CONSTRUCCIONES TRANSITIVAS CAUSATIVAS EN CANCIONES Y DEZIRES DEL MARQUÉS DE SANTILLANA Shirley de Sousa Pereira (UFRN)
[email protected] 0. INTRODUCCIÓN En el género de la poesía trovadoresca, las Canciones y decires de Don Iñigo López de Mendoza, Marqués de Santillana, se alzan como composiciones breves y sencillas en cuyos versos cortesanos sobresalen estructuras de verbos transitivos de valor causal. En este trabajo haremos un breve análisis descriptivo de dichas estructuras, intentando asimismo clasificarlas por esquemas de predicación desde el punto de vista semántico del lexema verbal. Para ello nos serviremos del concepto de causatividad propuesto por A. Aranda (1990) y del criterio de clasificación semántica que utiliza Cano Aguilar (1987) para los verbos transitivos en español, en el intento de establecer funciones semánticas determinadas para cada uno de los veinte verbos extraídos de la obra. La elección de un criterio semántico en este caso se justifica en la medida en que, según se observa, el proceso sintáctico de transitivización es esencial en la determinación de las características distintivas de la causatividad en relación con otras modalidades semánticas de alternancia transitiva / intransitiva.
1. LA NOCIÓN DE CAUSATIVIDAD La caracterización de la noción de causatividad se encuentra, en principio, relacionada con la noción de causalidad. Como nos indica Aranda (1990, p. 28), la noción de ‘causa’ es inherente al propio concepto de transitividad, en la medida en que se atribuyó al término ‘transitivo’ una especie de causa, la transiens, concebida como causa activa y externa que modifica a un ser distinto del ‘agente’ mismo y que, a su vez, se contrapone a la causa immanens o causa sui: causa interna que opera desde y hacia el mismo ser. Para la gramática tradicional, tanto el término causativo como factitivo designan la participación que el sujeto toma en la acción de otro, de suerte que el sujeto agente viene a ser el “causante” de la misma. Así el Esbozo (2005, p.378) apunta la existencia de numerosos verbos transitivos susceptibles de emplearse con significación causativa en construcciones en las que el sujeto no realiza la acción del verbo, sino que más bien se limita a ordenar o dirigir la acción ejecutada por otro: Carlos III construyó la Puerta de Alcalá; Me hago un traje nuevo; El general X ha ganado una batalla importante; El municipio erigirá un monumento a Cervantes. Sin embargo, esta definición propuesta por la gramática tradicional es cuestionada por algunos autores. Aranda (1990, p.28) prevé el riesgo de que el término causativo se extienda indefinidamente a toda y cualquier unidad que esté vinculada a la noción de ‘causa’. Por ello, en este trabajo se entiende como transitivas causativas aquellas estructuras que, en palabras de E. Rivas, “se caracterizan por remitir a un proceso causado por una entidad y realizado o experimentado por otra entidad” (E. Rivas, 1996, p.42).
1.1. TRANSITIVAS CAUSATIVAS Y NO CAUSATIVAS: Siguiendo la definición antes mencionada, por lo que se refiere a las transitivas, tomemos como ejemplos contrastivos las siguientes construcciones: a) Brunilda pinta la pared. b) Brunilda despertó a Sigfrido. c) El paciente duerme un sueño profundo. d) Este sedante duerme a cualquiera.
Como se puede observar, las transitivas arriba citadas se caracterizan por poseer la misma estructura sintáctica, pero distinto valor semántico. Las transitivas (b) y (d) se definen como causativas pues en ellas se verifica que la acción o proceso causado por el sujeto son experimentados por el objeto directo, lo que no ocurre en las demás transitivas (a) y (c). Por lo que respecta a las construcciones transitivas de idéntica estructura sintáctica, Aranda propone que pueden definirse a partir “del signo léxico que funcione como objeto, pues es en la conjunción verbo-objeto donde se deciden las diferencias de esquema semántico-sintáctico, o, si se quiere, donde se determina la ‘causatividad’” (ob. cit., p. 133). El autor cita como ejemplos: a) Pedro corre los 100 metros lisos. b) Pedro corre a su hermano. c) El hombre pasó el puente. d) El hombre pasó la noticia.
