CONCEPTOS BÁSICOS DE LA TEOLOGÍA DEL PACTO

CONCEPTOS BÁSICOS DE LA TEOLOGÍA DEL PACTO Juan Martínez www.semillabiblica.org Índice de contenido DEDICATORIA....................................

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CONCEPTOS BÁSICOS DE LA TEOLOGÍA DEL PACTO Juan Martínez

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Índice de contenido DEDICATORIA.........................................................................................................................................4 NOTA DEL AUTOR..................................................................................................................................5 TEÓLOGOS QUE CONTRIBUYERON A LA CONSTRUCCIÓN DE LA TEOLOGÍA DEL PACTO 7 LA TEOLOGÍA REFORMADA ES TEOLOGÍA DEL PACTO...............................................................8 LOS PACTOS DE DIOS..........................................................................................................................10 El pacto de las obras............................................................................................................................10 El pacto de la redención......................................................................................................................11 El pacto de la gracia............................................................................................................................11 LOS PACTOS DE DIOS EN LA CONFESIÓN DE FE DE WESTMINSTER......................................13 LAS DISPENSACIONES DEL PACTO.................................................................................................14 JUAN CALVINO Y LA RELACIÓN ENTRE ANTIGUO Y NUEVO TESTAMENTOS.....................16 CONCLUSIÓN........................................................................................................................................17 BIBLIOGRAFÍA.....................................................................................................................................18 Referencias de internet........................................................................................................................18

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Todos los derechos reservados. Las citas bíblicas son tomadas de LA BIBLIA DE LAS AMERICAS © Copyright 1986, 1995, 1997 by The Lockman Foundation. Usadas con permiso.

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DEDICATORIA A mi amada esposa Judith. A la Iglesia Nacional Presbiteriana La Nueva Jerusalén por la encomiable reforma que realizan cada día para la gloria de Dios.

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NOTA DEL AUTOR

Es mi convicción que conocer la teología reformada es, a la vez, un constante placer y desafío santo para todos los que transitamos por esta senda de la fe cristiana reformada y que atesoramos en nuestros corazones las santas verdades de la Palabra de Dios. La teología reformada es teología del pacto, y la teología del pacto sirve de plataforma para las doctrinas de la gracia. Sin embargo, generalmente al exponer la fe reformada en los cinco puntos del calvinismo omitimos referir la teología del pacto, ya por desconocimiento, ya por negligencia. La riqueza de la teología del pacto es muy vasta porque tiene su fundamento en la Santa Biblia. Conocer la economía de la redención dentro de las convenciones divinas es una delicia y constituye una gran aliciente para la evangelización y la predicación expositiva de la Palabra. Dios es un Dios de pactos y su gracia permea en cada instancia de la gloriosa historia de la salvación. Este pequeño trabajo sólo expone conceptos claves de la teología del pacto con la intención de estimular la investigación y estudio de la materia. Lo redacté pensando primeramente en mi esposa con quien he compartido estas enseñanzas que generalmente se encuentran entre las densas páginas de los libros de teología reformados. Pero lo escribí también gozándome en la posibilidad de que mis hermanos presbiterianos pudieran leerlas y tenerlas como una referencia más entre sus notas y libros sobre el tema. Quizá pueda servir como una brevísima lectura introductoria en algún curso de discipulado o simplemente como un motivo para alimentar la sana recreación espiritual. En mi investigación me enfoqué en el trabajo clásico de L. Berkhof sobre teología sistemática pero también me asistí de textos y artículos de teólogos reformados presbiterianos contemporáneos. Estas hojas, por tanto, no ofrecen nada nuevo. Son sólo una exposición de la doctrina reformada que se ha preservado por siglos. Mientras leía se hizo evidente la aguda disputa existente entre algunos dispensacionalistas y teólogos del pacto. Hay varios artículos que describen a la teología del pacto como “un peligro para la iglesia” y una “estrategia del enemigo para extraviar a su pueblo”. La acusan, entre otras cosas, de no ser fiel a la interpretación literal de las Escrituras, de espiritualizarlas y de confundir unas dispensaciones con otras. Aquí no me he detenido en estas críticas porque mi intención no es presentar una apología de la teología del pacto sino exponer sus conceptos fundamentales. Sin www.semillabiblica.org

embargo, un vistazo a las fuentes más eruditas dentro del campo reformado bastaría para llenarse de carpetas, libros y memorias electrónicas con contenido que aplaque tal oposición. Dios bendiga a su iglesia en toda la tierra.

