DESARROLLO LOCAL DESDE EL ARTE POPULAR: LA EXPERIENCIA DE LA CASA DE LAS ARTESANÍAS DE OAXACA 1

DESARROLLO LOCAL DESDE EL ARTE POPULAR: LA EXPERIENCIA DE LA CASA DE LAS ARTESANÍAS DE OAXACA 1 Edgardo Villanueva Cuevas 2 Muy buenas tardes. Soy ori

0 downloads 102 Views 2MB Size

Story Transcript

DESARROLLO LOCAL DESDE EL ARTE POPULAR: LA EXPERIENCIA DE LA CASA DE LAS ARTESANÍAS DE OAXACA 1 Edgardo Villanueva Cuevas 2 Muy buenas tardes. Soy originario del estado de Oaxaca y provengo de una comunidad a cinco kilómetros de la ciudad, en donde desafortunadamente no tenemos ningún oficio, [anteriormente] había producción de carrizo para la elaboración de cestos, y ya no se hablan las lenguas nativas. Aun con todos estos elementos en contra, el municipio de San Sebastián Tutla tiene el reconocimiento por la unesco como el tercer municipio con mayor calidad de vida de la República. Es un municipio que no genera basura, que cuida sus plantas y sus árboles, que tiene toda la educación posible, desde el preescolar hasta nivel [profesional], casas de cultura, bandas de música y todo esto debido a los usos y costumbres que se han preservado. Afortunadamente hay los sistemas de cargos, el tequio, la Guelaguetza, el trueque, la mano vuelta, que son sistemas de organización comunitarias que se han conservado, han prevalecido y se han fortalecido. Yo nazco en esta comunidad sin una identidad muy clara, sin un oficio familiar definido por la comunidad sino por la familia, que son los textiles; y [con] el reconocimiento a la gente que nos antecede a este trabajo artesanal porque son los hombres y las mujeres que hoy tienen entre 75 y 80 años, que enfrentan el plástico y que como artesanos siempre tienen que preguntarse: ¿qué es lo que sigue para la artesanía y el arte popular? Y encuentran y logran este cambio entre todos los objetos utilitarios, y los convierten en objetos con valor estético y que llevan un enfoque distinto que es la decoración y toda esta carga simbólica que logran impregnarse a los objetos y que hoy conocemos como artesanía y arte popular. El reto hoy de estas generaciones con las cuales yo trabajo es exactamente lo contrario. Llevar de este punto del arte-objeto estético con fines decorativos, otra vez a devolverle este carácter utilitario y de uso cotidiano, como la camisa que traigo hoy; y decir: estos objetos pueden ser usados, [tienen] un valor simbólico, una identidad muy clara, muy específica y nos pueden permitir vivir adecuadamente. En este desarrollo, la familia, con gran esfuerzo, manda a los hijos a la universidad con el propósito de que dejen de ser lo que son para que tengan una mejor calidad y un mejor nivel de vida. Te vuelven abogado, arquitecto, contador, lo que sea, con tal de que no continúes esta línea de pobreza, de marginación, de exclusión. Sin darse cuenta que hay ahí una gran contradicción, porque por una parte te mandan a la universidad y cuando llegas a casa te mandan quitar los zapatos, la ropita para que no se acabe, y te vuelven a poner los huaraches, te vuelven a poner todo para que te metas al trabajo comunitario otra vez, hacer los servicios de cargo, hacerla de topil, de mandadero, empezar a hacer trabajo en la institución municipal como coordinadores de los comités de luz y de agua potable. Y sin darse cuenta te van metiendo en las dos esferas de la vida y del quehacer en las comunidades y las ciudades. Entonces yo me voy a la universidad, estudio arquitectura y a unos pocos meses de casado me encuentro con que no hay trabajo, que no hay forma de desarrollar la arquitectura porque aparte el contacto que tiene uno como una primera generación de profesionistas es que no conoces a nadie; tu madre es costurera, artesana, tu padre es mecánico y eso de la arquitectura requiere de otros elementos que no los tienes al alcance. Entonces me encuentro en una situación en la que un día mi madre dice: —Te veo preocupado, ¿qué problema tienes? —No tengo

Ponencia presentada en el marco del Coloquio México-Chile. Experiencias de registro y salvaguardia del Patrimonio Cultural Inmaterial. Arquitecto con la tesis profesional de “Centro de Desarrollo de Arte Popular para el Estado de Oaxaca”. Es fundador de la Casa de Artesanías de Oaxaca y se dedica a la producción de textiles bordados a mano como oficio familiar. 1 2