Según el autor, las transitivas (b) y (d) son causativas porque los verbos correr y pasar pertenecen a un esquema semántico-sintáctico en el que la presencia del CD afecta a toda la estructura oracional como un todo, es decir, la relación sujeto-verbo ya no es la ‘sede’, la cual se ha trasladado al objeto para expresar un proceso externo al sujeto (p. 134). Tal proceso no ocurre con las transitivas (a) y (c) cuyo objeto representa apenas una expansión semántica del verbo, pero no afecta ni al verbo, ni al sujeto.
1.2. ALTERNANCIA CONSTRUCCIONAL CAUSATIVA Y NO CAUSATIVA La relación verbo-objeto en las causativas se caracteriza por la “alteración de la relación semántica entre el verbo y el sujeto”. Aranda nos indica que, desde un punto de vista extralingüísitico, los procesos verificados en la alternancia construccional transitiva / intransitiva de las causativas presuponen una relación de causa-efecto, viniendo a ser casi sinónimas (ob. cit., pp. 86-87), lo que nos demuestran los siguientes pares de ejemplos: 1 a. Han matado a un hombre > Un hombre ha muerto (a manos de asesinos). 1 b. La explosión voló uno de los túneles > Uno de los túneles voló (en la explosión). 2 a. Las elecciones clarificarán la situación > La situación se clarificará (con las elecciones) 2 b. El miedo te hace temblar > Tiemblas (a causa del miedo).
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El proceso sintáctico de transitivación es, pues, imprescindible en la determinación de las características distintivas de la causatividad en relación con otras modalidades semánticas de alternancia transitiva / intransitiva. En esa nueva relación, la principal característica que distingue las transitivas causativas es la correferencialidad entre el sujeto y el objeto-directo. Cano Aguilar así nos lo explica: “Partiendo de un empleo intransitivo del verbo se convierte su primitivo sujeto en objeto directo, se inserta un nuevo sujeto, semánticamente ‘agente’ o ‘causa’ de la acción verbal y se dota de un contenido especialmente ‘activo’ al verbo, parafraseable (pero no idéntico) al de la perífrasis HACER+INF.”. (Cano Aguilar, 1977, p.375)
Por otra parte, la correspondencia establecida entre el sujeto y el objeto directo de las transitivas causativas o factitivas (3.b) revela que la ‘sede’ del proceso se localiza o en el sujeto de la intransitiva o en el objeto de la transitiva: (1.a) Los enfermos sanaban (1.b) Cristo sanaba a los enfermos
Al contrario de lo que ocurre en (1b), dicha transformación resulta imposible en las transitivas (2c) y (3c): (2.a) Sigfrido bebe (2.b) Sigfrido bebe una cerveza (2.c) *Una cerveza bebe a Sigfrido. (3.a) Sigfrido camina (3.b) Sigfrido camina cien metros (3.c) *Cien metros caminan a Sigfrido
Las oraciones anteriores constituyen ejemplos de alternancia construccional no causativa verificada en las fórmulas (2.a-b) y (3.a-b), pues en ellas la relación sujetoverbo permanece inalterable. En la lengua española existen algunos pares de verbos que se contraponen por la presencia o ausencia del valor semántico de la causatividad, lo que, a su vez, es una manifestación de la alternancia construccional intransitiva / transitiva. Aranda (ob. cit., pp. 112-119) nos demuestra estos pares de verbos que se caracterizan por su oposición léxica: caer quedar nacer morir cesar
(A) (/ tirar) (/ dejar) (/ parir) (/ matar) (/ destituir)
(B) caer(se) / caerlo quedar(se) / quedarlo nacer(se) / nacerlo morir(se) / morirlo cesar(se) / cesarlo
El autor presenta los empleos transitivos de (B) como neutralizaciones de la relación opositiva causativo / no causativo, es decir, la oposición causativo / no causativo (matar, parir, dejar / morir, nacer, quedar) queda suspendida o neutralizada en morirlo, nacerlo y quedarlo1. Ello demuestra que la transitivación causativa puede 1
Sobre las distinciones léxicas del tipo matar:morir, dejar:quedar, destituir:cesar, etc., expone Aranda: “se trata, efectivamente, de un mecanismo para la diferenciación entre proceso externo e interno al sujeto
