1 CRITERIOS LEXICOGRÁFICOS EN CISNEROS (1764)
CRITERIOS LEXICOGRÁFICOS PRESENTES EN FRUTOS, QUE PRODUCE LA PROVINCIA DE BENEZUELA (DESCRIPCION EXACTA DE LA PROVINCIA DE BENEZUELA. JOSEPH LUIS DE CISNEROS, 1764)
Alkys Lamas Universidad Pedagógica Experimental Libertador Instituto Pedagógico Rural “El Mácaro” El Mácaro, edo. Aragua – Venezuela
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RESUMEN
Un documento colonial que ha planteado dificultades para su estudio y análisis histórico corresponde con “Descripción Exacta de la Provincia de Benezuela” (Joseph Luis de Cisneros, 1764). La referida obra constituye un asidero de información destacable por su capacidad de abarcar temáticas diversas, tales como: registros de la geografía venezolana, crónicas de quehaceres cotidianos populares, además de incluir una caracterización sucinta de flores, frutos y animales propios de la referida división territorial. Un capítulo contenido en el libro en cuestión, y que es titulado “Frutos, que produce la Provincia de Benezuela”, se conforma como una lista descriptiva de plantas y frutos (fitónimos) propios de dicha jurisdicción y para los cuales el autor destaca sus principales usos populares medicinales. Al estimar la relación que hace Cisneros por fitónimo acorde a su uso y a sus efectos medicinales específicos se observa, en el léxico botánico reportado, el trabajo descriptivo construido por el autor lo que en consecuencia remite al estudio de las técnicas de descripción aplicadas en la aludida sección. Por este motivo, la investigación se propone identificar y analizar en el capítulo “Frutos, que produce la Provincia de Benezuela” las características lexicográficas presentes tal que permitan clasificarlo como producto lexicográfico, en específico, como glosario. Los basamentos teóricos y metodológicos corresponden fundamentalmente con los autores: Campos Souto y Pérez Pascual (2003), García Castro (1997), Labandeira (s/f) y, Pérez (1992) y (2005).
Descriptores: fitónimo; criterios de descripción lexicográfica.
2 CRITERIOS LEXICOGRÁFICOS EN CISNEROS (1764) La ciencia de las plantas en América: Albores de la botánica en las Indias Occidentales
La lexicografía botánica elaborada en lengua española, tanto por viajeros provenientes de la península ibérica como por naturales de tierras americanas, se enmarcó bajo criterios de nominación y descripción basados en la observación y descripción sucinta y simple de las características concretas o directas apreciables en plantas seleccionadas. La herencia descriptiva de las plantas amerindias se orientaba en la adopción de criterios de usos alimenticios, artesanales o medicinales que indios y exploradores asentados en las Indias compartieron previamente como transmisión cultural, de modo que, es altamente coincidente y repetitivo el empleo en libros de anotaciones de expediciones o relaciones descriptivas de expresiones como: “se dice que”; “hay quienes dicen que”, “porque según los naturales”; “se asemeja a”; “es semejante a”; “parece [una], [a]”; entre otros. El conocimiento o ignorancia que muchos viajeros tenían de la naturaleza americana para los siglos XVI, XVII incluso parte del XVIII, revelaba no sólo la atención, curiosidad o necesidad de aproximarse a los frutos de las Indias sino además a la ausencia de conocimientos científicos (teóricos y metodológicos) para su aplicación en procesos cognitivos fundamentales como la observación, descripción, comparación, relación, clasificación, jerarquización y conceptualización de la flora americana. No obstante, parte de esta perspectiva no – científica asumida en estas tierras de Indias no se distanciaría en proporciones representativas en cuanto la aplicación y desarrollo de la botánica en Europa, disciplina o actividad que encuentra sus orígenes en tratados médico – curativos elaborados en Grecia a finales de la Edad Antigua. Así pues lo conocido como “herbario” y “herborística” resultarían el producto textual y la ‘ciencia’ que lo genera respectivamente, situación que se mantendría –aunque con evolución relativa- hasta muy adentrado el siglo XVI en Europa y Asia. En lo que compete a los herbarios producidos en Europa y en las Indias Occidentales, estos persiguen continuar con una modalidad textual y discursiva similares. La noción de “herbario” concebida en los inicios de la Edad Media se
