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EL CORREO, EL DIARIO VASCO – 1 DE ABRIL DE 2011 http://www.elcorreo.com/vizcaya/v/20110401/pvascoespana/detectan-euskadi-radiacion-infima-20110401.html http://www.diariovasco.com/v/20110401/al-dialocal/detectan-aire-euskadi-trazas-20110401.html
Detectan en Euskadi una radiación ínfima procedente de Fukushima Son cantidades casi inapreciables de iodo y cesio que no suponen ningún riesgo para la salud ni el medio ambiente JUANMA VELASCO | SAN SEBASTIÁN.
AL DETALLE Concentraciones de actividad en el aire para distintos isótopos medidos en la red de alta sensibilidad del CSN en distintas estaciones. El becquerel o becquerelio (símbolo Bq) es una unidad derivada del Sistema Internacional de Unidades que mide la actividad radiactiva.
0,001 Nivel de detección. Registrado en la estación de muestreo de Bilbao. Milibecquereliosxm3.
400 Nivel de notificación del CSN para centrales nucleares.
16.000 Niveles asociados al límite de dosis a la población.
800.000 Niveles asociados al límite de dosis para los trabajadores.
En Donostia. Estación de medición de radiaciones ubicada en el Centro Meteorológico del País Vasco, en Intxaurrondo. :: MICHELENA
No se ve. Ni se huele. Es totalmente imperceptible para el ser humano. Pero la radiación liberada en la central nuclear de Fukushima, castigada por el terremoto y posterior tsunami del pasado 11 de marzo, ha llegado a Euskadi. El laboratorio de la red de alta sensibilidad ubicado en Bilbao ha detectado en los últimos días la presencia en el aire de isótopos radiactivos de iodo y cesio que «solo pueden proceder» del accidente nuclear de Japón. Eso sí, no hay de qué preocuparse. Las «trazas» son «tan ínfimas» que su presencia no presenta ningún tipo de peligro para la salud ni para el medio ambiente, aseguran los expertos. De hecho, estos valores «son mucho menores que la propia radioactividad natural de la tierra». Sea como fuere, las corrientes de aire han provocado que masas con partículas radioactivas procedentes de la central de Fukushima hayan llegado a Euskadi. Los isótopos de iodo 131, cesio 137 y 134 han sido detectados en los seis laboratorios de control repartidos por el Estado -uno de ellos está en Bilbao- y en otros distribuidos
por Europa. En todos los casos, las cantidades son muy pequeñas. La media de valores tanto en el laboratorio de la capital vizcaína como en Madrid, Barcelona, Sevilla o Cáceres son del orden de 0,001 milibecquerelios por metro cúbico (unidad que mide la actividad radioactiva). «Son niveles muy pequeños. El límite de dosis a la población para que empezáramos a notificarlo se encuentra a partir de 16.000 milibecquerelios por metro cúbico», explica Natalia Alegría, doctora en Ingeniería Industrial y encargada de coordinar los datos de la red de vigilancia de Euskadi. Las mediciones se llevaron a cabo entre el 18 y el 28 de marzo. Los laboratorios de alta sensibilidad forman parte de las redes de alerta y control de la radioactividad repartidas por toda España y coordinadas por el Centro de Seguridad Nuclear (CSN). En Euskadi, depende del Departamento de Industria del Gobierno vasco, aunque de su supervisión se ocupa el departamento de Ingeniería Nuclear y mecánica de Fluidos de la UPV. La red vasca cuenta con estaciones de alerta en la Escuela de Ingenieros de Bilbao, en la Facultad de Farmacia de Vitoria y en el Centro Meteorológico del País Vasco en San Sebastián (perteneciente al CSN), aunque estas últimas no tienen aparatos tan sensibles. Fuentes del Consejo de Seguridad Nuclear aseguran que los valores detectados «no tienen significación desde el punto de vista de la protección radiológica ya