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darse no solamente con verbos de doble diátesis o diatéticamente neutros, sino también con verbos intrínsecamente medios. Con respecto al comportamiento de las alternancias de causatividad, Aranda nos aclara que en los verbos de dichas alternancias, la transitividad constituye, por sí sola, una modalidad diatética, y no una mera condición para que el lexema verbal sea suceptible a las inversiones de voz ‘activa’ y ‘pasiva’. Siendo así, causatividad y diátesis se encuentran estrechamente vinculadas, toda vez que en la transformación causativa subyace una transformación diatética, de la voz media a la voz activa. “La “diátesis causativa” sería, pues, la voz ‘activa’ en cuanto expresión de un proceso externo al sujeto y que tiene su ‘sede’ en el objeto, esto es, en cuanto expresión opuesta a la de la voz ‘media’” (ob. cit., p.200). Por otro lado, en la alternancia construccional no causativa la relación sujetoverbo no se ve afectada por el CD, esté presente o no. Y ello es muy importante para la definición de la relación transitiva / intransitiva, dado que, como nos aclara Alarcos, la transitivación se convierte en “una simple expansión matizadora de la noción léxica del mismo verbo” (Alarcos Llorach, 1984, p.150). Por ello, también habrá que considerar otros valores que pueda tener la construcción intransitiva tales como el “activo”, “no activo”, “estativo”, etc. En este tipo de construcciones, se han clasificado, tradicionalmente, los complementos directos en objeto externo y objeto interno. Se define el objeto externo como aquel que remite a un concepto cuya existencia es anterior e independiente de la acción verbal: compro pan y el objeto interno como concepto posterior a la acción verbal y resultado de la misma: construyo una casa, bailo un baile. Sin embargo, esta definición supondría la exclusión de fórmulas del tipo caminar ese camino, subir esa empinada subida, bajar esa peligrosa bajada, etc. Para Elena Rivas, no se puede definir los objetos internos utilizando un criterio unitario y partiendo de esta premisa, la autora distingue un primer grupo cuyos componentes están relacionados con el modelo de acusativo de figura etimológica, es decir, construcciones que presentan la identidad léxica verbo-objeto como cenar una gran cena, combatir combate singular, etc. El segundo grupo, denominado bajo la etiqueta de objeto interno, se aplica a construcciones que expresan una sinonimia verbal como pelear un reñido combate, caminaron la senda más peligrosa, vivieron una existencia fácil, etc. El tercer y último grupo está formado por construcciones con significación adverbial como en los ejemplos del español medieval: tres dias cumplidos duró esta facienda y yo ando la sierra. (E. Rivas, p. 62) En el marco de la alternancia construccional no causativa, se pueden verificar en algunas construcciones intransitivas de ciertos verbos los llamados usos absolutos, cuya diferencia con los correspondientes empleos transitivos es, según Cano Aguilar: “(..) la que la gramática tradicional señalaba entre verbos transitivos e intransitivos, sólo que ahora considerada dentro de un mismo verbo, y no entre dos categorías distintas de verbos: oposición entre el ‘proceso’ puro en sí mismo (verbos en frases intransitivas) y ‘proceso’ vertido al exterior (verbos en frases transitivas). La oposición ‘transitivo’ / ‘intransitivo’ se da, en el plano funcional y en el semántico, entre estructuras oracionales y no entre verbos distintos”. cuya sistematicidad es bastante escasa, residual, si se le compara con el procedimiento de las distinciones de un mismo verbo, descritas para resucitar, dormir, correr, aumentar y muchos otros que alternan en esquemas semánticos-sintácticos diferenciados. No obstante, tanto el mecanismo de las distinciones léxicas como el de las alternancias de un solo lexema en dos esquemas, han de considerarse como los procedimientos básicos y fundamentales para la expresión de la ‘causatividad’ en español”. (A. Aranda, ib., p. 198).
