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PRODUCTO 3: Estudio Exploratorio – Descriptivo: “Situación psicosocial actual de los niños y niñas y sus madres que fueron atendidas en el Subprograma de Apoyo y Orientación a la Familia de Origen, durante los años 2001 y 2006”.

Valparaíso, Noviembre 2008.

INDICE CONTENIDOS

PÁGS.

1. Presentación y Fundamentación del Estudio 2. Objetivos del Estudio y Preguntas de Investigación 3. Aproximaciones Teóricas 3.1. Interaccionismo Simbólico 3.2. Teoría del Apego 3.3. Desarrollo Humano en la Infancia 4. Momentos de la Investigación 5. Aproximaciones a la Realidad 5.1. Fundamentos Metodológicos 5.2. Diseño Metodológico 5.3. Propuesta Metodológica Inicial 5.4. Reformas Metodológicas de la Investigación 5.5. Estrategias y Técnicas de Recolección de Información 5.6. Estrategias de Análisis 6. Estrategias de Análisis de la Investigación 6.1. Análisis de los Datos Cuantitativos 6.2. Análisis de los Datos Cualitativos 7. Análisis de las Encuestas a las Mujeres 8. Análisis de los Estudios de Caso 9. Análisis de las Entrevistas a los (las) Profesionales de las Unidades Regionales de Adopción 9.1. Análisis Trasversal de las Entrevistas a los (las) Profesiones 9.2. Algunas Reflexiones sobre la Intervención de los Organismos Colaboradores 10. Conclusiones Finales 12. Bibliografía y Referencias

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1. PRESENTACIÓN Y FUNDAMENTACIÓN DEL ESTUDIO Al hacer referencia a la Adopción, no podemos desconocer el componente conflictivo que ésta evoca en nuestra sociedad, pues se asumen distintas visiones y posiciones. Por un lado, se asumen imágenes en cuanto a los actores que participan de ésta, como lo son la institución de la familia; en tanto de origen como adoptante, la mujer en cuanto madre y por otro la de la niña o niño que se abandona acoge. Sin embargo, tomando en cuenta que la mayor parte de las investigaciones sobre el tema de la adopción, existentes tanto en el ámbito nacional como latinoamericano, se encuentran relacionadas a los padres adoptantes y las y los niños adoptados, se invisibiliza y por lo tanto se niega el problema de la mujer que decide ceder a un hijo o hija en adopción, quien además de asumir la complejidad de su propia trayectoria vital, se enfrenta al conflicto de un embarazo no deseado y al estigma social que implica negar la maternidad como una opción, lo cual en nuestro contexto cultural aparece como fundante para la construcción de la identidad de la mujer. Esta mirada fragmentada tiene relación con que en nuestra sociedad, cuando se piensa sobre el cuidado de los hijos, sin lugar a dudas, la imagen más representativa para ocupar ese rol, es el de madre. Nuestra sociedad ha identificado a la mujer en cuanto a sujetos, con el ejercicio de la maternidad, y es justamente a partir de esta condición que ésta cobra un reconocimiento y una posición en la estructura social. En base a esto, la mujer que se encuentra en conflicto con su embarazo, es visualizada por un lado, como la mujer – madre que abandona, que entrega parte de si, y por el otro, el acto se percibe como generoso, haciendo posible cumplir expectativas en cuanto la constitución de una familia, de una mujer deseosa de realizarse a partir de la maternidad, es el acto que otorga un espacio de cuidado y afecto para la niña y el niño que ha sido puesto en adopción. Asimismo se encuentra escondida la realidad del niño o niña no cedido en adopción, cuyas madres en algún minuto consideraron esa opción. Existiendo, además, escasos antecedentes del segmento de niñas y niños que se encuentran con su familia de origen a pesar de que sus madres consideraron la opción de entregarlos en adopción y que descartaron esta posibilidad por diversas motivaciones. Queda además escondida la situación de los hijos e hijas de estas mujeres en cuanto a las dinámicas relacionales que se establecen entre ello/as y sus madres y viceversa, ya que al considerar que sus madres enfrentaron un conflicto inicial con su maternidad, esta situación podría interferir la relación que se establece entre ellos en la primera infancia y en la posterioridad. De esta forma, por un lado, debemos comprender el fenómeno de investigación, desde las construcciones simbólicas en cuanto al sujeto femenino, la familia y las niñas y niños, sobre lo cual se levanta o emerge todo un engranaje material y simbólico, el cual opera tanto en el nivel social como individual, de manera formal e informal, como criterio de verdad, consolidando modalidades de identificación y acción en cuanto sujetos, lo cual construye expectativas, prácticas y discursos en torno a la mujer – madre, la familia como pilar fundamental de la sociedad y al espacio y posición que cumplen y asumen niñas y niños. De esta manera, nos lleva a preguntarnos en esta investigación, respecto a la relación afectiva o vincular que estas mujeres logran establecer con su hijo o hija, partiendo de este conflicto inicial de asumir su maternidad, formulándose las siguientes preguntas: ¿Qué factores llevan a una mujer a considerar la opción de la adopción?, ¿Qué procesos inciden en la toma de decisión de no ceder finalmente a este niño o niña?, ¿Qué tipo de relación vincular tienen los niños y niñas no cedidos en adopción con sus madres biológicas?, ¿Tiene este conflicto inicial con la maternidad alguna incidencia en la posterior relación vincular entre madre e hijo/a? y ¿Afecta de alguna manera el desarrollo posterior del niño/a? .

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Fundamentos de la Investigación El Subprograma de Apoyo y Orientación a la Familia de Origen, perteneciente al Servicio Nacional de Menores (SENAME), atendió entre los años 2001 y 2006 a un total de 1723 casos de personas en conflicto con su parentalidad, de las cuales se estima que el 99,5% son mujeres1. Según el estudio “Caracterización y Perfil de Madres que consultan/ceden a sus hijos para adopción” entre los años 2002 y 2005, el 73,8% de las mujeres afirman haber consultado con el fin de ceder a sus hijos en adopción y el 26,2% sólo para recibir orientación; sin embargo, esta cifra se invierte al considerar el porcentaje de consultantes que finalmente cede a sus hijos en adopción, que alcanza sólo al 26,8% del total; en tanto que el 73,2% decide asumir al niño o niña, esta cifra a su vez es coherente con los datos de la Fundación San José para la Adopción, que define que el 79,2% de las mujeres en conflicto con su maternalidad, atendidas en el Hogar San José durante los años 2004 y 2005, terminan al finalizar su embarazo decidiendo no ceder a sus hijos o hijas en adopción2 . A nivel nacional, existe escasa información acerca de cuáles son los factores que inciden en esta decisión y la influencia que en ella tiene la intervención de las instituciones encargadas de brindar apoyo en el proceso de toma de decisión. Por otra parte, no existe información respecto a la actual situación psicosocial y de vinculación parental, de los niños y niñas no cedidos en adopción, cuyas madres consideraron esa opción, acercándose a consultar y recibiendo orientación al respecto. Esta carencia de información es una importante dificultad, si se observa el perfil de las mujeres que consideran la opción de ceder en adopción, que corresponde a un segmento con un alto grado de vulnerabilidad social, y se enfrentan a la maternidad con condiciones precarias, en relación con sus redes de apoyo y condiciones socioeconómicas, esta situación de vulnerabilidad de las madres, necesariamente afecta a sus hijos que nacen. Conocer los factores que inciden en la decisión de no ceder en adopción, las dificultades que enfrenta la madre una vez que decide quedarse con el niño o niña, las condiciones del actual desarrollo psicosocial de estos niños y niñas y la vinculación que hoy tienen con sus familias biológicas; resulta especialmente importante al momento de decidir estrategias de acción pertinentes desde la perspectiva de los derechos de la mujer y de los niños y niñas.

SENAME. “Caracterización y Perfil de Madres que consultan/ceden a sus hijos para adopción”. Santiago, 2007, donde se señala que entre los años 2002 y 2005 sólo se atendieron 4 hombres en este programa.

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Anguita, P. “Hacia la decisión de entregar un hijo en adopción...Una mirada desde las interacciones simbólicas”. Tesis de pregrado para optar al título de Trabajo Social y grado de licenciado en Trabajo Social. Pontifica Universidad Católica de Valparaíso, Valparaíso 2007.

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2. OBJETIVOS DEL ESTUDIO Y PREGUNTAS DE INVESTIGACIÓN Objetivo General Estudiar comprensivamente la actual situación psicosocial y de vinculación parental de una submuestra de niños y niñas no cedidos en adopción, hijos de madres en conflicto inicial con su maternidad que fueron atendidas por el Subprograma de Apoyo a la familia de origen de SENAME, entre los años 2001 – 2006 a nivel nacional en tres zonas geográficas previamente definidas, indagando en los factores que pudieron favorecer u obstaculizar su proceso de desarrollo. Objetivos Específicos 1. Conocer la situación psicosocial actual de los niños y niñas cuyas madres accedieron al subprograma Familia de Origen en las dimensiones de: desarrollo psicomotor, la vinculación parental con la madre, su inserción en instancias de la red social, atingentes a su etapa de desarrollo. 2. Desarrollar una aproximación a la diversidad sociocultural de las niñas, niños y las familias sujetos del estudio, con el fin de explorar la incidencia de las variables vinculadas al entorno social significativo, en lo relativo a su inserción social y bienestar, una vez culminado el proceso de intervención por parte del programa. 3. Explorar las percepciones de las mujeres atendidas en el subprograma de apoyo a la familia de origen, respecto del servicio profesional recibido y su influencia en la actual situación de su familia. 4. Conocer la percepción de profesionales y técnicos vinculados con el proceso de intervención, respecto del trabajo desarrollado y sus resultados. 5. Analizar y proponer adecuaciones a los lineamientos técnicos del Subprograma Familia de Origen, de acuerdo a lo hallazgos encontrados en la investigación; a los instrumentos de diagnóstico; y las modalidades de intervención. Preguntas de Investigación Las preguntas que se transforman en guías del proceso investigativo son las siguientes: 1. ¿Cuáles son los factores que inciden en estas mujeres, para tomar la decisión de no ceder a su hijo o hija en adopción, a partir de sus experiencias de vida? 2. ¿Cuál es la relación vincular establecida entre la madre y su hijo o hija, en base al conflicto de asumir o no asumir su maternidad? 3. ¿Qué características presentan en la actualidad las familias de los niños y niñas y sus madres, en relación con composición, estructura y procesos relacionales internos y externos? 4. ¿Cuáles son las características del actual desarrollo psicosocial de los niños y niñas, en relación con lo esperado para su edad, en su contexto sociocultural? 5. ¿De qué manera califican y cualifican las mujeres el apoyo recibido por el Subprograma de Apoyo a la Familia de Origen? 6. ¿Cuáles son las percepciones de profesionales y técnicos vinculados con los procesos de intervención en el Subprograma de Apoyo a la Familia de Origen, respecto de la atención otorgada a las mujeres y a los lineamientos técnicos del programa?

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3. APROXIMACIONES TEÓRICAS 3.1. Interaccionismo Simbólico Antecedentes Relevantes El interaccionismo simbólico, es una perspectiva teórica que se posiciona entre la Psicología Social y la Sociología Fenomenológica. Sus raíces históricas se encuentran en el pragmatismo y el conductismo; en el caso del pragmatismo, éste se asocia con el Interaccionismo simbólico, por la importancia otorgada a las acciones de los sujetos en la constitución de la realidad social. En relación con el conductismo, la preocupación de esta mirada se centra en las conductas empíricamente observables del sujeto social, sin embargo, establece un distanciamiento con la mirada conductista pura, pues asocia la conducta con los elementos significativos que le dan origen; en este sentido la conducta no se origina sólo como respuesta a un estímulo determinado, como lo hace para los conductistas radicales, sino dentro de un proceso de significación por el cual es sujeto otorga sentido a sus actos. Para Mead el ser humano posee la capacidad de decidir sus respuestas, de acuerdo con aquellos elementos que estime poseen una mayor significación dentro de su esquema de interpretación social; intentando comprender la conducta en relación con el contexto social en que ésta se origina, pues busca “explicar la conducta del individuo en términos de la conducta organizada del grupo social” (Mead 1968). De este modo lo social pasa a explicar lo individual, los actos de las personas sólo pueden comprenderse en relación con los otros con quienes comparte el mundo social. Podemos definir interacción como acción que se ejerce recíprocamente entre dos objetos (o sujetos) con propiedades homólogas; para esta perspectiva, la relevancia de la interacción está asociada con los gestos significantes que posibilitan la adaptación mutua entre los individuos involucrados en cualquier acto social dado (Mead, 1972). Para Goffman, las interacciones son los átomos de la sociedad. La constitución de la persona El self o “si mismo”, en nuestro lenguaje cotidiano, se asocia con el concepto de persona, para Mead “La persona es algo que tiene desarrollo: no está presente inicialmente, en el nacimiento, sino que surge en el proceso de la experiencia y la actividad sociales, es decir se desarrolla en el individuo dado de resultas de sus relaciones con ese proceso como un todo y con los otros individuos que se encuentran dentro de ese proceso” (Mead 1972:167) Por tanto, para este autor, no somos personas desde el momento de nuestro nacimiento, nos vamos constituyendo como tales en un proceso social como es la interacción, vinculado con el proceso individual de la reflexión. La persona tiene la capacidad de “salir de sí”, es decir de considerarse a si misma como un objeto, esto como producto de su actividad consciente. La persona es sujeto y objeto, por lo tanto el proceso de reflexión que la constituye, es a su vez un proceso individual y social, pues nos permite pensar como otros y ponernos en su lugar “sólo asumiendo el papel de otros somos capaces de volver a nosotros mismos” (Mead 1972). La reflexión nos permite interiorizar la experiencia y el proceso social. En este sentido la persona se identifica con los otros y se mira en ellos como en un espejo, se reconoce a sí misma, constituye su identidad por el acercamiento y distanciamiento de aquellas otras personas con las cuales comparte el escenario social. Las experiencias primeras que permiten la constitución del self, se vinculan con la vivencia familiar. Es en la familia donde el individuo desarrolla sus primeras interacciones y va aprendiendo el papel social que le es atribuido, para posteriormente integrarlo a su identidad. Para Goffman, el self se construye como producto de la interacción dramática entre el actor y la audiencia. De este modo cada persona debe desempeñar un papel dentro del escenario social, papel, que es aprendido en el transcurso de sucesivas interacciones sociales, que suponen expectativas de acción. El mismo actor en diferentes escenarios, va desempeñando diferentes papeles, las personas van definiendo sus posiciones sociales a través de máscaras o caras sociales que le han sido atribuidas por la sociedad. Así como el actor puede ser despojado de su papel, la persona puede ser despojada de su máscara si no se conduce de la forma esperada para ella. El proceso de socialización va definiendo los papeles que deberemos desempeñar, estos papeles se relacionan con los imaginarios y símbolos sociales construidos para cada uno de los roles que la persona debe desempeñar, de acuerdo por ejemplo; con su género y posición social. De este modo el individuo hace suyas las expectativas sociales en la constitución del self, es por esto que puede reflexionar Corporación Servicio Paz y Justicia SERPAJ CHILE

críticamente y salir de sí. Para Goffman “los seres humanos no entramos en contacto directo con la realidad, sino que lo hacemos a través de los símbolos que nos obligan a interpretar un papel (...) el ser humano es un ser que representa” (Goffman, citado en Dittus. 2006) Este tema puede graficarse en las formas socialmente aceptadas que se vinculan con los símbolos asociados al concepto de maternidad; frases como “toda mujer desea ser madre”, “la maternidad es lo más importante que puede sucederle a una mujer”, “una madre da todo por sus hijos”, “ser madre implica renuncia”, entre otras similares, son la cristalización de las expectativas y prácticas discursivas que se generan en torno a la mujer – madre, que ha de integrar estas expectativas transmitidas en las interacciones que se producen en todo el proceso de socialización, a su constitución como persona, a su identidad; representando el papel que ha de corresponderle en el momento necesario, o siendo despojada del título de madre, siendo víctima de la censura social, si se distancia de las formas socialmente aceptadas de serlo: “una mujer que abandona a sus hijos no merece llamarse madre”. De este modo la maternidad es por una parte un hecho material biológico innegable, pero es a su vez un acto social en que se evidencia toda la sedimentación de la cultura. Esta vivencia de lo social y de lo simbólico no es única y uniforme, sino que depende de los diferentes contextos y espacios sociales. En el ejemplo citado anteriormente, ser madre en una clase social determinada, es distinto de otra, aun cuando ambas comparten los elementos de sedimentación cultural, las formas irán variando de acuerdo con espacios históricos, económicos, políticos y sociales a los que pertenezca. Los actos sociales Para Mead las personas viven en un mundo de significados, la percepción de los objetos materiales, puede ser descrita, etiquetada y simbolizada. “La relación entre el mundo de lo perceptual y lo material adquiere una unión indisoluble, en la medida que todas nuestras experiencias visuales o auditivas se refieren a situaciones físicas, ya sean éstas objetos tangibles o acciones que adquieren una denominación particular (libertad, control, coraje, etc.) a partir de un imaginario social” (Dittus, 2006) De este modo cada uno de nuestros movimientos, nuestros gestos en el mundo, cuando se realizan conscientemente en el proceso de interacción se transforman en símbolos significantes que van provocando reacciones y modifican las conductas de las personas que interactúan. Una sonrisa, una mirada, un tono de voz débil o fuerte, un movimiento de nuestros pies o manos, una expresión del rostro; es asociada por cada persona con un significado. El gesto se refiere a múltiples movimientos y expresiones que las personas realizan, y se asocia a significados compartidos, el que realiza el gesto tiene expectativas de reacción y conoce a su vez los significados del otro. El lenguaje, es entonces lo que posibilita que se produzca lo que Mead llama conversaciones de gestos, en que cada gesto es un estímulo para el intercambio. El gesto es a su vez la unidad básica que va dando lugar a los actos sociales; Unidad más primitiva del proceso social. El acto, se vincula con la conducta, pero es en este elemento donde se visualiza la distinción entre Mead y los conductistas radicales, pues para este autor el acto, es más que una respuesta a un estímulo determinado, es un proceso, por medio del cual las acciones de la persona ponen en juego los símbolos sociales en la materialización de la conducta.

Impulso

Consumación (Realizar la acción)

Acto Unidad + primitiva

Acción (Método – hipótesis)

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Percepción

El impulso primero, que puede proceder de la reacción inicial al estímulo, por ejemplo de un gesto de otro, va asociado con la percepción de dicho gesto, percepción en la cual la persona recurre a todos los símbolos que se han ido sedimentando desde la cultura y es capaz de construir una imagen respecto del estímulo, posteriormente en la etapa de acción la persona elige una respuesta desde una serie de conductas posibles, en este espacio las respuestas más adecuadas se relacionarán con el escenario y el papel que debe desempeñar el actor, decidiendo si se ajusta a la atribución social, o se distancia de ella; finalmente la consumación es el momento en que la acción efectivamente se lleva a cabo, por tanto la conducta se hace observable para otros. Es importante señalar, que aunque todos los pasos que dan lugar a la existencia del acto se produzcan de manera simultánea, cada uno de ellos releva el hecho de que la conducta humana es el resultado de un proceso de significación en que se pone en juego la expresión concreta de la cultura, que la persona hace suya en el proceso de socialización. Las tensiones que se expresan y que se viven en los actos cotidianos, pueden asociarse con la necesidad de representar correctamente el papel que corresponde en cada uno de los actos, asociado con la apariencia de lo que el actor desea mostrar a los otros, pero que en ocasiones tensiona la constitución del yo, la identidad individual en conflicto con el mandato social, la conducta del sujeto que cuestiona las expectativas sociales, que fractura la representación y la máscara. Por lo anterior, aproximarse al fenómeno de la adopción, resulta complejo, desde las construcciones simbólicas del acto, la adopción es un tema cruzado por el secreto y los silencios, todos los actores que son parte de este tema en algún momento son invisibilizados y ocultados, es un fenómeno contradictorio, que interpela todos nuestros significados respecto de temas como la familia, y los roles familiares, el papel y las posiciones que ocupan la mujer - madre, el hombre - padre, niño y niña como hijos e hijas; imágenes y representaciones que están en la base de nuestras construcciones simbólicas respecto del vivir en sociedad. De esta forma, el concepto común de “Familia” que se encuentra en nuestros imaginarios es la de una unidad que se configura a partir de las relaciones entre un hombre y una mujer, los cuales están unidos legalmente por la institución del matrimonio. De esta unión se engendran hijos/as, constituyendo definitivamente a la familia. El cómo esta imagen se ha ido internalizando en nuestros discursos y en nuestros actos, dice relación con los significados que se entraman dentro de esta definición, tantas veces repetida y compartida por todos y todas. Se puede considerar entonces que el “discurso de familia que domine en una sociedad permite disponer de un gran poder para poder significar lo que es normal y lo que es aceptable” (Jones 1995, citado por Gracia y Musitu, 2000). Entendiendo que la familia es considerada como una instancia de mediación entre el individuo y la sociedad, este grupo social es visualizado como el espacio privilegiado para la acción de las políticas sociales y económicas, partiendo de la base que es en este grupo de personas donde las políticas pueden tener mayor efecto e impacto, considerando a esta unidad como la célula básica de toda sociedad. Así también, es importante destacar que la familia se visualiza como un espacio privilegiado de contención, cuidado y afecto, donde encontramos el primer reconocimiento respecto de otros para formar parte de un espacio social más amplio. Bajo este contexto, este discurso va siendo socializado entre las personas construyendo imaginarios sociales sobre lo que se espera sea “una familia” y los roles que cada uno de sus miembros debe desempeñar en ésta, facilitando simbólicamente que hablemos de “la familia” a pesar que las personas puedan sentir que ese papel social no tiene ninguna relación con su experiencia cotidiana. De esta forma, nuestros actos cotidianos como sujetos sociales se orientan a dar cumplimiento con lo esperado, donde se encuentra una validación y reconocimiento social en la medida que nos permite ocupar una posición desde el rol social. Asimismo, lo femenino y lo masculino, son construcciones culturales, que van otorgando papeles y configurando identidades de mujeres y hombres, que se reproducen en el espacio familiar. Una de las ideas fundantes, desde un punto de vista descriptivo e interpretativo, es que los modos de pensar, sentir y comportarse de ambos géneros, más que tener una base natural e invariable, se apoyan en conclusiones sociales que aluden a características culturales y psicológicas asignadas de manera diferenciada a mujeres y hombres. Por medio de tal asignación, mediante los recursos de la socialización temprana, unas y los otros incorporan ciertas pautas de configuración psíquica y social que hacen posible el establecimiento de la feminidad y la masculinidad. Desde este criterio, el género se define Corporación Servicio Paz y Justicia SERPAJ CHILE

como la red de creencias, rasgos de personalidad, actitudes, sentimientos, valores, conductas y actividades que diferencian a mujeres y varones. Dicha diferenciación es producto de un largo proceso histórico de construcción social, que no sólo genera diferencias entre los géneros femeninos y masculinos sino que, a la vez, esas diferencias implican desigualdades y jerarquías entre ambos. Además hombres y mujeres se posicionan de manera diferenciada y diferenciadora dentro del escenario social, en el sistema de intercambios sociales la mujer se encuentra en una posición de subordinación frente al hombre, ante su incapacidad de transitar en el espacio de lo público, considerado como el espacio de lo importante, de lo calculado, es decir, de la razón. Por el contrario ésta se encuentra postergada y enmarcada dentro del espacio de lo privado de la casa, de lo seguro, de los afectos, de la maternidad, es decir, a una dimensión emocional, que parece reproducir el escenario de la ciudad en el "dentro de sí" que caracteriza a la generatividad del cuerpo femenino. Esto responde a que nuestra cultura occidental se ha ido construyendo a partir de una lógica del pensamiento binario, la cual también es aplicada en cuanto al hombre y a la mujer, lo que justamente justifica una representación asimétrica de los sexos, y que el varón, identificado con el logos, la razón, haya sido considerado superior a la mujer, identificada ésta con la naturaleza, con lo irracional, con lo emotivo. Lo que condujo a que ésta fuese visibilizada y configurada como espejo a las necesidades del hombre, encarnando la pasividad, la belleza, la sumisión y la capacidad nutricia, lo cual se vincula o desplaza hacia el cuidado de los hijos y de la familia. En este sentido, no podemos dejar de reconocer que en nuestra cultura, la imagen más impresionante para representar a la mujer, es sin duda, la de la madre. Nuestra cultura ha identificado a las mujeres en tanto sujetos, con la maternidad, con ello les ha asignado un lugar y papel social. Utilizando diversos recursos materiales y simbólicos para mantener dicha identificación, tales como los conceptos y prácticas del rol maternal, la función materna, el ejercicio de la maternidad, el deseo maternal, el instinto maternal y el ideal materno. Es en este contexto donde la figura del niño/a emerge como un sujeto – objeto que viene a completar la imagen idealizada de mujer – madre por un lado, y por otro la imagen esperada de familia. El niño/a se constituye en el símbolo de la trascendencia, donde la mujer pasa al estatus de madre, encontrando su plenitud y total desarrollo como sujeta social y por otro lado la familia logra su perpetuación en cuanto núcleo social. Si el tema ya es particularmente complejo, se puede inferir anticipadamente que el acceso a las mujeres que se vieron conflictuadas con su embarazo, será igualmente difícil, dado que este conflicto aparece como algo que debe ser censurado y ocultado, especialmente por parte de la mujer, pues desde lo simbólico, negar la maternidad supone una censura social, que va en contra de los roles que debería cumplir. Respecto al tema de la adopción la sociedad provee discursos ambivalentes, por una parte se le cataloga como un “acto de amor”, o forma de “potenciar el derecho a vivir en familia”, pero por otra parte se castiga el hecho de que una madre decida voluntariamente “desprenderse de sus hijos”, ya el sólo hecho de manifestar un conflicto es censurado; “(…) la idea de la madre, ilustrada por mitos y creencias que advienen desde los imaginarios sociales y que personalmente recreamos. Sin duda existe un conjunto de elementos simbólicos e imaginarios que han tramado redes significantes para que en lo social e individual la maternidad se instituya según un único modelo. Pero la decisión de las mujeres que entregan es lo que hace estallar la red”3. 3.2. Teoría del Apego La Teoría del Apego resulta ser un enfoque socio-afectivo, en cuanto percibe los procesos de vinculación y aproximación con otros, como un componente fundamental en el desarrollo de vida de la niña/o. Desde dicha teoría, que en sus comienzos se desarrolló a partir de John Bowlby, señala que existe una necesidad humana primordial en el desarrollo de la experiencia de vida de los sujetos, a la cual refiere a la generación y concretización de vínculos afectivos estrechos, los cuales, tienen como objetivo fundamental la experiencia de seguridad, confianza y capacidad de cierta autonomía en el niño y la niña en su proceso de desarrollo.

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Giberti, Eva; Chavanneau de Gore, Silvia. “Adopción y Silencios”. Editorial Sudamericana. Buenos Aires 1991. Págs. 109-110. Corporación Servicio Paz y Justicia SERPAJ CHILE

De esta forma, se define apego como “cualquier forma de comportamiento que hace que una persona alcance o conserve proximidad con otro individuo diferenciado o preferido”. Además, señala, que la conducta de apego, se despliega en etapas tempranas del desarrollo de la niña/o, dependiendo de la evaluación por parte del niño o la niña de un conjunto de señales significativas del entorno, como el cariño, protección, cobijo, interés, respuestas a sus necesidades y deseos, que dan como resultado, la experiencia subjetiva de seguridad o inseguridad. Es así, que las relaciones de apego son consideradas como un sistema innato de comportamiento que organiza de manera coherente ciertas conductas del infante como el llanto, sonrisa, búsqueda de proximidad, que en relación a la figura de cuidado son correspondidas con conductas como el tocar, contener, sostener y calmar, dependiendo de las necesidades del niño/a. De esta forma, las pautas de Apegos, se pueden clasificar como Seguros e Inseguros, dentro de los cuales, la conformación del Apego seguro, se basa en las experiencias de interacción bien coordinadas, sensibles, donde el adulto significativo es capaz de estabilizar las respuestas emocionales de niño /a. Por lo que el niño /a, frente situaciones de estrés permanecen relativamente organizados y equilibrado, las emociones negativas son sentidas como menos amenazantes. En cambio, se señala que los sujetos que presentan pautas de apego inseguro, han tenido experiencias en las cuales su activación emocional no fue reestabilizada por el adulto significativo. Estas conductas de apego, se mantienen durante toda la vida, donde sus experiencias pasadas con los otros significativos son incorporadas en el proceso de socialización, en un sistema de representaciones, a los cuales Bowlby denominó “Modelos Internos Activos”, que integra por un lado, creencias de sí mismo, y por otro, de los demás, por lo tanto dichas representaciones se convierte en un regulador emocional y cognitivo de los sujetos en las distintas situaciones relacionales en que se vean expuestos a lo largo de su vida. Según Bowlby, los modelos de apego tienen su efecto sobre la forma como se codifica y se organiza la información acerca de sí mismo, las figuras importantes y los distintos eventos emocionales, a partir de los cuales se desarrolla la personalidad y la interacción con las demás personas, el cual actúa como un proceso cognitivo - afectivo que permite anticipar las disponibilidad frente a otros, la imagen de si mismo, de las relaciones y de las estrategias de regulación. Los modelos operativos internos son estructuras con tendencia a la estabilidad y la autoperpetuación, pero tienen a la vez amplias posibilidades de cambiar durante el desarrollo y la vida adulta hacia un patrón más autónomo, en la medida en que la persona va teniendo nuevas experiencias gratificantes y seguras con figuras de apego seguras, o también cuando se vive algún proceso de redefinición, tal como el establecimiento de una relación de pareja satisfactoria, una experiencia positiva del embarazo, la maternidad y paternidad, o una experiencia psicoterapéutica satisfactoria. Además podemos incorporar a esta base teórica, los aportes desde Fonagy a este enfoque, quien incorpora a la reflexión, la capacidad por parte del cuidador, de adoptar una postura intencional comprensiva hacia el infante, que logre mentalizar en términos de pensamientos, sentimientos y deseos del niño/a. así, el niño/a con un apego seguro percibe en la actitud reflexiva de su cuidador una imagen de si mismo con creencias, deseos, intereses e intenciones, así el infante tendrá la posibilidad de encontrarse a sí mismo en el otro, como un sujeto capaz de mentalizar o pensarse a sí mismo y a los otros. Según Fonagy esta capacidad de “mentalizar”, constituye la base para la transmisión del Apego, “Nosotros pensamos de los otros en término de deseos y creencias porque, y en la medida en que, nosotros fuimos pensados como seres intencionales” (Fonagy, 1995) De esta manera, en el curso del desarrollo sano del niño/a, la conducta de apego inicial con el o los adultos significativos, es un factor a considerar en el desarrollo posterior de todo niño o niña. Las formas de comportamiento, y los vínculos derivados de ellas están presentes y activo durante toda la vida. De esta forma, las pautas de apego constituye una vinculación que puede verse afectada por el conflicto inicial en la relación entre madre e hijo/a, que se expresa en la paradoja a la que se enfrentada la mujer, en la cual la disposición contextual en que enfrenta el embarazo no deseado, la lleva a la posibilidad de desprenderse del hijo/a una vez que nazca. Sin embargo, al enfrentarse a la realidad de su nacimiento decide conservarlo junto a ella, generando un vínculo, cuya naturaleza se desconoce, debido a la inexistencia de estudios en la materia. La experiencia del embarazo es una etapa en el ciclo vital de una mujer que genera un proceso de redefinición, con amplias posibilidades de modificar el modelo operativo interno. Es un período dinámico, de constantes cambios físicos y psíquicos, donde se produce una mayor permeabilidad y vulnerabilidad, en el cual la mujer reedita su propia historia vincular y en el cual aumenta el riesgo de una depresión o una Corporación Servicio Paz y Justicia SERPAJ CHILE

reactivación de patologías previas. La seguridad emocional de la mujer embarazada influirá en el concepto que desarrolle de sí misma como futura madre, y en el vínculo de (des)apego que desde ya está estableciendo con su hijo(a) (Farkas, Santelices, Aracena y Pinedo, 2008). La conducta de apego es un proceso, que se construye en la relación vincular cotidiana, que puede verse afectada por factores de estrés. El objetivo de la conducta de apego es mantener un vínculo afectivo, cuando este se ve amenazado se generan mecanismos defensivos destinados a preservarlos, a mayor riesgo, mayor aferramiento. Por otra parte, cuando el intento por reestablecer un vínculo no tiene éxito, este se debilita (Bowlby, 1990). Aun cuando, no es posible establecer una causalidad lineal, sí es posible afirmar, que en el caso de las mujeres en conflicto con su maternidad, el vínculo inicial con su hijo o hija se ve enfrentado a un estrés inicial, que tendría incidencia en la forma de brindar cuidado, que pueden transitar en un continuo desde el desapego a la sobreprotección. Estilos de Apego Por medio de las investigaciones realizadas por Mary Ainsworth (1970) a través de la “Situación Extraña”4, se evidenciaron diferentes comportamientos en los niños y niñas, logrando describir tres patrones conductuales que eran representativos a tres distintos estilos de apego: Apego Seguro (B), Apego Inseguro – Evitativo (A) y Apego Inseguro – Ambivalente (C). Ainsworth evidencia que las emociones más frecuentes de los niños y niñas con apego seguro en la situación extraña son la angustia ante las separaciones del cuidador/a y la calma cuando éste/a vuelve. En la interacción con el cuidador/a se evidencia la calidez, confianza y seguridad. Se ha observado que los y las sujetas con apego seguro presentan una baja ansiedad y evitación, seguridad en el apego, comodidad con la cercanía y con la interdependencia, confianza en la búsqueda de apoyo y la utilización de medios constructivos ante el afrontamiento del estrés. Siguiendo a la misma autora, las emociones más frecuentes en los niños y niñas con apego inseguro – ambivalente en la situación extraña, son la angustia exacerbada ante las separaciones del cuidador/a y la dificultad para lograr la calma cuando éste/a vuelve. En la interacción con el cuidador/a se evidencia sentimientos de ambivalencia, enojo y preocupación. Se ha evidenciado que las personas que presentan este estilo de apego presentan alta ansiedad y baja evitación, inseguridad en el apego, fuerte necesidad de cercanía, preocupaciones en cuanto a las relaciones y miedo a ser rechazado/a. En los niños y niñas que conforman un estilo de apego inseguro – evitativo, las emociones más frecuentes ante la situación extraña son la ausencia de angustia y de enojo ante las separaciones con el cuidador/a, y la indiferencia cuando este/a vuelve. En la interacción se observa distancia y evitación. En el estilo de apego evitativo no hay seguridad en el vínculo de apego; se produce una autosuficiencia compulsiva y existe preferencia por una distancia emocional de los otros. Sin embargo, se ha constatado que en los niños y niñas que conforman esta pauta relacional, aunque se demuestren despreocupados/as por las separaciones, muestran signos fisiológicos que denotan la presencia de ansiedad y esta activación se mantiene por mucho más tiempo que en los niños seguros, lo que también ha sido demostrado en bebés. Con posterioridad, tras investigaciones realizadas por Main y Solomon (1986), se suma a las categorías descritas por Ainsworth la clasificación de Apego Inseguro – Desorganizado (D). Este cuarto estilo de apego recoge muchas de las características de los dos anteriores estilos de apego inseguros anteriormente descritos, y que anteriormente eran considerados inclasificables. Se ha evidenciado que las niñas y niños que conforman este estilo de apego demuestran la mayor inseguridad con sus figuras significativas. Son niños y niñas que muestran una variedad de conductas confusas y contradictorias, que oscilan entre el acercamiento y el rechazo. Dado ello, no presentan una estrategia coherente y consistente de apego. En la interacción con el cuidador/a, tras la conducta impredecible e incluso patológica de este/a, se evidencian sentimientos de temor, impotencia y falta de control. Durante esta interacción, el niño/a puede inesperadamente llora, para luego mostrase tranquilo/a y adoptar una postura rígida o movimientos estereotipados.

La “Situación Extraña” es un procedimiento experimental desarrollado por Mary Ainsworth y colaboradores (1970) como parte de un estudio longitudinal del proceso de apego. Este procedimiento está diseñado para comprobar la calidad de la relación de apego entre el niño/a y su madre o cuidador/a. En este se somete al pequeño/a a diversos episodios de separación y reunión, tanto con la madre (o cuidador/a) y un adulto extraño. Los episodios son grabados en video y codificados de acuerdo a un número de criterios.

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Regulación Emocional y Estilos de Apego Los estilos de apego se asocian a ciertas emociones y, además, se relacionan con la expresión de éstas y su regulación; de este modo, las estrategias utilizadas para expresar y regular emociones, actúan de acuerdo al estilo de apego. En el apego seguro se presentan en mayor cantidad emociones como confianza, alegría, placer, calma y tranquilidad. En el estilo evitativo predominan emociones de ansiedad, miedo, rabia, hostilidad y desconfianza y, en el estilo ambivalente, resaltan emociones como preocupación, rabia, miedo, estrés y ansiedad. Bajo este contexto, las estrategias de regulación emocional que se utilizan mayormente en el estilo seguro de apego son búsqueda de proximidad, afiliación, exploración; alta expresión de las emociones y búsqueda de apoyo social. Respecto al estilo evitativo, los personas tienden a utilizar estrategias de inhibición emocional, distanciamiento de lo emocional y afectivo, exclusión de recuerdos y pensamientos dolorosos, inhibición de búsqueda de proximidad, supresión de emociones negativas y distanciamiento de los contextos de apego. Por último, en el estilo ambivalente las personas tienden a utilizar con mayor frecuencia estrategias de búsqueda de proximidad hacia las figuras de apego, hipervigilancia, rumiación, y sobreactivación general del organismo, inhibición emocional, atención directa al estrés, acceso constante a recuerdos emocionales negativos, activación crónica y disfuncional del sistema de apego (Garrido – Rojas, 2006). 3.3. Desarrollo Humano en la Infancia Durante el trascurso de la infancia, es decir desde el período del nacimiento hasta los 6 a 7 años de vida, ocurren múltiples cambios, los cuales han sido estudiados y descritos por una serie de investigadores del desarrollo humano. El desarrollo es continuo a la largo de la vida, y se distinguen tres principales campos de estudio: físico, cognitivo y psicosocial. Bajo este contexto, y como una forma de clarificar estos cambios en la infancia, a continuación se describirán los principales hitos experimentados por los niños y las niñas durante esta etapa vital, los cuales están altamente correlacionados con las dinámicas vinculares que se establezcan entre la niña o niña y su madre o cuidador/a. Desarrollo Motor En los niños y niñas existen grandes saltos en su desarrollo motor, por lo cual se han establecido normas o medias de edad para estos hitos. Es preciso señalar que muchos niños y niñas realizan actividades relacionadas a esta área antes de la edad marcada y muchos otros/as posteriormente, siendo ambos/as igualmente saludables y “normales”. Estas normas están pensadas desde lo es esperado para un promedio de edad en particular, por ello es preciso contemplarlas como un referente, más que un indicador determinante de “normalidad o anormalidad”. En los recién nacidos los primeros movimientos corresponden a conductas o actos reflejos. Estas conductas reflejas están presentes al nacer y permiten medir el desarrollo neurológico del niño/a. Dentro de la gran cantidad de reflejos primarios existentes, se pueden destacar los siguientes: – Reflejo de succión y deglución. – Reflejo de búsqueda del pezón. – Reflejo de Moro: Separación y extensión de los brazos y piernas acompañado de llanto, tras la sensación repentina de caída, o ante un ruido fuerte. – Reflejo de prensión o flexión de los dedos al estimular la palma de la mano. – Reflejo de gateo, provocado al presionarle las plantas de los pies alternativamente, estando el niño/a boca abajo. – Reflejo de deambulación, que inicia la flexión y extensión recíproca de las piernas estimulando la marcha. La mayor parte de las conductas reflejas primarias desaparecen a lo largo del primer año de vida, siendo sustituidos progresivamente por movimientos voluntarios, no conociéndose con exactitud la interacción entre aquéllos y dichos incipientes movimientos voluntarios.

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Así también, los niños y niñas van desarrollando su control postural, el cual está relacionado con el nivel madurativo por ende tiene una gran variabilidad. Este sigue la siguiente figura: – Control de la cabeza, entre los 3 – 4 meses. – Posición sentada, alrededor de los 6 meses. – Locomoción antes de andar (arrastrarse, gatear y deslizarse), sobre los 8 meses. – Sostenerse de pie, alrededor de los 9 – 10 meses. – Caminar con ayuda, entre los 10 meses y el año (12 meses). – Caminar solo/a, entre el año (12 meses) y los 14 meses. – Corretear, alrededor de los 18 meses. A partir del segundo año el control de las piernas es más preciso, siendo el niño/a progresivamente capaz de: Caminar hacia atrás (2 años), Caminar de puntillas o saltar con los dos pies (2 años y medio), Subir las escaleras apoyando un pie en cada peldaño y saltar sobre un pie (3 años), Correr con gran coordinación de movimientos de brazos y piernas y bajar las escaleras apoyando un pie en cada peldaño (4 años) y Mantener el equilibrio sobre un pie durante -5 segundos aproximadamente- y saltar sobre ambos pies (5 años). Respecto a las conductas manipulativas, tras una primera etapa de atención visual a las propias manos y a los objetos, el contacto de los niños y las niñas con dichos objetos pasa por tres etapas: – Contacto simple. – Prensión palmar rudimentaria e inspección. – Formación de "copias motrices" exactas de los objetos, por medio de la inspección táctil. Alrededor de los 6 meses, el niño/a maneja los objetos golpeándolos contra superficies y entre sí. A partir de entonces, él o ella comienza a dar vueltas y examinar las cosas, donde esta actividad se transforma en muchos esquemas diferentes, como serían el de "soltar", la "mostración" (tender el objeto hacia otra persona, alrededor de los 11 meses), y el de "nombrar" (a partir de los 18 meses, tras la aparición del lenguaje). A partir de los 2 años de edad, el niño/a alcanza una soltura creciente en el control de sus manos siendo capaz de girar la perilla de la puerta, abrir un bote, lavarse y secarse las manos (2 años), ayudar a poner la mesa, imitar la construcción de un puente (3 años), abrocharse (4 años), atarse los cordones de los zapatos (5 años). Igualmente hay un gran avance en lo respecto a la motricidad fina, esta se puede ejemplificar con la creciente destreza en la utilización del lápiz, siendo capaz de imitar un trazo vertical y circular (2 años), copiar un círculo (3 años), copiar una cruz (4 años) y copiar un triángulo (5 años). Al igual que las habilidades motoras, el control del esfínter es un proceso que se relacionada con el desarrollo madurativo, es decir, se adquiere cuando el niño/a esta preparado para ello. Aunque en este aprendizaje se ven involucradas varias variables, generalmente los niños/as entre los 15 y 18 meses de vida, avisan a su madre o cuidador/a que se orinó, siendo esto una pauta de inicio del control de esfínteres. El niño/a ya es consciente de la situación y lo puede manifestar. Posteriormente, el niño/a manifiesta su deseo de orinar (o no) ante la pregunta de la madre, o padre o cuidador/a. Aunque este avance no permite el tiempo necesario para llevarlo/a al baño, esta urgencia miccional va atenuándose con el paso del tiempo, del crecimiento y desarrollo del niño/a. Es importante destacar que esta pauta es una orientación para la adquisición de herramientas para lograr el control esfinteriano. Posteriormente, el niño y la niña entre los 18 a 24 meses de vida, es capaz de avisar su deseo de orinar dando tiempo de llevarlo/a al baño. Entre los 2 años, y los 2 años y medio, el pañal puede ser retirado, ya que el niño/a puede por sí solo/a ir al baño o bien ser ayudado por sus padres o cuidador/a. Sin embargo, este retiro parcial del pañal no debe ser una exigencia para el niño/a, ya que esto puede afectarlo y retrasar el natural control de esfínteres en la infancia. En general, cuando el niño/a puede retener por varias horas, estaría en condiciones de abandonar el pañal, aproximadamente entre los 2 años y medio, y los 3 años de edad.

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Desarrollo Cognitivo Indudablemente todos los niños y niñas nacen con varias capacidades adaptativas, las cuales van desarrollándose y potenciándose a medida que crecen. Van conociendo su entorno; van interactuando con otros/as; van comprendiendo y aprendiendo. Para comprender este proceso, J. Piaget propone una teoría para explicar los diversos niveles de desarrollo cognitivo o proceso de adquisición del conocimiento. El autor supone la existencia de una capacidad, continuamente en crecimiento, para la adquisición de conocimientos; capacidad que se desarrolla en una secuencia ordenada. Para este teórico, niño/a es un constructor activo/a de su propio mundo cognitivo más que un receptor pasivo de las influencias del ambiente, destaca la interacción entre maduración y experiencia. Si bien, Piaget no considera las diferencias individuales presentes en todos los infantes, como los diferentes contextos culturales y sociales en que estos están insertos, su análisis del desarrollo del pensamiento ha permitido aproximarse al conocimiento del desarrollo humano. (Papalia, D. y Wendkos, S. 1992) La primera fase de desarrollo cognitivo es denominada sensoriomotora, la cual se establece desde el nacimiento hasta aproximadamente los 2 años de vida. En esta fase los niños y niñas aprenden a conocer el mundo a través de sus sentidos y de sus conductas motoras, más que pensando sobre él; es por ello, un tiempo de aprendizaje a través de la acción. Posteriormente entre los 2 a los 7 años de vida aproximadamente, el desarrollo y el uso del lenguaje dan curso en este período, a la aparición de símbolos internos. Durante esta fase los pequeños pueden pensar en objetos que no tienen delante, imitar acciones que no ven, aprender números y usar lenguaje de un modo más sofisticado. Piaget denomina a esta etapa fase preoperacional de desarrollo cognitivo. El avance en el desarrollo cognitivo de los niños y niñas les permite comprender y utilizar nuevos conceptos, utilizar categorías, visualizar mayores detalles de una situación determinada y ponerse en el lugar de otro, lo cual es de suma importancia para entender a otras personas y realizar juicios morales, esta fase denominada de operaciones concretas se desarrolla aproximadamente entre los 7 y los 11 años de edad. Posteriormente, en el período de la adolescencia, se espera la adquisición de una última fase de conocimiento, la cual persiste hasta la vida adulta, denominada fase de operaciones formales. Como se mencionaba anteriormente, el desarrollo y el uso del lenguaje permite a los niños y niñas otorgarle símbolos y significados al contexto que los rodea, y así interactuar con este. El lenguaje como tal se encuentra presente ya desde el nacimiento, expresado en llantos en un primer momento, pasando por balbuceos, palabras, frases y oraciones. Dado ello, se puede evidenciar una secuencia de desarrollo del lenguaje en la infancia, cuyos hitos se exponen a continuación: – Desde el nacimiento hasta 1 mes. El niño/a prestará atención a los sonidos o gritos. Se comunicará a través del llanto buscando la satisfacción de sus necesidades. – 2 meses: Produce ruidos y llantos diferenciados según la necesidad del niño/a, o bien la causa que lo produce. – 3 meses: Emite vocalizaciones y sonidos guturales (“ga, ga” “gu, gu”). Empezará a producir balbuceos con algunas consonantes y vocales. – 4 meses: Existirá mayor interés por parte del niño/a hacia las personas y los objetos, empezará a darse cuenta que los sonidos que emite producen un efecto en su entorno. Aprenderá la función de la comunicación verbal, por ende las vocalizaciones y gorjeos aumentarán. – 6 meses: Por medio de los balbuceos empezará a conversar con las demás personas. Emitirá más vocales unidas a consonantes para formar sílabas. (pa/, /ma/, /ba/, /ta/). – 8 meses: Es la etapa del parloteo. El niño/a emitirá más silabas seguidas a modo de respuesta a sus conversaciones, por ejemplo: “da-da”, “ba-ba”, “ma-ma”. – 10 meses: Responde a su nombre y a consignas simples tales como “no”, “ven”. Vocaliza de manera más articulada, empieza a imitar palabras. – 12 meses: Imita las palabras y la entonación de los adultos. Comprende órdenes y prohibiciones y dice 2 o 3 palabras en promedio.

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– 18 meses: Su nivel de comprensión mejora notablemente, empieza a pedir las cosas señalando o nombrando los objetos, puede pronunciar correctamente un promedio de 10 palabras. Señala algunas partes de su cuerpo cuando se lo piden. – 2 años: Se interesa más por la comunicación verbal, ya es capaz de expresar frases de dos a tres palabras y utilizar algunos pronombres personales (mío, tú, yo). – 3 años: Existe un incremento rápido del vocabulario, cada día aprende más palabras, su lenguaje ya es comprensible. El uso del lenguaje es mayor y lo utiliza al conversar con los demás o cuando está solo. – 4 años: A esta edad el niño prácticamente domina la gramática, su vocabulario sigue desarrollándose, utiliza pronombres, verbos, artículos. Esta edad es caracterizada por las preguntas ¿qué es? ¿Por qué? ¿Para qué? Este es el proceso “normal” o esperado del desarrollo del lenguaje en los niños y niñas. Es posible que algunos salgan de los estándares establecidos, pero es común, ya que cada uno/a es diferente como también su entorno. Desarrollo Psicosocial El niño y la niña al nacer dependen directamente de la madre o cuidador/a para sobrevivir. Esta indefensión del ser humano es suplida por la cercanía de una figura materna que lo alimenta y vela por sus necesidades, como también, en la mayoría de los casos, por una figura paterna que complementa el rol de la madre o cuidador/a. A ello se suma la estructura familiar que rodea y sustenta a ambas figuras. La familia a su vez, es sostenida por sistemas de apoyo social y estructuras socioculturales que dan continuidad y estabilizan los sistemas de crianza infantil. (Florenzano, 1993). Cuando este vínculo de apego, tan relevante para el niño o la niña, se logra de manera efectiva y afectiva, el niño/a adquiere una confianza básica en su medio circundante y una actitud esperanzada y optimista con respecto a su vida. En el caso de la existencia de dificultades en este vínculo, se puede generar en el pequeño/a una actitud básica de desconfianza, suspicacia o pesimismo en relación con su medio ambiente, y posibilitan la aparición de posibles enfermedades físicas y psíquicas. Posteriormente, entre los 2 y los 3 años, los niños y niñas logran una rápida maduración neurológica, surgiendo capacidades de movilización y trasporte autónomos, de control de su musculatura, como también su capacidad de vocalización va desarrollándose. El desarrollo y la potencialización de estas nuevas habilidades motoras y cognitivas, posibilitan la adquisición de un sentido de autonomía personal, siendo uno de los logros centrales en esta etapa vital. Sin embargo, en ocasiones la madre o cuidador/a no tolera esta actitud de autonomía o de independencia del niño o niña, y tiende a sobreprotegerlo/a. Esta conducta de exceso de cuidado maternal puede producir en el niño o niña sentimientos de duda, vergüenza o inseguridad en sí mismo/a. Un ejemplo significativo dice relación con el proceso de control de esfínter, que en nuestra cultura, enfrenta las voluntades de la madre y la hija o hijo. Entre los 3 y los 5 años, el niño o niña se ha independizado sutilmente, tanto física como psicológicamente de la figura materna. Este acontecimiento facilita que se percate más claramente de su medio externo y que descubra la presencia de terceras personas, como son el padre y los hermanos/as. Así también, para muchos niños/as esta etapa vital implica vincularse con otros/as ajenos al sistema familiar, lo que ocurre tras el ingreso al sistema preescolar en muchos casos. Lo anterior potencia un sentido de finalidad. Por lo general esta sentido surge en forma paralela con la identificación con el progenitor del mismo sexo y con una consolidación de las preferencias sexuales. Sin embargo, cuando los padres o terceras personas valoran la actitud de iniciativa y de logro de objetivos del niño/a como algo negativo y son castigados por ello, puede generar en los pequeños/as una reacción de culpa. Cuando surge un exceso de culpa y no se concreta el sentido de finalidad claro, es posible de que en la vida adulta aparezcan dificultades psicológicas. Posteriormente, alrededor de los 6 años de vida, el niño/a comienza a pasar más tiempo fuera del hogar y se da una mayor importancia al medio escolar. El juego se generaliza de los hermanos a los compañeros de escuela, con quienes el niño/a compite y se compara. La adquisición de un sentido de industriosidad es el logro importante en esta etapa. La capacidad de lograr las metas que el niño/a se propone, por medio del estudio sienta las bases de la futura actitud con respecto al trabajo. Así también, se desarrolla la capacidad de interactuar socialmente, no solo en el interior de la familia sino en relación con los pares. El juego y el rendimiento escolar son trascendentales en la consolidación de un sentido de ser Corporación Servicio Paz y Justicia SERPAJ CHILE

competente. Cuando esto no sucede, posibilita el surgimiento de un sentimiento de inferioridad o incompetencia.

