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Conversaciones públicas y privadas: Cómo el ser sincero y respetuoso al decir lo que uno piensa terminaría con la discusión (y con la relación) Por Fred Kofman
La diferencia entre las conversaciones públicas y privadas nos permite verlas de dos maneras. Una de las formas es documentar lo que se dijo en la conversación, y la otra es ver qué pensamientos y sentimientos tuvimos durante la conversación, pero no expresamos. Chris Argyris y Donald Schon desarrollaron un formato de caso llamado "Columna de la Izquierda". Quien escriba el caso puede examinar una conversación difícil, así como también rastrear y revelar el comentario interno que la acompaña - comentario que usualmente nadie se atreve a expresar. Eso provoca importantes cuestionamientos acerca de cómo y qué comunicamos. Es una manera de examinar y transformar conversaciones frustrantes en posibilidades de aprendizaje. Es una manera de descubrir la conversación detrás de la conversación. ¿Qué es lo que nos impide tener conversaciones más exitosas?
Pero, ¿por qué seguimos repitiendo comportamientos que producen solamente sufrimiento e ineficiencia? Tal vez la respuesta sea que una parte de nosotros obtiene algo que desea de ese atascamiento. Aquí están algunas ganancias que podríamos obtener al permanecer atascados: • Un sentimiento de previsibilidad y de "estar en control". • Mantener una fachada de racionalidad lo que evita pensamientos y sentimientos difíciles.
A menudo defendemos nuestras creencias y opiniones y menospreciamos o emitimos juicios acerca de las de los demás.
Si usted piensa en conversaciones fallidas que ha tenido, podría notar cómo ha quedado trabado o atascado en una rutina automática que crea un círculo vicioso de confrontación, sufrimiento, resentimiento, ira y justificación. Podemos pensar en éste ciclo como una "rutina defensiva", es decir un conjunto de acuerdos implícitos entre personas dentro de una conversación para mantener un patrón incómodo pero familiar. A menudo defendemos nuestras creencias y opiniones y menospreciamos o emitimos juicios acerca de las de los demás. Éstas rutinas defensivas están arraigadas en nuestros modelos mentales - las creencias y valoraciones profundamente arraigados que proveen un marco para la manera en que interpretamos el mundo en el que actuamos. Cuando nos enredamos en rutinas defensivas, colaboramos con la creación de un sistema cerrado de relación. Una vez Public and Private Conversations
establecido, el sistema deja muy poco espacio para que actuemos fuera de nuestros roles, aún cuando produzca resultados no deseados una y otra vez.
• Asumir que uno está actuando con sensatez mientras que los otros no lo están. • Guardar las apariencias y evitar la vergüenza propia y la de los demás.
• Proteger y reforzar la visión que tenemos de nosotros mismos, del mundo y de los demás. Evitar nuestro rol como responsables en el resultado no deseado. Éstos comportamientos pueden ayudar a protegernos de aquello a lo que más tememos: el fracaso, la ignorancia, la vergüenza, y la pérdida de control. También pueden ser causantes de que abandonemos nuestros pensamientos, sentimientos, nuestro poder y nuestro "verdadero yo" por los demás. Cuando subordinamos aquello que es verdadero para nosotros a lo que otra persona piensa que es el comportamiento adecuado, nos alienamos de nosotros mismos e invalidamos nuestros propios pensamientos y sentimientos.
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El Ejercicio de la Columna Izquierda nos provee de una valiosa ventana que mira hacia adentro de los supuestos tácitos, juicios, necesidades, temores y otras cuestiones que no deseamos discutir, que se encuentran justo debajo de la superficie de nuestras conversaciones. Proveen la materia prima esencial para transformar rutinas defensivas dañinas en rutinas poderosas y fundamentales de aprendizaje. Los pasos son simples: Oportunidad de aprendizaje. Recuerde o imagine una conversación insatisfactoria en torno a un problema angustiante. La conversación puede ser con un colega, un jefe, un cónyuge, un hijo- cualquiera que usted elija. Para utiizar esto como una oportunidad de aprendizaje, es muy importante que usted elija una conversación que usted considere que no ha ido bien. 1.
Escenario del contexto. Escriba uno o dos párrafos acerca de la naturaleza de la situación. ¿Cuáles eventos llevaron a esa conversación? ¿Cuál fue el contexto en el que ocurrió? ¿Quiénes participaron en ese intercambio? ¿Cuáles pensamientos y sentimientos tuvo acerca de los demás participantes y acerca de usted mismo? ¿Cuál fue el problema en cuestión? ¿Qué es lo que usted quería lograr?
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3. Conversación Pública. Dibuje una línea por el centro de una hoja de papel. En la columna de su derecha, escriba el diálogo tal como ocurrió. En esta columna, escriba solamente las declaraciones que se dijeron; su columna de la derecha debería aproximarse a una transcripción de la reunión. Deje la columna de la izquierda en blanco mientras escribe en la columna de la derecha.
