Contribuciones a la historia antigua de Barranquilla

Contribuciones a la historia antigua de Barranquilla Carlos Angula Valdés En 1942. el Banco de la República publicó la obra Colombia de norte a sur, d

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Contribuciones a la historia antigua de Barranquilla Carlos Angula Valdés En 1942. el Banco de la República publicó la obra Colombia de norte a sur, del arqueólogo español José Pérezde Barradas. En ella apareceun informe del ingeniero Antonio Luis Annenta, en el cual daba a conocer por primera vez la existencia de un cementerioindígenaenBarranquilla; ubicado precisamente, en la zona que tradicionalmente hemos denominado "el Centro". Dicho informe. poco divulgado. al parecer. constituye a nuestro juicio un documento que enriquece la perspectiva histórica de la ciudad. a la vezque una invitación al abordaje de estudios serios sobre las primeras fases de su desarrollo. que sin duda corresponden a la época prehispánica. Con base en tal evidencia y en hallazgos arqueo-

remontarlo desde el"mar a través de las Bocas de Ceniza. Por otro lado. el problema que plantea a los historiadores la falta de una cronología absoluta para esta etapa de la historia de Barranquilla no existiría. si para la época en que ejecutamos las excavacionesseñaladas arriba hubiéramos tenido acceso al análisis del radiocarbono. Aun cuando este artículo está dirigido esencialmente a mostrar aspectos de la arqueología de Barranquilla. consideramos conveniente insertar un resumen de la versión de Domingo Malabet (VergarayBaena,1946: 8-9),paraarmonizarnuestro supuesto con los datos que la tradición local ha convertido en fuente esencial para explicar el origen de la ciudad.

lógicos posteriores en otros puntos del perímetro urbano. el Instituto de Investigación Etnológica de la Universidad del Atlántico hizo en 1952 una serie desondeosy excavacionessistemáticas en elextremo occidental de la ciudad.

Alrededor de 1629, habitantes de la vecina población de Galapa se vieron obligados, a raíz de una prolongadasequía,a emigrarconsusganados hacia el ríoMagdalena. Primeroocuparonel lugar

Estos estudios. así como el documento del inge-

llamado Sabanitas de Camacho: más tarde, La Playa(hoyCorregimientoEduardoSantos), desde

nieroAnnenta. pareceque no alcanzaronla difusión necesaria y por ello la ciudad sigue ignorando. sin proponérselo. el interesante capitulo de su prehistoria. A lo anterior podemos agregarla falta de noticias en las crónicas del descubrimiento y conquista del Nuevo Mundo, donde no aparece una sola alusión sobre presencia de indígenas en el área: sea porque habían desaparecido del lugar antes del contacto indohispánico, sea porque los asentamientos se encontraban distantes de la orilla del río. que entre otras cosas. era poco frecuentado por los españoles en su último tramo. por el peligró que suponía

donde se inició un nuevo movimiento migratorio haciael sur s inperder de vista la margen izquierda del río. Este movimientoterminó en las Barrancas de San Nicolás. que ofrecían mejorescondiciones para el desarrollo de las actividades ganaderas y de cuyo diminutivo se Qriginómás tarde el nombre de la ciudad. Los primeros ocupantes del terreno al recorrer la orilla de la ciénaga encontraron en dos o tres puntos algunas barrancas de poca altura y, en virtud de eso,primero de modofestivo y después con seriedad. lo llamaron Sitio de las Barrancas de San Nicolás, cuyo nombre llevó por mucho

Huellas 35. Uninorte. Baranqullla pp. 5-12. Agosto,1992. ISSN0120-2537

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tiempo. según consta por documentos que posteriormente hemos consultado... 1:/ comenzaron los desmontes y la demarcación de solares, sin atender a reglas de ninguna especie y cada uno obró según su leal saber y entender. Esto sucedía en el año de gracia de 1629, según lo aftnna el señor Juan José Nieto en su Geografia de la Provincia de Cartagena, publicada en 1839 (Boletín Historial de Cartagena, 1918: 34-35-36).