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4. MOMENTOS DE LA INVESTIGACIÓN Al decir momento se quiere connotar el hecho de algo que se fue construyendo acorde con el nivel de implicancia con la temática y de re-conocimiento de la realidad en estudio. Esto le ha brindado un carácter de flexibilidad que ha posibilitado volver sobre las decisiones tomadas para re-mirarlas de acuerdo a los antecedentes que ha ido de-velando esta realidad. Si bien los momentos se presentan de forma lineal, su carácter procesual se basa precisamente en que los distintos momentos se van cruzando entre si y reorientándose constantemente. PRIMER MOMENTO DE LA INVESTIGACIÓN: Aproximación a Unidades Regionales de Adopción y Organismos Colaboradores. Entre las acciones emprendidas en este primer momento se cuentan: – Entrevistas focalizadas individuales y grupales a profesionales expertos de organismos acreditados por SENAME para la ejecución del Subprograma de Apoyo a las Familia de Origen: Fundación San José y Fundación Chilena para la Adopción. – Entrevistas semiestructuradas a profesionales encargados de la ejecución del Subprograma de Apoyo a la Familia de Origen en las Unidades regionales de Adopción de Atacama, Coquimbo, Valparaíso, Metropolitana, del Biobío, de la Araucanía, de Los Lagos y de Aysén. Estas acciones posibilitaron la construcción de un perfil de las mujeres atendidas en las unidades de adopción y entidades colaboradores, en base a la percepción y opinión de los actores institucionales expertos respecto de las mujeres que se vinculan con la temática de Adopción, es decir, respecto de la mirada que quienes trabajan directamente en la temática y están en contacto directo con las mujeres que acuden a las unidades de adopción, sus características y como conciben la adopción como proceso. Así como también de la mirada que ellos tienen respecto a las fortalezas y limitaciones con las cuales se enfrenta su labor. Estas acciones han sido aspectos relevantes para la configuración del fenómeno de investigación y la manera que se ha ido construyendo en el abordaje desde los distintos ejes y actores de la investigación, de esta forma se ido constituyendo como base para orientar las decisiones que se han ido tomando y que han guiado el estudio. Una de las primeras decisiones fundamentales que se toman con respecto al estudio, tiene que ver con el hecho de que en la investigación se contemple solo como sujetos de estudio a las mujeres que acudieron y fueron atendidas directamente en las unidades regionales de adopción de SENAME, y no a aquellas mujeres atendidas por los organismos colaboradores como son la Fundación San José y la Fundación Chilena de la adopción. Esto derivado de la inquietud manifestada explícitamente por los profesionales entrevistados de estas instituciones con respecto al principio de confidencialidad, en relación al resguardo de la identidad y de la historia de las mujeres atendidas por ellos. Considerando que el abordaje de éstas, por personas externas a sus instituciones seria una violación a éste principio el cual se encuentra a la base de la dinámica relacional y vincular que se establece con las mujeres y con el cual se plantean en su trabajo frente a éstas. A raíz de lo anterior y considerando la relevancia y pertinencia de esta inquietud en cuanto involucra la ética profesional de quienes atendieron a estas mujeres, así como se comprende que las mujeres que experimentando una situación compleja que conjuga tanto aspectos sociales como familiares y personales se encontrarían emocionalmente vulnerables por lo que ser interpeladas por personas ajenas a su vivencia podría conflictuarlas aun más, generando desconfianza frente a la posibilidad o necesidad de un acercamiento futuro a la institución. Frente a lo anterior, se delimita el fenómeno de investigación a partir de la configuración de la muestra considerando como sujetas de estudio sólo a las mujeres que acudieron o fueron derivadas a las unidades regionales de adopción de SENAME. Otra de las acciones emprendidas en este primer momento del estudio fue:

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La revisión de fichas psicosociales y registros de atención de madres biológicas en todas las Unidades Regionales de adopción que contempla el estudio.

Entre los objetivos que tenía esta revisión de fichas y registros de atención se cuenta en primer lugar la posibilidad que brindaría para un primer acercamiento a la realidad de estas mujeres, conocer algunas de sus características generales, así como también visualizar el proceso de intervención vivido. Esto con el objeto de ir de-velando el perfil psicosocial de las mujeres lo cual entre otras cosas posibilitaría la construcción de la estrategia más idónea para abordarlas y hacerlas parte del estudio. Por otro lado se esperaba también poder ir acotando la muestra del estudio a partir de la aplicación de los filtros que se habían establecido hasta el momento en la investigación, estos tenían que ver principalmente con considerar como parte de esta, solo a aquellas mujeres cuyo embarazo hubiese sido producto de un contacto sexual voluntario excluyendo así los casos de violación, además otra situación importante de señalar, eran los casos donde los padres, familiares o parejas de éstas mujeres no estuviesen al tanto de la situación lo que complicaría el acercamiento a las mujeres de estudio por la complejidad de la situación a abordar. Tal filtro se establece por considerar, a la luz de los antecedentes recopilados a partir de las entrevistas a los profesionales expertos y la revisión bibliográfica, que estas mujeres se podrían encontrar emocionalmente muy vulnerables como para enfrentar un proceso que implicaría volver sobre aquellos momentos que posiblemente ha intentado olvidar. El establecimiento o no de este filtro posicionó a las investigadoras en un dilema ético considerando que al marginar a estas mujeres se reduciría el número de mujeres con posibilidad de contactar, situación compleja para el estudio y los resultados esperados frente al hecho, en ese momento no tangible, de que estas mujeres fueran una población difícil de contactar. Pese a esto se opta por el respeto a la mujer y a su experiencia, y se asume que estas mujeres no serían parte del estudio. Sin embargo cuando se da comienzo a esta revisión de fichas y registros quedan en evidencia importantes dificultades para llevarla a cabo, dificultades presentes en todas y cada una de las realidades regionales. En primer lugar se constata que los instrumentos de registro utilizados en las unidades de adopción son diversos y variados, careciéndose de una tipología de registro único para todas las unidades de adopción aun cuando se entiende que al ser oficinas derivadas de una misma institución esta debiese ser la forma de operar, para entre otras cosas, un mejor manejo y eficiencia de la información. Además, se presentan casos en los cuales las atenciones estas registradas en cuadernos, en los cuales se registran además otras líneas de acción de las unidades de adopción, donde nos es posible establecer ni el nivel de rigurosidad ni la confiabilidad de los antecedentes registrados allí. Se constatan además casos en los cuales se carece completamente de estos registros, existiendo lagunas de periodos de tiempo, frente a lo cual cabe preguntarse la veracidad acerca de la información que se presenta en la base de datos. Por otro lado, en aquellos casos en las cuales si existen registros de atención o fichas estas no aparecen clasificadas según un criterio que podría parecer básico para un posterior trabajo con la mujer, esto es entre aquellas mujeres que cedieron en adopción a su hijo/a y aquellas mujeres que no cedieron en adopción a su hijo/a, lo cual frente a los objetivos de la investigación resulta ser un dato fundante. Otro aspecto que se constata a partir de este ejercicio es que los registros o fichas en un gran porcentaje no da cuenta de un proceso de intervención, más bien son el registro de una única entrevista, lo que limita la posibilidad de tener una primera mirada de la mujer potencial sujeto de estudio y de su situación. En relación a los antecedentes individualización estos son escasos y vagos en las fichas, lo que va dando cuenta de la dificultad que se presentaría para el acceso y contacto de las mujeres. Además es importante destacar que en muchos de los registros de los casos revisados no se sabe la decisión final que tomaron las mujeres en cuanto ceder a su hijo/a o no en adopción, lo cual se presenta como un proceso de intervención no acabado, además se constata frente a lo anterior que el seguimiento de los casos resulta escaso. En concreto, por esta vía no fue posible acceder a datos claros y confiables de las mujeres, lo que en definitiva dificulto de manera relevante el acercamiento a éstas, y genero la necesidad de re-mirar aquellas decisiones tomadas y re-elaborar las estrategias definidas.

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A partir de lo anterior, podemos señalar que la información presente en la unidades de adopción acerca de las mujeres que acuden a esta, resulta insuficiente y poco rigurosos, ya que si bien existen ciertos datos e información, estos resultan ser una imagen concreta, limitada en el tiempo, lo cual limita y restringe posibilidades de análisis profundo respecto a esta temática, Las posibilidades de re-conocimiento y acceso a las mujeres quedan concentradas y limitadas a la base de datos proporcionada por SENAME. SEGUNDO MOMENTO DE LA INVESTIGACIÓN: Aproximación a la Empírea desde la Base de Datos. Descripción Trabajo Terreno Para lograr el contacto con las mujeres se utilizó la base de datos entregada por el Departamento de Adopción del Servicio Nacional de Menores (SENAME). Dicha base de datos contemplaba a todas las mujeres que acudieron a las distintas Unidades Regionales de Adopción como también a instituciones colaboradores que ejecutan el programa de adopción entre los años 1996 y 2007. Dado la gran cantidad de información que se encontraba presente en dicho registro, mucha de la cual se encontraba fuera de los parámetros de la investigación, se procedió a filtrar la base de datos seleccionando a aquellas mujeres que se indicaban como no cedentes (No cedió a hijo/a en adopción), así también a las mujeres que figuraban con registro entre los años 2001 y 2006. Este procedimiento permitió acceder a los datos de contacto de las mujeres como es el RUT, número de teléfono, domicilio, establecimiento de salud al que acude, etc. Así también, se decidió contemplar en la muestra solo a aquellas mujeres que habían acudido a la institución directamente por medio de las Unidades Regionales de Adopción, dejando fuera a aquellas mujeres que vivenciaron este proceso con alguna institución colaboradora. Esta decisión está enmarcada bajo la premisa de respetar las consideraciones éticas expuestas por los y las profesionales de las instituciones acreditadas, quienes consideraban poco adecuado encuestar y entrevistar a mujeres con las cuales se había realizado un compromiso de confidencialidad. Como un primer punto a destacar, tras el proceso de filtro de la base de datos se aprecian discordancias numéricas en relación universo total entregado en una primera instancia, la cantidad de mujeres por años, y regiones contempladas en la muestra. Logrado este filtro, se procede a utilizar los registros telefónicos que se contemplaban en la base de datos entregada, considerándose este medio de contacto como la estrategia más adecuada para contactar a las mujeres, dado que: 1. Como lo reportaron varios profesionales de las Unidades Regionales de Adopción, muchas mujeres mantienen en reserva a sus familiares y entorno cercano el hecho de “haber estado en conflicto con su embarazo”, dado lo cual era muy relevante intentar lograr hablar directamente con ellas, evitando que familiares se informaran por medio de esta investigación que ellas acudieron a las Unidades Regionales de Adopción, violentando la privacidad de las mujeres. 2. Como equipo encargado de la investigación, se consideró utilizar la estrategia menos invasiva y que apuntara a respetar sus derechos de participación en la investigación. Bajo este contexto, se utilizó la estrategia de las llamadas telefónicas para acceder a la muestra de mujeres. Sin embargo, tras unas semanas de iniciado el trabajo de terreno en las distintas regiones contempladas dentro de la muestra, se evidenció la gran dificultad de contactarlas por este medio puesto que: 1. En varias regiones los registros entregados no contemplaban el número telefónico de la mujer. 2. En los casos donde si se registraba el número de teléfono, en su gran mayoría este se encontraba fuera de servicio, o bien la mujer ya no habitaba el domicilio al cual correspondía el número de teléfono. Si bien, se concretaron algunas llamadas por teléfono en las diversas regiones, no todas las mujeres accedieron a participar de la investigación (aplicación de encuesta), respetándose la decisión tomada por cada una de ellas. Es relevante destacar que durante el transcurso que conllevo el trabajo en terreno, varias mujeres connotaron su desinterés en vincularse nuevamente con la institución (SENAME) como también en varias de ellas se manifestó temor en participar. Este último hecho se reflejó en aquellos casos donde las mujeres desistieron de la aplicación de la encuesta siendo que en un primer momento si accedieron a esta. Corporación Servicio Paz y Justicia SERPAJ CHILE

Sumado a estas dificultades, en la práctica comenzó a visualizarse errores en el registro de la base de datos, específicamente en lo respecto a identificar si la mujer contactada cedió o no cedió a su hijo/a en adopción. Lamentablemente, solo a través del contacto directo con las mujeres, los y las encuestadores/as lograban identificar si aquella mujer había cedido o no a su hijo/a en adopción, lo cual generó una enorme invasión a la privacidad de aquella mujer, una reedición de acontecimientos dolorosos vividos con anterioridad y dificultades con los y las profesionales de las Unidades Regionales de Adopción, dado que el estudio no contemplaba a las mujeres que habían entregado a su niño/a en adopción, transgrediendo el trabajo profesional realizado y los acuerdos tomados. Desde la Base de Datos En relación con las dificultades que se han presentado en el trabajo de terreno, se puede señalar que hay dificultades atribuibles a las características del fenómeno a investigar y de las mujeres que son sujetas del estudio. Si este tema se prevé de este modo desde lo simbólico, más aun se presentarán dificultades, cuando el acceso a los datos de contacto de las mujeres que son proporcionados desde las unidades que prestan atención a las mujeres conflictuadas con su embarazo presentan severas inconsistencias el problema se vuelve aun más complejo. Para ilustrar los elementos de la base de datos proporcionados por SENAME que dificultan el contacto con las mujeres, se pueden señalar las siguientes: Para contactar a las mujeres, se estima que es fundamental el contar al menos con los siguientes datos básicos: Apellido Paterno y Materno, Nombre, Rut, Dirección y Teléfono. En la base de datos entregada por SENAME se observan las siguientes inconsistencias: –

Registros Repetidos

En la base de datos se encuentran duplicados un total de 21 Registros, por lo cual, en lugar de un Universo de 1317 mujeres, este primer elemento reduce a 1296 personas, en relación con los registros repetidos, se observa que en todos los casos los datos repetidos presentan diferentes números correlativos y diferentes números de madre, por lo que a una misma mujer se asignan diferentes códigos. Se encuentran las siguientes situaciones particulares: 1. Misma mujer, diferente correlativo, mismo año de atención y misma fecha de entrevista: 12 casos. 2. Misma mujer, mismo año, con registros en diferentes unidades: 2 casos 3. Misma mujer, diferentes años, misma fecha entrevista: 1 caso 4. Misma mujer, diferentes años, diferente correlativo, diferente fecha de entrevista: 2 casos 5. Misma mujer, mismo año, diferente fecha de entrevista: 4 casos –

Mujeres sin registro telefónico

Se encuentran un total de 337 mujeres sin registro telefónico, lo que corresponde a un 26% del Universo total del estudio, esto solamente considerando que el registro exista, sin tomar en cuenta que puede no estar actualizado, o no corresponder al dato solicitado, que es lo que la experiencia empírica ha ido demostrando. –

Mujeres sin registro de RUT

En relación con el dato de RUT, hay un total de 608 mujeres registradas en la base que no cuentan con este dato, lo que corresponde al 46,2% de los antecedentes presentados en la base, este porcentaje considerado sobre el total de 1317, si consideramos los datos duplicados este porcentaje se eleva al 46,9%. Este dato es especialmente relevante al momento de contactar a la mujeres, pues cualquier antecedente proporcionado por organizaciones colaboradoras o contactos que el equipo de investigación establezca para ubicar a las personas que son sujetos del estudio requiere como dato básico de acceso el RUT. Este elemento reduce ostensiblemente el Universo real al que es posible acceder. –

Registro de Nombres

Al revisar el dato de nombre de las mujeres se encuentra que el 3,7% de ellas no cuentan con el dato de apellido materno, en tanto el 1% del total no cuenta con datos de nombre, este dato podría considerarse marginal, sin embargo tiene una incidencia muy relevante al vincularlo con otros datos. Corporación Servicio Paz y Justicia SERPAJ CHILE



Registro de Direcciones

Si revisamos las direcciones de las mujeres, que son proporcionadas desde la base de datos podemos encontrar las siguientes situaciones, relevantes de ser tomadas en cuenta: 1. Direcciones repetidas para diferentes mujeres en diferentes años: 4 casos 2. Direcciones repetidas que corresponden a instituciones de acogida a mujeres embarazadas 56 casos. 3. Misma dirección, misma fecha de entrevista, diferentes mujeres: 3 casos 4. Sin dato, sin domicilio estable, se niega a dar dirección o no la sabe: 7 casos. 5. Sin Información: 344 casos. 6. Registra sólo el dato de calle, sin número que identifique el domicilio: 117 casos. 7. Nacionalidad Peruana (no indica dirección): 1 Presentados los datos referidos a la cantidad total de registro de direcciones inexistentes, o transitorias tenemos un total de 532 casos, que corresponden al 41,04% del total de mujeres presentadas en la base de datos. Según lo que hemos planteado respecto a las características del fenómeno, es muy probable que los antecedentes presentados por las mujeres sean ambiguos o poco fidedignos, o que incluso en aquellos casos en que hay registro este puede no ser absolutamente confiable, tal como ha ido demostrando la experiencia empírica en el terreno, esto se hace aun más complejo si consideramos que con los antecedentes existentes, considerando sólo el dato de dirección el Universo susceptible de ser ubicado se reduce inicialmente a menos del 60% inicialmente considerado. –

Fecha de Nacimiento de la Madre

Revisando el dato de fecha de nacimiento, nos encontramos con una inconsistencia de carácter general, pues hay 22 registros que presentan fecha de nacimiento igual o posterior a 1996, lo que es inconsistente pues la mujer tendría un máximo de 10 años al momento de ser atendida, lo que claramente es incompatible con la edad mínima que tendrían las mujeres sujetos del estudio, más aún hay 15 casos que registran fecha de nacimiento de la madre posterior al año 2000 y 1 caso que registra fecha de nacimiento en el año 2009. Evidentemente este factor nos hace dudar de la confiabilidad de los datos entregados. –

Establecimiento de Control del Embarazo

Respecto al dato acerca del establecimiento en que se controlan las mujeres, nos encontramos que respecto de esta variable hay 450 registros que se presentan como Sin información, lo que corresponde al 34,16% del total de registros de la base (incluyendo los datos repetidos). Posteriormente al desarrollar un análisis más exhaustivo de los registros existente podemos decir que una primera inconsistencia de la base es la gran cantidad de términos distintos utilizados para catalogar una misma situación, lo que dificulta inicialmente el acceso a los datos. Por ejemplo, para catalogar la categoría que podríamos denominar “Control en sector Privado”, nos encontramos con diferentes denominaciones como: particular, atención particular, centro médico, clínica, consulta privada, doctor particular, entrega del nombre específico del médico, ginecólogo particular, consulta particular, entre otras categorías, sin embargo hay total de 59 mujeres en esta categoría. Posteriormente hay un total de 40 registros que indican “consultorio”, pero no especifican el establecimiento al que se refieren. Así también se presenta el registro “varios” en 2 ocasiones. Posteriormente para referirse al hecho que la mujer aun no ha controlado su embarazo, nos encontramos con las siguientes categorías: Lo iniciará, se deriva a consultorio, coordinación con consultorio, sin control, en un total de 31 casos. Finalmente podemos decir que en relación con la variable Establecimiento de control embarazo, nos encontramos con un total de 582 registros es decir un 44,19% del total, en la cual este dato no constituye un aporte que permita ubicar a quienes deberían ser parte de este estudio.

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TERCER MOMENTO DE LA INVESTIGACIÓN: Acercamiento y Vinculación con las Mujeres Como ya se ha señalado hasta aquí, el acercamiento a las mujeres, constituye el momento central del estudio, y dadas las características de la situación vivida, la aproximación debe hacerse en un contexto de completo respeto a su privacidad y al mantenimiento del acuerdo de confidencialidad con ellas efectuado desde SENAME. Siempre se estimó el acercamiento a las sujetas como un momento complejo, sin embargo, elementos asociados a las dificultades de acceso a la información de ellas desde los datos proporcionados, y las dificultades para obtener antecedentes desde otros servicios – lo cual pudo ser realizado, sólo en algunos casos y desde una relación informal – complejizó aun más ese acceso. Una vez contactadas las mujeres, se establece otro espacio, importante de ser señalado, como es la necesaria contención que los profesionales debieron desarrollar hacia las sujetas, pues, el momento de la encuesta y/o entrevista, implica para todas ellas, la actualización de un momento particularmente complejo en sus vidas. Esto llevó a que después de ser contactadas muchas mujeres se negaran a proporcionar la entrevista. Más aun, en algunos casos, habiendo concertado previamente una cita, no acudieron a la entrevista, o se negaron a recibir al encuestador. Dificultades para el contacto, algunos ejemplos regionales5 Para cuantificar la magnitud del problema, procederemos a identificar algunos ejemplos de las dificultades presentadas. Una vez saltado el obstáculo de los datos faltantes en la base. Tendremos que, los antecedentes existentes, son insuficientes para el contacto con las mujeres. Un ejemplo emblemático. Región Metropolitana Uno de los casos más complejos en cuanto a las posibilidades de acceso a las mujeres, se encuentra en la Región Metropolitana, en la cual se concentran la mayor parte de las atenciones en el contexto nacional. Las particularidades en esta región, se refieren, por una parte a la gran dispersión geográfica de las mujeres, a la alta movilidad demográfica presente en ella, que lleva a que muchas mujeres sin residencia fija en Santiago, hayan consultado en la Unidad Regional de Adopción, para posteriormente cambiar su domicilio. Asimismo llama la atención que en esta región es donde se concentran la mayor cantidad de datos faltantes en cuanto al número de teléfono. El siguiente gráfico muestra la información resumida de los problemas que se presentaron en esta región para el acceso a las mujeres.

Los datos trabajados en este apartado, se obtienen a partir de los reportes elaborados por los profesionales de cada región, responsables del contacto con las mujeres.

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Del 100% del total de registros presentes en la base de datos para la Región Metropolitana, que corresponden a 461 mujeres atendidas entre los años 2001 y 2006, tenemos que el 72% no cuenta con el dato de teléfono. Por otra parte, los teléfonos fuera de servicio, que no existen, o que no contestan, corresponde al 14% del total de registros. En tanto los números equivocados, o en los cuales se contacta a un tercero, que no corresponde a la mujer, corresponden al 6% del total de registros. Finalmente, se realizan en la región aproximaciones en terreno, acudiendo a visitas domiciliarias, que podían darse tanto en zona urbana como rural, sin embargo, nuevamente nos encontramos con la dificultad de que un importante número de registros indican dirección, sin señalar la comuna, o a veces se encuentra sólo el nombre de la calle y el número, lo que puede corresponder hasta a 8 comunas distintas. Si analizamos los datos de la Región Metropolitana, nos encontramos que se llamó al 100% de los números telefónicos existentes, es decir, se realizaron 131 llamadas telefónicas, que corresponden al 28% de mujeres registradas en la base de datos, pudiendo contactar por esta vía sólo a 13 mujeres, que corresponden al 10% de los registros telefónicos existentes y al 2,8% del total de registros para la región. De las mujeres contactadas por esta vía 7 se niegan a contestar la encuesta y 6 deciden participar. De esas 6 mujeres, 3 eran cedentes y aparecen registradas en la base como No cedentes. Los antecedentes presentados, constituyen una importante dificultad para el estudio, pero a su vez, aportan elementos acerca de las reales posibilidades de establecer seguimiento a los casos desde el SENAME, pues los datos existentes limitan considerablemente este proceso. Aunque pueda presentarse como caso particular, es relevante señalar, que en el caso de las mujeres cedentes contactadas, hay 1 que lleva al menos 2 años, esperando recibir el apoyo que le fue ofrecido desde la Unidad Regional, sin que nunca haya sido contactada desde ella. Esta mujer se halla seriamente afectada por la cesión de su hijo y debió recibir apoyo y contención de parte de la profesional que la entrevistó. Este caso particular, se repite en varias regiones. Vinculación con las sujetas en otras Regiones El proceso llevado a cabo en la Región Metropolitana, se va reproduciendo en las demás regiones, recurriendo en muchos casos, de manera informal a instituciones de la red, como consultorios u hogares, siendo estos esfuerzos infructuosos. Para ilustrar, podemos señalar algunos datos relevantes. En la región de Atacama, del total de registros existentes, el 60,8% no cuentan con el dato de teléfono, y de los teléfonos existentes sólo 1 corresponde al número actual de la mujer y 3 corresponden a parientes; es por ello que se recurre al contacto en terreno como estrategia para el desarrollo de las encuestas. En esta región se desarrolla visita domiciliaria al 40,5% de las mujeres registradas en la base, no se accede a un porcentaje mayor, pues, al igual que en otras regiones, no se contaba con direcciones completas, esto se observa en el 12% de los casos. Del total de visitas desarrolladas tenemos que; se logra efectivamente entrevistar a través de esta estrategia de contacto a 12 mujeres, en tanto, que 8 ya no viven en el lugar, 3 viven en la dirección, pero no es posible ubicarlas, 1 dirección no existe, se encuentra 1 casa abandonada, en 4 casos, no atiende nadie en el domicilio. Otro dato importante para la región de Atacama, es que se logra detectar por la vía del contacto en terreno, que del total de mujeres registradas en la base de datos como No cedentes hay un 21,6% que son Cedentes, por tanto no son sujetas de esta investigación. Más allá del dato, y del error en el registro, esta situación resulta altamente compleja, pues al ubicar a la mujer y sostener con ella una conversación, el o la entrevistadora se ve enfrentado(a) a un problema y a un dilema ético. En varios casos la familia desconoce que ha cedido en adopción. Se presenta como un tema muy difícil de abordar, pues se abre una herida, sobre la cual no es posible apoyar posteriormente a la mujer, en el duelo vivido, debiendo desarrollar contención y apoyo. Al igual que en la Región Metropolitana, se observa, al menos en los casos contactados, que no hay seguimiento, aun cuando la mujer lo haya requerido y esté dispuesta a ello. Revisando el proceso de contacto, en otras regiones, tenemos que, en la región del Bío - Bío, de un total de 127 mujeres registradas en la base, sólo es posible acceder a 6 encuestas, y 3 entrevistas, pues aun cuando se realizó visita a domicilio a un total de 50 mujeres, que corresponden al 40% de las direcciones registradas en la base de datos, nos encontramos con particularidades como, en el 27,5% de los casos no es posible encontrar el domicilio; 8 mujeres del total de mujeres visitadas ya no viven en el lugar, en 7 casos el domicilio se encuentra sin moradores. Por otra parte, hay 21 mujeres en esta región Corporación Servicio Paz y Justicia SERPAJ CHILE

que fueron atendidas en el Movimiento Anónimo por la Vida (MOAVI), con las cuales, residiendo en dicho lugar al momento de la consulta, el acuerdo de confidencialidad, ocasiona que no se pueda acceder al actual domicilio de las mujeres. Si seguimos revisando otras particularidades regionales, nos encontramos que en la Región de Valparaíso, se presentan similares dificultades, teniendo que de 40 números telefónicos obtenidos de la base de datos, solo se logra contactar a 5 mujeres, de las cuales 3 de ellas, tras previo acuerdo para la aplicación de esta, finalmente desisten de participar, y 2 de las mujeres expresan, durante el contacto telefónico, que no desean participar de la investigación. Así bien, las 13 visitas domiciliarias realizadas, de las cuales se tenía este dato de contacto, se evidencia que en 2 de estas visitas se logra contactar el domicilio registrado, en donde las personas que viven en dicho domicilio expresan no conocer a la mujer; en 1 de estas visitas se logra contactar el domicilio registrado, sin embargo, la mujer ya no vive en el lugar, desconociendo su nuevo domicilio; en 3 de estas visitas se contacta el domicilio registrado, sin embargo nadie atiende; en 6 de estas visitas no es posible contactar el domicilio registrado, donde no hay coincidencia de la dirección y/o no hay referencias suficientes. Solo se logra en una (1) visita contacto con familiar de la mujer, quien facilita el contacto posterior con ella, permitiendo la aplicación de la encuesta. De manera transversal, podemos señalar que, el proceso de vinculación con las mujeres se vuelve altamente complejo. El primer obstáculo, lo constituye la posibilidad de acceso a los datos, desde los antecedentes existentes. Posteriormente el obstáculo se presenta desde la misma mujer y su condición, la complejidad del fenómeno, que va desde situaciones en las cuales ellas se niegan a contestar la encuesta, pues el conflicto es parte de una historia que requieren olvidar y silenciar, en muchos casos la familia desconoce que ellas hayan participado del proceso. Aparecen posteriormente otras dificultades, tales como, la vivencia o significación de una experiencia negativa en el proceso de atención, que lleva a que las mujeres desarrollen afirmaciones que indican “no quiero saber nada de SENAME”, o bien, señalen no recordar haber sido atendidas en SENAME, esta realidad se presenta reiteradamente en todas las regiones. Lo último puede ser explicado, pues en muchas ocasiones las mujeres acudieron sólo a 1 entrevista, sin haber llevado a cabo un proceso en la Unidad Regional.

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5. APROXIMACIONES A LA REALIDAD 5.1. Fundamentos Metodológicos El planteamiento de la metodología, corresponde a la elección de un concepto de ciencia, que guiará el proceso investigativo e irá definiendo los “cómos” del estudio “no es la técnica de recolección de información la que define el carácter de la práctica investigativa, sino la postura desde la cual se problematiza el objeto de investigación, la manera como se recoja la información y la subsiguiente interpretación que se haga de los datos” (Páramo y Otálvaro 2006). En este sentido, aun cuando utilizará técnicas de recolección de datos de carácter cuantitativo y cualitativo, este estudio se inscribe en la mirada del paradigma humanista, que desde el punto de vista epistemológico se centra en la descripción y comprensión interpretativa de la conducta humana6, siendo coherente con una mirada cualitativa que releva la subjetividad como centro. Desde esta mirada, la visión particular de las sujetas, su visión del mundo, el respeto de su universo y conflictos particulares resultan centrales en el abordaje del problema.

Figura N° 1

5.2. Diseño Metodológico De acuerdo al nivel de indagación, la profundidad del estudio será de carácter exploratorio – descriptivo, con un diseño transeccional, pues recoge antecedentes acerca del comportamiento del fenómeno a indagar en un momento determinado. La mirada exploratoria se refiere a la indagación de un fenómeno poco estudiado. El fin de la exploración es aumentar el nivel de conocimiento, para desarrollar posteriormente aproximaciones de mayor profundidad, siendo una característica central de este tipo de estudio su flexibilidad. Por su parte, los estudios descriptivos buscan especificar las propiedades más Los elementos a que refiere este paradigma se derivan entre otros de la Sociología Comprensiva de Weber; para un mayor desarrollo sobre este tema ver Héctor Cárcamo Vásquez “Hermenéutica y Análisis Cualitativo” en Cinta de Moebio Nº 23: Universidad de Chile, 2005, quien señala: “Max Weber como exponente del paradigma humanista, pone especial énfasis en el concepto de acción social. Concepto que implica que cualquier acto realizado por el o los individuos posee una "carga" de intencionalidad propia, lo que supone la presencia de elementos subjetivos internos en el actuar de los sujetos. En palabras de Ruiz Olabuénaga (1991:34): Por acción social debe entenderse una conducta humana (bien consista en un hacer externo o interno, bien en un omitir o permitir) siempre que el sujeto o los sujetos enlacen a ella un sentido subjetivo". De esta forma, el sujeto ya no está condicionado por "elementos externos a él", sino que más bien su accionar estará dado en función del sentido que éste le otorga a sus experiencias.”

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relevantes de personas, grupos o comunidades, o cualquier otro fenómeno que sea sometido a análisis (Hernández Sampieri y otros, 2003). La mirada descriptiva, puede ser abordada tanto desde un enfoque cualitativo, como desde el cuantitativo. Los elementos cuantitativos permitirán acceder a los aspectos objetivos que caracterizan a las mujeres que habiendo consultado, finalmente deciden no ceder a sus hijos o hijas en adopción, sus características sociodemográficas, el actual vínculo con el hijo/a no cedido/a, su acceso a la red social y su percepción de la atención otorgada por el programa. En cuanto a las estrategias cualitativas, nos permiten acceder a las subjetividades de los actores involucrados en el proceso, tanto los profesionales que reciben y orientan a las mujeres conflictuadas con el embarazo; como a las particularidades de las mujeres atendidas por las unidades de adopción, que finalmente desisten de entregar a sus hijos, y de los procesos que construyen su historia personal. El acceso a la profundidad y complejidad del universo social de estas mujeres y la realidad de sus hijos e hijas, sólo puede ser mirado desde las subjetividades en conflicto, lo cual es posibilitado por la mirada cualitativa. La flexibilidad en todas las etapas de la investigación, resulta fundamental, si se tiene en cuenta que las mujeres sujetos del estudio y sus hijos o hijas, han de ser de difícil acceso al equipo investigador, dadas las características del problema de investigación, arraigado en lo profundo de la historia personal de ellas y de los elementos de la cultura presentes en la concepción de la maternidad. –

Unidad de Análisis

La unidad de análisis de este estudio la constituyen “Mujeres consultantes al subprograma de apoyo a la familia de origen de SENAME entre los años 2001 - 2006, que habiendo considerado la posibilidad de ceder a sus hijos/as en adopción, finalmente deciden no cederlos” A partir de esta mirada, la situación psicosocial del niño o niña y la visión de los profesionales, se construye en relación con las sujetas antes definidas como unidad de análisis. 5.3. Propuesta Metodológica Inicial Al construir la propuesta del estudio, se definió un universo y un tipo de muestra, que posteriormente, al profundizar en el análisis de los datos, debió modificarse abruptamente, debido a que la realidad y las posibilidades de acceso a las sujetas se volvió bastante más complejo de lo proyectado en un comienzo y a las inconsistencias en la base de datos proporcionada por SENAME. Propuestas Iniciales De acuerdo con los antecedentes entregados por SENAME del total de consultantes al subprograma de apoyo a la familia de origen, finalmente 73,2% decide no ceder en adopción, esto nos permitió estimar el Universo en 1113 casos. Según lo establecido en los antecedentes previos, se propuso desarrollar un muestreo probabilístico del tipo muestra estratificada simple. Trabajando con un 95% de confianza y con un error de 5 puntos, la muestra sería de entre 250 a 290 personas, con un 30% de reemplazo, trabajando con este rango, debido a las características del sujeto de estudio, que es de difícil acceso. La muestra se estratificaría de acuerdo con criterios de distribución geográfica y años de atención. De acuerdo con los registros entregados por la Unidad de Adopción de SENAME, tenemos que entre el 2001 y 2002 fueron atendidos el 29,4% de los casos de madres no cedentes, entre el 2003 y 2004 corresponde al 37,4% de las atenciones; y entre los años 2005 y 2006 se atendieron el 33,1% de los casos. 5.4. Reformas Metodológicas del Estudio Cambios en el Universo y en el Tipo de Muestreo El planteamiento inicial del estudio, se centraba en la existencia de ciertos elementos en la base de datos proporcionada desde SENAME, que permitirían acceder a la población de manera aleatoria, sin embargo, las inconsistencias, errores y omisiones en el registro de los datos de las mujeres en dicha base, llevó a que el Universo de mujeres a las que realmente existía posibilidad de acceder se redujese al menos Corporación Servicio Paz y Justicia SERPAJ CHILE

al 50% de lo inicialmente estimado, dado que la falta de antecedentes básicos, tales como Nº de RUT, Nombres o Apellidos, Dirección y Teléfono o establecimiento de control de embarazo impedía que las mujeres fuesen ubicables7. Posteriormente en relación con las mujeres de las cuales existían efectivamente datos, nos enfrentamos a que, dada la dinámica de la situación vivida frente al embarazo conflictivo, muchas de ellas habían cambiado de domicilio y/o teléfono, o al momento de la consulta tenían un domicilio transitorio, o bien residían en instituciones, que debido al acuerdo de confidencialidad al momento de atenderlas, se negaban a proporcionar sus antecedentes. Es así, que se decide cambiar el tipo de muestreo por uno no probabilístico de tipo accidental, que permitiese intentar contactar a todas las mujeres de la base de las cuales existían antecedentes para el contacto, sea por vía telefónica o mediante visita domiciliaria, que estuviesen dispuestas a contestar la encuesta. Si bien, este tipo de muestreo no permite realizar inferencias estadísticas generalizables a la población, nos permite definir parámetros muestrales que son los valores correspondientes a la muestra, obtenidos mediante análisis matemático y a partir de las observaciones de que se dispone. Hay que tener en cuenta que estos parámetros son representantes únicamente de la muestra, y aun cuando no son generalizables nos permiten establecer una tendencia. Contactando por vía telefónica, o mediante visita a terreno a todas las mujeres de las cuales existían antecedentes, se logró encuestar a un total de 55 mujeres, pudiendo realizar el análisis de 49 encuestas. Un número superior de mujeres fue contactada, pero se negó a proporcionar sus antecedentes. Distribución Territorial del Trabajo de Terreno Con el fin de hacer más operativo el trabajo de terreno y a sugerencia de la contraparte técnica, se decide concentrar el trabajo de terreno en determinadas regiones, que puedan dar cuenta de las características distintas del fenómeno en cada espacio regional, es así que se decide trabajar en las regiones de: –

1ª Región de Tarapacá (que incluye la actual región de Arica y Parinacota)



3ª Región de Atacama



4ª Región de Coquimbo



5ª Región de Valparaíso



8ª Región del Biobío



10ª Región de los Lagos (Incluye la actual región de Los Ríos)



11ª Región de Aysén



Región Metropolitana

Aproximaciones Sucesivas a la Realidad Como se muestra en la figura N° 1, el estudio se construye en tres Fases o Momentos, que en estrecha relación cada una con la otra, van introduciendo necesidades de cambio en cada uno de los otros momentos a los cuales se enfrenta el fenómeno, estos momentos constituyen aproximaciones sucesivas a la realidad investigada8. Cada momento de aproximación va modificando el siguiente, pues permite ir construyendo el fenómeno, de acuerdo con lo que la realidad investigada va mostrando. De este modo, coherentemente con el diseño metodológico las aproximaciones se construyen en el proceso, utilizando como guía la planificación inicial.

Ver Apartado Nº 4 Momentos de la Investigación, 2. Aproximación a la empírea desde la base de datos, donde se desarrolla un análisis exhaustivo de la base de datos y de las dificultades de acceso a las mujeres desde este instrumento.

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Para una mayor profundización acerca de estos momentos del proceso investigativo, dirigirse al apartado Nº 4 de este mismo documento.

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Figura N° 2

La mirada teórica asumida, permite elaborar una estrategia de aproximación a la realidad de las mujeres conflictuadas con el embarazo y de sus hijos, desde un enfoque comprensivo, que se acerque a los símbolos culturales y elementos relacionales, presentes en cada uno de los actos que va desarrollando desde que consulta en la unidad de adopción, hasta que decide no ceder a su hijo o hija ya nacidos, y la forma en que el niño o niña se vinculan con su madre en la actualidad. Enfoque Metodológico Este estudio desarrolla estrategias de aproximación tanto cualitativas, como cuantitativas, sin embargo, el enfoque asumido, dado el paradigma que guía el estudio es un enfoque cualitativo, pues esta es la única mirada que nos permite aproximarnos a la complejidad del fenómeno desde sus propias estructuras de sentido. A este respecto, cabe señalar que es el concepto de ciencia el que define el enfoque, y no las técnicas empleadas, es por ello que las técnicas cualitativas y cuantitativas se necesitan mutuamente, pues cada una responde a diferentes preguntas9, entonces la aproximación comprensiva es lo que define el enfoque de este estudio. El enfoque cualitativo, permite analizar con profundidad ciertos fenómenos y adentrarse en la complejidad de los significados subjetivos, las historias personales y los procesos particulares, que dan cuenta de la realidad de la mujer que consulta por la posibilidad de otorgar en adopción y el niño o niña, que finalmente no es cedido por ella. Pero esta realidad que aparece como particular es a su vez una representación del contexto social, un reflejo de estructuras de significados complejas, que como sociedad construimos, según lo señala Van Dijk se puede afirmar que “Los modelos mentales permiten que ocurra (y explican) el enlace entre lo general y lo específico, entre lo social y personal, y en consecuencia entre el grupo por una parte y los integrantes sociales individuales por la otra” (Van Dijk 1999). Estos modelos mentales se encuentran presentes en los discursos que construimos socialmente y que se expresan en nuestros actos de habla, por ello es posible afirmar que a través del discurso de cada mujer estamos accediendo al discurso de “las mujeres” y a la representación de su realidad. Estrategias de Acercamiento a las Mujeres Coherentemente con el enfoque metodológico adoptado, se busca desarrollar una estrategia de contacto, que sea lo menos invasiva posible, dada la confidencialidad del tema, y que el contacto

Para profundizar sobre este punto ver Pablo Páramo y Gabriel Otálvaro “Investigación Alternativa: por una distinción entre posturas epistemológicas y no entre métodos” En Cinta de Moebio Nº 25. Universidad de Chile 2006. Versión en Línea

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establecido debe ser realizado directamente con la mujer, pues no sabemos si las personas con quien vive están en conocimiento de la situación de consulta en las Unidades de Adopción. La primera estrategia utilizada es el contacto telefónico, que se ve dificultado por los problemas respecto al registro de este dato, que en algunas regiones como la Metropolitana falta en el 72% de los casos10. Posteriormente se recurre a las Visita Domiciliaria, que será aplicable, de acuerdo con la dispersión y realidad geográfica que se presenta en cada región. Mediante esta estrategia que no es menos dificultosa que la anterior, se aumenta la posibilidad de contactar a las mujeres. En los casos en que faltan datos, se recurre a los antecedentes posibles de ser ubicados en los establecimientos de salud, o bien, a través de datos existentes en la red de beneficios sociales; sin embargo, la posibilidad de contactar mediante organismos de la red es bastante limitada, por la protección a los datos confidenciales. 5.5. Estrategias y Técnicas de Recolección de Información Técnicas Cualitativas – Entrevista semiestructurada Corresponde al desarrollo de una entrevista, realizada por medio de un cuestionario de preguntas abiertas, que permite acotar los tópicos a abordar, pero que tiene un nivel de flexibilidad que permite ahondar en los aspectos relevantes del discurso. Esta entrevista se aplica en el primer momento del estudio, a los profesionales de las unidades de adopción de las regiones anteriormente señaladas. – Revisión de material documental Corresponde a la revisión de material de 2ª fuente, que procede de fuentes documentales, no elaboradas para el estudio, pero que aportan información al mismo. Algunas de las fuentes documentales inicialmente propuestas fueron: Fichas Sociales, Fichas Clínicas, fotografías, informes preescolares, u otros relevantes. Esta técnica había sido planificada para el momento 1 y 3 del estudio, sin embargo, el complejo acceso a las mujeres y la diversidad de material encontrado llevó a que la revisión documental se realizase sólo en las Unidades Regionales, respecto a la atención brindada al momento de la consulta, lo que corresponde al primer momento del estudio. – Estudio de Caso Es una técnica cualitativa, en la que a través de diversas técnicas de recopilación de información se accede a un caso tipo, que da cuenta de una forma posible de presentación de la realidad. El estudio de caso puede incorporar información de 1ª fuente, tales como observación o entrevistas; e información de 2ª fuente, como revisión de documentos, fotografías, fichas sociales, historias clínicas, carnet de control de salud del niño y/o la madre, entre otros relevantes, para el desarrollo de estos estudios se aplicaron entrevistas focalizadas y evaluaciones psicológicas a los niños, en los casos en que fuese posible acceder a ellos. – Entrevista Focalizada Es una entrevista abierta, que corresponde a un tipo de relato socio-biográfico, guiado por el entrevistador, a partir de tópicos previamente definidos, que en este caso corresponderán a la comprensión del lugar que la experiencia de embarazo no deseado tiene dentro de la trayectoria vital, a las imágenes, símbolos y relaciones asociadas al conflicto y a la actual construcción de la relación con el hijo o hija. – Evaluación Psicológica La evaluación psicológica es entendida como la disciplina de la psicología que se ocupa del estudio científico del comportamiento de un sujeto con el fin de describir, clasificar, predecir explicar o controlar tal conducta, a diferencia de la psicología en general, ésta se dirige al estudio científico de un 10

Ver detalle en apartado Nº 4 de este mismo documento. Corporación Servicio Paz y Justicia SERPAJ CHILE

sujeto como ente individual, no busca leyes generales, el objetivo de la evaluación es verificar si los principios generales establecidos por la psicología en sus especialidades se dan en ese sujeto individual. (Fernández-Ballesteros, 1996). Inicialmente se planificó la aplicación de herramientas diagnósticas de tipo proyectivo, sin embargo, la necesidad de evaluar a los niños, sin generar un contexto evaluativo de la madre, que complejizara aún más el difícil acceso a ellas y que se posicionara en una mirada de comprensión y aceptación de su realidad, requirió el desarrollo de una nueva estrategia, la cual se hace todavía más necesaria si se considera que el acceso a los niños es aún más dificultoso que a sus madres. Considerando que en la mayoría de los casos se trata de preescolares, la evaluación requiere necesariamente de entrevista al adulto significativo, en este caso a la madre; quien proporcionará elementos que permitan evaluar el desarrollo psicosocial. Paralelamente se elaboró11 una pauta de observación de las conductas de apego madre - hijo que fue aplicada en el contexto de entrevista. Técnicas Cuantitativas La mirada cuantitativa nos permite acceder a datos objetivos, que permitan realizar estimaciones, respecto del comportamiento de una población en relación con determinadas variables en estudio. En este sentido el método de encuesta, es una de las técnicas clásicas para el logro de este propósito. En este estudio, la encuesta corresponde al instrumento que permitirá desarrollar un sondeo exploratorio, una primera aproximación a la realidad de estas mujeres y sus hijos/as. Las variables a abordar en esta fase son las siguientes: – Antecedentes socio-demográficos de las mujeres y sus familias - Tamaño del Grupo Familiar - Situación Socioeconómica - Escolaridad - Situación laboral - Vivienda y servicios Básicos – Vinculación con red social y beneficios sociales – Relación vincular actual con el niño o niña no cedido en adopción – Caracterización del niño/a no cedido/a – Percepción de la mujer acerca del servicio recibido por SENAME – Percepción de la mujer sobre el rol parental. 5.6. Estrategias de Análisis Como estrategia, el análisis de contenido permite develar los elementos significativos presentes tanto en datos cualitativos como cuantitativos, permitiendo develar el sentido oculto presente en los datos, posibilitando así, un nuevo conocimiento, un desocultamiento de lo latente, lo no aparente; “El análisis de contenido no debe perseguir otro objetivo que el de lograr la emergencia de aquel sentido latente que procede de las prácticas sociales y cognitivas que instrumentalmente recurren a la comunicación para facilitar la interacción que subyace a los actos comunicativos concretos y subtiende la superficie material del texto.”12 En el ámbito de lo cuantitativo, nos permite acceder al análisis de la base de datos proporcionada por SENAME, analizando su consistencia o inconsistencia, las presencias y vacíos de información, como un elemento más para la comprensión del fenómeno. Asimismo se analizan las encuestas aplicadas a las mujeres, permitiendo explorar tendencias cuantitativas respecto al comportamiento del fenómeno 11

Ver Anexo

José Luis Piñuel Raigada “Epistemología, metodología y técnicas del análisis de contenido”. En estudios de Sociolingüística 3. Universidad Complutense de Madrid. España 2002. Páginas 1 – 42.

