Conjunto de molinos de cubo en Fregenal de la Sierra

Actas del Séptimo Congreso Nacional de Historia de la Construcción, Santiago 26-29 octubre 2011, eds. S. Huerta, I. Gil Crespo, S. García, M. Taín. Ma

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Actas del Séptimo Congreso Nacional de Historia de la Construcción, Santiago 26-29 octubre 2011, eds. S. Huerta, I. Gil Crespo, S. García, M. Taín. Madrid: Instituto Juan de Herrera, 2011

Conjunto de molinos de cubo en Fregenal de la Sierra María López Romero

Al Sur de la provincia de Badajoz, en la Comarca de Sierra Sureste, se encuentra el término municipal de Fregenal de la Sierra, cuya economía ha venido dependiendo tradicionalmente de la agricultura y la ganadería, y en menor medida, tuvo su peso la actividad minera de la zona, en la que Fregenal tenía su importancia estratégica como punto de distribución. La presencia en sus tierras, de los a veces, monumentales cubos de antiguos molinos, único resto en muchas ocasiones de lo que fueron amplias construcciones arquitectónicas, es el testimonio material de una actividad industrial centenaria, la molienda de cereales para la obtención de harinas panificables. La importancia de los cereales, base de la dieta tradicional de la mayoría de la población hasta tiempos muy recientes, iba unida a la consecuente necesidad de la obtención de harinas a través de la molturación de los granos en aquellas instalaciones molinares, de tal modo que la disponibilidad y control de los molinos era garantía de la capacidad de transformación del cereal y el abastecimiento alimentario de la población. Los primeros molinos de la ribera del Parrilla se documentan en el s. XIV, y hasta bien entrada la segunda mitad del siglo pasado estuvieron habitados por decenas de personas, originándose su paulatino abandono a finales del s. XIX, coincidiendo con la presencia en Fregenal de la primera fábrica de harina.

ORIGEN, CRECIMIENTO Y DISTRIBUCIÓN Las primeras referencias documentales localizadas se remontan a principios del siglo XV. Así sabemos que en 1417, el Concejo de Sevilla ordena al de Fregenal el abono de los gastos de reparación de los molinos de la villa que había realizado a su cargo el arrendador del almojarifazgo Alfonso González de Llerena; ordena igualmente que se saque a subasta el «reparo del alforoz del molino de Encima» (Archivo municipal de Sevilla, papeles del Mayordomazgo 1417,59), obra que se remata al año siguiente por el calero Pedro Román por importe de 2.600 maravedís, cantidad que abonó el mayordomo de Sevilla tras su finalización. Sería a lo largo del siglo XV cuando empieza a aumentar el número de molinos, en dependencia del paralelo crecimiento demográfico de la población a la que abastecían. En esta zona se han analizado con detalle las etapas de construcción, llegándose a la conclusión de que una gran mayoría de los molinos de cronología bajomedieval se construyen en el periodo que va desde 1450 a finales del siglo XV, una vez superados los conflictos fronterizos con el reino de Portugal. Es en el siglo XV cuando se data la extensión del tipo de molino mayoritario en la zona, el de agua de rueda horizontal o de rodezno, en su variante de molino de cubo. La generalización de este tipo, que tiene un mayor desarrollo en aquellas zonas peninsulares de escasa pluviosidad y topografía accidentada en

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Figura 1 Línea temporal resúmen. Concesión2, construcción3, desarrollo4 y abandono5 del conjunto molinero

las que es fácil conseguir desniveles de 5 a 10 metros necesarios para la construcción del cubo (Andalucía, Extremadura y amplias zonas de Castilla), se produce en la etapa bajomedieval final, no encontrándose alusiones a los molinos de rodezno con cubo en los fueros medievales, lo que parece asegurar su origen cristiano. En el siglo XVI su cita en documentos es abundante. Es por tanto una datación bajomedieval y altomoderna la que debemos aceptar para los ejemplares más antiguos de Fregenal de la Sierra. El núcleo molinar de la ribera de la Parra, nacido a partir del manantial del mismo nombre, perdurará en el tiempo hasta el final de los años de la molienda tradicional. Estos molinos son mencionados en un documento de 1506, donde también se menciona la construcción de una ermita a finales del siglo XV, la cual, a partir de entonces, servirá para dar servicio espiritual a los molineros y sus familias, la ermita de la Virgen de los Remedios1 (Fig. 1).

