunal. Una posible explicación a este fenómeno, está relacionada con que las necesidades de los ciudadanos son cada vez más complejas, diversas y difícilmente pueden ser asimiladas y tramitadas por la organización comunal; esto ha generado una especie de “migración” fundamentalmente entre jóvenes y mujeres dando lugar, de un lado, a la creación de otras organizaciones, y de otro, a un cierto nivel de especialización en los temas que pueden ser abordados y tramitados por las JAC. Asimismo, la organización comunal enfrenta una serie de desafíos relacionados con su capacidad de interactuar, generar alianzas y sinergias con otras organizaciones sociales. En un contexto de importante intervención de la administración en materia de infraestructura y mejoramiento en la calidad de vida en la ciudad, las organizaciones comunales deben definir una nueva agenda y asumir el protagonismo en diferentes escenarios locales y distritales. Desde la perspectiva de su agenda temática, la organización comunal se distingue cada vez más por centrar su interés en el desarrollo territorial, lo que le permite articularse a temas transversales de la gestión pública, como por ejemplo la valorización o el aeropuerto. Alrededor de lo territorial, cuenta con una agenda móvil e intermitente que se activa ante problemáticas y situaciones específicas. En términos generales, las formas de inserción de la organización comunal en procesos de participación ciudadana, tanto locales como intralocales y distritales, está marcada por las perversiones que la acechan y que tienen que ver, entre otras cosas, con la permanencia de prácticas clientelistas como mecanismo de acceso a bienes y servicios; con los dificultades para generar iniciativas participativas que superen el ámbito barrial y con la incapacidad para generar estructuras internas democráticas e incluyentes.
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¿Cómo participan las Juntas de Acción Comunal de Puente Aranda? De otro lado, como se muestra en la Tabla No. 1 actualmente las organizaciones comunales tienen representación en seis instancias de participación Distrital y en siete de participación a nivel local; un escenario que ofrece a los comunales la posibilidad de incidir a nivel local y distrital en políticas públicas determinantes para la ciudad y que están relacionadas con la planeación territorial y del desarrollo; con cultura; bienestar, salud, seguridad alimentaría y derechos humanos.
Tabla No. 1 Instancias locales y distritales con representación de las JAC Sector
Instancia
Norma
Objetivos y/o definición de la instancia
Planeación
Consejo Territorial de Planeación
Modificado Acuerdo Distrital 18 de 1998
Analizar, discutir, organizar y coordinar lo relacionado con el Proyecto del Plan de Desarrollo, mediante la organización de reuniones a nivel del Distrito y las localidades en las cuales intervengan los sectores económicos, sociales, ecológicos, comunitarios y culturales, con el fin de garantizar eficazmente la participación ciudadana, Absolver las consultas que sobre el Plan Distrital de Desarrollo formule el Gobierno Distrital o las demás autoridades de planeación durante la discusión del proyecto del plan.
Seguridad alimentaria
Consejo Directivo del Plan Maestro de Abastecimiento Alimentario y Seguridad Alimentaria para Bogotá D.C.
Decreto Distrital 315 de 2006, modificado por el 040 de 2008
Garantizar la ejecución de las políticas, planes, programas y proyectos del Plan Maestro de Abastecimiento de Alimentos y Seguridad Alimentaria de Bogotá.
Cultura
Consejo Distrital de Cultura
Decreto Distrital 66 de 1989 , Decreto Distrital 462 de 1994 modificado Decreto Distrital 781 de 1998, Adicionado por el Decreto Distrital 996 de 1998, Decreto Distrital 564 de 1999
Estimular el desarrollo cultural y contribuir al mejoramiento de la calidad de vida de las comunidades. Actuar como entes articuladores de las actividades relacionadas con el fomento, la promoción y la difusión del patrimonio cultural y artístico Vigilar la ejecución del gasto público invertido en cultura, Asesorar al gobierno del Distrito Capital en la formulación, implementación y ejecución de las políticas y planes culturales.
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Sector
Instancia
Norma
Objetivos y/o definición de la instancia
Derechos Humanos
Consejo Distrital de Paz
Acuerdo Distrital 17 de 1999
Asesorar de manera permanentemente al Gobierno Distrital en materias relacionadas con la paz; Elaborar propuestas para el Gobierno Distrital acerca de soluciones negociadas al conflicto político, social y armado interno, al respecto, promoción y defensa de los derechos humanos, la aplicación efectiva del Derecho Internacional Humanitario, la disminución de la intensidad y cese de las hostilidades, la reincorporación a la vida civil de los miembros de los grupos guerrilleros, la reconciliación entre los colombianos, la consolidación de la democracia, y la creación de un orden político, económico y social justo; Proponer al Gobierno Distrital mecanismos de participación de la sociedad civil en los procesos de diálogo y negociación con los grupos guerrilleros
Comité Distrital de Derechos Humanos
Acuerdo 4 de 1995
Organismo asesor del Personero Distrital y de la Unidad Coordinadora de Defensa, Protección y Promoción de los Derechos Humanos del Distrito Capital de Santa Fe de Bogotá
Planeación
Consejo de Planeación Local - CPL
Acuerdo Distrital 13 de 2000
Diagnosticar y priorizar las necesidades de la localidad. Proponer alternativas de solución a las necesidades estructurales y sectoriales de la localidad. Organizar, promover y coordinar una amplia discusión sobre el proyecto del Plan de Desarrollo Local, mediante la organización de foros informativos, seminarios, talleres y audiencias públicas, encuentros ciudadanos u otros mecanismos, con el fin de garantizar eficazmente la participación ciudadana.
Espacio público / Control social
Comité Local de Parques
Acuerdo 78/2002
Red Distrital de Parques. Los comités tienen como función velar por el cabal cumplimiento de la administración y el desarrollo de actividades en los parques zonales y vecinales.
Bienestar
Consejo Local de Política Social -CLOPS
Se rige por Decretos locales
Instancia para la concertación y seguimiento de la política social de la Localidad, su carácter es mixto y tiene como objetivo principal promover la articulación, integralidad y complementariedad de la actuación de las instituciones públicas y convocar la solidaridad.
Cultura
Consejo Local de Cultura
Decreto 221 de 2002 (está en proceso de reforma)
Son organismos de participación ciudadana para la concertación entre las autoridades locales y las comunidades, de políticas, planes, programas y proyectos culturales y sus respectivos presupuestos, para el estímulo, fomento y desarrollo cultural en las localidades.
Atención a desastres
Comité Local de Emergencias
Decreto 723 de 1999
Es el órgano de coordinación interinstitucional local, organizado para discutir, estudiar y emprender todas aquellas acciones encaminadas a la reducción de los riesgos específicos de la localidad y a la preparación para la atención de las situaciones de emergencia que se den en ésta y cuya magnitud y complejidad no supere sus capacidades.
Deportes
Consejo Local de Deportes
Acuerdos locales
Es una instancia estructurada que apoyará las autoridades locales y de Plantación en cuanto al deporte y la recreación.
Salud
Comités de participación Comunitaria COPACO
Decreto 1757 de 1994
Espacio de concertación entre los diferentes actores sociales y el Estado
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¿Cómo participan las Juntas de Acción Comunal de Puente Aranda? Sin embargo, la trayectoria de las Juntas de Acción Comunal en su intervención en las dinámicas e instancias de participación a nivel local y Distrital plantean varios interrogantes: ¿Cuál es el papel jugado por las JAC en las diferentes instancias de participación?¿Está preparada la organización comunal para ejercer un papel protagónico e incidente en estas instancias?; ¿Teniendo en cuenta que son las Asojuntas y la Federación las organizaciones que tienen representación en las instancias locales y distritales, se puede hablar de una verdadera representación de la organización comunal en estas instancias? ¿Cuáles son los temas que pone en la agenda de las instancias la organización comunal desde una mirada de localidad o ciudad, cuando el predominio de las JAC está en el nivel micro, barrial?. ¿Qué tipo de relaciones establecen las JAC con otras organizaciones sociales para gestionar cambios o transformaciones? ¿Hasta qué punto la oferta institucional dirigida a la organización comunal contribuye a su cualificación y fortalecimiento para su incidencia en las instancias de participación a nivel local y distrital?.
1.3. Elementos de enfoque conceptual El ejercicio investigativo de abordar las dinámicas de la inserción de la organización comunal en las instancias y procesos de participación a nivel local y distrital, implica la construcción de un enfoque conceptual amplio y actualizado, que de cuenta de la complejidad que encierra el interrogante de cómo participan las Juntas de Acción Comunal en Bogotá. El camino recorrido por la organización comunal desde su creación y su mismo carácter, plantean importantes cuestiones que tienen que ver con los niveles de organización social; los cambios en el marco de relaciones Estado y sociedad; el peso de las dinámicas de escalas en las lógicas y alcances de la participación y las rupturas y continuidades que se pueden dar en sus diferentes formas. 1.3.1. Debates alrededor de la democracia representativa y la democracia participativa Algunos críticos de la Democracia, consideran que: Dentro de un pueblo sólo un limitado subconjunto de personas tiene derecho a participar en el gobierno: ellas constituyen el pueblo en otro sentido: son, dicho con más propiedad, los ciudadanos o la ciudadanía (demos). ¿Quién debe integrar el demos? (Dahl, 1991, pp.12). Esta crítica se sustenta en el supuesto que el demos solo debe incluir a los que están calificados para participar en el gobierno, lo que conduce al tutelaje configurándose en la práctica un gobierno jerárquico. Otra crítica a la Democracia que esbozan los opositores consiste en la escala y en los resultados. ¿En dónde es viable construir la democracia? Dahl hace alusión a la escala transnacional como aquella en la que actualmente se toman las decisiones, haciendo que los gobiernos de los países se conviertan en gobiernos locales. Independiente de los acuerdos que haya frente a estos planteamientos, lo que interesa de su señalamiento es que al introducir el concepto de escala permite determinar las posibilidades de una participación política directa en la toma de decisiones en la Democracia de hoy. Y esto es claro si se recuerda el planteamiento de Sartori de que La política en último término gira en torno a la relación entre gobernantes y gobernados… el hecho de que un proceso decisorio democrático borre en cierta medida la línea divisoria entre gobernantes y gobernados no implica que ambos lleguen a confundirse (Sartori, 2005, pp. 116). 15
Y ese proceso decisorio democrático ha sido visto tradicionalmente en el proceso de elecciones y en el hecho de elegir. Pero, si las elecciones computan y registran decisiones, ¿de dónde vienen y cómo se forman dichas decisiones? Es precisamente esta pregunta la que permite abrir otras esferas de análisis entre esquemas de democracia representativa y democracia participativa. Bobbio (1986) plantea que la democracia es un sistema de reglas para la formación de las mayorías, entre las que cabe destacar el peso igual de los votos y la ausencia de distinciones económicas y sociales en la conformación del electorado. El principio de representación es, entonces, vital en este modelo. En su origen, los sistemas representativos fueron creados por dos razones: en primer lugar, para evitar que las decisiones públicas fueran presa de las pasiones de las facciones existentes en el seno de la ciudadanía. En segundo lugar, para generar un contrapeso al ejercicio del poder político que alejara cualquier posibilidad de convertir la democracia en una tiranía. Así, la democracia representativa no fue diseñada para que la ciudadanía gobernara directamente ya que parte del supuesto de que la élite de elegidos es capaz de identificar, a través de procesos deliberativos, el interés común. Tales postulados constituyen el pilar principal de lo que Santos y Avritzer (2002) denominan la “concepción hegemónica” de la democracia en el siglo XX, la cual se extendió rápidamente en el mundo, pero generó una situación paradójica: a medida que ganaba terreno experimentaba una crisis de participación y representación política que se expresó en varios ámbitos. Por ejemplo se evidenció el debilitamiento de los partidos políticos, el alejamiento entre electores y elegidos, el escaso poder de los primeros para participar en asuntos públicos y la incapacidad de la burocracia para adaptarse a los procesos de gestión pública (Velásquez, 2005). La democracia participativa Según lo señala Echavarría, la última década se ha convertido en una búsqueda por ampliar la democracia, considerando que el ciudadano puede intervenir sin mediaciones en la discusión pública. “El debate democrático participativo se centró, entre otros temas, en el cuestionamiento de los límites deseables y prácticos de la intervención estatal y, correlativamente, del alcance de la autodeterminación de la ciudadanía; en la democratización del Estado a través de la ampliación de la accesibilidad y responsabilidad de los representantes y funcionarios; en la distancia entre el reconocimiento formal de derechos y los derechos como facultades garantizadas de los ciudadanos…” (Echavarría, 2008). La noción de democracia participativa se articula a una visión del mundo y de la vida cuyo núcleo es el perfeccionamiento de la convivencia humana. En tal sentido, la democracia es una nueva “gramática” de organización de la sociedad y de su relación con el Estado (Santos y Avritzer, 2002). Tres nuevos conceptos están asociados a esa cosmovisión: en primer lugar, el reconocimiento de la pluralidad humana y el rechazo a toda forma homogénea de organización de la sociedad. En segundo lugar, el espacio público como lugar de de encuentro de la sociedad y visibilización pública de las problemáticas de los excluidos. Finalmente, el tercer concepto es el de ciudadanía activa, leída en términos de dinámica de la movilización social en torno a los asuntos públicos.
