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CRUCEROS EN GUAYMAS, CÓMO ESTAMOS 3 AÑOS DESPUÉS Hace un tiempo, durante el tránsito entre proyectos tuve la oportunidad de estar dos semanas en Las Islas Canarias, específicamente en el Puerto de Las Palmas de Gran Canaria; durante estas dos semanas pude “echarle un ojo” tranquilamente tomando un café o una cerveza (dependiendo de la hora) al movimiento del turismo de cruceros en la isla, tema que me ha interesado más desde que se anunció el inicio de esta industria en Guaymas.
Muelle de Cruceros de Las Palmas de Gran Canaria, donde es común ver hasta 5 cruceros atracados.
La Terminal de Cruceros de Las Palmas recibe a más de 400,000 turistas por semestre, un número impresionante, claro que aquí llegan a diario varios barcos de estos, sin embargo no fue así desde sus inicios cuando decidieron explotar en serio esta industria hace no más de 20 años y convertirla en un verdadero destino de clase mundial, cosa que lograron en relativamente poco tiempo. ¿Cómo le hicieron? ¿Cuál es el secreto? ¿Qué tenemos que hacer para lograr que nuestro puerto apunte la flecha en esa dirección? Aunque quisiéramos barrer con todo y empezar de cero, sabemos que no es una opción. Si mal no recuerdo, a nuestras autoridades les entregaron una lista de requisitos a cumplir para que consideraran a Guaymas como una de las escalas de cruceros y hubo una gran preocupación por asegurarse de cumplir con los requisitos mas no por auditar la calidad de cada uno de los puntos de esta oferta ya que eso significaba abrir los ojos, echarse la soga al cuello y admitir que no estábamos preparados en ese momento, ni lo estamos ahora para ofrecer lo que tenemos (sea poco o sea mucho) con calidad. Entiendo que el objetivo era atraer a la industria a como diera lugar, lo lograron y no es poca cosa. El problema viene cuando pensamos que ya por que vinieron una vez o dos o tres, ya nos podemos dormir en nuestros laureles y que la industria camine sola; se requieren de muchos años de agresivos y constantes esfuerzos y mucha cultura (Cultura de servicio, de trabajo, de limpieza, de orden, de vialidad, de atención, de protección a las raíces, etc. etc.etc.), no es cosa nada más cumplir con el mínimo indispensable y dejarlo abandonado a su suerte.
Muelle de cruceros con el puerto industrial al fondo en la misma bahía
Otra vista desde afuera de la terminal
Hay quienes dicen que las comparaciones son malas, pero si no nos comparamos ¿Cómo vamos a poder medir nuestro desempeño? Y si no podemos medir nuestro desempeño entonces ¿Cómo podemos mejorar? Las comparaciones son buenas siempre y cuando se guarden las debidas proporciones, tampoco hay que compararnos con los que están peor que nosotros para sentirnos bien, eso es ser mediocre ¡Hay que compararnos con los que están mejor para saber a que tirarle! Dicho lo dicho, vamos a ponerle cola a los turistas de los cruceros de Las Palmas para ver qué hacen, a dónde van y qué es lo que buscan, y de esta forma comprobar lo que ya todos sabemos que sucede en nuestro Guaymas aún sin salir de ahí pero en fin, algo podremos aprender y al fin de al cabo a nadie le costó mi vuelta por estos lares… Vamos pues:
Turistas saliendo de la terminal y esperando transporte público
Llegan los turistas a la terminal y salen caminando a la calle a esperar transporte público que los lleve a los lugares de interés. El transporte público es eficiente, limpio, puntual, claro en sus rutas y destinos, y maneja precios fijos accesibles. ¿Falta algo qué aportar? Historias de horror hemos escuchado muchas en Guaymas, en este punto lo único que queda añadir es que el área de oportunidad es enorme en nuestro puerto. ¿A dónde van? Los primeros que pelan gallo son los que tienen actividades programadas como buceo, pesca, clases de surf y otras actividades recreativas, en este caso el prestador de servicio se encarga de transportar a su gente. La gente de la foto en su mayoría van a los siguientes lugares: Al Centro Histórico a caminar y conocer la Catedral(1), al Mercado Municipal (Mercado de Vegueta en este caso) a comprar artesanías y chácharas (2), a los Museos(3), a la playa(4), y por último, a los bares a tomarse unas cheves porque en el barco sale muy caro(5). Afuera de la terminal de cruceros hay un centro comercial muy bonito y moderno, llamado “El Muelle”, me llamó la atención que casi ningún turista entró al centro comercial que dicho sea de paso se encontraba vacío. Entonces no es por ahí, el turista busca lo que no tiene en su casa, punto. Ahí está la cola de turistas del lado derecho en la foto esperando taxi o camión…
Centro comercial “El Muelle”, a mano derecha los cruceristas esperando transporte a otros lados.
