CURSO OFICIAL GUARDA JURADO DE CAZA DE LA COMUNITAT VALENCIANA (TEMAS Y MATERIALES)

CURSO OFICIAL DE GUARDA JURADO DE CAZA DE LA COMUNITAT VALENCIANA (TEMAS Y MATERIALES) 1 2 EL MEDIO NATURAL DE LA COMUNITAT VALENCIANA 3 I.

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CURSO OFICIAL DE

GUARDA JURADO DE CAZA DE LA COMUNITAT VALENCIANA (TEMAS Y MATERIALES)

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EL MEDIO NATURAL DE LA COMUNITAT VALENCIANA

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I.

FORMACIONES VEGETALES DE LA COMUNIDAD VALENCIANA Y ESPECIES DE FLORA Y FAUNA REPRESENTATIVAS. Se denomina formación vegetal a una comunidad de plantas y árboles que se interrelacionan íntimamente entre sí fruto de su convivencia en un entorno, más o menos homogéneo, a cuyas condiciones climatológicas, topográficas, edáficas… están adaptadas. Si en el desarrollo de la formación vegetal influyen por igual factores climáticos y edáficos, de forma que plantas y árboles crecen en suelos que no presentan particularidades especialmente limitantes, nos encontramos ante una formación climatófila. Son representativos de este tipo los carrascales, sabinares, alcornocales, lentiscares, coscojales, quejigares y pinares, por ejemplo. Si por el contrario la vegetación se desarrolla estrictamente ligada a la presencia de unas condiciones particulares del suelo, y el factor climático resulta secundario en la determinación de su aparición, hablamos de formaciones edafófilas. Pertenecen a este grupo la vegetación que crece en dunas, marjales, saladares, albuferas o acantilados; las comunidades propias de los ríos y ramblas: saucedas, choperas, adelfares u olmedas; y las comunidades nitrófilas o rupícolas. Además de la gran división entre formaciones vegetales climatófilas y edafófilas, existen numerosas clasificaciones diseñadas con el fin de agrupar o separar las diferentes tipologías de vegetación. Dado que el fin que ocupa a la figura del guarda jurado de caza es ejercer de policía y vigilancia de la actividad cinegética en aquellos espacios de la Comunidad Valenciana en los que presten sus servicios, se establecerá una tipificación basada en las formaciones vegetales más características de los ecosistemas de interés cinegético. A. Ecosistemas de zonas suprasílvicas (montañas) Se denominan zonas suprasílvicas a aquellos espacios localizados en altitudes superiores a los bosques, en las áreas más elevadas de las montañas, cuyas formaciones vegetales resultan muy adecuadas para la pastura y alimentación de las especies de caza mayor, en especial de los artiodáctilos bóvidos: rebeco (Rupicapra pirenaica), cabra montesa (Capra pirenaica), boc balear (Capra hircus) o arruí (Ammotragus Lervia). Son formaciones típicamente climatófilas, que constituyen ecosistemas muy frágiles y con poca capacidad de recuperación frente a perturbaciones naturales o antrópicas. Dentro de los ecosistemas de zonas suprasílvicas podemos encontrar las siguientes formaciones vegetales: A.1 Sabinares albares Los bosques de sabina albar (Juniperus thurifera) son propios de las zonas continentales elevadas, entre los 1.200 y 1.500 metros de altitud, condiciones que se dan en la Comunidad valenciana en las comarcas del Alt Maestrat, l’Alcalatén, Els Ports, Los Serranos o el Rincón de Ademuz. Por su escasez y lento desarrollo, resultan de un enorme valor ecológico. Son formaciones abiertas dominadas por la sabina albar, como elemento arbóreo, a la que acompañan un estrato arbustivo de enebro (Juniperus communis) o sabina rastrera (Juniperus sabina) y un piso herbáceo muy pobre. Cuando los bosques de sabina albar desaparecen o se generan en ellos grandes claros, se produce la aparición de los salviares. Los salviares son un matorral de sustitución cuya especie más representativa es la salvia (Salvia lavandulifolia), comúnmente acompañada por espliego (Lavandula latifolia), cojín de monja (Erinacea anthyllis) o aliaga (Genista scorpius). A.2 Pinares Albares 4

Son formaciones boscosas claras, de baja fracción de cabida cubierta, ubicadas en zonas continentales de alta montaña, dominadas por el pino albar (Pinus sylvestris), que en la Comunitat se han visto reducidas a pequeños reductos testimoniales en el cerro Calderón del Rincón de Ademuz, el Massís del Penyagolosa o parajes aislados del Alto Mijares. El estrato arbustivo acompañante se caracteriza por la presencia de sabina rastrera (Juniperus sabina), enebro común (Juniperus communis), endrino rastrero (Prunus prostata), espino rastrero (Rhamnus saxatilis) y varias especies de rosales (Rosa Sp.). En los claros se desarrollan formaciones de Ononis cenisia, Coronilla mínima, Poa ligulata o Festuca indigesta. Fauna La avifauna de montaña y alta montaña se caracteriza por la presencia de rapaces como el buitre leonado (Gyps fulvus), el alimoche (Neophron percnopterus), el águila real (Aquila chrysaetos), el águila perdicera (Hieraaetus fasciatus) o el halcón peregrino (Falco peregrinus), que cohabitan con otras especies de aves como el roquero rojo (Monticola saxatilis), la grajilla (Corvus monedula), la chova piquirroja (Pyrrhocorax Phyrrhocorax) o el cuervo (Corvus corax). Los mamíferos más representativos son el muflón (Ovis musimon) y la cabra montés (Cabra pirenaica), mientras que entre los reptiles hallamos la lagartija colilarga (Psammodromus algirus) y la víbora hocicuda (Vipera latasti).

B. Ecosistema de mosaicos de bosques, matorrales y pastizales: Situados entre el nivel del mar y la línea de bosque, es decir, el límite a partir del cual las condiciones meteorológicas particulares, como la exposición a vientos intensos persistentes, impiden el desarrollo de un estrato arbóreo normal. Se caracterizan por la mezcla íntima de diversos microhábitats con diferentes fisonomías y composición florística, constituyendo un ecosistema fundamental para todo tipo de especies de caza menor y caza mayor a las que proporcionan alimentación y refugio: becada, torcaz, faisán, perdiz roja, zorzales, urracas, conejos, liebres, jabalís, ciervos o muflones. Presentan una extensa representación de formaciones vegetales tanto climatófilas como edafófilas. Bv. Vegetación de los ecosistemas de mosaico Bv.1 Bosques climatófilos Bv.1.1 Carrascales Constituyen el bosque más emblemático y representativo de la vegetación del mediterráneo occidental. Su especie dominante es la carrasca o encina (Quercus ilex), que alcanza alturas desde los 8 a los 15 metros y se extienden desde el nivel del mar hasta los 1.200 metros de altitud, preferentemente en zonas con precipitaciones anuales superiores a los 500mm. En el estrato arbóreo pueden aparecer, además de la carrasca, pinos, sabinas o rebollos, de forma aislada. El estrato arbustivo queda caracterizado por la presencia de la sabina negral (Juniperus phoenicea), el enebro (Juniperus oxycedrus), el madroño (Arbutus unedo), el labiérnago (Phillyrea angustifolia) o la esparreguera (Asparagus acutifolius). Destaca la presencia de una nutrida representación de plantas trepadoras como la madreselva (Lonicera implexa), la rubia (Rubia peregrina) o la hiedra (Hedera helix). En el piso herbáceo predominan el listón (Brachypodium retusum) o el rusco (Ruscus acuelatus).

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En la Comunidad Valenciana, tradicionalmente, se ha distinguido entre tres tipos de carrascales distintos: a) Carrascales litorales: Bosques densos en zonas térmicas litorales calizas, diferenciados por la presencia de palmito (Chamaerops humilis), el (Olea europaea), el lentisco (Pistacia lentiscus), el bayón (Osyris quadripartita) o el espino (Rhamnus sp.). Debido al impacto causado por la intervención humana en actividades como la extracción de leñas, en la actualidad se consideran prácticamente desaparecidos como formación boscosa, quedando representados testimonialmente por ejemplares o bosquetes aislados. b) Carrascales sublitorales: Con mayor representación en la Comunidad Valenciana, son similares a los anteriores aunque con la ausencia del palmito, la rubia, la hiniesta, o el espino negro. c) Carrascales continentales: Bosques menos densos que los anteriores que presentan todos los elementos comunes a los carrascales y que carece por tanto de los elementos típicos de la clase litoral y sublitoral. Presenta, sin embargo, otros arbustos característicos propios como el agracejo (Berberis vulgaris), la retama loca (Osyris alba) o la gayuba (Arctostaphyllos uva-ursi).

Bv.1.2 Alcornocales Los alcornocales son formaciones boscosas cuya especie dominante es el alcornoque (Quercus suber). Crecen en terrenos preferentemente ácidos o muy poco calizos, en zonas litorales y sublitorales con regímenes de precipitación superiores a los 600mm anuales. Se trata de formaciones escasas y muy localizadas, claramente condicionadas por sus requerimientos edáficos, que las relegan en el ámbito de la Comunidad Valenciana a la Sierra de Espadán, principalmente, y a bosquetes simbólicos en la Sierra Calderona, Sierra de les Santes y Sierra Marxuquera. Constituyen, por tanto, un patrimonio natural de alto valor ecológico. Las especies más características de su estrato arbustivo son el acebo (Ilex aquifolium), la rubia peluda (Cytisus villosus), el agracejo (Phillyrea latifolia), el labiérnago (Phillyrea angustifolia) y la zarzamora (Rubus ulmifolius). En el piso herbáceo aparecen especies como el adianto negro (Asplenium onopteris) o Carex distachya, acompañadas de un nutrido grupo de trepadoras como la hiedra, la zarzaparrilla (Smilax aspera), la nueza (Tamus communis) o la madreselva (Lonicera implexa). Bv.1.3 Quejigares y Melojares Se trata de bosques densos dominados por especies arbóreas caducifolias o marcescentes del género Quercus, que se hibridan fácilmente entre ellas originando confusiones en su identificación y denominación. Las más habituales corresponden a agrupaciones dominantes de quejigos (Quercus faginea) y melojos (Quercus pyrenaica). En la Comunidad Valenciana aparecen representadas mayormente en las comarcas montañosas del Maestrat, l’Alcalatén y els Ports. El estrato arbóreo preponderante aparece salpicado por la presencia frecuente de arces (Acer granatense), serbales (Sorbus sp.) y raramente de tejos (Taxus baccata). También puede darse el fresno florido (Fraxinus ornus). En el sotobosque arbustivo y herbáceo abundan las especies de sombra como las violetas (Viola willkommii), la primavera (Primula veris), el lastón (Brachypodium phoenicoides), la hepática (Hepatica nobilis) y diversas orquídeas, además de una nutrida representación de trepadoras como las madreselvas o las hiedras. Bv.1.4 Pinares 6

Aparecen de manera natural en los emplazamientos en que las frondosas potenciales como carrascas o alcornoques ven limitado su crecimiento por las condiciones de sequía o por la existencia de sustratos inadecuados en el suelo. Son formaciones boscosas en muchos casos antrópicas, cuyo origen radica en la política de reforestaciones llevada a cabo durante las últimas décadas. Están dominadas en el estrato arbóreo por especies del género Pinus, en especial por el pino carrasco (Pinus halepensis), y menos frecuentemente por pino resinero (Pinus pinaster), en suelos descalcificados, o pino piñonero (Pinus pinea), en suelos preferentemente arenosos. Debido al carácter colonizador y generalista de los pinares, el cortejo arbustivo y herbáceo puede ser muy variado en función de las condiciones del hábitat en el que se desarrollen, compartiendo la composición florística de las formaciones arbóreas a las que sustituyen: carrascales, alcornocales, sabinares o quejigares, o inmiscuyéndose en formaciones típicas de matorral: coscojares, lentiscares, romerales… Las condiciones semiáridas de la Comunitat propician la aparición de este tipo de bosque en la práctica totalidad de la geografía valenciana Bv.2 Bosques edafófilos de ribera o galería Los bosques de ribera son formaciones vegetales edafófilas que aparecen en cursos de ríos, lagunas o zonas más o menos encharcadas, asociadas a la existencia de una elevada humedad en el suelo, que puede deberse a la proximidad de la capa freática, a un régimen de inundaciones permanentes o al contacto directo de las raíces con el agua de las entidades hidrológicas mencionadas. El régimen de lluvias no afecta, por tanto, a estas formaciones. En la Comunidad Valenciana, estos bosques aparecen representados destacadamente en el río Guadalaviar, en el rincón de Ademuz, y en enclaves bien conservados en los cauces de los ríos Palancia, Mijares y Júcar. El nombre de “bosques de galería” hace referencia a la forma en la que aparecen cubriendo los cauces a modo de túneles naturales de vegetación. En ellos, se pueden identificar tres bandas bien diferenciadas que discurren paralelas al curso del río, vinculadas respectivamente a tres tipos de formaciones boscosas con distintos requerimientos hídricos: Bv.2.1 Saucedas y alisares Son formaciones vegetales densas que aparecen en contacto directo con los cursos de agua, adaptadas a la acción mecánica de las corrientes sobre las raíces. El estrato arbóreo dominante está compuesto por diversas especies de sauces entre las que destaca el sauce blanco (Salix alba), el sauce llorón (Salix babylonica), introducido para su uso en jardinería, o la mimbrera (Salix viminalis), utilizada como cultivo de producción de mimbres. Los sauces, más frecuentes, se acompañan eventualmente por el aliso (Alnus glutinosa), que en casos excepcionales puede adquirir la condición de árbol predominante. El piso herbáceo es muy rico, debido a las condiciones propicias de humedad y disponibilidad en materia orgánica, y se caracteriza por la presencia de la jabonera (Saponaria officinalis), la brionia (Bryonia dioica), la dulcamara (Solanum dulcamara), la ortiga (Urtica dioica) o las zarzas (Rubus ulmifolius). Bv.2.2 Choperas y fresnedas Son bosques caducifolios que aparecen en una segunda línea respecto a los cursos de agua, tras las saucedas, más alejados de la influencia directa de la acción de las corrientes pero ligados a la existencia de una capa freática muy próxima a la superficie del suelo. Los elementos arbóreos preponderantes en estas formaciones son el fresno (Fraxinus angustifolia) y los representantes del género Populus (álamos y chopos). El bosque más característico en el ámbito de la Comunidad Valenciana es el autóctono de álamo blanco (Populus alba). Sin embargo son muy 7

frecuentes los bosques naturales de chopo (Populus nigra) y las plantaciones o bosques eventuales de variedades introducidas para el cultivo, como el chopo americano (Populus deltoides) o el híbrido álamo canadiense (Populus x canadensis). En el estrato arbustivo podemos encontrar representantes de menor porte del género Salix, como la sarga (Salix eleagnos) o el sauce ceniciento (Salix cienerea). Bajo los árboles son frecuentes el majuelo (Crataegus monogyna), el cornejo (Cornus sanguinea), la zarza (Rubus ulmifolius) o la hiedra (Hedera helix). El piso herbáceo lo componen entre otras la lechetrezna (Euphorbia amygdaloides), el fenazo de bosque (Brachypodium sylvaticum) o el lúpulo (Humulus lupulus). Bv.2.3 Olmedas Son bosques asociados a torrentes y ramblas dominados por el olmo (Ulmus minor) que presentan una menor exigencia de humedad edáfica que las saucedas o choperas, y que por tanto pueden ocupar zonas más alejadas de los cursos permanentes, donde el nivel freático se sitúe a profundidades cercanas a los 3 metros. En la actualidad son formaciones vegetales prácticamente extintas en toda Europa, drásticamente afectadas por una enfermedad fúngica llamada grafiosis. Es mucho más común encontrar en esta tercera banda de vegetación riparia al almez (Celtis australis), favorecido por el cultivo humano con el fin de elaborar mangos para herramientas. Bv.3 Formaciones edafófilas de ramblas y barrancos Los cursos de caudal estacional son muy frecuentes en la región mediterránea y presentan una vegetación característica muy particular, adaptada a esta situación de presencia discontinua de recurso hídrico: Bv.3.1 Adelfares Son formaciones vegetales localizadas mayoritariamente sobre terrenos calcáreos y que se caracterizan por el dominio de la adelfa o baladre (Nerium oleander), especie que puede darse con porte arbustivo o de pequeño arbolillo de hasta 6 metros de altura. La adelfa se presenta frecuentemente acompañada de mirto (Myrtus communis), cañaveral (Arundo donax) y sobre todo de zarzamora (Rubus ulmifolius). Si se degrada este ambiente puede aparecer la olivarda (Inula viscosa), el hinojo (Foeniculum vulgare) y el lastón (Brachypodion phoenicoides). Bv.3.2 Zarzales Los zarzales aparecen en cualquier zona donde se produzca cierto gradiente de humedad en el suelo, desde barrancos naturales, fuentes y manantiales, hasta las propias cunetas de las carreteras, y son formaciones caracterizadas por la densa presencia de la zarzamora (Rubus ulmifolius), que prácticamente impide el desarrollo de vegetación acompañante. En las zonas más umbrías de las montañas la zarza convive con la emborrachacabras (Coriaria myrtifolia). Bv.3.3 Tarayales Son formaciones vegetales caracterizadas por la preponderancia del tamarindo (Tamarix sp.), que en función de las condiciones ecológicas particulares pueden presentar un cortejo acompañante de olivarda (Inula viscosa), regaliz (Glycirrhiza glabra), cola de caballo (Equisetum ramosissimum), matacán (Cynanchum acutum), sauzgatillo (Vitex agnus-castus) y, extrañamente, mimbrera púrpura (Salix purpurea). 8

Bv.4 Matorrales de alto nivel evolutivo Los matorrales son formaciones leñosas adaptadas a condiciones extremas de clima y suelo que aparecen cuando se produce la degradación de los bosques potenciales. Desde el punto de vista cinegético, representan una fuente insustituible de alimento y refugio para las especies de caza. Se conoce como matorral de alto nivel evolutivo a aquellos que vegetan sobre suelos relativamente profundos y evolucionados, condición que permite el desarrollo de una gran diversidad estructural y florística. Los principales exponentes en la Comunidad Valenciana son: Bv.4.1 Coscojares Son formaciones arbustivas bajas, densas e impenetrables, fuertemente dominadas por la coscoja (Quercus coccífera), que se desarrollan sobre suelos calizos pobres, en circunstancias que impiden el desarrollo de un estrato arbóreo de porte mayor. Son muy frecuentes en todo el interior de la provincia de alicante y en la provincia de valencia, ocupando especialmente los tramos interiores de las cuencas del Júcar y el Turia: Valle de Cofrentes, Canal de Navarrés, Macizo del Caroig, Comarcas de los Serranos y Alto Turia. La coscoja se acompaña por especies de matorral como el espino negro (Rhamnus lycioides), el enebro (Juniperus oxycedrus), el aladierno (Rhamnus alaternus), el labiérnago (Phillyrea angustifolia), la aulaga morisca (Ulex parviflorus), el lentisco (Pistacia lentiscus) o la globularia (Globularia alypum). También es común la presencia de lianoides o trepadoras como la hiedra, la zarzaparrilla, la rubia peregrina y diversas especies de esparragueras (Asparagus sp.) Debido a la densidad del matorral, el estrato herbáceo es muy pobre. En ocasiones se distingue una subvariante de coscojar, conocida como litoral, que se caracteriza por la presencia, entre otros elementos, del palmito (Chamaerops humilis), y que se extiende por el Camp de Turia y al sur de Alicante, en la Sierra de Bernia. Fruto de las políticas de repoblación seguidas en las últimas décadas, es frecuente que las formaciones de coscojar presenten un estrato arbóreo de pino carrasco (Pinus halepensis). Bv.4.2 Lentiscares Son formaciones arbustivas esclerófilas dominadas por el lentisco (Pistacia lentiscus), que comparten especies del cortejo florístico de los coscojares como el espino negro o el enebro, y en las que puede adquirir cierto protagonismo el palmito (Chamaerops humilis). Son frecuentes especies como el belcho (Ephedra fragilis), el bayón (Osyris lanceolata), las esparregueras (Aparragus sp.) o el acebuche (Olea europaea). Bv.4.3 Espinares u orlas espinosas Son formaciones vegetales que presentan una elevada diversidad de arbustos espinosos pertenecientes a la familia de las rosáceas, en particular de los géneros Rubus, Rosa, Prunus o Crataegus. Son poco significativos en la Comunidad Valenciana, pero importantes por constituir un magnífico refugio frente a predadores para la fauna cinegética y por su elevada calidad forrajera en el aporte de ramón y frutos. Bv.4.4 Retamares y escobonales Son formaciones vegetales de leguminosas que sustituyen a bosques de todo tipo siempre que encuentren una notable calidad y profundidad de suelo. Son importantes por su capacidad de fijar nitrógeno y de generar materia orgánica fácilmente convertible en humus.

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Las especies más representativas de estas formaciones son la retama amarilla (Retama sphaerocarpa), retama negra (Cytisus scoparius), escoba blanca (Cytisus multiflorus), la hiniesta (Genista cinerea), genista florida y cambroños (Adenocarpus sp.) Su representación en la Comunitat es muy limitada. Bv.5 Matorrales de bajo nivel evolutivo Los matorrales de menor nivel evolutivo constituyen formaciones marcadamente heliófilas (necesitan desarrollarse a pleno sol), caracterizadas por su baja diversidad estructural y florística, que vegetan sobre suelos muy degradados, erosionados y con poca disponibilidad de materia orgánica. Bv.5.1 Brezales, tojales y aulagares Son formaciones colonizadoras en terrenos silícicos y húmedos en las que predominan los brezos (Erica sp.) y las aulagas (Ulex sp.). Bv.5.2 Jarales y cantuesares Los jarales y cantuesares son formaciones colonizadoras en zonas silícicas secas, en las que destaca la presencia de jaras (Cistus sp.), lavandas (Lavandula sp.) y romeros (Rosmarinus officinalis). Bv.5.3 Romerales y tomillares Se trata de comunidades de plantas leñosas xerófitas y eminentemente calcícolas, de escasa biomasa, en las que predominan especies como el romero (Rosmarinus officinalis), el tomillo (Thymus vulgaris), el brezo (Erica multiflora), la sarcholiva (Satureja sp.), la pebrella (Thymus piperella), la jarilla de hoja menuda (Helianthemum marifolium) o el romero blanco (Helianthemum siriacum). Bv.6 Pastizales y herbazales vivaces Los pastizales son pastos herbáceos que desarrollan un papel fundamental en la alimentación de los herbívoros durante la primavera y el inicio del otoño, en los que ofrecen un recurso abundante y muy nutritivo. El pastizal por excelencia en la Comunidad Valenciana es el majadal. Bv.6.1 Majadales De forma general, se denomina majadal al pasto herbáceo aprovechado por el ganado menor ovino. Son formaciones de escasa talla, entre 5 y 10 cm de altura, que alcanzan una cobertura del terreno muy elevada, próxima en ocasiones al 100%. La especie dominante es la Poa Bulbosa, una gramínea vivaz cespitosa, que se acompaña del trébol subterráneo (Trifolium subterraneum) en majadales ácidos, poco frecuentes en la Comunidad Valenciana, y de mielgas (Medicago sp.), carretones y astrágalos (Astragalus sp.) en los calizos, mucho más comunes en nuestro territorio. El pastoreo excesivo determina la aparición en abundancia de cardos (Carlina sp., Eryngium campestre) y gamones (Asphodelus sp.). Bf. Fauna de mosaicos de bosques, matorrales y pastos. La avifauna en estos ecosistemas es muy rica y diversa. En las zonas arboladas son comunes el azor (Accipifer gentilis), el águila culebrera (Circaetus gallicus), y el trepador azul (Sitta europaea). En zonas concretas puede aparecer el gavilán (Accipiter nisus), la paloma torcaz (Columba palumbus), la becada (Scolopax rusticola), el búho chico (Asio otus) o los pitos reales (Picus viridus). Las zonas más rocosas son el ambiente ideal para aves como los roqueros solitarios (Monticola solitarius), el búho real (Bubo bubo), el cárabo común (Strix aluco), el halcón peregrino (Falco peregrinus) o el águila perdicera (Hieraaetus fasciatus), mientras que las áreas de matorral son

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frecuentadas por la perdiz (Alectoris rufa), la tarabilla común (Saxícola Torcuato), la curruca rabilarga (Sylvia undata), la curruca cabecinegra (Sylvia melanocephala) o el pinzón común (Fringilla coelebs). Los mosaicos continentales representan un hábitat idóneo también para el desarrollo de numerosos reptiles: el galápago leproso, la salamanquesa común (Tarentola mauritanica), el lagarto ocelado (Lacerta lepida), la lagartija ibérica (Podarcis hispanica), la lagartija colilarga (Psammodrumus algirus), la lagartija cenicienta (Psammodrumus hispanica), la culebra viperina, la culebra de escalera (Elaphe scalaris), la culebra bastarda (Malpolon monspessulanus), la culebra lisa (Coronella meridional), la culebra de herradura (Coluber hippocrepis) y la víbora hocicuda (Vipera latastei). Entre los anfibios cabe destacar el sapo común (Bufo bufo), el sapo corredor (Bufo calamita), el gallipato, la rana común y el sapo partero (Alytes obstetricans). Por su parte, el grupo de los mamíferos se halla ampliamente representado en los ecosistemas de mosaico. Los más característicos y significativos son los que habitan en las zonas boscosas, donde encontramos grandes mamíferos como el jabalí (Sus scrofa) o el ciervo (Cervus elaphus); roedores como la ardilla (Sciurus vulgaris) o el lirón (Eliomys quercinus); pequeños predadores como la gineta (Genetta genetta), la garduña (Martes foina) o el gato montés (Felix silvestris) y mamíferos generalistas como el zorro o el conejo. C. Estepas, campiñas y campos de cultivo Los ecosistemas de estepas y campiñas son espacios abiertos desarbolados o con presencia de pies dispersos, que forman parte de un paisaje llano, suavemente ondulado, o incluso quebrado en ramblas y cárcavas con una fracción importante de suelo desnudo. Se caracterizan por desarrollarse en condiciones extremas, en suelos poco evolucionados, ricos en arcillas, cal o sales y con un régimen de lluvias escaso y mal repartido a lo largo del año. Las zonas más llanas se han destinado tradicionalmente a los cultivos de secano, especialmente cereales, almendros y olivares. Cinegéticamente, su importancia radica en que constituyen el hábitat de las conocidas como aves esteparias, entre las que se encuentran especies protegidas como la canastera, la avutarda, el sisón, o el aguilucho cenizo, y especies susceptibles de ser cazadas como el avefría, la perdiz roja, la codorniz, el faisán, la urraca, el estornino pinto, la liebre ibérica y la liebre europea. C.1 Espartizales Constituyen formaciones poco densas, con grandes espacios entre las matas propiciados por la existencia de un suelo muy pobre o degradado. Las especies características son el esparto (Stipa tenacissima), el albardín (Lygeum spartum), la tocha (Helictotrichon filifolium), la culilla (Avenula bromoides), el cerrillo (Stipa pennata), o el cerrillo escobero (Stipa offneri). C.2 Lastonares y fenalares Son herbazales anuales de gramíneas prácticamente monoespecíficos, con dominancia casi exclusiva del lastón (Brachypodium Retusum), o del fenal (Brachypodium Phoenicoides). Fauna Las aves más estrechamente asociadas a estos ambientes son el autillo (Otus scrops), el cernícalo (Falco tinnunculus), el mochuelo (Atiene noctua), el sisón (Tetrax tetrax), el alcaraván (Burhinus oedicnemus), la tórtola común (Streptolia turtur), el chotacabras gris (Caprimilgus europaeus), la abubilla (Upupa epops), el mirlo (Turdus merula), el verderol (Carduelis chloris) y el jilguero (Carduelis carduelis). Se halla en este entorno una gran representación de especies de interés cinegético, como el avefría, la perdiz roja (Alectoris rufa), el zorzal común (Luscinia megarhynchos), la codorniz (Coturnix coturnix), el faisán, la urraca (Pica pica) o el estornino pinto. 11

Entre los pequeños mamíferos destacan la musaraña (Crocidura russula), el topo (Talpa europaea), la musarañita (Suncus etruscus), el erizo común (Erinaceus europaeus) o el ratón de campo (Apodemus sylvaticus), que conviven con especies de gran interés cinegético como la liebre (Lepus sp.) y el conejo (Oryctolagus cuniculus), y con mamíferos depredadores como el tejón (Meles meles) o el zorro (Vulpes vulpes). Los reptiles aparecen representados por la culebra bastarda (Malpolon monspessulanum), la culebra de escalera (Elaphe scalaris), el lagarto ocelado (Lacerta lepida) y el eslizón ibérico (Chalcides bedriagai), mientras que los anfibios más frecuentes son el sapo de espuelas (Pelobates cultripes) y el sapo común (Bufo bufo). D. Zonas húmedas Constituyen zonas húmedas las tablas, marismas, lagos, lagunas, charcas y embalses de aguas dulces, salobres o salinas. Son un ecosistema ampliamente representado en la Península Ibérica. Presentan formaciones vegetales asociadas claramente edafófilas, adaptadas a factores ecológicos extremos como son el viento, la salinidad, el sustrato arenoso o la proximidad de la capa freática. Constituyen hábitats de un extraordinario valor ecológico y albergan una formidable riqueza en especies de aves acuáticas de caza menor, que encuentran en los humedales alimento y refugio. En la Comunidad Valenciana los principales exponentes son l’Albufera de Valencia, el Prat de CabanesTorreblanca, la Marjal Pego-Oliva, el Fondo, les Salines de Santa Pola y las lagunas de la MataTorrevieja. Dv. Vegetación de zonas húmedas Dv.1 Vegetación acuática Son comunidades de plantas que viven errantes en el agua o que enraízan en el fondo y presentan sus hojas flotando en la superficie. Dv.1.1 Comunidades acuáticas flotantes Son formaciones vegetales errantes frecuentes en todos los cursos de agua remansados, incluidas acequias y canales. La especie más representativa, por su abundancia y difusión, es la lenteja de agua (Lemna sp.). En la comarca de la Safor aparece en aguas muy limpias el musgo flotante (Ricciocarpon natans) y en la marjal de Pego-Oliva puede darse extrañamente el nenúfar blanco (Nymphaea alba). Dv.1.2 Formaciones acuáticas inmersas Constituidas por comunidades diversas caracterizadas por enraizar en el fondo del lecho acuático y mantener su porte flotando en el agua. Son especies representativas de esas formaciones las madejas verdes de laguna (Ruppia maritima), la lengua de oca (Potamogeton sp), la náyade marina (Najas marina) o las charas (Chara sp.). En aguas limpias y de poca profundidad aparecen Potamogeton natans y Groenlandia densa. En los campos de arroz puede hallarse el denominado botón de agua (Ranunculus baudoti), mientras que en la marjal de Gandía, Xeraco y Xeresa se encuentra una planta carnívora acuática (Utricularia vulgaris). Dv.2 Vegetación palustre Se denomina vegetación palustre a las comunidades anfibias emergentes que enraízan en el fondo del agua o en el fango que se mantiene húmedo durante la mayor parte del año. Dv.2.1 Carrizales

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Formaciones vegetales dominadas de forma preponderante por el carrizo (Phragmites australis) que se extienden alrededor de charcas y embalses ocupando tanto las orillas secas como el interior del agua hasta profundidades de 50 centímetros. El cortejo de especies acompañantes lo componen las eneas o espadañas (Typha sp.) y los juncos (Scirpus sp y Juncus sp.). En zonas concretas, como es el caso del parque natural del Fondo, también aparece asociada al carrizo la característica corregüela (Cynanchum acutum). Dv.2.2 Masiegares Los masiegares aparecen cuando se destruyen los carrizales por fuego o siega antrópica y su especie dominante casi exclusiva es la masiega (Cladium mariscus). Dv.2.3 Juncales Formaciones vegetales dominadas por los juncos que adquieren un carácter preponderante en las desembocaduras de las golas, donde el agua es salobre. Las especies más frecuentes son Scirpus littoralis y Scirpus compactus. Dv.3 Saladares Los saladares son suelos cargados de sales, principalmente cloruros, asociados a marismas y zonas costeras, cuya existencia condiciona la aparición de una vegetación edafófila muy especializada denominada halófita, que presenta adaptaciones específicas como la capacidad de excretar sal por las hojas evitando su acumulación. En los saladares valencianos predominan los limonios (Limonium caesium, L. cossonianum, etc.), en los puntos de salinidad extrema, mientras que en los emplazamientos más húmedos y con menor concentración salina aparecen especies como las salicornias (Salicornia sp.), el halocnemun (Halocnemun Strobilaceum) o las sosas (Suadea vera). Asociadas a estos ambientes, también es posible encontrar dos especímenes muy peculiares por sus hábitos parasitarios: Cuscuta ephitimun y Cynomorium coccineum. De forma ocasional, aparece en las proximidades de los saladares, como árbol de pequeño porte, el tamarindo (Tamarix boveana y T. gallica).

Df. Fauna de zonas húmedas Los humedales destacan por ser ecosistemas de gran importancia para la nidificación, migración e invernada de numerosas aves acuáticas y marinas. Pero además, constituyen el hábitat fundamental de múltiples especies de reptiles, invertebrados, mamíferos y anfibios cuyas características y costumbres se han adaptado a la presencia de grandes masas de agua. Entre los peces, cabe destacar por su simbolismo y significado para la Comunidad Valenciana el samaruc (Valencia hispánica), un endemismo de nuestro territorio, y el fartet (Lebias ibera), que todavía subsisten en las zonas mejor conservadas de l’Albufera y la zona dels Ullals. Además cabe destacar la anguila (Anguilla anguilla) y la colmilleja (Cobitis palúdica). Entre las aves nidificantes en la Comunitat cabe reseñar el calamón, la cigüeñuela, la canastera, el avetorillo, el zampullín chico, el chorlitejo chico, el patinegro y, ocasionalmente, la cerceta carretona. En invierno, las zonas húmedas se enriquecen con la presencia de grandes concentraciones de anátidas, ardeidas, limícolas y láridos. Por citar algunos: el flamenco (Fhonicopterus ruber), la cerceta pardilla (Marmaronetta angustirostris), la cerceta común (Anas Crecca), la agachadiza común (Gallinago gallinago), la malvasía (Owyura leucocephala), el pato colorado (Netta Rufina), el pato cuchara (Anas clipeata), el tarro blanco (Tadorna tadorna), en ánade real (Anas platyrhynchos), el ánade rabudo (Anas 13

Acuta), el somormujo (Podiceps cristatus), el avefría (Vanellus vanellus) o la focha cornuda (Fullica cristata). Destacar la presencia específica en saladares de la canastera (Glareola matincola). El mamífero más característico de los humedales es la nutria, que apenas se encuentra en aguas de la Comunidad Valenciana, y cabe citar como especie específica de estos ecosistemas a la rata de agua, aunque también se encuentre mamíferos generalistas como el conejo o el zorro. Los reptiles más representativos son la culebra viperina (Natrix Maura), el galápago europeo (Emis orbicularis) y el galápago leproso (Mauremys leprosa), mientras que en el grupo de los anfibios es de reseñar por su abundancia y difusión la rana común (Rana perezi) y el gallipato (Pleurodeles walt). E. Acantilados y roquedos Los acantilados son grandes masas rocosas que constituyen formaciones escarpadas localizadas en las costas marítimas, originadas por la erosión del oleaje, o en zonas de interior, fruto de grandes accidentes topográficos: barrancos, cañones y gargantas. Son ecosistemas extremos que presentan grandes áreas de roca desnuda, donde únicamente pueden desarrollarse especies vegetales rúpicolas, leñosas o herbáceas, que en muchas ocasiones constituyen endemismos. El interés cinegético de estos ecosistemas radica en que constituyen el hábitat de algunas especies de caza menor, como son la gaviota patiamarilla (Larus cachinnans), en acantilados costeros, la grajilla (Corvus monedula) en acantilados de interior, y la paloma bravía (Columba livia) y el estornino negro (Sturnus unicolor), que aparecen indistintamente en ambos ambientes. E.1 Acantilados costeros Los paredones de roca litorales surgen de la erosión del oleaje sobre los macizos o montañas costeros. La acción mecánica y salina del mar los convierte en hábitats inhóspitos para la vegetación. No obstante, algunas plantas son capaces de desarrollarse en estas condiciones, siendo las más representativas el hinojo marino (Crithmum maritimum), las saladinas (Limonium sp.), la verdolaga marina (Halimione portulacoides), el plantago marino (Plantago crassifolia) y el tomillo blanco (Artemisia gallica). E.2 Roquedos interiores Las formaciones que colonizan los acantilados en barrancos y gargantas profundas en zonas continentales son, en general, las propias de las comunidades vegetales próximas, que aprovechan la acumulación de suelo en las grietas o repisas de las paredes verticales para enraizar y desarrollarse. Fauna La fauna de los acantilados costeros está dominada por las aves marinas como la pardela cenicienta (Calonectris diomedea), el cormorán moñudo (Phalacrocorax aristotelis), la gaviota patiamarilla (Larus cachinnans), el charrán común (Sterna hirundo), el paiño (Hydrobates pelagicus) o el alcatraz (Sula bassana). El máximo exponente de estas comunidades en nuestro territorio son sin duda las islas Columbretes, que alberga especies en grave peligro de extinción, como el halcón de Eleonor (Falco eleonorae), y colonias nidificantes de singular importancia como las de la gaviota de audouin (Larus audouinii). En este mismo archipiélago encontramos un endemismo en el mundo de los reptiles: la lagartija de columbretes (Podarcis hispanica atrata). Los acantilados de interior están dominados por especies ya comentadas en formaciones anteriores que presentan querencias de zonas montañosas y roquedos. F. Playas y dunas costeras Las dunas litorales constituyen un ecosistema de poco interés como hábitat para las especies cinegéticas y de extensión muy reducida en la Comunidad Valenciana, pero de una gran riqueza ecológica por lo peculiar de sus formaciones vegetales. 14

El efecto marino se atenúa a medida que nos alejamos de la orilla, por lo que las comunidades adaptadas al medio costero se ubican en bandas paralelas al mar, en función de sus requerimientos. F.1 Formaciones halinitrófilas En la zona de arena mojada continuamente por el oleaje y las mareas aparece la oruga marítima (Cakile marítima), la barrilla anual (Salsola kali) y el pasacaminos marino (Polygonum maritimum). F.2 Comunidades de gramíneas sobre dunas embrionarias Se trata la vegetación propia de las dunas pioneras valencianas conocida con el nombre de Ammophilletea Ammophilion. F.3 Formaciones de barrones sobre dunas móviles Más hacia el interior, sobre las dunas móviles, se forma una vegetación densa y bien estructurada dominada por los barrones (Ammophila arenaria), que aparecen acompañados por la zanahoria de mar (Echinophora spinosa), el alhelí marino (Pancratium maritimum), la lechetrezna de playa (Euphorbia paralias), el melgo marino (Medicago marina) o la blanquinosa (Otanthus maritimus). Si se degradan los barrones aparecen pastizales anuales de Cutandia marítima, Silene ramosissima, Silene littorea o Vulpia fasciculata. F.4 Formaciones siemprevivas sobre dunas semifijas La comunidad anterior da paso a una franja de vegetación leñosa de pequeña talla representada por la siempreviva (Helichrysum stoechas), la melera (Ononis natrix), la violeta de mar (Malcomia littorea) o la creudeta marina (Crucianella marítima). En las dunas degradadas se desarrollan formaciones herbáceas arenícolas predominantemente del género Centaurea sp. F.5 Comunidades forestales sobre dunas estables Se desarrollan en la parte interior de las dunas, siempre que no exista una depresión, en cuyo caso sería más probable la aparición del saladar. La vegetación característica de esta zona es la propia de matorrales de alto nivel evolutivo, representados por plantas arbustivas de gran porte como el lentisco, la coscoja, el aladierno, el espino y trepadoras como la hiedra, la rubia o la madreselva. Destaca por su exclusividad y extrañez el casi desaparecido enebro marítimo (Juniperus macrocarpa). Fauna El ambiente de dunas constituye un hábitat inhóspito para la fauna en general. Sin embargo, se pueden encontrar insectos como el escarabajo pelotero (Scarabaeus sacer), reptiles como la lagartija colirroja (Acanthodactylus erythrurus), y especímenes de aves como el vuelvepiedras (Arenaria interpres), visitante invernal raro, o el chorlitejo patinegro (Charadrius alexandrinus), que nidifica en la playa y se alimenta en ella de pequeños invertebrados. II.

ESPECIES CINEGÉTICAS LIMITANTES

DE

LA

COMUNIDAD

VALENCIANA

Y

FACTORES

De manera general, se denominan especies cinegéticas aquellas aves o mamíferos cuyas poblaciones, en condiciones de normalidad ambiental, presentan un significativo potencial de crecimiento que permite efectuar sobre ellas algún tipo de aprovechamiento sin comprometer su perdurabilidad en el tiempo y, además, ofrecen atractivos al cazador deportivo por su capacidad de defensa, complicación en la captura o interés tradicional de su caza. 15

Estrictamente, son especies cinegéticas en la Comunidad Valenciana aquellas que, a propuesta de la Conselleria competente en materia de caza, sean incluidas por decreto del Consell de la Generalitat en el listado que se publica, con carácter anual, en la Orden de Vedas. A tales efectos, también se consideran especies cinegéticas aquellas aves o mamíferos que, incluidos en este listado, se críen en granjas y explotaciones cinegéticas y sean susceptibles de liberación y naturalización en el medio. El resto de mamíferos y aves silvestres, no incluidos en la Orden, serán considerados no cinegéticos, clasificándose en especies protegidas, catalogadas o no catalogadas. El gran potencial de crecimiento de las poblaciones cinegéticas se ve acotado por la existencia de condiciones perniciosas para su desarrollo, o por la carencia ambiental de recursos necesarios para su expansión. Una especie concreta presenta distintos grados de tolerancia a cada uno de estos parámetros que limitan sus funciones. Aquel factor ante el que muestra una mayor sensibilidad, cuya carencia o exceso resulta más determinante para el normal desarrollo de la especie, se denomina factor limitante. Por ejemplo, las perdices requieren de alimento, agua y defensa ante los predadores para sobrevivir y llevar a cabo sus funciones naturales. Pueden soportar una notable presión de caza y depredación, y presentan cierta resistencia a la falta de alimentos temporal. Sin embargo, su reproducción cae en picado en los años de sequía. El agua sería, en este caso, el factor limitante para la perdiz. Cabe señalar, que los parámetros que resultan limitantes para una especie, pueden ser diferentes en zonas distintas y para cada población concreta. Los principales factores susceptibles de constituir una limitación para las distintas aves y mamíferos objeto de caza son los siguientes: -

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Agua: El agua es un elemento vital para el desarrollo de la vida animal y vegetal. Su escasez resulta determinante para las especies que no presentan adaptaciones a los ambientes de sequía. Alimento: La función de alimentación es básica para la existencia de cualquier ser vivo. Su ausencia ocasiona un estrés que puede ser más o menos tolerado según la especie. En ambientes cinegéticos el alimento va claramente ligado a la existencia de vegetación. Refugio: Algunos animales son capaces de crear sus propios refugios o defensas, por ejemplo, excavando madrigueras. Sin embargo, este no es el caso de los grandes mamíferos, que requieren de la existencia de vegetación alta y densa para poder ocultarse de predadores o humanos. La ausencia de este elemento condiciona la presencia de especies como el corzo. Enfermedades: Las enfermedades contagiosas resultan un factor crítico en poblaciones que presenten grandes densidades y crecimientos, como es el caso de las cinegéticas. Especies como el conejo se han visto drásticamente mermadas por la incidencia de este factor. Depredadores: Las especies que se desarrollan en un ambiente sin grandes limitaciones en cuanto a los recursos requeridos, pueden hallar en la incidencia de predadores naturales el factor limitante para su expansión. En este sentido, especies oportunistas como la urraca causan estragos en las nidadas de aves cinegéticas como la perdiz. Furtivismo: Aunque la elaboración de leyes al respecto y la concienciación social han logrado disminuir la incidencia de la caza ilegal, continua siendo una lacra para el sector cinegético, y constituye el parámetro más pernicioso para especies sensibles que requieren de regímenes de captura muy estrictos para su adecuada conservación. Actividades antrópicas: Sin considerar el impacto directo de la caza en sí, el hombre es el responsable de numerosas actividades perjudiciales para las poblaciones silvestres. La agricultura intensiva, el uso de maquinaria agrícola, el empleo de pesticidas e insecticidas, la ganadería, la construcción de carreteras, las quemas de rastrojos y márgenes de cultivo son algunos ejemplos de agresiones antrópicas que en zonas y especies puntuales pueden convertirse en el factor limitante de su desarrollo. A efectos de ordenación, las especies cinegéticas se clasifican como de caza mayor, en referencia a animales de gran tamaño, en general mayores que un zorro, o de caza menor, si se trata de especies de pequeño porte. De la misma manera se puede diferenciar entre animales de pluma, las aves, o pelo, mamíferos. Según la estacionalidad de su presencia en un determinado territorio, las especies cinegéticas pueden clasificarse en migratorias, si aparecen en una área y período concretos fruto de un viaje estacional 16

regular que efectúan en busca de climas más benévolos o alimentos, o especies no migratorias o residentes, que llevan a cabo la totalidad de su ciclo biológico en una zona definida de la cual no migran durante su existencia. Finalmente, y en especial las aves cinegéticas, se pueden dividir en acuáticas, si dependen ecológicamente de la existencia de humedales o masas de agua, o no acuáticas, si su desarrollo vital no va estrictamente ligado a la presencia de estas zonas húmedas. ESPECIES DE CAZA MAYOR JABALÍ (Sus Scrofa) Descripción: Animal de aspecto compacto y tronco macizo ligeramente inclinado hacia la parte posterior, relativamente corto y aplastado sobre los costados. El cuello está poco definido, por lo que cabeza y tronco constituyen un sólido bloque. La cola, también corta, termina en un mechón de pelos negros. La cabeza se alarga en un largo hocico cónico llamado jeta. Presenta unas orejas grandes, erguidas y unos ojos extremadamente pequeños. Las patas son cortas y finas en proporción, más largas las de delante, terminadas en dos pezuñas anteriores y dos posteriores. Su pelaje está compuesto por cerdas largas de una dureza extraordinaria, de color variable pero con predominio del castaño oscuro. Una larga crin recorre la mitad anterior del lomo, y los flancos quedan protegidos por un escudo de piel endurecida, de varios centímetros de espesor. Los ejemplares jóvenes, hasta los cinco o seis meses, presentan unas rayas marrones claras de longitud desigual sobre un fondo pardo-amarillento, lo que les confiere el nombre popular de “rayones”, volviéndose desde entonces y hasta los 12 meses de edad de una coloración pardo rojiza uniforme, con lo que pasan a denominarse “bermejos”. Dimorfismo sexual: Los machos son más voluminosos que las hembras, tienen una cabeza más maciza y presentan unos imponentes caninos inferiores muy característicos, conocidos como defensas, cuchillos o navajas. Organización: Los jabalíes se agrupan en grupos matriarcales llamados “piaras”, formados por una o varias hembras con su descendencia. Los machos adultos tienden a ser solitarios, aunque es frecuente que se acompañen de un macho más joven. Reproducción: El celo se prolonga desde octubre hasta mayo, por lo que es posible encontrar rayones todo el año. Sin embargo, la mayoría de partos se producen en abril, siendo frecuentes en marzo o mayo. Hábitats: Preferentemente forestal, el jabalí puede ocupar muchos ambientes diferentes siempre que encuentre la espesura suficiente para guarecerse durante las horas de luz. Habitan bosques caducifolios y perennifolios de encinas, robles, rebollos, sabinas o alcornoques; matorrales de jaras y estepas, helechales, junqueras y marismas, pero también dehesas y cultivos de cereal, olivar, viñedos o frutales. Requieren de la presencia de agua en las proximidades, tanto para beber como para tomar los baños de barro con los que se asean y desparasitan. Costumbres: Fundamentalmente nocturnos y crepusculares, de día suelen reposar en una especie de cama o pequeña excavación en el suelo, al abrigo de rocas o matorrales. Su presencia se hace patente con la aparición de las hozaduras que efectúan en su búsqueda de raíces, y de los rascaderos en los que se desprenden, contra los árboles, del barro recogido en sus baños. Alimentación: Omnívora. Se alimenta de semillas, bulbos, frutos u hongos, destacando su apetencia por las bellotas. Denota su tendencia carnívora devorando pequeños roedores, reptiles, artrópodos, escarabajos o nidos de aves y es un consumado carroñero llegando a comer restos de mamíferos como conejos o liebres. 17

Enfermedades y predadores: Las patologías más frecuentes son la tuberculosis o glosopeda, destacando como epidemias la peste porcina africana, la enfermedad de Aujeszky o pseudorrabia, la brucelosis o la toxoplasmosis. Albergan, además, el parásito causante de la triquinosis que hace necesaria su inspección para el consumo humano. El principal depredador natural es el lobo, aunque linces, águilas y otros carnívoros menores pueden ejercer una acción predadora sobre las crías. Factores limitantes en la Comunidad Valenciana: En nuestro territorio, la falta de cobertura vegetal y de puntos de agua parecen ser, en determinadas zonas, el único condicionante a la expansión del jabalí. CABRA MONTÉS (Capra pyrenaica) Descripción: La cabra montés es un bóvido ungulado de montaña de tamaño medio, robusto. Su cornamenta es persistente con soporte óseo y cubierta córnea, gruesa y nudosa, no ramificada. Su pelo es grisáceo por el dorso y más claro, casi blanco en la parte ventral. No obstante, varía estacionalmente siendo pardo o canela tras la muda, en verano, y más oscuro en invierno.Las patas presentan casi negras en la parte inferior, que en los machos adultos pueden extenderse hacia los costados. La cola es negra y corta. Dimorfismo sexual: Presentan un marcado dimorfismo sexual en cuanto al tamaño y peso, siendo mayores los machos, que además exhiben de adultos vistosas cornamentas en forma de “s” mucho más desarrolladas que las femeninas, cilíndricas y más cortas. Los machos, además, presentan crines, barbas y manchas negras en el pelaje mucho más extensas que las de las hembras. Organización: Son una especie gregaria. Las hembras forman grupos junto a los machos menores de 4 años. También son frecuentes las agrupaciones de machos o de animales adolescentes de ambos sexos. Los machos viejos, por su parte, suelen campar en solitario. Reproducción: Son animales polígamos. La época de celo comienza a finales del otoño, y los apareamientos se producen entre mediados de noviembre y principios de enero. La gestación dura 5 meses, por lo que la mayoría de los partos tienen lugar entre abril y junio, meses en los que las madres alumbran una cría por parto u ocasionalmente gemelos. Hábitats: Es una especie endémica de la Península Ibérica que en la Comunidad Valenciana cuenta con dos núcleos poblacionales principales, en la Muela de Cortes (Valencia) y en Puertos de TortosaBeceite(Castellón). Frecuentan zonas de montañas abruptas y pedregosas, entre los 300 y hasta los 3.000 metros de altitud, y bosques de coníferas con cortados rocosos, especialmente si existen en la proximidad matorrales y pastizales naturales. No obstante, no es inusual encontrarla en bosques cercanos a las laderas o en prados y valles. En la actualidad experimenta una clara expansión demográfica que la ha acercado incluso a las proximidades de núcleos urbanos en zonas rurales o, en casos extremos, a la franja costera. Costumbres: Las cabras monteses presentan hábitos diurnos en invierno y algo más crepusculares en verano. Ambos sexos permanecen la mayor parte del año separados. Se pueden observar migraciones a pequeña escala hacia pastos en las cumbres durante el verano y hacia los valles en el invierno. En la época de celo los machos buscan a los grupos de hembras y compiten por el derecho a aparearse de forma característica: se levantan sobre sus patas traseras y se dejan caer sobre el macho rival haciendo chocar sus cuernas, hasta que uno de los contendientes se retira asumiendo su inferioridad. Alimentación: La cabra es esencialmente fitófaga, pascícola y ramoneadora. En invierno, época de escasez, come cualquier tipo de alimento vegetal incluidos líquenes, musgos, hierbas, cortezas e incluso raíces. En primavera prefiere los tallos tiernos y todo tipo de brotes, incluyendo en su dieta hongos, helechos, flores y frutas. Necesitan sal en su dieta, que incluyen lamiendo rocas que la contengan.

