DISCURSOS Y DECLARACIONES DE LA MINISTRA DE ASUNTOS EXTERIORES Y DE COOPERACIÓN, Dª. TRINIDAD JIMÉNEZ GARCÍA-HERRERA

DISCURSOS Y DECLARACIONES DE LA MINISTRA DE ASUNTOS EXTERIORES Y DE COOPERACIÓN, Dª. TRINIDAD JIMÉNEZ GARCÍA-HERRERA 2011 TRINIDAD JIMÉNEZ GARCÍAHE

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DISCURSOS Y DECLARACIONES DE LA MINISTRA DE ASUNTOS EXTERIORES Y DE COOPERACIÓN, Dª. TRINIDAD JIMÉNEZ GARCÍA-HERRERA

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TRINIDAD JIMÉNEZ GARCÍAHERRERA

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DISCURSOS Y DECLARACIONES

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TRINIDAD JIMÉNEZ GARCÍAHERRERA

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Depósito Legal: M-9605-2012 NIPO: 501-12-003-4 EDITADO: Imprenta de la Oficina de Información Diplomática

DISCURSOS Y DECLARACIONES DE LA MINISTRA DE ASUNTOS EXTERIORES Y DE COOPERACIÓN, Dª. TRINIDAD JIMÉNEZ GARCÍA-HERRERA

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MINISTERIO DE ASUNTOS EXTERIORES Y DE COOPERACIÓN OFICINA DE INFORMACIÓN DIPLOMÁTICA

DISCURSOS Página Discurso con motivo del Día de la Memoria del Holocausto en el Auditorio Nacional de Madrid. 27 de enero . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

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Discurso ante la XVI Sesión del Consejo de Derechos Humanos. Ginebra, 28 de febrero . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

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Intervención en la inauguración de las Jornadas con los embajadores del norte de África, Oriente Medio y Países del Golfo. 18 de abril . . . .

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Intervención en el Foro Nueva Economía. 29 de abril . . . . . . . . . . . . .

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Discurso en la ceremonia de clausura del Seminario Internacional sobre Libertad Religiosa. Florencia, 14 de mayo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

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Intervención en la toma de posesión del secretario general de la Unión por el Mediterráneo. Barcelona, 5 de julio . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

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Intervención en el plenario de la Asamblea General de Naciones Unidas. Debate general del 66º periodo de sesiones. 24 de septiembre . . . .

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ENTREVISTAS Y ARTÍCULOS Página Artículo en el diario “Público”, con el título “Haití, un año después”. 12 de enero . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

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Entrevista publicada en el diario “El Mundo”, con el título “Queda un año y pico para las elecciones, y eso en política es una eternidad”. 6 de febrero . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

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Entrevista publicada en el diario “El País”, sobre la intervención aliada en Libia, con el título “Todavía es factible una solución que pase por el exilio de Gadafi”. 29 de marzo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

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Entrevista en el diario “El Mundo”. 2 de mayo . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

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Entrevista en el diario “Canarias 7”. 8 de mayo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

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Entrevista en el diario “La Razón”. 11 de julio . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

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Entrevista en el diario “El País”. 21 de agosto . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

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Entrevista en el diario “El Mundo”. 24 de octubre . . . . . . . . . . . . . . . .

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Artículo en el diario “El País”, con el título “La primavera árabe: una visión personal”. 17 de diciembre . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

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INTERVENCIONES PARLAMENTARIAS Página Comparecencia ante el Pleno del Senado, para responder a la pregunta del senador Pedro Torres i Torres, sobre el balance de la Cooperación Española en Haití tras el terremoto ocurrido hace un año. 18 de enero . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

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Comparecencia ante el Pleno del Senado, para responder a la pregunta del senador Iñaki Mirena Anasagasti Olabeaga, sobre si el Gobierno piensa reconocer en el menor tiempo posible al nuevo Estado surgido del referéndum de autodeterminación en Sudán del Sur. 18 de enero . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

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Comparecencia ante el Pleno del Senado, para responder a la pregunta de la senadora Adoración Quesada Bravo, sobre las principales actividades de la celebración en 2011 del año de España en Rusia y del Año de Rusia en España. 18 de enero . . . . . . . . . . . . . . . . .

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Comparecencia ante la Comisión Mixta para la Unión Europea, para presentar la política exterior española hacia la Unión Europea e informar sobre las funciones, composición y puesta en marcha del servicio europo de Acción Exterior. 15 de febrero . . . . . . . . . . . .

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Comparecencia ante el Pleno del Congreso, para responder a la pregunta del diputado Jordi Pedret i Grenzner, sobre cuáles son los objetivos del reciente viaje de la ministra de Asuntos Exteriores y de Cooperación a Israel y los Territorios Palestinos. 16 de febrero.

108

Comparecencia ante el Pleno del Congreso, para responder a la interpelación urgente del Grupo Parlamentario Popular en el Congreso, sobre las medidas que va a adoptar el Gobierno para garantizar la defensa de la libertad religiosa en el mundo, especialmente en Oriente Medio. 16 de febrero . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

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Comparecencia ante el Pleno del Senado, para responder a la pregunta del senador Iñaki Mirena Anasagasti Olabeaga, sobre si el Gobierno piensa que deben ser las fuerzas sociales las que determinen el cambio y l política en Marruecos yen Guinea Ecuatorial. 22 de febrero . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

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Comparecencia ante el Pleno del Senado, para responder a la pregunta del senador Jesús Caicedo Bernabé, sobre el plan de actuación del Gobierno tras la elaboración de diversos informes desde el año 2005 por parte de técnicos del Centro de Investigaciones Energéticas, Medioambientales y Tecnológicas (CIEMAT), del Departamento de Energía de los Estados Unidos, del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) y de la Comisión Europea sobre la existencia de residuos nucleares en Palomares (Almería). 22 de febrero . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

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Comparecencia ante el Pleno del Senado, para responder a la pregunta del senador José Carracao Gutiérrez, sobre la valoración del Gobierno en relación con el vigésimo quinto aniversario del establecimiento de relaciones diplomáticas entre España e Israel. 22 de febrero.

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Comparecencia ante el Pleno del Senado, para responder a la pregunta del senador Agustín Conde Bajén, sobre las gestiones que ha realizado el Ministerio de Asuntos Exteriores y de Cooperación para comprometerse al pago del sueldo de ciudadanos españoles como asesores de Gobiernos extranjeros. 22 de febrero . . . . . . . . . . . . .

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Comparecencia ante el Pleno del Senado, para responder a la pregunta del senador Iñaki Mirena Anasagasti Olabeaga, sobre si el Gobierno tiene en cuenta la opinión del pueblo saharaui a la hora de la negociación entre la Unión Europea y Marruecos en relación con el Acuerdo comercial. 22 de febrero . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

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Comparecencia ante el Pleno del Congreso, para responder a la pregunta del diputado Gustavo Manuel de Arístegui San Román, sobre qué medidas va a adoptar el Gobierno ante la gravísima agresión sufrida por la Representación Diplomática de España en Teherán. 23 de febrero . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

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Comparecencia ante el Pleno del Congreso, para responder a la pregunta del diputado José María Lassalle Ruiz, sobre qué gestiones ha realizado el Gobierno ante la Eurocámara para que el español no sea excluido como idioma en el registro de la Nueva Patente Comunitaria. 23 de febrero . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

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Comparecencia ante el Pleno del Congreso, para responder a la pregunta del diputado Álex Sáez Jubero, sobre cuál es la valoración del Gobierno sobre la trayectoria del Instituto Cervantes en el 20 aniversario de su creación. 23 de febrero . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

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Comparecencia ante la Comisión de Cooperación Internacional para el Desarrollo, en el Senado, para informar sobre el balance y las líneas prioritarias de acción de la política española de cooperación internacional al desarrollo, con especial referencia a Haití. 1 de marzo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

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Comparecencia ante el Pleno del Congreso para responder a la pregunta del diputado Joan Calabuig Rull, sobre en qué situación se encuentra el desarrollo reglamentario previsto en la Ley del fondo para la promoción del desarrollo-Fonprode. 9 de marzo . . . . . . . . . . . . . . . . .

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Comparecencia ante la Comisión de Cooperación Internacional para el Desarrollo del Congreso para explicar las nuevas líneas políticas y de actuación en materia de Cooperación Internacional para el Desarrollo. 9 de marzo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

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Comparecencia ante el Pleno del Senado, para responder a la pregunta del senador Francisco Vallejo Serrao, sobre los resultados del Fondo España-Sica (Sistema de la Integración Centroamericana). 5 de abril . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

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Comparecencia ante el Pleno del Senado, para responder a la pregunta del senador Iñaki Mirena Anasagasti Olabeaga, sobre si baraja el Gobierno la posibilidad de solicitar un indulto, la amnistía o la conmutación de la pena mediante petición fundada a Filipinas, en relación con el preso Francisco Juan Larrañaga González. 5 de abril . . . . . . . . . . . .

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Comparecencia ante el Pleno del Senado, para responder a la pregunta del senador Alfredo Belda Quintana, sobre si tiene previsto el Gobierno habilitar lugares distintos, además de las Oficinas o Secciones Consulares, para los electores residentes ausentes en el extranjero, que opten por depositar su voto en urna, en las próximas elecciones del 22 de mayo, de acuerdo con las últimas modificaciones introducidas en el artículo 75 de la Ley Orgánica 5/1985, de 19 de junio, del Régimen Electoral General. 5 de abril . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

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Comparecencia ante el Pleno del Senado, para responder a la pregunta del senador Francisco Vallejo Serrano, sobre la valoración del Gobierno acerca del proceso de liberación de presos de conciencia en Cuba que se inició el 13 de julio de 2010. 26 de abril . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

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Comparecencia ante el Pleno del Senado, para responder a la pregunta del senador Alejandro Muñoz-Alonso Ledo, sobre los resultados obteni-

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dos por el Gobierno de sus gestiones con el Reino Unido después de los últimos incidentes en la bahía de Algeciras (Cádiz). 3 de mayo.

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Comparecencia ante el Pleno del Senado, para responder a la pregunta de la senadora Elvira Velasco Morillo, sobre si considera el Gobierno que el Ministerio de Asuntos Exteriores y de Cooperación sigue escrupulosamente los principios de transparencia para la concesión de subvenciones. 3 de mayo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

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Comparecencia ante la Comisión de Asuntos Exteriores del Congreso, para informar sobre la política exterior española en el Mediterráneo. Para informar sobre los acuerdos de la Cumbre de ministros de Asuntos Exteriores sobre la intervención militar en Libia, celebrada en Londres el 29 de marzo de 2011. Para informar sobre la valoración del Gobierno respecto a las revueltas populares ocurridas en diversos países del Magreb y Mashrequ, y sobre el posicionamiento y actuación española al respecto. 4 de mayo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

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Comparecencia ante el Pleno del Senado, para responder a la pregunta del senador Iñaki Mirena Anasagasti Olabeaga, sobre lo que está haciendo el Gobierno ante la nueva situación planteada en Marruecos, para que en el Sáhara Occidental haya una salida urgente y democrática. 7 de junio. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

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Comparecencia ante el Pleno del Senado, para responder a la pregunta del senador Alejandro Muñoz-Alonso Ledo, sobre la valoración del Gobierno en relación con la reunión que mantuvieron, el pasado 5 de mayo, el secretario general de la Presidencia del Gobierno y el ministro principal de Gibraltar. 7 de junio . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

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Comparecencia ante el Pleno del Senado, para responder a la pregunta del senador Joan Sabaté Borràs, sobre la valoración del Gobierno en relación con la detención del ex general Ratko Mladic y su entrega al Tribunal Penal Internacional para la Antigua Yugoslavia. 7 de junio.

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Comparecencia ante el Pleno del Senado, para responder a la pregunta del senador Francisco Vallejo Serrano, sobre la valoración del Gobierno sobre el estado de las relaciones con América Latina. 7 de junio. . .

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Comparecencia ante el Pleno del Senado, para responder a la pregunta del senador Pere Sampol i Mas, sobre el criterio del Gobierno en relación con la tortura, el asesinato político y los derechos humanos. 7 de junio . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

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Comparecencia con la ministra de Defensa, Carme Chacón Piqueras, ante la Comisión conjunta de Asuntos Exteriores y de Defensa del Congreso de los Diputados, para informar sobre el acuerdo del Consejo de Ministros del día 10 de junio de 2011 por el que se solicita la autorización del Congreso para prorrogar la participación de unidades militares españolas en el marco de la crisis de Libia. 20 de junio . . .

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Comparecencia ante el Pleno del Congreso, para responder a la pregunta del diputado Félix Larrosa Piqué, sobre qué medida está poniendo en marcha el Gobierno para impulsar la diplomacia económica. 20 de julio . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

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Comparecencia ante el Pleno del Congreso, para responder a la interpelación urgente del Grupo Parlamentario de Esquerra RepublicanaIzquierda Unida-Iniciativa per Catalunya Verds, sobre las medidas de reconocimiento de la identidad y lengua catalana. 20 de julio. .

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Comparecencia ante el Pleno del Senado, para responder a la pregunta del senador Iñaki Mirena Anasagasti Olabeaga, sobre si el Gobierno cree que el Foro Parlamentario Iberoamericano tiene futuro. 13 de septiembre . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

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Comparecencia ante el Pleno del Senado, para responder a la pregunta del senador José Carracao Gutiérrez, sobre la valoración del Gobierno de los últimos acontecimientos en Libia. 13 de septiembre . . . . . . .

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Comparecencia ante el Pleno del Congreso, para responder a la pregunta del diputado Gustavo Manuel de Arístegui San Román, sobre el balance que hace de su gestión al frente del Ministerio de Asuntos Exteriores y de Cooperación. 14 de septiembre . . . . . . . . . . . . . . . .

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Comparecencia ante el Pleno del Congreso, para responder a la pregunta del diputado Joan Calabuig Rull, sobre las medidas que está tomando el Gobierno para dar respuesta a la crisis humanitaria en el Cuerno de África. 14 de septiembre . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

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Comparecencia ante el Pleno de Congreso, para informar sobre las últimas actuaciones del Gobierno en relación con la crisis Libia. 14 de septiembre . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

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DISCURSOS

DISCURSO CON MOTIVO DEL DÍA DE LA MEMORIA DEL HOLOCAUSTO EN EL AUDITORIO NACIONAL DE MADRID 27 de enero de 2011 Señor presidente de la Federación de Comunidades Judías de España, representantes de los distintos colectivos de víctimas, autoridades, excelentísimos señores embajadores, señoras y señores, Permítanme ante todo decirles que es para mí un honor presidir un acto como el que hoy nos reúne, de semejante fuerza simbólica, en este Auditorio, corazón musical de Madrid, que hoy nos abre sus puertas y cuya hospitalidad agradezco profundamente. Para mí es un honor, pero también un orgullo…, Porque oyendo las voces de las víctimas…, viendo la luz de las velas encendidas…, sintiendo el silencio de profunda empatía y respeto…, escuchando unas músicas que reflejan el destino del pueblo judío a lo largo de los siglos…, sintiendo la presencia de tantos jóvenes de colegios españoles, acompañados por sus padres y profesores… ¿cómo no sentir un especial orgullo por el camino recorrido por España? Hace no tantos años, no sabíamos -o tal vez no quisimos saber– del Holocausto; no se enseñaba en las aulas; no se investigaba en las universidades; no se rendía homenaje a las víctimas, no se viajaba a los lugares de memoria… Aun quedando mucho por hacer, hoy día el Holocausto se enseña en las aulas; hoy día el Holocausto se investiga en las universidades; hoy día viajamos a los lugares de memoria, y hoy, un año más, nos juntamos en esta ceremonia para rendir homenaje a todas las víctimas de la barbarie. Hoy el Holocausto se enseña en las aulas… Más de trescientos niños y jóvenes están aquí, acompañados por sus padres y por sus maestros, los cuales, profundamente comprometidos, enseñan en sus aulas la historia, pero también enseñan a sus alumnos a hacer memoria del Holocausto. Hoy empezamos a viajar a los lugares de memoria… Este mismo verano, jóvenes gitanos viajaron a Auschwitz-Birkenau con alumnos españoles del Liceo Francés. Y desde entonces estos jóvenes nos han acompañado y hoy están también aquí con nosotros. Asimismo, un grupo importante de juristas españoles, del más alto nivel y muchos de los cuales están también ahora con nosotros, viajó en noviembre al campo de Sachsenhausen, cerca de Berlín. Y yo misma tuve la oportunidad de visitar ese lugar de terror, tortura y represión, hace pocos días. Pude constatar el enorme potencial pedagógico de estos lugares de memoria que, bien concebidos, marcan verdaderamente un antes y un después en quien los visita. Y hoy en día se rinde homenaje a las víctimas del Holocausto…

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Desde que en España se estableció, en diciembre de 2004, el 27 de enero como Día Oficial de la Memoria del Holocausto y la Prevención de los Crímenes contra la Humanidad, son más y más los ciudadanos que desean sumarse a este homenaje. Sé que, desgraciadamente, esta magnífica Sala de Cámara no ha podido acoger a todos los que hubieran querido estar hoy con nosotros. Y no sólo se conmemora en Madrid esta fecha, que recuerda la liberación del campo de exterminio de Auschwitz-Birkenau, sino que en muchos otros puntos de España también están teniendo lugar actos de memoria como éste. Como muchos de los que estáis aquí ya sabéis, cada año una idea central ha guiado de alguna manera el diseño y el contenido de esta ceremonia: El primer año, con la participación de Sus Majestades los Reyes, quisimos destacar el carácter “de Estado” de la voluntad política de incorporar la memoria del Holocausto a la conciencia colectiva española. Un año más tarde, y coincidiendo con la creación de la Casa Sefarad-Israel, la idea central fue la de retejer simbólicamente los vínculos de España con su pasado sefardí, recuperando la memoria de los judeo-españoles víctimas del Holocausto. Se brindó homenaje a sobrevivientes de origen sefardí presentes en aquella ceremonia, que fueron recibidos en audiencia por Sus Majestades los Reyes y uno de los cuales también está hoy aquí y nos ha honrado encendiendo una de las seis velas. En el año 2008, la idea central fue la memoria europea del Holocausto –porque “pensar Europa es pensar la Shoah y pensar la Shoah es pensar Europa– y también el deber de su transmisión a los jóvenes. Ya entonces asistieron a la ceremonia conmemorativa, por primera vez, unos doscientos jóvenes de colegios europeos y españoles de Madrid. Un año más tarde, además de resaltar nuevamente el carácter “de Estado” de la voluntad de memoria –con participación de las presidencias del Congreso y del Senado– la idea central fue la pedagogía universal del Holocausto y, en concreto, las lecciones éticas del mismo a través de la figura de los “Justos y salvadores”, destacando los valores de solidaridad y de fuerte sentido de humanidad que los inspiraron. El último año, ante la alarma internacional provocada por el deterioro de las instalaciones del campo de exterminio de Auschwitz-Birkenau, la idea central giró en tono a la importancia de los lugares de memoria como garantía frente al olvido, una vez que las voces de los supervivientes se van apagando. Esa ceremonia fue precisamente el preludio del citado primer viaje de jóvenes gitanos españoles a Auschwitz. Este 27 de enero hemos querido centrar el acto conmemorativo en torno a la música, porque es patrimonio universal de la humanidad que recoge todas las memorias, identidades y culturas. Porque, además, desde lo más profundo de su tradición, la música es un elemento central de la identidad judía. Y porque la música alimentó la voluntad de sobrevivir del pueblo judío en los tiempos de

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persecución, internamiento y exterminio, más allá de la instrumentalización que de ella pudiera haber hecho el sistema concentracionario nazi. Los violines nos cuentan… Los violines nos hablan… Nos hablan de vida y de muerte… Nos cuentan cómo durante siglos recorrían de pueblo en pueblo todos los caminos de Europa, acompañando bodas y bautizos y aportando alegría allí donde ya se sufrían persecuciones. Luego vino el tiempo del internamiento. Y luego vino el tiempo de la muerte, del exterminio. Pero la música siguió presente… Josef Bor, jurista checo que perdió en el Holocausto a su padre, su hermana, su cuñado, sus sobrinos, su mujer y sus dos hijos, sobrevivió al horror y nos dejó un magnífico libro: “El Réquiem de Teresin”. Se inspira en la odisea de Raphaël Schächter, que logró, antes de ser deportado a Auschwitz, que internos de Teresin cantaran en concierto el Réquiem de Verdi. Hasta quinientos participaron en los ensayos, reemplazando una y otra vez a los que eran deportados a Polonia. El Réquiem finalmente se cantó… y tres días después fueron todos llevados a Auschwitz y asesinados. Schächter les hacía repetir la Fuga de Sanctus una y otra vez, para ahuyentar pensamientos desgarradores, olvidar la ausencia de un compañero, perderse en el ruido de las voces… Lo mismo que hacía Alma Rosé con la Orquesta de Mujeres de Auschwitz… Y a ellos y ellas no les importaba tanto alcanzar el momento del concierto como aquellos ensayos repetidos… Porque les traían felices recuerdos, les ayudaban a olvidar la pesadilla de cada día y les daban ilusión, esperanza y fuerza para ayudarse unos a otros a soportar su desgracia. La música –leemos en el libro de Bor– nos mantiene despiertos y enriquece nuestro espíritu, al mismo tiempo que acerca a los hombres en una comunión secreta e intensa. Y esa música es la que hemos traído hoy aquí. La hemos traído de la mano del maestro Luthier Amnon Weinstein, que ha rescatado, uno a uno, estos violines agotados –como él mismo los llama– del Holocausto. Su sabiduría, su arte y su empeño han hecho posible poner en manos del gran maestro Shlomo Mintz dichos violines, que vuelven a tener un alma, una voz, para que nos hablen, para que nos cuenten… El maestro Luthier Amnon Weinstein viene -con sus violines– desde Israel, el maestro Shlomo Mintz viene de Suiza. Desde Estambul ha venido Cihat Askin, el segundo violín; de Ámsterdam Sander Sittig, pianista; y de Tel Aviv el chelista Hillel Zori. Y los han acompañado los músicos españoles Enrique Pérez, clarinete, y Emilio Navidad, viola. A todos ellos no podemos más que agradecerles profundamente su presencia y la música que nos han regalado. También quiero agradecer la presencia de estos cuarenta niños cantores de

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la Escolanía de la Abadía Benedictina de la Santa Cruz, que con sus voces han acompañado el encendido de velas, y la de todos los jóvenes que una vez más han venido, con sus padres y profesores. Y quiero agradecer también, finalmente, la presencia de todas las personas que han querido estar hoy aquí, rindiendo homenaje, en un auténtico acto de ciudadanía, a todas las víctimas de la Shoah. Es reconfortante, especialmente en los momentos que vivimos, ver esta Sala de Cámara completamente abarrotada, en un acto que, en definitiva, gira en torno a la conciencia del deber de memoria. Porque desde ahí construimos el futuro de nuestras sociedades y el mañana de nuestros hijos... Muchas gracias.

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DISCURSO ANTE LA XVI SESIÓN DEL CONSEJO DE DERECHOS HUMANOS Ginebra, 28 de febrero de 2011 Señor presidente, señora alta comisionada, señores delegados, Es la primera vez que tengo el honor de participar en una sesión del Consejo de Derechos Humanos, en el que España se sienta también por primera vez. En todo caso, mi país tiene la satisfacción de haber asumido hace ya tiempo, junto con otros miembros del Consejo, el compromiso moral y político de promover y defender los derechos humanos en todo el mundo. Estamos asistiendo a grandes transformaciones en la ribera sur del mediterráneo fruto de las demandas de los ciudadanos que piden más democracia, más libertad, más derechos. Demandas que son legítimas y deben ser escuchadas. Así ha ocurrido en Egipto y en Túnez, donde se han iniciado procesos de transición. La comunidad internacional debe acompañar, con su respaldo político y financiero, estos procesos para que culminen con éxito. Son muchas las personas que esperan nuestro apoyo y no podemos defraudar sus expectativas. En momentos en que los acontecimientos del norte de África nos traen alarmantes noticias de graves violaciones de los derechos humanos por parte de Libia, quiero insistir en la necesidad de redoblar nuestros esfuerzos en la exigencia del respeto de estos derechos y en su firme defensa para la protección de sus vidas. Son violaciones y ataques a la población indefensa que obligan a la comunidad internacional a intervenir con decisión. Esta fue la razón de la convocatoria de la sesión especial de este Consejo celebrada el pasado viernes ante la intolerable situación creada en Libia. Y en este sentido, es importante destacar que la resolución entonces aprobada lo haya sido por consenso, reforzando así el mensaje de contundencia que quería lanzar la comunidad internacional, como muestra de su unidad y fortaleza. Un mensaje, insisto, de contundencia y también de urgencia, para evitar en el futuro abusos y violaciones como las que se han producido. Las sanciones aprobadas el pasado sábado por el Consejo de Seguridad deben ser aplicadas con todo rigor. Los responsables libios de las graves violaciones de los derechos humanos cometidas deben ser llevados ante la Corte Penal Internacional. La comunidad internacional debe seguir reaccionando con toda firmeza ante la barbarie de los dirigentes libios. España considera que los recientes procesos populares de democratización en Túnez y Egipto deben continuarse sin demoras mediante las oportunas reformas políticas que garanticen transiciones pacíficas y pleno respeto a los derechos y libertades fundamentales. Y en ese empeño, mi país no ahorrará esfuerzos para prestar, en la medida de sus posibilidades, todo su apoyo y cooperación, junto con nuestros socios de la Unión Europea.

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Señor presidente, En la sesión del Consejo que se inicia hoy, se tratarán cuestiones relacionadas con los derechos humanos sobre las que España tiene especial interés por estar incluidas en nuestro vigente Plan Nacional de Derechos Humanos. Los ataques terroristas del 11 de septiembre y otros posteriores, como el sufrido por España en marzo de 2004, pusieron de manifiesto la necesidad de un escrupuloso respeto de los derechos humanos en la lucha contra el terrorismo. La labor de este Consejo en la materia es digna de reconocimiento. Para mi país, este respeto es un principio esencial en las actuaciones de las instituciones públicas contra la violencia terrorista. No obstante, España considera que en el tratamiento de esta cuestión existe una laguna: la marginación del derecho de las víctimas del terrorismo. Por ello mi país, junto con Colombia, prevé presentar en este Consejo una propuesta para la organización de un coloquio sobre las obligaciones de los Estados hacia las víctimas del terrorismo. Señor presidente, En su sesión de junio de 2010, este Consejo aprobó por consenso el proyecto de resolución sobre libertad de religión y creencia presentado por España en nombre de la Unión Europea. Hoy, desgraciadamente, persisten problemas que afectan a diversas comunidades religiosas, cristianas, musulmanas y de otras confesiones, que en algunos casos sufren persecución, represión y violencia. Confío en que este Consejo haga oír de nuevo su voz unánime de rechazo contra cualquier práctica que afecte a la libertad de religión y conciencia. En el ámbito de los derechos económicos, sociales y culturales, me alegra poder comunicar al Consejo que la iniciativa hispano-alemana sobre el derecho al agua potable y al saneamiento ha alcanzado su madurez. La Asamblea General de las Naciones Unidas ha reconocido en 2010 el “derecho humano al agua y al saneamiento”, afirmando que tiene su base jurídica en el derecho internacional. Ahora resulta necesario asegurar la aplicación de este derecho y señalar claramente a los Estados las obligaciones que deben asumir en la materia. La persistencia de episodios de crisis alimentaria pone de relieve una vez más la vulnerabilidad del derecho fundamental de toda persona a estar protegida contra el hambre. El Consejo debiera instar a la aplicación de las Directrices Voluntarias para la realización progresiva del derecho humano a la alimentación en el contexto de la seguridad alimentaria nacional, aprobadas en el seno de la FAO en 2004. Señor presidente, Aprovecho esta oportunidad y este foro para reiterar el firme compromiso de mi país con la igualdad de género. España, en coherencia con dicho compromiso, es el principal donante a la nueva entidad ONU-Mujeres. Es lamentable constatar que, a pesar de los compromisos adquiridos en la Conferencia de Beijing en 1995, siguen en vigor muchas leyes que discriminan a

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mujeres y niñas En este sentido, mujeres y hombres no participan en igualdad en la economía ni en la vida pública y política, no acceden en igualdad de condiciones a los servicios de salud, a la herencia, a la propiedad de tierras o al crédito, y tampoco tienen las mismas oportunidades de vivir una vida libre de violencia. España celebra el reciente establecimiento por el Consejo de un nuevo Grupo de Trabajo sobre discriminaciones contra la mujer en la legislación y en la práctica. La abolición de la pena de muerte es otra de las prioridades de la política exterior de mi Gobierno en materia de derechos humanos. España, junto con un número creciente de Estados que forman parte del movimiento abolicionista, considera que la pena de muerte es un castigo cruel e inhumano que viola la dignidad humana. Por eso, mi país participa muy activamente en la campaña internacional a favor de una moratoria universal sobre el uso de la pena capital, como paso previo a su abolición total. También constituye una prioridad de mi Gobierno en su acción exterior la eliminación de toda forma de discriminación por la orientación sexual o la identidad de género de las personas. Mi país ha hecho grandes esfuerzos por la normalización legal y social del colectivo de lesbianas, gays, bisexuales y transexuales que aún hoy son perseguidos penalmente en más de 80 países y castigados con penas de cárcel o incluso con la pena de muerte. Por ello apoyamos con fuerza la adopción de una declaración trans-regional en esta sesión de marzo del Consejo de Derechos Humanos, basada en el principio de no discriminación. Señor presidente, España apoya la renovación de los mandatos de los Relatores Especiales sobre la situación de los derechos humanos en la República Democrática Popular de Corea y en Myanmar. También seguimos con preocupación la situación de los derechos humanos en Irán, entre otras razones por la brutal represión desatada tras las elecciones en junio 2009 y por el recurso reiterado a la pena capital y a otros castigos crueles, inhumanos o degradantes, como la mutilación, la lapidación o la flagelación. La próxima visita de la Alta Comisionada es un signo para una mayor colaboración de Irán con este Consejo. La situación de derechos humanos en la República Democrática del Congo nos sigue preocupando: no olvidamos las espantosas violaciones masivas cometidas en el Norte de Kivu en agosto de 2010. Es necesario que la comunidad internacional acompañe y ayude a las autoridades congoleñas ante los enormes desafíos a los que se enfrenta este país en términos de verdad, justicia, reparación y reforma. Señor presidente, Para cumplir plena y sistemáticamente todos los aspectos de su mandato, el Consejo de Derechos Humanos debe ser capaz de atender las situaciones de violaciones de derechos humanos urgentes o crónicas, y en particular los casos de violaciones graves y sistemáticas, de manera oportuna y adecuada. Además, el

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Consejo no sólo debe atender estas situaciones, sino que debe realizar recomendaciones al respecto, desempeñando a su vez un papel más activo como mecanismo preventivo y de alerta temprana. Es lamentable que, en el marco de la revisión del Consejo, no se haya podido reforzar su capacidad para tratar situaciones graves y urgentes de derechos humanos. En general, el resultado del proceso de revisión ha sido muy pobre y queda muy por debajo de nuestras expectativas, se ha perdido la oportunidad de hacer del Consejo un instrumento con impacto real sobre la suerte de las víctimas de violaciones de los derechos humanos. Señor presidente, Permítame, para terminar, referirme, a la Oficina de la alta comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos. España es muy consciente de la importancia de su labor y de los logros alcanzados como secretaría del Consejo, como impulsora de la creación de Órganos de Tratados y como actora rápida y eficaz en el terreno en situaciones en las que se ven comprometidos los derechos humanos. Mi más sincera enhorabuena a la alta comisionada y a los excelentes profesionales que integran su oficina. También debo felicitar a los Estados implicados que, como en el caso de Colombia, han contribuido al éxito de las actuaciones. Las políticas restrictivas que en materia presupuestaria impone la crisis económica y financiera implican un reto adicional para su oficina. Sepa, señora alta comisionada, que en lo que respecta a España nuestro compromiso político con su oficina es firme y sólido y estoy segura que pronto recuperaremos los niveles de contribución anteriores a la crisis. Muchas gracias.

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INTERVENCIÓN EN LA INAUGURACIÓN DE LAS JORNADAS CON LOS EMBAJADORES DEL NORTE DE ÁFRICA, ORIENTE MEDIO Y PAÍSES DEL GOLFO Madrid, 18 de abril de 2011 Querida ministra de Defensa, queridos secretarios de Estado, queridos embajadores: Ante todo, quisiera daros a todos la bienvenida al Ministerio de Asuntos Exteriores y Cooperación. Nos encontramos hoy reunidos para analizar la situación en los países en que estáis acreditados e intercambiar ideas sobre la posición de España ante los cambios que se están produciendo en la región en su conjunto. Somos testigos privilegiados de unos momentos históricos en los que el paradigma vigente se desmorona y nace, no sin dificultades, uno nuevo. Pensábamos erróneamente que los procesos de transformación de las sociedades árabes avanzaban lentamente y, sin embargo, en el curso de pocas semanas, han adquirido velocidad de vértigo. El presidente del Gobierno resumió acertadamente cuál debería ser nuestra actitud básica en relación con los vecinos árabes: deseamos para ellos ni más ni menos que lo que deseamos para nosotros. En pocas palabras, un ámbito de libertades y derechos que permitan el libre desarrollo de cada persona, hombres y mujeres, como ciudadanos y ciudadanas; y una prosperidad socioeconómica que garantice unas mínimas condiciones de vida en dignidad. Sabemos por experiencia propia que la democracia y el Estado de Derecho, acompañados por una justa mezcla de iniciativa privada y de intervención pública que corrija los fallos del mercado y palie las desigualdades más flagrantes, están en la raíz del desarrollo político y económico de España en las últimas décadas y que mucho de los dirigentes árabes tienen como modelo, tal y como nos han expresado en diversos encuentros. No hay sociedades iguales ni experiencias idénticas, pero percibimos que las legítimas aspiraciones que millones de árabes expresan de manera pacífica persiguen un modelo que funciona exitosamente en muchas regiones del mundo. En estos meses, nuestros vecinos nos han demostrado, en ocasiones desgraciadamente a costa de su propia sangre, que no hay una especificidad árabe, que lo que nos une es mucho más que lo que nos separa. Hemos presenciado desde principios de año procesos relativamente pacíficos de cambio, en los que la resistencia de los regímenes que detentaban el poder ha sido limitada, y otros procesos, aún en fase inicial, en que los regimenes han optado por la defensa de sus privilegios recurriendo a una represión brutal. También hemos visto cómo países como Marruecos, Jordania o Argelia, que habían emprendido

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una década atrás procesos de apertura y liberalización, han decidido acelerar y profundizar las reformas en varios ámbitos, incluido el político. En los casos de cambios relativamente pacíficos o de profundización de las reformas, nuestra política debe ser de acompañamiento, ofreciendo asesoramiento y asistencia cuándo y dónde se nos pida. En la medida que el modelo español pueda ser útil, hemos de estar dispuestos a transmitir nuestra experiencia para lo que pueda valer. Asimismo, ya bilateralmente, ya a través de la Unión Europea, debemos movilizar recursos financieros y económicos para ayudar a estos países a superar un periodo de crisis y ajuste. Sin una mínima prosperidad económica, las reformas políticas se topan con un escollo insalvable. El presidente del Gobierno anunció, con ocasión de su visita a Túnez, una línea de crédito de 300 millones de euros a través del BEI en apoyo de los países mediterráneos en fase de transición. Asimismo, España prestará apoyo a las elecciones parlamentarias tunecinas de julio mediante una contribución de un millón de dólares a través del PNUD. La Unión Europea, junto con sus principales socios occidentales, no tardó mucho en comprender que había llegado el momento de apoyar sin titubeos a los manifestantes pacíficos y sus aspiraciones legítimas. En los casos de Egipto y Túnez, los mensajes claros de la Unión Europea y Estados Unidos a los dirigentes, sin pretender usurpar la iniciativa a los manifestantes locales, ha sido quizá uno de los factores que aceleraron el cambio. Cuando éste se produjo, España fue uno de los primeros países que, al más alto nivel, expresó su apoyo a las fuerzas promotoras de las revoluciones respectivas y a los gobiernos de transición hacia la democracia. Me refiero a la visita del Presidente del Gobierno a Túnez en febrero y a la mía propia a Egipto en marzo, que sirvieron de ocasión para variados encuentros con la sociedad civil. Asimismo, se han apoyado al más alto nivel los anuncios de reforma que impulsan los Reyes de Marruecos y de Jordania. Una situación mucho más complicada ha surgido cuando los regímenes autoritarios optaron por reprimir violentamente las revueltas. El caso más señero es el de Libia, cuyo líder amenazó con “aplastar como ratas a los rebeldes”, y a fe que lo hubiera hecho de no haber intervenido in extremis la comunidad internacional. Fui de las primeras en declarar, refiriéndome a Gadafi, que quien optara por bombardear a su propia población por el solo hecho de manifestarse libre y pacíficamente había perdido su legitimidad. España dejó claro desde el primer momento que, en el marco de una resolución del Consejo de Seguridad y previa invitación de los socios regionales, estaría dispuesta a participar en la ejecución del embargo de armas y de la zona de exclusión aérea, con la finalidad de proteger a la población civil. Al mismo tiempo, hemos afirmado que sólo puede haber una solución política al conflicto, lo más inclusiva posible. En ella ha de participar el Consejo Nacional

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de Transición Libio, al que España, con la UE, ha reconocido como “un interlocutor válido”, y ante el que el Gobierno ha nombrado a un enviado especial. Pero también han de tener cabida en la solución política representantes de la Tripolitana y otras zonas de Libia, excluyendo a Gadafi y a su círculo familiar y militar más próximo. En este sentido, el Consejo de Seguridad adoptó la Resolución 1973 con el objetivo principal de proteger a la población civil de los ataques del gobierno libio. Y esto es una clara señal de que la Comunidad Internacional no va a permitir que ningún gobernante use la fuerza impunemente contra su propia población. Ello representa, a partir de ahora, una mayor vigilancia internacional sobre el respeto de los derechos humanos fundamentales en el mundo En cuanto a las revueltas en Siria y Yemen también están siendo sofocadas con violencia. Cuando se iniciaron los incidentes en Siria, pocos días después de mi visita a ese país, condenamos enérgicamente las muertes de manifestantes inermes, y el pasado 14 de marzo cinco Embajadores europeos, entre ellos el español, hicieron una gestión ante el Ministro de Asuntos Exteriores sirio exigiendo el cese de la violencia, el inicio de reformas creíbles y la liberación de presos políticos. En el caso de Yemen, España está apoyando el intento de mediación entre el presidente Saleh y la oposición por parte de los países del Consejo de Cooperación del Golfo. Debo también mencionar a Bahrein, país sobre el que el Consejo de Ministros de Asuntos Exteriores de la Unión Europea ha adoptado recientemente unas conclusiones que envían un claro mensaje a sus autoridades y otros Estados de la región. No podemos olvidar a dos países claves de Oriente Medio, Israel e Irán. El conflicto árabo-israelí, como he podido comprobar en mis visitas a países de la región, es una cuestión que no ha pasado a un segundo plano tras las revoluciones y revueltas en el mundo árabe. Antes al contrario, los nuevos actores subrayan la urgencia de que se resuelva un conflicto que dura demasiadas décadas e insisten en que los elementos básicos de los futuros acuerdos de paz son de sobra conocidos por las partes. Añaden que las aspiraciones legítimas del pueblo palestino a favor de un Estado propio y del fin de la ocupación no pueden desatenderse por más tiempo. Por parte israelí, la inestabilidad circundante es un factor añadido de preocupación, y sus autoridades insisten más que nunca en sus legítimas demandas de seguridad. La reciente escalada de violencia en Gaza y en el Sur de Israel ha vuelto a hacer presente la posibilidad de un rápido deterioro de la situación, que por ahora describiría como de calma tensa. En lo que se refiere a Irán, se ahondan las dudas sobre el carácter civil de su programa nuclear, tras los resultados decepcionantes de la última reunión en enero entre Irán y los miembros permanentes del Consejo de Seguridad más Alemania. Asimismo, comprobamos un serio deterioro de la situación de los derechos humanos dentro del país y aún no vemos una actitud constructiva de Irán en la región, especialmente en lo que se refiere al conflicto de Oriente Medio.

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Es también importante que abordemos en el curso de la reunión el estado actual de las iniciativas multilaterales en el Mediterráneo, y en qué medida deberán reformarse para adaptarse a la nueva situación. Me refiero en primer lugar a la Unión para el Mediterráneo, sin olvidar al 5+5 y a Foromed. También debemos plantearnos las perspectivas de otras iniciativas vigentes que cubren todo el mundo árabe, como el Foro del Futuro, y si hay cabida para lanzar iniciativas innovadoras, complementarias de las anteriores. Desde los primeros conatos de violencia, la prioridad del Gobierno ha sido la protección consular de los españoles, residentes o turistas, que se hallaban en los países afectados. Se han llevado a cabo evacuaciones cuando ha resultado necesario en Túnez, Egipto, Libia y Yemen, y se han activado fases previas de los planes en otros países donde han empezado a registrarse disturbios. Aunque se ha actuado con eficacia y celeridad, siempre puede mejorarse la actuación de la Administración a la luz de la experiencia reciente. La protección de los españoles es, pues, uno de los temas sobre el que quiero que discutamos en esta reunión. Asimismo, la represión libia y el desgobierno en Yemen han dado lugar a situaciones de emergencia humanitaria ante las que España ha procurado actuar con celeridad. En Libia hemos contribuido con más de 4 millones de euros a la asistencia humanitaria y de emergencia, incluidas la repatriación de ciudadanos egipcios y de países subsaharianos atrapados en la frontera libio-tunecina, y la apertura de un corredor humanitario a Bengasi en cooperación con la Unión Médica Árabe. Porque la prioridad fundamental para el Gobierno es la protección de los ciudadanos libios y de los demás civiles presentes en el país. Y por ello, desde el inicio de esta crisis se ha llevado a cabo un esfuerzo muy importante, junto al apoyo militar, para facilitar la ayuda humanitaria a la población civil en Libia. De hecho, en estos momentos se están enviando 5 toneladas más de ayuda humanitaria. Y seguiremos prestando nuestro apoyo tanto tiempo como sea necesario. En otro orden de cosas, no debemos descuidar la política de comunicación hacia nuestros ciudadanos en relación con los acontecimientos de la vecindad mediterránea y mundo árabe. Es preciso transmitir una información rápida y objetiva sobre las actuaciones en materia consular, sobre la situación en la zona a efectos de visitas turísticas y sobre la política española y de la Unión Europea y la OTAN en los casos de crisis aguda y, en general, en relación con los objetivos perseguidos a medio y largo plazo. Esta es otra materia que trataremos en esta reunión. Todo proceso de cambio, y más si degenera en violencia, es terreno propicio para derivas de todo tipo. Las transformaciones que están ocurriendo en nuestra vecindad árabe y mediterránea son positivas y esperanzadoras en la medida en que han promovido un proceso de apertura y liberalización que beneficiará a todos, y en primerísimo lugar a los ciudadanos de estos países. Ahora bien, no debemos obviar los riesgos a corto y medio plazo: flujos descon-

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trolados de inmigración ilegal y trata de personas; acciones terroristas inspiradas en el radicalismo yihadista; tráfico ilícito de armas etc. Y, por supuesto, el riesgo de una involución en que las fuerzas inmovilistas consigan frenar el afán de cambio mediante un empleo de la violencia generalizado. Con el objetivo de observar y analizar los efectos positivos y negativos de los acontecimientos referidos –y poder actuar en consecuencia– se ha constituido en la Presidencia del Gobierno una Célula Interministerial de Seguimiento de la Crisis en el Mundo Árabe, en la que está representado el Ministerios de Asuntos Exteriores y Cooperación; juntos con los de Interior; Defensa; Industria; Turismo y Comercio; y Trabajo e Inmigración. La magnitud e importancia de lo que sucede en nuestra vecindad inmediata concierne a todos los ciudadanos. Sin negar que la primera y principal responsabilidad para afrontar los retos descritos corresponde al Gobierno, desde el principio se han querido enmarcar todas las actuaciones en el mayor consenso posible de las fuerzas políticas. La decisión más trascendente hasta la fecha mereció el apoyo casi unánime del Congreso de los Diputados. Con periodicidad, yo misma y el secretario de Estado de Asuntos Exteriores e Iberoamericanos hemos comparecido en las Cortes para explicar la actuación del Gobierno. Pero también, y con esto termino, la sociedad civil está llamada a tener un papel fundamental, que desde el Gobierno queremos fomentar y apoyar. ONG para el desarrollo, centros de estudio y análisis especializados en la zona, sindicatos, asociaciones de empresarios y muchos otros actores de la sociedad civil están ya colaborando activamente con sus homólogos en la región para colaborar a que los procesos de cambio iniciados culminen con éxito. Estoy segura de que la discusión será un éxito y que sacaremos conclusiones muy provechosas de los debates que tengan lugar. Muchas gracias por vuestra atención y, de antemano, por todas vuestras aportaciones a lo largo del día de hoy, así como por el trabajo constante que sé que estáis haciendo al frente de vuestras respectivas misiones.

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INTERVENCIÓN EN EL FORO NUEVA ECONOMÍA Madrid, 29 de abril de 2011 Queridos ministros del Gobierno de Marruecos, Queridos embajadores, Querido presidente del Nueva Economía Forum, Queridos amigos, Buenos días a todos. Quisiera empezar mi intervención, como no podría ser de otra manera, condenando el brutal atentado perpetrado ayer por la tarde en la plaza Yemaa el Fna de Marraquesh. Quiero condenar rotundamente este acto de violencia y trasladar en nombre del Gobierno de España toda la solidaridad para las familias de las víctimas y para todo el pueblo de Marruecos y sus Ministros hoy aquí presentes. Queridos amigos, es para mí un gran honor presentar a dos grandes amigos de España, el señor Salahedin Mezuar, ministro de Economía y Finanzas de Marruecos, y el señor Nizar Baraka, ministro delegado de Asuntos Económicos y Generales, ante este prestigioso Foro. Como saben, los ministros Mezuar y Baraka están visitando España con otros miembros del Gobierno marroquí y con un grupo de empresarios de su país, con el fin de reforzar los lazos empresariales y económicos entre nuestros dos países. El ministro Baraka, para los que no le conozcan, es licenciado en Economía y doctorado por la Universidad de Marsella. Profesor de la Facultad de Ciencias Jurídicas y Económicas de la Universidad Mohammed V, es desde el 2007 ministro delegado del primer ministro, encargado de Asuntos Económicos y Generales. Por otro lado, el ministro Mezouar es licenciado en Ciencias Sociales por la Universidad de Grenoble. Desde principios de los años 80, ha ocupado diversos puestos de responsabilidad en empresas públicas y en la Oficina de Explotación de Puertos. En 2002, fue elegido presidente de la Asociación marroquí de industrias textiles. Ha sido ministro de Industria y Comercio y en 2007 fue nombrado ministro de Economía y Finanzas del Gobierno de Marruecos. Es para España, por lo tanto, un honor recibir la visita de dos personas que simbolizan lo mejor del Marruecos más dinámico y emprendedor. Como todos ustedes saben, hace unos días tuve la oportunidad de reunirme en Madrid con todos nuestros Embajadores en el Norte de África, Oriente Próximo y países del Golfo. Reiteré nuestra disponibilidad para acompañar, allí donde se nos solicite, las reformas que se están produciendo en la zona. En este contexto, las reformas económicas constituyen una parte decisiva para el éxito de estos cambios, tal y como todos deseamos. El caso de Marruecos, que acumula una clara ventaja sobre otros países de la región al haber empezado antes a introducir los cambios, ilustra a la perfección

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este hecho. La Unión Europea, con el pleno respaldo de España, ha reconocido a Marruecos el Estatuto Avanzado de Asociación, que le sitúa en la vanguardia de los países árabes en su relación con Europa, con todos los derechos y responsabilidades que ello lleva consigo. Marruecos está embarcado, además, en una reforma política de gran calado, que España saluda y apoya plenamente. Alentaremos un proceso que, basándose en las peculiaridades de la historia y de la identidad propia de Marruecos, sea inclusivo y garantice la vigencia de los principios y derechos universalmente reconocidos. En efecto, la estabilidad y la prosperidad de Marruecos están estrechamente ligadas a la estabilidad y a la prosperidad de España. Si esto ya es normal entre países vecinos, en el caso de Marruecos y de España se ve reforzado por nuestra situación estratégica en Europa, África y el Mediterráneo y, últimamente, por la presencia de una importante comunidad marroquí en nuestro país. Uno de nuestros grandes retos será el de facilitar que esta comunidad sea un motor a favor del acercamiento entre ambas sociedades, y su actividad económica puede contribuir mucho a ello. Por ello es necesario destacar el gran progreso económico que Marruecos ha realizado en los últimos años, con unas tasa de crecimiento superiores al 3%, que se calcula alcanzarán el 5% en los próximos años. En el terreno económico y comercial, la relación con España es muy intensa. España es, como bien saben, el segundo cliente de Marruecos, segundo proveedor y segundo inversor del país y la voluntad de España es seguir avanzando en estos lazos tan estrechos entre los dos países. Como nos van a explicar los Ministros, Marruecos tiene la voluntad de ampliar esta ya importante presencia de empresas españolas allí presentes. Estoy convencida de que pueden abrirse nuevas oportunidades allí para ellas. Sectores como el de las energías renovables, el turismo, las industrias agroalimentarias o la pesca son muy prometedores. También hay oportunidades en las grandes obras de infraestructura que se están llevando a cabo. Queremos aprovechar estas posibilidades y que nuestras grandes empresas sigan interesándose por Marruecos, como ya lo están haciendo muchas pequeñas y medianas empresas. Marruecos puede seguir contando con España para afianzar su posición en el escenario regional e internacional. Ello va en interés de todos, y pasa por situar claramente a Marruecos como un socio de referencia para nuestra economía, con lo que estaríamos haciendo justicia a nuestra geografía y a nuestra historia compartidas. Muchas gracias.

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DISCURSO EN LA CEREMONIA DE CLAUSURA DEL SEMINARIO INTERNACIONAL SOBRE LIBERTAD RELIGIOSA Florencia, 14 de mayo de 2011 High Representative for the Alliance of Civilizations, President Sampaio, Dear Colleague, Minister Frattini, Dear Franco, President of the European University Institute, Mr. Borrell, Authorities, Ladies and Gentlemen. I am very pleased to be here, participating in this closing ceremony of the International Seminar on Religious Freedom, organised jointly by Italy and Spain. The right to religious freedom and worship by all citizens is universal. The exercise of this right by religious minorities and, in particular by Christian minorities in some countries, is of deep concern for our societies. Preventing the expression of religious feeling is a very serious attack against human dignity, because it represents a violation to a fundamental right. Defending people’s right to express and practice their religious convictions is an ethical and political need. Especially when we are talking about persons who have freely chosen religions that differ from the majority. In countries where religion is essential in almost all aspects of social life, those who try to follow a minor creed have even more difficulties, putting sometimes their own life at risk. However, beyond individual considerations, the affirmation of religious feeling is also a main cultural and identitary factor. In the case of Christian minorities, this identity goes back many centuries, and it is impossible to understand the history of the countries where they live without this cultural and social factor. This is why the attacks against religious freedom that cost the lives of Christians, in Iraq last November, and in Egypt last January, caused such pain and anger. The two chambers of the Spanish Parliament, together with the European Parliament and the Council of the Union, expressed these concerns. In Spain, last February, Parliament approved various motions calling on my Government to promote the full exercise and protection of the right to religious freedom everywhere, and in particular within the sphere of the Alliance of Civilizations. Therefore, Christians and all religious minorities should have the necessary guarantees to profess and practice their beliefs. This, indeed, is the underlying message of the Alliance of Civilizations: to create conditions enabling the genuine exercise of freedom. This is a strong position in favour of dialogue among different cultures and religions, and promoting respect toward others. And this dialogue must be created on the basis of ever better and greater mutual understanding. The respect for minorities is an essential part of any democratic system. Therefore, having in mind the current events regarding to the so called “Arab

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Spring”, let us speak clearly: there can be no democratic reforms in Arab countries without a legal framework and a system of education allowing the effective respect for religious minorities. Spain and the European Union have worked hard to achieve change around the southern rim of the Mediterranean. We have committed to collaborating whenever and wherever this has been requested. The European Union is currently redefining its neighbourhood policy toward the South in response to the wishes proclaimed for freedom and change. Part of this collaboration is to remind the governments of these countries of their obligation to protect religious minorities. In all our societies, there are fanatics and there is intolerance. As political authorities, our duty is to prevent such criminal actions and to bring perpetrators to court, to be brought to justice, when they violate a basic right such as the practice of one’s freely chosen religion. I consider it very positive that this Seminar is being held under the support of the Alliance of Civilizations, because this United Nations initiative provides the ideal conditions for addressing the question from a global point of view, enabling dialogue among all parties. I am sure that the interesting conclusions reached at this meeting will form part of the ideas with which we will address the question of religious freedom, with particular regard to the forthcoming annual meeting of the Alliance this December, in Qatar. Finally, let me thank all of you very sincerely for accepting our invitation and for your interesting contributions to the different panels in this Seminar. I would like to thank President Sampaio for his work leading the Alliance of Civilizations; as well as Josep Borrell, President of the European University Institute, for his hospitality in this magnificent academic institution. And once more, I thank my dear colleague, Minister Franco Frattini, whose efforts on behalf of the Italian authorities in organising this event have made it possible and successful. Thank you very much.

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INTERVENCIÓN EN LA TOMA DE POSESIÓN DEL SECRETARIO GENERAL DE LA UNIÓN POR EL MEDITERRÁNEO Barcelona, 5 de julio de 2011 Presidente de la Generalitat de Cataluña, Artur Mas, alcalde de Barcelona, Xavier Trias, ministro de Asuntos Exteriores de Francia, Alain Yuppe, ministro de Asuntos Exteriores de Marruecos, Taib Fassi Fihri, vice-ministro de Asuntos Exteriores de Egipto, Ahmed Fahtallah, autoridades, amigos y amigas, Nos reunimos hoy, aquí, en este magnífico Palacio de Pedralbes, sede del Secretariado de la Unión por el Mediterráneo, para dar la bienvenida a su nuevo secretario general, el señor Youssef Amrani. El señor Amrani es un buen amigo de España, y ha sido durante años vecino de Barcelona, donde estuvo destinado como cónsul general de Marruecos; estoy segura de que se encontrará entre nosotros como en su propio país y, desde aquí, quiero darle cordialmente, una vez más, la más sincera de las bienvenidas. Todos somos conscientes de que vivimos hoy, desde el inicio de la llamada “primavera árabe”, un momento de importancia histórica para toda la región. Un momento en el que se han abierto nuevas oportunidades para la paz y el desarrollo en el Mediterráneo. La Unión por el Mediterráneo, y en particular su Secretariado, tienen, sin duda, mucho que aportar en el nuevo contexto regional, apoyando la democracia, la estabilidad económica y el desarrollo en toda la región. La Unión por el Mediterráneo, como heredera del Proceso de Barcelona, cuyo acervo asume plenamente, introdujo en ese Proceso, entre otras novedades, una nueva metodología de cooperación, basada en la puesta de marcha de grandes proyectos multilaterales de cooperación, con el objetivo de mejorar la vida de los ciudadanos de la región de manera visible y concreta. Y es precisamente esa vocación práctica lo que le permitirá jugar un papel extraordinariamente útil, ayudando a crear las condiciones económicas adecuadas para favorecer los procesos de reforma en los países del Sur. La toma de posesión del nuevo Secretario General tiene lugar, por tanto, en unas circunstancias históricas muy especiales; pero también puede decirse que con ella se cierra un ciclo y entramos en una nueva fase en el desarrollo de la Unión por el Mediterráneo. Y es que, por una significativa coincidencia, la toma de posesión del nuevo secretario general tiene lugar casi al mismo tiempo que el Secretariado empieza a trabajar en lo que es su principal misión: la puesta en marcha de los seis grandes Proyectos de cooperación que se acordó poner en marcha en la Conferencia de París, en seis ámbitos prioritarios: Medio Ambiente, Energías Renovables, apoyo a las Pequeñas y Medianas Empresas, Educación Superior, Transportes, y Protección Civil.

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Podemos estar muy satisfechos porque nuestro trabajo empieza a dar fruto, pero desde luego no podemos caer en la autocomplacencia. Es urgente y necesario que los progresos de la Asociación Euro-Mediterránea no se limiten a la cooperación a nivel técnico, sino que lleguen también al ámbito político, al más alto nivel. Es un hecho que la Unión por el Mediterráneo no es el foro en el que negociar la paz en Oriente Medio, pero es difícil evitar que los problemas en el Proceso de Paz repercutan en ella. Por ello, es imprescindible, relanzar las conversaciones de paz en Oriente Medio, que el Cuarteto debe contribuir a impulsar en su reunión del próximo día 11 de julio. La primavera árabe ha hecho aparecer una nueva frustre, debemos alimentarla. Y debemos seguir trabajando para conseguir la paz en Oriente Medio, hoy más que nunca. En este tiempo, hemos conseguido que nuestro trabajo empiece a dar resultados. Debemos ahora profundizar en la consolidación de la Unión por el Mediterráneo, algo que requiere el apoyo y la implicación de todos los actores presentes en la región. Esa consolidación de la Unión por el Mediterráneo, ese apoyo que debemos ahora brindarle, debe empezar en buena medida por apoyar al Secretariado. No me cabe duda de que el señor Amrani es la persona idónea para dirigir el Secretariado de la Unión por el Mediterráneo en esta nueva fase que ahora comienza, tanto por su capacidad profesional, de todos conocida, como por su amplia experiencia en el mundo de las relaciones euro-mediterráneas. Tendrá siempre el máximo apoyo de España, que sigue hoy plenamente comprometida con el ideal Euro-Mediterráneo, como siempre lo ha estado, desde el inicio del Proceso de Barcelona, en esta misma ciudad que le da nombre, hace ya más de 15 años. Que el Secretariado de la Unión por el Mediterráneo esté en Barcelona es un motivo de orgullo para España y para Cataluña. La elección de Barcelona como sede de la institución que simboliza la cooperación euro-mediterránea supone el reconocimiento, por parte de los cuarenta y tres Estados Miembros de la UpM, del papel central que tiene Barcelona en las relaciones entre las dos orillas del Mediterráneo, y del compromiso histórico de España con la cooperación multilateral en la región. No quiero terminar sin antes agradecer su esfuerzo, su compromiso y colaboración a todos los que han trabajado en la puesta en marcha del Secretariado. Quedan atrás, ahora, casi tres años de intensas y complejas negociaciones, de paciente espera y de trabajo no siempre fácil, que nos permiten hoy disponer de un Secretariado plenamente operativo. Mi agradecimiento a todos los que han participado en esa tarea imprescindible, muy en especial a las dos Co-presidencias y a las instituciones europeas, cuyos representantes me acompañan hoy en este acto; a la Generalitat de Cataluña y el

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Ayuntamiento de Barcelona, cuyo apoyo al Secretariado ha sido y es decisivo; al secretario general en funciones, señor Cardarelli, y al anterior secretario general, el señor Masa’deh. Gracias a todos.

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INTERVENCIÓN EN EL PLENARIO DE LA ASAMBLEA GENERAL DE NACIONES UNIDAS. DEBATE GENERAL DEL 66º PERIODO DE SESIONES 24 septiembre 2011 Señor presidente, Señoras y señores, Quiero comenzar felicitándole por su elección para presidir este órgano principal en el que, entre todos, nos esforzamos en alcanzar los objetivos de las Naciones Unidas. También deseo al Secretario General, señor Ban, el mayor de los éxitos y que siga desempeñando su misión a favor de la paz y el progreso en el mundo con la misma eficacia que ha demostrado en su primer mandato. Quisiera asimismo expresar mi cordial felicitación a los representantes del nuevo Estado de Sudán del Sur, que se incorpora al concierto de las Naciones Unidas en este periodo de sesiones. Señor presidente, La crisis económica y financiera sigue siendo motivo de grave preocupación en todo el mundo. Sus consecuencias se manifiestan en los ámbitos más diversos. La capacidad de la comunidad internacional para actuar en todo tipo de crisis, allá donde es necesario, se ve limitada. Dificulta la lucha contra la pobreza y pone en riesgo las políticas de desarrollo sostenible, más necesarias que nunca. España, junto con sus socios de la Unión Europea, está adoptando decisiones difíciles para afrontar esta crisis. Más allá de actuaciones a nivel nacional o regional, es imprescindible una acción concertada global. El sistema de las Naciones Unidas es parte fundamental de una salida a la crisis. Señor presidente, La igualdad de la mujer es uno de los derechos humanos básicos, fundamentado en la igualdad de todos como personas. Avanzar en el acceso pleno e igual de la mujer al mundo laboral, político y social es un imperativo ético, pero hoy es también una medida necesaria para poder salir de la crisis. Desde el 1 de enero de este año, Naciones Unidas cuenta con un instrumento para ayudar a sus miembros en este objetivo, ONU Mujeres. Su directora, Michelle Bachelet, impulsará este esfuerzo y cuenta con el pleno apoyo de España. Estaremos al lado de todas las mujeres que luchan por la libertad y la igualdad. Señor presidente, Hemos conocido en estos últimos meses episodios de rebelión de los pueblos

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frente a la tiranía de dirigentes que niegan los derechos fundamentales, la dignidad y el valor de la persona humana, marginando a los ciudadanos de la participación en la vida política de sus países y en el disfrute de recursos y oportunidades. Celebramos el éxito de los movimientos populares en Túnez y Egipto y nos sumamos al esfuerzo de la comunidad internacional para sostener y afianzar los procesos de transición política en ambos países, protagonizados por los respectivos pueblos. El pueblo libio también podrá por fin disfrutar de la libertad y conocer la democracia tras décadas de dictadura y un conflicto de varios meses. Hemos podido dar la bienvenida a sus representantes en esta Asamblea General con la satisfacción de que Naciones Unidas, en aplicación de sus principios, ha permanecido al lado del pueblo libio. Nuestra obligación es ahora continuar ayudándolo en el proceso de reconciliación y reconstrucción. Estamos preparados para ello, y lo haremos bajo la guía de Naciones Unidas, y siguiendo el ritmo y las necesidades que nos marquen los propios libios. Por desgracia, la comunidad internacional sigue asistiendo con indignación a la brutal represión de manifestantes civiles por parte de las autoridades de Siria. Reitero nuestra firme condena de estas actuaciones y la necesidad de que la comunidad internacional adopte medidas para frenar la represión. Señor presidente, Las revoluciones tunecina, egipcia y libia, la revuelta siria y la aceleración de los procesos de reforma en Marruecos y Jordania se inscriben en una honda transformación en el mundo árabe, con profundas consecuencias para la región y, también, para la comunidad internacional en su conjunto. Las legítimas aspiraciones del pueblo palestino a vivir en libertad no pueden quedar al margen de esta ola de cambios. El conflicto árabe-israelí ha acompañado a las Naciones Unidas casi desde su creación. Esta sesión posiblemente sea recordada como aquella en que la Asamblea General acogió a Palestina como Estado observador. Se trata de una medida que España podría apoyar por varias razones: • La comunidad internacional reconoce que la solución al conflicto entre israelíes y palestinos pasa por la existencia de dos Estados, el israelí y el palestino, que convivan en paz y seguridad. • Después de más de 60 años de conflicto, la comunidad internacional tiene que enviar una señal clara a los palestinos de que su compromiso a favor de la creación del Estado palestino es profundo e inequívoco. • En el año en que “la primavera árabe” cambió la situación del mundo árabe y, con ella, la del mundo en su conjunto, la aspiración justa, legítima y antigua de los palestinos a vivir con dignidad en su propio Estado, libres de la ocupación y de los sufrimientos que acarrea, merece una respuesta clara e inaplazable de la comunidad internacional.

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Podemos concebir este nuevo paso como una etapa hacia el legítimo objetivo de Palestina de formar parte de las Naciones Unidas como Estado miembro de pleno derecho. La paz efectiva y duradera solo puede ser fruto de las negociaciones entre las partes. España cree que los palestinos podrían encontrar en este nuevo estatuto un estímulo para la pronta reanudación de las negociaciones. Precisamente porque éste es el objetivo inmediato de las partes y de la comunidad internacional, tal situación no debería ser utilizada para emprender acciones incompatibles con el espíritu de las negociaciones. También Israel debe contribuir a dicho espíritu, evitando cualquier medida que prejuzgue el estatuto final. España está coordinando su posición con el resto de los socios de la Unión Europea. Quiero agradecer los esfuerzos de la Alta Representante, Catherine Ashton, por lograr reactivar las negociaciones, de modo aceptable para todos los Estados Miembros de la Unión Europea, incluido la Declaración del Cuarteto que España valora muy positivamente. El compromiso de España con el pueblo palestino y su lucha contra la ocupación es antiguo y conocido por todos. España siempre ha prestado apoyo político y económico y respaldo moral a las legítimas aspiraciones palestinas. Por otra parte, las relaciones históricas de España con el pueblo judío se remontan a muchos siglos atrás. La identidad histórica de España no se entiende sin la doble herencia árabe y judía. Quiero subrayar el compromiso de España con Israel en tanto que plasmación del proyecto de crear un hogar nacional para el pueblo judío. Desde su fundación, Israel ha conocido varias guerras y el dolor del terrorismo contra su población civil. Para España es esencial la seguridad de este joven Estado nacido de un pueblo antiguo. La mejor manera de preservarla es, precisamente, mediante un acuerdo de paz que, entre otros extremos, disponga el establecimiento de un Estado palestino sobre la base de las líneas previas a 1967 con los cambios que acuerden las partes, y con Jerusalén como capital compartida. La seguridad de Israel y de Palestina precisará de garantías efectivas en el futuro acuerdo de paz, incluida la eventual participación internacional si las partes la solicitan. El futuro acuerdo de paz habrá de estar volcado hacia el futuro, volviendo la espalda a los dolorosos años del conflicto. Por ello, Israel y Palestina han de tener la certeza de que, con su firma del acuerdo de paz, quedarán superadas las reivindicaciones originadas por el conflicto. Asimismo, la solución que se dé al doloroso drama de los refugiados palestinos, deberá ser justa y acordada por todas las partes afectadas, permitiendo la preservación del carácter actual de Israel. El Estado palestino será, también en este ámbito, un elemento clave para la superación definitiva del conflicto. Señor presidente, Algunas voces manifiestan temores de que en las nuevas democracias puedan

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instalarse grupos políticos con ideologías radicales o extremistas. La democracia es un sistema abierto y justo de participación política, que ha de ser también capaz de defenderse de aquellos que la amenazan. Afortunadamente, contamos con instrumentos que pueden ayudar a prevenir estas situaciones. La Alianza de Civilizaciones de las Naciones Unidas, impulsora del diálogo y la cooperación intercultural, es un claro ejemplo. Su estrategia para el Mediterráneo desarrollada en el marco de la Alianza puede contribuir, mediante programas para jóvenes y campañas educativas y de comunicación, a difundir los valores democráticos y el respeto a los derechos humanos, siempre en convivencia con los de las culturas locales. Señor presidente, Tenemos que evitar que el terrorismo de Al Qaeda pueda verse reforzado en la región del Sahel por la liberación de armas incontroladas. La comunidad internacional ha de proseguir unida luchando contra esta lacra que golpea a países como Afganistán y Pakistán, de la misma forma cruel e irracional con que lo hizo en Nueva York, Bali, Madrid, Londres, Mumbai, Moscú y otros muchos lugares en la última década. La propia Organización de las Naciones Unidas ha sido recientemente objeto de un terrible ataque terrorista en Abuja, que se suma a los sufridos anteriormente en Bagdad y Argel, entre otros. Reitero nuestras condolencias al secretario general y hago llegar toda nuestra solidaridad con las víctimas y sus familiares, así como con los esforzados trabajadores al servicio de la Organización. Hace pocos días se cumplían diez años del ataque a las Torres Gemelas en esta ciudad de Nueva York. Hemos vivido desde entonces una década sangrienta, a pesar de la decidida lucha de la comunidad internacional contra el terrorismo. Me reafirmo en la convicción de la necesidad de reforzar la cooperación internacional dirigida a la prevención del terrorismo y a combatirlo. Todo país debe asumir la obligación de enfrentarse a esta amenaza de alcance universal. Por esta razón, España se ha sumado, desde su génesis, a la iniciativa del Foro Global de Lucha contra el Terrorismo, cuyo lanzamiento acabamos de realizar estos días. Apoyamos decididamente las iniciativas de las Naciones Unidas dentro de su Estrategia global de lucha contra el terrorismo y los esfuerzos del Consejo de Seguridad y de la Secretaría por racionalizar las estructuras establecidas para alcanzar los objetivos que nos hemos planteado en este terreno. Mi país es especialmente sensible con las víctimas del terrorismo. Injustamente olvidadas en ocasiones, su invocación no debe limitarse a una mera mención retórica, sino a un compromiso efectivo para garantizar el reconocimiento, la memoria y la asistencia y apoyo que necesitan. Así lo hemos entendido en España a la hora de legislar sobre esta materia, dotándonos de uno de los modelos más avanzados y eficaces del mundo de atención a las víctimas del terrorismo.

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Señor presidente, España sigue con gran atención el dinamismo de una región muy cercana a nuestro país como es América Latina. La pujanza de la economía latinoamericana es esencial para la superación de la crisis y para la conformación de una nueva gobernanza económica internacional. Es ineludible, por ello, impulsar y consolidar un diálogo amplio con América Latina que incluya todos los grandes temas de la agenda global, como el diseño de una arquitectura financiera internacional innovadora y ambiciosa, el cambio climático, la energía, la seguridad o las migraciones. América Latina ha hecho de su integración regional un motor para el crecimiento y la concordia. España ha querido acompañar este proceso en el marco de las Cumbres Iberoamericanas. Señor presidente, Otras regiones también merecen una atención prioritaria por la dramática situación de sus poblaciones a causa de la sequía y otros males endémicos. La situación en el Cuerno de África es simplemente intolerable. En coordinación con otros donantes y con los Organismos de Naciones Unidas, estamos contribuyendo a dar respuesta a la hambruna en Somalia. Ahora bien, la acción humanitaria, a pesar de ser una prioridad, es sólo un primer paso en la vía del desarrollo. Nos queda, en gran parte del mundo, un largo camino por recorrer. Deseo por ello reiterar el compromiso de España con los Objetivos de Desarrollo del Milenio. Para mi país, la lucha contra la pobreza es objetivo primordial de su política de ayuda y cooperación al desarrollo. El reto de los Objetivos de Desarrollo del Milenio nos debe impulsar a redoblar nuestros esfuerzos en favor de su cumplimiento en los plazos previstos. Pero para lograr esos objetivos de desarrollo y garantizar el futuro de las generaciones venideras es clave aprovechar citas como Rio 2012, para forjar un nuevo paradigma que permita conjugar dichos objetivos con la sostenibilidad del medioambiente. Igualmente importante resulta aprovechar el impulso que el proceso negociador sobre cambio climático recibió en la Conferencia de Cancún 2010. Seguiremos contribuyendo de forma constructiva, junto con nuestros socios de la Unión Europea, en la próxima Conferencia de Durban. La crisis financiera que afecta a la economía mundial no puede ser una excusa para eludir nuestros compromisos; todo lo contrario, debe impulsarnos a alcanzarlos. Por ello, ante estas dificultades, España ha apostado por apoyar el desarrollo de instrumentos de financiación innovadora, es decir, de aquellos mecanismos a través de los cuales se consigue movilizar recursos financieros a medio y largo plazo adicionales, estables, previsibles y complementarios a la ayuda oficial al desarrollo, que en todo caso habría que mantener. España ostenta actualmente la presidencia del Grupo Piloto de Financiación Innovadora para el Desarrollo, en el que hemos puesto muchas esperanzas.

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Señor presidente, Nuestro compromiso con el cumplimiento de los objetivos de las Naciones Unidas se manifiesta igualmente en nuestro apoyo y participación en las tareas de la Organización en el mantenimiento de la paz y la seguridad en diversas partes del mundo. Son cerca de 1.200 los compatriotas que actualmente participan activamente en operaciones de paz de las Naciones Unidas, con una presencia destacada en la Misión Provisional de Naciones Unidas para el Líbano; una misión que es esencial para mantener la estabilidad en el sur del país, ayudando también al desarrollo económico en la zona. Quisiera agradecer al secretario general su reconocimiento al compromiso de mi país con Naciones Unidas manifestado con su presencia en la reciente inauguración de la Base de Comunicaciones de Naciones Unidas en Quart de Poblet, Valencia. La construcción de esa base, que España ha puesto a disposición de Naciones Unidas, servirá, en palabras del propio Secretario General, para “facilitar la tarea de la Organización, la fiabilidad de las comunicaciones y mejorar significativamente la seguridad de las personas sobre el terreno”. España se siente profundamente orgullosa de su participación en operaciones de Naciones Unidas, y de mantener su compromiso firme, activo y permanente con la Organización y sus objetivos. En línea con este compromiso con la Organización y sus fines, España anunció en el año 2005 su candidatura a un puesto de miembro no permanente del Consejo de Seguridad para el periodo 2015-2016. Esperamos que, con el apoyo de los Estados miembros, podamos servir de nuevo en el Consejo y desde allí seguir ayudando a preservar la seguridad y la estabilidad internacionales, al tiempo que continuamos trabajando en favor del desarrollo y los derechos humanos como pilares fundamentales de una paz duradera. Señor presidente, Hace un año, los hombres y mujeres de Libia, Egipto o Túnez seguían esta reunión de las Naciones Unidas oprimidos por regímenes dictatoriales. Hoy son dueños de su futuro. Han luchado por él. La comunidad internacional les ha protegido y les ha ayudado. Ellos, a cambio, nos han dado esperanza. Esperanza de que los cambios son posibles. De que no hay reto demasiado difícil. Tenemos hoy la certeza de que la comunidad internacional, guiada por Naciones Unidas, avanza por el camino de la paz y la libertad. Muchas gracias.

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ENTREVISTAS Y ARTÍCULOS

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ARTÍCULO EN EL DIARIO “PÚBLICO”, CON EL TÍTULO “HAITÍ, UN AÑO DESPUÉS” 12 de enero de 2011 El 12 de enero del pasado año Haití sufrió un terremoto que ha provocado una de las peores crisis humanitarias conocidas hasta la fecha. Fue una catástrofe de dimensiones sin precedentes, no sólo porque no es la primera vez que este país padece los efectos de huracanes, tormentas y otros desastres naturales, sino también porque Haití es el país más pobre del hemisferio occidental, marcado por una enorme desigualdad y por una situación de crisis económica, social y política. Es verdad que los efectos devastadores del terremoto de Haití hubieran sido menores en un país con unas infraestructuras más adecuadas, unas condiciones de vida más dignas y una planificación que amortiguara la violencia del seísmo. En Haití te golpea la pobreza, pero también te admira la increíble capacidad para la lucha diaria por la vida de sus gentes que se esfuerzan por seguir adelante contra viento y marea. El terremoto en Haití generó en España un impresionante movimiento de solidaridad. Desde el Gobierno hasta las ONG de desarrollo, pasando por comunidades autónomas, ayuntamientos, universidades y miles de ciudadanos anónimos, nuestro país se volcó en la ayuda de emergencia durante varias semanas. Sin duda, la solidaridad del pueblo español se vio reflejada en nuestro compromiso con América Latina y en nuestra presencia en el país caribeño: España es el tercer donante de ayuda internacional desde hace años y el primero de la Unión Europea. El hecho de contar con una Oficina Técnica de Cooperación, que coordina los proyectos de las numerosas ONG españolas presentes en el país, nos ha permitido canalizar esa solidaridad. España ya ha destinado un total de 170 millones de euros, que se financian con los impuestos de todos, y han sido utilizados en Haití para reparto de alimentos, proyectos de agua y de saneamiento, rehabilitación de escuelas, mejora de la atención sanitaria o programas de empleo. A esta ayuda pública habría que sumar los 106 millones de euros de donaciones, tanto de empresas privadas como de ciudadanos particulares. Mucha gente se pregunta si la cooperación de España llega realmente a las víctimas de Haití, si los fondos de ayuda sirven para la reconstrucción del devastado país y si el esfuerzo de solidaridad vale la pena. Me parece especialmente importante subrayar que la ayuda llega; que los controles para verificar el destino de los fondos son exhaustivos tanto por parte de organismos internacionales como de España; y que Haití viviría una situación mucho más grave sin la cooperación de los países donantes. Es cierto que la vida cotidiana para la mayoría de los cerca de 10 millones de habitantes de Haití es aún desesperada: cientos de miles de personas viven en campamentos de refugiados y el reciente brote de cólera ha agravado la

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situación sanitaria de la población. Pero también es cierto que la actividad escolar se ha reanudado y que los niños comen en los centros educativos; que muchas pequeñas empresas y autónomos han vuelto a abrir sus negocios en Puerto Príncipe; que la cooperación internacional presta servicios públicos básicos como la distribución de agua potable; y que se ha reforzado la atención sanitaria. En este sentido, en respuesta a la epidemia de cólera, España ha hecho cinco envíos de material sanitario que en total suman ya cerca de 95 toneladas. A todos nos preocupan la lentitud en la reconstrucción y las dificultades para lograr con rapidez unas condiciones de vida dignas para los haitianos. Todos compartimos un mismo objetivo pero, sin duda, tenemos que llevarlo a cabo de la mano de los haitianos, de sus dirigentes políticos y sociales, de su Gobierno y de sus instituciones, si queremos que el proceso de reconstrucción sea sólido, sostenible y exitoso. Se trata de una tarea para una década y no para unos meses. Por ello, cuando hoy se cumple un año del terremoto de Haití, quiero reafirmar que el compromiso del Gobierno y de la sociedad española es firme y sigue en pie. También quiero reconocer especialmente la labor que realizan las decenas de cooperantes españoles desplazados en ese país caribeño y que están resultando imprescindibles para hacer llegar la ayuda a todos los que la necesitan, así como la colaboración que están prestando las comunidades autónomas y los ayuntamientos aportando recursos y personal. Haití figura entre los países prioritarios para la cooperación en América Latina y vamos a continuar apoyando los esfuerzos para la reconstrucción del país. Se trata de un gran desafío para la cooperación española porque es uno de los países más pobres del mundo, pero las nuevas generaciones de haitianos se merecen un futuro mejor. Y España estará a su lado.