TRIGO, HARINA Y PAN Se puede afirmar el predominio de los cereales, que se mantiene hasta tiempos muy cercanos, como base fundamental en la dieta alimentaria de la región de Extremadura. De hecho el consumo de cereales parece aumentar en los momentos finales de la edad Media, de forma paralela al incremento demográfico y al descenso de consumo de carne. A medida que el crecimiento demográfico, iniciado en el siglo XIV e incrementando de forma notable en el siglo XVI, fue haciendo aumentar la demanda de recursos alimentarios, la necesidad de mantener el abastecimiento pasó a ser una preocupación prioritaria de las distintas instancias de poder. La importancia estratégica de las instalaciones molinares queda recogida en diversos fueros de población, ordenanzas municipales y otras disposicio-

nes legales de diversas localidades extremeñas, que reglamentan con minuciosidad aspectos como su instalación, mantenimiento y funcionamiento. Ya en la edad moderna, es prácticamente obligada la presencia de sendos títulos en la Ordenanzas municipales en los que se regulan los distintos aspectos relacionados con la actividad de los molinos. En el caso de Fregenal de la Sierra, las características geográficas de la zona, junto a los condicionamientos históricos, hacen que esta localidad, al igual que la comarca circundante, tengan una dedicación básicamente ganadera, siendo en cambio una zona deficitaria en producción de trigo, lo que le obligaba a la importación desde zonas cerealísticas. En el siglo XV son constantes los testimonios sobre la insuficiencia de la producción de cereales panificables para atender a las necesidades de su población, a pesar de que, en cifras absolutas, el término frexnense sea uno de los mayores productores de trigo de la comarca. De esta forma, ya a comienzos del siglo XIV, en 1315, el Concejo de Sevilla se opone a una petición de Fregenal para ampliar los terrenos de siembra a costa de los dedicados a los pastos. A lo largo del siglo XV, que asiste a un notable incremento demográfico, esas necesidades aumentan, dando lugar a conflictos entre agricultores y ganaderos. Durante los siglos XVI y XVII una de las principales rutas comerciales tiene precisamente como objetivo el abastecimiento de trigo desde la zona de la Mancha, que llega a la población en carros. Por su parte las fuentes notariales testimonian igualmente las adquisiciones de diversas cantidades de trigo en sendas poblaciones de las provincias de Toledo, Ciudad Real y Cuenca. Estas adquisiciones se sitúan en el contexto de intercambios comerciales que ponen a Fregenal de la Sierra, en relación con el mundo comercial del centro peninsular. En periodos de crisis, las súplicas a la divinidad, a través de la imagen de la Virgen de los Remedios, son el último recurso de los poderes locales. Las pro-

Molinos de cubo en Fregenal de la Sierra

cesiones rogativas a la ermita de la Virgen siguiendo el camino de los molinos, es una tradición que también hoy se conserva. La estrecha relación que se establece entre los molineros de la Parra y la imagen de la virgen de los Remedios parece superar la simple coincidencia de la proximidad en la localización entre ermita-santuario y molinos. En lo que respecta Fregenal de la Sierra, la capacidad de abastecimiento de alguno de sus molinos se puede establecer a través de un documento de 1.589 sobre el reparto de trigo del pósito para la elaboración de panes. Sabemos de este modo que, con cada fanega de trigo (46 kgs), se podían elaborar 41 panes de dos libras, cada uno de los cuales tendría un peso de 920 gramos. Según estos datos, y suponiendo una dieta media de 500 gramos de pan por individuo, una familia tipo de cuatro miembros podría consumir diariamente dos panes de dos libras. Con la producción de los molinos más importantes de la Parra (el Risco, el de Barahona y el de la Dueña), podrían alimentarse un mínimo de 250 familias frexnenses. Calculando la capacidad media de molienda similar para el resto de los molinos, llegaríamos a la conclusión de que con la producción total de molinos que se puede calcular en un mínimo de 18, se molturaría una cantidad de trigo capaz de alimentar a unas 1.500 familias, cifra que se elevaría hasta más de 2.300 si se eleva el número de molinos hasta los 28 que totalizan el número de cubos cuyos restos se conservan actualmente o cuya existencia se certifica documentalmente, con lo que las instalaciones molinares de Fregenal tendrían una capacidad de producción que superaría las necesidades de la población local y podría atender las necesidades de una zona geográfica más amplia. Por ello se puede afirmar que existía excedente que se vendería en el exterior, ya fuera por comercialización directa de la harina, o bien por molturación de trigo a clientes procedentes de fura del término, generando unos ingresos de cuantía considerable.