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¿Cómo participan las Juntas de Acción Comunal de Puente Aranda? Según Escobar, Álvarez y Dagnino (2001) los movimientos sociales no podrían ser disociados del campo político, pues su acción contribuye a su ampliación. La ciudadanía activa entonces, implica una triple condición de los individuos: como sujetos de derecho, como miembros de una comunidad política y como sujetos de responsabilidad con la comunidad a la que pertenece. En consecuencia, la ciudadanía deja de ser una condición únicamente legal para ser una identidad política común, que en la búsqueda de sus propios intereses aceptan someterse a reglas comunes. La democracia participativa ha sido contrapuesta por algunos análisis a la democracia representativa, como si fueran conceptos excluyentes. Held (1987) en cambio considera que es posible y deseable encontrar una perspectiva que integre esas corrientes y vea la representación y participación son complementarias. La complementariedad implica una articulación más profunda entre los dos modelos y obliga a la democracia representativa a flexibilizarse para integrar en el debate político-electoral las propuestas de reconocimiento cultural y de inclusión social. Así, el Estado necesariamente debe transformarse en una arena de deliberación y en un lugar de experimentación cultural. Algunos de estos desafíos, que convierten a la política en escenario de múltiples y complejas reivindicaciones, se relacionan con los retos impuestos por el cambio tecnológico y la globalización, las transformaciones en la concepción de ciudadanía y la construcción de nuevos sujetos sociales interesados en la reivindicación de lo subjetivo y el respeto de las diferencias Surgen en ese orden de ideas dos grandes retos: el primero, cómo recuperar el sentido de la igualdad, como proceso sociopolítico y el segundo, cómo reconocer la diversidad cultural, sin que ello implique la consolidación de la desigualdad (Hopenhayn, 2001, p. 122) La democracia contemporánea se configura como el espacio por excelencia en el que se conjugan diversas identidades, que a través de reglas y procedimientos intervienen en la esfera de lo público y en el diseño de políticas basadas supuestamente en principios de justicia social, equidad, redistribución y multiculturalidad. Se trata de la llamada ciudadanía compleja que se configura a partir de los cruces entre identidades lo que supone la existencia de múltiples espacios de representación, reivindicación e incidencia. (Rubio, 2006) Uno de los escenarios que plantea el estudio de la participación en organizaciones como las JAC, que han surgido en un contexto autoritario y de dominio de la democracia representativa, es justamente el proceso y la capacidad de asimilación e incorporación de este tipo de organizaciones a un nuevo contexto complejo en donde se yuxtaponen identidades, necesidades e intereses. Tanto las nociones de ciudadanía activa como de ciudadanía compleja, hacen referencia a la aparición de nuevos actores en el espacio público, pero ¿Qué pasa con actores como la organización comunal, que ya ocupaban un lugar en el espacio público? Es posible que se fortalezcan y contribuyan a la construcción de contrapesos sociales fuertes o por el contrario que se desdibujen frente a la dificultad de asimilar los nuevos retos, redefiniéndose en el marco de la ciudadanía compleja y por tanto de las nuevas formas de relación entre Estado y sociedad. 1.3.2. Relación Estado y Sociedad El concepto de Gobernanza propone reconocer la existencia de otros actores diferentes al gobierno en los procesos de toma de decisiones públicas, así como la conformación de estructuras a través de las que se generan estas decisiones. Igualmente plantea una discusión amplia sobre los beneficios y contradicciones de los esquemas de Gobernanza en las estructuras de toma de decisión y el debate sobre la capacidad de los gobiernos para garantizar el interés común. 17
Para Peters (2001) la Gobernanza Democrática es un concepto atado al de Gobernar, que busca dar respuesta a la complejidad del entorno involucrando actores no gubernamentales en el diseño e implementación de políticas. Es un proceso de dirección de la sociedad que se genera a través de un conjunto de actores que interactúan para lograr metas globales. Por su parte, Mayntz (2001) habla de la Gobernanza Moderna traducida en esquemas cooperativos, no jerarquizados, en donde las instituciones estatales y no estatales cooperan en la formulación y aplicación de políticas públicas. La articulación se puede dar mediante arreglos neocorporativos, de autorregulación de la sociedad (en funciones susceptibles de ser reguladas) y de redes de políticas en donde el gobierno deja de ser el centro director de la sociedad. En ambas posiciones se reconoce que el gobierno no es el único responsable de gobernar. Sin embargo, difieren sobre los efectos que puede tener sobre el papel del Estado y la capacidad de preservar el interés común. Para Peters la gobernanza implica pérdida del sector público en el monopolio de la conducción de los asuntos de interés público, generando un estilo de gobierno fragmentado que impide la definición de metas y prioridades generales. Por esa razón se encuentra a favor de formas más jerarquizadas de gobierno con un control desde el centro sobre aspectos de gestión estratégica. Si bien Mayntz reconoce que en la gobernanza moderna el poder está disperso en la sociedad, no lo considera fragmentado dado que las autoridades deben ser fuertes pero no omnipotentes. No hay una pérdida del control del Estado, sino un cambio de forma que combina la jerarquía y la organización cívica. En efecto, Mayntz reconoce que, en un esquema de Gobernanza, debe existir una sociedad civil fuerte, con autonomía para negociar con otros intereses y con el Estado en donde ningún actor corporativo domina a otro. La Gobernanza puede aludir a la apertura de espacios y a la introducción de mecanismos de concertación, pero también pone en evidencia la discusión sobre la capacidad del Estado de reconocer la diversidad de intereses en conflicto que se encuentran en la sociedad, Es decir, cuando las instituciones estatales abren la posibilidad de concertar la toma de decisiones no necesariamente logran el interés colectivo sino una legitimidad de las decisiones tomadas a partir de las relaciones de poder que se generan en los espacios de concertación que se establezcan. Por otra parte, en los planteamientos de ambos autores subyacen los límites y los retos de estos esquemas de democracia participativa. En ambos se abre la pregunta sobre la capacidad y las formas de organización de la sociedad civil, sobre sus formas de interacción y sobre las relaciones de poder que se entretejen en los procesos de toma de decisión alrededor de la formulación de las políticas públicas. Estas ideas conllevan a la reflexión sobre los modelos alternativos del proceso de la política pública o denominados como esquemas de “abajo hacia arriba” en contraposición a los que son de arriba hacia abajo Para Peters (1995), en la formulación de políticas de Abajo hacia Arriba, el Estado abre canales de concertación con la sociedad quien asume una actitud activa, en donde se promueve, en términos del autor, una “Democracia sustantiva” en cuyo marco se pretende una participación más directa en las decisiones de política pública permitiendo que las personas y las entidades lleguen a unos acuerdos antes de la decisión final.
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¿Cómo participan las Juntas de Acción Comunal de Puente Aranda? Para Fung y Wright (2003), la gobernanza deliberativa requiere de la existencia de un contrapoder social capaz de neutralizar las prerrogativas de los actores dominantes. Se da una relación entre la existencia de contrapoderes sociales con una orientación de la gestión hacia la gobernanza. El escenario ideal es el modelo de Gobierno Participativo con Poder de Decisión (GPPD) al que haremos referencia más adelante. 1.3.3. Participación Ciudadana En un marco de democracia participativa, de apertura de esquemas de Gobernanza y de la introducción de modelos de formulación de política de abajo hacia arriba mediante nuevos ámbitos de participación, autoras como Echavarría (2008) consideran que se presenta un claro desafío a las formas institucionales previstas en la democracia representativa y que se ha originado un modelo democrático que promueve el flujo de la comunicación entre el “sistema político administrativo” y los espacios “informales de opinión y voluntad pública”. En el modelo democrático participativo ha cobrado especial relevancia el ámbito local dado que es más factible en esta escala acercar a los procesos decisorios aunque, tal y como afirma la autora, la cercanía física no representa ninguna garantía. Pero además de la localización o la escala de incidencia, estos esquemas ponen de presente las tensiones y articulaciones entre la participación ciudadana y la representación política, surgiendo interrogantes sobre cuál es el lugar de cada una de ellas en los procesos de toma de decisión y qué articulaciones y desarticulaciones existen entre ellas. (Velásquez, González y Rodríguez, 2008) Se entiende que La participación ciudadana es una forma de relación entre el Estado y la sociedad civil. Resulta de la combinación de discursos, intereses y propósitos de los diferentes actores involucrados en la vida pública, y se desarrolla en función de los pesos y contrapesos sociales y políticos existentes en unas particulares coordenadas de espacio y tiempo (Ibíd.). En esa perspectiva, la participación es entendida como intervención antes que como incorporación. Es decir, se la mira como un proceso social, producto de la acción intencionada de individuos y grupos en busca de metas específicas, en función de intereses diversos y en el contexto de tramas concretas de relaciones sociales y de poder. Entendida así, la participación opera en el escenario público y es en él donde produce sus efectos. Este enfoque supone una condición de autonomía, a través de la cual cada uno de los participantes opera sobre la base de decisiones propias, fundadas en su interpretación de la realidad y en sus intereses y posibilidades. En segundo lugar, las asimetrías que operan en el proceso son de carácter horizontal. No todos los participantes están dotados de los mismos recursos (materiales, de información, de poder, etc.), pero se supone que ningún sector por definición tiene algún privilegio en el proceso. Finalmente, el objetivo de la participación no es necesariamente la integración y la subordinación social. Puede ser perfectamente la transformación del orden vigente o la introducción de cambios (culturales, políticos, económicos, etc.) que modifiquen sus reglas de juego. En ese sentido, no sólo está atravesada por relaciones de poder, sino que puede apostarle a la redefinición de estas últimas. Finalmente, hay que referirse a las condiciones para el ejercicio de la participación. Cabe destacar dos: En primer lugar, la existencia de un ambiente favorable, es decir de un entorno socio-político que estimula el ejercicio de la participación ciudadana y lleva, por tanto, a que los actores decidan hacerlo. En segundo lugar, la existencia de actores interesados en participar, que cuenten con recursos y motivaciones para intervenir en el escenario público; 19
los actores pueden aprovechar el entorno en la medida en que cuenten con recursos para hacer efectiva la participación. Estas dos condiciones pueden combinarse de diversa manera, de manera que se generan diversos escenarios de participación, en los cuales puede sobresalir uno de los actores implicados y pueden generarse diferentes resultados en términos de las posibilidades de concertación. Diferencias entre participación ciudadana y participación comunitaria Los procesos de intervención de los ciudadanos en su entorno pueden ser de diferente naturaleza. Algunos operan en la esfera privada, sea para mejorar las condiciones del territorio o resolver problemas específicos en materia de hábitat (participación comunitaria), sea para unirse en torno a intereses comunes y generar lazos sociales y sinergias para la acción (participación social). Otros procesos operan en la esfera pública. Allí cabe distinguir las iniciativas ciudadanas que son portadoras de intereses globales, de aquellas agenciadas a partir de intereses particulares. Las primeras pueden ser clasificadas en la categoría de participación política (intervención de sujetos individuales o colectivos en la escena pública en función del interés común), mientras las segundas se refieren específicamente a la categoría de participación ciudadana (intervención de sujetos en la escena pública en función de intereses particulares) (Cunill, 1991). La participación ciudadana emplea mecanismos tanto institucionales como no institucionales, y puede desarrollarse a través de la intervención directa de los ciudadanos y las ciudadanas en el escenario público o de sus representantes en instancias específicas de carácter sectorial o territorial. En ese sentido, la participación ciudadana también contempla instancias de representación y debe resolver, al igual que en el caso de la democracia representativa, los problemas que se derivan de las relaciones entre los representantes y sus bases sociales. De todos modos, al orientarse hacia el escenario público, la participación ciudadana tiene necesariamente un referente político: a través de ella la ciudadanía exige la responsabilidad de los mandatarios, controla la transparencia de sus decisiones e interviene directamente en escenarios de decisión política. No niega, por tanto, el sistema de representación política sino que lo complementa y perfecciona. 1.3.4. Organizaciones Sociales En el contexto de la presente investigación, cuando se habla de organizaciones sociales se está haciendo referencia a un espacio de interrelación y trabajo compuesto por un grupo de individuos que se identifican con determinados intereses y que deciden actuar en común con el propósito de defenderlos y resolver de manera colectiva problemas compartidos (González, 1995). En términos generales se entiende que las organizaciones sociales tienen diferentes ámbitos y campos de acción, constituyéndose alrededor de objetivos que están demarcados por intereses y apuestas sectoriales, territoriales o poblacionales. Su importancia radica en posibilitar que la sociedad civil conviva y trabaje solidariamente, participe en el diagnóstico de su realidad, identificando sus problemas y planteando soluciones e interviniendo en algunos casos en la implementación de las mismas; facilitando la interrelación, comunicación y negociación de éstas con el Estado y con otras organizaciones (Foro por Colombia – DAACD, 2005). Aunque existen organizaciones funcionales (con el objeto de resolver necesidades ajenas al territorio) y sustantivas (con el propósito de mejorar condiciones que no se relacionan con la vida material), esta investigación pondrá su acento en las organizaciones territoriales, que se constituyen a partir de referentes territoriales con acciones múltiples y diversas relacionadas con el mejoramiento de las condiciones de vida. Entre las organizaciones territoriales están las Juntas de Acción Comunal, comités barriales y de vecinos, entre otras.
