DOMINGO II ORDINARIO

Año XXXIX – Número 11 – Ciclo C – 20 de Enero de 2013 DOMINGO II ORDINARIO PRIMERA PAGINA Es Dios Fiesta Quizás muchos se asombren de que el primer

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Año XXXIX – Número 11 – Ciclo C – 20 de Enero de 2013

DOMINGO II ORDINARIO

PRIMERA PAGINA Es Dios Fiesta Quizás muchos se asombren de que el primer signo de Jesús se produzca en una boda, porqué mostrarse creando vino en un mundo plagado de injusticias y enfermedades, porqué realiza su primer milagro en un contexto tan celebrativo, porqué entrar en la historia, mostrando quién era, en la fiesta de después de un boda. Y son muchas las razones y ninguna menos importante que otra. El evangelista quiso contar con este relato del primer signo de Cristo, que Jesús actuó: - Para expresar la ruptura con el judaísmo, representado en el agua de aquellas tinajas que los judíos usaban para la purificación, con Jesús el ritual del judaísmo, toda la ley antigua va a dar paso al vino, signo del cristianismo. - Porque se lo pidió su madre, María, figura poderosa en la intercesión ante Dios, que nos invita a pedir, la angustia de María, expresa la angustia de la humanidad: ¡no tenemos pan! ¡en el mundo reina la injusticia!, ¡hay tanta violencia a nuestro alrededor! Pero no debemos pedir de cualquier manera sino como ella, expresando la necesidad con una confianza de fe que sabe que el milagro tiene que venir ("No les queda vino") para dejar que sea Dios el que decida qué hacer, no queriéndole imponer

nosotros qué hacer, y nos enseña también a vivir confiados en su acción, tan segura se fue María a pesar de una respuesta que parece una negativa, que les dice a los sirvientes: "Haced lo que él diga." - Porque la fiesta no deja de ser una necesidad humana. Con la alegría de un novio que desposa a su novia- como nos dice la primera lectura-, Dios quiere que los hombres gocen la felicidad de la tierra, la alegría de vivir, la felicidad de amar, de compartir, de hacer fiesta. Dios no es un Dios triste, es Dios fiesta, Dios alegría y en el corazón del hombre que tiene fe, no cabe el pesimismo. La felicidad de Dios es coincidente con la felicidad de los hombres. - Para expresar que Dios quiere bailar con nosotros, como bien expresa el pasaje de Isaías, donde describe las relaciones de Dios con la humanidad bajo la figura de un matrimonio. ¡Qué precioso saber que Dios nos ama así, como se aman los esposos! "Ya no te llamarán abandonada, ni a tu tierra "devastadas", a ti te llamarán: "Mi favorita". El amor humano es expresión de un amor mayor y más perfecto, es el mejor símbolo que encontramos para expresar qué siente Dios por nosotros, sus criaturas, un Dios que quiere desposarnos para que nunca estemos solos, un Dios Padre que nos mira siempre con ternura, por duro que se haya vuelto nuestro corazón, un Dios que va con nosotros, esa es la seguridad que hoy la Iglesia quiere sembrar en nosotros. - Para expresar que Dios rompe nuestros esquema, no se deja atrapar por nuestros moldes, aunque nos cueste creerlo la gloria de Dios se manifiesta cuando el maestro sale, probando el vino tan sabroso, y le habla al dueño de la fiesta: "Todos ponen el buen vino al principio y cuando ya están inspirados los de la fiesta, se les da el vino peor. Tú has hecho al revés, has dejado lo más bueno para último". ¡Tan sabroso!, ¡hecho por las manos directas de Cristo! Y ¿Por qué no mostrar el contenido mesiánico de su glorificación (muerte y resurrección) en la fiesta de una boda si Jesús expresa el Reino como un banquete, no tendrá la salvación algo que ver con un festín de bodas? Entonces porqué al principio parece negarse "Mujer, no ha llegado todavía mi hora". Para que nos quedemos sólo en la fiesta, para que no separemos alegría y dolor, lo explican mucho mejor estas palabras de Monseñor Óscar Romero: „La hora de Cristo es una expresión muy de su corazón. Su hora es cuando clavado en la cruz redime al mundo y resucitado es glorificado por Dios. No separa el dolor de la gloria: Cruz y pascua son el signo, son la hora. Y esa hora cronológicamente no ha llegado cuando María le pide algo, pero: Esto que voy a hacer ahora es un anticipo de mi hora. Voy a manifestar mi glorificación que quedará consumada el día en que muera en la cruz y sea resucitado, pero ya mis milagros van explicando lo que significa esa muerte y esa resurrección‟ ELENA GASCÓN [email protected]

DIOS HABLA ISAIAS 62, 1-5 Por amor de Sión no callaré, por amor de Jerusalén no descansaré, hasta que rompa la aurora de su justicia y su salvación llamee como una antorcha. Los pueblos verán tu justicia, y los reyes tu gloria; te pondrán un nombre nuevo, pronunciado por la boca del Señor. Serás corona fúlgida en la mano del Señor y diadema real en la palma de tu Dios. Ya no te llamarán «Abandonada», ni a tu tierra «Devastada»; a ti te llamarán «Mi favorita», y a tu tierra «Desposada», porque el Señor te prefiere a ti, y tu tierra tendrá marido. Como un joven se casa con su novia, así te desposa el que te construyó; la alegría que encuentra el marido con su esposa, la encontrará tu Dios contigo. 1 CORINTIOS 12, 4-11 Hermanos: Hay diversidad de dones, pero un mismo Espíritu; hay diversidad de ministerios, pero un mismo Señor; y hay diversidad de funciones, pero un mismo Dios que obra todo en todos. En cada uno se manifiesta el Espíritu para el bien común. Y así uno recibe del Espíritu el hablar con sabiduría; otro, el hablar con inteligencia, según el mismo Espíritu. Hay quien, por el mismo Espíritu, recibe el don de

la fe; y otro, por el mismo Espíritu, don de curar. A éste le han concedido hacer milagros; a aquél, profetizar. A otro, distinguir los buenos y malos espíritus. A uno, la diversidad de lenguas; a otro, el don de interpretarlas. El mismo y único Espíritu obra todo esto, repartiendo a cada uno en particular como a él le parece. JUAN 2, 1-11 En aquel tiempo, había una boda en Caná de Galilea, y la madre de Jesús estaba allí. Jesús y sus discípulos estaban también invitados a la boda. Faltó el vino, y la madre de Jesús le dijo: «No les queda vino». Jesús le contestó: «Mujer, déjame, todavía no ha llegado mi hora». Su madre dijo a los sirvientes: «Haced lo que él diga». Había allí colocadas seis tinajas de piedra, para las purificaciones de los judíos, de unos cien litros cada una. Jesús les dijo: «Llenad las tinajas de agua». Y las llenaron hasta arriba. Entonces les mandó: «Sacad ahora y llevádselo al mayordomo». Ellos se lo llevaron. El mayordomo probó el agua convertida en vino sin saber de dónde venía (los sirvientes sí lo sabían, pues habían sacado el agua), y entonces llamó al novio y le dijo: «Todo el mundo pone primero el vino bueno y cuando ya están bebidos, el peor; tú, en cambio, has guardado el vino bueno hasta ahora». Así, en Caná de Galilea Jesús comenzó sus signos, manifestó su gloria y creció la fe de sus discípulos en él.

