número 8

San Jacinto-Río Páez Servir de puente para tener horizonte - Engranar para el bienestar propio y regional Un comité que abre camino a la unión y se apoya en la legalidad Aventura que señala el porvenir - Salas y equipos para la calidad y el rendimiento Mejorar la vida, con seguridad

Editorial

A DEJAR HUELLAS

Hay ocho acciones que caracterizan a la mayoría de las experiencias que se presentan en este número. Construir… un futuro mejor y más productivo. Desarrollar… habilidades para hacer lo que la persona se propone y para saber sobrepasar obstáculos. Cuidar… lo que se tiene, para vivir bien toda una vida. Proteger… pa ra ga ra nt iza r el presente y el futuro. Gestionar… para aprovechar y aprender a progresar. Proponer… para transformar y encaminar. Confiar… para poder tener buenas relaciones con los demás y para tomar decisiones acertadas. Aprender y enseñar… para mejorar y seguir por cuenta propia. HOCOL deja huella. Como les ocurre a las personas o a las comunidades cuando ponen en marcha proyectos que permiten la realización propia, familiar y colectiva. Es lo que HOCOL quiere: que la comunidad también deje huella. Y eso está probado con las acciones, de la comunidad y de la Compañía, q ue h a n p e r m it ido c on s t r u i r oportunidades para muchos en esta zona del Huila.

SERVIR DE PUENTE PARA TENER HORIZONTE Una organización que afianza el clima de bienestar laboral y facilita las relaciones entre trabajadores y empresarios. Normas claras, diálogo, respeto y cumplimiento de compromisos para un mutuo gana-gana. La experiencia de Asodetes.

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rear un entorno productivo que estimule el desarrollo sostenible junto con mejores condiciones de v ida ha sido uno de los pilares de las relaciones de HOCOL con las comunidades, y que ha dado lugar a la participación, vinculación y capacitación de la mano de obra local en distintas actividades. Por eso, para los hombres y mujeres de las veredas de Tesalia la llegada de la Empresa

Elmer Trujillo, representante legal de Asodetes.

significó la posibilidad de conseguir un empleo bien remunerado y mejorar su situación económica. Hoy muchos de ellos conforman la Asociación de Trabajadores Desempleados de Tesalia, Asodetes, que reúne a 125 familias de este municipio huilense. “La organización nació hace doce años cuando empezaron las tareas del campo La Hocha. Se hacían sorteos públicos para los turnos de empleo; cada uno echaba la cédula de ciudadanía en una bolsa y si

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salía beneficiado venía a trabajar, pero si no tenía la suerte entonces no podía... ¡y a veces uno ni siquiera encontraba la cédula para poder participar!”, recuerda Elmer Trujillo, curtido y reconocido líder comunitario que hace 8 años ejerce la presidencia de Asodetes. “Como yo viajaba con frecuencia a Yaguará, y allá se ven mucho las organizaciones, les propuse a los de acá, éramos unas 350 personas, que nos asociáramos para que todos nos beneficiáramos del empleo que había con la operadora HOCOL en los campos de La Hocha y Cañada”. Con el tiempo y considerando las recomendaciones de HOCOL, se vio la necesidad de aunar intereses y de formalizar legalmente la Asociación para que las cosas marcharan mejor. Hoy cumple con todos los requisitos de ley. A lo largo de estos años, la Asociación ha establecido un modelo de funcionamiento, con normas precisas que se respetan y cumplen, para la asignación de los turnos de trabajo según el orden de un listado, y asegurar su objetivo: que las personas de la comunidad, miembros o no de Asodetes, sean tenidas en cuenta. Esto, a su vez, ha contribuido a facilitar las relaciones entre la misma comunidad y a solucionar las dificultades que han ocurrido con algunas empresas contratistas. Los afiliados de Asodetes están entre los 18 y 63 años de edad; la oferta laboral comprende oficios de mano de obra no calificada y calificada. Por ejemplo, obras civiles, pico y pala, taladro, y las

La responsabilidad y el cumplimiento aseguran el trabajo de todos los asociados.

mujeres pueden trabajar en los servicios de vigilancia, casino, aseo, recogida de muestras, entre otros, explica Trujillo. “A todos nuestros asociados les exigimos que sean responsables, que no cometan errores, que den ejemplo, que piensen en el interés común, para no perjudicar a los demás. La gente ha respondido y se invita a que se afilie; eso sí, todos saben que si no cumplen las condiciones de trabajo establecidas, Asodetes les retira el aval que les da y la empresa les puede cancelar el contrato. Yo mismo llamo a la gente al orden, tengo escuela con la comunidad, y ya llevo 8 años en este cargo y no me han querido cambiar”, precisa el dirigente. Por ot ra pa r te, muchos de los miembros se han capacitado en los entrenamientos ofrecidos por HOCOL y se desempeñan en oficios calificados -cuñeros de perforación, operadores de producción, maquinistas-, lo cual les ha abierto nuevos horizontes profesionales. “En mi caso, me he formado como

cuñero, y ahora entiendo realmente el porqué de los requisitos para acceder a determinados cargos, pues antes veía las cosas desde un solo punto de vista, no entendía los riesgos, y me quejaba de que no pudiéramos ejercerlos”, añade entre risas Trujillo. Sin duda, ha sido un proceso de aprendizaje y de crecimiento que ha fortalecido la organización comunitaria y las relaciones laborales. “HOCOL ha sido una operadora que le ha colaborado bastante a la comunidad, y ya hay varias familias que tienen con qué comer y un buen trabajo. Por eso vivo pendiente de cada cupito que hay y hago la gestión con los sociales de HOCOL para ver en qué nos pueden cooperar, y dialogamos sobre los problemas y analizamos en qué y quién está fallando. Por ejemplo, si llega un contratista y necesita mano de obra calificada, estoy atento de que cumpla lo acordado sobre el número de cupos de trabajo que les corresponde a las personas de la comunidad. Ese es un logro que no teníamos antes. A mí me gusta harto trabajar con la operadora al gana-gana: gana la Empresa, gana Asodetes y gana la comunidad. Solo así es como uno progresa y mejora la calidad de vida de la gente”, afirma con satisfacción el presidente Trujillo, mientras regresa de nuevo a su puesto de cuñero titular en el taladro del campo La Hocha, oficio que desempeña, tras un entrenamiento de un año, con orgullo y habilidad hace ocho meses y con el que aspira a seguir progresando.