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¿Cómo participan las Juntas de Acción Comunal de Puente Aranda?
2. ANTECEDENTES Y CONTEXTO LOCAL El presente capítulo incluye una caracterización territorial y social de la localidad de Puente Aranda. En este sentido además de los datos de localización y características físicas se incluye una breve reseña histórica, algunos indicadores demográficos, económicos y una referencia a las Juntas de Acción Comunal en la localidad.
2.1. Caracterización general Puente Aranda deriva su nombre del puente que atravesaba el terreno cenagoso de don Juan Aranda sobre el río Chinúa, hoy llamado San Francisco, construido por el oidor Francisco de Anuncibay, quien llegó a la Nueva Granada hacia 1573. Anuncibay construyó el camino de occidente para visitar a su amada, la hija del capitán Olalla, hombre de confianza del conquistador Jiménez de Quezada, para llegar más pronto a verla y para ahorrarle tropiezos, el oidor Anuncibay hizo abrir la calzada sin repararse en gastos. Fue así como se inició la construcción de un camellón hacia el occidente, que atravesó la sabana para facilitar a los viajeros el paso por el inmenso humedal de Aranda y crear así un canal de comunicación con Honda, principal puerto sobre el Río Magdalena. Por allí entraban las mercancías provenientes de la Costa Atlántica. Puente Aranda existe desde 1944, fecha en la cual se inició la construcción de la Avenida de las Américas, proyecto promovido por la Sociedad Colombiana de Arquitectos. Esta Avenida se hizo necesaria a fin de mejorar la comunicación con el aeropuerto de Techo, ubicado cerca del monumento de Banderas, que se levantó para dicha ocasión, haciendo a un lado el antiguo puente y construyendo en su lugar un monumento en honor a Cristóbal Colón y a la Reina Isabel la Católica. Con el desarrollo industrial de Bogotá, la localidad comenzó a convertirse en la sede de una multitud de pequeñas empresas manufactureras, que al lado del sector residencial fueron creciendo y ampliándose (Alcaldía Mayor, 2009). La localidad se fortaleció en 1944 con el primer reglamento de zonificación, y se consolidó a partir de los estudios de Le Corbusier, del Plan Piloto de Bogotá adoptado en 1951 y de la zonificación de 1963, realizada por el Departamento Administrativo de Planeación Distrital. 2.1.1. Aspectos físico - territoriales La localidad de Puente Aranda tiene en una extensión de 1.731,12 hectáreas, de las cuales el 39.1 % corresponden a suelo protegido por ser considerado lugar hídrico, debido a que la cruzan los canales Fucha, Albina, Comuneros, Río Seco y el canal subterráneo de San Francisco. Se encuentra delimitada al norte con la Avenida Los Comuneros y la localidad de Teusaquillo, al sur con la Avenida 1a de Mayo y la localidad de Tunjuelito, al oriente con la Avenida Ciudad de Quito y las localidades de Los Mártires y Antonio Nariño y al occidente con la avenida Ferrocarril del Sur y con las localidades de Fontibón y Kennedy.
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La localidad de Puente Aranda está integrada por 55 barrios y cinco Unidades de Planeamiento Zonal (UPZ). La UPZ Ciudad Montes es la que concentra el mayor número de barrios con 18 y las que menos son Zona Industrial y Puente Aranda con siete y cinco barrios respectivamente. En estas dos últimas UPZ predomina el uso de suelo industrial y en las demás el residencial.
Mapa No 1. UPZ de la localidad de Puente Aranda
En términos de población como se muestra en la tabla No.2, la UPZ más poblada es la de Ciudad Montes seguida de San Rafael y Muzú mientras que las UPZ de Puente Aranda y Zona Industrial tiene una población por debajo de los 20.000 habitantes. Sin embargo, estas dos últimas UPZ reciben una cantidad importante de población flotante cada día debido a la presencia de industrias en la zona, según datos del 2008 el 47% de los empleados de las empresas e industrias que existen en la localidad vivían allí mismo o en localidades cercanas el resto provenían de localidades más distantes e incluso de otros municipios. (Secretaría Distrital de Planeación e Instituto de Estudios Sociales, 2008, p.55)
Tabla No. 2. Barrios, área y población por UPZ Número UPZ
Nombre UPZ
No. de barrios
Área / Hectáreas
Población
40
Ciudad Montes
18
443.41
101.491
41
Muzú
11
249.42
68.774
43
San Rafael
14
327.45
87.198
108
Zona Industrial
7
344.82
8.862
111
Puente Aranda
5
359.39
16.165
Fuente: IDPAC 2007
En términos de estratificación, el 77,6 por ciento de las manzanas de la localidad corresponden a estrato 3, el 0,37 por ciento a estrato dos y el 22 por ciento restante no tiene estrato por tratarse de manzanas en donde predominan los usos institucionales, comerciales o en este caso industriales. (IDPAC, 2007, p.17) 2.1.2. Aspectos socio-demográficos La población total de Puente Aranda es de 256.977 habitantes por lo que ocupa el lugar número once y representa el 3,79 por ciento de la población total del Distrito Capital. En términos de distribución por género como se muestra en el gráfico No. 1 hay 132.887 mujeres (52%) y 124.090 (48%) hombres, una distribución semejante a la del conjunto de Bogotá. 22
¿Cómo participan las Juntas de Acción Comunal de Puente Aranda?
Gráfico No. 1. Distribución de población por género
Hombres 48%
Mujeres 52%
Fuente: IDPAC, 2007
Según la Encuesta de Calidad de Vida de 2007, el 3.2 por ciento de la población de Puente Aranda, es decir alrededor de 8.000 personas, viven en condiciones de pobreza según el índice de Necesidades Básicas Insatisfechas (NBI) y el 0,4 por ciento vive en condiciones de miseria. 2.1.3. Aspectos económicos En términos de ocación económica, la composición sectorial de las actividades económicas pone de manifiesto una baja participación de la industrial (10 por ciento) en relación con las actividades terciarias de comercio y servicios (90 por ciento) (Secretaría Distrital de Planeación e Instituto de Estudios Sociales, 2008, p.52). Sin embargo, la imagen tradicional de la localidad sumada al tipo de industrias y de actividades comerciales que tienen lugar allí, hace que prime la imagen de Puente Aranda como una localidad industrial. Los indicadores de fuerza laboral de la Encuesta de Calidad de Vida de 2007, muestran que 214.298 personas (83 por ciento) están en edad de trabajar, de los cuales el 51.7 por ciento es Población Económicamente Activa (PEA), la tasa de desempleo es de 7,54 por ciento, similar a la de Bogotá que es del 7,78 por ciento. 2.1.4. Principales necesidades o problemáticas locales La localidad está considerada como zona industrial y comercial, a partir de esto se generan aspectos críticos debido a los riesgos de contaminación por derrames, fugas, incendios y explosiones, especialmente en las UPZ Zona Industrial y Puente Aranda, por esto es esencial: • Información sobre presencia de sectores industriales prioritarios en la localidad, para así orientar la gestión. • La realización y actualización de planes de emergencia en quince industriales de la localidad. • Tener acompañamiento y participación de las industrias en las actividades institucionales y comunitarias programadas. • Contar con el apoyo de la Dirección de Prevención y Atención de Emergencias de Bogotá (DPAE) en los eventos realizados por la Alcaldía en temas de industria.
2.2. La organización comunal en la localidad Con relación al tema específico de la participación ciudadana de las organizaciones comunales en la localidad, son pocos los estudios realizados hasta el momento. Se encuentran algunos aspectos a cerca de las organizaciones y sus actividades en las caracterizaciones institucionales elaboradas en los siguientes documentos de nivel distrital y local:
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• Agendas de Participación Local, DAACD, Bogotá, 1997. y Voces del Común. Historias de Vida de líderes comunales. DAACD, Bogotá, 1998 • Densidad y articulación de la sociedad civil local en Bogotá 1997-2001. Departamento Administrativo de Acción Comunal. DAACD, Sudarsky, John. Publicado en Acción Conjunta, número 25, julio de 2003. • Diagnósticos Locales con participación social. Secretaría de Salud, Bogotá, 2003-2005. En este sentido, como antecedente vale la pena mencionar el documento de Jhon Sudarsky, que presenta un estudio realizado por el propio Departamento Administrativo de Acción Comunal Distrital (DAACD, 2003), tendiente a conocer el comportamiento de las organizaciones sociales voluntarias frente a su capacidad de vincular ciudadanos, así como su presencia y trabajo articulado en las localidades y en la ciudad. Esto significa, por un lado, el grado de participación ciudadana o comunitaria en distintas organizaciones y por otro, el nivel de interacción o articulación entre estas en torno a los asuntos públicos locales. Dicho trabajo abordaba las organizaciones de la sociedad civil desde dos puntos de vista: la densidad y la articulación. La densidad mide el grado de pertenencia a una organización voluntaria secular, es decir no religiosa; mientras que la articulación mide el grado de interacción entre las organizaciones que se ocupan del bien público. 2.2.1. Las Juntas de Acción Comunal en Puente Aranda En Puente Aranda existen 52 Juntas de Acción Comunal. El gráfico No. 2 muestra la distribución de juntas por UPZ de la localidad. Como se ve hay una relación directa entre el número de barrios y la cantidad de organizaciones comunales.
Gráfico No. 2 Juntas de Acción Comunal por UPZ 25 21 20 16 15 10 10
5 2
3
0 Ciudad Montes
Muzú
San Raf ael
Zona Industrial
Puente Aranda
Fuente: IDPAC, 2008
Las Juntas de Acción Comunal de Puente Aranda logran la vinculación de 8,3 por ciento de la población mayor de 18 años. Cuentan con la administración de 39 salones comunales de los cuales catorce se encuentran en la UPZ Ciudad Montes, nueve en la de Muzú, doce en la de San Rafael, tres en la de Puente Aranda y uno en la de Zona Industrial, Los salones comunales representan uno de los activos más preciados para las organizaciones comunales en la medida en que a través de ellos logran visibilización, reconocimiento y lo más importante les permite el desarrollo de actividades comunitarias de diversa índole, desde las propias del funcionamiento de las JAC como las asambleas hasta su utilización como centros culturales. En el caso de Puente Aranda la relación entre las JAC a través de sus salones comunales y el sector cultural es fuerte y constante (Alcaldía local de Puente Aranda, 2005, p.35).
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¿Cómo participan las Juntas de Acción Comunal de Puente Aranda? En el ejercicio de sus funciones, las Juntas y la Asociación de Juntas son las organizaciones con el mayor reconocimiento por parte de las instituciones y otras agrupaciones como las encargadas de ejercer el control social de lo público (Veeduría Distrital, 2006, p. 20). 2.2.2. Instancias de participación local con presencia de las Juntas de Acción Comunal Todas las localidades del Distrito cuentan con instancias formales y mecanismos de participación ciudadana creados a partir de la Constitución Nacional de 1991, por la Ley 152 de 1994, también llamada Ley Orgánica de Planeación; el Acuerdo 013 de 2000 que reglamenta la participación ciudadana en los Planes de Desarrollo Local y los Decretos de constitución de los distintos Consejos Distritales y Locales, los cuales le dan contexto y dinámica institucional y social propia. Además de estos, cuentan con espacios y organizaciones sociales locales, interinstitucionales y sectoriales de participación, muchos de los cuales no están reglamentados, y por ello se reconocen como informales, los cuales también presentan características y dinámicas propias. Las Juntas de Acción Comunal, tienen asiento en once instancias de participación, no obstante, en nueve de estas se ejercen a través de la representación de sus órganos asociados y en dos se ejercen directamente por cada una de las organizaciones de primer nivel. Estos espacios son (IDPAC, 2007, p.11-56): Instancias distritales con representación de un miembro de la Federación Comunal de Bogotá: • Comité Distrital de Política Social • Consejo Distrital de Cultura Instancias locales con representantes de la Asociación de Juntas de la localidad: • • • •
Consejo de Planeación Local Comité Local de Emergencias Comité Local de Política Social Comité de seguimiento a los casos de violencia intrafamiliar y sexual, acordes a la ley 1098 de 2006. • Consejo Local de Cultura • Consejo local de Deporte y Recreación • Consejo de Educación Local, creado por decreto de la Alcaldía Local y concordantes con la Ley 115 de 1994 y especialmente el artículo 69 de el Decreto 1421 de 1993 referente la definición del plan de desarrollo local incluyendo la organización de las comunidades. Instancias con representación por cada Junta de Acción Comunal: • Núcleos de participación Ciudadana (Su conformación es promovida por el Plan de Ordenamiento Territorial) • Comité de Participación Comunitaria (A través de las Comisiones de salud de las JAC
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¿Cómo participan las Juntas de Acción Comunal de Puente Aranda?