Juan Martínez Junio de 2012

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TEÓLOGOS QUE CONTRIBUYERON A LA CONSTRUCCIÓN DE LA TEOLOGÍA DEL PACTO Paul Enns (1989) en su The Moody handbook of theology (véanse pp. 503-506) refiere como los primeros que dieron forma a la teología del pacto a los siguientes teólogos: (a) Johann Bullinger (1504-1575) (b)Johannes Wollebius (1586-1629) (c) William Ames (1576-1633) (d)Johannes Cocceius (1603-1669) (e) Herman Witsius (1636-1708) Bullinger fue seguidor de Ulrico Zuinglio como líder de la reforma protestante en Zurich. Sus obras se extienden a los 150 volumenes y fue tal su liderazgo en la iglesia reformada que se halla en autoridad sólo en segundo lugar en relación a Calvino. Fue el autor único de la Confesión Helvética de 1566 que es un claro andamiaje de la fe reformada. Wollebius, profesor de estudios en Nuevo Testamento en Basilea Suiza, publicó en 1627 su Compendio de teología cristiana en el que expuso la teología reformada. Enseñó acerca del pacto de las obras y el pacto de la gracia. Para él los sacramentos del Antiguo Testamento son la circuncisión y la pascua, mientras que el Nuevo Testamento son el bautismo y la Cena del Señor. Para L. Berkhof (2009) “fue el verdadero fundador de la teología del pacto bien desarrollada, en el cual el concepto de pacto se convierte por vez primera en el principio constitutivo y determinativo de todo el sistema” (p. 251). Ames fue un teólogo puritano muy celebrado en Inglaterra y Holanda. Se opuso férreamente al arminianismo y participó en el Sínodo de Dort (1619). enseñó que el propósito del Pacto es la gloria de Dios y la salvación del hombre. También que el signo del Pacto de la gracia es el bautismo por lo que los infantes debían ser bautizados. Coccecius enseñó en Bremen, franeker y Leiden y fue líder en el desarrollo de la teología del pacto. Insistía en una teología bíblica y exegética al igual que los demás reformadores. Pensaba que Adán representaba a la humanidad en el pacto de las obras. Sin embargo, generó un punto de controversia al exponer las bases universalistas del Pacto de la gracia. Por otro lado, enfatizó que tanto en el Antiguo como en el Nuevo Testamento la gente había sido salvada sólo por gracia. Witsius enseño que Adán era la cabeza representativa de toda la humanidad. Al caer éste Dios proveyó una solución: el Pacto de la gracia.

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LA TEOLOGÍA REFORMADA ES TEOLOGÍA DEL PACTO R. C. Sproul (1997) en su libro What is reformed theology? (p.99) indica que la teología reformada ha sido apodada teología del pacto para distinguirla de la muy extendida teología dispensacionalista según la cual la llave para interpretar correctamente la Biblia es dividirla en siete dispensaciones o períodos de historia de la redención. La teología reformada o teología del pacto, en cambio, mira la estructura primaria de la revelación bíblica en los pactos, y no en ciclos históricos cerrados que se excluyen u oponen entre sí en una abierta discontinuidad. La estructura de los antiguos pactos entre naciones seguía el siguiente patrón: 1) Preámbulo, 2) Prólogo histórico, 3) Estipulaciones, 4) Sanciones, 5) Votos y juramentos y 6) Ratificación. Este misma organización se observa en la Biblia cada vez que Dios pacta con la humanidad. Así se ilustra en el siguiente esquema de ejemplo: Tabla 1 PREÁMBULO

“Yo soy el SEÑOR tu Dios” (Éxodo 20:2). El nombre sagrado sirve como nombre del pacto.

