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DIRECTRICES BÁSICAS DE LA CRÍA SELECTIVA Autor texto y fotos: José-Fernando Gómez de Agüero R.-M. Afijo: Dachs de Pantadú. Estas directrices de cría tienen como objetivo informar, recordar o disipar dudas, de todas las fases que comprende la Cría Selectiva de la raza Teckel, desde la elección de los reproductores hasta el destete de los cachorros. Teniendo presente que la ilusión y satisfacción que la Cría conlleva, no tiene que solapar la responsabilidad que adquirimos al facilitar la reproducción de nuestros ejemplares. Por lo que la Cría ha de ser debidamente planificada, escogiendo el mejor momento psíquico y físico de los reproductores, y sabiendo que los futuros cachorros tendrán el mejor destino. De esta manera no contribuiremos con el abandono de miles de perros que se efectúan todos los años, ni tampoco a aumentar ejemplares de la Raza con enfermedades y defectos congénitos. La generosidad que nos brinda la Madre Naturaleza hay que compaginarla con la cría responsable, buscando el momento más adecuado para todos. Seleccionando los mejores ejemplares con excelentes cualidades y con ese equilibrio que ha de tener en morfología, carácter y funcionalidad, tres requisitos que un autentico TECKEL debe reunir. La Cría Selectiva implica, que hemos de tener los conocimientos suficientes para saber seleccionar los mejores ejemplares que nos sean más adecuados, tiempo para buscarlos y un desembolso para que todo se lleve a cabo correctamente y entender que lo que se está haciendo es, seleccionar y ser selecto con la selección. No confundirlo con la selección de progenitores y confiar que la naturaleza se ocupe del resto, apareando de forma aleatoria con el simple objetivo de “criar carne”. El objetivo de la Cría Selectiva es conseguir mejorar la Raza, como dijimos anteriormente, mediante los conocimientos de la misma, respeto al animal, el empleo de nuestro tiempo, etc. y esto no es un negocio lucrativo, y desde mi punto de vista, debería seguir siendo así. MODOS DE CRÍA CRÍA HETEROGÉNEA O EXOGÁMICA: Se llama cría heterogénea (sin consanguinidad o cruce abierto), cuando la hembra que vamos a emplear, no tiene “ningún” ascendiente en común con el macho, o viceversa. En este modo de cría tendremos la ventaja de un enriquecimiento genético y la posibilidad de “volver atrás”, pero de una evolución lenta. En esta forma de cría (al igual que en las otras) estudiaremos el genotipo (cualidades que transmite) y el fenotipo (apariencia del ejemplar) del mayor número de ejemplares ascendientes, colaterales y descendientes de ambos, e identificar las cualidades que transmiten. Una vez identificados los caracteres que transmiten los progenitores, intentaremos que se fijen las cualidades de la hembra y transmita el macho los que carecen la hembra (todas las cualidades que queramos fijar han de ser dominantes). CRÍA CONSANGUÍNEA O ENDOGAMÁMICA: Este modo de cría es la que se realiza con ejemplares con ascendientes en común, teniendo tres formas de efectuarse:
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• Cría consanguínea moderada: Se realiza con ejemplares que son familia en segundo grado de consanguinidad. Por ejemplo: abuelo con nieta, etc. Éste tipo de cría resulta útil para poder mantener, en parte, las características y la homogeneidad de la descendencia. • Cría consanguínea estrecha: Se realiza con ejemplares que son familia en primer grado de consanguinidad: padre con hija, etc. Con este modo de cría obtendremos y fijaremos con rapidez, homogeneidad y/o algunas características en la descendencia. • Cría consanguínea directa: Se realiza con ejemplares nacidos de una misma camada, o hermanos de padre y madre de distinta camada. Con esta modalidad de cría se fijaran con más celeridad la homogeneidad. En estos tipos de cría consanguínea, tenemos mayor posibilidad de fijar las características que deseamos del linaje, si están presentes y son transmisores de ellas, de forma más rápida (genes dominantes). En la descendencia, teóricamente, obtendríamos ejemplares “genéticamente sanos”, pero existiendo el riesgo de fijar características no deseadas tanto en éstas como en las siguientes generaciones (exteriorización de genes recesivos o latentes). E incluso el nacimiento de ejemplares que podrían estar excluidos de la cría, por tener éstos defectos descalificatorios, según el Standard, y portadores de ellos, con una previsible disminución de la fertilidad. Éste método de cría solo se recomienda a criadores muy experimentados que son conocedores de que ninguno de sus ejemplares pudieran portar malformaciones o enfermedades genéticas (genes recesivos). Realizándose de forma muy controlada y justificando que sería la única forma de fijar las características de unos excelentes ejemplares. Una vez que hallamos conseguido el resultado que deseábamos lo conveniente es utilizar los ejemplares obtenidos con esta modalidad de cría (cría consanguínea) en los sucesivos apareamientos, con ejemplares que no tienen ningún ascendiente en común (cría heterogénea o cruce abierto), para aportar un enriquecimiento genético y no caer en una depresión endogámica. LA ELECCIÓN DE LOS REPRODUCTORES La elección de los reproductores que elijamos han de ser de la misma talla y variedad de pelo, estar libres de defectos eliminatorios según el Standard de la Raza y de enfermedades congénitas más comunes como pueden ser: • • • • • • • • • • •
Prognatismo superior o inferior. Arcada de los incisivos desviada, mala posición de los colmillos... Ausencia de uno o más colmillos, incisivos, molares, premolares... La mordida ha de cerrar en tijera. Pecho muy reducido. Faltas de la cola. Hombros muy sueltos. Cuerpo caído entre los hombros. Comportamiento agresivo o temeroso. Anorquidia, Monorquidia (los testículos han de estar descendidos en el escroto y con apariencia normal). Atrofia Progresiva de Retina. 2
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Hipoplasia del Nervio Ocular. Membrana Pupilar Persistente. Heterocromía (despigmentación del ojo). Diabetes. Sordera. Ceguera o Catarata Juvenil. Albinismo. Epilepsia. El apéndice xifoideo sin desviaciones. Faltas en los colores del pelaje. Etc.
También son transmisibles: • • • • • • • • • • •
La falta de latido en el trabajo. Poco olfato. Agresividad, nerviosismo, timidez o miedo (no adquirido por un mal manejo). Desviación de manos. Dorso de carpa (Cifosis). Dorso ensillado (Lordosis). Carpo blando. Codos abiertos. Patas demasiado cortas. Parálisis del Teckel (Discopatía Hereditaria). Etc.