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La evolución en el proceso de los ingenios dedicados a la molienda ha dado como resultado el perfeccionamiento de la técnica molinar desde los molinos prehistóricos a las actuales fábricas de harinas. Pero la necesidad y el localismo han permitido que hayan convivido diferentes sistemas al mismo tiempo como los molinos maquileros y las fábricas de harinas. En algunos casos, la diferencia entre molino o fábrica de harina es más administrativa que técnica, convirtiendo la división del trabajo en una de las características sociales diferenciadora entre las fábricas de harina y los molinos tradicionales. Los molinos de cubo, construidos donde el agua era escasa, permiten una mayor potencia motriz. Sustituyeron a los molinos de canal abierta a partir del siglo XVI, sobre todo en las serranías, donde los cauces de los ríos eran muy irregulares. El cubo es un depósito en forma de columna que recoge el agua por su parte superior, hasta que se llena, para después ser vaciado de golpe a través de la botana sobre el rodezno. Con este sistema se aumentaba notablemente la presión y los rendimientos, consiguiendo que los molinos con muy poca agua aumenten su potencia (Fig. 2).

Figura 2 Molino de cubo (Juanelo Turriano 1.565)

Situación TIPOLOGÍA DEL MOLINO HARINERO DE FREGENAL. MOLINO DE CUBO Un molino es la máquina o ingenio cuya función es la de moler sustancias sólidas. También recibe este nombre el edificio que la alberga.

Al Sur de la provincia de Badajoz, en la Comarca de Sierra Sureste, se encuentra el término municipal de Fregenal de la sierra. A 7 km del núcleo urbano de Fregenal se encuentra el Santuario de la Virgen de los Remedios, epicentro del núcleo central de la serie

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estado en funcionamiento de forma ininterrumpida durante más de quinientos años. Las soluciones mecánicas y arquitectónicas se integran constituyendo una tipología homogénea capaz de dar respuesta a las necesidades del hombre con una tecnología que mantendrá su vigencia durante más de cinco siglos (Fig. 3).

Sistema de captación y acumulación de agua

Figura 3 Situación del conjunto molinero de Fregenal de la Sierra y la ermita de la Virgen de los Remedios. A la izquierda sección y estudio de la situación y altura del caz, mediante sistema de posicionamiento GPS

molinos de la ribera del Parrilla. El Conjunto de 16 Molinos de la Ribera del Parrilla constituye un caso ejemplar de aprovechamiento hidráulico en un ámbito espacial homogéneo que ha

Los molinos hidráulicos funcionan por la energía que se desarrolla al pasar el agua de un nivel superior a otro inferior. Para conseguir la altura de salto necesaria se desvía aguas arriba parte de la corriente fluvial y se conduce hasta el molino con menor pendiente que la que lleva el río (Fig. 4). Los molinos de Fregenal toman las aguas del arroyo Parrilla a través de un caz, que discurre más o menos paralelo al arroyo, y con una pendiente suave y controlada de 115 metros y se distribuye inicialmente en 16 saltos desarrollados a lo largo de 12 kilómetros aproximadamente, disponiendo un solo cubo en cada uno de ellos. Todo el sistema se adapta a la topografía mediante cauces artificiales intercalados con el cauce natural para conseguir una utilización óptima de la energía hidráulica. Actualmente el arroyo tiene muy poco caudal, el nivel freático ha descendido y parte del caz se ha perdido (Fig. 5). El cubo es un estanque en forma de vaso que se estrecha en su base (forma cónica invertida), que está comunicado con el caz general mediante una acequia por su parte superior. La función del cubo es la de conseguir una altura de presión lo más constante posible (Fig. 6).

Figura 4 Sección transversal de un molino de cubo, donde se puede observar el caz, la acequia, el cubo y la sala de molienda de un molino harinero tipo

Molinos de cubo en Fregenal de la Sierra

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Maquinaria El motor hidráulico es la parte encargada de generar el movimiento para realizar el trabajo de la molienda. Está ubicado en el interior del molino y a nivel inferior que la acequia. En él podemos distinguir los siguientes elementos: rueda hidráulica, árbol, sopuente y saetín. Como la rueda hidráulica es de eje vertical se la denomina rodezno. El rodezno está solidario al árbol o eje del molino que es el encargado de transmitir el movimiento a las muelas. Es una pieza de madera de sección circular, más gruesa en su parte inferior, en donde va encastrado el rodezno. La sopuente es una viga de madera de gran sección que sirve de cuna al contrapunto. En ella descansa el peso del conjunto. Su función es la de permitir la variación en la separación entre las muelas. Está articulada en uno de sus extremos y asida en el lado opuesto por un tirante de madera o alivio. Tensando el alivio conseguimos elevar la sopuente, que al desplazar a todo el conjunto, separa las muelas. Al conducto que comunica el cubo con el rodezno se le conoce por bocín y al extremo del bocín del