que, en todos los casos, son muy bajos y sin ningún peligro para la salud de las personas y el medio ambiente». ¿Y por qué se sabe que estos isótopos radioactivos proceden de Fukushima? «Porque no hay ninguna incidencia nuclear declarada en ningún otro sitio. La única explicación es que esos isótopos de iodo y cesio provengan de Japón», asegura la coordinadora del la red de vigilancia vasca. Además de centrarse en el seguimiento de los efectos del accidente en Fukushima, el laboratorio de alta sensibilidad de Bilbao lleva a cabo muestreos del suelo, ríos, alimentos, animales, plantas..., previo acuerdo con el CSN. ¿Y han encontrado algo fuera de lo común?. «No, sólo encontramos radiactividad natural». Hacia el Pacífico Según señalaron fuentes del CSN, está previsto que las masas de aire que ayer se situaban en la central nuclear de Fukushima se
muevan en las próximas 48 horas hacia la costa este de Japón y hacia el océano Pacífico. Tras conocer la existencia de partículas procedentes de Fukushima en la atmósfera del Estado, las organizaciones Ecologistas en Acción y Greenpeace criticaron al CSN por la «falta de transparencia» al no informar «puntualmente» sobre los niveles de radiación. No obstante, reconocen que los valores detectados no son nocivos para la salud. Según la doctora Alegría, en Bilbao se han detectado «trazas tan ínfimas» que las estaciones convencionales de la red de alerta radiactiva -menos sensibles- ni siquiera son capaces de registrarlas. «Los hemos detectado con los equipos de laboratorio de la red de alta sensibilidad, con los que analizamos muestras de aire», incide la experta. Los sistemas de estos laboratorios son tan sensibles que, hace unos años, llegaron «a detectar cambios en la atmósfera porque un pañal utilizado por un enfermo oncológico (sometido a radiación) del hospital de Basurto no fue reciclado de forma correcta. Se tiró a la basura, se incineró y expulsó a la atmósfera radionucleidos», detalla la coordinadora de la red de vigilancia vasca.
EL CORREO– 1 DE ABRIL DE 2011 http://www.elcorreo.com/vizcaya/v/20110401/pvascoespana/guipuzcoa-tiene-mayor-nivel-20110401.html
Guipúzcoa tiene el mayor nivel natural Las radiaciones naturales que se detectan en Euskadi son de las más bajas de Europa. En Guipúzcoa, donde son un poco mayores que el resto de Euskadi por la configuración geológica del macizo de Peñas de Aia (alta concentración de uranio), los niveles habituales son de 0,09 µSv/h (microsievert/hora, unidad de medida de las radiaciones que reciben las personas). En Álava y Vizcaya son de 0,08 µSv/h. Nada por lo que alarmarse. Esta radioactividad es «mil veces menor que la detectada ayer a las puertas de la
central nuclear de Fukushima». Así lo aseguran los responsables de la red de vigilancia radiológica de Euskadi. Pero, ¿en qué consiste la radioactividad? Según explica la doctora Natalia Alegría, es la propiedad de algunos elementos químicos de emitir partículas u ondas electromagnéticas que, a determinados niveles, pueden resultar nocivos para la salud. Las fuentes de radiación pueden ser naturales o las artificiales. Las de origen natural son las que provocan el 82% de la radioactividad en nuestro entorno. Entre las naturales, además del potasio que se encuentra en la corteza terrestre, la más importante es la surgida en las cadena de desintegración del uranio y de sus 'descendientes' como el torio, en cuyo proceso se liberan emisiones radioactivas (beta, alfa y gamma). Las artificiales son el 18% del total en nuestro entorno. La «más importante» es la originada en las pruebas médicas. En Euskadi, entre hospitales y empresas, el sistema de vigilancia controla 104 instalaciones.
