Configuraciones identitarias en entre los migrantes eslovenos de enterguerras y sus descendientes

VII Jornadas Santiago Wallace de Investigación en Antropología Social. Sección de Antropología Social. Instituto de Ciencias Antropológicas. Facultad

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VII Jornadas Santiago Wallace de Investigación en Antropología Social. Sección de Antropología Social. Instituto de Ciencias Antropológicas. Facultad de Filosofía y Letras, UBA, Buenos Aires, 2013.

Configuraciones identitarias en entre los migrantes eslovenos de enterguerras y sus descendientes. MOLEK Nadia. Cita: MOLEK Nadia (2013). Configuraciones identitarias en entre los migrantes eslovenos de enterguerras y sus descendientes. VII Jornadas Santiago Wallace de Investigación en Antropología Social. Sección de Antropología Social. Instituto de Ciencias Antropológicas. Facultad de Filosofía y Letras, UBA, Buenos Aires.

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Configuraciones identitarias en entre los migrantes eslovenos de enterguerras y sus descendientes Nadia Molek, Facultad [email protected]

de

Filosofía

y

Letras,

Universidad

de

Buenos

Aires,

Introducción En esta ponencia me propongo contribuir principalmente a la construcción de conocimiento en torno a las migraciones transoceánicas, que, si bien en nuestro país no son un tema novedoso, las investigaciones sobre inmigración eslava en general, y sobre la inmigración eslovena particular, han sido escasas. La migración desde Eslovenia1 ha representado un fenómeno reducido dentro del panorama de las migraciones internacionales a la Argentina. No obstante, para Eslovenia ha resultado de suma importancia2. Durante el período entre ambas Guerras Mundiales (19191939) 25.000 eslovenos arribaron a la Argentina en busca de mejores condiciones políticas y económicas. El contingente se caracterizó por una marcada heterogeneidad identitaria resultante de los acontecimientos y las cambiantes pertenencias estatales de su lugar de procedencia tras la Primera Guerra Mundial3, así como por presentar marcadas identificaciones regionales. Esta heterogeneidad aun puede ser percibida en la actualidad. Los procesos migratorios comprendidos desde la complejidad que atañe a los contextos histórico-políticos conforman un interesante campo donde apreciar la complejidad y dinamismo de las identidades nacionales y regionales. Los procesos migratorios y políticas estatales producen distinciones en el carácter de las identificaciones y en los modos en que éstas se articulen. En consecuencia, en este trabajo me he propuesto indagar, desde una perspectiva antropológica, en las identidades desplegadas entre el segundo contingente de migrantes eslovenos arribados a la Argentina durante el período de entre ambas Guerras Mundiales (1919-1939) y sus descendientes. El artículo buscará describir y analizar, desde el punto de vista de los actores implicados, las continuidades y discontinuidades de la                                                          1

Eslovenia se encuentra ubicada en Europa central. Limita con Italia, Austria, Hungría y Croacia. Su independencia como Estado-nación se concretó en 1991. 2 Para Eslovenia, un país de 2 millones de habitantes, la población viviendo en el exterior de su territorio nacional conforma un hecho de importancia dado que en la actualidad tiene un tercio de su población viviendo fuera de su territorio nacional. 3 Hasta 1914 Eslovenia formó parte del Imperio Austro-Húngaro. Durante el período de entreguerras los eslovenos se unieron al Reino de los serbios, croatas y eslovenos, el cual cambió su nombre en 1929 por el de Reino de Yugoslavia. Luego del restablecimiento de Yugoslavia al final de la Segunda Guerra Mundial, Eslovenia se convirtió en parte de la República Federal Socialista de Yugoslavia, declarada oficialmente el 29 de noviembre de 1945. Su independencia como Estado-nación llegó recién en 1991.

 

adscripción nacional/regional de este grupo desde su arribo al país y hasta la actualidad. Para el análisis se han tenido especialmente en cuenta los vínculos y relaciones tanto con el territorio de origen, Eslovenia, como el país de destino, Argentina, prestando especial atención al impacto de las políticas públicas de ambos Estados en las identificaciones.

Marco teórico-metodológico Los inmigrantes eslovenos a la Argentina de entreguerras se han organizado en grupos, tanto como comunidad tanto nacional como regionalmente diferenciada4, compleja y resultante de procesos de construcción de comunidad (Ballina 2006:5-6), inserta en determinados contextos y procesos históricos. Los grupos sociales construyen de identidades y pertenencias como estrategia de organización5 (Eriksen 1996). La identidad es una forma en que los grupos sociales se organizan con el objetivo de definir sus mecanismos de delimitación frente a otros grupos -con los que mantienen algún tipo de interacción – en base a rasgos considerados distintivos de las culturas con las que interactúan, generalmente presentados con un lenguaje biologizante6 (Dietz 2002:6-7). La identidad se construye relacional y dinámicamente (Bari 2002:157) mediante procesos de "auto-adscripción" que los actores realizan, los cuales "tienen la característica de organizar interacción entre los individuos" (Barth 1976:10-11). Por otra parte, la identidad no sólo precisa de una autoadscripción de los miembros del grupo, sino que requiere también una adscripción externa que confirme y valide dicha identidad grupal (Barth 1976). La sociedad “adscribe”, es decir, cataloga y clasifica a los actores en una identidad. A su vez, dichas identidades relacionales están constituidas por individuos vinculados entre sí por un común sentimiento de pertenencia, lo que implica, como se ha visto, compartir un núcleo de símbolos y representaciones sociales y, por lo mismo, una orientación común a la acción. Asimismo, la identidad se presta a reformulaciones (Cuche 2007). No constituye nunca una solución definida, sino que emerge su dimensión cambiante. De este modo, los actores pueden desplegar “estrategias identitarias” (Ballina 2006; Cuche 2007), es decir, desarrollar una voluntad explícita de “disponer de un capital de signos y utilizarlos en virtud de las ventajas reales o simbólicas que este uso les procura en diversas situaciones de sus                                                          4

