Día de la resistencia indígena

Día de la resistencia indígena Ronny Velásquez Antecedentes que justifican tal acontecimiento Ninguna consideración se tuvo con el auténtico poblador

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De la resistencia gaitanista a la resistencia liberal; Villavicencio 1948- 19501 From Gaitanist resistance to liberal resistance; Villavicencio 1948-1

la resistencia de un pueblo
la resistencia de un pueblo Guerrilleras y guerrilleros Las FARC-EP están constituidas por seres humanos comprometidos con el ideario bolivariano, c

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Día de la resistencia indígena Ronny Velásquez Antecedentes que justifican tal acontecimiento Ninguna consideración se tuvo con el auténtico poblador de este continente. Cifras actuales que analizan los censos elaborados por los mismos conquistadores en la época colonial demuestran que este territorio mal llamado América a partir de 1507, albergaba una población que superaba los 100 millones de habitantes. No obstante, en 150 años de colonización y de conquista, aperas quedaban 3 millones de indígenas. Desde este punto de vista, ¿cómo no sentirse dolido por un hecho tan inusitado y de tanta trascendencia? Es decir, se perdieron seres humanos, con su cultura y sus lenguajes autóctonos y con sus diversos sistemas religiosos, tecnologías, calendarios, conocimientos del cosmos, sistemas numéricos, medicina, arquitecturas monumentales, escuelas, música, instrumentos musicales, sistemas míticos y literarios, entre tantas otras manifestaciones culturales con los cuales, los seres humanos de este continente, ahora seríamos diferentes. Veintisiete años de lucha de una antropología comprometida con la inter y la transdisciplinariedad, dieron al fin los resultados que las ciencias sociales y humanas se habían planteado: respeto y valoración del otro, de la alteridad y de la otredad. Pero es necesario reconocer que esta lucha tiene un germen antiguo, los miles de luchadores que defendieron la causa de su propio pueblo, como el mismo Cacique Guaicaipuro que cayó en una batalla desigual, después que habían masacrado a su esposa y a sus pequeñas hijas. También podríamos mencionar a Nicarao, a Guamá, a Moctezuma, a Atahualpa, a Lempira, todos muertos por los invasores y traicionados y asimismo a los demás millones que cayeron uno a uno con su pueblo porque nunca aceptaron ni la religión, ni la cultura impuesta por el invasor. Esta historia no es contada por la historia oficial, la historia lamentablemente la han escrito siempre los representantes de los “vencedores” y no los vencidos porque no se les dio nunca la oportunidad de hacerlo o porque al hacerlo, no se les tomó en cuenta porque ellos, según la cultura de la dominación “no están en capacidad de hacerlo”. Muchísimos textos de la historia están llenos de desconsideraciones sobre los indígenas que sobresalieron de lo común. Arnold Toynbee (1889-1911) por ejemplo, que era un gran historiador inglés y muy influyente en la historia universal, reconocía que sólo existían 4 clases de nacionalidades adecuadas: La inglesa, la alemana, la escandinava y la noruega. A partir de esta premisa, todas las demás, debían ser discriminadas. Luego, si venimos a América Latina, nos encontramos con historiadores y pensadores que han sido influyentes y que también han despreciado hasta su propia cultura y más aún la cultura indígena.

