Diane F. Urey Illinois State University

Diane F. Urey Illinois State University DON QUIJOTE Y NAPOLEÓN EN LOS EPISODIOS NACIONALES DE GALDÓS Desde su incepción en 1873 los 46 Episodios naci

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Diane F. Urey Illinois State University DON QUIJOTE Y NAPOLEÓN EN LOS EPISODIOS NACIONALES DE GALDÓS

Desde su incepción en 1873 los 46 Episodios nacionales de Galdós nos exigen confrontar las diversas y problemáticas relaciones entre el texto escrito y el lector. Comenzando con las primeras páginas de la Primera Serie vemos las interconecciones enredadas entre el discurso histórico y el discurso ficcional. Los 10 volúmenes de la Primera Serie tratan del protagonista y narrador Gabriel Araceli que recuerda su juventud y escribe su vida durante la Batalla de Trafalgar y la Guerra de Independencia. Tan central a la narrativa como la descripción de hechos históricos y la urdimbre del trama ficcional es su enfoque en el acto de recordar, el empeño de la imaginación de recrear una realidad pasada. Este enfoque textual en el proceso de la (re)creación escrita constituye una autocrítica de su propio método discursivo, la base del texto mismo. Por medio de dicha autocrítica los primeros episodios de Galdós ofrecen una desmitificación profunda de las versiones legendarias de la época napoleónica en España, del ser perceptor, sea narrador o lector, y del proceso de la escritura. Gabriel no sólo sirve como actor y narrador de su texto, sino como espejo del lector; él, con nosotros, aprende que ambos su identidad (ficcional) y la identidad de España (histórica) son artificios de un lenguaje sumamente artificioso. Se puede ver bien este entretejido complicado y desmitificador de perspectivas, voces y discursos en el cuarto episodio, Bailen. Por todo el volumen hay referencias directas e indirectas a Don Quijote, y su novela, y a Napoleón, y las leyendas de su gloria, que mezclan y enredan la famosa obra ficcional con la época y la figura más grandes de la historia reciente. Bailen narra el viaje de Gabriel, con otros personajes que cuentan sus propias historias, por La Mancha a Andalucía en busca de su amada, la noble Inés de Santorcaz, cuya posesión por el pobre huérfano Gabriel es el motivo del argumento amoroso de la Primera Serie. Luego el episodio nos cuenta en detalle la primera victoria europea sobre las fuerzas de Napoleón, la Batalla de Bailen. La novela comienza en el 20 de mayo de 1808, con Gabriel en "milagrosa resurrección"1 después de su fusilamiento por los franceses AIH. Actas XI (1992). Don Quijote y Napoleón en los «Episodios nacionales» de Galdós. DIANE F. UREY.

293 al final del volumen anterior, El 19 de marzo y el 2 de mayo. Gabriel se describe como "un verdadero resucitado o alma del otro mundo que vuelve con forma corporal" (467), reflejando su proyecto magno de resucitar en su imaginación y por medio de la escritura su juventud y una España pasada, ambas cosas, por lo tanto, quiméricas. Mientras recobra la salud, Gabriel escucha las versiones hiperbólicas del 2 y el 3 de mayo en Madrid, detalles de la ocupación francesa y narraciones de las hazañas de otros historiadores/actores de guerras anteriores. Cada narrador procura hacer su historia más grande y gloriosa que la del otro; mas como una verdadera resurrección de la muerte, la historia de Gabriel, el texto mismo de Bailen, es la más grande de todas. El historiador que primero habla en la novela, Luis de Santorcaz, une el trama ficcional, que se centra en el amor entre los jóvenes Inés y Gabriel, con la intriga histórica y los hechos militares descritos a la continuación de la Serie. Más tarde en Bailen el lector aprende, al mismo tiempo que Gabriel, que Santorcaz es el padre de Inés; su busca de su hija refleja la de Gabriel en muchas maneras, y crea más obstáculos a la unión de los dos amantes de los que ya existían por su diferencia social. Un símbolo apto de una España victimizada (o "ideal" como dice Brian Dendle 44) la posesión de Inés es sinónima con la victoria tanto para los españoles que para los franceses. Inés y España, los objetos ilusorios e idealizados del deseo inalcanzable, motivan las batallas literales y figurativas de los rivales amorosos, guerreros, avaros o vengativos que quieren controlarles. Las barerras entre Inés y los que la quieren poseer, como el impedimento francés a la independencia española o la resistencia española a la ocupación francesa, reflejan los que siempre existen entre el deseo y su objeto. A causa de su relación —persecución y parentesco— con Inés, Luis de Santorcaz personifica los obstáculos a la independencia española. Tiene motivos ambivalentes y egoístas asociados con Inés para hacerse soldado, primero en el ejército de Napoleón y luego brevemente en el español en la batalla de Bailen, y después un espía para los franceses. Santorcaz, como todos los personajes en busca de Inés, ejemplifica el juego ambiguo de la historia y la ficción que desmitifica los atributos leyendarios de la Guerra de Independencia, como el patriotismo, y hace más complicado el enredo amoroso de la Primera Serie. Gabriel y Santorcaz toman parte en la Batalla de Bailen como resultado directo de su persecución de Inés. Viajan juntos a Andalucía, AIH. Actas XI (1992). Don Quijote y Napoleón en los «Episodios nacionales» de Galdós. DIANE F. UREY.

