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Descenso con Cuerdas I V° Encuentro de Guías Mayores AAC
Descenso Con Cuerdas I
V° ENCUENTRO DE GUIAS MAYORES DE LA ASOCIACIÓN ARGENTINA CENTRAL
Por Walter Martínez
Descenso con Cuerdas I V° Encuentro de Guías Mayores AAC
Especialidad de Descenso con Soga I El siguiente desarrollo tiene como fin que la persona que lleve adelante esta especialidad pueda tener a su alcance no solo los contenidos que se piden como requerimiento básicos sino también una idea general del tema que se está tratando, que de hecho es de alto peligro. El rappel (descenso con soga) es una actividad que no tiene surgimiento propio sino que se deriva de la actividad de escalada que como parte complementaria. Se utiliza para poder descender hasta el lugar de salida cuando no hay otro medio para poder realizarlo, siempre se recomienda que después de escalar si se puede bajar caminando se lo haga así ya que de lo contrario en estas circunstancias suele ser peligroso debido a que la persona se distiende cuando llega a lo máximo de la vía y pierde concentración en la que está haciendo, cometiendo errores que pueden llegar a costar la propia vida o la de un compañero de cordada. Es por ello que en este pequeño informe se pondrá vital atención a todo lo que tenga que ver con la seguridad de todo el conjunto, tanto humano como del material. •
Medidas de seguridad
Las medidas de seguridad nunca están de más y siempre es necesario excederse en ellas antes que escasear por lo que vamos nombrar y luego detallar algunas de estas medidas que se consideran como las más importantes, pudiéndose añadir otras en caso de que el instructor así lo crea conveniente: 1. Autoasegurarse antes de realizar cualquier operación 2. Montar un buen anclaje, confiable para la soga probarlo. 3. Montar el correspondiente polidireccional 4. Montar la soga y protegerla de cualquier desgaste innecesario 5. Realizar un nudo en el extremo inferior para saber cuando se termina la soga. 6. Verificar que la soga llegue hasta el suelo o lugar donde se quiera llegar y que no esté anudada. 7. Verificar que nada obstruya el paso de la soga por el descensor como ser pelo, ropa, rama, etc. 8. Realizar un nudo autobloqueante para bajar seguros. 9. Verificar nuevamente que todo esté correcto antes de descender. 10. Dar la voz de salida 1_ Siempre antes de realizar cualquier tarea hay que autoasegurarse debido que si por cualquier motivo perdemos el control de nuestro cuerpo tengamos la seguridad de que vamos a quedar sujetos al punto de anclaje personal, a su vez nos dará mayor confianza para movernos en el lugar de trabajo. El autoseguro consiste en un trozo de cinta o de soga que unimos al arnés por el anillo o en como si estuviera encordado, con una presilla de alondra o con un nudo de ocho y un mosquetón en el extremo con el que nos uniremos al anclaje. 2_ Un buen anclaje lo podremos ver más adelante cuando se desarrolle este tema, el probarlo consiste en cargarle una carga dinámica(nuestro cuerpo en movimiento rápido) sobre el mismo y verificar cómo se comporta. 3_ El polidireccional tambien se describirá en una sección posterior. 4_Una vez montado el polidireccinal ver por dónde es que va a ir la soga y tratar de poner en los lugares en que se pueda dañarla un material que proteja a la soga del contacto con el material abrasivo.