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Enfermedades y predadores: La sarna sarcóptica es una de las principales amenazas para la especie a escala global. Además pueden verse afectada por brucelosis, ostreosis, bronconeumonía y queratoconjuntivitis. Los zorros y el águila real son sus principales predadores naturales, y capturan de forma ocasional ejemplares jóvenes. Factores limitantes en la Comunidad Valenciana: Junto a la sarna, el furtivismo ha sido tradicionalmente uno de los males endémicos para el macho montés en todo el territorio nacional, y la Comunitat no es excepción. Además, las actividades antrópicas en su hábitat, como el pastoreo del ganado doméstico, imponen restricciones a la mayor distribución de la montesa. En los últimos años, su nicho ecológico se ha visto amenazado por la colonización del arruí, especie con la que compite directamente y con cierta desventaja. CIERVO (Cervus elaphus) Descripción: El ciervo es el ungulado más corpulento de la Península Ibérica llegando a alcanzar en este territorio los 180 kilos de peso en el caso de los machos. Poseen patas largas y delgadas, finalizadas en una pezuña partida en dos. Presentan una cabeza con hocico alargado y orejas bien desarrolladas, coronadas por grandes astas o cuernas bifurcadas de hueso muerto, que renuevan cada año. El pelaje es de color marrón uniforme en los adultos, más rojizo y con manchas amarillentas en las crías durante el primer año de vida, a modo de camuflaje. Dimorfismo sexual: Muy acentuado. El macho es un 25% más grande que la hembra y presenta una ostentosa cuerna, de la que carecen las féminas. Organización: Las hembras forman grupos sociales con sus crías hembras y los machos menores de tres años. Los machos hacen lo propio, y forman grupos aislados que se disgregan en época de celo para buscar en solitario un harén de hembras. Reproducción: Polígamos. El celo de las hembras se produce en un período muy definido del año, en los meses de septiembre y octubre, que se conoce como “berrea” por la frenética actividad de los machos, que braman y pelean en busca del derecho de apareamiento. La gestación dura aproximadamente 8 meses y los partos se producen en mayo o junio. Normalmente se produce una camada por año y una cría por parto, en ocasiones dos. Hábitats: El ciervo habita zonas de bosque mediterráneo y atlántico, con clara preferencia por paisajes de mosaico en el que se intercalen bosques de encinas, quejigos o alcornoques; matorrales altos de coscojas, labiérnagos, madroños o mirtos; matorrales seriales como jarales y brezales, dehesas y pastizales. Costumbres: Su actividad es principalmente nocturna, crepuscular y matutina. Durante la mayor parte del día reposan en sus encames ubicados entre la vegetación. Tras el desmogue que se produce en marzo o abril, y hasta el mes de agosto en el que se completa su regeneración, la cuerna presenta un aspecto sedoso y cartilaginoso. Los machos se muestran entonces más cautelosos, menos visibles, y frotan con frecuencia las cuernas contra la vegetación para desprenderse de su recubrimiento irrigado. Alimentación: Fitófago estricto. Como pasto prefiere gramíneas y hierba. En otoño se nutre profusamente de bellotas para acumular grasas para el invierno, aunque consume un amplio abanico de elementos vegetales durante todo el año: musgos, líquenes, frutos, flores, brotes, hojas y cortezas de árboles y arbustos.

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Enfermedades y predadores: Sus predadores naturales son a día de hoy muy escasos: lobo, lince y águila real constituyen las únicas amenazas, especialmente para las crías. Algunas enfermedades reseñables son la brucelosis, la pasterelosis, la queratoconjuntivitis o el virus de la lengua azul, aunque ninguna afecta drásticamente a las poblaciones de la Comunidad Valenciana. Factores limitantes en la Comunidad Valenciana: La ausencia de hábitats propicios es el factor limitante para el ciervo en la Comunitat. La escasa representación de los bosques estratificados que requiere la especie (con la práctica desaparición de alcornocales, carrascales y rebollares) y las perturbaciones antrópicas en los ambientes adecuados disminuyen la potencialidad adaptativa del ciervo a nuestros ambientes. CORZO (Capreolus capreolus) Descripción: Cérvido artiodáctilo de pequeño tamaño, equiparable al de las ovejas domésticas, de aspecto desproporcionado y volcado hacia la parte delantera. Los cuartos traseros, elevados y más largos que los anteriores, le hacen adoptar esta posición y le obligan a desplazarse grácilmente dando pequeños saltos. Su pelaje es de coloración uniforme pero variable según la estación, pasando de los tonos castaños veraniegos a los matices grisáceos del invierno. Muestran un característico escudo anal en forma de corazón invertido, blanco en invierno y amarillento en verano, y un bozal negro que contrasta con la barbilla y el labio superior, muy claros, siendo estos los rasgos más distintivos de la especie. La cola es extremadamente corta, a penas distinguible entre la marca del trasero. Los machos tienen una cuerna poco ramificada, compuesta de una guía principal que se inserta en los pivotes óseos del cráneo en un ensanchamiento denominado roseta, con una luchadera bifurcada hacia delante y una punta hacia atrás, denominada “garceta”. Dimorfismo sexual: La presencia de la cuerna es el elemento distintivo más característico de los machos. Organización: Existe cierta creencia popular de que los corzos son monógamos y mantienen su pareja varios años. En realidad, viven en parejas territoriales con sus crías de la temporada, sin menoscabo de que un macho puede cubrir varias hembras si se solapan sus zonas de dominio. Reproducción: Los corzos utilizan una estrategia reproductiva conocida como diapausa embrionaria, que consiste en que el óvulo fecundado permanece en el útero de la hembra desde el momento de la inseminación (junio a agosto), hasta principios del invierno (diciembre), momento en el que comienza un ciclo de gestación normal, que finaliza con los partos entre abril y mayo. Presenta por tanto un celo primaveral, en contrapartida al resto de cérvidos españoles, que lo experimentan en otoño. Las corzas a menudo paren más de una cría, son muy frecuentes los partos de dos corcinos, y no son extraños los de tres. Hábitats: Poco frecuentes en la franja mediterránea, aunque en los últimos años han sufrido una expansión demográfica que los ha dispersado en zonas en las que no se habían detectado hasta fechas muy recientes. Son animales eminentemente forestales, con gran versatilidad y dotes de adaptación, y ocupan bosques de todo tipo, incluso matorrales y zonas adehesadas. Prefieren aquellos con cierto grado de humedad, abundante sotobosque y en las proximidades de pastizales. Costumbres: Su actividad puede desarrollarse de día o de noche, aunque presenta cierta preferencia crepuscular o matutina para su alimentación. Es una especie marcadamente territorial. Los machos mantienen un área de exclusión cercana a las 7 hectáreas frente a sus congéneres, mientras que las hembras repiten sus zonas de cría de forma anual en función del éxito reproductor experimentado.

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Los corzos pierden la cuerna en el desmogue que tiene lugar entre los meses de octubre y noviembre, comenzando de inmediato la restauración de sus defensas, que estará completa entre los meses de abril y mayo. Durante el celo aparecen círculos característicos en la vegetación denominados “corros de brujas”, fruto de la persecución de los machos tras las hembras alrededor de un árbol. Emiten un sonido conocido como “ladrido”, en referencia a su similitud con la llamada de los perros. Alimentación: Herbívoro puro. La condición de rumiante y el pequeño tamaño de su estómago determinan la necesidad de alimentarse varias veces al día y de seleccionar los bocados más nutritivos, los brotes y hojas con mayor concentración de azúcares. Entre sus preferencias están las zarzas, rosales silvestres, brezos, arbustos y espinos, coníferas en los primeros años de crecimiento, caducifolias de hoja ancha, hongos, setas, cereales, frutas y bayas. Es reseñable su capacidad de ingerir plantas con alto contenido de sustancias tóxicas, como adaptación competitiva frente a especies mayores. Enfermedades y predadores: El lobo es su principal enemigo natural. También es, en menor medida, presa de carnívoros como los perros asilvestrados, el zorro, el lince o el águila real. La abundancia de lluvias en época de partos causa, entre las crías, la proliferación de enfermedades infecciosas de las vías respiratorias. Diversas afecciones parasitarias pueden incidir en las poblaciones de corzos, especialmente en los años de sequías. Factores limitantes en la Comunidad Valenciana: El clima mediterráneo de nuestras provincias ofrece unas condiciones en el umbral de aridez tolerable por el corzo, que suponen el principal freno a la expansión de la especie. Esta especie muestra clara predilección por hábitats con cierto grado de humedad ambiental. GAMO (Dama Dama) Descripción: Morfológicamente similar al ciervo pero de menor tamaño. Son cérvidos de cuello largo y delgado, con la cara alargada y las orejas grandes y puntiagudas. Su pelaje es de fondo ligeramente rojizo y moteado de manchas blancas durante el verano, más gris en invierno, aunque varía según la geografía. El moteado tiende a alargarse en los costados, llegando a formar una banda blanca longitudinal. De la misma manera, aparece en el dorso una banda de color sepia, que se oscurece a medida que se acerca a la cola. La cabeza suele carecer de manchas. Las patas traseras son blancas y negras y la cola, relativamente larga, presenta en la parte central una franja negra. Las astas son un rasgo perfectamente diferenciador, aplanadas en los ejemplares adultos y conocidas con el nombre de “palas”. Son renovadas de forma anual en el desmogue que tiene lugar entre los meses de mayo y abril. Dimorfismo sexual: La principal distinción morfológica es la ausencia de cuerna en las hembras. Organización: Es una especie gregaria que forma grupos sociales, normalmente de entre 7 y 10 individuos. Estos pueden ser agrupaciones matriarcales, formadas por hembras y sus respectivas crías; grupos de machos, generalmente de adultos, en ocasiones acompañados de subadultos y juveniles, que permanecen durante primavera e invierno y se disgregan en la época de celo; y grupos mixtos. Ambos géneros viven casi todo el año separados, hasta el período de celo, en el que los machos dominantes establecen territorios que defienden agresivamente y en los que forman grupos con varias hembras y sus respectivas crías. Reproducción: Polígamos. El celo del gamo se conoce como “ronca” y tiene lugar entre los meses de octubre y noviembre. Durante la época de apareamiento, los machos compiten por el derecho a cubrir a las hembras y fecundan a varias de ellas, que gestarán durante un período aproximado de siete meses y darán a luz, entre finales de mayo y principios de junio, a una sola cría, generalmente. 21

Hábitats: Prefiere los bosques de hoja caduca relativamente húmedos, aunque se adapta muy bien a los encinares ibéricos. Habita en zonas arboladas abiertas, de mosaicos de monte bajo y pastizales. Costumbres: El gamo es una especie fundamentalmente crepuscular y nocturna, que dedica las horas centrales del día a rumiar en reposo, a cubierto entre la espesura. Las luchas entre rivales durante el celo son menos violentas e impetuosas que las del ciervo. Alimentación: Fitófago puro, destaca especialmente en su dieta la abundancia de gramíneas y hierbas. Ingiere también hojas y brotes tiernos, y en menor medida cortezas de árboles y arbustos, así como frutos otoñales. Enfermedades y predadores: La similitud de su nicho ecológico hace que el principal predador del gamo sea el lobo, en las zonas en las que estas especies interactúan, aunque se ha contrastado la capacidad del lince de ejercer acción predatoria sobre las crías. El gamo es una especie bastante resistente a las enfermedades infecciosas y parasitarias. Se han descrito en la península casos de virus de lengua azul, paratubercolosis o tuberculosis bovina, destacando el daño producido en el hígado por Fasciola hepática. Factores limitantes en la Comunidad Valenciana: Como en el caso del resto de cérvidos, la cobertura vegetal es esencial para el gamo, contando en la Comunitat con poca superficie apta como hábitat ideal. La nieve se ha demostrado como un factor limitante para la especie en latitudes más frías, lo que supondría un escollo en las comarcas más montañosas de la autonomía, que coincidirían por espesura de vegetación con los mejores ambientes potenciales. MUFLÓN (Ovis gemelini musimon) Descripción: Óvido artiodáctilo grande, de cuerpo robusto, similar a su pariente, la oveja doméstica, pero con el cuello y las patas alargados en proporción. Su pelaje es una especie de lana corta, de color pardo oscuro, blanquecina en morro, ojos, región anal, vientre y en la mitad inferior de las patas. En verano los colores viran hacia tonos más claros, y las manchas blancas desaparecen casi por completo. La cornamenta es circular y sin ramificar, y puede adquirir distintas fisonomías. Así se encuentran cuernos paralelos a la cabeza, cornamentas con tendencia a aproximarse al cuello o, por el contrario, separándose de este. Sus pezuñas crecen continuamente, como adaptación a los suelos pedregosos. Dimorfismo sexual: Los machos son más grandes y robustos, poseen una gorguera de pelo en el cuello y en el pecho y tienen una coloración más oscura. Además, presentan unos cuernos muy desarrollados, mientras que las hembras carecen de ellos o los tienen de pequeña longitud. En el pelaje invernal, los machos desarrollan unas manchas blancas en los flancos a modo de “silla de montar”, fácilmente identificables, que no aparecen en individuos de otro sexo. Organización: Son animales muy sociables, y forman grandes rebaños en los que, según la estación, se incluyen sin distinción machos, hembras y juveniles. Durante el verano, antes de la época de celo, se agrupan por un lado los machos y por otro las hembras y las crías. En el período de apareamiento un semental dominante, que puede haber adquirido hábitos solitarios, se incorpora a los grupos matriarcales y adquiere el derecho a cubrir a distintas féminas. Reproducción: Polígamos. El celo tiene lugar desde el mes de septiembre y hasta noviembre. La gestación dura unos cinco meses y los partos se producen a finales de marzo, mediados de abril o mayo, alumbramientos en los que nace una sola cría.

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Hábitats: Espacios montañosos abiertos, accidentados, pedregosos, secos y duros, incluso de vegetación escasa, preferiblemente no sometidos a fuertes nevadas invernales. Costumbres: Esencialmente diurno durante el invierno, prefiere las primeras horas de la mañana y de la noche en verano, especialmente para su alimentación. Durante el día permanece oculto bajo piedras, troncos y abrigos rocosos o en galerías que ellos mismos excavan aprovechando unas prominencias de las patas delanteras. Las hembras balan como las ovejas domésticas, mientras que los machos rara vez emiten sonido alguno. Las batallas por el derecho reproductor se limitan, generalmente, a un ritual de conductas de sumisión y empujones laterales. Sin embargo, pueden llegar a establecer contiendas feroces con sus potentes testas. Alimentación: Herbívoro estricto. Se alimenta de gran variedad de materias vegetales, como cortezas, plantas herbáceas, brotes, hojas, arbustos, musgos, líquenes, setas… Destaca su bajo requerimiento hídrico (satisfacen sus necesidades de agua consumiendo materia vegetal fresca) y su alta apetencia por la sal, que extrae lamiendo rocas ricas en la sustancia. Enfermedades y predadores: Como la mayoría de las especies de caza mayor, la principal amenaza predadora de los muflones es el lobo, aunque se repite la pauta descrita con anterioridad para otros bóvidos y óvidos, y sufren cierta presión devoradora en el sector juvenil de la población por la incidencia de linces y águilas. . Entre las enfermedades detectadas en ambientes de la Comunidad Valenciana destaca la brucelosis, la toxoplasmosis y la enfermedad de borden. Factores limitantes en la Comunidad Valenciana: La ausencia de superficies boscosas es la principal restricción a una mayor colonización de la especie en la Comunidad Valenciana, así como las perturbaciones atrópicas producidas por ganado y agricultura. Donde encuentra entornos apropiados se reproduce y medra con facilidad. ARRUÍ (Ammotragus Lervia) Descripción: Bóvido artiodáctilo robusto que llega a alcanzar los 135 kilos de peso. Su pelaje es muy corto, de color rojizo o pardo claro, similar a la arena de los desiertos de donde es originario. Está provisto, no obstante, de una corta y erecta crin que recorre el dorso del animal desde su cuello hasta la mitad del lomo, y de una larga y abundante barbas que se descuelga a modo de delantal desde la garganta hasta su pecho, alcanzando las patas delanteras (en su ambiente lo protege de las tormentas de arena). De igual forma, la cola es larga y lanosa, en relación al resto de sus parientes en la familia. La cabeza es alargada y ostenta una cornamenta semicircular, con curvatura simple, presente en ambos sexos, aunque habitualmente mayor en los machos. Dimorfismo sexual: Poco acentuado. El tamaño es muy similar, siendo algo menos voluminosas las hembras. Ambos sexos presentan barba y cuernos curvos parecidos, siendo los de los machos sólo ligeramente mayores. Organización: Suelen vivir en agrupaciones familiares integradas por un carnero adulto con algunas hembras y crías. En verano, los rebaños se dividen según su género en grupos exclusivos de machos y grupos de hembras con crías, juveniles y subadultos. Estas unidades vuelven a reunirse en otoño, durante el celo, en el que son frecuentes las persecuciones y disputas entre los carneros por procurarse un harén. Reproducción: Aunque los apareamientos pueden sucederse durante todo el año, el celo más intenso se produce entre los meses de octubre y noviembre. Los arruíes gestan durante unos 160 días y, si las condiciones climáticas y ecológicas son propicias, abundan los partos dobles que se suceden entre abril 23

y mayo. Inmediatamente después, en verano, las hembras pueden entrar en celo por segunda vez en una anualidad. Hábitats: Áreas montañosas áridas o semiáridas, de orografía quebrada con existencia puntual de masas forestales de coníferas, matorrales, cultivos o pastos. Costumbres: Muestra su mayor actividad en las horas más frescas del día, al amanecer y al atardecer. Habitualmente, pasan las horas centrales del día en lugares de difícil acceso y que les confieran un gran dominio y visibilidad de su entorno, y descienden durante la noche a las zonas de alimentación. Presentan una enorme agilidad trepando y saltando, y destaca su sentido del oído. Alimentación: Son fitófagos generalistas, eminentemente pastadores, aunque también incluyen en su dieta algo de ramón. Pueden abstenerse de beber agua durante varios días. Enfermedades y predadores: Estrictamente, y atendiendo a su naturaleza alóctona, el arruí carece de enemigos naturales en la Península Ibérica. Entre las enfermedades que amenazan su expansión se cuenta, presuntamente, la sarna sarcóptica, aunque a día de hoy no hay datos fiables sobre el alcance real de la epidemia en la población de arruíes. Factores limitantes en la Comunidad Valenciana: No se tiene constancia de grandes factores limitantes en nuestro territorio, de ahí su exponencial expansión en la provincia de Alicante. La actividad cinegética se perfila como uno de los principales factores de gestión de la población en el futuro. CAZA MENOR ZORRO (Vulpes Vulpes) Descripción: Morfológicamente similar a un perro de tamaño medio o pequeño, esbelto, con el morro alargado, orejas prominentes móviles y ojos redondos de color marrón avellana. La cola es muy larga y está provista de abundante pelaje, en numerosas ocasiones finalizado con una banda terminal de pelos blancos. Las extremidades son cortas en proporción a su cuerpo. El pelaje es suave y espeso, con coloración variable entre pálido-amarillenta hasta pardo-rojiza. En las zonas ventrales de la cabeza y el tronco, y en las caras medias de las extremidades, presenta una coloración blanco-crema, mientras que los extremos de orejas, morro y extremidades son de color negro. Sufre una muda anual, entre primavera y otoño. Dimorfismo sexual: Poco acentuado. El macho es ligeramente mayor que la hembra. Organización: La estructura social del zorro depende de los recursos disponibles. Normalmente, viven en grupos compuestos por una pareja reproductora, que constituye la unidad básica y dominante, en la que permanecen los animales jóvenes, o a la que se adhieren adultos complementarios o subordinados si la disponibilidad de recursos lo permite. Cuanto más restrictivo es el medio que ocupan, más se acentúan los comportamientos territoriales. Reproducción: Los apareamientos suelen tener lugar en los meses de enero y febrero. El óvulo tarda entre 10 y 14 días en implantarse en el útero tras la fecundación, e inicia entonces una gestación de 53 días, que dará lugar a una época de partos concentrados en torno a los meses de marzo o abril. La hembra puede aparearse con diversos miembros del mismo grupo e incluso de grupos vecinos y pare en madrigueras, si dispone de ellas, o en cualquier lugar seco y protegido de la intemperie, incluidas construcciones abandonadas. La mortalidad intrauterina regula el número de cachorros de cada camada, que son más prolíficas en años de bonanza ambiental, y oscilan entre alumbramientos de un único cachorro y partos múltiples de hasta siete crías. Hábitats: Ocupa todo tipo de hábitats que le ofrezcan un mínimo de refugio y alimento, siendo una de las especies más generalistas al respecto. 24

Costumbres: La gran adaptabilidad del zorro se hace extensible a sus costumbres. Todo tipo de comportamientos son posibles en esta especie, lo cual supone una gran ventaja para colonizar todo tipo de hábitats. Existen zorros solitarios esquivos, grupos que frecuentan entornos humanos y que incluso se acercan a las personas para robar el alimento, depredadores acérrimos o visitantes usuales de vertederos. Sin embargo, muestran una actividad principalmente nocturna. Durante el día descansan en madrigueras, cavadas por ellos mismos, o en zonas con buena cobertura vegetal. Los zorros depositan sus excrementos sobre elementos prominentes en la orografía del terreno, donde son fácilmente olfateados por sus congéneres. Alimentación: Es un omnívoro o carnívoro oportunista, que incluye en su dieta mamíferos, invertebrados, aves y frutos. Es un cazador generalista, que aprovecha aquellos recursos más abundantes y fáciles de obtener. Por tanto, es complicado generalizar sobre sus preferencias. Sin embargo, es habitual considerar como recursos principales para el zorro los conejos, pequeños roedores y liebres, y como recursos secundarios la basura, la carroña, las aves, los invertebrados y los frutos. Finalmente, existe constancia puntual de la ingesta de peces, cereales, erizos, incluso gatos domésticos y otros zorros. Enfermedades y predadores: Existe más de una docena de predadores naturales del zorro, entre los que se encuentra el tejón, el águila real, el azor, el búho real, el lobo, los perros asilvestrados o incluso el lince. Las epizootias más destacables son la rabia, ocasional en España pero que constituye un grave problema en el norte de europa, la sarna sarcóptica, y enfermedades trasmisibles por los animales domésticos como el virus del moquillo canino, la parvovirosis o la enfermedad de Aujeszky. Factores limitantes en la Comunidad Valenciana: Aunque los episodios en la Comunidad Valenciana no han sido graves hasta la fecha, las epizooidosis son el factor clave de afección para el zorro, dándose casos graves de sarna y rabia en el norte de Europa. CONEJO (Oryctolagus cuniculus) Descripción: Mamífero de tamaño medio, de entorno a los 75 cm de longitud, de color gris, que puede tintarse de tonos pardos más o menos intensos, con el dorso del cuello marrón y el vientre blanco. Posee unas largas patas traseras, mucho más desarrolladas que las delanteras, que le confieren grandes aptitudes para la carrera. Las plantas quedan recubiertas de pelos elásticos dirigidos hacia delante, que amortiguan sus pisadas. La cabeza alberga orejas largas, de color uniforme similar al del cuerpo. Los ojos son grandes, redondos y negros. La cola es de blanco luminoso en su parte inferior, visible durante la carrera, y gris en el dorso. Dimorfismo sexual: No existe dimorfismo sexual en la especie. Los dos géneros, crías y juveniles son iguales excepción hecha de su tamaño. Organización: Los conejos viven usualmente en grupos estables, que comparten una o varias madrigueras y hacen uso del territorio común. Suelen ser agrupaciones poligámicas, constituidas por un macho dominante y varias hembras reproductoras con sus juveniles y otros machos subordinados. Esta organización es tanto más rígida cuanto más difíciles son las condiciones ambientales y más dura la competencia por el territorio y los alimentos. Reproducción: Especie extraordinariamente prolífica. Pueden aparecer individuos con síntomas de celo durante todo el año, pero el período reproductor es estacional, normalmente entre noviembre y junio, y se adapta a la disponibilidad de los recursos. Los alumbramientos tienen lugar entre los meses de febrero y junio. La gestación dura 30 días y la hembra puede entrar en celo inmediatamente después del parto.

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De media, las madres alumbran de tres a cinco camadas en un ciclo anual, pariendo en cada embarazo tres o cuatro gazapos. En condiciones adversas se produce una reabsorción intrauterina y se reduce el número de partos. Hábitats: Su hábitat idóneo es el mosaico de unidades ecológicas formado por terrenos ondulados de baja cobertura arbórea, matorrales, espacios abiertos con pastizal, zonas adehesadas y algún cultivo de secano. Eso sí, prefiere aquellos ambientes en los que el suelo es blando, propicio para cavar sus madrigueras. Costumbres: Activos tanto de día como de noche, son animales de hábitos esencialmente crepusculares y nocturnos. El viento y las temperaturas extremas inhiben su actividad. Los jóvenes siguen pautas de conducta distintas, mucho más activos en sus juegos durante el día, cesan su actividad casi por completo durante la noche. Los conejos cavan madrigueras subterráneas conocidas como “majanos” o “vivares”, con múltiples galerías de entrada y salida que facilitan su huida en caso de producirse el ataque de algún depredador. La dependencia de la madriguera los convierte en una especie prácticamente sedentaria. Las hembras paren en cámaras especiales que recubren con hierba y pelo, que pueden incluirse en la madriguera principal o constituir una caverna separada de una sola entrada, en cuyo caso se denomina “gazapera”. También son señas inequívocas de su presencia la aparición de pequeñas escarbaduras superficiales en el terreno, rodeadas frecuentemente de excrementos en sus inmediaciones, y la presencia de las características letrinas, acumulaciones de excrementos y orina que depositan como parte de su comportamiento territorial. Alimentación: Es una especie conocida como pastadora desde punto central, es decir, consume preferentemente los alimentos ubicados en las proximidades de su madriguera, mostrando una gran versatilidad y adaptación de su dieta a las condiciones particulares. La hierba constituye la base de su alimentación, con claro predominio de las gramíneas, seguidas en el orden de preferencias por las compuestas. Sin embargo, en períodos de escasez consume vegetación leñosa y semileñosa, tallos tiernos de árboles y arbustos, frutos y semillas. Si los encuentran disponibles, se nutre en cultivos de hortalizas y cereales. Destaca su capacidad de cecotrofia, que consiste en efectuar una digestión doble de los alimentos mediante la reingestión de sus excrementos. Es una táctica muy útil en climas con grandes fluctuaciones de los recursos y con alimentos de bajo valor nutritivo, que además le permite optimizar el uso del agua. Enfermedades y predadores: Existen datos en la Península Ibérica de hasta 20 especies de carnívoros que basan su dieta en el consumo de conejo, entre ellos especies emblemáticas amenazadas como el lince o el águila imperial. Sin embargo, cerca de 40 predadores incluyen, en cierto grado, el conejo en su dieta, como el búho real o el águila real. Zorros, tejones, meloncillos y rapaces son las amenazas que más muertes causan entre las crías y jóvenes. Las enfermedades que provocan mermas más drásticas en las poblaciones de conejos son el virus de la mixomatosis, que aparece en verano y otoño y afecta fundamentalmente a los juveniles, y el virus hemorrágico vírico (EHV), que tiene su mayor impacto en primavera e invierno y afecta a subadultos y adultos. Factores limitantes en la Comunidad Valenciana: Sin duda, la mixomatosis y la epidemia hemorrágico vírica son la principal amenaza para el conejo valenciano, junto con la excesiva presión cinegética y la desaparición de los usos agrarios tradicionales. LIEBRE (Lepus Granatensis) Descripción: Mamífero de tamaño medio, similar al conejo pero mayor y más estilizado, caracterizado por sus largas patas traseras desarrolladas para la carrera.

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El pelaje es marrón ocre o canela rojizo, y presenta divergencias según su área de distribución. El dorso pardo contrasta con el blanco sucio del vientre, que se expande hacia las patas delanteras y hacia la región posterior de las traseras, de manera que se forma una banda blanca conspicua en los pies anteriores y posteriores. La cabeza alberga orejas largas de color gris claro, con su mitad anterior mezclada de blanco amarillento y con una característica mancha negra en la punta. También la cola constituye una seña distintiva por su color negro dorsal, siendo blanca por debajo. Dimorfismo sexual: Las hembras son mayores que los machos. Organización: Son animales generalmente solitarios, aunque es frecuente hallar agrupaciones nocturnas alimentándose en la misma zona. Pese a que no tienen un territorio definido que defender, las liebres dominantes hacen valer la jerarquía establecida mediante posturas intimidatorias y persecuciones para alimentarse en los mejores lugares. Reproducción: La liebre puede reproducirse a lo largo de todo el período anual, sin embargo presenta una intensidad máxima estacional entre los meses de febrero y junio. El celo se da, por tanto, durante todo el año, aunque alcanza su cénit entre enero y mayo. Destaca su habilidad de superfetación, que consiste en que las hembras son capaces de gestar embriones en fases distintas de madurez. Es decir, pueden quedarse preñadas por segunda vez sin haber llegado a alumbrar el primer parto. La gestación dura entre 42 y 44 días, y cada parto alumbra uno o dos lebratos, llegando en los meses más favorables a 3 o 4. En el caso más frecuente, cada hembra cría dos camadas al año, aunque las más maduras pueden alcanzar las cuatro o cinco camadas anuales. Hábitats: Aunque puede ocupar una amplia variedad de ambientes, el medio ideal lo constituyen cultivos de secano con áreas de protección intercaladas formadas por bosquetes, matorral, girasol, maíz y viña. En la Comunidad Valenciana prefiere los terrenos agrícolas y las zonas de mosaicos arbolados de encinas con matorral de coscoja, romero, aliaga, tomillo y esparto. Costumbres: Las liebres son eminentemente nocturnas, y su actividad se desarrolla entre el ocaso y el amanecer. Durante el día, para guardar reposo, se encaman en lugares de elevada cobertura vegetal, con una salida despejada al frente. Los machos se enfrentan en peleas a manotazos, erguidos sobre sus patas traseras, en la disputa por copular con las hembras receptivas. También son frecuentes las persecuciones en la época de celo. Alimentación: Su dieta la constituyen básicamente plantas herbáceas y hojas y tallos de especies de matorral, aunque también pueden alimentarse de inflorescencias, frutos, semillas y cortezas. Enfermedades y predadores: El zorro es el principal depredador de las liebres españolas. No obstante, se ha identificado como presa de las rapaces águila imperial, milano real, milano negro, azor, ratonero, águila real, búho real, águila perdicera, aguililla calzada y aguilucho cenizo. Entre los mamíferos, además del raposo, sus enemigos son el gato montés, el lobo y la garduña. Las principales enfermedades son las causadas por bacterias, entre las que destaca la pseudotuberculosis y la tularemia. Factores limitantes en la Comunidad Valenciana: La pérdida de los usos agrícolas tradicionales, el uso de pesticidas químicos y el empleo de maquinaria son los principales condicionantes para la expansión de la especie. PERDIZ ROJA (Alectoris rufa)

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Descripción: Gallinácea de aspecto rechoncho. Pico y patas de color rojo intenso. Garganta pálida o blanca delimitada por una línea negra que se extiende como moteado negro por el cuello. Píleo y partes superiores de tono pardo rojizo. En los flancos tienen una lista transversal y las plumas de la zona son con base gris azulada, de blanco intenso y negro o marrón oscuro. Dimorfismo sexual: Los machos presentan manchas negras más amplias y brillantes en la parte del pico y el collar, mientras que las manchas negras de las hembras son mate, más reducidas. Organización: Durante el período reproductor muestra un carácter territorial y forma bandos familiares desde mayo a septiembre, compuestos por los padres de ambos géneros y los pollos del año. De septiembre a enero se agrupan en bandos plurifamiliares mayores. Reproducción: Monógama. La época de celo, muy definida, se da entre los meses de enero y marzo. Las hembras efectúan las puestas hacia el mes de abril, depositando entre la vegetación herbácea y arbustiva entre 10 y 16 huevos que se abren a los 23 días, a finales de abril y hasta mayo. Pueden efectuar una segunda puesta en el caso de que la primera sea fallida, cambiando la ubicación del nido. Hábitats: Prefiere ambientes secos y soleados en altitudes medias o bajas. Su medio ideal son los mosaicos de matorral y cultivos de secano, con escasa cobertura arbórea, pedregosos y con monte bajo, en los que se intercalen tierras de labranza y siembras de cereales y leguminosas. Costumbres: Es una especie diurna que presenta sus máximos de actividad al amanecer y al atardecer, con un período de reposo durante las horas centrales del día. Es habitual observarlas vigilando y “reclamando” sobre pedestales naturales elevados, especialmente al amanecer y antes de la puesta de sol, momentos en los que reagrupan los bandos. Son señales inequívocas de su existencia en una zona la presencia de revolcaderos, en las cercanías de los cuales, suelen detectarse los excrementos del bando. Vuelo breve de arranque potente, con aleteo muy rápido y poco profundo, que alterna con planeos, en los que las alas adquieren una forma arqueada. Es una excepcional corredora. Alimentación: Es una especie omnívora. Los adultos son principalmente vegetarianos, y se alimentan preferentemente de cereales, semillas, frutos de plantas silvestres, incluso hojas, yemas, lores y raíces de herbáceas. Complementa su alimentación con invertebrados, especialmente durante el verano. Los insectos son el elemento básico en la dieta de los polluelos durante las tres primeras semanas de vida. Enfermedades y predadores: Entre sus múltiples depredadores destacan el águila real y el zorro, aunque se pueden citar también águilas, lagartos o culebras, sin olvidar la incidencia de la urraca en las puestas y crías. Las enfermedades no causan grandes estragos en la población de la Comunitat. Puede contemplarse la neumonía hemorrágico vírica, por su carácter de epidemia, la enfermedad de Newcastle, el micoplasma y parásitos como las lombrices del buche, de la garganta y cecal. Factores limitantes en la Comunidad Valenciana: El retroceso de la agricultura tradicional y el fundamental efecto en la fauna de los bordes, suponen un factor limitante para la presencia de la perdiz en la Comunitat. El avance de las zonas de matorral, la medra de las poblaciones de depredadores, como el zorro y la urraca, y la excesiva presión cinegética completan el cuadro de amenazas para la perdiz, que sufre especialmente para sacar adelante su cría en los años de sequía estival. CODORNIZ COMÚN (Coturnix Coturnix) Gallinácea pequeña y rechoncha. Listada en cabeza, dorso y flancos con tonalidades pardas oscuras sobre fondo más claro, crema-rojizo. Los machos presentan muy habitualmente una mancha oscura en la garganta. El pecho es casi uniforme, de color más o menos rojizo, igual que la propia garganta. Las hembras no presentan marcas en el cuello y tienen también el pecho moteado. 28

Requiere de espacios abiertos amplios, con un estrato herbáceo alto, perfil que cumplen los cultivos cerealistas en invierno. También ocupa cultivos herbáceos bajos y prados, y a finales de verano campos de maíz, girasol e incluso patatales o melonares. Sus ciclos reproductivos y migratorios se asocian estrechamente a los ciclos cerealísticos. Las cosechas abundantes y prolongadas contribuyen a la mayor permanencia de la especie en una zona. Factores limitantes en la Comunidad Valenciana: Muy ligada a los ambientes de cereal propios de la agricultura extensiva, se ve afectada por la pérdida o intensificación de la actividad, así como por el uso de maquinarias y pesticidas. FAISÁN COMÚN (Phasianus colchicus) Ave gallinácea de gran tamaño y peso, de flagrante dimorfismo sexual. Se reconocen fácilmente por la larga cola ahusada de color marrón, con franjas laterales oscuras, que poseen ambos géneros. Los machos destacan por su plumaje principalmente cobrizo, con brillos iridiscentes violáceos, rojos y dorados, y negros los bordes de las plumas, que le confieren un aspecto escamado. También se distinguen estrías de tonalidad violeta oscuro y verdes, y cierto moteado blanco en las partes superiores. Presenta diversas marcas llamativas, que incluyen una carúncula roja en torno al ojo, coloración gris o azul metalizada en la cabeza y cuello, y coloración rojiza o marrón cobrizo en el cuerpo. Las hembras son de color marrón uniforme con algunos diseños veteados más oscuros. El pico es de color amarillo verdoso y las patas, marrón grisáceo, destacando en las extremidades de los machos unos afilados espolones distintivos. El iris es de color naranja, marrón claro en las hembras. En España son una especie sedentaria, introducida específicamente para la práctica de la actividad cinegética, por lo que se distribuyen casi de forma general por la totalidad de la geografía. En su ambiente natural, prefieren las praderas y los bosques abiertos, por lo que en la península se adaptan bien a las zonas de cultivo de cereal, incluso a las áreas con matorral bajo. Se alimenta de semillas, granos e invertebrados pequeños. Factores limitantes en la Comunidad Valenciana: Como especie introducida expresamente para su disfrute cinegético, resulta ser la propia caza el principal factor limitante para su expansión. AVES ACUÁTICAS El grupo de aves acuáticas presenta unos factores limitantes comunes y muy específicos, directamente relacionados con su dependencia ecológica de las zonas húmedas. El retroceso de los humedales experimentado en toda la Península Ibérica es, en sí mismo, el principal factor limitante para este rico e interesante grupo de especies. En la Comunidad Valenciana, resulta reseñable la cantidad de muertes debidas a la estrecha interacción de las acuáticas con entornos antropizados. Así, son muy frecuentes los atropellos de madres y sus crías, los ahogamientos por caída de las nidadas en acequias de riego o las muertes causadas por los trabajos de la maquinaria agrícola. Por otra parte, su elevado interés cinegético las convierte en objeto de una elevada presión de caza. CERCETA COMÚN (Anas crecca) Anátida migratoria muy pequeña y compacta, con la cabeza redondeada y el cuello corto. El pico es oscuro, largo y esbelto. Las patas son grisáceas. Las hembras y los plumajes no nupciales muestran una característica marca blanca lateral en la base de la cola. En vuelo, contrasta una ancha línea central pálida y el resto del ala, con espejuelo negro y verde metálico. Se reproduce de forma esporádica en “la marjal del Moro”, en Valencia. Prefiere humedales de aguas eutrofizadas, dulces o salobres, y precisa de la existencia de una densa cobertura vegetal. 29

ÁNADE REAL (Anas platyrhynchos) Anátida grande, cuya población en España es prácticamente sedentaria. Luce un espejuelo de color azul púrpura doblemente bordeado de blanco y es el único pato que presenta plumas rizadas sobre la cola. Las patas son de color naranja intenso, rosáceo o amarillo anaranjado en los jóvenes. El macho presenta un pico amarillo o verdoso distintivo. Presenta una gran adaptabilidad. Ocupa zonas humanizadas y hábitats tanto naturales como artificiales de todo tipo, con la única condición de que existan masas de agua, aún pequeñas, no encajonadas: marismas, lagunas, embalses, estanques, arroyos, ríos, salinas, estuarios, bahías, parques, canales… En verano se concentran en las masas de agua que han superado el estiaje y conservan buena cantidad de vegetación palustre, formando grandes bandos. En otoño, con la generalización de las precipitaciones y el aumento de las zonas húmedas, se dispersan por áreas más abiertas. Presenta una alternancia de querencias muy marcada, con comederos nocturnos que ubican en rastrojeras durante el verano, en montaneras durante el otoño y en campos labrados encharcados, praderas húmedas, arrozales y siembras con más asiduidad. Es un pato muy sociable, por lo que es común encontrarlo acompañado de muy diversas especies según lugares y épocas del año, en áreas de sesteo, en comederos y en vuelo. ÁNADE RABUDO (Anas acuta) Anátida de silueta esbelta, con cuello y cola mucho más largos que el resto de los patos. El pico es largo y esbelto, mientras que la cabeza es redondeada. Por su parte, las alas son puntiagudas y estrechas, con infracoberteras oscuras, y las patas de color gris. Su rasgo distintivo es la cola, muy larga y puntiaguda, debido a sus plumas rectrices centrales, que sobresalen hasta 10 centímetros del cuerpo. Los machos presentan un diseño bien contrastado, con reflejos de verde o bronce metálicos en el espejuelo. La punta de las coberteras grandes forma una banda canela, en contrapartida con el gris de las alas y el dorso y la banda negra de las escapulares. En vuelo se distingue un vientre blanco que se distingue con claridad de los flancos grises, la cabeza y las infracoberteras caudales. En libertad se reproduce de modo fluctuante, muy influenciado por los cambios ambientales. Encuentra terrenos aptos para su reproducción en zonas húmedas con aguas de poca profundidad y vegetación abundante en vivaces, prados y pastizales, preferiblemente en las cercanías de los humedales con profusa vegetación subacuática en los que se alimenta. Ocupa principalmente marismas durante la invernada, aunque puede hallarse en todo tipo de zonas húmedas: embalses, graveras, humedales costeros… Visitan la Península Ibérica entre los meses de septiembre y abril. PATO CUCHARA (Anas clypeata) De tamaño medio, más bien pequeño. Destaca su cuello corto, poco definido, con las partes anteriores hundidas en la postura característica de natación. Su rasgo diferencial frente al resto de patos es el enorme pico que lo distingue, incluso en vuelo. Las patas son de color naranja subido, más amarillentas en los jóvenes. Los machos muestran un diseño peculiar, también en vuelo, con el pecho blanco, el vientre castaño, y una gran mancha azul sobre el ala, más vistosa que en la hembra. El espejuelo presenta una mayor extensión de verde metálico en las secundarias, que carecen de blanco en las puntas. La parte dorsal es negra o negruzca, con las alas separadas contrastadamente por escapulares blancas. La hembra se