Para ampliar: consultar Molek 2012. Dietz (2012) explica, siguiendo a Antweiler (1994) que mientras el primer punto se expresa de forma colectiva, generando en consecuencia un “nosostros” que incluye frente a un “ellos” que excluye, el segundo matiz se articula a nivel individual, expresándose como un sentimiento de pertenencia al “nosotros”, que a su vez genera actitudes “etnocéntricas” que juzgan el mundo exagrupal bajo criterios únicamente intragrupales (Dietz 2002:7). 6 Dietz (2002) señala que cuando los grupos construyen fronteras frente a otros lo hacen generalmente a partir de la terminología de parentesco y ascendencia. 5

vidas” (Chebel 1998:2 en Ballina 2006:8). Con esto no se pretende inferir que los actores son completamente libres de definir su identidad según los requerimientos del momento. Hay tipos extremos de identificación que consisten en ocultar la identidad para escapar por ejemplo a la discriminación (Bartolomé 2006), pero siempre dentro de marcos posibles según la situación (Cuche 2007:118). Considerando que la identidad es resultado de una construcción social, pensar en reducir cada indentidad cultural a una definición simple es no tener en cuenta la heterogeneidad de todo grupo social. Ningún individuo está encerrado a priori en una identidad unidimensional. Lo característico de la identidad es justamente su carácter fluctuante que se presta a diversas interpretaciones. Por este hecho es difícil definir la identidad. Entonces, no se pretenderña aquí apuntar a una identidad nacional o regional como esencia primordial, ni en función de determinados elementos culturales que suponemos que la caracterizan. La identidad nacional, como una construcción del nacionalismo, se cimienta sobre la “invención de tradiciones” (Hobsbawm y Ranger 1997) y la reproducción de la memoria social y la elaboración de mitos sobre pasado que logran la construcción de “etnicidades ficticias” (Balibar y Wallerstein 1991). El sentimiento de pertenencia genera acciones en conjunto que refuerzan este sentido de pertenencia, generando así la “comunalización” (Brow 1990). Tanto la constitución de “comunidad”, y los procesos de “comunalización” y de “identidad” son constructos sociales constituidos por agentes sociales en contextos históricos y en relaciones sociales específicas, insertos en procesos de construcción de sentidos (Ballina 2006:5). Dada la importancia que tiene el contexto histórico para la problemática de las identidades, el presente trabajo se encuentra ligado en lo metodológico a una perspectiva plural centrada en el análisis micro-histórico y la historia oral, así como de una antropología histórica, que privilegia y valora el enfoque cualitativo y estudios de carácter empírico en detrimento de enfoques estructurales y cuantitativos (Devoto y Otero 2003). Entonces, a fin de estudiar procesos identitarios propuestos y aproximarme al mundo y representaciones de los actores, tanto de los eslovenos migrantes de entreguerras como sus descendientes, decidí trabajar tanto desde el marco asociativo, es decir, con miembros de diversas asociaciones nacionales de los eslovenos de entreguerras, como con sujetos desvinculados de la comunidad. La principal metodología de trabajo empleada fue el trabajo de campo realizado durante el año 2009 y fue retomado en breves intervenciones en 2010, con el fin de aclarar algunas cuestiones significativas. No me he restringido únicamente a relevar asociaciones en Capital Federal (Asociación Mutual Eslovena Triglav Buenos Aires) y el Gran Buenos Aires

(Asociación Mutual Esloveno Transmurana de Bernal), sino que también he realizado visitas al Rosario, Santa Fé (Asociación Eslovena Triglav Rosario). Entre las técnicas de trabajo de campo desplegadas a fin de poder acercarme a las percepciones, lógicas y prácticas de los actores se han empleado la observación participante en actividades grupales (celebraciones conmemorativas, eventos culturales) y vida cotidiana de algunos actores y la entrevista abierta en profundidad a personas interesadas en participar de la investigación. De este modo he podido involucrarme y lograr cierto grado de participación en las actividades cotidianas de los sujetos, conocer dinámicas sociales y desentrañar significados atribuidos a la eslovenidad. Aquí cabe también explicitar mi posición singular dentro de la comunidad estudiada. Mi propia historia, es decir, ser descendiente de migrantes eslovenos arribados a las costas de Buenos Aires alrededor de 1930, ha repercutido en el interés por estudiar este tema y en la construcción de conocimiento. Asimismo, ha aparejado dificultades respecto de la “objetividad”. Al proponerme construir conocimiento antropológico sobre este mundo social familiar para mi, fue necesario realizar una reflexividad conceptual sobre cuestiones naturalizadas por mi, difíciles de problematizar debido a mi propia posición personal. De este modo, un primer esfuerzo consistió en exotizar al grupo de estudio y construir una distancia metodológica que me permitiera problematizar el objeto de investigación, pero que a su vez incorporara mi propia mirada y experiencia sobre el tema. La reconstrucción de los procesos migratorios y hechos contextuales históricos significativos se realizó mediante el análisis de fuentes históricas y bibliografía especializada. Asimismo, se han consultado datos estadísticos provistos por la comunidad estudiada a fin de estimar el número aproximado de inmigrantes eslovenos de entreguerras.