Mario vargas Llosa por ejemplo, el escritor peruano, laureado por sus escritos, ha afirmado que “no hay más remedio que modernizar a los indios, aunque haya que sacrificar sus culturas para salvarlos del hambre y de la miseria”. Los Estados Unidos mandaron a 25.000 indios norteamericanos a pelear en la Segunda Guerra Mundial en 1945, de ellos sólo regresaron 15.000. En 1614, el Arzobispo de Lima, mandó a quemar todas las quenas y los demás instrumentos de música de los antiguos Incas, con la excusa de que “las danzas, el canto y las ceremonias de los indios tenían influencia del demonio”. Otro Arzobispo de Buenos Aires auspiciaba y celebraba la matanza de los indios Araucanos del Río Negro en el Sur de Argentina porque se necesitaba exterminarlos a todos para poblar la Pampa de beneficios para los argentinos cristianos. Estas actitudes fueron apoyadas por escritores de la talla de Domingo Faustino Sarmiento que elogiaba la lucha contra los indios y apoyaba la búsqueda de los auspicios para su exterminación. Hernán Cortés, en una sola tarde mató en Tenochtitlán a más de tres mil indios, entre ellos niños, mujeres y ancianos, encerrados en la ciudad amurallada, a quienes había convocado para llegar a un acuerdo de paz y en su carta al Rey le dice que “Dios le dio tanta victoria que pudo matar a tres mil infieles aztecas”. Pero es que el problema no es sólo de los españoles, podemos citar otros casos similares al del mismo Vargas Llosa, pues en Bolivia, un historiador prestigioso boliviano, llamado Gabriel René Moreno afirmaba que “los indios eran asnos que sólo generaban mulos cuando se cruzaban con la raza blanca”, por lo tanto, estas uniones no debían permitirse. El mismo Ricardo Palma que escribe sobre las Tradiciones Peruanas dice que “los indios pertenecen a una raza abyecta (despreciable) y degenerada y que para que podían servir”. De esta manera podríamos citar muchísimos ejemplos del desprecio y del exterminio del indio y estos datos son hoy parte de la historia de América que para ser sinceros no es una historia lejana, es también parte de la historia reciente, como ocurrió con la matanza de los Indios Barí en la Sierra de Perijá, Estado Zulia en 1970, o la matanza perpetrada por unos hacendados contra los indígenas Cuiva en La Rubiera, Estado Apure en 1976, o las masacres de indígenas que se han producido en Guatemala, Brasil, entre otras formas de exterminio como en Hawai, por el despojo, en Uruguay porque mandaron a los últimos Charrúa a un zoológico de Paris, o en Chile las matanzas fueron fuertes por conquistar el Sur, o en Panamá, por inundar las tierras para hacer una represa, entre tantos otros ejemplos que podríamos mencionar con precisión y exactitud. La colonización y lamentablemente, los descendientes de los colonizadores nunca han entendido al indio, pero el problema no es sólo el conflicto étnico, el problema es económico, religioso, y el temor y el horror que causa el hecho de que el indio tenga la posibilidad de recuperar el sentido y el norte que ha perdido, esto incluye su religiosidad, sus chamanes, sus lenguas, su cultura en general, pero no sólo eso, sino también, sus raíces dolorosas y el reclamo de sus territorios y de sus riquezas arrebatadas. Ya hay indígenas que están sacando cuentas de lo que se ha perdido a través de la colonización y del llamado “descubrimiento”.

El Cacique Guaicaipuro Cuautemoc, cacique actual de esta América indómita y de resistencia afirma con cifras exactas que entre 1503 y 1660, es decir, en 157 años, salieron de estos territorios con destino a Sanlúcar de Barrameda, puerto de España, en Cádiz, la cantidad de 185,000 kilos de oro y 16 millones de kilos de plata. En sus análisis, él no considera que pueda ser un robo, porque al ser cristianos, los españoles, como afirmaban, estarían faltando entonces al 7º mandamiento de la Ley de Dios. Y propone con sobrada razón que se le exija ahora a Europa la devolución de estos metales preciosos con sólo un mínimo de interés del 10 % acumulado por sólo 300 años, es decir, dándoles 200 años de gracia y afirma que esta sí es una deuda histórica. A esto le agregamos nosotros, el hecho inusitado que por supuesto, nunca podrán pagar, como es la sangre de los 97 millones de indígenas, o de seres humanos que mataron a lo largo de este continente, en sólo 150 años, es decir, en el mismo período que sacaron tanta riqueza de estos espacios que le corresponden por derecho propio a los indios americanos, sin contar por supuesto, con el sistema de esclavitud impuesto a los negros africanos a quienes no se les consideraba seres humanos y que, en un período de 355 años de esclavitud, (1518-1873) se importaron a estas tierras, 10 millones de negros africanos que vinieron en forma legal, amén de los que se traían por contrabando y negociaciones fraudulentas, para vivir en las condiciones más infrahumanas. Así que, tanto “indios” como “negros”. Siempre fueron vistos con desprecio por los colonizadores. Existen infinidad de textos que se expresan con el menosprecio más absoluto sobre ellos. En el libro de Antonello Gerbi por ejemplo, La disputa del Nuevo Mundo, destaca en la página 132: “Estos salvajes no sólo son degenerados, (es que) tampoco son hombres caídos, (del cielo) al igual que los calmucos (mongoles) y los negros, ellos no descienden de Adán y Eva, no sufren las consecuencias del pecado original y por lo tanto, no han sido redimidos por Cristo. (Gerbi, FCE, 1982, 132), Y así, podríamos citar cientos de otros textos similares. La toma de conciencia del genocidio, otrocidio, y del despojo El hecho de tomar en cuenta este largo reclamo, y que se instituya entonces, el Día de la Resistencia Indígena, es justicia. El mismo Simón Bolívar ya se planteaba el deseo de resolver los problemas que afrontaba el indígena y así lo declara en sus escritos: “Nuestros hermanos indígenas se hallan en un estado de abatimiento verdaderamente lamentable. Yo pienso hacerles todo bien posible: primero por el bien de la humanidad y segundo porque tienen derecho a ello”. En este caso, es un planteamiento auténticamente bolivariano el hecho de que sea el Presidente Chávez quien tome en sus manos, resolver los problemas que el mismo Bolívar no logró. Así, el Sr. Presidente acogió aquella propuesta que ya venía asumiéndose en varios seminarios, encuentros, asambleas, clases, conferencias, etc., pero que toma cuerpo en la ya elaborada propuesta definitiva que se le hiciera a parir del Encuentro de pueblos indígenas y Campesinos, llevado a cabo en Caracas entre el 11 y 14