PRÓLOGO HISTÓRICO

“...quien te sacó de la tierra de Egipto, de la casa de servidumbre” (v. 2). Dios menciona sus obras anteriores a favor de su pueblo.

ESTIPULACIONES

“No tendrás otros dioses delante de mi. No te harás ídolo...” (vv. 3, 4 y ss.). Dios da las leyes a su pueblo.

SANCIONES

“Y sucederá que si obedecieres diligentemente al Señor tu Dios, cuidando de cumplir todos sus mandamientos que yo te mando hoy, el SEÑOR tu Dios te pondrá en alto sobre todas las naciones de la tierra”...”Pero sucederá que si no obedeces al Señor tu Dios, guardando todos sus mandamientos y estatutos que te ordeno hoy, vendrán sobre ti todas estas maldiciones y te alcanzarán” (Deuteronomio 28:1 y ss., y v. 15 y ss.). Dios establece bendiciones y castigos por la obediencia y desobediencia a sus leyes.

VOTOS JURAMENTOS

RATIFICACIÓN

Y “...y apareció un horno humeante y una antorcha de fuego que pasó por entre las mitades de los animales. En aquel día el SEÑOR hizo un pacto con Abram, diciendo: a tu descendencia he dado esta tierra...” (Génesis 15: 17 y ss.). Dios establece bajo juramento su promesa en un ritual que incluía pasar por en medio de animales, con lo cual ilustraba que de faltar a su palabra quedaría en pedazos como ellos. Dios jura por sí mismo. “Todo varón de entre vosotros será circuncidado” (Génesis 17:10 y ss.). Dios concluye con un rito de corte. El último rito de ratificación fue la ratificación del Nuevo Pacto por la sangre de Cristo.

Los pactos de la antigüedad se colocaban en un lugar seguro. Dios instruyó a Israel que www.semillabiblica.org

colocara las tablas de la ley en el propiciatorio que primero tuvo su lugar en el tabernáculo y luego en el templo. El Arca del Pacto o del Testimonio fue donde se colocaron las tablas (Éxodo 25.21-22). Richard Pratt Jr., en su artículo Reformed theology is covenant theology sostiene que “los pactos divinos unifican la enseñanza de toda la Biblia”. En su exposición refiere tres creencias que impiden que los evangélicos comprendan mejor la teología del pacto: primero, la noción de que el énfasis en las buenas obras del Antiguo Testamento es incompatible con la salvación por gracia a través de la fe en Cristo en el Nuevo Testamento. Segundo, la noción de que las relaciones de Dios con su pueblo en el Antiguo Testamento son corporativas mientras que en el Nuevo Testamento son primariamente individuales. Y tercero, la noción de que en el Antiguo Testamento se llama a establecer un reino terrenal mientras que en el Nuevo Testamento se convoca a un reino espiritual en Cristo. A lo anterior, el autor replica que para salvar estas objeciones deben aclararse tres cosas: a. Jamás en toda la historia bíblica se ha salvado nadie sino sólo por medio de la fe. Esto es claro desde el principio cuando en Génesis 15:6 se lee: “Y Abram creyó en el SEÑOR, y El se lo reconoció por justicia”. b. La teología del pacto ayuda a comprender que Dios se relaciona con su pueblo tanto individual como corporativamente en uno y otro testamento. c. La teología del pacto muestra que el Reino de Dios siempre ha sido terrenal y espiritual. Ambos testamentos se enfocan en el servicio a Dios tanto en la tierra como en el ámbito espiritual. Por último, refiere que la teología reformada para muchos cristianos se reduce sólo a las doctrinas de la gracia (los cinco puntos del calvinismo) dejando de lado la teología del pacto, lo cual trae aparejadas las siguientes consecuencias: un énfasis tal en el control de Dios sobre la vida de fe de principio a fin que se hacen a un lado las realidades de las recompensas y castigos por la obediencia y la desobediencia humanas; un énfasis tal en la dimensión espiritual de la vida que se concluye que la teología se trata de encontrar mejores maneras de relacionarse con Dios en lo individual, cuando Dios está igualmente interesado en su relación corporativa con la iglesia; y un énfasis tal en la salvación individual que se olvida que Dios ha establecido que la esperanza cristiana afecte no sólo a la persona sino a toda la sociedad, es decir, tanto el reino espiritual como el reino terrenal. Estas observaciones ayudan a comprender la importancia de la teología del pacto en la búsqueda de una teología reformada sólida e integral.