Notas sobre Eslovenia y el contexto histórico-político previo a la “gran migración” La República de Eslovenia es un país ubicado en el límite entre Europa “central” y los “Balcanes” de la Europa “Oriental”. Limita con Italia, Austria, Hungría y Croacia. Resulta importante referir a la división del territorio de Eslovenia en regiones geográficamente distintivas desde los tiempos en los que formó parte del Imperio Austrohúngaro. Las distintas regiones han desarrollado históricamente diversas formas de actividad socioeconómica y cultura y establecen sus diferencia especialmente en relación a los dialectos practicados de la lengua eslovena, las tradiciones gastronómicas y el folklore – música, bailes, vestimenta-. Merecen ser especialmente destacadas a fin de comprender el posterior análisis la región del litoral o Primorska – situada al suroeste del territorio-, la región de Bela Krajina o Carniola Blanca -región sureste- y la región de Prekmurje o Región Transmurana -ubicada en la

frontera noroeste junto a Austria y Hungría-. Primorska ha recibido gran influencia de Italia, por su cercanía y por haber pertenecido a ésta durante cierto tiempo. A los habitantes de esta región se los denomina “primorci”. Prekmurje es un área que se integró al Reino de Yugoslavia recién en 1919. Fue una de las regiones más pobres de Eslovenia y cuenta con un número considerable de habitantes de origen húngaro. A los habitantes de esta región se los denomina “prekmurci”. Bela Krajina provincia aledaña a la frontera con Croacia, es aún hoy un área principalmente rural, dónde se puede percibir la influencia cultural y lingüística del país vecino. A los habitantes de esta región se los denomina “belokrajnci”. Por otra parte, también es necesario explicitar que hasta su independencia en 1991, Eslovenia ha integrado en su pasado a diferentes entidades estatales. Hasta 1918 perteneció al Imperio Austro-Húngaro. Luego, tras el desmembramiento del Estado al cese de la Primer Guerra Mundial y hasta el inicio de la Segunda Guerra Mundial, pasó a integrar al Estado monárquico de los Serbios, Croatas y Eslovenos, proclamado en octubre de 1918, el cual cambió su nombre en 1929 por el de Reino de Yugoslavia7. Durante este período Eslovenia perdió conforme al Pleisbicito de 1920 gran cantidad de territorio, en manos de Italia8, y al noreste de Austria. La reestructuración del territorio afectó especialmente a las minorías eslovenas que quedaron fuera del nuevo límite, dado a que los nuevos Estados fomentaron un fuerte proceso de limpieza étnica que afectaba directamente a los eslovenos y a otras minorías que habían sido anexadas (Mislej 1994)9. Aproximadamente 100.000 eslovenos quedaron en Austria y 300.000 en Italia. Este hecho sumado a la crisis agrícola de los años 30 del siglo pasado, llevaron a un gran porcentaje de eslovenos a elegir la emigración como estrategia de supervivencia. Algunos iniciaron un proceso de migración a ultramar y otros prefirieron permanecer en el territorio esloveno que formaba parte del Reino de Yugoslavia. Por otra                                                          7

El territorio se reorganizó al margen de las nacionalidades históricas, imponiendo una visión geopolítica nacional con predominio serbio (Molek 2012). 8 El 12 de noviembre de 1920 se firma, entre Italia y el Reino de los Serbios, Croatas y Eslovenos, el Tratado de Rapallo. Este estipulaba que el suroeste de Eslovenia, Istria y Dalmacia serían anexadas a Italia y una porción significativa de la población de habla eslovena quedaría dentro de la jurisdicción italiana. Italia fomentó un fuerte y violento proceso de italianización que afectó a la minoría eslovena, viéndose esta compelida a elegir la migración. 9 En la zona que ocupó Italia- Primorska e Istria -, a la minoría eslovena le fue prohibido el uso del esloveno en la escuela y en la vida pública, además de sufrir constantes amenazas por parte del nuevo estado. Esto hizo que se sintieran la necesidad de mantenerse como comunidad nacional y, a consecuencia con la coyuntura política, como parte de Yugoslavia. Por otro lado, debido al creciente desarrollo del fascismo en Italia y a las situaciones de marginalidad a la que fueron empujados, muchos adhirieron a los partidos Socialistas y Comunistas de Italia (Prunk 1998:109-110). Mientras que Austria, que incluyó a la minoría eslovena en una democracia formal, implementó también la opresión entre los no austríacos, tanto así que mientras en 1920 vivían en la región de Koroška 82.000 eslovenos, hacia 1923 se hallaban allí tan sólo 39.000, habiendo reemigrado el resto hacia Yugoslavia (Prunk 1998:111).

parte, en el año 1919, la Región transmurana10 perteneciente hasta entonces a la administración húngara del Imperio Austrohúngaro, fue anexada a Eslovenia. Klemenčič (M.S.), siguiendo a Slavič

(1921:83) explica que la región comenzó a reconocerse

oficialmente como Prekmurje recién en el año 1920. En el marco de la Monarquía, se puede decir que en Eslovenia existió una amplia disidencia interna – a favor y en contra- respecto de la anexión de Eslovenia al Reino Yugoslavia (Prunk 1998:86)11. Se generó una división interna, entre los que se consideraban “genuinamente pro yugoslavos” y los que pretendían un Estado esloveno federal y autónomo (Vodopivec 1992:226). En este sentido, durante este período se generaron distintas percepciones del emergente yugoslavismo. El Reino de Yugoslavia se desintegró con el comienzo de la Segunda Guerra Mundial. La República Federal Socialista de Yugoslavia surgió tras una revolución comunista de patrón soviético en 1945 (Hobsbawm 2006:395). Hacia el año 1947, su lider, Josip Broz Tito, recuperó gran parte del territorio de Primorska que había sido asignada a los italianos tras la Primera Guerra Mundial. Más tarde se anexaron también la Istria eslovena y parte de la ciudad de Trieste. Este evento resultaría de gran importancia para una gran parte de la diáspora eslovena de entreguerras, especialmente para los primorci, es decir, la población oriunda del litoral esloveno. Asimismo, las pertenencias de Eslovenia a las distintas entidades estatales descriptas y las heterogeneidades respecto de la región de origen conformaron un factor decisivo: los migrantes eslovenos de entreguerras llegaron a la Argentina con diferentes pasaportes -otorgados por los distintos Estados mencionados (Mislej 1995)-, desarrollando los distintos procesos de identificación internos –nacionales y regionales- a analizar en este artículo

Proceso migratorio e inserción social en Argentina Hacia finales de la Primera Guerra Mundial, un tercio del territorio y población eslovena fue repartida entre las potencias vecinas vencedoras. Los cambios políticos y presiones sociales fueron las principales razones de emigración. Los primeros eslovenos                                                          10 El