Hace años que el sector urbano comprendido entre el antiguo caño de las compañías J por el este, la calle Obando 2por el occidente, la carrera Topacio 3 por el norte y la Carrera Rosario 4por el

excavacionessuperflcialesparacúnientosdemuros dÚJisorios de habitaciones y de obras análogas: la erosión causada por las corrientes pluviales en algunas calles también ha descubierto bastante de aquellas sepulturas que datan de más de 450 años atrás. Es posible que el área de la antigua metrópolis sea. mayor que la descrita en estas notas: pero computando un promedio de tres unidades por cada metro cuadrado, llegaremos a la conclusión muy acertada de que más de medio millón de esqueletos de segundo entierro en lo que constituye hoy una zona central de la ciudad de Barranquilla. No se han encontrado objetos de oro, ni utensilios o artefactos de alguna clase en las urnas contentÚJas de los esqueletos. Hasta donde he podido observar, parece que los cráneos deaqueUosaborígenespudieranclas!ftcarsecomo braquicéfalos, no recuerdo que algunos fuesen determinadamente dolicocéfalos, si bien es cierto que no pude obtener uno solo que conservase su

sur, que mide alrededor de 7 hectáreas, constituye un vasto osario que la población prehispánica de aqueUa región y las riberas comarcanas destinó para el reposo defmitivo de la ceniza de sus compatriotas. En el cuadrilátero que he demarcado, que se muestra en el plano (fig. 1) he presenciado la exhumación accidental en distintas épocas, desde el año 1898, de numerosas urnas cinerarias (no urnas funerarias) contentivas de restos humanos: un esqueleto completo en cada una de ellas enterradas a un metro o poco más de la superficie del suelo. En los lotes sombreados en la cuadrícula A y B del plano, que fueron de mi propiedad: caUe de Caldas 5 y Santander 8,pude

integridad: los huesos se encuentran en estado excesivamente frágil. pudiendo pulverizarse en muchos casos con ligera presión del Ú1dice y del pulgar. Esos residuos orgánicos expuestos durante cuatro y medio, cinco o más siglos a la humedad y sequedad alternadas de las Uuvias y el aire atmosférico y a los ácidos y otros agentes corrosÚJos del terreno, se encuentran muy alterados. Alguna vez obtuve una mandíbula inferior intacta. dentadurasana,piezamaxilardeestructura poderosa. mentón recto, ancho, los extremos de la quiJada muy abiertos. Se comprendió que, no pudiendo dedicar mucho tiempo y espacio a esta suerte de investigaciones, me faltó la

observar una aglomeración bastante densa de aquellas urnas contiguas a las otras, hasta 6 ó más por cada metro cuadrado: en los lotes C y D, que también fueron de mi propiedad, los vasos cineranos se encontraban más separados. En muchos otros lugares dentro del peTimetro que he delúnitado, se han encontrado ollas de barro con huesos de esqueletos humanos al practicar

oportunidadparadeterminarsiaqueUascalaveras revelan la deformación artificial que acostumbraban los panches, los caribes que ango,staban hacia arriba la bóveda craneana de los varones mediante el empleo de tablillas o paletas compresoras desde la edad temprana: perojuzgo que practicando las exploraciones con el debido cuidado será fácU descubrir si allí existen esas peculiaridades, y determinar además numerosos e interesantes rasgos étntcos, propósito que por sí solo justifLCaría la inversión de recursos pecuniariospor alguna entidad oficiaL para conducir una serie de bien dirigidas y cuidadosas

EVIDENCIAS ARQUEOLOGICAS EN BARRANQUILLA Hacia finales del siglo XIX el ingeniero Annenta señaló:

Antonio

Luis

1 Enlace fluvial entre el no Magdalena y la ciudad de Barranqullla. 2

Actual mente call e 42 .

3Actualmente carrera SOB. 4Actualmente carrera 46. 5Actualmente calle 38. 8Actualmente calle 40.

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investigaciones. Todas las urnas que he examinado en aquel sector, a excepción de la que se menciona más adelante. exhiben una alfarería de manufactura grosera, de barro ordinario arenoso: vasiJas esféricas algo achatadas, Uenas de la misma arena arcillosd' que las rodea. Pueden extraerse con

mejor éxito esos vasos sacándolos enteros en bloquesconsu contenido.precipitándolos previamente para someterlos luego a una desegregaciónlenta y moderada bajo el grifo del acueducto. con la cual disminuye la ruptura de los huesos ya fragmentados. En el lote que indica el punto B del plano el número 123 norte de la calle Santander 6 en el año 1918. descubrí una urna de factura especial muy diferentede las otrasantes observadas de forma cónica en la mitad iriferior.

