DE LA ESPAÑA DESCRIPCION FÍSICA, GEOLOGICA Y MINERA DE I.A POR D. J O A Q U Í N G O N Z A L O Y T A R L N INGENIERO DE MINAS

DE LA DE ESPAÑA DESCRIPCION FÍSICA, GEOLOGICA Y MINERA DE I.A P R O V I N C I A D E H U E L V A POR D . J O A Q U Í N G O N Z A L O Y T A R

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G A S T O N W A L T E R G R A N D A r q u i t e c t o
GASTON WALTER GRAND A r q u i t e c t o ______________________________________________________________________ A N T E C E D E N T E S P R O F E S I

R E S U L T A N D O :
EXPEDIENTE 46/2012-J. CONFLICTO DE TRABAJO SUSCITADO ENTRE ********** Y EL INSTITUTO DE SEGURIDAD Y SERVICIOS SOCIALES DE LOS TRABAJADORES DEL ESTADO

Story Transcript

DE LA

DE

ESPAÑA DESCRIPCION FÍSICA, GEOLOGICA Y MINERA DE I.A

P R O V I N C I A

D E

H U E L V A

POR D .

J O A Q U Í N

G O N Z A L O

Y

T A R L N

INGENIERO DE MINAS

TOMO P R I M E R A

I -A. 3R. X

E

DESCRIPCION FÍSICA

MADRID IMPRENTA Y FUNDICIÓN DE MANUEL

IHPKESOB DE CÁMARA DE S. 31. Don Evaristo, 8

1880

TELLO

La Comisión del Mapa geológico de España hace presente que las opiniones y hechos consignados en sus MEMORIAS y BOLETÍN son de la responsabilidad

de los autores de los trabajos.

exclusiva

Artículo 1.°

Los estudios.v t r a b a j o s p a r a la f o r m a c i ó n del Mapa

geoló-

gico d e E s p a ñ a se l l e v a r á n á cabo por todos ios I n g e n i e r o s del C u e r p o de Minas s i m u l t á n e a m e n t e . A r t í c u l o 2.°

Q u e d a e n c o m e n d a d a á la J u n t a s u p e r i o r facultativa d e

Minería la alia i n s p e c c i ó n de los t r a b a j o s del Mapa geológico, p a r a lo cual se c r e a r á en ella u n a Sección especial.

Artículo 4.°

Existirá u n a Comisión, c o m p u e s t a de I n g e n i e r o s d e Minas,

e x c l u s i v a m e n t e d e d i c a d a á la formación del Mapa geológico d e E s p a ñ a , ya r e u n i e n d o , ya o r d e n a n d o v r e c t i í i c a n d o los t r a b a j o s q u e f u e r a de ella s e h a gan y los d a t o s q u e se la r e m i t a n , ya p r a c t i c a n d o los estudios q u e le c o m p e t e e j e c u t a r por sí m i s m a . A r t í c u l o 5."

F o r m a r á n p a r t e de la Comisión los P r o f e s o r e s de las asig-

n a t u r a s de Geología, Paleontología, Mineralogía y Química analítica y Docimasia de la Escuela especial de Minas. (Decreto

del Gobierno

de la República

de 28 de Marzo

de 1873J

PERSONAL DE J.A

COMISIÓN EJECUTIVA DEL MAPA GEOLÓGICO DE E S P A Ñ A .

Excmo. Sr. D. M a n u e l F e r n á n d e z de Castro. Sr. D. J u s t o Egozcue y Cia.

(Director.)

(Subdirector.)

Gregorio Esteban de la Reguera.

(Secretario.)

Daniel de C o r t á z a r . J o a q u í n Gonzalo y Tarín. P e d r o Palacios. Gabriel P u i g . Rafael Sánchez Lozano. ' PROFESORES DK LA ESCUELA ESPECIAL DE AGREGADOS Á LA COMISIÓN.

Sr. D. J o s é Giménez y Frías. J o s é Maureta. R a m ó n Pellico y Molinillo. Lucas Hallada.

'

MINAS,

La publicación do estas

MEMORIAS

está autorizada por

orden de la Dirección general de Obras públicas, Agricultura, Industria y Comercio, fecha 30 de Junio de 1873, por la que se dispuso entre otras cosas: L°

Que el Director de la Comisión del Mapa geoló-

gico de España pueda publicar las memorias, mapas, descripciones y noticias geológicas que juzgue oportuno, en cuadernos periódicos, en análoga forma á la de los Boletines y Memorias de las Sociedades geológicas de Londres y de Francia. 2.°

Que la Comisión establezca la venta y s u s p i -

cion de sus producciones, á fin de que los recursos que así se obtengan se inviertan en los gastos de la publicación . 3.°

Que la Dirección general proponga oportunamen-

te la suscrición oficial á un cierto número de ejemplares, como medio de auxiliar trabajos tan importantes.

PRÓLOGO

Destinado á principios de 1807 al servicio ordinario del distrito minero de Iíuelva, desde luego me propuso aprovechar las ocasiones que el ejercicio de mi cargo me ofreciera para recoger cuantos datos condujesen al conocimiento geológico é industrial de un territorio que tanto interés presenta considerado desde ese punto de vista. Lo incompleto ó inexacto de .ios mapas topográficos de la provincia que entonces se conocían dificultaba tanto mi objeto que creí necesario empezar por el trazado de uno nuevo, el cual publiqué en Sevilla en 1870, con el título de Carta geográfíco-minera, cuyo título justificaba la circunstancia de que uno de mis principales cuidados i'ué el fijar en aquel plano la posición de los registros entonces existentes; y no he de perder la oportunidad que aquí se me depara para dar público testimonio de mi gratitud ú la Excma. Diputación provincial de íluelva, bajo cuyos auspicios aquella publicación se llevó á cabo, por el inmerecido favor que entonces me dispensara, precisamente cuando sus arcas atravesaban un período de gran penuria; ni be de omitir el señalar que para el trazado de mi trabajo, en el cual be introducido posteriormente v a rias correcciones, merced á los datos suministrados por la triangulación de primer orden hecha por el Instituto geo-

'10

PRÓLOfiO

gráfico, por los estudios de la Comisión de hidrografía y de los ferrocarriles de los ríos Odiel y Tinto y por algunas observaciones propias, me sirvieron de gran auxilio el plano de valizamienío de la costa y los levantados para los proyectos de la canalización del Guadalquivir y de diversas carreteras. Una vez en posesión del mapa de que acabo de hablar, fui anotando en él los datos geológicos que había recogido en mis excursiones por el país, mucho más frecuentes en la zona central ó esencialmente minera que en las demás de la provincia, y como desde mis primeras investigaciones concibiera la sospecha do que en el suelo antiguo del territorio que llevaba examinado, ol cual, exento en g e neral de fósiles, venía refiriéndose al sistema Siluriano, á pesar de los caracteres petrográficos tan distintos que respectivamente presentan las serranías del Andévalo y de Aracena, cabía distinguir otras formaciones, no vacilé en elevar á la Comisión del Mapa geológico el resultado de mis estudios, con los correspondientes comprobantes, ansioso de que por ese Centro se me resolvieran algunas dudas que en la apreciación de determinados hechos me ocurrían. Resultado de esta consulta fué que por el Exemo. Señor Director de la expresada Comisión se me ordenase, en oficio del 2 de Junio de 1873, que ampliara mis itinerarios, autorizándome para realizarlos durante el mismo mes, último del año económico, con cargo al presupuesto de aquella dependencia, y en las excursiones que entonces hice me afirmó más y más en la idea de que en el suelo antiguo de la provincia existían representantes de otros sistemas distintos del Siluriano. No podían, en efecto, comprenderse en este último las rocas gneísicas y las p i -

PRÓLOGO

M

zarras y calizas cristalinas de la sierra de Araeena, acompañadas las primeras de diferentes leptinitas y pizarras antibélicas, piroxénicas y otras, constituyendo un c o n junto análogo al que en muchas regiones sirve de base á las formaciones paleozoicas y al que, prolongación del que yo reconocía, ya antes so había señalado al otro lado de la frontera por el reputado geólogo portugués Sr.Delgado, que veía en él un representante del tramo A de B a r r a n de (1), ó sea del sistema Estrato-cristalino de otros autores; ni era posible seguir conservando aquella misma denominación á los depósitos que en varios parajes de la comarca del Andévaio me dieron ocasión de recoger diferentes ejemplares de Posidonomya y otros fósiles, que demostraban debían considerarse dichos depósitos como contemporáneos do los que, al otro lado del Guadiana, se habían referido en Portugal al tramo inferior del sistema Carbonífero, por los distinguidos geólogos Riveiro v Delgado; debiendo advertir que si el descubrimiento de restos o r gánicos en el suelo antiguo de la provincia no era en realidad nuevo, pues ya en 1865 se había encontrado una bivalva (Posidonomya) junto al pueblo del Alosno, y en 1807 la misma especie, al parecer, en el embarcadero de la Laja, sobre la orilla izquierda del Guadiana, y más tarde en un desmonte inmediato al puente de la Meca, en el ferrocarril de las minas del Tharsis á la ría de Huelva, no se sacaron de esos hechos las consecuencias á que se prestaban, y únicamente el Sr. de Prado avanzó la idea de que en término del Alosno pudiera existir una formación más reciente que la Siluriana, tal voz Devoniana, á pesar

(l)

¡heves apontamentos

sobre os terrenos paleozoicos,

p o r .1. F. N. Delgado

{Revista de obras públicas e minas, n u m . 1, J a n e i r o 1870).

12

PnÓLOGO

de lo cual los depósitos á que se aludía se comprendieron en la Siluriana en la segunda edición de la carta de MM. de Verneuil y Collomb. Otro oficio del Director de la Comisión ejecutiva del Mapa geológico, fechado el 25 de Mayo de 1874, me e n cargaba continuar mis itinerarios por la provincia, y entonces recorrí de preferencia la parte- meridional de su territorio, deslindando los diversos depósitos terciarios y cuaternarios que en la misma se encuentran, así como los triásicos que, en reducidísimo espacio, se hallan junto á Ayamonte; y poco después, la circunstancia de haber sido agregado, á propuesta de su presidente el Sr. D. Federico de Botella, á la Comisión de ingenieros para el estudio del régimen y daños que en la vegetación causan los humos de las calcinaciones de las piritas ferro-cobrizas 11 me dio motivo para visitar más detenidamente ciertos parajes que tenía poco explorados y para enriquecer la colección de fósiles de antemano recogidos. Así las cosas, suscribí en Iluelva, en Abril de 1877, la Reseña que aparece en el lomo V del B O L E T Í N , publicado en 1878, acompañada de un bosquejo de mapa geológico, cuyo estudio, según su mismo título indica, no podía considerarse sino como un avance que era preciso perfeccionar para ponerlo en armonía con los que constituyen las Memorias que anualmente reparte la repetida Comisión, á cuyo objeto me dediqué ya de un modo preferente desde que, por Real orden de 31 de Agosto del citado año 187?, se me destinó al servicio de aquélla; y como quiera (pie H) Cúpome el g u s t o de q u e á la m e n c i o n a d a Comisión fuera de utilidad para s u s t r a b a j o s especiales mi ya m e n c i o n a d o rnapn gcográfico-mínero, sieudo copia del m i s m o el q u e con la indicación de las zonas in Huidas pollos h u m o s va u n i d o al c o r r e s p o n d i e n t e i n f o r m e .

PRÓLOGO

43

uno de los problemas cuya resolución más urgía era d e terminar la edad de los depósitos que, formando una a n cha faja en la región septentrional de la provincia, dejé indecisa en aquél mi primer bosquejo, aun cuando c o m prendiéndola en la época Paleozóica, relacionando al mismo tiempo mis trabajos con lo que aparecía en el mapa geológico de Portugal publicado en Í876, conseguí, e n trado ya el año 1878, acompañar al Sr. Delgado en un reconocimiento de la parte correspondiente de la frontera con el inmediato reino, convenciéndonos ambos de la existencia del tramo Siluriano superior en la comarca de la Sierra Alta, según lo atestiguaba la presencia de diversas especies de graptolitos en término de Encinasola, lo cual me dió motivo para redactar una nota que aparece en la página 3 1 1 del referido tomo V del B O L E T Í N , dando cuenta de ese descubrimiento, corroborado después por el hallazgo que hice de los mismos fósiles y de Nereites en otros parajes de la indicada zona, á los cuales no llegó mi distinguido amigo el geólogo portugués, quien por su parte conseguía iguales resultados en la prolongación dentro de su país, por territorio de Barrancos, de la faja en cuestión. No toda ella, sin embargo, aparece fosilífera: lejos de ello, la carencia do restos orgánicos á lo largo do su porción más septentrional; las modificaciones en el carácter petrológico de sus estratos; la presencia del Archwocyathus Mañanicas, hallado por el Sr. Mac Pherson en su prolongación al Este, en las calizas pizarreñas del Campayo de Gazalla, y otras consideraciones que aquí sería prolijo desarrollar, inducen á dividirla en dos, de las cuales sólo la más meridional corresponde al sistema Siluriano, debiéndose asignar la otra al Cambriano. Asimismo, si se compara el mapa que á esta Memoria

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deba atribuirse por completo á la bondad de las circunstancias naturales del país, pues contribuyó en primer término á dicho resultado la iumigración ocasionada por el gran desarrollo que en el m i s m o tiempo adquirió el laboreo de las minas. No deja de ofrecer también bastante interés, por cuanto se relaciona con las distintas enfermedades infecciosas y otras que son frecuentes y las ocasionadas por muerte violenta, el estado que aparece en la pág. 52. Vamos á tomar ahora de los estados comparativos que el m e n c i o nado Boletín

estampa referentes á nacimientos v defunciones, los in-

teresantes datos que hacen ver el tanto por mil de uno y otro suceso, correspondientes á la provincia que describimos

y á su capital, v

además el lugar q u e á una y otra corresponden entre los tres grados mínimo,

medio

y máximo,

adoptados para señalar la m i s m a circuns-

tancia en relación con lo acaecido en igual período en las d e m á s provincias, cuyo dato es tan esencial que por si solo hace comprender las condiciones más ó m e n o s favorables para habitar un país. En el período transcurrido desde i . " de Septiembre de 187!) al 5(1 de Junio del 8 0 , el número de nacimientos ocurridos por cada 1 0 0 0 habitantes de la provincia fué el de 2 8 , 5 7 y el de 51,2(1 en la capital, figurando ésla en el grado m á x i m o y aquélla en el medio. Para las defunciones,

en el

mismo

tiempo,

resulta el

10,50

por 1 0 0 0 para la provincia y el 2 5 , 0 8 para la capital, quedando ambas comprendidas en el grado mínimo. En el segundo semestre del año 1 8 8 0 , los nacimientos estuvieron en la razón por cada 1 0 0 0 habitantes de 1 2 , 8 5 en la provincia y de 2 1 , 0 2 en la capital, lo cual hace se halle ésla comprendida en el g r a do máximo y aquélla en el m í n i m o . Durante el m i s m o semestre ocurrieron

1 0 , 5 4 defunciones poi-

cada 1 0 0 0 habitantes en la provincia y 2 1 , 4 7 en la capital, c o r r e s pondiendo á ésta el grado m á x i m o y el mínimo á la primera. Se observa en el primer s e m e s t r e del año 1881 que los nacimientos estuvieron en la razón del 1 1 , 0 5 por 1 0 0 0 en la provincia y del 2 2 , 5 7 en la capital, quedando ésla en el grado m á x i m o y en el mini-

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DESCRIPCION

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LA

SIERRA

ALTA

Ó

DE

A H A C E .NA.—Comprende

toda la

porción de la provincia (pie queda al norte de una línea s i n u o s a que, m a r c h a n d o de P o n i e n t e á Levante, empieza en el barranco del Jarrillo y termina en la rivera Jarrama, dibujando las s i g u i e n t e s inflexiones: S u b i e n d o por el m e n c i o n a d o barranco pasa á las vertientes m e r i d i o n a l e s del p u e r t o de l>. Pedro y de la sierra Pelada, y de aquí á la sierra Hebadana, el Campillo y Bartolazo, para cruzar la rivera de Olivargas y, dejando al norte la sierra de la Nava, tomar la c u m b r e

DESCRIPCIÓN

FISICA

del P i r u l e r o y las del Pairas, descender hacia el SB. y g a n a r , d e s p u é s de haber atravesado el rio Odiel, las a l t u r a s de las i n m e d i a c i o n e s de Campofrío, c o n s t i t u i d a s por rocas sieníticas, a p r o x i m á n d o s e desde allí á la villa de ese ú l t i m o n o m b r e y á la de La Granada, v llegar, por la sierra de En m e d i o y las que por oriente f o r m a n parte de la m i s m a cordillera, al confín de la provincia de Sevilla, donde acaba. Es esa c o m a r c a la m á s m o n t a ñ o s a de la provincia y, e n c o n s e cuencia, la q u e ofrece m a y o r e s altitudes, lo cual c o n t r i b u y e á q u e su clima sea fresco; y c o m o , por otra parte, e s la m á s favorecida pollas lluvias y su suelo bastante p e r m e a b l e , á c a u s a del estado de d e s c o m p o s i c i ó n en que en m u c h o s p u n t o s se hallan las rocas y de las g r a n d e s oquedades de las calizas, abundando las a g u a s p e r m a n e n t e s , saca d e ello gran partido la a g r i c u l t u r a , q u e es la principal riqueza del territorio q u e f o r m a . S u s m á s a b u n d a n t e s p r o d u c c i o n e s c o n s i s t e n en castaña v bellota, h a c i é n d o s e exportación de la p r i m e r a ; hay e x q u i s i t a s f r u t a s de d i s tintas e s p e c i e s , y prevalece el naranjo en los abrigos m á s meridionales, y el olivo, c u y o fruto produce un aceite de m e j o r calidad q u e el de la c a m p i ñ a . Los cereales y pastos, e s p e c i a l m e n t e e s t o s ú l t i m o s , cierran la lista de los productos a g r o n ó m i c o s de m á s i m p o r t a n c i a . G e o l ó g i c a m e n t e considerada encierra e s l a c o m a r c a g r a n d e

inte-

rés, pudiendo estudiarse en ella varios horizontes del s i s t e m a Est r a t o - c r i s t a l i n o y la parte s u p e r i o r del S i l u r i a n o . Existen e x c e l e n t e s m a t e r i a l e s de c o n s t r u c c i ó n y o r n a m e n t a c i ó n y d i f e r e n t e s m i n a s , si bien en c u a n t o á este ú l t i m o punto no es en m a nera a l g u n a comparable su importancia con la que

inmediatamente

v a m o s á describir. C O M A R C A D E L A N D E VA LO.—Tiene

por l í m i t e septentrional la línea que

c o n s t i t u y e el m e r i d i o n a l de la precedente; el occidental lo f o r m a n el c a u c e del Chanza y el río Guadiana (frontera con Portugal); el oriental la p a r l e del confín de. la provincia de Sevilla, y el m e r i d i o n a l una línea que, a p r o x i m á n d o s e á la ciudad de A y a m o n t e , s i g u e por la parle septentrional de los t é r m i n o s de Lepe, Cartaya,

Gibraleón v l k a s .

PROVINCIA

DB

HCKI.VA

hasta encontrar por levante la separación de los terrenos primarios y terciarios, marchando por ella hasta el confín de la provincia. No es la orografía de esta comarca tan complicada c o m o la de la Sierra Alta, v sus altitudes son también m u c h o m e n o r e s : para los cerros de Gibraltar y Andévalo acusó el barómetro ÓOÍI y

res-

pectivamente. Su clima es más cálido que el de la repelida comarca de la Sierra Alta y m u y ardoroso el e s t í o . — L a cantidad de lluvia es también m e nor que eu esa otra, y c o m o , salvo en determinados casos, la capa de (ierra vegetal es de m u y poco espesor, presentándose con demasiada frecuencia la roca viva al descubierto, el suelo está lleno de desigualdades y las aguas se precipitan torreneialmenle á los barrancos y corrientes principales, que salen de madre en pocas horas, desaguando con la m i s m a facilidad. En condiciones tan desfavorables, dicho se está que la caulidad de agua retenida por el suelo debe ser poca, y en corlo n ú m e r o y poco abundantes las fuentes naturales, haciéndose sentir, en períodos de años secos, la escasez de aguas hasta para las primeras necesidades de la v i d a . — E s l o hace que durante el verano se vean secos hasta los cauces de las principales corrientes, no quedando más agua que la que, lillrándose subterráneamente por las vaguadas, se retiene f o r mando charcos en las depresiones que aquéllas ofrecen. No faltan en la comarca del Andévalo algunos cereales y pastos, pero su principal riqueza agronómica consiste en abundosos encinares y alcornocales, con c u y o fruto se engorda m u c h o ganado de cerda, abasteciendo además los úllirnos de primera materia á varias fábricas de taponería.— La cantidad de corcho que se exporta al e x tranjero, ya en planchas, ya en tapones, es de han tan te consideración. Respecto á composición geológica, esla comarca está constituida por la parte inferior del sistema Carbonífero y la superior del S i l u riano, quedando reducido á un insignificante espacio lo correspondiente al terreno Triásieo. Pero lo m á s importante en ella, lo que ha venido á darle gran nombre y riqueza, son los n u m e r o s o s criaderos

DESCRIPCIÓN

FISICA

de m a n g a n e s a s y los colosales de pirita Ierro-cobriza, habiendo concurrido durante m u c h o tiempo los primeros á la alimentación de varios mercados extranjeros, y especialmente de los ingleses, y c o n t i nuando en los segundos la grande actividad de sus explotaciones. Las galenas y sulfuros de antimonio han dado también lugar á algunos IraItajos, sin que pueda comparárseles con los de las anteriores s u b s tancias, y todo unido ha hecho que la provincia de Iluelva sea una de las principales de España desde el punto de vista m i n e r o . COMARCA

DB

LA

CAMPIÑA.—Está

representada por una superficie

triangular, cuya base se confunde con el lindero de la provincia de Sevilla, desde el río Corumbel hasta las m a r i s m a s de Almonte, t e niendo su vértice en Ayanionte. Los otros dos lados del triángulo son: el limite meridional de la comarca del Andévalo, y otra linea que, dejando al sur las dunas de la parte occidental, se aproxima á la aldea del Rocío, en la oriental. Presenta esta comarca extensos valles y llanuras, separados únicamente por pequeños cordones de colinas, cabezos,

llamados en la localidad

y l o m a s m u y bajas que en distintas direcciones cruzan

su suelo. Estos ligeros relieves orográIleos son los restos de las formaciones que una gran denudación barrió con posterioridad al p e riodo Plioceuo, según se justifica por los fósiles que contienen s u s capas y por los cauces de las corrientes actuales. Su altitud es pitea; en los cabezos de Iluelva mide 6 0 m en el llamado de Roma,

alcan-

zando 1 7 5 en la villa de Manzanilla y 5 9 en la de A l m o n t e .