Mura es un río del cual deriva el gentilicio de “prekmurci ” o “transmuranos” en español que se aplica a los habitantes de la región de Prekmurje.  11 Dentro de Eslovenia había divisiones políticas internas respecto de la anexión o no al Reino de Yugoslavia. Por un lado se encontraban aquellos que adherían y proponía una visión utopica: conformar una República Federal, que reflejara en su organización interna las diferencias étnicas, sociales, económicas, culturales y geográficas (Vodopivec 1992:221). Otras vertientes, entre los que se encontraban los estratos más educados, mostraban el temor a que la fusión en Yugoslavia significara para los eslovenos la consecuente asimilación tanto cultural como lingüística (Vodopivec 1992:225).

comenzaron a migrar a la Argentina hacia finales del año 1919. El flujo se cortó con el inicio de la Segunda Guerra Mundial. Se estima que entre 1926 y 1929 llegó el grueso de la migración eslovena a nuestro país, bajo nacionalidad yugoslava e italiana. El número de individuos que ingresaron ascendió a 25.000 aproximádamente (Rant 1998:16, Repič 2006:130, Sjekloča 2004:79, Žigon1998:40). Nuestro país resultó un foco de atracción tras la rápida recuperación económica de la Argentina tras la Primera Guerra Mundial (Pacceca y Courtis 2008) que había ampliado las oportunidades laborales. Asimismo, los Estados Unidos, Canadá, Australia y Nueva Zelanda se habían convertido en destinos de difícil acceso para la mayoría de los inmigrantes eslavos. Si bien las clases dirigentes argentinas de este período legislaron algunas restricciones -agudizando la selección tras el Golpe de Estado encabezado por José Felix Uriburu en el 1930- entraron contingentes que imprimieron una nueva heterogeneidad a la sociedad local. Significativamente, para este período puede destacarse el aumento en el ingreso de inmigrantes del centro, del este y sudeste de Europa, especialmente tras la caída de los grandes imperios multinacionales de Austro- Hungría y Rusia. El contingente esloveno se caracterizó especialmente por su marcada demarcación regional. Hacia el año 1936, el 78% de los inmigrantes provenían de la región litoral o Primorska. Un 12% eran de Prekmurje y otro 10% era originario de Bela Krajina y otras regiones (Sjekloča 2004:79). Como se introdujo previamente, este dato resulta relevante en tanto las diferentes regiones de Eslovenia presentan diferencias culturales, que incluyen un dialecto propio y una tradición construida histórica y regionalmente. Además, entre los grupos mencionados, los primorci y los prekmurci mostraron una fuerte identificación con la región de origen. En relación a la cantidad exacta de personas eslovenas ingresadas a la Argentina para este período, lamentablemente no se han encontrado datos precisos dado a que la mayoría de los primorci ingresaron a la Argentina con el pasaporte italiano y el resto con pasaporte del Reino de Yugoslavia. El flujo estuvo compuesto principalmente por hombres, entre 15 y 50 años, es decir, personas en edad laboral. La migración femenina fue baja, aunque su inserción laboral fue más exitosa que la masculina (Kurinčič 1981 en Sjekloča 2004:101). Por lo general se trató de una inmigración de origen rural semianalfabeta que vino a radicarse definitivamente en la Argentina y que consideró a el traslado como una estrategia de movilidad social. No obstante, un número considerable retornó a su patria, especialmente tras la Segunda Guerra Mundial. Entre las fuentes recavadas, se sugiere que los inmigrantes enviaban remesas a su tierra, significando éstas para la Monarquía Yugoslava la principal fuente de divisas. La gran

mayoría de los estos eslovenos sufrió tres tipos de transiciones: sufrieron un proceso de urbanización, pasaron de se trabajadores agrícolas a proletario industrial y de la condición de obrero a la de empleado, pequeño proletario o productor. A su llegada, los eslovenos ocuparon los estratos más bajos en la jerarquía social, proceso que se fue revirtiendo con el tiempo. El asentamiento en la Argentina no fue uniforme y se conformó sobre la base de las relaciones personales, familiares o sociales consolidadas por las cadenas y redes migratorias. Se observa una gradual dispersión hacia los barrios del norte y sur de la ciudad de Buenos Aires, el gran Buenos Aires y el interior. Se denota una alta concentración en las ciudades de Buenos Aires, en Rosario, Córdoba, Mendoza. En Buenos Aires, la principal concentración se manifestó en la Paternal, Villa Devoto y Saavedra en la Capital Federal (Devoto 2003; Papež 1992). Asimismo, durante el trabajo de campo pude inferir otras zonas de asentamiento como por ejemplo Berisso, Bernal y Avellaneda en la Zona Sur del Gran Buenos Aires y algunos puntos de la Zona Norte del Gran Buenos Aires, así como la ciudad de Paraná, Provincia de Entre Ríos. Otros tantos se dispersaron por la Patagonia, eligiendo una minoría las ciudades de San Carlos de Bariloche en la Provincia de Río Negro y Mendoza capital, en la Provincia de Mendoza. Pocos eligieron la Provincia de Salta. También existen datos de inmigrantes que se radicaron en zonas rurales del país (Sjekloča 2004). La concentración en barrios específicos les permitió desarrollar un sentido de comunidad y reforzar la pertenencia étnica. Por otra parte, la elección de conglomerarse respondía además a la estrategia de comprar parcelas comunitariamente, para luego subdividirlas entre los paisanos. Respecto a la inserción laboral, Sjekloča destaca que la inserción de los eslovenos en el mercado de trabajo local no se redujo a un solo “nicho” laboral, sino que se diversificaron. Žigon (1998) señala que en cambio en el contexto urbano la inserción se produjo especialmente en ferrocarriles, frigoríficos y fábricas. Algunos entrevistados informaron que también trabajaron en forma independiente como sastres, comerciantes y albañiles, en el caso de la población masculina, y como costureras, sirvientas y cocineras, en el caso de las mujeres. La ciudad de Berisso acogió a los eslovenos, insertándolos como trabajadores en el frigorífico de la ciudad. En Avellaneda, los eslovenos trabajaron en fábricas de jabón, vidrio, tejedurías y pequeños talleres metalúrgicos (Cmor 2002). Para el caso de Entre Ríos, Bizai (2006) destaca el trabajo de los eslovenos en las fábricas de cemento, fábricas de cerámica, en la construcción del Parque Urquiza y en el ferrocarril Gral. Urquiza. También en Rosario los informantes destacaron que muchos se dedicaron al trabajo en los hornos de ladrillos, otros trabajaron en el puerto, en la Unión Telefónica, en el Frigorífico Swift o bien, tuvieron