3. LA ORGANIZACIÓN COMUNAL EN LA AGENDA POLÍTICA DISTRITAL Y LOCAL En el presente capítulo se incluye un análisis del lugar que ocupan directa o indirectamente las Juntas de Acción Comunal en una serie de instrumentos de política pública como el plan de desarrollo tanto distrital como el de la localidad de Puente Aranda; la Ley 743 de 2002 que reglamenta las organizaciones comunales; el Decreto 448 de 2007 que crea el Sistema Distrital de Participación Ciudadana y la actual propuesta de Política pública de participación para Bogotá. A través de la revisión y análisis de estos instrumentos de política se pretende explorar la hipótesis planteada para esta investigación según la cual, la oferta institucional dirigida a las organizaciones comunales desde lo normativo y de planes, programas y proyectos, tiene un énfasis instrumental que no contribuye al fortalecimiento de dichas organizaciones en términos de participación ciudadana e incidencia en lo público.
3.1. Las Juntas de Acción Comunal en el Plan de Desarrollo Distrital. Bogotá Positiva: para vivir mejor 2008-2012 Este aparte del documento busca mostrar el papel que tienen las organizaciones comunales dentro del Plan de Desarrollo “Bogotá positiva: para vivir mejor”, identificando posibles proyectos y objetivos con los cuales se impacten o vinculen estas organizaciones. Es importante decir que a lo largo del Plan aparecen de manera muy escasa referencias explícita a las Juntas de acción Comunal, pero se han logrado identificar tres niveles diferentes en los que se puede entender la importancia de la organización comunal para la presente administración. El primer nivel se refiere a la mención específica de programas y proyectos encaminados a fortalecer la participación ciudadana, los cuales se presentan en el Objetivo estructurante de Participación que incluye propuestas específicas de fortalecimiento a la organización comunal y a otro tipo de organizaciones sociales. En segundo lugar, encontramos dentro del plan programas cuyo objeto se relaciona de manera directa con funciones propias de las Juntas y aunque no las mencionen textualmente, podrían ubicarse como interlocutoras indispensables para el cumplimiento de lo propuesto. Por último, se han identificado los programas en los que la participación de la ciudadanía organizada se describe como un medio para su realización; en este caso, se asume que según el papel que desarrollen las JAC en los territorios, podrán estar vinculadas a los procesos de manera más o menos decidida. Para empezar con el análisis de estos tres niveles de reconocimiento de las JAC en el PDD, es necesario mencionar que se identifican a lo largo de este capitulo dos apuestas principales: el fomento de la participación como fin y como medio de gobierno, y el fortalecimiento de la
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gestión administrativa de las localidades, poniendo énfasis en el enfoque de descentralización que genera mayor eficiencia en la respuesta a las necesidades públicas. Al ser el interés principal del Plan el tratamiento dado a las comunidades, los derechos y los territorios, se plantea como principio fundamental la participación y el fortalecimiento de la ciudadanía activa. Desde el inicio del Plan de Desarrollo Bogotá Positiva hay un reconocimiento especial a las diferentes organizaciones de carácter social y comunal que participaron en la elaboración de éste y que enriquecieron con sus aportes los distintos programas, propósitos y estrategias. Estos propósitos y propuestas se materializan en el Plan con la definición de un objetivo estructurante de Participación (capítulo 4) y otro referido al tema de descentralización (capítulo 5), lo cual muestra que estos dos serán aspectos de especial énfasis para la administración Moreno 2008-2011. Conviene además, identificar cuáles son los recursos que se asignan a cada uno de los objetivos estructurantes del plan, estableciendo las prioridades que en términos presupuestales se plantea la administración.
Gráfico No. 3. Asignación presupuestal según objetivo estructurante
Hombres 48%
Mujeres 52%
De acuerdo con el anterior gráfico, de los $30.621.000 millones con que cuenta el distrito para la ejecución de su Plan de Desarrollo, menos del 1 por ciento (0.46 por ciento) está destinado a proyectos de participación, mientras que los objetivos de Ciudad de Derechos y Derecho a la Ciudad, concentran el 61.46 por ciento y el 31.75 por ciento de los recursos respectivamente. Es probable que estos requieran para sus propósitos una mayor disponibilidad presupuestal, por lo cual se hace tan evidente la diferencia entre los recursos que detentan los diferentes Objetivos estructurantes. Sin embargo, es de reconocer que en Bogotá Positiva se plantea la participación como un tema estructural y asimismo, recibe unos recursos específicos que no se circunscriben a ningún otro proyecto. Sin embargo, aparte de interesar el tema de los recursos, interesa identificar cuál es el enfoque de participación planteado desde el objetivo estructurante que lleva el mismo nombre y que es donde se encuentra el primer nivel de reconocimiento de las Juntas de Acción Comunal, presentado al inicio de este apartado. Así, se entiende que al fomentar la participación se busca que todos los sectores sociales jueguen un papel activo en la formulación, ejecución y seguimiento de las políticas públicas (PDD 2008-2012, Pág. 38); es decir, que el Plan de Desarrollo retoma el concepto de participación ciudadana que se esboza en esta investigación, relacionado con las actividades de la
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¿Cómo participan las Juntas de Acción Comunal de Puente Aranda? sociedad civil que están encaminadas a generar incidencia en las decisiones de las autoridades locales. Este enfoque se refuerza al exponer los propósitos de dicho objetivo, que se expresan en el Artículo 17 del Plan y son los siguientes: 1. Involucrar a la población en el proceso de toma de decisiones del gobierno. 2. Garantizar que los recursos de los Fondos de Desarrollo Local se ejecuten conforme a la participación ciudadana en los Planes de Desarrollo y en los presupuestos. 3. Fortalecer el capital social. 4. Promover la organización social y potenciar las capacidades técnicas y políticas de las personas para mejorar su poder de interlocución con las autoridades públicas. 5. Fortalecer el control social a la gestión pública y sus resultados en los ámbitos distrital y local. Estos objetivos, muestran el interés que tiene la alcaldía en mejorar la calidad de la participación ciudadana, no sólo involucrando más a los actores sociales en la toma de las decisiones sobre política pública sino también capacitándolos para que puedan realizar, desde su posición, una mejor labor a la hora de exigir derechos y promover deberes generando una dinámica de corresponsabilidad con el Estado para apuntar a una ciudad con derechos para todos. Las estrategias que propone la alcaldía para lograr los objetivos propuestos están principalmente orientadas a mejorar y democratizar la información que brinda el Estado a la ciudadanía, al mismo tiempo que se busca crear sinergias entre las iniciativas públicas y los actores ciudadanos en torno a temas de interés para la vida en la ciudad y en las localidades (Plan de Desarrollo Distrital p. 39). Con base en esto, se propone el desarrollo de tres programas: Ahora decidimos juntos, Organizaciones y redes sociales y Control social al alcance de todas y todos. A continuación se presenta el objetivo principal de cada uno y se relacionan los programas y metas proyectadas para los próximos cuatro años de gobierno, específicamente aquellas vinculadas con la organización comunal. 1. Ahora decidimos juntos: el programa busca fortalecer los organismos, las instancias y los mecanismos de participación ciudadana distritales, locales y sectoriales existentes, así como los creados en el marco del Sistema Distrital de Participación, fijando los alcances, los derechos y deberes de la participación.
Tabla No. 3 Proyectos y metas programa Ahora decidimos juntos Proyecto
Metas relacionadas con las Juntas de Acción Comunal
Sistema distrital de participación
Acompañar 22 procesos de electorales de las organizaciones, instancias y autoridades sociales. Consolidar 20 espacios cívicos locales y 1 espacio cívico distrital Implementar 20 agendas locales y 1 distrital de participación, concertadas con los espacios cívicos
Comunicación para la participación activa de todas y todo
Integrar las 7 frecuencias moduladas FM que el Ministerio de Comunicaciones adjudicará en Bogotá en 2008, al Sistema Distrital de participación Ciudadana como puente entre las instituciones y la ciudadanía en las localidades. Consolidar 100 medios de comunicación comunitaria 29
Proyecto
Metas relacionadas con las Juntas de Acción Comunal
Participación social por el derecho a la salud
Formular 80 proyectos de auto gestión comunitaria para el mejoramiento de la calidad de vida
Sistema de presupuestos participativos
Apoyar 20 proyectos de construcción de presupuestos locales
Como se puede apreciar, las principales metas relacionadas con las JAC tienen que ver con los diferentes escenarios en que las Juntas, así como las diversas organizaciones sociales de las localidades, pueden ejercer acciones de incidencia en política pública. Además, llama la atención que en este objetivo exista una meta referida a la formulación de proyectos de autogestión comunitaria, ya que más que a fortalecer procesos de participación ciudadana, aporta a la consolidación de actividades de participación comunitaria que han desarrollado por excelencia las Juntas de Acción Comunal. 2. Organizaciones y redes sociales: su objetivo es promover la articulación entre las instancias de participación y las organizaciones, y mejorar la capacidad técnica de las redes sociales locales y distritales, con el fin de contribuir al fortalecimiento del capital social y la construcción colectiva de la ciudad, generando inclusión de los grupos poblacionales, sectoriales y etarios.
Tabla No.4 Proyectos y metas programa Organizaciones y redes sociales Proyecto
Metas relacionadas con las Juntas de Acción Comunal
Fortalecimiento de organizaciones y Actualizar el censo de organizaciones del Distrito redes sociales y familiares Capital Obras con participación ciudadana
Realizar 620 Obras con Participación Ciudadana, de infraestructura menor y embellecimiento arquitectónico
Fortalecimiento de la organización Fortalecer 390 organizaciones comunales comunal, los consejos de propiedad Apoyar 19 consejos locales de propiedad horizontal horizontaly otras organizaciones Es en este programa donde aparece de manera explicita una consideración a las JAC, acompañadas de las demás organizaciones sociales de la ciudad y especialmente, de los Consejos de Propiedad Horizontal, por compartir con las Juntas el carácter territorial y porque, a pesar de sus diferencias, ambas se podrían entender como asociaciones de vecinos. En este sentido, se propone que de las más de 1.700 juntas existentes en la ciudad, se fortalezcan 390. Aunque no se realice una mención explícita a las JAC en el proyecto de Obras con participación ciudadana, se entiende que estas son directamente gestionadas y ejecutadas por las juntas, de manera que la realización de 620 obras durante los cuatro años de administración tiene como beneficiaria a la población en general, pero especialmente a la organización comunal, que además se fortalece con la participación en proyectos de este tipo. 3. Control social al alcance de todas y todos: con esta iniciativa se busca informar, divulgar y hacer pedagogía social para que las personas, los sectores y las organizaciones sociales
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¿Cómo participan las Juntas de Acción Comunal de Puente Aranda? ejerzan efectivamente el control social, así como para generar entre las y los servidores públicos capacidad de gestión inherente a los procesos de participación. Este programa tiene como único proyecto la Casa ciudadana del control social que tiene como meta generar condiciones para hacer efectivo el control social. Aunque este proyecto no especifica los beneficiarios a los que llegará, se supondría que las juntas, al estar inmersas en las dinámicas ciudadanas de la localidad, tendrán acceso a las formas de control social que se desarrollen. Para finalizar el análisis sobre este objetivo, es conveniente identificar cuáles son los recursos que se destinan a cada uno de los programas al interior del Objetivo de Participación. En el cuadro siguiente se presentan las cifras, que muestran cómo en el programa donde mayor participación explícita tienen las JAC se invierte el 35 por ciento del presupuesto del Objetivo, teniendo mayor disponibilidad presupuestal (58 por ciento) el programa dedicado al fortalecimiento de instancias de participación.
Tabla No. 5 Asignación presupuestal por programa Programas
Millones de pesos destinados
Porcentaje
Ahora decidimos juntos
81.416
58,01%
Organizaciones y redes sociales
49.642
35,37%
Control social al alcance de todas y todos
9.300
6,63%
Además de lo propuesto en el capítulo destinado a la participación, el Plan hace referencias en otros apartados a temas que competen a la organización comunal, por sus funciones tradicionalmente reconocidas o por atribuciones que han recibido recientemente. En este sentido, es posible plantear que el programa Mejoremos el barrio del Objetivo estructurante Derecho a la ciudad presenta una serie de acciones encaminadas a la legalización y mejoramiento de barrios, procesos en los cuales el papel de las Juntas es históricamente reconocido. Otro programa en donde la organización comunal se ubica como uno de los interlocutores que hacen posible el éxito de las actividades previstas, es Bogotá bien alimentada que propone el suministro de apoyos alimentarios a población vulnerable. Este objetivo se ha desarrollado desde hace varios años a través de los Comedores comunitarios que funcionan en diversas localidades y que son operados por las Juntas de Acción Comunal, en los casos en que cuentan con las condiciones humanas y físicas para hacerlo. Por último, es preciso resaltar que hay una gran cantidad de programas y proyectos del Plan de Desarrollo que permiten la vinculación de la ciudadanía organizada a las decisiones que se toman en los diferentes aspectos que tratan. Se identifica por ejemplo que en el Objetivo de Descentralización uno de los propósitos planteados es el aumento de la vinculación de las y los habitantes a la gestión pública y la cualificación de las organizaciones comunitarias (donde se pueden incluir las JAC) en asuntos territoriales. En este proceso las Juntas de acción comunal pueden llegar a jugar un papel dinámico y relevante al ser trasmisoras y generadoras de nuevas iniciativas que se promuevan desde los territorios contribuyendo así a la ampliación de la democracia. Asimismo sucede en proyectos de tipo ambiental, de construcción de paz, de fomento del arte y la cultura, de promoción de la seguridad ciudadana, entre otros que se encuentran en el Plan. En todos ellos se abren canales de participación susceptibles de ser usados por
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organizaciones sociales de tipo sectorial o poblacional, y por organizaciones comunales con interés en superar el ámbito barrial de trabajo. Como conclusión es importante reiterar que el Plan de Desarrollo: “Bogota Positiva” tiene un espíritu participativo que además de obtener un lugar específico tanto en lo programático como en lo presupuestal, se desarrolla de manera transversal en los diferentes proyectos previstos. En este contexto, aun cuando no son numerosas las referencias al papel de las Juntas, se identifican amplias oportunidades para participar de manera incidente en diferentes espacios, tal como lo hacen otras organizaciones sociales presentes en el territorio.
