Despertar Espiritual. en la Universidad. John R. Mott

Un Despertar Espiritual en la Universidad John R. Mott UN DESPERTAR ESPIRITUAL en una universidad John R. Mott Director del Movimiento de Estudian

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Un Despertar Espiritual en la Universidad

John R. Mott

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DESPERTAR ESPIRITUAL en una universidad John R. Mott Director del Movimiento de Estudiantes Voluntarios para las Misiones Foráneas 1895-1925

Un plan de acción para su campo universitario

Un despertar espiritual Derechos reservados ©2001

Ministerio de Recursos y Desarrollo 1722 S. Glenstone, W#163 Springfield, MO 65804 EE.UU. Tel. 417-881-4698 Fax 417-881-1037 E-mail: [email protected]

Discurso y ensayos de John R. Mott —Vol. 2, The World’s Student Christian Federation”, El Comité Internacional de Asociaciones de Jóvenes Cristianos, 1947, páginas 524-532. Redactado y hecho disponible por Asia Pacific Campus Challenge (Reto Universitario del Pacífico de Asia), 1997.

UN DESPERTAR ESPIRITUAL EN UNA UNIVERSIDAD Extracto del discurso del Dr. John R. Mott en la Conferencia Mundial de la Federación de Estudiantes Cristianos en Eisenach, Alemania, 1898

¿Qué hemos de entender por un “Despertar espiritual” en una universidad?

Q

uiere decir una obra del Espíritu de Dios que promoverá no sólo una vida espiritual más abundante entre los estudiantes que son verdaderos discípulos de Cristo, sino especialmente según esa obra resulte en llevar a los demás estudiantes a aceptar y confesar a Jesucristo como su Señor y Salvador personal. Un estado de despertar espiritual debe ser la condición normal de la vida cristiana estudiantil en cualquier universidad. No nos referimos a cualquier experiencia espiritual nueva o extraña, sino sencillamente a aquella que ha caracterizado la mejor vida de las comunidades de cristianos a través de todas las edades y en todas las naciones desde la resurrección de Cristo. Nos detendremos en el verdadero despertar espiritual que tiene su justificación en la práctica y en las enseñanzas de la primera Iglesia.

Hay la urgente necesidad de un despertar espiritual en las universidades de3 todas las naciones.

Un despertar espiritual

Piense en el gran número de estudiantes en su propio país que no conocen a Cristo como su Salvador personal. Recordemos cuántos estudiantes cristianos hay que, debido a vidas y prácticas inconsecuentes y pecaminosas arrastran el emblema de Cristo. Reflexionemos sobre el intenso espíritu de mundanalidad que invade a la Iglesia en tantos lugares. Piense también en la ingeniosidad, la actividad y la agresividad de las fuerzas del mal que buscan destruir a los estudiantes, especialmente en la impureza, la intemperancia, el materialismo, y una ciencia y filosofía sin Cristo que por todos lados están causando infinito daño. Luego observen en comparación cuán pocos estudiantes hay que en realidad se interesan por el bienestar espiritual de sus compañeros. No nos olvidemos de las terribles y forzosas consecuencias de esto si no se alcanzan a estos estudiantes para Cristo — consecuencias no sólo para ellos mismos, sino también para la causa de Cristo y aún para nosotros si no tratamos de ganarlos.

Al meditar profundamente y en oración sobre todos estos datos, ¿acaso no nos impresionamos con la gran necesidad de un despertar espiritual?

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Estímulo para la acción

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ay ciertos incentivos que nos deben mover en oración a desear y buscar una poderosa obra del Espíritu Santo entre nuestros compañeros estudiantes.

1.La amplia influencia que los estudiantes han de ejercer en el mundo nos debe empujar a ganarlos.

El alma del estudiante no vale más ante Dios que el alma del hombre no preparado, pero la mente preparada del estudiante universitario hará mucho más por la causa de Cristo o en contra de ella en este mundo que la del hombre sin preparación.

2.Por lo tanto, el ganar a los estudiantes no es sólo de sumar, sino de multiplicar.