pequeños comercios o talleres. Las fuentes aducen que las fuentes de trabajo que los eslovenos encontraron en la Provincia de Córdoba durante este período fueron la Empresa de Tranvías Eléctricos, el Ferrocarril, las canteras y la industria cervecera. En el caso de los inmigrantes asentados en zonas rurales, trabajaron desempeñándose en tareas agrícolas. Las primeras formas asociativas se concretaron en la década del veinte y funcionando al comienzo como importantes vehiculizadores del proceso de comunalización e integración de los inmigrantes. Muchas de las asociaciones desarrollaron actividades sociales y culturales muy intensas, tales como asistencia mutual, clases de idioma esloveno, coros, teatros, almuerzos y exposiciones. Una gran parte de los afiliados de estas asociaciones, trabajadores industriales en su mayoría, se identificaron con ideologías comunistas y socialistas, hecho que durante la década infame y tras el advenimiento del peronismo les significaría persecuciones políticas por parte de las autoridades argentinas12. Durante el gobierno de Juan Domingo Perón, la mayoría de las asociaciones eslovenas fueron clausuradas, sus miembros llevados por la policía y diversos libros de su biblioteca fueron quemados (Sjekloča 2004). En el trabajo de campo se pudo detectar que la organización y pertenencia a las asociaciones seguía el patrón de comunalización en base a la pertenencia regional de los inmigrantes previamente descripto. El hecho de haber abandonado sus hogares sin haber llegado a formar parte de una Eslovenia consolidada administrativamente dentro de Yugoslavia (Velikonja 1985:49), conformó procesos de comunalización e identitarios particulares, como se verá en los siguientes apartados de comparación entre los procesos migratorios e identitarios de los primorci y prekmurci13. La identificación regional en un primer momento fue mayor que la identificación con una categoría nacional. Los primorci La pertenencia a la Región de Primorska, zona litoral de Eslovenia se presentó como un factor importante en la constitución de la identidad de este grupo. Considerados y autodenominados como “inmigración política y económica”, abandonaron su tierra debido al fuerte proceso de des-eslovenización y empobrecimiento de la población de las minorías eslovenas que quedaron fuera de la reconfiguración territorial tras el advenimiento del fascismo tras la Primera Guerra Mundial (Kacin-Wohinc 1995, Kalc 1995, Marušič 1995). La persecución se ejecutaba a través de la hambruna y las represalias ante uso del idioma primero en la escuela, luego en la iglesia y finalmente en la vida cotidiana-. El Partido fascista                                                          12

Este tema puede ser ampliando en Molek 2012. El componente de inmigrantes de Bela Krajina no fue analizado, dado las escasez de datos e interlocutores de este origen con la que me topé durante el trabajo de campo.

13

eliminó también instituciones legales como las escuelas, los partidos políticos, las cooperativas, las asociaciones culturales y civiles. Dentro de este contexto, un grupo prominente de eslovenos emigró hacia el territorio yugoslavo. Otros tantos se organizaron en un movimiento de resistencia nacional y revolucionario, oponiéndose a la asimilación. Otros 100.000 eslovenos, en cambio, eligieron trasladarse a destinos más lejanos como Australia, Estados Unidos y Argentina (Repič 2006:131). La experiencia conjunta de rechazo y persecución marcó fuertemente la memoria social de este grupo, configurando una identidad fuertemente politizada y antifascista, muy anclada en lo su pertenencia étnica regional y eslovena. Tras su arribo se concentraron en principio en el Barrio de La Paternal y más tarde en Villa Devoto, donde establecieron centros culturales, servicios religiosos, organizaciones comunales y publicaciones (Mislej 1994; Repič 2006; Velikonja 1985:50). No obstante, hubo también reasentamientos en el interior del país. Una importante porción se estableció en Rosario, Provincia de Santa Fe. Mendoza y Entre Ríos fueron también provincias que acogieron a la migración eslovena de este período. Las primeras organizaciones comenzaron a aparecer a mediados de los años 1920, en La Paternal y Villa Devoto. Se pueden destacar entre otras: “Delavsko kulturno Družtvo Ljudski Oder” [Sociedad Cultural Obrera Escenario Popular]14 (1925-1974) en Villa Devoto, “Gospodarsko Družtvo Naš Dom” [Asociación Eslovena de Socorros Mutuos Nuestro hogar] (1935-1974) en Villa Devoto, “Slovensko Delavno Družtvo Triglav de Rosario” [Asociación de trabajadores eslovenos Triglav de Rosario], hoy denominada “Asociación de eslovena Triglav de Rosario” (1930-actualidad)15 en Rosario-Santa Fe, y “Jugoslovansko Slovensko Podporno Družtvo Triglav Rosario” [Asociación Mutual Yugoslavo-Eslovena Triglav] que tras la independencia de Eslovenia fuera denominado “Slovensko Podporno Družtvo Triglav”16 [Asociación Mutual Eslovena Triglav] (1974-actualidad). El dialecto hablando por los primorci, el “primorsko”, conforma uno de los ocho principales grupos dialectales hablados en Eslovenia. En relación a las pautas matrimoniales,                                                          14

