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Algunos puntos de reflexión para la pastoral Diocesana
Para la consideración de los sacerdotes en su preocupación y labor evangelizadora
Diócesis de Teruel y de Albarracín Curso 200809
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ALGUNOS PUNTOS DE REFLEXION PARA LA PASTORAL DE LA DIOCESIS
INTRODUCCIÓN Un tema de especial atención es cómo podemos fortalecer y transmitir la fe dentro de nuestra realidad y en estas parroquias, con las posibilidades reales y con los sacerdotes y agentes de pastoral que hay. En estos tiempos se reclama una fe especialmente viva, que implique no sólo la mente y la voluntad, sino también el corazón y, en consecuencia, al comportamiento. Si la experiencia de fe no se aviva, la fe languidece y se convierte en una especie de ideología o en un voluntarismo extenuante. Es fundamental cuidar la experiencia de la fe. Vivir y comunicar el Evangelio es necesario y están estrechamente unidos. Quien vive la fe está llamado a comunicarla. En realidad, estas reflexiones están motivadas por los planteamientos que nos hicieron los miembros de los Consejos de Pastoral Diocesano, así que abrimos el campo y nos puede servir a todos, dado que se trata de una preocupación eclesial y nos ayudará a conocer mejor nuestra realidad, de dónde partimos, qué necesidades tenemos, qué métodos son más adecuados… Os ruego especial atención a las siguientes cuestiones: * ¿Qué pasos podemos dar para renovar la vida y la organización parroquial teniendo en cuenta que los sacerdotes atienden más de un pueblo? * Si el Papa invitaba a los jóvenes a ser apóstoles entre los jóvenes ¿qué posibilidades tenemos para que esto se pueda dar en las parroquias e implicar a los agentes de pastoral en una misión activa? Naturalmente se debe contemplar la fortaleza de la propia fe y facilitar el anuncio y la transmisión de la misma a los demás. ¿Cómo proceder? * Se trataría de lograr aterrizar en un nuevo estilo pastoral, más que hacer muchas cosas, es decir, se trataría de adquirir un modo de ser y de actuar, un modo evangelizador para estas circunstancias actuales y adaptado a nuestra realidad. No debemos no a la pobreza y a las dificultades reales, sino más bien a lo que deberíamos y podríamos conseguir.
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Revisemos el papel de la parroquia: + + + + + + +
Como ámbito para transmitir la fe, como familia de familias. Se facilita el acceso a la iniciación de la fe. Se celebra la Eucaristía, centro de la vida cristiana. Se atiende a los hermanos necesitados. Se preocupa de la formación cristiana. Se vive la comunión de la Iglesia particular y universal. Se potencia la corresponsabilidad en las tareas
1.‐ Consideraciones de nuestra realidad parroquial Para ayudar a esta reflexión ponemos los aspectos que señalaron los Consejos de Pastoral que asistieron al Encuentro Diocesano en el mes de junio pasado. Observad que es una reproducción del documento citado, tal como lo resumieron ellos, así que considérense sabidas las limitaciones de lenguaje teológico y la falta de precisión. Por lo demás, nos servirá de referencia: 1.1 Aspectos negativos de nuestra realidad parroquial A.‐
B.‐
Enumeración de los más corrientes: ‐ No hay crecimiento de las comunidades parroquiales, porque no hay niños, ni jóvenes ‐ No pueden haber muchos grupos de formación de adultos. Son pocos ‐ No se pueden preparar las celebraciones con el esmero deseado, el sacerdote tiene que asistir a otras parroquias. Mínima participación. ‐ No hay sentido comunitario. ‐ Se ora poco, no se puede enseñar a orar. ‐ Escasa práctica de lectura de la Palabra de Dios con reposo. ‐ El sacerdote lo hace todo. ‐ Los laicos no se comprometen. ‐ No hay posibilidad de repartir responsabilidades. ‐ Difícil formar un Consejo de Pastoral… ¿Qué dificultades para vivir la fe se destacan? ¿A qué ámbitos pertenecen?