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ENTREVISTA PUBLICADA EN EL DIARIO “EL MUNDO”, CON EL TÍTULO “QUEDA UN AÑO Y PICO PARA LAS ELECCIONES, Y ESO EN POLÍTICA ES UNA ETERNIDAD” Madrid, 6 de febrero de 2011 –La situación en Egipto pinta mal. Mubarak se niega a dejar el poder, ha sacado a sus matones a la calle y el caos se extiende. ¿Cuál es su pronóstico? –Egipto es un país más complejo, más grande, y donde va a resultar más difícil llegar a un acuerdo como en Túnez. Podría encontrarse una salida que diera respuesta a las aspiraciones que legítimamente piden los ciudadanos si hubiera un gesto de las autoridades y adelantaran a junio los comicios previstos para septiembre. –Netanyahu, el único que ha defendido a Mubarak, prevé un periodo largo de inestabilidad para toda la zona, y eso puede ser letal, ¿no? –Para Israel, el gran aliado en Oriente Próximo siempre ha sido Egipto y, por tanto, es normal que Netanyahu esté preocupado por esta situación. Todos los procesos de cambio entrañan incertidumbre y riesgo, pero creo que esto puede convertirse en una oportunidad para esos países. –¿Existe el riesgo de acabar en una iranización y de que los islamistas se hagan con el poder? –En algunos países puede haber un respaldo a estas fuerzas políticas de carácter religioso, pero ahora mismo el modelo sería el de Turquía, donde hay fuerzas islámicas moderadas y donde se puede canalizar el respaldo y las aspiraciones legítimas de todos. Aunque es difícil predecir, espero que no se produzca una iranización de estos conflictos. –Dijo que no veía riesgo de contagio en Marruecos y se inmolaron varios profesores. ¿Por qué no es comparable la situación de estos países a la de nuestro vecino del sur? –Porque Marruecos inició un proceso de reformas y modernización hace varios años y eso le hace ser diferente. Hay un conjunto de partidos que se presentan a las elecciones y hay una alternancia. Claro que se puede mejorar la cosa y profundizar en la democracia, pero también es justo reconocer los avances, sobre todo si se mira en el contexto regional. –¿Está diciendo que Marruecos es una democracia? –Lo que digo es que es un país que ha avanzado mucho en las reformas democráticas y en la apertura, lo que le permite canalizar las aspiraciones legítimas del pueblo mediante cauces democráticos. –Dicen que defiende más los intereses de Marruecos que los nuestros, y eso indigna a muchos… –Para mí lo más importante son los intereses de España. Mi obligación es man-

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tener una buena relación con Marruecos, donde nuestro país tiene muchos intereses, y cuando uno tiene una responsabilidad debe saber aceptar las críticas. –Que el nuevo embajador marroquí sea saharaui es como meter el dedo en el ojo, ¿no? –Hay muchos saharauis que se sienten parte de Marruecos. El nuevo embajador es un antiguo dirigente del Frente Polisario, que no oculta su condición de saharaui, pero su patria es Marruecos. Nuestra posición en el Sáhara ha sido siempre la misma: mantenemos un principio de neutralidad activa, no tomamos partido sobre la solución que se tiene que dar en el conflicto, e instamos a las partes a alcanzar un acuerdo. –Usted que es amiga personal de Zapatero. ¿También cree que no volverá a presentarse? –Veo al presidente con confianza, determinación y con una gran seguridad. Lo he visto siempre así, porque es de los que se crece en los momentos difíciles y no le temblará el pulso para iniciar cuantas reformas sean necesarias para salir de la crisis. Desde mayo ha tenido que adoptar decisiones duras y difíciles, con recortes en el ámbito social. Ha seguido manteniendo los mismos principios, pero iniciando reformas muy drásticas que han requerido de una gran determinación. Gracias a eso, ahora estamos cumpliendo con los objetivos de reducción del déficit, hemos reformado el mercado de trabajo, el sistema de pensiones… –Muchos creen que ha liquidado su proyecto político y que las reformas no tienen nada de socialistas. –No comparto eso en absoluto. Zapatero ha hecho un gran esfuerzo por mantener el Estado del bienestar, y está garantizando la sostenibilidad de nuestro sistema de pensiones. La mejor decisión, la más responsable y la más socialista, es garantizar las pensiones para el futuro. Y es lo que ha hecho. –Tal vez, pero todos le dan por amortizado. ¡Hasta Chaves lamenta que no vaya a ser candidato! –Chaves ya aclaró esa cuestión. Ha dicho que cometió un error en el uso del tiempo verbal. Sobre quién será nuestro cartel electoral aún no hay una decisión tomada. –¿Rubalcaba sería un buen candidato para la sucesión? –No voy a entrar en este debate y no es oportuno abrirlo ahora. Veo al presidente trabajando con determinación, y en su equipo hacemos lo mismo. No me quiero perder en otro tipo de debates estériles. –¿Usted cree al presidente cuando dice que no va a tirar la toalla? ¿O si no lo hace, le obligarán? –El presidente es el mismo de siempre. El que ha ganado dos elecciones seguidas, el que ha ganado unas primarias y el mismo que ha conseguido que se reconduzca el diálogo social en plena crisis. Para mí eso tiene un gran valor y creo que en el PSOE Zapatero tiene un apoyo total y cerrado por parte de todos. Es falso

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que esté en cuestión dentro del partido. Queda año y pico para las elecciones, y eso en política es una eternidad. Es un tiempo decisivo para el futuro de este país. –Sí, pero las municipales y autonómicas están ahí y todos pronostican una debacle. –Queda tiempo, y el PSOE es un gran partido, con una gran capacidad de remontar y sobreponerse a las adversidades. En más de una ocasión hemos dado una sorpresa. –Vamos, que pueden dar la vuelta a las encuestas… –Evidentemente. Nos sentimos con la fuerza de nuestras convicciones y nos crecemos en la adversidad, reaccionamos y sacamos lo mejor. Están siendo años duros, pero empieza a escampar. En un mes hemos bajado el diferencial en 100 puntos, estamos recobrando la credibilidad de los mercados, la Bolsa reacciona y los sindicatos, empresarios y ciudadanos están arrimando el hombro. Ésa es nuestra fortaleza y no tenemos ninguna sensación de derrota, todo lo contrario. –¿Qué es más importante en estos momentos, el partido o el líder? ¿A quién hay que preservar más? –Tan importantes son las siglas como la figura del líder, y no creo que si hay un desgaste mayor sea por el líder. Evidentemente, cuando la situación económica es mala, las críticas se concentran en quien tiene la máxima responsabilidad, pero todos estamos en el mismo barco. –Si finalmente Zapatero no se presenta, ¿el PSOE aceptará un dedazo o habrá que ir a un Congreso? –Tenemos nuestros procedimientos y siempre los hemos usado, se aceptan con normalidad y con sentido de la democracia interna. –¿Es cierto que Tomás Gómez está haciendo una purga en las listas con quienes le apoyaron a usted? –Todavía no se han elaborado las listas y no tengo señales que me indiquen que vaya en esa dirección. Es normal que se rodee de personas cercanas, pero espero que cumpla lo que dijo: que todos iban a formar parte del mismo proyecto. Yo confío en su palabra. –¿Qué opinión tiene de Rubalcaba, aunque no quiera entrar en el debate de la sucesión? –Es un gran político y le tengo un gran afecto y admiración. –¿Manda tanto como dicen, incluso más que el presidente? –Un vicepresidente primero tiene que coordinar la labor del Gobierno, y si a eso se une un ministerio clave como es Interior, efectivamente, tiene muchísima responsabilidad. –¿Temen que se sepa la verdad del caso Faisán? Porque le puede complicar el futuro a Rubalcaba… –Lo importante es explicar lo ocurrido perfectamente. Y desde luego no tememos ninguna consecuencia ni que se sepa la verdad. Para eso actúa la Justicia.

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–Cambiando de asunto, el presidente le pudo ofrecer a Angela Merkel la foto de las pensiones, pero otra vez nos ha puesto deberes. ¿Lo suyo es mandar y lo nuestro obedecer? –España y Alemania forman parte del núcleo de los seis grandes de la UE. Somos socios, aliados, y nos tratamos como iguales. A España nadie le ha puesto deberes. Y no es aceptable, ni siquiera conceptualmente. Todos los países han tenido que tomar decisiones internas. No es una injerencia. –Admita que los datos del paro en nuestro país ponen los pelos de punta y que las cosas no van a mejor. –Somos muy conscientes de que es un mal dato y la cara más dramática de la crisis. Pero el pacto logrado con los agentes sociales está encaminado a mejorar nuestro mercado de trabajo y a subir los niveles de creación de empleo. –¿Por qué tenemos que creer que va a haber «brotes verdes» en la segunda mitad del año cuando lo han dicho ya y no se ha cumplido? –Porque hemos podido mejorar nuestras cifras macro-económicas. Otra cosa es que persista un alto índice de desempleo estructural, muy ligado a la construcción. Pero también el 80% de los desempleados tiene una cobertura económica. –Volviendo a su negociado, el PP dice que España ha pasado de estar en la cabeza al vagón de cola en la política internacional. ¿Es así? –No es cierto. Tenemos una presencia internacional y una posición inmejorables. España ocupa un lugar muy relevante y respetado en el mundo. Somos una potencia media con gran capacidad de relación e interlocución extraordinaria con todos los países, y sobre todo con zonas como América Latina y el Mediterráneo. Hemos abierto una relación muy fluida y estrecha con EEUU, con Asia, con el África subsahariana. El PP lo sabe y debería sentirse orgulloso. –Mañana viaja a Israel. ¿Hay posibilidades de que se apruebe una hoja de ruta que pacifique la zona? –Es más urgente que nunca que vuelvan a negociar Israel y Palestina. Desde mi punto de vista, la única solución posible es el establecimiento de dos Estados con fronteras seguras y viviendo en paz. –¿Y a Chávez le vamos a seguir tolerando que amenace a empresas españolas como el BBVA? –La relación con Venezuela es correcta y fluida y el incidente al que se refiere se solucionó rápidamente. Fue el propio Chávez quien dijo que todo había sido un malentendido. –Usted que sacó adelante la Ley del Aborto, ¿qué piensa cuando oye al PP que si gobierna la derogará? –Me parece un gran error, porque la ley da más garantías y más seguridad a las mujeres y a los profesionales. Pero no creo que si gobiernan den marcha atrás, porque eso provocaría un gran conflictivo social.

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ENTREVISTA PUBLICADA EN EL DIARIO “EL PAÍS”, SOBRE LA INTERVENCIÓN ALIADA EN LIBIA, CON EL TÍTULO “TODAVÍA ES FACTIBLE UNA SOLUCIÓN QUE PASE POR EL EXILIO DE GADAFI” Madrid, 29 de marzo de 2011 –¿Quién controla políticamente la operación militar: el Consejo Atlántico de la OTAN o la coalición de voluntarios? –No son incompatibles, porque muchos miembros de la coalición forman parte de la OTAN. Pero el grupo que se reúne en Londres es más amplio e incluye a varios países árabes. –¿Qué iniciativa política puede salir de esta reunión? –La prioridad sigue siendo un alto el fuego inmediato. Una vez se logre, y lo verifique Naciones Unidas, hay que plantearse qué vendrá después. La resolución de la ONU habla de facilitar un diálogo que conduzca a las reformas políticas necesarias para encontrar una solución pacífica y sostenible... –¿Derrocar a Gadafi es el objetivo de la intervención militar? –La resolución no lo dice expresamente, pero se deduce cuando afirma que la solución a la crisis tiene que responder a las demandas legítimas del pueblo libio. Obama lo expresó muy bien; dijo que [la caída de] Gadafi no es un objetivo militar, pero sí un objetivo político. Todos los países debemos acompañar ese proceso, pero los protagonistas tienen que ser los propios libios. –¿Y no dificulta la salida de la crisis haber enviado a Gadafi al tribunal penal internacional? –Cuando el Consejo de Seguridad aprobó la Resolución 1970 [que ordenaba al tribunal internacional investigar] se trataba de presionar a Gadafi para que cesara la violencia. Pero no hizo caso e incluso intensificó la represión. Para evitar un baño de sangre se aprobó la Resolución 1973, que autorizaba el uso de la fuerza. –¿Entonces no queda espacio para una salida diplomática? –Un alto el fuego abriría de nuevo el espacio para la diplomacia, para una mediación que, a mi juicio, deberían encabezar los países árabes. –Erdogan se ha ofrecido... –Turquía no es un país árabe, pero sí musulmán y ha jugado un papel clave en la OTAN. –¿Cabe pensar en una salida basada en el exilio de Gadafi? –Es verdad que aún no existe acusación formal ni orden de busca y captura contra Gadafi. Por tanto, jurídicamente, en este momento, sería todavía factible. –¿La aviación de la coalición es la aviación de los rebeldes? Antes estaban acorralados y ahora han pasado a la contraofensiva...

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–Han tardado una semana... La coalición está cumpliendo escrupulosamente el mandato de la ONU: ha frenado los ataques de Gadafi contra la población y está siendo cuidadosa en evitar a toda costa víctimas civiles. –Una Libia partida en dos ¿sería una pesadilla aún peor que una Libia bajo Gadafi? –El objetivo de la comunidad internacional es mantener por encima de todo la integridad territorial del país. –¿Se reconocerá diplomáticamente al Consejo Nacional de Transición de Bengasi? –Algunos países le estamos dando de facto ese estatus, más allá de la formalidad diplomática. Dialogamos con ellos y no con Gadafi. Pero es verdad que ese Consejo representa a una parte de Libia y hay que incorporar a representantes de todo el país. –Hay quien aboga por entregar armas a los rebeldes. –La resolución es muy clara: el embargo rige para todos. –España envió ayuda humanitaria a Libia y prometió más... –Hemos firmado un convenio con la Unión Médica Árabe para abrir un corredor humanitario desde El Cairo y Alejandría a Bengasi. Ya tenemos listo un nuevo cargamento de 16 toneladas, pero queremos mantener ese canal para enviar, junto con otros países, toda la ayuda necesaria. –La UE ha pedido que los pagos del petróleo no vayan a manos de Gadafi. ¿Qué ha hecho Repsol? –Repsol ha sido impecable: tenía que cumplir las resoluciones de la ONU, sin desatender sus obligaciones contractuales. Como el Aresbank ha sido intervenido, Repsol puede depositar los pagos y estos quedan congelados hasta que se levanten las sanciones. Ni un euro procedente de España está llegando a Gadafi. –¿Qué le dijo el presidente sirio Bachar El Asad cuando le recibió el pasado día 15 en Damasco? –Analizamos los cambios en el mundo árabe. Le dije que responden a demandas legítimas de los ciudadanos y que el proceso es irreversible. Él estuvo de acuerdo, aunque es verdad que hablábamos de otros países, no de Siria. Le añadí que donde aún no se habían producido protestas era mejor tomar la iniciativa. –¿Se sintió engañada cuando reprimió las manifestaciones? –No, porque no hubo ningún compromiso de su parte. Uno puede tener mayor o menor intención reformista, pero lo que no puede es utilizar la violencia contra su población. Esa es una línea roja que no se puede pasar. –¿Y qué hace la comunidad internacional si se traspasa? En Siria, Yemen o Bahrein se ha quedado de brazos cruzados... –No hay pasividad, hay una permanente llamada de atención. La intervención militar es el último recurso, pero no tengo ninguna duda de que la comunidad internacional debe utilizar todos los instrumentos para disuadir a los gobiernos de usar la violencia contra ciudadanos que reclaman pacíficamente. En esto hay que ser muy firmes.

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ENTREVISTA EN EL DIARIO “EL MUNDO” 2 de mayo de 2011 –Supongo que estará decepcionada. Usted fue una de las promotoras de Zapatero y ahora él ha tirado la toalla. ¿Con su marcha el zapaterismo ha muerto? –Respeto muchísimo la decisión que ha tomado el presidente. Me quedo con lo bueno que ha supuesto Zapatero para el PSOE y para España. Ha conseguido hacer grandes transformaciones, ha impulsado las libertades y revitalizado algunos derechos. H jugado un papel clave en la Historia de España. Y el mejor Zapatero es el que ha tenido que gestionar la crisis económica y financiera más importante que se ha vivido a nivel internacional. Ha tomado decisiones difíciles, y el país ha conseguido salir adelante. –Vamos, que como impulsora de la Nueva Vía no se sierte huérfana... –No. Me siento orgullosa de formar parte del equipo de Zapatero. Ha sido un secretario general integraor, nunca fue sectario, ni tuvo una visión egoísta de la política. Su afán ha sido que todos formaran parte del mismo proyecto. Es tan grande la immpronta de Zapatero dentro del PSOE que pase lo que pase siempre permanecera. –Vamos, que el zapaterismo sobrevivirá a Zapatero... –Sin duda. El zapaterismo sobrevivirá a Zapatero: lo integramos la inmensa mayoría del partido. –¿Y para usted hay vida... política después de Zapatero? –Le está preguntando a alguien a quien se considera emocional y políticamente ligada a Zapatero. Yo estuve junto a él desde 2000, en el proceso de un nuevo liderazgo en el PSOE, y estaré ahí hasta el día que convoque las elecciones. Pero la vida política ya veremos lo que depara. En política he estado donde podía aportar algo y ser útil. Lo que ocurra dependerá de muchas cosas. –Pues para muchos su marcha ha sido una liberación. Algunos barones como Barreda o Fernándea Vara han remontado las encuestas desde que anunció su marcha. ¿Esto significa que Zapatero era un lastre? –La indefinición, el que no se supiera si continuaba o no, ha podido provocar cierta desafeccción de la ciudadanía. La incertidumbre nunca es buena, pero Zapatero no es un lastre. Ha manejado los tiempos con gran sentido de la responsabilidad y por eso se quedará estos meses para terminar de hacer sus reformas. –¿Tiene algún consejo para Rubalcaba de cara las primarias? Porque usted sabe bien que el candidato del aparato no sale bien parado... –Aún no se ha presentado nadie a las primarias, y hemos decidido no abrir ese debate para no contaminar el del 22-M. –¿Carme Chacón está preparada para ser presidenta del Gobierno?

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–No quisiera responder a preguntas que incorporen nombres porque todavía no se ha abierto el proceso de primarias. –¿Y usted? –Lo mismo. No voy a entrar en esa respuesta. Pero quien esté preparado para ser presidente del Gobierno tendrá que presentarse ante la militancia y después demostrarlo ante el partido. –Sí podrá opinar sobre si es bueno o malo que la dirección del partido señale a un candidato, ¿no? –La Ejecutiva Federal tiene que ser escrupulosa, cuidadosa y respetuosa con el proceso de primarias. Debe ser así para que la persona elegida en unas primarias goce de la legitimidad, el respaldo y la autoridad que da el haber sido elegido por sus propios compañeros. Las primarias son un buen proceso en sí. –Pues a usted no le fue bien y muchos creen que abrir el partido en canal a pocos meses de unas elecciones puede ser desastroso... –Para mí, las primarias, aunque las perdí, fueron una experiencia muy importante. Revitalizamos el partido, estimulamos la prticipación y se potenció la posición de quien ganó, Tomás Gómez. Eso pasará con las primarias para sustituir a Zapatero. Es un sistema que se ha ensayado lo suficiente en el PSOE como para que se vea como algo positivo. Moviliza, revitaliza y la persona que resulta elegida sale con gran legitimidad, con gran autoridad. El eslogan de mi campaña fue Hay que recuperar el apoyo del electorado. Y yo lo repetiría ahora. –¿Y cree que competirán Rubalcaba y Chacón o al final se propiciará el acuerdo entre ambos? –Nadie se ha pronunciado sobre si se va a presentar o no. Hay que esperar un poco y luego se verá. –Pero tal vez si ambos son candidatos, el presidente deberá afronta una remodelación del Gobierno... –Yo no vi necesario renunciar a mi condición de ministra para enfrentarme a un proceso interno, que es muy corto. No creo necesaria una remodelación del Gobierno. –¿Sería conveniente limitar los mandatos por ley después de que Aznar y Zapatero hayan estado solo dos legislaturas? –No hace falta legislarlo. Es suficiente con que se instale una cultura política para que el presidente elegido decida mantenerla o no. –Dígame, ¿es partidaria de que no se incluyan imputados en las listas electorales para limpiar el buen nombre de la política y los políticos? –Basada en un juicio ético y moral para tratar de recupear el afecto por la política por parte de los ciudadanos, diría que ningún imputado tendría que ir en ninguna lista. Aunque puede haber situaciones injustas, porque luego se pude saber que son inocentes. –Sea como fuere, las encuestas pintan mal para ustedes. El PSOE podría perder feudos históricos como Castilla La Mancha y ayuntamientos emblemáticos como

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Barcelona y Sevilla... –Hemos tenido que empezar una precampaña electoral en unas condiciones políticas, y sobre todo económicas, muy complicadas. Eso, como en toda Europa, provoca un desgaste del partido del Gobierno. Pero creo que el día 22 de mayo puede haber más de una sorpresa. El PSOE mantendrá su techo y su respaldo electoral. Las encuestas sirven de orientación, pero donde se gana o se pierde es en las urnas. Es muy pronto para que algunos estén celebrando la victoria. –Vamos, que Rajoy no debe poner el cava a enfriar... –No, no debería hacerlo. Espero que todos sean prudentes hasta el día 22. –¿Ustedes contemplan un adelanto electoral, si hubiera una debacle en las municipales y autonómicas? –En ningún caso habrá adelanto electoral. Los españoles eligieron a Zapatero para gobernar cuatro año, y estará hasta el final. –Entrando en su tema, ¿por qué España se opone a reformar el Tratado de Schengen, como pretenden Sarkozy, Berlusconi y Merkel? –Hablar de reforma del Tratado de Schengen son palabras mayores. Nos hemos puesto de acuerdo los países de la UE en la libre circulación de trabajadores, y sería dar un paso atrás cuestionar Schengen. Lo que proponen Sarkozy y Berlusconi no es dar marcha atrás al tratado, sino ordenar los flujos migratorios. Esa parte la puedo entender. hay que buscar maneras de ordenar los flujos migratorios. Y hacerlo desde el ámbito comunitaio. –Vamos, que España no apoyará un cierre de fronteras, aunque sea de forma excepcional. –No. La solución no es cerrar las fronteras, sino ordenar los flujos migratorios. Hay que ser solidarios con los países que están recibiendo mayor intensidad de inmigración. El Tratado de Schengen incorpora cláusulas para excepcionar la libre circulación en circunstancias especiales. Se puede ordenar el proceso dentro del marco Schengen. –Con quien no mejoran las cosas es con Gibraltar. ¿Vale para algo que el Gobierno haga notas de protesta si todo sigue igual? –Que haya incidentes no es algo nuevo. Ha ocurrido con gobiernos del PP y del PSOE, porque hay una disputa sobre la soberanía de las aguas territoriales. Debemos buscar soluciones dialogadas. El Gobierno ha presentado una nota verbal de protesta ante la embajada del Reino Unido por los incidentes ocurridos recientemente, que son muy graves. –¿Y ha habido respuesta del Gobierno británico? –No, por el momento. Estamos esperando la respuesta. Mientras, suscribo las palabras del ministro del Interior: el incidente fue muy grave y en todo momento la Guardia Civil actuó correctamente. Una cosa es el litigio territorial y otra propiciar que se beneficien de ello delincuentes que actúan en el Estrecho. Una cosa es la disputa sobre la soberanía y otra poner en riesgo la persecución de la delincuencia y el narcotráfico. Buscaremos mecanismos para evitar que estos incidentes se repitan.

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–Vamos, que el Gobierno no va a tolerar este hostigamiento permanente a nuestra Guardia Civil. –Por supuesto que no. No lo vamos a tolerar, porque hechos tan graves no son tolerables. –¿Y en Marruecos se pueden complicar las cosas tras el atentado que ha costado tantas vidas? ¿Puede haber un efecto contagio? –Marruecos ha mostrado una voluntad firme de iniciar un proceso de reformas que logre una consolidación de la democracia, acompañado de valores de justicia y libertad. –A medida que se complica el tema de Libia, muchos no ven diferencias con lo que ocurrió en Irak. ¿Seguiremos en la guerra aunque el conflicto se alargue? –Hay una gran diferencia de entrada: la actuación de la comunidad internacional en Libia se produce por una resolución de la ONU. Además, en Irak hubo una fuerza de ocupacion extranjera en el terreno y en Libia se ha excluido esa posibilidad. La única solución es la salida de Gadafi, y por eso se están intensificando la presión política y diplomáticca. Lo que debe producirse es un gobierno de unidad nacional que convoque elecciones. –¿Debería la UE imponer sanciones en Siria, viendo que se está masacrando al pueblo? –Lo que está pasando en Siria es una tragedia. Es curioso cómo aquellos países donde parecía que había más control de las autoridades son los que han entrado en un mayor conflicto. Y aquellos que han planteado reformas o permitido que la gente se manifieste, son los que han gestionado mejor los movimientos de la calle. Al contrario de lo que pasó enTúnez y Egipto, donde los ejércitos se mantuvieron neutrales y no quisieron reaccionar contra la población, en Siria el Ejército se le ha metido en la contienda, y eso es un ejercicio de alto riesgo. –¿Qué hay de cierto en que se están utilizando bombas de racimo vendida por el Gobierno español? –No tenemos constancia de que se estén utilizando. El Gobierno fue el primero que decidió unirse a la convención para la no utilización de este tipo de armas, y de hecho aquí se destruyeron las que había cuando se firmó el acuerdo. Desde ese momento no se han vuelto a vender. –Oiga, ¿el Gobierno ha pedido información vía diplomática sobre si el etarra Troitiño está en Venezuela? –España mantiene los canales de información abiertos sobre él y cualquiera en búsqueda y captura. Por ahora, la información que tenemos no coincide con esa afirmación. –¿Le consta que Venezuela sea un refugio de terroristas? –No nos consta. –Mujer, admita que Chávez no colabora. Llevamos meses esperando la extradición de Cubillas... –Siempre que hemos recabado la solidaridad de Chávez para condenar la

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violencia etarra la hemos tenido. Siempre hemos contado con su colaboración. En el caso de Cubillas, la respuesta formal, que aún no hemos recibido, es que tiene doble nacionalidad, y tiene nacionalidad venezolana. Y eso complica las cosas. –Y por si fuera poco, nuestro país roza los cinco millones de parados, y el Gobierno parece impotente para frenar la sangría, ¿no? –Evidentemente, el dato de la EPA es un mal dato y un mal resultado. El paro es el problema que más nos preocupa. Es verdad que la cifra macroeconómica empieza a mejorar, pero la principal consecuencia de nuestra crisis ha sido la subida del desempleo. Hay que trabajar en muchos frentes para reducir el paro, y en eso estamos.

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ENTREVISTA EN EL DIARIO “CANARIAS 7” 8 de mayo de 2011. –Se cierra una semana marcada por la muerte de Bin Laden. Hay quien sostiene que se trata de un hecho malo para la diplomacia y para el respeto al Derecho Internacional. ¿Comparte ese análisis? –La muerte de Bin Laden es un paso en la lucha contra el terrorismo. No hay que olvidar que Bin Laden ha sido uno de los asesinos más sanguinarios de este siglo, que ha dejado tras de sí miles de asesinados, miles de familias rotas, mucho dolor y mucha tragedia. Todos preferíamos que hubiese sido detenido, pero si finalmente, en el momento de la captura, no ha podido ser así, no podemos negar que su desaparición es una buena noticia para la lucha antiterrorista internacional. –¿Cree que el mundo es más seguro sin Bin Laden? –El hecho de que desaparezca el máximo representante del terrorismo internacional no significa que haya desaparecido la amenaza. Esa amenaza se mantiene. Ahora lo que hay que hacer es seguir trabajando, intensificar los controles y la coordinación internacional, y mantener la misma determinación de los últimos años. –¿Es usted de las personas a las que ha sorprendido esa imagen de Barack Obama ejerciendo de comandante en jefe y siguiendo vía satélite la operación contra Bin Laden? ¿Hemos pecado de inocencia al creer que Obama era sólo el Nobel de la Paz? –Creo que Obama es el de siempre, el de antes y después de esas fotos: es el presidente de Estados Unidos. Es una persona que ha conseguido en una sola campaña ser presidente y hacerlo con un discurso con el que me siento muy identificada. Sigue siendo la gran figura que ganó las elecciones. –En los últimos años se ha destacado mucho la presencia de Al Qaeda en El Sahel. Canarias, por su proximidad geográfica, ¿debe mirar con más preocupación a ese entorno, o la comunidad internacional está actuando? –Ya la comunidad internacional lleva diez años manteniendo una elevada alerta antiterrorista internacional contra el terrorismo yihadista. En España, el Ministerio del Interior lleva muchos años trabajando con esas hipótesis, con esos riesgos, y por tanto con un nivel de preocupación y de organización muy alto. Al Qaeda no es una organización única, y eso obliga a trabajar desde distintos frentes. –Llevamos semanas atentos a las revueltas en varios países árabes. ¿Cree que hay una hoja de ruta clara en esos movimientos? –Los movimientos de cambio que han comenzado en el norte de África, en Oriente Medio, en el Golfo, van a confluir todos en un proceso de reformas democráticas. No podemos hablar de un proceso homogéneo, porque los países son diferentes entre sí. La profundización de las reformas también va a variar en función de los países, pero habrá un denominador común: más reformas, más democracias, más derechos. Los procesos más exitosos son los de Túnez y Egipto. La dinámica de

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cambio es irreversible, pero no todos van a llegar al mismo grado de profundidad democrática de Túnez o Egipto. –¿Pero esa puerta que se abre a la democracia no puede ser utilizada por el fundamentalismo religioso para colarse y acceder al poder a través incluso de las urnas, como ocurrió en Argelia? –Esa es la justificación que han querido dar algunos dirigentes que querían mantener el autoritarismo en sus países para no abrir el espacio de libertades a la ciudadanía. Ha llegado el momento de dar una oportunidad a los ciudadanos. No tiene por qué haber una especificidad árabe que identifique Islam con autoritarismo o Islam con falta de libertades o Islam con falta de derechos. Todos los ciudadanos de estos países aspira a lo mismo que nosotros, a tener una democracia con pleno ejercicio de derechos y libertades. Hay algo importante en esos procesos: no hemos oído una reclamación de un Islam político ni gritos contra Occidente. –Es verdad que no ha habido consignas contra Occidente, pero estaban legitimados para corearlas, porque han caído mandatarios que eran aliados occidentales. ¿No falta autocrítica sobre a quiénes ha apoyado Occidente en países como Túnez, Egipto o Libia? –A veces se hacen estas reflexiones sin pensar que cuando un gobernante debe mantener unas relaciones internacionales, no elige a los gobernantes de otros países. Si los países europeos tenemos que relacionarnos en África, Asia o América Latina, no elegimos a los dirigentes; son los que hay. Lo que ha hecho Europa es apoyar movimientos de cambio de la ciudadanía cuando se producen. Ahora se nos critica diciendo que por qué no lo hicimos antes, pero si lo hubiésemos hecho seguro que nos criticaban diciendo que era una injerencia. –Aznar definió a Gadafi como «un amigo extravagante». ¿Usted cómo lo definiría? –Pues como un dirigente de un país importante con el que tratábamos de mantener una relación que fuera al menos correcta, y desde el momento en que los ciudadanos han decidido que el régimen estaba agotado y que había posibilidad de transformar el sistema, hemos intervenido. Sobre todo cuando los manifestantes empezaban a ser reprimidos con el uso de la fuerza militar y con declaraciones del propio Gadafi diciendo que los iba a aplastar «como ratas». Ahí es donde la comunidad internacional reacciona porque tiene una responsabilidad, porque nadie puede usar la fuerza militar contra su propio pueblo. –¿Se ha puesto de manifiesto en todos estos procesos la asignatura pendiente de una política internacional europea única? Le recuerdo, además, incidentes como los de Italia y Francia a cuenta del problema inmigratorio. –Sinceramente, rechazo esa afirmación de plano, posiblemente porque estoy en el núcleo de la toma de decisiones a nivel europeo. Pese a nuestras diferencias, llevamos una política exterior común; no tiene por qué ser única. Puntualmente pueden surgir discrepancias, pero al final nos ponemos de acuerdo. –¿Marruecos se ha vacunado convenientemente ante fenómenos como los de otros países del Magreb?

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–La diferencia con Marruecos está en que inició un proceso de reformas hace una década. En Marruecos existe un sistema de partidos políticos y de libertades que lleva consolidado tiempo. No se puede comparar con otros regímenes. Ha habido manifestaciones pacíficas, y muy numerosas, pero la diferencia está, en primer lugar, en que no han sido reprimidas y, en segundo, que el rey de Marruecos ha sido sensible con lo que se le pedía en la calle. Todavía no hemos hecho el esfuerzo de reconocer la tremenda importancia que tendrá la reforma constitucional en la que se está trabajando en Marruecos, que plantea transferir al Parlamento competencias que ahora tiene el rey. Creo que para España es una noticia de una gran relevancia y no lo hemos reconocido; yo sí lo he hecho. –Estamos obligados a entendernos con Marruecos ¿por pragmatismo, por obligación o habrá un momento en que sea por convicción? –Hay unos vínculos muy estrechos con Marruecos, políticos, económicos, históricos, sociales... De orilla a orilla hay quince kilómetros y eso nos obliga a hacer esfuerzos de reconocimiento y de entendimiento. Por ambas partes. Y no olvidemos el casi millón de marroquíes que viven en nuestro país. –En esas relaciones, el capítulo del Sáhara Occidental es una espina clavada. ¿El Gobierno y el Partido Socialista han olvidado el compromiso histórico de España y también el compromiso ideológico del PSOE con el Sáhara? –En esto hay una permanente confusión sobre, primero, el papel de España y la posibilidad que tenemos de intervenir. El Gobierno del PSOE no ha cambiado en absoluto la posición hacia el Sáhara y el pueblo saharaui en los últimos treinta años. Siempre hemos defendido el derecho del pueblo saharaui a la libre autodeterminación en el marco de las resoluciones de Naciones Unidas. Eso lo vamos a defender siempre. España forma parte del Grupo de Amigos del Sáhara, buscando un entendimiento entre el pueblo saharaui y Marruecos. Cuando se nos pide intervención, la gente olvida que España en 1975 abandonó el conflicto y lo situó en manos de Naciones Unidas. Hay un empeño permanente en hacer de este asunto un conflicto doméstico, y no lo es. Sólo podrá ser resuelto en el ámbito de Naciones Unidas. –Bajando la mirada en el mapa africano, numerosos análisis hablan de la potencialidad de la región subsahariana y de cómo países como China, Estados Unidos o Brasil están muy presentes allí. ¿España tiene clara esa potencialidad o llegaremos tarde? –España tiene una visión muy abierta hacia el papel que tiene jugar el África Occidental en este momento de globalización. Lo que tiene muy claro el Gobierno es el papel que tiene que jugar Canarias en este proceso, por su posición geográfica y su capacidad de relación con estos países. Canarias tiene que ser protagonista ante África. Es una de las razones por las que se decidió que Casa África tenga sede en Canarias, para ser lugar de encuentro y puente hacia África. Estamos trabajando de manera intensa para que Las Palmas, como puerto, que ahora mismo es utilizado por algunas agencias humanitarias, utilice su potencialidad como lugar de tránsito y de distribución de ayuda humanitaria hacia África. Es un puerto que, por su

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profundidad, tiene la posibilidad de que grandes cargueros de granos pasen por aquí en el tránsito hacia África. –¿La situación de crisis está marcando demasiado la agenda diplomática? Lo digo por viajes recientes como el de Zapatero a China o las gestiones ante países del Golfo en busca de inversiones. –La diplomacia siempre ha hecho diplomacia económica. Recuerdo que siendo secretaria de Estado de Iberoamérica ya lo hacía, entre otras cosas porque el 10% del PIB español está en América Latina. Por tanto, un Gobierno responsable es el que se preocupa de fortalecer sus relaciones económicas internacionales. En la medida en que le vaya bien a las empresas españolas, le va bien a España.

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ENTREVISTA EN EL DIARIO “LA RAZÓN” 11 de julio de 2011 –¿Es Rubalcaba el mejor candidato? –Sin duda. Es el mejor y una persona muy brillante con una extraordinaria trayectoria política que va a tener a todo el partido detrás. Estoy segura de que el PSOE, que es un gran partido, va a conseguir recuperar la confianza de la gente. Vamos a poner toda nuestra ilusión y nuestra pasión. –¿Qué relación tiene con él? –Le conozco desde hace muchísimo y siempre he tenido una relación muy buena, muy cordial y muy fluida. Quiero mencionar de manera particular cómo me ayudó en mi campaña a la Alcaldía de Madrid, mi primera experiencia política con proyección pública. –Vamos, que le habría votado en una primarias contra Chacón. –Siempre defendí que era el mejor candidato. –¿Cuál es su punto fuerte? –Su extraordinaria experiencia de Gobierno, han sido muchos años y sabe lo que es gestionar los asuntos públicos. En su aportación última como ministro del Interior ha hecho un gran trabajo, sobre todo teniendo en cuenta que la principal preocupación de los españoles durante muchos años ha sido el terrorismo. –Alguna sombra habrá... –No le puede pedir a una persona que lo está acompañando en todo este proceso eso... Que lo descubran los demás. –Quizá haya estado demasiado expuesto. –No. En política eso es bueno y más en un momento de crisis en el que hay que tener una especial capacidad para gestionar con prontitud los problemas. –¿Habrá adelanto electoral? –Creo que es bueno que se termine la Legislatura para dar estabilidad al proceso de reformas que Zapatero ha puesto en marcha y para cumplir con la normalidad democrática. Uno siempre tiene que tener en cuenta los apoyos parlamentarios, pero más allá de eso hay que vivir con normalidad los periodos y uno tiene que finalizar la Legislatura. –Este mes cumple nueve meses al frente del Ministerio de Exteriores. ¿Qué balance hace? –Han sido muy intensos y no he tenido tiempo ni de pararme a pensar. He asumido muchas responsabilidades que ya estaban planificadas y entre medias hemos vivido incluso una campaña electoral. Quizá lo que he vivido con una mayor pasión, sintiendo que se estaba produciendo un cambio histórico, han sido los acontecimientos relativos al norte de África, al Mediterráneo y a algunos países del Golfo.

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–La primera rueda de prensa con su homólogo marroquí nada más aterrizar no pareció fácil. –No, no. Yo tenía claro lo que quería decir y lo que quería defender del lado de España. Los momentos difíciles son siempre los relativos a los atentados de nuestras tropas en el exterior, cuando hay pérdidas de vidas humanas. –¿Ya tenemos la paz firmada con Marruecos? –Desde que yo llegué, y también con Moratinos, ha habido muy buen entendimiento. Me he encontrado en multitud de ocasiones con Fassi Fihri y el Rey acaba de visitar Marruecos. Es un gran país que está dando pasos muy importantes para consolidar su transformación. –Usted antes de ser ministra de Exteriores simpatizaba públicamente con la causa saharaui. –No es incompatible mantener una magnífica relación con Marruecos, defender la política de vecindad y, al mismo tiempo, dar apoyo a las aspiraciones del pueblo saharaui bajo las resoluciones de Naciones Unidas. –Muchas asociaciones saharauis de derechos humanos, no sólo el Frente Polisario, les acusan de haberles traicionado. Esperaban más de un Ejecutivo socialista. –Quien tiene que resolver el conflicto son las partes y, en segundo lugar, la ONU. España forma parte del Grupo de Amigos y presta una ayuda incondicional y permanente, pero no tenemos la responsabilidad de ofrecer una solución. Y no me parece justo que para tratar de llamar la atención sobre una responsabilidad que es internacional se culpe al Gobierno de España. –¿No ha llegado tarde España a la condena al régimen sirio? –Hemos estado al lado de todos los países de la UE. Fuimos de los primeros en pedir un endurecimiento de las sanciones y en condenar la brutalidad usada contra los opositores. Basta con comprobar las hemerotecas. –Varios presos cubanos excarcelados acusan al Gobierno de no haber cumplido lo pactado y de haberlos manipulado. –No voy a entrar en polémicas con personas que han sufrido persecución y privación de libertad, pero le puedo asegurar que la liberación de presos políticos ha sido histórica y fue fruto de un trabajo muy intenso con la Iglesia católica cubana y el ministro Moratinos. España se ha hecho cargo de todos y cada uno de ellos de manera incondicional. –¿Qué esta haciendo el Gobierno para presionar a Venezuela y que extradite al etarra Cubillas? –Durante estos últimos años, con el Gobierno de Zapatero y también con el de Aznar, hemos tenido casos de etarras a los cuales se ha pedido la extradición. El Gobierno español lo ha tramitado, como se ha hecho siempre, por la vía procesal oportuna, y estamos a la espera de respuesta. –¿Cree que el Foro Tripartito con Gibraltar y Gran Bretaña sigue teniendo sentido? –Nació con una voluntad muy especial de buscar un mayor acercamiento y

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entendimiento entre las distintas sociedades. En estos últimos meses se ha producido un cierto desencuentro porque las autoridades gibraltareñas han planteado cuestiones que no son para discutir en el ámbito del foro, algunas referentes a a la soberanía. El Gobierno siempre ha sido muy claro al respecto. Esas cuestiones sólo se tratan bilateralmente con Reino Unido. –Los guardias civiles que vigilan la bahía de Algeciras denuncian que se sienten indefensos ante el hostigamiento de las patrulleras británicas. –En todo momento nos hemos puesto del lado de la Guardia Civil, como no podía ser de otra manera. Lamentablemente estos incidentes se producen desde hace más de cien años.

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ENTREVISTA EN EL DIARIO “EL PAÍS” 21 de agosto de 2011 –¿El futuro de Siria pasa por la dimisión de El Asad? –La postura que mantiene Bachar El Asad es absolutamente intolerable. La represión sistemática de ciudadanos que reclaman pacíficamente libertad, la entrada de los tanques en las ciudades, las detenciones masivas... Aunque desde la comunidad internacional se ha modulado la condena para darle alguna opción... –España ha sido de los más remisos a una condena dura... –No, no... Hemos estado siempre en el consenso básico de la UE y hemos sido de los países que han inclinado la balanza en favor de la condena. Se intentó persuadirle de que iniciara un proceso de reforma y cesara la represión, pero llega un momento en que es normal que la comunidad internacional diga: “Hasta aquí hemos llegado. Ya no hay más que dialogar”. Cuando la presión diplomática no surte efecto, hay que ir más allá. El Asad ha ido tan lejos que ya no le queda ninguna salida. Ha perdido toda credibilidad. –¿Y cómo se le puede forzar a dejar el poder si se excluye una intervención militar? –La petición de dimisión es ya una forma de presión. Además, la UE está aplicando sanciones que se incrementan de forma gradual, aunque se intenta que no afecten al pueblo sirio. El propio Consejo de Seguridad aprobó una declaración de condena que, aunque quizá no lo bastante contundente, fue un paso adelante. Ante la evidencia de que Asad no está dispuesto a parar la represión, espero que la comunidad internacional actúe ahora con mayor firmeza. Sobre todo cuando la ONU nos está alertando de que el régimen sirio podría ser acusado de crímenes contra la humanidad... –¿Deben ser investigados los crímenes del régimen sirio? –Por supuesto. –¿En el Tribunal Penal Internacional? –Yo creo que habría que utilizar primero los instrumentos de investigación de las propias organizaciones humanitarias de Naciones Unidas... –España está en el Comité de Derechos Humanos... –Efectivamente. Y estamos trabajando con nuestros socios en esa dirección. Debemos saber qué ha ocurrido, porque no tenemos información sobre el terreno, no hay periodistas ni ONG. –¿España estaría dispuesta a dar asilo a la familia Asad? –Es algo que no nos hemos planteado. Lo que me importa es que acabe la represión y se inicie un diálogo nacional en Siria que garantice la libre convivencia en paz. –Italia ha retirado a su embajador en Damasco, lo mismo han hecho Arabia Saudí y otros países del Golfo, pero no España...

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–Nuestros embajadores tienen que seguir informando, haciendo presión y protegiendo a nuestros ciudadanos. Hay más de 1.000 ciudadanos españoles en Siria. Mientras sean útiles, somos partidarios de mantenerlos, pero estamos abiertos a que esa opción se debata en la UE. –España ha recomendado a sus ciudadanos que abandonen Siria. ¿Se plantea evacuarlos? –Siempre que se da una situación de conflicto, si vemos que [los españoles] no tienen posibilidad de regresar por la vía ordinaria y que existe algún riesgo para sus vidas, estudiamos facilitarles medios para que puedan hacerlo. –La intervención militar en Libia empezó en marzo, para un mes, y ya lleva cinco meses sin que Gadafi ceda el poder... –La situación era demasiado compleja para que pudiera resolverse en un mes. Creo que se ha trabajado bien y se han hecho avances. Es cuestión de tiempo que Gadafi caiga y yo creo que va a ser pronto. –El Reino Unido ha expulsado a todos los diplomáticos de Gadafi y ha pedido al Gobierno rebelde, el Consejo Nacional de Transición, que nombre al nuevo embajador en Londres. ¿Cuándo dará España ese paso? –Las personas que estaban en la embajada libia [en Madrid] acreditadas por el Gobierno de Gadafi prácticamente han salido todas ya. Ahora estamos a la espera de que el CNT nos diga si, entre los que quedan, hay alguien que pueda ejercer funciones de representación... o cualquier otro que ellos designen. –¿España reconoce al CNT la facultad de designar al embajador de Libia en Madrid? –Sin duda. En la última reunión del Grupo de Contacto [en Estambul] reconocimos al CNT como autoridad gubernamental y, siendo coherentes, debemos otorgarle esa capacidad. –¿Financiará al CNT con fondos congelados a Gadafi? –Hemos iniciado los trámites con el Ministerio de Economía y Hacienda para ver cuál sería la mejor fórmula, pero el Gobierno tiene toda la disposición para hacerlo, dentro de la legalidad. –La Asamblea de la ONU debatirá en septiembre el reconocimiento del Estado palestino. Usted ha abogado por lograr una postura consensuada en la UE. ¿Qué va a proponer a sus socios? –Hemos trabajado con la idea de que haya una mayoría en la UE que pueda representar un avance en el reconocimiento del Estado palestino, que es un objetivo compartido por todos los países dentro de la solución al conflicto de Oriente Medio. Incluso Israel acepta la existencia de dos Estados. Ese es el objetivo que llevamos buscando desde hace años y creo que en este momento hay un grado de madurez suficiente como para dar algún paso en esa dirección. Es verdad que, si no hay negociaciones entre Israel y Palestina, es difícil que un reconocimiento formal tenga consecuencias prácticas; por tanto, al mismo tiempo llamamos al diálogo entre las partes para debatir las consecuencias de ese reconocimiento: la capital,

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los refugiados, las fronteras, etc... Hay la sensación de que ahora es el momento de hacer algo, de darles a los palestinos la esperanza de que su Estado puede ser una realidad. Sabemos que es un conflicto muy prolongado y es muy difícil solucionarlo en unos pocos meses, pero este es un momento crucial. Tenemos que lanzar alguna señal, porque si no, se puede generar una gran frustración en la población palestina. Ellos también quieren formar parte de esa expectativa de democracia y libertad que se vive en el mundo árabe... –¿Se puede convencer a Israel de que el reconocimiento del Estado palestino no es un acto hostil y tampoco le debilita? –Acudir a Naciones Unidas no puede ser un acto de hostilidad contra nadie. Es la organización que de manera más amplia y legítima nos representa a todos. Es mucho mejor utilizar los instrumentos legales internacionales que cualquier otra alternativa. Sinceramente creo que cuando la Autoridad Nacional Palestina (ANP) recurre a esta vía es pensando en qué es lo mejor para la paz. Así se lo hemos explicado muchas veces a las autoridades israelíes y espero que lo podamos seguir haciendo. –España tiene una tradición de compromiso con la causa palestina. ¿Será coherente su voto en la ONU con esta política o se subordinará a lo que diga la UE? –El consenso en la UE es deseable. Una posición mayoritaria en la UE sería incluso más útil para la propia ANP. Pero primero tenemos que conocer el contenido de la resolución que se va a someter a votación y debatirlo en la UE. Esto es algo que la propia ANP comprende. –¿Lo deseable sería que la mayoría de los países de la UE apoyaran en la ONU el reconocimiento del Estado palestino? –Hay tres elementos que compartimos todos los socios de la UE. Uno es el reconocimiento de los dos Estados. Otro es la necesidad de dar garantías de seguridad a Israel. Y un tercero, la vuelta a las negociaciones. Todo lo que votemos tendrá que reunir esas tres condiciones. –El Foro Tripartito sobre Gibraltar ¿está suspendido o definitivamente difunto? –El Foro es un buen instrumento para lo que se diseñó: para abordar cuestiones prácticas que afectan a la vida cotidiana de los ciudadanos de la zona. Pero el ministro principal de Gibraltar [Peter Caruana] quiso llevar al Foro determinadas cuestiones como la soberanía y la jurisdicción de las aguas que rodean el Peñón. El Gobierno tiene claro que estos asuntos solo se tratan bilateralmente entre el Reino Unido y España y, por tanto, decidimos no convocarlo... –Entonces, mientras Caruana insista en abordar la soberanía de las aguas... –No se reunirá el Foro Tripartito. –¿España ha recibido en el Papa a un jefe de Estado extranjero o a un líder religioso? –Hemos recibido a un líder religioso que tiene categoría de jefe de Estado y le hemos dado los honores que le corresponden. –¿Ha cedido el Gobierno en leyes que incomodaban a la Iglesia, como la de libertad religiosa o la de muerte digna?

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–En materia de libertades públicas no ha habido un avance en la historia de España más importante que el que ha llevado a cabo Zapatero. Las leyes se han ido aprobando a medida que hemos tenido el consenso necesario, porque el Gobierno no dispone de mayoría absoluta y debe pactar con otros grupos. Aun así, el balance de esta etapa es extraordinariamente positivo. –Tampoco ha recibido nunca la Iglesia tanta financiación... –La Iglesia católica tiene en España un papel relevante que ningún Gobierno debe desconocer. Las relaciones han sido de respeto y diálogo, pero también de estricta separación entre el ámbito civil y el religioso.

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ENTREVISTA EN EL DIARIO “EL MUNDO” 24 de octubre de 2011 – ¿Qué sabemos de los cooperantes secuestrados en el Sahara y en Somalia? ¿Tendríamos que replantear a qué lugares van las ONG? – Las ONG trabajan en terrenos siempre muy complicados, sobre todo las grandes, pero es justo recordar que estos casos se dan de forma aislada. En ambos estamos intensificando nuestras gestiones diplomáticas, y en concreto Médicos sin Fronteras trabaja estrechamente con nosotros y sobre el terreno. No podemos avanzar nada más porque en este tipo de situaciones nuestro mejor aliado es la discreción y la prudencia. – Por otro lado, ¡menudo notición el comunicado de ETA! ¿Cómo lo valora? – Es un hecho de alcance histórico. Significa el triunfo de la democracia, del Estado de Derecho y de la libertad sobre el terror. Es algo de lo que toda persona de bien se debe alegrar. Y a partir de ahora habrá que actuar con firmeza, inteligencia, prudencia y unidad. Será al nuevo Gobierno y al nuevo Parlamento a quienes corresponda gestionar ese tiempo nuevo. – Vamos, que el final de ETA se ha escrito con vencedores y vencidos. – Sí, hemos vencido los demócratas, como debía ser, porque la razón siempre ha estado de nuestro lado. – Ya han surgido voces diciendo que ahora la sociedad debe ser generosa. ¿Lo debe ser con quienes tienen manchadas las manos de sangre? – Se ha de seguir aplicando la Ley, como siempre. – Al menos Zapatero se irá cumpliendo su deseo de que ETA anunciara el fin durante su mandato… – Lo que se ha cumplido es el deseo de los españoles de bien. – Ya, pero tal vez el PSOE pueda conseguir una rentabilidad política, cosa que le vendría muy bien, tal como van las cosas. – Me niego a hablar de rentabilidad política en este tema. Estamos hablando de mucho sufrimiento, de más de 800 víctimas. – Si el PP gana las elecciones, ¿se mantendrá la unidad o pueden surgir fisuras sobre cómo gestionar el final de la banda? – Afortunadamente, es algo que llevamos diciendo hace muchos años, y todas las declaraciones que hay en esta dirección son alentadoras. Todos hemos asumido el pacto antiterrorista, hemos trabajado juntos, mantenido una posición firme y una política muy clara en relación a las víctimas. Gestionar el final definitivo todavía llevará un tiempo. – Otra noticia importante ha sido la muerte de Gadafi. ¿Qué consecuencias tendrá? – Supone el fin de un periodo largo, triste y oscuro para el pueblo libio. Ahora ellos tomarán las riendas y podrán organizar su convivencia en paz y libertad.

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– ¿Y a nivel internacional? – Con los cambios de la Primavera Árabe se abre un proceso de colaboración internacional ante los riesgos e incertidumbres que nos encontramos. Eso sin duda. – Para ustedes las encuestas pintan muy mal, por debajo de la marca de Almunia… – Las encuestas son malas, pero no dejan de ser eso, encuestas. El PSOE es un partido que siempre ha sabido crecerse ante las dificultades. Ya veremos lo que ocurre. – Usted fue impulsora de la Nueva Vía de Zapatero. ¿Cómo ve la liquidación del zapaterismo? – Fuimos muchas las personas que acompañamos a Zapatero: Chacón, Pajín, Caldera, Blanco… Y seguimos peleando, por lo que es exagerado hablar de liquidación del zapaterismo. Aquí convivimos varias generaciones de socialistas, y eso es muy bueno. Ver ahora a Alfredo, a Felipe González y a Eduardo Madina codo a codo nos da fortaleza. Todos le tenemos un gran respeto a Zapatero, y estoy segura de que habrá momentos futuros que le reconocerán todo su esfuerzo y su legado, como la Ley Integral contra la Violencia de Género, la del matrimonio entre personas del mismo sexo, la Ley de Dependencia, etcétera. – ¿Se ha arrepentido alguna vez de haber apoyado a Zapatero, de quien dicen que ha sido un bluf? – No, nunca. Al contrario, creo que ha sido un gran presidente y un gran beneficio para este país. Ha sido un privilegio estar a su lado. En política tan importante es hacer las cosas bien como saber ser leal. – Rubalcaba está dando un giro a la izquierda y alejándose de la política de Zapatero. Casi le está haciendo una enmienda a la totalidad. – Zapatero ha hecho políticas muy de izquierdas. Ningún Gobierno ha avanzado tanto como éste en derechos y libertades o en materia de política y gasto social. – ¿En estos momentos qué es lo que priorizan: hacer guiños a la izquierda del 15-M o recuperar el voto de centro izquierda perdido? – El PSOE ha contado siempre con el apoyo de la izquierda y del centro izquierda. Además, siempre hemos sido sensibles a lo que la gente pide en la calle; por eso ahora estamos recogiendo alguna de las propuestas del 15-M. Que se haya planteado dentro del programa electoral la posibilidad de la reforma hipotecaria, como la dación en pago, responde a la necesidad de canalizar algunas de las preocupaciones más importantes de la sociedad. – ¿La posición de España ofreciendo Rota para el escudo antimisiles les perjudicará electoralmente? – Que el escudo se instale en Rota es importante, por lo que supone para España y su posición geoestratégica. Somos miembros de pleno derecho de la OTAN y tenemos que cumplir nuestros compromisos. Quizá lo que tenemos que hacer es explicar mejor en qué consiste el acuerdo. El mundo ha cambiado mucho, ya no hay dos bloques. Y la OTAN hoy día es un instrumento de seguridad global.

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– Una curiosidad: ¿comparte la envidia de la exministra Trujillo al PP por la cantidad de mujeres que tiene en el poder? – El PP no puede dar lecciones al PSOE en igualdad. Gracias a este partido somos un referente internacional en la materia. Somos muchas mujeres en el PSOE las que tenemos puestos muy destacados. Ahora somos 19 las que vamos de cabeza de lista, un cambio sensible respecto a otras elecciones. – ¿Qué ofrece Rubalcaba que no pueda hacer Rajoy? – Es un hombre con más capacidad de asumir riesgos y tomar decisiones, una persona mucho más ejecutiva. Nadie debe olvidar que este Gobierno, a pesar de las críticas, ha sostenido a España en una situación de riesgo. – Arriésguese. Dígame quién saldrá ganador del debate televisivo. – Yo apuesto al 100% por Rubalcaba, porque es muy buen polemista, con gran capacidad dialéctica. Y porque sabe lo que este país necesita. La experiencia de gobierno de estos años le ha permitido tener una visión muy amplia. – Un asunto que pinta feo es el de José Blanco. Se ha dicho que está probando de su propia medicina, como hizo él con Camps. ¿Es así? – Me fío de José Blanco, confío en sus palabras y en su inocencia. No hay ningún elemento que me pueda hacer dudar de él. Estamos hablando de casos muy diferentes. El ministro no ha sido imputado. – ¿Usted se ha reunido alguna vez en una gasolinera con algún empresario? – No, no me he reunido en ninguna gasolinera, me he reunido con muchos empresarios en mi actividad política. A veces hay que intentar trascender la anécdota a la categoría, y ver qué hay de realidad en los casos que se conocen. Aquí no hay caso, y lo que está claro es que esa persona no ha recibido ninguna subvención del Gobierno de España y sí las ha recibido del Gobierno de Galicia, gobernado por el PP.

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ARTÍCULO EN EL DIARIO “EL PAÍS”, CON EL TÍTULO “LA PRIMAVERA ÁRABE: UNA VISIÓN PERSONAL” 17 de diciembre de 2011 Desde que la revolución tunecina provocó la huida de Ben Ali y sus efectos se extendieron al resto del mundo árabe, fui consciente de que nos encontrábamos ante un hecho histórico, en el que no solo se jugaba el futuro del mundo árabe, sino también el de Europa y, muy especialmente, el de España. La primavera árabe acaba de empezar, por lo que necesitaremos un tiempo hasta que veamos consolidados regímenes plenamente democráticos. Desconocemos qué tiempo requerirá cada país para que el proceso culmine con éxito, qué vicisitudes y contratiempos quedan por vivirse, cómo se verán afectados otros países con regímenes más tradicionales o cuyo programa reformista no se haya adaptado al nuevo ritmo de cambios y si, en algún caso, se producirá una involución en los procesos ya en marcha. Pero, en cualquier caso, creo que podemos mirar hacia el futuro de la región con optimismo realista y cauto. Estados Unidos y la Unión Europea, y una amplia representación de la comunidad internacional, han estado al lado de estos pueblos cuando decidieron decir basta a los regímenes opresivos. Apoyamos su derecho a manifestarse pacíficamente para reclamar libertad, derechos, dignidad ciudadana, en suma. En el caso libio, el apoyo llegó incluso a imponer por medios militares el embargo de armas y la zona de exclusión aérea para proteger a la población civil. Y seguiremos apoyando hasta vera las primeras elecciones democráticas y sus legítimas aspiraciones satisfechas. Esta apuesta inequívoca de la comunidad internacional por el cambio y la democratización se ha encontrado con el primer dilema tras la celebración de elecciones en Túnez, Marruecos y Egipto. Los partidos que han obtenido el apoyo mayoritario de la población pertenecen a la órbita del islamismo político: Ennahda, PJD y Partido de la Justicia y Libertad. A excepción del PJD, los otros dos partidos están afiliados a los Hermanos Musulmanes. En Libia, Siria y Yemen, la Hermandad también parece que tendrá un papel destacado en los procesos de transición. Pero debemos continuar ahora al lado de estos pueblos, pues el apoyo a las transiciones democráticas no habría sido sincero si solo hubiéramos dado por buena la victoria de las fueras liberales modernizadores más cercanas, en principio, a Occidente. Del mismo modo, hemos de dar un voto de confianza a las nuevas fuerzas políticas cuando proclaman su compromiso con la democracia. La autolimitación del poder con un sistema de controles democráticos, una justicia independiente o la incorporación de los derechos humanos en las respectivas Constituciones, son elementos del programa del nuevo islamismo político. Uno de los asuntos que más polariza el debate interno- y la atención de Occidente- en los procesos de transición es el papel del Islam y la sharía en el sistema

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político resultante. En Túnez parece haber consenso para reproducir el artículo 1 de la Constitución de 1959 (“Túnez es un estado libre, independiente y soberano; su religión es el Islam, su idioma el árabe y su régimen la república”), con lo que es perfectamente interpretable que el Islam es la religión de Túnez y no la del Estado. En todo caso, esta solución no es factible para estados pluriconfesionales, como Egipto o Siria. Por otra parte, no debemos considerar la sharía como un conjunto de reglas inmutables. La fuente primordial – el Corán – admite diversas interpretaciones en cuestiones como el estatuto de la mujer o las penas aplicables a algunos delitos recogidos en el libro santo del Islam. De lo contrario, no se entendería que pudieran haberse promulgado el código de estatuto personal tunecino de 1956 o el código de familia marroquí de 2003, a los que nadie se atrevería a calificar de contrarios al Islam. Creo que esta nueva fase de la historia árabe supone el principio del fin del particularísimo árabe-musulmán, al menos en lo que se refiere a la supuesta incompatibilidad entre el Islam y la democracia o el Islam y los derechos humanos. Por otro lado, la crisis política que están viviendo los países árabes inmersos en procesos revolucionarios se acompaña, además, de una doble crisis económica: la que ellos mismos experimentan y la que atraviesan los vecinos del norte europeo. Unos y otros nos necesitamos y creo, sinceramente, que las posibilidades de cooperación económica y empresarial que ahora se abren en el sur son una oportunidad para que el norte pueda salir de la crisis. Es necesaria también una reflexión sobre las iniciativas regionales y subregionales prioritarias para España: qué debemos hacer para que la Unión por el Mediterráneo o la cooperación entre el Magreb y los países europeos del Mediterráneo occidental (iniciativa 5+5) se adapten a las nuevas circunstancias. Asimismo, el protagonismo adquirido por la Liga Árabe en estos últimos meses debería dar lugar a un renovado diálogo euroárabe, sobre unas bases nuevas y más efectivas. Junto a ello, hemos de ser conscientes de que la primavera árabe surge en un contexto en el que se entrecruzan dos cuestiones geoestratégicas de primer orden en la región de Oriente Próximo. Me refiero al conflicto árabe-israelí y al contencioso con Irán a causa de su programa nuclear. El conflicto árabe-israelí y, especialmente, el palestino-israelí, se verá afectado por lo que suceda en el entorno regional. Por distintas razones, ni israelíes ni palestinos creen que en los próximos meses pueda haber avances sustantivos en el proceso de paz. La misma palabra “proceso” no goza de buena reputación entre los palestinos, que quieren hablar ya de estatuto final e involucrar a las Naciones Unidas buscando su pleno reconocimiento como Estado. Israel, por su parte, siente más amenazada su seguridad en un neuvo contexto que percibe como más hostil y prefiere no dar pasos a la espera de que se asienten los nuevos regímenes. Y, sin embargo, no hay tiempo que perder porque la solución de dos Estados, el palestino y el israelí, se va cerrando a medida que pasa el tiempo y no cesa la actividad de construcción en los asentamientos.

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La primavera árabe ha traído una complicación adicional a un conflicto de por sí complejo. Durante el proceso de Annapolis se partía de la premisa de que se podía concluir un acuerdo de paz entre Israel y la OLP, controlada por Fatah, cuya aprobación sería sometida mediante referéndum a la población palestina, dejando de lado a Hamás. Una vez que los líderes palestinos de Cisjordania y Gaza, atendiendo las demandas de las respectivas poblaciones, han decidido dar prioridad a la reconciliación intrapalestina, parece que se habrá de contar con Hamás para cualquier acuerdo de paz. ¿Renunciará Hamás a la violencia previamente?¿Aceptará la solución de dos Estados como prerrequisito de las negociaciones? ¿Qué efecto tendrá sobre Hamás que partidos pertenecientes a la Hermandad vayan a presidir Gobiernos de coalición en algunos países árabes? En relación con Irán, está en vigor un régimen de sanciones aprobado por el Consejo de Seguridad sobre el programa nuclear iraní. Existe, no obstante, la impresión de que es Occidente el principal impulsor de la movilización internacional en este caso y, solo desde un segundo plano, son conocidos los recelos que provoca el programa nuclear iraní en los países del Golfo. Sin embargo, las nuevas fuerzas revolucionarias, incluidas las islamistas, están adoptando una actitud más crítica hacia el régimen iraní, al que ven como uno de los apoyos principales del régimen sirio. El conflicto sirio, además está hondando un enfrentamiento intracomunitario que encona aún más las relaciones de las nuevas autoridades árabes con Irán. ¿Qué repercusiones tendrá este fenómeno en el enfoque del mundo árabe hacia el programa nuclear de Irán, país al que se percibe como contrario a la ola democratizadora de la región? En definitiva, la primavera árabe ha alterado radicalmente la situación en los países árabes, las relaciones entre estos y Occidente e incidirá sustancialmente en otras grandes cuestiones de Oriente Próximo. España se juega mucho en los próximos años en ese ámbito y debe por ello contribuir significativamente a las decisiones que se adopten en la Unión Europea y otros foros internacionales relacionadas con nuestra región vecina. En ella radica parte de nuestro futuro.

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INTERVENCIONES PARLAMENTARIAS

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COMPARECENCIA ANTE EL PLENO DEL SENADO, PARA RESPONDER A LA PREGUNTA DEL SENADOR PEDRO TORRES I TORRES, DEL GRUPO PARLAMENTARIO MIXTO, SOBRE EL BALANCE DE LA COOPERACIÓN ESPAÑOLA EN HAITÍ TRAS EL TERREMOTO OCURRIDO HACE UN AÑO (BOCG núm. 106, de 18 de enero de 2011) La señora MINISTRA DE ASUNTOS EXTERIORES Y DE COOPERACIÓN (Jiménez García-Herrera): Muchas gracias, presidente. Señoría, efectivamente tras el terremoto que asoló el país hace un año Haití sufrió una de las peores crisis humanas que hemos conocido hasta la fecha, y desde el primer momento España se sintió especialmente responsable en la respuesta que teníamos que dar a la catástrofe. Somos el tercer país donante de ayuda internacional desde hace ya muchos años, pero, además, somos el primer país donante de la Unión Europea y quiero también recordar que el terremoto coincidió con el inicio de la Presidencia de la Unión Europea por parte de España. Por ello, quiero también reconocer la capacidad de la cooperación española para reaccionar inmediatamente poniendo en marcha el operativo de emergencia más amplio que hemos conocido en nuestra historia. Señorías, en los treinta días siguientes al terremoto, el Gobierno de España coordinó el envío de veintiséis aviones, veintiséis vuelos, con personal especializado en rescate, equipos sanitarios y diverso material de emergencia; dieciséis vuelos fueron fletados por la Agencia Española de Cooperación; cuatro, por el Ministerio de Defensa y seis en colaboración con la Cruz Roja; además, el Ministerio de Defensa contribuyó con el envío del buque Castilla. Quiero destacar también aquí la colaboración con el Ministerio del Interior en la coordinación de los efectivos de protección civil, así como la participación de las comunidades autónomas y de los ayuntamientos, que aportaron recursos y personal. Pero, sobre todo, quiero poner en valor la estrecha colaboración de la Agencia Española de Cooperación con las distintas organizaciones no gubernamentales españolas que están especializadas en ayuda humanitaria. En total, en la primera etapa de emergencia, España desembolsó 61 millones de euros, que es el cien por cien de los fondos comprometidos, pero nuestra contribución ante el brote de cólera ha sido igualmente importante. España también ha cumplido con sus compromisos económicos en la segunda etapa de reconstrucción, sobre todo en los proyectos centrados en agua y saneamiento, que son proyectos especialmente importantes en este momento. En total, señorías, la Agencia Española de Cooperación ha desembolsado 170 millones de

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euros. Es cierto que, a pesar de todo el esfuerzo realizado, a un año del terremoto la situación en Haití sigue siendo enormemente preocupante, por un lado, por la lentitud de la reconstrucción, por las dificultades para lograr con rapidez unas mejores condiciones de vida, condiciones de vida dignas para los haitianos. Mejorar la coordinación de la ayuda y también la operatividad del Gobierno haitiano se ha convertido en un objetivo imprescindible.

* * *

La señora MINISTRA DE ASUNTOS EXTERIORES Y DE COOPERACIÓN (Jiménez García-Herrera): Termino, señor presidente. También me parece importante destacar que Haití ha movilizado –al menos aquí en nuestro país– una auténtica oleada de solidaridad pública notable, y por ello quiero reafirmar hoy aquí, en el Senado, el compromiso firme del Gobierno de España y de la sociedad española con el pueblo de Haití. Muchas gracias.

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COMPARECENCIA ANTE EL PLENO DEL SENADO, PARA RESPONDER A LA PREGUNTA DEL SENADOR IÑAKI MIRENA ANASAGASTI OLABEAGA, DEL GRUPO PARLAMENTARIO DE SENADORES NACIONALISTAS, SOBRE SI EL GOBIERNO PIENSA RECONOCER EN EL MENOR TIEMPO POSIBLE AL NUEVO ESTADO SURGIDO DEL REFERÉNDUM DE AUTODETERMINACIÓN EN SUDÁN DEL SUR (BOCG núm. 106, de 18 de enero de 2011) La señora MINISTRA DE ASUNTOS EXTERIORES Y DE COOPERACIÓN (Jiménez García-Herrera): Muchas gracias, señor presidente. Señoría, como sabe, se estima que durante la primera semana de febrero podremos conocer los resultados preliminares del referéndum, que se ha producido, en efecto, de manera ordenada y en un ambiente relativamente tranquilo y sin incidentes; los datos provisionales de que disponemos indican que se ha rebasado el 60% de la participación necesaria para dar validez al referéndum. Además, según las primeras estimaciones, entre el 95 y el 98% de los ciudadanos del sur de Sudán habrían optado por la independencia, coincidiendo con las previsiones de todos los observadores. Como sabe, la organización del referéndum ha requerido de un gran esfuerzo diplomático que aún no ha terminado; quedan todavía aspectos relacionados con la nacionalidad, la definitiva demarcación fronteriza, el reparto de la riqueza, del petróleo, etcétera, que aún tienen que resolverse. Si se confirman estos resultados, el acuerdo global de paz establece que la proclamación del nuevo Estado –del que todavía ni siquiera conocemos el nombre– debe producirse seis meses después de la celebración del referéndum, es decir, en julio de 2011; solo a partir de ese momento –como el resto de nuestros socios– España reconocerá el nuevo Estado, consecuentemente con nuestro respaldo –que lo dimos desde el primer momento– al cumplimiento íntegro del acuerdo global de paz. Muchas gracias

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La señora MINISTRA DE ASUNTOS EXTERIORES Y DE COOPERACIÓN (Jiménez García-Herrera): Gracias, señor presidente. Señoría, coincido con su análisis. Efectivamente, el referéndum que ha tenido lugar en Sudán del Sur va a traer nuevas expectativas como, posiblemente, la creación de un nuevo Estado. Por tanto, el acuerdo global de paz que se firmó y que España apoyó llegará a buen término. Esto puso fin a veinte años de una guerra civil entre el norte y el sur que causó cuatro millones de muertos. Por lo tanto, es

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cierto señoría que todo lo que se haga en este sentido es bueno para el continente africano y para todos aquellos que queremos la paz en dicha región. Señoría, me va a permitir que le diga que ese referéndum y la declaración de independencia, si se producen, nada tienen que ver con la declaración unilateral de independencia de la provincia de Kósovo. En el caso de Sudán se trata de una independencia legal que figura en un acuerdo de paz promovido por la comunidad internacional y que, además, ha sido acordada por las partes; quizá esto, el acuerdo entre las partes, sea lo más importante. Señoría, quiero decirle que España se ha implicado a fondo en este esfuerzo diplomático colectivo. De hecho, la reapertura de nuestra embajada en Jartum en el año 2006 vino motivada precisamente por la firma del acuerdo global de paz en el año 2005.

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La señora MINISTRA DE ASUNTOS EXTERIORES Y DE COOPERACIÓN (Jiménez García-Herrera): Termino, señor presidente. Quiero aprovechar para informar que nuestro compromiso con el sur es firme y se traducirá en la apertura de una oficina de representación en Juba, la capital del sur, dentro del complejo de la Unión Europea donde ya están el resto de nuestros socios, para así facilitar el trabajo de la cooperación española en el país. Muchas gracias.

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COMPARECENCIA ANTE EL PLENO DEL SENADO, PARA RESPONDER A LA PREGUNTA DE LA SENADORA ADORACIÓN QUESADA BRAVO, DEL GRUPO PARLAMENTARIO SOCIALISTA, SOBRE LAS PRINCIPALES ACTIVIDADES DE LA CELEBRACIÓN EN 2011 DEL AÑO DE ESPAÑA EN RUSIA Y DEL AÑO DE RUSIA EN ESPAÑA (BOCG núm. 106, de 18 de enero de 2011) La señora MINISTRA DE ASUNTOS EXTERIORES Y DE COOPERACIÓN (Jiménez García-Herrera): Muchas gracias, señor presidente. Señoría, efectivamente acabo de regresar de Moscú, donde ayer tuve ocasión de participar en el acto de lanzamiento del año de España en Rusia y de Rusia en España, junto con el viceprimer ministro de aquel país. Como ha señalado, Rusia es un socio estratégico de España y, por ello, el Gobierno considera que el año dual es una oportunidad excepcional para propiciar un salto cualitativo en las relaciones entre ambos Estados, muy especialmente en el ámbito económico, en sintonía también con la asociación para la modernización entre Rusia y la Unión Europea ya suscrita. Esta celebración supone un momento en la intensidad y número de contactos entre ambos países a nivel político, pero también entre el sector privado y la sociedad civil. Y en este sentido, quiero anunciarle que Sus Majestades los Reyes de España y el presidente de Rusia inaugurarán el año dual España–Rusia en San Petesburgo el próximo día 25 de febrero. Concretamente van a inaugurar la exposición Obras maestras del Museo del Prado, en el Museo del Hermitage, y van a participar en otros actos de contenido económico y empresarial con empresarios de ambos países. Por otro lado, España será la invitada de honor en el Foro Económico de San Petersburgo, que clausurarán a mediados de junio el presidente del Gobierno, el señor Zapatero, y el presidente de Rusia. También el primer ministro, Vladímir Putin, visitará Madrid en mayo de 2011, pero el programa de actividades es mucho más denso y, además, muy extenso. En el ámbito económico quiero destacar el programa Made in/by Spain, del Ministerio de Industria, Turismo y Comercio, que estará dedicado a Rusia en los años 2011 y 2012. En el ámbito científico y educativo España será invitada de honor de la feria del libro de Moscú. Y también será importante la colaboración en el ámbito de la investigación, la innovación, la inversión, el diseño, energías renovables, astrofísica, tecnologías de la información. Y ya, por último, en el ámbito cultural y artístico, el programa, además, incluye ballet, música, teatro, exposiciones de arte, arquitectura, fotografía, festivales de cine, entre otras actividades como, por ejemplo, la invitación a Rusia en la Feria Arco.

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En definitiva, señoría, el año dual, créame, representa una ocasión única para identificar oportunidades, para crear recursos futuros que consoliden nuestras relaciones en todos los ámbitos. Rusia es un gran país y España quiere fortalecer las relaciones con este país. Muchas gracias

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COMPARECENCIA ANTE LA COMISIÓN MIXTA PARA LA UNIÓN EUROPEA, PARA PRESENTAR LA POLÍTICA EXTERIOR ESPAÑOLA HACIA LA UNIÓN EUROPEA E INFORMAR SOBRE LAS FUNCIONES, COMPOSICIÓN Y PUESTA EN MARCHA DEL SERVICIO EUROPEO DE ACCIÓN EXTERIOR (BOCG núm. 165, de 15 de febrero de 2011) La señora MINISTRA DE ASUNTOS EXTERIORES Y DE COOPERACIÓN (Jiménez García-Herrera): Señorías, es para mí un motivo de satisfacción comparecer ante esta Comisión por primera vez desde que asumí la cartera de ministra de Asuntos Exteriores y de Cooperación para presentar las líneas generales de la política exterior española hacia la Unión Europea. Señorías, España siempre ha tenido una fuerte vocación europea y hemos trabajado de manera decidida para contribuir al proceso de construcción europea con el fin de lograr una Europa más eficaz, más integrada, más solidaria, más próspera y que actúe con una mayor relevancia en el mundo y que promueva también la paz y la estabilidad. En el primer semestre de 2010, en el que España ocupó la Presidencia del Consejo de la Unión, tuvimos la oportunidad de demostrar nuestro compromiso como país con el proyecto europeo y lo hicimos en un momento clave, coincidiendo con la entrada en vigor del Tratado de Lisboa. A España le correspondió en ese momento liderar la puesta en marcha de la batería de novedades institucionales previstas en el nuevo tratado, como era el reforzamiento de la legitimidad democrática de la Unión a través de un mayor peso institucional del Parlamento Europeo y de los parlamentos nacionales, así como también la puesta en marcha del Servicio Europeo de Acción Exterior, al que me voy a referir específicamente más adelante. Fue también un momento clave por la coyuntura internacional que atravesamos, repleta de no pocos desafíos, y me refiero fundamentalmente a la crisis económica y financiera que ha marcado sin duda la agenda comunitaria de estos dos últimos años. A ello me voy a referir en primer lugar. Como saben, señorías, el impacto y la complejidad de la actual coyuntura económica nos han llevado a tomar importantes medidas en este ámbito. Por una parte, la crisis en los mercados de deuda pública que han sufrido algunos Estados miembros ha encontrado una importante respuesta europea. Esta respuesta se ha caracterizado por la aprobación de mecanismos de apoyo a los Estados miembros con mayores dificultades de financiación en los mercados de deuda pública. En concreto, en mayo de 2010 se aprobó un paquete de 110.000 millones de euros para Grecia y de 750.000 millones de euros con carácter general en la Unión Europea. Con cargo al mismo, en noviembre de 2010 el Consejo

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aprobó también un paquete de ayuda a Irlanda por importe de 85.000 millones de euros. Por otro lado, ante la expiración de los actuales esquemas de ayuda, que está previsto que finalicen en mayo de 2013, España ha apoyado la creación de un nuevo instrumento permanente de gestión de crisis que es el denominado mecanismo europeo de estabilidad, así como también la necesaria modificación del Tratado de Lisboa para llevarlo a cabo. En el próximo Consejo Europeo de primavera, que va a tener lugar los días 24 y 25 de marzo, está previsto que terminen los trabajos para la creación, mediante acuerdo intergubernamental, de este nuevo mecanismo que entrará en vigor cuando expire el actual, es decir en mayo de 2013. Igualmente, está previsto que se apruebe formalmente la decisión de reforma del tratado que permita que sea de carácter permanente. En este sentido, prevemos iniciar el procedimiento de ratificación en esta Cámara para que la modificación del tratado pueda entrar en vigor el día 1 de enero de 2013. Además, el próximo Consejo Europeo de primavera abordará el estudio de propuestas concretas que deberán ser preparadas por el Eurogrupo con vista a fortalecer la actual facilidad europea de estabilidad financiera y asegurar tanto su efectividad como un apoyo adecuado. En este mismo ámbito quiero referirme también a las medidas encaminadas a reforzar el Gobierno económico de la Unión Europea. Son medidas todas ellas de extraordinaria importancia, son medidas destinadas a consolidar, avanzar, profundizar en una política económica común y también en una mayor fortaleza de los fundamentos en torno a la estabilidad monetaria del conjunto de la Unión, en particular de la zona euro. España está satisfecha con las líneas de reforma que he presentado el informe de la Task Force sobre el reforzamiento de la gobernanza económica, que como recordarán fue encargado bajo Presidencia española, y hemos apoyado también el calendario trazado por la Presidencia húngara para que las propuestas legislativas puedan ser adoptadas en junio de 2011. Son propuestas legislativas muy concretas que, como saben, pretenden, en primer lugar, reforzar la disciplina presupuestaria; en segundo lugar, afianzar el cumplimiento del Pacto de Estabilidad y Crecimiento, tanto en su versión preventiva como correctiva; en tercer lugar, alcanzar un mayor grado de efectividad de los procedimientos de sanción bajo el control político del Consejo; en cuarto lugar, avanzar en la supervisión de los marcos presupuestarios nacionales y garantizar que sean compatibles con el Pacto de Estabilidad; en quinto lugar, aplicar un verdadero marco de supervisión macroeconómica que incluya la evolución de la competitividad de cada país; y, por último, intensificar la coordinación de las políticas económicas con la introducción del semestre europeo, que es un procedimiento de coordinación de los esfuerzos nacionales tanto en el ámbito del Pacto de Estabilidad como en el de la estrategia 2020. Es decir, señorías, son propuestas legislativas que pretenden consolidar con verdadera dimensión estructural el pilar económico de la Unión y, por tanto, contribuir a reforzar la gobernanza económica. Tenemos ya una unión monetaria y necesitamos y aspiramos a avanzar hacia una unión económica. Son medidas, en definitiva, que ponen de manifiesto el compromiso político de los Estados miembros

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con el proyecto europeo, con el euro y con la estabilidad financiera de Europa, así como también con la determinación de la Unión de impulsar todas aquellas acciones que sean necesarias para garantizarlo. Este compromiso se va a traducir en los próximos meses en el necesario fortalecimiento del Pacto de Estabilidad y del pacto de competitividad. Señorías, durante décadas Europa ha sido el espacio económico más competitivo y con más bienestar del mundo; es cierto que la crisis económica y financiera ha sacudido el orden económico internacional vigente y que los llamados países emergentes han ganado protagonismo en el escenario internacional; es cierto también que la crisis económica ha afectado especialmente a los países de la Unión Europea, a los países más desarrollados, pero también es cierto que Europa, y con ello los países de la zona euro, no vamos a renunciar a seguir siendo competitivos en este mundo globalizado que tiene nuevos actores, que tienen una gran importancia, y tampoco vamos a renunciar a la prosperidad, a lo que siempre ha significado nuestro Estado de bienestar. Precisamente la crisis económica y financiera que estamos viviendo ha puesto de nuevo de manifiesto la necesidad de dotarnos de un marco común para responder de manera sólida y estable, de manera responsable y sostenible a todos estos desafíos que tenemos por delante. La Unión Europea representa el más ambicioso proyecto colectivo político y económico que existe en el mundo que jamás se haya ensayado, y estamos dispuestos a hacer todo lo necesario para garantizar la estabilidad del euro, para seguir promoviendo aquellas reformas que impulsen el crecimiento del que depende la sostenibilidad de nuestro Estado del bienestar y para reforzar el marco de regulación y supervisión del sistema financiero a través del nuevo sistema europeo de supervisión financiera en colaboración con el Banco Central Europeo. Por tanto, para mantener estos dos grandes objetivos que son competitividad y bienestar son necesarias las reformas que nos van a permitir adaptarnos a este nuevo cambio y a este nuevo tiempo, que es, por otra parte, lo que ha caracterizado siempre a la Unión Europea. La construcción de la Unión ha sido siempre una unión hecha paso a paso, somos sin duda alguna un gran laboratorio de innovación, que en el fondo significa que somos un gran laboratorio basado en la creatividad. Pero sin duda tenemos que trabajar para que la Unión Europea sea más efectiva a la hora de establecer objetivos compartidos, reglas comunes y procedimientos de rendición de cuentas, y en ese empeño es en el que está este Gobierno. Como saben, el último Consejo Europeo de 4 de febrero abordó, además de asuntos relativos a la energía y la innovación, el fortalecimiento del Pacto de Estabilidad y el pacto de competitividad con el objetivo de lograr precisamente una mayor coordinación y convergencia en la competitividad de las economías, especialmente de la zona euro. El siguiente paso, como antes señalaba, será una cumbre extraordinaria de jefes de Estado y de Gobierno de la zona euro que va a tener lugar el próximo día 11 de marzo, donde trataremos precisamente el pacto de competitividad. Quiero que sepan que esta nueva fase de la construcción del

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Gobierno económico cuenta con un firme respaldo del Gobierno de España y les recuerdo que bajo Presidencia española siempre propusimos una mayor integración, una mayor coordinación económica, no solo de la zona euro, aunque fundamentalmente, sino del conjunto de la Unión Europea. Señorías, dentro de los aspectos económicos de la Unión quiero referirme también a los principales elementos de negociación sobre las futuras perspectivas financieras que se iniciará en junio de 2011, cuando la Comisión presente formalmente su propuesta. Sin duda, las perspectivas financieras son un elemento clave del sistema presupuestario europeo, más aún en el contexto actual, ya que como instrumento de disciplina fiscal establecen los límites o techos anuales para los gastos e ingresos de la Unión para un periodo determinado. Es decir, el nuevo marco financiero va a determinar los importes máximos a destinar a cada política de la Unión, así como el sistema de financiación de las mismas. Por tanto, se trata de uno de los expedientes más importantes de la agenda europea, ya que supone la traducción financiera y presupuestaria de las prioridades políticas de la Unión para los próximos años. Pues bien, como saben, hasta la fecha la Comisión ha presentado tres documentos para la negociación del próximo marco financiero plurianual: el documento sobre revisión del presupuesto de la Unión Europea, en octubre del año 2010; el quinto informe sobre cohesión económica, social y territorial: el futuro de la política de cohesión, que presentó en noviembre de 2010, y la política agrícola común, la PAC, en el horizonte de 2020: responder a los retos en el ámbito territorial de los recursos naturales y alimentarios, que también presentó en noviembre de 2010. Con estos documentos la Comisión ya ha adelantado cuáles serán algunas de las propuestas en la negociación de esas perspectivas financieras. Uno de los elementos más importantes de la negociación va a ser el tamaño del presupuesto o volumen actual de fondos que los Estados miembros vamos a poner a disposición de la Unión Europea para los próximos años. Hay cinco Estados miembros –Alemania, Francia, Reino Unido, Países Bajos y Finlandia– que ya se han manifestado a favor de congelar o incluso de reducir el presupuesto. La posición del Gobierno de España es que el presupuesto debe contar con los recursos suficientes para hacer frente a los importantes retos de futuro. No obstante, y en línea con lo que han planteado estos cinco países anteriormente citados, consideramos que se tienen que tener en cuenta los esfuerzos de consolidación presupuestaria que estamos haciendo en cada uno de los Estados miembros. Un segundo elemento importante de la negociación es la pretensión de que el futuro marco financiero plurianual se centre en los objetivos que hemos aprobado de la estrategia 2020. Consideramos necesario que el presupuesto de la Unión acompañe los esfuerzos que los Estados miembros estamos realizando en la transición hacia un modelo económico sostenible, porque todos los países estamos trabajando en esa dirección. El presupuesto debe ser un instrumento ágil y útil para la convergencia tecnológica y la sociedad del conocimiento, que son los objetivos que pretendemos alcanzar para lograr un mayor rendimiento y una mayor competitividad.