En la

parte occidental son todavía m e n o r e s las altitudes. Esta comarca comprende los depósitos m á s modernos del t e r r i t o rio onubense. Su clima es m u y benigno en el otoño é invierno, jando rara vez la temperatura del aire de 0

o

ba-

sobre cero. La p r i m a -

vera es desapacible, y el eslío, aunque ardoroso, se templa con l a s brisas del S. y S W . que reinan durante las horas de más c a l o r , p a sando rara vez la temperatura del aire de 5 5 centígrados. Las lluvias las determinan

generalmente los vientos del S . , SE. y S W . En el

verano el viento m á s constante es el S W . de día, con tiempo s e r e n o , v por la noche el N.

i ' l t o VI NCI A DE

HUIIR.V.V

•¡9

C o m o agrícola, es la porción m á s r i c a do la provincia. En ella hay m u c h o s plantíos y g r a n d e s e x t e n s i o n e s

de t i e r r a s de s e m b r a d u r a ,

s i e n d o e n t r e l o s p r i m e r o s los m á s i m p o r t a n t e s los del olivo, del n a ranjo, del l i m o n e r o y de la h i g u e r a . — L a vid, c u l t i v a d a en d i v e r s a s variedades, ocupa g r a n d e s e x t e n s i o n e s del s u e l o , dando lugar á una e x p o r t a c i ó n c o n s i d e r a b l e de v i n o s . — L o s c e r e a l e s se c o n s u m e n d e n t r o de la provincia, s i n que basten para llenar s u s necesidades. En e s l a c o m a r c a se halla la ciudad de Huelva, capital de la p r o v i n c i a , situada en la m a r g e n izquierda de la ría del m i s m o n o m b r e , v de cuya r e m ó l a a n t i g ü e d a d habla l>. Manuel C l i m e n l

Según se

lee e n la c r ó n i c a de este a u t o r , los f e n i c i o s , al arribar á las c o s t a s de la Hética, d e s e m b a r c a r o n en la ensenada de Huelva,

obedeciendo

las ó r d e n e s del Oráculo. El m i s m o A r i s t ó t e l e s parece c o n f i r m a r l o al dec ir q u e los de Fenicia fueron los p r i m e r o s q u e , llegados al e s t r e c h o de Cádiz, r e s c a t a r o n , al precio del a c e i t e que traían, tanta piala d é l o s d e T a r t e s o (Tarifa) quo, no pudieudo llevarla loda en las n a v e s , h i c i e ron de aquel m e t a l hasta las á n c o r a s . — A l g u n o s dan todavía m á s antig ü e d a d á Huelva, al decir fué' invadida por los lirrenos, y o í r o s s u ponen q u e e x i s t í a a n t e s del diluvio. El Onoba Esluaria debe r e f e r i r s e á Iluelva, á j u z g a r por lo que d i c e n los g e ó g r a f o s , y e s p e c i a l m e n t e Estrabón y P l i n i o . Con e f e c t o ; el p r i m e r o afirma q u e los l i r r e n o s , avanzando i,">00 e s t a d i o s (ítf l e g u a s ) f u e r a del e s t r e c h o , llegaron á la isla consagrada á H é r c u l e s , q u e está frente á Onoba, y q u e no puede ser olra que la Isla Saltes, única (pie satisface talos c o n d i c i o n e s . — E l

d i c h o de P l i n i o sobre la

Onoba, s i t u a d a en la continencia de l o s ríos L u x ¡a v Orio (Odiel \ T i n t o ) , m a n i f e s t a n d o que á ella llegan las c r e c i e n t e s del m a r , c o n v i e ne también p e r f e c t a m e n t e con la posición de Iluelva. La medalla y el mapa de la disertación h i s t ó r i c a y geográfica de I). Antonio Jacaho del Barco prueban a s i m i s m o q u e Onoba no p u e d e ser o t r o que Iluelva, r e s u l t a n d o de todas e s t a s c i t a s (pie Huelva estaba ya poblada con anterioridad á los l i r r e n o s y fenicios, y que, por c o n -

(!)

Crónica general de España, provincia de iluelva, p;i!2. 10.

40

DESCRIPCIÓN

FISICA

s i g u i e n t e , su o r i g e n corresponde al de las p r i m e r a s p o b l a c i o n e s de España. COMARCA

DE LA

C O S T A . — P o r comarca

de la Costa y M a r i s m a s se

c o n s i d e r a todo lo c o m p r e n d i d o e n t r e el limite meridional de la de la Campiña y el Océano. Eu c u a n t o á s u c l i m a , difiere poco ó nada de s u l i m í t r o f e la C a m piña, y s u orografía, c o m o es n a t u r a l , e s aún m e n o s v a r i a d a . S u s p r o d u c c i o n e s se hallan l i m i t a d a s á pastos y á a l g u n o s c e r e a l e s . T a m b i é n se c o s e c h a n en las m a r i s m a s a l g u n a s plantas para la f a b r i c a c i ó n de la barrilla y j u n c o s , con los c u a l e s hacen las e s t e r a s donde secan los h i g o s , que l a u t o abundan en la p a r l e occidental de la región de la C a m p i ñ a . — E l pino ocupa a l g u n a parte de esta d e m a r c a c i ó n , a u n q u e no tanto c o m o p e r m i t e s u s u e l o y fuera de

desear.—Ues-

g r a c i a d a m e n l e se ha pensado m á s eu lalar q u e en c u l t i v a r , y lo que hoy debieran ser e s p e s o s y f r o n d o s o s bosques, sólo son p á r a m o s por donde l o s v i e n t o s circulan l i b r e m e n t e , arrastrando las m ó v i l e s a r e nas de la c o s t a hacia el i n t e r i o r . — A s í se e s t e r i l i z a n t e r r e n o s tan á propósito para e s t a clase de arbolado, y llega el viento a b r a s a d o r del Este á ser el azote de las p l a n t a s de la fértil c a m p i ñ a .

C O R D I L L E R A S

Y

CERROS.

El territorio que e s t u d i a m o s no c o n t i e n e m o n t a ñ a s de tal i m p o r tancia que por su m a g n i t u d hagan que m e r e z c a la d e n o m i n a c i ó n país m o n t a ñ o s o ;

de

m a s o f r e c e , en c a m b i o , tan gran c o m p l i c a c i ó n de

s i e r r a s y c e r r o s q u e , ya aislados, ya en forma de c a d e n a , erizan s u s u e l o , p r i n c i p a l m e n t e en la r e g i ó n s e p t e n t r i o n a l , q u e con toda p r o p i e dad p u e d e calificarse de áspero y d e s i g u a l , sobre lodo en la c o m a r c a de la Sierra Alia, donde los relieves orográficos d e p e n d e n en gran parte del s i s t e m a Mariánico ó S i e r r a - M o r e n a

cuyas últimas deri-

(i) El n o m b r e d e sistema Mariánico procede d e q u e en la antigüedad se c o n f u n d i e r o n Ja m a y o r p a r t e d e sus m o n t a ñ a s bajo la denominación de Montes Mariani, y el d e Sierra-Morena, equivalente al de Montaña Negra, se debe a! color obscuro con q u e . por efecto d e su vegetación, se ostenta c u a n d o á distancia se la divisa.

PROVINCIA

OK

IICRI.VA

Íi

v a c i o n e s , ya m u y d e p r i m i d a s en n u e s t r a p r o v i n c i a , se r e l a c i o n a n dir e c t a m e n t e c o n la divisoria de las c u e n c a s del Guadiana y el G u a dalquivir. E s , por el c o n t r a r i o , Ja r e g i ó n m e r i d i o n a l m u c h o m á s l l a n a , c o m o ya l i e m o s a n u n c i a d o antes; p e r o todo Jiace que para p r o c e d e r c o n m é todo en el e s t u d i o de la o r o g r a f í a provincial, d e h a m o s c o n s i d e r a r s e p a r a d a m e n t e cada una de las c u a t r o c o m a r c a s en q u e h e m o s d i v i d i d o el c o n j u n t o de la provincia m i s m a .

COMARCA I)K LA SIERRA ALTA. Merecen d i s t i n g u i r s e en ella s u s dos p o r c i o n e s ó zonas s e p t e n t r i o nal y m e r i d i o n a l , porque á e l l o c o n d u c e desde l u e g o el d i v e r s o m o d o de a g r u p a r s e los r e l i e v e s orográíicos de una y otra. Obsérvase, en e f e c t o , q u e m i e n t r a s q u e l o s c e r r o s y s i e r r a s de la p r i m e r a de e s a s dos p o r c i o n e s se e x t i e n d e , por regla g e n e r a l , en c a d e n a s bien d e t e r m i n a d a s , que c o n r e g u l a r i d a d se p r o l o n g a n en l o n g i t u d de m u c h o s k i l ó m e t r o s , e n l a z á n d o s e a d e m á s d i r e c t a m e n t e con la gran d i v i s o r i a del Guadiana y el Guadalquivir,

los de la s e g u n d a ,

que no a f e c t a n

una d i s p o s i c i ó n tan r e g u l a r c o m o los o t r o s , dependen de un m a c i z o ú n i c o , por c i e r t o de una edad g e o l ó g i c a m á s a n t i g u a , y el q u e p r i m e ro a s o m ó , d e n t r o de la p r o v i n c i a , por fuera del seno de los m a r e s , en c u y o m a c i z o se o r i g i n a n la d i v i s o r i a de a g u a s e n t r e el Guadiana y el Odiel y la del Guadalquivir y el T i n t o . i n t e r e s a de l o d o s m o d o s que, para f a c i l i t a r la descripción o r o g r á íica, fijemos d e s d e l u e g o la m a r c h a , en la parte que nos c o n v i e n e , de la m e n c i o n a d a d i v i s o r i a . DIVISORIA

DEL

GUADIANA

Í

EL

GCADALQUIVIR.—

La porción «pie de

ella e s t a b l e c e el enlace e n t r e los r e l i e v e s de la zona

septentrional

de la c o m a r c a de la Sierra Alia, no g u a r d a r e g u l a r i d a d ni en la d i r e c c i ó n n i el nivel de los e l e m e n t o s q u e la f o r m a n , s i n o q u e , por el c o n t r a r i o , é s t o s afectan g r a n d e s d i f e r e n c i a s en uno y o t r o s e n t i d o . A partir, en los c o n f i n e s de Badajoz, de la c u m b r e de la sierra de ditt ó Tentudia,

Tu-

p u e s con a m b o s n o m b r e s se la c o n o c e , la cual m i d e

ÍÍ

Ol^CnU'CION'

FÍSICA

una altitud de 1 1 0 4 m e t r o s , cuya sierra, que toma origen en la «le Constautina, de la provincia de Sevilla, se arrumba de E.

O., rela-

cionándose con ella las diferentes lomas y cerrejones que alimentan la rivera de Cala, limite, c o m o ya sabemos, entre las dos provincias ú l t i m a m e n t e mencionadas y la nuestra, cumbre de Tenludia,

á partir,

decimos,

de la

cerca de la cual estuvo establecido el m o n a s -

terio de igual denominación, y que separa ya a g u a s á las dos c u e n cas que consideramos, s i g u e la divisoria liaría el O. por la cresta de la sierra del Robledo,

que forma la raya de Huelva y Badajoz, y que,

al penetrar por el m i s m o rumbo en la provincia e x t r e m e ñ a , cambia su nombre por el de sierra de la Toba,

prolongándose después, sin

interesar á Huelva, por la sierra del Moral, desvío hacia el N. y luego en la de Fuentes

donde sufre un ligero

hacia el S . , continuando

con ligeras inflexiones por la m á s oriental de las sierras del

Castro,

eu cuyo límite meridional, donde se encuentra el llano del

Cura,

entra en nuestra provincia. Desde este punto se arrumba la divisoria hacia el O.SO., dando lugar, con el intermedio de un puerto, á la loma de poca altura denominada c u m b r e de la Dehesa de Arriba,

eu

cuyo e x t r e m o occidental y punto donde se origina la sierra de la Serrana,

que más adelante volveremos á mencionar, tuerce b r u s c a -

m e n t e al Sur, continuando con este r u m b o hasta perderse en las laderas septentrionales del puerto del Lanchar,

las cuales pertenecen

á los relieves de la zona meridional de la comarca de que hablamos. Dentro ya del macizo montañoso de esa zona meridional, se eleva la repetida divisoria, puertos del Lanchar

ganando las alturas donde se encuentran los y del Pozuelo,

y marcha, con dirección al S . S O . .

hasta las escabrosas sierras de Galaroza,

en cuyas crestas

tuerce

nuevamente al E. hasta Cortelazor, y después al S . S E . hasta las inmediaciones de Fuen lelier ¡dos, donde otra vez se arrumba al S. hasta alcanzar las alturas de las sierras de Alájar,

en las cuales los dos

grandes ríos consabidos dejan de tener una divisoria que les sea com ú n ; pero en lodo ese trayecto, lo m i s m o que se verifica al a t r a v e sar por la zona septentrional de la comarca, sufre también grandes inflexiones en su altitud, marcándose unas veces en elevadas prom i-

PROVINCIA

I)Ii

HI'CI.VA

4 5

nene ¡as y cruzando oirás por entre los val lejos que se determinan entre c i e r t a s sierras. E n t r e m o s , por fin, en la descripción de las cordilleras y cerros que son objeto de este articulo.

Zona septentrional de la comarca. Su sistema orográfico se distingue, s e g ú n h e m o s anunciado, por la disposición alargada y ordenada de las montañas que lo forman, especialmente en la parte oriental, ó sea hasta su encuentro con la gran divisoria de que acabamos de hablar, pues al otro lado de esta presentan tales interrupciones y c a m b i o s de dirección que nos o b l i g a rán á mencionar por separado las que se encuentran en ese caso. Prescindiendo,

pues, por un m o m e n t o de los relieves que en la

zona de que hablamos se levantan á poniente de la susodicha d i v i s o ria, todos los demás se entienden, formando cadenas ó cordilleras, hasta el limite oriental de la provincia, c u y a s cadenas conservan, dando á la expresión cierta latitud, un notable paralelismo que trae á la m e m o r i a los pliegues que debieron experimentar las capas s e d i m e n tarias al sufrir los efectos dinámicos de las c o n m o c i o n e s de que fué objeto el suelo de esta atormentada comarca. Dilatados además los e s tratos al afectar la estructura pizarreña con que hoy les encontramos, tuvieron que formar ciertos ángulos en el sentido de la dirección g e neral de las cadenas, quedando, por lo tanto, representadas por líneas quebradas, las que marcan esa m i s m a dirección. Por otra parte, no siempre pudo la rigidez de los esl ratos soportar las fuerzas que t e n dían á encorvarlos, y de ahí el origen de las fracturas por donde m á s tarde trazaron s u c a m i n o hacia el mar los barrancos y arroyos que hoy las cruzan. La dirección general de dichas diversas cadenas se a p r o x i m a m á s á la de Este á Oeste que á otra alguna; pero hacia la parte oriental acusan, sin embargo, un fuerte desvío hacia el Sudeste, c u y o e f e c t o , sin duda alguna, se debe á la presencia del extenso macizo granítico que asoma entre los pueblos de Cala, Santa Olalla y Real de la Jara.

U

IMÍSCIUPCIÓX

FISICA

En determinados sitios las fracturas de las capas debieron ser tan frecuentes v de tan poca extensión, y en tan encontrados sentidos sus pliegues, que los m o n t e s ó sierras representantes de aquellos trastornos se presentan aislados, y no pocas veces no pasan de ser h u m i l des cerrejones. Cuatro son las cadenas principales en que consideraremos agrupadas las montañas de nuestra zona, ó sea las que se ofrecen al norte de una línea determinada por la rivera Chanza, el puerto del L a n char, la rivera de Huelva, la dehesa de Mariquita y la venta de N a valacedro, en la carretera de Extremadura á Sevilla. Para d e s c r i birlas nos ajustaremos al orden en que se las encuentra de N. á S . , partiendo del e x t r e m o oriental de cada una de ellas, dentro de nuestra provincia, y, siguiéndolas hacia el Oeste en toda aquella parle en que su a r r u m b a m i e n t o no acuse notables desvíos ó no se ofrezcan grandes interrupciones,

señalaremos individualmente los cerros ó

sierras que, más ó m e n o s aislados, se presenten en prolongación de las m i s m a s cordilleras, así como los que, transversales á éslas, relacionen unas con otras. PRIMERA

CADENA.—La

más septentrional de las que v a m o s á s e ñ a -

lar está formada por las m i s m a s sierras que constituyen la divisoria del Guadalquivir y el Guadiana, desde la cumbre de Tentudia cerro de los Carboneros, Castro,

basta el

en la m á s oriental de las dos sierras del

cuya marcha, que queda ya indicada á través de las dos pro-

vincias limítrofes, no repetiremos aquí, limitándonos á indicar que los diversos picos que en su cresta se destacan van perdiendo s u c e sivamente de altura á contar de la c u m b r e dicha. En el sitio que llaman El Humilladero

desciende hacia el sur una

derivación que forma la divisoria entre las riveras del Hierro y de Cala, en la cual son notables el cerro de Valdenosa Balsón,

y el puerto del

y otra de poca altura arranca de la sierra de la Toba,

sepa-

rando las corrientes que desaguan en la rivera del Hierro de las que a Huyen á las de Monlemayor, para enlazar la cadena septentrional con la que va á ocuparnos, después de indicar que e s a s e g u n d a d e r i vación, ó sea la que toma origen en la sierra de la Toba, no m a r c h a

PROVINCIA

DE

HUELVA

io

directamente á la segunda cadena, sino que, en un paraje i n t e r m e dio, se interrumpe su continuidad por interponerse una sierra a i s lada v p o c o importante, pero más elevada que la repelida derivación ó contrafuerte, cuya sierra, denominada del Almendro

ó del

Caudal,

es p r ó x i m a m e n t e paralela á las cordilleras principales. SEGUNDA

CADENA.—Toda

ella se levanta en la provincia de Iluelva.

y sin m á s interrupciones que las hoces ó corladuras que sirven de cauce á los arroyos que la cruzan de N. á S . , se extieude entre la villa de Santa Olalla y la divisoria del Guadalquivir y el Guadiana, con varias inflexiones que delermiuan un a r r u m b a m i e n t o medio de E.SE. á O.NO. La parte oriental, ó sea la comprendida entre Santa Olalla y el cerro que se denomina til Castillo

del Cuerno,

donde la cordillera

forma una curva cuya concavidad mira al S . , afecta la dirección de SE. á NO. en los á'2 kilómetros que m i d e . Después de la curva, el a r r u m b a m i e n t o de la cadena es al 0 . , hasta el Guijo de llinojales, en longitud de i) kilómetros, v entonces se bifurca, originando dos p e queños ramales, uno que se dirige al SO. y otro al N\, con ligero desvío al O., yendo á terminarse en el nudo de la divisoria de los ríos Guadiana y Guadalquivir que luego m e n c i o n a r e m o s . Los naturales distinguen en esta cadena, cuyos materiales c o n sisten en pizarras y calizas, diversas sierras que generalmente tienen relación con las protuberancias ó partes m á s notables en altura, y también con el aislamiento que determinan los pasos de los arroyos. Así, la parte m á s oriental é inmediata al macizo hipogénico de Cala se conoce por el nombre de sierra del Vino caro y su inmediata al oes le con el de San Benito.

Su altura es poca, especialmente con

respecto al nivel de la planicie de la dehesa de Cala, pues el valle comprendido entre estas sierras y la del Venero, perteneciente á otra cordillera m á s meridional que describiremos después, está más bajo, resultando, c o m o es consiguiente, m a y o r altura para las sierras por la parte del sur que por la del norte. Unas pizarras moradas y alguna caliza s e m i c r i s t a l i n a s o n las rocas constitutivas de estas alturas, que, hoy nos recuerdan los efectos de las conmociones y trastornos s u -

'•

t»K S C R I P C I Ó X

FISICA

fridos por las capas sedimentarias desde ios r e m o l o s tiempos eu que fueron depositados s u s sedimentos en el fondo de un m a r cambriano. La sección transversal de estas m i s m a s sierras puede representarse por una superlicie triangular cuya base excede en más de un doble á la altura, lo cual Ies da una forma de caballete. Al oeste de la sierra de los Cerrajeros, dental de la de San

Benito,

que es continuación o c c i -

cu cuya cresta se encuentra uno de los

puntos de m á s altura de la cordillera, se halla la fractura de ésta por donde la rivera del Hierro toma su camino hacia el mar, prolongándose la m i s m a cadena, ai otro lado de la rivera dicha, por la sierra de la Nava

ó del fíual, con la cual se une por el norte, sólo separado

de ella por el collado del Buho, el ramal ó cadena secundaria c o n s tituido por las sierras Bermejas

del Colmenarcjo

y de la

Mancha,

que son continuación unas de otras. Sigue á su vez á la de la

Nava,

con el intermedio del puerto de la Toba, la sierra del Chamorro,

que

es la de mayor altitud en la m i s m a cordillera que consideramos. En esa sierra del Chamorro

se deprime el collado del Corcho,

la separa del pintoresco cerro denominado el Castillo

del Cuerno,

que de

forma cónica, en cuya cúspide se ven todavía las ruinas de una de aquellas fortalezas antiguas tan frecuentes en las prominencias de la sierra Morena,

verificándose precisamente en el collado y cerro que

acabamos de mencionar la curva que inicia el cambio de dirección de la cordillera, según hemos anunciado desde un principio. El macizo de estas sierras, constituido por una pizarra arcillosa de color morado, en la cual se intercalan bancos de gran espesor y c o rrida de una caliza metamorfoseada, cuya substancia impregna los lechos de pizarra hasta cierta distancia «le s u contacto, forma la porción más ancha de la cordillera, siendo consecuencia de los m ú l tiples relieves que dejamos anotados que esa parte del suelo resulte m u y áspera, haciendo penosa la marcha y triste la estancia en s e mejantes parajes, á pesar de su proximidad á la villa de A r r o y o m o l i nos y de verse cubiertas las m i s m a s sierras por hermosos encinares y espesos jarales. La rivera de Montemayor cruza nuestra cadena por la falda o r i e u -

PROVINCIA

DE

lal del repetido cerro del Cuerno,

HliKf.VA

\1

v de la orilla derecha de aquél

arranca la larga c u m b r e de la sierra de Jacaco, de E. á O. hasta los Guijos

de Himjales,

la cual se extiende

en cuyo cerro se originan,

según también h e m o s dicho, dos ramales: uno de éstos va con dirección al SO., formando la sierra del Hey, hasta el barranco del T o r o , y el otro, de m e n o s importancia que el primero, marcha, en d i r e c ción al N. con ligero desvío al O., á unirse con la sierra del

Viento,

formando la divisoria de las riveras de Monte mayor é Hiño jales. RELIEVES DESDE L\

AL

OESTE

EL CONFÍN

SEGUNDA

DE LA

DIVISORIA

SEPTENTRIONAL

DEL

DE LA

CORDILLERA.—Hemos

GUADALQUIVIR

PROVINCIA

HASTA

Y EL EL

Gu A

DIANA,

PARALELO

DK

visto ([ue la primera de las dos c a -

denas hasta aquí consideradas termina en un cerro perteneciente á la más oriental de las sierras del Castro,

por la cual pasa la divisoria del

Guadalquivir y el Guadiana, v d e c i m o s la más oriental porque e f e c tivamente son dos las sierras que llevan ese nombre: una la q u e i n teresa á la divisoria dicha, v otra que, arrancando de esta m i s m a , se dirige de NO. á S E . , siendo prolongación de ella, por el SE., la que, con marcha al m i s m o r u m b o , se denomina del

