Desde la poesía, una voz crítica contra el racismo y la desigualdad social. Pág. 3 Pág. 7 Pág. 8 ALEGRÍA Y SACRIFICIO EN ZAPATILLAS DE BALLET

El Peruano Año 106 // 3ª etapa // 462 // Viernes 10 de junio de 2016 DIARIO OFICIAL NICOMEDES SANTA CRUZ N ESENCIA DE LA CULTURA NEGRA D Desde la

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El Peruano

Año 106 // 3ª etapa // 462 // Viernes 10 de junio de 2016

DIARIO OFICIAL

NICOMEDES SANTA CRUZ N

ESENCIA DE LA CULTURA NEGRA D Desde la poesía, una voz crítica contra el rracismo y la desigualdad social. Pág. 3

DIÁLOGOS

EL SELLO NIKKEI EN LAS LETRAS PERUANAS

Pág. 7

WILLY W RIVERA

H HOMENAJE A LA CHICHA Y LA SALSA

Pág. 8

MELINA MEJÍA

ALEGRÍA Y SACRIFICIO EN ZAPATILLAS DE BALLET

DANZA EN LIBERTAD SANDRA CAVANA, ENAMORADA DEL ARTE Págs. 4 y 5

2 PRESENTACIÓN

Viernes 10 de junio de 2016. El Peruano

Variedades

Vestigios dejados por las culturas precolombinas muestran en sus cerámicas cómo esta danza estuvo presente en sus celebraciones.

Encuentro. Danzas, cultores e instrumentos se reunirán otra vez para darle nuevos aires a una tradición sonora que atraviesa el corazón y permanece en el alma.

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a danza del sikuri ha sido expandida por diferentes lugares del país, pero la palabra, además de referirse a la expresión corporal, indica preferentemente el nombre del instrumento musical, cuyo origen aún no ha sido determinado con exactitud, pues restos de él se han encontrado hasta en Caral. Esta información es recogida y analizada por Inkari, un conjunto de agrupaciones que desde hace trece años reúne a sikuris de diferentes partes del Altiplano sudamericano, cuya base de datos ha pasado, año a año, por todos sus organizadores. El sikuri es un instrumento elaborado de caña o bambú, de origen precolombino, que consta de dos partes, siku ira (macho) y siku arka (hembra). Su complementación da origen al sikuri, por lo que es necesaria, como mínimo, la participación de dos personas para que la música sea perfecta. Esta particularidad, que se ha continuado hasta la actualidad, solo fue característica en la zona del Altiplano, ya que en la costa norte se han encontrado vestigios y repre-

AL RITMO DEL SIKURI El sonido milenario del sikuri está más vivo que nunca. Traspasó fronteras, migró a diferentes espacios del Perú, pero sigue allí, encantando a todos los que escuchan sus notas, pues en ellas está el sonido del Altiplano peruano. TEXTO RENZO CHÁVEZ LESCANO sentaciones en cerámicas que muestran al sikuri elaborado con huesos de aves. Conforme fue pasando de una cultura a otra, este instrumento fue cambiando de tamaño. No obstante, la técnica que representa la unidad de pensamiento y legado ha continuado. Por eso, en la diversidad de sonidos y estilos hay una complementación perfecta. El estilo de danza de cada tipo de sikuri varía según el ritmo que este plantea; por esa razón los ritmos más

INKARI EN COMAS

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l Encuentro Anual de Sikuris y Sikumorenos: Inkari anuncia una nueva versión. Este año llega con novedades y más invitados, como ha sido la tónica desde 2011, trascendiendo las fronteras de Lima, con agrupaciones de Cajamarca, Puno, Áncash, Ayacucho, entre otras regiones, así como de Bolivia, Chile y otros países del Altiplano sudamericano. Esta vez serán tres días. El viernes 10 de junio habrá charlas magistrales en la Universidad de Ciencias y Humanidades; el sábado 11, talleres de elaboración del instrumento en el Centro Cívico de Comas, y el domingo, un ritual en la Huaca Colli.