EXEGESIS PRIMERA LECTURA Que el evangelio de hoy hable de boda, y de la zozobra de unos novios y cómo Jesús los saca del apuro, tiene mucho que ver con la primera lectura de hoy. Un poema cuya fuerza está en ese dios joven obsesionado, enamorado hasta las cachas que no puede dejar a su amada del alma en el abandono y la postración; que no soporta que sea mal juzgada por la presente ausencia de su amado: “¡Abandonada!” (v.4); ¿habrá insulto mayor para quien parece dejada de su esposo? “¡Destrozada!” (v.4). Un poema de amor, de ternura, de rabia contenida al contemplar cómo se encuentra su pueblo en medio de pueblos que lo desprecian. A él (ella, la amada) ¡una reina! (“corona fúlgida‟, „diadema real‟ v.3). La predilecta del rey, „su favorita‟ (v.4). Este lenguaje de amor entrañable que confiesa quien ha podido elegir entre todas las candidatas es de una generosidad sin límites; de una ternura no merecida, de una elección calculada porque aspira a llevarla a lo más alto del trono de Dios, allá donde se asienta su gloria y su justicia‟ (v. 1-2). La imagen es atrevida: se presenta al rey en medio de su harén. Entre todas sus mujeres posibles elige a una por amor (v. 1; cfr Dt 7,7-8: “El Señor se fijó en vosotros y os eligió, no por ser el pueblo más numeroso entre todos los pueblos, ya que sois el más pequeño de todos. Porque el Señor os amó y porque ha querido cumplir el juramento hecho a vuestros padres, os ha sacado de Egipto con mano poderosa y os ha librado de la casa de la esclavitud, de la mano del Faraón, rey de Egipto”). No hay más razón para elegir a este pueblo que además le resultará rebelde, infiel, inconstante (cfr Os 1-2). Es el mismo mensaje que fundamenta esta relación de Dios con su pueblo en Dt 32,8-11: “Cuando el altísimo distribuyó / su herencia entre los pueblos, / cuando dividió a los hombres, / estableció las fronteras de los pueblos / según el número de los hijos de Israel. La porción del Señor fue su pueblo; / Jacob, la parte de su herencia. Encontró a su pueblo en el desierto, / en la soledad rugiente de la desolación. / Lo abrazó y se cuidó de él; / lo guardó como la niña de sus ojos”. Coloca a este pueblo miserable y despreciado en medio de pueblos que no lo conocen, en un lugar privilegiado, que no es de este mundo: un nombre nuevo pronunciado por la boca del Señor (v.2). Se trata de una nueva creación. No es la primera vez que acuden los profetas a esta afirmación existencial, una nueva creación, para manifestar el poder amoroso de un Dios capaz de crear más veces a la humanidad, a su pueblo, después

de que ésta/éste se hayan autodestruido por el pecado, por la infidelidad. Yavé, el creador de Israel v.4,3Is 43,1.15: “Gozad por lo que voy a crear: mirad voy a transformar a Jerusalén en alegría y a su pueblo en gozo”; cfr 65,17.18), siempre tiene el recurso de „hacer todas las cosas nuevas‟ (Ap 21,4), con tal de contar con un pueblo digno de ser amado. TOMÁS RAMÍREZ [email protected]

SEGUNDA LECTURA Pablo va a desarrollar en tres capítulos (12, 13 y 14) un problema de la comunidad: ¿Qué función han de desempeñar los dones del Espíritu (12,4-10) en la vida comunitaria cristiana? Por sí misma, la exaltación religiosa no ofrece ninguna garantía de que esté al servicio de la verdad. Se responde que cualquier tipo de entusiasmo, por exaltado que sea, no quiere decir que esté en el camino correcto. En una frase muy retórica (vv. 4-6), Pablo contrapone la unidad del Espíritu, del Señor y de Dios a la pluralidad de los dones de gracia, funciones y actividades. Hay que pensar en una causa única de todos los carismas espirituales, en la que sin duda se concibe a Dios (que es el autor primero y fin último de toda acción sobrenatural) actuando junto con Cristo y el Espíritu. Sería un error pensar que la gracia, que se da a cada cual de una forma gratuita e inmerecida, como una propiedad exclusiva. Es preciso no perder nunca de vista a la comunidad, ya que la manifestación del Espíritu en cada uno, es para el bien común (v. 7). La variedad de los carismas es extraordinaria. El Espíritu le puede dar a uno sabiduría para que comprenda las verdades y planes divinos. A otro se le concede claridad de conocimiento, que aumenta su inteligencia natural, dándole una comprensión más profunda de los misterios de la fe (v.8). La fe, como carisma del Espíritu, se diferencia de la fe que poseen todos los cristianos. Habrá que pensar en una fe especialmente fuerte y eficaz. Los dones de curación también son una categoría especial dentro de las fuerzas que producen los milagros. El don de profecía “edifica, exhorta y anima” (14,3), contribuyendo a edificar la Iglesia, por lo que es preferible al don de lenguas, tan apreciado por los corintios (vv. 9-10). Pero, por diferentes que puedan ser los carismas particulares concedidos a cada uno de los creyentes, todos fluyen del único y mismo Espíritu (vv. 4-6), que los da gratuita y libremente a quien quiere (v. 11). RAFA FLETA [email protected]

EVANGELIO 1. Aclaraciones al texto V.1 Al tercer día. Datación importante del original griego, suprimida en la traducción litúrgica. Boda. Su celebración podía prolongarse una semana. La madre de Jesús. Designación con la que el cuarto evangelista nombra a María. V.4 Mujer. Término con el que Jesús se dirigirá a su madre en el Calvario. Las escenas de Caná y del Calvario están relacionadas una con otra. Mi hora. En el cuarto evangelio, la expresión apunta siempre al Calvario. La hora de Jesús es la hora del misterio de la cruz, del gran paso más allá mediante el amor. Simbiosis de muerte y de gloria. V.6 Tinajas de piedra. Según la normativa judía sobre pureza ritual, la piedra, a diferencia del barro, no contraía nunca impureza. Llama la atención su gran capacidad: unos cien litros cada una. V.11 Comenzó sus signos. Acciones que representan realidades más allá de lo inmediatamente perceptible. Gloria. El término hebreo tiene el sentido etimológico de peso. Del peso físico al ontológico. Gloria no en el sentido de lo que la persona pesa, sino de lo que la persona es. Creció la fe de sus discípulos. El original griego no habla del crecimiento de la fe, sino de su comienzo: sus discípulos creyeron en él. V.12 Hermanos. Con el significado amplio de familiares.