Conversación Privada. Cuando haya completado la cuenta del diálogo, use la columna de la izquierda para escribir los pensamientos y sentimientos que guardó para sí mismo. (En este momento, no se preocupe aún de escribir lo que usted atribuye acerca de los pensamientos privados de los otros participantes de la conversación.) Registre los pensamientos y sentimientos que usted tuvo mientras cualquiera de los dos estaba hablando.
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Resultados y Reflexiones. Después de haber completado los pasos anteriores, escriba un párrafo o dos acerca de los resultados de la conversación y sus pensamientos acerca de ellos, incluyendo:
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• ¿Qué salió mal en la conversación? • ¿Qué ocurrió después con el tema en cuestión? • ¿Qué efecto tuvo sobre usted? • ¿Cuál fue el efecto en la relación? • ¿Por qué no dijo usted lo que está en su columna de la izquierda? • ¿Qué cree que hubiera sucedido si lo hubiera hecho?
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• ¿Cuáles fueron las consecuecias negativas de haberse guardado para sí su columna de la izquierda? • ¿Qué cree que pudo haber en la columna de la izquierda de la otra persona durante la conversación? Tomarse el tiempo para examinar cada pregunta puede proporcionar ideas valiosas acerca del proceso de la conversación, y de la esencia del proceso que nos ocupa. Probablemente encontrará que la mayoría de sus comentarios eran evaluaciones, juicios negativos, atribuciones, prejuicios, presunciones o suposiciones. En la columna de la izquierda también podrá encontrar emociones como el temor, la ira, la tristeza, la vergüenza, la culpa, la resignación, el resentimiento, la alienación, el estrés o la ansiedad. Frecuentemente las personas también guardan sentimientos secretos de ternura, compasión, cuidado, simpatía y amor. Éstos son considerados sentimientos "positivos", pero muchos de nosotros nos sentimos avergonzados o incómodos revelándolos. Pueden ser tan difíciles de reconocer como las emociones negativas. Podríamos comportarnos como si solo pudiéramos arrojarlos a la basura. Pero eso no es posible. El material en nuestra columna de la izquierda se asemeja a los desechos tóxicos, un subproducto no deseado de nuestras mentes que amenaza nuestro bienestar y nuestras relaciones. Entonces, ¿Qué hacer con éstas conversaciones privadas? Usted puede deshacerse del desecho, exponiendo sus pensamientos y sentimientos no filtrados. El desecharlos podría proporcionarle algo de alivio, pero contaminaría el ambiente de sus relaciones. Al deshacerse de su columna del lado izquierdo sin examinarla primero, se relacionará con los otros directamente desde su temor, desconfianza y orgullo. Desecharla podrá hacerlo sentirse mejor, e incluso permitirle afirmar que está siendo "honesto", pero lo debilita y socava sus relaciones. Algunas de las posibles consecuencias de hacer esto incluye la escalada del conflicto (si usted dice lo que realmente piensa del otro, el otro le dirá lo que realmente piensa de usted); dañar e incluso destruir relaciones; sentir dolor, remordimiento y vergüeza; terminación de la conversación, evitando la solución del problema. En resumen, decir lo que realmente está en su mente no parece ser una estrategia muy exitosa. Esa es la razón por la cual muchos de nosotros guardamos lo que tenemos en nuestra columna de la izquierda bien escondido. Usted puede enterrar el deshecho, internalizando sus pensamientos y sentimientos con la esperanza de que de alguna manera serán neutralizados. Si bien esto no creará un colapso inmediato, tampoco proveerá una solución. Llenarse de este material tóxico no resulta saludable. Existe evidencia médica abrumadora de que esconder los pensamientos y sentimientos se traduce en transtornos corporales tales como el estrés, la indigestión, la presión alta y en casos extremos,
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un aumento de las probabilidades de derrames cerebrales, ataques al corazón y cáncer. ¿Cuáles serían las consecuencias de no decir lo que realmente está pensando y sintiendo? Algunas probables posibilidades serían la falta de resolución del problema (si no revela cuál es su problema, lo más probable es que nadie más se ocupará de sus inquietudes); el asunto sería pospuesto y se perdería más tiempo en él, en el futuro; usted retiraría su atención y energía de la relación; usted podría estallar, arremetiendo inapropiadamente contra su empleado, su cónyuge, su hijo o su perro—pero probablemente no lo haría con la prsona con quién usted tiene asuntos pendientes.
ilusión que usted tenga de lo contrario. Entonces usted puede intentar ocultar o ignorar sus pensamientos críticos o sentimientos cáusticos, pero no funciona. Si su yo privado y su yo ciego son tan visibles para los demás, ¿por qué intentamos esconderlos? Para poder mantener una aceptable apariencia de cortesía. Para poder mantener nuestras rutinas conspirativas defensivas intactas. Para poder retrasar la evaluación de nuestros verdaderos pensamientos y sentimientos. Para mantener el juego guardamos silencio y pretendemos no hacerlo; entonces hacemos que nuestro silencio sea indiscutible; y con eso hacemos que toda la situación también sea indiscutible.