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estudiado. Esta forma de análisis permite que los datos adquieran validez en sí mismos, independiente de la imposibilidad estadística de establecer generalizaciones. Este elemento resulta fundamental, si consideramos el carácter exploratorio del estudio y las escasas o nulas aproximaciones anteriores al mismo en el contexto nacional. En relación con la estrategia de análisis estadístico de las encuestas aplicadas a las mujeres, tratándose de un estudio de carácter exploratorio – descriptivo, se trabajará exclusivamente con medidas de tendencia central, explorando algunos elementos referidos a la dispersión de los datos. Asimismo se desarrollará un análisis combinado de aquellas variables que poseen elementos en común, desarrollando algunos cruces, que no implican correlación. Al tener una muestra accidental, con el análisis de un número pequeño de casos, se trabajará desde parámetros muestrales que no son generalizables, pero reflejan tendencias. En relación con los datos cualitativos a analizar el centro lo constituyen los discursos de los sujetos, que se constituyen a partir del texto de las entrevistas semiestructuradas a los profesionales y de las entrevistas focalizadas a las mujeres. Se desarrolló un tipo de análisis denominado Análisis de contenido temático, el cual, a partir de los discursos de los sujetos se construyen unidades discursivas, para luego agruparlas en categorías, que se construyen considerando las similitudes o semejanzas entre unidades de texto, en función de criterios preestablecidos, o como categorías emergentes. Las categorías preexistentes, son aquellas que se elaboran a partir de los objetivos del estudio, en tanto que las categorías emergentes, son hallazgos que emergen espontáneamente del discurso de los sujetos, que no necesariamente fueron considerados por el equipo investigador. Las etapas del análisis de contenido temático son las siguientes: 1. Preanálisis o Lectura Extensiva: corresponde a la lectura completa e individual de cada entrevista, que implica el subrayado de las ideas fuerza que aparecen en el relato, es la etapa de organización del material a analizar, en ella se establecen las líneas temáticas del análisis posterior. 2. Lectura intensiva y Codificación: busca detectar las “marcas del discurso”, que se expresan en la reiteración de determinadas ideas y permiten construir categorías iniciales de análisis que permiten la fragmentación del texto. 3. Categorización y Lectura comparativa: permite construir categorías de análisis transversales y organización y clasificación de las unidades de texto obtenidas en base a criterios de diferenciación. El criterio fundamental de categorización es semántico. 4. Conclusiones y Análisis: permite reorganizar los hallazgos e interpretar los significados en relación con las categorías elaboradas. Análisis de Entrevistas Semiestructuradas Para el análisis de las entrevistas a los profesionales, se trabajó mediante el desarrollo de matrices analíticas, que permitiesen desarrollar categorías presentes en el discurso, vinculadas al proceso de intervención y a la concepción acerca de las mujeres, la construcción de las categorías se hace en función de los objetivos del estudio y a partir de los elementos emergentes en el discurso de los profesionales; es así, que se construyen 3 grandes categorías que se desagregarán en tópicos específicos de análisis: – Visualización del proceso de intervención: fortalezas y debilidades del subprograma. Este apartado explora en el discurso de los profesionales, las fases de intervención, en el trabajo con madres biológicas; las propuestas de adecuación que ellos visualizan respecto del subprograma de apoyo a la familia de origen y las dificultades en el vínculo con las redes sociales que participan, o se asocian a la intervención. – Visualización de los profesionales en cuanto a las características de las mujeres. Esta categoría se centra en la construcción de la imagen que los profesionales construyen de la mujer en conflicto con su embarazo, a partir de sus propias visiones y de la experiencia en el trabajo con madres biológicas. Se exploran elementos contextuales referidos a lo económico y las redes de apoyo; los factores emocionales intervinientes y las contradicciones que las mujeres enfrentan frente a la toma de decisión respecto a la cesión de un hijo en adopción. Corporación Servicio Paz y Justicia SERPAJ CHILE

– Visualización de los y las profesionales en torno a la adopción. Esta categoría explora las imágenes que los profesionales construyen acerca de la temática de la adopción, vinculando elementos culturales acerca de la familia, la maternidad y las tensiones que dichas institucionalizaciones conllevan. Análisis Entrevistas Focalizadas El análisis de contenido de las entrevistas a las mujeres, constituye un núcleo central del estudio, pues permite acceder de manera directa a las sujetas, sus historias y su vinculación actual con los hijos o hijas, en cuyos embarazos vivieron el conflicto que las lleva a consultar en SENAME, respecto de la posibilidad de ceder en adopción. Asimismo estas entrevistas nos permitieron acceder a los niños o niñas, para las evaluaciones. En relación con el análisis propiamente tal, este se lleva a cabo en la mirada a tres actos o momentos que se mueven desde el momento del embarazo, hasta la decisión de asumir al hijo o hija y la actual vinculación que con ellos tienen; éstos ponen en juego toda la carga simbólica de las imágenes vinculadas a la maternidad, la familia y el papel social de los niños o niñas. Asimismo van perfilando las relaciones que la mujer establece consigo misma y su experiencia y con los otros significativos con que comparte su historia, desde la mirada de los vínculos o el apego. Estos elementos, de profunda carga afectiva y simbólica van configurando sus actos. Las categorías se construyen a partir de la lectura de las entrevistas, vinculando lo encontrado en estas y lo desarrollado en la teoría: – Primer Momento: “Relaciones vinculares y expectativas asociadas al embarazo conflictivo”. En este primer momento del análisis, se explora desde los relatos de las mujeres, el modo en que enfrenta la vivencia del embarazo, desde las imágenes y los vínculos con la familia de origen y el padre del niño o niña, así como la incidencia de las expectativas personales y sociales en el nacimiento del conflicto. – Segundo Momento: “Ambivalencia frente a la decisión de hacerse o no cargo del hijo(a)”. En este segundo momento de análisis, se explora desde los relatos o discursos de las mujeres, el proceso de actualización de los imaginarios construidos y compartidos en relación a la maternidad. Es en este proceso donde se reeditan las imágenes de mujer – madre, las imágenes de la niña o niño dentro de la familia, así también el desarrollo del proceso de (des)vinculación afectiva con el niño o niña durante el embarazo. – Tercer Momento: “La constitución de la Mujer; Niña – Madre a partir de sus otros significativos” En este tercer momento de análisis, se explora desde el discurso de las mujeres, revelar sus experiencias a partir de su constitución en cuanto madres, la manera en que los imaginarios sociales respecto a la maternidad y de la familia se encarnan y vivencian, además de las relaciones vinculares que se han establecido entre la madre, sus otros significativos y la niña o niño.

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6. ESTRATEGIAS DE ANÁLISIS DE LA INVESTIGACIÓN 6.1. Análisis de Datos Cuantitativos Los datos cuantitativos, serán obtenidos a partir de las encuestas realizadas a las mujeres. De acuerdo con los criterios de estratificación propuestos, se realizará mediante el método de análisis de grupo, que nos permitirá evaluar el comportamiento de todas las variables simultáneamente, y comparar las posibles diferencias entre los estratos, es decir, como se presentan las variables estudiadas de acuerdo con el período en que la madre fue atendida por el Subprograma de Apoyo a la Familia de Origen. Etapas en el análisis de datos cuantitativos – 1ª Etapa: Tabulación de encuestas. – 2ª Etapa: Construcción de tablas de distribución de frecuencias para cada variable analizada. – 3ª Etapa: Procesamiento de los datos en relación con medidas de tendencia central: Mediana, moda y media aritmética, asimismo se presentará su grado de dispersión. – 4ª Etapa: Representación Gráfica de la Información. – 5ª Etapa: Análisis y construcción de informe con resultados obtenidos de la encuesta a las mujeres. Observación Otra fuente de datos cuantitativos la constituirán los resultados de los TEPSI aplicados en los estudios de casos, es importante señalar que el número de casos estudiados no nos permitirá hacer estimaciones estadísticas, en relación con comportamiento de toda la población, pero sí permitirá demostrar el nivel desarrollo psicomotor de cada uno de los niños/as evaluados. Se recuerda que la relevancia de estos datos específicos se construye en relación con las entrevistas a la madre y la evaluación de la relación vincular con ella, y tiene valor en tanto nos permite conocer la particularidad de las situaciones a las cuales nos enfrentamos. 6.2. Análisis de Datos Cualitativos Las fuentes de datos cualitativos de este estudio proceden por una parte de las entrevistas semiestructuradas, que se aplicarán a profesionales y técnicos ejecutores del subprograma de apoyo a la familia de origen, y en segundo lugar de los estudios de caso que se realizaran con las mujeres y sus hijo/as. Todos los datos cualitativos obtenidos, se presentan como un texto escrito que da cuenta del discurso y la realidad de un sujeto, en relación con determinadas dimensiones. Para el análisis de los datos cualitativos se utilizará la técnica de análisis de contenido; “el análisis de contenido es un método que busca descubrir la significación de un mensaje, ya sea este un discurso, una historia de vida, un artículo de revista (…), se trata de un método que consiste en clasificar y/o codificar los diversos elementos de un mensaje en categorías con el fin de hacer aparecer de la mejor manera el sentido13” El análisis de contenido busca develar el sentido oculto dentro del relato, permitiendo un nuevo conocimiento un desocultamiento de lo latente, lo no aparente. Que brindará el acceso a la construcción de significados sobre la maternidad. La vinculación, o conflictos con la vinculación con el hijo o hija, la percepción respecto de la atención brindada por la red institucional. Se desarrollará un tipo de análisis denominado Análisis de contenido temático, el cual, a partir de los discursos de los sujetos se construyen unidades discursivas, para luego agruparlas en categorías, que se construyen considerando las similitudes o semejanzas entre unidades de texto, en función de criterios preestablecidos, o como categorías emergentes.

13

Miguel Gómez Mendoza, En revista de Ciencias Humanas N° 20. Mayo de 2000 Corporación Servicio Paz y Justicia SERPAJ CHILE

Las categorías preexistentes, son aquellas que se elaboran a partir de los objetivos del estudio, en tanto que las categorías emergentes, son hallazgos que emergen espontáneamente del discurso de los sujetos, que no necesariamente fueron considerados por el equipo investigador. Las etapas del análisis de contenido temático son las siguientes: 1. Pre-análisis o Lectura Extensiva: corresponde a la lectura completa e individual de cada entrevista, que implica el subrayado de las ideas fuerza que aparecen en el relato, es la etapa de organización del material a analizar, en ella se establecen las líneas temáticas del análisis posterior 2. Lectura intensiva y Codificación: busca detectar las “marcas del discurso”, que se expresan en la reiteración de determinadas ideas y permiten construir categorías iniciales de análisis que permiten la fragmentación del texto 3. Categorización y Lectura comparativa: permite construir categorías de análisis transversales y organización y clasificación de las unidades de texto obtenidas en base a criterios de diferenciación. El criterio fundamental de categorización es semántico. 4. Conclusiones y Análisis: permite reorganizar los hallazgos e interpretar los significados en relación con las categorías elaboradas.

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7. ANÁLISIS DE LAS ENCUESTAS A LAS MUJERES En relación al análisis de las encuestas realizadas a las mujeres se describen los siguientes resultados: 1. Grupo Familiar 1.1. Antecedentes Sociodemográficos Respecto al número de personas que integra el grupo familiar, se evidencia que el promedio de integrantes del grupo familiar es de 4,84, es decir, de 4 personas por sistema familiar (Gráfico N° 1). Así también, el 38,8% de las familias está compuesta por cuatro (4) personas y el 59, 2% de éstas están compuestas con por cuatro (4) o menos integrantes. La mayor cantidad de familias se agrupa en el segmento de 3 a 6 integrantes correspondiendo al 81,7%. (Tabla N° 1) Tabla Nº 1

Gráfico N° 1

Nº personas en el hogar en porcentaje Porcentaje 2,0 18,4 38,8 10,2 14,3 6,1 8,2 2,0 100,0

Porcentaje válido 2,0 18,4 38,8 10,2 14,3 6,1 8,2 2,0 100,0

Porcentaje acumulado 2,0 20,4 59,2 69,4 83,7 89,8 98,0 100,0

25

20

15

10

Frecuencia

Frecuencia 2 1 3 9 4 19 5 5 6 7 7 3 8 4 12 1 Total 49

Nº Personas en el Hogar 30

5

Desv. típ. = 1,86 Media = 4,8 N = 49,00

0 2,0

4,0

6,0

8,0

10,0

12,0

Nº Personas en el Hogar

En relación a las edades de los integrantes de las familias de las mujeres encuestadas, en el 4,1% de las familias se evidencia la ausencia de niños o niñas menores de 18 años, en el 42,9% de las familias se evidencia la presencia de un (1) niño o niña menor a 18 años, en el 85,7% de las familias se evidencia la presencia de dos (2) niños o niñas menores de 18 años y en el 91,8% de las familias se evidencia la presencia de tres (3) niños o niñas menores de 18 años. (Tabla N° 2) Bajo este contexto, el promedio de niños o niñas menores de 18 años en las familias de las mujeres encuestadas es de 1,82%. (Gráfico N° 2) Grafico N° 2

Tabla Nº 2 Nº niños/as menores 18 años en porcentaje Porcentaje 4,1 38,8 42,9 6,1 4,1 2,0 2,0 100,0

Nº niños/as menores 18 años Porcentaje acumulado 4,1 42,9 85,7 91,8 95,9 98,0 100,0

30

25

20

15

10

Frecuencia

Válido

Frecuencia 0 2 1 19 2 21 3 3 4 2 5 1 6 1 Total 49

Porcentaje válido 4,1 38,8 42,9 6,1 4,1 2,0 2,0 100,0

5

Desv. típ. = 1,13 Media = 1,8 N = 49,00

0 0,0

1,0

2,0

3,0

4,0

5,0

6,0

Nº niños/as menores 18 años

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Respecto al número de integrantes del sistema familiar que es mayor de 18 años, se evidencia que el promedio de personas mayores de edad es de 3,02% (Gráfico N° 3). Así también, el 69,4% de las familias presenta tres (3) personas o menos mayores de 18 años y el 83,7% de las familias presenta de dos o cuatro (2 a 4) personas mayores de 18 años. (Tabla N° 3) Gráfico N° 3

Tabla Nº 3 Nº personas mayores 18 años en porcentaje Frecuencia 3 16 15 10 2 3 49

Porcentaje 6,1 32,7 30,6 20,4 4,1 6,1 100,0

Nº niños/as mayores 18 años

Porcentaje acumulado 6,1 38,8 69,4 89,8 93,9 100,0

20

15

10

Frecuencia

1 2 3 4 5 6 Total

Porcentaje válido 6,1 32,7 30,6 20,4 4,1 6,1 100,0

5 Desv. típ. = 1,23 Media = 3,0 N = 49,00

0 1,0

2,0

3,0

4,0

5,0

6,0

Nº niños/as mayores 18 años

En relación a los antecedentes educacionales de la familia de la mujer encuestada, se evidencia que el 28,6% de las familias no hay presencia de estudiantes, así bien en el 63,3% de las familias se evidencia la presencia entre uno o dos (1 a 2) estudiantes (Gráfico N° 5) Grafico Nº 4

Grafico Nº 5

Nº Estudiantes en el hogar 4 2,0%

Nº estudiantes en el hogar

3 6,1%

20

2 30,6%

15

Sin estudiantes 28,6%

Frecuencia

10

5 Desv. típ. = 1,00 Media = 1,2 N = 49,00

0 0,0

1,0

2,0

3,0

4,0

1 32,7%

Nº estudiantes en el hogar

Bajo este contexto, en el 38,8% de los hogares encuestados no hay presencia de niños o niñas cursando algún nivel preescolar, así bien en el 59,2% de los hogares hay presencia de un (1) niño o niña cursando nivel preescolar. (Gráfico N° 7)

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Grafico Nº 6

Grafico Nº 7

Nº niños/as preescolares

Nº de preescolares

40 2

35

2,0%

30 25 Sin preescolares

20

38,8%

Frecuencia

15 10 1

Desv. típ. = ,53

5

59,2%

Media = ,63 N = 49,00

0 0,00

1,00

2,00

Nº niños/as preescolares

Respecto a los integrantes de las familias encuestadas las cuales han cursado la Enseñanza Básica en forma incompleta, se evidencia que un 22,4% de los hogares presenta a una (1) persona con Enseñanza Básica incompleta. (Gráfico N° 9) Grafico Nº 8

Grafico Nº 9 Nº integrantes Ens. basica incompleta

Nº Personas Educacion Basica incompleta

Sin integrantes

12

71,4%

10

2

8

6,1% 6

Frecuencia

4 Desv. típ. = ,43

2

1

Media = 1,21

22,4%

N = 14,00

0 1,00

2,00

Nº Basica incompleta

Por otro lado, en cuanto a los integrantes del sistema familiar que hay cursado la Enseñanza Básica en forma completa, se evidencia que un 14,3% ha cursado la Enseñanza Básica completa (Tabla N° 4). Tabla Nº 4 Nº de Personas con Enseñanza Básica Completa en el hogar en porcentaje Válidos

Perdidos Total

1 2 Total Sistema

Frecuencia 7 1 8 41 49

Porcentaje 14,3 2,0 16,3 83,7 100,0

Porcentaje válido 87,5 12,5 100,0

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Porcentaje acumulado 87,5 100,0

Grafico Nº 10

Grafico Nº 11

Nº Personas Educacion Basica completa

Nº integrantes Ens. basica completa

8 2 1

6

Frecuencia

4

2 Desv. típ. = ,35 Media = 1,13 N = 8,00

0 1,00

2,00 Sin integrantes

Nº Basica completa

Respecto a la Enseñanza Media, se evidencia que un 40,8% de las familias encuestadas presenta entre una y dos (1 y 2) personas que han cursado la Enseñanza Media en forma incompleta (Gráfico N° 13). Grafico Nº 12

Grafico Nº 13 Nº Personas Ens. media incompleta

Nº Personas Educacion Media incompleta

3 6,1%

12

2 10

18,4%

8

Sin integrantes

6

53,1%

4

Frecuencia

1 Desv. típ. = ,71

2

22,4%

Media = 1,65 N = 23,00

0 1,00

2,00

3,00

Así bien, respecto a los integrantes del sistema familiar que han cursado la Enseñanza Media en forma completa corresponde, se evidencia que un 57,1% de los hogares presenta entre una o dos (1 o 2) personas con la Enseñanza Media completa (Gráfico N° 15). Grafico Nº 14

Grafico Nº 15 Nº integrantes Ens. media completa

Nº Personas Educacion Media completa

3 14,3%

16

Sin integrantes

14

28,6%

12 10 8

2

Frecuencia

6

26,5%

4 Desv. típ. = ,77 2

Media = 1,77 N = 35,00

0 1,00

2,00

1

3,00

30,6%

Nº Ed. media completa

Finalmente, respecto a la Enseñanza Superior, un 8,2% de las familias presenta a una (1) persona con Enseñanza Superior, sin existir otras categorías para este ítem (Gráfico N° 16). Corporación Servicio Paz y Justicia SERPAJ CHILE

Gráfico Nº 16 Nº integrantes Educacion superior 1 8,2%

Sin integrantes 91,8%

Por otro ámbito, respecto a los antecedentes económicos y laborales del grupo familiar de la mujer encuestada, se evidencia que un 81,6% de los hogares no se presentan personas pensionadas o jubiladas, o así bien en un 18,4% de los hogares si presentan entre una o dos (1 o 2) personas jubiladas o pensionadas. (Tabla N° 5) Tabla Nº 5 Nº de Personas pensionadas o jubiladas en el hogar en porcentaje Válidos

0 1 2 Total

Frecuencia 40 7 2 49

Porcentaje 81,6 14,3 4,1 100,0

Porcentaje válido 81,6 14,3 4,1 100,0

Porcentaje acumulado 81,6 95,9 100,0

Gráfico Nº 17 Nº Personas por familia Pensionadas o jubiladas 50 45 40 35 30 25

Frecuencia

20 15 10

Desv. típ. = ,51 Media = ,22

5

N = 49,00

0 0,00

1,00

2,00

Nº pensionadas o jubiladas

Así bien, se evidencia que en un 73,5% de las familias encuestadas hay la presencia de una o dos (1 o 2) personas que se encuentren en alguna ocupación laboral. (Tabla N° 6) Tabla Nº 6 Nº de Personas con Ocupación Laboral en el hogar en porcentaje Válidos

0 1 2 3 Total

Frecuencia 4 20 16 9 49

Porcentaje 8,2 40,8 32,7 18,4 100,0

Porcentaje válido 8,2 40,8 32,7 18,4 100,0

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Porcentaje acumulado 8,2 49,0 81,6 100,0

Gráfico Nº 18 Nº Personas por familia con ocupacion laboral 30 25 20

Frecuencia

15 10 Desv. típ. = ,89

5

Media = 1,6 N = 49,00

0 0,0

1,0

2,0

3,0

Nº con ocupacion laboral

El ingreso mensual promedio familiar corresponde a 303.082 pesos, donde el 50% de las familias tienen ingresos inferiores a 270.000 pesos, el 50% tienen ingresos de 200.000 a 400.000 pesos y el 90% tienen ingresos de inferiores a 480.000 pesos. El ingreso mínimo familiar registrado es de 0 pesos (correspondiente a una madre adolescente que vive junto a su hijo) y el ingreso máximo familiar registrado es de 1.173.000 pesos. (Tabla N° 7 y Gráfico N° 19) Tabla Nº 7 Estadísticos Ingreso Promedio mensual familiar N Válidos 49 Perdidos 0 Media 303081,63 Mediana 267000,00 Moda 200000(a) Desviación Típica 181449,125 Rango 1173000 Mínimo 0 Máximo 1173000 Suma 14851000 Percentiles 10 150000,00 20 170000,00 25 200000,00 30 200000,00 40 230000,00 50 267000,00 60 300000,00 70 350000,00 75 400000,00 80 415000,00 90 480000,00 Nota: Existen varias modas. Se mostrará el menor de los valores.

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Gráfico Nº 19 Ingreso Promedio mensual 20

15

Frecuencia

10

5 Desv. típ. = 181449,1 Media = 303082 N = 49,00

0 1.

1.

1.

0. 20 0 00

0 00

0 00

00

00

00

00

00

00

00

00

00

0. 00

0 0.

0 0.

0 0.

0 0.

0 0.

0 0.

0 0.

0 0.

0 0.

0. 10

90

80

70

60

50

40

30

20

10

0

Ingreso Promedio mensual en pesos

Finalmente, dentro de los antecedentes del grupo familiar, los hijos o hijas cedidos en adopción en relación con los hijos o hijas no cedidos en adopción, se evidencia que en solo dos (2) familias entregaron niños o niñas en adopción; la primer familia cediendo a un niño de cuatro (4) años de edad y la segunda familia cediendo a dos (2) niños, ambos de 12 años de edad. (Tabla N° 8) Tabla Nº 8 Nº Niños o niñas cedidos/as en adopción, en porcentaje

Válidos

0 1 2 Total

Frecuencia 47 1 1 49

Porcentaje 95,9 2,0 2,0 100,0

Porcentaje válido 95,9 2,0 2,0 100,0

Porcentaje acumulado 95,9 98,0 100,0

Respecto a los niños o niñas no cedidos en adopción, el 54,6% de ellos/as son menores de cuatro (4) años. Así bien, el 38,8% de los niños o niñas no cedidos en adopción tienen entre cuatro a seis (4 a 6) años de edad. (Tabla N° 9) Tabla Nº 9 Edad del niño/a no cedido en adopción, en porcentaje

Válidos

1 2 3 4 5 6 7 12 13 Total Sistema

Perdidos Total

Frecuencia 1 5 3 9 5 5 3 1 1 33 16 49

Porcentaje 2,0 10,2 6,1 18,4 10,2 10,2 6,1 2,0 2,0 67,3 32,7 100,0

Porcentaje válido 3,0 15,2 9,1 27,3 15,2 15,2 9,1 3,0 3,0 100,0

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Porcentaje acumulado 3,0 18,2 27,3 54,5 69,7 84,8 93,9 97,0 100,0

Gráfico Nº 20 Edad del niño NO cedido en adopcion 14 12 10 8 6 4 Desv. típ. = 2,56

2

Media = 4,8 N = 33,00

0 2,0

4,0

6,0

8,0

10,0

12,0

14,0

1.2. Servicios Básicos En relación al acceso de los servicios básicos de la familia de la mujer encuestada, se observa que el 98% de éstas cuentan con servicio de suministro de agua potable. (Gráfico N° 21) Así bien, en cuanto al acceso a suministro eléctrico, se evidencia que 93,9% de las familias cuentan con energía eléctrica. (Gráfico N° 22) Por último, respecto al acceso a servicio de alcantarillado, se evidencia que un 95,9% de las familias de las mujeres encuestadas cuenta con servicio de alcantarillado. (Gráfico N° 23) Gráfico Nº 21

Gráfico Nº 22 Energia electrica

Agua

no

no

3,00 / 6,1%

1,00 / 2,0%

si 46,00 / 93,9%

si 48,00 / 98,0%

Gráfico Nº 23 Alcantarillado no 2,00 / 4,1%

si 47,00 / 95,9%

1.3. Vivienda Respecto a la vivienda, el 42,9% de las mujeres encuestadas habita una vivienda propia, y el 14,3% de las mujeres habita una vivienda arrendada. (Gráfico N° 24) Así bien, se observa que un 83,3% de las mujeres declara que la vivienda se encuentra cercana o medianamente cercana al centro urbano de la ciudad. (Gráfico N° 25)

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Gráfico Nº 24

Gráfico Nº 25

Tenencia vivienda

Centralidad vivienda

toma de terreno

lejana

1 / 2%

8 / 17%

cedida 3 / 6%

propia

cercana

21 / 43%

allegado

24 / 50%

17 / 35%

medianamente cercana 16 / 33% arrendada 7 / 14%

1.4. Percepción de la Seguridad Barrial En cuanto a la percepción de la seguridad barrial, el 81,6% de las familias de las mujeres encuestadas declara percibir que el barrio en el cual viven es seguro o medianamente seguro. (Gráfico N° 26) Gráfico Nº 26 Seguridad del barrio inseguro 18% seguro 31%

medianamente seguro 51%

1.5. Vinculación Red Social 1.5.1. Características del Entorno Barrial Respecto al equipamiento del entorno barrial, un 63,8% de las mujeres encuestadas afirma que en su entorno barrial existen plazas. (Gráfico N° 26) Así bien, un 42,6% de las mujeres declara que en su barrio existen juegos infantiles. (Gráfico N° 27) Respecto al equipamiento de canchas deportivas en el barrio, un 53, 2% de las mujeres declara tener canchas deportivas en su entorno barrial. (Gráfico N° 28) Así bien, respecto a la presencia de áreas verdes, un 48,9% de las mujeres declara que en su entorno barrial se presentan áreas verdes. (Gráfico N° 29) Por último, considerando las características del entorno barrial de la mujer encuestada, un 76,6% de éstas declara que en su entorno barrial existe la presencia de una Sede Social. (Gráfico N° 30)

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Gráfico Nº 26

Gráfico Nº 27

Plaza

Juegos infantiles si 20 / 43% no 17 / 36%

si 30 / 64%

no 27 / 57%

Gráfico Nº 28

Gráfico Nº 29

Canchas deportivas

Areas verdes si 23 / 49%

no 22 / 47% no

si

24 / 51%

25 / 53%

Gráfico Nº 30 Sede social no 11 / 23%

si 36 / 77%

1.5.2. Beneficios Sociales En cuanto a los beneficios o programas sociales a los cuales accede la mujer encuestada y sus hijos/as, se evidencia que un 36,8% de las mujeres accede a beneficios del Programa Puente. (Gráfico N° 31) Así bien, se observa que un 63, 2% de las mujeres accede al beneficio de Asignación Familiar. (Gráfico N° 32) Respecto a las pensiones asistenciales, se evidencia que un 2,6% de las mujeres accede a este beneficio. (Gráfico N° 33) Así también, se evidencia que un 47,4% de las mujeres accede al beneficio de subsidio de servicios básicos - agua potable, luz, etc.- (Gráfico N° 34) Respecto al beneficio de becas de estudio para los niños o niñas, se observa que un 7,9% de los hijos/as de las mujeres encuestadas acceden a este beneficio. (Gráfico N° 35) En cuanto al apadrinamiento de los niños o niñas, un 13,2% de los hijos o hijas de las mujeres encuestas recibe este beneficio. (Gráfico N° 36)

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Grafico Nº 31

Gráfico Nº 32

Programa puente

Asignacion Familiar

si 37% no 37%

si 63%

no 63%

Gráfico Nº 33

Gráfico Nº 34 Subsidios servicios basicos

Pensiones asistenciales si

si

47%

3%

no 53%

no 97%

Gráfico Nº 35

Gráfico Nº 36 Apadrinamiento de hijos

Sistema de becas si 13%

si 8%

no

no

87%

92%

Por último, en relación al beneficio de subsidio de discapacidad, se observa que ninguna mujer accede a este beneficio, lo que corresponde a un 100%. (Tabla N° 10)

Válidos Perdidos Total

no Sistema

Tabla Nº 10 Subsidio de discapacidad Frecuencia Porcentaje Porcentaje válido 38 77,6 100,0 11 22,4 49 100,0

Porcentaje acumulado 100,0

1.5.3. Instituciones a las que accede la Mujer Respecto al Sistema Previsional de Salud al cual accede la mujer encuestada en la actualidad, se evidencia que un 87,5% pertenece a Fonasa en todas sus categorías, y un 50% pertenece al segmento A de Fonasa. (Gráfico N° 37)

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Gráfico Nº 37 Sistema Previsional fonasa A 50% fonasa B 31%

fonasa C

ninguno

4%

6%

fonasa D 2% isapre 6%

Bajo este contexto, un 44,9% de las mujeres ha tenido un control de salud en los últimos 6 meses, y un 49% de ellas ha tenido su último control de salud entre un (1) y cinco (5) año(s). (Gráfico N° 38) Gráfico Nº 38 Ultimo control salud entre 3 y 5 años

no lo recuerda

8%

6%

3 años 10% 2 años 6% menos de 6 meses 45% 1 año 24%

En relación a la participación de las mujeres encuestadas en instancias de carácter comunitario, se observa que un 69,2% de ellas participa en la Junta Vecinal de su sector. (Gráfico N° 39) Grafico Nº 39 Participacion comunitaria club deportivo 12%

centro de madres 4% centro de padres 15%

junta de vecinos 69%

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Por último, respecto a las Instituciones de protección y/o apoyo a la Familia, un 37,1% de las mujeres encuestadas ha recibido apoyo de Programas de la Red SENAME durante los últimos tres (3) años. (Gráfico N° 40) Bajo este mismo contexto, un 28,6% de las mujeres ha recibido apoyo de Programas del Servicio Nacional de la Mujer (SERNAM) durante los últimos tres (3) años. (Gráfico N° 41) Finalmente, respecto a Instituciones administradoras de Justicia, un 37,1% de ellas ha recibido apoyo de instituciones con estas características durante los últimos tres (3) años. (Gráfico N° 42) Gráfico Nº 40

Gráfico Nº 41

Programas red SENAME

Programas SERNAM

si

si

37%

29%

no 63%

no 71%

Gráfico Nº 42

Gráfico Nº 43

Instituciones de justicia

Ninguna institucion ha apoyado

si 37%

si 11,4%

no 63%

no 88,6%

Es relevante destacar que un 11,4% de las mujeres encuestadas no ha recibido ningún tipo de apoyo de alguna Institución de Protección y/o Apoyo a la Familia durante los últimos tres (3) años. (Gráfico N° 43) 2. CARACTERIZACIÓN DEL NIÑO O NIÑA Respecto a la caracterización del niño o niña, se describen los siguientes resultados: 2.1. Vinculación con el niño o niña En cuanto a la vinculación que tiene la mujer actualmente con el niño/a, se evidencia que un 52,2% de los niños o niñas vive con su madre, y un 23,9% de ellos o ellas viven con ambos padres. Bajo este contexto, se desprende que un 76,1% de los niños o niñas esta al cuidado de su madre. (Gráfico N° 44) En aquellos casos en que la mujer no participa de los cuidados personales del niño o niña, los abuelos son las personas que mayoritariamente se encuentran a cargo del cuidado personal del niño o niña, lo cual corresponde a un 45%. (Gráfico N° 45)

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Gráfico Nº 44

Gráfico Nº 45

Cuidados personales del niño

Cuidados personales del niño excluyendo madre

ambos padres 24%

otros 18%

padre solo 4%

madre sola

no sabe/no contesta

otros familiares

9%

9%

abuelos

52%

11%

padre solo

otros familiares

18%

2% otros 4% no sabe/no contesta

abuelos 45%

2%

En los casos donde el niño o niña no está al cuidado de la madre, se evidencia la tendencia de las mujeres a no tener contactos o vinculación directa, o bien tener contactos de una (1) vez por mes con sus hijos o hijas – entendiendo contactos directos como aquellos que son cara a cara –, representando ambos casos un 30%. (Gráfico N° 46) Bajo este mismo contexto, pero en relación a los contactos o vinculación indirecta – entendiendo estas como llamadas telefónicas, cartas u otros – se evidencia la tendencia de las mujeres a no tener contacto o realizar este en forma semanal, representando ambas tendencias un 40%. (Gráfico N° 47) Gráfico Nº 46

Gráfico Nº 47

Contactos directos

Contactos indirectos

una vez al año 10% no contesta 10%

nunca 30%

diariamente 10%

nunca 44%

diariamente 11%

semanalmente 10%

una vez al mes

semanalmente

30%

44%

2.2. Acceso a redes Respecto al acceso a las redes sociales y de la salud que tienen los niños y niñas, se evidencia que un 54,5% de los niños o niñas asiste al Jardín Infantil o la Escuela. (Gráfico N° 48) Así bien, se observa que un 82,6% de los niños o niñas está inscrito (a) en el Sistema de Salud. (Gráfico N° 49) Respecto a los controles de salud, un 86,4% de los niños o niñas asiste a controles de salud. (Gráfico N° 50) Por último, al consultar si el niño o niña se encuentra inscrito en algún programa de la Red SENAME, se evidencia que un 6,5% de los niños o niñas ha sido ingresado a algún programa. (Gráfico N° 51)

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Gráfico Nº 48

Gráfico Nº 49

Asistencia a jardin Infantil o colegio

Inscrito niño/a en sistema de salud

no sabe/no contesta 5 / 11%

no sabe/no contesta no

5 / 11%

no

3 / 7%

15 / 34%

si 24 / 55%

si 38 / 83%

Gráfico Nº 50

Gráfico Nº 51 Niño ingresado programa del SENAME

Asistencia a controles de salud no sabe/no contesta

no

2 / 5%

4 / 9%

no sabe/no contesta 10 / 22%

si 3 / 7%

no 33 / 72%

si 38 / 86%

3. PERCEPCIÓN SOBRE EL SERVICIO ENTREGADO POR LOS PROFESIONALES Y TÉCNICOS 3.1. Percepción respecto a la atención recibida por el equipo profesional y técnico. En relación a la valoración que realiza la mujer del servicio recibido al momento de consultar o ser atendida en la Unidad Regional de Adopción, se evidencia que un 60,4% de las mujeres fue atendida una (1) vez por el o la profesional de la Unidad, y por el contrario un 2,1% de las mujeres nunca fue atendida por el o la profesional de dicha Unidad. (Gráfico N° 52) Gráfico Nº 52

Gráfico Nº 53

Nº veces atendida por unidad de adopcion

Puede expresarse libremente en atencion satisfactoria

nunca

36%

medianamente satisfa 19%

2% 5 veces o mas 15%

no satisfactoria

4 veces

11%

4% 3 veces 6% 1 vez 2 veces

60%

13% muy satisfactoria 34%

Al consultar a las mujeres por la posibilidad de expresarse durante la atención brindada por profesionales y técnicos, un 70,2% de las mujeres perciben como satisfactoria o muy satisfactoria la posibilidad de expresarse libremente durante la atención. (Gráfico N° 53) Bajo este contexto, un 68,1% de Corporación Servicio Paz y Justicia SERPAJ CHILE

las mujeres percibe satisfactoria o muy satisfactoriamente la disposición de escucha del profesional o técnico en momento de la atención o entrevista. (Gráfico N° 54) Así bien, un 68,1% de las mujeres encuestadas perciben como satisfactoria o muy satisfactoriamente el nivel de comprensión de su situación por parte del profesional o técnico. (Gráfico N° 55) Gráfico Nº 54

Gráfico Nº 55

Nivel disposiscion a escuchar

Nivel comprension de mi situacion satisfactoria

no satisf actoria

medianamente satisfa

32%

9%

21%

medianamente satisf a

no satisfactoria

23%

11% muy satisf actoria 49%

satisf actoria

muy satisfactoria

19%

36%

Respecto a la información y orientación entregada por el o la profesional de la Unidad, un 70, 2% de las mujeres percibe como satisfactoria o muy satisfactoriamente el nivel de orientación e información entregada. (Gráfico N° 56) Respecto a la percepción sobre la importancia de la relación establecida por el equipo de profesionales en la decisión tomada – referida a no ceder al niño o niña en adopción – un 62,5% de las mujeres percibe como importante o muy importante la relación establecida con los o las profesionales de la Unidad de Adopción en cuanto a la decisión tomada. (Gráfico N° 57) Gráfico Nº 56

Gráfico Nº 62

Nivel Orientacion e informacion

Nivel de relacion del equipo profesional muy importante

satisfactoria 28%

38%

medianamente satisfa 21%

no satisf actoria

importante

9%

25%

no importante 19%

muy satisf actoria 43%

medianamente importa 19%

Finalmente, al consultar a las mujeres encuestadas por la cantidad de veces que recibió apoyo o seguimiento por parte de los o las profesionales de la Unidad Regional de Adopción, un 69,6% de las mujeres percibe que no recibió por parte de este equipo de profesionales al terminar el proceso de atención. (Gráfico N° 63)

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Gráfico Nº 63 Nº veces apoyo o seguimiento nunca 70%

muchas veces 7% algunas veces 11% pocas veces 13%

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8. ANÁLISIS DE LOS ESTUDIOS DE CASO ENTREVISTA N° 1 Situación del Habla La entrevistada de nombre Valeria tiene 15 años de edad, vive junto a su hijo en el Hogar de menores Santa Clara con una medida de protección, se encuentra estudiando para terminar la enseñanza básica. Una vez realizada la encuesta, se consultó por la disposición para un segundo encuentro, solicitud que fue aceptada. Por lo que se acudió al lugar (Hogar Santa Clara) tres a cuatro (3 a 4) semanas después. En la primera visita la joven se encontraba en clases y en la segunda oportunidad se logró ubicar y realizar la entrevista. La entrevista fue realizada el día 10 de Junio del 2008 y el lugar utilizado para hacerla fue una oficina del hogar, esta oficina queda aislada del resto de la casa, por lo que no había interrupciones. La joven se mostró muy colaboradora, sin embargo, le costaba explayarse libremente, por lo que era necesario guiar un poco más la entrevista. Se observó que se sentía cómoda y sin problemas para responder las consultas hechas por el entrevistador. No manifestó resistencias. Valeria relata que nunca ha vivido con su madre y a su padre no lo conoce, su infancia la vivió con su abuela, hermana y tías, desde los 11 años empezó a salir a la calle y dejó los estudios (6to básico), quedando embarazada a los 13 años, su hijo tiene un año cuatro meses de edad y vive junto con ella en el hogar. El niño asiste al jardín. Mantienen contacto con el padre y la familia del niño, los días domingo cuando salen del hogar, también tienen contacto con su familia los días sábados cuando va a visitarlos. Fue atendida cinco veces en la Unidad de Adopción y manifiesta no estar satisfecha con la acogida y orientación de dicha unidad y por último, dice nunca haber recibido apoyo o seguimiento después de terminar ese proceso.

Primer Momento: “Relaciones vinculares y expectativas asociadas al embarazo conflicto” 1. Imagen familiar y relación vincular con la familia de origen. Valeria vivencia el embarazo, desde una precaria relación con su familia de origen, la que se visualiza como un contexto que no alcanza a brindar un soporte protector a la joven, enfrentada a un embarazo temprano. La carencia de espacio protector dentro de la familia, es reconocida formalmente, lo que se expresa en la judicialización de su situación que llevará a que sea internada durante el embarazo y se mantenga institucionalizada posterior al nacimiento de su hijo. La figura de la madre se visualiza desde ella como una figura tensionante, porque se reconoce su existencia, pero no se valida en tanto a su rol. “A mi papá no lo conozco, a mi mamá si la conozco, pero nunca he vivido con ella, de los dos años que yo vivo con mi abuelita”. “Mi familia, bonita, pero con mi mamá no tengo mucha… la quiero pero no así como mamá, o sea la quiero, por ejemplo a mi abuela yo la quiero como mí mamá, claro porque siempre ha estado conmigo”.

Al reconocer como madre a quien acompaña, Valeria hace eco de la imagen cultural en que maternidad se asocia con presencia, con quien acompaña en el espacio privado de lo cotidiano. Valeria reconoce a su abuela como figura materna porque siempre ha estado conmigo. En este sentido aunque se reconoce una imagen de madre que es posible por la negación de la madre. Su madre biológica es la madre que se niega pues no está presente, aunque exista como figura. Su abuela cumple el rol y las expectativas de lo que Valeria significa como una madre. Esta imagen de maternidad, influye en las expectativas que la joven construye respecto a su propia forma de ser madre. En la relación con la familia, Valeria visualiza el espacio privado como su contexto protector, a pesar de las tensiones que se viven en él. La casa es un espacio idealizado, en tanto la calle es el espacio amenazante al que se atribuyen todos los problemas. La casa es el espacio que permite continuar vinculada con el mundo, por ejemplo asistir a la escuela, en tanto, la calle es un espacio de rupturas, es visualizada como un espacio negativo y peligroso. “Iba a la escuela todos los días, tenía amigos, por ejemplo, la mamá de mi compañeras eran buenas personas, eh y era todo más bonito cuando iba a la escuela, que cuando empecé a salir a la calle…”. “Es que lo que pasa es que mi hermana era así, y yo empecé a seguir los pasos de ella, y de ahí empecé a, ya no quería estar en mi casa, prefería estar en la calle toda la noche, y con la misma gente que yo me juntaba”.

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Para Valeria, lo bello, lo ideal; es aquello que considera como espacios protectores, que alejen las amenazas que se ciernen sobre ella. Es bonito ir a la escuela, estar en la casa; las personas que están en ese espacio privado son buenas personas. Entonces Valeria busca generar nuevos espacios de protección que la alejen de aquellos lugares que considera amenazantes. “…fui para la audiencia, y ahí me acompañó mi mamá y mi abuela, me acompañaron y ahí entramos a la sala y todo, y la jueza me empezó a preguntar si yo prefería estar en la casa, porque yo, se me estaba dando la oportunidad de venirme para un hogar, que ya estaba pensando en traerme para acá y yo le dije que prefería venirme para el hogar que estar en mi casa porque en mi casa yo seguía saliendo y todo eso”.

2. Relación vincular con la Pareja. El embarazo conflictivo se vivencia en el contexto de una relación de pareja que ella identifica como “pololeo”. Hay una importante diferencia de edad entre Valeria y el padre de su hijo, pues este tiene cerca de 25 años al momento en que queda embarazada y ella cerca de 13 años. “ahí mi hermana me lo presentó, lo conocí, empezamos a salir juntos los dos, salíamos de noche, íbamos a fiestas, de ahí al tiempo después quedé embarazada, esto fue a los 12 yendo para los 13”.

Ella valora positivamente la relación que da origen a su embarazo, aunque eso da lugar a un conflicto para ella. “El momento fue bonito, después cuando quedé embarazada, no quería yo tener la guagüita”.

El embarazo de Valeria supone un quiebre en la relación de pareja, que se ve temporalmente interrumpida por el conflicto que supone un embarazo no deseado, en que ella, se erige como mujer en la maternidad, aun cuando eso supone un distanciamiento con la pareja. “…que pensaba de él, pensaba que si lo aceptaba bien y si no bien también porque a las finales no iba a ser ni la primera ni la última madre soltera… me empezó a dar lo mismo si él venía si me llamaba si estaba preocupado o no, trataba yo sola de salir adelante”.

Una vez superado el momento más conflictivo, que implica asumir el embarazo como una realidad, cuando ese embarazo se hace evidente, aparece nuevamente el contacto con el padre, ahora como padre del niño por nacer y ya no sólo como pareja. “…y después a los cinco o seis meses de embarazo empecé a tener de nuevo contacto con el papá de mí hijo. Y de ahí como que empezamos a arreglar la relación”.

3. Expectativas en Conflicto Al revisar el discurso de Valeria en busca del conocimiento de las posibles expectativas en conflicto al momento del embarazo, llama la atención, la ausencia de expectativas personales o proyecciones, previas al nacimiento del hijo. Puede inferirse que esto se debe a su corta edad, puesto que el embarazo se produce cuando ella está comenzando su adolescencia. Sin embargo esto es también atribuible al contexto en que se vivencia este momento; Valeria se constituye como sujeta a partir del embarazo, en su discurso se refleja que ella visualiza el reconocimiento de su entorno más próximo a partir del embarazo. “...Y lo que no hicieron antes lo están haciendo ahora, me llaman por teléfono, me vienen a ver, me dan consejo, cosas que antes, cuatro meses de embarazo no lo habían hecho, ni antes que quedara embarazada tampoco”.

A pesar de este emerger como sujeta, Valeria visualiza una tensión, identifica el embarazo como un quiebre en su historia vital, sin embargo, este quiebre ella no lo atribuye exclusivamente al embarazo, sino a su comportamiento y al alejamiento de las instituciones que la habrían mantenido dentro de los esquemas esperados para su edad. “…si hubiera seguido estudiando no estaría embarazada, con un hijo de un año y cuatro meses. Estaría pasando ya a tercero medio y hubiese sido todo distinto, no como es ahora, estar sacando recién sexto básico, estaría pasando a tercero medio si no me hubiese quedado repitiendo en algún curso, pero no sería como estoy viviendo ahora”.

A pesar de que en todo su discurso idealiza la maternidad y la posibilidad de contar con espacios protectores, al decir no sería como estoy viviendo ahora refleja la culpa de alejarse de las expectativas sociales, y de las propias. Identifica el embarazo como problema, pero es un problema, cuyo origen ella no asocia con el embarazo mismo, ya que una madre no puede culpar al hijo de su existencia, sino con su conducta anterior. La escuela se transforma en un modelo de integración y protección. Estudiar aparece en el discurso socialmente validado como la posibilidad de alejarse de “lo malo”, de las malas conductas y la malas compañías, en ese sentido, esa se constituye también en la expectativa de la familia.

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“porque cuando yo estaba estudiando yo era, de la casa a la escuela y de la escuela a la casa, y mi abuela lo único que me decía era que tenía que estudiar o sea nada más, que tenía que estudiar, no me daba cosas que hacer, estudiar solamente, era lo único que me decía, entonces yo era, mi hermana salía a la calle, a veces no llegaba a dormir, pero yo antes de seguir los pasos de ella, era igual como le digo yo, mi hermana hacía todo eso y yo me quedaba en la casa…”.

En este sentido el embarazo no deseado, se transforma en un elemento que rompe la continuidad temporal de la experiencia vital del ser mujer. En el imaginario lo esperable dentro del contexto es que la niña estudie, se case y luego tenga hijos legítimos, fuente de alegría y orgullo. Un embarazo adolescente rompe esa temporalidad y se plantea como un quiebre que aleja a la mujer de las expectativas que la sociedad y ella misma construye para sí. Segundo Momento: “Ambivalencia frente a la decisión de hacerse o no cargo del hijo(a)” 1. Actualización de la Imagen Mujer – Madre. La imagen de mujer – madre para Valeria se dirige a su abuela materna, la cual es significada y nominada por ella como “mamá”. Esta imagen es traída al presente como la persona con la cual ella se ha vinculado y ha crecido en “familia” a lo largo de su infancia y parte de su adolescencia. El vínculo madre – hija es representado como un vínculo de cercanía, de contacto físico, de presencia. Sin embargo, esta misma imagen es paradojal, dado que la madre biológica de la mujer no ha “cumplido” con este rol, el cual es esperado al ser esta la mujer que la engendró. La figura de la madre está presente, pero ausente al mismo tiempo. “A mi papá no lo conozco, a mi mamá si la conozco, pero nunca he vivido con ella, de los dos años que yo vivo con mi abuelita (…) la quiero pero no así como mamá, o sea la quiero, por ejemplo a mi abuela yo la quiero como mí mamá, claro porque siempre ha estado conmigo”.

2. Actualización de la Imagen del Hijo(a) en la Familia. La imagen del niño es representada inmediatamente como un conflicto dentro de la familia. Valeria prevé el rechazo de la madre y de la abuela materna, rechazo que es traído al presente desde su vivencia personal con su madre biológica. El embarazo es significado como un acto de desobediencia y rebeldía de la joven; un acto de rebeldía adolescente frente a las normas familiares. Aquella conducta también es significada como una perpetuación de las conductas de protesta desde la hermana mayor hacia la menor, siendo este hecho el que facilita que la familia finalmente declare su sentimiento de no ser capaz de contener a la joven; de entregarle un espacio de contención y apoyo. “Qué mi mamá me iba a echar de la casa, porque mi hermana ya había quedado embarazada, tenía… cuando yo quedé embarazada, mi hermana tenía unos cinco meses más o menos, entonces yo no quería contarle a mi mamá porque pensé que iba a echar de la casa, o que no iba a aceptar a mi hijo, como yo tampoco lo estaba aceptando en el momento”.

Valeria rechaza a su hijo anticipándose al rechazo de la madre; este rechazo implicaría para ella un abandono, situación que se corrobora cuando la familia delega la responsabilidad del cuidado de la joven y del niño a una institución. “... mi tía le contó a mi abuela, mi hermana ya sabía, mi mamá, mi abuela, le contó a mi hermana. Después mi mamá me dejó de hablar, más o menos como dos semanas, y de ahí un día llegaron, llegó una citación a la casa, del juzgado de familia, que yo tenía audiencia, fui para la audiencia, y ahí me acompañó mi mamá y mi abuela, me acompañaron y ahí entramos a la sala y todo, y la jueza me empezó a preguntar si yo prefería estar en la casa, porque yo… se me estaba dando la oportunidad de venirme para un hogar, que ya estaba pensando en traerme para acá y yo le dije que prefería venirme para el hogar que estar en mi casa porque en mi casa yo seguía saliendo y todo eso, y mi abuela, ella también quería lo mismo, que yo me viniera para acá”.

2. Des-apego del Hijo(a) durante el período de gestación. Frente al rechazo y el abandono de la madre y de la familia, Valeria, como una acción de rebeldía y rabia decide tener (continuar con el embarazo) al niño. “… en un momento se me dio la oportunidad de tener plata y abortar, después yo le conté a mi tía, una de las hijas de mi mamá y ella le contó a mi mamá y ella obviamente se enojó, eh, no quería nada conmigo y ahí yo cambié de opinión ahí me acepte que, empecé a pensar, que a la final mi hijo no tenía la culpa de nada, que estaba embarazada, ni nada por el estilo, de ahí empecé a reflexionar y decidí tenerlo…”.

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Se evidencia la relevancia que tiene para ella las diferentes etapas que vive durante el embarazo. La edad cronológica evidencia gráficamente los cambios que conllevan a su decisión: asumir el rol materno. Así también se destaca los cambios en su lenguaje. La forma en que nomina al niño; desde “este niño chico” hasta “mi hijo”. Se grafica como el niño pasa de ser un ser indiferenciado, externo, a “su hijo”; una extensión de ella, una parte de su vida, un vínculo. “… cuando nació, yo no lo quería, se me vino todas las cosas a la mente así, pensaba que no me la iba a poder, eh, todavía cuando él nació, yo todavía tenía trece años, nació y al mes siguiente cumplí los catorce años, y en momento que me lo sacaron de la guata, yo, se me vinieron todos esos recuerdos, todas las cosas que hice antes, y yo pensé que no me la iba a poder con el niño chico, y que no me la iba poder, que no lo iba a poder tener, que no lo iba a saber cuidar, y todas esas cosas, ahora ya no, bueno ahora tengo quince años, ha pasado más de un año, ya no, ya todo es distinto…”.