3 CRITERIOS LEXICOGRÁFICOS EN CISNEROS (1764) prolongaría hasta muy avanzado el siglo XVI cuando, a partir de los asentamientos españoles en diferentes espacios territoriales de América, comienzan a desarrollarse en función a su vez, de diferentes factores: i) el contacto de lenguas españolas y amerindias, lo cual permitiría el “ingreso” en el español de nuevos términos que indicarían nuevos objetos sino además la asociación de objetos nuevos con otros ya conocidos lo que resultaría en la doble nominación y, en algunos casos, neologismos. Caso aparte la ideación de nuevos significados conforme a usos y atributos farmacológicos descubiertos y experimentados; y, ii) el inmenso caudal informativo que, en materia de plantas alimenticias y medicinales, debía reportarse a las autoridades reales españolas requería de espacio independiente de desarrollo temático, las relaciones geográficas y los cuestionarios reales que en su mayoría les estructuraban no ofrecerían mayores espacios de desglosamiento de todas las especies vegetales y sus aplicaciones o efectos contraproducentes.
Inicios del herbario en la Venezuela colonial: Entre el asombro natural y la dominación imperial
En sentido contrario respecto a Europa, en la América del siglo XVIII aún se redactaban obras de herbología cuyos contenidos referentes a plantas americanas describían fundamentalmente sus usos principales, es decir, la manufactura de objetos o instrumentos de primera necesidad como por ejemplo aquellos empleados en las misiones (canoas, techos de viviendas, entre otros); además de las indicaciones de propiedades nutritivas y/o medicinales que estas pudieran contener. En el aludido siglo XVIII, el continente europeo ya comenzaba a reconocer a la botánica como ciencia experimental dispuesta de teoría y metodología propias y específicas, en este sentido, se intensificó progresivamente un pensamiento científico cuya base epistemológica le orientaba al discernimiento de la botánica frente a la herbología y farmacología o fármaco – botánica. Ahora bien, cabe efectuar el planteamiento: ¿Qué determinaba en el siglo XVIII que una actividad ejecutada con plantas constituyera una práctica botánica y no
4 CRITERIOS LEXICOGRÁFICOS EN CISNEROS (1764) herborística? Moreno (2007), en una investigación enfocada en el herbario y su aplicación como recurso para el aprendizaje de la botánica, aborda brevemente parte del cuestionamiento referido: ¿Qué es la botánica? Las respuestas serían entre otras: “es el estudio científico de las plantas”, “es la ciencia que trata los vegetales”, “es la ciencia que se refiere a la información básica relacionada con las plantas en general”. Las definiciones anteriores podrían ser rebatidas por cuanto existen imprecisiones acerca de lo que se entiende por “plantas” o “vegetales” y además, no está claro el alcance de lo que se acepta como “ciencia” o “estudio científico”. (p. 416) Pero si la botánica exige en el estudioso el dominio de criterios teóricos con objeto de obtener una práctica metódica y rigurosa, ¿qué exigencias denotaba la elaboración de un herbario -considerado como un tratado no científico de plantas- en la Edad Media y, en especial, la Moderna? A pesar de la presunta existencia de ‘Códices’ prehispánicos orientados en la disertación de una proto – medicina con base en el suministro de plantas o sustancias vegetales en una enfermedad o afección, por ejemplo el “Manuscrito Sequera” (1575), el concepto de “herbario” sería trasladado desde Europa hacia América alcanzando en esta última un destacado desarrollo en México y Perú durante el siglo XVI hasta alcanzar su expansión y práctica progresivas en las demás regiones de las Indias Occidentales para los siglos XVII y XVIII. Antes bien, ¿qué noción europea de herbario es asumida y moldeada a la incógnita y no menos exuberante naturaleza americana?