Se podría dudar seriamente si es que más tarde en la vida tendremos una oportunidad (tan grande) para influir en nuestra generación y que se compare con la que tenemos ahora en la obra entre nuestros compañeros estudiantes.

3.Además, los estudiantes son más receptivos a lo que Cristo dice que ninguna otra clase de jóvenes.

Aunque no olvidamos que el hombre natural está siempre en enemistad con Dios, también es cierto que toda la naturaleza, el propósito, y el espíritu de una preparación universitaria predispone al hombre a considerar honradamente la verdad, no importa de dónde provenga. Un estudiante no va a la universidad a cerrar los ojos ante la luz, a aprender a ver las cosas de manera torcida, a falsificar la verdad ni a desdeñar o a tratar con ligereza los hechos y la evidencia. Por el contrario, va ahí a aprender cómo buscar la verdad, a discernir y pesar la evidencia, a dar honrada cuenta de todos los hechos y a acoger con beneplácito y obedecer la verdad cuando la encuentra, le cueste lo que le cueste. Las estadísticas acopiadas en el Japón y en la India, como 5

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también en el Occidente, prueban claramente que esto es verdad y que una proporción mucho mayor de estudiantes son cristianos que cualquier otra clase de jóvenes adultos.1 Esto claramente debe darnos ánimo para orar y trabajar por ellos.

4.Si nuestros compañeros estudiantes no son ganados

para Cristo antes de dejar la universidad, las probabilidades de que no aceptarán a Cristo más tarde en su vida son muy altas. Hemos encontrado impresionante evidencia de esto en todas partes del mundo. La vida universitaria de un hombre es perturbadora. De la misma manera es un tiempo de preguntas inquietantes y que determina la actitud y las tendencias por toda la vida de la persona. Por lo tanto, si deja la universidad con los libros cerrados contra Jesucristo, es muy improbable que los vuelva a abrir jamás. Qué gran responsabilidad nos impone esto a nosotros como estudiantes cristianos. Esta gran responsabilidad aumenta cuando nos detenemos a preguntarnos: “Si nosotros no ganamos a nuestros compañeros estudiantes, ¿quién lo hará?”

5.Muchos de los estudiantes que más necesitan a Cristo no irán ni siquiera cerca de las iglesias.

Con frecuencia visitamos universidades en las que no encontramos ni un profesor que use su influencia de esta manera. Generalmente hablando, podríamos decir que si los estudiantes han de ser ganados, la obra debe ser hecha por sus compañeros estudiantes. Estamos más cerca de ellos que cualquier otra persona debido a las condiciones de la vida universitaria. Pertenecemos a las mismas clases y organizaciones. Pasamos horas con ellos todos los días trabajando e interactuando socialmente. Hablamos con ellos sobre toda clase de temas. Comprendemos su pensamiento y su corazón. Sabemos cuáles son sus tentaciones y los puntos de menor resitencia en su vida. Podemos simpatizar con ellos, puesto que quizás hayamos peleado las mismas batallas. Si nuestra vida es lo que debe ser, tenemos poder especial con ellos. Por lo tanto, tenemos el acceso mayor y de más influencia a ellos. 6

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6.Otro poderoso incentivo para nosotros debe ser el

despertar espiritual entre los estudiantes en otras universidades y en otras partes del mundo o, puede ser, en nuestra propia universidad en diversos tiempos en el pasado y en el presente. Si Dios se ha complacido en derramar su Espíritu sobre serias bandas de estudiantes que, en algunos de nuestros países, se han entregado a su dirección, El puede y lo hará en cada uno de los países si cumplimos con las condiciones que la Palabra de Dios y la historia de todo despertar espiritual tan claramente enfatizan. Nuestro Dios no está limitado por el tiempo o la raza o las dificultades locales, con tal que tenga canales por los cuales pueda llegar a la vida de los hombres.