ágiles tienen movimientos corporales más intensos, como los saltos. El intérprete, que también forma parte de este momento, danza al mismo tiempo que toca el instrumento de viento, y a veces hasta realiza la proeza de acompañarlo con la percusión en un bombo de cuero.

EL SIKUMORENO Como el tiempo ha generado cambios en esta danza, la variación más reciente ha dado como resultado el que se conoce como sikumoreno,

que es el instrumento de viento acompañado por la percusión de la tarola. A diferenc ia del sik ur i tradicional, este es mucho más ágil y los ejecutantes de la danza llevan vestimenta moderna, que se evidencia en las mujeres, que cambian las polleras por pantalones. Muchos de los vestigios que dejaron las culturas precolombinas retrataron en sus cerámicas y pinturas algunas formas de cómo esta danza era usada en diferentes momentos de la vida cotidiana, ya sean celebraciones o tributos rituales. El Inca Garcilaso de la Vega, en una de sus muchas crónicas, relata cómo quedó impactado al ver una ceremonia inca en la que danzaba un sikuri utilizando los huesos del rival que más le había costado vencer, y así, según su creencia, recibía la fuerza y vitalidad que este tenía. En la zona de Puno y Cusco hay también señales que indican que cuando fallecía el inca o algún personaje trascendente del lugar, el cortejo fúnebre iba acompañado por el sonido del sikuri. A pesar de que hace algunas décadas se creyó que esta danza estaba desapareciendo, la última ola migratoria que hubo hacia la capital demostró que estaba plenamente vigente. La mezcla de costumbres diversas y los estilos diferenciados de sikuri evidenciaron que sigue viva, que se renueva, pero que continúa vital.

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HOMENAJE 3

NEGRO Y SABROSÓN Nicomedes Santa Cruz fue poeta y decimista, gestor cultural y periodista. Paseó su intelecto por el mundo y dejó en el Perú una obra multicultural reivindicativa que bien merece este reconocimiento, especialmente cuando el 4 de junio pasado se recordó el Día de la Cultura Afroperuana, a la que él tanto aportó. TEXTO ELOY JÁUREGUI

En voz alta. Nicomedes Santa Cruz se constituyó en un referente de lo afroperuano. Revaloró la cultura y las artes negras en el Perú.



Soy un negro sabrosón del cielo favorecido / tengo dulce el corazón / porque criollo he nacido», había escrito Nicomedes Santa Cruz en los años 50, cuando enfrentaba a ese sentimiento peruano todavía racista y reaccionario de las esferas culturales elitistas en los estertores de su destino. No obstante, hay una fotograía, fechada en 1962, en

la que aparece, en uno de los apartados del restaurante criollo Rosita Ríos, Nicomedes Santa Cruz junto con sus amigos Juan José Vega, Paco Bendezú, Pancho Ríos, Manuel Scorza, Carlos Germán Belli, Arturo Corcuera y Belisario Bernales, poetas e historiador de aquella generación del 50 que forjaba un nuevo país desde sus entrañas. Sin embargo, a Nicome-

des Santa Cruz todavía no se le reconoce ser el poeta de una expresión popular que sirve para tomar conciencia de aquello que se entiende como identidad nacional. Como bien escribió Carlos Aguirre, de la Universidad de Oregon, “Nicomedes fue un intelectual público que abordó los temas más candentes de su tiempo: fue un crítico del racismo, el imperialismo y la desigualdad

social; apoyó la Revolución cubana; se comprometió con las reformas de Juan Velasco Alvarado y promovió la solidaridad internacional. Asimismo, intentó combinar la apuesta por el socialismo con la reivindicación de la cultura y los derechos de los afrodescendientes”.