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5_ El nudo en el extremo inferior en siempre necesario para cuando se va a descender por lugares en que la pared es más larga que la soga debido a que muchas veces por el entusiasmo de ir bajando se puede olvidar de este detalle y de repente encontrarse con que la cuerda se terminó y a esta altura no hay vuelta atrás, por ello el nudo debe ser de tal volumen que no pase por el ocho y que esté a un metro del final de la cuerda. En caso de que la cuerda sea más larga que la pared no es necesario considerar este punto. 6_ Siempre se debe saber si la soga llega hasta donde nosotros queremos o nó ya que se torna muy difícil tomar medidas cuando se está colgado de la cuerda y lejos del anclaje, por ello se debe tratar de saber si la cuerda llega hasta el lugar deseado y por el mismo motivo si no está anudada. 7_Suele ocurrir muy a menudo que la soga se atasca con algún material o que directamente lo traga, como ser pelos, trozos de ropa floja, alguna rama del lugar, etc, lo que puede hacer que la soga se averíe o que produzca un gran dolor en la persona que está llevando a cabo el rappel. 8_ Este punto es de gran importancia debido a que nadie debería realizarun rappel sin un nudo bloqueante si no tiene seguridad abajo. Se puesde utilizar un bloqueador como ser un puño jumar, tibloc, stop, etc, (elementos mecánicos que bloquean la soga) ó los nudos autobloqueantes como son el prussk, machard, entre otros. Esto permite que si una persona que está descendiendo sufre algún problema de desmayo, pánico, golpe con alguna piedra, o cualquier otro problema pueda detenerse sin que requiera de la atención de la persona, evitando males mayores. 9_Siempre es necesario antes de descender volver a revisar todo de nuevo y repetir en la cabeza lo que se hizo para no perder ningún detalles que pueda traer problemas a posterior sobre uno mismo o sobre el resto del grupo. 10_ Antes de salir dar la voz de salida para el rappel y recibir la contestación, por más que se halla dado la voz y no se recibe la contestación no se debe salir hasta recibirla. Caídas Se debe tener en cuenta que las caídas hacen que los materiales sufran un desgaste que no se puede apreciar a simple vista lo que torna a este tema en algo muy delicado. Cada caída se la puede calificar por un cociente que de denomina Factor de Caída y que oscila entre 0-2, siendo los de mayor riesgo los que se acercan a 2. Este cociente se da entre los metros de caída y los metros de soga activa, entendiéndose por soga activa a los metros de soga que hay entre el ocho de seguro y el arnés del escalador, debe
Diagrama de Caida
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observarse que en los rápeles cualquier caída es de factor 2. Para entenderlo mejor ver el diagrama siguiente. (pagina anterior) Aquí se puede observar cómo se resienten o como se los puede exponer a los materiales a cargas que exceden por mucho a nuestro peso corporal, por ellos es muy importante que podamos saber con que material contamos y en qué condiciones se encuentra de acuerdo a su historial, ya que en muy pocos casos se puede determinar una lesión en el material por su aspecto exterior. Estos materiales no se los debe golpea, ni maltratar porque se les provocan micro fisuras internas que con el calentamiento por fricción o por una carga elevada no rindan lo que se espera sino que se produce la ruptura inmediata y sin ninguna evidencia previa de ello.
Nudos Otro de los temas que hay que tener en cuenta es el tipo de nudos que utilizamos para realizar sobre los anclajes, las cintas, arneses, etc. Como todos sabemos una soga no rinde lo mismo con un nudo que sin él, y a su vez cada nudo hace que la soga soporte distintas cargas, es por eso que en esta especialidad se van a dar algunos de los nudo que se utilizan en esta actividad, tanto de rappel como de escalado, y que son los que provocan un mayor rendimiento de las cuerdas. Otro de los objetivos de dar sólo algunos nudos es debido a que se ha comprobado que cuanto más nudos se saben menor es la eficacia de su utilización al momento de realizarlos en situaciones de alta tensión y nerviosismo, por l que se cree que es mejor aprender sólo la necesario y es esta la metodología en esta especialidad. A continuación los detallaremos: •
Nudo del Ocho: este nudo da a la cuerda un rendimiento del 80-85% lo que aumenta su utilización y lo convierte en uno de los nudo más seguros que se puede emplear en muchas aplicaciones como ser las de unir sogas, realizar amarres a los anclajes, la de encordarse para escalar, etc., además de su fácil ejecución.
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Nudo plano: es el nudo que se realiza sobre las cintas tubulares para unirlas y que también le da un gran rendimiento a la cinta.
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Nudo Prussik: este es un nudo que se utiliza como bloqueador de la cuerda cuando se lo somete a cargas, cuando se libera la carga es fácil de aflojar y está nuevamente lista para ser utilizado, por arriba de cargas se 500Kg puede sufrir daños tanto la cuerda del nudo como la cuerda a bloquear.