El proceso de parto es el momento clave donde se evidencia este giro; el niño indiferenciado pasa a tener una imagen, un nombre. Es en el momento de “darle pecho” donde aflora el instinto maternal, construido y naturalizado. Lo maternal se encuentra latente. Este acto trae enlazado una serie de emociones que envuelven sus pensamientos; ideas de abandono que se encontraban presentes se “quitan” de la cabeza. El acto de intimidad y cercanía que implica el darle pecho al hijo opera como una posibilidad de vincularse y traer aquellas imágenes de familia, madre, niño(a) presentes. Es una oportunidad de reeditar los modelos operativos internos de apego, como también de diferenciarse de la propia madre. “Fue en el momento del parto, que yo pensé todas esas cosas, porque a mí me lo iban a pasar, me lo iban a poner en el pecho y yo no quise tenerlo, y le pedí a la enfermera que se lo llevara, yo en ese momento, después, a la noche, en la madrugada, le di pecho, y ahí empecé como a tomarle cariño y se me quitaron todas esas cosas de la cabeza...”.

4. Vinculación con otros profesionales frente a la toma de decisión. El Hogar de Protección cumple la función de establecer límites, normas, pautas de comportamiento socialmente establecidas, tras la externalización y delegación de estos roles desde la familia a una institución. Es en este espacio de contención donde la joven se vincula con otros(as) personas, entre ellas la psicóloga del Hogar, quienes facilitan la sedimentación de este “instinto” simbolizado en el parto y racionalizado en la medida que la joven crece y se vincula con su hijo. “… la psicóloga, que estaba acá, de acá del hogar, me decía que tenía que quererlo, que era mi hijo, que lo tuve nueve meses en la guata, que después que naciera no podía hacerle eso, porque también me necesitaba, y ahí me fue como orientando y ahí ya, cambié de opinión y lo acepté, hasta el día de hoy…”.

Tercer Momento: “La constitución de la Mujer; Niña – Madre a partir de sus otros significativos” 1. La Vinculación con su familia desde su experiencia de niña – madre. La cercanía familiar afectiva vincular en este momento donde Valeria se constituye en una niña – madre, que asume su rol de manera eficiente y acorde con lo socialmente esperado, dejando atrás prácticas de riesgo social, se hace presente, relación que es esperara por ésta, percibiéndose en su discurso su necesidad y deseo de ser cuidada, protegida y contenida en su contexto familiar. A partir de esta cercanía que se va estableciendo con su núcleo familiar, Valeria es reafirmada como sujeta, la confirmación de una existencia significativa para otros es validada, de esta forma Valeria encuentra el reconocimiento en un estado de mujer - madre que le ha hecho cambiar y configurarse en su experiencia de vida un antes y un después. Así cuando hace referencia a su familia, lo realiza desde un cambio en la actitud y prácticas que se daban en el contexto de la interacción familiar para con ella, donde el cuidado y contención que deberían haberle brindado sus padres y adultos significativos anteriormente negado, en el ahora, su familia asume sus funciones de afecto, contención y apoyo. “… el cambio fue que empezaron a darme consejos, y todas las cosas que no me dijeron antes de quedar embarazada, me las empezaron a decir, o sea, tratan hasta el día de hoy de ayudarme, ahora dándome consejos, que yo pienso debieran haberlo hecho antes. Y lo que no hicieron antes lo están haciendo ahora, me llaman por teléfono, me vienen a ver, me dan consejo, cosas que antes, cuatro meses de embarazo no lo habían hecho, ni antes que quedara embarazada tampoco…”.

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“… ahora es buena, o sea, conversamos juntas, salimos juntas, ella con su hijo yo con el mío, y ya no es como antes, puras discusiones…o sea casi en todo, prácticamente en todo, porque ella vive con mi abuela y ya no sale, ya no sale en la noche como antes, es ella y su hijo, y siempre en la casa, ha cambiado todo por parte de ella…”.

Por otro lado, Valeria también recibe el apoyo y reconocimiento de la familia del padre de su hijo, quienes manifiestan su deseo de cercanía para con ésta y con el niño. Así poco a poco, Valeria va percibiendo por parte de sus otros significativos y generalizados, un apoyo y preocupación para con ella y con su hijo, lo cual le genera sentimientos de confianza, al mismo tiempo que la reafirma en la construcción de un yo seguro. “… después empecé a tener contacto con el abuelo de mi hijo, empezamos a hablar y todo eso, después él me llevó para la casa de él, me presentó a la familia, a los hijos a las hermanas y a la mamá, me presentó a la familia y después empecé a ir para la casa de ellos…”. “…ahí lo veía yo a él y ahí empezamos a conversar de, por ejemplo del papá de mi hijo, que si yo quería, que la familia de él me querían conocer a mí porque sabían que yo estaba embarazada y que me querían conocer, si yo aceptaba ir para casa, y todo eso, que ellos me querían ayudar que no me iban a dejar sola con el embarazo, aunque el hijo de él no quería nada, ellos si aceptaron ayudarme, y de ahí yo empecé a ir para allá, empezaron a ayudarme con las cosas de mi hijo, el coche, ropa (…) y después a los cinco o seis meses de embarazo empecé a tener de nuevo contacto con el papá de mí hijo. Y de ahí como que empezamos a arreglar la relación y ahí yo quede…”.

Además, a esto se suma que Valeria percibe en las figuras de las tías del hogar, una figura materna, quienes la cuidan y maternizan al mismo tiempo que lo hacen con su hijo, así su confianza no se pone a prueba, ya que la institucionalización como un espacio de cuidado, apoyo y contención le permite tener un equilibrio y sentirse protegida. “… a parte de las tías de acá del hogar que yo siento que me dan apoyo, que siempre me lo han dado en distintas cosas…”. “… aquí me están dando la oportunidad de seguir estudiando, que yo creo que si me voy a la casa, no se me va a dar la oportunidad de estudiar, o sea aquí se me está dando la oportunidad en muchas cosas y estar acá hasta mayoría de edad, que yo pueda salir con segundo medio, o algo así para salir con un curso mayor que estoy haciendo ahora, porque acá se me está dando la oportunidad bien…”.

1.1. Relación vincular con la pareja Otro aspecto relevante en el relato de Valeria, tiene correspondencia con la relación de pareja que se establece con el padre de su hijo. En el caso de Valeria, ésta se junta nuevamente con el padre de su hijo, el cual visualiza como un aspecto importante en cuanto el apoyo y acompañamiento en su labor de crianza de su hijo. “… salimos con el niño chico, él le compra sus cosas, pero no las trae para acá, las cosas que él compra, yo no las tengo acá, allá en la casa de él…”.

De esta forma, Valeria comienza a construir expectativas en cuanto a su futuro, el cual dice relación con la conformación de una familia nuclear bien constituida, compuesta por ambos padres y por el hijo. “… eh, tenimos pensado más adelante vivir juntos, si es que se nos da la oportunidad, porque él igual me quiere sacar de acá, no quiere que nuestro hijo esté acá tampoco, en un hogar, aunque no va estar mejor en otro lado, más que conmigo, pero él no quiere eso y la familia de él tampoco…”. “… él tiene por ejemplo, proyectos que a mí igual me gustaría, pero a la vez no, porque él es mayor de edad y yo tengo quince años, o sea tengo muchas cosas que hacer por delante, y no para tener una relación, todavía…”.

2. La constitución como madre; relación vincular con su hijo. Valeria manifiesta en su relato, la importancia del parto en la decisión de optar o no por la adopción, frente a lo cual, presenta un discurso que remite a lo instintivo de maternidad, a lo mítico, lo cual se origina con el contacto físico, de percibir a su hijo en su materialidad, en la concreción de su imagen recreada respecto a su éste, la cual es presentaba en una práctica tan maternal como el amamantar a su hijo. “… Fue en el momento del parto, que yo pensé todas esas cosas, porque a mí me lo iban a pasar, me lo iban a poner en el pecho y yo no quise tenerlo, y le pedí a la enfermera que se lo llevara, yo en ese momento, después, a la Corporación Servicio Paz y Justicia SERPAJ CHILE

noche, en la madrugada, le di pecho, y ahí empecé como a tomarle cariño y se me quitaron todas esas cosas de la cabeza”. “… empecé a reflexionar, que mi hijo no tenía la culpa de lo que yo estaba pasando, y que tenía que estudiar y tenerlo a él, yo creo que es cosa de tener fuerza de voluntad, si uno quiere, va a poder”.

Es justamente en esta relación madre – hijo, donde Valeria percibe su cambio; en el ideal materno, donde la mujer que se constituye en madre se convierte en heroína, divinizada por la representación de la virgen y humanizada por la imagen de la mujer que lucha por sus hijos ante todo. “… lo único que pienso es estudiar, estar con mi hijo, y de cuidarnos los dos no más, cosa que antes, cuando nació, no yo no pensaba eso, no estaba ni ahí, de ahí me vino todo el rechazo con él, yo no lo quería tener, o sea cuando nació, yo no lo quería, se me vino todas las cosas a la mente así, pensaba que no me la iba a poder, eh, todavía cuando él nació, yo todavía tenía trece años, nació y al mes siguiente cumplí los catorce años, y en momento que me lo sacaron de la guata, yo, se me vinieron todos esos recuerdos, todas las cosas que hice antes, y yo pensé que no me la iba a poder con el niño chico, y que no me la iba poder, que no lo iba a poder tener, que no lo iba a saber cuidar, y todas esas cosas, ahora ya no, bueno ahora tengo quince años, ha pasado más de un año, ya no, ya todo es distinto…”. “… después que nació, que ha cambiado… ha cambiado que estoy, por ejemplo con otro pensamiento, ya no soy como antes, tan niña chica, pienso de otra forma, como más madura…”.

De esta forma, su vinculación con su hijo, está configurada en gran medida por el estatus o posición que le ha otorgado la maternidad, constituyéndose así el cumplir con las expectativas sociales como expectativas personales e individuales, que movilizan y restringen sus prácticas de vida, visualizando la idea de materno como lo principal y fundante en su razón de ser. “… eh, todo yo creo que si ahora me lo llegan a quitar, yo me muero, porque mi hijo ahora es todo para mí…”.

Es en el hecho de ser madre, donde Valeria cumple con su rol de acuerdo a las expectativas establecidas socialmente, frente a lo cual se aferra a la idea de cumplir con el rol ideal, el cual ella buscaba en forma incesante, esto debido principalmente a que en su pasado ésta no pudo cumplir de manera esperada su rol de niña, ni de estudiante, por ello, ésta encuentra el reconocimiento de cumplir de acuerdo a lo esperado, de lo que implica el maternaje; el cuidado y protección del hijo, así Valeria resalta y se destaca por sobre sus pares madres, subrayando su abnegación y dedicación constante para con su hijo. 3. La constitución como madre a partir del reconocimiento del rol social. Valeria cobra reconocimiento y un papel social al momento de constituirse como madre, por un lado se activan los vínculos afectivos familiares tanto por parte de su familia, como la familia del padre de su hijo. “… siento que soy buena madre, eh, en todos los sentidos, porque si hubiera sido otra, con pensamiento como mal, mala negativa, eh, no sería como soy con mi hijo, o sea, cuidadosa, con todas las cosas, con la leche con lavarle la ropa, darle el almuerzo, todo eso, no, o sea, es algo que si hubiese sido otra no lo estaría haciendo ahora, sería descuidada…”.

De esta forma, Valeria se constituye como sujeta social a partir de la experiencia de la maternidad, operando en ella una imagen idealizada en cuanto al sujeto mujer, percibiendo a su hijo como parte fundante e imprescindible en su historia de vida. “… eh, todo yo creo que si ahora me lo llegan a quitar, yo me muero, porque mi hijo ahora es todo para mí…”.

Así, Valeria cumple con el mandato social establecido de la mujer como ser en cuanto a otros, específicamente en cuanto a su hijo, el cual se hizo presente en sus experiencia de embarazo a partir de un ser significativo y relevante como es una profesional de la psicología. “… eh, la psicóloga, que estaba acá, de acá del hogar, me decía que tenía que quererlo, que era mi hijo, que lo tuve nueve meses en la guata, que después que naciera no podía hacerle eso, porque también me necesitaba, y ahí me fue como orientando y ahí ya, cambié de opinión y lo acepté, hasta el día de hoy…”.

De esta forma, también ella cumple con las expectativas que se manifestaron en cuanto sus otros significativos y particulares, constituyéndose como una mujer que se diferencia del resto por su espíritu luchador y consecuente con su rol y posición de mujer – madre. “… que pensaba de él, pensaba que si lo aceptaba bien y si no bien también porque a las finales no iba a ser ni la primera ni la última madre soltera… me empezó a dar lo mismo si él venía si me llamaba si estaba preocupado o no, trataba yo sola de salir adelante”.

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“… me veo mejor que antes… o sea, en todos los sentidos de mi vida mejor, porque ya no hago las mismas cosas que hacía antes, lo único que trato es de vivir con mi hijo, lo único…”.

De esta forma, Valeria se constituye como mujer – madre, que asume su rol eficientemente y de acuerdo a las expectativas sociales, además presentando expectativas y proyecciones de vida relacionadas con la finalización de sus estudios para darle lo mejor a su hijo. De esta forma, y a pesar de que en todo su discurso idealiza la maternidad y la posibilidad de contar con espacios protectores, al decir no sería como estoy viviendo ahora refleja la culpa de alejarse de las expectativas sociales, y de las propias. Identifica el embarazo como problema, pero es un problema, cuyo origen ella no asocia con el embarazo mismo, ya que una madre no puede culpar al hijo de su existencia, sino con su conducta anterior. La escuela se transforma en un modelo de integración y protección. Estudiar aparece en el discurso socialmente validado como la posibilidad de alejarse de “lo malo”, de las malas conductas y la malas compañías, en ese sentido, esa se constituye también en la expectativa de la familia. “…porque cuando yo estaba estudiando yo era, de la casa a la escuela y de la escuela a la casa, y mi abuela lo único que me decía era que tenía que estudiar o sea nada más, que tenía que estudiar, no me daba cosas que hacer, estudiar solamente, era lo único que me decía, entonces yo era, mi hermana salía a la calle, a veces no llegaba a dormir, pero yo antes de seguir los pasos de ella, era igual como le digo yo, mi hermana hacía todo eso y yo me quedaba en la casa…”

En este sentido, el embarazo no deseado, se transforma en un elemento que rompe la continuidad temporal de la experiencia vital del ser mujer. En el imaginario lo esperable dentro del contexto es que la niña estudie, se case y luego tenga hijos legítimos, fuente de alegría y orgullo. Un embarazo adolescente rompe esa temporalidad y se plantea como un quiebre que aleja a la mujer de las expectativas que la sociedad y ella misma construye para sí. ENTREVISTA N° 2 Situación del Habla La entrevistada de nombre Kelly, tiene 22 años de edad, vive junto a su hijo y hermana menor en la casa de sus padres. A Kelly se le contactó dos veces previas a la entrevista, finalmente frente a un tercer intento telefónico, la joven acepta comentando que debía ser realizada inmediatamente ya que estaba pronta a ir de paseo a Chañaral. La entrevista se realizó el día 30 de Julio del 2008 en su casa, donde se encontraban su madre y su hijo, el lugar específico fue el antejardín, para evitar el ruido de la casa, ya que la madre estaba haciendo aseo, no hay intervención de la madre de Kelly aunque se encuentra presente. En el lugar estaba presente su hijo, quién por momentos entraba a la casa y en otros jugaba alrededor. La joven mantuvo buena disposición, durante la conversación se mostró expresiva, moviendo las manos y levantándose cuando era necesario para evitar que su hijo saliera del antejardín. Frente al tema de la adopción ella baja la voz y mira alrededor para ver que su hijo no estuviese escuchando. Señalando que cuando decide acercarse a Sename fue en virtud de sus proyecciones personales de continuar sus estudios, de esta forma se plantea que sus padres asuman la tuición de su hijo. Fue atendida dos veces en la Unidad de Adopción y a partir de los consejos entregados por el profesional a cargo desistió, pensando que había tomado la mejor decisión. Además se manifiesta satisfecha por la acogida, la información y orientación de dicha unidad, aunque señala nunca haber recibido apoyo o seguimiento después de terminar ese proceso. Kelly relata una niñez muy pobre, aunque con una familia tradicionalmente bien constituida (padres y hermana). Su hijo Samín, tiene tres años de edad, se observa a un niño activo y con una relación cercana a la madre, situación que se manifiesta durante la entrevista donde el niño quiere estar cerca de ella, Samín no asiste al jardín por falta de cupos. El padre del niño no tiene relación con él desde que tenía un año un mes, pues en ese momento fue demandado por violencia física, ya que propinaba maltratos a Kelly desde su embarazo. Kelly estudió un año en la Universidad, pero no pudo continuar por estar sola con su hijo, luego volvió a la casa de sus padres, actualmente es estudiante de Técnico en Finanzas. Mantiene una relación vincular de pareja estable, en la que integra a su hijo. En el aspecto económico, esporádicamente trabaja como garzona, su padre se hace cargo de los gastos de la familia trabajando en área de la minería. Corporación Servicio Paz y Justicia SERPAJ CHILE

Primer Momento: “Relaciones Vinculares y Expectativas asociadas al Embarazo Conflictivo”. 1. Imagen familiar y relación vincular con la familia de origen. El embarazo de Kelly se vivencia desde una positiva relación vincular con su familia de origen, la cual descansa sobre una mirada idealizada de lo que ella construye como imagen de familia. Para Kelly su madre representa un espacio de protección que se vivencia en lo privado, aun cuando la figura paterna se encuentra ausente en sus primeras imágenes. “….cuando chica, mi mamá era para mí, el sol, pero cuando empecé a crecer, salir, mi mamá empezó a restringirme…”. “…no me acuerdo mucho de mi papá cuando yo era chica, porque siempre trabajaba, por turnos me acuerdo sí, más los cumpleaños, que íbamos al Valle del Elqui que íbamos harto, pero nunca tuvimos una mala relación, por ejemplo, algo que siempre digo yo, mi papá nunca me ha pegado, mi mamá sí, mi papá nunca, nunca, nunca, nada así, o el se enoja por algo y se lo dice a mi mamá, nunca me lo dice a mí, directamente, nunca ha sido así”.

En este relato, la relación diferenciada que Kelly construye con su padre y su madre, hacen eco de los estereotipos culturales en ese sentido. La madre representa el espacio privado de la protección que se vivencia al interior del hogar. En tanto el padre se visualiza como una figura difusa y ausente, pues al cumplir el rol de proveedor se encuentra fuera del hogar. La madre es quien ejerce control sobre las actividades cotidianas, en tanto el padre se mantiene al margen de ese rol. Al hablar de lo que Kelly espera de una familia, ella visualiza a su propia familia de origen como el estereotipo ideal, por contraposición a la relación de pareja que ella misma construye con el padre de su hijo. “…como yo pensaba que iba a ser, como no sé, uno siempre espera una familia, al menos una mujer, yo fui mamá a los 18 años (…) como, constituirse, o sea ya no tengo el mismo pensamiento sí, porque yo soy mamá soltera, eh, como mi familia”.

La construcción cultural de la imagen familiar, reposa sobre el ideario de la familia nuclear típica, unida por vínculo de matrimonio. Esto hace que sea reprobable desde los parámetros morales que como sociedad construimos aquello que escapa de la norma, es motivo de castigo, vergüenza y reprobación. En el relato de Kelly se hace eco de esa imagen, pues se observa una tensión entre lo que ella plantea como lo esperado y lo que ella misma vivencia “soy mamá soltera”, aun más cuando se le consulta por lo que ella visualiza como lo esperable en el deber ser de una familia plantea “como mi familia”, describiendo esta última como “mi mamá, mi papá, mi hermana”. 2. Relación vincular con la pareja. El embarazo conflictivo se vivencia en el contexto de una relación de pololeo. Kelly no identifica problemas con su pareja anteriores al embarazo, es una relación de al menos 3 años, en la cual el embarazo provoca un quiebre y transforma la naturaleza del vínculo entre ambos. “…cuando yo no estaba embarazada, nos llevábamos muy bien, éramos una buena dupla…” “…vinimos a vivir acá a la arboleda, el año 2001 entré al liceo, conocí al papá de mi hijo el año 2001 el mismo año, y pololeamos hasta el 2006, si hasta el 2006, yo quede embarazada, el año 2005, digo el año 2004, en septiembre, y ahí empezaron los problemas con el papá de mi hijo, no vivimos juntos pero si hubo una especie de violencia intrafamiliar”.

El embarazo cambia el estatus de la relación de pareja, se transforma en una fuente de conflicto entre ellos. De la vivencia de un pololeo, de una relación con menores compromisos, a una relación donde el hijo por nacer genera un vínculo permanente, que cambia la imagen de la mujer frente al hombre, y redefine las pautas de poder al interior de este vínculo. “…no sé, salíamos, muchos celos, inseguridades de parte de él, más que nada eso, ahí fue cuando, eh, empezamos a tener problemas, el a golpearme, yo embarazada, y en general el embarazo, fue muy solo, me fui a Serena tres meses, estuve allá, sola en la casa de mi abuelita, no tenía ningún tipo de comunicación con mis amigas o gente de acá, y después cuando volví a Copiapó, tuve a mi hijo cuando el Samín, tenía un mes el papá lo vino a ver, o sea cuando nació lo fue haber y después vino como un mes más, y yo no había ido ni al registro civil, a poner el apellido, tan tonta estaba esperando, y en ese tiempo fue cuando fui al…”.

Finalmente la relación de pareja se quiebra frente al embarazo no deseado, el conflicto estalla y Kelly enfrenta con el apoyo de su familia de origen que vuelve a acogerla después del rechazo inicial. Corporación Servicio Paz y Justicia SERPAJ CHILE

“No me acuerdo que me pasó, me acuerdo que lloré harto, que el papá de mi hijo, me dijo que me iba a apoyar en todo acompañar, puras mentiras no más (ríe) porque el que me acompañó en todo y pagó todo, fue mi papá, eh”.

3. Expectativas en conflicto Al enfrentar las propias expectativas y las expectativas familiares y sociales, un embarazo que aparece en un momento no esperado en la vivencia del ciclo vital, se transforma en una fuente de conflictos. En el caso de Kelly hay diferentes temas tensionantes. Un primer tema que tensiona es la posibilidad de no aceptación del embarazo, frente a la no aceptación de la pareja. “Yo creo que la Yamilé (su hermana) ha sido un pilar fundamental en mi vida de que, yo pensé que me iba a decir, pero como quedaste embarazada de ese tal por cual, no sé, que al él siempre lo odió siempre me ha dicho, porqué siempre me decía por qué estai con él, por qué, si el no es pa´ ti el es muy mayor, tiene otra vida, siempre me dijo, y yo al principio, porqué te metís no más, si es mi vida, bueno debería haberle hecho caso, ahora por eso siempre le hago caso”.

Aunque no sucede con claridad, Kelly espera que el rechazo que la familia tiene de su pareja, se transforme en rechazo hacia el niño que está por nacer. Este es un motivo más que la lleva a ocultar inicialmente su embarazo. Al decir “no es para ti” se identifican diferencias de estatus con la pareja, que conflictúan aun más la situación. Por otra parte se encuentran las expectativas en torno a los logros personales que se espera que la hija vaya superando. “…siempre me dieron mucha libertad, porque lo único que me pedían era que me fuera bien en el colegio, yo siempre le respondí con eso, nunca tuve ningún problema mayor”. “yo en ese momento pensaba que me iban a retar, miedo, eh, más que nada el hecho que, por ejemplo yo de primero medio, siempre viajaba los veranos para las vacaciones, me iba de viaje, y había juntado, tenía como cuatrocientos mil pesos me quería ir a viajar al sur, y no quería seguir estudiando ese año, y yo sabía que me iban a reprochar eso, porque yo tenía el permiso, tenía la plata para irme, y en cierto modo así fue, pero no de mala manera como yo creía, yo creo que eso, no influyó, lo del viaje no influyó mucho pero fue como, como voy a decepcionar de esta manera si igual tenían como varios…expectativas sobre mí, sobre lo que yo iba a estudiar, di la prueba, me fue muy bien, pero no me pude ir a estudiar, al menos lo que yo quería”.

Un hijo no deseado produce un quiebre en el ciclo vital. Desde la imagen cultural, lo esperable es que se viva secuencialmente una serie de hechos: Estudiar, casarse y luego tener hijos. Decepcionar a la familia, no cumplir con las expectativas, llevan a que la maternidad se transforme en una carga, en un problema para cumplir con los propios proyectos y con las expectativas de otros. “…yo creo que es una cosa que le pasa a todas las mujeres que son jóvenes, en definitiva yo sabía lo que a mí se me venía por delante y yo sabía que yo no iba a poder dejarle el hijo a mi mamá y yo salir, que a mí siempre me ha gustado salir…”.

Segundo Momento: “Ambivalencia frente a la decisión de hacerse o no cargo del hijo(a)” 1. Actualización de la Imagen Mujer – Madre. La imagen de mujer – madre es representada como la madre amorosa y cercana, involucrada emocionalmente con sus hijas, considerando contextualmente que la ausencia del padre por motivos laborales, facilita esta cercanía entre madre e hija. Sin embargo, a medida que Kelly comienza a crecer y a necesitar una mayor libertad e independencia de su madre, esta imagen idealizada comienza a tensarse frente a una madre rabiosa y en momentos agresiva. “… cuando chica, mi mamá era para mí, el sol, pero cuando empecé a crecer, salir, mi mamá empezó a restringirme, siempre me dieron mucha libertad, porque lo único que me pedían era que me fuera bien en el colegio (…) me castigaban, y era mi mamá la de los castigos, pero los dos fueron muy blandos conmigo (…) mi mamá es más rabiosa, es más enojona, y eso pero no, con los dos he tenido buena relación, jamás he tenido un problema…”.

La confrontación de estas dos imágenes, la anterior de ella siendo mujer – hija y la presente enfrentándose a ser una mujer – madre, la lleva a confrontar las imágenes que internalizó de lo que es “ser una mamá” en la interacción afectiva con su propia madre. Es a través de la interacción y vínculo que construye con su hijo donde Kelly busca diferenciarse de su madre, resaltando aspectos internalizados desde la infancia, pero a su vez incorporando nuevas conductas.

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“ Ah, casi igual, pero no en el aspecto de por ejemplo yo al Samín le compro ropa o lo trato de vestir como a mí me gusta, o el estilo que a mí me gusta, mi mamá no, ella siempre era de falda y cosas rosadas, zapatos así con monitos, en ese aspecto somos muy diferentes o en los juegos, o sea yo, obviamente es otra relación (…) mi mamá cuando yo era chica jugaba mucho con … le hacíamos ropa a las muñecas, me enseñaba a cocer, pero generalmente somos muy parecidas, tenemos muchos hábitos parecidos, igual, de no sé, como hacer la comida, o levantarse y no tender la cama al tiro, planchar la ropa, a ella no le gusta, a mí sí me gusta planchar (…) ella más malcría a mi hijo, porque pone una cara así, o llora por cualquier cosa y ella al tiro se lo da, yo no, trato de que le cueste o de que haga, no sé, si lo mandé a ordenar sus cosas, que las ordene de verdad, pero mi mamá no era así conmigo sí, no poh mi mamá por ejemplo me podía tener hasta las seis de la tarde comiendo (… ) Pero si el Samín no quiere comer, yo dejo que se vaya no más, porque yo me acuerdo que como era para mí, yo con la guata infla y mi mami métele que métele comida, pobrecita, eso no lo repetí con el Samír…”.

La imagen de mujer - madre es visualizada con el cumplimiento de acciones, principalmente domésticas, orientadas al cuidado de los hijos(as) del hogar, lo que trae consigo una serie de sacrificios; costos que implican replegarse y entregarse a otros(as). Es en este proceso de asumir este rol, donde Kelly se cuestiona, probablemente inconscientemente, la perpetuación de su libertad (símbolo de sus propias expectativas y metas) o el asumir ser madre. 2. Actualización de la Imagen del Hijo(a) en la Familia. La imagen del niño en la familia es representada como el quiebre en las expectativas paternales y personales de Kelly. Ella se enfrenta al temor de decepcionar a sus padres y con ello enfrentarse a un quiebre en la interacción y vinculación familiar. “… mi hermana y mis papás, ellos se enteraron cuando tenía como tres meses de embarazo más o menos, yo recién les conté, le conté a mi hermana mayor que estaba en Valparaíso, le conté a ella primero, después les conté a mis papás que estaba embarazada (…) yo en ese momento pensaba que me iban a retar, miedo (…) como voy a decepcionar de esta manera si igual tenían como varias expectativas sobre mí, sobre lo que yo iba a estudiar, di la prueba, me fue muy bien, pero no me pude ir a estudiar, al menos lo que yo quería”.

El potencial niño se incorpora en la familia como un miembro que viene a cumplir expectativas de los padres, quienes ven a un potencial hijo varón que no han podido tener. El niño viene a ocupar un lugar esperado con anterioridad por los padres de la mujer. “…mi papá realmente no sé en cuanto tiempo el no me habló, pero si sufrió harto, fue el que más sufrió, hasta que se enteró que iba a ser hombre, que iba a ser niñito, porque nosotros somos tres mujeres, mi mamá, ellos querían adoptar un niñito, yo estaba en tercero medio, más o menos, y querían adoptar un niñito y ahí como que se les pasó el enojo, y empezamos otra relación, nosotros siempre hemos sido de, por ejemplo, éramos cinco ahora con mi hijo, hasta el día de hoy nos acostamos los seis en la cama, a ver películas, apretao, apretao pero estamos todos acostados viendo películas, hasta el día de hoy siendo que mi hermana tiene 28 años, yo voy a cumplir 23, la Merita tiene 10 años, y en ese tiempo todo eso se cortó, a mi me daba vergüenza bajar, no venía a comer, porque claro, como que no quería enfrentar o dar explicaciones de lo que estaba pasando, porque mi mamá me reprocho mucho de por qué, yo no le había contado primero a ella…”.

El embarazo trae consigo un quiebre a la imagen esperada e internaliza de familia. Las expectativas de Kelly se ven frustradas ante el cambio que visualiza en su pareja y padre de su hijo. La violencia ejercida por él hacia ella durante el embarazo, frenan drásticamente sus expectativas de “constituir” una familia, asumiendo con dolor y con ambivalencia el hecho que si acepta ser madre, ello trae consigo el no tener un padre para su hijo. “Cuando yo no estaba embarazada, nos llevábamos muy bien (…) yo tenía mi libertad, podía salir con mis amigas tranquila (…) después cuando quedé embarazada, cuando empezaron algunos límites, o algunas cosas así, el papá de mi hijo se puso muy bueno para tomar, muy bueno para consumir cocaína, y yo creo que eso afectó mucho en su forma de ser (…) si yo sabía que podía pasar eso, pero siempre pensé que no iba a volver a pasar nunca más, y la primera vez, después de la segunda, de la tercera, siempre pensé que nunca más iba a volver a pasar (…) que íbamos a pelear y que me iba a agredir (…) el Samín tenía un mes y algo, más o menos dos meses, cuando empezamos a tener una relación de nuevo, y por un tiempo duramos bien, como yo pensaba que iba a ser, como no sé, uno siempre espera una familia, al menos una mujer, yo fui mamá a los 18 años y empezó de nuevo lo mismo”.

3. Des-apego del Hijo(a) durante el período de gestación. El embarazo genera sentimientos ambivalentes en Kelly. El vincularse con su hijo conlleva desde la visión de mujer – madre y desde su propia historia como hija, la pérdida de su libertad y de independencias, donde sus decisiones no solo la influyen a ella sino a otro: su hijo. Ambivalencia ante la decisión de “ser mujer” o de “ser madre”. Corporación Servicio Paz y Justicia SERPAJ CHILE

“… me enfermé, me enfermé del estomago, no sé si de… uno siempre se enferma de la cabeza, igualmente, creo que por ahí empezó el problema mío, medio psicológico, no quería ir a clases, no quería tener al chatito, no quería tener al chatito (en voz baja), no yo creo que es una cosa que le pasa a todas las mujeres que son jóvenes, en definitiva yo sabía lo que a mí se me venía por delante y yo sabía que yo no iba a poder dejarle el hijo a mi mamá y yo salir, que a mí siempre me ha gustado salir, si yo, literalmente yo no pasaba aquí en mi casa los fin de semana…”.

El niño por nacer viene a sumir un cierto control sobre su conducta, pasando por un proceso transicional de hija a madre. El embarazo la posesiona en un nuevo rol dentro de su familia, lo cual conlleva a asumir conductas diferentes a las que tenía anteriormente. Si bien, la aceptación de la maternidad posibilita diferenciarse de su madre y de su familia, y vincularse de otro modo con su hijo, este mismo hecho conlleva a mantenerse unida a su madre y su familia. “… siempre me iba pa algún lado, a pesar de que la pasaba muy bien, porque ahora yo recién disfruto de los paseos a la playa, porque cuando mi familia se iba a la playa, yo me quedaba acá en la casa, prefería quedarme sola que irme con ellos a la playa, ahora yo recién disfruto de los paseos familiares, conozco otro aspecto que en definitiva siempre estuvieron de mi familia pero yo no los había visto, yo no pasaba con ellos, no celebraba con ellos…”.

El asumir al hijo implica sacrificar su libertad, sus deseos de conocer y desarrollarse, sin embargo el no asumir, la culpabiliza. Kelly decide ya en el proceso de gestación tener al niño, aunque el rol de madre se evidencia ya asumido cuando ella percibe lo que ocurre dentro de la dinámica familiar: los roles cambian, ahora ella será madre. “… más me dolió por eso, por el hecho de que yo no iba a poder no sé seguir saliendo como a mí me gustaba (…) y ese fue lo que a mí más me, no sé, como que me frustraba, algo así”. “… yo no estoy a favor del aborto en todo caso, nunca lo he estado, a pesar de que lo pensé, pero nunca dije lo voy a hacer, o me voy a comprar algo o lo voy a intentar, nunca lo intenté a pesar de que, yo pensé por qué a mí, por qué a mí, por qué yo, bueno todas esas preguntas que uno se hace a veces, o que le eche la culpa a otras personas, pero no me veo así, nunca me había puesto a pensar que estaría haciendo yo si no hubiese tenido a mi hijo. A lo mejor estaría perdida por ahí, (ríe) me dice mi mamá, que diosito me mandó a Samín para que no me volviera más loca de lo que era”.

Tercer Momento: “La constitución de la Mujer; Niña – Madre a partir de sus otros significativos” 1. La Vinculación con su familia desde su experiencia de niña – madre. La familia de Kelly ocupa un papel relevante en su historia de vida, a pesar de que ella sintió temor en un primer momento de no ser comprendida por sus padres, éstos la comprenden y la apoya, lo cual ha sido fundamental en la crianza y cuidado de su hijo. “… eh, para mí fue como otro tipo de confianza, que ya sabía que las personas que me podían retar o decir algo, nunca fue mi familia, eran otras personas realmente, que, de hecho mi hermana fue la única persona que me dijo, felicitaciones, y yo de ella esperaba otra cosa, como hermana mayor un reto, no sé, a lo que yo le decía que mi mamá siempre me reprochó que yo no le había contado a ella, pero mi mamá igual cambió harto, en el aspecto de, antes me preguntaba mucho, ahora no me pregunta nada, entonces ahora yo sola me acerco, porque de cierto modo extraño harto que me cateteé como antes, porqué antes era siempre, siempre, siempre, me preguntaba y a mí me llenaba que me estuviera preguntando a cada rato, me molestaba y eso, en ese aspecto ella cambió, dejó de meterse, en las cosas, de andar revisando los bolsos, de andar preguntando cosas, y eso no sé…”.

Además percibe un cambio en su entorno familiar, en cuanto es percibida como una adulta responsable que sabe lo que piensa y hace, de esta forma su vinculación afectiva de apego con sus otros significativos, se fundamenta y constituye desde el reconocimiento y una vinculación afectiva de cercanía, otorgándole posibilidades de diferenciarse y de autonomía, y a la vez reconocerse como parte fundamental en su contexto familiar. De esta forma, en la reafirmación percibida por Kelly en la situación compleja que atravesaba, se consolida su unión y pertenencia en el espacio familiar. Así Nelly significa a su familia como un pilar importante en cuanto apoyo, afecto y protección para con ella y su hijo. “… ahora yo recién disfruto de los paseos familiares, conozco otro aspecto que en definitiva siempre estuvieron de mi familia pero yo no los había visto, yo no pasaba con ellos, no celebraba con ellos, prefería el 18 irme disfrutar con mis amigos, a lo mejor no a otro lado, pero uno desaparece todo el día, en definitiva yo, más me Corporación Servicio Paz y Justicia SERPAJ CHILE

dolió por eso, por el hecho de que yo no iba a poder no sé seguir saliendo como a mí me gustaba, en ese momento yo pensaba que no iba a poder estudiar, que no iba a poder ir, pero ahora lo pienso bien y sinceramente no creo que haya sido tanto por eso, yo creo que porque a mí me gustaba harto salir, y ese fue lo que a mí más me, no sé, como que me frustraba, algo así…”.

Además ella cuanta con otra figura significativa en su vida, su hermana quien al igual que sus padres, la apoyado y aconsejado en los momentos difíciles, significándola como un pilar fundamental en su vida. “… Yo creo que la Yamilé ha sido un pilar fundamental en mi vida de que, yo pensé que me iba a decir, pero como quedaste embarazada de ese tal por cual, no sé, que al él siempre lo odió siempre me ha dicho (…) ahora por eso siempre le hago caso, eh, no ahora nos llevamos muy bien, siempre me aconseja, me da muy buenos consejos, y finalmente, deja que yo decida por las cosas…”.

De esta forma, Kelly se percibe dentro de un contexto familiar facilitador y protector, basando sus pautas de interacción o modelos internos activos en una relación vincular desde un apego seguro, donde existe el espacio para la autonomía, la validación y el reconocimiento de su existencia. 1.1. Relación vincular con la pareja. Por otro lado, Kelly ha logrado establecer una nueva relación de pareja, la cual resulta relevante en el sentido que su pareja la apoya en la crianza de su hijo, lo cual ella reconoce y destaca como fundamental en su relación. “… a buenísima, yo a mi pareja la conozco de hace mucho tiempo, pero nunca nos pescamos, nos teníamos mala, pero en cierto modo lo que yo más rescato, es que es muy buen papá, no tiene problemas con quedarse con sus hijos los fines de semana, el hecho, como compartimos nosotros o como él me ha integrado con sus hijos, y por todo lo que él se ha integrado con mi hijo, yo digo por ejemplo si nos vamos ahora a vivir juntos, no va a haber ningún problema, nos llevamos bien, los cambios siempre son buenos, y eso, no hay como el miedo que yo tenía antes, cuando yo empecé con el papá de mi hijo, se sentaba acá afuera, a tomar y tenía que ir el Fabián, como a las cinco de la mañana lo tenía que ir a dejar mi papá para que no le hiciera nada, me venía a tirar piedras acá, que terrible, ese hombre, venía a tirar piedras a la casa”.

Es en la relación vincular con su pareja donde Kelly proyecta su imagen de familia ideal, por un lado éste resulta ser lo suficientemente responsable del cuidado de sus propios hijos y además con su hijo, quien lo incorpora en una dinámica familiar. De esta forma, Kelly desplaza de forma idealizada la figura paterna en su hijo, donde dicha figura se contrapone con el padre biológico de éste, en este sentido la necesidad de protección, cuidado y afecto esperado en cuanto figura masculina son resueltas. “… por mi pareja actual, me pregunta mucho por él, se va para su casa, le pregunta por su hijo, porque el igual tiene dos hijos, le pregunta por sus hijos, si los puede ir a ver, salimos juntos, entonces tienen una relación de amigos, pero por ese lado me da pena, porque el otro día me decía, mamá el Fabián puede ser mi papá, como… yo no sé qué decirle, yo no sé que responderle porque, él ya tiene un papá y eso le digo yo, pero si tu tenis tu papá poh, no tengo papá que juegue a la pelota, me decía, porque, yo creo que para él, mi papá es su papá, o sea, el sabe que el Payo es su papá, pero es su tata, pero mi papá no juega a la pelota con él ni nada, es el Fabián el que cumple ese rol, entonces eso mismo debe confundirle, pero nada más que eso, yo creo que si el papá del Samín se acerca, como papá tendrían una muy bonita relación, pero no sé porqué no lo hace, porque son iguales, hacen las mismas cosas…”.

2. La constitución como madre; Relación vincular con su hijo/a Kelly destaca que la relación que ha establecido con su hijo es desde una mirada comprensiva, ésta intenta satisfacer las necesidades de éste tanto en un aspecto material como afectivo, otorgándole especial relevancia a la interacción. De esta forma Kelly se presenta como una madre que participa y se involucra en las actividades de su hijo. “… eh, me veo muy participativa con él, o a él integrarlo en mis actividades, ahora es muy chiquitito igual … pero si lo integro a todos mis paseos, porque yo siempre he sido así de querer irme a la playa, y me da en la semana de ir a la playa y me tengo que ir a la playa, no me puedo quedar con las ganas, y a todos lados, hemos viajado a Chañaral, La Serena, Valparaíso, estuvimos todas las vacaciones en Serena”.

Además ésta, a partir de la dinámica relacional que ha ido construyendo con su hijo, se diferencia de su propia experiencia de hija en la relación establecida con su madre, relevando en el ejercicio de su maternidad la cercanía física y afectiva que establece con su hijo, lo cual se sale de los patrones tradicionales establecidos por su madre, de esta forma Kelly resulta ser la madre de Samín, pero también una amiga que se preocupa y ocupa de sus necesidades y deseos de afecto y de expresión. Corporación Servicio Paz y Justicia SERPAJ CHILE

“…y eso, mi mamá me dice que soy como muy hermana grande del Samín… ella me dice, yo nunca jugué con ustedes así, porque yo juego con mi hijo a las peleas, en ese sentido, si el quiere tirarse al barro que se tire, yo le digo a mi mamá yo nunca lo voy a dejar solo, si él quiere, prefiero que esté jugando con barro que con play station, a pesar que no tiene play station, pero le encanta, le gusta mucho sacar el celular, tampoco me gusta que juegue mucho con el celular, porque no son cosas para ellos”.

Sin embargo, Kelly destaca que su relación con su hijo no solo se basa en un aspecto más lúdico – afectivo, sino que también ella se destaca en cuanto madre, ya que ha asumido su responsabilidad de ejercer su ejercicio de maternidad en cuanto al cuidado, protección y afecto para con su hijo. “… yo la relación que tengo con el Samín ahora, no sé, mi mamá me dice que yo lo trato como mi hermano, pero es mi hijo poh, y yo no sé, no voy a, yo por ejemplo le digo, no, si no es mi hermano porque, si tú me decis a la melita, hazle la leche, no porque yo voy ha hacer otra cosa, hazle tú la leche, pero si me dice mi mamá hazle la leche al Samín, se la tengo que hacer, porque es mi hijo, no es mi hermano”.

Como una forma de destacarse y legitimar su ejercicio materno, Kelly se presenta en correlación con el ideal materno a partir de los discursos de terceras personas, en este caso de compañeras con las cuales comparten su condición de madre y que sin embargo, ésta se diferencia del resto por su abnegación en la óptima crianza de su hijo. “…mis compañeros actuales, eh, siempre me dicen , eh, mis compañeras de estudio, somos tres, que somos mamás, y por ejemplo me dicen siempre que yo tengo harta paciencia con el Samín, porque, por ejemplo cuando nos juntamos, o hacemos un asado con mis compañeras, yo juego con mi hijo, yo juego a la pelota, yo juego a las luchas, las niñas no, y siempre como que me sacan por ese lado, que claro, yo sé que un papá hace eso, juega a la pelota, o a esas cosas que juegan los hombres, al play station, me dicen que soy buena madre por eso, pero no me considero mala mamá, a veces olvidadiza sí”.

3. La constitución como madre a partir del reconocimiento del rol social Kelly reproduce en su discurso, el ideal materno como finalidad y expectativa en su desarrollo e vida en cuanto sujeto mujer, haciendo alusión a la maternidad como ejercicio que trasciende a las demás dinámicas relacionales establecidas. En este sentido, la maternidad resulta ser divinizada y resaltada en cuanto ideal femenino, ya que es justamente en su ejercicio donde se puede alcanza grados de plenitud y desarrollo personal. “… pero creo que elegí bien, aunque las cosas no son para toda la vida, dicen por ahí, algunas sí, como las mamás…” “No, yo no quería tener hijos como hasta los treinta años, pero ahora tendría muchos hijos más, eh, me siento bien, no me arrepiento para nada haber tenido a mi hijo, de hecho yo creo que me hubiera arrepentido mucho más si no lo hubiese tenido, si hubiese tratado de hacer algo por no tenerlo, porque lo pensé”.

En este sentido, Kelly cobra reconocimiento desde su posición de madre que cumple de forma satisfactoria su rol en tanto las expectativas sociales esperadas. “… más allá no me puedo imaginar que sería de mí ahora, si, sin el Samín, yo no me veo sin el Samín ahora…”

También el discurso en cuanto el ideal materno y su sentido de trascendencia, se hace presente a través de la voz de una profesional del SENAME, quien le trasmite y reproduce el carácter atemporal y esencialista de la maternidad. “… pero creo que la decisión que tomamos, fue una buena decisión, realmente no me acuerdo del nombre de señorita que me atendió, pero como que fue bien sincera y me dijo, que la mirara, que si yo quería dar a mi hijo en adopción, a mis papás que yo podía hacerlo, que yo no iba a ser menos mamá por eso, porque yo igual lo iba a tener que cuidar, lo iba a tener que amamantar, al momento de yo realizarme como persona, como mujer que trabaje, iba a tener que hacer muchos trámites para que mi hijo vuelva a ser carga mía, y en definitiva opté porque no, es mi hijo”.

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ENTREVISTA N° 3 Situación del Habla La entrevistada de nombre Eliana, 32 años de edad, actualmente se desempeña en labores de cajera en un supermercado. Vive junto a su madre, la pareja de su madre y su hijo mayor. Eliana tuvo tres hijos, el mayor de ellos fruto de una relación de pololeo de cuatro años que mantuvo con un hombre que conoció en la puerta de su casa, la relación comienza cuando esta tiene 18 años y termina cuando la mujer queda embarazada. A raíz de esta experiencia la mujer en el año 2001 acude a la Unidad de Adopción de SENAME derivada de la fundación Chile Unido. Es atendida dos veces en la unidad de adopción, no asiste más a ésta, motivada por la ayuda que le ofrece su madre para la crianza de su hijo, esto a cambio de que Eliana le entregue la tuición del niño lo cual efectivamente se lleva a cabo. Años después queda embarazada de gemelos, producto de un re-encuentro de una noche con el padre de su primer hijo, quien estaba recién casado. Los gemelos son entregados en adopción por medio de la Fundación San José. La entrevista se realizo el día lunes 8 de septiembre del 2008 a las 11:00 hrs. Y se llevó a cabo en el domicilio de la entrevistada. Previo a esto se concertaron dos citas las que fueron suspendidas una por la madre de mujer y la otra por Eliana. El espacio físico de la entrevista fue el comedor de la casa, que estaba dispuesto para el desayuno. En la entrevista participó la mujer y su madre, posteriormente también lo hizo el padrastro de la mujer. No fue posible establecer un espacio donde poder conversar a solas con la mujer lo que impidió generar un ambiente de mayor intimidad que posibilitara mayor profundidad en los temas tratados. Si bien la entrevista estaba enfocada en la mujer, su madre intervino frecuentemente durante el trascurso de ésta, agregando detalles a las respuestas que daba Eliana o contradiciendo estas respuestas. En ocasiones se percibe molestia en la mujer por las intervenciones de su madre, sin embargo, Eliana no es capaz de expresar abiertamente este sentimiento. Se percibe además cierto temor de la mujer a generar molestia en su madre por las respuestas dadas, recurre frecuentemente durante su relato a resaltar las cualidades de su madre y su gratitud por la ayuda brindada. La mujer intenta validarse constantemente frente a la entrevistadora en su rol de madre, situación en la que compite notoriamente con su propia madre. Esto queda aun más visible cuando la madre de esta debe ausentarse del comedor por unos minutos por la llegada de su pareja, padrastro de Eliana, donde ésta cambia totalmente su discurso y su tono de voz baja para no ser escuchada. Señala que en realidad la relación con su madre no es tan buena como ha manifestado, derivado principalmente de la disputa por el ejercicio del rol materno para con el hijo de la mujer. Lo cual ha generado también según lo que señala Eliana conflictos entre ella y su hijo. Por otra parte, se percibe la necesidad de la madre de la mujer de presentarse como una familia funcional, donde el centro es su nieto, el cual no tendría necesidades de ningún tipo ya que es ella quien se habría encargado de que esto así fuese, lo mismo ocurre con el discurso del padrastro, quien cuenta anécdotas familiares donde el centro es el niño y donde es notorio que quiere dejarse en claro que el niño no tiene ninguna necesidad de tipo económica. Queda la sensación que la entrevista fue percibida por los padres de la mujer como una supervisión.

Primer Momento: “Relaciones Vinculares y Expectativas asociadas al Embarazo Conflictivo”. 1. Imagen familiar y relación vincular con la familia de origen. La imagen familiar de Eliana, se enfrenta a una fractura entre los ideales de lo que ella espera obtener, en términos materiales y afectivos y lo que recibe de este espacio que se visualiza como un entorno poco protector. Como hija menor espera recibir más que sus hermanos, sin embargo eso no es posible debido al contexto socioeconómico y emocional en el que vive la familia. “Bueno tengo varios hermanos, yo me crie mas con mi abuelita que con mi mamá, mi mamá trabajaba, mi papá era alcohólico. Nunca tuve todo lo que quería no como ahora que recién tengo todo lo que quiero, yo soy la hija menor y mi mamá me daba todo lo que yo quería en la medida de su esfuerzo nos podía brindar porque también éramos muchos hermanos. Igual con mis hermanos nunca tuvimos una muy buena relación porque mi papá se encargaba de discriminar, los chicos menos cosas los grandes más, pero no me falto gracias a dios para salir adelante. No sé en realidad porque mi papá era así, mire lo que pasa es que el tomaba y cuando tomaba siempre decía que nosotros los mas chiquititos yo y mi hermano no éramos sus hijos porque mi hermano no es rubio yo era morena en cierto caso que para el nosotros no existíamos, entonces como siempre discriminación unos con otros pero a medida del tiempo fuimos adaptándonos a eso”.