La elección de los reproductores basándonos también en criterios funcionales (trabajo) aún queda mucho por descubrir, pero lo que sí es medianamente cierto, que obtendremos mejores resultados si los progenitores tienen aptitudes para éste. No obstante, los ejemplares de la raza Teckel criados en España, especialmente el Standard de Pelo Duro (es el más utilizado para practicar deportes cinegéticos en nuestro País) se le considera el que mejor ha mantenido y mantiene ese “instinto” de caza. Se han hecho varios estudios sobre la heredabilidad de ciertas cualidades para el trabajo en otras razas, pero aún estos están por confirmar. Lo que sí se tiene, hoy por hoy, es la experiencia de muchos criadores que basándonos en esa predisposición o aptitudes en mayor o menor grado para el trabajo, se obtiene un mejor resultado seleccionando ejemplares morfológicamente correctos y con buen olfato, persistencia en la búsqueda, latido en el rastro, cobro, aceptación al agua, buena reacción al disparo, etc. Por supuesto que intervendrán de manera decisiva que estas aptitudes afloren, con un adiestramiento posterior adecuado de la descendencia que potencie, mantenga y reconduzca estas facultades. La selección de los reproductores, no debemos dirigirla solamente por los “Títulos” que han obtenido, porque cabe la posibilidad de que pueda ser un excelente ejemplar “por casualidad” y no transmita las cualidades que le hicieron obtener dichos títulos. Éstos han de garantizar la transmisión de sus genes y si transmiten la mayoría de sus excelentes cualidades con distintas/os ejemplares que no tengan descendientes en común, nos habremos topado con un ejemplar “Raceador”. Es difícil encontrar ejemplares que sean “raceadores” y a veces, el acceder a ellos nos resulte muy costoso, 3
lo que también hemos de tener en cuenta que los hermanos de camada de estos “raceadores” probablemente también lo sean en mayor o menor nivel, aún no exteriorizando las excelentes cualidades de su hermano/a. LA ELECCIÓN DEL MACHO: El macho que elijamos para que fecunde a nuestra hembra, ha de ser un ejemplar mayor de un año de edad y con todos los requisitos necesarios para poder inscribir la futura camada en el L.O.E., siendo la más adecuada dos años de edad, pues se considera que el perro a esta edad ha terminado su desarrollo tanto psíquico como físico, siendo la edad máxima para fecundar de 10 años (a mayor edad el número de espermatozoides fecundables disminuye). El tamaño del macho ha de ser similar al de la hembra, para que ésta no presente dificultades en el parto por el tamaño de los futuros cachorros. Estando el macho dentro del Standard de la Raza, talla y variedad de pelo, sin ningún tipo de defecto descalificatorio y enfermedad congénita de los que hemos enumeramos los más comunes. Se ha de buscar un macho que cumpla el Standard de la Raza con cualidades probadas y reconocidas, no solamente conocer el pedigrí del progenitor sino también el mayor número de ascendientes, colaterales y descendientes de éste. Observando las cualidades y defectos que transmite a sus descendientes y así poder valorar, para eliminar esos defectos leves que pudiera tener alguno de los progenitores y mantener las facultades que deseamos. Recordando que los defectos leves que pudieran tener alguno de los ejemplares, no se corrigen con un ejemplar que tenga el defecto a la inversa, ejemplo: un ejemplar con patas cortas, no se corrige con un ejemplar de patas largas, si no que, ese defecto no ha de ser dominante. Seguidamente cuando halla elegido al macho idóneo, si no es de nuestra propiedad, nos pondremos en contacto con su propietario y comunicarle nuestra intención de aparear nuestra hembra con su macho, pedirle que nos envíe una copia del pedigrí y evaluar el grado de consanguinidad si lo hubiere. Planificar el momento de la monta, cumplir con el calendario de vacunaciones y desparasitaciones, así como realizar un “chequeo” para detectar posibles enfermedades o infecciones que pudieran transmitir a la hembra o a los cachorros. El suministro de ciertos medicamentos a los reproductores, aconseja que no se efectúen montas, hasta no haber pasado un tiempo mínimo para la eliminación total de éstos. Por tener efectos negativos sobre la fecundidad y una posible intoxicación a los fetos, pudiéndose producir abortos, la mortandad de éstos o el nacimiento con defectos físicos y psíquicos. Resuelto esto, nos pondremos de acuerdo en las condiciones que se efectuará la monta, poniéndolas por escrito; recomendando para que no pudieran existir dudas por ninguna de las partes se acojan al último Reglamento Internacional de Cría de la F.C.I. Todos sabemos que esto conlleva tiempo: el contactar con el Club, con criadores experimentados, con los propietarios de los ejemplares, seguimiento de los ejemplares en las exposiciones, ver “in situ” como cazan o como actúan en las pruebas de trabajo, traslado a diferentes domicilios, etc. Pero creo que estamos de alguna manera obligados, para que la Raza la cual representamos esté día a día cumpliendo con el 4
objetivo que todos perseguimos en la Cría Selectiva: la selección y mejora de la raza Teckel.
ELECCIÓN DE LA HEMBRA: La elección de la hembra igualmente que la del macho, ha de estar libre de defectos y enfermedades congénitas, que cumplan con el Standard de la Raza así como su talla, variedad de pelo y todos los requisitos que la R.S.C.E. nos pide para poder inscribir sus futuros cachorros en el L.O.E. La edad mínima para que podamos reproducir con la hembra seria de doce meses (según la R.S.C.E.) no obstante se aconseja que sea a partir de tener el tercer “celo “; sin embargo, existen ejemplares dentro de la misma raza y variedad con diferencias en la llegada de “los celos”, viniéndole a unas a los seis meses y a otras al octavo ó noveno mes; (algo que nos será de gran utilidad es tener una agenda para ir anotando todos los acontecimientos que tiene: pesos, tallas, frecuencia de “los celos”, su duración, etc.) por lo que se recomienda al igual que el macho que ésta haya cumplido su total desarrollo físico y psíquico, es decir, a los dos años de edad y no criando con hembras mayores de siete años o antes si su estado físico lo aconseja. Dejando un periodo de descanso entre parto y parto para que se recupere de aproximadamente siete meses y de mayor tiempo si la camada anterior fue numerosa y dependiendo del estado de cada ejemplar. Examinaremos la genealogía del macho con el que vayamos a cubrir, la genealogía de la hembra y valoraremos la consanguinidad si la hubiere. Como se ha dicho anteriormente en la elección del macho, no solo hemos de fijarnos en la apariencia de los ejemplares que vayamos a cubrir (fenotipo), sino las cualidades que transmiten sus ascendientes, descendientes y colaterales (genotipo). LA LLEGADA DEL CELO Notaremos cuando le llega “el celo” a la hembra por los cambios hormonales y de temperamento que acusa. Dividiéndose en cuatro fases: proestro, estro, diestro y anestro. La frecuencia de los celos son parte de la herencia genética adquirida de los padres, independientemente que también influye la temperatura ambiental, las horas de luz, medicamentos suministrados, hembras muy sumisas que conviven con hembras dominantes (éstas pueden sincronizar el celo al resto, por las feromonas emitidas o incluso hacer que éstas no lo tengan). Lo realmente importante para nuestras hembras sería la regularidad en los celos, sabiendo que si éstas no son regulares nos indicaría un problema bien de origen psicológico, del aparato reproductor u hormonal. PROESTRO: En esta fase empieza la primera señal visible del “celo”, la vulva aumenta de tamaño y empieza a tener descargas sanguinolentas, la hembra se lame con frecuencia la zona genital. Pero a veces puede ocurrir que la fase del proestro no se manifieste de esta manera (aumento de la vulva, descargas sanguinolentas) por lo que sería difícil saber que ha comenzado esta fase (no así a los machos, ya que desprenden en la orina feromonas que los atraen), llamándose a éstos “celos silenciosos”. Veremos como nuestra hembra micciona con mayor frecuencia pero menos cantidad en cada micción (es un acto instintivo para dejar el rastro de las feromonas y 5
poder atraer a los machos para la fecundación y mantener la especie). La duración de esta fase está entorno a una media de diez o trece días, no haciendo de este tiempo una regla para todas, porque varía frecuentemente. En algunas hembras esta fase dura dos días y a otros veintisiete días, siendo el promedio como hemos dicho antes, el entorno a los diez o trece días. Respecto a los cambios de temperamento pueden mostrar alguno o varios de estos: se muestran nerviosas e inquietas, se las reduce el apetito y realizan movimientos de copulación con otros ejemplares. La hembra en esta fase se acerca al macho dejando que lama sus genitales pero no permitiendo la monta, sentándose o apartándose cuando el macho intenta efectuar el lance. Seguidamente pasa a la siguiente fase, el estro. EL ESTRO: Esta es la siguiente fase del “celo” de la hembra y se la conoce por ser el momento en la que ovula y donde tiene la mayor cantidad de secreción de estrógenos. Su duración como la fase del proestro varía, considerándose un tiempo medio de duración entorno a los diez días. En esta fase es cuando la hembra acepta que sea cubierta por el macho, notándose cambios hormonales: las descargas sanguinolentas se van reduciendo y cambiando de color siendo éste más claro, de color pajizo (no confundirlo con las secreciones que tienen las hembras cuando tienen alguna infección vaginal que suelen ser blanquecinas y con un fuerte olor). La vulva sigue siendo voluminosa e ira perdiendo volumen según pasen los días. Respecto a los cambios de temperamento, en algunas hembras notaremos como eleva la cola y la dirige hacia un lado al acariciarla la grupa, y cuando el macho lame la vulva hará lo mismo, ésta aceptará que el macho suba a su grupa y comience el acto de copulación. Para mayor seguridad, sabremos cuando nuestra hembra está ovulando y el día que los óvulos pueden ser fecundados por los espermatozoides, realizando un frotis vaginal u otra técnica, y nuestro veterinario determinará el momento optimo para que la hembra pueda ser fecundada, aumentando las posibilidades de que engendre una camada más numerosa, si la monta se realiza en su mejor momento. DIESTRO: Esta tercera fase dura aproximadamente unos sesenta o setenta días en hembras no gestantes no apareciendo signos externos de inflamación de la vulva. ANESTRO: En la cuarta fase del ciclo ésta también llamada de reposo con un promedio de noventa días, en el cual la hembra no ofrece ningún especial interés hacia el macho. LA MONTA Hay que prestar especial atención antes del apareamiento la higiene de ambos ejemplares. Examinaremos la vulva para que ésta no contenga flujos que nos hagan sospechar que existe una posible infección y en el macho lo mismo; haciendo limpiezas con antisépticos específicos que podremos encontrar en clínicas veterinarias. Los recordatorios de las vacunas y desparasitaciones de las enfermedades más frecuentes e incluso por existir en el lugar donde se encuentre el macho alguna poco frecuente, es recomendable que se realicen antes del apareamiento, así el posible contagio o la inmunidad que crea en la hembra se transmitirá a los futuros cachorros. 6
Cuando esté todo apunto juntaremos a los ejemplares para que comiencen el cortejo y posteriormente realicen la monta, si el macho no es de nuestra propiedad sería conveniente que la hembra viajara al lugar donde vive el macho, se sentirá el macho más seguro en zona de su dominio, facilitando así la monta. Si la hembra es inexperta la cubrición será más fácil con un macho con experiencia y si el macho es inexperto, facilitaremos la monta si la hembra está experimentada. La hembra si es de pelo largo o la zona genital tiene abundante pelo, acondicionaremos el pelo de esta zona para evitar que se introduzcan y puedan causar infecciones o dificulten la penetración, así como también en el macho, acondicionaremos el pelo que pudiera existir en el principio de la funda del pene. El lugar que hayamos escogido para que copulen ha de ser un sitio tranquilo y sin otros ejemplares que puedan molestarlos, recomendando que el propietario o los propietarios de ambos se encuentren cerca por si tuvieran que atenderlos.