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Otros nudos Bloqueadores: son utilizados de la misma forma que el Prussik y también con ellos se pueden realizar ascensos como descenso por una soga, se los utiliza también como seguros a la hora de hacer rápeles cuando no existe seguridad abajo, pero recordamos que el más utilizado es le Prussik. A continuación detallamos alguno de ellos:
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Montado de los anclajes o relevos Siempre que se quiera realizar un rappel es necesario poder montar un buen anclaje que sea seguro para poder rappelar tranquilos por la cuerda, pero con hacer un buen anclaje no basta para nuestra seguridad por lo que ahora vamos a ver cómo montar estos sistemas de seguro para descender por una sola cuerda y con dos y para distintas situaciones, esto se esquematiza a continuación:
Hay veces en las que no se puede rappelar con las dos sogas debido a que se hace muy lento y es necesario hacerlo con una de ellas, así se monta el dispositivo para este fin. No se debe perder de vista que cuando se llega abajo siempre queremos recuperar la cuerda y se debe estar bien atento para tomar la cuerda correcta, de lo contrario esto de convierte en una polea, sin freno alguno. Para cañadones: se emplea el uso de la soga doble sin que se realice ningún nudo en ella y así poder recuperarla al llegar abajo, en este caso el descenso es un poco más lento que en el caso anterior. Para montar este sistema se debe realizar de la siguiente manera, tal como lo muestra el siguiente esquema. Es muy importante no olvidar la vuelta que se le hace a la cinta del como se ve en la primera parte del dibujo, ya que esta nos permitirá que si se salta alguno de los anclajes pueda quedar el mosquetón unido a la cinta; para mayor seguridad se puede un nudo a ambos lados de las cintas para que si se salta el el mosquetón del anclaje no golpee al mosquetón de reenvío abajo) pudiéndolo romper.
interior hacer anclaje (de
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Los anillos se pueden utilizar en puentes de roca, bloques o árboles. La fiabilidad de un anillo en un bloque de roca depende, en primer término, del estado y la forma que este tenga.
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Cuando se utilizan anclajes naturales hay que ser muy cautos a la hora de utilizarlos si bien cuando son seguros son los que mayor resistencia ofrecen, por ello detallamos algunos cuidados. Los puentes de roca, por contra, se pueden cargar en cualquier dirección, dependiendo su resistencia del grueso y de la forma del puente, así como del tipo de piedra y grado de compactación. Es por esto que se debe actuar con prudencia en la arenisca blanda y en la roca calcárea húmeda, ya que puentes de roca relativamente gruesos podrían romperse. Si la roca es de fiar, los puentes cortos del grueso del brazo y sin grietas, merecen toda nuestra confianza, dependiendo en los finos de la forma que tengan. También se pueden utilizar como puentes de roca los bloques encajados, aunque hay que actuar con precaución con este tipo de bloques, sobre todo si están un poco flojos o encajados longitudinalmente. Cuando nos aseguremos con anillos en los árboles, debernos hacerlo con un nudo de cabeza de alondra, dependiendo entonces la seguridad tan solo de la resistencia del árbol. Lógicamente, los árboles podridos, finos o enraizados en zonas de tierra superficial resultan muy peligrosos. Voces para rapelar Las voces que se deben dar en para cuando uno hace rappel son las siguientes: 1. ¡Rapel! Cuando se está por salir 2. ¡Venga! Esto dice el seguro de abajo 3. ¡Voy! Una vez recibida la contestación del seguro 4. ¡Seguridad! Cuando se quiere frenar en la pared o cuando se tiene sin control de la situación, en este caso el seguro acciona la cuerda y frena a la persona. 5. ¡Voy! Cuando se quiere rappelar nuevamente. 6. ¡Cuerda floja! Cuando se termine el rappel
Manejo y etiquetaje de la cuerda Resulta muy importante que tanto los escaladores como todo el personal de búsqueda y rescate comprenda algunos principios del manejo y cuidado de la cuerda. El objetivo principal es prolongar todo lo posible la vida de la cuerda, y no por ella misma, sino por la seguridad de la persona que pende de ella. Partiendo de esta premisa, todo el mundo deberá evitar saltar, andar, sentarse, pisar, pinchar con crampones o esquiar sobre la cuerda. Si se arrastra una cuerda por el suelo, se correrá el riesgo de que las pequeñas partículas de suciedad se adhieran a la funda, penetren en el núcleo y corten poco a poco las fibras. Nunca debe dejarse una cuerda bajo tensión durante un largo período de tiempo salvo cuando sea absolutamente necesario. Tan pronto como sea posible, deben retirarse todos los nudos de la cuerda y, cueste lo que cueste, debe evitarse sobrecargar un nudo. Una cuerda mojada o helada es mucho más débil y puede llegar a ser hasta un 40 % más pesada que en estado normal. Los investigadores que efectuaron pruebas sobre la carga de ruptura de las cuerdas recubiertas de hielo a -45 OC descubrieron que ésta se reducía a cerca de un 30 % de su propio peso de agua. Los tests del Club Alpino Alemán anteriores a 1974 demostraron que las cuerdas heladas y totalmente empapadas (saturadas y conservadas en un frigorífico) soportaban tres caídas menos que las indicadas por las normas de la UIAA en estado normal y secas. Cuerdas que se