DESARROLLO LOCAL DESDE EL ARTE POPULAR: LA EXPERIENCIA DE LA CASA DE LAS ARTESANÍAS DE OAXACA Edgardo Villanueva Cuevas dinero, estoy recién casado, tengo una familia a la que alimentar —y me dice—: —Pues porque eres pendejo estás sufriendo, pero tienes un oficio—. Volteo a ver el oficio y ahí sí éramos maestros. Nos damos cuenta de que ahí sí había una gran carga cultural, mucho conocimiento, muchas relaciones y un gran potencial; el reto era juntar este conocimiento académico con la parte del oficio, de la tradición, de las costumbres y recuperar todo eso. En este esfuerzo tenía contacto con varias de las generaciones de artesanos y artistas populares de Oaxaca; que entre otras cosas, es el estado con mayor riqueza cultural y diversidad en la República y yo diría que de América Latina. Oaxaca solamente comparado con una región en China y en la India, son los lugares de mayor concentración de riqueza cultural y de diversidad biológica, étnica y cultural; darse cuenta de eso abre una posibilidad. Coincidimos con muchos maestros del arte popular, grandes maestros, premios nacionales en los tianguis, en las exposiciones temporales en Oaxaca; y un día decidimos organizarnos. Nos preguntamos: ¿y qué va a pasar si el futuro gobernador nos dice que ya no hay espacios para vender?, pues se acaba todo. Entonces tomamos la decisión de reunirnos con el único propósito de saber qué queríamos hacer. Once años después me entero de que hay todos estos temas, todas estas ponencias, todo este conocimiento, que hasta la fecha no nos lo hemos cuestionado como artesanos y como artistas populares. En particular nosotros simplemente decidimos organizarnos con el único propósito de saber qué vamos a hacer; nos reunimos sesenta familias, hablo de aproximadamente 550 artesanos de todo el estado, siete grupos indígenas distintos. Haciendo plata, cerámica, textiles, seda y algodón, todas las gamas del quehacer artesanal en Oaxaca. Al poco rato decidimos fundar la Casa de las Artesanías de Oaxaca 3 recurriendo a los mismos sistemas que nos eran conocidos por todos y cada uno de los artesanos de los diferentes pueblos de donde veníamos. Y hablo del tequio, la Guelaguetza, del trueque, la mano vuelta, la gozona, que nos eran comunes; y decidimos rentar una casa. En este mismo momento ya había dejado la tesis profesional a un lado porque había otras cosas que hacer que andar pensando en la ciencia, en la tecnología, la filosofía y la investigación. En este mismo camino me titulo con [el proyecto de] un Centro de Desarrollo de Arte Popular porque me doy cuenta que no existe para el mundo indígena un sitio, un lugar, en donde puedan transmitirse los conocimientos, en donde se puedan documentar, en donde se puedan hacer de manera sistemática para transmitirlos. No estamos preparados, no somos pedagogos, no somos investigadores; solamente somos artesanos y dominamos una técnica. Habíamos olvidado que para hacer artesanía también hay trabajo simbólico, filosófico, que también hay procesos de producción y que hay sistemas de organización que nosotros no habíamos tomado en cuenta. Decidí titularme con este reto, un Centro de Desarrollo de Arte Popular, porque lo más que tenemos son mercados, necesitábamos una escuela. Me titulo con este proyecto como arquitecto, pasa el tiempo, mi hijo crece y un día me pregunta “¿y qué vas a enseñar ahí, y cómo lo vas a enseñar?” y esa era la gran pregunta. El edificio era El 31 de agosto de 2001 se inaugura la Casa de Artesanías de Oaxaca, organización constituida por los Maestros Oaxaqueños del Arte Popular, S.C. y conformada por seis grupos étnicos, 27 comunidades indígenas, 21 giros artesanales, 70 talleres familiares y 10 organizaciones de artesanos; teniendo como objetivo, mejorar y elevar la calidad de vida de sus socios, el volumen, diseño, sistemas y técnicas de producción de las piezas artesanales. Cfr. http://www.casadelasartesanias.com.mx/ 3