Viento,

en la cual

a c a b a m o s de indicar se e x t i n g u e el ramal septentrional del e x t r e m o occidental de la segunda cordillera; resultando, en r e s u m e n , que al m i s m o tiempo (pie el macizo constituido por la más occidental de las sierras del Castro

y la del

Viento

atraviesa á la repetida divisoria,

que por esos parajes lleva la dirección de E.NE. á O.SO., sirve de c o n t r a f u e r t e en que se detienen las dos cordilleras descritas, c o n s tituyéndose un gran nudo en la confluencia de las dos sierras del Castro,

la del Viento

v otras que, partiendo del m i s m o origen, v a -

m o s á mencionar, formando una cadena secundaria al oeste y en posición intermedia á las de aquellas dos principales. Levántase, en e l e c t o , á partir de dicho punto y á s u oriente la c u m b r e de Vadomingttes,

perteneciente á Badajoz, m i e n t r a s que por

el oeste lo verifica en nuestra provincia la deprimida c u m b r e de la Dehesa de Arriba

y la intermedia entre ésta y la sierra del

á la cual s i g u e , por el m i s m o a r r u m b a m i e n t o , la de la

Viento, Serrana,

donde se hallan las crestas más elevadas de la m a r g e n derecha del

48

DESCRIPCION

FÍSICA

río Frío, en que aquélla termina, continuando, al otro lado de éste, la sierra de gran altura y forma de prolongada loma denominada del Alamo,

c u y o s abruptos picos se divisan de m u y lejos, la cual muere

eu los pintorescos valles de Carrasco, que se enlazan por el norte con el puerto de Pellilero;

alzándose más al norte todavía, pero en pa-

raje próximo, el cabezo de Torres,

sin que merezcan especial men-

ción algunas otras alturas de m e n o r importancia que á bastante distancia á levante se escalonan en la divisoria de los ríos Sillo y Frío, la cual corre próximamente de N. á S. A continuación, por el oeste del cabezo de Torres,

son notables,

entre la rivera de Múrtiga y el arroyo Valquemado, las sierras de C amacho,

de Sania

María

y del Bravo,

que, paralelamente unas tras

"tras, se extienden de E.SE. á O.NO., encontrándose m á s al noroeste el puerto de Buenavisla,

desde el cual se divisa el territorio de la

contienda de Moura cuando baria él se marcba desde Encinasola. Aparece en

ese territorio la sierra

de Giraldo,

á poniente del

puerto dicho, la cual es de corta extensión, sin que sea m u c h o m a yor la ([iie ocupa la sierra de la Madrona,

al sur de la acabada de

mencionar, y solo separada de ella por un estrecho vallejo; va después la sierra de la Herrera,

que vierte aguas al arroyo de Gamos v al

Valquemado, y más al sur las lomas de La Alahujuela los cerros de La Mojosa Toro v del Broco,

y Castillejo

de Paijuanes

y de

Tovalen»,

v los cabezos del

cuyas p r o m i n e n c i a s , de exigua extensión,

están

compuestas de pizarras y g r a u w a c k a s con alguna cuarcita. En la alta meseta de Encinasola, al noroeste de la m i s m a contienda de Moura, únicamente destacan la sierra de la Alcornocosa,

límite con

Badajoz, y otros humildes cerrillos, aunque con la particularidad de alinearse, en el sentido de O. á E., los que, afectando la porción más septentrional, sirven de límite á la provincia; y, éstos y la sierra de la Alcornocosa, Castro

finalmente,

entre

son bien conocidas la sierra de

Diaz y otras prominencias que forman la margen del río Sillo,

límite también por esa parte de nuestra provincia, tales c o m o La beza y la cumbre del Palo Ahorcado, TKRCERA

CADENA.—Esta

Ca-

al norte de Cumbres Mayores.

cadena sostiene su alineación general

en

PROVINCIA

DE

HUELVA

i9

m u c h a m a y o r longitud que las dos ya descritas, prolongándose, sin m á s interrupción que las cortaduras que dan paso á las riveras, hasta m á s al oeste de la divisoria del Guadalquivir y Guadiana.

líe una

manera regular se extiende desde la villa de Santa Olalla hasta los valles de Carrasco, donde experimenta una solución de continuidad bastante grande; pero después vuelve á señalarse, con diversas a l t u ras, hasta el territorio de la contienda de Moura, es decir, que atraviesa casi toda la provincia de E.SE. á O.NO. p r ó x i m a m e n t e , que es s u a r r u m b a m i e n t o medio. En esta cordillera se encuentran algunos m i n e r a l e s y a s o m o s de rocas hipogénicas, consistiendo las sedimentarias, que son las predom i n a n t e s , en pizarras y c a l i z a s . — E l gran n ú m e r o de fracturas que se observan en el sentido transversal de las capas ha dado origen á los desfiladeros por donde corren otras tantas corrientes, que i r e m o s mencionando al hacernos cargo de las sierras que en ella se conocen. La m á s oriental é inmediata á Santa Olalla es la sierra del

Viso,

de forma cónica, cuya cúspide, una de las m á s altas d é l a cadena, se divisa á gran distancia, distinguiéndose bien d é l a s d e m á s que se elevan hacia aquel lado; aparece á su occidente la del Gandú,

á la que

aislan las gargantas que dan paso á las aguas del valle que, paralelo á ella y á la del Viso,

las separa de la del Vino-caro,

correspondien-

te á la primera cordillera; s i g u e después la del Venero,

notable por

contener una masa de hierro m a g n é t i c o y los criaderos de piritas en que se labran las m i n a s de Cala, y , al norte de ésta, un a s o m o porfídico con pequeños granates implantados en su pasta, y, con el intermedio de la garganta en que tiene su cauce la rivera del Hierro, destaca, por fin, todavía m á s al oeste, la sierra Javala,

prolongación

de las precedentes, en la cual la cadena, que hasta ella traía un a r r u m b a m i e n t o de SE. á NO. p r ó x i m a m e n t e , sin duda debido á la influencia del macizo hipogénico de Cala y Santa Olalla, tiende á tom a r la dirección general de las cordilleras de la c o m a r c a . Es la sierra Javala

de forma alargada y muestra en su cresta una

capa de caliza, que también se reconoce en las otras más orientales acabadas de citar, así c o m o también en una falla que da paso á la COM. D E L M A P A

tíKOL,—MEMORIAS,

4

50

OliSCflIPClÓX

FÍSICA

rivera (le Monlcmayor, donde a s i m i s m o sobresale un banco grueso de cuarcita que, al sufrir la fractura, quedó en su m a y o r parle en la vertiente opuesta, correspondiente á la llamada sierra Pipeta,

la

cual, con una dirección que se aproxima ya á la E. á O., se extiende luego en una loma de m e n o r altura que, á las inmediaciones de la rivera de Hinojales, toma el nombre de sierra de la Moraleja.

Entre

las pizarras que forman á esta ú l t i m a , se encuentra una roca verde, metamorfoseada, con granos de carbonato de cal y asbesto en algunas de las oquedades que contiene. Hacia la extremidad occidental de la m i s m a sierra de la

Moraleja

sobresale en el lado septentrional, sin m á s interrupción que un bajo collado, el cabezo del Peruétano,

cerro de forma cónica constituido

por una pizarra arcillosa de color morado, que es el elemento g e o g nóslieo m á s c o m ú n por aquellos contornos, por entre la cual asoma en el cabezo dicho, dibujando crestas dentadas, la roca verde con asbesto, poco luí citada. Ya en esos parajes, las principales asperezas de la cordillera van terminando; las aguas que descienden de las vertientes de Cañaveral de León, en la falda meridional de la sierra del Jacaco (segunda cordillera), la cruzan por un portillo debido á la quiebra de las capas junto al referido cabezo, y en el lado opuesto sólo una loma baja y estrecha señala la continuación de la cadena hasta el cauce del barranco del Toro. Distínguense, sin embargo, en esa loma, á la cual atraviesan las corrientes de agua que descienden de Hinojales, c u m b r e s de la Madrona

y de la Pelada,

c u y a s crestas están c o n s t i -

tuidas por la roca estratiforme y metamorfoseada del cerro del ruétano,

las

Pe-

habiendo también a s o m o s de otra compacta entre los estra-

tos de aquélla. De la orilla derecha del barranco del Toro arrancan las vertientes de la elevada y gran protuberancia denominada cerro Gordo, punto de unión con las derivaciones que, con dirección m e d i a de SO. á ME., van á la sierra del Viento;

y, más al oeste, la cadena se acusa eu la

c u m b r e que se extiende hasta alcanzar la divisoria del Guadalquivir y el Guadiana, la cual por estos parajes se arrumba de N. á S.

PROVINCIA

1)K

IUJKLVA

31

Pasada esa divisoria, descuella en el intrincado laberinto de cerros que dan á esos sitios un aspecto lúgubre, v que son de difícil t r á n sito y m u y á propósito para los desagradables lances que con f r e c u e n c i a ocurren en ellos á los viajeros, las prolongadas l o m a s d e n o minadas Los Arriscaderos,

divididas en dos partes por la profunda

cortadura transversal que da paso á las aguas del río Frío, de c u y a s dos parles termina la m á s occidental en las hondonadas de los valles de Carrasco. Todavía esas l o m a s de Los Arriscaderos:

señalan has tan le bien la

continuación general de la cordillera; pero ésta parece c o m o que se i n t e r r u m p e por la interposición de diferentes relieves m á s aislados entre sí, a consecuencia de separarlos valles más anchos, sin perjuicio de que, formando lomitas y cerrejones, hacen el país m u y q u e brado, principalmente en las m á r g e n e s de los arroyos, hasta que la m i s m a cadena vuelve á señalarse con toda claridad y en dirección de E. á 0 . en las Encrucijadas

de la Moña,

que se levantan desde la

orilla i/quinrda del barranco Helechoso, ofreciendo en sus laderas septentrionales la m i s m a fauna siluriana que h e m o s reconocido en otros puntos, c u y o d e s c u b r i m i e n t o nos ha servido para asimilar al m i s m o horizonte geognóstico las pizarras idénticas de varias localidades que eran difíciles de clasificar por su absoluta carencia de fósiles. Salvadas las Encrucijadas,

sufre la cordillera un ligero desvío al

SO., y, comprendiendo al cerro conocido con la denominación de Naranjero

Alio,

quo se levanta en los orígenes del río Tor ti lio, c o n -

tinúa m á s á poniente por los Picos de Aroehe

que, elevándose en la

divisoria de las riveras Murligón y Chanza v el arroyo de Paijuanes, son los que m á s destacan en toda esa zona, y marcha al cerro del Toro y los altos del Broco,

entre el último arroyo nombrado y el Za-

farejo, ostentándose al sur de los relieves el de la c u m b r e de Las piedras,

Al-

todos ellos á m u y corta distancia de la frontera de Portugal.

CUARTA

CADENA.—LO

m i s m o que se verifica en las precedentes, se

encuentra s u macizo s u m a m e n t e fraccionado por las quiebras que h a n sufrido sus estratos, los cuales dan paso transversal á n u m e r o sas corrientes de agua. También su a r r u m b a m i e n t o medio es de E. á

o2

DESCRIPCIÓN

FÍSICA

0 . , aunque es variable el correspondiente á las diferentes porciones en que se descompone cuando éstas se consideran aisladamente. Su e x t r e m o oriental lo forma la sierra Cucharera

que, formada

por pizarras arcillosas v micáceas, de estructura hojosa, prolongándose en seis kilómetros de corrida y dirección de SE. á NO., sirve de límite meridional á una estrecha faja de pizarras areáieas y de divisoria á los barrancos de San Pedro y Cucharero, descollando de entre otras alturas que á s u s inmediaciones aparecen. Siguen luego, al norte de la mencionada faja arcáiea, en la m i s m a dirección, pero encorvándose un poco al 0 . , las largas c u m b r e s de la sierra Papuda,

atravesadas de N. á S. por las hoces ó cauces que

dan paso á las riveras del Hierro y Monlemayor; terminan dichas cumbres, con algún desvio al SO., en la rivera de Hinojales, y arranca desde ésta la sierra 11 umbría,

de igual sobrenombre que la r i v e -

ra, cuya sierra se extiende sin interrupción, con arrumbamiento al O.NO., hasta la divisoria del Guadalquivir y el Guadiana, aproximándose m u c h o en ese sitio á las prominencias de la tercera cadena. Esta sierra Umbría

de Hinojales,

m u y notable por s u longitud, de

15 kilómetros, y su sección transversal triangular, de 5 á \ k i l ó metros de ancho en la base, ó sea por su forma de caballete, que divide las aguas entre las riveras de Hinojales y de Huelva, y digna también de atención por el gran n ú m e r o de barrancos que, partiendo de sus c u m b r e s , fraccionan las laderas, haciéndolas bastante quebradas y de difícil tránsito, aun aprovechando los tortuosos y estrechos senderos que las cruzan, lo es aún m u c h o más desde el punto de vista paleontológico, en atención á que en diversos parajes de ella hemos encontrado una rica fauna de graptolitos contenida en ciertas pizarras ampelíticas q u e ,

interestraliíieadas con otras arcillosas ó

micáceas, resultan m u y á propósito para clasificar por comparación las que en otros sitios no contienen restos orgánicos. Separando las a g u a s afluentes de los arroyos de la Tremedera y Esearihuela, continúa la cadena, al oeste de la divisoria entre el Guadalquivir y Guadiana, hasta el río Caliente, en dirección de E. á 0 . ; pero al otro lado del mencionado río se interrumpe su continuidad

PROVINCIA

DE

HUELVA

53

r e g u l a r , o f r e c i é n d o s e un c o m p l i c a d o dédalo de c u m b r e s y c e r r e j o n e s , c o n los c u a l e s se m a r c h a por una p a r t e d l o s r e l i e v e s q u e l i e m o s m e n c i o n a d o á p o n i e n t e de las d o s p r i m e r a s c o r d i l l e r a s , y por otra á l o s b a r r a n c o s q u e d e s c i e n d e n al A r o e h e t e , d e s d e c u y o paraje v u e l v e n las a l t u r a s á dar r e g u l a r i d a d á n u e s t r a c a d e n a , q u e s e d i s p o n e p r ó x i m a m e n t e paralela á la rivera Chanza. A s o m a allí, en e l e c t o , al s u r de la d e h e s a de la T o r r e , el e s c u e t o p i c o de los Ballesteros,

s e p a r a d o de la c u m b r e del Galinilo,

adelante v o l v e r e m o s á m e n c i o n a r ,

que mas

por el vallejo del b a r r a n c o A r o -

e h e t e , á c u y o pico s i g u e , c o n r u m b o p r ó x i m a m e n t e al S O . , el d e n o m i n a d o de Juan

Moreno,

y á é s t e el de Las Escobas,

ó sea en la c u m b r e del Ejido

de las Cabras,

pasado el c u a l ,

t o m a la c a d e n a la d i r e c -

ción de E. á ( ) . , q u e ya no a b a n d o n a , y por los c e r r o s ó c a b e z o s de La Parra,

Per ero,

La

Víbora

y Panduro

de la frontera, c o n la sierra de F¡callo,

va á e n l a z a r s e , al o t r o lado q u e m i d e 1 8 5 7 m e t r o s de al-

titud, h a b i e n d o enviado a n t e s , desde l a s faldas s e p t e n t r i o n a l e s del ejido de las Cabras, una d e r i v a c i ó n p o c o elevada q u e va, en d i r e c c i ó n de S . á N . , á e n l a z a r s e c o n el pie m e r i d i o n a l de la c u m b r e de Alpicdras, OTRA

Las

en la tercera cordillera. CADENA SECUNDARIA

AL S U D E S T E

DE L A S C U A T R O

DESCRITAS.—Cru-

zando l o s t é r m i n o s m u n i c i p a l e s de Z u f r e y S a n t a Olalla se

destaca

una serie de a l t u r a s d i s p u e s t a s , desde la d i v i s o r i a de las r i v e r a s de Cala y de Huelva, por l e v a n t e , hasta

la del b a r r a n c o Carabales y

a f l u e n t e s de la r i v e r a del H i e r r o , por p o n i e n t e , en una c o r d i l l e r a s e c u n d a r i a q u e a f e c t a la f o r m a de una c u r v a de gran radio, c u y a c o n v e x i d a d m i r a al S u r . La m á s o r i e n t a l de s u s p r o m i n e n c i a s se d e n o m i n a sierra Corvera;

s e eleva despot's, m a r c h a n d o á p o n i e n t e y s a l -

vando el b a r r a n c o de aquel m i s m o n o m b r e , la sierra de

Juanlibdñez,

y m á s al o e s t e todavía, con el i n t e r m e d i o del b a r r a n c o de San P e d r o , la s i e r r a Catalina,

c u y a s faldas o c c i d e n t a l e s

o r i e n t a l e s de la s i e r r a Cucharero

(13

van á

u n i r s e con l a s

q u e , d i r i g i d a de S E . á N O . y

(i) No ha d e c o n f u n d i r s e esta sierra con la Cucharera q u e , m á s al norte, forma el extremo oriental d e la cuarta cadena.



í)fiSCEi Í P O I Ó N

FÍSICA

formada por pizarras, enlre las que asoma, arrumbada de E. á ( ) . , una faja larga y eslreclia de roca hipogénica, limila la cordillera. Tales son, en resumen, los principales rasgos característicos del s i s t e m a oro gráfico de la parte septentrional de la comarca de la rra Alia.

Sie-

V e a m o s ahora los de la

Porción meridional. El macizo montañoso que la constituye, cuya longitud, en el s e n tido transversal de la provincia, se extiende desde la villa de Zufre, por oriente, á la de Santa llárhara, por poniente, y es conocido en s u totalidad con el nombre genérico de Sierra

ó Cordillera

de

Ara-

vena, está constituido por la formación estrato-cristalina del territorio provincial y una buena parte de los depósitos que sobre ella se apoyan por su lado del s u r . — A u n q u e la dirección del conjunto puede decirse que es de E. á 0 . , se observa, al descender á detalles, que algunas de las sierras parciales que en el m i s m o macizo destacan, y entre ellas se cuentan precisamente las de mayor elevación, acusan a r r u m b a m i e n t o s de SE. á N O . , habiendo otras, de un orden inferior, que se dirigen de SO. á NE. Como es natural, esas m i s m a s sierras parciales, unas veces más ó m e n o s aisladas, se agrupan otras en cadenas secundarias; pero c o m o éstas se interrumpen con m á s frecuencia y no guardan entre sí la regularidad ó paralelismo de las que forman la zona septentrional de la comarca, sino que, c o m o ya hemos dicho, todas derivan de un macizo único, no es posible tampoco ordenar su descripción de la manera que lo h e m o s hecho para la de esas otras. Conviene, sin e m bargo, para facilitar dicha descripción, que consideremos en primer término la marcha de lo que l l a m a r e m o s eje, divisoria ó cadena principal de la cordillera; haciéndonos cargo después y s u c e s i v a m e n t e de los relieves que se hallan al norte y al sur de dicho eje, y todavía, respecto á los primeros, la claridad en la exposición nos llevará á reseñar por separado los que se repartan á poniente ó á levante de los puntos que á su tiempo señalaremos.

PROVINCIA

OF.

ÜCKL.VA

EJe PRINCIPAL.—La zona ó cadena que lo forma, la m á s importante y rica de la comarca por la frondosa y fructífera vegetación que crece en sus abrigos, se inicia, por el lado oriental, en la rivera de Huelva, y, d e t e r m i n á n d o l a divisoria entre diversos tributarios de esta m i s m a , se eleva en empinadas laderas, especialmente por la parte del sur, dando asiento á la villa de Zufre en una pequefia explanada que se encuentra á la m i t a d p r ó x i m a m e n t e de la altura de la sierra, en la cual se hace notar por esta parte, en bancos de gran espesor, una caliza in teres Ira ti Picada en pizarras con s e r i c i l a , cuya roca, si las condiciones locales permitieran s u fácil y e c o n ó m i c o transporte,

sería,

por s u textura y coloración, m u y á propósito para la preparación de mármoles. Desde Zufre m a r e b a dicho eje, con r u m b o ai 0 . , formando una sierra á que dan el m i s m o nombre de la villa m e n c i o n a d a , la cual so descompone, de E. á 0 . , en las que llaman sierras del Zorrero, Puerto

Casero ó Santa

Bárbara

y Gorda de la Costa,

de

y q u e , por c o n -

siguiente, son continuación unas de otras. Kn la sierra Gorda, que alcanza las i n m e d i a c i o n e s del m e r i d i a n o de Higuera Junto á Aracena, y que en realidad es un i n m e n s o cerro de un ancho p r ó x i m a m e n t e igual á su largo, cambia la dirección general del eje montañoso á la vez que se divide en dos r a m a s p r ó x i m a m e n t e paralelas, l i g e r a m e n t e encorvadas con convexidad al Norte y a r r u m badas hacia el NO., c u y a s dos r a m a s , que entre sí comprenden al valle en que se asienta la aldea Umbría, se relacionan por eí intermedio de la m i s m a sierra Gorda

y una derivación de poca altura que desde

su falda del norte va á la del sur de la m á s septentrional de aquéllas, que es la que forma divisoria entre el Guadalquivir y el Odiel, y en la cual es la porción m á s notable la que se d e n o m i n a sierra de Corte,

la

que se e x t i n g u e en la m i s m a divisoria en la fuente del Key,

á que h e m o s de volver m á s adelante. En la r a m a meridional, la sierra Gorda

que desde la t e r m i n a c i ó n occidental

va, en la dirección

de

ya dicha de SE. á NO., hasta

Aracena, aparece en primer término la sierra de la Chameea,

que,

hacia su e x t r e m o occidental, ofrece un puerto aprovechado para el

i j b

DESCRIPCIÓN

FÍSICA

paso de la carretera que une aquella población con Sevilla y, más al oeste todavía, un escarpado tajo que da cauce al arroyo de Marimateos, pasado el cual se marca la cadena en una c u m b r e de poca altura que va en declivio hasta el paraje en que radica la supradicha villa, donde, por la parte del sur del pueblo, se levanta el cerro que, por sustentar en su c u m b r e las ruinas de una antigua fortaleza, r e cibe el nombre de Castillo

de Araeena,

constituido por una caliza marmórea,

el cual, de forma cónica y presenta la particularidad de

contener una caverna de difícil acceso, revestida de vistosas concreciones calcáreas, con un lago en su fondo que alimenta una fuente que, brotando en la falda meridional del cerro, es una de las que dan origen al río Odiel. Al oeste de Araeena traza el eje ó cadena central una curva de gran radio, con convexidad al Norte, cuya cuerda va p r ó x i m a m e n t e en dirección al O.SO., levantándose desde luego, con altura notable, la sierra de San Gmés, de grandes pendientes en su parte meridional y m u cho más suaves en la septentrional, de manera que los valles á uno y otro de esos lados aparecen c o m o escalonados; y siguen á aquélla, sin interrupción hacia el r u m b o dicho, primero la sierra de y

dc

fPu,-s

ia

los Ángeles,

de Ahijar,

la cual, así c o m o la de Nuestra

Linares

Señora

de

que de ella se deriva y le es paralela por el sur, se e x -

tingue en la sierra de la

Castaña.