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Este contexto en que se reconoce abiertamente la carencia en el ámbito emocional, en la imagen esperada del entorno familiar validado culturalmente, que acepta y acoge, que protege a los más pequeños; que se confronta y contradice con el espacio real en que vive, condiciona sus relaciones con el entorno, en la necesidad de adaptarse a la discriminación y el conflicto. El padre es una figura presente sólo en el castigo, el control y el conflicto, reproduciendo la figura distante del hombre que no se vincula afectivamente “Bueno mi papá murió, pero nunca tuve amor, el pucha papá quiero contarte algo, no contarle algo era cuando estaba curado y no ni con eso, nos vigilaba mucho si, pucha a las mujeres nos pegaba mucho, cuando nos portábamos mal nos pegaba con la correa”.

Eliana resiente esa carencia y la visualiza como necesaria para salir adelante, busca una figura protectora, encontrando ese espacio de contención y apoyo en la figura femenina de la abuela. “…y mi abuelita también, tuve mucho apoyo de ella, ella vivía con nosotros como que mi abuelita nos criaba y también mi mamá, gracias a ella pude salir adelante también”.

2. Relación vincular con la pareja La imagen que construye acerca de la pareja, es una imagen de relevancia central, aparece como lo más importante para ella. “…me sentía enamorada de él, era mi primera persona”.

Al momento del embarazo el vínculo de pareja es significado positivamente, se observa como vínculo estable, sin embargo, al conocerse que ella está embarazada se presenta el conflicto. El embarazo es un momento conflictivo, pues supone un quiebre en la relación de pareja, destruye el vínculo. “Era buena (la relación), no era mala me llevaba bien con él, él no era de aquí. Lo conocí aquí iba pasando yo estaba mirando, pero bueno los ojos son ciegos, era encachado me gusto en su tiempo. Así que lo conocí la relación iba muy bien, nos llevábamos bien, pero él se porto mal en el sentido de que llevábamos harto tiempo pololeamos como tres años, después un día le dije que estaba embarazada y me hizo la este, no es mío y le dije ya po como no es tuyo voy a tener que apechugar sola, igual sufrí harto, porque cuando uno queda embarazada necesita el apoyo de la otra persona no importa que la otra persona no te mime pero que igual este contigo en los momentos difíciles”.

Eliana tiene la expectativa de que su pareja “responda”, ella defiende el vínculo, defendiendo así el embarazo y el reconocimiento del hijo que está por nacer. La falta de apoyo de la pareja, el desconocimiento por parte de éste de la relación, agudiza el conflicto. Eliana requiere la figura del hombre presente, aunque sea distante aunque no te mime, requiere esa compañía, como requiere durante su infancia el apoyo del padre, figura que también se distancia afectivamente de ella. 3. Expectativas en conflicto En el desarrollo del discurso de Eliana se observa una tendencia a sentirse subvalorada por su entorno. Esto permea sus expectativas en el ámbito afectivo y también en el contexto laboral. El embarazo, tener un hijo, pasa a ser un factor más en la vivencia de la frustración y las expectativas que no se cumplen “Entonces eso más que nada después yo seguí estudiando y cambie de colegio entre a estudiar una carrera que igual no se me amplio porque no hubo lo suficiente, esta también el tema del hijo, a parte que también no es una carrera que se pueda hay muchos yo soy contadora y así como dice el dicho uno levanta una piedra y hay muchos y nunca se me dio la oportunidad tampoco, (…) después me metí a otro lado y pasaba siempre lo mismo a larga dije ya y estoy como cajera y esa es la cosa por la que opte y me ha ido mejor como cajera, (…)después me retire mi mamá cayó en cama estuvo postrada como tres meses en cama que no había quien la atendiera entonces me salí para atenderla…”.

Siempre hay otro que se interpone en el cumplimiento de sus expectativas, el embarazo, el hijo, es tan sólo un factor más que dificulta su posibilidad de desarrollo. Es un elemento más que la ata y le impide ser de manera autónoma.

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Segundo Momento: “Ambivalencia frente a la decisión de hacerse o no cargo del hijo(a)” 1. Actualización de la Imagen Mujer – Madre. La imagen de mujer – madre es representada como la madre trabajadora, la cual se sacrifica y esfuerza para sus hijos(as). Se evidencia en el relato esta visión de mujer - madre abnegada y sufriente, que se entrega por completo a sus hijos(as). “… yo me crie mas con mi abuelita que con mi mamá, mi mamá trabajaba, mi papá era alcohólico. Nunca tuve todo lo que quería, no como ahora que recién tengo todo lo que quiero, yo soy la hija menor y mi mamá me daba todo lo que yo quería, en la medida de su esfuerzo nos podía brindar porque también éramos muchos hermanos…”.

Esta imagen materna asociada a sacrificios, es la idealización que Eliana realiza del vínculo con su madre, mecanismo que le permite mantener un vínculo de cercanía con ella, de sentirse querida. “… lo que si mi mamá siempre nos inculco mucho la educación, que había que estudiar y si no había teníamos que estudiar igual, igual teníamos que sacar una carrera como sea lo que yo le agradezco toda la vida porque gracias a ella tengo lo que tengo y estoy donde estoy (…) era de la que trabajaba todo el día recién once, doce de la noche llegaba pero era de las que nos sentaba a todos a la mesa y decía ya hagan las tareas, hagamos las tareas y si no entienden yo los ayudo… “.

Entre la madre y la hija se distingue un vínculo ambivalente, donde la madre oscila en conductas protectoras y de contención, como también en conductas agresivas y distantes. Esta relación posibilita que Eliana se aferre aun más a su madre, ante la posibilidad que ella se distancie definitivamente. Bajo este contexto, la madre no permitirá que Eliana sea “madre”, acto que posibilita que ella se distancie e individualice de su propia madre. La forma de controlar el vínculo afectivo se expresa al requerir (a posterior) la custodia del niño. A pesar que Eliana exprese que dicha condición conlleva a que se “apoderen de algo” que es de ella, se ve obligada a asumir dicho costo emocional para mantenerse vinculada a su madre. “… igual me ha costado harto porque aquí, porque aquí puedo tener todo pero por que les di la tuición de mi hijo y he tenido hartos problemas con ellos y con mi hijo caleta de problemas por que como que ellos se apoderan de algo que no es de ellos me cuesta ser mamá más que estoy trabajando, a parte que mi mamá tiene la tuición del niño que con esa condición ellos me ayudan y podía vivir acá o si no me iba yo y mi hijo y eso de encontrarse sin plata sin nada y tuve que aceptar no te queda otra”.

2. Actualización de la Imagen del Hijo(a) en la Familia. La imagen del niño dentro de la familia se asociada inmediatamente a un rechazo, a destacar que es un “niño guacho”, que no tiene padre. Posiblemente la imagen construida de familia se asocia a una unidad donde se es imprescindible un padre, madre e hijos(as). Esta imagen se ha internalizado tan fuertemente en los imaginarios, que permite que se sedimente y valide, aunque contradictoriamente la dinámica familiar sea agresiva y conlleve a un perjuicio para cada uno de sus miembros mantenerla. “… después cuando nació mi hijo me miraban todos como bicho raro, lo trataban mal, me dijeron que era guacho de mierda que no tenia padre y un día vine y les dije miren mi hijo no tiene padre pero va a ser el mejor de todos ustedes…”.

El ser madre de un potencial “niño guacho” viene a ser un estigma que la familia otorga a Eliana, marca que se refuerza en su contexto cercano. Este actos la llevan a culpabilizarse por sus actos, fragilizando su autoimagen. Este contexto castigador, facilita que la mujer se refugie en su madre, la cual es su única significa como su figura de contención. 3. Des-apego del Hijo(a) durante el período de gestación. El embarazo genera sentimientos ambivalentes en Eliana. Estos sentimientos se envuelven en la angustia de enfrentarse a su familia y su madre y experimentar su rechazo. A su vez, el no asumir el rol materno evitaría el potencial “castigo” que este accionar conlleva. “Puros sentimientos encontrados, sentimientos de culpa de todo, hayyy, supe sola, me quería ahorcar, me hice un test de embarazo (…) Un poco de felicidad pero al mismo tiempo rabia de todo, como decirle a mi mamá de todo”.

Eliana se ve enfrentada al abandono de su pareja, padre de su hijo, siendo una suerte de “tragedia anunciada”, que lamentablemente le tocó a ella vivir. Esta situación posiblemente es significada como una

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acción común y natural del varón. Así ella se asume en este proceso sola, culpable por haber sido “ciega”, internalizando que la culpa no es del hombre o del niño, sino de ella. “Lo conocí aquí, iba pasando yo estaba mirando, pero bueno los ojos son ciegos, era encachado me gusto en su tiempo. Así que lo conocí la relación iba muy bien, nos llevábamos bien, pero él se porto mal en el sentido de que llevábamos harto tiempo pololeamos como tres años, después un día le dije que estaba embarazada y me hizo la este, no es mío y le dije ya po como no es tuyo voy a tener que apechugar sola, igual sufrí harto, porque cuando uno queda embarazada necesita el apoyo de la otra persona no importa que la otra persona no te mime pero que igual este contigo en los momentos difíciles”.

Tercer Momento: “La constitución de la Mujer; Niña – Madre a partir de sus otros significativos”. 1. La Vinculación con su familia desde su experiencia de niña – madre. Eliana recibe por parte de su madre y pareja de ésta, el cual ella visualiza como padre, el apoyo necesario para salir adelante con su hijo, si bien la demás familia le dio la espalda en su situación de embarazo, sus padres son relevados por ésta como figuras significativas, importante en cuanto al apoyo y cuidado brindado hacia ella como hacia su hijo. “… No, siempre fue como discriminación y como ahora estoy con mi mamá para ellos es que mi mamá quedara sola y yo también me fuera sola y como mi mamá siempre me ha dado el apoyo y yo estoy con ella yo lo atribuyo a eso. Además mi hijo tiene todo lo que ellos no pueden, están celosos”. “… cuando nació le regalaban cosas y después se las quitaban y mi papá no po él iba y le compraba cosas, ropa y lo que más necesitaba.”

Además, es importante destacar como Eliana desplaza su ideal paterno a la figura del padrastro, quien la ha apoyado en su momento difícil, reconociéndose en él como sujeta validada y reconocida, situación que no pudo resolver con su padre, ya que éste la discriminaba y no validaba. “… Me dio cuando nació el ultimo niño, o sea fue un hombre y una mujer, entonces ahí cuando nació el ultimo niño mi papá, no, tenis que salir adelante, lucha por lo que tenis, lucha por tu madre, no sé, como que me habría la mente y ahí seguí, pero no me apoyo bastante, harto y sobre todo con mi hijo y ahora más”. “… Sí, yo lo quiero mucho. El me fue a dejar las dos veces, un día fue cuando había una infección ahí en el Arriaran (hospital) y no dejaban entrar a nadie y yo tuve mucho cuidado porque de los dos partos yo quedé muy bien, psicológicamente quedé mal pero de lo demás físicamente no quedé mal entonces ahí él me apoyó me fue a ver. Cuando yo estuve aquí depresiva él me iba a ver a cada rato a la pieza, Eli hace esto escúchame”.

Sin embargo, Eliana se encuentra en una situación conflictiva respecto a la dinámica relacional establecida con su padre, ya que por un lado los percibe como figuras de protección y apoyo para con ella y para su hijo, lo cual lo agradece y destaca, no obstante los visualiza como aquellos sujetos que se “apoderaron” de su hijo, quitándole con esto su derecho a la maternidad. “Entonces desde ahí dije no me preocupo más de mi familia de mi hijo no más, igual me ha costado harto porque aquí porque aquí puedo tener todo pero porque les di la tuición de mi hijo y he tenido hartos problemas con ellos y con mi hijo caleta de problemas porque como que ellos se apoderan de algo que no es de ellos me cuesta ser mamá más que estoy trabajando, a parte que mi mamá tiene la tuición del niño que con esa condición ellos me ayudan y podía vivir acá o si no me iba yo y mi hijo y eso de encontrarse sin plata sin nada y tuve que aceptar no te queda otra”.

En este sentido, Eliana solo cobra reconocimiento en su contexto familiar a partir de su hijo, el cual ha tenido que entregar su tuición a sus padres como una condición de que ellos puedan ayudarla. Frente a lo cual Eliana se siente disminuida en cuanto sujeta puesto que su objeto de satisfacción y posición social como madre, lo entrega a otros. 1.1. Relación vincular con la pareja. Eliana al no contar con el apoyo de su pareja y padre de su hijo, asume la función de cuidado y contención de su hijo, de manera solitaria, en el sentido que asume su rol de madre idealizada, la cual “apechuga” con su hijo a pesar de las adversidades, recreando de esta forma el mito y representación social de la madre como luchadora y entregada a otros. “Era buena, no era mala me llevaba bien con él, él no era de aquí. Lo conocí aquí iba pasando yo estaba mirando, pero bueno los ojos son ciegos, era encachado me gustó en su tiempo. Así que lo conocí la relación iba muy bien, nos llevábamos bien, pero él se portó mal en el sentido de que llevábamos harto tiempo pololeamos como tres años, después un día le dije que estaba embarazada y me hizo la este, no es mío y le dije, ya po como no es Corporación Servicio Paz y Justicia SERPAJ CHILE

tuyo voy a tener que apechugar sola, igual sufrí harto, porque cuando uno queda embarazada necesita el apoyo de la otra persona no importa que la otra persona no te mime pero que igual este contigo en los momentos difíciles. Yo pase un parto muy difícil con mi hijo”.

De esta forma, la figura del padre a pesar de ser un actor relevante en el cuidado, protección y crianza de los hijos, es negada, reconociendo en el abandono como una práctica naturalizada por la sociedad, por lo que es reproducida y asumida por Eliana de acuerdo a lo esperado. 2. La constitución como madre; Relación vincular con su hijo/a. Eliana al no establecer una relación vincular con su hijo intrauterina, al momento en que este hijo se concretiza en el momento del parto es conflictiva, ya que ésta cae en una depresión causada por la concretización de su hijo como un sujeto que necesita de cuidado y protección para garantizar su existencia. “… estoy mucho tiempo ahí después me retire mi mamá cayó en cama estuvo postrada como tres meses en cama que no había quien la atendiera entonces me salí para atenderla le conseguí un médico para tratarla, también para cuidar a mi hijo estaba chico todavía y después más encima en ese tiempo me bajó la depresión no quise salir perdí un año completo porque fue un año más o menos en que no quería salir, no quería nada con mi hijo pasaba todo el día acostada, encerrada en mi pieza y de ahí no, después mi mamá me dijo no po tu eres joven no podis echarte a morir si lo que paso, paso y ahora tienes que seguir adelante por tu hijo que él te necesita y ahí seguí adelante”.

De esta forma Eliana establece patrones vinculares disfuncionales, donde los roles de madre e hijo se constituyen y se presentan confusos, donde es la madre quien es maternizada por su hijo. “… Y él es tan inteligente y a mí me adora, me mando una carta diciéndome “yo soy de pocas palabras pero te amo” y me regalo un baby doll y ropa interior para mi cumpleaños…”. “… Él a mí me ayudó mucho en los momentos en que yo estaba mal ese es mi sentir, porque muchas veces yo estaba llorando y partía a mi pieza y me veía inca y me decía no llores yo estoy aquí, no quiero verte llorar o si no yo también lloro y él también se ponía a llorar…”.

Eliana señala haber resuelto su conflicto, en el sentido que ella se da cuenta de que la relación con su hijo es fundamental, basada en una relación afectiva de cercanía física. Sin embargo se cuestiona el hecho de haber desplazado la responsabilidad de crianza y cuidado de su hijo a su madre y padre adoptivo. “… Pero ahora ya no porque ahora ya comprendí las cosas, me hubiera gustado haberme quedado sola con mis hijos, yo me hubiera quedado con los tres, igual me hubiera quedado con los tres aunque fuera sola y luchar como estoy luchando pero por los tres pero no se dio la oportunidad, quizás ya no se va a dar porque ahora están muy lejos pero me hubiera gustado estar con los tres, por lo menos me quedé con uno y soy su madre que es lo principal, así es que me queda estar con él y sacarlo adelante y ahí luchar con el hasta que se termine la tarea que ya queda muy poco porque va avanzando muy rápido. Bueno espero que cuando este viejita está al lado de él aunque una vez conversando yo le dije y cuando este viejita y me dijo, no, yo te voy a ir a ver todos los domingos por lo menos tengo ese consuelo”.

3. La constitución como madre a partir del reconocimiento del rol social. Eliana cobra reconocimiento a partir de la existencia de su hijo, quien identifica en ella a su figura significativa, de esta forma su hijo valida la existencia de su madre, confirmando en ella su necesidad de amor y afecto. “… No, él me fue a buscar al trabajo y ahí fue caí. Ahora ya no siento nada tengo mucha desilusión en contra de él y ahora quiero estar con mi hijo no más. Ellos quedan en segundo plano cuando uno es mamá ellos quedan en segundo plano. Claro no se olvidan pero quedan en segundo plano”.

De esta forma, Eliana se posiciona desde el ser madre, con una imagen idealizada de esta, donde el hecho de parir o dar la vida la constituye en cuanto a tal, lo que no puede ser cuestionado y negado por nadie. Asimismo, Eliana cobra reconocimiento social de su posición y rol de madre, al cumplir con el mandato de cuidado y protección de su hijo por sobre todas las cosas, de esta forma la maternidad se constituye en un vínculo inquebrantable que sobrepasa el poder judicial de la tuición en cuanto al niño.

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ENTREVISTA N° 4 Situación del Habla La entrevistada de nombre Elizabeth, es estudiante universitaria, vive en la actualidad con su hija, hermanas y padres. Elizabeth tiene una hija, Valentina de dos años y medio de edad, ella nació producto de una violación, su embarazo lo oculto a toda su familia y éstos se enteraron de la situación en el momento del parto, Elizabeth lo ocultó por temor a la enfermedad de su padre (problemas al corazón), además se encontraba en estado depresivo, no interactuaba mucho, sólo se dedicaba a estudiar, pues nunca abandono la universidad. En torno al tema de la violación manifiesta resistencia, diciendo que le molesta hablar el tema. Actualmente no tiene pareja y no manifiesta interés en retomar una relación con nadie, se siente choqueada por su experiencia, sólo se dedica a su hija. A través de la universidad se enteró de SENAME y las posibilidades de adopción, pero su familia fue muy importante para tomar la decisión de no entregarla en adopción, la sensibilizaron con la maternidad y con su hija. La entrevista se realizó en la casa de sus padres, un departamento amplio y cómodo, previo a esto se intentó en 3 o 4 veces un contacto telefónico, dado que ella no se encontraba en la región (estaba de vacaciones), logrado esto siempre tuvo la disposición a dar la encuesta y la entrevista. El día de la entrevista se encontraba también su madre y su hija en la casa, Valentina andaba con sueño porque era tarde, jugaba con su abuela quién la entretenía mientras se realizaba la entrevista. Elizabeth relata una infancia tranquila, con una relación intima con su madre y con su padre más lejana pues él siempre dedicado al trabajo (en Huachipato), su madre es dueña de casa. En el aspecto económico menciona que su padre tiene un buen trabajo y no les ha faltado nada, que han tenido una buena vida.

Primer Momento: “Relaciones Vinculares y Expectativas asociadas al Embarazo Conflictivo”. 1. Imagen familiar y relación vincular con la familia de origen. Para Elizabeth, la imagen familiar se construye desde la presencia de la madre como figura que habita el espacio privado del hogar, que participa directamente de la crianza, en tanto la imagen del padre en la familia, aparece como una persona con mayor distancia, es el que cumple el rol de proveedor que se encuentra en el espacio público, fuera del hogar. “Bueno mi papá siempre ha estado como ahí no más o sea como el papá que no se mete, trabaja. Mi mamá siempre estuvo en la casa más pendiente de nosotros pero mi papa más que nada siempre en el trabajo y yo creo que en el fondo es por eso que hemos podido estudiar…”.

Esta situación es visualizada como lo bueno y lo normal, como lo que permite que las cosas sucedan, lo que otorga estabilidad en lo emocional y en lo material. “No, no mi papá bueno, mi mamá se dedicaba la casa igual mi papá tiene buen trabajo entonces nunca como que nos falto teníamos lo necesario pa bien hemos tenido una buena vida…”.

Elizabeth visualiza el vínculo con su familia de origen como un elemento positivo, como algo necesario de cuidar, evitando conflictuarlo. “Yo diría que buena pero yo no le podía contar que estaba embarazada porque mi papá en ese tiempo tenia un problema al corazón y tenía miedo que si le contaba le podía llegar a pasar algo y con mi mamá cuando tenía como dos o tres meses con mi mamá se soñó que yo estaba embarazada y le contaba a mi papá y mi papa cayó enfermo así que como que yo trate de ocultarlo un poco…”.

El embarazo, es vivenciado como un estigma, como un mal sueño, necesario de negar y ocultar, quiebra la salud y estabilidad familiar, es motivo de vergüenza y temor. 2. Relación vincular con la pareja El embarazo de Elizabeth se origina como producto de una violación, por tanto el vínculo que está presente en la gestación agrega un nuevo estigma a su condición, aumentando la necesidad de negarlo. “Si igual después que tuve como a la Vale sufrió porque yo no había tenido confianza pa contarle nada igual tuve un embarazo complicado el hecho de ocultarlo además que esto fue como una violación no fue como lo mejor y él se sintió en el fondo culpable por eso pero ahora esta súper bien y adora la Valentina”.

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3. Expectativas en conflicto Las expectativas sociales de desarrollo individual han de ser conciliadas con la necesidad de responder a lo que se espera de una madre, que acepte al hijo o la hija, independiente de las circunstancias de su concepción. La negación inicial cede su lugar a la presión por asumir la maternidad como un hecho innegable e irrenunciable. “Porque yo justo en ese tiempo estaba estudiando derecho en la U y tenía un ramo que me hablaron un poco del SENAME y como las opciones de adopción pero como que me empezó a dar vuelta en la cabeza en el fondo mis papás no me dejaron y tampoco al final la decisión la tome y me di cuenta que no era lo mejor y me aconsejaron me apoyaron pa darme cuenta que la Valentina igual era mi hija y que había que quererla igual como si los quería a ellos, súper preocupados y al final tome la decisión que no era lo mejor…”.

El embarazo no deseado, genera una tensión con los proyectos vitales que se construyen y que deben ser postergados o abandonados. Los planes deben ser adecuados y conciliados con la maternidad. “Yo creo que lo que podían pensar de mí y las cosas que pasaban. Uno se cuestiona muchas cosas que vas a hacer después se ve como todo oscuro no piensas en que te puede ir bien con una situación así cuando tienes otros proyecto en mente pa ti o tu familia también como que todo se te viene abajo…”.

Al señalar todo se te viene abajo Elizabeth hace referencia a la construcción que se desarrolla, se desmoronan las expectativas, se interrumpen los proyectos. De cualquier modo el embarazo interrumpe el curso de lo esperado, del tránsito lineal del ciclo vital. Segundo Momento: “Ambivalencia frente a la decisión de hacerse o no cargo del hijo(a)” 1. Actualización de la Imagen Mujer – Madre. La imagen de mujer – madre está representada en la madre dueña de casa, que se dedica al cuidado de los hijos(as) y el hogar. La madre es simbolizada con una cercanía mayor que el padre, dado el rol de proveedor que cumple este dentro de la familia. “Mi mamá siempre estuvo en la casa, más pendiente de nosotros pero mi papa más que nada siempre en el trabajo (…) Con mi mamá siempre hemos sido como bien amigas cuando chica era mañosa pero bueno como todas las mamás no mas, como siempre esperan lo mejor para ti…”.

Este contexto conlleva a que la madre juegue un rol fundamental en el vínculo con las hijas, procurando su cuidado y protección. Es la madre bondadosa, que deposita sus esfuerzos para lograr lo mejor en sus hijas. Para Elizabeth, la figura materna se distingue como a una figura relevante y significativa, siendo también el padre, pero es la madre la se encuentra presente. La cercanía física juega un factor determinante en la construcción del vínculo madre – hija. Elizabeth mirándose actualmente como madre se posesiona en una nueva etapa vital y con ello en un rol diferente, distinguiendo un antes – cuando era “pendeja” – y un ahora. El pasado es recordado como un proceso de rebeldía y descubrimientos; acciones esperadas en una adolescente que necesita salir del espacio familiar. Ella se visibiliza en la actualidad en un rol de mujer y no de niña; de mujer – madre, debiendo responsabilizarse y entregarse a otra persona: su hija. “… cuando uno es chica se pone media tonta, como que de repente hay problemas, que quiero salir, las fiestas, los pololos pero igual mi vieja ha sido súper importante para mí y ahora que soy mamá, y ahora entiendo mucho más porque ella se ha preocupado…”.

2. Actualización de la Imagen del Hijo(a) en la Familia. La imagen de la niña en la familia es representada como el quiebre en la dinámica familiar, dada la condición de familia sin mayores dificultades o conflictos. “… lo que podían pensar de mí y las cosas que pasaban. Uno se cuestiona muchas cosas que vas a hacer después, se ve como todo oscuro, no piensas en que te puede ir bien con una situación así cuando tienes otros proyecto en mente pa′ ti o tu familia también, como que todo se te viene abajo…”.

Dada las condiciones en que se origina el embarazo (violación), Elizabeth se culpabiliza y prevé que esta niña acarreará un profundo dolor en sus padres y hermanas. El miedo de enfrentarse a sus padres y dañarlos de alguna manera, la paraliza. Elizabeth niega su embarazo, ocultándolo a su familia hasta el momento del parto.

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“…yo no le podía contar que estaba embarazada, porque mi papá en ese tiempo tenía un problema al corazón y tenía miedo que si le contaba le podía llegar a pasar algo y con mi mamá cuando tenía como dos o tres meses… con mi mamá se soñó que yo estaba embarazada y le contaba a mi papá, y mi papá cayó enfermo así que como que yo trate de ocultarlo un poco…”.

3. Des-apego del Hijo(a) durante el período de gestación. Las condiciones particulares del embarazo de Elizabeth le generan temor frente a lo que puede ocurrir en el futuro. El proveer un desenlace que conlleve en quiebre familiar, al develar su embarazo y al tener que dar “explicaciones” sobre las condiciones en que este se generó, refuerza el temor y la culpa. Como se mencionó anteriormente, el embarazo en Elizabeth le genera culpa, temor, sentimientos ambivalentes. Frente a ello, es muy escaso el relato que realiza del proceso de embarazo, siendo entendible que es una experiencia dolorosa que requiere un trabajo de elaboración personal y familiar. Tercer Momento: “La constitución de la Mujer; Niña – Madre a partir de sus otros significativos”. 1. La Vinculación con su familia desde su experiencia de niña – madre. Se puede señalar que Elizabeth, cuenta con el apoyo familiar, lo que permite que ésta se sienta más confiada y acompañada en el ejercicio de su maternidad. Si bien en un primer momento la situación de embarazo de Elizabeth es un hecho traumático que genera conflicto y fisuras en su contexto familiar, especialmente en la figura de su padre, quien se siente culpable por no haber ejercido su rol de cuidado y protección de manera eficiente, y además por no haber contado con la confianza suficiente como para que Elizabeth confianza en sus padres e hiciera pública su situación conflictiva. Sin embargo, este hecho queda en el pasado, tomando en el presente la figura de su hija como un integrante importante y de unión familiar. “… Si igual después que tuve como a la Vale sufrió porque yo no había tenido confianza pa contarle nada, igual tuve un embarazo complicado, el hecho de ocultarlo además que esto fue como una violación no fue como lo mejor y él se sintió en el fondo culpable por eso, pero ahora esta súper bien y adora la Valentina…”.

Por otro lado, Elizabeth también cuenta con el apoyo de su madre, donde reconoce comprender mejor a su madre por el hecho de ahora ella vivir su maternidad con su hija, de esta forma la figura de su hija converge una unión y entendimiento más cercano con su madre desde el hecho de ejercer la maternidad. “… igual mi vieja ha sido súper importante para mí y ahora que soy mamá y ahora entiendo mucho más porque ella se ha preocupado también…”.

Por otro lado, también cuenta con el apoyo de sus hermanas quienes la ayudan en su tarea de cuidado y protección de su hija. “… Mmmmmm, yo no tengo nada que decir igual nos llevamos súper bien tenemos casi todas como la misma edad así que siempre andábamos como yuntas salíamos juntas, nos contábamos las cosas siempre, ha habido como buena onda y desde chicas jugábamos harto juntas y todo y ahora la relación con ellas también es buena porque me ayudan a cuidar a la Vale la quieren es como el chiche de la casa, la regalona…”.

Elizabeth al constituirse como madre, provee a su hogar la alegría de una familia que se perpetúa a través del nacimiento de una nueva integrante, una niña que pasa a ser el centro de atención en cuanto a cuidado, protección y afecto en su núcleo familiar. 1.1. Relación vincular con la pareja. Respecto a su vinculación de pareja, esta no ha establecido una relación afectiva, lo cual tiene relación con su experiencia traumática vinculada a una figura masculina. De esta forma, Elizabeth ha internalizado patrones internos activos en cuanto el establecer una relación afectiva desde la inseguridad y desconfianza, así al enfrentarse en dichas situaciones le resulta estresante, optando por la evitación como un mecanismo de defensa. “… Yo creo que un poco sí, igual yo creo que uno queda un poco choqueada con estas cosas y me dedicó a mi hija no más… No, no ni tampoco la verdad que no estoy ni ahí con retomar con nadie así que así estoy bien así no más…”.

En este sentido Elizabeth vuelca su atención en el cuidado de su hija, como un medio de desplazar su experiencia traumática a algo positivo, como ha sido su hija. De esta forma Elizabeth idealiza la Corporación Servicio Paz y Justicia SERPAJ CHILE

maternidad negando su origen, como sujeta reconocida y aceptada por su familia, poniendo su atención y dedicación al cuidado de su hija. “… Ahora estoy dedica a mis estudios y a mi hija, a mi familia… no, es un tema que no quiero hablar…”.

2. La constitución como madre; Relación vincular con su hijo/a. La relación vincular que ha establecido con su hija, se ha configurado por un lado, desde el quiebre y conflicto que le provocó ser sujeta de vulneración y como consecuencia del origen de su embarazo, pero por otro lado, se establece una vinculación afectiva con su hija a partir de la cercanía física, la cual posibilitó la gestación de una dinámica vincular que permitiera el reconocimiento y afecto por su ésta. “… Somos súper felices, yo creo que es lo mejor que me ha pasado a pesar de muchas cosas nos necesitamos las dos, nos acompañamos, ella es súper alegre, amorosa, le encanta jugar con mis hermanas, es la chocha de sus tatas la reina de la casa y salimos con ella, la sacamos a pasear así que todo bien…”.

Asimismo Elizabeth visualiza a su hija como igual a ella, donde la figura del padre biológico y abusivo es negada e invisibilizada, optando por una identificación que le permite la generación de un vínculo afectivo estrecho y efectivo. “… Yo creo que más bien de familia, de emociones de familia más que nada, aparte que el solo hecho de ver a la Valentina era igual a mí es igual a mí, aparte igual te ponis a pensar que va a pasar con ella después que va a pasar donde va a estar con que persona esta decisión yo creo que ha sido la mejor, no tengo derecho a juzgar a nadie, pero creo que ha sido súper sacrificado porque estoy estudiando, porque igual es una niña muy hermosa…”.

3. La constitución como madre a partir del reconocimiento del rol social. En su historia de vida, a partir de su embarazo indeseado, el ideal de madre se hace presente y se reproduce por un lado en la voz de los padres de Elizabeth quienes le transmiten el valor y la importancia de un hijo/a en la vida de una mujer. Además, desde el discurso institucional se reproduce el ideal materno como algo fundante y que trasciende por sobre las dificultades. De esta manera su condición de madre supera cualquier adversidad configurándose como lo primordial, donde la mujer cobra un estatus y que permite la trascendencia. “… yo justo en ese tiempo estaba estudiando derecho en la U y tenía un ramo que me hablaron un poco del SENAME y como las opciones de adopción pero como que me empezó a dar vuelta en la cabeza, en el fondo mis papás no me dejaron y tampoco, al final la decisión la tome y me di cuenta que no era lo mejor y me aconsejaron me apoyaron pa darme cuenta que la Valentina igual era mi hija y que había que quererla igual como si los quería a ellos, súper preocupados y al final tome la decisión que no era lo mejor…”.

Evaluación a la Niña. 1. Exploración de la Relación Vincular entre la madre y la niña. Mediante la observación de las conductas de la madre y de la niña, se evidencia que ambas mantienen cercanía física, conducta que les permite cada cierto intervalo observarse y estar atentas frente a la posibilidad de necesitarse. En la diada se evidencian sentimientos de alegría y seguridad. Así también, se observa que la madre interactúa con la niña continuamente, siendo sensible a las señales emocionales de su hija, reconfortándola en los momentos que son necesarios. Esta dinámica se puede ejemplificar cuando la niña cae (mientas jugaba) ante lo que la madre se acerca para apoyarla y reconfortarla. Esta seguridad le permite a la niña continuar jugando y movilizándose por el espacio físico donde se encuentran, invitando (por momentos) a la madre a participar de sus juegos. Frente a la presencia de la entrevistadora, la niña se demuestra inquieta. Esta conducta va atenuándose a medida que la entrevistadora interactúa con la madre y con la niña, como también el hecho que la madre se mantiene cercana. Avanzada la presencia de la entrevistadora en el hogar, la niña se acerca paulatinamente a esta para observarla e interactuar con ella. Ante la ausencia de la madre por unos minutos y quedando la niña a solas con la entrevistadora, esta se evidencia temerosa e inquieta, intentando buscar proximidad con su madre a través de la mirada (seguirla con la mirada). Ante el regreso de la madre al espacio físico, esta restablece la proximidad y el contacto físico con la niña, situación que la calma y le otorga seguridad para continuar con sus juegos.

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Tras las observaciones realizadas, se podría concluir que la niña mantiene un vínculo de apego seguro con su madre. 2. Exploración del Desarrollo Psicomotor de la niña. Tras el relato de la madre y la observación realizada, se evidencia que el desarrollo postural de la niña (contando con 2 años y 6 meses al momento de la observación) se encuentra acorde a las normas de edad promedio. No hay relato de la presencia de alguna dificultad motora en ella. En lo que respecta el control de esfínter, si bien éste se encuentra en desarrollo y aprendizaje actualmente, este proceso de maduración se ha establecido acorde a los hitos esperados para su edad cronológica. En lo que respecta al desarrollo del lenguaje, proceso que también continua en desarrollo, su secuencia de desarrollo se encuentra acorde a los estándares promedios esperados. ENTREVISTA N° 5 Situación del Habla La entrevistada de nombre Valentina, estudiante de Diseño, vive con su hijo, hermano y tía en la casa de su madre. Ignacio, su hijo tiene tres años de edad y está a su cargo, mientras ella estudia él va al jardín, además recibe apoyo de toda la familia para su cuidado. Cuando acudió a la Unidad de Adopción fue porque se sentía muy niña y tenía muchas cosas por vivir, también sentía terrible la situación entorno a su familia que le habían dado todos los medios para desarrollarse bien y ella tan chica quedaba embarazada, pero luego cambia su percepción porque recibió todo el apoyo y la fuerza de su familia para quedarse con su hijo. Respecto al papá del niño, no existe ninguna relación, se manifiesta una resistencia a hablar del tema. La entrevista se realiza en su casa, una casa grande y bonita, la cual hace notar un nivel socio económico alto. Previo a la entrevista se contactó telefónicamente 5 o 7 veces logrando en una ocasión acordar la encuesta y luego la entrevista. Durante la entrevista se encontraban en el comedor diario su hijo jugando con el hermano de la entrevistada y su madre, en la cocina estaba la nana, los que no fueron obstáculo en la realización de la entrevista. El lugar específico donde se hizo, fue en el hall y desde allí había un ventanal grande donde se veían a las otras personas que estaban en la casa. Valentina fue muy amable, siempre estuvo dispuesta a responder. Relata una infancia sin problemas e insiste constantemente en ello, aún cuando se le pregunta por la carencia de la imagen paterna (su padre murió cuando ella tenía 2 años de edad).

Primer Momento: “Relaciones Vinculares y Expectativas Asociadas al Embarazo Conflictivo”. 1. Imagen de familia y relación vincular con la familia de origen

Para Valentina la infancia es el espacio de lo bello y lo bueno, aquel espacio idealizado y carente de problemas, tiempo que se vive hacia el interior del hogar, la casa es el espacio de felicidad, espacio que se identifica con la madre que cuida y es capaz de suplir lo que falta. Por lo que significa el espacio familiar como un contexto de reconocimiento en cuanto sujeto. “Fue una bonita infancia con mi mamá con mi tía siempre nunca tuve ningún problema ninguna queja trauma todo bien siempre estuve muy contenta y feliz en la casa…”.

La imagen de la familia como bellos recuerdos, es esa familia que comparte, donde lo positivo se vive en el estar juntos ese estar juntos se asocia con la posibilidad de recibir apoyo y encontrar en la familia un espacio de contención. “Recuerdos bonitos el compartir con la familia jugar con mi hermano el salir de paseo con mi mamá mi tía mi hermano estar juntos…”.

Valentina reconoce la ausencia de su padre como un hecho que no implica carencias, pues la madre es capaz de suplir esa necesidad, de cumplir ambos roles. Además como se aprecia en todo su discurso, en el interior de la familia como espacio de contención esas dificultades pueden ser superadas. “Con mi papá el nada porque él murió cuando tenía como dos años entonces la imagen paterna no la tengo pero ni un problema frente a eso”. “Yo creo que no porque mi mamá cumplió los dos roles súper bien súper marcados no…”.

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2. Relación vincular con la pareja

El embarazo conflictivo se produce en el contexto de una relación de pololeo estable, que lleva cerca de dos años. El embarazo es una crisis, un conflicto que quiebra la relación y lleva a que termine. “Estuve pololeando dos años, alrededor de dos años y medio pero de que nació mi hijo el desapareció…”.

Él se aleja y ella lo aleja, ella no quiere nada con él, como hombre él debió protegerla, cuidarla frente a los posibles errores, él debió haber sabido que hacer, sin embargo, al no protegerla del error de un embarazo, la imagen del hombre experimentado se quiebra y hay decepción y rechazo. “Yo no quería nada con él y lo aleje y al final el también se alejo y lo ve prácticamente nada…”. “Si lo culpe bastante no me cuidó, en ese sentido”. “Yo creo que fue miedo el hecho de culparlo de decir porque no me cuidaste no se un año más grande que yo se supone que tenía que saber más cosas no cachaba no más de pajarota de tonta…”.

Valentina vive una tensión en cuanto al quiebre en la pareja, por una parte asume para sí la culpa de la separación yo lo alejé, asimismo reconoce la figura paterna como alguien importante y al que culpa de la distancia, al que culpa por no tener interés. “Supongo que sí, sí saben, Pero no lo conocen, no, no lo conocen no se acercaron, no tuvieron interés o quizá yo misma como alejé a mi pololo, en ese tiempo no quisieron, no se quiso acercar y todo y ante eso no lo puedo obligar no sé si será tarde o no hacer nada. Esa relación con él me va a marcar toda la vida. Es el papá de mi hijo, no sé…”.

3. Expectativas en conflicto Para Valentina el embarazo es conflictivo, pues tensiona las expectativas de su familia y sus propios sueños y proyecciones. Aparece el miedo y la vergüenza, en el momento del embarazo ella piensa que un embarazo adolescente no es aceptable, ni comprensible desde el estatus socioeconómico de su familia, su familia tiene los medios, tiene educación, por lo tanto, lo esperable es que ella sepa protegerse. Para Valentina en otro contexto el embarazo sería aceptable, pero para ella no lo es. El temor a la censura social a lo que piense la familia produce el rechazo, el conflicto con su condición. “Yo creo que fue miedo, el hecho de culparlo de decir porque no me cuidaste no sé un año más grande que yo se supone que tenía que saber más cosas, no cachaba no más de pajarota de tonta (…) me asusté, imagínate que iba a pensar mi familia teniendo educación teniendo todos los medios y tan chica embarazada es terrible en su momento súper terrible…”.

A su vez, el embarazo conflictúa las posibilidades de realizar los sueños y proyectos, es un quiebre en la continuidad del ciclo vital. Valentina siente que al momento de su embarazo es aun una niña, que no está preparada para enfrentar la maternidad, el embarazo aparece como una traba para el desarrollo personal de la mujer. “…pensaba que era muy cabra chica pa mi edad, todo esto por vivir estudiar… mi mamá, y es terrible ponte en mi lugar, es terrible tan chica todo tus sueños tus proyectos o sea yo cacho que cuando me paso te dai cuenta de todo uno de chica vive el momento, lo pasai chancho estay en la tuya no pescai a nadie pero cuando te veís con el cacho entendís de que se trata y tuve que optar, y opte por la vida…”.

Segundo Momento: “Ambivalencia frente a la decisión de hacerse o no cargo del hijo(a)”. 1. Actualización de la Imagen Mujer – Madre. La imagen de mujer – madre es representada como la madre que tras la inesperada muerte del padre debe asumir ambos roles dentro de la familia; cuidado y crianza de los hijos como también proveer el sustento para estos. Ante este evento la madre se empodera y con ello empodera a su hija en asumirse en este doble rol. Valentina niega la necesidad de necesitar un padre, y con ello niega también la necesidad de que su hijo tenga un padre. Casi en forma automática, al tener conocimiento de su embarazo se asume como sola en este proceso. “… mi mamá cumplió los dos roles súper bien súper marcados (…) que marcaron mis compañeros en la vida (…) Bueno el hecho de que mi papá murió, pero yo igual estaba súper chica, pero no fue como tan terrible porque no me hizo falta el papá, no lo necesite, no creo”.

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2. Actualización de la Imagen del Hijo(a) en la Familia. Valentina se presenta a si misma como presenta a su propia madre, como una madre autosuficiente, que puede suplir ambos roles, sin embargo, el conflicto, la imagen ambivalente del padre aparece, es alguien de quien se puede prescindir, al que es preciso alejar si decepciona o no cumple su rol protector, pero a su vez es una imagen que va a marcar para toda la vida, se reconoce a su vez su central importancia, marca toda la vida porque es el papá de mi hijo. “…quizás en su momento faltar esa imagen paterna, pudo haber sido como te digo mi mamá supo suplir muy bien ese papel, es como mas marcado, más cruel cuando te dicen tus compañeros te dicen no tenis papá, pero no ha sido tan terrible he podido vivir con eso y una chica normal y eso le quiero inculcar a mi hijo que la vida es así y la vida continua, que no hay ningún problema con que si el papá no está, estoy yo, soy yo la mamá, soy yo el papá, ojala poder encontrar una persona que me apoye, en eso va hacer el tío, no va hacer su papá”.

3. Des-apego del Hijo(a) durante el período de gestación. Ante las condiciones en que se gesta el embarazo de Valentina: su juventud y el abandono de su pareja y padre de su hijo, la llena de temor frente a lo que le acontecerá en el futuro. “Me asuste imagínate que iba a pensar mi familia teniendo educación, teniendo todos los medios y tan chica embarazada es terrible en su momento súper terrible…”.

Así también, se culpabiliza, asumiendo su responsabilidad, su “pendejería” y por ende el asumir que debe ella hacerse cargo del niño, como una forma de crecer, una suerte de proceso de niña a mujer. La mujer es fuerte y puede sobrellevar las sucesos de la vida sola; “aperrar sola”. “Mira en un principio lo pensé pero el hecho de llevarlo nueve meses en la guata cambiai de opinión y entonces no sé y entonces no se, te enamorai de tu hijo (…) hay que asumir no mas, hay que aperrar con todos los problemas que lleva, aparte tengo todo el apoyo de la familia lo que me ha dado toda la fuerza súper bien”.

Tercer Momento: “La constitución de la Mujer; Niña – Madre a partir de sus otros significativos”. 1. La Vinculación con su familia desde su experiencia de niña – madre. Valentina en su relato revela el hecho de contar con el apoyo familiar en su decisión de asumir a su hijo, los cuales siempre la han apoyado y acompañado en su proceso de crianza de éste, percibiéndolo como un miembro significativo. “… Mira en un principio lo pensé pero el hecho de llevarlo nueve meses en la guata cambiai de opinión y entonces no sé y entonces no sé, te enamorai de tu hijo verlo crecer es otra cosa, sentirlo no lo puedes dar así como así y hay que asumir no más hay, que aperrar con todos los problemas que lleva, aparte tengo todo el apoyo de la familia lo que me ha dado toda la fuerza súper bien…”. De esta forma, una figura relevante en cuanto apoyo y reconocimiento resulta ser su madre, quien la ha sabido comprender y ayudar en un momento conflictivo y determinante como es la maternidad. “… mi mamá es enfermera y siempre he tenido las cosas como claras fue un condoro de pendeja, un condoro de pendeja y fue no más, ya está todo hecho, pero buena relación, siempre con mi vieja, de hecho me apoyo bastante, uno siempre piensa lo peor, pero no fue súper distinto como te digo las cosas han sido bien, la que más quiere a mi hijo a parte de mi tía, mi hermano y bien no falta afecto acá…”.

De esta forma, su hijo se constituye como un miembro importante en la conformación de su familia. “… mi hermano, él adora al Ignacio, le compra cosas le trae regalos de hecho es el padrino así que no hay ningún problema, todo en familia…”.

Además recibe el apoyo de su familia extendida como es el caso de su tía, quien visualiza y sustituye en su hijo la imagen de un hijo propio. “… Para mi tía, el Ignacio es como su hijo lo adora como su hijo, como su hijo adoptado y lo regalonea un montón. Lo malcría un rato, me ayuda harto, es feliz, con todo el apoyo de la familia uno es capaz de salir delante de esas cosas te vai dando cuenta después cuando te pasan estas cosas cuando no es como un pajarito no más la vida del adolescente cahai así que eso de que te cambia la vida te cambia cuando mas chica te pesa, pero las cosas por lo menos han salido bien hasta el momento tengo que seguir con mis estudios después mi idea es trabajar…”.

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1.1. Relación vincular con la pareja. En las relaciones de pareja que establece Valentina, ésta busca un compañero que acepte prioritariamente su condición de madre, en este sentido la persona que quiera estar con ella debe considerar que debe querer y asumir a su hijo. “Sí, tengo mi pareja, de hecho he tenido vario pololos antes. Con el Ignacio súper bien lo regalonean bastante porque él es lo más importante, todos saben que estoy con él y ahora ningún problema lo quiere harto… yo no podría estar con alguien que no lo aceptara o sea él está primero absolutamente… El Ignacio es el centro de todo, cambian las cosas.”

De esta forma, una buena pareja sería aquella que acepte a su hijo y lo pueda significar como hijo propio y de esta forma puedan constituirse como familia. “… Yo creo que sí, igual un poco claro ve alguien que me abraza se acerca pero después ya se los gana así que ahí estamos bien con mi pololo de ahora, lo llevamos al mall vamos de paseo, ver películas, comer papas fritas, regalonearlo, dar vueltas al parque, así que no se lo ha ganado de a poquito ha sido bastante bueno en ese sentido y he tenido la suerte de encontrar una buena persona, igual soy joven me ha costado el hecho de poder salir tranquilamente a carretear, pero igual es algo que cambia la vida pero ha sido pa bien…”.

Además se puede percibir en el discurso de Valentina como opera su ideal de familia, en el sentido que ésta visualiza la conformación de una familia tradicional como una expectativa en su proyecto vital. “… Yo quiero terminar mi carrera, ejercer mi carrera ganar mi plata y poder mantener a mi hijo y ojala tener mi pareja estable y formar familia, pero tranquilamente todavía soy joven seguir pa delante…”.

2. La constitución como madre; Relación vincular con su hijo/a. Valentina reproduce en la dinámica relacional que establece con hijo a partir de la actualización que realiza de su propia experiencia de familia, la cual dice relación con una figura masculina ausente, donde la madre asume tanto las funciones acorde con su rol de madre de cuidar, contener y proteger a sus hijos, pero además asume rol de padre, proveyendo a la familia frente a las necesidades. “… yo creo que quizás en su momento faltar esa imagen paterna pudo haber sido, como te digo mi mamá supo suplir muy bien ese papel, es como más marcado más cruel cuando te dicen tus compañeros te dicen no tenis papá, pero no ha sido tan terrible, he podido vivir con eso y una chica normal y eso le quiero inculcar a mi hijo, que la vida es así y la vida continua que no hay ningún problema con que si el papá no está, estoy yo soy yo la mamá, soy yo el papá ojala poder encontrar una persona que me apoye en eso va hacer el tío, no va hacer su papá… mi mamá cumplió los dos roles súper bien súper marcados no...”.

En este sentido se puede percibir como Valentina naturaliza en su contexto familiar la ausencia de la figura masculina y por otro lado, la presencia de una figura femenina fuerte que es capaz de asumir y posicionarse desde los distintos roles para satisfacer las necesidades y deseos de su hijo. “… Mira en un principio lo pensé pero el hecho de llevarlo nueve meses en la guata cambiai de opinión y entonces no sé y entonces no sé, te enamorai de tu hijo verlo crecer es otra cosa, sentirlo no lo puedes dar así como así y hay que asumir no más hay, que aperrar con todos los problemas que lleva, aparte tengo todo el apoyo de la familia lo que me ha dado toda la fuerza súper bien…”.

3. La constitución como madre a partir del reconocimiento del rol social. Se puede percibir en el discurso de Valentina como esta ha incorporado la imagen idealizada de la maternidad, donde la madre se configura como aquel personaje que se dedica y vive a partir de otro; su hijo. Así los imaginarios que configuran la maternidad se hacen presentes siendo la lucha y la aceptación como fundamentales. “… Mira en un principio lo pensé pero el hecho de llevarlo nueve meses en la guata cambiai de opinión y entonces no sé y entonces no sé, te enamorai de tu hijo verlo crecer es otra cosa, sentirlo no lo puedes dar así como así y hay que asumir no más hay, que aperrar con todos los problemas que lleva, aparte tengo todo el apoyo de la familia lo que me ha dado toda la fuerza súper bien…”.

De esta manera Valentina cobra un reconocimiento social en su configuración como sujeta madre que asume su rol y cumple con las expectativas esperadas de su entorno social, dedicando su estar siendo en función de su hijo. “… Sí, tengo mi pareja, de hecho he tenido vario pololos antes. Con el Ignacio súper bien lo regalonean bastante porque él es lo más importante, todos saben que estoy con él y ahora ningún problema lo quiere harto…”.