El macho y la hembra comenzarán el cortejo, olisqueando la zona de las orejas, éste se subirá a la grupa de la hembra y ésta como hemos dicho antes en la fase del proestro, elevará la cola y la dirigirá hacia un lado facilitando la penetración. El macho realizará los empujes pélvicos hasta conseguir la penetración del pene en la vagina, cuando el macho aumenta el ritmo de los empujes y se eleva de una o las dos patas, en esta fase comienza la nudación (abultamiento del pene) y empezando la descarga del liquido seminal, seguidamente el macho bajará de la grupa de la hembra quedando unidos y siguiendo la descarga de liquido seminal y en la hembra las contracciones vaginales que ayudaran a los espermatozoides a alcanzar los óvulos y fecundarlos. En este momento puede que necesiten de nuestra ayuda para que no se produzca una separación brusca, porque podría producirse lesiones en los órganos genitales de ambos. Una vez que el acoplamiento se haya realizado con éxito, es conveniente que no dejemos miccionar a la hembra hasta pasados veinte minutos aproximadamente, para evitar o limitar en la medida de lo posible la salida de semen hacia fuera. Sería recomendable repetir la monta al cabo de dos días para garantizar la fecundación de los óvulos de la hembra. Una vez que se ha producido la monta/s, evitar que la perra pueda estar en contacto con otro macho distinto, para impedir que pueda ser nuevamente fecundada por un ejemplar que no elegimos para ella. El tiempo que dura la monta varía según los factores que hemos dicho antes, experiencia de ambos, etc., variando de diez a treinta minutos incluso más. Seguidamente los propietarios o propietario del macho y la hembra certificarán el salto, presentando este certificado para la inscripción de la futura camada en el L.O.E... PROBLEMAS EN LA CRÍA 7
Existen problemas en la cría de los cuales vamos a citar los más comunes como pudieran ser que la hembra no tiene el celo o los tiene de manera irregular, que efectuamos la monta y la hembra no queda fecundada o no se llega a realizar la monta. Muchos de estos problemas que afectan al macho como los que afectan a la hembra, pueden ser por infertilidad, originado por diferentes motivos, bien de origen fisiológico, físico o psíquico. Algunos de estos problemas de infertilidad cuando desaparecen, los ejemplares vuelven a la normalidad (fértiles). Lo que se recomienda antes de realizar una monta es hacer previamente un chequeo a ambos progenitores y el veterinario nos dará un certificado diciendo que están exentos de enfermedades congénitas más comunes de la raza y enfermedades infectocontagiosas y así poder realizar la monta con mayor seguridad. El suministro de ciertos medicamentos a los reproductores, como dijimos anteriormente, aconseja que no se efectúen montas, hasta no haber pasado un tiempo mínimo para la eliminación total de éstos. Por tener efectos negativos sobre la fecundidad y una posible intoxicación a los fetos, pudiéndose producir abortos, la mortandad de éstos o el nacimiento con defectos físicos y psíquicos. PROBLEMAS DEL MACHO Y DE LA HEMBRA: Alimentación: La alimentación ha de ser la correcta, pues si existen carencias podríamos tener problemas en los celos, en la concepción, gestación, calidad y cantidad de los espermatozoides. Si por el contrario existe una sobrealimentación produciríamos una obesidad en los progenitores pudiendo causar trastornos en los ciclos, dificultad en el parto, poniendo en peligro la vida de la hembra y de los cachorros o dificultades anatómicas para realizar la monta. Los progenitores han de estar con una alimentación equilibrada y apta para las necesidades que tienen y en buena forma física, de esta manera ayudaríamos al macho a realizar una monta sin sobreesfuerzos y a la hembra ayudarla a la hora de la monta como en el parto. Copulación sin embarazo: Si la monta se realizó con la seguridad de que era el momento optimo de ovulación por medio del frotis vaginal o analíticas, aquí como en los demás casos hay que acudir al veterinario para que valore el problema existente, bien con un frotis vaginal, un análisis hormonal o un análisis del semen, etc., para saber de un principio si el problema es del macho o de la hembra y saber que malformación o enfermedad existe para que impida la concepción. Problemas morfológicos: Debido a la constitución morfológica de la Raza o variedades de esta Raza, algunos ejemplares pueden tener problemas en la monta, bien por la constitución débil de su anatomía, habilidad o fuerza de éstos. Por lo que a veces se recomienda en estos casos asistirlos en la cópula. Rechazo de los progenitores: El rechazo puede ser bien por falta de socialización, demasiado apego al dueño (no permitiendo la monta si éste se va), hembras muy dominantes que no aceptan la monta, conductas agresivas o que los progenitores han vivido siempre juntos y la hembra no acepta que la monte este macho. PROBLEMAS ESPECÍFICOS DEL MACHO:
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La infertilidad en el macho pueden ser por varias causas: fisiológicas, anatómicas o psicológicas. Acudiendo cuanto antes a la menor sospecha a nuestro veterinario, para que valore el problema y poder darle solución. Fisiológicas: Las de origen fisiológico nos encontramos con la mala calidad del semen (pocos espermatozoides, falta de movilidad, etc.), problemas de próstata que algunos machos a la edad de seis o siete años presentan o infecciones de esta glándula, etc. Anatómicas: Aquí pueden ser varias, bien por deformaciones congénitas en el aparato reproductor, obesidad, micro pene, mega pene, anomalías del frenillo prepucial, deformaciones por accidentes o enfermedades, fimosis, hernias, tumores, etc. Psicológicas: Como dijimos anteriormente la ansiedad, el nerviosismo, el estrés y la fatiga son causas de infertilidad en el macho, como también el macho inexperto puede provocar esa infertilidad cuando la ansiedad por cubrir a la hembra, la monta, sea infructuosa, no llegando a penetrar en la vagina y eyaculando fuera, teniendo que esperar para que se recupere y no pierda interés por la hembra y ayudándole en la cópula. PROBLEMAS ESPECÍFICOS DE LA HEMBRA: La hembra al igual que el macho los problemas de infertilidad que puede tener son: Fisiológicos, anatómicos o psicológicos. Aquí vamos a enumerar los más frecuentes, acudiendo al veterinario cuando notemos alguna anomalía. Anatómicos: Puede ocurrir que la hembra acepte al macho y cuando llega la hora de la penetración la hembra se queja y se aparta, esto puede ser debido a una malformación en la vagina (obstrucción vaginal) o una vagina poco desarrollada (infantil), entre otras. Psicológicos: El estrés es unos de los problemas que tienen algunas hembras cuando tienen que viajar, no dejándose cubrir por el macho e incluso la perdida del celo. Fisiológicos: Los celos silentes o “silenciosos” se producen sin ningún signo externo que nos avise que la hembra a comenzado o está “en celo” (abultamiento de la vulva, descargas sanguíneas, etc.), este “tipo de celo” suele darse en hembras que viven sin compañía de sus congéneres, como dijimos anteriormente los machos si se dan cuenta que la hembra está “en celo” porque liberan feromonas en la micción. Otros de los problemas que nos podemos encontrar es el estro persistente, sabemos que existe esta anomalía cuando la hembra presenta signos permanentes de” celo”. Los problemas hormonales que pudieran causar un hipotiroidismo, manifestando fallos en los ciclos. Las infecciones uterinas como la cistitis y vaginitis, ambas muy contagiosas, suelen aparecer cuando existe hacinamiento en los cheniles, careciendo de las mínimas condiciones de higiene. Estas dos infecciones se manifiestan por la expulsión de un flujo blanquecino y mal oliente, requiriendo con urgencia la visita a un veterinario para su tratamiento y evitar males mayores.
