Dinámica de la violencia en el departamento de Córdoba

Dinámica de la violencia en el departamento de Córdoba 1967-2008 Dinámica de la violencia en el departamento de Córdoba 1967-2008 Francisco Santo

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VIOLENCIA EN EL NOVIAZGO Rojas Yauri, Benjamín Facultad de Teología Universidad Peruana Unión [email protected] Fecha de recepción: Julio 2012

EL TRATAMIENTO DE LA VIOLENCIA EN LOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN
El tratamiento de la violencia en los medios de comunicación. i 395 EL TRATAMIENTO DE LA VIOLENCIA EN LOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN. CLEMENTE PENALVA P

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Dinámica de la violencia

en el departamento de Córdoba 1967-2008

Dinámica de la violencia

en el departamento de Córdoba 1967-2008

Francisco Santos Calderón Vicepresidente de la República Carlos Franco Director del Programa Presidencial de Derechos Humanos y DIH Vicepresidencia de la República Tomás Concha Sánz Coordinador Área de Políticas Programa Presidencial de Derechos Humanos y DIH Vicepresidencia de la República Anne-Sylvie Linder Coordinadora del Observatorio del Programa Presidencial de Derechos Humanos y DIH Vicepresidencia de la República Luis Rodolfo Escobedo David Investigador Observatorio de Derechos Humanos y DIH Luis Gabriel Salas Georrefenciación Observatorio de Derechos Humanos y DIH Anne-Sylvie Linder Viviana Bolívar Bautista Coordinación editorial Observatorio de Derechos Humanos y DIH Fotografía Cortesía Gobernación de Córdoba Oficina de comunicaciones Diseño artes e impresión Ochoa Impresores Ltda. ISBN 978-958-9438-23-7 Distribución gratuita; está permitida la reproducción total o parcial del texto, citando la fuente. www.derechoshumanos.gov.co/observatorio/ [email protected] Calle 7 No.6-54 Bogotá, Colombia, Noviembre de 2009.

Índice

INTRODUCCIÓN

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PRESENTACIÓN

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1. REGIONALIZACIÓN, CARACTERÍSTICAS GENERALES DE LA POBLACIÓN Y VENTAJAS ESTRATÉGICAS DEL DEPARTAMENTO PARA LOS LOS ACTORES ARMADOS

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2. ALGUNAS GENERALIDADES SOBRE LA ECONOMÍA CORDOBESA, LA COLONIZACIÓN, EL DESARROLLO DE LA GANADERÍA Y SU RELACIÓN CON LA VIOLENCIA

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3. LA VIOLENCIA POLÍTICA DE LOS AÑOS CUARENTA Y CINCUENTA DEL SIGLO XX COMO ANTECEDENTE DEL SURGIMIENTO DE LAS GUERRILLAS Y PARTICULARMENTE DEL EPL

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4. GUERRILLAS, NARCOTRÁFICO Y AUTODEFENSAS: 1967 A 2008

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4.1. UNA MIRADA DE CONJUNTO A LAS CIFRAS DE LA VIOLENCIA EN CÓRDOBA ENTRE 1962 Y 2008 4.1.1. Homicidios 4.1.2. Secuestros 4.1.3. Confrontación armada 4.1.4. Minas antipersona 4.1.5. Desplazamiento de población 4.1.6. Homicidios y desapariciones de indígenas 4.1.7. Asesinatos de dirigentes y activistas populares, sindicales y políticos 4.2. ANÁLISIS DE LAS FASES DE LA VIOLENCIA EN CÓRDOBA ENTRE 1980 Y 2008

61 61 66 70 74 75 78 80 83

4.2.1. Primera fase: 1967 - 1980: El surgimiento del EPL y otras guerrillas

84

4.2.2. Segunda fase: 1981 a 1991. Fortalecimiento de las guerrillas, expansión de las autodefensas, narcotráfico y desmovilización del EPL

94

4.2.3. Tercera fase: 1991 -1996. Las Farc ocupan parte de los espacios cedidos por el EPL y se desarrollan las Autodefensas Campesinas de Córdoba y urabá, Accu

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4.2.4. Cuarta fase: 1997 a 2002. Expansión de las Autodefensas Unidad de Colombia, AUC y confrontación con las Farc

131

4.2.5 Quinta fase: Mediados de 2002 - 2006. El proceso de paz con las autodefensas y nuevas dinámicas de la confrontación armada con las Farc

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4.2.6 Última fase: 2006 - 2008. Las bandas criminales relacionadas con el narcotráfico y el debilitamientop de las Farc

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CONCLUSIÓN

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Mapa No. 1 Córdoba: Municipios, Relieves, Rios y Vías

MAR CARIBE SUCRE

Cabecera Municipal Vía Principal Rio Principal Municipio Departamento

ANTIOQUIA

Procesado y georeferenciado por el Observatorio del Programa Presidencial de DH y DIH Vicepresidencia de la República Base cartografica: IGAC

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Introducción

R

esulta del mayor interés hacer una interpretación sobre la dinámica reciente de la violencia en Córdoba, en particular la derivada de la confrontación armada y la desplegada por los actores armados irregulares contra la sociedad. En los últimos cuarenta años, el departamento se ha constituido en un escenario donde han intervenido guerrillas, narcotráfico, autodefensas y bandas criminales. Córdoba tiene un carácter estratégico para los actores armados irregulares por diferentes razones. En primer lugar, por ser un departamento costero y al mismo tiempo limitar con el Urabá, el occidente, el norte y el Bajo Cauca antioqueño; además, se encuentra relativamente cerca de Medellín. La anterior situación favoreció primero que todo al EPL, que se conformó a mediados de los años sesenta. El Partido Comunista Marxista Leninista-PCML, estructura a partir de la cual se formó esta agrupación guerrillera, había tenido tradición en Medellín y en Antioquia, y hacia mediados de los años sesenta incursionó en Córdoba, particularmente en las regiones de los Altos Sinú y San Jorge, y un poco después en el Urabá y el Bajo Cauca antioqueños. Por otra parte, las Farc, que había creado el quinto frente en Urabá, con el propósito de tener una salida al mar, desdoblaron esta estructura a principios de los ochenta y dio origen al frente 18, que se asentó principalmente en el sur del departamento. Esta región representaba para las guerrillas, y especialmente el EPL, la primera estructura que tomó forma en el departamento, varias ventajas. En primer lugar, contaba con la tradición de una guerrilla liberal que se formó en la violencia política de los años cuarenta y cincuenta, y que en lo esencial se desmovilizó a raíz de la amnistía decretada por el gobierno de Gustavo Rojas Pinilla, por lo que se facilitaba la implantación de los primeros núcleos armados. En segundo lugar, se evidenciaba una importante presencia de campesinos y colonos con tradición en la lucha por la tierra, situación que facilitó la creación de bases sociales de apoyo. En tercer lugar, la colonización en los años sesenta, cuando se formó el EPL, se centraba en buena medida en los hoy municipios de Valencia, Tierralta, Montelíbano, Puerto Libertador y Uré, escenarios donde se implantó la guerrilla naciente. Finalmente, buena parte del departamento, pero especialmente las regiones de la parte alta de los ríos Sinú y San Jorge no contaban con la presencia institucional del Estado, situación que permitió a las guerrillas erigirse en una instancia política para intentar solucionar los conflictos y para evitar, en lo posible, la expansión de la hacienda ganadera a costa de colonos y campesinos.

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Por lo anterior, para comprender la violencia reciente en Córdoba, es importante remontarse a años anteriores. Por un lado, es importante entender los procesos de ocupación territorial y de ensanchamiento de la frontera agrícola. En esencia, en el departamento, se generó una dinámica en la que los colonos tumbaban el monte, adecuaban la tierra y posteriormente ganaderos y comerciantes se apropiaban de la misma, en algunos casos por medio de la violencia. Una vez se cumplía el ciclo, éste se repetía y así sucesivamente. En la primera mitad del siglo XX, este proceso se cumplió en buena medida en el norte y el centro del departamento y hacia mediados del mismo, coincidiendo con la creación del departamento, en 1952, este proceso se intensificó en el centro y paulatinamente, con los años, se fue trasladando hacia el sur y más recientemente hacia las partes altas del Sinú y el San Jorge1. En Córdoba, este proceso de ocupación del territorio y de expansión de la frontera agrícola se expresó en agudas luchas por la tierra y en no pocas ocasiones en el ejercicio de la violencia. Lo anterior se había expresado a finales del siglo XIX, pero los conflictos adquirieron especial fuerza en los años treinta del siglo XX y dinamizaron la violencia política de los años cuarenta y cincuenta del siglo pasado. Revivieron en la primera mitad de los años sesenta y en parte están en el trasfondo del surgimiento de las guerrillas en la segunda mitad de los sesenta. Se expresaron también en los años setenta, cuando se ejecutaron tomas de tierras y se radicalizó el movimiento campesino y la lucha de los indígenas Zenú en el norte del departamento. La ubicación estratégica del departamento también fue aprovechada por el narcotráfico que se instaló a través del cartel de Medellín desde los años ochenta. Al disponer de una zona costera, el departamento sirvió de corredor entre el interior del país y los puntos de embarque de droga y entrada de armas, y en esa medida las zonas rurales y en particular algunas fincas ganaderas, sirvieron de centros de acopio para exportar la droga. En el sur del departamento, así como en el Bajo Cauca antioqueño, existen cultivos ilícitos desde principios de los años noventa, situación que propicia el procesamiento de base de coca y su transformación en cocaína, que se comercializa a través del Urabá o por las zonas costeras de Córdoba y Sucre. Posteriormente, en la misma década de los ochenta, la ubicación estratégica del departamento facilitó la implantación de las autodefensas, que aprovecharon las ventajas del negocio ilegal y al mismo tiempo la presencia del EPL y las Farc que golpeaban con especial fuerza a ganaderos, comerciantes y empresarios, a través de la extorsión y el secuestro que les permitió convertirse en abanderados de la lucha anti subversiva y así ganar apoyo y legitimidad en un contexto en el que la presencia institucional del Estado era muy limitada.

1 Orlando Fals Borda estudió estas dinámicas en la Costa Atlántica y particularmente en el departamento de Córdoba. Ver: Historia de la Cuestión Agraria en Colombia. Bogotá, 1975. Así mismo ver su obra: Historia Doble de la Costa. Bogotá, 1979 – 1986.

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Las autodefensas, después de un período en el que se desmovilizaron, en 1992 y 1993, aparecieron otra vez en 1994, y en reacción a las Farc, que intentaban llenar los espacios dejados por la desmovilización del EPL en 1991, emprendiendo de nuevo un accionar antisubversivo y a la postre se consolidaron como las Autodefensas Campesinas de Córdoba y Urabá, Accu. Más adelante, en la segunda mitad de los noventa y particularmente desde 1997, éstas se convirtieron en el núcleo principal de las Autodefensas Unidas de Colombia, AUC, que conformaron en Córdoba un conjunto de frentes y de bloques que prácticamente incidieron en todo el departamento; como confederación de agrupaciones, adquirieron proyección en otras zonas del país en reacción a diversos factores: la expansión de las guerrillas, la falta de presencia del Estado para ejercer control territorial, la debilidad de la Policía que retiró puestos y estaciones para evitar ataques de las guerrillas y la expansión del narcotráfico. Más recientemente, después de la desmovilización de estos frentes y bloques en Córdoba, se configuraron bandas criminales que han aprovechado este escenario estratégico para seguir favoreciéndose del narcotráfico. El tema de la ampliación de la frontera agrícola y la apropiación de tierras no solamente alimentó la violencia política de los años cuarenta y cincuenta, el nacimiento y expansión de las guerrillas y las luchas del movimiento campesino en los setenta, sino también concierne el narcotráfico y las autodefensas. En este sentido, el narcotráfico en los ochenta, y posteriormente las autodefensas, se apropiaron por medio de la violencia a precios bajos de muchos predios de colonos, campesinos, ganaderos y terratenientes, aprovechando que estos últimos eran presionados por las guerrillas en los años ochenta y noventa. Desde ese entonces, la lucha por la tierra no es sencillamente un asunto de terratenientes y campesinos, sino que ésta adquirió para los narcotraficantes y las autodefensas un valor estratégico en el marco del negocio ilegal. En este sentido, las tierras no sirvieron únicamente para lavar activos o para beneficiarse de la valorización de la tierra una vez fueron erradicadas las guerrillas de las zonas planas, sino que fueron utilizadas también para establecer pistas clandestinas (años ochenta), centros de acopio, corredores y permitieron el acceso a los puntos de embarque. Los problemas de tierras se expresan igualmente en la coyuntura reciente y son un factor muy importante en los enfrentamientos entre narcotraficantes, a través de las bandas criminales. Adicionalmente, persisten pleitos entre testaferros de narcotraficantes y antiguos mandos de las autodefensas y campesinos y colonos que fueron despojados por la vía de la violencia o el engaño y que pretenden recuperar sus predios. La ausencia o debilidad institucional es un tema que se expresa a lo largo de la historia de la violencia en Córdoba, situación de la que se favorecieron guerrillas, narcotráfico, autodefensas, y más recientemente las bandas criminales. En el departamento, los conflictos en buena medida se expresaron por la vía de la violencia por la falta de una instancia que se encargara de regularlos, por la ausencia de una justicia eficaz y de un aparato armado legítimo que se encargara de aplicar la coerción. En los años de la violencia política, la Policía se puso al servicio de los conservadores, y por esa vía terratenientes y comerciantes aprovecharon las circunstancias para expandir sus

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propiedades y su influencia en la sociedad. Posteriormente en los sesenta, ante la ausencia de instancias que buscaran encausar los conflictos no resueltos, se favoreció la implantación del EPL en la región, que tuvo el espacio suficiente para granjearse el respaldo de vastos sectores que enfrentaban la presión sobre la tierra. Más adelante, la ausencia institucional permitió la conformación de las autodefensas, que si bien se habían estructurado sobre la base del negocio del narcotráfico, pudieron expandirse y legitimarse, conteniendo los excesos de las guerrillas contra ganaderos, terratenientes y comerciantes por medio de la extorsión y el secuestro. Hoy en día, las bandas criminales ocupan espacios por fuera del control del Estado, más que todo en zonas aisladas donde manejan cultivos, centros de acopio y de procesamiento y puntos de embarque. En la actualidad, un tema de particular relevancia en Córdoba es el incremento de la violencia después de la desmovilización de las autodefensas hace aproximadamente tres años, mientras a nivel nacional ésta muestra una tendencia descendente. Se debe señalar que el departamento fue uno de los núcleos más importantes, a partir de los cuáles se expandieron las autodefensas hacia otras regiones del país a partir de los años noventa, por lo que no deja de ser un reto interpretar porqué la violencia se incrementa después de que se desmovilizaran los bloques y frentes de estas agrupaciones. Contrario a lo que comúnmente se cree, los indicadores de violencia en el departamento históricamente han sido mucho más moderados que los promedios nacionales. Es así como la tasa de homicidio por cada cien mil habitantes nunca superó el promedio nacional y en el peor de los casos apenas se ha acercado a éste, como ocurrió precisamente en 2008, cuando prácticamente lo igualó. Además, en los últimos cuarenta años, la violencia en el departamento, salvo excepciones, ha sido muy localizada, principalmente en el sur, en el Alto Sinú y en el Alto San Jorge, y en determinadas coyunturas, se ha expresado con especial fuerza, bien sea en Montería o en la parte media del río San Jorge y más recientemente en la zona costanera. Adicionalmente, en lo que respecta a las guerrillas, los niveles de violencia más intensos se registraron en la segunda mitad de los años ochenta y en lo posterior se redujeron. En la actualidad, las Farc están replegadas en el extremo sur del departamento, su sustento principal es el narcotráfico, su actividad militar se ha reducido significativamente y hacen uso de minas antipersonal para intentar neutralizar las labores de erradicación de cultivos ilícitos y frenar las operaciones militares en su contra. No deja de llamar la atención que los niveles de violencia en Córdoba no hayan sido tan elevados al tiempo que haya existido una ostensible presencia de agrupaciones irregulares. Lo anterior se explica porque durante largos períodos de tiempo, éstas eran hegemónicas, es decir que no se enfrentaban a otras estructuras irregulares. Es así como la guerrilla ocupó parte del escenario cordobés durante casi dos décadas, a partir de mediados de los años sesenta, y a partir de la segunda mitad de los noventa, las autodefensas fueron predominantes en la mayor parte de las zonas planas del departamento hasta los años

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2005-2006. En contraste, la violencia creció considerablemente, cuando se desarrollaron disputas entre agrupaciones irregulares, tal como ocurrió entre las guerrillas y las autodefensas en la segunda mitad de los ochenta. Algo similar ocurrió en parte de la segunda mitad de los años noventa, cuando las autodefensas pretendieron neutralizar el avance de las Farc. Más recientemente, la violencia volvió a crecer por disputas en el interior del narcotráfico, que se expresan principalmente en enfrentamientos entre bandas criminales. Por un lado, está la agrupación de Los Paisas, muy relacionada con la llamada Oficina de Envigado, y por el otro las organizaciones armadas al servicio de Daniel Rendón Herrera2, alias Don Mario, denominadas Águilas Negras, bloque Héroes de Castaño, Bacrim Urabá y más recientemente Autodefensas Gaitanistas de Colombia3.

2 Alias Don Mario fue capturado por miembros de la Policía Nacional en Necoclí, en el departamento de Antioquia el 15 de abril de 2009. 3 Esta última denominación proviene de la información suministrada por el Grupo Escuadrón Móvil de Carabineros (Emcar) de la Policía Nacional.

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Presentación

E

l presente informe consta entonces de varios capítulos. En el primero, se hace una regionalización del departamento en función de las dinámicas de violencia que en éste se han vivido y se describen algunas particularidades de sus pobladores y en particular de las etnias indígenas, Zenú y Embera Katío y de las comunidades afrocolombianas. En el segundo, se sintetizan algunas ideas sobre la economía cordobesa, en particular el peso que tiene la ganadería y se caracteriza la dinámica de ocupación del territorio, de la expansión de la frontera agrícola, como factores que están en el trasfondo de los procesos de violencia a lo largo del siglo XX y especialmente en los últimos cuarenta años. En el tercer capítulo, se analizan los antecedentes de la violencia, antes del surgimiento de las guerrillas y las autodefensas, examinando la violencia política de los años cuarenta y cincuenta, las guerrillas liberales y los grupos armados al servicio de los conservadores, así como muy brevemente los conflictos agrarios del siglo XX. Posteriormente, en el cuarto capítulo, se hace un análisis de la violencia entre los años 1967 y 2008, que a su turno se divide en varias partes. Se presenta en primer lugar un compendio sobre las estadísticas de la violencia en el departamento para esos años en la medida en que las fuentes de información lo permiten. Es así como se consideran los homicidios entre 1962 y 2008, pero se contemplan específicamente sus tasas y su distribución regional a partir de 1995; se analizan los secuestros entre 1980 y 2008, que se distribuyen por regiones y responsables; se examina la confrontación armada entre 1985 y 2008, diferenciando por un lado los combates por iniciativa de las autoridades, y por el otro, los ataques por iniciativa de las guerrillas y las agrupaciones irregulares, discriminándolos por responsables y regiones; se considera el uso de minas antipersonal entre 2005 y 2008 por municipios y según si las víctimas fueron muertas o heridas, de la Fuerza Pública o civiles; se analizan los desplazamientos de población entre 1997 y 2008, discriminando regiones (agregados de municipios) expulsoras y receptoras; además, se hace una aproximación, a partir de los registros disponibles, de los homicidios y desapariciones de indígenas entre 1988 y 2008, discriminándolos por regiones afectadas; finalmente, se hace una aproximación a los homicidios de miembros del movimiento social y político entre 1988 y 2002, y específicamente de los sindicalistas entre 2000 y 2008, sobre los cuales se dispone de mayor información. Adicionalmente, en una segunda parte, considerando información cualitativa, se definieron seis fases en las que se puede dividir la violencia reciente en Córdoba y se hace una interpretación de cada una de éstas, enfatizando sobre las relaciones entre guerrillas, autodefensas, narcotráfico y bandas criminales al servicio de este último; igualmente, se analiza su impacto en la violencia. La primera fase se extiende entre 1967

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y 1980 y en ésta se expone el surgimiento y desarrollo de las guerrillas, se hace énfasis en el EPL y se presentan algunos antecedentes sobre el contrabando y la economía de la marihuana. La segunda va de 1981 a 1991 y analiza el fortalecimiento de las guerrillas, la irrupción del narcotráfico, el desarrollo y expansión de las autodefensas y termina con la desmovilización de las autodefensas (1990) y del EPL (1991). La tercera, entre 1991 y 1996, se enfoca en el tema de las Farc y como éstas llenaron parte de los espacios cedidos por el EPL, el desarrollo de la disidencia del EPL, los nuevos desarrollos del narcotráfico y la aparición de los cultivos ilícitos y la formación a partir de 1994 de las Autodefensas Campesinas de Córdoba y Urabá, Accu. La cuarta fase, se extiende entre 1997 y 2002 y presenta la formación y la expansión de las Autodefensas Unidas de Colombia y el tema de la confrontación directa entre éstas y las Farc en el sur del departamento. La quinta, de mediados de 2002 a 2006, se centra en el proceso de desmovilización de las autodefensas, en las nuevas dinámicas de la confrontación armada con las Farc, su repliegue en el extremo sur del departamento y en los nuevos roles de la Fuerza Pública. En la sexta, entre 2006 y 2008, se trata el tema de las bandas criminales relacionadas con el narcotráfico y del debilitamiento de las Farc, describiendo el uso que éstas hacen de las minas antipersonal. Finalmente, se proponen algunas conclusiones.

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1. Regionalización, características generales de la población y ventajas estratégicas del departamento para los actores armados

P

ara efectos de este informe, se subdividió el departamento de Córdoba en cinco regiones, teniendo en cuenta sus dinámicas de violencia: Altos Sinú y San Jorge (1), Montería (2), San Jorge (parte media)4 (3), Medio Sinú, sabanas y ciénagas (4) y costanera (5). Esta regionalización se puede apreciar en el mapa No 2. En este capítulo, el propósito es únicamente presentar estas regiones y en ningún momento se pretende hacer análisis sobre las mismas. A lo largo del texto se presentarán los indicadores y se caracterizarán y analizará las dinámicas de violencia en cada uno de éstas. No obstante, se presenta aquí una pequeña síntesis sobre las ventajas estratégicas que presenta cada una para los actores armados irregulares. Cuadro No. 1. Regiones del departamento de Córdoba definidas para el presente estudio Población para 1995, con base en proyecciones del censo de 1993, y población para 2005 con base en el último censo. Participación de las regiones respecto del total del departamento en 2005. Cambios porcentuales entre 1995 y 2005.

Fuente: Dane Proyecciones de 1995 con base en 1993. Censo 2005

4 Excluye la parte alta del San Jorge conformada por Montelíbano, Puerto Libertador y el recién creado municipio de Uré.

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Mapa No. 2 Regionalización del Departamento de Córdoba

Cabecera Municipal Vía Principal Rio Principal Municipio Departamento

Procesado y georeferenciado por el Observatorio del Programa Presidencial de DH y DIH Vicepresidencia de la República Base cartografica: IGAC

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En las regiones del Alto Sinú y San Jorge, se consideran los municipios de Tierralta y Valencia, que corresponden al Alto Sinú, y los municipios de Montelíbano y Puerto Libertador, que hacen parte del Alto San Jorge; Uré, recientemente creado, quedó considerado con Montelíbano5. En 1995, de acuerdo con proyecciones del censo de 1993, esta región, definida para efectos del presente informe, contaba con 163.690 habitantes, pero su población creció en 2005 hasta 223.271, para un aumento del 36%; en 2005, representaba aproximadamente el 15% del total departamental. Montería, la capital, contaba en 1995 con 303.468 habitantes y pasó a tener 381.525 en 2005 para un crecimiento del 26%; en 2005, su población representaba el 26% del total departamental. Se considera por aparte el San Jorge (léase medio San Jorge), excluyendo los municipios de la parte alta de la cuenca de este río y se incluye a Ayapel, Buenavista, La Apartada, Planeta Rica y Pueblo Nuevo. En su conjunto, estos municipios pasaron de 154.034 habitantes en 1995 a 167.757 en 2005, para un crecimiento del 9%; su población representó en 2005 el 11% del total departamental. Se unen en una sola categoría los municipios del Medio y Bajo Sinú y las zonas de sabanas y ciénagas6. Del Medio y el Bajo Sinú, se consideran a Cereté, Ciénaga de Oro, San Carlos y San Pelayo, y se excluye a Montería, que se analiza por aparte; de la zona de ciénagas, están Chimá, Cotorra, Lorica (Bajo Sinú), Momil y Purísima (Bajo Sinú); de la zona de sabanas, se incluyen a Chinú, Sahagún y San Andrés de Sotavento7. En su conjunto, estos municipios sumaron 526.131 habitantes en 1995 y pasaron a tener 561.575 en 2005, para un crecimiento del 7%; en 2005, representaban aproximadamente el 38% del total departamental. Finalmente, en la zona costanera, se agregan los municipios de Canalete, Los Córdobas, Moñitos, Puerto Escondido, San Antero y San Bernardo del Viento, que sumaron 101.130 habitantes en 1995 y 138.571 en 2005, para un crecimiento del 37%; en 2005, representaron el 9% del total cordobés. Es así como en su conjunto, el departamento de Córdoba, de acuerdo con el censo de 2005, cuenta con 1.472.699 habitantes, de los cuáles el 50.5% se encuentra ubicado en las cabeceras y el 49.5% en el resto de los municipios. Es en consecuencia un departamento con un peso rural mucho mayor que el promedio del país, donde los habitantes rurales representan el 25%, mientras que los de las cabeceras aproximadamente el 75%. Los Altos Sinú y San Jorge tiene una distribución rural y urbana parecida en 2005, considerando respectivamente las cabeceras y el resto de los municipios, y su crecimiento entre 1995 y 2005 se aprecia en el gráfico No. 1. Por otro lado, Montería concentró en los dos momentos analizados la mayor parte de su población en la cabecera. En el San Jorge, la población de las cabeceras es levemente mayor en el último censo, es decir la población de las cabeceras creció entre los dos años considerados, mientras que la del resto descendió. En el Medio Sinú, ciénagas y sabanas, así como en la zona costanera, la población rural de los municipios es muy superior a la de sus respectivas cabeceras en los dos censos. La información aparece consignada en el gráfico No.1. 5 El Alto San Jorge está conformado por Montelíbano y Puerto Libertador; sin embargo, se debe anotar que recientemente fue creado el municipio de Uré, segregado de Montelíbano, pero no se dispone de estadísticas históricas. Por lo anterior, fue considerado en el primero de los mencionados. 6 Excluye las ciénagas del medio San Jorge. 7 Recientemente fue creado Tuchín, que se segregó de San Andrés de Sotavento. Las cifras históricas de Tuchín quedaron por ello incluidas en las de San Andrés de Sotavento.

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Gráfico No. 1. Distribución de la población por regiones por cabeceras y resto del departamento (urbana y rural respectivamente) en 1995 y 2005

Fuente: Dane. Cálculos elaborados por el Observatorio del Programa Presidencial de DH y DIH, Vicepresidencia de la República

Además, en Córdoba habitan 151.064 indígenas según el censo del Dane de 2005, de los cuáles el 28% están asentados en las cabeceras y el 72% restante en el resto de los municipios; la cifra llega a 152.450, de acuerdo con las proyecciones de población para 2008. En este sentido, representan aproximadamente el 10% de los habitantes del departamento y mientras en las cabeceras alcanzan solamente el 6%, en la zona rural son el 15% del total. La subregión del Medio Sinú, ciénagas y sabanas concentran el 76% del total de indígenas del departamento, porque el principal asentamiento de los Zenú 8, particularmente el resguardo de San Andrés de Sotavento, está ubicado en esta región y abarca varios municipios 9. En este orden de ideas, según cifras del censo de 2005, en el municipio de San Andrés de Sotavento habitan 60.807 indígenas, seguido por Chinú con 17.854, Chimá con 9.945 y Momil con 8.091. La región del San Jorge, excluyendo Puerto Libertador y Montelíbano, alberga 17.632 indígenas, que representan el 12% del total departamental y se destaca Pueblo Nuevo con 12.921. 8 Su permanencia actual es conocida como el reducto del pueblo Zenú con ámbito en el municipio de San Andrés de Sotavento y territorios aledaños en los departamentos de Córdoba y Sucre. Ver: Familia Domicó y Cesar Guerra González. Pueblos indígenas, p. 98. En: Víctor Negrete, coordinador. Encuentro con el Alto San Jorge: Memorias. 1999. En términos generales, este pueblo asumió en su totalidad la cultura material de occidente. Aparte de sus rasgos físicos que los identifican, conservan artesanías representadas en el sombrero vueltiao y sus similares, además de algunos productos como el bollo de plátano maduro y la chicha fuerte de plátano. Su lengua fue extinguida por completo, a tal extremo que los etnolingüistas modernos no la han podido recuperar. Ver también las pp. 100101. 9 Según el Plan de Desarrollo del Departamento el resguardo se encuentra ubicado en parte de los municipios de San Andrés de Sotavento, Sahagún, Cienaga de Oro, Chinú, Chimá, Momil y Purísima; de este mismo Resguardo encontramos asentamientos en los municipios de San Antero (en la zona costera), Lorica, San Pelayo y Cereté. Por otro lado, en el municipio de Momil, está la Asociación de Cabildos de San Pedro de Alcántara constituida por doce cabildos menores que posen tierras adjudicadas por el Incora. Ver: República de Colombia, Departamento de Córdoba. Plan de Desarrollo Departamental. Por una gestión solidaria y comprometida. 2008 – 2011.

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Cuadro No. 2. Población indígena del departamento de Córdoba por regiones y por cabeceras y resto de los municipios Regiones y/o Municipios

Fuente: Dane 2005 Procesado por el Observatorio del Programa Presidencial de Derechos Humanos y DIH, Vicepresidencia de la República

En la parte alta de los ríos Sinú y San Jorge, habitan 10.438 indígenas, que representan el 7% del total a nivel departamental; en Tierralta, están presentes 4.148, en Puerto Libertador 4.196 y en Montelíbano 2.076. Una parte de ellos pertenece a la etnia Zenú, que en lo esencial se ubican en Puerto Libertador y Montelíbano10; sin embargo, en su mayoría se trata de Embera Katío11. 10 El modo de vida de los Zenú del Alto San Jorge es muy similar a la del campesino pobre de la zona, por tal razón no son reconocidos como pueblo indígena, pero se encuentran reductos tanto en Puerto Libertador como en Montelíbano, en sus áreas rurales y urbanas. Ver: Familia Domicó y Cesar Guerra González. Pueblos indígenas, p. 101. En: Víctor Negrete, coordinador. Encuentro con el Alto San Jorge: Memorias. 1999. Según el Plan de Desarrollo del Departamento, ya citado, se encuentra en proceso de constitución el Resguardo Indígena Zenú del Alto San Jorge, ubicado entre los municipios de Puerto Libertador y Montelíbano. Cuenta con tierras adjudicadas por el Incora y está compuesto por 36 cabildos menores. 11 Estos últimos emigraron muy probablemente del occidente antioqueño, al finalizar el siglo XIX, como producto de la expansión de la colonización antioqueña. La madre Laura cuenta en su autobiografía que, para 1918, en Uré, en el Alto San Jorge, la zona ya estaba habitada por estos indígenas, cuyo poblamiento no debía ser reciente por el conocimiento que tenían del territorio. Conservan la lengua del dialecto Katío y existen comunidades y familias, cuya cultura tradicional es dominante, mientras que otros sectores pequeños están articulados con la sociedad occidentalizada y la economía de mercado. Ver: Familia Domicó y César Guerra González. Pueblos indígenas, p. 101. En: Víctor Negrete, coordinador. Encuentro con el Alto San Jorge: Memorias. 1999.

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Los Embera Katío se ubican en jurisdicción del municipio de Tierralta, en las cuencas de los ríos Esmeralda, Verde, Cruz Grande y la parte alta del Sinú12. Corresponde esta localización a las estribaciones de la cordillera occidental, en las serranías de Abibe, al oeste, y San Jerónimo, al oriente. La jurisdicción de Tierralta recoge más del 90% de los terrenos titulados a comunidades indígenas y la casi totalidad de la población Embera Katío existente en Córdoba13. Están también ubicados en Puerto Libertador y Montelíbano14. En Córdoba, también habitan 192.051 afrocolombianos15 que representa aproximadamente el 13% del total de los habitantes; en su mayoría, son negros, un total de 191.797, y suman 254 entre raizales y palenqueros. La proyección de esta población para 2008 es de 193.963. Así mismo, los negros representan aproximadamente el 12% de los habitantes de las cabeceras y el 14% del resto de los municipios a nivel departamental. Los afrocolombianos se concentran en la zona costanera, donde están ubicados el 41% del total de los que habitan en el departamento y en cuatro municipios representan mucho más de la mitad de los habitantes: Moñitos, Puerto Escondido, San Antero y San Bernardo del Viento (entre el 63% y el 83%); en Los Córdobas, pesan el 29% y en Canalete menos del 1%. Por otro lado, los municipios que se agregan en el Medio Sinú, ciénagas y sabanas, representan el 21.1% y estas comunidades son significativas en Lorica y Cotorra, donde participan alrededor del 20% del total de sus habitantes. En el Alto Sinú y el Alto San Jorge, representan el 19.2% de la población y son relevantes en Tierralta (27%) y Montelíbano (19%); es muy posible que en este último estén incluidos los de Uré, porque estos resultados no discriminan todavía este último municipio. En los municipios del San Jorge, excluidos Puerto Libertador y Montelíbano, participan del 12 De acuerdo con el Plan de Desarrollo del departamento, ya citado, están los resguardos Ibagadó y Karagaby. El resguardo Ibagadó se encuentra representado por los Cabildos Mayores de los Ríos Verde y Sinú, que están cobijados por medidas cautelares de protección del pueblo Emberá Katío, otorgada por la Corte Interamericana de Derechos Humanos –CIDH. El resguardo Karagaby está conformado por la Alianza de Cabildos de los Ríos Esmeralda y Fracción del Sinú, el Cabildo Mayor Tradicional Emberá Katío y el Consejo Tradicional de Cabildos. 13 Ver Antonio Martínez Negrete. Realidad y tratamiento del PNNP (Parque Nacional Nudo de Paramillo), p. 31. En: Víctor Negrete, director editorial. Encuentro con Tierralta. Memorias, 1999. 14 Pese a la intromisión del elemento no indígena (kaponía) en la comunidad Embera Katío del Alto San Jorge, culturalmente ésta se conserva mejor que la del pueblo Zenú. Ver: Familia Domicó y César Guerra González. Pueblos indígenas, p. 102. En: Encuentro con el Alto San Jorge: Memorias. 1999. 15 En la Colonia, se instituyó la esclavitud de los ahora conocidos como afrocolombianos. No obstante, después de su abolición formal, en 1851, en lo esencial siguieron sometidos bajo otras relaciones. En 1842, se había establecido el concierto forzoso para los libertos entre los 18 y 25 años de edad, para lo que se pedía el consentimiento del liberto y se hacía un contrato o matrícula ante el alcalde. En el Estado de Bolívar, del que hacían parte los actuales pueblos Córdoba, hubo empresarios, familias y autoridades que acogieron y aplicaron la medida en lo que les convenía. En poblaciones como Montería, San Carlos, Ciénaga de Oro, las más dinámicas de la zona, la abolición de la esclavitud y la derogación de la matrícula, fueron ignoradas. Ambas siguieron vigentes. En las haciendas, a los matriculados se les ocupó como campamenteros, hacheros, agricultores, vaqueros, ordeñadores, artesanos, aserradores, bogas y criados domésticos, entre otros. La matrícula fue oficializada por la Asamblea de Bolívar mediante Ordenanza No. 54 del 18 de agosto de 1892. Por la presión de la Sociedad de Obreros y Artesanos de Montería y la Sociedad de Obreras Redención de la Mujer, la Asamblea del departamento de Bolívar derogó la ordenanza en 1921. Ver: Documento 5: La mentalidad del ganadero sinuano y el desarrollo. Montería, 29 de abril de 2006, pp. 54-55. En: Víctor Negrete y Elías Bechara. Documentos para la reflexión 2: Grupos políticos, iglesias y conflicto armado. Publicaciones Unisinú. Montería, febrero de 2007.

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Dinámica de la violencia en el departamento de Córdoba 1967-2008

11.2% y son significativos en Ayapel y Pueblo Nuevo, donde representan alrededor del 20% de sus habitantes. En Montería, representan el 7.5% y habitan principalmente en la cabecera municipal. Cuadro No. 3. Población afrocolombiana del departamento de Córdoba por regiones y por zona urbana y rural

Regiones

Altos Sinú y San Jorge Montería San Jorge Medio Sinú, Sabanas y Ciénagas Costanera Córdoba % Cabecera y Resto sobre total Población departamento % negros, o raizales y palenqueros o afrocolombia nos respecto departamento

Raizales Población y afrocolompalenbiana total queros

Porcentaje afrocolombianos sobre total

Negro Urbano

Negro Rural

19.489

17.267

36.756

51

36.807

19,2%

12.822 10.570

1.450 10.971

14.272 21.541

42 37

14.314 21.578

7,5% 11,2%

21.280

19.135

40.415

89

40.504

21,1%

25.809

53.004

78.813

35

78.848

41,1%

89.970

101.827

191.797

254

192.051

100%

47%

53%

100%

743.88 6

728.813

1.472.699

12%

14%

13%

0%

13%

Negro Total

Fuente: Dane 2005 Procesado por el Observatorio del Programa Presidencial de Derechos Humanos y DIH, Vicepresidencia de la República.

Es así como los afrocolombianos y los indígenas suman algo más del 23% de la población del departamento y el resto representa casi el 77%. La composición de este último porcentaje es muy heterogénea, pues aparte de mulatos y zambos, entre los mestizos hay variadas mezclas en las que participan inmigrantes de origen hispano, sirio libaneses y de países europeos, estos últimos en una proporción más baja que los anteriores. Más recientemente, el departamento ha recibido inmigrantes de Antioquia, de otras zonas de la Costa Atlántica y de otros departamentos. La regionalización del departamento propuesta se hizo en función de la presencia de los actores armados irregulares, por lo que es conveniente finalizar este aparte, caracterizando las ventajas estratégicas que representan para éstos las diferentes zonas consideradas.

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Las regiones del Alto Sinú y Alto San Jorge sirven de corredor con el Bajo Cauca y el Norte antioqueños, así como con el Urabá. Así mismo, sirven de tránsito hacia el departamento de Chocó y en general hacia la Costa Caribe. En los Altos Sinú y San Jorge, está ubicado el Parque Nacional Nudo de Paramillo (PNNP16). El Parque representa un área estratégica para los actores armados, porque quien controle dicho territorio, garantiza una retaguardia que le permite incursionar en Urabá, Chocó, la Costa Atlántica, Antioquia y consigue tránsito hacia el sur de Bolívar. El Parque contiene la estrella fluvial más importante de la región Caribe. Es así como los atraviesan los ríos Sinú y San Jorge y se originan en su ecosistema los ríos Verde, Esmeralda, Manso, Tigre, Sucio y San Pedro. En sus recorridos hacia el mar y los ríos Cauca y Magdalena, estos ríos satisfacen la demanda de aguas de los departamentos de Sucre y Córdoba; en la cuenca del Sinú, toda la red de acueductos municipales y el sistema de riegos dependen de las aguas del PNNP, igual ocurre con la del San Jorge (con excepción de los municipios que se abastecen de aguas subterráneas)17. El departamento cuenta con cerca de 640 kilómetros de ríos principales (220 de los 350 kilómetros del San Jorge, los 360 del Sinú y los 82 del Canalete pasan por el departamento) y ríos menores y otros afluentes, destacándose el San Pedro, con 120 kilómetros18. En esta región, se concentraron en los últimos sesenta años los actores armados irregulares. En los años cuarenta y cincuenta, fueron escenario de las guerrillas liberales y de la acción de agrupaciones armadas orientadas por conservadores y la violencia adquirió niveles muy elevados en la medida en que era al mismo tiempo un espacio donde se ampliaba la frontera agrícola y donde adquirieron intensidad los conflictos por la tierra. La región fue así mismo un escenario en el cual el EPL, a partir de los años sesenta, y más adelante las Farc, en los ochenta, se implantaron y crearon sus retaguardias, y desde ésta incursionaban en zonas planas y ganaderas del entorno. Fue importante también para el narcotráfico, no sólo por los cultivos a partir de los años noventa, sino también como centro de acopio y como corredor 16 El PNNP fue creado mediante acuerdo 24 del Inderena el 2 de mayo de 1977 y posee un área de 460.000 hectáreas. Sobre sus terrenos tienen jurisdicción Córdoba (municipios de Tierralta, Puerto Libertador, y Montelíbano) y Antioquia (municipios de Ituango, Peque y Dabeiba); once municipios vecinos son considerados como zona amortiguadora. Ver: Antonio Martínez Negrete, jefe del PNNP. Realidad y tratamiento del PNNP, p. 62. En: Víctor Negrete, director editorial. Encuentro con Tierralta. Memorias, 1999. Otro estudio señala que 300.000 hectáreas están ubicadas en Córdoba y 160.000 en Antioquia. Ver José Galeano Sánchez. Colonización, desplazamiento y productividad agrícola: El caso del Nudo de Paramillo en el departamento de Córdoba, p. 67. En: Víctor Negrete, director editorial. El desplazamiento por la violencia….1999-2001. Marzo de 2002. Para Tierralta la importancia del PNNP es aún más contundente: el parque posee más del 50% del territorio del municipio ó mejor, el municipio es el “dueño” del 56% del parque. Ver Antonio Martínez Negrete, jefe del PNNP. Realidad y tratamiento del PNNP, p. 64. En: Víctor Negrete, director editorial. Encuentro con Tierralta. Memorias, 1999. 17 Ver: Antonio Martínez Negrete, jefe del PNNP. Realidad y tratamiento del PNNP, pp. 62-63. En: Víctor Negrete, director editorial. Encuentro con Tierralta. Memorias, 1999. 18 Víctor Negrete Barrera. Los desplazados por la violencia en Colombia: El caso de Córdoba. Montería, diciembre de 1994. Edición: Editorial Antillas. Barranquilla, octubre de 1995. Encargado de la edición: Ávila Pérez, Alfonso., pp. 5-6.

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Dinámica de la violencia en el departamento de Córdoba 1967-2008

hacia Urabá y la zona costera. Así mismo, por la importancia de las guerrillas en el sur de Córdoba, fue un espacio donde las autodefensas incursionaron con especial fuerza; su propósito era controlar el Nudo de paramillo y de esta manera frenar el acceso de las guerrillas hacia Urabá, el Occidente, Norte y Bajo Cauca antioqueños, así como hacia las zonas planas de Córdoba. Más recientemente, en esta región se concentra buena parte de las dinámicas de las bandas criminales, la mayor parte de los cultivos ilícitos, y sobre ella se ha concentrado el accionar de las Fuerzas Militares contra las Farc. El río San Jorge, que se desplaza en su primer tramo entre las serranías de San Jerónimo y Ayapel, corre después por la margen izquierda del departamento y conforma una región muy articulada al Bajo Cauca antioqueño; posteriormente, se desplaza hacia el departamento de Sucre y desemboca en la Depresión Momposina, donde existe un sistema hídrico muy complejo, pues se encuentra con los ríos Cauca y Magdalena. El Sinú, que corre entre las serranías de Abibe y San Jerónimo, por el contrario, tiene todo su recorrido en el departamento de Córdoba, por lo que conforma en el mismo las subregiones del Alto, Medio y Bajo Sinú, atravesando la zona de ciénagas, para finalmente, desembocar en la zona costanera, estratégica para la comercialización de droga y la entrada de armas. El San Jorge en su parte media es importante, porque por allí pasa la carretera que viene de Medellín; Caucasia se comunica con Montería y particularmente por vía terrestre con La Apartada, Buenavista y Planeta Rica. No en vano integrantes del Cartel de Medellín compraron muchas tierras en los años ochenta, no sólo por la fertilidad de las mismas, sus posibilidades en términos agropecuarios y para legalizar dineros del narcotráfico, sino también para adecuar centros de procesamiento y exportación a través de pistas clandestinas. Las posibilidades de las guerrillas en esta parte fueron limitadas, aparte del peso que tuvo ahí el EPL, principalmente en los años ochenta, cuando tuvo influencia en las invasiones de tierras y logró presionar a ganaderos, comerciantes, empresarios y narcotraficantes a través de la extorsión y el secuestro. En este marco, ocurrió la llamada masacre de la Mejor Esquina, en jurisdicción de Buenavista, a finales de los años ochenta, a la que se hace referencia con detalle en desarrollo del escrito. La zona estuvo bajo control de autodefensas y del narcotráfico en buena parte de los años noventa, los dos mil, y recientemente la violencia se volvió a intensificar ahí con ocasión de las disputas entre bandas criminales por el carácter estratégico que tiene para el narcotráfico, habida cuenta de su conexión estrecha con la carretera que viene de Medellín. Las regiones del Medio y Bajo Sinú son estratégicas por su cercanía al mar. Fueron zonas donde la colonización y la transformación de la ganadería se hicieron antes de mediados de los años cuarenta, y así mismo donde se concentraron los bastiones electorales del partido Conservador, por lo que el desarrollo de guerrillas liberales fue prácticamente nulo en los años de la violencia política. A su turno, las guerrillas de izquierda tuvieron poca incidencia allí, no obstante que el EPL tuvo alguna presencia y efectuó algunos secuestros. Las luchas por la tierra se presentaron en esta región,

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y en particular las tomas, y hubo conflictos en torno al resguardo de San Andrés de Sotavento. La región fue aprovechada por el narcotráfico para comprar tierras y ubicar centros de acopio, teniendo en cuenta su cercanía con el mar; en esta parte, se concentraron proyectos agropecuarios más tecnificados. Así mismo, las autodefensas a partir de los noventa desarrollaron un control férreo e impidieron la expansión de los grupos guerrilleros. Recientemente, la violencia se ha expresado con alguna fuerza y es expresión de disputas entre bandas de narcotraficantes. Montería ha sido un municipio estratégico para los actores armados irregulares no solamente por ser la capital, sino por su cercanía con la zona costanera y en razón a que ha sido un corredor de la mayor importancia entre Medellín y el mar. Su colonización en parte es reciente y no en vano fue escenario de luchas agrarias y de la violencia política en los años cuarenta y cincuenta. En esa medida, los movimientos agrarios desde los años veinte y treinta del siglo pasado, la guerrilla liberal de los años cuarenta y cincuenta, el EPL entre los sesenta y parte de los ochenta y la organización campesina en los setenta, fueron actores centrales en este municipio. Así mismo, Montería fue objetivo central del narcotráfico y de las autodefensas, que se propusieron aislarla de la influencia de las guerrillas y neutralizar el movimiento social y político, situación que explica que en determinadas coyunturas sus índices de homicidios hayan subido de manera significativa. La zona costanera, finalmente, es importante porque es la salida al mar. Allí, se presentaron luchas agrarias en Canalete, principalmente, y en este mismo municipio se desarrolló la guerrilla liberal y después el EPL. En los demás municipios, la influencia de los actores armados fue limitada y narcotraficantes y autodefensas ejercieron algún tipo de dominio, pero manteniendo un bajo perfil. Recientemente, la violencia se intensificó en el marco de disputas entre bandas criminales, por el carácter estratégico que representa la costa para el narcotráfico.

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2. Algunas generalidades sobre la economía cordobesa, la colonización, el desarrollo de la ganadería y su relación con la violencia

U

n aspecto central que considerar en el análisis de la violencia en Córdoba es entender que la colonización de su territorio es reciente y que su desarrollo es esencialmente ganadero. En lo esencial, la colonización y la ocupación territorial se produjeron desde el norte del departamento hacia el sur. Entre finales del siglo XIX y en la primera mitad del siglo XX, este proceso se produjo en parte del norte y del centro del departamento, y a partir de los años cuarenta y cincuenta, fue especialmente agudo en el centro, y empezó a insinuarse en el sur. Es por ello que en parte de los municipios de Canalete, Montería, Tierralta, Valencia y Montelíbano19, durante parte del siglo XX, se dio una dinámica en la que los colonos tumbaban el monte, adecuaban la tierra, y posteriormente comerciantes, ganaderos y empresarios se apropiaban de la misma, bien sea comprándola, muchas veces a precios irrisorios, y en otros casos por medio de la violencia; los colonos volvían a abrir nuevas tierras y, de nuevo, éstas quedaban en poder de ganaderos, empresarios y comerciantes, repitiéndose el mencionado ciclo. Este patrón que se registró en el departamento es uno de los factores que está en el trasfondo de la violencia en diferentes coyunturas, pues en la medida en que la presencia institucional del Estado era muy limitada, en muchos casos la transformación de las parcelas y mejoras en predios ganaderos se llevó a cabo por la vía de la violencia. Lo anterior se expresó en los conflictos agrarios de finales del siglo XIX, de los años veinte y treinta del siglo XX, y de conflictos que se agudizaron en el marco de la violencia política de los años cuarenta y cincuenta; después, en parte, está en el trasfondo del surgimiento y expansión de las guerrillas en los años sesenta y setenta del siglo pasado, así como en la irrupción de las luchas por la tierra en los setenta y los ochenta. Veamos brevemente como se dieron estos procesos y cómo se configuró un desarrollo agrario predominantemente ganadero, con una elevada concentración de la tierra, situación que desembocó en un desarrollo agrícola débil y un desarrollo industrial casi inexistente20. 19 En esos años los hoy municipios de Puerto Libertador y Uré eran jurisdicción de Montelíbano. 20 Aparte de la ganadería y la agricultura, en Córdoba se ha desarrollado la minería del carbón y del níquel, mientras que la industria es prácticamente inexistente y el sector de servicios también es muy limitado. Esto es

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La ocupación territorial de Córdoba es relativamente reciente. El departamento nació en 1952, segregado del departamento de Bolívar, y hasta ese entonces la frontera agropecuaria era todavía muy limitada y la presencia del Estado prácticamente inexistente21. Su desarrollo antes del proceso de independencia fue muy limitado22. Fue solamente a mediados del siglo XIX y principios del siglo XX que se buscó modernizar la ganadería y diversificar la producción agrícola, principalmente en el norte del departamento. En lo que respecta a la ganadería, incidió mucho la introducción en la zona de la hierba pará o admirable. En Ciénaga de Oro, se estableció la Casa Burgos desde 1862 que desarrolló la hacienda Berástegui, donde llegaron a pastar hasta 20.000 cabezas de ganado. Así mismo, la casa comercial de Diego Martínez y Compañía, fundada en Lorica en 1887, alcanzó a adecuar 40.000 hectáreas en el Valle del Sinú; la Casa de Lorica compraba ganado, lo criaba, lo cebaba y lo vendía en el interior del país. Más hacia el centro del departamento, en Callejas, en la parte occidental del río Sinú (en el hoy municipio de Tierralta), se logró adecuar una extensión aproximada de 5.000 hectáreas para la ganadería. A su turno, estas casas diversificaron mucho la producción agrícola y buscaron desarrollar la caña de azúcar, el banano, la explotación maderera, al tiempo que intentaron extraer petróleo y carbón, construyeron ingenios, frigoríficos y desarrollaron la producción de manteca vegetal, caucho y otros productos23.

consecuencia en buena medida del excesivo peso de la ganadería. 21 Por medio de la Ley 9 del 18 de diciembre de 1951 y el decreto reglamentario 1392 de 1952 fue creado el departamento. Ver Víctor Negrete. El proceso de reubicación de la población desplazada por la violencia en predios rurales del municipio de Montería. Montería, marzo de 2002, p. 9. 22 Antes de la Independencia, la economía se basaba en el trabajo de indígenas, esclavos y campesinos en formación y, como ya se vio, la esclavitud se prolongó a lo largo del siglo XIX a través de relaciones como la matrícula. Antonio de la Torre y Miranda fue un militar español que recibió la orden de congregar las familias dispersas en los montes de la Provincia, al sur de Cartagena. En cumplimiento de ello, congregó 43 poblaciones, entre nuevas y refundadas, 13 de ellas en lo que hoy es el departamento de Córdoba, entre 1774 y 1779. Según la historiadora Pilar Moreno de Ángel “el capitán Antonio de la Torre tuvo que soportar durante su acción regeneradora en el Sinú fuerte oposición por parte de los grupos sociales de la elite regional que había disfrutado anteriormente de plena autonomía. En efecto, era costumbre de aquellos privilegiados no pagar impuestos formales al Estado ni cumplir con las obligaciones que España imponía. Dichos “magnates”, como los denominó el oficial español, “casi todos de la misma familia o enlazados entre sí” ocupaban los más altos cargos en el gobierno, la milicia y el clero. Por otro lado, hay que señalar que si bien Montería empezó a conformarse como poblado a mediados del siglo XVIII, sólo fue elevada al estatus de villa en 1807 y hasta 1923 adquirió el estatus de municipio. Para citar otro ejemplo, Tierralta fue fundada en 1909, aunque el sitio era frecuentado desde 100 años antes, pero en esos años tenían importancia Tucurá y Río Nuevo. Sobre estos aspectos Ver: Documento 5: La mentalidad del ganadero sinuano y el desarrollo. Montería, 29 de abril de 2006, p 54. En: Víctor Negrete y Elías Bechara. Documentos para la reflexión 2: Grupos políticos, iglesias y conflicto armado. Publicaciones Unisinú. Montería, febrero de 2007. El autor cita a: Pilar Moreno de Ángel. Antonio de la Torre y Miranda, viajero y poblador. Bogota, Editorial Planeta, 1993. Academia de Historia de Córdoba. La Revista. Montería, 1998. 23 Ver: Documento 5: La mentalidad del ganadero sinuano y el desarrollo. Montería, 29 de abril de 2006, pp. 56-58. En: Víctor Negrete y Elías Bechara. Documentos para la reflexión 2: Grupos políticos, iglesias y conflicto armado. Publicaciones Unisinú. Montería, febrero de 2007.

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En buena parte de la segunda mitad del siglo XIX, lo anterior se logró con el trabajo de esclavos y matriculados, relaciones en las que se aplicaban altas dosis de violencia24. Después, se vincularon pequeños agricultores libres e indios y surgieron nuevas formas de relaciones, conocidas en el medio como derribe por tierra, arriendo por pasto, tierra por pasto o a partir de utilidades, todas con el propósito de hacer o acrecentar potreros. De estas relaciones nacieron, posteriormente, el arrendatario, el aparcero, el terrajero, el jornalero y el trabajador a destajo. Igualmente, llegó el avance (se avanza en dinero o en especie y después se pagaba la deuda con trabajo) para asegurar mano de obra o productos; el préstamo en dinero o en especies que por la imposibilidad de cancelar terminaban entregando tierras; el montaje de tiendas donde debían comprar y vender obligatoriamente, lo que representaba grandes ganancias y la compra adelantada de cosechas25. Orlando Fals Borda resumió el proceso mediante el cual colonos y campesinos abrían la tierra y posteriormente se la apropiaban terratenientes y ganaderos, de la siguiente manera: “increíble ingeniosidad con que los terratenientes lograron birlarle la tierra a los colonos, a través de falsas cuentas, agregando ceros, vendiendo sarapas (raciones de comida), aprovechando el hierro del ganado, robando escrituras, sobornando autoridades, emborrachando, jugando a los gallos y a las cartas, amenazando con la violencia. Emplearon además la compra de doncellas”26. La situación en términos de desarrollo agropecuario fue cambiando a comienzos del siglo XX y sobre éste empresarios antioqueños incidieron de manera significativa. Es así como en 1912, un grupo de antioqueños compuesto por seis casas comerciales y un comerciante que participó a título personal, compraron la Sociedad Cacaotales de Marta Magdalena (Montería) que fue creada en 1882 para la producción de cacao en 5.540 hectáreas por inversionistas franceses, proyecto que fracasó porque el terreno era inadecuado y fue transformado posteriormente para la extracción de madera y secundariamente para la ganadería. El objetivo central de los antioqueños consistía en la adquisición y levante de ganado en las sabanas de Bolívar y del Sinú, para trasladarlo a la feria de Medellín, donde era vendido a ganaderos de diferentes lugares. Cuando los franceses entregaron la hacienda, ésta tenía 12.000 hectáreas, su capacidad era de 3.000 reses y la superficie sembrada de pastos no pasaba de 2.000 hectáreas. Entre 1915 y 1928, más de 5.000 hectáreas de monte fueron transformadas en potreros y se complementó con la dotación de una infraestructura básica, línea telefónica entre los campamentos y la casa mayor, bombas y depósito para almacenamiento, canales de riego e introducción 24 Este aspecto ya fue mostrado en el aparte en que se describe la presencia de afrocolombianas en Córdoba. En particular se citaron los casos de Montería, San Carlos y Ciénaga de Oro, entonces las zonas en donde el desarrollo agropecuario era más marcado. 25 Documento 5: La mentalidad del ganadero sinuano y el desarrollo. Montería, 29 de abril de 2006, pp. 54-55. En: Víctor Negrete y Elías Bechara. Documentos para la reflexión 2: Grupos políticos, iglesias y conflicto armado. Publicaciones Unisinú. Montería, febrero de 2007. 26 Fals Borda, 1975. Op. cit.

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de razas extranjeras. En 1932, efectuaron cambios en la hacienda que tuvieron que ver con la reorientación de los negocios y el manejo de la hacienda. Es así como los antioqueños aplicaron en el Sinú sus principios relativos al trabajo, la riqueza y la dirección de empresas. La existencia de la hacienda fue de 44 años y en 1956, se produjo su desmembramiento territorial27. Después del desmembramiento de Marta Magdalena, la ganadería pasó a manos de empresarios sinuanos, grandes y medianos, que ante la incertidumbre, disminuyeron su interés por continuar con el mejoramiento de pastos y ganado. En consecuencia, la ganadería extensiva se fue ampliando. Con el tiempo, sobrevino la repartición y venta de los bienes y muchas ganaderías tradicionales sinuanas dejaron de existir o pasaron a otras manos28. El desarrollo de la ganadería implicó muy variados conflictos agrarios entre finales del siglo XIX y mediados del siglo XX, que ilustran el ciclo colonización– violencia– colonización ya descrito. Un primer conjunto de conflictos agrarios está relacionado con ocupaciones de baldíos, que se originaron a finales del siglo XIX, en zonas donde la colonización comenzaba; lo anterior se presentó en Canalete, hoy un municipio de la región costanera; en Callejas, actualmente un corregimiento del municipio de Tierralta en la región del Alto Sinú, y en Lomagrande, un corregimiento rural de la capital del departamento, Montería29. Estos conflictos, que enfrentaron a hacendados y autoridades contra colonos y campesinos, tuvieron una tregua veintiocho años más tarde con el reconocimiento de los derechos de los ocupantes. No obstante, años después, en la década de 1950, en el marco de la violencia política, estos conflictos, que habían permanecido latentes, revivieron, pues la mayoría de estas tierras fueron arrebatadas por medio de la violencia y la intimidación por descendientes de los hacendados o nuevos interesados30. La ausencia de solución a esta problemática, después de las desmovilizaciones de los años cincuenta, sirvió a su turno como precedente para el surgimiento del Partido Comunista Marxista Leninista, PCML y del Ejército Popular de Liberación, EPL, que aprovecharon esta circunstancia para implantarse en la región, y también estuvo en el trasfondo del desarrollo de las luchas campesinas en las décadas de los sesenta y setenta del siglo XX. El caso de Callejas es ilustrativo de la manera como la colonización y la violencia se mezclaron en buena parte de la primera mitad del siglo XX. En un principio, Callejas era una porción de terreno localizado en tierras baldías al occidente del río Sinú que 27 Op. Cit. pp. 58 y 59. 28 Op. Cit. p. 60. 29 Estos son los casos más documentados que fueron estudiados por Orlando Fals Borda y Víctor Negrete. Una versión resumida se puede ver en: Víctor Negrete Barrera. Los desplazados por la violencia en Colombia: El caso de Córdoba. Montería, diciembre de 1994.Edición: Editorial Antillas. Barranquilla, octubre de 1995. Encargado de la edición: Alfonso Ávila Pérez. p. 13. 30 Ver el libro ya citado de Víctor Negrete. Los desplazados por la violencia en Colombia: El caso de Córdoba. 1994, p. 13.