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Como les decía antes, España defiende que la importancia que se conceda en el presupuesto a la estrategia Europa 2020 no debe hacerse nunca en detrimento de las políticas tradicionales, como son la política agrícola común y la política de cohesión. Estamos de acuerdo con acompañar los objetivos de la estrategia 2020, pero que no se haga en detrimento de nuestra política agrícola común ni de la política de cohesión. El Consejo Europeo, a instancias de España, ya ha reconocido la importante contribución de ambas políticas a los objetivos de la estrategia. Por tanto, España reivindicará el mantenimiento de una política agrícola común fuerte y suficientemente dotada. Además nos opondremos a propuestas de renacionalización, incluyendo la cofinanciación de los pagos directos, por cierto, en línea con la PNL que se aprobó por unanimidad en el Pleno del Congreso la semana pasada. En el marco de la política de cohesión, España se va a mostrar partidaria de ofrecer a las regiones y países menos favorecidos el apoyo y solidaridad que la Unión Europea ha proporcionado a España durante estos últimos años. Al mismo tiempo, si bien asumimos que España se convertirá en contribuyente neto en el próximo marco financiero, defenderemos que se mantengan mecanismos para suavizar la pérdida de fondos de la política de cohesión. Es decir, consideramos prioritario garantizar que el cambio de nuestras relaciones financieras respecto a los fondos comunitarios sea gradual. Otro de los elementos importantes de la negociación que va a defender el Gobierno es el futuro sistema de financiación del presupuesto comunitario y la posibilidad de introducir recursos propios europeos como nueva fuente de ingresos de las arcas de la Unión Europea. La reforma del sistema de recursos propios es un tema especialmente complejo y no es nuevo. Es un tema complejo no solo por su naturaleza técnica sino también por las implicaciones políticas y por la existencia del llamado cheque británico. En este ámbito España siempre se ha mostrado dispuesta a reflexionar sobre posibles nuevas fuentes de financiación del presupuesto europeo y sobre la necesidad de simplificar el complejo entramado de correcciones y compensaciones presupuestarias que actualmente existe y que todos conocemos; por ello consideramos que el resultado final debería ser una financiación de la Unión más transparente y basada fundamentalmente en la prosperidad relativa de los Estados miembros. Como decía, se trata de uno de los expedientes más importantes de la agenda europea y sé que tendremos ocasión de seguir este asunto con mucha atención porque hace ya un año que se ha constituido en el seno de esta Comisión una ponencia específica sobre el futuro marco presupuestario de la Unión Europea y además se ha constituido –y estamos trabajando con las líneas directrices que se van marcando en ese grupo– para estudiar su impacto especialmente sobre la reforma de la política agraria común y sobre la política de cohesión. Señorías, esta visión panorámica de los retos inmediatos de la Unión no quedaría completa si no hiciéramos una referencia al capítulo de las relaciones exteriores, en parte porque nuestra seguridad y bienestar dependen también de

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las relaciones con nuestros socios estratégicos y también por la capacidad de hacer frente conjuntamente a los desafíos que nos vamos encontrando en el escenario internacional, pero sobre todo porque la entrada en vigor del Tratado de Lisboa en enero del año 2010 ha supuesto una oportunidad para avanzar en el objetivo compartido de lograr el desarrollo de la Unión Europea como un actor global relevante en el escenario internacional y también con una acción exterior que sea más eficaz, visible y coherente entre todos los países miembros. Como decía al principio de mi intervención, la Presidencia española se enfrentó al desafío de poner en marcha todas las novedades institucionales del Tratado de Lisboa, entre ellas específicamente la del nuevo Servicio Europeo de Acción Exterior, al que me voy a referir de una manera específica porque se trata de una petición del Grupo Parlamentario Popular. Como saben, en el Tratado de Lisboa el Servicio Europeo de Acción Exterior se configura como apoyo a las funciones del alto representante de la Unión para asuntos exteriores y política de seguridad con el fin de situar bajo un mismo paraguas las distintas vertientes de la acción exterior de la Unión, tanto la política exterior y de seguridad común como las políticas comunitarias. Es importante recordar que la alta representante es también vicepresidenta de la Comisión y coordina las responsabilidades de la misma en el ámbito de las relaciones exteriores. Por lo que se refiere a las competencias concretas, el Servicio Europeo de Acción Exterior, de acuerdo con la decisión de su creación, también participa en la definición y programación de la política de cooperación al desarrollo dejando en todo caso a la Comisión la programación del detalle y la ejecución de la misma. Quedan excluidas de su ámbito las cuestiones comerciales y, por el momento, los temas consulares que muchos Estados pequeños están reclamando, pero que tenemos mecanismos para responder a los mismos. En el Tratado de Lisboa también se establece que el Servicio Europeo de Acción Exterior estará compuesto por funcionarios procedentes de la Comisión, por funcionarios procedentes de la Secretaría General del Consejo y por los servicios diplomáticos nacionales de los Estados miembros. España ha colaborado muy activamente en esta primera fase –es una fase compleja por lo que supone crear algo nuevo que antes no existía– para desarrollar todas las previsiones que venían recogidas en el Tratado de Lisboa. De hecho, durante nuestra Presidencia logramos el consenso necesario para la adopción de la decisión política que lo regula. Tras la aprobación de la necesarias modificaciones al estatuto del personal y al reglamento financiero, el Servicio Europeo de Acción Exterior comenzó su andadura el pasado 1 de enero del año 2011, coincidiendo con el primer aniversario de la entrada en vigor del Tratado de Lisboa y del nombramiento de la alta representante. Precisamente la decisión que regula el Servicio Europeo de Acción Exterior, que se plantea como un servicio sui géneris, separado de la Comisión y de la Secretaría General del Consejo, establece una estructura ambiciosa bajo la dirección de

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la alta representante, que está compuesta por los servicios centrales en Bruselas y por las delegaciones de la Unión Europea que están desplegadas por todo el mundo. Es decir, había un servicio preexistente que pasa a integrarse en este nuevo modelo diseñado en el Tratado de Lisboa. El personal se recluta por mérito y capacidad para mantener un nivel alto de representación, pero también se va a respetar un cierto equilibrio geográfico y de género, aunque no se mencionan cuotas específicas. Sí se establecen en cambio cuotas implícitas, horquillas, por institución de procedencia. Al menos un 60 por ciento de este personal deberá proceder de las instituciones comunitarias –de la Secretaría General del Consejo y de la Comisión– y al menos un tercio deberá proceder de los servicios diplomáticos nacionales entre todos los países, estos últimos con estatus de agentes temporales porque están sujetos a una estancia máxima de representación del Servicio Europeo de Acción Exterior de diez años, un límite del que estarán exentos los funcionarios que procedan de otras instituciones comunitarias. En este sentido, como ya saben, se ha procedido a una primera selección de los jefes de delegación, en la que han participado candidatos de los Estados miembros, y también se ha procedido a los nombramientos de la casi totalidad de la cúpula directiva del Servicio Europeo de Acción Exterior, lo que se conoce en el lenguaje comunitario como burbuja. En fin, señorías, es cierto que la culminación de los trabajos de creación del Servicio Europeo de Acción Exterior apuntala una de las grandes ambiciones de la Unión Europea y es el objetivo último de que la Unión Europea hable con una y más potente voz en el mundo. La labor del Servicio Europeo de Acción Exterior no ha hecho más que empezar y va a requerir de un cierto tiempo para la consolidación del mismo, tanto de sus estructuras en Bruselas como de su estructura y su labor en el exterior. Por supuesto, en este proceso de conformación del Servicio Europeo de Acción Exterior la alta representante continuará contando con todo el apoyo de España como lo ha tenido hasta el momento. Señorías, quisiera referirme ahora a los asuntos relacionados con la ampliación de la Unión, a la política europea de vecindad, y más brevemente a su política exterior respecto a nuestros socios estratégicos y las relaciones comerciales. La Unión –como saben muy bien sus señorías– es una entidad abierta y debe serlo de forma más evidente en nuestra vecindad inmediata, porque sin duda Europa se juega en gran medida su credibilidad de cara a desarrollar de forma coherente los actuales procesos de ampliación que están abiertos, con Turquía en primer lugar pero también con Islandia, con Croacia y con los Balcanes occidentales. Como saben, España es partidaria –lo ha sido tradicionalmente– de los procesos de adhesión, que deben centrarse fundamental y adecuadamente, de manera que aseguren por un lado el fortalecimiento de la Unión y que permitan por otro lado a los nuevos Estados miembros estar en condiciones de hacer uso pleno de los beneficios que les representa su adhesión. Sobre Turquía, el Gobierno apoya plenamente su ingreso en la Unión Europea,

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a pesar de que las negociaciones se están demorando mucho, es cierto. Hay causas técnicas pero también hay razones políticas que explican ese retraso. Turquía ostenta una posición estratégica en el este del Mediterráneo y la Unión siempre ha valorado de forma muy positiva ese carácter de árbitro y ese carácter responsable que tiene la política exterior turca en la región. No obstante, las diferencias territoriales, el conflicto territorial con Chipre, son en estos momentos el mayor obstáculo político para avanzar en el ingreso de Turquía en la Unión, a pesar de que consideramos que las negociaciones deberían basarse en criterios estrictamente técnicos y por lo tanto se debería evitar que un conflicto bilateral influyera en las negociaciones de adhesión de un candidato. Las negociaciones de adhesión también se enfrentan a problemas técnicos. Es cierto que Turquía ha hecho un extraordinario esfuerzo –hay que reconocerlo– por adaptarse a los estándares de la Unión Europea. Hoy se puede afirmar con rotundidad que se trata de una economía y de un sistema político mucho más sólido, más abierto y más asentado que hace diez años, pero como sus señorías conocen, los estándares europeos son exigentes y quedan reformas pendientes que España anima y que ayudará a poner en marcha en ámbitos importantes, como son la organización de la justicia o los derechos civiles. España también apoya la adhesión de Croacia. Es más, durante la Presidencia española logramos que de los treinta y cinco capítulos de que constan las negociaciones casi un 25 por ciento de ellos experimentara avances significativos. De hecho, el Consejo del pasado mes de diciembre declaró que las negociaciones con Croacia se encuentran ya en su fase final, a pesar de que hay que reconocer que los capítulos pendientes son los más sensibles, normalmente son los que se dejan para el final. La Presidencia húngara –desde luego con el apoyo de España– va a seguir haciendo esfuerzos para que las negociaciones puedan concluir este primer semestre del año 2011. Sobre los Balcanes occidentales nuestro compromiso sigue siendo muy firme y muy claro. Esta década debe ser la de la integración de toda la región balcánica en la Unión Europea, cerrando así una página dolorosa de la historia de nuestro continente. Es una manera de reparar tanto dolor y tanto daño. En este sentido, 2010 fue un año en el que también se produjeron muchos y notables avances: por un lado se completó la eliminación del requisito de visado para todos los países de la zona; se concedió el estatus de país avanzado a Montenegro y se inició la ratificación del acuerdo de asociación y estabilización con Serbia, así como la tramitación de su solicitud de adhesión. El año 2011 también puede ser un buen año, un nuevo año de avance en el proceso de integración europea de la región, con la posible concesión del estatuto de país avanzado a Serbia y Albania y la posible apertura de negociaciones con Montenegro. Sobre la Antigua República Yugoslava de Macedonia seguimos deseando que se pueda encontrar una solución –la tienen que encontrar las autoridades griegas al contencioso del nombre oficial del país– que nos permita avanzar cuanto antes en su integración europea mediante la apertura

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de negociaciones para la adhesión. Por otro lado, la falta de avances y reformas en BosniA-Herzegovina debido sobre todo al permanente estado de bloqueo y de crisis política nos ha preocupado enormemente, ha sido objeto de nuestra total atención por parte de todos los países miembros de la Unión Europea y hemos señalado que es necesario que el país pueda avanzar en todas aquellas reformas que son urgentes que precisa, sobre todo, desde la perspectiva europea. En todo caso el Gobierno valora muy positivamente los avances registrados en el proceso de incorporación de los países de los Balcanes occidentes a la Unión. Señoría, la política europea de vecindad es uno de los principales objetivos de la acción exterior de la Unión. Como sabe, engloba a dieciséis de los países vecinos geográficos inmediatos de la Unión: seis son del este, Ucrania, Moldavia, Bielorrusia, Georgia, Armenia y Azerbaiyán, y diez son sur, Marruecos, Túnez, Argelia, Libia, Egipto, Israel, Líbano, Jordania, Siria y Palestina; todos ellos países de una enorme actualidad en este momento. Pues bien, tras su primer lustro de aplicación efectiva de la política europea de vecindad, creo conveniente que hay que hacer un reconocimiento al éxito de la política de vecindad, que es un reconocimiento que compartimos con el resto de los Estados miembros. Es cierto que esa que es la vía bilateral, es decir, acuerdos de asociación y de cooperación con cada uno de los países vecinos, ha avanzado mucho más rápido que la vía multilateral; ya hay países que tienen o bien un estatus avanzado o bien proyectos de acuerdos de asociación bilateralmente con la Unión Europea. La vía bilateral en el sur desde al año 2008, la Unión por el Mediterráneo, que es la sucesora del proceso de Barcelona y desde el año 2009 del partenariado oriental en el este ha avanzado menos; la vía multilateral, ya nos referiremos a ello con más detalle, ha avanzado menos. ¿Las razones? Son conocidas por todos. Por una parte, la existencia de conflictos congelados, son conflictos abiertos que dificultan no solamente la ejecución de los proyectos regionales y subregionales, sino que también nos dificulta la propia dinámica política de la dimensión multilateral. El hecho de que Israel y Palestina no estén en condiciones de sentarse en una mesa de negociaciones, también dificulta que se sienten en una mesa de trabajo para avanzar en los proyectos que tienen esta dimensión multiregional y multilateral. No obstante, hay que reconocer el insuficiente atractivo financiero para los programas regionales, ya que el 70 por ciento de los fondos del instrumento europeo de vecindad y asociación se dedican a las dotaciones bilaterales, y solamente el 30 por ciento se destinan a los proyectos multilaterales. Además ha habido una deficiente coapropiación porque hay que poner de manifiesto que los programas multilaterales se basan en la coapropiación en el desarrollo, por parte de los países objeto de estas políticas para incidir negativamente en el desarrollo de la Unión para el Mediterráneo y del partenariado oriental. Lamentablemente necesitamos más tiempo, una dinámica política donde haya un mayor compromiso de los países objeto de dichas líneas de actuación y necesitamos también más recursos financieros. Aun así, todos coincidimos en que el principal objetivo de la política

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europea de vecindad debe seguir siendo el de avanzar lo máximo posible en la integración económica, en la asociación política de la Unión con nuestros vecinos a través del fomento de las reformas políticas, económicas y sociales. Por ello, en el actual debate sobre el futuro de la política europea de vecindad, que ha planteado la Comisión, existe un cierto consenso en la no necesidad de replanteamientos políticos de sustancia si no existe la conciencia de que tenemos que centrarnos en mejorar y reforzar sus ofertas, sus procedimientos, dotándola de un mayor músculo político. En este sentido, España considera que la política europea de vecindad debe ser una política única, que tiene dos vertientes geográficas diferentes, una hacia el este y otra hacia el sur, y que su éxito futuro va a venir determinado en gran medida por la aplicación cada vez más profunda, de manera más seria y efectiva de tres principios fundamentales. En primer lugar, como no puede ser de otra manera, el principio de diferenciación mediante el cual cada país y región puede elegir el nivel de ambición en sus relaciones con la Unión, que a su vez ajustará su atención política y financiera de manera correspondiente; en segundo lugar, aplicar el principio de condicionalidad, es decir, se trata de condicionar nuevas ofertas al cumplimiento de los compromisos previos, y en tercer lugar, como consecuencia de los dos primeros, por la aplicación del principio de apropiación, la correcta gestión de expectativas que sigue siendo un principio fundamental y esencial. Si esto no lo asume el país receptor de esas políticas, difícilmente podemos llevar a cabo un desarrollo adecuado de las mismas. Señorías, la política exterior y comercial de la Unión ha ido ganando protagonismo en los últimos tiempos al incluirse, también durante la Presidencia española, en la estrategia 2020 y ser considerada como uno de los motores de crecimiento futuro de la Unión. Los principales elementos de este nuevo planteamiento pasan necesaria y prioritariamente por la conclusión de la ronda Doha. El objetivo debe ser la adopción en 2011 de un acuerdo global ambicioso y equilibrado que suponga una amplia liberalización comercial multilateral. Precisamente en el actual contexto internacional un acuerdo de estas características potenciaría de una forma notable los efectos expansivos de las medidas de política económica adoptadas por los distintos países y además favorecería la recuperación económica. Pero también es importante concluir las negociaciones de los acuerdos bilaterales que están actualmente en curso, en particular las que presentan un mayor potencial económico para nuestras relaciones y para nuestras empresas, que serían Mercosur y Asia, así como una mayor y mejor aplicación de los acuerdos existentes centrada en los obstáculos no arancelarios al comercio. En este sentido quiero recordar que durante el año 2010 se concluyeron las negociaciones de tres importantes acuerdos comerciales en los que España jugó un papel destacado: el acuerdo con Corea, muy importante desde el punto de vista del intercambio y del nivel de intercambios bilaterales; el acuerdo multipartito con Perú y Colombia, dos mercados sudamericanos que han registrado el mayor crecimiento económico del continente en los últimos años, con crecimientos de PIB que oscilan entre el 9 y el 12 por ciento, y el acuerdo de

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asociación con Centroamérica, que supone un importante respaldo de la Unión a la región en su proceso de integración de comercio internacional. Destacan por otra parte las propuestas de diálogo de alto nivel con interlocutores clave para discutir sobre cuestiones estratégicas como el acceso a mercados, marcos regulatorios, desequilibrios globales, energía y cambio climático, acceso a materias primas, pobreza, educación y desarrollo. Se trata de reforzar la integración económica y de cooperación con nuestros socios estratégicos; es decir, se trata de reforzar el Consejo Económico Transatlántico fundamentalmente con Estados Unidos, el diálogo económico de alto nivel con China y profundizar en las relaciones ya existentes con Japón y con Rusia. Señorías, son muchos los retos que la Unión Europea tiene por delante y en este camino debemos recuperar el ideal del proyecto europeo que compartimos, un ideal que genera esperanzas, que tiene muchos desafíos, pero que nos permite movilizar las mejores capacidades y energías de la región. No solo porque el modelo de integración y de concertación que hemos desarrollado este último siglo es válido para dar respuesta a cuestiones y desafíos actuales ya conocidos, como puede ser el terrorismo internacional, la lucha contra el hambre y la pobreza, la influencia geoestratégica de los recursos naturales y energéticos, el cambio climático o la gestión de las migraciones, sino también porque el modelo social europeo que hemos desarrollado, aunque con mucha dificultad y en ocasiones con obstáculos, es un modelo basado en la solidaridad y sigue siendo un referente mundial al que todos aspiran. Por ello, tenemos que poner todo nuestro empeño en preservarlo; hacer las modificaciones necesarias, sí, pero preservarlo. Sé que esta Comisión trabaja con un alto grado de consenso, y en este sentido confío en que pueda contar con su contribución, con sus aportaciones para lograr ese objetivo común. Por mi parte tengan la completa seguridad de que estoy a su plena disposición para colaborar con esta Comisión y para seguir fortaleciendo esta vocación europea que siempre ha mostrado nuestro país.

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La señora MINISTRA DE ASUNTOS EXTERIORES Y DE COOPERACIÓN (Jiménez García-Herrera): Muchas gracias a todos los portavoces por sus interesantes preguntas, intervenciones y comentarios. Agradezco además enormemente el tono constructivo, que sé que es una tónica de trabajo que preside siempre esta Comisión, y espero poder contestar a las preguntas y reflexiones que han planteado, que son muchísimas y además todas ellas extraordinariamente interesantes. Los portavoces me van a permitir que, al haber iniciado algunos la batería de preguntas y que sean coincidentes con las del resto, pueda contestar en estos primeros turnos. El señor Anasagasti, portavoz del Grupo Parlamentario Vasco, me hablaba de la puesta en marcha del Tratado de Lisboa y el papel que las diferentes instituciones están teniendo en este momento. En primer lugar, se ha diseñado una

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nueva arquitectura institucional, ha habido una nueva redefinición de quiénes son los responsables de la Unión, y en esta nueva dimensión y en esta nueva redefinición tenemos un presidente de Comisión, un presidente del Consejo y una alta representante. Apenas llevamos unos meses –algo más de un año– desde que se ha puesto en marcha el Tratado de Lisboa y, por tanto, estas nuevas instituciones han empezado a funcionar. Yo creo que hay que dejar pasar un poco de tiempo y esperar a que estas instituciones tengan el rodaje suficiente para que esa necesaria coordinación se vea materializada de una manera más eficaz y más eficiente, pero el diseño que hemos aprobado en el Tratado de Lisboa es un buen diseño que nos va a permitir que la Unión Europea vaya ganando en peso y en voz, siempre que el rodaje y la experiencia de los representantes de estas tres nuevas instituciones –en general, de todo el nuevo entramado institucional– vayan, a través de esa experiencia, desarrollando poco a poco la necesaria capacidad de coordinación, que en este momento es absolutamente imprescindible. El señor Anasagasti ligaba esta cuestión con la relativa al papel de la Unión Europea en los acontecimientos más recientes en el norte de África, pero de manera especial en Túnez y en Egipto. Esta es una pregunta y reflexión común de los distintos portavoces a la que, con algunas variaciones, me gustaría empezar a responder. Es importante saber que la Unión Europea desde el primer momento –cada uno puede hacer su valoración, si lo hizo con mayor o menor acierto– tuvo una posición y manifestó esa posición de una manera clara y contundente en el escenario internacional. Lo hizo fundamentalmente la alta representante a través de distintas declaraciones y lo han hecho también algunos representantes de los distintos países miembros, en ocasiones de manera coordinada en grupos de tres o de cinco, pero en todo caso siempre lo ha hecho la alta representante. En el Consejo Europeo del pasado 4 de febrero todos los países de la Unión Europea nos comprometimos a prestar el pleno apoyo a los procesos de transición democrática que se estaban viviendo en los distintos países. Nos comprometimos; en ese Consejo del 4 de febrero estaba yo. Además de las expresiones y declaraciones de apoyo que había hecho la alta representante en distintas declaraciones públicas, en ese Consejo se adoptaron ya determinadas decisiones y se acordó no solamente apoyar los procesos de transición, sino utilizar los instrumentos de la política exterior común, así como los instrumentos de la Unión para el Mediterráneo, para ofrecer un apoyo más eficaz a aquellos países que, como Túnez, ya estaban llevando a cabo reformas. De hecho, se invitó al ministro de Asuntos Exteriores de Túnez a Bruselas, donde mantuvo una importante reunión que coincidió con la visita que realizó la alta representante a Túnez; in situ, por tanto. Se pusieron en marcha los mecanismos de la política de vecindad y los mecanismos que ya tiene la Unión por el Mediterráneo. Además, el Consejo Europeo instó a la alta representante a que se pusiera en marcha un paquete de medidas que materializaran el apoyo de la Unión Europea a los procesos de transición a través de los programas de fortalecimiento

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de las instituciones democráticas o de ayuda a la preparación y celebración de elecciones libres y justas. También ahí se mandata a la alta representante. Dicho sea de paso, quiero decir que, tanto en el caso de España como en el caso de otros países, tenemos programas de cooperación específicos, programas bilaterales, en estos países. He estado repasando cuáles son los programas de cooperación que tiene España con Túnez y los que tiene España con Egipto, que son programas dirigidos a países C en nuestro plan director, porque son programas con un grado de desarrollo medio que principalmente van encaminados al fortalecimiento democrático y a la capacitación institucional. Por tanto, los seguiremos desarrollando o los redefiniremos una vez que las nuevas autoridades puedan revisar los proyectos de cooperación que ya están en marcha. En cuanto a los instrumentos que tiene la Unión por el Mediterráneo –que también ha sido objeto de preocupación por parte de todos los portavoces–, pondré de manifiesto que los que tenemos que poner con carácter más inmediato encima de la mesa son los seis proyectos de París a los que se han referido distintos portavoces, que sin duda estarán llamados a tener un papel muy destacado en la cooperación euromediterránea gracias al potencial que representan para combatir las causas profundas del malestar de las sociedades árabes y acompañar a las transiciones a la democracia. Es importante que se sepa esto. Además, en el seno de la Unión Europea también se están estudiando fórmulas para que la Unión por el Mediterráneo pueda ser de utilidad para poner en marcha las conclusiones adoptadas por el Consejo Europeo con el fin de fortalecer los procesos democráticos en curso. También quiero señalar que existen una serie de instrumentos a nuestra disposición tanto en el marco bilateral, así son los acuerdos de asociación, como en el multilateral, la Unión por el Mediterráneo. Así pues, ¿existen instrumentos? Sí. ¿Se han activado? Sí. ¿Es la Unión Europea consciente de lo que está pasando? Sí. Ahora bien, quiero también poner de relieve que uno de los principios básicos de la Unión por el Mediterráneo es el principio de coapropiación. En las dos copresidencias está, por un lado, Francia y, por otro lado, Egipto, que ha sido uno de los protagonistas de estos procesos de cambio y de reformas. En ese proceso de coapropiación tienen que ser muy protagonistas los países receptores de estos proyectos de cooperación. Por tanto, tenemos que mantener un determinado equilibrio y conjugar el papel que cada institución va a tener en el futuro. Contestando al senador Anasagasti sobre la población gitana, está previsto que la Comisión apruebe una comunicación sobre este asunto en el mes de abril, ya está fijado, y que el Consejo Europeo que va a tener lugar el 16 y el 17 de junio apruebe una estrategia marco integral sobre integración de la población gitana. Es verdad que durante el semestre europeo se le dio una extraordinaria importancia, se hizo una cumbre, además específica, se puso a España como modelo de integración de la población gitana –es verdad que llevamos muchísimos años trabajando, prácticamente desde el inicio de nuestra democracia– y muchos países europeos están copiando ese modelo. Pero la Unión Europea como tal va a aprobar una

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comunicación y, sobre todo, una estrategia marco integral para la población gitana, lo cual creo que es un avance importante dentro de la Unión Europea. En cuanto a los temas de género tengo que señalar varias cosas. Primero, que en la Presidencia belga estábamos esperando que se pusiera en marcha el establecimiento del observatorio sobre violencia de género; no se ha podido lograr, pero esperamos que se logre durante la Presidencia húngara. Es la Comisión la que tiene la responsabilidad de tomar la iniciativa y la comisaria Reding se ha comprometido a poner en marcha este observatorio en el segundo semestre de este año. Por tanto, saben que es una prioridad española, que siempre vamos a insistir en ello, y ya hemos conseguido que la comisaria diga que se va a poner en marcha en el segundo semestre de este año. Respecto a la orden de protección –y me alegro que el señor Anasagasti lo haya sacado a colación–, tuvimos la alegría de que el Parlamento Europeo aprobase en diciembre por 600 votos a favor y 15 en contra la iniciativa de la Presidencia española sobre protección contra la violencia de género. No tenemos aún los suficientes votos en el Consejo para que haga lo mismo que hizo el Parlamento Europeo. Lo que nos ha dicho al respecto la Presidencia húngara es que están esperando a que la comisaria Reding haga un planteamiento que resuelva los problemas jurídicos que hay por el hecho de que unos países de la Unión Europea adoptan las órdenes de protección vía penal y otros lo hacen vía civil, pero confiamos en que esta orden de protección y esos temas que tienen que ver con la violencia de género sigan en vigor y que se pueda avanzar. El Consejo aprobó también durante la Presidencia española la creación de un instituto contra la violencia de género que deberá encuadrarse en el Instituto Europeo de Igualdad de Género, que tiene su sede en Vilnius. Actualmente la Comisión trabaja para su puesta en marcha, según las preguntas que le vamos planteando convenientemente desde España. Paso a referirme a Cuba. ¿En qué punto nos encontramos en relación con Cuba, que también ha sido objeto de pregunta por parte del portavoz de CiU? Como saben, España siempre ha mantenido una posición favorable a que la Unión Europea inicie un diálogo con Cuba. Es verdad que por razones históricas España desea que haya una interlocución más fluida con las autoridades de la isla y que, por razones también de eficacia política, quiere que haya unas relaciones que nos permitan estar presentes en los procesos de reforma que se abran en la isla. Hemos comprobado que la actitud de bloqueo y aislamiento de los últimos años no ha tenido ningún tipo de consecuencias y, por lo tanto, hemos invitado a los países miembros de la Unión Europea a que, iniciando un proceso de diálogo, veamos si da mejor resultado que la actitud de bloqueo y de aislamiento anterior. Pienso sinceramente que estamos ante una oportunidad para recuperar un escenario de diálogo que antes no existía. Creemos sinceramente que la política de diálogo es la que da algún resultado, aunque siempre se pueda hacer valoraciones sobre si el resultado es mayor o menor. En todo caso, creo que la política de diálogo ha dado resultado y también la puesta en marcha de esta iniciativa entre la Iglesia católica

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cubana y el Gobierno de España con las autoridades de Cuba para que se produzca un proceso progresivo de liberación de presos político. En la actualidad, todos somos conscientes de que, fruto de este diálogo, se han producido avances. ¿En este momento cuál es la situación de la Unión Europea? La alta representante está llevando a cabo los contactos exploratorios que le encargó el Consejo –fue el primer Consejo al que tuve oportunidad de asistir, el Consejo de octubre– para avanzar hacia el inicio de unas negociaciones entre la Unión Europea y Cuba, con vista a la suscripción de un acuerdo. En noviembre hubo una delegación de alto nivel de la Unión Europea que visitó La Habana y se constató la existencia de condiciones para el inicio de negociaciones de un acuerdo bilateral. Además, el 23 de febrero está previsto en el marco del diálogo político existente entre la Unión Europea y Cuba un nuevo encuentro en Bruselas. Ahora es la alta representante la que, tras su conversaciones y contactos con los distintos países y con Cuba, tiene que extraer conclusiones y proponer a los Estados miembros los siguientes pasos a adoptar. El Gobierno de España está satisfecho con la posibilidad que hemos tenido de introducir una vía de diálogo, unos contactos exploratorios, y ahora serán la alta representante y los Estados miembros los que, en vista de las circunstancias, podrán extraer las conclusiones y las valoraciones que crean más oportunas, lo cual yo creo que va a producir unos resultados importantes. Me han preguntado también sobre el posible acuerdo de pesca entre la Unión Europea y Marruecos. Como saben, en un principio –y lo han puesto de manifiesto algunos de los portavoces– había reticencias por parte de la comisaria de Pesca de iniciar un proceso de negociación o de renovación del acuerdo de pesca entre la Unión Europea y Marruecos, por el hecho de incluir el Sáhara Occidental dentro de ese acuerdo de pesca. Ha habido distintas negociaciones, distintos planteamientos, que si se excluye, que si no se incluye, que si se hace una consulta al Parlamento Europeo, lo que dirán los servicios jurídicos... El hecho es que el acuerdo en vigor expiraría el día 27 de febrero. Esto afectaría a 101 barcos que tienen bandera española, que tienen pabellón español, con las consecuencias que eso tendría para la paralización de la flota. España siempre ha sido favorable a la renovación del acuerdo de pesca entre la Unión Europea y Marruecos y ha trabajado desde distintas posibilidades para que, si bien en este momento va a ser muy difícil poder llegar a renegociar un nuevo acuerdo, al menos se haga una prórroga automática del existente, una prórroga temporal, para dar tiempo a que se siga negociando. En este momento estamos en esa última fase. El día 4 de febrero ha habido una recomendación de mandato de negociación por parte de la comisaria de Pesca proponiendo una prórroga del protocolo vigente, incluyendo las aguas del caladero llamado del Sáhara Occidental, durante un año, para que la flota pudiera seguir faenando y así dar tiempo a negociar la adopción de un nuevo marco jurídico entre la Unión Europea y Marruecos. La recomendación de la Comisión al Consejo autorizando a la Comisión a abrir negociaciones con Marruecos ha sido adoptada por la Comisión el 11 de febrero.

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La recomendación figura en el orden del día del grupo de trabajo de pesca del Consejo del próximo 17 de febrero. El presidente en ejercicio del Consejo anunció en la reunión del comité de representantes permanente del pasado 9 de febrero que ese punto del orden del día iría al Consejo de Agripesca del día 21 de febrero. Hemos dado los pasos para que no haya un vacío por el que se paralice la flota que afecta fundamentalmente a los barcos españoles y, desde luego, ante la pregunta de si España –porque el señor Anasagasti me pregunta la posición concreta de España– es favorable a que el nuevo protocolo de pesca incluya las denominadas aguas del caladero saharaui contestaré afirmativamente. El vigente acuerdo en su protocolo contempla como zona de pesca las aguas del Sáhara Occidental y España es de la opinión de que el nuevo protocolo debería negociarse en los mismos términos que el actual. Además, quiero recordar que los servicios jurídicos del Parlamento Europeo, en el anterior y vigente todavía acuerdo de pesca, no puso ningún reparo a que se incluyeran dichas aguas. Con relación al servicio exterior, y todos los portavoces se han interesado sobre esta cuestión, antes señalaba que la decisión que regula el Servicio Europeo de Acción Exterior establece que su personal, que, insisto, procede no solo de los países sino de la Comisión, de la Secretaría General del Consejo y de los servicios diplomáticos de los Estados miembros –estos últimos un tercio–, se reclutará de acuerdo con los principios de mérito y capacidad, respetando un cierto equilibrio geográfico y de género, pero no dice exactamente cuál es la necesidad de respetar el equilibrio geográfico y de género. Una estructura de estas características, que se acaba de poner en marcha a partir del día uno de febrero, no puede considerarse que se ha puesto en pie plenamente. Se acaba de iniciar su puesta en marcha. Ahora mismo asistimos a un proceso gradual en el que se van cubriendo uno por uno los puestos vacantes, y no todos ellos proceden de los candidatos que provienen de los países, sino que muchos de ellos proceden de servicios preexistentes de la Comisión y del Consejo. Por tanto se van cubriendo uno a uno los puestos vacantes, una vez que se ha producido la transferencia de las unidades de la Comisión y de la Secretaría General del Consejo, cuya integración en el Servicio Europeo de Acción Exterior preveía la decisión que lo regula. Como muestra de este carácter gradual, no podemos considerar terminado el Servicio Europeo de Acción Exterior en este momento, tal y como está concebido. Hay un carácter gradual porque la propia decisión prevé que la alta representante presente, antes de que finalice 2011, un informe al Parlamento Europeo, al Consejo y a la Comisión sobre el funcionamiento del Servicio Europeo de Acción Exterior, y que la evaluación específica acerca del necesario equilibrio geográfico y de género en el seno del Servicio Europeo de Acción Exterior y de la presencia de todos los Estados en el mismo no se llevará a cabo por la alta representante, de acuerdo con la decisión, hasta mediados de 2013. ¿Qué quiero decir con esto? Que como el proceso de intercorporación es gradual y acabamos de ponerlo en marcha ha habido una transferencia hacia el Servicio Europeo de Acción Exterior por parte de la

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Comisión, por parte de la Secretaría General del Consejo, y por tanto necesitamos de algo más de tiempo para evaluar si se está cumpliendo ese equilibrio. Por ello desde nuestro punto de vista carece de sentido pedir que –insisto– el ingreso de los servicios diplomáticos de los Estados miembros no se produce en bloque, sino uno por uno en función de los puestos que sean necesarios cubrir. A título de ejemplo, puede que en un concurso abierto para cubrir cinco puestos parezca que un país sale más beneficiado que otro porque dos o tres de sus nacionales han accedido a dichos puestos, después del preceptivo proceso competitivo. Sin embargo el peso relativo de ese país hay que verlo al final, y además puede ocurrir que alguno no provenga directamente del Estado nacional, sino de los servicios de la Comisión o de la Secretaría General del Consejo. En definitiva, yo creo que no se puede hacer una evaluación definitiva del peso de cada país hasta que no haya pasado un cierto tiempo. En todo caso, los diplomáticos o funcionarios españoles que han integrado el Servicio Europeo de Acción Exterior son los siguientes: en delegaciones de la Unión Europea tenemos el jefe de Delegación de Buenos Aires, el jefe de Delegación de Namibia, y el segundo de la Delegación de Pekín; en Bruselas en servicios centrales tenemos una persona en el gabinete de Catherine Ashton y una persona en la unidad política; a estos habría que sumar dos expertos nacionales destacados. Esta relación excluye a aquellos funcionarios que han integrado el Servicio Europeo de Acción Exterior, los que proceden de la Comisión como les decía o de la Secretaría General del Consejo; es decir, que eran funcionarios europeos antes de la puesta en marcha de dicho servicio, y no los contabilizo. Además de estos puestos más relevantes quiero señalar que el total de funcionarios y diplomáticos españoles en los cuerpos superiores del Servicio Europeo de Acción Exterior, nivel AD, es de 87, frente a un total de 783. Para que tengan una referencia: hay 55 belgas, 77 alemanes –estamos hablando de 87 españoles–, 62 británicos, 102 franceses y 100 italianos. Por último también hay dos funcionarios de la Comisión Europea españoles que son jefe de delegación de la Unión Europea, que son el de Angola y otro español en Guinea Bissau. ¿Que siempre podemos ambicionar más? Claro que sí, señora Becerril. Por supuesto que España puede ambicionar más con relación a su peso y a su prestigio, y así lo seguiremos haciendo. Valoramos que esta sea la primera puesta en marcha, se acaba de iniciar la puesta en marcha del Servicio Europeo de Acción Exterior y esperemos a la evaluación que se haga, en primer lugar, ante el Parlamento por la alta representante, y después a mediados de 2013 en su conjunto del Servicio Europeo de Acción Exterior. Sigo con alguna de las preguntas que me planteaba en este caso el señor Sabaté, además de agradecerle la coincidencia en los planteamientos que he hecho en mi intervención, que de manera especial me ha preguntado sobre la política exterior de Seguridad y de Defensa. Solamente quiero señalarle que la política exterior de Seguridad y Defensa es una parte y es un instrumento de la política exterior y

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de Seguridad Común, y como tal España participa muy activamente en ella, y le voy dar un ejemplo del cual España se siente muy orgullosa, que es la operación Atalanta contra la piratería en Somalia. Dentro de la política exterior nosotros somos muy activos en política de seguridad y de defensa. Además, y coincidiendo con su planteamiento, señor Sabaté, España apoya la profundización en la política de Seguridad y de Defensa mediante la mejora de sus capacidades. Este es un planteamiento que España ha compartido de una manera muy activa. El señor Xuclà me preguntaba fundamentalmente sobre la revisión del tratado y sobre la posibilidad de necesitar un referéndum o no para la aprobación de la revisión de los tratados, que está ahora mismo enmarcada en el pacto de estabilidad, mecanismo permanente de solución de crisis. Al final no solamente España, sino prácticamente ningún país ha querido que se hiciera una revisión de los tratados, con todo el proceso largo, lento, pesado y de riesgo que eso supone. Por tanto se ha decidido recurrir a un procedimiento simplificado, que es el que viene recogido en el artículo 48.6 del tratado, que implica una no transferencia de competencias a la Unión Europea, por lo que no es necesario un referéndum en el proceso de ratificación nacional, aunque no depende de la Unión Europea, sino de cada Estado miembro. En cualquier caso hemos acudido a un procedimiento simplificado que no requiere una transferencia de competencias a la Unión Europea, por lo cual no es necesario acudir a un proceso de referéndum. En cuanto a los nuevos diputados de la Unión Europea –estamos todos muy satisfechos de que España haya aumentado su peso en el Parlamento Europeo– ya se aprobó en Presidencia española el protocolo adicional, que se encuentra en proceso de ratificación por parte de los Estados miembros, pero no requiere una reforma de los tratados. Por tanto no vamos a acudir a ninguno de esos procesos de adhesión que están en curso en este momento. Me ha hecho algunas preguntas concretas sobre Kosovo, y he de decir que en ese punto cada uno de los grupos parlamentarios tenemos una posición muy clara; este es un punto que ya hemos debatido de una manera suficiente y respecto del que conoce muy bien cuál es la posición del Gobierno de España, pero como ha planteado el tema de Sudán del Sur diré que hay una cuestión muy diferente entre uno y otro. Mientras que en el caso de Kosovo, como usted mismo ha señalado, se trató de una declaración unilateral de independencia, en el caso de Sudán del Sur el referéndum que se celebró hace una semana es producto de un acuerdo global de paz por parte de todo el país, que culmina con la celebración del referéndum. En dicho referéndum la inmensa mayoría de los ciudadanos ha votado a favor de la independencia, y en julio se tendrá que producir una proclamación definitiva de independencia. Por supuesto cuando esto se produzca España procederá a reconocer la independencia de Sudán del Sur, porque forma parte de unos acuerdos globales de paz que incluyen la celebración del referéndum, y España evidentemente formó parte de esos acuerdos, apoyó esos apoyos globales de paz en los que se incluía

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la celebración del referéndum, pero esto no supone una declaración unilateral de independencia, sino que es producto de un acuerdo entre las diferentes partes. Sobre la política de vecindad hemos coincidido en que hay que unificarla. No le puedo decir cuándo estará prevista la adhesión de Croacia, pero se ha avanzado mucho. En los últimos consejos celebrados en la Unión Europea se ha manifestado cómo ha avanzado el proceso de adhesión de Croacia, y se va produciendo una normalidad que vamos aprobando en cada consejo celebrado, e igual ocurre con Serbia. Sobre Ucrania ha puesto de manifiesto que la situación va un poco lenta, pero también quiero decir que la Unión Europea y Ucrania han concluido un acuerdo de facilitación de visado que entró en vigor en el año 2008; llevamos a cabo un diálogo de visado y se ha acordado el lanzamiento de este último diálogo de visado en la cumbre Unión EuropeaUcrania, que se celebró en septiembre de 2009, con el objetivo de examinar todas las condiciones para que los ciudadanos ucranianos puedan viajar a la Unión Europea sin necesidad de obtener visados con anterioridad. La Unión Europea presentó a Ucrania el plan de acción para la liberación de visados en mayo de 2010, con ocasión de la última cumbre Unión Europea–Ucrania. El plan de acción identifica cuatro bloques temáticos en los que se esperan mejoras de Ucrania: seguridad documental, inmigración ilegal –incluida la readmisión–, orden público y seguridad, relaciones exteriores y derechos fundamentales. Cada bloque enumera las medidas que Ucrania tiene que adoptar en la actualidad. Desde luego España valora positivamente la apertura de la fase operativa del diálogo de visado, en ese punto somos coincidentes, no obstante tenemos que seguir con mucha atención el problema de los flujos migratorios procedentes de este país. Por ello se recalca siempre la necesidad de que Ucrania cumpla con los requisitos establecidos en el plan de acción antes de procederse a la cesión de visados de corta duración, sobre todo que exista la posibilidad de readmisión por parte de las autoridades de Ucrania. También me preguntaba el señor Xuclà sobre los asuntos consulares. En las negociaciones para el establecimiento del Servicio Europeo de Acción Exterior España siempre tuvo una posición muy abierta sobre la inclusión de la dimensión consular. Otros Estados miembros no mantenían una posición tan abierta. Es recurrente en nuestro debate y en nuestras discusiones. Hay una red consular importante ya establecida y unos mecanismos también muy consolidados en el sentido de que, si un determinado país no tiene un consulado o una embajada abierta en un tercer país, son los Estados miembros los que se ocupan de atender a los nacionales del país que no tiene un consulado o una embajada. Desde luego España lo hace con normalidad en muchas ocasiones, como también lo hace en América Latina, donde tiene una red diplomática y consular muy amplia y consolidada, y si tiene que atender a nacionales de otros países miembros de la Unión Europea cuando estos no tienen una representación diplomática o consular, lo hace. Es decir, los mecanismos están consolidados y establecidos. ¿Que se podrían incluir? España

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siempre ha mantenido una postura muy flexible y muy abierta, y desde luego si se plantea en el futuro así seguiremos sosteniendo dicha posición. En relación con lo que planteaba la portavoz del Grupo Popular, la señora Becerril, le agradezco en primer lugar su defensa en apoyo de la posición que el Gobierno de España ha defendido en materia de la patente europea. Desde el principio la posición española ha sido la de continuar con una negociación, intentar que hubiera un acuerdo a veintisiete, especialmente en temas lingüísticos, ya que el tratado dice que los temas lingüísticos tienen que aprobarse por unanimidad. Por lo tanto España no solamente ha mantenido una posición de principio político, en el sentido de defender el uso de la lengua española –que es la segunda lengua más hablada del mundo, y por tanto tenemos la obligación y la fuerza moral para exigir el uso de la lengua–, sino que además hemos hecho valer un argumento jurídico dado que los tratados prevén que los temas lingüísticos sean aprobados por unanimidad. De alguna manera la decisión que se tomara iría en contra del espíritu del tratado si finalmente se adoptara, como parece que ya ha sido adoptada una cooperación reforzada en este ámbito. Hemos contado en todo momento con el apoyo de todos los grupos políticos, y esperamos seguir contando con el mismo. De hecho España ya ha anunciado que si finalmente se aprueba la cooperación reforzada –respecto de lo que hemos criticado la rapidez con la que ha actuado la Presidencia belga, a la propia Comisión y en este momento a la Presidencia húngara– España se reserva su derecho a acudir al Tribunal de Luxemburgo para hacer valer no solamente una posición jurídica, sino también una posición política que no vamos a permitir que se consolide en el futuro, porque estamos hablando de patentes, pero si esto se consolida en el ámbito de las patentes corremos el riesgo de que se consolide en otros ámbitos, y vamos a mantener una posición muy firme, aunque lamentablemente en este asunto solamente hemos podido contar con Italia en el seno de la Unión Europea. En relación con la negociación de las perspectivas financieras creo que compartimos prácticamente todos los grupos una misma posición. Como existe una ponencia para abordar estos asuntos en el marco de esta Comisión mixta, si me lo permiten, nos remitiremos más específicamente a la misma, y estoy convencida –por las posiciones expresadas por los distintos portavoces– de que vamos a lograr una posición consensuada que el Gobierno además quiere apoyar, con las aportaciones que están realizando en dicha ponencia, que consideramos que es muy interesante, más allá de las líneas generales que hemos podido compartir. Como le decía, agradezco la voluntad de consenso en este tema. Las líneas concretas que ha esbozado la portavoz popular, que son la defensa de la PAC y la gradualidad en el periodo de los fondos de cohesión, son orientaciones que compartimos y que vamos a defender. Además son orientaciones que compartimos afortunadamente con otros países miembros, y somos razonablemente optimistas sobre la posibilidad de que nuestras posiciones tengan acogida en el marco de la Unión Europea.

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En cuanto a la vinculación entre el pacto de competitividad y la reforma del mecanismo de estabilidad financiera, el Gobierno es favorable al pacto de competitividad, cuyo debate se inicia ahora, y al fortalecimiento del mecanismo. Es importante un acuerdo sobre ambos y también es importante el consenso que logremos en el marco del Consejo Europeo de los días 23 y 24 de marzo, pero España es favorable a ese pacto de competitividad. En relación con el fondo tecnológico, el Ministerio de Hacienda y el Ministerio de Ciencia e Innovación han creado mecanismos para su plena absorción, y su ejecución es positiva, aunque tuvo –como quizá sepa la señora diputada– unos comienzos difíciles, pero ahora mismo ya estamos satisfechos de cómo el Ministerio de Hacienda y el Ministerio de Ciencia e Innovación están ejecutando y absorbiendo el mismo. Sobre el Servicio Europeo de Acción Exterior espero que ya haya quedado despejada alguna de las dudas aunque, como la señora Becerril pone de manifiesto, siempre podemos mostrar mayor ambición. Nosotros consideramos que estamos en el comienzo; por lo tanto quizá lograremos consolidar esa ambición con el desarrollo más completo de la puesta en marcha del Servicio Europeo de Acción Exterior. La Fundación Unión Europea-América Latina es algo en lo que ya empecé a trabajar cuando era secretaria de Estado para Iberoamérica, con lo cual es una fundación por la que España siempre mostró muchísimo interés; siempre estuvo vinculada al acuerdo o a los acuerdos de asociación entre Unión Europea, América Latina y Caribe. Finalmente se consiguió poner en marcha, de lo cual España está muy satisfecha, y quiero decir que España nunca fue candidata a sede. De hecho hemos apoyado que sea Hamburgo la sede de la institución. Yo creo que es muy bueno que haya países, que a lo mejor no tienen una vinculación histórica tan estrecha como tiene España, que se interesen por los asuntos latinoamericanos y que al frente de la misma esté una persona como Benita Ferrero-Waldner, que no solamente tiene una larguísima trayectoria política y una larguísima experiencia, sino además una especial vinculación con España y América Latina. Por tanto hay dos subsedes, que creo que están en París y Milán, que también trabajarán como antenas, lo que es fruto de un trabajo y un acuerdo de los cuales España se siente muy satisfecha. Pero insisto en que España nunca fue candidata a tener la sede de dicho instituto precisamente por las características del mismo, y por la necesidad de implicar al resto de nuestros socios de la Unión Europea en fortalecer las relaciones entre la Unión Europea y el Caribe. También quisiera responder al señor Moscoso sobre alguna de las cuestiones que ha planteado, fundamentalmente para decirle que le agradezco que comparta los planteamientos que hemos hecho sobre los distintos temas en relación con la Unión Europea. Comparto su análisis y la importancia que tiene el que España tenga un papel más activo en el proceso de adhesión de Turquía. En este sentido lo seguiremos impulsando, sobre todo en este momento en que adquiere una dimen-

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sión de una mayor trascendencia. También es verdad que, en ese bloque global sobre la incorporación de los Balcanes occidentales que han puesto de manifiesto algunos países, ese diálogo que señala entre Serbia y Kosovo es fundamental; el diálogo entre Pristina y Belgrado en este momento está paralizado, y esperamos que España, con una actitud muy constructiva que ha tenido durante todos estos años, lo siga defendiendo. Sobre el Consejo de Europa creo que es interesante saber que va a jugar un papel muy importante la reforma del mismo para un mayor anclaje con la Europa del este, y España lo está apoyando de manera decisiva. Y sobre lo que ocurre en el norte de África enlazo con lo que han planteado otros portavoces, sin necesidad de que nos detengamos. Creo que es muy importante lo que está ocurriendo en los distintos países del norte de África: que los ciudadanos de una manera pacífica hayan decidido salir a la calle y estén pidiendo más democracia, más derecho y más libertad. Es muy importante que la Unión Europea y los distintos Estados miembros, la Unión Europea en su conjunto y sus instituciones comunitarias, pero también los Estados miembros, estemos apoyando ese proceso de democratización, de reformas, de más derechos y más libertades que están pidiendo los distintos países. Desde el primer día nos hemos pronunciado a favor de estas manifestaciones de los ciudadanos. Vamos a seguir con nuestro apoyo desde la política comunitaria y bilateralmente también los Estados miembros, aunque no siempre es fácil prever los movimientos de cambio que se están produciendo en muchos países, y no siempre es fácil adoptar una posición activa sin que esto pueda ser percibido como injerencia por parte de los países, incluso de aquellos ciudadanos que reclaman reformas. En esa posición de equilibrio creemos que lo más importante es destacar el hecho de que sean los propios ciudadanos los que han decidido protagonizar y defender esa apertura, ese proceso de reformas y esa proclamación de más democracia, más derechos y más libertades, que es lo que garantiza que los procesos y las reformas iniciadas tengan éxito. Que sean pedidas desde su propia ciudadanía es lo que garantiza que tengan un alto grado de éxito. Ahora sí la Unión Europea va a acompañar todos los procesos con mucha intensidad, como lo vamos a hacer bilateralmente los países miembros. Por último me van a permitir contestar al señor Llamazares. En cuanto al proceso de reformas y democracia comparto su análisis sobre que lo que está pasando en el norte de África, en el Magreb, en muchos países árabes es muy importante. Son procesos que han abierto los ciudadanos y ante los cuales ya no hay marcha atrás. Insisto en que es muy importante poner en valor que han sido los propios ciudadanos los que de manera pacífica se han convertido en los protagonistas de ese proceso de cambio y de reforma, lo cual es una expresión de solvencia y solidez del proceso al igual que una garantía; no viene nada impuesto de fuera, los propios ciudadanos van a exigir su garantía y su cumplimiento, y la Unión Europea se ha comprometido a acompañar todo este proceso de reforma. En todo caso comparto ese análisis que realizaba el señor Llamazares.

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No compartimos de una manera completa el análisis que hace sobre los cambios que se están produciendo en el ámbito económico. Sé muy bien cuál es la posición del señor Llamazares, que como no puede ser de otra manera respeto. Ha sido expresada en distintas ocasiones, sobre todo en debates parlamentarios con el presidente del Gobierno y en preguntas parlamentarias. Respeto su posición, no la compartimos. La Unión Europea ha tenido que iniciar un proceso de reformas que han sido muy importantes, algunas difíciles, pero que vienen encaminadas fundamentalmente a garantizar la estabilidad del euro, y por tanto a garantizar también la estabilidad de la zona euro, de todos los países de la Unión Europea. Para mí garantizar la zona euro significa también garantizar nuestro Estado del bienestar. Si no se adoptaban determinadas reformas, si no se adoptaban determinadas decisiones se ponía en riesgo la propia estabilidad del euro. Si vinculamos la estabilidad del euro al mantenimiento de nuestro Estado del bienestar creo que hemos hecho lo que teníamos que hacer. No se está castigando a los países que no cumplan determinados objetivos, al contrario, se ha mantenido una flexibilidad en dicha dirección, pero evidentemente tenemos que cumplir todos de manera coordinada determinados objetivos, como los que tienen que ver con la reducción del déficit, y esto nos ha exigido a muchos países, a la mayoría de los países ajustar nuestros presupuestos y tomar decisiones, pero siempre con el objetivo de preservar nuestro Estado del bienestar. Este es un debate que nos llevaría también largas horas. Lo hemos hecho en nuestro país durante los últimos meses; han sido debates muy interesantes los que hemos tenido en el Parlamento, y creo que tendremos la oportunidad de ver las consecuencias de dichas decisiones un poco más adelante, en que poco a poco iremos garantizando la estabilidad, el crecimiento, y por lo tanto el mantenimiento de nuestros parámetros de bienestar en los cuales siempre la Unión Europea ha creído, en la que nosotros nos integramos, y que nosotros hemos defendido. Lo siento si no he contestado a algunos de sus planteamientos; eran muchas las preguntas, pero en todo caso quiero concluir como empecé, agradeciendo el tono y los planteamientos tan interesantes y constructivos que han realizado sus señorías.

* * *

La señora MINISTRA DE ASUNTOS EXTERIORES Y DE COOPERACIÓN (Jiménez García-Herrera): Tengo la sensación de que empezamos una nueva comparecencia. No se preocupen, señorías, no voy a empezar de nuevo porque muchas de las intervenciones han sido comentarios para recalcar o bien el apoyo o bien el interés que tiene un determinado grupo en determinada cuestión, como es el caso del señor Xuclà sobre la Unión para el Mediterráneo y la insistencia de que sea España quien en este proceso lidere la reactivación de la Unión para el Mediterráneo. Es verdad que existe un acuerdo para el traspaso de copresidencia de la ribera norte por parte de Francia a España, y no solamente por las circunstancias más recientes,

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porque la copresidencia del sur la ostenta Egipto, sino por las propias circunstancias que ha puesto de manifiesto del proceso de paz. No le quepa la menor duda de que España tiene un compromiso muy fuerte. Ha habido algunos problemas jurídicos para solventar la transferencia de las presidencias, pero hay acuerdo político sobre que esto se haga, y hay también acuerdo por parte de Francia y de la alta representante. Además, es verdad, España es sede en Barcelona, en este caso sí, y el palacio de Pedralbes lo hemos renovado. España es el primer contribuyente bilateral y se ha puesto en marcha el secretariado, es verdad que desde un punto de vista técnico, pero es importante que se haya puesto en marcha, que se haya consolidado y ya esté funcionando. Por tanto, España va a seguir apoyándolo de una manera muy intensa. El hecho de que haya dimitido el secretario general no es un obstáculo –quiero que esta cuestión quede reflejada– porque está funcionando con el secretario general adjunto. Y tiene que jugar sobre todo un papel técnico, que es el que a nosotros nos interesa que funcione en este momento de la puesta en marcha, más allá del impulso político que tenemos que darle. Señora Becerril, siempre vamos a contar con los grupos en todo lo que representa la construcción del proyecto europeo. Esto ha sido una tradición en nuestro país y creo que muy compartida, ha sido muy beneficioso para nuestro país y lo va a seguir siendo en el futuro. Le agradezco que usted lo diga expresamente y que cuente con su grupo parlamentario, también en todas las cuestiones que tengan que ver con la conformación del propio Servicio Europeo de Acción Exterior. Así lo haremos. Le diré que España mantiene un diálogo muy fluido con Catherine Ashton, no solamente para la incorporación de determinados nacionales en el Servicio Europeo de Acción Exterior, sino en el impulso y puesta en marcha de todas las políticas e iniciativas en todos los campos. En el ámbito del Mediterráneo España ha jugado un papel importante a la hora de llamar la atención sobre lo que estaba pasando en el norte de África y la necesidad de implicar a la Unión Europea, de hecho vamos a celebrar una reunión que nos va a permitir tratar de una manera específica todos estos procesos de cambio, y ahí España siempre ha jugado un papel destacado en cuanto a la iniciativa. Me voy a referir brevemente a la cuestión que me planteaba el señor Peral porque mañana tengo una interpelación de su grupo parlamentario aquí, en el Congreso de los Diputados, donde tendré ocasión de explicarla de una manera amplia y exhaustiva. En todo caso sí le voy a contestar, en primer lugar, que España participó activamente en el debate previo a la hora de elaborar unas conclusiones para que las adoptara el Consejo de Asuntos Exteriores que tuvo lugar el día 4 de febrero. El hecho de que España no apoyara el texto que presentó el ministro Frattini, con el que tengo una relación excelente y una colaboración en todos los campos, es una cuestión de forma, porque se había acordado ya un texto en el COPS en el que todos los Estados miembros estábamos de acuerdo, junto con la alta representante puesto que ya había presentado un texto previo, y al hacer Franco Frattini una propuesta ex novo, muchos países, sin entrar en el fondo de la

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cuestión, dijimos que al ser algo absolutamente nuevo que cambiaba los términos de lo que ya habíamos acordado previamente en el COPS, o bien aprobábamos el texto que ya estaba previsto o bien que se devolviera de nuevo al COPS para que lo aprobáramos en este próximo encuentro. Por tanto fue un defecto de forma en el cual no solamente se expresó España sino que se expresaron también Irlanda, Reino Unido, Suecia, Chipre, Grecia, Finlandia... en fin, la inmensa mayoría. Por eso se devolvió el texto, porque la inmensa mayoría de los países no quisimos que se reabriera allí el debate sino que fuera de nuevo al COPS, y así lo decidió la alta representante. Evidentemente estamos muy pendientes del debate que se está produciendo en este momento puesto que el lunes tendremos ocasión de aprobarlo y por supuesto estamos hablando con nuestros socios italianos –insisto, con los que mantenemos una estrechísima colaboración– sobre la inclusión de menciones expresas a las minorías cristianas, que es lo que se ha planteado en este momento, y con mucho gusto vamos a apoyar esa mención porque nunca fue objeto de discusión por nuestra parte porque hubo una cuestión formal de presentación del documento. Es más, le diré que hace un año el ministro Moratinos anunció que se iba a tratar el tema de las minorías religiosas, las minorías cristianas, de una manera específica en el marco de la Alianza de Civilizaciones y yo voy a participar con el ministro Frattini en un seminario que tendrá lugar en Florencia en el mes de mayo sobre esta cuestión en concreto. Imagínese hasta qué punto no solamente estamos comprometidos sino que compartimos muchos de los planteamientos que hizo el señor Frattini. Fue una cuestión de procedimiento en el seno de la Unión Europea lo que hizo que se devolvieran las conclusiones, que evidentemente se adoptarán sin ningún tipo de problema en el próximo Consejo. Por último, quiero decirle al señor Albendea sobre la PAC y la política de cohesión que creo que he explicado en mi intervención inicial suficientemente cuál va a ser la posición que defienda España. Queremos una PAC fuerte y mantener la política de cohesión. España, como sabe, va a convertirse en contribuyente neto. Lo que sí estamos defendiendo en este proceso de negociación es que en determinadas regiones la pérdida de políticas de fondos de cohesión se haga con gradualidad. Esto es lo que en este momento está defendiendo España, sé que contamos con el apoyo de su grupo parlamentario, vamos a seguir defendiéndolo hasta el final y esperamos que lo podamos conseguir. Sobre la cuestión del cheque británico, España está defendiendo que haya un presupuesto básicamente más transparente, más claro, donde no haya compensaciones. Esto es algo que también está defendiendo España, pero estamos en pleno proceso de negociación, lo que nos importa a sus efectos es que compartimos una misma visión sobre cuál debe ser el objetivo a cumplir y cuáles deben ser las líneas básicas que tenemos que defender durante todo este proceso de negociación de perspectivas financieras y el nuevo presupuesto de la Unión Europea. Muchas gracias, señor presidente.

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COMPARECENCIA ANTE EL PLENO DEL CONGRESO, PARA RESPONDER A LA PREGUNTA DEL DIPUTADO JORDI PEDRET I GRENZNER, DEL GRUPO PARLAMENTARIO SOCIALISTA, SOBRE CUÁLES SON LOS OBJETIVOS DEL RECIENTE VIAJE DE LA MINISTRA DE ASUNTOS EXTERIORES Y DE COOPERACIÓN A ISRAEL Y LOS TERRITORIOS PALESTINOS (BOCG núm. 223, de 16 de febrero de 2011) La señora MINISTRA DE ASUNTOS EXTERIORES Y DE COOPERACIÓN (Jiménez García-Herrera): Muchas gracias, señor presidente. Señoría, este ha sido un viaje importante para España, por un lado porque coincide con la conmemoración este año del 25º aniversario del establecimiento de relaciones diplomáticas entre España e Israel, lo que supone una oportunidad para fortalecer nuestras relaciones no solo en el ámbito político sino también en los ámbitos económico y cultural; y por otro lado por la importancia que tiene para España, como su señoría ponía de manifiesto, la cooperación en territorio palestino, debido también a la delicada situación que vive en la actualidad el mundo árabe. En relación con el proceso de paz en Oriente Medio vamos a seguir trabajando discretamente para que se retome la senda de las negociaciones directas para poner fin al conflicto. He podido comprobar que España puede ser un actor muy útil para las dos partes porque con las dos tiene una relación muy fluida. En este sentido, puedo señalar que hemos quedado muy satisfechos por el desarrollo de las reuniones de muy alto nivel que hemos mantenido durante la visita a la región. Además, como sabe, señoría, España está firmemente comprometida con el establecimiento de un Estado palestino y consideramos que es el momento. El año 2011 es un año clave, se ha hecho un gran esfuerzo por parte de las autoridades palestinas, se dan las condiciones y las circunstancias para ello, pero no hay que olvidar que para el establecimiento efectivo del Estado es imprescindible negociar primero con Israel para estudiar las consecuencias inherentes a dicho reconocimiento. Por ello, es imprescindible que demos pasos positivos para restaurar la confianza y retomar esas negociaciones directas. Ese compromiso con el establecimiento del Estado palestino se traduce en un nivel de cooperación muy estrecho, fundamentalmente a través de los fondos destinados al fortalecimiento institucional, al fortalecimiento de las instituciones palestinas, pero también a proyectos de desarrollo económico y social, como la escuela–taller o el programa de rehabilitación –al que se refería su señoría– del patrimonio histórico de Hebrón que tuve ocasión de visitar. Se trata de mantener este compromiso, de desarrollar esta cooperación y mantener la ayuda

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para el funcionamiento institucional del Estado palestino, que es la única solución posible para lograr la paz en Oriente Medio. Muchas gracias.

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COMPARECENCIA ANTE EL PLENO DEL CONGRESO, PARA RESPONDER A LA INTERPELACIÓN URGENTE DEL GRUPO PARLAMENTARIO POPULAR EN EL CONGRESO, SOBRE LAS MEDIDAS QUE VA A ADOPTAR EL GOBIERNO PARA GARANTIZAR LA DEFENSA DE LA LIBERTAD RELIGIOSA EN EL MUNDO, ESPECIALMENTE EN ORIENTE MEDIO (BOCG núm. 223, de 16 de febrero de 2011) La señora MINISTRA DE ASUNTOS EXTERIORES Y DE COOPERACIÓN (Jiménez García-Herrera): Gracias, señora presidenta. Señoría, no me sorprende tanto su interpelación como su tono, porque o bien actúa con ignorancia o bien actúa con mala fe. Quiero recordarle que el Consejo de Asuntos Exteriores de la Unión Europea del mes de diciembre, el último del año 2010, trató este asunto. Entonces España destacó la importancia de situar estos esfuerzos en el marco de la defensa de los derechos de los individuos a la libertad religiosa como un derecho fundamental de toda persona y recordó la resolución que en este sentido había aprobado Naciones Unidas que protegía la libertad religiosa. En el Consejo de diciembre España también se refirió a la conveniencia de utilizar los instrumentos de los que dispone la Unión Europea a través de la Alianza de Civilizaciones con estos fines. Me refiero a la celebración del Seminario internacional sobre libertad religiosa, respeto, participación e inclusión –el caso de las minorías cristianas–, que estamos organizando junto con Italia en la ciudad de Florencia y que se celebrará en mayo de 2011, y también a un segundo Seminario sobre los desafíos que para los refugiados representa el denominado arco de crisis, referido a la región que va desde África hasta Asia central y que tendrá lugar después del verano, organizado conjuntamente por España con Acnur y la Alianza de Civilizaciones. Finalmente la alta representante Catherine Ashton concluyó el debate de diciembre sobre este asunto señalando que se incluirá en el informe anual de la Unión sobre derechos humanos un capítulo específico sobre libertad religiosa y minorías religiosas. Más adelante, cuando este asunto se volvió a plantear en el ámbito europeo, España participó de manera muy activa en el debate previo a la hora de elaborar unas conclusiones para que las adoptara el Consejo de Asuntos Exteriores, lo sabe usted y lo ignora. ¿Por qué no hubo entonces conclusiones sobre la defensa de las minorías cristianas en el Consejo de Asuntos Exteriores del día 31 de enero? No fue desde luego porque España se opusiera a ello, como su señoría pretende. Debo recordar que la adopción de conclusiones en el Consejo requiere del acuerdo de veintisiete Estados miembros. En el caso que nos ocupa se había alcanzado ese

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acuerdo sobre un texto en los órganos preparatorios del Consejo –supongo que su señoría sabe que hay órganos preparatorios de los documentos, el COPS y el Coreper–, pero una delegación, la italiana, decidió reabrir en el propio Consejo la discusión sobre los términos de las conclusiones que ya estaban consensuadas. España, al igual que la inmensa mayoría de los Estados miembros –liderando, no crea, de verdad, que teníamos esa pretensión–, se opuso por una cuestión de forma, de mal uso del procedimiento y no por una cuestión de fondo que ni siquiera entramos a debatir entre los miembros del Consejo –yo estaba allí presente, se lo puedo asegurar–; por eso la alta representante Catherine Ashton devolvió el texto, porque la inmensa mayoría de los países no quisimos que se reabriera allí el debate, sino que se acordara de nuevo en el COPS, como finalmente decidió la alta representante. Señoría, en materia de lucha contra el terrorismo, de expresiones de rechazo contra el terrorismo, no aceptamos lecciones de nadie. El Gobierno de España, como no podía ser de otra manera, ha condenado de forma reiterada y firme los atentados que han sufrido las minorías cristianas en Bagdad y en Alejandría, a los que usted ha hecho referencia, que causaron numerosas víctimas mortales y centenares de heridos, y resulta bastante extraño que su señoría desconozca las expresiones de condena realizadas por el Gobierno de España, por el Ministerio de Asuntos Exteriores y de Cooperación de esos atentados y de cualesquiera otros que hay de índole terrorista. Por tanto, quiero aprovechar esta ocasión para reafirmar que el compromiso del Gobierno en la lucha contra el terrorismo es claro, inequívoco y decidido. Desde hace años nuestro país ejerce un importante liderazgo en la promoción de medidas por parte de la comunidad internacional que contribuyan a poner fin a esta lacra, ya sea a través de los convenios internacionales o en el marco de Naciones Unidas, de la adopción de instrumentos jurídicos de carácter regional o mediante una cooperación bilateral cada vez más estrecha con numerosos países. Además, impulsamos todas las medidas que implican una mayor protección a las víctimas del terrorismo. Es decir, en la lucha contra el terrorismo, nuestro país es líder en todas sus formas y en todos los foros y, como sabe, este ámbito constituye un vector fundamental de nuestra política exterior: ni silencio ni inacción. En segundo lugar, la defensa de la libertad religiosa es un asunto de derechos humanos, sin duda, algo que siempre ha defendido este Gobierno. La libertad de pensamiento, de conciencia y de religión está expresamente recogida en el artículo 18 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos y en el artículo 9 de la Convención Europea de Derechos Humanos. Esos son los textos a los que usted hace referencia y son los textos que defiende el Gobierno de España. Sobre el compromiso del Gobierno en materia de promoción y protección de los derechos humanos, me parece importante recordar una vez más que nuestra acción exterior se ha intensificado significativamente en los últimos años, sobre todo en el ámbito multilateral, y le voy a dar dos datos a modo de ejemplo. Entre 2004 y 2009 hemos multiplicado por seis nuestra contribución

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voluntaria a la Alta Comisionada de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, convirtiéndonos en el segundo contribuyente a las actividades de esta oficina, y en el año 2010, por cierto, España pasó a formar parte por primera vez del Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas. Por tanto, insisto, el compromiso del Gobierno de España contra el terrorismo y con la promoción de todos los derechos humanos es firme y constituye un objetivo prioritario de la acción exterior del Gobierno. Por otro lado, es cierto que en el contexto actual sabemos que la promoción y protección de la libertad religiosa ha pasado a ser una cuestión que también requiere de un enfoque amplio, un enfoque político global y un planteamiento en el que España es de nuevo líder del diálogo de civilizaciones. Señorías, es un hecho que la religión está cobrando una importancia creciente sobre todo en las relaciones internacionales, aunque también en el interior de nuestras sociedades. Las tensiones interculturales a escala global han situado la libertad y la diversidad religiosa, el ejercicio de la libertad religiosa, de sus creencias, como parte de la agenda global, y España es quien ha liderado toda esta nueva dinámica en el escenario internacional. España, como copatrocinador de la Alianza de Civilizaciones, está desempeñando un papel de liderazgo, específicamente en el ámbito del diálogo intercultural y sus implicaciones de seguridad. Como sabe, la alianza ofrece un marco para el diálogo y la cooperación en el que pueden abordarse con espíritu constructivo cuestiones especialmente sensibles vinculadas a diferencias culturales y también religiosas. En este ámbito, hemos insistido en que es necesario crear y compartir espacios que permitan avanzar en este caso contra la discriminación de las minorías y por el pleno ejercicio de la libertad religiosa. De hecho, el ministro Moratinos, con ocasión del III Foro de la Alianza de Civilizaciones en Río de Janeiro en mayo de 2010, ya anunció que España organizaría junto a Italia, en el marco de la Alianza de Civilizaciones y de acuerdo con los esfuerzos de la Unión Europea para asegurar la protección de la libertad religiosa y su ejercicio por las minorías, un seminario precisamente sobre minorías cristianas, algo que España ha liderado. Este seminario, al que me he referido antes, es el que tengo previsto realizar con mi colega Franco Frattini el próximo mes de mayo. El Gobierno está actuando en tres frentes distintos pero complementarios: luchar contra el extremismo, luchar contra el totalitarismo y luchar contra la exclusión. Señoría, creo que la idea que se ha expresado ya desde algunos sectores de que la religión puede ser una de las fuentes de violencia en el mundo no es solamente injusta, sino que además es peligrosa, ya que desvía la atención de la raíces políticas o ideológicas de la mayoría de los conflictos. Le puedo asegurar que comparto que la influencia positiva de la religión se puede observar en la existencia de un núcleo de valores y principios comunes en la mayoría de confesiones, un núcleo de valores a favor de los derechos humanos y de principios básicos que fundamentan la convivencia pacífica entre pueblos y sociedades. Por ello nuestra actividad y

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nuestra acción ha estado siempre dirigida a fomentar el respeto a todas las religiones, a subrayar la importancia de la ley para garantizar el derecho a la libertad de religión y de creencias, así como otras libertades relacionadas con esta, como es la libertad de expresión. Señoría, por mucho que se empeñe, por mucho que lo diga –sabiendo que falta a la verdad–, España ha condenado y seguirá condenando cualquier atentado terrorista y ha condenado expresamente los atentados terroristas dirigidos contra las minorías cristianas en Bagdad y Alejandría. España ha iniciado y puesto en marcha medidas para contrarrestar y para poner en valor la defensa de las minorías cristianas y ha trabajado de manera intensa en el seno de la Unión Europea para defender a dichas minorías cristianas. Por tanto, o actúa con ignorancia o actúa con mala fe, algo que estoy encontrándome, algo muy propio de esta Cámara, y estimo que en política exterior deberíamos ser bastante sensibles a la hora de poner en cuestión determinadas actividades e iniciativas que tienen que ver con la defensa de nuestro Estado. Muchas gracias.

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La señora MINISTRA DE ASUNTOS EXTERIORES Y DE COOPERACIÓN (Jiménez García-Herrera): Gracias, presidenta. Señoría, no ha habido ninguna lectura de discurso y mucho menos cuando he mostrado mi sorpresa y mi enfado por el tono que ha utilizado. Lo digo porque he tenido que cambiar todo, precisamente porque me sorprende la insinuación que ha realizado. Me conoce y sabe que soy una persona que mantiene siempre un talante dialogante, un tono constructivo, y me preocupo especialmente por que la política exterior no sea objeto de confrontación. Por ello, esas insinuaciones sobre que España no tiene un compromiso en la lucha contra el terrorismo, como que España tiene algún tipo de problema para citar a las minorías cristianas en su defensa y contra los atentados que han sufrido son absolutamente inaceptables. A lo mejor, señor Moragas, usted no ha presentado en esta Cámara ningún tipo de documento, ningún tipo de propuesta, ningún tipo de defensa para la iniciativa de las minorías cristianas, pero sí lo hicieron sus compañeros en el Senado, por cierto.

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La señora MINISTRA DE ASUNTOS EXTERIORES Y DE COOPERACIÓN (Jiménez García-Herrera): Sí lo hicieron sus compañeros en el Senado, contó con el apoyo del Grupo Socialista y se aprobó por unanimidad.