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MOMENTO OPTIMO DE LA MONTA El momento optimo de la monta se sitúa hacia el 10º o 13º día de celo (según estadísticas realizadas entre el 9º y el 16º día de celo), pero como dijimos anteriormente no siempre es así. Algunas perras se aparean con éxito después del 18º día o incluso del 25º día de celo, por lo que es recomendable hacer un frotis vaginal u otras técnicas más avanzadas y así podremos averiguar cual sería el mejor momento. Hay que tener en cuenta que los óvulos tienen una duración muy limitada, una vez que la perra ovula éstos son todavía inmaduros y necesitan al menos 48 horas más para que alcancen su madurez y puedan ser fecundados por los espermatozoides, una vez alcanzada la madurez del óvulo éstos se van degenerando reduciéndose así la probabilidad de la fecundación. No siendo así el esperma del macho que puede llegar a subsistir hasta una semana dentro del aparato genital de la hembra, teniendo en cuenta que la subsistencia de los espermatozoides en ese ambiente adecuado no indica que éstos puedan llegar a fecundar los óvulos. LA PERRA GESTANTE Podremos comprobar que nuestra perra está gestando hacia el 20º día después de haber realizado la monta, mediante una ecografía, pero a veces también podemos advertir este embarazo porque algunos ejemplares tienen cambios de comportamiento: suelen reducírseles el apetito, duermen más, etc. o las manos expertas mediante la palpación con la punta de nuestros dedos, podemos adivinar las pequeñas bolsas fetales, aunque no siempre resulta fácil. Hacia el final del primer mes los pezones y las mamas aumentan de tamaño y empieza ha notarse un aumento del vientre. A partir de esta fecha debemos proporcionar a la perra un alimento apto para perras gestantes, sus necesidades nutricionales comienzan a aumentar y su estomago empieza a limitarse por el aumento de tamaño de los fetos. Y como siempre ha de prestarse especial cuidado con la higiene del lugar donde se encuentre la perra desde el comienzo del celo hasta el destete, para evitar enfermedades infecciosas por virus, bacterias, hongos, etc. que podrían provocar abortos, malformación de los fetos, etc.; hay que tener en cuenta que la vagina desde el comienzo del celo está más expuesta, por sus cambios fisiológicos, así como desde el comienzo del parto, a tener más predisposición a contraer todo tipo de infecciones vaginales, llevándola a nuestro veterinario si observamos cualquier anomalía. La duración de la gestación dura una media de 63 días, en este tiempo aparte de tener a nuestra perra en optimas condiciones de higiene y alimentación, debemos de tenerla también en buen estado físico, porque esto la ayudará a tener menos problemas a la hora del parto y sobre todo si éste se prolonga más de la cuenta.
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CALENDARIO DE GESTACIÓN Ene-Mar
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Abr. 28 29 30 31
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Feb-Abr
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May. 27 1 28 2
Mar-May
Abr-Jun
1 3 2 4 3 5 4 6 5 7 6 8 7 9 8 10 9 11 10 12 11 13 12 14 13 15 14 16 15 17 16 18 17 19 18 20 19 21 20 22 21 23 22 24 23 25 24 26 25 27 26 28 27 29 28 30 29 31 Jun. 30 1 31 2
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May-Jul
Jun- Ago
Jul- Sept
Ago- Oct
Sep- Nov
Oct- Dic
Nov-Ene
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Feb. 30 1
Dic-Feb
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Mar. 28 1 29 2 30 3 31 4
* Las fechas de la izquierda de cada una de las columnas corresponden al día en el que se efectuó la monta y las fechas de la derecha al día que probablemente se producirá el parto. Ejemplo : Si efectuamos la monta el 1 de enero, el parto se produciría el 5 de marzo. (Se ha tomado como referencia que la gestación duraría un máximo de 64 días)
ALIMENTACIÓN DE LA PERRA GESTANTE Las necesidades nutritivas de la hembra en esta etapa requieren mucha energía y proteínas, por lo que la alimentación ha de ser la adecuada, “hiperenergética”, con equilibrio en la composición entre proteínas y grasas y de buena calidad (gama súperpremium, para cachorros en crecimiento, perras gestantes y en lactación), en ello radica de forma decisiva en el buen desarrollo de los embriones y de los fetos y el buen estado de salud de la madre. La perra gestante a partir del 20º día de gestación suele aumentar de manera gradual en un 30% de peso, por lo que habría que controlar este aumento para evitar una sobrecarga física y pudiera aparecer complicaciones en el crecimiento de los fetos y posteriormente en el parto. Existen en el mercado alimentos especiales para perras gestantes que se suministran desde el primer día de ovulación hasta el 42º día de gestación, para luego cambiar a otro tipo de alimento hasta el destete (para cachorros en periodo de crecimiento y en lactación). El feto adquiere el mayor peso de nacimiento a partir del 40-42º día de gestación, siendo la fase de mayor supcectibilidad entre el 17º al 22º día de embarazo, para cualquier suministro de medicamentos, parasitaciones externas de la madre o algunas 11
vacunas. La carencia o exceso de nutrientes necesarios, provocarían problemas muy serios tanto a la madre como a los fetos, como por ejemplo: El exceso de vitamina A en los fetos causaría: • Fisuras del paladar. • Deformación de la cola, orejas y columna vertebral. • Momificación fetal. • Mortandad neonatal. El exceso de vitamina D ocasionaría a los fetos: • Calcificación de los tejidos blandos. • Estenosis Valvulares. • Cierre prematuro de las fontanelas. El exceso de calcio en la madre: • Eclampsia anterior y posterior al parto. • Etc. PREPARATIVOS PARA EL PARTO Una vez que se valla acercando la fecha del parto, prepararemos todo lo necesario para que éste se desarrolle con toda la normalidad posible y si se presentase alguna dificultad, no nos coja de sorpresa. Es conveniente que a partir del 50º día de gestación, y no antes (a partir del 45º día comienza la osificación de los huesos de los fetos), se la realice una radiografía para averiguar el número exacto de cachorros que ha de parir. El promedio de cachorros que gestan las hembras de la raza Teckel Standard y Miniatura serían de 4 a 6 y la Kaninchen de 2 a 4 cachorros. Las perras que esperan camadas numerosas pueden parir antes de la fecha prevista, pues el útero se distiende más y los fetos carecen de espacio físico. Se la realizará una desparasitación interna de amplio espectro con un producto especial para perras gestantes que nos recomiende nuestro veterinario durante el “estro”, el día 40º de gestación y cada dos semanas después del parto hasta que deje de amamantar a los cachorros, para luego seguir con el calendario de desparasitaciones normal. La perra estará en el lugar donde valla ha realizar el parto como mínimo tres semanas antes, en una zona tranquila sin otros ejemplares, para que se habitúe al lugar y colocando la paridera en el mismo sitio. Ésta ha de ser de material de fácil limpieza y resistente, aislada de corrientes y humedad y que puedan recibir en el recinto donde se encuentre tanto la madre como la futura camada los rallos solares (necesario para la absorción de ciertas vitaminas y el calcio). La incomodidad de la madre en el momento del parto (bajo nivel de bienestar) aumentaría el riesgo de mortandad de los neonatos, retención fetal, mutilaciones de los cachorros, aplastamiento, desplazamiento de los cachorros por la madre a otro lugar, etc. bañaremos a la perra cuando se aproxime la fecha del parto para obtener la máxima higiene posible en la piel y en el manto de ésta. Las dimensiones de la paridera ha de ser la adecuada (preferiblemente de forma cuadrada), para que por el tamaño de la perra pueda sin complicaciones tumbarse y 12
girarse sin ningún impedimento. No es conveniente que sea excesivamente grande porque así evitaremos que se puedan dispersar demasiado los cachorros en las primeras semanas de vida y así favorecer la reagrupación de éstos para su regulación térmica y evitar que puedan morir por hipotermia. Ha de tener las paredes con la suficiente altura para que los cachorros no puedan salirse y un lateral más bajo para que la perra pueda salir y entrar sin problemas. Una buena solución es poner una rampa de entrada por el lateral más bajo para que la perra pueda entrar sin problemas sin tener que saltar ni pudiera darse golpes o rozaduras en las mamas (vía de contagio de infecciones), y los cachorros salir y entrar sin dificultad, cuando por su edad estén capacitados para ello. Esta paridera ha de tener una fuente de calor, bien por una placa de hilo radiante en el suelo de la paridera o un foco de infrarrojos elevado. Tenemos que tener la precaución sobre todo con el foco de infrarrojos que éste esté a la altura suficiente para mantener “el nido” de la paridera en los grados óptimos de temperatura sin provocar excesivo calor o quemaduras a los cachorros o la madre. La temperatura optima del “nido”sería de 28º a 30º en la primera semana de vida de los cachorros, luego pasaríamos a 25º durante el mes siguiente, para posteriormente bajarlo a 20º. Nos ayudaremos con un termómetro a la vez que subimos o