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se denominó Pirú y cubría una extensión aproximada de 5.000 hectáreas. Durante la última década del siglo XIX y principios del XX, fue ocupado por un considerable número de colonos y raicilleros, madereros y caucheros. En 1926, los colonos formaron una asociación. Por esos mismos años, la Compagnie Française du Río Sinú montó campamentos madereros en Puerto Rico, Jaraguay y Las Tangas y una compañía norteamericana, La Rubber, compraba caucho. En el punto cerca de Tierralta, que después llamaron Pirú, funcionó un puesto de compra y venta de raicilla, caucho y canime. Así pues, había una gran presión por las tierras del Pirú. Para 1920, la presión fue tanta que los ocupantes debieron acudir a la Sociedad de Obreros y Artesanos de Montería en busca de ayuda y cuyos líderes eran Vicente Adamo y Juana Julia Guzmán, quienes se hicieron cargo de la situación. Esta última estuvo en el área y dirigió las luchas. El predio fue bautizado con el nuevo nombre de Tierra Libre. Después de muchas escaramuzas, el Gobierno, en abril de 1926, reconoció escritura pública a las 229 familias campesinas que ocuparon el Pirú. Sin embargo, la presión continuó. La época de la violencia (años cuarenta y cincuenta) fue aprovechada por comerciantes, hacendados y políticos para hacerse, por distintos medios, a porciones del predio de los campesinos31. Adicionalmente, se debe mencionar lo ocurrido en la desembocadura del río Sinú, en el norte del departamento. Es así como durante cuatro décadas, entre 1930 y 1970, colonos y campesinos debieron luchar contra el terraje (impuesto para poder sembrar), contra la prohibición de ocupar baldíos por parte de algunos pudientes, que los reclamaban como propiedad privada, y en la defensa de áreas inhabilitadas y abonadas con técnicas ingeniosas, como el rompimiento del río por Tinajones, que antes lo hacía por Cispatá. Estos cambios llevaron a un faltante de tierras como consecuencia de la salinización del río32. Lo anterior se expresó posteriormente en presiones por la ocupación de la tierra, que desembocaron en procesos de violencia. El proceso de colonización y la posterior transformación de las mejoras en hatos ganaderos en el San Jorge también ilustran lo acaecido. Se presentó una enorme variedad de conflictos, que involucraron negros esclavos trabajadores de minas y colonos mestizos que pagaban terraje por sembrar en los llamados terrenos de Uré, unas mercedes de tierra concedidas por autoridades españolas a súbditos suyos33. Gracias a la presión permanente de los terrajeros, el impuesto desapareció en 1907 en contra de los supuestos propietarios que siguieron insistiendo en sus viejos privilegios, situación que desapareció en 1944, cuando el Ministerio de Agricultura declaró baldíos 31 Ver el texto ya citado de Víctor Negrete Barrera. Los desplazados por la violencia en Colombia: El caso de Córdoba. 32 Ver el libro ya citado de Víctor Negrete. Los desplazados por la violencia en Colombia: El caso de Córdoba. 1994, pp. 14-15. 33 No hay que olvidar que la esclavitud sólo vino a desaparecer en los últimos años del siglo XIX, es decir, más de cuarenta años después de abolida legalmente, y de inmediato los recién liberados esclavos fueron considerados colonos con obligación de pagar terraje. Ver el libro ya citado de Víctor Negrete. Los desplazados por la violencia en Colombia: El caso de Córdoba. 1994, pp. 13 y. 14.

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los terrenos de Uré y empezó a conceder títulos de propiedad a personas que solicitaban adjudicaciones34. Los ocupantes de hecho, colonos y campesinos, eran numerosos; no obstante, la declaración de baldíos atrajo a un alto número de personas extrañas, que intentaron hacerse a pedazos de tierra, valiéndose de compras, canjes, usurpaciones y engaños. Finalmente, muchos de estos nuevos habitantes fueron los beneficiados, por lo que se originaron tensiones que desembocaron en disputas que se resolvieron posteriormente, a mediados de siglo, en el marco de la violencia política35. El desarrollo de la ganadería volvió a tomar impulso a inicios de la segunda mitad del siglo XX, después de la violencia política. En este sentido, el Fondo Ganadero de Córdoba fue creado en 1956, con el propósito de “fomentar la cría, levante, engorde, mejoramiento y selección de la ganadería; introducción y adquisición para el sacrificio y suministro de carne y fundación y desarrollo de entidades de acuerdo a sus fines”36. El Fondo creció rápidamente y a finales de 1970, contaba con 68.149 cabezas de ganado en poder de 687 depositarios. En 1976, alcanzó la cifra de 100.344 cabezas de ganado y, en 1980, el número de depositarios era de 1.094. Éstos fueron los años de auge. En este marco, cientos de campesinos y colonos, a quienes se les brindó la oportunidad, la aprovecharon convirtiéndose en ganaderos, mejorando así, sus condiciones de vida. Aún cuando no se sabe cuántos medianos y pequeños ganaderos actuales recibieron ayuda del Fondo, lo cierto es que éste contribuyó de manera significativa a formar una nueva mentalidad en el campesino cordobés, puesto que durante muchos años fue la única institución que fomentó la ganadería. Al aporte del Fondo, se tiene que sumar los que han hecho en el transcurso del tiempo la Federación de Ganaderos, las instituciones oficiales y la iniciativa particular37. El proceso de apropiación de tierras por la vía de la violencia y la ampliación de las explotaciones ganaderas dejaron muchos conflictos sin resolver. Por un lado, lo anterior explica en parte el surgimiento del EPL a mediados de los años sesenta, proceso al que se hará referencia con detalle en otro capítulo. Adicionalmente, guarda relación en buena medida con el auge de las movilizaciones campesinas que dirigidas por la Asociación Nacional de Usuarios Campesinos, impulsaron tomas de tierras a principios de los setenta para presionar compras por parte del Instituto Colombiano para la Reforma Agraria, Incora, creado en la administración de Carlos Lleras (1966 – 1970)38. No obstante, el proceso de reforma agraria sufrió un duro revés en 1973, cuando se firmó el pacto en Chicoral, Tolima, y la lucha campesina perdió fuerza. 34 Ver el libro ya citado de Víctor Negrete. Los desplazados por la violencia en Colombia: El caso de Córdoba. 1994. 14 35 Ver el libro ya citado de Víctor Negrete. Los desplazados por la violencia en Colombia: El caso de Córdoba. 1994, p. 14 36 Op. Cit. p. 60. cita al Fondo Ganadero de Córdoba. 37 Op. Cit. pp. 60 y 61. 38 Ver el libro ya citado de Víctor Negrete. Los desplazados por la violencia en Colombia: El caso de Córdoba. 1994, p. 26.

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Posteriormente, el narcotráfico fue en contravía de la distribución de la tierra, pues adquirió muchos predios; es así como a principios de los noventa, el narcotráfico contaba con grandes extensiones de tierra en Ayapel, Buenavista, Pueblo Nuevo, Montería, Valencia, Canalete, Montelíbano, Chinú y San Antero. El área ocupada era de 150.000 hectáreas39. Así mismo, las autodefensas. En una entrevista, Rodrigo Caicedo expresaba la situación en torno a las compras de tierras por parte del narcotráfico y las autodefensas de la siguiente manera: “Las inversiones del narcotráfico en Sucre y Córdoba alcanzan sumas altísimas y cubren cerca de 741.000 hectáreas, cuya ubicación se inscribe en los objetivos de desarrollo agroindustrial, costero y ganadero de ambos departamentos, con dos tipos de inversión: unas, de carácter industrial, en áreas de reconocida riqueza agropecuaria y ganadera, fundamentalmente en las zonas bajas de los ríos Sinú y San Jorge; áreas cuya densidad de población es alta y cuya riqueza en recursos es reconocida. Y otras, de índole estratégico, que dan con más fuerza en el departamento de Sucre y con mayor énfasis en el área costera. Son a veces suntuosas, pues su finalidad es mantener la agilidad en el transporte de la droga y colocar estas propiedades como centros o escuelas fascistas. Tanto para el transporte de droga, como para la operación militar.”40 En ese marco, el balance no fue nada favorable para el movimiento campesino, no sólo porque la concentración de la tierra aumentó, en lugar de disminuir41, sino por el costo en vida de muchos de sus dirigentes: aproximadamente 75 líderes, entre campesinos e indígenas del resguardo de San Andrés de Sotavento fueron asesinados; 204 empresas comunitarias (la totalidad) fueron disueltas por malos manejos, abusos de los dirigentes, fracaso de cultivos y negocios de ganado y la acción de la violencia; 191 parceleros desaparecieron hasta 1988 (no hay datos a partir de entonces); siete cooperativas de mercadeo en el papel que no han dado los resultados esperados42. A principios de los noventa, el proceso de colonización ya se había cumplido en el norte del departamento y la colonización avanzaba en los Altos Sinú y San Jorge. La Comisión de estudios de la violencia así lo señaló en 1992: “Desde luego, la situación varía mucho de una subregión a otra. El Valle del Sinú Medio ha visto un relativo desarrollo de la agroindustria, especialmente del algodón, el sorgo y el arroz, que en la actualidad va acompañado de los daños ecológicos por una excesiva fumigación y el desecamiento de las ciénagas impulsado por grandes propietarios y campesinos. (…) Entretanto, en el sur del departamento, hacia la serranía de San Jerónimo, 39 Ver: Víctor Negrete Barrera. Los desplazados por la violencia en Colombia: El caso de Córdoba. Montería, diciembre de 1994. Edición: Editorial Antillas. Barranquilla, octubre de 1995. Encargado de la edición: Ávila Pérez, Alfonso. P. 27. 40 Ver la entrevista a Rodrigo Caicedo en: Álvaro Villarraga y Nelson Plazas. Para reconstruir los sueños - una historia del EPL. Fondo Editorial para la Paz, 1994, Bogotá, p 380. 41 En el balance de la Comisión para la superación de la violencia se afirmó en 1992: “El balance que dejan las luchas del movimiento campesino en los años sesenta y setenta, los siempre limitados esfuerzos del Incora, y la violencia de los años ochenta, no es nada halagüeño: tras casi treinta años de esfuerzos por impulsar la reforma agraria, y en parte debido a la contrarreforma agraria terrateniente y narcotraficante de los últimos años, la concentración de tierras en Córdoba ha aumentado en lugar de disminuir.” Ver: Comisión de Superación de la Violencia. Pacificar la Paz. Lo que no se ha negociado en los acuerdos de paz. Bogotá, Iepri – Cinep – Comisión Andina de Juristas – Cecoin, 1992, p. 21. 42 Ver Víctor Negrete Barrera. Algunas apreciaciones a tener en cuenta en el Proceso de Negociación, p. 12. Montería, 2004. En: Documentos para la reflexión….Abril de 2006.

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avanza cada vez más una colonización desenfrenada que se ha visto potenciada por la población que huye de la violencia. Además de los conflictos intrínsecos a todo proceso colonizador, esta expansión de la frontera agrícola amenaza con invadir el territorio indígena de las comunidades Emberá Katío, como con crear un desastre ecológico de grandes dimensiones, al alterar con la tala indiscriminada de bosques el régimen de inundaciones de los ríos Sinú y San Jorge”43. La tierra dedicada a la actividad agropecuaria pasó de 60.691 predios con 1.621.783 hectáreas en 1960 a 88.061 predios con 2.284.041 hectáreas en 199444. Este aumento se debió al colonato, titulaciones de baldíos, secamiento de humedales, ocupaciones de playones o fraccionamiento de propiedades45. Estas cifras muestran que la ocupación territorial y la apertura de la frontera agrícola fueron dinámicas en las décadas de los sesenta, los setenta y los ochenta. Que la ampliación de la frontera agrícola favoreció en últimas el desarrollo de la ganadería, nos lo confirma la información que se consigna en el Plan de Desarrollo del departamento de 200846, en el cual se muestra que de las 2.502.060 hectáreas que tiene Córdoba, el uso de suelo se distribuye así: 209.400 (8.36%) son agrícolas, 1.580.600 (63.17%) pecuarias, 600.000 (23.98%) forestales y 112.060 (4.47%) tienen otros usos: ciénagas, humedales y ríos. Adicionalmente, las cifras señalan que el potencial agropecuario sobrepasa el 75% del área departamental. No se tiene manera de comparar las cifras presentadas en el Plan de Desarrollo con el promedio nacional y para este efecto se utilizó la Encuesta Nacional Agropecuaria de 2008, que presenta resultados diferentes. Según este documento, mientras en Córdoba el uso del suelo se concentra en un 89.1% en el sector pecuario, en Colombia es de 76.9%, es decir trece puntos porcentuales menos que en el departamento estudiado. En lo que respecta al sector agrícola, el departamento y el país concentran el 6.8% respectivamente, en bosques Colombia tiene el 14.3% y el departamento únicamente el 1.4% y en otros usos están el 2% en el país y el 2.6% en Córdoba47. Adicionalmente, existen estudios que muestran que la ganadería en Córdoba no se industrializó al mismo ritmo que en otras zonas del país. Si bien se muestra que Córdoba participa con el 10% del inventario ganadero nacional, al mismo tiempo, si se mide a partir de los datos de la Encuesta Anual Manufacturera, su participación en la producción bruta industrial dentro del sector baja a 5.4% en 1999. Lo anterior 43 Ver: Comisión de Superación de la Violencia. Pacificar la Paz. Lo que no se ha negociado en los acuerdos de paz. Bogotá, Iepri – Cinep – Comisión Andina de Juristas – Cecoin, 1992. 44 El documento No. 5 cita al Igac. Montería, 1994. 45 Ver: Víctor Negrete Barrera. Los desplazados por la violencia en Colombia: El caso de Córdoba. Montería, diciembre de 1994. Edición: Editorial Antillas. Barranquilla, octubre de 1995. Encargado de la edición: Ávila Pérez, Alfonso. p. 25. 46 Ver: República de Colombia, Departamento de Córdoba. Plan de Desarrollo Departamental. Por una gestión solidaria y comprometida. 2008 – 2011. 47 Ver encuesta nacional agropecuaria 2008. p. 35. http://www.agronet.gov.co/www/docs_agronet/20095694411_ ENA_2008.pdf

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deja ver que la ganadería en Córdoba no ha logrado industrializar sus actividades, como si lo hicieron los empresarios de Antioquia, Valle, Atlántico y Bogotá. Si en Córdoba se lograra una mayor industrialización de las cadenas cárnica y láctea, se generarían mayores encadenamientos hacia arriba y hacia abajo, que dinamizarían su economía a partir de mayor producción, empleo, ingresos, pago de impuestos y reactivación de los transportes, entre otros48. El mismo estudio muestra que el peso del empleo que genera la ganadería bovina en Córdoba está sobredimensionado, pues mientras representaba en 1999 el 52% de la fuerza de trabajo rural y el 19% del total departamental, a nivel nacional esta participación era del 38% y 8% respectivamente. Las cifras muestran que en contraste con el desarrollo ganadero, el agrícola no es significativo. Es así como en 2001 había 28.921 hectáreas sembradas de algodón, 23.302 de arroz, 87.935 de maíz y 30.000 de plátano. Existían 4.269 estanques para producción acuícola con un área de 5.600.000 metros cuadrados, produciendo camarón marino, bocachico, cachama y tilapia, entre otros49. Sin embargo, el pequeño productor cordobés sigue dedicado a sus cultivos transitorios tradicionales y algunos permanentes y semipermanentes anuales. Dentro de éstos, los más comerciales en frutales son: guayaba, limón, coco, mango, papaya, maracuyá, guanábana y en menos cantidad níspero y zapote; en hortalizas: berenjena, ahuyama, calabaza, ají, col, habichuela y pepino; en tubérculos: yucas y ñames; hay también plátano hartón. Además, están la caña panelera, el arroz y maíz criollos, el algodón, el ajonjolí y el fríjol cabeza negra50. Para 2003, los cultivos transitorios (algodón, maíz y arroz) participaban con el 98% del total sembrado. En los anuales y permanentes, los más representativos eran el ñame, el plátano y la yuca, que ocupaban el 92% de área sembrada. Otros cultivos como la patilla, la papaya, el mango, el maracuyá y el coco eran todavía incipientes51. Ante esta situación, el pequeño productor debe enfrentar los altos costos de producción, plagas y enfermedades, cambios de clima, vientos y vendavales, poca rentabilidad, falta de incentivos y créditos, costos de transporte, inseguridad del mercado y falta de organizaciones que defiendan sus intereses52. 48 Ver. Banco de la República. Documentos de Trabajo sobre la Economía Regional. Joaquín Viloria De La Hoz. La Economía Ganadera en el Departamento de Córdoba. Bogotá, Octubre de 2003. http://74.125.113.132/ search?q=cache:ysNw7-UKOcoJ:www.dotec-colombia.org/index.php%3Foption%3Dcom_content%26task%3Dvi ew%26id%3D2987+ganader%C3%ADa+departamentos&cd=2&hl=es&ct=clnk&gl=co 49 Ver: Víctor Negrete Barrera. Córdoba 2000-2001: ¿Estancamiento o Retroceso? p. 6 En: Víctor Negrete Barrera, director editorial. El desplazamiento por la violencia en el departamento de Córdoba. 1999-2001. Edición Louis Ángel Asociados. Montería, Marzo de 2002. 50 Ver: Tenencia de la tierra y producción en Córdoba, 2003, p. 29. En: Víctor Negrete Barrera. Desarrollo y fortalecimiento de la actividad empresarial en Montería. Impacto de los programas de capacitación y crédito. 51 Ver: Documento 7: Montería: Entre la villa soñada y el Miami costeño, p. 35. En: Víctor Negrete Barrera y otros. Documentos para la reflexión: Algunos aspectos del proceso de negociación Gobierno-AUC. Universidad del Sinú. Centro de Estudios Sociales y Políticos. Fecha de recopilación: años 2004, 2005 y principios de 2006. Montería, abril de 2006. 52 Ver: Tenencia de la tierra y producción en Córdoba, 2003, p. 29. En Negrete Barrera, Víctor. Desarrollo y fortalecimiento de la actividad empresarial en Montería. Impacto de los programas de capacitación y crédito. Montería, 2004.

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Mientras tanto, los medianos y grandes productores sembraron y comercializaron el algodón transgénico Bt en un área aproximada de 6.500 hectáreas en la cosecha de 2003, incrementaron la siembra de cacao y caucho e impulsaron los cultivos forestales. En ese año, se encontraba en marcha la primera biofábrica del país destinada a la producción de árboles clones de alta calidad53 y había aproximadamente 5.000 hectáreas sembradas con roble, teca, acacia mágnum, ceiba tolúa y con menos cantidad eucalipto y balso, a las cuales estaban vinculadas las empresas Reforestadora de la Costa y Kanguroid54. Por otro lado, la distribución de la propiedad en Córdoba es bastante concentrada. Es así como según datos del Igac, en 2003, los predios menores a 20 hectáreas representaban el 78.9% del total con el 14.8% del área de la tierra en el caso de Montería y el 77.1% de los predios con el 15.7% de la tierra en lo que corresponde a Córdoba. El número de predios de 20 a 100 hectáreas representan el 16.1% del total con el 30.8% del área en Montería y el 18.2% de los predios con el 33.3% de la superficie en Córdoba. El número de predios mayores a 100 hectáreas representan el 4.9% del total con el 54.3% del área en Montería y el 4.5% de los predios con el 50.9% de la superficie en Córdoba55. Para 2001, existían aproximadamente 25.500 fincas ganaderas, de las cuáles el 46% era de pequeños ganaderos que poseían menos de 25 animales, otro porcentaje igual era de ganaderos medianos, que tenían entre 26 y 250 cabezas de ganado y el 8% era de los grandes que contaban con 251 animales o más. En el departamento, el número total de bovinos era en 2003 de aproximadamente 2.400.00056. La concentración de la tierra y su dedicación en alto porcentaje a la ganadería extensiva, además de incidir en la pobreza, es uno de los factores que en últimas ha intervenido en el desarrollo de la violencia. Por un lado, porque en ésta se emplea poca mano de obra, muchas veces no debidamente regularizada y se ocupan suelos aptos para la agricultura. Por otro lado, el desarrollo de grandes explotaciones se ha logrado en buena parte por medios violentos, a lo largo del siglo XX y a inicios del presente siglo57. Adicionalmente, los campesinos y colonos expulsados vuelven a iniciar el ciclo de la colonización, en áreas por fuera del control del Estado, situación que a su turno explica las siembras de cultivos de coca y el reclutamiento por parte de los grupos armados irregulares. 53 Ver: Tenencia de la tierra y producción en Córdoba, 2003, pp. 29 y 30. En Negrete Barrera, Víctor. Desarrollo y fortalecimiento de la actividad empresarial en Montería. Impacto de los programas de capacitación y crédito. Montería, 2004. 54 Ver: Tenencia de la tierra y producción en Córdoba, 2003, p. 29. En Negrete Barrera, Víctor. Desarrollo y fortalecimiento de la actividad empresarial en Montería. Impacto de los programas de capacitación y crédito. Montería, 2004. 55 Ver: Actividad Agropecuaria en la Costa Caribe, Corporación Colombiana de Investigación (Corpoica), 2002. Tenencia de la Tierra y producción en Córdoba, 2003. Pp. 20 a 31. En: Negrete Barrera, Víctor. Desarrollo y fortalecimiento de la actividad empresarial en Montería. Impacto de los programas de capacitación y crédito. 2004. 56 Tenencia de la tierra y producción en Córdoba, 2003, p 29. En: Víctor Negrete Barrera. Desarrollo y fortalecimiento de la actividad empresarial en Montería. Impacto de los programas de capacitación y crédito. Montería, 2004. 57 Ver el artículo ya citado Tenencia de la tierra y producción en Córdoba, 2003, p 28.

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En lo que respecta a otras economías, se tiene que en 1994, de acuerdo con el PIB por actividad económica, al sector agropecuario le seguían la minería (básicamente la producción de ferro-níquel de Cerro Matoso), servicios de gobierno, comercio, transporte y almacenamiento, seguros y servicios a las empresas e industria manufacturera58. Son en esencia economías que no tienen la capacidad de absorber a la población desempleada, síntoma indirecto de que la ganadería impulsa la colonización en las fronteras no abiertas con las consecuencias ya descritas. En cuanto a la minería, existen en el departamento explotaciones artesanales, minería subterránea y barequeo de subsistencia, de cobre, plata, plomo, zinc y oro en la Serranía de Ayapel59. En contraste, y a diferencia de la minería aurífera, atrasada y estancada, el carbón y el níquel son explotados con un plan minero y con tecnología previamente establecida por Carbones del Caribe y Cerromatoso S.A. (CMSA)60. Los primeros afloramientos de níquel fueron descubiertos en 1956 en el Cerro Matoso, situado a 22 kilómetros de Montelíbano. La planta de procesamiento de ferro-níquel fue inaugurada por Julio César Turbay en 198261. En los 9 primeros meses de 2001, la producción de ferroníquel fue de 61.790 toneladas62. En 2004, el ferro-níquel seguía siendo, en minería, el sector que más aportaba a la economía departamental. De acuerdo con el Icer, la producción en 2003 fue de 105.5 millones de libras y de 107.6 millones de libras en 200463. El precio en el mercado internacional se había mantenido favorable. Es así como en 2003, el precio promedio fue de 4.37 dólares la libra y en el segundo semestre de 2004 alcanzó la cifra de 6.37 dólares. El carbón y el oro también contribuyeron, pero de manera menos significativa64. 58 Víctor Negrete Barrera. Los desplazados por la violencia en Colombia: El caso de Córdoba. Montería, diciembre de 1994. Edición: Editorial Antillas. Barranquilla, octubre de 1995. Encargado de la edición: Ávila Pérez, Alfonso. P. 7. 59 Marco Puche Alemán. Minería de oro en la zona amortiguadora del PNNP, p. 137. En: Víctor Negrete Barrera, director editorial. Encuentro con el Alto San Jorge. Memorias. Edición Louis Ángel Asociados. Montería, 1999. Desplazamiento por violencia: 1. Desplazamiento forzoso en el municipio de Puerto Libertador. Alcaldía Municipal. 60 Ver Alonso Acevedo. Actualidad y perspectiva minera del Alto San Jorge, p 145. En: Víctor Negrete, coordinador. Encuentro con el Alto San Jorge: Memorias. 1999. 61 José Caré, y Humberto Madera Paéz. El “reasentamiento urbano” de Montelíbano, p. 47. En: Víctor Negrete Barrera, director editorial. El desplazamiento por la violencia en el departamento de Córdoba. 1999-2001. Edición Louis Ángel Asociados. Montería, Marzo de 2002. 62 Ver: Víctor Negrete Barrera. Córdoba 2000-2001: ¿Estancamiento o Retroceso? p. 6 En: Víctor Negrete Barrera, director editorial. El desplazamiento por la violencia en el departamento de Córdoba. 1999-2001. Edición Louis Ángel Asociados. Montería, Marzo de 2002. 63 Documento 7: Montería: Entre la villa soñada y el Miami costeño, p. 35. En: Víctor Negrete Barrera y otros. Documentos para la reflexión: Algunos aspectos del Proceso de negociación Gobierno-AUC. Universidad del Sinú. Centro de Estudios Sociales y Políticos. Fecha de recopilación: años 2004, 2005 y principios de 2006. Montería, abril de 2006. 64 Ver: Documento 7: Montería: Entre la villa soñada y el Miami costeño, p. 36. En: Víctor Negrete Barrera y otros. Documentos para la reflexión: Algunos aspectos del Proceso de negociación Gobierno-AUC. Universidad del Sinú. Centro de Estudios Sociales y Políticos. Fecha de recopilación: años 2004, 2005 y principios de 2006. Montería, abril de 2006.

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Por otra parte, la industria (excluyendo la agroindustria) y otras actividades económicas son bastante limitadas. Es así como en 1994 había en todo el departamento 4.093 establecimientos registrados ante la Cámara de Comercio de Montería, de los cuáles el 75% estaban ubicados en esta ciudad. Los que tenían entre uno y cinco empleados representaban el 91.5% del total, mientras que los que tenían más de 10, sólo representaban el 3.2%; es decir la casi totalidad de los negocios registrados eran microempresas y el número total de empleados era de 11.24165. En el Plan de Desarrollo del departamento de 2008, la industria transformadora de materias primas sólo representa el 3.5% del PIB, lo que contrasta con el PIB del sector primario que fue de 26.6% y con el de minas y canteras, que fue del 13.6%. Otros porcentajes fueron: construcción y obras públicas, el 7.6%; comercio y otros similares el 7.7%; transporte y comunicaciones el 7.7%, servicios del gobierno el 6.8% y demás servicios, el 26.6%. De hecho, el desempleo, el subempleo y el comercio informal son significativos en Córdoba, con la consecuente ocupación del espacio público. De acuerdo con el Plan de Desarrollo citado anteriormente, para 2005 la tasa de desempleo en Córdoba bordeaba el 13% y el la de subempleo se acercaba al 48%. La economía informal también se ha manifestado a través de los fenómenos de los mototaxis y las rapimotos que circulan en las principales cabeceras del departamento, y cuyos promotores han tenido enfrentamientos con las empresas prestadoras del servicio de transporte público, originando paros, bloqueos y atentados. La proliferación de estos medios de transporte es expresión no sólo del desempleo, sino de la deficiente prestación del servicio y ocasiona, además, gran inseguridad, por cuanto la moto es el vehículo más utilizado para cometer homicidios66. A lo anterior, se tiene que agregar la presencia de muchos cultivadores y raspachines de coca, principalmente en los Altos Sinú y San Jorge67.

65 Actividades económicas. Cámara de Comercio, 1994 y 2000-2003, pp. 32-33. En: Víctor Negrete Barrera. Desarrollo y fortalecimiento de la actividad empresarial en Montería. Impacto de los programas de capacitación y crédito. Montería, 2004. 66 (Negrete, Víctor. Córdoba 2000-2001: ¿Estancamiento o Retroceso?, pp. 7-8. En: (Negrete, Víctor, director editorial. El desplazamiento por la violencia….1999-2001. Marzo de 2002) 67 La economía ilegal en Córdoba tiene un peso significativo. No obstante, se abordará el tema del narcotráfico más adelante.

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3. La violencia política de los años cuarenta y cincuenta del siglo XX como antecedente del surgimiento de las guerrillas y particularmente del EPL

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on muy variados las circunstancias y procesos que explican el surgimiento del EPL a mediados de los años sesenta y después de las Farc a principios de los ochenta. Entre éstos, se puede mencionar la cercanía de Córdoba con Antioquia y la salida al mar, el carácter estratégico del Nudo de Paramillo por servir de punto de acceso al mismo tiempo a Urabá, el Occidente, el Norte y el Bajo Cauca antioqueños, a las zonas planas del departamento de Córdoba y particularmente a las partes medias y bajas del San Jorge y el Sinú, así como a las zonas cenagosas y costeras. Por otro lado, existen factores relacionados con la existencia de sectores del movimiento estudiantil que influenciados por el triunfo de la revolución cubana, se dedicaron a las zonas rurales y se integraron a las diferentes expresiones de los movimientos sociales y políticos y algunos a las guerrillas nacientes. Así mismo, se debe considerar la existencia de divergencias en el seno del Partido Comunista, el nacimiento de una nueva izquierda y el surgimiento de tendencias marxistas leninistas que se inspiraban en la revolución china. Un aspecto de especial interés, además de los anteriores, es la decisión estratégica de la organización naciente del EPL de asentarse en el sur de Córdoba, aprovechando las ventajas en torno a los antecedentes de las guerrillas liberales, la vigencia de conflictos agrarios no resueltos, la existencia de sindicatos agrícolas organizados por el Partido Comunista, en un contexto en el que el Estado no hacía presencia. En este capítulo, se propone hacer algunas reflexiones respecto de las dinámicas de la violencia política de los años cuarenta y cincuenta del siglo XX en tanto sirven para explicar el surgimiento de las guerrillas, especialmente del EPL a mediados de los años sesenta. Como se anotó con anterioridad, los conflictos por la tierra que habían sido intensos en la primera mitad del siglo hacia el centro del departamento, en Montería, Canalete y el norte de Tierralta, paulatinamente se desplazaron en la segunda mitad hacia los Altos Sinú y San Jorge, lo que favoreció a la organización naciente que aprovechó la existencia de capas de campesinos y colonos con tradición en la lucha por la tierra para buscar respaldo social y político, incluidas bases de la guerrilla liberal y de los sindicatos agrícolas que había creado el Partido Comunista, que de alguna manera le brindaron su apoyo. Así mismo, la existencia de una guerrilla liberal en los años cuarenta y cincuenta, favoreció las posibilidades del EPL para instaurar sus primeros destacamentos

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armados. La amnistía de mediados de los cincuenta no les dio las garantías suficientes a los guerrilleros desarmados y en esa medida había en la región ex-combatientes con experiencia que estuvieron dispuestos a enrolarse en la guerrilla en formación. Caso especial es el de Julio Guerra, comandante de la guerrilla liberal mejor estructurada en la violencia política, con asiento en el Alto San Jorge, que se desmovilizó en 1959, pero que a la postre se vinculó al EPL y lo acompañó hasta su muerte. En circunstancias en las que el Estado no desarrolló una institucionalidad en el departamento, los conflictos siguieron su curso, lo que permitió la implantación del EPL y posteriormente la de las Farc. Con lo anterior, no se quiere plantear que existe en el departamento una continuidad entre la violencia de la primera y la segunda mitades del siglo XX. En este sentido, si bien ambas épocas presentan algunos aspectos comunes, las rupturas entre una y otra son significativas. En este sentido, el surgimiento de las guerrillas de izquierda constituye una diferencia importante entre los dos periodos. De hecho, la llegada del EPL en los sesenta y de las Farc en los ochenta es una decisión estratégica de esos grupos armados que identificaron ventajas en esas regiones que aprovecharon para desarrollar su proyecto político y militar; lo anterior sin tener en cuenta el narcotráfico, que es un aspecto que modifica radicalmente la dinámica de los conflictos agrarios y que está en el trasfondo del desarrollo de las autodefensas, aspectos de los que no se puede prescindir para explicar el desarrollo de nuevas fases de violencia. En Córdoba, se desarrolló la violencia partidista entre 1949 y 1959. Ésta se insertó en un contexto en el cuál aún no estaban resueltos los conflictos agrarios, que la dinamizaron. Los municipios más afectados fueron Tierralta, Canalete y Montelíbano (incluido hoy Puerto Libertador y Uré) y se expresó con menos intensidad en San Carlos, Chimá y Ayapel68. Además, el conflicto se vivió en el Bajo Sinú, en Montería y particularmente en comunidades de este municipio, como Buenos Aires y La Manta69. La violencia política fue orientada por los directorios políticos liberal y conservador, pero afectó principalmente las bases campesinas de ambos partidos70. De acuerdo con los estudiosos de este proceso, sus principales objetivos eran controlar los organismos gubernamentales; defender, recuperar o consolidar las influencias políticas en las masas campesinas; preservar las tierras ocupadas o incrementar el proceso 68 Una visión resumida sobre la violencia política en Córdoba y sus relaciones con las ventajas que esto le significó al EPL, ver Álvaro Villarraga y Nelson Plazas. Para reconstruir los sueños - una historia del EPL. Fondo Editorial para la Paz, 1994, Bogotá, pp 38 a 44. Una descripción sobre la dinámica que se vició entre 19549 y 1959 ver: Víctor Negrete Barrera. Centro de Estudios Sociales y Políticos y Elías Bechara Zainúm. Universidad del Sinú. Documentos para la reflexión 2: Grupos políticos, iglesias y conflicto armado. Publicaciones Unisinú. Montería, febrero de 2007, p.14. 69 Ver el libro ya citado de Víctor Negrete. Los desplazados por la violencia en Colombia: El caso de Córdoba. 1994, p. 16. 70 Ver el libro ya citado de Víctor Negrete. Los desplazados por la violencia en Colombia: El caso de Córdoba. 1994, p. 15.

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de monopolización de las mismas, mediante la intensificación de aperturas de vías, comercialización, derrumbe de montañas y capacitación de potreros71. Las acciones emprendidas para el logro de estos objetivos dejaron miles de muertos, detenidos y torturados, además de éxodos, desalojos, incendios y una apreciable modificación en la tenencia de la tierra72. La violencia política comenzó a expresarse en 1949, tres años antes de la creación del departamento de Córdoba y para entonces, los gobiernos del departamento de Bolívar y el municipio de Montería estaban en manos de los conservadores73. Los liberales acusaban a los conservadores en el poder de desconocerles sus derechos ciudadanos, ordenar abusos a la Policía y, en general, aprobar tropelías y agresiones contra los miembros de su colectividad74. Algunos dirigentes y miembros del directorio liberal de Montería fueron encarcelados o buscaron refugio en otras ciudades por un tiempo prudencial. Otros sobrellevaron la situación, gracias a vínculos con la dirigencia conservadora local75. Sin embargo, algunos líderes liberales, con o sin el apoyo de los directorios políticos departamental y de los municipios, constituyeron guerrillas en el Alto San Jorge, el Alto Sinú, y Canalete76; las guerrillas liberales también tuvieron ingerencia en límites con Antioquia, por la serranía de Abibe77. Estos procesos tuvieron lugar en zonas donde la colonización estaba en auge o donde no se había consolidado. De acuerdo con Villarraga y Plazas, en Córdoba los conflictos agrarios son la base de la violencia armada, pues vienen del siglo pasado. En los años cincuenta del siglo XX, el oficialismo conservador utilizó la Policía para evitar la presencia de colonos liberales y “los expulsó violentamente de áreas de Puerto Libertador, Alto y Bajo Sinú, Montería y Canalete, dejando miles de muertos, detenidos

71 Ver el libro ya citado de Álvaro Villarraga y Nelson Plazas, en las pp 38 y 39. Así mismo ver el libro ya citado de Víctor Negrete. Los desplazados por la violencia en Colombia: El caso de Córdoba. 1994, pp. 15-16. 72 Ver el libro ya citado de Víctor Negrete. Los desplazados por la violencia en Colombia: El caso de Córdoba. 1994, p. 16. 73 Obviamente la violencia política se venía cuajando desde años atrás, particularmente desde 1930 cuando cambió el poder nacional de los Conservadores a los Liberales y en 1946 cuando los Conservadores recuperaron de nuevo el poder. Sobre el desenlace de la violencia a partir de 1949 ver: Documento 2. Los grupos políticos y el conflicto armado en Córdoba. Noviembre de 2005, p. 14. En: Víctor Negrete Barrera. Centro de Estudios Sociales y Políticos y Elías Bechara Zainúm. Universidad del Sinú. Documentos para la reflexión 2: Grupos políticos, iglesias y conflicto armado. Publicaciones Unisinú. Montería, febrero de 2007. 74 Documento 2. Los grupos políticos y el conflicto armado en Córdoba. Noviembre de 2005, p. 15. En el texto ya citado de Negrete y Bechara. Documentos para la reflexión 2, febrero de 2007 75 Documento 2. Los grupos políticos y el conflicto armado en Córdoba. Noviembre de 2005, p. 15. En el texto ya citado de Negrete y Bechara. Documentos para la reflexión 2, febrero de 2007. 76 Ver el libro ya citado de Víctor Negrete. Los desplazados por la violencia en Colombia: El caso de Córdoba. 1994, p. 16. 77 Documento 2. Los grupos políticos y el conflicto armado en Córdoba. Noviembre de 2005, p. 14. En el texto ya citado de Negrete y Bechara. Documentos para la reflexión 2, febrero de 2007

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y torturados”78. Agregan que hubo cambios en la tenencia de la tierra que le otorgó poder a los terratenientes. Por otra parte, Negrete y Bechara señalan que estas zonas tenían algo en común: el Alto San Jorge, con tradición de rebeldía desde la época de la colonia; el Alto Sinú, con historia de luchas por la tierra y una abundante población de colonos y pequeños productores inconformes y Canalete, con antecedentes de luchas por la tierra y una masa campesina decidida a continuarlas79. En el San Jorge, actuó Julio Guerra hasta 1959, cuando llegó a un acuerdo con el Gobierno, ya instaurado el Frente Nacional. En Tierralta, estaba Mariano Sandón y en Valencia, Evaristo Calonge; estos dos últimos amnistiados por el Gobierno del General Rojas Pinilla. En Canalete y el Urabá antioqueño, actuaron Óscar Domínguez, Tiburcio León, Cartagena, Rudas, Fuentes y Pozzo; unos cayeron en combate, otros fueron apresados y otros abandonaron la insubordinación80. Mariano Sandón era un campesino humilde y analfabeta y su zona de operaciones estaba localizada en jurisdicción de Tierralta (Callejas, Tucurá, Las Pailas, Río Nuevo y Pie de Angostura). Gracias a la influencia de Manuel Puertas, un guerrillero liberal antioqueño, amigo de Julio Guerra y Ron Camina (jefes del Alto San Jorge), Sandón decidió tomar las armas contra los conservadores. Su área de influencia se extendió también hasta el municipio de Valencia, en Córdoba, y Santa Catalina, en jurisdicción de Arboletes, donde se encontraba Evaristo Calonge. Su grupo era conformado por entre 100 a 140 hombres81. Durante casi cuatro años, se presentaron muchos combates entre la Policía y el Ejército contra esta guerrilla. Los muertos pasaron del millar y los desplazados fueron incontables; los perjuicios en la producción, incalculables82. Las tropas oficiales fueron dirigidas por los militares Clodomiro Castilla, Adán Romero y un bogotano de apellido García. Con ocasión de la amnistía decretada por el General Rojas Pinilla, un sargento santandereano, Luís Rodríguez Posada, pidió a Sandón que se rindiera, lo que este último rechazó. Después, secuestró a su hija, pero tampoco obtuvo nada. Al final, y gracias a la insistencia, Sandón terminó acogiéndose a la amnistía83. Un proceso de negociación tuvo lugar el 15 de octubre de 1953: Tierralta vio avanzar por su calle principal a 70 guerrilleros armados que se dirigían hacia la plaza. Allí los 78 Ver el texto ya citado de Villarraga y Plazas, p 38. 79 Documento 2. Los grupos políticos y el conflicto armado en Córdoba. Noviembre de 2005, p. 15. En el texto ya citado de Negrete y Bechara. Documentos para la reflexión 2, febrero de 2007 80 Documento 2. Los grupos políticos y el conflicto armado en Córdoba. Noviembre de 2005, p. 15. En el texto ya citado de Negrete y Bechara. Documentos para la reflexión 2, febrero de 2007 81 Ver: Víctor Negrete. Centro de Estudios Sociales y Políticos y Acción Contra el Hambre. Los malos momentos de Tierralta. p. 29. En: Víctor Negrete Barrer, director editorial. Encuentro con Tierralta. Memorias. Edición Louis Ángel Asociados. Montería, 1999. 82 Ver el texto ya citado de Víctor Negrete. Centro de Estudios Sociales y Políticos y Acción Contra el Hambre. Los malos momentos de Tierralta. p. 29. 83 Ver el texto ya citado de Víctor Negrete. Centro de Estudios Sociales y Políticos y Acción Contra el Hambre. Los malos momentos de Tierralta. p. 29. Hay que anotar que con los años, Santa Catalina se convirtió en el cuartel de los hermanos Castaño, Carlos y Vicente, en el marco de las Autodefensas Unidas de Colombia, AUC.

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esperaba un alto oficial del Ejército venido de Montería. A cada uno le quitaban el arma y le entregaban una muda de ropa. Se les prometió devolverles las tierras y entregarles medios para trabajar e indemnizarlos, si era necesario. Con el correr del tiempo, nada de esto se cumplió84. Se insinúa así un vacío en la amnistía de 1953 que dejó el camino abierto para que en nuevas circunstancias, algunos o muchos de los desmovilizados retomaran las armas. Lo anterior sin duda le facilitó las cosas al EPL a mediados de los años sesenta. Villarraga y Plazas mencionan, con ocasión del nacimiento de esta guerrilla, el peso que tuvieron antiguos guerrilleros liberales en la guerrilla en formación. Refiriéndose a los primeros enfrentamientos en Río Sucio, en el sur de Córdoba, señala un entrevistado integrante entonces del EPL: “Los guerrilleros tenían experiencia, casi todos habían peleado en la violencia pasada. Tenían experiencia y con los cargos que les dimos mejoraron”85. Después de la amnistía, Sandón fue respetado y reconocido por la gente, a tal punto que fue corregidor de Batata, en el municipio de Tierralta. Allí tuvo una finca y un predio que le regaló al sargento Rodríguez, el que le secuestró su hija. Durante la retención, el militar terminó encariñándose con la niña y pidió la aprobación de Sandón para adoptarla86. A Sandón, le decían “El Patriota”. Sin embargo, junto con su hijo y un sobrino, fue asesinado en la finca de Batata en 1972 y nunca se supo con seguridad quienes fueron los hombres armados uniformados que los asesinaron87. Julio Guerra, por su parte, fue fundador y jefe de la guerrilla liberal más organizada y disciplinada de todo el Alto San Jorge con asiento en Juan José, hoy corregimiento de Puerto Libertador, pero en ese entonces de Montelíbano. La negociación volvió al orden del día, pero ésta tuvo lugar el 9 octubre de 1959, iniciándose el Frente Nacional. El acuerdo con el Gobierno era el siguiente: Julio Guerra se desarmaría y desmovilizaría la guerrilla bajo su mando y el Gobierno construiría la vía Juan José-Río Sucio, montaría una granja piloto, entregaría herramientas de trabajo y semillas, garantizaría el trabajo y cesaría la represión. Pero aquí también, hubo incumplimiento88, lo que provocó efectos sociales en toda la zona. Julio Guerra decepcionado, pero con la esperanza de encontrar otros beneficios, se vinculó al Movimiento Revolucionario Liberal, MRL, liderado por Alfonso López Michelsen. Al respecto, se debe tener en cuenta que en esos años el MRL canalizó 84 Ver el texto ya citado de Víctor Negrete. Centro de Estudios Sociales y Políticos y Acción Contra el Hambre. Los malos momentos de Tierralta. pp. 29-30. 85 Villarraga y Plazas, en las pp. 41 y 42 del libro citado, citaron apartes de una entrevista realizada a Carlos Anibal Cacua, alias Lino. 86 Ver el texto ya citado de Víctor Negrete. Centro de Estudios Sociales y Políticos y Acción Contra el Hambre. Los malos momentos de Tierralta., p. 30. En: Negrete, Víctor, director editorial Encuentro con Tierralta. Memorias, 1999 87 Ver el texto ya citado de Víctor Negrete. Centro de Estudios Sociales y Políticos y Acción Contra el Hambre. Los malos momentos de Tierralta. p. 30. 88 Ver: Documento 1. Los anteriores acuerdos de paz: una lección a tener en cuenta. Montería, 2004, p. 5. En: Víctor Negrete Barrera y otros. Documentos para la reflexión: Algunos aspectos del Proceso de negociación Gobierno-AUC. Universidad del Sinú. Centro de Estudios Sociales y Políticos. Fecha de recopilación: años 2004, 2005 y principio de 2006. Montería, abril de 2006.

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sectores radicales del Partido Liberal, que no respaldaban la alternación política que planteaba el Frente Nacional, principalmente campesinos que habían sufrido los efectos de la violencia política89. Tampoco aquí consiguió lo que quería y, en 1967, se vinculó al EPL, que era una guerrilla en formación. Su nombre apareció en la proclama de esta agrupación dando cuenta de su nacimiento y declarando zona de guerra a un vasto sector del Alto Sinú. Detrás de Guerra, se vincularon muchos otros guerrilleros liberales, y más que eso, dieron su apoyo a la guerrilla naciente colonos y campesinos, muchos de ellos seguidores del MRL, que habían respaldado la guerrilla de Guerra y que no encontraron una salida con la desmovilización. El recorrido de Julio Guerra después del MRL hasta su participación en los embriones del EPL es relatado por Villarraga y Plazas. Se narra que en septiembre de 1963, el XXIX Pleno del Comité Central del Partido Comunista Colombiano expulsó a Pedro Vásquez Rendón y Carlos Arias90. Así mismo, había aparecido el llamado Comando de Integración de Movimientos Colombianos, Cimrec. Éste surgió un mes después del Pleno, en el mes de octubre de 1963, y estaba formado por sectores del PC de La Guajira, Magdalena, Bogotá y Antioquia, así como por militantes del Moec, del PRS y de la juventud del MRL. Su orientación desde un principio fue militar y su propósito fue “Constituir un Ejército”. Este intento fue articulado por iniciativa de los marxistas leninistas, M-L, que apenas surgían, bajo la conducción de Pedro Vásquez Rendón, Pedro León Arboleda y Francisco Garnica91. En torno a estos tres dirigentes se concretó el proyecto de los marxistas leninistas. Sería luego acogido por Francisco Caraballo, Libardo Mora Toro y Davis Borrás, provenientes de la Brigada Pro Liberación José Antonio Galán92, por líderes campesinos de la guerrilla anterior (liberal), como Carlos Anibal Cacua, Julio Guerra y Jesús María Alzate, y por dirigentes políticos que venían del ala izquierda del Moec, Arco y PRS93. 89 Sobre el MRL y su relación con campesinos liberales víctimas de la violencia política ver el texto ya citado de Álvaro Villarraga y Nelson Plazas, p. 17. 90 Pedro Vásquez Rendón fue dirigente del Partido Comunista desde 1948, de donde fue expulsado a principios de los sesenta, y se convirtió en fundador del Partido Comunista Leninista y del EPL. Ver el texto ya citado de Álvaro Villarraga y Nelson Plazas, p. 21. 91 Pedro León Arboleda, periodista, también fue del PC y posteriormente fundador del PCML y del EPL. Francisco Garnica fue un influyente dirigente nacional de la Juventud Comunista del PC, que se encargó de las relaciones internacionales; contó con mucho liderazgo en el Valle del Cauca y a la postre también se vinculó al EPL. Ver el texto ya citado de Álvaro Villarraga y Nelson Plazas, p. 21. 92 La Brigada Pro Liberación José Antonio Galán fue conformada en 1962 en Cuba por un grupo de jóvenes progresistas que habían viajado a la isla invitados por el Gobierno; algunos eran estudiantes y otros militaban en las juventudes del MRL. Entre ellos, estaban varios de los fundadores del Ejército de Liberación Nacional y algunos de los del EPL. Ver Álvaro Villarraga y Nelson Plazas, p 16. 93 Ver el texto ya citado de Álvaro Villarraga y Nelson Plazas, pp. 20 y 21. Hay que tener en cuenta que mientras el Partido Comunista Colombiano tenía una tradición de varios años, a principios de los sesenta surgieron varias agrupaciones al margen del mismo, que se le opusieron, también de izquierda, como el Movimiento Obrero Estudiantil Campesino, Moec, considerado uno de los gérmenes de lo que después se consolidó como la alternativa Marxista Leninista, que a su turno participó en la creación del Partido Comunista Marxista Leninista, que fue el que conformó el EPL. Así mismo, el Movimiento Revolucionario Liberal fue liderado por Alfonso López Michelsen, producto de una división del liberalismo y que aglutinó muchos descontentos provenientes de sectores medios, rurales y urbanos. Su primer congreso se realizó en 1961 y en 1962 logró varios cargos de representación popular.

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Julio Guerra se vinculó al EPL y si bien no fue un protagonista central en esta agrupación, fue presidente de una Junta Patriótica y hacia 1990 murió asistido por la guerrilla. En esencia, Julio Guerra aportó su nombre, que era respetado en el Alto San Jorge, su conocimiento sobre la región, su ascendencia sobre las bases campesinas y su disposición de lucha94. Volviendo a los años de la violencia política en Córdoba, se debe tener en cuenta que los directorios políticos de Cartagena y Montería eran concientes de la defensa que los anteriores grupos hacían de los intereses e ideología liberal, sin embargo para evitar contradicciones irreconciliables con la cúpula conservadora, el poco apoyo que les prestaron fue a título personal. Al parecer, el propósito era mantener el control político de los directorios y preservar sus jerarquías95. Las bases, mandos medios, dirigentes y líderes guerrilleros, en especial los de los pueblos y el área rural, individual o en grupos, debieron sortear la situación con sus propios esfuerzos y criterios, sin contar con el apoyo y orientación de sus jefes96. Instaurado el Frente Nacional (1958-1974), los grupos políticos de Córdoba acordaron alianzas o coaliciones, con el objeto de obtener mejores resultados en las elecciones para corporaciones públicas97. Estos acuerdos terminaron borrando definitivamente las fronteras ideológicas entre los dos partidos, convirtiendo la actividad política en asunto de negocio y enriquecimiento personal y familiar98. Sin embargo, la violencia siguió su curso en la primera mitad de los años sesenta. Se llevó a cabo en el Alto San Jorge (hoy municipios de Montelíbano, Puerto Libertador y Uré) y asesinos a sueldo del interior del país, al servicio de intereses particulares, sembraron el terror en la zona. Se cometieron asesinatos, detenciones, violaciones, quemas de casas y destrucciones de cultivos, y al final algunos terratenientes que agenciaron la violencia se impusieron sobre colonos poseedores de predios99. Los resultados fueron el afianzamiento del proceso de concentración de la propiedad, el incremento de la tierra destinado a la ganadería extensiva, en detrimento del arroz y del maíz y la emigración masiva100. En esta agrupación se formó la Juventud del MRL, denominada JMRL, que pronto se separó hasta desaparecer; algunos de sus militantes se convirtieron en fundadores de organizaciones como el EPL y el ELN, cuando Alfonso López había retornado al oficialismo liberal. 94 Entrevista con conocedores de la región. 95 Ver el texto ya citado Documento 2. Los grupos políticos y el conflicto armado en Córdoba. Noviembre de 2005, p. 15. En: Negrete y Bechara. Documentos para la reflexión 2, febrero de 2007. 96 Ver el texto ya citado Documento 2. Los grupos políticos y el conflicto armado en Córdoba. Noviembre de 2005, p. 15. En: Negrete y Bechara. Documentos para la reflexión 2, febrero de 2007. 97 Ver el texto ya citado Documento 2. Los grupos políticos y el conflicto armado en Córdoba. Noviembre de 2005, p. 16. En: Negrete y Bechara. Documentos para la reflexión 2, febrero de 2007. 98 Ver: Documento 1. Los grupos políticos y su responsabilidad en el desarrollo de Córdoba. Noviembre de 2005, p. 5. En: Negrete y Bechara. Documentos para la reflexión 2, febrero de 2007. 99 Ver el libro ya citado de Víctor Negrete. Los desplazados por la violencia en Colombia: El caso de Córdoba. 1994, pp. 16-17. 100 Ver el libro ya citado de Víctor Negrete. Los desplazados por la violencia en Colombia: El caso de Córdoba. 1994, p. 17.

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Aquí es importante hacer algunas precisiones. Además de la guerrilla liberal, en el Alto San Jorge un grupo de activistas del Partido Comunista, llegado del interior del país, adelantaba proselitismo político en la zona. De esta forma, actuaron en la zona la guerrilla liberal dirigida por Julio Guerra y el Sindicato de Trabajadores del San Jorge, de orientación comunista101. En resumen, aunque existieron diferencias ideológicas entre los grupos que siguieron a Guerra y los sindicatos agrarios, por lo regular terminaron uniendo esfuerzos para enfrentarse a sus enemigos comunes: la Policía conservadora y los hacendados inescrupulosos que explotaban el trabajo campesino o los despojaban de sus tierras102. Se debe señalar, por otro lado, que luego de la desmovilización de Guerra, la mayoría de los hombres bajo su mando tomaron otros caminos: unos se vincularon al Sindicato de Trabajadores Agrícolas del San Jorge, otros se adentraron a nuevas zonas de colonización y otros, más tarde, se vincularon al EPL103. Villarraga y Plazas retoman el tema del Sindicato de Trabajadores Agrícolas del San Jorge en los años sesenta y señalan que por años mantuvieron tensa la situación de los hacendados. Éstos recurrieron a grupos armados, al principio, bandas de pájaros. Señalan los autores que en 1964 se acusó al sindicato de ser el directo responsable de la muerte de uno de los principales hacendados protagonistas del conflicto. Toda la directiva y otros dirigentes fueron encarcelados. Los que quedaron al mando de la situación en las colonias que habían conformado y en el sindicato no mantuvieron la unidad. Ciertos agrietamientos por discrepancias ideológicas y organizativas se evidenciaron, no sólo por el proceso de debilitamiento que se vivía, sino también por el desarrollo de una discusión nacional entre los comunistas de la época que terminó dividiéndolos en dos bandos irreconciliables. Más adelante, se señala que al final fueron derrotados. Las colonias Centro América, El Caribe, Villa Matoso, Puerto Unión, Loma Seca y Palma Amarga, entre otras, desaparecieron, por desalojos, represión o ventas de diferente índole. Así mismo, se señala que al terminar la década de los sesenta, la concentración de la tierra quedó prácticamente ajustada; la situación de orden público impactó el proceso económico, político y social de la zona; la colonización se estancó, hubo abandono de tierras productivas y una gran emigración hacia las zonas urbanas; el comercio y todas las manifestaciones de la vida urbana experimentaron modificaciones sustanciales104. 101 Ver Villarraga y Plazas, en el texto ya citado, en la p 39. Así mismo, ver el texto ya citado: Documento 2. Los grupos políticos y el conflicto armado en Córdoba. Noviembre de 2005, p. 17. En: Negrete y Bechara. Documentos para la reflexión 2, febrero de 2007. 102 Ver el texto ya citado: Documento 2. Los grupos políticos y el conflicto armado en Córdoba. Noviembre de 2005, p. 17. En: Negrete y Bechara. Documentos para la reflexión 2, febrero de 2007. 103 Ver: Documento 8: Las desmovilizaciones de grupos armados y la atención psicosocial, p. 39. En: Víctor Negrete Barrera. Documentos para la reflexión: Algunos aspectos del Proceso de negociación Gobierno-AUC, abril 2006. 104 Ver el texto ya citado de Villarraga y Plazas, p. 39.

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Villarraga y Plazas relatan que a mediados de 1965 “los dirigentes del PC-ML se consolidaron en la zona, desplazando a algunos líderes oficiales del PC. Comenzaron entonces una activa labor de reclutamiento en Chigorodó, Saiza (corregimiento de Tierralta) y Tierralta y promovieron una fundación agrícola en los Llanos del Tigre, lo que permitió establecer nexos tanto con los campesinos al servicio de haciendas ganaderas como con colonos que talaban bosque, cazaban, pescaban, y mantenían pequeños cultivos de pan coger. En las partes altas, hicieron contacto con grupos de indígenas”105. El contexto en el que se implantó el EPL era entonces el de comunidades de colonos y campesinos abandonados a su suerte, sin la debida atención del Estado, dedicados a abrir la frontera agrícola, para que luego sus mejoras fueran a parar a manos de terratenientes y ganaderos. Así mismo, había antiguos guerrilleros liberales, que fueron víctimas del incumplimiento de las promesas del Estado. En estas circunstancias, la guerrilla en formación encontró condiciones favorables para desarrollar su proyecto político-militar. Existían las condiciones para impulsar luchas campesinas, en pos de la recuperación de tierras, y así mismo encontró hombres dispuestos a empuñar de nuevo las armas y a enrolarse en la agrupación armada.

105 Ver el texto ya citado de Villarraga y Plazas, p. 40.

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4. Guerrillas, narcotráfico y autodefensas: 1967 a 2008

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os cuarenta y un años que separan 1967 de 2008 se caracterizan por el surgimiento, expansión, y posterior desmovilización y/o debilitamiento de las guerrillas en el departamento, donde actuaron el EPL (desmovilizado), las Farc y otras agrupaciones menores106. El EPL primero, y más adelante las Farc, tomaron la decisión de ubicarse principalmente en el sur del departamento, aprovechando la conexión que existe entre Córdoba y el Urabá, Occidente, Norte y el Bajo Cauca antioqueños, y en general por servir de corredor entre Antioquia y la costa. El primero registra presencia desde 1967, cuando lanza su primera proclama en Uré, en el Alto San Jorge, hasta 1991, cuando se desmoviliza; posteriormente, una disidencia se prolongó hasta mediados de los noventa. Las Farc tuvieron incidencia desde mediados de los años setenta, cuando aparece el quinto frente en el Urabá antioqueño, en límites con Córdoba, hasta la actualidad, concentrando su mayor influencia en el sur del departamento; en los ochenta, nació el frente 18, años después el 58 y su período de mayor protagonismo llegó hasta principios del nuevo siglo. A partir de 2005, se presentó un repliegue y en la actualidad las Farc están debilitadas. El narcotráfico irrumpió con fuerza en el departamento en los años ochenta y su incidencia se prolonga hasta la actualidad. No obstante, su presencia se registró desde los años sesenta, cuando existían redes de contrabando y cobró más dinamismo en los años setenta, a raíz de la bonanza marimbera; no sobra anotar que la expansión de la mafia de la marihuana en el departamento fue mucho menor que la que se vivió en La Guajira y Cesar, en la Sierra Nevada de Santa Marta. En los años ochenta, el narcotráfico tomó cuerpo a partir del tráfico ilegal de cocaína y de la compra de tierras, a lo que se sumó el surgimiento de cultivos de uso ilícito en la primera mitad de los noventa. Esta actividad ilegal dinamizó a las autodefensas y las guerrillas y ha sobrevivido a la desmovilización de las primeras y al debilitamiento de las segundas. En la actualidad, el narcotráfico persiste y de éste derivan recursos las Farc y las bandas criminales; estas últimas están inmersas en disputas por los espacios estratégicos relacionados con este negocio ilegal. 106 Es necesario mencionar que en los años setenta, en el norte del departamento alcanzaron a actuar el ELN, en San Andrés y Pueblo Nuevo, y el PRT también en San Andrés; su mayor influencia se dio en el departamento de Sucre y en Córdoba fueron agrupaciones débiles y no alcanzaron a desplegar alguna influencia significativa. Ver: Víctor Negrete Barrera. Los desplazados por la violencia en Colombia: El caso de Córdoba. Montería, diciembre de 1994, p. 18.

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Los antecedentes de las autodefensas se remontan a algunas expresiones desde los años sesenta; sin embargo, su fortalecimiento sucedió en la segunda mitad de los años ochenta, en reacción a los excesos de las guerrillas y para debilitar a los movimientos político y social en el marco de apropiación de tierras y por efecto de la presencia del narcotráfico. A principios de los noventa, se desmovilizaron, pero poco después, en 1994, resurgieron y conformaron las Autodefensas Campesinas de Córdoba y Urabá, Accu y a partir de 1997, las Autodefensas Unidas de Colombia, AUC. En Córdoba, las autodefensas tuvieron presencia en buena parte del departamento, se asentaron con fuerza en las zonas planas y sostuvieron intensas disputas con las Farc en el extremo sur del departamento, en zonas montañosas, hasta su desmovilización, entre 2003 y mediados de 2006. A partir de 2005, en la medida en que las autodefensas se desmovilizaban, surgieron bandas criminales, cuya presencia se registra hasta la actualidad. Resulta difícil enfocar por aparte cada una de estas expresiones, es decir guerrillas, autodefensas, narcotráfico y bandas criminales. Por lo anterior, en el presente estudio, se destacarán las interrelaciones entre los diferentes factores violentos; por ello, se divide el periodo de análisis en seis fases. La primera se extiende entre 1967 y 1980, la segunda entre 1981 y 1991, la tercera en el periodo 1991-1996, la cuarta entre 1997 y 2002, la quinta de mediados de 2002 a 2006 y la sexta, entre 2006 y 2008. La primera corresponde al surgimiento y primeros desarrollos de las guerrillas; la segunda combina el fortalecimiento de las guerrillas, la consolidación de las autodefensas, las disputas entre unas y otras y finaliza con la desmovilización de las autodefensas (1990) y después del EPL (1991). La tercera se caracteriza por el resurgimiento de las autodefensas, y en particular de las Accu, a partir de 1994, que reaccionaron a la expansión de las Farc, que a su turno buscaron ocupar los espacios vacíos dejados por el EPL. La cuarta corresponde a la formación de las AUC (1997) y se caracteriza por la existencia de disputas directas entre las autodefensas y las Farc. La quinta está relacionada en lo esencial con la desmovilización de las autodefensas y la sexta se caracteriza por el surgimiento de bandas criminales al servicio del narcotráfico. Antes de abordar cada una de estas fases, se presenta desde una perspectiva general un análisis sobre la situación de violencia en el departamento. Es así como se consideran los homicidios cometidos en el departamento entre 1962 y 2008, es decir que se cubren todas las fases definidas, desde cinco años antes del surgimiento de las guerrillas. Adicionalmente, se observa la evolución de los secuestros entre 1980 y 2008, es decir desde la década en que coinciden el fortalecimiento de las guerrillas, del narcotráfico y la expansión de las autodefensas. Por otra parte, se dispone de indicadores sobre la confrontación armada, a partir de 1985 y por ello se cubren los últimos seis años del EPL, los más intensos en lo que respecta su accionar armado, y más de 20 años de la actividad de las Farc en el departamento. En cuanto al uso de minas antipersonal, se dispone de información únicamente desde 2005, es decir que cubre en buena medida el periodo de repliegue y debilitamiento de las Farc. Además, se analizará el comportamiento del desplazamiento forzado desde 1997; sin embargo,

60

Dinámica de la violencia en el departamento de Córdoba 1967-2008

se intentará establecer lo ocurrido desde 1985 a partir de estudios secundarios, por lo que se alcanza a apreciar el efecto de las disputas entre autodefensas y guerrillas en los movimientos de población. Se incluyen así mismo en el análisis algunas cifras sobre homicidios y desapariciones de indígenas a partir de 1988, sobre homicidios de dirigentes y activistas populares y políticos entre 1988 y 2002 y de sindicalistas entre 1988 y 2008. 4.1. Una mirada de conjunto a las cifras de la violencia en Córdoba entre 1962 y 2008 Antes de presentar el análisis sobre las relaciones existentes entre las guerrillas, el narcotráfico, las autodefensas y las bandas criminales, es importante analizar la evolución de la violencia, lo que dará algunos insumos para estudiar con más detalle las fases por las que ha atravesado la violencia en Córdoba desde mediados de los sesenta y establecer las relaciones entre unas y otras agrupaciones. En lo posible, se desagregaron los indicadores de violencia de acuerdo con los grupos responsables y las regiones definidas al principio de este informe: Altos Sinú y San Jorge; Montería; San Jorge (Medio San Jorge), excluyendo su parte alta; Bajo y Medio Sinú, incluidas las sabanas y las ciénagas107; finalmente, la zona costanera. Lo anterior permite precisar donde se concentraron los comportamientos violentos y focalizar a partir de este ejercicio las zonas donde actuaron con especial fuerza las agrupaciones irregulares estudiadas, guerrillas y autodefensas, así como las bandas criminales a partir de 2005. En el caso de los homicidios, se recurrirá a las tasas por cada cien mil habitantes (hpch). Este ejercicio permite comparar en términos relativos lo ocurrido en Córdoba respecto del conjunto nacional y las subregiones analizadas entre sí. 4.1.1. Homicidios El gráfico muestra la evolución de los homicidios en Córdoba entre 1962 y 2008 y los compara con los del conjunto nacional. Se aprecia así que en Córdoba durante las décadas de los años sesenta y setenta, los niveles son los más bajos de la serie analizada, pues generalmente no superaron los cien homicidios; lo mismo ocurrió en Colombia, pues los niveles en ningún caso superaron los 10.000 y muy generalmente se ubicaron muy por debajo de esta cifra108.