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asemeja a las de ánade real, aunque en una postura de natación más hundida, cuello más corto y pico mayor. Se reproduce en parajes de la Comunidad Valenciana como el “Fondo”, l’Albufera de Valencia o las salinas de Santa Pola. Durante todo su ciclo biológico muestran querencia por humedales de aguas someras, con abundante vegetación acuática y emergente. Sin embargo, puede reproducirse también en ríos, embalses, pequeñas charcas y balsas, emplazamientos con el denominador común de ofrecer una buena provisión de recursos tróficos. Es una especie omnívora, que se alimenta a base de plancton, crustáceos, moluscos e insectos y sus larvas, pero incluye también semillas y restos vegetales, de forma que es frecuente encontrarla alimentándose en pastizales, campos de cultivo, arrozales o balsas de depuradoras. Es gregario durante la invernada y la migración, formando extensos bandos. Sin embargo, se vuelve solitario en época reproductora, mostrando un marcado carácter territorial en las proximidades de las nidadas. El nido lo construye en el suelo, en herbazales, orlas de vegetación emergente o islas en el interior de embalses. PATO COLORADO (Netta rufina) Es una especie de pato grande y esbelto, parcialmente migratorio, aunque la población ibérica es fundamentalmente sedentaria. Destaca en su fisonomía la frente alta, que provoca la apariencia de cabeza grande, incluso hinchada, especialmente en los machos. Presenta un fuerte contraste alar, con rémiges más extensamente blancas que la mayoría de los porrones. Las patas son de color de rojo a carne, según edades. Su flotación es típicamente alta, para tratarse de un animal buceador.. El macho en vuelo presenta las partes inferiores negras con grandes manchas blancas ovales en los flancos. Es una nidificante habitual en los marjales valencianos y en los saladares alicantinos. Habita humedales con extensas láminas de agua, dulce o salobre, con abundante vegetación subacuática y palustre en las orillas. Prefiere ambientes continentales abiertos, pero también ocupa deltas y litorales. Utiliza la vegetación halófila y los carrizales para criar. Las poblaciones foráneas visitan la península entre los meses de septiembre y marzo. PORRÓN COMÚN (Aythya ferina) Pato buceador de mediano tamaño y envergadura. El macho presenta cabeza y cuello de color castaño, con el pecho negro y el dorso gris perla. La hembra luce tonos más grises en general, con la cabeza y el pecho marrón. El pico y las patas son grises. Es una Anátida común y abundante durante los meses invernales en la Comunidad Valenciana, prefiere los lagos grandes de aguas profundas, y con abundante vegetación. El parque natural del Fondo alberga una pequeña población nidificante. Es un pato buceador, que busca su alimento en el fondo de los lagos donde vive. Su dieta se basa en la ingesta de semillas y plantas acuáticas, a las que suma insectos y pequeños crustáceos. En invierno forman grandes bandadas, en ocasiones en el mar. ÁNSAR COMÚN (Anser anser) El ánsar común, más conocido como ganso o oca común, es una anátida grande y robusta, caracterizada por su cuerpo voluminoso, su cuello largo y su grueso pico de color naranja apagado. El plumaje es gris parduzco, con las alas, la cabeza y el cuello más oscuros, y el vientre y el pecho más claros, en tonos grises o crema, con motas negras variables. La parte caudal inferior es blanquecina. Las 31

plumas del dorso y los flancos tienen el borde blanquecino, con una línea blanca en el flanco superior. El cuello presenta un dibujo rallado longitudinalmente. Son aves migratorias que establecen con facilidad colonias residentes en la Península, respaldado este hecho por la facilidad con la que se asilvestran las ocas domésticas. Presentan hábitos diurnos o nocturnos. Fuera de la época de cría, exhiben un comportamiento gregario, formando grandes bandos que permanecen unidos en humedales y zonas de alimentación. Son una especie principalmente vegetariana. Se alimenta pastando hierbas y brotes del suelo, aunque en ocasiones escarba en busca de bulbos y raíces. También engulle plantas flotantes, que recoge de la superficie. A finales de verano y principios de otoño es más frecuente su ingesta de cereales y grano. Son una especie monógama que se empareja de por vida. Habitan durante el invierno en marismas y humedales en las cercanías de campos de cultivos, forrajes y hierbas silvestres. Anidan en el suelo, preferiblemente en lagos extensos con amplias zonas de cañaveral y prados en las inmediaciones, aunque también pueden reproducirse en pantanos, marismas, islas fluviales boscosas, río de corriente lenta o llanuras de inundación. Efectúan puestas de 4 a 6 huevos, que suelen eclosionar entre mayo y junio, mayoritariamente. Se alimentan en espacios despejados, por motivos de seguridad, y es muy característico el vuelo de sus bandos en forma de “V”. ÁNADE FRISO (Anas strepera) Anátida de tamaño medio, es una especie de plumaje poco llamativo. El macho presenta un plumaje gris parduzco, con el dorso y los flancos vermiculados y el pecho veteado con medias lunas claras y oscuras. El obispillo y la base de la cola son de color negro mientras que su parte ventral es de un gris muy claro, blanquecino. Las alas son del mismo color parduzco y lucen un espejuelo blanco muy evidente, bordeado por una franja negra y otra rojiza en la parte superior. Las coberteras de las colas son negras. El pico es negruzco y las patas anaranjadas. Por su parte las hembras poseen un plumaje claro veteado, la cabeza grisácea y el cuello y abdomen blancuzcos. Tienen el pico negruzco con los laterales anaranjados, que constituye su rasgo distintivo frente a hembras de otras especies. Es un pato más esquivo y menos gregario que el resto de representantes de su familia. Habita humedales abiertos, preferentemente de aguas dulces, situados en zonas esteparias, pantanos o marismas con densa vegetación acuática y abundante vegetación palustre que le confiera refugio. Se alimenta en la superficie principalmente de plantas, hojas y raíces de juncos u otra vegetación acuática, así como de pequeños moluscos, insectos y lombrices, sobretodo en la época de cría. Los polluelos tienen tendencias más insectívoras durante las primeras semanas de vida. SILBÓN EUROPEO (Anas penelope) Ave anseriforme de la familia de las anátidas, es un pato migratorio de talla media. El macho en época reproductiva tiene el dorso y los costados de color gris, con la parte trasera, incluida la cola, de color negro, y el vientre de color blanco. El pecho es rosado, de un tono tinto claro, mientras que su cabeza es muy distintiva, castaña rojiza, con una franja amarillenta clara en la frente y frontal del píleo. La parte superior de sus alas luce un espéculo verde oscuro ribeteado por dos listas negras y una conspicua banda blanca en las coberteras alares. La hembras es predominantemente de color marrón claro, salvo en las plumas de su parte superior, que son pardo oscuro con bordes claros. El vientre es blanco como en los machos. Es una especie de humedales abiertos, como las marismas o herbazales húmedos con alguna vegetación más alta. Su dieta se basa en la ingesta de vegetación que recoge de la superficie del agua o pastando, y muy ocasionalmente introduce en su comida invertebrados acuáticos o peces. 32

En invierno prefiere las zonas litorales con aguas saladas y salobres: marismas, estuarios o entrantes del mar. Mientras que para la cría elige masas continentales de aguas dulces, en las que anida en el suelo, cerca del agua. Es un ave muy gregaria, fuera de la época de cría, y suele formar grandes bandos ruidosos, que le confieren su nombre. CERCETA CARRETONA (Anas querquedula) Pato migratorio, algo mayor que la cerceta común, con el pico más largo y recto, y la cola ligeramente más larga. El plumaje reproductivo del macho es poco llamativo, principalmente pardo grisáceo, con tonos castaños en las mejillas y en el pecho, ostenta una ancha banda blanca en forma de media luna que va desde el ojo hasta la nuca y el píleo es oscuro. Los costados son grises y su vientre blanquecino moteado. En cuanto al plumaje, las escapulares son alargadas negras, con bordes blancos y espejuelo verde flanqueado por dos bandas blancas. El pico es negruzco y las patas grises. Las hembras son marrones veteadas, con una lista ciliar más difusa y corta el espejuelo pardo grisáceo, con brillo verde. El macho en eclipse es similar a la hembra. Se reproducen en aguas dulces someras y eutrofizadas de regiones bajas, aunque desarrollan su vida en estanques y pantanos con vegetación acuática variada, ricos en nutrientes. También habita canales, acequias o prados inundados. Su dieta se basa en el consumo de insectos, crustáceos, moluscos, semillas y plantas acuáticas, aunque muestran clara apetencia por los alimentos de origen animal. Consigue su comida en la superficie, y raramente se sumerge. PORRÓN MOÑUDO (Aythya fuligula) Pato migratorio, buceador, de tamaño medio. El macho muestra un característico penacho que le cuelga por detrás de la cabeza y le confiere el nombre a la especie. Este apéndice es más corto y menos apreciable en las hembras. El macho es negro brillante excepto en los flancos y el vientre, que son blancos inmaculados. La cabeza y el cuello lucen reflejos violáceos. Las plumas de vuelo de las alas comparten el mismo diseño, y son blancas con las puntas negras. Los ojos son amarillos, muy evidentes, y sus patas y pico de color gris azulado. Las hembras por su parte son más variables, en general de color pardo oscuro, con los flancos y las coberteras infracaudales más o menos claras. Algunas presentan una mancha blanca distintiva en el pico. Vive en aguas estancadas relativamente profundas o de movimiento lento, a bajas altitudes, preferiblemente en lagos y lagunas con abundante vegetación en los márgenes. Fuera de la época de cría frecuenta también medios costeros, como albuferas o estuarios. Es una especie omnívora. Su dieta la componen principalmente moluscos, sobretodo mejillones y caracoles, crustáceos e insectos acuáticos, pero también semillas y otras materias vegetales. Consigue la comida buceando o sumergiendo medio cuerpo, actividad que efectúa habitualmente por la noche. A penas se reproduce en España, pero sí mantiene una presencia invernal significativa. FOCHA COMÚN (Fulica atra) Ave fácilmente distinguible por su plumaje completamente negro frente al que destacan un prominente escudete frontal blanco y un pico fuerte del mismo color. Las patas son muy largas en proporción, de color amarillo y con dedos lobulados.

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Prefieren masas de agua grandes y abiertas, pero habitan todo tipo de ambientes palustres, aprovechando que nadan bien pero tienen un vuelo muy débil. Se encuentran en lagos, ríos, charcas y marjales y, en invierno, en bahías más abrigadas. Es una especie gregaria la mayor parte del año, estableciendo comunidades con otras aves acuáticas. En el celo se convierten, sin embargo, en especímenes agresivos y territoriales, muy dados a la lucha. Su dieta es omnívora, alimentándose principalmente de plantas acuáticas, semillas y hierbas, que complementa con pequeños invertebrados como insectos, caracoles o gusanos, e incluso algún renacuajo, pececillos y tritones. Se alimenta en campos inundados, charcas, arrozales y en la orillas de lagos y ríos. AGACHADIZA COMÚN (Gallinago Gallinago) Especie de la familia de las becadas, es un ave zancuda más bien pequeña, de plumaje pardo estampado, con las patas de color gris verdoso. Presenta franjas longitudinales de color amarillento en el dorso, y el abdomen de color blanco, con manchas angostas de color blanco en los bordes de la cola. Su pico recto es el más largo en proporción al cuerpo de todas las limícolas, con su extremo flexible para permitirle sondear el barro. Se caracteriza por la ubicación de sus ojos, en la parte alta de la cabeza, lo que le permite estar alerta mientras se alimenta. Habita marismas y zonas palustres. Su dieta es esencialmente carnívora, e ingiere invertebrados como gusanos, pequeños moluscos o insectos. AGACHADIZA CHICA (Lymnocryptes minimus) Es la limícola más pequeña de las agachadizas, pero a su vez presenta una constitución robusta. Es un ave migratoria que pasa los inviernos en el área mediterránea. El pico es, en relación, más corto que el de la agachadiza común. El dorso es ocráceo moteado o listado de marrón y de color crema pálido el vientre. Las alas son puntiagudas y estrechas y en vuelo se diferencian unas franjas amarillas en éstas. La cabeza no posee la franja central en forma de corona de las otras agachadizas, en cambio, posee dos franjas pálidas laterales, separadas por una franja negra supercilar. Es un ave muy discreta, que fácilmente pasa desapercibida. Prefiere terrenos eminentemente húmedos, pero puede encontrarse en zonas más secas. Se alimentan en el fango, escarbando y recogiendo insectos, caracoles, escarabajos, larvas, lombrices, semillas y materia vegetal que constituyen su dieta. Se reproduce en humedales, pantanos, tundras y praderas húmedas con vegetación corta en el norte de europa. GAVIOTA PATIAMARILLA (Larus cachinnans) Es la especie de gaviota más frecuente en las costas valencianas, y también una de las mayores en cuanto a tamaño y envergadura. Los ejemplares adultos tienen la espalda de color gris y las patas y el pico de color amarillo, presentando éste una mancha roja característica en la parte inferior. Los jóvenes son color crema con manchas grisáceas por todo el cuerpo. Habitan costas y puertos, pero también hacen gala de un carácter oportunista y ocupan vertederos. Sin embargo, sus áreas de reproducción sí están muy localizadas en la Comunitat, limitándose al archipiélago de Columbretes y a algunos acantilados de la provincia de Alicante. Las patiamarillas se reúnen en grandes bandos excepcionalmente ruidosos. También para la cría forman grandes colonias.

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Se alimenta de peces y desperdicios de pesca. Además, ataca los nidos de otras gaviotas, incluso de su misma especie, y devora huevos y polluelos. Visita con frecuencia los deshechos de los vertederos y puede llegar a dar caza a pájaros y mamíferos. GAVIOTA REIDORA (Chroicocephalus ridibundus = Larus ridibundus) De aspecto muy característico, gris perla en el dorso, algo más oscuro en las alas, con la parte ventral de color blanco. La cabeza color chocolate, salvo la nuca blanca, es su rasgo más distintivo durante el verano. En invierno la cabeza es blanca con dos manchas oscuras en los auriculares. El pico varía del rojo al negro, según la época del año, y las patas también comparten la tonalidad roja negruzca. Las plumas de las alas primarias son de color blanco en el borde delantero y de color oscuro en el borde posterior, más arriba. En vuelo se observan las alas gris perla con las puntas de las negras, y blancos los extremos de las plumas. Anidan en salinas, marismas o lagunas. Predominan en zonas costeras, aunque también aparecen en zonas muy al interior. Es un animal omnívoro. En el mar, su alimentación se basa en el consumo de peces e invertebrados de tamaño inferior, como larvas de insectos o gusanos. En el interior aprovecha su comportamiento oportunista para escarbar en basureros y buscar alimento alrededor de mercados y puertos al aire libre.

MIGRATORIAS CONTINENTALES ESTIVALES La mayoría pertenecen a la familia de los colúmbidos, popularmente conocidos como palomas, y comparten características diferenciales como el carácter migratorio de parte de la población, cuyos bandos efectúan su paso por la Comunidad Valenciana en verano; o la fácil adaptación a los entornos urbanos, en los que llegan a establecer poblaciones sedentarias. Los principales factores limitantes son, dado la época de su presencia, la existencia de puntos de agua a su disposición y de dormideros en las proximidades de sus lugares habituales de alimentación y hidratación. Los cambios meteorológicos marcan el ritmo de su migración, pudiendo abandonar tempranamente las zonas valencianas en otoños prematuros. Su elevado interés cinegético, unido a la exclusividad de la época en que puede efectuarse esta actividad, hacen de la caza el segundo factor más importante de afección sobre las poblaciones de palomas, torcaces y tórtolas. PALOMA ZURITA (Columba oenas) Paloma de color gris azulado uniforme, sin marcas blancas destacadas a simple vista. Ostenta una cola relativamente corta. Presenta dos o tres bandas negruzcas a nivel de las terciarias y coberteras grandes, a menudo muy poco aparentes. Se identifican por su diseño alar, en el que el gris predominante contrasta con un amplio borde posterior de color oscuro. En la parte inferior mantienen el mismo diseño. El bajo lomo es relativamente pálido. Presenta una estrecha y poco contrastada franja clara en mitad de la cola, visible en vuelo por ambas caras. Su plumaje muestra brillos metálicos en el cuello y un tono vinoso en el pecho, más contrastados, por lo general, en el macho. El pico es rojizo, con punta pálida y base de la cera blanca. En vuelo practica un aleteo menos vigoroso que sus congéneres, con las alas más rígidas, de aspecto triangular. Se ha descrito su presencia nidificadora en una extraordinaria diversidad de ambientes, que comparten el denominador común de presentar disponibilidad de oquedades y espacios agrario abiertos o bosques aclarados. Destaca su presencia en rebollares y quejigares adehesados, sotos fluviales y arboledas e 35

incluso parques urbanos. No obstante, en todas las regiones hay constancia de la ocupación profusa de acantilados y edificios aislados en ruinas, en los que pueden constituir pequeñas colonias. En España, una parte considerable de la población es sedentaria. En invernada prefieren áreas agrícolas y rastrojeras de cereales o girasol, aunque mantiene su presencia en dehesas de encinas y alcornoques. PALOMA TORCAZ (Columba palumbus) Paloma grande, más corpulenta y colilarga que sus congéneres, con alas poco puntiagudas. Presenta una media luna característica en medio del ala y una amplia banda pálida en el envés de la cola, caracteres muy evidentes durante el vuelo. En su desplazamiento aletea de forma potente y regular, manteniendo la cabeza, relativamente pequeña, alta, dando una apariencia de pecho lleno. Los adultos lucen reflejos metálicos y manchas blancas características en los lados del cuello. El iris es pálido, el pico rojizo con la punta más clara y la cera blanca. En el plumaje usado el dorso es más marrón y pude intensificarse un tono vinoso en el pecho. Existen poblaciones sedentarias en la Comunidad Valenciana, estivales e invernantes. Se pueden avistar en un gran abanico de ambientes, incluso parques de zonas urbanas, aunque muestran preferencia por extensiones arboladas con cereales y otros cultivos intercalados. Es reseñable las altas densidades que alcanzan en encinares y melojares supramediterráneos, y en las formaciones de pinares más litorales. PALOMA BRAVÍA (Columba livia) La paloma bravía es la antecesora de las palomas domésticas, tan comunes en áreas urbanas y periurbanas. Sin embargo, el amplio abanico de colores que lucen las domésticas se reducen a los tonos grises en la silvestre, que presenta la garganta con plumas verdes y violetas, dos franjas alares negras y el obispillo blanco. En estado salvaje anida en acantilados y cortados rocosos, incluso al borde del mar. Las razas domésticas colonizan absolutamente cualquier ambiente de la geografía valenciana. Su dieta es esencialmente granívora. Como el resto de palomas, muestra una gran voracidad y engulle la máxima cantidad de granos y cereales posible cuando las tiene a su disposición. Es una especie monógama, y las parejas permanecen juntas a menudo de por vida. Efectúan las puestas en oquedades en las rocas, arboles, o edificios abandonados, y constan habitualmente de dos huevos. Los polluelos son alimentados por los progenitores con una secreción grasa similar a la leche. TÓRTOLA COMÚN EUROPEA (Streptopelia turtur) Es la especie más pequeña de la familia. De apariencia esbelta y color general leonado, con un diseño contrastado en las partes superiores y en la cola, por ambas caras. Las alas son oscuras por debajo y le permiten realizar vuelos muy veloces. El plumaje se caracteriza por la presencia de centros negros bien contrastados en las escapulares y la mayoría de las coberteras alares. Ostenta un collar de líneas blancas y negras muy distintivo, con tonos vinosos en cara y pecho. El iris es de naranja intenso a marrón dorado. Especie monógama que ocupa altitudes inferiores a los 1.000 metros, algo superiores en la franja mediterránea. Amante de los mosaicos con alternancia de arbolado, setos, cultivos, montes adehesados, bosques de ribera y paisajes agrícolas con bebederos cercanos. Frecuenta espacios transformados que le son propicios, como los cultivos de girasoles. Su alimentación se basa en el consumo de semillas de cereales y especialmente de herbáceas arvenses, aunque en ocasiones ingieren también artrópodos. Solitaria o en parejas durante la cría, forma pequeños grupos en los pasos migratorios. 36

Es una especie muy sensible en la reproducción, que se afecta con facilidad por las molestias durante la cría y cuyo éxito reproductor es verdaderamente modesto. Pasan el invierno en África, donde se concentran en grandes dormideros comunales que albergan hasta un millón de individuos, y llegan a la península en primavera, donde pasan el verano hasta septiembre.

AVEFRÍA (Vanellus Vanellus) Limícola de aspecto inconfundible por su característica cresta. A distancia se observan blancas y negras, aunque puede apreciarse las reducidas puntas blancas de las primarias. Practica un vuelo característico, de aleteo pausado, con alas muy peculiares caracterizadas por unas manos extraordinariamente anchas y redondeadas, a menudo mayores que el brazo del ala. En cuanto al plumaje, el píleo y la banda pectoral son negros o negruzcos, las dorsales con un estrecho margen amarillento. Las coberteras alares pequeñas son más azules en los machos y más verdosas en las hembras, que también se distinguen por su menor tamaño de la cresta. Es marcadamente gregaria. Cría en colonias establecidas sobre zonas abiertas llanas o ligeramente onduladas, situadas en ambientes diversos: prados húmedos, incluso con ganado, baldíos, cultivos, barbechos, etc., asociados en general a zonas inundables hasta los 1.000 metros de altitud (marismas transformadas, antiguas lagunas, junqueras y prados, lavajos y bodones…). Guarda fidelidad a sus lugares de cría. BECADA (Scolopax rusticola) Ave rechoncha y paticorta, se caracteriza por su pico largo y recto, de longitud variable. Se avista normalmente en vuelo, a menudo al atardecer, pero se identifica por su tamaño, su complexión robusta, su pico y las alas, anchas y poco puntiagudas para ser una limícola. El diseño de su plumaje es muy intrincado, más barrado que listado, presenta tonos crema o amarillentos en la parte ventral, más oscuros, pardos o anaranjados en la parte dorsal. Se reproduce en los bosques húmedos caducifolios con notable heterogeneidad de edades y estratos y con una notable riqueza en especies arbustivas y herbáceas, características que encuentra en la franja norte de la península. Es muy frecuente en robledales y hayedos de montaña media y en bosques subalpinos de coníferas. No obstante, su vocación por alimentarse en pastizales y praderas durante el período de otoño e invierno y su existencia en zonas lacustres o fangosas, incluso litorales, posibilitan su avistamiento y explotación en la Comunidad Valenciana. MIGRATORIAS INVERNALES: Este grupo lo constituyen, básicamente, estorninos y zorzales. La caza se convierte una vez más en factor limitante para las poblaciones de estas especies, de gran interés tradicional. La disponibilidad de alimento, naturales y en los campos de cultivo, y de dormideros en las cercanías resultan claves para determinar la distribución y abundancia de los individuos. ZORZAL COMÚN (Turdus philomelos) Ave pequeña, relativamente colicorta. Presenta un característico color ocre en las plumas axilares e infracoberteras alares, evidente en vuelo. El dorso es de un ocráceo más oscuro mientras que la parte del pecho es de tonalidades crema. Los adultos presentan manchas oscuras alargadas en la parte ventral, en forma de gota, que se difuminan hacia los costados. Los ojos son grandes en proporción. 37

En invierno es gregario y se agrupa en dormideros ubicados en arboledas para pasar la noche. Habita gran variedad de bosques, zonas arboladas y sotos a muy diversa altitud, incluso puede aparecer en jardines, huertos, pequeñas arboledas y campos con setos. Presenta cierta querencia por las áreas con cierto grado de humedad. Inverna en zonas más abiertas, con matorrales. En la Comunidad Valenciana es particularmente frecuente en los cultivos de olivos. Emite un peculiar canto al amanecer y al atardecer. Se alimenta de caracoles, insectos y otros invertebrados, pero también profusamente de bayas y frutos, lo que los acerca a los olivares. ZORZAL CHARLO (Turdus viscivorus) Es el zorzal más grande y corpulento de la familia. De aspecto general relativamente pálido, en especial en la mitad anterior de la cara. En vuelo, el adulto se ve pardo grisáceo por encima, más claro en el obispillo y en el centro del ala. Las puntas blancas en los ángulos de la cola constituyen el rasgo más característico, aunque difícilmente puede apreciarse a simple vista. La parte ventral, color blanquecino sucio, presenta motas oscuras bien contrastadas y bastante redondeadas. El pico es robusto. En la cara puede presentar una marca oscura difusa en la parte anterior de la brida. Los lados del pecho, junto al vértice alar, suelen presentar una franja parda, en ocasiones bien definida. En vuelo, bastante recto, puede confundirse con el zorzal real, del que se distingue por poseer una cola más clara y por los mencionados ángulos blancos. Ocupan un amplio abanico de bosques aclarados de montaña, mostrando predilección por los de coníferas, los caducifolios y los de vegetación esclerófila mediterránea, formaciones en las que se concentran en claros y márgenes. Puede criar en campos de secano, frutales, incluso en setos y jardines. En invierno es más frecuente encontrarlo en zonas abiertas no forestales. ZORZAL ALIRROJO (Turdus iliacus) Es uno de los zorzales europeos de menor tamaño. Hembras y machos son muy similares, con una distintiva ceja blanca sobre sus ojos. También es característica la coloración rojiza en costados y pecho, salpicada de motas negras. El plumaje del dorso es pardo, mientras que la parte ventral es blanca moteada de manchas oscuras. Presente en la península en los pasos migratorios, llegan en bandos más o menos numerosos sobre el mes de octubre. Viajan sobre todo de noche y dedican el día a alimentarse y reposar en los árboles. Es una especie omnívora, que se alimenta de insectos, gusanos, lombrices, escarabajos, larvas, caracoles, orugas bayas y frutos. Habita, como otros zorzales, en mosaicos de zonas arboladas despejadas con campos de cultivo, setos divisorios, matorral y sotos de las riberas fluviales. Frecuente en sabinares y olivares. Anida en pequñas colonias en los árboles realizando puestas de 5 a 6 huevos. ZORZAL REAL (Turdus pilaris) Tordo grande en relación al resto de la familia. Presentan un dorso castaño, con manchas distintivas de tonos gris azulado en la zona posterior de su cabeza, en el cogote y el obispillo. El pecho es color rojizo con motes negras, y el vientre es blanco sin manchas. La parte inferior de las alas es blanca y de color parte su parte superior. La cola presenta el color general del dorso, en su base, y un tono pardo más oscuro en su extremo. Las patas son color marrón, y el pico varía estacionalmente entre el amarillo anaranjado con la punta negra y el amarillo marrón más uniforme. Efectúa sus migraciones de día o de noche, y efectúa su estancia en la península entre los meses de octubre y marzo, aproximadamente. 38

Omnívoro, se alimenta de insectos, gusanos, caracoles, arañas, bayas y frutos. En invierno, habita principalmente zonas cultivadas en áreas de secano, en las inmediaciones de bosques de coníferas o caducifolios abiertos, preferentemente si existe una alternancia de estos con praderas, setos y matorral. ESTORNINO PINTO (Sturnur vulgaris) Ave paseriforme de unos 19 cm de largo, con plumaje color negro iridiscente con reflejos de púrpura, azul o verde, que aparece salpicado de blanco especialmente en invierno. Las patas son naranja-rojizas y el color del pico oscila del negro invernal al amarillo en los meses de verano. Es un ave eminentemente gregaria, que se agrupa en grandes bandos ruidosos, observables en entornos agrícolas o urbanos, reposando, por ejemplo, sobre los cables de la luz. Estas aglomeraciones causan, eventualmente, daños en la agricultura por su masificación y voracidad. Destaca su carácter pendenciero y el talento para la imitación vocal de los sonidos de su entorno. Ocupan principalmente ambientes agrarios en entornos rurales, cerca de las zonas de cultivo. Al atardecer, las partidas de estorninos siguen trayectorias más o menos establecidas y constantes hacia sus dormideros, que suelen mantener durante años sucesivos en carrizales o arboledas, en los que llegan a concentrarse por miles. Son una especie omnívora que devora un amplio abanico de invertebrados, semillas y frutos, especialmente granos y aceitunas. CÓRVIDOS Se caracterizan por ser un grupo de aves excepcionalmente inteligentes y versátiles, por su carácter marcadamente generalista-oportunista, y por su adaptación a la interacción con el ser humano y a todas sus implicaciones. Es el propio ser humano el factor limitante para estas especies. CORNEJA (Corvus corone) Ave paseriforme de la familia de los córvidos, también conocida como grajo. Posee una cabeza ancha y aplanada, con un cuerpo recubierto de plumaje denso, color negro puro. Se alimenta de invertebrados, insectos, caracoles, larvas y gusanos; de huevos y carroña; pero también de frutos silvestres, semillas y sobretodo grano. Con frecuencia presenta carácter gregario para su alimentación. Se reúnen al atardecer en grandes bandos que ocupan el mismo dormidero y se disgregan en particiones menores para alimentarse. Sin embargo, a finales del invierno las parejas se individualizan. Habitan en todo tipo de bosques, incluidos aquellos de áreas periurbanas. GRAJILLA (Corvus monedula) Del tamaño aproximado de una paloma. Su plumaje es negro en general, con reflejos metálicos, y con una parte de color gris en la zona posterior de la cabeza, muy distintiva. Habitan en acantilados, gargantas, canteras y cortados. Pero también en campanarios y ruinas de edificios. Es habitual encontrarlos en grandes grupos cerca de cultivos y terrenos arbolados. La grajilla hace gala de un complejo comportamiento social, basado en fuertes lazos sociales y jerárquicos. Destaca el cooperativismo frente a los peligros y enemigos, siendo frecuentes los ataques conjuntos en defensa de algún congénere. Son una especie monógama, las parejas formadas permanecen de por vida. Se alimentan de semillas, frutos, insectos, pequeños vertebrados y carroña. 39

URRACA (Pica Pica) Ave de la familia de los córvidos, inconfundible por su diseño blanco y negro y su larga cola con reflejos metálicos. Habita grandes extensiones cultivadas con árboles dispersos y zonas de matorral donde puedan construir sus nidos. Sin embargo, su sociabilidad e inteligencia, y su carácter generalistaoportunista la capacitan para colonizar prácticamente cualquier ambiente. Ha experimentado durante los últimos años una notable expansión. Su alimentación es omnívora. Captura desde pequeños insectos e invertebrados hasta mamíferos, aves, carroñas y frutos y bayas silvestres. Es destacable su incidencia sobre los nidos y puestas de otras aves. Las urracas se emparejan de por vida, construyendo grandes nidos de palos y ramas generalmente en la horquilla de algún árbol.

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FOMENTO DE ESPECIES CINEGÉTICAS Y CONTROL DE ABUNDANCIAS COMPATIBLES CON OTROS INTERESES.

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FOMENTO DE ESPECIES CINEGÉTICAS COMPATIBLES CON OTROS INTERESES.

Y

CONTROL

DE

ABUNDANCIAS

EL RECURSO CINEGÉTICO La Ley de Caza de la Comunidad valenciana regula la actividad cinegética como un recurso natural más, renovable y vivo, sostenible, que debe ser gestionado en plena compatibilidad con la conservación de la biodiversidad y con el resto de usos posibles en los entornos naturales. Hay que entender, pues, la sostenibilidad, como el mantenimiento y mejora de la productividad del suelo, la persistencia de la cubierta vegetal, la conservación de los hábitats, la flora y la fauna, y como un motor de desarrollo socioeconómico del mundo rural. Esta perspectiva introduce la necesidad de afrontar medidas aparentemente contrarias: la conservación y el aprovechamiento, objetivos cuyo cumplimiento introduce un tercer término, el uso sostenible. La gestión cinegética debe, en este sentido, perseguir la compatibilización y el equilibrio entre estos tres conceptos. La caza constituye un recurso cuya potencialidad radica en su distribución espacial y temporal. Su máxima existencia suele vincularse estrechamente a ámbitos rurales, que sufren una clara regresión socio-económica debida a la baja rentabilidad de las actividades tradicionales. Es precisamente en estas zonas, con la agricultura extensiva y la ganadería no estabulada reducidas a su mínima expresión, donde emerge la actividad cinegética como una herramienta alternativa para el desarrollo de la población rural, con el valor añadido de prodigarse su impacto durante una gran parte del año. En este sentido, la caza genera un turismo propio, de alta calidad y elevado poder adquisitivo, cuya inversión se reparte entre numerosos sectores y áreas deprimidas, alejadas de los circuitos turísticos habituales. Además, el pico de la actividad se sitúa entre los meses de octubre y febrero, época en la que otros tipos de turismo presentan sus mínimos. A día de hoy, España es uno de los principales destinos elegidos por los cazadores europeos, atraídos por modalidades como el ojeo o la montería, o especies como la perdiz y la cabra montés, propias y exclusivas de la Península. Por otra parte, la gestión cinegética supone un modelo de producción ganadera con numerosas ventajas respecto al tradicional, y diferenciado, principalmente, por su posibilidad de extraerse mediante la caza deportiva. El precio de venta de las especies cinegéticas es notablemente superior al de sus equivalentes domésticos, máxime si consideramos el valor del trofeo, la carne y la propia captura; producen menos impacto sobre el medio ambiente que las cabañas domésticas y permiten mayores cargas en un mismo espacio. Y todo ello con el plus de requerir de la conservación del paisaje, la biodiversidad de los ecosistemas y el patrimonio natural. El sector cinegético genera, por tanto, una ingente cantidad de rentas y empleo, directos e indirectos. Granjas cinegéticas, fabricantes de piensos, personal de guardería, rehaleros, criadores de perros, armerías, tiendas de deporte, aseguradoras, guarnicioneros, taxidermistas, veterinarios, gestores y técnicos, son sólo algunos de los sectores directamente vinculados al ejercicio de la caza. Pero paralelamente, florece una economía indirecta que favorece a hosteleros y restauradores, a agencias de viajes, al sector de la energía y los transportes, a las inversiones en el medio rural, a la conservación de espacios o a los viveros forestales, entre otros. Según cifras de la fundación FAES, ya en el año 2007 la caza movía cerca de 3.000 millones de euros y generaba más de 36.000 puestos de trabajo, sin contemplar los empleos eventuales tales como secretarios, ojeadores, cargadores… Pero, más allá de su interés socio-económico, la gestión de la caza constituye en sí misma un instrumento de planificación y manejo de los recursos naturales muy eficaz, ya que actúa directamente sobre los componentes del ecosistema. Es adecuada, por tanto, en el control de daños a la agricultura producidos por especies silvestres, en la contención de superpoblaciones y, indirectamente, en la erradicación de epidemias y epizootias.

LAS CONTRAPARTIDAS DE LA CAZA 42

A pesar de todo lo expuesto en el punto anterior, la actividad de la caza puede resultar contraproducente para la conservación de los recursos y la compatibilidad de usos si se gestiona de forma inapropiada: -

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Sobrepresión: La sobrepresión cinegética se produce cuando se caza por encima de la capacidad regenerativa de una población. Es una de las principales amenazas a evitar si se pretende cumplir con los objetivos de sostenibilidad de los recursos, ya que compromete de forma directa y particular a cada una de las especies objeto. Daños a la agricultura: Las especies silvestres son capaces de producir, en circunstancias de normalidad en el desarrollo de sus poblaciones, daños en los cultivos del entorno en el que habitan. Estos perjuicios sobre la agricultura pueden verse incrementados si la gestión del espacio cinegético fomenta la proliferación de dichos animales, con la voluntad de maximizar los recursos disponibles para la caza. Aparecen entonces conflictos de uso con el sector agrícola, incompatibles con los objetivos de sostenibilidad mencionados. Destrucción del hábitat: El mantenimiento de poblaciones cinegéticas elevadas en una zona, especialmente en vallados, puede comprometer la sostenibilidad productiva del medio si se supera la capacidad de carga del mismo mediante aportaciones propias de la ganadería intensiva. Afección sobre repoblaciones: Actividades como las repoblaciones forestales, necesarias para la recuperación del hábitat tras impactos graves, pueden verse comprometidas por la presencia de densidades inadecuadas de poblaciones cinegéticas. Superpoblaciones: Más allá de la mayor repercusión sobre los otros factores mencionados, las poblaciones que presentan densidades anormalmente elevadas son el caldo de cultivo para la explosión de epidemias y epizootias, como la mixomatosis, la hemorrágico-vírica o la sarna. Incompatibilidad de usos: Las actividades en el medio natural, tales como el senderismo, el cicloturismo, la recolección de setas, la escalada o el barranquismo, por ejemplo, han experimentado en los últimos años un crecimiento exponencial. Su integración y compatibilización con el sector cinegético debe ser uno de los objetivos prioritarios de gestores y administradores para los años venideros.

LA PLANIFICACIÓN CINEGÉTICA La explotación del recurso cinegético requiere de una planificación que garantice la consecución de los objetivos perseguidos y su viabilidad económica, social y ecológica. Los instrumentos de planificación de la caza son los Planes de Ordenación Cinegética. En la ejecución de estos planes se diferencian cuatro fases clave: la recopilación de datos, el análisis, el programa de actuaciones y el seguimiento del Plan. 1. Recopilación de la información documental y toma de datos de campo Se analizan la situación geográfica del terreno, su situación legal, las características socioeconómicas, el medio físico y su capacidad de carga y, fundamentalmente, el inventario de existencias cinegéticas. Las existencias cinegéticas son el punto de referencia del que partirá cualquier planificación. Será fundamental por tanto conocer: -

Especies representadas en el coto y densidades en época reproductora Tasa de crecimiento de la población Estado sanitario Estructura de sexos y edades Estadísticas de capturas en años anteriores. Posibles repoblaciones realizadas En observancia de todos los parámetros anteriores, Los propietarios de una finca, a través de sus gestores, deben decidir si persiguen la producción de una caza de calidad o de cantidad; cuales son las especies prioritarias, y en consecuencia, las poblaciones a fomentar o controlar; y cuáles deben ser las modalidades de caza preferentes. Deberán, del mismo modo, elegir si se efectuará una caza deportiva o comercial, si será necesario compatibilizar la actividad cinegética con otros aprovechamientos, y sobre todo, los medios personales y económicos disponibles para llevar todo ello a cabo.

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2. Análisis y diagnóstico La fase de análisis consiste en comparar los resultados obtenidos en la toma de datos, con los niveles teóricos posibles o los valores que se pretenden alcanzar. Los puntos clave del diagnóstico son la evaluación del potencial cinegético y la determinación de los factores limitantes. El potencial cinegético viene marcado por la capacidad de carga que indica la máxima posibilidad del medio de albergar fauna sin que se comprometa su perdurabilidad. Obviamente, esta capacidad viene condicionada por la vegetación, y esta a su vez por el clima. De contrastar la capacidad de carga potencial de un medio con las densidades reales de las poblaciones cinegéticas obtenidas, podemos encontrarnos, simplificando las posibilidades, con tres situaciones: -

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Si la densidad real es menor que la densidad teórica, nos encontramos ante una escasez de caza respecto a la abundancia posible. El objetivo del Plan será, probablemente, incrementar la densidad de la población cinegética. Si la densidad real es mayor que la densidad teórica, estamos ante una sobreabundancia de la especie, que puede dañar el hábitat y conducir al empobrecimiento de la calidad del terreno. Las actuaciones deberán encaminarse a la reducción de la población. Si la densidad real es parecida a la densidad teórica, la población cinegética no es motivo de actuación, pero sí puede intervenirse en el medio aumentando la capacidad de carga y de acogida. En cuanto a los factores limitantes que aparecen con más frecuencia cabe citar:

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Características del hábitat (cobertura vegetal muy densa o escasa, diversidad paisajística pobre) Caza abusiva o sobreexplotación Furtivismo Situaciones climáticas extremas (accesibilidad a puntos de agua…) Interferencia con actividades agrícolas, ganaderas y forestales Enfermedades, epizootias eventuales y predación Competencia con otras especies.

3. Desarrollo del plan Los Planes de Ordenación Cinegética deben contener los planes de mejoras y capturas. En función de las conclusiones extraídas del diagnóstico, se programarán actuaciones dirigidas a contrarrestar el efecto de los factores limitantes estimados y a reforzar la potencialidad cinegética del coto o finca. Estas mejoras previstas se dividirán en tres bloques: las realizadas sobre el hábitat, las realizadas directamente sobre las especies y las relativas a la vigilancia del cazadero y de su conservación mediante guardería. El plan de capturas marcará el objetivo general a perseguir con el aprovechamiento y determinará la cantidad de animales susceptibles de ser capturados sin que comprometa su extracción la perdurabilidad de la especie. Este número total se dividirá entre los días hábiles y el número de cazadores previsto para determinar los cupos de captura. 4. Seguimiento del Plan. Finalmente, será necesaria la revisión periódica de la validez y adecuación de los datos que originaron el Plan Cinegético de Ordenación, así como de los indicadores del cambio de tendencia en los parámetros estudiados para el coto. De esta forma, se garantiza la actualización de los objetivos en relación a la situación real.

EL PLAN DE MEJORAS Básicamente, las medidas de mejora que se pueden acometer para la correcta gestión de un coto o finca de caza se pueden dividir en cuatro grandes ramas. a) Las mejoras en la calidad del hábitat 44

b) El aumento de las poblaciones mediante repoblaciones c) La regulación de la presión cinegética d) El control de predadores y las medidas extraordinarias.

a) LAS MEJORAS DEL HÁBITAT El hábitat es un factor absolutamente determinante para la presencia de una especie de caza en un territorio determinado. La calidad del hábitat es, por tanto, un elemento clave en la gestión cinegética dentro del contexto definido de aprovechamiento sostenible, y su conservación y restauración deben ser objetivos tan prioritarios como aquellos directamente relacionados con la explotación de los recursos de la caza. A grandes rasgos, los ecosistemas agrícolas que alternan zonas cultivadas y de baldíos, con ribazos y linderos abundantes, y parcelación de tamaño medio o pequeño; y los pastizales salpicados de matorrales y arbolado, son hábitats idóneos para la mayoría de las especies de caza menor más valoradas por la actividad cinegética, como la perdiz roja, la codorniz, la liebre o el conejo. Son ambientes que presentan una gran capacidad de acogida de poblaciones, en diversidad y abundancia, atraídas por un espacio propicio para su trasiego, alimentación y refugio. Por su parte, las masas forestales con notable diversidad específica y estructural, con gran variedad de especies vegetales distribuidas en un estrato arbóreo, arbustivo y herbáceo bien desarrollados; y las grandes sierras o macizos montañosos que alternan bosques bien conservados con matorrales, praderías y cultivos localizados constituyen los terrenos de mayor valor venatorio para las especies de caza mayor. Una referencia válida para ejercer una buena gestión cinegética es tener en mente la idea de que la diversidad de paisajes suele llevar asociada la diversidad y riqueza biológica. En líneas generales, para las condiciones particulares de la Comunidad Valenciana, se puede señalar que en las zonas agrícolas, con gran concentración parcelaria, mecanización de las tareas y utilización de pesticidas, se pueden encaminar las actuaciones en el sentido de proporcionar lugares de cobijo y alimentación para las especies de caza y el conjunto de la fauna, especialmente en los períodos críticos por clima o por actividad agraria. En nuestro clima mediterráneo, la accesibilidad al agua es un factor limitante clave, restringida por la estacionalidad de las lluvias y la derivación y utilización por la propia agricultura. En este ambiente, es prescriptiva la instalación de comederos y bebederos. CAZA MENOR 1. Refugios El estrato arbustivo o de matorral resulta clave en el desarrollo del ciclo biológico de la mayoría de especies de caza menor. Esta vegetación ofrece alimento, pero sobre todo constituye el refugio frente a los múltiples predadores que acechan a las poblaciones de conejo, liebre o perdiz roja. Por el contrario, el mismo matorral es pernicioso para multitud de usos forestales paralelos, lo que obliga a menudo a su retirada, con la alteración del hábitat y la pérdida de refugio que ello supone.  Refugios para conejos: 1.1) Los majanos Los refugios para conejos no sirven exclusivamente para la protección frente a su extraordinario abanico de predadores (zorros, rapaces, córvidos, mustélidos, perros errantes, meloncillo, gineta, gato montés, jabalí…), sino que constituyen un mejora de sus zonas de reproducción y, por tanto, de su calidad de vida, y dificultan la caza furtiva mediante huroneo.

