De los miles de kilómetros de frontera

BO Es L E T tu dio I N E de S P E Ca C I so A L 12 INFORMA FEBRERO 2006 CÚCUTA: ...Y SIGUEN LLEGANDO D e los miles de kilómetros de frontera terr
Author:  Gloria Rey Moreno

0 downloads 74 Views 742KB Size

Recommend Stories


por SUMARIO: 1. LAS ZONAS DE FRONTERA LA CODEFRO LOS COMI'I'ES DE FRONTERA ARGENTINO - URUGUAYO. :
INTEGRACION FRONTERIZA por FERNANDO URIOSTE SUMARIO: 1. LAS ZONAS DE FRONTERA. - 2. LA CODEFRO. - 3. LOS COMI'I'ES DE FRONTERA ARGENTINO - URUGUAY

ARCOS DE LA FRONTERA,
CUADERNO DE TRABAJO ARCOS DE LA FRONTERA, del 6 al 9 de abril de 2014 IX ENCUENTRO DE ALUMNADO INVESTIGADOR, ARCOS DE LA FRONTERA 2014. COORDINACI

Story Transcript

BO Es L E T tu dio I N E de S P E Ca C I so A L 12

INFORMA

FEBRERO 2006

CÚCUTA: ...Y SIGUEN LLEGANDO

D

e los miles de kilómetros de frontera terrestre y marítima que tiene Colombia, sin duda alguna la ciudad de Cúcuta representa el paso más transitado por nacionales y extranjeros: es nuestra frontera más viva. Las ciudades al otro lado de la frontera, San Antonio y Ureña, son la puerta para llegar a San Cristóbal, la capital del Estado Táchira, cuya población está conformada por miles de colombianos y sus descendientes.

ISSN 1692-8210 - TARIFA POSTALREDUCIDA NO. 27. VENCE DIC. 2006

Definir a Cúcuta con la terminología social de “frontera viva” parece casi una ironía: ¿Frontera viva o frontera de muerte? ¿Frontera de paso a la esperanza o punto de decepción? Durante los años ’70 y ’80 Cúcuta fue el lugar de recepción de miles de colombianos y otros emigrantes de suramérica que venían deportados desde Venezuela por encontrarse en forma irregular en ese país. La Iglesia Católica de Cúcuta enfrentó ese problema creando el Centro de Migraciones, en el barrio Pescadero, como lugar de acogida al que los funcionarios del DAS remitía las personas que la Guardia Nacional venezolana transportaba en autobuses hasta el puente internacional Simón Bolívar. En esa casa, que ofrecía comida, cama, ropa, agua para una buena ducha, chequeo médico, comunicación con los familiares y asistencia espiritual, ellos podían hospedarse por dos o tres días, hasta encontrar una solución a su situación: regresar a sus hogares o emprender nuevamente el camino hacia Venezuela. Desde 1968 hasta 1992 pasaron por el Centro 85.085 colombianos (de los cuales el 15%

estaba conformado por mujeres) y 4.226 extranjeros. Se calcula que esta cantidad fue únicamente la tercera parte de los «deportados» por Cúcuta, mientras que otros 12.482 deportados pasaron entre 1982 y 1993 por el Centro Católico de Migraciones de Maicao. Hoy el Centro de Migraciones se ha transformado en puerto de acogida para algunas personas y familias que llegan a la ciudad en situación de desplazamiento. Por ser un lugar notorio, fácil de localizar, abierto a todos, son pocas las familias que buscan hospedaje allí: la gran mayoría prefiere camuflarse entre los pobladores de los extensos barrios periféricos, crecidos con el tiempo por medio de periódicas invasiones de terrenos baldíos. Con el pa-

sar de los años se ha venido creando otra Cúcuta en la periferia de ciudad: la Cúcuta de las colinas, la Cúcuta más allá de Atalaya, oculta y silenciosa bajo el verde follaje que esconde los ranchos de madera con sus techos de zinc, habitaciones precarias de familias numerosas, sin servicios de agua y con vías de comunicación polvorientas o que se transforman en lodazales en la época de lluvias. A esta Cúcuta informal, casi desconocida por la Cúcuta comercial del casco central, que a su vez está afectada por una profunda crisis económica, han llegado por años miles de migrantes regresados de Venezuela no como deportados, sino como desempleados. A esta Cúcuta se han añadido miles de desplazados,