La lista de las dificultades citadas no es extensa pero refleja cierto desánimo, incomprensión e impotencia. Dichas dificultades pertenecen a ámbitos variados: Ámbito personal: Falta de formación, incomprensión, desaliento, soledad, “ir contra – corriente”, inadecuada priorización de los valores, nuestra escasa capacidad de comunicar y contagiar, falta de relevo generacional (“siempre los mismos y cada vez más mayores”).
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Ámbito social: Laicismo, ambiente no religioso, la intención de poner en crisis a la familia, influencia de los medios de comunicación, conformismo e indiferencia.
Ámbito eclesial: Falta de habilidad para comunicar el mensaje, actualización, pocos medios para llegar a potenciar la Formación... Ámbito familiar: Se destacó, por encima de cualquier otra dificultad y necesidad, la crisis de valores en general y, dentro de esta crisis, la problemática de una familia que no se preocupa de transmitir la fe a sus hijos, que no concede a la formación y vida cristiana la importancia que merece. Pero se destaca que todos los participantes coincidieron en subrayar la importancia de la familia, que creemos en la familia como vehículo de humanización y escuela de vida cristiana.
1.2 Aspectos positivos de la Parroquia
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Busca medios de asegurar el primer anuncio y cuida la acogida. Hay algún grupo de adultos. Se cuida la formación de los agentes de pastoral. Cuenta con la disponibilidad de agentes para varios pueblos. Se cuida la Eucaristía dominical. Hay espacios para la oración y adoración eucarística. Podemos repartir responsabilidades. Hay Consejo de Pastoral. Preocupación clara por atender los pobres y necesitados. Sentido de pertenencia a la Diócesis y a la Iglesia…
1.3 Sugerencias que se ofrecieron para el curso nuevo, desde las aportaciones de los Consejos de Pastoral.
Las sugerencias y aportaciones que se hicieron no fueron numerosas, pero sí que fueron concretas e ilusionantes, porque eran muy realistas y tenían en cuenta el momento actual de nuestra Diócesis: • Necesidad de oración. Habría que potenciar los espacios y tiempos de oración; enseñar a orar a nivel personal y comunitario… • Importancia de la formación de todos, especialmente de los colaboradores y agentes de pastoral, no cansarse de ofrecer los medios necesarios para que esta esté al alcance de personas y grupos, aunque sean pequeños. • Atención y cuidado especial a las familias. Incorporar de modo activo a los padres / madres, sobre todo cuando van a solicitar los sacramentos para sus hijos. • Verdadera implicación de los cristianos. Coherencia de vida, valentía y fuerza para “dar razón de nuestra fe”. Facilitar la corresponsabilidad y ayudar a crecer en la responsabilidad.
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2. Ante la escasez de clero en nuestra Diócesis La falta de sacerdotes es un hecho preocupante y ha ocupado mucho tiempo de nuestras reflexiones en diversos ámbitos diocesanos. La edad y las enfermedades, también la muerte, nos plantea retos difíciles de solucionar. Aunque la Diócesis hizo un serio estudio de previsión de cara a esta situación, facilitando los remedios, sin embargo, ninguna solución puede evitar el tener que afrontar el sacrificio personal y de las comunidades. No pretendemos quedarnos en definir las circunstancias como un problema, más bien se nos exige una nueva mentalidad y mayores deseos de colaborar, en confiar en Dios y ponernos en sus manos. Pero la realidad no puede ocultar que la dedicación de los sacerdotes se complica un poco más; está más limitada, al tener que atender más parroquias; además de trabajar en una pastoral vocacional cada uno, se impone la participación en las tareas administrativas de las parroquias a los laicos y potenciar su formación de acuerdo con las responsabilidades. En el Colegio de Arciprestes se prepararon estas cuestiones que fueron enviadas a todos los sacerdotes con el fin de buscar soluciones: Constatar cual es la atención que estamos ofreciendo a los pueblos y qué podría hacerse para mejorar la cura pastoral del sacerdote y la mejor atención posible de las parroquias.