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LOS PACTOS DE DIOS Siguiendo la clasificación clásica que sostiene L. Berkhof (2009) en su Teología Sistemática los pactos son tres: A) El pacto de la obras B) El pacto de la redención C) El pacto de la gracia El pacto de las obras El pacto de las obras es aquel que Dios establece con Adán en el Edén y de acuerdo con el que exige del hombre, que en ese momento estaba debidamente capacitado para cumplir en función de sus dones naturales (razón, voluntad y moralidad), obediencia perfecta. La pena por la desobediencia es la muerte física y espiritual, y la recompensa por la obediencia es, luego de un periodo probatorio, vida eterna en un sentido acabado y total (Génesis 2:15-17 y cap. 3). Las partes en el pacto de las obras son Dios y el hombre, y se trata de un pacto unilateral: Dios impone todas las condiciones y el hombre se halla circunscrito al mismo sin ninguna posibilidad de exigir, imponer o proponer cláusula alguna. De algún modo, “Dios condesciende bondadosamente a colocarse al nivel del hombre, y en hacerle a este el honor de tratar con El más o menos sobre el mismo pie de igualdad” (Berkhof, p. 316. En este mismo sentido véase más adelante la Confesión de fe de Westminster). No debe pensarse que el pacto de las obras, al distinguirse aquí del pacto de la gracia, estaba “falto” de gracia. El hecho de que el hombre haya sido creado es en sí mismo un acto de gracia. El que Dios estableciera una obligación de obediencia al hombre y una recompensa a cambio tiene su origen en la gracia pues no estaba obligado a pactar semejantes bendiciones con la humanidad (véase R. C. Sproul, 1997, pp. 109-111). Por último, tampoco se debe concluir que hoy, bajo el Pacto de la gracia, el Pacto de las obras está totalmente abrogado: no lo está puesto que el hombre le debe siempre a Dios obediencia perfecta; está más que presente en aquellos hombres impenitentes que rechazan al Señor, y aunque la promesa es imposible de cumplir ésta sigue vigente. Por otro lado, sí está abrogado para aquellos que están bajo el pacto de la gracia en el sentido de que Cristo, como Mediador de su pueblo, ya ha cumplido todas las demandas de la ley; así mismo, sí está abrogado como medio indicado para alcanzar la vida eterna pues después de la caída el hombre perdió todo su poder para cumplir perfectamente la voluntad de Dios (véase L. Berkhof, 2009, p. 259).