2. Texto Cuando el cuarto evangelista habla de situaciones humanas como la referida en el texto de hoy, quiere recordar ciertamente acontecimientos ocurridos. Sin embargo, lo que al evangelista le interesa es sacar a la luz lo permanente del acontecimiento ocurrido. Eso lo hace proyectando el acontecimiento hacia delante, hacia lo que permanece más allá de sí mismo. ¿Qué quiere decirnos el evangelista en el relato de hoy? Para empezar, el relato comienza con una datación intencionada: Al tercer día había una boda en Caná de Galilea. Ya desde el Antiguo Testamento, el tercer día es referencia de teofanía, de irrupción de Dios en la historia (encuentro de Dios e Israel en el Sinaí, Ex.19,16-18). Es difícil no percibir también en este tercer día una referencia anticipada a la teofanía final y decisiva de la historia: la resurrección de Jesús al tercer día. Una teofanía que tiene su entronque en la cruz, el gran paso más allá de la muerte desde el amor llevado a su extremo máximo. Esta misma proyección anticipada a la cruz aparece en dos datos del diálogo de hijo y madre. Primer dato. En Caná y en la cruz Jesús interpela a su madre de la misma manera: ¡Mujer! Son los dos únicos lugares del cuarto evangelio en los que aparece la madre de Jesús. El término mujer recuerda el relato de la creación, cuando, ante la nueva criatura que Dios presenta a Adán, este exclama: Su nombre será Mujer (Gén.2,23). En Caná se anticipa la recreación de la humanidad que tendrá lugar en la cruz. Segundo dato. Todavía no ha llegado mi hora. Si en Caná Jesús podía hablar así es porque era plenamente consciente de que la voluntad de Dios para él pasaba por la cruz. Caná no era la hora de la cruz. No obstante, Jesús tenía el poder de anticipar esa hora con signos. La madre de Jesús así lo vislumbra también, cuando pide a los sirvientes hacer lo que Jesús les diga. El vino, signo de fiesta, hace vislumbrar algo de la fiesta por el encuentro definitivo de Dios con la humanidad en la hora de la cruz. En esta hora estará también la madre de Jesús. Hay todavía otro dato significativo en el relato: la sobreabundancia de vino a partir del agua de las seis grandes tinajas para las purificaciones rituales. El agua la mandó traer Jesús, quien de esta manera pone de manifiesto que él no ha venido a dejar de lado a la Ley ni a negarla, sino a llevar a cumplimiento su intrínseca expectativa: el encuentro de Dios y el Hombre. La sobreabundancia de vino anticipa la alegría desbordante por ese encuentro, que Jesús sellará en el Calvario. Todo esto lo fueron descubriendo poco a poco los discípulos de Jesús. Su fe fue un largo proceso. 3. Indicaciones para nuestra vida El evangelista limita la presencia de María en su evangelio a solo dos lugares: Caná y el Calvario. En Caná realizó Jesús el primero de sus signos; en el Calvario realizó el último de sus signos, el más importante, al que todos los anteriores señalan y en el que todos culminan. En ambos lugares se encuentra María y solo en ellos se encuentra; precisamente los dos lugares en los que acontecen los dos momentos claves del conjunto del evangelio. Hoy asistimos al primero de ellos. En él escuchamos a la madre de Jesús decir a los sirvientes: Haced lo que Él os diga. Con estas palabras invita ella a los sirvientes a ponerse a la escucha de Jesús en la certeza de que Jesús les va a decir algo. ¡Y así fue! Y aconteció la sobreabundancia de vino, anticipo de la alegría por el encuentro de Dios y del Hombre, que Jesús propiciará en la cruz. La madre de Jesús estaba en sintonía con la hora de su hijo y con su invitación a los sirvientes abrió el camino para esa hora. ¡Hagamos lo que Jesús nos diga! La madre de Jesús y madre nuestra nos invita hoy a ello. ALBERTO BENITO [email protected]

NOTAS PARA LA HOMILIA Vivir para creer, creer para tener vida

“Haced lo que Él os diga” En medio de este “Año de la Fe”, al que hemos sido convocados, resuenan estas palabras que acabamos de escuchar: “Haced lo que Él os diga”. Palabras que pronuncia la Virgen María, la Madre de Jesús, referidas a su hijo. Pero esta invitación a realizar lo que Jesús dice y pide va más allá que la mera ejecución de unas instrucciones practicas dadas por Jesús a los sirvientes en aquella fiesta de bodas. Acabamos de oír que la escucha obediente a lo que Jesús ordena trae como resultado el signo del agua convertida en un vino excelente. En nosotros la escucha de Jesús, y el poner en práctica su Palabra provoca otros signos. Las palabras de Jesús, toda su persona, cuando es acogida como Evangelio, como Buena Noticia de parte de Dios mismo, es algo, mejor dicho, alguien que nos interpela en nuestra fe, nos remueve en nuestra situación vital, y nos transforma, y no en vino precisamente. Si escucho, con todo mi ser, lo que Él me dice, entonces soy invitado a estar unido a Él, a participar de su misión, a compartir y gozar su misma vida plena. Si contemplo con ojos de fe el gran signo que es Él mismo, aunque mi fe sea a veces débil, acomodada, ensimismada… descubro que Jesús es el Sacramento de Dios Padre. Él me introduce totalmente en el “corazón” de Dios, en sus entrañas de misericordia. Las obras-signos de Jesús, sus palabras, me conducen a creer en Él, como Hijo de Dios y Salvador, y a la vez producen en nosotros un cambio, una conversión, en la manera de percibir y tratar a Dios y a cada persona. “Porque el Señor te prefiere a ti” La lectura del profeta Isaías que se ha proclamado hoy fotografía de forma nítida la relación nueva entre Dios y nosotros, que se establece desde la experiencia transformante de la fe en Jesucristo. Isaías para hablar de cómo nos ama Dios, de cuál es la novedad de vida a la que Él nos llama, compara la intimidad entre Dios y nosotros con la experiencia matrimonial. Dios es fiel en su amor a su pueblo Israel. Lo ama con un amor único, de preferencia. El pasado de infidelidad, de idolatría del pueblo de Dios, queda perdonado, olvidado. El amor preferente, eterno, de Dios a su pueblo es más fuerte que todo lo demás. Todo que da transformado. Todo Dios lo hace nuevo. Es posible empezar nuevamente. Es como volver a la etapa inicial de inocencia, de mutua confianza y fidelidad, antes de que Israel se olvidara de Dios y viviera de espaldas a Él. En definitiva, es toda una llamada, un ruego de parte de Dios para vivir la fe en Jesucristo, su Hijo, desde el aspecto fundamental de relación de intimidad y confianza incondicional. “El mismo y único espíritu obra todo esto”. La fe en Jesús también repercute en mi relación con todos aquellos que Dios ha puesto en mi vida, ya sea de forma ocasional, o permanente. Sabemos que “hemos sido bautizados en un mismo Espíritu para formar un solo cuerpo”. La Iglesia, Pueblo de Dios, es el cuerpo de Cristo; nosotros somos sus miembros y Cristo es la cabeza. Por la fe y el Bautismo formamos parte del Pueblo de Dios, somos hechos Hijos suyos. Guiada por el Espíritu Santo, el mismo Espíritu del Señor, la Iglesia anuncia a Jesucristo con palabras y obras, también celebra la fe en Él, y vive de acuerdo al Evangelio de su Señor. La Iglesia además, a través de la caridad, prolonga en el tiempo el ministerio de Cristo “Buen Samaritano” entre los pobres y los que sufren. Palabra, Liturgia, Caridad y Comunión. Cada dimensión de la misión y esencia de la Iglesia está animada y sostenida por el mismo Espíritu. Él es el que obra todo esto, en esta sociedad, por medio de nosotros, discípulos y testigos del Señor. El Espíritu Santo despierta y distribuye los dones, carismas y