Joseph Luis de Cisneros: Tras la incertidumbre historiográfica ¿Quién fue exactamente Joseph Luis de Cisneros? ¿Fue “Descripción Exacta de la Provincia de Benezuela” el primer libro impreso de Venezuela? ¿Es
apropiado
considerar a esta obra, como un texto no científico “pionero” en la descripción capitulada de elementos naturales, estimando por demás su contexto temporal (segunda mitad del siglo XVIII)?
5 CRITERIOS LEXICOGRÁFICOS EN CISNEROS (1764) Hasta la actual fecha, no ha sido posible esclarecer los orígenes y vida de Cisneros, pese a las muchas conjeturas que en torno a él se han elaborado por los más estudiosos de la Historia y Lingüística venezolanas. Labandeira Fernández (s/f), en “La polémica del libro de Cisneros”, efectúa una revisión sintetizada de destacados autores que han intentado aproximarse a lo que refiere la vida y obra de Joseph Luis de Cisneros. Así, comenta cómo Manuel Segundo Sánchez en su artículo “El primer libro editado en Venezuela” (1912), convencido de sus hipótesis contraría la negación de Cisneros asumida por Arístides Rojas, puntualizando sus conclusiones sobre Cisneros y su libro:
1° Que en 1764 existía en Valencia del Rey (Venezuela) un pequeño taller de imprenta capaz de imprimir, con muchas imperfecciones, un breve libro de 118 páginas. 2° Que la introducción de la imprenta en Venezuela data, cuando menos, de 1764 y no de 1808 como venía diciendo Rojas. 3° Que Cisneros era republicano y, probablemente, empleado de la Real Compañía Guipuzcoana de Caracas. 4° Que del citado libro se hicieron pocos ejemplares, puesto que sólo se conocen en 1912 cuatro ejemplares: los dos descritos por Leclerc, el del Museo Británico y el que posee en Madrid el señor Graiño. (p. 57) Empero, existen obstáculos que impiden aclarar la confusión: por una parte – sostiene Labandeira (ob. cit.)-, investigadores como Rojas y Leclerc, se han apoyado en referencias naturales poco precisas que Alexander von Humboldt diera a conocer en 1808 en su obra “Viaje a las Regiones Equinocciales del Nuevo Continente hecho entre 1799 – 1804 junto con A. Bompland”.
Incluso, el alemán brinda aserciones
relacionadas con impresiones hechas en Venezuela para la época de sus exploraciones. Llegado a este punto, del que nadie ha sabido encontrar dichas referencias así como ningún testimonio documental de la actividad de imprenta en el país previos a la primera mitad del siglo XVIII, mucho de lo atribuido a Cisneros como la información de su libro y, mucho más crítico, que éste haya sido editado en la Valencia del Rey y llevado luego los ejemplares de obsequio al Museo Británico, el Museo Nacional de París y la Biblioteca Vaticana nunca ocurrió.