DESARROLLO LOCAL DESDE EL ARTE POPULAR: LA EXPERIENCIA DE LA CASA DE LAS ARTESANÍAS DE OAXACA Edgardo Villanueva Cuevas muy bonito, era muy fácil de entenderse; pero cómo transmitir el conocimiento era el gran reto. En este proceso yo le dije a él: “mira, yo creo en la oralidad, no he escrito nada, no soy pedagogo, no puedo crear un sistema para transmitir el conocimiento; yo pienso que le toca a las nuevas generaciones”. Él ahora tiene 22 años, estudia Ciencias de la Educación junto con veinte hijos de artesanos en el Instituto de Educación en Oaxaca, con el propósito de llenar ese espacio. Tenemos artesanos estudiando el doctorado en universidades francesas, haciendo la gramática de la lengua chontal e iniciamos este proceso de este gran recorrido. La Casa de las Artesanías de Oaxaca fue un paso posterior, el Centro de Desarrollo se quedó parado porque no había cómo llenarlo, y en la Casa de las Artesanías nos reunimos estas sesenta familias de artesanos. Es una Casa que alberga a siete grupos indígenas y que a la fecha es el mejor sistema de organización en el que se ha incorporado el tema económico, el dinero, que es algo que se nos vendió la idea que era del diablo y que el dinero era lo que corrompía a la personas y que no era necesario que nosotros tuviéramos acceso a él, que la idea era seguir siendo pobres porque era más fácil que pasara un camello por el ojo de una aguja a que un rico entrara al cielo. Nosotros decidimos no hacer caso a eso. Este texto que les presento aquí, es un texto con el que se inicia la idea de lo que iba a ser el Centro de Desarrollo de Arte Popular. “El arte popular y la artesanía” son, sin duda, el resultado más refinado de las culturas que nos dan origen, la diversidad cultural y la pluralidad étnica, son los grandes tesoros de nuestra actual sociedad, son estas las raíces que nos dan un rostro propio, reconocido universalmente, pues a través de él transmitimos una visión particular del mundo, así como la sensibilidad estética de nuestros pueblos. Los artistas y los maestros del arte popular, materializan el espíritu y la identidad de nuestra cultura, que permiten atraer turismo cultural y riqueza económica a nuestro estado, conocer su pasado, su vida, su filosofía y sus técnicas de producción, son los grandes retos de la sociedad contemporánea, la que se encuentra ante el gran dilema de enfrentar el mundo con identidad y cultura propia, o ser absorbidos por un mundo. Esta materialización hace posible el arte popular, que es al mismo tiempo la expresión de la cultura de un pueblo, principalmente de origen indígena, en el cual el artista, lleva a niveles de alto refinamiento, las técnicas ancestrales que su pueblo mantiene como vínculos con su pasado cultural, así como la utilización de materias primas y herramientas propias de su región particular y una filosofía de la vida propias de su cultura. El estado de Oaxaca, al reunir en una sola entidad a 16 grupos étnicos, la convierte en el más importante generador de arte popular de la República y de América Latina, con un promedio de 400 mil artesanos, artistas y maestros populares y dominar prácticamente todas las técnicas y materiales del arte popular mexicano, la hacen al mismo tiempo el estado más importante en el uso de colores, formas, diseños, materiales y procesos de producción, pero fundamentalmente su gran riqueza filosófica, simbólica y cultural, expresada tanto en oro, plata, algodón, seda, lana, maderas finas, cerámica, fibras vegetales,

DESARROLLO LOCAL DESDE EL ARTE POPULAR: LA EXPERIENCIA DE LA CASA DE LAS ARTESANÍAS DE OAXACA Edgardo Villanueva Cuevas metales, piedras preciosas, cartonería, piel, etcétera. Una de las características más importantes de los maestros del arte popular oaxaqueño es este sentido de respeto y responsabilidad con la milenaria herencia recibida a través de sus técnicas, costumbres, tradiciones y oficios en la producción de arte popular que los han llevado a difundir estos conocimientos por diferentes estados de la República y el extranjero pero fundamentalmente con las nuevas generaciones de [artesanos]. Este texto nos permite darnos cuenta de la cultura y el valor de nuestras tradiciones y de que más de 400 mil artesanos en Oaxaca estamos dispersos, no hay en Oaxaca para estos 400 mil artistas un museo de arte popular, no hay un museo de arte prehispánico, no hay un museo de los textiles, no hay museo de la cerámica, no hay absolutamente nada. Darse cuenta de esto fue un golpe muy duro, porque nos dimos cuenta que el estado, que las políticas de gobierno no habían considerado, y a la fecha no han considerado, al arte popular, al mundo indígena y a sus expresiones creativas como cultura. Nos dimos cuenta que había muchas casas de cultura en Oaxaca pero que en ninguna de ellas se transmiten estos conocimientos; se enseña todo, guitarra clásica, ballet, hasta plastilina, pero no arte popular. Entonces la pregunta era fundamental, ¿cuántos gobiernos ha habido que les interese el arte popular y el mundo indígena?, y la respuesta era: ninguno. La siguiente pregunta era ¿a cuántos gobiernos creen ustedes que les puede interesar esto?, y la respuesta era: a ninguno. Y la otra pregunta, ¿y a quién le corresponde esa tarea?, y la respuesta era muy sencilla: a nosotros. Era a nosotros a quienes nos interesaba hacer ese trabajo, y entonces tomamos el reto. Tomamos el reto y empezamos a organizarnos, empezamos a trabajar; y al final de cuentas, once años después, estamos en el mismo punto porque estamos apenas empezando a abrirnos, empezando a conocer otras esferas del conocimiento que no es nada más el arte popular y la artesanía, vinculándonos con artistas, diseñadores, artistas gráficos, pintores, poetas, escultores en Oaxaca y estamos hoy ya definiendo hacia dónde queremos ir. Pero pasaron once años.