107 Las ciénagas de la región del San Jorge quedan incluidas en la región definida como San Jorge. 108 Obviamente, son bajos comparados con años posteriores, cuando los unos y los otros sufren incrementos considerables.

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Gráfico No. 2. Homicidios en términos absolutos en Córdoba comparados con los del país: 1962 a 2008 700

35.000

600

30.000

500

25.000

400

20.000

300

15.000

200

10.000

100

5.000

CORDOBA

2008

2007

2006

2005

2004

2003

2002

2001

2000

1999

1998

1997

1996

1995

1994

1993

1992

1991

1990

1989

1988

1987

1986

1985

1984

1983

1982

1981

1980

1979

1978

1977

1976

1975

1974

1973

1972

1971

1970

1969

1968

1967

1966

1965

1964

1963

0 1962

0

COLOMBIA

Fuente: Policía y Dane Procesado por el Observatorio del Programa Presidencial de DH y DIH, Vicepresidencia de la República

Es así como en la primera parte de los sesenta, se presentó una violencia asociada a problemas de tierras, principalmente en el Alto San Jorge y a partir de 1967 nació el EPL; lo anterior no se reflejó en cambios bruscos en el comportamiento del homicidio, no obstante que en 1965, 1968, 1973 y 1979 se presentaran oscilaciones hacia arriba que no se pueden dejar de asociar con el accionar del EPL o con las operaciones militares llevadas a cabo por la Fuerza Pública en su contra en esos años. Por otro lado, se dieron los primeros síntomas de la presencia de las autodefensas, muy localizadas y sin una perspectiva expansionista. Adicionalmente, adquirió cuerpo la economía de la marihuana, que si bien no alcanzó las mismas proporciones que en La Guajira, Magdalena y Cesar, sí se convirtió, con el contrabando, en el preámbulo de lo que sería el desarrollo de la economía de la coca en la década de los ochenta. La violencia se incrementó paulatinamente en Córdoba en la década de los años ochenta, cuando además de las guerrillas se expandieron el narcotráfico y las autodefensas. Es así como en 1982, se presentaron 208 homicidios, aproximadamente el doble del promedio de las décadas de los sesenta y setenta, y a partir de 1984, los niveles se incrementaron aún más; en 1984, se registraron 204, 253 en 1986, 311 en 1987, en 1988 llegaron a 596 y en 1989 a 470. Fue una década muy compleja, pues fracasaron las aproximaciones de paz entre el EPL y la administración del presidente Belisario Betancur, irrumpieron las Farc, tomó cuerpo el narcotráfico y se conformaron las agrupaciones de autodefensas, que incursionaron con especial fuerza en la segunda mitad de los ochenta. Se debe enfatizar, como se aprecia en el gráfico, que los cambios que se registraron en el departamento entre 1988 y 1990 son más pronunciados que

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Dinámica de la violencia en el departamento de Córdoba 1967-2008

los presentados en la curva nacional, es decir que las pendientes en Córdoba son más pronunciadas que lo que ocurría en el país en esos años. Lo anterior corresponde en gran medida a la ejecución de masacres cometidas por parte de las autodefensas. En la década de los noventa, la violencia mantuvo niveles muy elevados en los primeros años, pues en 1990 ocurrieron 590 homicidios, pero paulatinamente empezaron a ceder; en 1991, se pasó a 429, se llegó a 398 en 1993 y a 299 en 1994; en 1995 y 1996, volvió a presentarse un repunte, pues se registraron 381 y 455 respectivamente, comportamiento posiblemente asociado a incursiones de las autodefensas como respuesta a la incursión de las Farc en las zonas donde antes estaba asentado el EPL. Posteriormente, disminuyeron nuevamente: son 327 en 1997, 274 en 1998 y 365 en 1999. Se registraron así cambios bruscos, sin embargo en niveles mucho más bajos que los registrados a finales de los años ochenta. En 1999 y 2000, los homicidios se incrementaron de nuevo, y posteriormente descendieron hasta 2005. Subieron otra vez entre 2006 y 2008, a la inversa de lo que ocurría en el país, cuando disminuyeron. Lo anterior respondió en gran medida al accionar de bandas criminales asociadas al narcotráfico, que llevaron a cabo ajustes de cuentas y sostuvieron disputas entre sí. Resulta importante además comparar las tasas de homicidio por cada cien mil habitantes (hpch). Este ejercicio se hizo entre 1995 y 2008 y se concluyó en lo esencial que la tasa de Córdoba siempre ha estado por debajo de la del país; no sobra llamar la atención sobre el hecho de que los años 1988 y 1990, presentan los niveles más elevados a nivel histórico, sin embargo no quedaron representados en el siguiente gráfico, porqué no existe datos de población para estos años. En la serie analizada, el año pico es 1996, cuando las autodefensas se expandieron para cerrarle espacios a las Farc. A diferencia de los años ochenta, cuando los homicidios en el país y el departamento muestran la misma tendencia al alza, en los últimos tres años los homicidios en Córdoba vienen en ascenso, mientras que los de Colombia disminuyen. El nivel de 2008 fue de 30.36 hpch con base en el censo de 2005, mientras que en 1988 la tasa llegó a 51.9 hpch y en 1990 a 50.2 hpch, de lo que se concluye que en otras coyunturas los niveles fueron más elevados (Grafico No. 3). A continuación, se distribuyeron los homicidios por regiones y se calculó su respectiva tasa a partir de 1995. De lo anterior, se concluye que la región más afectada ha sido la que se denomina Altos Sinú y San Jorge. En esta región, la tasa fue mucho más elevada que en el país en 1999, 2006, 2007 y 2008, tal como se aprecia en el gráfico No. 4; además, en 2007, su nivel es superior al promedio nacional en más del doble y en 2008 la superó en casi cuatro veces. Lo anterior corrobora que los Altos Sinú y San Jorge han sido las zonas más afectadas por la violencia por cuenta de la presencia de guerrillas y de autodefensas, primero, y más recientemente por las bandas criminales al servicio del narcotráfico. Montería, por su lado, siempre se ha ubicado por debajo del país y casi siempre por debajo de los Altos Sinú y San Jorge; sin embargo, se debe señalar que en 2008 se acercó al promedio nacional.

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Gráfico No. 3. Tasas de homicidio en Córdoba comparadas con las del país: 1995-2008 80,0 70,0 60,0 50,0 40,0 30,0 20,0 10,0 0,0

Córdoba C viejo

1995

1996

1997

1998

1999

2000

2001

2002

2003

2004

2005

2006

2007

2008

30,5

35,9

25,1

20,3

26,8

33,1

27,1

23,9

18,4

16,6

12,4

18,3

24,4

31,8

11,8

17,3

23,3

30,4

39,3

37,4

36,2

33,4

Córdoba C nuevo 65,9

País

67,8

63,4

56,7

58,6

62,7

64,7

65,9

52,8

44,6

Fuente: Policía y Dane Procesado por el Observatorio del Programa Presidencial de DH y DIH, Vicepresidencia de la República ( C: Censo )

Gráfico No. 4. Tasas de homicidio en los Altos Sinú y San Jorge y en Montería, comparadas con el promedio del país: 1995-2008 140 120 100 80 60 40 20 0 1995 1996 1997 1998 1999 2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 Altos Sinú y San Jorge 53,1 66,7 47,5 38,5 96,1 42,8 58,9 28,4 19,8 24,4 37,9 62,4 88,9 118 Montería

45,8 42,2 29,1 23,7 30,8 54,3 37,6 42,1 20,6 19,5 13,2 15,9 20,3 27,8

País

65,9 67,8 63,4 56,7 58,6 62,7 64,7 65,9 52,8 44,6 39,3 37,4 36,2 33,7

Fuente: Policía y Dane Procesado por el Observatorio del Programa Presidencial de DH y DIH, Vicepresidencia de la República

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Dinámica de la violencia en el departamento de Córdoba 1967-2008

El gráfico No. 5 muestra que todas las demás regiones en que se divide el departamento estuvieron por debajo de las tasas del país en toda la serie considerada. La excepción es la zona costanera en 2008, lo que se explica por la incidencia de diversas bandas criminales al servicio del narcotráfico que se disputan corredores, zonas de acopio y puntos de embarque, particularmente en San Antero, Puerto Escondido y en menor medida Moñitos. En los municipios del San Jorge, excluyendo Montelíbano y Puerto Libertador, que se clasifican en otra región, los homicidios vienen en ascenso por la misma razón en los dos últimos años y casi igualan el promedio nacional en 2008. Gráfico No. 5. Tasas de homicidio del San Jorge, del Medio Sinú, sabanas y ciénagas y de la zona costanera comparadas con las del país: 1995-2008 80 70 60 50 40 30 20 10 0 San Jorge

1995 1996 1997 1998 1999 2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 29,21 37,17 26,75 28,83 14,24 28,73 22,02 12,6 10,19 11,19 6,64 13,7 24,13 31,1

Medio Sinú, Sabanas y Ciénagas 15,4 21,21 17,98 12,27 9,771 18,42 12,55 15,2 17,61 14,17 6,581 9,183 9,157 8,607 Costanera

28,7 41,32 12,71 10,7 17,41 37,54 30,65 24,78 27,52 17,95 11,28 14,94 20,96 50,9

País

65,9 67,8 63,4 56,7 58,6 62,7 64,7 65,9 52,8 44,6 39,3 37,4 36,2 33,7

Fuente: Policía y Dane Procesado por el Observatorio del Programa Presidencial de DH y DIH, Vicepresidencia de la República

Se concluye que la violencia en Córdoba se expresó con más intensidad entre los años 1988 y 1990; en lo reciente, sobresale el año 2008. Si se consideran únicamente los últimos 14 años, se tiene que es la región de los Altos Sinú y San Jorge la que concentró en buena medida esta violencia y que sus niveles fueron especialmente elevados en 1999 y entre 2006 y 2008; sobresale del mismo modo la zona costanera en el último año.

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4.1.2. Secuestros

Para llevar a cabo un análisis de la evolución histórica de esta variable, se construyó una serie a partir de la información disponible proveniente de tres fuentes. Entre 1980 y 1991, se recurrió a información del Das; entre 1992 y 1995, se acudió a las cifras de la Policía Nacional y a partir de 1996 de Fondelibertad. La curva presenta oscilaciones bruscas y sus niveles más elevados se registran en 1984, 1989, 1990, 1995 y 2000.

Gráfico No. 6. Evolución del secuestro en Córdoba entre 1980 y 2008 50 45 40 35 30 25 20 15 10 5 0 1980 1981 1982 1983 1984 1985 1986 1987 1988 1989 1990 1991 1992 1993 1994 1995 1996 1997 1998 1999 2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 Secuestros

4

6

3

11

25

13

7

8

18

44

43

34

18

16

18

29

10

17

4

29

41

26

8

6

6

2

2

7

2

Fuentes: Das; Policía y Fondelibertad Procesado por el Observatorio del Programa Presidencial de DH y DIH, Vicepresidencia de la República

La distribución de los secuestros por responsables, que se presenta en el gráfico No. 7, ayuda a interpretar los cambios en el tiempo. Es así como una primera etapa se dibuja entre 1980 y 1994, cuando el actor predominante es el EPL, lo que explica los ascensos en 1984, 1989 y 1990; sin embargo, a partir de 1987, comparte responsabilidad con grupos sin identificar y muchos de los plagios posiblemente deberían haber sido atribuidos a esa guerrilla o a las Farc, agrupación que también llevaba a cabo secuestros, pero en niveles inferiores. A partir de 1991, los perpetrados por el EPL disminuyen significativamente, coincidiendo con su desmovilización, y aumentan los atribuidos a las Farc; éstos se combinan a su turno con los cometidos por grupos sin establecer y no se puede descartar que éstos en últimas hayan sido ejecutados

66

Dinámica de la violencia en el departamento de Córdoba 1967-2008

por la agrupación guerrillera, situación que se prolongó hasta 1998. Entre 1998 y 2001, aumentan significativamente los secuestros atribuidos principalmente a las autodefensas, que registran su nivel más elevado en el año 2000. A partir de 2001, los secuestros disminuyen significativamente y se destacan las Farc y las agrupaciones sin establecer. No se descarta que a partir de 2006, las bandas criminales hayan incidido en alguna medida en los secuestros; sin embargo, su participación no es relevante en una visión de conjunto, pues en esos años Córdoba registró los niveles más bajos de toda la serie analizada.

Gráfico No. 7. Distribución de los secuestros en el departamento de Córdoba por responsables: 1980-2008 40 35 30 25 20 15 10 5

82

19

19

84 19 85 19 86 19 87 19 88 19 89 19 90 19 91 19 92 19 93 19 94 19 95 19 96 19 97 19 98 19 99 20 00 20 01 20 02 20 03 20 04 20 05 20 06 20 07 20 08

81

EPL

3

6

2

6

16

9

3

3

10

17 19

2

1

7

0

0

0

0

0

0

0

0

0

0

0

0

0

0

0

Farc

1

0

1

3

2

0

2

0

0

3

3

9

7

2

7

13

3

3

2

7

6

9

5

0

1

2

0

3

0

otras guerrillas

0

0

0

1

0

0

0

1

0

2

1

10

0

1

0

2

0

0

0

0

1

0

0

0

0

0

1

0

0

Otros, del, aut y no ident

0

0

0

1

7

4

2

4

8

22 20

13 10

6

11 14

7

14

2

22 34

17

3

6

5

0

1

4

2

19

83

19

19

80

0

Fuentes: Das; Policía y Fondelibertad Procesado por el Observatorio del Programa Presidencial de DH y DIH, Vicepresidencia de la República (delincuencia, autodefensas y no identificados)

La distribución por regiones, que aparece en el gráfico No. 8, ayuda a hacer precisiones. En la fase comprendida entre 1980 y 1990, cuando el actor principal era el EPL, la región más afectada fue la denominada Altos Sinú y San Jorge, seguida de Montería y el resto del San Jorge (excluyendo Montelíbano y Puerto Libertador). Entre 1991 y 1998, cuando el predominio fue asumido por las Farc, sobresale de nuevo la región de los Altos Sinú y San Jorge y en segundo término la región denominada Medio Sinú, sabanas y ciénagas. Entre 1999 y 2001, cuando la mayoría de los anteriores fue atribuida a las autodefensas, sobresale Montería y los Altos Sinú y San Jorge, así como el Medio Sinú, sabanas y ciénagas. A partir de 2002, cuando disminuyen, se distribuyen en partes iguales en las tres últimas regiones mencionadas.

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Gráfico No. 8. Distribución de los secuestros en el departamento de Córdoba por regiones consideradas: 1980-2008 25

20

15

10

2 200 3 200 4 200 5 200 6 200 7 200 8

200

0

198 0 198 1 198 2 198 3 198 4 198 5 198 6 198 7 198 8 198 9 199 0 199 1 199 2 199 3 199 4 199 5 199 6 199 7 199 8 199 9 200 0 200 1

5

Altos Sinú y San Jorge Costanera Medio Sinú, Sabanas y Ciénagas Montería San Jorge

3

1

4

2

2 1

8

9 1 3

5

7

1

6

2

4

1

3

8 23 15 9 10 9 2 1 7 4 10 5 7 4 6 13 8

1

8

1

3

5

1

8

9

7

3

6 16 4 4 2 2 5 1 1 5 1 6

5 5

2

9 10 15 6 3 2 5 9 5

1

6

1

11 17 6

2

2

1

1

3

2

1

2

1

4

1 3

2

1

1

3

2

1

1

1

1

Fuentes: Das; Policía y Fondelibertad Procesado por el Observatorio del Programa Presidencial de DH y DIH, Vicepresidencia de la República

Se buscó encontrar explicaciones a las oscilaciones de los secuestros y los homicidios y las posibles relaciones entre unos y otros. En este sentido, se debe tener en cuenta que hasta el año 2000 los secuestros están más relacionados con las guerrillas y los homicidios con las autodefensas. Así mismo, en buena medida, los aumentos en los homicidios tienen que ver, al menos en parte, con actuaciones de las autodefensas que reaccionan al incremento en los secuestros cometidos por las guerrillas. Este planteamiento se verifica entre 1980 y 1990 y en buena parte de la década de los noventa. En efecto, en la primera etapa, en respuesta a un aumento en los secuestros perpetrados por el EPL, como ocurre entre 1982 y 1985 y entre 1988 y 1990, los homicidios a su turno se incrementan; las autodefensas pretendieron de esta manera debilitar las redes de secuestro del EPL y las Farc. Las disminuciones en los secuestros se aprecian en lo esencial en la década siguiente. Es así como entre 1991 y 1994 la reducción en los secuestros se pueden atribuir a la desmovilización del EPL, que a su turno había sido debilitado por el accionar de las autodefensas y en particular por las masacres ejecutadas por las mismas, que incidieron en su capacidad de cometer plagios. Sin embargo, entre 1993 y 1995, se produce un aumento de los secuestros perpetrados por las Farc y en consecuencia se evidencia un nuevo incremento de los homicidios llevados a cabo por las autodefensas (hasta 1996), que reaccionaron a los plagios llevados a cabo por la agrupación guerrillera. Lo anterior explica a su vez una reducción en los secuestros entre 1996 y 1998.

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Dinámica de la violencia en el departamento de Córdoba 1967-2008

Gráfico No. 9. Distribución de los secuestros y homicidios en el departamento de Córdoba: 1980-2008 700

50 45

600

40

500

35

400

30

300

20

200

15

25

10

100 0

5 80 81 82 83 84 85 86 87 88 89 90 91 92 93 94 95 96 97 98 99 00 01 02 03 04 05 06 07 08 19 19 19 19 19 19 19 19 19 19 19 19 19 19 19 19 19 19 19 19 20 20 20 20 20 20 20 20 20

0

Homicidios 108 134 208 166 204 213 253 311 596 470 590 429 401 398 299 381 455 327 274 365 454 371 337 257 232 176 258 352 478 Secuestros

4

6

3

11 25 13 7

8

18 44 43 34 18 16 18 29 10 17 4 29 41 26 8

6

6

2

2

7

2

Fuentes: Das; Policía y Fondelibertad Procesado por el Observatorio del Programa Presidencial de DH y DIH, Vicepresidencia de la República

Lo ocurrido entre 1998 y 2000 se enmarca en una dinámica diferente. Suben al mismo tiempo los secuestros y los homicidios, porque las autodefensas tienen una participación importante en el incremento de ambas variables. Por otro lado, la reducción pronunciada en los secuestros en 2001 y sobre todo a partir de 2002 refleja en últimas que las redes de secuestro de las guerrillas, principalmente en las zonas ganaderas y planas, habían sido desarticuladas; ya no era necesario cometer masacres y asesinatos selectivos para debilitar a la subversión, lo que contribuye a explicar porqué a su turno los homicidios no fueron tan elevados en esos años. El aumento en los homicidios entre 2006 y 2008 es el reflejo de una dinámica totalmente diferente y corresponde al accionar de bandas criminales asociadas al narcotráfico, después de la desmovilización de las autodefensas, que se disputan espacios estratégicos para el negocio ilegal. Sin embargo, los secuestros se sitúan en niveles bajos, pues las Farc ya habían perdido capacidad para ejecutarlos y los perpetrados por las autodefensas desaparecieron a raíz de las desmovilizaciones.

69

Observatorio del Programa Presidencial de Derechos Humanos y DIH

4.1.3. Confrontación armada En este aparte, se observa el comportamiento de la confrontación armada, analizando los combates desarrollados por iniciativa de la Fuerza Pública y algunos de los ataques de las guerrillas; entre éstos últimos, se consideran únicamente las acciones de destrucción de infraestructura, los asaltos a poblaciones, los ataques y hostigamientos contra instalaciones militares y de Policía, las emboscadas y las acciones de piratería terrestre. Se aprecia que entre los años 1985 y 1991, el número de ataques llevados a cabo por la guerrilla es muy superior a los combates desarrollados por la Fuerza Pública, situación explicable por la escalada emprendida por el EPL en esos años. ( Grafico 10). Entre 1992 y 1996, por el contrario, los combates superaron los ataques, resultado lógico de la desmovilización del EPL en 1991, que hasta ese entonces era prácticamente hegemónico en el departamento. Entre 1997 y 2003, los ataques por iniciativa de las guerrillas vuelven a superar los combates, por la acción de las Farc, que empiezan a hacerse a las zonas dejadas por el EPL, aunque se deba señalar que en esos años los niveles de los ataques eran mucho más bajos que en la segunda mitad de los ochenta. Además, en este periodo, se registra una intensificación de las disputas entre autodefensas, hecho que no está representado en el gráfico. Entre 2004 y 2007, los combates aumentan significativamente y están muy por encima que los ataques perpetrados por las guerrillas, lo que coincide con un repliegue y posterior debilitamiento de estas agrupaciones. En 2008, los ataques de las guerrillas se mantienen bajos y los combates descienden significativamente; en este año, el uso de minas antipersonal se incrementa para contrarrestar las operaciones militares y para intentar frenar la erradicación manual de cultivos de coca. Gráfico No. 10. Combates por iniciativa de la Fuerza Pública y ataques de las guerrillas y otras agrupaciones irregulares: 1985-2008 45 40 35 30 25 20 15 10

9 Combates 2

19 87 19 88 19 89 19 90 19 91 19 92 19 93 19 94 19 95 19 96 19 97 19 98 19 99 20 00 20 01 20 02 19 98 19 99 20 00 20 01 20 02 20 03 20 04 20 05 20 06 20 07 20 08

86

19

Ataques

19

0

85

5

11 17 40 20 19 20 6 3 3 7 17 15 19 20 14 18 19 15

3 6 5 9 12 2

4 4

4 4

6 3

11 7 5 4

4 4

4 4

6 3

11 7 5 4

5 3 7 5 1 3 4 16 11 25 31 4

Fuente: Base de datos del Observatorio del Programa Presidencial de DH y DIH, con base en boletines diarios del Das, Vicepresidencia de la República

70

Dinámica de la violencia en el departamento de Córdoba 1967-2008

Para descifrar la dinámica de la confrontación, es importante considerar por aparte ataques y combates. En el gráfico No. 11, se presentan los ataques discriminados por responsables y resulta muy claro que entre 1985 y 1990 sobresale el EPL, la agrupación predominante en esos años. Así mismo, se destacan en esos años otras guerrillas, en lo esencial acciones atribuidas a la Coordinadora Guerrillera Simón Bolívar y a la Coordinadora Nacional Guerrillera, alianza en la que la participación del EPL era importante. A su turno, en los mismos años, sobresalen grupos no identificados; en este sentido, es probable que muchas de estas acciones hayan sido en realidad desarrolladas por el EPL o por otras guerrillas. Así mismo, están las Farc y el ELN, que presentan niveles bajos de actividad armada en esa época. En 1991, las acciones del EPL desaparecen, a raíz de su desmovilización y toman relevancia las de las Farc y las de otras guerrillas; igualmente, aparecen las de agrupaciones no identificadas, que muy posiblemente pueden ser atribuidas a algunas de las guerrillas. El gráfico No. 11 evidencia además que a partir de 1992 las acciones de las guerrillas y particularmente de las Farc se prolongan hasta 2006 de manera esporádica y a niveles muy inferiores a los atribuidos al EPL mientras estuvo activo. Además, se registran acciones a nombre de grupos no identificados, autodefensas y otros, que no es factible discriminar con precisión. Gráfico No. 11. Ataques de las guerrillas y otras agrupaciones irregulares por responsables: 1985-2008 16 14 12 10 8 6 4

Eln Epl

No ident, otros y autod *

86 19 87 19 88 19 89 19 90 19 91 19 92 19 93 19 94 19 95 19 96 19 97 19 98 19 99 20 00 20 01 20 02 20 03 20 04 20 05 20 06 20 07 20 08 3

1

2

2

4

9

7

12

13

6

3

1

2

3

1

7

1

1

3

3

3

2

3

1

2

0

0

2

11

3

2

6

0

0

0

0

0

1

0

0

0

1

1

0

0

0

14

6

9

7

4

2

0

0

3

4

2

1

5

8

6

Farc Otras guerrillas

19

19

0

85

2

1 1

1

2

3

4

2

5

2

1

3

Fuente: Base de datos del Observatorio del Programa Presidencial de DH y DIH, con base en boletines diarios del Das, Vicepresidencia de la República (*No Identificado, otro y Autodefensas)

71

Observatorio del Programa Presidencial de Derechos Humanos y DIH

Por otra parte, se analizaron los ataques de las guerrillas y otras agrupaciones armadas irregulares por regiones y sobresalen los Altos Sinú y San Jorge, Montería y el San Jorge (excluidos Puerto Libertador y Montelíbano, incluidos en la primera), tal como se aprecia en el gráfico No. 12. Montería se destacó en 1988, cuando se registraron 18 de estas acciones. Junto con el Alto Sinú y el Alto San Jorge, sobresalieron entre 1985 y 1991, coincidiendo con la vigencia del EPL; posteriormente, sus niveles son mucho más moderados. El Medio San Jorge también se destaca en los años del auge del EPL en la segunda mitad de los ochenta. El conjunto del Medio Sinú, sabanas y ciénagas siempre presentan niveles moderados, porque se trata de zonas planas, donde las guerrillas tenían poca capacidad para incidir militarmente. Los bajos niveles de ataques que se registran a partir de 1992 son en buena medida el resultado de la presencia de las autodefensas, que lograron neutralizar el acceso de las guerrillas, principalmente a las zonas planas. Por otra parte, a partir de 1992 es significativo el aumento de los combates por iniciativa de la Fuerza Pública, a la inversa de lo que ocurre con los ataques. El gráfico No. 13 muestra que mientras los combates fueron significativos contra el EPL hasta 1990, los orientados contra las Farc toman relevancia a partir de 1992; es de anotar los niveles bajos que mostraron entre 1997 y 2003, período en el cual se presentan álgidas disputas entre la guerrilla y las autodefensas. No obstante, se observan combates por iniciativa de la Fuerza Pública contra las autodefensas y/o bandas criminales entre 2002 y 2008, aunque en niveles moderados.

Gráfico No. 12. Ataques de las guerrillas y otras agrupaciones irregulares por regiones: 1985-2008 20 18 16 14 12 10 8 6 4

19

0

85 19 86 19 87 19 88 19 89 19 90 19 91 19 92 19 93 19 94 19 95 19 96 19 97 19 98 19 99 20 00 20 01 20 02 20 03 20 04 20 05 20 06 20 08

2

Altos Sinú y San Jorge Costanera

4 1

Medio Sinú, Sabanas y Ciénagas Montería San Jorge

3 1

6

8 3

8 2

8 1

7

7

2

2

1

5

3

2

5

3

1 2

3 18 3 2 7 5

4 6

3 5

3

3

3

2

1

4

4

2

2

1 1

1

2

1

3

3

5 3

2

1

1

2

2

2

1

3

3 2

2

1

2

2

1 1

3 1

Fuente: Base de datos del Observatorio del Prgrama Presidencial de DH y DIH, Vicepresidencia de la República con base en boletines diarios del Das.

72

Dinámica de la violencia en el departamento de Córdoba 1967-2008

35 30 25 20 15 10

89 19 90 19 91 19 92 19 93 19 94 19 95 19 96 19 97 19 98 19 99 20 00 20 01 20 02 20 03 20 04 20 05 20 06 20 07 20 08

19

87

88

19

19

85 19

19

0

86

5

0

1

2

Eln

0

0

3

4

1

1

0

0

0

1

0

0

0

0

Epl

2

5

17 10 11 10

1

6

4

1

1

2

0

0

0

0

0

0

Farc

0

2

0

1

4

3

9

6

13 13

8

10

2

2

4

1

5

3

Otras guerrillas

0

0

0

2

2

1

0

1

0

0

0

0

0

1

0

0

0

1

No ident, otros y autod

0

0

0

1

0

0

1

1

1

0

0

0

0

0

0

2

0

0

6

1 3

12

8

1

4

0

22 29 3

3

2

1

Fuente: Base de datos del Observatorio del Programa Presidencial de DH y DIH, Vicepresidencia de la República con base en boletines diarios del Fuente: Base de datos del Observatorio del Programa Presidencial deDas. DH y DIH, con base en boletines diarios del Das, Vicepresidencia de la República

A continuación, se discriminan los combates por regiones y se destaca a lo largo de la serie estudiada la región del sur de Córdoba conformada por los Altos Sinú y San Jorge, donde los niveles fueron especialmente elevados entre 2004 y 2007.

35 30 25 20 15 10

Costanera

8

5

1

2

San Jorge

1

1

11 13 8

1

1

3

1

3

2

6

1

1

3

1

1

1

2

3

4

4

6

4

3

5

1

10 1

4

3

5

1

3

2 1

7

8

200

200

2 14 9 24 29

1 1

4 200 5 200 6

200

200

1

1 1

1

1 200 2 200 3

199 8 199 9 200 0

7

5

Medio Sinú, Sabanas y Ciénagas Montería

10 10 7

199 5 199 6 199 7

6

198 Altos Sinú y San Jorge

199 2 199 3 199 4

6 198 7 198 8

2

198

5

0

198 9 199 0 199 1

5

4

1 1

1

2

1 1

Fuente: Base de datos del Observatorio del Programa Presidencial de DH y DIH, Vicepresidencia de la República con base en boletines diarios del Das.

73

Observatorio del Programa Presidencial de Derechos Humanos y DIH

4.1.4. Minas antipersonal

El comportamiento de la confrontación armada no se puede analizar sin considerar el uso de minas antipersonal, principalmente por parte de las Farc. El siguiente cuadro resume las víctimas de las que se tiene registro por municipios en este aspecto entre 2005 y 2008. Es así como se presentaron un total de 82 víctimas, de las cuales más de la mitad, un total de 43, se registraron en Tierralta, en el Alto Sinú; sigue Puerto Libertador con 32, después Montelíbano con 8 y finalmente, Montería con 1. Se aprecia que el año más álgido fue 2008, cuando se registraron 40 víctimas. Es interesante apreciar que el incremento en el uso de minas tiene como corolario una disminución de los otros ataques perpetrados por las guerrillas y su uso responde a la pretensión de estas agrupaciones de contrarrestar las operaciones militares en su contra y evitar las labores de erradicación manual de cultivos ilícitos.

Cuadro No. 4. Víctimas del uso de minas distribuidas por municipios y años: 2005-2008

Municipio Tierralta Puerto Libertador Montelíbano Montería Total general

2005

2006

2007

2008

Total general

8

5

1

29

43

7

4

10

9

30

2

4

2

8

1 18

1 13

11

40

82

Fuente: Observatorio del Programa Presidencial para la Acción Integral contra las Minas Antipersonal Procesado por el Observatorio del Programa Presidencial de DH y DIH, Vicepresidencia de la República

De las 82 víctimas registradas, 55 fueron militares y las 27 restantes civiles, entre las cuales están algunos erradicadores y la mayoría de los eventos fueron atribuidos a las Farc. Adicionalmente, los campesinos e indígenas han sido víctimas de estos artefactos en zonas aisladas, donde han tenido lugar operaciones militares o labores de erradicación.

74

Dinámica de la violencia en el departamento de Córdoba 1967-2008

Cuadro No. 5. Victimas militares y civiles de minas por municipios y años: 2005-2008

Condición Civil Militar Total general

2005

2006

2007

2008

Total general

5

2

9

11

27

13

11

2

29

55

18

13

11

40

82

Fuente: Observatorio del Programa Presidencial para la Acción Integral contra las Minas Antipersonal Procesado por el Observatorio del Programa Presidencial de DH y DIH, Vicepresidencia de la República

La mayoría de las víctimas registradas resultaron heridas, 68 de 82, y las 14 restantes fallecieron. Sin embargo, no se descarta que exista un subregistro, además de la evacuación de víctimas desde el San Jorge hacia Caucasia en Antioquia. Cuadro No. 6 Víctimas de minas por muertos y heridos distribuidas Cuadro No. 6 Víctimas de minas por muertos y heridos distribuidas por por municipios y años: 2005-2008 municipios y años: 2005-2008

Fuente: Observatorio del programa presidencial para la Acción Integral contra las Minas Antipersonal Procesado por el Observatorio del Programa Presidencial de DH y DIH, Vicepresidencia de la República

4.1.5. Desplazamiento de población

Desafortunadamente, no se dispone de información sobre desplazamientos de población sino desde 1997. Sin embargo, a partir de la información recolectada en el departamento, se pudo establecer que entre 1985 y 2008, los desplazamientos de población se presentaron de manera ininterrumpida, aunque con fluctuaciones.

75

Observatorio del Programa Presidencial de Derechos Humanos y DIH

Es así como en la segunda mitad de los ochenta, los desplazamientos se explicaron principalmente por incursiones llevadas a cabo por las autodefensas. Entre 1991 y 1994, con las desmovilizaciones del EPL y de las estructuras al mando Fidel Castaño, disminuyeron los enfrentamientos y las incursiones a poblaciones y, por ende, los desplazamientos109. Entre 1994 y 1996, las Farc pretenden recuperar los territorios abandonados por las guerrillas desmovilizadas, los grupos de autodefensa consolidan su presencia en el departamento, primero a través de las Accu, y luego de las AUC y se multiplican los desplazamientos de población en diferentes sitios del departamento110. En el siguiente gráfico, se aprecia que los desplazamientos aumentaron significativamente entre 1998 y 2001. Así mismo, se observa que ocurrió con más intensidad en los Altos Sinú y San Jorge. Víctor Negrete opina al respecto “Entre 1997 y 2001, prosiguió la contienda entre las Farc y las Accu en los municipios de Tierralta, Montelíbano y Puerto Libertador. En los tres últimos años (es decir hasta 2001), los desplazamientos, algunos masivos, fueron frecuentes111.

Gráfico No. 15. Expulsiones de población en los Altos Sinú y San Jorge y en el conjunto del departamento como consecuencia de la violencia por años 1997 a 2008 25.000 20.000 15.000 10.000 5.000 0

1997

1998

1999

2000

Altos Sinú y San Jorge

4.930

2.884

6.347

9.271

17.904 13.097

2001

2002

2003

2004

2005

2006

2007

2008

2.478

2.824

5.151

5.046

5.741

Departamento

5.548

3.262

6.704

9.912

19.933

5.830

15.077 3.408

4.013

6.508

6.266

7.104

6.674

Fuente: Sipod - Acción Social Procesado por: Observatorio del Programa Presidencial de DH y DIH - Vicepresidencia de la República 109 Ver: Víctor Negrete. Córdoba 2000-2001: ¿Estancamiento o Retroceso?, p.10. En: Víctor Negrete, director editorial. El desplazamiento por la violencia….1999-2001. Marzo de 2002. 110 Ver: Víctor Negrete. Córdoba 2000-2001: ¿Estancamiento o Retroceso?, p.10. En: Víctor Negrete, director editorial. El desplazamiento por la violencia….1999-2001. Marzo de 2002. 111 Ver: Víctor Negrete. Córdoba 2000-2001: ¿Estancamiento o Retroceso?, p.10. En: Víctor Negrete, director editorial. El desplazamiento por la violencia….1999-2001. Marzo de 2002.

76

Dinámica de la violencia en el departamento de Córdoba 1967-2008

En contraste con la región conformada por los Altos Sinú y San Jorge, que concentra el 86% de los desplazamientos entre 1997 y 2008, las otras regiones registraron eventos más escasos y en su conjunto solamente acumularon el 14%; lo anterior se explica porque mientras en las zonas planas se presentaba un dominio por parte de las autodefensas, las disputas entre éstas y las guerrillas se concentraron en el sur del departamento. En unas regiones, el nivel más alto se registró en 2001 y en otras en 2002. Gráfico No. 16. Expulsiones de población por regiones de Córdoba (excluye los Altos Sinú y San Jorge) y en el conjunto del departamento como consecuencia de la violencia por años: 1997 a 2008 800 700 600 500 400 300 200 100 0

1997

1998

1999

2000

2001

2002

2003

2004

2005

2006

2007

Costanera

154

44

64

92

275

325

181

208

217

228

282

2008 187

Medio Sinú, Sabanas y Ciénagas

105

59

97

164

627

749

343

501

565

413

421

250

Montería

291

171

115

242

644

540

220

287

328

305

394

211

San Jorge

68

104

81

143

483

366

186

193

247

274

266

196

Fuente: Sipod - Acción Social Procesado por: Observatorio del Programa Presidencial de DH y DIH - Vicepresidencia de la República

En cuanto a recepción de población desplazada, las regiones de los Altos Sinú y San Jorge y Montería han concentrado la mayoría de los desplazados. El nivel más alto en el conjunto del departamento se presentó en 2001, coincidiendo con el nivel más alto en lo que respecta a las expulsiones, y en su mayoría llegaron a los municipios de los Altos Sinú y San Jorge, y a la capital departamental, Montería. A juicio de Negrete, el desplazamiento entre 2000 y 2002, “fue producto de acciones de reconquista por parte de un actor (Farc) y de consolidación por el otro (Accu)”, lo que hizo que las amenazas y ataques a las comunidades fueran selectivos y contundentes, por ser actos de retaliación y venganza112. 112 Ver: Víctor Negrete. Córdoba 2000-2001: ¿Estancamiento o Retroceso?, p.11. En: Víctor Negrete, director editorial. El desplazamiento por la violencia….1999-2001. Marzo de 2002.

77

Observatorio del Programa Presidencial de Derechos Humanos y DIH

A partir de 2005, los desplazamientos se dan principalmente por el accionar de bandas criminales, así como por la acción de las Farc; además, inciden la colocación de minas y las tácticas adoptadas por las Farc para resistir la presión de las Fuerzas Militares y neutralizar la erradicación manual de cultivos de coca. Gráfico No. 17. Principales regiones receptoras de desplazados por años: 1997 a octubre de 2008 30.000 25.000 20.000 15.000 10.000 5.000 0

1997

1998

1999

2000

2001

2002

2003

2004

2005

2006

2007

2008

728

1.842

1.382

11.088

15.228

10.483

1.564

2.096

4.279

3.184

3.713

4.243

Montería

6.063

3.551

1.344

2.374

5.173

3.943

1.421

1.163

1.682

1.472

1.663

1.220

Departamento

8.228

6.280

3.598

16.512

23.838

17.297

3.715

4.226

7.536

6.013

6.710

6.355

Altos Sinú y San Jorge

Fuente: Sipod - Acción Social Procesado por: Observatorio del Programa Presidencial de DH y DIH - Vicepresidencia de la República

4.1.6. Homicidios y desapariciones de indígenas

Se debe destacar que en el departamento de Córdoba, la violencia ha tenido un efecto importante sobre las comunidades indígenas. El siguiente gráfico desagrega por regiones las víctimas de homicidios y desapariciones forzadas de las que se tiene registro entre 1988 y 2008. Es evidente que existe un subregistro significativo al respecto entre 1988 y 1996, y particularmente entre 1988 y 1990, cuando los homicidios sobre sectores vulnerables se incrementaron significativamente. Al respecto resulta interesante apreciar que según un informe que no precisa fechas ni aporta un listado de soporte, se señala que desde la vigencia de la reforma agraria (mediados de los sesenta) hasta 1988 “aproximadamente 75 líderes, entre campesinos e indígenas del

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Dinámica de la violencia en el departamento de Córdoba 1967-2008

resguardo de San Andrés de Sotavento fueron asesinados” 113; no se sabe cuántos son indígenas y cuantos campesinos, pero la cifra sugiere que la de los primeros no debe ser despreciable. Sin embargo, la información más confiable se registra a partir de 1997, aunque subsista un subregistro. De acuerdo con lo anterior, la región más afectada es la de los Altos Sinú y San Jorge, donde están ubicados los Embera Katío, que fueron víctimas de las agrupaciones irregulares, principalmente de las autodefensas, pero igualmente de las Farc; fueron afectados ante todo en Tierralta, en el Alto Sinú, y en Puerto Libertador y Montelíbano, en el San Jorge. Los ataques de los grupos irregulares contra los indígenas se empiezan a registrar en 1995, se intensifican entre 1999 y 2002 y a partir de 2003 descienden, aunque se mantienen. Adicionalmente, resultó afectada la región del Medio Sinú, sabanas y ciénagas, donde se encuentra asentada la comunidad Zenú, que fue la más afectada en los años ochenta, registros que no aparecen en el gráfico. Ahí, los municipios más afectados fueron San Andrés de Sotavento y Chinú y la violencia hacia estas comunidades ha sido constante, aunque han sido menos afectadas que los Embera Katío. Se contrastó la información cuantitativa con algunos informes y resulta evidente un enorme subregistro antes de mediados de 1990. Gráfico No. 18. Integrantes de comunidades indígenas víctimas de homicidios y desapariciones forzadas entre 1988 y 2008 35 30 25 20 15 10 5 0

1988 1989 1990 1991 1992 1993 1994 1995 1996 1997 1998 1999 2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008

Medio Sinú, Sabanas y Ciénagas 6

0

4

0

5

0

4

0

2

9

2

0

1

Montería

0

0

0

0

0

0

0

0

0

0

0

0

0

Altos Sinú y San Jorge

0

0

0

0

0

0

0

0

2

2

4

15

31

2

2

4

0

0

1

0

0

0

1

0

0

0

0

0

0

17

12

2

2

1

0

2

3

Fuente: Observatorio del Programa Presidencial de DH y DIH, Vicepresidencia de la República.

113 Ver Víctor Negrete Barrera. Algunas apreciaciones a tener en cuenta en el Proceso de Negociación, p. 12. Montería, 2004. En: Documentos para la reflexión….Abril de 2006.

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Observatorio del Programa Presidencial de Derechos Humanos y DIH

4.1.7. Asesinatos de dirigentes y activistas populares, sindicales y políticos Filiación y

1988 1989 1990 dirigentes 1991 1992 y 1993 1994 1995populares, 1996 1997 sindicales 2000 2001 2002 Total La violencia1987ejercida contra activistas y políticos, organización ha sido igualmente muy marcada en el departamento. Sin embargo, en este aspecto, Sin Filiación 4 1 2 1 1 1 1 2 18 laregistrada información disponible es2 muy3 escasa. Se construyó no obstante una base sobre Organización 6 2 la 1información 1 4 14 asesinatos con base en disponible en el Observatorio del Programa Popular Presidencial de DH boletines diarios del 1Das y se1 complementó12 con Liberal 1 4 a partir2 de los 1 1 1 Otra información de homicidios tomada de bases de datos de integrantes de la UP12y de 3 1 1 1 4 1 1 Filiación sindicalistas; del 1mismo modo, con información obtenida 2 1se completó 2 1 1 2 a través 1 11 de Conservador 114 entrevistas y otros reportes . A continuación, se presenta entre 1987 y 2001 una Unión 6 1 10 Patriótica desagregación de3 los asesinatos de dirigentes políticos, populares y sindicales por 3 4 2 9 Civiles quinquenios y organizaciones o agrupaciones políticas a las que pertenecían las 1 2 1 1 5 Sindicato víctimas; se consideraron los siguientes periodos: 1987-1991, 1992-1996 y 1997Esperanza 2001. Obviamente, esta información presenta el señalado subregistro, sin embargo Paz y 4 4 Libertad permite apreciar lo ocurrido. Alianza Democrática M- 19 Total general

1

1

Cuadro No.17. Algunos registros 21 11 11 9 3sobre 3 asesinatos 6 3 3de dirigentes 5 7 8 y activistas 5 96 populares, sindicales y políticos quinquenios según organización a la que pertenecían entre 1987 y 2001 Filiación/Organización

1987 a 1991 1992 a 1996 1997 a 2001

Total

Sin Filiación Liberal Conservador Unión Patriótica Sindicato Indígena Otra Filiación Organización Popular Frente Popular Esperanza Paz y Libertad Anuc Alianza Democrática M - 19

10

5

5

20

8

3

1

12

4

3

3

10

13

4

2

19

11

16

28

55

1

5

1

7

0

1

5

6

4

0

0

4

24

0

0

24

4

0

1

5

3

0

1

4

0

0

1

1

Total general

82

37

48

167

Fuente: Observatorio del Programa Presidencial de DH y DIH con base en boletines diarios del Das. Reiniciar. Ministerio de la Protección Social. Procesado por el Observatorio del Programa Presidencial de DH y DIH, Vicepresidencia de la República

114 Los homicidios de integrantes de la Unión Patriótica, UP, se complementaron con información de un listado de la ONG Reiniciar entre mediados de los años ochenta y 2007. La de sindicalistas se complementó consultando una base histórica construida por el Ministerio de la Protección Social desde mediados de los años ochenta. La información del Frente Popular, FP, se obtuvo a través de entrevistas y consultando los textos ya citados de Villarraga y Plazas, y de Víctor Negrete. La información sobre desapariciones, amenazas y otras violaciones es prácticamente inexistente y no da para presentarse en un cuadro.

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Dinámica de la violencia en el departamento de Córdoba 1967-2008

Es así como se registraron 167 asesinatos entre 1987 y 2001, de los cuáles 82 ocurrieron entre 1987 y 1991, 37 entre 1992 y 1996 y 48 entre 1997 y 2001. En lo que respecta al período 1987-1991, el más crítico de los tres, éste corresponde en lo esencial a una ofensiva de las autodefensas contra el movimiento social y político en el departamento, que a su turno coincide con el mayor número de masacres y de homicidios en general. En esos años, de un total de 82 homicidios, 24 recayeron sobre el Frente Popular, FP, 13 sobre la Unión Patriótica, UP, 11 en sindicalistas y 10 en concejales, diputados y candidatos de los que no se tienen las filiaciones; además, se presentan 4 a nombre de Esperanza, Paz y Libertad, movimiento resultante de la desmovilización del EPL, que en esencia se deberían sumar al FP115. Al respecto, es importante aclarar que entre los sindicalistas, había varios que pertenecían al FP o a la UP; cuando se tuvo acceso a esta información, se incluyeron en los movimientos respectivos; de lo contrario, fueron considerados como sindicalistas sin afiliación política. Se contrastó la información con entrevistados que fueron testigos presenciales de lo ocurrido entre 1987 y 1991, y se concluye que existe un significativo subregistro. Una categoría castigada por el anterior es sin duda la de integrantes del Frente Popular, FP, movimiento político asociado al EPL; se incluyeron en lo esencial dirigentes y no activistas de mediano rango o integrantes de la base. Además, existe un enorme vacío en cuanto a los asesinatos de integrantes del PC-ML que no aparecen entre la información disponible116. Sin embargo, en este primer periodo, los más afectados fueron los movimientos políticos, el FP y la UP, con el homicidio de 24 y 13 de sus miembros respectivamente. Además, se registró la muerte de once sindicalistas, aparte de los que ya fueron incluidos en el FP y la UP. En su mayoría, seis, eran de Fecode, muy afiliado a Ademacor, hecho que sugiere que posiblemente pertenecían al FP o a la UP. También se registraron asesinatos de dirigentes y activistas de Sintraelecol, Sintradin, Sintrava y del Sindicato de Pequeños Comerciantes. Este aparte será desarrollado en el siguiente capítulo que se refiere a las diferentes fases temporales de la violencia en el departamento. Entre 1992 y 1996, se destacan los sindicalistas y la UP. Se debe considerar que en 1991 se desmovilizó el EPL y en la medida en que se conformó el Movimiento Esperanza, Paz y libertad, desapareció el FP. Las cifras bajan por efecto de las desmovilizaciones de las guerrillas y de las autodefensas117, que disminuyeron la presión sobre el movimiento social y político. No obstante, las autodefensas reaparecieron más o menos en 1993 como reacción a las Farc, que buscaron llenar los espacios dejados por el EPL, y a la disidencia de la guerrilla desmovilizada, dirigida por Francisco Caraballo; se conformaron así las Autodefensas Campesinas de Córdoba y 115 El FP y la UP nacieron como movimientos asociados al EPL y las FARC, respectivamente, en el marco de las negociaciones de paz con la administración Betancur. El FP desapareció una vez se conformó Esperanza Paz y Libertad. 116 El Partido Comunista Marxista Leninista se tiene que captar por aparte del FP. Es en lo esencial la disidencia del Partido Comunista que dio origen al EPL. Muchos de los dirigentes del PCML pueden estar incluidos en la categoría sindicalistas o en la de integrantes del FP. 117 Se desmovilizaron las autodefensas al servicio de los hermanos Castaño; más adelante se amplia al respecto.

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Observatorio del Programa Presidencial de Derechos Humanos y DIH

Urabá, Accu. Las cifras muestran que la presión sobre el movimiento social y político se reactivó y no en vano aparecen los registros de 16 sindicalistas, 10 de ellos de Fecode, muy posiblemente afiliados a Ademacor, y entre ellos nueve ocurridos en 2006; en su mayoría fueron asesinados en Montería (4), pero también ocurrieron en Tierralta (2), San Pelayo, Chinú y San Carlos, con uno cada uno. Hubo así mismo cuatro asesinatos de integrantes de la UP, tres de ellos en Montería, además de cinco dirigentes indígenas del Resguardo de San Andrés de Sotavento118. Entre 1997 y 2001, las cifras suben a 48 asesinatos, de ellos 28 sindicalistas. Entre estos últimos, 13 pertenecían a Fecode (Ademacor) y en su mayoría, 9, ocurrieron en 1997, coincidiendo con el nacimiento de las AUC; 7 de éstos tuvieron lugar en Montería. En este período, se destacan cinco de otras filiaciones y en particular de la Corriente de Renovación Socialista, cuatro de ellos en Montería. Hay otros cinco sin filiación, ante todo concejales y candidatos sobre los que no se tiene más información. En lo que a sindicalistas específicamente se refiere, se dispone de algunas cifras sobre asesinatos desde el año 2000119. Es nítido que el sindicato más afectado fue el de la Asociación de Maestros de Córdoba, Ademacor, con 16 víctimas de las 33 que se registraron en el departamento entre 2000 y 2008. Entre los otros sindicatos afectados, se destacan Sintraunicor, Anthoc, Aseinpec, Asonal Judicial, Aspu, Sinaltrainbec, Sindes y Sintraelecol. Gráfico No. 19. Homicidios de sindicalistas de Ademacor y de otros sindicatos en Córdoba entre 2000 y 2007 5 4 3 2 1 0

2000

2001

2002

2003

2004

2005

2006

2007

Ademacor

4

2

0

1

2

4

2

1

Otros Sindicatos

5

5

2

0

1

1

3

0

Fuente: Observatorio del Programa Presidencial de DH y DIH, Vicepresidencia de la República

118 Se incluyeron acá porque aparecen en la base del observatorio. No obstante, esta categoría se consideró aparte. 119 Algunos de ellos, entre 2000 y 2001, ya se incluyeron en el cuadro anterior bien sea en la categoría sindicalistas, o en el FP o la UP. En este aparte, se trata de analizar lo ocurrido con los sindicalistas por aparte y utilizar la información que se tiene desde el año 2000 que es más confiable que la de años pasados.

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Se debe señalar además que los dirigentes campesinos y de la Anuc también adolecen de un enorme subregistro; no obstante, es importante advertir que esta organización fue muy afectada en los años setenta, antes del primer año (1987) de la serie que se construyó. Se señaló con anterioridad que entre mediados de los 1960 y 1988 fueron asesinados 75 líderes, entre campesinos e indígenas, a lo que hay que agregarle que hubo 191 parceleros desaparecidos hasta 1988 (no hay datos a partir de entonces)120. Por lo demás, se dispone de menciones indirectas al respecto. Se sabe que en los setenta, se presentaron muchos asesinatos, cuyas víctimas fueron dirigentes y bases campesinas que luchaban por la tierra, que es particularmente significativo a partir de mediados de 1971, cuando la Anuc rompió relaciones con el Gobierno: “Sobrevino una ofensiva (…) consistente en desalojos, encarcelamientos y asesinatos.”121 4.2. Análisis de las fases de la violencia en Córdoba entre 1980 y 2008 En este aparte, se interrelacionan los indicadores sobre homicidios, secuestros y confrontación armada con las seis fases temporales definidas con anterioridad. La primera fase, que se extiende entre 1967 y 1980, se caracteriza por el surgimiento y el desarrollo de las guerrillas, el EPL y las Farc principalmente, así como por la aparición de la economía de la marihuana y de las primeras expresiones de las autodefensas; estas últimas tienen una presencia muy localizada y no presentan un carácter ofensivo en esta época. En términos de indicadores, sobre este periodo, sólo se dispone de información sobre los homicidios, que presentan oscilaciones hacia arriba en 1968, 1973 y 1979. Gráfico No. 20. Indicadores sobre homicidios, secuestros y confrontación armada entre 1967 y 2008 700

60

600

50

500

40

400 30 300 20

200

10

Homicidios

Secuestros

2007

2005

2003

2001

1999

1997

1995

1993

1991

1989

1987

1985

1983

1981

1979

1977

1975

1973

1971

1969

0

1967

100

0

Confrontación

Fuente: Policía Nacional, Boletines diarios del Das y Fondelibertad Procesado por el Observatorio del Programa Presidencial de DH y DIH, Vicepresidencia de la República 120 Ver Víctor Negrete Barrera. Algunas apreciaciones a tener en cuenta en el Proceso de Negociación, p. 12. Montería, 2004. En: Documentos para la reflexión….Abril de 2006. 121 Ver el libro ya citado de Villarraga y Plazas, p. 69.

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La segunda fase, 1981-1991, termina con la desmovilización del EPL como resultado de un proceso de paz adelantado por la administración del presidente Cesar Gaviria. En esta fase, las guerrillas, tanto el EPL como las FARC, se fortalecen, el narcotráfico se expresa a través del tráfico de cocaína y las compras de tierras y surgen agrupaciones de autodefensas con un carácter ofensivo. En términos de indicadores, entre 1980 y 1991, se incrementan los homicidios, los secuestros y a partir de 1985, las acciones relacionadas con la confrontación armada; los homicidios están asociados principalmente con las autodefensas, mientras que el accionar armado y los secuestros están relacionados principalmente con el accionar de las guerrillas. En la tercera fase, entre 1991 y 1996, se destaca la persistencia de una disidencia del EPL, que se prolongó hasta mediados de la década; por otro lado, se expande el narcotráfico y se forman las Autodefensas Campesinas de Córdoba y Urabá, Accu. En esta fase, los homicidios presentan una tendencia descendente hasta 1994, expresión de la consolidación progresiva de las autodefensas y como resultado de su desmovilización, pero se incrementan entre 1995 y 1996, como resultado del resurgimiento de estas agrupaciones frente al fortalecimiento de las Farc en el departamento y a la presencia de la disidencia del EPL (línea Caraballo). En la cuarta fase, entre 1997 y 2002, toman forma las AUC y siguen vigentes las Farc y el narcotráfico. Es una fase que se caracteriza por disputas y confrontaciones directas entre las Farc y las autodefensas, que se expresan en los homicidios, principalmente entre 1999 y 2000, y por la irrupción de las autodefensas en la práctica de los secuestros. La quinta va de mediados de 2002 a 2006 y se centra en el proceso de desmovilización de las autodefensas, en las nuevas dinámicas de la confrontación armada con las Farc, su repliegue en el extremo sur del departamento y en los nuevos roles de la Fuerza Pública. En la sexta fase, entre 2006 y 2008, en lo esencial, se mantiene el narcotráfico, surgen bandas criminales a su servicio y se mantienen vigentes las Farc, aunque replegadas. Los homicidios se incrementan significativamente entre 2005 y 2008, mientras que la confrontación y los secuestros registran niveles más moderados que en el pasado, no obstante se intensifica el uso de minas antipersonal. A continuación, se presentan las diferentes fases consideradas, haciendo énfasis en las relaciones existentes entre las guerrillas, el narcotráfico y las autodefensas.

4.2.1. Primera fase: 1967 – 1980: El surgimiento del EPL y otras guerrillas

La violencia ejercida a partir de mediados de los años sesenta recoge procesos de los años anteriores y en particular de los conflictos agrarios. No obstante, lo novedoso es que toman cuerpo el EPL y las Farc. A diferencia de la violencia política de los años cuarenta y cincuenta, cuando las guerrillas liberales no cuestionaban el régimen, en esta ocasión las guerrillas de izquierda tuvieron como objetivo la toma del poder por las

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armas. Adicionalmente, su implantación en Córdoba es una decisión estratégica que toman estas agrupaciones a nivel nacional y no un proceso espontáneo que nace en el interior de la región. El EPL escogió en principio tres regiones, pero fue en el sur de Córdoba, y en parte del noroeste colombiano, donde se impuso esta agrupación122. Es así como a mediados de los años sesenta, toma cuerpo el EPL en el noroeste colombiano, más precisamente en el Bajo Cauca antioqueño, el sur de Bolívar, el Urabá y el departamento de Córdoba. En lo que respecta a este último, su implantación tuvo lugar principalmente en el sur del departamento, en las regiones del Alto Sinú y el Alto San Jorge, lo que se aprecia en los mapas No. 3 a 5. El EPL surgió en 1967 como brazo armado del Partido Comunista Marxista Leninista, PC-ML, este último constituido una vez se escindió del Partido Comunista en 1964123. Su estrategia fundamental fue la de desarrollar la lucha armada en zonas rurales, dentro de una concepción de guerra popular prolongada, buscando la conformación de una base de apoyo campesina. La creación del EPL fue liderada desde el comienzo por la dirección del Partido, que se trasladó hacia algunas zonas rurales del noroeste colombiano, principalmente las partes montañosas del sur de Córdoba y el norte de Urabá, donde venía desarrollando desde 1965 un trabajo político con el campesinado124. En diciembre de 1967, el PC-ML anunció en una proclama el nacimiento de su brazo armado, el Ejército Popular de Liberación, EPL, en la zona montañosa del Alto Sinú y el Alto San Jorge. La base principal de su actividad política y militar fueron los llanos de los ríos Tigre y Manso, por la fácil comunicación entre el Sinú y el San Jorge y la experiencia adquirida por los campesinos en la guerrilla liberal125 (mapa No. 5). En sus primeras manifestaciones, el EPL se movilizaba cerca de Tierralta, en Juan José, en el río Sucio y en Montelíbano; en Uré, ocurrió la primera toma126. En la 122 En principio se habían elegido tres regiones. Una de ellas, la zona X, comprendía Santander y Bolívar, principalmente en el Magdalena Medio. La segunda, la zona H, en el Valle del Cauca, en Guacarí, con proyección a Chocó y Risaralda. La tercera, la zona Noroeste o Flor, en el Alto Sinú y el Alto San Jorge en el sur de Córdoba. Finalmente, el proyecto cuajó en la tercera. En la primera, fue finalmente el ELN la agrupación que se implantó. En la segunda, en el Valle, el experimento abortó porque varios de los dirigentes, entre ellos Francisco Garnica, fueron capturados, torturados y asesinados en diciembre de 1965. Finalmente, el PCML decide retirarse de estas zonas y concentrase en el Alto Sinú y el Alto San Jorge. Estos aspectos se pueden consultar en el texto de Villarraga y Plazas, ya citado, pp. 30 a 35. 123 Ver por ejemplo Fabiola Calvo Ocampo. Colombia: EPL, una historia armada. Madrid, Vosa, 1996. La presencia del PCML fue más extendida que la del EPL según Álvaro Villarraga y Nelson Plazas. Para reconstruir los sueños - una historia del EPL. Fondo Editorial para la Paz, 1994, Bogotá. En este informe se hace énfasis en el EPL. Ver, por otro lado, el libro ya citado de Víctor Negrete. Los desplazados por la violencia en Colombia: El caso de Córdoba. 1994, p. 17. Según este autor, en 1964, producto de serias divergencias, un grupo de dirigentes abandonaron el Partido Comunista de Colombia y crearon el Partido Comunista Marxista Leninista (PCML) de orientación maoísta. Dos años más tarde, en un pleno de su comité central, trazaron la línea militar y seleccionaron los sitios posibles donde podrían organizarse y operar los primeros núcleos armados. Ver: Documento 2. Los grupos políticos y el conflicto armado en Córdoba. Noviembre de 2005, p. 17. En: Negrete y Bechara. Documentos para la reflexión 2, febrero de 2007. 124 Ver: Ejército Popular De Liberación. Vicepresidencia de la República. Programa Presidencial de Derechos Humanos y DIH. Observatorio de Los Derechos Humanos en Colombia, Enero de 2002. 125 Ver el texto ya citado: Documento 2. Los grupos políticos y el conflicto armado en Córdoba. Noviembre de 2005, p. 17. En: Negrete y Bechara. Documentos para la reflexión 2, febrero de 2007. 126 Con base en relatos que aparecen en: Alvaro Villarraga y Nelson Plazas. Para reconstruir los sueños - una historia del EPL. Fondo Editorial para la Paz, 1994, Bogotá, pp. 39 a 43.