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La señora MINISTRA DE ASUNTOS EXTERIORES Y DE COOPERACIÓN (Jiménez García-Herrera): Ya lo aprobaron nuestros compañeros en el Senado y lo hicieron en el mes de diciembre, un documento aprobado por unanimidad, por

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todos los grupos políticos. Usted podía haber traído antes, por cierto, algún tipo de iniciativa, si eso era lo que pretendía. Muy bien, lo trae ahora. También podía haberlo traído hace dos meses, que fue cuando se produjeron los atentados. Por tanto, señor Moragas, no nos dé lecciones. El Gobierno de España condenó, y de una manera firme, y trabaja, y el Gobierno de España lidera –no Trinidad Jiménez, que acaba de llegar, como usted ha puesto de manifiesto– iniciativas en todo el mundo, en el ámbito de la Unión Europea y en el ámbito de Naciones Unidas para luchar por la tolerancia, para luchar contra la discriminación, para luchar contra la exclusión, para luchar por el respeto a las minorías religiosas, y a las cristianas también; no se haga líos, no se haga líos, señor Moragas. Y en el ámbito de la Unión Europea también. No me diga que usted desconoce cuáles son los métodos y procedimientos de trabajo de la Unión Europea. Sabe perfectamente que se pactan los textos, las conclusiones. Y cuando una sola delegación –efectivamente fue la italiana– pretendió cambiar lo que ya se había acordado previamente, por una cuestión de mal uso del procedimiento –yo estaba allí, señor Moragas, y le puedo asegurar que jamás se me ocurriría mentir en ningún lugar, y mucho menos en esta Cámara–, la alta representante estimó que mejor se devolvía para que volviéramos a buscar el consenso necesario; que por cierto lo vamos a lograr el próximo lunes, que tenemos Consejo de Asuntos Exteriores. Señor Moragas, si usted quiere hablar de alguna cuestión de política exterior usted sabe que tiene siempre mi teléfono disponible; si usted quiere informarse sobre algún tema que le preocupa, usted sabe que tiene siempre el Ministerio de Asuntos Exteriores a su disposición para informarle, pero no venga aquí con falsas insinuaciones, con interpretaciones erróneas o maliciosas sobre cuál es la actitud del Gobierno de España fiándose exclusivamente de una información de prensa. ¿Tuvo acaso la oportunidad de llamarme para enterarse de qué había pasado durante el debate de ese Consejo, o no la tuvo? La tuvo, y yo le habría informado con mucho gusto. Esa es la verdad, que por una cuestión de procedimiento, pero no de fondo, se trasladó el debate al próximo lunes; y España seguirá manteniendo la misma posición constructiva y comprometida con la defensa de las minorías religiosas y por supuesto también con las minorías cristianas. Muchas gracias.

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COMPARECENCIA ANTE EL PLENO DEL SENADO, PARA RESPONDER A LA PREGUNTA DEL SENADOR IÑAKI MIRENA ANASAGASTI OLABEAGA, DEL GRUPO PARLAMENTARIO DE SENADORES NACIONALISTAS, SOBRE SI EL GOBIERNO PIENSA QUE DEBEN SER LAS FUERZAS SOCIALES LAS QUE DETERMINEN EL CAMBIO Y LA POLÍTICA EN MARRUECOS Y EN GUINEA ECUATORIAL (BOCG núm. 110, de 22 de febrero de 2011) La señora MINISTRA DE ASUNTOS EXTERIORES Y DE COOPERACIÓN (Jiménez García-Herrera): Gracias, señor presidente. Señoría, España apoya sin reservas las legítimas aspiraciones ciudadanas en cualquier parte del mundo, siempre y cuando se produzcan de manera pacífica, en demanda siempre de reforma democrática, de más libertad, de más derechos, de más progreso y de justicia social. Es verdad que la comunidad internacional siempre trata de jugar un cierto papel de equilibrio, por un lado, defendiendo en todo momento los derechos y libertades fundamentales, apoyando las aspiraciones legítimas de los pueblos, y, por otro lado, manteniendo el respeto a la soberanía de cada país, de manera que el apoyo a estas aspiraciones legítimas no sea percibido como injerencia y pueda producir rechazo. Quiero recordar que el artículo 2 de la Carta de las Naciones Unidas menciona el principio de igualdad de la soberanía de los Estados y de no injerencia en los asuntos internos. Insisto, pues, en que la comunidad internacional debe encontrar ese punto de equilibrio de manera que cada país pueda decidir sobre su futuro y conducir sus propios procesos de cambio y de reforma, como ha ocurrido en muchas ocasiones en la historia, y, sin duda, cuando existe un movimiento social que es amplio, que es interno, que demanda cambios, en ese momento es cuando la comunidad internacional tiene que mostrar su mayor apoyo y acompañar a esa sociedad en el proceso de cambio. Muchas gracias.

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La señora MINISTRA DE ASUNTOS EXTERIORES Y DE COOPERACIÓN (Jiménez García-Herrera): Muchas gracias, señor presidente. Señoría, desde luego, yo soy de las personas que creen que todos los países están en condiciones de conducir sus propios procesos de transición y cambio político: mire lo que ha ocurrido en Túnez y lo que ha ocurrido en Egipto. Estos días estamos asistiendo a acontecimientos históricos que tienen una gran tras-

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cendencia para sus pueblos, que estas sociedades, con manifestaciones pacíficas, han conseguido tomar las riendas de su propio destino. Y no es casualidad que la comunidad internacional haya mostrado una cierta cautela a la hora de hacer pronunciamientos públicos sobre cuál va a ser el devenir de los acontecimientos. ¿Por qué? Porque yo creo que tenemos que respetar los procesos que inician los propios ciudadanos en sus países y que ellos mismos deben conducir, ellos mismos quieren ser protagonistas. Yo no veo que estos ciudadanos estén reclamándonos a los países o a los organismos internacionales que intervengamos. Quieren ellos conducir sus propios procesos. Señoría, una cosa es acompañar el proceso de transición en un país y otra muy distinta es decirles a sus ciudadanos cómo y cuándo lo tienen que hacer, sobre todo cuando existe, como ha ocurrido en Túnez y en Egipto, un liderazgo social que se ha constituido en el protagonista de los cambios. Y le aseguro que España siempre estará dispuesta a acompañar estos procesos y a apoyar la democracia y sus reformas. Muchas gracias.

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COMPARECENCIA ANTE EL PLENO DEL SENADO, PARA RESPONDER A LA PREGUNTA DEL SENADOR JESÚS CAICEDO BERNABÉ, DEL GRUPO PARLAMENTARIO POPULAR EN EL SENADO, SOBRE EL PLAN DE ACTUACIÓN DEL GOBIERNO TRAS LA ELABORACIÓN DE DIVERSOS INFORMES DESDE EL AÑO 2005 POR PARTE DE TÉCNICOS DEL CENTRO DE INVESTIGACIONES ENERGÉTICAS, MEDIOAMBIENTALES Y TECNOLÓGICAS (CIEMAT), DEL DEPARTAMENTO DE ENERGÍA DE LOS ESTADOS UNIDOS, DEL ORGANISMO INTERNACIONAL DE ENERGÍA ATÓMICA (OIEA) Y DE LA COMISIÓN EUROPEA SOBRE LA EXISTENCIA DE RESIDUOS NUCLEARES EN PALOMARES (ALMERÍA) (BOCG núm. 110, de 22 de febrero de 2011) La señora MINISTRA DE ASUNTOS EXTERIORES Y DE COOPERACIÓN (Jiménez García-Herrera): Muchas gracias, señor presidente. Señoría, el Gobierno de España está decidido a proceder a la limpieza definitiva de Palomares de forma que los habitantes de la zona puedan recuperar sus tierras sin ninguna limitación de uso, lo cual implica –como usted ha señalado o como todo el mundo conocemos– eliminar la contaminación hasta límites fijados por el Consejo de Seguridad Nuclear. Como sabe, el punto clave del plan de rehabilitación de Palomares, elaborado por el Centro de Investigaciones Energéticas, Medioambientales y Tecnológicas, el CIEMAT, es la retirada de los residuos de plutonio. Con este fin el Gobierno ha solicitado a las autoridades norteamericanas, en primer lugar, apoyo técnico en la redacción del plan de rehabilitación y también para su implementación. Y, en segundo lugar, también le ha solicitado el traslado de los residuos fuera de España ya que no hay en nuestro país una instalación ni zona que pueda almacenarlos. Este es, señorías, el planteamiento sobre el que ambos países estamos trabajando en este momento de manera conjunta. Muchas gracias.

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La señora MINISTRA DE ASUNTOS EXTERIORES Y DE COOPERACIÓN (Jiménez García-Herrera): Muchas gracias, señor presidente. Señoría, usted me pregunta por un suceso que tuvo lugar hace 45 años. Este ha sido el único Gobierno que se ha ocupado de verdad de este asunto. Por cierto, el Gobierno del Partido Popular podría haber hecho algo antes. En todo caso, el

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Gobierno mantiene una colaboración muy activa con Estados Unidos respecto a Palomares. Durante la visita que hizo a Madrid el presidente Biden, en mayo del año pasado, el Gobierno le trasladó nuestras demandas. Y como consecuencia de ello en julio se celebró en Washington una reunión entre representantes de alto nivel de los departamentos de Estado, Energía y Defensa de Estados Unidos y los Ministerios de Presidencia, Ciencia e Innovación, Defensa y Asuntos Exteriores y Cooperación de España. Por cierto la primera vez. Desde entonces, el diálogo con las autoridades norteamericanas ha sido intenso y constante, tanto en Washington como en Madrid. En enero de este año yo también tuve la oportunidad de hablar personalmente de este asunto con la secretaria de Estado, Hillary Clinton, durante mi visita a este país y, como sabe, hoy mismo ha llegado a España una delegación norteamericana de expertos, formada por representantes de las distintas agencias implicadas, para abordar, junto con nuestros técnicos, los pasos necesarios para la elaboración consensuada y definitiva del plan de rehabilitación. Por fin el Gobierno socialista, después de 45 años, pone en marcha todas las medidas. Se trata de establecer una hoja de ruta en la que se plasmen los compromisos de ambas partes en la elaboración del plan y en la gestión de los residuos resultantes. En definitiva, señoría, Palomares ha sido una cuestión prioritaria para este Gobierno, lo estamos demostrando porque estamos trabajando intensamente para acordar la solución definitiva a un problema que tuvo lugar hace ya 45 años. Pero ha sido este Gobierno quien lo ha logrado. Gracias.

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COMPARECENCIA ANTE EL PLENO DEL SENADO, PARA RESPONDER A LA PREGUNTA DEL SENADOR JOSÉ CARRACAO GUTIÉRREZ, DEL GRUPO PARLAMENTARIO SOCIALISTA, SOBRE LA VALORACIÓN DEL GOBIERNO EN RELACIÓN CON EL VIGÉSIMO QUINTO ANIVERSARIO DEL ESTABLECIMIENTO DE RELACIONES DIPLOMÁTICAS ENTRE ESPAÑA E ISRAEL (BOCG núm. 110, de 22 de febrero de 2011) La señora MINISTRA DE ASUNTOS EXTERIORES Y DE COOPERACIÓN (Jiménez García-Herrera): Muchas gracias, señor presidente. Señoría, efectivamente, el presidente de Israel, Simon Peres, se encuentra de visita en España con motivo del vigesimoquinto aniversario del establecimiento de relaciones diplomáticas entre España e Israel. Esta mañana hemos tenido la ocasión de contar con su presencia y también con la de sus majestades los reyes en la inauguración oficial de la sede Casa Sefarad–Israel, una institución de diplomacia pública, que desde su creación, hace ahora cuatro años, ha desarrollado una intensa labor para, por un lado, profundizar en la recuperación del legado sefardí; por otro lado, fomentar un mayor conocimiento de la cultura judía y, por último, impulsar el desarrollo de vínculos de amistad y cooperación entre la sociedad española, la sociedad israelí y las comunidades judías de la diáspora. Señorías, sin duda España e Israel comparten una misma historia, común, que es milenaria, que es Sefarad, que tiene para nosotros una enorme carga emocional y simbólica. Sin embargo, fue el presidente del Gobierno Felipe González, pocos meses después de nuestra entrada en la Unión Europea, el que decidió poner fin a una anomalía del franquismo y establecer relaciones diplomáticas con Israel. A lo largo de estos últimos veinticinco años, tanto España como Israel hemos conseguido desarrollar un diálogo político muy fluido, basado en el respeto y en el mutuo reconocimiento. Asimismo, hemos trabajado para estrechar una colaboración amplia e intensa en diversos ámbitos. Prueba de ello, como su señoría ponía de manifiesto, es que Israel es hoy nuestro principal socio comercial en Oriente Medio. Por otra parte, España también ha querido jugar siempre un papel muy activo en la consecución de la paz entre los israelíes y los palestinos, conflicto que la sociedad española siente muy cercano. Precisamente este año celebramos el veinte aniversario de la Conferencia de Paz en Madrid, y a veces las fechas y los años hacen que todos lleguemos a la conclusión de que es el momento de alcanzar una solución definitiva. España mantiene firme su compromiso con el Proceso de Paz en Oriente Medio, y

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esperamos que el año 2011 sea el año clave. Todos los países trabajamos en esta dirección. En definitiva, señoría, estoy convencida de que la celebración de este veinticinco aniversario del establecimiento de relaciones diplomáticas va a ser una gran oportunidad para ambos países no solo para fortalecer nuestras relaciones en el ámbito político, sino también en materia económica y cultural. Señoría, se trata de establecer mecanismos de consolidación, de fortalecimiento de nuestras relaciones, de tender puentes de entendimiento y compromiso institucional y afectivo, porque es un país con el que nos unen muchas cosas. Muchas gracias.

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COMPARECENCIA ANTE EL PLENO DEL SENADO, PARA RESPONDER A LA PREGUNTA DEL SENADOR AGUSTÍN CONDE BAJÉN, DEL GRUPO PARLAMENTARIO POPULAR EN EL SENADO, SOBRE LAS GESTIONES QUE HA REALIZADO EL MINISTERIO DE ASUNTOS EXTERIORES Y DE COOPERACIÓN PARA COMPROMETERSE AL PAGO DEL SUELDO DE CIUDADANOS ESPAÑOLES COMO ASESORES DE GOBIERNOS EXTRANJEROS (BOCG núm. 110, de 22 de febrero de 2011) La señora MINISTRA DE ASUNTOS EXTERIORES Y DE COOPERACIÓN (Jiménez García-Herrera): Muchas gracias, señor presidente. Señoría, la contratación de expertos como asesores de otros Gobiernos es una práctica habitual de la cooperación internacional para el desarrollo tanto por parte de España como por parte de otros países de nuestro entorno. La cooperación española, conforme al Plan director 2009–2012, tiene como prioridad la gobernabilidad democrática y el fortalecimiento institucional como parte integral de un desarrollo sostenible. De acuerdo con nuestros países socios establecemos programas de trabajo que implican desde el apoyo presupuestario hasta la contratación de asistencias técnicas en ámbitos como la promoción de los derechos humanos, la mejora de los procesos electorales, el fortalecimiento de la justicia o la protección de las minorías, a menudo mediante la contratación de españoles expertos en estos sectores. Para que pueda hacerse una idea, señoría, en América Latina el 2% de nuestro presupuesto en el año 2009 se dedicó a la contratación de asistencias técnicas solicitadas por los distintos países que son socios en nuestra cooperación al desarrollo. Muchas gracias.

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La señora MINISTRA DE ASUNTOS EXTERIORES Y DE COOPERACIÓN (Jiménez García-Herrera): Muchas gracias, señor presidente. Señoría, creo que usted no tiene ningún interés en saber cómo opera la cooperación internacional al desarrollo, pero a pesar de que no le interese yo se lo voy a explicar porque creo que es bueno que, en vez de dedicarse a criticar aquello de lo que no tiene ni idea, se entere de cómo trabaja la cooperación española. La cooperación española se concentra en Colombia, por razones obvias, en la prevención de conflictos y en la construcción de la paz. Estamos promoviendo concretamente, de acuerdo con el Gobierno del presidente Santos –por cierto, un Gobierno muy respetable–, iniciativas de reconciliación nacional, respeto a los

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derechos humanos y al derecho internacional humanitario, reparación y restitución de derechos para las víctimas del conflicto, reinserción de los desplazados, acceso a la Justicia y erradicación de la violencia de género. Quizá esto a usted no le interese, pero le importa mucho al Gobierno del presidente Santos. Para ello trabajamos con entidades gubernamentales, con organizaciones de la sociedad civil, con agencias humanitarias y organismos internacionales. ¿Le suena lo que es el trabajo del derecho internacional humanitario? Se lo seguiré explicando.

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La señora MINISTRA DE ASUNTOS EXTERIORES Y DE COOPERACIÓN (Jiménez García-Herrera): Señoría, no tiene más razón quien más grita. España viene colaborando con la Misión de Apoyo al Proceso de Paz en Colombia desde la Organización de los Estados Americanos desde su constitución en el año 2004 junto con otros donantes. Puesto que la misión ha renovado su mandato en enero de este año, el secretario general de la OEA se ha dirigido expresamente al Gobierno de España solicitando que mantenga su apoyo. Y sí, señoría, tenemos previsto contestar afirmativamente a su solicitud, y esta es la gestión que ha llevado a cabo el Gobierno de España para la contratación de expertos en este ámbito. Como puede imaginarse, la contratación con cargo a este programa de la OEA se va a llevar de acuerdo a los procedimientos establecidos por la propia organización. Termino diciéndole, señoría, que un magistrado con una trayectoria profesional como el que usted ha citado de esa manera tan despectiva sería, en mi opinión, un candidato más que adecuado para colaborar como experto en esa misión. Muchas gracias

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COMPARECENCIA ANTE EL PLENO DEL SENADO, PARA RESPONDER A LA PREGUNTA DEL SENADOR IÑAKI MIRENA ANASAGASTI OLABEAGA, DEL GRUPO PARLAMENTARIO DE SENADORES NACIONALISTAS, SOBRE SI EL GOBIERNO TIENE EN CUENTA LA OPINIÓN DEL PUEBLO SAHARAUI A LA HORA DE LA NEGOCIACIÓN ENTRE LA UNIÓN EUROPEA Y MARRUECOS EN RELACIÓN CON EL ACUERDO COMERCIAL (BOCG núm. 110, de 22 de febrero de 2011) La señora MINISTRA DE ASUNTOS EXTERIORES Y DE COOPERACIÓN (Jiménez García-Herrera): Gracias, señor presidente. Lo siento, señoría, si no le satisfizo la respuesta que le di el otro día en la comisión mixta, pero es que actualmente la Unión Europea tiene dos expedientes comerciales en trámite con Marruecos. Uno es la renovación del protocolo agrícola y otro es la prórroga del protocolo de pesca. El Consejo aprobó la renovación del protocolo agrícola en diciembre de 2010, remitiéndolo entonces al Parlamento Europeo para su tramitación. Por otro lado, la Unión Europea está negociando con Marruecos la prórroga por un año del actual protocolo del acuerdo de pesca porque finaliza el 27 de febrero. Debo recordar que tanto España como el Consejo reconocieron en su momento que dicho acuerdo era conforme al derecho internacional. Lo era hace cuatro años y lo sigue siendo ahora. Aun así, la Comisión ha solicitado a Marruecos que proporcione una evaluación de los beneficios del presente acuerdo a la población del Sáhara Occidental. Y a la luz de la documentación proporcionada por las autoridades marroquíes el pasado 11 de febrero la Comisión solicitó al Consejo autorización para abrir negociaciones. Ayer mismo fue cuando el Consejo de Pesca de la Unión Europea autorizó a la Comisión a negociar con Marruecos la prórroga por un año más. Por lo tanto, el Gobierno cree que la Comisión, que es quien tiene la competencia exclusiva en esta materia, en política comercial, ha procedido correctamente en este asunto. Muchas gracias.

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La señora MINISTRA DE ASUNTOS EXTERIORES Y DE COOPERACIÓN (Jiménez García-Herrera): Muchas gracias, señor presidente. Mire, la sensibilidad, el derecho y la protección al pueblo saharaui no tiene nada que ver con el acuerdo de pesca. Señor Anasagasti, ¿es ilegal hoy lo que no

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era ilegal hace cuatro años? Es exactamente lo mismo, ¿o es que hay alguna diferencia entre los informes que había hace cuatro años y los que hay hoy? Dígaselo usted a los más de cien barcos españoles que están faenando en esas aguas. En el marco estrictamente pesquero como es el del acuerdo de pesca con Marruecos, España, al igual que el Consejo de Ministros de la Unión Europea, reconoce que el vigente acuerdo es conforme con el derecho internacional. Señoría, ahora se está negociando una prórroga por un año, sobre todo para que la flota pueda seguir faenando, tenemos más de cien barcos españoles, pero también para dar tiempo a negociar la adopción de un nuevo marco jurídico de las relaciones pesqueras entre la Unión y Marruecos. Es decir, en estos momentos, la Unión Europea simplemente está procediendo a las negociaciones para la renovación del protocolo del acuerdo de asociación de pesca y a la aprobación de la actualización del protocolo agrícola del acuerdo de asociación. Por cierto, quiero recordar que este acuerdo de asociación, adoptado en el año 2000 con el expreso apoyo de la Unión Europea en su conjunto, fue ratificado –porque se tiene que ratificar– por los Parlamentos nacionales de todos los países, incluido el de España. Muchas gracias.

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COMPARECENCIA ANTE EL PLENO DEL CONGRESO, PARA RESPONDER A LA PREGUNTA DEL DIPUTADO GUSTAVO MANUEL DE ARÍSTEGUI SAN ROMÁN, DEL GRUPO PARLAMENTARIO POPULAR EN EL CONGRESO, SOBRE QUÉ MEDIDAS VA A ADOPTAR EL GOBIERNO ANTE LA GRAVÍSIMA AGRESIÓN SUFRIDA POR LA REPRESENTACIÓN DIPLOMÁTICA DE ESPAÑA EN TEHERÁN (BOCG núm. 225, de 23 de febrero de 2011) La señora MINISTRA DE ASUNTOS EXTERIORES Y DE COOPERACIÓN (Jiménez García-Herrera): Muchas gracias, señora presidenta. Señoría, efectivamente, la detención del cónsul de España en Teherán es un hecho absolutamente inaceptable, muy grave y –como su señoría ha señalado– que viola gravemente la Convención de Viena. Por ello, desde el primer momento exigimos una respuesta clara e inmediata por parte de las autoridades iraníes. La primera decisión que tomó el Gobierno fue llamar al embajador de Irán en Madrid para protestar enérgicamente por lo ocurrido, pedir explicaciones y que liberaran de manera inmediata a nuestro consejero diplomático. Paralelamente, nuestro embajador en Teherán envió, por indicación mía, una nota verbal de protesta al Ministerio de Asuntos Exteriores de Irán. Además, informamos a la Unión Europea, de la que gran número de países como Francia, Reino Unido u Holanda convocaron al embajador iraní en sus respectivos países para expresar su más firme rechazo a la detención del diplomático español. Señoría, la actitud del Gobierno –como usted ha señalado– ha sido firme y las medidas que adoptamos en ese momento han tenido una respuesta oficial en tiempo y forma suficiente. Como sabe, el jueves de la semana pasada recibí una llamada del ministro de Asuntos Exteriores de Irán en la que me trasladó solemnemente las disculpas, asegurando que estos hechos no volverían a repetirse. Fue una conversación larga en la que me explicó cómo se produjeron los hechos y me informó de que su ministerio había ordenado una investigación para conocer en detalle lo sucedido y asegurarse de que hechos de esas características no volverán a repetirse. Por ello, el Gobierno seguirá muy vigilante y hemos establecido una fórmula de cooperación interna en el seno de la Unión Europea para ello. Muchas gracias.

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La señora MINISTRA DE ASUNTOS EXTERIORES Y DE COOPERACIÓN (Jiménez García-Herrera): Gracias, señora presidenta.

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Señoría, tiene usted toda la razón, la ignorancia de la ley no excusa de su cumplimiento y en ningún momento lo he excusado, simplemente estaba describiendo las razones que me estaba dando el ministro de Asuntos Exteriores de Irán a la hora de justificar por su parte la actuación de su policía, pero evidentemente eso no era una excusa para mí, y así se lo exigí en todo momento. España mantiene una actitud muy firme con el régimen de Irán frente a las violaciones de derechos humanos. Tenemos una actitud muy firme en el seno de la Unión Europea y en el seno de Naciones Unidas respecto a la petición de mantener las sanciones hacia Irán. Mantenemos una actitud muy firme y estamos coordinando un trabajo con nuestros socios de la Unión Europea que suponga una actitud de firmeza permanente hacia el régimen de Irán. Tengo que decirle que, después de la respuesta que hemos recibido.

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COMPARECENCIA ANTE EL PLENO DEL CONGRESO, PARA RESPONDER A LA PREGUNTA DEL DIPUTADO JOSÉ MARÍA LASSALLE RUIZ, DEL GRUPO PARLAMENTARIO POPULAR, SOBRE QUÉ GESTIONES HA REALIZADO EL GOBIERNO ANTE LA EUROCÁMARA PARA QUE EL ESPAÑOL NO SEA EXCLUIDO COMO IDIOMA EN EL REGISTRO DE LA NUEVA PATENTE COMUNITARIA (BOCG núm. 225, de 23 de febrero de 2011) La señora MINISTRA DE ASUNTOS EXTERIORES Y DE COOPERACIÓN (Jiménez García-Herrera): Muchas gracias, señora presidenta. Señoría, quizá usted tenga también la respuesta que tenemos desde el Grupo Socialista y desde el Gobierno, puesto que hemos trabajado conjuntamente en la defensa del español para la patente europea. Como sabe, señoría, el Gobierno, a través del secretario de Estado para la Unión Europea, ha mantenido diferentes contactos con diversas autoridades dentro del Parlamento Europeo, siempre dentro del respeto a su independencia, con el fin de transmitir la posición de España sobre el régimen lingüístico de la patente. Ha mantenido reuniones en el seno del Parlamento Europeo y también con distintas instancias europeas, así como también con gobiernos de los diferentes países. Hemos tenido reuniones con la delegación de los partidos españoles representados en esa Cámara y de manera especial con el presidente y con varios miembros de la Comisión de Asuntos Jurídicos. El resultado de la votación ha sido contrario a los intereses de España, a pesar de la razonable acogida de los planteamientos españoles e italianos en la Eurocámara, si tenemos en cuenta la actitud mayoritaria de los gobiernos en el seno del Consejo a favor de la cooperación reforzada en esta materia. La actitud de la Comisión ha sido completamente desafortunada, en el sentido de acelerar el que se vaya por la vía de la cooperación reforzada. Por tanto, España se reserva el derecho a seguir actuando con todos los mecanismos que tenemos a nuestra disposición para asegurarse la defensa del idioma español. Espero que podamos seguir contando con su colaboración, como la hemos tenido hasta ahora. Muchas gracias.

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La señora MINISTRA DE ASUNTOS EXTERIORES Y DE COOPERACIÓN (Jiménez García-Herrera): Gracias, presidenta. Señoría, creo que compartimos la misma posición. Hemos estado trabajando juntos en el mismo ámbito y defendemos la posición del español con la misma

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intensidad. Por lo demás, no solo hay una cuestión de defensa por razones políticas y lingüísticas, ya que la cuestión lingüística es una cuestión muy sensible en nuestro país y, efectivamente, nuestra lengua es un valor no solo cultural, sino un valor económico añadido en nuestro país, sino también por razones jurídicas. La decisión que se ha impulsado y que se ha tomado por parte de la Comisión Europea es contraria a los tratados, porque para las cuestiones lingüísticas se exige unanimidad, y han incluido aquí la cooperación reforzada. Por tanto, España va a acudir al Tribunal de Luxemburgo para defender el español en toda esta cuestión relativa a la lengua para las patentes. Muchas gracias.

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COMPARECENCIA ANTE EL PLENO DEL CONGRESO, PARA RESPONDER A LA PREGUNTA DEL DIPUTADO ÀLEX SÁEZ JUBERO, DEL GRUPO PARLAMENTARIO SOCIALISTA, SOBRE CUÁL ES LA VALORACIÓN DEL GOBIERNO SOBRE LA TRAYECTORIA DEL INSTITUTO CERVANTES EN EL 20 ANIVERSARIO DE SU CREACIÓN (BOCG núm. 225, de 23 de febrero de 2011) La señora MINISTRA DE ASUNTOS EXTERIORES Y DE COOPERACIÓN (Jiménez García-Herrera): Muchas gracias, señora presidenta. Señoría, efectivamente, la ley de creación del Instituto Cervantes fue aprobada con el apoyo prácticamente unánime de todos los grupos parlamentarios, y creo que todos podemos coincidir en que después de veinte años la historia del Instituto Cervantes es la historia de un gran éxito. En primer lugar, porque en estos veinte años el Instituto Cervantes ha sabido impulsar, promocionar y respaldar la expansión internacional de nuestra lengua común. Cada día son más los alumnos que desean aprender español y el Instituto Cervantes es sin duda la primera institución de referencia en la enseñanza de nuestra lengua en los cinco continentes. En los últimos cinco años se ha duplicado el número de matrículas, hemos hecho un esfuerzo importantísimo para ampliar la red de centros, que a finales de este año 2011 el Instituto Cervantes estará presente en setenta y siete ciudades de cuarenta y cuatro países, y también para promocionar y difundir las lenguas cooficiales. En segundo lugar, porque durante este tiempo la lengua se ha convertido en el producto español más demandado internacionalmente, y la acción del instituto, desde luego, ha tenido algo que ver. En los últimos ocho años el español ha multiplicado por tres su presencia en gran parte debido al despliegue de la sociedad de la información en América Latina. Por ello, nuestro objetivo, señoría, es seguir trabajando en la expansión internacional de nuestra lengua, como ponía su señoría de manifiesto –que en el caso de España aporta el 16 por ciento de nuestro PIB–, para favorecer el desarrollo de las industrias culturales españolas e hispanoamericanas que emplean directamente a medio millón de personas, así como también para impulsar una imagen positiva y actual de nuestro país y de la comunidad hispanohablante. Quiero destacar también precisamente que el instituto ha sabido estar al servicio no solo de la cultura española –que también y por supuesto–, sino también de la cultura hispanoamericana, donde todos podemos entender lo que significa nuestro país. En fin, señoría, es probable que, como dijo el escritor Antonio Muñoz Molina, el Instituto Cervantes sea hoy la mejor idea cultural de nuestra democracia. Muchas gracias.

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COMPARECENCIA ANTE LA COMISIÓN DE COOPERACIÓN INTERNACIONAL PARA EL DESARROLLO, EN EL SENADO, PARA INFORMAR SOBRE EL BALANCE Y LAS LÍNEAS PRIORITARIAS DE ACCIÓN DE LA POLÍTICA ESPAÑOLA DE COOPERACIÓN INTERNACIONAL AL DESARROLLO, CON ESPECIAL REFERENCIA A HAITÍ (BOCG núm. 482, de 1 de marzo de 2011) La señora MINISTRA DE ASUNTOS EXTERIORES Y DE COOPERACIÓN (Jiménez García-Herrera): Muchas gracias, señor presidente. Señorías, buenos días. Es para mí un motivo de satisfacción comparecer por primera vez ante la comisión de Cooperación Internacional de esta Cámara para presentar el balance y las líneas prioritarias de acción de la política española de cooperación al desarrollo en esta etapa final de la legislatura 2008–2012. Me van a permitir que inicie esta comparecencia haciendo referencia al papel que la cooperación española debe jugar ante los difíciles y complicados acontecimientos que han tenido lugar en estas últimas semanas en varios países de la ribera sur del Mediterráneo para adaptarse a este nuevo escenario. En primer lugar, quiero señalar claramente que el Gobierno de España está en disposición de prestar un apoyo político pero también económico a todos estos países; apoyo por principio pero también teniendo en cuenta cuál es la experiencia histórica española en los procesos de reforma iniciados por la propia ciudadanía en estos países; y apoyo que debe traducirse también dentro de las instituciones de la Unión Europea. Este compromiso con el futuro de la región se ha traducido de manera inmediata en un primer envío de ayuda de emergencia a las poblaciones afectadas por la situación en Libia. De hecho, tras el primer requerimiento que nos hizo ACNUR hemos sido el primer país del mundo en enviar ayuda. Concretamente el viernes pasado la Agencia Española de Cooperación fletó un avión con 30 toneladas de ayuda humanitaria para los refugiados que estaban en Libia y acudían a la frontera de Túnez, con la que calculamos que podemos prestar asistencia a unas 10 000 personas. Además, hemos puesto el puerto de Las Palmas a disposición del Programa Mundial de Alimentos de la ONU ante la posibilidad de que la crisis libia no permita utilizar el puerto de Bengasi, ehasta ahora se está haciendo –está destruido– como corredor humanitario para el Chad y Níger. Es decir, la situación en Libia no solamente está causando una crisis humanitaria a muchas personas que están siendo desplazadas hacia la frontera, sino que también puede generar problemas para el abastecimiento en el corredor humanitario de el Chad y Níger. En segundo lugar, el Gobierno ya está en contacto con las nuevas autoridades de Túnez y de Egipto para estudiar conjuntamente la colaboración que España

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puede prestar a la transición democrática que ahora se inicia. Es de destacar que con anterioridad existían oficinas técnicas de cooperación en estos países, pero es evidente que ahora tenemos que dirigir todo el trabajo no solo hacia las nuevas autoridades sino hacia las nuevas necesidades que se están planteando. En el caso de Túnez el secretario de Estado de Asuntos Exteriores e Iberoamericanos viajó el jueves pasado, y el presidente tiene previsto hacer un viaje mañana mismo en el que tendré oportunidad de acompañarle. En relación con Egipto quiero anunciarles que tengo previsto viajar a ese país dentro de dos semanas en el marco de una gira más amplia en la que tendré oportunidad de hablar con las autoridades para ver exactamente cuál es la situación, los requerimientos y las necesidades que se plantean en esos países. Como decía, se trata en ambos casos de redirigir los programas de cooperación vigentes para apoyar la capacitación y formación de redes y asociaciones de la sociedad civil en esos países, por un lado y, por otro, de apoyar la convocatoria y celebración de elecciones democráticas en coordinación con otros países donantes, sobre todo países del ámbito europeo con los que estamos coordinando todas nuestras iniciativas. Como les decía, señorías, España tiene una experiencia valiosa y muy positiva en procesos de transición democrática, y por ello estamos en condiciones de aportar expertos en varios ámbitos, algo que nos están pidiendo desde el primer día: expertos en los sectores legislativo, judicial y ejecutivo, colaboración en procesos electorales y, por supuesto, acompañar todos los procesos de reforma constitucional que se están iniciando en este momento. Al miso tiempo, y puesto que una sociedad cohesionada, activa y sobre todo participativa es lo que están pidiendo los ciudadanos en la calle, es esencial e importante para todo proceso democrático tener en cuenta que la sociedad civil española también cuenta con una larga experiencia, con implantación en estos países de la ribera sur del Mediterráneo. Creo que entre todos podemos tener una actitud constructiva que puede ser enormemente útil para los procesos que ahora se han iniciado. Por tanto, compromiso de apoyo y apuesta clara de España por los procesos de democratización y asistencia a los países que sigan esta línea. Señorías, volviendo al objeto de esta comparecencia, que es el balance y líneas prioritarias de la política española de cooperación, voy a explicar cuáles son los grandes objetivos. Como saben, el gran objetivo de la política de cooperación al desarrollo es la lucha contra la pobreza. Con este fin, plasmado en el pacto de Estado contra la pobreza que es compartido por todos, el Gobierno ha hecho una apuesta firme y muy ambiciosa para construir de manera consensuada con el resto de las fuerzas políticas y con las organizaciones sociales una verdadera política de cooperación internacional desvinculada de cualquier otro interés, bien sea geopolítico o en relación con las políticas migratorias, y que sea también coherente con nuestras apuestas económicas y comerciales en el ámbito de los mercados internacionales. Una política de cooperación para apoyar a los países socios en el fortalecimiento de las instituciones democráticas, en los esfuerzos

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para construir la paz, para atender las necesidades sociales básicas, la igualdad de oportunidades entre hombres y mujeres, la generación de empleo y renta o el respeto al medio ambiente. Pues bien, señorías, si echamos la vista atrás y examinamos la acción exterior española a lo largo de estos últimos siete años, convendrán conmigo en que pocos elementos han cambiado tanto como la cooperación internacional al desarrollo. Incluso en la actualidad, con los recortes de gasto público que hemos visto todos en los Presupuestos Generales del Estado, hay que decir que se mantiene la apuesta por la cooperación al desarrollo en los términos que diseñamos al inicio de la primera legislatura de este Gobierno. Pero no me refiero solo a los recursos presupuestarios, aunque más adelante, atendiendo las peticiones de diversos grupos, me detendré específicamente en esta cuestión, sino también a una profunda transformación de la política, objetivos, instrumentos y actores propios de la cooperación. Siempre hemos querido hacer una cooperación que cada día sea más eficaz, más profesionalizada y sobre todo menos fragmentada y más útil para los países receptores de dicha ayuda. Señorías, es cierto que en estos últimos siete años se ha producido un avance espectacular en el cumplimiento de metas presupuestarias, algo que seguramente todos compartimos. La ayuda oficial al desarrollo española en el 2004 fue casi de 2000 millones de euros, concretamente fue de 1985 millones, una ayuda que se ha ido incrementando hasta alcanzar los 4728 millones de euros en el año 2009; e incluso después de los recortes el volumen total de ayuda oficial al desarrollo duplica la del año 2004. Por tanto, señorías, somos conscientes de la dificultades financieras, de los recortes presupuestarios, pero quiero insistir en que a pesar de ello en el 2009 la ayuda duplicó la del 2004. España es el país de la OCDE que más ha aumentado su ayuda oficial al desarrollo desde el año 2004, hasta llegar a convertirse actualmente en uno de los principales donantes europeos y mundiales. Pero también es cierto, como he señalado, que hemos dado muchos pasos importantes que debemos poner en valor entre todos. No se trata solamente del aporte presupuestario, es que todos los cambios que hemos ido produciendo a lo largo de los últimos años han sido fruto del diálogo, del trabajo colectivo con las organizaciones sociales, que son unos actores fundamentales, y también con las fuerzas políticas que suscribimos el pacto de Estado contra la pobreza. En primer lugar, hemos logrado la consolidación de los órganos de consulta y consenso de la política de cooperación. Jamás la cooperación española estuvo tan participada por los actores ni fue tan transparente. Quiero destacar especialmente la actividad en esta Cámara, que ha sido enormemente constructiva, como también lo ha sido en el Congreso de los Diputados. Ambas comisiones de cooperación tienen ya competencia legislativa plena y, además, hemos aumentado su participación en el proceso de conformación de la política de desarrollo. El último ejemplo de esto es que por primera vez el Gobierno ha remitido a ambas

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Cámaras el PACI del año 20011 con carácter previo incluso a su aprobación por el Consejo de Ministros para recabar el dictamen preceptivo. También quiero destacar la labor de la comisión delegada del Gobierno para cooperación internacional, el fortalecimiento del Consejo de Cooperación o la puesta en marcha de la conferencia sectorial, que nos permite coordinar y reunirnos con los responsables autonómicos en cuestiones de política de cooperación. En este sentido quiero destacar especialmente los esfuerzos que se han hecho para la configuración de la red de agencias de las comunidades autónomas, lo que supone un salto cualitativo en la coordinación operativa y efectiva del sistema de cooperación española. En segundo lugar, hemos impulsado el proceso de reforma de la Agencia Española de Cooperación Internacional al Desarrollo que, si bien no ha finalizado completamente, nos va a permitir disponer de una agencia más moderna, más ágil, más adaptada a las necesidades de la cooperación, poniendo siempre en primer lugar a los países receptores de la cooperación al desarrollo. En los últimos siete años hemos puesto en marcha una política de personal claramente orientada a mejorar la dotación de los medios existentes, con el fin de adecuar los recursos humanos al reto que supone la gestión de la ayuda oficial al desarrollo. En este sentido, entre 2004 y 2008 se hizo un especial hincapié en la red exterior. Creamos un total de 213 plazas de responsable de programas y de proyectos y, al final de la anterior legislatura, impulsamos, como saben, la reforma del estatuto de la agencia, que permitió reforzar el equipo directivo y ampliar nuevamente la plantilla, creando 136 puestos en sede y 60 más en el exterior. La aprobación en 2009 del nuevo marco normativo que supuso el primer contrato de gestión de la agencia, dotó a la AECID de un mayor nivel de autonomía y de flexibilidad en la gestión, a la vez que se reforzaron –y esto fue algo muy importante– los mecanismos de control de la eficacia y responsabilización por resultados. En tercer lugar, hemos avanzado también mucho en el reconocimiento social e institucional de la labor que desarrollan los cooperantes españoles en el exterior, con la aprobación en el año 2006 del Estatuto del Cooperante y su reglamento. Sé que hoy mismo va a empezar sus trabajos una ponencia de estudio creada en el seno de esta comisión, para seguir profundizando en el desarrollo de dicho estatuto. Por otro lado, en esta etapa también hemos reformado la orden de base de subvenciones a las ONG de la AECID, creando la figura de la ONG calificada y abriendo la posibilidad de establecer convenios plurianuales con la agencia. En cuarto lugar, hemos ahondado en el carácter estratégico de la dimensión multilateral de la política española de cooperación al desarrollo firmando acuerdos marco de asociación estratégica con socios multilaterales clave, como es el PNUD, Unicef o Unifem, que ahora se llama ONU Mujeres. Actualmente, somos un referente para otros donantes en materias como seguridad alimentaria, género, o también en microfinanzas. Es decir, hemos alcanzado

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niveles importantes de protagonismo en ámbitos y organismos acordes al peso de España en el contexto internacional, pero, sobre todo, acordes con la voluntad de incrementar la ayuda oficial al desarrollo y su profesionalización. En quinto lugar, hemos emprendido reformas que clarifican el papel y los resultados que se deben alcanzar con la política de cooperación para el desarrollo. Me refiero a los avances en coherencia y en transparencia de la ayuda oficial al desarrollo, principalmente a la reciente reforma del Fondo de Ayuda al Desarrollo, FAD, una reivindicación histórica de las organizaciones no gubernamentales que ha dado lugar a la creación, por una parte, del Fondo para la Promoción al Desarrollo, el Fonprode y, por otra, del Fondo para la Internacionalización de la Empresa, el Fiem, que gestiona el Ministerio de Industria, Turismo y Comercio. Pero también me refiero al enorme esfuerzo por profundizar en la evaluación, rendición de cuentas y transparencia, tanto a través de mecanismos internos como externos de evaluación. Además, toda la documentación puede consultarse –sus señorías ya lo sabrán– en la web del Ministerio de Asuntos Exteriores y de Cooperación. Por otro lado, la orientación geográfica de la ayuda ha hecho que España ocupe el papel que le corresponde en otros continentes. Sin dejar de lado la relación estratégica que siempre hemos defendido con América Latina, el crecimiento de la cooperación con el África subsahariana ha saldado una deuda pendiente en la cooperación española en aras de la coherencia de la ayuda, pero también hemos centrado gran parte de nuestros recursos allí donde consideramos que son más necesarios. En sexto lugar, hemos generado un mayor conocimiento y una mayor base social alrededor de la cooperación para el desarrollo. Aun cuando la coyuntura actual ha colocado en el debate esta política, la actuación de las ONG, de los sindicatos, de las universidades, de la Administración pública en su conjunto, ha permitido generar una mayor masa crítica en relación con ella, de tal forma que hay un enorme prestigio y aprecio por la cooperación al desarrollo en el seno de nuestra propia sociedad. Por último, quiero recordar la aprobación en el año 2006, por amplia mayoría, de la ley para regular la gestión de la deuda externa, que hizo posible que, por primera vez, España tuviera un marco legal que vinculara deuda externa con desarrollo, convirtiéndonos así en el segundo país europeo, después de Italia, con una normativa de este tipo, que ha sido ampliamente utilizada en los acuerdos que hemos ido firmando con los diferentes países. En definitiva, señorías, hemos alcanzado un grado de calidad, de madurez, que nos asimila ya a otros donantes de nuestro entorno. Y siempre lo hemos hecho pactando, por consenso, las líneas generales de esa transformación, tanto con la sociedad civil especializada en desarrollo como con los grupos parlamentarios con representación en esta Cámara. Tomando como base la ley de cooperación de 1998 que en su día fue un gran

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avance, hemos hecho realidad una política que sea seria y rigurosa, que esté dedicada a la erradicación de la pobreza, acorde con la agenda internacional de la eficacia de ayuda, con vocación de orientar cada vez más el conjunto de nuestra acción exterior hacia una verdadera coherencia de políticas para el desarrollo. Señorías, me parece importante reconocer estos avances que, insisto, son el resultado del diálogo y la puesta en común de esfuerzos por parte de todos los actores de cooperación española. Pero también es cierto –todos somos conscientes de ello– que estamos viviendo una etapa difícil para el desarrollo internacional, en general, y para la cooperación española en particular. La gravedad de la crisis económica y financiera global que estamos atravesando nos plantea un doble desafío en la lucha contra la pobreza. Por una parte, limita la capacidad de reacción de la mayoría de los donantes, que se han visto obligados a adoptar medidas drásticas para la contención del déficit público en sus respectivos países –lo hemos visto en todas las agencias y ministerios– incluyendo a menudo recortes a la ayuda oficial al desarrollo. En el caso de España, como saben, el Gobierno ha reducido la ayuda oficial al desarrollo en 800 millones de euros durante el bienio 2010–2011. Esta medida nos ha obligado a recortar algunas previsiones, fundamentalmente en el ámbito de la ayuda multilateral, y a reprogramar otras, como el Fondo de Cooperación para Agua y Saneamiento en América Latina. Pero quiero poner de manifiesto que el Gobierno ha hecho un esfuerzo muy importante para cumplir con sus compromisos en cooperación al desarrollo. Incluso en los momentos más difíciles en que ha sido necesario revisar el conjunto del presupuesto, no hemos desvirtuado las prioridades de la política de cooperación, sino que hemos hecho un esfuerzo para que siga teniendo los mismos objetivos y para mantenernos en el mismo camino que emprendimos en el año 2004. Afortunadamente el incremento fue tan importante que incluso con el recorte seguimos siendo uno de los primeros países donantes. Por otro lado, la crisis afecta a las previsiones de crecimiento de la economía global, que pone en juego el logro de los Objetivos de Desarrollo del Milenio para el año 2015. Es decir, no es solamente la ayuda que presta España, sino el crecimiento de la propia economía global y la ayuda que los distintos países estaban prestando a los países en desarrollo. Precisamente, en la Cumbre de Naciones Unidas sobre la revisión de los Objetivos de Desarrollo del Milenio que se celebró en Nueva York el pasado mes de septiembre, se puso de manifiesto este desafío y este problema. En Nueva York se reconoció que los Objetivos de Desarrollo del Milenio han resultado ser un poderoso factor movilizador de la acción de la comunidad internacional a favor del desarrollo. Igualmente, constatamos que cuando los países lideran sus propios esfuerzos de desarrollo y centran sus esfuerzos en la lucha contra la pobreza los progresos se acentúan y se aceleran. Es verdad que ha habido avances importantes, pero aún no son suficientes. Si queremos ser líderes en la ayuda al desarrollo tenemos que ser mucho más ambicio-

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sos. Las cifras de la situación de pobreza y de subdesarrollo de muchos países siguen siendo muy alarmantes. Casi un cuarto de la población mundial vive bajo la línea de la pobreza; hay 1000 millones de personas que aún no pueden acceder al agua potable; 2600 millones de personas que no tienen acceso a un saneamiento básico; casi 1000 millones de personas padecen hambre. Al mismo tiempo nos estamos enfrentando a enormes desafíos en los ámbitos de género, de igualdad o también a los desafíos que provoca el deterioro medioambiental, como son las crisis humanitarias, alimentarias y la dificultad para poder mantener una línea de desarrollo sostenible. Naciones Unidas estima que, aunque todos los donantes alcanzaran el 0,7% en el año 2015, seguiría existiendo un déficit de financiación de en torno a 180 200 millones de euros anuales, que aumentaría a 300 000 millones de euros si incluimos los compromisos sobre el cambio climático. Es decir, que la comunidad internacional está aún muy lejos de poder contribuir de manera decisiva a erradicar los problemas existentes. Señorías, sabemos que la meta del 0,7% no podremos alcanzarla en el año 2012 –tal y como establecimos en el plan director–, pero sí mantenemos el objetivo de conseguirlo en el año 2015; objetivo compartido por la mayoría de los países miembros de la Unión Europea. Por lo tanto, en este sentido mantenemos la ambición y nuestro compromiso, para lo que estoy segura contaremos con el apoyo necesario de todos los grupos parlamentarios. No obstante, si bien la meta cuantitativa continua siendo el objetivo principal, ahora es el momento de consolidar, por una parte, los avances y las reformas que hemos puesto en marcha durante los últimos años –motivo por el que me he querido referir a ellos– y, por otra, de centrarnos en la calidad de la ayuda, pues tenemos la posibilidad de multiplicarla mejorando la eficacia en su distribución y en su destino. Señorías, se trata de hacer un ejercicio para ser más eficaces y de concentrar nuestra ayuda en los instrumentos en los que contamos con más valor añadido en comparación con otros actores. En concreto, el año 2011 lo vamos a centrar en tres líneas de trabajo. En primer lugar, en los programas bilaterales que ya se encuentran en curso en nuestros países socios. No queremos interrumpir lo que ya se está haciendo en estos países, porque si no, perderíamos la eficacia de la ayuda ya puesta en marcha. En este sentido, nuestra prioridad en lo que respecta a los convenios bilaterales sigue siendo, además de Iberoamérica, el África subsahariana. No obstante –tal y como he señalado al principio de mi intervención–, vamos a prestar especial atención a los procesos de democratización abiertos en los países de la ribera sur del Mediterráneo, en los que consideramos que España tiene que jugar un papel de liderazgo importante. En segundo lugar, otra línea de trabajo fundamental es la de la colaboración con las ONG, tanto en España como en nuestros países socios. Señorías, el Gobierno está convencido del importante papel que debe jugar la sociedad civil, no solo por su participación directa en la ejecución de proyectos y programas, sino por su labor de divulgación y concienciación de la opinión pública respecto a los retos y

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las posibilidades de la cooperación internacional para el desarrollo. Insisto en que esta es una de las políticas públicas que cuenta con mayor apoyo por parte de la opinión pública. Al mismo tiempo, es esencial la cooperación con las ONG del sur, según se recoge en la Agenda de Accra, de forma que la sociedad civil de los países en desarrollo participe activamente en los proyectos y programas de la cooperación española. Las ONG españolas, que trabajan con unos 3400 socios locales en todo el mundo, desempeñan una labor fundamental en este sentido. De hecho, no se pueden imaginar lo útil que resulta para el trabajo que estamos desarrollando en el exterior contar con socios locales, pues ello nos permite adecuar la ayuda y las necesidades de sus propias poblaciones. Por todo ello, a pesar del contexto general de austeridad presupuestaria, el Gobierno ha optado por mantener el respaldo a la labor que desempeñan las ONG. Ahora bien, con el fin de mejorar las capacidades y la eficacia, es necesario revisar la evolución, tanto del sector social de las ONG, como de la cooperación descentralizada de las comunidades autónomas y de las entidades locales, que –como sus señorías sabrán– también han reducido de forma sensible sus aportaciones para la cooperación al desarrollo. Por un lado, se trata de fomentar –sobre la base de un diálogo con el sector– la agrupación de las ONG en estructuras organizativas más grandes y eficientes, pues uno de los problemas para la eficacia de la ayuda era la fragmentación de los proyectos. Nuestra intención es ofrecer la ayuda al desarrollo a aquellas ONG que cuenten con más capacidad para captar recursos propios y, por tanto, de autofinanciarse, y que estén mejor gestionadas profesionalmente. Por ello, son las grandes ONG las que van a recibir los recursos más importantes, pues cuentan con mayor autonomía y profesionalización de su gestión. Asimismo, y conscientes de la oportunidad de poder sumar más actores y de ampliar la base social alrededor de la cooperación al desarrollo, el Gobierno pretende impulsar la participación de las empresas, no solo por lo que esto supone a la hora de dotar de mayor fortaleza a esa política pública, sino también para lograr un aprovechamiento de la ayuda en clave interna: sector económico, tecnología, especialización, empleo juvenil… La experiencia lleva en marcha bastantes años. En este sentido, como secretaria de Estado para Iberoamérica ya tuve la oportunidad de trabajar con grandes empresas españolas en Iberoamérica desarrollando programas que tienen una enorme trascendencia en estos países, bien dirigidos a programas de educación, bien a programas de empleo; todo ello dentro de la línea de trabajo en la que se encuentran inmersos nuestros socios europeos y el resto de países de la OCDE. Por ello, consideramos importante consolidar los pasos de apertura que iniciamos en el año 2010 a través del fomento de las alianzas público–privadas para el desarrollo, así como poner en valor el potencial de formación y empleo que supone la cooperación española; quizá uno de los pocos sectores vinculado al sector servicios, igual que las políticas sociales, que ha permitido generar empleo mediante mecanismos ya existentes, como becas, lectorados, intercambios, programas de jóvenes cooperantes, promoción de españoles en organismos internacionales, etcétera.

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Respecto a la cooperación internacionalizada es necesario seguir avanzando para lograr una mayor coordinación, tanto a nivel central como descentralizado, de forma que se logre reducir costes y asegurar resultados. Es decir, tenemos que sumar esfuerzos porque con menos recursos tenemos que continuar siendo efectivos e insistir en la eficacia de la ayuda. En tercer lugar, otra línea de trabajo es dar prioridad a la acción humanitaria, pues es lo más urgente y lo que no podemos abandonar. Es verdad que la creación de la Oficina de Acción Humanitaria y del Centro Logístico Humanitario para América Latina en Panamá en 2008 ha fortalecido considerablemente nuestra capacidad de actuación en ese ámbito. Se trata de seguir trabajando en una acción humanitaria más previsible y más flexible, que se apoye en una mayor diversidad de los actores humanitarios, así como de mejorar la calidad del sistema humanitario español, desarrollando un marco de seguimiento y evaluación de las respuestas humanitarias. Ayer mismo recibimos una comunicación del ACNUR en la que se dice que España ha sido el primer país capaz de llegar a la frontera entre Libia y Túnez para tratar de aliviar el desastre humanitario de esta frontera. En estos momentos estamos en condiciones de volver a programar ayudas, tal y como hemos hecho en casos de inundaciones o cuando ha habido que ayudar a la población civil. Por ello, consideramos que esta es una línea de acción que debemos mantener e, incluso, reforzar. Señorías, más allá de estos tres ejes prioritarios de trabajo –líneas fundamentales adaptadas al recorte presupuestario para el año 2011–, quiero referirme a la celebración del IV Foro de Alto Nivel sobre la Eficacia de la Ayuda, organizado por el Comité de Ayuda al Desarrollo de la OCDE, que va a tener lugar en Corea en noviembre de este año. A mediados del año 2011 contaremos con una primera evaluación de la Declaración de París en sus primeros cinco años de funcionamiento y, sobre esta base, el Comité de Ayuda al Desarrollo planteará un nuevo enfoque respecto de los principios de eficacia de la ayuda, de común acuerdo con nuestros países socios. Además de redoblar nuestros esfuerzos para mejorar la eficacia y calidad de la ayuda, este año 2011 el Gobierno tiene previsto dar un paso más en lo que se refiere a la coherencia de la cooperación española, así como aprobar el desarrollo reglamentario del Fondo de Promoción del Desarrollo, del Fonprode. Como saben, el reglamento del Fondo para la Promoción del Desarrollo es el último paso en una reforma esencial para la cooperación española. Esto supone la definitiva desaparición del FAD, el Fondo de Ayuda al Desarrollo, para dar paso a un fondo dedicado íntegramente a la ayuda oficial al desarrollo, un fondo más eficaz y más transparente. El reglamento desarrolla la Ley del Fondo para la Promoción del Desarrollo, aprobada por unanimidad de todos los grupos parlamentarios el pasado mes de octubre. Como saben, la principal novedad de este reglamento es el establecimiento de la Oficina del Fonprode en la AECID conforme la ley. Asimismo, mediante el reglamento se diseña una nueva política de cooperación financiera, similar al

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modelo de otros donantes de nuestro entorno, que incluye desde las microfinanzas hasta las operaciones destinadas a promover el tejido productivo de los países en desarrollo. Cada vez afinamos más el objetivo de lo que pretendemos conseguir en estos países y es que lleguen a su propio desarrollo programado desde sus propios mecanismos y autoridades. El reglamento establecerá las operaciones que se podrán financiar con cargo al nuevo fondo –desde donaciones bilaterales hasta contribuciones de organismos internacionales–, los órganos de gestión, el procedimiento para la aprobación de contribuciones y los mecanismos de seguimiento, evaluación y rendición de cuentas. Pero son varios los retos importantes que se nos plantean tanto desde la perspectiva de la coherencia de políticas para el desarrollo como en el ámbito estricto de la cooperación internacional. Uno de los más preocupantes es el reciente incremento de los precios de los alimentos, que ya ha sido alertado por los distintos organismos competentes y que puede generar una crisis alimentaria. De hecho, las primeras revueltas que tuvieron lugar en los países del norte de África venían provocadas por el incremento de los precios de productos básicos. Desde el año 2008 España se ha implicado a fondo en la lucha contra el hambre y la seguridad alimentaria, y vamos a seguir trabajando en el año 2011 tanto en Naciones Unidas como en el ámbito del G–20, que ha puesto una especial atención en la fragilidad de la zona del Sahel. También quisiera destacar en cuanto a la coherencia de políticas el reto que supone la configuración del Servicio Europeo de Acción Exterior. En los próximos meses España trabajará para impulsar una clara orientación de la acción exterior europea hacia el desarrollo, no solamente en el plano teórico, sino también en cuestiones operativas como las perspectivas financieras o la posición española ante las sucesivas crisis humanas. Señorías, este año 2011 la tasa sobre transacciones financieras va a centrar también gran parte de nuestro trabajo. En la cumbre de Naciones Unidas que tuvo lugar en septiembre en Nueva York, el presidente del Gobierno se comprometió a apoyar una tasa sobre las transacciones financieras internacionales destinada a financiar el cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo del Milenio. Pues bien, el Gobierno está trabajando para que esta iniciativa se lleve a cabo de forma coordinada y la podamos asumir globalmente. En este sentido, en el segundo semestre de este año España asumirá la Presidencia del grupo piloto sobre mecanismos innovadores de financiación. Contaremos, por otra parte, con la Presidencia francesa del G–20, que también se ha comprometido con esta iniciativa, con lo cual creemos que hay suficiente masa crítica como para abordar cuestiones de las que llevamos hablando hace ya algunos años. Señorías, antes de finalizar quisiera hacer referencia a la situación de Haití, agradeciendo a todos los grupos su interés por debatir esta cuestión que, como saben, ha centrado gran parte de los esfuerzos de la cooperación española a lo largo del año 2010 y, sin duda, nos va a seguir ocupando en el año 2011. Brevemente

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voy a repasar los principales elementos de nuestra respuesta al terremoto para, a continuación, informar sobre el dispositivo puesto en marcha en respuesta a la epidemia de cólera y los planes para la reconstrucción. Señorías, el operativo de emergencia desplegado en Haití por la AECID ha sido el más amplio de su historia. Es verdad que la situación de tragedia así nos lo exigía. En los treinta días siguientes al terremoto, el Gobierno de España coordinó el envío de un total de 26 vuelos –16 fletados por la AECID, 4 por el Ministerio de Defensa y 6 en colaboración con la Cruz Roja–, todo ello con personal especializado en rescate, equipos sanitarios y diverso material de emergencia que salía desde los centros logísticos de Torrejón y de Panamá. Como saben, el Ministerio de Defensa también contribuyó en el mes de marzo con el envío del buque Castilla. Quiero destacar la participación de las comunidades autónomas y ayuntamientos en una respuesta de solidaridad extraordinaria en este operativo, proporcionando equipos especializados en rescate y equipos sanitarios desde el primer momento de la emergencia, y, por supuesto, la colaboración de todas las ONG españolas, tanto las que se integraron en el dispositivo de la AECID como las que han trabajado –y, por cierto, siguen trabajando– directamente en el terreno. Por lo que respecta al brote de cólera, en cuanto se detectaron los primeros indicios, activamos nuestro convenio con la Organización Panamericana de la Salud para confirmar los primeros casos y conocer exactamente cuáles eran las más urgentes necesidades. Inmediatamente después, la Agencia española de cooperación, a través de la Oficina Técnica de Cooperación en Puerto Príncipe, activó un plan de contingencia que permitió la movilización inmediata sobre el terreno de fondos y especialistas de la Organización Mundial de la Salud. La AECID ha coordinado, solamente para el brote de cólera, siete envíos aéreos y marítimos, con más de 122 toneladas de material humanitario, sobre todo incluyendo cloro en polvo, elementos higiénicos, material de potabilización y un centenar de millones de Aquatabs o pastillas potabilizadoras. Como saben, el cólera se cura, pero necesitan algo tan básico como el agua potable. La activación del Fondo España OPS permitió también el envío inmediato de un equipo de expertos para confirmar el diagnóstico y alcance de la epidemia, así como el fondo de emergencia BID, Dirección General de Agua Potable y Saneamiento. De nuevo quisiera destacar en la respuesta a la emergencia la colaboración desde un primer momento de la Agencia española de cooperación internacional, tanto con comunidades autónomas y entidades locales como con las ONG, proporcionándoles apoyo logístico para envío de suministros de primera necesidad. Señorías, la catástrofe humana producida por el terremoto de Haití no tiene precedentes por la gravedad de sus consecuencias y la concentración de daños en un solo país, sumada al fuerte impacto que causó en las agencias humanitarias y en los organismos competentes de Naciones Unidas. Además, a ello hay que añadir las condiciones preexistentes en el propio país, que ya de por sí eran bastante alarmantes. Pero, por grave que fuera el terremoto, por muy difíciles que sean ahora las

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consecuencias de la epidemia de cólera, el verdadero desafío que tiene Haití sigue siendo el que tenía antes del terremoto, que es la lucha contra la pobreza extrema, contra la desigualdad de derechos, contra la inestabilidad política y social, que siempre viene asociada a la miseria. Somos en este momento el primer donante de Haití en la Unión Europea, somos el tercer país donante a escala mundial y nuestras instituciones han tratado de estar a la altura de lo que la ciudadanía española nos exigía, que ha dado muestras de una gran solidaridad con el pueblo haitiano a lo largo de estos años. Por ello, en el año 2011, y de acuerdo con la moción recientemente aprobada por el Pleno del Senado, a iniciativa del Grupo Parlamentario Socialista, Haití va a seguir siendo uno de nuestros principales focos de atención. Como saben, he tenido la oportunidad de tratar este asunto en mi reciente viaje a Washington con la secretaria de Estado Hillary Clinton, ya que también para Estados Unidos Haití supone una auténtica prioridad. En este sentido debo decir que no solamente hemos trabajado de manera coordinada en la ayuda humanitaria, sino que lo hemos hecho en el ámbito político, de tal forma que hemos conseguido superar la situación existente de bloqueo para la realización de la segunda vuelta de las elecciones presidenciales. Señorías, insisto, no se trata solo de contribuir a superar las sucesivas crisis humanas en Haití, sino también de hacer frente a los problemas estructurales que tiene ese país. Nuestra intención es, ante todo, que Haití pueda salir adelante. La confirmación, como les decía, de la segunda vuelta electoral es una buena noticia en este sentido y esperamos que pueda dar un impulso definitivo a la reconstrucción en el año 2011. Estoy segura de que en este asunto en concreto, así como en el desarrollo de la política de cooperación, cuento con todos ustedes, como hasta ahora, con sus contribuciones, con sus aportaciones –también con sus críticas– para lograr entre todos ese objetivo común que es erradicar la pobreza. Por mi parte, tengan la seguridad de que estoy en la mayor y mejor disposición de colaborar con esta comisión para seguir fortaleciendo nuestra política de cooperación internacional al desarrollo. Muchas gracias.

* * *

La señora MINISTRA DE ASUNTOS EXTERIORES Y DE COOPERACIÓN (Jiménez García-Herrera): Muchas gracias, señor presidente. En primer lugar, quiero agradecer a los portavoces tanto el contenido de sus intervenciones como el tono utilizado, que es coherente, además, con el ámbito de cooperación en el sentido de colaboración que mantiene esta comisión para sacar adelante lo que consideramos que ha sido siempre una política de Estado, que es la política de cooperación al desarrollo. Me van a permitir que responda a los portavoces de manera conjunta en

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aquellos asuntos que son iguales o similares. Empiezo, por tanto, contestando al señor Anasagasti, que ha sido el primero en intervenir. En primer lugar, sobre lo que está ocurriendo en los países del norte de África, el Gobierno de España considera que, al mismo tiempo que son situaciones de riesgo y de inestabilidad, son una oportunidad para iniciar procesos de democratización, procesos de asunción de nuevos derechos y de libertades, de los que gran parte de la población había carecido hasta el momento. No solamente hablo de derechos políticos que, por supuesto, están en la esencia de la reivindicación de estas sociedades, sino también de derechos económicos y sociales. El Gobierno de España, por tanto, está apoyando estos procesos, lo va a seguir haciendo, y estoy segura de que, además, se ha abierto una dinámica en el seno de los organismos internacionales y en la comunidad internacional que demuestra ese compromiso y esa mayor implicación. No solamente lo hemos visto en la aprobación de una resolución muy importante de Naciones Unidas el viernes pasado, sino también en el desarrollo del Comité de Derechos Humanos que tuvo lugar ayer en Ginebra, donde prácticamente toda la comunidad internacional dio un respaldo de una extraordinaria importancia a todos los procesos de cambio que estamos asistiendo en el norte de África. Digo que es muy importante porque si bien adoptar resoluciones en el seno del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas lleva a veces mucho más tiempo, ahora hemos visto una extraordinaria implicación de la comunidad internacional. ¿Qué hemos visto en estas últimas semanas? Algo que quiero destacar en esta comisión, y es que han sido las propias sociedades las que se han convertido en protagonistas y artífices de los cambios. La comunidad internacional en su conjunto, por lo que he podido oír en los debates de los organismos internacionales y por la coordinación que hemos hecho distintos países de la Unión Europea, no es partidaria de hacer una intervención en estos países –todo el mundo lo puede entender–, sino que prefiere dejar que sean las propias sociedades las protagonistas de la propuesta y de las iniciativas de cambio. Los cambios son difíciles de imponer desde fuera. Esa es la experiencia que tenemos a nivel internacional. En el momento en que los propios ciudadanos se convierten en protagonistas de las reivindicaciones de la reforma, la comunidad internacional puede acompañar esos procesos de reforma. El señor Anasagasti ha hecho referencia al funcionamiento de las embajadas en el exterior. Yo pienso que siempre se puede hacer todo mejor –esta es una evaluación permanente que hacemos en los distintos ámbitos en los que tenemos que gestionar políticas públicas– y que más allá de la experiencia personal que haya podido tener algún ciudadano con carácter particular, el funcionamiento ha sido muy profesional y enormemente cuidadoso. La prueba está en que ninguno de nuestros nacionales en el exterior se ha visto en una situación de riesgo o de desprotección. En el caso de Egipto y Túnez tuvimos que gestionar y coordinar la salida de

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cerca de 1500 ciudadanos que estaban, en condición de turistas, en estos países. Normalmente los residentes o los que forman parte de la colonia no se han quejado, primero porque conocen estos países y, segundo, porque tienen un contacto permanente y estrecho con las embajadas, lo que nos ha permitido hacer los planes de evacuación de la colonia. Hemos tenido que coordinar la salida de 1500 turistas en Túnez y Egipto, no en el caso de Libia, y se ha hecho en apenas tres o cuatro días y en coordinación permanente con las propias agencias de viajes. Nuestra embajada ha desplazado siempre a un funcionario a los aeropuertos para que se pudiera dirigir a los españoles que estaban allí esperando un vuelo. Ha habido españoles que han tenido que esperar, como mucho, dos días en el aeropuerto porque había gran dificultad para colocarlos en los distintos vuelos que llegaban. Quiero destacar que en el caso de Libia se ha hecho con una extraordinaria prontitud y profesionalidad porque tenemos planes de evacuación previstos en todos los países y, además, España ha sido el primer país que ha conseguido evacuar a todo su personal de Libia. Es verdad que era uno de los países europeos que tenía menos nacionales en el país, de modo que cuando quedaban pocos nacionales hemos podido coordinar con nuestros socios europeos la salida de otros nacionales. Hemos conseguido evacuar a nacionales de diecisiete países diferentes. Esta es la situación, que tenía añadida una extraordinaria dificultad, por ejemplo, el caso del aeropuerto de Bengasi, que fue destruido, o el de los españoles dispersos en distintas zonas del país, en lugares de difícil acceso; en concreto, el caso de doce motoristas vascos que estaban en mitad del desierto, a los que pudimos hacer pasar a Argelia, con gran dificultad, por lo complicado de la coordinación con los gobernadores de las zona fronteriza, incluso sin pasaporte y sin acreditación; o el caso de algunos españoles que estaban en plantas de petróleo en zonas de difícil acceso en el sur, en el desierto, pues tuvimos que coordinarnos con las autoridades argelinas, que nos prestaron todo su apoyo, para que un avión pudiera llegar a la zona. En fin, le podría poner mil ejemplos de personas que han necesitado todo ese trabajo y todo ese esfuerzo. No obstante, siempre habrá alguien que haya podido sentir que no ha contactado directamente entre los miles de personas cuya evacuación hemos tenido que gestionar, pero, al final, todos los españoles han estado atendidos y ninguno ha vivido una situación de riesgo. La coordinación ha funcionado y afortunadamente ningún ciudadano ha vivido situaciones de desgracia personal. Insisto en que siempre podemos trabajar para mejorar la coordinación y la atención. Pero quiero destacar un hecho que he vivido en otros momentos de mi vida política, y es que tradicionalmente solamente sale a hablar aquel que tiene una queja, pero no aquellos que se han sentido realmente atendidos y, por cierto, agradecidos. Estamos recibiendo ahora mismo cartas de los embajadores de muchos países porque hemos sacado a nacionales de sus respectivos países que están llegando a nuestro país. ¿Cómo nos relacionamos con otros países? Pues bien, seguimos con atención lo que ocurre en los países donde se han iniciado procesos de cambio y reforma, igual

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que seguimos con atención lo que ocurre en otros países. Atendemos, además, al grado de respuesta que hay en la calle, en las manifestaciones en la calle. El señor Anasagasti lo puntualizaba. Es verdad que no es lo mismo la situación de Egipto que la de Libia. Tienen diferentes procesos. En unos hay resistencia del poder político y en otros ha habido, por el contrario, un abandono. No es lo mismo lo que ocurre en Libia o en Yemen, país en el que hay una situación en estos momentos muy preocupante, que lo que ocurre en otros países como Marruecos o Argelia, donde las sociedades responden de manera diferente, acorde también con la propia situación de sus respectivos países. Por lo tanto, España va a seguir con extraordinaria atención todos los procesos. Tenemos un compromiso de apoyo, de ayuda y de acompañamiento. Vamos a ver cómo evoluciona la situación. No vamos a emprender, como no lo va a hacer ningún miembro de la comunidad internacional, ninguna acción que pueda parecer una injerencia hasta que sean los propios países los que decidan comenzar esos procesos de reforma. Si me lo permiten, quiero hacer una especial referencia a la atención específica que, desde el punto de vista de la cooperación al desarrollo, tiene España en estos países, porque tanto el señor Anasagasti como el señor Guillot han preguntado por ello. En el caso de Marruecos somos el primer país donante en programas de género. Me han preguntado si tenemos una actuación concreta en cuestiones que tienen que ver con esos procesos de reforma y de apertura. Somos el primer país que ha puesto en marcha programas que tienen que ver con políticas de género. También tenemos programas de apoyo a la modernización de la justicia. Todos ellos son programas de modernización. Asimismo, tenemos programas para el fortalecimiento en materia de salud y de educación. ¿Qué hacemos en el caso de procesos abiertos en este momento? En coordinación con las instancias europeas se va a abrir una fase de identificación de las acciones de apoyo. Además, vamos a tener que recurrir a las capacidades que ya están instaladas. España tenía agencias de cooperación en Túnez y en Egipto. También las tenemos, por supuesto, en Mauritania, Argelia, Marruecos o en territorios palestinos, en Líbano, en Siria, Jordania y en Irak. Aquí trabajamos en programas de fortalecimiento institucional. En el plano interno tenemos que reorientar la cooperación española. Estamos a la espera de poder avanzar en lo que hemos llamado marco de asociación, de manera particular con Túnez, con Egipto, con territorios palestinos y también con Mauritania y Jordania. Negociamos también un acuerdo marco de asociación con Marruecos. En estos momentos hemos introducido un pequeño compás de espera en el caso de Túnez y Egipto hasta que se instalen las nuevas autoridades para fijar con ellos las prioridades. Esto, desde luego, no supone un vacío en la cooperación, sino una reorientación temporal acorde con los cambios que se han producido en estos países. Respecto del resto de los marcos de asociación que están en vigor en

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la actualidad, estamos a la espera de ver cómo funcionan y qué resultados tienen en función de las demandas de las propias sociedades. España considera –como he dicho en mi intervención inicial– que tiene una experiencia muy importante en los procesos de democratización. Desde el principio nos pidieron que todos aquellos líderes políticos y sociales que habían sido protagonistas, que habían participado en los procesos de reforma democrática en nuestro país, acudieran para entrevistarse con la sociedad civil, con los partidos políticos y con los sindicatos para que aportaran la experiencia de España en su proceso de democratización. Desde luego, estamos trabajando para asumir este tipo de asistencia técnica, de seminarios, etcétera. España tiene una larguísima experiencia de relación con la sociedad civil en estos países del Mediterráneo, a través de las ONG, de los acuerdos que hemos firmado, y vamos a seguir utilizando esta experiencia y esta relación con la sociedad civil para acompañar todos los procesos que se han abierto. En relación con la ayuda humanitaria y de emergencia les diré que no solamente estamos realizando ya un gran esfuerzo sino que lo vamos a seguir manteniendo en el futuro. En este sentido, y en respuesta a la pregunta de la portavoz del Grupo Popular, la actuación se coordina fundamentalmente con el ACNUR y con la Cruz Roja, que son las grandes agencias que están llevando a cabo toda la gestión. Ellas han pedido que los países no acudan de forma bilateral o sin que se les pida una ayuda en concreto porque hay una coordinación muy precisa. Nosotros ya hemos enviado un primer lote de ayuda humanitaria de 30 toneladas, que calculamos que podrán ayudar a aproximadamente 10 000 personas. Sin duda, solos no vamos a hacer frente a la ayuda y estamos a la espera de que ACNUR o la Cruz Roja nos hagan un nuevo requerimiento para estar en disposición, cuanto antes, de enviar nuestra aportación a la zona. En cualquier caso, insisto en que es muy importante hacerlo en coordinación con las grandes agencias responsables de la distribución, de manera que realmente llegue a aquellas personas que la necesitan, para que no se pierda, etcétera, y en esto estamos siendo siempre muy cuidadosos. Además, hemos expresado al ACNUR nuestra disposición a enviar más ayuda en el momento en que sea necesario, así como apoyo técnico y también de personal. Por otro lado, tenemos activada la línea de financiación de la agencia con las distintas ONG expertas en ayuda humanitaria, en el ámbito sanitario, en el de ayuda alimentaria, etcétera. Asimismo, hemos abierto una línea de financiación para que cuando la ONG –que siempre suele ser grande y con mucha experiencia– esté en condiciones de desplazarse a la zona, podamos ofrecer todos los recursos necesarios para que, sin ninguna dilación, puedan ponerse a disposición de las personas que realmente lo necesitan. El Gobierno es perfectamente consciente de que se han producido recortes en la ayuda al desarrollo, y he sido muy explícita al respecto en mi intervención, tal como también lo hemos sido en todas las comparecencias que se han producido. Sin embargo, señorías, hay un dato claro y es que en siete años hemos incremen-

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tado la ayuda al desarrollo el 117%. Por tanto, es verdad que se han producido recortes, pero también lo es que gracias al esfuerzo presupuestario que hemos hecho en otras ocasiones, el impacto del recorte ha sido menor dentro de la comunidad internacional. Les voy a recordar las cifras, señorías: en el año 2004 había 1985 millones de euros en ayuda oficial al desarrollo y, en el año 2011, sigue habiendo 4233 millones de euros. ¿Cómo podemos llegar al 0,7%? Desde luego, no va a ser fácil, pero hemos duplicado la ayuda en siete años, incluso si tomamos como referencia el año 2011, que es el que ha sufrido un mayor recorte. Además, consideramos que la propia recuperación de los ingresos tributarios nos va a permitir, poco a poco, ir incrementando la ayuda. La Administración General del Estado no ha recortado la ayuda humanitaria, ni todo aquello que es urgente y prioritario. Sus señorías coincidirán conmigo en que también es importante para nuestro país reducir el déficit público y que eso solamente es posible si reducimos el gasto público, vía presupuesto. Por tanto, no hemos recortado la ayuda humanitaria ni tampoco aquella dirigida a las organizaciones no gubernamentales –que son los actores fundamentales de la cooperación al desarrollo–, como tampoco hemos recortado la ayuda bilateral; hemos recortado en aquellos ámbitos que no implicaban la finalización de programas al poder ser asumidas las bajadas gracias a otros donantes. Eso es lo que realmente hemos hecho hasta ahora. Quiero insistir en este particular porque el Gobierno sigue absolutamente comprometido con la ayuda oficial al desarrollo y convencido de su importancia al más alto nivel. Los recortes que hemos vivido en 2010 y 2011 responden a una situación extraordinariamente difícil para todo el país y todos los ministerios hemos tenido que hacer un esfuerzo. Por ello, como ya dijimos hace unos meses, la meta del 0,7% no la vamos a alcanzar en 2012, pero sí en el año 2015. Somos conscientes de que la crisis económica, como ha ocurrido en todos los países, es un freno pero también es una oportunidad. En este punto me quiero centrar en todos los elementos que hemos puesto en marcha con el fin de mejorar la eficacia y la calidad de la ayuda, porque hemos avanzado mucho en este ámbito; hemos concentrado la ayuda y hemos coordinado mejor con los actores. En este sentido, el señor Anasagasti me preguntaba por la coordinación con las comunidades autónomas y les diré que este ha sido uno de los aspectos que hemos abordado con mayor intensidad porque las comunidades autónomas y las entidades locales siempre han sido actores muy importantes del desarrollo. También ellos se han visto obligados a recortar las ayudas para contribuir a la reducción de sus propios déficits, pero nos hemos coordinado con ellos de tal manera que sigan siendo actores importantes y relevantes en sus propias comunidades. Asimismo, hemos puesto en marcha los marcos de asociación para destinar la ayuda, hemos reformado el FAD y hemos puesto en marcha el Fonprode. Por tanto, ha habido una mejora de aspectos cruciales a pesar de que estamos viviendo un

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tiempo de crisis, como también en el caso de la comunicación, de la evaluación, de la planificación y la presentación de resultados ante la ciudadanía. La portavoz del Grupo Popular me preguntaba también por los informes de evaluación. La Subdirección General de Planificación y Políticas de Desarrollo y Eficacia de la Ayuda ha elaborado y publicado informes y documentos desde la división de evaluación. Todo ello figura en nuestra página web y se puede hacer un seguimiento. ¿Es posible mejorar? Claro que sí, pero ustedes pueden acceder a todas las evaluaciones; de hecho, podrán comprobar cuáles son los productos de la evaluación desde el año 2008. Sin duda siempre se puede avanzar, pero ya lo hemos hecho y extraordinariamente, porque nos preocupamos mucho de que cuando tuviésemos que reducir esfuerzos y recursos económicos, al menos pudiéramos mejorar los mecanismos de eficacia y calidad de la ayuda. Por el momento, los datos sobre los recortes son estimados –por lo tanto, creo que todavía no se puede hablar– pero sí le digo que en mayo, cuando se hizo el recorte de determinados ministerios, el presidente anunció un recorte de 600 millones de euros en la ayuda oficial al desarrollo y, finalmente, en el último presupuesto, fueron 800 millones de euros. Sin embargo, por ley, a partir de la reforma del FAD, con la nueva ley Fonprode, la ayuda oficial al desarrollo que gestiona el Ministerio de Economía y Hacienda ya no computa como ayuda oficial al desarrollo en España. En 2010 fueron 240 millones de euros y en 2011 hubiera sido incluso más, pero no lo podemos computar. Por lo tanto, además del recorte anteriormente mencionado hay que descontar esta cifra, pero no porque sea de la ayuda oficial al desarrollo con carácter global. Finalmente, las comunidades autónomas y ayuntamientos, como decía anteriormente, también han bajado su ayuda oficial al desarrollo. Por tanto, el Gobierno recortó 800 millones de euros pero la verdad es que hemos pasado de una previsión de 5192 millones de euros en enero de 2010 a 4233 millones de euros en enero de 2011. Me planteaba también la portavoz del Grupo Popular los recortes en cooperación multilateral. Es cierto, señoría, que la cooperación multilateral es la más afectada por los, si bien la prioridad, no solamente la del Gobierno sino la de todos los actores de la cooperación española, es que la acción humanitaria y la ayuda de emergencia no se vea afectada –tenemos que establecer prioridades, señorías–; que no se vean afectados los programas bilaterales de cooperación al desarrollo que gestionamos desde la agencia directamente con los países socios, prioritarios en la cooperación, y que tampoco se vean afectadas las subvenciones dirigidas a las ONG que trabajan en países socios de la cooperación española. Por tanto, hemos querido mantener las contribuciones previstas a los organismos que se dedican a acción humanitaria: el Fondo de respuesta de emergencia de Naciones Unidas, Cruz Roja Internacional, ACNUR o la agencia de Naciones Unidas para los refugiados en Palestina. Recientemente tuve la oportunidad de reunirme con el director en territorio palestino y nos agradeció enormemente que

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España, a pesar de los recortes y de la difícil situación económica, haya mantenido la ayuda destinada a los refugiados en territorio palestino. También hemos hecho un esfuerzo para mantener las contribuciones destinadas a nuestros socios estratégicos, por ejemplo, en el caso de Unifem, hoy ONU Mujeres, o incluso en el caso de Unicef, vistas las cifras crecientes de niños en situación de pobreza por la actual crisis, sobre todo por catástrofes humanitarias. Esos programas que afectan a esos niños, a esas situaciones de emergencia, a esas situaciones de extrema necesidad, incluso los hemos tenido que aumentar. De todas formas, tampoco los resultados de los recortes en cada una de nuestras contribuciones a nivel multilateral son definitivos, lo serán cuando reciban el informe multilateral del año 2010, que está previsto que lo presente la secretaria de Estado de Cooperación en las próximas semanas. Este informe recogerá ese difícil equilibrio y vamos a tener que asumir impactos de recorte en la ayuda oficial al desarrollo, intentando que las líneas fundamentales o las prioridades no se vean afectadas. Siguiendo con esta cuestión, les diré que tenemos que ser imaginativos y no solamente centrarnos en la calidad, en la eficacia, en las prioridades, sino también en transacciones financieras, algo que también planteaba, y se lo agradezco, el señor Anasagasti. El Gobierno –lo manifestó el presidente y ha habido una iniciativa conjunta con el presidente Sarkozy– está muy comprometido con la búsqueda de nuevos mecanismos de financiación, y estos mecanismos de financiación tendrán que ser adicionales a la gestión propia de la ayuda oficial al desarrollo. En ese sentido, tanto en el PACI presentado por la secretaría de Estado y cuyo dictamen votaron en esta comisión, como en el trabajo que se ha realizado en años anteriores y de forma significativa durante la Presidencia Española de la Unión Europea, el Gobierno siempre ha dejado claro que tiene un firme compromiso por buscar mecanismos innovadores y nuevas vías y fuentes de financiación. Estos mecanismos tienen que ser adicionales, no pueden sustituir la ayuda oficial al desarrollo ni pueden servir de excusa para el cumplimiento de nuestras propias obligaciones. De hecho, esto es algo que nosotros repetimos siempre en el seno de la Unión Europea, que tenemos que asumir conjuntamente la ayuda oficial al desarrollo y los nuevos mecanismos. Hemos defendido ante la reunión de alto nivel de evaluación de los Objetivos de Desarrollo del Milenio y en el grupo de trabajo de mecanismos innovadores, que cuenta con 42 países, la posibilidad de instaurar una tasa sobre transacciones financieras como el instrumento más novedoso, que puede, además, aportar una importante cantidad de recursos, de fondos. Pero el ámbito de implantación de esta tasa sobre transacciones financieras debe hacerse en un ámbito internacional porque, si no, se nos escapa por completo, y el Gobierno entiende que solamente puede hacerse trabajando y buscando consenso en el ámbito internacional y en los grupos internacionales de influencia decisiva, como es el caso del G–20. Además, nos alegramos de que el señor Sarkozy, que preside ahora el G–20, lo haya puesto sobre la mesa como una de esas prioridades.