ENGRANAR PARA EL BIENESTAR PROPIO Y REGIONAL

Perseverancia para mantener una iniciativa que surgió con el desarrollo del campo La Hocha en Tesalia. Aprendizaje permanente para ofrecer altos estándares de calidad, responsabilidad, cumplimiento y un clima laboral que estimula el gusto de saber hacer.

El taller de soldadura, un espacio amplio, seguro y bien dotado para ejecutar trabajos de calidad.

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poyar empresas locales y su consolidación en la dinámica económica regional ha sido uno de los propósitos de HOCOL. Para ello, el rigor en el cumplimiento de normas y estándares de calidad en los productos, las exigencias en seguridad industrial, la responsabilidad y cumplimiento, las buenas prácticas administrativas, entre otros, son aspectos que Technical Services ha sabido aprender de su relación con HOCOL. Esfuerzo, persistencia y voluntad de superación que le han permitido a sus dueños actuales, Sandra Milena Pérez y Edgar Fabián Zuleta, alcanzar el sueño de tener una sólida empresa. Edgar Fabián aún recuerda aquel semestre de 1997 cuando hizo su práctica de Técnica Electrónica en el campo San Francisco, Huila, que operaba HOCOL. Allá vio el sistema de trabajo de las empresas contratistas que más tarde, en 2004, lo motivaría a participar -al lado de 16 amigos de Tesalia- en la fundación de la Compañía con el fin de prestar servicios en el ramo de electricidad sobre todo, al analizar que desde 2001 la petrolera solicitaba varios trabajos para el campo La Hocha. Sin embargo, las altas exigencias que debían cumplir hicieron que se replantearan las metas, sin dejar su empeño de ser proveedores de bienes y servicios. En diciembre de 2004, Technical Services consiguió un contrato de suministro de almuerzos para el personal de La Hocha, hospedaje y alquiler de vehículos. Al año siguiente, un ingeniero de HOCOL los invitó a pasar una propuesta para unas baldosas en concreto y unas parrillas para pozos. “Nos adjudicaron

Edgar Fabián Zuleta y Sandra Milena Pérez, esposos, socios y dueños de Technical Services.

unas órdenes de servicio pequeñas, pero para nosotros representaban un gran logro” resalta Zuleta. También prestaron servicios de alquiler de vehículos y transporte de ingenieros al contratista que hacía la perforación en La Hocha, en la búsqueda de oportunidades para sostenerse y, en 2007, ganaron un contrato de soldadura no calificada, pailería. No obstante los esf uerzos, las utilidades del negocio no eran suficientes para cubrir los gastos de la Empresa y, gradualmente, los socios se fueron retirando al no ver compensadas sus expectativas económicas. Para 2009 solo quedaban dos socios, uno de los cuales le vendió su parte a un experto en soldadura y Sandra Milena Pérez, la representante legal. Obtuvieron otra licitación para pailería y algo de pintura, pero la situación financiera era tan crítica que Edgar Fabián y Sandra Milena

En el trabajo del taller se aplican todas las normas de seguridad industrial.

acordaron venderle al nuevo socio, que por razones de un proyecto de trabajo en otra región les dijo que más bien le compraran. “Nos arriesgamos y aguantamos ese voltaje, fue un reto grande, con tan buena suerte que a los pocos meses nos invitan de HOCOL a licitar en un contrato por dos años de obras civiles menores y soldadura no calificada. Nos lo ganamos y ahí la Empresa empieza a tomar otro rumbo, pues los bancos nos dan crédito con ese respaldo del contrato de HOCOL y, así, pudimos bajar el saldo en rojo que traíamos acumulado”, rememora Zuleta. El contrato se ejecutó en los campos La Hocha y Cañada y exigía tener la certificación de Icontec, agrega Sandra Milena, y “hace poco recibimos la certificación en normas ISO 14000 para medioambiente y OHSAS 18000 en Gestión de Seguridad y Salud Ocupacional, lo que nos da puntos a favor en las licitaciones”. En 2011 con las utilidades que dejó el contrato, compraron un lote grande, Villa Milena, en las afueras de Tesalia donde hoy tienen una acogedora vivienda, rodeada de zonas verdes y jardín, huerta y pesebrera, separada por un amplio espacio de las modernas y seguras instalaciones de la Empresa: oficinas, bodega, taller, parqueadero, cancha deportiva. Además, comenta Sandra Milena, el manejo de ese contrato les permitió acceder a licitaciones de más envergadura, como la que ganaron para soldadura calificada en los campos de Cañada, La Hocha, Babillas, Ortega y Doima, propuesta en la que trabajó dos meses el equipo profesional de Technical Services.

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En la senda de su crecimiento, el acompañamiento de HOCOL ha sido permanente a través de los gerentes de cada contrato; la intención es que “cojan músculo financiero y técnico, un buen soporte logístico y se expandan creando espacios de trabajo en el área de influencia y compartiendo una política de responsabilidad social para hacer viable su negocio a largo plazo”, explica Rodrigo Plazas, social de HOCOL. Una relación marcada por el diálogo, el buen trato, la confianza y el respeto mutuo que ha sido la base para capitalizar aprendizajes y experiencias que redundan en el bienestar de la compañía, como “la importancia de la capacitación, de dar a los empleados todo lo necesario para que sean productivos y después sí exigirles, el ser metódicos en los procedimientos, certificarse, ver más allá”, que siempre le recalcaban los ingenieros, señala Edgar Fabián. A todo ello se suma la capacitación con el programa Empresarios Exitosos, en la que además de aprender sobre administración de empresas, afirma Sandra Milena, “hemos servido de ejemplo para otros empresarios de Tesalia que nunca imaginaron todo lo que hemos enfrentado para salir adelante”.