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El pacto de la redención El pacto de la redención es “el convenio entre el Padre, que da al Hijo como Cabeza y Redentor de los elegidos, y el Hijo, que acepta voluntariamente el lugar que corresponde a aquellos a quienes el Padre dio al Hijo” (Berkhof, p. 324). Se trata de un pacto intra-trinitario donde el Padre es el originador, el Hijo el ejecutor y el Espíritu Santo el administrador. El pacto de la redención también es llamado Consejo de paz en función de Zacarías 6:13 que dice: “Sí, El reedificará el templo del SEÑOR, y El llevará gloria y se sentará y gobernará en su trono. Será sacerdote sobre su trono y habrá consejo de paz entre los dos oficios”. Hay que concluir que el pacto de la redención y el pacto de la gracia, que se verá a continuación, son “dos mismos modos o fases de un mismo pacto evangélico de misericordia” (Shedd, citado por Berkhof, p. 318). La Escritura habla claramente del “propósito eterno que (Dios) llevó a cabo en Cristo Jesús nuestro Señor” (Efesios 3:11), que “Dios os ha escogido desde el principio para salvación” (2 Tesalonicenses 2:13), y que nos llamó “según su propósito y según la gracia que nos fue dada en Cristo Jesús desde la eternidad” (2 Timoteo 1:9), todo lo cual apunta específicamente a este Consejo eterno de paz entre el Padre y el Hijo a favor de los electos. R.C. Sproul (1997) indica que Dios no tiene una especie de “plan B” sino que al haberse constituido este pacto en la eternidad precede a la creación y aún a la caída del hombre en el pacto de las obras. Por tanto, se debe repudiar cualquier idea que invite a pensar que el pacto de la redención resultó de una contingencia que se le presentó a Dios y que tuvo que solucionar.

El pacto de la gracia El pacto de la gracia se define como “el convenio de gracia entre Dios ofendido y el pecador ofensor pero elegido, en el que Dios promete salvación por medio de la fe en Cristo, y el pecador acepta esta salvación por la fe, comprometiéndose a una vida de confianza y de obediencia” (Berkhof, p. 330). Al igual que el pacto de las obras se trata de un pacto unilateral de origen que depende solamente de la fidelidad de Dios. Los hijos de los creyentes están, en cierto modo, incluidos en el pacto y se trata de un convenio que ha sido esencialmente el mismo a lo largo de la historia bíblica pero que ha revestido diversas formas de administración. Como se indicó en el apartado anterior, todos los que se han salvado desde que el mundo fue creado se lo deben a la gracia de Dios. L. Berkhof advierte de las conclusiones erróneas a las que han llegado los hombres al negar esta aplicación general de la gracia de Dios en todas las dispensaciones: que los santos del Antiguo Testamento y los del Nuevo Testamento se salvaron uno y otros de maneras diferentes; los pelagianos y los socinianos dicen que Cristo puso el ejemplo y con ello el hombre recibió “ayuda adicional” para salvarse; los www.semillabiblica.org

romanistas que sostienen que los santos del Antiguo Testamento estuvieron en el limbus patrum hasta el descenso de Cristo al Hades; los seguidores de Coccejus que argumentan que Cristo pasó por alto los pecados de los santos del Antiguo Testamento pero no los perdonó completamente; y los dispensacionalistas que dicen que no prevaleció el pacto de la gracia a lo largo de la historia bíblica sino que son varios pactos que no deben confundirse (pp. 332-333). El pacto de la gracia ha tenido continuidad desde el principio de los tiempos y a través de todas las dispensaciones (véase una explicación sobre esto más adelante). Una evidencia de esto que es contundente resulta el hecho de que la Biblia enseña que hay solo un evangelio que no es sino un solo pacto por el cual los hombres alcanzan la salvación, y que el modo en que Abraham obtuvo la salvación (justificación) es típico de los creyentes del Nuevo Testamento, sin importar que sean judíos o gentiles (Romanos 4:9-25; Gálatas 3:7-9,17 y 18 ). Tabla 2 PACTO DE REDENCIÓN

PACTO DE OBRAS

PARTES

La Trinidad

Dios y humanos

INICIADOR

Dios Padre

Dios

Dios

TIEMPO

La eternidad pasada

En la creación

Después de la caída

CONDICIÓN

---------------------

Obediencia perfecta

Fe en Cristo (quien ha satisfecho las condiciones del pacto de las obras)

RECOMPENSA

---------------------

Vida

Vida espiritual

SANCIÓN

---------------------

Muerte inmediata (física Muerte espiritual y espiritual)