La Casa de las Artesanías de Oaxaca Empezamos la presentación con un símbolo que es milenario, o es una serpiente con dos cabezas o es un ave con dos cabezas. Tardamos once años para darnos cuenta que ese ícono y ese símbolo que había estado ahí durante miles de años en nuestras comunidades era un sistema de gobierno en donde una cabeza representa al tlatoani, al hombre sabio, al hombre humano y la parte social de un gobierno; y que la otra cabeza, cihuacoatl, la mujer serpiente, representaba la administración en la mente fría, en las cuestiones de los números y la administración. Lo entendimos porque en una ocasión en nuestras primeras pláticas tuvimos que empezar con el tema de la identidad, quiénes éramos nosotros, y lo que había comentado hace unos días cuando nos reunimos 54 familias de todo el estado y preguntamos: “¿cuántos de aquí son indígenas?”. Y la respuesta fue: nadie. Uno decía “cómo es posible que no seamos indígenas si venimos de comunidades eminentemente indígenas y hablamos la lengua, si vestimos la ropa; ¿por qué no nos reconocemos como indígenas?” Hubo que destruir este pensamiento colonial, para decir “sí somos indígenas”.

DESARROLLO LOCAL DESDE EL ARTE POPULAR: LA EXPERIENCIA DE LA CASA DE LAS ARTESANÍAS DE OAXACA Edgardo Villanueva Cuevas Nos metimos al tema de la historia y al final nos sentimos orgullosos de este pasado milenario del cual éramos herederos, y que todo este conocimiento lo teníamos vivo. Pero las primeras críticas de estas gentes que nos dan los primeros pasos en las cuestiones de la entidad era decir: “Edgardo, eres un buen organizador pero un pésimo administrador”; y cuando volteo a ver el tema de la familia, me decía Mónica, mi esposa “tú regalas más de lo que vendes, déjame a mí administrarlo”, y empieza a cobrar sentido el símbolo. Ella sí tiene esa capacidad para llevar los números, para ver las facturas, para ver la administración. A mí me tocaba la parte creativa en las cuestiones del taller y eso lo trasladamos a la organización, nos dimos cuenta de que este símbolo tenía mucho sentido. La Casa de las Artesanías es el punto de venta y de encuentro de los artesanos, y la organización es la parte social. Los artesanos seguimos siendo artesanos y la tienda trabaja para nosotros; esta es una tienda que es simplemente un espacio donde coincidimos para comercializar, vender, intercambiar nuestros conocimientos, nuestras técnicas, saber sobre nuestros procesos de producción sobre la filosofía, la iconografía, las cuestiones simbólicas y que eso hemos compartido durante once años. La sociedad fue fundada en 2001, no existe ni ha existido participación de ninguna institución, ninguna organización, de ninguna persona ajena a los artesanos. Ni en cuestiones económicas ni políticas; decidimos hacer lo que se hizo por ejemplo en Chiapas, decirle al gobierno “no te metas con nosotros, no quiero que me ayudes, no necesito de ustedes; necesitamos hacerlo solos, déjenos un espacio para hacerlo solos”, tardamos diez años. La organización es totalmente independiente pero sí cuenta con muchos amigos, gente que nos ayuda a pensar, a organizar y a hacer todo ese tipo de decisiones. Somos 54 familias de siete grupos indígenas del estado; entre los cuales hay premios nacionales, premios al mérito ciudadano, premios nacionales a la juventud, grandes maestros reconocidos por la Fundación Banamex y varias fundaciones. Son los artesanos los que decidimos y construimos nuestras políticas, nuestros reglamentos internos, nuestros sistemas de elección, los tiempos, absolutamente todo. A estos conocimientos ancestrales y milenarios de los pueblos les incorporamos un elemento nada más: la responsabilidad de cada uno de nosotros en la toma de decisiones. En el mundo indígena falta que se desarrolle esa parte, es decir, esto es lo que quiero y eso lo tengo que hacer yo y para hacerlo tengo que levantarme temprano, si voy a una fiesta no tengo que emborracharme, tengo que tomar las decisiones y las decisiones tienen una responsabilidad y la asumo. Entonces ese sentido de responsabilidad no se lo trasladamos a nadie, sino lo asumimos nosotros como parte fundamental de este crecimiento. Clarificamos el tema del tequio, el trueque, la Guelaguetza; esos sistemas que habían estado ahí, abstractos, sirviéndonos, tuvimos que clarificarlos y decir cómo los vamos a utilizar para un fin económico, la atracción de recursos económicos, y que esos recursos económicos sirvieran para fortalecer todas esas prácticas comunitarias y hacia dónde teníamos que ir. Tenemos asambleas comunitarias mensualmente y hoy tenemos varias figuras como socios fundadores, socios invitados; en esta organización hay 34 niños que nacieron ya en este sistema de trabajo comunitario. Como empresa, la Casa de las Artesanías está ubicada a dos cuadras del zócalo de la ciudad de Oaxaca, pagamos 76 mil pesos de renta mensual, casi 200 mil de gastos fijos mensuales (renta, luz, teléfono, contadores, administradores, empleados). Iniciamos operaciones con más de $5 millones de pesos, es decir, los artesanos se