ministerios, servicios y tareas, en el seno de la Iglesia, en cada tiempo circunstancia. Pero no podemos olvidar que una de las clave de autenticidad la da el que deben servir al bien común, al bien de toda la comunidad, y no a intereses personales, particulares, o de otro tipo. Cada carisma y ministerio debe existir para provecho de todos, para dar vida y fomentar la comunión con Cristo y entre nosotros. De otra forma sería un anti-signo, un anti testimonio, que desde luego no tendría ni en su origen, ni en su camino, ni en su meta a Jesucristo. Que esta Eucaristía nos ayude a ver con qué actitudes y con qué espíritu desempeñamos las tareas, servicios y carismas en el seno de la comunidad cristiana. Que Iluminados por el Espíritu de Jesús, el Señor, nos convirtamos a Él para que podamos ser signos que muestran su presencia, y conducen a otros a creer en Él. JESÚS GRACIA LOSILLA [email protected]

PARA CONSIDERAR Y REFLEXIONAR EN GRUPOS Son numerosas las parroquias y comunidades que semanalmente se reúnen para compartir la Palabra utilizando dabar, permitidme recordaros que el precio de suscripción se reduce en función del número de ejemplares que se envían (y que resulta más económico que la fotocopia), y pensamos que podrían ser muchas más. Gracias.

Haced lo que Él os diga (Jn 2, 5) Preguntas y cuestiones En el texto no hay preguntas, no hay nada… simple confianza. Simple y llanamente fe. ¿Somos capaces de fiarnos de esta forma? ¿Confiamos, como confía una madre en su hijo? ¿Confiamos, como confía María en su Hijo? La confianza de una madre en su hijo se fundamenta en el amor y en la experiencia. ¿Dónde se fundamenta la nuestra?

PARA LA ORACION Dios y Padre Nuestro, acompáñanos en nuestro camino de fe. Que animados por tu Espíritu e interpelados por tu palabra, creamos Jesucristo como Hijo tuyo y Salvador nuestro, y así tengamos vida en su nombre. Por Nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo…. --------------------------------------------Recibe Señor, en estos dones que te ofrecemos, nuestro deseo de hacer tu voluntad, de crecer hacia una fe plena en Cristo, tu Hijo. Que todo lo que Tú nos das nos conduzca a vivir en estrecha comunión contigo y a servir con amor duradero y gratuito a cada persona. Por Jesucristo, Nuestro Señor. --------------------------------------------Te damos gracias, Padre misericordioso, por Jesucristo, tu Hijo. Él nos muestra por medio de palabras y de signos, la alianza de amor definitiva que has establecido con nosotros. A través de su vida, muerte, resurrección y gloria nos llega el vino nuevo de tu amor, de la salvación que Tú nos das. Señor, Tú nos llamas a recorrer el camino de la fe, el camino del seguimiento de tu Hijo Jesús, Señor nuestro. Las palabras de tu Hijo, los signos que realiza en tu nombre, nos interpelan en nuestra propia fe. Somos invitados a profundizar en la relación contigo, por medio de Él, en el Espíritu Santo. Dios y Padre nuestro, reconocemos que Jesucristo es tu proyecto de salvación, es la Palabra que has pronunciado sobre la humanidad, para ser escuchada y acogida,

para que en el nombre de tu Hijo tengamos vida autentica, y vida abundante. Ayúdanos, Dios nuestro, a confiar plenamente en Jesucristo, como nuestro salvador. Danos el Espíritu Santo, para pasar de una fe débil e incipiente a una fe plena, adulta, gozosa y valiente, comunitaria y servicial, una fe dispuesta al testimonio y a la entrega, una fe que se fortalece comunicándola. Acrecienta en nosotros la fe en Jesús, Hijo tuyo y Señor nuestro. La fe que encuentra su expresión y prueba en la caridad. La fe, que vivida y contada a otros, ayuda a que todos y cada uno se encuentren con Jesucristo, lo amen, crean en él y lo sigan como discípulos y testigos suyos. Abre, Señor, nuestros oídos, a Cristo, Palabra tuya, Que escuchándolo podamos hacer lo que Él nos dice. Que siguiendo el ejemplo de María, confiemos de manera total, incondicional en Jesucristo. Dios y Padre de todos, cambia nuestro corazón insensible y acomodado, transforma nuestra fe mediocre y ensimismada. Llévanos de la mano de tu Hijo a vivir una relación de hijos contigo, y de hermanos con cada persona que habita y peregrina con nosotros en este mundo, haciendo nuestras sus necesidades e ilusiones. --------------------------------------------Te damos gracias, Dios Padre Nuestro, por todo lo que has hecho por medio de tu Hijo Jesucristo. Que la Palabra que hemos escuchado y el Pan Vivo que hemos compartido, nos empuje a vivir unidos en un mismo Espíritu, para comunicar a todos la alegría de la salvación. Por Jesucristo nuestro Señor.

LA MISA DE HOY SALUDO Hermanos: Que Dios Padre, que en Jesucristo su Hijo, nos muestra la Nueva Alianza de amor que ha establecido con su pueblo esté con todos vosotros. ENTRADA Somos bienvenidos a esta celebración en el Día del Señor. Él nos reúne para escuchar su Palabra y participar de la Eucaristía, de su Cuerpo y de su Sangre. Al recordar y celebrar su Pasión, su Resurrección y su Gloria, lo reconocemos a Él, como el Hijo de Dios, como nuestra salvación: nuestra Pascua es él, Jesús el Señor. Jesucristo es el centro vital de nuestra fe. Le pedimos hoy, en esta Eucaristía, que aumente en nosotros el creer en Él. Que sus palabras y los signos de su presencia que reconocemos cada día nos conduzcan a una fe en Él más firme, gozosa y misionera. ACTO PENITENCIAL El Señor nos ama con un amor eterno, abundante y gratuito. Reconocemos que en ocasiones no somos fieles a este proyecto de amor que Él ha creado para nosotros. Sinceramente y con humildad de corazón pedimos perdón al Señor. - Tú que has establecido con nosotros una alianza de amor fiel y generoso. Señor, ten piedad. - Tú, que por medio del Espíritu Santo, distribuyes los diversos carismas y dones para el bien común de tu Iglesia. Cristo, ten piedad.