Figura 5 Situación actual del caz

Figura 6 Molino nº 16 del conjunto, situación actual donde se puede observar el sistema de captación de la acequia, la situación del cubo y su imponente tamaño, y la sala de molienda

Figura 7 Parte de la muela encontrada en el molino nº 16

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lado del motor se denomina saetín. Está construido de madera, menos el frontal, donde está la trampilla, que es de hierro. Con el saetín se regula el caudal de agua que impele al rodezno y por tanto su velocidad. Al conjunto de elementos en donde se moltura el grano se le denomina las muelas. Las piedras o muelas encontradas en dos de los molinos estudiados tienen un diámetro de 1,30 metros y un peso aproximado de 900 kilogramos (Fig. 7). Las muelas están cubiertas por una tapa de madera, de forma prismática de base octogonal llamado guardapolvos, que evita la dispersión de la harina. La harina sale por un hueco del guardapolvos, practicable con una trampilla, situado sobre el arnal, que es el depósito donde se recoge. Sobre el guardapolvos esta un armazón de madera, o burro, que soporta la tolva. Ésta tiene forma de tronco de pirámide invertida y es donde se echa el grano. De la tolva, el grano cae al cuezo, que tiene como misión la de dosificar la cantidad de grano que entra en las muelas por el orificio superior de la tapa (Fig. 8).

Figura 9 Molino nº 8 del conjunto. Donde podemos apreciar el tipo de construcción austera y con materiales de la zona, así como restos de la cubierta a un agua de madera

Figura 8 Sección por las muelas de un molino harinero tipo

Edificio El edificio o molino propiamente dicho está emplazado contiguo al cubo, su construcción es de tipo popular, con materiales de la zona. Los muros son de mampostería de piedra basta con cal (de los hornos de la zona), y las jambas y dinteles de los huecos están resueltos con refuerzos de piedra o capialzados de ladrillo. La cubierta leñosa está resuelta a un agua, con madera (cañizo) y teja. Su distribución obedece a la necesidad propia de la molinería (sala de molienda y almacén) y de la vivienda (Fig. 9).

Figura 10 Arranques de la bóveda en la sala de molienda del molino nº 16, única cubierta del conjunto que conserva restos de abovedamiento. La situación del arranque nos revela que se trata de una bóveda de rosca construida sin necesidad de cimbra, una construcción sencilla, barata y muy eficaz, típica de la zona. Este tipo de construcciones nos recuerdan la tradición mudéjar de Fregenal y sus alrededores

Molinos de cubo en Fregenal de la Sierra

Como única excepción del conjunto, cabe presentar la cubierta del molino nº 16, cuya cubierta es abovedada, siendo la única de todo el conjunto (Fig. 10).

CASO PARTICULAR DEL BATÁN EN EL CONJUNTO FREGENAL DE LA SIERRA

MOLINERO DE

La calidad de la solución del conjunto molinero de Fregenal resulta tan contundente, que con una adecuada «puesta al día», permite la construcción del Batán en una época en la que la máquina de vapor se encuentra ya suficientemente desarrollada y disponible. El Batán se sitúa sobre el Molino del Risco, es una construcción posterior al resto de molinos (finales del Siglo XVIII). Para su funcionamiento, se requiere más caudal, por ello se compran los derechos de agua de los dos molinos adyacentes (Molino 11 y 13), se les bloquea el acceso al caz mediante unas sencillas obras en las que se ciegan y se desvía el caudal de agua hacia el gran viaducto que se construye para el abastecimiento de agua del Batán. La maquinaria del mismo, es también mucho más moderna que la empleada en los molinos harineros (Fig. 11). Los batanes suelen ser construcciones muy sencillas, lo imprescindible para albergar la maquinaria y poco más. Sin embargo, la obra para traer el agua, en el caso del batán de Fregenal, es espectacular, la arquería (casi acueducto) que se construye para obtener