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Observatorio del Programa Presidencial de Derechos Humanos y DIH

década de los ochenta, se extendieron a lo largo de la serranía de Abibe, en límites con Urabá (Tierralta, Valencia, Montería, Canalete y Los Córdobas); parte de la serranía de San Jerónimo; el Alto San Jorge (Montelíbano, Puerto Libertador y Uré); el sur de Montería; Planeta Rica; Buenavista; Ayapel; Chinú y San Bernardo del Viento127 (mapas No. 4 y 6). Sintetizando lo expuesto en el capítulo anterior, la zona escogida en el noroeste colombiano ofrecía un terreno favorable para la instauración de la guerrilla, pues combinaba varios ingredientes. Fue, primero que todo, escenario de una colonización intensa en los años cuarenta y cincuenta y recibió muchas víctimas de la violencia de Antioquia y de colonos que migraron desde otras zonas de Córdoba y otros departamentos de la costa inscritos en tradicionales conflictos por la tierra128. En segundo lugar, en esta región se desarrollaron guerrillas liberales, entre éstas las de Mariano Sandón en el Sinú y de Julio Guerra en el San Jorge, persistiendo la segunda bajo nuevas formas de organización, después de la amnistía otorgada por el general Rojas Pinilla, que ejercía una importante influencia sobre colonos y campesinos. Además, se formaron sindicatos agrícolas de izquierda, que impulsaron la lucha por la tierra y otras reivindicaciones y que si bien se originaron en conflictos agrarios agudizados por la violencia, paulatinamente se distanciaron de la estructura organizativa de la guerrilla liberal de Julio Guerra y se vieron poco a poco influenciados por dirigentes comunistas, entre ellos los que tuvieron que ver con el origen del PC-ML y el EPL. En tercer lugar, en la zona donde nació el EPL, tuvo un importante arraigo el Movimiento Revolucionario Liberal, MRL, que incluso aportó algunos cuadros al EPL, que decepcionados por el viraje de Alfonso López Michelsen que retornó al oficialismo liberal, buscaron nuevos canales de expresión129. De particular importancia en esos años fueron el movimiento campesino, liderado por la Anuc y el movimiento estudiantil. A lo anterior, se debe sumar la situación que se generó en 1970 a raíz de las elecciones en las que fue elegido Misael Pastrana Borrero, a juicio de muchos, en circunstancias poco claras. Fue una coyuntura muy particular en la que tomaron auge las luchas sociales y durante la cual los diferentes movimientos se retroalimentaron y muchos de los líderes estudiantiles se vincularon al movimiento campesino y a otras expresiones sociales y políticas, incluido el EPL130. Bajo la dirección del PC-ML, la formación del EPL se produce en una coyuntura muy particular. En primer lugar, en la década de los años sesenta habían nacido entre muy variadas capas de campesinos y colonos expectativas en torno a una reforma agraria 127 Ver el libro ya citado de Villarraga y Plazas, pp 38 a 44, en donde hay entrevistas que ilustran en parte este proceso. Igualmente, para una versión resumida, se puede consultar el libro ya citado de Víctor Negrete. Los desplazados por la violencia en Colombia: El caso de Córdoba. 1994, pp. 17-18. 128 Es de notar que el sur de Córdoba recibió inmigrantes como consecuencia de la violencia política provenientes de Antioquia y Córdoba. 129 Ver: Ejército Popular de Liberación. Vicepresidencia de la República. Programa Presidencial de Derechos Humanos y DIH. Observatorio de Los Derechos Humanos en Colombia, Enero de 2002. No por casualidad en la proclama del EPL cuando hizo su aparición figuraba Julio Guerra. 130 Muchos líderes estudiantiles, principalmente los de la tendencia marxista leninista, ML, se vincularon así mismo al movimiento sindical, al Partido Comunista Marxista Leninista y posteriormente al Frente Popular. Sobre estas expresiones, se hace un desarrollo en el siguiente aparte.

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que finalmente se vieron frustradas. Hay que tener en cuenta que en la administración de Carlos Lleras (1966– 970) tomó impulso la Reforma Agraria mediante la creación del Instituto Colombiano para la Reforma Agraria, Incora, que estaba previsto desde la ley de tierras de 1936, y la creación de asociaciones de usuarios campesinos, que se materializaron en la Asociación Nacional de Usuarios Campesinos, Anuc, que realizó su primer congreso en junio de 1970131. Las luchas campesinas y en particular las tomas de tierras se agudizaron en 1971, en reacción a la negativa de llevar a cabo una verdadera reforma agraria, y en esa medida ocurrieron movilizaciones, recuperaciones de tierras, marchas, paros cívicos y tomas de oficinas del Incora132. De acuerdo con Romero, las llamadas tomas de tierras y las marchas campesinas en Córdoba y Sucre entre 1970 y 1973, representaron cerca de un tercio del total nacional de las acciones colectivas campesinas133. Lo anterior tuvo mayor incidencia en Córdoba en áreas donde había mayor concentración de la tierra, en el norte y el centro del departamento, y en agosto de 1971 se rompieron relaciones con el Gobierno, por lo que se produjeron desalojos, detenciones y asesinatos. En 1972 nació la Anuc línea Sincelejo, una facción claramente separada del Gobierno, que fue la que promocionó la mayoría de las tomas y las movilizaciones. Por su lado, el Gobierno organizó otro congreso en Armenia, en la zona cafetera, y como resultado de ello se conformó la denominada línea Armenia, que no tuvo muchos adeptos y fue minoritaria134. La Anuc línea Sincelejo, a su turno, se dividió en dos alas, una trotskista (bloque Socialista y Unión Revolucionaria Socialista) y otra que articulaba a los marxistas leninistas, ML. Estas tendencias defendieron respectivamente las consignas “tierra sin patronos” y “tierra para el que la trabaja”. La represión aumentó y en este marco se configuró el llamado Pacto de Chicoral, firmado en 1973 en una población del Tolima, donde los terratenientes acordaron con el gobierno de Pastrana Borrero (19701974) una alianza para impulsar un desarrollo capitalista en el campo sobre la base del mantenimiento de la gran propiedad, desechando de esta manera la distribución de la tierra y renunciando a la reforma agraria. Así las cosas, se crearon estímulos para la industria agroexportadora y se revisaron las actuaciones del Incora. En 1974, tuvo lugar un congreso campesino, pero paulatinamente el movimiento entró en declive, aunque se mantuvo activo hasta los años ochenta. Como consecuencia, desde la segunda mitad de los setenta, se acentuaron las migraciones hacia las zonas urbanas y se acentuó el movimiento colonizador al Alto Sinú y el Alto San Jorge. Parte de ese campesinado se convirtió en los ochenta en la base social del EPL y de las Farc. Así mismo, algunos activistas campesinos acabaron integrados al EPL135. 131 Ver el libro ya citado de Villarraga y Plazas, p. 69. Igualmente se puede consultar a Mauricio Romero. Paramilitares y Autodefensas, 1982-2003. Universidad Nacional, 2003. pp128-129 132 Sobre estos aspectos ver Villarraga y Plazas, en su libro ya citado, en las pp. 65 a 75, y particularmente p. 69. 133 Ver el texto ya citado de Mauricio Romero en las pp. 128 y 129. 134 Sobre estos aspectos ver Villarraga y Plazas, ya citados, en las pp. 65 a 75, y particularmente p. 69. 135 Ver el libro ya citado de Villarraga y Plazas, pp 69 y 73. Así mismo el texto ya citado de Mauricio Romero, pp. 128 y 129.

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Mapa No. 3 Municipios donde se asentó el EPL a finales de los sesenta y principios de los setenta

Cabecera Municipal Vía Principal Rio Principal Municipio Departamento

Mapa No. 4 Expansión del EPL en los setenta y los ochenta

Fuente de datos, procesado y georeferenciado por el Observatorio del Programa Presidencial de DH y DIH, Vicepresidencia de la República. Fuente cartografica: IGAC

Cabecera Municipal Vía Principal Rio Principal Municipio Departamento

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Mapa No. 5 Aproximación de los primeros destacamentos del EPL a finales de los años sesenta

Cabecera Municipal Vía Principal Rio Principal Municipio Departamento

Fuente de datos, procesado y georeferenciado por el Observatorio del Programa Presidencial de DH y DIH, Vicepresidencia de la República. Fuente cartografica: IGAC

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Mapa No. 6 Expansión del EPL entre los sesenta y los ochenta

Cabecera Municipal

Frente Francisco Garnica

Vía Principal Rio Principal Municipio Departamento

Fuente de datos, procesado y georeferenciado por el Observatorio del Programa Presidencial de DH y DIH, Vicepresidencia de la República. Fuente cartografica: IGAC

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En segundo lugar, el surgimiento del EPL se produjo en medio de la radicalización del movimiento estudiantil136, que fue especialmente activo durante la administración Pastrana (1970–1974) y muchas de las universidades, principalmente las públicas, se encontraban en pie de lucha en esos años en ciudades como Bogotá, Medellín, Manizales, Cali, Villavicencio, Bucaramanga y Popayán. Al mismo tiempo, crecieron las movilizaciones de la Federación Colombiana de Educadores, Fecode. El Gobierno, en respuesta a estas expresiones, que coincidieron con movilizaciones sindicales, declaró el Estado de Sitio, se tomó la Universidad Nacional, que a la postre cerró, e hizo lo propio en once universidades más, por lo que miles de estudiantes se tomaron las calles137. De particular importancia es señalar que desde finales de los sesenta el movimiento estudiantil era influenciado por el PC-ML y más aún desde 1974, y por otras corrientes de izquierda; uno de los dirigentes del Frente de Estudios Sociales, Fes, en la Universidad Nacional, Gilberto Herrera, acabó vinculándose al EPL. En Córdoba, desde 1974, ya en el gobierno de Alfonso López Michelsen (1974–1978), el problema estudiantil sirvió para que se formara un movimiento reivindicativo por el cierre de la universidad por problemas presupuestales, situación que confluyó con un movimiento cívico en el cual participaron la Asociación de Maestros de Córdoba, Ademacor, así como la Federación de Estudiantes de Córdoba, Fedecor, la Federación de Trabajadores de Córdoba, Fetracor y la Anuc. Sin embargo, frente al nacimiento del EPL, es muy poco lo que se hizo para neutralizarla y el fenómeno de las autodefensas sólo se expresó años después, en la década de los ochenta. En un principio, la actitud de los grupos y movimientos políticos fue de expectativa para ver si el foco guerrillero crecía, desaparecía o se mantenía en las montañas. En una situación parecida, se encontraban los ganaderos, con el agravante de que no contaban con ningún tipo de organización138. No obstante, se registraron expresiones aisladas de pequeñas agrupaciones de autodefensas localizadas, que pretendieron neutralizar la expansión de las guerrillas, particularmente en el Alto Sinú. De hecho, desde la época de la violencia política de los años cuarenta y cincuenta, había reductos armados al servicio de intereses privados que tenían como propósito neutralizar expresiones de lucha por la tierra y que fueron utilizadas para ampliar propiedades, pero en ningún momento este esfuerzo fue orientado en una forma organizada y sistemática para neutralizar a la guerrilla, como ocurrió años después. La primera reacción contundente provino del Estado colombiano. Es así como entre 1967 y 1969, el Ejército Nacional tendió dos cercos de aniquilamiento al EPL, con el 136 En el año de 1968 tomó fuerza el movimiento estudiantil en Paris, Francia, y esto tuvo un efecto en varios países del mundo. Sobre la influencia del movimiento estudiantil en el movimiento campesino y en el nacimiento del EPL ver Villarraga y Plazas, pp. 45 y 46. 137 Villarraga y Plazas, en el texto ya citado, p 59, hacen referencia a la muy variada gama de organizaciones estudiantiles que surgieron en esos años: Combate, Sol Rojo y Fusil, la Jupa, El Fes, las Fal – Ful, la Liga ML, Linterna Roja, Comandos Patrióticos Juveniles, Guerra Popular, Ciu, La Pola y otros más, algunos de ellos de la línea Marxista leninista. 138 Ver: Documento 1. Los grupos políticos y su responsabilidad en el desarrollo de Córdoba. Noviembre de 2005, p. 5. En: Negrete y Bechara. Documentos para la reflexión 2, febrero de 2007.

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objeto de acabar con los levantamientos campesinos contra terratenientes de la región y con la invasión de fincas por parte de la guerrilla. Posiblemente, esto ilustre el hecho de que los homicidios sufrieron una oscilación hacia arriba en 1968, tal como se aprecia en los gráficos presentados con anterioridad. El efecto inmediato de tales operaciones militares fue la dispersión de los combatientes, que se trasladaron hacia otras zonas como el Urabá, mientras el Ejército forzaba la salida de los campesinos de los Alto Sinú y San Jorge hacia otras regiones del país, entre éstas el Bajo Cauca. El gobierno de Carlos Lleras había hecho esfuerzos por negociar y fue así como en 1968 envió como emisaria a María Elena De Crovo, una dirigente del MRL que tenía influencia sobre algunos de los cuadros del naciente EPL139; sin embargo, no se llegó a ningún acuerdo y las operaciones militares continuaron. El EPL, a pesar de que sufrió bajas importantes, resistió los cercos militares y sobrevivió en su primera etapa140. Esos primeros años fueron traumáticos; perdieron ideólogos, fundadores y responsables militares y sufrieron purgas y deserciones141. Durante la década de los 1970, se adelantó un proceso de reclutamiento masivo, determinado por la concepción que se tenía del guerrillero “heroico”, heredada de la etapa anterior. En efecto, para acceder al movimiento había que cumplir con unos requisitos muy estrictos, tanto a nivel ideológico como de comportamiento. Durante esta nueva etapa, la línea política del movimiento insurgente no estuvo en discusión y ello dio origen a múltiples disidencias, que cuestionaron el establecimiento de zonas rurales como escenario principal de la confrontación, la lucha armada como forma central y la abstención electoral como un problema de principios142. El trabajo político del PC-ML facilitó la llegada de nuevos militantes, portadores de una concepción revolucionaria, que tendía a la creación de un sindicalismo clasista e independiente (en Urabá), a una agitación electoral abstencionista y al apoyo a la lucha armada. Así mismo, se mitificó a los guerrilleros fundadores, se exaltó la unidad del partido y el respeto a sus estatutos y se comenzó a formar una nueva manera de ver la política, integrada por una identidad colectiva, un lenguaje y símbolos propios, y varios órganos de difusión, entre los cuales se encontraba el periódico Revolución143. Durante esos años, los directorios políticos de los partidos liberal y conservador no tomaron posición oficial sobre los hechos sucedidos; sin embargo, hubo pronunciamientos aislados de algunos dirigentes y funcionarios, solicitando la intervención del Gobierno central para restablecer el orden y darle solución a algunas 139 Este incidente es ilustrado por Villarraga y Plazas en el libro ya citado, p. 39. 140 Ver: Ejército Popular de Liberación. Vicepresidencia de la República. Programa Presidencial de Derechos Humanos y DIH. Observatorio de los Derechos Humanos en Colombia, Enero de 2002. 141 Ver el texto ya citado: Documento 2. Los grupos políticos y el conflicto armado en Córdoba. Noviembre de 2005, p. 17. En: Negrete y Bechara. Documentos para la reflexión 2, febrero de 2007. 142 Ver: Ejército Popular de Liberación. Vicepresidencia de la República. Programa Presidencial de Derechos Humanos y DIH. Observatorio de Los Derechos Humanos en Colombia, Enero de 2002. 143 Ver el texto ya citado de la Vicepresidencia de la República, titulado Ejército Popular de Liberación.

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de las demandas144. Los ganaderos, agricultores y comerciantes, todavía dispersos y sin objetivos como sectores, no pudieron armar una estrategia de respuesta145. Por el contrario, la dirigencia local del MRL, disidencia del Partido Liberal que dirigía Alfonso López, se pronunció a favor de las protestas y vio con buenos ojos las acciones reivindicatorias que apoyaba la guerrilla146. En estos años, la guerrilla de izquierda con ideales revolucionarios despertaba entusiasmo y simpatías147. En el campo militar, en cuanto al EPL, hasta 1975 únicamente se encontraba consolidado el frente Francisco Garnica, que se ubicó en las cabeceras de los ríos Sinú y San Jorge. En 1976, nació en el Urabá el comando urbano Pedro León Arboleda, y en ese mismo año, el comandante del quinto frente de las Farc, Bernardo Gutiérrez, desertó y pasó al EPL junto con veinte de sus hombres. Entre 1975 y 1980, se presentó una crisis aguda en el movimiento guerrillero por divisiones internas, al tiempo que muchos cuadros políticos del PCML fueron arrestados en Urabá, Córdoba y otros sitios; tanto el partido como el EPL, quedaron debilitados148. Durante esos años, también las Farc se implantaron en Puerto Libertador y Tierralta149. Al respecto, se debe considerar que en la Cuarta Conferencia de esta agrupación, que tuvo lugar en 1971, se había concebido la idea de los frentes y se insinuó su desdoblamiento, planteamiento que se consolidaría en la Quinta Conferencia, tres años después y que seguiría siendo el derrotero de la organización muchos años después. La idea era que al instalar los frentes en los lugares escogidos, debían fortalecerse, crecer y posteriormente desdoblarse en otros frentes, multiplicarse en personal y en armas, lo mismo que en cuanto a apoyo de la población150. A principios de los setenta, ya se había avanzado mucho en la conformación del quinto frente en Urabá, y en la Quinta Conferencia que tuvo lugar en 1974, esta idea se hizo realidad, consolidando esta zona como salida al mar y vía de aprovisionamiento de armas y pertrechos151. 144 Ver: Documento 2. Los grupos políticos y el conflicto armado en Córdoba. Noviembre de 2005, p. 18. En: Negrete y Bechara. Documentos para la reflexión 2, febrero de 2007 145 Ver: Documento 1. Los grupos políticos y su responsabilidad en el desarrollo de Córdoba. Noviembre de 2005, p. 6. En: Negrete y Bechara. Documentos para la reflexión 2, febrero de 2007. 146 Ver el texto ya citado: Documento 2. Los grupos políticos y el conflicto armado en Córdoba. Noviembre de 2005, p. 18. En: Negrete y Bechara. Documentos para la reflexión 2, febrero de 2007. Sobre el papel del MRL en Córdoba y su relación con el surgimiento del EPL, ver también el libro ya citado de Villarraga y Plazas, pp 39 a 44. 147 Ver: Documento 2. Los grupos políticos y el conflicto armado en Córdoba. Noviembre de 2005, p. 18. En: Negrete y Bechara. Documentos para la reflexión 2, febrero de 2007. 148 Ver: Ejército Popular de Liberación. Vicepresidencia de la República. Programa Presidencial de Derechos Humanos y DIH. Observatorio de Los Derechos Humanos en Colombia, Enero de 2002. 149 Víctor Negrete Barrera. Los desplazados por la violencia en Colombia: El caso de Córdoba. Montería, diciembre de 1994, p. 18. 150 Ver Arturo Alape, p. 101. 151 Ver: Presidencia de la República. Consejería para la Paz. Expansión de los frentes de las Farc. Bogotá, mimeo, 1992. Ver también, en lo que respecta Córdoba: Documento 2. Los grupos políticos y el conflicto armado en Córdoba. Noviembre de 2005, p. 18. En: Negrete y Bechara. Documentos para la reflexión 2, febrero de 2007.

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Este frente alcanzó a penetrar en Córdoba en la segunda mitad de los años setenta y dio origen al frente 18, que se conformó ya entrados los años ochenta. Por otro lado, un tema de especial importancia en el departamento de Córdoba es el del narcotráfico, que adquiere especial relieve en los años ochenta. No obstante, es importante señalar sus antecedentes en los setenta y vale la pena referirse por un lado al contrabando y por el otro, a la economía de la marihuana. En lo que respecta al contrabando, en lo esencial se concentró en la zona costera en los municipios Los Córdobas, Moñitos, Puerto Escondido y San Antero, región que se comunica con la llamada Isla Fuerte y con Panamá, aprovechando la debilidad y la corrupción institucional. Esta práctica ya existía en los años sesenta y setenta y posteriormente, en la primera mitad de los ochenta, el narcotráfico se apropió de la experiencia adquirida por los contrabandistas, su modo de operar, sus rutas y de las redes que se habían constituido152. Un segundo aspecto que es necesario considerar es que el departamento de Córdoba tampoco estuvo ajeno a la bonanza de la marihuana, que tuvo especial incidencia en la segunda mitad de la década de 1970. Sobresalieron algunos cordobeses que irrumpieron en la actividad ilegal y amasaron o aumentaron pequeñas o medianas fortunas, con discreción. A diferencia de lo que ocurrió en La Guajira, donde había ostentación, pues se derrochaba mucha plata, en Córdoba se mantuvo un bajo perfil153. Ahí, la bonanza de la marihuana tuvo especial impacto en las regiones del Alto Sinú y el Alto San Jorge y aprovechó a su turno las redes de contrabando existentes entre la zona costera, la Isla Fuerte y Panamá. No se puede descartar que estas prácticas ilegales hayan tenido alguna incidencia en los homicidios o la utilización de estas redes por parte de las agrupaciones guerrilleras para entrar armas; no en vano, las Farc pretendían, con la creación del quinto frente, tener comunicación con el mar.

4.2.2. Segunda fase: 1981 a 1991. Fortalecimiento de las guerrillas, expansión de las autodefensas, narcotráfico y desmovilización del EPL

La característica de esta segunda fase es el incremento en los homicidios, los secuestros y en el accionar de las agrupaciones guerrilleras en el marco de la confrontación armada. Del mismo modo, a partir de 1985, los desplazamientos de población se vuelven una constante, en especial como reacción a las masacres protagonizadas por 152 Ver el documento ya citado: Documento 2. Los grupos políticos y el conflicto armado en Córdoba. Noviembre de 2005, p. 20. En: Negrete y Bechara. Documentos para la reflexión 2, febrero de 2007. 153 Ver el texto ya citado: Documento 2. Los grupos políticos y el conflicto armado en Córdoba. Noviembre de 2005, p. 20. En: Negrete y Bechara. Documentos para la reflexión 2, febrero de 2007.

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las autodefensas. No obstante que se presentaran aproximaciones de paz entre las guerrillas y el Gobierno en la administración Betancur, éstas no lograron su cometido y se rompió la tregua, en un marco en el que variados sectores ejercieron presión para la continuación de la confrontación y en el que el ejecutivo no tuvo el respaldo necesario para culminar con el proceso de paz. Las conversaciones se reanudaron en la administración Barco y el EPL y las Farc negociaron en el marco de la Coordinadora Guerrillera Simón Bolívar, pero al mismo tiempo la confrontación siguió su curso. En este periodo, se fortalecieron las guerrillas, especialmente el EPL, que se expandió desde el sur del departamento hacia el centro, pero también las Farc, que conformaron el frente 18, a partir del trabajo adelantado por el frente quinto en la Serranía de Abibe (mapa No. 7). De la misma manera, se fortalecieron las autodefensas, que reaccionaron a las guerrillas y al movimiento social y político, que estaba en alza, y en particular a la Unión Patriótica y el Frente Popular, agrupaciones que habían surgido en el marco de las aproximaciones de paz como plataforma para la desmovilización de las guerrillas. Las autodefensas se fortalecieron así mismo en la medida en que lo hacía el narcotráfico y en el marco de la expansión de propiedades rurales de narcotraficantes. A lo largo de esta fase, los secuestros, las acciones armadas y los actos de terrorismo están estrechamente relacionados con las guerrillas, mientras que los homicidios guardaron principalmente relación con el surgimiento y la expansión del narcotráfico y de las autodefensas. Esta segunda fase termina con la desmovilización del EPL, que en lo esencial se produce por la decisión de sus dirigentes. En una perspectiva militar, la continuación de la lucha armada no era viable, puesto que para responder a las exigencias financieras que ésta conllevaba, hubiera sido necesario aliarse con el narcotráfico, caso en el que hubiera sido muy difícil diferenciar la violencia sociopolítica de la ejercida por el narcotráfico. Adicionalmente, en esta decisión pesó la caída del muro de Berlín, la disolución de la Unión Soviética y el fin de la Guerra Fría, marco en el que la lucha armada como vía para la toma del poder perdió legitimidad. Adicionalmente, en este contexto era más fácil conseguir los propósitos políticos del EPL por la vía de la desmovilización, sobre todo en un contexto político en el que el gobierno Gaviria había convocado a una Asamblea Nacional Constituyente, aspiración del EPL desde que se habían hecho aproximaciones de paz en la administración Betancur154. Sin embargo, en términos de agrupaciones armadas y organizaciones ilegales, intervienen guerrillas y autodefensas, ambas relacionadas de alguna manera con el narcotráfico. Respecto de las autodefensas, se debe señalar que permitieron la articulación de los intereses de narcotraficantes, sectores de terratenientes y de la élite regional, que reaccionaron contra la guerrilla. Lo anterior ocurrió en un escenario en el que estos sectores eran presionados económicamente y que se producían negociaciones entre el Gobierno y los grupos insurgentes. 154 La anterior información fue recolectada en una entrevista. Igualmente se puede consultar al respecto el libro Fabiola Calvo Ocampo. Colombia: EPL, una historia armada. Madrid, VOSA, 1996, p. 157.

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Mapa No. 7 Farc a mediados de los setenta y principios de los ochenta

5

18

Cabecera Municipal

Frente de las Farc

Vía Principal

5

Rio Principal

18

Municipio Departamento

Fuente de datos, procesado y georeferenciado por el Observatorio del Programa Presidencial de DH y DIH, Vicepresidencia de la República. Fuente cartografica: IGAC

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Respecto de las relaciones existentes entre el narcotráfico y las organizaciones irregulares, se puede abordar desde dos perspectivas diferentes. Por un lado, se argumenta que ante el incremento de los secuestros y las acciones armadas perpetradas por las guerrillas, surgieron las autodefensas, que a la postre terminaron relacionadas con el narcotráfico, lo que garantizó su expansión; en esta tesis, no hay indicaciones de que la guerrilla, y particularmente el EPL, haya tenido relaciones con el narcotráfico o que sectores de la misma hayan estado al servicio de narcotraficantes. Por otro lado, y a diferencia del anterior planteamiento, se argumenta que en el departamento después del EPL incursionó el narcotráfico y que en un comienzo, la agrupación guerrillera prestó seguridad a centros de acopio y transformación, así como a pistas clandestinas; ante el incremento de las cuotas que cobraba el EPL para prestar sus servicios de protección, la alianza coyuntural con el narcotráfico se rompió y la agrupación guerrillera se orientó hacia fuentes de financiación alternativas, a través del secuestro, la extorsión, el robo de ganado y otros delitos. En respuesta a lo anterior, los narcotraficantes conjuntamente con sectores ganaderos, comerciantes y de la élite tradicional, impulsaron los grupos de autodefensas, con el propósito de contrarrestar las presiones de las guerrillas. Es bien cierto que en Córdoba las autodefensas tienen su origen en la reacción frente a los secuestros, las extorsiones y los robos de ganado por parte de las guerrillas, lo que se puede corroborar al analizar los indicadores de violencia. Es así como el aumento de los secuestros en la década de los ochenta conlleva a un incremento de los homicidios y particularmente de las masacres, como se aprecia en los gráficos expuestos en otros apartes. No obstante, la relación entre estas agrupaciones y el narcotráfico es estrecha y no se puede explicar su expansión y su fortalecimiento sin acudir a éste. Estos dos factores, es decir la reacción a la actividad depredadora de las guerrillas, que reúne a sectores de ganaderos, comerciantes y de la élite regional, así como la expansión del narcotráfico, están en el trasfondo del surgimiento y consolidación de las autodefensas, en un contexto en el cual el proceso de paz impulsado por la administración Betancur se convirtió en un dinamizador de la alianza entre narcotraficantes y terratenientes y en general con sectores de la élite regional. A juicio de Romero, los ganaderos identificaron las negociaciones de paz como la causa del aumento del secuestro. Para ellos, la subversión estaba aislada antes del proceso de paz y expandió su influencia como resultado de éste155. No obstante, estos dos factores no explican por si solos la expansión de las autodefensas. Se debe recalcar, por otro lado, como se mencionó anteriormente, que las autodefensas son una reacción al movimiento social y político que estaba en pie de lucha. Ya se describió el impulso que tuvieron en los setenta la lucha campesina y sindical y el movimiento estudiantil. A lo anterior, se debe agregarle el surgimiento del Frente Popular, FP, y de la Unión Patriótica, UP, en la primera mitad de los ochenta en el marco de las negociaciones de paz en la administración Betancur. Pues bien, estos 155 Mauricio Romero. Paramilitares y Autodefensas, 1982-2003. Universidad Nacional, 2003. pp. 137-138.

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movimientos nacientes lograron catalizar en buena medida las luchas de la década precedente que se prolongaron en los ochenta y les dieron un alcance político. De hecho, el FP y la UP aspiraron a cargos de elección popular, particularmente concejos municipales y a la Asamblea Departamental, y a partir de 1988 a las Alcaldías, y fueron protagonistas de alianzas políticas entre ellos y en ocasiones con facciones liberales, situación que incomodó a sectores de los grupos económicos y de los partidos tradicionales, y particularmente a los líderes de las autodefensas. Los indicadores muestran que entre 1987 y 1990, además de las masacres, los asesinatos de dirigentes populares y sindicales estuvieron a la orden del día, lo que ilustra que parte de la violencia ejercida por las autodefensas se centró en ellos156. En buena medida, la intensificación de la violencia es el resultado de la interrelación entre autodefensas y guerrillas y de la confrontación entre el Estado y los grupos irregulares. Su análisis se divide en dos etapas: la primera abarca el período 19811984, cuando la violencia no es tan intensa, y una segunda se refiere al período 19851991, cuando los indicadores sobre secuestros, homicidios y el accionar enmarcado en la confrontación armada se intensifican. Se incluye entre las dos un aparte sobre el desarrollo del narcotráfico en esos años. Primera etapa de la segunda fase: 1981-1984. Dinámicas del EPL y de las Farc y proceso de paz en la administración Betancur

En este periodo, se presenta un paulatino incremento de los secuestros, no obstante que éstos crecen aún más en la segunda etapa. Es así como de cuatro secuestros en 1980, se pasa a 11 en 1983 y a 25 en 1984 de acuerdo con los registros disponibles. En su mayoría fueron llevados a cabo por el EPL, aunque es bueno advertir que las Farc también realizaron algunos. Así mismo, hubo un incremento en las acciones militares del EPL, situación que se corrobora con base en relatos157 y a partir de cifras globales presentadas por el Ministerio de Defensa a nivel nacional que reportó entre 1980 y 1984 un total de 133 bajas de guerrilleros de esta agrupación y 35 muertes en combate entre las tropas. Estos cambios estuvieron determinados por decisiones tomadas en el marco de un Congreso y de dos Conferencias Nacionales llevadas a cabo por el EPL. El Congreso, denominado XI, pues en principio era la continuación de los diez llevados anteriormente, 156 Más adelante se desarrollan con detalles estos procesos y particularmente lo relacionado con el FP y la UP y sus relaciones con las luchas sociales y políticas. 157 Los relatos muestran un incremento en la actividad militar del EPL en esos años en Antioquia y Córdoba: “En esas me tocó subir a Antioquia con una gente. Hicimos un operativo de asalto a un cuartel de policía donde conseguimos 15 carabinas M1. El paso obligado era Peque, pero seguimos por ese departamento haciendo operaciones, reclutando y armándosnos mejor”. Más adelante el entrevistado se refiere a su paso por el San Jorge, en Córdoba, y por el Urabá Antioqueño. Ver el libro ya citado de Villarraga y Plazas, pp 162 y 163.

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antes de la separación del PC-ML del Partido Comunista, se llevó a cabo en 1980 en Tierranegra, cerca de Montería y el corregimiento de El Tomate, en el municipio de Canalete, en una zona con presencia de invasiones campesinas influenciadas por el PC-ML y por el frente Francisco Garnica del EPL. Así mismo, la Primera Conferencia Nacional de combatientes, se llevó a cabo igualmente en Tierranegra, en julio de 1981. Finalmente, la Segunda Conferencia Nacional de Combatientes se desarrolló en julio de 1983158. En el marco del Congreso del Partido, se tomó la decisión de desarrollar nuevas zonas guerrilleras, buscando construir un ejército popular e impulsar insurrecciones parciales, tanto en la ciudad como en el campo, superando la idea de los levantamientos campesinos159. Por otro lado, en la Primera Conferencia Nacional del EPL, se insistió en la necesidad de recaudar fondos por distintos medios, para poder crecer y mantenerse en la guerra, con lo que se impulsó el aumento de los secuestros160. En este nuevo contexto, las llamadas “contribuciones voluntarias” de ganaderos, agricultores y empresarios aumentaron en precio y número de contribuyentes. En un principio, las víctimas fueron personas pudientes de la región, pero paulatinamente personas menos ricas también fueron afectadas. Las modalidades de recaudo eran la extorsión, el robo, el abigeo y el secuestro. En caso de rechazo u oposición, las anteriores personas eran víctimas de homicidio. Así mismo, les sacrificaban el ganado o les quemaban las fincas161. Es importante aquí hacer unas precisiones sobre la dinámica interna del EPL en esos años. En 1981, esta agrupación buscó crear una organización política amplia y legal y por ello se conformó la Unión Democrática Revolucionaria, en adelante UDR, movimiento político que le dio un aire a la campaña abstencionista legal. No obstante, el experimento de entrar en el juego político legal falló: “(…) hubo opiniones en la dirección del Partido respecto de que la lucha por un gobierno democrático revolucionario neutralizaba la revolución socialista y se negaba el acceso directo del partido y de las ideas marxistas a las masas. También dieron celos políticos por el protagonismo que estaba obteniendo la UDR y en particular, Oscar William Calvo. Hubo cierto enfrentamiento entre el trabajo interno y el trabajo de masas, entre el trabajo abierto y el clandestino. Eso llevó a que, pronto, la propuesta de la UDR fuera recogida y el intento terminara”.162 158 Ver el libro ya citado de Villarraga y Plazas, pp 157 a 164. Sobre la segunda conferencia no se reportó en qué lugar fue efectuada. 159 Ver el libro ya citado de Villarraga y Plazas, pp. 157 y 158. 160 En entrevista con Antonio Jaramillo, alias Víctor Fabio”, se hace referencia a los primeros años de los ochenta y señala: “Empezamos a necesitar más recursos ya que nos movíamos por otras regiones u pueblos. Para financiarnos, empezamos a hacer más secuestros, montar operativos más grandes. Ya entramos en los asaltos a cuarteles, en las emboscadas. Recuperábamos armas y comenzamos a comprarlas en el mercado negro, que después llegó a ser el surtidor número uno de la guerrilla.” Entrevista citada por Villarraga y Plazas, en el libro ya citado, p. 163. 161 Ver: Documento 2. Los grupos políticos y el conflicto armado en Córdoba. Noviembre de 2005, p. 18. En: Negrete y Bechara. Documentos para la reflexión 2, febrero de 2007. 162 Notas de Nelson Plazas, Jorge Arbeláez, cuadro político del PC-ML. Citado por Villarraga y Plazas, p. 159.

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En el marco del denominado XI Congreso y de las dos conferencias de combatientes, entre 1980 y 1983 se cambió la concepción del EPL. Es así como se rompió con el encerramiento en el noroeste y se impulsó la salida a nuevos escenarios geográficos, políticos y de confrontación militar163. Se planteó que el despliegue estratégico de fuerzas en la guerra se haría con base en insurrecciones parciales, se impulsó la consolidación de nuevos frentes y se trabajó en la nueva contundencia operativa de la acción guerrillera. Del mismo modo, se avanzó hacia la tecnificación y la especialización de cuadros militares con la creación de la Escuela Nacional de Combatientes. Se creó el Estado Mayor Central, se destacó en todos los frentes una promoción de cuadros y mandos, se creció en número de combatientes y se dieron los elementos propios de la guerrilla moderna: logística, documentación, comunicaciones, sanidad, explosivos, programas de reclutamiento y formación. En adelante, la organización guerrillera se concebía a partir de tres escuadras de diez hombres, un mando y un reemplazante. A su turno, “tres unidades conformaban una columna y de dos columnas en adelante, un frente.”164 En lo que respecta a las Farc, se debe advertir que después de la Séptima Conferencia que tuvo lugar en 1982, su propósito era crecer militarmente, desdoblar sus frentes y aumentar sus finanzas. Se trataba igualmente de unir el municipio de Uribe, sede del Secretariado, en el departamento de Meta, con la región de Urabá, consolidando de esta manera la salida al mar, vital para el comercio de la coca y la entrada de armas. En este marco, surgió el frente 18 en el sur de Córdoba, como uno de los eslabones de esta cadena de frentes. Por los mismos años, se crearon los frentes 24 en el sur de Bolívar, 35, 36 y 37 en el Nordeste y Bajo Cauca antioqueño, así como el frente 34 en el noroccidente de Antioquia y Urabá165. La política de paz del Presidente Belisario Betancur (1982-1986) determinó cambios importantes en el departamento de Córdoba. Es así como esta administración creó una comisión de paz en septiembre de 1982, impulsó en el Congreso de la República una ley de amnistía que se firmó en noviembre del mismo año y suscribió en el municipio de Uribe, Meta, un acuerdo de paz con las Farc en mayo de 1984, que contemplaba un cese al fuego y la creación de una comisión de verificación166. En consecuencia, 163 Además de Córdoba, se crearon fuerzas en Antioquia y en particular en Urabá, en Santander, Risaralda y Putumayo. Ver el libro ya citado de Villarraga y Plazas, p. 162. 164 Ver el libro ya citado de Villarraga y Plazas, pp. 163 y 164. 165 Ver Conclusiones de la Séptima Conferencia. Así mismo, se consultaron los dispositivos de estas guerrillas en esos años según apreciaciones del Ejército Nacional. 166 Respecto del manejo del problema guerrillero en las administraciones entre mediados de los años sesenta y principios de los ochenta y el viraje que significó la política de paz de Belisario Batancur ver a Alfredo Rangel. Guerra Insurgente. Bogotá, Intermedio, 2001, pp. 353 a 365. Sobre los aspectos relacionados con el periodo de Belisario Betancur y en particular en torno al proceso de paz se puede consultar a Enrique Santos Calderón. La Guerra por la Paz. Bogotá, Cerec, 1985. También a Arturo Alape. La Paz, la Violencia: Testigos de Excepción. Bogotá, Planeta, 1985. Estos dos libros reproducen los principales documentos del proceso y mientras el primero incluye columnas periodísticas publicadas por el autor entre 1982 y 1985, el segundo incluye opiniones de importantes personajes de la vida nacional.

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se presentaron excarcelaciones de guerrilleros y se promovieron acuerdos con varias agrupaciones armadas, entre éstas el EPL, que finalmente fracasaron167. En ese contexto, en el que algunas de las fuerzas de la izquierda defendían la unidad y en el que cogió fuerza la idea de un gran diálogo nacional - que se fue materializando con las propuestas de convocatoria de una Asamblea Constituyente Popular -, el EPL firmó un acuerdo con el gobierno de Belisario Betancur el 23 de agosto de 1984 en Medellín168. Una de las propuestas del EPL era la de constituir una Asamblea Nacional Constituyente y a partir de ella lograr un acuerdo de paz con las guerrillas169. En el marco de los acuerdos de paz, las Farc y el EPL montaron sendos movimientos políticos legales para atender la coyuntura de la tregua: la Unión Patriótica, UP, y el Frente Popular, FP, respectivamente. En el caso del EPL, y ante la disolución del UDR y el surgimiento del Frente Popular, se consolidaron en la escena política nuevos dirigentes como Calvo, Fajardo, Palacios y se creó la Juventud Revolucionaria de Colombia. Por otro lado, durante ese mismo año, comenzó a considerarse al EPL como una guerrilla nacional, debido a su notable crecimiento170. Un aspecto en el que se debe hacer énfasis en la primera mitad de los ochenta es el impulso que adquirió el movimiento gremial y el hecho que los movimientos políticos nacientes lo hayan catalizado en buena medida. Se llevaron a cabo manifestaciones públicas del FP y la UP en varias partes del departamento171. Villarraga y Plazas relatan que “en coordinación con los voceros y el Partido se hicieron en Córdoba grandes concentraciones en las ciudades y los pueblos, como no se habían visto antes. Así fue en Tierralta, Planeta Rica y otras partes.”172 Según uno de los líderes que en esos años participó en esas movilizaciones, “Verdaderamente notamos que despegamos en 167 Respecto de lo ocurrido en Córdoba en este marco, ver: Documento 2. Los grupos políticos y el conflicto armado en Córdoba. Noviembre de 2005, p. 21. En: Negrete y Bechara. Documentos para la reflexión 2, febrero de 2007. 168 Ver: Ejército Popular de Liberación. Vicepresidencia de la República. Programa Presidencial de Derechos Humanos y DIH. Observatorio de Los Derechos Humanos en Colombia, Enero de 2002). 169 Desde varios ángulos de la política colombiana se venía hablando de la necesidad de hacer una reforma a la constitución. En la perspectiva del EPL, que en ese año fue expresada a través de Oscar William Calvo, se propuso realizar un referéndum para convocar una Asamblea nacional Constituyente para llevar a cabo una reforma a la Constitución Política y que esta que esta sirviera para llevar a cabo negociaciones con las guerrillas, eliminar el autoritarismo presidencialista y la corrupción en el congreso, y para canalizar el protagonismo popular en las decisiones y cambios requeridos. La promoción de este planteamiento llevó en Córdoba a la organización de grandes manifestaciones. Ver al respecto el libro ya citado de Villarraga y Plazas, pp. 176 a 179. 170 Ver: Ejército Popular de Liberación. Vicepresidencia de la República. Programa Presidencial de Derechos Humanos y DIH. Observatorio de Los Derechos Humanos en Colombia, Enero de 2002. 171 De acuerdo con Villarraga Plazas “Durante los años 80 se configuraba un ascenso en las luchas cívicas, había recobrado fuerza el movimiento huelguístico, se reanimaba el movimiento agrario y ganaba presencia el movimiento indígena. Hubo resistencia a los efectos de la crisis económica, así como a la dura política laboral. Más adelante anotan que “Quizás esta circunstancia explica la relevancia que en el período de tregua logró el movimiento guerrillero, el hecho de que lograra copar un espacio con gran facilidad, tanto en los sectores populares como en la franja de opinión que se manifestaba receptiva a las repercusiones del proceso de paz.” Ver en el texto ya citado, p. 180. 172 Ver el texto ya citado de Villarraga y Plazas, p. 178.

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política, por el roce más directo con la población. Recuerdo que los mismos guerrilleros ayudábamos a organizar los actos, buscábamos los carros, invitábamos la gente, sacábamos buses llenos en distintas zonas. Y la gente iba tranquilamente, interesada en oír las propuestas por parte del movimiento insurgente”. El mismo entrevistado anota: “Lo distinto ahora si fue la relación directa con la propia actividad que llevaba a cabo el partido. La labor con los movimientos sociales. Había influencia en sindicatos, pero sobre todo con los maestros y con los estudiantes. El grado de respuesta positiva de la población a las programaciones nos estimulaba. Nos enorgullecía levantar nuestras banderas porque sentíamos, en ese momento, que había una respuesta auténtica”173. En ese contexto, sectores de los ganaderos, terratenientes y en general de la élite local empezaron a presionar en contra del proceso de paz y a fortalecer argumentos para legitimar la guerra; lo anterior ocurría en un contexto en el que los secuestros iban en aumento. En este marco, el proceso de paz fracasó y particularmente en lo que respecta el EPL. Se debe señalar entonces que en esos años, el Ejecutivo no logró construir consenso alrededor de la culminación del proceso de paz. En este sentido, los ganaderos y terratenientes se oponían férreamente y argumentaban que a la par con el proceso de paz con las guerrillas, éstas mantenían el secuestro y la extorsión. Tampoco logró el respaldo de facciones importantes de los partidos políticos tradicionales que en no pocos casos obstaculizaron la aprobación de proyectos de ley en el Congreso. De la misma manera, no logró convencer a sectores importantes entre los militares y en particular al Ministro de Defensa, que a finales de 1983, después de escribir un editorial contra le proceso de paz con las guerrillas, renunció por petición del Presidente174. Por su parte, la guerrilla denunció la ocurrencia de allanamientos y detenciones ilegales, la ocurrencia de desapariciones, la existencia de grupos de autodefensas; se opusieron así mismo al aumento del pie de fuerza175. Los asesinatos de miembros de las organizaciones de izquierda se fueron generalizando en varios sitios del país y Córdoba no fue la excepción176. Lo anterior ayuda a entender en parte el aumento de los homicidios en ese entonces. Es así como en 1980 ocurrieron 108, una cifra cercana a lo ocurrido en la década de los setenta, pero en 1982 la cifra casi se duplica, pues llegó a 208 y en 1984 a 204. Narcotráfico

En esos años, el narcotráfico se estaba expandiendo en Córdoba alrededor de la economía de la coca y principalmente de su comercialización. Según un estudio ya 173 Ver el texto ya citado de Villarraga y Plazas, p. 178. Los autores reproducen una entrevista que concedió Teodoro Díaz, Antonio Cáceres, respecto de lo que ocurría en 1984. 174 Ver: Steven Dudley, Walking Ghosts: Murder and Guerrilla Politics in Colombia New York, 2004. Impreso por Taylor and Francis Group Inc. para Roatledge de Gran Bretaña, pp. 45 y 46. 175 Ver: Documento 2. Los grupos políticos y el conflicto armado en Córdoba. Noviembre de 2005, p. 22. En: Negrete y Bechara. Documentos para la reflexión 2, febrero de 2007. 176 Ver: Documento 2. Los grupos políticos y el conflicto armado en Córdoba. Noviembre de 2005, p. 22. En: Negrete y Bechara. Documentos para la reflexión 2, febrero de 2007.

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citado, los grandes capos de las drogas se fijaron en Córdoba por sus características naturales e institucionales: 124 kilómetros de litoral; las serranías de Abibe, San Jerónimo y Ayapel; extensas llanuras; la cercanía a Panamá, que facilitaba el contrabando, el tráfico de armas y drogas y el lavado de activos; el Parque Nacional Natural de Paramillo, con más de 300.000 hectáreas en el sur del departamento; el aislamiento geográfico y el abandono estatal de amplias zonas, así como la debilidad e indiferencia de las administraciones y autoridades locales177. Mauricio Romero señala que las élites políticas tradicionales del departamento se fragmentaron por la llegada de un nuevo grupo de inversionistas antioqueños a finales de los años setenta, quienes hicieron masivas adquisiciones de tierras en el Alto Sinú, Montería y en la región del San Jorge. La ganadería había perdido rentabilidad frente a otras posibilidades de inversión urbanas, y era blanco fácil de los que se conocieron como los “dineros calientes”. Los antiguos inversionistas, pertenecientes a familias prestantes de Medellín, percibieron la nueva situación de conflictividad en el campo y decidieron vender al mejor postor. Según Escobar Méndez, se dio paso a negociantes con una “ambición sin límites”178. De acuerdo con un relato de Rodrigo García “El problema fue de dinero. Solamente se salvaba el que tenía dinero, el que lo tuviera en abundancia. Sin la violencia, los narcos no hubieran encontrado tan fácil la compra y la adquisición de grandes extensiones de tierra de buena calidad. Hoy están (1992), en su gran mayoría, en poder del narcotráfico. Los ganaderos tradicionales no resistieron el peso de la violencia y vendieron al narcotráfico. En ese momento, se presentó como una solución el que viniera alguien a comprar tierra, que ya uno consideraba que no servía para nada, en efectivo y en dólares. Algo que envidiábamos era cuando algún ganadero encontraba un cliente de esa naturaleza, pues el ganadero se podía salvar del Incora y de la guerrilla”179 . Es así como los narcotraficantes adquirieron tierras y crearon empresas fachadas. En los predios, construyeron bodegas para almacenar estupefacientes y pistas para despachar la droga hacia el exterior. Estas tierras estaban situadas en Montería, Canalete, Cereté, Montelíbano, Buenavista, Ayapel, Pueblo Nuevo y Planeta Rica, así como en la zona costanera, donde también fue frecuente el empleo de embarcaciones rápidas por el mar. Algunas de las pistas estaban dotadas de iluminación para el tráfico nocturno y hubo periodos en que el número de pistas en operación superaba las treinta180. 177 Ver: Documento 2. Los grupos políticos y el conflicto armado en Córdoba. Noviembre de 2005, p. 20. En: Negrete y Bechara. Documentos para la reflexión 2, febrero de 2007. 178 Ver: Mauricio Romero. “Transformación rural, violencia política y narcotráfico en Córdoba, 1953-1991”. En: Controversia, No. 167, Cinep. 179 Ver el relato de Rodrigo García, en 1992, Presidente de la Federación de Ganaderos de Córdoba, en el libro de Alvaro Villarraga y Nelson Plazas, titulado Para Reconstruir Los Sueños, ya citado, p. 381. 180 Ver: Documento 2. Los grupos políticos y el conflicto armado en Córdoba. Noviembre de 2005, p. 20. En: Negrete y Bechara. Documentos para la reflexión 2, febrero de 2007. En entrevista añadió que aparte de Ayapel, hubo compras también en Pueblo Nuevo y Planeta Rica.

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En este periodo, la incidencia del cartel de Medellín fue indiscutible. Personajes como los hermanos Ochoa compraron tierras; llegaron por Caucasia y penetraron en municipios del San Jorge como Ayapel, Buenavista y Planeta Rica. Del mismo modo, el narcotraficante Rafael Mata Ballesteros compró tierras en el San Jorge y en la zona costanera, concretamente en Puerto Escondido. Con el tiempo, otros se acercaron a la zona costanera. Es así como Pablo Escobar y Gonzalo Rodríguez Gacha utilizaron al departamento de Córdoba para organizar centros de acopio y comercializar droga hacia el exterior. Por su lado, Fidel Castaño compró la finca Las Tangas, situada a orilla del rio Sinú en el municipio de Valencia, en los primeros años de la década de los ochenta, que con los años se volvió la sede de la organización de las autodefensas, denominada en esos años Los Tangueros181. Si bien algunos paisas eran los principales empresarios del narcotráfico, algunos cordobeses ingresaron también en el negocio ilegal. Los primeros involucrados provenían de Montelíbano (incluido hoy Puerto Libertador) y Ayapel, municipios de la región del San Jorge, incluida la parte alta; poseían o adquirieron fincas y construyeron pistas y caletas. De particular importancia en esos años fue Cesar Cure, descendiente de una familia de ganaderos de Montelíbano, que se vinculó con el narcotráfico y compró tierras182. Los cordobeses hicieron contactos con pilotos de avionetas para exportar droga e invirtieron capital para comprar base de coca para transformarla o la cocaína ya procesada para enviarla al exterior183. Fue en este marco que presuntamente se tejieron alianzas entre el EPL y el narcotráfico. Es así como en las zonas donde actuaba el EPL, la alianza con el narcotráfico terminó celebrándose por la conveniencia que le reportaba a ambos: el primero recibía una especie de impuesto por avioneta cargada que podía ser en dinero o en especie (armas, medicamentos y provisiones) y, a cambio, le permitía al segundo hacer sus operaciones y le brindaba cierta seguridad por ser territorio bajo su dominio184. Estas actividades conjuntas con el narcotráfico terminaron posteriormente en desavenencias185. De acuerdo con Rodrigo García “La guerrilla y el narcotráfico se aliaron. La alianza duró hasta que el narcotráfico se enriqueció y recibió las mejores tierras de Córdoba. Se volvieron ya propietarios y tenían algo que defender, tenían sus haciendas. La guerrilla fue aumentando sus exigencias, tenía que crecer. Al haber más guerrilleros, tenían que comprar más fusiles y 181 Mauricio Romero. Paramilitares y Autodefensas, 1982-2003. Universidad Nacional, 2003. De acuerdo con este autor Fidel Castaño era un “antiguo narcotraficante antioqueño con nexos con Pablo Escobar y el Cartel de Medellín”. 182 Cesar Cure fue acusado de participar en la masacre de la Mejor Esquina, en Buenavista, Córdoba, en 1988. A la postre fue capturado y extraditado a los Estados Unidos. 183 Ver: Documento 2. Los grupos políticos y el conflicto armado en Córdoba. Noviembre de 2005, p. 20. En: Negrete y Bechara. Documentos para la reflexión 2, febrero de 2007. 184 Ver: Documento 2. Los grupos políticos y el conflicto armado en Córdoba. Noviembre de 2005, p. 20. En: Negrete y Bechara. Documentos para la reflexión 2, febrero de 2007. 185 Ver: Documento 1. Los grupos políticos y su responsabilidad en el desarrollo de Córdoba. Noviembre de 2005, p. 7. En: Negrete y Bechara. Documentos para la reflexión 2, febrero de 2007.

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más munición. Pero, a la vez, los narcotraficantes tenían una infraestructura ya montada para proteger sus laboratorios y sus negocios y decidieron utilizarla. Ahí fue cuando hubo el enfrentamiento”186.

Segunda etapa de la segunda fase: 1985-1991. Intensificación de la violencia de las guerrillas y las autodefensas, desmovilización de las autodefensas y del EPL

Esta segunda etapa se caracteriza por la intensificación de la violencia y por la afectación de casi todas las zonas del departamento. Es así como los secuestros aumentan aún más que en la etapa anterior, pues ocurren 13 en 1985, 18 en 1988, 44 en 1989, 43 en 1990 y 34 en 1991; en esos años, no ocurrieron solamente en los Altos Sinú y San Jorge, sino que también en el San Jorge Medio, en Montería y en el medio y bajo Sinú, tal como se aprecia en el gráfico que aparece en el aparte en el que se describen las cifras187. A su turno, las acciones armadas del EPL y de las Farc y los combates desarrollados por iniciativa de la Fuerza Pública en su contra, considerados conjuntamente, pasan de 11 en 1985 a 55 en 1988, y bajan a 39 en 1989, a 39 en 1990 y a 34 en 1991; esta reducción a partir de 1989 se explica ante todo por la disminución de los ataques, pues los combates en lo esencial mantuvieron el mismo nivel. Al igual que en el caso de los secuestros, éstos tuvieron incidencia en todas las regiones, y especialmente en Montería, Altos Sinú y San Jorge, Medio San Jorge y Medio y Bajo Sinú, situación que también se aprecia en los gráficos presentados con anterioridad188. Es sin duda una etapa de intensificación de la actividad de las guerrillas y especialmente del EPL y este período coincide con su mayor crecimiento en número de hombres. 186 Ver el relato de Rodrigo García, en 1992, Presidente de la Federación de Ganaderos de Córdoba, en el libro de Álvaro Villarraga y Nelson Plazas, titulado Para Reconstruir Los Sueños, ya citado, p. 381. 187 En lo esencial el cubrimiento en prácticamente todas las regiones del departamento se expresa con más claridad desde 1982. Así lo expresa Rodrigo Caicedo en entrevista concedida a Germán Castro Caicedo: “Hasta el año de 1982, la guerrilla en Córdoba estuvo confinada, voluntaria o involuntariamente en el extremo sur montañosos y boscoso de Córdoba. Habitaban las tierras altas de las serranías de San Jerónimo, Ayapel e igualmente la serranía del Abibe, límite natural entre Antioquia y Córdoba. De esos lugares, abruptos y lejanos, hacían esporádicamente incursiones a las haciendas próximas, pero jamás hicieron de ésta una táctica frecuente.” Más adelante señala: “A partir de 1982, la subversión se desbordó como una mancha maléfica por todo el territorio cordobés, sembrando a su paso la muerte, el terror y la desolación, apoyados por una población campesina olvidada y empobrecida por el olvido del Estado…. Asentados muchos de ellos en parcelas totalmente improductivas, entregadas por el Incora y con ánimo facilista. Aislados en los tiempos de lluvia y en la épocas de sequía”. Ver: Germán Castro Caicedo. En Secreto: “Los paramilitares”. Bogotá, Planeta, 1996, p. 169. 188 En 1988, de un total de 40 hechos registrados en la base del Observatorio del Programa Presidencial de Derechos Humanos y DIH, utilizando los boletines diarios del Das, 18 ocurrieron en Montería, 8 en los Altos Sinú y San Jorge, 7 en el San Jorge Medio, 5 en el medio y el bajo Sinú y 2 en la zona costera. Ahora, si analizamos el período 1985 a 1991 en su conjunto, de un total de 136 acciones registradas, el 35% ocurrió en los Altos Sinú y San Jorge, el 26% en Montería, el 21% en el Medio San Jorge, el 13% en el Medio Sinú, sabanas y ciénagas y el 5% en la zona costanera.

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En lo que respecta a los homicidios, ocurren 213 en 1985, suben a 253 en 1986, en 1987 pasan a 311, en 1988 a 596, en 1990 a 590 y en 1991 se registra una disminución, pues se pasó a 429 homicidios, no obstante una cifra muy alta, superior en más del doble a los registrados en 1985; al igual que en los casos anteriores ocurrieron no solamente en los Altos Sinú y San Jorge, sino también en la parte media del San Jorge, en Montería, en el medio y bajo Sinú y en la zona costanera189. Si bien todas las agrupaciones incidieron en el comportamiento de los homicidios, en buena medida éstos expresan la reacción de las autodefensas a la actividad que desplegaron las guerrillas, así como las acciones violentas contra el movimiento social y político que se venía consolidando; es importante señalar en esta aspecto que muchos asesinatos tuvieron como víctimas a sindicalistas, líderes populares, integrantes del FP y la UP, y afectaron las bases sociales, situación esta última que se expresa en la ocurrencia de masacres que se describen más adelante. Del mismo modo, con el resultado de la estrategia de las autodefensas de apropiarse de propiedades rurales, muchas de éstas estratégicas para el narcotráfico. Por otro lado, la participación del EPL en el proceso de paz con la administración Betancur sólo se extendió hasta mediados de 1985, cuando sus representantes empezaron a dejar de asistir a las reuniones de las Comisiones de Diálogo, Paz y Verificación. En el segundo semestre de 1985, se produjeron a nivel nacional asesinatos contra líderes sindicales y en octubre del mismo año, Oscar William Calvo declaró que las Fuerzas Militares preparaban una operación en Antioquia y que por ende existía la posibilidad de una ruptura definitiva de la tregua. El accionar armado del EPL en Córdoba ya era significativo y estaba en aumento en la región del Urabá en Antioquia. Pocos días después de la toma del Palacio de Justicia por el M-19, fue asesinado Oscar William Calvo en Bogotá. Estos dos factores incidieron para que el conjunto del EPL retomara la vía de las armas190. No obstante, las negociaciones se reanudaron en el curso de la administración Barco. Es así como el Gobierno presentó una iniciativa para la paz en 1987191, y desde entonces las aproximaciones con las guerrillas se hicieron a través de la Coordinadora Guerrillera Simón Bolívar192. Esta alianza entre el EPL, las Farc, el ELN, el M-19 y otras 189 Para esos años no se tienen los homicidios distribuidos por municipios. No obstante hay que señalar que las masacres de mayor impacto ocurrieron en Buenavista (Mejor Esquina), en el medio San Jorge, y en Canalete (El Tomate), en la zona costera. Igualmente los homicidios fueron significativos en los Altos Sinú y San Jorge y en Montería. Esto se aprecia en las descripciones más adelante. 190 Ver: Ejército Popular de Liberación. Vicepresidencia de la República. Programa Presidencial de Derechos Humanos y DIH. Observatorio de Los Derechos Humanos en Colombia, Enero de 2002. El libro ya citado de Villarraga y Plazas describe los pormenores del proceso de paz con el EPL en los años de Belisario, la ruptura con los mismos y la confrontación hasta 1991. Ver pp 165 a 205. 191 El gobierno propuso cuatro fases: una de distensión, una segunda de transición, una tercera incorporación a la vida democrática y una cuarta de normalización institucional en las regiones. 192 En 1986 y parte de 1987 existió la Coordinadora Nacional Guerrillera, en la que participaba el EPL pero no las FARC. Entre las principales agrupaciones que participaron estaban también el ELN y el M-19. En lo que respecta a Córdoba, este fue un período de distanciamiento entre el EPL y las FARC. A este respecto ver el libro ya citado de Villarraga y plazas, pp189 a 191.