de octubre del año 2003, en el cual se pidió un alto al culto a Cristóbal Colón y a la vez, se le solicitó que se eliminara de una vez y para siempre, el mal llamado “Día de la Raza” que se había impuesto como decreto desde 1921 y que se considerara este hecho histórico como el Día de la Resistencia Indígena Planetaria, tomando en cuenta la defensa de la biodiversidad, la diversidad lingüística, el diálogo intercultural y el respeto por la dignidad humana de todos los seres del mundo excluidos, tanto en América como en África, Oceanía y el Norte de Europa. Es así como surge el acuerdo siguiente: ASAMBLEA NACIONAL DE LA REPUBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA CONSIDERANDO Que el próximo 12 de octubre se conmemora, el Día de la Resistencia Indígena, consagrado como tal en el Acuerdo de la Asamblea Nacional APROBADO EL 9 DE AGOSTO DE 2003 CON MOTIVO DEL Día Internacional de los Pueblos Indígenas y de conformidad con el Decreto Presidencial Nº 2028, publicado en la Gaceta Oficial de la República Bolivariana de Venezuela Nº 5605 Extraordinaria de fecha 10 de octubre de 2002, en atención a nuestra autoafirmación americanista por la unidad y diversidad cultural y humana dentro del Proyecto Histórico Bolivariano de la Integración Intercultural de América Latina y el Caribe; CONSIDERANDO Que a partir del expreso reconocimiento constitucional de los derechos originarios, históricos y específicos de los pueblos y comunidades indígenas, Venezuela se define como un Estado multiétnico, pluricultural, democrático, de derecho y de justicia, participativo y protagónico en procura de un nuevo equilibrio del universo; CONSIDERANDO Que la resistencia de los pueblos indígenas de Venezuela y América encuentran continuidad en la resistencia y protagonismo de todos nuestros pueblos afroamericanos, criollos, mestizos múltiples y el pensamiento crítico europeo contra todas las formas de discriminación y de exclusión humana, social, cultural y de género, reafirmando los derechos de las nuevas generaciones al ambiente total como centro de la vida; CONSIDERANDO Que la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela consagra la interculturalidad en términos de justicia y equidad entre todos los pueblos y culturas que conforman nuestra nacionalidad, y esto constituye un desafío