Technical Services se ha caracterizado por su interés en darle oportunidad a la gente de Tesalia, “así como HOCOL nos la dio a nosotros; acá formamos paileros, ayudantes técnicos, y muchos de ellos están en otras empresas”, dice con satisfacción Edgar Fabián. “Lo hago, además, porque considero que cuando se presentan las emergencias o una necesidad del cliente es más fácil solucionarla si la gente vive acá”. En la actualidad en la empresa trabajan 58 personas, y el promedio desde que arrancó el nuevo contrato con HOCOL es de unas 50 personas entre mano de obra calificada y no calificada. Hay 6 obreros que se rotan cada cuatro meses y son por convenio con la comunidad. Igualmente, se han capacitado 10 personas en manejo defensivo; 20, en trabajo en alturas y 15, en espacios confinados por medio de un convenio con el Sena, y asumimos los gastos de alimentación y transporte de la gente hasta Garzón, complementa Zuleta. “A los muchachos de Tesalia les digo que aprovechen la experiencia para que se vayan profesionalizando, buscamos que se formen para la vida y para el empleo como personas sensibles y responsables con su familia, trabajo y comunidad. Que miren al que está mejor para aprender en

dónde se debe mejorar. Para nosotros es un orgullo ver progresar a la familias de nuestros empleados y otro motivo más para seguir adelante”. Hace poco los volvieron a llamar a cotizar unos trabajos de soldadura calificada para una de las compañías de petróleo en Gigante, “uno de los clientes quedó impresionado con la calidad del trabajo y los estándares de seguridad que demostramos -los cuales aprendimos de HOCOL-, la organización, la carpeta de procedimientos, la presentación del personal, que exclamó: ¡Este es el tipo de empresas que necesitamos!”, destaca emocionado Zuleta. Technical Services, la única empresa de soldadura de Tesalia, sigue afianzando su crecimiento con miras a traspasar las fronteras locales y contratar a nivel nacional. “Son una empresa pequeña que, como resalta Rodrigo Plazas, se ha formado desde la provincia huilense y que puede servir de ejemplo para grandes compañías que operan en la zona en su voluntad de generar espacios para la gente de la región, dinamizar la economía local y contribuir a mejorar la calidad de vida de su entorno”.

Un equipo comprometido con la calidad y el desarrollo empresarial de Tesalia.

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UN COMITÉ QUE ABRE CAMINO A LA UNIÓN Y SE APOYA EN LA LEGALIDAD

Duver Joven, Faiber Vargas ,Carolina Muñoz y Ancízar Camero integrantes del Comité de Transporte.

Unión de intereses y acuerdos para una relación fructífera entre los prestadores de servicios de transporte y entre estos y HOCOL. Apoyo a la formalización de una empresa en la que participan tres Juntas de Acción Comunal y representantes del casco urbano de Paicol, que contribuye al bienestar socioeconómico del Municipio.

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na de las actividades que se ha convertido en fuente importante de empleo y de generación de ingresos para las comunidades de Paicol es la prestación de servicios de transporte relacionados con un proyecto que adelanta HOCOL en el campo Cañada Norte. Al comienzo, los transportadores de las veredas Domingo Arias, La Mesa, San Matías y del casco urbano del Municipio se organizaron informalmente en un comité para atender los servicios requeridos en el día a día, y sortearon algunas dificultades por la llegada de vehículos de otros lugares a prestar servicios similares, como también por la falta de una adecuada planeación en la asignación de los turnos de trabajo y por intereses particulares que no

permitían la coordinación para cubrir oportunamente los requerimientos de la operación, que hicieron que HOCOL les propusiera conformar un comité. Para encarar la preocupante situación, el Comité analizó las ventajas de unirse y formalizar legalmente la empresa; acordaron un reglamento interno de funcionamiento, cumplir una serie de condiciones sobre la propiedad, registro y condiciones de los vehículos que quieren prestar el servicio en el Municipio, los requisitos para dar avales de trabajo, publicar los turnos, entre otros puntos. Medidas que han facilitado la solución de inconvenientes entre los asociados y fortalecido el papel del Comité como interlocutor válido ante HOCOL para los asuntos de transporte que demande la operación.

Hoy lo integran los presidentes de las Juntas de Acción Comunal de las veredas Domingo Arias, Carolina Muñoz; La Mesa, Duver Joven; y San Matías, Faiber Vargas, junto con el representante de los transportadores del casco urbano de Paicol, Ancízar Camero, que entró en diciembre de 2010, “soy el representante legal y mi tarea es mejorar la organización y la coordinación de los servicios que ofrecemos: transporte de personal, transporte de crudo, alquiler de maquinaria pesada –orugas, pajaritas, motoniveladoras-”. Un aspecto crucial es revisar la rotación de los turnos de los vehículos -camionetas, carrotanques, buseta, maquinaria pesada- para que todos tengan las mismas oportunidades; igualmente, ver que se paguen a tiempo las facturas, tramitar ante la parte social

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Diálogo, transparencia, igualdad y concertación, marcan la relación del Comité con sus asociados.