6 CRITERIOS LEXICOGRÁFICOS EN CISNEROS (1764) En otro orden, se ha hecho observar que si Cisneros fue un funcionario de la extinta Guipuzcoana, es un referente histórico que no podría ser determinado con absoluta convicción y esto se presenta de esta forma por la causa que se ha arrastrado desde casi tres siglos: Inexistencia de documentos oficiales. Pero, si el aludido personaje perteneció o no a las filas de emisarios de la Compañía referida, -aparte de dificultosa comprobación- poco contribuye a los objetivos de investigación. Ahora bien, un primer punto de análisis que interesa en esta sección lo es la definición y caracterización del tipo de texto a abordar. ¿Es “Descripción Exacta de la Provincia de Benezuela”, un anecdotario de viajes o, registro oficial de rubros vegetales (plantas y frutos) conocidos por el autor durante su estancia en la Compañía Guipuzcoana? Posiblemente sea esta última opción pero, si se considera que la Provincia de Venezuela1 disponía antiguamente de considerables proporciones territoriales que abarcaban y limitaban desde Maracapana (Oriente del país) hasta el Cabo de La Vela (Occidente del país), bien pudiera presumirse que de sus varios viajes que con motivos laborales le tomaría veinticinco años de vida –tal como el mismo lo indica en su libro-, Cisneros aprovecharía la recolección de información concerniente a intercambios comerciales y, entre variadas datas de compra y venta, llamaría su atención el uso particular de diversos tipos de plantas. En consecuencia, ¿cómo clasificar, en primera instancia, el libro de Cisneros? La delimitación, conceptualización y posible caracterización del texto de estudio nos lleva a fijar una primera base. “Descripción Exacta…” constituye una relación descriptiva geográfica que se ve complementada por orientaciones de tipo etnográficos debido a los relatos que, sobre costumbres y comportamientos sociales de la época, son incluidos. En este último punto reposa lo excepcional de Cisneros, en cómo un empleado comercial no sólo reconocería frutos sino que además, fue capaz de
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“La Provincia de Venezuela o de Caracas perteneció, en lo judicial, a la jurisdicción de la Real Audiencia de Santo Domingo y desde 1717 hasta 1723 dependió del Virreinato de Santa Fe; extinguido éste temporalmente, Venezuela volvió a la jurisdicción de Santo Domingo hasta que, creado de nuevo el Virreinato Neogranadino en 1739, se incorporó otra vez a la Audiencia de Bogotá; en 1742 pasó una vez más a Santo Domingo hasta 1786 cuando finalmente se creó la Real Audiencia de Caracas, que fue el espaldarazo de la integración venezolana, que ya se había logrado en 1777 con la unificación de todas las Provincias en lo político.” (Arellano, ob.cit.; p. 188 – 189)
7 CRITERIOS LEXICOGRÁFICOS EN CISNEROS (1764) identificar y apuntar propiedades medicinales atribuidas por habitantes de diversas ciudadelas que integraban la amplia Provincia de Venezuela. A estos efectos la “Descripción…” de Cisneros es catalogada como Descripción General (DG) por cuanto esta tipología textual constituye, de acuerdo con García Castro (1997): … aquellos comentarios de las características más notables del país, sus gentes y, en menor medida, los hechos. Fueron subdivididas a su vez en: generales (DG), regionales (DR) y locales (DL) según el ámbito geográfico abarcado, y en grupo aparte, las naturalistas (DN) cuando la finalidad de la obra es la difusión de los aspectos naturales: botánica, fauna, mineralogía. (p. 461) Como dato historiográfico complementario, García Castro (ob. cit.) hace observación del grado testimonial de la fuente documental, en este sentido, se hace la indicación de que el libro de Cisneros es, por demás, elaborado con información cuyas fuentes son de tipo directa (D) puesto que “… los datos aportados por el autor son testimonio directo de lo sucedido.” (p. 461). Cisneros y Descripción… ¿Incisos de la lexicografía venezolana?