“Ljudski Oder” fue una asociación muy mencionada por los entrevistados. Vinculaba a una gran cantidad de eslovenos afiliados al Partido Comunista Argentino. Sus miembros mantuvieron una postura pro liberación yugoslava. 15 A lo largo del tiempo, la “Asociación eslovena Triglav” de Rosario sufrió transformaciones identitarias conforme el desarrollo político de Eslovenia. Siendo en sus inicios una institución mutual para trabajadores eslovenos, después de las Segunda Guerra Mundial incluyó a otros componentes étnicos de Yugoslavia, transformando su nombre como “Centro Yugoslavo de Rosario”. Tras la independencia, los entrevistados afirmaron que volvió a “recuperar su identidad eslovena”, denominándose “Asociación eslovena Triglav de Rosario”. 16 El nombre “Triglav” hace alusión al pico montañoso más alto de los Alpes eslovenos y significa tres picos.

históricamente hubo una preferencia por conyugues del mismo origen. No obstante, el mayor coeficiente de masculinidad entre los migrantes aceleró el establecimiento de los matrimonios mixtos. Los primorci profesaron la religión católica17.

Los prekmurci Los prekmurci eran inmigrantes del extremo noroeste de Eslovenia, de la región de Prekmurje, zona de triple frontera con Austria y Hungría, limitada por el río Mura. Las fuentes señalan que la región fue integrada al Reino de los Serbios, Croatas y Eslovenos en al año 1919. En el año 1920, en los acuerdos de los tratados que se hicieron al finalizar la primera Guerra Mundial, el territorio que esta entre los ríos Mura y Raba se dividió en tres partes: una se cedió a Austria, la otra a Hungría y la zona sur se anexó a Eslovenia. Resulta importante resaltar que los prekmurci se diferencian de los eslovenos de otras regiones por su lengua y algunas costumbres. Cmor afirma que los prekmurci ingresaron a la Argentina entre los años 1920 y 1938, alcanzando su punto álgido en el período 1926-1930. El ingreso a la Argentina se realizó previo paso por Montevideo, Uruguay. Mientras que algunos decidieron permanecer en la ciudad oriental, otros reemigraron hacia Buenos Aires. Los motivos de emigración fueron las reiteradas crisis económicas y sociales que atravesaba esta zona agraria (Cmor 2002:3). Se asentaron especialmente en la zona sur del Gran Buenos Aires, en las localidades de Avellaneda, Dock Sud y Berisso (Cmor 2002; Velikonja 1985:50). Si bien no existen datos estadísticos determinantes, se cree que a la Argentina llegaron alrededor de 2.500 eslovenos de Prekmurje. La concentración de paisanos en la zonas sur, contribuyó a su socialización. El asociacionismo se concretó recién hacia 1940. “Slovenska Krajina” [Reino Esloveno], ubicada en la localidad de Avellaneda, congregó al componente católico de los prekmurci. En el año 1943 se fundó “Slovensko prekmursko Podporno Družtvo”[Asociación Mutual Esloveno Transmurana] en Bernal, la cual en un comienzo agrupaba al componente luterano de esta inmigración, pero que con el tiempo – y hasta la actualidad- fue ampliando sus membresía a otros eslovenos de la zona sur del Gran Buenos Aires. Los prekmurci entrevistados durante mi trabajo de campo, aseveran que para la integración a la sociedad receptora fueron muy importantes las redes solidarias, a través de mecanismos de ayuda mutua y solidaridad. Por otro lado, en relación a las pautas matrimoniales observadas en las fuentes consultadas, históricamente hubo una preferencia por                                                          17

Una parte de los creyentes se congregó en la Iglesia del Monte Santo de Gorizia, en el Barrio Villa Real. Hoy día los descendientes siguen manteniendo la práctica de venerar a la “Virgen María de Sveta Gora” [Nuestra Señora de Monte Santo].

conyugues del mismo origen transmurano en primer lugar, en segundo por inmigrantes o descendientes de origen esloveno, y con el paso de los años se fueron incrementando los matrimonios mixtos, especialmente con cónyuges de origen eslavo. Los prekmurci trajeron consigo distintas prácticas religiosas. Algunos profesaban la religión católica, mientras que otros eran luteranos. Estas salvedades imprimieron tensiones dentro del propio grupo. Los entrevistados vinculados al luteranismo explicaron que los católicos se encontraron más a gusto en Argentina, dada la tendencia católica de la sociedad y pudieron asistir a las misas católicas en idioma esloveno. Por otro lado, los luteranos manifestaron no haberse encontrado representados religiosamente en la nueva sociedad18.

Identidades y el desarrollo político del territorio de origen durante la Segunda Guerra Mundial Desde la Segunda Guerra Mundial y durante la etapa crucial de la Guerra Fría las asociaciones de este grupo se encontraron muy vinculadas al desarrollo político del territorio de origen. Mientras que algunas apoyaban abiertamente a la monarquía yugoslava, otras adhirieron a la causa independentista yugoslava desencadenada por la “liga antifascista”. Entre algunas estrategias de identificación con lo que sucedía en su patria, se pueden mencionar la creación del “Primorski Odbor” en 1941, junta creada para luchar activamente en la causa del litoral esloveno19. Tras la capitulación de Italia en el año 1944, fue redefinido como “Odbor za jugoslovansko primorje v Argentini” [Comité para el litoral yugoslavo en Argentina], integrando al núcleo esloveno a croatas y miembros de dichas nacionalidades del Uruguay. En el año 1945 se conformó el “Kordinacijski odbor za pomoč Jugoslavij” [Comité de ayuda a Yugoslavia]. Este proceso involucraba en muchos casos una adscripción ideológica en particular –relacionada al comunismo yugoslavo-, aunque es importante distinguir también las diferenciaciones en las afiliaciones que existían dentro del mismo grupo, y la necesidad afectiva por parte de los inmigrantes de ayudar a las comunidades de origen y al ejercito partisano, juntando dinero e insumos necesarios (Sjeloča 2004:115). La necesidad afectiva empujó a algunos inmigrantes a regresar a su patria de origen en el año 1948, tras la conformación de la nueva Yugoslavia, contando con el apoyo de la Cruz Roja.