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(Cano Aguilar, 1987, p.311)
Como representación de estos usos absolutos tenemos las siguientes oraciones del castellano medieval: “Desque te conosçí, nunca te vi ayunar, almuerças de mañana, non pierdes la yantar, sin mesura meriendas, mejor quieres cenar”. “Et en estas fablas estudieron desque ovieron yantado fasta que fue ora de la cena”. Lo mismo cabe decir del empleo del verbo en primera persona como respuesta afirmativa a una pregunta, característico del latín y que hoy se conserva plenamente vigente en el gallego o el portugués: - Tomaste o remédio? - Tomei - Legistine librum? - Legi
2. LAS CAUSATIVAS EN CANCIONES Y DECIRES 2.1. ESQUEMA SUJ – PRED – CD Para el análisis de las siguientes construcciones transitivas causativas encontradas en la obra Canciones y decires de I. López de Mendoza, Marqués de Santillana (1973) nos servimos del criterio de clasificación semántica de los verbos transitivos de Cano Aguilar, que establece funciones semánticas determinadas para cada verbo: 2.1.1. VERBOS DE “MODIFICACIÓN” Generalmente, son verbos de objeto afectado, que, en cierta medida, se encuentra “alterado” o “modificado” por la acción designada por el verbo: “La fortuna, que trasmuda a todo omme sin tardança e lo lieva do non [cuda] desque buelve la balança, quiere que faga mudança, e tróxome donde vea este lugar, [por]que crea que amar es desesperança.” (p.23)
Trasmudar, o su forma variante transmudar, proviene del latín transmutare y posee en este caso, la acepción de ‘trasladar, llevar’. El sujeto agente causador del proceso presenta rasgo [-Animado] y CD de rasgo [+Humano]. Con idéntico sujeto y misma estructura se encuentra enseguida el verbo causativo bolver del latín *volvere, en la acepción de ‘agitar, mover’ y tiene CD de rasgo [-Animado]. “Eolo soltó los vientos e cruelmente lidiaron; nieblas de grajas çerraron
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el ayre de tal negror que su mesmo color el çielo todo enfoscaron.” (pág. 61)
Cerrar viene del latín *serrare, de serare, significa aquí que la atmósfera se encapotó o se cargó de nieblas produciendo oscuridad. El sujeto agente de la acción posee rasgo [-Animado] a igual que su CD. El verbo enfoscar proviene del latín infuscare, ‘oscurecer’; viene en el sentido de ‘oscurecer, privar de luz’. Posee CD de rasgo [-Animado]. “Del propio color mudado començó: -“Si las estrellas non mudan el curso dellas; non podedes ser librado de batalla, ó guerreado de Amor;” (pág.71)
Del latin mutare, el verbo mudar en esta frase significa ‘cambiar, pasar de un lugar a otro’. Presenta sujeto y CD de rasgo [-Animado]. “Non mucho se dilató esta próspera folgura, que la mi triste ventura en proviso lo trocó;” (pág.61)
El verbo causativo trocar es de origen incierto; tal vez de origen onomatopéyico, acaso germánico; puede provenir del latín torcare. Posee aquí la acepción de ‘cambiar’, ‘transformar’. El sujeto agente es [-Animado], representado por un sustantivo “abstracto”. El CD está representado por el pronombre neutro lo, que se refiere a toda la construcción anterior. “Así buscad la dïesa Dïana de castidat E con ella consultad el fecho de vuestra presa; ca ella sola revesa, los dardos que Amor envía e los apaga e resfría así que su favor cesa.”