DEL PUEBLO Nicomedes había nacido el 4 de junio de 1925 en el distrito

limeño de La Victoria, y la muerte lo encontró en Madrid el 5 de febrero de 1992, cuando a sus 66 años atravesaba la época más profusa de su creación. En 1950, Lima sufrió el embate de lo que se conoce como el “desborde popular”, y la apacible ciudad de los huertos y canales pasó a ser la metrópoli de todas las sangres. Lima se convirtió en la capital más provinciana del Perú, y aquí, serranos, negros y sacalaguas crearon una metrópoli difusa y explosiva. En ese escenario apareció la voz de Nicomedes, quien recupera los cantos y versos de un sentimiento afroperuano soterrado por razones políticas y en esa sociedad eticosa y racista, impuso su autenticidad, gracia y reclamo. Nicomedes fue de barrio. Cuando cumplió los 5 años la familia se mudó a Breña, suburbio de cantores y decimistas, y ahí el niño aprendió de las voces de las esquinas que luego se conjugaron con sus estudios de Historia y Letras. Nicomedes fue el noveno de los diez hijos de Nicomedes Santa Cruz Aparicio, autor teatral, y de Victoria Gamarra Domínguez, descendiente de una gran bailarina de zamacueca y dueña de una melodiosa voz. Apenas terminó el colegio en una escuela iscal de Lince, se puso a trabajar en un establecimiento de la avenida Abancay como herrero forjador, hasta que un día de 1956 se dijo que sería poeta, y desde esa vez se puso a recorrer el Perú y América Latina recitando sus décimas y versos. Con otro decimista negro, don Juan Urcariegui, también desaparecido, hace un tiempo desandamos los pasos de Nicomedes y descubrimos libros y discos que hablaban de una vida intensa dedicada a la creación, recuperación y brillo de la cultura afroperuana. Así como en el Perú tienen registro propio las dinastías negras de los Vásquez o los Ascues, los Santa Cruz y su descendencia devienen en exponentes de una sabiduría auténtica que se fue cons-

Santa Cruz fue ese émbolo cultural que rescató la esencia negra. Esa enorme cultura de la que heredamos música, cocina y gracia. truyendo desde la inluencia africana en la colonia en ese manantial popular de expresiones artísticas. Por eso es casta de músicos, actores, toreros, poetas y folcloristas.

ARTE HEREDADO En u na ent r ev i s t a que Nicomedes le hace a su hermana Vic toria en El Obser vador, ella le dice: “Nuestro hermano Rafael abrió la trocha, pero que venía de nuest ro padre Nicomedes, o los maestros Gamarra, cuyas acuarelas, óleos y murales dieran tanto que hablar. O quizás mamá, doña Victoria Gamarra de Santa Cruz, bailarina de zamacueca, que cantaba todo el día sin repetir una canción y por las noches arrulló a sus diez hijos canturreándoles décimas en socavón”. Con su hermana Victoria organizaron una compañía teatral que se basó en el rescate de los cantos y ritmos negros. Simultáneamente, Nicomedes trabajó en varias emisoras limeñas y colaboró en Expreso y El Comercio. Luego viajaría a Argentina con la compañía Estampas de Pancho Fierro, que formaba parte del espectáculo Ritmos negros del Perú. Existe, pues, una profusa obra con la irma de Nicomedes. Sus decenas de libros y discos, su trabajo como periodista en España, donde entrevistó a muchos personajes, desde Atahualpa Yupanqui, pasando por Mercedes Sosa, hasta al gran Jorge Amado, hablan de este peruano ilustre, defensor de los olvidados, hombre de izquierda y a quien hay que recuperarlo con su obra monumental.

4 EVOLUCIONES

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MATEMÁTICA DEL MOVIMIENTO La vida de una bailarina de ballet conlleva innumerables sacrificios y alegrías que se viven y sienten fuera y dentro del escenario. La joven Sandra Cavana, bailarina del Ballet Nacional, lo sabe bien: ella ha forjado su carrera paso a paso, hasta crear ese mundo de fantasía que siempre quiso recorrer y que hoy comparte con nosotros. TEXTO LUIS M. SANTA CRUZ / FOTOS MELINA MEJÍA