En esa sierra que, en dirección de NO. á S E . , afecta su mayor extensión hasta la proximidad por el E. de la villa Castaño del iiohledo, con su fértil y pintoresco valle, abundante, lo m i s m o que a q u é lla, en la especie forestal que les da nombre, el relieve orográlico del país se acentúa de una manera m u y notable, interrumpiéndose la marcha general del eje montañoso y formándose un gran nudo ó n ú cleo que se extiende hasta comprender las sierras de San Cristóbal de La Jorra,

y

que paralelamente á la primera se destacan al O.SO. de

ésta y distancia de unos 11 kilómetros, de cuyo dicho núcleo parecen derivarse todos los demás elementos del gran macizo ó cordillera de Araeena. Son las sierras del Castaño

y de San Cristóbal

las m á s altas del

PROVINCIA

DE

HUELVA

31

territorio que consideramos y pudiera decirse que rivalizan en a l t i tud, pues sólo en algunos m e t r o s excede la primera á la segunda, alcanzando ésta la de 1 0 3 5 . La primera tiene la forma de una loma prolongada,

terminada en un escueto pico de roca hipogénica,

y

c o m o s u s laderas van en declivio hasta la base, resultan triangulares las secciones transversales, cualquiera q u e s e a el paraje en que se s u pongan. En la de San Cristóbal

forman la cúspide fres picos de roca pla-

gioclásica separados por dos collados, siendo el más alto el central de aquéllos. Lo escabroso de s u s laderas y los profundos y estrechos surcos que marcan el curso de las aguas, que en tiempo de lluvias se precipitan con estrépito por aquellos barrancos, hacen singular contraste con los valles inmediatos, llenos de frondosa vegetación y esmeradamente cultivados por los naturales de Almonaster y aldeas cercanas, resultando de todo ello un paisaje en e x t r e m o grato á quien quiera que á él llegue después de atravesar la monótona zona del Andévalo. Entre las m i s m a s sierras de la Castaña

ó del Castaño,

ambos nombres se la conoce, y de San Cristóbal

pues con

ó de Almonaster,

destacan, separando los val lejos que entran en la composición gran nudo de que hablamos, las del Chorrito

y del Negrito,

se del

arrum-

badas poco más ó m e n o s lo m i s m o que ella, siendo de esas ú l t i m a s la m á s notable la del Negrito,

porque, de pendiente fuerte en las

abruptas laderas del lado del sudoeste, termina eu una elevada y llana meseta que por el lado opuesto va á perderse en el valle del Chorrito y el cercano pueblo del Castaño, y, finalmente, al SO. de la de San Cristóbal

se alza, paralelamente á ésta, aunque con menor a l -

tura y separada de ella por un vallejo, la de La Jorra,

de que ya an-

tes h e m o s hecho m e n c i ó n . Toda la parte comprendida por las laderas meridionales de las sierras que desde Araeena se extienden hasta la de La Jorra

queda

al abrigo de los vientos fríos del N., cuya circunstancia, unida á la abundancia de agua y á la excelencia de la tierra vegetal, formada por los derrubios procedentes de las m i s m a s sierras, hace, de esos rin-

DRSCRÍPCTÓN

FÍSICA

cones, excelentes centros para la producción de hortalizas y exquisitas frutas, ostentándose en toda la plenitud de un lozano desarrollo la vid, el naranjo y el olivo, de cuya última especie se obtiene un aceite que supera en calidad al de la tierra llana; y c o m o al m i s m o t i e m po, aparte de las parcelas destinadas al cultivo, cubren el suelo grandes rodales de encina y crece en abundancia el m o n t e bajo, formado principalmente por jaras, brezos y lentiscos, todo hace que dicho territorio sea uno de los más poblados de la provincia, encontrándose en él un gran n ú m e r o de aldeas y casitas de campo que le hacen de una estancia m n y agradable. Al llegar el eje ó cadena que describimos á la parte occidental de la sierra de San Cristóbal,

se tuerce bruscamente al SO., cuya d i -

rección conserva hasta el origen de la rivera Alcaraboza; hace ahí una inflexión, tomando primero, en corto trecho, un rumbo al 0 . , para volver n u e v a m e n t e al SO. en cuanto llega al e x t r e m o occidental de la sierra de Alcarabocinos la sierra Pelada,

de la de San Cristóbal, puerto del Mármol, sierra Pelada,

y, encontrando á pequeña distancia

después de un trayecto de unos 2 0 kilómetros desmarcha por aquélla hacia occidente hasta el

dejando á levante una gran porción de la m i s m a

la cual lleva en su conjunto una dirección de E. á O.

p r ó x i m a m e n t e y está consliluítla, en sus respectivas laderas, corladas por profundos y tortuosos surcos por donde las aguas pluviales se descuelgan lorrencialmenle en busca de las riveras, de una porción de derivaciones, c u y a s repelidas y caprichosas curvas hacen de esos parajes, sobre todo en la parte occidental, donde la base total acusa un ancho de unos 10 kilómetros, lo más áspero y salvaje de la cadena. En estos parajes crecen, en los sitios frescos de los barrancos de las faldas septentrionales, que son las m á s extensas, diversas especies forestales, tales c o m o aliso, madroño, brezo y m u r t a , con dimensiones bastantes para poder utilizarse en la fortificación de las m i n a s i n m e diatas y , por de contado, en el carboneo, mientras que la jara y la aliaga cubren lo m á s estéril de la sierra. Desde el mencionado puerto del Mármol

desciende la cadena en

dirección al S.SO. hasta el de Don Pedro, que está bastante inmediato;

PROVINCIA

DK

110EL.VA

va desdo ahí eon r u m b o al 0 . hasta el cerro Gordo, que se encuentra en la sierra de Sania

Bárbara,

la cual se dirige también al 0 . , pero

con ligero desvío al O.SO., y va perdiendo sucesivamente de altura hasta que desaparece eu las inmediaciones del meridiano de la villa de aquel nombre, levantándose á continuación, con a r r u m b a m i e n t o m á s marcado al SO., la cumbre de AIbarrán

que, de un orden s e c u n -

dario, tanto por su corrida c o m o por su escasa altura, separa el barranco de igual nombre del arroyo de La Corte. RELIEVES SIERRA

AL N O R T E

DE S A N

rra de San

DEL

EJE

CRISTÓBAL. — A

Cristóbal,

Ó

DIVISORIA

PRINCIPAL,

POR

EL OESTE

DE

LA

partir del e x t r e m o occidental de la s i e -

donde el eje principal del macizo montañoso

que v e n i m o s considerando se dobla hacia el SO., se derivan del m i s m o eje hacia ponicnie diversas ramificaciones, próximamente paralelas y que, aun cuando cortadas por los barrancos que descienden de la sierra principal, conservan una dirección que, en término m e dio, se separa poco de la de E. á 0 . Una de las m á s importantes de esas r a m a s es la (pie, tomando origen en el collado que existe al norte de la aldea de Las Veredas y las que It! son inmediatas, se conoce con el nombre de sierra de la A l caraboza,

la cual va con r u m b o al 0 . hasta la garganta que da paso

á las aguas del barranco de la Mosquina, pasado el cual pierde de altura y se desvía un poco al O.NO. hasta la c u m b r e Tóbala, paraje recobra su anterior

dirección para doblarse

en c u y o

bruscamente

al SO. cerca de la frontera y en corto trecho, es decir que, en t é r m i n o s generales, esta pequeña cadena, que forma la divisoria entre los ríos Chanza y Alcarahoza, se mantiene p r ó x i m a m e n t e paralela á la marcha de este ultimo. AI ME. del origen de la sierra de la Aleara-boza,

y en paraje poco

distante de la villa de Cortegana, al SO. de la población, se destaca una loma prolongada, pero de poca altura, c u y o nombre no liemos podido averiguar, la cual, dirigida al O.NO. y sirviendo de divisoria al barranco del Fresno y otro que corre m á s al norte y que con él tributa al río Chanza, es paralela al p r i m e r o de estos m i s m o s b a rrancos y va á terminar junto al de la Fábrica.

"L'i

DESCRIPCIÓN

FÍSICA

Más al norte todavía, arrancan, en el meridiano de la villa acabada de mencionar, las sierras de las Espinosas,

que marchan al N . N O . , las

cuales forman parle de la divisoria de ios ríos Chanza y Múrtiga que, pasando por el castillo y villa nombrada, para enlazarse con la prin*

cipal de que hablamos antes, va á confundirse por el lado septentrional con la c u m b r e del Galindo,

que por poniente se levanta en direc-

ción de E. á 0 . La c u m b r e de las Camorras,

que, m u c h o m á s al s u r ,

se alza al occidente, queda comprendida entre las aldeas de la Corte y Maladua, y la de los Calares,

de Cortegana, se halla más al sur de la

aldea citada en primer término, con r u m b o de E. á 0 . Asimismo, al sur también de la mencionada sierra de la

Alcarabo-

za, se deriva del eje del macizo montañoso, á cuyo paraje h e m o s de volver más adelante, otra rama que, designada con aquel m i s m o nombre, forma la divisoria de los ríos Per amor a y Alear aboza, la cual, dirigida de E. á 0 . , con un ligero desvío al O.NO., se extingue por poniente antes de la confluencia de esos m i s m o s ríos; pero si, salvada dicha confluencia, se avanza hacia ese último r u m b o hasta el meridiano de la cumbre Tóbala,

de que ya queda hecha mención,

tropieza el observador con la escueta y aislada c u m b r e de las

Peñas,

sin duda llamada así por los grandes canchales de roca hipogénica que cubren s u suelo, dirigida al O..NO. en la corta extensión que abarca, á cuya falda septentrional l a m e el repelido río Alcaraboza. Finalmente, en la divisoria de este río Alcaraboza y el barranco del Aserrador, se destacan las Cabezas bre de las Peñas,

de Miguelelo,

al SO. de la c u m -

dirigidas de 0 . á E . , encontrándose m á s á levante

el puerto de Doña María,

por el cual pasa el enlace de dichas pro-

m i n e n c i a s con el eje principal del macizo, salvando, en dirección al E . S E . , la pequeña concavidad que separa á aquél del titulado puerto del Mármol,

nudo central del eje precitado.

Por último, c o m o relieves de menor importancia, c i t a r e m o s las c u m b r e s de Las Torbiscas,

á poniente del meridiano de Santa Bárba-

ra y al norte de la cumbre de Albarrán,

las cuales forman unas l o m a s

entre los arroyos de Pierna Seca y de La Corte que, c o m o las de la divisoria entre el Pierna Seca y el barranco del Aserrador, son otras

PROVINCIA

RE

HL'LÍLVA

6T

tantas derivaciones ó estribos de la prominencia del puerto de Pedro,

(pie es el más alto. El puerto de Butrón,

SO. de Las Torbiscas,

Don

en la extremidad

está ya junto á la frontera portuguesa, á la

inmediación del Chanza. HELIEVES EXTREMO

AL

NORTE

OCCIDENTAL

DEL DE

EJE

LA

PRINCIPAL,

SIERRA

Á

DE S A N

LEVANTE

DEL

MERIDIANO

DEL

C R I S T Ó B A L . — P r ó x i m a m e n t e

hacia el paraje en que se cruzan el meridiano de Almonaster y el paralelo de la cumbre del Galindo, rece la del Campillo,

no há m u c h o mencionada, apa-

de escasa corrida y orientada de SO. á iNE., la

cual enlaza el macizo montañoso de que v e n i m o s hablando con la cuarta de las cadenas que h e m o s distinguido en la porción septentrional de la comarca. El puerto de la Nava,

al SE. de la c u m b r e del Campillo,

pone en

relación esla c u m b r e con la aislada sierra de Valí ele van to, que al otro lado del rio Caliente corre al E . , con desvio al E . S E . , formando parte de una fraccionada cadena que, por la orilla derecha de la rivera de Huelva, sigue por las sierras de la Algaba puerto del Lanchar,

sierra de la Coronada

y de la

Manzana,

y altos de Lomo,

cuyos

componentes, separados entre sí por barrancos m á s ó m e n o s importantes, aparecen unos á continuación de otros, conservando el m i s m o arrumbamiento general, hecha excepción de la sierra de la que, situada entre la de Vallelevanto

Algaba

y la del puerto del Lanchar,

se

desvía al E.NE. en la corta extensión que comprende. En el puerto del Lanchar

nace una derivación m u y deprimida que

por una parte va, hacia el N., hasta la sierra Umbría

de

Ilinojales,

y por otra, al sur del m i s m o puerto, marcha al SO., por el del Pozuelo,

á las escabrosas sierras de Galaroza,

sobre cuya derivación se

acusa el eje principal descrito más arriba. Toda esta región,

com-

prendida entre las prominencias de las Espinosas,

Cam-

pillo y sierras de Galaroza,

cumbre del

es s u m a m e n t e quebrada, haciéndose e x -

tremadamente penoso, largo y pesado el c a m i n o á través de s e m e jantes quiebras y prominencias, á pesar de la frondosa vegetación que en m u c h o s puntos cubre el suelo. No destacan, sin embargo, en dicha región relieves de gran altura,

DBSCRIPCIÓX

FISICA

sino un considerable n ú m e r o de l o m a s y cerrejones, en general b á s tanle empinados, cuya enumeración sería demasiado molesta, b a s tando indicar que de todas estas derivaciones las más son las sierras del Ingenio

importantes

v de Los Cotos, p r ó x i m a m e n t e paralelas y

que entre sí dejan el vallejo que da cauce al barranco que también se llama del i n g e n i o . — I ) e esos dos serrijones es el m á s oriental el primero de los nombrados, el cual nace en las faldas meridionales de la sierra de La Algaba

y puerto del Lanchar,

al S E . , hasta encontrar la sierra de Galaroza,

marchando, en dirección cuya posición señalare-

mos pronto; mientras que la sierra de Los Cotos, que, originada en el e x t r e m o oeste de la de La Algaba,

es bastante abrupta por la falda

oriental, se pierde por la occidental en un valle que da asiento á la villa de La Nava, á c u y o valle da acceso el puerto de Virtudes,

si-

tuado al oeste de la villa con altitud de 4 9 0 m e t r o s , que lo eleva 1 1 5 sobre ella. Finalmente,

merece también señalarse la presencia, en la zona

que nos ocupa, de otro serrijón que, conocido con el nombre de sierra de La Fuina,

se desprende del e x t r e m o meridional de la de Los

Cotos en dirección al SO., es decir que estas dos forman un ángulo recto cuya abertura m i r a al occidente. Hacia la mitad, poco m á s ó menos, de la corrida de la sierra del Ingenio,

há poco mencionada, parte á levante, en dirección á ese

m i s m o rumbo, la sierra en que se abre el puerto del Pozuelo,

al

que también h e m o s aludido en la página precedente, á cuya sierra sigue por oriente la de Corte Grullo y á ésta la de la Tallisca puerto de Agua

Frió,

y el

formando lodos estos e l e m e n t o s otra cadena

secundaria tan inmediata á la que corre más al norte, bañada, seg ú n h e m o s dicho, por la rivera de Huelva, que casi pudiera decirse que no son sino una sola, pues las dos se locan en m u c h o s p u n tos, quedando en otros separadas ú n i c a m e n t e por vallejos l o n g i tudinales de escasa importancia, cuyos barrancos afluyen á otros transversales que, corlando á las dos cadenas, tribuían á la rivera acabada de c i t a r . — P o r la parte occidental, sin embargo, están b a s tante separadas, corriendo entre ellas la derivación que va desde

PROVINCIA

el puerto del Pozuelo

DE

ai del Lanchar,

FI,J

HÜEI.VA

que está al NIL, c o m o ya s a -

bemos; pero desde el p r i m e r o de estos puertos, la m á s meridional de dichas dos cadenas tiende á unirse con la otra, estrechando la distancia que las separa, á cuyo efecto la dirección de 0 . á 13. que lleva hasta Corte Grullo la dobla desde alu un poco hacia E.NE. en lo que por levante le queda de corrida. En el empalme que en ángulo recto forman los dos serrijones que llevan los nombres de sierra de Los Cotos y sierra de La Fuina

se de-

riva, casi normalmente á esta última, ó sea con dirección al S . S E . , otro, cuya existencia ya liemos anunciado, el cual, designado con la denominación de sierra de fíala roza,

que pasa al NE. de la villa de

igual nombre, puede considerarse c o m o la continuación meridional de la de Los

Cotos,

aunque entre las dos forman un ángulo m u y

abierto. Va la sierra de Gala roza

perdiendo altura desde su unión con la

de Los Cotos hasta que su e x t r e m o del SE. se confunde con la altura en que se levanta la aldea de N a v a h e n n o s a , hacia c u y o paraje vuelve el suelo á elevarse suavemente para constituir en definitiva otro relieve orográfico que, arrumbado de O. á E . , forma una nueva cadena p r ó x i m a m e n t e paralela á las dos de que ú l t i m a m e n t e h e m o s hablado, y en una zona casi equidistante á la que M a s ocupan y á la que dibuja el eje ó divisoria principal del macizo montañoso. Entran en la composición de esta nueva cadena la sierra Marina,

de

forma de caballete, á la cual sigue por levante, con el intermedio del escobio del barranco de La Guijarra, la sierra del

Estrebcgü,

cortada en su primer tercio occidental por el barranco del Castaño, que, atravesando también las otras dos cadenas más próximas á la rivera de Huelva, va á desaguar en ésta, y, terminada esa sierra eu el barranco de la Nava,

que conlluye al del Castaño, se levanta s o -

bre la m a r g e n de recluí de aquél el serrijón q u e se llama La Cruz Aragonés,

al que sigue por levante el monte Peluca,

so, por su porción oriental, el puerto de La

del

al que da acce-

Sabina.

La presencia de galenas antimoniales y argentíferas, c u y a e x i s tencia parece en relación con la de vetillas de cuarzo blanco y óxidos

(i

''

DKSCItlI'CIÓN

FÍSICA

de Ii ierro, dió motivo, desde la más remola antigüedad, á diversos minados que siguen la dirección de los estratos de las pizarras arcillosas con talco y sericita que forman el suelo de esta última cadena. De la unión de la Cruz

del Aragonés

con el m o n t e Peluca

parle al

S.SO. una pequeña derivación que relaciona esa m i s m a cadena con la principal ó de las inmediaciones de Aracena, pues esa derivación va á terminar en la fuente del Rey, á donde, al hablar del eje del m a cizo montañoso, dijimos volveríamos. A s i m i s m o , prolongándose el repelido m o n t e Peluca

por otra derivación que marcha haeia el NE.,

se divide esla última, formando una bifurcación en forma de Y tendida, al rumbo dicho, cuyas ramas, que se designan con el nombre de Los Vascos, se descomponen en diferentes porciones que, con s u a ves laderas hacia el SO. y fuertes al NO., van perdiendo s u c e s i v a mente de altura hasta llegar á confundirse con la margen derecha de la rivera de Huelva; de modo que si se consideran en sentido contrarío, ó sea marchando desde dicha rivera hacia el m o n t e

Peluca,

forman á modo de una serie de escalones. R E L I E V E S AL SUR DEL E J E

Ó DIVISORIA P R I N C I P A L . — L o

m i s m o que en

general h e m o s hecho en los de las dos divisiones precedentes, p r o curaremos indicarlos en zonas de norte á sur, señalando los de cada una de éstas en el sentido que más convenga á la brevedad de la exposición. Resguardando á la villa de Linares de los vientos del SE. corre la sierra de la Molía ill a, derivada de las alturas de Aracena, y que, con sus pendientes laderas, constituye el abrupto macizo que forma la divisoria de las aguas de la rivera de Linares y del barranco del Prado, que desciende de la sierra de San

Ginés,

cuya posición ya

sabemos. Más al sur se extiende en forma de cadena, p r ó x i m a m e n t e en el paralelo de Zufre, una serie de alturas que, derivándose del eje principal del macizo montañoso, se forma al sur de Almonastcr, apareciendo p r i m e r o en cerros de poca consideración, que la van adquiriendo m a y o r hacia levante, donde merece mencionarse el cabezo de Ana y el del Castillo,

Sania

que se halla más al sur, al este de la aldea La

PROVINCIA

DE

IIÜKLVA

109

Corle, desde donde ya la cadena se dibuja con m á s claridad siguiendo por la sierra del Pico á la de La Giralda, dr o ñeros,

y de ésla á la de Los Ma •

en la cual la dirección de la cadena, que venía formando

una curva de gran radio con convexidad al S . , cuya cuerda se arrumba de 0 . á E., se tuerce basta tomar la de SO. á N E . — E s a s citadas sierras se separan unas de oirás por el intermedio de varios barrancos que corren por las profundas y acantiladas corladuras d e n o m i nadas gollizos

en el país, los que dan origen, con la de Linares, á la

rivera de los Carrascos, tributaria del Odiel. La rivera de Linares se interpone hacia la mitad de s u curso entre la última sierra menciouada, ó sea la de Los M adrolleros, de Aguas

Buenas,

y la cumbre

que lleva también la m i s m a dirección de SO. á ISE.;

pero en la extremidad septentrional de esla c u m b r e vuelve á cambiar el a r r u m b a m i e n t o de la cordillera, tomando la dirección al E.SE., que conserva en la c u m b r e de Linares, la c u m b r e del Recuenco,

y puerto del Tamborilero,

en

que son los últimos relieves de la m i s m a

cadena marchando á levante. Volviendo ahora á la más meridional de las dos sierras que llevan el nombre de Alcarabozat

ó sea á la que forma la divisoria de la r i -

vera de igual denominación y de la de Peramora, la cual, c o m o h e m o s visto, corre á poniente de la divisoria principal ó eje del macizo m o n t a ñ o s o , tantas veces repelido, se observa que en el paraje en que e m p a l m a esa sierra con el m i s m o eje ó, á linio rigor, un poco más al sur, parle al E. otro relieve secundario cortado por los primeros all tientes del Olivargas, cuyo relieve, en su parte principal y oriental, toma el nombre de sierra de Cania

el Gallo,

que es lo más elevado,

aunque nunca lo es m u c h o . Dicha sierra está al sur de Almonaster, comprendida entre la orilla izquierda de la rivera de OI i vargas y la derecha de la Escalada. En otra zona más meridional arranca del consabido eje montañoso, al sur del origen de la rivera Alcaraboza, otra cadena secundaria que marcha también al E., aunque en dirección que se desvía un poco al E . S E , , la cual está compuesta por la sierra Alcarabocinos,

que es

la que empalma con el eje ó cordillera principal, según h e m o s indiCOM. D E L M A P A

GEOL.—MEMORIAS.