2

RUT Informa

CONFERENCIA EPISCOPAL DE COLOMBIA Secretariado Nacional Pastoral Social Director Mons. Héctor Fabio Henao Gaviria Sección de Movilidad Humana Coordinador P. Maurizio Pontín c.s. Obispos Asesores Mons. Nel H. Beltrán Santamaría Mons. Francisco Javier Múnera Correa

que a diario se encaminan hacia el centro de la otra Cúcuta con la esperanza de conseguir unas horas de trabajo, que les permitan soñar que puede haber un mañana, simplemente un mañana para ellos y sus hijos. Desde la mirada de la movilidad, Cúcuta se ha transformado en un auténtico lugar de paso: del norte y del occidente llegan las víctimas del desplazamiento del Catatumbo y de la costa caribe; por el este y el sur salen los que buscan refugio en Venezuela o una luz de esperanza en las ciudades del interior del país. Y toda ciudad que vive en constante movimiento

corre el riesgo de perder su propia identidad: no logra impulsar el arraigo social y cultural y al mismo tiempo está esparciendo por el país y fuera de él miles de desarraigados. En estas condiciones se dificulta la labor social y pastoral de la Iglesia, de los organismos públicos y de las organizaciones de la sociedad civil para lograr una mejor integración de todos los ciudadanos.

P. Maurizio Pontin, c.s. Coordinador de Movilidad Humana.

CONTENIDO

INFORMA Editor Secretariado Nacional de Pastoral Social Director P. Maurizio Pontin, c.s. Comité de Investigación y Redacción P. Maurizio Pontin Fanny Uribe

CÚCUTA:...Y SIGUEN LLEGANDO

1

DIÓCESIS DE CÚCUTA: UNA CRISIS HUMANITARIA 1. UBICACIÓN 1.1 Norte de Santander 1.2 La Diócesis de Cúcuta 1.3 Minorías Étnicas

3 3 3 3 3

2.

UN ACERCAMIENTO A LA SITUACIÓN DE CRISIS HUMANITARIA DE LA REGIÓN

4

3.

UN ACERCAMIENTO A LA REALIDAD DE CRISIS HUMANITARIA EN LA DIÓCESIS DE CÚCUTA

5

4.

ACERCAMIENTO A LA SITUACIÓN DE CONFLICTIVIDAD ARMADA EN CÚCUTA Algunas lógicas del conflicto Los costos del conflicto

6 6 6

Estudio de Caso Eduard Arias P. Abimael Baca Vargas Liliana Maldonado P. Maurizio Pontin

4.1 4.2

Procesamiento de Datos, Gráficas y Tablas Rodrigo García Tellez

1.

Diseño y Diagramación Villamira Castro L. Impresión Editorial Kimpres

Informes Cra. 47 No. 84-85, A.A. 59206 Tels: 57-1 - 437 71 50 Fax: 57-1 - 311 50 58 Bogotá - Colombia e-mail: [email protected] www.pastoralsocialcolombia.org

UNA APUESTA DE LA DIÓCESIS: RECONSTRUCCIÓN DEL TEJIDO SOCIAL

2.

Caracterización del desplazamiento en el Departamento de Norte de Santander Caracterización del desplazamiento en la ciudad de Cúcuta

9 11 14 20

NOTICIAS DE FRONTERA

¿POR QUÉ RUT? RUT no es una sigla que tenga un significado especial, como si fuera de algún registro unitario de desplazados. El nombre de nuestro "Sistema de Información sobre el Desplazamiento Forzado por la Violencia" y su Boletín Informativo es tomado del personaje bíblico descrito en un libro del Antiguo Testamento, que lleva por título “RUT." Rut es una mujer viuda, que decide acompañar a su suegra Noemí y le dice: “No insistas en que te deje y me separe de ti, porque donde tú vayas, yo iré; donde tú habites, yo habitaré. Tu pueblo será mi pueblo y tu Dios será mi Dios” (Rut, 1, 16). De la misma manera la Iglesia Católica, con diferentes medios y formas,quiere acompañar a los desplazados y desplazadas de Colombia, compartir sus tribulaciones y sus angustias, pero también sus sueños y esperanzas.

RUT Informa

3

DIÓCESIS DE CÚCUTA: UNA CRISIS HUMANITARIA “LA PAZ ES UN DON DE DIOS Y UN ESFUERZO DE TODOS”

1. UBICACIÓN

DEPARTAMENTO DE NORTE DE SANTANDER

1.1 NORTE DE SANTANDER En la zona Nororiental de Colombia se encuentra localizado el departamento Norte de Santander, en límites directos con Venezuela. El departamento es rico en yacimientos de petróleo y minerales; además tiene un gran potencial agrario con un entorno natural rodeado de historia en cada uno de sus municipios. Su capital es San José de Cúcuta, que posee un valioso patrimonio histórico que se remonta a 267 años con su fundadora Juana Rangel de Cuellar. Superficie Km2 Población (personas) Indígenas (personas) PIB (millones de pesos, 2000)