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a sonrisa que se le escapa a Sandra Cavana al bailar ballet puede iluminar el Teat ro Nacional o las calles de cualquier avenida limeña. También ese brillo que se enciende en sus ojos aporta y que no es otro que el que irradian todos los que viven haciendo algo que aman. Con solamente 20 años, es parte de su rutina cruzar la ciudad desde muy temprano, para dirigirse a los ensayos con el Ballet Nacional. Integrar este elenco es la consagración de años llenos de esfuerzo y, sobre todo, de baile. “Por lo general, una bailarina de ballet se inicia a los 3 o 4 años. Ese no fue mi caso: yo pasé antes por la marinera, el festejo y el lamenco. Me iba bien, ganaba concursos y todo eso, pero una vez que descubrí el ballet me enamoré y ya no pude dejarlo”. El dominio del cuerpo, el estiramiento de los músculos, el pararse solamente con las puntas de los pies, todo eso parece ser lo más diícil al profundizar nuestros conocimientos acerca de lo que es el ballet. Sin embargo, la lucha está también afuera de los escenarios, hay que librarla y a su lado han estado presentes varias iguras femeninas: Marlene, su madre y aliada; Almendra, su hermana, y Tatiana Izquierdo, su profesora y conidente.

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no. Viernes 10 de junio de 2016

“Una bailarina de ballet se inicia a los 3 o 4 años. No fue mi caso: yo pasé por el festejo, la marinera y el flamenco, pero conocí el ballet y me enamoré”. enfrentar al público. Para Sandra, sin embargo, estos no son sacriicios. “No tengo una vida normal para alguien de mi edad y lo sé, porque ha sido así incluso antes del ballet. No es malo, salgo a iestas y a bailar cuando se presenta la oportunidad. No es una cuestión de dramatismo”. Para ella, la felicidad se oculta en lo cotidiano de sus días y en los logros de su incipiente carrera en el ballet. Desde pasear por la ciudad hasta ir al extranjero gracias a su talento. “Yo soy feliz mirando las estrellas en la noche desde el malecón, paseando por Barranco, esas cosas me llenan. Mis grandes placeres están ligados a mi arte, como viajar a Cuba dos veces para bailar y alimentarme de su cultura. Abrir mi mente a nuevos mundos y a gente diferente”.

FÍSICA Y QUÍMICA

Escena. Sandra espera conquistar el mundo con su talento y gracia natural para el ballet, una disciplina que le demanda dedicación total.

“Mis grandes placeres están ligados a mi arte, como viajar a Cuba para bailar y nutrirme de su cultura, abrir mi mente a otros mundos”.

“Mi mamá ha hecho de todo para darme soporte en esta aventura. Se ha matado trabajando para poder ayudarme y comprar los vestuarios y las puntas (zapatillas especiales para el ballet). Nunca perdió su fe en mí. Mi hermana siempre está a mi lado y es mi más grande fanática y, sobre todo, mi mejor amiga. Tatiana, por otro lado, me recibió en el Ballet Joven de Lima, mi primera escuela. Siempre me dio la mano en un mundo

tan competitivo como este porque vio talento en mí y no he dejado de esforzarme para estar a la altura de sus expectativas. Con ella pude viajar a Cuba y a Nueva York haciendo lo que más amo, exportando el ballet”.

CUIDARSE SIEMPRE Sandra no puede patinar o montar skate. Camina por la calle buscando baches por una sana obsesión de cuidar su ísico y evitar una caída. Una costumbre que

se hizo más fuerte luego de una tendinitis que la alejó tres meses de los escenarios. “Tuve un tropezón haciendo los giros y como resultado: tres meses sin hacer ballet. Me la pasaba haciendo pulseritas, tejiendo mis mallas, con ganas de saltar al escenario y seguir con lo que me encanta, pero no podía”. Esas no son las únicas limitaciones que una bailarina se propone para dar más al momento de salir y

Sandra da una cantidad de giros y evoluciones que evidencian el avanzado nivel que tiene como bailarina. Para los ojos de terceros, es magia, pero ella encuentra ciencia en su anatomía. “La cabeza va más rápido que el cuerpo para que sirva de impulso, para que la ísica no te bote. Abro los brazos con relación a la velocidad y la distancia. Hay todo un engranaje del cuerpo que es invisible para algunos”, me explica. Al inal, ser un hombre de letras no me impide entender las ecuaciones de su baile y su ritmo. Con atención, se puede entender la matemática de su movimiento.