DEIA – 1 DE ABRIL DE 2011 http://www.deia.com/2011/04/01/mundo/la-radiacion-defukushima-llega-a-bilbao-en-niveles-muy-bajos-y-nopeligrosos-para-la-salud
La radiación de Fukushima llega a Bilbao en niveles muy bajos y no peligrosos para la salud LAS ESTACIONES DE VIGILANCIA TAMBIÉN HALLAN PARTÍCULAS EN BARCELONA, CÁCERES Y SEVILLA
Expertos filipinos revisan los niveles de radiación en el Instituto de Investigación Nuclear filipino en Quezon, este de Manila (Filipinas). (Efe)
BILBAO. La estación de vigilancia de Bilbao detectó la pasada semana un aumento de los niveles de los isótopos radiactivos yodo 131, cesio 137 y cesio 134 debido a las emisiones procedentes de la central japonesa de Fukushima Daiichi, aunque siguen siendo
"muy bajos" y no son peligrosos. Según informó ayer el Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) en una nota y en su web, entre los días 25 y 28 de marzo, la estación de Bilbao registró unos niveles de yodo 131 de 0,900 miliBequerelios por metro cúbico, el cesio 137 llegó a 0,077 y el cesio 134 a 0,073. La semana anterior, entre el 18 y el 25 de marzo, los niveles de estos isótopos radiactivos estaban por debajo de 0,0001 miliBequerelios por metro cúbico, el límite inferior de detección. Tras el pico marcado el fin de semana, los pasados lunes y martes, el yodo 131 bajó a 0,325, el cesio 137 descendió a 0,018 y la presencia de partículas de cesio 134 se redujo a 0,021. El CSN subrayó que estos niveles de isótopos radiactivos en la atmósfera, también detectados en Barcelona, Cáceres y Sevilla, "no tienen significación desde el punto de vista de la protección radiológica, son muy bajos y sin ningún peligro para la salud de las personas y para el medioambiente". Según el CSN, estos resultados, similares a los que se han registrado en otros ciudades europeas, eran "previsibles" por los datos meteorológicos de los días anteriores, que indicaban que iba a llegar "la nube procedente de Fukushima". SIN RIESGO La directora de Vigilancia Radiológica Ambiental del CSN, Rosario Salas, ha asegurado en otro comunicado que las partículas radiactivas no tienen ninguna incidencia en la salud, "ya que están por debajo de los límites establecidos". El departamento de Industria del Gobierno Vasco cuenta con tres estaciones de vigilancia radiactiva conectadas al CSN y que están ubicadas en la Escuela de Ingenieros de Bilbao, el centro territorial del Instituto Nacional de Meteorología de Donostia y la facultad de Farmacia de
Gasteiz. Asimismo, el CSN solo ha informado de los datos de isótopos radiactivos de seis de sus más de cuarenta estaciones de vigilancia y entre estas figuraba Bilbao, pero no Donostia ni Gasteiz. Por su parte, el departamento de Industria ha dado a conocer, al igual que el CSN, las mediaciones que realiza de dosis de rayos gamma detectados, que fueron normales, al situarse el miércoles en 0,076 en Bilbao, 0,078 en Gasteiz y 0,087 en Donostia, las tres más bajas entre las más de 40 estaciones del CSN. La radiactividad procedente de la central de Fukushima afecta ya a casi todo el planeta, aunque en ningún país se han registrado niveles que puedan suponer un riesgo para la salud. Así, las autoridades de Estados Unidos aumentaron ayer la supervisión en producción de lácteos después de hallar bajos niveles de radiación en una muestra de leche tomada en Spokane (Washington) y en San Luis Obispo (California). La Agencia de Protección Medioambiental (EPA) aseguró que los niveles del componente radiactivo yodo 131 detectados son 5.000 veces inferiores al punto que la Oficina de Alimentos y Medicamentos considera peligroso para la salud. "Este tipo de hallazgos son de esperar en los próximos días y son considerablemente inferiores a los niveles de preocupación pública, incluso para niños y bebés", dijo la EPA en un comunicado. La agencia recordó que el yodo 131 tiene una vida media de aproximadamente ocho días, por lo que se espera que el nivel detectado en la leche y los productos lácteos "disminuya relativamente rápidamente". YODO 131 La compañía gestora de la central nuclear de Fukushima halló ayer niveles de radiación 10.000 veces superiores a los límites legales en aguas subterráneas de la central.
Portavoces de Tepco indicaron que se detectó yodo-131 en muestras de agua subterránea en la central y sus proximidades. "Es una cifra extremadamente alta", advirtieron. La contaminación se localizó en torno al edificio que alberga la turbina del reactor número 1 de la central Fukushima Daiichi, sobre la que se ha establecido un área de evacuación de 20 kilómetros que las autoridades han descartado ampliar pese a las recomendaciones del Organismo Internacional de Energía Atómica. La radiactividad del agua subterránea triplica los niveles que anunciaron el miércoles las autoridades sobre el yodo radiactivo hallado también en el mar cerca de la central: 3.355 veces por encima del límite de seguridad. Trabajadores de Tepco y bomberos luchan contrarreloj en Fukushima Daiichi en un desesperado intento de controlar la situación de los reactores nucleares.
EL MUNDO – 1 DE ABRIL DE 2011
DEIA – 2 DE ABRIL DE 2011