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Por lo tanto, nosotros sí somos optimistas sobre la posibilidad de que avancemos. Era imposible haber planteado hace cinco años que el G–20 se ocupara de un impuesto sobre las transacciones financieras. Ahora hay una posibilidad y desde luego España va a participar activamente para lograr su puesta en marcha y para trabajar todos en favor de esta tasa, pero, insisto, señorías, en que tiene que ser a nivel internacional. En cuanto a seguridad alimentaria, es un asunto de una extraordinaria importancia. El señor Anasagasti, y se lo agradezco, lo relacionaba con la candidatura del señor Moratinos a la FAO. Es una de las prioridades estratégicas de la cooperación al desarrollo, lo ha sido siempre, y es el sector que mayor impulso ha tenido en los últimos años no solamente en términos cuantitativos, sino cualitativos y España ha asumido aquí un liderazgo entre los donantes y los países socios. Por consiguiente, cuando el señor Moratinos se presentó como candidato, y tenemos la satisfacción de que pueda hacer propuestas novedosas, aportar su capacidad y su gestión política en el escenario internacional, España había hecho durante los últimos años avances muy importantes en el ámbito de la seguridad alimentaria. España aborda la cooperación al desarrollo en materia de seguridad alimentaria y nutrición desde la realización del derecho humano a la alimentación –tal y como viene recogido en todos nuestros documentos– y apoyando la promoción de entornos políticos y de capacidades individuales y colectivas para favorecer la seguridad alimentaria y la nutrición. ¿Cómo se ha manifestado el compromiso político? En primer lugar, incluyendo la seguridad alimentaria como una de las prioridades sectoriales de la cooperación española. En segundo lugar, participando al más alto nivel en todas las reuniones y conferencias celebradas con motivo de la crisis de los precios de los alimentos. Aquí hemos sido especialmente activos; de hecho, cuando surgieron las primeras revueltas en los países del Norte de África, vimos que estaban espoleadas por la situación de crisis alimentaria que se podían producir. De hecho, además de apoyar los procesos políticos, en lo que España está insistiendo ahora es en que hay que apoyar a la población porque lo que puede venir a continuación es una crisis alimentaria. Además, España es uno de los países que primero respondió a las llamadas de alarma por la crisis alimentaria y apoya desde su inicio el High Level Task Force que hay ya en Naciones Unidas sobre esta materia. En el 2009 ya organizó, junto con Naciones Unidas, la reunión de alto nivel sobre seguridad alimentaria, en la que el señor presidente del Gobierno anunció que España destinaría 1000 millones de euros de 2008 a 2011 para ayuda a seguridad alimentaria. Nos incorporamos a la Iniciativa de L’Aquila sobre agricultura y seguridad alimentaria y hemos participado mucho en reuniones temáticas dentro del G–8 y del G–20. España es uno de los donantes iniciales del Global Agriculture and Food Security Program, con una contribución que en el año 2009 ya fue de 70 millones de euros. Además nos hemos comprometido especialmente con los países del África subsahariana, con los países de mayor vulnerabilidad y también hemos

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ido acompañando a los países iberoamericanos que tienen este tipo de problema y hemos destinado de manera adicional 50 millones de euros a América Latina a través del Banco Interamericano de Desarrollo. Hay toda una línea de trabajo que, para no extenderme demasiado, les podría remitir, porque en el ámbito de seguridad alimentaria España se puede sentir muy orgullosa. Y el hecho de que España, que tiene una acreditada experiencia y compromiso con seguridad alimentaria, presente un candidato a la FAO es un elemento que aporta valor, sobre todo si la FAO se encuentra con que no solamente necesita técnicos, sino también políticos que tengan un conocimiento amplio de la realidad internacional y, por tanto, gestores políticos que puedan aportar ese valor. Este también es el motivo por el que España está en este momento tan implicada en el trabajo que está realizando el ex ministro Moratinos como candidato a la FAO. La coherencia de las políticas al desarrollo ha sido planteada de una manera especial por el señor Guillot. Decía su señoría que es preciso que se impulse y que se concierte a nivel europeo la concentración geográfica. Yo creo que este fue uno de los ejes de nuestro trabajo. Compartimos ese criterio. Durante nuestra Presidencia de la Unión Europea conseguimos que se aprobara un mecanismo periódico de intercambio de información sobre planes nacionales. Si pusiéramos en común todos los esfuerzos que hacemos todos los países europeos a nivel bilateral, podríamos mejorar muchísimo la eficacia de la ayuda y los planes de despliegue y repliegue geográficos para posibilitar la concertación. Por consiguiente, coincidimos con su planteamiento y creo que va a ser muy importante. Sobre la eficacia: ¿qué medidas podemos tomar para aumentar la eficacia? Creo que el freno cuantitativo se va a compensar parcialmente con el aumento cualitativo de las medidas de eficacia. Le hemos presentado en enero al Consejo de Cooperación un plan de eficacia de la ayuda, que contiene desde metodologías marco de asociación hasta programas operativos por parte de la AECID, pasando por marcos con organismos internacionales, marcos estratégicos de Naciones Unidas y planes de evaluación. Es decir, sí somos conscientes de que tenemos que mejorar la eficacia y la ayuda, cosa que estamos haciendo con todos los instrumentos que tenemos a nuestro alcance. Sobre la coherencia de nuestras políticas al desarrollo: el Gobierno está convencido de la necesidad de impulsar el desarrollo como pieza clave para hacer frente a los desafíos globales, en eso no hemos variado un ápice. Creo que es fundamental seguridad alimentaria –insisto en ello–, cambio climático, flujos migratorios y trata de personas. Ahí está siempre España con una posición muy activa. Aquí contamos tanto con la ayuda oficial al desarrollo como con otras políticas que también tienen un gran efecto e incluso más impacto en la propia erradicación de la pobreza. En la actual legislatura se han tomado algunas medidas concretas en el plano interno como la creación de la Comisión delegada del Gobierno para la Cooperación Internacional, la creación de la Oficina de Acción Humanitaria o la reforma del FAD, que ha dado lugar al Fiem, que recoge expresamente el mandato para la

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coherencia de sus políticas. Es decir, somos conscientes, compartimos los criterios y las preocupaciones expresadas por sus señorías, pero he de decir que estamos trabajando en ello de una manera muy intensa. A escala internacional, además de impulsar la creación de una tasa sobre transacciones financieras, estamos convencidos de que en los próximos meses la Unión Europea va a dar un impulso definitivo a lo que nosotros ya propusimos durante la Presidencia española, es decir, avanzar en la coherencia de políticas en el marco de la Unión Europea. En este sentido España está defendiendo dentro de esa organización una inserción de la política de cooperación en el conjunto de la acción exterior que, salvaguardando sus fines, tenga una mayor implicación dentro de la política exterior. De ahí la referencia que ha hecho la portavoz del Grupo Parlamentario Socialista respecto de que la acción exterior del Estado es muy importante. Queremos que la política de cooperación no quede subordinada a los objetivos de otras áreas de la acción exterior, todo lo contrario, queremos que esté bien incardinada y que haya también una clara orientación de la política exterior de la Unión Europea hacia el desarrollo. No se trata solo de cuestiones teóricas sobre las prioridades del Servicio de acción exterior, sino también de cuestiones prácticas. Vamos a tratar las perspectivas financieras, respecto de las que España mantiene una posición muy activa, y en lo que, además, hemos conseguido tener la complicidad de gran parte de nuestros socios, y también la posición de la Unión Europea en determinados asuntos: Afganistán, el Sahel o el Cuerno de África. Creo que todos podremos coincidir en que es muy importante el papel que las ONG están jugando, no solamente por su participación directa en la ejecución de los proyectos y de los programas, sino por la labor que hacen en España concienciando a la sociedad española sobre los retos y las posibilidades que planteamos. Por eso, insisto, no hemos recortado la ayuda dirigida a las ONG. Al mismo tiempo es esencial la cooperación con las ONG del sur, que son las que tienen que ser artífices de los programas e iniciativas. La Agenda de Accra recoge también este planteamiento. Nosotros formamos parte de ello por medio de una serie de compromisos que hemos adquirido a nivel internacional. Los marcos de asociación se están desarrollando. Nada más llegar yo, tuve la oportunidad de firmar marcos de asociación con Bolivia, con Ecuador, y acabo de firmar uno con Uruguay; y estamos trabajando a toda velocidad para firmar marcos de asociación con Egipto y Túnez para que, cuanto antes, se pongan en marcha. Y es necesario incorporar el género como una política transversal en cada marco de asociación; la incorporación plena de la mujer ayuda muchísimo en el fortalecimiento institucional de los países. La portavoz del Grupo Parlamentario Popular preguntaba sobre los recortes en el ámbito salud, en el Fondo mundial de lucha contra el sida, la tuberculosis y la malaria. He de decir que no ha habido recortes en el ámbito salud, algo que conozco bien pues como ministra de Sanidad tuve ocasión de comprobar la gran cantidad de recursos destinados a políticas de salud; no podemos mirar exclusi-

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vamente el recorte que se ha hecho en función del recorte efectuado en el Fondo mundial de lucha contra el sida, la malaria y la tuberculosis. Me voy a referir al ámbito de la salud con carácter general. Hay un dato objetivo y absolutamente cierto, y es que la media a través de la cual los países del GATT están financiando su política en el ámbito de salud en la lucha contra el sida, la malaria y la tuberculosis –es decir, el instrumento a través del cual se canaliza la cuantía en el ámbito multilateral, o lo que es lo mismo, toda la ayuda oficial al desarrollo– está actualmente en un 23%. Son países que están y han estado muy comprometidos, incluso antes que nosotros, en la lucha contra el sida. Señoría, quiero decirle que el porcentaje a través del cual España canaliza su financiación, es decir, el porcentaje de ayuda oficial al desarrollo en la lucha contra el sida, la malaria y la tuberculosis en el ámbito de la política sanitaria de cooperación ha sido hasta ahora de un 83%. Por tanto, con carácter general, la política de sanidad es un elemento fundamental de nuestra cooperación al desarrollo. Por tanto, no confundamos la política en el ámbito de salud –que es muy amplia, y donde nosotros hacemos un esfuerzo especial, sobre todo en política de atención primaria de salud– con la contribución a un fondo. Reducir o ajustar nuestra contribución al fondo no significa que la cooperación haya tenido que reducir su aportación en el sector salud en el ámbito del desarrollo; lo que pretende es un reequilibrio en la canalización, vía organismo multilateral y vía multilateral en el ámbito de salud. Pero insisto en que no debemos confundir un fondo con la ayuda global en materia de salud. Los recortes en el Fondo global de la lucha contra el sida. España ha demostrado a lo largo de estos últimos años un fuerte compromiso con el fondo. Desde su creación en el año 2002, el fondo en su totalidad se ha convertido en el principal organismo financiero de programas en la lucha contra el sida, con una financiación aprobada por valor de 21 700 millones de euros para programas en 150 países. España ha contribuido desde ese año con más del doble de lo que sería de esperar conforme a nuestra riqueza en términos de renta nacional bruta. Es decir, el fondo, desde el inicio, ha sido uno de los grandes beneficiados. Mientras que la media de canalización de la ayuda oficial al desarrollo para el VIH/sida de los países donantes a través de instrumentos multilaterales ha sido del 23%, en el caso de España ha sido del 86%. Señoría, en el año 2010 hemos contribuido al fondo mundial con una cantidad muy importante, con 103 millones de euros. Además, intentamos compensar la canalización de nuestra ayuda oficial al desarrollo dirigida a la lucha contra el sida, la malaria y la tuberculosis vía multilateral también con el incremento de nuestras aportaciones bilaterales para la lucha contra el sida en la línea en que se aprobaron las pasadas conclusiones del Consejo de la Unión Europea sobre salud global. Por tanto, para lograr un debate riguroso sobre la contribución de España al fondo, no podemos confundir el todo con la parte. La política de cooperación al desarrollo en el ámbito sanitario no es única, como tampoco lo es exclusivamente el

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fondo mundial; este fondo es solamente uno de los instrumentos multilaterales, pero no es el único. Ahora se ha congelado, como también señalaba su señoría, ha habido una acusación de malversación que ha sido reconocida por algunos países. Por lo que sabemos hasta ahora, señorías, tal y como explicó la secretaria de Estado en esta comisión, el total del fraude detectado puede ascender a 34 millones de dólares. Así, el fondo retirado a Mali fue por un valor de 22 millones tras el descubrimiento por parte de la unidad de investigación de que el 36% del dinero invertido había sido malversado, y parece ser que en Mauritania también se ha detectado un fraude de algo más de 4 millones de euros. España está trabajando con los expertos del fondo y con los países donantes para poner en marcha los mecanismos necesarios para que esto no se repita, pero hemos tenido que congelarlos para que podamos reconducir la situación y para que las personas que realmente lo necesitan no se vean privadas de esos mecanismos a causa de una malversación que, evidentemente, no afecta a todos. Nos pasó lo mismo en Yibuti, donde al parecer fueron 20 millones los que han sido malgastados, una cantidad muy importante puesto que supone la cuarta o la quinta parte de los fondos destinados en esa república, y también en Zambia han sido alrededor de 35 millones. El Ministerio de Salud de algunos de esos países están reembolsando esas malversaciones, muestra de que sus gobiernos están interesados en mantener la fortaleza del fondo. Alemania, Suecia y la Comisión Europea, y por supuesto España, congelaron sus aportaciones. Nuestro país pretende seguir siendo miembro del World Health Organization, trabajando con el resto de los donantes y con los responsables del fondo y, desde luego, como han empezado a hacer algunos países, esperamos recuperar el dinero. La Oficina del fondo del agua, por la que también me preguntaba la portavoz del Grupo Parlamentario Popular, sigue exactamente igual que anteriormente en cuanto a sus capacidades, lo único que ha cambiado es que ahora depende de una dirección sectorial. Ha sido uno de los grandes aciertos, habiendo sido aprobado dentro de las cumbres del sistema iberoamericano, porque –lo recuerdo perfectamente– nos ha permitido en el caso de Haití destinar una enorme cantidad de recursos que no hubiéramos tenido de dónde sacar para que la gente tuviera agua potable y suero. La gente se moría de deshidratación, lo que es una cosa dramática, pero no por epidemia de cólera. El señor Anasagasti planteaba que había habido algunas críticas respecto a Haití. Nosotros hemos estado en todo el terreno. De hecho, el 40% de las personas a las que se pudo curar y atender con motivo de la epidemia de cólera, fue con fondos de la cooperación española. Teníamos distribuidas a las ONG por todo el país. De hecho, en aquellos lugares a los que España no podía acceder, ponía los recursos financieros mientras que realizaban la gestión otras organizaciones u otras naciones. Así, tuvimos una cooperación triangular con Brasil y Cuba, que eran los países que tenían más gente en el terreno, más profesionales sanitarios, y, gracias a la ayuda de las ONG españolas, se pudo hacer llegar esta ayuda a los médicos que trataban a estas personas en los lugares más remotos.

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Pero tengo que decir –y me siento muy orgullosa– que España fuera puesta como ejemplo en la Unión Europea, y me tocó recibir esos elogios estando yo recién llegada: que España era país modelo por su gestión en la ayuda a Haití tanto en el terremoto como en el tratamiento de la epidemia de cólera. Quedan algunas cuestiones e intentaré responder a todas ellas. El señor Anasagasti hablaba también sobre la observación electoral. Nos parece fundamental. Así, a través de la OEA, hemos apoyado la observación electoral en Haití y consideramos que lo ha hecho muy bien y que gracias a ella y a la presión ejercida por la comunidad internacional, incluida la de España, se ha impedido que se consolidara el fraude –así de claro–. Asimismo, gracias al rigor y a la fortaleza del informe, el secretario general, señor Insulza, consiguió, junto con la comunidad internacional –con una fuerte implicación por parte de Estados Unidos–, que los dos candidatos que habían ganado en primera vuelta fueran los que concurrieran en la segunda. Por tanto, soy firme partidaria de la observación electoral. Ahora estamos trabajando para ver si se amplía a la Unión Europea, pero, como sus señorías saben, para que sea eficaz requiere el envío de expertos sobre el terreno, al menos, con uno o dos meses de antelación, al objeto de ver si realmente existen condiciones para que las elecciones puedan celebrarse de manera libre y segura. Pero, como hemos hecho en otros momentos, podemos estudiar que participen senadores y diputados en el proceso, aunque no se trate de la observación técnica que han de realizar los organismos especializados. La posición de la política exterior dentro del Servicio Europeo de Acción Exterior. Decía antes que España viene defendiendo desde el inicio del debate que es preciso que la política europea de cooperación en el nuevo marco post–Lisboa se integre en el conjunto de la acción exterior europea. Ahí estamos dando una fuerte batalla, porque no todos los países quieren que sea así y, además, no todos tienen incorporada la política de cooperación en el Ministerio de Asuntos Exteriores. Pero nosotros queremos que se haga de manera coherente manteniendo, además, la fidelidad a lo que hemos aprobado en el Tratado de Lisboa, que todo el mundo mira ahora con un cierto recelo. En todo caso, tenemos que ser coherentes con nuestro objetivo fundamental que es la lucha contra la pobreza. Por ello, seguimos con muchísimo interés el proceso de conformación de la estructura del servicio exterior europeo para cerciorarnos de la importancia de que en la actualidad la política de desarrollo haga referencia a aquella. Así lo defendimos también en la reunión informal de ministros de Cooperación en la que participó la secretaria de Estado. Señorías, creo que no queda nada pendiente, aunque han sido muchos los temas planteados y muy extensa mi propia comparecencia. En todo caso, saben que tanto a mí como a mi equipo, con el que trabajan de forma continuada, nos tienen a su disposición, por lo que si hay alguna cuestión pendiente, la remitiremos a esta comisión y, aunque no doy abasto a comparecer –porque el Ministerio de Asuntos Exteriores acude a muchas comisiones, a lo que hay que añadir los múltiples viajes

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internacionales–, con mucho gusto compareceré cuantas veces sea necesario. Primero, porque conozco el interés de sus señorías por que esta sea una comisión viva y, segundo, porque me consta que aquí se ha trabajado de una manera muy positiva y muy constructiva con el fin de que España sea hoy un ejemplo de cooperación internacional al desarrollo, que, más allá de las coyunturas, nos ha permitido ir superando todos estos obstáculos y dificultades. Muchísimas gracias.

* * *

La señora MINISTRA DE ASUNTOS EXTERIORES Y DE COOPERACIÓN (Jiménez García-Herrera): Muchas gracias, señor presidente. Agradezco a la señora Camacho sus aportaciones y su apoyo, que ha manifestado. Señora Velasco, usted nos pedía transparencia. Claro, y en eso estamos, lo estamos haciendo. Además, no creo que haya habido mayor transparencia a la hora de gestionar como la que hemos conseguido con la Agencia Española de Cooperación pues a medida que ha ido aumentando su volumen de gestión de recursos, se ha ido dotando de una estructura nueva, cuyos resultados tuvimos ocasión de observar hace dos años. Quiero decirle en cuanto al incremento de la ayuda multilateral que fue enormemente útil, pues, por primera vez, España fue tomada en serio como un verdadero donante internacional a través de la cesión de ayuda al PNUD y a otros organismos internacionales. Dicha aportación de fondos se ha coordinado siempre con el plan director, algo inexcusable desde el primer momento. En segundo lugar, establecimos mecanismos de seguimiento –por tanto, no era simplemente un fondo que se daba– además con programas que España consideraba prioritarios conforme a nuestro plan director. En tercer lugar, siempre destacábamos personal para que se llevara a cabo un seguimiento del destino de los fondos adecuado a nuestro plan director. También establecimos indicadores de seguimiento y una financiación por objetivos, insisto, adecuados siempre a nuestro plan director, y asimismo el seguimiento de todos los fondos multilaterales por parte de las OTC. Por tanto, ¿destinamos gran cantidad de la ayuda al desarrollo a los organismos multilaterales? Sí, porque, al final, son ellos los que, manejando determinado volumen de fondos, pueden ser más eficaces en el destino de los mismos. Ahora los hemos reorientado. Además, también es verdad que en ese momento, España, al aumentar de manera exponencial sus recursos, inició su proceso de reforma de la AECID para adaptarse a la gestión de esos nuevos recursos. Por lo tanto, considero que lo hemos ido acompasando muy bien. Debo decirle en cuanto a Unifem y ONU Mujeres que todavía se está conformando su estructura. Yo tuve ocasión de estar con la nueva directora, Michelle Bachelet, en Nueva York hace tres o cuatro semanas, y puedo decirle que ya se está trabajando en la presentación de las candidaturas españolas a los puestos direc-

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tivos. Son seis los puestos que están pendientes de cobertura y estamos haciendo el seguimiento de las candidatas españolas, con el convencimiento de que España tendrá protagonismo en dicho organismo. Afortunadamente tenemos una muy buena relación con la nueva directora y España ha tenido un papel protagonista por la responsabilidad que ocupó la señora Alberdi, puesto al que renunció por motivos familiares. Por lo tanto, España defenderá el proceso de presentación de candidaturas que ha puesto en marcha. Por otra parte, quiero adelantarle que el director de la AECID, que está aquí, acudirá encantado a esta comisión, no va a tener ningún problema. Por último, yo no he criticado que las comunidades autónomas reduzcan su aportación a la ayuda oficial al desarrollo, cada uno reduce su déficit como puede y como mejor considera, aunque ha de hacerlo de manera coherente con la reducción global. Por lo tanto, lo que a mí me gustaría es que las comunidades autónomas –aunque este sería otro debate– redujeran su déficit en aquellas iniciativas y programas que no sean fundamentales y prioritarios. Sin embargo, en determinados campos, como por ejemplo en la ayuda al pueblo saharaui, casi un 40% de la ayuda oficial al desarrollo proviene de las comunidades autónomas. Por lo tanto, si se reduce la ayuda de forma sustantiva por parte de las comunidades autónomas, nosotros habremos de cubrir ese décalage, para lo que nos encontramos con algunas dificultades. Ahora me pongo en posición de Gobierno: lo que al Estado le gustaría es que la reducción consecuente del déficit público que han de llevar a cabo las comunidades autónomas se hiciera siempre estableciendo las prioridades que están marcando nuestras políticas públicas con carácter general. No obstante, la autonomía es un valor de nuestra Constitución y de nuestro Estado autonómico, lo que requeriría otro debate, que, con muchísimo gusto, podremos mantener en otra ocasión. Muchísimas gracias.

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COMPARECENCIA ANTE EL PLENO DEL CONGRESO PARA RESPONDER A LA PREGUNTA DEL DIPUTADO JOAN CALABUIG RULL, DEL GRUPO PARLAMENTARIO SOCIALISTA, SOBRE EN QUÉ SITUACIÓN SE ENCUENTRA EL DESARROLLO REGLAMENTARIO PREVISTO EN LA LEY DEL FONDO PARA LA PROMOCIÓN DEL DESARROLLOFONPRODE (BOCG núm. 228, de 9 de marzo de 2011) La señora MINISTRA DE ASUNTOS EXTERIORES Y DE COOPERACIÓN (Jiménez García-Herrera): Muchas gracias, señora presidenta. Señoría, efectivamente el reglamento del Fondo para la promoción del desarrollo es el último paso de una reforma esencial para la cooperación española. Supone la desaparición definitiva de los créditos FAD para dar paso a un fondo dedicado íntegramente a la ayuda oficial al desarrollo; un fondo más eficaz y transparente. El pasado 18 de febrero, el proyecto de real decreto de desarrollo del Fonprode fue elevado a la Comisión delegada del Gobierno para la Cooperación al Desarrollo, y el próximo 21 de marzo se ha convocado el Consejo de Cooperación para que emita el dictamen preceptivo, cumpliendo de esta forma el trámite de audiencia pública. Es decir, señoría, el Gobierno aprobará el reglamento antes de que acabe el actual periodo de sesiones, de acuerdo con el punto 4 del dictamen de las cámaras sobre el Plan anual de cooperación 2011. Como sabe, dos son las principales novedades de este reglamento. Por una parte, la puesta en marcha de la Oficina del Fonprode en la Aecid, conforme establece la ley, y por otra parte, el diseño de una nueva política de cooperación financiera, similar al modelo de otros donantes de nuestro entorno, que es un modelo basado en la ayuda no ligada que incluye créditos concesionales, microcréditos y operaciones financieras para el desarrollo del tejido productivo local. En este sentido el reglamento establecerá, por un lado, las operaciones que se podrán financiar con cargo al nuevo fondo, desde donaciones bilaterales hasta contribuciones a organismos internacionales; incluirá los órganos de gestión, el procedimiento para la aprobación de las contribuciones, así como los mecanismos de seguimiento, evaluación y rendición de cuentas. En definitiva, señoría, el reglamento del Fonprode nos va a ofrecer la posibilidad de actuar con previsibilidad y también con coherencia, y todo ello siempre para seguir avanzando en el logro de nuestros compromisos internacionales como Estado donante, y en especial el que está encaminado a alcanzar el 0,7 por ciento de la renta nacional bruta destinado a la cooperación al desarrollo antes del año 2015. Muchas gracias.

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COMPARECENCIA ANTE LA COMISIÓN DE COOPERACIÓN INTERNACIONAL PARA EL DESARROLLO DEL CONGRESO PARA EXPLICAR LAS NUEVAS LÍNEAS POLÍTICAS Y DE ACTUACIÓN EN MATERIA DE COOPERACIÓN INTERNACIONAL PARA EL DESARROLLO (BOCG núm. 228, de 9 de marzo de 2011) La señora MINISTRA DE ASUNTOS EXTERIORES Y DE COOPERACIÓN (Jiménez García-Herrera): Señora presidenta, señorías, es para mí un motivo de satisfacción comparecer por primera vez ante la Comisión de Cooperación Internacional de esta Cámara para poder además presentar el balance y las líneas prioritarias de acción de la política española de cooperación al desarrollo en esta etapa final de la Legislatura 2008–2012, especialmente en relación con la ayuda humanitaria. Comenzaré mi intervención informándoles del dispositivo de emergencia que España ha activado en los últimos días para hacer frente a la crisis humanitaria y migratoria que se vive en la frontera entre Túnez y Libia, un dispositivo que hemos desplegado con gran rapidez, también con gran eficacia, siendo el primer país en responder al llamamiento que hizo la Acnur y también la Organización Internacional para las Migraciones al enviar ayuda a la zona. Como saben, la Agencia Española de Cooperación ha fletado ya tres aviones con más de 35 toneladas de ayuda humanitaria, básicamente material de cobijo y medicamentos. A esto tenemos que sumar 40 toneladas de ayuda que ha enviado la Cruz Roja, pero con financiación de la Aecid, por avión y por barco. Por otro lado, uno de los aviones que trasladó ayuda a la frontera de Túnez y Libia sigue en la zona, lo hemos situado en la zona para prestar apoyo a las tareas de evacuación de ciudadanos egipcios y ghaneses, contribuyendo a aliviar la presión que hay en la frontera. A día de hoy, hemos trasladado a cerca de 4.000 personas a sus países de origen. Está previsto que los vuelos continúen en los próximos días, en la medida en que Acnur nos está solicitando que facilitemos ese traslado. España va a continuar estando a disposición de la ONU para seguir repatriando ciudadanos egipcios o de otras nacionalidades que han huido a las fronteras con Túnez y Egipto y que carecen de recursos propios para regresar a sus países de origen. Asimismo hemos entregado 390 kilos de medicamentos y material sanitario –son kits de obstetricia, de pediatría y de trauma–, pero también nos habían pedido medicamentos para tratamiento de enfermedades crónicas y de acción inmediata a la Media Luna Roja que está situada en ese momento en Bengasi. Además el Gobierno ha puesto a disposición de Acnur medio millón de euros con el fin de contribuir a dar respuesta inmediata a la grave situación que viven los desplazados en la zona, en la frontera.

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Igualmente han sido activados 300.000 euros del convenio que la Oficina de Acción Humanitaria de la Aecid mantiene con el Comité Internacional de la Cruz Roja, que ya tiene personal trabajando en Libia, así como 250 000 euros más del convenio que tenemos con Cruz Roja Española. De hecho, la Agencia Española de Cooperación ha ofrecido a las ONG con las que tenemos firmados convenios para actuaciones humanitarias la posibilidad de activarlo con carácter inmediato y urgente. También hemos puesto el puerto de Las Palmas a disposición del programa mundial de Alimentos de la ONU ante la posibilidad de que la crisis de Libia no permita utilizar el puerto de Bengasi –como ha ocurrido durante varios días–, como hasta ahora se estaba haciendo, que era el corredor humanitario establecido con Naciones Unidas para enviar alimentos a Chad y a Níger; ahora tenemos la posibilidad también de hacerlo desde el puerto de Las Palmas. En total y hasta el momento España ha destinado 2.260.000 euros a atender la emergencia humanitaria, y nuestra prioridad, ahora que el número de refugiados que llega a las fronteras es mucho menor y que sus necesidades básicas están esencialmente atendidas, es la de estar preparados ante la llegada de nuevos refugiados. Para ello estamos trabajando básicamente con las organizaciones internacionales, las ONG y otras agencias en planes de contingencia que nos permitan responder rápidamente ante nuevas llegadas de refugiados. En fin, señorías, España sigue en permanente contacto con los gobiernos y las organizaciones internacionales implicadas en este proceso para seguir valorando las acciones en función de las necesidades que nos están siendo manifestadas en cada momento. Señorías, como saben, el Mediterráneo es un área prioritaria políticamente y también de la cooperación para España. Los lazos históricos, geográficos y la necesidad de hacer frente a retos comunes junto a estos países de nuestro entorno nos han llevado a dar un carácter privilegiado a las relaciones con el Magreb muy especialmente. Por ello, en estos momentos en que se están manifestando profundos cambios, cambios históricos hacia reformas democráticas, iniciados además por la propia ciudadanía de estos países, España quiere prestar un apoyo político y económico decidido y apostar claramente por los procesos de democratización y la asistencia a los países que sigan esta línea. Como decía, este compromiso con el futuro de esta área ya se ha traducido de forma inmediata en una respuesta firme ante la crisis humanitaria en la región. También la propia visita del presidente del Gobierno a Túnez la semana pasada ha supuesto un respaldo político a las reformas iniciadas en este país. De igual manera, el próximo lunes tendré la oportunidad de viajar a Egipto para entrevistarme con las nuevas autoridades de este país y así poder evaluar cuáles son las necesidades y las tareas más urgentes a las que tendrán que enfrentarse. Por tanto, compromiso de apoyo y apuesta clara de España por el proceso de democratización y la asistencia a aquellos países que sigan esta línea. El Mediterráneo está llamado a ser un espacio de estrecha cooperación. Tanto España como la Unión Europea están comprometidas con el cambio,

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con acercar estos países a un gran acuerdo de asociación con la Unión Europea que favorezca las reformas democráticas, pero también el impulso económico, y que se pueda dar satisfacción a esas nuevas expectativas sociales que están reclamando los ciudadanos en la calle. Señorías, sobre el Plan anual de la cooperación 2011 quisiera destacar precisamente dos de los aspectos de mayor relevancia que ya han sido incorporados de acuerdo con el dictamen previo de las Cortes, que es el PACI que fue aprobado por el Consejo de Ministros el pasado viernes. En primer lugar, está la revisión de la cooperación con el mundo árabe teniendo en cuenta el nuevo contexto. Uno de los elementos más distintivos del momento actual se sitúa en los procesos de cambio institucional que se han abierto en el mundo árabe, unos cambios que están generando unas expectativas que debemos acompañar. España tiene una experiencia valiosa y positiva en procesos de transición democrática; estamos en condiciones de aportar expertos en el ámbito legislativo, judicial y ejecutivo y de colaborar también en los procesos electorales de manera que podamos acompañar los procesos de reforma constitucional. Al mismo tiempo, las ONG españolas cuentan también con una larga experiencia e implantación en los países de la ribera sur del Mediterráneo. Nuestra sociedad civil es un ejemplo de diversidad, pero también de cohesión y de respeto, que son elementos esenciales en todo proceso democrático. Por ello el PACI propone actuar en los siguientes ámbitos. En primer lugar, en coordinación con las instancias europeas, estaremos muy atentos a las propuestas que están siendo formuladas de manera conjunta entre la Comisión y el Servicio Europeo de Acción Exterior. Este proceso comenzará con una fase de identificación de acciones de apoyo con las agencias europeas sobre el terreno. España puede aportar mucho en este proceso –y eso es importante por la diferencia de otros países que llegan nuevos–, porque contamos con una presencia sólida en estos países a través de las oficinas técnicas de cooperación. Estamos presentes, quiero recordarlo, en Mauritania, en Marruecos, en Argelia, en Túnez, en Egipto, en los territorios palestinos, en Líbano, en Siria, en Jordania y también en Irak. En concreto, vamos a trabajar con el Banco Europeo de Inversiones para una inversión reembolsable de 300 millones de euros. En segundo lugar, en lo que se refiere a la cooperación bilateral, vamos a reorientar nuestros procesos de programación. Estábamos a la espera de poder avanzar en 2011 en los marcos de asociación con Túnez, con Egipto, territorios palestinos, Mauritania, Jordania y de un acuerdo–marco de cooperación con Marruecos. Teniendo en cuenta la situación actual en Túnez y en Egipto, hemos decidido esperar a que podamos establecer un diálogo con las nuevas autoridades y abordar las prioridades que marquen las mismas para colocarlo en su agenda. Esto desde luego no supone ningún vacío en las acciones de la cooperación española –insisto que estamos ya presentes, nuestras oficinas técnicas de cooperación están presentes y nuestro trabajo con la sociedad civil ha sido intenso y continuado, inclu-

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so durante este proceso de cambio–, sino que vamos a reorientar temporalmente nuestro programa, que se va a dirigir fundamentalmente al fortalecimiento de las capacidades y de la sociedad civil, que son aspectos que resultan imprescindibles en el corto plazo: por tanto, apoyo a la sociedad civil, fortalecimiento de capacidades y respaldo permanente a todas las iniciativas que vengan de la propia sociedad. En lo que respecta al resto de los marcos de asociación, tendremos que extraer resultados de las lecciones aprendidas y, junto con las autoridades del país socio, fijar una agenda en la que las demandas sociales transformadoras puedan tener cabida. Por último, debemos mantener la atención en la perspectiva humanitaria y de emergencia por si se produjeran situaciones de necesidad en alguno de los países, sobre todo aquellos que presentan indicadores más sensibles, pero para esto también estamos preparados. Señorías, el segundo aspecto que hemos recogido de forma específica en el PACI 2011, de acuerdo con el dictamen de las Cámaras, ha sido la reducción de la ayuda oficial al desarrollo y los nuevos marcos temporales para el cumplimiento de nuestros objetivos. Todos somos conscientes de que la gravedad de la crisis económica y financiera global que estamos atravesando plantea un doble desafío en la lucha contra la pobreza. Por una parte, afecta a las previsiones de crecimiento de la economía global, poniendo en jaque el logro de los objetivos de desarrollo del Milenio en 2015, tal y como se puso de manifiesto en la cumbre de Naciones Unidas de Nueva York el pasado mes de septiembre; por otra, la crisis también limita la capacidad de reacción de la mayoría de los países donantes, que nos hemos visto obligados a adoptar medidas para la contención del gasto público, del déficit público, a menudo incluyendo también recortes a la ayuda oficial al desarrollo. En el caso de España, como saben, el Gobierno ha reducido la ayuda oficial al desarrollo en 800 millones de euros durante el bienio 2010–2011. Esta medida nos ha obligado a recortar algunas previsiones, fundamentalmente en el ámbito de la ayuda multilateral, y a reprogramar otras, como el Fondo de agua y saneamiento para América Latina. Quiero poner de manifiesto que el Gobierno ha hecho un esfuerzo muy importante para cumplir con sus compromisos respecto a la cooperación al desarrollo. La prueba está en que seguimos siendo uno de los primeros donantes que existen a nivel internacional. Sabemos que la meta del 0,7 por ciento no podremos alcanzarla en 2012, como habíamos previsto inicialmente y como establecimos en el plan director, pero sí mantenemos el objetivo de conseguirlo en el año 2015, que es un objetivo compartido por la mayoría de nuestros socios en la Unión Europea. Igualmente, nuestro compromiso con los objetivos del Milenio es también un compromiso firme. Por tanto, mantenemos la ambición, mantenemos el compromiso y estoy segura de que en ese punto contaremos también con el apoyo necesario de los grupos parlamentarios para la consecución de los mismos. Por último, señorías, por lo que respecta a las líneas prioritarias de trabajo del PACI 2011, se mantienen las que ya presentó la secretaria de Estado de Coopera-

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ción. En primer lugar, la lucha contra el hambre, haciendo un especial hincapié en seguridad alimentaria y en desarrollo rural. En segundo lugar, la promoción de un desarrollo humano y sostenible, en particular a través de la lucha contra el cambio climático, que en 2011 se va a intensificar con la preparación de Río + 20 del año 2012. En tercer lugar, concentraremos esfuerzos en la movilización de otros recursos para el desarrollo. Me refiero tanto a recursos domésticos en los propios países en desarrollo como a la constitución de un mecanismo de tasación global para las transacciones financieras internacionales, que es un mecanismo que ya ha sido acogido por muchos países y que se ha incluido en la agenda del G–20, presidida en este momento por Francia. Por último, en 2011 vamos a redoblar los esfuerzos para implicar al sector privado en la lucha contra la pobreza. Venimos trabajando con él desde hace años, pero queremos implicarle en mayor medida. Señorías, precisamente durante este año 2011 la acción humanitaria va a ser una de las tres principales líneas de trabajo de la política de cooperación del Gobierno, junto con los programas bilaterales que ya están en curso y la colaboración con las ONG tanto en España como en los países socios, a los cuales me voy a referir más adelante. De hecho, como saben, se ha incluido un capítulo específico relativo a la ayuda humanitaria en el Plan anual de cooperación internacional. En el PACI se establecen unas prioridades claras de intervención en la respuesta humanitaria, de acuerdo con la iniciativa Buena donación humanitaria, a niveles de donantes como ECHO y Canadá, alcanzando la cifra de 117 263 630 euros como presupuesto global asignado a la Oficina de Ayuda Humanitaria para este año. Se trata, por un lado, de que la acción humanitaria vaya más allá de la mera ayuda de emergencia y además incorpore dimensiones de asistencia, protección de derecho e incidencia política; por otro, se trata de avanzar en una respuesta humanitaria que sea eficaz, eficiente y transparente, que esté basada en la necesidad de los destinatarios y que sea responsable ante ellos. Sobre todo en el caso de España, por el carácter descentralizado de nuestro sistema de cooperación, se hace necesario difundir y promover de manera eficaz estos principios para lograr una actuación que sea coherente, coordinada e incidir en la calidad de la ayuda. Esto es algo que nos ha ocupado mucho en estos últimos años: calidad de la ayuda y transparencia en la gestión. Señorías, si bien la meta cuantitativa sigue siendo el objetivo principal, ahora es el momento de, por una parte, consolidar los avances y las reformas que hemos puesto en marcha en los últimos años y, por otra, de centrarnos en mejorar la calidad de la ayuda. Se trata, señorías, de hacer un ejercicio, como decía antes, para ser más eficaces y de concentrar nuestras ayudas en los instrumentos donde tenemos más valor añadido en comparación con otros actores. ¿Dónde podemos ser buenos? ¿Dónde podemos ser mejores? Concentremos allí nuestros esfuerzos. En concreto, como les decía, este año 2011 vamos a centrarnos en tres líneas de trabajo. En primer lugar, los programas bilaterales que ya están en curso con

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nuestros países socios. En este sentido, nuestra prioridad siguen siendo los países del África subsahariana, además de Iberoamérica, pero sobre todo los que tienen una necesidad más urgente son los países del África subsahariana. No obstante, como he señalado al principio de mi intervención, vamos a prestar una especial atención a los procesos de democratización abiertos a los países de la ribera sur del Mediterráneo, en los que creemos que España tiene que jugar un papel importante, no solamente por nuestra cercanía geográfica, sino también por nuestros vínculos históricos, que nos hacen ser un país especialmente bien acogido. En segundo lugar, este año 2011 vamos a centrarnos en la colaboración con las ONG, tanto en España como en nuestros países socios. Señorías, el Gobierno está convencido del importantísimo papel que debe jugar la sociedad civil, no solo por su participación directa en la ejecución de proyectos y programas, sino también por la labor que lleva a cabo divulgando y concienciando a la opinión pública sobre los retos y las posibilidades de la cooperación internacional al desarrollo. En este sentido, estas organizaciones, esta sociedad civil organizada cumplen un papel imprescindible y van a tener todo el apoyo del Gobierno de España para que puedan seguir desarrollando su tarea y su labor. Al mismo tiempo, también es esencial la cooperación con las ONG del sur, las de nuestros países socios, de manera que la sociedad civil de los países en desarrollo participe activamente en los proyectos y programas de la cooperación española. Quiero señalar que las ONG españolas trabajan con 3400 socios locales en todo el mundo, desempeñando un papel fundamental en este sentido. Cuando nos llamaron desde Túnez y Egipto, ya sabíamos que nuestro trabajo continuado a lo largo de los años a través de nuestra Oficina Técnica de Cooperación nos permitía una interlocución privilegiada con la sociedad civil organizada de estos países y lo vamos a seguir haciendo. Por todo ello, a pesar del contexto de austeridad presupuestaria, el Gobierno ha optado por mantener el respaldo a la labor que desempeñan las ONG. Ahora bien, en el mismo sentido de mejorar las capacidades y la eficacia, resulta preciso también iniciar un proceso de reflexión conjunto sobre la evolución tanto del sector social, es decir de las ONG, como de la cooperación descentralizada de las comunidades autónomas y las entidades locales. Respecto de las ONG, se trata de fomentar, sobre la base de un diálogo con el sector, su agrupación en estructuras organizativas más grandes, más eficientes, profesionalmente gestionadas y que tengan más capacidad de captar recursos propios y por tanto de autofinanciarse. Hemos ido fortaleciendo dichas organizaciones y ahora tienen que ir un paso más allá, que es desarrollar su capacidad para lograr una autofinanciación. Además, conscientes de la oportunidad de poder sumar más actores y ampliar la base social alrededor de la cooperación para el desarrollo, el Gobierno pretende impulsar la participación de las empresas, no solo por lo que supone de dotar de mayor fortaleza a esta política pública, que también, sino además para lograr un aprovechamien-

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to de la ayuda en clave interna: el sector económico, tecnología, especialización, empleo juvenil, como hacen otros países socios europeos y el resto de países de la OCDE. Ya las empresas privadas venían desarrollando una labor, pero si lo hacemos en coordinación, seguramente conseguiremos sacar una mayor intensidad de dicho recurso. En este sentido consideramos importante consolidar los pasos de apertura iniciados en el año 2010 a través del fomento de alianzas público–privadas para el desarrollo y también poner en valor el potencial de formación y empleo joven de la cooperación española mediante mecanismos ya existentes, como becas, lectorados, intercambios, programas de jóvenes cooperantes, la promoción de los españoles en organismos internacionales, etcétera. En relación con la cooperación descentralizada, también tenemos que seguir avanzando en una mayor coordinación, tanto a nivel central como descentralizado, de forma que podamos reducir costes y asegurar resultados. Tenemos que ser más profesionales en la gestión de los recursos, porque al final son recursos públicos. Se trata de sumar esfuerzos y conseguir ser más efectivos. En tercer lugar, como señalaba al principio, en 2011 daremos prioridad a la acción humanitaria. Es verdad que la creación en el año 2008 de la Oficina de Acción Humanitaria y del Centro Logístico Humanitario para América Latina, con sede en Panamá, ha fortalecido considerablemente nuestra capacidad de actuación en este ámbito, nuestra capacidad de respuesta, nuestra reacción. Casi siempre somos los primeros en llegar porque estamos organizados. Es verdad también que otro de los grandes objetivos alcanzados el pasado año ha sido la creación de una red, de acuerdo con los principales actores humanitarios, que garantiza además una financiación flexible pero previsible para dar respuesta a las crisis, convenios con las grandes entidades y organizaciones humanitarias, convenios que nos permiten activar la ayuda con carácter inmediato y la reacción con carácter inmediato también por parte de estas grandes organizaciones. Concretamente, hemos cerrado acuerdos con el Comité Internacional de Cruz Roja, con Acnur, con la FAO, con el programa mundial de Alimentos, con la Organización Mundial de la Salud, con la Organización Panamericana de la Salud y con Unicef. Igualmente, mantenemos convenios con las principales organizaciones no gubernamentales humanitarias del país, como es el caso de Cruz Roja, Intermón Oxfam, Médicos Sin Fronteras, Ayuda contra el Hambre, Cáritas y Save the Children. Esto nos permite que cuando tengan que acudir con carácter inmediato a un país puedan activar el convenio y puedan tener una presencia inmediata. Se trata ahora de seguir trabajando en una acción humanitaria más previsible, flexible, que se apoye también en una mayor diversidad de actores humanitarios. También se trata de mejorar la calidad del sistema humanitario español, desarrollando –siempre insistimos en ello– un marco de seguimiento y evaluación –muy importante la evaluación– de las respuestas humanitarias. En este ámbito quiero referirme especial y específicamente al proyecto conjunto de convertir el puerto de Las Palmas en una base operativa estratégica de respuesta humanitaria para África del oeste, en el que tanto el pro-

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grama mundial de Alimentos como España vienen trabajando desde hace unos meses. Nuestra experiencia es muy positiva y lo va a ser aún más en el futuro. Como saben, el programa mundial de Alimentos se ha convertido en los últimos años en un aliado estratégico de la cooperación española. Durante el año 2009, España fue el cuarto donante mundial de dicho organismo y quiero recordarles que en los próximos meses está prevista la apertura de un almacén de respuesta humanitaria del programa mundial de Alimentos en Las Palmas para dar servicio a toda la región y como punto de tránsito para toda la ayuda humanitaria que tengamos que enviar a África del oeste. Quiero además poner de manifiesto que con la subida del precio de las materias primas, de los alimentos, de los productos básicos, este va a ser un elemento clave, estratégico en la respuesta que tengamos que dar a las crisis que puedan ir surgiendo en los diferentes países. Volviendo a Las Palmas, lo que hemos creado y la previsión de creación haría pasar por Las Palmas medio millón de toneladas anuales para ayudar a una de las zonas más vulnerables del planeta, convirtiendo a Las Palmas en una referencia mundial en lo que ayuda humanitaria se refiere. Otro proyecto en el que España está trabajando conjuntamente con el programa mundial de Alimentos es la creación del fondo conocido en inglés por handshakes for hunger. Se trata de proyectos triangulares en los que un país en vías de desarrollo realiza una donación en especie, España hace la aportación financiera y el programa mundial de Alimentos realiza el transporte y la distribución de los alimentos. Para que se hagan una idea, señorías, con esta operación triangular se ha podido movilizar arroz tailandés para la población haitiana, arroz brasileño para Sudán o sorgo sudanés para Etiopía. Las ventajas para España como donante son evidentes ya que aumenta enormemente el impacto de su dinero, llegando a multiplicar el resultado de sus operaciones por cuatro y, por tanto, permite ser más eficaces, más profesionales en la gestión de la ayuda. Al mismo tiempo, mediante esta fórmula conseguimos expandir el número de donantes al permitir que países que no pueden hacer donaciones económicas, donaciones dinerarias, puedan contribuir al alivio de los más desfavorecidos, porque estamos hablando de ayuda contra el hambre, de ayuda contra la pobreza. Países que están todavía en desarrollo no pueden hacer donaciones económicas, pero sí pueden hacer donaciones de alimentos, y nosotros multiplicamos, a través de nuestra donación financiera, la posibilidad de dicha ayuda. Es una fórmula que permite hacer más con menos. Señorías, decía antes que el recorte en sí mismo es un ejercicio que nos obliga a revisar nuestras prioridades, nos obliga a concentrarnos en los instrumentos donde tenemos más valor añadido, pero más allá del recorte hay ámbitos de trabajo que no implican una asignación de recursos y que, sin embargo, son elementos esenciales para la cooperación española y lo van a seguir siendo para el año 2011. Ahora más que nunca tenemos que avanzar en eficacia, tenemos que avanzar en rendición de cuentas, tenemos que avanzar en coherencia de nuestras políticas de desarrollo, abordando la lucha contra la pobreza desde una perspectiva cada día más amplia. Por

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ello, junto al PACI 2011 el Gobierno ha aprobado el Plan de acción de eficacia de la ayuda, en el que han participado muy activamente todos los actores de la cooperación española. La importancia de este plan de acción radica no solo en los compromisos internacionales suscritos por España –me refiero a la Declaración de París, a la agenda de acción de Accra, al compromiso de dotarnos de un plan de acción de eficacia de la ayuda ante la Unión Europea, que España asumió en el año 2006 junto con los demás Estados miembros, cuando se recogió el plan director 2009–2012–, la importancia de este plan de acción supone también dar un salto importante en la capacidad para contribuir al resultado de desarrollo, que son cambios positivos apreciables y sostenidos en las condiciones de vida de las personas y que suponen una reducción de la pobreza y un ejercicio más efectivo de sus derechos. Por tanto, la agenda de eficacia de la ayuda no es solo técnica – algo a lo que le damos una extraordinaria importancia–, sino que tiene también una enorme trascendencia política porque impulsa la evolución de la relación entre donantes y receptores de la ayuda hacia una verdadera asociación de desarrollo entre socios y en iguales condiciones. Por tanto, cambiamos la gestión convencional, clásica de un donante y un receptor, hay un mayor compromiso en la gestión y en el resultado de la ayuda. Señorías, además de redoblar nuestros esfuerzos para mejorar la eficacia y la calidad de la ayuda, este año 2011 el Gobierno tiene previsto dar un paso más en la coherencia y transparencia de la ayuda oficial al desarrollo y aprobar el desarrollo reglamentario del Fonprode. Como saben, la reciente reforma del Fondo de ayuda al desarrollo, el viejo FAD, que es una reivindicación histórica de las ONG, ha dado lugar a la creación, por una parte, del Fondo para la promoción del desarrollo, el Fonprode, y, por otra, del Fondo para la internacionalización de la empresa, el FIEM, que gestiona el Ministerio de Industria, Turismo y Comercio. En este sentido, el reglamento del Fondo para la promoción del desarrollo es el último paso en una reforma esencial para la cooperación española: supone la definitiva desaparición del FAD para dar paso a un fondo dedicado íntegramente a la ayuda oficial al desarrollo que es más eficaz y más transparente. Señorías, antes de terminar quisiera poner en valor el trabajo que se ha llevado a cabo en estos últimos años. Si tomamos como base la Ley de Cooperación de 1998, que fue en su día un gran avance, hemos hecho realidad una política seria y rigurosa dedicada a la erradicación de la pobreza acorde con la agenda internacional de la eficacia de la ayuda, con vocación de orientar cada vez más el conjunto de nuestra acción exterior hacia una verdadera coherencia de políticas para el desarrollo. Hemos alcanzado un grado de calidad y de madurez que nos asimila ya a otros donantes de nuestro entorno, habiendo empezado mucho más tarde que todos ellos, y lo hemos hecho además por consenso, pactando las líneas generales de esta transformación tanto con la sociedad civil especializada en desarrollo como con los grupos parlamentarios con representación en estas Cámaras. Como saben, el gran objetivo de la política de cooperación al desarrollo es la lucha contra la pobreza, y

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con este fin, plasmado en el Pacto de Estado contra la pobreza y compartido por todo el Gobierno, hemos hecho una apuesta muy firme y ambiciosa por construir de manera consensuada con el resto de las fuerzas políticas y con las organizaciones sociales una verdadera política de cooperación internacional. Si echamos la vista atrás y examinamos la acción exterior española a lo largo de los últimos siete años, convendrán conmigo en que pocos elementos han cambiado tanto como la cooperación internacional para el desarrollo, y no me refiero solo a los recursos presupuestarios, que sí, que han cambiado mucho, me refiero también a una profunda transformación de la política, de los objetivos, de los instrumentos e incluso de los actores de la cooperación. Es cierto que en estos últimos siete años se ha producido un espectacular avance en el cumplimiento de metas presupuestarias; la ayuda oficial al desarrollo en el año 2004 fue de 1985 millones de euros y se ha ido incrementando hasta alcanzar 4728 millones de euros en el año 2009, y aun después del recorte de las ayudas el volumen total de ayuda oficial al desarrollo duplica el que existía en el año 2004. Es decir, hemos tenido que reducir porque tenemos que hacer un recorte del gasto público, pero aun así es enormemente sensible el incremento de la ayuda oficial al desarrollo que ha hecho España en estos últimos años. España es el país de la OCDE que más ha aumentado su ayuda oficial al desarrollo en comparación con cualquier otro país desde el año 2004, hasta convertirse en la actualidad en uno de los principales donantes europeos y mundiales. En el caso de algunos países somos el primer o el segundo donante. También es cierto, como señalaba, que hemos dado muchos más pasos importantes que debemos poner en valor entre todos porque son fruto del diálogo, del trabajo colectivo de organizaciones y fuerzas políticas que suscribimos el Pacto de Estado contra la pobreza. En primer lugar, hemos logrado la consolidación de los órganos de consulta y consenso de la política de cooperación. Jamás la política de cooperación estuvo tan participada por los actores ni fue tan transparente. En segundo lugar, hemos impulsado el proceso de reforma de la Agencia Española de Cooperación Internacional al Desarrollo, que aunque aun no ha finalizado nos va a permitir disponer de una agencia que es moderna, ágil y está mucho más adaptada a las necesidades de la cooperación. En tercer lugar, hemos avanzado mucho en el reconocimiento social e institucional de la labor que desarrollan los cooperantes españoles en el exterior, con la aprobación en abril de 2006 del Estatuto del cooperante y su reglamento, y por otro lado en esta epata también hemos reformado la orden de bases de subvenciones a ONG de la Aecid, creando la figura de la ONG calificada y abriendo la posibilidad de establecer convenios plurianuales con la agencia. En cuarto lugar, hemos ahondado en el carácter estratégico de la dimensión multilateral de la política de cooperación al desarrollo española, firmando acuerdos marco de asociación estratégica con socios multilaterales clave como el PNUD, Unifem –ahora llamada ONU Mujeres–. En quinto lugar, hemos emprendido reformas que clarifican el papel y los resultados que se deben alcanzar con la política de cooperación para el desarrollo, me refiero a los avances en coherencia y

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en transparencia de la ayuda oficial al desarrollo logrados por la reforma del FAD y la creación del Fonprode, pero también ha habido un esfuerzo sin precedentes para profundizar en evaluación, rendición de cuentas y transparencia, tanto a través de mecanismos internos como externos de evaluación. Además, por cierto, toda la documentación puede consultarse en la página web del Ministerio de Asuntos Exteriores y de Cooperación. Por otro lado, la orientación geográfica de la ayuda ha hecho que España ocupe el papel que le corresponde en otros continentes. Sin dejar de lado la relación estratégica con América Latina, el crecimiento de la cooperación con el África Subsahariana ha saldado una cuenta pendiente de la cooperación española en aras de la coherencia de la ayuda. En sexto lugar, hemos generado un mayor conocimiento y una mayor base social alrededor de la cooperación para el desarrollo. Y por último quiero recordar la aprobación en el año 2006 por amplia mayoría de la ley para regular la gestión de la deuda externa, que hizo posible que por primera vez España tuviera un marco legal que vincula deuda externa con desarrollo, convirtiéndonos así en el segundo país europeo, después de Italia, con una normativa de este tipo. En fin Señorías, me parece importante reconocer estos avances, que son, insisto, el resultado del diálogo y la puesta en común de esfuerzos por parte de todos los actores de la cooperación española, y estoy segura de que juntos, sobre la base del diálogo y del consenso, seguiremos avanzando, porque todavía queda mucho por conseguir, para lograr el objetivo común de erradicar la pobreza. Sé que esta es una Comisión en la que cuentan con un alto grado de consenso. Por tanto, sé que cuento con todos ustedes, con sus contribuciones y sus críticas, con sus aportaciones en definitiva. Por mi parte, tengan la seguridad de que tengo la mejor disposición para colaborar con esta Comisión a fin de seguir fortaleciendo nuestra política internacional de cooperación al desarrollo, que tengan la seguridad de que no solo es prioritaria de este Gobierno sino que se ha convertido en ejemplo y referencia en muchos lugares del mundo y fundamentalmente en Europa.

* * *

La señora MINISTRA DE ASUNTOS EXTERIORES Y DE COOPERACIÓN (Jiménez García-Herrera): En primer lugar, quisiera decir a los portavoces con carácter general que les agradezco sus intervenciones y el tono de las mismas y espero poder contestar de manera satisfactoria a todos los planteamientos, muchos de ellos muy interesantes, que han hecho. Voy a empezar por contestar al portavoz del Grupo Popular, pero me van a permitir que, como algunas de las cuestiones que han planteado son comunes a todos los portavoces, pueda dar una explicación, por ejemplo en lo relativo a los recortes, con carácter más general. Comienzo, pues, contestando al portavoz del Grupo Popular, al señor Robles. El señor Robles manifestaba que he dedicado más tiempo al balance que a las líneas de acción 2011. Yo le diría que el grueso de mi intervención de hoy ha estado dedicado precisamente a las líneas de cooperación

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para el año 2011 y he explicado cuáles son los tres ejes prioritarios de trabajo. En primer lugar –voy a repetirlo–, programas bilaterales que ya están en curso. Son los del África subsahariana, los de Iberoamérica y los de los países árabes, el Magreb, con carácter general. En segundo lugar, la colaboración con las ONG. En tercer lugar, ayuda humanitaria. Tres ejes para 2011 concretos y claros, cuantificados y muy claros. Además, el PACI establece la lucha contra el hambre, seguridad alimentaria, la lucha contra el cambio climático y un mecanismo de tasación global para las transacciones financieras internacionales. Son cosas concretas y son para este año 2011. Y en cuarto lugar, implicar al sector privado. Además, he dicho que este año abriremos un proceso de reflexión conjunto con las ONG y con la cooperación descentralizada, ejes también importantes para este año, y asimismo el Plan de acción de eficacia de la ayuda, el reglamento del Fonprode, los avances en rendición de cuentas, transparencia, eficacia y coherencia de la ayuda. Por tanto, sí que hay líneas de trabajo concretas para el año 2011. Esto es lo que estamos haciendo y es lo que vamos a hacer. Por otro lado, decía el señor Robles que se nos juzga por nuestras expectativas. No, señor Robles, se nos juzga por nuestros hechos y los hechos son contundentes, apabullantes. ¿Que nos hemos visto obligados a recortar parte de las ayudas por la situación económica y financiera, por la obligación de un gobierno responsable de recortar gasto público para poder reducir el déficit? Sí, pero lo hemos hecho teniendo en cuenta un balance espectacular del aumento de la cooperación española, de los fondos destinados a la cooperación española. En ese sentido –hablo de los recortes–, en términos porcentuales hemos subido un 60 por ciento. En 2004 la ayuda destinada al desarrollo era del 0,24 por ciento y en el año 2011 del 0,41 por ciento, un 60 por ciento. Por cierto, de 1996 a 2004 se incrementó en un 0,02 por ciento del PIB. Ese es el porcentaje que hubo de aumento en los años en los que gobernó el Partido Popular, donde se pasó en el año 1996 de 0,22 por ciento del PIB al 0,24 en el año 2004. En términos monetarios hemos incrementado un 113 por ciento. En 2004 destinábamos 1.985 millones de euros y en el año 2011 4233 millones, es decir, es una parte sustantiva. Dicho esto, el Gobierno es perfectamente consciente de los recortes. Sin embargo, hay un dato claro: ha habido un incremento notable de la ayuda en estos siete años. Es verdad que se han producido recortes, pero gracias al esfuerzo presupuestario que hemos hecho en otras ocasiones el impacto del recorte es menor dentro de la comunidad internacional. Y, por cierto, más allá de las críticas puntuales que haya porque hemos reducido la ayuda al desarrollo, algo que es normal que lo hagan las coordinadoras de ONG, hemos recibido permanentemente reconocimientos por parte de la comunidad internacional, de las organizaciones internacionales que se dedican a la cooperación al desarrollo por la cantidad y por la eficacia de nuestra ayuda y por parte de la Unión Europea ha habido un reconocimiento constantemente. Insisto en que en el año 2004 había 1985 millones de euros en ayuda oficial al desarrollo y en el año 2011 son 4233 millones de euros. ¿Cómo podemos llegar al 0,7 por ciento? Esta ha

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sido una pregunta reiterada. La política de cooperación internacional al desarrollo ha sido en estos últimos años uno de los pilares de la acción del Gobierno y sobre todo de política exterior y siempre con el objetivo de alcanzar el 0,7 por ciento de la renta nacional bruta. Se han conseguido avances importantes y aspiramos si no a conseguir el objetivo en el año 2012 sí a conseguirlo en el año 2015. En términos de volumen de ayuda oficial a desarrollo desembolsada, España se situaba en el año 2004 en el noveno lugar en la lista de donantes de la OCDE, un punto por debajo de la media del CAD en cuanto a porcentaje de ayuda oficial al desarrollo–renta nacional bruta, que era del 0,25. Para el año 2009 España pasó del noveno al sexto lugar como donante y se encontraba 15 puntos –no 1 punto– por debajo de la media. Esto significa que mientras la ratio ayuda oficial al desarrollo–renta nacional bruta crecía en la OCDE solo 6 puntos, en España lo hacía en 22 puntos, que es el mayor aumento de todos los países miembros. En cuanto a los países de la Unión Europea, su media aumentó del 0,35 por ciento en 2004 al 0,42 por ciento en el año 2009, con un incremento de 7 puntos, que son 15 puntos por debajo del esfuerzo que realiza la cooperación española. Insisto en que la seriedad de la crisis económica y financiera por la que hemos atravesado nos ha planteado desafíos en la lucha contra la pobreza. Por primera vez el PACI 2011 registró una disminución notable del volumen de ayuda oficial al desarrollo, con un impacto en todas las administraciones públicas, en la Administración General del Estado pero también en las comunidades autónomas y en los entes locales. El Gobierno, por tanto, se ha visto obligado a reducir –lo hemos reconocido– la ayuda oficial al desarrollo en 800 millones de euros durante este bienio 2010–2011; se han recortado algunas previsiones, fundamentalmente en el ámbito de la ayuda multilateral, porque hemos pensado que no podíamos condicionar los proyectos bilaterales ya empezados y los que correspondían a las organizaciones no gubernamentales, y hemos reprogramado otras ayudas, como el Fondo de agua y saneamiento para América Latina. No obstante, y en eso quiero insistir, mantenemos las prioridades en relación con la acción humanitaria, porque es lo que requiere un mayor esfuerzo, necesita una mayor urgencia y una mayor emergencia, y también la ayuda de emergencia, como decía antes, los programas en curso con los países socios de la cooperación española y las subvenciones a las ONG especializadas en desarrollo. También las comunidades autónomas y los entes locales lamentablemente han bajado su cooperación y su aportación en ayuda oficial al desarrollo. El Gobierno –insisto– mantiene el objetivo de alcanzar el 0,7 por ciento en 2015. Lo hemos acordado en el seno de la Unión Europea y lo reafirmamos en el mensaje que hemos lanzado permanentemente en el objetivo de erradicación de la pobreza, que sigue siendo uno de los objetivos en nuestra acción exterior. Su cumplimiento va a estar condicionado por la evolución también de la situación económica, pero el Gobierno considera que la evolución que hemos tenido del año 2004 al año 2009 y la propia recuperación de los ingresos tributarios nos van a permitir ir poco a poco incrementando la ayuda. Con respecto a la cooperación multilateral, a la cual también se ha referido el

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señor Robles, es verdad que es la más afectada por los recortes. Pero insisto, para que quede claro el mensaje, que nuestra prioridad, no solo la del Gobierno sino la de todos los actores de la cooperación española, es que no se vea afectada ni la ayuda humanitaria ni la ayuda de emergencia, que no se vean afectados los programas bilaterales de cooperación que desarrollamos con nuestros socios –prioritario– y que no se vean afectadas las subvenciones dirigidas a las ONG, por lo que supone de un tejido social imprescindible para la gestión de la propia cooperación. Los resultados definitivos de los recortes a cada una de nuestras contribuciones en el ámbito multilateral los vamos a tener cuando recibamos el informe multilateral del año 2010, que está previsto que lo presente la secretaria de Estado de Cooperación en las próximas semanas en comparecencia en las comisiones de Cooperación de ambas Cámaras. Todavía no tenemos un balance definitivo, pero en este informe vamos a recoger el difícil equilibrio de tener que asumir impacto de recortes de la ayuda oficial al desarrollo, intentando que las líneas fundamentales de las prioridades no se vean afectadas. En cuanto a los recortes en el Fondo global de lucha contra el sida, la tuberculosis y la malaria, tengo que decir que España ha demostrado un fuerte compromiso con el fondo desde su creación, ya que antes no existía. Desde su creación en el año 2002 el fondo se ha convertido en el principal instrumento de financiación de programas en la lucha contra el sida, la malaria y la tuberculosis, con una financiación aprobada por valor de 21700 millones de euros para programas en 150 países. Antes no existía; lo hemos creado en el año 2002. España ha contribuido desde 2002 con más del doble de lo que sería de esperar conforme a nuestra propia riqueza en términos de renta nacional bruta. Mientras que la media de canalización de la ayuda oficial al desarrollo de los países donantes para la lucha contra el sida a través de instrumentos multilaterales ha sido del 23 por ciento, España ha canalizado su ayuda oficial al desarrollo para este objetivo a través de sus aportaciones financieras en un 83 por ciento. ¿Qué quiero decir? Que cuando España disponía de un volumen importante de recursos para destinarlos a estos programas lo ha hecho y ahora es verdad que lo ha rebajado, pero manteniéndose como uno de sus principales donantes. En 2010 contribuiremos al fondo mundial, señor Robles, con una cantidad muy importante: 103 millones de euros. Y, además, este esfuerzo vía multilateral lo vamos a acompañar con aportaciones bilaterales para la lucha contra el sida, en línea con las conclusiones del Consejo de la Unión Europea sobre salud global, que fueron aprobadas además durante nuestra Presidencia, cuando yo era ministra de Sanidad y Política Social. Señor Robles, para tener un debate riguroso sobre la contribución de España al Fondo global de lucha contra el sida, la malaria y la tuberculosis no podemos confundir el todo con las partes. La política de cooperación al desarrollo en el ámbito sanitario no se reduce única y exclusivamente al fondo mundial. Este fondo es solo uno de los instrumentos multilaterales, a través del cual España ha canalizado muchas e importantes contribuciones en el ámbito de la salud, que se mantienen además por

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parte del Gobierno. Es más, el actual contexto de reducción presupuestaria nos va a brindar la oportunidad de buscar nuevos equilibrios entre la ayuda canalizada a través de este y otros instrumentos multilaterales y la canalizada por vía bilateral, en especial el apoyo presupuestario. En el ámbito salud, que es verdad que es un ámbito que nos preocupa a todos porque es un elemento fundamental de desarrollo, no hay que imputar el recorte de salud exclusivamente cuando se habla del Fondo global en la lucha contra el sida, la malaria y la tuberculosis. Prueba de ello es un dato que es absolutamente objetivo y cierto: la media de los países del CAD que están financiando por medio de canales multilaterales su política en el ámbito de la salud, le insisto, sigue siendo del 23 por ciento y el nuestro sigue siendo del 83 por ciento. Creo que esto es importante. El Gobierno considera que parar alcanzar los objetivos del milenio en materia de salud y mejorar la eficacia de los programas dirigidos a enfermedades concretas e imprescindibles en su conjunto, los sistemas nacionales de salud juegan también un papel muy importante. Por tanto, queremos poner en valor el apoyo presupuestario directo que reciben los Gobiernos para desarrollar, mantener y mejorar sus servicios de salud. Es más, la importante labor que supone el fondo global en la lucha contra estas enfermedades no puede ser mantenida en el tiempo si no se desarrollan sistemas sostenibles de salud en cada uno de los países. Por tanto, apoyo presupuestario directo, que es algo fundamental, insisto, igual que lo es el apoyo presupuestario directo destinado a educación, que es algo que nosotros pusimos en marcha como una novedad en la gestión de los fondos de cooperación al desarrollo. Por ello, señoría, no podemos confundir el todo con la parte ni utilizar la reducción de un fondo con la reducción del compromiso de España en sus políticas de salud o de educación. Si comparamos los recortes que ha realizado España con los que han realizado otros países de nuestro entorno que están en una situación económica similar, que se han visto obligados a hacer ajustes presupuestarios, en el área de la Unión Europea solo tres donantes significativos están en condiciones de aumentar su ayuda oficial al desarrollo una vez que han salido del ciclo bajista de la economía, solamente tres, que son Suecia, Finlandia y Gran Bretaña. Alemania y Francia –por compararnos con los grandes países– rebajan su aportación de ayuda al desarrollo. Alemania guarda el presupuesto de Exteriores, pero no el de otros ministerios que suministran ayuda oficial al desarrollo, y lo hace en cantidad importante. Francia rebaja un 2 por ciento, y no rebaja más por sus compromisos por estar en la Presidencia del G–8 y del G–20; lo han comunicado oficialmente, y recojo lo que han dicho públicamente. Austria e Italia también reducen bastante. En Italia el presupuesto en ayuda oficial al desarrollo se ha reducido en un 45 por ciento, y España, por tanto, se encuentra en un término medio de las circunstancias actuales. En consecuencia, no estamos por encima ni por debajo, sino en la media de lo que han tenido que hacer el resto de países. Me preguntaba también el señor Robles por qué no se ha obtenido la acreditación de la Unión Europea para hacer cooperación delegada.

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Señoría, como usted sabe, en breve nuestros estándares van a ser examinados por la Comisión Europea para ver si se adecuan a sus propios procedimientos burocráticos internos, pero lo que quizás usted no sepa es que ya hemos sido parcialmente calificados por la Comisión Europea para gestionar fondos en su nombre. La Aecid ha pasado a ser miembro de pleno derecho de la LAIF, que es la facilidad para inversiones para América Latina y de la NIF, que es la facilidad de inversiones para los países de vecindad, que son dos instrumentos de cooperación financiera que tienen como objetivo fomentar inversiones necesarias por parte de los gobiernos beneficiarios y por parte de las instituciones públicas. En esta nueva posición la Aecid podrá gestionar fondos de la Comisión Europea en estos instrumentos, lo que supone desde luego –y así lo valoramos– un importante paso hacia la acreditación para hacer todo tipo de cooperación delegada. Además, la Aecid también ha obtenido el sello de la Aeval, la agencia estatal de evaluación de política y servicios públicos, que certifica la calidad del trabajo que estamos realizando. Este proceso por cierto es completamente independiente de las empresas españolas, que igual que las de cualquier otro país pueden optar a procesos de licitación pública para ganar contratos en la Comisión Europea independientemente de este certificado. Quería aclarar esto porque me parece importante. La señora Oramas, del Grupo Mixto, me planteaba algunas cuestiones interesantes. Sobre el puerto de Las Palmas y el papel que puede jugar en el futuro, tengo que decir que las conversaciones con la ONU están ya muy avanzadas para poder transformar el puerto de Las Palmas como puerto prioritario de ayuda humanitaria para África. El resultado sería que el puerto podría recibir entre medio millón y un millón de toneladas al año, lo cual es una cantidad extraordinaria. Nuestra previsión es que este proyecto comience este año, precisamente vinculado a la iniciativa Handsbakes for hunger o fondo de hermanamiento. Esto va a ser un salto importantísimo. También me preguntaba la señora Oramas sobre qué papel le vamos a dar a la Casa África. Como sabe, hubo una apuesta muy decidida desde el principio por crear casas de ámbito regional: Casa Sefarad, Casa Árabe, Casa África, y la Casa de América, que ya estaba constituida. La Casa África precisamente nace en un momento al cual se ha referido la señora Oramas, muy importante, de una fuerte presión migratoria por una situación de desesperación de muchos ciudadanos de muchos países. En ese momento España cambia sus prioridades en política de cooperación, hace una apuesta decidida por los países del África subsahariana, que hemos seguido manteniendo y vamos a seguir haciéndolo. De hecho, en este momento en el PACI se contemplan como una prioridad de nuestra cooperación al desarrollo los países del África subsahariana. La Casa África no solamente juega un papel en la política de cooperación, sino que también es un lugar de encuentro para elaborar políticas de cooperación en situación de socio de los países que son receptores de la cooperación. Por tanto, nos sentimos muy orgullosos de poder atender esa nueva realidad y hacerlo además desde una perspectiva de cooperación

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y diálogo con los países del África subsahariana, ahora más porque, ante la situación de cambio que se está abriendo en los países del norte de África, su papel de contención de los países del África subsahariana se verá más permeado. Eso al mismo tiempo es una oportunidad, a mí me gusta ver los retos y los riesgos también como oportunidades, creo que se abren oportunidades interesantes y campos nuevos de cooperación que vamos a empezar a explorar. Aunque no está la señora Buenaventura, no quiero dejar de contestar a algunos de los planteamientos y de las preguntas que ha hecho. Sobre la tasa sobre transacciones financieras, a la que creo que también ha hecho referencia el portavoz del PNV, he de decir que en cumplimiento del consenso de Monterrey el Gobierno está muy comprometido, principalmente desde el año 2004, con la búsqueda de nuevos mecanismos de financiación, porque necesitamos nuevos mecanismos de financiación adicionales para la ayuda oficial al desarrollo. Y tanto en el PACI 2011 como en el trabajo que se ha realizado en años anteriores –principalmente en la iniciativa contra el hambre y la pobreza que firmamos en 2004– el Gobierno siempre ha dejado claro su compromiso con la búsqueda de nuevos mecanismos, de mecanismos innovadores, de nuevas vías, de fuentes de financiación estables y predecibles que permitan la inversión a largo plazo en proyectos sociales básicos para los países socios. Estos mecanismos, desde luego, deben ser siempre adicionales a la ayuda oficial al desarrollo tradicional, en ningún caso va a suponer un menoscabo para el cumplimiento de nuestras obligaciones asumidas en el seno de la Unión Europea y en el contexto internacional. Por tanto, hemos mantenido, vamos a seguir manteniendo –y lo mantuvo el presidente, como señalaba el portavoz del PNV, en la reunión de alto nivel de evaluación de los objetivos de desarrollo del milenio y en el grupo piloto de financiación innovadora hacia el desarrollo– la posibilidad de instaurar una tasa sobre transacciones financieras internacionales como instrumento novedoso que pueda claramente aportar cantidades necesarias para paliar la brecha de financiación requerida para alcanzar nuestro compromiso en 2015. De este modo, reitero el compromiso del Gobierno de España de buscar una tasa sobre transacciones financieras que permita hacer aportaciones adicionales a la ayuda oficial al desarrollo. Puesto que el ámbito de implantación de esta tasa sobre transacciones financieras debe ser, señoría, indudablemente el ámbito internacional, el Gobierno entiende que tiene que trabajar en este ámbito buscando consenso, y es lo que estamos haciendo en grupos internacionales de influencia decisiva. No lo puede aplicar unilateralmente un país, tiene que ser en el ámbito internacional. Y lo estamos haciendo, y estamos trabajando intensamente en el Ecofin, en el seno del Fondo Monetario Internacional, y de una manera especial y particular en el G–20. ¿Por qué digo de una manera especial? Porque el propio presidente de turno del G–20, el señor Sarkozy, lo ha establecido como una de sus prioridades y esperamos que de esta manera pueda lograrse la puesta en marcha. Tanto la Presidencia del Grupo Piloto, que a España le toca presidir en este momento, como la Presidencia del G–20, a lo largo del segundo semestre de este

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año, del año 2011, esperan que se puedan proponer consensos orientados a la consecución de este objetivo. También la señora Buenaventura nos preguntaba sobre la cooperación en materia de derechos humanos en Colombia, y el portavoz del PNV lo hacía con carácter general en materia de derechos humanos. España defiende, y ha defendido siempre, la promoción activa de los derechos humanos y la implicación en proyectos constructivos, así como la defensa y promoción de los defensores de los derechos humanos. Lo ha hecho con todos los países, lo sigue haciendo y lo seguirá haciendo en el futuro, no solamente en el ámbito de cooperación, sino que en la parte que a mí me toca, que es en el ámbito del diálogo político en materia de derechos humanos, lo hacemos de manera permanente. Colombia está clasificada en el Plan director de cooperación como parte del grupo B de atención focalizada, siendo el único país de América Latina donde se mantienen unos planes específicos. Toda la actuación de la cooperación española está justificada, es un país que empieza a calificar como país que tiene una renta media, toda nuestra cooperación está calificada y justificada por el conflicto armado y, por tanto, el marco de nuestra actuación es precisamente la prevención del conflicto y la construcción de la paz, ambos aspectos muy ligados a derechos humanos. Por tanto, la protección de los derechos humanos y, en este caso, de la población más vulnerable y de las víctimas afectadas por el conflicto es el eje que está presente en todas nuestras actuaciones. Tenemos proyectos que son bilaterales; tenemos el proyecto con la Federación colombiana de municipios para fortalecer la gobernabilidad democrática, la institucionalidad global; tenemos un programa de justicia y derechos humanos vinculado a la reforma de instrumentos procesales, código penal, código procesal; programas de fortalecimiento institucional de la acción social dentro de la República de Colombia dirigidos a la prestación y exigencia de servicios públicos como cumplimiento importante de derecho de los administrados; programas sobre derechos de las víctimas del conflicto armado; programa de apoyo al acuerdo nacional por la paz y la reconciliación de Colombia. Participamos también en programas multilaterales. España es uno de los principales contribuyentes al llamado Fondo canasta de fortalecimiento del sector justicia, a través del PNUD, con 2,5 millones de euros; apoyo presupuestario directo, línea presupuestaria directa en la Oficina de Naciones Unidas de derechos humanos en Colombia; apoyo también para la gobernabilidad democrática del PNUD. En fin, hay una enorme cantidad de proyectos vinculados a derechos humanos en un país como Colombia y con carácter general con todos los países tratamos siempre de fortalecer esa área muy específica y extraordinariamente importante para el Gobierno, como hacemos con Guatemala, y como hacemos con muchos otros países. Sobre la cooperación concreta, que nos plantea también la señora Buenaventura, con un país concreto, en el caso de Haití, no es correcto decir que el 60 por ciento de la respuesta de emergencia de Haití la constituyó la intervención del Ministerio de Defensa. Vamos a aclararlo.