6 EXPERIENCIAS

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APUESTA RENTABLE

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lizabeth Campos es hincha del cine desde que en 2007 conoció la audiodescripción. Ella tiene baja visión y junto a sus amigos de JAPI (Junta de Apoyo para Personas Invidentes), promueve el cine inclusivo en todo el país. A ella le gustaría ir con su nieta a ver películas infantiles o familiares. Pero, el cine comercial aún no se lo permite, pues –dice- las personas con discapacidad visual o auditiva no son rentables para este negocio. “Si fuera inclusivo sería muy rentable, pues no solo pagaríamos nuestra entrada, sino que iríamos acompañados de familiares y amigos, es decir, mayores ingresos para ellos”. La municipalidad de Miraflores ha hecho posible este nuevo esfuerzo de inclusión. Qué bueno sería que otras instituciones y el mismo cine comercial continúen esta iniciativa para que, efectivamente, pueda hacerse realidad un cine para todos.

De estreno. La creación de técnicas capaces de ofrecer cine a personas con discapacidad visual y auditiva es real. Acá no hay ficción.

CINE PARA TODOS Tardó un poco, pero finalmente llegó. El sétimo arte en nuestro país empieza a ser inclusivo en todo el sentido de la palabra y sus películas ya pueden ser vistas y escuchadas, quién lo diría, por aquellas personas que no pueden ver ni oír. TEXTO HUGO GRÁNDEZ MORENO

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as luces se apagan y empieza la proyección. Sentado en primera ila, Juan abraza a Carmen, su novia; mientras unas butacas más atrás, Manuel empieza a comer una a una las palomitas de maíz que trajo especialmente para la ocasión. En la pantalla aparece la imagen de un imponente micrófono, de esos que usaban

las primeras estaciones de radio. Detrás, un locutor ejercita la garganta ayudado por unos brebajes para posteriormente anunciar la presentación del Discurso del rey, precisamente el nombre de la película de hoy, que trata sobre el problema de tartamudez que sufre el llamado ‘duque de York’. Cada imagen y cada sonido de esta película son seguidos por Juan, Carmen y Manuel, y casi un centenar de asisten-

tes a la función, que tienen el privilegio de ‘verla’ a pesar de que algunos de ellos no pueden ver y a los demás les es imposible oír. Esta experiencia es posible gracias al cine inclusivo, esfuerzo de un puñado de productores nacionales y extranjeros que se han dado el trabajo de adaptar ilmes pensando en aquellas personas a las que el cine comercial les negó hasta hoy toda

posibilidad de disfrutar del sétimo arte. Audiodescripción es la palabra mágica para que las personas con discapacidad visual “vean” una película. Mediante esta técnica, una voz incluida en el ilme va describiendo las cosas que aparecen en cada escena, como paisajes, vestuario, o gestos de los personajes. Esta narración, sumada a las voces de los protagonistas, le da al espectador la imagen

La película incluye el subtitulado enriquecido, que, además del diálogo, señala cada sonido que se produce durante la proyección. completa de lo que se está proyectando. Y para quienes les es imposible escuchar, la película incluye el subtitulado enriquecido. Es un texto que acompaña al subtitulado propio de los diálogos, pero que tiene la función de dar a conocer cada uno de los sonidos que se van dando con los minutos. El timbre del teléfono, el toque de puerta o una música de fondo. De esta manera, las personas con discapacidad auditiva pueden ‘escuchar’ la película.

LOS CHASKIS En el Perú, una de las casas realizadoras que se ha puesto la camiseta del cine inclusivo es el Grupo Chaski, el mismo que en los años 80 nos regaló grandes películas como Gregorio y Juliana. Precisamente, fue Juliana, aquella historia en donde la protagonista tuvo que luchar para sobrevivir a la violencia