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Evaluación al Niño. 1. Exploración de la Relación Vincular entre la madre y al niño. Mediante la observación de las conductas de la madre y del niño, se evidencia que las conductas de ambos van dirigidas a contener un contacto físico cercano, lo cual les permite observarse cada cierto intervalo y así estar atentos ante la posibilidad de necesitarse. Además, se observa la presencia de sentimientos de alegría y seguridad en la díada. Así también, se evidencia que la madre es sensible a las señales emocionales del niño, interactuando con él y reconfortándolo en los momentos en que este lo necesita. Este vínculo de seguridad con la madre le permite al niño jugar y explorar el lugar donde se desarrolla la entrevista. Ante la presencia de la entrevistadora, el niño se demuestra tranquilo. Inclusive antes de iniciar la entrevista, el pequeño se acerca a la entrevistadora e interactúa con ella (Le muestra una foto). Ante la ausencia de la madre por unos minutos y quedando el niño a solas en el lugar de la entrevista, este se muestra intranquilo y agitado, por lo cual se moviliza y va en busca de su madre. Ante esta necesidad del niño, la madre se reúne con él, restaurando la proximidad con el niño, conducta que lo calma. Posteriormente, tanto la madre como el niño se observan constantemente, conducta que refuerza la sensación de seguridad en el niño. 2. Exploración del Desarrollo Psicomotor del niño. Tras el relato de la madre y la observación realizada, se evidencia que el desarrollo postural del niño (contando con 3 años al momento de la observación) se encuentra acorde a las normas de edad promedio. No hay relato de la presencia de alguna dificultad motora en él. En lo que respecta el control de esfínter, este proceso se encuentra en desarrollo y aprendizaje, lo cual es acorde a los hitos esperados para su edad cronológica. En lo que respecta al desarrollo del lenguaje, proceso que también continua en desarrollo, su secuencia de desarrollo se encuentra acorde a los estándares promedios esperados. ENTREVISTA N° 6 Situación del Habla La entrevistada de nombre Ximena, 38 años de edad, trabaja como nana en casa particular, vive con sus dos hijos y padre, su hija menor es por quién se acercó a la Unidad de Adopción. Ximena tuvo su primer hijo a los 16 años de edad, fruto de una relación fugaz, situación que decepcionó a su familia, aún así la apoyaron para seguir adelante; luego con su segunda hija Francisca se suscita una situación parecida, pues ella también nace de una relación en la que el padre no le vuelve a ver. A través del policlínico se conecta con la Unidad de Adopción donde recibió información y fue atendida por un psicólogo; luego su familia se entera del embarazo a través de tribunales, ahí su hermana la sensibiliza y le manifiesta su apoyo, lo que incide en que Ximena no entregue a su hija en adopción. La entrevista se realizó en su casa alrededor de las 21:30 horas. Previo a esto, al no contar con teléfono de contacto, se realizó visita domiciliaria, en donde atendió su hermana mayor quién se encontraba en el jardín jugando con la hija de Ximena, la hermana accedió a dar un fono de su trabajo para contactarse con ella, se llamó una vez y se acordó la visita para la encuesta al otro día en su trabajo y allí se volvió a acordar la entrevista para el día siguiente en su casa. En la realización de la entrevista, se encontraban en la casa, Francisca su hija con la tía que la cuida, el papá estaba durmiendo y el hijo miraba televisión con un primo en la cocina. Ximena tuvo buena disposición a la entrevista, respondiendo a los temas que se le planteaban, sólo se resistió a profundizar sobre el padre de Francisca, con el que no hay relación. Relata una infancia pobre, en la que tenía una intima relación con su madre a quién hoy extraña mucho, pues ella falleció antes de que naciera Francisca, con el papá la relación es buena, pero a la vez distante, él siempre trabajó, actualmente es jubilado y está todo el tiempo en la casa, ella trabaja todo el día y no interactúa mucho con él. Francisca no va al jardín ya que la cuida su hermana, se observa una relación con la madre cercana, la que queda de manifiesto cuando entran a la casa y la niña abraza a su mamá. La relación con su hijo mayor es de apoyo pues él también se hace cargo de su hermana.

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Primer Momento: Relaciones Vinculares y Expectativas Asociadas al Embarazo Conflicto 1. Imagen de Familia y Relación Vincular con la Familia de Origen. En el discurso de Ximena se encuentra presente permanentemente la pérdida de la madre, que ha fallecido, como un dolor y una carencia que marca su necesidad de vincularse. La pérdida de una compañera, que aparece como un vínculo irreemplazable, vínculo que no puede ser suplido por el padre. “Sí, bastante era mi compañera era mi amiga y por eso la echo harto de menos con el papá uno nunca es igual…”. “Sí pero igual a pesar de que la edad que uno tenga siempre la mamá pa uno, la mamá tiene que estar ahí…”.

Siempre se es una niña frente a la madre, no importa la edad, la necesidad de que ella esté para cuidar y acoger, para apoyar en los momentos difíciles, es evidente. Presencia que es parte del discurso de la cultura y de la construcción de las necesidades afectivas primarias. Tener siempre la mamá pa’ uno refleja la posibilidad de apropiarse de la imagen de la madre, de hacerse parte de ella y la posibilidad de ser siempre una hija que requiere cuidado y protección. Para Ximena, aunque la madre pueda ser “padre y madre”, el padre no puedes ser “madre y padre” con el papá uno nunca es igual, significa que no hay la misma cercanía afectiva, ni la misma confianza. El padre es siempre padre, con el papá uno nunca es igual porque aunque el padre sea afectuoso, su rol como proveedor lo aleja del espacio privado de la casa, lo hace distante. Al preguntar a Ximena por la relación con su padre ella la define como buena, pero distante. Una relación sin conflictos, pero sin la profundidad que se puede alcanzar con la madre cuando está presente. “Buena, sí buena pero distante típico que la relación padre e hija no es la misma cuando uno tiene a su mamá el hoy día esta jubila’o está siempre en la casa pero lo veo poco porque igual yo trabajo todo el día, así que es un hola como está y chao papá me voy a acostar…”. “Buena, si buena, papá cariñoso es que igual trabajaba harto mi papá se llegaba a la casa cansa’o y la verdad es que los tiempos a compartir eran poquititos pero buena relación pero con mi mamá era mucho mejor…”.

2. Relación Vincular con la Pareja Al igual que en el nacimiento de su primer hijo, el nacimiento de la hija de Ximena, cuyo embarazo la lleva a consultar en la Unidad de Adopción de SENAME se produce en el contexto de una relación ocasional, por la cual la ausencia de una pareja repite las condiciones de su primer embarazo. “No, estaba solita aperré solita…”. “Si la verdad que fue un carrete y uff pasaron un par de semanas y me di cuenta así que… no, triste porque sola…”.

Ximena asume su soledad frente al embarazo, en su relato excluye la posibilidad de generar un vínculo con el padre de su segunda hija, se enfrenta como mujer aperrada que asume su responsabilidad. Al excluirlo Ximena en cierto modo protege al padre de su hija, pues atribuye al hecho de que él tenga una relación con otra persona, y que haya tenido con ella un encuentro ocasional, como un elemento que lo exime de la responsabilidad. Frente a la pregunta de si él tenía otra relación, aunque ella señala no saber de esta otra relación, a su vez relata que ese es el motivo que lleva a que dejen de verse. “Sí, sí por lo mismo nunca más nos vimos”. “No, no tenía idea no sabía es que conocernos y nada mas prácticamente”.

3. Expectativas en Conflicto El embarazo es vivenciado como conflicto, pues supone un quiebre en las expectativas que la familia y la propia mujer se hace, respecto a las posibilidades de desarrollo individual. Desde esta mirada, un hijo dificulta las posibilidades de crecimiento personal de la mujer. El embarazo va en contra de lo que todos esperan. “Mi mamá mal igual como que la había decepcionado porque siempre las mamás piensan que para uno es… esperan lo mejor de uno, igual como yo me embaracé jovencita a los 16 años fue triste para ella porque piensan como lo voy a alimentar que voy hacer si tengo posibilidad de estudiar y al final tuve que dejar todo eso por mi hijo…”.

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Para Ximena el embarazo se vive como decepción, decepcionar a otros conlleva culpa y hace sentir miedo y tristeza. “El primer embarazo igual estaba mi mamá triste los dos y después cuando me embaracé y estaba solamente mi papá peor, porque a pesar de que había muy poca comunicación con mi papá igual al final cuando le conté no me dijo nada pero yo con la mirada me lo dijo todo, pero mal si porque las mismas preguntas si ya era difícil con un hijo ya con dos más difícil todavía…”.

La culpa, por no cumplir con lo que se espera de ella, lleva a ocultar el embarazo, y en la necesidad de negarlo se considera la adopción como una alternativa. Cuando a Ximena se le consulta el motivo que la lleva a ocultar el embarazo, ella define el miedo como la principal causa. “Por miedo por no volver a decepcionar a mi familia mi papá principalmente por eso…”.

Segundo Momento: “Ambivalencia frente a la decisión de hacerse o no cargo del hijo(a)” 1. Actualización de la Imagen Mujer – Madre. La imagen de mujer – madre es representada en la madre compañera y amiga, estableciéndose una relación madre – hija que es connotada con particular cercanía. Este vínculo en particular conlleva a que Ximena, como hija, connote de una forma diferente la relación con su padre; más distante. Para ella es la madre quien cumple el rol de vincularse emocionalmente con las hijas, de ser un apoyo, de entregar contención. “… era mi compañera, era mi amiga y por eso la echo harto de menos, con el papá uno nunca es igual”.

Esta imagen de la madre protectora, conlleva a que Ximena, quien connota que siendo hija era su madre la que se preocupada de ella, es su labor ahora siendo madre la de preocuparse y resguardar a otros: sus hijos. “… si correteaba harto pero bueno ya paso eso, hoy día es distinto cuando uno es mamá ya pone los pies sobre la tierra.”

2. Actualización de la Imagen del Hijo(a) en la Familia. La imagen de la hija en la familia es representada como una nueva decepción para la familia, debido a que ya tenía un hijo, el cual había concebido siendo ella una adolescente. “Mi mamá mal igual, como que la había decepcionado porque siempre las mamás piensan que para uno esperan lo mejor de uno, igual como yo me embaracé jovencita a los 16 años fue triste para ella porque piensan como lo voy a alimentar, que voy hacer si tengo posibilidad de estudiar y al final tuve que dejar todo eso por mi hijo”.

La imagen del primer embarazo en la familia, en relación al segundo, el de su hija, son diferentes dado los distintos momentos vitales en que se encontraba la familia. La muerte de la madre de Ximena y con ello su ausencia en este segundo embarazo, la llevan a mirarse sola en este proceso. El padre estando presente pero ausente para ella, representa el enjuiciamiento y la decepción. Ximena no tiene la posibilidad de volver a la madre, de resguardarse. “El primer embarazo igual estaba mi mamá triste, los dos y después cuando me embaracé y estaba solamente mi papá peor porque a pesar de que había muy poca comunicación con mi papá, igual al final cuando le conté no me dijo nada pero yo con la mirada me lo dijo todo, pero mal si porque las mismas preguntas si ya era difícil con un hijo ya con dos más difícil todavía”.

3. Des-apego del Hijo(a) durante el período de gestación. Bajo este contexto, el embarazo es ocultado, negado por Ximena; lo que la lleva a consultar por la posibilidad de entregar a su hija en adopción. “Si igual estaba tan complicada que de repente en el policlínico hay una Unidad de Adopción y ahí me orientaron y me sugirieron poder darla en adopción, lo pensé igual me mandaron para allá, fue una visitadora del policlínico, ya y ahí me dieron la información todo me atendió el psicólogo también”.

Las hermanas son figuras determinantes en la decisión de Ximena de hacerse cargo de su hija. Este vínculo le permite a Ximena encontrar la contención y la seguridad que necesita. La hermana mayor pasa a ser una suerte de “mamá”, quien entrega el apoyo que la madre en una primera instancia hizo en el primer embarazo de Ximena.

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“Si lo que pasa es que yo como no había dicho nada y tenía todo oculto y cuando llamaron a mi casa desde los tribunales, es que no se ahí hay un nexo entre tribunales y ahí se enteraron; sino quise darla en adopción fue principalmente por el apoyo de mi hermanas, una de ellas me apoya bastante que es mi hermana mayor entonces tengo harta comunicación con ella y ella obviamente me hizo recapacitar y me planteo que igual si ya había tenido un hijo y había podido aperrar porque no podía aperrar con dos, en definitiva no tenía la culpa mi hija por la irresponsabilidad mía”.

Tercer Momento: La constitución de la Mujer; Niña – Madre a partir de sus otros significativos 1.- La Vinculación con su familia desde su experiencia de niña – madre. Ximena señala en su relato, la importancia del apoyo familiar en la decisión de optar por no delegar el cuidado y crianza de su hija a otros, señalando esta situación como un factor determinante en su decisión. “… si no quise darla en adopción fue principalmente por el apoyo de mi hermanas, una de ellas me apoya bastante que es mi hermana mayor, entonces tengo harta comunicación con ella y ella obviamente me hizo recapacitar y me planteo que igual si ya había tenido un hijo y había podido aperrar porque no podía aperrar con dos, en definitiva no tenía la culpa mi hija por la irresponsabilidad mía…”.

Ximena si bien señala que su madre no está, desplaza en su hermana mayor la figura materna, quien es un referente importante de apoyo, lo cual incide directamente en su decisión. Además cuenta con el apoyo de su padre, que si bien este no es de una cercanía afectiva, si lo es en cuanto lo físico, ya que éste se encuentra presente en su hogar y ayuda en el cuidado de su hija. “…cuando llegué al policlínico me… más que orientaron, me dieron esa opción mi familia fue fundamental, si hoy mi mamá no está, sí estamos con mi hermana y aperrando con mi papá, yo creo que la familia es fundamental y no y hoy día puedo decir con certeza y cada vez que la veo y veo sus ojos y cuando me dice mamá no yo creo que habría sido una pésima y graso error”.

De esta manera Ximena se sabe acompañada y apoyada por su grupo familiar, el cual potencian su confianza y determinación respecto al cuidado de su hija, específicamente su hermana, quien es la que se hace responsable del cuidado y crianza de ésta en lo cotidiano, frente a lo cual Ximena le está agradecida. “Yo creo que hoy día mi hermana mayor que cuida la francisca no podría trabajar y hoy día mi norte son mis hijos apoyar a mi familia económicamente y como te decía denante el parar la olla, no es fácil y simplemente para mi hermana gracias porque hoy día ayer y mañana…”.

1.1. Relación Vincular con la Pareja En relación a su vinculación de pareja, Ximena se encuentra en una situación conflictiva, en el sentido que por un lado ésta lo visualiza con tristeza por la implicancia de tener que asumir una responsabilidad que podría ser compartida, de manera solitaria, pero por otro lado, Ximena manifiesta cierto temor al pensar establecer una nueva relación. “No estaba solita aperre solita (…) Si la verdad que fue un carrete y uff pasaron un par de semanas y me di cuenta, así que, no triste porque sola…”

De esta forma, Ximena siente temor de involucrarse en una nueva relación de pareja, temor que es actualizado a partir de sus experiencias previas, las cuales han tenido consecuencias negativas tanto para ella como para su familia. “… no es que no quiera nada con los hombres no podría decir eso tan tajante porque estaría mintiéndote, pero me da temor, me da miedo hoy día mujer ya más de treinta años, por todo lo que he vivido y he pasado volverá sucederme algo así, me da miedo, me da miedo entablar una relación o como mis hijos podrían ver esa relación mi familia, por el momento prefiero estar sola…”.

Así la figura masculina es negada, fundado principalmente en su temor de equivocarse de nuevo, fallar a las expectativas que su familia ha construido en torno a ella, pero además dice relación la evaluación que ha hecho Ximena de sus experiencias pasadas, las cuales han configurado en está una imagen masculina ambivalente, visualizándose y naturalizándose al hombre como figura que abandona. “Más que molestar es la preocupación está siempre la preocupación cometí un error, una vez cometí un error dos veces y quizás pueda cometerlo por tercera vez, más que molestia es preocupación, al momento de

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poder entablar una relación el tema pasaría por preocupación por parte de mi familia de mi papá de mi hermana…”.

Frente a lo anterior, Ximena en un intento de encontrar una equivalencia acorde con los roles familiares tradicionales, desplaza en su hijo mayor la figura e imagen de padre para su hija, lo cual supliría la carencia paterna para ésta, otorgándole a Ximena tranquilidad y seguridad frente a sus temores actualizados en cuanto su relación de pareja. “Si a pesar de la diferencia de edad si es un lolo grande ya el igual tiene responsabilidades compartidas y a pesar de que mi hermana me ayuda y mi hermana no puede estar siempre está mi hijo mayor y la cuida es como una suerte de papá ausente, pero bien…”.

2. La constitución como madre; Relación vincular con su hijo/a La dinámica vincular que establece Ximena con su hija se basa por un lado en la significación de ésta como un miembro importante y fundamental dentro del grupo familiar. Además existe otro factor que es determinante en la generación del vínculo entre madre e hija, el cual dice relación con el temor, con la incertidumbre de no saber dónde estaría su hija si ella hubiese tomado otra decisión, con la confirmación que la imagen de ésta la hubiese acompañado por toda su vida. “Buena, si buena la miro igual de repente me pongo analizar y que la hubiese embarrao, miro ahora como está creciendo, ella obviamente habla, es como una lorita, me conversa y cuando llego a pesar de que llegó muy cansa y rebenta de la pega, entonces de repente en que hay momentos en que pienso que hubiese sido de mí sin ella yo creo que hubiera estado todos los día pensando dónde está, cómo está, con quien entonces yo creo que fue una de las mejor decisión…”

Ximena reconoce en su hija una sujeta demandante de amor y afecto, la cual le reclama y solicita su necesidad y deseo de ser confirmada en su existencia por su madre, de esta manera ella se reconoce como sujeto esencial en la crianza y desarrollo de su hija, ya que si bien es su hermana mayor quien cumple está función, ella al llegar al hogar tiene que asumirla, actualizando así su imagen idealizada del ejercicio materno. “… yo creo que ella a pesar de sus cortos años se expresa de hecho cuando yo llego quiere estar conmigo pega a mí o de repente está con la mañita yo creo que es por lo mismo quiere llamar la atención…”.

Ximena frente a sus carencias y experiencias de vida, se ha formado expectativas para su hija, las cuales tienen sus cimientos justamente en estas experiencias, así frente a la pregunta de qué espera para su hija en un futuro, ésta señala que puedan lograr una estabilidad en relación a lo emocional y logren configurar una familia. De esta forma, se puede percibir que si bien Ximena visualiza su situación actual de manera positiva, percibiendo el apoyo familiar como fundamental de acuerdo a la necesidad de ella y de su hija, siguen operando en ella la imagen idealizada de hacer familia, donde la figura masculina resulta fundamental en su conformación. “Que no viva lo que viví yo, no más que uno la vida le da muchos golpes y los golpes son experiencias de aprendizaje o sea lo único que yo quiero y ambos, mi hija y mi hijo, no espero si bien es cierto uno relación el todo con la plata pero más que eso es una seguridad emocional una estabilidad de cariño de familia que formen su familia que pueda estudiar, ser lo que yo no fui…”.

3. La constitución como madre a partir del reconocimiento del rol social Se puede percibir en el discurso de Ximena la imagen idealizada de la maternidad, donde la figura de la madre resulta ser imprescindible en el cuidado y crianza de los hijos. “Sí, pero igual a pesar de que la edad que uno tenga siempre la mamá pa uno la mamá tiene que estar ahí yo creo que cuando chica era ver el tema económico en mi casa entonces siempre nos afectaba eso más que trancas eran definitiva a pesar de que tu erai muy cara chica te davai cuenta cuando lo papás pelean porque pucha no hay plata y nosotros éramos tres y somos tres igual era difícil parar la olla…”.

Esta imagen se ha hecho presente en su vida a partir de la socialización e incorporación de estos discursos a partir de sus otros significativos, específicamente desde la figura de su hermana quien en su consejo reproduce patrones culturales y simbólicos establecidos en cuanto al sujeto materno, representando está como la mujer que lucha por sobre todas las cosas por el bienestar de sus hijos, donde la postergación de la mujer por los hijos es naturalizada y aceptada. “… si no quise darla en adopción fue principalmente por el apoyo de mi hermanas, una de ellas me apoya bastante que es mi hermana mayor, entonces tengo harta comunicación con ella y ella obviamente me hizo recapacitar y

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me planteo que igual si ya había tenido un hijo y había podido aperrar porque no podía aperrar con dos, en definitiva no tenía la culpa mi hija por la irresponsabilidad mía…”.

Evaluación a la Niña. 1. Exploración de la Relación Vincular entre la madre y a la niña. A través de la observación de las conductas de la madre y de la niña, se evidencia que ambas mantienen cercanía física, conducta que les permite cada cierto intervalo observarse y estar atentas frente a la posibilidad de necesitarse. Durante la entrevista la niña se mantiene dentro de la casa, sin embargo no se mantiene cerca de la madre todo el tiempo, puesto que recorre diferentes lugares. Ante ello, la madre se evidencia constantemente atenta a las conductas de la niña. Así también, se observa que la madre interactúa con la niña continuamente, siendo sensible a las señales emocionales de su hija, reconfortándola en los momentos que son necesarios, evidenciándose sentimientos de alegría y seguridad en la díada. Se ven ambas muy cercanas, donde a través de gestos la madre le corrobora su presencia en forma cariñosa a la niña. Frente a la presencia de la entrevistadora, la niña se demuestra tranquila. Ella intenta interactuar con la entrevistadora invitándola a jugar. Se acerca a esta cuando observada la presencia de un objeto nuevo y/o novedoso (grabadora). Luego de unos minutos, se va y continúa con sus juegos. Ante la ausencia de la madre por unos minutos y quedando la niña a solas con la entrevistadora, esta se evidencia temerosa e inquieta. Tras el reencuentro, la niña busca nuevamente proximidad con su madre. Esta responde a esta necesitad observando atenta los movimientos de la niña. Tras las observaciones realizadas, se podría concluir que la niña mantiene un vínculo de apego seguro con su madre. 2. Exploración del Desarrollo Psicomotor de la niña. Tras el relato de la madre y la observación realizada, se evidencia que el desarrollo postural de la niña (contando con 3 años al momento de la observación) se encuentra acorde a las normas de edad promedio. No hay relato de la presencia de alguna dificultad motora en ella. En lo que respecta el control de esfínter, proceso que se ha establecido prácticamente en forma definitoria, es acorde a los hitos esperados para su edad cronológica. En lo que respecta al desarrollo del lenguaje, proceso que también continua en desarrollo, su secuencia de desarrollo se encuentra acorde a los estándares promedios esperados. ENTREVISTA N° 7 Situación del Habla La entrevistada de nombre Cristina tiene 19 años de edad, vive con su hijo Oscar en la casa de sus abuelos. Cristina tuvo a su hijo Oscar a los 15 años, quién se encuentra bajo el cuidado de Cristina. Éste presenta problemas de salud, al momento del nacimiento debió mantenerse internado por apnea y luego se encontraba en tratamiento en la Teletón. Cuando se acerca a SENAME es por el deseo de su madre quién es la interesada en dar al niño en adopción por problemas económicos y por proyecciones para su hija, situación con la que Cristina nunca estuvo de acuerdo y se negó tajantemente a entregar su hijo, tal situación la daño psicológicamente. La entrevista se realiza en el Café Sherlock a las 13: 30 horas, se presentan como dificultad el ruido ambiente y problemas de modulación de la entrevistada. Se evidencia resistencia respecto del excesivo negativismo de la entrevistada entorno a todos los temas, por lo que la entrevistadora realiza intervención. La relación con el padre de su hijo, Pedro la describe como “la muerte” sin ningún problema, reconoce que todavía le gusta y culpa a su padre de no poder relacionarse con él, expresando que su padre ve como poca cosa a Pedro, dice además que no lo dejaron acercarse a su hijo. Actualmente tiene pareja y siente muchos temores, entre otros a proyectarse en pareja y que no resulte, si bien, se preocupa por el bienestar de su hijo, le cuesta aceptar su maternidad.

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Primer Momento: “Relaciones vinculares y expectativas asociadas al Embarazo Conflictivo” 1. Imagen familiar y relación vincular con la familia de origen Para Cristina el embarazo la enfrenta a un quiebre en la relación con su familia, agudiza los conflictos que ella señala existían con anterioridad en este vínculo. El vínculo con la familia aparece como inestable y difícil, el embarazo es tan sólo un elemento más que hace estallar el conflicto “De lo que fue mi embarazo lo pase mal lo pase mal porque, porque lo vi mal… mi mamá quería que yo diera en adopción, mi abuela no quería que yo estuviera en la casa, mi abuela me dijo que yo pescara mis cosas que me fuera con…que me fuera con lo puesto…”.

Las condiciones materiales en que vive la familia, tienen una fuerte influencia en el rechazo al embarazo. Si ya resulta complejo vivir allegadas, es aun más conflictivo contar con un integrante más que cuidar y mantener. Cristina enfrenta con culpa su condición, justificando las presiones de su madre para ceder en adopción, adoptando una posición comprensiva frente a la visión que ella tiene. A pesar de ello, en el discurso se refleja la ambivalencia de emociones que enfrenta. Debe comprender a su madre, a la vez que se siente poco apoyada y abandonada por su familia. “…yo sé que mi mamá en el sentido que me estaba dando la opción de dar en adopción al Oscar por el tema que no teníamos casa, no teníamos casa, no teníamos casa, yo tenía otra hermana de 16 años, y que íbamos a hacer, éramos tres, éramos tres que estábamos allega’s en la casa y con cuatro y le decían cosas a mi mamá, a mi mama la trataron súper mal con el tema”.

La soledad, la falta de vínculos familiares seguros y estables, son elementos que acompañan a Cristina frente a la realidad de su embarazo. Desde su relato, la carencia de apoyo afectivo, se ve reflejada en la falta del apoyo material requerido. “…él (mi papá) ayudaba con las pastillas necesarias, me ayudó en el sentido de llevarme al hospital, con los pañales, pero la ropa de guagua él nunca me compró nada, eso todo me lo dio una tía de allá de Valle Volcanes, que es cuñada de mi mamá, ella me compró toda la ropa. En ese sentido ella fue en toda mi familia, la única que se portó bien fue ella, fue la única que se portó bien porque me trató…todos los demás me dieron la espalda, mis abuelos, todos...hasta los días de hoy una hermana de mi mamá yo era como su regalona…”.

La ambivalencia antes referida se refleja también en el hecho que Cristina reconoce por una parte lo precario y conflictivo de las relaciones dentro de su familia, al vivir situaciones de agresión y rechazo, y por otra parte sentir que goza de cierto favoritismo al interior de ella “Hasta antes que quedara embarazá (me pegaba), y me pegaba fuerte mi abuela y ahora hace poco… es que me da rabia, yo soy la nieta preferida, yo soy todo pa’ ella”.

Así como, Cristina tiene una relación conflictiva con su madre, la figura del padre también aparece como tensionante. Es una figura ausente en su infancia, que se hace presente al momento de ella quedar embarazada, sin embargo, esta presencia resulta compleja y es reconocida como un conflicto en su vida, un problema más que afrontar. “Es que mi papá es un cacho, sabe que es un cacho, mi papa es un cacho, porque se manda puras embarra (…), yo a él lo conozco 4 años recién, sí, él llegó justo cuando yo quedé embarazá , en ese tiempo cuando yo quedé embarazá supe que me andaba buscando y ahí lo conocí, no y la pura embarrá, tuvo compraventa de vehículo y la vendió y de repente estafaba gente, a mi no me gusta eso, entonces por eso, es que yo no fui criada por él, yo fui criada por mis abuelos tengo otra enseñanza…”.

Cristina busca diferenciarse de su padre que es un cacho, al evidenciar que ella tiene otra enseñanza, visualiza el hogar de sus abuelos que la criaron como el espacio de las buenas enseñanzas, mientras con su padre estarían los malos aprendizajes. “Soy tranquila, yo no salgo, soy bien responsable, no se tengo… mi papá me desordenó toda la vida, toda la vida. Hacía tonteras que no tenía que hacer…no si mi papá fue un cacho en mi vida, sabe que hasta los días de hoy me arrepiento de haberlo buscado porque en realidad en vez de venirme a dar una ayuda, una tranquilidad, la tranquilidad que yo quería me vino a desarmar más la vida, me vino a pegar mañas que yo no sabía…”

Esta ambivalencia se hace presente en todas sus relaciones familiares, pues Cristina vive con su familia de origen relaciones de acercamiento y alejamiento, de cariño y rechazo. Es la favorita de su abuela, pero esta le pide que se vaya de la casa cuando queda embarazada. Vive con su madre, pero reconoce haber sido criada por sus abuelos. Busca a su padre, quien la acoge y le brinda apoyo en el momento complejo que vive, pero él aparece como una influencia negativa en su vida. Corporación Servicio Paz y Justicia SERPAJ CHILE

2. Relación vincular con la pareja Cristina mira positivamente al padre de su hijo, asume la culpa en el quiebre de la relación de ambos, aunque externaliza responsabilidades. El quiebre es posterior al embarazo. El rechazo por parte de su familia respecto a la pareja aparece como la principal causa de la ruptura. Al consultarle por la relación de pololeo Cristina no identifica problemas en la relación con el padre de su hijo, a pesar de que ésta haya terminado, ella la define como lo mejor la muerte. “La muerte, o sea, a mi me gusta el Pedro, vive en la esquina de mi casa, pero bien, no ningún problema, porque incluso él hoy hasta los días de hoy me ruega que yo vuelva con él, pero no creo que ya fue una etapa en que nos hicimos harto daño los dos igual, o sea, él no tanto a mí , sino que yo fui la culpable que, mi papá es una persona que es muy racista y miraba mucho en menos al Pedro, que qué pensaba hacer con él, que ni siquiera había terminado el cuarto…”.

En todo el discurso de Cristina ella lo visualiza como una víctima de la discriminación por parte de su círculo más cercano, lo que finalmente habría llevado al quiebre de la relación. “Mis amigos igual lo miraban en menos, mi abuela, mi abuelo igual es así, igual, igual mi familia por parte de mi mamá son así, en realidad ellos son de una familia humilde que surgió, pero mi mami dice que de que el Pedro nunca va a surgir, porque de lo que él trabaja se viste, se compra ropa cara, prefiere andar bien vestido que de bien comido. Yo no soy totalmente al revés, prefiero comer bien, la ropa no lo es todo”.

A pesar de reconocer sintonías, de visualizarlo siempre positivamente, a su vez reconoce que ella es diferente a él al decir yo soy totalmente al revés ella visualiza la diferencia que otros ven entre ellos. 3. Expectativas en conflicto Las dificultades que Cristina tiene con su familia de origen, la vinculación ambivalente con ellas se refleja en las tensiones que vive entre el deseo de cumplir con lo que ellos esperan y la visión que ella misma tiene respecto de lo correcto. La decisión de acercarse a la unidad de adopción se encuentra cruzada por la necesidad de responder a la expectativa de sus dos figuras maternas, madre y abuela. No cumplir con el mandato familiar implica negar y destruir el vínculo. “…mi mamá quería que yo diera en adopción, mi abuela no quería que yo estuviera en la casa, mi abuela me dijo que yo pescara mis cosas que me fuera con…que me fuera con lo puesto y que si quería seguir quedando en la casa que encomendara a mi hijo con el papá de la guagua y que él se hiciera cargo y que yo quedara normal y que siguiera estudiando”.

Quedar normal, es proseguir el círculo de la continuidad en el ciclo vital, es proseguir con lo esperado, seguir estudiando, olvidar que se ha tenido un hijo en la adolescencia. La posibilidad de encomendar el cuidado del niño a terceros, como una manera de “seguir normal” hace referencia a la necesidad de borrar el estigma de la maternidad ilegítima, de la maternidad que asusta, pues impide que el desarrollo de la vida según las pautas sociales establecidas siga su curso. Alejarse de lo normal, es algo que produce temor, desesperación. Miedo de no cumplir con las expectativas. “Miedo, mucho miedo, yo supe que estaba embarazada porque a mí era sagrado que los 5 me bajaba la regla y yo ese día 5 no me llegó y yo me desesperé me desesperé, no sabía qué hacer y ahí llamé a los mismos que son los padrinos de mi hijo, lo encontramos penca y aquí juntamos plata y le dije a altiro que no, que no lo puedo tener porque, o sea, yo lo quería tener, pero era por mi familia, como son ellos…”.

La ambivalencia frente al embarazo, refleja la necesidad de negar la propia visión frente a las expectativas de la familia. La preocupación de la madre es recibida con comprensión, como muestra de cariño y a la vez con molestia y rechazo. “…porque mi mamá igual quería que yo lo diera en adopción, que hagamos cosas, mi vida y eso…y me daba rabia, yo sé que ella no lo hacía con mala intención, sino era por el hecho que dirá la familia, que esto, que esto otro, entonces a mí en el embarazo me hicieron harto daño…”.

Se reconoce la preocupación y la buena intención, el embarazo, que puede ser fuente de bendición para la mujer, es a la vez su condena. La preocupación el que dirá la familia, la maternidad como condena para toda la vida. El conflicto, el rechazo del embarazo es vivenciado con rabia, pero a la vez comprendido por toda la carga social que conlleva.

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Segundo Momento: “Ambivalencia frente a la decisión de hacerse o no cargo del hijo(a)” 1. Actualización de la Imagen Mujer – Madre. La representación de la mujer – madre está marcada por la madre trabajadora y sacrificada, la cual debe hacerse cargo tanto del cuido de los hijos(as) y del hogar, como también de sustentar los recursos económicos para la familia. En consecuencia de ello, la madre debe ausentarse continuamente del hogar, quedando los (as) hijos(as) a cargo de la abuela materna, la cual desempeña el rol de cuidado y crianza. “… nunca mi mamá fue irresponsable, a parte que mi mamá trabaja en un hogar de ancianos, sale día por medio a dormir a la casa y antes era peor porque antes no la veíamos, ella lleva como 13 años trabajando ahí…”.

Sin embargo, esta imagen genera ambivalencias en Cristina. Ella por un lado valora a esta madre trabajadora y que se ha sacrificado por sus hijos(as), y por otro critica a esta madre quien ha llevado una vida de esfuerzos personales que no le han traído mayores recompensas. Cristina se niega a perpetuar esta figura. Descalifica y rechaza abiertamente a esta madre, demostrando su negativa a perpetuar esta figura pasiva, como también su frustración ante la ausencia de ésta. Este hecho la lleva a representarse así misma como una mujer – madre diferente, individualizada de la propia madre. “… mi mamá , ella es la más pollito de todas las hermanas, todas las otras tienen buena situación todo, mi mamá es como la hermana cacho, así la miran, como que puta “la güeona, que no se hace cargo de su hija” (…) recién ahora le entregaron la casa, después de, tantos años y por eso mayormente que le han criticado, porque no alcanza a juntar plata, que no da pa` surgir …que es tonta que espera el mes para que le paguen y gaste la plata y le vuelva a llegar el mismo sueldo” y yo no yo no quiero eso para mi vida, yo quiero ganar plata, quiero tener buena situación (…) totalmente distinta a mi mamá, yo no quiero trabajar todo un mes, cagarme entera y esperar que a fin de mes me lleguen $140.000”.

2. Actualización de la Imagen del Hijo(a) en la Familia. La imagen del hijo es representada como un conflicto dentro del sistema familiar, dadas las condiciones socioeconómicas de esta. Ante ello, el niño viene a aumentar las dificultades que implica sostener económicamente a cada uno de los miembros de la familia. Bajo este contexto y dada la juventud de Cristina, la entrega del niño a un otro (a) se evidencia como la única forma se acción. Surge nuevamente la figura del niño que debe ser cuidada por terceros, mientras la madre trabaja fuera del hogar. Renace la imagen de la niña que finalmente tuve que arreglárselas sola. “… yo sé que mi mamá en el sentido que me estaba dando la opción de dar en adopción al Oscar, por el tema que no teníamos casa, no teníamos casa, no teníamos casa, yo tenía otra hermana de 16 años, y que íbamos a hacer, éramos tres, éramos tres que estábamos allegás en la casa, y con cuatro y le decían cosas a mi mamá, a mi mamá la trataron súper mal con el tema”.

La madre de Cristina evidencia como su propia historia puede verse replicada en su hija, situación que lleva a que induzca la entrega del niño (adopción) como una alternativa para no llegar a un desenlace similar. Ante ello, Cristina justifica el actuar de la madre, intentando evitar su decepción y rechazo. “… mi mamá igual quería que yo lo diera en adopción, que hagamos cosas, mi vida y eso…y me daba rabia, yo sé que ella no lo hacía con mala intención, sino era por el hecho que dirá la familia, que esto, que esto otro, entonces a mí en el embarazo me hicieron harto daño…”.

3. Des-apego del Hijo(a) durante el período de gestación. Bajo este contexto, el embarazo es vivido con ambivalencia, significándolo como un proceso vivido en soledad, temor y rechazo. El predecir el eventual rechazo familiar que este embarazo ocasione, genera temor en Cristina. Su decisión implica un costo emocional importante sea cual sea esta. Por un lado al entregarlo, debe asumir el dolor que esta acción puede acarrearle para toda su vida, en cambio el tenerlo implica el rechazo familiar y con ello “asumir sola” este proceso. “Miedo, mucho miedo, yo supe que estaba embarazada porque a mí era sagrado que los 5 me bajaba la regla y yo ese día 5 no me llegó y yo me desesperé me desesperé, no sabía qué hacer y ahí llamé a los mismos que son los padrinos de mi hijo, lo encontramos penca y aquí juntamos plata y le dije a altiro que no, que no lo puedo tener porque, o sea, yo lo quería tener, pero era por mi familia, como son ellos… los chicos me dijeron que lo que yo pensara ellos me iban a apoyar, yo dije abortar, pero yo no quería, y llegó un momento en que me arme de valor y dije no, no voy a abortar, ni lo voy a dar en adopción, aunque se me tire toda la familia encima, y ahí fue cuando mi abuela me dice que me vaya y llegué, me puse una chaqueta y me fui”.

El apoyo y el relato de personas significativas fuera del contexto familiar, la alientan a superar su miedo. Una intención de desafiar su historia, de luchar por ella y por el niño. Es en el relato de una mujer Corporación Servicio Paz y Justicia SERPAJ CHILE

(que es significativa para ella) que tuvo que entregar a su hija, lo que la moviliza a decidirse por tener al niño, simbólicamente el niño pasa a ser su hijo. “La tía Katia a mi me comprendía porque ella igual tuvo una hija y la entregó en adopción y hasta los días de hoy ella llora a su hija, yo creo que tendrá unos 25 años la niña (…) Con ella conversaba harto, ella fue una parte fundamental porque ella me dio hartos consejos… la Camila (madrina de su hijo) igual porque ella hablaba conmigo y lloraba y yo tampoco no lo quería dar y ella me decía que no por miedo iba a dar a un hijo”.

4. Vinculación con otros profesionales frente a la toma de decisión. El profesional de la Unidad de Adopción induce a la madre y a Cristina, para que ella entregue al niño en adopción. En el discurso del profesional se valida la adopción como una forma de “optar a tener una vida normal”, lejos de la pobreza y el estigma de ser madre soltera. Si bien, institucionalmente se presiona directamente a Cristina (en una primera entrevista) a que tome una decisión, hay una intención desde los adultos a decidir por ella, el profesional anula las posibilidades de que ella exprese su sentir. Ante esta intrusión adulta, Cristina se siente violentada y es tajante en rechazar la solicitud de su madre. “No si yo no fui al SENAME, una jefa de mi mamá le aconsejó que me llevaran allá para que me orientaran con el tema del embarazo, para que no me diera una depresión, pero que es lo que pasa cuando llegamos yo pensé que era para eso, mi mamá me presenta, pasamos y el tipo le pregunta a mi mamá “usted que quiere” ella dijo “yo quiero que dé en adopción” y él me decía que es bueno que dé en adopción, me dijo “te preocupas de tu vida, sigues estudiando, haces tu vida normal, eres muy joven para tener un hijo” y yo le decía que no y él me decía “piénsalo, si es una buena opción vas a estar tranquila” y yo le decía “como voy a estar tranquila sabiendo que tengo un hijo y no sé donde cresta está”, “no pero si tu quieres después más adelante vas a tener más hijos” y mi mamá me decía “piénsalo hija hazlo por mí” y siempre así me manipulan que hazlo por mí, piensa en mí, y yo le dije que no y él cargante que yo lo diera en adopción y él me decía “piénsalo, relájate” porque ya me estaba dando rabia, dijo “relájate, te voy a dar otra hora, tú vienes ,dijo después, y vienes ya más o menos decidía”, yo le dije “yo no voy a venir más y no voy a dar a mi hijo en adopción” y mi mamá me decía “hija piénsalo” y yo le dije “no, no lo voy a dar en adopción” y ahí mi mamá me dice “te voy a sacar una hora” y yo le dije “no me saques, porque yo no voy a venir”.

Tercer Momento: “La constitución de la Mujer; Niña – Madre a partir de sus otros significativos”. 1. La Vinculación con su familia desde su experiencia de niña – madre. A partir del discurso de Cristina, se puede percibir como ésta experimenta la relación vincular establecida en la actualidad con su familia, la cual es atravesada por experiencias de abandono por aquellas figuras significativas en su vida. En este sentido Cristina manifiesta su dolor al no percibir apoyo y protección de su familia más cercana, idealizando de esta forma a una tía que ha sido la única quien la acogido y ayudado según el ideal social de la familia. “Mi papá…él me ayudaba con las pastillas necesarias, me ayudó en el sentido de llevarme al hospital, con los pañales, pero la ropa de guagua él nunca me compró nada, eso todo me lo dio una tía de allá de Valle Volcanes, que es cuñada de mi mamá, ella me compró toda la ropa. En ese sentido ella fue en toda mi familia, la única que se portó bien fue ella, fue la única que se portó bien porque me trató…todos los demás me dieron la espalda, mis abuelos, todos... hasta los días de hoy una hermana de mi mamá yo era como su regalona, ahora ya no me pesca, mi otra hermana tampoco, no me pescan, de repente son hiriente conmigo…”.

La figura del padre que aparece ya en la etapa adulta en la vida de Cristina, por un lado se muestra como el sujeto que aparece para ayudarla y salvarla de su estado de abandono, sin embargo éste resulta ser un sujeto que la utiliza, que se acerca a ella sólo para beneficio propio. De esta manera su vinculación con su figura paterna se realiza desde no reconocimiento, donde sus necesidades y deseos fueron negados nuevamente, contraponiéndose de esta forma a la imagen paterna. “…no si mi papá fue un cacho en mi vida, sabe que hasta los días de hoy me arrepiento de haberlo buscado porque en realidad en vez de venirme a dar una ayuda, una tranquilidad, la tranquilidad que yo quería me vino a desarmar más la vida, me vino a pegar mañas que yo no sabía…en el hecho de que él me decía ya …yo no le aprendí las cosas sino que me decía “hija habla con tal persona, habla por mí que esto que esto otro” y yo de repente yo hablaba con las personas y después seguía y cuando quedaba la cagá …pero yo no hablaba con esa persona sabiendo que mi papá iba a cagar a esa persona, o sea, yo pa’ mi papá fui como un objeto que él me utilizaba, era como su escudo”. “…a mí me tenían de nana en esa casa, le hacía las cosas… Fue bien fome sabís, en realidad cada día pienso que yo tengo una depresión del embarazo, pero nunca me he tratado eso, sabís que nunca me he tratado, en las Corporación Servicio Paz y Justicia SERPAJ CHILE

noches cuando me acuesto, me pongo a pensar y ahí yo lloro porque igual digo yo que será de mi vida más adelante”.

De esta forma, Cristina se presenta y se relaciona desde la victimización, como sujeta que ha querido entregar apoyo y afecto, sin embargo estos sentimientos y prácticas no han sido correspondidos en su espacio más cercano. “Lo que más pena me da es para mi cumpleaños cuando recién el Oscar había nacido, a mí nadie me llamó, entre mi papá y unos primos me cantaron el cumpleaños feliz, nadie se acordó de mi, ni siquiera mi mamá, igual prácticamente crié sola a mi hijo…tuve que llevarlo a la Teletón, tuve que hacerle sus exámenes, siempre sola, bueno los padrinos que son del Oscar y son amigos míos, de años, ellos son los que me acompañaron a todos los controles, yo tenía que levantarme a la 8 de la mañana y ellos me acompañaron, ellos fueron mi único apoyo”.

De esta forma, Cristina experimenta sentimientos ambivalentes hacia sus otros significativos, por un lado busca su reconocimiento de forma incesante, tratando de cubrir las expectativas que se han construido en torno a ella, pero por otro lado, manifiesta su deseo de huida, de alejarse de ese contexto perturbador que la daña y la conflictúa. “…un día se puso a hablar de mi hermana y yo le dije “mami pero si no es así” y tenía una paleta en la mano, no estaba pelando papa, con un cuchillo, como que me quiso pegar con el cuchillo en la frente, “a no, le dije yo, - ahí me enojé - ahí sí que no, ahí no te la voy a aguantar, porque soy bastante grande para que me vengas a levantar la mano” y me enojé y ahí me arreglé, pesqué al Oscar y salí, pero después cuando volví, igual que si no hubiera pasado na’, entonces yo creo que me falta ponerme más firme, que me respeten, si yo ya soy mayor de edad, como que pido a gritos que me respeten que soy mayor pero ellos no se quieren dar cuenta, me tratan como una guagua”. “Mi papá igual, yo… o sea ahora…ahora tengo a un amigo de mi papá que él a mi me ayuda harto, siempre me llama me pregunta como estoy, cuando puede el me ayuda y sabes que el mi papá el otro día le dijo yo no quiero saber que tú ayudes a la Cristina y además le dijo no es porque yo esté enojado con mi hija, a mi me da lo mismo que tú te acuestes con mi hija y sabes que a mí me llega, me afecta la conciencia y me afecta cualquier cantidad, porque me dan ganas de pescar a mi hijo y irme lejos y no saber nada más de nadie, de nadie, de nadie, ni de mi mamá…pero es que me da pena y me da rabia, porqué ellos (se quiebra y llora) … es como que… ellos me llaman, ellos me buscan me necesitan, me dicen que sufren, que yo no estoy con ellos, pero que ellos no piensan que yo igual tengo que hacer mi vida”.

1.1. Relación vincular con la pareja Cristina al hacer referencia al padre de su hijo, ésta señala que fue ella quien puso término a la relación, situación que sucedió principalmente por el rechazo o desaprobación de su familia hacia su pareja, rechazo que ella asumió como una forma de encontrar aprobación en su familia en el acto de abandonar a su pareja. Sin embargo, también se puede señalar, la dificultad de Cristina para establecer una relación de pareja, lo cual puede relacionarse con sus pautas de apego incorporadas en su proceso de socialización, donde la figura masculina estuvo ausente, lo que podría haber afectado generando inseguridad y temor al sentirse querida y amada por otro que no perteneciera a su familia. “… a mí me gusta el Pedro, vive en la esquina de mi casa, pero bien, no ningún problema, porque incluso él hoy hasta los días de hoy me ruega que yo vuelva con él, pero no creo que ya fue una etapa en que nos hicimos harto daño los dos igual, o sea, él no tanto a mí, sino que yo fui la culpable que, mi papá es una persona que es muy racista y miraba mucho en menos al Pedro, que qué pensaba hacer con él, que ni siquiera había terminado el cuarto. De tanto me empecé a alejar, mi papá me vigilaba mucho, hasta los días de hoy me controla mucho por eso llegó hasta ahí no más y ahora al final hasta que me alejó del Pedro. Pero de repente yo igual converso con él, igual yo lo saludo, pero él como papá no lo ve…crees, lo que pasa es que mi papá nunca lo dejó acercarse a su hijo, no lo dejó disfrutar”.

La actual relación de pareja que mantiene Cristina, también se genera y se vincula desde el temor y el miedo, respondiendo una vez más a sus pautas de apego inseguro frente a una figura masculina. “Ahora yo estoy pololeando y mi pololo me dice que porque no me voy a vivir con él, tengo miedo a que no me resulten las cosas como yo quiero”.

Además dicha pareja resulta ser un personaje que la somete y la maltrata, fundando aún más su temor a establecer una dinámica relacional disfuncional. También su actual pareja reprueba su forma de maternizar a su hijo, siendo fuertemente cuestionada y desacreditada en el ejercicio de su maternidad. En

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este sentido, su temor también se actualiza con la presencia de su hijo, quien podría convertirse al igual que ella en un sujeto maltratado. “Cuando mi pololo me dice “Cristi vente para acá, no es para tanto compromiso, es para que tú trabajes, para que si a futuro queremos tener algo crezcamos los dos”, pero es un miedo sabes, que tengo tanto miedo y él tiene el genio fuerte y me aprieta y me dice “si yo no te lo digo por tu mal, es para que tu entiendas, hace tu vida”, él me dice… Con el Oscar, me dice también “no lo críes tan mamón, tienes que criarlo más independiente, él no puede andar siempre aferrado a ti”, porque el Oscar llora y se le hace sus gustos, no me gusta ver que mi hijo llore, entonces me dice que cuando hay, hay y si no, no, no más” y yo no , yo hago lo que sea para que mi hijo … como que todo no sé… me siento en un hoyo que no puedo salir y tengo como una depresión tan grande y esta mi mamá y veo a mi abuela que esta con tremenda cara…”.

2. La constitución como madre; Relación vincular con su hijo/a La relación vincular que ha establecido con su hijo resulta ser conflictiva y ambivalente, ya que por un lado se presenta como una madre que quiere entregarle lo mejor a su hijo, en correlación con el mandato materno, pero por otro lado, manifiesta no haber asumido su maternidad. El hecho de ser madre la perturba, lo que se puede analizar en la medida en que ella necesita y busca ser maternizada por sus otros significativos, deseo que no logra satisfacer, así, su ejercicio materno le resulta ajeno. “Yo me llevo bien con el Oscar, de repente como que me pongo histérica pero en el sentido que no me gusta que lo molesten, no me gusta que le digan cosas que lo hagan llorar, soy delicada con el Oscar, pero sabes que me cuesta aceptar todavía que soy mamá, me cuesta aceptar… Eso es la que mi hermana es la que más me hace daño en ese sentido, porque de repente ella me critica y me dice “es que yo no soy mamá, es que tenís que hacerte cargo de tu hijo”, de repente es hiriente la Andrea conmigo, es súper hiriente y ella no se da cuenta, no se puede dar cuenta que yo no puedo aceptar que tengo un hijo, no puedo aceptarlo, de repente mi amiga me las encuentro y universitarias y yo la única acá, siempre lo mismo, entonces todo eso me afecta, de repente mis amigas me dicen oye salgamos un día a bailar y yo no puedo, y mis abuelos tampoco me lo permiten, si cuando chica nunca me dejaban ir a un cumpleaños, ni aunque fuera al frente de mi casa, no me dejaban salir. Entonces siempre he estado como un pollo, por eso siempre me cuesta tanto”.