Aunque los presentes porcentajes de estudiantes que son cristianos pueden ser diferentes de los de los tiempos de Mott, sus observaciones históricas pueden ser una fuente de ánimo para la obra contemporánea estre los estudiantes. 1

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Promoviendo un despertar espiritual

A 1.Permita que unos cuantos estudiantes cristianos serios continuación se encuentran siete puntos que han de ser enfatizados al promover un despertar espiritual:

se reúnan para tratar con los claros hechos sobre las necesidades espirituales de su propia universidad.

Efectúe una reunión en algún lugar tranquilo y en una hora en la que usted no se sienta apurado. Tome tiempo para reconocer y darse cuenta de la necesidad; se tomará tiempo. Estamos en peligro de acostumbrarnos tanto a las cosas tal como son, y de familiarizarnos tanto con las fuerzas del mal y las consecuencias de entregarnos a la tentación, que perdemos vista del lado serio y horriblemente triste. Piense profundamente en ello. No nos dejemos engañar y tratemos de hacer que este mal parezca menos de lo que es. Ore mucho para que Dios le pueda demostrar la necesidad tal como El la ve —o sea, desde el punto de vista de la eternidad. Trate de darse cuenta de lo que Cristo haría si Él estuviera en su lugar. Trate de captar la visión de la universidad hecha nueva cuando Cristo sea entronado ahí en toda la vida y en todas las relaciones. Luego, gravemente advertidos así por el conocimiento de la profunda necesidad, e inspirados por la visión de todas las cosas hechas nuevas por el poderoso Cristo, resuelvan aplicarse a promover un despertar espiritual.

2.Deje que los miembros de las asociaciones o de los círculos cristianos sean avivados ellos mismos, especialmente los socios más consagrados.

¿Con quién comienza un despertar espiritual? No lo causan los cristianos dedicados que sólo tratan de despertar a los cristianos indiferentes e inconsecuentes. Como regla, comienza con los hombres más espirituales. Los dos hombres más activos y santos de una universidad descubrieron 8

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este secreto en una conferencia estudiantil. Cuando regresaron a su universidad, se entregaron por muchos días a humillarse ante Dios, a la oración especial, y al estudio bíblico. Luego que ellos mismos estaban completamente encendidos, invitaron a otro cristiano a sus reuniones diarias. Cuando éste estaba encendido, invitaron a un cuarto. Y así se extendió el fuego, hasta que los estudiantes inconversos comenzaron a estar bajo su influencia. Antes de tres meses, más de treinta estudiantes habían aceptado a Cristo como su Salvador. De esta manera, comenzando con una obra completa en nuestros propios corazones, los miembros de nuestra asociación serán revividos. Con este fin debemos promover la introspección del corazón y el examen propio. Debemos renunciar a toda costa a los hábitos dudosos o pecaminosos. Debemos confesar el pecado a Dios y renunciar a él. Y no nos olvidemos de los pecados de omisión: la falta de oración, la falta del estudio de la Biblia, la falta de trabajo personal. Un precursor necesario para cualquier despertar espiritual es un espíritu de profunda humillación que nace de una conciencia del pecado, y una fresca revelación de la santidad y del poder y de la gloria de Dios. No hemos descubierto ninguna excepción a esta regla desde el Antiguo Testamento hasta el presente. Un precursor necesario para cualquier despertar espiritual es un espíritu de profunda humillación que nace de la conciencia del pecado y una vigorosa revelación de la santidad y del poder y gloria de Dios.

3.Promover el estudio bíblico personal, devocional.

Antes de dar énfasis a cualquier método de trabajo, debemos subrayar especialmente esto. Debemos ser antes de poder hacer. El estudio bíblico es absolutamente esencial para llevar una vida que agrada a Dios. Es necesario alimentar y fortalecer la vida de oración. Y cuando pensamos en trabajar, es bueno que recordemos que el estudio de la Biblia nos ofrece la mejor preparación para el servicio cristiano. Nos muestra la labor que Cristo quiere que hagamos y cómo hacerla. Nos asegura que nuestra obra será fructífera. Significa poder en nuestra labor, puesto que el estudio de la Biblia es el canal por el cual Dios comunica a los hombres el poder de su Espíritu. El estudio bíblico es necesario para conservar los resultados del despertar —para hacerlo sano y salvo y verdadero, y también para hacer que el despertar continúe. 9