callejera y a la pobreza del Perú, la primera película que Chaski trabajó con estas características. Pero ¿y qué pasaba con aquellas personas que no solo no podían escuchar, sino que además tenían diicultades para leer el subtitulado enriquecido, sea porque leían muy lentamente o porque simplemente no sabían leer? La última noticia, producida igualmente por el Grupo Chaski, da respuesta a ello. Esta obra no solo contendrá audiodescripción y subtitulado enriquecido, sino también un recuadro en la parte baja de la pantalla donde un traductor irá relatando la película mediante el lenguaje de señas. Su lanzamiento será el próximo noviembre en Lima y en otros nueve departamentos del país por intermedio de la red de microcines de Chaski. La municipalidad de Miralores ha hecho posible este nuevo esfuerzo de inclusión. Qué bueno sería que otras instituciones y el mismo cine comercial continúen esta iniciativa para que, efectivamente, pueda hacerse realidad un cine para todos. Por lo pronto, el auditorio del centro cultural Ricardo Palma del distrito de Miralores abre sus puertas los últimos lunes de cada mes para proyectar películas con audiodescripción y subtitulado enriquecido. Las funciones son a las 4 de la tarde y 7 de la noche, y el ingreso es gratuito para el público en general.

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LITERATURA 7

AUTORES NIKKEI Han pasado 117 años desde la llegada de los primeros inmigrantes japoneses cuyos descendientes destacan hoy en disciplinas como la literatura. Hablamos con tres autores nikkei: los poetas Doris Moromisato, Juan de la Fuente Umetsu y el escritor Fernanco Iwasaki.

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Cómo se descubren como escritores? Fue la primera pregunta que lanzamos. Fernando Iwasaki asegura: “Quiero dejar claro que mis inicios fueron como lector, pero hago hincapié en que no todos los lectores tienen conciencia de estar fundando una vocación. Para mí, el descubrimiento de la lectura fue algo tan maravilloso como lo fue el descubrimiento del amor, el sexo o la paternidad. Sospecho que cuando sea abuelo me ocurrirá algo parecido. Como autor no me reconocí hasta después de mi tercer libro de cuentos, pues publicar uno o más libros no signiica que uno sea ya un escritor. Esa conciencia tiene que ver con llegar a entrever lo que puede ser tu escritura a largo plazo”. Doris Moromisato comenta que a los 14 años se enamoró perdidamente y de ese estallido le brotaron palabras íntimas y silenciosas, solo compartidas con la complicidad de un cuaderno que escondía en las gavetas de un escritorio antiguo. “Gracias a esa ‘isura simbólica’ en mi identidad de hija de inmigrantes conseguí, incluso, construir mi identidad peruana y latinoamericana, a partir de la utilización del español”. Juan de la Fuente Umetsu comentó que llegó a la poe-

TEXTO CARINA MORENO BACA sía cuando ya estaba allí. Su perro había muerto y buscó componer una décima para cantársela con una guitarra ante su tumba. Una chica lo descubre desde la azotea y le sonríe. “Ese es tu primer encuentro con la belleza y la verdad, a través de la poesía. Hay cosas que nunca llegarás a aprender, como cantar o tocar la guitarra; pero serás consciente de que la poesía te ha descubierto y que tú no la has descubierto a ella. El hallazgo de ti mismo, lo ha propiciado la poesía mediante sucesivas experiencias con aquello que te rodea y con tu existencia interior. Luego de este descubrimiento, te das cuenta de que la poesía te ha llevado al poema y el poema al mundo, a tu historia, a la historia. Y que nunca podrás dejar de escribir”.

SER NIKKEI “Cuando eres algo o alguien no lo descubres, sino que lo vives. Siempre he sido hija de japoneses-okinawenses y esa conciencia me acompañará a la tumba. El concepto ‘nikkei’ es nuevo y sobre todo académico, surgió en los años 90, tiene menos de 20 años. Siempre he sido nikkei y la cuestión sería: ¿en qué momento me descubrí peruana?”, nos dice Moromisato. Para Iwasaki, “ser nikkei

en el Perú es muy distinto a ser nikkei en Europa o en Japón. Cuando era adolescente mi padre fue entrevistado por el diario Perú Shimpo y entonces intuí que existía una comunidad que entonces no fui capaz de dilucidar cabalmente, porque mi familia no era de origen japonés por los cuatro costados. Con los años fui ampliando esta visión y cuando llegué a Europa en 1985 tuve la certeza de que fuera del Perú yo no era percibido solamente como peruano. Aquel elemento añadido era lo nikkei, y me encanta”.