bajamos el foco hasta conseguir estas temperaturas optimas. Podremos controlar que la temperatura sea constante, acoplando un termostato dentro de la paridera, protegido éste y sus conexiones, para que no se pueda variar la temperatura por los movimientos de la madre o los cachorros, si estos dieran al programador del termostato, ni pudieran sufrir ningún accidente. La humedad también es muy importante, pues esos focos de calor podrían contribuir a la deshidratación del cachorro, la sequedad del ambiente y un ambiente adecuado para la proliferación de ciertos virus y bacterias (la humedad ideal sería en un 65%). Una forma sencilla para mantener esa humedad “optima”, sería colocar un recipiente bien sujeto y sin que moleste a la madre o los chorros, dentro de la paridera con agua, que irá evaporándose con el efecto del calor, o bien con un humidificador y controlar esta humedad con un higrómetro. En las primeras semanas de vida de los cachorros nos podemos encontrar con el problema del aplastamiento de éstos por su propia madre, sobre todo por las primíparas o perras nerviosas. Para evitarlo, pondremos unas barras antiaplastamientos a lo largo de las paredes de la paridera, a la altura de la columna vertebral de la perra (estando tumbada). En el caso de que algún cachorro se quede detrás de la madre estas barras harán tope con el cuerpo de la madre y el cachorro quedará bajo ellas sin que sufra aplastamiento. En la base de la paridera, lo ideal sería poner un lecho mullido de material absorbente (tejido de algodón, empapadores, etc.), pero esto implica que habría que lavarlo todos los días a temperaturas muy elevadas para evitar infecciones o desecharlos. Lo más practico y económico es poner una base gruesa de hojas de papel de periódico y desecharlos todos los días cuantas veces se requieran. Lo que no es conveniente es utilizar el papel hilado, serrín, virutas de madera, paja, etc. por la posible ingestión y aspiración de partículas por los cachorros, pudiéndoles provocar ahogamientos, diarreas, afecciones en las vías respiratorias y favorecer la nidación de parásitos externos. 13
No hay que olvidar tener a nuestro alcance, para cuando llegue el momento del parto, lo más básico: guantes de látex para el manejo de los cachorros durante el parto, tijeras de punta roma por si tuviéramos que cortar el cordón umbilical o la bolsa amniótica, solución desinfectante (Betadine), alcohol, gasas, termómetro, aspirador nasal (de bebés), hilo de seda, toallas o papel absorbente, bascula, etc. todo esto en condiciones de máxima higiene. SÍNTOMAS DEL PARTO El método de control de la temperatura de la perra gestante sería un método fiable para averiguar el momento aproximado del comienzo del parto y éste consiste: en tomar a la perra la temperatura rectal a partir del 58º día de gestación, seis veces al día a las mismas horas. Anotaremos la lectura y veremos pequeñas oscilaciones dependiendo de la hora en la que se la tomemos (la temperatura media está en torno a los 38`5º). Cuando veamos que la temperatura ha bajado un grado al menos en tres mediciones seguidas, probablemente comenzará el parto a las 24 horas siguientes, disminuyendo los niveles hormonales de progesterona si la hiciéramos una analítica. Hay que tener en cuenta que según estadísticas el 75% de las hembras, paren de noche. Otros síntomas del parto serian: • El relajamiento abdominal y el aumento de la vulva en las 12 a 14 hora que preceden al parto. • La expulsión del tapón mucoso que se produce aproximadamente 24 horas antes del parto (tapón que impide la salida de los fetos y la/los protege de infecciones). • Salida del pigmento placentario (flujo de color verde) • Rechazo de la comida. • Vómitos. • Escarbar en la paridera (contracciones del útero). • Síntomas de nerviosismo y jadeos. • Gemidos, lamidos en la vulva, se mirará los costados con frecuencia (primeras contracciones del útero). La higiene del lugar y de la madre como dijimos anteriormente ha de prestárseles especial cuidado. Recortaremos el pelo en las de pelo largo y en las del pelo duro si éstas presentaran exceso de pelo de alrededor de la vulva y de las mamas así como del interior de los muslos. Limpiaremos la vulva y las mamas, en especial los pezones, con agua tibia o con una solución que nos recomiende nuestro veterinario, hasta eliminar todo resto de la suciedad. La dentadura ha de estar en perfecto estado porque una gingivitis o el sarro pueden provocar al cortar la madre el cordón umbilical de los cachorros, infecciones que pueden complicarse con hernias, abscesos, peritonitis, etc. EL PARTO Comienzan las contracciones, (las contracciones visibles de la musculatura abdominal) la vulva y sus alrededores están hinchadas (dilatación vulvar y vaginal), la perra se siente inquieta con las pupilas dilatadas y las orejas retraídas y la respiración acelerada con momentos de reposo. El 14
cachorro tiene movimientos de serpenteo acoplándose en el canal del parto por las contracciones del útero y una vez acoplado aproximadamente en tres o cuatro contracciones abdominales fuertes y seguidas aparecerá el cachorro envuelto en la bolsa amniótica y la placenta o quizás sin ella si en el paso por el útero se rompió, que seguidamente saldrá con el empuje del siguiente cachorro. La madre romperá la bolsa, cortará el cordón umbilical, lamerá al cachorro para secarlo y estimularle la respiración e ingerirá la bolsa y la placenta. Vigilaremos que el cachorro respira correctamente y que no tiene liquido amniótico en los pulmones, si fuera así le aspiraremos con un aspirador nasal de manera suave para no provocarle ningún problema de laringe o cardiaco. Seguidamente el cachorro se esforzará por conseguir llegar a las mamas (éstas desprenden feromonas que les guiará a los cachorros) y succionará el calostro (un indicativo de buena salud del cachorro es el ímpetu y la firmeza con que succiona la mama). Por lo general la subida de la leche sube entre el 8º al 10º día antes del parto, aunque algunas perras que ya han parido las sube hacia el 40º día de gestación y algunas primíparas no las sube hasta unas horas antes del parto o durante éste. Una vez que el cachorro ha dejado de mamar el calostro, sería el momento para hacerle un reconocimiento visual por si tuvieran alguna malformación que podamos detectar. Los pesaremos, anotaremos el sexo, alguna característica que tuviera, las incidencias si las hubiere y ponerle un distintivo, bien con un cordón o cinta de color en el cuello (holgado) o con un poco de pintura no tóxica en la punta del rabo o uñas, para identificarles. Una vez que haya terminado el parto y se ha desarrollado con toda la normalidad y todos los cachorros han mamado el calostro, será el momento para cambiar el lecho de la paridera y que la perra saliera para hacer sus necesidades. Posteriormente asearemos a la perra con agua tibia y un trapo limpio todas las zonas que se hubiese manchado. Luego les dejaremos tranquilos observando a la madre la reacción o manera de tumbarse en la paridera (sobre todo las primerizas) por si hubiese que auxiliar algún cachorro en sus primeras horas de vida por sufrir aplastamiento de la madre o hipotermia. En los días posteriores al parto la madre expulsará por la vulva coágulos y membranas, observando que estas expulsiones no se prolonguen más de doce días ni aumenten su intensidad o fuesen con olor purulento, si fuera así, la llevaremos urgentemente al veterinario para que valore una posible infección, desgarros, etc. PROBLEMAS EN EL PARTO La presentación de los cachorros en el parto, la mayoría de ellos, un 60%, son en posición anterior (de cabeza) y el resto, un 40%, posterior (de patas traseras) siendo ésta última posición una expulsión más lenta. El intervalo de expulsión normal de los cachorros estaría entre unos minutos y media hora, considerándose si el tiempo entre nacimientos es superior a tres horas, con o sin contracciones, sin nacer ningún cachorro, nos revelaría que existe un problema: fatiga, encajamiento de dos fetos, presentación transversal, descenso del índice de calcio (el calcio es el propulsor de los músculos del útero), etc. En estos casos es necesario la intervención médica o quirúrgica cuanto antes. En algunos casos, algunos criadores les suministran “oxitocina” (hormona que estimula las contracciones uterinas) sin evaluar primeramente si es realmente lo que 15