3.2. Ley 743 de 2002 norma comunal en su componente de participación ciudadana El presente apartado intenta hacer un análisis de la Ley 743 de 2002, cuyo objetivo es establecer un marco jurídico claro que permita reglamentar y promover las acciones de las organizaciones comunales y al mismo tiempo busca enmarcar la relación de éstas con el Estado y el resto de la sociedad civil. El presente análisis está orientado a responder específicamente las siguientes preguntas: ¿Cuáles son los principales planteamientos de la Ley respecto a las Juntas de acción Comunal? ¿Cómo la ley las entiende y define? ¿Cuáles son los principales énfasis de la reglamentación que establece la ley para las Juntas? ¿Cómo se entiende y materializa el concepto de participación? En el mismo orden que se encuentran expuestas las preguntas se desarrollará el texto. Para poder responder estas preguntas y entrar a hablar sobre la forma en que se fomenta la participación de las Juntas de acción comunal desde la ley, es indispensable entender como ésta aborda el concepto de Desarrollo de la Comunidad, que legalmente es el objetivo primordial de las organizaciones comunales: Para efectos de esta Ley el Desarrollo de la Comunidad es el conjunto de procesos económicos, políticos, culturales y sociales, que integran los esfuerzos de la población, sus organizaciones y el Estado, para mejorar la calidad de vida de las comunidades. (Articulo 2). En este sentido, es importante subrayar que la principal función de las Juntas se enmarca en un conjunto de acciones desarrolladas por diferentes actores sociales, entre los que se encuentra también el Estado. Es decir, se podría asumir que para el cumplimiento de sus objetivos, la Junta debería establecer una interlocución con los agentes estatales que correspondan a los temas de su interés. Para el cumplimiento de dicha finalidad, la Ley define las Juntas de Acción comunal como: Una organización cívica, social y comunitaria de gestión social, sin ánimo de lucro, de naturaleza solidaria, con personería jurídica y patrimonio propio, integrada voluntariamente por los residentes de un lugar que unan esfuerzos y recursos para procurar un desarrollo integral, sostenible y sustentable con fundamento en el ejercicio de la democracia participativa(Articulo 8 literal a). Este enfoque de democracia participativa aplica a las Juntas y sus diferentes formas de asociación tales como las Asociaciones de Juntas de acción comunal, conformadas por las JAC y las juntas de vivienda comunitaria existentes en la jurisdicción; la Federación de Acción Comunal, constituida por las Asociaciones de Acción Comunal; y la Confederación Nacional
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¿Cómo participan las Juntas de Acción Comunal de Puente Aranda? de Acción Comunal constituida por las federaciones convirtiéndose en la mayor instancia que se circunscribe a todo el territorio nacional. No obstante se debe reconocer que el tema de la democracia participativa es presentado más como un principio que fundamenta las acciones de la organización comunal y como una forma de organización interna de la misma, pero no se manifiesta como un fin en si mismo que pueda ser desarrollado por fuera del ámbito del barrio. Esto lo muestra el artículo 16, que describe el principio de la participación como uno de los elementos rectores de la acción comunal: La información, consulta, decisión, gestión, ejecución, seguimiento y evaluación de los actos internos desarrollados por las organizaciones comunales que prevalece para sus afiliados y beneficiarios de los organismos de acción comunal (Articulo 16). De igual manera, la ley establece que cada una de estas organizaciones se encuentra en la libertad de crear su propio reglamento conforme al marco que allí se establece, pero debe estar acorde con los objetivos principales de las asociaciones de acción comunal estipulados en el capitulo III artículo 19, algunos de estos son: 1. Generar procesos comunitarios autónomos de identificación, formulación, ejecución, administración y evaluación de planes, programas y proyectos de desarrollo comunitario. 2. Lograr que la comunidad esté permanentemente informada sobre el desarrollo de los hechos, políticas, programas y servicios del Estado y de las entidades que incidan en su bienestar y desarrollo. 3. Promover y ejercitar las acciones ciudadanas y de cumplimiento, como mecanismos previstos por la Constitución y la ley, para el respeto de los derechos de los asociados 4. Procurar una mayor cobertura y calidad en los servicios públicos, buscar el acceso de la comunidad a la seguridad social y generar una mejor calidad de vida en su jurisdicción Según esto, para la ley 743 de 2002 la organización comunal está llamada a desarrollar procesos de gestión autónomos que mejoren la calidad de vida de la población de los barrios correspondientes. Sin embargo, no se plantea de manera específica que como función de las JAC esté el relacionamiento con instituciones o la participación en instancias encargadas de generar espacios de interlocución con respecto a políticas públicas. Con todo, lo que si se plantea en el articulado como competencia de la organización comunal es el desarrollo de procesos de formación para el ejercicio de la democracia, el relacionamiento con las diferentes expresiones de la sociedad civil y la consecución de espacios en los que se logre informar a la ciudadanía sobre las políticas, programas y servicios del Estado. Es decir, el énfasis de las relaciones de las JAC con actores sociales está puesto en las que se establecen con otras formas de comunidad organizada o no, mientras que con el Estado sólo se plantea una relación de tipo informativo. Como podemos ver a partir de la definición y los objetivos asignados a las asociaciones comunales por la ley, ésta las entiende como organizaciones voluntarias de ciudadanos dentro de un territorio determinado, que se asocian con el fin de velar y promover el desarrollo de su comunidad de manera autónoma, a través de la concertación y el diálogo, incrementando la capacidad de gestión y promoviendo la educación comunitaria como instrumentos necesarios para lograr un mejoramiento de la calidad de vida.
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Sin embargo, además de plantear una serie de requerimientos legales para el funcionamiento interno de las Juntas y el cumplimiento de los anteriores objetivos, no se establece en ningún apartado de la ley, la posibilidad que tiene la Organización Comunal de ejercer la democracia participativa de cara a las instituciones y autoridades públicas locales o distritales. De esta manera, no se establece cuál puede ser el papel de las Juntas en el diseño, ejecución y evaluación de políticas públicas que les conciernen en tanto formas organizativas clásicas del nivel barrial, lo cual confirma que la ley comunal no da un espacio privilegiado a la capacidad de desarrollar labores de participación ciudadana por parte de las Juntas.
3.3. La organización comunal en la propuesta de decreto de política pública de participación En el año 2008, como producto de un largo proceso de trabajo y conceptualización en torno a lo enfoques que puede tener la participación en el Distrito, se logró consolidar la propuesta de Decreto por la cual se adopte la política pública de Participación Ciudadana. Aunque aún no se ha surtido el trámite para aprobar dicho decreto, este documento es de vital importancia para la presente investigación, debido a que presenta los antecedentes normativos por los cuales se logra definir anteriores que se nombran, el Distrito ha realizado la definición de lo que entenderá por Participación Ciudadana . A continuación se procederá a reseñar la propuesta de articulado, tratando de mostrar los puntos principales con los que se busca fortalecer la participación ciudadana en Bogotá y se especificarán algunos casos donde se puede vincular el papel de las Juntas de Acción Comunal, así estas no aparezcan nombradas de manera explícita en ninguna parte del decreto. La Participación ciudadana es entendida como un derecho y un deber inherente al ser humano, cuyo eje es una expresión cierta de la democracia. Es considerada a su vez como un bien público que se concibe como la principal herramienta para la generación de capital social, la formación de sociedad civil y la reconstrucción del tejido social. Bajo esta definición lo que se busca con la política pública de participación es avanzar en la profundización de la democracia participativa, fortalecer los niveles de descentralización, movilización y expresión ciudadana a través de la generación de espacios. Específicamente en el artículo 1 la participación se define como: El ejercicio del derecho político que mediante procesos sociales, permite la intervención de los ciudadanos (…) para reconocerse como sujetos de derecho, con plena posibilidad de exigir y contribuir a la garantía, protección y restitución de los mismos y para la construcción de lo público. (…) Es un instrumento de movilización de voluntades para el logro del bienestar colectivo y para la consecución progresiva de un clima de justicia para todos y para todas (Propuesta de Decreto CIP, 2008). Para que esta definición sea viable, el decreto en sus artículos siguientes intenta hacer un esbozo de los lineamientos y acciones que concreten la participación ciudadana como un elemento trasversal de toda la política del Distrito de la misma manera como está planteado en el Plan de Desarrollo 2008-2012. Asimismo, parece se muestra un esfuerzo especial por articular tanto las instituciones del Distrito como los lineamientos propuestos anteriormente en otros dispositivos normativos, como reglas de juego que organizan y disponen la participación Ciudadana en Bogotá. A continuación, la descripción del articulado. Articulo 2: Principios Orientadores Los principios orientadores que se exponen en el decreto para lograr la política de participación ciudadana son: Titularidad y Efectividad de los derechos es decir, que todos los ciudadanos tienen derechos y es responsabilidad de los servidores públicos del Distrito adoptar los mecanismos necesarios para garantizar su ejercicio o tomar medidas en caso de que estos 34
¿Cómo participan las Juntas de Acción Comunal de Puente Aranda? hayan sido vulnerados; y la Diversidad, la Inclusión, la solidaridad, la equidad, la deliberación y la corresponsabilidad, entendida como la capacidad de concretar y coordinar acciones desde la gestión transectorial y las responsabilidades de los ciudadanos. De esta forma, se hace explícito el enfoque de derechos que subyace a la formulación de la política, en clave del reconocimiento de la diversidad de los ciudadanos. Estos elementos, así como la fuerte presencia de espacios deliberativos y la aparición de un esquema de gobierno corresponsable, se encuentran planteados también en el enfoque conceptual del presente documento, ya que son condiciones necesarias para el ejercicio de una ciudadanía activa. Articulo 3: Directrices de la Política Pública de participación Ciudadana A continuación se presentan las principales directrices que se proponen para la política 1. La Administración Distrital a través de esta Política, asume su responsabilidad en la garantía, restablecimiento, promoción y dinamización del derecho a la participación. Con esto quiere decir que se tendrán en cuenta los proyectos e iniciativas de los actores sociales durante todo el ciclo de las políticas publicas. 2. Se concibe lo público como el espacio donde se ponen en escena, se negocian las diferencias entre actores sociales y se conciertan intereses comunes entre todos. 3. La administración garantizará la disponibilidad de condiciones metodologías, técnicas, financieras, jurídicas y operativas, para la formulación de estrategias en el desarrollo de la política pública de participación. 4. La administración asumirá el territorio como construcción social, cultural y ambiental; será referente obligado en la formulación y ejercicio de la participación para la construcción de ciudadanía y de lo público. 5. La administración Distrital desarrollará procesos participativos, con ciudadanos y funcionarios, que permitan concertar estrategias de información, comunicación, formación, investigación y movilización social para garantizar el desarrollo de la presente política pública. 6. Las entidades Distritales desarrollarán las adecuaciones institucionales necesarias que garanticen las construcción de políticas, programas y proyectos sectoriales con y desde los procesos de participación social, comunitaria y ciudadana. Respecto a estas directrices y a la forma como las Juntas de Acción comunal juegan un papel relevante dentro de los territorios como ciudadanos que participan y construyen, se pude decir que los numerales 1,4 y 5 se vinculan directamente con su actividad. Es indispensable que el distrito garantice su derecho a participar, teniendo en cuenta sus proyectos para incluirlos en la agenda política distrital. Al mismo tiempo al concebirse el territorio como una construcción social, las Organizaciones Comunales hacen parte de esta construcción de “ciudadanía y de lo publico” como vigilantes, promotores e impulsadores de las necesidades de su territorios. Por último, el numeral 6 se refiere específicamente a los procesos de participación comunitaria que por excelencia refiere las actividades de las Juntas, como un contexto desde el cual se pueden generar procesos de incidencia en política pública. Este último apartado le da un mayor alcance a la participación comunitaria, al vincularla de manera directa a procesos de participación ciudadana que incluyen relación con autoridades locales. Artículo 4: Objetivos Los objetivos están principalmente enfocados a promover, concertar y fortalecer los procesos de construcción democrática de lo público a través del apoyo a las distintas formas de organización social logrando así, su incidencia a través de los procesos de planeación, ejecución, seguimiento y evaluación de las políticas públicas. El fin en si, es desarrollar un modelo de gestión publica participativa, democrática y descentralizada que conlleve a la transparencia y la confianza entre los ciudadanos.