3. La constitución como madre a partir del reconocimiento del rol social La imagen idealizada de la maternidad, aparece en la vida de Cristina a partir del discurso de su tía, quien vivió la experiencia de entregar a su hija en adopción y que luego se arrepiente, basada principalmente en el hecho y en el ideal materno que señala que la maternidad es un acto para toda la vida, que trasciende las circunstancias o situaciones de vida. “La tía Katia a mi me comprendía porque ella igual tuvo una hija y la entregó en adopción y hasta los días de hoy ella llora a su hija, yo creo que tendrá unos 25 años la niña… la tía Katia es joven igual la tuvo jovencita, ahora tiene al Jorge que tendrá unos 22 años, de ahí viene una niña más chica que tiene 13 años, una hijita que tiene como 4 años y una guagüita que tiene como 3 meses más o menos. Y ella todavía llora a su hija, y me decía que no diera en adopción porque todos tus días vas a llorar a tu hija”.

De esta forma, en Cristina opera el mandato e ideal materno, donde la maternidad se constituye en lo más significativo en la vida de cada mujer. Así Cristina busca y organiza un discurso donde su proyecto vital se orienta a entregarle lo mejor a su hijo, realizando en dicha proyección y actualización una diferenciación con su sujeta madre quien no supo satisfacer sus necesidades y deseos en cuanto sujeta hija. “… y yo no yo no quiero eso para mi vida, yo quiero ganar plata, quiero tener buena situación, quiero darle lo mejor a mi hijo, un buen estudio… totalmente distinta a mi mamá, yo no quiero trabajar todo un mes, cagarme entera y esperar que a fin de mes me lleguen $140.000”.

ENTREVISTA N° 8 Situación del Habla La entrevistada de nombre Selene, tiene treinta años de edad, trabaja haciendo aseo en casa particular y en una inmobiliaria. Vive junto a su conviviente (su estado civil es soltera) y sus dos hijos menores, el día en que se realiza la entrevista relata que lleva dos semanas en la casa de su padre, cuidándola porque él se encontraba de viaje en Punta Arenas, pero además dice estar separada de su conviviente (situación que el padre desconoce). Selene tuvo tres hijos vivos y uno muerto, su segundo hijo es por quién ella consultó en Sename. Cuando decide acercarse es por temor de no contar a su padre sobre el embarazo y sobre quién es el papá de su hijo. Fue atendida en la Unidad de Adopción dos veces y se manifiesta muy satisfecha por la acogida, la información y Corporación Servicio Paz y Justicia SERPAJ CHILE

orientación de dicha unidad. Respecto a la decisión de no entregar a su hijo en adopción, el equipo de profesionales tuvo un rol importante, y dice nunca haber recibido apoyo o seguimiento después de terminar ese proceso. Emilio su segundo hijo tiene tres años y seis meses de edad, se encuentra bajo el cuidado de Selene y, si bien, presenta un desarrollo psicomotor y del lenguaje normal, la madre lo describe como problemático, pues recibe quejas de él en el jardín, también se arranca a la calle y lo acusan de que insulta y pelea; ella lo justifica relatando “el ambiente” en que ha crecido. La entrevista se realiza el día 7 de Junio del 2008, en la casa del padre de Selene, específicamente en su dormitorio, él amablemente lo facilita, haciéndose cargo de los tres hijos de Selene; sólo en un momento durante la entrevista se escucha la voz del papá retando a Emilio lo que incomoda a la entrevistada y entrevistadora. Su infancia fue de abandono, su madre murió (de cáncer al útero) cuando ella tenía dos años de edad, el padre por su parte, siempre trabajaba, situación que la llevó a través del tiempo a vivir en la calle. Aníbal su primer hijo tiene 10 años de edad, cuando quedó embarazada de él, volvió a la casa con su padre, el papá de Aníbal era un chico de la calle igual que ella y nunca más a tenido contacto con él. Fue parte del programa de Libertad Vigilada (Cereco), porque estuvo presa durante un año, a veces iba a su casa, pero no a verlos, sino a sacar cosas escondida, iba a robar para vender, su padre la denunció por sacarle unos dólares. Selene se encuentra enferma y no se ha tratado, siente temor del futuro, prefiere no pensar en él.

PRIMER MOMENTO: “Relaciones vinculares y expectativas asociadas al Embarazo conflictivo”. 1. Imagen familiar y relación vincular con la familia de origen. Desde la infancia de Selene, ella ha vivenciado profundos conflictos en la vinculación con su familia de origen. Esta relación se vive como soledad y carencia, como des-apego, como espacio de inseguridad y amenaza. Al consultarle por la relación con su familia sólo la define como mala. “Mala, porque con mi papá yo me estoy llevando bien hace poco, porque resulta que a él yo le robé, hace tiempo atrás mucho años atrás, y por eso yo caí’ presa y estuve… si yo tengo hartas cosas, estuve presa como un año por robo, le robé a mi papá dólares, le robé hartas cosas, y él me mandó presa y no me lo perdonó como en harto tiempo hasta que nació el Aníbal, cuando yo me quede embaraza del Aníbal, él me echo de la casa, pero cuando yo me quedé embarazá del Aníbal él me recibió en la casa, en ese tiempo como yo anduve envasa y anduve en la calle en ese tiempo yo estuve en estos programas de Libertad Vigilada que ahora son Cereco y yo antes yo iba a esas cuestiones porque mi papá ya no daba más conmigo así que me tuvieron internada…”.

A pesar de las dificultades vivenciadas en la infancia, Selene identifica al padre como una figura relevante y significativa, decide de este modo cargar con las culpas de aquello que dificulta su relación con él. Selene se define a sí misma como una niña de la calle, lo que invisibiliza todos los vínculos primarios, al encontrarse en la soledad, es que la calle se transforma en un espacio de posibles vínculos, un espacio de huida “Era como esos chicos que andan en las noches, en las calles pidiendo plata…”. “Pedía plata en la calle y con eso comía y si no compraba neoprén y con eso andaba”. “Por lo mismo de repente yo empecé a andar en la calle, mi papá siempre andaba trabajando, no había nunca nadie en la casa… mis hermanos empezaron a tomar”.

Selene reconoce la ausencia de la imagen materna en su infancia, pues la madre fallece cuando ella era muy pequeña “No, falleció cuando yo tenía como 2 años, la conozco por fotos solamente”.

Aparecen otras posibilidades de buscar la imagen de la madre, que se reconoce como la que protege y cuida, es por ello que la hermana mayor, se erige como posible referente materno, pues es la persona en quien encuentra refugio, la imagen femenina más estable durante su infancia “….mi hermana no más que es como la imagen materna que yo tengo…”.

A pesar de esta imagen, Selene identifica la inestabilidad como un elemento presente en todas las figuras posiblemente protectoras con quienes se relaciona durante la infancia, que imposibilita la construcción de vínculos afectivos seguros y estables

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“Lo que pasa es que siempre hubo señoras que nos cuidaban, nunca una persona estable, la persona más estable fue mi hermana, con mi hermana mayor. Que mi papá en ese tiempo se juntó a vivir con una señora, una enfermera, que es la mamá de mi hermano, y esa señora nos pegaba y mi papá no sabía porque él trabajaba todo el día, ella nos pegaba y después los vecinos la denunciaron y ella se tuvo que ir de la casa…”.

Es entonces, que el espacio de la casa se vuelve un espacio amenazante e inseguro, que la lleva a desplazarse hacia otros espacios. 2. Relación vincular con la pareja La relación con la pareja se vivencia como un conflicto permanente, es una relación cruzada por la violencia y la soledad, relación que parece reproducir los conflictos que Selene ha vivenciado durante toda su trayectoria vital. El hijo, que aparece como símbolo de la continuidad de la unión representa un problema, por ello se visualiza la adopción como una alternativa, de hecho Selene indica que este problema con la pareja es la principal causa de su decisión de consultar. “…el papá del Emilio es casado, pero separado ya hace hartos años, hace años que no ve a su señora, (…) Era por lo mismo, porque en ese tiempo él estaba con ella, y…sabía mi papá que yo estaba embarazá y lo conocía a él, en ese tiempo se paraba en las esquinas, tomaba en la esquina, se quedaba dormido en la esquina, cuando yo lo conocí no era así pero él como le digo, cuando supo que yo estaba embarazá se ponía a tomar en las esquinas, dormía en las esquinas y amanecía, se volvía a levantar ahí mismo y volvía a seguir tomando y yo sabía que si le decía a mi papá “él es el papá de mi hijo”, mi papá me iba a echar de la casa y yo tenía al Aníbal y se ponía de repente tonto y no teníamos donde irnos, cómo caminar”.

Desde el imaginario, el embarazo vivido como conflicto, potencia la “mala conducta” de la pareja, es visualizado como el origen de los problemas cuando yo lo conocí no era así. Selene parece decir, por culpa del embarazo - por mi culpa - él cambió. El rechazo a la pareja por parte de la familia, agudiza la necesidad de ocultar, de negar el embarazo, de ocultar el vínculo que se cristaliza en el hijo, desde la perspectiva de Selene el rechazo del padre hacia la pareja se desplaza hacia la mujer, pues son uno hay una continuidad indivisible, la culpa se hace parte, pues ella debe pagar por las acciones que él ejerce, ser cuestionada por ellas y dar explicaciones La relación de pareja se vivencia en un contexto violento y amenazante, donde la violencia física es parte de la cotidianidad. “… porque su papá del Emilio… ahora que nació la Emma que está un poco más, se empezó a comportar, porque el papá del Emilio antes tomaba, nosotros arrendábamos una sola pieza así como esta y teníamos la cama y él llegaba con todos sus amigos a tomar y sentados todos en la cama y yo tenía que esperar que se vayan pa´ que me acueste y el Emilio vio todas esas cosas…”. “… porque igual a veces se ponía a tomar y hacía escándalo, a veces me pegaba dormía…”.

Selene vive la relación de pareja como parte de un destino que no puede cambiar, que parece reproducir las precarias vinculaciones afectivas que tuvo durante la infancia. Continúa en esta relación como refugio a la soledad, sin embargo, se siente igualmente sola. “…no sé si es costumbre o porque a veces cuando nosotros estamos juntos y yo tengo a quien contarle mis cosas a quien conversarle es como por ejemplo necesitar a una persona o no sé po’ llegue la noche y uno le converse, esas cosas”. “Me siento sola yo, no quiero estar más acá, o sea, no más acá en Puerto Montt, no quiero vivir más acá…”.

2. Expectativas en conflicto Cumplir con las expectativas, con aquello que la familia espera, no decepcionar a quienes se tiene como referentes significativos aparece relevante, incluso al elegir una pareja. La figura del hijo puede invisibilizarse frente a la posibilidad de no cumplir con lo esperado, de que la pareja no sea lo que la familia espera, puede llevar a negar al hijo. “Y pero usted sabe que mi papá me empezó a decir cosas, de que era un vago, bueno cosas de verdad no más po’, pero igual yo me sentía mal y llegó un momento que dije ya pa’ que se termine todo, lo voy a dar en adopción…”.

Se presenta necesariamente la expectativa de formar una familia, de generar vínculos emocionales, que frente a la imposibilidad de la relación de pareja de cumplir con dicha expectativa, la Corporación Servicio Paz y Justicia SERPAJ CHILE

distancia entre lo que se desea y lo que aparece, lleva a la necesidad de negar al hijo, como una forma de negar la relación. Segundo Momento: “Ambivalencia frente a la decisión de hacerse o no cargo del hijo(a)” 1. Actualización de la Imagen Mujer – Madre. La imagen de mujer – madre es representada con dificultada por Selene, debido a que la madre de ella fallece cuando era una niña. “… falleció cuando yo tenía como 2 años, la conozco por fotos solamente…”.

El padre intenta suplir esta figura, buscando en otras mujeres, algunas de ellas parejas, que asumieran la crianza de sus hijos (as). Sin embargo, esta interacción estaba mediatizada por un cuidado, por una función determinada y no por un vínculo. Ante la ausencia del padre por temáticas laborales y el constante flujo de “señoras”, solo reforzaban aun más el sentimiento de inestabilidad en Selene. “… Lo que pasa es que siempre hubo señoras que nos cuidaban, nunca una persona estable, la persona más estable fue mi hermana, con mi hermana mayor. Que mi papá en ese tiempo se juntó a vivir con una señora, una enfermera, que es la mamá de mi hermano, y esa señora nos pegaba y mi papá no sabía porque él trabajaba todo el día, ella nos pegaba y después los vecinos la denunciaron y ella se tuvo que ir de la casa…”.

A esto se suma la dolorosa experiencia de maltrato ejecutada por una de las parejas del padre. Ante este escenario, la hermana mayor asume un rol protector, intentando resguardar (se) ante un adulto que ejercía su jerarquía dentro del contexto familiar. Este rol de cuidado que la acerca a ser una “mamá” para su hermana menor, simbólicamente para Selene no suple este vacío. “… la Pachi era como las que nos cuidaba por ejemplo cuando la Silvia, la mamá de mi hermano nos quería pegar, ella nos pescaba y nos llevaba a escondernos, ella era así y es por eso que la veo como imagen más materna que yo haya tenido y como es mi hermana mayor”.

Bajo este contexto, la inestabilidad vivida por Selene durante su infancia, ha facilitado que la percepción de un entorno potencialmente amenazante e inconsistente. Dado ello, el vínculo afectivo con sus hijos también está mediatizado por esta percepción, dificultando la mantención de un vínculo seguro con ellos. 2. Actualización de la Imagen del Hijo(a) en la Familia. La imagen del hijo dentro del contexto familiar es representada como un potencial conflicto, y con ello la pérdida del vínculo con el padre (de ella), quién es una de las pocas figuras que le entrega apoyo y contención. “… yo sabía que si le decía a mi papá “él es el papá de mi hijo”, mi papá me iba a echar de la casa y yo tenía al Aníbal y se ponía de repente tonto y no teníamos donde irnos, cómo caminar”.

Dado que con anterioridad ya había vivido una situación similar con su primer hijo, este segundo hijo viene a actualizar las dificultades vividas. El rechazo y la violencia ejercida por el padre de su segundo hijo, facilitan que Selene evite vincularse emocionalmente con el niño y la lleven a cuestionarse si tenerlo o no. Ella se refiere muy poco a su proceso de embarazo, evidenciando que durante este proceso ella intentó evitar involucrarse emocionalmente con el niño. “…en ese tiempo se paraba en las esquinas, tomaba en la esquina, se quedaba dormido en la esquina, cuando yo lo conocí no era así, pero él, como le digo, cuando supo que yo estaba embarazá se ponía a tomar en las esquinas, dormía en las esquinas y amanecía, se volvía a levantar ahí mismo y volvía a seguir tomando…”.

3. Des-apego del Hijo(a) durante el período de gestación. Dado lo anterior, Selene decide entregar al niño en adopción y así evitar los potenciales conflictos con su padre. “… Y pero usted sabe que mi papá me empezó a decir cosas, de que era un vago, bueno cosas de verdad no más po’, pero igual yo me sentía mal y llegó un momento que dije ya pa’ que se termine todo, lo voy a dar en adopción…”.

Sin embargo, el compartir experiencias con una mujer que se encontraba en una situación similar, la llevan a cuestionarse su decisión. El sentirlo en el vientre y experimentar en el parto que está presente, Corporación Servicio Paz y Justicia SERPAJ CHILE

la llevan a finalmente desistir de su decisión de entregarlo. Casi como un evento mágico, el parto es el instante simbólico donde Selene internaliza su imagen y donde ya no puede dejarlo, puesto que estaría “consciente” de que lo está abandonando. “… Es que justo antes que mi había otra chica y había otra chica igual con las que yo me había encontrado varias veces, y conversamos y después fui a control, y empecé a ver al Emilio, ya vi que se movía y no sé cuando nació lo vi y no po´…”.

Tercer Momento: La constitución de la Mujer; Niña – Madre a partir de sus otros significativos 1. La Vinculación con su familia desde su experiencia de niña – madre. Selene a partir de su relato, nos da cuenta del escaso apoyo familiar que tiene, basándose éste principalmente en el apoyo emocional y afectivo que le brinda su amiga, es esta quien ha asumido la función de contención y apoyo en la vida de Selene. “A mi amiga a la Andrea, ella es la persona que le tengo más confianza acá, y cualquier cosa, cuando tengo algún problema cuando necesito algo, voy donde ella, ella siempre me ayuda si es que puede, y siempre conversamos, a ella igual le han pasado hartas cosas, su hermano murió en la casa de nosotros, estaban tomando y en la noche se quedó dormido y… y estaba muerto…”.

La amiga de Selene logra comprender su estado emocional actual, lo que se debe principalmente a que ésta también ha tenido que enfrentar situaciones dolorosas en su vida, lo que permite una mayor empatía por lo vivido por Selene. “De ahí igual su marido iba a tomar a la casa y … también jugando se le murió el marido, e igual ha pasado como hartas cosas, y ella siempre cuando tengo problemas hace causa común conmigo y me ayuda en todo y por eso a ella yo siempre le cuento todo a ella le converso mis problemas, es a la persona que le tengo más cariño acá. Porque mi papá empieza (con voz de reto)“te dije que el güeon, ahora te la aguantai”, por eso prefiero contarle a ella, porque por las cosas que me dice mi papá me guardo tantas cosas”.

Por otro lado, Selene también cuenta con el apoyo de su padre, quien le ayuda en una dimensión económica, sin embargo, en una dimensión afectiva éste resulta un referente ineficiente. “En lo económico siempre me ayuda mi papá, bueno yo trabajo sí, pero ejemplo me saca cosas en el supermercado, todas esas cosas me entiende, en lo económico siempre me ayuda cuando necesito plata, bueno su papá de los chicos igual me daba plata, pero él era así como que… él pagaba a los chicos así como “cuanto hay que pagar pa´l arriendo, ahí está la plata del arriendo, se gasta esto pa’l mes…”.

1.1. Relación vincular con la pareja Se puede percibir en el discurso de Selene, que ésta se encuentra en una situación conflictiva frente a su situación de pareja actual y padre de su hijo, esto debido a que por un lado, su pareja resulta ser un personaje alcohólico, maltratador, pero que sin embargo además es significado por Selene como una figura importante de cercanía. “… me separé de él… porque si porque me trataba muy mal,… yo sé que si él quiere yo volvería al tiro, no sé por qué”. “… no trabaja no tiene un trabajo como estable, e igual me siento sola llevamos como 11 años juntos…”.

De esta forma, se puede percibir como Selene busca de manera incesante una figura masculina que la valide, que la reconozca como sujeta mujer, su deseo de intimidad y de cuidado sólo se percibe como posible en aquella figura que ha vivido con ella por 11 años, otorgándole a la temporalidad o tiempo espacial la importancia de lo que no se rompe, lo que dura a pesar de las adversidades, configurándose de esta forma su pareja como un sujeto que podría apoyar, contener y proteger. “No sé, por ejemplo ayer cuando fui para allá fui a decirle que hablemos, ¡yo! (lo dice de manera incrédula de lo que acababa de hacer) a pesar de que se porta mal, yo más encima le dije que hablemos, y él me dijo que no, y yo soy tan tonta que yo sé que aunque si él me pidiera yo lo perdonaría al tiro…”.

2. La constitución como madre; Relación vincular con su hijo/a Selene establece su relación vincular con su hijo, desde una posición comprensiva en cuanto a éste, lo que se debe principalmente en que Selene logra visualizar como su hijo también ha sido sujeto de malos tratos y situaciones vulnerables. De esta forma Selene explica y justifica el comportamiento disfuncional de su hijo a partir de sus experiencias de vida. Corporación Servicio Paz y Justicia SERPAJ CHILE

“… el Emilio es problemático, porque tengo quejas de él en el jardín aquí en la calle, aquí sale a la calle vienen a acusarlo, se me arranca, insulta no si… bueno igual es que el Aníbal no vive conmigo, vive con mi papá, yo emmm voy el viernes y me voy con los 2 chicos el Aníbal queda acá, pero él va a la casa donde yo éste el va a estar un día, a tomar once conmigo y se viene a en las noches a dormir, a veces está como todo el día con mi papi acá, es que cuando a él se le ocurre ir para allá va. Va a dormir los fines de semana…, en cambio el Emilio no, ha estado más siempre viviendo conmigo”. “El Emilio se creció en otro ambiente, quizás por eso que es más problemático, porque su papá del Emilio…ahora que nació la Emma que está un poco más, se empezó a comportar, porque el papá del Emilio antes tomaba, nosotros arrendábamos una sola pieza así como esta (4*3 mts. app.)y teníamos la cama y él llegaba con todos sus amigos a tomar y sentados todos en la cama y yo tenía que esperar (se quiebra y habla llorando) que se vayan pa´ que me acueste y el Emilio vio todas esas cosas…”.

Frente a esta situación, Selene busca alternativas posibles que puedan mejorar la situación que vivencia su hijo, manifestando su intención de salir de la casa que comparte con su pareja, sin embargo, su decisión es tensionante, en el sentido que si bien por un lado intenta alejarse de su pareja quien la maltrata tanto a ella como a su hijo, por otro lo busca y lo necesita. “Por eso él es así igual, porque él se creció en otro ambiente, en donde vio a todos tomando. Por eso yo igual que decidí, decidí salir de ahí de esa casa, y yo cuando me vaya no iba a volver nunca más a vivir con él… y ayer cuando fui a buscar mis cosas me dijo que me vaya que no me quería ver más. Y después que nació la Emma cambio, que había que estar más tranquilo…”.

De esta forma, Selene le atribuye a la relación vincular establecida con su hijo, como especial, la más significativa de sus otros hijos, relación que la realiza de la comprensión y actualización de sus propias experiencias de vida desde el abandono y malos tratos. “para mí de los 3 chicos el más especial para mí es el Emilio, quizás es el más desordenado y ha pasado varias cosas, y su papá se ponía medio raro y siempre como que lo retaba a él, a él, a él, a él, yo notaba que hace diferencias con la Emma…”. “A veces estaban jugando y su papá lo miraba no más y el Emilio altiro agachaba la cabeza (habla llorando) como que le tenía miedo, pero su papá no le pegaba na´sino que lo retaba demasiado, ese es su problema y por eso quizás que yo tengo más preferencia por el Emilio. Porque yo sé que el Aníbal está bien acá en la casa con mi papá, no le falta nada…”.

Evaluación al Niño. 1. Exploración de la Relación Vincular entre la madre y el niño. A través de la observación de las conductas de la madre y del niño, se evidencia que ambos oscilan entre conductas de cercanía y distancia. Durante la entrevista se aprecia que el niño juega con sus juguetes y/o juega en los alrededores de la casa, mostrando una cierta independencia de la madre. Ante esta conducta del niño, la madre no se muestra preocupada, respondiendo de manera errática a las necesidades del niño. En la díada se observan sentimientos de tranquilidad y seguridad, sin embargo también está presente la indiferencia mutua, ejemplificado en el hecho que no se observaban con la mirada. El niño a pesar de estar en la misma habitación, no sigue con la vista a su madre. Frente a la presencia de la entrevistadora, el niño se demuestra tranquilo, observando las conductas de esta, intentando interactuar constantemente con ella, a través del diálogo o por medio de mostrarle algún juguete. Ante la ausencia de la madre por unos minutos y quedando el niño a solas con la entrevistadora, este se evidencia tranquilo, observándose la ausencia de malestar e inquietud frente a la separación con su madre. Tras el reencuentro, el niño se muestra indiferente. A pesar de que la madre interactúa a intervalos con el niño, este la ignora e inclusive la evita notoriamente. A pesar que se destaca la conducta evitativa de la díada, el niño manifiesta en momentos una repentina cercanía con su madre, seguido de conducta evitativas y de inmovilidad. Tras las observaciones realizadas, se podría concluir que el niño mantiene un vínculo de apego inseguro - evitativo con su madre.

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2. Exploración del Desarrollo Psicomotor del niño. Tras el relato de la madre y la observación realizada, se evidencia que el desarrollo postural del niño (contando con 3 años y 6 meses al momento de la observación) se encuentra levemente fuera de las normas de edad promedio. No hay relato de la presencia de alguna dificultad motora en él. En lo que respecta el control de esfínter, este proceso de maduración neurológica se estableció dentro de la edad cronológica esperada, no habiendo manifestación de alguna dificultad en este ámbito actualmente. En lo que respecta al desarrollo del lenguaje, si bien este aún se encuentra en desarrollo, algunos de los hitos relevantes (por ejemplo primeras palabras) se encuentran fuera de los estándares promedios esperados. Sin embargo, dadas las características del vínculo madre – hijo, podría especularse que estas dificultades tendrían un fundamento mayormente interaccional más que psicomotor y/o neurológico.

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9. ANÁLISIS DE LAS ENTREVISTAS A LOS (LAS) PROFESIONALES DE LAS UNIDADES REGIONALES DE ADOPCIÓN Uno de los objetivos planteados en esta investigación dice relación con conocer la percepción de los y las Profesionales de las Unidades Regionales de Adopción sobre el trabajo desarrollado y los resultados evidenciados tras este proceso de intervención. Para concretar este objetivo, se construye un perfil de la opinión de los actores institucionales expertos respecto a la temática de la Adopción. En otras palabras, se busca conocer la mirada de los y las profesionales que trabajan directamente con la temática, siendo estos (as) los (as) que tiene un contacto directo con las madres biológicas. Así se busca que puedan entregar una visión sobre las características de estas mujeres, las limitaciones y fortalezas con las cuales se enfrentan en su labor y como conciben el proceso de Adopción. Para ello, se llevaron a cabo las siguientes acciones: –

Entrevistas focalizadas a Profesionales expertos de organismos acreditados por SENAME para la ejecución del Subprograma de Apoyo a la Familia de Origen. Para ello se realizaron entrevistas focalizadas individuales y grupales a expertos de la Fundación San José para la Adopción y Fundación Chilena de la Adopción.



Entrevistas semiestructuradas a Profesionales encargados de la ejecución del Subprograma de Apoyo a la Familia de Origen, en las Unidades Regionales de Adopción ejecutadas directamente desde SENAME, en las regiones de Atacama, Coquimbo, Valparaíso, Metropolitana, del Biobío, de la Araucanía, de Los Lagos y de Aysén.



Revisión de fichas psicosociales y registros de atención a madres biológicas en las Unidades Regionales previamente señaladas.



Revisión Ley de Adopción existente en Chile y su operacionalización por parte de SENAME a través de lineamientos técnicos.

Para la elaboración de este perfil de opinión se desarrolla una aproximación metodológica de carácter cualitativo, centrada principalmente en el análisis de contenido de los textos obtenidos a partir de las entrevistas. Este análisis se desarrolla en cuatro etapas: 1. Un primer nivel de lectura de cada entrevista en forma individual. 2. Construcción de categorías de análisis. 3. Elaboración de Matrices Analíticas individuales por cada entrevista. En estas matrices se vinculan los discursos de cada sujeto (a) con factores contextuales y teóricos previamente trabajados. 4. Análisis transversal de los contenidos trabajados en las matrices. Siendo coherentes con los objetivos del estudio, el equipo investigador desarrolla una opción por centrar el análisis en el trabajo desarrollado por el Subprograma de Apoyo a la Familia de Origen, desde su ejecución directa por parte de las Unidades Regionales de SENAME, y visualizar separadamente el trabajo desarrollado por los colaboradores acreditados, pues aunque obedecen a los mismos lineamientos técnicos, cuentan con un contexto de acción distinto. Las categorías de análisis se construyeron, a partir de los objetivos del estudio y del discurso de los actores institucionales y están centradas en tres dimensiones, que tienen sus respectivas categorías de análisis: Dimensión 1: Visualización del Proceso de Intervención: Fortalezas y Debilidades del Programa. – Fases en el Proceso de Intervención – Propuestas de los y las profesionales – Vinculación con redes Sociales de Apoyo

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Dimensión 2: Visualización de los y las profesionales respecto a las características de las mujeres atendidas –

Factor económico; la incidencia de lo contextual en la decisión de entregar o no a su hijo/hija en adopción.



Importancia de las redes de apoyo (red personal)



Lo emocional: Importancia de las relaciones primarias de la maternidad.



La emergencia de sentimientos contradictorios, frente a la toma de decisión.

Dimensión 3: Visualización de los y las profesionales en torno a la temática de la adopción Observaciones Previas Se estima pertinente señalar, antes de adentrarnos en el análisis propiamente tal, algunos elementos que llaman la atención y que es importante tener en cuenta al leer este documento: El Subprograma de Apoyo a la Familia de Origen de SENAME, trabaja casi exclusivamente con madres biológicas, su atención se centra en ellas; ellas son las consultantes; hacia ellas se dirigen las acciones y lineamientos técnicos de este programa. Por tanto cuando se mencione a las mujeres, nos estaremos refiriendo a las madres biológicas. El proceso de Intervención de este Subprograma posee lineamientos técnicos comunes, sin embargo, su ejecución varía de acuerdo con elementos contextuales de la mujer y de las características de cada región. El llamado proceso de intervención puede variar de una a muchas entrevistas con la madre biológica. Muchas veces este proceso se verá limitado a una entrevista única, lo cual puede explicarse por las características de las mujeres, como también por factores de carácter estructural de la organización del subprograma. Los instrumentos y procedimientos de registro llevados a cabo en cada Unidad Regional de Adopción son diversos y variados, lo cual dificulta de manera relevante el acceso a los sujetos principales de esta investigación: las madres biológicas en conflicto con su embarazo que deciden no ceder en adopción a sus hijos/as. 9.1. Análisis Trasversal de las Entrevistas a Profesionales y Expertos 1° DIMENSIÓN: Visualización del Proceso de Intervención: Fortalezas y Debilidades del Subprograma Según lo planteado por los y las profesionales de las Unidades Regionales de Adopción que participan en el Subprograma de Apoyo y Orientación a la Familia de Origen, el proceso de intervención es dimensionado fundamentalmente en tres etapas: la acogida, el proceso de intervención propiamente tal y el seguimiento. Se visualiza como el objeto central de este Subprograma la entrega de información jurídica y psicosocial sobre lo que implica un proceso de Adopción, como también, acompañamiento en el proceso de discernimiento sobre el futuro hijo/a: “… que la gente que accede al programa de madres conflictuadas con su maternidad, tenga toda la información requerida de los pro y de los contra y con respecto a lo que puede pasar si una mujer cede en adopción…” “… entregarle todo el apoyo psicosocial y jurídico para que puedan discernir con el máximo de elementos…”

Lo anterior concuerda con lo establecido en la Normativa Técnica del Subprograma, el cual define que: “… El Subprograma Apoyo y Orientación a la Familia de Origen del Niño/a, es el conjunto de acciones tendientes a orientar, apoyar y acompañar un proceso de toma de decisión informado y responsable respecto de su hijo/a, a madres, padres y/o familia extensa que:

– Ha manifestado sentimientos ambivalentes frente al embarazo, rol parental y futuro del niño/a.

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– No ha logrado asumir responsablemente sus funciones parentales, vulnerando gravemente sus derechos, situación que ha provocado la institucionalización del hijo/a, como mecanismo de protección.”

El proceso de acogida es entendido por los y las profesionales como el período en que la mujer acude a consultar a la Unidad de Adopción y la primera entrevista con el o la profesional a cargo del Subprograma. Este ingreso puede generarse por medio de derivaciones de redes públicas o privadas, principalmente por las redes de salud pública, o bien por demanda espontánea. En esta primera entrevista los y las profesionales de cada Unidad de Adopción intentan entregarle a la mujer toda la información legal y psicosocial necesaria para orientarla, como también intentar lograr vincularse con ella, y posibilitar la realización de un proceso de ayuda y apoyo. En un segundo momento, se lleva a cabo el proceso de intervención propiamente tal, donde la labor principal de los y las profesionales es ayudar a la mujer en conflicto con su rol materno, a decidir si se hace cargo de su hijo/a, o bien lo o la entrega para un posterior proceso de susceptibilidad de adopción. Este proceso fundamental en la intervención es denominado proceso de discernimiento, siendo su duración relativa a las necesidades de la mujer o la familia. Por último, y generalmente posterior al parto, la mujer realiza una decisión sobre el futuro del niño/a. En los casos de decisión del niño/a para un proceso de susceptibilidad de adopción, los y las profesionales invitan a la mujer a iniciar un trabajo terapéutico de duelo post-cesión, sin embargo este solo se concreta si ella requiere de este. En los casos de no cesión del niño/a, es decir, en los casos en que se asume el ejercicio del rol materno, se intenta mantener contacto con la mujer y el niño/a, sin embargo este procedimiento difícilmente se concreta por la desvinculación de ella, como también por los escasos recursos financieros y humanos con lo cuenta la mayoría de las Unidades Regionales de Adopción para realizarlo. Por esta razón, se realizan contactos principalmente con redes de salud, para que informe periódicamente sobre el estado físico y psicosocial en que se encuentra el niño/a. En consideración a lo enunciado por los y las profesionales de las Unidades Regionales de Adopción en cuanto al proceso de intervención, y lo establecido por los lineamientos técnicos del Subprograma, se evidencian aproximaciones en cuanto a como se visualizan los procedimientos. Sin embargo, se evidencian discrepancias a la hora de ejecutarlos, dando cuenta de la distancia entre lo teórico y lo práctico, sumado a todo el peso personal y socio-cultural que cada profesional trae consigo al enfrentarse a una mujer conflictuada con su embarazo. Según por los y las profesionales entrevistados/as, la intervención se centra principalmente en el proceso de discernimiento, es decir el proceso donde la mujer, tras recibir toda la información y elementos necesarios, pueda evaluar sus motivaciones respecto a la entrega del niño/a. Lo anterior es coherente con lo planteado por la normativa técnica: “Es relevante analizar en conjunto con ésta, el sentido y significado que le da a la maternidad (...) su opinión respecto a la adopción, sus prejuicios y sentimientos en relación a la sanción social que esta decisión puede conllevar, a fin de que pueda elaborar su decisión, con la menor culpa posible, diferenciando sus roles de mujer y madre”

Fases en el Proceso de Intervención del Subprograma Los lineamientos técnicos del programa, establecen cinco fases en el proceso de intervención del Subprograma: -

Fase de acogida e información general del Subprograma.

-

Fase diagnóstica.

-

Fase de Intervención para el proceso de discernimiento respecto del futuro del hijo/a.

-

Fase de Intervención post-cesión del hijo/a en adopción (Proceso de Duelo)

-

Fase de Seguimiento. (Casos en que la madre biológica, tras el proceso de discernimiento, decida asumir a su hijo/a sea nacido o en gestación)

A pesar que la normativa técnica destaque que las anteriores fases de intervención son necesarias para lograr los objetivos propuestos para el Subprograma, también recalca que:

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“… la intervención es un proceso dinámico, por tanto, su aplicación puede desarrollarse en forma paralela y/o en un continuo, según las necesidades particulares de cada caso.”

Sin embargo, en la práctica se observa que en muchos casos toda la intervención con la mujer en conflicto con su maternidad puede reducirse a una o dos entrevistas, según las posibilidades de acceso que tenga la mujer a la Unidad. A continuación, se describen las fases de de intervención evidenciadas en el relato de las y los profesionales entrevistados. 1. Fase de Acogida Se observa una distinción entre lo que sucede en las regiones Metropolitana y de Valparaíso y las demás regiones del país. En las primeras dos, se presenta un mayor porcentaje de ingreso de mujeres en conflicto con su maternidad, que acude directamente a las Unidades Regionales por demanda espontánea; en estos casos, la entrevista de acogida se realiza de manera inmediata. Esto es coherente con lo planteado por los lineamientos técnicos. En el caso de las demás regiones se observan situaciones distintas, asociadas con la dispersión geográfica, y las posibilidades de acceso de la población a las redes regionales; por lo tanto, la acogida se realiza principalmente con posterioridad a la derivación desde redes locales; principalmente del área salud. En algunos de estos casos, son los profesionales de la Unidad Regional quienes se trasladan hasta la comuna donde vive la mujer para realizar la acogida - intervención. Así también, se observa que en los casos que las mujeres están desvinculadas de los servicios regionales, ellas tienen su primer contacto en la red local más cercana a su domicilio, habitualmente consultorios o postas; este elemento hace que cobre especial relevancia la vinculación y sensibilización con estas redes. 2. Fase de Intervención propiamente tal En relación a lo observado en las entrevistas, en las Unidades Regionales el proceso de intervención está orientado a las necesidades de la mujer; necesidades que se evalúan en la entrevista de acogida, que en ocasiones puede llegar a ser el único momento en que se tiene acceso a la mujer o a la familia de origen. “… Ahora hay muchas mamás que van a una primera entrevista y después ya no vuelven, hay otras mamás que continúan hasta el final, que uno sigue apoyándolas en el momento en que da a luz, se hacen las coordinaciones para que los niños sean ingresados a establecimientos…”

La contención emocional y la información, con énfasis en la orientación jurídica, son los principales elementos en el proceso de intervención. “… la intervención consiste en apoyo, depende mucho del caso pero si un apoyo, a nivel de información inicialmente que hacer y cómo hacerlo, eso desde todo punto de vista de lo emocional, de que va a pasar con ella, hasta los aspectos legales que son propios de la adopción…”

El rol que cumplen los y las profesionales, que en gran medida para ellos y ellas implica un acompañamiento en el difícil proceso vital por el que atraviesan estas mujeres, en la práctica tiene relación principalmente con la entrega de información y el contacto con redes locales, dado que desde la realidad de cada Unidad es un objetivo que solo en ciertas ocasiones puede cumplirse. Las características del proceso de intervención van a estar asociadas principalmente al período de embarazo de la mujer (en el momento en que acude a la Unidad), la situación emocional en que se encuentre y las necesidades de contacto con las diversas redes institucionales; de salud fundamentalmente. “… Y les proponemos (…) por si está por tener a la guagua, de eso depende si, si esta en el último mes, se hacen todas las conexiones en la red social, si se han hecho control de embarazo o no, o contactarla para coordinar el parto, en fin… depende de la situación.”

En cuanto a las limitaciones observadas, se evidencian que los y las profesionales de las Unidades Regionales ejecutan diversos subprogramas dentro de la Unidad, siendo el de Apoyo y Orientación a la Familia de Origen uno de ellos. Bajo este contexto, no se les permite a los y las profesionales darle el tiempo y la dedicación profesional que requiere el subprograma, a pesar que la normativa técnica destaque que es necesario la asignación de un o una profesional como responsable de la atención de las mujeres en conflicto con su maternidad. Corporación Servicio Paz y Justicia SERPAJ CHILE

“… se deberá asignar a una o un profesional como responsable de la atención de las madres biológicas en conflicto con su maternidad, el proceso de intervención, debe estar a cargo de un equipo interdisciplinario, a fin de que cada profesional -desde su quehacer y experticia- le proporcionen a la consultante la mayor cantidad de información y apoyo que requiere a lo largo de dicho proceso.”

Este hecho se desencadena básicamente por la escasa cantidad de profesionales por Unidad, lo que implica que todo el Equipo (que pueden ser dos o tres profesionales, contando el o la Coordinador/a) asuma diversas tareas cotidianamente. Esta situación a su vez, conlleva a la dificultad que los y las profesionales que trabajan directamente con las mujeres tengan la motivación y el tiempo requerido para capacitarse en temáticas de adopción, perspectiva de género, maternidad, etc.; y junto a ello propiciar una mejor y mayor vinculación con ellas. Asimismo, se pierden las posibilidades de trabajo interdisciplinario declaradas en la normativa técnica. “… Yo siento que las grandes falencias del programa tienen que ver con la dedicación en tiempo, hacemos yo siento lo que podemos en la medida del tiempo que disponemos esa es como la premisa que ocupamos. Generalmente las mamás que están mas conflictuadas con su tema; ahí tratamos de acentuar más la atención, otras mamás que están más claras o que uno percibe que no tienen muchas alternativas viables de ejercer la paternidad y de arrepentirse, por lo tanto generalmente las atenciones mucho más espaciadas.”

3. Fase de Seguimiento Por medio de las entrevistas a los y las profesionales de las Unidades Regionales, se observa divergencias en primer lugar en cuanto a la ejecución del proceso de seguimiento en relación a lo que establecen las normas técnicas por un lado, como también diferencias en cuanto al seguimiento en los casos de cesión del niño/a en adopción como en los casos en que la mujer asume el cuidado del niño/a. En relación a esta fase, los lineamientos técnicos especifican que el proceso de seguimiento como tal se realiza en aquellos casos en que la mujer o la familia de origen asumen el cuidado del niño/a: “… En aquellos casos, en que el resultado de la intervención para el proceso de discernimiento, sea que la madre decida asumir a su hijo/a, independiente si el niño/a se encuentra nacido o en gestación, el equipo profesional, sobre la base del diagnóstico, debe elaborar y ejecutar un plan de seguimiento.”

En aquellos casos en que la mujer cede a su hijo/a en adopción, la normativa da cuenta de la importancia de realizar un proceso de acompañamiento, para realizar un trabajo terapéutico que permita elaborar el duelo que dicha acción significa para su vida: “… Toda mujer que optó por ceder a su hijo/a en adopción, debe ser apoyada en su proceso de duelo por el Subprograma, a excepción, de aquellas que, expresamente decidan no participar de la intervención.”

En las diversas Unidades Regionales de Adopción, la Fase de Seguimiento se ejecuta considerando que es un proceso voluntario; una invitación que se les realiza a las mujeres, por lo que depende de ellas si acceden a este apoyo profesional posterior al proceso de discernimiento. Este se realiza por medio de la derivación del caso a instituciones públicas o privadas, u organizaciones colaboradoras de la red SENAME, en los casos de las mujeres que tras el proceso de discernimiento deciden asumir al niño/a. “… Las madres que se desisten, se les hace seguimiento para ver si requieren ayuda, en cualquier ámbito, se les deriva a diversos programas dependiendo de lo que requieran Chile Solidario, salud, etc.”

En los casos de las mujeres que ceden a sus hijo/a en adopción, los y las profesionales reconocen que en la mayoría de los casos no realizan un seguimiento. “… Las madres cedentes, no tienen seguimiento, ellas se despiden y se les extiende la invitación a volver cuando lo deseen o necesiten.”

Se les entrega un breve apoyo, intentando trabajar la temática del duelo, sin embargo, no alcanzan las horas humanas para realizar aquello, o bien es la propia mujer quien se desvincula de la Unidad prontamente. “… El seguimiento una vez que ceden y si la mujer no quiere voluntariamente continuar y acceder a un apoyo o una terapia de apoyo, o sea en ese sentido no nos queda otra que respetar, en general son pocas no te podría decir cuántas pero son pocas las que quieren acceder a este servicio post cesión y poderlas ayudar a elaborar todo este duelo que es como complejo.”

Bajo este contexto, a pesar que puede extrañar la rápida desvinculación de las mujeres con la Unidad, la respuesta se acerca al intento que ellas realizan por cerrar dicha etapa tan dolorosa en sus Corporación Servicio Paz y Justicia SERPAJ CHILE

vidas, y que probablemente las culpabilice por gran parte de su historia vital. Así también, no hay que desconocer que otro factor puede deberse al constante maltrato social que reciben durante todo el proceso. Si bien, la normativa técnica enfatiza la obligatoriedad se realizar un seguimiento al niño/a por un espacio de dos años, como una forma de evitar posibles vulneraciones en los derechos de los y las niños/as, se observa una suerte de vigilancia a la mujer y su sistema familiar, teniendo premisas a priori de que aquella mujer no tenga las competencias parentales que se requieren para cuidar al niño/a. “… en aquellas mujeres que no ceden en adopción y efectivamente se quedan con sus guagüitas ahí cien por ciento contactos con redes sociales, una suerte de vigilancia de alguna OPD o de algún centro del SENAME que pueda hacer un seguimiento estamos en contacto con estos organismos para saber cómo va esta mujer…”

Una de las limitaciones más notorias en cuanto a este procedimiento está asociada a la ausencia de recursos, principalmente horas de trabajo profesional. A pesar de que los y las profesionales están conscientes que la no realización de un proceso de seguimiento en las mujeres conlleva una deficiencia en la ejecución del Subprograma, ellos y ellas dan cuenta que no pueden realizar acciones para cambiar dicha situación. “… Yo sé ahora que dentro de las normas técnicas está hacer este seguimiento, porque es una necesidad, estoy totalmente clara, pero no tenemos el tiempo. Ahora para este año, viene todo una normativa para el seguimiento de las embarazadas, de las mujeres que no ceden y el seguimiento de los niños que son enlazados con padres adoptivos, el problema está en que no sé si vamos a poder cumplir… yo creo que no, por horas humanas…”

Propuestas de los y las Profesionales para el Proceso de Intervención del Subprograma Tras lo evidenciado en la ejecución de los procedimientos técnicos del Subprograma de Apoyo y Orientación a la Familia de Origen, los y las profesionales dan cuentan de una serie de propuestas para el mejoramiento de éste, los que se exponen a continuación. Uno de los mayores requerimientos de los y las profesionales, que se orienta a realizar modificaciones operativas para el logro de los objetivos del Subprograma, dice relación con el aumento de la dotación de recursos humanos en cada Unidad Regional de Adopción, o bien, incrementar las horas de atención profesional. “… nosotros para poder funcionar adecuadamente con lo que se nos exige, mínimo deberían haber dos duplas psicosociales…”

La implementación de más horas profesionales, exponen, apoyaría a suplir algunas dificultades presentes en las Unidades Regionales expuestas anteriormente y favorecería, por ejemplo, el poder realizar una mejor atención a las mujeres en el proceso de acogida, o posibilitar la programación de un plan de seguimiento. Así también, los y las profesionales dan cuenta de la necesidad de contar con espacios físicos que posibiliten entregarles una atención adecuada a las mujeres y a las familias de origen; como también la importancia de realizar capacitaciones a los y las profesionales que atienden directamente a estas mujeres. “… contar con espacios adecuados para la atención de las madres, a fin de asegurar una atención digna y de calidad (…) contar con capacitación especializada en la temática, asegurando de esta forma la calidad de la atención…”

Así también, los y las profesionales proponen una mayor difusión en la comunidad y en los servicios de atención pública y privada, sobre temáticas de perspectiva de género y representaciones sociales de la maternidad, lo cual tendría una importante relación con los sentimientos de culpa que presentan las mujeres al acudir a la Unidad. “… Intervenir a nivel social en el trabajo de difusión social en materias de género y representaciones sociales, toda vez que las madres cedentes son estigmatizadas por la red social, como “malas madres” porque ceden, aumentando la culpabilización que ellas puedan estar sintiendo”

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Vinculación con las Redes Sociales La normativa técnica destaca que durante los últimos años, las Unidades Regionales han incorporado en sus planes de trabajo la coordinación intersectorial, es decir, “una estrategia de

coordinación con los distintos actores que participan, específica y directamente en el período de embarazo de la usuaria, a través del control del embarazo y atención del parto, y en casos de cesión, en el correspondiente proceso judicial, a objeto de establecer procedimientos de atención responsables, libres de presión o de enjuiciamiento a estas mujeres, favoreciendo en todo momento el bienestar de la progenitora y del niño/a.”.14 Las redes institucionales y comunitarias que tienen directa relación con las familias de origen

o con las mujeres, y también con la comunidad, como salud, justicia, educación, etc., son denominados “agentes intermedios”.

En este sentido, los y las profesionales de las Unidades Regionales destacan la relevancia que tienen para la ejecución del Subprograma el contacto y coordinación con otras instituciones públicas y privadas, principalmente del área salud, que forman parte de la redes de apoyo a la familia de origen, por lo cual proponen seguir potenciando dicho trabajo. Sin embargo, desde su experiencia profesional cotidiana evidencian como los “agentes intermedios” en su interacción con las mujeres incurren en un trato poco adecuado o directamente inadecuado, enjuiciador y discriminatorio, por lo que proponen cambios a nivel social, principalmente en temáticas de perspectivas de género. “…un tema de género, ya que aún cuando se trabaja fuertemente con los servicios en evitar la discriminación, siempre aparece alguien que les arremete psicológicamente, por ejemplo a mí me tocó escuchar una jefa de maternidad decir “o sea que porque no tiene plata rechaza al niño”, esa tan sencilla frase conlleva una carga emocional y cultural enorme, porque no es que lo rechace, está buscando un buen futuro para su hijo, con su propio costo emocional.”

Como se mencionó anteriormente, los y las profesionales consideran de suma importancia ejecutar programas que potencien la sensibilización de la temática de adopción en la comunidad y principalmente en los y las profesionales que forman parte de los “agentes intermedios”, ya que la estigmatización y los sentimientos de culpa presentes en las mujeres limitan la ejecución del proceso de intervención. “… es un trabajo difícil como chocar con una pared (…) todo lo que uno avanza con una frase te lo desarman…”

En concordancia con lo anterior, los lineamientos técnicos dan cuenta que las investigaciones realizadas con anterioridad15 evidencian la falta de conocimiento del Subprograma en la comunidad, y así también en los servicios públicos. Como una forma de suplir aquello la normativa da cuenta de la necesidad de “generar nuevas estrategias de difusión, orientada a ampliar la cobertura de instancias de la comunidad públicas y/o privadas, desde ahora en adelante, “agentes intermedios”, donde acceda cotidianamente la población”, lo que implica que cada Unidad tiene la misión de generar programas de

difusión en su región. Empero, si se evidencian dificultades a nivel de recursos humanos para ejecutar el Subprograma, difícilmente los y las profesionales logran ampliar la cobertura de su atención y establecer nexos intersectoriales. “En segundo lugar sería (…) este programa de difusión, el problema es que no sabemos cómo lo vamos a hacer… es que hay desconocimiento de la existencia de este programa, pero nosotros nos preguntamos en que saca la comunidad en conocer la existencia de este programa, si las personas cuando lleguen no tenemos como atenderlas…”

Por último, los y las profesionales mencionan la inexistencia de redes institucionales especializadas en la temática de Adopción, y las pocas que hay presentes se encuentran en la Región Metropolitana16, no teniendo posibilidad otras Unidades Regionales del país a tener colaboración, apoyo y capacitación de una institución con estas características.

SENAME. Normativa Técnica Subprograma de Apoyo y Orientación a la Familia de Origen. Santiago, 2007. SENAME. Estudio Caracterización y Perfil de Madres que consultan/ceden a sus hijos/as para Adopción en SENAME. Santiago, Julio 2007. 16 Fundación San José para la Adopción y Fundación Chilena de la Adopción. 14 15

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2° DIMENSIÓN: Visualización de los y las Profesionales en torno a las Características de las Mujeres. Factor económico; la incidencia de lo contextual en la decisión de entregar o no a su hijo/hija en adopción. A partir del discurso de los profesionales que trabajan e intervienen respecto al fenómeno de la adopción, es posible señalar que al hacer referencia a las características de las mujeres que alguna vez consultaron sobre la posibilidad de entregar a su hijo/a en adopción, éstos al describirlas van conjugando diversos elementos que atraviesan desde lo simbólico a lo material, a las distintas significaciones que se tejen a partir de la mujer que presenta un conflicto con su embarazo. En términos generales son mujeres mayores de edad… “yo diría que el promedio de edad es entre más o menos…”, de las cuales la mayoría cuenta con estudios de enseñanza media incompleta/completa. Por tanto, las mujeres que acuden a la unidad de adopción, representan una diversidad bastante amplia, que va de lo económico, clase social y representaciones sociales.