Revesar proviene del latín reversare. En este ejemplo, significa ‘retorcer, desviar’. Posee sujeto agente de rasgo [+Animado] representado por el pronombre personal ella que hace referencia al sustantivo “propio” anteriormente citado. El CD es de rasgo [-Animado]. Enseguida tenemos otros dos verbos causativos: apagar y resfriar que tienen en común el mismo sujeto de revesar. Apagar viene de a- y el latín pacare, calmar, mitigar. En esta frase admite el sentido de ‘aplacar, extinguir’. El verbo resfriar de re- y esfriar posee el sentido figurado de ‘entibiar o templar el ardor o fervor’. Ambos verbos presentan el mismo CD de revesar, sustituido ahora por el clítico los. “O si cántigas de amores yo fago, que algunos plegan, çertas, por dicho se tengan
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que vuestros son los loores. Donzella, cuyos valores con pluma y lengua recito en fablas e por escrito, sanad mis tristes langores”. (pág.153)
El verbo sanar proviene del latín sanare, significa ‘restituir a uno la salud que había perdido’. Indica una acción directa, física y también psíquica. Posee sujeto [+Humano] y CD [-Animado]. “Cierto, soy nieto de Egeo, fijo del duque de Athenas, aquel que vengó á Tideo, ganando tierras ajenas; e soy el que las cadenas de Cupido quebranté, e mis naves levanté sobre sus fuertes entenas.” (pág.19)
Del latin *crepantare, de crepans, -antis, el verbo quebrantar aparece aquí en el sentido de ‘romper, separar con violencia’. Este verbo de modificación indica acción directa, física y violenta. El sujeto causante de la acción presenta el rasgo [+ Animado], con CD [-Animado], más precisamente, [+Material], es decir, objeto físico, como suele ser característico de este verbo. Al contrario de lo que demuestra el ejemplo anterior, el verbo quebrantar en estos dos fragmentos siguientes adquiere una connotación un poco distinta por sus acepciones: “Mas por eso non çesaron los fados de me mostrar, a fin de lo evitar, más daños, que non tardaron; que las tres Furias cantaron con la trompa de Tritón, e con la triste canción el mi sueño quebrantaron.” (pág.58)
En este caso, el verbo quebrantar expresa la interrupción de una acción. Presenta sujeto personificado y, por tanto, de rasgo [+Animado]. El CD es de rasgo [Animado] como en el ejemplo anterior. “Los que son desta cuadrilla [suenan siempre] e van sonando, e quedarse han santigua[n]do con la mano en la maxilla Tal se piensa santiguar que se quebranta los ojos.” (pág.96)
Con el mismo sentido de ‘romper’, el verbo quebrantar aparece con sujeto de rasgo [+Animado] y es, a la vez, agente y paciente de la acción; nótese la presencia del pronombre reflexivo se que se refiere al propio sujeto, por lo que constatamos que se trata de una construcción “media activa”con CD “afectado”, de rasgo [-Animado]. 7
“La perfecta Fermosura supitamente corrió mi tropel e lo rompió con tal gentil catadura, que sin vergüenza e mesura [luego nos desbaratamos, e nos dimos e entregamos] a su capitán Cordura.” (pág.85)
Del latín rumpere, ‘separar con más o menos violencia las partes de un todo, deshaciendo su unión’. En este ejemplo designa claramente una ‘acción violenta’, por ello suele tener sujeto ‘agente’ y de rasgo [+Animado]. En este caso, posee CD de rasgo [+Animado], pero que va representado por el clítico lo. 2.1.2. VERBOS DE “ACCIÓN” Por el carácter dudoso que presentan los verbos dilatar y aumentar para una clasificación coherente que posibilite insertarlos en uno de los grupos semánticos existentes, decidimos incluirlos en el grupo de verbos de “acción”. Veamos los siguientes ejemplos: “La mayor cuyta que aver puede ningund amador es nembrarse del plazer en el tiempo de dolor; e maguer que el ardor del fuego nos atormenta [mayor dolor] nos aumenta esta tristeza e langor”. (pág. 37)