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vendían como impermeables resistían dos caídas menos que en los tests realizados por el fabricante. Resulta muy difícil manejar una cuerda mojada y es imposible manejarla congelada, además de los problemas de seguridad. Los prusiks y los ascendedores mecánicos tipo jumar son mucho menos eficaces sobre cuerdas mojadas o congeladas y llegan a no sujetarse bien en ellas.. Las ventajas de las cuerdas impermeables existentes en la actualidad para la escalada y el rescate de invierno son obvias, si su eficacia ha sido realmente comprobada. Si se transporta una cuerda en el portaequipajes de un automóvil, puede ser dañada por objetos afilados o productos químicos. El nilón es muy resistente a la gasolina, la grasa y el aceite, pero siempre se debe limpiar una cuerda que se ha manchado. La limpieza incorrecta deteriora la cuerda . Se ha demostrado que una exposición prolongada al sol, en especial a los rayos ultravioleta, predominantes en las grandes altitudes, tiene un efecto perjudicial sobre las cuerdas. Las temperaturas elevadas (120 ºC o más) dañan las cuerdas con mucha rapidez; por ello resulta peligroso secar una cuerda cerca de la hoguera. Un problema muy corriente de daño por calentamiento se produce cuando la cuerda atraviesa a demasiada velocidad un sistema de freno o rappel, ya que la fricción produce calentamiento. Ésta es una de las razones por las que no se deben llevar guantes durante un rappel. Si las manos, por no llevar guantes, se calientan o queman, se maneja la cuerda con más cuidado y así la temperatura en el freno de mosquetón será mucho menos elevada y no se llegará a alcanzar un nivel perjudicial para la cuerda. El nilón que pasa frotando contra otra pieza de nilón se derrite en un período de tiempo increíblemente breve. Se debe tener cuidado cuando se hace pasa un prusik sobre una cuerda estática de mavor diámetro. Durante un experimento, un prusik que mantenía una polea se deslizó tres centímetros bajo una fuerza de 680 kg en un sistema de arrastre en forma de Z al estar sobrecargado. La cuerda que formaba el prusik se derritió de inmediato sobre la cuerda de 11 mm, dañándola gravemente. Se formó un agujero y la funda y el núcleo se fundieron. Tales daños se producen cuando se tira de las cuerdas de rappel con demasiada rapidez, brusquedad o de otro modo incorrecto (por ejemplo, cuando éstas están retorcidas o han sido arrastradas hacia abajo a pesar de la enorme fricción) a través de los anclajes de rappel o alrededor del tronco de un árbol. Los daños son muy probables si el anclaje es de nilón. Este tipo de daños pueden producirse con suma rapidez. Mientras se enrolla una cuerda, debe evitarse que se formen torsiones. Conviene siempre desenrollar antes toda la cuerda y dejarla suelta en el suelo, sin perder de vista los dos extremos, uno en la parte superios y otro en la parte inferior de la pila. Con ello se evitará manejar la cuerda como si fuera un montón de espaguetis. Si se tensa una cuerda que tiene torsiones o nudos pueden producirse serios daños que la estropean innecesariamente. Otro punto que no debe olvidarse es que la cuerda puede cortarse con más facilidad cuando está bajo tensión que cuando está floja. Los bordes afilados de roca y hasta los que son menos agudos pueden desgarrar una cuerda recargada hasta inutilizarla, sobre todo si la cuerda hace un movimiento de vaivén sobre la irregularidad. Si se consigue descubrir a tiempo el problema, es esencial solucionarlo en seguida. Se debe proteger el punto de roce o eliminarlo, sosteniendo la cuerda apartada (por ejemplo, mediante un lazo alrededor de un árbol) o redondear la arista afilada con un martillo. Si un proyectil ha chocado contra la cuerda; si ésta ha soportado una caída importante; si ha sufrido un calentamiento excesivo o se ha expuesto a productos químicos, o se sospecha la presencia de cualquier otra anomalía, deberá inspeccionarse la cuerda cuidadosamente de inmediato y asegurarse bien de su estado antes de utilizarla de nuevo. El lugar dañado se marcará atando un lazo a su alrededor y añadiendo una nota aclaratoria.