21.658 1.435.237 14.331 3.212.949

Índice NBI (%)

41,4

1.2 LA DIOCESIS DE CÚCUTA En esta cálida ciudad del sol, está ubicada la sede de la Diócesis de Cúcuta, que fue fundada el 29 de Mayo de 1956, desmembrándola de la arquidiócesis de Nueva Pamplona. Territorialmente cuanta con 4 Vicarías: tres en la zona urbana (San José, San Pío X, San Luis) y una rural (San Rafael). La Diócesis de Cúcuta le hace una apuesta desde su misión a la reconstrucción del tejido social por medio de la vivencia, en comunidades de vecinos en las parroquias, de los valores de la vida, el respeto, el perdón, la reconciliación, la justicia social, la verdad, proyectados hacia la construcción de procesos de participación activa, formación y organización comunitaria en armonía con el medio ambiente.

1.3 MINORÍAS ÉTNICAS Aunque la población en su mayoría es mestiza y blanca, en el Departamento se encuentra la etnia Motilón Barí, organizada en bohíos, y cuya principal actividad es la agricultura. La Fundación Hemera refiere que el pueblo Barí es de origen venezolano y la ma-

yoría de sus asentamientos se encuentran cerca al Río Catatumbo, en el norte del Departamento. Este grupo étnico perdió la mayoría de su territorio como consecuencia de la explotación petrolera ocurrida a principios del siglo XX. Los indígenas en el Catatumbo habitan en dos resguardos que ocupan 83.000 hectáreas: el Mo-

4

RUT Informa

tilón Barí (municipios de El Carmen y Convención), con 2.739 habitantes, según proyecciones del DANE del año 2000; y el resguardo Gabarra Catalau (municipios de Tibú y Teorema) con un total de 379 habitantes.1

2. UN ACERCAMIENTO A LA SITUACIÓN DE CRISIS HUMANITARIA DE LA REGION2 En el departamento de Norte de Santander han tenido presencia e incidencia durante las últimas décadas de distintos movimientos sociales de protesta, en los cuales ha participado una importante base popular. Se encuentran registros de acciones sindicales, exigencias de pobladores de los municipios, movimientos de campesinos indígenas, de maestros y de estudiantes. En particular sobresalen los sindicatos, la ANUC, determinadas juntas de acción comunal, organizaciones sociales, cooperativas y movimientos eclesiales de base, entre otros. Durante los años ochenta y noventa se presentaron los llamados “paros cívicos” en los municipios.

campesinos, obreros y empleados e indígenas. Este es el punto neurálgico del impacto de la guerra interna en los actores sociales: el asesinato selectivo de dirigentes y miembros de las bases debilita o destruye las organizaciones y cercena severamente su autonomía. En Norte de Santander existe antigua presencia guerrillera, pero sólo a partir de los años ochenta adquirió inten-

sidad el conflicto armado. Además del interés estratégico de lograr incidencia política y fortaleza militar en la región, las organizaciones insurgentes consideraron importante la ubicación geoestratégica de la zona. Consiguieron relacionarse con un campesinado que, ante las condiciones de miseria, fue receptivo al mensaje social reivindicativo. Después, aprovecharon progresivamente las posibilidades económicas y fronterizas de la región.

PANORÁMICA DEL CONFLICTO ARMADO EN EL DEPARTAMENTO DE NORTE DE SANTANDER

Al igual, en el Norte de Santander, en las regiones caracterizadas por alta conflictividad social, se presentaron expresiones combinadas de luchas campesinas, urbanas y regionales. Desde finales de los ochenta y durante la década de los noventa se fortaleció en los movimientos sociales la importancia de las reivindicaciones políticas y culturales, lo cual denota una clara tendencia hacia una mayor politización. Las estadísticas recientes sobre violación de los derechos humanos y el DIH muestran que las principales víctimas, por sectores sociales, son en su orden: 1 2

Sala de Situación Humanitaria de Naciones Unidas – Colombia. Página Web. Estudio sobre los derechos humanos en la ciudad de San José de Cúcuta, en el contexto de la violencia y el conflicto armado registrado en el Norte de Santander 2001-2003. Convenio de ejecución Fundación Progresar - Fundación Cultura Democrática.