Tener
en cuenta y valorar: El número de habitantes, las necesidades concretas y retos pastorales en cada pueblo, los diversos tiempos: cuaresma, verano, invierno...
Partiendo
Por todo lo anterior, sería muy conveniente ofrecer información horaria de las Misas y otras celebraciones, que tienen lugar en el Arciprestazgo en la cancela de la Iglesia, o en otros medios, con el fin de orientar a los que quieran participar en ellas.
Vista la realidad, debemos potenciar la conciencia de apoyo mutuo entre los
de que el sacerdote debe atender todas las parroquias encomendadas, aunque con ritmos diferentes según las necesidades, determinar en qué parroquias se ha de celebrar la Eucaristía todos los domingos o sábados tarde y en cuáles otro día de la semana. En algunas de ellas se limitaría a ir cada quince días, o cada mes… o bien acercarse a la parroquia vecina, en algún caso.
sacerdotes del arciprestazgo, tratando de solucionar los problemas que puedan surgir (p.e. enfermedad), y si ellos no pueden dar solución a esa nueva realidad, recurrir al arcipreste y al Vicario de la Zona.
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3. Otras sugerencias.
Se trata de buscar todas las posibilidades, con creatividad, para poder llegar a todos los ámbitos pastorales, mover a los cristianos a una vida comprometida, sentirse miembros de la misma familia, alimentar la fe, potenciar todos los medios para conocer y amar mejor al Señor, motivar la oración, practicar la caridad, tomar conciencia de nuestro ser creyente, fomentar la corresponsabilidad, dar participación, motivar la esperanza… Con la esperanza de que puedan ser de utilidad ofrecemos estas pistas. A.‐ Que la parroquia sea casa y escuela de oración, a nivel personal y comunitario. Las parroquias han de propiciar que el ENCUENTRO CON CRISTO se exprese en petición de ayuda, acción de gracias, alabanza, adoración, contemplación, escucha de la Palabra… B.‐ Buscar la oportunidad de crear unos materiales sencillos, que faciliten la oración de los que se acerquen al templo, disponibles y a la vista de todos. Aprovechar campañas, días especiales, fiestas patronales, santos de devoción… oracionales… C.‐ Crear el espacio en el que sea posible el recogimiento y el silencio. Recuperar la costumbre de que los templos permanezcan más tiempo abiertos, siempre que sea posible, para que quien quiera estar ante el Sagrario lo pueda hacer. D.‐ Poner algún día para una oración comunitaria, por las vocaciones, por los ancianos, los enfermos… E.‐ Fomentar la vida interior de los fieles actualizándola con ejercicios de piedad, educación litúrgica, visitas al Santísimo Sacramento, Rosario, Vía Crucis, Ejercicios Espirituales… F.‐ Organizar en la Parroquia diversas Campañas, que sirvan para llegar a muchos: “Ni una familia, ni una persona sin un Nuevo Testamento”, “el Día de la Parroquia”, “la semana de la misericordia”… G.‐ Potenciar los encuentros inter‐parroquiales en tiempos especiales para la oración, celebración, formación, dialogo de cristianos… H.‐ Significar el Día del Señor con actividades programadas, mediante una campaña de sensibilización en la Parroquia… I.‐ Celebraciones penitenciales a lo largo del año, además de las programadas en tiempos fuertes, a nivel de las parroquias que se atienden por un sacerdote… Señalar los momentos penitenciales y las posibilidades para la Reconciliación… J.‐ Celebrar el día del anciano, de los padres; la fiesta de la Confirmación; día de los abuelos, el de la familia… Cada tema de estos en un pueblo, mientras en los otros se hace otra cosa… K.‐ Llevar a cabo unas misiones populares, bien a nivel parroquial, bien a nivel inter‐ parroquial, aprovechando la estructura de arciprestazgo… etc.