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acompañados por Andrés Marijuán, el narrador y protagonista del episodio Gerona, revisado y corregido por Gabriel. Su viaje a Inés y la Batalla de Bailen les lleva por La Mancha, trazando el intertexto cervantino. La jornada de estos tres "picaros" es "tan irregular cual los que en antiguas novelas vemos descritos" (470). La descripción de la belleza desnuda del país manchego forma un corolario al discurso de Gabriel, el texto de los Episodios nacionales, desde que también parece ser creada de la nada: ...la Mancha, si alguna belleza tiene, es la belleza de su conjunto, su propia desnudez y monotonía, que si no distraen ni suspenden la imaginación la dejan libre, dándole espacio y luz donde se precibe sin tropiezo alguno. La grandeza del pensamiento de Don Quijote no se comprende sino en la grandeza de la Mancha. En un país montuoso, ... poblado de agradables sombras, ... luz templada y ambiente espeso, Don Quijote no hubiera podido existir.... Don Quijote necesitaba aquel horizonte, aquel suelo sin caminos, y que, sin embargo, todo él es camino; aquella tierra sin direcciones, pues por ella se va a todas partes, sin ir determinadamente a ninguna; tierras surcadas por las veredas del acaso, de la aventura, y donde todo cuanto pase ha de parecer obra de la casualidad o de los genios de la fábula; necesitaba de aquel sol que derite los sesos y hace a los cuerdos locos; de aquel campo sin fin, donde se levanta el polvo de imaginarias batallas, produciendo, al transparentar la luz, visiones de ejércitos de gigantes ... necesitaba, repito, aquella total ausencia de obras humanas que representen el positivismo, el sentido práctico, cortapisas de la imaginación, que la detendrían en su insensato vuelo.... (471) Esta "meditación" sobre Don Quijote y el paisaje de La Mancha recuerda a Unamuno, como observó Montesinos. Evoca también la intertextualidad irreducible del episodio.2 La narrativa no describe la necesidad de Cervantes de espacio y luz para la imaginación, sino la de Don Quijote. Del mismo modo es la imaginación de Gabriel que confronta al lector de estos Episodios nacionales, a pesar de que quisiéramos descifrar las ideas de Galdós entre las palabras escritas. AIH. Actas XI (1992). Don Quijote y Napoleón en los «Episodios nacionales» de Galdós. DIANE F. UREY.