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Tú, que transformas el agua de nuestra monotonía e indiferencia en el vino nuevo de una vida ilusionada y entregada por amor. Señor, ten piedad.

SALMO RESPONSORIAL (Sal. 95) Contad las maravillas del Señor a todas las naciones. Cantad al Señor un cántico nuevo, cantad al Señor, toda la tierra; cantad al Señor, bendecid su nombre. Contad las maravillas del Señor a todas las naciones. Proclamad día tras día su victoria, contad a los pueblos su gloria, sus maravillas a todas las naciones. Contad las maravillas del Señor a todas las naciones. Familias de los pueblos, aclamad al Señor, aclamad la gloria y el poder del Señor, aclamad la gloria del nombre del Señor. Contad las maravillas del Señor a todas las naciones. Postraos ante el Señor en el atrio sagrado, tiemble en su presencia la tierra toda. Decid a los pueblos: «El Señor es rey, El gobierna a los pueblos rectamente». Contad las maravillas del Señor a todas las naciones. LECTURA APOSTOLICA Por la fe y el Bautismo nos unimos a Jesús el Señor. Hemos sido bautizados en un mismo Espíritu para formar un solo cuerpo del que Cristo es la “cabeza”. La diversidad de dones y carismas que el Espíritu Santo suscita y distribuye entre los miembros de la Iglesia son en favor y beneficio de la comunidad cristiana, y no de intereses individuales y particulares. LECTURA EVANGELICA El evangelista Juan nos narra el primero de los signos que Jesús realiza en su ministerio de anuncio del Reino. Somos interpelados a través de los signos y palabras de Jesucristo para crecer en una fe plena en Él, como Hijo de Dios y nuestro salvador. San Juan nos invita a formar parte de este proceso dinámico, transformador y vivificante que es la fe en Jesucristo. Escuchando a Jesús, confiando en su Palabra y haciendo lo que Él dice tenemos vida en su nombre. ORACION DE LOS FIELES Animados por la confianza y solicitud maternal de María, Madre de Jesús y nuestra, oramos a Dios Padre, fortalecidos por un mismo Espíritu. Diremos: Escúchanos, Padre. - Por la Iglesia, para que a través de su vida y misión manifieste la gloria de Jesucristo y conduzca a cada persona a creer vivamente en Él. Oremos. - Por todas las instituciones políticas, sociales y económicas para que siendo conscientes de las necesidades vitales de la gente actúen con decisión y prontitud. Oremos. - Por los que padecen la violencia, el hambre, el abandono o la desilusión encuentren el apoyo y la ayuda que necesitan en el testimonio de fe y caridad de los que creemos en Jesús. Oremos. - Por esta comunidad (parroquial) llamada a vivir unida en el mismo Espíritu de Jesús para que cada tarea, servicio y carisma sirva para el provecho de todos y para fortalecer nuestra conciencia comunitaria y misionera. Oremos. Señor, nos ponemos en tus manos de Padre. Tú sabes qué es los que necesitamos. Escucha nuestras súplicas, ven en ayuda de nuestra fe en tu Hijo Jesús y muéstranos cada día tu amor eterno y fiel. DESPEDIDA Dios que es alegría y esperanza en la llegada de su hora os acompañe toda la semana y os bendiga.

CANTOS PARA LA CELEBRACION Entrada: Haced lo que él os diga (del disco “María en los tiempos litúrgicos”); Juntos marchamos hacia ti (1CLN-431); El Señor nos ha reunido junto a él (de Kairoi); Lo encontramos en Caná (del disco “15 nuevos cantos sobre Jesucristo 2000). Salmo: LdS.

Aleluya: Canta aleluya al Señor (CB-36). Ofertorio: Un día de bodas (de Gabaráin); Hombre y mujer (del disco “Los novios” de Erdozáin). Santo: (1CLN-I 2) Aclamación al memorial: (1CLN-J 22). Comunión: Beberemos la copa de Cristo; Fiesta del banquete (1CLN-O 23); Como brotes de olivo. Final: Hoy, Señor, te damos gracias.

Director: Enrique Abad Continente ·Paricio Frontiñán, s/n· Tlf 976458529-Fax 976439635 · 50004 ZARAGOZA Tlf. del Evangelio: www.telefonodelevangelio.blogspot.com - Página web: www.dabar.net - Correo-e: [email protected]

Año XXXIX – Número 12 – Ciclo C – 27 de Enero de 2013

DOMINGO III ORDINARIO

PRIMERA PAGINA El hoy humilde de cada día Lucas comienza su Evangelio con un prólogo dedicado a Teófilo, ilustre personaje por su tratamiento de honor y señala el método y la finalidad de su obra. El segundo fragmento del Evangelio, habla del proyecto de Jesús, es una catequesis que da firmeza a nuestra fe. La misión de Jesús es evangelizar, sanar los corazones partidos, liberarnos de la cautividad, dar la luz a los ciegos y proclamar el año de la gracia de Dios, ésta también es la misión de la Iglesia y por supuesto, la nuestra.

La escena de la sinagoga, se desarrolla en un ambiente no cálido, quizás un tanto frío, de nerviosismo, pero íntimo. Jesús se puso en pie para hacer la lectura y recibe el libro del profeta Isaías, y hace un discurso inaugural, ¡qué difícil es hablar delante de tanta gente! todas las miradas están puestas en ti, requiere valentía y saber transmitir. Cuando Jesús hablaba, la gente se maravillaba de las palabras que salían de su boca, no hay mejor ingrediente para conectar con la gente que las emociones, son ellas las que nos dan credibilidad y habilidad para tocar el corazón de alguien y hacerlo palpitar. Cuando abres tu corazón y expresas tus emociones y sentimientos, avivas los corazones dormidos de los que fijan tus ojos en ti. Lo difícil no es avivar un corazón ardiente con sed de Dios, sino un corazón en ascuas, ahí está la verdadera labor evangelizadora. “El espíritu del Señor, está sobre mi”, el Espíritu Santo se hace presente por el Bautismo, es como una semilla que ha de ir creciendo y arraigando en nosotros y sólo será posible si nos olvidamos de nuestro orgullo, de nuestro “yo”. El ungido de Dios, es el Mesías de los pobres y nos invita a reducir nuestro nivel de vida, para permitir que aquellos que están por debajo, se pongan a nuestro nivel, no nos pide que nos desnudemos, sino que ayudemos a vestir al que está desnudo. Hay que predicar con el ejemplo, con la vida. Nuestra manera de vivir es nuestra predicación, no hace falta tener un micrófono o subir a un púlpito para predicar. Cada domingo cuando me reúno con mi Comunidad, predicamos. Cuando me quedo en casa, por pereza, predicamos…predicamos en todos y en cada uno de los momentos de nuestra vida. Es más eficaz y práctico un sermón que vemos, que un sermón que oímos. ¿Por qué? Porque el ojo es mejor alumno que el oído y el ejemplo, es más claro que el consejo. Los dos son necesarios: el que camina y el que grita, el que nos entra por los ojos y por los oídos. Jesús nos da a conocer el verdadero rostro de Dios: no es un Dios al que buscar, sino un Dios al que acoger; no es un Dios al que alcanzar, sino un Dios al que colaborar con el servicio a los demás. El Espíritu Santo no está en las personas que elevan sus manos al cielo para invocarlo, sino en las que las bajan para remangarse las mangas y servir a los demás. Las obras de Jesús enriquecen y comunican la vida a quien carece de ella. SUSI CRUZ [email protected]