5

'•»'>

DESCIIÍPCJÓN

FÍSICA

eado al hablar de ésta, la sierra de Venía Quemada, y,

finalmente,

la de La Nava,

que s i g u e al este,

que, separada de la precedente por la

garganta transversal que da paso al Olivargas, va á extinguirse eu la margen derecha de la rivera Escalada, después de ser una de las de m a y o r altura por esos parajes. Al mediodía de la aldea de Corte Gil Márquez y, por c o n s i g u i e n t e , al sur también de la porción oriental de la sierra de Venia

Quemada,

se destaca, paralela á esla sierra, otra denominada del O andullo,

la

cual forma un macizo aislado, comprendido desde el origen de la cañada que lleva el m i s m o nombre de la primera de esas sierras hasta el c a u c e del Olivargas; y m u y inmediato á ese macizo corre, al sur del m i s m o y paralela á él, la sierra de Las Corles,

que, por su p e -

queña longitud, no pasa de ser un serrijón, el cual se une por s u e x t r e m o occidental al oriental de la sierra Pelada,

que se prolonga

por poniente á formar parte de la divisoria principal ó eje del macizo montañoso, según ya hemos visto más arriba. Si ahora supusiéramos descender por la orilla izquierda del barranco del ('arpio, que nace en la falda meridional de la sierra lada,

Pe-

en un punto p r ó x i m a m e n t e equidistante de la unión de esa s i e -

rra con la de Las

Corles por levante, y del puerto del Mármol

por

poniente, no tardaría en fijarnos la vista un serrijón de poca altura, formado principalmente por rocas metamorfoseadas que entre sí comprenden un criadero de pirita ferrocobriza, cuyo serrijón, denominado sierra del Carpió,

es el e x t r e m o occidental de un relieve que

se va acentuando por levante formando otra cadena, dirigida de 0 . á E. con un ligero desvío al O.NO., en la cual entran c o m o c o m p o nentes, además del dicho serrijón, el cabezo del Toro,

notable cerro

cónico constituido por el pórfido cuarzoso que asoma por entre las rocas metamorfoseadas de la sierra del Carpió,

al cual siguen s u c e -

sivamente, marchando hacia el E., la sierra Ilebadana,

bañada en su

falda occidental por la rivera Chica, Hivereta ú Oraquejo, pues con cualquiera de esos tres nombres se conoce, El Campillo turas de Bartolazo, rivera Olivargas.

y las a l -

que vierten por levante á la margen derecha de la

PROVINCIA.

I) 12 H U E L V A

7

El meridiano eenlral del citado cabezo del Toro pasa por la parte oriental de la cumbre de Las Herrerías,

que es un serrijón poco i m -

portante que se alza á poca distancia al sudoeste de aquél, y en el cual se explota el criadero de pirita ferrocobriza denominado de San T e l m o , y á m u y corto trecho, al nordeste de esa m i s m a cumbre, se levantan los h u m i l d e s altonazos que se designan con el nombre de Poyatos,

provistos también de piritas ferrocobrizas; pero lodos estos

relieves, c o m o otros varios que podríamos nombrar, son m u y secundarios. Ai sudeste de la extremidad oriental de la sierra Rebadana,

poco

há mencionada, el suelo empieza á elevarse formando divisoria

en-

tre el Olivargas y el Draque jo, y próximamente en el paralelo

de

Poyatos, acabado de citar, se inicia á levante una nueva cordillera ({lie, en dirección de O. á E,, continua hasta el punto que da paso á la carretera de Huelva á Badajoz, formada sucesivamente, m a r chando en ese m i s m o rumbo, por la cumbre de Rujalmoro Pirulero,

y la del

m u c h o m á s larga que la primera v las dos de elevación

m u y secundaria, siguiendo por levante á la segunda, que resguarda de los vientos del N. á la aldea La Dehesa, y que termina autes de alcanzar la margen derecha de la rivera Escalada, una serie de lesos de poca altura que forman la divisoria de esa m i s m a rivera y del río Odicl. En la terminación oriental de esa serie de tesos, ó sea casi en el m i s m o punto en que la cruza la carretera de que se ha hecho m e n ción, se reúnen otras dos cadenas de escasa altura. Marcha la prim e r a de ellas por la sierra de Patrás

hacia el NE. y, después de ha-

berla atravesado algunos atinentes del río Odiel, continúa por Las Cuestas,

en c u y a s lomas, que forman una curva de gran radio de

convexidad al Norte, tiende la cadena á lomar un rumbo al E., que c o n s i g u e cuando, después de dejar paso al río citado, gana algo en elevación, constituyendo la sierra de Monte Alto,

la cual se extingue

á poniente de la carretera de Sevilla á Aracena. La segunda, que es la más meridional, sólo está realmente constituida por la sierra de Las Lanchas,

nombre debido, sin duda, á las

"L'i

DESCRIPCIÓN

FÍSICA

grandes lajas de pizarra que de ella pueden sacarse; y si bien al prim e r golpe de vista aparece como aislada, porque suavemente va confundiéndose con los lesos de la divisoria de la rivera Escalada y ri Odiel, estos m i s m o s conducen por occidente á la c u m b r e de

Pirulero.

— L a dirección de dicha sierra es de 0 . á E . , y su corrida, en r e l a ción directa con su elevación, es también m u y escasa, pues termina por levante sin alcanzar la margen del Odiel, habiéndose limitado á formar, con sus laderas meridionales, el límite septentrional del v a llejo en que radica la m i n a Concepción, quedando al norte, entre ella y la primera, la aldea del P a i r a s . Hacia el e x t r e m o oriental de ese vallejo, ó sea al sudeste y á corta distancia de la terminación por el lado de levante de la sierra de Las Lanchas,

nace otra cadena que, si bien en general no mide grandes

alturas, que es lo que igualmente sucede á las anteriores, corre en largo trayecto bajo una forma sinuosa, en virtud de que los e l e m e n tos que la componen

se desvian en su arrumbamiento ya hacia

el E . S E . , ya al E N E . , sin perjuicio de que pueda decirse que la dirección m e d i a ó general del conjunto de la cadena m i s m a es de 0 . á E. Iniciase ésta, por su lado de poniente, en unos escuetos picos de roca sieníliea comprendidos, en el macizo de Campo frío y la Concepción, en la margen derecha del río Odiel, acentuándose la marcha y forma de la cadena, al otro lado del citado río, en la sierra de Las Morollas,

formada por dos r a m a s de casi igual longitud y que entre

sí forman un ángulo m u y abierto, de las cuales tiende la occidental á lomar un a r r u m b a m i e n t o al E.SE., mientras que, por el contrario, la otra se desvía un poco al E.NE.; sigue por levante la sierra de La Grana,

en la cual la cadena tiende n u e v a m e n t e á dirigirse al E . S E . ,

y rebajándose mucho la altura de esa última sierra en s u extremo oriental,

pronto adquiere el suelo algún m a y o r relieve dibujándose

la sierra de La Hoya

que, casi dirigida de O. á E., pero con un p e -

queño desvío al E . S E . , corre al sur y á poca distancia de la villa La Granada, siguiendo después, con el intermedio del cauce de la r i v e ra Jarramilla, que las separa, la sierra de Las Cosieras

que, con d i -

PROVINCIA

DR

B J

HUELVA

recciún hacia B.NE., y, por consiguiente, formando también un á n gulo m u y abierto con la precedente á s u oeste, ó sea la de La va á terminar en el teso del Puerto

AUo,

Hoya,

cuyo puerto, abierto en

roca sieuítica y á cuya inmediación se origina eu la falda meridional de la sierra, el barranco de San Juan da paso á la carretera de S e villa á Araeena.—Continua la cadena á levante de ese repelido p u e r to formando el confín de la provincia de Huelva con la de Sevilla, y, dirigida á levante por la loma del Gardon, y cerro de La

Torre,

solana de Pedro

Marlin

se tuerce al NE. al terminar este último, para

continuar hacia ese rumbo, después de haber dejado paso á la rivera de Huelva, por La Calleja,

loma del Burro

terminando en el collado del Agrazal,

y cuesta de Los

Gavilanes,

sobre la rivera de Cala, ó sea

en el confín con la provincia de Sevilla. Finalmente, del m i s m o leso del Puerto

Alto,

de que acabamos de

hablar, arranca, hacia un r u m b o intermedio entre el del E.NE. y el ¡NE., una loma que deslaca del suelo con bastante altura y se p r o longa hasta la rivera de Huelva, sobresaliendo en aquélla la sierra Agudita,

semejante á un cono cuyo diámetro en la base fuese mayor

que la altura, y, un poco m á s al nordeste, la abrupta sierra

Vicaria.

A las dos se las divisa desde grandes distancias, mereciendo citarse que en la segunda diversos crestones ferruginosos anuncian la e x i s tencia de piritas ferrocobrizas, que testifican la explotación que de esas m e n a s establecieron en ella los romanos. A continuación, por el nordeste de la sierra Vicaria,

destaca, por

último, al otro lado de la rivera dicha, la sierra de Las Cabras,

de

escasa altura y corta longitud, c u y a s laderas occidentales vierten las aguas á aquella m i s m a rivera; sierra que, á s u vez, es una derivación de la elevada loma en que se halla el puerto de Los

Ladrones,

atravesado también por la carretera de Sevilla, y que se

prolonga

hasta los confines con la provincia de ese último nombre.

"L'i D E S C R I P C I Ó N

FÍSICA

COMARCA DEL ANDÉVALO.

S u s i s t e m a orográlico, m u c h o m á s sencillo q u e l o s ya d e s c r i t o s , c o n s i s t e p r i n c i p a l m e n t e en varias c a d e n a s p o c o elevadas, casi p a r a lelas y aisladas e n t r e sí, c u y a d i r e c c i ó n e s lo m á s general q u e se s e p a r e a l g o de la del E. á ( ) . , desviándose al 0 . N 0 . Fuera de las zonas á q u e e s a s c a d e n a s i n t e r e s a n , la m o n o t o n í a del s u e l o , s u a v e m e n t e ondulado, ú n i e a m e n l e se r o m p e por a l g u n o s c e rros c ó n i c o s ó c u m b r e s de poca e x t e n s i ó n y altura, en las q u e s o s e ñalan las rocas f e r r u g i n o s a s ,

de color rojo m á s ó m e n o s i n t e n s o ,

bajo las c u a l e s se hallan i m p o r t a n t e s c r i a d e r o s p i r i t o s o s , d a n d o adem á s cierta variedad al paisaje las dentelladas c r e s t a s de jaspe que en g r a n d e s Jimias indican los n u m e r o s o s y a c i m i e n t o s de m a n g a n e s a . A l g u n a s , sin e m b a r g o , de e s a s c u m b r e s m á s ó m e n o s aisladas, y desde l u e g o las q u e se hallan forma nil o las m á r g e n e s de las p r i n c i pales c o r r i e n t e s de agua, a c u s a n , por el lado q u e á e s a s c o r r i e n t e s m i r a , f u e r t e s p e n d i e n t e s y g r a n d e s a l t u r a s en relación c o n las que los d e m á s r e l i e v e s orográficos, y ellas m i s m a s e n las v e r t i e n t e s o p u e s tas á las m e n c i o n a d a s , m i d e n sobre el nivel general del s u e l o . Lo m i s m o q u e en la c o m a r c a de la sierra Alia,

procuraremos re-

señar todos e s o s r e l i e v e s , s i g u i é n d o l o s en lo posible de Este á Oeste y de N o r t e á S u r .

EL

CADENA

DESDE

SUR

LA

DE

LA ORILLA

MINA

IZQUIERDA

CONCEPCIÓN,

EN

DEL

BARRANCO

TÉRMINO

DE E L

DE

SAN

JIJAN

HASTA

P A T R Á S . — L a

m á s

septentrional de las c a d e n a s q u e d e s t a c a n en la porción oriental de la c o m a r c a penetra en é s l a procedente de la provincia de S e v i l l a , d e s p u é s de haber f o r m a d o el confín con la de Iluelva en la m a r g e n i z quierda del b a r r a n c o de San Juan, el cual d e s a g u a en la r i v e r a J a r r a m a , no sin h a b e r cruzado a n t e s la cadena m i s m a q u e , en d i r e c c i ó n de

E . S E .

medio

á

O . N O . ,

se prolonga por las s i e r r a s de Albarderos,

y de La Picota,

de

En-

q u e s i g u e n una á o t r a , en el orden en q u e s e

e x p r e s a n , si se m a r c h a en el indicado r u m b o . En las dos

ú l t i m a s se m a r c a

un

escobio, q u e a p r o v e c h a otro

PROVINCIA

DI¡ m : I I I - V A

"> ¡

afluente tie la rivera Jai-rama, y á la extremidad occidental de la sierra de La Picola,

sierra que lia pasado por entre las ventas de

Campo frió, separando las de Arriba de las de Abajo y la .Majada, se desvia el arrumbamiento de la cadena, tomando el que se dirige al NO. por la sierra Peña del Hombre,

cruzada por el río Odie!, la

cual termina por el sur el valle en que radica la mina Concepción, ya mencionada; siendo tantas las roturas que por esa parle, ó sea hacia las oj-illas del citado río, han sufrido las capas, que por todos lados, sin excluir el vallejo de la mina Concepción, han dado lugar á una multitud de cumbres, por lo regular aisladas, que hacen el suelo m u y quebrado. Unas pizarras arcillosas de colores más ó menos vivos, debidos generalmente á los óxidos de hierro, y cuyos caracteres físicos, y aun á veces los de composición, es frecuente se ofrezcan m e ta mor foseados, son las rocas dominantes en la cadena de que hablamos; m a s en su parte occidental, v sobre lodo en el quebrado suelo á ella anejo, complican la constitución pelrológica (lifer en les criaderos de pirita ferroeobriza y de manganesa, en relación los primeros con los c r e s tones ferruginosos que se dibujan en algunas c u m b r e s , y los s e g u n dos con las agudas y dentelladas masas de jaspes rojos, respetadas por el derrubio que ha desgastado las pizarras que les sirven de caja. CADENA RA DE L A

DESDE EL CASTILLO DEHESA

DE L O S O L A U D A S ( S E V I L L A ) H A S T A LA

DE V A I . D E L A M L S A ,

EN

TERMINO

DE

CORTESANA. —

LLANUDeSilc

el castillo de Los Guardas, en la provincia de Sevilla, se dirige con rumbo al Oeste la sierra de Roda,

que termina por poniente en la

orilla izquierda de la rivera Jarrama, que forma parle, c o m o ya sabemos, del límite oriental de Huelva; mas inmediatamente á esa sierra, y formando las dos orillas de la rivera dicha, se levantan las peñas del Higueral

que, por consiguiente, entran ya en el territorio

provincial que nos ocupa; en cuyas peñas, que son unos crestones de jaspe en relación con un criadero de manganesa, la dirección del relieve montañoso de que forma un elemento la rilada sierra de Roda se dobla al O.NO. que, en términos generales, se conserva ya en lo restante de la cadena; la cual, m u c h o más notable que la precedente,

"L'I

DESCRIPCIÓN

FÍSICA

tanto por su mayor longitud como por la mayor altura de sus cerros y m a y o r número de los criaderos metalíferos que contiene,

resulta

p r ó x i m a m e n t e paralela á ella. líicha cadena toma ya una respetable elevación eu la sierra del Padre Caro,

que por poniente sigue á las peñas del Higueral,

inmediato cabezo de San Cristóbal,

y en el

marchando al O.NO. que, para no

volverlo á repetir, es el camino que s e g u i r e m o s , mientras otra cosa no se advierta, cabezo que, siendo el más alto de toda la cordillera, mide una altitud de 7 0 2 metros, y fué elegido para un vértice g e o désico de primer orden, apareciendo después, sin interrupción n o t a ble, la sierra de Cecimbrc, de la Garganta,

cuyas faldas occidentales vierten á la rivera

que atraviesa la cadena en estrecho y pedregoso cauce.

Las minas cobrizas del Castillo (Sevilla), Peña del Hierro y Chaparrita (Huelva) se hallan en las faldas meridionales de esa indicada porción de la cadena, constituida por rocas metamóríieas é h i p o g é nicas de las especies porfídicas y otras, y, atravesada la rivera de la Cargan ta, continúa aquélla por la sierra de La Navarra,

que se e x -

tiende hasta la margen izquierda de la rivera de Las Cañas,

sobre

cuya orilla derecha se levanta después el escueto cerro de Cogullos,

de

forma cónica, con abundantes crestones de jaspe rojo, matriz del rico criadero de manganesa que tantas toneladas de ese producto ha dado á la industria, siguiendo á ese cerro la c u m b r e de La Poderosa

que,

continuándose hasta el río Odiel, contiene el criadero piritoso á q u e ha dado s u nombre; m a s no ha de entenderse que los que llevamos mencionados son los únicos que se hallan en la zona en que nos ocupamos, pues otros, aunque de menor importancia, ya cobrizos, ya manganesíferos, se encuentran

tanto en las laderas

meridionales

c o m o en las septentrionales de la cadena de que hablamos. Sobre las orillas del río dicho, el suelo se ofrece tan s u m a m e n t e quebrado que es m u y difícil y penoso el tránsito á través de los p r e cipicios que las roturas de las rocas forman; pero, á cierta distancia de la margen derecha de aquél, vuelve á señalarse bien la regularidad de la cordillera que, por las c u m b r e s de Las Angosturas guda,

y La

Man-

en las cuales se muestran algunas indicaciones de criaderos p i -

PROVINCIA

DE

I I Ü K L V A 109

ritosos, marcha hasta la rivera Escalada, sobre cuya orilla izquierda, y en la falda meridional de la cadena, yace el importante c r i a dero de pirita ferroeohriza denominado de San Miguel. Aunque no tanto c o m o las del río Odiel, las vertientes de la rivera Escalada son bastante ásperas y riscosas é interrumpen en algún trecho la continuidad de la cadena; mas, salvadas las que derraman á la orilla derecha de esa última corriente, de nuevo se dibuja la cordillera, entre esa rivera y la de Olivargas, cumbres del Pimpollar

y Monte

Homero,

por las deprimidas

en donde se ha explotado

manganesa y algún cobre nativo, siguiendo á poniente el importante criadero de pirita ferrocobriza de La Cueva de la Mora, en el paraje en que se e l e \ a el escueto cerro del Castillo,

en las márgenes de la

última de las mencionadas riveras, donde el relieve orográíico es, en general, poco marcado; acentuándose después un poco más en la s i e rra de La Bejarana, los

Confesonarios,

esencialmente pizarrosa, y en las c u m b r e s de que ostentan el crestón ferruginoso que á la luz

envía otro extenso criadero piritoso, cuyas c u m b r e s vierten por p o niente á la dehesa de Valdelamusa. CADENA

D E HIOTINTO

Y ALTURAS

INMEDIATAS,

A L NORTE

D E LA

MISMA.—

Originada, c o m o las dos precedentes, en la provincia de Sevilla, p e netra en la de Huelva, al sur de la cordillera acabada de describir, por la sierra Javala,

que deja paso á la rivera Jarrama por una g a r -

ganta abierta en su falda oriental; continúa, desviando su a r r u m bamiento al SO-, por la c u m b r e de La Noria,

que corre al sur del

Ventoso; y envía al S . S E . una derivación, en la cual destaca la c u m bre del Palmar,

sobre las escabrosas orillas del Jarrama, (pie cierra

una hoyada donde la encina se ofrece frondosa. A la terminación d é l a sierra del Ventoso ó de la c u m b r e de la ña,

No-

se dobla un poco la cadena hacia el O.NO. para comprender, p a -

sado el cauce del río Tinto, los cerrejones llamados Pie de la

Sierra,

que resguardan de los vientos del Sur al pueblo de las m i n a s á que el rio dicho ha dado nombre; continuando aquélla por la c u m b r e del Campillo

y la sierra del Monago,

desde c u y a s faldas orientales

m a arrumbamiento al Oeste, que conserva en las c u m b r e s de

loLa

"L'i

DESCRIPCIÓN

Lapa

y Masegoso,

FÍSICA

que siguen después, las cuales envían hacia el sur

diferentes derivaciones ó contrafuertes de una importancia tan secundaria que no llega siquiera á la de la sierra del Arenal

que, situa-

da al 0 . de la aldea Tras la Sierra, es á su vez una derivación m e ridional de la del

Monago.

Debe citarse aquí que, intermedia entre la cadena que estamos describiendo v la precedentemente descrita, se levanta, en cierto m o do aislada, á poniente del río Tinto, entre el Tintillo y el barranco Hojondillo, la renombrada loma, c u y a s principales prominencias se denominan cerro de Salomón,

¡pie es el m á s oriental, el Colorado,

termedio, y el de San Dionisio,

in-

al oeste; cuya loma, que lleva una di-

rección de E. á 0 . próximamente, y está formada por rocas hipogénieas y mctamórficas, encierra los criaderos piritosos m á s colosales del m u n d o . Volviendo á las c u m b r e s ó sierras de La Lapa

y Masegoso,

se pro-

longan éstas por poniente ganando altura el relieve orográfico, sobre Lodo en la sierra del Aguila,

que se levanta sobre la orilla izquierda

'leí río Odiel, al m i s m o tiempo que, al norte de aquéllas, se alzan la sierra Ovejera

y, á s u poniente, la de La Mesa que, entre ellas y las

primeras, dejan un estrecho vallejo, por el cual corre aprisionado el río acabado de mencionar; río que, para salvar la cadena de que hablamos, se ve obligado á dar un gran rodeo, hasta que al fin lo consigue aprovechando un estrecho desfiladero que entre sí dejan, merced á una fractura de las rocas mctamórficas que las forman, la citada sierra del Aguila

y otra que, continuando la cordillera, le si-

g u e á su occidente; siendo tal la aspereza del suelo en la porción septentrional de esla parle de la cadena, que con razón llaman m o l i no del infierno

á uno que hay establecido aguas arriba del desfilade-

ro acabado de mencionar. La sierra que s i g u e al oeste de la' del Águila

corre, en el poco tre-

cho que separa el río Odiel de la rivera de Olivargas, con una dirección que, aun cuando m u y aproximada á la del E. á 0 . , se desvía un poco hacia el O.SO.; pero en cuanto ha dejado paso á esa última r i v e ra, en medio de un suelo m u y escabroso por sus dos orillas, se tuerce

/ 0

l'KOVIXGfA DE HC'ELVA

ni .NO., al m i s m o tiempo q u e l o m a el n o m b r e de s i e r r a Blanca,

sin

d u d a debido á un g r a n peñón de c u a r z o q u e , c o r t a n d o los e s t r a tos, se eleva en f o r m a de c r e s t a , la cual se divisa d e s d e largas d i s tancias. S i g u e á la sierra Blanca

por el n o r o e s t e , separada de ella por una

d e p r e s i ó n ó collado, la sierra del Cerrejón,

en la cual la m a r c h a de

la c a d e n a s u f r e un n u e v o desvío hacia el O.SO., a u n q u e separándose poco del r u m b o g e n e r a l de E. á O-, c o n t i n u a n d o s u c e s i v a m e n t e polla sierra del Águila,

que no ha de c o n f u n d i r s e c o n la que del m i s -

m o n o m b r e liemos dejado á la izquierda del Odiel, la sierra de Catalanes

y c u m b r e de La

Dehesa

de Abajo,

Los

q u e se t e r m i n a en el

e a u e e de la rivera de Oraqucjo; pero a n t e s de llegar á e s t e

limite,

y c o m o d e r i v a c i o n e s o r i e n t a l e s v m e r i d i o n a l e s de la m i s m a sierra Blanca,

se levantan, e n t r a n d o á f o r m a r p a r l e de la porción m á s c u l -

m i n a n t e de la cordillera, los c e r r o s (leí Chirondón,

Silos

y Las

Me-

sas, el p r i m e r o de los c u a l e s c o n t i e n e un c r i a d e r o de m a n g a n e s a , al paso q u e los o t r o s encierran el de pirita ferroeohriza q u e ha dado o r i g e n á l a s m i n a s de La Zarza ó Los Barrancos, de Calañas. O H HUEVES

A L NOROESTE D E LA CUMBRE

D E LA D E H E S A D E ALUJO.