RUT Informa

La ubicación geográfica del departamento permitió a las guerrillas mantener retaguardias en las partes altas del departamento, realizar un despliegue permanente a través de las selvas del Catatumbo y consolidar corredores hacia la Sierra Nevada, el Magdalena Medio, la frontera con Venezuela, la Costa Atlántica y los departamentos de Santander, Boyacá y Arauca, en este caso a través del Sarare.

bando y el robo de gasolina; así como el hurto de vehículos y la existencia de sectores delincuenciales organizados, que con frecuencia sirven a uno u otro actor. En términos del conflicto armado a finales de los años noventa se intensificaron las hostilidades militares, con hechos como las tomas guerrilleras a las poblaciones, las acciones guerrilleras en Cúcuta, los enfrentamientos entre la fuerza pública y las guerrillas

5

problemática de crisis humanitaria se acentúa en: una economía dependiente, el contrabando (mafias), el narcotráfico, violaciones de los DDHH y DIH, corrupción e impunidad, lo heterogéneo del conflicto armado y sus dinámicas bélicas, la escasa claridad en las políticas de frontera y la deficiencia en las propuestas educativas. La frontera colombo-venezolana ha estado caracterizada por una activa relación comercial que llegó a su pun-

La dinámica del conflicto armado en Norte de Santander es alta y registra ascenso durante los últimos años. Entre 1987 y 1995 el conflicto en el departamento ocupa el tercer lugar nacional en intensidad, sólo superado por Antioquia y Santander. Entre 1998 y 2001 Norte de Santander aparece como el cuarto departamento con mayor actividad guerrillera. En el Norte de Santander es notoria la elevada participación del ELN en las hostilidades, frente a la actuación bastante marginal de las FARC y el EPL. Las acciones más recurrentes son los sabotajes dirigidos particularmente por el ELN contra la infraestructura de transporte de petróleo. Con la ofensiva paramilitar, desarrollada en el año 1999, Cúcuta y el departamento sufrieron la más violenta estrategia de asesinatos colectivos, de desplazamiento forzoso e intimidación, sin distingo de edad, sexo o profesión, clase social, militancia política o religiosa. De manera general, los costos sociales y humanos ocasionados por la guerra se interrelacionan en esta región con el alto nivel de violencia social existente, con la multiplicidad de actores armados, los cultivos ilícitos, las redes de narcotraficantes, el contra-

en las áreas rurales y la disputa territorial ocasionada por la incursión de los grupos paramilitares en el departamento.

3. UN ACERCAMIENTO A LA REALIDAD DE CRISIS HUMANITARIA EN LA DIÓCESIS DE CÚCUTA La ciudad de Cúcuta, con su área metropolitana de Los Patios, Villa del Rosario y El Zulia, vive una de las problemáticas sociales más seria del territorio colombiano. En esta región su

to máximo en 1997 con 2.500 millones de dólares. Cúcuta es catalogada como el principal puerto terrestre de Suramérica y cuenta con unos lazos de integración económicos y socioculturales históricos, sin precedentes en este lado del continente. De hecho, la principal fuente de ingresos en Cúcuta es el comercio informal con Venezuela. Esta economía dependiente es favorecida o afectada por la fluctuación de la moneda venezolana, que genera actualmente un subempleo del 44 % y un desempleo del 16 %. A esto se le une que, a raíz de su dependen-

6

RUT Informa

cia, la ciudad de Cúcuta ha sufrido directamente, desde hace treinta años, las consecuencias de la problemática social, política y económica de Venezuela. Como resultado de esta problemática el comercio redujo sus ingresos en un 70% y se cerraron en el año 2004 más de 50 locales comerciales en el centro de la ciudad y fueron despedidas para este mismo año más de 500 personas.

En el año 2003 los asesinatos sumaron a 1.800 personas; en el 2004 fueron 980; para el año 2005 se han registrado más de 900 asesinatos selectivos. Existen masacres, reclutamientos, amenazas, condicionamiento acerca de la forma de vestir y la restricción de alimentos. Los actores armados han reclutado jóvenes para la vigilancia en los vecindarios.

La cultura de la ilegalidad y el contrabando ha desencadenado grandes desordenes públicos y enfrentamientos entre los grupos al margen de la ley, la comunidad y el estado. Se calcula que existen más de 12 mafias que dominan la zona: el contrabando de la gasolina, de las armas, los traficantes de droga, el tráfico de personas, víveres, cerveza, repuestos para vehículos, entre otros.