295 El pasaje citado es uno de los numerosos emblemas del proceso textual en la Serie: es un texto sin sentido fijo, como el paisaje no señala camino determinado; pero a la vez sus señas abren la vista en muchas direcciones. Las líneas trazadas por la escritura y el sendero marcado por la interpretación son como el viaje de Don Quijote o de los tres historiadores en Bailen. La dirección de cualquiera interpretación del texto, como el camino escogido por La Mancha, depende de la perspectiva del lector, o viajero, y de su visión de las múltiples combinaciones posibles entre estas palabras escritas y otros discursos literarios, históricos, imaginarios o reales. Cada "conjunto" es único, como indican bien las divergentes interpretaciones de La Mancha fabricadas por los tres personajes galdosianos. La meditación de Gabriel sobre la desnudez y monotonía de esa tierra de horizontes eternos bajo el sol que enriquece y tuerce la imaginación sugiere la ausencia de una "realidad" detrás de las palabras. La distracción que hubiera determinado los viajes y detenido la imaginación de Don Quijote en una tierra templada y lujosa de contornos bien delineados puede compararse a la distracción que se sentiría un lector al intentar encontrar una interpretación definitiva del tejido sin fin de elementos históricos y ficcionales de estos episodios. Tal esfuerzo limita la imaginación y reduce las lecturas plurales ofrecidas por el texto. Las referencias frecuentes que hace Gabriel a diversos tipos de historias, como "antiguas novelas," "fábulas," y Don Quijote mismo, subrayan el perspectivismo de la novela. El juego de charoscuro, "luz y polvo," perspectiva e imaginación se repite en momentos claves de la narración, como el encuentro de Gabriel con Inés en Córdoba, y sus impresiones durante la Batalla de Bailen. Las referencias a las batallas imaginarias de Don Quijote también prefiguran la Batalla de Bailen, como hacen las imágenes guerreras que Santorcaz ve en las nubes durante el viaje. Estas historias, imágenes y batallas son igualmente ilusorias, porque no están prácticamente ni positivamente presentes en sí. La reiteración de lo imaginario y la crítica específica del positivismo contenidos en el pasaje señalan un rechazo de las actitudes e interpretaciones históricas que reducirían el curso y el destino del viajero o lector al sentido común. Inmediatemente después de su descripción de La Mancha Gabriel dice al lector: "Así es la Mancha. Al atravesarla no podía menos de acordarme de Don Quijote, cuya lectura estaba fresca en mi imaginación" (471). El viaje de los tres historiadores por La Mancha incluye elementos AIH. Actas XI (1992). Don Quijote y Napoleón en los «Episodios nacionales» de Galdós. DIANE F. UREY.

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específicos de esa novela —gigantes, molinos de viento, castillos imaginarios, rebaños de ovejas y cabras, etc. Las maneras en que se forman las asociaciones intertextuales, sin embargo, son tan diversas y ambiguas como la obra de Cervantes. Si Don Quijote enseña que nada es lo que parece, y que las cosas que parecen idénticas son de veras diferentes, luego Don Quijote y las obras que la reinscriben son lecciones para sus personajes y sus lectores sobre el proceso significativo. Las impresiones de Gabriel, su narrativa, se forman de la mezcla del paisaje de La Mancha y del libro que acabó de leer: "Debo indicar que el paisaje que teníamos delante ... no menos que la pintoresca relación de Santorcaz contribuyó ... a impresionar mis sentidos" (472). Las señas verbales de las historias tanto como las escenas visuales del paisaje representan para estos viajeros hechos pasados y los que todavía no se han visto, lo pasado y lo futuro, lo imaginado y lo real recíprocamente. La reciprocidad entre estas varias perspectivas temporales, visuales y verbales se hace más explícita en la narración cuando se describen los caminos, las líneas, curvas y ondulaciones del paisaje que "se perdían en el horizonte," y la multitud de pequeños charcos, cuyas superficies, iluminadas por la luna, ofrecían a la vista la engañosa perspectiva de una gran ciénaga o pantano. He hablado de la luna, y debo añadir que aquel astro, desfigurador de las cosas de la tierra, prestaba imponente solemnidad al desnudo y solitario paisaje, esclareciendo o dejándolo a obscuras alternativamente, según que daban paso o no a sus pálidos rayos los boquetes, desgarrones y acribilladuras de las nubes. (472) Como el sol alternativamente ilumina o vuelve loco a un cuerdo, la luz de la luna esclarece u obscurece la perspectiva. Cualquiera visión, por iluminada que parezca, es efecto de una luz, como la de la luna, que también desfigura, confunde y engaña. No hay luz que claramente ilumine los viajes imaginarios e interpretivos de los personajes o los lectores en estos tomos, aunque parece haber espacio donde se ve "sin tropiezo alguno." Y el personaje más influido por estas visiones confusas y el juego de charoscuro es Santorcaz. Santorcaz revive Austerlitz mientras contempla "el horizonte lejano" (472) "a la luz de la luna" (474). Las distancias temporales y espaciales AIH. Actas XI (1992). Don Quijote y Napoleón en los «Episodios nacionales» de Galdós. DIANE F. UREY.