de HOCOL las quejas que se presenten, arreglar las divergencias internas entre socios y, con los otros tres miembros del Comité, dar el aval de trabajo a los interesados en prestar servicios de transporte. Para fortalecer y hacer más eficiente el trabajo, el grupo decidió montar en junio de este año, una oficina en el casco urbano de Paicol, y contratar una empleada de medio tiempo que se encarga de actualizar la disponibilidad de trabajo de los vehículos, llevar el control de los aportes mensuales de los socios, hacer las cuentas de cobro y otras labores administrativas, explica la secretaria Dora Milena Muñoz. El sostenimiento de la organización es por medio de aportes voluntarios de los propietarios de vehículos, según unas tarifas, señala Duver Joven. En la actualidad hay 58 carros afiliados. Los dueños de camionetas de transporte liviano aportan 25 mil pesos, por turnos de 30 días; los de las busetas, 35 mil pesos y los de los carrotanques, 60 mil pesos. Trimestralmente se hace la liquidación, se saca lo de los gastos de la oficina y se reparte lo restante por igual entre las cuatro partes asociadas, precisa Camero. Ese dinero, añade Carolina Muñoz, “constituye un recurso valioso que se emplea para ayudar con los gastos de viaje y asistencia a las reuniones a las que nos convocan como representantes de una comunidad” y también “para cofinanciar proyectos de inversión social, como acueducto, transporte escolar, ya que se suman a los dineros que tiene cada JAC”, subraya Fabián Vargas. Para todos los miembros del Comité y sus asociados, cerca de 50 personas, no hay duda de que el esfuerzo de unión y la 6

renovación del Comité han servido para mejorar la organización, en especial, con la participación de Ancízar, una de las personas que “más entiende y conoce del manejo de los asuntos de transporte. Además, con la publicación de los turnos en la cartelera de la oficina, los transportadores pueden revisar cuándo les toca; es hacer las cosas más transparentes para que no digan que no hay igualdad en el trato. Y aunque es difícil mantener contento a un gremio de transportadores, se ha mejorado muchísimo, sobre todo en lograr que las empresas que transportan crudo turnen a los carrotanques de Paicol”, resalta el presidente Vargas. En ese sentido, explica Camero, con el apoyo de HOCOL se llegó a un acuerdo mediante el cual la totalidad de los carrotanques de propiedad de la gente de Paicol tiene prelación -ya que cumplen los criterios de calidad y competitividad que exige el servicio-

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para cargar el crudo que sale del Campo y enseguida van los de la empresa que viene de Neiva. Diálogo y concertación de intereses que le ha posibilitado a la comunidad de transportadores la sostenibilidad de su emprendimiento, a la vez que se favorece el desarrollo de mejores condiciones de vida para los hogares del Municipio. Un objetivo en el que, sostiene Camero, “la relación con HOCOL ha sido siempre de apoyo, nos escuchan y nos sugirieron legalizar la empresa”. Apreciación que corroboran Muñoz y Vargas quien destaca que “sin el apoyo de HOCOL nos quedaríamos corticos, y a pesar de que en ciertos momentos hay dificultades porque las cosas no resultan como uno espera, el respaldo ha sido bueno. Y hemos aprendido de las políticas que aplican y de las exigencias para conductores y vehículos para el ingreso al campo. Esas son cosas que sirven para la vida y que todos deben cumplir”, y que Joven resume así: “Yo creo que sin ese apoyo no habría ni siquiera organización, HOCOL hace que la misma comunidad se organice y así hay más ventajas, más beneficios, la unión hace la fuerza”. Una entidad comunitaria que, acogiendo la iniciativa de HOCOL, ha sabido organizarse para coordinar y ser el interlocutor válido ante la Compañía y sus contratistas con respecto a los asuntos de transporte. Un esfuerzo en el que, también, la administración municipal y la Alcaldía de Paicol han sido parte importante en la consolidación de la participación comunitaria, que actualmente se mantiene y es reconocida por la s comunidades del á rea de influencia. Otra manera de HOCOL de construir y compartir riqueza.

La nueva oficina del Comité es el punto de encuentro para tratar los asuntos diarios del servicio y desarrollo de la empresa.

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AVENTURA QUE SEÑALA EL PORVENIR Asesoría, capacitación y apoyo crediticio para un emprendimiento orientado al turismo de naturaleza y aventura. Tesón y compromiso de dos jóvenes emprendedores de Paicol dispuestos a dejar huella en el Territorio Páez.

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na simple casualidad despertó el interés de Juan David Puertas en el negocio de turismo; a comienzos de este año, durante las vacaciones de la universidad, un conocido lo buscó para que acompañara a unos extranjeros que habían venido hasta Paicol a conocer la Caja de Agua, uno de los sitios recomendados en la guía que traían para su viaje por Colombia. Poco después, un compañero de la universidad lo fue introduciendo en el tema de emprendimiento y trazaron un plan a 5 años sobre cómo debería ser una empresa de turismo en Paicol, a partir de sus experiencias como viajeros por distintos lugares. La idea era fundarla al terminar sus carreras, pero se animaron a constituirla en ese enero de 2013; y tras varios meses de trabajo acordaron disolver la sociedad. Juan David se asoció entonces con su hermano Fabián Mauricio, experto en mercadeo multinivel; consideraron las posibilidades de los deportes de aventura en el río Páez, las estrategias de mercadeo y otros aspectos, y decidieron ampliar la visión del negocio más allá del turismo doméstico y el servicio de guianza. Para los hermanos Puertas, Naventur, nombre que le piensan poner a la nueva empresa, es la oportunidad de dar a conocer los destinos turísticos del suroccidente huilense y del Territorio Páez, aprovechando el valioso patrimonio histórico, arqueológico y cultural que encierra la región y la tendencia hacia el turismo de naturaleza y de aventura.

Juan David Puertas, un decidido emprendedor en el turismo de naturaleza y aventura.