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un salto de agua necesario para el funcionamiento del mismo, es lo que confiere su carácter e interés a este ingenio hidráulico. De este modo, la misma acequia, abastece al batán, y al molino harinero del Risco, que funcionan solidariamente (Fig. 12). El Batán, es una excepción dentro del conjunto molinero de Fregenal de la Sierra, puesto que no es un elemento harinero, sino que mediante el uso de engranajes hidraúlicos, se produce el tratamiento de

Figura 12 Sistema de captación y salto de agua: (a) Vista sobre la acequia que transporta el agua desde el caz principal de abastecimiento hasta el batán, elemento que aporta agua al conjunto formado por el molino del Risco y el batán; (b) Salto de agua desde la acequia hasta la turbina del batán, se puede apreciar la altura que alcanza en este ultimo punto

Figura 11 Visión general del conjunto: (a) Fachada Sur, donde se puede apreciar el molino del Risco en un primer plano, y el caz compartido en un segundo plano para el batán y el molino harinero; (b) Fachada Este, el imponente acueducto construido para el abastecimiento de agua del conjunto se yergue con una arquería de piedra sobre 12 arcos que componen la fastuosa y llamativa construcción del conjunto

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telas y paños. Hoy en día es muy difícil encontrar un batan completo. En el caso del batán de Fregenal, la maquinaria que se ha conservado ha sido en su mayoría metálica (Fig. 13).

Figura 13 Maquinaria que aun se conserva en el batán

CONCLUSIONES En este breve esquema, se puede resumir el estado y la situación del conjunto de molinos de la ribera del Parrilla de Fregenal de la Sierra en la actualidad (Fig. 14).

Figura 14

La situación general de los molinos frexnenses es de ruina, son elementos del patrimonio arqueológico que, quizá por estar aún presente en la memoria, no se considera un bien de interés cultural y/o patrimonial. El molino como pieza individual, al quedar en desuso, se abandonó como inmueble, y como cualquier inmueble, con el paso de los años y sin ningún tipo de mantenimiento, se va arruinando paulatinamente, hasta desaparecer por completo, como ha pasado en algún caso. El conjunto de molinos, con lo que además se añade el sistema artificial de captación, distribución y toma de agua (caz, acequias, albercas, fuentes... etc.), tampoco se ha considerado como un conjunto con interés patrimonial. También hay que destacar que por parte de la Administración tampoco hay ningún iniciativa por la recuperación y/o rehabilitación de elementos puntuales, y mucho menos de un plan de actuación sobre el conjunto de molinos de la ribera del Parrilla. Si bien, hay vecinos interesados en la recuperación de los mismos, y hay dos molinos que han sido restaurados y rehabilitados por particulares vinculados a la población frexnense. Otro que se ha conservado (Molino del Franco o Molino de Arjona) por sus dueños a lo largo del tiempo, y en la actualidad, con algunas intervenciones, se conserva en bastante buen estado (Fig. 15).

Molinos de cubo en Fregenal de la Sierra

Figura 15 Molino de Arjona, el molino nº 9 del conjunto, que aun conserva el nombre de la familia molinera. Cuya restauración y conservación se aprecia en la fotografía, todo hecho por parte del dueño de forma individual

Todas estas intervenciones sobre el patrimonio molinero de Fregenal, tienen una raíz romántica o sentimental (nietos de molineros, vecinos que tienen un recuerdo cariñoso o familiar de la vida molinera), más que un interés arquitectónico o un valor histórico. Bien sea por ser construcciones cuyo uso se ha prolongado hasta nuestros días, o porque el propio uso de los inmuebles no se considera patrimonio, en la mentalidad mayoritaria y colectiva, no se consideran elementos dignos de ser conservados y restaurados. Pero no solo en Fregenal, sino que otros puntos de la comarca y alrededores, tampoco se ha invertido para la recuperación de estos elementos que han salpicando y conformando redes y núcleos en el paisaje extremeño. En este caso particular, también el desconocimiento, por ser elementos de carácter fabril, o de uso ordinario, juega un papel importante en la falta de interés por recuperar y restaurar estos conjuntos molineros en la zona, puesto que las construcciones, solo por su antigüedad y su calidad ya serían dignas de ser conservadas. Si es cierto, que en Fregenal de la Sierra, por parte de algunos vecinos, hay un cierto interés por lo menos por mantener en la memoria actual este conjunto molinero. Los tienen fotografiados, algunos datados, han reunido información documental de archivos an-