297 entre aquella campaña y este viaje por La Mancha se disuelven mientras "la cabana de algún pastor" se vuelve "el castillo de Austerliz" y cabras se vuelven rusos (474). Santorcaz narra sus impresiones, comentando a la vez sobre el proceso de crear imágenes: —Estoy asombrado, porque nunca he visto dos cosas que tanto se parezcan como este país a otro muy distante donde me encontraba hace tres años a esta misma hora.... ¿Es mi imaginación la que me reproduce las formas de aquel célebre lugar, o por arte milagroso nos encontramos en él? ... aquellas torres que distingo al otro lado de dicha colina, ¿no son las del castillo de Austerlitz? (472) Gabriel y Marijuán son más bien "para burlas que para veras" (475), y se ríen de la confusión de Santorcaz de lugares, tiempos, cosas y personas. Pero las versiones de Santorcaz son esencialmente iguales a los recuerdos de Gabriel de sus propias hazañas juveniles, el aspecto dominante y unificador de la Primera Serie. Santorcaz, "nuevamente alucinado con aquello que parecía para él extraordinaria coincidencia," pregunta: —Pero ¿no es éste el camino de Olmutz? Gabriel, o esto es aquello mismo, o se le parece como una gota a otra gota.... Mira hacia allá. ¿No se oye ruido de tambores? ¿No se ven algunas luces? Pues allí están los rusos y austríacos.... Es ilusión mía; pero de tal modo aviva mis recuerdos la similitud del paisaje, que me parece ver y oir lo que estoy contando. (473) Con entusiasmo cuenta sus experiencias en el ejército de Napoleón, procurando que sus oyentes las visualicen, como hace Gabriel cuando narra sus memorias por toda la Serie. Los dos historiadores usan el mismo proceso; evocan imágenes ya pasadas y muertas, e intentan hacerlas presentes y reales. Fabricada por una figura quijotesca, la historia de Santorcaz dentro de la historia de Gabriel en un intertexto quijotesco forma un paralelo a y una parodia del proceso sin origen ni fin de la escritura, que a su vez refleja la tierra de La Mancha sin direcciones porque toda ella es camino. La historia de Santorcaz, las memorias de Gabriel y la novela Don Quijote demuestran claramente sus procesos imaginarios; las historias napoleónicas tanto como las historias AIH. Actas XI (1992). Don Quijote y Napoleón en los «Episodios nacionales» de Galdós. DIANE F. UREY.

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quijotescas se forman de escenas que tienen una existencia sólo en palabras. Estas reinscripciones de otros libros y resurrecciones de figuras ausentes, estas repeticiones en diferencia, tienen su expresión más dramática cuando Gabriel comienza a participar en la historia de Santorcaz, compartiendo sus visiones y sus emociones. Dice: Yo, en tanto, acordándome de Don Quijote, contemplaba el cielo, en cuyo sombrío fondo las pardas y desgarradas nubes, tan pronto negras como radiantes de luz, dibujaban mil figuras de colosal tamaño, con esa expresión que, sin dejar de ser cerca a la caricatura, tiene no sé qué sello de solemne y pavorosa grandeza. Fuera por efecto de lo que acaba de oír, fuera simplemente que mi fantasía se hallase por sí dispuesta a la alucinación, que siempre produce un bello espectáculo en la solitaria y muda noche, lo cierto es que vi en aquellas irregulares manchas del cielo veloces escuadrones ... y ... colosales sombreros o morriones con plumas, penachos, bandas ... aquí se alzaban manos con sables y fusiles, banderas con águilas ... y al fin, en medio de toda esta baraúnda, se me figuró que las mil formas se deshacían y que las nubes se conglomeraban para formar un inmenso sombrero apuntado en dos candiles, bajo el cual los difuminados resplandores de la luna como que bosquejaban una cara redonda y hundida entre altas solapas, desde las cuales se extendía un largo brazo negro, señalando con insistente fijeza el horizonte. (475) El cielo, como la tierra, parece un texto, o un lienzo, donde se dibujan o se escriben figuras y escenas bajo la oscilación engañosa de luz y oscuridad. Santorcaz y Gabriel creen ver a Napoleón, pero Marijuán, siempre "indócil a la mixtificación" (473), transforma su ilusión en una parodia: "Es Don Quijote de la Mancha, que viene en su caballo, y tras el Sancho Panza en burro. Déjenlo venir, que ahora le aguarda la gran paliza" (475). El capítulo termina cuando Gabriel observa que "Las nubes se movieron, todo se tornó en caricatura" (475). Estas últimas líneas del Capítulo 7 subrayan específicamente el paralelo paródico entre las figuras ficcionales e históricas. Napoleón y Don Quijote, las batallas futuras y pasadas, como la historia y la ficción, "burlas" y "veras," son elementos alternos en el texto. Su reciprocidad y sustitución muestran la AIH. Actas XI (1992). Don Quijote y Napoleón en los «Episodios nacionales» de Galdós. DIANE F. UREY.