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Existe una variedad de majanos, prefabricados o construidos, casi tan amplia como el número de cotos, granjas y fincas cinegéticas existentes. Sin embargo, todos deben cumplir una serie de condiciones generales:  Integración paisajística: Los majanos deberán estar integrados en el paisaje, ocasionando el mínimo impacto visual en el entorno.  Forma: Serán lo más circulares posibles, dado que esta morfología optimiza las funciones de resguardo y escape.  Dimensiones: El tamaño aproximado será de 6 o 7 metros de diámetro, y con un altura mínima de 80 cm. Se ha contrastado que los majanos grandes reúnen más actividad que los pequeños.  Suelo: preferiblemente blando y profundo, de orografía suave. Deben evitarse aquellos terrenos encharcadizos o susceptibles de inundarse en las crecidas de ríos y arroyos.  Pendiente: Se buscarán zonas con una ligera pendiente para favorecer el drenaje natural.  Acceso a zonas de alimentación: El lugar ideal para instaurar un refugio artificial o naturalizado será la interfaz entre una zona de refugio (matorral, monte, zarzas…) y otra de alimentación (pastizal, cultivos, siembras…)  Distancia a madriguera o vivar: Nunca su construirán encima de una madriguera antigua preexistente. Es preferible que los majanos se ubiquen al menos a 60 metros de otras madrigueras.  Complejidad: Un diseño en laberinto con múltiples galerías, estancias, bocas de acceso y vías de escape facilita la huída ante depredadores y mejora la cría de una mayor parte de la población por la disponibilidad de parideras.  Cámara central: La disposición de una cavidad central de mayores dimensiones permite la huída inmediata hacia las vías de escape laterales ante la presencia de cualquier depredador.  Condiciones climáticas: Las madrigueras naturales se caracterizan por su carácter amortiguador de las inclemencias meteorológicas, por lo que las artificiales deben imitar su funcionalidad instalando una buena capa aislante de tierra, piedras o ramas.  Impermeabilidad: Los encharcamientos son una de las principales causas de mortandad de los gazapos en sus primeros días. De la misma manera que es importante evitar la inundación por vía de las entradas, es preferible evitar la inundación por filtración.  Densidad de construcción: Las densidades de colocación de los vivares deben ser relativamente elevadas, próximas a un majano cada 4 o 5 hectáreas. Esto se debe al carácter sedentario del conejo, que le impide alejarse más de 400 metros de su madriguera. La densidad de instauración puede elevarse en aquellas zonas que no dispongan de un estrato arbustivo suficiente, supliendo de esta manera la falta de refugio natural.  Protección en las entradas/salidas: Se recomienda cubrir las salidas con ramas o vegetación, para evitar la predación por parte de las rapaces en las inmediaciones de las bocas de la madriguera.  Dimensiones de accesos: Las bocas de entrada no deben superar los 8 o 10 cm de anchura y altura, para dificultar la entrada de predadores, pudiendo ampliarse a medida que se profundiza en el majano. Algunos de los modelos más habituales son: 





Majanos de tocones: Consisten en la excavación de un hoyo de 0’5 metros de profundidad, y aproximadamente 6 metros de largo y 6 metros de ancho. Se disponen los tocones en hileras paralelas formando galerías, que quedarán cerradas por arriba al colocar nuevos tocones sobre ellas. Se dispone la estructura en un entramado más o menos complejo que termine en múltiples bocas exteriores, convergentes en una cámara central. Se garantiza el aislamiento cubriendo la estructura de tierra. Majanos de palets: Los palets son estructuras de madera prefabricadas que reúnen unas condiciones muy apropiadas para utilizarlas como galerías. Se puede aumentar su complejidad apilándolos, y se mejora su funcionalidad limitando los accesos o bocas, y cubriendo la estructura con algún tipo de material aislante, como tierra o ramas. Majanos de piedras: Se colocan las piedras de la base formando el entramado de pasillos y cámaras, confluyentes en un punto central, y se continua apilando piedras encima para cerrar la parte superior de las galerías. Se puede completar la infraestructura con piedras o recubrirla con tierra, a modo de aislamiento.

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Majanos de bloques o ladrillo: Siguen el mismo principio constructivo que los de piedra, pero la base se realiza con materiales prefabricados. Se puede cerrar por arriba con estos mismos elementos, con piedras, o con tapas de madera. Majanos de tuberías enterradas: Se aprovechan elementos cilíndricos propios de la construcción, electricidad o fontanería, plásticos o de obra. Estas “tuberías” se entierran directamente en el suelo a modo de galerías prefabricadas, y se conectan mediante cámaras construidas de piedra o madera, que otorgan una mayor complejidad a la estructura. Prefabricados o por módulos: Existen multitud de majanos prefabricados en estructuras metálicas, que se venden completos o de forma modular. En estos casos es preceptivo seguir las instrucciones del fabricante en cuanto a su instalación y condicionantes. 1.2) Abrigos: Los abrigos son estructuras construidas con el fin de facilitar a los conejos la excavación de sus propias madrigueras o refugios. La base funcional es poner a disposición de los individuos un sustrato de tierra suelta removida, en la que fácilmente podrán efectuar sus galerías.





Excavación: Se efectúa una cavidad en el suelo de unos 30 o 50 centímetros de profundidad y un diámetro superior a los 5 metros. Se suple la tierra retirada con la aportación de restos de podas, desbroces, monte bajo…y se cubren con una primera capa de tierra. A continuación se acumulan restos gruesos de podas, tocones y raíces de grandes dimensiones, dirigidas hacia el suelo, de forma que creen un montón irregular con multitud de cavidades, de aproximadamente 1 metro de altura. La pila se recubre de tierra procedente de la propia excavación, quedando rellenos los huecos por un material suelto en el que los conejos podrán abrirse paso con facilidad. Se remata la construcción cubriéndola con un techado de ramas de entre 50 centímetros y un metro de altura. Montones: Son una medida muy económica, limitada porque se puede llevar a cabo exclusivamente en terrenos muy blandos y sueltos. Consiste, simplemente, en apilar restos de desbroces, clareos, podas… esparcidos en una superficie de 5 o 6 metros de diámetro y creando un montículo de 1’50 metros de altura. Los conejos aprovechan este aislamiento y protección extra aportados para construir debajo sus madrigueras. 1.3) Chozos Los chozos son las estructuras típicas de refugio de la perdiz, que le permiten protegerse en especial de sus predadores aéreos. Se ubican, particularmente, en aquellas parcelas de erial, barbecho o siembra frecuentadas por las patirrojas, que ofrecen el alimento necesario para la especie, pero las exponen en demasía a la acción de sus predadores. Su fácil fabricación y bajo coste económico recomiendan la renovación anual, para evitar contagios de enfermedades. Los chozos son en esencia una especie de cabañas construidas a partir del apilamiento de ramas procedentes de restos de podas y clareos, o con cualquier tipo de material vegetal disponible en el medio. Habitualmente se disponen en grupos de tres o cuatro, a una distancia de unos 50 metros de los conjuntos colindantes. También es frecuente su colocación ligada al tronco de un árbol, aprovechando los lindes y bordes de parcelas agrícolas.

2. Mejora de los recursos alimentarios 2.1) Siembras para la caza menor: De forma similar a lo expuesto en el caso de la caza mayor, las siembras para caza menor constituyen una valiosa fuente de alimentación, en verde y en grano, capaz de ofrecer sus bonanzas durante gran parte del año. Algunas de las características a tener en cuenta:  Las siembras deberán localizarse en las zonas que presenten mejores condiciones edafológicas, orográficas y de vegetación existente. 47

 La superficie de referencia para las siembras destinadas a especies de caza menor será de 0’5 hectáreas.  Las parcelas se distribuirán uniformemente repartidas en toda la extensión del coto o finca, atendiendo en especial a aquellas áreas desfavorecidas en el aspecto de oferta de recursos alimenticios.  Las parcelas se realizarán con límites irregulares y con la mayor relación perímetro-superfície posible, propiciando así la disponibilidad del ecotono pastizal-matorral, muy empleado en especial por los conejos.  Las labores de implantación serán similares a las descritas en el caso de la caza mayor: o Desbroce, caso de ser necesario o Gradeo con maquinaria agrícola o Esparcimiento de 100 kg de semillas de avena y veza a partes iguales por hectárea, mezcladas con otros 100 o 150 kg de abono 15/15/15. o Pase de tractor con cultivador para cubrir la semillas  La época de siembra será en otoño, aproximadamente en el mes de octubre tras la caída de las primeras lluvias y el alcance del tempero del suelo.  Las especies susceptibles de siembra son, entre otras, trigo, centeno, avena, cebada, vezas, girasol, alfalfa o esparceta.  Las actuaciones, salvo el desbroce, se repetirán anualmente durante 4 años. 2.2) Comederos artificiales: La instalación de comederos debe proyectarse como una fuente suplementaria de nutrientes para las épocas de escasez, y nunca como la primera opción para la alimentación de las poblaciones cinegéticas. Habitualmente, son depósitos de unos 50 kg de capacidad, de material duradero y barato, herméticos, y de fácil carga y descarga del contenido, que se rellenan sobre todo con cereales como el trigo, y que se pueden mezclar con granos de leguminosas o incluso piensos comerciales. Su protección y vallado serán básicos en aquellas zonas donde exista caza mayor. En el mercado existen una gran variedad de artilugios, más o menos sofisticados:    

Comederos automáticos: Dispensadores automáticos de grano que propulsan el alimento lejos del artilugio para su consumo en el suelo. Se pierde alimento por efectos meteorológicos y de las hormigas. Tolvas: De materiales no metálicos, se construyen de forma que el aprovechamiento sea fácil por la caza menor e imposible para la caza mayor. Comedero de ingesta directa: Depósito con capacidad de unos 20 kg que se suspende a unos centímetros del suelo mediante trípode o mástil, y que se caracteriza por la presencia de unas ranuras de las que las aves pican directamente el grano. Comedero suspendido: Depósito suspendido de un trípode o unas ramas del que cuelga un comedero tipo cazoleta con una especie de techado que lo protege de las inclemencias meteorológicas. 3. Mejora de los recursos hídricos Debido a las altas temperaturas estivales y a la sequía recurrente, la disponibilidad del recurso hídrico supone uno de los principales factores limitantes para los acotados de las áreas mediterráneas. La conservación de los puntos existentes y la implementación de nuevas fuentes de suministro de agua es una mejora fundamental en la práctica totalidad de los acotados valencianos. La tipología en cuanto a la naturaleza, formato, funcionamiento y recarga de los bebederos potenciales es muy amplia y variada. Sin embargo, deben considerarse los siguientes puntos clave:

 Conservación: Es prioritario mantener en un estado óptimo de conservación aquellos puntos de agua naturales existentes en el acotado o finca, tales como lagos, balsas, fuentes, arroyos, brolladores…  Higiene: Las balsas y bebederos artificiales deberán, igualmente, mantenerse limpios evitando la eutrofización, proliferación de algas y mosquitos…previniendo así la trasmisión de parásitos y enfermedades.  Localización: La ubicación estratégica de estos puntos es fundamental para minimizar los desplazamientos de los animales en busca del recurso, con la consiguiente exposición a la acción de los

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depredadores. Deberán situarse de forma preferente en zonas abiertas y alejadas de grandes árboles que propicien la parada al aguardo de las rapaces o la emboscada de oportunistas como el zorro.  Recarga: Es fundamental prever un sistema de recarga que permita mantener funcionales los puntos de agua a lo largo de todo el año. Para ello, es posible la alimentación con camiones cisterna, pero resulta más conveniente instalar depósitos de gran capacidad o sistemas de auto-recarga por aprovechamiento de precipitaciones.  Mantenimiento: En aquellos bebederos con depósitos que dispongan de dispositivos de rellenado frente a la bajada del nivel del agua, es fundamental mantener operativos todos los mecanismos y comprobar que no se produzcan obturaciones en los conductos…  Vallado: en los cotos exclusivos de aprovechamiento de caza menor, resulta muy interesante vallar las zonas de bebedero, evitando que especies como el zorro o el jabalí accedan a las existencias, minorándolas con avidez. Las tipologías generales más comunes son: 3.1) Balsas y abrevaderos artificiales Consisten en la ejecución de una solera impermeable de obra o mortero en una concavidad del terreno. Se puede rellenar con camión cisterna y se retroalimenta con las precipitaciones naturales, aunque queda muy expuesta a la acción de la evaporación. Debe darse una pendiente suave en los laterales, para facilitar el acceso de la fauna a cualquier nivel de existencias de agua. 3.2) Recuperación de charcas naturales Se efectúan a partir de la recuperación de zonas arcillosas tradicionalmente aprovechadas por los animales, que se agrandan con palas, se limpian y se adecuan. 3.3) Embalses Son infraestructuras creadas en aquellas zonas que permitan la ejecución de un dique para almacenar el agua procedente de un torrente, un arroyo, una fuente o un brollador. Requieren del permiso de la confederación hidrográfica correspondiente y su mantenimiento se limita a la limpieza de broza y vegetación. Cabe contemplar la creación de rebosaderos. 3.4) Bebederos artificiales comerciales Se trata de bebederos a modo de bandeja, de metal u hormigón, normalmente de unos 15 o 20 cm de ancho y longitud variable, cuyas pequeñas dimensiones minoran la evaporación. Estos recipientes pueden estar enterrados a nivel del suelo o a elevarse hasta los 20 cm, y se conectan a un depósito cerrado de obra, prefabricado en material plástico o de metal, mediante un sistema mecánico que permite el rellenado automático del bebedero cuando el agua desciende de un nivel determinado. La reposición del agua del depósito se efectúa mediante camión cisterna, y no tiene capacidad de aprovechamiento de las lluvias. Los más típicos son:     

Bebedero clásico: Bidón mimetizado unido mediante tubo a una cubeta de hormigón o material plástico con boya integrada. Bebedero de hormigón: Recipiente de hormigón de unos 80 litros con la cubeta y la boya integradas en el mismo bloque. Son pesados y de difícil manejo. Bebedero de canaleta: Fabricado en P.V.C. y con boya auto-regulable, la cual viene protegida con chapa galvanizada Bebedero suspendido: Depósito colgado de un trípode o aprovechando las propias ramas naturales, del que sale un bebedero tipo cazoleta. Bebedero de estaca: Diseñado para zonas de difícil acceso, cuentan con un dispositivo tipo cazoleta. 3.5) Bebederos con depósito auto-recargable No están disponibles de forma prefabricada en el mercado. Su variedad es, de nuevo, tan amplia como capacidad de inventiva presenten los técnicos que proyecten su instalación. La característica principal que la diferencia, en complemento a los bebederos con depósito descritos, es la previsión de un sistema de recarga que optimiza el aprovechamiento de las precipitaciones o incluso de la escorrentía y arroyos 49

estacionales. Por citar algunos, micro-cuencas hidrográficas de recepción, sistemas de embudo de captación…

4. Mejoras sanitarias Las vacunaciones masivas de poblaciones silvestres están muy lejos de ser metodológica y económicamente viables. No obstante, se puede actuar de forma preventiva para evitar la ocurrencia de enfermedades y epizootias o disminuir su impacto. 4.1) Desinfección de majanos El conejo es una especie especialmente sensible a las epidemias. Por ello, debe procederse a la desparasitación y desinfección anual de los majanos, con el fin de prevenir la mixomatosis y la proliferación de la enfermedad hemorrágica vírica. 4.2) Reducción del uso de productos fitosanitarios: Debe ser una prioridad en los cultivos y praderas existentes en un coto o finca, ya que afectan gravemente a la microfauna y a la biodiversidad de invertebrados, y pueden llegar a contaminar los alimentos y el agua a disposición de las especies cinegéticas. La liebre es, junto a la perdiz roja, una de las especies más damnificadas de forma directa por estas prácticas agrícolas. CAZA MAYOR 1. Mejoras de las capacidades alimentarias 1.1) Implantación de pastizales y siembras Las siembras suponen un alimento de cantidad y calidad, que aportan a las especies silvestres nutrientes en forma de material vegetal verde, semillas y granos. Su ubicación debe responder a criterios técnicos que garanticen la instauración en condiciones edafológicas y orográficas propicias, a ser posible en aquellas zonas más desfavorecidas desde el punto de vista de la oferta alimenticia. Las tareas consistirán en: -

Desbroce previo en las zonas que alberguen un matorral denso Gradeo o labrado con tractor agrícola Esparcimiento de las semillas y el abono con sembradora centrífuga o a mano Pase de tractor con cultivador para cubrir las semillas Para la caza mayor, se puede tomar como referencia el empleo de 100 kg de semilla a partes iguales de avena y triticale, mezcladas con otros 100 kg de abono 15/15/15. En cotos mixtos de caza mayor y menor se pueden contemplar mezclas de trigo, veza, linaza, cañamones o girasol. En función de la especie se requerirá un mayor o menor tamaño de la siembra, oscilando entre los 500m2 ideales para el corzo y los 2.000 m2 más indicados para especies como el ciervo. La época más adecuada para su realización es en octubre, tras las primeras lluvias otoñales, y se resembrarán de forma bianual para garantizar su permanencia 1.2) Instauración de parcelas de cultivo La ubicación estratégica de cultivos de gramíneas, leguminosas, crucíferas incluso de verduras y frutales contribuye de forma notoria a la ampliación del abanico de recursos alimenticios disponibles a lo largo del año. 1.3) Manejo de praderas La creación, conservación y manejo de praderas naturalizadas en fondos de valle, o entre las zonas de bosque o matorral, supone un excelente aporte nutritivo a los ejemplares de caza mayor, bien en formato

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de pradera diversa (con presencia de especies de tréboles, poas, dáctilos, agrostis, raygras…), o bien como formación mono-específica de gramíneas o leguminosas. Las actuaciones requeridas son las propias de las praderas explotadas por el ganado doméstico: drenaje, riego y fertilización, básicamente. 1.4) Desbroces selectivos El objetivo de los desbroces es aclarar aquellas zonas excesivamente cerradas por el matorral arbustivo, facilitando así la aparición de rebrotes y hierbas más palatables para las reses silvestres. Las rozas se realizan mediante tractor acoplado a desbrozadoras de cadenas o martillos, en terrenos sin grandes afloramientos rocosos y con una superficie cubierta de matorral entre el 50 y el 80%. Con el fin de evitar la erosión de los suelos se actuará en zonas con pendientes comprendidas entre el 10% y el 20%, preferiblemente. No se desbrozarán áreas cubiertas por monte noble, que presenten especies arbustivas de conservación preferente o protegidas bajo alguna figura legal, ni aquellas zonas en las que se afecte a otras especies de interés particular (nidificación de rapaces, por ejemplo). Durante el desbroce se respetarán los pies aislados de especies arbóreas de interés, y en particular los del género Quercus y Fraxinus, pudiendo respetar la vegetación arbustiva de su entorno para crear pequeñas manchas leñosas. No se desbrozarán los márgenes de ríos y arroyos y las labores se realizarán en fechas en las que se minimice la afección a la cría de las especies, siendo recomendable el final del otoño y el principio del invierno. 1.5) Mejora de vegetación leñosa La plantación de árboles frutales y arbustos espinosos de gran poder fructificador son otra opción muy aconsejable en la dirección de diversificación del alimento y de la estacionalidad del mismo. 1.6) Aportaciones artificiales de alimento De forma eventual, y con fines principalmente disuasorios cuando se suceden episodios de daños en la agricultura, o en épocas de escasez extrema, se pueden efectuar aportaciones de materia verde, maíz, trigo, patatas… en zonas concretas, como complemento nutricional para las especies de caza mayor y en especial para los jabalíes. La instalación de comederos comerciales tipo bañera es posible e indicada en casos muy extremos, pero de forma general, no es compatible con los objetivos de explotación sostenible del recurso cinegético y es preferible la búsqueda de alternativas 1.7) Piedras de sal y complementos nutricionales Las especies de caza mayor presentan una querencia natural por las sales minerales, tales como el sodio o el potasio. Su importancia queda de manifiesto por la directa aportación al desarrollo de las cuernas de los cérvidos y bóvidos. En algunas zonas, incluso, la ausencia de estas sales se cree la principal responsable de la penuria cinegética en la obtención de trofeos. Los refuerzos nutricionales pueden suministrarse, en caso de necesidad, mediante sales medicadas. Su aporte es especialmente indicado en épocas de gran demanda nutritiva como la lactancia y el período de formación de la cuerna. 2. Bebederos, abrevaderos y puntos de agua De la misma forma que se ha definido la disponibilidad del recurso hídrico como uno de los principales factores limitantes para la caza menor en la Comunidad Valenciana, el acceso a los puntos de agua es también condición básica indispensable para la gestión de la caza mayor en nuestra comunidad. Los principios que rigen la implementación y correcta conservación de esta mejora del hábitat son muy similares a los descritos con anterioridad, aunque cabe incorporar pequeñas matizaciones:

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 Conservación: La conservación de los abrevaderos naturales para la caza mayor es prioritaria, y se puede ver más comprometida que en el caso de los puntos destinados a especies pequeñas, debido a la superior capacidad de los animales de gran tamaño para contaminar el medio con sus actividades, excrementos..  Higiene: Las balsas y bebederos artificiales deberán, por ello, ser objeto de un mantenimiento estricto, capaz de evitar la eutrofización, y la proliferación de algas y mosquitos, previniendo así la trasmisión de parásitos y enfermedades.  Localización: Los animales de caza mayor combinan una mayor capacidad de desplazamiento con un menor sometimiento a la presión de los predadores, por lo que la ubicación estratégica de los puntos de agua será un factor menos condicionante.  Recarga: Normalmente, los puntos de agua destinados a grandes mamíferos requieren de unas dimensiones acordes con los animales usuarios. Por ellos es necesario prever un sistema de recarga sostenible con los recursos económicos y materiales disponibles. Los tipos más comunes destinados a la caza mayor son: 2.1) Balsas y abrevaderos artificiales Soleras impermeables de obra o mortero efectuadas en una concavidad del terreno, de forma similar a las descritas para el uso de la caza menor pero de dimensiones adaptadas a los animales destinatarios. Se pueden rellenar con camión cisterna y se retroalimenta con las precipitaciones naturales, aunque queda muy expuesta a la acción de la evaporación. Debe darse una pendiente suave en los laterales, para facilitar el acceso de la fauna a cualquier nivel de existencias de agua. 2.2) Recuperación de charcas naturales Se efectúan a partir de la recuperación de zonas arcillosas tradicionalmente aprovechadas por los animales, que se agrandan con palas, se limpian y se adecuan. 2.3) Embalses Como se han definido con anterioridad, los embalses son diques construidos con el fin de almacenar el agua procedente de una fuente o curso natural. Requieren del permiso de la confederación hidrográfica correspondiente y su mantenimiento se limita a la limpieza de broza y vegetación. Cabe contemplar la creación de rebosaderos. 3.4) Bebederos artificiales comerciales Existen distintos modelos comerciales de bebederos destinados a la caza mayor, que comparten como características principales su formato de bañera, la posibilidad de recarga y la integración paisajística en el medio.  

Bebedero de hormigón: Construidos con módulos prefabricados de hormigón, que permiten su ubicación en cualquier punto del medio. Bebederos metálicos: Construidos con este material, con las ventajas de su fácil transporte y ubicación 3.5) Bebederos con depósito auto-recargable Se diseñan de forma específica para cada caso particular por los técnicos responsables, de forma que sean capaces de recoger, acumular y aprovechar al máximo las precipitaciones y escorrentías naturales. 4. Medidas de seguridad y confort Dado el elevado valor económico que pueden alcanzar las reses cinegéticas, en muchas ocasiones compensa invertir económicamente en actuaciones que mejoren el confort de los animales, y su seguridad frente a factores extrínsecos a la mera acción de la caza. 4.1) Balsas de rescate de ahogamientos Deben disponerse en canales, balsas de riego y depósitos de prevención de incendios forestales, como salvaguarda frente a las frecuentes caídas de animales que terminan en ahogamiento. Existen diversos modelos, aunque los más frecuentes son las balsas flotantes con rampas de evacuación. 4.2) Barreras de paso en pistas forestales 52

Constituyen una mejora en la calidad de vida de los animales por la tranquilidad que les confiere la ausencia de tráfico rodado, pero además, les confiere protección frente a los posibles atropellos y es una forma de complicar las acciones de los furtivos. 4.3) Reducción del uso de productos fitosanitarios: Debe ser una prioridad en los cultivos y praderas existentes en un coto o finca, ya que afectan gravemente a la micro-fauna y a la biodiversidad de invertebrados, y pueden llegar a contaminar los alimentos y el agua a disposición de las especies cinegéticas. 4.4) Bañeras o bañas Se puede citar como medida de confort. Especialmente indicadas en zonas secas. Son zonas encharcadas, con lodos y fango, donde los jabalíes acuden a desparasitarse. 4.5) Rascaderos: Pueden disponerse troncos gordos en las cercanías de las bañeras, contra los cuales se frotarán los jabalíes para culminar sus tareas de aseo y desparasitación. AVES ACUÁTICAS Las aves acuáticas constituyen un elemento de extraordinaria trascendencia en la tradición cinegética de la Comunidad Valenciana, al que se suma un valor económico nada desdeñable en comparación con el resto de piezas de caza menor. Su peculiar problemática da pie a establecer unas mejoras de hábitat muy concretas, que se relatan a continuación: 1. Gestión del nivel del agua en zonas húmedas Las aves acuáticas se encuentran estrechamente vinculadas a los regímenes hídricos de los humedales y sus zonas adyacentes. Prolongar la inundación invernal en los campos de arroz o crear nuevas parcelas de cultivo susceptibles de ser encharcadas y plantadas son medidas que favorecerán directamente a estas migratorias. 2. Actuaciones en acequias de riego Los ahogamientos en canales de riego son una causa muy frecuente de muerte de las nidadas de aves acuáticas, en especial dentro del grupo de las anátidas. Las actuaciones en este sentido se dirigirán a: 2.1) Conservación de las acequias y canales tradicionales La modernización de las conducciones de riego ha agravado en los últimos años el problema de los ahogamientos sufridos por polluelos de aves acuáticas. Estas crías, que pueden salir por sus propios medios de las antiguas acequias de barro, se encuentran desvalidas ante los nuevos canales con muros de hormigón, por los que se muestran incapaces de trepar. El mantenimiento y conservación de las infraestructuras tradicionales iría en beneficio de la avifauna y además aportaría un valor de tradición y cultura al entorno del arrozal. 2.2) Instalación de rampas de escape en las acequias de riego En los citados canales de hormigón, resulta muy viable técnica y económicamente la instalación de rampas de salida, que permitan el escape de los polluelos atrapados. Existe una amplia gama de modelos con sus ventajas e inconvenientes (fijas, móviles, de madera, de cañas…) pero todos ellos se muestran altamente eficaces y capaces de rescatar cientos de ejemplares. 3. Actuaciones encaminadas a evitar las muertes por atropello Los humedales se caracterizan por ser zonas fuertemente antropizadas, debido a su riqueza natural en recursos como la pesca, la caza, las comunicaciones, la agricultura… Esta circunstancia provoca una interacción muy estrecha entre el medio natural y el ser humano, y en particular con las infraestructuras viarias, responsables de un gran número de muertes por atropello en el ámbito de las aves acuáticas. 53

Las medidas más efectivas deben provenir de las regulaciones administrativas y la concienciación social (señalización, disminución de la velocidad de paso de vehículos, restricción de la afluencia de vehículos…), sin embargo, se pueden afrontar desde el punto de vista de la mejora del hábitat: 3.1) Instauración de pasos de fauna Debido a la topografía del entorno y del uso del suelo que predominan en las zonas húmedas, esta medida suele resultar de fácil aplicación especialmente en aquellos lugares en los que los viales pasan por encima de acequias o canales, de forma que no es necesaria una construcción de nueva obra sino la adaptación de estas conducciones como pasos de fauna. Para ello, se efectúa un ligero levantamiento de la calzada por encima del canal de forma que la luz que quede sea suficiente como para permitir a las aves acuáticas nadadoras vislumbraran el extremo contrario, sin causar problemas de incertidumbre o desconfianza en éstas. 3.2) Colocación de vallados Aunque la colocación de vallados resulta perjudicial por la confinación genética de las poblaciones, en el caso de las acuáticas migratorias este factor no tiene relevancia, por lo que podría ser adecuado ubicarlo en puntos negros, donde las colisiones y atropellos sean notables. 4. Medidas contra el plumbismo El plumbismo o saturnismo es una enfermedad del sistema nervioso descrita en aves acuáticas, y provocada por la contaminación del organismo con metales pesados, en especial por el plomo ingerido al utilizar los perdigones como partículas para triturar la comida en su buche. Aunque las medidas legales como la obligatoriedad del uso de perdigón de acero han logrado controlar los efectos de la enfermedad, se pueden contemplar medidas destinadas a la prevención de su aparición: 4.1) Aporte de “grit” El “grit” son partículas de grano o gastrolitos que las aves necesitan y utilizan para lograr una correcta trituración del alimento en la molleja. La ingesta de perdigones se produce por similitud con la materia, así que una forma de evitar el impacto negativo del plomo constituye en aumentar la cantidad y proporción disponible en relación a los plomos del recurso complementario a la alimentación que supone el “grit”. b) LAS REPOBLACIONES CINEGÉTICAS Se denomina repoblación a la liberación racional de ejemplares de especies cinegéticas en el medio ambiente, con el objetivo de incrementar el número de individuos reproductores para recuperar o potenciar las poblaciones naturales. Temporalmente, se efectúan hasta un mes antes del inicio de la actividad cinegética o bien tras finalizar el período hábil. Un concepto similar, y que en ocasiones se confunde con el término repoblación, es la suelta. Las sueltas son liberaciones intencionadas de especies cinegéticas autóctonas, procedentes de granjas autorizadas, que se efectúan durante la temporada de caza y que persiguen la densificación de las poblaciones con el objetivo de su caza inmediata. El ámbito y las condiciones legales para la suelta se desarrollan legalmente para cada autonomía. Finalmente, conviene introducir también el concepto de translocación, que consiste en realizar el traslado de animales cinegéticos de un lugar a otro dentro de la misma finca, coto de caza, o unidad de gestión. Consideraciones generales:  Las repoblaciones se efectúan en aquellas zonas en las que el número de individuos es inferior a la capacidad de carga del medio, lo que supone que no se está explotando el potencial productor de recursos cinegéticos del coto o finca considerados. 54

 El objetivo principal de la repoblación es reforzar aquellas poblaciones autóctonas que presenten un escaso potencial de recuperación de la especie a corto y medio plazo, aportando un número adecuado de ejemplares reproductores que contribuirán al restablecimiento del equilibrio poblacional.  Las zonas objeto deben proporcionar a los individuos de repoblación el hábitat adecuado para su adaptación y desarrollo, aportándole los recursos alimenticios y de refugio suficientes para su adecuada reproducción.  Se debe repoblar con la cantidad adecuada de ejemplares, en la proporción de sexos y edades idónea. Los individuos deben presentar además un óptimo estado sanitario y ser genéticamente puros.  El momento óptimo para la suelta será aquel período más propicio para la adaptación de los animales a su nuevo hábitat, normalmente el más benévolo en lo referente a condiciones climatológicas y alimenticias.  La liberación de repobladores requiere de un proceso previo de aclimatación, en el que se garantizará su acceso a un suministro permanente de agua y alimento y en el que se protegerán, en la medida de lo posible,de la acción de los predadores. b.1) CAZA MAYOR En la actualidad, en el ámbito de la caza mayor, se efectúan técnicas de repoblación sobre ciervo, gamo, corzo, cabra montés, rebeco, muflón y jabalí. Las repoblaciones en el caso de los grandes mamíferos quedan caracterizadas por la realización de seis actuaciones básicas: 1. Preparación del terreno 2. Captura 3. Marcaje 4. Transporte 5. Suelta 6. Aclimatación 1. Preparación del terreno  Ubicación del terreno La zona ideal para la ubicación del cercado de aclimatación corresponde al perfil de un valle abierto, con zonas de umbría y solana, constituido por 1/3 de la superficie de praderas, cultivos o eriales y los 2/3 restantes compuestos por matorral y arbolado, en el caso de los cérvidos y jabalíes, y con mezcla de zonas de pedregal en el caso de la cabra montesa, el muflón, el arruí y el rebeco. El espacio seleccionado debe estar provisto de forma permanente de puntos de acceso a agua limpia, propiciados por el paso natural de una fuente o arroyo o bien creando abrevaderos artificiales. Las dimensiones de los cercados oscilarán entre 1 y 2 hectáreas por individuo introducido en función de la especie considerada, y se ubicarán de forma preferente en la zona más céntrica del coto o finca, con el fin de facilitar la dispersión de los animales tras el proceso de adaptación.  Cerramientos Los cerramientos se levantarán siempre de forma provisional. Sus características constructivas deberán, por tanto, tomar en cuenta dicha consideración. Un cerramiento habitual es el realizado con malla metálica de Tipo 200-20-15, si no existen en la zona especies depredadoras de las introducidas, y el efectuado con malla de simple torsión del tipo 60-14, en el caso de que predadores naturales estén presentes. La altura de referencia de la valla, válida para la mayoría de las especies de caza mayor, es de 2’50 metros, que deberá aumentarse por encima de los 3 metros en el caso de la Cabra montés. En la parte 55

superior del alambrado se provisionará un tramo de 0’5 metros de tela metálica colocada de forma oblicua, en ángulo de 45º respecto a la vertical. Esta valla quedará inclinada hacia el exterior, si existen predadores naturales de las especies a introducir, o hacia el interior del cercado, en el caso contrario y con el fin de imposibilitar los saltos de huida. La malla se soportará mediante fijación a postes metálicos o de madera tratada, de en torno a 8 o 10 cm de diámetro, que se ubicarán con una separación máxima de 5 metros, siendo lo más habitual distancias entre postes de 3 metros. La tela del cerramiento se anclará al suelo mediante piquetes colocados cada 1’5 metros. En la mayoría de los casos será necesario coser un alambre de espino en la parte inferior de la valla, para evitar que las posibles embestidas abran huecos en el cerco. 2. Captura Existen múltiples sistemas de captura, comerciales, prefabricados o de construcción casera. Sin embargo, todos comparten unas premisas fundamentales:    

Permiten el fácil y rápido manejo de los animales y su acceso a un transporte. Efectúan una captura sin daños y persiguen provocar el mínimo estrés posible en los animales. Se ubican de forma adaptada en cada finca para ocasionar el menor impacto visual posible. Deben ser lo más específicas posibles, de forma que no afecten en modo alguno a especies no objeto del manejo. Las capturas pueden realizarse con motivo de una repoblación o traslocación, pero también pueden constituir parte de un manejo semi-intensivo de la especie, y ser utilizadas para la realización de controles sanitarios, aplicación de vacunas y marcajes…

 Capturaderos de mangas Son infraestructuras formadas por un sistema de corrales y mangas compartimentadas que se pueden ubicar en el monte de forma permanente o temporal, construidas con postes, tablones de madera o valla metálica, y con las paredes cubiertas con malla, madera o vegetación natural a fin de presentarse lo más opacas posible a la visión del animal. Los individuos son atraídos al interior mediante la utilización de cebos alimenticios, como la alfalfa, y quedan encerrados mediante mecanismos manuales o automáticos que permiten atrapar grandes grupos. Son adecuados para efectuar la captura de ciervo, gamo y muflón, fundamentalmente.  Capturaderos de resorte Son capturaderos de tipología muy variada y con amplia variedad de modelos comerciales en el mercado, cuya característica más reseñable es su cierre a modo de trampa mediante automatismos y resortes mecánicos. Especialmente indicados para el jabalí. Los modelos más habituales pueden asimilarse a las jaulas-trampa utilizadas en la captura del zorro, o constituir pequeños corrales cebadero con algún dispositivo de cerramiento de puertas.  Rifles anestésicos Son una opción idónea para efectuar capturas en especies de montaña como las cabras monteses o los rebecos. El método consiste en disparar dardos anestésicos mediante un rifle de precisión, que dejan adormilado al ejemplar el tiempo suficiente para su captura manual y transporte. Es fundamental gestionar correctamente la dosis de anestésico y el tiempo que tarda en causar efecto, así como la administración del antídoto necesario para reanimar al animal. El manejo del individuo, su carga y transporte, se deben acometer con la máxima delicadeza, y a la vez con rapidez. Una vez capturado, es prescriptivo atar tres patas de la presa y colocar un antifaz negro y opaco sobre los ojos, para proceder inmediatamente después a su trasladado a hombros, con caballería o vehículo todoterreno hasta el transporte definitivo, donde un veterinario se encargará de la reanimación.  Redes combinadas con ojeos o batidas 56

El sistema consiste en ahuyentar y empujar a los animales hacia unas redes de gran longitud ubicadas al paso de la vía de escape seguida. Es habitual utilizar sábanas blancas en los flancos de la actuación con el fin de evitar la huida lateral. Las mayas presentarán características distintas en función de la especie a capturar. Los individuos capturados serán desenredados y atados por tres de sus patas, y se les colocará un antifaz para su traslado al transporte definitivo. Todas las especies son susceptibles de ser capturadas mediante este método, que se muestra particularmente eficaz en las especies más pequeñas y tímidas, como es el caso del corzo.  Otros métodos Existe una gran variedad de métodos adaptados a las circunstancias particulares de la especie en una zona concreta. Algunos ejemplos destacables son:  Lazos para la captura de cabras monteses en Gredos  Capturaderos de red con cebo en los Montes de Toledo.  Redes suspendidas sobre un cebadero que se dejan caer sobre los animales que acuden a alimentarse del mismo, también en los Montes de Toledo.  Redes disparadas con cañón desde helicóptero, en Méjico.  Cajas-trampa para la captura de cabra montés y gamo, en el P.N. de Ordesa. 3. Marcaje El marcaje puede constituir una herramienta de gran importancia en la gestión de una finca o acotado cinegético, ya que permite el seguimiento de la adaptación y evolución de las poblaciones introducidas, y su interacción con los grupos residentes. El marcaje más común para las especies cinegéticas de caza mayor consiste en la colocación de una chapa auricular individual. Sin embargo, es posible utilizar pinturas en los cuernos de aquellas especies que no los pierden, como la cabra montés, el rebeco o el muflón macho. 4. Transporte El traslado de se efectúa mediante camión adaptado al transporte de reses vivas, según las normativas de sanidad y bienestar animal. Los individuos pueden acomodarse en cajones individuales o en compartimentaciones colectivas del vehículo, que deben permanecer en penumbra. Las estancias recibirán suficiente ventilación exterior, pero de modo indirecto. El viaje se realizará preferentemente en horario nocturno y será lo más breve posible. Para evitar daños y estrés, los especímenes nunca permanecerán atados dentro del camión, y en el caso de los cérvidos machos, podrá contemplarse como medida el serrar sus cuernas por motivos de seguridad. 5. Suelta La liberación de los ejemplares al recinto de aclimatación debe ser lo más inmediata posible al momento de la captura, preferiblemente dentro de las 24 horas siguientes. Se soltarán los animales de forma que quede despejada su huida hacia una cuesta arriba, y a ser posible, en una zona que disponga de matorral en sus inmediaciones. 6. Período de aclimatación La durada de la estancia de los animales en el recinto de aclimatación dependerá de cada especie y de las circunstancias particulares. En aquellas zonas donde exista una población indígena, los individuos introducidos permanecerán entre dos y cuatro meses en los cercados de adaptación. En los territorios en que no exista una población natural, será muy recomendable prolongar la estancia hasta que las hembras hayan parido dentro del recinto y sus crías se encuentren suficientemente desarrolladas como para iniciar la colonización.  Alimento y agua: Se favorecerá la utilización de comederos naturales como siembras, pastos o eriales. Los aportes extra serán lo más variados posibles, pudiendo incluir piensos y complementos específicos

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para cada tipo de animal. En el caso de cérvidos y bóvidos será muy adecuado el empleo de forrajes henificados de cultivos como la alfalfa. La disponibilidad de agua debe ser prácticamente permanente, en especial en el período de sequía estival, y equitativamente repartida en el entorno espacial.  Sanidad: El estado sanitario de los animales debe ser objeto de vigilancia permanente por parte de personal veterinario, desde el momento de su captura hasta el final de la aclimatación. En función de la necesidad, se tomarán muestras de sangre de los individuos, se inocularán vacunas o se procederá a la desparasitación, se organizará la dieta apropiada según la época del año o se suministrarán los medicamentos oportunos. b.2) CAZA MENOR Las repoblaciones, en el contexto de la caza menor, son una medida mucho más extendida que en el caso descrito para los grandes mamíferos. A pesar de la multitud de defensores y detractores de la práctica, hay que contemplar las repoblaciones desde una perspectiva global en el contexto del manejo cinegético, como un instrumento más de la gestión de un coto o finca, que no debería ser el único ni el mejor, pero legítimamente utilizable.  Consideraciones para la suelta de perdiz roja:  Los animales deben proceder de granjas autorizadas y ser genéticamente puros.  El transporte se realizará en vehículos legalmente autorizados, preferiblemente en condiciones de penumbra y en ambientes no calurosos, en cajas de cartón duro o madera de chopo de entre 15 y 20 ejemplares de capacidad.  La densidad de repoblación será de 1 individuo por hectárea, siendo el sex ratio de un macho por cada hembra.  Existen distintos modelos comerciales de jaulones de aclimatación y múltiples formas de construirlos de manera artesanal, las premisas a cumplir serán las siguientes:  El jaulón se ubicará de forma preferente en zonas de rastrojos, coincidiendo con la querencia natural de las poblaciones indígenas de la especie.  Las estancias se situarán en zonas libres de riesgo de inundación.  El techo se protegerá con vegetación a fin de proporcionar zonas de sombra, y se asegurará su perímetro de forma que se impida el acceso a cualquier tipo de depredador.  Es recomendable efectuar las repoblaciones durante los últimos días del mes de agosto o septiembre, con pollos de la añada de unas 16 semanas.  En los jaulones se dispondrá de bebedero y comedero auto-dispensadores.  Las perdices permanecerán en los jaulones cerrados durante tres semanas. Acto seguido, se abrirá una pequeña puerta por la que las perdices podrán abandonar el cerco o regresar a voluntad, y se mantendrá en estas condiciones, asegurando el suministro de comida y agua, durante tres semanas más.  Es fundamental la vigilancia de predadores o furtivos, en especial durante las primeras semanas de libertad.  Instrucciones reglamentarias para la suelta de perdices y faisanes en temporada de caza En relación a la suelta de perdices, faisanes, y otras especies de pluma durante la temporada de caza, la Dirección Territorial de Gestión del Medio Natural emitió, a fecha de octubre de 2008, las siguientes normas: -

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No se efectuarán sueltas en montes de Utilidad Pública ni en Parques naturales No se efectuarán sueltas en zonas de caza controlada. Las sueltas deberán realizarse en zonas marginales cuya superficie no supere ni el 20% del área del coto ni las 500 hectáreas. Además, estos terrenos no podrán afectar a enclavados ubicados en montes de Utilidad Pública o extensiones de monte natural colindantes con montes de U.P. que presenten similar cobertura forestal. Sólo podrán llevarse a cabo en contos con una superficie mínima de 2.000 hectáreas. El número máximo de ejemplares de perdiz a soltar en el coto por temporada no puede superar la cifra de un ejemplar cada 20 hectáreas.

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No se efectuarán más de dos sueltas por coto en temporada, contabilizándose como suelta cada fecha de liberación en el acotado, independientemente de que se trate de perdiz, faisán u otra especie de pluma. Deberá acometerse una aclimatación de 15 días.

 Consideraciones para la repoblación del conejo de monte  La zona a repoblar debe ser adecuada según los requerimientos ecológicos de la especie. Deberá presentar buenas condiciones para excavar madrigueras o, en su defecto, será necesario instalar o construir vivares artificiales.  Si se utilizan madrigueras abandonadas para la instauración de los individuos introducidos, se fumigarán con una solución a base de piretrinas o diazinón unos 10 días antes de la liberación.  Los ejemplares deben proceder de granjas o zonas productivas próximas, con pureza genética y calidad sanitaria garantizadas. Hay que evitar los ejemplares con gran dotación genética de la raza doméstica, caracterizados por:  Mayor peso y tamaño. Conformación más rechoncha.  Diferencias en el color de pelo (más rubios)  Animales dóciles y sin casta  Cráneo cóncavo. Orejas excesivamente cortas o largas.  La densidad de repoblación debe aproximarse a 1 ejemplar por hectárea.  La razón de edades típica a la hora de la liberación es de un 30% de individuos jóvenes y un 70% de adultos.  El sex ratio más favorable para el correcto desarrollo de la especie es de un 40% de machos y un 60% de hembras.  Los métodos más adecuados para su captura son las redes y cercones.  El transporte se efectuará en vehículos adecuados, en cumplimiento de la legislación de transporte de animales vivos. Se realizará en condiciones de penumbra, preferiblemente de noche, y será tan rápido y breve como lo permitan las circunstancias particulares.  Los recipientes de embalaje serán cajones de madera ligera con una capacidad preferiblemente no superior a los 3 individuos por caja.  Siempre que sea posible, se deben acometer los tratamientos preventivos de enfermedades y epidemias, en forma de vacunaciones y desinfecciones de madrigueras.  Métodos de suelta  Suelta directa desde las cajas en zonas distintas del coto o finca: Éxito escaso, sólo recomendable en caso de caza inmediata.  Suelta en madrigueras: Grupos de varias hembras y uno o dos machos.  Suelta en parque de aclimatación: Buena proporción de éxito si se controla los predadores. Coste económico muy elevado.  Liberación de gazapos de dos o tres meses en verano en cercados de adaptación, aprovechando la mayor versatilidad a las nuevas condiciones de los individuos jóvenes.  Suelta de hembras preñadas en madrigueras abandonadas.  Las repoblaciones de conejo en la Comunitat Valenciana tras la Orden de 11 de junio de 2009, de la Conselleria de Medio Ambiente, Agua, Urbanismo y Vivienda por la que se aprueban directrices extraordinarias para el aprovechamiento, gestión y control del conejo de monte en la Comunitat Valenciana. Artículo 15. Todas las repoblaciones o sueltas de conejos en espacios cinegéticos que no comprendan zonas incluidas en el anexo (compilación de localidades en las que se determinó el conejo como plaga), para poder autorizarse deberán cumplir las siguientes condiciones: -

Guardarán una distancia de 25 km respecto al linde de los términos municipales citados en el anexo. Guardarán una distancia mínima de 500 metros respecto de cualquiera de los tipos de cultivo citados en el anexo (hortícolas, cítricos, viña, cereal…). Salvo cotos intensivos y zonas de reserva establecidas durante una temporada completa, sólo podrán efectuarse en el período comprendido entre el 1 de febrero y el 30 de junio.