DESARROLLO LOCAL DESDE EL ARTE POPULAR: LA EXPERIENCIA DE LA CASA DE LAS ARTESANÍAS DE OAXACA Edgardo Villanueva Cuevas juntan y como en este momento nos juntamos y decidimos abrir una tienda y nos dimos el lujo de abrirla con $5 millones de pesos, ¿cómo? Diciéndole a él —¿Tienes mercancía? —Sí. —¿En dónde? —En mi casa. —Tráetela a la tienda, tráetela para acá, no necesitamos que la produzcas, sácala de las cajas de huevo que están ahí y tráelas a la tienda. Tenemos nosotros una venta directa de nuestros productos, y en el lapso de once años hemos vendido más de 65 millones de pesos como tienda. Parece mucho, pero en realidad si lo dividimos en once años, en doce meses, no es la gran cosa; nos hemos dado cuenta de que no hemos alcanzado el potencial que podemos alcanzar, yo pienso que esta tienda debió de haber vendido 150 o 200 millones de pesos en un lapso de once años. La tienda tiene un incremento en el producto, el artesano lleva un producto y le incrementa el 60%, de ese 60% salen todos los recursos para pagar todo; es decir, el artesano no pone absolutamente nada de su bolsa, al artesano se le paga su producto al precio que él decide, no hay un control en el precio, no se le dice al artesano “en esto debes de ponerlo”. Ese 60% se aplica a todos, hay artesanos que venden $800 mil pesos al año como hay artesanos que venden $50 mil; y se ha demostrado que se venden todos los productos, la única condición es que tengan calidad. El turismo que nos compra busca calidad, no importa si cuesta 5 ó 200 ó 5 mil pesos, simplemente que tengan calidad. El incremento que nosotros tenemos en los productos sirve para absolutamente todo; tenemos, por ejemplo, comisiones de autenticidad que revisamos que el producto sea de Oaxaca. Ahí hubo un tema muy especial, muy interesante, porque esta comisión de artesanos que vigila que el producto sea de Oaxaca se mete en un problema; porque cuando llegan socios invitados y traen máscaras de luchadores entramos en discusión si esto es artesanía o no, si esto es algo que vale la pena tenerlo en la tienda o no. Cuando llegan los morrales de aluminio y cuando llegan los tejidos de plástico, entramos en estos debates. Hay también comisiones de beneficencia, hoy si un artesano se enferma hay un recurso para ellos; cuando alguien se muere, algún familiar, hay un recurso para apoyos. Tenemos comisión de festejos porque también hacemos buenas fiestas. Entonces esta tienda nos ha permitido saber que los conocimientos que nosotros heredamos eran suficientes para desarrollar económicamente y potenciar todo lo que nosotros estábamos haciendo. Por supuesto que tuvimos problemas muy serios como el trato entre nosotros; casi un año de jaloneos, de chismes, de cosas, que me dijo, que le dije. Empezar a trabajar todos estos temas para que al final los sigamos teniendo pero ahora los podemos resolver de una forma más sencilla y más fácil. En este proceso se separan seis compañeros de la organización —yo puedo decir de la gente más brillante—, y abren cuatro tiendas cerca de nosotros; pero esta división, como en la biología, no es para restar, si no para sumar. Hoy en Oaxaca, de las seis mejores tiendas, cinco son de organizaciones de artesanos; cuando solamente había intermediario. Las mejores tiendas de artesanías en Oaxaca son de artesanos. Tuvimos el conflicto 2006 en Oaxaca, que no sé si lo recuerden pero que nos duró casi dos años; en donde sobrevivimos al conflicto, participamos no como organización pero sí como artesanos activamente en las cuestiones sociales. Derivado de ese conflicto le debimos al estado $1,600,000.00 pesos de impuestos que no los logramos recuperar. Un millón seiscientos mil era demasiado para una organización, pero una organización que vendía en ese momento un millón doscientos mil mensuales, decíamos al final “bueno, lo pagamos en un ratito”. Pero nos dimos cuenta que cuando iniciamos el proceso para resolver este problema que nadie pagaba impuestos, nos sorprendimos