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4.La oración es una condición indispensable para un despertar espiritual entre los estudiantes o entre cualquier otra clase de gente. Charles Finney, uno de los evangelistas más grandes de este siglo (veinte), solía insistir en que se puede esperar un despertar espiritual cuando los cristianos tienen el espíritu de oración por un despertar. No prevalecemos con los inconversos debido a nuestra falta más fundamental de no prevalecer con Dios en oración.

¿Qué debe caracterizar nuestra oración? Debe ser intensa o con ahínco. El avivamiento más grande en la historia de la Universidad de Yale fue debido a las oraciones de un grupo de estudiantes que habían estado efectuando una reunión de oración. No nos sorprendimos al saber que Dios estaba honrando sus esfuerzos en la definitiva conversión de sus compañeros estudiantes. En una escuela del Japón, el director dijo un día a mi amigo: “Hay un profundo movimiento espiritual entre los estudiantes; han estado orando toda la noche.” En algunas de nuestras universidades necesitamos un impulso que fluya de un deseo tan fuerte que se pueda orar toda la noche. Nuestra oración también debe ser unida. En una universidad, los cristianos habían estado orando largamente por un derramamiento del Espíritu. Sus oraciones carecían de poder. ¿Por qué? Porque los obreros dirigentes se criticaban a espaldas el uno al otro. Por fin el Espíritu Santo hizo que reconocieran este pecado. Se unieron, sepultaron sus diferencias, y obtuvieron verdadera unión en la oración. Luego comenzó una gran obra de Dios que se extendió por toda la universidad, resultando en la conversión de muchos. Desde el día de Pentecostés hasta el presente, ha sido necesario estar unánimes en la oración antes de que el Espíritu de Dios obre con portentoso poder para convertir. Debemos perseverar en la oración. La oración persistente tuvo un lugar muy grande en la Universidad de Edimburgo para hacer posible esos maravillosos años de gracia. También puedo pensar en otra universidad en la que los estudiantes se reunían a diario para orar durante cinco meses. Muchos de ellos se desanimaron y se dieron por vencidos, pero Dios honró la constancia de los pocos que permanecieron. Después de cinco meses, muchos comenzaron a dejar 10

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sus pecados y aceptaron a Cristo. No fue un movimiento superficial, sino una obra profunda, serena, razonable que continuó hasta el fin del año y durante la cual como resultado de las oraciones y de la obra personal de sus compañeros estudiantes, entre veinte y treinta jóvenes se hicieron verdaderos discípulos de Cristo. Podríamos multiplicar grandemente estos ejemplos demostrando el irresistible poder de la oración definitiva, ferviente, unida y persistente. Si hoy hemos de tener un despertar en nuestra universidad hoy, no será ninguna excepción en este respecto a los despertares del pasado. Nos inclinamos a agrandar las agencias humanas y la personalidad humana. La oración reconoce que el despertar es la obra de Dios, que viene de lo alto. Muestra que tenemos más fe en Dios que en la obra y los esfuerzos del hombre. Así que cambiemos nuestro método y de aquí en adelante entreguémonos a la oración ­—a más oración, a la continua oración.

5.Debemos depender del Espíritu Santo si es que hemos de tener un despertar genuino.

Dios es el que debe convencer del pecado a nuestros compañeros estudiantes. Él es el que debe revelarles a Jesucristo como Señor. Él es el que debe vigorizar la voluntad de ellos para aceptar a Cristo. Él es el que debe guiarnos y darnos valentía y poder en nuestra obra personal. Para hacer la obra de Dios, debemos tener el poder de Dios. Para presentar un evangelio sobrenatural, debemos tener un poder sobrenatural. En una sola palabra, debemos ser llenos hasta rebosar del Espíritu; luego ríos de agua viva brotarán de nosotros. ¿Por qué conformarnos con trabajar solos como hombres cuando podemos tener el magnífico poder de Dios manifestado en nosotros y a través de nosotros?