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Todos los conejos irán marcados mediante tatuajes u otras señales visibles desde el lugar de origen del traslado. Previamente a la suelta se habrán realizado mejoras de hábitat.

c) MEDIDAS DE REDUCCIÓN DE LA PRESIÓN CINEGÉTICA Se denomina presión cinegética a la intensidad del esfuerzo, medido en tiempo y recursos, que efectúa el ser humano para capturar una especie concreta. Es decir, la intensidad con que la actividad de la caza afecta a una población cinegética. Dada la flagrante regresión de las poblaciones de grandes depredadores de la Península Ibérica (lince, lobo, águila…) fruto de la pérdida de sus hábitats naturales, la caza se ha convertido en el factor limitante para la mayoría de las especies de interés cinegético, derivado de su valor económico o tradicional. En el marco de la caza menor, el descenso sufrido por las poblaciones de conejo desde los años 50, con la llegada sucesiva de las epidemias de mixomatosis y de la enfermedad hemorrágica vírica, ha supuesto, en términos relativos, la práctica desaparición de la hasta entonces especie reina de la caza en España. Esta circunstancia no sólo ha provocado un descomunal desequilibrio entre la “oferta” y la “demanda” de piezas y cazadores, sino que ha focalizado la presión cinegética en especies como la perdiz roja, la liebre o la codorniz, cuyas densidades de población has sufrido las consecuencias en las últimas décadas. La tendencia a la baja descrita para las poblaciones de perdiz y conejo, y las pesimistas perspectivas en relación a su futuro inmediato, han causado que un gran número de practicantes de las modalidades tradicionales de caza de estas especies hayan volcado su interés y afición hacia el mundo de la caza mayor. La falta de gestión de los montes, el incremento de las zonas de matorral o arboladas y la ausencia de enemigos naturales ha propiciado que las poblaciones de jabalíes, bóvidos y cérvidos silvestres alcancen las máximas cotas de densidad de la historia reciente, y se dispersen por áreas en las que su presencia era desconocida hasta la fecha. La gestión de la presión sobre estos grandes mamíferos será, sin duda, durante los próximos años, uno de los caballos de batalla para todos los estamentos del sector de la caza. La sobre-presión cinegética supone graves perjuicios para las poblaciones silvestres: -

Reduce el potencial de uso futuro de la población objeto y perjudica su viabilidad, comprometiendo paralelamente su valor económico, tradicional, turístico… Es incompatible con el mantenimiento y estabilidad a largo plazo de los ecosistemas en los que habita la especie objeto. Reduce el potencial de uso futuro y amenaza la viabilidad a largo plazo de poblaciones de otras especies no objeto, que se relacionan con las cinegéticas en un delicado equilibrio de nichos ecológicos y dependencias. En vista de todo lo anterior, se hace imprescindible considerar una serie de medidas capaces de fiscalizar y gestionar la presión de caza sobre las distintas especies: 1. Vedas de excepción Las vedas son el espacio de tiempo en el que está prohibido cazar. Actualmente se fijan, en su mayoría, con criterios orientados a garantizar la consecución del ciclo reproductivo de los animales objeto, de forma que no se condicione en modo alguno su apareamiento y cría, y garantizando la perdurabilidad de la especie a escala anual. Sin embargo, bajo circunstancias extraordinarias de escasez del recurso cinegético, y para especies concretas, puede plantearse como medida excepcional mantener el período de veda durante lapsos mayores, ciclos anuales completos, con el fin de lograr la recuperación profunda de una población en un área determinada. 60

Un caso de veda extraordinaria se produce, por ejemplo, cuando acontece un incendio forestal. La caza queda prohibida al menos durante la temporada en la que se produce el siniestro y la siguiente. Medidas de este tipo deberían imponerse de forma similar los años en que se produzca una sequía extrema, inundaciones a gran escala, o fenómenos que por su gravedad y repercusiones amenacen la existencia local de una especie. 2. Acortar períodos hábiles En esencia, el concepto de acortar los períodos hábiles es equivalente al de ampliar la duración de las vedas ordinarias. Es una forma de recortar con instrumentos legales, y en especial a través de la Orden anual de vedas, las jornadas de caza, y por tanto una manera de reducir la presión ejercida sobre las poblaciones cinegéticas. 3. Cupos de captura La elaboración de los cupos de captura consiste en contemplar la cantidad de recurso de caza disponible y, en consecuencia, evaluar la proporción del mismo que se puede extraer cada temporada de forma que se mantengan estables las poblaciones a medio y largo plazo. Son, por tanto, la forma de distribuir las capturas totales permitidas o el esfuerzo de captura. El establecimiento y cumplimiento de estos cupos debería ser el eje fundamental del desarrollo de cualquier Plan cinegético. Una vez determinado el total de capturas posible durante una temporada, se puede distribuir en función de tres variables. La reducción de cualquiera de las mismas repercute de forma directa en un descenso de la presión cinegética: -

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El número de cazadores del coto: Resulta el factor crítico en acotados de pequeña superficie y con un gran número de socios. En estos casos es necesario establecer un límite de escopetas por día, y distribuir los derechos de la forma más equitativa posible con el fin de evitar conflictos. El número de jornadas de caza: Se puede asumir una mayor concentración de la presión por cada día de caza, con un número mayor de cazadores por jornada, pero reducir el número de las mismas con el fin de minorar la extracción de piezas programada. El cupo de individual: En el caso de no establecerse limitaciones por número de cazadores o de jornadas de caza, se debe marcar un cupo máximo que determine la cantidad de piezas que puede extraer cada cazador por día. 4. Regulación de los descastes (caso del conejo) Popularmente, se conoce como descaste a la caza que sobre el conejo de monte se lleva a cabo en los meses de verano. La modalidad se originó en la década de los 50s, con la llegada de la mixomatosis. La clara vinculación de la epidemia a las condiciones veraniegas (máximas densidades de conejos del ciclo anual, altas temperaturas y eclosión de las poblaciones de vectores), justificó en su día este sistema de control demográfico caracterizado por actuar en la época de auge de la enfermedad. Justo cuando se había establecido un frágil equilibrio de tolerancia del conejo de monte frente a la enfermedad y las poblaciones comenzaban a estabilizarse, irrumpió en la Península la enfermedad hemorrágica vírica, y la especie entró de nuevo en una franca regresión, llegando a su extinción local en muchos puntos de la geografía española. Sin embargo, la caza estival había llegado para quedarse, y sus múltiples modalidades, peculiaridades y atractivos, quedaron instauradas como una práctica normalizada más en el contexto cinegético español. A día de hoy, los descastes constituyen una forma de aprovechar la producción primaveral únicamente justificable en aquellas áreas en las que los conejos mantengan poblaciones estables, con tendencia al crecimiento, o adquieran densidades catalogables como plaga. Las medidas no deberían ser en ningún caso generalizables, en especial si se desconoce el estado de la población sobre la que se ejercen. 5. Gestión de zonas de reserva Las zonas de reserva son superficies incluidas por ley dentro de cada coto o finca de caza (normalmente con un área mínima del 10% de la explotación), en las cuales se prohíbe el ejercicio de la actividad cinegética durante un período de tiempo estipulado, de varios ciclos anuales consecutivos, con el fin de constituir un refugio y núcleo seguro de desarrollo de las especies. 61

El correcto uso de estos espacios será clave para garantizar la funcionalidad que se les atribuye. No tiene sentido, pues, que se declaren zona de reserva territorios que por sus características o usos no sean susceptibles de ser ocupados por los animales a preservar. Su instauración supone un instrumento para la distribución espacio-temporal a medio o largo plazo de la presión cinegética ejercida. 6. Control de predadores La acción depredadora de los carnívoros silvestres no puede calificarse como presión cinegética propiamente dicha, debido a las diferencias de base que distinguen esta forma necesaria de relación natural de la actividad antrópica. Sin embargo, sus efectos sobre las poblaciones naturales son idénticos en muchos aspectos y constituyen, sin lugar a duda, un importante factor de presión demográfica sobre las especies de interés cinegético. El control de predadores no debe primar sobre otras medidas de gestión o control de la presión de extracción, sin embargo, sus efectos deben tenerse en cuenta a la hora de valorar la intensidad real de capturas a la que están sometidas las poblaciones naturales y, en consecuencia, a la hora de calcular la presión cinegética posible. Las comunidades autónomas autorizan, en el marco de sus competencias, la utilización de distintos métodos para la captura en vivo de especies cinegéticas predadoras, fundamentalmente destinados al control de zorro y urraca, homologados según estándares de:     

Efectividad Bienestar de la especie objetivo Selectividad mecánica de captura o post-captura Mínimo impacto sobre especies no-objetivo capturadas Seguridad para el instalador En la Comunitat Valenciana se autorizan los siguientes métodos de captura:

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Zorro Lazo propulsado tipo Collarum Lazo con tope y cierre libre dispuesto en alar Lazo tipo Wisconsin dispuesto en alar Lazo tipo Wisconsin dispuesto al paso Urraca Cajas-trampa metálicas específicas para urraca d) MEDIDAS EXTRAORDINARIAS Al amparo de lo dispuesto en la Ley 13/2004, de 27 de diciembre, de Caza de la Comunidad Valenciana, la Conselleria competente en materia cinegética podrá establecer medidas extraordinarias de gestión, de obligado cumplimiento, bajo los siguientes supuestos:

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Daños a la agricultura: Cuando se produzcan daños a cultivos de un modo regular o fácilmente previsible, el propietario deberá comunicar la existencia de tales riesgos al titular del espacio cinegético. En defecto de la toma de medidas por dicho titular, el propietario de los cultivos podrá solicitar a la Conselleria la emisión de autorizaciones extraordinarias de carácter cinegético para proteger su explotación. - Catástrofes naturales: Por razones de urgencia, ante circunstancias excepcionales imprevisibles, la Conselleria competente en materia de caza podrá dictar vedas temporales extraordinarias, que anularán durante su vigencia todas las resoluciones, normas y disposiciones de rango igual o inferior que se opongan a lo dispuesto en ella. Las más comunes:  Ciclos meteorológicos extremos: sequías, inundaciones  Emergencias sanitarias: epidemias y epizootias  Daños a la agricultura 62

 ORDEN de 11 de junio de 2009, de la Conselleria de Medio Ambiente, Agua, Urbanismo y Vivienda, por la que se aprueban directrices extraordinarias para el aprovechamiento, gestión y control del conejo de monte en la Comunitat Valenciana.  Responde al incremento de casos de sobreabundancia de conejos en determinadas zonas agrícolas de la autonomía, con el objetivo de compatibilizar las densidades de la especie con los usos agrícolas.  Elabora un anexo con las zonas susceptibles de sufrir esta afección, más una franja de protección de 500 metros.  Aprueba medidas extraordinarias de control:  Controles sistemáticos con hurón: escopeta o redes  Autorización de la caza en zonas de reserva  Utilización de hurones en combinación con las modalidades de aprovechamiento ordinario  A petición de los agricultores, abre el marco para autorizar la caza en el período de veda general.  Obliga a taponar majanos en la franja de 500 metros más próxima a los cultivos  Se prohíbe en las zonas afectadas:  Repoblar o soltar conejos  Realizar trabajos de manejo o vacunación  Los controles de zorro en la franja inmediata de 500 metros a los cultivos agrícolas.  Controles de zorro, salvo los meses de abril y mayo.  Se restringen las sueltas en los espacios cinegéticos no incluidos en el anexo de demarcaciones afectadas.

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ORGANIZACIÓN DE CACERÍAS Y TOMA DE DATOS

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CENSOS Y MUESTREOS

Conocer el tamaño de una población cinegética en determinado coto, finca o reserva, resulta fundamental para llevar a cabo una gestión técnica adecuada que garantice un aprovechamiento racional y sostenible del recurso de la caza. La cantidad de animales presentes en un entorno determina la cuantía de piezas o trofeos disponibles para la caza, pero también condiciona aspectos fundamentales para la gestión cinegética como el estado sanitario de las poblaciones, la ocurrencia de daños en la agricultura o la conservación del propio entorno. Y es que todo hábitat presenta una “capacidad de carga” determinada, es decir, un número máximo de individuos cuya presión puede soportar de forma sostenida en el tiempo con los recursos que dicho medio ofrece. Por tanto, es necesario conocer en profundidad las poblaciones para poder responder a las preguntas clave de la ordenación cinegética: ¿Cuántos animales hay en un coto? ¿Cómo se distribuyen en el territorio? ¿Cuál es la proporción entre machos y hembras, entre crías y adultos? ¿Cuántos nuevos individuos se incorporan en cada época de cría y cuál es la tasa de crecimiento que generan? Y, la cuestión fundamental, ¿Cuánto y cómo debemos cazar para alcanzar y mantener una población sana y sostenible? Los estudios realizados a efectos de cuantificar la abundancia de una población de perdices, conejos, jabalíes o cualquier otra especie cinegética se denominan censos, y pueden efectuarse con distintos niveles de exhaustividad, en función del esfuerzo técnico, económico o temporal que se pueda o se quiera invertir, para lograr resultados más o menos próximos al número real de individuos que se está estimando. Un censo se aplica a una población, es decir, a un conjunto de organismos de la misma especie que comparten un espacio concreto en un momento determinado, interaccionando entre ellos en el desarrollo de sus funciones básicas de alimentación, reproducción y relación. Sin embargo, en ocasiones, las circunstancias y particularidades de una población impiden abordar un censo que abarque la totalidad de los individuos que la componen. Es el caso general de las poblaciones cinegéticas y silvestres, en las que su gran tamaño, la dispersión geográfica, la estacionalidad de las presencias, o la capacidad de ocultación y huida de los individuos, obliga a recurrir a otros métodos alternativos de estimación del tamaño poblacional. Aparece entonces el concepto de muestreo, que no es más que la técnica estadística que permite seleccionar una parte o muestra de la población de forma que sus propiedades observadas, medidas o contadas sean extrapolables para la totalidad del conjunto. Introducidos ambos términos y expuestas las particularidades del ámbito venatorio que nos ocupa, definiremos en adelante como censo cinegético, sin distinción, a todo conjunto de técnicas de muestreo que permitan determinar o estimar la abundancia de individuos de una determinada población cinegética. La participación de los guardas jurados en la toma de datos para la realización de los estudios censales queda recogida en el apartado “g” del Artículo 7, Funciones del guarda jurado de caza, del conocido DECRETO 188/2014. Conceptos previos Planificar un censo cinegético es un proceso complejo, en el que intervienen una enorme cantidad de parámetros de diseño cuyo mero estudio requeriría de conocimientos técnicos especializados y que, por tanto, quedan fuera de las competencias exigibles a los guardas jurados de caza. No obstante, es fundamental conocer algunos de los conceptos y principios básicos que rigen el funcionamiento de los estudios censales para poder asumir con criterio las labores que legalmente se nos asignan en estas lides. 66

Cuantificación de la abundancia Existen distintos parámetros que ofrecen información sobre la cuantificación de la abundancia de una población en función de los objetivos que persigamos al efectuar un censo: -

Tamaño de población (N): Es el número total de individuos que ocupa una determinada zona de estudio. Por ejemplo, en una reserva hay 120 jabalíes.

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Densidad de población (d): Se refiere al número de individuos que hay por cada unidad de superficie. Si la reserva anterior tiene 120 hectáreas, habrá 1 jabalí/ha. La densidad (d) nos permite conocer el tamaño (N) de la población si conocemos la superficie (S) de la zona de estudio. (d = N/S  N= d · S)

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Índice de abundancia (I): Es una cifra que refleja las oscilaciones de tamaño o densidad de una población, en el espacio o en el tiempo, mediante el establecimiento de una relación causal directa entre los crecimientos o caídas de dicha población y la variación que éstos provocan en un suceso determinado. Matemáticamente I = k · N o I = k · d, donde k es el coeficiente de relación. Por ejemplo, supongamos que en un campo de maíz de la reserva se observa al cosechar que 240 mazorcas han sido comidas por los jabalíes. Si el año siguiente, en la misma época, se contaran 480 mazorcas devoradas, el índice de abundancia apuntaría a que la población, o la densidad en esa zona en concreto, es el doble que en al año anterior. Exactitud y precisión Todo censo o muestreo cinegético conlleva asociado un error o incertidumbre, es decir, una diferencia entre la estimación efectuada y el número de individuos real que presenta la población estudiada. Se define la exactitud de un sistema como el grado de semejanza entre la cantidad de individuos estimados con un método de censo y la realmente existente. Los métodos más exactos nos acercan más al valor real buscado. Denominaremos precisión al grado de repetitividad que muestran los resultados fruto de aplicar reiteradamente un determinado método de censo sobre una misma población. La precisión está relacionada con el grado de semejanza de nuestras estimaciones entre sí, sin considerar su proximidad al valor real de la población. Exactitud, precisión y error son parámetros básicos para evaluar la calidad de un censo. Distribución espacial de las poblaciones Algunos métodos de censo asumen en sus principios de planteamiento la existencia de un patrón concreto de distribución de la población, es decir, sólo funcionan si los individuos siguen unas pautas determinadas de dispersión. Por ello, resulta importante saber que la distribución real de las unidades de una población silvestre suele asemejarse a uno de los siguientes tipos:

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Distribución al azar o aleatoria: Cada individuo tiene la misma probabilidad de situarse en cualquier punto de un hábitat, sin preferencias por lugares concretos, sin tendencia a agruparse y sin provocar su presencia la exclusión de otros organismos por competencia. Es muy extraña en la naturaleza, pero podríamos pensar en una población de carpas en un pequeño estanque.

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Distribución contagiosa o en agregados: Los individuos tienden a concentrarse en grupos entorno a puntos concretos del medio que reúnen unas mejores condiciones para su ocultación, reproducción, alimentación o vigilancia, o bien siguiendo las pautas de un comportamiento gregario. Es el más frecuente en el mundo animal y lo podemos observar en los bandos de perdices, en la agrupación de conejos entorno a las madrigueras o en la berrea del ciervo.

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Distribución regular o uniforme: Los individuos se distribuyen uniformemente en el hábitat de forma que su número es constante por cada unidad de superficie. Es el patrón típico de las plantaciones de vegetales, pero se puede observar en vertebrados terrestres que cohabitan en un medio homogéneo y entre los que se da una fuerte exclusión competitiva, por el alimento o el territorio. Un ejemplo por su marcada territorialidad es el lince ibérico. Distribución temporal de las poblaciones Las condiciones ambientales que presenta un determinado hábitat varían con el paso del tiempo, quedando sujetas a dichos cambios las poblaciones animales que lo pueblan. Especialmente relevantes son aquellas oscilaciones cíclicas que se producen en una sucesión regular y previsible, cuyo máximo exponente son la alternancia entre el día y la noche y el paso de las estaciones. Las reacciones que se producen en la conducta de los animales como respuesta a las oscilaciones cíclicas de las condiciones ambientales se denominan ritmos, y tienen una gran influencia sobre tres aspectos fundamentales relacionados con las técnicas de censo: la abundancia, la distribución espacial y la probabilidad de detección de los animales.

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Incidencia en la abundancia: El tamaño y densidad de una población varían dentro de un ciclo anual y en sucesivos ciclos plurianuales. Los bandos de perdiz, por ejemplo, alcanzan máximos de población a principios de verano y van viendo mermados sus efectivos a medida que actúan la caza y los predadores, llegando bajo mínimos al mes de febrero.

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Incidencia en la distribución espacial: Los patrones de distribución espacial en las poblaciones de vertebrados varían cíclicamente adaptándose a las variaciones experimentadas por su hábitat. El máximo exponente de este comportamiento lo constituyen las especies migratorias, como la tórtola, la torcaz, el zorzal o el ánade real, que alcanzan concentraciones máximas en nuestro territorio en los meses en que las condiciones les resultan favorables. No obstante, una pauta similar se puede observar, a nivel de ciclo diario, en los dormideros de aves o en los abrevaderos frecuentados por rebaños de ungulados.

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Incidencia en la probabilidad de detección: El ciclo estacional de una especie determina la proporción de individuos detectables por un determinado método de censo. Por ejemplo, las hembras y crías de corzo son prácticamente invisibles durante las semanas posteriores al parto. Tipos de censos Convenientemente introducidos aquellos conceptos considerados básicos para la comprensión elemental de los distintos sistemas de censos, procederemos a la definición de aquellos métodos más frecuentemente utilizados, por su adecuación, en el ámbito de la gestión cinegética. A. Métodos de enumeración completa a.1) Conteo Directo o Censo en dos tiempos Método que consiste en contar todos los individuos que constituyen una población aprovechando la concentración de sus unidades en el espacio y en el tiempo. Es, en apariencia, el sistema más intuitivo y simple de censo. Requiere que la especie sea fácilmente detectable y que presente una distribución agregada y estable durante el período de ejecución del recuento. Su denominación de “censo en dos tiempos” responde a que el conteo se efectúa en dos fases sucesivas:

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1. Identificación del número de agregados: La población se hallará dividida en distintas unidades físicas fácilmente reconocibles. Por ejemplo, en un censo de ánade real en un coto de acuáticas se identifican cinco lagunas distintas en las que se concentran los animales. 2. Conteo simultáneo de los individuos que componen los agregados. En el caso anterior, cinco censadores distintos contarían, al mismo tiempo, sendos grupos de ánade real para calcular la población total como la suma de componentes de los agregados. La exactitud del método dependerá de la proporción de individuos que participe del comportamiento responsable de la concentración de la población y de la destreza y rapidez de los observadores a la hora de efectuar el conteo de cada grupo. Si el personal observador no tiene la formación suficiente, puede recurrirse al empleo de una fotografía de los agregados, para proceder a su recuento posteriormente. En el ámbito cinegético, es frecuente el empleo del conteo directo en: -

Censos de unidades sociales: Grupos de rebecos asociados a determinadas peñas, grupos de ciervos en la berrea…

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Censos de colonias reproductivas: En especies que efectúan este tipo de concentraciones como las gaviotas, las garzas o los buitres.

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Censos de concentraciones post-nupciales: Caso del ánade real a.2) Extracción de la población Como el anterior, consiste en la enumeración completa de la población, con la peculiaridad de que en este sistema es necesario forzar la salida de los individuos de su hábitat natural a un medio confinado en el que sea fácil efectuar el recuento. El máximo exponente de este método es la pesca eléctrica en poblaciones de peces como la trucha, aunque en el ámbito cinegético se puede realizar para animales grandes utilizando mangas de captura y reuniendo los rebaños circunstancialmente en corrales. a.3) Sensores térmicos Sistema en el que se utilizan medios aéreos equipados con escáneres térmicos de infrarrojos para detectar grandes animales de sangre caliente en regiones templadas o frías, basándose en la diferencias de temperatura entre los cuerpos y el medio. Es muy poco utilizado en el ámbito cinegético de la península ibérica.

B. Métodos de estimación de densidades b.1) Itinerarios de censo Método que consiste en registrar los individuos detectados por observación directa a lo largo de una línea de progresión seguida por el observador. Según el tipo de itinerario concreto, puede requerirse del censador que aporte la distancia a la que se ha producido el contacto con el animal y el ángulo formado respecto a la línea de avance. La aplicación de estos sistemas asume unos supuestos básicos, fundamentales para asegurar la validez del método, y cuyo cumplimiento depende del buen hacer del censador: 1. Se detectan todos los individuos situados sobre la línea de progresión. Por tanto, se requiere del máximo nivel de concentración y atención del guarda de caza cuando ejerza las funciones de colaboración en un censo.

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2. La posición natural de los animales no es influida por causa del método, es decir, no se producen acercamientos ni alejamientos anormales de los individuos respecto a la línea de censo. Parece complicado actuar sobre estas conductas en una población silvestre, sin embargo, un avance sigiloso puede evitar huidas prematuras de los animales antes de su detección. De la misma forma, sería inapropiado efectuar el recorrido acompañado por perros, que ahuyentarían los individuos antes de nuestra llegada. En el extremo contrario, y aunque pueda parecer una obviedad, es contraproducente para la validez del sistema de itinerario tratar de atraer los animales a la línea de avance mediante cebos, atrayentes olorosos o reclamos para facilitar el contacto visual.

b.2) Transectos Los transectos constituyen un caso especial de itinerarios de censo en los cuales el observador registra únicamente los individuos contactados dentro de unos límites de distancia impuestos a ambos lados de la línea de progresión. Estas bandas imaginarias tendrán una anchura variable en función de la especie a detectar, pudiendo ir desde los 25 metros habituales en censos de aves hasta los 500 metros en estudios censales de grandes mamíferos en espacios abiertos. El método se basa en la suposición de que ningún individuo situado en la banda límite escapa al recuento, lo que de nuevo exige la máxima pericia por parte del observador en el cumplimiento de esta premisa. Existen distintas variantes del método de transectos muy utilizadas en el ámbito cinegético. Aunque los fundamentos de su funcionamiento no son una cuestión que nos ocupe, si conviene señalar sus peculiaridades principales y sus implicaciones respecto a la labor de los guardas de caza cuando actúen como observadores: 

Transecto finlandés: Es una modificación del método de transecto simple, consistente en registrar la totalidad de los contactos a ambos lados de la línea de progresión, se produzcan dentro o fuera de la banda de recuento, aunque especificando el número de ellos que se produce en el interior de los límites fijados. De esta manera, trata de solucionar los pocos contactos que se obtienen normalmente fruto de la aplicación del transecto simple.



Método Emlen: Variante de los anteriores, en su diseño no se supone la existencia de una única banda límite, sino que se consideran un número “n” de franjas paralelas al itinerario recorrido por el censador. El observador debe anotar en este caso la totalidad de los contactos visuales establecidos con los animales y la banda en la que se produjeron los mismos. Se basa en la mayor probabilidad de detección de los individuos más cercanos al observador, y en la disminución de esta probabilidad a medida que su ubicación se sitúa más lejos de la línea de avance. b.3) Estaciones de censo: Basadas en principios teóricos similares a los itinerarios y transectos, las estaciones de censo consisten en la ubicación del observador en un punto fijo del hábitat seleccionado, desde el cual se contarán los contactos detectados en las sucesivas bandas concéntricas imaginarias, de anchura predeterminada, generadas a partir de la posición del censador. Se aplican en hábitats muy parcelados y abruptos, en los que resulta difícil trazar una línea de progresión en el diseño del censo, o en los que las condiciones topográficas o fisonómicas hacen muy complicada la detección de los animales. Por estas mismas circunstancias, y dependiendo de la especie objeto de estudio, los contactos se pueden producir visualmente o por escucha. Cada punto de muestreo cubre muy poca superficie, lo cual restringe su uso casi exclusivamente a la clase aves. El número de estaciones que se requeriría para censar otro tipo de vertebrados lo convierte, frecuentemente, en económicamente inviable. 70

C. Métodos de marcaje y recaptura Los sistemas de marcaje y recaptura engloban una gran diversidad de métodos de censo que tienen en común la necesidad de efectuar cierto manejo o manipulación de la población. Su principio de funcionamiento se basa en el establecimiento y marcaje de una sub-población experimental de individuos en la cual se pueden estudiar ciertos parámetros, imposibles de estimar para la población natural, que permiten la extrapolación de sus implicaciones al conjunto global objeto de estudio. Los métodos de captura y marcaje asumen el cumplimiento de varios presupuestos de cuyo cumplimiento será necesario cerciorarse: -

Las marcas no se pierden. La adecuación del sistema de marcaje idóneo según la especie objeto será competencia del técnico que diseñe el censo. No obstante, será responsabilidad de los guardas jurados de caza, en ejercicio de sus atribuciones en materia de censos, asegurarse de cumplir las prescripciones técnicas que garanticen la perdurabilidad de las marcas.

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La población es cerrada. Solo algunos métodos particulares exigen esta condición, que en el ámbito cinegético se da, de forma exclusiva, en fincas totalmente valladas. En estas circunstancias, será necesario asegurarse del alcance del vallado y de su adecuado funcionamiento.

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Los individuos de una población tienen la misma probabilidad de ser capturados. Por tanto, efectuar una captura incruenta y un marcaje no traumático de los animales resulta el aspecto fundamental que garantizará el correcto desarrollo de este tipo de técnicas, respetando el presupuesto de igual capturabilidad y supervivencia de los animales manipulados. La captura Existe una amplia gama de métodos y artilugios dedicados a la captura de animales vivos: jaulas, cepos lazos, nasas, cajas nido, iluminación nocturna, corrales, pozos, vallas interceptoras… Entre ellos, destacan por su importancia y frecuencia de uso:

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Las redes: Son mallas tejidas con fibras naturales o sintéticas que se disponen de forma perpendicular a la trayectoria seguida por los animales en sus desplazamientos naturales o en una huida forzada por el hombre mediante batidas, ganchos o ojeos, con el fin de provocar la interceptación de los individuos por el artilugio de forma que queden atrapados o enredados en sus repliegues. Una variante son las redes proyectadas mediante cañones o fusil de gas, muy aplicadas en captura selectiva de grandes mamíferos. Anestésicos: Son inyecciones hipodérmicas tranquilizantes o calmantes disparadas en un proyectil, especialmente utilizadas en aquellos animales cuya manipulación pueda suponer un riesgo para los participantes. El marcaje: Los métodos de marcaje deben caracterizarse por ser fáciles de colocar y reconocer en el campo, por ser capaces de permanecer durante el tiempo que se prolongue el estudio o toma de datos, y por causar el menor dolor y estrés posible durante la aplicación de la marca. Entre los más frecuentes encontramos:

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Rasurado de pelo: El rapado parcial del pelaje de un individuo resulta un sistema rápido y no agresivo, pero poco visible a distancia y cuya función de marcaje es temporal, ya que desaparece al volver a crecer el pelo. Perforaciones o muescas: Efectuadas mediante pinchas o ponchadores en partes blandas, normalmente las orejas o labios, donde no afectan significativamente a la salud del animal. Bandas, collares, pulseras o cintas adhesivas: Pueden colocarse en patas, cuellos, rabos, colas, orejas…siempre que no afecten a las actividades cuotidianas del individuo. Anillas: Suelen ubicarse en las patas de las aves.

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Mutilación: Es el método más agresivo, consistente en la eliminación de una parte de la fisionomía no esencial para la supervivencia y el normal desarrollo social del individuo (Aletas en peces o extremos de plumas en aves) Tatuajes: Pueden ser eléctricos, químicos, por frío o calor. Tienen un carácter permanente. Pendientes o aretes: se colocan en las orejas y los más frecuentes son de tipo tornillo, en los que se pueden insertas letras y números identificativos. Chips: Por su elevado coste, su utilización es poco frecuente en estudios del ámbito cinegético. Se implantan bajo la piel de los sujetos. Colorantes o tinturas: Se aplican sobre el pelaje o las plumas y son válidos para identificaciones temporales. Suelen utilizarse agentes químicos como el azul de metileno o el violeta de genciana. Manipulación de animales: Las labores de los guardias jurados de caza en la manipulación de animales se verán limitadas a la ayuda o colaboración que de ellos puedan requerir veterinarios u otros profesionales cualificados, sometiéndose su intervención a las directrices marcadas por los mismos. No obstante, y a título de consideraciones generales:

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Es necesario controlar el miedo o ansiedad al sujetar un animal silvestre, ya que son sensaciones percibidas por el individuo y reflejadas en él en forma de estrés. La seguridad del personal que interviene en la manipulación es prioritaria. No se debe llevar a cabo ningún procedimiento de marcaje hasta no tener la certeza de que el animal se encuentra completamente sujeto o relajado. Es importante aprender a detectar indicios de un ataque o reacción peligrosa por parte del animal, con el fin de evitar posibles accidentes. Tratar de someter a los animales con brusquedad suele ser contraproducente, y provoca la lucha del sujeto por liberarse. D. Batidas dentro de cerco Las batidas dentro de cerco son un método de censo que consiste en delimitar un área de estudio y rodearla de puestos de observadores en contacto visual entre sí. A continuación, un grupo de batidores y perros penetran en la zona cercada y empujan a los animales a huir cruzando la línea de observación, momento en el que son contabilizados. Es un procedimiento aplicado a grandes mamíferos en medios forestales, como ciervo o jabalí, y está considerado uno de los sistemas de censo más exactos para este grupo de vertebrados. Su principal inconveniente es que requiere de muchos medios humanos y materiales, lo que se traduce en un elevado coste de realización. E. Índices de abundancia Los índices de abundancia son parámetros relacionados con la densidad, capaces de reflejar variaciones en la misma por comparación entre valores obtenidos en momentos distintos, sin ofrecer una estimación del tamaño de la población. No existe una normativa metodológica estricta para la obtención de los índices de abundancia. Sin embargo, requiere del cumplimiento de dos premisas: 1. Control del esfuerzo: Únicamente se pueden comparar resultados obtenidos ejerciendo un esfuerzo de búsqueda similar, medido en distancia recorrida o tiempo empleado. No podemos comparar el número de ciervos avistados en un recorrido de 1 kilómetro con los contactados en un itinerario de 5 kilómetros. 2. Control de las condiciones metodológicas: Es importante que las búsquedas de contactos se realicen en circunstancias espacio-temporales similares ya que, como se ha estudiado, condicionan la capturabilidad o detectabilidad de los animales. 72

e.1) Observación directa con control de la longitud La observación se puede realizar a pie, con vehículos o incluso con avionetas, en función de las características y dimensiones de las áreas de campeo de los animales. Es importante equiparar factores que afectan a la detectabilidad como la velocidad de avance o el número de observadores implicados. El más utilizado es el Índice kilométrico de abundancia (IKA), cuya expresión se puede calcular como el número de ejemplares avistados dividido entre los kilómetros recorridos. e.2) Observación directa con control del tiempo Consiste en anotar los animales vistos u oídos durante un tiempo determinado. El más utilizado es el Índice puntual de abundancia (IPA), que refleja el número de ejemplares avistados o escuchados por cada período de tiempo estipulado. Es el método más empleado para las aves en entornos boscosos forestales. e.3 Capturas Los índices de abundancia basados en las capturas se aplican a especies muy poco detectables, de forma que el mayor o menor número de ejemplares cazados ofrece una estimación de la variación en su densidad. La aplicación del esfuerzo de caza se puede hacer mediante: -

Trampeo: Preferiblemente con trampas de vivo o incruentas Captura activa: Realizada por cazadores o expertos Registros de capturas: se toman los datos desprendidos de la actividad cinegética llevada a cabo en un determinado sitio, tomando como medida de control del esfuerzo el número de licencias de caza, el número de días hábiles… e.4 Huellas y rastros Las huellas y rastros son indicadores inequívocos de la presencia de una población en un entorno que aparecen de forma proporcional a la abundancia de los animales que las producen. Son índices que no dependen de factores de capturabilidad de los individuos, y resultan, por tanto, más fáciles y económicos de aplicar. Los que se una con mayor frecuencia se basan en la observación de:

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Senderos: Muchos animales presentan hábitos fijos de desplazamiento y emplean asiduamente las mismas rutas para moverse a través de su territorio, dejando unas señales características susceptibles de ser cuantificadas y comparadas. Huellas en la nieve, sendas de ramas rotas, rozaduras en árboles… Restos fecales: La actividad metabólica de los animales, reflejada en la producción de excrementos, resulta directamente proporcional a la abundancia de individuos. En estos casos se emplean unidades de muestreo adaptadas al tipo de población y sus características. Bandas de muestreo de longitud y anchura determinada, círculos de radio definido… e.5 Frecuencia de aparición Existen especies que presentan una detectabilidad y capturabilidad extremadamente bajas. Esto ocurre en animales especialmente tímidos, de hábitos nocturnos o que se encuentran de forma natural en densidades muy bajas de población. En estos casos, se puede obtener un índice de abundancia relativamente fiable basado en la determinación de la presencia o ausencia de animales en las distintas unidades de muestreo contempladas. Para compararlos, se usa la magnitud “frecuencia” que matemáticamente se calcula como el número de unidades de muestreo donde se ha detectado una especie (n) dividido entre el total de 𝑛 unidades prospectadas (N). F = 𝑁

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Pongamos por caso que en un coto se han diseñado 10 itinerarios nocturnos para detectar la presencia de tejón. En 3 de ellos se avista el animal, con lo que el Índice de frecuencia es 3/10=0’3. Si en un coto vecino se diseñan 20 itinerarios y se avistan 4 tejones, tendríamos un índice de 4/20=0’2, lo que da indicios de una abundancia menor. F. Tablas de extrapolación de resultados de caza Existen tablas elaboradas empíricamente que recogen, para una zona o condiciones determinadas, los resultados habitualmente obtenidos en las cacerías de una especie, según la modalidad y grupo de población. Las bases teóricas de la producción animal, permiten relacionar estas capturas con el censo real de forma muy aproximada, razonable y económica. El deber del guarda jurado de caza en relación a este tipo de censo, cuando sus funciones sean requeridas, será garantizar la recopilación fidedigna y organizada de los datos de las cacerías celebradas, a fin de que puedan ser utilizados en los cálculos teóricos posteriores.

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NORMATIVA AUTONÓMICA EN MATERIA DE CAZA

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TRÁMITES Y NOTIFICACIONES OBLIGATORIAS

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INFRACCIONES

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INFRACCIONES: PREVENCIÓN DE LAS INFRACCIONES, FORMULACIÓN DE DENUNCIAS, MODELOS, PROCEDIMIENTO ADMINISTRATIVO, DECOMISOS

INFRACCIONES PENALES EN MATERIA DE CAZA Las infracciones penales en materia de caza vienen previstas en la Ley Orgánica 10/1995, de 23 de noviembre, del Código Penal. El Título XVI contempla los delitos relativos a la ordenación del territorio y la protección del patrimonio histórico y del medio ambiente. CAPÍTULO IV De los delitos relativos a la protección de la flora, fauna y animales domésticos Artículo 334. 1. El que cace o pesque especies amenazadas, realice actividades que impidan o dificulten su reproducción o migración, o destruya o altere gravemente su hábitat, contraviniendo las leyes o disposiciones de carácter general protectoras de las especies de fauna silvestre, o comercie o trafique con ellas o con sus restos, será castigado con la pena de prisión de cuatro meses a dos años o multa de ocho a veinticuatro meses y, en cualquier caso, la de inhabilitación especial para profesión u oficio e inhabilitación especial para el ejercicio del derecho de cazar o pescar por tiempo de dos a cuatro años. 2. La pena se impondrá en su mitad superior si se trata de especies o subespecies catalogadas en peligro de extinción. Artículo 335. 1. El que cace o pesque especies distintas de las indicadas en el artículo anterior, cuando esté expresamente prohibido por las normas específicas sobre su caza o pesca, será castigado con la pena de multa de ocho a 12 meses e inhabilitación especial para el ejercicio del derecho de cazar o pescar por tiempo de dos a cinco años. 2. El que cace o pesque especies a las que se refiere el apartado anterior en terrenos públicos o privados ajenos, sometidos a régimen cinegético especial, sin el debido permiso de su titular, será castigado con la pena de multa de cuatro a ocho meses e inhabilitación especial para el ejercicio del derecho de cazar o pescar por tiempo de uno a tres años, además de las penas que pudieran corresponderle, en su caso, por la comisión del delito previsto en el apartado 1 de este artículo. 3. Si las conductas anteriores produjeran graves daños al patrimonio cinegético de un terreno sometido a régimen cinegético especial, se impondrá la pena de prisión de seis meses a dos años e inhabilitación especial para el ejercicio de los derechos de cazar y pescar por tiempo de dos a cinco años. 4. Se impondrá la pena en su mitad superior cuando las conductas tipificadas en este artículo se realicen en grupo de tres o más personas o utilizando artes o medios prohibidos legal o reglamentariamente. Por su interés en relación a la interpretación que ha ido realizando la jurisprudencia sobre el artículo 335, se incluye parte de la redacción de la Sentencia nº 517/2012 de fecha 26 de noviembre de 2012, de la Sección 3ª de la Audiencia Provincial de Burgos: “Por lo que respecta a la infracción del artículo 335 del Código Penal, debemos poner de manifiesto lo declarado por esta Audiencia Provincial en Sentencia de 20 Nov. 2009, en el sentido de que el artículo 335. 1º Código Penal señala que, "El que cace o pesque especies distintas de las indicadas en el artículo anterior, cuando esté expresamente prohibido por las normas específicas sobre su caza o pesca, será castigado con la pena de multa de ocho a doce meses e inhabilitación especial para el ejercicio del derecho de cazar o pescar por tiempo de dos a cinco años. Así, el artículo 334 Código Penal protege a las "especies amenazadas". Este artículo, redactado conforme a la LO. 15/2003, de 5 de Noviembre, modifica el texto anterior de tal manera que condenaba la caza o pesca de especies animales cuya caza o pesca no esté expresamente autorizada. 84

En el momento actual para la aplicación del tipo penal es necesario que haya una norma que "expresamente prohíba" la caza del animal abatido. Sin embargo, esta interpretación admite, según criterio de esta Sala, las siguientes críticas y matizaciones: 1º. En primer lugar, el hecho de que dicha conducta está ya tipificada como infracción administrativa. Efectivamente, la ley de Caza de Castilla y León considera como infracción grave la caza de animales (se entiende, susceptibles de ser cazados), en terrenos cinegéticos, "sin la correspondiente autorización". Y, resulta evidente, que el delito debe suponer un plus de antijuridicidad frente a la intervención meramente administrativa. 2º. El artículo 335. 2º CP remite expresamente a las especies animales del 335. 1º CP , al señalar "el que cace o pesque especies a las que se refiere el apartado anterior". Por tanto, la naturaleza punitiva del derecho Penal no nos permite hacer una interpretación que amplíe o modifique los conceptos en contra del acusado por aplicación del principio "pro reo". Es decir, si el artículo se refiere a "las especies del apartado anterior", no podemos interpretar que se refiere a especies cuya caza esté permitida, porque no lo permite la interpretación estricta y literal de la norma que, al menos, en este punto, parece clara. 3º. Por otro lado, el problema del concurso de delitos que plantea el 335. 2º CP puede solucionarse sin necesidad de violentar los elementos del tipo, como de hecho, y dicho con todos los respetos que merece, creemos que hace la jurisprudencia invocada. Así, el artículo 335. 2º CP no crea un subtipo agravado del 335. 1º , y ello, porque señala una pena inferior a la que prevé el artículo 335. 1º. Por ello, efectivamente, debe ser considerado un tipo penal independiente del 335. 1º CP. Así, si se cazan especies cuya caza esté expresamente prohibida, se impondrán las penas del 335. 1º CP. Pero si, además, la caza de dichas especies se realiza en terrenos cinegéticos especiales, públicos o privados, sin la autorización del titular, a las penas señaladas en el apartado 1º se añadirán las señaladas en el apartado segundo. 4º. A lo que cabe añadir, que la interpretación histórica del precepto también se opone a que se interprete de tal manera. Y ello, porque la LO. 15/2003, de reforma del Código Penal tuvo por objeto, precisamente sustituir el término "autorización expresa", por el de "prohibición expresa", por lo que la simple falta de autorización no puede considerarse delito. 5º. Así debe interpretarse a la luz de la exégesis desgajada de la Jurisprudencia anterior a la reforma, y decimos la anterior, porque esta Sala no conoce ninguna sentencia del Tribunal Supremo posterior al año 2003, que se pronuncie específicamente sobre la aplicación del artículo 335. 2º CP. Tal es así, que la Juez de instancia se apoya en un solo pronunciamiento de la Audiencia Provincial de Huesca que, como hemos dicho, no puede compartir esta Sala. Igualmente, las defensas han apoyado sus argumentos en sentencias del Tribunal Supremo pero que, observadas detenidamente, nos llevan a la redacción anterior del citado precepto. Sin embargo, incluso dichas sentencias pueden llevarnos a la conclusión que viene argumentándose por esta Sala. Así, la sentencia del Tribunal Supremo de 22 de Octubre del 2002 , señala que,"Captura de varios jilgueros sin disponer de la necesaria autorización administrativa: No es subsumible en el art. 335 porque lo sancionado es la caza o pesca de especies para las que no exista la previsión de autorización, pero no la de aquéllas respecto de las cuales pueda darse tal posibilidad, por hallarse normativamente prevista, aun cuando condicionada a la obtención de una habilitación específica. Por tanto, aquí lo contemplado no es una actividad de caza de animales cuya captura no esté expresamente autorizada, sino la referida a los pertenecientes a una especie para cuya captura se precisa de licencia administrativa o permiso, del que carecían los acusados ( STS 1726/02 (LA LEY 125/2003), 22-10 "). Entre la denominada jurisprudencia menor, la Audiencia Provincial de Álava en sentencia de fecha 15 de Febrero de 2.005 , Pte: Guerrero Romeo, Mercedes, argumenta que, "La captura de un ejemplar en una especie cuya caza está autorizada previa licencia o permiso especial, careciendo del mismo o fuera de los límites geográficos, temporales o cuantitativos administrativamente establecidos, constituye una infracción administrativa, pero no se integra en el artículo 335 del Código Penal , pues éste concreta su prohibición a la caza o pesca de especies no expresamente autorizadas, y no puede extenderse a otros supuestos distintos no comprendidos expresamente en el mismo. La sentencia de 22 de octubre de 2002, siguiendo la línea iniciada por la anterior, consideraba infracción administrativa un supuesto en el que la caza de la especie abatida estaba autorizada aunque sometida a un régimen especial de permisos, supuesto diferente al que nos ocupa."