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Cuidados de la cuerda Las cuerdas deben limpiarse con regularidad para eliminar la suciedad que se ha acumulado dentro de la funda. Pueden lavarse en una lavadora pero se debe tener cuidado de que no se corte o desgaste la cuerda durante el proceso de lavado. Existe en Norteamérica una lavadora para cuerdas, que consiste en un tubo corto modificado que puede conectarse a cualquier grifo normal. Dentro del tubo hay numerosos y diminutos agujeros que fuerzan al agua a circular y limpiar la cuerda mientras ésta es introducida manualmente dentro de la máquina, unos pocos centímetros cada vez. Existen muchas opiniones sobre cómo limpiar una cuerda, a qué temperatura y con qué productos químicos o detergentes (suponiendo que sean necesarios). Cuanto más fría esté el agua, menos posibilidades habrá de dañar la cuerda; si no se utilizan detergentes, se evita el riesgo de los daños producidos por productos químicos. La temperatura máxima recomendada para el lavado de una cuerda junto con el uso de detergentes que no dañan el nilón es de 40 ºC. A temperaturas superiores a los 40 ºC, la cuerda pierde flexibilidad y conserva la suciedad. En caso de duda se debe consultar al fabricante sobre cuáles son los procedimientos específicos de lavado para el nilón. Asimismo debe consultarse un manual que explique cómo tratar los productos textiles. Pueden secarse las cuerdas al sol, o bien al exterior y a la sombra y hasta hay quien las seca con un secador de pelo en frío. Si se lava la cuerda en una lavadora conviene enrollarla bien prieta para evitar que se enreden las vueltas.
Si la cuerda ha sufrido algún daño a causa de una caída o abrasión, se hace un nudo en el lugar dañado y se etiqueta la cuerda mencionando el deterioro (por ejemplo: «No utilizar hasta haberla revisado»). Esto debe efectuarse tan pronto como sea posible después de producirse el daño. Nunca debe almacenarse una cuerda sin haberla examinado de antemano, porque más tarde puede haberse olvidado el percance. En muchos casos, las cuerdas deben ser retiradas a causa del uso y abuso mantenido durante un largo período de tiempo De este modo no se producirá ninguna confusión sobre la identidad de la cuerda. en caso de que existan dos o más cuerdas parecidas.
Prevención de los daños en una cuerda La única crítica que se puede hacer a las cuerdas de núcleo y trenzadas para su empleo en búsqueda y rescate es el hecho de que resulta imposible determinar los daños sufridos por la cuerda. Es una cuerda espiral, al contrario de una cuerda de núcleo, puede ser destorcida e inspeccionada en su parte interior. Pero, en cambio, la cuerda de núcleo tiene a su favor que es mucho mejor en lo que concierne a diseño, tacto, manejabilidad. resistencia y seguridad, no sólo en la escalada, sino también en el rescate. Si bien resulta imposible examinar la parte interior de una cuerda de núcleo, los expertos están de acuerdo en que resulta prácticamente imposible dañar el núcleo sin estropear antes la funda. Una cuerda de núcleo debe controlarse inspeccionando detenidamente la funda mientras se enrolla la cuerda. Al mismo tiempo, debe prestarse atención al tacto de la cuerda mientras ésta pasa entre los dedos. Cualquier abultamiento o depresión deberá ser anotado y marcado. Un daño en el núcleo se manifiesta por la ruptura de los filamentos o hilos y por una ligera retracción. Si se han roto bastantes hilos en el núcleo, en la parte exterior se formará una depresión que se detectará fácilmente al tacto o a la vista. Todas las zonas sospechosas deben ser controladas con más detalle poniéndolas bajo tensión (la tensión máxima es la del peso de una persona que se mantiene en la cuerda con puños jumar o con pruslks), separando los ramales rotos y ensanchando la depresión a fin de recalcar más el agujero. Si existe una gran diferencia en el diámetro, la cuerda deberá retirarse inmediatamente del uso, por mucho sacrificio que ello suponga.