DIOS HABLA NEHEMIAS 8, 2-4a. 5-6. 8-10 En aquellos días, el sacerdote Esdras trajo el libro de la Ley ante la asamblea, compuesta de hombres, mujeres y todos los que tenían uso de razón. Era mediados del mes séptimo. En la plaza de la Puerta del Agua, desde el amanecer hasta el mediodía, estuvo leyendo el libro a los hombres, a las mujeres y a los que tenían uso de razón. Toda la gente seguía con atención la lectura de la Ley. Esdras, el escriba, estaba de pie en el púlpito de madera que había hecho para esta ocasión. Esdras abrió el libro a la vista de todo el pueblo -pues se hallaba en un puesto elevado- , y cuando lo abrió, toda la gente se puso en pie. Esdras bendijo al Señor Dios grande, y todo el pueblo, levantando las manos, respondió: «Amén, Amén». Después se inclinaron y adoraron al Señor, rostro en tierra. Los levitas leían el libro de la ley de Dios con claridad y explicando el sentido, de forma que comprendieron la lectura. Nehemías, el Gobernador, Esdras, el sacerdote y escriba, y los levitas que

enseñaban al pueblo decían al pueblo entero: «Hoy es un día consagrado a nuestro Dios: No hagáis duelo ni lloréis». Porque el pueblo entero lloraba al escuchar las palabras de la Ley. Y añadieron: «Andad, comed buenas tajadas, bebed vino dulce y enviad porciones a quien no tiene, pues es un día consagrado a nuestro Dios. No estéis tristes, pues el gozo en el Señor es vuestra fortaleza». 1 CORINTIOS 12, 12-30 Hermanos: Lo mismo que el cuerpo es uno y tiene muchos miembros, y todos los miembros del cuerpo, a pesar de ser muchos, son un solo cuerpo, así es también Cristo. Todos nosotros, judíos y griegos, esclavos y libres, hemos sido bautizados en un mismo Espíritu, para formar un solo cuerpo. Y todos hemos bebido de un solo Espíritu. El cuerpo tiene muchos miembros, no uno solo. Vosotros sois el cuerpo de Cristo, y cada uno es un miembro. LUCAS 1, 1-4; 4, 14-21 Excelentísimo Teófilo: Muchos han emprendido la tarea de componer un relato de los hechos que se han verificado entre nosotros, siguiendo las tradiciones transmitidas por los que primero fueron testigos oculares y luego predicadores de la palabra. Yo también, después de comprobarlo todo exactamente desde el principio, he resuelto escribírtelos por su orden, para que conozcas la solidez de las enseñanzas que has recibido. En aquel tiempo, Jesús volvió a Galilea con la fuerza del Espíritu; y su fama se extendió por toda la comarca. Enseñaba en las sinagogas, y todos lo alababan. Fue a Nazaret, donde se había criado, entró en la sinagoga, como era su costumbre los sábados, y se puso en pie para hacer la lectura. Le entregaron el libro del profeta Isaías y, desenrollándolo, encontró el pasaje donde estaba escrito: «El Espíritu del Señor está sobre mí, porque él me ha ungido. Me ha enviado para dar la Buena Noticia a los pobres, para anunciar a los cautivos la libertad, y a los ciegos la vista. Para dar libertad a los oprimidos; para anunciar el año de gracia del Señor». Y, enrollando el libro, lo devolvió al que le ayudaba y se sentó. Toda la sinagoga tenía los ojos fijos en él. Y él se puso a decirles: «Hoy se cumple esta Escritura que acabáis de oír».

EXEGESIS PRIMERA LECTURA La época „restauracionista‟ protagonizada por Esdras y Nehemías a mitad del s.IV a C. supuso un paso esencial para la toma de conciencia de los creyentes judíos en la fuerza e importancia de la Ley como palabra escrita del Señor. Su esfuerzo, de Esdras y Nehemías, por centralizar el culto en Jerusalén y la presentación de la Ley como autoridad normativa, va a llevar al „canon‟ la regla que constituye el camino a seguir por el judaísmo. “Pues de Sión saldrá la Ley y de Jerusalén la Palabra de Dios” (Is 2,2-4; Mq 4,2). Así, la Palabra de Dios, transmitida en los libros canónicos van a unificar al Pueblo de Israel, disperso entre las naciones, va a alumbrar la esperanza en los desterrados y va a pasar al Nuevo Testamento como Palabra única que sirve a todas las generaciones, como prueba el mismo evangelio de hoy donde Jesús mismo la acepta y la interpreta como siempre válida para el presente siempre activo de la salvación de Dios; “Hoy se cumple esta Escritura”. No son de extrañar las lágrimas y la alegría del Pueblo al escuchar la lectura del libro; el no cansarse de la mañana hasta el mediodía (todo el tiempo disponible por la luz). Entiende el Pueblo perfectamente la nueva presencia del Señor. Se perdió hace siglos la presencia en la nube, o en la tierra de la promesa, o en el rey („su ungido‟) o en el templo. Reconstruido este y puesto en marcha el cuto, pero lejano para la Diáspora, la lectura de la Ley será el aglutinante más fuerte para el pueblo de Israel disperso…

Con el Libro de la Ley en la mano al que se añaden también en aquel tiempo “los profetas y los restantes libros paternos” (Eccl prólogo vv 3.4) queda fundamentado el Judaísmo y con él, el nuevo lugar de encuentro del pueblo, la Sinagoga, cuyo ámbito es conservar, estudiar, proclamar y venerar el Libro Santo. Toda esta tradición creyente la heredarán los cristianos tras la aceptación que Jesús y la Iglesia primitiva hacen de la Escritura que queda enriquecida con los nuevos libros de la Nueva Alianza. Cristo se convierte en clave y fundamento de toda la Palabra de Dios. Por eso, fieles al principio rabínico de que “Todo está en la Torah (la Ley)”, “Lo que no está en la Torah no existe en el mundo”; y “En las escrituras no hay un antes y un después; la Torah se explica por la Torah”, nos encontramos con la Palabra de Dios encarnada en Jesucristo que será ya para la Iglesia la piedra de toque de toda interpretación de la Escritura . “Todo está en Jesucristo” y al “no haber un antes y un después” leeremos el AT desde Cristo. Él es el que nos permite leer la Palabra con total actualidad en el tiempo presente. Así la tradición y la Escritura que nos conservan la revelación que es Cristo podemos hacerla presente como Palabra de Dios de forma permanentemente viva por la acción del Espíritu Santo que nos envía Jesús (Jn 16,13). TOMÁS RAMÍREZ [email protected]