4. ACERCAMIENTO A LA SITUACIÓN DE CONFLICTIVIDAD ARMADA EN CÚCUTA 4.1 ALGUNAS LÓGICAS DEL CONFLICTO

En primer lugar, la militarización: La ciudad se convirtió en un territorio de guerra. Desde hace años en un sector de la ciudad no podía entrar el ejerJunto a estos graves problemas se su- cito. Los que eran policías y vivían allí, man el narcotráfico y el lavado de di- se ponían un traje deportivo y en su nero, que han incidido fuertemente en bolsa el uniforme, para cambiarse en la economía de la ciuel centro de la ciudad. dad. También los gruEl Estado también ha pos armados al mar“Esto es mucha contribuido con la miligen de la ley se disinjusticia porque son tarización en la ciudad putan desde los años especialmente en los personas inocentes ochenta este territolas que mueren, que barrios rio, sus tierras y acno debemos nada a cesos y caminos hacia La siguiente lógica es el nadie, a nada le la frontera, generanrentismo: el negocio estamos haciendo do el desplazamiento de la guerra. En la renada. Ellos vienen y de más de 50.000 pergión y en el país la guehacen masacres. A sonas a la ciudad. Se rra no se terminará hasellos no les importa dan en la ciudad granta que deje de ser un nada, vienen y los des violaciones de los negocio. El grupo que dejan tirados como derechos humano y el está dominando el terriderecho internaciounos perros; a ellos torio es el que cobra las nal humanitario, imno les importa vacunas; se dice: “Los punidad y corrupción, acabar con la amenazamos para que asesinato de lideres, gente”. den”. actores armados inTestimonio de víctima de sertados en el escela violencia en Norte de Otra lógica es el terror: nario político. Santander. Con las muertes selec-

“Soy víctima porque en ese han muerto mis hijos porque los mataron. ¡Son mis hijos! ¡Tengo miedo! Él era vicepresidente de la Junta. A él lo desplazaron y a todos los desplazaron a Bogotá y ellos no conocían por allá. Nosotros lo perdimos todo en Tibú y me los mataron”. Testimonio de madre de tres hijo muertos por la violencia en Norte de Santander. tivas se crea un aleccionamiento para los demás. Les dicen: “Ustedes, que están ayudando a estos, miren lo que les puede pasar! Ya les pasó a estos y ustedes son los siguientes en la lista”. Esto crea un ambiente de terror en la ciudad. La impunidad ha generado que las personas tomen las armas para aplicar por si mismas la justicia.

4.2 LOS COSTOS DEL CONFLICTO Costos humanos: muertos, heridos, huérfanos y viudas. En el 2003 la ciudad, que cuenta aproximadamente con 900.000 habitantes en el área metropolitana, tuvo 1.864 muertos. En el año 2004 fueron 900 y para el año 2005 otros 900 muertos. Aquí se ha cambiado un poco la lógica, que a principio fue de masacres; ahora lo que hacen los actores armados es matar a uno cada día. “Las minas antipersonales, los secuestros, los costos económicos y materiales, la inversión en armamento han hecho disminuir

RUT Informa

la acción social notoriamente en nuestra ciudad y en nuestra región”. Los costos ecológicos: los químicos y alucinógenos han desatados enfermedades en la población. En Cúcuta está el hospital más grande de la región; pues, allí llegan todas las personas, de manera especial los niños, afectadas en sus pulmones o en su piel a causa de las fumigaciones y de los químicos utilizados en la producción de la droga. Los costos políticos: los espacios de participación política y democrática, también en el nivel de barrios, han sido invadidos por los grupos armados ilegales. Los costos sociales: las viudas cabezas de familias, los huérfanos, los ase-

sinatos colectivos, las masacres, el reclutamiento de jóvenes y niños, las amenazas a las personas, los condicionamientos en el vestido (hay grupos que no dejan a los jóvenes usar los “pirses” en las orejas o en la nariz o usar el cabello largo). También existen muchas organizaciones de vigilancia de los vecindarios que están infiltradas por agentes de los grupos armados ilegales. Los costos culturales: uno de los problemas más graves es el desarraigo cultural. La gente se ha arrancado de su entorno o por la violencia o por la utopía de la ciudad; llegan a la ciudad y pierden su sentido cultural. El bajo nivel educativo, porque no hay escuela y no se alcanza a cubrir la demanda escolar, el desempleo, el alcoholismo y la drogadicción aparecen como cuatro grandes problemas que

viven de una manera especial los niños y los jóvenes. Cúcuta es la principal ciudad del país con el fenómeno del SIDA. Los costos psicológicos: es difícil permanecer sano en una sociedad tan violenta. Es imposible prever las manifestaciones de agresividad en los niños y jóvenes que van creciendo en este contexto, porque no han conocido la paz y son testigos y víctimas de la violencia. Los costos espirituales: pérdida del sentido de la vida y del respeto hacia ella. Con mucha preocupación, especialmente en los jóvenes, se nota una creciente pérdida del sentido de la vida, de los ideales y de los valores éticos. Además se percibe el crecimiento de la desconfianza: la gente teme hablar, expresarse.