F1g.l. Plano de necrópolis prehispánica de Barranquilla, según el Ing. Antonio Luis Armenta. Las letras A y D indican los lugares principales señalados en el texto.

que se distinguía notablementeentre todos sus congénereshasta entonces observados por mí. Sobre esa urna de forma de tinajuela encontré como especie de tapadera o corona de arciUa muyfina. de color rojo muy oscuro. tendiente al negro, superficie de bruñido o tersura casi esmaltada: la pieza es de una solidez tal. que el golpe del cavador (del "barretón" que dicen en Bogotá). al levantar la tierra. apenas causó una ligera dentellada o mella en el borde superior del excelenteejemplar. defmacerámica. Esta urna de cerámica debió ser introducida por los antiguos barranquilleros desde tierras muy lejanas. posiblemente de las faldas de la Sierra Nevada de Santa Marta. Las peculiaridades de aquel hallazgo me indujeron a escudriñarlo con atención. suponiendo que se trataba de los restos de algún cacique: mas no pude encontrar otra cosa que las acostumbradas piezas del armazón óseo de un cuerpo humano. No tengo noticia que en la zona de la necrópolis descrita se hayan encontrado piezas esculturales o de talladura en cerámica. ni de decoracioneso esmaltes vitrios: sin embargo. en el crucede la Calle Jesú 7con la carrera del Rosario 8,punto E del plano. fig. 1. encontré por los años 1897. hace más de ocho lustros cuando yo construía la línea del tranvía de Jesús por cuenta del empresariocubanoFrancisco

7Antiguamente calle37. 8Antiguamente carrera36.

Javier Cisneros.en la zanja para los cimientosde la rampa que allí erigí. una tapadera de olla, de arcilla cocida,manufactura indígena antigua toda tallada con trazos simétricos. La tapadera de arcilla la obsequiéal señor Yeatman. Gerentedel FF. CC.de Baranquilla. a quien presenté además numerosas hachas de piedras recogidas por mí en las mensuras que practiqué en la gran isla de Mompós. Todosesos objetos ~queológicos están en el Museo de Historia natural del Estado de Ohio. al cual los remitió el señor Yeatman. (Armenta. Antonio Luis. En, Colombia de norte a sur. 1943). Este valioso documento, poco conocido por los barranquilleros. es una fuente histórica de primera mano que modifica la perspectiva tradicional que se utiliza para explicar el origen de Barranquilla. Por eso lo hemos transcrito en su totalidad. Por otro lado. puede ser una herramienta útil a los arqueólogos e historiadores del futuro frente a nuevos descubrimientos que aún pueden hallarse ocultos bajo la superficie de su territorio o en áreasvecinas. En 1932, el filólogo e historiador Mñr. Pedro María Revollo publicó Nombres GeográficosIndígenas en el Departamentodel Atlántico. obra en la que apareceuna descripciónde dospiezasarqueológicas que el señor José Manuel Carbonell había encontrado en lo que hoyes el barrio Mequejo, en el extremo occidental de la ciudad (Revollo. Pedro María.cocido 1932:(figs. 13-50). barro 2 y Se 3). trata de dos figurinas de

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dores del Country Club. consistente en un entierro secundario y. posteriormente. una considerable cantidad de material osteológico. cerámico y lítico puesto al descubierto por motoniveladoras de la Casa Parrish que trabajaban preparando la urbanización NuevoHorizonte. dieron para suponer que estos descubrimientos podrían estar relacionados con el material arqueológico del barrio Mequejo. descrito por Mñr. Revollo y los hallazgos del Centro de la ciudad. estudiados por el ingeniero Antonio Luis Arrnenta. Frente a estas evidencias. el Instituto de Investigaciones Etnológicas de la Universidad del Atlántico. preparó un proyecto dirigido a explorar la zona NO. de la ciudad. Este estudio incluía el rescate de material arqueológico de superficie y la ubicación de posibles sitios para excavar. l"ig. 2. .PL'qucño artcfacto de barro cocido, dc 52 milímetros de alto y otros tantos de ancho, que pudo haber sido idolillo, hallado por don José Manuel Carbonell, a flor de tierra, en los terrenos de Mequcjo, occidente de l3arranquilla; en donde, por el hallazgo de otros fragmentos de la misma especie, se dcduce que existió una población indígena, que había desaparecido al ticmpo de la Conquista. Son de factura burda y arte incipiente" (lbid, 27).