dos k i l ó m e t r o s al n o r o e s t e de la c u m b r e de La Dehesa de Ahajo,

A

UTLOS

en que

t e r m i n a la cadena de l U o t i n t o , se e x t i e n d e n , f o r m a n d o una línea de a l t u r a c u y a d i r e c c i ó n se separa p o c o de la del E. á O . , l o s p r o m o n torios porfídicos del Cerro

q u e , partiendo del teso de Las

Allanadas,

s i g u e n por el pueblo de aquel n o m b r e , elevándose d e s p u é s de dar paso á la rivera Oraquejo, en el t e r r i t o r i o d e n o m i n a d o L a s

Mingo-

r re ras, donde se halla un frondoso e n c i n a r . La c u m b r e de Los

Bodegones

a p a r e c e cortada por las a r r o y a d a s

del F r e s n o y la F r e s n e r a , y luego, desde la p r o x i m i d a d de e s t a s c o rrientes, f o r m a n la prolongación de la cadena, hasta el c e r r o dévalo,

An-

una serie de l o m i l l a s y c e r r e j o n e s de e s c a s a a l t u r a , q u e , d i s -

tribuidos sin orden a p a r e n t e , hacen b a s t a n t e quebrado el s u e l o . El m e n c i o n a d o c e r r o Andévalo

(U

l,)

se eleva en forma c ó n i c a , y de

EÜ la cima d e este cerro se supone existió u a templo dedicado al dios

"L'i

DESCRIPCIÓN

FÍSICA

s u s l a d e r a s occidentales, q u e l i m i t a n u n a hoyada en q u e se asienta el pueblo de Cabezas R u b i a s , parte una l o m a baja q u e va á perderse en el sitio que llaman L a s J u n t a s por r e u n i r s e en él las riveras del C a ñ u d o y Charcolino. RELIEVES A L N O R O E S T E D E CASA Y L A R I V E R A

Y OESTE

D E L C E R R O ANDÉVALO, E N T R E

AGUAS D E M I E L . — E n

EL ARROYO

las i n m e d i a c i o n e s m e r i d i o -

n a l e s de la villa de Santa Bárbara s o b r e s a l e n , en la orilla derecha del barranco de La Cohechada, los c e r r e j o n e s d e n o m i n a d o s Los Carr

amo-

Ios, (pie r e s g u a r d a n á dicha población de los v i e n t o s del SO.;

unos

c u a t r o k i l ó m e t r o s m á s al s u r destaca el c e r r o c ó n i c o del Águila,

y á

s u i n m e d i a c i ó n occidental parte, en d i r e c c i ó n al O . S O . , la sierra del Viento,

constituida por una l o m a de poca a l t u r a , f o r m a d a de p i z a -

r r a s , de la cual deriva el l i g e r o relieve q u e divide las a g u a s del a r r o yo de Casa de las de otros tributarios del Malagón. La c u m b r e de Los Molineros,

dirigida de N.jNE. á S . S O . ,

separa,

en los l l a n o s de La Raña, las a g u a s de los b a r r a n c o s de La Espauuela y La T a l l i s c a , q u e d a n d o l i m i t a d o s al s u r d i c h o s llanos por las c u m bres del Bramadero

q u e , en dirección al 0 . ,

se e x t i e n d e n hasta las

i n m e d i a c i o n e s de P a i m o g o . Los Guijos,

c e r r o de Era

Alta

y otros h u m i l d e s c e r r e j o n e s y l a -

m i l l a s , dan l u g a r á tos vallejos q u e cu Las Caleras, El Campo, El T o r i l , Las Multosas, El Rincón y o t r o s parajes proporcionan t i e r r a s para la s i e m b r a de cereales, sin perjuicio de «píe en ellos crezca la encina. Paimogo,

s i t u a d o en u n o de los t e s o s q u e aparecen en la alta d i -

visoria del Chanza y L o s Arhacales, no presenta á s u alrededor o t r a s a l t u r a s q u e las q u e se relacionan c o n las de la p a r l e del s u d o e s t e de S a n t a

Bárbara, las c u a l e s

t a m p o c o pasan de s e r de u n orden

m u y s e c u n d a r i o . La bajada, sin e m b a r g o , á la r i v e r a dicha uo deja de s e r difícil y p e n o s a , sin perjuicio de que p u e d a salvarse dándole c o n v e n i e n t e desarrollo, s e g ú n lo p r u e b a el e s t u d i o para el l e r r o c a Endcbolo ó Andábalo, q u e dió n o m b r e al país. Endóbelo, Endobellieo ó Endobelico era una deidad cuyo culto i n t r o d u j e r o n en España los celtas, a n tes d e las invasiones de los cartagineses y r o m a n o s .

PROVINCIA

nil

RE

HUELVA

? '

i n t e r n a c i o n a l de Huelva á Lisboa, q u e d e b e pasar por La T o -

rrecilla. ALTURAS CIÓN

AL SUR D E L A C O R D I L L E R A

ORIENTAL

DE LA

DE I I I O T I N T O

de la sierra del Ventoso,

INMEDIATAS

Á LA

á la c u m b r e del

MISMA.—Paralelamente

q u e , c o m o s e lia diciio, c o r r e al

I

POR-

Palmar

desde el e x t r e m o o c c i d e n t a l

S . S E . ,

donde s e deriva, se levanta la del Zuma

jo,

en las i n m e d i a c i o n e s de la aldea de Las Helgadas; m u c h o m á s á p o n i e n t e , j u n t o á Zalamea, destaca el c e r r o c ó n i c o d e n o m i n a d o

Cale-

ro, y al oeste de F u e n t e U m o s a se eleva otro cerro, t a m b i é n de f o r m a c ó n i c a , q u e lleva el n o m b r e de Los CADENA OESTE

DESDE

EL

DE C A L A Ñ A S

ESTE

Zorros.

DEL B E R R O C A L

Y SIERRAS

QUE

POR

EL

Y ALDEAS DE Z A L A M E A SUR

SE RELACIONAN

CON

HASTA

EL

E L L A . —

P r i n c i p i a la cadena m e n c i o n a d a en la divisoria del Guadalquivir y el T i n t o c o n los c e r r e j o n e s de Las Corlecillas,

que f o r m a n divisoria e n -

tre el río T o r tillo y la rivera Gallega, los c u a l e s , alineados p r ó x i m a m e n t e de E. á O., se e x t i e n d e n hasta El

Berrocal,

donde se i n t e -

r r u m p e la c a d e n a para dar e s t r e c h o y p r o f u n d o c a u c e al rio T i n t o , pasado el cual s e eleva el cerro c ó n i c o l l a m a d o La Picola,

del q u e

arranca una l a r g a loma q u e , en d i r e c c i ó n al IND., s i g n o e n d i r e c ción á los Membrillos Bajos, recibiendo en s u p o r c i ó n m á s el n o m b r e de sierra Abejú,

c u y o e x t r e m o occidental se relaciona por

el s u r con la sierra del Manzano, bada al E . S E . ,

oriental

y c o n la de Los

que c o r r e en corto (recito a r r u m Parrales

q u e , partiendo del m i s m o

p u n t o , y c o n t a n d o también c o n e x i g u a corrida, m a r c h a , por el c o n trario, c o n a r r u m b a m i e n t o al O . S O . En la aldea de l o s Membrillos Bajos t u e r c e la cadena s u d i r e c c i ó n volviendo á la p r i m i t i v a , ó sea hacia el O., para l o m a r las c u m b r e s del Rizón

y de Palancos,

bles los cerros del Castillo

en las c u a l e s se d i s t i n g u e n c o m o m á s n o t a y del Potroso,

notables a m b o s por s u s m a n -

g a n e s a s . Más á p o n i e n t e , d e s p u é s de pasado el suelo llano de la Contienda, se e n c u e n t r a n , en el m i s m o r u m b o al O . , los c e r r e j o n e s del Buitrón,

Lucencia

y El Tinto

c o n s u s criaderos piritosos; á corta

distancia, por el s u r , la prolongada l o m a del Corral

alto, y todavía m á s

al s u r , y p r ó x i m a m e n t e paralela á todos e s o s r e l i e v e s , otra l o m a q u e

"L'i

DESCRIPCIÓN

FÍSICA

termina por poniente, junto al Odiel, en la abrupta y escabrosa sierra del León,

separada de la del Becerrillo

por el cauce de dicho río, á

cuya orilla derecha se alza esa última, que va á perderse en el teso de

Calañas. Frente al mencionado cerro El

Tinto

se señala, sobre la m i s m a

margen derecha del Odiel, la cordillera de que hablamos, la cual, tomando ahí rumbo al 0 . N 0 . , marcha, por la c u m b r e del Asperón, los elevados riscos de La Reina

y del Morante,

á

donde hay establecido

un vértice de la triangulación geodésica, y de abi al cerro llamado Peñasco,

que descuella junto á Calañas por la parte del norte. Le-

vántase ai oeste del Peñasco el Peñasquillo,

donde,

lo m i s m o que en

aquél, se han explotado ricos criaderos de manganesa, y siguen al Peñasquillo, dro Juan,

con el intermedio de un puerto bajo, las c u m b r e s de PeSierpes

y Sepultura

del Moro,

que en suave declivio d e s -

ciende á los líanos de la dehesa del Aguijón. Aun cuando en realidad es independiente de la cadena que acaba de reseñarse, debe hacerse aquí mención del cerro ó cabezo cónico denominado Bita, el cual, completa m e n fe aislado, se halla á dos kil ó m e t r o s poco m á s ó menos al nordeste de Calañas. CADENA

DESDE LA

DESEMBOCADURA

DEL

DEHESA

DE

BARRANCO

LA

ALQUERÍA

Á LA

RIVERA

CHANZA,

EN

LA

los llanos de la

TRIMPANCHO.—Pasados

dehesa del Aguijón, acabada de nombrar, dibújase otra cadena que, iniciada en la cumbre Ordoñega,

en la dehesa de La Alquería, mar-

cha desde luego de E. á 0 . en una serie de lomas que dan paso á las riveras Oraquejo, Oraque y un afluente de esta última, apareciendo después las alturas del puerto Mingúete

y las de Puerlorrayo,

al sui-

do la aldea Los Montes de San Benito, cambiando ahí la cadena s u rumbo hacia el O.SO. para seguir por los cerrejones de Las morras

hasta la c u m b r e de Las Merinas

Ca-

que, dirigida al O . N O . , se

pierde pronto en unos llanos, pasados los cuales vuelve á significarse la cadena con el cerro del Toro, junto al Malagón. S i g u e á este cerro una loma hasta La Malulera entre c u y o último cerro y Las Cabezas

de Malagón,

en dirección al 0 . , que termiuan eu

la junta de la rivera de igual nombre y barranco Tamujoso, cambia

PROVINCIA

»15

LIUIILVA

'

d r u m b o al O.SO.; c o n t i n ú a la c a d e n a por otra l o m a de E. á 0 . e n tre la m i s m a rivera Malagón y la Arbacal, y, pasada e s t a ú l t i m a , se alza el c e r r o c ó n i c o d e n o m i n a d o Los Silos,

en el cual la c a d e n a s e

a r r u m b a al O.NO. basta la junta del barranco T r i m p a n c h o con la rivera del Chanza, levantándose hacia la p o r c i ó n m e d i a de e s e ú l t i m o trecho el cabezo de Gibraltar,

que e s uno de los m á s altos de la

comarca. CADENA

D E PEÑA

M A R G A R Í A . — E n t r e las d e h e s a s de La L a g u n a

Las Y e g u a s destaca el cerro de Los

Ballesteros,

V

de

que s e u n e por p o -

n i e n t e á una c a d e n a baja y e s t r e c h a q u e , en f o r m a de l o m a , c o r r e al 0 .

hasta pasar la Peña 'de

Margaría,

al O.SO. hasta las a l t u r a s de Gerajarlo,

donde t u e r c e el

rumbo

sobre la orilla izquierda de

la rivera Malagón, e l e v á n d o s e cu la d e r e c h a Las Eras

del Barba,

pa-

s a d a s las c u a l e s la m i s m a c a d e n a se desvía al O . N O . por la c u m b r e de Los Faroles

y Riscos de la Peñuela,

elevado de aquélla

(1)

que "constituyen el paraje m á s

, d e s c e n d i e n d o d e s p u é s , c o n r u m b o al 0 . , hasta

la c o n f l u e n c i a del b a r r a n c o Mal vecino c o n la rivera Chanza. SIERRA

D E HITE.—Al

s u r del Berrocal, donde e m p i e z a una de las

c a d e n a s p r e c e d e n t e m e n t e descritas, se e x t i e n d e á uno v otro lado del río T i n t o un s u e l o e s c a b r o s o , que en s u c o n j u n t o recibí; el n o m b r e de sierra de Rile,

en la cual se dibujan a l g u n a s l o m a s en f o r m a de c a -

denas m á s ó m e n o s p a r a l e l a s . — L a m á s septentrional f o r m a parte de la divisoria

del T i n t o y el Guadalquivir,

al O . N O . desde el alto c e r r o del Cejo,

m a r c h a n d o en d i r e c c i ó n

adoptado para vértice de la

t r i a n g u l a c i ó n g e o d é s i c a de p r i m e r orden, hasta el o r i g e n del b a r r a n c o Abadejo, donde c a m b i a el r u m b o , trazando una c u r v a de g r a n r a d i o abierta al N o r t e , c u y a c u e r d a va al O . S O . p r ó x i m a m e n t e , y e n d o á t e r m i n a r en la confluencia del barranco Mansegoso c o n el río T i n t o . Otra l o m a casi paralela á esa f o r m a divisoria e n t r e los b a r r a n c o s Mansegoso y del U o r n i l o , uniéndose á la p r i m e r a por m e d i o de una

(i) Entre tos jaspes de ta cima de los riscos d e La Peñuela se e n c u e n t r a n las ruinas de un a l j i b e que, á j u z g a r por algunos restos de cerámica en ellas tmeou Irados, se estableció por los árabes, q u e sin d u d a consideraron ese p.iraje propio para una atalaya.

"L'i

DESCRIPCIÓN

FÍSICA

derivación que vierte aguas al dicho Mansegoso v al Abadejo, y d e s pués de pasado el río Tinto se prolonga, con a r r u m b a m i e n t o al NO., por lo que se denomina cumbre del Segunderalejo,

que á su vez d i -

vide las aguas del arroyo del Peral y rivera de Valverde. Más al sur, con a r r u m b a m i e n t o al NE., se extiende otra serie de l o m a s , entre las cuales descuella la cumbre de Los Dolos, y á unos tres kilómetros al sur otra serie de lomas paralela á la precedente, atravesada por los barrancos de Pedro García y Abadejo, ya r e p e l i dos, y la cañada de La Corle, dando paso al rio Tinto frente al barranco de Las Corleeillas, al sudeste del cual se eleva el cerro de Salomón,—Aparte

de estos relieves merecen citarse, eu la porción más

meridional de la sierra de Rite, Labrado

Alto,

el cabezo de Las Arrayadas

y el del

situado este último junto á la orilla izquierda del río

Tinto. CERROS

AISLADOS

KN T É R M I N O

DE

VALVERDE.—En

los alrededores de

Valverde hasta el barranco del Castaño y el rio Tinto, lautas veces repelido, son m u v conocidos el cerrillo llamado La Alalayuela, mado de rocas hipogénicas, y los del Piñón, Cuervo,

El Monje,

La Mojarra

y El Geraldo,

Peña del

for-

Hierro,

El

todos ellos con jaspes

y criaderos de manganesa. R E L I E V E S AISLADOS

EN

TÉRMINO

DE C A L A Ñ A S . — S o n

dignos de mención

el cerro del Toro, al sudsudeste del pueblo; los de La Coronada lid,

y

So-

junto al rio Tinto, en la m i s m a dirección, y ai sudoeste los del

Judio,

Aguila

y Dornajo-,

y á m a y o r distancia, siguiendo el ferroca-

rril de Zafra, la c u m b r e de Las Peñas,

arrumbada de NO. á S E . , y

los riscos de Valdeneina

bien conocidos por s u s cria-

y Los Vilanos,

deros de manganesa. RELIEVES ALOSNO

Y

AISLADOS

EN

TÉRMINOS

CASTILLEJOS.—En

DE

VILLANUEVA

DE

LAS CRUCES,

EL

las vertientes occidentales de la rivera

de Oraque, que constituyen un territorio bastante quebrado, se l e vantan la loma del Carámbano,

al norte de Villanueva de las Cruces,

y otras de escasa importancia, por el sur. En el término municipal del Alosno el suelo es bastante llano. S u s principales desigualdades se hallan hacia el noroeste formando l o m a s

PROVINCIA

I)E

HUELVA

M

de poca altura que e n t r a n á f o r m a r parte de las s e r i e s de l o m a s que l u e g o m e n c i o n a r e m o s ; m a s , aparte de e s o s r e l i e v e s , deben s e ñ a l a r s e los c e r r e j o n e s Puercas,

Juana,

Las

Culebras,

Hueca,

Gua

por lo r e g u l a r do l o r m a c ó n i c a , q u e , d i s t r i b u i d o s hacia el de la villa,

y

Juré,

nordeste

c o n t r i b u y e n , con los v e n e r o s de m i n e r a l q u e casi todos

c o n t i e n e n , á la a c t i v i d a d industrial de la c o m a r c a . Al s u r y s u d o e s t e del m i s m o Alosno se e n c u e n t r a n , pero ya en térm i n o de Castillejos. Los Guijos,

que c o n s i s t e n en c r e s t o n e s de j a s p e

q u e c o r o n a n la c i m a de una l o m a de e s c a s a altura y l o n g i t u d , y los aislados r i s c o s de Las Plazuelas relieves i n t e r m e d i o s , que,

y de María

Martin,

c o n otros l i g e r o s

aun cu añilo todos de poca e l e v a c i ó n ,

ha-

cen ásperas las v e r t i e n t e s hacia la rivera de la Meca. R E L I E V E S A L . N O R O E S T E D : : L ALOSNO.—Junto

á las m i n a s del T h a r s i s ,

al norte de la l l a m a d a Huerta g r a n d e , e x i s t e una prolongada loma q u e en l o n g i t u d de u n o s siete k i l ó m e t r o s y dirección a p r o x i m a d a de E. á ()., se e x t i e n d e desde la c u m b r e del Madroñal,

por la del

llo, hasta l a s d e r i v a c i o n e s s e p t e n t r i o n a l e s del corro de La la

Campi-

Virgen

de

Peña. Al s u r de la p r e c e d e n t e , c o m o á un k i l ó m e t r o de d i s t a n c i a ,

apa-

rece una serie de l o m a s q u e se o r i g i n a en la sierra del Tharsis, cual ha dado n o m b r e á los r i c o s c r i a d e r o s de pirita

la

ferroeohriza,

q u e al norte y s u r de la m i s m a se e x p l o t a n , v q u e , alcanzando la altitud de

r>57

m e t r o s , se e x t i e n d e en declivio hacia o c c i d e n t e ,

enla-

zándose c o n la c u m b r e de La Saitc i la y otras q u e se p r o l o n g a n hasta el elevado c e r r o de La Virgen

de la Peña,

donde hay e s t a b l e c i d o un

vértice para la t r i a n g u l a c i ó n g e o d é s i c a de p r i m e r orden, y el cerro Gordo que de e s e se deriva hacia el NO. En la m i s m a d i r e c c i ó n , pasado un suelo bastante llano, vuelve á i n d i c a r s e la s e r i e , al s u r de la Puebla de G u z m á n , f o r m a n d o el límite s e p t e n t r i o n a l de la dehesa del Buho y c o n s t i t u y e n d o una loma m u y baja en que destacan p e q u e ñ o s c e r r e j o n e s , hasta la abrupta sierra d e n o m i n a d a Cabezas

de los Pastos,

donde el s u e l o e m p i e z a á hacerse

áspero y quebrado; c o n t i n u a n d o así hasta la rivera del Chanza, m a r c á n d o s e la s e r i e en las c u m b r e s de Los Pairos C O M . 7?EL. M A P A G E O L — M E M O R I A S

de la Membrilla,

Ma''

DESCRIPCIÓN

jadal

del Muíalo

y c u m b r e de Mari

FISICA

Pedro,

cadena que aparece c o r -

tada por los estrechos y acantilados cauces de la rivera Bediguera ó Viguera y barrancos Peligroso, del Acebnche, del Parral y otros m e nos importantes. Al norte de la serie acabada de reseñar y oeste de la Puebla, son bien couocidas la c u m b r e de Las Herrerías,

donde existen m i n e r a l e s

cobrizos; el cerro cónico y de poca altura llamado Martin

Chamorro,

con m e n a s de manganesa, y, m á s al oeste, entre las riveras Malagón y Chanza, las c u m b r e s del Señor

más extensas y elevadas.

Paralelamente á la m i s m a cadena del Tharsis Pastos,

y Cabezas

de los

se extiende por el sur otra serie de lomas bajas que, e m p e -

zando en el risco Baeo, junto al Alosno, se prolongan hacia el O.NO. hasta la c u m b r e del Buho,

al sur de la dehesa de igual nombre, des-

tacando entre ellas el cerro cónico del R E L I E V E S AL NORTE DEL A L M E N D R O

Candil.