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L.‐
Participar en las actividades del arciprestazgo, Vicaría o Diócesis…
4. Temas de familia. De las XXXII Jornadas de Vicarios de Pastoral, Madrid 2007, se publicó el libro: La Familia, transmisora de la fe, con las ponencias, comunicaciones… muy interesante. A continuación os ofrecemos las conclusiones de los Vicarios, que darán pistas para el trabajo y para la reflexión en las distintas reuniones de sacerdotes con temas pastorales.
El servicio pastoral a la familia (CEE, XXXII Jornadas de Vicarios de Pastoral: La familia, transmisora de la fe)
1. Teniendo presente la situación de las familias cristianas en su misión evangelizadora, ¿qué servicios pastorales son hoy más necesarios? a) Los que ayuden a desarrollar vivencias personales de fe. Cuidar cada familia en particular. • • • • • • • • • • b)
Cuidar momentos concretos como el nacimiento de un hijo, matrimonio, etc. Ayudar a expresar a los padres la experiencia de fe. Informar a las familias de los servicios que hay para ellas. Trabajar el sentido de pertenencia a la comunidad cristiana. Formación y celebración de la fe. Formación para el apostolado. Encuentros de familias. Intercambio de experiencias de pastoral juvenil. Iniciativas para despertar la fe: cursillos de cristiandad, cursillos prematrimoniales, catequesis familiar y de confirmación, iniciación a la oración. Centros de Orientación Familiar. Acoger, escuchar, acompañar, formar. La preparación de los matrimonios.
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La atención a los matrimonios jóvenes. Las escuelas de padres. Replanteamos la pastoral del matrimonio cristiano. Ofrecer profesión de fe que ayude a los jóvenes. Promover agentes cívicos. Una acogida bien realizada. Lo que recibimos en los documentos del Magisterio está bien orientado.
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c)
Los grupos de formación, movimientos de matrimonios, equipos para preparar los sacramentos de bautismo y matrimonio.
d)
Incorporación de parejas que han experimentado la fe. Los sacerdotes tenemos la tendencia a trabajar hacia sujetos individuales y no hacia familias. • • • •
e)
Incorporación de parejas en los Consejos parroquia-les, más que individuos. Entendemos que no es una solución global para la transmisión de la fe en la familia y que pueden ser soluciones «menores». Catecumenado de formación donde se vaya incorporando a las familias. Plantearse a nivel de Iglesia en España que los sacramentos de Iniciación son una oportunidad privilegiada de «reiniciación» de las familias en la fe. No sólo un catecumenado de contenidos cuanto de experiencia. Especialmente se debería prestar atención al sacramento del bautismo. Ofrecerles ámbitos eclesiales de acogida.
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Acogida en los cursillos prematrimoniales. Revisar los aranceles con motivo de la recepción de los sacramentos para no dar la impresión de mercantilismo. Celebrar bien el sacramento del matrimonio. A partir del bautismo, en cada aniversario ofrecer a las familias algún material educativo cristiano e invitando a alguna celebración. Aprovechar la religiosidad popular. Invitación con motivo de bodas de oro y de plata. Bendición de las casas y de las imágenes. Mayor comunicación entre las parroquiales para seguir a las familias en su movilidad. Ofertar grupos de matrimonios y los movimientos especializados de pastoral familiar (Equipos de Ntra. Señora., Movimiento Familiar Cristiano, ...). Escuelas de padres en los Colegios religiosos o también desde las parroquias. Retiros para matrimonios con sus hijos. Programas de educación afectivo-sexual. Contactar con las familias con motivo de visitar a los enfermos desde la pastoral de la salud.
2. Desde nuestras Iglesias particulares, ¿qué servicios pastorales hemos de impulsar para la renovación evangelizadora de las familias?
a) Promover actividades que descansen en el laicado. •
Impulso de movimientos y grupos matrimoniales.