A diferencia de los misioneros (visitantes y asentados) en territorio venezolano, Cisneros probablemente no cuenta con conocimientos “científicos” relativos a la botánica y geografía practicadas en su época. Al no ser, pues, Joseph Luis de Cisneros científico ni académico de profesión no debe desestimarse como posibilidad dentro de su formación personal la lectura de relaciones geográficas elaboradas por religiosos o emisarios de la Corona Española previas a su tiempo, elemento que de considerarse como factor hipotético influyente bien pudo incidir y orientar la labor descriptiva de Cisneros en cuanto su presentación formal y discursiva, la concepción del esquema de trabajo, el desarrollo capitulado de los contenidos temáticos, su desempeño aunque no catedrático sí esmerado de los diferentes tópicos abordados, su interés porque su producción fuese lo más extensiva y comprensible posible en cuanto a lo que entiende pudieran ser sus lectores, completarían una empresa lejana de pretensiones
8 CRITERIOS LEXICOGRÁFICOS EN CISNEROS (1764) academicistas destacándose un sencillo perfil de investigación que conjuga talento habilidoso y cultura laboral, tal que: “… en ella encontrareis sin hyperboles, sin cultùra, y sin aliño la verdad desnuda, con un estilo llano y castizo, y propio de Americano…” (Cisneros, 1981; p. 64) Preocupado o curioso quizás por los destinos comerciales de productos agrícolas y por los usos medicinales de algunos de ellos, Cisneros opta por mostrarse (aparentemente) al margen de considerar a las plantas sólo como meros rubros mercantiles y, pese a ello, el autor puede que no se haya propuesto elaborar una producción etnofarmacológica, ni mucho menos una de tipo lexicográfica, sin embargo, para los propósitos de esta investigación “Descripción Exacta de la Provincia de Benezuela” porta vigencia y precisión en una sección cuyo contenido relaciona prácticas medicinales populares coloniales las cuales son aún reflejadas en diccionarios del español actual, de venezolanismos y de botánica algunos de ellos elaborados entre los siglos XVIII, XIX, XX y XXI. De hecho, se sustenta en Pérez (2005) la premisa de considerar el Capítulo “Frutos, que produce la Provincia de Benezuela”, como una sección adjunta a la obra de estudio y dotada además de orientaciones lexicográficas. En este sentido, el potencial diccionario contenido incógnito que representa dicho capítulo guarda unas cualidades que le preservan y distinguen como repertorio léxico aunque circunscrito en una obra de mayor envergadura, poseedor de independencia y formalidad para extraerle de su entorno de origen y posterior sometimiento a organización y análisis en solitario. En este orden de ideas, Pérez (2005) sostiene que los diccionarios “infusos” o “inadvertidos” representarían […] aquellos que reposan en libros que no fueron pensados como diccionarios o que no son diccionarios formalmente hablando. Se trata de los inconmensurables diccionarios que viven ocultos en la narración y discurso de libros y especie textuales variadísimas. (p. 33) Por todo lo expuesto, un primer interés investigativo se orienta en destacar la obra de Cisneros como un icono de la lexicografía colonial venezolana (s. XVIII), una
9 CRITERIOS LEXICOGRÁFICOS EN CISNEROS (1764) obra dotada de una terminología fitonímica, si bien de escaso rigor científico, sí dotada de elevadas orientaciones lexicográficas y etnográficas por cuanto su capacidad de comprender una suma representativa de voces indígenas y españolas designadoras de la flora americana así como de sus atributos curativos concedidos por los pobladores de la extinta Provincia de Venezuela. Cabe destacar que, en lo sucesivo, se analizarán los procedimientos aplicados por Cisneros y que la lexicografía asume como técnicas de descripción léxica, estos mismos criterios descriptivos caracterizan la estructura tanto de diccionarios formales como de diccionarios no formales incluso, para el caso que se atiende, los diccionarios infusos. En atención a este último, se presentan seguidamente las definiciones de aquellas técnicas de descripción léxica que se asumen presentes en la obra de Cisneros2. 1. Enumeración sucesiva: implica la construcción de un listado continuo de voces por lo general pertenecientes a un mismo campo semántico. En el caso de esta investigación, se da cuenta de lista de especies vegetales propias de una localidad geográfica puntual. de treinta (30) productos que contemplan minerales y vegetales. Para el primer tipo, que corresponden a los números 1. y 2., se hace mención del “oro” y sus variantes así como una ponderación del metal “plata”; agréguese a ellos, la mención de cinco (05) topónimos relativos a la provincia descrita, a saber (en orden de aparición): “Baruta” (pueblo de ~); “Apa”; “Carapa”; “Caracas”; y “Guayra” (puerto de la ~). 3 Al alcanzar el fitónimo número 30, se abandona la enumeración y seguida de este una lista de fitónimos a los que se les incorpora una breve descripción de su apariencia física, usos y propiedades curativas.