DESARROLLO LOCAL DESDE EL ARTE POPULAR: LA EXPERIENCIA DE LA CASA DE LAS ARTESANÍAS DE OAXACA Edgardo Villanueva Cuevas cuando nos dicen “¿cómo les vamos a condonar si son pagadores? Sigan pagando”, y la recomendación del estado fue: “No paguen. Les van a llegar notificaciones, cuando llegue el embargo negociamos y entonces ya les condonamos”. Pagamos ese millón seiscientos mil y a raíz de eso hoy tenemos expertos en cuestiones fiscales en la organización. Para resolver ese problema hubo que conocer el problema y resolverlo, hoy se superó ese problema. ¿Cuáles son los grandes logros de esta organización? Primero, dignificar y revalorar el arte popular y la artesanía por nosotros mismos, valorarnos nosotros. No es posible que el mundo indígena busque en otros la revaloración cuando no es él mismo quien reconoce, se respeta y está consciente de lo que es y que vive con honestidad y orgullo de ese ser. Demostramos que los sistemas de organización indígena milenarios son nuestras grandes fortalezas. Yo decía que tenemos en ese valle más de 12 mil años y es gracias a esos sistemas. Demostramos que las capacidades intelectuales de organización y de vinculación solo necesitaban ese ingrediente de responsabilidad. Otro gran logro es el compartirse los conocimientos entre nosotros. Cuando un joyero enseña a otro joyero, su técnica a su competencia, estamos ante un evento que no es fácil; sobre todo cuando el artesano —cuando le dicen gran maestro, gran artista, depositario del conocimiento milenario— se convierte en un ente egoísta que se enriquece, que ya no le interesa la sociedad, que ya no le interesa la comunidad, que espera el turismo sentado; y entonces cuando ese artesano pone una escuela y enseña su conocimiento, estamos ante un fenómeno muy importante y muy interesante, porque el conocimiento entonces se recicla. También supimos que nadie más que nosotros éramos los que sabíamos qué queríamos y hacia dónde queríamos ir, y que todo ese trabajo ha fortalecido el sistema de organización y el orgullo de nosotros mismos. Once años después de estos trabajos que estamos haciendo con los artesanos tenemos talleres, hemos traído gente de Cuba a trabajar nuevas técnicas para el trabajo en madera; [nos hemos dado] cuenta de que los compañeros que hacen alebrijes se acabaron los árboles, que había que reforestar. Había que replantear todo eso, incorporar nuevas técnicas; juntar artesanos para hacer nuevas artesanías con madera, con plata, cerámica, con cartón; hacer todo ese ejercicio de aprender a comercializar, aprender a vender, aprender a hacer muchas cosas. Nos lleva al punto, después de decir: “¿y qué, nada más va a ser una tienda?, ¿qué, nada más es suficiente con tener dinero para vivir bien, que nuestros hijos tengan la posibilidad de ir a Europa, viajar, oír jazz, oír música, oír tambores, recuperar la construcción de instrumentos musicales?” Si ese era el objetivo final decíamos “no valió la pena”, no valió la pena porque entonces nos estaríamos convirtiendo en solo comerciantes, que era lo que nosotros no queríamos. Uno de los grandes retos que tuvimos en estos procesos fue hace tres años. Llega un japonés y en una plática de media hora dijo: “quiero comprar artesanías y creo que este es el espacio donde puedo comprarlas, les dejo treinta mil dólares y regreso en media hora, voy a tomar un café y hablamos de negocios”. Era un tipo que quería 70 mil piezas de artesanía y cuando se sienta a la negociación dice: —¿Cuánto cuesta este morral de Teotitlán del Valle? —125 pesos. —Les voy a pagar 35 y quiero dos mil, y de esta otra pieza quiero quinientas, dos mil de estas, mil de estas… Nosotros estábamos queriendo vender y viene alguien que nos quiere comprar, el reto era cómo. Ante ese reto recurrimos a esa figura que yo les hablaba: la administración y la parte humana. Nos sentamos en una mesa todos los artesanos y el administrador de la tienda dijo: “Oye, maestro, es mucho dinero, mucho billete, con esto resolvemos la renta, las deudas, todo”.