En este punto, la situación perece desesperada. Usted está en un terrible dilema. Primero, no puede controlar los pensamientos y sentimientos que surgen de su columna de la izquierda. Se apoderan de usted, no importa lo que haga. Segundo, usted está condenado si los dice–sus pensamientos y sentimientos son altamente tóxicos y pueden destruír sus relaciones. Tercero, usted está condenado si no los dice— cuando usted guarda silencio, acumula estrés y no aborda los problemas reales. Y, cuarto, usted realmente no tiene elección—no puede esconder su desecho tóxico ni aunque lo intente.
¿Qué debemos hacer? No es de preocuparse. La situación puede ser desesperada, pero no es seria. Un antiguo dicho judío nos sugiere una dirección: cuando esté enfrentado a dos situaciones igualmente malas,… elija una tercera.
Usted puede creer que puede ocultar sus comentarios interiores através de trucos de profesionalismo, mostrando un yo público tan impermeable que no filtrase ningun deshecho tóxico. De todas maneras, eso no es mejor que deshacerse de, o enterrar, su columna de la izquierda. De la misma manera en que usted tiene una idea bastante acertada acerca de lo que está en la columna de la izquierda de sus controvertidos compañeros, sus compañeros tienen una idea bastante acertada acerca de lo que está en la suya.
Si examina su Columna de la Izquierda con consciencia, con suficiente tiempo y profundidad, podría darse cuenta de que el próximo paso para transformar relaciones ineficientes es el de la responsabilidad. Mire de frente a su Columna de la Izquierda y pregúntese, "¿Cómo estoy contribuyendo a esta insalubridad? ¿Cómo soy yo responsable de crear y mantener esta rutina defensiva?" Este cuestionamiento no descarta que la otra persona sea también responsable, pero es más propicio para aprender a asumir que usted ha creado el resultado por sí mismo.
Usted puede pensar que su persona pública—la persona que conoce las reglas del juego y que tiene todo bajo control—es
… su yo público, el yo que usted controla y muestra en presencia de los demás, está en realidad empequeñecido por su yo privado y su yo ciego. todo lo que se ve cuando interactúa con las personas. Usted podría imaginar que sus otros yo—su yo privado, cargado de comentarios, y su yo ciego, que es desconocido a su mente consciente—son más bien pequeñas partes de todo su ser, que se encuentran seguras, ocultas ante la vista de los demás. De hecho, su persona pública, la persona que usted controla y muestra en presencia de los demás, se encuentra empequeñecida por su yo privado y su yo ciego. Aún más, éstos se asoman y son percibidos por los demás, a pesar de la
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Hay otra manera, más exitosa, de hacer frente al desecho tóxico de nuestras columnas de la izquierda: podemos procesarla, transformándola en energía para alimentar nuestro aprendizaje, alimentar nuestras relaciones, desarmar nuestras rutinas defensivas, y sentar la base para conversaciones más efectivas en el futuro.
Asumir la responsabilidad es diferente de echarse la culpa a sí mismo. El echarse la culpa y odiarse a sí mismo solo perpetúan las rutinas defensivas. Usted puede asumir la responsabilidad sin asumir la culpa aceptándose a sí mismo con compasión, y reconociendo que sus pensamientos y dificultades son reales en ese momento. No los niegue ni los juzgue; solo considérelos como las semillas que pueden abrirse a un nuevo nivel de ser y de relacionarse. El que usted tome la responsabilidad no prohíbe a su compañero de hacerlo también. En el mejor de todos los casos, cada compañero toma el 100% de la responsabilidad por el proceso y el resultado de la interacción.
Tomar la responsabilidad es diferente de culparse a sí mismo. La culpa y el odio a sí mismo solo perpetúan las rutinas defensivas. |3
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Al reclamar su responsabilidad por crear y sostener este sistema no saludable, usted puede entonces preguntarse si está dispuesto a tomar la responsabilidad de transformarlo. ¿Está dispuesto a trabajar sobre las cuestiones sustanciales y de procesos con su compañero para hacerlo más saludable y menos desequilibrado? ¿Está dispuesto a darle el tiempo necesario que tomará transformarlo? ¿Está dispuesto a permanecer allí aún si se vuelve doloroso? ¿Está dispuesto a abrir viejas heridas para que éstas puedan sanar adecuadamente? Si lo está, entonces está listo para comprometerse con su compañero para comenzar la transformación. Consejos para transformar una conversación problemática 1.