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Pero muchas cuerdas corrientes de escalada son muy blandas y, en ocasiones, puede descubrirse en ellas una mella después de una caída o a causa del uso corriente, sin que ello signifique que el núcleo esté dañado. Un modo de constatar si se trata de un reblandecimiento temporal o de un daño permanente consiste en inspeccionar con paciencia la funda en busca de anomalías. El mejor sistema para conocer los daños internos de la cuerda de núcleo dañada consiste en cortarla por el lugar donde esté gastada. De hecho, es posible que el daño se limite a la funda y no haya llegado hasta el núcleo. ¡Pero en la duda siempre debe retirar la cuerda! Después de haber utilizado la cuerda por algún tiempo, sobre todo si se han efectuado numerosos rappels, en muchos casos se formará una especie de pelusa sobre la funda. Las cuerdas blandas son muy propensas a este fenómeno, lo cual no afecta gravemente la resistencia de la cuerda, mientras el desgaste no sea excesivo. Un factor positivo de la pelusa es el aumento de fricción que provoca durante el aseguramiento. Un método práctico para determinar cuándo se debe retirar una cuerda que no haya sufrido daños evidentes es inspeccionar la pelusa en la superficie: examinando con una lupa la base de cada ramal de los que forman el tejido de la funda, se podrá estimar la proporción entre los filamentos rotos y los intactos. Si la proporción es de un 50 % en un conjunto relativamente grande de ramales (por ejemplo, ocho de los veinticuatro ramales), la cuerda habrá perdido el 30 % de su resistencia y deberá ser retirada. Con este método no se toman en consideración las caídas graves u otros daños, como pueden ser el deterioro causado por los rayos ultravioleta o la exposición a productos químicos, que pueden estar ocultos debajo de la capa exterior de una cuerda relativamente nueva. El mejor complemento del examen de la cuerda lo constituye el conocimiento de la historia de ésta. Es posible que los métodos antes descritos no sean válidos en el caso de que la cuerda haya sido expuesta, incluso brevemente, a la acción de productos químicos como la lejía, los ácidos derramados de una batería de coche o los ácidos sulfúricos, clorhídricos o nítricos. Antes de poner en peligro la vida de una persona, es preferible retirar la cuerda. Determinar en qué momento se debe retirar una cuerda que no haya sufrido daños es un tema que se presta a especulaciones. Los guías de montaña, menos técnicos pero más prácticos, emplean otro sistema para apreciar el estado de una cuerda. Ellos observan la rigidez, la desigualdad, la cantidad de pelusa y el desteñimiento de la cuerda para juzgar cuánta vida le queda. Aunque no es científico, éste es el método tradicional de valoración: la apariencia y el tacto de la cuerda (salvo en los casos en que alguien hiciera una salvajada con ella) indican cuándo resulta necesario retirarla. Éste es el modo en que se determina la vida de una cuerda. Por desgracia, «el grado de desigualdad» y «la cantidad de pelusa» no son términos que puedan calcularse con exactitud. Es posible que los métodos racionales para determinar la vida de una cuerda no sean más realistas y útiles que las conclusiones a las que llega quien ha cuidado de su cuerda durante toda clase de escaladas y sabe con exactitud cuáles son los daños que ha sufrido. Para el cuidado de la cuerda se deben utilizar ambos métodos y nunca debe descartarse el conocimiento personal de la cuerda en favor del cálculo estricto. Un escalador o un miembro del equipo de rescate debe dominar tanto el arte como la ciencia.
Enrollar y apilar las cuerdas Para enrollar una cuerda, se pueden emplear varios métodos simples, según las necesidades y la posición del escalador. Al desenrollar una cuerda, se suele formar una pila ancha y suelta, Siempre debe saberse exactamente dónde se encuentran los dos extremos de la cuerda, uno en la parte superior y otro en la parte inferior de la pila. En teoría, apilar la cuerda en el suelo, garantiza que ésta no se enredará. Los problemas surgen al tratarse de cuerdas de más de 46 ó 50 m, ambas longitudes normales. Las cuerdas que tienen una longitud de 92 y 125 m pueden ser enrolladas hasta la mitad partiendo de
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cada uno de los extremos, como si se tratara de cuerdas más cortas y luego transportar ambas mitades juntas. Esto resulta algo más difícil con las cuerdas de 185 m o más, a causa del mayor volumen. Para solucionar este problema y facilitar el transporte, es recomendable depositarlas sin atar dentro de las mochilas. Para ello una persona mantiene la mochila abierta, mientras otra persona apila la cuerda dentro. Los dos extremos de la cuerda permanecen fuera de la mochila como de un ovillo, sin sacarla previamente de ella. Puesto que ambos extremos están a la vista, pueden atarse o unirse inmediatamente al anclaje.