necesitan. Hay que tener en cuenta que el abuso de ésta nos puede provocar desgarros uterinos, asfixia de todos los fetos, eclampsia secundaria, etc. contraindicada en el caso de presentación anómala de los cachorros en el útero. Una manera de provocar descargas de oxitocina endógena es dando masajes en las mamas. El estrés es un inhibidor de las contracciones (uterinas y abdominales) por lo que la perra ha de estar en un entorno tranquilo y conocido de antemano por ésta, como dijimos anteriormente y estar junto a ella para tranquilizarla con nuestra presencia, voz y caricias si fuese necesario, para evitar sobretodo al inicio del parto que algún cachorro una vez encajado en el canal del parto no pudiera salir por la falta de contracciones (inhibidas por el estrés) y tuviese sufrimiento fetal con posibles consecuencias graves para él y el resto de los no nacidos. PARTO ASISTIDO El periodo más crítico para los cachorros es el del parto y los primeros movimientos respiratorios. Por esto, en el caso de que la perra tuviese contracciones fuertes y el cachorro estuviera asomando, no saliendo éste, o bien asomando la bolsa amniótica por la vulva sin que ocurra el alumbramiento, puede que exista el problema de encajamiento del cachorro por ser éste demasiado grande, estuviese mal posicionado o falta de contracciones o éstas son demasiado débiles, útero demasiado estrecho.... En estos casos tendríamos que ayudarla poniendo la perra de pie y tirar del cachorro despacio. Lo cogeremos por el cuello (si se presentara de cabeza) o de las patas (en presentación posterior) tirando hacia abajo lentamente (respetando la curvatura del útero) y muy importante, cada vez que la perra empuje y tenga una contracción, para no dañar al cachorro ni a la madre. Es conveniente que las personas que no tengan experiencia en los partos difíciles o complicados, les asistan criadores con experiencia o el veterinario. Si la perra no reacciona a la estimulación que debiera hacer al cachorro: la estimulación de la respiración por el lamido o al corte del cordón umbilical, etc. actuaremos de la siguiente manera, de forma rápida y segura: 1. Una vez el cachorro fuera, cortaremos la bolsa con unas tijeras de punta roma y con cuidado para no dañarle. 2. Pinzaremos el cordón umbilical, para posteriormente anudarle con hilo de seda y lo cortaremos con las tijeras aproximadamente a un centímetro desde su nacimiento. 3. Secaremos al cachorro con un paño suave y limpio, para estimularle la respiración de forma delicada. Si no comenzasen los movimientos respiratorios, procederemos ha realizarle la técnica del “balanceo” que consiste: en balancear al cachorro de forma suave entre las manos, o el “centrifugado”que sería: sujetando al cachorro con las manos (sujetándole la cabeza) y realizarle unas sacudidas suaves de arriba abajo (así le ayudaremos a estirar y comprimir el diafragma, expulsar el líquido amniótico inspirado y la irrigación de la sangre a la cabeza). Comprobaremos una vez haya comenzado a respirar que ésta sea normal, sin sonidos que nos haga sospechar que todavía no ha expulsado todo el líquido inspirado. Si fuera así procederíamos a inspirárselo con el aspirador nasal con 16
unas succiones suaves, para no causarles ningún problema físico como dijimos anteriormente (de laringe y cardiacos) 4. Una vez que haya respondido bien le haremos un examen visual, desinfectaremos con “Betadine” el cordón umbilical y le pondremos en la mama para que succione el calostro, para posteriormente pesarle e identificarle. EL CUIDADO DE LOS CACHORROS El número elevado de cachorros en una camada no tiene por que influir en la decisión de “cuantos se dejan”, en los tiempos que estamos lo considero despiadado. Personalmente de los 30 años que poseo perros y criando con ellos, no se me ha muerto ningún cachorro que estuviese sano. Los fallecimientos si vienen, que sean por problemas insalvables, para evitar el sufrimiento y la inviabilidad de su vida, no por el número de crías o por la falta de cuidados o intervención del criador. Una perra y su prole, sanos y bien atendidos, no tienen por qué sufrir ningún tipo de selección natural o asistida. Mucha de la mortandad neonatal son remediables y creo que estamos obligados los criadores a que eso sea así, utilizando los conocimientos y los medios que disponemos hoy en día (que son muchos); siendo conscientes que las camadas numerosas o con un solo cachorro tendremos que prestarles mayor vigilancia y cuidados. Los cachorros que nacen con algún problema de supervivencia vital, baja su temperatura y se vuelven fríos por la incapacidad de regular su temperatura, en los tres primeros días de vida y son rechazados por la madre. En estos casos debemos de averiguar si el problema es tan solo algo leve como pudiera ser: por que el resto de sus hermanos son más espabilados y tragones que él y no mama lo suficiente, sufre una pequeña hipotermia, etc. En los controles diarios que efectuamos a los cachorros hay que vigilar que el ano de los cachorros, no presenten restos de excrementos o “las colas mojadas” por los lamidos constantes de la madre para asearle a causa de una diarrea del cachorro, que se puede producir por exceso de alimentación del cachorro, inmadurez renal, temperatura inadecuada de la paridera, mala digestión, leche toxica de la madre, infección parasitaria, viral o bacteriana, etc. causándole una deshidratación y un posible contagio al resto de la camada. Por lo que habrá que analizar esas heces y poner remedio al problema. Pasados unos días tendremos que observar las uñas de los cachorros y cortárselas, si lo requieren, con un cortaúñas (para personas), para que no arañen las mamas de la madre cuando maman y evitar que estos arañazos sean una vía de contagio y no la puedan causar ninguna infección (mastitis). Realizaremos una desparasitación interna con productos especiales para cachorros de amplio espectro que nos recomiende nuestro veterinario a la 2ª, 4ª, 8ª y 12ª semana de vida. LA ALIMENTACIÓN DE LA MADRE Y LOS CACHORROS 17
La alimentación de la madre, como se ha mencionado anteriormente, ha de ser hiperenergética, completa, equilibrada y de alta calidad, (de la gama súper-premium, para cachorros en crecimiento, perras gestantes y en lactación), que aportará todo lo necesario por la alta demanda que tienen en esta fase de energía y proteínas, y no puedan sufrir eclampsia, falta de producción de leche, etc. El comedero siempre ha de contener comida y agua en abundancia limpia y fresca en el bebedero (alimentación a discreción). La perra se irá autorregulando dependiendo de la necesidad de alimento que requiera, observando que según pasen las semanas, notaremos que ingiere más cantidad. Culminando el mayor consumo a la tercera semana de lactación, que tomará de tres a cuatro veces más cantidad de comida que tomaba en estado normal. En este tiempo, la leche que produce se inicia gradualmente desde cero (momento del parto o antes) hasta la producción máxima que se origina a las cuatro semanas, descendiendo progresivamente hasta que se produzca el destete. Observaremos que ésta coma lo suficiente, ayudándola con alguna pequeña porción de alimento más apetitoso (foiegrás, margarina) si en algún momento fuese necesario. Vigilaremos que las mamas no estén calientes (posible mastitis), obstruidas, con arañazos o los pezones lacerados. Pudiéndose presentar alguno de los problemas más frecuentes, llevándola al veterinario para su valoración y tratamiento: ECLAMPSIA. Es un descenso brusco de la tasa de calcio en la perra después del parto. Éstas tienen la crisis aproximadamente a los 15 días después del parto, mostrándose inquietas, pierden el conocimiento, tienen convulsiones, babean, etc. En estos casos la llevaremos urgentemente al veterinario. MASTITIS. Es una infección de la mama, lo notaremos cuando la mama está muy caliente y congestionada. Esta infección suele aparecer cuando hay una falta de higiene tanto en la paridera como su entorno; siendo la vía de contagio los orificios de los pezones o heridas causadas por los arañazos de las uñas de los cachorros que provocan al succionar. La alimentación de los cachorros desde su nacimiento hasta aproximadamente 28º día será exclusivamente la leche materna. La madre producirá el calostro las primeras 36 horas, siendo éste leche materna, algo menos grasa, que contiene anticuerpos y hormonas del crecimiento que les darán inmunidad de muchas enfermedades infecciosas hasta la 6ª semana y un buen desarrollo. Por eso es muy importante que todos los cachorros puedan mamar el calostro para su desarrollo sin contratiempos, antes de haber transcurrido las 24 horas primeras de vida (pasado este tiempo la absorción de los anticuerpos por el intestino desaparece). 18