Desde su inicio han ido construyendo una reputación con el voz a voz de los clientes; ofrecen el servicio de acompañamiento guiado a la quebrada La Motilona y a la Caja de Agua que incluye el préstamo de los implementos necesarios, como casco, linterna y rodilleras, y han desarrollado una línea de turismo más cultural que ha tenido muy buena acogida entre los extranjeros especialmente, como es la visita al Parque Arqueológico de Tierra Adentro, situado a hora y veinte minutos de Paicol, con la ventaja de que la persona puede armar el paquete turístico como quiera. “La idea es que viva una experiencia única y que pueda conocer muchas cosas y contarlas después”, asegura Juan David. En el proceso de ajuste de sus objetivos, la Empresa ha contado con la orientación de Albeiro Castro, experto en turismo y asesor de HOCOL por medio de la Fundación del Alto Magdalena, (FAM), que contribuye al afianzamiento de este renglón económico en el Departamento, en particular en los municipios de Paicol y Tesalia. “Albeiro nos buscó y nos hemos reunido unas 15 veces en Neiva, son asesorías personales para orientar la visión y misión del

emprendimiento y hacerlo sostenible”. Las capacitaciones abarcan temas de plan de negocios, identificación de mercados, perfil de clientes, estructuras de costos, y además la cultura local que es clave en el mundo globalizado y Paicol tiene unas particularidades excepcionales como su patrimonio arquitectónico, naturaleza, paisajes, resalta Castro. Asimismo, agrega Puertas, las ocho personas que prestan el servicio de guianza en nuestra empresa, y que se escogieron por convocatoria pública en Paicol, se han ido capacitando en cultura turística y servicio al cliente y, próximamente, gracias a los convenios entre Cámara de Comercio de Neiva, Sena, HOCOL-FAM, se van a titular como guías de rafting. Por otra parte, con el asesor ambiental de la FAM, Nicolás Parra, estamos participando en la formulación del Plan de Manejo Ambiental de la Caja de Agua, para evitar los impactos negativos del turismo. Al respecto, señala Castro, se tiene previsto un taller de espeleoturismo en Paicol para que la gente conozca cuáles son los riesgos y las condiciones de seguridad que deben observar en un lugar como la Caja de Agua, -saber caminar en ese piso

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de roca, el cuidado con los animales que hay, el equipo que deben llevar, quienes pueden entrar, etc.-. Con el taller se espera mejorar el conocimiento técnico para una buena guianza y, a su vez, que los colegios de la zona -que están en el programa Colegios Amigos del Turismo apoyado por HOCOL-, usen ese conocimiento para el aprendizaje de las Ciencias Naturales. Ahora bien, como parte de las acciones de fortalecimiento empresarial en el ramo del turismo, el convenio HOCOL-FAM ha estructurado un paquete de créditos dirigido a los pequeños empresarios de Paicol y Tesalia, del cual esperan poder beneficiarse los hermanos Puertas, comenta el asesor en turismo. Se trata de un préstamo para inversión en capital semilla con el fin de que puedan comprar otro bote para la navegación en el río Páez -ya importaron uno con todo el equipo necesario- y lanzar esta nueva línea en la temporada decembrina cumpliendo todas las normas de seguridad exigidas para esta práctica deportiva, y competir con otros lugares del país, pues como dice el experto Castro, “navegar en el Páez es como cabalgar en el agua”.

Desde su comienzo la empresa ha atendido en espeleología, que es en lo que está más especializada, un promedio de 700 personas, cada fin de semana, en temporada baja; y en los más de tres meses que lleva la nueva etapa ha ido capitalizándose a punta de esfuerzo y trabajo. Para enero de 2014, los hermanos

y socios, Juan David y Fabián Mauricio esperan tener listo un equipo de ventas, la página web y seguir proyectándose hacia el turismo internacional y generar empleo para los jóvenes de la región con su propuesta de turismo, naturaleza, cultura y aventura.

La navegación por el río Páez, otro de los servicios que ofrece Naventur.

SALAS Y EQUIPOS PARA LA CALIDAD Y EL RENDIMIENTO Una ganadería que se pone a tono con los avances de la industria lechera. Una nueva etapa en el impulso de este renglón económico de Tesalia. Primeras salas demostrativas de ordeño con equipo mecánico.

D Javier Charry, asesor del programa, y Ernesto Perdomo, presidente de la JAC, visitan los cubículos de la recién terminada sala de ordeño.

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esde hace varios años, en la vereda El Espinal del municipio de Tesalia, una zona con vocación ganadera, se han puesto en marcha una serie de programas encaminados a fortalecer la generación de ingresos económicos de quienes derivan su sustento de esta actividad. Un ciclo en el que los miembros de la Junta de Acción Comunal veredal han ido aprendiendo, con la asistencia

técnica ofrecida por HOCOL a través de la Fundación del Alto Magdalena (FAM), los conocimientos indispensables para acrecentar la productividad de sus hatos. Una tarea de capacitación y apoyo económico en la que los ganaderos han podido mejorar la calidad de pastos y praderas, la producción y almacenamiento de comida, las razas de ganado, proteger el medioambiente, como también construir jagüeyes, arreglar techos y pisos de establos, entre otros, y que ahora le apunta a la adecuación de salas para el ordeño. “Estas representan un paso más en el desarrollo tecnológico de la ganadería y una ventaja en cuanto a la calidad de la leche”, sostiene Ernesto Perdomo, presidente de la JAC de El Espinal y en cuya finca, El Paisito, han tenido lugar varias capacitaciones y eventos ganaderos. Allí se ha montado la primera de las seis salas demostrativas de la vereda, con la que se espera animar a otros miembros de la JAC a que hagan las adaptaciones de los establos para que puedan recibir los equipos. El programa de mejoramiento de las condiciones de ordeño con las salas, explica el asesor técnico de HOCOL a través de la FAM, Javier Charry, “obedece a la necesidad de estar certificados de acuerdo con las normas en buenas prácticas de ordeño para marzo de 2014”. Con ello se busca mejorar la calidad de la leche para que cumpla con los parámetros fitosanitarios; segundo, una buena sanidad animal y tercero, aumentar la producción de leche por vaca en un 30%, ya que el equipo la estimula y, por lo tanto, se puede ordeñar dos veces al día. Además, como el precio de la leche depende de la calidad, este puede subir unos 30 pesos por litro, con lo que se favorecen los ingresos del productor. Otra ventaja adicional de las salas es que por las características del piso, se facilita la recogida de la bovinaza para el abono de los cultivos, puntualiza Charry.

Cultivo para fabricar el ensilaje.