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Con objeto de especificar dichos procedimientos, se han seguido las puntuaciones hechas por: Pérez, 1992; p. 128 – 129. 3 Parte de la transcripción hecha de determinadas palabras citadas en los ejemplos citados, evidencia modificación respecto su presentación en texto original; esto debido a la incompatibilidad de transcripción de caracteres (tipos) del español de mediados del siglo XVIII en tipos actuales de escritura.
10 CRITERIOS LEXICOGRÁFICOS EN CISNEROS (1764) 2. Descripción semántica: que comprende elaborar una exposición precisa de las cualidades o propiedades que pertenecen a un cuerpo u objeto acorde su naturaleza. Efectuada mediante la estructura de enlace “es”. Si bien no es la empleada con mayor frecuencia, permite la identificación de los atributos físicos y medicinales más puntuales del fitónimo citado. “Gengibrillo, que es una Raiz pequeña, de el grueso de dos lineas, eficaz remedio para el Estomago, se halla en muchas partes.” (Cisneros, ob. cit.; p. 115) 3. Sinonimia peninsular: aplicada a través de adverbios tales como “también”. Su función es establecer relaciones de equivalencia entre voces originarias de una misma localidad geográfica. En el caso de Cisneros, la precisión de la ubicación territorial corresponde con el continente europeo, incluso el africano. Aplicada a través del adverbio “también”. Por ejemplo: “Algarrobo, tambien Resina, en cualquiera parte.” (Cisneros, ob. cit.; p.116) 4. Mixta: procedimiento que combina la descripción semántica y la sinonimia peninsular ya que permite establecer relaciones de equivalencia entre voces de procedencia lingüística distinta, además de detallar las características o atributos más destacables compartidos por los objetos a los que aluden dichas voces. Combinados los dos procedimientos anteriores, se estima su uso en casos como: “Malambo, Arbol grueso, su Corteza semejante á la Cascarilla, y muy medicinal.” (Cisneros, ob. cit.; p. 115) 5. Uso pragmático: comprende la aplicación de fórmulas dentro de la definición de una voz y que dan cuenta del uso restringido que posee una voz según un campo semántico específico, o un grupo social –incluso un espacio geográfico- particulares. Aparentemente su uso no es localizable en el texto; sin embargo, para la voz “cobre” se prevé que la expresión que le acompaña “muy selecto”, implique determinada ponderación social
11 CRITERIOS LEXICOGRÁFICOS EN CISNEROS (1764) para el mencionado metal. En este sentido, la expresión aludida viene a asomar la posible estimación que Cisneros tomaría de dicho metal o tal vez, de las atribuciones que le adjudicaba al mismo los habitantes de la provincia. 6. Sinonimia americana: establece relaciones de equivalencia entre voces originarias del continente americano. Manifiesta en “Cavima” (Cisneros, ob. cit.; p. 114), “Copey” (Cisneros, ob. cit.; p. 116) y “Jalapa ò Pasaña” (Cisneros, ob. cit.; p. 114) 7. Enciclopédica: de acuerdo con Pérez (1992) “… en donde la definición además de la descripción aporta otras informaciones, ‘in extenso’, sobre la utilidad de la cosa definida.” (p. 126) Contempla usos y propiedades adjudicados a zoónimos y fitónimos citados.
“Lengua de Chucho, es un Pez, que se coge en la Costa del Mar, y una ochava de sus polbos, tienen virtud para la orina.” (Cisneros, ob. cit.; p. 115)
“[…] en muchas partes El Copey, su leche, para reunir quebrados: Su Flor, hecha una resina medulosa, y causa el mismo efecto.” (Cisneros, ob. cit.; p. 116 – 117)
8. Observaciones diatópicas: constituyen marcaciones puntuales de lugares que precisan la ubicación de un objeto (continente, país, ciudad, poblado, etc.). Dichas marcaciones son empleadas con reiteración, aunque, las expresiones “en todas partes” o “en muchas partes” desequilibran la precisión informativa correspondiente al origen o procedencia
geográfica
de
algunas
plantas
masificando,
consecuentemente, cultivos y usos de las mismas para toda la Provincia.