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A su vez, la Audiencia Provincial de Asturias en sentencia de fecha 22 octubre 1998 , Pte: Barrio Bernardo-Rua, Mª Luisa establece: "El art. 335 del Código Penal sanciona como delito contra la fauna la caza de especies, que no estando amenazadas, no esté expresamente autorizada su caza por las normas especificas en la materia. Tal precepto, por su carácter de norma penal en blanco, insuficientemente regulado, dada la amplitud del precepto ha dado lugar a numerosas interpretaciones, hasta el punto de entender, por algún sector doctrinal, tesis que parece seguir el apelante, incluido en él y por tanto configurar como delito la caza de todas aquellas especies figuren prohibidas en cualquier disposición legal y con independencia del rango que la misma tenga. Tal interpretación en ningún modo puede ser admitida pues vulnera el principio de seguridad jurídica y además sería contraria al reo, lo que es jurídicamente reprochable. El Código Penal vigente, tras la reforma penal verificada en 1.995 al introducir una serie de delitos relativos a la protección de la flora y fauna en su capítulo IV del título XVI, trata de dar una prudente acogida a nuevas formas de delincuencia, afrontando la antinomia existente entre el principio de intervención mínima y las crecientes necesidades de tutela en una sociedad compleja y dejando fuera figuras que han perdido su razón de ser como delito. Por ello desde el punto de vista de los principios básicos informadores de toda regulación resulta evidente que hay materias que difícilmente pueden introducirse en un código punitivo con sus postulados de estabilidad y fijeza, pues en algunas, como la objeto de estudio, debido a su propia naturaleza y a la especial regulación de que son objeto en el ordenamiento jurídico, esa estabilidad y fijeza sería imposible otorgando al precepto estudiado la interpretación amplia que se postula. En razón de lo dicho ha de concluirse siguiendo la interpretación realizada al efecto por el Ministerio Fiscal, máximo defensor del Principio de Legalidad, que el art. 335 se refiere de modo exclusivo a lo que no está expresamente autorizado y en ningún caso a aquellas especies que en algún momento y por alguna razón de necesidad, conveniencia, utilidad, etc., estuviese expresamente prohibido. Como sucede en este caso donde el art. 5 del Reglamento de 7 de febrero de 1.991 , por el que se desarrollaron las previsiones contempladas en la Ley del Principado de Asturias de 6 de junio de 1.989 de Caza , establece que la caza sólo podrá realizarse sobre las especies, subespecies o poblaciones de fauna silvestre incluidas en el Anexo I del Reglamento o que se declaren posteriormente objeto de caza o que excepcionalmente se autorice por venir justificado por razón de daños o de índole biológica. Y el citado anexo incluye entre las especies objeto de caza en el Principado de Asturias al Corzo (capreolus capreolus). Y si bien la caza de las hembras del corzo estaba prohibida en el territorio del Principado de Asturias, en virtud de lo establecido en la disposición General de Vedas para la temporada de caza 1.996/1.997 , ello no supone que tal conducta haya de quedar sin sanción, lo que sucede es que por no hallarse expresamente incluida en el nuevo texto punitivo, no tiene, la consideración de delito y si de infracción administrativa muy grave, como así se desprende de lo establecido en la disposición derogatoria única, referida a los delitos y faltas previstos en la ley de caza de 4 de abril de 1.970 . Todo lo cual conduce a la desestimación del recurso interpuesto por la "Sociedad de Caza A.". A su vez, el Tribunal Supremo Sala 2ª en sentencia de fecha 22 octubre 2002, Pte: Andrés Ibáñez, Perfecto, señala que, "en el art. 335 C. penal lo sancionado es la caza o pesca de especies para las que no exista la previsión de autorización, pero no la de aquéllas respecto de las cuales pueda darse tal posibilidad, por hallarse normativamente prevista, aun cuando condicionada a la obtención de una habilitación específica. Por tanto, aquí lo contemplado no es una actividad de caza de animales cuya captura no esté expresamente autorizada, sino la referida a los pertenecientes a una especie para cuya captura se precisa de licencia administrativa o permiso, del que carecían los acusados. Así, pues, se ha de concluir, como lo hacía la resolución tantas veces citada, en el sentido de que la caza afectó a una especie autorizada, si bien sometida a un régimen especial de permisos y limitaciones, de ahí que sea correcta la estimación del tribunal sentenciador en el sentido de que no concurrió el elemento esencial definidor del tipo. Por eso, el recurso debe ser desestimado." Y en sentencia de fecha 8 febrero 2000 , Pte: Conde-Pumpido Tourón, Cándido "la captura de un ejemplar en una especie cuya caza está autorizada previa licencia o permiso especial, careciendo del mismo o fuera de los límites geográficos, temporales o cuantitativos administrativamente establecidos, constituye una infracción administrativa, pero no se integra en el artículo 335 del Código 86

Penal , pues éste concreta su prohibición a la caza o pesca de especies no expresamente autorizadas, y no puede extenderse a otros supuestos distintos no comprendidos expresamente en el mismo. ( art. 4.1 Código Penal 1995 )". Aplicando dicha jurisprudencia al caso ahora examinado, cabe recordar que el tipo penal anterior era más amplio que el actual, en el sentido de que antes de la última reforma del CP era suficiente que no estuviese expresamente autorizada la caza de la especie, mientras que ahora lo que se exige es que esté expresamente prohibida. Pues aún, en aquellos casos la caza sin licencia o permiso se consideraba atípica incluso cuando no existiera autorización, siempre que la raza o especie animal admitiera dicha posibilidad. En el supuesto objeto de enjuiciamiento resulta que el corzo es un animal que como especie cinegética puede ser objeto de caza, con la debida autorización y dentro de lo periodos reglamentariamente previstos. Así el artículo 43 de la Ley de Caza de Castilla y León no establece la prohibición de cazar el corzo. La Juzgadora argumenta que la prohibición expresa viene consignada en número uno: " Se prohíbe cazar en los períodos de veda o fuera de los días hábiles señalados en la orden anual de caza, salvo lo dispuesto en los planes cinegéticos." Sin embargo ello constituye una prohibición genérica que afecta a todas las especies cinegéticas haciendo referencia a la época de temporada de caza, pero no a la concreta especie, la cual tampoco aparece como prohibida en la Orden Anual de Caza de la Junta de Castilla y León para el periodo anual de 2.010.” Artículo 336. El que, sin estar legalmente autorizado, emplee para la caza o pesca veneno, medios explosivos u otros instrumentos o artes de similar eficacia destructiva o no selectiva para la fauna, será castigado con la pena de prisión de cuatro meses a dos años o multa de ocho a veinticuatro meses y, en cualquier caso, la de inhabilitación especial para profesión u oficio e inhabilitación especial para el ejercicio del derecho a cazar o pescar por tiempo de uno a tres años. Si el daño causado fuera de notoria importancia, se impondrá la pena de prisión antes mencionada en su mitad superior. La redacción de este artículo fue modificada de acuerdo a la Ley Orgánica 5/2010, de 22 de junio que incluyó la expresión “no selectiva para la fauna”. Como veremos en las Sentencias que, en parte, a continuación se reproducen, este añadido ha supuesto un cambio interpretativo de gran importancia. Asimismo estas Sentencias nos sirven para comprender el hecho delictivo en sí, es decir, el bien jurídico que se protege, y cuales son las circunstancias del hecho que nos deben conducir a pensar que nos encontramos ante un supuesto de aplicación de este precepto. Sentencia nº 309/2008 de 9 de diciembre de la Sección 2ª de la Audiencia Provincial de Córdoba. “(…)Este tipo de delito contra la Fauna es de simple actividad y trata de proteger el peligro concreto que para la Fauna pueda suponer el empleo de determinados medios prohibidos de caza o pesca. No se trata de un delito de resultado, por lo que no se exige para su consumación que se hayan cobrado una o varias piezas, bastando con el empleo de los medios referidos en aquel artículo con la finalidad de servirse de ellos para cazar o pescar. Por eso, la acción que integra esta conducta se refiere a la colocación de esos lazos de acero, con independencia de si han producido algún resultado lesivo y si éste es mayor o menor. El núcleo central del recurso de apelación hace referencia a la fundamentación de la sentencia en cuanto considera que la acción concreta analizada, la colocación de esos ocho lazos de acero que llegaron a producir la muerte por asfixia de un ciervo, no es constitutiva de delito del art. 336 del Código Penal, al no poder considerarse dentro del concepto de las artes de similar eficacia destructiva al veneno o medios explosivos. Este elemento del tipo penal no se encuentra definido y su carácter genérico provoca cierta inseguridad jurídica, que se amplia por la falta de unificación del criterio jurisprudencial al no alcanzar la instancia del Tribunal Supremo, que aun no se ha pronunciado al respecto. En la jurisprudencia menor, ha sido tradicional una interpretación restrictiva de este artículo, poniéndose el acento, más que en el carácter o naturaleza de la autorización legal exigida, en la cuestión de la eficacia destructiva de los medios utilizados para cazar. Ya la sentencia de la Audiencia Provincial de Teruel de 10-11-1997, manifestaba que solo se podían incluir en el tipo aquellos procedimientos que por su carácter no selectivo, son susceptibles de dañar a individuos de distintas 87

especies, escapando incluso al control de quien los usa, provocando con ello un daño ecológico grave, y a veces irreversible, interpretación acorde con la ubicación de dicho precepto dentro de los delitos contra el Medio Ambiente, tendentes a evitar la destrucción de los recursos naturales y del equilibrio ecológico, y en definitiva, con el principio de intervención mínima que debe presidir en todo caso la aplicación de las normas penales. En similar sentido se pronunciaron la Audiencia Provincial de Cáceres en sentencia de 26-5-1998 y la de Badajoz en sentencia de 19 de octubre del mismo año. En la actualidad, y ya circunscrito a la conducta de la colocación de lazos como los estudiados en este caso, la postura doctrinal es variada, siendo acertada la exposición que de la misma hace el Juez de lo Penal en el fundamento de derecho primero de su sentencia. En primer lugar, existe jurisprudencia que entiende que la referencia a esas artes de similar eficacia destructiva al veneno o explosivos, trae fundamento, bien en su calidad de medio de destrucción masivo o generalizado, o bien por su eficacia indiscriminada para cualquier especie o animal. En este sentido, la Audiencia Provincial de Tarragona, en su sentencia de 22-2-2000, establece que el empleo del lazo para cazar jabalíes constituye un medio de similar eficacia destructiva para la Fauna que el veneno, argumentando que si algo caracteriza al uso del veneno para la caza es la imposibilidad de discriminar la especie de animal que se ve finalmente afectada por el mismo, extremo que es plenamente compartido por el uso del lazo, ya que, en tal trampa, puede caer cualquier animal de un tamaño similar o menor al del jabalí convirtiéndose así el lazo en un instrumento de similar eficacia destructiva indiscriminada de la fauna. En similar sentido de considerar concurrente este elemento normativo en la disyuntiva de que el arte de caza tenga eficacia destructiva indiscriminada o generalizada, se pronuncian las sentencias mencionadas en la resolución atacada de la Audiencia Provincial de Huesca de 11-10-2001 o la de Asturias de 23-6-2005, o también las anteriores de esta última Audiencia de 2910-2001 y 20-2-2002. Una segunda postura doctrinal viene a poner el acento en que para considerar el arte de caza como medio de destrucción similar al veneno o al explosivo, es preciso que tenga una eficacia destructiva indiscriminada de cualquier animal, y además, generalizada o masiva. En este sentido, interpreta que, aunque el lazo es un medio de caza que no discrimina la especie, no es un instrumento que pueda ocasionar una destrucción generalizada de la Fauna. Audiencias Provinciales como las de Cuenca (S. 14-5-2004) y Albacete (S. 31-12-2002), se pronuncian en este sentido. Por último, una tercera corriente, a la cual se inclina el juzgador de instancia, lo que se comparte por este Tribunal, pone el acento en los conceptos de muerte indiscriminada y generalizada de cualquier animal, en atención a las circunstancias del caso, como son el tamaño de los lazos, su forma y características, su número y el lugar en el que se colocan, y esencialmente, la real capacidad de incidencia para la fauna y el tipo de especies que pueden ser afectadas. La aplicación de esta doctrina ha llevado a Audiencias Provinciales como la de Murcia, en su sentencia de 11-10-2007 o la de Lérida de 29-11-2004, a pronunciamientos absolutorios. Esta última recoge un supuesto parecido al que aquí se analiza, de utilización de lazos de acero no selectivos carentes de freno o amortiguación, situados en pasos habituales de animales en las inmediaciones de unos conejales ubicados en un área privada de caza, atendiendo a las circunstancia de que no consta que hubiera en la zona especies protegidas o en vías de extinción. De otro lado, existe otra jurisprudencia que, asumiendo esta postura ecléctica, llega a un pronunciamiento condenatorio. Así, la sentencia de 25-9-2006 de la Audiencia Provincial de Huelva, en un caso prácticamente idéntico al que aquí se estudia, vino a considerar la concurrencia del delito del art. 336 del Código Penal en un supuesto de colocación de cinco lazos en lugar de paso de animales, sin tope y con altísima probabilidad de producir asfixia como de hecho ocurrió con una cierva, en una finca de escasa extensión y en una zona donde abundan especies protegidas. Pues bien, englobado en esta última postura jurisprudencial, y estudiando las circunstancias concurrentes en el caso de autos, este Tribunal entiende que la colocación por el imputado de ocho lazos de acero, sin ningún tipo de freno o amortiguación, en un lugar de paso de animales ( se recoge como paso de ciervos), que no hiere ni selecciona sino que produce la muerte casi segura de cualquier animal que quedase capturado en el mismo y ello, cualquiera que fuese su especie, edad, sexo o estado (se puede pensar en una hembra embarazada o en un cervatillo), incluso que pueda estar catalogado como en situación de peligro o extinción; integra el requisito de la eficacia destructiva indiscriminada, que en este caso va acompañada también del de la generalizada. Estamos ante la colocación de ocho 88

lazos de acero que no permiten la selección de la especie animal que atrapa, siendo un número importante (la sentencia de la Audiencia Provincial de Huelva consideraba delito la utilización de cinco), que debe ponerse en relación con el tiempo de colocación, pues ya llevaban en el lugar al menos 48 horas y el acusado no los retira, sino que los arregla para que sigan funcionando en los días siguientes. Aun cuando se colocan en un paso de ciervos, por ese lugar pueden transitar otros animales, siendo un hecho notorio que en el Parque Natural de la Sierra de Cárdeña-Montoro existe una colonia de lince ibérico, especie en peligro de extinción que otorga a la zona un alto valor ecológico (de hecho este dato se aporta en el atestado inicial de la patrulla de SEPRONA de la Guardia Civil, que es ratificado a presencia judicial)(…).” Sentencia 212/2014 de fecha 22 de julio de 2014 de la Sección 3ª de la Audiencia Provincial de Badajoz: (…)”El derecho de presunción de inocencia se configura como el derecho a no ser condenado sin pruebas de cargo validas, lo que implica que exista una mínima actividad probatoria, realizada con las garantías necesarias, referida a todos los elementos esenciales del delito y que de la misma quepa inferir razonablemente los hechos y la participación del acusado en ellos. En lo que respecta a la prueba indiciaria, el Tribunal Constitucional viene sosteniendo desde sus primeras sentencias sobre la materia, que a falta de prueba directa de cargo también la prueba indiciaria puede sustentar un pronunciamiento condenatorio, sin menoscabo del derecho a la presunción de inocencia, así las Sentencias número 174/1985 , 175/1985 , 24/1997 , 157/1998 , 189/1998 , 68/1998 , 220/1998 , 44/2000 , 117/2000 , 111/2008 , 109/2009 y 126/2011 , entre otras. Los requisitos que deben concurrir en la prueba indiciaria para que constituya prueba de cargo suficiente, son los siguientes: 1) El hecho o los hechos bases (o indicios) han de estar plenamente probados. 2) Los hechos constitutivos del delito deben deducirse precisamente de estos hechos base completamente probados. 3) Para que se pueda comprobar la razonabilidad de la inferencia es preciso, en primer lugar, que el órgano judicial exteriorice los hechos que están acreditados, o indicios, y sobre todo que explique el razonamiento o engarce lógico entre los hechos base y los hechos consecuencia. 4) Y, finalmente, que este razonamiento esté asentado en las reglas del criterio humano o en las reglas de la experiencia común o, en palabras de la Sentencia del Tribunal Constitucional número 169/1989, . En el presente caso, la presunción de inocencia del acusado ha quedado desvirtuada mediante prueba de cargo de carácter indiciaria. Los indicios que han llevado a la jueza a quo al dictado de una sentencia condenatoria contra don Raúl se explicitan en el fundamento jurídico primero y segundo. A continuación se procederá a una exposición detallada de los indicios que han quedado plenamente probados en el juicio. La existencia de una garduña atrapada por un lazo colocado en las alambradas del coto privado de caza "Don Tello", del que es titular la mercantil "Vegahermosa, S.L.", siendo administrador único de esta mercantil don Raúl . La existencia de 17 lazos de cable de acero no selectivo colocados en las alambradas del citado coto de caza. La colocación de los lazos se realizó desde dentro de la finca. La existencia de una solicitud de colocación de lazos que fue denegada. Y por último, el hecho de que el administrador recorra diariamente la finca y sea quien toma las decisiones, y por tanto, ostenta la dirección y el dominio sobre los hechos, en lo referente al coto de caza. Este conjunto de indicios permite inferir, como se recoge en los hechos probados, que ordenó la colocación de los lazos en las alambradas. El razonamiento que lleva a la jueza a quo desde los hechos bases a los hechos penalmente relevantes es lógico, siendo ajustado a un criterio de razonabilidad. La colocación de los lazos desde dentro de la finca, permite reducir el número de personas que pudieran acceder a esa colocación, así como descartar la posible autoría de personas ajenas al coto de caza, máxime cuando el número de lazos es tan elevado, ya que esta circunstancia permite vislumbrar que no estamos ante una conducta aislada de alguien ajeno al coto, de forma que pudiera exculparse al acusado. La cantidad permite colegir que se trata de una conducta perfectamente dirigida a fijar en el vallado lazos que eviten el paso de especies no deseadas al área del coto de caza. En este sentido, resulta palmario, que el acusado hubiese solicitado una autorización para la colocación de los mismos, y que esta fuese denegada, ya que revela un interés del acusado en la colocación de esos lazos, 89

elemento que refuerza, junto con los anteriores, su autoría. La existencia de los lazos no se podía desconocer por el acusado puesto que él recorría la finca diariamente, y si no los hubiese colocado, se habría percatado de los mismos. En la misma línea de la autoría, es trascendental la declaración de don Julio , el cual manifestó que las decisiones dentro del coto de caza las toma y están bajo el control del acusado. El conjunto de indicios expuestos anteriormente, a través del razonamiento lógico plasmado, llevan a los hechos penalmente relevantes, incluida la autoría. En ningún caso, como afirma el apelante, existe una responsabilidad objetiva del acusado, ya que no se le condena por el simple hecho de ser administrador único de la mercantil propietaria del coto de caza, pues el acusado fue condenado por ordenar la colocación de los lazos. Aunque no llevase a cabo el acto material de colocación, ordenó la misma, teniendo, de acuerdo con lo expuesto anteriormente, el dominio funcional del hecho. Por tanto, estaríamos en presencia de una coautoría, existiendo un ejecutor material de la colocación, que no ha podido identificarse, y que actuaba en cumplimiento del poder directivo del acusado. El relato de hechos probado dice , este extremo permite colegir una coautoría, en el que el condenado en la instancia tenía el dominio funcional del hecho, de acuerdo con los indicios plasmados, en el fundamento jurídico primero y segundo. Es indiferente que el acusado realizara la colocación de los lazos o la realizara un tercero a su instancia por orden del acusado, pues la jurisprudencia del Tribunal Supremo ampara la autoría por dominio del hecho. La orden de colocar los lazos por parte del acusado, constituye una condición esencial para la comisión del delito, pues tiene el dominio del hecho, permitiendo extender al acusado la responsabilidad penal. En este sentido, la STS número 45/2011 , entre otras, dice respecto de la mencionada teoría . Asimismo la STS de 11 de septiembre de 2000 , dice que . En el caso de autos, la realización del tipo se materializa, mediante la orden de colocación, y permisividad al ejecutor material en su colocación, para que colocase los lazos sobre las alambradas del coto de caza cuyo titular es la mercantil que administra de forma unilateral el acusado”.(…) Sentencia 105/2014 de fecha 7 de marzo de 2014, de la Sección 2ª de la Audiencia Provincial de Castellón, en relación a la nueva redacción del artículo 336 con la última modificación del Código Penal. “(…)La conducta típica del citado art. 336 CP consiste en emplear para el ejercicio de la caza o pesca veneno, explosivos u otros instrumentos o artes de similar eficacia destructiva o no selectiva, sin contar con la necesaria autorización administrativa para ello. A diferencia de las figuras recogidas en los arts. 334 y 335 CP , que se configuran en general como delitos de resultado, la mayoría de la doctrina y de la denominada jurisprudencia menor consideran que el tipo penal previsto en dicha disposición legal contiene un delito de peligro concreto, el peligro que la fauna (biodiversidad) pueda sufrir a consecuencia de la actividad de caza, y de mera actividad, donde no cabe la tentativa, que no precisa que realmente se produzca ningún resultado determinado por la captura de algún animal, castigando el uso (empleo) de dichos medios, métodos o instrumentos, sin que sea necesaria la producción (resultado) de los graves efectos destructivos para la fauna que, de producirse y de ser de especial gravedad (notoria importancia), supondrían una agravación de las penas señaladas. Dentro de los métodos de caza prohibidos por el art. 336 CP se encuentran aquellos "otros instrumentos o artes de similar eficacia destructiva" al veneno o a los medios explosivos. Se trata de una cláusula analógica que ha sido entendida por parte de la doctrina como una fórmula descriptiva, es decir, una cláusula abierta destinada, precisamente, a incluir en el ámbito del tipo aquellos métodos que, aunque no pueden calificarse como explosivos o venenos ni aparezcan recogidos en los Anexos de 90

procedimientos prohibidos, poseen una nocividad evidente para la fauna, por su idoneidad lesiva, y por ello su utilización requiere igualmente la previa concesión de una autorización. La Ley Orgánica 5/2010, de 22 de junio, ha venido a concretar algo más aquella cláusula analógica, señalando que están incluidos, junto a los "instrumentos o artes de similar eficacia destructiva", aquellos otros que posean similar eficacia "no selectiva" para la fauna. Se añade ahora la referencia a que las artes empleadas no posibiliten la selección de la fauna en la actividad de cazar. De esta manera el tipo alcanza no sólo a artes o instrumentos destructivos en sentido estricto, sino también a aquellos que no permiten seleccionar las especies objeto de caza, es decir, métodos que pueden producir la muerte indiscriminada de otras especies distintas. Hasta el día 23 de diciembre de 2010, la Audiencia Provincial de Castellón (AAP Castellón, Sección 1ª, nº 155/2010, de 9 de abril, y nº 209/2010, de 13 de mayo, y Sección 2ª, Auto de 6 mayo de 2010, entre otros muchos) había venido entendiendo que no es posible asimilar al poder destructivo del veneno o los medios explosivos, en los estrictos términos que reclama las garantías de taxatividad e interpretación restrictiva que se destilan del principio de legalidad penal, una razón de analogía ( art. 4.1 CP ), el medio de caza tradicionalmente conocido como "parany", descartando la tipicidad de la conducta ( art. 336 CP ) y reconduciendo los hechos el ámbito administrativo en el que, en su caso, podría originarse la correspondiente responsabilidad de este tipo. Este posicionamiento se apoyaba en que lo que caracteriza a los medios de caza que de forma ejemplificativa establece el art. 336 CP (veneno y medios explosivos), era su potencialidad lesiva intrínseca, no sólo por su carácter no selectivo e indiscriminado, sino por la imposibilidad de reverso de la situación, o de control de sus efectos devastadores. El veneno y los explosivos pueden llegar a tener una incidencia directa en el medio ambiente en sentido amplio, en la medida en la que el primero se inserta de forma incontrolada e irreversible en la cadena trófica, y el segundo es capaz de destruir irremisiblemente todo cuanto se halle al alcance de su radio de acción. Ambos métodos provocan de forma necesaria e irreversible la muerte de los especímenes afectados, lo que no cabe predicar del uso de la liga, el reclamo eléctrico o empleo posterior de disolvente, que si bien constituyen medios prohibidos por la normativa comunitaria y estatal, carecen de semejante potencialidad destructiva y sus efectos no aparecen irreversibles, no causan "per se" la muerte de los ejemplares capturados, ni sus efectos mortales pueden considerarse intrínsecamente acumulativos, pues incluso se admite que un elevado porcentaje de las aves capturadas pueden sobrevivir a su captura con el cumplimiento de las adecuadas prevenciones por parte del cazador. Por ello, se descartaba que la conducta consistente en la caza mediante "parany" tuviera su encaje en el tipo penal previsto en el art. 336 CP . Este planteamiento se ha visto afectado, sin embargo, por la Ley Orgánica 5/2010, de 22 de junio, que ha modificado el art. 336 CP añadiendo al tipo penal la conducta de emplear para la caza o pesca medios "no selectivos" de similar eficacia al veneno o explosivo para la fauna. El precepto entró en vigor el 23 de diciembre de 2010, aunque sin efectos retroactivos ex artículo 2.1 CP . Reforma que, para este caso, dice su Exposición de Motivos que responde a la necesidad de acoger elementos de armonización normativa de la Unión Europea en este ámbito, incorporando a la legislación penal doméstica los supuestos previstos en la Directiva 2008/99/CE, de 19 de noviembre, relativa a la protección del medio ambiente mediante el Derecho penal. La nueva referencia a los instrumentos o artes de similar eficacia "no selectiva" para la fauna se acomoda a los términos empleados en el ámbito administrativo, en concreto en la Ley 42/2007, cuyo art. 62.3.a ) prohíbe "la tenencia, utilización y comercialización de todos los procedimientos masivos o no selectivos para la captura o muerte de animales" y cuyo Anexo VII contiene un listado de los medios masivos o no selectivos que se encuentran prohibidos entre los cuales encontramos las "ligas". Así pues, el método de caza denominado "parany" es claramente un procedimiento prohibido expresamente por cuanto la normativa administrativa prohíbe el uso de todo medio o método que implique el uso del pegamento o "liga". Ahora bien, el hecho de que determinados medios o instrumentos sean prohibidos por la normativa administrativa en modo alguno vincula ni trasciende al orden penal, pues la mencionada cláusula no se configura como una norma penal en blanco que debemos integrar con la normativa administrativa, sino que nos encontramos ante un elemento del tipo cuya interpretación, necesariamente estricta, precisa la búsqueda de específicas razones de analogía en los mismos términos de eficacia no selectiva para la fauna, pues la similar eficacia destructiva al veneno o los explosivos ya ha sido rechazada con anterioridad por la jurisprudencia menor en los términos que ya hemos visto.

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Sucede, sin embargo, que la caza de "zorzales o tordos" con pegamento o "liga", tal y como se organiza mediante el método del "parany", no permite evitar la captura de aves de otras especies. Por ello, la caza con "parany" se basa en un método no selectivo, por cuanto cualquier tipo de ave puede engancharse a la liga y ser capturada, y su eficacia "no selectiva" es de proporción similar al "veneno o explosivo" hasta el punto de que no es posible controlar ni la clase ni el número de aves que en un determinado momento puede llegar a caer por efecto de la "liga". A ello debe añadirse que el hecho de que los cazadores estén obligados a limpiar y liberar aves de especies distintas de los "zorzales o tordos", cuando aquéllas resulten atrapadas en las varetas, no tiene entidad suficiente para poner en duda el carácter no selectivo de dicho método de captura (en estos términos se pronunció la STJCE, 2ª, de 9 de diciembre de 2004, Asunto C-79/2003 , Comisión/España, por el incumplimiento por España de la Directiva Comunitaria sobre conservación de aves silvestres, al tolerar la caza con liga en la Comunidad Valenciana mediante el método "parany"). En definitiva, replanteándonos nuestro anterior posicionamiento en función de la modificación legal, consideramos que con la nueva redacción, el método de caza del "parany" puede integrarse en la conducta típica del art. 336 CP , por cuanto debe ser considerado un arte de caza de similares efectos no selectivos a los producidos por el veneno o los explosivos, lo que conduce a la revocación de la resolución de instancia, a la vista de que el acusado, según el relato fáctico, estaba "cazando en la modalidad conocida como parany, usando para ello varetas impregnadas de liga, reclamo bucal de reproducción del sonido del tordo, sin disponer de autorización",con estimación en este concreto particular del recurso interpuesto por el Ministerio Fiscal. Ya tenemos dicho que este planteamiento se ha visto afectado por la Ley Orgánica 5/2010, de 22 de junio al modificar el artículo 336 CP , reforma que según la Exposición de Motivos responde a la necesidad de acoger elementos de armonización normativa de la Unión Europea en este ámbito, incorporando a la legislación penal doméstica los supuestos previstos en la Directiva 2008/99/CE, de 19 de noviembre, relativa a la protección del medio ambiente mediante el Derecho penal. La anterior referencia consecuencial de los métodos previstos como devastadores (veneno, medios explosivo) que permitía la analogía de "otros instrumentos o artes" por la "similar eficacia destructiva" a aquellos, ahora incluye otro efecto consecuencial no añadido a la eficacia destructiva o devastadora de aquellos pero no acumulativo, sino alternativo como es la eficacia "no selectiva" para la fauna. Es decir, ese otro arte o método tiene que ser similar al veneno o al explosivo pero no necesariamente en la eficacia destructiva como era antes, sino ahora también cabe la similitud con la eficacia no selectiva que los mismos tienen, pues es justamente lo que se ha añadido. La similitud en eficacia "no selectiva" para la fauna se acomoda a los términos empleados en el ámbito administrativo, en concreto en la Ley 42/2007, cuyo artículo 62.3.a ) prohíbe "la tenencia, utilización y comercialización de todos los procedimientos masivos o no selectivos para la captura o muerte de animales" y cuyo Anexo VII, contiene un listado de los medios masivos o no selectivos que se encuentran prohibidos entre los cuales encontramos las "ligas". Así pues, el método de caza denominado "parany" es claramente un procedimiento prohibido expresamente por cuanto la normativa administrativa prohíbe el uso de todo medio o método que implique el uso del pegamento o "liga". Decíamos en otros precedentes en favor de la tipicidad penal, que la caza de "zorzales o tordos" con pegamento o "liga", tal y como se organiza mediante el método del "parany", no permite evitar la captura de aves de otras especies. Por ello, la caza, que es simplemente capturar -no dar muerte- con "parany" se basa en un método no selectivo, por cuanto cualquier tipo de ave puede engancharse a la liga y ser capturada, y su eficacia "no selectiva" es -insistimos que para la captura, sin necesidad de lograr la muerte de la pieza de proporción similar al "veneno o explosivo" hasta el punto de que no es posible controlar ni la clase ni el número de aves que en un determinado momento puede llegar a caer por efecto de la "liga". A ello debe añadirse que el hecho de que los cazadores estén obligados a limpiar y liberar aves de especies distintas de los "zorzales o tordos", cuando aquéllas resulten atrapadas en las varetas, no tiene entidad suficiente para poner en duda el carácter no selectivo de dicho método de captura (en estos términos se pronunció la STJCE, 2ª, de 9 Dic. 2004, Asunto C-79/2003 , Comisión/España, por el incumplimiento por España de la Directiva Comunitaria sobre conservación de aves silvestres, al tolerar la caza con liga en la Comunidad Valenciana mediante el método "parany").

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Quepa recordar por otro lado, que el delito del art. 336 del CP es un delito de "simple actividad", de riesgo, no de resultado, que se consuma por el solo hecho de tener un método de captura de forma descontrolada, razón por lo que, una vez consumado el delito por la disposición activa de los artilugios (la liga perfectamente colocada en las varetas donde pueda pegarse un ave, sea luego ésta de especie protegida o no) es irrelevante que el cazador libere la pieza un vez que se ha consumado el delito. Para que fuere atípico, el método tendría que asegurar que sólo puede capturarse un tipo de ave, de tal modo que pueda controlarse que nunca será de una especie protegida, seguridad que no se tiene con el (…)”. Artículo 337. El que por cualquier medio o procedimiento maltrate injustificadamente a un animal doméstico o amansado, causándole la muerte o lesiones que menoscaben gravemente su salud, será castigado con la pena de tres meses a un año de prisión e inhabilitación especial de uno a tres años para el ejercicio de profesión, oficio o comercio que tenga relación con los animales. LIBRO III Faltas y sus penas TÍTULO III Faltas contra los intereses generales Artículo 631. 1. Los dueños o encargados de la custodia de animales feroces o dañinos que los dejaren sueltos o en condiciones de causar mal serán castigados con la pena de multa de uno a dos meses. 2. Quienes abandonen a un animal doméstico en condiciones en que pueda peligrar su vida o su integridad serán castigados con la pena de multa de quince días a dos meses. Artículo 632. 1. El que corte, tale, queme, arranque, recolecte alguna especie o subespecie de flora amenazada o de sus propágulos, sin grave perjuicio para el medio ambiente, será castigado con la pena de multa de 10 a 30 días o trabajos en beneficio de la comunidad de 10 a 20 días. 2. Los que maltrataren cruelmente a los animales domésticos o a cualesquiera otros en espectáculos no autorizados legalmente sin incurrir en los supuestos previstos en el artículo 337 serán castigados con la pena de multa de 20 a 60 días o trabajos en beneficio de la comunidad de 20 a 30 días. Además de los anteriores, en el transcurso de la actividad cinegética, también es posible la comisión de otros hechos delictivos relacionados con la actividad, como pueden ser los delitos de homicidio, lesiones y omisión del debe de socorro, todos ellos relacionados con el manejo del arma de fuego. INFRACCIONES ADMINISTRATIVAS EN MATERIA DE CAZA Las infracciones administrativas en materia de caza en la Comunidad Valenciana viene reguladas en la Ley 13/2004, de 27 de diciembre, en su Titulo VI Régimen Jurídico, Capítulo II Infracciones. El artículo 57 trata sobre las denuncias. En su apartado 1 establece quiénes tienen la competencia para denunciar las infracciones a la Consellería competente en materia de caza. Así, de acuerdo al artículo 55, la vigilancia de la caza es realizada por el Cuerpo Nacional de Policía, Guardia Civil, Policías Locales, Agentes Medioambientales y los Guardas Jurados/Rurales de Caza. Tendrán la consideración de agentes de la autoridad, dada su condición de funcionarios de carrera, todos los citados salvo los Guardas Jurados/Rurales de caza. Éstos tendrán la consideración de agentes auxiliares. No obstante, veremos que existen pocas diferencias entre ellos en cuanto a las competencias que les atribuye esta Ley de Caza y la Ley de Seguridad Privada. En su apartado 2 se recoge que el incumplimiento de las normas recogidas en la Ley de Caza tendrá la consideración de infracción administrativa y llevará consigo el inicio de un expediente administrativo para la imposición de la sanción correspondiente. El apartado 3 dice que, hay que tener en cuenta que un hecho cometido que en principio pudiera parecer una infracción administrativa, puede revestir indicios de delito en el transcurso de la instrucción del expediente. En estos casos, sea el instructor o el agente de la autoridad o 93

auxiliar que tenga constancia de esta situación, deberá ponerlo en conocimiento de la autoridad judicial competente, adjuntando toda la documentación y efectos disponibles. Por último el apartado 4 nos habla de responsabilidad solidaria ante las infracciones cometidas por un grupo de cazadores y no se pueda identificar al autor. Este caso será aplicable a las cacerías tipo ganchos o batidas ilegales donde no quede identificado el responsable de la misma. El artículo 58 lista las infracciones administrativas, distinguiéndolas entre muy graves y graves. Son infracciones administrativas muy graves: 1º. Entregar pases de coto sin contar con plan técnico aprobado o bien tenerlo suspendido. Esta infracción es aplicable únicamente a los acotados. 2º. Instalar un cerramiento no autorizado, alterarlo o instalar artefactos capaces de facilitar la entrada de animales de otros acotados o impedir su salida. Infracción también aplicable únicamente a los titulares de los acotados. 3º. No cumplir las medidas impuestas por la Consellería para impedir la propagación de enfermedades. También aplicable únicamente a los titulares de los acotados. 4º. El transporte especies de caza sin la correspondiente documentación sanitaria, cuando proceda de zonas con enfermedades declaradas. También aplicable únicamente a los titulares de los acotados. 5º. No cumplir, de manera reiterada, con las condiciones de caza que se establecen en el Plan Técnico. También aplicable únicamente a los titulares de los acotados. 6º. Establecer una granja cinegética sin autorización. Se considera granja cinegética al establecimiento que se dedique a la cría de animales de caza para su posterior venta a acotados cinegéticos. 7º. Introducir o reintroducir sin autorización especies inexistentes. En caso de tratarse de especies declaradas invasoras este hecho puede ser considerado delito. 8º. Cazar estando inhabilitado para ello. Hay que distinguirla de la infracción grave de cazar sin la licencia de caza en vigor. En el caso de la infracción muy grave, el hecho que se sanciona es cazar con la licencia retirada por una sanción grave anterior. 9º. Cazar sin haber expedido un seguro de responsabilidad civil. Solo aplicable cuando se cace con armas. 10º. Cazar sin haber superado las pruebas de aptitud. Actualmente este precepto no es aplicable debido a que no se ha desarrollado la norma que regulan las pruebas de aptitud para la obtención de la licencia de caza. 11º. El uso de las armas de fuego dentro de las zonas de seguridad o bien cuando el proyectil pueda alcanzarlas. Hay que distinguirla de la infracción grave, que únicamente requiere el manejo del arma, sin efectuar disparo. 12º. Cazar en refugio de fauna. En caso de abatirse alguna especie protegida se podría estar cometiendo además un hecho delictivo. 13º. Cazar aves cinegéticas en época de veda. Infracción que se cometerá fundamentalmente en acotados de acuáticas. 14º y 15º. Relacionadas con el uso de cebos envenenados para la caza. Hay que tener en cuenta que, atendiendo a las circunstancias del hecho, puede constituir el delito previsto en el artículo 336 del Código Penal. Son infracciones graves: 94

1º. Irregularidades en la cumplimentación de los pases de los cotos. Infracción aplicable a los titulares de los acotados. 2º. No cumplir con las condiciones autorizadas y descritas en el correspondiente Plan Técnico del acotado. También sería una infracción aplicable a los acotados. 3º. Irregularidades en el cercado de un cerramiento cinegético ya autorizado. Aplicable sólo a acotados. 4º. Infracción relacionada con las señales de primer y segundo orden obligatorias. La ausencia o incorrección en la señalización constituiría esta infracción. 5º. Este precepto es muy similar al punto 14º de las infracciones muy graves. La determinación de una u otra infracción estará en función de las circunstancias del hecho y del interés colaborador con la administración que muestre el acotado. 6º. Esta infracción es de las pocas que no va dirigida ni a los titulares de los acotados, ni a los cazadores. El sujeto activo de esta infracción serán personas ajenas a la caza que realizando una actividad dentro de un acotado producen un dato a la fauna. 7º. Esta infracción se comete con el comercio de especies no comercializables, es decir, aquellas que no pueden ser destinadas al consumo humano en locales comerciales. 8º. Infracción dirigida a las granjas cinegéticas que críen especies no autorizadas. 9º. También dirigida a granjas cinegéticas que no cumplan con la obligación de comunicar la aparición de enfermedades que puedan transmitirse. 10º. Esta infracción se distingue de la del apartado 7º de las muy graves, por el tipo de animal introducido, en el caso de las graves será una especie cinegética. 11º. Infracción aplicable únicamente a los Guardias Jurados/Rurales de caza. En el caso del resto de agentes de la autoridad, podría constituir un delito previsto en el Código Penal. 12º. Distinguir de la prevista en el apartado 8º de las muy graves. En este caso constituye infracción el cazar careciendo de la licencia en vigor. 13º. Constituye infracción cazar careciendo del pase del acotado expedido por el titular, así como carecer del resto de documentación necesaria para la caza previstas en el artículo 7 de la Ley de Caza. 14º. Este precepto parece excluir al agente auxiliar. No obstante se debe tramitar la denuncia y será decisión del instructor del expediente su inclusión o no. 15º. Relacionado con el anterior, aunque en este precepto sí que se incluye al agente auxiliar. La negativa debe ser clara y reiterada. 16º. Este precepto estaba previsto ante la situación de la anterior Ley de Seguridad Privada. Con la nueva redacción de la Ley de Seguridad Privada, el guarda rural de caza puede retirar el arma utilizada en la comisión de una infracción. 17º. Para distinguirla de la infracción muy grave del apartado 11º, el agente deberá describir con precisión las circunstancias del hecho, del momento y del lugar. 18º. El incumplimiento de las prohibiciones relacionadas en el artículo 12 apartados 1 y 2: -

1.a). La caza nocturna, salvo cuando esté expresamente autorizada.

-

1.c). La caza aprovechándose del trabajo de la maquinaría agrícola o forestal.

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-

1.g). La caza a la retranca o aprovechándose de la celebración de monterías u ojeos apostados a menos de 500 o 100 metros respectivamente de la linde de los terrenos cinegéticos donde se celebren.

-

1.i). La caza con reclamo de perdiz hembra.

-

1.k). La caza desde aeronaves, vehículos terrestres, embarcaciones a motor o caballerías, así como sirviéndose de ellos como medios de ocultación.

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1.l). Alterar, deteriorar o destruir los vivares, nidos, madrigueras y otros lugares de cría o refugio de las especies con la finalidad de capturar la pieza de caza.

-

1.m). Cualquier práctica fraudulenta dirigida a atraer o retener la caza procedente de terrenos ajenos o a espantarla o chantearla antes de las cacerías. Esta infracción podrá ser cometidas por personas que no sean cazadores.

-

2.a). El empleo de lazos, anzuelos, fosos así como todo tipo de trampas y de cepos o ballestas.

-

2.b). El empleo de municiones de plomo en humedales.

-

2.c). El empleo de todo tipo de redes o sustancias adhesivas.

-

2.d). El empleo de hurones, así como de reclamos o cimbeles protegidas vivos o naturalizados…

-

2.e). Las armas automáticas o semiautomáticas cuyo cargador pueda contener más de dos catuchos…

-

2.f). El empleo de silenciadores o de miras de visión nocturna incorporadas al arma…

-

2.g). El empleo de postas…

-

2.h). El uso de faros, linternas, espejos y cualquier otra fuente luminosa artificial…

-

2.j). El empleo de aparatos electrocutantes o paralizantes.

-

2.n). El uso de explosivos, cebos envenenados o cualquier otra sustancia, incluidos los gases y humos, que altere la capacidad de huida de los animales o provoque asfixia. La cumplimentación del actadenuncia por estos hechos, en la mayoría de los casos, se deben considerar como diligencias para entrega a la autoridad judicial. 19º. Las infracciones de caza cometidas en zonas comunes siempre serán graves o muy graves. 20º. Cazar en época de veda o fuera de los horarios establecidos en el Plan Técnico o en la Orden de Vedas. 21º. Complemento del anterior apartado, requiere la ejecución del disparo o abatir la pieza para aplicar este precepto. En consecuencia, constituirán infracciones leves el incumplimiento de las normas previstas en esta Ley de Caza, no previstas como infracción muy grave o grave en los apartados 1 y 2 del artículo 58. Concretamente las siguientes:

-

Art. 7. No portar durante el ejercicio de la caza la documentación exigida, es decir:

o

D.N.I., pasaporte o carné de conducir.

o

Licencia de caza.

o

Seguro de responsabilidad civil.

o

Documentación que ampara la tenencia de las armas. 96

o

Permiso del titular del espacio cinegético.

-

Art. 9. Incumplimiento de los deberes del cazador. En el acta-denuncia será necesario concretar los hechos que a juicio del agente llevan al incumplimiento del deber de caza de este artículo, siempre y cuando esta misma infracción no se encuentre la reflejada en el artículo 58.

-

Art. 10. Obligaciones de los dueños o cuidadores de los perros que transiten en espacios cinegéticos o refugios de fauna. Hay que tener en cuenta que esta infracción puede ser cometida por personas que no sean cazadores. Algunas de las infracciones aquí citadas vienen también previstas en otras normas estatales o autonómicas que hay que tener en cuenta, por ejemplo, la tenencia de animales potencialmente peligrosos.

-

Art. 12.1, apartado b). La caza en días de fortuna.

-

Art. 12.1, apartado d). La caza a la espera en condiciones distintas a las autorizadas.

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Art. 12.1, apartado e). La caza en manos encontradas.

-

Art. 12.1, apartado f). La caza a la retranca aprovechándose de una cacería.

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Art. 12.1, apartado h). La caza de crías o de hembras seguidas de crías, en condiciones no autorizadas.

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Art. 12.1, apartado j). La caza en monterías o batidas en puestos interiores a menos de 100 metros de cerramientos.

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Art. 12.2, apartado i). Disparar sobre palomos deportivos o mensajeros.

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Art. 12.2, apartado k). El abandono de las vainas de la munición empleada, así como cualquier otro residuo no orgánico.

-

Art. 12.2, apartado l). El empleo de sustancias olorosas atrayentes.

-

Art. 12.2, apartado m). El uso de radiotelecomunicaciones durante la celebración de las cacerías, así como el empleo de dispositivos electrónicos, al objeto de facilitar las mismas.

-

Art. 12.2, apartado o), Queda igualmente prohibido en el ejercicio de la caza o cuando se transportes armas u otros medios legales de caza, salvo autorización, la tenencia de los siguientes medios:

o

Lazos, anzuelos, cepos, ballestas.

o

Municiones de plomo en humedales.

o

Hurones, reclamos de cimbeles de especies protegidas, reclamos eléctricos, grabaciones.

o

Armas automáticas o semiautomáticas, aire comprimido, calibre 22.

o

Silenciadores, miras de visión nocturna.

o

Postas.

o

Faros, linternas (salvo esperas), espejos, rayos infrarrojos.

o

Aparatos electrocutantes o paralizantes.

o

Sustrancias olorosas atrayentes.

-

Art. 12.3. La tenencia de armas cargadas en los perímetros de seguridad. El uso de las armas en estos lugares constituiría, según los casos, infracción muy grave o grave.

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-

Art. 12.3.g). El uso imprudente de las armas de fuego. En el caso de que el agente denunciante sea miembro de un cuerpo policial, procedería denunciar esta infracción por la Ley de Seguridad Ciudadana en relación al Reglamento de Armas.

-

Art. 12.3.g). La participación en cacerías tipo ojeo, gancho, batida o montería de ojeadores, batidores o acompañantes de ellos sin vestir chalecos reflectantes. Con la entrada en vigor de la Orden 3/12 de caza del jabalí, procede incluir en esta infracción a todos los cazadores, los cuales a partir de esta norma, también están obligados a portar el chaleco reflectante.

-

Art. 12.4. No descargar el arma cuando se aproxime en dirección a las personas o bienes objeto de protección.

-

Art. 39. La tenencia de armas cargadas en las zonas de seguridad aquí descritas. El uso de armas de fuego en zonas de seguridad podría constituir infracción muy grave.

-

Art. 52. El traslado y suelta de piezas de caza vida sin la autorización de la Consellería competente en materia de caza. Así como la caza de especies repobladas sin respetar los periodos de aclimatación.

-

Art. 53. Taxidermitas. La ausencia de Libro de Registro de la procedencia de los animales.

-

Art. 54. La tenencia en cautividad de piezas de caza mayor, sin autorización.

-

Art. 58.7. Cuando la infracción se refiera a una especie comercializable. El apartado 4 describe lo que entenderemos por acción de cazar, imprescindible para la determinación de muchas de las infracciones previstas en este artículo. También es importante a la hora de determinar cuándo procede la retirada del arma por el agente, cuando se comete una infracción. El artículo 59 trata sobre la prescripción de las infracciones. Es importante no retrasar la tramitación de las denuncias más del tiempo imprescindible para la cumplimentación de los informes y reportajes necesarios. El artículo 60 prevé las sanciones aplicables por la comisión de las infracciones previstas en esta Ley.



Para la infracciones leves se ha previsto sanción de multa de 100 a 300 €.



Para las infracciones graves multa de 301 a 3000 € y retirada de la licencia de caza. Además, en este momento, a falta de reglamentación que desarrolle la Ley, tanto la retirada como la inhabilitación para volver a obtenerla se alarga en la mayoría de los casos a los dos años.