HOCOL, a través de la Fundación del Alto Magdalena, financió la totalidad de los equipos de ordeño para dos vacas al mismo tiempo, los cuales funcionan con energía o motor a gasolina y tienen un valor cercano a los 8 millones de pesos. Por su parte, cada uno de los 6 beneficiarios debe correr con los gastos de adecuación de la sala: piso, cubículos, instalación de agua. “Hay que hacer una inversión, pero se compensa con las ventajas que son grandísimas. Las vacas de esta zona no son de alta producción lechera, pero están en 10 litros diarios y con los equipos se pueden ordeñar 30 vacas en una hora, mientras que manualmente se necesitan dos personas y se requieren unas dos horas y media. También la calidad de la leche se mejora hartísimo pues hay menos contaminación, lo que incide en la subida del precio de compra al productor”, enfatiza el ganadero Perdomo mientras revisa los acabados finales de la amplia sala demostrativa de 8 metros por 7.5 metros, con piso de cemento, 4 cubículos en medio de los cuales se coloca el equipo de ordeño, sección de lavaplatos para el aseo de las pezoneras del equipo y otros menesteres de higiene, y la sala de espera a donde llegan las vacas antes de entrar al cubículo.

En El Paisito se han dictado tres talleres de una hora, demostraciones de método sobre buenas prácticas de ordeño y manejo del equipo. Los 6 beneficiarios ya saben adiestrar las vacas para que se acostumbren a entrar a la sala, comer y dejarse poner las pezoneras; con el tiempo se espera pasar de un ordeño diario a dos, resume el asesor técnico de la FAM. En este proceso, “las cosas se han hecho bien, se ha trabajado y hay cosas para mostrar” afirma con seguridad Perdomo; además, agrega, “la ayuda de HOCOL por medio de los instructores técnicos de la FAM ha sido clave no sólo en lo ganadero, sino también en lo ambiental y en lo de cultivos para el sostenimiento de las fincas. Los miembros de la JAC está n ent usiasmados y contentos, porque esto es un desarrollo tecnológico importante y era algo que se necesitaba y se veía venir, en especial, con la incursión de grandes empresas de la industria láctea que tienen unos requisitos muy exigentes de calidad”. Con estas primeras salas de ordeño en esta zona del suroccidente huilense, la actividad ganadera de Tesalia sigue su avance para ser más competitiva y coadyuvar a mejorar los ingresos y calidad de vida de sus comunidades.

Las vacas de El Paisito producen unos 10 litros diarios de leche.

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MEJORAR LA VIDA, CON SEGURIDAD Ser parte de la vida de las comunidades y contribuir a que tengan mejores condiciones de vida es uno de los objetivos del programa de generación de ingresos y seguridad alimentaria que adelanta HOCOL con la asesoría técnica de la Fundación del Alto Magdalena (FAM), en los municipios de Paicol y Tesalia. Se trata de incentivar la productividad de cultivos tradicionales en la zona, como el cacao y la piña lo que, junto con los programas de huertas caseras en cada finca, contribuye a la sostenibilidad económica, a la seguridad alimentaria y el bienestar nutricional de las familias. Un proceso de capacitación y asistencia técnica con el que se cultiva, también, el arraigo y el sentido de pertenencia para seguir avanzando en la región.

Tesalia

Buena finca con buen vecino Enclavada en las montañas de la vereda Alto de la Hocha del municipio de Tesalia y vecina del campo que opera HOCOL está El Achiote, la finca que Rulber Benítez, uno de los hijos del dueño, se propuso mejorar -ahora en lo agrícola-, acogiendo la sugerencia de Farid Almario -asesor técnico de los programas que impulsa HOCOL por medio de la Fundación del Alto Magdalena (FAM)-, de vincularse al programa de seguridad alimentaria y siembra de cacao para la generación de ingresos. En su inquiet ud de encont ra r alternativas de sostenimiento de la finca, Rulber se interesó en participar en el programa de mejoramiento de establos de ganadería con la construcción de cobertizos, así como en las actividades de protección ambiental y conservación de nacederos, una de sus prioridades para materializar su ideal de vivir de lo que produce El Achiote. “Yo hago protección ambiental, enfatiza, es que hay que cuidar el agua porque sin agua no se puede hacer nada, no se puede sembrar”. Una labor para la cual HOCOL “me dio el alambre y el estantillo para encerrar el nacedero de la finca y los materiales para hacer un tanque de almacenamiento junto con la manguera para traer el agua desde la quebrada La Cascajosa que queda arriba de la finca, a unos 300 metros, y poder usarla para el bebedero de los animales y el riego del cultivo de plátano y los frutales”. Rulber “es muy comprometido y asiste a todas las capacitaciones, se involucra en los temas agrario y ambiental, y ha sabido poner su parte para aprovechar esos incentivos”, añade Nicolás Parra, asesor ambiental de la FAM. Tiene que andar a caballo un trecho de hora y media para llegar a las capacitaciones 10

Rulber revisa el cultivo de plátano que servirá de sombrío para el cacao.

que se dictan en la escuela veredal y en las que ha aprendido cuestiones básicas sobre “buenas prácticas agrícolas, administración de fincas y financiera, que se complementan con los talleres de manejo y conservación ambiental, para que el terreno sea sostenible y el productor haga las cosas bien”, anota el experto Almario. El Achiote tiene un buen potencial para la agricultura y cuenta con agua; el padre de Rulber le contaba que antes “se sembraba tomate y maíz, se dejaban descansar los potreros, y se sacaba harto”, una razón más para aceptar la invitación del asesor de la FAM, pues como Benítez mismo lo dice, “por acá lo único que sirve es la agricultura. Tengo ganas de sembrar cacao, en esta parte se da bien, es rentable y da platica. Y hay que pensar en un futuro y en que el cultivo me sirva para la subsistencia de mi familia”. Almario precisa que se trata de una variedad de cacao injertado de alto rendimiento, muy precoz, que se puede cosechar a los dos años y dura 30 años produciendo. Además, es posible aprovechar el estiércol del ganado para abonar el cultivo y, a su vez, el ganado