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tiguos, de antiguas ordenanzas y estados de cuentas, manifestando un interés importante por la situación de los molinos. También se han escrito artículos periodísticos, así como existen varias publicaciones de un nivel más profundo y arqueológico sobre este conjunto molinero. Pero una intervención el conjunto sería inviable sin la ayuda de la administración, la intervención individual, sólo puede ser puntual en el montante del conjunto. La relación entre el Santuario de la Virgen de los Remedios y los molinos, cuya peregrinación anual a la Virgen se mantiene como tradición vigente hasta nuestros días, también podría ser un punto a favor para fomentar un interés por esta ruta molinera, «el otro camino que nos lleva a la Virgen», camino antaño transitado por carretas y caballerías cargadas de costales y sacos de harina para hacer pan con destino a Fregenal de la Sierra y otras poblaciones de la comarca con el fin de abastecer de tan preciado elemento a sus habitantes. El futuro de este conjunto de molinos es incierto, y si valoramos una necesaria intervención integral por parte de la administración, ya fuera municipal o de la junta de Extremadura, el futuro como conjunto es más bien desfavorable a su conservación y restauración. Si bien es cierto, el futuro abstrayendo el conjunto y valorando los elementos como piezas individuales es más halagüeño para algunas de las piezas. Como ejemplo, en este momento los terrenos del Molino del Risco y el Batán han sido comprados con un proyecto para la restauración y conservación de los mismos. Por tanto las piezas más singulares (como el batán en este caso, con su espectacular acueducto), correrán mejor suerte, puesto que su restauración será más viable, en cuanto que puede dársele un nuevo uso, para que su conservación sea más sencilla a lo largo de los años (pequeño hotel rural, o restaurante). Sin embargo, y lamentablemente, los molinos tipo típicos de la zona, y sin que intervenga un interés por parte de la administración, sino que deben ser restaurados y recuperados por parte de individuos (ya sea por motivos sentimentales, históricos, románticos... etc.), están más fácilmente condenados a arruinarse. Por último no se puede dejar de reseñar la labor desarrollada por el historiador y arqueólogo Rafael Caso Amador para la investigación histórica de Fregenal de la Sierra sin la cual no hubiera sido posible la redacción de esta ponencia.

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NOTAS

LISTA DE REFERENCIAS

1.

A.P.F., Libro de cuentas de la ermita de los Remedios, sin foliar. Mandatos de visita de 18-VII–1.652 Archivo Municipal de Sevilla. XV. Papeles del Mayordomazgo, Vol II, 1.417-1.431. Sevilla Beatty, B.; Ware D. 2010. Diccionario manual ilustrado de arquitectura. Barcelona: Gustavo Gili. Caso Amador, R. 2004. I Jornada de historia en Valencia de las Torres. Arquitectura, alimentación y sociedad en el suroeste de Badajoz. 181-205. Valencia de las Torres. García Castellón, F. 1997. Los molinos y fábricas de harina en Castilla y León. Salamanca: Junta de Castilla y León González Tascón, I. 1992. Fábricas hidráulicas españolas. Madrid: CEHOPU. Ordenanzas de Fregenal de la Sierra. 1668. Ordenanza del Peso del Trigo y harina de los Molinos de la Parra, Gargallon, Gimona, Carbaxo, y de los demas termino de esta Villa. Fregenal de la Sierra. Quintero Carrasco, J. 1996. Historia de Fregenal. Fregenal de la Sierra: Ayuntamiento de Fregenal de la Sierra. Serrano Blanco, J. A. 2010. El Camino de los Molinos. Badajoz: periódico HOY. Turriano, J; XVI. Los veintiún libros de ingenios y máquinas, vol. V, 293.

2.

3.

4.

5.

La situación del Santuario no es casual, puesto que se encuadra en el contexto espacial de los molinos harineros de Fregenal, la hipótesis más plausible es que el gremio molinero influyó en su construcción y financiación. El 8 de Noviembre de 1417, según consta en el archivo municipal de Sevilla, se recibe el mandamiento de concesión de los molinos desde Sevilla al concejo de Fregenal. En 1506 se constata, mediante escritos, la finalización de todas las obras de construcción y reparación de los molinos de Fregenal. También se describe el funcionamiento y el estado de cuentas de los mismos (El centenario, nº 4, 1.906). Se regula por ley los pesos del trigo. También regula el precio y la producción de la harina (Ordenanza de Fregenal de la Sierra, Título Séptimo, 1668). Como se refleja en los libros de cuentas de los molinos, la actividad molinera empieza a caer en desuso a comienzos del siglo XX con su consecuente abandono. La actividad molinera empieza a ser cada vez menos importante como actividad económica.

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