Complejidad y violencia en las organizaciones: Sistemas adaptativos en interacción Por Juan Carlos Barrón Pastor

Complejidad y violencia en las organizaciones: Sistemas adaptativos en interacción Por Juan Carlos Barrón Pastor Como arriba es abajo Como abajo es ar
Author:  Mario Rivero Godoy

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LOS SISTEMAS ADAPTATIVOS
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CINCUENTA ANOS DE TEATRO EN EL URUGUAY POR JUAN CARLOS LEGIDO EL MOJON DE 1947 Antes que nada vamos a decir, aunque parezca obvio, que no puede exist

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Complejidad y violencia en las organizaciones: Sistemas adaptativos en interacción Por Juan Carlos Barrón Pastor Como arriba es abajo Como abajo es arriba El Kybalión Introducción En los años recientes hemos experimentado en México un incremento de la violencia, al parecer en todos los aspectos de la vida. Esta violencia es usualmente presentada como un caos o un desorden social contemporáneo causado por diversos factores heterogéneos; generalmente planteados de una manera lineal. Sin embargo, como veremos en este ensayo, podría haber una explicación sistémica a la violencia que vivimos en la actualidad. Con este trabajo pretendo iniciar una serie de escritos en torno a este tema y que se complementarán con otros trabajos que iremos produciendo en el seminario de complejidad de la Facultad de Contaduría y Administración de la Universidad Nacional Autónoma de México (SC-FCA-UNAM). Este trabajo fue presentado el marco de un ciclo de conferencias organizados por el SC a lo largo de 2011 en la FCA-UNAM. En el seminario y durante las conferencias en el que este trabajo fue presentado hemos podido explorar algunas de las limitaciones que tiene el plantear linealmente los fenómenos con los que pretendemos explicar el mundo en general y las organizaciones en particular. En este artículo mostraremos cómo el estudio de la violencia no es una excepción; para hacerlo, repasaremos someramente algunas de las limitaciones de estudiar la violencia como un fenómeno lineal y haremos una primera aproximación al estudio de la violencia en las organizaciones desde una perspectiva de sistemas complejos y adaptativos. Antes de entrar en materia, cabe recordarse lo que otros compañeros de este seminario han planteado en las presentaciones que contextualizan este trabajo en un ciclo de conferencias: 1. Es necesario reconocer las limitaciones y la obsolescencia del paradigma mecanicista para explicar y proponer soluciones a muchos de los problemas actuales (Méndez, 2011).

2. El paradigma de sistemas complejos cuenta con distintas perspectivas, corrientes y debates teóricos y prácticos a nivel mundial y nacional (Díaz Mata, 2011). 3. El contexto actual es el de una crisis sistémica que exige una visión que sea epistemológicamente coherente para comprender mejor muchos de los fenómenos actuales (Paz, 2011) 4. Para que la sustentabilidad del planeta sea posible, es necesario replantearse tanto la manera de entender cómo las organizaciones interactúan con el medio ambiente y que las organizaciones cambien su manera de interactuar con sus contextos (Vera, 2011). 5. La administración en términos teóricos puede ser enriquecida por los estudios con enfoques sistémicos y de complejidad (Cruz, 2011) 6. El estudio de los sistemas cuenta con una larga tradición en la Sociología (Hernández, 2011) Partiendo de estos lineamientos, en este artículo bosquejaremos cómo el estudio de la violencia en general y en las organizaciones en particular puede hacerse desde una perspectiva de sistemas adaptativos. Más adelante nos adentraremos un poco en poco en explicar qué es lo que hace que un sistema sea complejo y/o sea adaptativo o no, pero para irnos entendiendo, puedo adelantar que decimos que un sistema es complejo cuando los elementos de un sistema no pueden estar simultáneamente relacionados y por lo tanto implican una relacionabilidad selectiva (Luhmann, 1976). Y por otro lado, decimos que un sistema es adaptativo cuando tiene la capacidad de aprender para adaptarse a los cambios del medio. Para ello, un sistema debe contar de alguna manera con la capacidad para reflexionar sobre su propio funcionamiento y sobre las implicaciones que tienen sus acciones en sí mismo y sobre su propio ambiente o contexto (Geyer, 1995). En este trabajo explicaremos que tanto la violencia como las organizaciones pueden ser estudiadas como sistemas complejos y adaptativos en interacción. La violencia es generalmente considerada la característica que puede tener un acto hostil y que lastima de alguna manera a alguien (OMS, 2002). Esta conceptualización lleva a considerarla un proceso lineal en la que un agente claramente identificable realiza el acto considerado