20 y 25,

Así, la maternidad resulta ser hito significativo en cada mujer, ya que es una situación que genera cambios tanto a un nivel psicológico, físico, económico y social. Frente a esto, la decisión de ceder a un hijo/a o no en adopción, resulta ser un tema que atraviesa las distintas clases sociales y por lo tanto, los distintos contextos culturales y de representaciones que se tienen en cuanto el ejercicio materno. Frente a lo anterior, y partiendo desde el discurso de los y las profesionales, se observa que lo transversal se constituye en el hecho de la conflictualidad con el embarazo, en el sentido que en estas mujeres un impulso importante para poner en duda el asumir el rol de madre, es el hecho de tener un embarazo no planificado, no esperado, y por lo tanto no deseado, que irrumpe en la dinámica de su vida cotidiana como un hecho desestructurante, desorganizador mental y físico; simbólico y material. “…la diversidad de características de todo tipo extremadamente amplia… hemos tenido una diversidad de mujeres como bastante grande en términos económicos… hemos tenido mujeres con estudios universitarios completos y que dentro de las perspectivas de vida que ellas tienen esta por ejemplo iniciar estudio en el extranjero y que la presencia de esta guagüita les impide hacer eso…”

Esta desorganización se significa distinto a partir de la posición económica – cultural que ocupan las mujeres en nuestra sociedad, de esta forma las que tienen estudios superiores, se vinculan con la clase social alta. Su conflicto con el embarazo, está más asociado a expectativas personales y planes a futuro. Los sujetos/as que se posicionan desde una clase social con capital económico, significan la temática de la maternidad como una opción que se conjuga con otras acciones de desarrollo y reconocimiento y de realización. De esta forma en muchos casos la maternidad entendida como un acto en relación y dedicación de otro, queda relegada primando por sobre ésta, la búsqueda de un desarrollo intelectual, individual, que propicie un posicionamiento de la mujer en los espacios de poder y de lo público. Al analizar como la dinámica social se ha ido transformando, emergiendo otra identidad o invención en cuanto a lo femenino, que tiene que ver con una mujer que ocupa espacios en lo público, que toman decisiones racionales y por ende que van más allá de la emocionalidad y del cuidado de otros, se observa que existen mujeres que ven su realización no sólo y primeramente en la maternidad. Por otro lado, el factor económico - cultural puede ser un impedimento - motivo importante en la toma de decisión de entregar un hijo/a al cuidado de otros, en el sentido que da cuenta de un imposibilidad material de contar con los recursos básicos y necesarios para el cuidado, crecimiento y desarrollo del niño/a. además por otro lado, esta situación de posicionamiento desde lo económico, también se conlleva con un estado de de-privación. “…Yo diría, si nos vamos por la parte social, la mayoría, la mayoría son personas de bajo nivel socio-cultural, hay excepciones… hay jóvenes universitarias, o jóvenes de clase media baja, pero que tienen un mayor nivel de conocimiento… también adultas de repente… eso, pero lo principal sería de clase socio-económica bajo…”

De esta forma, dentro de estos discursos el factor económico resulta ser un elemento relevante de representación de estas mujeres, donde las mujeres de un estrato social bajo, no poseen los recursos materiales como para poder hacerse cargo de este sujeto niño/a que está por venir, posicionarse y demandar satisfacciones de las necesidades.

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“…Y desde el punto de vista familiar, de un nivel socio-económico bajo, diría yo… socio-cultural, no solamente socio-económico, socio-cultural bajo… generalmente también hay tenido una historia bastante deprivada, yo te digo que he visto a personas que viven el realidad casi hacinadas o casi en la calle, hasta personas de clase media, clase media baja y como te digo tienen bastante dificultades desde el punto de vista social, eso diría yo desde un punto de vista general..” “…mujeres que tienen varios hijos y que la presencia de uno más de alguna manera las colapsa en la posibilidad de ejercer eficiente mente su rol materno…” “tienen un hijo anterior en similares características lo que las lleva a privilegiar el vínculo con el mayor y a buscarle un mejor futuro al recién nacido”

La Importancia de las Redes de Apoyo. Además se conjuga a esto, la situación contextual de estas mujeres, que dice relación con la escasez de recursos de apoyo o redes tanto familiares como sociales, en el sentido que son mujeres que no cuentan con apoyo familiar que les ayude, acompañe y contengan en el cuidado y crianza de los hijos/as y de la validación en el otro respecto a la decisión tomada. De esta forma, no se debe negar el papel relevante que ocupa lo familiar en nuestra sociedad, ésta, significada como una institución fundamental y pilar en sociedad, por lo que opera la imagen ideal para y en el cuidado de los hijos/as. “…en lo contextual son mujeres que a nivel familiar tienen muy pocas redes a las cuales recurrir frente a la posibilidad de apoyo pa´ su maternidad no existen redes son solitas…” “… ahí hay un tema social… es una familia de clase media, hay factores que en este caso dificultaban… están tan preocupados del qué dirán…”

Se observa entonces que el imaginario opera en nuestra sociedad, mujeres y hombres significamos un deber ser respecto a nuestro sexo, desde ahí que se fundamentan y emergen toda una serie de representaciones, discursos, prácticas y expectativas en cuanto al sujeto mujer, y justamente dentro de esa imagen, una de las más potentes y representativa de ésta resulta ser la de la madre. Por otro lado, dentro de esta imagen de lo femenino, también se determina cuando una mujer puede ser madre, que dice relación con la imagen de la familia y la negación del pecado. También a esto se suma, la relación con la pareja o padre del niño/a, que en la gran mayoría de los casos resultan ser personas ausentes, que abandonan a la mujer al conocer que éstas se encuentran embarazadas, en este sentido se ven enfrentadas al abandono de sus parejas en un momento tensionante y conflictivo de sus vidas, donde la responsabilidad de asumir al hijo/a o no solo recae y se impone sobre la mujer. “… sus parejas está más que claro que desaparecieron del escenario…” “.. De mi experiencia, una generalidad es que son mujeres solas, que han asumido solas su embarazo o que han sido abandonadas cuando lo informaron a los progenitores…”

Es relevante agregar otro factor determinante en la toma de decisión de esta mujer, y dice relación con el apoyo por parte de agentes externo al contexto familiar, relacionados a su vez con los dispositivos del Estado para apoyar a las familias en condiciones de precariedad en un momento estructural como es verse enfrentada a una situación de cambio y que implica un despliegue de esfuerzos extras para la sobrevivencia. Desde este punto de vista, resulta ser por factores externos, que imposibilitan a esta mujer de hacerse cargo de este hijo/a. “…o sea si ella estuviera trabajando, si alguien le pudiera cuidar al niño, si tuviera una pareja presente, si tuviera una abuelita que lo cuidara, me entiendes, ella se quedaría al él…” “… Las que desisten generalmente reciben apoyo de algún familiar, aunque sea efímero…”

En cuanto a lo emocional; la importancia de la relaciones primarias de la maternidad. Por otro lado, desde el discurso de los profesionales, emerge otra motivación estructurante que les dificulta a estas mujeres el asumir su rol de madre frente al infante que esperan, esto tiene relación con que sus vidas están atravesadas por experiencias de abandono, con figuras vinculares débiles, con

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trastornos de apego, lo que repercute en la forma en que se vinculan con los otros, que no cuentan con redes de apoyo familiar ni de sus parejas o progenitores de los hijos/as. “…yo creo que lo central o lo común en estas mujeres que ceden en adopción que sus figuras de apego son bastantes débiles…” “…en sus vidas personales han pasado por experiencias de abandono, con mucho aislamiento emocional con muchas experiencias de no sentirse satisfechas como mujer afectivamente no ratificadas en sus relaciones tempranas…” “…son mujeres totalmente aisladas desde lo emocional y desde lo familiar son mujeres que están como solitas en la vida…” “… por lo general la figura paterna no estaba presente o ellas también habían sido abandonadas por su familia de origen…”

Es posible señalar que en situación donde existe una figura vincular inconsistente, donde las vivencias de las mujeres son atravesadas por experiencias de abandono, donde no han sido protegidas, contenidas, reconocidas como otro significativo afectivo valido, se van generando pautas relacionales basadas en estas experiencias de vida de des-apego, donde las relaciones vinculares afectivas que se intentan establecer con otros, se encuentran mediadas por este conocimiento aprehendido, actualizándose miedos y traumas pasados. De esta forma, las mujeres que no han sido “maternizadas”, no saben como “maternizar”, ya que no han contado con un modelo o referente que les haya enseñado a relacionarse afectivamente. En aquellas que tienen hijos, el abandono se presenta como pauta relacional familiar, que se visualiza en la vinculación de la mujer y sus otros hijos, que podrían haber quedado al cuidado de terceros. La emergencia de sentimientos contradictorios frente a la toma de decisión. Por otro lado, dentro del discurso de los profesionales, emerge otro componente que resulta fundamental en la caracterización que se levanta a estas mujeres, y dice relación con el estado emocional que acompaña a estas mujeres en el proceso de la toma de decisión, a como esta situación tensionante provoca que las mujeres que se ven enfrentadas a la toma de esta decisión se encuentren conflictuadas, confundidas y ambivalentes, experimentando sentimientos contradictorios, tratando en el transcurso de dicho proceso, de racionalizarlos, generando estrategias que operarían como mecanismos defensivos contra el dolor y la angustia que conlleva dicha situación. De esta forma, el embarazo resulta ser conflictivo, por todo lo que conlleva ser madre, los cambios que trae el tener a cargo otro sujeto independiente de sí, pero sin embargo tan fusionado, tan dependiente. Mujeres que se tensionan en el deber ser y el no querer ser. “…hay una situación más de ambivalencia frente a esta situación, pero también, principalmente por un sentimiento de ser incapaz de asumir el rol, de criar a este hijo; y lo otro es que nada es un impedimento externo, más que una cosa personal de ellas no ser capaces…” “…Desde el punto de vista emocional uno ve… uno ve sufrimiento y se ve este como una opción totalmente responsable, han sido personas que se ven muy conflictuadas, y hay por supuesto toda esta ambivalencia que se da, esta ambivalencia respecto al bebé, lo ven como un objeto como algo ajeno, y a medida que se va aproximando el momento del parto, la mujer hace un esfuerzo para no conectarse… están en un quiero y no quiero, siento que hay algo dentro de mí, pero a veces no siento nada, y se replantean si lo cedo o no lo cedo, pero no tengo ninguna posibilidad por tales y tales razones… priman entonces las razones, buscan argumentos para aceptar que están haciendo algo, algo que es para el bien del bebé y para el bien de ellas mismas…” “… Estado emocional angustia, ansiedad y la culpa, por la ambivalencia que les produce su estado.”

3° DIMENSIÓN: Visualización de los y las Profesionales en torno a la Adopción. Para los fines de esta investigación, se vuelve relevante el tomar en cuenta las distintas visiones de las personas que trabajan directamente con aquellas mujeres que manifiestan conflictos con su embarazo e interpretar sus discursos en cuanto a la adopción, para observar desde donde están comprendiendo esta realidad y la forma de abordaje con ellas.

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La explicación que los y las profesionales realizan en torno a la adopción transversalmente se significa como “una forma de hacer familia” que en su mayoría se focaliza en el niño/a que esta por nacer y la familia adoptante, refiriéndose que es una opción para los padres que no pueden tener hijos/as en forma biológica: “…comparto plenamente que la adopción se constituye en una forma legítima de hacer familia, de restituir el derecho a un niño/a de tener familia (padre, madre) por un lado y de entregar la posibilidad de ser padres a los adultos por otro…” “…realmente estas familias constituyen lazos y vínculos tan fuertes, que no tiene nada de distinto de una familia biológica. Al contrario, muchas de las veces podemos encontrar en las familias adoptivas, procesos de vinculación mucho más sanos al compararlos con otras familias biológicas…” “… desde mi perspectiva digamos siento que la adopción es una alternativa súper legitima extremadamente legitima pa´ muchas familias muchos matrimonios y es una alternativa tremendamente valiosa pa´ nosotros como unidad pa´ mí en lo particular pa´ los niños que no tiene la posibilidad o el derecho vulnerado de no tener una familia…” “… La adopción es una medida valida, es una opción válida y distinta de formar familia…”

De esta manera, es posible señalar que su visión se centra siempre en los adoptantes y en los niños/as, invisibilizándose la figura de la mujer embarazada y legitimando a aquella familia conformada por estos padres que adoptan y el niño/a adoptado, subyaciendo por tanto, una deslegitimación de la familia de origen, espacio donde sería dificultoso la constitución de vínculos sanos, naturalizando la tradicional visión de familia nuclear. Se esconde la situación de la mujer que no cede, lo cual vuelve a reflejar que para el Servicio el foco está puesto en el niño/a por sobre la mujer durante el proceso de intervención llevado a cabo, quien al parecer, tendría limitaciones en su rol protector. Se le otorga una significación valórica predeterminada, donde los padres solicitantes realizan un “acto valóricamente aceptado”, de “amor” dadas las condiciones de abandono en las que se encuentra el niño/a. Así también, esta opción es básicamente para los padres solicitantes y para los niño/as susceptibles de ser adoptados, no siendo una posibilidad para la mujer. Se observa, por tanto, una idealización de la maternidad, frente a las mujeres en conflicto con su embarazo que entregan a su hijo/a en adopción y a las que no ceden, pero que se encontraron frente a la duda al respecto de asumir su maternidad. Al poner como foco de análisis a la mujer embarazada, su imagen de mujer por sobre su rol materno se diluye, ya que rompe con los patrones culturales asumidos, representando un quiebre o distorsión con lo que se cree que es correcto, el deber ser. De esta forma la mujer-madre que da su hijo /a aparece velada, se repliega, tanto en lo individual; a vivir su duelo en el silencio que está condenada por la culpa y/o por la condena social que se levanta contra ella por no seguir el mandato. Desnaturaliza de esta manera lo que se espera que ella cumpla según la función social que le esta asignada según los parámetros establecidos a nivel social. También es significada como una “alternativa”, tanto para los y las niñas de estar con una familiar que les cuide y les proteja, como para los padres adoptantes de formar una familia: “…creo en la adopción porque he visto que es una alternativa de familia distinta…”

Por otra parte, emerge la visión de que la paternidad y maternidad, constituye el objetivo básico de la unión de la pareja adoptante y las proyecciones de su amor: “… es otra forma de hacer familia, ello constituye para algunas parejas, el objetivo básico de su unión y de las proyecciones de su amor, viendo en la definición de familia la prolongación a través de los hijos, para ellos la parentalidad biológica se puede ver superada por la parentalidad adoptiva, dependiendo básicamente de terceros que han decidido renunciar a la parentalidad biológica y que les darán la posibilidad de formar familia o de quienes sus incompetencias les han hecho perder el derecho...”

Se evidencia a la mujer en conflicto con su embarazo como un “vehículo” para lograr que estos padres puedan “ser familia”, ya que socialmente estas mujeres no están capacitadas para ello. En el proceso de adopción se anula a la mujer o familia biológica, resaltando las necesidades de estas parejas y la responsabilidad social de entregar “familias” a los niño/as. Aunque se nombra a la “madre biológica” como un actor relevante en esta temática, se juzga previamente como el acto de “ceder”, como un acto de abandono, siendo también la adopción una forma de hacer familia para estos niño/as “abandonados”.

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Se hace referencia a la familia desde su concepto nuclear tradicional. Así también, destaca la importancia de los hijos/as adoptivos como el “pilar” para “hacer familia”, responsabilizando a estos niño/as de la construcción y perpetuación de ella. Al profundizar en la posición que toma el niño/a entregado en adopción, de parte de los y las profesionales se comprende como una “medida reparatoria”, toda vez que se le otorga a este niño/a la posibilidad de desarrollarse plenamente en esta nueva familia, que “debería” satisfacer todas aquellas necesidades que su familia de origen no pudo realizar, desde lo material hasta lo emocional, haciendo además referencias al tema de vulneración de derechos a las cuales han sido víctimas los niño/as involucrados en los distintos procesos de adopción de parte de sus familias de origen: “… yo creo en la adopción en la medida en que los niños sean preparados, en que la familia sea bien seleccionada y que realmente se logre buscar el enganche entre las características de niño y el matrimonio, que en la mayoría de los casos se da…” “…mi opinión particular y nuestra opinión como equipo de trabajo de la unidad yo creo que es una medida reparatoria extremadamente potente para los niños que tiene la vulneración del derecho de vivir en familia…” “…hay muchos niños que están vulnerados en ese derecho y siento que de alguna manera la adopción es la estrategia que existe para poder reparar ese derecho vulnerado si no no trabajaría en la unidad de adopción…” “… mi posición es claramente favorable, he visto los resultados que implica un niño que esta institucionalizado con todo los costos emocional que eso implica a nivel de vínculos estimulación a nivel de desarrollo…” “… que tiene este apego nos selectivo al que se le aparece por delante lo tiende a abrazar lo insertamos en una familia adoptiva le hacemos un seguimiento y vemos que este niño ha cambiado del cielo a la tierra tiene estos vínculos exclusivos con sus padres no con otras personas ha desplegado destreza en su desarrollo…”

Desde el discurso de algunos profesionales, se reconoce la existencia de un “triangulo de la adopción” (Giberti y Chavanneau, 1991), donde serían tres los actores involucrados: los adoptantes, la madre biológica y el niño/a que será entregado en adopción: “… tienes que pensar que la adopción es como bien especial tienes familias que no pueden tener hijos, tienes a la madre biológica que no quieren, no pueden o no están en condiciones de asumirlo y por el otro lado tenemos a este chiquito que igual es un chiquito abandonado…”

En términos de la comprensión de parte de los y las profesionales consultados/as en cuanto a la visión de la sociedad chilena frente a la adopción, se señala que existen avances en la validación de esta forma de hacer familia, pero reconociendo la necesidad de avanzar más allá: “… nosotros como sociedad Chilena yo creo que hemos avanzado harto pero todavía nos queda mucho por avanzar…” “… pero yo creo que como sociedad frente a esto frente al abandono, frente al embarazo no deseado o no planificado la adopción es una alternativa válida de formar familia donde en el fondo das soluciones a estos distintos actores que están involucrados en este proceso de adopción…”

A modo de conclusión, es posible señalar que transversalmente la visión de los y las profesionales que trabajan en este subprograma en torno a la adopción se enmarca en una visión de familia nuclear tradicional naturalizada, es decir, padre, madre e hijos. Esta visión normativa, sumado a la invisibilización de la mujer dentro del proceso de adopción, podría evidenciar la contradicciones halladas en los discursos, puesto que en un momento, se destaca la importancia de apoyar, acompañar y respetar la decisión de cada mujer frente a la cesión o no cesión, y posteriormente se contradice aquello, considerando a dichas mujeres como “abandonadoras”, enjuiciando su actuar. Esto último, podría dar cuenta de un “discurso institucional” enjuiciador y castigador. 9.2. Algunas Reflexiones sobre la intervención de los Organismos Colaboradores Por medio de las entrevistas realizadas a profesionales de Organismos Acreditados por SENAME para ejecutar el Subprograma de Atención y Apoyo a la Familia de Origen, se evidenció el contexto y el proceso llevado a cabo por estas instituciones17. Es relevante señalar que en ambos casos existe

17

Fundación San José para la Adopción y Fundación Chilena de la Adopción Corporación Servicio Paz y Justicia SERPAJ CHILE

coherencia con los lineamientos técnicos y las orientaciones generales que son ejecutadas también en las Unidades Regionales de SENAME, de hecho, las fases reconocidas son las mismas. Probablemente la principal diferencia radica en los contextos valóricos que orientan el proceso de intervención. Los profesionales de la Fundación San José relevan principalmente a la familia, desde el alero de los valores católicos, intentando evitar el aborto y el abandono de los niños/as. En tanto, los profesionales de la Fundación Chilena de la Adopción, releva principalmente el derecho del niño/a que está por nacer. Otro punto de inflexión relevante en este proceso, tiene relación con el proceso de intervención con la madre biológica. Este hecho se perfila más claramente en los Organismos Colaboradores que en las Unidades Regionales de SENAME, teniendo relación con el despliegue de recurso humano que se destina con estos fines. Ambas Fundaciones relevan el desarrollo de una intervención que muchas veces es muy breve, pero que trasciende la entrevista inicial. Las dificultades observadas son bastante similares a las que señalan los profesionales de las Unidades Regionales. Estas se vinculan principalmente con las dificultades de sensibilización con las redes sociales, dado el enjuiciamiento que desde ellas se realiza a las madres biológicas. Otra dificultad relevante tiene relación con el proceso de seguimiento, sea por la negativa de las mujeres a continuar siendo atendidas, o por la falta de recursos humanos para estos fines, cuando la mujer requiere acompañamiento posterior al proceso de intervención.

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10. CONCLUSIONES FINALES CONCLUSIONES RESPECTO A LAS OPINIONES ENTREGADAS POR LOS Y LAS PROFESIONALES DE LAS UNIDADES REGIONALES DE ADOPCIÓN Cuando nos referimos al proceso de la adopción, sin lugar a dudas que hacemos alusión a un fenómeno, que en su proceso, resulta extremadamente complejo. Esto se debe principalmente a que la adopción resulta ser una práctica aislada en nuestra sociedad, desconocida y cargada de apreciaciones valóricas y normativas. Además podemos señalar que este fenómeno se constituye en y a partir de distintos actores que intervienen, donde por un lado aparece la figura e imagen de la mujer y en su desplazamiento como madre, por otro emerge la imagen del infante, del niño y niña como sujetos de derechos, y además, la familia, representada como el pilar fundamental de la sociedad, en cuyo seno se reciben todos los elementos necesarios para nuestra configuración como sujetos. Todos estos actores se conjugar a partir de su ubicación y habitar en la estructura social, desde su contexto más inmediato como mediato, donde las representaciones sociales que establecen se constituyen como lógicas establecidas que operan en el nivel individual, de manera formal y informal, anclándose como criterios de verdad. Estos elementos al conjugarlos en el fenómeno de la adopción, se presentan como una tensión y quiebre en las imágenes construidas de lo social. Imágenes que es necesario discutir y problematizar, especialmente desde aquellas personas a quienes se les ha entregado la tarea de intervenir y actuar frente a este fenómeno. ‰ Objetivos del Subprograma de Orientación y Apoyo a la Familia de Origen. Este subprograma pretende abarcar amplios radios de intervención que van desde el apoyo directo a las mujeres en conflicto con la maternidad en diferentes momentos: acogida, contención, orientación, apoyo terapéutico, vivencia del duelo de quienes deciden ceder a sus hijos/as para adopción y acompañamiento a las familias que han decidido asumir al niño/a; pasando además por coordinación de redes y labores de difusión y sensibilización en la comunidad. En la práctica se visualiza la complejidad de llevar a cabo todas estas acciones, por tanto, una buena parte del trabajo con la madre biológica depende de la decisión de ella de continuar o no el proceso. Por otra parte, la dotación de recurso humano en las Unidades Regionales es absolutamente insuficiente para el cumplimiento de estos objetivos. No se observa en ninguna Unidad Regional la existencia de al menos un o una (1) profesional con dedicación exclusiva a este programa. Esto dificulta a su vez el trabajo interdisciplinario que se plantea en sus objetivos. El cumplimiento de los objetivos propuestos debería traducirse necesariamente en una profundización de la comprensión de la adopción, como fenómeno multidimensional y complejo, que cuestiona elementos relevantes de nuestras representaciones y construcciones culturales. Por otra parte, en términos concretos se visualiza la necesidad de aumentar el recurso humano que lleve a cabo esta tarea. ‰ Ingreso de la Mujeres al Subprograma de Orientación y Apoyo a la Familia de Origen. Tras los relatos de los y las profesionales se evidencia la dificultad de que las mujeres acudan a las sesiones o entrevistas pactadas en las Unidades Regionales, lo que conlleva a una discontinuidad en el proceso de intervención del Subprograma. Las limitaciones en la dotación de recursos humanos, probablemente tiene un grado de relevancia en este hecho. A ello se suma las limitaciones presentes en el proceso de acogida y primera entrevista, donde en la mayoría de los casos tiende a ser una instancia de “entrega de información” principalmente jurídica, dejando relegado en un segundo plano la co-construcción de un vínculo con la mujer conflictuada con su embarazo. Es importante señalar que al acercarse a las Unidades Regionales, la mujer acude con un primer nivel de elaboración de su decisión, de otro modo no se acercaría. Si bien, hay sentimientos de ambivalencia presentes en ella, estos pueden dar cuenta del enjuiciamiento social que está presente frente Corporación Servicio Paz y Justicia SERPAJ CHILE

a este accionar. A pesar de ello, llama la atención que el proceso seguido por los y las profesionales va orientado a reelaborar y evaluar esas motivaciones iniciales. Este proceso de discernimiento es un elemento presente, tanto en las intervenciones y el discurso de los y las profesionales de las Unidades Regionales de Adopción de SENAME, como en los organismos colaboradores que ejecutan el Subprograma. Empero, como se destaca anteriormente, la decisión que elabora la mujer sobre la posible cesión del niño/a, se encuentra empapada por las construcciones sociales presentes en nuestra sociedad sobre la maternidad y sobre la familia. “…es un programa que no solo se refiere a mujeres con guagua, sino que hace todo un proceso de discernimiento, que es en el fondo apoyar a las mujeres con el objeto de que ellas asuman, si las mujeres pueden asumir, el objeto es ese, se trata de visualizar que la familia pueda apoyar y que su progenitor las poye, de que ellas salgan adelante.”

Esto permite afirmar que el acompañamiento profesional es fundamental en la toma de decisión de la mujer, que en la práctica se ve limitado por las intervenciones directas de los y las profesionales SENAME. A ello, se suma las limitaciones en recursos humanos, donde los y las profesionales no pueden dedicar el tiempo que se necesita para realizar adecuadamente este proceso de discernimiento con las mujeres. ‰ Proceso de Intervención con las madres biológicas (mujeres). Si bien, el proceso de intervención se programa y ejecuta dependiendo de caso atendido, considerando las dificultades de acceso que puede tener la mujer a cada Unidad, es difícil entender el porqué se centra la responsabilidad en ella de darle continuidad del proceso, es decir el desarrollo favorable del proceso de intervención va a depender si ella acude o no a la Unidad respectiva. Por otra parte, no hay un o una profesional que se encargue específicamente de la programación y ejecución de este Subprograma, sino que lamentablemente los y las profesionales deben dividir sus horas de atención entre los diversos programas presentes. Si bien, se realiza un proceso de diagnóstico, por el hecho connotado anteriormente, este primer paso en la intervención puede no realizarse desde la integralidad que se espera. Así también, se evidencian dificultades en el registro de las sesiones de intervención; siendo la fase diagnóstica un pilar importantísimo para el discernimiento y posterior decisión, es necesario revisar la ejecución de dicho proceso, que se observa muy dispar y con distintos niveles de rigurosidad en cada contexto regional. En concreto, es muy difícil acceder a datos claros y confiables acerca de las madres biológicas. Bajo el contexto de estas dificultades, se confirma en la práctica la invisibilización de la mujer y/o de la familia de origen del niño/a como un actor necesario para el proceso de adopción, pero que socialmente es necesario ocultar. La mujer en conflicto con su embarazo aparece como una imagen disociada con su representación de madre, su idealización más potente y emblemática se cae y rompe con el papel establecido en la dinámica teatral de la cotidianeidad. Lo anterior, dice relación con lo planteado por Chavanneau de Gore (1991), los y las niños/as que son ubicados para fines de adopción suplen las necesidades de por una parte “los padres biológicos que no pueden conservar a sus hijos y las parejas infértiles que no pueden tener los propios.” Así también, “se ejercita la responsabilidad social proveyendo de padres a aquellos niños que carecen de ellos o quienes funcionen como tales”. Pese a ello, la autora destaca que dentro de los enfoques y prácticas que se

ejecutan en los programas de Adopción, prepondera principalmente la satisfacción de las necesidades de los padres adoptantes, dejando totalmente relegados a los padres biológicos, lo cual permitiría comprender su invisibilización “No hay menciones a los efectos a corto o a largo plazo que provoca en los padres de sangre la entrega de

sus hijos con fines de adopción. Esta falta de consideración como “sujetos” participantes lleva pensar en el otro significado del término, como “sometidos” a fuerzas superiores a ellos (la de la ley en primer término) que los marginan de su calidad de tales”. (Giberti y Chavanneau, 1991)

‰ Proceso de Seguimiento. Como se señaló anteriormente existen importantes dificultades para llevar a cabo este proceso, tanto desde las Unidades Regionales, como en los organismos colaboradores. Corporación Servicio Paz y Justicia SERPAJ CHILE

Desde lo visualizado, el proceso de seguimiento no está siendo ejecutado por las Unidades Regionales, a pesar que se especifica la relevancia que este tiene, especialmente en los casos en que la mujer decide quedarse con el niño/a. Si la información acerca de quienes ceden en adopción es de difícil acceso, es aun más complejo acceder a quienes no ceden. La falta de instrumentos de registro únicos, dificulta aún más este proceso. ‰ Vinculación con las Redes Sociales. La necesidad de trabajar con las redes sociales, puede visualizarse en dos ámbitos: En primer lugar la necesidad de sensibilizar a las redes sociales y de salud, en miras de evitar la estigmatización y malos tratos que reciben las mujeres que deciden ceder a sus hijos/as, comprendiendo que esta violencia se enmarca en creencias sociales y culturales arraigadas en nuestro país. La adopción es vista como un acto de amor desde la lógica de los adoptantes, en tanto una mujer que cede a su niño/a en adopción es sancionada socialmente por ello, sin que se vincule una mirada comprensiva del contexto que origina dicha decisión. En segundo lugar los profesionales tienden a visualizar que en el caso de las mujeres no cedentes se hace necesario “generar estrategias de control social, tendientes a evitar la posible vulneración de derechos del niño o niña”, por tanto se visualiza que aquella mujer que duda de su maternidad, es potencialmente vulneradora. Sin embargo, es evidente el precario contexto de apoyo social con que ellas cuentan, pues se reconoce como un rasgo transversal a estas mujeres la falta de redes de apoyo tanto el ámbito familiar, como institucional. Esto hace aun más relevante el proceso de seguimiento y vinculación con las redes sociales que el mismo SENAME posee dentro de sus organismos colaboradores, orientados a la protección de la infancia. Sin embargo, no ha sido posible acceder a instrumentos claros que hablen de un procedimiento en este sentido, instalado como política institucional respecto a las madres no cedentes. ‰ Lecturas críticas respecto al rol de las instituciones en el trabajo con la madre biológica. En cuanto al proceso de instauración de la ley de adopción, de inmediato surge la pregunta: ¿Es posible realizar intervención objetiva y comprensiva de parte de profesionales que están viendo asuntos a partir del niño/a como sujetos de derechos, evaluando a sus posibles padres adoptivos y atendiendo a las madres biológicas consultantes? Estando todo el proceso centrado en un único servicio, se observa la relevancia de posicionar con mayor fuerza la mirada a la problemática desde las mujeres en conflicto con su maternidad, en tanto sea el Servicio Nacional de Menores responsable de velar por los derechos de la infancia en vulnerabilidad, quien debe atender también a las madres, se observa la necesidad de articular su accionar con otros organismos del Estado, que pueden aportar otros elementos desde la mirada de los derechos de la mujer, que cumple múltiples roles además del de madre. Quizás sea necesaria una articulación de los servicios del Estado que velan tanto por los derechos de la mujer, como por los del niño/a. Por tanto, se habla de dos momentos, de situaciones diferentes: cuando la mujer embarazada manifiesta claramente sus conflictos con ser madre, y cuando la hija/o ya ha nacido, siendo entregado al cuidado de otros parientes o judicializado e ingresado a red SENAME. Se trataría, por tanto, de formas diferentes de abordaje. Se considera en este punto relevante el diferenciar funciones de las instituciones: un servicio como el SERNAM, podría abordar a las mujeres en conflicto con su maternidad de manera integral; y SENAME intervenir al momento que niño/as son ingresados a organismos de protección. Por otra parte desde el ámbito legal, son los tribunales de familia quienes están llamados a pronunciarse frente a la temática, sin embargo, se observan limitaciones en cuanto a la factibilidad de que una mujer en conflicto con su maternidad se dirija en un momento de crisis vital, como es el proceso de embarazo, a consultar directamente a dicho tribunal, el cual al mismo tiempo atiende otras problemáticas, llámese protección, pensiones, divorcios, entre otras. Nuevamente se cristaliza en este punto la necesidad de contar con lugares de atención para estas mujeres que permitan dar respuestas a sus dudas y de ser orientadas, más allá del subprograma elaborado e implementado por SENAME.

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‰ Respecto a la visión de la mujer, la maternidad y la adopción. Por último en este punto, al acceder a la comprensión del rol materno, se observa una mirada tradicional de acercarse al tema, ya que se releva que en nuestra cultura, la maternidad sigue presentando una gran relevancia a nivel social, la cual es idealizada. Por ello, arraiga creencias que llevan implícita la identificación entre mujer y madre, siendo comprendida como el objetivo central de la vida de las mujeres y de la naturaleza femenina es la maternidad. Las mujeres son consideradas con una capacidad natural de amor, de estar conectadas y empatizar con otros, constituyéndose para la mayoría de éstas, en un eje central de su propia identidad. De esta forma, la disociación de la madre con el hijo/a resulta como no natural, como algo que escapa a lo correcto y se le opone, se contradice. Frente a esto, la mujer que presenta un conflicto con su embarazo y con asumir su maternidad, se convierte en la negación de la naturalización de la maternidad como referente fundamental a la hora de definir y representar a la mujer y al niño/a. Su mandato natural, idealizado y divino, es quebrantado. Este quebrantamiento es el gatillante legítimo del poder de sancionar a la mujer. En su relación aparece la figura del infante como sujeto abandonado, dejado y desprotegido, donde su derecho natural de conformase como miembro de una familia, se vulnera. Esta imagen del niño/a abandonado es una de las representaciones más dolorosas y repudiadas en nuestra sociedad, la inocencia que se constituye en cuerpo desprotegido, solo y flagelado de un niño, nos conmueve. Por tanto, las causas que originan este abandono, son impugnadas y sancionadas. Además, se encuentra presente en el fenómeno de la adopción la familia, la representación de lo primero, de lo fundamental, del origen, se constituye en la fuente de socialización primaria, que entrega la constitución valórica, normativa, de significaciones y patrones vinculares, lo que hace constituirnos como sujetos (as). Bajo este contexto, se presenta la figura de la familia disfuncional, monoparental, en condiciones de precariedad tanto de capital económico como cultural, y por otro, la imagen de una familia bien constituida, con una cierta estabilidad económica y capital cultural y que además se presenta como una familia que quiere recibir, acoger, cuidar y proteger a este niño/a que se encuentra en una condición de abandono. Frente a lo anterior podemos señalar que en la tensión de estos elementos, en los discursos de los profesionales se presenta el fenómeno de la adopción como una práctica positiva, visualizada como otra forma de hacer familia, además de ser una oportunidad para este niño/a en condición de des-amparo, de incorporarse a una familia que le quieran y protejan. Sin embargo en esta lectura positiva, la figura de la madre, no cobra sentido, es negada, invisibilizada del proceso de la adopción, centrando su interés en el niño/a y en la familia adoptante. Esto da cuenta del castigo valórico, sancionador que se realiza con la madre, oscureciendo sus motivos y desconociendo sus historias. Sin embargo, podemos dar cuenta de cómo el imaginario materno opera fuertemente en el discurso y representaciones de los y las profesionales, que a pesar de que se signifique la adopción como una oportunidad para estos padres de constituir una familia y para el niño/a - que está en una situación de abandono -, la des-vinculación de la madre con el hijo/a resulta ser un acto des-naturalizado, intentando (consciente o inconscientemente) que esta situación no ocurra. Esto tiene una correlación directa con los discursos de los expertos de los programas de adopción…“es un programa que no solo refiere a mujeres con guagua, sino que hace todo un proceso de discernimiento, que es en el fondo apoyar a las mujeres con el objeto de que ellas asuman, si las mujeres pueden asumir el objetivo es ese, se trata de visualizar que la familia pueda apoyar y que su progenitor las apoye, de que ellas salgan adelante.”

Frente a esto, podemos señalar como la adopción a partir de la interpretación de los discurso de los y las profesionales, no se constituyen en ningún momento como una opción legítima de la mujer, que se encuentra en conflicto con su embarazo, el no asumir el rol materno. Esto hace aun más necesario, instalar una discusión tanto al interior del SENAME, como de otros servicios del Estado, que problematice las tradicionales visiones en torno al tema de la Adopción, protegiendo los derechos de todos los actores involucrados en el proceso; niños y niñas, madres y padres biológicos y padres adoptivos; y sus particulares situaciones, contextos e historias.

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CONCLUSIONES RESPECTO A LA APROXIMACIÓN A LAS SUJETAS Y SUS HIJOS(AS). En relación al análisis de las entrevistas, podemos señalar, que en el fenómeno de investigación, la diversidad y particularidad de las sujetas de investigación, es un factor relevante. Por un lado, podemos señalar que las historias de vida de las sujetas, se va configurando a partir de experiencias relacionales vinculares distintas, que van desde una dimensión en donde la relación afectiva se configura a partir de patrones relacionales basados en el afecto y el reconocimiento, hasta por otro lado, desde experiencias vinculares de des apego y abandono. Además, podemos manifestar, que el factor económico y cultural, también resulta ser una situación diversa en la mujeres de la investigación, ya que atraviesa las clases sociales desde estados de pobreza, donde las expectativas sociales se proyectan a la concretización de los estudios de enseñanza media, hasta mujeres que ocupan una posición más acomodada en la escala social, donde su capital cultural y expectativas de vida, se vinculan principalmente al poder finalizar una carrera de estudios superiores en la universidad. De esta forma, podemos concluir en este punto, que el embarazo no planificado ni deseado, resulta ser conflictivo en todas las mujeres, justamente por su carácter de inesperado provoca un conflicto y ambivalencia frente a la decisión de entregar su hijo/a en adopción. Otro punto relente de destacar a partir del análisis de las entrevistas, dice relación con las imágenes y construcciones sociales que en éstas mujeres operan, las que dicen relación con los imaginarios sociales en cuanto al sujeto mujer homologable como madre y la construcción en cuanto a la familia desde una mirada tradicional, las cuales se manifiestan y de manera transversal en estas mujeres. En este sentido, podemos señalar que la imagen de mujer se desplaza y se constituye en cuanto tal a partir del hecho de ser madre. De esta forma, la maternidad resulta ser idealizada, pues es en está donde las mujeres encuentran reconocimiento y posición social. Así las sujetas de estudio, visualizan en la actualidad su condición de madre como lo más significativo y trascendental en sus experiencias de vida. Por otro lado, la imagen de familia también resulta transversal en el imaginario de las mujeres de estudio, el cual dice relación con la imagen de familia tradicional, donde la figura materna y paterna es lo esperado para el cuidado y crianza de los hijos e hijas. A partir de lo anterior, es que podemos comprender el papel que cobra la familia en la decisión de estas mujeres de entregar a sus hijos/as en adopción, en el sentido que todas las mujeres visualizan como factor determinante el apoyo y aceptación de su familia, en su decisión. Por otro lado, otro aspecto que llama la atención, dice relación con la figura masculina, la cual a partir de los discursos de las mujeres, no resulta ser un actor relevante en su decisión, esto se puede analizar a partir que la mayoría de las mujeres cuando supo de su estado de embarazo, sus parejas que en su mayoría se constituían en relaciones estables, las abandonaron. Sin embargo, éstas optan por asumir y “apechugar” solas su labor de cuidado y crianza de sus hijos/as. Esto se puede leer a partir de la lógica patriarcal que impera en nuestra sociedad, donde la figura masculina paterna, se naturaliza el hecho de que no se haga cargo de los hijos/as. Esto queda totalmente de manifiesto en las políticas públicas y de Estado, donde no existe una exigencia que el padre asuma su papel y responsabilidad en cuanto a un hijo/a, sino más bien se le invisibiliza recayendo la responsabilidad en la madre, la cual será cuestionada y sancionada si es que sus prácticas se separan del ideal materno. ‰ En relación con la dinámica vincular entre madre – hija/o A partir del análisis realizado a los discursos de la sujetas en torno a las pautas relacionales afectivas con otros significativos, podemos señalar la importancia de las relaciones primarias que establecen los infantes con un adulto afectivo, ya que es a partir de ahí, donde se va constituyendo el yo de los sujetos, a partir de las evaluaciones que realiza el infante de las respuestas de sus necesidades y deseos. Si el infante percibe que sus deseos y necesidades son satisfechos de forma oportuna y en forma eficaz, éste adquiere la confianza necesaria para poder explorar su entorno. En este punto, es importante mencionar la dialéctica que se produce en las relaciones vinculares primarias, ya que la sujeta niña/o, necesita diferenciarse de su adulto significativo como una forma de poder alcanzar cierta autonomía y desenvolverse con seguridad en su habitar en los espacios, pero por Corporación Servicio Paz y Justicia SERPAJ CHILE

otro lado, para producir estos procesos de diferenciación precisa de otro, este otro es fundamental en su constitución como sujetas, ya que es él quien valida, re- afirma sus prácticas, percepciones y emociones, otorgándole así una existencia en el escenario social. De esta forma, en las sujetas investigadas, podemos afirmar que a partir de sus relaciones afectivas basadas en el abandono, al no producirse un reconocimiento, protección y contención de otro significativo, su capacidad de configurarse como un sujeto validado no se potencia, por tanto sus actos, emociones y percepciones no son retroalimentadas como prácticas válidas. Por otro lado, en aquella sujetas donde su relación vincular se basa en los afectos, donde la madre o un adulto significativo, puede leer y responder a las necesidades del niño/a, se van configurando un apego seguro, fundamentado en la confianza y cercanía que percibe el niño/a en relación a esta figura protectora y de afecto. De esta forma, se van configurando como Pautas Internas Activas, que dice relación a la forma en que establece vínculos significativos con los otros en el desarrollo de sus experiencias particulares, que se van constituyendo en la incorporación de una percepción de sí mismo y del entorno, es decir, estas pautas se conforman como un conocimiento cognitivo y emocional, que media en las relaciones que el infante en su desarrollo establecerá con los otros. Así, las pautas relacionales, resultarían ser la base que posibilitaría su entrada en la creación y constitución de sus estructuras mentales, y por ende mediarían en la incorporación efectiva en la vida social. En este sentido, la Teoría del apego, resultaría ser una perspectiva estructural y determinista, en cuanto a la constitución de las sujetas, ya que ésta, afirma que estas pautas relacionales establecidas en los vínculos primarios, se mantendrán y mediarán en sus relaciones afectivas durante toda la vida de los sujetos. Esto daría cabida a nuestra hipótesis de investigación, respecto a lo transgeneracional del vínculo, que si bien en algunos casos investigados, el abandono es un realidad que se manifiesta, no obstante, no podemos negar el hecho de que estas mujeres/ madres, no han contado con una intervención que les permita romper con la circularidad de la problemática. De esta forma, es necesario reflexionar en torno a la pertinencia de la Teoría del interaccionismo simbólico en el fenómeno de investigación, ya que a partir de su incorporación en el análisis, posibilita comprender la tensión y el conflicto que genera el mandato materno y la constitución en cuanto familia en estas sujetas, ya que al operar éste como una imagen idealizada en su psiquis, se instaura como un deber ser en cuanto sujeto madre, pero que se contradice en sus prácticas maternas percibidas en cuanto hijas en su contexto familiar. De esta manera, cuando la sujeta niña se convierte en madre, actualiza sus experiencias maternas con su madre, configurándose ésta en su modelo in – corporado, el cual se activa y actúa en oposición con la imagen sublimada de madre y de familia. Asimismo, al percibir esta incongruencia entre ideal y prácticas, las sujetas se descubren así mismas incapacitadas para maternizar en su relación madre-hija. De este modo y de acuerdo con la teoría, si las sujetas no han sido maternizadas, éstas tampoco podrán maternizar, ya que no incorporan en ellas esta capacidad. Sin embargo, esta teoría nos permite generar una fractura en cuanto a los postulados de Bowlby respecto al determinismo establecido a partir de los Modelos Internos Activos, ya que si concebimos a las sujetas investigadas como individuas con capacidades intrínsecamente creativas, en cuanto productoras de sociedad, también son capaces de generar nuevas formas de vinculación con los otros. De esta forma, una intervención que apunte a fortalecer su potencial capacidad creativa, dirigida a la integralidad de las sujetas, posibilitaría una amplitud de sí misma respecto a los otros, ya que al producirse en las sujetas una comprensión de su situación de maternidad en tanto hija y madre, despierta en su mirar (se) la capacidad de ponerse en el lugar del otro, esclareciendo y sobrellevando aquellas situaciones que les pudieran resultar indeseables o traumáticas, en efecto, en esta capacidad mentalizadora se desarrolla una comprensión hacia su madre, y asimismo, a ella en cuanto tal. Además, al desplegar en ella procesos de reflexión y abstracción, emerge la imaginación como una búsqueda de formas posibles de establecer relaciones afectivas con otros. Así el trabajo investigativo, cobra relevancia, ya que nos pone en contacto y conocimiento con las historias de vida de éstas sujetas, lo que nos permite comprender la complejidad del fenómeno de investigación, lo cual debiese ser tomado como punto de referencia en el abordaje e intervención de éste.

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‰ En relación a la comprensión e intervención del fenómeno desde la Unidades Regionales de Adopción. En relación a lo anterior, es necesario dar cuenta de consideraciones, las cuales nos permitirán comprender la “realidad” en que nos situamos, donde construimos nuestro fenómeno de estudio. Es así, que la concebimos como un montaje de diversos elementos que la van constituyendo. Frente a lo anterior, y desde una necesidad analítica, para poder comprender, explicar y clasificar los fenómenos que se constituyen en esta madeja - la realidad - es que se divide en múltiples dimensiones, ya sean sociológicas, psicológicas, económicas, biofisiológicas, políticas, culturales e históricas, por ende, compleja. En este sentido, se van articulando dichos elementos, pero no de manera uniforme, sino más bien, en un movimiento que genera tensiones, contradicciones, coyunturas, bisagras; las cuales otorgan dinamicidad a esta construcción social. Es así, que frente a la complejidad que nos presenta la realidad al ser multidimensional, emerge una necesidad analítica, la cual ha generado por una parte, una profundización en el conocimiento del ser humano y de la “realidad”, que construye y lo constituye, pero por otro, en el afán de comprender la realidad cae en una simplificación de ésta, lo que se traduce en un cúmulo de lógicas fragmentarias. Asimismo, este fraccionamiento ha ido estableciendo discursos fragmentados de y desde la “realidad”, los cuales no logran dar cuenta de su complejidad, ni de los sujetos que la construyen. De esta forma, este estudio nos desafía a comprender los fenómenos desde y en una perspectiva holística, buscando la generación de discursos que apunten a la transversalidad de los conocimientos. Estas lógicas fragmentarias, operan también en la política social, en torno al fenómeno de la Adopción, convirtiéndola de este modo en políticas sociales que transitan desde la infancia, la familia, la mujer, la educación, el trabajo y la vivienda. Es así como nuestro objeto de estudio, se encuentra enmarcado dentro de la institucionalidad del SENAME, el cual en su forma de ver, comprender e intervenir la realidad social, realiza procesos de descomposición y simplificación de ésta, ya que por un lado y dentro de las lógicas fragmentarias, éste se ocupa e interviene a partir y con el sujeto niño/a, des-vinculándolo de su contexto más inmediato y que corresponde a la vinculación con su madre. Así aplican una forma de operacionalizar las maneras de actuar bajo estas lógicas, disgregando y acotando la intervención hacia ellos /as, invisibilizando el carácter totalizador de la realidad en la cual se están desarrollando. Aún cuando el SENAME desarrolla intervenciones psicosociales en las que consideran el contexto familiar y las relaciones que allí se establecen, la encapsulan como hechos aislados de un contexto más amplio, esto potenciado también por el imaginario hegemónico que se tiene de la maternidad y la familia. De esta forma, en la generalidad de los casos, se asume que el niño /a es una “víctima” de su madre, puesto que ha sido ella quien lo abandona y no cumple con su papel socialmente asignado de cuidado, protección, guía, etc. Y / o es ella quien los ha vulnerado. El problema es que habitualmente, se enfoca a la familia a partir de sus miembros y no como institución; esto es aún más problemático si se considera que familia y mujer son vistas de manera casi análoga. No obstante, cuando los temas de familia se vinculan a las imágenes de lo masculino / femenino, surgen enfoques más actualizados desde la perspectiva de los derechos y con énfasis en la introducción de modificaciones legales. Frente a todo lo anterior, es que planteamos (di)vertir la lógica fragmentaria de aprehender e intervenir en y desde la realidad social, particularmente en el fenómeno de la adopción, el cual esta íntimamente relacionado con la Maternidad, puesto que ésta no se puede comprender sino es en relación dialéctica entre la madre, el hijo /a, y de ambos con el contexto en el cual se desarrollan. En este sentido, se hace manifiesta la necesidad de generar un conocimiento que posibilite el despliegue de estrategias de intervención con estas mujeres en conflicto con su maternidad, desde una perspectiva holística que apunten a desarrollar procesos reparatorios tanto psíquicos como sociales con ellas y sus hijas e hijos, para lo cual, se tiene que primeramente, relativizar las concepciones que se tienen de éstas – como “malas madres”– y reconocer sus experiencias e historias de vida, de comprenderlas dentro de su integridad y complejidad. Además, se precisa otorgarle densidad al trabajo interdisciplinario que se lleva a cabo por Trabajadoras /es Sociales y Psicólogos /as fundamentalmente, haciendo hincapié en la articulación de las

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distintas dimensiones que constituyen el fenómeno, considerando las particularidades, singularidades que conforman cada caso, realizando así una intervención contextualizada y situada. En síntesis, es necesario recalcar el tránsito de las políticas, desde una sobrevaloración de las mujeres como "encargadas" de la familia en la visión cultural más tradicional, hacia una visión de mujer más posicionada desde el espacio público, que sin embargo, cuya materialización o concretización dentro de las prácticas cotidianas en los diversos escenarios encargados desde el SENAME, no han podido desarrollarse, ya que, se sigue perpetuando la lógica fragmentadora del escenario social, puesto que, por un lado, no existe un trabajo coordinado e interinstitucional respecto a la temática de la familia y la infancia.

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