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se puede comer la cáscara del cacao, que contiene nitrón, y es muy buena para la ceba, como lo demuestran las experiencias hechas en otras partes. La idea es que El Achiote tenga un policultivo y sembrar cacao con maíz y conjugar las actividades agrícolas y forestales. “Los programas de HOCOL son buenos porque le ayudan a uno, he aprendido a injertar y otras técnicas de manejo agrícola”, argumenta Rulber. El asesor “me trajo semilla de maíz, unos cítricos -naranja tangelo y limón tahitiy los colinos de plátano que ya sembré, y me sirven harto pa’ el sombrío del cultivo y pa’ la comida, y estoy adecuando una hectárea para los palitos de cacao. Eso sí, a mí me toca poner la mano de obra y estar atento a todo lo que cultivo. Fuera de eso, me dieron 16 pollitos de engorde que también me sirven para la alimentación de la familia y para vender”. Rulber sabe que con el programa “tengo la seguridad de la comida y de mis ingresos, se asegura uno todo”. Apoyo que le ha servido para mejorar, para “progresar y ahí vamos. Antes a uno no le daban nada, ahora con HOCOL es distinto, ha sido un buen vecino”, y como

se le dio el permiso para pasar una de las tuberías del oleoducto por los potreros, añade, “me ayudaron con un nuevo camino para llegar más cerca a la casa. Con la trochita ya es más fácil porque yo salgo a caballo. Todo ha sido para mejorar la calidad de vida y más ahora con el cacao y los frutales”, sostiene Benítez mientras mira hacia el horizonte en busca de señales que anuncien las lluvias para seguir con la siembra del maíz, que intercalará en el cultivo de frijol y servirá para la alimentación familiar y de las gallinas ponedoras.

Paicol

Plantarse en un campo productivo Flor Ilva Lugo es una activa líder de la vereda San Matías en el municipio de Paicol, para quien no hay duda de que la “vida está en el campo, es muy bonito y le da a uno de todo”, lo que se nota al recorrer los terrenos de la propiedad familiar, situada en lo alto del cerro y desde donde se divisa el paisaje ondulado de las estribaciones de la cordillera, una de las razones del nombre de esta encantadora finca: Bellavista. Por el camino que conduce a la casa se ven los establos de guadua del ganado y las canecas para almacenar el ensilaje, que produce con los pastos que aprendió a mejorar con las capacitaciones de la Fundación del Alto Magdalena, y que le han servido para hacer más productivo su ganado y, por supuesto, enamorarse más del campo. Y, por eso, también es que se empeña en hacer rendir el tiempo entre la atención de sus responsabilidades como líder comunitaria y los cuidados de la huerta casera, las vacas y las gallinas ponedoras, “un valor agregado para que la familia tenga el alimento diario y se abastezca con lo que se produce en la misma finca”, resalta mientras se dirige a regar el piñal que está cerca a la casa; después irá al lote con los colinos de plátano para el sombrío del cultivo de cacao que le propuso el asesor de la FAM. En San Matías, la piña clavo rojo ha sido uno de los cultivos tradicionales, y Flor Ilva está convencida de que puede ser rentable. Ella y cuatro productores de la vereda reciben apoyo y capacitación por medio del convenio entre la Corporación Centro de Investigación para la Gestión Tecnológica de Passif lora, Cepass(Huila) y la Alcaldía de Paicol, que busca incrementar la productividad de este promisorio renglón de exportación. “Estoy con el sembrado de la piña para fortalecer los ingresos, y ahora HOCOL me colaboró con la construcción del

tanque de almacenamiento de agua y la manguera para regar las 2,200 matas del piñal” y también para asistir a una gira por Alpujarra, Tolima, a visitar cultivos y aprender de otras experiencias. “En Bellavista se hizo una práctica de poda a la que asistieron 22 personas de la vereda, lo cual ha sido muy motivador para la gente, pues sabe que si hay bastante producción entonces vale la pena pagar un vehículo para sacarla y comercializarla, y se está estudiando la posibilidad de combinar el cultivo con otras variedades, como oromiel y golden, según la demanda del mercado”. Con el cultivo del cacao, Flor Ilva sabe que tendrá otra fuente de ingresos para asegurar el bienestar de su familia en el largo plazo. “Son proyectos nuevos de siembra de plátano, cacao, maíz y frutales, que con las capacitaciones en buenas prácticas agrícolas motivan aun más a permanecer en el campo”. Los colinos de plátano que “me dieron van muy bien, lo mismo que los arbolitos de naranja tangelo, limón tahiti y

mandarina arrayana” que le entregó el asesor de la FAM, que crecen al lado de otras variedades de cítricos y frutales sembradas hace años. El objetivo es “darle al productor los insumos y el acompañamiento técnico necesarios para que pueda seguir después por su cuenta”, explica Almario. Para este cultivo de piña se tiene previsto, adicionalmente, la entrega de más matas, de forma que sea la carta de presentación para animar a otros de la vereda. Es decir, que la gente aprenda a mejorar la producción de piña y, más adelante, a transformarla para la comercialización”. Un apoyo que contribuirá a hacer viable otro de los sueños de Flor Ilva: “recuperar el cultivo de la piña. A HOCOL le quiero agradecer el apoyo que me han dado. Soy del campo y quiero vivir en el campo, es arraigo y calidad de vida, y ese es el futuro que quiero para mi hijo”. Un porvenir que afianza con el cuidado del piñal y de los colinos de plátano que muy pronto estarán acompañados de las matas de cacao.

Flor Ilva muestra orgullosa una de las piñas de su cultivo.