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La contribución del Ministerio de Defensa supuso una importante ayuda, fueron 21 millones de euros, pero el total de la ayuda fueron 62 millones de euros. Me refiero a la ayuda a emergencia inmediata en Haití. Hay que destacar que la contribución de Defensa fue a más, es decir, supuso un esfuerzo adicional respecto al que presupuestó la Agencia Española de Cooperación, y además un esfuerzo adicional muy bienvenido, desde luego, por el Ministerio de Asuntos Exteriores y de Cooperación y muy bienvenido por la población haitiana muy necesitada. Y respecto a la coordinación, la crisis de Libia ha sido directamente coordinada por la Oficina de Acción Humanitaria. Mañana la secretaria de Estado va a presidir junto con la Oficina de Ayuda Humanitaria una reunión de coordinación con las ONG, con las comunidades autónomas, con los ministerios implicados. Por tanto, tenemos una cooperación precisa y estrecha con todos los ministerios y con todos los departamentos y precisamente una de las cuestiones que planteamos es una mayor eficacia y una mayor coordinación que derive en una mayor transparencia. También la señora Buenaventura nos planteaba la lucha contra la evasión fiscal. España es consciente de la importancia de luchar contra la evasión fiscal. Esto requiere la comparecencia de la propia ministra de Economía y Hacienda. Se sabe además, y lo decía la señora Buenaventura, que por cada dólar que entra en la ayuda oficial al desarrollo salen siete por la vía de la evasión fiscal hacia paraísos fiscales. Soy muy consciente, España viene impulsando este tema desde Doha, también lo impulsamos en el seno de la Unión Europea, lo impulsamos en el seno del G–20, en el G–8, donde lideramos además dos iniciativas: una, el fortalecimiento de las administraciones tributarias; y otra, la lucha contra los paraísos fiscales. Somos perfectamente conscientes y somos un país especialmente riguroso en el ámbito internacional para luchar contra esta situación. Me referiré ahora a la colaboración público–privada, y ya entramos en lo que nos planteaba el señor Esteban. La estrategia de crecimiento y desarrollo económico establece colaboración público–privada como prioridad. Hemos mantenido contactos con la CEOE y también con los sindicatos para comenzar estas primeras líneas. En la convocatoria abierta y permanente de la Agencia Española de Cooperación vamos a incluir por primera vez una convocatoria para la subvención de proyectos de este tipo, colaboración público–privada. Por primera vez se va a incluir una subvención que va a suponer, como su mismo nombre indica, que la Agencia Española de Cooperación, como Ministerio de Asuntos Exteriores y de Cooperación, va a trabajar directamente con empresas. Hay muchas empresas que están desarrollando programas de cooperación sobre todo en los países de América Latina, también en los países del África subsahariana, iniciativas muy interesantes, muy importantes, en el ámbito de salud, en el ámbito de la educación, pero queremos gestionar proyectos conjuntos y por eso vamos a abrir por primera vez una convocatoria. También el señor Esteban me preguntaba sobre las operaciones triangulares. Para que no haya duda, entiendo que es una operación interesante y no quiero

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que haya malentendidos. España no compra extras o excedentes, como el señor Esteban supone además, pero está bien que me pida la aclaración. Los países en vías de desarrollo proporcionan ayuda alimentaria de manera gratuita y España proporciona su conocimiento técnico en la selección de programas y países que han de ser apoyados; proporciona apoya financiero y coordina con el Plan mundial de alimentos la logística y la distribución, y fruto de esa coordinación logística se identifica el potencial de Las Palmas como centro logístico humanitario, que había pasado desapercibido al PMA, al programa mundial de alimentos. Esto da una idea de la implicación que puede tener España en las operaciones; España deja de ser un mero pagador. Yo creo que también es importante que haya una mayor implicación de todos los países que antes no podían hacer cooperación monetaria, pero que sí pueden hacer contribuciones, una donación directa de materias primas, de alimentos, y España pasa a ser un socio que aporta innovación, que aporta apoyo técnico y que aporta liderazgo, en definitiva. Yo creo que este es un paso importante, y nos sentimos orgullosos de tener esta oportunidad. Me van a permitir que repase brevemente si hay temas que no han podido ser abordados. Ha habido algunas preguntas en relación con Libia, sobre lo que estamos haciendo, sobre las posibilidades de trabajar con los grupos opositores directamente. España, de entrada, ante una situación inestable, cambiante, de emergencia, ha hecho lo que sus señorías consideran, y así lo han evaluado, que tenía que hacer, que es mostrar una cooperación rápida, directa, de emergencia para la ayuda humanitaria. Ahí yo creo que podemos sentirnos todos orgullosos porque ha habido una reacción muy rápida y fuimos felicitados públicamente por el Acnur porque fuimos los primeros que colocamos un avión con 35 toneladas de ayuda. Eso yo creo que fue importante. Y después, en el momento en que nos pidieron un puente humanitario aéreo, pusimos a disposición del Acnur un avión que está realizando tres frecuencias de vuelos diarios, para poder sacar a las personas que están en la frontera y no solamente para aliviar la presión migratoria, sino sobre todo para que muchas personas que no pueden volver a sus países puedan hacerlo. Eso está logrado. ¿Qué hicimos también, para que lo sepa su señoría? Recibimos una llamada de emergencia de la zona de Bengasi para enviar sobre todo medicamentos. Hablamos con la Media Luna Roja, vimos la posibilidades de hacer llegar estos medicamentos, y así lo hemos hecho. Hemos establecido contacto en la zona de Bengasi y hemos hecho llegar los medicamentos que se nos pidieron, contando con la colaboración de las organizaciones humanitarias internacionales. Creo que hemos hecho lo que teníamos que hacer y en el momento que lo teníamos que hacer, que fue la semana pasada. A partir de ahí, el Gobierno está siguiendo la evolución de los acontecimientos para ver en cada momento dónde tiene que actuar, cómo tiene que actuar y con quién tiene que actuar. Se ha hecho con profesionalidad, con solvencia y con discreción, que es como yo creo que se tienen que hacer las cosas en unos momentos en los que hay unos procesos de incertidumbre y de cambio.

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Creo que con carácter general he contestado a los interrogantes que me han ido planteando. También quiero mencionar de una manera expresa al portavoz del Grupo Socialista por su colaboración, por sus aportaciones y, sobre todo, por la ayuda que presta al Gobierno no solamente a la hora de plantear iniciativas, sino a la hora de hacer posible que las iniciativas que plantea el Gobierno puedan tener una acogida en el seno de esta Comisión y, en general, en el seno del Pleno del Congreso de los Diputados. Con carácter general este reconocimiento lo quiero hacer también al resto de los portavoces. Esta Comisión funciona con un alto grado de consenso. Lo que ustedes han planteado en el día de hoy son reflexiones que tienen un gran valor y son muy interesantes, primero, porque permiten despejar dudas y malos entendidos y, en último lugar, porque permite al Gobierno estar atento a cuestiones que, a lo mejor, no habíamos percibido como prioritarias y que, sin embargo, se nos pueden ir planteando en el futuro. Tenemos un largo camino que recorrer, a pesar de que estemos ahora terminando una legislatura, que no ciclo político. Por tanto, en este fin de legislatura he hecho un planteamiento que incorpora elementos que son muy atractivos y que nos van a permitir consolidar profesionalidad, eficacia, transparencia, gestión, que a lo largo de los años hemos ido trabajando muy bien. Cerramos un periodo muy enriquecedor. Se han hecho muchas cosas y ahí el balance es extraordinariamente positivo. Esto no me lo puedo apuntar yo, ya que llevo aquí cuatro meses, y cuando uno llega a hacer el balance y hace planteamientos y retos futuros, francamente, veo muchas oportunidades y nuevas perspectivas. Esto es lo que yo creo que hoy podemos ver. Espero, señorías, haber cumplido y contestado a sus preguntas. En todo caso, siempre estaré abierta a seguir profundizando en las mismas, si no es hoy en el marco de esta comparecencia, a través de los contactos que ustedes mantengan con mi equipo, que está a su plena disposición, y, si no, en el marco de otras comparecencias futuras.

* * *

La señora MINISTRA DE ASUNTOS EXTERIORES Y DE COOPERACIÓN (Jiménez García-Herrera): Lo haré, muy brevemente porque en este caso no es cuestión de avión, sino porque me está esperando el ministro de Asuntos Exteriores de Ucrania. La agenda manda un poco más de lo que yo quisiera. Lo siento, a veces, son circunstancias más sobrevenidas y ya habíamos fijado la comparecencia. Solamente quiero decirle, señor Robles que se pueden establecer todas las reflexiones. Creo que todo merece ser objeto de ser revisado, discutido y hablado y, además, en este proceso de intercambio permanente entiendo que es enriquecedor, y eso permite siempre que podamos avanzar e ir más allá. Pero le puedo asegurar, señoría, que esos programas que usted me ha citado, de

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los cuales no tengo en este momento la cuantía exacta delante de mí, son programas de cuantías y cantidades absolutamente irrelevantes en el monto global de lo que es la ayuda. La ayuda está muy enfocada, como usted sabe, a la ayuda humanitaria, a la lucha contra el hambre y la pobreza. Son los títulos fundamentales por los cuales España está implicada, como manda nuestro plan director, porque afortunadamente tenemos una cooperación al desarrollo muy profesionalizada, muy tasada en un plan director y con unos sistemas de evaluación que son muy rígidos. De eso se quejan las ONG, de que estamos todo el día haciendo evaluaciones. Por tanto, el hecho de diversificar y de que usted cite esos programas puede quedar muy llamativo en su enumeración, pero usted sabe, señor Robles, que la cantidad destinada a estos programas es absolutamente irrelevante en el monto global de la cooperación española. En todo caso, cualquier reflexión será siempre bienvenida, que sea para mejorar la cooperación que nosotros hacemos al desarrollo. Señor Robles, no le hablo del año 1996, pero sí por ejemplo podríamos hablar de la que dejaron en el año 2004. Esos fueron ya años de mucha bonanza económica, y en el año 2004 el crecimiento que experimentó la cooperación al desarrollo fue del 0,02 por ciento. La verdad es que eso sí que es bastante irrelevante, pero ese no es mi estilo, no soy de las que hacen comparaciones permanentemente, no entro en ese juego porque no me parece adecuado. Pienso, eso sí, en los hechos y en las perspectivas futuras y ahí creo que legítimamente con sus críticas nos podemos encontrar. Yo estoy encantada de poder hacerlo porque creo que eso va en beneficio del interés de España y en beneficio del interés de las personas a las cuales nos sentimos obligados moralmente a destinar nuestros esfuerzos.

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COMPARECENCIA ANTE EL PLENO DEL SENADO, PARA RESPONDER A LA PREGUNTA DEL SENADOR FRANCISCO VALLEJO SERRANO, DEL GRUPO PARLAMENTARIO SOCIALISTA, SOBRE LOS RESULTADOS DEL FONDO ESPAÑA-SICA (SISTEMA DE LA INTEGRACIÓN CENTROAMERICANA) (BOCG núm. 116, de 5 de abril de 2011) La señora MINISTRA DE ASUNTOS EXTERIORES Y DE COOPERACIÓN (Jiménez García-Herrera): Muchas gracias, señor presidente. Señoría, es cierto que España mantiene un fuerte compromiso político con la región centroamericana, fruto de nuestra relación y de nuestro especial vínculo con Iberoamérica y con todos esos países a los que consideramos hermanos. Pero también es cierto que el ámbito regional es un espacio cada vez más importante para el desarrollo, la inserción en la economía mundial y la lucha contra la pobreza. Por ello, la cooperación española apoya desde hace años el proceso de integración centroamericano, y hoy podemos decir con orgullo que somos el primer donante bilateral de la región y el segundo socio global después de la Unión Europea. Señoría, el programa de cooperación regional con Centroamérica tiene dos fases. La primera es la que ha ido del año 2003 al año 2009, que ha contado con una financiación de más de 32 millones de euros, destinados, sobre todo, al fortalecimiento del proceso de integración. A través del Fondo España-SICA se ha conseguido, por ejemplo, negociar conjuntamente la compra de medicamentos, lo que permite ahorrar y a la vez mejorar la atención a los pacientes. En segundo lugar, se ha puesto en marcha la ruta colonial y de los volcanes para promocionar el turismo y el tejido empresarial centroamericano. Otro resultado importante ha sido el sistema de seguimiento por satélite de las embarcaciones pesqueras. Y, por último, como su señoría ha citado, el desarrollo de estrategias de calidad del café centroamericano, ligadas a las denominaciones de origen. Señoría, estas y otras iniciativas son la mejor prueba de los beneficios tangibles que puede generar la integración en Centroamérica, que ha sido nuestra apuesta. El Gobierno se siente muy satisfecho de los resultados obtenidos por el Programa SICA en este primer periodo, y por ello vamos a continuar trabajando y apoyando de nuevo este programa con más de 20 millones de euros para el periodo que va del año 2010 al 2013. Queremos, por un lado, seguir trabajando para el fortalecimiento institucional del SICA, así como seguir profundizando en la integración económica regional. Y,

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por otro, vamos a apoyar algo muy importante, que es la estrategia de seguridad de Centroamérica, que cuenta con una acción combinada del Fondo España-SICA y del Fondo España-PNUD. Precisamente España va a participar activamente en la Conferencia internacional de seguridad de Centroamérica, que tendrá lugar el próximo mes de junio en Guatemala, a través del grupo de amigos de la conferencia, porque seguimos comprometidos con el futuro de la región y porque queremos seguir apoyando iniciativas innovadoras, sobre todo, tan efectivas como el Fondo España-SICA, para fortalecer no solamente los procesos de integración sino también el desarrollo de esa región. Muchas gracias.

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COMPARECENCIA ANTE EL PLENO DEL SENADO, PARA RESPONDER A LA PREGUNTA DEL SENADOR IÑAKI MIRENA ANASAGASTI OLABEAGA, DEL GRUPO PARLAMENTARIO DE SENADORES NACIONALISTAS, SOBRE SI BARAJA EL GOBIERNO LA POSIBILIDAD DE SOLICITAR UN INDULTO, LA AMNISTÍA O LA CONMUTACIÓN DE LA PENA MEDIANTE PETICIÓN FUNDADA A FILIPINAS, EN RELACIÓN CON EL PRESO FRANCISCO JUAN LARRAÑAGA GONZÁLEZ (BOCG núm. 116, de 5 de abril de 2011) La señora MINISTRA DE ASUNTOS EXTERIORES Y DE COOPERACIÓN (Jiménez García-Herrera): Muchas gracias, señor presidente. Señoría, sé muy bien que no es la primera vez que se interesa usted por el caso de Francisco Larrañaga. Sé que se han hecho innumerables gestiones, tanto desde esta Cámara como desde el Congreso de los Diputados, así como desde el Gobierno. Y sé también que tanto usted como su grupo siempre han valorado muy positivamente las gestiones que el Gobierno ha llevado a cabo hasta ahora y, de forma particular, las realizadas por el anterior ministro Moratinos. De hecho, como sabe y como ha señalado, fruto de esas gestiones y también de la labor desarrollada por muchos senadores y diputados, como por distintas asociaciones y de la sociedad civil española en su conjunto, el pasado 6 de octubre del año 2009 Francisco Larrañaga fue trasladado desde Filipinas, al amparo del Tratado bilateral sobre el traslado de personas condenadas, a fin de proceder al cumplimiento de su condena en España. Se trató de un esfuerzo colectivo que valoramos y apoyamos de una manera muy positiva. Y quiero decirle que en este tiempo no nos hemos olvidado de Francisco Larrañaga y hemos continuado interesándonos por su caso. De hecho, desde entonces, en distintas ocasiones el Gobierno de España ha transmitido a las autoridades filipinas nuestro apoyo a la solicitud de indulto que los abogados del señor Larrañaga han formulado tras su llegada a España. Sin duda, coincidirá conmigo, como ha señalado en su intervención, en que debemos ser extremadamente respetuosos con el sistema y la soberanía judicial de terceros países y, en este caso particular, respetar también el contenido del Tratado bilateral firmado entre España y Filipinas. Como su señoría ha señalado, solo el Estado de condena puede conceder el indulto, la amnistía o la conmutación de la pena o medida de gracia conforme a su Constitución y sus leyes. Por tanto, señoría, sí apoyamos la solicitud de indulto y al mismo tiempo mostramos el máximo respeto a la soberanía del sistema judicial en Filipinas. Muchas gracias.

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La señora MINISTRA DE ASUNTOS EXTERIORES Y DE COOPERACIÓN (Jiménez García-Herrera): Muchas gracias, señor presidente. Señoría, lo que sí quiero señalarle es que el Gobierno apoya la petición de indulto que han formulado los abogados del señor Larrañaga. Nos hemos interesado en numerosas ocasiones por la concesión de dicho indulto ante las autoridades filipinas, porque, como usted sabe, solo estas, en función de su legislación y su Constitución, pueden concederlo. Y lo que ha hecho el Gobierno de España es dirigirse a las autoridades filipinas apoyando la petición de indulto que han formulado los abogados del señor Larrañaga, que son quienes tienen competencia para hacer tal solicitud. Por tanto, señoría, le reitero que este Gobierno se ha interesado en todo momento por la suerte del señor Larrañaga. Gracias al esfuerzo de todos, de un esfuerzo colectivo, hemos conseguido que se conmute la pena de muerte y que venga a España a cumplir su condena, y en este momento estamos en el proceso de apoyar la petición de indulto que han formulado sus abogados. Seguiremos prestando la máxima atención a este asunto, tal y como lo hemos hecho desde el primer día. Muchas gracias.

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COMPARECENCIA ANTE EL PLENO DEL SENADO, PARA RESPONDER A LA PREGUNTA DEL SENADOR ALFREDO BELDA QUINTANA, DEL GRUPO PARLAMENTARIO MIXTO, SOBRE SI TIENE PREVISTO EL GOBIERNO HABILITAR LUGARES DISTINTOS, ADEMÁS DE LAS OFICINAS O SECCIONES CONSULARES, PARA LOS ELECTORES RESIDENTES AUSENTES EN EL EXTRANJERO QUE OPTEN POR DEPOSITAR SU VOTO EN URNA, EN LAS PRÓXIMAS ELECCIONES DEL 22 DE MAYO, DE ACUERDO CON LAS ÚLTIMAS MODIFICACIONES INTRODUCIDAS EN EL ARTÍCULO 75 DE LA LEY ORGÁNICA 5/1985, DE 19 DE JUNIO, DEL RÉGIMEN ELECTORAL GENERAL (BOCG núm. 116, de 5 de abril de 2011) La señora MINISTRA DE ASUNTOS EXTERIORES Y DE COOPERACIÓN (Jiménez García-Herrera): Muchas gracias, señor presidente. Señoría, efectivamente la reciente reforma de la LOREG modifica el procedimiento de votación del censo de españoles residentes en el exterior. Concretamente siguiendo las instrucciones de la Junta Electoral Central, ahora se regula un procedimiento muy garantista que presenta al importante novedad de permitir a los españoles que viven en el extranjero depositar el voto en una urna en el consulado o, en su defecto, en los lugares que a tal efecto se habiliten para ello, entre el cuarto y el segundo día, ambos inclusive, anteriores al día de la elección. Es decir, durante los tres últimos días de la campaña es cuando se tiene que establecer de forma taxativa cuáles son los lugares donde los españoles podrán depositar su voto. En este sentido, el Gobierno no tiene previsto, en principio, habilitar otros locales para el depósito del voto distinto al de las propias oficinas consulares, al ser establecimientos públicos y establecimientos oficiales. Solo de manera muy excepcional y estudiando el caso de manera particular, podrá tomarse esta decisión, de acuerdo con el criterio del jefe de la oficina consular, porque estime que existen circunstancias que exigen que se habilite otro lugar. Muchas gracias.

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La señora MINISTRA DE ASUNTOS EXTERIORES Y DE COOPERACIÓN (Jiménez García-Herrera): Muchas gracias, señor presidente. Señoría, es cierto que la reforma de la LOREG introduce como novedad la posibilidad de votar en una urna en el exterior. Pero quiero recordarle que también sigue vigente la opción del voto por correo para todos aquellos que no puedan

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desplazarse dentro del mismo territorio a votar en las oficinas consulares. Se mantiene a todos los efectos el voto por correo. Por tanto, lo que hemos hecho ha sido ampliar, facilitar, garantizar el ejercicio del derecho al voto. Aquellos que no puedan desplazarse pueden seguir votando por correo, y se puede ejercer el voto en urna en los lugares habilitados por los consulados. Por lo tanto, el Gobierno va a garantizar en todo momento que los electores en el exterior puedan ejercer su derecho al voto. La decisión de habilitar lugares distintos –además de los que existen en las oficinas consulares– depende de varios factores. En primer lugar, de la afluencia de los votantes que se pueda prever; en segundo lugar, de las circunstancias y medios locales con los que pueda contar el consulado, porque para depositar el voto, para velar por el control de esa urna hacen falta determinadas personas dispuestas a ejercer esta función; y, en tercer lugar, en función de la capacidad de los locales consulares y otras circunstancias particulares de la demarcación consular. Por consiguiente, vamos a tener en cuenta todo esto: la posibilidad de establecer una urna en un determinado lugar y la custodia que siempre exige dicha urna. Como sabe muy bien su señoría, se trata de una reforma muy reciente –entró en vigor el pasado 30 de enero– y, por tanto, probablemente el momento de evaluar las necesidades reales de los consulados a estos efectos será cuando se celebren las próximas elecciones, las primeras que van a ensayarse con este sistema, que serán las del próximo mes de mayo. Pero ya sabemos con anticipación cuántas personas registradas en los consulados pueden ejercer su derecho a voto. En el caso concreto de Venezuela, como usted ha señalado, es verdad que solamente hay un Consulado General en Caracas. Tenemos pendiente abrir otras dos nuevas plazas; todavía no lo hemos podido hacer, pero para abrir una oficina diferente al Consulado General de Caracas tenemos que tener garantías y personal suficiente desplazado al efecto para garantizar la custodia de dichas urnas.

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La señora MINISTRA DE ASUNTOS EXTERIORES Y DE COOPERACIÓN (Jiménez García-Herrera): Voy terminando, señor presidente. Por la información de que disponemos en la actualidad, por las informaciones que recibimos de nuestros consulados, parece que con las instalaciones del consulado se puedan llevar a cabo el voto en urna de acuerdo con la ley, por lo que, en principio, no sería necesario habilitar otro lugar distinto. Señoría, se mantiene el voto por correo y se habilitan urnas para que la gente pueda ejercer su derecho a voto de forma directa. En todo caso, estaremos pendientes, en función de las necesidades, de buscar nuevas alternativas, como siempre hemos hecho. Muchas gracias, señoría.

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COMPARECENCIA ANTE EL PLENO DEL SENADO, PARA RESPONDER A LA PREGUNTA DEL SENADOR FRANCISCO VALLEJO SERRANO, DEL GRUPO PARLAMENTARIO SOCIALISTA, SOBRE LA VALORACIÓN DEL GOBIERNO ACERCA DEL PROCESO DE LIBERACIÓN DE PRESOS DE CONCIENCIA EN CUBA QUE SE INICIÓ EL 13 DE JULIO DE 2010 (BOCG núm. 118, de 26 de abril de 2011) La señora MINISTRA DE ASUNTOS EXTERIORES Y DE COOPERACIÓN (Jiménez García-Herrera): Muchas gracias, señor presidente. Señoría, efectivamente, el Gobierno se muestra muy satisfecho de haber apoyado las negociaciones entre las autoridades cubanas y la Iglesia católica de Cuba, y de haber contribuido así al proceso de excarcelaciones de presos de conciencia que se inició el pasado mes de junio; un proceso que, como ha señalado su señoría, ha supuesto la liberación de un total de 127 presos de conciencia en la isla, de los cuales 115 –señorías, 115– han sido acogidos en nuestro país. De hecho, señoría, me parece muy importante subrayar que de todos los detenidos durante la denominada Primavera negra en el año 2003 –también llamada Grupo de los 75–, que permanecían en prisión, 52 de estos presos han sido excarcelados; de ellos, 40 han venido a España y los otros 12 que habían manifestado su deseo de quedarse en Cuba han podido ser excarcelados y quedarse allí. También me parece importante subrayar que han sido liberados otros presos de conciencia que no estaban incluidos en el mencionado Grupo de los 75, pero que sí estaban recogidos en las listas que nos había presentado la Comisión Cubana de Derechos Humanos y Reconciliación, también las Damas de Blanco y otras organizaciones. Por lo tanto, señoría, el Gobierno considera que este proceso de excarcelaciones ha sido positivo, no solo por su importancia política –que la tiene–, sino también porque supone un avance innegable en materia de derechos humanos, y además porque pone de manifiesto la efectividad del diálogo político que el Gobierno viene manteniendo con las autoridades cubanas en materia de derechos humanos, un diálogo que es abierto, franco y exigente, y que ofrece resultados tangibles y concretos como el que hoy nos ocupa. Señoría, también quisiera mencionar que el acompañamiento del Gobierno español al proceso ha tenido un carácter marcadamente humanitario, con la acogida, como decía, de un total de 115 presos políticos pero que además han estado acompañados por 647 familiares. Como sabe, el Gobierno, con la colaboración de distintas organizaciones no gubernamentales, ha habilitado un enorme dispositivo de acogida que abarca, desde su traslado a España a la asistencia en primera aco-

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gida, hasta ayudas económicas de manutención, alojamiento, asistencia jurídica, asistencia psicológica y sanitaria, además de transporte; es decir, una acogida con un carácter integral y global. Y ello con el objetivo de atender de una manera digna a todos los excarcelados y a sus familiares, y así lograr su progresiva integración en la sociedad española. En resumen, señoría, como le decía, el Gobierno hace una valoración muy positiva del proceso y no creo que nadie pueda negar la relevancia de que 115 personas…

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La señora MINISTRA DE ASUNTOS EXTERIORES Y DE COOPERACIÓN (Jiménez García-Herrera): …que estaban en prisión, en estos momentos están en libertad, en España, en Cuba o en terceros países, y en ese sentido estamos satisfechos como Gobierno de haber contribuido a este resultado. Muchas gracias.

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COMPARECENCIA ANTE EL PLENO DEL SENADO, PARA RESPONDER A LA PREGUNTA DEL SENADOR ALEJANDRO MUÑOZ-ALONSO LEDO, DEL GRUPO PARLAMENTARIO POPULAR, SOBRE LOS RESULTADOS OBTENIDOS POR EL GOBIERNO DE SUS GESTIONES CON EL REINO UNIDO DESPUÉS DE LOS ÚLTIMOS INCIDENTES EN LA BAHÍA DE ALGECIRAS (CÁDIZ) (BOCG núm. 120, de 3 de mayo de 2011) La señora MINISTRA DE ASUNTOS EXTERIORES Y DE COOPERACIÓN (Jiménez García-Herrera): Muchas gracias, señor presidente. Señoría, como sabe bien, los problemas derivados de la diferente interpretación que hacen España y el Reino Unido de los espacios marítimos de Gibraltar no son nuevos en absoluto, ya que tienen su origen en el Tratado de Utrecht, de 1713, y se vienen reproduciendo con diferente intensidad desde hace casi 200 años. En este sentido, hay que reiterar que la posición del Gobierno de España, como la de otros Gobiernos anteriores, sigue siendo la de la defensa de la soberanía española sobre las aguas adyacentes a Gibraltar. Por ello, la reacción del Gobierno de España ante los últimos incidentes en la bahía de Algeciras ha sido inmediata y contundente. Como sabe, elevamos a las autoridades británicas una protesta formal en la que, en primer lugar, se manifiesta con toda claridad el apoyo a la actuación de la Guardia Civil del Mar. En segundo lugar, expresamos nuestra preocupación no solo por este incidente sino por lo que significa la repetición de incidentes de esta naturaleza que van directamente en contra de lo recogido en el Tratado de Utrecht, pero también en contra de la política de lucha contra el narcotráfico y la delincuencia organizada que suscribimos tanto España como el Reino Unido. Y, en tercer lugar, reiteramos la posición de España respecto a las aguas en torno a Gibraltar. Señoría, las autoridades británicas son conscientes de nuestra disposición a tratar asuntos de esta naturaleza de manera permanente y continuada sin que este hecho perjudique las posiciones respectivas de España y Reino Unido en las cuestiones de soberanía del contencioso bilateral. Muchas gracias.

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La señora MINISTRA DE ASUNTOS EXTERIORES Y DE COOPERACIÓN (Jiménez García-Herrera): Muchas gracias, señor presidente. Señoría, hemos manifestado nuestro más firme rechazo por los hechos ocurridos y en todo momento hemos apoyado la labor de los cuerpos y fuerzas

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de seguridad del Estado, que es lo que tiene que hacer un Gobierno responsable. Por tanto, señoría, ni claudicación ni resignación, en ningún momento. Firmeza y responsabilidad. La posición del Gobierno de España es muy clara, señoría. Por una parte, defender que no existen más derechos, respecto a los espacios marítimos adyacentes a Gibraltar, que los contemplados en el Tratado de Utrecht; y, por otra parte, y salvaguardando siempre la premisa anterior y con pleno apoyo a los cuerpos y fuerzas de seguridad, incrementar la cooperación entre las distintas autoridades competentes en la lucha contra la delincuencia, prestando especial atención a la lucha contra los tráficos ilícitos.

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COMPARECENCIA ANTE EL PLENO DEL SENADO, PARA RESPONDER A LA PREGUNTA DE LA SENADORA ELVIRA VELASCO MORILLO, DEL GRUPO PARLAMENTARIO POPULA, SOBRE SI CONSIDERA EL GOBIERNO QUE EL MINISTERIO DE ASUNTOS EXTERIORES Y DE COOPERACIÓN SIGUE ESCRUPULOSAMENTE LOS PRINCIPIOS DE TRANSPARENCIA PARA LA CONCESIÓN DE SUBVENCIONES (BOCG núm. 120, de 3 de mayo de 2011) La señora MINISTRA DE ASUNTOS EXTERIORES Y DE COOPERACIÓN (Jiménez García-Herrera): Muchas gracias, señor presidente. Señoría, la respuesta es: rotundamente, sí. Rotundamente, sí. El Ministerio de Asuntos Exteriores y de Cooperación respeta escrupulosamente la legislación en materia de concesión de subvenciones, incluyendo el principio de transparencia. A efectos prácticos, señoría, ¿esto qué significa? En primer lugar, garantizar el acceso de todas las organizaciones a la misma información y en el mismo momento, a través de la publicación de las convocatorias en el BOE y en la web de la agencia de cooperación. En segundo lugar, actuar con respeto escrupuloso a los criterios fijados para su valoración. Me refiero a los criterios que tienen que ver con la adecuación de la propuesta a las prioridades sectoriales y geográficas de la cooperación española, al grado de complementariedad de otras acciones, al contenido, relevancia y calidad de la actividad, a la adecuación del presupuesto y, por último, a la pertinencia y viabilidad de la actividad. Muchas gracias.

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La señora MINISTRA DE ASUNTOS EXTERIORES Y DE COOPERACIÓN (Jiménez García-Herrera): Muchas gracias, señor presidente. Señoría, no voy a relatar todas las organizaciones y municipios vinculados al Partido Popular que se benefician de la cooperación española porque entiendo que se ajustan a los criterios que vienen aprobados en la ley, en el plan director, e insisto, el proceso de valoración de las solicitudes es extraordinariamente riguroso. La Ley General de Subvenciones –por cierto, del año 2003– establece un procedimiento muy pautado para garantizar la transparencia en la concesión de subvenciones, que este ministerio sigue escrupulosamente. Concretamente, como he señalado, en el ámbito de las subvenciones que concede el Ministerio de Asuntos Exteriores se trata de ayudas para facilitar el cumplimiento tanto del Plan Director de la Cooperación Española como del Plan Anual de Cooperación Internacional, y en todos los casos, señoría, se comprueba exhaustivamente la coherencia con el

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plan director en función de los objetivos, las sinergias con otras actividades de la cooperación española, la complementariedad con las políticas públicas locales y con otros agentes de la cooperación, el coste de la gestión en comparación con el impacto en desarrollo, el número de beneficiarios, incluyendo la perspectiva de género, viabilidad y sostenibilidad de la iniciativa. Además, señoría, como sabe, existe un sistema extra de control de la propia Administración del Estado. Me refiero a la Intervención General, que vigila cada paso de ese proceso continuamente –y usted lo sabe, señoría–, porque si este o cualquier otro Gobierno incumpliera alguno de los principios que están recogidos en la Ley de 2003 nos alertaría inmediatamente para corregirlo –y, por cierto, cuando lo ha hecho, señoría, este ministerio ha reaccionado para velar y hacer cumplir la ley. Por tanto, señoría, por mucho que se empeñe, seriedad, control y escrupuloso respeto a la legalidad vigente por parte de este Gobierno. Muchas gracias.

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COMPARECENCIA ANTE LA COMISIÓN DE ASUNTOS EXTERIORES DEL CONGRESO, PARA INFORMAR SOBRE LA POLÍTICA EXTERIOR ESPAÑOLA EN EL MEDITERRÁNEO. PARA INFORMAR SOBRE LOS ACUERDOS DE LA CUMBRE DE MINISTROS DE ASUNTOS EXTERIORES SOBRE LA INTERVENCIÓN MILITAR EN LIBIA, CELEBRADA EN LONDRES EL 29 DE MARZO DE 2011. PARA INFORMAR SOBRE LA VALORACIÓN DEL GOBIERNO RESPECTO A LAS REVUELTAS POPULARES OCURRIDAS EN DIVERSOS PAÍSES DEL MAGREB Y MASHREQU, Y SOBRE EL POSICIONAMIENTO Y ACTUACIÓN ESPAÑOLA AL RESPECTO (BOCG núm. 768, de 4 de mayo de 2011) La señora MINISTRA DE ASUNTOS EXTERIORES Y DE COOPERACIÓN (Jiménez García-Herrera): Agradezco la posición de los grupos políticos favorable a acumular las distintas peticiones de comparecencia. No obstante, les reitero siempre mi disposición a acudir a esta Comisión tantas veces como sea necesario. Es para mí un motivo de satisfacción comparecer de nuevo ante esta Comisión para informar en este caso sobre la política exterior del Gobierno en el Mediterráneo. Se trata, como saben, de una región que es prioritaria para España, también para la Unión Europea y para la paz y la seguridad globales. Se están produciendo además acontecimientos de gran trascendencia que están transformando el paisaje social y político de varios países desde el Magreb hasta Oriente Próximo. Quisiera iniciar mi intervención, pues, con un breve análisis de los cambios acaecidos en la región. Desde principios de año, en varios países árabes, estamos asistiendo a manifestaciones ciudadanas, provocadas en la mayoría de los casos por un profundo malestar relacionado con el descontento por las situaciones y las condiciones económicas y sociales existentes en estos países. Este descontento social ha ido derivando a distintos ritmos y de distinta manera hacia protestas de un fuerte contenido político, en las que los ciudadanos han decidido salir a las calles para reclamar dignidad, libertad y participación en la toma de decisiones. En suma, los ciudadanos piden democracia, derechos y libertades. Hasta el momento, y en gran parte de estos países, las protestas han conseguido iniciar procesos de cambio, aunque es evidente que no todos tienen la misma intensidad ni han conseguido la estabilidad, el orden y la paz que buscaban. Lo cierto es que lo sucedido ha sorprendido a todos, tanto a los propios países árabes como a los observadores externos, sobre todo porque por primera vez los ciudadanos de estos países han vencido el miedo a expresarse y, a través de manifestaciones multitudinarias, espontáneas y pacíficas, han logrado constituirse en los verdaderos protagonistas e impulsores de

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los movimientos democráticos. Las sociedades árabes han logrado así lo que hace apenas tres meses parecía impensable y además de la forma menos esperada. Es decir, los propios ciudadanos han puesto de manifiesto los límites del autoritarismo, descubriendo su fuerza transformadora mediante el activismo ciudadano. El principal factor, por tanto, que define estas revueltas populares es la emergencia del ciudadano como protagonista y centro de la vida política, lo cual es, por otro lado, la esencia de las sociedades modernas. Este aspecto me parece muy significativo, sobre todo porque hasta ahora prevalecía la idea de que el mundo árabe era sinónimo de inmovilismo e incluso de que cualquier movilización social solo podía ser liderada por movimientos islamistas que aparecían como los únicos que ponían en cuestión los regímenes establecidos. Entre el autoritarismo nacionalista y el islamismo extremista, en el sur del Mediterráneo parecía que no había espacio para otras vías, tampoco para la expresión de la voluntad popular, plural y democrática. Pues bien, estos enfoques, señorías, desde luego no han estado acertados. Los que han iniciado y mantenido vivas estas movilizaciones sociales han sido una nueva generación que no ha apelado al islam político como solución a sus problemas y tampoco ha denunciado un complot exterior como causa del malestar árabe. De hecho, en las manifestaciones, en las revueltas, ni había adhesión al islamismo ni tampoco rechazo a occidente. Se trata de una población mayoritariamente joven, cada vez más formada e informada, conectada al mundo exterior y que desea acceder a las oportunidades y al bienestar que tienen otros. Su mensaje ha sido siempre muy preciso y muy pragmático: rechazo de los regímenes corruptos y demandas de sistemas democráticos. En ese sentido, han querido enviar el mensaje de que no hay una especificidad árabe, sino que lo que nos une es mucho más que lo que nos separa. Es el afán de tomar las riendas de su propio destino, conducir sus propios procesos de transición y reformas para llevar a cabo el ejercicio real de la ciudadanía. Por otro lado, las revueltas árabes, en particular los casos de Túnez y Egipto, han descartado de manera definitiva la conexión que se había consolidado entre estabilidad e inmovilismo político. El autoritarismo no es garantía de estabilidad; de hecho, la inestabilidad más intensa se ha producido cuando los gobernantes han sido insensibles a lo que los ciudadanos les pedían en la calle y han reaccionado con mayor dureza y represión. En este sentido, sin duda la crisis libia supone una amenaza mayor que cualquier incertidumbre que pueda cernirse sobre la evolución de los procesos de transición iniciados en países como Egipto y Túnez. Los éxitos de estas dos revoluciones, en cambio, están alentando la profundización de las reformas que ya se habían iniciado en otros países, como es el caso de Jordania o de Marruecos. Quizá aún sea pronto para prever el tiempo que nos va a llevar consolidar estos procesos de transición hacia democracias denominadas plurales y representativas, pero ahora ya parece claro que el inmovilismo supone una amenaza mayor que la voluntad de impulsar una transición democrática. Es más, ahora parece claro que la mejor manera de garantizar la estabilidad en este escenario

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transformado por las revueltas, es que los países árabes se doten de sistemas de gobierno que sean percibidos como legítimos por sus propios pueblos, capaces de impulsar un desarrollo económico sostenible que genere oportunidades para todos y que además sean homologables a otras democracias del resto del mundo. Todos estos factores son precisamente los que explican que los procesos de reforma nos puedan parecer hoy como irreversibles. Seguramente podrá tomar más tiempo en unos países que en otros; no en todos las reformas van a tener la misma intensidad, pero los cambios hacia la democracia van a terminar consolidándose en la región. En cierta manera nos recuerda a lo ocurrido en la Europa del Este con la caída del muro. Entonces también muchos analistas hablaron de un imprevisto proceso de aceleración de la historia. Ahora, nuevamente, y también a una velocidad sorprendente, asistimos a momentos históricos que confirman que se ha producido un cambio de paradigma en el mundo árabe. No obstante, a pesar de las semejanzas, cada país ha puesto de manifiesto que tiene su propia especificidad. Es decir, no se trata de procesos idénticos, ni por el desarrollo de los acontecimientos ni por el comportamiento de los actores. Estamos, por tanto, ante procesos de cambios hacia la democracia que se mueven, insisto, a distintos ritmos y de distinta manera aunque, como señalaba, en todos ellos, eso sí, los ciudadanos de estos países se han erigido en los principales protagonistas de los procesos de reforma iniciados. En este sentido, me parece importante subrayar que el cambio que se está operando tiene un potencial enormemente positivo, a pesar de los distintos riesgos y dificultades que sin duda aún permanecen. Por ello el Gobierno entiende que España tiene que estar desde el principio en este proceso de cambio, no solo por nuestra vocación mediterránea, por nuestra relación estratégica con el Magreb y por nuestra estrecha vinculación con los países árabes, sino también por nuestro compromiso con la defensa de la democracia y la dignidad de los pueblos. Esta es, señoría, la posición del Gobierno ante los cambios que se están produciendo en la región, y en este sentido hemos hecho un esfuerzo para, en muy poco tiempo, adaptar nuestra política exterior a este nuevo escenario, para estar presentes desde el primer momento y apoyar con determinación y con respeto los cambios y las reformas democráticas en el mundo árabe. En los casos de Túnez y Egipto, aunque es cierto que hubo represión por parte de las autoridades entonces en el poder y pérdidas lamentables de vidas humanas, las protestas populares han terminado provocando la caída de los respectivos regímenes autoritarios. Tanto en Túnez como en Egipto hay ahora nuevos gobiernos de transición que responden mejor a las expectativas de los respectivos pueblos y que están ya trabajando en reformas constitucionales así como en la organización de elecciones democráticas que se van a celebrar este mismo año. Se trata, pues, de promover una política de acompañamiento para que, de acuerdo con los ritmos y procedimientos marcados por los distintos pueblos concernidos, estos procesos desemboquen en la formación y consolidación de sociedades democráticas, es decir, se trata de ofrecer y proporcionar asesoramiento y asistencia cuando se nos demande y siempre con respeto

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y con cuidado de no estar dando lecciones. Por tanto, apoyo por principio pero también por la experiencia histórica española a los procesos de reforma iniciados por la propia ciudadanía en estos países. Y es que, en la medida que nuestro modelo de transición pudiera ser útil, hemos de estar dispuestos a transmitir nuestra experiencia para lo que pueda valer. También manifiesto nuestro apoyo a los anuncios de reforma que impulsan los reyes de Marruecos y de Jordania en sus respectivos países en respuesta a las demandas legítimas de sus ciudadanos, que quieren profundizar y acelerar los procesos ya iniciados hace algunos años. Como saben, en el caso particular de Marruecos, el rey Mohamed VI anunció hace unas semanas un amplio programa de reformas políticas centrado en dos asuntos decisivos: la reforma constitucional y la regionalización avanzada. Otra señal esperanzadora de cambio en Marruecos ha sido el reciente gesto de liberación de 190 presos políticos, la mayoría islamistas, pero también algunos defensores saharauis de los derechos humanos. Se trata de anuncios que valoramos positivamente y alentamos y que, como decía, vienen a sumarse al proceso de modernización y reforma que ya se inició en este país. En todos estos casos el objetivo debería ser –como he señalado– contribuir a que cada país encuentre su camino, de tal manera que se materialicen las oportunidades y se minimicen los riesgos potenciales en el conjunto de la región. En el extremo opuesto, el caso de Libia. Pero también observamos con creciente preocupación cómo en Siria las revueltas están siendo sofocadas con gran violencia, al igual que ha ocurrido en Bahréin y en Yemen. En Libia, el atrincheramiento del régimen de Gadafi –que, haciendo caso omiso a las aspiraciones legítimas del pueblo libio, anunció desde el principio su intención de reprimir las manifestaciones pacíficas por todos los medios, como así ha ocurrido–, ha provocado la articulación de una respuesta multilateral y finalmente la intervención de la comunidad internacional. Como saben, en un primer momento, el 26 de febrero, el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas adoptó la Resolución 1970, que impuso medidas como el embargo de armas, la prohibición de viajar a personas vinculadas al régimen, así como la congelación de activos, además de autorizar que el Tribunal Penal Internacional investigara posibles violaciones de los derechos humanos. Posteriormente, el 17 de marzo, el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas adoptó la Resolución 1973, que autoriza por primera vez el uso de la fuerza contra el régimen libio para proteger a la población civil. Esta segunda resolución estuvo precedida por numerosos pronunciamientos de la comunidad internacional, de la Unión Africana, la Liga Árabe, el Consejo de Cooperación del Golfo y la Organización de la Conferencia Islámica, entre otros, condenando por una parte el uso indiscriminado y excesivo de la fuerza contra la población civil, y exigiendo por otro lado una respuesta a las demandas legítimas de la población. Quiero también recordar la Resolución de la Asamblea General de Naciones Unidas, adoptada por consenso el día 1 de marzo con el copatrocinio de España, por la que se decidió por primera vez la suspensión de Libia como Estado miembro

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del Consejo de Derechos Humanos. En este contexto, señoría, la Resolución 1973 sienta un importante precedente en cuanto que hace efectivo el principio de la responsabilidad de proteger a la población civil, además de suponer un avance en la construcción de un orden internacional basado en el derecho. Además, la resolución supone un paso decisivo en la gestión de la crisis libia. En primer lugar, porque reconoce la iniciativa y la implicación de los actores regionales; como saben sus señorías la resolución se adoptó a instancias de la Liga Árabe, a través de Líbano, que presentó el borrador como miembro del Consejo de Seguridad, aunque el papel de Francia y Reino Unido como copromotores fuera decisivo. En segundo lugar, por el consenso alcanzado entre la comunidad internacional –también quiero señalar que la resolución se adoptó sin ningún voto en contra– en torno a la necesidad de una actuación urgente para poner fin a la ofensiva de Gadafi contra su propio pueblo. Y en tercer lugar, porque también supone una mayor vigilancia internacional sobre el respeto de los derechos fundamentales en el mundo. Por tanto, señorías, en el caso de Libia la comunidad internacional ha logrado articular una respuesta multilateral, consensuada, que justifica el recurso a opciones militares precisamente para proteger a la población libia de los ataques del régimen con una base legal, con apoyo regional y en base a la necesidad como último recurso, respondiendo así a las expectativas del pueblo libio. De hecho, en este tiempo se han logrado avances importantes al frenar el uso directo de la fuerza contra los civiles. Se trata ahora de intensificar los esfuerzos políticos y diplomáticos para, una vez conseguido el alto el fuego, empezar a trabajar por la reconciliación libia y que puedan pactar una hoja de ruta para la reforma política de acuerdo con lo aprobado en la propia Resolución 1973. Señorías, como decía, en estas últimas semanas hemos tratado de adaptar nuestra política exterior a este nuevo escenario. En primer lugar, lo hemos hecho intensificando las relaciones políticas con los países de la región, así como los contactos con nuestros socios europeos y la comunidad internacional en general. Como saben, en las últimas semanas he tenido ocasión de viajar en distintas ocasiones a varios países de la ribera sur del Mediterráneo, en algunos casos para respaldar los procesos de cambio, y me refiero a la visita del presidente del Gobierno a Túnez el día 2 de marzo, a la mía propia a Egipto los días 13 y 14 de ese mismo mes, en las que pudimos mantener encuentros, tanto con las nuevas autoridades como con la sociedad civil. Sé que esta Comisión de Exteriores tiene previsto también viajar a Egipto a finales de este mes de mayo para apoyar la transición democrática en aquel país, iniciativa que desde el Gobierno valoramos como muy positiva. Asimismo, el Gobierno ha apoyado al más alto nivel los anuncios de reforma que se han impulsado tanto en Jordania como en Marruecos. Por otro lado, los príncipes de Asturias han viajado a Jordania recientemente, en el marco de una gira más amplia que les ha llevado a visitar también Israel y los territorios palestinos. Estos contactos han reforzado los que ya tuve ocasión de realizar en una gira anterior por la región durante el mes de febrero.

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También quiero recordar la visita a nuestro país la semana pasada de una importante delegación de seis ministros marroquíes, con el objetivo de reforzar las relaciones entre ambos países, sobre todo en el ámbito económico. Como saben, las relaciones con Marruecos constituyen una prioridad en nuestra política exterior. También la Unión Europea, con el pleno respaldo de España, ha reconocido a Marruecos el estatus avanzado de asociación que le sitúa en la vanguardia de los países árabes en su relación con Europa. Por ello, nos sentimos muy comprometidos con Marruecos y estamos apoyando también sus reformas económicas ya que constituyen una parte decisiva para el éxito de estos cambios políticos necesarios para su estabilidad y su prosperidad, estrechamente vinculadas a la nuestra. Señorías, en otros casos, cuando los regímenes autoritarios han optado por el uso de la fuerza, el Gobierno ha condenado en todas las ocasiones la violenta represión de manifestantes pacíficos en estos países, exigiendo el cese de la violencia, así como el inicio de reformas creíbles para atender las legítimas aspiraciones del pueblo y defender el respeto de sus derechos humanos. En Siria concretamente, el Gobierno ha llevado a cabo gestiones diplomáticas, en coordinación conjuntamente con otros socios europeos, para trasladar a las autoridades de ese país un claro mensaje de condena de la represión violenta de manifestantes pacíficos. Hemos insistido en que las reformas anunciadas y algunas como el levantamiento del estado de emergencia ya aplicadas solamente serán creíbles si previamente cesa la violenta represión. La comunidad internacional persigue trasladar este mismo mensaje a las autoridades sirias con iniciativas como la reciente sesión extraordinaria del Consejo de Derechos Humanos de Ginebra dedicada a Siria. En dicha sesión se adoptó una resolución en la que, entre otros extremos, se encomienda a la alta comisionada de Naciones Unidas para los Derechos Humanos que informe de manera inmediata sobre la situación en Siria. En Yemen, el Gobierno está apoyando el intento de mediación por parte de los países del Consejo de Cooperación del Golfo entre el presidente Saleh y la oposición, y seguimos con una prudente esperanza la posibilidad de que se produzca una solución pacífica que conduzca a unas elecciones libres, democráticas, en condiciones aceptables para las partes. Todo indicaba hace apenas dos días que se iba a firmar el acuerdo entre el presidente y la oposición, acuerdo que permitiera una salida pacífica de este a los treinta días de la firma, pero en el último momento Saleh se retractó. Se han renovado las presiones para que reconsidere su actitud y tenga lugar un deterioro de la situación que todos queremos evitar. En el caso de Libia desde el primer momento el Gobierno dejó claro que en el marco de una resolución del Consejo de Seguridad, y previa invitación de los socios regionales, estaría dispuesto a participar en la vigilancia del embargo de armas y en el establecimiento de una zona de exclusión aérea con la finalidad de proteger a la población civil. En este sentido, estamos manteniendo una posición que es activa y es equilibrada, que es acorde con nuestra responsabilidad y nuestros compromisos internacionales. Precisamente en este tiempo he tenido la oportunidad

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de participar en diversas reuniones para evaluar la evolución de la respuesta de la comunidad internacional a la crisis libia, por un lado, participando en los consejos europeos de asuntos exteriores y asistiendo a la reunión ministerial de la OTAN que tuvo lugar los días 14 y 15 de abril en Berlín; y por otro lado, también participando en las reuniones del llamado grupo de contacto, la primera tuvo lugar en Londres el 29 de marzo, posteriormente nos reunimos en Doha el 13 de abril y mañana de hecho viajaré a Roma, donde se celebrará un tercer encuentro para tratar de nuevo la crisis libia. En ellas –y sé que el Grupo de Esquerra Republicana–Izquierda Unida tiene un especial interés porque ha solicitado mi comparecencia sobre ese asunto– hemos constatado que la Resolución 1973, en los términos en que fijaba la propia resolución y el acuerdo de la comunidad internacional, se está aplicando satisfactoriamente en el sentido de que se ha impuesto de manera efectiva el embargo de armas y se ha consolidado la zona de exclusión aérea, contribuyendo así a frenar la represión violenta del régimen libio contra la población civil. Al mismo tiempo, consideramos que solo puede haber una solución pacífica al conflicto, que debería ser además lo más inclusiva posible. Es decir, sabemos que hay que contar con el Consejo Nacional de Transición libio al que el Gobierno, junto con la Unión Europea, considera como interlocutor válido y por ello hemos designado un enviado especial ante dicho consejo en Bengasi. Además, también tendremos que tener contacto con otros representantes. En todo caso, en este momento excluyendo a Gadafi de la solución final al haber perdido toda legitimidad ante su propio pueblo. En este sentido, el Gobierno apoya los esfuerzos de mediación que viene realizando el secretario general de Naciones Unidas y otros países para lograr una solución diplomática aceptable por todas las partes. Señorías, en segundo lugar, en el ámbito de la cooperación al desarrollo el Gobierno también está haciendo un gran esfuerzo para adaptar su política al nuevo escenario. Primero, y de manera prioritaria, ante situaciones de emergencia humanitaria, como ha ocurrido y está ocurriendo en Libia. De hecho, España ha sido uno de los primeros países que con más rapidez y eficacia ha respondido al llamamiento de los organismos internacionales. En Libia concretamente hemos contribuido con más de 4 millones de euros a la asistencia humanitaria y de emergencia, incluida la repatriación de ciudadanos egipcios y de países subsaharianos que habían quedado atrapados en la frontera libio tunecina, así como también en la apertura de un corredor humanitario en Bengasi en cooperación con la Unión Médica Árabe. También hemos destinado 2 millones de euros en concepto de ayuda humanitaria a Yemen. Ahora bien, señorías, como he señalado con anterioridad, en estos momentos de profundos cambios en la región, el Gobierno quiere prestar un apoyo político y económico decidido y apostar claramente por los procesos de democratización y la asistencia a los países que sigan esta línea. En este sentido, en el Plan anual de cooperación para 2011, y de acuerdo con el dictamen emitido por estas Cortes, estamos trabajando en la revisión de la cooperación con el mundo árabe teniendo en cuenta este nuevo contexto. Se

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trata de reorientar los procesos de programación bilaterales en marcha hacia el fortalecimiento institucional y de la sociedad civil, aspectos ambos que resultan imprescindibles a corto plazo. Como decía, España tiene una experiencia valiosa y positiva en procesos de transición democrática. En este sentido, estamos en condiciones de aportar expertos en el ámbito legislativo, judicial, ejecutivo y colaborar también en los procesos electorales de manera que podamos acompañar los procesos de reforma constitucional. Un ejemplo de ello es el apoyo que el Gobierno va a prestar en la organización y celebración de las elecciones parlamentarias en Túnez el próximo mes de julio mediante una contribución económica de un millón de dólares a través del PNUD, al tiempo que las organizaciones no gubernamentales españolas también van a estar presentes, contando con una larga experiencia e implantación en los países de la ribera sur del Mediterráneo. Nuestra sociedad civil es un ejemplo de diversidad, pero también de cohesión y de respeto, que son elementos esenciales en todo proceso democrático. Además, España puede aportar mucho en este proceso, porque contamos asimismo con una presencia sólida ya en el terreno a través de las oficinas técnicas de cooperación preexistentes en estos países. Pero también se trata, señorías, de contribuir a la movilización de recursos financieros y económicos para ayudar a estos países a llevar a cabo las reformas políticas, sobre todo teniendo en cuenta que en el origen de estas revueltas está el descontento popular por la profunda desigualdad en la distribución de riqueza como también el estancamiento económico, el elevado desempleo o las altas cotas de corrupción. Parece claro que sin una mínima prosperidad económica los procesos de transición democrática se enfrentarían aun a mayores dificultades. En esta línea, el presidente del Gobierno anunció, con ocasión de su visita a Túnez, una línea de crédito de 300 millones de euros a través del Banco Europeo de Inversiones en apoyo de los países mediterráneos en fase de transición. El Gobierno está igualmente explorando posibles opciones a través del Banco Europeo de Reconstrucción y Desarrollo para que extienda su ámbito de actuación al Mediterráneo. Por tanto, desde el punto de vista económico debemos apoyar, ahora más que nunca, el desarrollo económico de los países de la región. Señorías, existen otros elementos importantes que también conforman nuestra política exterior hacia el Mediterráneo. Me refiero a la dimensión multilateral que complementa nuestra presencia y compromiso con la región. Como saben, España siempre ha considerado la Asociación Euromediterránea como una de sus prioridades. De hecho, nuestro país contribuyó de manera definitiva a la puesta en marcha del proceso de Barcelona en 1995. Es verdad que en este tiempo la estrecha vinculación entre esta iniciativa y el proceso de paz en Oriente Medio ha supuesto que se dificultase no solo la ejecución de los proyectos regionales, sino también la dinámica política de la iniciativa. También es verdad que el Mediterráneo forma parte de nuestro entorno más cercano de nuestra vecindad. Son muchos los retos a los que nos debemos enfrentar conjuntamente y, por tanto, esta región está llamada a ser necesariamente un espacio de estrecha cooperación.

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Por ello, ante este nuevo escenario el Gobierno considera que España y la Unión Europea deben estar comprometidas con el cambio y acercar estos países a un gran acuerdo de asociación con la Unión Europea que favorezca la reforma democrática, el impulso económico y dé respuesta a esas nuevas expectativas sociales. Sin duda es necesario mantener, aunque reformados y adaptados a la nueva situación, los instrumentos de la iniciativa ya existente en el marco de la política europea de vecindad y de la Unión para el Mediterráneo. De hecho, la Unión Europea está revisando tanto la dimensión bilateral como la multilateral de la Asociación Euromediterránea. Aun así, los instrumentos e iniciativas existentes no parecen suficientes para afrontar los retos históricos y de una magnitud sin precedentes a los que hoy se enfrenta el mundo árabe. Se trataría de que, al igual que ocurrió con otros momentos históricos, la Unión Europea aunara esfuerzos con otros socios. Me refiero a los Estados Unidos, pero también a los países árabes con los que ya se está contando, a Naciones Unidas de una manera muy estrecha, a las instituciones financieras internacionales, a Rusia, por su cercanía e interés histórico en la región y también a Turquía precisamente por esta posición geoestratégica, por su condición mediterránea, por su papel histórico en la región y también por el modelo político y socioeconómico que supone para muchos de estos socios árabes. El principal objetivo que todos compartimos es el apoyo a los procesos de transición y reformas democráticas a través, por una parte, de asistencia en el ámbito institucional y de gobernanza y, por otra, de asistencia financiera y asesoramiento para sentar las bases de un crecimiento económico que permita, con una mayor prosperidad y justa distribución de la riqueza, asegurar el éxito de las reformas políticas en curso. Señorías, paralelamente el Gobierno considera que en estos momentos es preciso un renovado esfuerzo de la comunidad internacional para lograr una solución justa y duradera del conflicto de Oriente Medio. Estas semanas, en mis visitas a países de la región, he podido comprobar que el conflicto árabe–israelí es una cuestión que no ha pasado a un segundo plano por los acontecimientos que están teniendo lugar en el mundo árabe, más bien todo lo contrario. Los procesos de cambio político en el mundo árabe se están configurando como una oportunidad histórica para lograr avances definitivos en ese conflicto, que requiere además abordarlo desde una dimensión regional sobre todo pero también multilateral. Los episodios violentos en Gaza y en el sur de Israel han vuelto a poner de manifiesto la importancia de seguir prestando la máxima atención a lo que ocurre en Oriente Próximo y así evitar el deterioro de la situación. En este contexto es imprescindible dar pasos positivos para restaurar la confianza, y por ello vamos a seguir trabajando discretamente para que se retome la senda de las negociaciones directas y avanzar en el proceso de paz. España puede ser un actor útil por las dos partes, lo ha sido en muchas ocasiones porque mantiene una relación fluida tanto con Israel como con Palestina. Teniendo en cuenta todos estos factores, el Gobierno considera que 2011 es un

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año clave para el proceso de paz. Es verdad que se ha hecho un gran esfuerzo y se dan las condiciones y las circunstancias para avanzar en la solución del conflicto y fundamentalmente basándose en tres pilares. En primer lugar, el reconocimiento del futuro Estado palestino que debería ser apoyado por la Unión Europea de manera coordinada, al tiempo que se impulsan las negociaciones entre Israel y Palestina para que dicho reconocimiento tenga efectos prácticos en las relaciones entre ambos países. En segundo lugar, la necesaria reconciliación intrapalestina que puede inspirarse en la unidad nacional mostrada por los pueblos tunecinos y egipcios en sus respectivas revoluciones. Por ello hacemos una primera valoración positiva del reciente acuerdo entre las organizaciones palestinas Fatah y Hamás, también suscrito por las demás facciones palestinas, aunque será necesario analizar el contenido íntegro del acuerdo en coordinación con nuestros socios de la Unión Europea. Al mismo tiempo habrá que estudiar las repercusiones que dicho acuerdo tiene sobre el proceso de paz, las relaciones entre Israel y la autoridad palestina y verificar que se produzca el anuncio de la renuncia efectiva a la violencia por parte de Hamás. Por último, también habrá que estudiar cuáles son las garantías de seguridad que precisa Israel apoyadas por el más amplio consenso posible de las opiniones públicas de los países árabes. Señorías, para concluir, es verdad que el Mediterráneo es un área prioritaria para España. Los lazos histórico–geográficos y la necesidad de hacer frente a retos comunes junto a estos países de nuestro entorno nos han llevado a dar un carácter privilegiado a nuestras relaciones especialmente con el Magreb. También es verdad que el apoyo a las reformas políticas, el impulso al desarrollo económico y la paz en la región están estrechamente ligados y resultan necesarios para consolidar la apuesta democrática en la región. Precisamente por ello estos son los principales ejes de trabajo del Gobierno, como así he tratado de explicarles en esta exposición, pero la magnitud e importancia de lo que sucede en nuestra vecindad inmediata nos concierne en este sentido a todos. Por ello el Gobierno ha tratado desde el primer momento de enmarcar sus actuaciones en el mayor consenso posible y por ello he solicitado comparecer ante esta Comisión. En general el Gobierno está convencido de que puede y debe desempeñar un papel fundamental. Tenemos una gran oportunidad por nuestra interlocución privilegiada con todos los actores y porque los gobiernos de la región que se fijan con interés en el modelo español así también nos lo demandan. Consideramos que el Gobierno puede impulsar, liderar y coordinar, pero nuestros esfuerzos serán mayores si logramos movilizar al resto de instituciones autonómicas y locales, también a la ciudadanía en su conjunto, articulada en una multitud de asociaciones que componen la sociedad civil que son muy activas. En este sentido todas las fuerzas políticas aquí representadas también deben poder jugar un importante papel. Sin duda, el compromiso de apoyo y apuesta clara de España por los procesos de democratización y la asistencia a los países que sigan esta línea debería ser siempre una política de Estado. Estoy aquí ante todos los grupos que representan a la ciudadanía española

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para, por un lado, responder a los interrogantes que me puedan plantear, disipar algunas dudas que puedan tener y, sobre todo, para, por otro lado, tratar de acercar posiciones en la medida en que ello sea posible.

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La señora MINISTRA DE ASUNTOS EXTERIORES Y DE COOPERACIÓN (Jiménez García-Herrera): Quisiera agradecer a los grupos parlamentarios sus intervenciones, sus propuestas y sus aportaciones. Estoy segura de que, como siempre, en esta Comisión tendremos la oportunidad de ir tratando de buscar siempre que haya una concertación cada vez más amplia en todas las iniciativas que tienen que ver con nuestra política exterior. Hago esta afirmación porque quiero recordar que en el Pleno del Congreso de los Diputados la intervención de España en Libia contó con el apoyo del 93 por ciento de sus diputados. Es importante recordarlo para que se sepa con qué grado de apoyo el Gobierno de España está actuando, apoyo muy importante que agradecemos como Gobierno y que apreciamos para seguir trabajando en esta dirección. De la misma manera también quiero poner de manifiesto que la comunidad internacional está actuando con un grado amplísimo de consenso no solamente porque la Resolución 1973 fue a propuesta de la Liga Árabe, sino porque, por supuesto, la resolución se adoptó sin ningún voto en contra y porque además están presentes no solamente todos los miembros que componen el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, sino también organizaciones regionales tan importantes como la Liga Árabe, la Unión Africana, el Consejo de Cooperación del Golfo y la Conferencia Islámica, además de, por supuesto, la Unión Europea. Quiero decir que hay un alto grado de consenso afortunadamente político en nuestro país y un alto grado de consenso de la comunidad internacional, lo cual dota a dicha intervención y actuación de una enorme legitimidad. Aunque hay algunos diputados que han excusado su presencia, me gustaría contestar individualmente a algunas cuestiones y me van a permitir que, como han sido repetidas, pueda contestar también con carácter global. El señor Llamazares ha utilizado en varias ocasiones una expresión que no me gusta: cinismo humanitario. El cinismo humanitario no existe; o se presta ayuda humanitaria o no se presta, y España presta ayuda humanitaria. Además de intervenir con la comunidad internacional para frenar los ataques de Gadafi contra su propia población, estamos prestando ayuda humanitaria, y mucha. Me hubiera gustado oír alguna consideración sobre esto y no solamente alusiones al supuesto cinismo humanitario al que se refiere el señor Llamazares. La comunidad internacional no comete asesinatos selectivos. No puedo aceptar esa expresión. Toda la intervención de la coalición internacional se basa en la resolución de Naciones Unidas y los ataques que se están realizando están perfectamente aprobados en la Resolución 1973. Están centrados en capacidades y centros de mando y control usados por Gadafi para reprimir a la población civil

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y está demostrado que Gadafi, por la forma en que sitúa sus capacidades, está usando a población civil como escudos humanos. Por tanto, quiero recalcar la actuación ajustada a derecho de la coalición internacional en este momento y de la OTAN a la hora de proteger a la población civil y de evitar que Gadafi utilice sus capacidades militares para ir contra ella. Se nos ha preguntado en varias ocasiones por qué se interviene en unos países y en otros no. De la misma manera se tendría uno que preguntar por qué se defiende a unos países y a otros no. Si queremos utilizar la misma vara, hagámoslo con todos, pero no centremos nuestra atención única y exclusivamente en unos países y en otros no. Desde el Gobierno de España hemos apoyado –por cierto, desde el primer momento– a los ciudadanos que en distintos países han salido a la calle. ¿Qué se nos pide? ¿Que sin que hubiera ningún tipo de contestación ciudadana la comunidad internacional o determinados países acudieran para intervenir? Se ha intervenido cuando ha habido una manifestación ciudadana, gente en la calle, que ha pedido más libertad, más derechos y más democracia; y, sobre todo, se ha intervenido cuando se ha tratado de proteger a esos ciudadanos. Ha habido países donde se han manifestado pacíficamente. Esa es la gran diferencia. Se nos dice: ¿Por qué no se ha intervenido durante veinte, treinta o cuarenta años? Cuando ha habido posibilidad de apoyar movimientos ciudadanos –y no actuando de manera injerencista–, se ha hecho. Insisto, señora Fernández, en que ha habido países donde los ciudadanos se han manifestado de manera pacífica y no han sido reprimidos por sus gobiernos. Han salido miles de ciudadanos y han tenido la posibilidad de hacerlo. Muchos de estos gobiernos han acogido las protestas que la gente manifestaba en la calle y han iniciado procesos de reforma y han tomado la iniciativa. En el caso de Marruecos no ha habido represión contra los manifestantes en la calle y miles de ellos durante varios días han salido a la calle. Esa es la gran diferencia entre unos países y otros. Por tanto, no ha habido inmovilismo ni duda por parte del Gobierno de España. A mí personalmente me tocó afrontar todo este proceso de cambio y de reformas y he estado haciendo declaraciones desde el primer día apoyando los movimientos de los ciudadanos en la calle y pidiendo más reformas, más democracia, más derechos y más libertades. Además, tenemos que hacer un análisis positivo con carácter general de todo lo que viene ocurriendo. He querido diferenciar de manera expresa lo que está sucediendo en unos países y en otros. Efectivamente no es lo mismo Túnez que Egipto, ni es lo mismo Bahrein que Arabia Saudí, ni es lo mismo Jordania que Marruecos. Incluso estos dos países, a pesar de sus similitudes, son muy diferentes. Los procesos van a ser diferentes, la intensidad de las reformas va a ser diferente y la conflictividad va a ser diferente, pero se ha abierto un proceso de cambio y, antes o después, todos los gobernantes se van a ver obligados a iniciar algún tipo de reforma que va a culminar indefectiblemente en países más libres, justos y equilibrados, en suma, países más democráticos. No planteo un panorama idílico;

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en absoluto, soy consciente de las dificultades. Como decía el señor Pedret –y es muy interesante la reflexión que ha hecho–, estamos hablando de algo que se podría asimilar a la revolución francesa en el sentido de dar categoría de ciudadanos. Es interesante esa apreciación. No todos los países son idénticos, pero con carácter general sí hay algo de eso. Por ello, es justo valorar la intensidad del cambio y la profundidad –no todavía alcanzada– del proceso que en este momento se abre. Es importantísimo. Sobre el tema palestino, me sorprende que el señor Llamazares haga la consideración que ha hecho. Es importante valorar de manera positiva el hecho de que se haya logrado una reconciliación intrapalestina. Es un hecho de mucha importancia y así lo he valorado, pero no se puede olvidar, como ha señalado el señor De Arístegui, que para que funcione y se consolide la existencia de dos Estados, para que funcione y se consolide la reconciliación intrapalestina hay que cumplir con una serie de requisitos y exigencias. No es que yo ponga condiciones, es que son los requisitos y exigencias que se requieren para el funcionamiento y el establecimiento de los dos Estados. Estamos hablando de seguridad, estamos hablando de paz y del reconocimiento de los dos Estados por las dos partes, Israel y Palestina, pero estamos hablando también de una expresa renuncia a la violencia por parte de Hamás. Es algo razonable y lógico para que funcione el acuerdo. Tiene que ser así. Señora Fernández, le digo con todo respeto –como usted misma lo ha indicado en su propia intervención– que yo no haría las comparaciones que ha establecido entre algunos países; y mucho menos me atrevería a utilizar expresiones como masacre –que ya he oído en esta Comisión en otro momento– sin poner número de víctimas, cuándo y dónde encima de la mesa. Cuando se hace determinado tipo de afirmaciones es importante saber exactamente el número de víctimas, cuándo, dónde y cómo al hacer comparaciones con otros países. Me va a permitir que le diga –y ya contesto al señor Llamazares también– que la resolución que se acaba de aprobar con relación al Sáhara en Naciones Unidas ha sido aprobada por unanimidad. Esa resolución que el señor Llamazares lamenta –de nuevo, ¡qué casualidad!– ha sido aprobada por unanimidad por el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, donde hay países tan diferentes como Francia, Alemania, Rusia, China y Sudáfrica. Este último ha reconocido a la RASD, la República Árabe Saharaui Democrática, y ha aprobado la resolución por unanimidad –esa que le causa tanta decepción al señor Llamazares– para renovar el mandato de la Minurso. Por tanto, situemos cada tema en su justa dimensión, en el papel que estamos jugando a nivel internacional y en lo que estamos haciendo. España está jugando un papel muy constructivo y positivo porque nos importa tanto como al señor Llamazares, al señor Tardà o a la señora Fernández que se llegue a un acuerdo y a un entendimiento con el pueblo saharaui, entre el Frente Polisario y Marruecos para conseguir una solución justa y duradera y que dé

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respuesta a las legítimas aspiraciones del pueblo saharaui. Insisto en que se ha aprobado por unanimidad. En relación con lo que ha manifestado el señor Xuclà, puedo coincidir con la inmensa mayoría de las afirmaciones que ha realizado, sobre todo en el análisis que hace de mirar al futuro y pensar cuál es el papel que deben jugar no solamente España sino la comunidad internacional y, de forma especial, la Unión Europea. Quisiera aprovechar para señalar no solo el papel que tiene que jugar la Unión Europea fortaleciendo los acuerdos de asociación o de estatus avanzado que tiene que firmar la Unión Europea con los distintos países que empiezan en este momento sus procesos democráticos, sino para involucrar e implicar a la Unión Europea para que juegue un papel más activo, más comprometido, más cómplice con la región, tanto desde el punto de vista político como financiero. Vuelvo a reiterar que es fundamental que para que estos procesos democráticos salgan adelante y se consoliden haya también un apoyo económico y financiero que dé una respuesta a las expectativas legítimas de los ciudadanos que están esperando algo más. También quería subrayarle al señor Xuclà que coincido en el planteamiento que hace sobre la Unión para el Mediterráneo y la política euromediterránea. Este es el eje vertebral de lo que tiene que defender España en el seno de Europa, del papel que siempre ha jugado y de lo que siempre hemos defendido. Es verdad que se puso en marcha el proceso de Barcelona que funcionaba muy bien y que, en un determinado momento, por distintas razones se decidió dar el paso para poner en marcha la Unión para el Mediterráneo; pero hoy se han demostrado sus limitaciones. El hecho de que la unión mediterránea esté condicionada por el conflicto de Oriente Medio ha bloqueado el propio funcionamiento y el propio instrumento. ¿Cuál es la apuesta que queremos hacer? Comunitarizar la propia Unión para el Mediterráneo y devolver las capacidades a la Unión Europea para que ésta haga más activo dicho instrumento. También hay que decir que, en todo caso, tiene aprobado un presupuesto y una serie de proyectos o iniciativas aprobadas en París que están en este momento implementándose. Es verdad que desde el punto de vista político no hemos podido reunirnos, pero desde el punto de vista práctico y operativo está en funcionamiento. En todo caso, comparto la reflexión que han hecho todos los grupos políticos, también desde el Partido Popular, en el sentido de que la Unión para el Mediterráneo tiene que ser un instrumento que resulte mucho más fortalecido, que sea más útil, con más capacidades y que, sobre todo, se convierta en el verdadero instrumento para la cooperación euromediterránea. Aunque en la Comisión Mixta el secretario de Estado de Asuntos Exteriores ya ha comparecido para hablar sobre la Unión para el Mediterráneo, estoy dispuesta a convocar una sesión, como ha pedido el señor De Arístegui, para que abordemos de una manera más específica esta cuestión y ver el instrumento de forma mucho más prolija. En relación con Turquía, que también ha mencionado el señor Xuclà, quiero poner de manifiesto que comparto el análisis que Turquía está jugando cada vez más un papel de mayor liderazgo. Es verdad que hay razones históricas y geoestratégicas

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que también le permiten jugar ese papel, incluso razones de modelo social, de modelo político, que les permite ir más allá, de fronteras, etcétera, pero, efectivamente, España por un lado y Turquía por otro pueden jugar un papel muy complementario a la hora de ayudar y acompañar todos estos procesos. Quiero hacer una precisión también al señor Xuclà. No he equiparado el diálogo intra– palestino con el proceso de reconciliación que se ha logrado en Túnez o Egipto. He dicho que me gustaría que fuera; que me gustaría que pudiera jugarse ese papel, pero evidentemente hay que cumplir con las condiciones que antes he expuesto. En relación con la intervención del señor De Arístegui, quisiera decirle que aprecio de una manera especial la intervención que ha tenido, y agradezco de una manera especial la posición que en todo este proceso ha mantenido el Partido Popular. Estamos ante un asunto de la suficiente trascendencia, complejidad y envergadura como para que hayamos podido convertir todo este debate en política de Estado. Por lo tanto, quiero aprovechar esta comparecencia para agradecerle su intervención y la actitud que en todo momento ha mantenido el Partido Popular en este proceso. Coincido con usted, señor De Arístegui, en que hay en todo este proceso de fondo un grito de libertad de los ciudadanos, y tenemos que estar muy atentos para poder cumplir las expectativas de poder no solo oír ese grito de libertad sino de dar satisfacción a ese grito de libertad. Insisto, no veo un panorama idílico pero sí un enorme potencial y enormes oportunidades. Y lo estamos viendo. Egipto es un país de ochenta millones de ciudadanos que, por primera vez, va a celebrar elecciones legislativas y presidenciales libres después de más de treinta años. Esto significa algo, o mejor dicho, significa mucho, y tiene un gran efecto en el resto de los países. Ya me gustaría que en Yemen o en Bahrein o en otros países se hubiera producido una mayor agilidad en esos procesos de cambio y una mayor generosidad por parte de los líderes, pero antes o después estoy convencida de que llegará, porque la gente ha perdido el miedo a salir a la calle por mucho que les repriman; y, precisamente, donde más les reprimen más salen a la calle. Por eso tenemos que estar tan atentos, y por eso también tomamos la decisión en la comunidad internacional de frenar a Gadafi. ¿Sabe cuándo tomamos la decisión o cuándo la comunidad internacional pensó que tenía que intervenir? Cuando Gadafi dijo: no vamos a atender los planteamientos de los opositores en la calle; los vamos a matar como a perros. Así dijo. Otros dirigentes, por lo menos, han tenido la prudencia de no utilizar determinadas expresiones. Y ese mismo día murieron doscientas personas en la calle; doscientas. ¿Se puede ser mejor? Siempre se puede mejorar, y la comunidad internacional siempre tiene que mejorar su mecanismo de gestión, de decisión, de intervención; siempre. Pero, desde luego, lo único que no podíamos hacer era quedarnos parados, porque si no el mensaje hubiera sido el que me transmitió un joven egipcio de los que participaron en las revueltas de la plaza Tahrir. Antes de que se adoptara la Resolución 1973 me dijo una noche en El Cairo: ¿A qué están esperando para hacer algo? Y yo le dije que la comunidad internacional necesitaba

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un tiempo para ponerse de acuerdo. Y él me dijo: ¿No se dan cuenta de que si no hacen algo el mensaje que se lanza a todos los dirigentes de estos países es que pueden impunemente matar a su población y nadie va a reaccionar? Había algo más en la Resolución 1973, aparte de intentar frenar a Gadafi que estaba determinado a ampliar la fuerza militar contra su propia población. Era ese mensaje que aunque en algunos casos no haya tenido la eficacia que nos hubiera gustado, como es el caso de la represión violenta de Siria, la situación hubiera sido mucho peor si no existiera esa resolución y si no existiera esta vigilancia internacional que existe en la actualidad. Esa es la diferencia. En relación con lo que planteaba el portavoz del Grupo Popular sobre Irán tiene razón. Irán es un elemento fundamental y clave que tendríamos que tratar también. En Irán se han quedado tan desconcertados por los movimientos de cambio y las manifestaciones en la calle como el conjunto del mundo. Es paradójico que mientras que alentaban algunos procesos de cambio y a algunos manifestantes en la calle –porque lo han alentado– lo reprimían en su propio país. La posición de la Unión Europea y la comunidad internacional en su conjunto sobre Irán es muy clara y el régimen de sanciones impuesto a Irán por parte de la Unión Europea y Estados Unidos es muy duro, muy claro. Y esa misma actitud de firmeza y de dureza vamos a mantener. Es un régimen donde se violan gravemente los derechos humanos y los derechos fundamentales. Por tanto, vamos a seguir trabajando desde la comunidad internacional igual que vamos a seguir trabajando en Afganistán como lo hemos venido haciendo hasta el momento, no va a cambiar en nada nuestra estrategia por el hecho de que se haya matado a Bin Laden. Creo que tenemos que seguir muy vigilantes en la lucha contra el terrorismo internacional, muy vigilantes. Y aquí es fundamental que mantengamos la coordinación, la unidad, la coherencia, y en Afganistán sobre todo garantizar que el proceso de transición es un éxito y que la estabilidad y la paz que se persigue en dicho país se consolide. Hay muchos temas que pueden ser objeto de reflexión sobre el papel de los islamistas o de otras organizaciones sobre cómo se van consolidando, sobre los riesgos... En un proceso de cambio de tanta envergadura, evidentemente, existen riesgos. Por ello es tan importante que trabajemos de manera coordinada, no solamente desde la política, sino también desde la sociedad civil. Por eso hemos querido dar entrada a las organizaciones no gubernamentales, por eso hemos querido hacer tan presente la ayuda humanitaria, la cooperación al desarrollo, porque de verdad es fundamental que los ciudadanos de otros países perciban que las sociedades, más allá de la política, están presentes en esos procesos y los están acompañando. Quiero agradecer al señor Pedret su intervención, que además me ha ayudado porque es muy complementaria a la que yo misma he venido realizando, y también su reflexión en el sentido de que nada de lo que pasa en el Mediterráneo –y creo que coincidimos todos– nos puede resultar ajeno, y a España de una manera especial. El señor Pedret hace mucho hincapié en la necesidad de articular no

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solamente nuevos mecanismos sino que el instrumento, que es la Unión por el Mediterráneo, se convierta en eficaz y útil; ese es el objetivo con el que estamos trabajando desde el Ministerio de Asuntos Exteriores, desde el Gobierno, con otros socios europeos y mediterráneos. Sobre la vecindad mediterránea, como le he oído hablar de la condicionalidad, me va a permitir que le añada condicionalidad inteligente. Porque condicionalidades todas las que sean necesarias, pero que sea inteligente para que no bloqueemos el proceso de ayuda que la Unión Europea tiene que depositar en estos país, porque si no resultaría paradójico que ahora que Túnez y Egipto inician sus procesos de cambio –que han recibido ayudas en el pasado– les resulte más difícil conseguir las ayudas ahora que inician sus procesos de reforma. Creo que es interesante ver de qué manera se relaciona la Unión Europea con estos países y nosotros –desde la posición del Gobierno de España de cercanía, de especial vínculo y de especial relación con todos estos países– deberíamos tener un cierto liderazgo para ver qué tipo de apoyo quieren, porque hay una cosa que me queda bastante clara: aquí nadie quiere que les demos lecciones a otros. Su señoría, que ha estado en Túnez, ha podido comprobar el recelo con el que se mira a otros países porque no quieren que nadie le imponga nada a nadie. Por eso, cuando el señor Llamazares dice que hemos asumido y hemos estado en el proceso de reforma para controlar el futuro, me parece un insulto a la inteligencia de estas sociedades, de estos ciudadanos y de estos países. Les tengo demasiado respeto como para pensar que alguien les puede decir a estas alturas lo que tienen o lo que no tienen que hacer. Quiero hacer referencia a una cuestión que ha planteado el señor Tardà en relación con la flotilla de Gaza. En primer lugar, tengo que decir que el Gobierno de España fue muy claro en su condena rotunda y firme al ataque a la flotilla que se produjo hace un año. En segundo lugar, los organizadores de la flotilla han sido recibidos por el Ministerio de Asuntos Exteriores a nivel de director general, quien les ha transmitido nuestra posición, nuestra impresión y nuestra recomendación. Por un lado, desde la Unión Europea estamos trabajando intensamente para abrir y desbloquear el paso en Gaza –se han logrado algunos avances y esperamos que se puedan lograr más en el futuro–, que lo acaba de hacer Egipto, y además estamos en un momento en que se ha producido la reconciliación intrapalestina que seguramente va a facilitar que el paso de Gaza se vea abierto. A veces hay que evaluar si estamos ayudando o estamos generando mayor tensión o mayor conflicto. Sé que la intención es ayudar al desbloqueo de Gaza y a que llegue la ayuda humanitaria a Gaza, pero deberíamos hablar con todos los actores en la zona para que realmente sepamos si ayudamos o no. Si se trata de ser útiles, ver si somos útiles en desbloquear la llegada de la ayuda humanitaria a Gaza en este momento, en este preciso instante, teniendo en cuenta todas las circunstancias con las que tenemos que contar en este momento, teniendo presente que para España la posición siempre ha sido muy clara. Es clara nuestra posición contra la ocupación y sobre la necesidad de garantizar la llegada de bienes y personas desde y hacia la franja de Gaza,

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siempre lo hemos dicho. Es clara, clarísima, no hay ningún tipo de duda; hemos condenado el ataque a la flotilla clara y rotundamente, pero hay que saber cómo se pueden conseguir estos objetivos de manera razonable y útil para la población que está allí en unas condiciones muy difíciles. Creo que de esta manera, presidente, contesto a las cuestiones que se me han planteado, pero estoy dispuesta a hacer cualquier aclaración.