Algunos servicios de rescate han llegado a tener una cuerda de 1.340 metros de longitud enrollada en un carrete de fábrica. Una vez en el lugar de rescate se cuelga el carrete de un árbol v se desenrolla la cuerda necesaria. A la hora de volver a guardar las cuerdas, éstas se apilan de nuevo en la mochila o se enrollan en el carrete, evitándose así posibles enredos. De este modo, no sólo se gana tiempo, sino que las cuerdas permanecen más limpias y sufren menos daños que si se dejaran en el suelo. Para el rappel se deben utilizar como mínimo los siguientes elementos: Arnés de cintura Mosquetón Ocho de descenso Cordino de seguridad Cinta de autoseguro Soga estática (preferentemente) ó dinámica Casco Además de los elementos hasta aquí nombrados se pueden encontrar en el mercado muchos otros que se detallan a continuación y que tienen distintas aplicaciones, pero para el curso se prefiere el uso de la figura de ocho debido a que es más liviano, disipa bien el calor, es barato, es muy resistente, etc., por ello recomendamos éste elemento para el tipo de actividad que se realizamos.
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Primeros auxilios en accidentes Como siempre puede existir la posibilidad de un accidente es necesario conocer primeros auxilios para socorrer a un accidentado, pero no es del alcance de esta especialidad el desarrollo completo de cada uno de ellos y sólo abordaremos unos pocos, como ser:
Fracturas Las fracturas son roturas de huesos por acción sobre los mismos de fuerzas que exceden su resistencia. Serán cerradas, cuando no hay herida de partes blandas y piel que ponga en comunicación la fractura con el exterior. Sus síntomas son dolor intenso, infamación y hematoma, incapacidad funcional y deformación del miembro, movilidad anormal. Estos dos último signos permiten diferenciar las facturas de otras lesiones, ya que son características. Tratamiento: inmovilización, analgésicos y evacuación del herido. Como caso especial hay que mencionar las fracturas del fémur que pueden ir acompañadas de gran hemorragia en los tejidos circundantes por la gran lesión muscular concomitante. El volumen sanguíneo perdido de esta manera puede ser suficiente para producir alteraciones circulatorias importantes, por lo que la evacuación se hace más urgente.
Para la inmovilización hay varias técnicas. En general las fracturas de la parte media de un hueso requieren inmovilizar las articulaciones próxima y distal y, en las fracturas cercadas a una articulación, los huesos proximales y dístales de la misma. Toda inmovilización debe ser precedida por un adecuado acolchado del miembro. La inmovilización debe ser firme pero no exagerada, recordemos que el miembro aumentara por el hematoma y la inflamación. En las fracturas expuestas se agrega a la lesión ósea una rotura en la piel y partes blandas que comunican el hueso fracturado al exterior, produciéndose así inevitablemente contaminación bacteriológica con el consiguiente peligro de infección. Los síntomas son similares a los de cualquier fractura, con el agregado de la herida por la cual pueden aparecer o no los extremos óseos fracturados. Hay que considerar a toda fractura con una herida cercana a la misma como potencialmente expuesta. El tratamiento es el mismo que para las facturas cerradas con las siguientes diferencias: - La hemorragia generalmente es mayor ya que el estar abierto al exterior no es contenida por los tejidos circundantes. En este caso aplicar compresión suave. El principal peligro es la infección de la fractura por lo que luego de retirar la ropa y otros cuerpos extraños que pudiera haber con un lavado por arrastre (en lo posible con agua muy limpia). Luego colocamos un vendase estéril e inmovilizamos. Traslado urgente.
Contusiones: Son lesiones cerradas (sin apertura de la piel) producidas por golpes que afectan por aplastamiento diversos órganos o tejidos. Siempre producen en mayor o menor grado alguna rotura de vasos sanguíneos con la consiguiente hemorragia dentro del tejido. En contusiones graves esta hemorragia puede ser importante y debe ser atendida como corresponde. Sus sintamos son: dolor, hematoma y si es un miembro, aumento de su diámetro.
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El tratamiento es simple y consiste en aplicación de frío local, analgésicos, elevación del miembro.Hipotermia En contraste con el congelamiento (lesión local de los tejidos expuestos al frío) la hipotermia es la consecuencia de la acción del frío cobre todo el organismo, con disminución de su temperatura por debajo de los 36ºC, con detención paulatina de las funciones vitales. Es muy grave y puede causar la muerte. En condiciones normales la temperatura central del organismo (es decir la temperatura del cerebro y los órganos abdominales y toráxicos) es mantenida por varios mecanismos dentro de estrechos límites alrededor de los 37'C. Esta temperatura central es mantenida por la producción de calor por el metabolismo orgánico y la actividad muscular y el calor sobrante es distribuido por la circulación a la periferia (piel) donde se pierde hacia el exterior por diferentes mecanismos (radiación, conducción, convección evaporación). Disminuyendo la cantidad de sangre que circula por la piel se logra una mayor conservación de calor producido centralmente. Este es el principal mecanismo de defensa frente al frío y es la causa de la palidez de la piel que se ve en estas circunstancias. Existen también mecanismos de mayor producción del calor, principalmente el temblor muscular voluntario. Si estos mecanismos de mantenimiento de la temperatura central son superados por la intensidad de la agresión por el frío, se produce la hipotermia. Las circunstancias en que más frecuentemente aparece la hipotermia son: - vivac forzado sin equipo adecuado, más aun en altura con falta de oxígeno, - caída en grietas.