“18. Cera, en Avundancia por Coro, y Carora.” (Cisneros, ob. cit.; p. 114)
“Palo Capuchino, tambien la Corteza de este Palo, es medicinal, y se encuentra en todas partes.” (Cisneros, ob. cit.; p. 115)
“Almacigo en qualquier parte.” (Cisneros, ob. cit.; p. 116)
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“Viravira Yerba medicinal en los Altos de San Pedro.” (Cisneros, ob. cit.; p. 116)
9. Incorporación de voces en latín: atiende la inclusión de locuciones latinas cuya función comprende la ampliación de la explicación (definición) de una voz poco conocida. También atiende la ausencia de equivalencia de una voz en una lengua distinta a la original, por tanto, la búsqueda de una locución en lengua latina permite hacer registro de la posible nominación científica de un objeto o también, la aplicación de un tipo de sinonimia sostenida entre la voz común o vulgar de, por ejemplo, una planta y su correspondiente voz culta o científica. Sólo registra Cisneros un caso de una voz a la que le antecede su expresión ‘equivalente’ en latín, lo cual insta a plantear hipótesis en torno a dos posibles causas: a. Posible nombre científico o designación peninsular correspondiente con una planta dotada de una característica puntual (extrema dureza), luego, dicha denominación sería trasladada a América para efectuar equivalencia con otra planta llamada, esta vez, por los oriundos “quiebra acha” b. Expresión culta (latín) con la que se designaba a todo árbol o vegetal cuyo cuerpo o tronco presentara considerable resistencia a su ruptura, de allí la asociación de “linum” (especie vegetal) y “ferri” (dureza semejante a la del hierro) A modo de conclusión
Luego de identificar los criterios de descripción lexicográfica constatados en la obra de Cisneros (1764), es pertinente precisar el tipo de texto lexicográfico que mejor se ajuste a los lineamientos descriptivos ya reportados. La lexicografía en sus múltiples actividades de investigación requiere la elaboración de diferentes tipos de textos, cada uno de éstos acoplados tanto en
13 CRITERIOS LEXICOGRÁFICOS EN CISNEROS (1764) estructura como en contenido y conformes al tratamiento brindado a una lengua en general o, al uso particular de voces pertenecientes a una lengua. Bien pudiera decirse que el diccionario es el género o producto lexicográfico que dispone de mayor predilección o jerarquía por ser quizás el vocablo más representativo o sinonímico de lo que consiste la lexicografía. Sin embargo, existen otros productos textuales entre los cuales merece destacarse el glosario como género lexicográfico que ha preservado su existencia y vigencia desde la Edad Media, momento histórico y cultural para el que la glosa romance de textos latinos o árabes facilitaba la comprensión de palabras que requerían explicaciones detalladas aunque, puntuales. Estas mismas explicaciones que fungían inicialmente como apostillas u observaciones marginales hechas en el mismo texto exigieron un espacio propio no ya dentro de la obra de referencia, es así cómo al evolucionar el tratamiento dado a las glosas éstas se independizan y se constituyen a manera de listas autónomas de palabras conocidas en adelante como glosarios. En este sentido, los glosarios conformarían de acuerdo con Campos Souto y Pérez Pascual (2003): … catálogos independientes de anotaciones léxicas sobre ciertas voces juzgadas de difícil comprensión para el lector de una obra. Esa función ancilar de guía para la correcta descodificación de un texto se mantiene en los glosarios actuales, concebidos en general como inventarios léxicos que se proponen aclarar el sentido de ciertos vocablos oscuros o poco familiares a los receptores de una obra. Sin embargo, este marbete se aplica del mismo modo a los repertorios de términos de una ciencia, técnica, jerga, etc., y a la colección de glosas de un autor o una obra. (p. 55) El glosario se desempeña pues como un repertorio léxico de extensión no muy amplia y que responde al esclarecimiento de palabras pertenecientes a un subconjunto específico de uso (términos técnicos, jergales, entre otros) y que implica además que la información suministrada permita al lector ampliar sus conocimientos sobre temas puntuales, es decir, mucho más que conocimientos lingüísticos (de tipos morfológico, sintáctico, etimológico, entre otros) el glosario da cuenta de contenidos informativos