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los

PACTO DE LA GRACIA

seres Dios y seres humanos pecadores

LOS PACTOS DE DIOS EN LA CONFESIÓN DE FE DE WESTMINSTER La confesión de fe de Westminster (1647) en su capítulo VII titulado Los pactos de Dios con el hombre indica que el origen de los pactos es producto de “una condescendencia voluntaria de parte de Dios, la cual le ha agradado expresarla por medio del pacto” (I). Del pacto de las obras dice: “El primer pacto hecho con el hombre fue un pacto de obras, en el cual se le prometió vida a Adán, y en él a su posteridad, bajo la condición de obediencia personal y perfecta” (II). Enseguida refiere el pacto de la gracia: Por su caída, el hombre, se hizo incapaz de la vida mediante aquél pacto, por lo que agradó a Dios hacer un segundo pacto, comúnmente llamado pacto de gracia, en el cual Dios, por medio de Jesucristo, ofrece gratuitamente la vida y la salvación a los pecadores, requiriéndoles fe en El para que sean salvos, y prometiendo dar su Santo Espíritu a todos aquellos que están ordenados para vida, a fin de hacerlos dispuestos y capaces para creer (III). Dice el apartado IV que “Este pacto fue administrado en diferentes formas en el tiempo de la ley y en el tiempo del Evangelio” de manera que “las promesas, profecías, sacrificios, la circuncisión, el cordero pascual y otros tipos de ordenanzas entregados al pueblo judío” eran formas en que Dios administraba ya su gracia a su pueblo y mediante la operación del Espíritu Santo “eran suficientes y eficaces para instruir y edificar a los elegidos por la fe en el Mesías prometido. Por quien tenían la plena remisión de pecados y salvación eterna”. El apartado VI dice que ahora bajo el Nuevo Testamento “las ordenanzas por las cuales este pacto se dispensa son: la predicación de la Palabra, y la administración de los sacramentos del Bautismo y la Cena del Señor”. Finalmente, la Confesión es clara al decir que “no hay dos Pactos de Gracia que difieran en sustancia, sino solo un solo Pacto bajo varias dispensaciones” (VI).

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LAS DISPENSACIONES DEL PACTO Ha quedado claro que el Pacto de la gracia ha estado presente a través de todas las dispensaciones en la Biblia revistiendo formas diferentes. Las dispensaciones se pueden dividir para su estudio, de acuerdo con el tenor bíblico, como sigue: I. La primera revelación del pacto II. El pacto con Noé III.

El pacto con Abraham

IV.El pacto sinaítico V. El pacto en el Nuevo Testamento La primera revelación del pacto está en Génesis 3:15: “Y pondré enemistad entre ti y la mujer, y entre tu simiente y su simiente; él te herirá en la cabeza, y tú lo herirás en el calcañar”. Aquí la gracia santificante es lo que iniciaría la enemistad entre el hombre y Satanás. El pacto es orgánico y se extiende a las generaciones. La muerte de Cristo en la cruz significa la derrota definitiva de Satanás. El pacto con Noé (Génesis 9) refiere la promesa de Dios de no volver a destruir a la humanidad con las aguas del diluvio, y que se mantendrán las estaciones del año. Se le llama también pacto de la naturaleza o pacto de la gracia común. De acuerdo con esto, los poderes de la naturaleza y del mal están refrenados y limitados por el poder soberano de Dios. El pacto con Abraham (Génesis 13 y 15) implica la promesa de Dios de hacer de él una gran descendencia en quien “serán bendecidas todas las naciones de la tierra” (22:18). Según Romanos 3-4 y Gálatas 3 “Abraham recibió en el pacto la justificación, incluyendo el perdón de los pecados y la adopción dentro de la verdadera familia de Dios, y también los dones del Espíritu Santo para santificación y gloria eterna” (Berkhof, 2009, p. 352). Con Abraham hubo un establecimiento formal del pacto de la gracia: “El establecimiento del pacto con Abraham marcó el principio de una iglesia institucional” (p. 351). El pacto sinaítico (Éxodo 20) es un verdadero pacto nacional en el que la ley se subordina al pacto de la gracia. Se hace depender de su obediencia la posición teocrática de cada israelita en la nación y el goce de las bendiciones externas (Deuteronomio 8:1-14). En relación al pacto de gracia esta dispensación sirvió para aumentar el cumplimento del pecado (Romanos 3:20; 4:15; Gálatas 3:19) y para conducir al pecador a Cristo (Gálatas 3:24). El pacto del Nuevo Testamento muestra una enorme continuidad con el pacto abrahámico más que con el sinaítico (donde el carácter universal del pacto de gracia se comenzó a particularizar por los israelitas). Su climax llega con la encarnación del www.semillabiblica.org