LOS ORÍGENES De la Fuente Umet su sostiene que los “contactos con la colonia nikkei en el Perú no fueron inmediatos. Antes tuve que resolver el misterio de mi origen nipón. Quizá lo más literario de mi vida sea mi apellido japonés. Quizá por este motivo soy escritor y más precisamente poet a. Mi abuelo f ue el único Umetsu que llegó al Perú. Hasta mi juventud, su biograía estuvo rodeada de secreto y de icción, tanto así que en algún momento pensé que solo era eso: una icción. La certeza llegó cuando mi hermano mayor viajó a Japón y visitó a la familia, y envió fotos con los hermanos y sobrinos de mi abuelo, así como imágenes de la urna donde habitan sus cenizas. Al

Proactiva. Doris Moromisato aporta sensibilidad y rigurosidad para abordar el universo nikkei.

“Siempre he sido nikkei y la cuestión sería preguntarme: ¿en qué momento me descubrí peruana?”, afirma la poeta Moromisato. in, tuve la certeza de que los Umetsu existían y también Makiso Umetsu –que era como se llamaba mi abuelo–, aunque él ya había muerto hace muchos años, en 1974”. “Más que vivencias y recuerdos, lo nikkei ha inluido en mi escritura mediante mi ADN, de mi sangre, de ese

espíritu milenario que se transmite de generación en generación y que aparece quieras o no, seas consciente de ello o no. Lo nikkei sí ha inluido, inluye y seguirá inluyendo en mi escritura. Es parte de un proceso de autodescubrimiento y redescubrimiento; es hermoso conocer tu origen, de donde vienen tus palabras y una parte de tu voz peruana y mazamorrera, de inga y de mandinga”. Para Iwasaki, la inluencia se da desde el lugar de residencia: “Vivir en una casa rural a 20 kilómetros de Sevilla –que es la sétima ciudad de España– no ha sacado de mí al presunto cosmopolita que muchos limeños creemos que llevamos dentro, sino al provinciano que todos los limeños queremos esconder. En el Perú

existe un menosprecio hacia lo provinciano, mientras que en Europa ocurre precisamente al revés. Elegir como residencia un pueblo sevillano y no Madrid o Barcelona, subraya mi condición de provinciano. Recordar desde una periferia andaluza a mis abuelos de Huamantanga, Huaraz, Guayaquil e Hiroshima es otra forma de ser provinciano. Por lo tanto, lejos de la centralidad matriz japonesa, ser nikkei es otra manera de proclamar ser provinciano. Un nikkei jamás podría ser un nihonjin, ni falta que nos hace. Por lo tanto, soy nikkei además de latinoamericano y europeo, pero en todos los casos provinciano. Y la conciencia de ser y estar en la provincia, los márgenes, la periferia y los suburbios sí es algo bienhechor para mi obra”.

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n la guerra no declarada entre salsa y cumbia peruana, el último disco de Willy Rivera hace las veces de una rama de olivo. Cerrito de colores representa un peculiar e inesperado homenaje suyo, no tanto a un género musical ajeno al suyo, sino a un puñado de canciones que, por su carga emotiva e irresistible ritmo, marcaron sus días de infancia y también los de miles de personas que crecieron entre ines de los años 70 y comienzos de los años 80. “Viví mi infancia escuchando estas canciones”, dice el artista respecto a temas como ‘El aguajal’, ‘Viento’ y ‘Muchacho provinciano”; todos ellos incluidos en esta nueva producción. “Vivíamos en un asentamiento humano, pero cuando mi papá llevaba a casa uno de esos discos y los ponía, el vecino nos tocaba el ‘eternit’ para pedir que levantáramos el volumen, porque también quería escucharlo”. Lo que ha hecho Rivera más de 40 años después, es adaptar composiciones como las mencionadas a su estilo, el de la salsa, con resultados artísticos atractivos y correctos. Estos podrían darle nueva vida a canciones que ya son parte del inconsciente colectivo nacional, proyectándolas hacía ámbitos geográicos hasta ahora ajenos a su inlujo, pero sí abiertos a lo que aún suele denominarse la música ‘afrolatinacaribeña-americana’.