14 CRITERIOS LEXICOGRÁFICOS EN CISNEROS (1764) que permiten ampliar la competencia comunicativa del usuario según un área concreta de conocimiento. En el caso de los glosarios especializados y, en la botánica como área específica del saber, éstos adquirieron promoción y difusión notorias a partir del Renacimiento. El conocimiento y compartimiento de obras elaboradas en la Antigüedad, como por ejemplo, las obras de Dioscórides exigió el manejo en las ciencias de las plantas de un vocabulario técnico propio de la disciplina y traducido a diferentes lenguas para así obtener una mayor divulgación, de esta forma, comienzan a conocerse obras -redactadas originalmente en griego y en latín vulgar- en diversas lenguas nacionales entre ellas, el español. Es así como la preocupación por conocer una disciplina abarcaba no sólo lo correspondiente a su terminología sino además la aplicación de técnicas que permitieran la organización del léxico de un campo de acción específico. Además de la clasificación del producto lexicográfico hecha en “Descripción Exacta…” (ob. cit.) se hizo observación a lo largo del análisis efectuado de Algunos de los procedimientos de descripción léxica no evidenciados en primer plano en el texto y que requieren su revisión en una posterior investigación; tales procedimientos los comprenden: i) Remisión simple, ii) Remisión a un lema registro y, iii) Usos figurados. Es menester culminar atendiendo a vacilaciones escriturales que constituyen –se asumen- muestras de procesos evolutivos de la lengua escrita española. Es así como en la obra de estudio, se constató casos de variantes gráficas manifiestas en Cisneros a través de las voces fitonímicas que reporta, y que bien pueden tratarse como importantes variantes representativas del español de Venezuela para el siglo XVIII.
15 CRITERIOS LEXICOGRÁFICOS EN CISNEROS (1764) REFERENCIAS
Arellano, F. [S. J.] (1986). Una introducción a la Venezuela Prehispánica. Cultura de las Naciones Indígenas Venezolanas. Caracas: Universidad Católica Andrés Bello. Campos Souto, M. y Pérez Pascual, J. (2003). El diccionario y otros productos lexicográficos. En Lexicografía Española. (pp. 53 – 78). Barcelona: Ariel. Cisneros, J. 1981
(1764).
Descripción Exacta de la
Provincia
de
Benezuela.
Caracas: Fuentes para la Historia Colonial de Venezuela. Biblioteca de la Academia Nacional de la Historia. García Castro, Á. (1997). Crónicas, descripciones, informes y relaciones de viaje. En Diccionario de Historia de Venezuela. Tomo IV. (pp. 461; 478 –
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La
polémica
en
del
libro
de
línea].
Cisneros. Disponible:
http://www.ucm.es/BUCM/revistas/fll/02104547/articulos/ALHI7777110053.pdf [Consulta: 2008, abril 06] Moreno, E. (2007). El herbario como recurso para el aprendizaje de la
botánica. Acta
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y
Educación.
Católica
Institutos
Andrés Bello.
Humanísticos
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Investigación. Pérez, F. (2005). Pensar y hacer el diccionario. Nociones de Lexicografía: Definiciones, géneros,
crítica
e
historia.
Criterios para
elaborar
diccionarios,
métodos de investigación y bibliografía lexicográfica. Caracas: CEC – UCAB. Sánchez, M. (1934). El primer libro editado en Venezuela. En Boletín de la Academia Nacional de la Historia, 66. Caracas: Academia Nacional de la Historia.