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La señora MINISTRA DE ASUNTOS EXTERIORES Y DE COOPERACIÓN (Jiménez García-Herrera): Como efectivamente el debate ha sido muy interesante y está agotado, solamente quisiera hacer algún comentario breve. En primer lugar, aunque ya no está la señora Fernández, sí quiero volverle a reiterar que tiene que diferenciar cuando habla de un país y de otro, tiene que diferenciar analizando exactamente cuál es la situación de un país y de otro. Cuando se empeña en hablar del Sáhara, hay que recordarle que hay no solamente resoluciones del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, sino que el pueblo saharaui, a través del Frente Polisario, y el Gobierno de Marruecos están hablando. Por tanto, dejemos que sigan hablando. Se va a producir la próxima ronda de negociaciones, la sexta en menos de un año. Dejemos que ellos, que son los protagonistas, sigan hablando. Desde luego, España está teniendo un papel muy activo dentro del grupo de amigos, un papel constructivo y positivo. Vuelvo a reiterar lo que he dicho anteriormente, la resolución renovando el mandato de la Minurso fue aprobada por unanimidad. Después de lo que estamos viendo, no me diga que la gente no sale a la calle cuando hay mucha represión. Represión o intentos de represión ha habido prácticamente en todos los países, en algunos con mucha intensidad, como la sigue habiendo ahora, y la gente sale a la calle. Por lo tanto, no me diga que hay países como Marruecos en que la gente tiene miedo de salir a la calle cuando tenemos miles de personas en la calle casi todos los días. Respecto de la pregunta del señor De Arístegui sobre cuáles son los escenarios posibles en Libia, es complicado responderle en este momento. El escenario con el que trabaja la comunidad internacional es que una vez que se ha consolidado la vigilancia del embargo de armas, el establecimiento de la zona de exclusión aérea, sabemos que la solución no es militar, no puede serlo porque está excluido de manera expresa que haya una fuerza de ocupación extranjera en la resolución 1973. Por tanto, la solución tiene que ser política, y ahora donde tenemos concentrados todos nuestros esfuerzos es en lograr, a través de la presión política y diplomática, que Gadafi abandone el poder. Para ello estamos dialogando, intensificando la interlocución con el Consejo Nacional de Transición Libio, viendo la ayuda que le podemos prestar, por supuesto, aumentando la ayuda humanitaria, pero, sobre todo, estamos intensificando los esfuerzos para convencer a Gadafi y a su entorno de que la única solución posible pasa por que él abandone el poder. ¿Cuál es la segunda fase del proceso? La segunda fase del proceso es que

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haya un gobierno de transición de unidad nacional que sea lo más inclusivo posible porque hay que evitar la partición del país, donde no solamente esté el Consejo Nacional de Transición sino donde también estén presentes otros sectores –es una estructura social muy tribal la que hay en este país–, que tendrán que participar para preparar todo el proceso que pueda conducir a unas elecciones. Ese es el escenario en el que trabaja la comunidad internacional. Es ahí donde estamos ahora intensificando todos nuestros esfuerzos. Es el mensaje que llevamos mañana y los parámetros con los que está trabajando la comunidad internacional. De hecho, es lo que tenemos en la agenda como punto de debate en este momento. Es ahí donde nosotros queremos aportar nuestra mayor posibilidad y nuestra mayor capacidad y donde los socios van a apreciar más nuestra participación. El mensaje de que por la vía militar Gadafi ya no puede conseguir nada ha quedado muy claro, y ahora lo que tiene que hacer es abandonar el poder para facilitar que haya un proceso de reconciliación nacional, un nuevo cambio y un proceso de reforma en el país. Me van a permitir que ahora que estamos hablando todavía de Libia haga una mención especial al fotoperiodista que está detenido en una prisión militar de Trípoli, Manuel Bravo. Quiero señalar que aunque estamos haciendo gestiones, que siempre tienen que ser discretas, estamos trabajando intensamente desde el Gobierno para lograr su liberación. Quería hacer hoy esta mención expresa a la situación que vive y también lanzar un mensaje de confianza a su familia. No puedo añadir mucho más a lo que señalaba el señor Pedret. Es verdad que ese mensaje de hasta aquí hemos llegado nos tiene que recordar a todos que hay un determinado momento en que los pueblos deciden lanzarse a la calle, y si antes tenían miedo de hacerlo, ahora los que tienen miedo de que los ciudadanos salgan a la calle son los gobiernos. Esa es la diferencia y es lo que supone un cambio radical en el proceso que estamos viviendo. Muchas gracias.

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COMPARECENCIA ANTE EL PLENO DEL SENADO, PARA RESPONDER A LA PREGUNTA DEL SENADOR IÑAKI MIRENA ANASAGASTI OLABEAGA, DEL GRUPO PARLAMENTARIO DE SENADORES NACIONALISTAS, SOBRE LO QUE ESTÁ HACIENDO EL GOBIERNO ANTE LA NUEVA SITUACIÓN PLANTEADA EN MARRUECOS, PARA QUE EN EL SÁHARA OCCIDENTAL HAYA UNA SALIDA URGENTE Y DEMOCRÁTICA (BOCG núm. 124, de 7 de junio de 2011) La señora MINISTRA DE ASUNTOS EXTERIORES Y DE COOPERACIÓN (Jiménez García-Herrera): Muchas gracias, señor presidente. Señoría, como sabe muy bien, la solución del conflicto del Sáhara Occidental es una prioridad de la política exterior española. Quizás ningún otro país haya invertido más esfuerzo, más energía, más dedicación en ello que el nuestro, y le aseguro que lo vamos a seguir haciendo. Y más en este contexto al que usted hace referencia, que yo creo que abre nuevas oportunidades. ¿Qué está haciendo el Gobierno de España en estos momentos? En primer lugar, como también señalaba su señoría, seguir apoyando los esfuerzos de Naciones Unidas, en particular los del enviado personal de su secretario general, tanto a nivel político como a nivel logístico. En segundo lugar, defender el papel de la Minurso y su acceso inmediato y sin trabas al territorio del Sáhara Occidental, lo cual constituye una novedad importante en la resolución de este año. En tercer lugar, promover una mejora de la situación de los derechos humanos en la dirección de lo aprobado en este Parlamento, como recoge por primera vez la resolución. Y por último, mantener de manera permanente la interlocución con las partes del conflicto y los actores regionales impulsando el mantenimiento y la ampliación de las medidas de fomento de la confianza. Como le decía al principio, señoría, coincido con usted en que el impulso democrático y reformador actual en la región hace más urgente la solución, e incluso yo diría que mejora notablemente las posibilidades de conseguirlo. Muchas gracias.

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La señora MINISTRA DE ASUNTOS EXTERIORES Y DE COOPERACIÓN (Jiménez García-Herrera): Muchas gracias, señor presidente. Señoría, la comunidad internacional y la Unión Europea están llevando a cabo un importante trabajo en la búsqueda de una solución política y acordada al conflicto. También el Gobierno de España está realizando una importante labor.

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Hay que reconocer que en el caso del Gobierno de Marruecos, en este último momento se están debatiendo y aprobando las reformas constitucionales que irán seguidas de un referéndum constitucional que provocará un cambio importante en la dirección de profundizar en su democracia y en la institucionalidad democrática. Pero, además, me van a permitir sus señorías que haga referencia a la importancia de los avances que se han producido en estos últimos meses, sobre todo tras la aprobación de la última resolución del Consejo de Seguridad relativa al Sáhara Occidental. Se ha aprobado por unanimidad, lo cual es un dato importante; se ha aprobado, además, tras el consenso previo del Grupo de Amigos en el que está siempre España y que juega un papel importante, junto con otros actores regionales, como Argelia, Francia, Estados Unidos o Rusia. Además, el Gobierno trabaja para tener un papel positivo que contribuya al proceso negociador.

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La señora MINISTRA DE ASUNTOS EXTERIORES Y DE COOPERACIÓN (Jiménez García-Herrera): Se han intensificado las reuniones informales del enviado personal con las partes, animándolas a que busquen una salida al actual estancamiento. Y a propuesta de España también se va a elaborar un informe semestral manteniendo la comunidad internacional sobre el conflicto. Señoría, también la resolución menciona expresamente al Consejo Nacional de Derechos Humanos marroquí. Quiero decir que se han producido y se están produciendo avances. Dejémosles, pues, para que con los frutos que están logrando puedan desarrollar su propia solución, siempre con el acuerdo necesario y bajo el paraguas de Naciones Unidas en este momento y de la comunidad internacional. Muchísimas gracias.

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COMPARECENCIA ANTE EL PLENO DEL SENADO, PARA RESPONDER A LA PREGUNTA DEL SENADOR ALEJANDRO MUÑOZ-ALONSO LEDO, DEL GRUPO PARLAMENTARIO POPULAR, SOBRE LA VALORACIÓN DEL GOBIERNO EN RELACIÓN CON LA REUNIÓN QUE MANTUVIERON, EL PASADO 5 DE MAYO, EL SECRETARIO GENERAL DE LA PRESIDENCIA DEL GOBIERNO Y EL MINISTRO PRINCIPAL DE GIBRALTAR (BOCG núm. 124, de 7 de junio de 2011) La señora MINISTRA DE ASUNTOS EXTERIORES Y DE COOPERACIÓN (Jiménez García-Herrera): Muchas gracias, señor presidente. Señoría, el secretario general de Presidencia no acudió a ese encuentro, al que usted hace referencia en su pregunta, como representante del Ejecutivo. Fue un encuentro de carácter informal y, por tanto, el Gobierno no va a entrar en otro tipo de valoraciones más allá que el de reafirmar su posición de siempre, que usted conoce bien, puesto que, como sabe su señoría, todo lo relativo a Gibraltar es un asunto de Estado. Por tanto, insisto en ello: encuentro informal, no representación del Ejecutivo y, por tanto, no es necesario hacer ningún tipo de valoración. Muchas gracias.

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La señora MINISTRA DE ASUNTOS EXTERIORES Y DE COOPERACIÓN (Jiménez García-Herrera): Muchas gracias, señor presidente. Señoría, vuelve a hacer un relato bastante inexacto y poco riguroso de los hechos. No hay excusas por mi parte, simplemente, le relato las cosas tal y como ocurrieron. Encuentro informal y sin representación por parte del Ejecutivo. La política española en relación con Gibraltar tiene como objetivo principal y único la recuperación por parte de España de la soberanía sobre dicho territorio. Y ese objetivo se ha compartido por todos los Gobiernos de España, sin excepción, y, por supuesto, también por el actual. Y usted lo sabe, señoría. No solo se ha compartido el objetivo, sino también la vía más adecuada para alcanzarlo, al considerar este Gobierno, como los anteriores, que los temas relativos a la soberanía acerca de Gibraltar constituyen un asunto exclusivamente bilateral entre el Reino Unido y España, teniendo un cauce específico, señoría, que todos conocemos, el Proceso de Bruselas. Contamos con el respaldo constante de las resoluciones y decisiones de Naciones Unidas, ámbito en el que el Gobierno de España sigue manteniendo

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con firmeza nuestra posición en el seno del Comité de Descolonización, como su señoría conoce. La contundencia del Gobierno en la defensa de nuestra posición también se ha manifestado en el foro de diálogo, en el que se ha dejado muy claro a los otros dos participantes que España considera inaceptable cualquier intento por parte de Gibraltar de utilizar el foro para convertirse en interlocutor en una controversia relativa a la soberanía y la jurisdicción sobre las aguas adyacentes al Peñón, que corresponde, exclusivamente, al Reino Unido y a España. La firmeza del Gobierno ha quedado igualmente patente en el ámbito jurisdiccional –su señoría ha hecho referencia a ello–, como lo demuestran los recientes autos del Tribunal General de la Unión Europea, que consideran inadmisibles, como defendían la Comisión Europea y España, sendos recursos interpuestos por Gibraltar y el Reino Unido contra la designación del lugar de interés comunitario español, Estrecho Oriental, en las aguas adyacentes al Peñón. Por lo tanto, señoría, vuelvo a ser muy contundente al respecto.

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La señora MINISTRA DE ASUNTOS EXTERIORES Y DE COOPERACIÓN (Jiménez García-Herrera): El Gobierno de España no ha cedido nada ni ha abordado con las autoridades gibraltareñas los asuntos relativos a la soberanía y, desde luego, tampoco en el transcurso del encuentro informal, sobre el que versa la pregunta. Muchas gracias.

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COMPARECENCIA ANTE EL PLENO DEL SENADO, PARA RESPONDER A LA PREGUNTA DEL SENADOR JOAN SABATÉ BORRÀS, DEL GRUPO PARLAMENTARIO ENTESA CATALANA DE PROGRÉS, SOBRE LA VALORACIÓN DEL GOBIERNO EN RELACIÓN CON LA DETENCIÓN DEL EX GENERAL RATKO MLADIC Y SU ENTREGA AL TRIBUNAL PENAL INTERNACIONAL PARA LA ANTIGUA YUGOSLAVIA (BOCG núm. 124, de 7 de junio de 2011 La señora MINISTRA DE ASUNTOS EXTERIORES Y DE COOPERACIÓN (Jiménez García-Herrera): Muchas gracias, señor presidente. Señoría, el Gobierno ha felicitado públicamente a las autoridades de la República de Serbia por la reciente detención del general serbiobosnio Ratko Mladic, acusado de graves crímenes de guerra por la Fiscalía del Tribunal Penal Internacional para la antigua exYugoslavia, como su señoría acaba de recordar. Se trata, sin duda, de una noticia que valoramos muy positivamente, en primer lugar, porque pone de manifiesto el firme compromiso del Gobierno serbio en la cooperación con este Tribunal Penal Internacional, y, en segundo lugar, porque supone un paso más en el proceso de acercamiento de Serbia a la Unión Europea. Precisamente, la semana próxima tengo previsto viajar a este país y reunirme con el presidente Tadic, también con el primer ministro y con el viceprimer ministro, encargado además de la integración europea, así como también con mi homólogo serbio, el ministro de asuntos exteriores, Vuk Jeremic. Será una buena ocasión, señoría, para reconocer y apoyar los importantes esfuerzos y el firme compromiso del presidente Tadic por el horizonte europeo del país. Como su señoría sabe, España es partidaria de los procesos de adhesión, especialmente con los países que forman parte de nuestra vecindad inmediata, y consideramos que Europa se juega en gran medida su credibilidad en este terreno. En relación con los Balcanes occidentales, el compromiso de España va a continuar siendo firme y claro. Consideramos que esta década debe ser la de la integración de la región balcánica en la Unión Europea, contribuyendo así a cerrar una página dolorosa de la historia de nuestro continente. Es verdad que en el año 2010, señoría, se dieron notables avances en relación con Serbia: se completó la eliminación del requisito de visado en diciembre de 2009; se produjo la entrada en vigor del ámbito comercial del Acuerdo de Estabilización y Asociación, que ha sido ya ratificado por dieciocho Estados miembros; la solicitud oficial de adhesión a la Unión Europea por parte de Serbia se ha podido producir hace algunos meses; y en este sentido 2011 debería ser igualmente un año de avances en el proceso de integración europea de la región, con la posible concesión del estatus de país candidato a Serbia.

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En este contexto, como hemos manifestado en otras ocasiones, España va a apoyar en el Consejo de la Unión Europea una decisión positiva en este sentido, lo saben las autoridades serbias y la Comisión, porque constituiría junto a otros acontecimientos, como la inminente culminación del proceso de adhesión de Croacia, un buen mensaje para la región, que va a fortalecer también el papel de estabilizador que tiene la Unión Europea y que debe tener aún más en el futuro. Muchas gracias.

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COMPARECENCIA ANTE EL PLENO DEL SENADO, PARA RESPONDER A LA PREGUNTA DEL SENADOR FRANCISCO VALLEJO SERRANO, DEL GRUPO PARLAMENTARIO SOCIALISTA, SOBRE LA VALORACIÓN DEL GOBIERNO SOBRE EL ESTADO DE LAS RELACIONES CON AMÉRICA LATINA (BOCG núm. 124, de 7 de junio de 2011 La señora MINISTRA DE ASUNTOS EXTERIORES Y DE COOPERACIÓN (Jiménez García-Herrera): Gracias, señor presidente. Señoría, efectivamente, es evidente que la relación con América Latina es una prioridad para nuestro país y lo ha sido también en todos los Gobiernos que hemos tenido en España. Iberoamérica no solo forma parte de nuestra identidad sino que en los últimos años el fuerte compromiso de la cooperación española con el desarrollo y la lucha contra la pobreza y, por qué no decirlo, el espectacular despliegue de nuestras empresas e inversiones en la región han enriquecido e intensificado nuestras relaciones en todos los ámbitos. Por tanto, tenemos una relación estrecha e intensa, repito, en todos los ámbitos. Es verdad, como usted también ha señalado, que en los últimos años se han redoblado nuestros esfuerzos hacia Iberoamérica en una apuesta decidida y ambiciosa de nuestra política exterior; de hecho, España ha sido uno de los pocos países, quizás el único, que ha diseñado y puesto en marcha una política global hacia América Latina. Y nuestro trabajo, serio y continuado, nos ha permitido además adquirir un peso específico en los asuntos iberoamericanos. Cuando hablamos con nuestros socios tenemos un valor añadido por nuestra relación privilegiada con el conjunto de los países de la región, y así lo he podido constatar también en los innumerables viajes que he realizado, el último de ellos, como ha señalado, a Méjico y Brasil, dos países que son socios estratégicos de España, donde se ha puesto de manifiesto el excelente estado de nuestras relaciones. Además, en los próximos meses, España va participar en dos eventos importantes que ponen en valor una vez más nuestro especial vínculo con la región. Me refiero, por un lado, a la celebración de la Conferencia de Seguridad Centroamericana, que va a tener lugar en Guatemala los días 22 y 23 de junio, una iniciativa que refuerza la integración regional, que es algo que siempre hemos defendido y a la que España ha contribuido por ser un tema fundamental de la cooperación española con una aportación de 150 millones de euros. Y, por otro lado, vamos a estar presentes en los actos conmemorativos del XX aniversario de las Cumbres

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Iberoamericanas, que ha sido una iniciativa que ha conseguido consolidar un acervo iberoamericano muy significativo y desde luego muy importante para el fortalecimiento de las relaciones. En fin, señorías, Iberoamérica es y debe seguir siendo un espacio natural de presencia y de acción para España porque compartimos un pasado, una historia, una cultura y, por tanto, una identidad común pero, sobre todo, porque estamos ante la oportunidad de compartir un futuro, algo que no hemos hecho hasta ahora, para proyectar nuestra relación más allá de lo que hemos venido haciendo hasta el momento, sobre todo teniendo en cuenta algo que su señoría ha puesto de manifiesto: el enorme crecimiento de los países de la región, su estabilidad democrática, su estabilidad económica, su estabilidad financiera. Y soy de las que piensan que nuestro vínculo profundo con América Latina es lo que hoy da sentido y refuerza nuestra posición en el escenario internacional. Por ello, más allá de preservar y seguir fortaleciendo la presencia de España en la región, nuestra política exterior está decidida a promover el papel de Iberoamérica en el concierto internacional para hacer frente a los desafíos y a los retos globales. Muchas gracias.

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COMPARECENCIA ANTE EL PLENO DEL SENADO, PARA RESPONDER A LA PREGUNTA DEL SENADOR PERE SAMPOL I MAS, DEL GRUPO PARLAMENTARIO MIXTO, SOBRE EL CRITERIO DEL GOBIERNO EN RELACIÓN CON LA TORTURA, EL ASESINATO POLÍTICO Y LOS DERECHOS HUMANOS (BOCG núm. 124, de 7 de junio de 2011 La señora MINISTRA DE ASUNTOS EXTERIORES Y DE COOPERACIÓN (Jiménez García-Herrera): Muchas gracias, señor presidente. Señor Sampol, en primer lugar, quiero desearle todo lo mejor en esta nueva etapa que comienza. Quiero decirle que le reconozco y le admiro en el planteamiento de sus convicciones y tenga la plena seguridad de que esas mismas convicciones democráticas y de defensa del Estado de derecho las tiene este Gobierno. Señoría, el Gobierno rechaza y condena sin paliativos el uso de la tortura y otros tratos o penas crueles, inhumanas y degradantes y rechaza sin condenas, sin paliativos el asesinato político. Ha hecho referencia al caso concreto de la operación contra el terrorismo de Bin Laden y también al presidente del Gobierno. Le tengo que decir que lo que hizo el presidente fue manifestar su satisfacción –compartida además por gran parte de los países de todo el mundo– por el resultado de una operación antiterrorista que fue que la persona responsable de miles de asesinatos, de heridos y de familias destrozadas no volviera a cometer un solo crimen más. Satisfacción, señoría, por un lado, por lo que significa de paso decisivo y determinante en la lucha contra el terrorismo de al–Qaeda y satisfacción, por otro, porque va muy ligada al recuerdo inseparable de las víctimas causadas por horribles atentados que todos seguimos recordando. Es verdad, señor Sampol, que nos hubiera gustado, como usted mismo ha puesto de manifiesto, que Bin Laden, como todo terrorista, por muy abyectos que sean sus crímenes, hubiera respondido ante la justicia, pero también es cierto que la comunidad internacional ha valorado de manera prácticamente unánime esta noticia porque estaba enmarcada dentro de una operación antiterrorista y por lo que supone en términos de avance –muy importante– en la lucha contra el terrorismo internacional. Señoría, coincido con usted en que en ningún caso se puede justificar el uso de la tortura para conseguir un fin, por mucho que este sea importante. No puede haber excepciones en el Estado democrático y la dignidad humana y la oportunidad de tener un juicio debe ser prioritaria para cualquier persona, como usted mismo señalaba, señoría, incluso para el más despiadado asesino. El Gobierno de España tiene la firme convicción de que el respeto de los derechos humanos y del Estado de derecho debe constituir el fundamento y límite de

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toda acción del Estado y de la comunidad internacional en la lucha contra el terrorismo. Este es el enfoque, señoría, que siempre hemos promovido en relación con la Estrategia global de Naciones Unidas contra el terrorismo, aprobada en septiembre del año 2006, y en cuya gestación nuestro país ha desempeñado un papel destacado. Quiero recordar que esta iniciativa de Naciones Unidas surgió en la Cumbre sobre Terrorismo, Democracia y Seguridad que se celebró en Madrid el día 10 de marzo del año 2005, justo un año después de los atentados terroristas del 11 de marzo. En aquella ocasión, señoría, hablábamos de que para vencer el terrorismo teníamos que hacer un esfuerzo de comprensión de la amenaza, teníamos que analizar y reflexionar sobre cuáles son las condiciones que hacen posible el fanatismo y el apoyo a la estrategia del terror. Hablábamos, señoría, de la necesidad de abordar las enormes fracturas económicas, políticas y sociales que afectan a muchas sociedades y que, en ocasiones, sirven de pretexto a la violencia terrorista. Hablábamos también, señoría, de la necesidad de actuar para superar el distanciamiento entre occidente y el mundo islámico. Hablábamos, en definitiva, de cómo propiciar un mundo más justo y más seguro, algo en lo que, señoría, estamos coincidiendo. Pues bien, esos objetivos, que todos compartimos, han sido los que han guiado la acción exterior del Gobierno en estos últimos siete años: en primer lugar, a través de una apuesta ambiciosa y decidida del Gobierno por articular una política de cooperación internacional al desarrollo que contribuya a la erradicación de la pobreza y a apoyar el cumplimiento de los Objetivos del Milenio. En este sentido, quiero recordar que España es el país de la OCDE que más ha aumentado su ayuda oficial al desarrollo desde el año 2004 hasta convertirse en la actualidad en uno de los principales donantes europeos y mundiales, un crecimiento que ha ido acompañado de una mejora en la calidad de la ayuda, apoyándose en el mayor peso de la cooperación no reembolsable y no condicionada. En segundo lugar, señoría, a través del compromiso del Gobierno con el multilateralismo eficaz y la defensa del papel protagonista de Naciones Unidas como órgano clave para la gobernanza mundial. El Gobierno está absolutamente convencido de que la mejor forma de enfrentarse a los retos globales, incluido el terrorismo internacional, es a través de un sistema multilateral que sea sólido, que sea eficiente y que esté legitimado en su actuación. En este sentido, Naciones Unidas sigue siendo el punto de referencia de cualquier esfuerzo multilateral. Por ello, fruto de este compromiso fundamental, España se ha convertido en el sexto contribuyente del sistema de Naciones Unidas y está plenamente comprometida en reforzar su eficacia. Pero, sobre todo, señoría, me quiero referir de manera especial al compromiso decidido del Gobierno en la promoción y protección de los derechos humanos, objeto de su interpelación. Precisamente la presentación el año pasado de la candidatura de España al Consejo de Derechos Humanos obedece a ese compromiso de nuestro país. Hoy, por primera vez, España es miembro de este consejo para el período 2010–2013, con el apoyo de 177 países.

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Además, entre 2004 y 2009 España multiplicó también por seis su contribución voluntaria a la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los derechos humanos, y actualmente, a pesar de la difícil situación económica, somos el noveno contribuyente a las actividades de esta oficina, que cumple un papel fundamental en la promoción y defensa de los derechos humanos. Es una agencia extraordinariamente eficiente para lograr el objetivo que compartimos. Por otra parte, a propuesta del Gobierno de España, la Comisión Internacional contra la Pena de Muerte se constituyó el pasado mes de octubre en Madrid, coincidiendo con la celebración del Día Mundial contra la Pena de Muerte. Señoría, a través de esta iniciativa española nos hemos propuesto contribuir a lograr en el año 2015 una moratoria de todos aquellos países que mantienen en sus ordenamientos la pena capital, así como su abolición universal respecto de menores y personas con discapacidad. También quiero referirme a nuestro compromiso contra la discriminación de la mujer y la violencia de género en el marco de las Naciones Unidas, que suele ser el grupo humano más desprotegido, con más problemas en materia de derechos humanos y respeto a derechos fundamentales. De hecho, España es el primer donante de ONU Mujeres y está a la cabeza de la aplicación de la Resolución 1325 sobre mujeres, paz y seguridad. Recientemente, como sabe su señoría, ha visitado nuestro país Michelle Bachelet, quien ha agradecido al presidente del Gobierno la contribución y el apoyo de España a ONU Mujeres. Pero permítame, señoría, que le informe con mayor detalle sobre la contribución internacional de nuestro país a la promoción y protección de los derechos humanos en los últimos años. En primer lugar, en relación con los instrumentos internacionales de derechos humanos en los que nuestro país es Estado parte. España es parte de la práctica totalidad de los instrumentos de derechos humanos en el marco de las Naciones Unidas, así como de la mayor parte de instrumentos similares de los diferentes organismos del sistema como es la Organización Internacional del Trabajo, la Organización de Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura. Entre los principales instrumentos internacionales ratificados por España se encuentran precisamente –y esto le puede interesar– el Protocolo facultativo a la Convención contra la tortura y otros tratos o penas crueles, inhumanas o degradantes, que fue ratificado por España en el año 2005, destinado a fomentar la prevención, y más recientemente, la Convención internacional para la protección de todas las personas contra las desapariciones forzosas, firmada en el año 2009. En segundo lugar, con relación a la contribución a iniciativas internacionales para la promoción y protección de los derechos humanos a través de la provisión de recursos humanos, técnicos y financieros. El Gobierno apoya las principales iniciativas internacionales para la protección y promoción de los derechos humanos. Concretamente quisiera destacar las siguientes iniciativas. En primer lugar, España constituyó en diciembre del 2006 un fondo fiduciario para la consecución de los

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Objetivos del Milenio en estrecha colaboración con el programa de las Naciones Unidas para el desarrollo, el PNUD, que lo administra por valor de 528 millones de euros, al que posteriormente realizamos una contribución adicional de 90 millones de euros. La segunda iniciativa, en un esfuerzo especial por combatir la discriminación por razón de género, es la contribución del Gobierno con 50 millones de euros a la creación en el 2009 del Fondo para la Igualdad entre los géneros, gestionado en la actualidad por ONU Mujeres. Tercera iniciativa. España, junto con Turquía, ha impulsado y apoya plenamente la Alianza de Civilizaciones –iniciativa respaldada por la Asamblea General de Naciones Unidas– como foro que tiene por objetivo contribuir a contrarrestar las tensiones, polarización y los extremismos dentro de cada sociedad y en sus relaciones con los demás, con un enfoque siempre de promoción y protección de los derechos humanos. Cuarta iniciativa. El Gobierno está firmemente comprometido con la promoción de la democracia en el mundo, particularmente mediante el apoyo de programas multilaterales a través de Naciones Unidas. España ha apoyado el Fondo de las Naciones Unidas para la democracia desde su contribución, convirtiéndose también aquí en uno de sus principales contribuyentes. Quinta iniciativa. El Gobierno ha mostrado su firme compromiso con la defensa de los derechos de los niños y las niñas, y de ello da cuenta en los últimos años por las contribuciones y el desarrollo de programas con Unicef. Sexta iniciativa. España es el primer contribuyente e impulsor de la Comisión Internacional contra la impunidad en Guatemala, establecida mediante acuerdo entre Naciones Unidas y el Gobierno de ese país, que ha sido respaldado por Naciones Unidas. Por último, el Gobierno apoya plenamente la negociación de un futuro instrumento para el establecimiento de normas internacionales comunes para la importación, exportación y transferencia de armas convencionales. Señoría, la cooperación de España con la Oficina del Alto Comisionado de Naciones Unidas Pro Derechos Humanos y el apoyo de sus actividades es otro eje fundamental de nuestra política exterior. Como ya he señalado, España es el noveno contribuyente a esa oficina. Más de la mitad de esta contribución es de libre disposición, pero el resto está destinado a actividades sobre el terreno –en Colombia, Guatemala, Bolivia, Haití, Irak, Afganistán y la República Democrática del Congo–; también en fondos temáticos, por ejemplo, protección de las víctimas de la tortura, poblaciones indígenas, lucha contra formas contemporáneas de esclavitud y Fondo especial del Protocolo facultativo a la Convención contra la tortura, y asimismo en otras áreas, entre las que se incluyen procedimientos especiales, violencia de género, personas con discapacidad. Igualmente, señoría, en relación con la cooperación de nuestro país con los procedimientos especiales establecidos por el Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas, quiero destacar la visita en los últimos años del Relator Especial

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sobre la tortura y otros tratos o penas crueles humanos y del Relator Especial sobre la promoción y aportación de los derechos humanos y las libertades fundamentales en la lucha contra el terrorismo. Pero, en términos generales, además, el Gobierno ha extendido una invitación permanente a todos los procedimientos especiales y da seguimiento a todas las recomendaciones emitidas tras las visitas. Por último, señoría, en relación con la cooperación de España con los órganos del tratado, también el Gobierno ha presentado recientemente los correspondientes informes periódicos al Comité contra la tortura y al Comité para la eliminación de la discriminación racial. España fue sometida en mayo del 2010 al mecanismo del examen periódico universal del Consejo de Derechos Humanos, en el que intervinieron 55 países y se formularon más de 130 reclamaciones, la mayoría de las cuales han sido aceptadas en nuestro país. En fin, señoría, en los asuntos que tienen que ver con la promoción y protección de los derechos humanos en todo el mundo, como ha podido comprobar, nuestra acción exterior se ha intensificado notablemente en los últimos años, especialmente mediante la acción en Naciones Unidas, que es lo que he pretendido poner en valor, señoría, para poner también de manifiesto que comparto el fondo de los argumentos que su señoría ha empleado en su intervención. Muchas gracias.

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La señora MINISTRA DE ASUNTOS EXTERIORES Y DE COOPERACIÓN (Jiménez García-Herrera): Muchas gracias, señor presidente. Señoría, yo tengo la obligación de responder aquí, en este Parlamento, a las responsabilidades que tenemos como Gobierno y a la gestión en la promoción y en la previsión del respeto de los derechos humanos. Por ello, quiero insistirle, señoría, en que el Gobierno defiende de manera decidida el respeto a los derechos humanos. Además del relato que le he hecho de los instrumentos de Naciones Unidas, quiero señalarle que hacemos una defensa de los derechos humanos como consecuencia de los valores que propugna nuestra Constitución, valores que han estado siempre presentes en la reflexión que ha hecho su señoría; valores que tiene también un marcado universalismo, porque estamos convencidos de que solamente mediante el respeto de los derechos y libertades, de la dignidad humana en definitiva, podemos lograr un mundo más próspero y en paz. Y fruto de esta convicción, de este compromiso, el Gobierno adoptó el Plan de Derechos Humanos en el año 2008. Ese plan lo presentamos en Naciones Unidas, lo dimos a conocer, lo desarrollamos, lo hemos abordado en los foros multilaterales y también en las reuniones bilaterales. Es verdad que me he referido de manera especial a las actuaciones en el ámbito de las Naciones Unidas, como los compromisos sobre cooperación al desarrollo –usted se ha referido a la pobreza, al cumplimiento de los Objetivos del Mile-

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nio–, la ratificación de los instrumentos internacionales –que es la preeminencia del Estado de Derecho–, la lucha contra la pena de muerte, la prevención de la tortura, la protección integral de todas las víctimas del terrorismo y la alianza de civilizaciones como mejor manera de poder lograr un mayor entendimiento, y por tanto respeto, entre las distintas sociedades. Pero el Plan de Derechos Humanos que elaboró el Gobierno en el año 2008 también prevé actuaciones en el marco de la Unión Europea; hay medidas de protección de los derechos en el ámbito institucional, pero también en el ámbito de las relaciones exteriores de defensa y de cooperación; también para el desarrollo de los espacios de libertad, seguridad y justicia en el marco de la política medioambiental europea y en el ámbito de los derechos sociales. Es decir, que hemos hecho el esfuerzo de darle un carácter omnicomprensivo, sin centrarnos únicamente en España y en las Naciones Unidas, sino también en nuestros vecinos y en nuestro entorno más inmediato. Durante toda la presidencia española, por ejemplo –yo no era ministra de Asuntos Exteriores entonces–, los derechos humanos ocuparon un lugar preeminente en todas las reuniones. Igualmente, el plan incluyó actuaciones en el marco del Consejo de Europa, de la OCDE, de la Corte Penal Internacional y de otros organismos contra la impunidad de crímenes internacionales. La promoción de los derechos humanos se desarrolla también en el marco de las relaciones bilaterales que tenemos con otros países y, como he dicho, es objeto de debate y de discusión en las relaciones bilaterales que tenemos con otros países. Quiero recordarle que el Plan de Derechos Humanos es fruto del mismo impulso político que inspira el Plan Director de la Cooperación Española. También el Plan de Derechos Humanos incorpora y apuesta por un enfoque que vincula el desarrollo de los países con la promoción y la protección de los derechos humanos. Desde luego, España, señoría, considera que solo mediante el multilateralismo y la coherencia entre las acciones nacionales e internacionales se puede cumplir verdaderamente con las obligaciones que entraña el respeto de los derechos fundamentales de todas las personas y en todo el mundo. Eso es lo que defiende el Gobierno de España, lo que hemos puesto en marcha y lo que seguiremos defendiendo en el futuro. Y no le quepa ninguna duda, señoría, de que el Gobierno observará escrupulosa y plenamente las obligaciones derivadas de todos los instrumentos internacionales en los que es parte, y continuará manteniendo los más altos estándares de promoción y protección de los derechos humanos de todas las personas que se encuentran bajo su jurisdicción. Tenemos una visión universalista de la protección y la promoción de los derechos humanos, y trabajaremos para lograrlo. Y una vez más, señoría, le deseo todo lo mejor en su nueva andadura. Muchas gracias por el tiempo que ha estado aquí, en esta Cámara. Gracias.

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COMPARECENCIA CON LA MINISTRA DE DEFENSA, CARME CHACÓN PIQUERAS, ANTE LA COMISIÓN CONJUNTA DE ASUNTOS EXTERIORES Y DE DEFENSA DEL CONGRESO DE LOS DIPUTADOS, PARA INFORMAR SOBRE EL ACUERDO DEL CONSEJO DE MINISTROS DEL DÍA 10 DE JUNIO DE 2011 POR EL QUE SE SOLICITA LA AUTORIZACIÓN DEL CONGRESO PARA PRORROGAR LA PARTICIPACIÓN DE UNIDADES MILITARES ESPAÑOLAS EN EL MARCO DE LA CRISIS DE LIBIA (BOCG núm. 800, de 20 de junio de 2011) La señora MINISTRA DE ASUNTOS EXTERIORES Y DE COOPERACIÓN (Jiménez García-Herrera): Señorías, quiero empezar mi intervención agradeciendo la disposición de los miembros de las Comisiones de Asuntos Exteriores y de Defensa, de sus presidentes y de sus portavoces por haber facilitado nuestra comparecencia conjunta esta misma tarde. Tanto la ministra de Defensa como yo misma hemos solicitado comparecer con el principal objetivo de informarles de manera amplia y detallada sobre las actuaciones que el Gobierno está llevando a cabo en relación con la crisis en Libia tanto desde el punto de vista político–diplomático como desde el de la defensa. Sin duda, el ámbito parlamentario es el más idóneo para poder dar estas explicaciones, fundamentalmente por dos motivos. En primer lugar, porque corresponde a esta Cámara autorizar la prórroga de la participación de las unidades militares en el conflicto; ya lo hizo el día 22 de marzo y el 19 de abril prácticamente de forma unánime, que en este sentido quiero agradecer a todas las fuerzas políticas el amplio consenso y el apoyo recibido desde entonces y, también por supuesto, las aportaciones de quienes no estuvieron de acuerdo. Y en segundo lugar, porque considero fundamental que los grupos políticos aquí representados dispongan de toda la información para tener una mayor participación y protagonismo en este asunto, no solo porque se trata de una misión en el exterior de acuerdo con compromisos internacionales que España ha asumido, sino también porque se trata de un área, el Mediterráneo, que es prioritaria para España por nuestra cercanía y por los intereses comunes que compartimos. No obstante, señorías, quiero comenzar mi intervención recordando el atentado que sufrió un vehículo Lince del contingente que las Fuerzas Armadas tiene desplegado en Afganistán y en el que resultaron heridos los cinco ocupantes del blindado. La ministra de Defensa les ampliará con más detalle esta información, pero desde aquí quiero enviar un mensaje de afecto a los militares heridos y a sus familias, especialmente al teniente y a la soldado que han sufrido heridas más graves. Estoy segura de que comparto el sentir de ambas comisiones al trasladarles nuestro

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agradecimiento y el deseo de que lo más pronto posible se recuperen de las heridas sufridas. Señorías, una vez más tenemos que reconocer el extraordinario trabajo que España está haciendo en Afganistán, un trabajo cuyo único objetivo es ayudar a la sociedad afgana para liberarse de quienes quieren instalar en el país un régimen de terror y hacer que sirva de plataforma para exportar ese terror. Los miembros de la cooperación y nuestros militares desarrollan una actividad impagable, que merece nuestro reconocimiento y todo nuestro apoyo; una actividad que, como pudimos comprobar el sábado, entraña riesgos importantes. Aunque la misión que venimos a explicar la ministra de Defensa y yo misma tiene una naturaleza diferente, existe un nexo común. Tanto en Afganistán como en Libia cumplimos un mandato de Naciones Unidas, tanto en Afganistán como en Libia ayudamos a sus ciudadanos a librarse del terror y en ambos casos estamos trabajando por la seguridad internacional, por nuestra propia seguridad. Señorías, volviendo al asunto objeto de esta comparecencia, voy a centrar mi intervención en informarles sobre las últimas actuaciones del Gobierno tanto en el ámbito del grupo de contacto como a nivel bilateral, con una mención especial a la respuesta española ante la situación humanitaria que se vive en Libia. Como saben, tras las reuniones de Doha y Roma el grupo de contacto se reunió por tercera vez el pasado 9 de junio en Abu Dabi. Asistieron representantes de más de cuarenta países y organizaciones, incluyendo Naciones Unidas, la Liga Árabe, la OTAN, la Unión Europea, la Organización de la Conferencia Islámica, el Consejo de Cooperación del Golfo y la Unión Africana. Todo ello para analizar la situación en Libia, los progresos que se han producido en este tiempo y los siguientes pasos a adoptar de acuerdo con los objetivos fijados por las resoluciones de Naciones Unidas. Me refiero, en primer lugar, al inmediato establecimiento de un alto el fuego y el fin completo de la violencia y de todos los ataques y abusos contra la población civil y, en segundo lugar, a la necesidad de intensificar los esfuerzos para encontrar una solución a la crisis que responda a las demandas legítimas de la población de Libia. En este sentido, es verdad que todavía no hemos podido lograr un alto el fuego verificable y sostenible y por tanto para seguir protegiendo a la población civil se hace necesario prorrogar la misión internacional en la crisis libia. Pero también es verdad que tanto la vigilancia del embargo de armas como el establecimiento de la zona de exclusión aérea están contribuyendo, sin lugar a dudas, a frenar la represión violenta del régimen libio contra sus propios ciudadanos. Es más, todos coincidimos en que la presión diplomática, económica y militar está dejando a Gadafi cada día más aislado y que el régimen está cada vez más debilitado tanto desde el punto de vista internacional como en el plano interno. Al mismo tiempo, el Consejo Nacional Libio de Transición se está consolidando y en la actualidad es considerado por la práctica totalidad de la comunidad internacional como un auténtico socio en tanto que representante legítimo del pueblo libio. Como saben, desde que se inició la crisis el Gobierno ha mantenido contactos con el consejo nacional. El pasado día 12 de marzo mantuve un encuentro en El

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Cairo con el vicepresidente de la junta ejecutiva y ministro de Asuntos Exteriores, Ali al Esaui. Posteriormente, el día 4 de mayo el Gobierno dio un paso más al designar un enviado especial ante dicho consejo, el embajador José Riera, con la misión de intensificar y dar continuidad a nuestra interlocución, además de ayudar a canalizar toda la asistencia humanitaria proveniente de España. Más recientemente, el pasado día 8 de junio, tuve la oportunidad de desplazarme personalmente a la ciudad libia de Bengasi y reunirme con el presidente del consejo nacional, Mustafá Abdulyalil, así como con el vicepresidente de la junta ejecutiva y ministro de Asuntos Exteriores, además de otros miembros del consejo. Señorías, nuestra valoración del trabajo del Consejo Transitorio libio es muy positiva porque, por un lado, han hecho un esfuerzo creciente para integrar a todos los actores de este proceso, con una voluntad conciliadora y con ánimo de incluir a personas de distintas procedencias para lograr así la máxima representación. Por otro lado, en la reunión de Roma el Consejo Nacional Libio presentó al grupo de contacto una hoja de ruta para el cambio político que incluye la elaboración de una Constitución y la convocatoria de elecciones, lo cual supone un punto de inflexión importante. Lo cierto es que las actuaciones llevadas a cabo por el consejo en este tiempo han reforzado su legitimidad como núcleo a partir del cual se puede articular un proceso de diálogo y de reconciliación nacional capaz de llevar a cabo reformas políticas y de responder así a las demandas legítimas de la población libia. Asimismo, España ha apoyado el establecimiento de un mecanismo temporal de financiación que pueda contribuir a paliar las dificultades financieras por las que atraviesa el consejo para poder, por un lado, atender la provisión de servicios públicos esenciales y, por otro, atender las necesidades básicas de la población en la zona que controla. Precisamente con el fin de seguir reforzando esta relación bilateral, el Gobierno ha invitado a los dirigentes del Consejo Nacional de Transición a que visiten España en las próximas semanas. Al tiempo, como ya saben, hemos procedido a congelar las relaciones diplomáticas con el régimen libio. Ello implica, por un lado, la expulsión del embajador libio en Madrid y, por otro, el regreso de Trípoli del número dos de nuestra embajada allí. También quiero destacar el apoyo de España al pueblo libio desde el primer día para hacer frente a la situación de emergencia humanitaria que se vive en aquel país. Por una parte, a través de la Agencia Española de Cooperación hemos realizado hasta ahora cinco envíos directos de ayuda humanitaria destinados a las fronteras con Túnez, Bengasi, Misrata y el este de Libia, con más de 40 toneladas de material médico, medicamentos, material de cobijo y alimento infantil para cubrir las necesidades básicas de la población. Por otra parte, hemos hecho también aportaciones a los principales organismos internacionales que operan en la zona: 750.000 euros al programa mundial de Alimentos para el establecimiento de un pasillo humanitario, 550.000 euros al Comité Internacional de Cruz Roja para actuar en la zonas controladas por el régimen de Gadafi, 750.000 euros para Acnur en el marco de las operaciones de repatriación, y también se ha activado

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un convenio con la Organización Mundial de la Salud por valor de 250.000 euros. Además, como recordarán, en respuesta a la solicitud del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados hemos contribuido a la repatriación de más de 4.000 personas refugiadas en las fronteras de Libia con Túnez y Egipto. La labor de las ONG de desarrollo ha sido también objeto del apoyo del Gobierno. La Agencia ha puesto en marcha convenios de emergencia con Cruz Roja Española y Acción contra el Hambre por valor de 250.000 y 112.000 euros respectivamente, y asimismo hemos colaborado con la Unión Médica Árabe para la distribución de medicinas y personal médico. En conjunto, el Gobierno ha contribuido con un total de casi 6 millones de euros, lo que nos convierte en el quinto donante europeo, solo por detrás del servicio de ayuda humanitaria de la Comisión Europea y de Reino Unido, Suecia y Alemania. Sobre este asunto quiero reiterar el compromiso de nuestro país, que continuará enviando ayuda humanitaria y atendiendo los llamamientos internacionales para procurar atender las necesidades de la población libia. Señorías, decía hace un momento que la presión diplomática, económica y militar está debilitando y aislando al régimen de Gadafi. Pero es cierto también que todos los miembros del grupo de contacto consideramos que solo puede haber una solución política al conflicto y que esta deberá ser democrática y lo más inclusiva posible, además de garantizar la unidad y la integridad territorial de Libia. En esta tarea estamos especialmente empeñados. Se trata, por un lado, de seguir apoyando, como lo hemos hecho hasta el momento, el trabajo de mediación del enviado especial del secretario general de Naciones Unidas. Consideramos que el enviado especial para Libia es quien debe canalizar todos los esfuerzos de la comunidad internacional para promover un proceso de transición que permita una solución política a la crisis abierta; pero también apoyamos los esfuerzos llevados a cabo por otros países y por organizaciones internacionales como la Unión Europea, la Liga Árabe o la Unión Africana entre otras. Por otro lado, se trata también de empezar a preparar la gobernabilidad del país para cuando Gadafi abandone el poder. Como ya he señalado, en la reunión de Roma el Consejo Nacional Libio presentó al grupo de contacto una hoja de ruta para el cambio político que incluye la elaboración de una constitución y la convocatoria de elecciones. Por ello, España propuso en Abu Dabi que el necesario acompañamiento y la implicación de la comunidad internacional se pusiera de manifiesto a través de un pacto entre el Consejo Nacional de Transición y el grupo de contacto. Debemos estar dispuestos también para poder apoyar a Libia tanto en el plano político como en el económico. Es decir, tenemos que estar dispuestos a prestar asesoramiento y asistencia técnica cuando se nos demande así como a contribuir al proceso de reformas a través de las instituciones financieras internacionales, y la Unión Europea tiene aquí un papel esencial. Señorías, antes de pasar la palabra a la ministra de Defensa me parece pertinente insistir en dos cuestiones que explican el porqué de la presencia de España en esta misión. En primer lugar, España ha estado y está presente en los principales

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escenarios en los que se han desarrollado misiones de paz en los últimos años, y siempre bajo el principio de que la paz y la seguridad internacionales requieren unidad por parte de la comunidad internacional sobre la base de un multilateralismo eficaz y de un enfoque global y cooperativo de la gestión de crisis, procurando involucrar a todas las partes y a todos los actores interesados. En segundo lugar, quiero recordar que el Mediterráneo forma parte de nuestro entorno más cercano, de nuestra vecindad. Son muchos los retos que debemos enfrentar conjuntamente, y por tanto esta región está llamada a ser necesariamente un espacio de estrecha cooperación para España y para la Unión Europea. Por ello, el Gobierno ha hecho un esfuerzo para estar presentes desde el primer momento, para poner de manifiesto nuestro compromiso con la región, para apoyar con determinación los cambios y las reformas democráticas que se están produciendo. Porque en estos momentos el inmovilismo supone una amenaza mayor que la voluntad de impulsar una transición democrática como ocurre en países como Egipto, Túnez, Jordania o Marruecos. Porque ahora la mejor manera de garantizar la estabilidad en la región es apoyando y reconociendo sistemas de gobierno que sean percibidos como legítimos por sus propios pueblos, homologables a otras democracias del resto del mundo y capaces de impulsar un desarrollo económico sostenible que genere oportunidades para todos. Y todo ello, señorías, respetando los ritmos y los procedimientos marcados por los propios pueblos concernidos, que se han erigido en los principales protagonistas en los procesos de reforma iniciados. En este sentido, me parece importante subrayar que el cambio que se está operando tiene un potencial enormemente positivo a pesar de los diferentes riesgos y dificultades que sin duda aún permanecen. En definitiva, España es un país fundamental para la estabilidad en el Mediterráneo, por eso el Gobierno ha querido desde el primer momento confirmar nuestro compromiso con la paz y la estabilidad en la región. Mientras el régimen libio siga siendo una amenaza para su población civil España debe mantener este compromiso político y militar. Esta misión, para la que solicitamos la autorización del Parlamento, continuará mientras los libios sigan padeciendo la barbarie del régimen de Gadafi. Pero somos conscientes de que la solución debe venir desde dentro de Libia y no puede ser solo militar sino política, fundamentalmente política. Por tanto vamos a seguir manteniendo la presión todo el tiempo que haga falta hasta que hayan cesado los ataques contra la población y el alto el fuego pueda verificarse, como acordamos en la última reunión de ministros de Asuntos Exteriores de la OTAN celebrada en Berlín el pasado 14 de abril. Y también vamos a seguir trabajando con el Consejo Nacional de Transición para apoyar y acompañar el proceso de reformas y de reconciliación nacional. Para ello, además de responder a las preguntas que me puedan plantear, les solicitamos de nuevo su apoyo. Muchas gracias.

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La señora MINISTRA DE ASUNTOS EXTERIORES Y DE COOPERACIÓN (Jiménez García-Herrera): En primer lugar, quisiera agradecer a los portavoces sus intervenciones. Además, el hecho de que se hayan centrado única y exclusivamente en cómo está la situación en Libia y cómo vemos desde el Gobierno la evolución del conflicto y las perspectivas de futuro nos permitirá, tanto a la ministra de Defensa como a mí misma, centrar y concentrar nuestros esfuerzos en lo que más les interesa a sus señorías. Dado que el contenido de las intervenciones se ha centrado fundamentalmente en la naturaleza de la intervención y en las perspectivas futuras, me van a permitir que en la mayoría de las ocasiones pueda referirme con carácter general para ofrecer una respuesta. Me van a permitir que empiece señalando algunas cuestiones que se han puesto en duda sobre cuál es la naturaleza de la intervención por parte de la comunidad internacional en Libia, en la que España, como país destacado dentro de la comunidad internacional, como un país importante dentro de la Unión Europea, está participando. En primer lugar, tenemos una resolución del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas. Hay que recordarlo para que no se ponga en duda ni la naturaleza de la operación, ni la legitimidad, ni la legalidad de la actuación. Por tanto, existe una resolución del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas a la que dieron su aprobación, es decir para el uso de la fuerza, naciones, países tan diferentes como Reino Unido, Estados Unidos, China o Rusia. En dicha resolución se autoriza el uso de la fuerza. En segundo lugar –no se ha hecho una mención expresa en esta comparecencia, pero quiero hacerla aquí–, hay un acuerdo europeo. El Consejo extraordinario del día 11 de marzo acuerda, en primer lugar, condenar la violenta represión del régimen contra sus ciudadanos y pedir que cese en ella inmediatamente. En segundo lugar acuerda evaluar todas las respuestas posibles –lo hace la Unión Europea–, incluida la militar. En tercer lugar apela a Naciones Unidas, a la Liga Árabe, a la Unión Africana y a los socios internacionales para encontrar juntos esa respuesta. Estamos hablando de un gran consenso internacional. En cuarto lugar, la Liga Árabe. Destaquemos también el papel que la Liga Árabe jugó en su momento y que está jugando en la actualidad. En la reunión que mantuvo la Liga Árabe el día 12 de marzo hizo un llamamiento expreso al Consejo de Seguridad para que impusiese una zona de exclusión aérea para las fuerzas aéreas libias y crease zonas seguras en los lugares vulnerables de los ataques aéreos. Lo hizo la Liga Árabe y quiero destacarlo, porque estamos hablando de que es un país árabe el que está siendo objeto de esa operación de carácter militar. La comunidad internacional tenía que decidir cómo aplicar la Resolución 1973 de Naciones Unidas y lo hizo en el curso de una reunión que tuvo lugar en París el pasado 19 de marzo. Allí se congregaron dieciocho países, más distintas organizaciones internacionales, incluida la Unión Europea –estaba presente el presidente del Consejo de la Unión Europea–. En las distintas reuniones que ha tenido el

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grupo de contacto y en la reunión de los ministros de Asuntos Exteriores, estamos participando cuarenta países y organizaciones internacionales, y subrayo lo de cuarenta para poner de manifiesto el alto consenso internacional que existe sobre cómo se están aplicando las resoluciones del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas y la determinación para conseguir los objetivos aprobados en dicha resolución. Son razones suficientemente importantes como para que España, como país relevante en el escenario internacional, siga manteniendo su posición y siga apelando a la participación en una operación que creemos que es no solamente legal y legítima, sino también necesaria para poder proteger de manera adecuada a la población en Libia. ¿Cuál es el objetivo de la resolución, algo que también ha sido puesto en cuestión o se ha intentado ver que ha habido interpretaciones diferentes? El objetivo es proteger a los civiles y las áreas habitadas por civiles en Libia de los ataques con medios de guerra que ha lanzado el régimen libio contra su propia población, estableciendo para ello una zona de exclusión aérea que garantice la protección de la población ante los crímenes de lesa humanidad, porque quiero recordar, señorías, que ya hay informes del enviado del Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas que dicen que lo que hace necesaria la intervención y por lo que continúa siendo necesaria es porque existen prácticas prohibidas por el derecho internacional humanitario, tales como el bombardeo persistente sobre la población civil, el uso de francotiradores contra la población civil, el uso de minas, la movilización de niños–soldado, el ataque a establecimientos médicos, la limitación de la población al acceso a centros médicos, torturas o el uso de mercenarios y el uso de la violencia sexual como arma de guerra. Estos son los informes que tenemos del enviado del Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas y son estas circunstancias las que exigen que pidamos y mantengamos la misión para poder defendernos y defender a la población civil del uso de la fuerza y de este tipo de acciones cometidas contra la población civil. ¿Qué dice la Resolución 1973? El objetivo es garantizar la protección de la población civil –así lo ha dicho el señor Cuadrado y le agradezco que haya hecho referencia a determinadas cuestiones que permitan aclarar un poco la naturaleza de la misión– y para ello autoriza el uso de todas las medidas que sean necesarias para proteger a la población civil. Excluye expresamente que haya una fuerza de ocupación. Esto está excluido expresamente y nunca ha sido contemplado por la comunidad internacional que forma parte de esta operación, por supuesto no de la OTAN. El uso de las medidas que sean necesarias. Se trata de una limitación responsable y proporcionada del uso de la fuerza, siempre para proteger a la población civil. La Resolución 1973 también hace una referencia expresa en su parte dispositiva a que dicha resolución se pone en marcha para que el pueblo libio pueda realizar sus aspiraciones y construir su futuro democrático, desde el pleno respeto a su soberanía e integridad territorial, algo en lo que en todo momento en todas las reuniones del grupo de contacto hemos hecho hincapié de forma expresa en

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todas las conclusiones que hemos aprobado: respeto a la soberanía del pueblo libio, respeto a su integridad nacional. Quiero subrayar que la Resolución 1973 –además en su parte dispositiva, no expositiva– dice expresamente que dicha resolución se aprueba, entre otras cosas, para que se puedan realizar las legítimas aspiraciones del pueblo libio a construir un futuro democrático. Por tanto, no hay un cambio de naturaleza entre la misión que aprobamos en su momento y la que pedimos que prorroguen en esta comparecencia. ¿Por qué hacemos una comparecencia conjunta? Porque lo han solicitado sus señorías. Sus señorías solicitaron que hiciéramos una comparecencia conjunta para poder explicar de una manera más detallada cuál era la naturaleza de la misión, cómo íbamos evolucionando dentro del grupo de contacto y cómo veíamos las perspectivas futuras, y nos parecía adecuado y respetuoso atender a las peticiones que distintos portavoces habían realizado y lo hacemos con mucho gusto, sin que eso suponga ningún tipo de excepcionalidad, sino responder a lo que sus señorías nos habían planteado. Quisiera hacer una mención expresa a lo que en la Unión Europea se denomina política de vecindad. La política de vecindad no es un concepto peyorativo en absoluto, señor Llamazares: es una política de la Unión Europea, y la vecindad sur es una iniciativa política concreta de la Unión Europea que significa reforzar la cooperación con aquellos países de la ribera sur del Mediterráneo con los que la Unión Europea tiene un compromiso para consolidar sus procesos de democratización y sobre todo de desarrollo económico y social, y desde luego España, como país fundamental dentro del Mediterráneo, tiene que apostar por que la Unión Europea intensifique sus políticas de vecindad sur y sus políticas de vecindad. Sobre el papel del Consejo Nacional de Transición, al que también se han referido los portavoces, yo me reuní por primera vez con un representante del Consejo Nacional de Transición en el mes de marzo, y a partir de ese momento hasta hoy he tenido distintas reuniones. Han ido participando en las reuniones del grupo de contacto y han ido ampliando su composición; desde lo que fue un primer embrión a lo que es hoy ha pasado mucho tiempo, y tengo que hacer una evaluación y una valoración positiva de la evolución de dicho Consejo Nacional de Transición, que tiene un carácter inclusivo, donde no solamente están los tradicionales opositores de Gadafi en Bengasi, sino que también incluye a personas que han estado anteriormente vinculadas al régimen de Gadafi, que proceden de la zona tripolitana y que ahora forman parte de ese consejo nacional que en el futuro podrá iniciar un diálogo y un proceso de reconciliación nacional, y del que también forman parte representantes de las distintas tribus. El señor De Arístegui hace referencia a la composición tribal de la sociedad libia, lo cual es cierto; por ello se han incorporado al Consejo Nacional de Transición. Lo que se pretende es que sea un consejo lo más representativo, amplio e inclusivo posible y donde se reitera en todo momento algo que para nosotros es importante: el principio de integridad nacional, el principio de integridad nacional por encima de todo, igual que el principio de soberanía

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nacional. Son ellos los que van a determinar el futuro de Libia. Por tanto, estamos intensificando las negociaciones y los contactos para lograr lo que también viene incluido en la Resolución 1973, que es conseguir un alto el fuego, pero un alto el fuego que sea real, que sea verificable por Naciones Unidas, y eso es lo que en este momento estamos haciendo desde la comunidad internacional. La presión política, los contactos políticos y las negociaciones tienen que ir en paralelo con la presión militar, porque si no se mantiene la presión militar, dicha presión política no podría surtir efecto. Y la presión militar es evitar que Gadafi pueda bombardear a su propia población, limitar sus capacidades militares y, al mismo tiempo, convencer mediante estos negociadores: el enviado especial del secretario general de Naciones Unidas, que es el exministro de Asuntos Exteriores de Jordania; los contactos que está realizando la Unión Africana; algunos otros países que tienen también un papel importante en la región, como Turquía o como Sudáfrica, que también están intensificando esta presión diplomática para conseguir que se pueda iniciar un proceso de reconciliación y diálogo nacional. En eso estamos trabajando y sinceramente me van a permitir que les diga que desde el primer día en que participé en una reunión del grupo de contacto en Londres a la última que tuvo lugar en Abu Dabi, vemos una evolución. Creemos que efectivamente Gadafi está más aislado que nunca. Incluso aquellos países que mantenían una postura menos exigente ya lo hacen de una manera abierta y exigente. Poco a poco todos los países, también como consecuencia de la evolución del Consejo Nacional de Transición, le han ido dando un carácter de interlocutor legítimo, incluidos países como Rusia o China. ¿Por qué? Porque han ido ampliando su base, han tenido ese carácter integrador e inclusivo que para la comunidad internacional era tan importante. Ya estamos trabajando en el papel en el posconflicto. Los representantes del Consejo Nacional de Transición nos han diseñado dentro del grupo de contacto una hoja de ruta que nos parece muy interesante y que valoramos muy positivamente. En ella ya se está hablando de elecciones democráticas y de la elaboración de una constitución; por tanto hay un compromiso muy fuerte de ese consejo para iniciar un proceso de transición democrático, con una constitución, en Libia. Hay bases suficientes para pensar cuál podrá ser la Libia del futuro y serán ellos los que tendrán que determinar cómo gestionan esa evolución y cómo gestionan esa transición. Desde luego, lo que hará la comunidad internacional es facilitar que dispongan de la libertad y de la seguridad necesaria para poner en marcha ese proceso, pero serán ellos los que determinarán ese futuro. Solamente así podrán construir una Libia sólida y un estado democrático sólido, si son ellos los artífices de su propio futuro, pero la comunidad internacional les tiene que garantizar seguridad y libertad. Eso es lo que estamos tratando de hacer hoy y yo les puedo expresar personalmente que tengo confianza en que podremos lograrlo. La Unión Europea está muy comprometida en esa etapa o en esa fase; igual que estamos comprometidos con Túnez o con Egipto en ayudarlos y acompañarlos en ese pro-

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ceso posterior, lo estamos con Libia, y ya estamos trabajando en ello: eso es también política de vecindad, en lo que se está trabajando para el futuro con Libia. Sobre la ayuda humanitaria y de los mecanismos financieros que existen en este momento, aprobamos un mecanismo financiero dentro del grupo de contacto, pero tenemos que conseguir que se ponga en marcha dentro de la legalidad internacional y sobre todo dentro de la legalidad de la Unión Europea. Existe una Resolución, la 1970, que congela los fondos libios en el exterior. Para poder utilizar dichos fondos necesitamos una autorización del Comité de Sanciones y este tiene que aprobar caso por caso en qué momento y hacia quién se pueden liberar dichos fondos. Hasta ahora lo que les puedo asegurar –porque hablamos de manera permanente y constante con las organizaciones humanitarias, tanto con las que están en Trípoli como con las que están en Bengasi– es que en este momento no hay un problema de desabastecimiento de ayuda humanitaria básica esencial. Estoy hablando de comida para bebés, de medicamentos y de alimentos básicos. En el caso de España lo hemos hecho desde el primer día sobre el terreno. De hecho, el primer día la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo ya había preparado un convoy de ayuda humanitaria que llegó a Bengasi, y así lo hemos mantenido hasta hoy. Seguimos haciendo llegar la ayuda humanitaria. Cuando estuve en Bengasi tuve ocasión de visitar los almacenes del programa mundial de Alimentos, donde pude comprobar el almacenamiento de harina, trigo, azúcar, de distintos alimentos para garantizar a la población su abastecimiento durante los próximos meses, y las peticiones que se nos han hecho llegar de medicamentos están siendo cumplimentadas estas semanas. Vamos a continuar la ayuda humanitaria, porque afortunadamente tenemos instrumentos y convenios con organizaciones humanitarias que nos permiten hacerla llegar allí donde sea necesaria. Hemos comprobado, fundamentalmente con la Cruz Roja y con Acnur, que esta ayuda humanitaria también está presente en el área tripolitana y no solo en la zona de Bengassi. Por último, el señor De Arístegui hacía referencia al término que he utilizado en mi exposición inicial sobre congelación de relaciones con el régimen de Gadafi. Como puede entender el señor De Arístegui, es una expresión que tiene un carácter político. El Gobierno de España ha decidido poner fin a la misión del embajador acreditado en Madrid por las autoridades de Trípoli, puesto que si hemos dicho en reiteradas ocasiones que el régimen de Gadafi ha perdido su legitimidad, también atañe al representante que tiene aquí designado, y se ha decidido expulsar a tres funcionarios más por actividades incompatibles con su estatus diplomático. Dicho esto, la Embajada libia en Madrid no ha cerrado, porque como sabe muy bien el señor De Arístegui se tienen relaciones diplomáticas no con gobiernos sino con Estados. Por tanto, es una situación algo compleja, pero lo que ha hecho la Embajada de Libia ha sido nombrar como encargado de negocio a uno de sus secretarios de embajada. Por tanto, no se cierra, pero sí se rebaja el nivel de interlocución y de relaciones que teníamos, como tampoco ha cerrado completamente nuestra

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Embajada en Trípoli. Sabe el señor De Arístegui que no hay en este momento ningún representante diplomático y solo lo hemos mantenido allí cuando ha sido necesario realizar determinadas gestiones de carácter consular. Por tanto, desde el punto de vista jurídico –y aquí tenemos que precisar los términos–, se mantienen las relaciones, aunque el término congelación al que he hecho referencia tiene un carácter más político por cómo hemos rebajado el nivel de la interlocución de nuestros representantes diplomáticos y de los representantes diplomáticos del régimen libio. Señorías, de esta manera, aunque haya sido con carácter genérico, he podido responder a las distintas cuestiones que se han planteado, al menos en lo que se refiere a mi responsabilidad como ministra de Exteriores. Si no hubiera sido así, les pido disculpas y estaría dispuesta a hacerlo eventualmente en un segundo turno. Ahora la ministra de Defensa les podrá dar datos más concretos sobre su responsabilidad.

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La señora MINISTRA DE ASUNTOS EXTERIORES Y DE COOPERACIÓN (Jiménez García-Herrera): Muy brevemente, señor presidente. Cuando venimos la ministra de Defensa y yo misma a solicitar una prórroga para continuar con las operaciones militares en Libia lo hacemos porque queremos continuar la misión hasta el final, hasta que se cumplan los objetivos que vienen expresados en las resoluciones 1970 y 1973 del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas. Ni más ni menos: que cumpliremos. Lo que queremos es lanzar un mensaje claro de que estaremos hasta el final, en respuesta al planteamiento que también hacía el señor De Arístegui. No ha habido ningún cambio en la naturaleza de los objetivos, ni política ni militar, en la operación. Por tanto, queremos dar sostenibilidad, la ministra de Defensa ha hecho hincapié en este concepto que creo que es importante: dar sostenibilidad a la operación y lanzar el mensaje claro de que estaremos, junto con el resto de la comunidad internacional, hasta el final cumpliendo los objetivos expresados en las resoluciones del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas y trabajando con nuestros socios para los mismos. Al mismo tiempo, ¿qué estamos haciendo? Estamos trabajando. Gracias a la presión militar que se está ejerciendo en Libia se está pudiendo trabajar desde el punto de vista político y de negociación. La presión militar nos permite la negociación política. Le permite al enviado especial, al enviado personal del secretario general de Naciones Unidas, permite a algunos países especialmente involucrados en esa negociación, pero sobre todo permite a los distintos actores sociales y políticos del pueblo libio buscar una salida. Como todos sabemos por las experiencias de transición que hemos vivido en distintos países de nuestro entorno, incluso en nuestro propio país, siempre hay elementos del antiguo y del nuevo régimen que son los que permiten iniciar ese proceso de transición. Ese proceso de diálogo se está dando y evidentemente hay muchas personas dentro de Libia que intentan convencer a

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Gadafi para que abandone el poder, porque todo el mundo sabe, dentro de Libia y fuera de Libia, que ese proceso de reconciliación solamente se podrá dar si Gadafi abandona el poder. Y es esa negociación política, ese diálogo político, el que se está haciendo posible en este momento gracias a la presión militar porque es cierto que si no existiera esa presión militar, no habría ninguna posibilidad de conseguir esa vía política y esa clara apertura de diálogo y de reconciliación nacional que todo el mundo aspira a lograr. Una única cosa más en relación con la palabra que ha utilizado la señora Rodríguez–Salmones. No encontrará en mi intervención, tampoco en la de la ministra de Defensa, expresado el término satisfacción. No lo encontrará. Simplemente estamos dando cuenta de lo que nosotros consideramos respecto a si estamos cumpliendo los objetivos o no. Evidentemente, expresaremos nuestra satisfacción cuando logremos el cumplimiento final de todos los objetivos expresados en las resoluciones del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas. Pero me permito señalarle, señora Rodríguez–Salmones, que lea, al menos en la parte que a mí me compete, las conclusiones redactadas después de cada reunión del grupo de contacto. Tienen un lenguaje muy preciso, muy determinado y son producto de la reflexión de cuarenta países y organizaciones internacionales, y en ellas se da detallada cuenta de todos y cada uno de los avances que se están produciendo y de los escenarios posibles con los que nos estamos encontrando. A eso nos estamos refiriendo. Yo creo que es positivo que cuatro meses más tarde tengamos por delante la apertura de un proceso de negociación, de reconciliación nacional, en el que los distintos actores políticos y sociales de un país puedan sentar las bases en la construcción de un Estado democrático. Yo ya sé que no hay Estado, ya sé que tendremos que apoyar mucho todo ese proceso que se tenga que iniciar. Pero pensemos en lo que va a suponer para todo un pueblo iniciar un proyecto político en el que los ciudadanos se sientan libres y perciban su gobierno como legítimo porque ha sido elegido por ellos. Pienso en eso, en ese resultado, y ahora se ha abierto una gran oportunidad y creo que tenemos que ser especialmente sensibles para aprovecharla. De hecho, quiero agradecer de una manera especial a los grupos políticos que hayan expresado su apoyo a la prórroga de esta operación porque creo sinceramente que con su apoyo, con su respaldo y con su actitud constructiva y con sentido de Estado están contribuyendo notablemente a sentar las bases de un futuro Estado democrático y a permitir que millones de ciudadanos puedan cumplir sus legítimas aspiraciones de vivir como seres humanos libres. Esa es la esencia de la misión y eso es lo que les agradecerán en el futuro por el apoyo que están prestando hoy.

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COMPARECENCIA ANTE EL PLENO DEL CONGRESO DE LOS DIPUTADOS, PARA RESPONDER A LA PREGUNTA DEL DIPUTADO FÉLIX LARROSA PIQUÉ, DEL GRUPO PARLAMENTARIO SOCIALISTA, SOBRE QUÉ MEDIDAS ESTÁ PONIENDO EN MARCHA EL GOBIERNO PARA IMPULSAR LA DIPLOMACIA ECONÓMICA (BOCG núm. 265, de 20 de julio de 2011) La señora MINISTRA DE ASUNTOS EXTERIORES Y DE COOPERACIÓN (Jiménez García-Herrera): Muchas gracias, señor presidente. Señoría, el esfuerzo que está haciendo el Gobierno para impulsar y fortalecer la internacionalización de la economía española es amplio, es extenso y es además intenso. Sin duda en este contexto la diplomacia económica a la que su señoría hace referencia es una apuesta fundamental del Gobierno. Como ha señalado, se trata de aprovechar la oportunidad de poner en valor las excelentes relaciones políticas que España mantiene con países estratégicos del área del Mediterráneo, en América Latina y en los países asiáticos para promover el crecimiento económico y la creación de empleo en nuestro país. ¿Cuáles son las medidas que hemos puesto en marcha? En primer lugar, hemos reforzado la vertiente económica y comercial en todos y cada uno de los viajes o visitas que he tenido oportunidad de realizar con el fin de impulsar las relaciones económicas y comerciales, las relaciones en este ámbito. Para ello he mantenido siempre encuentros con representantes de empresas españolas en todos los países que he visitado para apoyar su expansión internacional, pero también para acompañarles cuando han tenido que resolver contenciosos precisamente gracias a esa buena relación, capacidad de interlocución política, que en suma es lo que hace útil y eficaz nuestra intervención. En segundo lugar, hemos dado un nuevo impulso a la labor que desarrollan las siete fundaciones–consejo que España tiene constituidas con Australia, China, Estados Unidos, India, Japón, México y Rusia, y estamos trabajando también en la constitución de un nuevo consejo con Brasil. Y además con otras iniciativas de la sociedad civil que tienen también por objetivo impulsar la cooperación comercial, empresarial, pero además la científica y cultural. Tenemos un ejemplo de ello muy reciente en la celebración del VI Foro España–China, que tuvo lugar en Barcelona hace apenas dos semanas, o en Oviedo, donde tuvo lugar el XXVI Foro España–Estados Unidos, que centramos en ámbitos y sectores estratégicos para España como son las energías renovables, la innovación y las oportunidades de negocio entre ambos países. En tercer lugar, señoría, quiero subrayar que todo este esfuerzo se está haciendo en estrecha coordinación con otros ministerios, fundamentalmente con el Ministerio de Industria, Turismo y Comercio y el Ministerio de Ciencia e Innovación...