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agrupaciones menores, se cristalizó entre finales de septiembre y principios de octubre de 1987193. En principio, la Coordinadora se opuso al planteamiento del Gobierno, pero mantuvo su disposición de negociación194 y los acercamientos se efectuaron enfrentando obstáculos. En este sentido, la Coordinadora se fue desmembrando paulatinamente, pues primero se separó de ella el M-19 y después surgieron divisiones entre las otras agrupaciones195. Al tiempo que se llevaban a cabo las aproximaciones, la intensidad de la confrontación creció. El EPL incrementó significativamente sus ataques y especialmente la destrucción de infraestructura. En 1988, estos últimos llegaron a su pico, principalmente en Montería, pero así mismo en los Altos Sinú y San Jorge; una representación de las acciones del EPL entre 1985–1987 y 1988–1990, y de los combates por iniciativa de las Fuerzas Militares contra esta agrupación, se puede apreciar en el mapa No. 8. Lo anterior fue acompañado de un aumento en las extorsiones y secuestros, que a su turno se combinaban con la destrucción de fincas y la quema de ganado196. Los ganaderos con más influencia y recursos administraron sus fincas a distancia, y obtuvieron la colaboración de la Fuerza Pública: “(…) por medio de oficiales del Ejército que van en helicóptero”197. Por su lado, la Fuerza Pública también incrementó los combates para neutralizar a la agrupación guerrillera. Se desarrollaron operaciones en el Alto San Jorge, el Alto Sinú y en otros sectores del departamento198. La situación se volvió especialmente compleja en la vecina región de Urabá, donde además de ataques contra la infraestructura, se realizaban paros de los trabajadores del banano199. 193 La Coordinadora se forma en un contexto en el que los asesinatos contra la UP venían aumentando a nivel nacional y además de implicar un acercamiento entre los grupos guerrilleros, permitió una mejor coordinación entre la UP, el FP y A Luchar. Sobre la CGSB en Córdoba, ver el libro ya citado de Villarraga y Plazas, p. 229 a 232. En Córdoba, esto tuvo especial significación toda vez que aproximadamente 23 años antes se había producido la formación del PC-ML que se separó del PC, y la Coordinadora facilitó el acercamiento entre los frentes del EPL y las Farc que tradicionalmente habían actuado separados, y propició una mayor proximidad entre el FP y la UP 194 En la primera cumbre de la CGSB ,se propuso buscar salidas políticas y la realización de un diálogo directo e inmediato con el Gobierno nacional. 195 En 1988, se produce el secuestro de Álvaro Gómez por el M-19 y esta circunstancia provocó un distanciamiento entre esta agrupación y la Coordinadora; de hecho, el M-19 llevó a cabo las negociaciones por aparte y se desmovilizó en 1989. Como se verá adelante, el EPL también acabó finalmente negociando por separado, mientras que las Farc y el ELN continuaron en la lucha armada. 196 Guerrilleros del EPL atacaron una finca de Fidel Castaño en Tierralta, Córdoba, el 28 de enero de 1988. 197 Ver el estudio ya citado de Mauricio Romero, 2003; p. 139. 198 Villarraga y Plazas describen operaciones entre 1985 y 1990 en varias regiones del departamento. En 1985, coincidiendo con la tercera conferencia de combatientes en el Alto San Jorge, se realizaron operaciones en Anchica, Pica Pica, Tierradentro y otros caseríos, así como enfrentamientos con el EPL en Bijao, hoy jurisdicción de Puerto Libertador. Así mismo hacen referencia a cercos militares en Córdoba en su conjunto. Entre 1986 y 1987, el EPL se integró con las Farc en la Coordinadora Guerrillera Simón Bolívar y realizó acciones conjuntas como la toma de Saiza, que se describe más adelante. Los autores señalan: “En Córdoba, el Ejército realizó un nuevo cerco con tres batallones. El EPL, por las regiones del Sinú y San Jorge arriba respondió con combates y contraataques, emboscando patrullas policiales en Pueblo Nuevo y Tiarralta. Logró recuperar armamento e intendencia.”. Ver pp. 196 y 197. 199 “En Urabá, el frente Jesús María Alzate ocupó fincas bananeras, caseríos y el corregimiento El Tres. En acciones de propaganda armada, instaló retenes en la carretera central, cerca de municipios importantes, se tomó una

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Mapa No. 8 Acciones armadas del EPL y combates por iniciativa de la Fuerza Pública 1985 a 1987 y 1988 a 1990

1985-1987

1988-1990

Fuente de datos: DAS Procesado y georeferenciado por el Observatorio del Programa Presidencial de DH y DIH, Vicepresidencia de la República. Fuente cartografica: IGAC

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Las Farc, por su lado, también se expandieron en Córdoba en esta etapa. Es así como a finales de los ochenta y principios de los noventa el frente quinto se expandió hacia la parte montañosa del municipio de Tierralta, específicamente sobre la serranía de San Jerónimo; el frente 58 se ubicó en jurisdicción del mismo municipio, concretamente en la serranía de Abibe, y su estructura se extendió hacia el Alto de Quinarí en el municipio de Valencia; y por último, el frente 18 se sitúo en los Cerros de Mutatá y Chimurro en los municipios de Montelíbano y Puerto Libertador200 (mapa No. 9). La Coordinadora, además de una mayor cohesión política entre las agrupaciones guerrilleras, incidió al mismo tiempo en una mejor coordinación militar entre éstas. Fue así como las Farc y el EPL lograron desarrollar actividades conjuntas en Córdoba y Urabá. Ante la difícil situación de orden público que se caracterizaba no solamente por los ataques de las guerrillas, sino también por el accionar de las autodefensas, el gobierno de Virgilio Barco se vio obligado a crear la denominada Jefatura Militar en Urabá en 1988, que tuvo su sede en Carepa y jurisdicción sobre Turbo, Arboletes, Necoclí, Apartadó, Chigorodó, San Pedro de Urabá y Dabeiba y se prolongó hasta el final de la administración201. El Ejército envió helicópteros artillados y tanques cascabel. En mayo de 1988, en un enfrentamiento con una fuerza combinada del EPL y las Farc, fueron muertos un subteniente y nueve soldados y se ejecutaron bombardeos aéreos sobre la zona de Urabá y Saiza, entre Córdoba y Urabá. El 24 de agosto del mismo año, una fuerza conjunta del EPL y las Farc atacó a Saiza, con el pretexto de que era una base de entrenamiento paramilitar; en el ataque, fueron muertos once militares, 10 policías y fueron tomados como prisioneros 10 militares y 12 agentes de Policía202. En octubre de 1988, después de aproximadamente un año de campaña militar continua, la guerrilla contabilizaba más de 30 bajas203. A finales de 1989, el EPL y las Farc, que por ese entonces mantenían su alianza en el marco de la Coordinadora Guerrillera Simón Bolívar, hicieron una toma en el municipio de Tierralta. Las Farc se tomaron la Caja Agraria y el puesto de Policía, al tiempo que el EPL emboscó a un grupo de militares y fue muerto en combate el Coronel Luis Díaz, segundo comandante del Batallón Junín. Esta toma hizo que el gobierno de Barco atendiera los reclamos de los ganaderos de Córdoba y, semanas más tarde, se inaugurara en Montería la primera Brigada Móvil del país, a cargo del General Hugo Tóvar Sánchez204. emisora en Turbo y realizó acciones contra paramilitares.” Ver el libro ya citado de Villarraga y Plazas, p 197. 200 Ver: Defensoría del Pueblo Regional Córdoba. Situación de Derechos Humanos en el sur del Departamento de Córdoba. 2008; p. 2. 201 Ver: Ejército Popular de Liberación. Vicepresidencia de la República. Programa Presidencial de Derechos Humanos y DIH. Observatorio de Los Derechos Humanos en Colombia, Enero de 2002. 202 Registro de la base de datos del Observatorio del Programa Presidencial de DH y DIH con base en los boletines del Das. Una descripción detallada de lo ocurrido en Saiza aparece en el libro ya citado de Villarraga y Plazas, pp. 244 a 250. Los autores señalan que la guerrilla aniquiló completamente una base táctica del Ejército, copó y logró la rendición de un puesto de policía fortificado, desintegró un nido paramilitar, tomó 22 rehenes y recuperó material de guerra. 203 Ver el estudio ya citado de Mauricio Romero, 2003; p. 143. 204 Ver: Glenda Martínez. Salvatore Mancuso: Su Vida. Editorial Norma, 15 de octubre de 2004.

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Mapa No. 9 Presencia Farc a finales de los ochenta y principio de los noventa

58

Frente de las Farc

58

Cabecera Municipal Vía Principal

5

Rio Principal

18

Municipio Departamento

Fuente de datos, procesado y georeferenciado por el Observatorio del Programa Presidencial de DH y DIH, Vicepresidencia de la República. Fuente cartografica: IGAC

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Además, en 1990 desembarcaron alrededor de 1.200 hombres en los valles del Sinú y San Jorge. En Córdoba, los combates fueron intensos. La Brigada Móvil actuó con especial fuerza en los primeros meses de la administración Gaviria y emprendió la llamada operación Rastrillo, que permitió la recuperación de cerca de 18.000 cabezas de ganado, especialmente en el San Jorge. El Ejército movilizó cerca de 2.500 efectivos por tierra y helicópteros artillados y atacó simultáneamente el Altó Sinú y el Alto San Jorge205. En tres meses, se logró correr el cerco sobre Córdoba y desplazar los campamentos subversivos hacia el Urabá antioqueño. Pero el entusiasmo duró poco. La Brigada Móvil fue trasladada por orden del gobierno hacia Norte de Santander206. Paralelamente a la intensificación de la actividad del EPL y de las Farc, las autodefensas, que se habían insinuado en la primera mitad de los ochenta, se fortalecieron. El personaje que lideró esta reactivación fue Fidel Castaño, que con sus hermanos, disponía del conocimiento y de la experiencia necesarios por su trayectoria en el nordeste antioqueño y el Magdalena medio207. La estrategia de las autodefensas era clara. Crearon redes de informantes en las zonas rurales, semi urbanas y urbanas, fortalecieron las comunicaciones entre las fincas, instalando radio teléfonos, contrataron mercenarios que trajeron del Magdalena Medio y organizaron grupos armados de reacción208. En la finca Las Tangas, mercenarios extranjeros enseñaron a paramilitares y a sicarios profesionales que trabajaban para los capos de la droga y para las autodefensas a disparar y a organizar la reacción209. Su blanco fue el movimiento político y la presunta

205 Ver el texto ya citado de Villarraga y Plazas, 1994. Romero, 2003, igualmente hace una descripción al respecto en las pp. 143-144. 206 Ver el estudio ya citado de Mauricio Romero, 2003. 207 Sobre la experiencia de los hermanos Castaño en el Magdalena Medio, en Puerto Berrío, Puerto Boyacá y Cimitarra, y el Nordeste Antioqueño, y particularmente en Amalfi, Segovia, Remedios, Yalí y Yolombó, se puede consultar el libro ya citado de Germán Castro Caicedo, En Secreto, pp. 152 a 159. 208 Sobre el carácter mercenario de los grupos de reacción es interesante apreciar las declaraciones de alias Raúl sobre la etapa entre 1988 a 1990: “(….) nuestros combatientes en esa época no eran de la región. Venían de Puerto Boyacá, de Medellín, del Magdalena Medio. (…) Eran mercenarios y lo que les importaba era hacer cosas para justificar su trabajo y cobrar. Esa gente estaba por la plata y, además, no tenían la idea de ganarse a la población civil como medio para ganar la guerra.” Ver el texto ya citado de Castro Caicedo, En secreto, 1996, p. 162. Por su lado, Carlos Castaño argumentaba en una entrevista a Human Rights Watch: “Los guerrilleros pueden actuar fuera de la ley, así que esta batalla es desigual. Nos dimos cuenta que podíamos utilizar las mismas estrategias que la guerrilla y adoptar sus métodos de combate.” Mientras Fidel invertía sus ganancias en tierras, convirtiéndose en uno de los ganaderos más poderosos de Colombia, su hermano actuó como guía, combatió con las tropas e identificó a presuntos subversivos. Con los beneficios de Fidel, así como con las contribuciones de terratenientes y empresarios, los Castaño decidieron formar su propio ejército a mediados de los ochenta, conocido como “Los Tangueros”. 209 En 1998, la Unidad de Derechos Humanos de la Fiscalía dictó órdenes de arresto contra varios mercenarios extranjeros que dieron cursos en Las Tangas, entre ellos el israelí Yair Klein. Entrevista de Human Rights Watch con supervivientes de El Caramelo, Montería, Córdoba, 16 de octubre de 1992. Ver también “Testimonio clave,” Semana, 28 de septiembre de 1993, pp. 44-47. Ver: Americas Watch, The “Drug War” in Colombia: the Neglected Tragedy of Political Violence. Nueva York: Americas Watch, 1990, pp. 19-23. Ver también: Informe sobre violaciones al Derecho Internacional Humanitario en Colombia. Human Rights Watch. NuevaYork, 1998. Otra fuente señala que con los beneficios de Fidel, así como con las contribuciones de terratenientes y empresarios, los Castaño decidieron formar su propio ejército a mediados de los ochenta, conocido como “Los Tangueros”.

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base social de la guerrilla210. Así mismo, utilizaron el discurso que ya habían creado en el Magdalena Medio en el sentido de que “era necesario defenderse, cuando el Estado no lo hacía”211. Las autodefensas también aprovecharon para apropiarse de tierras, muchas de ellas estratégicas para el narcotráfico212. La reacción a los desmanes de la guerrilla, los ataques contra el movimiento social, el narcotráfico y la apropiación de tierras en su conjunto explican que entre 1987 y 1990 los homicidios selectivos y las masacres se hubieran puesto a la orden del día y en particular los asesinatos contra la dirigencia popular. A continuación, se describe cronológicamente los homicidios selectivos y las masacres de los que se tiene registro en ese periodo, que demuestran como por un lado fueron asesinados dirigentes populares, sindicales y políticos, y por el otro lado, la manera como fueron afectadas las bases sociales del FP y la UP. Así mismo, ilustran el proceso de apropiación de tierras por parte de las autodefensas, muchas de éstas estratégicas para el narcotráfico. No obstante que los asesinatos de líderes tienen una significación especial, es importante explicar que los índices de homicidios, que adquirieron niveles muy altos entre 1988 y 1990, se explican sobre todo por las incursiones de las autodefensas y la ejecución de numerosas masacres por parte de los Tangueros213, que provocaron masivos desplazamientos forzados durante la segunda mitad de los ochenta,

210 Su blanco fue el movimiento político y la base social de las guerrillas en un contexto en el que la guerrilla no entregaba las armas y tomaban fuerza la UP y el Frente Popular. Las expectativas que se crearon alrededor de la elección de Alcaldes en 1988 generaron una situación de especial tensión habida cuenta que la UP y el FP participaban en una coalición en San Andrés de Sotavento, en el Bajo Sinú, con gran presencia de descendientes de indígenas Zenú, y en Tierralta y Valencia, en el Alto Sinú, futuro fortín de las Accu. Sobre la importancia del FP y la UP, ver el texto ya citado de Villarraga y Plazas. Respecto del peso del FP y la UP en los municipios mencionados Ver el texto ya citado de Mauricio Romero, 2003; p. 141. 211 En entrevista que Carlos Castaño concedió a Germán Castro Caicedo, se refiere al tema según el cual cuando el Estado no actúa, hay que defenderse: “Entre los años 1990 y 1991, los secuestros y la extorsión se volvieron más frecuentes y numerosos, pero se añadió a esta modalidad delictiva el homicidio con caracteres de crueldad, el fusilamiento de miles de cabezas de ganado por parte de la guerrilla, el robo masivo que fue calculado en más de veinticinco mil reses en un año, el incendio de ciento cincuenta mil viviendas rurales, sin que hubiera cesado en ningún momento el secuestro. La Fuerza Pública ha sido notoriamente ineficaz, excepto durante los dos meses y medio de operaciones de la Brigada Móvil Número Uno, la cual rescató en el Alto San Jorge siete mil reses, que les fueron devueltas a sus legítimos dueños y asestó duros golpes a las cuadrillas de subversivos que operan en aquella región del país.” Y más adelante remata: “En medio de esta dramática situación y como una necesidad evidente, surgieron las autodefensas de Fidel Castaño, las que fueron y siguen siendo consideradas como las auténticas liberadoras de la región, la salvaguarda de la vida y de los bienes de los asociados, que el Estado por ineptitud o por falta de decisión política, no cumplían ni remotamente, fue asumida con singular eficacia por estos grupos de autodefensa. Ver el texto ya citado de Germán Castro Caicedo, En secreto, 1996, pp. 170 y 171. 212 “La compra de tierras por los narcotraficantes cambia el curso de la guerra”, comentaba Alejandro Reyes, un sociólogo que ha estudiado la violencia política, en una entrevista con Human Rights Watch. Ver: Informe sobre violaciones al Derecho Internacional Humanitario en Colombia. Human Rights Watch. Nueva York, 1998. 213 Expresión que se deriva de la finca Las Tangas. Los Tangueros fue la expresión que se utilizó en esos años para hacer referencia a las autodefensas.

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cuando municipios enteros fueron desocupados por el terror214. Según una fuente, los mismos narcotraficantes convertidos en terratenientes que sufragaban a los Castaño, compraban las tierras abandonadas a precios baratos, lo que promovía la campaña de deshacerse de los guerrilleros y de sus presuntos simpatizantes en la región215. Así, Fidel Castaño se apoderó de fincas tradicionales, algunas de ganaderos que prefirieron recibir altas sumas de dinero y abandonar la región. Según Mauricio Aranguren en Mi Confesión, cuando Fidel murió, tenía a su nombre 20.000 hectáreas y 30.000 cabezas de ganado216. Las masacres y los homicidios en ese entonces fueron numerosos. En 1987, se identificaron nueve asesinatos selectivos de dirigentes populares, entre ellos seis del Frente Popular y dos de la Unión Patriótica. Según una entrevista, se estableció que los integrantes de la plana dirigente del FP, muchos de ellos a su turno dirigentes sindicales, fueron asesinados, principalmente en Montería Es así como en diciembre de 1987, en Puerto Escondido, fueron asesinados Miguel Durán Sarmiento, candidato al Concejo por el FP, y dos más. Adicionalmente, se presentó la muerte de Oscar Chaquer Montalvo, dirigente del magisterio cordobés y Secretario de la Regional, ocurrido en octubre de 1987, al parecer dirigente muy importante del FP o del PC-ML217. Así mismo, se hace referencia a cuatro integrantes del Movimiento Esperanza, Paz y Libertad, dos de ellos en Montelíbano, Argemiro Ramos Correa y Gildardo Antonio Fray Carvajal, y dos en Tierralta, Juan Rojas Guzmán y Victor Avilés. Resulta claro que respecto de esta agrupación, existe un enorme subregistro; fueron muertos entre 1988 y principios de 1990, Andrés López Mesa, Felix Avilés, un diputado de apellido Morelos, Rafael Sánchez, Magfredy Correa, Hugo Iguarán y Rafael Duque; en su mayoría venían de la Asociación de Maestros de Córdoba, Ademacor, adscrita a la Federación Colombiana de Educadores, Fecode, y algunos de ellos tenían aspiraciones electorales. Así mismo, lo fueron Orlando Colón y otros maestros y dirigentes municipales. Hay que señalar, así mismo, que en la masacre de la Mejor Esquina, en Buenavista, ocurrida en abril de 1988, a la que se hace referencia en otro aparte de este escrito, al menos seis de las víctimas eran integrantes del FP218. En 1988, el Observatorio, con base en la información proveniente de los boletines diarios del Das, complementada con entrevistas y registros de la Fundación Reiniciar y 214 Human Rights Watch también registró la actividad de ejércitos privados más reducidos que trabajaban para poderosos empresarios y terratenientes locales. Entrevista de Human Rights Watch, Montería, Córdoba, 16 de octubre de 1992. 215 Entrevista de Human Rights Watch, Montería, Córdoba, 16 de octubre de 1992. Ver: Informe sobre violaciones al Derecho Internacional Humanitario en Colombia. Human Rights Watch. Nueva York, 1998. 216 Citado en el texto de Glenda Martínez ya citado. 217 Villarraga y Plazas señalan respecto de Chaquer Montalvo: “Resultó un golpe durísimo pues se trataba de la cabeza del Partido.” Ver p 375. 218 Comisión Intereclesial de Justicia y Paz. Bogotá, D.C 18 de Enero de 2005.

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del Ministerio de la Protección Social, registró 32 asesinatos selectivos de dirigentes políticos, populares y sindicalistas, pero así mismo se sabe por entrevistas y consultando fuentes cualitativas, que estas cifras presentan un subregistro219. Es así como en 1988 se tiene registro de 12 asesinatos contra el FP, 3 de la UP, 3 de la Anuc, 3 sindicalistas aparte de los registrados en la UP y el FP, un líder indígena, 4 del Partido Liberal y el resto de organizaciones populares no identificadas. Se destaca Alfonso Cujavante, concejal de Montería por una alianza entre el FP, la UP y A Luchar, el 15 de marzo de 1988220. Sin embargo, si los dirigentes eran blancos de las autodefensas, las bases sociales del Frente Popular y la UP lo eran también. Es así como el 3 de abril, en Buenavista, en el San Jorge, asesinaron a 28 personas, una de ellas profesor de la escuela veredal y las restantes campesinos, en su mayoría jóvenes, seis de ellos pertenecientes al Frente Popular. El hecho se presentó mientras celebraban un fandango (fiesta) en el caserío denominado la Mejor Esquina221; se relata que la policía de Buenavista se negó a realizar el levantamiento de los cadáveres, argumentando que “eran guerrilleros”. Adicionalmente, en el caserío El Tomate, jurisdicción de Canalete, donde había invasiones de tierras y tenían influencia el EPL y el PC-ML, el 30 de agosto de 1988, hombres armados se apropiaron de un autobús público y mataron a cinco pasajeros; los pistoleros ejecutaron a otros diez residentes de El Tomate, tras sacarlos de sus casas; incendiaron 22 casas y el autobús público, con el conductor esposado al volante222. Además, el 15 de noviembre de 1988, en Montería, las autodefensas asesinaron a Oswaldo Rengifo, periodista, después de que hizo denuncias periodísticas sobre las masacres de La Mejor Esquina y de El Tomate. En 1989, la base del Observatorio registró otros 17 casos de homicidios de dirigentes políticos y populares, de ellos 6 de la UP y 4 del FP, que fueron atribuidos en su mayoría a las autodefensas. Es así como el 13 de febrero, en Montería, asesinaron a Francisco de Paula Dumar Mestre, vice-presidente del sindicato de la empresa Avianca, excandidato a la Asamblea Departamental por la Unión Patriótica y fiscal del sindicato Festracor. El primero de junio, en Tierralta fue muerto el sacerdote jesuita y vicario de la Parroquia de San José de Tierralta, Padre Sergio Restrepo Jaramillo, S.J. El tres de agosto, en Montería, asesinaron a Gustavo Guerra Doria, coordinador de la Unión Patriótica en este departamento. En noviembre de 1989, fue ultimado el directivo de Sintraincora y militante del Frente Popular, Nel Darío Gómez y el concejal para la 219 Esto sin tener en cuenta que varios de los líderes fueron desplazados y muchos tuvieron que exiliarse. No se consideran tampoco otras violaciones como las desapariciones forzosas y las amenazas. 220 Sobre el caso de Alfonso Cujavante, ver el texto ya citado de Villarraga y Plazas, p. 375. 221 En entrevista se relató que iban en busca de un comandante del EPL con el alias de Rafael. Éste era uno de los encargados de ordenar extorsiones y secuestros, así como de incendiar fincas y robar ganado. Al parecer, Rafael salió del fandango temprano y salvó su vida. Con los años, después de la desmovilización, fue asesinado finalmente en Cartagena. 222 Entrevista de Human Rights Watch con supervivientes de El Tomate, Montería, Córdoba, 16 de octubre de 1992. Ver: Informe sobre violaciones al Derecho Internacional Humanitario en Colombia. Human Rights Watch. Nueva York, 1998. La base de datos del Programa Presidencial de DDHH tiene registradas también estas masacres.

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UP, Boris Zapata. En noviembre de 1989, fue muerto Félix Enrique Toscano, también vicepresidente del sindicato del Ica, hecho en el que resultó herido Nurdín Díaz, un abogado integrante del Comité Central del FP, que iba a ser cabeza de lista al Concejo de Montería, así como otro activista. El 26 del mismo mes, en Montería, dispararon indiscriminadamente contra las personas que se encontraban en la celebración de un bautizo, asesinando a once campesinos e hiriendo a una menor; el hecho ocurrió en el caserío Rincón de la Vieja, corregimiento de Pueblo Bujo. A mediados de diciembre de 1989, fue asesinado el candidato al Concejo de Momil por el FP, Eugenio Rodríguez. Además, fueron muertos tres miembros más de la UP en Montería, dos en Sahagún, uno en Ciénaga de Oro y otro en Cereté entre 1987 y 1991. En 1990, la violencia empezó a ceder. No obstante, el Observatorio registró 14 asesinatos de dirigentes políticos, populares y sindicales; entre ellos se destacan 4 sindicalistas, 2 del FP y 1 de la UP. En enero de 1990 lo fue Luis Lions, concejal de Puerto Libertador y candidato a la reelección por el FP223. En el mismo año, lo fueron integrantes del PC-ML, tales como Fermín Meléndez, a su turno dirigente de Festracor, y Nilvania Rodríguez, esta última en Planeta Rica, también del mismo sindicato224. Así mismo, se siguieron presentando masacres. El 16 de abril de 1990, en Valencia, fueron asesinadas trece personas, cuyos cuerpos fueron hallados en la finca Las Tangas. Del mismo modo, en la misma se encontraron seis cuerpos que correspondían a personas que fueron desaparecidas del corregimiento Pueblo Bello, municipio de Turbo, en la región del Urabá antioqueño, el 14 de enero anterior. Otros catorce cuerpos fueron hallados en diferentes lugares de esta finca y de la finca Paraguay, también propiedad de los Castaño, en el transcurso del mes. El 25 de octubre, en Tierralta, asesinaron a 12 personas, en el barrio Escolar; dos de las victimas fueron decapitadas225. Por otra parte, en 1990, el panorama en los Altos Sinú y San Jorge era crítico por los desplazamientos que se habían producido a raíz de la violencia ejercida por las guerrillas y las autodefensas. En esos años, ya había crecido desmesuradamente el asentamiento denominado Cantaclaro, en Montería, la capital, donde habían llegado desplazados provenientes de varias zonas del departamento, pero particularmente de los hoy municipios de Tierralta, Valencia, Montelíbano, Puerto Libertador y Uré226. No obstante este panorama de violencia, varios aspectos habían cambiado a nivel nacional e internacional, circunstancias que favorecieron la desmovilización de las autodefensas y el proceso de paz con el EPL. Por un lado, la violencia ejercida por los llamados extraditables subió a niveles considerables y para intentar neutralizar 223 Ver el texto ya citado de Villarraga y Plazas, p. 383. 224 Ver el texto ya citado de Villarraga y Plazas, p 375. 225 Comisión Intereclesial de Justicia y Paz. Bogotá, D.C 18 de enero de 2005. 226 Ver: Glenda Martínez. Salvatore Mancuso: Su Vida. Editorial Norma, 15 de octubre de 2004.

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esta situación, durante la administración Gaviria se expidieron varios decretos que facilitaron el sometimiento a la justicia por parte de narcotraficantes y agrupaciones armadas a su servicio. Por otro lado, el proceso de paz con las guerrillas fue tomando forma con las negociaciones de paz con el M-19 y se produjo la convocatoria a una Asamblea Nacional Constituyente, que facilitó el camino para negociar con el EPL. A su turno, a nivel mundial se registraba la caída del muro de Berlín, la disolución de la Unión Soviética, que marcaron el final de la guerra fría, de manera general cambios que le quitaban legitimidad a la lucha armada. La política de sometimiento a la justicia estaba contenida en el Decreto 2047 del 20 de septiembre de 1990 y la entidad encargada de aplicarla fue la Oficina de Instrucción Criminal, pues la Fiscalía no había nacido todavía; en sus inicios, permitió la entrega de los hermanos Ochoa, integrantes del cartel de Medellín. Su esencia era entregarse, confesar y opcionalmente entregar bienes y delatar partícipes y copartícipes en delitos227. En este marco, y en aras del progreso en las aproximaciones que se venían adelantando con el EPL en Córdoba228, las autodefensas de Fidel Castaño, acogiéndose al Decreto 2047 de 1990, consistente en reducción de penas y confesión voluntaria, entregaron armas y tierras en Córdoba y Urabá. Es así como en el mes de octubre de 1990, hizo entrega del material de guerra, acto en el que además de Fidel Castaño estuvieron presentes dos mediadores del M-19 y el EPL, Rodrigo García Caicedo, presidente del Fondo Ganadero y reconocido líder del gremio, y el ex-gobernador del departamento, Jorge Elías Náder229. Una crónica de El Tiempo señaló que “Después de desmovilizarse, la gran noticia fue el anuncio de que los Castaño iban a repartir más de 10.000 hectáreas de sus tierras acumuladas a sangre y fuego, como un gesto de reforma agraria y reconciliación.” El Tiempo publicó la foto de monseñor Isaías Duarte Cancino, entonces obispo de Urabá, entregando escrituras de Las Tangas a los beneficiados (y de otra finca en Urabá, pues los Castaño repartieron 8.000 hectáreas más en Chocó y Antioquia)” 230. 227 Posteriormente, en el decreto 2147 de octubre de 1990, se precisó las condiciones para no extraditar a quién se entregara. Así mismo, el decreto 3030 de diciembre de 1990 dio plenas garantías de no extradición a quién se entregara aún no hubiera confesión. Al respecto, ver el libro ya citado de Rafael Pardo, pp. 273 a 276. 228 Han existido versiones en el sentido de que el EPL exigió para su desmovilización que las autodefensas lo hicieran previamente. En una entrevista concedida por Carlos Castaño a Germán Castro Caicedo aparece esta tesis: “: cuando se comenzaron las negociaciones de diálogo y desmovilización del EPL, entre las exigencias de ese grupo figuró en primer término que el señor Fidel Castaño entregara sus armas y así lo hizo, dos o tres meses antes de que el EPL entregara las suyas. De ello dan testimonio el doctor Ramón Elías Nader, gobernador del departamento en aquel entonces, el doctor Andrés López Mesa como representante de la izquierda, el obispo de Apartadó, monseñor Isaías Duarte Cancino y muchos otros líderes políticos que fueron invitados a ese acto. Ver el texto ya citado de Germán Castro, En secreto, 1996, pp. 171-172. No obstante, más adelante, en las mismas declaraciones Castaño señala que “como consecuencia de esa entrega de armas por parte de la autodefensa “el Gobierno, a través de estos ganaderos, nos hizo saber que iba a crear brigadas móviles permanentes en las áreas donde había existido la autodefensa. Y efectivamente las crearon.” Ver p. 173. 229 Sánchez, Antonio Júnior. Las crónicas que no me dejaban contar. Montería, 2001. Crónicas que da miedo contar. Montería, 2003. 230 Álvaro Sierra. La increíble historia de lo que pasó con las tierras de Fidel Castaño Gil. En: El Tiempo, 17 de diciembre de 2006.

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La crónica de El Tiempo añade que “El 14 de noviembre de 1990, Castaño creó la Fundación para la Paz de Córdoba (Funpazcor) a la que él, sus hermanos Carlos y Vicente o intermediarios donaron siete haciendas: cinco cerca de Valencia – fuera de Las Tangas, Jaraguay, Roma, Pasto Revuelto y Santa Mónica -, y otras dos -Cedro Cocido y Santa Paula - en Leticia, cerca de Montería. Presidía la Fundación Sor Teresa Gómez, próxima a la familia, y que sigue en la región.”231 Con el ascenso de Cesar Gaviria a la Presidencia, se abrió paso, por otro lado, la convocatoria de una Asamblea Nacional Constituyente232, propósito del EPL desde la primera mitad de los ochenta, en el marco de las aproximaciones de paz adelantadas con la administración Betancur. La idea fue bien recibida por sectores de la izquierda democrática y prueba es que algunos movimientos que la representaban realizaron un congreso nacional sobre el tema en el que participó el EPL. La CGSB también abordó el tema, aunque en esta instancia el planteamiento no prosperó, pues mientras el ELN, las Farc y un sector del EPL liderado por Caraballo no aceptaron la propuesta, sí lo hicieron una facción mayoritaria del EPL, el Quintín lame y el PRT233. En consecuencia, el proceso de paz se fragmentó y el EPL negoció por aparte234. Más tarde, el EPL manifestó públicamente que la guerra no era el camino para la solución a la crisis del país, propuesta que no fue aceptada por Francisco Caraballo. Desde antes del inicio de la administración Gaviria, el EPL ya había hecho aproximaciones con el Gobierno, por un lado, y con otras agrupaciones políticas, por el otro, y avanzaba en las negociaciones. En la segunda quincena de mayo de 1990, se realizó un encuentro en Bogotá entre la Alianza Democrática235, que se había formado en las negociaciones 231 Álvaro Sierra. La increíble historia de lo que pasó con las tierras de Fidel Castaño Gil. En: El Tiempo, 17 de diciembre de 2006. Años después, los Castaño recuperaron estas tierras, pero en esa coyuntura se presentaron como una agrupación que se desmovilizaba y que contribuía al desarrollo y la paz de Córdoba. 232 Coincidiendo con la elección presidencial del 27 de mayo de 1990, la Corte Suprema de Justicia le abrió paso a una consulta plebiscitaria que había convocado un movimiento estudiantil denominado “Todavía podemos salvar a Colombia” en el que se consultaba al pueblo si estaba o no de acuerdo con la convocatoria a una Asamblea Nacional Constituyente. El resultado favoreció al si con un 89%. El presidente electo avaló este proceso y convocó a la Asamblea por decreto. 233 En el texto ya citado de Villarraga y Plazas se describe el proceso que culminó con negociaciones por aparte. En abril de 1990, se llevó a cabo la quinta cumbre de la CGSB y en ella no hubo consenso en torno a la Constituyente. Se propuso como condición para una nueva constitución a que “solo será posible bajo un Nuevo Gobierno de carácter popular y democrático” y no se dio el respaldo a la vía de llevar a cabo un plebiscito. Esta postura se acercaba a la que venía defendiendo el ELN. En consecuencia, mientras el EPL, el PRT y el Quintín Lame empezaron a buscar contacto con el Gobierno, las Farc y el ELN mantuvieron la ofensiva guerrillera y siguieron exigiendo el diálogo pero bajo otras condiciones. El Gobierno buscó entonces un tratamiento distinto para cada uno de los grupos guerrilleros y aprovechó en su favor la diferencia de comportamientos. Decidió presionar a las Farc, descartó aproximaciones con el ELN y lo aisló y comenzó exploraciones con el EPL. Ver el texto ya citado de Villarraga y Plazas, p. 310. 234 El Partido Revolucionario de los Trabajadores, PRT, tuvo incidencia especialmente en Sucre pero alcanzó a tener algún influjo en el norte del departamento, principalmente en San Andrés de Sotavento. El Movimiento Armado Quintín Lame, por el contrario, tenía presencia en el departamento de Cauca, en el sur occidente del país. 235 La Alianza Democrática M-19, fue conformada el 3 de abril de 1990 por el M-19, el Frente Popular, Colombia Unida, Socialismo Democrático, el Movimiento Inconformes de Nariño, un sector de retirados de la UP y otras agrupaciones. Ver el texto ya citado de Villarraga y Plazas, p. 318.

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de paz con el M-19, y el Frente Popular, con presencia de delegados del Gobierno. Posteriormente, en junio se llevó a cabo una reunión en los Llanos del Tigre, en el Alto Sinú, con lo que se empezó a concretar el camino para la desmovilización. En el interior del EPL, hubo divisiones y casi la totalidad de los miembros del Estado Mayor, excepto dos que estaban en la cárcel, le quitaron su respaldo a Francisco Caraballo y posteriormente éste descalificó la negociación. Antes de terminar la administración Barco, se suprimió la Jefatura Militar de Urabá y por ende la nueva administración recibió el proceso bastante adelantado. El 24 de agosto de 1990, el equipo gubernamental viajó al campamento del EPL en Pueblo Nuevo, con el propósito de canalizar los avances y fijar los derroteros. El grueso de la organización del EPL se concentró en campamentos ubicados en Córdoba, Antioquia, Santander y Caldas, principalmente, después de una intensa labor de negociación entre las cúpulas de cada frente y sus bases en las respectivas regiones. Lo anterior sirvió de preámbulo para que el primero de marzo de 1991 se produjera su desmovilización en el corregimiento de Juan José, en el municipio de Puerto Libertador, en el Alto San Jorge. El EPL se transformó en el movimiento político Esperanza, Paz y Libertad, con lo que conservó su sigla, y siguió participando en la Alianza Democrática M–19. Participó en la Asamblea Nacional Constituyente de 1991 con dos representantes y por esta vía se integró a la vida política legal236. Varios factores explican esa desmovilización. En 1991, según la opinión de algunos ex-comandantes, la mayoría de los mandos del EPL estaban convencidos que debían abandonar la lucha armada y construir un movimiento político abierto y democrático. Esta disposición permitió la promoción del acuerdo de paz que buscaba con el Gobierno nacional. Desde otra perspectiva, el proceso que culminó con la desmovilización del EPL a comienzos de 1991 y la creación del movimiento Esperanza, Paz y Libertad más que el resultado de “la combinación de todas las formas de lucha”, fue ante todo un deseo dentro del EPL de participar en un proyecto “civilista y pluralista que cuestionara la vigencia de la lucha armada” y que intentara superar por la vía pacífica las limitaciones a la participación política impuestas por el régimen bipartidista237. En la decisión del EPL, pesaron también otros factores. Continuar en la lucha armada hubiera tenido un enorme costo en vidas humanas; adicionalmente, había sido convocada una Asamblea Nacional Constituyente, figura que éste grupo respaldaba desde 1984238.

236 Rafael Pardo. De Primera Mano. Bogotá, Cerec - Norma, 1996, pp. 232 a 236. 237 Ver el texto ya citado de Villarraga y Plazas, 1994. Igualmente el texto ya citado de Romero, 2003; p. 145. 238 Ver Fabiola Calvo Ocampo. Colombia: EPL, una historia armada. Madrid, VOSA, 1996. p. 157. Ejército Popular de Liberación. Vicepresidencia de la República. Programa Presidencial de Derechos Humanos y DIH. Observatorio de los Derechos Humanos en Colombia, enero de 2002.

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En Córdoba, el número de desmovilizados del EPL fue de 349 combatientes, 30 de la CRS y 16 del PRT239. Sin embargo, persistió una disidencia. La facción de Francisco Caraballo quedó aislada de la mayoría de los frentes y tomó la decisión de ir al municipio de Uribe, Meta, en busca de apoyo político y militar por parte de las Farc240.

4.2.3. Tercera fase: 1991-1996. Las Farc ocupan parte de los espacios cedidos por el EPL y se desarrollan las Autodefensas Campesinas de Córdoba y Urabá, Accu

Esta tercera fase presenta varios cambios respecto de las dos anteriores. En cuanto a las guerrillas, persiste activa una disidencia del EPL, y las Farc se hacen a parte de los espacios cedidos por la agrupación desmovilizada, principalmente en el sur del departamento. Por otro lado, el narcotráfico adquiere un nuevo dinamismo y a partir de 1994 reaparecen las autodefensas, que en esta ocasión se denominaron como las Autodefensas Campesinas de Córdoba y Urabá, Accu, que pretendían neutralizar a las Farc y a la disidencia del EPL. Por ello, la violencia adquiere un nuevo impulso, especialmente a partir de 1995. Esta fase también se separa en dos etapas. En la primera, entre 1991 y 1994 disminuyen los homicidios y los secuestros. Es así como los homicidios pasaron de 590, a 429 en 1991, a 401 en 1992, a 398 en 1993 y a 299 en 1994; la tasa pasó así de 50.2 hpch en 1990 a 24.4 hpch en 1994, situación explicable a raíz de las desmovilizaciones. Los secuestros, por su lado, descendieron de 34 en 1991 a 18 en 1994, una disminución de casi el 50%. Las acciones armadas en el marco de la confrontación (ataques y combates tomados conjuntamente) pasaron de 34 en 1991 a 18 en 1994. No obstante, la violencia vuelve a aumentar en la segunda etapa, entre 1995 y 1996. Es así como los homicidios subieron a 381 en 1995 y a 455 en 1996, este último año marcando una tasa de 36 hpch; lo anterior se debe principalmente al protagonismo armado que adquirieron las Accu como respuesta al fortalecimiento de las Farc y como efecto del narcotráfico. Los secuestros no variaron mucho, aunque es bueno recalcar que en 1995 se produjeron 29, una cifra elevada respecto de los años anteriores, que fueron perpetrados en gran medida por las Farc; el accionar armado registró 12 y 18 eventos en 1995 y 1996, en su mayoría combates por iniciativa de la Fuerza Pública; las Farc realizaban ataques pero en una proporción menor que el EPL en el pasado. Para estudiar la evolución de los ataques de las Farc y los combates por iniciativa de las Fuerzas Militares entre 1991-1996, se pueden apreciar los mapas No. 10 y 11.

239 Ver: Documento 2. Los grupos políticos y el conflicto armado en Córdoba. Noviembre de 2005, pp. 22-23. En: Negrete y Bechara. Documentos para la reflexión 2, febrero de 2007) 240 Ver el texto ya citado de Villarraga y Plazas, p 346.

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Mapa No. 10 Acciones armadas de las Farc y combates por iniciativa de la Fuerza Pública 1985 a 1987 y 1988 a 1990

1985-1987

Cabecera Municipal

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Vía Principal

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1988-1990

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Fuente de datos: DAS Procesado y georeferenciado por el Observatorio del Programa Presidencial de DH y DIH, Vicepresidencia de la República. Fuente cartografica: IGAC

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Mapa No. 11 Acciones armadas de las Farc y combates por iniciativa de la Fuerza Pública 1991 a 1993 y 1994 a 1996

1991-1993

Cabecera Municipal

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Vía Principal

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Rio Principal

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Municipio

Municipio

Departamento

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1994-1996

Cabecera Municipal

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Vía Principal

Vía Principal

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Municipio

Municipio

Departamento

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Fuente de datos: DAS Procesado y georeferenciado por el Observatorio del Programa Presidencial de DH y DIH, Vicepresidencia de la República. Fuente cartografica: IGAC

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Primera etapa de la tercera fase: 1991-1994. La violencia disminuye y se incuban las nuevas autodefensas El punto de partida de la primera etapa de la tercera fase fue la desmovilización del EPL. Según un estudioso del departamento, ésta fue vista en un principio como un triunfo atribuible en buena medida a Fidel Castaño. La imagen de Castaño creció como protector de la sociedad y la democracia. Disminuyeron los homicidios, los secuestros, las extorsiones, los boleteos, las acciones de abigeato y el desplazamiento forzado; se revalorizó la tierra, se presentó una recuperación parcial del hato ganadero, cierto retorno al campo y alguna reactivación de la economía agraria241. Las acciones de las Farc no revistieron mayor dinamismo entre 1991 y 1994, al tiempo que los combates por iniciativa de las Fuerzas Militares contra esta agrupación los superaba, situación que se observa en el mapa No.11. En esencia, las autodefensas no fueron un actor central en 1992 y 1993 y empiezan a adquirir protagonismo nuevamente a partir de 2004. Se debe recordar que después de la desmovilización del EPL, se conformó el movimiento político denominado Esperanza, Paz y Libertad. Los miembros de esta agrupación política participaron en elecciones, de manera autónoma o en el marco de alianzas. En Córdoba, a través del candidato Rodrigo García, por poco ganan la elección por voto popular a la Gobernación en 1992 y durante varios periodos el movimiento obtuvo concejales y diputados en el departamento. Después, en la medida en que a la mayoría de los desmovilizados se les complicaba la situación económica por el fracaso de los proyectos productivos y la terminación de los subsidios entregados por el Gobierno, algunos de ellos se incorporaron a las filas de las Farc. Un porcentaje no definido perdió la vida por distintas causas y sólo un 30%, aproximadamente, aprovechó las ventajas de la reinserción y con honestidad se reincorporó a la vida civil242. Romero analiza los hechos y sostiene que las alianzas que sostuvo el EPL con sectores de los partidos y de la élite departamental les proporcionó protección, al neutralizar los posibles enemigos que quisieran tomar venganza por sus acciones pasadas. Sin embargo, la asociación con los ganaderos originó la reacción de las Farc y de una disidencia del EPL que no participó en el proceso de desmovilización. García se opuso a varios intentos de atentar contra la vida de Marcos Jara, comandante del EPL oriundo de Córdoba, y en ese momento cuadro activo de su campaña, que se desarrolló con un tono de anticorrupción y anticlientelismo, que tenía nombre propio: los vicios de los liberales, mayoría electoral en Córdoba. El programa de la campaña hizo hincapié en el servicio a la comunidad, en la honestidad y en rescatar el departamento de “la clase corrupta, la cual se confabula contra el interés público”243. 241 Ver: Documento 2. Los grupos políticos y el conflicto armado en Córdoba. Noviembre de 2005, p. 21. En: Negrete y Bechara. Documentos para la reflexión 2, febrero de 2007. 242 Ver: Documento 2. Los grupos políticos y el conflicto armado en Córdoba. Noviembre de 2005, p. 23. En: Negrete y Bechara. Documentos para zla reflexión 2, febrero de 2007. 243 Ver el texto ya citado de Mauricio Romero, 2003; p. 148.

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Dinámica de la violencia en el departamento de Córdoba 1967-2008

En Córdoba, la agrupación disidente del EPL nunca mostró fuerza y los espacios que ocupaba esta agrupación con anterioridad fueron llenados por las Farc. En el departamento, la mayoría de los indicadores relacionados con el EPL bajaron hasta el punto que otros departamentos como Norte de Santander, Santander, La Guajira y Cesar lo superaron244. En esta etapa, la violencia fue más intensa en Urabá. Se considera que las Farc y sus milicias urbanas fueron responsables de 204 asesinatos de miembros de esperanzados y guerrilleros amnistiados del EPL entre 1991 y 1995245. Por su lado, la disidencia del EPL también fue responsable de muchas otras muertes. En una circular firmada por Caraballo, se declaraba que “Esperanza era un objetivo por ser un grupo paramilitar.”246 Esta situación originó la conformación de los denominados Comandos Populares por parte de un sector de los reinsertados, que en lo esencial tuvieron un carácter defensivo247. En 1994, no obstante, los indicadores de violencia y en particular los homicidios no fueron elevados en razón a una alianza política que promovió la candidatura de Gloria Cuartas a la Alcaldía de Apartadó248. Entre 1992 y 1993, las autodefensas no mayor protagonismo en Córdoba, por los acuerdos a los que llegaron con el Gobierno, que se había comprometido a reforzar la presencia de la Fuerza Pública en el departamento, pero así mismo lo anterior guarda relación con el hecho de que los hermanos Castaño perdieron protagonismo en la región y en Córdoba en particular y lo ganaron a nivel nacional, por su participación en el movimiento denominado Perseguidos por Pablo Escobar, Pepes, que adquirió importancia en aras de neutralizar la violencia desplegada por el entonces capo del Cartel de Medellín249. 244 Ver: Ejercito Popular De Liberación. Vicepresidencia de la República. Programa Presidencial de Derechos Humanos y DIH. Observatorio de Los Derechos Humanos en Colombia, Enero de 2002. 245 Ver: Informe sobre violaciones al Derecho Internacional Humanitario en Colombia. Human Rights Watch. Nueva York, 1998. 246 Ver: Informe sobre violaciones al Derecho Internacional Humanitario en Colombia. Human Rights Watch. Nueva York, 1998. 247 Ejército Popular de Liberación. Vicepresidencia de la República. Programa Presidencial de Derechos Humanos y DIH. Observatorio de Derechos Humanos en Colombia, Enero de 2002. 248 Ver William Ramírez Tobón. Urabá: Los inciertos confines de una crisis". Bogotá, Editorial Planeta,  1997, p 159. El autor señala que el movimiento de convergencia fue conformado por “(…) la UP, el PC, Esperanza, Paz y Libertad, la Corriente de Renovación Socialista, los partidos Liberal y Conservador, los movimientos Cristianos, de Negritudes, Cimarrón, Apartadó para Todos, Generación 21 y Raca Mandaca. 249 La violencia del cartel de Medellín y los extraditables venía siendo significativa desde mediados de los años ochenta y particularmente después del asesinato de Rodrigo Lara Bonilla ocurrido en abril de 1984, pero se incrementó en 1985 cuando se reanudó la extradición en Colombia. Esta violencia incluso afectó dos candidatos presidenciales, dos Ministros de Justicia y el Director de El Espectador. Igualmente fueron asesinados o secuestrados no menos de nueve periodistas reconocidos en la opinión, entre ellos la hija de un ex-Presidente de la República, Diana Turbay, sin tener en cuenta a Francisco Santos, en la actualidad Vicepresidente de la República, que fue secuestrado y posteriormente liberado. Fueron asesinados dos magistrados de las máximas cortes, un Procurador General de la Nación, un Gobernador de Antioquia, a lo que hay que sumarle alrededor de 200 funcionarios del poder judicial. Pablo Escobar se entregó a la justicia, aprovechando los decretos de sometimiento a la justicia, pero siguió delinquiendo desde el sitio de reclusión que le asignaron, La Catedral. En particular, propició una purga entre sus aliados y una vez detectados sus planes por los organismos de seguridad del Estado, decidió fugarse cuando el Gobierno intentaba trasladarlo a otra prisión más segura. Una vez afuera, volvió a incrementarse el terrorismo.

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No obstante, en esta primera etapa se incubaron en Córdoba aspectos que posteriormente irrumpieron con fuerza. En lo que respecta al narcotráfico, varios cambios se habían producido y no solamente se expresaba en compras de tierras que servían como sitio de acopio y pistas clandestinas. En 1991, ocurrió el asesinato del director de la sección de estupefacientes, el capitán Rojas Betancourt, enviado por la Policía desde Bogotá para investigar sobre los embarques de cocaína. Como lo señalan dos estudiosos del departamento, este suceso puso al descubierto parte de la realidad del narcotráfico y las dimensiones que había alcanzado en la sociedad cordobesa250. De los centros de acopio y los puntos de embarque, pronto se pasó a la siembra de cultivos ilícitos. Para 1993, en Los Córdobas, ya se habían registrados cultivos ilícitos y laboratorios para su procesamiento; años después, se extenderían también a Tierralta y Valencia251. Aproximadamente en 1994, se produjo la reaparición de las autodefensas, que en esta ocasión se denominaron Autodefensas Campesinas de Córdoba y Urabá, Accu, como reacción a la reactivación de la violencia, en particular de las Farc que habían reanudado los secuestros, las extorsiones y los ataques terroristas252 y por el peso adquirido por el narcotráfico en la región. Se debe advertir que en un escenario en el que los Castaño habían bajado su perfil, un personaje como Salvatore Mancuso, hijo de un inmigrante italiano, fue ganando relieve. De acuerdo con Glenda Martínez253, que hizo su biografía, en 1983 había sido víctima de un secuestro que duró tres días, antes de ser liberado después de que se pagara un rescate. Así mismo, había sido testigo de secuestros de amigos y conocidos, mientras que su padre era víctima de extorsiones, lo que a la postre lo obligó a vender su finca Buenos Aires. Mancuso, que estuvo varios años ausente del departamento, vuelve en 1989 a poner en práctica lo que había aprendido en sus estudios. Se inicia como finquero en Campamento, finca que su esposa heredó de su padre Luis Dereix, quien murió repentinamente, cuando ella tenía once años. Poco después, y ante la existencia de presiones por parte de las guerrillas que seguían activas, Mancuso se convierte en colaborador de las Fuerzas Militares, actividad que alterna con su oficio de finquero y empieza a asistir a reuniones de ganaderos y agricultores convocadas por la XI Brigada del Ejército, donde se hacían donaciones de gasolina, ACPM y se intercambiaba información.

Fue entonces cuando entraron en acción los Pepes, organización en la que participaron los hermanos Castaño, destruyendo propiedades, asesinando allegados al capo y presionando a sus familiares. Respecto del tema de los Pepes y Pablo Escobar, ver el libro ya citado de Rafael Pardo, pp. 425 a 468. 250 Ver: Documento 2. Los grupos políticos y el conflicto armado en Córdoba. Noviembre de 2005, p. 20. En: Negrete y Bechara. Documentos para la reflexión 2, febrero de 2007. 251 Ver: Documento 2. Los grupos políticos y el conflicto armado en Córdoba. Noviembre de 2005, p. 21. En: Negrete y Bechara. Documentos para la reflexión 2, febrero de 2007. 252 Carlos Castaño declaró que “(…) nuevamente se produjeron secuestros, nuevamente hubo robos de ganado, nuevamente empezaron a boletear a los ganaderos del Sinú porque simplemente el vacío que dejó el EPL, en esta zona, fue llenado por las Farc” y, ante esta situación retomaron las armas “para devolverlas al gobierno exclusivamente cuando no haya guerrilla”. Ver el texto ya citado de Germán Castro Caicedo, En Secreto, p. 173. 253 Ver: Glenda Martínez. Salvatore Mancuso: Su Vida. Editorial Norma, 15 de octubre de 2004.

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Desde entonces, fue común verlo en los entrenamientos, en las reuniones de seguridad, en el polígono, en la pista de ejercicio o en el casino de los oficiales. Se vinculó plenamente a estas actividades gracias a la amistad que entabló con otro hijo de inmigrantes italianos, el mayor Walter Fratini-Lobaccio, que llegó a la región a finales de 1991, como segundo comandante del Batallón Junín y quien traía experiencia del Magdalena Medio254. Hacia 1992, empezó a ejercer y a participar más directamente en acciones orientadas a debilitar las agrupaciones guerrilleras. Una tarde, cuando se dirigía desde la finca Campamento hacia Montería fue abordado por guerrilleros del frente Pedro León Arboleda, del grupo disidente del EPL. Éstos lo conminaron a visitar el campamento del grupo guerrillero, pero Mancuso se resistió y exhibió sus armas. Posteriormente, realizó labores de inteligencia y guió a integrantes del batallón Junín hasta el campamento de los integrantes del EPL. De acuerdo con Glenda Martínez, los soldados emboscaron a los guerrilleros en una escuela de Santa Fe, donde se escondían; uno murió en el cruce de las primeras balas y los otros en la huída255. Desde ese entonces, Mancuso siempre anduvo armado y con escoltas. Así mismo, estrechó sus relaciones con el entonces coronel Fratini y empezó a dotar de radioteléfono a todos los vaqueros. Con mapa y censo de los propietarios en mano, Fratini dividió la región por zonas y Mancuso repartió responsabilidades de finca en finca. El primer paso era recolectar información y mantener vigilancia constante, siempre en conexión con la Brigada XI. Si alguien tenía que salir de su finca y no tenía escolta, Mancuso le prestaba sus hombres. Si algún sospechoso se encontraba en la zona, Mancuso era informado; si se tenía información de un intento de secuestro, Mancuso se anticipaba256. Su alianza con Fratini se consolidó; es así como de día continuó siendo arrocero en su finca, y en la noche ayudaba al Ejército a patrullar, acompañado de su escolta. Se unieron voluntarios. Su fama creció entre los propietarios del margen derecho del río Sinú, sobretodo a raíz del rescate de un ganadero llamado Hernán Palacios. Dicho ganadero no había aceptado pagar las extorsiones de las Farc y cuando llegaron por él, éste pidió ayuda por radioteléfono a Mancuso, que se encontraba en la Brigada. 45 minutos después, Mancuso, acompañado de 15 soldados, se enfrentó a tiros con los secuestradores. Seis murieron y cuatro lograron escapar. Dicha noticia se regó entre los cordobeses y éstos se encargaron de difundirla en Sucre, Bolívar, César y toda la Costa Atlántica257. En junio de 1993, Fratini-Lobaccio murió durante una operación militar. Un reducto del EPL disidente había derribado el helicóptero en el cual se encontraba en el filo del cerro Coiba, en la vereda El Dos, jurisdicción de Turbo, mientras intentaba defender a un 254 En lo esencial, el perfil de Mancuso es extraído del libro de Glenda Martínez, ya citado. 255 Ibídem. 256 Ibídem. 257 Ibídem.

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grupo de soldados de contraguerrilla arrinconados contra los cerros. Los guerrilleros torturaron al militar, hasta que murió. Lo anterior al parecer contribuyó para que Mancuso decidiera ingresar de tiempo completo a las autodefensas258. Un año después, en 1994, Fidel Castaño desapareció259. Este hecho, aunado a la reaparición de los secuestros y las extorsiones, y al aumento de la actividad militar de las Farc, precipitaron la aparición de las Autodefensas Campesinas de Córdoba y Urabá, Accu, y posteriormente de las Autodefensas Unidas de Colombia, AUC. En ausencia de Fidel Castaño, su hermano Carlos se convirtió en el líder de las primeras y después de las segundas260. Se conformaron estructuras más elaboradas que las de los otrora Tangueros en respuesta a “la nueva guerra de agresión” de las Farc, con una diferencia: la respuesta no era estrictamente militar, sino también a través de un frente político-militar, que empezó a moldearse261. De hecho, en 1994 Mancuso ingresó a la estructura de las Accu y desde entonces figuró en el organigrama como alias Santander Lozada262. A su turno, figuras como Rodrigo Tovar Pupo, Jorge 40, Hernando Hernández o H.H., y Carlos Mauricio García, Rodrigo Doble Cero, se empezaron a insinuar en sus respectivas regiones y mantenían contactos con las Accu, por lo que en cierta medida nacía el embrión de lo que fueron las AUC desde 1997. En esta nueva fase, la organización de las Accu se dividió en tres tipos de estructuras. En esos años, la guerrilla ya no hacía presente en el norte y el centro del departamento y se concentraba en el sur, principalmente en los Altos Sinú y San Jorge. En las Accu, se partía del presupuesto que la parte militar estaría organizada por grupos y que éstos a su turno tenían que ver con las áreas. Se conformaron así grupos de choque, grupos de apoyo y grupos de base. Primero, los grupos de choque “(…) están entrenados, capacitados y dotados de armamento…. La misión de esos grupos de choque es combatir al enemigo en sus propias áreas. Son grupos de ofensiva, cuya tarea es localizar a la guerrilla donde se encuentre, en sus áreas de descanso, en sus áreas de apoyo, en sus campamentos y atacarla, pues se sabe, por estrategia, que la mejor forma de defenderse es pasando a la ofensiva. Normalmente, cada grupo está compuesto por unos cuarenta hombres y es equivalente a un pelotón del Ejército.”263 258 Ibídem. 259 Las versiones son muy variadas. En entrevistas de prensa, Carlos Castaño ha afirmado que su hermano mayor, Fidel, desapareció en un viaje por tierra de Colombia a Panamá en 1994, poco después de escribir una carta al entonces ministro del interior Horacio Serpa, manifestándole su deseo de participar en las negociaciones de paz entre el gobierno y la guerrilla. La oferta no obtuvo respuesta. Ver “Revelan carta de ‘Rambo’ a Serpa,” El Tiempo, 20 de septiembre de 1994; y “Fidel Castaño está muerto,” Semana, 9 de julio de 1996, pp. 32-38. Por otro lado entrevistados señalaron que Fidel Castaño fue muerto en una emboscada que le tendió las Farc en San Pedro de Urabá; una de ellas sostiene que esto coincidió con la toma de este municipio ocurrida en 1994. 260 Ver: Informe sobre violaciones al Derecho Internacional Humanitario en Colombia. Human Rights Watch. Nueva York, 1998. No obstante, Glenda Martínez argumenta que Vicente Castaño adquirió protagonismo entonces, pues volvió de Europa llamado por su hermano Carlos. Esta versión no se puede descartar, pues con el tiempo fue aceptado que el papel de Vicente era importante desde mucho antes de la desmovilización, sino que no hacía protagonismo. 261 Ver: Documento 2. Los grupos políticos y el conflicto armado en Córdoba. Noviembre de 2005, p. 23. En: Negrete y Bechara. Documentos para la reflexión 2, febrero de 2007. 262 Ver: Glenda Martínez. Salvatore Mancuso: Su Vida. Editorial Norma, 15 de octubre de 2004. 263 Entrevista concedida por alias Raúl, integrante de las Accu en esos años. Ver el libro ya citado de Germán

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En segundo término, los grupos de apoyo estaban “(…) distribuidos en las veredas, también con armamento de guerra, material de comunicaciones, entrenamiento de combate y su misión es defender las veredas de las incursiones de la guerrilla. Su armamento también es de guerra, pero no están tan entrenados como los anteriores. Están entrenados en técnicas de defensa. Son campesinos natos que, debido a la situación que se vive en el campo colombiano, hallaron la alternativa de buscar seguridad y paz. Si usted le pregunta a cualquiera de ellos cómo se toma un campamento del enemigo, no sabe. Pero si la guerrilla viene, sí sabe cómo la burla, cómo le dispara, hace cinco o seis tiros, si puede dar de baja a un guerrillero lo da de baja o si no se retira en otra posición”264. En tercer lugar, los grupos de base “son el resto de la población civil, el resto del campesinado. Gente con una instrucción sobre comunicaciones, sobre la situación de la región, prestan servicios de inteligencia, avisan todo lo que viene. (…) Saben distinguir entre Ejército y guerrilla, saben cuando somos nosotros y tienen una red de comunicaciones permanente”265. El entrevistado señaló que cuando surgieron las Accu, había áreas que habían perdido importancia para la guerra. Por ejemplo, “para nosotros, el área de Montería: allí no necesitamos aparatos de inteligencia, porque son los que llamamos nuestras “zonas de frontera”. Allá los campesinos viven tranquilos, la zona ya fue recuperada y es difícil que caiga una vez más porque ese campesino ya vivió la etapa de invasión guerrillera y no va a permitir que vuelva a pasar eso. Entonces, cualquier embrión que vaya resultando por allá, inmediatamente vienen e informan. En nuestra retaguardia, por donde hemos liberado fenómenos de delincuencia común, fenómenos de guerrilla que vayan apareciendo, eso se sabe aquí y va con ellos la patrulla hasta allá”266. Segunda etapa de la tercera fase: 1995-1996. Expansión de las Farc y de las Accu Se configura así la segunda etapa de esta tercera fase, cuando la violencia vuelve a incrementarse. En ese periodo, las Farc ocuparon cada vez más claramente los espacios cedidos por el EPL, principalmente en el sur de Córdoba, y si bien no tuvieron mucho protagonismo militar, volvieron a incrementarse las extorsiones y los secuestros, que no obstante que habían persistido, habían disminuido respecto de los años anteriores. De la misma manera, volvió a aumentar el abigeato; en los primeros cuatro meses de 1995, fueron robadas 100.000 cabezas de ganado en Córdoba, como lo denunció El Meridiano de Córdoba el 12 de mayo de ese año, citando un informe de Fedegan. Las autodefensas, por su lado, reaccionaron e incrementaron la comisión de homicidios.