LA PALABRA DE LOS OBISPOS Monseñor Oscar Urbina Ortega, obispo de Cúcuta La Crisis humanitaria de la ciudad la describió, de manera sucinta, Monseñor Oscar Urbina, obispo de Cúcuta, durante la visita de la Misión exploratoria de varios representantes del Sistema de Naciones Unidas y otras organizaciones internacionales a Cúcuta. “La frontera, desde ambas partes, presenta una serie de dificultades que luego se concentran en la ciudad de Cúcuta creando un problema muy serio: el empobrecimiento de personas que tenían posibilidades económicas y fueron despojadas de ellas en el campo y tuvieron que venirse a la ciudad, buscando una utopía que sin embargo no satisfizo aquello que buscaban para sí mismos y para sus hijos. Ellos entonces tuvieron que contentarse con lo poco que pudieron encontrar: un poquito de tierra sin agua, sin energía eléctrica desde donde empezar a imaginar su nueva vida. Quisiera también aquí abrir un horizonte. A veces, cuando en los foros que se hacen en la ciudad se tratan los problemas de la frontera, inmediatamente se dice que es el

7

Catatumbo, quien nos envía todos estos desplazados. ¡No! El problema es mucho más serio; es toda la frontera, todo el eje fronterizo, inclusive desde la Guajira, pero que se agudiza en el departamento de Norte de Santander y en Arauca. Y esto también de ambas partes de la frontera, porque gran parte de las personas que aquí ya no encuentran la forma de vivir, ahora se están ubicando en Venezuela. Tenemos un grupo grandísimo de colombianos en Ureña, Venezuela, en condiciones casi peores de las que se ven en los asentamientos de la ciudad. Se trata entonces de un problema macro, que va agrandándose y que baja por esta frontera en gran parte hasta Arauca. Este es como un primer elemento para resaltar. En un segundo momento también se ven los frutos de la violencia que hemos vivido a partir del año ‘92, o sea llevamos ya 14 años de violencia muy grande. Esta es la única parte de la nación donde tenemos los cuatros grupos irregulares, además de las fuerzas del Estado, pues están los tres grupos del ELN, EPL y las FARC y todo este grupo inmenso de Autodefensas, que ha llegado a

8

RUT Informa

toda esta parte de la frontera, especialmente desde el año 92. Tenemos también otro problema muy serio: por ser zona de frontera se va tejiendo alrededor de las dos partes, la colombiana y la venezolana, los problemas de impunidad por ejemplo, que hace que la violencia se dispare en unas proporciones mayores que en cualquier otra parte del país. Hay otros elementos que entran a formar parte de este problema, como el hambre, las familias, los ancianos, la gente que perdió los empleos. La ciudad a perdido la posibilidad de ser una gran ciudad y se convirtió en una ciudad de pequeño mercado, en una ciudad comercial, pero de pequeños comercios; y eso ha estado al vaivén de la fluctuación del valor de la moneda de los dos países. Cuando la moneda de Venezuela fue fuerte, hasta el año 83, hubo un bum económico, que hizo que la ciudad se desarrollara, que muchísima gente del interior del país se desplazara hasta acá buscando oportunidades. Esto hizo que ahora encontremos un tejido social como una colcha de retazos de personas de diferentes partes del país. En el año 1983 vino la primera caída del 50% de la moneda venezolana y en 1992 viene una segunda caída, hasta que en el 2002 viene una tercera caída, donde el bolívar venezolano pasa por debajo del peso colombiano. Esto ha hecho que el comercio no fuera ya una oportunidad de subsistencia: la gente nuestra no estaba preparada para esos momentos de cambios sociológicos y económicos tan profundos. Otro elemento que se ve fuerte es la violencia. Sin duda que la violencia del año 2002 y 2003, en este año ha disminuido un poquito, pero de todos modos hemos tenido muchos asesinatos; en este período del 2005 ya llevamos casi 700 asesinatos en el área metropolitana, porcentaje que es muy alto para la ciudad que tiene de 900 mil a un millón de habitantes. Entonces es muy grande todavía la proporción generada por muchos elementos que están en juego, y resumiendo podemos ver que los factores grandes de crisis humanitaria son el hambre y el problema de desempleo. Que aunque la Iglesia, también ayudada por medio de los programas de capacitación, se encuentra un cuello de botella y es que prepara a las personas y hay mucha gente capacitada y se podría crear micro empresas pero mientras no hablemos de mercadeo es caer otra vez en otra utopía, esta crisis humanitaria toca más esta línea,