DESARROLLO LOCAL DESDE EL ARTE POPULAR: LA EXPERIENCIA DE LA CASA DE LAS ARTESANÍAS DE OAXACA Edgardo Villanueva Cuevas Me toca a mí hacer el trabajo de negociación con los artesanos para decirles: “sí podemos, es un reto muy complicado pero creo que sí lo podemos sacar, sí lo podemos producir”. Porque hemos trabajado todo, técnicas — hay grandes maestros en las técnicas, pero díganles hazme cinco de estas y no van a poder, porque han descuidado sus sistemas de producción—; y ese era el gran reto: trabajar los sistemas de producción. Un artesano me dijo: “Edgardo, no podemos hacer eso porque tú no sabes cómo vivimos en nuestras comunidades”. Y yo le dije: “qué extraño porque toda mi vida he vivido en sus pueblos con ustedes, he desayunado, he comido, voy a sus fiestas, pero además conozco las mías y la única diferencia es que cuando se van a una fiesta se emborrachan y se pierden tres días; aquí el reto es ir a la fiesta y despertarse a las tres de la mañana y seguir produciendo y trabajando”. Logramos sacar esa producción, se sacan dos contenedores —que nunca se había hecho en Oaxaca— llenos de artesanías, y al final fue muy bonito dar los cheques a los artesanos que se habían comprometido. Viene un segundo pedido casi igual y ahí ya ningún artesano dijo “a ver cómo le vamos a hacer”, ya se habían dado cuenta de que sí podían hacerlo. Nosotros en este sistema, cuando el artesano decide hacer la producción, se habla con la administración: “necesito tanto dinero”, “necesito tales apoyos” y sacarlos de la parte administrativa para decirle a la sociedad “aquí está para que lo puedas empezar a trabajar”. Este tema del japonés fue un tema que demostró que los precios en la artesanía están súper inflados; que una pieza que cuesta 5 mil pesos, cuando revisas los sistemas de producción y los haces más eficientes pues el precio está por debajo del precio de venta; los márgenes de utilidad en la artesanía pueden ser muy altos si se trabajan adecuadamente. Esos fueron de los grandes retos que se superaron en la organización. A partir de la consolidación de la organización este mes abrimos dos sucursales, también en el centro histórico de la ciudad, una con la visión de solamente la promoción. Como malos vecinos, hay dos tiendas muy bonitas en Oaxaca que hacen mucha promoción, insertamos en medio de ellas una pequeña tienda para decir: “estamos tres cuadras arriba”; y otra en el zócalo de la ciudad, a 20 metros de la Catedral, que tiene otra visión, que es vender mucho producto y trasladar a esos compradores a la Casa de las Artesanías, a esos talleres. Once años después, surge otro proyecto que se llama Huizache, es un colectivo en donde el objetivo sigue siendo el mismo: la dignificación y revaloración del arte popular de los pueblos indígenas. Aquí el objetivo es reunir a los 16 pueblos originarios pero no ya nada más con su artesanía; sino con su música, su filosofía, sus danzas, todo. Están incorporados investigadores, académicos, el Instituto de Humanidades de la Universidad (uabjo), la Universidad Iberoamericana con el proyecto “Innovando la tradición”, arqueólogos, antropólogos, para así ya plantearse estos temas que se están exponiendo hoy aquí. Curiosamente, nos tardamos once años para darnos cuenta de que había que plantearse esto. En estos once años al gobierno se le han dado 17 proyectos para la integración del Plan de Desarrollo Económico de Oaxaca, se plantean nuevas rutas turísticas: la creación de las rutas de la seda, el café, el mezcal, de la muerte-arte lapidario, la redes comunitarias para la explotación de sus riquezas y su salvaguarda. Es decir, en estos once años nos dimos cuenta de que había muchas cosas que hacer pero que ya no lo podíamos hacer solos, en donde ya recurrimos a las partes institucionales y ahora sí decirle a las instituciones: “estamos en igualdad de circunstancias, somos fuertes, tenemos un antecedente que prueba que somos capaces y honestos, y ahora sí queremos vincularnos”;

DESARROLLO LOCAL DESDE EL ARTE POPULAR: LA EXPERIENCIA DE LA CASA DE LAS ARTESANÍAS DE OAXACA Edgardo Villanueva Cuevas porque cuando empezamos nos volvimos enemigos de algunos funcionarios, porque ya no tenían el control. Cuando ochenta artesanos decidieron no venderle su artesanía al Instituto de las Artesanías en Oaxaca, por supuesto que fue un conflicto muy fuerte, el director del Instituto en ese momento me dijo: “Si yo quiero —y lo dijo textualmente— le puedo romper la madre a tu organización”. Y decirle: “Sí, te lo creo. Cualquier pendejo le pega a cualquiera, le pone una bomba en la puerta y lo acaba”. De ese tamaño fue el conflicto que tuvimos con algunas instituciones porque ochenta artesanos dejaron de venderle su producto; porque al final nos dimos cuenta de que no nos beneficiaban, que éramos nosotros los que subsidiábamos a las instituciones llevándole nuestro producto y nos lo pagaban mucho tiempo después. Decíamos “Oye, nosotros te estamos financiando a ti y no tú a nosotros”. Romper todos estos esquemas fue muy difícil pero afortunadamente hoy las instituciones son nuestros grandes aliados, pero tuvimos que hacer algo: sacar la artesanía de turismo y economía y meterla a la cultura; ese fue otro gran logro y otra forma de entender que la artesanía tenía otros caminos, que no éramos objetos de venta turística. Que los artesanos no somos objetos para la foto y para la comercialización, que somos sujetos activos en las cuestiones culturales; ese fue otro gran tema a debatir y que se logró. La participación para la construcción de la ley en las cuestiones de la artesanía, somos invitados para las reflexiones de estos temas, pero por supuesto que hubo que hacer mucho trabajo. Hoy estamos en el punto de la certificación de las competencias, hoy decimos: ¿quién es Fomento Cultural Banamex para calificarnos como grandes maestros o no?, ¿quién es la Fundación Harp Helú para decir quién sí y quién no?; y decirles ¿cuáles son los criterios para calificarnos, cuáles son los elementos que tienes tú para vernos y decir quién sí y quién no? Porque esas cosas han hecho un daño terrible a las comunidades, por ejemplo, decían en Olinalá, hay dos grandes hombres, y yo decía: habrá muchos, pero sólo a dos se les ha impulsado, se les ha dado mucho o más que a otros. En Oaxaca tenemos ejemplos específicos, se nombra a una persona gran maestro y automáticamente a promocionarlo, llegan autobuses a sus casas y en dos años no solamente son las gentes más ricas, si no son las gentes que se han apropiado de la producción y a través de ella se comercializa. En diez años todos los demás de las comunidades aledañas son sus trabajadores. Esos sistemas han dañado mucho y hoy estamos diciendo: “queremos que esas cosas cambien, no nos gustan esas prácticas. Ellos no son los grandes maestros”. Esta organización que le da sustento a la Casa de las Artesanías se llama Maestros Oaxaqueños del Arte Popular; y por supuesto que no es un nombre, es una búsqueda. Queremos que todos los maquiladores de artesanías sean artesanos, que todos los artesanos sean artistas y que todos los artistas se conviertan en maestros. Porque lo que están construyendo hoy todas las instituciones son artistas, pero no maestros; y el gran reto de todo este esfuerzo es volver a construir escuela, y para tener escuela hay que tener maestros. Ese es el gran reto en el que estamos hoy parados y con el cual estamos acercándonos a las instituciones para que nos ayuden a hacer un sistema pedagógico especializado para que se transmita el conocimiento de la producción del textil. Pero no nada más en la técnica, en las cuestiones iconográficas, simbólicas, filosóficas, en los sistemas de organización, en la participación comunitaria, en la responsabilidad social; eso que lleva la artesanía y que se ha descuidado mucho, nada más se han visto los objetos. Por ahí estamos nosotros trabajando y nosotros consideramos que tal vez en cuatro o cinco años estaremos fundando por parte de la organización y las instituciones una escuela