histórico y político para propiciar el diálogo de civilizaciones en un clima de paz, con justicia, independencia y soberanía. ACUERDA PRIMERO: Instar al Ejecutivo Nacional, a los pueblos comunidades y organizaciones indígenas a crear los mecanismos alternativos para garantizar su espacio vital, modalidades específicas de consulta y participación, la operatividad de los derechos originarios, históricos y específicos de los pueblos y comunidades indígenas, en su realidad rural y urbana, la celeridad en el proceso de demarcación de su hábitat y tierras ancestrales, acompañados de políticas interculturales de salud, seguridad alimentaria, educación intercultural bilingüe, políticas de vivienda con pertenencia sociocultural y ecológica, prevención y saneamiento ambiental, entre otras prioridades. SEGUNDO: Reflejar en el Plan de la Nación 2001-2007 la urgencia de estos derechos específicos, en sintonía con el texto constitucional y sus disposiciones transitorias, incluyendo el Equilibrio Inter-cultural y el Equilibrio Ambiental de la Nación venezolana, como complemento de los cinco equilibrios previstos: político, económico, social, territorial e internacional, sin lo cual no sería posible fundamentar la unidad en la defensa de todas nuestras diversidades, lingüísticas, étnicas y culturales, acompañadas de los distintos tipos humanos, diversidad de género, diversidad geográfica regional o local y de la biodiversidad en su conjunto. TERCERO: Profundizar el espíritu intercultural de la Misión Guaicaipuro y de todas las Misiones, con el propósito de construir políticas alternativas para los pueblos y comunidades indígenas y todos los sectores de la vida nacional que han sido víctimas de las políticas de exclusión social y humana. CUARTO: Auspiciar dentro de las modalidades de desarrollo endógeno, sostenible y formas cooperativas de producción, la interculturalidad del sistema educativo venezolano en todos sus niveles y modalidades y hacerlo extensivo a los pueblos indígenas, afrovenezolanos, criollos, mestizos múltiples, latinoamericanos, euroamericanos y de otras latitudes. QUINTO: Propiciar la formación intercultural de nuestras fuerzas armadas, especialmente de aquellos cuerpos que se desenvuelven en realidades de marcado acento multiétnico y pluricultural, en las regiones de los pueblos y comunidades indígenas, campesinos y urbanas, fronterizas y binacionales. SEXTO: Construir con los propios pueblos el perfil intercultural del proceso de integración de América Latina y el Caribe con espíritu bolivariano, la unidad nacional y continental y la diversidad cultural y humana. SEPTIMO: Proponer, en solidaridad con el Encuentro Continental de los pueblos indígenas y campesinos, realizado en Caracas del 11 al 14 de octubre del año pasado, a los pueblos y gobiernos del mundo convertir el 12 de octubre en DIA DE LA RESISTENCIA INDIGENA PLANETARIA, por un

nuevo orden mundial y un nuevo equilibrio del universo, al reencuentro con nosotros mismos, con América, con la Humanidad y con la madre Tierra. Dado, firmado y sellado en el Palacio Federal Legislativo, sede de la Asamblea Nacional, en Caracas, a los siete días del mes de octubre de dos mil cuatro. Como vemos, este es el Decreto que da partida de nacimiento a un hecho que es justicia y que sólo alcanzó su madurez con un Presidente comprometido con todas las luchas y los reclamos llevados a cabo por indígenas y todos los excluidos de los sistemas de dominación y porque a la vez, se establecen estos derechos en el Capítulo VIII de la Constitución Bolivariana de Venezuela aprobada el 15 de diciembre de 1999, en sus artículos 119 al 126, y también en el Preámbulo de la misma, en el cual reconoce el derecho que tienen los pueblos indígenas sobre el uso oral de sus lenguas aborígenes. Y, como este hecho, igual que el anterior, está relacionado con la defensa de la cultura, el Presidente Chávez, fiel a sus responsabilidades con su pueblo, también, ya había aprobado el 27 de mayo del año 2002, el Decreto que a continuación describimos: HUGO CHAVEZ FRIAS Presidente de la República De conformidad con lo previsto en los artículos 121 y 226 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, en concordancia con el artículo 51 de la Ley Orgánica de Educación. CONSIDERANDO Que factores de orden histórico, político, territorial, demográfico, económico, sociocultural, sociolingüístico y de actitudes colectivas, han ocasionado la desaparición, marginación y degradación de mucho de los idiomas indígenas de Venezuela, y que, por tanto, se hace necesario tomar las medidas conducentes para evitar que continúe tal situación, CONSIDERANDO Que los idiomas indígenas son medios expresivos de sistemas de oralidad de alto valor estético, y que el Estado debe garantizar el respeto a estos sistemas utilizados históricamente por los pueblos indígenas para transmitir sus conocimientos, sabiduría ancestral, literatura y otras manifestaciones creadoras, CONSIDERANDO Que en el territorio de la República Bolivariana de Venezuela habitan diversos pueblos indígenas cada uno con culturas e idiomas específicos y es deber del Estado garantizar en todo el territorio de la República el derecho que tienen a mantener y desarrollar su identidad étnica, lingüística y cultural, cosmovisión, valores y espiritualidad, así como a una educación propia,