como violento en contra de una víctima también claramente identificable. En este trabajo rechazo esta conceptualización lineal del fenómeno de la violencia y para ello sigo la línea de argumentación expuesta en una presentación previa, en donde expliqué cómo la violencia puede ser estudiada como un sistema adaptativo en lugar de verse como una perturbación en un sistema social (Barrón, 2011). En este artículo, repetiremos parte de lo expuesto en aquella ocasión pero sin ahondar en el tema y buscaremos ejemplificar lo que entonces se presentó de manera abstracta usando la noción de organización propuesta por Luhmann (Corsi et al, 1996) como veremos más abajo. Para cumplir con su propósito, he dividido este trabajo en tres partes: en la primera se explica cómo una organización cualquiera puede ser vista como un sistema adaptativo. Luego expongo cómo la violencia puede ser conceptualizada como un sistema adaptativo también. En la tercera parte ejemplifico cómo interactuarían estos sistemas hipotéticamente. Y para concluir, explico la necesidad de estudiar más a fondo tanto la organización y la violencia como sistemas adaptativos, y la urgencia de comprender mejor sus interacciones para intentar desactivar con más éxito la violencia actual. La organización como sistema complejo, abierto y adaptativo De acuerdo con la Real Academia de la Lengua Española, una organización es una “asociación de personas regulada por un conjunto de normas en función de determinados fines (RAE, 2010)”. Más específicamente y siguiendo a Luhmann, una organización es: “un tipo de sistema social que se constituye con base en reglas de reconocimiento que lo vuelven identificable y que le permiten especificar [sus] propias estructuras. Tales reglas son sobre todo reglas de pertenencias, que pueden ser fijadas mediante la selección de personal y la definición de los roles internos: sólo pocas personas pueden ser miembros de una organización formal. Con organización nos referimos a sistemas sociales como las empresas, los institutos, las asociaciones, etcétera.” (Corsi et al, 1996:121)

Para considerar un fenómeno como complejo, Miramontes (1999) propone que ese fenómeno (en este caso, la organización) debe contar con ciertas propiedades. Estas propiedades son: contar con un cierto número de componentes, tiene un margen de frustración, cuenta con rupturas de simetría, posee una criticalidad auto-organizada, se expresa fractalmente, y puede además generar propiedades emergentes. Aplicado en este caso, una organización puede considerarse un sistema complejo porque cualquier organización cuenta con un número cierto de componentes, porque ella no puede realizar de manera absoluta e ilimitada sus objetivos (frustración), porque en sus intercambios materiales, energéticos, y simbólicos puede contar con muchos estados deseables equivalentes pero no iguales (ruptura de simetría), porque las organizaciones actúan de una manera estable pero lejos del punto de equilibrio, donde eventos pequeños pueden tener consecuencias catastróficas (criticalidad auto-organizada), presenta estructuras discernibles en cualquier escala espacial (fractalidad), y genera propiedades que no pueden deducirse de sus componentes sino de procesos paralelos del sistema (emergencia). Además, las organizaciones no son sólo sistemas complejos, sino que además cuentan con propiedades de sistemas abiertos. Estos sistemas según Maturana y Varela (1996) y Luhmann (1996) cuentan con una clausura operativa, con mecanismos de acoplamiento estructural en interacción con otros sistemas, y llevan a cabo procesos autopoiéticos. Es decir, por un lado las organizaciones son diferenciables y relativamente autónomas y no pueden operar fuera de sus propios límites pero por el otro lado están en constante interacción con su entorno (clausura operativa). Además, el entorno puede afectar a la organización a través de ‘irritaciones’ que son reelaboradas internamente; y a la vez, estas ‘irritaciones pueden ser construcciones internas de la organización; sin embargo, estas irritaciones no existen en el entorno del sistema, sólo existen en la interacción y pueden ser consideradas paradójicamente como auto-irritaciones pero que a la vez sólo surgen a partir de eventos del entorno (acoplamiento estructural). Adicionalmente, las organizaciones pueden ser consideradas autopoiéticas porque individualizan un modo específico de operar dentro del sistema; es decir cada organización es única en su forma de operar, de interactuar con el sistema y de cómo construye, deconstruye y reconstruye su entorno.