DESARROLLO LOCAL DESDE EL ARTE POPULAR: LA EXPERIENCIA DE LA CASA DE LAS ARTESANÍAS DE OAXACA Edgardo Villanueva Cuevas de arte popular, en donde podamos hablar de todos estos temas. Empezamos hace diez años con este propósito y todavía no ponemos la primera piedra como afortunadamente lo están haciendo los compañeros mixtecos. Ese es el proyecto en el que hemos trabajado 60 familias y que hoy se integran 80 familias más del Proyecto Huizache y muchas instituciones que están trabajando con nosotros, entre las cuales hemos definido las que sí queremos que trabajen con nosotros. Yo podría decir que es un proyecto exitoso a medias porque le falta mucho por hacer, pero haber incorporado el tema económico y el dinero fue un elemento fundamental. Todo ese trabajo social —el tequio, el trueque, la mano vuelta, la gozona— también tienen repercusión en nuestra economía. Hoy los artesanos cobran si están en la costa a través de la banca electrónica, no tienen que venir a la Casa a cobrar, cobramos cada ocho días todo lo que vendemos; la tienda tiene un jefe de equipo que es socio y es quien vigila todo cómo funciona, resuelve todos los problemas, se rota cada mes, y cada seis meses se forman nuevos equipos. Había mujeres que decían: “es que yo no hablo bien español, no puedo hacerlo”, y dijimos “no, nosotros no vamos a hacer tu chamba, la tienes que hacer tú”. Al cabo de diez años, muy inteligentes, muy listos. Construir este trabajo ha sido difícil pero la verdad han pasado diez años extraordinarios. En ese espacio le hacemos la ropa a Lila Downs, Alejandra Robles, a los Martell, muchos artistas, funcionarios, políticos; que incluso nos veían como un botín político al decir: “tienes presencia en muchos pueblos…” y decirles: “Ok, vengan, pero no garantizamos que les aplaudan y se van a tener que chutar lo que les vengan a decir”. Nos hemos dado ese lujo de decir: “ven y te vamos a decir lo que tenemos que decir”. Por ejemplo, este gobernador que hoy está, es un gobernador que está empezando a trabajar pero que conoce muy bien el proyecto, y es un gobernador que dice “vamos a seguir trabajando”, porque el proyecto siguiente para abrir una tienda es en el Distrito Federal, es la Casa de Oaxaca en México; porque todo lo que se hace son tianguis y ahorita está la presencia de Oaxaca en una plaza comercial. Basta que vayan para que se den cuenta de cómo se está tratando el arte popular y la artesanía, hay cosas de todos los sitios, tendederos; es una vacilada todo lo que se está haciendo y no hay nadie que proteja todo eso. Con este gobernador ahora tenemos la comunicación más directa a partir de toda la experiencia y el trabajo que les hemos mostrado. La última presencia que tuvimos fue en el Palacio de Gobierno, porque desafortunadamente nuestras instituciones en este Proyecto Cultural Huizache que se le presenta al gobierno municipal nos dicen: “no podemos ayudarlos en los espacios públicos porque son vendedores ambulantes”, y decirle a las instituciones “¿no puedes diferenciar entre un vendedor ambulante y un artesano?”, no es posible. Tuvimos que buscar un espacio cerrado y fue el Palacio de Gobierno donde se hace la exposición y tiene mucho éxito. En eso estamos y hacia allá vamos, y hasta ahora incorporando estos temas sobre las cuestiones de todo lo que se está tratando en el Coloquio. Es nuevo para nosotros aunque lo conocemos, nuevo para nosotros en el sentido de tratarlo ya formalmente como una vía para el crecimiento.

Get in touch

Social

© Copyright 2013 - 2024 MYDOKUMENT.COM - All rights reserved.