CONSIDERANDO Que los pueblos indígenas tienen derecho a una educación propia que permita a todos sus miembros adquirir el pleno dominio de su propio idioma, con las diversas capacidades relativas a todos los ámbitos de uso habituales, DECRETA Artículo 1º.-Es obligatorio el uso de los idiomas indígenas, tanto en forma oral como escrita, en los planteles educativos públicos y privados ubicados en los hábitats indígenas, así como en otras zonas rurales y urbanas habitadas por indígenas, en todos los niveles y modalidades del sistema educativo nacional. Se entenderá que el idioma o idiomas indígenas corresponderán al del pueblo indígena que habite en el sector. Artículo 2º.-Los textos escolares y literarios, materiales didácticos audiovisuales o publicaciones de cualquier naturaleza en idiomas, deberán contar para su uso oficial con el aval del Consejo Nacional de Educación, Culturas e Idiomas Indígenas y la aprobación del Ministerio de Educación, Cultura y Deportes, a través de la dirección de Educación Indígena. Dado en Caracas, a los veintisiete días del mes de mayo de dos mil dos. Entendemos que estos dos Decretos son básicos para el cumplimiento cabal de las acciones que se llevan a cabo en los pueblos indígenas en dónde por fin, es posible que se les deje pensar de nuevo para recuperar el sentido que poseían sus vidas y sus propios sistemas de pensamientos complejos. Así, antes de decretar el Día de la Resistencia, en el mes de julio del año 2003, se publicó la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela en el idioma Wayuunaiki, o lengua Wayú, para el uso de los escolares en la población indígena Wayú que es la más numerosa de los pueblos indígenas de Venezuela, con una densidad poblacional que ronda el medio millón de hablantes. En la presentación que hace el Presidente Hugo Rafael Chávez Frías a la traducción de la Constitución Bolivariana de la República de Venezuela en Wayú, dice lo siguiente: “Una Constitución Bolivariana que fundada en el espesor de las tres raíces, al reconocer los derechos originarios, históricos y específicos de los Pueblos Indígenas de Venezuela, por primera vez en la vida constitucional del país, asume a la nación en su unidad y diversidad multiétnica y pluricultural, desde un marco filosófico-jurídico intercultural, con profundo sentido de justicia y equidad para todos los pueblos y culturas constitutivos de la venezolanidad. Esta traducción de la constitución Bolivariana al wayuunaiki, interpreta el reclamo de cinco siglos que tienen los Estados y sociedades nacionales con sus primeros habitantes, entendiendo además que por boca del aborigen hablan, de 20 mil a 40 mil años de historia, silenciados y reprimidos por la colonización; traducidos a un infeliz colonialismo interno cuando nace la

República, traicionada en la médula espinal del proyecto independentista bolivariano. El proyecto independentista e integracionista buscó la consolidación de la Gran Colombia y el Congreso de Panamá en la senda de un “Nuevo Equilibrio del Universo”. Ideales traicionados por Páez y Santander en manos de la oligarquía y que posteriormente encontrarían su coronación con Sarmiento y Alberdi en el Cono Sur, al renegar en la forma más grotesca y escandalosa de los orígenes indígenas, africanos e hispánicos (criollos) de este continente. (Sarmiento, (1811-1888) ya lo comentamos, abogaba por todo lo hispano, igual que Alberdi, (1810-1884) pensadores argentinos muy influyentes en la política y en la cultura del país). No hay que olvidar que Chávez se refiere a esa posición política que tuvo el influyente pensador argentino llamado Domingo Faustino Sarmiento quien proponía que, o se aceptaba la civilización o se imponía la barbarie y que tanto eco tuvo en América Latina, pues sus postulados conformaron la columna vertebral de la dominación cultural de la cultura dominante de este continente en la cual se realizaban grandes expediciones para matar a los indios, para tomar sus territorios, para conquistar pueblos y todo ello para imponer la dominación política, económica, y social que tanta desigualdad ha traído a los pueblos de este continente. En este sentido, es necesario recordar a José Martí cuando afirmaba en defensa de lo indígena lo siguiente: “Con Guaicaipuro y Paramaconi, con los desnudos y heroicos Caribes hemos de estar y no con los cascos que los pisotearon, ni con las cuerdas que los ataron, ni con las espadas que los degollaron”. Esta realidad está presente en toda la América indígena a través de más de 500 años. No olvidemos que armas de la conquista también fueron los caballos, las cuerdas, la religión, la trampa, el engaño, la traición, las enfermedades como la viruela, el sarampión, la lepra, enfermedades venéreas, etc. Pero hay otra arma que es quizás una de las más potentes, que es el lenguaje, el idioma de Cervantes que se ha impuesto. Esta arma tiene la virtud de convencer aún a muchos de los mismos conciudadadanos de estas mismas tierras para que influyan negativamente en la manera de ser y de pensar de los entes de poder y así, se impone un LOGOS que normalmente, es perjudicial para los pueblos indígenas y para una gran cantidad de excluidos que al verse tan desprotegidos y al percibirse de vivir en una situación tan paupérrima, miserable y de inequidad, sólo han entendido que esa es la voluntad de Dios y tal entendimiento los vuelve pacíficos y aceptan con humildad una actitud de dominados por el destino sin acceder a pensar en sus potencialidades o en analizar que no se les ha dado oportunidades para demostrar sus posibilidades. Favorablemente, hoy día, los indígenas han despertado de ese extenso letargo porque se les ha comprendido y se ha tomado conciencia de sus potencialidades y algunos seres concientes, han entendido que en realidad se les ha sumido en sus propias necesidades, y que la cultura dominante es la causa de su inequidad. Por eso ahora, ellos reclaman lo que les corresponde