Otra vista del centro comercial y de los cruceristas haciendo cola esperando taxi o camión. Al frente, un monumento muy ad hoc al puerto: una propela con su flecha. A propósito, ¿Qué paso con la propela que se encontraron en la bahía de Guaymas?
Grupo Número uno: Centro Histórico. El Centro Histórico, como se aprecia en las siguientes fotografías está principalmente muy limpio, absolutamente todos los edificios están restaurados y en buen estado de conservación, no hay letreros luminosos, no hay cables colgados como tendedero por todos lados, no hay peligros para el peatón (¡Esas alcantarillas destapadas y banquetas quebradas! Trampas en las que yo también he caído.), en los sitios de interés se puede leer información pertinente a ese lugar, las calles están perfectamente bien iluminadas y los accesos para discapacitados son, vaya la necesaria redundancia realmente accesibles ya que en Guaymas, desgraciadamente las rampas para discapacitados parece que fueron diseñadas para diablitos de cerveza y si no me creen, pídanle a un discapacitado que suba por su propio esfuerzo por alguna de esas trampas mortales, algunas rampas tienen en medio un poste de luz y otras registros sin tapadera. Estoy seguro que todas estas mejoras las hicieron antes de la llegada de los cruceros, si no, hubieran terminado por matar a la industria en pocos años, nunca hubiera repuntado como lo hizo y al parecer es lo que va a suceder en Guaymas si no atendemos todos estos puntos importantísimos que primeramente implican una mejora en la calidad de vida de nosotros los locales, ya no digamos de los turistas.
Calles del Centro Histórico, limpias y los edificios en buen estado de conservación y bien pintados.
Turistas disfrutando de la Plaza Central y de la Catedral, nótese la grúa dando mantenimiento al edificio.
Catedral de Canarias, su construcción comenzó a finales del siglo XV
Vista Panorámica del Centro Histórico desde el techo de la Catedral, dejan subir a tomar fotos siempre y cuando la alcancía haga ruido con una donación para el templo, muy válido cuando se nota el buen uso.
Vista del techo y de la cúpula, en este estado de conservación seguramente va a durar otro medio milenio….
Otro edificio del Centro Histórico.
Grupo Número dos: Mercado Municipal. El Mercado de Vegueta es un motivo de orgullo Canario, tiene todo lo que un mercado de abastos debe tener, desde frutas y verduras, artesanías, joyas, hasta su pequeña galería de arte; es muy limpio, ordenado, un lugar donde se puede comer a gusto y muy bien a precios accesibles.
Una de la entradas al mercado, que con sus más de 150 años luce muy bonito.
Vista de los pasillos interiores del mercado, amplios, limpios y bien iluminados, los locales siguen un mismo estilo haciéndolo lucir más.
Nuestro mercado municipal está muy lejos de ser un atractivo turístico, aunque se invirtió una gran cantidad de dinero en su restauración, la verdad de las cosas quedaron muchos arreglos pendientes, basta con darse una vuelta y voltear a los muros interiores y al techo para ver tanto cable eléctrico viejo, Dios guarde la hora pero todas esas instalaciones eléctricas son un accidente en potencia, sírvase este artículo como una denuncia pública a ese potencial problema que no entiendo por qué lo dejaron pasar, ahora, si ya lo arreglaron entonces retiro lo dicho. Grupo Número 3: Museos y Exposiciones. Las Palmas, como toda ciudad que abraza a la cultura, cuenta con varios museos y salas de exposición, entre ellos el Auditorio Alfredo Kraus que me llamó la atención por estar a la orilla de la playa (Playa de Las Canteras). El Museo Casa de Colón no lo podía dejar pasar, andando en lo que ando tenía que aprender algo que no me enseñaron en la escuela sobre este valiente y carismático líder y pésimo navegante así como de las Dos Carabelas y la Nao (o Carraca), pero esa es otra historia. El caso es que los museos hablan mucho de la Historia Local que no se encuentra en libros. Es increíble que Guaymas, que presume tanta historia y tiene tanto material, el interés y los esfuerzos sean pocos y menor el apoyo por parte de las autoridades. Está comprobado que un museo regional pequeño no es negocio, entonces, ¿Por qué los esfuerzos en este renglón los hacen solamente algunas personas? ¿Reciben acaso apoyo alguno de instituciones? Si las autoridades locales palomearon la existencia de un museo entonces es de esperarse que den el suficiente respaldo para el mantenimiento y la operación del mismo, ¿Es este el caso en Guaymas? Espero que sí, pero la verdad lo dudo.