Para las infracciones muy graves multa de 3001 a 15.000 € y retirada de la licencia de caza. En este caso, la retirada y la inhabilitación serán de dos años y un día a tres años. El apartado 2 del mismo artículo establece que los infractores sancionados con la retirada de la licencia de caza deberán entregarla a la Consellería competente en materia de caza en un plazo de quince días desde la notificación de la resolución. En la práctica pocos infractores sancionados con esta medida proceden a su entrega en dependencias de la Consellería, por lo que no será inusual el identificar a cazadores que muestran una licencia de caza que les ha sido retirada. En caso de dudas, se deben consultar las bases de datos de Conselleria para comprobar si la licencia de caza la tienen retirada. El apartado 3 dice que en caso de las infracciones graves o muy graves imputables a los titulares de los acotados, las sanciones irán relacionadas con la suspensión o anulación de la actividad cinegética del coto. Por tanto, son sanciones aplicadas a los acotados como entidad y no a los personas físicas que las gestionan. El apartado 4 prevé el comunicar a la Intervención de Armas de la Guardia Civil las resoluciones firmes de las infracciones graves y muy graves, a los efectos oportunos. Aunque si bien esta 98

comunicación viene prevista en la Ley, en la realidad no se lleva a efecto. No obstante, las propias Intervenciones de Armas, bien a iniciativa propia o bien a propuesta de otras Unidades de la Guardia Civil, inician expedientes para la retirada de la Licencia de Armas a aquellos cazadores que, de acuerdo a los antecedentes policiales y de conductas observadas, no se considere que deban continuar manteniendo esta licencia. Estas propuestas deben ser tramitadas, en todo caso, en el caso de infracciones relacionadas con las conductas de furtivismo, debido a que en estos supuestos, es patente y manifiesta la voluntad del infractor de incumplir las más elementales normas de caza. Esta agravamiento viene previsto en el apartado 2 del artículo 61. El artículo 61 establece una graduación de las sanciones en relación a una serie de circunstancias que vienen listadas y que son muy similares a otras normas sancionadoras. En este apartado es importante resaltar que las circunstancias en las que se basará el instructor del expediente sancionador a la hora de graduar la sanción, serán además de las que pueda obtener de los archivos de la propia administración, las extraídas de la información que haya sido transmitida por el denunciante en la redacción del informe de denuncia, así como los reportajes fotográficos, elementos de prueba, etc. Por ello, es imprescindible que la redacción del informe-denuncia sea lo suficientemente detallada y contemple todas las circunstancias que han tenido lugar en la comisión de la infracción. El apartado 2, tal y como citamos anteriormente prevé el agravamiento de la sanción en los casos de conductas de furtivismo. El artículo 62 establece que con independencia de las sanciones aplicables, los infractores estarán obligados a indemnizar por los daños y perjuicios causados por el ejercicio de la caza en el momento de la infracción. Esta indemnización será a los titulares de los acotados en los supuestos de caza o captura ilegal de especies cinegéticas, en base a una tabla de valoración de las especies cinegéticas. No se tiene constancia de la instrucción de ningún expediente de indemnización de acuerdo a lo dispuesto en este precepto. Es de suponer que el expediente deberá ser instruido por la Consellería, y la solicitud corresponderá a la entidad que ha sufrido el daño. El artículo 63 prevé las multas coercitivas cuando el infractor no adopte voluntariamente las medidas correctoras establecidas por la administración. El artículo 64 establece que toda infracción a esta ley llevará consigo el comiso de: -

Los animales, vivos o muertos, que fueran ocupados, sean de especie cinegética o no.

-

Las artes, medios, útiles o animales que se hayan utilizado para cometer la infracción.

Artículo 65. Retirada y devolución de las armas y medios. 1. Los agentes de la autoridad (así como los agentes auxiliares), procederán a retirar las armas sólo en aquellos casos en que fuesen utilizadas para cometer la presunta infracción por: a. Disparo directo. b. Muerte de animales no cazables. c. Disposición de uso en lugar (zona seguridad o perímetro de seguridad) o tiempo (época de veda) no autorizados. Valdrá como recibo la copia de la denuncia donde figuran los datos del arma o arte intervenido. 2. Este apartado se corresponde con la anterior redacción de la Ley de Seguridad Privada. Actualmente los Guardas Rurales de caza puede intervenir las armas en las mismas condiciones que los agentes de la autoridad. 3. En caso de negativa a la entrega de los efectos, procederá la instrucción de diligencias por presunto delito de desobediencia. Los Guardas Rurales/Jurados de caza deberán requerir la presencia de agentes de la autoridad para la realización de este trámite. 99

4. Este apartado establece el procedimiento para la recuperación de los efectos intervenidos una vez sufragada la sanción. En el caso de las armas, el infractor deberá presentar en la Intervención de Armas correspondiente el justificante del pago de la sanción. El resto de efectos deberán ser recuperados en dependencias de la Consellería donde hubieran sido depositados. 5. Este apartado debe referirse a los decomisos de armas que hayan sido modificadas o que no se encuentren debidamente registradas en las Intervenciones de Armas. 6. Los efectos intervenidos de uso ilegal, como por ejemplo los reclamos de tordo, no serán devueltos a los sancionados, por lo que la administración les dará el destino correspondientes. El artículo 68 establece el Procedimiento Sancionador para la tramitación de los expedientes sancionadores en materia de caza. Así, los hechos constatados por los agentes de la autoridad y agentes auxiliares, que se formalicen en la correspondiente acta tendrán valor probatorio, sin perjuicio de las pruebas que en defensa de sus derechos e intereses puedan señalar o aportar los sujetos denunciados. Con este precepto se fija la presunción de veracidad en la actuación de los agentes denunciantes. Esta prerrogativa es imprescindible para la determinación de las infracciones administrativas. En caso de no contar con ella, sería la palabra del cazador contra la palabra del agente denunciante, por lo que en muchos casos sería imposible la denuncia. El artículo 69 establece que la competencia para iniciar los expedientes sancionadores corresponde a los directores de los servicios territoriales de la Consellería competente en caza. En consecuencia, las actas-denuncia y documentación anexa relacionada con la infracción se deberán remitir a la Dirección Territorial correspondiente a la provincia donde se ha observado la infracción. La Orden 3/2012, de 19 de enero, de la Consellería de Infraestructuras, Territorio y Medio Ambiente, por la que se regula la caza y control del jabalí en la Comunidad Valenciana, modificada por Orden 14/2013, de 11 de julio, de la misma Consellería; establece una serie de normas y prohibiciones en la caza de esta especie. En consecuencia, el incumplimiento o la inobservancia de estas disposiciones pueden suponer la comisión de infracciones a las normas caza. Algunas viene contempladas textualmente en las infracciones graves que se recogen en el artículo 58.2 de la Ley de Caza, y otras, la mayor parte, constituirían infracciones leves a esta Ley, en virtud de lo dispuesto en el artículo 58.3. Así podrán tener la consideración de infracciones leves, las siguientes: - Art. 4 Utilizar para la caza del zorro munición distinta a la bala. En caso de usarse posta se aplicará el artículo 58.2.18º. - Art. 5.1 b) No señalizar los puestos mediante banderín o en su defecto que el cazador lleve gorra reflectante. - Art. 5.1 c) Usar en la caza del jabalí munición distinta a la bala. En caso de usarse posta se aplicará el artículo 58.2.18º. - Art. 5.1. d). El empleo de la escopeta por parte de los batidores, perreros o acompañantes, sin autorización del titular o en condiciones distintas a las autorizadas. - Art. 5.1 e) El empleo de rifles en las zonas comunes de caza sin autorización expresa de la dirección territorial de la consellería competente en mteria de caza. - Art. 5.1 g). La falta de señalización de los caminos de acceso a la mancha para vehículos y sendas homologadas. - Art. 5.2. a) Doblar puestos, es decir, que en un mismo puesto haya dos personas con dos armas montadas. - Art. 5.2 b) Colocar puestos interiores y exteriores a menos de 100 metros de cerramientos cinegéticos. 100

- Art. 5.3 a). No celebrar la reunión obligatoria al inicio y a la finalización de la cacería. Infracción que pueden ser cometida únicamente por el encargado-responsable. - Art. 5.3 b) No cumplir con alguna de las funciones previstas el encargado-responsable. La falta de nombramiento de encargado-responsable podría constituir la infracción grave prevista en el artículo 58.2.2º, y sería responsabilidad del titular del acotado. - Art. 5.3 c) No colocar los puestos desenfilados y separados entre sí por accidentes del terreno, o en su defecto, que se visualicen entre sí. Infracción que pueden ser cometida únicamente por el encargadoresponsable. - Art. 5.3 d) El cambio o abandono de los puestos por parte de los cazadores y sus auxiliares durante la cacería. - Art. 5.3 e) El remate de piezas por parte de personal no autorizado. - Art. 5.3 f) No facilitar la localización los batidores y perreros, en las condiciones previstas. - Art. 5.3 g) Tener cargadas las armas antes del momento de llegar a la postura o después de abandonarla. - Art. 5.3 h) Incumplimiento de los deberes de atención debida a los perros, en las condiciones previstas. - Art. 6 En caso de apostar cazadores en los caminos de tierra o sus proximidades, además de la señalización obligatoria de la mancha, no realizar control de accesos por personas encargadas al efecto, o no comunicar la celebración de la cacería y de la colocación de puestos en la zona de seguridad al Ayuntamiento correspondiente. - Art. 8. Incumplimientos de las condiciones generales en materia de seguridad para esperas o aguardos.

PREVENCIÓN DE LAS INFRACCIONES La prevención de las infracciones se realiza fundamentalmente a través de la vigilancia de la actividad cinegética en un espacio. Para ello, en primer lugar es preciso tener un conocimiento de las normas fundamentales que serán de aplicación en el medio natural, es decir: -

Ley 42/2007, de 13 de diciembre, del Patrimonio Natural y la Biodiversidad.

-

Ley 13/2004, de 27 de diciembre, de Caza de la Comunidad Valenciana. Además hay que conocer todas aquellas normas de desarrollo de las anteriores y el Plan Técnico de Ordenación Cinegética correspondiente al acotado. Así, de acuerdo al calendario de caza del acotado y especies cinegéticas autorizadas, podemos conocer en todo momento en que fechas y lugares se pueden ejercitar la actividad cinegética en un acotado, y de este modo, controlar la presencia de cazadores y verificar que realizan la actividad legalmente. Para el buen desarrollo de la vigilancia de la actividad cinegética es fundamental que exista implicación de la Junta Directiva del acotado en esta tarea, facilitando a las fuerzas y cuerpos de

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seguridad y/o guardas de caza toda la información necesaria, en cuanto a autorizaciones, registro de cazadores, zonas de reserva, etc. Es también fundamental un contacto directo entre el Guarda de Caza del acotado y la Patrulla del SEPRONA de la demarcación, así como con el resto de agentes encargados de la vigilancia, como agentes medioambientales de la Consellería, Guardias Civiles de los puestos de la demarcación, Policía de la Generalitat y Policías Locales. Este contacto debe incluir reuniones periódicas de coordinación donde se ponga en consideración hechos ocurridos en la demarcación que puedan tener relación con la actividad cinegética, como por ejemplo, la presencia de bandas organizadas que se dedican al robo en casas aisladas, robo de productos del campo, etc. Así, es importante que los Guardas de Caza sean conocedores de características de vehículos sospechosos que pueden ser divisados en el transcurso del servicio, o bien al contrario, facilitar éstos a las fuerzas y cuerpos de seguridad información sobre vehículos sospechosos observados en la zona. En estas reuniones también es fundamental el tratar sobre procedimientos de actuación y vigilancia de la actividad cinegética, trasladándose información sobre horarios de servicio, lugares de vigilancia y modo de actuación concreta ante determinados hechos, como por ejemplo, caza furtiva, la presencia de cebos envenenados, paranny, etc. Es imprescindible que ante estos hechos que en muchos casos pueden ser constitutivos de delito, se consensue el modo de actuar en cuanto a la recogida de muestras, instrucción de diligencias, etc. FORMULACIÓN DE DENUNCIAS, MODELOS, PROCEDIMIENTO ADMINISTRATIVO, DECOMISOS Cuando en el transcurso de la actividad de vigilancia cinegética se observe a un cazador o cazadores, o bien a cualquier persona que se encuentre dentro del acotado, realizar una acción u omisión que pudiera ser constitutiva de infracción contemplada en cualquiera de las normas antes citadas, procede su identificación y la cumplimentación del acta-denuncia que junto a los efectos intervenidos (en su caso) y reportaje fotográfico, será remitida a la Consellería competente en materia de caza, a los efectos de inicio del procedimiento sancionador previsto en la Ley de Caza. El acta-denuncia es un documento público, sujeto a las protecciones previstas en el Código Penal por manipulación o falsificación, debe ser cumplimentado en el momento por el agente que haya observado la infracción, y se debe informar al infractor en el mismo momento, sobre que infracción presuntamente se ha cometido, entregando copia del acta. En Anexo se adjunta el modelo de acta-denuncia, el cual deberá ser rellenado en todos sus apartados, principalmente la fecha y lugar de los hechos, teniendo mucho cuidado en verificar la identidad del denunciado y en cumplimentar correctamente todos sus datos identificativos con el fin de que posteriormente no decaiga el procedimiento por una insuficiente o incorrecta identificación del denunciado. En el apartado hechos denunciados hay que huir de catalogar los hechos a un precepto concreto de las infracciones administrativas previstas en la Ley. Ésta es una atribución que corresponde exclusivamente al instructor del procedimiento sancionador. Por ello, el agente al cumplimentar la denuncia debe describir con la mayor precisión los hechos ocurridos, aportando toda aquella información y datos objetivos observados, fotos del lugar y de los efectos intervenidos, y sobre todo, omitiendo valoraciones subjetivas y opiniones personales que únicamente pueden producir decaimientos de la instrucción. La retirada de las armas de fuego viene prevista en el artículo 65 de la Ley de Caza. Tal y como se explica anteriormente, con la última modificación de la Ley de Seguridad Privada, los Guardas Rurales/Jurados de Caza actualmente también pueden retirar por sí mismo las armas en los casos siguientes: a. Disparo directo. 102

b. Muerte de animales no cazables. c. Disposición de uso en lugar (zona seguridad o perímetro de seguridad) o tiempo (época de veda) no autorizados. La entrega de la copia del acta-denuncia al infractor servirá como justificante de la recogida del arma, ya que en la misma figurarán los datos identificativos del arma. Asimismo en el acta deberá figurar claramente la retirada del arma al infractor por parte del agente. El depósito de las armas se realizará siempre en la Intervención de Armas Territorial correspondiente a la zona, donde permanecerán en depósito hasta que el denunciado sufrague la denuncia correspondiente y entregue el justificante acreditativo para la recogida del arma. En el caso de artes o medios utilizados para la caza que no sean legales, serán entregados en dependencias de la Consellería en materia de caza donde quedarán depositados hasta que éste organismo les dé un destino definitivo. Por último, en el caso de que los hechos observados se presuma que pudieran ser constitutivos de infracción penal, se deberá poner en conocimiento inmediato de las fuerzas y cuerpos de seguridad al objeto de que se hagan cargo de la instrucción de las diligencias. Los Guardas que hayan actuado en primer lugar, deberán poner a disposición de éstos las actas instruidas, reportajes fotográficos realizados y cualquier efecto intervenido, debiendo ofrecer declaración sobre los hechos ocurridos.

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PREVENCION DE INCENDIOS

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PREVENCIÓN DE INCENDIOS FORESTALES (información obtenida de las páginas web de la Consellería de Gobernació y de Infraestructuras, Territori i Medi Ambient)

Los incendios forestales son un fenómeno natural en el medio mediterráneo, pero su recurrencia y causalidad están muy ligadas a la actuación del ser humano en el territorio, con consecuencias nefastas como las del verano de los años 1994 o 2012. En la Comunitat Valenciana, la investigación de las causas nos muestra en qué medida la población es responsable del origen y de las consecuencias de estos incendios: de forma directa (negligencias, intencionados), al menos el 70% de los incendios forestales ocurridos en el periodo 20012010 tienen origen en las actividades humanas; de forma indirecta, el origen de los incendios forestales (y también sus consecuencias) se derivan de nuestro modelo territorial (por ejemplo, abandono de las zonas rurales y excesiva acumulación de vegetación forestal en el monte, es decir, abundante combustible disponible para arder). Un incendio forestal ocurre cuando el fuego se propaga sin control sobre el terreno forestal, y afecta a la vegetación que no estaba destinada a quemarse. En un bosque existen diferentes tipos de combustibles. Según el tipo de combustible la reacción puede ser más violenta y espontánea a temperatura ambiente. Los incendios forestales constituyen un grave problema en el arco mediterráneo, del que forma parte la Comunitat Valenciana, creando en ocasiones situaciones de grave riesgo y catástrofe con las consecuentes repercusiones negativas sobre el medio ambiente. Para paliar y evitar estas situaciones, la Generalitat Valenciana ha desarrollado el Plan Especial frente al Riesgo de Incendios Forestales (Decreto 163/1998), que contempla tanto las actuaciones en emergencias producidas por los incendios como las actuaciones en situaciones de preemergencia. Estas últimas se establecen en el Plan de Vigilancia Preventiva, que se concreta anualmente y constituye uno de los anexos del Plan Especial. Tal y como indica el Análisis de Riesgo del Plan, los municipios afectados por este riesgo en la Comunitat Valenciana pueden distribuirse de la siguiente forma: Municipios Comunitat ValencianaAlicante

Castellón

Valencia

Con riesgo

490

134

132

224

Sin riesgo

52

7

3

42

Total

542

141

135

266

Para activar el Plan de Vigilancia Preventiva y determinar el nivel de las situaciones de preemergencia, la Agencia Estatal de Meteorología, a través del Centro Meteorológico Territorial de Valencia, emite diariamente un boletín con los niveles para cada una de las 7 zonas en que se divide la Comunitat (fuera de la época estival los niveles se dan a escala provincial). Dichos niveles de preemergencia (niveles PREVIFOC) son: Nivel 1.- Peligrosidad Baja-Media Nivel 2.- Peligrosidad Alta 106

Nivel 3.- Peligrosidad Extrema. La Generalitat, en función de estos factores medioambientales y otros, declara el nivel de preemergencia. En caso de Nivel 3 o peligrosidad extrema entran en vigor una serie de medidas preventivas de obligado cumplimiento, contempladas en el artículo 145, 146 y 156 del reglamento (D 98/1995) de la Ley 3/ 1993 Forestal de la Comunitat Valenciana. Artículo 145 1. Quedan prohibidas como medida de precaución general en los terrenos forestales, en los colindantes o con una proximidad menor a 500 metros de aquéllos, las acciones o actividades siguientes: A) Arrojar fósforos y colillas encendidas. b) Encender fuego con la única finalidad de cocinar o calentarse fuera de los lugares preparados y autorizados al efecto. c) La instalación o mantenimiento de depósitos o vertederos de residuos sólidos que incumplan las condiciones legalmente establecidas para su instalación. d) Arrojar basura o cualquier otro tipo de desecho fuera de las zonas establecidas al efecto. e) El lanzamiento de cohetes, globos o artefactos de cualquier clase que contengan fuego, o puedan producirlo. f) La quema de márgenes de cultivos o de restos agrícolas o forestales durante el periodo comprendido entre el 1 de julio y 30 de septiembre. g) La quema de cañares, carrizales o matorrales ligada a algún tipo de aprovechamiento ganadero, cinegético o de cualquier otro tipo durante el periodo comprendido entre el 1 de julio y el 30 de septiembre. 2. Los períodos indicados en el apartado anterior podrán modificarse por la dirección general competente en función de las condiciones de peligro de incendio. Artículo 146 1. Las acciones o actividades que, aun estando restringidas dentro del ámbito de aplicación del presente reglamento, podrán realizarse previa autorización, son las siguientes: a) Almacenamiento, transporte o utilización de material inflamable o explosivo. b) Operaciones de destilación de plantas aromáticas. c) Utilización de grupos electrógenos, motores, equipos eléctricos o de explosión, aparatos de soldadura, etc., incluidos los pertenecientes a maquetas dirigidas por radio control. d) Acumulación y almacenamiento de madera, leña y cualquier tipo de residuo agrícola o forestal. e) La quema de márgenes de cultivo o de restos agrícolas o forestales fuera del periodo comprendido entre el 1 de julio y el 30 de septiembre. f) La quema de cañares, carrizales o matorrales ligada a algún tipo de aprovechamiento ganadero, cinegético o de cualquier otro tipo fuera del periodo comprendido entre el 1 de julio y el 30 de septiembre. 2. Los períodos indicados en el apartado anterior podrán modificarse por la dirección general competente en función de las condiciones de peligro de incendio. Artículo 156 1. En los días y zonas en los que el índice de peligro sea extremo, queda prohibido encender cualquier tipo de fuego, incluida la utilización de camping gas o similares. Por este motivo, quedarán en suspenso todas las autorizaciones otorgadas, así como todas las acciones o actividades que para esos días recojan los planes locales de quemas. 2. En estos días y zonas podrá estar restringida o suspendida la circulación de personas y vehículos por las pistas y caminos forestales. Asimismo es preciso mencionar la Resolución de 29 de julio de 2005, de la Consellería de Territorio y Vivienda, por la que se declaran los terrenos forestales de la Comunidad Valenciana zona de alto riesgo de incendio, y que se su artículo 2 dice: “Autorizar, con carácter general, el libre tránsito de personas por el territorio forestal de la Comunidad Valenciana. 107

En los días y zonas para los que el nivel de preemergencia ante el riesgo de incendios forestales, que recoge el Plan Especial Frente al Riesgo de Incendios Forestales de la Comunidad Valenciana, establezca el nivel 3 de peligrosidad de incendios, queda prohibido el tránsito de personas por senderos y campo traviesa. En estos días y zonas, el tránsito de personas por terrenos forestales queda restringido a las carreteras, caminos y pistas forestales, sin perjuicio de las actuaciones de gestión y mantenimiento que procedan y de las autorizaciones expresas que pueda acordar el órgano competente.” La prevención de incendios forestales engloba todas las actuaciones encaminadas a evitarlos y consisten en: • Selvicultura preventiva: se actúa sobre los árboles y arbustos para reducir la cantidad de vegetación que arde fácilmente. Para ello, se realizan clareos (se disminuye la cantidad de árboles mediante la corta o apeo de los dañados o enfermos), podas (se cortan las ramas más bajas de los árboles) y desbroces (se eliminan plantas cuando el matorral es muy denso). Esto dificulta que el fuego se inicie y se propague por la vegetación. Por ejemplo, si se desbroza la vegetación en los márgenes de una carretera, una colilla encendida arrojada desde un vehículo, tendrá menos posibilidad de iniciar un fuego o que éste se propague hasta el monte. A la inversa, si tenemos una casa en el campo rodeada por un perímetro en el que se ha actuado sobre la vegetación para reducir la cantidad de combustible y si se produce un incendio en el monte, será más difícil que el fuego afecte a la vivienda. • Vigilancia: la realizan profesionales que recorren el monte para detectar cualquier incidente relacionado con los incendios forestales (mal uso del fuego, aviso de incendio...); se conocen bien el monte y cómo comportarse en la naturaleza, informando sobre ello a la población. Un gran número de personas y medios están involucrados en la prevención de los incendios forestales: • Agentes medioambientales: son funcionarios que ostentan la condición de agentes de la autoridad; entre las muchas tareas que realizan relacionadas con la protección y gestión del medio natural, están las labores de prevención y vigilancia de incendios forestales. • Unidades de Prevención: llevan a cabo tareas de prevención, vigilancia y sensibilización, por ejemplo, educar e informar sobre el riesgo de incendios y la utilización del fuego, corregir actividades peligrosas, seguimiento de las tormentas por si algún rayo provocara un incendio forestal... • Personal técnico: expertos en el tratamiento de la información mediante programas informáticos que sirven de apoyo a las labores de prevención y extinción. • Voluntariado forestal y voluntariado medioambiental: realizan labores de información, concienciación y educación a los usuario del monte (excursionistas, propietarios, trabajadores...). • Brigadas de Emergencia, Guardia Civil y Policía Local y Autonómica: colaboran en la prevención, especialmente en los días de máxima alerta, y actúan en las labores de extinción. • Protección Civil: es un Servicio Público cuyo objetivo es prevenir las situaciones de grave riesgo colectivo o catástrofes y proteger a las personas y los bienes cuando dichas situaciones se producen. • Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente y Agencia Estatal de Meteorología: ponen a disposición de la Generalitat información necesaria para la prevención y extinción de los incendios. • Toda la sociedad: nosotros también podemos colaborar con ellos llamando al 1-1-2 (el servicio de emergencias) y comunicando un posible incendio forestal. • Concienciación: para sensibilizar a las personas de los efectos negativos de los incendios forestales e informar para que no se hagan usos indebidos del fuego que puedan originar incendios. Se realiza, entre otros, a través de las Brigadas de Prevención, de los Agentes Medioambientales, de campañas educativas, anuncios... 108

Si a pesar de las medidas preventivas se produce el incendio forestal, se aplica lo contemplado en el Plan Especial frente al Riesgo de Incendios Forestales, movilizándose de inmediato los recursos contemplados en el mismo. Las fuerzas y cuerpos de seguridad, de acuerdo a lo establecido en este Plan, quedan encuadradas en la Unidad Básica de Seguridad, que bajo la coordinación del mando de la Guardia Civil sobre el terreno, tiene asignadas las funciones de seguridad ciudadana, control de accesos a la zona de intervención y circulación vial, avisos a la población y la coordinación y ejecución de una posible evacuación. Además esta Unidad Básica será la encargada de centralizar la información sobre cualquier indicio acerca del origen del incendio o sus causas, lesiones personales y daños existentes al ser responsable de la instrucción de diligencias judiciales. En consecuencia, a pesar que el Plan no contempla la participación los Guardias Rurales/Jurados de Caza en el dispositivo ni su pertenencia a ninguno de las Unidades Básicas de Actuación, es de entender que en razón a las funciones que les atribuye la Ley de Seguridad Privada y de las características de las labores que desarrolla este personal en los espacios cinegéticos y cuando a éstos les afecte un incendio forestal, quedarán a disposición del mando operativo sobre el terreno de la Guardia Civil, que le asignará una de las funciones antes descritas durante el desarrollo del incendio y hasta su extinción. Una vez finalizado el incendio forestal, o en el transcurso del mismo, se inicia la investigación de las causas del mismo. Cuando ocurre un incendio forestal, hay que recabar una gran cantidad de información para conocer el origen y la causa del fuego. Es una labor importante desde el punto de vista de la prevención porque permite establecer medidas adecuadas para evitar otros incendios. La investigación de causas de los incendios forestales la realiza la Guardia Civil, un grupo especializado del cuerpo de Agentes Medioambientales, el GOIIF (Grupo Operativo de Investigación de Incendios Forestales), y también pueden intervenir la Policía de la Generalitat; todos tienen la consideración de agentes de la autoridad. También pueden participar en esta labor los peritos judiciales, que son aquellas personas designadas por un juez para realizar la investigación. La investigación de causas empieza antes de las acciones de extinción para evitar la modificación o destrucción de cualquier prueba existente en la zona. Los datos que se estudian son numerosos y variados, incluso en los alrededores de la zona incendiada puede haber evidencias importantes para la investigación (caminos, vehículos, vallas, huellas de coche, pisadas...). Es necesario averiguar el ORIGEN del fuego, es decir, el punto exacto donde se inició el incendio. Para ello, los investigadores estudian la información relacionada con los factores que influyen en su propagación, como el viento, la pendiente del terreno y los combustibles (vegetación) y los indicios que permiten determinar la dirección del fuego en los materiales que va carbonizando el fuego a su paso (partes quemadas en la vegetación, manchas en las piedras, hollín en las cercas metálicas...). Los Guardas Jurados/Rurales de Caza tienen la obligación de trasladar a estas unidades toda información referente al origen del incendio, así como colaborar con los investigadores en las diligencias para la averiguación del origen del incendio.

El Decreto 188/2014, de 7 de noviembre, del Consell, por el que se regula la figura de guarda jurado de caza en la Comunitat Valenciana y la habilitación para el control de predadores, en su artículo 7 establece las funciones del guarda jurado de caza. Así, en su apartado 2, se dice: “Además, en los espacios cinegéticos en los que prestan su servicio, y sin perjuicio de las autorizaciones que en su caso fueran necesarias, realizarán las siguientes tareas: a) Informar y tratar de evitar las posibles infracciones. 109

b) Informar de los daños a la agricultura y a la fauna. c) Realizar controles de poblaciones por motivos de gestión. d) Informar sobre capturas. e) Precintar piezas de caza, examinar las mismas y tomar muestras biológicas. f) Expedir permisos. g) Participar en la toma de datos en censos o muestreos. h) Comunicar la presencia de enfermedades, epizootias o venenos. i) Control de predadores, cuando estuviera habilitado para su realización, de acuerdo con los requisitos establecidos en el título II de este decreto. j) Cuantas otras les atribuya la normativa aplicable.” Toda vez que algunas de las tareas antes descritas, distintas de la propia vigilancia, comporta la realización de labores mecánicas en terrenos que tienen la consideración de forestales, se considera que les puede ser de aplicación, y por lo tanto, deben de conocer, lo dispuesto en el Decreto 7/2004, de 23 de enero, del Consell de la Generalitat, por el que se aprueba el pliego general de normas de seguridad en prevención de incendios forestales a observar en la ejecución de obras y trabajos que se realicen en terreno forestal o en sus inmediaciones, el cual se adjunta como Anexo para su estudio, en especial las siguientes normas generales de seguridad: 1. Salvo autorización concreta y expresa del director de los servicios territoriales de la Conselleria de Territorio y Vivienda, no se encenderá ningún tipo de fuego. 2. En ningún caso se fumará mientras se esté manejando material inflamable, explosivos, herramientas o maquinaria de cualquier tipo. 3. Se mantendrán los caminos, pistas, fajas cortafuegos o áreas cortafuegos libres de obstáculos que impidan el paso y la maniobra de vehículos, y limpios de residuos o desperdicios. 4. En ningún caso se transitará o estacionarán vehículos carentes de sistema de protección en el sistema de escape y catalizador, en zonas de pasto seco o rastrojo dado el riesgo de incendio por contacto. UTILIZACIÓN DE HERRAMIENTAS, MAQUINARIA Y EQUIPOS 1. Los emplazamientos de aparatos de soldadura, grupos electrógenos, motores o equipos fijos eléctricos o de explosión, transformadores eléctricos, éstos últimos siempre y cuando no formen parte de la red general de distribución de energía, así como cualquier otra instalación de similares características, deberá realizarse en una zona desprovista de vegetación con un radio mínimo de 5 metros o en su caso rodearse de un cortafuegos perimetral desprovisto de vegetación de una anchura mínima de 5 metros. 2. La carga de combustible de motosierras, motodesbrozadoras o cualquier otro tipo de maquinaria se realizará sobre terrenos desprovistos de vegetación, evitando derrames en el llenado de los depósitos y no se arrancarán, en el caso de motosierras y motodesbrozadoras, en el lugar en el que se han repostado. Asimismo, únicamente se depositarán las motosierras o motodesbrozadoras en caliente, en lugares desprovistos de vegetación. 3. Todos los vehículos y toda la maquinaria autoportante deberán ir equipada con extintores de polvo de 6 kilos o más de carga tipo ABC, Norma Europea (EN 3-1996). 4. Toda maquinaria autopropulsada dispondrá de matachispas en los tubos de escape. 5. Todos los trabajos que se realicen con aparatos de soldadura, motosierras, motodesbrozadoras, desbrozadoras de cadenas o martillos, equipos de corte (radiales), pulidoras de metal, así como cualquier otro en el que la utilización de herramientas o maquinaria en contacto con metal, roca o terrenos forestales pedregosos pueda producir chispas, y que se realicen en terreno forestal o en su inmediata colindancia, habrán de ser seguidos de cerca por “operarios controladores” dotados cada uno de ellos de una mochila extintora de agua cargada, con una capacidad mínima de 14 litros, cuya misión exclusiva será el control del efecto que sobre la vegetación circundante producen las chispas, así como el control de los posibles conatos de incendio que se pudieran producir.

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ARMAS DE CAZA

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TIPOS DE ARMAS UTILIZABLES. SU MANEJO. SU UTILIZACIÓN, GUARDA Y CUSTODIA. CONSERVACION DE LAS ARMAS

Una parte fundamental de la acción de cazar, como no puede ser de otra manera, es la utilización del tipo de arma adecuada para cada modalidad, terreno y circunstancia. De manera que en este tema veremos los diferentes tipos de armas de fuego de las que se disponen en España para las actividades deportivas cinegéticas, sus definiciones y prescripciones legales, de la misma forma que estudiaremos la manera más óptima de su manejo con las condiciones de seguridad adecuadas, así como de las diferentes opciones para custodiarlas y conservarlas. La definición de arma de fuego que nos ofrece el Real Decreto 976/2011, de 8 de julio, por el que se modifica el Reglamento Armas, aprobado por el Real Decreto 137/1993, de 29 de enero., según su artículo 2. “ Toda arma portátil que tenga cañón y que lance, esté concebida para lanzar o pueda transformarse fácilmente para lanzar un perdigón, bala o proyectil por la acción de un combustible propulsor.” De esta manera se diferencian en el mismo texto legal los distintos tipos de armas de fuego, según sus características y/o sistema de disparo, siendo estos los siguientes: Arma automática: Arma de fuego que recarga automáticamente después de cada disparo y con la que es posible efectuar varios disparos sucesivos mientras permanezca accionado el disparador. Arma semiautomática: Arma de fuego que después de cada disparo se recarga automáticamente y con la que solo es posible efectuar un disparo al accionar el disparador cada vez. Arma combinada: Arma formada por la unión de elementos intercambiables o fijos de dos o más armas de distinta categoría, que pueden ser utilizados separada o conjuntamente. Arma de fuego corta: Arma de fuego cuyo cañón no exceda de 30 cm o cuya longitud total no exceda de 60 cm. Arma de fuego larga: Cualquier arma de fuego que no sea un arma de fuego corta. Arma de repetición: Arma de fuego que se recarga después de cada disparo, mediante un mecanismo accionado por el tirador que introduce en el cañón un cartucho colocado previamente en el depósito de municiones. Arma de un solo tiro: Arma de fuego sin depósito de municiones, que se recarga antes de cada disparo mediante la introducción manual de un cartucho en la recámara o en un alojamiento especial a la entrada del cañón. Arma basculante: Arma de fuego que, sin depósito de municiones, se carga mediante la introducción manual de un cartucho en la recámara y tiene un sistema de cierre mediante báscula. Puede tener uno o varios cañones. La clasificación que nos ofrece el mismo Reglamento de Armas teniendo en cuenta sus características, grado de peligrosidad y destino o utilización, se enumeran y clasifican en el presente artículo en las siguientes categorías:  

Primera categoría. Armas de fuego cortas: Comprende las pistolas y revólveres. Segunda categoría:

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1. Armas de fuego largas para vigilancia y guardería: Son las armas largas que reglamentariamente se determinen por Orden del Ministerio del Interior o mediante decisión adoptada a propuesta o de conformidad con el mismo, como específicas para desempeñar funciones de vigilancia y guardería. 2. Armas de fuego largas rayadas: Se comprenden aquellas armas utilizables para caza mayor. También comprende los cañones estriados adaptables a escopetas de caza, con recámara para cartuchos metálicos, siempre que, en ambos supuestos, no estén clasificadas como armas de guerra.  Tercera categoría: 1. Armas de fuego largas rayadas para tipo deportivo, de calibre 5,6 milímetros (22 americano), de percusión anular, bien sean de un disparo, bien de repetición o semiautomáticas. 2. Escopetas y demás armas de fuego largas de ánima lisa, o que tengan cañón con rayas para facilitar el plomeo, que los bancos de pruebas reconocidos hayan marcado con punzón de escopeta de caza, no incluidas entre las armas de guerra. 3. Armas accionadas por aire u otro gas comprimido, sean lisas o rayadas, siempre que la energía cinética del proyectil en boca exceda de 24,2 julios.  Cuarta categoría: 1. Carabinas y pistolas, de tiro semiautomático y de repetición; y revólveres de doble acción, accionadas por aire u otro gas comprimido no asimiladas a escopetas. 2. Carabinas y pistolas, de ánima lisa o rayada, y de un solo tiro, y revólveres de acción simple, accionadas por aire u otro gas comprimido no asimiladas a escopetas.  Quinta categoría: 1. Las armas blancas y en general las de hoja cortante o punzante no prohibidas. 2. Los cuchillos o machetes usados por unidades militares o que sean imitación de los mismos.  Sexta categoría: 1. Armas de fuego antiguas o históricas, sus reproducciones y asimiladas, conservadas en museos autorizados por el Ministerio de Defensa, si son dependientes de cualquiera de los tres Ejércitos, y por el Ministerio del Interior, en los restantes casos. 2. Las armas de fuego cuyo modelo o cuyo año de fabricación sean anteriores al 1 de enero de 1870, y las reproducciones o réplicas de las mismas, a menos que puedan disparar municiones destinadas a armas de guerra o a armas prohibidas. La antigüedad será fijada por el Ministerio de Defensa, que aprobará los prototipos o copias de los originales, comunicándolo a la Dirección General de la Guardia Civil. 3. Las restantes armas de fuego que se conserven por su carácter histórico o artístico, dando cumplimiento a lo prevenido en los artículos 107 y 108 del presente Reglamento. 4. En general, las armas de avancarga.  Séptima categoría: 1. Armas de inyección anestésica capaces de lanzar proyectiles que faciliten la captura o control de animales, anestesiándolos a distancia durante algún tiempo. 2. Las ballestas. 3. Las armas para lanzar cabos. 4. Las armas de sistema Flobert. 5. Los arcos, las armas para lanzar líneas de pesca y los fusiles de pesca submarina que sirvan para disparar flechas o arpones, eficaces para la pesca y para otros fines deportivos. 6. Los revólveres o pistolas detonadoras y las pistolas lanzabengalas. Según el destino que le demos a las armas, y objetivamente orientadas a las actividades deportivas del tiro en sus distintas modalidades federativas, al igual que a las diferentes modalidades de las actividades cinegéticas, podemos diferenciar los tipos de armas ya conocidos según el uso. De esta manera encontramos: Armas de ánima lisa: Escopeta de un solo cañón y único disparo: 113

Se trata del arma más sencilla y de menor peso. En muchos casos sin choke o como máximo con ¼ de choke. Es el arma utilizada por los aficionados que se inician o personas de edad.

Escopeta Paralela:

Se trata del arma tradicional de caza que está formada por dos cañones paralelos o yuxtapuestos. Es un arma muy adecuada para el tiro de caza horizontal y al suelo. No es apropiada para el tiro al plato. La calidad del arma reside en sus elementos básicos, cañones, culata y mecanismos o báscula. La báscula define la calidad del arma: platina entera o media platina. La primera tiene un mecanismo más complejo, preciso y caro.

Escopeta Superpuesta:

Es el arma más utilizada para el tiro al plato por su fácil encare y mejor campo visual. Tiene dos cañones superpuestos el uno sobre el otro y unidos de diversos modos: macizo y ventilado. Por su amplio campo visual es adecuada para tiros verticales y sesgados.

Escopeta Semiautomática:

Es un arma de un solo cañón que permite el disparo de varios cartuchos sin recargar (hasta tres son los permitidos por la legislación). Se ha convertido en un arma muy popular para la caza y también para el tiro. Suelen estar adaptadas para el uso de polichokes o chokes variables. El funcionamiento del sistema de expulsión y alimentación se realiza gracias a la presión de los gases del primer disparo. Tienen un menor retroceso que las armas paralelas o superpuestas. Escopeta corredera o “pump action”:

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Es un arma de un solo cañón de báscula similar a las semiautomáticas. En este caso la expulsión y alimentación del arma se realiza mecánicamente por accionamiento manual por parte del cazador o tirador. Requiere que el cazador se familiarice con el arma y su mecanismo y es apta para todo tipo de caza.

Armas de anima rayada (Rifles) Rifle Monotiro:

Se trata de rifles de un solo cañón; para cada disparo son necesarias tres operaciones: extracción de la vaina, introducir una nueva bala y armar el mecanismo de disparo de nuevo. Se utiliza para la caza en rececho de alta montaña, por la ligereza de este tipo de armas, que cuentan con gran precisión a larga distancia. Es muy apreciado en centro Europa. Su inconveniente es que sólo tiene capacidad para un disparo.

Rifle Express:

El clásico rifle express de dos cañones es el de cañones yuxtapuestos. Es más pesado y caro que el resto de los rifles, pero tienen una mayor versatilidad y sobre todo es más eficaz y potente que otros rifles. En sus dos modalidades, de cañones superpuestos y yuxtapuestos es una de las armas más utilizadas por los cazadores para la caza en batida, montería y especies peligrosas porque permite disparar dos tiros en muy poco tiempo. Su inconveniente es su elevado precio

Rifle de Cerrojo:

El rifle de cerrojo es el arma ideal para la caza de montaña. Se caracteriza por su construcción compacta y el cañón rayado. Su mecanismo de repetición manual es similar al de un cerrojo. Sus partes fundamentales son, el sistema de puntería, la culata, el cañón de ánima rayada, el mecanismo de carga y el de disparo. El cerrojo puede ser de movimiento vertical o de desplazamiento horizontal a lo largo del 115

eje de la recámara "tipo mauser", giratorio con tetones de cierre traseros, giratorio con tetones de cierres delanteros y traseros, y con cerrojo de doble sección o articulado. Se caracterizan por su alta relación precio-calidad, por su potencia (se fabrican en todos lo calibres) y por su altísima precisión. Se puede emplear en todas las modalidades de caza

Rifle de Corredera:

Tienen una concepción similar a las escopetas "pump action". Se trata de armas de repetición o semiautomáticas de un solo cañón. El mecanismo de expulsión y alimentación se encomienda a un mecanismo bajo los cañones que por acción manual produce los movimientos mecánicos necesarios. Es un arma ligera y manejable.

Rifle de Palanca:

Es el sistema de repetición manual más antiguo y sus diseños están inspirados en las viejas armas del Lejano Oeste Americano. Se trata de un arma ligera y manejable con potencia suficiente para abatir la mayoría de las reses de montería. Para recargar el arma, el tirador tiene que accionar una palanca situada debajo de la empuñadura de la culata cada vez que dispara. Los depósitos de carga suelen ser tubulares. Se utiliza mucho en las modalidades de caza en bosque y cuando las distancias de tiro son cortas o medias

Rifle Semiautomático:

Armas de gran versatilidad y fiabilidad. Poseen un sólo cañón y utilizan la fuerza del retroceso producida por el disparo para montar de nuevo un cartucho. Los cartuchos están situados en el depósito de la munición, la primera vez que se arma el rifle se hace manualmente pero para las consecutivas simplemente se debe presionar el gatillo por cada disparo que se realiza. Su funcionamiento suele ser de dos tipos: Por toma de gases o de cañón móvil con muelle de compensación. Es muy útil para cazar en batida y montería, y en general en todas las modalidades en las que se dispara sobre piezas en movimiento.

Rifle Mixto:

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Rifle superpuesto, con un cañón liso y otro rayado debajo. El primero de calibre 12 o 16, y el segundo que suele ser un 7 X 65 R. Estas características le dotan de una sorprendente polivalencia en la caza, tanto mayor como menor. Su inconveniente suele estar en el peso elevado.

Drilling:

Esta es considerada un arma especial. Está dotada de tres cañones, dos lisos sobre uno rayado, normalmente de calibre 7 x 65 R. Es un rifle algo pesado y su precio es quizás algo excesivo, pero el drilling es, sin duda, un arma excelente que goza de la polivalencia del rifle mixto y del encare fácil y rápido del express. Existe también el express drilling, que se diferencia del anterior en la distribución de sus cañones, teniendo éste dos rayados yuxtapuestos sobre uno liso.

Otra de las características para distinguir las armas es el calibre. El calibre varía según se trate de armas de ánima lisa (escopetas), de ánima rayada larga (rifles o carabinas) o de arma rayada corta (pistolas y revólveres).

Para expresar el calibre en las escopetas de caza menor se emplea la denominada nomenclatura inglesa, y el mas extendido es el denominado calibre 12. En este caso el diámetro interior del cañón es de 20 mm que es el diámetro de una de las 12 esferas iguales que pueden salir de una libra inglesa de plomo (453 gramos). Es decir, el diámetro de una esfera de plomo de 1/12 de libra inglesa de peso. La elección del calibre de la escopeta dependerá, como no, del tipo de caza que se quiera practicar con ella, y para ello, es necesario conocer los calibres más utilizados, además de sus características generales para la caza: Calibre 12: Es el más polivalente. Puede ser utilizado en cualquier modalidad de caza y tiro. Calibre 16: Escopetas muy manejables y ligeras aunque con inferiores cualidades balísticas que las del calibre 12. Calibre 20: Lógicamente la carga de plomos es menor comparado con un calibre 12, y por tanto sus cualidades balísticas son inferiores a un arma de ese calibre. No obstante, estas armas son fácilmente manejables y ligeras, muy adecuadas para la caza de becadas, aunque totalmente ineficaces en la caza mayor. Calibre 24: Arma eficaz para caza en llano a distancia media, aunque actualmente en desuso. Calibre 28: los 21 gramos de plomo que alberga este cartucho son suficientes para abatir pequeñas pieza a distancias de 30-35 metros con total limpieza. 117

Calibre 410: su número está expresado en pulgadas según el sistema utilizado en EEUU. Calibre que no consigue tanta efectividad como el 28, aunque es correcto a distancias de tiro de hasta 25 metros. Su retroceso y peso son mínimos. Además de éstos son muchos más los calibres en escopetas existentes, aunque los citados son los más usados y conocidos en nuestro país. En las armas rayadas el calibre es muy variado, encontrándose diversas nomenclaturas para Europa y América. Muchos fabricantes han diseñado sus propias armas con calibres y longitudes de recámara diferentes, lo que hace muy difícil establecer un criterio único. Podemos decir que los calibres europeos se expresan por dos cifras separadas por el signo "X". La primera es el diámetro de la bala en milímetros mientras que la segunda es la longitud de la vaina. Para los calibres americanos se utilizan las milésimas o centésimas de pulgada y el nombre del fabricante. Como ejemplo podemos ver que el conocido calibre .30-06 Springfield (Muy usado en España para caza mayor), posee un diámetro de proyectil de 0,30 pulgadas, significando la cifra 06 el año en que entró en servicio, de modo reglamentario en el ejército norteamericano, o sea año 1906. Por cierto, la vaina de este cartucho es de 63 milímetros de longitud, por ello es denominado también 7,62x63 m/m. En España, la tenencia y porte de armas fuego está condicionada a la previa concesión de la licencia de armas correspondiente, bien a la actividad deportiva a realizar o a las armas a portar, de esta manera queda establecida la citada obligación en el Art 96 del Reglamento de Armas. De la misma forma que sólo podrán obtener licencia para la tenencia y uso de armas largas rayadas para caza mayor o para escopetas y armas asimiladas las personas que superen las pruebas de capacitación que determine el Ministerio del Interior sobre conocimiento de las armas, su cuidado y conservación y sobre habilidad para su manejo y utilización. Para poder portar las armas por la vía pública o espacios urbanos solamente se podrán portar desmontadas o dentro de sus cajas o fundas, exclusivamente durante el trayecto desde los lugares en que habitualmente están guardadas o depositadas hasta los lugares donde se realicen las actividades de utilización debidamente autorizadas, bien sea campos, polígonos o terrenos cinegéticos autorizados para la correspondiente actividad deportiva. De esta manera se establece en el art. 149 del Reglamento de Armas la obligación de utilizar de forma exclusiva en los polígonos, galerías o campos de tiro y en los campos o espacios idóneos para el ejercicio de la caza, de la pesca o de otras actividades deportivas. La legislación vigente obliga a tanto las personas físicas como las jurídicas que posean armas de fuego sometidas a licencia a: 

A guardarlas en lugar seguro y a adoptar las medidas necesarias para evitar su pérdida, robo o sustracción.