Sacarle el gusto al cultivo “Me llamo Mario Cerquera, cultivador de San Matías. Soy beneficiario del proyecto de piña y tengo unas 1.500 maticas adultas, cargadoras, y otras 500 que están empezando a cargar, de la variedad clavo rojo. El asesor técnico de los programas que tiene HOCOL a través de la FAM, Farid Almario, me trajo un tanque, unos rollos de manguera y un bulto de abono para el cultivo. La semilla ya la tenía y debo conseguir más”. “He asistido a todas las capacitaciones que nos han dado pues me ha gustado bastante ese cultivo de la piña. Para mí es un orgullo, un placer, llegar al piñal y ver las florecitas, las piñitas cargando; y segundo, la piña es deliciosa y he oído decir que tiene mucha fibra y ayuda a la digestión”. “Estoy invitando a algunos amigos de San Matías a que trabajemos con la piña y tengamos una buena producción para comercializarla juntos y que no cueste tanto el transporte”. “Luego de la gira por Alpujarra y viendo uno más cultivos, más se enamora. Y cuando a uno le gusta, uno más aprende”.

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Para José Domingo, con el cultivo de cacao se ayuda a mejorar el ingreso familiar por años.

Para vivir más sabroso “Nos toca a todos cuidar el medioambiente … porque la vida tiene que perdurar” Copla de José Domingo Montilla

“Me entusiasmé con el cacao por una gira que hicimos a Rivera para ver un cultivo de cacao y otro de uva, y ahí me quedó gustando; pero como esa tierra no es igual a la de por aquí, entonces vino un ingeniero a hacer el estudio del suelo para poder comenzar a sembrar”. La visita, recuerda José Domingo Montilla,

la organizó el asesor de los programas de cultivos que HOCOL impulsa por medio de la FAM. A ella fueron varias personas de la vereda San Matías. En Las Delicias ya antes había sembrado cacao, “tenía unas matas viejas que he estado macheteando”, explica José Domingo, “y como a mí me ha gustado harto ese cultivo, me llamó la atención este programa nuevo y decidí meterme”. En octubre de 2012 inició la siembra de 380 matas de cacao,”100 me las trajo el asesor y el resto las sembré yo, sacándolas del cacao que por aquí tenía. También

voy a reemplazar la caña que está en ese mismo lotecito: tendré más cacao. Me metí al programa y me han capacitado en técnicas de manejo y de poda, y le he aprendido al asesor”. “A mí HOCOL me ha ayudado para construir el tanque de almacenamiento de agua, con la manguera del riego y las semillas. Primero me dieron fríjol para que lo sembrara junto al maíz y después hice la hoya para sembrar el cacao, porque yo ya tenía el sombrío con el plátano y con los árboles grandes de iguá, que dejé cuando limpié el potrero a pura pala, y no lo quemé”. José Domingo sabe que el cultivo de cacao contribuye a la sostenibilidad económica de la finca, como, por ejemplo, “la cáscara se la doy de alimento a las vacas y a la vez se aprovecha el estiércol del ganado para abonar el cultivo sin tanto químico”. Por eso, va a sembrar más matas a medida que aumenten sus ingresos con la venta de la primera cosecha, y espera que el cacao le “dé para la pensión de vejez”. Y seguir trabajando “porque no hay que bregarle con tanto afán como con otro cultivo, que si se maduró y no se cogió se perdió; entonces, uno lo va cogiendo poco a poco, lo va amontonando, lo va picando, lo va echando en los cajones y se va oreando. Así es más fácil el trabajo y hay más platica vivir más sabroso”, recalca Montilla, un coplero que, además, ha ganado premios en los concursos de música veredales.

Huertas que alimentan la vida “Soy Rosario Rodríguez Cabrera, esposa de José Domingo Montilla. Estoy en el programa de seguridad alimentaria y huerta casera por la invitación que nos hizo el asesor técnico de la FAM, a quien le dije: ¡Pues desde que pueda ir por allá, yo me le meto! En el programa lo primero que nos dieron fueron semillas de verduras y hortalizas para la huerta casera: cilantro, tomate, zanahoria, lechuga, habichuela, espinaca, repollo, ahuyama, y también un caucho para la hechura del abono que llaman bocachi; además, una regadora y una bombita para fumigar las matas. Se trata de que en la casa se tenga todo lo que necesita en la huerta y eso es muy bueno, porque aunque sea tiene uno el cilantro de castilla para echarle a la sopa, el tomate, la zanahoria... y ya no toca ir al pueblo a buscarlo y comprarlo. Además, como no se le echa nada de veneno a las matas, de químicos, todo es sano y de mejor calidad. También me dieron 6 gallinas ponedoras con el bulto de comida que necesitan, que ya empezaron a poner y me dan huevitos para el consumo doméstico y también para vender”. “He asistido a las capacitaciones en buenas prácticas. Nos enseñaron a injertar matas, aunque todavía me falta práctica para hacerlo muy bien. En esos cursos uno aprende a relacionarse con las demás personas y ve otras cosas distintas, se mejoran las relaciones con los vecinos, y cuando hay una minga todos dicen que sea acá en Las Delicias, donde Montilla, y vienen y también vamos a otras fincas”. “Todo me ha gustado, y la huerta casera es muy buena; todo es fresco y sin químicos. Y lo del cacao me parece muy bueno: antes teníamos cacao pero se nos acabó y ahora tenemos el lotecito allá arriba, y José Domingo vive muy entejado en ese cacao y cuando no puede ir a regar, yo voy y ya tenemos el tanque y la manguera. Esperamos que dé plata y ahí vamos mejorando los ingresos con lo de la venta del cacao y asegurando la comida de la familia pues tiene más de dónde coger”.

Esta es una publicación de HOCOL. Los programas aquí reseñados se desarrollan dentro de los contratos San Jacinto & Rio Paez, Campo La Hocha 100% HOCOL y Campo Cañada Norte en asociación con: Coordinación Editorial: JUAN PABLO FERRO CASAS e ISABEL CRISTINA TREJOS VELÁSQUEZ Fotografías: HOCOL Diseño: JOHN W. TORRES Impresión: CEDRO IMPRESORES. Acciones No. 8

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