Castro Caicedo, pp. 183 y 184. 264 Ver el libro ya citado de Germán Castro Caicedo, p. 184. 265 Ver el libro ya citado de Germán Castro Caicedo, pp. 185 y 186. 266 Ver el libro ya citado de Germán Castro Caicedo, p. 186.

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En 1995, Salvatore Mancuso se escapó por poco de un secuestro en un retén ilegal montado por el frente 18 de las Farc entre Tierralta y Montería. En consecuencia, decidió fortalecer su estructura armada. Tras ingresar a las Accu, Mancuso se especializó en guerra de guerrillas y se convirtió en piloto de helicópteros, gracias a las enseñanzas de un capitán retirado del Ejército. A mediados de 1996, se dicta en su contra la primera orden de captura por parte del fiscal Alfonso Valdivieso, acusado del homicidio de Dagoberto Santero en la vereda El Martillo, en Sucre y entra en la clandestinidad, instalándose en el Nudo de Paramillo267. Las Accu se convirtieron rápidamente en el grupo de autodefensas más grande y organizado de Colombia. Aunque cada frente tenía un líder local, Castaño decía que todos se coordinaban a través del mando central y Castaño era el comandante en jefe. Al igual que la guerrilla, a la que imitaban conscientemente, las Accu tenían un estado mayor conjunto, compuesto por líderes de cada grupo de autodefensas regional. Los grupos regionales tenían también estados mayores regionales. Como ya se señaló, la fuerza combativa estaba dividida en tres tipos de unidades, las juntas de autodefensa locales, los grupos de apoyo y los frentes de choque, mejor entrenados y equipados con más capacidad para desplazarse. Desde 1994, en su nueva etapa como Accu, la agrupación empezó a promover una misma sigla y entró en comunicación con las diferentes autodefensas del país. Carlos Castaño operó una avanzada militar anticomunista, en “defensa de la propiedad privada y la libre empresa”, ofreciendo su modelo de seguridad a propietarios de otras regiones del país afectados por la guerrilla y la movilización social. Definidos como una “organización civil defensiva en armas”268, obligada, según sus comunicados, a asumir su protección frente a la extracción de recursos y amenaza contra la vida por parte de la subversión, justificaron su razón de ser por el “abandono del Estado” en sus funciones de seguridad frente a los propietarios. A pesar del cambio operativo hacia formas de autoridad menos arbitrarias en las zonas donde consolidó su dominio, el carácter ofensivo y expansivo de las Accu siguió siendo asociado con el paramilitarismo, aunque sus jefes quisieran soslayarlo a favor de una imagen justificatoria de autodefensa para su proyecto de restauración del orden rural269. Los homicidios, como se anotó anteriormente, aumentaron en Córdoba por la acción de las Accu (mapa No. 12). Es así como el 16 de enero de 1995, en Valencia, asesinaron a Freddy Herrera Arcila, Donaldo Ibáñez Álvarez y Omar Enrique Durango Ibáñez y desaparecieron a Enor Madera. El hecho ocurrió en el corregimiento Manzanares. El 5 de mayo de 1995, en Montería, dieron muerte a Marco Tulio Martínez Quintero, presidente del Sindicato de Trabajadores de la empresa sueca Skanka-Conciviles y operario de máquina. El 7 de septiembre de 1995, en San Andrés de Sotavento, ultimaron a Andrés Suárez Montalvo, líder indígena Zenú. El 2 de julio de 1996, en el mismo municipio, dieron muerte a los indígenas Saúl Baltazar Martel y Alfonso Suárez y el 18 de noviembre de 1996, en Tierralta, al sacerdote de la Iglesia Presbiteriana,

267 Ver: Glenda Martínez. Salvatore Mancuso: Su Vida. Editorial Norma, 15 de octubre de 2004. 268 Documento de las AUC en el que se declaran movimiento político-militar, julio de 1997. 269 Ver: Mauricio Romero, 2003; pp. 151-152.

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Mapa No. 12 Tasas de homicidio en 1995 - 1996

Tasas de homicidios por cada cien mil habitantes en 1995

Tasas de homicidios por cada cien mil habitantes en 1996

Fuente de datos: Policía Nacional Procesado y georeferenciado por el Observatorio del Programa Presidencial de DH y DIH, Vicepresidencia de la República. Fuente cartografica: IGAC

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Rev. Pedro Alzate Varela270. Además, asesinaron a varios carniceros. Cuando Human Rights Watch le preguntó a Carlos Castaño por qué las Accu habían matado a varios carniceros en el interior y los alrededores de Tierralta en 1996, dijo que la guerrilla robaba ganado de los ganaderos que cambiaba por ganado propiedad de pequeños finqueros. Cuando los pequeños finqueros llevaban el ganado robado a los mataderos locales, los carniceros lo compraban. Por lo tanto, según el razonamiento de Castaño, los carniceros asistían a los guerrilleros y perdían su estatuto de civiles271. Por otra parte, Romero señala que en 1995 el número de desplazados, sólo en Córdoba, por las presiones de las autodefensas y por las represalias de la guerrilla, había llegado a cerca de 115.000, aproximadamente el 10% de la población total de este departamento272. Los asentamientos de desplazados en los alrededores de Montería, Cereté, Montelíbano y otras ciudades menores eran de una pobreza extrema, que afectaba principalmente a niños, jóvenes y mujeres, población catalogada por los organismos estatales como “de alto riesgo social”, debido a los fenómenos de prostitución, drogadicción, opresión, abusos y delincuencia a que está expuesta273. Después de que las Accu fueran relacionadas con 90 asesinatos en un período de 22 días a finales de 1996, el Gobierno anunció una “ofensiva total” contra esta agrupación y una recompensa de un millón de dólares por información que condujera a la captura de Castaño274. Al respecto, se debe advertir que la ofensiva de las autodefensas se desplegó con especial fuerza en el norte del Urabá antioqueño, particularmente entre 1995 y 1996 y afectó significativamente el Eje Bananero; posteriormente, siguió por el sur de Urabá hasta el norte de Chocó. Sin embargo, durante los meses siguientes, Castaño no fue detenido. De hecho, sostuvo una reunión con el Gobierno nacional en un área controlada por él. Cuando se repitió la recompensa un año después, ésta vez con una foto de Castaño, el Gobierno prometió enviar contra él un equipo especial liderado por la Policía275. Las disputas entre las Farc y las Accu en últimas afectaron a la disidencia del EPL, que seguían bajo el mando de Francisco Caraballo. Esta agrupación había sobrevivido 270 Comisión Intereclesial de Justicia y Paz. Bogotá, D.C 18 de enero de 2005. 271 Las Farc obligaron a los civiles a participar indirectamente en la confrontación. Por ejemplo, una estrategia bien conocida de la guerrilla es el llamado “lavado de ganado.” Los guerrilleros arrean el ganado robado a una zona de pequeños finqueros donde los cambian por animales legales. Los finqueros no pueden rechazar el cambio, por miedo a las represalias, a pesar de que saben que los ganaderos y los paramilitares financiados por éstos vendrán inevitablemente en busca de su propiedad. Los guerrilleros venden después el ganado “lavado” a los mataderos. Ver: Informe sobre violaciones al Derecho Internacional Humanitario en Colombia. Human Rights Watch. Nueva York, 1998. 272 Ver Víctor Negrete. Los desplazados por la violencia en Colombia: El caso de Córdoba. Montería, diciembre de 1994. Edición: Editorial Antillas. Barranquilla, octubre de 1995. Encargado de la edición: Ávila Pérez, Alfonso. 273 Ver el texto ya citado de Mauricio Romero, 2003; p. 152. 274 Ver Informe sobre violaciones al Derecho Internacional Humanitario en Colombia. Human Rights Watch. Nueva York, 1998. 275 Ver: Informe sobre violaciones al Derecho Internacional Humanitario en Colombia. Human Rights Watch. Nueva York, 1998.

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principalmente en el Urabá, con el apoyo de las Farc, pero hacia 1995 perdió este apoyo por disputas que surgieron entre estas dos guerrillas. Con la arremetida de las Accu contra las Farc, la disidencia del EPL se encontró arrinconada, lo que propició su desmovilización en 1996. En ese año, en los municipios de Montería y Tierralta, 255 guerrilleros con sus respectivos comandantes, pertenecientes a los frentes Pedro León Arboleda y Bernardo Franco de la disidencia del EPL y una fracción del frente 58 de las Farc hicieron dejación de armas voluntaria276. La entrega se produjo en la finca Cedro Cocido en jurisdicción de Montería. Además, para 1996, Esperanza Paz y Libertad como movimiento dejó de ser opción política y la vigencia de su personería terminó con la aprobación de las leyes que reglamentaron la existencia y funcionamiento de los partidos políticos277. El movimiento perdió de esta manera influencia sobre sus zonas históricas en Córdoba y Urabá y quedó concentrado en Norte de Santander, Santander, La Guajira, Risaralda y Caldas, principalmente278. Se finaliza así la tercera fase de la violencia en Córdoba y se da inicio a la cuarta, que se extiende entre 1997 y 2002.

4.2.4. Cuarta fase: 1997 a 2002. Expansión de las Autodefensas Unidas de Colombia, AUC y confrontación con las Farc

Esta fase se caracteriza por la formación y la expansión de las AUC, que desbordó el departamento de Córdoba y se prolongó hasta que se dieron los primeros pasos que permitieron la desmovilización de las autodefensas. Este aparte presenta por ello alguna complejidad en cuanto a que los principales comandantes de las autodefensas en Córdoba, entre ellos Carlos Castaño y Salvatore Mancuso, juegan al mismo tiempo un rol en los ámbitos regional y nacional. El paso de las Accu a las AUC se produjo por varios factores. En primer lugar, la actividad de las guerrillas aumentó en varias zonas del país, particularmente en la Costa Caribe, en Cesar, Magdalena, La Guajira y el sur de Bolívar; en el Catatumbo; en el oriente en Meta y Guaviare, para no mencionar sino algunos de los casos más significativos. En segundo lugar, lo anterior se produjo en un contexto en el que el Estado no tenía capacidad para ejercer un control territorial efectivo, principalmente en las áreas más aisladas. En tercer lugar, como efecto de los ataques contra poblaciones llevados a cabo por las guerrillas, muchos puestos y estaciones de Policía fueron 276 Ver: Defensoría del Pueblo, Universidad del Sinú y Fundación del Sinú. Documento 3 ¿Qué hacer ante los hechos?, un plan de acción que prevenga, atienda y prepare el posconflicto, p. 19. En: Negrete Barrera, Víctor. Documentos para la reflexión: Algunos aspectos del Proceso de negociación Gobierno-AUC, Abril de 2006. 277 Ver: Documento 2. Los grupos políticos y el conflicto armado en Córdoba. Noviembre de 2005, p. 23. En: Negrete y Bechara. Documentos para la reflexión 2, febrero de 2007. 278 Ver: Ejército Popular de Liberación. Vicepresidencia de la República. Programa Presidencial de Derechos Humanos y DIH. Observatorio de Los Derechos Humanos en Colombia, Enero de 2002.

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destruidos o retirados por decisión de la institución para evitar que fueran atacados; lo anterior debilitó aun más la institucionalidad en muchas regiones. En ese marco, las autodefensas aparecieron como instancias para enfrentar esta situación, con el argumento de que si el debilitamiento de las guerrillas no se podía llevar a cabo en el marco de la ley, era necesario aplicar la guerra sucia. Adicionalmente, esta situación se presentó en un contexto en el que el narcotráfico se expandió. En este marco, se crearon las condiciones para la expansión de las AUC. A diferencia de los Tangueros de los años ochenta, que en lo fundamental actuaban con mercenarios y sicarios, o de las Accu y otras agrupaciones presentes en otras zonas del país entre 1994 y 1996, que eran autodefensas más regionales y localizadas, entre 1997 y 2002 se organizó un movimiento federado, coordinado, con un discurso político, con estructuras más estables, con una actitud más decidida y ofensiva. En lo esencial, cuando las autodefensas llegaban a una zona, se encargaban de recuperar la seguridad. Después, se apropiaban de las economías legales e ilegales y posteriormente se apropiaban del poder local. En no pocas ocasiones, desviaron el erario público en su beneficio y controlaron las elecciones. El esquema a su turno se reproducía en la medida en que la institucionalidad no reaccionaba ni intervenía. Es por ello que partir de 1997, los líderes de las Accu ampliaron su influencia hacia otras regiones, ahora en el marco de las AUC. Un personaje como Salvatore Mancuso ya no hacía presencia únicamente en Córdoba, sino también en la región del Catatumbo, donde a la postre se consolidó el bloque Catatumbo, y en el sur de Bolívar, regiones donde los homicidios se incrementaron significativamente a partir de 1998. Así mismo, incidió en la constitución del denominado bloque Norte, en la Costa Caribe, y Rodrigo Tovar Pupo, alias Jorge 40, se convirtió en su principal cabecilla. De la misma manera, los Castaño incursionaron en Antioquia, Meta y Guaviare, departamentos donde las masacres se expresaron con intensidad desde 1997. Paulatinamente, las AUC articularon otros bloques y frentes en varias regiones del país. Es importante señalar que si bien el incremento de las acciones de la subversión, la falta de capacidad del Estado para ejercer un control territorial efectivo y la debilidad de la Fuerza Pública son factores que incidieron en esta expansión, la misma no es comprensible si no se introduce el tema del narcotráfico. En efecto, existe una correlación entre la expansión de las AUC y el control de corredores de gran importancia para el narcotráfico. En ese orden de ideas, el objetivo de unir el departamento de Córdoba y el Urabá con el Catatumbo por parte de Mancuso no se hizo únicamente por una convicción antisubversiva, así pasó con la organización de autodefensas en Meta y Guaviare por parte de los Castaño, donde también jugó un papel especial el narcotráfico En el contexto nacional, la expansión de las AUC en varias zonas del paí ocurrió a grandes rasgos entre 1997 y 2002279. En 1997, empiezan a aparecer las AUC como 279 Es importante señalar que no todos los ganaderos, empresarios y comerciantes que patrocinaron este movimiento estuvieron de acuerdo con desconocer y reemplazar las fuerzas de seguridad del Estado; por el contrario, planteaban que debían colaborar sin sobrepasar los límites de la legalidad. Del mismo modo, no todos compartían

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estructura con influencia en varias regiones del país pero los índices de homicidio sólo se incrementan entre 1998 y 1999, comportamiento ascendente que se mantiene hasta 2002. Obviamente, es difícil determinar el impacto de las autodefensas, pues en el gráfico se observa el conjunto del país que incluye dinámicas muy variadas; además de la de las autodefensas, considera el narcotráfico, la confrontación armada con las guerrillas y múltiples situaciones propias de las ciudades. No obstante, los análisis hechos en otras regiones demuestran que las autodefensas jugaron un papel significativo en los cambios registrados en el comportamiento del homicidio. Gráfico No. 20. Homicidios en el país entre 1995 y 2002 70,0 68,0 66,0 64,0 62,0 60,0 58,0 56,0 54,0 52,0 50,0 País

1995

1996

1997

1998

1999

2000

2001

2002

65,9

67,8

63,4

56,7

58,6

62,7

64,7

65,9

Fuente: Policía y Dane Procesado por el Observatorio del Programa Presidencial de DH y DIH,

Fuente: Policía y Dane Procesado por el Observatorio del Programa Presidencial de DH y DIH, Vicepresidencia de la República. Vicepresidencia de la República.

En el caso de Córdoba, la situación es muy diferente a la del promedio del país, pues la presencia de las autodefensas data de los ochenta y las Accu ya habían tenido incidencia en los homicidios entre 1994 y 1996. En efecto, éstos disminuyen en 1997 y 1998, vuelven a subir en 1999 y 2000 y bajan de nuevo en 2001 y 2002, como se aprecia en los gráficos y en los mapas No. 13 y 14. Los secuestros, por su lado, que no fueron muy elevados en 1997 y 1998, se incrementaron significativamente en 1999, 2000 y 2001, en lo esencial fueron cometidos por las autodefensas en el Alto Sinú y San Jorge y en Montería, afectando en particular a comunidades indígenas y se reducen de nuevo en 2002. La confrontación armada no fue muy elevada en cuanto a número de acciones, como se aprecia en el juego de mapas No. 15, pero adquirieron especial intensidad por los enfrentamientos directos entre guerrillas y autodefensas, un rasgo central de esta fase, especialmente en el Nudo de Paramillo.

la ejecución de masacres, el empleo de métodos brutales en las acciones, ni las acusaciones indiscriminadas contra comunidades, sectores sociales e individuos, que disentían de su ideología y procedimientos. Ver: Documento 2. Los grupos políticos y el conflicto armado en Córdoba. Noviembre de 2005. p. 24. En: Negrete y Bechara. Documentos para la reflexión 2, febrero de 2007.

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Mapa No. 13 Tasas de homicidios por cada cien mil habitantes en 1998

Tasas de homicidios por cada cien mil habitantes en 1997

Tasas de homicidios por cada cien mil habitantes en 1999

Fuente de datos: Policía Nacional Procesado y georeferenciado por el Observatorio del Programa Presidencial de DH y DIH, Vicepresidencia de la República. Fuente cartografica: IGAC

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Dinámica de la violencia en el departamento de Córdoba 1967-2008

Mapa No. 14 Tasas de homicidios por cada cien mil habitantes en 2000

Tasas de homicidios por cada cien mil habitantes en 2001

Tasas de homicidios por cada cien mil habitantes en 2002

Fuente de datos: Policía Nacional Procesado y georeferenciado por el Observatorio del Programa Presidencial de DH y DIH, Vicepresidencia de la República. Fuente cartografica: IGAC

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Mapa No. 15 Acciones armadas de las Farc y combates por iniciativa de la Fuerza Pública 1997 a 1999

1997-1999

Cabecera Municipal

Combates FFPP 1997-1999

Acciones Farc 1997-1999 Cabecera Municipal

Vía Principal

Vía Principal

Rio Principal

Rio Principal

Municipio

Municipio

Departamento

Departamento

Acciones armadas de las Farc y combates por iniciativa de la FFPP: 2000 a 2002

2000-2002

Combates FFPP 2000-2002

Acciones Farc 2000-2002

Cabecera Municipal

Cabecera Municipal Vía Principal

Vía Principal

Rio Principal

Rio Principal

Municipio

Municipio

Departamento

Departamento

Fuente de datos: DAS Procesado y georeferenciado por el Observatorio del Programa Presidencial de DH y DIH, Vicepresidencia de la República. Fuente cartografica: IGAC

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En esta nueva fase, se debe advertir que las autodefensas ejercían dominio sobre las partes planas en el sur de la región y la confrontación se desplazó paulatinamente hacia la parte montañosa, particularmente hacia el Parque Nacional Nudo de Paramillo. Lo anterior se aprecia en los siguientes gráficos que comparan las tasas de homicidio del Alto Sinú, con las de Montería y las del país, el primero, y con el San Jorge y el Medio Sinú, el segundo. Se aprecia que en la única región donde la tasa supera el promedio nacional es la de los Altos Sinú y San Jorge en 1999, hacia donde se desplazó la confrontación, mientras que en las demás, donde existía un control de las autodefensas y la presión de las guerrillas era muy baja, se encuentran por debajo del promedio nacional. Dicho en otros términos, las estructuras de apoyo y de base de las autodefensas estaban asentadas en prácticamente todo el departamento, mientras que las unidades de choque se concentraron en los Altos Sinú y San Jorge.

Gráfico No. 21. Tasas de homicidio en los Altos Sinú y San Jorge, Montería y el promedio del país entre 1995 y 2002

120,0 100,0 80,0 60,0 40,0 20,0 0,0

1995

1996

1997

1998

1999

2001

2002

Altos Sinú y San Jorge

53,1

66,7

47,5

38,5

96,1

42,8

58,9

28,4

Montería País

45,8 65,9

42,2 67,8

29,1 63,4

23,7 56,7

30,8 58,6

54,3 62,7

37,6 64,7

42,1 65,9

Fuente: Policía y Dane Procesado por el Observatorio del Programa Presidencial de DH y DIH, Vicepresidencia de la República.

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Gráfico No. 22. Tasas de homicidio en los Altos Sinú y San Jorge, Medio San Jorge y Medio Sinú (incluidas sabanas y ciénagas) y el promedio del país

120,0 100,0 80,0 60,0 40,0 20,0 0,0

1995

1996

1997

1998

1999

2000

2001

Altos Sinú y San Jorge

53,1

66,7

47,5

38,5

96,1

42,8

58,9

2002 28,4

San Jorge

29,2

37,2

26,8

28,8

14,2

28,7

22,0

12,6

Medio Sinú, Sabanas y Ciénagas

15,4

21,2

18,0

12,3

9,8

18,4

12,5

15,2

País

65,9

67,8

63,4

56,7

58,6

62,7

64,7

65,9

Fuente: Policía y Dane Procesado por el Observatorio del Programa Presidencial de DH y DIH, Vicepresidencia de la República.

El año 1997 coincide con una presión muy intensa de las AUC en el Nudo de Paramillo; sin embargo, en 1998 las Farc lanzan una contraofensiva en Tierralta y en 1999 en Puerto Libertador y Montelíbano, así como en Dabeiba, en Antioquia. Ahora bien, la dinámica de Córdoba no se puede comprender a cabalidad sin considerar lo ocurrido en su entorno. Es así como en diciembre de 1997, las autodefensas iniciaron una ofensiva militar contra las Farc, que tuvo lugar en los municipios de Mutatá, Vigía del Fuerte y Frontino, en Antioquia, así como en Riosucio, Chocó, aunque el objetivo principal era lo que se consideraba el cuartel general de las Farc, en este momento la zona del Urabá chocoano, en cercanía a Jiguamiandó. A pesar de que las autodefensas avanzaron, llegando hasta la finca La Secreta en el municipio de Mutatá – la cual se convirtió en una base de la organización -, las Farc no fueron lo suficientemente debilitadas, teniendo la capacidad de realizar una contraofensiva al año siguiente. Esta guerrilla centró su accionar en el municipio de Tierralta, donde las autodefensas tenían una base importante. En mayo de 1998, las autodefensas volvieron a intentar una ofensiva contra la dirigencia de las Farc en el municipio de Murindó, pero la acción no resultó y las autodefensas tuvieron que replegarse en el municipio de Vigía del Fuerte, en Antioquia. En noviembre, la insurgencia destruyó la base de las autodefensas en La Secreta con un saldo aproximado de 40 muertos, obligándolos a replegar su dispositivo militar hacia Bajirá, corregimiento de Mutatá. A partir de ese momento, el escenario de la confrontación armada se trasladó hacia la serranía de Abibe y el Nudo de Paramillo, afectando en buena medida el departamento de Córdoba280. 280 Ver: Observatorio del Programa Presidencial de DDHH. Panorama Actual del Paramillo y su entorno. Mayo de 2002.

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Dinámica de la violencia en el departamento de Córdoba 1967-2008

La caída de La Secreta fue un duro golpe para las autodefensas, integradas en las AUC; adicionalmente, en diciembre de 1998, las Farc incursionaron en Tierralta y Puerto Libertador, propinando varios golpes, entre los que se destaca la incursión a la base de Tolová, cuartel principal de Carlos Castaño. Es así como las Farc lograron el control de los corredores de acceso al piedemonte cordobés en Juan José, La Rica y Puerto López, en los municipios de Puerto Libertador y Montelíbano. Las autodefensas, por su parte, se asentaron en los municipios de Toledo, Cañasgordas, Giraldo, Ituango y Buriticá, en Antioquia, estableciendo bases y grupos de choque que intensificaron la confrontación. A partir de 1999, las autodefensas trataron de expandirse, recuperar el terreno temporalmente perdido y consolidar su dominio en la extensa zona rural del Parque Nacional Nudo de Paramillo y las zonas perimetrales, a lo que las Farc respondieron con el ataque a las bases de las Accu en Tierradentro, Puerto López y La Rica, en el Alto San Jorge, combates que dejaron alrededor de 70 muertos281; estos hechos en consecuencia explican en parte el incremento excesivo de la tasa en la región en ese año. En julio de ese año, también intervino el Ejército en esta confrontación y resultó afectado, tal como lo registró la Revista Semana: “En los hechos sucedidos en Córdoba murieron 35 soldados, otros 5 fueron secuestrados y 6 más resultaron heridos. Por el lado de la subversión, fueron dados de baja 19 guerrilleros mientras que murieron 5 civiles en medio del fuego cruzado. La operación fue realizada por cerca de 500 hombres integrantes de tres frentes de ese grupo subversivo. Muchos de los atacantes se desplazaron con varios días de anterioridad desde el cañón de La Llorona, en el Urabá antioqueño, hasta llegar al lugar de los enfrentamientos. Estos combates se dieron en las poblaciones de Tierradentro y Juan José, en jurisdicción de Montelíbano y Puerto Libertador, al sur del departamento de Córdoba. Los encuentros comenzaron cuando los frentes 5, 18 y 58 de las Farc incursionaron en los campamentos de las autodefensas que comanda el jefe paramilitar Carlos Castaño en ese departamento.” Posteriormente, los guerrilleros atacaron a los militares que llegaron y prácticamente ni los dejaron bajar del helicóptero282. Estos hechos a su turno explican otra porción del alza de la tasa en el sur del departamento en 1999. No obstante las confrontaciones directas, las autodefensas siguieron con su táctica tradicional de debilitar a los supuestos apoyos de las guerrillas. Es así como en 1999 se presentaron masacres en Tierralta y Puerto Libertador283, razón que ayuda a explicar también en parte porque la tasa del conjunto de los Altos Sinú y San Jorge fue de 96.1 hpch, muy por encima del promedio del país, que en ese año fue de 58 hpch. Del mismo modo, en ese año se incrementaron las amenazas contra la comunidad de los Emberá Katío en Tierralta por parte de las Accu y de las Farc. En junio de 1999, las 281 Ver: Observatorio del Programa Presidencial de DH. Panorama Actual del Paramillo y su entorno. Mayo de 2002. 282 Muerte en el Paramillo. La Revista Semana analiza las causas de la muerte de 35 soldados a manos de las Farc en Córdoba en momentos en que ese grupo guerrillero combatía con los paramilitares. Revista Semana, julio 26 de 1999. 283 De acuerdo con información de la Defensoría del Pueblo también se registraron masacres en Dabeiba, Toledo, Uramita, Peque e Ituango. Ver Nudo de paramillo y su entorno, p. 12. Observatorio del Programa Presidencial de DH, Vicepresidencia de la República. Mayo 2002.

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Accu asesinaron a 13 personas en Saiza, en el municipio de Tierralta e incendiaron elementos de una misión médica internacional, hecho que produjo el desplazamiento de aproximadamente 400 personas284. En el año 2000, aumentaron los plagios de indígenas por parte de las AUC; por ello, en ese año sube la curva de secuestros en el departamento y se contabilizaron 26 en Tierralta. Las amenazas contra campesinos e indígenas originaron fuertes desplazamientos de población. Las Farc, por su parte, atacaron las bases de las autodefensas establecidas en las partes altas del Nudo de Paramillo, afectando las de Batata y Juan José, en Tierralta y Puerto Libertador, en Córdoba, así como otras ubicadas en Ituango y Dabeiba, en Antioquia285. En el primer semestre de 2001, las autodefensas perdieron el control de amplias zonas de Montelíbano, Puerto Libertador y Tierralta, en Córdoba, así como de Dabeiba, Ituango, Peque y Toledo, en Antioquia, lo que provocó enfrentamientos directos con las Farc. Es así como el primero de abril en Montelíbano, en el corregimiento Tierradentro, vereda Puerto López, en enfrentamientos entre subversivos de los frentes 5 y 18 de las Farc y grupos de las autodefensas, resultaron muertos cerca de una cincuentena de combatientes irregulares286. Además, las presiones hacia los indígenas no cesaron. Es así como el 6 de marzo de 2001, en el centro de Tierralta, fue herido y desaparecido el líder indígena José Ángel Domicó Pernía. De la misma manera, el 8 de mayo del mismo año, ocho indígenas de la comunidad de Kiparadó de Tierralta fueron secuestrados por las autodefensas. El 2 de junio, fue desaparecido por las autodefensas Kimy Pernía Domicó, importante líder Emberá, en pleno centro del municipio de Tierralta287. En 2002, se incrementaron los enfrentamientos directos entre las autodefensas y las Farc y se presentaron al menos cuatro que adquirieron especial intensidad: uno en Puerto Libertador, dos en Montelíbano y uno en Tierralta, produciendo incontables víctimas. Los desplazamientos fueron la nota predominante. Es así como de acuerdo con cifras de la Agencia Presidencial para la Acción Social, Tierralta arrojó 5.946 desplazados en 2001 y 3.650 más en 2002; en Valencia, fueron 3.905 y 2.681 respectivamente; en Puerto Libertador 1.390 y 2.409, y en Montelíbano, 2.408 y 2.912. 284 Ver: Observatorio del Programa Presidencial de DH. Panorama Actual del Paramillo y su entorno, p. 13. Mayo de 2002. 285 Ver: Observatorio del Programa Presidencial de DH. Panorama Actual del Paramillo y su entorno, p. 13. Mayo de 2002. 286 Ver: Observatorio del Programa Presidencial de DDHH. Panorama Actual del Paramillo y su entorno. P 13. Mayo de 2002. 287 En diciembre de 2006, Salvatore Mancuso confesó su participación en la desaparición y la muerte de Kimy Pernía, el más importante líder de la comunidad Embera Katío de la región del Sinú, quien era un carismático líder que se oponía a la construcción de la represa de Urrá en sus territorios. Hizo un intenso cabildeo internacional para evitar esa construcción, hasta junio de 2001, cuando desapareció. “Las 10 preguntas que Mancuso debe responder”. Semana, 13 de enero de 2007.

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El escenario se transformó poco antes de que se iniciaran las gestiones del Gobierno con las autodefensas con miras a entablar un proceso de paz. Es así como desde mediados del año 2001, se empezaron a evidenciar divisiones en la cúpula de la organización cuando Castaño se opuso a la presencia de ciertos narcotraficantes en la mesa. Esta situación llevó a Carlos Castaño a renunciar a la jefatura única de las AUC y a que asumiera únicamente la dirección política de la organización. De esta forma, la jefatura de las autodefensas pasó a manos de una dirección colegiada, compuesta por nueve comandantes, mientras la jefatura militar fue asumida por Salvatore Mancuso. La organización en Córdoba presentaba una extrema complejidad en el momento previo a la desmovilización, y ésta se aprecia en el mapa No. 16, que se construyó consultando un dispositivo elaborado por el Ejército Nacional y otro por la Oficina del Alto Comisionado para la Paz. Por un lado, estaba el bloque Córdoba, bajo el mando de Salvatore Mancuso, y por otro lado el bloque Elmer Cárdenas, que también tenía influencia en Antioquia y Chocó. El bloque Córdoba a su vez se dividía en varias estructuras. Es así como en Tierralta y Valencia había un frente denominado Abibe, bajo el mando de alias Sebastián; en Valencia, estaba el frente Héroes de Tolová, bajo el mando de Manuel Arturo Salom Rueda, alias JL; igualmente en Tierralta y Valencia existía la llamada Escuela Móvil en la que se formaban cuadros de las autodefensas. Existía también el frente Alto San Jorge en Montelíbano y Puerto Libertador, que tenía también ingerencia en Ayapel, La Apartada, Planeta Rica y Buenavista, bajo el mando de Juan María Lezcano, alias el Pollo Lezcano; había adicionalmente un frente urbano, bajo el mando de Víctor Alfonso Rojas, con incidencia en Montería, Cereté, Ciénaga de Oro, San Carlos y Sahagún; de la misma manera, tenía incidencia el frente Rito Antonio Ochoa, bajo el mando de Rodrigo Mercado Peluffo, alias Cadena, con presencia principalmente en el departamento de Sucre y que en Córdoba incidía en San Andrés de Sotavento, Chimá, Momil, Purísima y Lorica288. A estos frentes, habría que agregarle el bloque Mineros, bajo el mando de Ramiro alias Cuco Vanoy, con incidencia en el Bajo Cauca antioqueño, pero que en Córdoba alcanzó a tener influencia en Puerto Libertador, Montelíbano, La Apartada y Ayapel289. Por otro lado, el bloque Élmer Cárdenas estaba en el noroccidente de Montería y en Los Córdobas, Canalete y Puerto Escondido. En 2002, con el objeto de hacer parte de un eventual acuerdo de paz con el Gobierno, las autodefensas anunciaron su intención de unificarse bajo el mando de Carlos Castaño; sin embargo, la participación de algunos jefes que estaban muy asociados con el narcotráfico hizo que Castaño se apartara definitivamente de la organización y del proceso. Resulta importante caracterizar los principales cabecillas de las estructuras de las AUC presentes en el departamento, tal como se hizo con Carlos Castaño y Salvatore Mancuso. 288 Información suministrada por el Departamento de Policía de Córdoba y por la Seccional del Das del mismo departamento. 289 Fuente: Sistema de Alertas Tempranas. Defensoría del Pueblo, 2006. Las AUC antes de las desmovilizaciones. Op. cit.

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Mapa No. 16 Presencia de las Autodefensas en Córdoba 2001-2002

Fuente de datos, procesado y georeferenciado por el Observatorio del Programa Presidencial de DH y DIH, Vicepresidencia de la República. Fuente cartografica: IGAC

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Un personaje que es importante caracterizar es Diego Murillo Bejarano, alias Adolfo Paz. Según relatos recolectados en la región, alias Don Berna y los hermanos Castaño tuvieron relaciones desde la existencia del cartel de Medellín290 y posteriormente participaron en la organización denominada Perseguidos por Pablo Escobar, Pepes291. Después de que Escobar fuera dado de baja en diciembre de 1993, Diego Murillo incrementó su poder y tuvo una gran incidencia en los años noventa en el fortalecimiento de la Oficina de Envigado en Medellín y su zona metropolitana. La llegada de Don Berna a Córdoba data aproximadamente de 1998, cuando estableció alianzas con los hermanos Castaño292. Ya entrados los años 2000, Diego Murillo se apoyó en muy variadas redes de sicarios, entre éstas la denominada banda La Terraza, pero por desacuerdos en torno al mundo criminal y al narcotráfico, acabó enfrentándose a ésta293. Entrevistas sugieren que los principales mandos de La Terraza fueron engañados y asesinados en Valencia, Córdoba, y en San Pedro de Urabá, en Antioquia, por los Castaño y Murillo. Independientemente de cuando date la llegada de Diego Murillo al departamento, lo cierto es que Don Berna terminó comprando tierras en Córdoba, principalmente en Valencia, y a la postre acabó como cabecilla del bloque Héroes de Tolová, que le prestaba seguridad. Desde su inicio, ese frente tenía como centro de operaciones el municipio de Valencia y después amplió su zona de influencia hacia el occidente, en el Urabá antioqueño. Entró a San Juan de Urabá a través del noroccidente de Córdoba, así como a los municipios de Canalete, Los Córdobas y Puerto Escondido, donde ya ejercía influencia, y a San Pedro de Urabá, a través de Valencia, municipio que se comunica directamente con el departamento de Antioquia por medio de una 290 Nacido en Tulúa en 1961, trabajó para Fernando Galeano, socio de Pablo Escobar y vinculado con los negocios de concesionarios de carros, en los años en que se produjo el atentado contra Rodrigo Lara Bonilla y llegó a ser su jefe de seguridad. Murillo recibió 17 impactos de bala en un atentado, pero posteriormente regresó a su actividad delincuencial. Versión tomada de El Espectador 29 de Mayo a 4 de Junio de 2005. Según un artículo de la Revista Semana, esto ocurrió a principios de los años 80 en Itagüí en razón a que en el pasado había desarrollado actividades en la guerrilla y después se incorporó a la mafia. Ver Los secretos de Don Berna. Revista Semana. Justicia y Paz, 14 de julio de 2007. 291 Diego Murillo se escapó del atentado a los hermanos Mario y Fernando Galeano, su hermano Rodolfo Murillo y Gerardo Moncada en la cárcel de la Catedral, en Envigado, protagonizado por Pablo Escobar, porque supuestamente le ocultaban 20 millones de dólares producto de un cargamento. La muerte de estas cuatro personas significó el principio del fin de Escobar. El Ñato y los herederos de los Moncada y los Galeano acudieron a los jefes del cartel de Cali y a los hermanos Castaño Gil en Urabá, y acordaron crear una siniestra organización que tiempo después se conocería como Los Pepes, Perseguidos por Pablo Escobar. Esta organización posteriormente contribuyó al debilitamiento de Pablo Escobar que finalmente fue dado de baja en diciembre de 1993. Ver Revista Cambio, 30 de mayo de 2005. 292 Según El Espectador: “Con la muerte de Escobar Gaviria el 2 de diciembre de 1993 cambió la correlación de fuerzas clandestinas en las áreas de influencia del extinto capo. Casi de manera simultánea comenzaron a cobrar fuerza en Antioquia los grupos de autodefensa y Don Berna unió sus intereses al proyecto paramilitar que promovían los hermanos Fidel, Carlos y José Vicente Castaño Gil. Ver: El Espectador 29 de Mayo a 4 de Junio de 2005. Esta fuente no precisa exactamente su llegada a Córdoba pero según entrevista esto se produjo aproximadamente en 1998. 293 Ver: Píldoras para la Memoria. Violaciones de Derechos Humanos y Crímenes de Lesa Humanidad en el Valle de Aburrá y el Oriente Antioqueño. Coordinador Equipo de Investigación: Alberto Preciado. Instituto Popular de Capacitación, IPC, de la Corporación de Promoción Popular. Medellín, L. Vieco e Hijas Ltda., Enero de 2006, p. 37.

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vía carreteable que tiene salida al mar. En el trasfondo, lo anterior refleja el interés del narcotráfico de disponer de puntos de embarque. Aproximadamente a mediados de 2002, Diego Murillo fue declarado inspector general de las autodefensas y poco a poco terminó siendo identificado con el alias de Adolfo Paz. En este nuevo cargo, desarrolló actividades previas al proceso de desmovilización. Adicionalmente, según una versión de prensa, miembros de las propias autodefensas aseguraron que en 2002 Carlos Castaño, con el beneplácito de su hermano Vicente, le entregó a Cuco Vanoy el bloque Mineros, y lo transformó en un influyente comandante de la agrupación ilegal. Su historia, como la de Diego Murillo Bejarano, estuvo atada al cartel de Medellín y posteriormente hizo parte de los Perseguidos por Pablo Escobar, Pepes294. En los años 2000, se convirtió en uno de los comandantes de las AUC con mayores recursos económicos y muchas cabezas de ganado que, según informes de inteligencia, provenían del narcotráfico. Aparecía en la lista de extraditables solicitados por Estados Unidos dentro de la Operación Milenio y a la postre fue extraditado. Fue requerido para comparecer a juicio por delitos federales de narcóticos por una corte distrital de Estados Unidos en el sur de Florida, división Fort Lauderdale, por concierto para distribuir y poseer cocaína con intención de distribuirla295. Otros personajes adquirieron protagonismo antes de concretarse el proceso de paz. Es éste el caso de Vicente Castaño, que según versiones tenía mucha influencia desde tiempo atrás, pero que no era conocido por la opinión pública. Según una versión, Vicente Castaño volvió de Europa a raíz de la desaparición de su hermano Fidel, convocado por su hermano Carlos y jugó un papel muy importante en la organización, pero sin ejercer protagonismo296. Una versión sitúa a Vicente Castaño en la alianza que se propuso desarticular el bloque Metro297 y asesinar a su cabecilla, Carlos Mauricio García Fernández, también conocido en las autodefensas como Rodrigo o Doblecero; el bloque Metro fue asimilado por otras estructuras aproximadamente en 2002 y Doblecero fue asesinado en mayo de 2004 en Santa Marta. Vicente Castaño fue adquiriendo protagonismo antes de que se iniciara el proceso de paz, pues se decía que era uno de los promotores de la venta de franquicias a naroctraficantes. 294 “Ramiro Vanoy Murillo nació en Yacopí (Cundinamarca) el 31 de marzo de 1948. Informantes de la DEA aseguran que se inició como esmeraldero en la zona de Muzo (Boyacá). También señalan que trabajó para Pablo Escobar; que luego se hizo socio de Alejandro Bernal Madrigal, “Juvenal”, capturado dentro de la operación “Milenio”, con quien sacó del país grandes cantidades de droga hacia México y Estados Unidos. Organizó un ejército privado de cerca de 400 personas que a principios de los 90 entró a formar parte de las AUC. Inicialmente, su área de acción era Jamundí (Valle) pero luego se trasladó a Antioquia, a la zona de Caucasia y Tarazá. Las mismas fuentes aseguran que Carlos Castaño era padrino de uno de sus hijos y que Vanoy posee centenares de cabezas de ganado. En Córdoba presta con sus hombres seguridad al “Gordo Lindo”. 295 El Universal, 27 de octubre de 2004. 296 Ver Glenda Martínez. Salvatore Mancuso: Su Vida. Editorial Norma, 15 de octubre de 2004. 297 El bloque Metro era una estructura militar de base fundamentalmente rural, que actuó principalmente en el suroeste antioqueño y en otras regiones como el oriente, el nordeste y en Medellín. Este bloque se separó de las AUC en 2002, por contradicciones en torno al narcotráfico, y en el pasado tuvo alguna ingerencia en Córdoba en el San Jorge, en límites con el Bajo Cauca antioqueño.

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Además, ganó mucha visibilidad a raíz de la desaparición de su hermano Carlos en 2004, pues varias versiones le atribuyeron la autoría de este homicidio y es acusado de narcotráfico298 en Estados Unidos. A la postre, Vicente también desapareció, muy probablemente fue asesinado, después de la desmovilización de las autodefensas. Otro personaje al cual se debe referir es Jairo Andrés Angarita, un ex-oficial de la Fuerza Aérea Colombiana (Fac), que después de su retiro de la institución se vinculó a las AUC y se convirtió en el cabecilla del bloque Sinú y San Jorge; tuvo toda la confianza de Salvatore Mancuso y en el proceso de desmovilización jugó un papel coordinador de la organización en su conjunto; después de la desmovilización, fue asesinado. Así mismo, está Salomón Feris Chadid, alias 08, un ganadero sucreño que acompañó a Angarita el día de la desmovilización; después de la desmovilización, fue detenido en abril de 2008, sindicado de participar en la conformación de bandas de narcotraficantes. Otro personaje fue Juan María Lezcano, alias El Pollo, quien lideraba el frente Alto San Jorge perteneciente al bloque Córdoba y quien finalmente fue asesinado a finales de febrero de 2008. Además, Freddy Rendón Herrera, alias El Alemán, cabecilla del bloque Élmer Cárdenas tuvo alguna incidencia en la zona costanera de Córdoba, aunque su mayor zona de influencia estaba ubicada en el norte del Chocó, donde ejercía un dominio respecto de la explotación de madera y de las rutas de comercialización utilizadas para el tráfico de armas y cocaína, a través del océano Pacífico. Del mismo modo, tenía mucha importancia en las zonas costaneras del Urabá antioqueño y de Córdoba. Se vinculó a las AUC en 1996 y como los hermanos Castaño era procedente de Amalfi en Antioquia. Llegó al grupo armado ilegal por su cercanía con alias Doble Cero y Carlos Castaño. Las AUC en Córdoba adaptaron sus estructuras armadas antes del inicio de las negociaciones con el Gobierno nacional; es así como algunos de los frentes que existían fueron transformados en bloques, mientras que otros fueron incluidos en estructuras más amplias. Se presentaron tal como aparece en el mapa No. 17 que fue construido con base en información del Ejército Nacional y de la Oficina del Alto Comisionado para la Paz. Primero que todo estaba el bloque Córdoba, bajo el mando de Salvatore Mancuso, con cubrimiento en Tierralta, Montería, así como en las regiones del Medio Sinú, sabanas y ciénagas, es decir los municipios de San Carlos, Ciénaga de Oro, Sahagún, Chinú, San Andrés de Sotavento, Cereté, Chimá, Momil, San Pelayo, Cotorra y Purísima, y parte de la zona costera, en San Antero, San Bernardo del Viento y Moñitos; este bloque incluía el denominado frente urbano y su jurisdicción cubrió en el norte del departamento el área que cubría el frente Rito Antonio Ochoa, que se desmovilizó en el departamento de Sucre. Por otro lado, estaba el bloque Sinú y San Jorge, que antes figuraba como un frente, y en esta oportunidad fue presentado bajo el mando de Jairo Andrés Angarita Santos, alias Andrés, con cubrimiento en el Alto San Jorge, en los municipios de Puerto Libertador y Montelíbano, así como en Ayapel, La Apartada, Buenavista, Pueblo Nuevo y Planeta Rica, y también con 298 El Colombiano, 17 de abril de 2004.

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Mapa No. 17 Presencia de las Autodefensas en Córdoba Antes de la desmovilización

Fuente de datos, procesado y georeferenciado por el Observatorio del Programa Presidencial de DH y DIH, Vicepresidencia de la República. Fuente cartografica: IGAC

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alguna incidencia en Tierralta; en el Alto Sinú compartió área con el bloque Córdoba. Adicionalmente, estaba el bloque Héroes de Tolová, que antes era un frente, y en esta ocasión fue presentado bajo el mando de Diego Fernando Murillo Bejarano, alias Don Berna o Adolfo Paz, con jurisdicción en Valencia y el noroccidente de Tierralta, principalmente en la margen izquierda del río Sinú, así como en San Pedro, en Urabá. Del mismo modo, estaba el bloque Elmer Cárdenas, con influencia en la zona costera más cercana al Urabá antioqueño, en Canalete, Los Córdobas y parte de Puerto Escondido y de Montería. También estaba el bloque Sanidad, conformado por heridos en combate, que quedaron lisiados. Finalmente, el bloque Mineros, que también tuvo incidencia en Córdoba, se desmovilizó en el Bajo Cauca antioqueño.

4.2.5. Quinta fase: Mediados de 2002- 2006. El proceso de paz con las autodefensas y nuevas dinámicas de la confrontación armada con las Farc

El departamento de Córdoba se convirtió en esta fase en escenario de las negociaciones adelantadas por el Gobierno con las autodefensas a nivel nacional; sin embargo, se presenta una nueva dinámica de la confrontación armada. Vale la pena analizar como se comportaron los índices de violencia en el departamento en este periodo. En primer lugar, los homicidios descendieron entre 2002 y 2005, al pasar de 337 a 175, pero se incrementaron nuevamente en 2006 a 258; en términos de tasas, el departamento pasó de 33.8 hpch en 2002 - muy por debajo del promedio nacional de 65.9 hpch - a 12.4 hpch en 2005 y subió nuevamente a 18.3 hpch en 2006. Estos bajos niveles están estrechamente relacionados con la disminución del accionar de las autodefensas en el marco del proceso de paz; aspectos que se pueden apreciar en los mapas No. 18 y 19, en los cuáles se expresan las tasas por municipios entre 2003 y 2006. En lo que se refiere a secuestros, descendieron de 8 en 2002 a 2 en 2005 y el fenómeno se redujo respecto de la fase anterior, cuando los plagios habían aumentado ante todo por el accionar de las autodefensas. Además, se debe advertir que en lo que se refiere a los enfrentamientos directos entre las autodefensas y las Farc, éstos se mantuvieron hasta 2005. Es así como en Tierralta, se registraron enfrentamientos en los corregimientos de Crucito, Saisa y La Palestina; en Valencia, en el corregimiento Los Guaduales; en Puerto Libertador, en el corregimiento de Tierradentro y en los anteriores, estuvieron involucrados todos los frentes de las Farc, es decir los 5, 18 y 58299. En lo que respecta a la confrontación armada, los ataques de las guerrillas tuvieron un comportamiento descendente y no se registraron más de siete por año; aparte de los ataques contra la infraestructura, solamente se destaca otro contra una instalación 299 Ver: Fundación Seguridad y Democracia. Desmovilización de los bloques Sinú, San Jorge y Sanidad de las AUC. Febrero de 2005.

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Mapa No. 18 Tasas de homicidio en 2003 - 2004 Tasas de homicidios por cada cien mil habitantes en 2003

Tasas de homicidios por cada cien mil habitantes en 2004

Fuente de datos: Policía Nacional Procesado y georeferenciado por el Observatorio del Programa Presidencial de DH y DIH, Vicepresidencia de la República. Fuente cartografica: IGAC

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Mapa No. 19 Tasas de homicidio en 2005 y 2006 Tasas con Proyección Censo 2005

Tasas con Proyección Censo 1993

Fuente de datos: Policía Nacional Procesado y georeferenciado por el Observatorio del Programa Presidencial de DH y DIH, Vicepresidencia de la República. Fuente cartografica: IGAC

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de Policía, en el corregimiento Tierradentro, en jurisdicción de Montelíbano, ocurrido el primero de noviembre de 2006, hecho en el que fueron muertos un intendente y dos agentes; su afectación por municipios se puede apreciar en los juegos de mapas No. 20 y 21 que resume los períodos 2003-2005 y 2006-2008. Por el contrario, los combates por iniciativa de la Fuerzas Militares subieron de 4 en 2002 a 25 en 2006, tal como se expresa en los citados mapas.

Mapa No. 20 Acciones Armadas de las Farc y combates por iniciativa de la Fuerza Pública 2003 - 2005 Combates por iniciativa de la Fuerza Pública hacia las Farc 2003 a 2005

Acciones armadas de las Farc. 2003 a 2005

Combates FFPP 2003-2005 Cabecera Municipal Vía Principal Rio Principal Municipio Departamento

Acciones Farc 2003-2005 Cabecera Municipal Vía Principal Rio Principal Municipio Departamento

Fuente de datos: DAS Procesado y georeferenciado por el Observatorio del Programa Presidencial de DH y DIH, Vicepresidencia de la República. Fuente cartografica: IGAC

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Mapa No. 21 Acciones Armadas de las Farc y combates por iniciativa de la Fuerza Pública 2006 - 2008

Acciones armadas de las Farc 2006 a 2008

Acciones Farc 2006-2008 Cabecera Municipal Vía Principal Rio Principal Municipio Departamento

Combates por iniciativa de la Fuerza Pública hacia las Farc 2006-2008

Combates FFPP 2006-2008 Cabecera Municipal Vía Principal Rio Principal Municipio Departamento

Fuente de datos: DAS Procesado y georeferenciado por el Observatorio del Programa Presidencial de DH y DIH, Vicepresidencia de la República. Fuente cartografica: IGAC

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Lo anterior se explica porque a partir de junio de 2003, la Brigada No. 11 del Ejército puso en funcionamiento la Operación Motilón, que estaba dirigida principalmente a atacar los frentes 18 y 34 de las Farc. Procuraba de esta manera evitar que el Nudo de Paramillo se convirtiera en la plataforma a partir de la cual las Farc llegaran a la zona de ubicación. Esta ofensiva fue adelantada por varias brigadas, entre ella la Móvil No. 11 con el apoyo de la Fuerza Aérea y varios batallones de contraguerrillas. Lo anterior permitió crear un cordón de seguridad para evitar el paso de la guerrilla desde el PNNP hacia el valle del Sinú; lo anterior explica entonces que los ataques de las guerrillas se hayan desplazado hacia Dabeiba, en Antioquia, donde las Farc emboscaron a una unidad militar en la primera semana de febrero de 2005, ocasionando la muerte de 19 militares300. En lo que respecta a Córdoba, las Farc quedaron replegadas en el sur del departamento, en las partes más montañosas, en buena medida en el Nudo de Paramillo y en las serranías de Abibe y San Jerónimo. En cuanto al proceso de paz con las autodefensas, se debe recordar que una vez posesionado Álvaro Uribe Vélez, las AUC, en cabeza de Carlos Castaño, reiteraron su disposición para iniciar un proceso de desmovilización301. Desde su campaña presidencial entre los años 2001 y 2002, Álvaro Uribe Vélez afirmó que estaba dispuesto a conversar con los miembros de todos los grupos armados irregulares, fueran guerrilleros o de autodefensas, siempre y cuando se comprometieran a cesar sus acciones violentas. Sin reconocerles legitimidad ni a los unos ni a los otros, abría por igual una salida dialogada para ambos302. Una vez electo, al ser enterado por el entonces presidente Andrés Pastrana Arango de contactos que se venían adelantando con los grupos de autodefensas a través de la Iglesia Católica, el presidente Uribe autorizó a la Comisión Episcopal, conformada por los obispos de Montería, Julio César Vidal, de Apartadó, Germán García, y de la Diócesis de Sonsón-Rionegro, Flavio Calle, para que siguieran su labor. Es así como en el mes de octubre de 2002 los grupos de autodefensas manifestaron a través de los obispos su disposición para declarar un cese de hostilidades, a fin de iniciar un proceso de paz. Por tal motivo, el Alto Comisionado para la Paz adelantó los primeros contactos con dichos grupos, en reuniones que tuvieron lugar durante el mes de noviembre de 2002303.

300 Ver: Fundación Seguridad y Democracia. Desmovilización de los Bloques Sinú, San Jorge y Sanidad de las AUC. Febrero de 2005. 301 Ver: Documento 2. Los grupos políticos y el conflicto armado en Córdoba. Noviembre de 2005, p. 25. En: Negrete y Bechara. Documentos para la reflexión 2, febrero de 2007. 302 Ver: Proceso de paz con las Autodefensas. Informe Ejecutivo. Presidencia de la República Oficina Alto Comisionado para la Paz, p. 4. Diciembre 2006. 303 Ver: Proceso de paz con las Autodefensas. Informe Ejecutivo. Presidencia de la República Oficina Alto Comisionado para la Paz, p. 4. Diciembre de 2006

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El proceso inició en firme a finales del año 2002, con la declaratoria de un cese unilateral de hostilidades, por parte de los grupos de autodefensas, cumpliendo así el requisito del Gobierno nacional para el inicio de las conversaciones. En carta pública enviada al Señor Presidente de la República el 29 de noviembre de 2002, las Autodefensas Unidas de Colombia, AUC, declararon un cese de hostilidades con alcance nacional, a partir del 1 de diciembre. Igual pronunciamiento hizo días después el bloque Central Bolívar, BCB, anunciando un “cese unilateral, incondicional e indefinido de hostilidades, a partir de las cero horas del cinco de diciembre de 2002”. De la misma manera, el 8 de diciembre la Alianza Oriente – compuesta por las Autodefensas Campesinas de Casanare y las Autodefensas Campesinas de Meta y Vichada – se comprometió a decretar un cese de hostilidades a partir del mes de diciembre, en cumplimiento de los requisitos exigidos por el Gobierno. Sólo quedó excluido de esta iniciativa el bloque Metro, que se había separado de las AUC y se pronunció en contra del proceso304. Como respuesta, el 23 de diciembre de ese mismo año, el Gobierno nacional designó una Comisión Exploratoria de Paz, con la tarea de realizar contactos con los grupos de autodefensas que habían expresado su disposición para iniciar acercamientos. Apoyándose en la Ley 782 de 2002 que acababa de ser sancionada por el Ejecutivo, el Gobierno expidió la resolución No. 185 del 23 de diciembre de 2002, designando a los doctores Eduardo León Espinosa Facciolince, Ricardo Avellaneda Cortés, Carlos Franco Echevarria, Jorge Ignacio Castaño Giraldo, Gilberto Alzate Ronga y Juan B. Pérez Rubiano, para adelantar sus labores bajo “la más estricta confidencialidad”. La responsabilidad de informar sobre los desarrollos y avances del proceso quedó en manos del Alto Comisionado para la Paz 305. Al momento de iniciar los diálogos con los grupos de autodefensas, en las primeras semanas de 2003, el Alto Comisionado para la Paz y la Comisión Exploratoria debieron atender cuatro mesas de diálogo paralelas: una con las AUC, otras dos con el BCB y la Alianza Oriente, y una cuarta con las Autodefensas Campesinas del Magdalena Medio – ACMM -, que se negaron a compartir mesa con las anteriores. Ante todos ellos, el Gobierno reafirmó, como objetivo prioritario de la fase exploratoria, el cumplimiento del cese de hostilidades que permitiera una disminución efectiva de los niveles de violencia contra la población civil, por parte de los grupos de autodefensas306. Con las AUC, se realizó una primera reunión el 22 de enero de 2003, después de la cual el bloque Élmer Cárdenas se retiró de la mesa, anunciando al día siguiente 304 Ver: Proceso de paz con las Autodefensas. Informe Ejecutivo. Presidencia de la República Oficina Alto Comisionado para la Paz, p. 4. Diciembre de 2006. 305 Ver: Proceso de paz con las Autodefensas. Informe Ejecutivo. Presidencia de la República Oficina Alto Comisionado para la Paz, p. 4. Diciembre de 2006. 306 Ver: Proceso de paz con las Autodefensas. Informe Ejecutivo. Presidencia de la República Oficina Alto Comisionado para la Paz, p. 5. Diciembre de 2006.

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que lo hacía considerando que la propuesta de paz planteada por el Gobierno a las autodefensas era como invitarlas a un “suicidio colectivo”. Por tal motivo, los demás jefes de las autodefensas que participaban en la mesa de diálogo firmaron un Acta de Compromiso el 13 de febrero de 2003, que los obligaba a mantenerse en el proceso so pena de perder la comandancia de sus estructuras307. Entre tanto, de manera paralela se adelantaron encuentros con el bloque Central Bolívar, la Alianza Oriente y las ACMM comandadas por Ramón Isaza. Sin embargo, los diálogos más estructurados tuvieron lugar con las AUC en la mesa que se adelantaba en Córdoba. Al final de la tercera reunión con este grupo, los días 20 y 21 de marzo de 2003, el Gobierno nacional y las autodefensas expidieron su primer comunicado conjunto, reiterando su voluntad de encontrar caminos que conduzcan a la paz del país e informando que “la fase exploratoria de diálogo entre el Gobierno y las AUC sigue avanzando para sentar las bases de una negociación, con el propósito de llegar a una reincorporación de los miembros de las AUC a la vida civil”308. A partir de los compromisos surgidos de la fase exploratoria, los grupos de autodefensas dejaron en manos del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar a 69 menores, entre los días 3 y 27 de junio de 2003309. Pasados los primeros cinco meses de reuniones exploratorias con los grupos de autodefensas, la Comisión Exploratoria y el equipo de la Oficina del Alto Comisionado para la Paz, se dedicaron a sistematizar la experiencia, proceso de análisis que culminó en una reunión el día 17 de junio con el Presidente de la República310. El 25 de junio de 2003, la Comisión Exploratoria hizo público un documento de recomendaciones, sugiriendo continuar con el proceso de paz – previo cumplimiento total y verificable del cese de hostilidades -, con el objetivo central de desmovilizar y reincorporar a la vida civil a los integrantes de las autodefensas. Se recomendó, igualmente, insistir en la necesidad de congregar en una sola mesa nacional de paz a los diferentes grupos de autodefensas que estaban conversando con el Gobierno. Para mantener, perfeccionar y verificar el cese total de hostilidades, como condición del Gobierno nacional para continuar con el proceso, la Comisión recomendó la concentración de las fuerzas irregulares y el abandono total de actividades ilícitas, tales como el narcotráfico, el robo de combustible, la extorsión y el secuestro. Así mismo, solicitó el acompañamiento de la comunidad internacional y continuar con las labores de facilitación de la Iglesia Católica, sugiriendo además aplicar y priorizar el desarrollo de una política de seguridad integral en las zonas de influencia de las autodefensas, enmarcada dentro de la Política de Seguridad Democrática, contenida en el Plan de Desarrollo 2002-2006 “Hacia un Estado Comunitario”311. 307 Ibídem. 308 Ibídem. 309 Ibídem. 310 Ibídem. 311 Ver: Proceso de paz con las Autodefensas. Informe Ejecutivo. Presidencia de la República Oficina Alto Comisionado para la Paz, pp. 5-6. Diciembre de 2006.