El control diario del peso de los cachorros nos indicará, si alguno de éstos no se está alimentando correctamente, bien por que sufre diarrea, es menos espabilado que el resto, el poder de succión es menor, por debilitamiento, hipoglucemia, la producción de leche materna es insuficiente, hipotermia, etc. La ganancia de peso ha de ser diaria y si observáramos que estos no ganan peso en dos días consecutivos, nos indicará que existe un problema que debemos averiguar, como por ejemplo si afectara a toda la camada hay probabilidad que la leche de la madre sea insuficiente o toxica (leche que contienen bacterias y toxinas provocadas por una infección, bien por la retención fetal o placentaria después del parto, mastitis, etc.). El cachorro que padece alguna dolencia, hipotermia, se queda con hambre, etc. se mostrará inquieto y gemirá constantemente. Si detectamos que el cachorro necesita más alimento, regularemos las veces que podamos la falta de nutrición y que ésta sea la más “justa” posible. Poniéndoles en las mamas de mayor producción de leche (las inguinales, de forma progresiva para no causarle una posible diarrea por sobrealimentación) y alternando al resto. El desarrollo armonioso de los cachorros nos indicará que la lactancia se está desarrollando correctamente. Si llegara el caso de tener que alimentar algún cachorro artificialmente con leche maternizada, o su alimentación no fuera la correcta por sufrir hipotermia, es necesario tomar la temperatura rectal al cachorro antes. Si presentase menos de 35º, hay que calentarle lentamente de forma progresiva con una fuente de calor (no intensa, ni por aire) como por ejemplo arropado y pegado a nuestro cuerpo hasta alcanzar su temperatura normal (35,5º hasta la 5º semana) para que aparezca el reflejo de deglución. Si no fuera así el cachorro no tragaría, con el peligro de que el alimento se fuera por las vías respiratorias y encharcar sus pulmones, con consecuencias fatales. La leche ha de prepararse con agua mineral y estar en el momento de suministrarla a 39-40º, calentándola las veces que sea necesario para mantener esta temperatura. Las tomas serán cada tres horas la primera semana, de 4 a 8 diarias en horas regulares dependiendo de la edad, o bien las necesarias si solo fueran tomas para suplementar la falta moderada de leche materna. A partir de la 4ª semana de vida de los cachorros se comenzará el destete. Que consiste en suministrar a los cachorros el alimento que dijimos anteriormente y que suministrábamos a la madre (pienso para cachorros en crecimiento) rehidratándolo con agua tibia (a 38º) hasta hacerlo papilla, más liquida al principio, alternándolo con las tomas de leche materna. Evitaremos que exista rivalidad por la comida, poniendo dos escudillas o más si fuera necesario, por un tiempo determinado en cada comida (20 minutos aproximadamente) para evitar el picoteo del cachorro a cualquier hora, que le causaría una deficiente alimentación y como consecuencia un mal desarrollo y por el contrario de lo que se cree un exceso de alimentación en el cachorro tanto en el periodo de lactancia como una vez destetados puede crear un sobre crecimiento y una predisposición en un futuro que podría crearnos un ejemplar glotón y con tendencia a la obesidad, favoreciendo patologías y deformaciones óseas. 19
Desecharemos toda la papilla que no se coman, haciéndoles una nueva en cada toma y manteniendo el comedero y el bebedero en óptimas condiciones de higiene ya que muchos trastornos digestivos, con consecuencias de un mal desarrollo o incluso fatales provienen de las bacterias alimentarias que se crean en los comederos y bebederos por contener éstos restos de comida, heces que transportan con su cuerpo, etc. La papilla se la suministraremos de forma gradual y progresiva antes de la lactación, empezando por una al día y observando como lo toleran, aumentándolas progresivamente a la vez que disminuimos las tomas de leche materna. A sí mismo iremos disminuyendo la rehidratación del pienso, hasta conseguir hacia la 6º ó 7º semana el destete total, y lograr que tomen el pienso en seco. No hay que olvidar que la ingesta de agua irá aumentado según vamos haciendo la papilla más espesa, por lo que pondremos a su disposición agua en abundancia limpia y fresca desde el primer momento. El número de comidas serán cuatro diarias a las mismas horas hasta alcanzar los tres meses de edad que se le reducirán a tres comidas diarias. En este periodo de destete separaremos a la madre de forma progresiva de los cachorros (para no crearles estrés por la separación) observaremos como hacia finales de la 4º y principios de la 5º semana la madre, empieza a rechazarlos por el dolor que le causan el despunte de los dientes de los cachorros en los pezones al mamar. Vigilaremos que las mamas no se congestionen y no se laceren y si fuera así, poner remedio con algún producto que nos recomiende nuestro veterinario. Veremos como las necesidades y el aprendizaje de todos los cachorros no son iguales para todos, por lo que tenemos que adaptarlas, de forma individualizada al principio, hasta alcanzar en pocos días la regularidad en todos. La ganancia de peso de los cachorros en la primera semana de vida ha de ser aproximadamente el doble del peso de nacimiento, siguiendo un aumento diario igual, de forma gradual hasta la 4ª semana (es cuando se produce el pico de mayor producción de leche en la perra, para descender de forma progresiva). A partir de la 4ª semana aumentará aproximadamente en un 10% el peso de los cachorros (comienza la fase del destete), hasta la 14ª semana. Posteriormente ira descendiendo este incremento diario en un 50% con respecto al aumento que se producía a partir de la 4ª semana (el pesado de los cachorros ha de efectuarse a la misma hora)
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Ganancia de peso de cachorros Teckel Standard 4000
3500 3500
3100 3000
PESO EN GRAMOS
2700 2500
2300
1900
2000
1550 1500
1200 1000
250
300
350
2 días
500
1 día
850
400
500
9ª sem.
8ª sem.
7ª sem.
6ª sem.
5ª sem.
4ª sem.
3ª sem.
2ª sem.
1ª sem.
3 días
0 horas
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TIEMPO En este gráfico podemos observar el aumento de peso de los cachorros de la raza Teckel Standard desde su nacimiento, hasta la 9ª semana. (Para el estudio se tomó como progenitores a Teckels Standard, cuyo peso anterior al apareamiento estaban entre 7,5 y 9 Kg. La alimentación de las madres fue, pienso “súper-premium” con 30%-32% de proteínas y 20%-22% de materia grasa de 3.900-4.200 Kcal/kg, desde el 20º día de gestación hasta el destete y la alimentación de los cachorros era leche materna hasta la 5ª semana de vida. Posteriormente se produjo el destete (combinación de leche materna con pienso para cachorros en crecimiento “súper-premium” de 28%-33% de proteína y 17%-20% de materia grasa de 3.800-4.300 Kcal/kg) hasta la 7º semana de vida de los cachorros, para concluir con el destete total a la 8ª semana con el mismo pienso. El promedio de peso de los cachorros al nacer está en 250 gr (+/- 20%) y la ganancia de peso de los cachorros eran de 50 gr al día hasta la 4ª semana. A partir de la 4ª semana el incremento diario fue de 60 gr (destete) hasta la 14ª semana, para descender a 30 gr al día hasta cumplir 20ª semana de vida. Estos incrementos de peso son una media tomada por 25 cachorros, no habiendo ninguna complicación en ninguno de ellos ni las madres tanto en asimilación de la leche materna como posteriormente en la ingestión de pienso u otra complicación que pudiera causarles infecciones, problemas gástricos, leche toxica, falta de leche, etc. que pudieran retrasar el crecimiento progresivo deseado. (“Dachs de Pantadú”) 21
EL DESTETE, PERIODO CRÍTICO Efectivamente, en este periodo el cachorro dejará de recibir parte de la inmunidad que aporta la leche materna, es más vulnerable y propenso a cualquier enfermedad infecciosa por virus, bacterias y parásitos (parvovirus, coronavirus, moquillo, hepatitis, leptospirosis, nematodos, protozoos, etc.), por lo que tendremos que tener el lugar y su entorno con la máxima higiene y desinfección posible, evitando el contacto con otros ejemplares. Vermifugaremos, como se dijo antes, con un producto especial para cachorros de amplio espectro a la 2ª, 4ª, 8ª y 12ª semana de vida del cachorro. En el tiempo de destete, en el que el cachorro deja de recibir los anticuerpos de la madre a través de la leche materna, será cuando comenzaremos el periodo de vacunación, nuestro veterinario nos dirá el calendario de éste y las vacunas a suministrar, dependiendo del ambiente donde se encuentren y las epidemias o enfermedades que hubiesen existido. No bañaremos a los cachorros, porque bajaríamos sus defensas, en el caso de tener que asearlos se utilizará un paño húmedo en agua caliente, para secarle rápidamente con un paño seco. También hay mayor tendencia a los trastornos digestivos, por la no-aceptación del nuevo alimento por la inmadurez digestiva, por lo que pospondremos esta fase algún día más si el cachorro manifestara estos trastornos. En el caso de que presente algún cachorro diarrea en este periodo averiguaremos su causa, haciendo analizar las heces, ya que éstas son una vía de fácil de contagio por ser portadoras de virus y bacterias y evitar el contagio a otros cachorros. DESARROLLO FÍSICO Y PSÍQUICO DE LOS CACHORROS El primero de los sentidos en desarrollarse es el olfato, que empieza en el momento del nacimiento y por ello los cachorros nada más nacer se esfuerzan y consiguen llegar a las mamas, por las feromonas que desprenden éstas. Luego aparece el sentido del tacto, posteriormente el desarrollo visual que empieza desde el 10º al 14º día de manera progresiva, el auditivo a partir del 13º, desde el día 21º día empiezan a despuntar los dientes de leche y a ponerse de pie, y el de orientación a parir del 25º día de edad junto con las muestras de alegría con el movimiento del rabo, acción de asir con la boca ayudándose de las patas delanteras y poner expresiones faciales a los sonidos y objetos en movimiento. En el tiempo que pasamos con ellos y una vez que se han desarrollado por completo los sentidos visuales y auditivos observaremos la respuesta que ofrecen al ruido y descartar una posible sordera. Como también examinaremos que no mantienen una exploración de su entorno mediante el tacto o escarbar el suelo que nos haría sospechar que existe algún problema de visión. El recinto donde se encuentren ha de ser soleado y ventilado, tener el espacio suficiente para que puedan moverse, jugar y correr sin impedimentos. Les proveeremos de juguetes para cachorros, rampas, túneles, etc. todo ello que sea indestructible para 22