SEGUNDA LECTURA Continuando con la lectura del domingo anterior (1 Cor 12, 1,11), Pablo utiliza la metáfora del cuerpo humano. Por muy diferentes que puedan ser los carismas espirituales, al final, todos están en armonía. Esto es lo que Pablo expone claramente a la comunidad en la comparación que utiliza. Hay un lazo misterioso, sobrenatural, que une a los creyentes con Cristo y que puede compararse a la relación entre el cuerpo y sus miembros (v. 12). Al recibir el Espíritu en el bautismo, los creyentes han llegado a formar parte una unidad misteriosa, mística donde las diferencias terrenas (raza, estado), no tienen ya importancia alguna. (v.13). La unidad del cuerpo es una unidad orgánica, así también, la pluralidad dentro de Iglesia, no contradice la unidad (v. 14). Si en Corinto hay cristianos que se consideran marginados por no poseer un determinado carisma, en realidad, lo que falta es visión de conjunto. En el cuerpo, cada miembro cumple su función propia y no se le puede considerar inútil por cumplir su función específica. En su puesto, es insustituible. Y es en la colaboración en armonía con todos los miembros, cuando se alcanza el sentido y la importancia de cada uno. Si cada uno quisiera hacer lo mismo, el conjunto sería incapaz de vivir. Así, tampoco la comunidad podría sobrevivir si cada uno de sus miembros no estuviera ordenado para el conjunto (vv. 15-20). Algunos pueden pensar que están en desventaja por poseer un carisma en apariencia menor, pero si así piensan, no ven a la comunidad como organismo vivo. También se equivocan quienes se creen por encima de los demás creyendo ser más importantes. Pablo, incluso, subraya que los miembros más débiles son indispensables para el cuerpo. El cuerpo, como organismo, es una obra maravillosa de Dios, y todo en él es necesario. El objetivo supremo es siempre la unidad (vv. 21-25). La solidaridad va todavía más lejos. Entre los miembros no debe haber sólo comunión de acción, sino también unidad de sentimientos: los miembros sufren y se alegran unos por otros. Apuntan ahora las palabras de Pablo claramente al contenido que nos quiere trasmitir: “Vosotros sois cuerpo de Cristo”, y cada uno es miembro del cuerpo de Cristo. Entre los dirigentes de la comunidad, cada uno tiene su particular ministerio que Dios le ha otorgado: los apóstoles (heraldos del evangelio), profetas (predicadores dotados de una fuerza especial) y maestros (los encargados, por parte de la comunidad, de la enseñanza religiosa). Tras los dones fundamentales del Espíritu se enumera toda una serie de carismas importantes para la vida comunitaria. Todo está coordinado y en la pluralidad de carismas se hace visible la unidad del cuerpo de Cristo (vv. 26-30) RAFA FLETA

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EVANGELIO 1. Aclaraciones al texto V.1 Teófilo. A él dedica Lucas las dos obras que escribió (Evangelio y Hechos de los apóstoles). Catecúmeno ilustre. Nada más que esto sabemos de él con garantía. V.2 La Palabra. Lo dicho por Jesús, las palabras de Jesús con connotación de palabra divina. De ahí el empleo absoluto la Palabra. V.3 Por su orden. Más en consonancia con el original: por orden, ordenadamente, sucesivamente. El adverbio griego expresa la idea de sucesión ordenada, en contraposición a fragmentos sueltos. Lucas se refiere al orden narrativo más que al cronológico: presentación sistemática y articulada. V.4 Para que conozcas. Conocimiento en sentido de verificación. Solidez de las enseñanzas. Enseñanzas con garantía; enseñanzas verdaderas. Solidez en sentido de verdad con resultado de certeza. V.16 Se puso en pie para hacer la lectura. Se trata de la lectura de los profetas, que podía hacer cualquiera de los varones adultos asistentes. V.17 Encontró el pasaje donde estaba rescrito. No es seguro que en época de Jesús existiera ya un ciclo normativo de lecturas. Más bien fue el propio Jesús quien eligió el pasaje que leyó. Vs.18-19 Cita del pasaje leído por Jesús: Isaías 61,1-2. El final del texto de Isaías dice así: para anunciar el año de gracia del Señor y el día de venganza de nuestro Dios. Es conveniente constatar que Jesús finaliza su lectura con el año de gracia del Señor, dejando fuera de la misma el día de venganza de nuestro Dios. V.20 Enrollando el libro se puso a decirles. Hacer un comentario a la lectura de los profetas era también potestad del mismo que había hecho la lectura. 2. Texto ¿Qué razones movieron a Lucas a escribir su evangelio? ¿Con qué fuentes contó? ¿Qué metodología usó? Tres preguntas a las que Lucas da respuesta en un prólogo de cuatro versículos. Razones para escribir: ofrecerle a Teófilo un escrito en el que poder verificar la verdad de las enseñanzas que ha recibido durante su catecumenado. Fuentes: tradición oral con origen en testigos oculares y documentación escrita. Metodología: comprobación íntegra (todo), rigurosa (exactamente) y exhaustiva (desde el principio). Estamos ante un evangelista crítico, riguroso, en definitiva, fidedigno. Dejamos el prólogo y vamos a Nazaret. La presencia de Jesús aquí la comenta Lucas con un sobrio donde se había criado. Otro sobrio como era su costumbre explica la presencia de Jesús en la sinagoga de Nazaret, hecho que se enmarca en lo ya reflejado por Lucas, de manera no menos sobria, en el versículo inmediatamente anterior: enseñaba en las sinagogas de Galilea. Enseñanza por la que, en afirmación igualmente sobria de Lucas, Jesús había sido elogiado, alabado por todos. Si después de tanta sobriedad, los detalles se acumulan en el interior de la sinagoga de Nazaret, habremos de concluir que Lucas (evangelista que, como hemos constatado en el prólogo, ha redactado su evangelio con gran cuidado) quiere dar conscientemente a esta escena un relieve y una importancia especiales. Leamos ahora sin prisa la secuencia pormenorizada de acciones de Jesús a partir de se puso en pie para hacer la lectura (v.16) hasta se sentó (v.20). Contemplemos, a continuación, el silencio expectante de todos los asistentes con su mirada fija en Jesús. Y ahora escuchemos: Hoy se cumple el pasaje de la Escritura que acabáis de oír. Difícilmente se inventa una frase así en un contexto así, si no es porque la frase y el contexto son rigurosamente históricos. Con una autoridad que supera los límites de cualquier interpretación, Jesús refiere a sí mismo y a su misión las palabras que acaba de leer ante los asistentes. El hoy inicial así lo expresa con énfasis. Hoy y aquí, Jesús trae gracia y no venganza de parte de Dios. (Recordemos lo escrito en las aclaraciones al texto, vs.18-19) 3. Indicaciones para nuestra vida