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A estas alturas del proceso, el departamento de Córdoba empezó a cobrar protagonismo. Es así como los días 14 y 15 de julio en Tierralta (Córdoba), el Alto Comisionado para la Paz, los miembros de la Comisión Exploratoria y delegados de la Iglesia Católica, se reunieron con los representantes de las Autodefensas Unidas de Colombia, suscribiendo el 15 de julio el “Acuerdo de Santa Fe Ralito para contribuir a la paz de Colombia”312. El acuerdo era sencillo en su factura y claro en sus propósitos. Gobierno y AUC acordaron “dar inicio a una etapa de negociación”, definiendo “como propósito de este proceso el logro de la paz nacional, a través del fortalecimiento de la gobernabilidad democrática y el restablecimiento del monopolio de la fuerza en manos del Estado”313. Las AUC dejaron claro “que su mayor aporte a la Nación en este momento histórico” era “avanzar hacia su reincorporación a la vida civil y contribuir al fortalecimiento del Estado Social de Derecho”. Por su parte, el Gobierno se comprometió a adelantar las acciones necesarias para su reincorporación. Para el cumplimiento de este propósito, las Autodefensas Unidas de Colombia se comprometieron a “desmovilizar a la totalidad de sus miembros” antes del 31 de diciembre de 2005, en un proceso gradual que comenzó con la desmovilización el 25 de noviembre de 2003 del bloque Cacique Nutibara en la ciudad de Medellín314. En esta desmovilización, uno de los protagonistas fue Diego Murillo Bejarano, alias Adolfo Paz, también conocido con el alias de Don Berna, quien incidió en Córdoba, pues al mismo tiempo figuraba como el Inspector General de las AUC y como cabecilla del bloque Héroes de Tolová, con asiento principal en el municipio de Valencia. Entre tanto, en las mesas de diálogo que de manera paralela se mantenían con el bloque Central Bolívar – BCB – y las Autodefensas Campesinas del Magdalena Medio – ACMM –, se avanzó con la firma el 8 de noviembre entre el Gobierno nacional y la dirigencia del BCB, de un “Acta” en la que se consignaba que “los miembros del bloque Central Bolívar y Vencedores de Arauca toman la decisión de avanzar en el proceso de negociación para lograr la desmovilización y reinserción a la vida civil”. En el caso de las ACMM, se pactó el 4 de diciembre de 2003 una “Declaración” en la que las autodefensas manifestaron “plena voluntad de desmovilizar, de manera gradual, la totalidad de nuestras fuerzas”315. El 23 de enero de 2004, el Presidente Álvaro Uribe y el Secretario General de la OEA, César Gaviria, firmaron un convenio, que permitió poner en marcha la Misión 312 Ver: Proceso de paz con las Autodefensas. Informe Ejecutivo. Presidencia de la República Oficina Alto Comisionado para la Paz, p. 6. Diciembre de 2006. 313 Ibídem. 314 Ibídem. 315 Ver: Proceso de paz con las Autodefensas. Informe Ejecutivo. Presidencia de la República Oficina Alto Comisionado para la Paz, p. 6. Diciembre de 2006.

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de Apoyo al Proceso de Paz en Colombia de la Organización de Estados Americanos, OEA (Mapp/OEA), la cual empezó a ejercer sus funciones en el territorio nacional a partir del mes de febrero del mismo año. Este hecho, articulado a la puesta en marcha de una Mesa de Diálogo unificada con la concurrencia de las AUC y el BCB el 31 de marzo de ese año, ayudó a generar el proceso que llevó a la firma del “Acuerdo de Fátima”, el 13 de mayo de 2004. En dicho acuerdo, se decidió poner en marcha, a partir del 15 de junio, una Zona de Ubicación Temporal – Zut – en Tierralta, Córdoba, la cual fue formalmente inaugurada en Santa Fe Ralito el 1 de julio de ese año316. Se debe considerar sin embargo que el proceso de paz se vio alterado en el curso de 2004, pues el 16 de abril se conoció de la desaparición de Carlos Castaño. Entre las hipótesis que más tomaron fuerza en un principio, se señalaba que la orden de desaparecer a Carlos Castaño provino de su propio hermano, José Vicente. Una crónica de El Colombiano de Medellín señalaba en ese entonces: “Los dos hermanos discrepan sobre la conveniencia de mantener el negocio de la droga como fuente de financiación de las fuerzas paramilitares, y la venta de franquicias a grupos de narcotraficantes para que se acojan a la sombrilla de las negociaciones con el Gobierno, con los consecuentes beneficios, incluido, por supuesto, el asunto de la extradición.” Por su lado, en declaraciones a El Colombiano, Salvatore Mancuso argumentó que no descartaba que Castaño haya formalizado su idea de entregarse a los Estados Unidos, versión que había circulado en los últimos meses.317 En entrevistas en la región, se hicieron algunos planteamientos que ayudan a entender lo sucedido. Por un lado, se argumenta que Carlos Castaño no veía con buenos ojos albergar en las autodefensas a narcotraficantes, pero por otro lado esto habría sido un imperativo para evitar quedar sin financiación. A sabiendas de que era una opción equivocada, pues se corría el peligro de que las autodefensas resultaran al servicio del narcotráfico, no le quedaba otro camino. A la postre, el peso de los narcotraficantes en la organización terminó absorbiendo a Carlos Castaño; prueba de ello, es su desaparición y posterior asesinato. Entre los narcotraficantes que acabaron teniendo protagonismo en las autodefensas, además de Diego Murillo Bejarano, se puede nombrar a Carlos Mario Jiménez, alias Macaco, los Mellizos Mejía Múnera, Ramiro Vanoy, alias Cuco Vanoy, Francisco Zuluaga, alias Gordo Lindo, para no citar sino algunos. El proceso, no obstante, continuó. El funcionamiento de la Zut de Tierralta facilitó la integración a la Mesa Única de Diálogo de Santa Fe Ralito, de las ACMM, bajo el mando de Ramón Isaza. Así también lo hicieron las Autodefensas de Meta y Vichada, que habían iniciado el proceso dentro de la llamada Alianza Oriente, con el grupo de las Autodefensas Campesinas de Casanare, al mando de Martín Llanos. Después de firmar el “Acuerdo del Sur del Casanare por la Paz de Colombia” con el Gobierno el 316 Ver: Proceso de paz con las Autodefensas. Informe Ejecutivo. Presidencia de la República Oficina Alto Comisionado para la Paz, p. 6. Diciembre de 2006 317 El Colombiano, 17 de abril de 2004.

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29 de enero de 2004, este último grupo se mantuvo independiente de la Mesa Única de Diálogo, por lo que se sostuvieron varias reuniones con sus representantes, la última de éstas el 30 de julio de 2004, sin poder llegar a un acuerdo definitivo para su desmovilización318. Paulatinamente, se fue consolidando el proceso de paz en Córdoba y en las regiones donde comandantes con presencia en el departamento tenían influencia. Es así como mediante el comunicado del 12 de agosto de 2004 y la declaración del 7 de octubre denominada “Acto de fe por la paz”, las AUC reiteraron su voluntad de reincorporarse a la vida civil, abriendo paso a una serie de desmovilizaciones colectivas que se iniciaron el 25 de noviembre en Turbo, Antioquia, con la entrega de armas del bloque Bananero. El 10 de diciembre de 2004, se desmovilizó Salvatore Mancuso en el corregimiento Campo Dos del municipio de Tibú, al frente del bloque Catatumbo, iniciándose procesos de desarme colectivo, que se extendieron hasta el 11 de abril de 2006, cuando lo hizo el bloque Elmer Cárdenas, con incidencia principalmente en Chocó y Antioquia, y también en parte de la zona costanera de Córdoba319. En lo que respecta a Córdoba, entre enero y junio de 2005, se produjeron las desmovilizaciones de los bloques Córdoba y Héroes de Tolová. Las Autodefensas de Córdoba, que dependían de Salvatore Mancuso, se desmovilizaron en el corregimiento de Santa Fe Ralito y estaban conformadas por los bloques Sinú y San Jorge y el bloque Sanidad: “El 18 de enero de 2005, se desmovilizaron 925 paramilitares, que hacían parte de los bloques Sinú y San Jorge, así como de una estructura denominada bloque Sanidad, conformada por heridos en combate, que quedaron lisiados. Estas agrupaciones son consideradas entre las más históricas y núcleo central de las Autodefensas Campesinas de Córdoba y Urabá (Accu). Su zona de operaciones se configuró como zona de retaguardia de las AUC, “santuario” de su comandancia320. No obstante, estas desmovilizaciones estuvieron rodeadas de una serie de cuestionamientos respecto del real desmonte de sus estructuras, pues la zona de influencia de este grupo, junto con la región de Urabá y el resto del Nudo de Paramillo, hacían parte del dispositivo más importante que las autodefensas hubieran tenido en el país en cuanto al número y capacidad de choque de sus hombres. De acuerdo con algunos entrevistados, no se desmovilizaron todos los que estaban en armas y muchos de los que lo hicieron no hacían parte de la organización. Por otra parte, el 15 de junio de 2005, se desmovilizó el bloque Héroes de Tolová con Diego Fernando Murillo Bejarano como miembro representante de 464 combatientes, en la vereda Rusia Ocho del corregimiento Mata Maíz, municipio de Valencia, 318 Ver: Proceso de paz con las Autodefensas. Informe Ejecutivo. Presidencia de la República Oficina Alto Comisionado para la Paz, p. 7. Diciembre de 2006. 319 Ver: Proceso de paz con las Autodefensas. Informe Ejecutivo. Presidencia de la República Oficina Alto Comisionado para la Paz, p. 7. Diciembre de 2006. 320 Ver: Fundación Seguridad y Democracia. Desmovilización de los Bloque Sinú, San Jorge y Sanidad de las AUC. Febrero de 2005.

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departamento de Córdoba, zona de ubicación temporal321. Este proceso estuvo antecedido de varios hechos en los que se vio involucrado Diego Murillo Bejarano, alias Adolfo Paz. En este sentido, Murillo Bejarano había sido acusado de seguir traficando cocaína hasta 2004. Una crónica en 2005 resumía así la situación: “El gobierno norteamericano asegura que Don Berna participó en el tráfico de estupefacientes hacia Estados Unidos desde el año 2000 hasta 2004. Una corte del distrito sur de Nueva York le imputa los cargos de importación y distribución de droga y lavado de dinero y la justicia norteamericana se valdrá de los testimonios de dos narcotraficantes que alguna vez fueron socios de Murillo Bejarano, así como de dos agentes encubiertos de la aduana estadounidense. El indictment también menciona al ex-jefe paramilitar, hoy en fuga, Vicente Castaño, como socio de Don Berna en sus actividades ilegales.”322 Este incidente afectó el liderazgo de alias Adolfo Paz, que no obstante se mantuvo como inspector de las autodefensas, en Santa Fe Ralito, pero con un bajo perfil. Sin embargo, nuevos hechos lo comprometieron. Es así como el 10 de abril de 2005 “fueron asesinados cerca de Ralito (en la vía Tierralta-Montería) el candidato a la Alcaldía de Valencia (Córdoba) Orlando Benítez y dos acompañantes”, y volvió a surgir el nombre de Don Berna como presunto determinador de los hechos323. Según la crónica, “Benítez habría desatendido la orden del jefe ‘para’ de someter a su permiso cualquier aspiración política en su zona de influencia, en Córdoba. El diputado estaba impulsando su candidatura a la alcaldía del municipio de Valencia.” 324 El 22 de mayo de 2005, la Fiscalía emitió orden de captura contra ‘Don Berna’ como autor intelectual del homicidio. Además, fueron capturados ocho hombres señalados de pertenecer al frente Héroes de Tolová, del que era jefe ‘Berna’, razón por la cual Murillo huyó de la zona de ubicación325. Según la Revista Cambio: “Apenas despuntaban los primeros rayos del sol sobre Santa Fe Ralito, Córdoba, cuando el jefe paramilitar Diego Fernando Murillo, Don Berna, llamó de urgencia a la casa de cuatro de sus principales guardaespaldas. Era el domingo 22 de mayo. Preocupado y aún a medio vestir, les contó que un fiscal de Montería había ordenado su captura por la muerte del diputado Orlando Benítez y otras dos víctimas, y que estaba en marcha una operación de la Fiscalía, la Policía y el Ejército para detenerlo.” La crónica señala más adelante: “Como para ese momento no sólo no gozaba de la condición de negociador de las AUC en el proceso con el 321 Ver: Proceso de paz con las Autodefensas. Informe Ejecutivo. Presidencia de la República, Oficina Alto Comisionado para la Paz. Diciembre de 2006. 322 “Los cargos de E.U. contra la cúpula ‘para’”. El Espectador, 13 de mayo de 2008. 323 El Espectador, 29 de Mayo a 4 de junio de 2005. Op. Cit. 324 Ver: Atónitos y sin palabras: Absuelto 'Berna' de crimen que puso en riesgo proceso de paz. El Tiempo 15 de junio de 2007. 325 Ibídem.

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Gobierno, sino que Estados Unidos había manifestado su intención de solicitarlo en extradición por narcotráfico, tomó la decisión de huir. Pero escapó con la esperanza de que los otros miembros del Estado Mayor de las AUC intercedieran ante el Gobierno y la Fiscalía para salvarlo de ser encarcelado y entregado a la justicia estadounidense.” Posteriormente, según la crónica, “Tras evaluar su impedimento físico – una prótesis en la pierna izquierda – que le hacía imposible una larga travesía, llegó a la conclusión de que era necesario buscar un refugio cercano y seguro donde no corriera el riesgo de ser delatado por la población. Bonito Viento, un corregimiento a hora y media por carretera de Tierralta y a 20 minutos de Montería, parecía el lugar perfecto. Don Berna y sus hombres guardaron apresuradamente en dos maletas algunos elementos de aseo, ropa y varias carpetas con documentos, y abordaron un par de camionetas para escapar del lugar. Pocas horas después, el jefe paramilitar estaba instalado en una pequeña pero confortable vivienda”326 . El 24 de mayo de 2005, mil hombres de la Policía, encabezados por su director, el general Jorge Castro, comenzaron su búsqueda en la zona de Ralito327. Según la Revista Cambio “En las 48 horas siguientes a su salida de Ralito, de la que apenas algunos comandantes de las AUC se enteraron, la Fiscalía obtuvo del presidente Álvaro Uribe la autorización para que la Fuerza Pública ingresara en la zona de concentración, con el fin de capturarlo y llevarlo a la cárcel. Al mando del director de la Policía, general Jorge Daniel Castro, grupos Jungla ocuparon la zona. Pero no pudieron encontrarlo”328. El 27 de mayo de 2005, tras un acuerdo con los jefes de las autodefensas y el Gobierno, Murillo se entregó a la Policía329. Diego Murillo, a pesar de su huida, siguió manifestando su intención de desmovilizarse y quedó recluido en una casa finca de Ralito, después de que fue acogida una propuesta de Ernesto Báez en ese sentido330. Finalmente, se inició a partir del 12 de abril de 2006 la desmovilización del bloque Élmer Cárdenas, que después de un proceso de diálogo independiente había anunciado el 8 de septiembre de 2005 su voluntad de avanzar en el proceso de paz331. Este bloque tuvo influencia ante todo en el norte de Chocó y en el Urabá antioqueño, pero así mismo incidió en los municipios de la zona costanera de Córdoba más próximos a Antioquia, es decir Canalete, Los Córdobas y Puerto Escondido, además de Arboletes y San Juan de Urabá. Éste fue uno de los frentes más problemáticos en las negociaciones, puesto que varias veces alternaba su disposición de no desmovilizarse, como ocurrió en enero de 2003, y su deseo de hacerlo en 2005. 326 Ver: Los archivos de Don Berna. Revista Cambio, agosto 14 de 2005. Op. Cit. 327 Ver: Atónitos y sin palabras: Absuelto 'Berna' de crimen que puso en riesgo proceso de paz. El Tiempo 15 de Junio de 2007. Op. Cit. 328 Ver: Los archivos de Don Berna. Revista Cambio, agosto 14 de 2005. Op. Cit. 329 Ver: Atónitos y sin palabras: Absuelto 'Berna' de crimen que puso en riesgo proceso de paz. El Tiempo 15 de Junio de 2007. Op. Cit. 330 “Los archivos de Don Berna “. Revista Cambio, agosto 14 de 2005. Op. Cit. 331 Ver: Proceso de paz con las Autodefensas. Informe Ejecutivo. Presidencia de la República Oficina Alto Comisionado para la Paz, p. 7.

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El Alto Comisionado para la Paz, Luis Carlos Restrepo, había anunciado que la desmovilización de esta facción se realizaría en tres fases; dos de éstas concernían directa o indirectamente a Córdoba. Es así como la primera se cumplió el 12 de abril de 2006, con la dejación de armas de los 309 hombres del frente Costanero que actuaba en Córdoba. Posteriormente, el 30 de abril del mismo año, otros 484 combatientes abandonaron la estructura armada, en la vereda El Cuarenta del municipio de Turbo, en Antioquia332.

4.2.6. Última fase: 2006-2008. Las bandas criminales relacionadas con el narcotráfico y el debilitamiento de las Farc

Esta última fase representa especial interés por cuanto permite apreciar los cambios después de la desmovilización de las autodefensas. Del mismo modo, sirve para hacer un contraste con las fases en las que las autodefensas tenían una influencia muy importante en el departamento, principalmente hasta 2002. En términos de indicadores, no deja de ser paradójico que en el departamento de Córdoba las tasas de homicidio hayan subido significativamente después de la desmovilización de las autodefensas, entre 2006 y 2008, mientras que en el conjunto nacional marcaron una tendencia descendente, tal como se demuestra más adelante. Así mismo, no deja de llamar la atención el hecho de que las tasas de homicidio sean mucho más altas en el departamento en los últimos tres años que en los inmediatamente anteriores, cuando las autodefensas eran un actor central en prácticamente todo el territorio cordobés. En lo que respecta a las acciones armadas, tema que concierne a las Farc, éstas se incrementaron hasta 2007, pero desde ese entonces muestran una disminución significativa, hasta el punto que 2008 es uno de los años de menor actividad armada en toda la serie considerada. Los secuestros, por su lado, también registran niveles muy bajos en los últimos tres años, en contraste con los picos ocasionados por las guerrillas en los años ochenta y noventa y con el nivel más alto asociado a plagios atribuidos a las autodefensas en los años dos mil (Mapa No. 22). Son muchos los temas que se desprenden en esta última fase, por lo que es pertinente dividirla en dos partes. Por un lado, se analizan las disputas y enfrentamientos entre bandas criminales al servicio del narcotráfico, para lo que los indicadores sobre homicidios sirven de soporte al análisis. Por otro lado, se considera lo relacionado con el debilitamiento de las Farc y su repliegue en la parte más alta del sur del departamento, principalmente a partir del análisis de las cifras de acciones armadas y secuestros. 332 Según una versión de prensa: “Los miembros de esta tercera organización delinquen en el Urabá chocoano, más exactamente en la margen izquierda del río Atrato hacia la serranía del Baudó, entre los ríos Salaquí y Truandó se desmovilizaron el 15 de Agosto de 2006 en la vereda El Tigre, municipio de Unguía, Chocó. Ver: El País - Colprensa, 11 de agosto de 2006.

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Mapa No. 22 Tasas de homicidio en 2007 - 2008

Fuente de datos: Policia Nacional Procesado y georeferenciado por el Observatorio del Programa Presidencial de DH y DIH, Vicepresidencia de la República. Fuente cartografica: IGAC

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Respecto de lo primero, se aprecia que en esta nueva fase, en un contexto en el que las autodefensas se desmovilizaron, la unidad del narcotráfico se resquebró y se presentaron disputas en su interior, que se expresaron a través del enfrentamiento entre bandas criminales; otrora, estas disputas no trascendían y las autodefensas lograban tramitar y neutralizar los conflictos en el interior del mundo criminal. Las disputas entre bandas han afectado no solamente los Altos Sinú y San Jorge, donde históricamente se registraron los niveles de homicidios más elevados, sino que invadieron áreas donde en el pasado el dominio de las autodefensas no estaba en cuestionamiento: el Medio San Jorge, la zona costanera, parte del Medio y Bajo Sinú e incluso la capital departamental, que han presentado tasas moderadas. El análisis, no obstante, permite prever que el comportamiento ascendente de los homicidios no va a persistir, pues como se señaló con anterioridad, responde a disputas en el interior del narcotráfico, y a pesar de que 2008 es el más crítico de los últimos años, en los últimos meses, el comportamiento del homicidio fue descendente en el área más crítica, es decir los Altos Sinú y San Jorge. Así mismo, los altos niveles se han desplazado hacia zonas más planas, donde una vez cesen las disputas, bajarán a su turno los homicidios. En cuanto al segundo tema, se observa que en lo esencial las Farc quedaron replegadas en la parte más alta y montañosa del Sinú y San Jorge, en el extremo sur, donde a diferencia de lo que ocurría anteriormente, ya no se enfrentan con otras agrupaciones irregulares. Su capacidad militar en la actualidad es aún más reducida que en el pasado reciente, cuando ya era débil, no obstante que persistía en el extremo sur del departamento. Sus posibilidades en términos de secuestro siguen siendo muy limitadas, aunque es preciso señalar que ésta era su característica desde principios de los años dos mil y particularmente en las zonas más planas y en las ciudades, donde no ocurrían plagios a nombre de esta agrupación. En la actualidad, sobreviven ancladas en el narcotráfico, particularmente en los cultivos y usan las minas antipersonal como herramienta para neutralizar las operaciones militares en su contra e impedir la erradicación manual de cultivos ilícitos. Un cambio fundamental en esta fase es que después de la desmovilización de las autodefensas, toman cuerpo enfrentamientos en el interior del narcotráfico, a través de agrupaciones criminales al servicio de intereses específicos. En el pasado, las autodefensas y particularmente las AUC, servían como instancia que garantizaba la unidad del narcotráfico y a través de éstas se dirimían las contradicciones en su interior. De hecho, en las AUC convivían sectores tan variados como los que representaban los hermanos Castaño, Salvatore Mancuso, Diego Murillo Bejarano, alias Don Berna, así como Freddy Rendón Herrera alias El Alemán y Cuco Vanoy. Además de articular el narcotráfico, las AUC enarbolaban claramente un perfil antisubversivo y buscaban un reconocimiento político. Los hermanos Castaño y Salvatore Mancuso manejaban agrupaciones que sostenían disputas con las Farc, principalmente en el extremo sur del departamento y recogían un amplio respaldo de sectores sociales y políticos.

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Este esquema, en el cual las autodefensas dirimían las contradicciones del narcotráfico y tenían una cierta vocación social y política, empieza a agotarse en el preámbulo de las negociaciones y particularmente con la renuncia de Carlos Castaño a la jefatura de las AUC a mediados de 2001 y posteriormente con su desaparición y asesinato en abril de 2004. En la nueva fase, adquiere cada vez más realce el tema del narcotráfico y se desdibuja su naturaleza política y antisubversiva. En lo que se refiere al narcotráfico, su unidad es cada vez más débil y en cuanto a su vocación antisubversiva, prácticamente desaparece. Después de las desmovilizaciones, la característica es el protagonismo que adquieren agrupaciones armadas al servicio del narcotráfico y el enfrentamiento entre las facciones que anteriormente articulaban las AUC por el control de los engranajes del negocio ilegal. Lo anterior se manifiesta con más claridad a raíz de la desaparición de Vicente Castaño en marzo de 2007. En lo relacionado con las bandas criminales, es pertinente diferenciar dos períodos; el primero se extiende entre 2006 y 2007 y el segundo se prolonga hasta finales de 2008. El primer período se caracteriza por la formación y desarrollo de las agrupaciones denominadas Los Traquetos y los Héroes del San Jorge (léase también Vencedores del San Jorge), articuladas en lo esencial a la Oficina de Envigado y a narcotraficantes de Antioquia; ilustra las características de las nuevas expresiones armadas, muy ligadas al tema del narcotráfico y con una relación casi inexistente en torno a la lucha antisubversiva. El segundo periodo, entre finales de 2007 y finales de 2008, se caracteriza por las disputas entre Los Paisas, articulados a la Oficina de Envigado, y las bandas relacionadas con Daniel Rendón Herrera, alias Don Mario, denominadas bloque Héroes de Castaño, o Bacrim Urabá o Águilas Negras y más recientemente Autodefensas Gaitanistas de Colombia. Se desenvuelven disputas en el interior del narcotráfico y más concretamente entre dos vertientes que en el pasado estuvieron articuladas a las AUC; por un lado, Diego Murillo, representante de la Oficina de Envigado, y Daniel Rendón Herrera, alias Don Mario, que se reivindica como heredero de Vicente Castaño. Todo parece indicar que las bandas relacionadas con alias Don Mario lograron imponer su dominio, sin embargo no es de descartar que se vuelvan a presentar algunas disputas en el futuro. Veamos con detalle lo relacionado con Los Traquetos y los Vencedores del San Jorge. Resulta muy difícil diferenciar el periodo de las desmovilizaciones, que se prolongó hasta abril de 2006, de la fase posterior, cuando tomaron cuerpo bandas criminales relacionadas con el narcotráfico, pues hubo un lapso en el que los dos procesos se presentaron paralelamente. El año de 2006 no sólo fue un punto culminante en lo que a desmovilizaciones se refiere, sino que también empezaron a expresarse con claridad las bandas criminales, principalmente en los municipios del sur, en Montería y en la zona costanera, situación que se había insinuado en 2005333. 333 Los indicadores de homicidios en 2005 no habían subido, pero hay indicios que desde est año redes asociadas al narcotráfico seguían funcionando no obstante las desmovilizaciones. Ver: Con un pie en el avión. En: Cambio, 2 de noviembre de 2008. En: http://www.cambio.com.co/portadacambio/740/3710037-pag-2_2.html

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Al parecer, la reorganización de estructuras dedicadas al narcotráfico coincidió con las desmovilizaciones de 2005. Es así como un informe de inteligencia del Das que reseñó la Revista Cambio, señaló que Diego Murillo Bejarano, alias Don Berna, “desde el 15 de junio de 2005, cuando se desmovilizó con una estructura del bloque Héroes de Tolová en Rusia Ocho, una vereda del municipio de Valencia, Córdoba, siguió en actividades de narcotráfico y moviendo fichas para consolidar y extender su poder.” Más adelante, precisa que entre los delitos reseñados, se destacaba la organización de nuevos grupos armados para ocupar los espacios dejados por los desmovilizados, la financiación de nuevas organizaciones de narcotraficantes y los asesinatos de por lo menos cuatro de sus antiguos socios. Dice el artículo que resume la postura del Das: “Actualmente, Don Berna financia el surgimiento de numerosos grupos de narcotraficantes como operadores de laboratorios, transportadores y traficantes individuales, que luego deben devolverle el dinero de los préstamos, más un cargo por financiación”. El informe agregaba que la financiación controlada le había permitido no sólo mantener una fuente permanente de ingresos, recaudados por la Oficina de Envigado, sino también construir lealtades, para no perder su posición de amo y señor del negocio. El mismo informe señaló que la Sijin de Córdoba descubrió que las retaguardias del bloque Héroes de Tolová con que se desmovilizó Murillo, se reorganizaron para dedicarse a la producción de base de coca en el Parque Nacional nudo de Paramillo, en Tierralta, Córdoba y que su jefe era Albeiro Manuel Gómez Martínez, alias La Cobra, y la organización por medio de la cual comercializa la droga era conocida como Los Traquetos334. No obstante que los antecedentes sobre la existencia de la agrupación Los Traquetos remiten a 2005, solamente en 2006 se registró un aumento en los homicidios, lo que no se reflejó en el conjunto del departamento, sino que se concentró en la región denominada Altos Sinú y San Jorge, que llegó a 62 hpch en 2006, mientras que el año anterior había registrado 37. Obviamente, aquí incidieron las 17 muertes ocasionadas por las Farc en el Alto San Jorge a las Fuerzas Militares, pero así mismo es evidente la incidencia de los homicidios perpetrados en el marco de las disputas y los ajustes de cuentas en el interior del narcotráfico. En el año 2006, las referencias a Los Traquetos eran cada vez más frecuentes. Es así como la Policía señaló que actuaban en jurisdicción de Tierralta y Valencia, más concretamente en Palmira, Tuis Tuis, Guaruma y El Loro, para no mencionar sino algunos puntos. Por otro lado, un informe de riesgo de la Defensoría del Pueblo señalaba que Los Traquetos estaban conformados por al menos 60 hombres y que su interés era el de mantener el control del territorio, el comercio ilegal de la coca, influir en los proveedores de insumos, compradores del alcaloide y rutas de tráfico, por lo que estaban recurriendo a la comisión de homicidios selectivos, atentados contra la vida, amenazas y cobro de extorsiones, entre otros hechos violentos, situación que 334 Ver: Con un pie en el avión. En: Cambio, 2 de noviembre de 2008. En: http://www.cambio.com.co/ portadacambio/740/3710037-pag-2_2.html

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ponía en riesgo a la población civil del municipio de Tierralta335. A su turno, el sexto informe de la Mapp/OEA consignaba que en Córdoba era de especial atención para la Misión la situación que se presentaba en las veredas de Crucito y Gallo en la zona norte de la represa de Urrá del municipio de Tierralta, luego de la desmovilización del bloque Héroes de Tolová (BHT). Allí, según el informe “continuó operando un grupo de entre 60 y 80 paramilitares, que no se desmovilizó. Este grupo presta seguridad a los cultivos ilícitos y controla la comercialización de la base de coca en la zona. Desde la desmovilización de dicho bloque, el grupo no utiliza camuflados y opera de civil. Dicho grupo ha convocado a los pobladores a reuniones públicas, donde manifiestan su intención de controlar la zona. Han realizado censos sobre los habitantes y la capacidad de producción de base de coca de la comunidad”336. Por otro lado, en 2006, también se había identificado la existencia del grupo denominado Vencedores del San Jorge, con más énfasis en los municipios de Montelíbano y Puerto Libertador y más concretamente en los corregimientos o lugares denominados Puerto Anchica, El Tambo y El Bongo. Esta agrupación estaba bajo el mando de Juan María Lezcano, alias el Pollo Lezcano, que en el pasado figuró como el cabecilla del frente Héroes del San Jorge, perteneciente a su turno al bloque Córdoba. Esta organización igualmente tenía entronques con la llamada Oficina de Envigado, pero al mismo tiempo expresaba la presencia de narcotraficantes con asiento en el Bajo Cauca antioqueño. El noveno informe de la Mapp/OEA resumió así la situación: “En el mes de febrero de 2006, luego de que la Misión reportara la verificación de la existencia de un estructura rearmada en el corregimiento de Tierradentro en el municipio de Montelíbano – denominada “Vencedores de San Jorge”-, se realizó un consejo de seguridad, en cabeza del Ministro de Defensa y la cúpula militar. Cinco días después de este encuentro, el Ejército tuvo un combate con la facción ilegal en la vereda El Tambo, corregimiento de Puerto Anchica - donde fueron dados de baja tres presuntos delincuentes, dos de ellos reportados como N.N. -. Después de esta acción, al parecer esta estructura no volvió a actuar. Diez meses más tarde, en el segundo semestre de 2006, la Mapp/OEA tuvo noticia de que en este mismo territorio volvió a aparecer un grupo que ahora se hace llamar las Águilas Negras, pero que en realidad serían los mismos Vencedores del San Jorge. Se afirmaba que el reclutamiento en la zona había sido visible y se hablaba de la influencia de hombres que llegaron de Caucasia (antiguos integrantes del bloque Central Bolívar)337.

335 Informe de Riesgo No. 030-06 del 19 de 2006. Tierralta, Córdoba; p.2. 336 Sexto Informe Trimestral del Secretario General al Consejo Permanente sobre la Misión de Apoyo al Proceso De Paz En Colombia (Mapp/OEA). 337 Noveno Informe Trimestral del Secretario General al Consejo Permanente sobre la Misión de Apoyo al Proceso De Paz En Colombia (Mapp/OEA).

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La situación en el año 2007 se deterioró, pues los homicidios volvieron a aumentar338. Es así como se pasó de 258 en 2006 a 352 en 2007, un incremento del 36.43%, para una tasa cercana a los 24 hpch. Nuevamente, la región denominada Altos Sinú y San Jorge arrojó el índice más preocupante, pues en 2007 llegó a 88.9 hpch, más del doble del país, de 36 hpch. Del mismo modo, el Medio San Jorge, la zona costanera y Montería presentaron índices preocupantes, aunque estas regiones se ubicaron por debajo del promedio nacional, pues oscilaron entre 20 y 24 hpch. Se debe recordar que el Medio San Jorge es una zona muy influenciada por la presencia de narcotraficantes y sirve de corredor de movilidad, mientras que la zona costanera es estratégica por tener puntos de embarque, por lo que el aumento en los homicidios reflejaba en últimas la presencia del narcotráfico y de sus agrupaciones armadas. En gran medida, estos aumentos respondieron al accionar de Los Traquetos y de los Vencedores del San Jorge. Durante casi todo 2007, Los Traquetos y los Vencedores del San Jorge se mantuvieron vigentes, no obstante que las autoridades no les otorgaban mayor protagonismo. Lo anterior ocurría al tiempo que aumentaban los homicidios protagonizados por estas agrupaciones, no solamente en los Altos Sinú y San Jorge, sino también en el área del San Jorge que va desde Caucasia, en Antioquia, hasta Planeta Rica, en Córdoba. Se incrementaron así las capturas al tiempo que lo hacían los homicidios, muchos de éstos atribuidos a la Oficina de Envigado. Es así como en julio de 2007 se capturaron 13 integrantes de Los Traquetos, después de una oleada de catorce homicidios en el Alto Sinú. Una crónica señaló que esta organización estaba asesinando a desmovilizados del bloque de las autodefensas que en el pasado dirigió Mancuso, que se dedicaban a la erradicación de coca y agregaba que los responsables eran desmovilizados del bloque Héroes de Tolová, que estuvieron bajo el mando de Don Berna339. En julio de 2007, días después de las trece capturas ya reseñadas, la Policía desmentía la existencia de estas agrupaciones y afirmaba que Los Traquetos estaban desarticulados en un 90% y que los Vencedores del San Jorge estaban diezmados y no ofrecían resistencia alguna en el sur de Córdoba 340. Un mes después, la información era contradictoria, pues la misma Policía argumentaba que si bien Los Traquetos estaban diezmados y se había neutralizado la conformación de las Águilas Negras en el departamento, aceptaba la existencia de los Vencedores del San Jorge. Según la crónica periodística, el coronel Uriel Toro Díaz reconoció que esta banda era la responsable de algunas acciones delictivas que se venían cometiendo en municipios como Puerto Libertador, Montelíbano, La Apartada 338 En parte, el aumento de los homicidios se debe a la coyuntura de finales de año, a partir de noviembre, cuando tomaron cuerpo disputas entre las bandas Los Paisas y Héroes de Castaño y no a la situación de Traquetos y Vencedores del San Jorge, que fueron las que tuvieron más importancia en los primeros diez meses. Se caracterizará a continuación, la situación de las disputas entre las primeras bandas mencionadas. En los siguientes párrafos, únicamente nos referimos a los segundos. 339 Ver: Detenidos 13 miembros de una banda dedicada a asesinar a desmovilizados del bloque de Mancuso. En: El Tiempo. Publicado el día 18 de julio de 2006 por: http://74.125.45.132/search?q=cache:JDcw22WmlbwJ:www. fac.mil.co/index.php%3Fidcategoria%3D13010%26facmil_2007%3D227406b3129438706297958888cbb0c6+tra quetos+c%C3%B3rdoba&hl=es&ct=clnk&cd=11&gl=co 340 Ver: De que las hay... En: El Meridiano de Córdoba, 18 de julio de 2007.

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y Buenavista. Así mismo, el coronel Toro habló de que la “banda delincuencial ‘Héroes del San Jorge’ (o Vencedores del San Jorge) estaría conformada por al menos 200 hombres, la mayoría desmovilizados de las autodefensas” 341. Además de los homicidios ocasionados por Los Traquetos y Los Vencedores del San Jorge, se conocían de otros atribuidos directamente a Diego Murillo Bejarano, alias Don Berna, que recaían en personajes con rango importante en el interior del narcotráfico. Según una versión de Cambio, en abril de 2007 fue asesinado Francisco Iván Cifuentes Villa en Caucasia, Antioquia, por hombres que se hicieron pasar como miembros del Gaula. El móvil del crimen habría sido discrepancias en cuanto a asuntos de dinero con la Oficina de Envigado. Según el Das, la muerte de Cifuentes fue ordenada por Don Berna por medio de quien era considerado su mano derecha: Carlos Mario Aguilar Echeverría, alias Rogelio. Un segundo asesinato fue el de Fernando Pico, ocurrido en agosto de 2007; los investigadores aseguraron que la causa habría sido una pugna por el poder en el seno de Los Traquetos342. Estas agrupaciones persistieron hasta la segunda mitad de 2007 no obstante los golpes que recibieron por parte de las autoridades. Es así como en noviembre de 2007, se daba cuenta de nuevas capturas de integrantes de Los Traquetos en el Alto Sinú y en la zona costanera. En diciembre del mismo año, se conoció de la captura de un cabecilla, Sigilfredo Zuleta Mercado, alias ‘El Nene Zuleta’, un desmovilizado del bloque Libertadores del Sur, que había remplazado a alias La Cobra, este último capturado meses antes343. Haciendo un balance para todo 2007, la Policía afirmó en entrevista que se produjeron aproximadamente 60 capturas por cada grupo y que lo anterior permitió la desarticulación de Los Traquetos y los Vencedores del San Jorge. De todas maneras, estas agrupaciones venían perdiendo protagonismo; sin embargo, paralelamente lo venían ganando otras. Es así como por un lado, aparecieron las bandas al servicio de Daniel Rendón Herrera, alias Don Mario, y por el otro, la banda denominada de Los Paisas, al servicio de la Oficina de Envigado. No obstante, no se puede plantear que Los Traquetos y Los Vencedores del San Jorge desaparecieron, sino que sus miembros se integraron a las organizaciones que aparecieron. Entrevistas permitieron establecer que a pesar de que Los Traquetos y los Vencedores del San Jorge se relacionaron más con la Oficina de Envigado, no necesariamente todos sus integrantes fueron reclutados por la agrupación de Los Paisas. Por el contrario, una de las tácticas de Don Mario, opuesto a la Oficina de Envigado, consistió en reclutar o cooptar entre los rangos de sus enemigos a integrantes para las estructuras bajo su mando y por ello es factible identificar también antiguos Traquetos con la Bacrim Urabá o el bloque 341 Ver: Grupo emergente de paramilitares azota al sur de Córdoba. En: El Tiempo, 30 de agosto de 2007. 342 Ver: Con un pie en el avión. En: Cambio: http://74.125.47.132/search?q=cache:vgG878mEL4AJ:www.cambio.com.co/portadacambio/740/3710037pag-2_2.html+traquetos+c%C3%B3rdoba&hl=es&ct=clnk&cd=58&gl=co 343 Ver: En Montería, capturan a presunto jefe de banda emergente 'Los Traquetos'. En: El Tiempo, 4 de diciembre de 2007.

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Héroes de Castaño. Sin embargo, la nueva característica fue el enfrentamiento entre Paisas y Don Mario y por ende el aumento de los homicidios. Antes de proceder a caracterizar el nuevo escenario caracterizado por enfrentamientos entre los Paisas y las bandas al servicio de Don Mario, es prudente retomar y completar algunos antecedentes que permiten entender mejor lo ocurrido. Por un lado, llama la atención la desaparición de Vicente Castaño, ocurrida en marzo de 2007, asunto que adquiere relieve en la medida en que Don Mario se presenta como su heredero. Así mismo, se traen algunos antecedentes de Daniel Rendón Herrera, alias Don Mario, que sólo adquiere protagonismo después de la desmovilización de las autodefensas. Aclarados estos aspectos, se procede a analizar con detalle el desarrollo de las disputas en el departamento entre noviembre de 2007 y diciembre de 2008. Desmovilizadas las autodefensas en 2006, los narcotraficantes quedaron desprovistos de una instancia para tramitar sus conflictos y éstos se empezaron a solucionar abiertamente por medio de la violencia; la unidad del narcotráfico quedó así en entredicho en Córdoba. Por lo anterior, no se descarta que la desaparición de Vicente Castaño fue protagonizada por sectores relacionados con la Oficina de Envigado, que tenían intereses alrededor del narcotráfico en Córdoba344, como tampoco la participación en este hecho de Carlos Mario Jiménez, alias Macaco, ex-cabecilla del bloque Central Bolívar, que en el pasado estaba afincado en el Bajo Cauca antioqueño, pero que buscaba abrirse espacio en Córdoba. Esta desaparición, presumiblemente, fue una de las razones por las que Diego Murillo Bejarano y Carlos Mario Jiménez fueron trasladados de su sitio de reclusión a la prisión de Alta Seguridad en Cómbita, Boyacá. El avance de las organizaciones articuladas a la Oficina de Envigado implicaba reducir el poder de personajes como Vicente Castaño, con importante influencia en Córdoba, como se ha mostrado en diferentes partes del presente documento. Un artículo de la revista Cambio345 expuso una hipótesis extraída de informes de inteligencia del Das y la Policía, en particular se basa en las declaraciones de un sujeto que se identificó como N.N. alias El Gordo, que desmintió una versión en el sentido de que el motivo de la desaparición y el asesinato de Vicente Castaño fue una supuesta negociación con la Dea. Según El Gordo, el homicidio ocurrió el 17 de marzo de 2007 en una finca ubicada entre los municipios de Nechí, Antioquia, y Ayapel, Córdoba, y a su juicio, el motivo de fondo fue una pugna de poder en torno al narcotráfico con Diego Murillo, alias Don Berna, Carlos Mario Aguilar Echavarría, alias Rogelio, mano derecha de Murillo y Ever Veloza García, alias Hernán o H.H, ex-jefe del bloque bananero de las AUC, capturado por la Dijin el 3 de abril en Tarso, Antioquia.

344 Es importante tener en cuenta el asesinato de Carlos Castaño en 2004 como un antecedente más que sirve para enmarcar las disputas que se desataron entre finales de 2007 y diciembre de 2008. 345 Ver: Vicente Castaño: muerto. En: Cambio. 2 de noviembre de 2008. Ver http://www.cambio.com.co/ portadacambio/740/ARTICULO-WEB-NOTA_INTERIOR_CAMBIO-3710032.html

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En el marco de las disputas en torno al narcotráfico, se consideró también el tema de la apropiación de tierras. La crónica de Cambio llamó la atención sobre el hecho de que José Ignacio Roldán, alias Monoleche, antiguo subordinado de Vicente Castaño, se presentó ante sus compañeros como el nuevo jefe y les hizo saber que en adelante haría valer sus derechos sobre la hacienda Las Tangas. No obstante, agrega la crónica, que los alias Don Berna y Rogelio, por su lado, advirtieron que ellos mantendrían el control sobre propiedades de Tierralta y Valencia. Según el artículo:“Hoy, lo único claro es que Las Tangas se han convertido en botín de guerra. La misma suerte podría correr extensas propiedades en la zona de Urabá, que el mismo Vicente decía haber reservado para proyectos productivos de palma africana346”. No sobra señalar que muchas tierras en Córdoba y particularmente en Tierralta, Valencia y Puerto Libertador, están en manos de testaferros, por lo que los arreglos de cuentas se ejecutan a partir de las bandas criminales descritas. Se debe señalar, además, como se desprende de este estudio, que en este caso las tierras no solamente son apetecidas para aumentar la fortuna o para blanquear activos obtenidos ilegalmente, sino que son estratégicas como centros de acopio por su cercanía al mar. Controlar el corredor entre el Bajo Cauca y el sur de Córdoba y el mar supone tener puntos de apoyo y para ello las fincas y haciendas han sido estratégicas desde la llegada del Cartel de Medellín. En páginas anteriores, se ha aportado información respecto de Diego Murillo Bejarano, alias Don Berna y en general sobre la Oficina de Envigado, estructura con la que estuvieron relacionados Los Traquetos, Los Vencedores del San Jorge y más recientemente Los Paisas. Queda por estudiar con más detenimiento a Daniel Rendón Herrera, alias Don Mario y en particular su relación con los hermanos Castaño. Este personaje adquirió protagonismo después de la desmovilización de las autodefensas, pues en lo esencial lidera las facciones que están enfrentadas a las estructuras asociadas a la Oficina de Envigado. Antes de la desmovilización de las autodefensas, Don Mario había mantenido un bajo perfil, sin embargo a juicio de algunas versiones de prensa, se desmovilizó en 2006 con el bloque Élmer Cárdenas, bajo el mando de su hermano, Freddy Rendón Herrera, alias El Alemán. No obstante, otras versiones sostienen que no se desmovilizó y que siguió en armas347. Don Mario, como los hermanos Castaño, nació en Amalfi, Antioquia, y hacia finales de los años ochenta llegó a Córdoba, tal como lo expresa una crónica de la revista Semana: “Fue Fidel quien lo invitó a formar parte de un pequeño ejército privado que con el tiempo se convirtió en la fuerza más desestabilizadora de la historia reciente del país: las AUC. De eso hace 20 años (aproximadamente 1988)”348. 346 Ver: Vicente Castaño: muerto. En: Cambio. http://www.cambio.com.co/portadacambio/740/ARTICULOWEB-NOTA_INTERIOR_CAMBIO-3710032.html 347 En entrevistas en el departamento, se afirmó que tradicionalmente Don Mario fue más fuerte que su hermano, alias El Alemán, pero que siempre mantuvo un bajo perfil. No obstante esta versión no está confirmada. Respecto de su desmovilización o no, lo importante es que siguió en armas. 348 Ver: En pie de guerra. En: Semana.com, sábado 19 de abril de 2008.

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Según palabras de Daniel Rendón, expresadas en un diario confiscado por las autoridades: “Cuando ingresé a las autodefensas, caminamos por espacio de dos días hasta un campamento en el Nudo de Paramillo, lo que más tarde sería la escuela La 35, un centro de entrenamiento para los mandos de las AUC. Al día siguiente, nos levantaron temprano para ir a formar. En total, éramos 20 hombres sin armamento, sin en qué dormir. A mí me dieron una escopeta calibre 16 con 10 cartuchos. Después nos dijeron que nos iba a hablar el jefe, un hombre de 35 a 40 años, 1.70 metros de estatura: era Fidel Castaño. Más adelante, él mismo me enseñó a disparar los fusiles M-14, M-1 y un G-3 que le habíamos quitado a la guerrilla en una casa de campesinos”349. Según otra crónica de la revista Semana: “Tímido, de frases cortas e ideas poco brillantes, Don Mario optó por mantenerse a la sombra de su hermano Freddy, conocido con el alias de El Alemán y quien sí era uno de los comandantes más visibles e influyentes de ese grupo irregular.” (…) A pesar de la poca notoriedad que tenía en las AUC, día a día Don Mario fue acumulando experiencia y Carlos Castaño lo invitó para que se fuera a los Llanos Orientales a ‘trabajar’ con Miguel Arroyave en la expansión de las autodefensas en los departamentos de Meta, Casanare y Arauca. (…) Allí, junto con Miguel Arroyave, creó el bloque Centauros y consolidó la presencia de las autodefensas en el oriente del país”350. Según sus propias palabras, la decisión de enviarlo a Meta posiblemente fue el resultado de desavenencias que tuvo con su hermano Freddy, alias El Alemán. Su diario señala: “Hasta que un día, Elías, un ‘traqueto’ que traía droga de Puerto Raudal y Valdivia, dos pueblos del Bajo Cauca de Antioquia, nos dijo que estaba interesado en sacarla por el golfo de Urabá. Que estaba dispuesto a pagarnos un porcentaje si llegábamos a un acuerdo. El pacto consistía en que la parte (del cargamento) que nos correspondía a nosotros, él nos la daba en armamento. Nos pareció buena oferta y aceptamos. En poco tiempo podíamos decir que habíamos sacado la guerrilla y sus colaboradores de la región y el negocio con Elías iba por buen camino. Un día, el ‘Alemán’, que ya era jefe de las autodefensas en parte de Urabá, le propuso a Elías que se hicieran socios, que enviaran conjuntamente la droga y se partieran las ganancias. A los 10 días, se fueron los primeros embarques de coca. Como al mes regresó Elías y nos trajo tres millones de dólares. Esta cantidad era demasiada, increíble, no sabíamos qué hacer con toda esa plata. Pero para ese momento yo tenía mis roces con el ‘Alemán’. La situación estaba tan difícil entre él y yo, que el Estado Mayor acordó mandarme para Meta. Me dijeron que eso estaba lleno de guerrilla y que allá se necesitaba un líder como yo”351. 349 Ver: Memorias de un para. En: Semana.com, 17 de marzo de 2007. 350 Ver: Las dos guerras. En: Semana.com, 5 de abril de 2008. 351 Ver: Memorias de un para. En: Semana.com, 17 de marzo de 2007.

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Daniel Rendón estuvo en Meta entre 1995 y 2004. Según Semana “Tras el asesinato de Arroyave, en 2004, ‘Don Mario’ se vio obligado a regresar a Urabá352. Al parecer, alias Cuchillo y Pirata habían planeado asesinar a Daniel Rendón, del mismo modo que lo hicieron con Miguel Arroyave353. Es así como Don Mario, en primer lugar, se fortaleció en Urabá, donde se alió con desmovilizados del bloque Élmer Cárdenas y de otras agrupaciones de autodefensas. Poco a poco, fue construyendo su nueva organización. Se movía entre Turbo y Arboletes; poco a poco ingresó a Tierralta y Valencia y paulatinamente fue adquiriendo más incidencia en una de las principales rutas de exportación de drogas por el Caribe354. Le gustaba vigilar personalmente la buena marcha de los negocios, que pasaban por exportar droga e ingresar armas y millones de dólares355. Una crónica de Semana sostiene que “Con el paso de los meses, la situación jurídica de los jefes paras entró en el laberinto kafkiano que todos conocen, mientras la riqueza de Don Mario se multiplicaba por millones. De un día para otro, la debilitada fuerza del otrora poderoso bloque Élmer Cárdenas volvió a crecer. Lo que hizo Don Mario fue hablar con muchos de ellos y los convenció de continuar en las armas bajo el mando de él”356. Después, se presentó la incursión de Don Mario desde el Urabá antioqueño hacia el departamento de Córdoba, apropiándose de los corredores que conducen hacia la zona costera y a parte de las tierras que antes controlaba Don Berna. Aparte de buscar apropiarse de los engranajes del narcotráfico en esta zona, lo que suponía debilitar a los Paisas y en general a los representantes de la Oficina de Envigado, Daniel Rendón Herrera se proclamó como heredero de Vicente y supuestamente buscó venganza por la muerte de su antiguo aliado357. 352 Ver: Las dos guerras. En: Semana.com, 5 de abril de 2008. 353 Ver: Paramilitares y conflicto armado en Colombia, verdadabierta.com. 354 Sobre las conexiones entre Urabá y Córdoba y la labor mediante la cual Don Mario se apropió de parte de las rutas del narcotráfico, ver: La intensa persecución a ‘Don Mario’. En: Semana.com. 29 de agosto de 2008. 355 Ver: En pie de guerra. Semana.com. 19 de abril de 2008. 356 Ver: En pie de guerra, Semana.com, 19 de abril de 2008. 357 La cercanía de Don Mario con Vicente Castaño y su animadversión hacia Don Berna y alias HH, quedó puesta en evidencia a raíz de un video que llegó a manos de las autoridades. En el video, según una crónica de El Tiempo “(…) Don Mario' asegura que asesinó a siete hombres y secuestró a 25 que 'H.H.' y 'Don Berna' enviaron para matarlo.” Así mismo, asegura que acusó a estos dos personajes (Don Berna y HH) de haber asesinado a Vicente Castaño. La versión agrega que “En las imágenes, aparecen los 25 hombres que estarían secuestrados por Daniel Rendón Herrera, 'Don Mario', y que pertenecerían a las bandas de los ex-jefes paramilitares Evert Veloza, 'H.H', y de Diego Fernando Murillo, 'Don Berna', según las revelaciones del CD”. Así mismo, agrega la crónica, en el CD se oye que “Somos un gran número de desmovilizados que nos ha tocado unirnos para defendernos por una campaña de exterminio, que emprendieron el señor 'H.H' y 'don Berna' para asesinarme”. Por otro lado, una versión de Caracol intenta despejar lo relacionado con los siete asesinatos y señala que entre éstos estaban “dos oficiales del Gaula de la Policía y dos desmovilizados muertos entre Turbo y Chigorodó,” que supuestamente “iban a entregar 25 fusiles AK-47 al comando enviado para matarlo, y que cuando pretendieron capturarlos para entregarlos a las autoridades y que confesaran su plan, opusieron resistencia y fueron abatidos.” Ver: Hallan vídeo en el que 'Don Mario' se atribuye masacre y admite tener secuestrados. En Caracol, 3 de abril de 2008.

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Los enfrentamientos entre Paisas y Don Mario contribuyen a explicar el aumento de los homicidios, que pasaron de 352 en 2007 a 466 en 2008, un incremento de 32.4%. No obstante, es mejor observar su comportamiento por meses. Los niveles ya habían sido altos en marzo y agosto de 2007, cuando se registraron 33 y 34 homicidios respectivamente, pero se elevaron en noviembre y diciembre, cuando alcanzaron 43 y 41. En 2008, enero presentó 62, el nivel más alto de los dos últimos años, en febrero fueron 50, en marzo 49 y en abril 44; en los siguientes meses, los niveles siguieron siendo elevados, pero con registros inferiores a los de principios del año; no obstante, noviembre volvió a arrojar 40 muertes violentas.

Gráfico No. 23. Comportamiento de los homicidios por meses en el departamento de Córdoba entre enero de 2007 y diciembre de 2008 70 60 50 40 30 20 10 0

ene feb mar abr may jun jul ago sep oct nov dic ene feb mar abr may jun jul ago sep oct nov dic

2007

2008

Homicidios 31 22 33 19 16 28 23 34 31 31 43 41 62 50 49 44 29 40 36 28 33 28 40 32 Fuente: Policía y Dane Procesado por el Observatorio del Programa Presidencial de DH y DIH, Vicepresidencia de la República

Se debe señalar que la región de los Altos Sinú y San Jorge fue muy afectada entre noviembre de 2007 y marzo de 2008. Montería, por su parte, lo fue a finales de 2007 y en septiembre de 2008. El resto del departamento subió en febrero de 2008 y a partir de junio del mismo año registra cada vez más niveles elevados, lo que corresponde a lo ocurrido en Planeta Rica y Lorica, así como a la sumatoria de algunos municipios de la zona costanera como Canalete, Los Córdobas y Puerto Escondido. Lo anterior en últimas revela que las disputas se desplazaron; del Alto Sinú y San Jorge y Montería, pasaron al Medio San Jorge, a la zona costanera y a parte del Medio y el Bajo Sinú.

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Según una entrevista, los motivos de los enfrentamientos fueron en lo esencial para hacerse a los espacios estratégicos para el narcotráfico y particularmente los ubicados entre el Nordeste, el Norte y el Bajo Cauca antioqueño y el sur de Córdoba, con el Urabá y las zonas costeras de Córdoba y Sucre. Lo ocurrido en los Altos Sinú y San Jorge está corroborado en un artículo escrito por un investigador de la Fundación del Sinú: “Sólo en cinco meses - entre noviembre de 2007 y marzo de este año (2008), las disputas por el control de los territorios cultivados con coca, por el procesamiento de la base y por la fijación de los precios para la droga en el eje Antioquia-Córdoba-Chocó, dejaron 50 personas asesinadas.” Y a continuación anotó: “La pelea es entre la banda ‘Héroes de Castaño’, de Daniel Rendón, alias ‘Don Mario”, hermano del desmovilizado jefe ‘para’ ‘El Alemán’, y las bandas ‘Los Paisas y ‘Los Traquetos’, de la llamada ‘Oficina de Envigado’, vinculada al también desmovilizado ex-jefe de las AUC, ‘Don Berna’.” A juicio del investigador: “La mayor cuota de sangre la han puesto los desmovilizados de las autodefensas, con 45 muertos”. El propio presidente Álvaro Uribe reconoció en un consejo de seguridad en Montería la crítica situación del departamento: “El país tiene un promedio de descenso en la criminalidad del 29 por ciento y en Córdoba (la criminalidad) tiene un aumento del 35 por ciento por el homicidio”358.

Gráfico No. 24 Comportamiento de los homicidios por meses en el departamento de Córdoba desagregados en los Altos Sinú y San Jorge, Montería y el resto del departamento entre enero de 2007 y diciembre de 2008

ENE FEB MAR ABR MAY JUN JUL AGO SEP OCT NOV DIC ENE FEB MAR ABR MAY JUN JUL AGO SEP OCT NOV DIC

Fuente: Policía y Dane Procesado por el Observatorio del Programa Presidencial de DH y DIH, Vicepresidencia de la República 358 Apreciación de Víctor Negrete en una presentación del Centro de Estudios Sociales y Políticos de la Universidad del Sinú y la Comisión Ciudadana para la Reconciliación en su informe sobre Córdoba y su situación general, efectuado en Cartagena en 2008.

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Los Paisas, banda que en buena medida asimiló a los Traquetos y los Vencedores del San Jorge, tuvo hasta finales de 2007 y principios de 2008 una importante influencia en los Altos Sinú y San Jorge, en el Medio San Jorge y en particular en el corredor desde Caucasia en Antioquia hasta Planeta Rica en Córdoba, en Montería y en parte de la zona costanera, en particular en los municipios más cercanos a Sucre. No obstante, las estructuras al servicio de alias Don Mario fueron incursionando en las áreas de Los Paisas, situación que incrementó los homicidios y a la postre debilitó a sus oponentes. Es por ello que en el gráfico de homicidios por meses presentado con anterioridad se deterioran en primer lugar las regiones de los Altos Sinú y San Jorge y Montería; posteriormente, la parta media del San Jorge y la zona costanera. El avance de las bandas de Don Mario fue evidente a principios de 2008 y se pueden identificar dos momentos que determinaron el debilitamiento de Los Paisas. El primero se presentó en abril de 2008, cuando fueron detenidos algunos de sus mandos en Valencia y Montería, que incluían uno de los primos de Diego Murillo, unos antiguos mandos de las autodefensas, políticos locales y regionales y algunos miembros de la Fuerza Pública. El segundo momento fue a mediados de mayo, cuando Diego Murillo Bejarano fue extraditado hacia los Estados Unidos. Después de estos hechos, Los Paisas mostraron un debilitamiento y se fue consolidando el poder de Don Mario en el departamento. En cuanto a lo primero, es decir la captura de varios integrantes de Los Paisas, se debe señalar que algunos habitantes de Valencia denunciaron ante la Fiscalía General de la Nación las relaciones de Mario Prada Cobos con las autodefensas antes de desmovilizarse y con las bandas criminales al servicio del narcotráfico posteriormente. Reconstruyendo los hechos, se debe advertir que presuntamente, Prada fue elegido como concejal en el periodo de 1998–2000 con el apoyo de Carlos Castaño y posteriormente como alcalde entre los años 2001-2003 con el aval de Diego Fernando Murillo, alias Don Berna. Estas elecciones se caracterizaron por el constreñimiento al elector, a través de la intimidación y la amenaza a los pobladores de las zonas rurales, para que votaran por este candidato. Asimismo, para la elección a la Alcaldía fue candidato único, luego de que los otros candidatos renunciaran. Uno de ellos, Juan Negrete Martínez, fue asesinado el 13 de julio de 2001 en Valencia. Para el periodo de 2004–2007 fue elegido como alcalde, Negus Samuel Correa, quien también fue candidato único y se había desempeñado como Secretario de Gobierno durante la administración de Prada359. Adicionalmente, no se puede olvidar que a Don Berna se le atribuyó el asesinato del candidato a la Alcaldía de Valencia, Orlando Benítez y de sus dos acompañantes, ocurrido el 25 de abril de 2005: “Benítez habría desatendido la orden del jefe ‘para’ de someter a su permiso cualquier aspiración política en su zona de influencia, en Córdoba. El diputado estaba impulsando su candidatura a la Alcaldía del municipio de Valencia”360. 359 Ver: Informe de Riesgo No. 038-07 del 25 de diciembre 2007. Valencia, Córdoba; p. 6. 360 Ver: Atónitos y sin palabras: Absuelto 'Berna' de crimen que puso en riesgo proceso de paz. En: El Tiempo 15 de junio de 2007.