Y DEL G R A N A D O ,

EN

T É R M I N O S DE

ES-

TOS PUEBLOS.—Forman cuatro series de l o m a s que,

próximamente

paralelas de E. á O. y poco distantes entre sí, tienen

comprendidos

s u s límites entre la divisoria del Odiel y el Guadiana por el este, y las cumbres del teso del Granado

por el o c c i d e n t e . — E s la más s e p -

tentrional de esas series una que corre por la c u m b r e del Sauzal c u y o e x t r e m o occidental lo constituyen el cabezo Tagarro bre de San Blas,

y

y la c u m -

que dan lugar á un suelo m u y quebrado en la m a r -

gen izquierda del Cliauza; entre uno y dos k i l ó m e t r o s al sur de ella marcha la del puerto Colorado; Chaparrera, nado,

sigue, todavía m á s al sur, la de la

sierra de la Vaca, y cumbres de Valdeladrones

y del

Gra-

en cuya última se halla establecido un vértice de la red g e o d é -

sica de Portugal, en el paraje en que la serie se tuerce b r u s c a m e n t e hacia el NO. constituyendo el ya citado teso del Granado, límite meridional se halla el cerro del Alto de la Sierra;

en c u y o

y, liualmeute,

es la más meridioual la que, elevándose junto al Almendro, está formada en s u parte oriental por los elevados picos llamados sierra de La Abuela,

pico de los Tres

rios, cuyo nombre v e r e m o s justificado

en la hidrografía, y sierra del Águila,

la cual, con la de La

Abuela,

sirven de guía á los navegantes que hacen el derrotero entre el cabo

I'HOVINCIA

I)HUELVA

S3

ESCi\ IPCIÓN FISICA

G e n e r a l m e n t e son e s t r e c h o s y de e s c a s a longitud, verificándose eu los m á s notables que la m a y o r e x t e n s i ó n s e separa poco de la linea E. á 0 . , c o m o e s c o n s i g u i e n t e al a r r u m b a m i e n t o (fue m á s c o m u n m e n t e afectan los m o n t e s que las l i m i t a n . V a m o s á e n u m e r a r , por c o m a r c a s , los p r i n c i p a l e s . COMARCA D E L A S I E R R A

A L T A . — F i g u r a e n t r e los valles m á s e x t e n s o s

y r e g u l a r e s de esta c o m a r c a el q u e . d e s i g n a d o con el n o m b r e de valle del Chanza,

s e extiende á derecha é izquierda de la rivera de igual

denominación,

desde m á s arriba de Aroche

hasta el Rosal de la

Frontera. (lábrenlo f r o n d o s í s i m o s encinares, con c u y o fruto s e engorda el ganado de cerda, q u e e s uno de los principales r a m o s de riqueza de los pueblos c i r c u n v e c i n o s , v a l g u n a s partes de su suelo se aprovechan a d e m á s para la s i e m b r a de cereales. La e x t e n s i ó n superficial de esla productiva y pintoresca faja de terreno e s de unos 5 2 k i l ó m e t r o s , y á los d e t r i t u s graníticos que eu él abundan se a g r e g a n , mejorándolos, los de las d e m á s

rocas

hipogénicas y s e d i m e n t a r i a s , m e t a m o r f o s e a d a s , de las sierras limítrofes. Relacionado hasta cierto p u n t o con el valle de Chanza nordeste de A roche el de La Torre

se baila al

( p i e , de piso granítico c o m o

aquél, forma una hoyada elíptica, en c o m u n i c a c i ó n con el Chanza por los tortuosos desfiladeros q u e dan paso á las a g u a s del barranco de La Torre ó Aroehete, que d e s a g u a en el p r i m e r o . (Uro i m p o r t a n t e valle e s el de la rivera del Múrtiga,

el cual, aun-

q u e de contornos m u y i r r e g u l a r e s por las sinuosidades de la rivera, o f r e c e s i t i o s llanos y abiertos en donde el c u l t i v o e s de lo m á s variado y rico de la c o m a r c a ,

haciéndose las labores con el e s m e r o q u e

requiere la m a y o r producción de las e x c e l e n t e s tierras en él d e p o s i tadas y las buenas condiciones c l i m a l o l ó g i c a s q u e debe al abrigo q u e le proporcionan las m o n t a ñ a s q u e le c i r c u n d a n . En la hoyada conocida por Los Carrascos

fructifica la encina, y cre-

cen el chopo y otras e s p e c i e s arbóreas en los s i t i o s m á s bajos é i n m e diatos al c a u c e de la rivera, explotándose aquél con ventajas para la

PROVINCIA Dr. HURI.VA

*

industria y defendiendo el campo de los devastadores efectos de las inundaciones, frecuentes en épocas lluviosas. La poca profundidad del cauce proporciona el riego de algunas hectáreas, en las que se siembra maíz, cáñamo, legumbres y hortalizas. Más al sur, en los puntos en que las angosturas del valle y lo e m pinado de las faldas del monte no permiten otra cosa, se cultiva el cáñamo, olivo y encina, y por todas partes se ve la mano activa del entendido colono y propietario inteligente, convirtiendo en f u e n t e s de riqueza los detritus de las desgarradas capas que aún asoman con toda desnudez en los derrumbaderos donde nada sirve para contener la tierra producida por la descomposición de aquéllas. En las inmediaciones de los puntos m á s poblados, tales c o m o El Jabugo, Galaroca y F u e n l e h e r i d o s , la vegetación se encuentra en toda la plenitud de su desarrollo, y á las especies arbóreas citadas se aumentan en profusión las frutales, siendo objeto de tráfico los f r u tos de pero y cereza especialmente. Multitud de huertos se ven e s calonados por estos sitios en las m á r g e n e s del Múrtiga, y con las derivaciones que di; él se hacen se logra tenerlos de regadío, c o n s i guiendo con ello pingües rentas. La calidad de ¡a tierra es de lo m e jor de la comarca, por la complejidad de su composición, estando en proporciones convenientes la cal, arcilla y arena; y c o m o ademrs los detritus feldespáticos v de rocas hipogénicas no son extraños al valle, resultan tierras de excelente calidad para todo género de cultivo. La parte comprendida entre Los Carrascos y límite de la provincia con Portugal es de lo m á s estéril y poco á propósito para la a g r i c u l tura, y c o m o además está muy despoblado aquel trayecto, de ahí el que no haya más aprovechamiento que el de los pastos de sus vertientes para los rebaños del ganado cabrío. La rivera de Huelva y algunos de sus tributarios, cuando su cauce sigue la dirección de las cadenas, ofrecen valles de cierta a n c h u r a , en los que generalmente se cultiva la encina y cereales, c o m o tiene lugar en El Cimajo, Coronada v d e m á s haciendas del sur de la sierra de Hi no jal es, constantemente habitadas. Las dehesas de Los Palacios,

"L'i

DESCRIPCIÓN

FÍSICA

Mariquita, El Palancar y otras quo sería prolijo e n u m e r a r , aprovechan también las partes m á s anchas de los vallejos que afluyen á la rivera de Huelva, aguas ahajo de la de Montemayor, que le es tributaria, y en Cañaveral é Hinojales se explotan con provecho los c o m prendidos entre las sierras del Rey y de Jacaco por el norte y n o r oeste y l a s de Hinojales y de la Moraleja por el s u r . El extenso y abierto valle de la villa de Cala, uno de los m á s i m portantes hacia aquella parte de la comarca, se halla bien poblado de encina v alcornoque, y los cereales se cosechan para el c o n s u m o del pueblo. A s i m i s m o los que al sur limitan las sierras del Candil y El Venero, aunque estrechos, se prestan bien al cultivo de la encina y de los cereales. El término de Santa Olalla cuenta á su vez con algunos valles, d e dicados en su mayor parte al cultivo de las especies citadas, c o m o se ve en la dehesa de Ouardameji y de La Parrilla. En la sierra de Araeena y s u s derivaciones, existen numerosos y profundos vallejos, c u y o abrigo y buenas condiciones para el cultivo agrario les dan grande valor, creciendo eu ellos con gran desarrollo la viña, naranjo y especies diversas de otros árbolos frutales. En los s i t i o s m á s altos y desabrigados crece bien el castaño, de c u y o fruto se hace exportación de entidad á Sevilla y Cádiz. COMARCA D E L A N D É V A L O . — L o s

arrastres de los detritus que se for-

man en las laderas de las partes altas de la indicada comarca, constituyen depósitos en las cañadas donde se concentran las labores para el fruto hortense, no habiendo, por lo demás, valles de grande importancia. REGIÓ\ D E LA TIERRA L L A N A . — E n

la región meridional de la p r o -

vincia existen n u m e r o s o s valles, dedicados especialmente al cultivo ile la viña, hortalizas y árboles frutales, c o m o se ve en la capital, Moguer, M u l l o s , Palos y demás pueblos de la carretera de Sevilla.

PROVINCIA

Dl£

03

II ü E L VA

L L A N U R A S .

Las llanuras que ocupan m a y o r extension en la provincia de Huelva, se encuentran en s u parte meridional sobre las f o r m a c i o n e s m á s modernas, y de ahí el nombre de Tierra

llana con que se conoce e s l a

comarca entre los naturales del país. Siendo la costa baja, y sin otros accidentes que el cordón litoral constituido por las dunas, dicho se está que en ella m i s m a ha de principiar la parle llana, la cual se extiende hasta las colinas c u a ternarias de los poblados de Palos, Moguer, Almonte, e t c . , en la [jarte septentrional, hasta m á s allá del Guadalquivir, en territorio de la provincia de Sevilla, y por el oeste hasta las dunas de la ría del Odiel. En los 5 5 0 kilómetros que corresponden á la provincia de Huelva, tan sólo alteran la horizontalidad del suelo las pequeñas depresiones por donde las aguas corren en épocas lluviosas, ó quedan t e m p o ralmente depositadas, formando las denominadas lagunas que á c e n tenares por allí se encuentran. Excepción hecha de las porciones arcillosas de las orillas del Guadalquivir, en donde crece una vegetación halófila de plantas salsolaceas y lo conocido por el Colo de Doña Ana,

en donde la encina y al-

cornoque se hallan en cierta abundancia entre las plantas leñosas de m o n t e bajo, tan sólo son éstas de e s c a s o crecimiento. Se halla este último, representado por las jaras, tomillos y otras especies que contristan el ánimo del viajero cuando cruza por tan extensas s o ledades, expuestas al sol abrasador, que tanto se hace sentir

por

aquellos arenales. Con tales condiciones, los ardorosos vientos que llegan del c o n t i nente africano son el azote de los habitantes y de los vegetales que se encuentran en los límites septentrionales del indicado desierto, y además las arenas voladoras de la costa se internan tierra

adentro,

pudiendo comprobarse su existencia á unos IB kilómetros del c o r dón litoral.

E HUELVA

Altitudes. LOCALIDADES.

B a r r a n c o d e T r i m p a n c h o {Pasada d e l C a r m e n , Pay mogo) {*) B a r r a n c o d e La Madera ( C a r r e t e r a d e S a n t a Olalla á F r e g e n a l ) B a r r a n c o Gonzalo (Al n o r t e d e los j a s p e s d e la s i e r r a J a v a t a , Z a l a m e a ) B a r r a n c o M a l v a q u e r o ( J u n t o á la v e n t a d e La V i ñ a , Zalamea) B a r r a n c o M a n s e g o s o ( C a m i n o d e H u e l v a al Alosno) B a r r a n c o R e j o n d i l l o (Camino d e C a m p o f r í o á Zalamea) B a r r a n c o T a m u j o s o (Camino d e Las C r u c e s á Calañas). B a r r a n c o T a m u j o s o (Camino d e l C e r r o á Calañas) B a r r a n c o T a m u j o s o (Camino d e Las C r u c e s á La Zarza) B a r r a n c o T o r c i t o (Camino d e Campot'rio á Aracena) (*) Beas (Paso d e la c a r r e t e r a ) Berrocal(El)(Plaza) B o l l u l l o s d e l C o n d a d o (Plaza) B o n a r e s (Plaza) C a b e z a d a s d e La P a r r i l l a d e Beas ( V a l v e r d e i. C a b e z a s d e Malagón C a b e z a s d e l P a l o m i n o (Paso c o n el e s t a d i o d e l a c a r r e t e r a e n t r e Ln P a l m a y V a l verde!. C a b e z a s ' H u b i a s (Plaza) Cabezo d e R o m a , q u e e s la colina d e m a y o r a l t u r a (Huelva) (*) Cala ( C a r r e t e r a d e S a n t a O l a l l a á F r e g e nal) C a l a ñ a s (Plaza) C a m p i l l o (El) (Aldea) C a m p o f r í o (Plaza) C a ñ a d a a l N. d e la h a c i e n d a d e P u r c h e n a . . . C a ñ a d a al S. d e l Bonete ( C a m i n o d e Huelva á Valverde) C a ñ a d a d e B o n a r e s (S. d e Bociana) C a ñ a d a d e V e n t a s Q u e m a d a s (Sierra P e lada) C a ñ a d a e n t r e l o s p u e r t o s d e l M á r m o l y Doñ a María (*) C a r t a y a ( C a r r e t e r a , c e n t r o d e l p u e b l o ) . . Casa d e F u e n t e N u e v a ( P a y m o g o ) Casa d e J a v a t a ( P a r t e o r i e n t a l d e la s i e rra) C a s a d e La C o n s t a n c i a (Dehesa d e Los C a b a llos, Puebla) Casa d e la Dehesa d e Zalamea Casa d e la m i n a P e ñ a d e l h i e r r o COM. DEL MAPA GE OL .—MEM OI1IAS.

FORMACIÓN GEOLÓGICA.

Metros.

173

Siluriana é hipogónica.

5! 5

Hipogéniea.

259

Culm.

294

Idem.

52

Idem.

338

Idem.

321

Idem.

169

Idem.

217

idem.

470 no 2 86 104 109 239 231

Estrato-cristalina. Piioeena y d i l u v i a l . Hipogónica. Piioeena. Idem. Siluriana. Idem.

272 229

Postpliocena. Siluriana.

00

Diluvial.

6 48 321 429 492 118

Cambriana. Siluriana. Metamódica. Hipogónica. Piioeena,

296 7 tí

Sil u r i a n a . Piioeena.

481

Hipogéniea.

513 23 283

Estrato-cristalina. Diluvial. Estrato-cristalina.

297

Hipogónica.

360 429

Siluriana. Hipogéniea. Culm.

98

DESCRIPCIÓN

FÍSICA

Altitudes. LOCALIDADES.

Metros. Casa d e la h a c i e n d a de María Lozana fAlá819 jar) 327 Casa de Las Adelfas blancas 272 Casa de la mina del C a r m e n ( P a y m o g o ) . . . . 102 Casa d e l Conde (Costa d e Castilla) Casa del D u q u e , Puebla (Alquería de la Vaca) 20 6 Casa d e Los A m a n t e s (Puebla) 220 Casa d e Los Bodegones (Cosía d e C a s t i l l a ; . . 58 Casa Dirección d e las m i n a s d e la Z a r z a . . . . 242 Casas del Lagunazo (Minas) 2*2 Casas d e los molinos d e San B a r t o l o m é . . . . 294 Casas de San Telmo (Minas) 3 í6 Casas d e Valdeviña (Puebla] •195 Casilla de C a r a b i n e r o s del Jarrillo 448 Castañuelo (Aldea de Araeena) 420 Castillo d e Árochc 438 Castillo d e A y a m o n t e 7fi Castillo d e S a n l ú c a r (Orilla izquierda del Guadiana) 130 Cementerio de! Alosno 484 Cementerio d e Castillejos 294 Cerro (El) 250 Cerro (El) (Plaza) „ 253 Cerro al N. do la casa d e Zamudia (Orilla i z q u i e r d a d e l Guadiana) 102 Cerro al N. del Cañaveral (Orilla i z q u i e r d a del Guadiana) 452 Cerro al S. de la casilla d e C a r a b i n e r o s del p u e r t o Carbón (Orilla i z q u i e r d a del Guad i a n a en el Torno d e la Punta) 112 Cerro al SE. d e la P u n t a del R o m e r a n o (Orilla i z q u i e r d a del Guadiana) 160 Cerro A n d é v a l o 491 Cerro Calero (Zalamea) 452 Cerro Colorado, ['arte O. (Rio-Tinto) 442 Cerro de la F u e n t e de la Murta ( Z a l a m e a ) . . 403 Cerro d e l Alto d e la sierra (El G r a n a d o ) . . . . 332 Cerro d e Las Á n i m a s (Ayamonte) 78 Cerro d e Las P u e r c a s (El Cerro) 316 i") Cerro d e La Virgen d e la Peña (Vértice). (Puebla d e Guzmáu) 402 (*) Cerro del Regatero (Vértice) (Hinojos?),. 13 Cerro d e S a l o m ó n (Río-Tinto) 485 (*) Cerro de San Cristóbal (vórtice) (Zalamea, sierra del P a d r e Caro) 702 Cerro Gibraltar 3 15 Cerro J u r ó (Alosno) 28)5 Cerro Buba (Calañas) 322 Cerro del Pendón (Calañas) so 22

Cambriana. Diluvial.

20

Idem.

272

Culm.

35 i

Idem.

43?

Hipogéniea.

206

Culm.

369 300 216 481 \i 58

Hipogéniea. siluriana. Idem. Idem. Aluvial. Piioeena y d i l u v i a l .

31

Diluvial.

593 470 525 91 363 635

Hipogéniea. Cambriana. Idem. Siluriana. Idem. Estrato-cristalina.

185

Piioeena.

3

Aluvial.

109

PROVINCIA

DE

IIÜKLVA

Altitudes, LOCALIDADES.

Estación d e La Venta (Ferrocarril del Buitrón) (*) Estación del Medio Millar (Vía férrea del Tharsis) {*) Estación d e San Bartolomé (Vía férrea del Tharsis) Estación d e Trigueros (Ferrocarril d e Buitrón) Faja diabásica, j u n t o á la mina Santa Marina (Zalamea) Falda septentrional d e la sierra d e Los l'ieos (Aroche) Faldas SE. del Pimpollar (Almonaster) Faro del Rompido Fuente al E.SE. del Cerro F u e n t e d e La Aldea (Los Romeros) Fuente de La Pelada (Al pie de la sierra d e este nombre) Fuenteheridos (En La Fuente) Galaroza (Plaza) Gibraleón (Plaza) Hacienda d e Garrucheua (Bollullos) Hato de La Algaida (Almonte) Hinojales Hinojos Huelva (Plaza d e Las Monjas) (*) Huerta d e Tejada Huerta de La Zarza (El Cerro) Huerto d e Vicente (San Bartolomé?) Jaspes d e la orilla derecha de la rivera d e Los Aldeanos (Mina San Joaquín) J u n t a d e La Alcaraboza y Chanza J u n t a del b a r r a n c o Cachan con el río Tinto. J u n t a de ios ríos Tinto y Agrio Ladera sur-oriental d e la c u m b r e d e Fuentelimosa (Zalamea) (*) Lagares d e Rabo-conejo (Paso con el estudio d e la carretera e n t r e La Palma y Valverde) Laguna d e Agua Lázaro (Pinares d e Almonte) Laguna del Acebuche (Almonte) Laguna d e Las Casillas (Idem) Laguna d e Las Mogeas (Idem) Laguna d e Las Poleosas (Idem) Laguna del Portil (Aljaraque) Las Gamonosas (Valverde) (*) Lepe (Carretera, centro del pueblo) Límite N. del término d e Encinasola Linares Lomas del Artillero (Gibraleón) Los R u b i o s (Zalamea) Lucena.

Metros.

239

FORMACION GEOLOGICA.

Siluriana.

81

Culm.

91

Idem.

79

Pliocena.

3 If)

Hipogénica.

578 •261 5? 239 470

Siluriana. Idem. Diluvial. Ilipogénica. Estrato-cristalina.

333 (¡tí 8 51 i 31 •137 5 580 65 10 59

Idem. Idem. Idem. Diluvial. Idem. Aluvial. Cambriana. I'lioeena. Aluvial. Pliocena. Cuim. Diluvial.

20G

94

283

Siluriana. Estrato-cristalina. Siluriana. Hipogénica.

294

Culm.

470

Diluvial.

49 59 68 tuvo l u g a r una q u e a r r a m b l ó un

(1) grafía (2) orilla

sinnú-

Tornamos estos datos del plano levantado por la Comisión d e Hidroen 1870. Las cotas d e 76, 102, H2. 160, 150 y 452, de varios cerros d e su izquierda, dan perfecta idea de la p r o f u n d i d a d del cauce del río.

"L'i

DESCRIPCIÓN

FÍSICA

m e r o d e h e c t á r e a s eu c u l t i v o , depositando en o t r a s tan gran c a n t i d a d de a r e n a s y derrubios, q u e hasta l o s á r b o l e s q u e d a r o n

sepultados

e n t r e ellos, variando, e n c o n s e c u e n c i a , por c o m p l e t o el a s p e c t o paisaje.

del

La pequeña villa de S a n l ú c a r , e m p l a z a d a al pie de un ce-

rro, p e r d i ó todas las c a s a s que constituían la parte baja y n u e v a de la población; m a s la c i r c u n s t a n c i a de h a b e r s e decidido l o s h a b i t a n tes á levantar desde l u e g o en el m i s m o s i t i o a q u e l l a s c o n s t r u c c i o n e s , y la de h a b e r d e s c u b i e r t o las m i s m a s a g u a s , en la orilla p o r t u g u e s a , a l g u n o s p a v i m e n t o s de m o s a i c o w , c o m p l e t a m e n t e

ignorados,

r e c e n probar que s e m e j a n t e s s u c e s o s sólo s e r e p i t e n á m u y

pa-

largos

p e r i o d o s de t i e m p o . Tributarios del Guadiana.—La

provincia que e s t u d i a -

m o s c o n t r i b u y e á la c u e n c a de e s t e río c o n una superficie de 2 8 0 1 k i l ó m e t r o s , l i m i t a d a al norte y p o n i e n t e por las r a y a s de Badajoz y P o r t u g a l , al s u r por un p e q u e ñ o trozo de la c o s t a y á l e v a n t e por una línea q u e , c o n s t i t u y e n d o la d i v i s o r i a , p r i m e r o con el d e s p u é s c o n el Odiel,

y finalmente con el Piedras

Guadalquivir,

y otras p e q u e ñ a s

c o r r i e n t e s que d e s e m b o c a n eu el m a r , s i g u e la s i g u i e n t e m a r c h a : P e netra en la provincia de Iluelva, f o r m a n d o la d i v i s o r i a c o n la c u e n c a del Guadalquivir, por el llano del Cura, y en la f o r m a d e s c r i t a en las páginas -U y 4 2 , c o n t i n ú a hasta las a l t u r a s de la sierra de Alájar, d e s de donde, e m p e z a n d o á separar las a g u a s afilíenles al Odiel,

tuerce

hacia el O. y gana la c ú s p i d e de la sierra de La C a s t a ñ a . D e s c i e n d e l u e g o con dirección al O.SO. por el valle del Chorrito y sierra del N e g r i t o ; se a r r u m b a d e s p u é s al 0 . , para s e g u i r por el p u e r t o de Los l í o m e r o s y g a n a r las alturas de la sierra de San Cristóbal, y, pasado el p u e r t o de La Cruz, m a r c h a hacia el SO., por las s i e r r a s de La Alcaraboza y A l c a r a b o c i n o s , hasta alcanzar la c u m b r e de la d e n o m i n a d a La (i) Un trozo de esos mosaicos q u e , regalado á la Comisión d e m o n u mentos históricos de Sevilla, liemos tenido ocasión d e e x a m i n a r , está form a d o por una argamasa incrustada de trocitos d e rocas d e distinto color, c u y a superficie pulimentada no mide m á s d e u n c e n t í m e t r o c u a d r a d o , combinados de modo q u e t r a t a n de r e p r e s e n t a r diversos peces; pero, á la v e r d a d , m u y poco dicen en favor del cultivo d e las Bellas Artes eotre los artífices q u e ejecutaron el pavimento.

PROVINCIA DE H DEL VA

"O

Pelada, haciendo algunas inflexiones ligeras. En esta ú l t i m a sierra sig u e la dirección de la m i s m a , ó sea la linea E. á 0 . , hasta el puerto del Mármol; tuerce ahí al SO., v después bruscamente al E. al llegar al de Don Pedro; m a s uo bien ha corrido con esa ú l t i m a dirección unos 2 á 2 ' / , kilómetros la cambia al S.SE., y, cruzando los llanos del Charcolino, se aproxima á las casas de Los Bosillos. Vuelve á c a m biar el r u m b o poco m á s arriba del paralelo del cerro Andévalo, al cual llega con dirección al SO., que conserva hasta la c u m b r e del puerto Colorado de Cabezas Rubias, v aproximándose á la línea N. á S. s i g u e haciendo inflexiones poco sensibles hasta las inmediaciones de la a l dea Los Montes do San Benito, que queda al E. Después se dirige otra vez al SO.; gana las alturas del cerro de Las Puercas y c u m b r e q u e de él deriva hacia el 0 . ; desciende hacia el S. por los llanos del Escarabajo y de Las Culebras; desde la cumbre de esle nombre continúa al 0 . por la del Campillo, v más adelante, doblándose al SO., pasa por el cerro de La Virgen de la Peña, desde donde bien puede, d e cirse conserva una dirección media que se aproxima m u c h o á la del S . , con la cual llega al pico de los Tres ríos, en la cadena del A l m e n dro, y dejando luego de ser c o m ú n con el río Odiel, serlo con el

comienza á

Piedras.