l. PROSPECCION y SONDEO ARQUEOLOGICOS EN LOS SITIOS LA CUMBRE y WS ALPES

Los trabajos aquí consistieron en una cuidadosa revisión de la superficie del terreno para rescatar, sin criterio selectivo, el material cerámico, lítico etc., así como en la ejecución de doce pozos de ensayo para ubicar posibles depósitos culturales. De éstosrescatamos 206 tiestos muy fragmentados y la mitad inferior de una hacha pulimentada, cuyo filo mostraba señales de uso. Este material fue recogido en cinco pozos a una profundidad que oscilaba entre dos y seis centímetros: los siete restantes, resultaron estériles. Aun cuando no localizamosevidenciasdeposibles viviendas o enterramientos.la presenciadecerámica arqueológica rescatada en las condiciones señaladas. resulta ser una prueba de que los sitios ocupa8dos hoy por los barrios La Cumbre y Los Alpes. fueron en el pasado asentamiento de comunidades indígenas que. al parecer. compartieron dicho territorio según pautas de poblamiento disperso. EXCA VACIONES EN NUEVO HORIZONTE

1i'lg.3. .PaUco o alcatraz de barro, de 53 milímetros de largo y 38 de alto, hallado por el mismo señor Carbonell, también en las tierras de Mequejo..." (lbid. 27).

EXCA VACIONES ARQUEOWGICAS SISTEMATICAS

Un hallazgo occidental hecho por trabajadores de las Empresas Públicas Municipales en los alrede-

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Nuevo Horizonte es un barrio ubicado al occidente de Barranquilla entre las calles 83 y 84B Y las carreras 43 y 42D. Durante los trabajos de adecuación de esta urbanización. motoniveladoras de la Casa Parrish dejaron al descubierto parte de un extenso yacimiento arqueológico que. al parecer, ocupaba también predios de la contigua urbanización Granadillo (calles 82-85 y carreras 43-46). La limitación de recursos enesaépocasólo permitió

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la ejecución de tres excavacionessistemáticas que, para el caso que nos ocupa, identificamos como cortes 1, 2 Y 3: siendo el último, el más profundo y más rico en material cultural (figs. 4 y 5). Auncuando el objetivo de este artículo está lejos de considerar las explicaciones que se derivan de la metodología y de los detalles que surgen durante el proceso de una excavación de esta naturaleza. tendremos sin embargo en cuenta. aquellas observaciones generales que se desprenden del contexto cultural del material rescatado. y deducir así. el modo devida de estosgrupos indígenasque poblaron la parte occidental de Barranquil1a antes de la conquista española. Para tal fin tomamos como base el corte 3. que resultó ser el más abundante en inforn1ación (Fig. 5). Se trata de una trinchera de 6 x 2 m con una profundidad de 1.20 m El corte se hizo a base de capasarbitrarias de 30 cm de espesor.El yacimiento se encontraba recubierto por un estrato de arena humífera de 20 cm. Debajo de este estrato se extendía un conchal de grosor irregular. a causa de depr~sionesnaturales delterreno. Estas depresiones afectaban en algunos casos. formas de bolsas que llegaban hasta 1 m de profundidad (fig. 5). Eran abundantes los ostiones (Ostreaplumosa),fig. 6. ab; las almejas (Protothaca grata sbyJ. fig. 6. c-d; valas de chipichipi (Donaxsp.J:espinas de pescado. huesos de venado (Mazama sp.J. fig. 6. e-f-g; de hicotea. de conejo y tenazas de cangrejo. Las herramientas eran escasas: el extremo inferior de un hacha pulida cuyo filo mostraba señales de haber sido usada; cuatro raspadores que probablemente eranutilizados para preparacióndecueroso trabaj ar madera y dos lacas con filo vivo aparentes para cortar y/o despresar (fig. 6. h-1). La alfarería. representada particulanIlente por vasijas culinarias. tinajas para almacenar semillas y / o líquidos (fig. 7. a). platos (fig. 7. b), parece haber alcanzado. hacia finales de la historia de estos grupos. un desarrolloconsiderable.como10demuestran su riqueza en fonIlas y decoración (fig. 8). Incluía también. vasijas multípodas (fig. 7. d) Y figurlnas (fig. 7. 1). Un detalle estrechamente relacionado con la posible existencia de la agricultura enestelugar. son los platos y cuencascon incisiones en las paredes interiores que. en otras regiones de América. se asocian con la trituración de semillas blandas incluyendo. probablemente. el maíz. Evidencias, a las cuales podría agregarseel resto de una mano de moler hecha engranito. roca frecuente en la Sierra Nevada de Santa Marta.