Auditorio Alfredo Kraus junto a la playa de Las Canteras.
En mi opinión, cualquier esfuerzo individual o de grupo, privado o público por preservar y mostrar parte de nuestro rico acerbo histórico debe ser aplaudido y apoyado tanto por la ciudadanía como por las autoridades y no dejarlo abandonado (e inundado) como ha sucedido en el pasado. Un museo es necesario para los habitantes de la ciudad no nada más para los turistas, porque son lugares que logran despertar un interés por nuestra historia que difícilmente las aulas y el mejor de los libros puede hacer, lo puedo decir yo que la Historia nunca se me pegó en la escuela y la Geografía la vine a aprender en la chamba….
Exterior de la Casa Museo de Cristóbal Colón.
Vistas del Patio interior de la Casa Museo de Cristóbal Colón.
Grupo Número Cuatro: La Playa. Guaymas fue verdaderamente agraciado por la naturaleza al darnos hermosas playas, de tranquilas aguas transparentes y de fina arena, pero desgraciadamente las hemos convertido en verdaderos basureros, algunas son focos de infección y un peligro para los bañistas. Ni modo, las cosas como son y todos, absolutamente todos somos culpables, autoridades, bañistas, prestadores de servicio, desarrolladores, residentes y turistas; sí, todos tenemos la culpa del estado caótico y vergonzoso en que se encuentran algunas de nuestras playas actualmente, hemos causado daños que tardarán muchos años en revertirse aún con el mayor de los esfuerzos de todas las partes. Es un egoísmo tremendo por parte de los desarrolladores y una complacencia inexplicable (…) por parte de las autoridades, ese es el principal impedimento a mi entender, para que nuestro pueblo se levante en materia turística.
Las Playas de Las Palmas de Gran Canaria son (junto con las del Golfo Pérsico) las más limpias y accesibles que he conocido en mi vida y para muestras un botón:
Vista hacia los dos lados de la playa de Las Canteras, bastante ancha, cuenta con regaderas y accesos cada tantos metros y claro, sus botes de basura para reciclaje y baños públicos.
A cualquier hora y desde cualquier ángulo, llena o vacía, la playa está completamente limpia.
A todo lo largo de la playa hay un andador de varios kilómetros muy limpio también y está lleno de pequeños cafés, bares, restaurantes y tiendas, no existen eso de que “yo soy el único coquero que tiene permiso y puede vender sus cocos en esta playa….”