El verbo aumentar, viene del latín augmentare, en la acepción de ‘acrecentar, dar mayor extensión o materia a alguna cosa’. El sujeto causador del proceso es compuesto y de rasgo [-Animado]. El CD experimentador del proceso es un sustantivo de carácter “abstracto” y, por lo tanto, presenta rasgo [-Animado]. “Non mucho se dilató esta próspera folgura, que la mi triste ventura en proviso lo trocó; [e] la claridad mudó en nubosa escuridad e la tal felicidad como sombra se pasó” (pág.61)
Del latín dilatare, está empleado en el sentido de ‘tardar’. Nótese el empleo intransitivo con valor medio de este verbo causativo, siguiendo el esquema SUJ- (se) PRED. Poniendo en orden directo los términos, la construcción intransitiva: “esta próspera folgura no se dilató”, podría parafrasearse por “La tormenta no dilató esta próspera folgura”. Ello viene a confirmar lo que nos dice Elena Rivas: “Es, por tanto, el proceso sintáctico de transitivación el que define los factores diferenciales de la causatividad en relación con otras
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modalidades semánticas de alternancia transitiva / intransitiva”. (E. Rivas, 1996, p. 46)
2.1.3. VERBOS DE “OBJETO AFECTADO” (ACCIÓN PSÍQUICA) Con respecto a esta clase de verbos Cano Aguilar nos aclara que en su relación verbo-objeto, el objeto no es algo creado por la acción verbal ni modificado por ella, es decir, en este caso, objeto afectado significa “algo sobre lo cual se hace algo, pero sin que podamos especificar más en un intento de generalización” (ob. cit., p.68). Están incluidos en esta clasificación el grupo de los verbos que designan acción psíquica o emocional, de los que citamos en los fragmentos siguientes: “Muy atarde de consuno agua e fuego se convienen: non pueden turar en uno aquellos que mal s’avienen. Pues tristeza perturbó [en ti] todo mi logar, non conviene porfiar con quien pudo más que yo.” (pág.204)
El verbo perturbar proviene del latín perturbare y está en el sentido de ‘trastornar el orden, la quietud y el sosiego de algo’. Es un verbo de acción psíquica, emocional. El sujeto agente y causador del proceso es un sustantivo “abstracto” y, por tanto, de rasgo [-Animado]. Según Cano Aguilar, los objetos de estos verbos suelen ser en su mayoría [+Animado], y más específicamente [+Humano] porque expresan acciones psíquicas (id. p.66), lo que no cuadra exactamente con nuestro ejemplo de arriba, puesto que el CD es de rasgo [-Animado]; pero vale resaltar que antes de este aparece un sintagma circunstancial de lugar que remite a una persona que, según observamos, experimenta el proceso, completando de ese modo la significación del CD. “Coraçón, [adiós] te dó, ca donde mora pessa non puedo mucho tardar, pues que su contrario só. En el tiempo que tú vías la señora que elegiste ya sabes que todos días te me dí, segunt que viste. Mas después que se perdió, pues non te puedo alegrar, encomiéndote el penssar, amigo, pues que me vió.” (pág.203)
Alegrar viene de alegre del latín *alicer *alecris, por alacer, -cris. Quiere decir aquí ‘causar alegría’. Es un verbo que representa la clase de los de acción psíquica por excelencia ya que “causa emoción”. En este ejemplo forma parte de una perífrasis verbal, posee sujeto de rasgo [+Animado], específicamente, [+Humano]; el CD, representado por el clítico te, se refiere a un sustantivo de carácter físico, que el sujeto trata de personificarlo, con lo cual, se puede considerarlo de rasgo [+Animado].