Verbo que habita entre los hombres “lleno de gracia y de verdad” (Juan 1:14). El Espíritu Santo es derramado sobre la iglesia haciendo perdurar esta dispensación hasta el regreso de Cristo. Tabla 3 CONTINUIDAD DEL PACTO DE LA GRACIA EN LAS DISPENSACIONES BÍBLICAS PRIMERA REVELACIÓN DEL PACTO

Por la gracia santificante y salvadora el hombre se enemista con Satanás. La muerte de Cristo resulta en la derrota total de Satanás (Génesis 3:15).

PACTO CON NOÉ

También llamado pacto natural o pacto de gracia. El desastre natural y la maldad son restringidos por Dios (Génesis 9).

PACTO CON ABRAHAM

Abraham recibe en el pacto la justificación. Hay un establecimiento formal del pacto de la gracia. Se marca el principio de una iglesia institucional (Génesis 13, 15, 22; Romanos 3 y 4; Gálatas 3).

PACTO SINAÍTICO

La posición teocrática de cada israelita y las bendiciones externas se condicionan a la obediencia a la ley. Se particulariza la bendición que originalmente era universal en Abraham (Éxodo 20: Deuteronomio 8:1-14). Se aumenta el cumplimento del pecado para conducir al pecador a Cristo (Romanos 3:20; Gálatas 3:24).

EL PACTO EN EL NUEVO TESTAMENTO

El Verbo se encarna (Juan 1:14) y el Espíritu Santo es derramado en la iglesia. Es la dispensación actual y la última antes del regreso de Cristo.

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JUAN CALVINO Y LA RELACIÓN ENTRE ANTIGUO Y NUEVO TESTAMENTOS Juan Calvino en su Institución de la religión cristiana (1999) indica en su libro II capítulos IX y X que los judíos “probaron” la gracia que ahora nosotros “disfrutamos con toda abundancia”. Indica que “la visión de la realidad, aunque era más oscura por estar muy lejana, no les faltó en nada para que tuviesen una esperanza cierta, de la cual nacía aquella alegría que acompañó siempre al santo patriarca hasta la hora de su muerte” (p. 308). Explica que los pactos encierran una misma sustancia y verdad, pero difieren en su dispensación: “El pacto que Dios estableció con los patriarcas del Antiguo Testamento, en cuanto a la verdad y la sustancia es tan semejante y de tal manera coincide con la nuestra que es realmente la misma, y se diferencia únicamente en el orden y manera de la dispensación” (p. 313). Para sostener lo anterior Calvino se sirve de la cita a Romanos 1:1-2 y 3:21 que dicen, respectivamente, que Pablo había sido “apartado para el evangelio de Dios que El ya había prometido por medio de sus profetas en las santas Escrituras”, y que “la justicia de Dios ha sido manifestada, atestiguada por al ley y los profetas” de la antigua dispensación. En una pregunta directa el reformador ginebrino traza un principio que bien podría desintoxicar a la teología dispensacionalista de mucho del antisemitismo que sostiene: “¿Quién, pues, se atreverá a separar a los israelitas de Cristo, cuando se nos dice que el pacto del Evangelio, cuyo único fundamento es Cristo, ha sido establecido con ellos? ¿Quién osará privarles del beneficio de la gratuita salvación, cuando se nos dice que se les ha impartido la doctrina de la justificación por la fe? Así como ahora la salvación radica en Cristo gratuitamente por medio de la fe, en el Antiguo Testamento descansaba también en la gratuita misericordia de Dios.