6.Si es que el despertar espiritual ha de resultar en que

los estudiantes acepten a Cristo como su Salvador —y esto debe ser cierto de todo verdadero despertar— debe haber trabajo personal de parte de los estudiantes cristianos. La importancia de llevar a otros uno por uno a Cristo se ve en las enseñanzas, en los mandamientos, y en los ejemplos de Cristo. Se le 11

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añade énfasis en la práctica de los primeros cristianos. Este método es en realidad necesario para complementar y asegurar que todos los demás métodos sean fructíferos. De hecho, todos los resultados espirituales que perduran se aseguran con la obra personal.

¿Qué debe caracterizar nuestra obra personal para los estudiantes? a. Debe ser inteligente. “El que gana almas es sabio”; debe ser sabio si las gana. Se necesita el estudio para entender el corazón humano y para saber cómo allanar las dificultades espirituales de una persona. b. Debemos tener tacto en nuestra obra personal. Debemos aprender a ponernos en el lugar de la persona a la que hablamos para ganarla. Debemos adaptarnos a ella y, de ser necesario, como Pablo, hacernos todas las cosas para ella. c. Seamos naturales. Conocí a un estudiante que cambiaba el tono de la voz cuando hablaba a alguien de religión. Uno se impresiona al leer los Evangelios por la sencilla naturalidad de Cristo en sus tratos con los individuos. d. Es importante que seamos sinceros de verdad en nuestra obra personal con los estudiantes. No hay clase más aguda para advertir la jerga y la hipocresía. Debemos hablar de las cosas que sabemos. Es la realidad detrás de las palabras lo que les da poder. Y aquí mismo demos énfasis al hecho de que, si un hombre ha de elevar a los hombres que se hunden en la arena movediza, él mismo debe estar asido de la roca. Si es que ha de conducir a los hombres hacia Cristo como Salvador, él también debe conocer a Cristo como su propio Salvador personal que lo rescata del poder de la tentación y del pecado que lo ase. e. La persona más compasiva tendrá la mayor influencia en la obra personal con los estudiantes. Si es que hemos de ganarnos a esta clase de personas, debemos, en cuanto nos sea posible, obtener y mantener su confianza espiritual e intelectual. f. Además, es necesario llevar a cabo esta obra en el espíritu de oración. No podemos convertir a ningún hombre; el argumento más fuerte y persuasivo no lo convencerá. Es el Espíritu de Dios que se vale de nosotros y que utiliza estas cosas el que puede hacer que la persona se vuelva del pecado al Cristo viviente, y el Espíritu obra en respuesta a la oración. 12

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g. La perseverancia debe caracterizar al obrero personal. Cuando somos tentados a ser impacientes, pensemos en nuestros hermanos que ministran entre los estudiantes de la India, que con frecuencia trabajan y oran por una persona por años y durante todo ese tiempo tienen cientos de conversaciones con ella. Me impresioné con un hombre que conocí en una de las universidades de Holanda. Para poder ganarse a un compañero estudiante que vivía en el pecado, vivió en el mismo cuarto con ese estudiante y por muchos meses estudió la Biblia y oró a diario con él, hasta que se convirtió en un verdadero cristiano. Cuando el destino de un alma inmortal depende de nosotros, no nos atrevemos a darnos por vencidos.

7.Al promover el despertar espiritual, hagamos uso de los medios y agencias que Dios ha usado en diversas universidades.

a. Muchos han descubierto que es un buen plan desplegar un esfuerzo especial para ganarse a los estudiantes al principio de su carrera universitaria. Seguro que no hay otro tiempo en el que los estudiantes sean más receptivos. b. El Día de Oración para los Estudiantes, ahora observado en muchos países, es también un buen tiempo para prepararse y comenzar dicha obra. Recordamos muchos despertares espirituales en universidades que se pudieron trazar directamente a la debida observancia de este día. c. Discursos o alocuciones por algún profesor o pastor que sea sólidamente espiritual a veces han sido el medio de un gran despertar entre los estudiantes de una universidad. También abren la puerta a la obra personal. d. En universidades en todos los países, buenos resultados han seguido cuando se ha traído de fuera a algún hombre que comprende bien a los estudiantes, para que tenga una serie especial de reuniones con ellos. e. La clase de discipulado es un medio que ha sido usado para conducir a muchos estudiantes a una vida cristiana. Se compone 13