Las fotos no lo reflejan pero me consta que la arena de cualquier playa de Guaymas es más fina y como pueden ver más blanca también, por ende más bonitas sería la opinión de muchos. ¿Entonces, qué nos pasa? El secreto no es que la naturaleza nos regale a manos llenas sino tener limpio y ordenado lo poco o mucho que nos da… ¿Estaremos realmente a años luz de poder ver esto en Guaymas? Desafortunadamente sí. Yo creo que la última esperanza de ver un andador de estos en Guaymas seria en la playa San Francisco, desde Bahía Delfín hasta topar con pared, pero no, la actitud egoísta de “yo quiero mi pedacito cerrado y exclusivo que nadie pase por aquí” Con ese pensamiento mezquino y egoísta nos seguiremos hundiendo sin remedio; ahí las Autoridades tienen la pelota de su lado de la cancha definitivamente. Por otro lado, es verdad que las playas más limpias son las menos accesibles, entonces son varios problemas los que tenemos que atacar de raíz, desafortunadamente algunos de ellos implican modificar nuestra cultura y nuestra actitud. Grupo Número Cinco: La Cervecita... No es secreto que comer arriba de un barco significa comer bien, comer arriba de un Crucero significa consentir al paladar en la forma más exquisita, o sea tragar hasta reventar porque va incluido en el paquete. No obstante, por razones obvias éste no es el caso con las bebidas alcohólicas, las cuales las venden muy caras abordo pues ahí está el ganeo. A quien le gusta echarse sus pistines se pueden gastar una pequeña fortuna a lo largo de una vacación de varios días en una de estas naves. Pero hay quienes se esperan a bajarse para disfrutar del ambiente local y sentarse en paz a tomarse unas cervezas o copa de vino en uno de los pequeños cafés que rodean el Centro Histórico… En honor a la verdad, en las veces que me tocó estar en Guaymas cuando llegaron cruceristas, vi a no pocos visitantes enfilados hacia las cantinas del Paralelo… me imagino yo que han de haber preguntado por ahí por el mercado en donde se podían tomar una cheve a esas horas del día y pues ya sabemos a dónde los mandaron para que no caminaran mucho… ¿Es ésa nuestra oferta al Turismo? ¿Por qué es tan complicado para cualquier mortal en Guaymas lograr obtener un permiso para poner un Café bien puesto y poder vender Cerveza o Vino? ¿Por qué en el Ayuntamiento le dicen a esa persona que no hay permisos, que vayan a tratarlo con “la cervecería”? ¿Por qué la cantidad inmensa de trabas? ¿Por qué unos sí y otros no? Me da tristeza escuchar a varios amigos con proyectos muy interesantes para nuestro Centro Histórico que se atoran por permiso cuando esa parte debería de ser la más fácil. Una vez más, es el egoísmo y los reglamentos retrógradas que jamás permitirán que nuestra ciudad despegue como debería o pudiera en materia turística. Nuestro Centro Histórico dista mucho de ser un espacio digno de visitantes, digno, ya no digamos de clase mundial. Con esto no digo que convirtamos nuestro Centro Histórico en una Cantina (?), pero de alguna forma hay que facilitar y encontrar un punto medio y civilizado en el cual se logre la sana convivencia con (y competencia por) este tipo de turismo, así sea local o foráneo.
A lo largo de todo el andador hay una infinidad de pequeños restaurantes, bares y cafés que ofrecen buena comida así como cerveza y vino a todas horas del día sin esto significar que haya disturbios o que los estudiantes de escuelas cercanas se van a embriagar o los niños pervertir…
En conclusión, haber traído la industria de los cruceros a Guaymas fue un gran logro y mi respeto y admiración para quienes trabajaron duro en aterrizar ese proyecto, pero como todos sabemos (aunque no todos admitimos) fue un proyecto muy adelantado en su tiempo, fue como haber construido un hermoso balcón en un segundo piso de una casa vieja con malos cimientos y una tambaleante primer planta… así que no podemos cerrar los ojos y culpar a la “desaceleración económica”, al terrorismo, a las pandemias, a los huracanes, al calor o al frio, o a cualquier otro pretexto o excusa que nos haga sentir que por nosotros no queda. Ahora la única forma en que ese balcón se podrá aprovechar será arreglando el resto de la casa… ¡Labor titánica en nuestro puerto! Los edificios se pueden reconstruir, los cimientos se pueden reforzar, las paredes se pueden enjarrar, las cúpulas levantar, las tuberías reemplazar, todo lo físico tiene arreglo, claro que requiere mucho trabajo, dinero y amor por el terruño sin embargo, con el corazón en la mano estoy seguro que esa es la parte fácil; la parte difícil es el cambio en nosotros los Guaymenses, el cambio de conciencia, el cambio de actitud, el cambio de cultura de nosotros los ciudadanos, de los prestadores de servicios y de nuestras autoridades, solo así se enderezará el barco y lograremos tener un lugar primeramente digno para sus pobladores y después para sus visitantes; el potencial lo tenemos, en nosotros está aprovecharlo para el beneficio y orgullo de propios y extraños.
A todos nos corresponde hacer algo, debemos entender que Guaymas no lo heredamos de nuestros padres, lo tomamos prestado de nuestros hijos y por lo tanto lo tenemos que entregar en mejores condiciones de como lo recibimos.
Atentamente, Raúl G. Espriú Murillo Guaymense