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También consideramos oportuno incluir en este apartado este fragmento del texto en que aparece el verbo atormentar porque éste se comporta de modo similar a los verbos anteriores: “ La mayor cuyta que aver puede ningund amador es nembrarse del plazer en el tiempo del dolor; e maguer que el ardor del fuego nos atormenta mayor dolor nos aumenta esta tristeza e langor” (pág.37)
El verbo atormentar proviene de a- + tormentar de tormentum, -i, significando ‘causar dolor o molestia corporal’. Como se puede verificar, expresa fundamentalmente un fenómeno físico, pero que también es de orden psíquica, siendo el sujeto, sin lugar a dudas, “agente” y el objeto “afectado”. Posee sujeto de rasgo [-Animado] y CD de respectivo rasgo [+Animado] representado por el clítico nos. “Començamos de consuno el camino peligroso por un valle [como empruno] áspero, mucho fragoso, e sin punto de reposo aquel día non çesamos fasta tanto que llegamos en un castillo espantoso. Al qual un fuego çercava en torno como fonsado, que por bien que remirava de qual guisa era labrado, el fumo desordenado del todo me registía así que non disçernía cosa de lo fabricado” (pág.26)
Registir es una variación gráfica de la época de resistir, del latín resistire. Posee sujeto [-Animado] y CD [+Humano], representado por el clítico me. Este verbo, en su esencia, no es causativo, pero en esta construcción subyace el sentido de “lo hizo resistir”, de lo que se puede concluír que un verbo destituído de significado causativo puede adquirirlo, según sea la construcción del predicado en que se insiere. Conforme nos indica Aranda “ninguno de los tipos de ‘verbos causativos’ consigue ser, realmente, expresión explícita y general de la ‘causatividad’, como lo es, sin duda, la expresión hacer + infinitivo, y, quizá, otras formaciones verbales..” (Ob. cit., p. 156) 2.1.4. VERBO DE “MOVIMIENTO” Encontramos en la obra un ejemplo de ese grupo con el verbo correr. Hallamos por bien incluirlo en la clase de los verbos de movimiento porque el verbo expresa una acción en la que el CD se desplaza, cambia de lugar, pudiendo considerarse como “objeto afectado”:
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“La perfecta Fermosura supitamente corrió mi tropel e lo rompió con tal gentil catadura, que sin vergüenza e mesura [luego nos desbaratamos, e nos dimos e entregamos] a su capitán Cordura.” (pág.85)
El verbo correr viene del latín currere. En esta frase tiene empleo transitivo causativo en el sentido de hacer correr, ‘atacar’2. Como se puede ver, el sujeto está caracterizado por un sustantivo de carácter “abstracto” personificado, pues representa, en el caso, una divinidad, pudiendo tener el rasgo de [+Animado]. El CD presenta el rasgo [+Animado]. “Ya del todo desfallece con pesar mi triste vida: desde la negra partida mi mal no mengua, mas creçe. “Non sé que diga ventura, que mal me quiso apartar de vos, gentil criatura, a la qual yo he d’amar” (pág.213)
El verbo apartar proviene de a- y parte. Posee sentido de ‘alejar’. Se puede considerarlo como un verbo de movimiento pues expresa un cambio de lugar del CD, representado, aquí, por el clítico me, de rasgo [+Animado] y, más bien, [+Humano]; el verbo también exige el sintagma preposicional de vos, que completa el sentido de la acción verbal, como es característico de este tipo de verbo. Según nos indica Cano Aguilar, los verbos de “movimiento” acostumbran tener sujetos “activos, autores o provocadores del movimiento” (ob. cit., p. 156).