evitar posibles accidentes por ingestión. Observaremos como juegan, las tendencias de cada uno en dominancia, agresividad, sumisión, independencia, adaptabilidad, aplacar las actuaciones no deseables y empezar a controlarles la presión de los mordiscos. El temperamento futuro de los cachorros dependerá en la mayor parte, de la herencia genética transmitida de sus padres y lo adquirido en su educación, sobretodo a partir del 21º día de nacimiento. Se considera que a partir de esta fecha hasta el 90º día de edad, la impregnación del mundo que le rodea, sentará una base muy importante para el futuro comportamiento que desarrollará en adulto. Esto supone que tenemos que pasar mucho tiempo con ellos, no solo el tiempo que empleamos en la limpieza del lugar donde se encuentran y en el del suministro del alimento. En la fase de socialización que comprende desde la 3ª a la 9ª semana, será un periodo muy importante en el que el criador juega un papel crucial. En este tiempo comenzará por no asustarse por nada para seguir con una etapa de rechazo y temor a lo desconocido. A los cachorros, el tiempo que le dedicamos les será muy beneficioso acariciarlos, que nos huelan, nos laman, cepillarlos, estén en contacto con los futuros propietarios, con niños, familiarizarlos con ruidos de vehículos, ponerles una emisora de radio que contenga música y tertulias (respetando las horas de sueño), caída de objetos, etc. cuanto más, mejor y siempre de forma gradual y con refuerzos positivos (caricias, una bolita de pienso, etc.) si superaron el ejercicio de socialización. Cuando vemos el comportamiento y estado físico de un cachorro cuando se le entrega a un nuevo propietario, podemos adivinar el tipo de criador que lo a criado, si se trata de un “tratante de perros” o un criador serio y responsable que le gusta lo que hace. Tenemos que presentarles nuevas situaciones, ruidos, olores, etc. en un lugar tranquilo de manera poco intempestiva y de forma gradual para no asustarles y no creen ánimo de rechazo en un futuro. Han de asimilar las nuevas experiencias visuales, olfativas y sonoras para terminar con las táctiles. Dependiendo del nuevo acontecimiento que se les muestre, primero se lo presentaremos alejados de ellos, para posteriormente ir acercándoselo poco a poco, hablándoles de forma pausada, alegre y con caricias (si no muestran nerviosismo, temor o miedo), vigilando siempre la reacción que muestran. Hay que darles tiempo para que lo asimilen y desistir al primer síntoma de reacción de miedo ignorando su reacción (sin asistirle con caricias, llamamientos, etc. (refuerzo positivo) o castigo, forzar el acercamiento, repetición del acontecimiento que causa esa conducta no deseada, etc. (refuerzo negativo), posponiendo la socialización del nuevo acontecimiento para otro momento, pues los nuevos acontecimientos han de causarles agrado o al menos no temor o miedo. Una buena ayuda sería realizarlos “los tests de Campbell” a la 7ª semana de edad que nos indicará las tendencias del carácter de cada uno, aunque personalmente empiezo a registrar en su ficha su comportamiento a partir del mes de edad para saber como actuar con cada uno de ellos e indicar al nuevo propietario como ha de proceder en su educación. Con 8 semanas de edad, e incluso antes, ya se pueden ver y adivinar si existen algunos problemas o defectos tanto físicos como psíquicos, por lo que examinaremos a los cachorros por si tuviesen defecto de mordida, del apéndice xifoideo, nudaciones en la cola, algunas imperfecciones en el pelaje, textura del pelo (los de pelo duro), columna vertebral con lordosis ó cifósica, manos desviadas, codos abiertos, buena posición de las costillas y el resto de la estructura ósea bien formada, migración de los testículos (la migración de los testículos al escroto sucede entre el 10º al 40º día después de su nacimiento, a esta edad los testículos deberían haber descendido al escroto, pero en 23
algunos casos se retrasa la migración de éstos, por lo que le llevaríamos al veterinario para descartar la monorquidia (defecto más común) o criptorquidia y certificar la ausencia de estos defectos (defecto genético muy grave que transmite tanto el macho (aun no exteriorizando el defecto) como la hembra y que sus portadores están excluidos para la procreación) en algunos casos los veterinarios les ponen un tratamiento hormonal para la completa migración, pero estudios recientes han confirmado que estos tratamientos no son efectivos a los ejemplares que portan estos defectos y si descendieron con el tratamiento, posiblemente hubiesen migrado más tarde sin tratamiento alguno) el anillo inguinal se suele cerrar a los 6 meses después del nacimiento y al aumentar el tamaño del testículo con la edad se hace inviable el descenso al escroto de forma natural. CONCLUSIÓN El resultado del conjunto de la camada es el referente de la selección que hicimos de los progenitores. Y un signo inequívoco de haber hecho las cosas bien, en un principio, es la tipicidad de la Raza, el ceñimiento a los parámetros del Standard y la homogeneidad que muestran los cachorros que criamos. Luego lo afianzaremos, vigilando el proceso selectivo haciendo un seguimiento a éstos para ver la evolución psicofísicas que muestran, hasta haber cumplido como mínimo un año de edad. De esta manera sabremos los aciertos y las equivocaciones que hemos cometidos y poder rectificar, para evitar la cría de ejemplares “mediocres” y poder utilizar en un futuro a los ejemplares que más nos convengan (con excelentes cualidades morfológicas, funcionales y carácter equilibrado), para nuestra Cría Selectiva. La planificación de la Cría Selectiva ha de ser a largo plazo (para crear nuestra propia “Línea”) sin caer en el error de seguir la tipología de moda y ceñirnos al Standard de la F.C.I., intentando fijar lo mejor de los reproductores y no utilizando, como dijimos anteriormente, ejemplares “mediocres”. La calidad y valoración de los ejemplares que criamos se verán reconocidos y afianzarán nuestros criterios, por la continuidad de las calificaciones y los comentarios que obtenemos de los Jueces Especialistas de la Raza en exposiciones de morfología y pruebas de trabajo respectivamente; por lo que no hemos de caer en un egocentrismo que nos impida tener en cuenta las opiniones, puntos de vista y experiencias de otras personas doctas en la materia, que nos haría limitar nuestra labor en la Cría Selectiva. Como se dijo en un principio, esto no es un negocio lucrativo, esto es una afición al que tenemos que dedicarle mucho tiempo, sacrificio personal y medios, la Cría Selectiva se realiza cuando verdaderamente te gusta lo que haces y con el propósito de mejorar la raza Teckel u otra Raza, recordando que consiste en el conocimiento más profundo de la Especie que criamos, de la Raza y trabajando con el mayor respeto hacia ellos, no bajando la guardia porque la ciencia en el sector de la Cinología, la Cinotécnia, etc. afortunadamente, avanza día a día con importantes descubrimientos en la cría, salud, alimentación, adiestramiento, etc. La cría de la raza Teckel no debe ser un instrumento para la exhibición pomposa, afán de protagonismo, acopio de “Títulos” o criar igual que si tuviéramos cerdos o pollos y lucrarnos de ello, si no de aportar ejemplares sanos y dentro de los parámetros del Standard de la F.C.I. con ese equilibrio que ha de tener en morfología carácter y funcionalidad, sin cometer el error de caer en la cría cuantitativa (porque criaremos mucho de todo, bueno, regular y malo, y probablemente no dispongamos del tiempo y 24
medios suficientes para que todo se desarrolle según estas “Directrices Básicas”) y dirigirnos a la crianza restringida, trabajando honestamente, reconociendo los errores y poniendo solución a éstos. Siendo consciente que la cría cuantitativa hasta el día de hoy, principalmente lo que crea es “beneficio económico” al que la practica, pero con la desventaja de propagar como dijimos previamente, “mucho de todo”con la amenaza que esto conlleva para una Raza determinada. El hecho de que nuestro trabajo sea independiente, no quita que colaboraremos con el resto de los criadores de la raza Teckel u otras razas, pues esto no es un ejercicio de competitividad o rivalidad, por lo que debemos de intercambiar opiniones, conocimientos y guiar al que lo solicita, para el bien de la Especie y sobre todo de la raza Teckel, porque aquí nadie tiene la “formula mágica” y ninguno somos tan buenos, como todos juntos. Autor texto y fotos: José-Fernando Gómez de Agüero R.-M. Afijo: Dachs de Pantadú. Nota del autor: Todos los datos de éste artículo han sido comprobados por veterinarios y biólogos de acorde a los estudios realizados en el momento de su publicación. Sin embargo, y debido a que éstos se desarrollan, si se quieren poner en práctica se debería comprobar si no han sido superados por otros más recientes. Queda prohibido, sin la autorización escrita del autor, la reproducción total o parcial de este artículo por cualquier medio, bajo las sanciones establecidas en las leyes.
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