299 inestabilidad de cualquiera figura o interpretación en esta novela histórica. Las conexiones intertextuales de similitudes y diferencias incluyen textos visuales tanto como verbales. Otra poderosa imagen visual sugerida aquí es "El Coloso" de Goya, el espíritu del pánico andando por la tierra. Parece extender su sombra sobre los años sangrientos de la guerra en España que vienen, y también resucita los gigantes de Don Quijote. Estos pasajes constituyen un comentario provocativo sobre las formas múltiples de la expresión artística y las numerosas perspectivas posibles en la realidad. Peter Bly escribe de estas escenas que: ...for Gabriel the interplay of light and cloud formations generates an effect of serious art caricature: ... Gabriel's art-based interpretations ... must cast an ironic meaning on Santorcaz's hallucination: the latter's grandiose account of the famous victory is thus being ridiculed for what it is, a passing vanity that will soon be devalued by Napoleon's defeat at the hands of the Spanish at Bailen.... Doubts are also raised in Gabriel's mind about the validity of this retinal image that finally resolves itself into the outline of a caricature. Ephemeral art forms created by Nature now prophesy the outcome of the approaching battle for a man whose power and dynamic personality have hitherto been eternalized in awesome art images. (49) La interpretación aguda que hace Bly del efecto de las imágenes artísticas y de la caricatura en estas páginas, y de la desmitificación de Napoleón que incluye, illustra un aspecto clave del estilo narrativo. El empleo de imágenes artísticas —por ejemplo charoscuro, "paisajismo," impresionismo, expresionismo— puede funcionar como una interpretación y una prefiguración de otros aspectos de la narrativa, como los argumentos y las caracterizaciones. Las imágenes visuales se emplean en Bailen y otros episodios para desmitificar a los personajes y los hechos históricos y ficcionales, y la autoridad del proceso narrativo lleno de figuras hiperbólicas e interepretaciones egoístas. Estas meditaciones inspiradas por La Mancha tejen un comentario emblemático sobre el proceso significativo de la novela histórica, o de cualquier texto, como repetición en diferencia. La caricatura es imitación exagerada o torcida, pero de todos modos es imitación. El enfoque en los AIH. Actas XI (1992). Don Quijote y Napoleón en los «Episodios nacionales» de Galdós. DIANE F. UREY.

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efectos engañosos de estas representaciones y sus marcos visuales y narrativos indica que hay una cualidad caricaturesca a todas las historias de Gabriel en los Episodios, y por extensión a sus múltiples intertextos. Las imágenes en charoscuro, el impresionismo del estilo y otras técnicas narrativas nos ofrecen una mezcla visual y verbal de narradores y protagonistas, de las figuras de Don Quijote y Bonaparte, y de las Batallas de Austerlitz y Bailen. Los discursos históricos y ficcionales, de la guerra y del amor se intercambian y se confunden en los recuerdos, las perspectivas, las imágenes visuales y el habla de los personajes/historiadores. El viaje a Andalucía es un tipo de "meditación unamuniana" sobre La Mancha; la Batalla de Bailen viene a ser un episodio de la novela de Cervantes; Napoleón lucha con gigantes en las nubes; el futuro se repite en el pasado. La novela es un comentario metaficcional sobre el proceso significativo en muchos sentidos, que se va a todas partes. Sobre todo Bailen, con ironía cervantina, desmitifica la diferencia entre la realidad y la ilusión, la ficción y la historia. El lector se enreda en estas urdimbres de impresiones, recuerdos e interpretaciones entretejidos en la novela histórica de Galdós, y aprende que la novela y la historia se fundan, indistintamente, en el mismo lenguaje engañoso, seductor y poderoso.

Notas 1 Todas las citas vienen de Benito Pérez Galdós, Episodios nacionales, volumen I: 469. 2 Ver los comentarios de Montesinos sobre la intertextualidad de Bailen y la Primera Serie, 105-118.

Bibliografía Bly, Peter A. Vision and the Visual Arts in Galdós. Liverpool: Francis Cairns, 1986. Dendle, Brian J. Galdós: The Early Historical Novéis. Columbia, MO: University of Missouri Press, 1986. Montesinos, José F. Galdós, I. Madrid: Castalia, 1968. Pérez Galdós, Benito. Episodios nacionales. Ed. Federico Carlos Sainz de Robles. 4 vols. Madrid: Aguilar, 1979.

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