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de un pequeño grupo de estudiantes cristianos que ambicionen convertirse en hábiles obreros personales y que estén dispuestos a hacer sacrificios con este fin. Su objetivo es permitir a sus miembros, mediante el uso del trabajo personal, llevar a otros uno a uno ante Cristo. ¿Por qué no ha de haber uno o más grupos pequeños de obreros personales como éste obrando calmada y eficazmente en toda universidad del mundo donde haya verdaderos cristianos?

Nosotros, los líderes

U

na palabra para terminar. Toda persona en contacto con el Cris to viviente está bajo la obligación de promover un despertar espiritual. ¿Cuán mayor es la responsabilidad que descansa sobre todos nosotros que, por providencia de Dios, ocupamos lugares de liderazgo en la obra entre los estudiantes? Si las asociaciones y los movimientos cristianos que representamos han de ser despertados espiritualmente, nosotros, los líderes, debemos ser profundamente espirituales. El arroyo no puede ser y no será más caudaloso que la fuente. Si faltamos por no cumplir con nuestro deber, tiemblo al pensar en las consecuencias. Por otro lado, si cada hombre aquí presente es fiel a sus oportunidades, los resultados serán de gran significancia y de incalculable importancia. Al pensar otra vez en la extraordinaria necesidad de un despertar espiritual entre los estudiantes de las tierras que representamos, al sentir los incentivos que nos mueven a desear dicho despertar, al recordar los poderosos medios que Dios tan grandemente ha usado para promover despertares y que Él ha puesto a nuestra disposición, ojalá que cada uno de nosotros se haga y conteste sinceramente estas tres preguntas: ❖ ¿Es la voluntad de Dios que haya una obra espiritual más profunda y más amplia entre los estudiantes del país que yo represento? ❖ Si así es, ¿dónde debe comenzar? 14

❖ ¿Y cuándo?

Resumen Estímulo para la acción 1. La amplia influencia que los estudiantes han de ejercer en el mundo nos debe empujar a ganarlos. 2. Al ganar a los estudiantes, no estamos tratando con una suma, sino que con una multiplicación. 3. Los estudiantes son más receptivos a las declaraciones de Cristo que cualquier otra clase de jóvenes. 4. Si no ganamos para Cristo a nuestros compañeros estudiantes antes que salgan de la universidad, son grandes las probabilidades de que no lo aceptarán más tarde en su vida. 5. Muchos de los estudiantes que más necesitan a Cristo no irán cerca de las iglesias. 6. Otro poderoso incentivo para nosotros debe ser el despertar espiritual entre los estudiantes en otras universidades y en otras partes del mundo, o podría ser el que hubo en nuestra propia universidad en el pasado.

Promoviendo un despertar espiritual 1. Permita que unos cuantos estudiantes cristianos se reúnan para hacer frente a los hechos respecto a la necesidad espiritual de su propia universidad. 2. Permita que los miembros de las asociaciones o uniones cristianas sean revividos, especialmente los miembros más consagrados. 3. Promueva el estudio de la Biblia personal, devocional. 4. La oración es condición indispensable para un despertar espiritual 15

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entre los estudiantes o entre cualquier otra clase de gente. 5. Debemos depender del Espíritu Santo si es que hemos de tener un genuino despertar espiritual. 6. Si es que un despertar espiritual ha de resultar en que los estudiantes acepten a Cristo como su Salvador personal, debe haber una obra personal de parte de los estudiantes cristianos. 7. Al promover un despertar espiritual, emplee sabiamente los medios y las agencias que Dios ha usado en diversas universidades.

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