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Articulo 5: Actores Para estos procesos de participación se contempla la interacción de cuatro actores principalmente. Del lado de la sociedad civil, se incluye a todos los ciudadanos y ciudadanas contemplados desde su diversidad, entre los que se encuentra todo tipo de organización social, comunitaria, gremial, territorial, poblacional o sectorial. Dentro de este grupo se encontrarían las Juntas de Acción Comunal, como formas organizativas de tipo comunitario y territorial. Asimismo, se cuentan todas las instancias ciudadanas de participación reconocidas por el Distrito. Desde el lado de la institucionalidad, los actores involucrados serían las entidades Distritales responsables de la gestión de la participación y por otra parte, los cuerpos colegiados de representación política. Articulo 6: Ejes de la Política Además de reforzar lo propuesto en los objetivos en este apartado de la propuesta de decreto se proponen acciones concretas para fortalecer la participación. A continuación se describen los principales propósitos de los ejes que están estrechamente relacionados con el papel asignado a las JAC. • Diseño y consolidación de los procesos de planeación participativa y del Sistema de Presupuestos Participativos: Plantea la necesidad de consolidar y hacer seguimiento al Sistema Distrital de Presupuestos Participativos, el cual entraría a fortalecer la planeación participativa del desarrollo y territorial en la ciudad. Para ello se propone generar mecanismos de control que garanticen que lo concertado con las comunidades sea tenido en cuenta en las decisiones de las administraciones. Como parte activa de la comunidad, se prevé la participación decidida de las JAC en este proceso de presupuestación conjunta. • Consolidación y actualización del Sistema Distrital de Participación Ciudadana: que incluye la coordinación transectorial para unificar conceptual y logísticamente las acciones y programas de participación. Se prevé además la consolidación de un Espacio Cívico de Participación Distrital, local y territorial, en donde se articulen instancias y organizaciones tales como las Juntas de Acción Comunal. En estos se espera generar agendas conjuntas de participación territorial, donde cada actor adopte un rol específico en la solución de necesidades, garantía de derechos y visibilización de potencialidades. • Promoción y fortalecimiento del ejercicio ciudadano, de los procesos sociales de las organizaciones y de las redes sociales formales e informales de los habitantes del Distrito: Se propone fortalecer la acción autónoma de las organizaciones sociales existentes, estimulando su capacidad de propuesta y la generación de redes de trabajo. Dentro de las organizaciones a capacitar y fortalecer se pueden encontrar las Organizaciones Comunales. Los otros dos ejes (Gestión Pública Participativa y Formación, comunicación e investigación social para la decisión en escenarios de participación) enfocan sus esfuerzos al fortalecimiento de la Administración distrital y local para que en su interior se generen condiciones apropiadas para el relacionamiento con las organizaciones sociales, de manera que se permita su ejercicio participativo. Como se había mencionado en el inicio de este documento, el papel que juegan las Organizaciones Comunales dentro de los ejes de la política que propone el distrito no se hace explicito, pero estas pueden verse vinculadas ya que los objetivos pueden impactarlas positivamente dependiendo de las acciones que lleve a cabo el distrito para conseguirlos. Un claro ejemplo de esto es el énfasis que se hace en todo el documento sobre el fortalecimiento a 36
¿Cómo participan las Juntas de Acción Comunal de Puente Aranda? la planeación local incluyendo el uso de los presupuestos participativos o la concertación de agendas de participación donde las Juntas se identifican como un espacio claro para realizar aportes en cuanto a las necesidades y los problemas de los habitantes de las comunidades que representan. Una pregunta clara a la propuesta del decreto es la que indaga por las acciones concretas que ejecutan los objetivos y ejes propuestos. Se puede observar al consultar el documento, que no hay mayor claridad sobre la forma como se implementará la política, las acciones a corto, mediano y largo plazo y los recursos destinados para su cumplimiento.
3.4. El papel de las Juntas de Acción Comunal en el Sistema Distrital de Participación (decreto 448 de 2007) El Sistema Distrital de Participación fue creado mediante el Decreto 448 de 2007, evidenciando el reconocimiento que le brindó el Gobierno Distrital al derecho a la participación ciudadana en la discusión, formulación y evaluación de las políticas públicas. De hecho, fue en el Plan de Desarrollo “Bogotá sin Indiferencia: un compromiso social contra la pobreza” en donde se estableció la creación de éste Sistema, con el fin de garantizar la articulación de los mecanismos, las formas, las acciones y los recursos existentes en las entidades del Distrito. Entre los considerandos que plantea el Decreto, se destaca el posicionamiento brindado en el Plan “Bogotá Sin Indiferencia” a la participación con incidencia, lo que propició tanto la formulación de políticas poblacionales y sectoriales favorables a la participación, como la introducción de apoyos técnicos y logísticos a los procesos de participación locales. Igualmente, otro factor que se considera como determinante para la creación del Sistema de Participación, es el mandato dado por el Acuerdo 257 de 2006 de reforma administrativa, el cual …obliga a diseñar completamente los sistemas de coordinación de la administración y a llevar a cabo procesos de ajuste y desarrollo institucional, que incluyen los procesos de participación ciudadana. El Decreto del Sistema está centrado en definir los procesos, mecanismos, instrumentos y componentes que posibilitan el funcionamiento del sistema distrital y los sistemas locales de participación. Igualmente enuncia los actores institucionales y sociales que conforman el Sistema, estableciendo para éstos últimos la siguiente categorización: comunitarios, poblacionales, gremiales, territoriales y sectoriales. No se explicita a lo largo del decreto el papel de la organización comunal, dejando abierta la posibilidad de circunscribirla como un actor comunitario. En el artículo 2 se define el Sistema como …un mecanismo de articulación entre la administración distrital, las instancias de participación, las organizaciones sociales y comunitarias y redes, asociaciones, alianzas temporales y permanentes, con el fin de garantizar el derecho a la participación en las políticas públicas del Distrito Capital de Bogotá. Como se puede observar, es una definición instrumental para articular los componentes del sistema que, en este caso, son las autoridades, las instancias y los actores sociales en donde se puede presumir que se encuentra la organización comunal.
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De los objetivos planteados en el mismo Artículo 2, en ninguno se menciona explícitamente a la organización comunal, aunque en tres de ellos hay una referencia al tema comunitario, cada uno con diferentes propósitos: • En el literal c. se espera generar canales de interacción entre el Estado y la Sociedad. Textualmente establece Articular a las organizaciones e instancias sociales con las instituciones del Estado, para fortalecer las organizaciones sociales y elevar la capacidad de movilización, gestión y concertación entre autoridades administrativas, políticas y la ciudadanía activa. • En el literal g. se plantea la construcción de mecanismos para Recibir, valorar y canalizar las demandas que desde la comunidad se presenten ante las instituciones estatales, relacionadas con los temas estratégicos de la participación en la ciudad… Aquí el relacionamiento parece concretarse en procesos de feedback entre la ciudadanía y la administración sobre las políticas y acciones de fomento a la participación, en donde la organización comunal es un receptor permanente. • El literal j. propone “Contribuir en la generación de condiciones para el fortalecimiento de los niveles de organización de la ciudadanía”. Aquí la acción está encaminada a fortalecer la organización social, siendo al parecer una condición para mejorar las dinámicas de participación ciudadana. En este punto tampoco se hace mención explícita a la organización comunal. En cuanto a la Estructura del Sistema, el Título II del Decreto desarrolla, entre otros aspectos, las relaciones y los componentes del Sistema (artículo 4). Entre las primeras se encuentran la Información y comunicación, la formación, la investigación y la movilización. Como componentes, se encuentran …los actores sociales y sus organizaciones, las entidades públicas y privadas articuladas a los procesos de participación y, los espacios de interlocución entre la ciudadanía y el gobierno Distrital. El componente de actores sociales y sus organizaciones es ampliado en el artículo 9 de la siguiente manera: b. Formas de organización y movilización ciudadana, entendidas como el conjunto de organizaciones sociales, comunitarias, gremiales, poblacionales, territoriales y sectoriales, redes, asociaciones, alianzas - temporales y permanentes - existentes a nivel distrital, local sectorial y poblacional, que representan a la comunidad del Distrito Capital y sus localidades en la deliberación, concertación, decisión, evaluación, seguimiento y control social a las política públicas y a las actuaciones de las autoridades de gobierno. Estos actores generan puntos de encuentro en el marco de los Espacios de articulación en donde …las entidades públicas y los actores sociales se encuentran para informarse, deliberar y concertar políticas públicas o temas de interés para autoridades, ciudadanos y ciudadanas.
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¿Cómo participan las Juntas de Acción Comunal de Puente Aranda? En el Título III, artículo 14, se define el concepto de actores sociales de la participación, siendo la organización el núcleo de dicho concepto el cual se desagrega en diferentes modalidades. Textualmente dice: Son el conjunto de organizaciones sociales, comunitarias, gremiales, poblacionales, territoriales y sectoriales, redes, asociaciones, alianzas - temporales y permanentes - existentes a nivel distrital, local sectorial y poblacional, que representan a la comunidad del Distrito Capital y sus localidades en la deliberación, concertación, decisión, evaluación, seguimiento y control social a las políticas públicas y a las actuaciones de las autoridades de gobierno.
3.5. Plan de desarrollo “Bogotá positiva: para vivir mejor. Puente Aranda amable, social y ambientalmente sostenible” El Plan de desarrollo de la localidad de Puente Aranda, esta enfocado a hacer de Puente Aranda una localidad mas “eficiente y eficaz en la aplicación de las normas, focalización, inversión y manejo de los recursos públicos, con el fin de ofrecer mejores condiciones y oportunidades para el desarrollo sostenible de la comunidad puente arandina, a partir de procesos de planeación participativa para la decisión y control social, con el fin de despertar sentido de pertenencia por la Localidad” (PDL,2008-2012). Como se puede ver, la participación ciudadana ocupa un papel fundamental en la misión del plan de desarrollo, lo que implica que durante esta administración las JAC jueguen un papel activo dentro de los procesos de la localidad. Tomando como base los objetivos estructurantes del Plan de Desarrollo Distrital Bogotá Positiva, la localidad de Puente Aranda plantea nueve principios para gestionar sus acciones. Para efectos de este trabajo, se describen dos en los que se ven involucradas las JAC de manera directa; el principio número cinco que es la participación y el principio número seis que es la corresponsabilidad. En cuanto a la participación “la administración local reconocerá y promoverá el valor de la intervención ciudadana en los asuntos públicos, la legitimidad de los diversos intereses y su aporte a la construcción del capital social”. Por el lado de la corresponsabilidad el gobierno local se compromete a generar “escenarios de discusión y concertación en donde la participación del sector privado y de la ciudadanía coadyuve el cumplimiento de los propósitos comunes” (PDL 2008-2011). Un punto fundamental dentro del plan de desarrollo, es la búsqueda de una identidad común dentro de la localidad, que se construya de manera participativa, donde la diversidad de la comunidad se convierta en oportunidad para construir unas metas comunes. Estas metas como se dijo anteriormente, serán programadas y ejecutadas a partir de los objetivos estructurantes del Plan de Desarrollo Distrital, donde la participación ciudadana aparece como trasversal a todas las acciones del gobierno. De esta manera se pretende “construir una localidad en la que las puentearandinas y puentearandinos incidan en la definición, ejecución y seguimiento de las políticas públicas a través de sus representantes y organizaciones, y se hagan corresponsables del proyecto local” (PDL, 2008-2012). Para responder a estos principios, se plantea el fortalecimiento de la administración local, logrando así mayores niveles de autonomía. En la búsqueda de este fortalecimiento es indispensable que las JAC tengan un papel activo y articulador en la comunidad, sólo en esta medida, la comunidad podrá sentir que sus representantes locales están realizando de manera adecuada las labores que se les encomendaron al ser elegidos democráticamente.
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En la Tabla No. 6 se referencian los principales programas de acción propuestos por el Plan de Desarrollo Local de Puente Aranda, en los que las Juntas de Acción Comunal podrán jugar un papel fundamental en su formulación, ejecución y seguimiento.
Tabla No. 6 Programas y proyectos relacionados con las Programa Mejoremos el Barrio
Proyectos Nuestro barrio
Meta Mejorar de la malla vial local en 45 Km. /Carril. (Estudios y diseños, construcción, rehabilitación, mantenimiento y reparcheo de corredores de movilidad local y plan tapa huecos) Rehabilitar 4 puentes peatonales sobre cuerpos de agua por año. Rehabilitar 12.000m2 de andenes de la localidad mediante OPC
Transformación urbana positiva
Corredor ecológico y recreativo de la vía férrea.