porque la falta de productividad repercute en la vivienda. Para finalizar la salud, el presupuesto que el gobierno tiente que aportar para el subsidio de toda esta población que es el 70% que esta en estrato 1 y 2 que tiene acceso al Sisben, no lo han pagado; la educación todavía en el Departamento tenemos casi 40.000 niño y jóvenes que no están en el sistema escolar. Monseñor Camilo Fernando Castrellón Pizano, obispo de Tibú Monseñor Camilo Castrellón, obispo de Tibú, respalda lo expuesto anteriormente por Mons. Oscar Urbina, haciendo particular referencia al Catatumbo, resumiendo la problemática en los siguientes tres puntos: · El problema del hambre es uno de los problemas más graves. Pueden hacerse todos los discursos habidos y por haber, pero ¡hable usted teniendo hambre! Hable Ud. de todo lo que quiera y una persona llega y le dice: “tengo hambre”; a usted se le acaba la razón. Eso es un problema gravísimo: en nuestro pueblo hay hambre. Ahorita, con todas esta dificultades y con todas estas cosas que están pasando, el problema se agudiza. · El problema del trabajo. Hay necesidad de fuentes de trabajo y de proyectos productivos, pero con mercadeo. Si no, eso también es tiempo perdido. Por ejemplo: yo trabajo con un grupito de personas desplazadas que viene, se entusiasma, hacemos un curso con el apoyo de 4 ó 5 instituciones, aprende todo lo habido y por haber y le sale la camisita a 7.000 pesos; piensa venderla a 10.000 después de haber hecho todo el análisis que le enseñaron de manejo de finanzas; y cuando la va a vender en el mercado se encuentra con otra mercancía llegada de contrabando a 3.500 pesos. · El problema de la seguridad es gravísimo, pues la vida en el Catatumbo lamentablemente para muchos no vale nada. El derecho a la preservación de la vida origina la necesidad del desplazamiento forzado. El problema de los desplazados no reviste toda su gravedad cuando se desplazan, aunque es desolador abandonar y dejar todo; el problema de los desplazados se agrava cuando todos les cerramos las puertas y ellos no se pueden ubicar. Mientras sale de su hogar se llora, se sufre, se le acompaña 3 meses, 8 meses, lo que sea; pero después se le cierran las puertas y una persona que ha estado en el campo, un campesino que no sabe de ciudad, es muy difícil que se ubique. Yo creo que este es un momento muy difícil, pero que si lo trabajamos con el pueblo, con nuestras comunidades, es un momento de muchas posibilidades.

RUT Informa

9

UNA APUESTA DE LA DIÓCESIS: RECONSTRUCCIÓN DEL TEJIDO SOCIAL

E

n la Diócesis de Cúcuta le apostamos a la reconstrucción del tejido social desde el Plan Global Diócesano de Nueva Evangelización y Caritas Diocesana - COSPAS (Corporación de Servicio Pastoral Social). Este trabajo se desarrolla con el apoyo del Secretariado Nacional de Pastoral Social desde la Palabra de Dios, la Doctrina Social de la Iglesia y la lectura de los signos de los tiempo. Creemos que sólo podremos alcanzar un verdadero proceso de paz y de reconstrucción del tejido social desde la Reconciliación. Una Reconciliación fundada en cinco pilares fundamentales: la Verdad, la Libertad, la Justicia social, la Misericordia y una Cultura de Paz, con procesos de Economía Solidaria, Construcción de lo Público, Espiritualidad Comunitaria. En la Iglesia Diocesana de Cúcuta y Caritas Diocesana –COSPAS- consolidamos esta apuesta de reconstrucción del tejido social en la creación, consolidación y organización de comunidades eclesiales de base participativas, formadas y generadoras de proyectos de vida comunitarios, que a su vez están fortalecidos y orientados por los equipos parroquiales de animación pastoral (COPPAS) y los programas de Movilidad Humana y el Tevere.

Además de los anterior, la Corporación de Servicio Pastoral Social de la Diócesis de Cúcuta realiza esfuerzos de incidencia y cooperación con entida-

des gubernamentales, no gubernamentales e internacionales para contribuir al mejoramiento de la calidad nutricional de los más necesitados, en especial niños, niñas y adultos mayores, víctimas del desplazamiento forzado y vulnerables, con programas y proyectos de economía solidaria, nuevos proyectos de vida personal y comunitarios y proyectos productivos.