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COMPARECENCIA ANTE EL PLENO DEL CONGRESO DE LOS DIPUTADOS, PARA RESPONDER A LA INTERPELACIÓN URGENTE DEL GRUPO PARLAMENTARIO DE ESQUERRA REPUBLICANA-IZQUIERDA UNIDA-INICIATIVA PER CATALUNYA VERDS, SOBRE LAS MEDIDAS DE RECONOCIMIENTO DE LA IDENTIDAD Y LENGUA CATALANA (BOCG núm. 265, de 20 de julio de 2011) La señora MINISTRA DE ASUNTOS EXTERIORES Y DE COOPERACIÓN (Jiménez García-Herrera): Muchas gracias, señora presidenta. Señoría, como ha hecho unas reflexiones sobre cómo ponernos en ambiente, lo primero que quiero hacer es poner de relieve la sensibilidad, el respeto y el compromiso que ha demostrado especialmente este Gobierno hacia el reconocimiento de la identidad y de la lengua catalana. Usted sabe muy bien, señoría, como también ha recordado, que en esta etapa, en estas dos legislaturas de Gobierno socialista ha sido cuando más se ha respaldado y alentado un mayor autogobierno para Cataluña, cuando más hemos reafirmado el respeto a los sentimientos de identidad de los ciudadanos de Cataluña y cuando hemos trabajado más intensamente por reconocer la identidad nacional de Cataluña y por afirmar el valor y el respeto en el uso de la lengua catalana. En estos últimos siete años –son muchos, es verdad, señoría, hay que recordarlo– son muchos y muy significativos los logros en materia de autogobierno en Cataluña, y más concretamente en la promoción de la lengua catalana en el exterior, que es el objeto de esta comparecencia. Señoría, voy a referirme especialmente al reconocimiento e impulso de la lengua catalana y el resto de lenguas cooficiales en el ámbito de la Unión Europea, puesto que se trata del ámbito de competencia de este ministerio que represento. Como sabe, señoría, desde el primer momento, desde el principio, el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero asumió el compromiso político de solicitar el reconocimiento oficial para estas lenguas en la Unión Europea. De hecho, fue con fecha de 13 de diciembre de 2004, pocos meses después de tomar posesión, cuando el Gobierno presentó ante la Unión Europea un memorándum con esta propuesta. A raíz de ello, en el Consejo Europeo de junio de 2005 se aprobó una reforma del régimen lingüístico permitiendo el uso oficial de todas estas lenguas en las instituciones de la Unión. Es cierto, señoría, que la reforma adoptada que se nos transmitió no cumplía todas las exigencias que solicitábamos por parte del Gobierno español, pues lo que pedíamos era una modificación del reglamento lingüístico y lo que obtuvimos fueron unas conclusiones del Consejo. Pero también es cierto que este nuevo régimen permite en la práctica el uso oficial de todas estas lenguas en las instituciones de la Unión, y desde entonces, desde ese momento,

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el primer momento, señoría, el Gobierno ha negociado y ha adoptado acuerdos administrativos con cada una de las instituciones de la Unión Europea para aplicar ese nuevo régimen lingüístico con el Consejo, con el Comité de Regiones, con la Comisión, con el Comité Económico y Social, con el Defensor del Pueblo, con el Tribunal de Justicia Europeo y también con el Parlamento Europeo, señoría, de una manera especial con el Parlamento Europeo. Quiero recordarle que la Mesa del Parlamento Europeo adoptó en su reunión del día 3 de julio de 2006 un acuerdo para dar cabida al uso de las lenguas oficiales españolas distintas del castellano en sus comunicaciones con los ciudadanos. De modo, que en este caso, sin necesidad de formalizar un acuerdo administrativo entre dicha institución, entre el Parlamento Europeo y España, los servicios de traducción del Parlamento se encargan de las traducciones necesarias para que este pueda responder a los ciudadanos en la lengua de la comunicación original. Señoría, quiero aclararle también que, en este asunto de las traducciones, el organismo de referencia para las instituciones europeas designado por el Gobierno es la Representación Permanente de España ante la Unión Europea, a través de su Consejería de Asuntos Autonómicos. Y esta institución, la Reper, trabaja en estrecha colaboración con los organismos lingüísticos de las comunidades autónomas. Y me consta que se hace un esfuerzo permanente, muy dedicado, muy especial, acorde con la sensibilidad que existe en nuestro país por el respeto a la identidad de cada comunidad autónoma, pero sobre todo a las lenguas diferentes en nuestro Estado, en la traducción de los escritos que le son remitidos en todo momento, según lo acordado, además, en diciembre de 2005 en la Conferencia para asuntos relacionados con la Unión Europea, en Carue. En el caso del Defensor del Pueblo no existe tal intermediación, siendo la propia institución la que contacta con los citados organismos de traducción de manera directa, y solo en el caso del Tribunal de Justicia de la Unión Europea la norma establece que los ciudadanos deben dirigir su comunicación a la Oficina para las Lenguas Oficiales del Ministerio de Política Territorial, que es quien se responsabiliza de las traducciones y del traslado de los documentos. Por tanto, señoría, si tenemos que ser justos y equilibrados con la realidad existente respecto al respeto de las lenguas cooficiales y de las identidades, estos acuerdos están en vigor y en funcionamiento, y de acuerdo con ellos los ciudadanos pueden dirigirse a estas instituciones y a estos órganos por escrito en cualquiera de las lenguas que son oficiales en España y recibir la respuesta en la misma lengua. Creo que –su señoría lo hacía– es justo reconocer que se ha producido un extraordinario avance. Es verdad que con relación al Parlamento Europeo –es algo en lo que estamos trabajando– no hemos logrado que se puedan utilizar por parte de los eurodiputados y eurodiputadas el catalán o cualquiera de las otras lenguas cooficiales, y lo lamentamos enormemente –de hecho, estamos trabajando en esta dirección–. La Mesa del Parlamento Europeo lo impidió, y debo decir que por un solo voto, pero lo impidió. Como saben, esta es una decisión que compete

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exclusivamente a la Mesa del Parlamento Europeo, por tanto ya no está en manos del Gobierno español. No obstante, el Gobierno ha seguido insistiendo. Repitió la misma petición en 2009, al inicio de la nueva legislatura, con el nuevo presidente, que contestó negativamente, y retomaremos de nuevo esta petición a partir del 1 de enero de 2012, con el cambio de Presidencia en el Parlamento Europeo. Luego mantenemos nuestra presión, nuestra insistencia, porque estamos hablando de un derecho que reconocemos y respetamos. Quiero, en consecuencia, hacer constar los esfuerzos y la perseverancia del Gobierno en el avance de las lenguas cooficiales en la Eurocámara. Y quiero informarle también de que en el caso del Consejo y del Comité de las Regiones, desde la formalización de los acuerdos, se han producido solicitudes de uso de lengua oficial en 48 consejos y en 30 sesiones plenarias del Comité de las Regiones. Ello supone un avance significativo en el reconocimiento de la lengua catalana y del resto de las lenguas cooficiales y en la garantía también de la no discriminación de ninguna de las lenguas oficiales. Por tanto, la presencia de las lenguas cooficiales de comunidades autónomas en la Unión Europea es clara y evidente y el propósito del Gobierno español, señoría, es seguir trabajando en esta dirección. Queda pendiente, como le decía anteriormente, la posible participación de los eurodiputados en la lengua cooficial que consideren oportuna en el plenario del Parlamento Europeo, pero esto –insisto– depende del propio Parlamento. En lo que compete al Gobierno, hemos hecho lo máximo que teníamos que hacer en cada momento, y lo más importante, lo que está en manos del Gobierno español, que es garantizar los derechos de los ciudadanos lo hemos hecho. Me va a permitir, señoría, que ahora que el Instituto Cervantes cumple 20 años desde su nacimiento haga algunas consideraciones por lo que eso supone de proyección exterior de respeto a las lenguas cooficiales. El Instituto Cervantes, en la promoción de las lenguas cooficiales en el exterior, que también es competencia del ministerio al que represento, ha hecho un extraordinario trabajo. Por ello, no solo en las instituciones europeas, sino también hemos progresado en este campo. Quiero informarle de que en los centros del Instituto Cervantes se han impartido un total de 174 cursos de catalán durante esta legislatura, con un total de 1.040 matrículas. En este curso académico 2010-2011, que aún no ha concluido, se han impartido 48 cursos con un total de 275 matrículas. Creo que es también relevante –insisto– para poner de manifiesto esa reflexión inicial que hacía su señoría sobre lo que supone el respeto a la lengua y a las lenguas cooficiales. También hemos impulsado la creación en Madrid del Espacio de las Lenguas Ibéricas y Prehispánicas, un centro de estudio que tiene como objetivo principal el análisis y difusión de las lenguas de la península Ibérica y prehispánicas americanas. En la actualidad también están implicados en su funcionamiento la Universidad de Alcalá, la Secretaría General de Política Lingüística de la Xunta de Galicia, la Delegación del Gobierno de la Generalitat en Madrid, el Instituto Camões de Portugal y el Instituto Etxepare que se acaba de sumar al proyecto. El centro imparte cursos de

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lengua catalana, de lengua gallega, de lengua portuguesa y está previsto incorporar también la lengua vasca en este mismo año académico. Concretamente durante esta legislatura aquí se han impartido 23 cursos de lengua catalana con un total de 452 alumnos; de los que 7 cursos, con un total de 173 alumnos, corresponden a este curso académico 201-2011. Por otra parte, señorías, como también sabe, el Instituto Cervantes ha desarrollado una relación basada en el respeto y la colaboración con el Instituto Ramon Llull desde su creación en el año 2001. En esta legislatura se han suscrito nueve convenios de colaboración, algunos directamente encaminados a reforzar la enseñanza del español y otros más desde el punto de vista cultural como la exposición, Dalí y los libros. Pero todo esto junto con conferencias que se imparten por escritores en lengua catalana, también en el centro de París, en Atenas o en cualquier otro lugar, contribuye a la difusión pero sobre todo al respeto, que es algo que nos importa por encima de todo, del uso de las lenguas cooficiales y de la promoción de nuestras lenguas oficiales en el exterior. También quiero referirme a las bibliotecas dedicadas a un autor catalán como la biblioteca Salvador Espriu en el Instituto Cervantes de Palermo o la biblioteca Juan Goytisolo en Tánger. En fin, son muchísimas las actividades que hemos hecho desde el punto de vista cultural en torno a la cultura y la lengua catalana durante la última legislatura. Concretamente han sido más de 680 actividades, de las que 274 corresponden a este último curso académico. En el año 2011 en colaboración con el Institut Ramón Llull hemos puesto en marcha, por ejemplo, un homenaje al filósofo Walter Benjamin y a la Ibiza de los años treinta, en el centro de Frankfurt; y la presentación de la ontología Poetas de las Islas Baleares, en el centro de Nueva Delhi. En definitiva, señoría, como le decía al principio este Gobierno ha tratado en todo momento no solo de respetar la identidad y la lengua catalana, sino de que Cataluña sienta de verdad que es respetada en sus sentimientos identitarios, en sus símbolos, en su lengua, en su historia y en su cultura. Se trata de una tarea que hemos empezado relativamente hace poco tiempo, es compleja, que requiere de la confianza, de la colaboración, del respeto, de sumar voluntades. Pero sin duda tenga la seguridad por parte de este Gobierno que consideramos que se trata de una tarea que merece la pena y ahí vamos a seguir. Usted me ha hecho una pregunta muy concreta con relación a la posible adhesión de Croacia. Le diré que para ello, como su señoría ha señalado, se requiere la unanimidad de todos los Estados miembros y la modificación del Reglamento que hasta el momento, desde el comienzo de la creación de la Unión Europea, en su origen las Comunidades Europeas, nunca se ha hecho. Por tanto, permítame que siga con otro tipo de iniciativas o actividades que van a garantizar...

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La señora MINISTRA DE ASUNTOS EXTERIORES Y DE COOPERA-

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CIÓN (Jiménez García-Herrera): ...no solamente el uso de la lengua sino el respeto de la misma.

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La señora MINISTRA DE ASUNTOS EXTERIORES Y DE COOPERACIÓN (Jiménez García-Herrera): Muchas gracias, señora presidenta. Señoría, un plan B es para cuando falla el plan A, por tanto, como el plan A se ha puesto en marcha, ha funcionado y está registrando notables avances, tenemos que seguir trabajando para que dicho plan A pueda implementarse en toda su dimensión y en toda su extensión. Como su señoría reconoce, se ha avanzado de una manera extraordinaria y en aquellos elementos en los que todavía no hemos conseguido el acuerdo pero tenemos convenios, tenemos el marco jurídico, tenemos el acuerdo firmado con las instituciones europeas, tenemos que conseguir que se implante de manera definitiva. En consecuencia, es una cuestión de seguir trabajando con voluntad política y de seguir avanzando en el ámbito de las instituciones europeas. No es que nos haya fallado un plan. Se han producido notables avances en todos los niveles, desde el reconocimiento institucional hasta el reconocimiento de las lenguas cooficiales. Incluso meteré en este apartado la participación de las comunidades autónomas en la formación, en los procesos de decisión por parte del Estado con relación a la Unión Europea. Hemos venido trabajando mucho en eso, como también en el control del principio de subsidiariedad o la asistencia a reuniones para cooperar y coordinarse constantemente. Eso también tiene mucho que ver con el respeto a la identidad y también tiene mucho que ver con el respeto a la lengua. Todo eso se ha venido haciendo y se ha consolidado, se ha normalizado. Luego tenemos que seguir trabajando, quedan todavía aspectos que hay que desarrollar, pero ya están esas bases –el marco jurídico fundamental suscrito, acordado– que nos van a permitir seguir avanzando en la dirección que su señoría ponía de manifiesto. Todos los acuerdos que el Gobierno de España tenía que cerrar con las instituciones europeas se han cerrado, absolutamente todos: con el Consejo, con la Comisión, con el Comité de las Regiones, con el Tribunal de Justicia, incluso con el Parlamento Europeo, en todo lo que afecta a los ciudadanos. Mi pregunta es: ¿se pueden utilizar las lenguas cooficiales? Sí. ¿Pueden los ciudadanos del Estado español, de todas y cada una de las comunidades autónomas, dirigirse por escrito en su lengua cooficial, en su lengua originaria? Sí, señoría, se puede hacer. Por tanto, no es que haya fallado el plan, es que tenemos que perfeccionarlo, tenemos que seguir avanzando. Lo vamos a hacer, esa es la voluntad de este Gobierno. Reafirmo la apuesta del Gobierno, nuestro compromiso, el cumplimiento que hemos dado a todos estos acuerdos, y siempre que haya que corregir elementos o ajustarlos lo vamos a seguir haciendo, pero insisto en que los acuerdos existen, está el marco legal, el marco normativo que nos va a permitir seguir avanzando, desde los principios de la colaboración, de la cooperación y del respeto institucional que siempre

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hemos defendido. Lo hemos venido haciendo en la relación con las comunidades autónomas y lo vamos a seguir haciendo. Es verdad que su señoría se refería al uso de las lenguas cooficiales dentro de la Administración General del Estado, donde todavía queda mucho por avanzar, pero además, como sabe, hay ya un real decreto de 6 de julio de 2007 que creó el Consejo de las Lenguas Oficiales en la Administración General del Estado, como órgano interministerial encargado de lograr el mejor cumplimiento de las exigencias derivadas de la existencia de distintas lenguas oficiales y de su reconocimiento en la actividad de los departamentos que integran la Administración General del Estado. Pues bien, ese mismo real decreto creó la Oficina para las Lenguas Oficiales en la Administración General del Estado como una unidad permanente de asistencia y apoyo al Consejo de las Lenguas Oficiales que depende de la Secretaría de Cooperación Territorial. De acuerdo con la información que posee la oficina sobre impresos, modelos y formularios de soporte físico, lo que tenemos es la consolidación de la generalización de su presentación en forma bilingüe durante el año 2010 y lo que va del año 2011, tanto de los modelos que estaban pendientes de traducción como de los nuevos modelos y sus modificaciones, y se ha incrementado la presencia de las lenguas cooficiales en las páginas web. Yo le recomiendo que, en vez de ir a las que no están traducidas, vaya a las que sí lo están. Por ejemplo, vaya a la página web del Ministerio de Industria, del Ministerio de Sanidad, Política Social e Igualdad o de otros ministerios, como los Ministerios de Trabajo e Inmigración, el de Economía y Hacienda o los de Cultura o Defensa, que han avanzado sustancialmente dentro del tercer nivel, en un 90 por ciento del nivel de traducción. Como comprenderá, señoría, por parte del Gobierno queremos hacerle ver los avances. Queda todavía mucho.

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La señora MINISTRA DE ASUNTOS EXTERIORES Y DE COOPERACIÓN (Jiménez García-Herrera): Sí, señora presidenta, estoy terminando. Le puedo decir que este Gobierno es firme en sus convicciones, y sus convicciones son muy firmes respecto a lo que representa el respeto a la lengua y a la identidad de cada comunidad, de cada región y de cada persona y cada ciudadano que sienta que tiene el respeto por nuestra parte para seguir comunicándose en su propia lengua, y lo va a seguir teniendo. Son notables los avances y le puedo asegurar que en la medida en que esté en nuestra mano seguiremos trabajando para lograr la plena normalización. Muchas gracias.

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COMPARECENCIA ANTE EL PLENO DEL SENADO, PARA RESPONDER A LA PREGUNTA DEL SENADOR IÑAKI MIRENA ANASAGASTI OLABEAGA, DEL GRUPO PARLAMENTARIO DE SENADORES NACIONALISTAS, SOBRE SI EL GOBIERNO CREE QUE EL FORO PARLAMENTARIO IBEROAMERICANO TIENE FUTURO (BOCG núm. 131, de 13 de septiembre de 2011) La señora MINISTRA DE ASUNTOS EXTERIORES Y DE COOPERACIÓN (Jiménez García-Herrera): Muchas gracias, señor presidente. Señoría, usted me pregunta si el Gobierno cree que el Foro Parlamentario Iberoamericano tiene futuro y la respuesta es: rotundamente sí. El Gobierno está convencido del enorme acierto de esta iniciativa que, como sabe bien, la hemos respaldado plenamente desde su origen y también quiero reconocer aquí públicamente que ha sido gracias a su empeño e implicación personal, así como a la del presidente del Senado, don Javier Rojo, porque también tuvieron mucho que ver con el éxito de la primera convocatoria, que animó a todos los parlamentarios de Iberoamérica para mantener la continuidad de dicho foro. El foro es un entramado clave dentro de la Comunidad Iberoamericana de Naciones que se ha ido consolidando a lo largo de los últimos veinte años, y desde luego el Gobierno lo ha defendido porque refuerza la legitimidad democrática, la gobernabilidad iberoamericana y porque tiende los puentes necesarios e imprescindibles para que las sociedades se relacionen más allá de los mandatos de la cumbre de jefes de Estado y de Gobierno. Por todo ello, insisto, el Gobierno siempre ha apoyado la celebración anual de este foro y lo va a seguir haciendo. Ya estamos pensando en el foro del año 2012, que se va a celebrar aquí, en España, particularmente en Cádiz, que es la cuna de la democracia parlamentaria en nuestro país, y, desde luego, vamos a trabajar intensamente para conseguirlo. Muchas gracias.

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La señora MINISTRA DE ASUNTOS EXTERIORES Y DE COOPERACIÓN (Jiménez GarcíA-Herrera): Muchas gracias, señor presidente. Señor Anasagasti, usted sabe que el Gobierno siempre ha tenido un especial compromiso, una especial preocupación por mantener, reforzar y potenciar las relaciones con el conjunto de América Latina. Y, además, en mi caso de una manera especial. En este momento, soy la ministra de Asuntos Exteriores, para la que siempre Iberoamérica es una prioridad, pero es que, además, he sido secretaria

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de Estado para Iberoamérica y sabe de qué manera me he entregado a potenciar esas relaciones. A lo largo de estos últimos veinte años, en todo momento hemos defendido el fomentar esa relación y, sobre todo, consolidar las cumbres iberoamericanas, y siempre hemos destacado –insisto, señor Anasagasti– de qué manera el foro parlamentario podía intervenir, podía participar y podía adquirir protagonismo. Nació en Bilbao y se van a cumplir más de veinte años con el foro que tendrá lugar en Cádiz. También el Senado como institución tiene que cumplir su función de impulsar, de mantener las relaciones, de mantener los contactos, de hacer que sus colegas de otros Parlamentos de América Latina mantengan la potencia de ese foro y, desde luego, el Gobierno siempre le va a acompañar. ¡Pero cómo no le va a acompañar el Gobierno si uno de los ejes fundamentales de su política exterior ha sido mantener todas las instituciones y todos los organismos que forman parte del sistema de cumbres iberoamericanas! Porque no solamente sentimos que parte de nuestra alma, parte de nuestro ser, está en América Latina y que realmente no se pude conocer España y no se puede entender España si no es con América Latina, sino que además el futuro y el valor añadido de nuestro país radica en América Latina.

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La señora MINISTRA DE ASUNTOS EXTERIORES Y DE COOPERACIÓN (Jiménez García-Herrera): Por tanto, sabe que cuenta con nuestro apoyo y lo seguiremos haciendo en cualquier caso. Muchas gracias.

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COMPARECENCIA ANTE EL PLENO DEL SENADO, PARA RESPONDER A LA PREGUNTA DEL SENADOR JOSÉ CARRACAO GUTIÉRREZ, DEL GRUPO PARLAMENTARIO SOCIALISTA, SOBRE LA VALORACIÓN DEL GOBIERNO DE LOS ÚLTIMOS ACONTECIMIENTOS EN LIBIA (BOCG núm. 131, de 13 de septiembre de 2011) La señora MINISTRA DE ASUNTOS EXTERIORES Y DE COOPERACIÓN (Jiménez GarcíA-Herrera): Muchas gracias, señor presidente. Señoría, efectivamente, en relación con la crisis de Libia la comunidad internacional logró, primero, con la Resolución 1973, del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, tomar una decisión que siempre hemos destacado, que está basada en la legalidad y en la legitimidad internacional. Se logró, además, una respuesta multilateral, una respuesta consensuada, con el importante apoyo e iniciativa de la Liga Árabe para apoyar al pueblo libio en sus legítimas aspiraciones y protegerlo de los continuos ataques del régimen de Gadafi. El Gobierno español consideró entonces que se daban las condiciones legales y políticas necesarias para que España, por su peso y presencia en la región, en el Mediterráneo, asumiera sus responsabilidades como miembro de la comunidad internacional. Pues bien, en estos prácticamente seis meses, que realmente es un corto período de tiempo, se han podido lograr avances muy importantes porque se ha conseguido frenar la represión violenta del régimen libio contra sus propios ciudadanos, pero también, como su señoría señalaba, la constante presión económica, política y militar ha logrado debilitar y aislar al régimen de Gadafi, de manera que hoy podemos afirmar que ya se ha iniciado una nueva etapa. Falta la detención efectiva de Gadafi, pero se ha iniciado una nueva etapa política que es la etapa de transición en la Libia posgadafi. ¿Cuál es ahora el gran objetivo, señoría? Dar pasos hacia la reconciliación nacional, iniciar la reconstrucción y poner en marcha un proceso de reforma política. Precisamente en la última cumbre que ha tenido lugar, la Cumbre de París, que se celebró el día 1 de septiembre, a la que asistió el presidente de Gobierno, se puso de manifiesto el compromiso renovado de la comunidad internacional para acompañar y asistir al pueblo libio en este proceso de estabilización y transición política. Señoría, el Gobierno de España ha hecho desde el primer momento una apuesta muy clara y muy firme por los procesos de democratización que están teniendo lugar en toda la región mediterránea. Queremos estar presentes, pero sobre todo queremos apoyar con determinación y con respeto las legítimas aspiraciones expresadas por los ciudadanos de estos países de una manera pacífica. Queremos ofrecer asistencia y apoyo político, pero dejando siempre el protagonismo y la iniciativa

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a estos pueblos para que puedan conducir sus propios de procesos de transición. Queremos contribuir a que cada país encuentre su propio camino, de tal manera que aprovechemos todas las oportunidades y minimicemos los riegos potenciales que hay en la región, que sin duda también existen, pero qué duda cabe de que se trata de una gran oportunidad. Lo que hace el Gobierno, en definitiva, es reafirmar nuestro compromiso por la paz y la estabilidad en el Mediterráneo, que es una región prioritaria para España. Tenemos un especial vínculo político, un especial vínculo cultural, un especial vínculo social. Esperan que estemos a su lado y ahí seguiremos estando siempre, como lo hemos hecho a lo largo de los últimos años y de manera particular en la llamada crisis con Libia. Muchas gracias.

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COMPARECENCIA ANTE EL PLENO DEL CONGRESO DE LOS DIPÛTADOS, PARA RESPONDER A LA PREGUNTA DEL DIPUTADO GUSTAVO MANUEL DE ARÍSTEGUI SAN ROMÁN, DEL GRUPO PARLAMENTARIO POPULAR, SOBRE EL BALANCE QUE HACE DE SU GESTIÓN AL FRENTE DEL MINISTERIO DE ASUNTOS EXTERIORES Y DE COOPERACIÓN (BOCG núm. 272, de 14 de septiembre de 2011) La señora MINISTRA DE ASUNTOS EXTERIORES Y DE COOPERACIÓN (Jiménez García-Herrera): Muchas gracias, señora presidenta. Señor Arístegui, desde el Gobierno hacemos una valoración muy positiva de la política exterior. Ha sido una política exterior basada en la defensa de los intereses de España, no solo defendiendo los ejes fundamentales tradicionales de toda la política exterior de nuestra democracia, reforzando los vínculos trasatlánticos, reforzando las relaciones con América Latina, con la cuenca del Mediterráneo, con el norte de África, reforzando nuestra posición en el seno de la Unión Europea, ampliando nuestros horizontes en los países asiáticos y en el África subsahariana, sino que también hemos tenido que abordar los crecientes retos en el ámbito de la globalización, los retos en el ámbito de la gobernanza económica global, los retos de la lucha contra la pobreza y la miseria, sobre todo en el África subsahariana, los retos que tienen que ver con la lucha y la defensa de la seguridad, la lucha contra el terrorismo internacional y la creciente presencia de España no solo en los foros internacionales, sobre todo en los foros multilaterales que abordan los grandes retos globales. Por tanto, señoría, ese balance negativo que hace descalifica su propio balance y su propia calificación, porque si no hubiera sido así no hubiéramos tenido la oportunidad, como la hemos tenido, de pactar grandes elementos de la política exterior que se han mantenido a lo largo de nuestra democracia. Muchas gracias.

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La señora MINISTRA DE ASUNTOS EXTERIORES Y DE COOPERACIÓN (Jiménez GarcíA-Herrera): Muchas gracias, señora presidenta. Ha ido a tocar, señor Arístegui, alguno de los elementos clave donde el estrépito de su fracaso durante su política exterior, la del señor Aznar, era claro y notorio en el caso de Marruecos. Por fin tenemos una política exterior con Marruecos basada en el respeto, y consideramos que es una relación estratégica y clave para la defensa de los intereses de España, ahora, con el Gobierno del señor Rodríguez Zapatero. Con América Latina hemos reforzado nuestra diplomacia no solo política sino económica en este momento tan difícil. Hay 130.000 millones de euros acumulados por las inversiones

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de las empresas españolas en América Latina y una defensa permanente de dichas empresas por parte del Gobierno de España. Alianza de Civilizaciones. Precisamente, señor Arístegui, ya es un elemento fundamental de Naciones Unidas. Más de cien países forman parte de esta Alianza de Civilizaciones. Precisamente lo que viene a poner de manifiesto la primavera árabe es que nuestra apuesta por el entendimiento, por el diálogo, por las relaciones...

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COMPARECENCIA ANTE EL PLENO DEL CONGRESO DE LOS DIPUTADOS, PARA RESPONDER A LA PREGUNTA DEL DIPUTADO JOAN CALABUIG RULL, DEL GRUPO PARLAMENTARIO SOCIALISTA, SOBRE LAS MEDIDAS QUE ESTÁ TOMANDO EL GOBIERNO PARA DAR RESPUESTA A LA CRISIS HUMANITARIA EN EL CUERNO DE ÁFRICA (BOCG núm. 272, de 14 de septiembre de 2011) La señora MINISTRA DE ASUNTOS EXTERIORES Y DE COOPERACIÓN (Jiménez García-Herrera): Muchas gracias, señora presidenta. Señoría, el Gobierno ha puesto en marcha distintas medidas para responder a esta grave crisis humanitaria. Por un lado, hemos actuado a través de los organismos internacionales que están presentes en la región como es el caso de Acnur, de Unicef, del Programa Mundial de Alimentos o de la Organización Mundial de la Salud. Y por otro lado, hemos activado seis convenios de emergencia con varias organizaciones no gubernamentales para financiar proyectos concretos que tienen que atender a un problema tan grave como la malnutrición, la salud o trabajar en el sector de agua y saneamiento. También hemos puesto en marcha mecanismos innovadores en el ámbito de la cooperación, como es la llamada cooperación triangular, para distribuir conjuntamente con Estados Unidos, con Brasil y el Programa Mundial de Alimentos alrededor de 7.500 toneladas de alimento. Todo ello siempre en coordinación permanente con los actores que trabajan el la zona, en el terreno, a través de reuniones periódicas y de la propia visita de la secretaria de Estado de Cooperación Internacional a los campos de desplazados, de refugiados y en Mogadiscio este mes de agosto. Señoría, en total el Gobierno ha invertido más de 25 millones de euros, superando la cifra inicialmente prevista dada la dimensión de esta grave crisis humanitaria. Nos hemos convertido –y nos sentimos orgullosos, señoría– en el quinto donante europeo en la crisis del cuerno de África y vamos a seguir prestando ayuda a esta región durante todo el tiempo que sea necesario. Como usted ha señalado, se trata de la peor sequía en la región en los últimos sesenta años, afecta ya a 13.000.000 de personas en una zona donde previamente ya se vivía una situación de conflicto político, desplazamiento y malnutrición. En estos momentos estamos trabajando junto a otros donantes en la apertura de corredores humanitarios que nos van a facilitar el acceso y la llegada de la ayuda, que todavía está siendo muy difícil. Y también trabajamos para que la situación no se agrave en el futuro, por ejemplo, poniendo medios para que al menos no se pierdan las cosechas que en este momento están en curso. En definitiva, señoría, España ha respondido una vez más de una manera muy rápida y muy eficaz a una crisis humanitaria. Y quiero

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además reconocer aquí el esfuerzo, la responsabilidad de las ONG españolas en esta crisis, porque demuestra que el avance que hemos conseguido entre todos en configurar una ayuda humanitaria más profesional y de impacto...

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COMPARECENCIA ANTE EL PLENO DEL CONGRESO DE LOS DIPUTADOS, PARA INFORMAR SOBRE LAS ÚLTIMAS ACTUACIONES DEL GOBIERNO EN RELACIÓN CON LA CRISIS EN LIBIA (BOCG núm. 831, de 14 de septiembre de 2011) La señora MINISTRA DE ASUNTOS EXTERIORES Y DE COOPERACIÓN (Jiménez García-Herrera): Señorías, es para mí un motivo de satisfacción comparecer de nuevo ante esta Comisión para informar sobre los últimos acontecimientos en relación con la crisis libia y especialmente sobre la respuesta que tanto el Gobierno como la Unión Europea y el resto de la comunidad internacional están disponiendo para apoyar la transición en este país. No es la primera vez que mantenemos un debate en esta Cámara sobre las revueltas democráticas que desde principios de año se están desarrollando en la región del Mediterráneo. Sin duda se trata de un proceso de gran trascendencia que está transformando el paisaje social y político de varios países desde el Magreb hasta el Próximo Oriente. Un proceso que ha despertado el interés y la simpatía de muchos ciudadanos españoles por nuestra cercanía a esos países, por nuestra vocación mediterránea y también, por supuesto, por nuestro compromiso con la defensa de la democracia y la dignidad de los pueblos y nuestra propia memoria de transición. Se trata, señorías, de un asunto prioritario de la política exterior española al que, como saben, hemos dedicado mucha atención y grandes esfuerzos. Quiero agradecer expresamente a todas las fuerzas políticas el amplísimo consenso y el apoyo recibido en todo momento, así como las aportaciones constructivas de quienes no han estado de acuerdo con todas las decisiones tomadas. Por todo ello he solicitado comparecer una última vez antes de que finalice esta legislatura, porque, como ya he señalado en otras ocasiones, me parece muy importante que los grupos políticos con representación parlamentaria puedan disponer de la información actualizada y de esta manera podamos analizar conjuntamente la actual situación así como los posibles escenarios de futuro. En este sentido, me voy a referir primero a la situación en Libia, objeto de esta comparecencia, y luego haré una valoración más amplia sobre la actualidad de los procesos de reforma y transición de la denominada primavera árabe. Señorías, la reciente cumbre de París, celebrada el pasado 1 de septiembre, a la que asistí acompañando al presidente del Gobierno, marca la nueva etapa política de inicio de la transición en la Libia pos-Gadafi. Es verdad que las fuerzas de Gadafi aún no han sido totalmente derrotadas, pero sin duda cada día está más cerca el fin definitivo de la era Gadafi para de esta manera comenzar una nueva etapa de reconciliación nacional que dé paso a su vez a un proceso constituyente que permita a los libios dotarse de un sistema en el cual puedan vivir en libertad,

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en democracia, cumpliendo con lo aprobado en la Resolución 1973 del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, que da cobertura a la operación militar. Por tanto, señorías, si en la cumbre de París del día 19 de marzo nos reunimos para reafirmar nuestro apoyo al pueblo libio en sus legítimas aspiraciones y para garantizar que íbamos a proteger a la población en el marco de la legalidad internacional, esta nueva cumbre ha puesto de manifiesto el renovado compromiso de la comunidad internacional para acompañar y asistir al pueblo libio en el proceso de estabilización y transición política que ahora se inicia. Esta nueva cumbre también ha servido para constatar el acierto de aquellos que decidieron apostar firmemente por la libertad desde el primer momento, como hizo, desde luego, el Gobierno de España. Ha sido un acierto porque, por una parte, se ha evitado el estancamiento del conflicto, es decir, la continua y permanente presión diplomática, económica y militar ha permitido debilitar y aislar progresivamente al régimen de Gadafi tanto desde el punto de vista internacional como interno y permitir así preparar el terreno para una transición hacia la democracia, pilotada, protagonizada por el propio pueblo libio a través del CNT. Pero también ha sido un acierto fundamental contar con una amplia iniciativa internacional, en primer lugar con la iniciativa de la Liga Árabe, y mantener la implicación y el apoyo de varios países árabes y de sus ciudadanos no solo para reforzar la legitimidad de esta apuesta sino también para dar un impulso a los procesos de transición ya iniciados en otros países de la región, a la vez que también se lanzaba una señal muy clara a otros países que se encuentran inmersos en procesos de cambio y donde también los ciudadanos están reclamando que estos cambios se produzcan. Lo cierto, señorías, es que el 1 de septiembre asistieron a la cita de París más de sesenta países –sesenta delegaciones, para ser más precisa–, incluidas siete organizaciones internacionales. Además se incorporaron países como Rusia, China, Brasil, India, Argelia y otros países subsaharianos que hasta ese momento habían mostrado ciertas reservas a la iniciativa internacional. Por tanto, se amplía el espacio de consenso hacia la operación y hacia nuestra actividad en Libia. De hecho, en París se produjo la conversión del Grupo de contacto de Libia en Grupo de amigos de Libia, incorporando a nuevos actores y ampliándose claramente la representatividad de la coalición. Por tanto, nos encontramos en una nueva fase, en la que ya de una manera definitiva, clara –como antes también, pero ahora de una manera más firme–, corresponde al pueblo libio decidir su propio destino y en la que la estabilización y reconstrucción del país, la reconciliación y el inicio de un proceso de reforma política figuran en la agenda como retos más importantes. Señorías, quisiera referirme de manera específica a las medidas adoptadas por el Gobierno en las últimas semanas tanto en el ámbito del reconocimiento del Consejo Nacional de Transición como en el de la ayuda humanitaria y la aportación española a la reconstrucción, así como en lo referente a la descongelación de fondos. También quiero destacar la labor desarrollada por el Gobierno en el ámbito de la protección de los españoles –me parece importante hacer este reconocimien-

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to– tanto en los primeros momentos, cuando fue necesario evacuar a una parte importante de la población española residente en Libia, como, una vez pasados esos momentos de riesgo, de peligro y de incertidumbre, para lograr la liberación del fotógrafo español Manu Bravo, detenido por las fuerzas de Gadafi. Igualmente me referiré a la posición de España en relación con el papel y la participación, dentro de la Unión Europea, de Naciones Unidas y de la OTAN, en esta nueva fase que se abre en Libia. En relación con el reconocimiento del Consejo Nacional de Transición, España, como saben, ha venido dando legitimidad progresiva a las ya nuevas autoridades libias, y lo cierto es que en todo este tiempo, tras distintos contactos y reuniones, nuestra valoración del trabajo que ha desarrollado el Consejo Nacional de Transición ha sido muy positivo. Desde el primer momento hasta la actualidad. Un trabajo muy positivo. Como recordarán, el pasado 8 de junio, coincidiendo con mi visita a la ciudad de Bengasi, se reconoció formalmente al Consejo Nacional de Transición como representante legítimo del pueblo libio, siendo el tercer país europeo en hacerlo tras Francia e Italia. En este momento contamos con un encargado de negocios, nombrado por el Consejo Nacional de Transición, en la Embajada de Libia en Madrid, donde ondea ya la nueva bandera. Y respecto a nuestra presencia en Trípoli, hemos solicitado ya el plácet para que el actual enviado especial de España ante el Consejo Nacional de Transición pueda ser acreditado cuanto antes como nuevo embajador de España en Libia. Precisamente hoy el embajador Riera ya se encuentra en la embajada en Libia junto con el resto de diplomáticos. Se trasladaron el lunes pasado desde Bengasi a Trípoli, donde estarán acompañados de personal administrativo y de fuerzas de seguridad españolas. De esta manera no solamente lanzamos un mensaje de apoyo al Consejo Nacional de Transición, sino que formalizamos el comienzo de una nueva etapa en la que la reconstrucción y la reforma del país jugarán un papel fundamental, y España quiere acompañar al pueblo libio en todo este proceso. Lo cierto también es que la hoja de ruta para el cambio político que ha diseñado el Consejo Nacional de Transición, que presentaron en la cumbre de París, ha generado muy buenas impresiones y ha reforzado cada día su credibilidad ante la comunidad internacional. Por un lado, porque existe por parte del CNT la voluntad real de integrar a todos los actores relevantes libios e incluir a personas de distinta procedencia. El objetivo es lograr la mayor representatividad tanto de personas que provienen del antiguo régimen liderado por Gadafi como representantes de las distintas tribus, como representantes también de las distintas formaciones ideológicas, es decir, quieren hacer un proceso de transición que sea lo más inclusivo y lo más representativo posible. Por otro lado, porque están lanzando siempre mensajes muy positivos hacia la reconciliación y son mensajes de moderación, mensajes de tolerancia, también para evitar actos de venganza contra aquellos que no han estado en un bando u otro, e incluso hay constantes referencias a la moderación para evitar que haya reacciones violentas contra una parte importante de la población subsahariana. Pero también porque disponen de iniciativa y de recursos para iniciar

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el proceso de transición y para la elaboración de una constitución que garantice el pleno ejercicio de los derechos y las libertades y asimismo la plena disposición para convocar cuanto antes elecciones democráticas. Quiero señalar que hoy ya son cerca de ochenta países los que han reconocido al Consejo Nacional de Transición. Y en la misma línea apoyamos que ese reconocimiento sea también asumido por Naciones Unidas y otras instituciones internacionales. En relación con la contribución española en el ámbito de la ayuda humanitaria, quiero recordar que España fue el primer país, el primero, en enviar ayuda humanitaria ante la crisis libia y ha sido uno de los países que ha respondido con una mayor rapidez y eficacia al llamamiento de los organismos internacionales. Como saben, desde entonces nuestro país ha contribuido, en primer lugar, con más de 6 millones de euros, que han servido, en primer lugar, para financiar, en los primeros días del conflicto, cuando se agolpaba la población en las fronteras, sobre todo en la frontera con Túnez, seis envíos directos y entregar casi 70 toneladas de diverso material médico, medicamentos y alimentación infantil, que han ayudado a miles de personas desde que se inició el conflicto. En segundo lugar, también hemos hecho aportaciones a los organismos internacionales, concretamente 1.750.000 euros al programa mundial de Alimentos para el establecimiento de un corredor humanitario y para la provisión de servicios humanitarios por vía aérea. Se destinaron 550.000 euros al Comité Internacional de Cruz Roja con el objetivo de que pudiera actuar en las zonas que estaban en ese momento bajo control de Gadafi –no podíamos llegar como cooperación española pero sí a través de los organismos internacionales– y 750.000 euros los destinamos al Acnur, en el marco de las operaciones de repatriación –respondimos así a la llamada que nos hizo el Acnur–, y por otro lado activamos un convenio con la Organización Mundial de la Salud por un importe de 250.000 euros. En tercer lugar, destinamos también esos 6 millones de euros para colaborar en las repatriaciones de más de 4.000 personas. España consiguió directamente repatriar más de 4.000 personas que se refugiaron en las fronteras de Libia con Túnez y también con Egipto al inicio de la crisis. En este sentido, la Agencia Española de Cooperación financió con 1.425.000 euros esta operación. Fueron 33 vuelos destinados a Egipto, Sudán, Ghana, Bangladesh y Mali. Por último, también esa cantidad, esos recursos, nos sirvieron para activar los convenios de emergencia entre la Agencia Española de Cooperación y distintas oenegés, fundamentalmente Cruz Roja Española, 250.000 euros; Acción contra el Hambre, 112.000 euros; y Save the Children, cerca de 200.000 euros, además de colaborar con la Unión Médica Árabe con un monto de 200.000 euros para la distribución de medicinas y personal médico en el este del país, cuya operación realizamos desde Egipto. En resumen, señorías, la aportación española computada a día de hoy asciende a 6,6 millones de euros, cifra que coloca a España como quinto donante europeo, por detrás de la oficina humanitaria ECHO, de Suecia, Reino Unido y Alemania. Señorías, quiero informarles también de que a principios de este mes, a petición

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del Consejo Nacional de Transición, ya hemos realizado un último envío con 18 toneladas más de medicamentos y tenemos también previsto atender la solicitud que nos han formulado de enviar equipos médicos y también prestar atención médica en España a aquellas personas que han sido heridas de gravedad como consecuencia del conflicto y que aquí podrán ser atendidos de una manera más eficaz y directa. La Agencia Española de Cooperación también está trabajando en una propuesta de MAG, una organización humanitaria, para contribuir con 550.000 euros a las tareas de desminado en el sur de Libia y otras zonas como Brega, Tobruk y Misrata. Ahora ya toca empezar la fase de acabar con las heridas provocadas por la guerra. Pero, señorías, en este momento, teniendo en cuenta las actuales circunstancias, se impone un cambio de enfoque en relación con este ámbito de la cooperación, que va más allá de la reconstrucción económica del país. Como saben, hasta este año Libia era el único país de la ribera sur del Mediterráneo que no era considerado, por sus recursos económicos disponibles, prioritario para la cooperación española, como digo, debido a su renta y al hecho de contar con importantes recursos propios. Sin embargo, Libia afronta ahora el enorme reto de construir un nuevo modelo de Estado democrático, un Estado de derecho que tiene que superar todas las carencias históricas en aspectos claves como la celebración de elecciones, la formación y constitución de partidos políticos, la defensa de la libertad de expresión, el fomento de una sociedad civil organizada. Es decir, faltan los elementos básicos de la construcción de un Estado democrático y de derecho. La cooperación española cuenta con una amplia experiencia en este ámbito que nos puede permitir contribuir a este proceso, como, por otra parte, ya estamos haciendo en otros países como Túnez y Egipto. Por todo ello, el Gobierno es partidario de poner en los próximos meses a disposición de las nuevas autoridades libias y de la sociedad libia nuestra experiencia y, llegado el momento, incluso valorar la inclusión de Libia entre los países prioritarios de la cooperación española a partir de 2012, insisto, no tanto por su situación de renta sino por la necesidad de iniciar programas e iniciativas que nos permitan acompañar en ese proceso de formación institucional y de capacitación institucional, que tan necesario es en este momento. España va a seguir participando, en coordinación con los socios de la Unión Europea, en las labores de ayuda humanitaria a Libia y ofrecerá a las autoridades libias la posibilidad de realizar iniciativas de cooperación internacional que apoyen la construcción de un Estado democrático. Igualmente, para favorecer la reactivación económica el Gobierno confía en que las nuevas autoridades también puedan beneficiarse del programa de 300 millones de euros establecido por España y gestionado a través del Banco Europeo de Inversiones en apoyo de las pequeñas y medianas empresas en los países mediterráneos del sur en proceso de transición. Por otro lado, España también está prestando asistencia a las empresas españolas presentes en el sector energético libio para que colaboren con las nuevas autoridades en el restablecimiento de la producción y distribución de los recursos necesarios para el futuro del país.

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Por último, señorías, tanto para atender las necesidades básicas de la población en términos de garantizar el acceso a los servicios básicos como agua, medicamentos, combustible y electricidad, así como también para consolidar la seguridad, para contribuir a la reconstrucción del país y a la transición, sabemos que es crucial que puedan acceder a los fondos congelados. De hecho, ya hemos puesto a disposición del Consejo Nacional de Transición 16 millones de euros, que son fondos libios depositados en España, para operaciones con fines humanitarios que han sido autorizados por el Comité de Sanciones de Naciones Unidas, y en estos momentos estamos pendientes ya de concluir operaciones –siempre autorizadas por el Comité de Sanciones de Naciones Unidas– con fines específicos, fundamentalmente humanitarios, por un valor de 50 millones de euros. No obstante, dada la nueva situación, hemos recurrido con carácter urgente al Comité de Sanciones, como han hecho otros países, para solicitar las exenciones y descongelar prácticamente la totalidad de fondos congelados en España, que ascienden a unos 350 millones de euros más, y ello con el objetivo de asegurar la provisión de ayuda humanitaria para suministros esenciales y para realizar aportaciones al mecanismo de financiación temporal creado en el seno del Grupo de contacto que permitan prestar servicios básicos al pueblo libio. Pues bien, sobre ese asunto quiero anunciarles que esta misma mañana hemos recibido respuesta afirmativa a la solicitud de descongelación de fondos libios en España por parte del Comité de Sanciones de Naciones Unidas. Señorías, a pesar de estos avances, este nuevo contexto nos exige un nuevo marco legal internacional, nos exige la rápida adopción de una nueva resolución del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas que tenga en cuenta la situación actual en relación con la titularidad de los bienes congelados, entre otros elementos, pero también una nueva resolución que nos permita definir el tipo de apoyo que Naciones Unidas tiene que prestar para la estabilización y transición en Libia. A este respecto quiero informarles que el secretario general de Naciones Unidas envió el pasado 7 de septiembre una carta al presidente del Consejo de Seguridad proponiendo el establecimiento de una misión de Naciones Unidas de apoyo a Libia por un periodo inicial de tres meses para asistir a los esfuerzos nacionales libios en ámbitos que el propio secretario general de naciones Unidas señaló como prioritarios, y los paso a enumerar. En primer lugar, para la restauración de la seguridad y el orden público; en segundo lugar, para la promoción de la reconciliación nacional y un diálogo político inclusivo, que ha sido un elemento permanente y constante; en tercer lugar, la puesta en marcha de un proceso constitucional y electoral; en cuarto lugar, la restauración de los servicios públicos y extensión de la autoridad estatal a todo el territorio, facilitar la gobernabilidad, pero sobre todo esa gobernabilidad garantiza la provisión de los servicios públicos básicos, la protección de los derechos humanos, el establecimiento de un sistema judicial independiente, la reactivación de la actividad económica y la coordinación de las demás asistencias proporcionadas por otros actores bilaterales y multilaterales. El

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secretario general de Naciones Unidas considera que para ayudar a poner en marcha todas estas iniciativas y poder trabajar en estos ámbitos Naciones Unidas puede prestar una ayuda extraordinaria, y con ese fin propone que durante tres meses Naciones Unidas mande una misión de apoyo a Libia. Esperamos que en los próximos días el Consejo de Seguridad adopte una nueva resolución que recoja todos estos elementos, porque sin duda todos coincidimos en que en esta nueva etapa los esfuerzos de la comunidad internacional tienen que ser liderados por Naciones Unidas. El Grupo de amigos de Libia seguirá trabajando, seguirá acompañando al pueblo libio y a las autoridades en esta nueva etapa, pero la nueva actividad tiene que ser liderada por Naciones Unidas. Consideramos que esta es la mejor manera de contribuir a asegurar la estabilización y la reconstrucción del país y de apoyar a las autoridades libias en este nuevo proceso de reconciliación nacional. Esa es la manera que nos parece más efectiva para acompañar el proceso de transición democrática que ahora se inicia. Señorías, en cuanto al papel de la Unión Europea, cabe recordar que la alta representante de la Unión para Asuntos Exteriores y de Seguridad, la señora Catherine Ashton, ha señalado cuatro áreas en las que desea que los socios europeos concentremos nuestra labor de apoyo a Libia, cuatro áreas que han sido también planteadas por las nuevas autoridades como de las que les gustaría que la Unión Europea se hiciera cargo, siempre respetando su aprobación en todo este proceso y, por supuesto, coordinando la actividad con otras organizaciones. Las cuatros áreas que ha identificado la Unión Europea junto con las nuevas autoridades son las siguientes. En primer lugar, apoyar y hacer llegar la ayuda humanitaria. En segundo lugar –y es importante que sea la Unión Europea la que se encargue de ello–, el sector de seguridad y en especial la reforma de la policía, el control de fronteras y control de armas, que las nuevas autoridades también han identificado como un área especialmente sensible de la que se tendrán que ocupar en los próximos meses. En tercer lugar, la dimensión económica, incluyendo la reactivación de la actividad económica, el retorno de los trabajadores, pero aquí también habrá que empezar a dialogar sobre los acuerdos de asociación entre la Unión Europea y esta nueva Libia, como también habrá que empezar a dialogar sobre los marcos de relación económica. Y finalmente, el apoyo al fortalecimiento democrático, apoyando la formación de partidos políticos y esta nueva sociedad civil organizada. Vamos a colaborar con nuestros socios europeos en estas áreas, especialmente en el sector de la seguridad, que es donde España tiene una mayor experiencia –lo hemos hecho en América Latina, en Centroamérica y en países del área subsahariana– y un especial valor añadido que aportar. Hemos hablado del papel de España y de la Unión Europea. En cuanto al papel de la OTAN, como saben, el Gobierno ha decidido mantener la presencia española en la operación Protector Unificado mientras persista la resistencia armada. Todavía hay algunos focos de resistencia armada. Se hace preciso seguir protegiendo al pueblo libio y, por tanto, España seguirá, junto con sus socios, dentro de la OTAN,

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pero ya estamos trabajando en la articulación del futuro papel de la OTAN en la fase posconflicto, un papel que debería llevarse a cabo bajo tres condiciones: en primer lugar, el papel que tenga la OTAN tendrá que ser bajo petición Libia; en segundo lugar, bajo el liderazgo de Naciones Unidas en la coordinación de los esfuerzos de la comunidad internacional, y en tercer lugar, con una base legal adecuada. Estamos hablando no de la etapa de protección de la sociedad civil y el mandato de la Resolución 1973, estamos hablando de la etapa posconflicto. Las tareas que la OTAN podría desarrollar en un futuro próximo se centrarían en dos ámbitos: por un lado, nuevas tareas de apoyo logístico y de protección de las misiones humanitarias –es otra de las áreas donde se podría definir su misión– y, más a largo plazo, una contribución a la reforma del sector de seguridad y sobre todo de defensa, que tendrá que acometer el futuro Gobierno libio. La iniciativa, en todo caso, corresponde a las nuevas autoridades libias, corresponde al pueblo libio, que cuenta con el apoyo y la disposición de la comunidad internacional a seguir asistiéndole. Insisto, es necesario que el Consejo de Seguridad adopte cuanto antes una nueva resolución que tenga en cuenta la situación actual, que recoja la representatividad de las nuevas autoridades y que precise el tipo de asistencia que se recaba. Señorías, me gustaría también aprovechar esta comparecencia para hacer una valoración general sobre la situación de los procesos de cambio político en los principales países de Oriente Medio y de África del norte.En primer lugar, tanto en Túnez como en Egipto, tras la caída de los regímenes de Ben Alí y de Mubarak a principios de año, se han puesto en marcha los procesos de transición. Es cierto que teniendo que salvar muchas dificultades políticas y económicas, pero a pesar de estas dificultades los procesos de apertura siguen adelante y en otoño se prevé la celebración de elecciones democráticas, que darán paso a procesos constituyentes. En este sentido, el Gobierno está promoviendo una política activa de acompañamiento para que, de acuerdo con los ritmos y procedimientos marcados por los propios pueblos concernidos, estos procesos desemboquen en la formación y consolidación de sociedades democráticas. En segundo lugar, en otros países, como es el caso de Marruecos –también en Jordania–, en los últimos meses se han ido adoptando medidas para profundizar en reformas políticas ya iniciadas. Concretamente en Marruecos, antes de las elecciones, previstas para el 25 de noviembre, deberá aprobarse una ley orgánica sobre partidos políticos, una ley orgánica sobre la cámara de representantes y la ley electoral. Es decir, se han adoptado medidas y se están dando pasos firmes y definitivos hacia consolidaciones democráticas. En Jordania también se ha optado por canalizar ese movimiento popular hacia una reforma modernizadora del sistema político, con una nueva propuesta constitucional que se está debatiendo en este momento en el Parlamento y con la voluntad de elaborar una nueva ley electoral y una ley de partidos políticos, que es lo que va a permitir avanzar en el camino de las reformas. El Gobierno de España ha hecho una valoración positiva de estos anuncios de reforma y ha alentado y apoyado

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estos procesos, que es verdad que se iniciaron hace años, pero están suponiendo un avance extraordinariamente positivo a nuestro juicio. Por otro lado, en Yemen, la ausencia del presidente Saleh, que está convaleciente en Arabia Saudí por un atentado del que fue objeto, ha hecho renacer las esperanzas de una salida ordenada del presidente si todas las partes aceptan el plan del Consejo de Cooperación del Golfo, un plan para el establecimiento de un gobierno de transición que permita iniciar y consolidar la reforma. En todo caso, valoramos positivamente que desde hace algunas semanas hay una cierta calma en la capital y eso ha permitido la reapertura de nuestra embajada en Yemen junto con las otras europeas que tuvieron que cerrar provisionalmente por el deterioro grave de la seguridad. El principal reto que afronta la comunidad internacional en la región mediterránea en este momento es sin duda la situación en Siria. Existe un firme consenso en el seno de la Unión Europea en el sentido de considerar inaceptable, intolerable, la situación en Siria, la represión brutal que está efectuando el régimen sirio contra su población. España ha sido muy firme y constante en la condena de la brutal represión y en hacer llegar mensajes firmes y contundentes a las autoridades sirias. Lamentablemente, hasta este momento no ha habido respuesta, ni siquiera después de llamadas del secretario general de Naciones Unidas o de países especialmente cercanos. La respuesta siempre ha sido la misma: más y más represión, más y más detenciones, más y más muertes en las calles. El régimen ha ido tan lejos que ya no tiene salida alguna. En este sentido, ha perdido toda credibilidad, porque, si bien contestaba diciendo que se iba a acabar con la represión, nunca ha terminado con ella; más bien se ha incrementado en las últimas semanas. Por eso, sumándonos a la petición de otros países de la comunidad internacional, también el Gobierno español pidió este pasado mes de agosto la salida del presidente Assad, que permitiera el inicio de un nuevo proceso de paz y democracia en el país. Igualmente somos partidarios de avanzar en la adopción de medidas sancionadoras más enérgicas con objeto de que el Gobierno sirio comprenda que la Unión Europea está tomando muy en serio esta intolerable actitud de represión continua contra su propia ciudadanía. El objetivo es que las sanciones incidan en el régimen, aislarlo, pero que incidan en el régimen y que tengan la menor incidencia posible sobre la población civil. Ante la evidencia de que Assad no está dispuesto a parar la represión, el Gobierno de España espera que la comunidad internacional actúe con una mayor firmeza. Consideramos que es el momento inexcusable de que el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas adopte una resolución condenatoria que evite que la población civil siga sufriendo la brutal represión; que acabe con la represión y que acabe con las detenciones arbitrarias y con los asesinatos; que acabe con la violencia. Por otro lado, lo que hemos hecho ha sido seguir con atención todos los esfuerzos de la oposición siria que les permitan impulsar un movimiento de alternativa al régimen y vamos a continuar apoyando al pueblo sirio en su voluntad de que se abra un proceso de transición pacífico, un proceso de transición democrático que ampare sus legítimas aspiraciones, porque a lo único que aspiran es a vivir en libertad.

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En fin, señorías, la posición del Gobierno ante este trascendental proceso de reformas democráticas en varios países del Mediterráneo ha sido desde el primer momento la de estar presentes, pero sobre todo la de apoyar con determinación y respeto. Nos importa mucho que la determinación, la fortaleza y el respeto estén situados en el mismo plano que las legítimas aspiraciones expresadas por los ciudadanos de estos países de manera pacífica. En definitiva, se trata de que cada país encuentre su propio camino, de tal manera que se hagan posibles las oportunidades, se minimicen los riesgos potenciales en el conjunto de la región, que sin duda existen, pero sabiendo que todo este proceso de cambio impulsado por los ciudadanos abre un proceso de oportunidad en toda la región. Como decía, se trata de poner en marcha políticas de acompañamiento y de asistencia, pero dejando el protagonismo y la iniciativa para conducir dichos procesos de transición en las manos de los pueblos de estos países. Señorías, este mismo planteamiento es el que subyace también en relación con la posición del Gobierno sobre la iniciativa del reconocimiento del Estado de Palestina. En estas últimas semanas estamos trabajando muy intensamente para, en primer lugar, lograr que la Unión Europea mantenga una posición común en torno a la iniciativa palestina en Naciones Unidas, algo a lo que damos mucha importancia no solamente por lo que representa de política exterior de la Unión Europea, sino también por la fortaleza que damos a la decisión que se adopte votando de manera conjunta los países de la Unión Europea. En este contexto de Unión Europea hemos mantenido muchísimas reuniones, pero la principal consideración que debe guiarnos es cómo podemos contribuir mejor a la causa de la paz. Así se lo hemos hecho saber a las autoridades palestinas, así se lo hemos trasladado al Gobierno de Israel: lo que quiere la Unión Europea en este momento, después de tantos años de negociaciones, después de tantas dificultades y de tantas tensiones, es poder contribuir al objetivo de la paz. En este sentido los países de la Unión Europea somos conscientes de que el objetivo de la paz solo se podrá lograr mediante la vuelta a la mesa de negociaciones tanto de Israel como de Palestina porque tienen que acordar los parámetros básicos en los cuales podrán convivir como dos Estados en paz y seguridad. También resulta importante en este momento actuar con responsabilidad y moderación, y es lo que estamos haciendo para evitar mayores tensiones, sobre todo ante situaciones como las que hemos vivido en los últimos días con el ataque a la embajada de Israel en El Cairo, que España ha condenado, o el reciente incendio causado en una mezquita en Cisjordania por un grupo de colonos, que también España ha condenado. En este momento mantenemos un diálogo permanente con las autoridades palestinas y con el Gobierno de Israel para contribuir a buscar una salida negociada y poner fin a la crisis que se vive en la región. Señorías, quiero referirme también a la aportación de nuestro país a la definición y ejecución de la política seguida estos meses por la Unión Europea respecto al Mediterráneo sur. Nos felicitamos al comprobar cómo hemos entrado ya en

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una ejecución práctica de las ofertas políticas y financieras a las que la Unión Europea se ha comprometido con sus vecinos meridionales en el enfoque de más por más de la nueva política europea de vecindad. En este sentido, consideramos que debe darse prioridad a apoyar las transiciones hacia la democracia: el Estado de derecho, el respeto a los derechos humanos y la lucha contra la corrupción. La buena coordinación de todas las herramientas, la búsqueda de sinergias y sobre todo la mejora de la visibilidad y eficacia de la acción comunitaria son muy necesarias ahora que se aceleran los procesos electorales y de transición. La task force que se ha constituido para el Mediterráneo sur y el nombramiento de don Bernardino León como nuevo representante de la Unión para esta región son piezas que ya están contribuyendo a esta labor. En relación con la Unión por el Mediterráneo, consideramos que en el contexto actual –y sobre todo tras el nombramiento en julio de su nuevo secretario general– debe recobrar su sentido y dar un nuevo impulso al proceso de asociación euromediterránea, ya que puede aportar valor añadido en apoyo de la democracia, la estabilidad económica y el desarrollo en este espacio geográfico. El Gobierno, que siempre ha otorgado a esta iniciativa una gran importancia y la ha apoyado desde el principio –hay que recordar que la Unión por el Mediterráneo parte de una iniciativa española, del llamado proceso de Barcelona–, está convencido de que las transformaciones que están experimentando los países de la ribera sur del Mediterráneo no solo abren nuevas perspectivas para la cooperación regional euromediterránea, sino que la Unión Europea y los países del sur pueden traducir estos cambios políticos en oportunidades para incrementar nuestras relaciones. Así se lo he transmitido al secretario general, Youssef Amrani, con el que he tenido ocasión de reunirme en varios momentos en estos últimos meses, la última vez el pasado lunes. Por otro lado, como saben, para España es una prioridad también que se consolide una Magreb próspero, pero también un Magreb integrado. Los cambios operados en Túnez y en Libia abren nuevas perspectivas en este objetivo, como también las reformas en marcha en Marruecos y el nuevo papel de Argelia respecto a los acontecimientos en la región. Realmente creemos que hay una nueva oportunidad para la región con todos estos actores tan relevantes en la zona. Es muy importante que Marruecos y Argelia continúen el proceso de acercamiento que ya han iniciado con el intercambio de ministros sectoriales, porque tanto Marruecos como Argelia están llamados a desempeñar un papel clave para que el Magreb ocupe el lugar destacado en el mundo árabe, africano y mediterráneo que le corresponde. En este sentido, el Gobierno desea que pueda celebrarse cuanto antes una conferencia del Grupo 5+5 para poner de manifiesto el compromiso de la Europa mediterránea occidental con nuestros socios magrebíes. Asimismo, creemos que la participación de Libia en la Unión por el Mediterráneo y la política de vecindad van a ser muy beneficiosas para Libia y para la cooperación euromediterránea. Por tanto, señorías, nos encontramos ante un momento de una gran responsa-

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bilidad, es verdad, pero también ante un momento de oportunidad para impulsar las reformas democráticas y dar un paso definitivo hacia la paz y la estabilidad en la región. El recuerdo del 11-S pone especialmente de manifiesto la urgencia de lograr ese objetivo común de apoyar los procesos de democratización y la asistencia a los países que sigan esta línea. El Mediterráneo, señorías, forma parte de nuestro entorno más cercano, forma parte de nuestra vecindad y es una prioridad de la política exterior española. Compartimos intereses, compartimos las mismas aspiraciones de vivir en paz, en libertad y en democracia; es mucho más lo que nos une que lo que nos separa y, sin duda, la democratización va a contribuir a reducir las desigualdades económicas entre la ribera norte y la ribera sur. Son muchos los retos a los que debemos hacer frente de manera conjunta fomentando la cooperación y la concertación. Es cierto que persisten riesgos y dificultades, pero también es cierto que las transformaciones políticas que se han puesto en marcha con la llamada primavera árabe tienen un enorme potencial que debemos saber aprovechar. Tenemos que estar a la altura de estas nuevas circunstancias, por ello el Gobierno ha hecho una apuesta clara por los procesos de democratización: ofrecer asistencia y apoyo político, un compromiso con la región que es muy serio, muy firme y sostenido, y estoy segura de que sus señorías también lo comparten. Señor presidente, señorías, a partir de este momento estoy a su disposición, como siempre.

* * *

La señora MINISTRA DE ASUNTOS EXTERIORES Y DE COOPERACIÓN (Jiménez García-Herrera): Señorías, muchísimas gracias por sus reflexiones y sus aportaciones. Voy a tratar de responder a los planteamientos y preguntas que me han hecho y a las inquietudes que también han planteado. Voy a empezar por la intervención del señor Llamazares. Señor Llamazares, el hecho de que usted sobre esta cuestión en particular tenga una posición, que es minoritaria en la Cámara –y, por lo que sabemos, también en el conjunto de la comunidad internacional–, no significa que sea la que tenga que mostrar una mayor superioridad moral, como nos quiere dar a entender aquí. Ese juicio de valor de que hemos pasado de un derecho internacional de valores cuando dice que lo hemos dejado atrás, permítame que le diga –ya que usted hace una valoración, yo también la hago– que no lo acepto. Precisamente porque hemos apostado por una política exterior basada en los valores, en la democracia y en la defensa de los derechos humanos y de los derechos fundamentales y las libertades, hemos querido dar algunos pasos en la dirección que hemos considerado importante. Le quiero recordar que el régimen de Gadafi llevaba oprimiendo, pisoteando, lesionando, vulnerando y violando los derechos fundamentales de todo un pueblo durante cuarenta y dos años. Sé que pasa en muchos otros países, pero hay que saber que solo a partir de un determinado momento, cuando son los propios ciudadanos los que deciden emprender un proceso de cambio y de

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reforma, se les puede apoyar; a partir de ese momento. Eso es lo que hemos hecho. A pesar de que la primavera árabe o encrucijada árabe –llamemos como llamemos a todos estos procesos de cambio y de reforma– entraña riesgos y dificultades, no podemos ignorar que se abre una extraordinaria oportunidad para todo el mundo, sobre todo para la región. La señora Valenciano hablaba –y con razón– de la excepcionalidad árabe, porque no había democracias consolidadas. ¿Por qué no abrir una oportunidad? Es verdad que empezó en dos países que implosionaron, lo que ha permitido que solo con el apoyo y el aliento de sus propios ciudadanos puedan empezar procesos de reforma y de cambio. Son Egipto y Túnez y, aun con dificultades, conseguirán consolidar sus procesos de reforma; y hay muchos otros. Pero lo que percibo es que ya no hay vuelta atrás. Ya no hay marcha atrás en ningún país. ¿Qué alternativa me está ofreciendo? ¿De qué alternativa estábamos hablando si no es lo que hemos hecho? Por cierto, la comunidad internacional ha reaccionado, no ha sido una política atlántica. Si me permite que se lo diga, eso es una retórica del pasado, porque hasta donde yo sé ha sido la Liga Árabe la que propuso o planteó la iniciativa, la resolución en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas. Desde el principio han participado en todas las reuniones tanto la Liga Árabe como la Unión Africana, además de por supuesto la Unión Europea, pero también países como Turquía, es decir, la práctica totalidad de la comunidad internacional. Además, se aprobaron dos resoluciones: la 1970 y la 1973 del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas. Me las he leído en muchas ocasiones no solamente porque he comparecido en esta Cámara, sino porque me importaba saber hasta qué punto se cumplía, y he de decir que en todo momento se ha cumplido la legalidad internacional. Es su juicio, señor Llamazares, y por supuesto lo respeto, como todas las opiniones que tengan sus señorías en esta Comisión y en esta Cámara, pero no lo puedo compartir, ya que ha sido un avance extraordinario. Por supuesto que sé que el conflicto no ha acabado y que ahora empieza la etapa más complicada, más compleja, más difícil: iniciar un proceso de reconciliación nacional, consolidar un proceso de reforma, avanzar hacia la democratización, la institucionalidad democrática, el fortalecimiento de la sociedad civil. Por supuesto, es un largo camino, pero –insisto– ¿qué alternativa teníamos a lo ya existente? Sabíamos que se estaba matando impunemente a la población y creo que la comunidad internacional hizo bien en reaccionar. Es verdad que, como en todo conflicto, se producen pérdidas dolorosas, pero creo que la posibilidad de haber acompañado a los libios en la construcción de una democracia y que todos los ciudadanos puedan aspirar a vivir en libertad ha sido una buena decisión. Siempre las cosas se pueden hacer mejor, siempre hay fallos y todavía tenemos mucho que avanzar, pero mi valoración –me va a permitir que lo diga– es que hemos avanzado precisamente en eso en lo que usted decía que adolecemos, en una diplomacia, en una política exterior basada y enfocada a consolidar la democracia, a respetar los derechos fundamentales y a conseguir que todos los ciudadanos puedan vivir en

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libertad. Ese es el inicio de la Alianza de las Civilizaciones, el entendimiento entre culturas, entre pueblos, entre las sociedades y entre religiones. Sí se ha protegido a la población, y me parece una falta de respeto hacia el propio pueblo libio y hacia sus dirigentes que usted diga que la comunidad internacional ha establecido un protectorado, porque si algo han tenido claro los dirigentes libios desde el principio es que no podíamos introducir nada, absolutamente nada que no estuviera consensuado o acordado con ellos. Hemos acompañado, y todo lo que se ha hecho y todo lo que se haga será siempre a petición de las autoridades libias. Desde luego eso no es un protectorado e –insisto– me parece una falta de respeto no solo hacia el trabajo que está haciendo el Consejo Nacional de Transición, sino también hacia todas aquellas personas que han perdido la vida precisamente porque buscaban la libertad de su país. Paso ahora a profundizar sobre algunas cuestiones concretas a las que se ha referido. Hablaba de ese gran Oriente democrático, pero, en fin, yo creo que estas son discusiones más intelectuales que reales en este caso que nos ocupa. Por ejemplo, no puedo coincidir con el análisis que dice que Irán ha adquirido protagonismo a raíz de la primavera árabe, porque yo creo que está más aislado que nunca, y tampoco con un análisis que no vea, por ejemplo, la posición de Turquía, que es el otro gran país –se ha olvidado citarlo– que está en la región, o sus relaciones con Irán o con Siria. ¿Qué papel está jugando? ¿Cómo está cambiando su marco de relaciones con dichos países? No coincido con ese análisis, porque para mí los que han ganado en este proceso son, en primer lugar, los pueblos que estaban oprimidos. Digámoslo con todas las letras. Se ha abierto una oportunidad y se ha utilizado. Por tanto, estos son los que han ganado con la primavera árabe, que con riesgo de su vida han decidido asumir su propio destino. Porque a veces es muy fácil opinar desde aquí –yo también lo hago–, pero hay que preguntarles también a ellos, y yo he estado en la región. Por tanto, estos son los primeros que han salido victoriosos de este proceso. Y fuera del mundo árabe creo que han sido Occidente y Turquía los que han sabido entender qué es lo que estaba en juego, y no han dudado en apoyar los movimientos de liberación. Desde mi punto de vista, Rusia y China, con su posición en el Consejo de Seguridad, no han entendido hasta qué punto es profundo el cambio que se está produciendo en la región. China acudió finalmente a la reunión de París, pero no han entendido lo profundo del cambio, y es irreversible. Creo que Irán ha quedado completamente fuera de juego, si acaso algunos revolucionarios vieron en la represión de 2009, tras las elecciones, un precedente de lo que iba a ocurrir en 2011. Y, por otra parte, hay que reconocer que incluso las autoridades iraníes han pedido al presidente Assad y al régimen que escuche a la gente en la calle, lo cual son elementos interesantes a los que cualquier observador internacional, y más si uno tiene la responsabilidad de conducir las relaciones internacionales, tiene que estar especialmente atento. Claro que hay riesgos. Por ejemplo, casi todos los intervinientes han citado el

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riesgo de islamización, sin decirlo quizá con esas palabras, pero han citado la sharia como fuente para la legislación del país. También es cierto, y lo ha dicho la portavoz del Grupo Socialista, que en un país donde se practica un islamismo moderado, como es el caso de Libia, es entendible, es natural, no choca que se recurra a esa fuente para conformar la legislación. ¿Por qué? Porque se utiliza, entre otras. También se hace una referencia expresa al respeto de los derechos fundamentales, al pluralismo, al papel de la mujer. Es decir, también hay que citar otras cosas. Desde luego, el presidente Zapatero cuando estuvo en la reunión París centró parte de su intervención en la necesidad de configurar un Estado laico. Fue el único que hizo una mención expresa a esta cuestión. Pero hay que saber lo que es un país donde hay una práctica de un islamismo moderado, como ocurre en Marruecos, en Túnez o en Egipto, que también viene recogido en sus propios textos legales. Ahora, ¿que hay que estar atentos? Claro que sí, y hay que saber que son riesgos que hay que tratar de evitar. ¿Que hay otros riesgos, como señalaba también el señor De Arístegui? Por supuesto, como el tráfico de armas o la presencia de armas de manera indiscriminada después del conflicto. Esto es algo de lo que incluso el Consejo Nacional de Transición ha alertado; lo ha puesto de manifiesto y ha pedido a la comunidad internacional que le ayude en este proceso de control de armas. ¿Que hay riesgo también de incorporación de ciertos sectores de terrorismo yihadista por la zona, por la región, por la cercanía del Sahel, por la situación de conflicto, por la situación de desgobierno? Por supuesto que se conocen estos riesgos y se está trabajando con el Consejo Nacional de Transición para ayudar a controlar un riesgo que nadie quiere tener presente en su país, porque saben que eso no contribuye a la estabilidad, pero tampoco a la prosperidad ni a la consolidación de un proceso que con tanto esfuerzo han conseguido poner en marcha. ¿Que hay otros riesgos que tienen que ver con la dificultad de conformar un Gobierno de transición debido a su heterogeneidad? También, las disensiones internas. Pero los españoles sabemos, por nuestra propia experiencia, que en los procesos de transición hay que incorporar a sectores de otros ámbitos que han pertenecido al antiguo régimen para poder poner en marcha un proceso de transición; lo sabemos. Si hablamos de un proceso de reconciliación nacional, tiene también estos elementos. Lo que tenemos que tener claro es que esos elementos como el respeto al Estado de derecho, un Estado plural, democrático, inclusivo e incluyente tienen que ser las reglas que ahormen todo lo demás. Por lo tanto, hay riesgos señorías; claro que sí. Pero también, desde mi punto de vista –y siento que les parezca excesivamente optimista–, es una enorme oportunidad para la región. Creo que la comunidad internacional ha trabajado mucho y bien, pero todavía nos queda mucho por hacer. La Unión Europea tiene un papel muy importante que jugar y quizá en este momento por las características del conflicto no ha jugado el papel que le está esperando –y contesto al señor Xuclà–. La Unión Europea va a tener un mayor compromiso en la etapa de reconstrucción con su política de vecindad sur, donde he visto que ha habido un proceso de cambio dentro de la

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Unión Europea desde el inicio del conflicto hasta hoy, donde hay un compromiso y una conciencia clara de cómo se puede avanzar desde el punto de vista de la reconstrucción económica, desde el punto de vista de la reconstrucción política, en el ámbito de la seguridad, en el ámbito de la incorporación de la institucionalidad democrática, de las capacidades institucionales, el reforzamiento a la sociedad civil, y es ahí donde cada institución va a tener un papel y un protagonismo destacado en cada momento. Cuando hubo que implantar y poner en marcha las dos resoluciones, la 1970 y la 1973, es verdad que para proteger a la población civil, era la OTAN la que adquirió un mayor protagonismo y la que impulsó que se pudiera poner en marcha implementar las dos resoluciones. Pero cada institución va a tener su papel, y ahora en la etapa pos–Gadafi es el papel de la Unión Europea. Quedan muchas cosas por hacer, claro que sí. ¿Hay riesgos? También, y los hemos enumerado; también el señor De Arístegui lo ha hecho. Son riesgos que tienen que ver con la infiltración del terrorismo, con el tráfico de armas, con el riesgo de acabar con una ilusión de un país laico, democrático, de libertades, riesgos también migratorios, pero creo sinceramente que se abre una época de oportunidades. No vamos a hablar de todos los países, no tenemos tiempo en esta comparecencia. Hemos citado Egipto, Túnez, y se ha citado por parte de los intervinientes Yemen o Bahréin, pero Siria es quizá el que más nos preocupa. Han citado otras medidas. El Gobierno de España las está pidiendo en el Consejo de Seguridad, porque nos parece absolutamente imprescindible que sea el Consejo de Seguridad el que adopte una resolución condenatoria, donde se haga más visible aún el aislamiento del régimen sirio. Estamos poniendo en marcha sanciones, no solamente de limitar los viajes y la movilidad de los dirigentes sirios, sino también sanciones económicas con el petróleo, etcétera. Es decir, hay medidas de presión muy fuertes. Me preguntaba de una forma directa el señor Xuclà si íbamos a retirar a nuestro embajador. Sobre esto le diré dos cosas. Una, la retirada de los embajadores es, dentro de la Unión Europea, una decisión no escrita en el sentido de que se adopte por consenso entre todos los miembros de la Unión Europea. Aquí España ha estado en el consenso, quien ha roto el consenso ha sido Italia. Pero le diré más, el embajador italiano ha vuelto y ha sido utilizado por las autoridades sirias para decir: esto demuestra que Italia y Siria están recuperando su relación. Las medidas diplomáticas de presión tienen que ser muy medidas, porque, si no, finalmente no conseguiremos el efecto buscado, que es una reacción de dureza. Si nosotros, en el ámbito de la Unión Europea, no la coordinamos con el resto de la comunidad internacional, no podemos avanzar después manteniendo dicha posición. A veces necesitamos a los embajadores para que defiendan a nuestros nacionales allí o para que informen de manera adecuada sobre lo que está ocurriendo, y se conviertan en testigos de lo que está sucediendo cuando se impide la entrada de otros actores en la zona. En relación con Palestina siempre he mantenido la misma posición desde el

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día en que llegué al ministerio, que ha sido una posición compartida ampliamente por todos los grupos de la Cámara. Siempre he defendido –como también ha defendido el primer ministro de Israel, no es algo extraño– que la única solución para lograr la paz en Oriente Medio es la consolidación de los dos Estados: el Estado de Israel y el Estado de Palestina. Esa es la única solución o la solución pasa por esto, por la consolidación y el reconocimiento de los dos Estados. Por tanto es razonable y es natural que España trabaje para que se reconozcan los dos Estados, porque eso supondrá el fin del conflicto. Ahora, también sabemos que el reconocimiento en sí tiene que venir acompañado de una negociación entre los dos actores para que el mismo tenga consecuencias prácticas, tienen que hablar de las fronteras para definirlas, tienen que hablar de la capital, tienen que hablar de los refugiados, en resumen tienen que hablar de todas las cuestiones prácticas que implica el reconocimiento del Estado. Por tanto no existe contradicción alguna entre trabajar para dar pasos hacia la consolidación de un Estado palestino, y al mismo tiempo pedir que vuelvan a la mesa de negociaciones para que se acuerden los extremos prácticos de esa declaración de reconocimiento. La situación es muy compleja y lo que queremos hacer es lo que estamos haciendo como país, ayudar a las partes, y tenemos el respeto de las partes para poder ayudar a reconducir esa situación. En cuanto a la pregunta que me ha hecho la señora Valenciano sobre la razón de que algunos países como Sudáfrica y Argelia no hayan reconocido al CNT y cuándo lo van a reconocer, le diré que algunos países no lo han reconocido y por eso la Unión Africana aún no ha podido tomar una posición de consenso, aunque la Unión Africana como organización ha estado presente en todas las reuniones y ha mantenido una posición muy constructiva. La verdad es que cada vez son más los países subsaharianos que lo han reconocido. Posiblemente tras una nueva resolución del Consejo de Seguridad, producto de las conversaciones que tenemos con estos países, la Unión Africana asuma que la Libia de ahora tiene una nueva legitimidad, y en este sentido podrán dar ese paso. Estamos esperando esa nueva resolución. Sudáfrica es el país más relevante dentro del África subsahariana que junto con Argelia ha estado buscando una solución política que diera juego al régimen. En la nueva situación tengo que decir que Argelia, que se juega mucho porque es un país vecino, decidió estar en la cumbre de París y hay que reconocerle el gesto y la valentía. Como su propio ministro de Asuntos Exteriores ha informado, está teniendo contactos fluidos y permanentes con las nuevas autoridades, y estamos convencidos de que en una o dos semanas Argelia dará el paso y procederá a reconocer al Consejo Nacional de Transición porque está mirando ya hacia el futuro. Para Sudáfrica no es una cuestión tan vital como lo es para Argelia, pero estoy segura de que también se producirá ese reconocimiento, tratando de superar posiciones que están más ancladas en el pasado. Lo que vemos es una comunidad internacional que por primera vez, después de muchos años, ha conseguido forjar

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un amplio consenso político, y ese consenso es producto de muchas cosas, pero sobre todo de un entendimiento y por encima de todo de unos valores y unos principios que defender, cada uno en mayor o menor medida, porque es cierto que hay diferencias, pero al menos dentro del marco teórico que a todos nos ha animado: la democracia, la defensa de los derechos fundamentales, los derechos humanos, las libertades, todo se ha tenido presente. Insisto en que siempre podemos ir más allá en los planteamientos, pero creo que, como dije al inicio de mi intervención, se nos abre una gran oportunidad a partir de este momento. Aún no somos plenamente conscientes del cambio histórico que suponen todos los movimientos de cambio y las reformas que se han abierto en esta región del Mediterráneo, incluso para el reconocimiento del Estado palestino, porque si somos coherentes en el sentido de decir y de pensar que hemos apoyado las aspiraciones de sus propios pueblos, creo que tenemos una obligación moral de saber cuál es la aspiración de un pueblo, no solamente desde hace unos años, sino desde hace ya bastantes décadas.

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