                                                         18

Las misas fueron celebradas en idioma húngaro, a cargo de un pastor de este origen (Cmor 2002). El “Comité de Primorska” vehiculizó en parte el refuerzo de una memoria social, basada en la pérdida de la región de origen tras la Primera Guerra Mundial. Anualmente celebraban una conmemoración en honor a las víctimas eslovenas del fascismo. 19

Por otro lado, las relaciones de los eslovenos de este período con la Embajada Yugoslava fueron oscilantes. Cabe mencionar que muchos de estos inmigrantes no habían llegado a formar parte de Yugoslavia – ni de la Monarquía de Serbia, Croacia y Eslovenia ni de la República Federativa-, puesto que habían migrado durante el proceso de constitución de la primera. No obstante, una gran parte se mostró abierta para con otros componentes étnicos yugoslavos así como con otros grupos de origen eslavo. Sjekloča (2004) explica que durante el Reino de Yugoslavia, las relaciones con la Embajada Yugoslava fueron tensas. Si bien había grupos que apoyaron al Reino de Yugoslavia y por ello recibieron auspicios de la embajada (Sjekloča 2004:117)-, la mayoría rechazó al el sistema estatal y adherían a la revolución socialista y a la conformación de una Yugoslavia Federal20. No obstante, tras la Segunda Guerra Mundial la situación se modificó. La Embajada Yugoslava comenzó a brindar su apoyo a las asociaciones que simpatizaran con el cambio sociopolítico en la tierra de origen, en parte también como estrategia ante la Guerra Fría, puesto que necesitaron desarrollar una plataforma de lucha diaspórica fuera de su territorio (Sjekloča 2004:122-123).

Estrategias identitarias en el marco de la configuración identitaria del Estado argentino El proceso de comunalización y de identificación no puede ser descontextualizado de su dimensión histórica. Como se explicó previamente, la mayor parte de las instituciones que nuclearon a los eslovenos de entreguerras comenzaron a crearse en los años treinta, generando mecanismos para la paulatina adaptación a la sociedad argentina, dentro del marco del Estado-nación del país receptor. En este sentido, las heterogeneidad en las identificaciones en este grupo social también deviene de las valoraciones identitarias recibidas por parte del Estado Argentino. Esta corriente coincide en gran parte con el período del golpe de Estado de Uriburu en 1930 que profirió la represión de organizaciones “sospechosas”. Dentro de esta coyuntura, cualquier inmigrante de origen eslavo era asociado al comunismo, temeroso de que se propagaran en Argentina las ideas de la revolución bolchevique. De modo similar, a partir de la Segunda Guerra Mundial y tras el ascenso de Juan Domingo Perón, las mayoría de las asociaciones eslavas fueron clausuradas. Esto significó una presión fuerte sobre el grupo, prefiriendo por momentos críticos “ocultar” su identidad como estrategia de supervivencia. Las asociaciones que no habían sido censuradas prefirieron cerrar sus puertas durante algunos años y los inmigrantes emplearon estrategias de invisibilización a fin de favorecer su ascenso                                                          20  Durante

el trabajo de campo, algunos interlocutores de este grupo me explicaron que algunos migrantes se identificaron con el comunismo y con la idea de una Yugoslavia popular y comunista por su ideología antifascista y por su conciencia como clase trabajadora.

social e incorporación rápida a la nueva sociedad y campo laboral. Por otra parte, muchos destacaron que los objetivos de la inmigración favorecieron la disolución del grupo en la sociedad mayor. Al respecto, un descendiente de primera generación sentenció que el hacerse la América para la inmigración eslovena de entreguerras significó “el rápido ahogo en el mar de la argentinidad y la irrevocable pérdida de identidad”. Por otra parte, si bien una gran parte de la inmigración llegó al país especialmente bajo nacionalidad yugoslava, muchos de los que entraron con el pasaporte italiano tendieron a resguardarse bajo esta nacionalidad “más prestigiosa” y “menos peligrosa ideológicamente” para la sociedad mayor21.

Procesos de identificación nacional/regional entre los eslovenos de entreguerras hoy Los procesos migratorios, planteados especialmente desde la problemática de la determinación de la identidad de las personas de origen esloveno, generaron en los inmigrantes eslovenos de entreguerras y sus descendientes no sólo diversos procesos de comunalización y asociacionismo, sino que también distintos formas cambiantes de su eslovenidad y alteridad frente a la sociedad argentina. Por un lado, la identidad comunitaria, cristalizada hacia la sociedad argentina en la denominación de las asociaciones y la adscripción de sus miembros a una nacionalidad específica, siguió las transformaciones del desarrollo político que sufría Eslovenia. Mientras que previo a la independencia de Eslovenia en 1991, la mayor parte de las asociaciones anteponían el término “yugoslavo” para simbolizar el reconocimiento y apertura a la Federación Yugoslava y la mayor parte de los sujetos se “sentían yugoslavos”, tras la caída de Yugoslavia en 1991 esto se modificó:

“Las asociaciones y nosotros recuperamos nuestra identidad cuando Eslovenia se independizó de la Federación Yugoslava”. (Descendiente) Por el otro lado, el hecho de provenir con pasaportes multinacionales de los Estados a los que perteneció Eslovenia hasta su independencia han determinado diferentes identificaciones en cuanto al origen nacional, conformaron uno de los problemas encontrados al abordar “la identidad de este grupo”22. Las autoridades argentinas registraron a los                                                          21