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CONCLUSIÓN

“¿Dónde dice la Biblia explícitamente que hay un pacto de redención, un pacto de obras y un pacto de gracia? Esas son meras inferencias humanas”. Esta es una acusación que generalmente proviene de los campos dispensacionalistas. Como insisten en que la interpretación de toda la Biblia debe ser, en todo momento, literal, sostienen que si la Biblia no habla con puntos y comas de estos pactos, al modo “Y el Padre celebró con el Hijo un pacto de gracia”, deben recharzarse como especulaciones filosóficas a las que debe aplicarse Colosenses 2:8. Sin embargo, la interpretación de la Escritura debe seguir la misma metodología que se usa para el resto de los textos literarios. Hay cosas explicitas e implícitas, parábolas, proverbios, paralelismos poéticos, hipérboles, historia, textos legales, etcétera., a lo largo de las Escrituras. Si ignoramos lo anterior tendríamos que concluir, por ejemplo, que la Biblia no es infalible porque Cristo, en Mateo 13:31-32, dijo que la semilla de mostaza “es la más pequeña”, lo cual es falso. Pero si atendemos al lenguaje hiperbólico del pasaje la aparente dificultad desaparece. Todos sabemos que los montes no bailan, ni aplauden como dice la Biblia, pero analizar correctamente los textos nos puede dar la pauta para comprender lo que Dios quiere transmitirnos en su divina revelación. Una regla de interpretación bíblica es que lo implícito debe interpretarse por lo explícito, y lo oscuro a través de lo claro. Los pactos muchas veces aparecen implícitos en las Escrituras, esto es, sin que la Biblia diga “Y Dios celebró el pacto de las obras con Adán”, pero dichas conclusiones se obtienen a la luz de todo el material explícito que hay en las Escrituras. No estudiamos la teología del pacto para ser “más presbiterianos” o “verdaderos presbiterianos”, sino para comprender mejor la historia de la redención. La teología del pacto no sólo está presente en la Confesión de Westminster sino también en la Confesión bautista de Londres de 1689 (véase su capítulo 7), por lo que las iglesias históricas reformadas están llamadas a alimentar su ortodoxia también de la historia conciliar de la iglesia. Si creo, sin embargo, que el presbiterianismo actual en Baja California puede fortalecer su unidad a través del estudio de la teología del pacto y nos puede alejar de las nocivas corrientes modernas de interpretación bíblica que cuando no rayan en la herejía sí llevan abiertamente a la extravagancia.

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BIBLIOGRAFÍA Berkhof, L. (2009) Teología sistemática. 1Era. Ed. Edit. Libros Desafio. Michigan: 935 pp. Calvino, J. (1999). Institución de la religión cristiana. Tomo I. 5Ta. Ed. Edit. Felire. España: 622 pp. Confesión de fe de Westminster y catecismo menor (1999). 2Da. Ed. Edit. Clie. Barcelona: 308 pp. Enns, P. (1989) The Moody handbook of theology. 1Era. Ed. Edit. Moody Press. Chicago:688 pp. Gruden, W. (2007) Teología sistemática. 1Era. ed. Edit, Vida. Michigan: 1366 pp. Hendry, G. S. (1960) The Westminster Confession for today. 1Era. Ed. Edit. John Knox Press. US: 253 pp. Sproul, R. C. (1997) What is reformed theology? 1Era. Ed. Edit. Baker Books, Michigan: 236 pp. The reformation study Bible (2005). Edit. Ligonier ministries. Lake Mary: 1948 pp.

Referencias de internet Ligonier ministries. Consultado en www.ligonier.org/tabletalk en fecha 03 de junio de 2012.

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