TODO SE ARREGLA El acabado sonoro puede contribuir a ello. En buena p a r t e del r ep er t or io seleccionado, los arreglos escogidos hermanan el espíritu de las versiones originales con la cadencia salsera y afroantillana. En algunas de ellas, como en ‘Elsa’ (original de Los Destellos) y ‘El aguajal’ (popularizada por Los Shapis), Rivera introduce elementos como el rap,

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CHICHA CON SALSA Siempre paradas en aceras distintas, la cumbia peruana y la salsa se han mirado con cierta desconfianza, pero ro en n pleno siglo XXI, Willy Rivera insiste sttee ste en acercarlas adaptándolas a su u estilo, en un nuevo oe interesante disco. TEXTO FIDEL GUTIÉRREZ Z M.

destinados sin duda a seducir al sector más joven de su audiencia. Por lo demás, el cantante agotó todos sus recursos para darle un acabado óptimo a su producción, recurriendo para reforzar el lado rítmico a músicos como Richie Bastar, de El Gran Combo, y Luis Quinteros, de las orquestas de Óscar D’León y Marc Anthony, para que aporten su cuota de creatividad y sabor musical auténtico. “La cumbia, la chicha, es también música de tambores y por eso resultó muy fácil adecuarla a la salsa”, reiere el peruano. “Estos

“Vivimos en un asentamiento humano en el Callao, donde la música vestía nuestros días, desde que nos levantábamos hasta la hora de ir a dormir”.

amigos músicos se acoplaron perfectamente a lo que les pedí, dándole el sabor propio de la música afroantillana”, explica Willy, quien en este disco aporta como tema propio aquel que da el nombre al disco; una pieza en clave de plena portorriqueña que da cuenta de su amor por este tipo de música y también por el ejercicio de su profesión. “Nos ayuda mucho haber invertido en un estudio de grabación, donde podemos hacer todo esto sin problemas”, reiere. “Allí quizá se han ido la casa y las camionetas que pudimos comprar, pero no es de gran utilidad”.

FLOR MADURA A Willy Rivera sus padres lo bautizaron como Guillermo Zapata muchos años antes de que le permitieran grabar ‘El cariño es como una lor’ y se convirtiera en uno de los referentes principales de la ‘salsa sensual’; ese híbrido

entre la música tropical y la balada latina que tanto caló en los corazones y pies de aquellos jóvenes que a inales de los años 80 reclamaban estímulos rítmicos y sensoriales menos densos y complejos que aquellos ofrecidos por la salsa dura y el latin jazz. Pero, más allá de los hits ocasionales, el cantante chalaco exploraría las vertientes tradicionales de la música con raíces antillanas y cubanas, generándose una carrera cuyos ecos han llegado hasta el exterior con un poco más de énfasis que en su tierra. “Siempre he creído que acá, en Per ú, nos merecemos un nivel de competitividad musical internacional”, relexiona Rivera. “Si en una radio me ponen como pretexto que mi disco no suena bien, les pido que lo comparen de inmediato con uno de Gilberto Santa Rosa o de Marc Anthony, porque lo que allí suena tiene un mismo nivel de sonido”, señala. En vivo el cantante airma tener similar cuidado. Sus seguidores podrán dar fe de su palabra todos los jueves de junio en La Estación, local barranquino en el que durante este mes presentará Cerrito de colores en directo. Allí no faltarán también los éxitos que lo caracterizaron como uno de los salseros más exitosos del país. Sus f a n s no se lo perdonarían. “Yo hago salsa; música afroantillana; esa es mi imagen y sonido, pero crecí oyendo de todo, y creo que esa mezcla que escuchábamos en la radio, con Héctor Lavoe, Rabito, James Brown, Chacalón y Rubén Blades, ha inluenciado mi canto y también a este disco”, relexiona.

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