No obstante, esta representación compartida por algunos actores podría analizarse y criticarse, dado que un importante componente de la comunidad italiana también fue perseguida por adhesión al anarquismo y comunismo. De hecho, la migración eslovena presenta procesos similares de migración e identificación que los italianos. 22 Cabe recordar que Eslovenia no existió como entidad política hasta 1991. Por lo tanto, los inmigrantes no

inmigrantes bajo las nacionalidades plasmadas en los pasaportes, afectando a los procesos de identificación desarrollado por los actores. Como se verá a continuación, durante el trabajo de campo se manifestaron disímiles variantes de adscripción vinculadas a las “nacionalidades encubiertas” con las que ingresaron los inmigrantes a la Argentina -yugoslavos, italianos- o con el desarrollo como Estado-nación de Eslovenia. Muchos señalaron sentirse eslovenos: “Nosotros éramos y somos eslovenos.” (Migrante)

Otros reivindicaron la identidad yugoslava o balcánica a pesar de que Yugoslavia ya no existe como Estado desde los años 1990´s: “Yo soy yugoslava.” (Migrante) “Como Eslovenia por si misma no existía, los primorci vieron en Yugoslavia o Tito, una vía para seguir. Algunos se aferraron a su identidad eslovena, pero otros vieron a la figura de Tito como aquel que los había salvado y por eso adhirieron al yugoslavismo.” (Descendiente de primera generación) Algunos en cambio se mostraron disconformes respecto de la identificación con Yugoslavia: “No nos gustaba que nos digan que éramos yugoslavos.” (Migrante) “A mi papá, no le digas yugoslavo, porque te mataba” (Descendiente de primera generación) Mientras que la yugoslavización de la identidad se plasmaba en estos relatos como conflictiva, otros descendientes eligieron vincularse con Italia, identidad nacional aceptada por la sociedad mayor, debido al pasaporte con el que arribaron sus ancestros23:

“Mi padre es italiano, pero de origen esloveno” (descendiente de primera generación) Además, durante la época en que Eslovenia perteneció a Yugoslavia muchos adhirieron a una identidad “paneslava”. No obstante, al momento de la independencia de Eslovenia en el año 1991 los sujetos resignificaron su pertenencia adscribiéndose como “eslovenos”. De este modo, el lector podrá apreciar que la amplitud de identificaciones presentadas demuestran que                                                          tenían la documentación que los identificara como Eslovenos. 23 He notado que la adscripción a la ciudadanía italiana de parte de algunos descendientes ha generado tensiones con otros miembros del grupo.

los límites sociales de los procesos de identificación ponen de manifiesto cómo los actores se sirven del pasado para establecer una pertenencia en el presente. Por otro lado, momento de dar cuenta de cómo se fue el proceso migratorio, la cuestión regional emergía por si misma: “La mayor parte de nuestros antepasados provenían de la región de Primorska, que en ese tiempo estaba ocupada por Italia. Muchos huyeron de la persecución fascista, y hubo quienes también emigraron en busca de mejores condiciones. También vinieron los Transmuranos y habitantes de la región de Bela Krajina”. (descendiente de primera generación) Los relatos acerca de la procedencia regional de los inmigrantes se han reiterado entre diversos interlocutores y me permitieron comprender qué lugar le asignas los actores al hecho de que sus ancestros provengan de ciertas regiones de Eslovenia –Primorska, Prekmurje, Bela Krajina-. En las diferentes entrevistas, una gran parte de los interlocutores hicieron mención de la región de origen y otros pocos manifestaron adscribirse aún a una identificación regional:

“Eslovenia me tira, si, pero mi corazón está en Prekmurje.” (Descendiente de primera generación) Según pude corroborar en entrevistas en profundidad, la identificación regional fue, al momento del arribo, más significativa para los actores que la identificación con una categoría nacional. Esto también pudo constatarse, como se explicó previamente, en la tendencia de los inmigrantes de procurar ubicar su residencia en los mismos lugares que sus co-regionales. Los primorci se dirigieron a Villa Devoto y Saavedra, los prekmurci prefirieron asentarse en zona sur, y un considerable número de belokrajnci se radicó en la Provincia de Córdoba.

A modo de conclusión Las ciencias sociales, y la antropología en particular, nos permiten dilucidar las lógicas sociales que llevan a los grupos a identificar, categorizar y organizar el mundo, definiendo pertenencias y alteridades. La búsqueda de la comprensión de las identidades es compleja y ambigua (Brubaker y Cooper 2006:6), pudiendo ser abordada en sus diferentes dimensiones. Los objetivos específicos del artículo han realizado un recorte específico en la problemática de la identidad de los eslovenos de entreguerras, intentando comprender como los interlocutores recrearon el sentido de eslovenidad en un lugar específico, es decir, la Argentina.

Se ha intentado se ha intentado vincular históricamente los procesos migratorios – planteados especialmente desde la problemática de la determinación de la nacionalidad de las personas de origen esloveno por provenir con pasaportes multinacionales de los Estados a los que perteneció Eslovenia hasta su independencia- con diferentes identificaciones en cuanto al origen nacional. La diversificación interna, no se ha manifestado únicamente en cuanto a los modos de adscribirse a la eslovenidad, sino también en relación con los procesos de comunalización y el asociacionismo. Los actores se han afirmado de maneras heterogéneas: como eslovenos, como yugoslavos, como italianos, y también respondiendo a categorizaciones regionales, es decir como prekmurci o primorci. El análisis se redujo a los cambios suscitados por una migración en particular, relacionada a las variaciones sociales, políticas e históricas del país receptor. Así como se ha planteado analizar la construcción de las diversas eslovenidades, se ha relegado el estudio de las otras pertenencias sociales que muchos de los entrevistados han manifestado, como por ejemplo, el sentirse a la vez argentinos, entre otras cuestiones. En este sentido, no ha sido mi intención buscar catalogar a las identidades de modo rígido e inmutable, sino plasmar cómo los actores perciben su identidad y la van resignificando y comprender que cada persona integra, de manera sintética, una pluralidad de referencias identificatorias que están vinculadas con su historia. Quedarán entonces para un futuro el análisis estas otras cuestiones que también atañen a la construcción de conocimiento en torno los procesos migratorios y la constitución de identidades.

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