Programa de Seguridad Alimentaria de COSPAS: Banco Diócesano de Alimentos. Incidencia y Cooperación con almacenes Éxito, FENSA COCA-COLA, Acción Social ( ex Red de Solidaridad Social), Almacenes LEY, Cerámica Italia, PMA, ICBF y el SNPS (Secretariado Nacional de Pastoral Social) para la atención so-

Granja integral COSPAS: El Objetivo primordial de la granja es el mejoramiento de la calidad nutricional de los niños, niñas y adultos mayores más necesitados mediante la producción escalonada y limpia de productos agrícolas. En esta granja se han atendido y acompañado técnica, humana y religiosamente a más de 20 familias en problemática de desplazamiento con procesos de empoderamiento sicosocial, en valores y en cooperativismo solidario. Formación a víctimas del desplazamiento: 1.000 horas de capacitación técnica y de acompañamiento sicosocial a 250 personas víctimas del desplazamiento forzado en cinco áreas: marroquinería, panadería, mecánica, cerámica, refrigeración. Fondos Rotatorios: 300 familias beneficiarias con programas de desarrollo sostenible. Se ha impulsado este programa en los barrios más necesitados de la zonas más vulnerables de Cúcuta por medio de pollos de engorde, cría de conejos y de gallinas ponedoras.

lidaria y contribuir al mejoramiento de la calidad nutricional de más de 35 instituciones, entre ellas asociaciones de desplazados, fundaciones, hogares infantiles, hogares de ancianos, parroquias, comunidades religiosas, sopas sabrosas, misión Catalaura, Fundeco, comedores infantiles.

Comedores infantiles: 6.000 niños y niñas entres 4 y 14 años en 41 comedores con el apoyo de ICBF, PMA, FUDOC y alcaldías de Los Patios, Cúcuta y Villa del Rosario. Sopas Sabrosas: Comedores en donde se atiende a más de 800 adultos mayores de las zonas más vulnerables de la ciudad y el área metropolitana.

10

RUT Informa

PERFIL PSICOLÓGICO DE LAS PERSONAS QUE HABITAN NUESTROS CAMPOS EN ZONAS DE CONFLICTO Padre Javier Rojas (Párroco de El Zulia)

P

or lo general, los habitantes de nuestras zonas rurales son persona con muy baja autoestima, que se autocastigan con trabajo forzado, no protegiéndose en su trabajo; son personas con perfil de resignados a lo que les toca vivir, deprimidas, desesperanzadas, con altos

niveles de ansiedad, con una variedad de quejas somáticas. Esto lo experimenta uno cuando el médico le dice: “Padre, le mando dos jóvenes que cada 15 días vienen y yo no les encuentro nada. Hágales una oración”. Pero uno ya llega a entender que es toda la problemática de la realidad de violencia que viven a su alrededor y son dolores que no van a cesar hasta que no se les haga una muy buena intervención psicológica. El campesino tiene una gran desconfianza, un gran temor, es muy desconfiado; ya no es el campesino de antes, porque la misma violencia ha deteriorado su pensamiento, su sentir. Se nota gran irritabilidad en los campesinos y esto causa una gran violencia doméstica en sus hogares. Además se nota una gran pérdida de autovaloración: las personas de estas zonas no se valoran, no valoran su vida. Les dicen: “Tienen que irse”. Contestan: “No. Yo no me voy”. Se insiste: “Pero tienen que irse, es algo inminente”. Insisten: “...pero que más...” Es preocupante que muchachos de 25 años, de 18, le digan: “Pues, al fin y al cabo, si me matan, yo ya viví lo suficiente” Eso es algo totalmente ilógico, que atenta contra el valor de la vida y la salud mental de cada uno de ellos. Hay una incredulidad, no creen en las medidas gubernamentales, ya no creen en las reuniones, en las alianzas, porque eso realmente en ellos no ha causado nada. Para ellos sigue el conflicto, sigue la desesperación, sigue el “hoy agarrar una olla y salir corriendo porque vienen los otros y parar en un lado y de ahí salir corriendo porque llegaron los otros”. Así vive la gente de nuestros campos. Nuestros pueblos rurales son tanto expulsores como receptores de la población de su zona, como también receptores de población de otros ambientes más hostiles, come el Catatumbo, Orú, Pacelli; esa gente llega a veces a El Zulia, Sardinata, San Cayetano. Para culminar el perfil psicológico del campesino en zonas de conflicto se puede afirmar que es muy pesimista: el campesino cree que eso no se va a solucionar nunca. El desplazado es muy pesimista: no es fácil sacarlo de ese trauma del desplazamiento.

ver segunda parte

Get in touch

Social

© Copyright 2013 - 2024 MYDOKUMENT.COM - All rights reserved.