Las organizaciones cumplen también con las propiedades con las que cuentan los sistemas adaptativos (Geyer, 1995). Estas propiedades son: autoconducción, autoorganización, autoobservación, autocatálisis, autoreferenciación y autopoiesis. Es decir, las organizaciones tienen la capacidad de planear y dirigirse en la dirección de lo planeado, son capaces de recolectar información y reflexionar sobre ellas mismas y su funcionamiento, que a su vez estimula que la propia organización se vaya haciendo más compleja a través del tiempo. Además, la organización funciona como una red de procesos interrelacionados que produce sus propios componentes y a la vez, la interacción de sus componentes promueve la red de procesos que conforman la organización (autopoiesis). La violencia como un sistema complejo, abierto y adaptativo Mencioné en la introducción que yo propongo la hipótesis de que la violencia puede ser estudiada como un sistema complejo, abierto y adaptativo en sí, en lugar de considerarla una perturbación de los sistemas sociales como generalmente se hace. Para ver cómo funcionaría esta hipótesis, la podríamos estudiar a través de las propiedades de los sistemas complejos, abiertos y adaptativos. Esto es, pienso que la violencia cuenta con un cierto número de componentes, tiene un margen de frustración, produce rupturas de simetría, provoca eventos de criticalidad auto-organizada, se expresa fractalmente, y puede generar propiedades emergentes. Además, la violencia funciona con una clausura operativa, tiene mecanismos de acoplamiento estructural en interacción con otros sistemas, y lleva a cabo procesos autocatalíticos y autopoiéticos (Barrón, 2011). Para poder explicar a la violencia de este modo, es necesario aclarar que la violencia en general se reproduce en tres niveles: A través de eventos de violencia (Violencia situacional), a través de discursos y símbolos (Violencia simbólica), y a través de los mecanismos ‘normales’ de opresión, explotación, enajenación y/o despojo (Violencia sistémica) (Barrón, 2010). Las características de la violencia se definen por las identidades culturales en interacción, y el poder con el que puedan contar e interactuar estas identidades culturales (Barrón, 2010); los efectos de esta violencia pueden afectar los subsistemas biológicos, psicológicos, sociales y/o culturales de los sistemas sociales donde

opera el sistema (Díaz Loving, 2004); y es crucial entender las dinámicas de agresión y resiliencia de esos subsistemas (López, 2006). El sistema social en cuestión (en esta caso, la organización) puede hacer sentido de la violencia a través de mecanismos cognitivos, afectivos, activos y espirituales (Barrón, 2010). Y si fuera el caso que la violencia dentro de la organización pudiera ser vinculada a formas de criminalidad, ésta podría vincularse a factores políticos, empresariales y a dinámicas globales expresadas localmente (Ver figura 1). Figura 1. Mapa preliminar sobre la violencia como sistema complejo

No es materia de este artículo hacer una revisión exhaustiva de este mapa conceptual pero para efectos de ejemplificar cómo la violencia opera no como una perturbación del sistema social (en este caso una organización cualquiera) sino como un sistema en sí que interactúa con la organización, a continuación me permito exponer brevemente cómo

trabajarían estas nociones para explicar la interacción de estos sistemas. Violencia en las organizaciones

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