Cofinanciar la construcción del eje ambiental vía férrea
Ahora decidimos juntos
Sistema distrital de participación
Apoyo, fortalecimiento, capacitación en la dotación de los consejos locales e instancias de participación
Fuente: Plan de Desarrollo Local. 2008-2012
Con el programa Mejoremos el barrio se busca “mejorar las condiciones de vida de la población, mediante intervenciones integrales relacionadas con la vida en comunidad, el barrio y su entorno”. En este programa las juntas juegan un papel fundamental ya que a nivel barrial son la organización que representa a la comunidad, lo que implica que todos los proyectos que intenten ejecutarse para mejorar la calidad de vida de los habitantes del barrio, deben ser gestionados por estas. El programa Transformación urbana positiva consiste en “gestionar operaciones y proyectos urbanos integrales, prioritarios y estratégicos, dinamizadores de equidad y competitividad”. Dentro de esta transformación las juntas juegan un papel fundamental, ya que dentro de este programa se incluyen las Obras con Participación Ciudadana, las cuales son gestionadas y ejecutadas por estas y otras organizaciones comunitarias. El programa Ahora decidimos juntos, tiene como objetivo “fortalecer las instancias y los mecanismos de participación ciudadana local y sectorial existentes y aquellas creadas en el marco del Sistema Distrital de Participación, fijando los alcances, derechos y deberes en la participación”. Cuando se habla de mecanismos de participación ciudadana local, a pesar de que no se nombra a las juntas de manera explicita, estas organizaciones son importantes en las medida en que en la mayoría de los casos tienen asiento en las diferentes instancias de participación que existen en las localidades. Como podemos ver dentro de los programas del plan de desarrollo de Puente Aranda, las JAC juegan un papel fundamental. A partir del desempeño de las juntas en los diferentes proyectos, éstos podrán llevarse a cabo de manera exitosa, logrando un aumento en el capital social y en el mejoramiento en la calidad de vida de los habitantes de Puente Aranda.
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4. LA PARTICIPACIÓN DE LA ORGANIZACIÓN COMUNAL EN EL COMITÉ LOCAL DE EMERGENCIAS (CLE) En el presente capítulo se analiza el papel que desempeña la organización comunal en una instancia formal de participación como el Comité Local de Emergencias de la localidad de Puente Aranda. En el desarrollo del capítulo se pretende explorar tres de las hipótesis planteadas es esta investigación. En primer lugar, que existen problemas de articulación y representatividad entre las Juntas de Acción Comunal y Asojuntas; en segundo lugar, que la organización comunal de la localidad no se encuentra preparada en términos organizativos, conceptuales ni operativos para tener una intervención activa e incidente en el Comité Local de Emergencias y finalmente, que la organización comunal no se constituye en actor de contrapeso social en esta instancia en particular porque no responde a sus prioridades.
4.1. El papel de la organización comunal en el Comité Local de Emergencias CLE En cuanto a la participación e incidencia en espacios formal, se puede referenciar que una de las experiencias más significativas en la que las organizaciones comunales de Puente Aranda han tenido un alto nivel de interacción e incidencia es el Consejo Local de Emergencias debido en gran medida al riesgo que supone la presencia de industrias en la localidad. 4.1.1. Sobre el Comité Local de Emergencias El Comité Local de Emergencias (CLE) es una instancia de coordinación interinstitucional local y de gestión del riesgo conformado para discutir, estudiar y adelantar acciones orientadas a la reducción de riesgos específicos de la localidad y a la preparación de la comunidad para la atención de las situaciones de emergencia que se presenten. El Comité Local de Emergencias (CLE) está integrado por entidades distritales y privadas con representación local y presididas por el respectivo Alcalde Local. Existe un CLE por cada una de las 20 localidades que integran el Distrito Capital. El Comité Local de Emergencias es una instancia formal de participación en la medida en que cuenta con un amplio soporte normativo relacionado con su conformación, funcionamiento y relación con instancias semejantes a nivel distrital y nacional. El Decreto- Ley 919 de 1989 organizó el Sistema Nacional para la Prevención y Atención de Desastres, a partir de esta norma se originó el Decreto 723 de 1999, por medio del cual se creó el Sistema Distrital para la Prevención y Atención de Emergencias de Santa Fe de Bogotá, D.C.
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Esta norma fue derogada por el Decreto 332 de 2004 que organiza el Régimen y el Sistema para la Prevención y Atención de Emergencias en Bogotá Distrito Capital. Con dicho sistema se busca “contribuir a mejorar de manera equitativa la calidad de vida de las generaciones presentes y futuras, y propiciar un desarrollo seguro mediante la prevención de los riesgos y la minimización del impacto de los desastres, calamidades y emergencias de origen socio-natural o tecnológico sobre la población, la infraestructura y la economía pública y privada” (Decreto 332 de 2004) Este Decreto establece la creación y funcionamiento del Comité Distrital para la Prevención y Atención de Emergencias y de un Comité Local de Emergencias (CLE) en cada una de las localidades. El CLE es una instancia de carácter mixto integrada fundamentalmente por las autoridades locales y funcionarios de las entidades distritales con presencia en la localidad. Según lo fijado en este Decreto las únicas organizaciones sociales con presencia en el CLE son la Asociación de Juntas de Acción Comunal a través de su presidente y la Defensa Civil de la localidad. Con el propósito de reestructurar y fortalecer el Comité Local de Emergencias de Puente Aranda fue expedido el Acuerdo Local 08 de 2005. Dicho Acuerdo define el CLE como un órgano encargado de asistir al Alcalde Local en el manejo de situaciones de emergencia calamidad o desastre local. Así mismo el CLE tiene entre sus funciones desarrollar un Plan Local de Emergencias para la Localidad y planes locales de contingencias de acuerdo con las necesidades. Según este Acuerdo, el CLE de Puente Aranda está integrado por tres comisiones; una técnica, una operativa y otra educativa. El CLE es presidido por el Alcalde Local y cuenta con representación de instituciones de la Administración Distrital como DPAE, Secretaria Distrital del Ambiente, Secretaria de Integración Social, Dirección Local de Educación y Secretaria de Movilidad. Hay también representantes de empresas prestadoras de servicios como la Empresa de Acueducto y Alcantarillado de Bogotá, Aseo Capital, el Hospital del Sur y otras como Asopar, la policía comunitaria y la defensa civil. Estas entidades han venido ocupándose de dificultades locales como la contaminación ambiental y la invasión del espacio público, dado que la movilidad y acceso de vehículos de emergencia está restringida por la ocupación que hacen los comerciantes de los espacios de tránsito peatonal y vehicular. Por otra parte se ha realizado drenaje pluvial y sanitario en sectores de la localidad, se han visualizado las dificultades estructurales para la evacuación en situación de emergencia de las personas con discapacidad, entre otros. Según Gilberto Sánchez (entrevista personal, mayo 27 de 2009 por Polo, S.) coordinador jurídico de la Alcaldía Local, el CLE cuenta con un plan de gestión definido para la vigencia, el cual está orientado a tres objetivos: hacer seguimiento a proyectos aprobados por el Fondo de Desarrollo Local para ser ejecutados; identificar y prevenir riesgos, y realizar los preparativos y administrar las emergencias. Así mismo manifiesta que en la identificación de riesgo, las actividades están dirigidas a hacer seguimiento a la gestión de diagnósticos técnicos que se presentan de acuerdo a las emergencias que surgen por diferentes causas (por ejemplo incendios, colapsos estructurales, riesgos tecnológicos, manejo de materiales peligrosos, etc.), se participa en la formulación de planes parciales, en general abarca todo lo que implique hacer identificación de riesgos para hacer el respectivo seguimiento buscando su superación una vez manifiestos. Las entidades involucradas son la Dirección de Prevención y Atención de Emergencias (DPAE) desde lo técnico y el CLE como instancia de participación que también hace seguimiento.
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¿Cómo participan las Juntas de Acción Comunal de Puente Aranda? En lo referente a Preparativos y administración de emergencias, las actividades se relacionan con las visitas de evaluación a posibles alojamientos temporales y centros de acopio, así mismo con el fortalecimiento de Puestos de Mando Unificado para atención de emergencias, la atención oportuna y coordinada de incidentes de emergencia, la realización de ejercicios de simulación y simulacros de emergencias locales, la actualización y socialización de inventario de recursos institucionales para atención de emergencias y la socialización del protocolo de respuesta a emergencias. 4.1.2. La organización comunal en el Comité Local de Emergencias Como se ha dicho antes, la Asociación de Juntas de Acción Comunal de Puente Aranda es la única organización social con nombre propio que hace parte del CLE y por lo tanto del Sistema Distrital de Prevención y Atención de Emergencias. Su participación está relacionada específicamente con el cumplimiento de las funciones de “promover y coordinar el desarrollo de procesos formativos y organizativos que permitan a las comunidades en sus diferentes contextos identificar, valorar y prevenir o mitigar los riesgos a los que están expuestas y para el efecto de impulsar programas de capacitación, formación y divulgación” y “contribuir a la organización y participación de las organizaciones comunitarias, no gubernamentales y en general del sector privado en las fases de prevención, mitigación y atención de calamidades, desastres y emergencias”. Sin embargo, según la información suministrada por el coordinador jurídico de la alcaldía local y el representante del DPAE ante el CLE, si bien la participación de Asojuntas en esta instancia es obligatoria, nunca se ha contado con la presencia de un representante de la mencionada Asociación, a pesar de las invitaciones que mes a mes se hace a las reuniones ordinarias (Ruiz, F, entrevista personal, mayo 27 de 2009 por Polo, S.). Otro de los integrantes del CLE coincide en señalar que si bien siempre se ha invitado a Asojuntas a las reuniones ordinarias y extraordinarias de la instancia, la respuesta ha sido baja o nula. Sin embargo, para superar este vacío se ha optado por invitar directamente a las Juntas de Acción Comunal a algunas de las actividades promovidas por el Comité, como por ejemplo en los proyectos de capacitación por emergencia del sector industrial en los que se ha trabajado de manera articulada con los representantes legales de las juntas de los barrios Pradera, Salazar Gómez, Puente Aranda y Cundinamarca (Murillo, C. entrevista personal, mayo 27 de 2009, por Polo, S.).
4.2. Balance y retos de la organización comunal en el Comité Local de Emergencias Como han manifestado los diferentes miembros del Comité Local de Emergencias, la Asojuntas a pesar de tener un asiento en dicha instancia, sustentado de normas de alcance distrital y local, no hace parte de la misma y por lo tanto no desempeña ningún papel. Aunque el CLE debe presentar y gestionar proyectos relacionados con el sector, las funciones y el objeto mismo de la instancia, los representantes de la organización comunal en la medida en que no ocupan su asiento en la instancia, no han contribuido la formulación, gestión y desarrollo de dichos proyectos. Según uno de los entrevistados, la ausencia de la organización comunal en la instancia responde principalmente al desconocimiento y a una baja cultura del riesgo (Ibíd.). Este aspecto es delicado en una localidad como Puente Aranda que por la presencia de industrias, en su cotidianidad está expuesta al riesgo tecnológico. En este sentido, es necesario generar entre los habitantes de la localidad conciencia y reconocimiento de los riesgos, peligros naturales y otros creados por la misma comunidad. (Ibíd.) 43
Los demás miembros del Comité Local de Emergencias lamentan la baja participación de la organización comunal en estos temas dado que consideran que las Juntas de Acción Comunal es la red social de mayor experiencia, fortaleza y acercamiento con la Alcaldía Local. Así mismo, consideran que las JAC de la localidad participan de manera activa ejerciendo control ciudadano en la formulación de proyectos y haciendo acompañamiento a la Alcaldía Local en los diferentes tipos de programas como seguridad, deporte, cultura, malla vial entre otros. Sin embargo, desde el CLE se plantea la necesidad de involucrar a las organizaciones comunales en la instancia a través de diferentes mecanismos, en primer lugar, con acercamientos conjuntos entre la instancia y el DPAE con la junta directiva de Asojuntas para indicarles los espacios de participación y promover la cultura del riesgo. En segundo lugar, con la creación y puesta en marcha de comités barriales de atención de emergencia que ante una posible eventualidad se puedan articular con el CLE. Conclusiones De acuerdo con lo visto en este capítulo se estarían verificando las tres hipótesis planteadas. En primer lugar, la Asociación de Juntas de Acción Comunal a pesar de ser la única organización social de la localidad con asiento en el Comité Local de Emergencias, no asiste al espacio. Si bien, el estudio no incluye una indagación directa para saber la percepción de la organización comunal al respecto, a partir de las entrevistas realizadas a otros miembros del CLE, se puede inferir en primer lugar, que esta instancia no responde a los intereses y prioridades de la Asojuntas. En segundo lugar, que por el grado de especialización de la instancia, la Asociación no se encuentra preparada en términos organizativos, conceptuales ni operativos para tener una intervención activa e incidente en el Comité Local de Emergencias. Finalmente, la participación de algunas de las organizaciones comunales en las actividades organizadas por el CLE, ponen de manifiesto que la prevención del riesgo y la atención de emergencias si es un tema de interés para algunas de ellas, lo que implica un problema de articulación y representatividad entre las JAC y Asojuntas.
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5. EXPERIENCIA DE PARTICIPACIÓN NO FORMAL LA OBRA CON PARTICIPACIÓN CIUDADANA DEL BARRIO PENSILVANIA En este capítulo se presenta una experiencia de participación no formal referida a una Obra con Participación Ciudadana en el barrio Pensilvania. Se trata de explorar dos de las hipótesis planteadas; la primera dice que las Juntas de Acción Comunal desarrollan en su cotidianidad prácticas de participación ciudadana que buscan generar incidencia alrededor de temas o proyectos de interés que tienen un espectro barrial o comunitario sin necesariamente tener una mirada de lo local. Y la segunda hipótesis, señala que dichas prácticas participativas en la medida en que no requieren articulación con otras Juntas y actores de la localidad, generan una especie de aislamiento de la organización comunal frente a la dinámica participativa local.