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En el período preelectoral de 2007, Los Traquetos convocaron a la comunidad a reuniones en una finca en la vereda Santo Domingo, con el fin de persuadirla a votar por los candidatos que ellos habían seleccionado, principalmente por una candidata al Concejo. Asimismo, en el corregimiento de Villanueva presionaron a la población para que no asistiera a las reuniones convocadas por los candidatos considerados por ellos de la oposición361. Con base en estas denuncias, se produjeron varias capturas de Los Paisas y Los Traquetos, que pusieron en evidencia el alcance de Diego Murillo Bejarano, alias Don Berna. La noticia señaló que fue capturado Mario Prada, ex-alcalde de Valencia y excandidato a la Gobernación de Córdoba, y primo del reconocido comandante de las autodefensas en Sucre, Diego Vecino; como se anotó, manejaba una compleja red política que se había apropiado del control del municipio de Valencia desde hacía varios años y tenía así mismo vínculos con las redes de narcotraficantes que controlaba Don Berna. Del mismo modo, fue capturado José Walter Lozano Murillo, alias El Primo, integrante de la banda Los Traquetos y primo de Don Berna, al igual que Francisco Javier Silva Vallejo, alias Julián, jefe de la banda Los Paisas y Salomón Feris Chadid, alias El Chavo, antiguo mando de las autodefensas, que anteriormente tenía el alias de Cero Ocho, quien era coordinador de la Zona de Ubicación Temporal en Ralito durante el proceso de desmovilización de las autodefensas. También fueron capturados Alirio Henao Jaramillo, alias Lanudito y Eduardo Mario Galeano Doria, alias 22. Sin embargo, no fueron solamente capturados jefes de las redes de Los Paisas y Los Traquetos y enlaces políticos de los mismos, también fueron detenidos el Teniente Coronel Álvaro Zambrano, comandante del Batallón Junín; el Mayor Julio Parga, comandante del Gaula; el Sargento Jhonys Calderón y los soldados profesionales Harold Castañez, Elkin Vergara, Federmán Cura y José Sierra, quienes quedaron a órdenes de la Fiscalía 14 Especializada que les imputó delitos de concierto para delinquir agravado y homicidio, y en general los acusó de prestar apoyo a bandas emergentes362. Días después de estas capturas, el 13 de mayo de 2008, se conoció de la extradición de Diego Murillo Bejarano a los Estados Unidos, junto con otros trece jefes de las autodefensas desmovilizados; Murillo era requerido por la Corte Distrital del Sur de Nueva York, para ser juzgado por delitos federales de narcóticos y de lavado de activos. Además de viejos delitos, pesó el hecho de que las autoridades comprobaron la persistencia de las acciones delictivas de la llamada Oficina de Envigado, que en Córdoba controlaba a Los Paisas y Los Traquetos, al mando de José Walter Lozano Murillo, alias El Primo y Francisco Javier Silva Vallejo, alias Julián363. 361 Ver: Informe de Riesgo Nº 038-07 del 25 de Diciembre 2007. Valencia, Córdoba; p. 5. 362 Sobre las capturas a los militares ver: Andi. Informe Conflicto Armado. No. 1876. 17 de abril de 2008. http://74.125.93.104/search?q=cache:XTeo83pGO50J:www.andi.com.co/dependencias/SecGral/conflictoarmado/Conflicto%25202008/informe1876.asp+alvaro+zambrano+jun%C3%ADn&cd=3&hl=es&ct=clnk&gl=co 363 Ver por ejemplo: Estos son los paramilitares extraditados a Estados Unidos. En: Caracol, 13 de mayo de 2008. http://74.125.45.132/search?q=cache:d-CXi2lV2SkJ:www.caracol.com.co/nota.aspx%3Fid%3D595134+ extraditado+14+paramilitares&hl=es&ct=clnk&cd=3&gl=co

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Durante una entrevista en Valencia, se anota que después de estas capturas y de la extradición de Don Berna, el poder de Don Mario se fue consolidando y que redes que antes pertenecían a la contraparte quedaron bajo su dominio. Siguen siendo amenazados funcionarios de la administración actual y ciudadanos que denunciaron a Mario Prada Cobos y no se excluye que en la actualidad los integrantes de las redes debilitadas estén transando alianzas con Daniel Rendón Herrera, alias Don Mario. Además, existen indicios de que Don Mario se está apropiando de tierras que anteriormente controlaba Don Berna. En este sentido, el control de Valencia es estratégico para alias Don Mario, porque además de tener una zona plana, delimitada por el río Sinú, donde están muchas de las haciendas y fincas en manos de testaferros de Don Berna, entre éstas Las Tangas, fuente de viejos litigios364, tiene acceso a la zona montañosa, configurada por la serranía de Abibe, que sirve de corredor con la región del Urabá365. Igualmente, se señala que Don Mario controla los corredores del narcotráfico. Según entrevista con la Policía en noviembre de 2008, se afirmó que Don Mario tenía control de los circuitos ilegales del casco urbano de Valencia y de las zonas rurales del municipio. En noviembre de 2008, las bandas al servicio de Don Mario además controlaban el casco urbano de Tierralta y buena parte de las zonas rurales. En entrevistas, se señaló que Don Mario tenía presencia en Saiza, una zona cercana a Antioquia, estratégica porque es de montaña y limita con el Urabá; en este sector, existe presencia de las Farc y no se excluye que se estén constituyendo alianzas entre la guerrilla y las bandas en torno al narcotráfico. Además, la misma información señala que tiene influencia importante a la derecha del sur de Urrá, en el corregimiento de Crucito y en Las Pailas, en el corregimiento de Palmira. En noviembre de 2008, se afirmaba que estaba avanzando sobre la zona aledaña a Ralito, en lo esencial controlada por Los Paisas durante buena parte del año. En Tierralta, Los Paisas fueron debilitados por la acción de las autoridades y también por los ataques de las bandas de alias Don Mario. Se reportaron en este aspecto al menos dos enfrentamientos directos de proporciones mayores. Uno ocurrió en San Felipe de Cadillo, en la vereda Chaluas en una fecha no identificada366. Otro se presentó el 18 de febrero de 2008 cerca de la vereda El Loro, hechos que a su turno ocasionaron enfrentamientos entre las autoridades y las bandas y un desplazamiento de población. De acuerdo con un informe de la Defensoría del Pueblo, en esa ocasión 41 familias (181 personas) de las veredas kilómetros 12, 13 y 40 del municipio de Tierralta se desplazaron hacia el sector El Loro, en jurisdicción del mismo municipio367. 364 Una parte de la hacienda Las Tangas, donde funcionaron unas de las primeras autodefensas, Los Tangueros, fue entregada a campesinos a principios de los años noventa, pero después buena parte de los predios fue recuperada por medio de compras por debajo de su valor así como por medio de engaños, presiones y amenazas. Como consecuencia de esto fue asesinada una líder de los beneficiarios de estas tierras llamada Yolanda Izquierdo. Una síntesis sobre los litigios alrededor de la hacienda las Tangas y sobre otras propiedades en manos de testaferros se puede apreciar en Informe de Riesgo No. 038-07 del 25 de diciembre 2007. Valencia, Córdoba; p. 4. Sat, Defensoría del Pueblo. 365 Sobre el carácter estratégico de Valencia ver: Informe de Riesgo No. 038-07 del 25 de diciembre 2007, Sat, Defensoría del Pueblo. Valencia, Córdoba; p. 3. 366 En entrevista con la Policía, se hizo referencia a este hecho, pero no se precisó la fecha. 367 Situación de Derechos Humanos en el sur del Departamento de Córdoba. Defensoría del Pueblo Regional Córdoba, 2008; pp. 4-5.

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Además, las bandas llevaron a cabo presiones contra habitantes de la región y ocasionaron otros desplazamientos en el Alto Sinú en el curso de 2008. Es así como el 20 de junio 26 familias (88 personas) se desplazaron de la vereda Murmullo Medio del corregimiento Batata, tras la desaparición de un poblador y las amenazas de muerte contra otras personas de esta vereda realizadas, al parecer, por un grupo armado ilegal conformado después de la desmovilización de las autodefensas368. En noviembre de 2008, se conocieron hechos similares. La banda de Don Mario asesinó a Julio Martínez en el Saltillo del Loro, corregimiento San Clemente, municipio de Tierralta; este lugar queda a 35 minutos, en la vía a Urrá, cerca de la vereda de El Loro. Martínez era coordinador de familias guardabosques, y en los días precedentes a su muerte, según una versión, las Águilas Negras (léase bandas al servicio de Don Mario), venían ejerciendo presiones para que los pobladores se dedicaran a las siembras de coca. En entrevistas, se relata que en zonas donde existen programas de familias guardabosques han llegado personas extrañas a la región, que promueven las siembras, con lo que acaban perjudicando a los beneficiarios del programa presidencial. En el Alto San Jorge, Don Mario ganó igualmente espacios, sin embargo su dominio a finales de 2008 no era tan férreo como en el Alto Sinú. Se debe tener en cuenta, como se afirmó en una entrevista, que Los Paisas, previa la incursión de sus rivales, controlaban un corredor que cubría Planeta Rica, San Francisco del Rayo, Puerto Anchica, Puerto López y Tierradentro, del municipio de Montelíbano, y La Rica, Juan José, San Juan y Río Verde de Puerto Libertador. Se debe considerar que Puerto Anchica es un espacio estratégico, porque sirve para comunicar los valles del San Jorge y del Sinú, pues desde allí se accede fácilmente a Ralito. Adicionalmente, señala que el corredor descrito también se conecta con el municipio de Tarazá, en el departamento de Antioquia. Las disputas fueron igualmente intensas en el Alto San Jorge. Es así como a principios de 2008, en la segunda quincena de febrero, Lázaro Rendón Herrera, hermano de los alias Don Mario y El Alemán, apareció muerto en aguas del río Cauca, en las afueras del municipio de Caucasia, en el departamento de Antioquia, después de haber sido secuestrado369. Entrevistas señalaron que algunos integrantes de las bandas relacionadas con Don Mario, que se asentaron en los cascos urbanos de Montelíbano y Puerto Libertador, fueron asesinados por integrantes de Los Paisas, que tuvieron en buena parte de 2008 más influencia en los caseríos cercanos. Después de mayo, mes en que ocurrió la extradición de alias Don Berna, las bandas asociadas a Don Mario lograron propinar golpes a la estructura de Los Paisas. Se destaca la masacre sucedida el 20 de julio de 2008 en el caserío San Daniel, ubicado a cinco minutos del sector urbano de Puerto Libertador por la vía que conduce hacia el corregimiento Pica Pica, hechos en que cinco personas fueron asesinadas y dos resultaron heridas. En entrevista, se afirmó que lo anterior fue obra de Don Mario para apropiarse de un corredor. Posteriormente, el diario el Meridiano confirmó que la masacre fue organizada por Agustín Segundo Velásquez Gómez, alias ‘Tin’ o ‘Camucho’, desmovilizado del 368 Situación de Derechos Humanos en el sur del Departamento de Córdoba. Defensoría del Pueblo Regional Córdoba, 2008; pp. 4-5. 369 Matan hermano acusado traficante en guerra de drogas en Colombia. Martes 19 de febrero de 2008 14:43 GYT. Bogotá (Reuters)

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bloque Catatumbo y miembro de la banda de Don Mario – autodenominada en esta región del departamento Águilas Negras o los de Urabá -. El hombre fue capturado el 30 de julio en el barrio Vende Aguja de Puerto Libertador370. Casi simultáneamente a los hechos ocurridos en el caserío de San Daniel fueron asesinados José Nelson Vanoy Murillo y su esposa. José Nelson era hermano de Ramiro Cuco Vanoy, ex-cabecilla del bloque Mineros de las AUC, extraditado el mismo día que alias Don Berna. Se presentó una confusión respecto del lugar en que se produjo el asesinato, pues una fuente señaló que ocurrió el “domingo 20 de julio, en la finca Naranjillos, ubicada en el corregimiento Uré, de Montelíbano”371, mientras que otra acotó que “ocurrió en la finca Naranjito, en la vereda Santa Clara, corregimiento de la Caucana del municipio Tarazá (Antioquia) en límites con San José de Uré (Córdoba)”372. El punto es que esta región hace parte de un corredor que se extiende desde el Bajo Cauca antioqueño hacia sur de Córdoba, donde la actividad coquera es importante. Las versiones en esos días señalaron que una hipótesis estaba relacionada con una venganza por la muerte de Lázaro Rendón, pues Cuco Vanoy se habría aliado con Diego Murillo en la comisión de este hecho, mientras que otra dice que se trató de una disputa territorial relacionada con el narcotráfico. La Revista Semana anota que José Nelson administraba varias propiedades de su hermano y trabajaba con desmovilizados del bloque Mineros373. Entrevistas realizadas en los primeros días de noviembre de 2008 señalaron que Don Mario intentaba incursionar en el Bajo Cauca desde Montelíbano. En ese entonces, tenía presencia en las cabeceras de Montelíbano y Puerto Libertador y presionaba hacia las zonas rurales. El 9 de noviembre de 2008 ocurrió una masacre en San José de Uré, población muy cercana a Antioquia, lo que corrobora lo dicho anteriormente374. Integrantes de las Águilas Negras al servicio de alias Don Mario causaron la muerte de cinco personas y dejaron a tres más heridas en hechos ocurridos en la discoteca Mi Rumba Show. Según una crónica, las “cuatro personas muertas eran ex-combatientes del bloque Mineros de las AUC” y más adelante agrega que “serían de la banda criminal de Los Paisas”; el otro fallecido fue uno de los que entró disparando, de lo que se deduce que alcanzó a haber un intercambio de disparos375. 370 Ver: Nota de Seguimiento No. 035-08 del 13 de octubre de 2008 al Informe de Riesgo 006-06 del 9 de febrero de 2006. Montelíbano y Puerto Libertador; p. 5. 371 Ver: Asesinan a hermano de "Cuco" Vanoy. En Caracol. Julio 21 de 2008 http://64.233.169.132/ search?q=cache:mNbwo8HOJY8J:www.caracol.com.co/nota.aspx%3Fid%3D636363+hermano+cuco+asesinat o&hl=es&ct=clnk&cd=4&gl=co 372 Ver: Asesinado hermano de jefe paramilitar 'Cuco Vanoy', extraditado a Estados Unidos. En: El Tiempo, 21 de julio de 2008. http://64.233.169.132/search?q=cache:zPkJKi5276MJ:www.eltiempo.com/colombia/ justicia/2008-07-21/asesinado-hermano-de-jefe-paramilitar-cuco-vanoy-extraditado-a-estados-unidos_43881451+hermano+cuco+asesinato&hl=es&ct=clnk&cd=3&gl=co 373 Ver: Asesinato del hermano de Cuco Vanoy apunta a guerra por rutas del narcotráfico. En Semana. http://64.233.169.132/search?q=cache:UoTM77HtGvUJ:semana.com/wf_InfoArticulo.aspx%3FidArt%3D1138 33+hermano+cuco+asesinato&hl=es&ct=clnk&cd=1&gl=co 374 San José de Uré limita con municipios del Bajo Cauca Antioqueño y en particular con el corregimiento La Caucana del municipio de Tarazá. 375 Ver: Cinco Muertos y Tres Heridos. Masacre en San José de Uré. En: El Universal, 10 de noviembre de 2008. http://64.233.169.132/search?q=cache:Wm4078YiWZMJ:www.eluniversal.com.co/noticias/20081110/ mon_suc_masacre_en_san_jose_de_ure.html+ur%C3%A9+masacre&hl=es&ct=clnk&cd=1&gl=co

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Las investigaciones posteriores a la masacre indicaron que al parecer hubo complicidad entre los homicidas y algunos elementos de la Policía. Se confirmó que los atacantes eran de las Águilas Negras, al servicio de Don Mario, y las víctimas de Los Paisas, pero adicionalmente que hubo negligencias por parte de la Policía, lo que sugiere que integrantes de la institución estaban relacionados con los primeros. Según la información conocida “el coronel Óscar Atehortua Duque, jefe de la institución en ese departamento, ordenó el relevo fulminante del comandante de la estación policial en la localidad, al tiempo que abrió un proceso disciplinario interno en contra del suboficial y el resto del personal uniformado acantonado allí.”376 Se debe considerar que los hechos ocurrieron a escasos 200 metros de las instalaciones policiales y no hubo reacción alguna377. Horas después, el Ministro de Defensa, Juan Manuel Santos, informó que 15 uniformados, incluido el comandante de la Estación “estaban confabulados con las bandas criminales y narcotraficantes”, y agregó que había otros casos denunciados sobre presuntos nexos de policías con bandas delincuenciales en Córdoba378. La violencia resultante de las disputas siguió su curso en otras regiones del departamento, tal como se ilustró en el gráfico por meses presentado anteriormente. En la región del Medio San Jorge, la confrontación también fue intensa a lo largo de 2008. Se debe anotar que en febrero de 2008 en la vía que conduce de Planeta Rica hacia el municipio de Buenavista (Córdoba), desconocidos asesinaron a Juan María Lezcano Rodríguez, alias El Pollo Lezcano, de 53 años de edad, desmovilizado del bloque Córdoba de las autodefensas; en los hechos, fallecieron un conductor y su guardaespaldas y quedaron heridas cuatro personas más379. Otra versión reportó el mismo hecho, pero señaló que fue acribillado en la subasta ganadera del municipio de Planeta Rica, cuando hacía algunos negocios relacionados con el hato en esta región380. Según versiones periodísticas anteriores, Lezcano era presentado como patrocinador de integrantes de las autodefensas en Ayapel y Puerto Libertador, y como uno de los que encabezaban la lista de nuevos mafiosos, recientemente elaborada por la Dea y la Dijin, al tiempo que como “heredero de Salvatore Mancuso en el control del narcotráfico en el Alto San Jorge (sur de Córdoba).(...)”381. 376 Ver: Cinco Muertos y Tres Heridos. Masacre en San José de Uré. En: El Universal, 10 de noviembre de 2008. http://64.233.169.132/search?q=cache:Wm4078YiWZMJ:www.eluniversal.com.co/noticias/20081110/ mon_suc_masacre_en_san_jose_de_ure.html+ur%C3%A9+masacre&hl=es&ct=clnk&cd=1&gl=co 377 Ver: Investigan posible negligencia policial en masacre de San José de Uré (Córdoba). En: El Tiempo. http://64.233.169.132/search?q=cache:Aw_pu7ppY6YJ:www.eltiempo.com/colombia/caribe/investigan-posible-negligencia-policial-en-masacre-de-san-jose-de-ure-cordoba_4656943-1+ur%C3%A9+masacre&hl=es&ct=cl nk&cd=3&gl=co 378 Alianza entre policías y 'narcos' en masacre de San José de Uré (Córdoba) reveló Mindefensa. En: El Tiempo. http://64.233.169.132/search?q=cache:nn717nGCIwoJ:www.eltiempo.com/colombia/justicia/alianza-entrepolicias-y-narcos-en-masacre-de-san-jose-de-ure-cordoba-revelo-mindefensa_4668908-1+ur%C3%A9+masacre &hl=es&ct=clnk&cd=4&gl=co 379 Ver Vanguardia Liberal, 29 de febrero de 2008. 380 Asesinado ‘El Pollo Lizcano’, un pesado de las AUC. El Heraldo.com.co (fecha no precisada). 381 Ver: En Montelíbano apareció ayer hombre señalado como nuevo capo de Córdoba. En: eltiempo.com / archivo, Jueves 9 de noviembre de 2006.

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En entrevista con el Das, se afirma que con el asesinato de Lezcano, Don Mario empezó a apoderarse de la región. Al parecer, Lezcano había reclutado desmovilizados del bloque Mineros que habían sido incorporados a la organización de Los Paisas. Paulatinamente, Don Mario se fortaleció en Ayapel, La Apartada, y en Buenavista, Planeta Rica y Pueblo Nuevo, municipios, donde anteriormente tenían más influencia Los Paisas. La región costanera también fue afectada por la disputa. Como se observa en el gráfico presentado páginas atrás, que representa los niveles de homicidios por regiones, en la costa éstos subieron en 2007 respecto de 2005 y 2006, y se incrementaron aún más en 2008. Adicionalmente, en 2008 su tasa de 52 hpch se ubicó por primera vez por encima de la del país, en la serie considerada entre 1995 y 2008. El carácter estratégico para las bandas criminales de los municipios costaneros se había puesto en evidencia a raíz de reiteradas noticias sobre incautaciones de cargamentos de cocaína listos para ser comercializados y lotes de armas cuando estaban entrando en Puerto Escondido, Moñitos, San Bernardo del Viento y San Antero382. Las entrevistas de finales de 2008 sugerían que en 2007 y 2008, Don Mario tenía más influencia en los municipios de la costa más cercanos a Antioquia, es decir Los Córdobas, Canalete y Puerto Escondido, mientras que Los Paisas la tenían sobre todo en Moñitos, San Bernardo del Viento y San Antero. Pues bien, los municipios de la costa son cada vez más espacio de disputas entre estas bandas y particularmente aquellos donde la influencia de Los Paisas era mayor. Ejemplo de lo anterior es que en San Antero se produjo una masacre a finales de noviembre de 2008 en el balneario de Punta Bolívar en una cabaña y ocasionó cinco víctimas, entre ellas tres integrantes de bandas delincuenciales; los dos restantes eran el propietario de la cabaña y su sobrino, quien se dedicaba al servicio de moto taxi. Análisis hechos por la Policía determinaron que tres de las víctimas tenían antecedentes delincuenciales y uno de ellos era desmovilizado del bloque Catatumbo de las AUC; los otros dos habían 382 Ver por ejemplo: Incautado nuevo cargamento de coca en la Costa. En: Caracol Noviembre 9 de 2008 que hace referencia a San Antero. http://64.233.169.132/search?q=cache:2xSi_JNGsTUJ:www.caracol.com.co/ nota.aspx%3Fid%3D706973+incautaci%C3%B3n+puerto+escondido&hl=es&ct=clnk&cd=5&gl=co Ver también, en Caracol noticias sobre Moñitos: http://64.233.169.132/search?q=cache:D89iWp66WdEJ:www.caracol. com.co/nota.aspx%3Fid%3D597988+incautaci%C3%B3n+mo%C3%B1itos&hl=es&ct=clnk&cd=7&gl=co Ver sobre San Antero: Policía halló otro arsenal de 'los Paisas'. En El Meridiano, sin fecha http://74.125.45.132/ search?q=cache:IegMJ50LGZgJ:www.elmeridianodecordoba.com.co/viernes/judicial/judicial.htm+incautaci% C3%B3n+san+antero&hl=es&ct=clnk&cd=3&gl=co En febrero de 2008 el general Naranjo daba cuenta de la lucha contra Los Paisas y las bandas de Don Mario y anotaba: “En Córdoba se le han asestado los más duros golpes a alias “don Mario” en operaciones continuadas donde se incautaron más de 56 fusiles, que hemos sacado de circulación para que no rearme sus grupos, más de 250 granadas de 40 milímetros y 70 granadas de 60 milímetros, y por lo menos 7.000 cartuchos de munición, acompañadas de unas capturas que afectan la estructura de Urabá y Córdoba. Ver: Oficina de Envigado busca “patrón” para sobrevivir: general Naranjo 02/15/08 http://74.125.45.132/search?q=cache:J59QaC_ZnXsJ:www.ipc.org.co/page/index.php%3Foption%3Dcom_co ntent%26task%3Dview%26id%3D1151%26Itemid%3D368+don+mario+incautaci%C3%B3n+c%C3%B3rdoba&hl =es&ct=clnk&cd=15&gl=co La Fuerza Aérea relacionó que en abril de 2008 “Decomisan una tonelada de cocaína en Moñitos”.http://64.233.169.132/search?q=cache:Fbr97lUJJ40J:www.fac.mil.co/index.php%3Fidcategoria% 3D27252%26facmil_2007%3Da6d17fc+droga+costa+c%C3%B3rdoba&hl=es&ct=clnk&cd=3&gl=co

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sido capturados recientemente por porte de armas, pero habían sido liberados por determinación del juez que conoció el caso, que argumentó que no se cumplieron los requisitos para llevar a cabo la captura. Adicionalmente, las víctimas se encontraban armadas en el momento de los hechos, pues lo primero que hicieron sus cuatro victimarios, que se presentaron como agentes del Das, fue exigirles que entregaran sus armas; posteriormente las hicieron poner de bruces, las acribillaron y huyeron383. Según la versión de El Universal, tres de las víctimas hacían parte de la organización de Los Paisas384. Esta hipótesis es plausible, pues a finales de octubre, en entrevista con la Policía, se afirmó que los homicidios en los tres municipios donde tenían más influencia Los Paisas, se daban por ajustes de cuentas entre narcotraficantes, pero así mismo se sospechaba que ocurrían por disputas entre integrantes de Los Paisas y las bandas articuladas a Daniel Rendón Herrera, alias Don Mario. Es muy posible, en este marco, que las bandas asociadas a Don Mario, que estaban avanzando a finales de 2008, según las entrevistas, fueron las que llevaron a cabo los hechos, para apropiarse de los espacios estratégicos de un municipio clave para la salida de droga hacia el exterior. Una entrevista con la Policía antes de que ocurrieran los hechos, realizada a finales de octubre, permitió establecer que San Antero es un centro logístico de los narcotraficantes, porque es el municipio con mejor infraestructura para el turismo en la costa cordobesa y porque por ende se había convertido también en un centro de recreación de integrantes de Los Paisas. La entrevista mencionó igualmente que se había encontrado un pasquín en que se mencionaba que trece personas serían “eliminadas” en San Antero y se conceptuó que si bien en los últimos meses era de predominio de Los Paisas, se estaba convirtiendo en un territorio en disputa, que había presencia de carteles y que tenía “muchos huecos para embarcar”. Se identificó por otro lado al municipio de Moñitos como un espacio en disputa y se relató que recientemente se identificaron al menos siete integrantes de Los Paisas en el corregimiento Los Cedros que hacían “mucha bulla” y que en consecuencia los habitantes se estaban encerrando temprano. Se mencionó adicionalmente que el corregimiento La Rada es utilizado para sacar clorhidrato de cocaína. Moñitos fue caracterizado por el entrevistado a finales de 2008 como un municipio en disputa, pues es limítrofe con Puerto Escondido, donde la influencia de Daniel Rendón Herrera era mayor hasta octubre de 2008, y con San Bernardo del Viento, donde Los Paisas ostentaban más poder. Al parecer, por lo ocurrido en San Antero, las bandas articuladas a alias Don Mario estaban desplazando a Los Paisas a finales de 2008. 383 Ver: Sicarios de San Antero fingieron falso operativo de seguridad para perpetrar masacre. En: El Tiempo, 26 de noviembre de 2008. http://www.eltiempo.com/colombia/caribe/sicarios-de-san-antero-fingieron-falso-operativo-de-seguridad-para-perpetrar-masacre_4687476-1 384 Masacre en San Antero, Córdoba. En: El Universal, 25 de noviembre de 2008 http://74.125.45.132/ search?q=cache:jQ8RO7fxrYIJ:www.eluniversal.com.co/noticias/20081125/ctg_nal_masacre_en_san_antero_ cordoba.html+san+antero+masacre&hl=es&ct=clnk&cd=1&gl=co

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Entre los municipios de otras regiones, es importante considerar a Lorica, que si bien fue incluido en la región del Bajo Sinú, está contigua a la mayoría de los municipios costeros. A juicio del Comandante de la Policía del Departamento “la ubicación estratégica de la población, cercana a las costas caribeñas, la hacía vulnerable para el transporte de drogas con destino a Centroamérica y Estados Unidos.”385. Pues bien, en este municipio, a mediados de noviembre tres personas fueron asesinadas y cuatro más resultaron heridas. Según la versión de prensa “El grupo departía en una reunión aparentemente tranquila en la terraza de una vivienda en el barrio Arenal, cuando de repente irrumpieron los criminales, abriendo fuego con armas automáticas.” La investigación estableció que las víctimas “habían alquilado la vivienda la semana pasada y se desconocía de donde eran oriundos” y que “la casa era frecuentada por hombres desconocidos en el sector y por algunos mototaxistas de Lorica”. Respecto de los victimarios “se sabe que eran dos hombres con edades entre los 25 y 30 años, quienes se desplazaban en una motocicleta negra de alto cilindraje”386. Entre los municipios más afectados por la presencia de bandas y por las disputas entre éstas, se debe referir finalmente a Montería. Su tasa de homicidio viene en incremento desde 2005 y su tasa en 2008 fue de 26.6 hpch. Su pico se presentó en diciembre de 2007, con un total de 15 homicidios, pero en septiembre de 2008 se reportaron 12, la cifra más elevada del año, lo que señala que las disputas se expresaron con fuerza en los últimos meses del año. La capital departamental es estratégica, porque por allí pasan los principales ejes viales, no solamente la carretera que proviene del Alto Sinú, y particularmente de Valencia y Tierralta, sino también la troncal que viene desde Caucasia, en Antioquia; de hecho, estas dos vías se unen antes de llegar a la capital, en su parte rural. De Montería, salen vías hacia San Antero y Los Córdobas, que a su turno se comunican con todos los demás municipios costeros. Se debe advertir que hacia octubre de 2008, Don Mario estaba más posicionado en el sur de Montería, en límites con Valencia, y tiene lógica, pues su presencia se concentró primero en el Urabá y el Alto Sinú, y así mismo en Canalete y Los Córdobas. Por su lado, la presión de Los Paisas se expresaba más en la troncal que comunica Caucasia con La Apartada, Buenavista y Planeta Rica y por lo tanto su incidencia estaba más marcada en el nororiente del departamento. En Montería, si bien es cierto que a lo largo del año Los Paisas tenían más influencia en la ciudad, hacia finales de 2008 la situación cambió y las bandas relacionadas con alias Don Mario ampliaron su presencia; es así como la correlación de fuerzas en Montería se modificó a favor de Don Mario, tal como ocurrió en el resto del departamento.

385 Ver: Tres muertos y cuatro heridos dejó balacera en Lorica (Córdoba). En: eltiempo.com. Sin fecha (aproximadamente mediados de noviembre). http://74.125.45.132/search?q=cache:frYMkYwJ2PwJ:www.eltiempo.com/ colombia/caribe/tres-muertos-y-cuatro-heridos-dejo-balacera-en-lorica-cordoba_4662362-1+lorica+masacre&hl =es&ct=clnk&cd=3&gl=co 386 Ver el artículo ya citado: Tres muertos y cuatro heridos dejó balacera en Lorica (Córdoba). En: eltiempo.com. Sin fecha (aproximadamente mediados de noviembre).

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Se debe considerar que Montería es el centro logístico del narcotráfico en el departamento y ahí se mueven muchos recursos del negocio ilegal. De acuerdo con el Centro de Estudios Sociales y Políticos de la Universidad del Sinú “el progreso que vive la ciudad en los últimos años se debe al incremento de captaciones en el sistema financiero; las inversiones, vía crédito bancario, efectuadas en el comercio y la vivienda de estratos medio y alto; la presencia de nuevos inversionistas de distintos lugares del país alentados por la supuesta o real seguridad brindada por el dominio de las AUC; las obras de infraestructura de las administraciones gubernamentales y el mantenimiento de su economía tradicional basada en la agricultura, ganadería, minería y una incipiente manufactura. De acuerdo con los datos citados y apreciaciones de analistas es por el sistema financiero y las nuevas inversiones por donde se están colando recursos de “mala procedencia”. Lo que no se sabe es con cuanto participan en uno y otro. Las actividades predilectas son comercio, vivienda, tierra, ganado, madera y cultivos agroindustriales”387. Por otro lado se menciona que Los Paisas, antes del fortalecimiento de Don Mario, presionaban por controlar el manejo del transporte urbano, de los juegos de suerte y azar, los locales comerciales, el tráfico de armas y munición, los expendios de estupefacientes y la extorsión a comerciantes388. No se descarta por ello que las disputas se hayan centrado en los mercados ilegales. Adicionalmente, Montería es el municipio que concentra más desmovilizados en términos absolutos, pues en octubre de 2008 albergaba 1.613 de un total de 3.807 en el departamento389; a la misma fecha, habían sido asesinados 27 desmovilizados de los 74 asesinatos reportados en el departamento, situación que indirectamente muestra el impacto de las disputas entre bandas criminales390. Se debe considerar que los desmovilizados se aglutinan en las comunas populares y en éstas se concentra buena parte del reclutamiento de las bandas criminales en el departamento391. Cantaclaro, un asentamiento que ha acompañado la violencia de los últimos veinte y más años, pues ahí han llegado desplazados y a su turno ha sido centro de reclutamiento, ha aportado recientemente muchos integrantes de estas bandas. Otro medio centenar 387 Citado por: Informe de Riesgo No. 018-08 del 12 de septiembre de 2008. Montería, Córdoba; p. 5. 388 Ver: Informe de Riesgo No. 018-08 del 12 de septiembre de 2008. Montería, Córdoba; p. 6. 389 Esta cifra fue suministrada por la Oficina de DDHH de la Secretaría de Gobierno en octubre de 2008. No obstante hay que señalar que las estimaciones varían. A mediados del año 2007, la Alta Consejería para la Reintegración Social y Económica de las Personas y Grupos Alzados en Armas registró cerca de 1.700 desmovilizados habitando en Montería. En la actualidad, reporta 1.100 aproximadamente. Informe de Riesgo No. 018-08 del 12 de septiembre de 2008. Montería, Córdoba; p. 6. 390 Desde otra perspectiva un informe de riesgo señala que “De los homicidios ocurridos entre enero y junio de 2008, el 45% (24 casos) sucedieron en las comunas cuatro y seis de Montería. Asimismo, de estos, 22 eran desmovilizados de las autodefensas. Ver: Informe de Riesgo Nº 018-08 del 12 de septiembre de 2008. Montería, Córdoba; pp. 6-7 391 Un informe de riesgo prioriza como críticos los siguientes barrios: El Dorado, Urbanización el Puente No. 1, La Palma, Rancho Grande, El Níspero, El Caracolí, Minuto de Dios, Buenavista, La Granja, Pastrana Borrero, Santa Fe, Brisas del Sinú, Policarpa, Los Araújos, Villa Margarita, La Campiña, Galilea, P-5, Granada, Colina Real, Los Robles, Candelaria, Villa Rocío, Furatena, El Centro, Chuchurubí, Canta Claro, Edmundo López Primera Etapa, El Alivio, Villa Cielo, Tacasuán, La Floresta, Ranchos del INAT, Barrio Unicor, Mocarí. (Informe de Riesgo No. 018-08 del 12 de septiembre de 2008. Montería, Córdoba; p. 1.

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de estos asentamientos, con características similares, ha aportado la mayor parte de los hombres en armas de estas agrupaciones392. Sobre la participación de las bandas al servicio de Don Mario, se relata que el 24 de febrero de 2008 fue capturado “Jhon Jairo Hoyos Navarro, de 27 años de edad, residente en el barrio Cantaclaro, quien se dedicaba a reclutar a jóvenes en los barrios más pobres de la ciudad como Cantaclaro, Furatena y Colina Real, entre otros, para llevarlos a las Águilas Negras. (…) Según las investigaciones durante el presente año (2008), por lo menos 50 muchachos habían ingresado a las Águilas Negras reclutados por el detenido”393. Sobre la participación de desmovilizados en estas bandas, un informe de riesgo de la Defensoría del Pueblo sobre Montería señala: “Así como algunos ex-combatientes han sido víctimas de homicidios, amenazas y atentados contra su vida, otros han vuelto a conformar estos grupos armados ilegales.” Más adelante precisa que según el Secretario de la Oficina del Interior y Participación Ciudadana de la Gobernación de Córdoba, “cerca del 85% de los asesinatos ocurridos en el departamento en el presente año – 2008 - se le atribuyen a ciertos desmovilizados de las autodefensas”394. Montería, por otro lado, concentra buena parte de los sectores vulnerables del departamento. Un informe de riesgo señala que están en situación de riesgo “(…) los niños, niñas, adolescentes y jóvenes entre los 12 y 25 años, líderes estudiantiles, dirigentes sindicales y trabajadores afiliados al Sindicato Nacional de Trabajadores y Empleados Universitarios de Colombia, Sintraunicol, (208 trabajadores), la Asociación Sindical de Profesores Universitarios, Aspu (281 profesores) y la Asociación de Jubilados, Ajucor, (460 jubilados) de la Universidad de Córdoba; líderes sociales y comunales, miembros de organizaciones sociales y desmovilizados de las autodefensas (…) de las comunas uno, dos, tres, cuatro, cinco, seis, ocho y nueve(…)”395. Además, un tema particular es el de las amenazas contra las víctimas de las autodefensas en el marco de la Ley de Justicia y Paz. La Mapp/OEA señaló al respecto: “en determinadas zonas del país, las víctimas prefieren guardar silencio, no denunciar los hechos que conocen, ni participar en los procesos, para, de esta manera, evitar las represalias que pueden surgir en su contra. (…) Un reflejo de lo anterior es que a pesar de las 3.000 víctimas del bloque Córdoba registradas ante la Fiscalía General de la Nación, sólo 10 personas se acercaron a las versiones libres del grupo realizadas en Montería”396. Se señala igualmente que “algunos trabajadores, profesores y estudiantes de la Universidad de Córdoba, varios de ellos en su calidad de víctimas del conflicto armado interno, han sido amenazados por pretender denunciar o haber declarado contra integrantes de las autodefensas desmovilizadas397. 392 Ver: Informe de Riesgo No. 018-08 del 12 de septiembre de 2008. Montería, Córdoba; p. 5. 393 Citado por el Informe de Riesgo No. 018-08 del 12 de septiembre de 2008. Montería, Córdoba; p. 8. 394 Ver: Informe de Riesgo No. 018-08 del 12 de septiembre de 2008. Montería, Córdoba; p. 7. 395 Ver: Informe de Riesgo No. 018-08 del 12 de septiembre de 2008. Montería, Córdoba; pp. 1-2. 396 Misión de Apoyo al Proceso de Paz en Colombia de la OEA (Mapp/OEA) Décimo Primer informe Trimestral del Secretario General al Consejo Permanente. Julio de 2008. Citado por Informe de Riesgo No. 018-08 del 12 de septiembre de 2008. Montería, Córdoba; p. 8. 397 Ver: Informe de Riesgo No. 018-08 del 12 de septiembre de 2008. Montería, Córdoba; p. 9.

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Las disputas entre Paisas y las bandas al servicio de Don Mario ilustran entonces los enfrentamientos entre facciones del narcotráfico en un escenario en el que las autodefensas, ya desmovilizadas, no garantizan su unidad. Cada una de las facciones se ve obligada a organizar sus propios aparatos armados para defender sus intereses y al carecer de una instancia que regule sus prácticas violentas, no queda otro camino que la confrontación. No se puede descartar que en el futuro estas disputas continúen. No obstante, el análisis de las curvas por meses confrontado con la información cualitativa, señala que la situación parecería conducir a una nueva fase en la que se instaura el predominio de las bandas al servicio de Don Mario. El hecho que los niveles en los Altos Sinú y San Jorge hayan bajado a finales de 2008 señala que las disputas están cediendo. Existían síntomas preocupantes en la zona costanera y en el Medio San Jorge, sin embargo no se puede descartar que en la medida en que las disputas se resuelvan, los niveles de homicidios vuelvan a mermarse.

Evolución reciente de las Farc

A diferencia de las fases anteriores, cuando una de las características centrales eran los enfrentamientos entre las Farc y los grupos de autodefensas, a partir de 2006, la relación que mantiene esta agrupación subversiva con las bandas criminales es una alianza táctica en torno al negocio del narcotráfico y principalmente en lo relacionado con los cultivos ilícitos. Por lo demás, las Farc se mantienen replegadas en las partes más altas y montañosas de los Altos Sinú y San Jorge, su capacidad militar y para llevar a cabo secuestros es muy limitada, a diferencia de los años ochenta y noventa; en la actualidad, no está en expansión y acude al uso de minas antipersonal para neutralizar las operaciones militares en su contra, las fumigaciones y las erradicaciones manuales. En este aparte, se caracteriza brevemente la situación de las Farc en los últimos años, se precisan los frentes y las estructuras a partir de las cuáles hacen presencia, las actividades que realizan, se describe también la labor de las Fuerzas Militares y en general de las autoridades para neutralizarlas, los procedimientos utilizados por éstas para resistir esta presión y su relación con el narcotráfico. La presencia de las Farc se da ante todo en el extremo sur del departamento en el Parque Nacional Nudo de Paramillo, en las zonas más montañosas y en particular en las serranías de Abibe, San Jerónimo y Ayapel; esta situación se expresa en el mapa No. 23. En lo esencial, hacen presencia los frentes 18, 58 y 5, la columna móvil Mario Vélez y algunas compañías, sin embargo es difícil precisar su ubicación, porque se desplazan constantemente; ejemplo de lo anterior fue el ataque en Tierradentro, donde varios policías fueron asesinados en 2005, hecho en el que participaron todos los frentes. No obstante, es factible hacer algunas precisiones.

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Mapa No. 23. Presencia de las Farc en 2008 y cultivos de coca

Frente de las Farc Cultivos de Coca

5

CMMV

58 58

58

18

58 18

Fuente: Observatorio del Programa Presidencial de DH y DIH y SIMCI Procesado y georeferenciado por el Observatorio del Programa Presidencial de DH y DIH, Vicepresidencia de la República. Fuente cartografica: IGAC

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Es así como el frente 18 se mueve principalmente en el extremo sur de la región del San Jorge y particularmente a la altura de los ríos San Jorge, Sucio y San Pedro; también en los sectores de los ríos Verde y San Juan, donde se registran cultivos ilícitos. Alcanzan a llegar hasta el corregimiento de Juan José, pero no lo hacen armados o uniformados y ahí cuentan con milicianos. Por otro lado, el frente 58 está ubicado en el sur de Tierralta y se moviliza por las cuencas de los ríos Esmeralda, Manso, Sinú y Tigre y en los llamados Llanos del Tigre; las Farc en esta parte alcanzan a llegar a veces hasta el sur de Urrá. El frente 5, que tiene también presencia en Urabá, en el departamento de Antioquia, se desplaza por la serranía de Abibe en Tierralta e incluso en Valencia. Estos frentes cuentan con cuatro compañías móviles (Che Guevara, Compañía Mixta, Alberto Martínez y Jaime Pardo Leal) y una columna móvil adscrita a los frentes 18 y 58. La característica de estas estructura es su movilidad y su fragmentación, actitud que han asumido para resistir la presión de las autoridades. Los combates fueron numerosos en 2006 y 2007, pues se registraron 25 y 31 respectivamente, pero en 2008 disminuyeron a solamente cuatro, pues las Farc evitan enfrentarse a la Fuerza Pública. En contraste, los ataques no pasan de uno cada dos meses, pues en 2006 fueron cinco, en 2007 uno y en 2008 seis. Recientemente, las autoridades militares y de policía llevaron a cabo la Operación Fortaleza, cuyo fin era erradicar la coca cultivada en los ríos Manso y Tigre (veredas Yupe, Yupegrande y Llanos del Tigre) y en las veredas Alto Mira, Saltillo, Casa de Zinc, entre otras. Otras zonas donde se ha venido haciendo erradicación son, entre otras, las veredas Santa Cruz, Soledad, La Mulata y Alto Mira en la cabecera del río Manso. Del mismo modo, se llevó a cabo la Operación Escorpión, cuyo propósito era controlar los corredores de movilidad utilizados para comercializar la coca (ríos Sinú, Esmeralda y San Jorge)398. Adicionalmente, el Batallón Junín desarrolla labores de erradicación manual que a finales de 2008 superaban ya las 1.000 hectáreas, quedando aproximadamente entre 4.000 y 5.000. La actividad de las Farc está muy articulada a los cultivos ilícitos, situación que se resalta en el mapa No. 23, en particular en la cadena de producción, adquisición y comercialización del alcaloide que se produce en el área y su presencia coincide con la mayor parte de los cultivos. Los campesinos la siembran, la recolectan y la procesan en pasta, la cual es vendida a las Farc y a las bandas, que se encargan de movilizarla por corredores hasta los puntos de embarque; es en este marco que las Farc sostienen enlaces con las bandas criminales al servicio del narcotráfico. Al respecto, es importante señalar que las Farc presionaron la movilización en 2008 de campesinos en la región del Bajo Cauca antioqueño, como método para oponerse a las fumigaciones399. 398 Aparte de las operaciones mencionadas, hasta finales de 2008, se debe agregar la Operación Audaz, que está orientada ante todo a neutralizar los corredores de movilidad de las bandas criminales. 399 En algunos municipios del Bajo Cauca antioqueño, entre éstos Valdivia y Tarazá, se produjeron a lo largo de 2008 movilizaciones cocaleras para protestar por las fumigaciones. En 2008, cerca de mil 500 campesinos realizaron una movilización en el Bajo Cauca, reclamando al Gobierno, entre otras cosas, que suspendiera la erradicación

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Los frentes, compañías y columnas móviles se encargan igualmente de introducir insumos y logística para llevar a cabo atentados, cuando las condiciones se los permiten. En este sentido, han venido aumentando la siembra de minas antipersonal, con el fin de neutralizar las labores de erradicación manual y las operaciones militares. Las zonas minadas, a juicio de los entrevistados, son muchas. En el Alto Sinú, existen en zonas de los ríos Esmeralda, Manso y Sinú, y en concreto se mencionó a Casa de Zinc y Los Guayabos. En el Alto San Jorge, se menciona que la cuenca del río Sucio está minada hasta Antioquia por la erradicación manual y por la llegada de la Fuerza de Tarea Nudo de Paramillo; existen zonas minadas en las serranías de Abibe y San Jerónimo. Al respecto, la Regional de la Defensoría del Pueblo, a través de diversas fuentes (quejas, comunicados) y el trabajo de campo que realiza, ha tenido conocimiento acerca del aumento en la siembra de minas antipersonal en los corregimientos San Juan, Río Verde y Juan José en el municipio Puerto Libertador y Tierradentro en Montelíbano400. Un informe de riesgo consigna que “(…) es preocupante la continua siembra de minas antipersonal en el territorio de los municipios de Puerto Libertador y Montelíbano, que afectan indiscriminadamente a la población civil y los miembros de la Fuerza Pública. Como consecuencia de lo anterior, el 24 de diciembre de 2007, en la vereda La Pedreguda del corregimiento Juan José, se registró un accidente por Map en el que murieron Eduardo Antonio Guzmán Múnera y Guillermo Jarupia Domicó, este último miembro del resguardo indígena Quebrada Cañaveral. Asimismo, el 5 de febrero de este mismo año, cinco erradicadores (civiles) cayeron en un campo minado en la vereda Tres Palitos (Puerto Libertador). Dos de ellos murieron”401. Algo parecido, se registró meses después: “Asimismo, las Farc han continuado con la práctica de sembrar minas antipersonal en el territorio de los municipios de Puerto Libertador y Montelíbano (…) El pasado 2 de julio, en el sector de la Quebrada El Potré, corregimiento Juan José (Puerto Libertador), una persona que se movilizaba en una mula resultó herida, al activar una mina antipersonal. Igualmente, el 10 de julio, al menos tres familias fueron obligadas a desplazarse de la comunidad de Rogero, sector Quebrada Riosucio, hacia el corregimiento Juan José, después de la advertencia realizada por las Farc acerca del aumento en la siembra de minas antipersonal en este sector. A estas familias, les indicaron que no podían declarar este desplazamiento o de lo contrario atentarían contra sus vidas402. con glifosato y en vez de ese mecanismo se utilizara la erradicación manual; así mismo, reclamaron dos años de gracia para la sustitución de los cultivos y la generación de proyectos productivos; vías de acceso, centros de acopio y comercialización asegurada de sus productos. Ver: Campesinos se desplazan a cabecera de Tarazá. En: El Mundo, sin fecha. Ver página web: http://74.125.47.132/search?q=cache:w6TTxch-Y8YJ:www.elmundo.com/ sitio/noticia_detalle.php%3Fidcuerpo%3D1%26dscuerpo%3DSecci%C3%B3n%2520A%26idseccion%3D8%26dss eccion%3DAntioquia%26idnoticia%3D105832%26dsnoticia%3DCampesinos%2520se%2520desplazan%2520%25 20a%2520cabecera%2520de%2520Taraz%C3%A1%26imagen%3D%26vl%3D1%26r%3Dprimera_pagina.php+mov ilizaci%C3%B3n+bajo+cauca&hl=es&ct=clnk&cd=26&gl=co 400 Ver: Situación de Derechos Humanos en el sur del departamento de Córdoba. Defensoría del Pueblo Regional Córdoba, 2008; p. 7. 401 Ver: Nota de Seguimiento No. 006-08 del 29 de febrero de 2008 al Informe de riesgo 006-06 del 9 de febrero de 2006. Montelíbano y Puerto Libertador; p. 6. 402 Ver: Nota de Seguimiento No. 035-08 del 13 de octubre de 2008 al Informe de Riesgo 006-06 del 9 de febrero de 2006. Montelíbano y Puerto Libertador; pp. 8-9.

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Otros hechos reportados por la Defensoría, son los siguientes: el 25 de febrero de 2008, fue detonada controladamente una mina en el sitio La Mula, ubicado a 600 metros de la vereda Buenavista, corregimiento Juan José (Puerto Libertador). El 13 de marzo de 2008, en el punto Chigorodo de la vereda Tres Playitas (Puerto Libertador), cayó en una mina el señor Fredy Mejia Espinosa, quien resultó herido403. Las Farc ocasionan también desplazamientos de población. Un hecho que sustenta este escenario es el desplazamiento masivo de 163 familias (797 personas) de las veredas Tres Palitos, Mina Rá, La Jagua y La Danta del corregimiento San Juan hacia la cabecera del corregimiento Río Verde del municipio de Puerto Libertador, ocurrido entre los días 19 y 23 de febrero de 2008, como consecuencia de los combates que se registraron en esta zona entre tropas del Ejercito Nacional y miembros de las Farc. El 23 de febrero, estas familias se tomaron las instalaciones del colegio de dicho corregimiento, donde permanecieron algunas semanas hasta que fueron reubicadas en un predio (2 hectáreas) donado por la Alcaldía. Este mismo día (23 de febrero), realizaron una manifestación en la vía que comunica el sector urbano con este corregimiento404. Los indígenas fueron también víctimas del accionar de las Farc. Es así como esta agrupación usa los resguardos como corredor en el Alto Sinú y esta situación pone en riesgo a los indígenas. En consecuencia, el Ejército despliega operaciones de control en su entorno; sin embargo, los indígenas se quejan de perturbación de los resguardos y señalan que no se deja entrar alimentos y combustibles. Los indígenas son vulnerables también al uso de minas. En este aspecto, las entrevistas indican que son frecuentes en el resguardo Quebrada Cañaveral en Puerto Libertador en el Alto San Jorge. Al respecto, la Defensoría ha llamado la atención respecto del resguardo indígena de la etnia Embera Katío Quebrada Cañaveral, cuyos integrantes han denunciado reiteradamente el permanente minado que realizan las Farc en sus comunidades, específicamente en Egorodó, Ibudó, Oriviadó, Cañaveral, Biduadó, Nejondó, Dochamá, Danta y San Antonio405.

403 Ver: Situación de Derechos Humanos en el sur del departamento de Córdoba. Defensoría del Pueblo Regional Córdoba, 2008; p. 7. 404 Ver: Nota de Seguimiento Nº 035-08 del 13 de octubre de 2008 al Informe de Riesgo 006-06 del 9 de febrero de 2006. Montelíbano y Puerto Libertador; p.8. 405 Ver: Situación de Derechos Humanos en el sur del Departamento de Córdoba. Defensoría del Pueblo Regional Córdoba, 2008; p. 7.

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Conclusión

L

a situación de violencia en el departamento de Córdoba en los últimos tres años, muestra mejorías sustanciales, si se compara con lo que ocurría en otros momentos, no obstante que los homicidios han venido en aumento. La guerrilla atraviesa el ciclo más adverso de su historia y se encuentra debilitada, pues en lugar de expandirse, su presencia es cada vez más reducida. A su turno, las autodefensas, que hasta 2005 eran el núcleo principal de un movimiento con expresiones en varias regiones del país, desaparecieron como organización antisubversiva y en la actualidad las estructuras que las sustituyeron no tienen un perfil político y su interés primordial es el narcotráfico. Es así como la preocupación en la actualidad en el departamento es que el narcotráfico persiste, han tomado cuerpo estructuras criminales a su servicio, y éstas han tenido una incidencia indudable sobre el incremento de la tasa de homicidio desde 2006. A continuación, se presenta las principales conclusiones en torno a las guerrillas, las autodefensas, el narcotráfico y las bandas criminales, contrastando el período reciente con las tendencias observadas en las últimas cuatro décadas. Es importante dejar en claro que la amenaza de las Farc en buena parte del departamento y especialmente en las zonas más planas desapareció desde la segunda mitad de los años noventa, cuando esta agrupación perdió capacidad para efectuar acciones bélicas, llevar a cabo secuestros y extraer recursos, usando la extorsión u otros métodos como el robo de ganado. No obstante, hasta 2005, las Farc siguieron siendo una amenaza en los altos Sinú y San Jorge, donde ejercían presión militarmente para apoderarse de este espacio estratégico que desborda la lógica de Córdoba, pues desde allí se accede no solamente a las zonas planas del departamento, sino también a regiones tan variadas como el Urabá y el Norte, Occidente y Bajo Cauca antioqueños. Un cambio crucial en el período reciente es que las autodefensas dejaron de jugar un rol importante en la contención de las guerrillas en los Altos Sinú y San Jorge, para evitar que estas últimas recuperaran su influencia en las zonas planas. Los combates entre las Farc y las autodefensas se prolongaron hasta 2005, pero desde 2006 desaparecieron. A raíz de las desmovilizaciones de las autodefensas, es la Fuerza Pública la que ha asumido esta función y por ende la lucha antisubversiva ha pasado a ser un asunto exclusivo del Estado. Esta característica indudablemente marca un

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cambio muy importante con el pasado, porque evidencia un avance significativo en la institucionalización del manejo de esta problemática en el departamento. En la actualidad, las Fuerzas Militares han logrado debilitar a las Farc, han disminuido sensiblemente su capacidad militar, hasta el punto que en 2008 la agrupación guerrillera no registraba más de un ataque cada dos meses, así como tampoco ha logrado llevar a cabo secuestros en forma sistemática. Además, se evitó que las Farc ocuparan los espacios cedidos por las autodefensas y que reeditaran prácticas como el secuestro y la extorsión en vastas zonas del departamento. Por el contrario, las Farc están replegadas en las partes más altas y montañosas del sur del departamento, fragmentadas, ancladas en los cultivos de coca y haciendo un uso cada vez más frecuente de minas antipersonal como método para contrarrestar las operaciones militares emprendidas por el Estado y para frenar las erradicaciones manuales. Si bien esta práctica tiene consecuencias en términos humanitarios, evidencia al mismo tiempo la debilidad de esta guerrilla y señala que lucha por su supervivencia y que no tiene en la actualidad posibilidades de crecer y expandirse. Por otra parte, existe una distancia muy grande entre las otrora autodefensas y las bandas criminales al servicio del narcotráfico que tienen vigencia en la actualidad. No obstante que en ambos casos el narcotráfico ha sido un componente importante, para las primeras fue apenas una de sus facetas, una de sus bases financieras, mientras que para las segundas constituye su característica central. Las autodefensas indudablemente se transformaron en agrupaciones con un claro perfil político, lograron el respaldo de importantes sectores de la población, construyeron enlaces sólidos con la política local y regional y jugaron un papel central en la lucha antisubversiva, no sólo en el departamento, sino también en la Costa Caribe y en otras regiones del país. Por el contrario, las bandas en la actualidad existen en función del narcotráfico, y si bien cuentan con redes en la sociedad, pues disponen de núcleos de informantes, así como mantienen alguna influencia en los poderes locales, no tienen el alcance que tuvieron las autodefensas, no están articuladas a un proyecto regional y tampoco se perfilan como una organización de carácter político. En la actualidad, las bandas no solamente no tienen un carácter antisubversivo, sino por el contrario, más que enfrentarse a las guerrillas, sostienen alianzas tácticas con éstas en torno al narcotráfico. Es importante señalar que entre 2006 y 2008 los homicidios en Córdoba registraron un ascenso considerable. No obstante, se deben hacer varios comentarios al respecto. En primer lugar, se debe resaltar que Córdoba históricamente ha registrado tasas por debajo de las del país y sigue siendo cierto en los últimos tres años; en 2008, su tasa casi iguala la del promedio colombiano, sin embargo esto ocurrió en un contexto en el que los homicidios subieron en el departamento, mientras que en el conjunto del país disminuyeron. A lo anterior, se debe agregar que la magnitud de los homicidios y de las masacres ha cedido. Es así como en términos absolutos las cifras más altas de homicidios se registraron en 1988 y 1990, cuando ocurrieron alrededor de 600, mientras que en 2008, el nivel más alto de los últimos tres años, se registró 466 muertes violentas. La reducción, cuando se comparan los picos, es cercana al 25%, pero teniendo en cuenta que la población ha aumentado, si se comparan las tasas,

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Dinámica de la violencia en el departamento de Córdoba 1967-2008

la diferencia es aún más sustancial. Si bien es cierto entonces que las masacres persisten, en la actualidad son mucho menos frecuentes y el número de víctimas por hecho es más reducido. En segundo lugar, los picos de los homicidios se han presentado en coyunturas muy precisas en las que se han intensificado disputas entre agrupaciones irregulares y han tenido lugar masacres. A diferencia del pasado, cuando las disputas se presentaron entre autodefensas y guerrillas, tal como ocurrió entre 1988 y 1990, en 1996 y 2000, en la actualidad son entre bandas criminales al servicio del narcotráfico. Además, anteriormente, las masacres y los homicidios que iban dirigidos a supuestos apoyos de las guerrillas, o de sus contrincantes, las autodefensas, alcanzaron a afectar a integrantes de capas de la sociedad, entre ellas colonos, campesinos, indígenas, afrocolombianos, así como a dirigentes populares y sindicales. En la actualidad, sectores de estos grupos sociales siguen siendo afectados por la violencia, sin embargo es claro que los indígenas, los sindicalistas, los líderes populares han sido afectados en proporciones significativamente menores; resulta nítido que recientemente las principales víctimas son en mayor proporción integrantes de estructuras delincuenciales, es decir de Los Paisas y de las bandas al servicio de alias Don Mario, que son las que sostienen enfrentamientos entre sí. En tercer lugar, los ascensos en los homicidios no se han mantenido en el tiempo, ni a nivel histórico ni en la actualidad. Es así como a finales de los ochenta, se presentaron coyunturas críticas, cuando las autodefensas buscaban debilitar al EPL, y a mediados y finales de los noventa, cuando el objetivo era cerrarle espacios a las Farc. En la actualidad, si bien los índices son preocupantes, un análisis por meses sugiere que éstos se elevaron solamente en algunos de éstos, cuando se intensificaron las disputas al interior del narcotráfico, entre las bandas al servicio de Daniel Rendón Herrera, alias Don Mario, y Los Paisas, al servicio de la Oficina de Envigado. En este marco, no obstante que Córdoba sufría una situación crítica a finales de 2008, es muy probable que a futuro los homicidios vuelvan a disminuir. Al respecto, se debe señalar que la violencia homicida fue especialmente crítica entre noviembre de 2007 y marzo de 2008 en la región de los Altos Sinú y San Jorge, pero una vez que las disputas fueron desapareciendo, los niveles en esta región se redujeron considerablemente. Sin embargo, en la segunda mitad de 2008, se volvieron críticos el Medio San Jorge, la zona costanera y parte del Medio y el Bajo Sinú, hacia donde se desplazaron las disputas. Se espera que una vez cesen en esta parte, los niveles de homicidios se reduzcan aún más en el conjunto del departamento. Como se anotó anteriormente, la situación ha mejorado en el departamento, pero no como se esperaba. Es así como el narcotráfico persiste, existen presiones para que se siga sembrando coca, las redes criminales al servicio de Don Mario mantienen vigencia y colonos y campesinos son vulnerables al uso de minas por parte de las Farc. Las bandas disponen de apoyos en la sociedad y tienen todavía la capacidad para afectar los poderes locales. Existen todavía problemas de tierras latentes y no

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Observatorio del Programa Presidencial de Derechos Humanos y DIH

se excluye que las bandas actúen al servicio de los poseedores, muchos de ellos testaferros de narcotraficantes y/o de antiguos mandos de las autodefensas, y en contra de las víctimas de despojos de los últimos veinte años, para evitar que las recuperen por la vía legal. Por otra parte, existen muchos desplazados que no han retornado a sus lugares de origen y persisten riesgos en las comunidades indígenas. Las disputas entre bandas criminales no han cesado del todo y no se puede descartar que se reediten en el extremo sur del departamento, donde nuevas ramificaciones de la Oficina de Envigado podrían incursionar, pues disponen de medios para hacerlo y pueden reforzar sus efectivos, trayéndolos de Antioquia. Así mismo, la violencia se ha expresado en el Medio San Jorge y en zonas específicas del Medio y Bajo Sinú y ha irrumpido con fuerza en la zona costanera. La historia del departamento enseña que las desmovilizaciones no necesariamente han desembocado en un ambiente de paz y de progreso. Es así como después de la desmovilización de las guerrillas liberales en los años cincuenta, volvieron nuevos ciclos de violencia que a su turno repercutieron en el nacimiento del EPL y después de las Farc. A su turno, después de la desmovilización del EPL, las Farc llenaron parte de los espacios que la otra agrupación guerrillera dejó. La desmovilización de las autodefensas fue seguida de la conformación de bandas criminales al servicio del narcotráfico. Por otra parte, no es suficiente golpear las estructuras delincuenciales para evitar que se reediten procesos de violencia. Los golpes que sufrió el cartel de Medellín a principios de los noventa y sus ramificaciones en Córdoba no fueron garantía para que desapareciera el narcotráfico. Más recientemente fueron golpeados Traquetos y Vencedores del San Jorge, no obstante poco después surgieron los Paisas y las bandas al servicio de alias Don Mario. En resumen, faltan todavía muchas acciones para consolidar la paz en el departamento. Si bien las guerrillas están debilitadas y en la actualidad las bandas no son el núcleo de un proyecto antisubversivo con repercusiones regionales, el narcotráfico persiste y es el determinante de nuevos escenarios de violencia. En este marco, es importante actuar para evitar que se estructuren nuevas agrupaciones armadas con características parecidas a las autodefensas. Del mismo modo, es importante consolidar la lucha contra las Farc que aún sobrevive amparada en el narcotráfico y es menester enfocar la atención del Estado para mejorar las condiciones de vida de grupos vulnerables y evitar que sean afectados por las agrupaciones armadas irregulares.

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