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En catequesis y pastoral juvenil hablar de la vocación a la familia. Informar y motivar a participar en grupos parroquia-les: catequesis, liturgia, cáritas... Encuentros pre-bautismales: despertar religioso.
b) Potenciar los movimientos familiares. • Centros de Orientación Familiar. • Necesidad de comunidades de referencia. • •
Es necesario sensibilizar a toda la diócesis sobre la Familia articulando bien todos los servicios que se orientan hacia ellas en un proyecto que sea una única propuesta. Crear en la diócesis una escuela de agentes de pastoral familiar.
c) Personas comprometidas que trabajen en la comunicación y formación de familias en diversas circunstancias. • Renovar los cursillos prematrimoniales hacia una vivencia de la fe, lo que es el sacramento. • La catequesis familiar: que se haga con los padres para que estos la impartan a sus hijos. • Formación para adultos que quieran confirmarse.
d) Delegaciones y secretariados dándoles la importancia merecida. En alguna diócesis concreta se le ha conferido el rango de «Vicaría de la familia». • •
Formación general y específica como agentes de pastoral. En ocasiones debería ser potenciada la presencia de la pareja, no sólo de una de las dos partes. La familia como objetivo transversal de todo plan pastoral.
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Los Centros de Orientación Familiar deberían llegar a muchas más familias.
e) Centro de Orientación familiar. • El mejor servicio es ofrecer la fe de la Iglesia. • Crear una estructura sólida de comunidades cristianas como lugares donde poder vivir la fe.
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3. ¿Qué tipo de acogida y acompañamiento hemos de ofrecer hoy a las familias? a) Acompañamiento más continuado, espiritual, personalizado, diversificado, dialogante (escucha respetuosa), evangélico (ofrecer el Evangelio), y misericordia paciente desde los laicos. •
Interrelación de matrimonios.
b) Siempre desde la cercanía, pero no hay agentes pastorales que hagan acciones concretas de acompañamiento. •
Es difícil que haya matrimonios jóvenes que acompañen a otros.
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Los sacerdotes también tenemos déficit a la hora de acompañar.
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Constatamos que la distancia entre lo que vive la gente y lo que proponemos nosotros es enorme.
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Se anda en paralelo en temas de familia, entre lo que dice el Magisterio y lo que vivimos.
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Cuando vemos que se está «desmontando» la fe cristiana, esperamos que surja «lo nuevo».
c) Acogida con empatía, comprensión y un mínimo de exigencias (asistencia, compromisos...). • •
Equipos de matrimonios cristianos que visiten a las familias. Encuentros con matrimonios que han realizado juntos los cursillos prematrimoniales.
d) Los sacerdotes, más humanos en la acogida. •
Testimonio misericordioso.
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Se plantea la cuestión de que acogemos bien y así percibimos la necesidad. Pero, ¿qué tenemos para ofrecer después?
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Oración por los sacerdotes
Señor Jesús, presente en el Santísimo Sacramento, que quisiste perpetuarte entre nosotros por medio de tus Sacerdotes, haz que sus palabras sean sólo las tuyas, que sus gestos sean los tuyos, que su vida sea fiel reflejo de la tuya. Que ellos sean los hombres que hablen a Dios de los hombres y hablen a los hombres de Dios. Que non tengan miedo al servicio, sirviendo a la Iglesia como Ella quiere ser servida. Que sean hombres, testigos del eterno en nuestro tiempo, caminando por las sendas de la historia con tu mismo paso y haciendo el bien a todos. Que sean fieles a sus compromisos, celosos de su vocación y de su entrega, claros espejos de la propia identidad y que vivan con la alegría del don recibido. Te lo pido por tu Madre Santa María: Ella que estuvo presente en tu vida estará siempre presente en la vida de tus sacerdotes. Amen
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