La presencia de un tortero o volante de huso (fig. 7. g) rescatado en el corte 2. apunta hacia el conocimiento delhilado y probablemente. deltejido. utilizando para ello algodón silvestre. De estemodo conocerían la forma de elaborar redes para pescar y posiblemente algún vestido. detalle este último del cual no poseemosevidencias. Una vasija muy fragmentada, que contenía huesos largos deteriorados, permite asegurar que estos indígenas conocían el entierro secundario: práctica. que según el ingeniero Arrnenta. era frecuente entre los aborígenes del Centro de la ciudad (Armenta, 1989: en, Colombiade norte a sur). Aun cuando no fue posible definir la fonna usual de la vivienda. ni el patrón de asentamiento de las comunidades. parece que la zona más poblada. del área estudiada. estaba en los sitios donde hoy se levantan los barrios Nuevo Horizonte y Granadillo. Tomando como referencia el inventario de los elementosculturales rescatados. podemos agregar lo siguiente: l. Setrata de comunidades de horticultores que combinaban esta actividad con la pesca. la recolección de moluscos en el mar y en la Ciénaga Grande de Santa Marta y la caza de especiesmedianas y pequeñas. 2. No encontramos puntas de proyectillíticas. ni de hueso. Es probable que se trata de una ausencia más aparente que real. puesto que el área explorada por nosotrosfue relativamentelimitada en extensión. 3. Es probable que en las actividades dé cacería se utilizaran también trampas; detalle bastante común entre otros grupos de indígenas de la costa colombiana del Caribe. 4. Comolo hemos señaladoantes, hay evidencias de que estosgrupos conocían también el hilado con el cual preparaban redes para pescar y probablemente la técnica del tejido. 5. Evidencias deentieIJ"ossecundarioscon ofrendaspennite pensaren la existenciadeideasreligiosas sobre la vida del más allá. 6. La localización de restos de actividad humana muy dispersas en un área relativamente grande. supone el uso de una pauta de poblamento disperso que probablemente contenía unidades familiares limitadas a unas pocas viviendas.

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de la historia antigua de Barranpodría situarse hacia comienzos del siglo XVI.

--quilla Fig. B. Decoraciónmás frecuenteen una colecciónde superficiede cerámica arqueológica deloccidentede Barranquilla.l. BarranquillaCannelitaAspera.; 2 a 6, BarranquillaCam1elitaUsa; 7, BarranquillaRojaAspera;B a 9, BarranquillaRoja Lisa; 10 a 13. Barranquilla Gris Lisa; 14 a 15, BarranquillaNegraLisa; 16 a lB, BarranquillaOcreRojiza. 7. La actividad social y económica de estas comunidades parece girar alrededor de la organización tribal

igualitaria.

de

los restos orgánicos recogidos en el corte 3. no permitió conocer la fecha de las primeras ocupaciones del área occidental de Barranquilla. ni el final su

historia.

Sin

embargo

CITADA

Angulo Valdés. Carlos. "Colecciones arqueológicas superficiales de Baranquilla y Soledad". En Divulgacionesetnológicas,

La falta de acceso al análisis radiocarbónico

de

BIBLIOGRAFIA

fue .pasado

posible

una

apro-

Vol. 111, No. 5, 1954.Barranquilla. Armenta,AntonioLuis.En. Colombia de nortea sur, 1943. Bancode la República,Bogotá. Malabet,

Domingo.

y su presente.

En,

Vergara

Segunda

y. Baena.

edicion,

1946.

Ban-anquUla, Barranquilla.

su

xfmación tentativa en este sentido. al comparar las últimas etapas del desarrollo cultural de sus aborí -RevoIlo, PedroMaña.Mñr.En,Boletú1HistDl"Üll deCaltagena. genes con aquellas que se dieron en otras comuniVol. 71,No. 162,1991,Cartagena. dades del curso bajo del río Magdalena. particularReichel Dolmatoff.GerardoyAlicia."Investigaciones arqueomente con las estudiadas por Alicia y Gerardo lógicas" eneldepartamentodelMagdalena, Colombia".ParteIV. Reichel Dolmatoff en las regiones de Tamalameque. En,Divulgaciones etnológicas, Vol. 4,No.4, 1953,Barranquilla.

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