3. COMENTARIO FINAL Por lo que concierne a la parte teórica del trabajo, hemos podido verificar que la noción de causa es una característica “inmanente” al concepto de transitividad, ya que el sujeto de las construcciones transitivas es siempre el causador del proceso verbal. Del estudio contrastivo de las transitivas causativas y no causativas, hemos comprobado que ambas construcciones se corresponden a nivel de estructura sintáctica, pero no a nivel semántico. La relación verbo-objeto es fundamental para la caracterización del proceso diferencial entre causativas y no causativas, pues, como hemos observado, en la alternancia construccional causativa la relación sujeto-verbo se ve alterada, ya que el sujeto de la intransitiva y el objeto de la transitiva son correferenciales, lo que no se observa en las fórmulas no causativas. Este mismo proceso de alternancia causativo / no causativo se da estrictamente con verbos de “doble 2
Según Aranda, “la supuesta ‘significación causativa’ de dormir, correr, pasear, subir, etc., no se diferencia por el esquema sintáctico al que tradicionalmente se asocia, dado que ese esquema, el transitivo, se muestra insuficiente para singularizar la ‘causatividad’ de un verbo, no ya frente a otro verbo distinto, sino entre dos o más sentidos que él mismo presenta” (A. Aranda, ob. cit., p.125).
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diátesis” o “diatéticamente neutros” y aquellos verbos que poseen valor “medio”. Causatividad y diátesis son, por lo tanto, dos valores indisociables. Con respecto a ello, hemos visto la existencia, en la lengua española, de algunos pares diatéticos de verbos que se contraponen léxicamente, como matar / morir, dejar / quedar, destituir / cesar, etc., que nos llevan a concluir que estos verbos constituyen, en sí mismos, una modalidad diatética. En lo que concierne al análisis de las causativas en Canciones y decires, hemos extraído el total de veinte verbos de construcciones transitivas en empleo causativo, de las cuales hemos observado que sus respectivos sujetos son, en su mayoría, de rasgo [Animado], lo mismo que sus respectivos CD. Estos aparecen como pronombre neutro lo en un caso y como forma de clítico en cinco construcciones. En lo tocante a la clasificación semántica, hemos encontrado un mayor número de verbos de “modificación”, que suman un total de catorce verbos, siendo tres de estos relativos a construcciones con el verbo quebrantar. También hemos verificado dos casos de construcciones con el pronombre reflexivo se, siendo una de ellas de voz “media activa” y otra de voz “media”, pero hay que tener en consideración que esta se trata de una intransitiva, lo que viene a confirmar, una vez más, que la “mediatividad” es una de las características fundamentales del fenómeno de la causatividad. Por lo demás, hemos comprobado, en el análisis de las transitivas causativas que forman nuestro corpus, el carácter intrísecamente “activo” del sujeto y el rasgo “afectado” predominante en el CD.
4. REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS ALARCOS LLORACH, E. Estudios de gramática funcional del español, 3ª ed. Madrid: Gredos, 1984. ARANDA, A. La expresión de la causatividad en español actual. Zaragoza: Libros Pórtico, 1990. BASSOLS DE CLIMENT, M. Sintaxis latina, I, Madrid: CSIC, 1948. CANO AGUILAR, R. Estructuras sintácticas transitivas en el el español actual, Madrid: Gredos, 1987. _________________ “Cambios en la construcción de los verbos en castellano medieval”, Archivum, 27/28, 1977-78, p. 375. MARQUÉS DE SANTILLANA, I. López de Mendoza. Canciones y decires, edición, prólogo y notas de V. García de Diego, Madrid, Espasa-Calpe, 1973. R.A.E. Real Academia Española, Esbozo de una nueva gramática de la lengua española, Madrid: Espasa Calpe, 2005. RIVAS, E. Construcciones monoactanciales y transitivas biactanciales en castellano medieval. Sus empleos alternativos, Verba. Anuario galego de filoloxía, Anexo 41, Universidade de Santiago de Compostela, 1996. TRUJILLO, R. Elementos de semántica lingüística, Madrid: Cátedra, 1976.
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