A presentar las armas a las autoridades gubernativas o a sus agentes, siempre que les requieran para ello.



A declarar, inmediatamente, en la Intervención de Armas correspondiente, la pérdida, destrucción, robo o sustracción de las armas o de su documentación. De la misma forma que se puede guardar las armas completas, los cierres o las piezas esenciales para el funcionamiento de las armas en locales autorizados, como son las armerías, locales de empresas o entidades especializadas en la custodia de armas, debidamente autorizados por la Dirección General de la Guardia Civil.

118

Solamente existe obligación de guardar las armas en el interior de armeros o cajas fuertes homologadas en los domicilios en el caso de la tenencia de armas de la categoría 2.2. establecida en el Reglamento de Armas, es decir de armas de caza mayor, de la misma forma que de las armas amparadas con la licencia de armas tipo F de tiro olímpico. De manera que para la guarda y custodia de las armas en los domicilios, en el caso de las escopetas se deberán adoptar las medidas de seguridad adecuadas para evitar la sustracción, pero sin tener la obligación legal de la adquisición de una caja fuerte o armero homologado con en el caso de los rifles de caza mayor. En el caso de que se produzca la sustracción, robo, perdida o destrucción de algún arma de fuego sometida a licencia se debe dar cuenta inmediata a la Intervención de Armas de la Guardia Civil correspondiente con entrega de la guía de pertenencia, pudiendo exigir ésta la responsabilidad correspondiente en caso de negligencia por parte del titular de las armas. En toda actividad deportiva en la que se utilicen armas de fuego, los usuarios de las mismas deben estar en todo momento en condiciones de controlarlas. De manera que presencia o proximidad de otras personas, deben con la diligencia y precauciones necesarias y comportarse de forma que no puedan causar peligro, daños, perjuicios o molestias a terceras personas o a sus bienes. Así pues queda prohibido portar, exhibir o usar las armas en las siguientes situaciones o circunstancias: 

Sin necesidad o de modo negligente o temerario.



Mientras se utilizan cascos o auriculares conectados con aparatos receptores o reproductores de sonidos.



Bajo los efectos de bebidas alcohólicas, estupefacientes, psicotrópicos, estimulantes u otras sustancias análogas. Si la adecuada elección del arma correspondiente a la actividad deportiva que se va a realizar es importante, no lo es menos la posterior conservación de la misma, en pro de un correcto funcionamiento, así como de encontrarse en el estado óptimo que aconseja el fabricante. De esta manera podemos aplicar unas cuantas normas para su correcta y adecuada conservación como pueden ser:

     

Limpiar con un disolvente o spray especial y un cepillo los cañones y eliminar cualquier residuo de pólvora. Limpiar la recamara con un paño impregnado en disolvente y así asegurar el buen asentamiento de la munición. Pasar por el ánima aceite protector específico para armas. No usar aceites que puedan llegar a prender a altas temperaturas. Secar muy bien el cañón eliminando cualquier resto de aceite. Las escopetas con choques intercambiables se guardaran con éstos desmontados y cuidadosamente limpios. Sobre todo sus roscas. Cuando se pase la baqueta por el cañón, no se debe introducir la misma por la recamara. No dañando de esta manera la boca de los cañones.

119

   

Limpiar con un cepillo suave y un paño y unas gotas de aceite especial para armas el cerrojo y los cierres sobre todo la parte de la uña extractora. En escopetas, desmontar y limpiar el interior de las pletinas con desengrasante o petróleo, etc. Poner una capa de aceite protector. Comprobar las agujas percutoras y sus muelles, el mecanismo del seguro, así como los muelles de los cargadores. Hay que dejarlos destensados para aliviarlos. Verificar los ajustes de la madera y si fuera necesario dar una capa de aceite para protegerla de la intemperie.

120

HOMOLOGACION DE TROFEOS DE CAZA

121

HOMOLOGACIÓN DE TROFEOS DE CAZA

La homologación es el trámite que permite valorar objetivamente y catalogar los parámetros característicos de un trofeo de caza, tales como longitudes, anchuras, alturas, perímetros, envergaduras, curvaturas, pesos, volúmenes, edades y conteos de puntas, especialmente en aquellos ejemplares más grandes y viejos, a fin de crear un fondo documental y una base de datos que permitan el traspaso y tratamiento de la información, constituyendo así experiencia útil en pos de una mejor gestión de la riqueza cinegética. Se erige, pues, como un instrumento de evaluación de los programas de protección y expansión de la fauna, pero también como herramienta clave para la puesta en valor de los recursos cinegéticos existentes en España. Sobre el terreno, la importancia de la homologación de trofeos reside en su capacidad de estímulo para fomentar hechos y acciones que contribuyen a la conservación de la fauna salvaje, tales como: 1. Fomentan la caza selectiva de animales adultos y viejos, lo que contribuye a mantener la pirámide de población en su estructura más favorable para el desarrollo de la especie. 2. Prima la obtención de capturas de calidad frente a la cantidad o “caza fácil”. Supone un incentivo para la realización de una actividad cinegética sacrificada, y por tanto responsable. 3. Impone una movilización de los gestores de fincas para invertir un mayor esfuerzo en pos de la conservación de los hábitats y los territorios, pues el valor de los trofeos se refleja en el importe de los beneficios económicos que los propietarios obtienen de las capturas. En nuestro país, el organismo encargado del control, medición y documentación de los trofeos es la Junta Nacional de Homologación de Trofeos de Caza, adscrita al Ministerio de Medio Ambiente, Medio Rural y Marino, siendo la comisión encargada de custodiar los archivos de las fichas de homologación y de publicar periódicamente los catálogos de trofeos homologados.

122

Con la transferencia de competencias en materias de caza a las comunidades autónomas, surgen las Comisiones Regionales de Homologación, rigiendo en nuestro territorio la comisión autonómica de la Comunitat Valenciana. Existen diversas fórmulas para la homologación de trofeos. En España, y desde 1975 se homologa según las normas del Consejo Internacional de la Caza (CIC), que son las que se desarrollarán más adelante en este tema. Es un método criticado por su complejidad y por volcar gran parte de la valoración en un parámetro subjetivo como es la belleza. Sin embargo, está ampliamente aceptado como el sistema más adecuado a la fauna europea. Las principales características son: 

Traducción de todas las medidas a puntos



División de los trofeos homologables en tres categorías, oro, plata y bronce según las puntuaciones preestablecidas.



Formularios muy específicos para cada especie.



Gran proporción de valoración se otorga en concepto de “belleza”.

Actualmente, las especies cinegéticas de caza mayor autorizadas en la Comunidad Valenciana son el ciervo, el gamo, el corzo, el macho montés, el muflón, el arruí, el jabalí y el zorro. Los trofeos para estas especies son las cuernas o cuernos adheridos al cráneo o parte del mismo, en el caso de cérvidos, bóvidos y óvidos; y colmillos y amoladeras para el jabalí. Mención aparte merece el caso del zorro, cuyo cráneo se homologa desde el año 2010 en Andalucía, independientemente de la procedencia del trofeo. Para evitar la duplicidad documental en la homologación y el “fraude” en la ostentación de los méritos cinegéticos, los trofeos se someten a un marcaje estandarizado para cada especie, que permite identificar aquellos que ya han sido valorados y catalogados en una ocasión, evitando que puedan volver a serlo.

123

NORMAS DE APLICACIÓN GENERAL 1. Instrumentos de medida. Todas las medidas se tomarán con cinta métrica metálica, salvo aquellas en las que se indique explícitamente el empleo de corredera, calibrador o balanza. Puede emplearse cinta textil siempre que esté escalada en milímetros y contrastada su exactitud con una cinta metálica. 2. Grado de apreciación. Las medidas anteriores se tomarán y expresarán con los siguientes niveles de apreciación: Unidad de medida

Grado de apreciación

Centímetros

1 milímetro

Milímetros

0’1 milímetros

Kilogramos

10 gramos (0.01 kg)

Gramos

1 gramo

3. Apreciaciones. Al bonificar la belleza o imponer penalizaciones se utilizarán puntos o medios puntos, salvo en el caso del jabalí, cuya tabla estandarizada permite alcanzar una precisión de dos decimales. 4. Roturas. Las roturas no suponen causa de descalificación o penalización para la homologación, aunque sólo será susceptible de medida la parte de la cuerna que haya quedado sin romper. 5. Procedencia. Actualmente, se exige indicar la procedencia del trofeo de caza, según provenga de fincas abiertas (A) o fincas cerradas (C). 6. Circunstancias excluyentes de homologación. NO serán homologables: -

Los trofeos anormales o atípicos, entendiéndose como tales aquellos en los que falte uno de los elementos cuya medida se incluya en la fórmula de valoración. Sólo en el caso del ciervo y el gamo se permite su homologación cuando carezcan de un elemento, pero nunca cuando falten dos.

-

Los trofeos en los que se haya modificado artificialmente alguna parte objeto de medición.

-

Los trofeos cuya procedencia no pueda acreditarse o no se acredite debidamente en el caso de ser solicitada.

124

FORMULARIOS PARA LA HOMOLOGACIÓN DE ESPECIES

HOMOLOGACIÓN DE JABALÍ INSTRUCCIONES PARA LA TOMA DE MEDIDAS 1. Longitud de los colmillos Se medirá siguiendo la curvatura exterior de las defensas desde la raíz hasta el extremo. Si el colmillo no puede separarse de la cantonera, se mide a partir del borde de ésta. 2. Anchura de los colmillos Medida con un calibrador de precisión en milímetros, con apreciación hasta la décima de milímetro, en la sección de la parte más gruesa. No se considerarán las excrecencias o abultamientos anormales que puedan presentar los trofeos. 3-4. Perímetro de las amoladeras Se medirá en la sección de la parte más gruesa. No se contemplan en la valoración las excrecencias anormales. La cinta métrica debe salvar las posibles entalladuras.

5. Belleza Se adjudicarán hasta un máximo de 2 puntos a los colmillos y hasta 3 puntos a las amoladeras en concepto de estimación de su belleza, valorándose cada elemento de forma individual, por separado, en función de los parámetros y según los baremos máximos que se recogen en la siguiente tabla: 125

BELLEZA (Hasta 5 puntos) COLMILLOS (Hasta 2 puntos)

Derecho

Izquierdo

Máximo

Coloración marrón oscuro a negro de la parte exterior

0.125

0.125

0.25

Regularidad de la curvatura en la parte exterior

0.125

0.125

0.25

Tamaño de la superficie afilada

0.125

0.125

0.25

Puntas afiladas

0.125

0.125

0.25

0.5

0.5

1

1

1

2

Curvatura con un arco que alcanza los 157,5° TOTAL POR COLMILLOS

AMOLADERAS (Hasta 3 puntos)

Derecha

Curvatura con un arco que alcanza los 157’5º Curvatura con un arco entre 135º y 157’5º Color en la superficie externa TOTAL POR AMOLADERAS

Izquierda

Máximo

1

1

2

0.5

0.5

1

Hasta 0.5

Hasta 0.5

1

1.5

1.5

3

6. Penalizaciones Serán aplicables hasta 10 puntos de penalizaciones por los siguientes conceptos PENALIZACIÓN POR DEFECTOS (Hasta 10 puntos) INSUFICIENTE SUPERFICIE AFILADA DE COLMILLOS

Derecho

Izquierdo

Máximo

Menor o igual a 4 centímetros

-1.5

-1.5

-3 puntos

Entre 4’5 y 5 cm

-0.5

-0.5

-1punto

DEFECTOS EXAGERADAMENTE LLAMATIVOS Diferencia de longitud, anchura y forma entre colmillos

Hasta - 3 puntos

Diferencia de longitud y forma entre amoladeras

Hasta - 3 puntos

Desproporción entre amoladeras y colmillos

Hasta - 1 punto

126

FÓRMULA DE VALORACIÓN Valor y unidades

X

cm. o mm.

Puntos

1. Promedio de la longitud de los dos

Der.

cm.

X1

colmillos

Izq.

cm.

X1

2 Promedio de la anchura de los dos

Der.

mm.

X3

colmillos

Izq.

mm.

X3

3. Perímetro de la amoladera derecha

cm.

X1

4. Perímetro de la amoladera izquierda

cm.

X1

5. Belleza SUMA DE PUNTOS POSITIVOS -

6. Penalizaciones VALORACIÓN EN PUNTOS DEL TROFEO

BARÉMO DE MEDALLAS

MEDALLA DE ORO

110 puntos o superior

MEDALLA DE PLATA

105 – 109’99 puntos

MEDALLA DE BRONCE

100 – 104’99 puntos

CONSIDERACIONES PARTICULARES DE LA ESPECIE Únicamente serán susceptibles de medición aquellos trofeos que no hayan sido montados sobre tabla expositora, o que sean desmontables, en el caso de estar montados. De presentarse con cantonera, se medirán desde el borde de la misma con el colmillo.

MARCAJE El marcaje se efectúa mediante un orificio ejecutado en la zona posterior de uno de los colmillos, con una broca de 2 milímetros, sin que sea necesario colocar ni extrusionar ningún tipo de remache. De esta forma, en caso de que se proceda a la naturalización y los colmillos se fijen a la mandíbula del animal, el marcaje quedará oculto.

127

HOMOLOGACIÓN DE CABRA MONTÉS INSTRUCCIONES PARA REALIZAR LAS MEDIDAS 1-2. Longitud de los cuernos Se mide la longitud de cada trofeo por separado, siguiendo la quilla delantera, desde el borde inferior del cuerno hasta su extremo, sin adaptar la cinta métrica metálica a las rugosidades. 3. Perímetro de los cuernos Se toma la medición en la sección de la parte más gruesa del primer tercio de cada cuerno, que suele estar en el medrón de la base. En este caso, sí se adaptará la cinta métrica a las posibles rugosidades. 4. Envergadura de los cuernos Se considerará la máxima envergadura exterior del trofeo, medida con corredera. Se otorgará puntuación por envergadura según los siguientes criterios. Si es igual o inferior al 80% de la longitud del cuerno más largo

0 puntos

Del 80,01 al 85% de la longitud del cuerno más largo

1 punto

Del 85,01 al 105% de la longitud del cuerno más largo

2 puntos

Del 105,01 al 110% de la longitud del cuerno más largo

1 punto

Superior al 110%

0 puntos

128

5. Puntos de edad Se puntuará en función del número de medrones, que son los tramos de crecimiento visibles limitados por una rugosidad. Cada medrón equivale a un año y se puntúan a razón de: Diez años

1 punto

Once o doce años

2 puntos

Trece años o más de trece

3 puntos

6. Curvatura La forma característica es la de una lira. Se considerará como punto de inflexión cada cambio de dirección identificable en el trazado de la cuerna, como se refleja en las figuras incluidas en la tabla a continuación. La puntuación otorgable es la siguiente: Cuernos rectos

0 puntos

Cuernos con un punto de inflexión

1 punto

Cuernos con dos puntos de inflexión

2 puntos

Cuernos con dos puntos de inflexión e

3 puntos

iniciado el tercero Cuernos con tres puntos de inflexión

4 puntos

Cuernos con tres puntos de inflexión muy

5 puntos

diferenciados

7. Penalizaciones De la puntuación total obtenida ser restarán los siguientes valores según el defecto detectado: Cuernos sin color

-1 punto

Cuernos lisos, o con medrones muy poco marcados

-1 punto

Cuernos con las puntas astilladas

-1 punto

Cuernos marcadamente asimétricos

Hasta - 4 puntos

129

FÓRMULA DE VALORACIÓN DEL TROFEO Valor y unidades

X

cm. o mm.

Puntos

1. Longitud del cuerno derecho

cm.

X1

2. Longitud del cuerno izquierdo

cm.

X1

3. promedio de los perímetros en la base de

Der.

cm.

X 2’6

cada cuerno

Izq

cm.

X 2’6

4. Envergadura Años

5. Edad 6. Curvatura

SUMA DE PUNTOS POSITIVOS -

7. Penalizaciones VALORACIÓN EN PUNTOS DEL TROFEO

MEDALLAS BARÉMO MEDIO

BARÉMO NORTE

BARÉMO

VALENCIA/ALICANTE

CASTELLÓN/ FINCAS CERRADAS

MEDALLA DE ORO

225 puntos o superior

230 puntos o superior

MEDALLA DE PLATA

215 – 224’99 puntos

220 – 229’99 puntos

MEDALLA DE BRONCE

205 – 114’99 puntos

205 – 219’99 puntos

CONSIDERACIONES PARTICULARES DE LA ESPECIE Los trofeos de macho montés no deberán estar pegados al soporte óseo y se presentarán en condiciones de higiene adecuadas. De la misma forma, los vástagos óseos que sustentan los cuernos deben tener un mínimo de 20 centímetros de longitud.

MARCAJE Se realiza extrusionando un remache, que se localizará en la parte posterior de uno de los cuernos. El orificio para la colocación del mismo se efectuará con una broca de 4 milímetros de diámetro.

130

HOMOLOGACIÓN DE MUFLÓN

INSTRUCCIONES PARA LA TOMA DE MEDIDAS 1. Longitud de los cuernos Medida desde la base de la funda, siguiendo la curvatura exterior, hasta el extremo del cuerno. 2-3-4. Perímetro de los cuernos Se considerará el trofeo dividido en tercios. Se tomará el perímetro en la parte más gruesa del primero, segundo y tercer tercio de la longitud de cada cuerno, siguiendo el paralelo de los anillos. 5. Envergadura Se valorará la máxima envergadura exterior del trofeo, medida con corredera, teniendo en cuenta que la distancia entre las puntas no se acepta como envergadura. 6. Belleza El trofeo podrá bonificarse con hasta 11 puntos en concepto de belleza, según el color, la curvatura y la morfología de los anillos de los cuernos, siguiendo la siguiente baremación: COLOR DE LOS CUERNOS Claro

1 punto

Marrón

2 puntos

Negro

3 puntos

ANILLOS DE LOS CUERNOS Se puntúan, independientemente, los tres tercios de la cornamenta, se suman las puntuaciones parciales y se divide entre 3 para obtener el valor promedio. Distanciados

1 punto

Promediados

2 puntos

Apretados

3 puntos

131

CURVATURA Se mide con corredera el diámetro exterior de los cuernos en el punto donde forma un ángulo de 90° con el borde del maxilar superior. Se adopta el mayor valor de ambos cuernos y se puntúa según: Diámetro hasta 25,9 cm

0 puntos

Diámetro de 26 cm. a 26,9 cm

1 punto

Diámetro de 27 cm. a 27,9 cm

2 puntos

Diámetro de 28 cm. a 28,9 cm

3 puntos

Diámetro de 29 cm. a 29,9 cm

4 puntos

Diámetro de 30 cm o mayor

5 puntos

7. Penalización Se aplicarán penalizaciones de hasta un máximo de 5 puntos en total por la asimetría de los cuernos o por curvaturas demasiado cerradas, en función de la baremación siguiente: CUERNOS ASIMÉTRICOS o dirigidos hacia cuello o mandíbula del animal

Hasta -2 puntos

CURVATURAS DEMASIADO CERRADAS, valoradas según el coeficiente

Según cociente

resultante de dividir la envergadura de la cuerna por la distancia de separación entre las puntas, ambas medidas tomadas con corredera. Cociente de 2,5 a 2,69

-1 punto

Cociente de 2,7 a 2,89

-2 puntos

Cociente de 2,9 y más

-3 puntos

CONSIDERACIONES PARTICULARES DE LA ESPECIE -

No podrán homologarse oficialmente los trofeos que presenten una cornamenta demasiado abierta, dado que pueden suponer una señal de hibridación con otras razas domésticas. A tales efectos, se considera una abertura atípica cuando el cociente de curvatura es inferior a 0.7.

-

Los trofeos no deberán estar pegados y será preceptivo que se presenten en condiciones adecuadas de higiene.

-

Los vástagos óseos que sustentan los cuernos han de tener una longitud mínima de 20 centímetros.

132

FÓRMULA DE VALORACIÓN DEL TROFEO Valor de

Promedio en cm

cada cuerno 1. Promedio de la longitud de los

Der.

cm.

dos cuernos

Izq.

cm.

2. Promedio de los perímetros en

Der.

cm.

la base de cada cuerno.

Izq.

cm.

3. Promedio de los perímetros en

Der.

cm.

el segundo tercio de cada cuerno.

Izq.

cm.

4. Promedio de los perímetros en

Der.

cm.

el tercer tercio de cada cuerno

Izq.

cm.

X

cm.

X1

cm.

X1

cm.

X1

cm.

X1

Puntos

5. Envergadura 5. Belleza SUMA DE PUNTOS POSITIVOS -

7. Penalizaciones VALORACIÓN EN PUNTOS DEL TROFEO

MEDALLA DE ORO

205 puntos o superior

MEDALLA DE PLATA

195 – 204’99 puntos

MEDALLA DE BRONCE

185 – 194’99 puntos

BAREMACIÓN MEDALLAS

MARCAJE Idéntico procedimiento al descrito para la cabra montés. Se identifican mediante un remache extrusionado en la parte posterior de uno de los cuernos, efectuando el orificio con broca de 4 milímetros de diámetro.

133

HOMOLOGACIÓN DE ARRUÍ INSTRUCCIONES PARA LA TOMA DE MEDIDAS 1. Longitud de los cuernos Se mide la longitud del trofeo siguiendo la curvatura exterior, desde el punto más bajo en la parte anterior de la funda hasta el extremo del cuerno, sin adaptar la cinta métrica a las rugosidades. 2. Perímetro de los cuernos en la base El

perímetro

en

la

base

se

mide

perpendicularmente al eje del cuerno, sin tener en cuenta el borde del mismo. 3-4-5 Perímetro de los cuernos en cada cuarto Se divide por cuatro la longitud del cuerno y se toman las medidas de cada cuarto en ambos cuernos, midiéndose la sección en cada punto marcado. VALORACIÓN DEL TROFEO Se suman los puntos de las columnas 1 y 2 correspondientes a las medidas de cada cuerno, y se restan los de la columna 3, que señala las eventuales diferencias. El resultado de estas operaciones es la valoración en puntos del trofeo. VALORACIÓN DEL TROFEO

Columna 1

Columna 2

Columna 3

IZQUIERDO

DERECHO

DIFERENCIA

1. Longitud del cuerno

cm.

cm.

2. Perímetro del cuerno en la base

cm.

cm.

3. Perímetro del cuerno en el primer cuarto

cm.

cm.

4. Perímetro del cuerno en el segundo cuarto

cm.

cm.

5. Perímetro del cuerno en el tercer cuarto

cm.

cm.

SUMA DE PUNTOS VALORACIÓN FINAL EN PUNTOS (Columna 1 + Columna 2 – Columna 3)

BAREMACIÓN MEDALLAS

MEDALLA DE ORO

350 puntos o superior

MEDALLA DE PLATA

330 – 349’99 puntos

MEDALLA DE BRONCE

310 – 329’99 puntos

134

CONSIDERACIONES PARTICULARES DE LA ESPECIE Los trofeos no deberán estar pegados al soporte de hueso y lucirán un estado higiénico adecuado. Los vástagos óseos que sustentan los cuernos tendrán una longitud mínima de 20 centímetros. MARCAJE Se practica con idénticas características comentadas para el macho montes y el muflón. Se identifican mediante un remache extrusionado en la parte posterior de uno de los cuernos, efectuando el orificio con broca de 4 milímetros de diámetro.

135

HOMOLOGACIÓN DEL CIERVO-VENADO TERMINOLOGÍA UTILIZADA

Corona Envergadura

Punta central Segunda luchadera

Roseta

Luchadera

INSTRUCCIONES PARA LA TOMA DE MEDIDAS 1. Longitud de las cuernas Se medirá la cuerna siguiendo la curvatura exterior desde el borde inferior externo de la roseta hasta el extremo de la punta de la corona que dé la mayor longitud total. La cinta métrica se oprimirá contra la cuerna a 3-4 cm. de la roseta, y en la medición se procurará, en la medida de lo posible, no variar de dirección. 2. Longitud de las luchaderas Medida por la cara anterior-inferior, desde la unión con la roseta hasta el extremo. 3. Longitud de las puntas centrales Medida por la cara anterior-inferior, desde la bisectriz que divide el ángulo formado por este candil con la cuerna, hasta el extremo de la punta central. Si la punta central se divide en una horquilla, se mide hasta la punta más larga. 4. Perímetro de las rosetas Medido en la sección de la parte más gruesa de las mismas, salvando con la cinta métrica las rugosidades. 5-6-7 y 8 Perímetro de las cuernas Medido en la sección de la parte más delgada de los tramos indicados, sin consideración a otras posibles puntas existentes. Si falta la punta central en una cuerna, se mide el grosor en el sitio más delgado entre la luchadera y la corona. Este resultado se usa tanto 136

para el perímetro entre la luchadera y la central como para el de la central a la corona. Si falta la punta central en ambas cuernas, el trofeo se considera atípico y no se homologa. 9. Peso del trofeo Se toma el peso en kilos de las cuernas y el cráneo exento de toda materia o entraña, con apreciación hasta los 10 gr, aplicando las siguientes deducciones o sumas según su presentación: Con el cráneo completo y sin la mandíbula

-0,700 kg. del peso total

inferior Con el cráneo serrado, de modo que falte la dentadura superior

-0,500 kg. del peso total

Con el cráneo serrado, presentando

No se aplican deducciones ni

únicamente el frontal

sumas.

Con el cráneo serrado, de modo que presente

De +0,15 a +0,20 kg. al peso

los pivotes y muy poco más de hueso

total

10. Envergadura Se tomará como envergadura la máxima separación interior entre las cuernas, otorgando por este parámetro la siguiente puntuación: Envergadura inferior al 60% del promedio de la longitud de las cuernas

0 puntos

Envergadura del 60% al 69’9% del promedio de la longitud de las cuernas

1 punto

Envergadura del 70% al 80% del promedio de la longitud de las cuernas

2 puntos

Envergadura superior al 80% del promedio de la longitud de las cuernas

3 puntos

137

11. Número de puntas Cada candil se valora con un punto adicional. Se consideran puntas aquellos tramos de la cornamenta que midan al menos 2 centímetros por la parte más corta, y siempre que esa longitud sea mayor que la anchura en la base de esa punta.

12. Belleza La valoración de la cornamenta se bonificará hasta con un máximo de 18 puntos por parámetros como el color, la presencia de perlas, el acabado de las puntas, la longitud de las luchaderas o el número de puntas en la corona y su calidad.

CORONA Forman parte de la corona todas las puntas que nazcan por encima de la punta central. Según sea el número total de éstas, contando las de ambas cuernas, y su longitud (largas, medianas o cortas), la bonificación por belleza de la corona será la que le corresponda en el cuadro que figura a continuación.

Son puntas largas aquellas de más de 15 cm., medianas las que miden entre 10’1 y 15 cm., y cortas las de longitud comprendida entre 2 y 10 cm. Las puntas se miden por la parte más corta, desde la bisectriz con la cuerna. Las puntas cortas afectan al número total, pero no así a la valoración por longitud.

COLOR DE LOS CUERNOS Gris claro, amarillento o teñido artificialmente

0 puntos

Gris a marrón

1 punto

Marrón oscuro

2 puntos

138

PRESENCIA DE PERLADO EN LA SUPERFICIE Superficie de las cuernas lisa

0 puntos

Superficie de las cuernas ligeramente perlada

1 punto

Superficie de las cuernas bien perlada

2 puntos

ACABADO DE LAS PUNTAS Porosas o romas

0 puntos

Puntiagudas y oscuras

1 punto

Puntiagudas y blancas

2 puntos

SEGUNDAS LUCHADERAS. Se valora cada una separadamente,

Izquierda

Derecha

Corta (de 2 a 10 cm.)

0 puntos

0 puntos

Mediana (de 10’1 a 15 cm.)

0.5 puntos

0.5 puntos

Larga (más de 15 cm.)

1 punto

1 punto

del siguiente modo

13. Penalización Para longitudes de cuerna distintas, cuernas asimétricas y diferencias entre luchaderas, segundas luchaderas y centrales se puede adjudicar una penalización de hasta 3 puntos. Esta penalización no se aplicará si el trofeo ya ha resultado perjudicado al medir la longitud de dichos elementos.

VALORACIÓN Valor de cada

Medidas y

cuerno

unidades

1. Promedio de la longitud de los

Der.

cm.

dos cuernos.

Izq.

cm.

2. Promedio de la longitud de las

Der.

cm.

dos luchaderas.

Izq.

cm.

3. Promedio de la longitud de las

Der.

cm.

dos puntas centrales.

Izq.

cm.

4. Promedio de los perímetros de

Der.

cm.

las dos rosetas.

Izq.

cm.

X

cm.

X 0’5

cm.

X 0’25

cm.

X 0’25

cm.

X1

5. Perímetro cuerna derecha, entre luchadera y punta central.

cm.

X1

6. Perímetro cuerna izquierda, entre luchadera y punta central.

cm.

X1

7. Perímetro cuerna derecha, entre punta central y corona

cm.

X1

Puntos

139

8. Perímetro cuerna izquierda, entre punta central y corona.

cm.

X1

9. Peso del trofeo

kg

X2

10. Envergadura

cm.

11. Número de puntas Color

12. Belleza

Perlas Puntas Segundas luchaderas Corona

L

MMM

C

SUMA DE PUNTOS POSITIVOS -

7. Penalizaciones VALORACIÓN EN PUNTOS DEL TROFEO

BAREMACIÓN MEDALLAS

MEDALLA DE ORO

181 puntos o superior

MEDALLA DE PLATA

173 – 180’99 puntos

MEDALLA DE BRONCE

165 – 172’99 puntos

CONSIDERACIONES PARTICULARES DE LA ESPECIE -

El trofeo del ciervo no podrá homologarse una vez naturalizado, ya que el proceso afectaría al cálculo del peso del mismo, y por tanto a su valoración.

-

Debe transcurrir un mes entre la captura y el procedimiento de homologación. Si en su valoración obtiene una puntuación superior a los 195 puntos, deberá efectuarse una nueva medición al cumplirse los tres meses desde su cacería, siendo este resultado el definitivo.

-

Si la segunda luchadera tiene un arranque más alto de lo normal y aparece sustancialmente alejada de la luchadera, se medirá con el mismo sistema de medición utilizado para las puntas centrales, y no con el protocolario en el caso de las luchaderas.

-

A efectos de evitar discordancias entre los apartados “número de puntas” y “valoración de la corona por belleza”, se anotarán en la ficha de homologación 140

todas las anomalías observadas en los pares típicos (luchaderas, segundas luchaderas y puntas centrales), como ausencias, bifurcaciones o trifurcaciones. -

Será obligatorio someter el trofeo a pruebas de ADN si su puntuación los sitúa entre las cinco primeras posiciones del ranking nacional, o si el juez homologador así lo estima conveniente por tener dudas fundadas sobre el origen del trofeo.

-

Con referencia a la medición de los perímetros en el trofeo de ciervo, cuando falta la luchadera o la punta central pueden surgir dudas acerca de donde se debe medir, siguiéndose los siguientes criterios: o Si falta una luchadera se mide el grosor en el punto más delgado entre la roseta y la central. o Si falta la central, se mide el grosor en el sitio más delgado entre la luchadera y la corona. Este resultado se usa tanto para el perímetro entre la luchadera y la central como para el de la central a la corona. o Si falta la corona no se mide en el punto más delgado sino que se toma la medida del perímetro a mitad de camino entre la central y el extremo de la cuerna. o Se considera que toda punta por encima de la central forma parte de la corona. Pueden existir venados con dos centrales.

MARCAJE El trofeo de ciervo se marca mediante la colocación de un remache en la parte posterior de una de las cuernas, en posición diametralmente opuesta a la primera luchadera, y a una altura de unos 4 centímetros sobre la roseta. El extrusionado se efectuara, con una remachadora manual, sobre orificio practicado con broca de 4 milímetros.

141

HOMOLOGACIÓN DE CORZO INSTRUCCIONES PARA LA TOMA DE MEDIDAS 1. Longitud de las cuernas Se tomará dicha medida siguiendo la curvatura exterior, desde el borde inferior externo de la roseta, salvando las protuberancias anormales de ésta, hasta el extremo de la punta más alta. La cinta métrica se oprimirá contra la cuerna a 2 o 3 centímetros de la roseta. 2. Peso del trofeo Se pesa en gramos el cráneo exento de cualquier tipo de materia encefálica o extraña, con apreciación hasta la unidad (1 gr.), deduciéndose o añadiendo al peso total: Con el cráneo completo y sin la mandíbula

-90 gr. del peso total

inferior Con el cráneo serrado, de modo que falte la dentadura superior

-65 gr. del peso total

Con el cráneo serrado, presentando únicamente

No se aplican

el frontal

deducciones ni sumas.

Con el cráneo serrado, de modo que presente los

De +10 a +20 gr. al

pivotes y muy poco más de hueso

peso total

3. Volumen de las cuernas Se calcula por diferencia entre el peso total del trofeo en seco y el que arroja cuando se efectúa el pesaje sumergiendo en agua las cuernas hasta la altura de las rosetas, éstas incluidas. Cada gramo obtenido de la diferencia equivale a 1 cm3 de volumen.

142

4. Belleza Se bonificará el trofeo en concepto de belleza con hasta un máximo de 18 puntos, por parámetros como el color, el perlado, el porte de las rosetas, la envergadura y el acabado de las puntas. COLOR DE LOS CUERNOS Claro o cuernas teñidas

0 puntos

Amarillento o marrón claro

1 punto

Marrón

2 puntos

Marrón oscuro mate

3 puntos

Oscuro casi negro

4 puntos

PERLADO DE LAS CUERNAS Casi sin perlas

0 puntos

Débilmente perladas

1 punto

Medianamente perladas (perlas pequeñas pero numerosas)

2 puntos

Bien perladas (perlas pequeñas en toda la cuerna)

3 puntos

Muy bien perladas (perlas importantes en toda la superficie)

4 puntos

ROSETAS Bonificación por grosor de las rosetas

Hasta 2 puntos

Bonificación por la anchura de las rosetas

Hasta 2 puntos

ENVERGADURA. Se entiende por envergadura la máxima separación interior entre las cuernas Inferior al 30% del promedio de la longitud de las cuernas

0 puntos

Entre el 30% y el 34’9% del promedio de la longitud de las cuernas

1 punto

Entre el 35% y el 39’9% del promedio de la longitud de las cuernas

2 puntos

Entre el 40% y el 44’9% del promedio de la longitud de las cuernas

3 puntos

Entre el 45% y el 75% del promedio de la longitud de las cuernas

4 puntos

Superior al 75%

0 puntos

143

PUNTAS

Porosas y poco desarrolladas

0 puntos

Porosas y medianamente desarrolladas

1 punto

Puntiagudas y blancas

2 puntos

5. Bonificación por estructura de la cuerna Se podrán otorgar hasta un máximo de 5 puntos bonificando la estructura general de la cuerna, premiando con hasta 3 puntos la regularidad de las cuernas y añadiendo hasta 2 puntos por calidad de luchaderas y traseras, según el cuadro siguiente: Bonificación por luchaderas y puntas traseras Longitud

Luchadera

Luchadera

Trasera

Trasera

derecha

izquierda

derecha

izquierda

Más de 6 cm.

0.50

0.50

0.50

0.50

De 5 a 6 cm.

0.25

0.25

0.25

0.25

De 3’5 a 4’9 cm.

0

0

0

0

6. Penalizaciones por estructura de la cuerna De la misma forma, se podrán deducir hasta un máximo de -5 puntos, de los que 3 puntos podrían atribuirse a la forma defectuosa de las cuernas y otros 2 puntos responderían a la mala calidad de las luchaderas y traseras, según el cuadro adjunto: Penalización por luchaderas y puntas traseras Longitud

Luchadera

Luchadera

Trasera

Trasera

derecha

izquierda

derecha

izquierda

De 2’6 a 3’4 cm

-0.25

-0.25

-0.25

-0.25

Inferior a 2’5 cm

-0.50

-0.50

-0.50

-0.50

Las luchaderas y traseras se miden por la parte exterior de la punta, desde donde ésta se encuentra con la línea imaginaria exterior de la cuerna principal.

144

VALORACIÓN Medida y valor 1. Promedio de la longitud de las

Der.

cm.

dos cuernas

Izq.

cm.

X

cm.

X 0’5

2. Peso de las cuernas en gramos

-

g.

X 0’1

3. Volumen de las cuernas

-

cm3

X 0’3

Puntos

Color………………….

4. Belleza

Perlas………………… Rosetas……………… Envergadura………… Puntas……………….. 5. Bonificación SUMA DE PUNTOS POSITIVOS -

6. Penalizaciones VALORACIÓN EN PUNTOS DEL TROFEO

BAREMO MEDALLAS

MEDALLA DE ORO

130 puntos o superior

MEDALLA DE PLATA

115– 129’99 puntos

MEDALLA DE BRONCE

105 – 114’99 puntos

CONSIDERACIONES PARTICULARES DE LA ESPECIE -

Como en el caso del resto de cérvidos, no podrán homologarse de forma definitiva los trofeos de corzo que superen los 130 puntos hasta pasados tres meses de su captura.

-

No podrá homologarse el trofeo una vez naturalizado

-

No se homologarán los trofeos de corzo que sean claramente deformes, que tengan peluca, o en los que sea imposible la medición del volumen.

MARCAJE El marcaje se ubica en la parte posterior del cráneo, mediante extrusión de un remache en orificio abierto con broca de 4 milímetros de diámetro.

145

HOMOLOGACIÓN DE GAMO

INSTRUCCIONES PARA LA TOMA DE MEDIDAS 1. Longitud de las cuernas Se medirá la longitud del trofeo por la cara exterior, siguiendo una línea imaginaria que vaya por el centro de la pala, desde el borde inferior externo de la roseta hasta la escotadura más alta, que será aquella cuya tangente perpendicular a la línea de crecimiento de la pala, tomada en el punto central inferior de la escotadura, tenga una longitud que represente al menos la mitad de la anchura de la pala. La cinta métrica se oprimirá contra la cuerna a 3-4 cm. de la roseta. En la figura se representan distintas escotaduras máximas posibles. La marcada en rojo queda descartada por ser inferior a la mitad de anchura, señalada en negro. En azul se marcan aquellas que cumplen la condición respecto a la anchura y en verde se recalca la más larga de estas, que se considera la escotadura máxima a efectos de medición. 2. Longitud de las luchaderas Medida por la cara anterior-inferior, desde la unión con la roseta hasta el extremo. 3. Longitud de las palas Se mide desde el punto en el que empieza a ensanchar la cuerna hasta la escotadura más alta. Se considera punto de ensanchamiento aquel donde el perímetro de la cuerna empiece a tener 1 centímetro de perímetro más que el medido entre la central y la pala. En aquellos casos en que las palas arranquen por debajo de la central, es decir en aquellos en los que el perímetro de la cuerna entre la central y la palma supere en un 130% el perímetro de la cuerna entre la roseta y la central, NO se medirá desde donde empieza a ensanchar la pala, sino desde el punto imaginario en el que se cruza el eje de la punta central con el de la cuerna. Para medir la longitud, la cinta métrica ha de llevarse por el centro de la pala y, en ningún caso, por la parte delantera de ésta. Lo más cerca que puede estar la cinta de la 146

parte delantera de la pala es la misma distancia que haya entre la escotadura más alta y la parte delantera de la cuerna en su extremo superior. 4. Anchura de las palas Para calcular este valor, se medirá el contorno o perímetro en el lugar de mayor extensión de la pala, sin tener en cuenta puntas ni protuberancias, adaptando la cinta métrica a las irregularidades. La mitad de esta medida será el valor de la anchura. 5. Perímetro de las rosetas. Medido en la sección de la parte más gruesa de la misma, salvando con la cinta métrica las rugosidades. 6-7. Perímetro de las cuernas entre la luchadera y la punta central Medido en la sección de la parte más delgada. Si falta la luchadera se toma el grosor en la sección más delgada entre la roseta y la central. Si falta la central se toma el perímetro menor entre la luchadera y el inicio de la pala. Este valor se usa para ambos tramos (luchadera-central y central-pala). 8-9. Perímetro de las cuernas entre la punta central y la pala Se tomará en el punto más estrecho entre la central y el arranque de la pala. Si el nacimiento de la pala es muy bajo y excede en grosor el 130% del perímetro entre la luchadera y la central, entonces se valorará el perímetro entre punta central y pala incrementando el valor del perímetro entre luchadera y central en un centímetro.

147

10. Peso del trofeo Se pesan las cuernas y el cráneo exento de cualquier materia extraña, y se recoge su valor en kilogramos, con apreciación hasta los 10 gr., resultado al que se aplicarán los siguientes aumentos o minoraciones: Con el cráneo completo y sin la mandíbula

-0.250

kg.

inferior

peso total

Con el cráneo serrado, de modo que falte la

-0.100

dentadura superior

peso total

Con el cráneo serrado, presentando únicamente el

No se deduce ni

frontal

añade peso.

Con el cráneo serrado, de modo que presente los

Se añade +0.100

pivotes y muy poco más de hueso

kg. al peso total

kg.

del

del

11. Belleza Se consideran parámetros de belleza para el trofeo de gamo el color exterior de las palas y el grado de dentado en las mismas, bonificándose también el peso y la regularidad y simetría del par, según los criterios expuestos a continuación: COLOR EXTERIOR DE LAS PALAS Palas teñidas o amarillo claro

0 puntos

De gris a marrón

1 punto

De marrón a negro

2 puntos

DENTADO DE LAS PALAS: Se consideran puntas aquellas que excedan de 2 centímetros. Se valora separadamente cada pala Borde de la pala con puntas cortas y escasas

0 puntos

Puntas sobre un tercio de la pala

1 punto

Puntas sobre los dos tercios de la pala

2 puntos

Puntas a lo largo de todo el borde posterior de la pala

3 puntos

MASA Peso entre 2’75 y 3 kilogramos

1 punto

Peso entre 3’01 y 3’25 kilogramos

2 puntos

Peso superior a 3’25 kilogramos

3 puntos

REGULARIDAD Y SIMETRÍA DE LAS CUERNAS

Hasta 2 puntos

12. Penalizaciones Se aplicarán minoraciones en la puntuación del trofeo si se observan defectos en las palas o en sus bordes, si presentan irregularidades evidentes o si la envergadura de la 148

cornamenta se considera insuficiente. Se descontarán puntos en función de lo recogido a continuación:

ENVERGADURA INSUFICIENTE. Entendiendo la envergadura como la separación interior máxima entre las cuernas Envergadura inferior al 60% del promedio de la longitud de las cuernas

-6 puntos

Envergadura entre el 60% y el 64’9% del promedio de la longitud de las cuernas

-5 puntos

Envergadura entre el 65% y el 69’9% del promedio de la longitud de las cuernas

-4 puntos

Envergadura entre el 70% y el 74’9% del promedio de la longitud de las cuernas

-3 puntos

Envergadura entre el 75% y el 79’9% del promedio de la longitud de las cuernas

-2 puntos

Envergadura entre el 80% y el 84’9% del promedio de la longitud de las cuernas

-1 punto

Envergadura igual o superior al 85 % del promedio de la longitud de las cuernas

No penaliza

BORDE DE LA PALA Por pala lisa o porosa

Hasta -2 puntos

PALAS DEFECTUOSAS Se valora separadamente cada pala, del siguiente modo

Forma arriñonada, romboidal o triangular

De -1 a -3 puntos

Formas hendidas

De -2 a -4 puntos

Formas deshilachadas

De -3 a -5 puntos

Forma de daga

De -4 a -5 puntos

IRREGULARIDADES Para ser consideradas irregularidades deben ser evidentes a primera vista, se tendrán en cuenta las siguientes: -

Implantación irregular de las cuernas

-

Marcada diferencia en la longitud de las cuernas

-

Marcada diferencia en la longitud de las luchaderas

-

Marcada diferencia en la longitud de las puntas centrales

Hasta -6 puntos

149

VALORACIÓN Valor de cada

Medidas y

cuerno

unidades

1. Promedio de la longitud de las

Der.

cm.

dos cuernas

Izq.

cm.

2. Promedio de la longitud de las

Der.

cm.

dos luchaderas.

Izq.

cm.

3. Promedio de la longitud de las

Der.

cm.

dos palas

Izq.

cm.

4. Promedio de la anchura de las

Der.

cm.

dos palas

Izq.

cm.

5. Promedio de los perímetros de

Der.

cm.

las dos rosetas

Izq.

cm.

X

Puntos

cm.

X 0’5

cm.

X 0’25

cm.

X1

cm.

X 1’5

cm.

X1

6. Perímetro cuerna derecha, entre luchadera y punta central.

cm.

X1

7. Perímetro cuerna izquierda, entre luchadera y punta central.

cm.

X1

8. Perímetro cuerna derecha, entre punta central y pala

cm.

X1

9. Perímetro cuerna izquierda, entre punta central y pala

cm.

X1

10. Peso del trofeo

kg

X2

11. Belleza

-

Color……………………………… Punta de pala…………………….. Forma……………………………. SUMA DE PUNTOS POSITIVOS

12. Penalización

Envergadura insuficiente……… Palas defectuosas……………… Borde de las palas.....…………… Irregularidades………………..... TOTAL PUNTOS NEGATIVOS

-

VALORACIÓN EN PUNTOS DEL TROFEO

150

BAREMO MEDALLAS

MEDALLA DE ORO

180 puntos o superior

MEDALLA DE PLATA

170– 179’99 puntos

MEDALLA DE BRONCE

160 – 169’99 puntos

CONSIDERACIONES PARTICULARES DE LA ESPECIE -

Los trofeos de gamo no serán homologables hasta transcurrido un mes de la captura del ejemplar. Será necesario efectuar una segunda medición con carácter definitivo si en la primera se obtiene una valoración superior a los 180 puntos.

-

No serán homologables los ejemplares naturalizados

-

Si se plantean dudas respecto al carácter de punta central de un candil, se considerará verdadera punta central cuando el eje se cruce con la cuerna en un punto cuyo perímetro no supere el 130% del perímetro de la cuerna entre la luchadera y la central.

MARCAJE El marcaje es idéntico a lo especificado para el ciervo. Es decir, se marca mediante la colocación de un remache en la parte posterior de una de las cuernas, en posición diametralmente opuesta a la primera luchadera, y a una altura de unos 4 centímetros sobre la roseta. El extrusionado se efectuara, con una remachadora manual, sobre orificio practicado con broca de 4 milímetros.

151

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