- víctima de avalanchas. En este caso tener en cuenta que la disminución de la temperatura corporal del individuo sepultado es de 3ºC por hora, mientras que luego de ser rescatado, si no es llevado rápidamente a un refugio similar puede ser de hasta 6ºC por hora. Esto se debe a que la nieve que rodea al accidentado actúa de aislante, mientras que luego del rescate el viento y el aire frío aumentan la perdida del calor. De acuerdo a la gravedad de la hipotermia se la puede clasificar en tres etapas: 1º grado: temperatura central de 36ºC a 34ºC. Esta etapa se caracteriza por un organismo que se defiende, con los siguientes síntomas: - pálida y fría por vasocontraccíón. - temblor muscular intenso. - pulso acelerado. - frecuencia respiratoria aumentada - conserva la conciencia y presenta hiper-exitabilidad 2'grado: temperatura central de 34ºC a 30ºC. Comienza el agotamiento de los mecanismos de defensa. - disminución o detención del temblor muscular - depresión de la conciencia (somnolencia, apatía) - disminución del pulso - disminución de la frecuencia respiratoria 3'grado:
temperatura central menor a 30ºC.
Se caracteriza por- Muerte aparente - Inconsciencia (coma) - Pupilas dilatadas - Pulso y respiración muy lentos y débiles o aparentemente ausentes.
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Tratamiento de estos casos en el terreno: 1 º grado - Disminuir al máximo las perdidas de calor dentro de lo que permite la situación (protección del viento, cambiar ropas mojadas, etc.) - Aumentar la producción de calor con actividad muscular - Tomar bebidas azucaradas calientes (nunca alcohol,) 2 y 3º grado
Ya no es posible un tratamiento efectivo en el terreno. Se debe recordar: - No movilizar ni masajear extremidades congeladas. Extremar las medidas de aislación Evacuación urgente. - En caso de muerte aparente no dar por firme este supuesto hasta elige no haya sido recalentado en un centro médico. Existen algunos casos de muerte aparente que se han recuperado totalmente con un adecuado tratamiento Tipos de rescates Para cualquiera de los casos antes mencionados hay veces que se les suma el inconveniente de que se encuentra en una grieta y que es difícil de acceder a ellos por lo que se hace necesario realizar un rescate de la persona afectada y por ello vamos a explicar dos de los tanto métodos que puede haber y son el de rescate por poleas y el del cambio: Rescate por poleas: Se arma un polipasto(sistema aparejo) que facilita el izado de la persona afectada como de ve en las siguientes figuras y después una vez liberada la víctima se la puede asistir.
Descenso con Cuerdas I V° Encuentro de Guías Mayores AAC
El método del cambio se hace utilizando un paso tirolés o tirolina y consiste en montar el sistema y enviar a una persona que se encuentre con la víctima en el lugar donde se encuentre mediante la tirolina, asistir a la persona y colocarle el arnés correspondiente. Una vez efectuado esto el rescatista utiliza la cuerda de seguridad tomándola por el centro y amarra a la víctima, y el equipo puede entonces izar la persona y llevarla hasta donde estos se encuentran, y por último el rescatista hace lo mismo siendo traído por la misma cuerda de seguridad que llevó al accidentado, solo que ahora por el extremo. El siguiente esquema muestra este tipo de rescate.
Nota: Con este trabajo se ha tratado de explicar lo necesario para que se pueda dictar esta especialidad en cada uno de los clubes en los que los asistentes participan, pero es deber de cada responsable tomar las medidas correspondientes para que este tema se aplique con sumo cuidado debido a que estamos enseñando una especialidad de alto riesgo y no se puede tomar a ésta a la ligera. Como autor e instructor de esta especialidad es mi deseo que puedan aprender estas técnicas y que todos puedan gozar de las emociones que proporciona esta actividad. Que DIOS bendiga a cada líder para que podamos seguir trabajando en la tarea de llevar a puerto seguro a los jóvenes de nuestra iglesia. WALTER H. MARTINEZ Autor e instructor.