Introduzca la conversación de manera ligera y no se tome muy en serio. Esté dispuesto a liberar algo de la pesadez y de la actitud defensiva que hacen que el intercambio y su pensamiento sean pesados y rígidos.
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Adopte una postura de curiosidad acerca de usted y de la otra persona. A medida que la conversación avanza, tenga curiosidad—no juzgue ni censure—por su columna de la izquierda. También observe qué es lo que desencadena reacciones en usted mientras su compañero actúa o habla. Al mismo tiempo, escuche empáticamente a su pareja. Pregúntese cómo sería caminar en sus zapatos y vivir en su mundo.
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Hable cuando sienta o piense en algo que pudiera causar incomodidad o contribuya a la rutina defensiva. “Discúlpame,” podría decir, “pero cuando hablaste noté que me sentí molesto. No quiero desviar la conversación, pero quiero entender por qué estoy respondiendo de esta manera. Creo que si analizamos esto ahora, eso nos ayudará a encargarnos del asunto en cuestión. Esto es lo que me molestó acerca de lo que dijiste, y por qué…" (Podrías queres aplicar una herramienta llamada el proceso de Multi-Step Communication aquí: “Cuando te observo decir o hacer (A), yo pienso (B); en estas circunstancias, yo siento (C); lo que realmente me gustaría que ocurriera es (D).”) Haga preguntas. Indague acerca de lo que podría estar pensando o sintiendo su compañero. Usted podría aprender ideas valiosas de cómo su comportamiento afecta a la otra persona y socava la efectividad de la relación. También podría aprender qué es importante para él, que información tiene, y qué es lo que él está intentando lograr. Considere las siguientes preguntas mientras reflexiona acerca de la conversación:
• ¿Qué siento? • ¿Qué pienso? • ¿Qué información y razonamiento condicionan mis pensamientos? Public and Private Conversations
• ¿He examinado los fundamentos de las evaluaciones en mi columna de la izquierda? • ¿Cómo se asemeja esto a otras situaciones de mi vida? • ¿Cómo está influyendo el pasado en mi presente? • ¿Qué estoy sacando con permanecer atascado? (ganancia secundaria) • ¿Qué es lo que realmente quiero? • ¿Qué es lo que necesito revelar? • ¿Qué puedo aprender? 6.
Recuerde que procesar las columnas del lado izquierdo es una práctica para toda la vida. Sea tan amable, paciente y compasivo con usted mismo como desee ser con los demás. Detrás de cada columna de la izquierda hay otra columna de la izquierda. Cuando usted mira a su yo privado, puede obtener un visión de la primera capa de su yo ciego. Y al ser los seres humanos tan infinitamente ricos y complejos, éste yo ciego tiene infinitas capas. Explorarlas es tanto un viaje sin fin como una fuente inagotable de aprendizaje.
… dentro de cada relación insatisfactoria e incompleta, dentro de cada conversación inefectiva, se esconden las semillas de la transformación. Toda persona lleva temores, inseguridades, juicios, vulnerabilidades y otros aspectos complejos de su humanidad hacia cada relación que tiene. En el lugar de trabajo, tal como en muchos lugares en nuestras vidas, nos hemos entrenado para ocultar muchos de esos aspectos de la vista pública como mejor podamos. Pero no funciona realmente. Mis deficiencias salen a la luz, lo mismo que las suyas. No sabemos cómo manejar estas deficiencias respetuosamente, entonces creamos un contrato: “No te diré nada, si tú no me dices a mí.” De esa manera ambos podemos seguir jugando el juego. Y tal vez podemos evitar ser descubiertos. Y toma una enorme cantidad de energía mantener un sistema de engaño tácito. Pagamos el precio con relaciones insatisfactorias y desempeño menos-queefectivo. Nos volvemos infelices. Después nos molestamos, nos quejamos y echamos culpas, y las cosas siguen empeorando. Sin embargo, dentro de cada realción insatisfactoria e incompleta, dentro de cada conversación inefectiva, se esconden las semillas de la transformación, la materia prima preciosa que podemos usar para hacer que la |4
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conversación, y nosotros, seamos más efectivos, más saludables y más completos. Procesar esta materia prima tiene un precio: necesitamos mirar lo que hemos conspirado a crear y mantener, abandonar lo que no funciona, abrir nuestros corazones y nuestras mentes con dulzura compasiva, y seguir adelante con el proceso de cambio, aún cuando se vuelva difícil. Si estamos dispuestos y si atendemos nuestras relaciones no saludables con consciencia, responsabilidad y empatía, surgirá, seguramente, algo mucho más fundamental y satisfactorio a través de la corteza endurecida de nuestro descontento.
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