5.1. Antecedentes de Obras con Participación Ciudadana El proyecto de Obras con Participación Ciudadana tiene su origen en otras iniciativas orientadas al fortalecimiento de las capacidades colectivas y las redes sociales de los barrios. Una de estas iniciativas es Obras con Saldo Pedagógico que surgió en 1996 como un proceso de fortalecimiento de organizaciones sociales mediante la gestión y la ejecución compartida de obras de espacio público de pequeña escala. Esta iniciativa de Obras con Saldo Pedagógico fue posteriormente incorporada como parte de la metodología del programa de Mejoramiento Integral de Barrios para planear y dotar de servicios urbanos a los habitantes en zonas de desarrollo incompletos de escala UPZ tipo 1, mediante la actuación coordinada y la responsabilidad compartida entre la Administración Distrital, las Localidades, los actores privados y las comunidades organizadas. Una de las principales características de estas iniciativas es la planeación a escala zonal, en concordancia con la planeación de los sistemas estructurantes de la ciudad, la participación comunitaria y la administración del presupuesto por las organizaciones comunitarias que ejecutan los proyectos. Proyectos en los cuales se estableció metodología y protocolos para los desembolsos y manejos de los recursos asignados que hoy día se continúan cualificando y mejorando en pro de fortalecer una metodología participativa que favorece la gestión y el fortalecimiento comunitario. Otra iniciativa en este mismo sentido, fue el proyecto Ecobarrios desarrollado entre 2001 y 2003 por el entonces Departamento Administrativo de Acción Comunal Distrital. El cual consistía en identificar y fortalecer las organizaciones sociales de base de la ciudad (principalmente Juntas de Acción Comunal) como agentes de un desarrollo más humano, que contaran con las herramientas para actuar en las dimensiones humana, social, económica y ambiental de manera integral, inspiradas en la idea de llevar los conocimientos de desarrollo integral y sostenible de las “ecoaldeas” como modelos de comunidades de quienes podemos adaptar conceptos al ámbito urbano.
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Otra iniciativa en esta misma línea fue el programa Acciones para la Convivencia, un concurso público organizado por el Distrito a través del entonces Departamento Administrativo de Acción Comunal Distrital (DAACD), que tenía como objetivos la promoción de la participación ciudadana y de los procesos de organización comunal. Con ello se pretendió crear un sentido de cohesión entre los vecinos y de participación en la construcción conjunta de una ciudad mejor donde las personas pudieran convivir. Este programa pretendió favorecer las alianzas entre las organizaciones de base comunitaria, pero también entre estas organizaciones y las autoridades locales, con el fin de llevar a cabo el proceso de descentralización, a su vez este proceso permitió a los vecinos planear, decidir, ejecutar y supervisar las estrategias diseñadas para mejorar sus condiciones de vida de una forma responsable y transparente, confirmando que cualquier organización de barrio puede presentarse, siempre que esté interesada en la construcción conjunta de una ciudad habitable y logrando con ello la financiación necesaria para el desarrollo del proyecto. Finalmente, se llegó al proyecto Obras con Participación Ciudadana (OPC) que tiene un fundamento similar, es decir fortalecer las comunidades y apoyar procesos de capacitación administrativa, financiera y social en las Juntas de Acción Comunal, mediante la ejecución de proyectos requeridos y presentados por las propias organizaciones, garantizando así su participación y poder de decisión en el desarrollo de sus comunidades. Las OPC cuentan con una metodología específica fruto de las experiencias anteriores y que garantiza la inversión en los procesos comunitarios y especialmente en el mejoramiento de condiciones ambientales y sociales de las comunidades que los ejecutan.
5.2. Dinámica y funcionamiento de la experiencia de participación en la Recuperación ambiental y recreacional del parque Pensilvania. En 2005 la Junta de Acción Comunal del barrio Pensilvania, presentó una iniciativa para la recuperación y mejoramiento del parque Pensilvania que beneficiara tanto a los residentes como a la población flotante que recibe en razón al número de fabricas e industrias que existen en la localidad. Con esta iniciativa se pretendía atender a problemáticas del barrio como la falta de espacios para la recreación y la práctica de deporte y la alta contaminación visual, auditiva y atmosférica. El parque Pensilvana es estratégico para el sector en la medida en que no sólo beneficia a este barrio sino a otros cinco barrios circunvecinos. La ejecución del proyecto se inició en el segundo semestre del año 2006 a través del contrato 24/06 e involucró una inversión de más de $154.000.000. Con estos recursos la Junta de Acción Comunal llevó a cabo una serie de actividades de integración y mejoramiento del entorno en las que los habitantes del barrio participaron activamente. Los buenos resultados del proyecto facilitaron la realización de una segunda fase en el 2007. En esta ocasión la inversión fue de alrededor de $ 87.000.000 que sirvieron para la realización de cuatro actividades de integración y vinculación comunitaria que permitieron el fortalecimiento y confirmación de la credibilidad de la JAC frente a su comunidad, además del acercamiento con el sector industrial del barrio. (IDPAC, 2009). Finalmente, en el 2008 se desarrolló una tercera fase del proyecto con recursos por más de $200.000.000 y con un aporte comunitario superior a los $15.000.000. Este aporte recaudado en las actividades comunitarias realizadas es un indicador de la credibilidad, capacidad de convocatoria e integración de los líderes de la organización comunal del barrio.
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5.3. Percepciones y valoraciones de los líderes comunales Los dignatarios de la Junta de Acción Comunal del barrio Pensilvania cuentan con experiencia en procesos participativos, una formación profesional y una experiencia laboral que les ha brindado las herramientas necesarias para desempeñarse adecuadamente como líderes comunales. Adicionalmente en una localidad como Puente Aranda con una presencia industrial importante, estos líderes comunales han sido determinantes en la relación con los habitantes, los integrantes del sector industrial y los entes gubernamentales. Sobre las motivaciones para participar en el proyecto parque Pensilvania Alfonso Dueñas manifiesta: La participación social parte de la necesidad de que nuestros trabajadores no tenían donde descansar ni hacer deporte, esta necesidad fue sentida durante muchos años, en el Estado nunca hubo participación para este tipo de demandas (Dueñas, A. entrevista personal, mayo 2009 por Polo, S.). Los tres líderes entrevistados, coinciden en señalar que la normatividad comunal vigente promueve la intervención de las organizaciones comunales en diferentes espacios y experiencias de participación en la medida en que permite que la comunidad se organice, presente propuestas y trabaje de la mano con el Estado. Asimismo, los comunales considera que la participación es positiva porque en el caso de su experiencia ha permitido la unión entre los dirigentes de la zona, mejores vínculos de trabajo, la identificación de necesidades y temas de interés común que motivan el trabajo conjunto tales como el medio ambiente, los problemas sociales, económicos o de seguridad. Estos líderes manifiestan que el papel de la organización comunal consiste en investigar, identificar las problemáticas, necesidades y aspiraciones de sus comunidades y a partir de ahí buscar los medios, los recursos y los aliados necesarios para dar respuesta a las problemáticas identificadas. Con esta lógica, como líderes comunales han elaborado y desarrollado iniciativas como la recuperación del parque, el mejoramiento de la malla vial, la arborización, denunciar la contaminación. Todo este trabajo fue visibilizado a través de una noticia presentada en los canales City TV y RCN. Una de las principales preocupaciones de esta organización comunal es el deterioro del medio ambiente en la zona, afirman que “la localidad de Puente Aranda es la más contaminante y contaminada de Bogotá”. Para solucionar este problema Alfonso Dueñas (entrevista personal, mayo de 2009, por Polo, S) considera necesario el cierre de establecimientos que no estén trabajando con las medidas ambientales como chatarrerías y establecimientos con chimeneas, asegura que se requiere que la misma industria también participe en los programas de medio ambiente para lo cual la administración Distrital a través de las entidades competentes debe disponer de mecanismos que faciliten por ejemplo la entrega y recolección de desechos.
5.4. Balance y retos de la Junta de Acción Comunal Para los líderes comunales del barrio Pensilvania, el balance de su experiencia en Obras con Participación Ciudadana es positivo porque según lo manifiestan queda una obra hecha por parte de la junta y sus miembros, hay una satisfacción a nivel personal y también como organización comunal, pero lo más importante es que se trata de un proyecto en beneficio de la comunidad. Frente al proyecto ejecutado por la JAC aseguran que es el único parque en
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la zona industrial que fue totalmente reconstruido y habilitado para la comunidad y para los trabajadores, beneficiarios de las empresas que están en el sector. Por otra parte los miembros de la organización comunal son conscientes de que el trabajo comunitario es una actividad permanente y continua, que si se desea mejorar se debe gestionar y sólo con la participación se pueden lograr los cambios que son necesarios para la comunidad y las personas mismas. Con la realización del proyecto del parque Pensilvania la Junta de Acción Comunal pudo constatar su poder de convocatoria y la aceptación que tiene entre su comunidad y al mismo reafirmar su credibilidad en la medida en que son escuchados y sus ideas buscan beneficiar a toda la comunidad que incluye tanto a los habitantes como a la población flotante que recibe el barrio día a día. De otro lado, los líderes comunales son conscientes de que el proceso de participación en la OPC ha sido beneficioso y ha fomentado la construcción de procesos organizacionales para gestionar obras y acciones sociales que beneficien a las comunidades. Finalmente y como aspecto a resaltar es la constancia de la JAC, ya que según información de ellos mismos han venido gestionando acciones para el mejoramiento de la malla vial y la arborización de sectores del barrio, y manifiestan el compromiso de organizar y gestionar el control de la contaminación ambiental de la localidad. Conclusiones La experiencia de la OPC del barrio Pensilvania desestima las hipótesis planteadas al inicio del capítulo, en la medida en que si bien la organización comunal trabajó en torno a un proyecto específico el ámbito de actuación e incidencia no se limitó solamente a lo barrial sino que generó articulación con otros barrios y con el sector industrial que tiene presencia en la zona. Además la organización comunal es consciente de las problemáticas de la localidad y adelanta acciones para al atención de las mismas.
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6. CONCLUSIONES Como se ha visto en la presente investigación, la localidad de Puente Aranda tiene unas características particulares que condicionan las dinámicas de organización y participación. La fuerte presencia de actividades industriales y comerciales incide en el tipo de problemáticas de la localidad. Sin embargo, la intervención de las organizaciones comunales en la atención de estas problemáticas es diferente en cada caso como pudo verse, mientras la Asociación de Juntas de la localidad no ocupa el lugar que le ha sido asignado por norma en el CLE, otras organizaciones del barrio se preocupan y trabajan de manera activa en problemáticas relacionadas con el espacio público y el medio ambiente. Esto pone de manifiesto que existe cierto grado de selectividad y preferencia por parte de las organizaciones comunales para intervenir en procesos de gestión y desarrollo social, lo que hace que no todos los líderes afronten los retos de participación de la misma manera y sólo algunos dignatarios se comprometan con los retos asumidos; bien sea por la preparación administrativa, por el propio sentir de las necesidades barriales, por el no considerar prioritaria la gestión requerida o por no contextualizar su labor como líder comunal. La intervención de las organizaciones comunales en instancias formales y experiencias no formales de participación está condicionada por varios aspectos: en primer lugar, por las obligaciones cotidianas, deberes laborales y familiares que inciden en la proyección y definición de una agenda de gestión comunal y en segundo lugar, la afectación directa de las problemáticas es un motor decisivo para la acción. En relación con la participación de la organización comunal en el CLE de Puente Aranda, como se vio en el respectivo capítulo, es prácticamente nula porque a pesar de que por norma Distrital y local, la presidencia de Asojuntas hace parte de esta instancia, esto solo funciona en el papel porque la Asociación no asiste a las reuniones, ni interviene en las iniciativas del Comité. Es posible que la ausencia de Asojuntas en el CLE se deba, como se dijo antes, a que los temas manejados por esta instancia no sean de interés de Asojuntas o a que no la consideren una instancia de participación por la presencia mayoritaria de representantes de la administración local, Distrital y de empresas prestadoras de servicios. Sin embargo, es recomendable que la Asojuntas de Puente Aranda revise y considere su posición con respecto a su intervención en el Comité Local de Emergencias, ante todo teniendo en cuenta que el tema del riesgo está presente en la localidad dadas las características de la misma y que hay algunas Juntas de Acción Comunal interesadas en el tema. Asimismo deben revisarse los protocolos o procesos institucionales de la localidad para garantizar su apropiación por parte de los dignatarios y representantes comunales, ya que su participación en estos espacios puede estar mediada por el conocimiento sobre sus dimensiones y alcances.
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De otro lado, la experiencia no formal del barrio Pensilvania, puso de manifiesto que no siempre los proyectos de escala barrial implican un aislamiento de las problemáticas y dinámicas participativas locales. Aunque no de manera abierta o explicita los líderes de las JAC reconocen su incidencia y participación en la política local, llegándola a entender como la gestión administrativa necesaria para dar prioridad y acortar el tiempo de ejecución de obras y acciones que son requeridas en sus barrios y localidades. Asimismo, el hecho de que la misma organización comunal hubiese logrado desarrollar varias fases consecutivas del proyecto es un indicador de la capacidad de organización y gestión de la JAC pero también del respaldo y compromiso de la comunidad que representan, un aspecto trascendental en las posibilidades de incidencia de cualquier organización comunal.
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