A partir del citado pico sigue la divisoria la dirección al O. que llevan las crestas de las sierras de La Abuela y del Águila, hasta el puerto Rubio ó Colorado del Almendro, donde abandona la cadena descendiendo por el pequeño espolón que conduce al cerro del Castillo, desde el cual, s i g u e con rumbo al SO., hacia la dehesa de los Millares. Después,

formando varios codos y dirección media al S . ,

llega á las inmediaciones orientales de la villa de San Silvestre de Guzmáu,

en c u y o sitio comienza una S m u y abierta que

forma,

lias ta La Ghapatina, al S. de Villablanca, por cuya villa pasa, y poco después de la casa mencionada abandona la cuenca del Piedras,

y es

c o m ú n con la de oíros riachuelos que desembocan cu los caños ó e s teros que c o m u n i c a n con el mar. La dirección en el trayecto que m e d i a hasta la carretera de Ayamonte es al O.SO., yendo á terminar en el m i s m o cauce del Guadiana en esta ciudad.

112

DESCRIPCIÓN

FÍSICA

El territorio circunscrito (le la m a n e r a que se acaba

~

Moníemayor

DESCRIPCIÓN' FÍSICA

cs m u y quebrado; mas,

aun cuando dicha corriente

recoge las a g u a s de algunos barrancos que descienden de las sierras á que cruza, entre ellos el Verdugo,

que corre á Levante, entre las

sierras Pipeta por el norte y Papuda por el sur, no tienen éstas m á s aprovechamiento que el de servir de abrevaderos. Rivera

del Hierro.—El

barranco de Xa Rezuela

que, descendiendo

de la sierra del Robledo en dirección al SO., casi toca en la zona occidental de la villa de Arroyomolinos de León, al sur de la cual se dobla en r u m b o al S E . , y el barranco del Burro

que, m á s á levante,

baja de la m i s m a sierra, p r ó x i m a m e n t e orientado al S., y que casi al m i s m o tiempo de recibir por s u margen izquierda el barranco de La Madera,

arrumbado al O.SO., se reúne con el primero á 5 , 5 k i -

lómetros al SE. de la villa dicha, dan origen á la rivera del

Hierro,

la cual adquiere, desde la reunión de esos barrancos, m a r c h a dirigida al S . S E . , que cambia por otra al S.SO. después que lia lamido la falda occidental de la sierra de Los Cerrajeros; corre con esa ú l l i m a dirección unos 7 , 5 kilómetros y, volviendo entonces á la

pre-

cedente ó del S . S E . , va con ella, eu los 5 , 5 kilómetros que le q u e dan, á desaguar en la de Huelva,

á m u y corla distancia aguas arriba

del puente que sobre ésta existe en el c a m i n o de Higuera Junto á Aracena á C a l a . — L a rivera del Hierro montañas que la de Moníemayor,

atraviesa las m i s m a s cadenas de á la cual, en términos generales,

puede decirse que es p a r a l e l a . — S o b r e el barranco del Burro,

cuyas

aguas se aprovechan para mover algunos molinos harineros, hay establecido uu puente en la carretera que pasa por Cala y Arroyomolinos de León. Barranco

de San Pedro.—Con

inflexiones m á s ó m e n o s notables

baja con r u m b o medio al S. desde la parte meridional de la sierra del Vino caro; atraviesa por entre la falda oriental de la sierra del Gaudú y la occidental de la del Viso, y se termina, eu la rivera á que tributa, al sur de la sierra Catalina, á 2 , 5 k i l ó m e t r o s al nornordesle de Zufre, en paraje en que, según se ha dicho, sufre la rivera uno de s u s c a m b i o s de dirección.—Aunque todos de escasa importancia, no siendo tampoco mucha la del m i s m o barranco de San

Pedro,

recibe

PROVINCIA 1>E HUELVA 125

este en su camino, w D

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PROVINCIA

012

H D E L VA

tos con tal irregularidad que seguramente no es en ese m i s m o e s pesor donde pudiera esperarse que los taladros con la sonda diesen satisfactorio resultado; pero debajo de ese espesor se halla otro e x clusivamente compuesto por una alternación de capas sensiblemente horizontales, de las cuales unas son de arcilla azulada, á veces m i ca fe ra, y otras de arena silícea en granos m á s ó m e n o s finos y s u e l tos, cuya alternación descansa en una caliza grosera y fosilífera, que asoma en Niebla y otros parajes, la cual se apoya á su vez s ó b r e l a s pizarras del Culm, y claro es que dicha zona de arcillas y arenas es la que ofrece condiciones favorables á la existencia de aguas a r t e sianas. En ella, por consiguiente, es donde deben investigarse, v m e jor todavía en los parajes donde vaya cubierta por el tramo superior terciario ó por los depósitos cuaternarios ó por los dos; pero deberá desistirse del intento siempre que, atravesadas con la sonda esas form a c i o n e s superiores, se tropiece, sin haberse logrado el resultado apetecido, con las referidas calizas groseras ó con las pizarras del Culm, no debiéndose establecer ninguna exploración en los parajes en que esas m i s m a s calizas ó pizarras asoman á la superficie, ni en los sitios en que patentemente se vea que estas rocas sirven de base de sustentación á las cuaternarias. KM apoyo de lo expuesto, adjuntos van los corles de los dos pozos artesianos ejecutados por la Compañía minera de ¡lío-Tinto sobre la o r i lla izquierda de la ría de IJuclva, á la inmediación de las casas, y el de la margen derecha hecho por la Empresa minera del Tharsis y Los Silos de Calañas, en los terrenos de su posesión, junto al edificio donde tienen establecidas las oficinas relacionadas con los asuntos de transportes por el c a m i n o de hierro, carga y descarga por el m u e l l e establecido sobre la ría, etc. Los detalles que c o n s i g n a m o s al m a r g e n de cada uno de los c o r les nos evitan las repeticiones consiguientes á la explicación de los m i s m o s . Diremos, sin e m b a r g o , que el gasto de agua en ellos, a u n que escaso, cubre las necesidades de los talleres, tanto para el uso de los operarios, c o m o para la alimentación de los generadores de vapor, limpieza de las m á q u i n a s , e t c . , etc.

•I 8

"2

DESCRIPCIÓN

FÍSICA

METEOROLOGÍA. Desde los tiempos más remotos lia merecido un lugar preferente la observación de los f e n ó m e n o s que se relacionan ó contribuyen á formar la climatología de un país, habiéndose llegado, en la época actual, á un alto grado de perfeccionamiento en los medios y e j e c u ción, no sólo en lo referente al estudio de l o s f e n ó m e n o s que tienen lugar en la atmósfera, sino también de los que se producen en el interior del planeta. Al efecto, se lian multiplicado de una m a n e r a prodigiosa, en uu período de tiempo relativamente corto, las e s t a c i o n e s y observatorios m e t e o r o l ó g i c o s y sismológicos, siendo buen e j e m plo de ello los Estados-Unidos, Suiza, Italia, Bélgica y otras naciones que van á la cabeza de tan importantes adelantos. En nuestro país, sin e m b a r g o de los continuos esfuerzos que se van haciendo, no se ha logrado todavía llegar al nivel de las citadas naciones,

teniéndonos

que contentar, por lo tanto, con las observaciones practicadas en los observatorios de Madrid y San Fernando y las que se practican en las estaciones montadas por el Instituto Geográfico y Estadístico y en los establecimientos de la enseñanza oficial de varias provincias. Tales trabajos, á pesar del especial cuidado con que se practican, no s i e m pre tienen lugar en las mejores condiciones, tanto por la falta de locales adecuados, c o m o por la unidad en los m é t o d o s de observación é instrumentos, careciéndose, hasta la fecha, de los n e c e sarios para la observación de los f e n ó m e n o s sísmicos; falta que es de lamentar por ser de vital interés para gran parte de nuestro país, castigado fuertemente por los terremotos en s u región oriental y meridional principalmente. La provincia que describimos es una de las m á s descuidadas en este asunto, no habiendo llegado á conseguirse la instalación de los i n s t r u m e n t o s que yacen expuestos en los escaparates del gabinete de física de su Instituto provincial, no obstante las repetidas instancias

PROVINCIA

DE

IIUELVA

4

8o

de sil c e l o s o Director D. Antonio F e r n á n d e z , c u a n d o c o n m u y p o c o e s f u e r z o en el p r e s u p u e s t o s e h u b i e r a podido e s t a b l e c e r una e s t a c i ó n , análoga siquiera á l a s de o t r a s p r o v i n c i a s , t e n i e n d o de e s e m o d o un j a l ó n m á s de una gran r e d q u e , c o n v e n i e n t e m e n t e r e l a c i o n a d a por l o s m e d i o s de c o m u n i c a c i ó n m á s r á p i d o s , p e r m i t i r í a c o u o c e r lo q u e v u l g a r m e n t e l l a m a m o s el tiempo,

c u y a p r e v i s i ó n , por el c o n o c i m i e n t o de

los c a m b i o s que e x p e r i m e n t a , i n t e r e s a tanto al m a r i n o , al a g r i c u l t o r y al i n d u s t r i a l . Ú n i c a m e n t e de e s t e m o d o , y a p r o v e c h a n d o l o s c o n o c i m i e n t o s q u e la c i e n c i a m e t e o r o l ó g i c a e n s e ñ a , s e s u s t i t u i r í a el e m p i r i s m o , propio de t i e m p o s ya pasados, por los d a t o s positivos d e d u c i dos de la o b s e r v a c i ó n , y seria tanto m á s c o m p l e t a la obra si, á l o s i n s t r u m e n t o s q u e y a posee el I n s t i t u t o p r o v i n c i a l , se a ñ a d i e r a n l o s q u e d e t e r m i n a n c o n p r e c i s i ó n m a t e m á t i c a los m o v i m i e n t o s s í s m i c o s , s e g ú n s e p r o p u s o por la C o m i s i ó n de e s t u d i o de l o s t e r r e m o t o s de Andalucía, e n s u i n f o r m e r e f e r e n t e á l o s que t u v i e r o n l u g a r á fines de 1 0 8 4 y p r i n c i p i o del a ñ o s i g u i e n t e en las p r o v i n c i a s de Granada y Málaga U). L a s e m p r e s a s m i n e r a s de R í o - T i n t o y T h a r s i s , c o m p r e n d i e n d o la utilidad i n m e d i a t a para s u s i n t e r e s e s de la o b s e r v a c i ó n de l o s fenóm e n o s a t m o s f é r i c o s , tienen e s t a b l e c i d o s a l g u n o s t e r m ó m e t r o s , m e t r o s y p l u v i ó m e t r o s q u e d i a r i a m e n t e s e observan,

baró-

habiéndosenos

f a c i l i t a d o c o n toda galantería por s u s r e p r e s e n t a n t e s en H u c l v a los d a l o s obtenidos, de los c u a l e s c o n s i g n a r e m o s en e s t a M e m o r i a a q u é llos q u e n o s m e r e c e n m a y o r confianza; y d e c i m o s e s t o , p o r q u e la i n s t a l a c i ó n de l o s t e r m ó m e t r o s y b a r ó m e t r o s no e s e n t o d a s las m i n a s , s e g ú n h e m o s v i s t o , la m á s a d e c u a d a á e s t e g é n e r o de o b s e r v a c i o n e s ; pero l o s d a l o s de l a s r e f e r i d a s p r o c e d e n c i a s no alcanzan h a cia el norte de la p r o v i n c i a m á s allá de la c o m a r c a del Andévalo, c a r e c i é n d o s e por c o m p l e t o de o t r o s a n á l o g o s en la c o m a r c a de la s i e rra A l t a , d o n d e p r e c i s a m e n t e las m o n t a ñ a s s o n m á s e l e v a d a s y d o n de l a s m a y o r e s o s c i l a c i o n e s del t e r m ó m e t r o d e b e n s e n t i r s e , r e i n a n d o un c l i m a d i s t i n t o q u e el de la r e g i ó n baja ó tierra llana. (i) Terremotos d e Andalucía. Informe d a n d o c u e n t a del estado de los t r a b a j o s e a 7 d e Marzo d e i 885. Madrid.

•I 8 "2

DESCRIPCIÓN

M E T E O R O L O G Í A

FÍSICA

E X Ó G E N A .

C o m o m a n i f e s t a m o s al tratar de la o r o g r a f í a , la provincia de í í u e l va s e c o m p o n e de u n a región

baja,

i n m e d i a t a al m a r , y otra de

sierra,

con a l t i t u d e s de 5 0 0 á 1 . 0 1 4 m e t r o s , lo cual h a c e participe s u s u e l o de las c o n d i c i o n e s i n h e r e n t e s á los c l i m a s marítimos y a q u e no

y á los

variables,

continentales.

Para la f o r m a c i ó n del c l i m a en c u a l q u i e r

p u n t o de la tierra,

c o n c u r r e n , c i e r t a m e n t e , l o d o s los g r a n d e s f e n ó m e n o s de la física del globo; m a s de todos ellos, c o m o e s bien s a b i d o , e s el m á s i m p o r t a tile la t e m p e r a t u r a , p u e s t o q u e , c o m o dice el d i s t i n g u i d o m e t e o r o l o g i s t a l l o u z e a u , «es la q u e r e g u l a la d i s t r i b u c i ó n de los s e r e s s o b r e la s u perficie de la tierra y la que tiene una influencia m á s m a r c a d a sobre la m o r a l , la a c t i v i d a d y la i n t e l i g e n c i a del h o m b r e . » En la p r o v i n c i a q u e d e s c r i b i m o s , s o n e s c a s a s y de lo m á s i n c o m pleto l a s o b s e r v a c i o n e s q u e á la t e m p e r a t u r a s e refieren; y

aunque

d u r a n t e n u e s t r a s e x c u r s i o n e s por el c a m p o h e m o s h e c h o a l g u n a s en d i s t i n t o s s i t i o s , no n o s m e r e c e n g r a n fe, faltando c o m o falla en ellas unidad en los m e d i o s de observación y de identidad y u n i f o r m i d a d en las é p o c a s , y m u c h o m á s en las horas en q u e f u e r o n a p r e c i a d a s . Sin e m b a r g o , son lo bastante para d e m o s t r a r q u e , con a r r e g l o á l a s divis i o n e s e s t a b l e c i d a s en la Ueseíia agrícola de España, escrita por D o n A g u s t í n P a s c u a l , en el territorio de n u c s t o e s t u d i o se hallan, c o m o zon a s de c u l t i v o , la subtropical, lida

templada,

en la r e g i ó n baja ó tierra llana; la cá-

en la s e r r a n í a del Andévalo y p u n t o s m á s bajos de la

s i e r r a Alta, y la fría

templada,

en los s i t i o s m á s altos de la s e r r a n í a

de Aracena, p u e s t o que las t e m p e r a l u r a s m e d i a s c o r r e s p o n d i e n t e s á l a s c i t a d a s c o m a r c a s s e hallan c o m p r e n d i d a s e u t r e los i 8 á 2 1 ° propios de la subtropical; 1 0 á 14° de la fria

los 14 á 18° de la cálida

templada;

templada,

y los

t e m p e r a t u r a s q u e s i r v e n de l í m i t e s á

l a s e x p r e s a d a s zonas en la citada r e s e ñ a .

O)

Í1J

E n t i é n d a s e q u e nos referimos siempre al t e r m ó m e t r o centígrado.

PROVINCIA DE

IIUELVA

4

8o

Hablando e n t é r m i n o s g e n e r a l e s , p u e d e d e c i r s e q u e en la d e n o m i nada s i e r r a Alta, q u e es la m á s elevada, el c l i m a e s g e n e r a l m e n t e fresco. E n ella, l o s i n v i e r n o s p u e d e n llamarse fríos; las p r i m a v e r a s s o n d e s t e m p l a d a s ; el e s l í o ardoroso, a u n q u e de c o r t a d u r a c i ó n , y el o t o ñ o d e s a p a c i b l e , por los f r e c u e n t e s y rápidos c a m b i o s a t m o s f é r i c o s que se experimentan. La serranía del A n d é v a l o , m u c h o m e n o s e l e v a d a q u e la sierra d i cha e s b a s t a n t e cálida; r e i n a n d o g r a n c a l o r d u r a n t e el estío, y e x p e rimentándose

v a r i a c i o n e s bien n o t a b l e s d u r a n t e l a s e s t a c i o n e s

de

o t o ñ o y p r i m a v e r a , q u e es c u a n d o el t e r m ó m e t r o indica o s c i l a c i o n e s m a y o r e s . L o s i n v i e r n o s son bastante b e n i g n o s y de t e m p e r a t u r a s m e n o s variables. La t e m p e r a t u r a m e d i a e s de u n o s 17 á 18°. En la r e g i ó n baja ó tierra llana y e n la c o s t a , la estación m á s d e s a g r a d a b l e e s la d é l a p r i m a v e r a , por s e r la época de l o s vendavales y t o r m e n t a s , m i e n t r a s q u e , por el c o n t r a r i o , las de o t o ñ o é invierno s o n m u y b e n i g n a s , bajando rara vez la t e m p e r a t u r a del aire de 6 o s o b r e c e r o . Los e s t í o s , a u n q u e ardorosos, se dulcifican c o n las b r i s a s del S . y S W . , q u e reinan en las h o r a s de m á s c a l o r , p a s a n d o rara vez el t e r m ó m e t r o de 55° al a i r e libre y á la s o m b r a . — L a t e m p e r a t u r a m e d i a en í l u e l v a , d e d u c i d a de repetidas o b s e r v a c i o n e s h e c h a s en el a g u a de l o s pozos en d i s t i n t o s m e s e s del año, e s de 1 — L a

influen-

c i a del m a r se deja s e n t i r en toda esta r e g i ó n , lo cual c o n t r i b u y e p o d e r o s a m e n t e para que s u c l i m a sea m u c h o m á s b e n i g n o y u n i f o r m e q u e e n la s i e r r a . L a s heladas no son i n t e n s a s n i d u r a d e r a s en esta p r o v i n c i a , s i e n d o bastante rara en ella la n i e v e . Más f r e c u e n t e s en la l l a m a d a s i e r r a Alta s o n las e s c a r c h a s , las c u a l e s llegan á p o n e r b l a n c o el s u e l o , c i r c u n s t a n c i a q u e h a c e c r e e r á los n a t u r a l e s del país q u e l a s n i e v e s no e s c a s e a n allí. No e s , sin e m b a r g o , d e s c o n o c i d a por c o m p l e t o la n i e ve e n e s t e e x t r e m o de la P e n í n s u l a , h a b i e n d o m e m o r i a de u n a g r a n nevada por los años de 1 8 2 1 á 18*22, siendo de m e n c i o n a r

también

W Véase el c u a d r o d e observaciones hecho en las m i n a s de La Zarza (Calañas).

208

DESCRIPCIÓN

FISICA

la q u e nosotros presenciamos el 10 de Enero de 1 8 8 5 , que llegó á cubrir de una manera continua casi toda la región de Andalucía, incluso las capitales de Huelva y Sevilla, habiendo llegado hasta la de Cádiz en sus pueblos más septentrionales. En Huelva llegó á formar una capa continua de unos 1 0 centímetros de espesor, que se c o n servó durante pocas horas, pues apenas el sol se elevó sobre el h o r i zonte se liquidó con bastante rapidez, quedando el suelo casi limpio durante el día, excepto en las umbrías, donde se conservó alguna en los inmediatos. Los vientos más frecuentes en esta provincia en el invierno son los del N W . , N. y W . , siendo los m e n o s duraderos los del N. y los del w . — E n el verano, el S W . es el m á s constante de día, con t i e m po sereno, y de noche el de el del N . — G e n e r a l m e n t e las lluvias acompañan á los del S . S E . y S W . Expuestas las precedentes generalidades que se refieren al conjunto del territorio provincial, detallaremos ahora las observaciones recogidas en las minas de La Zarza (Calañas) y en Huelva, haciéndonos cargo también, al hablar de las lluvias en la primera de dichas localidades, de los datos á ese m e t e o r o referentes en las m i n a s del Tharsis y de Río-Tinto, que no merecen considerarse aparte por no poder apreciar en las m i s m a s los d e m á s elementos climatológicos, y,

final-

m e n t e , trataremos aparte de los vientos, corrientes y m a r e a s que en la costa se notan. CALAÑAS.—La localidad de donde t e n e m o s observaciones m e t e o r o lógicas m á s completas es la del establecimiento minero de La Zarza, Ío cual tiene la ventaja de proceder de un punto situado en el centro de la demarcación provincial.—La altitud del lugar de las observaciones, tomada en nuestras excursiones con un aneroide, es de 2 4 2 metros. Temperatura.—En

el siguiente cuadro se expresan las temperatu-

ras medias m e n s u a l e s de las m á x i m a s diurnas observadas, c o m p r e n diendo un período de ocho años.

PROVINCIA

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tiembre, Octubre, Noviembre y Diciembre, que respectivamente son 2 5 " , 1 2 , 17",02, 15",07 y 9 ° , 7 0 , se deducen, entre cada dos m e s e s consecutivos de los que acabamos de citar, las diferencias s i g u i e n tes: 5 ° , 2 0 , 4 ° , 0 5 y 4", 11, las cuales vemos se separan poco una de otra, en harmonía con lo agradable de la estación de otoño, que es la m á s regular v apacible que se conoce cu la c o m a r c a de que h a blamos. Para m a y o r comodidad en la comparación de los resultados c o n tenidos en los tres cuadros (págs. 2 0 9 , 2 1 1 y 2 1 5 ) de que h e m o s h e cho mención, nos parece oportuno r e s u m i r l o s en el adjunto estado gráfico. Presión

atmosférica.—En

cuanto á lo que á la presión atmosférica

se refiere, los cuadros de las páginas 2 1 0 , 2 1 7 y 2 1 0 abrazan las o b servaciones hechas desde 1 0 7 9 á 1 0 0 0 . En el primero, donde se representan los términos medios de las m í n i m a s alturas barométricas, se ve q u e e n i 0 7 9 la m í n i m a media anual fué de 725 mm ,UÍ> en el m e s de Enero. En 1 0 0 0 tuvo lugar la m í n i m a m e d i a con 7 5 1 m m , 5 t í en los m e s e s de Abril y Mayo. En el mm

1 8 0 1 fué la mínima m e d i a . . .

7 0 5 , 5 7 el m e s de Marzo.

1082

7 1 8 , 8 1 en Diciembre.

1085

7 1 5 , 7 5 en Enero.

1084. 1005

-•

7 1 8 , 0 0 en Marzo. 7 2 9 , 0 0 en Septiembre.

Considerados estos resultados aisladamente, debería deducirse que las mayores depresiones tienen lugar, más generalmente, en los m e ses de Enero v Marzo, apareciendo además en otros distintos m e s e s de los años á que alcanzan las observaciones que representamos. Sin embargo, cuando se considera el conjunto de lodos los años, se advierte desde luego que las depresiones medias m e n s u a l e s menores corresponden casi siempre al m e s de Marzo, y así resulta q u e la media m á s baja de todas ellas, representada por 7 2 5 ® » , 1 5 , c o r r e s ponde efectivamente á las de los m e s e s de Marzo.

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DESCRIPCIÓN

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