ya que les fue arrebatado. Hoy día, dándose cuenta de la impotencia que han tenido y de que no se les tomó en cuenta, arremeten contra los símbolos que siempre nos han oprimido y que se nos ha obligado a respetar, así como también, hemos aprendido una historia con muchas mentiras, que al final, se han tenido que convertir en verdades. Así, tomando con sangre, con rabia reprimida y con lágrimas esta conciencia, se trata ahora de rescatar los íconos perdidos de su propia identidad indígena para retomar el sentido de la venezolanidad y en este instante, estamos seguros que la historia se revierte y podemos afirmar con certeza que el indígena de Venezuela, está aprendiendo a pensar de nuevo bajo su propia óptica y en razón de sus carencias. Ahora, reclaman a quienes los excluyeron por tanto tiempo…y ahora, los que lo hicieron, posiblemente no les dará tiempo para lograr su arrepentimiento, ni de pagar sus culpas por tanto daño cometido a los indígenas durante 512 años. Es importante entonces tomar conciencia que ahora se gesta otra revolución que ya no es armada, se trata de la revolución de la cultura indígena, popular y de los miembros de las sociedades que siempre estuvieron excluidos. En este sentido, diversos pueblos de América y del continente pasan a reafirmar y a reintegrarse en ese proceso de la interculturalidad con el objetivo de convertirse ellos en puntas de lanza para causar los efectos deseados, y no ser ya más el blanco de las diversas armas de la conquista. Ahora se ha tomado conciencia de lo fuertes y poderosos que fueron las culturas de este continente y no obstante, fueron masacrados, heridos o exterminados a lo largo de todo el proceso de colonización. Posteriormente, auque la libertad y la emancipación de este continente la ganaron con sangre los ejércitos patriotas, para cuando se les dio la libertad, ya los habían saqueado y muchos “países” quedaron en la más absoluta miseria y aún hoy, no han podido reconstruirse. Por otro lado, la explotación, también continuó a lo largo del Período Nacional o de “Independencia”. Hoy día, ya se esfumaron los sistemas colonialistas de explotación, pero surgen otros más poderosos: los mecanismos del mercado en sus aspectos neoliberales bajo las orientaciones descaracterizantes del capitalismo desbordado que se acompaña de la tecnología arrasante de la globalización que abre la enorme brecha entre los países que dominan la tecnología y los que seguimos poniendo la materia prima, la fuerza de trabajo y los espacios geográficos en los cuales no importa para ellos, la destrucción del medio ambiente, de las fuentes de agua, ni de la naturaleza. Ni tampoco importa la muerte de los obreros que trabajan y que se exponen por un jornal miserable para darle de comer a su familia. Hay que tener en cuenta que ese fenómeno de la globalización, nos corroe las venas ya que se nos inserta en el uso de las energías más destructivas para el ser humano, como la energía nuclear, la energía celular, la energía de micro hondas, entre otras, o nos hace depender de todo lo que nos ofrece el mercado mundial. Todo ello no surge de la convivencia armónica entre pueblos y países del continente, no, ello surge a través de los intereses hegemónicos de las potencias que manejan el mercado mundial y que además, influye en las

diversas economías regionales y aún globales para imponer su dominio y extraer los máximos rendimientos en ese movimiento del gran capital transnacional. Favorablemente hoy día, los pueblos oprimidos del mundo han dicho NO, ya basta, y este Milenio será por tanto el Siglo de las reivindicaciones de los pueblos indígenas y de los excluidos, quienes exigirán el respeto y la valoración de su cultura y de sus sistemas de vida, aunque haya que tumbar por el suelo todas las imágenes simbólicas de la dominación.

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