Hoy, pues, estamos particularmente de enhorabuena. El edificio de nuestra fe ofrece garantías de solidez y debe generar en nosotros seguridad y confianza. Jesús nos revela con garantía quién es Dios y cómo es Dios. Dios nos trae gracia y no venganza. Ni Dios es vengativo, ni nosotros debemos serlo. ALBERTO BENITO [email protected]

NOTAS PARA LA HOMILIA ¿Ungidos o uncidos? Ungidos por… ¿la ley? Suena mejor „uncidos a la ley‟ que „ungidos por la ley‟. La «ley», a secas, forma parte fundamental de una sociedad legítimamente constituida que se da a sí misma una forma humana y racional de convivencia. Nada que objetar a que una sociedad se rija por una legislación. El pueblo de Israel, Pueblo de Dios, se dio a sí mismo una Ley que respetaban, que cumplían y que aseguraban que provenía de Dios mismo. La primera lectura de hoy así lo confirma. Esdras, el sacerdote, lee públicamente la Ley, en este caso de carácter teocrático, pues creen firmemente que es la voluntad misma de Dios, y el pueblo congregado responde «amén». Nosotros, gente occidental con propensión a las «distinciones», «matices», «distingos», «puntillas», «apreciaciones», «críticas» y «consideraciones», unas más razonadas y razonables que otras, marcamos nuestra distancia respecto a la Ley. No sólo porque afirmamos que la legislación positiva de una sociedad proviene de ella y de sus legisladores, sino porque además nos situamos con «criterios». Nos preguntamos ¿hay que obedecer una ley injusta? ¿Hay leyes que han quedado obsoletas y deberían cambiarse para responder a las necesidades de la gente? ¿Existe una «ley natural» que es universal y previa a las leyes escritas? Lo que está claro es que la Ley, estando vigente, nos obliga a todos. Nadie puede decir que «esta ley (vigente) no me atañe». En cierto modo, estamos «uncidos a la ley». Ungidos por el Espíritu Se parecen los dos términos pero no es lo mismo «uncir» que «ungir». A los cristianos nos ungen en el bautismo, en la confirmación, y a los sacerdotes en la ordenación. Somos «ungidos», pero no estamos «uncidos». Nuestra unción, sacramental, proviene del mismo Espíritu Santo que ungió a Jesús. Todo el Antiguo Testamento está traspasado de «unciones»: profetas, reyes, sacerdotes… Es verdad que la Ley, sobre todo después del regreso a Jerusalén tras el destierro, toma un papel fundamental en la vida del pueblo; pero, por encima de la Ley y más allá de ella, estaban los «hombres y mujeres de Dios» que decían una palabra o un gesto profético. La Ley nunca ahogó la palabra, bien la de los profetas, bien la de los sabios, bien la de los predicadores con tintes apocalípticos. La misión de Jesús El evangelio de hoy nos presenta a Jesús «ungido» por el Espíritu, y muy libre respecto a la Ley. San Lucas nos dice que «en Jesús» se cumplen las Escrituras. ¿Por qué? ¿Quién le confiere esta autoridad? El mismo Espíritu Santo que se hace presente en la Anunciación, luego en el bautismo, ahora se posa sobre Jesús. Jesús es el «ungido» del que habla el profeta Isaías, y su misión no es asegurar que el pueblo esté «uncido» a la Ley, que la observe literalmente, sino que su misión es «dar libertad» a cautivos, excluidos, víctimas, envilecidos, deshumanados. Jesús anuncia la «buena noticia» de Dios porque está «ungido por el Espíritu». PEDRO FRAILE [email protected]

PARA CONSIDERAR Y REFLEXIONAR EN GRUPOS Son numerosas las parroquias y comunidades que semanalmente se reúnen para compartir la Palabra utilizando dabar, permitidme recordaros que el precio de suscripción se reduce en función del número de ejemplares que se envían (y que resulta más económico que la fotocopia), y pensamos que podrían ser muchas más. Gracias.

«El Espíritu del Señor está sobre mí, porque él me ha ungido. Me ha enviado para anunciar el Evangelio a los pobres, para anunciar a los cautivos la libertad, y a los ciegos, la vista. Para dar libertad a los oprimidos; para anunciar el año de gracia del Señor.» (Lc 4, 18-19) Preguntas y cuestiones - ¿Crees que podemos distinguir entre «uncir» y «ungir». Pon algún ejemplo de cada una de las dos palabras. - ¿Qué importancia le das en tu vida de cristiano a cumplir la Ley civil? ¿Y la ley de Dios (los mandamientos)? ¿Les das la misma importancia? - ¿Qué importancia le das en tu vida de cristiano a la unción bautismal, a la unción de la confirmación (en caso de que estés confirmado)? - ¿Qué importancia le das al Espíritu Santo en tu vida? ¿Crees que la acción del Espíritu Santo transforma tu vida, hace que vivas de otra forma? - ¿Se puede vivir obedeciendo de forma crítica la ley? ¿Se puede vivir la vida cristiana sin la unción del Espíritu?

PARA LA ORACION Oh, Dios que nos liberas de nuestras miserias; Tú que nos permites deshacernos de nuestro pasado y comenzar de nuevo, abre nuestros corazones a la escucha de tu palabra y haz que nuestras vidas se transformen en obras de vida según tu voluntad. ----------------------------------------------

Te presentamos con estos bienes, nuestras vidas para que así las conviertas en esperanza, de justicia y libertad.

vidas

llenas

de

----------------------------------------------

Te damos gracias, Señor, por tu Hijo, a quien nos has enviado para revelarlo como defensor de la justicia, de la paz y de la libertad. En Él has cumplido tu Palabra. Él es tu Palabra. Esta Palabra nos alimenta y nos revela tu verdadero rostro. En Él te has hecho hombre para anunciarnos la libertad, la justicia y la Buena Noticia, y en Él nos invitas a liberar a todos los hombres. Que la tolerancia, la solidaridad y la auténtica libertad, junto con el amor y el perdón, el servicio a la verdad, y el respeto a la vida sean nuestras herramientas que hagan visible a Jesucristo, imagen tuya, en el rostro actual de la humanidad. ----------------------------------------------

Al agradecerte la participación en este banquete sagrado te pedimos que con ella sigas llenando nuestras vidas para que sepamos y podamos hacer tu voluntad.

LA MISA DE HOY MONICIÓN DE ENTRADA Iniciamos la lectura continua del evangelio según san Lucas. Dos líneas que se entrecruzan marcarán su lectura. Por una parte es un evangelio que recoge la Escritura como una gran Historia de la

salvación; por otra, el protagonismo del Espíritu Santo que dirige esta historia. Jesús es el Ungido por el Espíritu; por eso su misión no proviene de ningún deseo humano, sino del mismo Dios. SALUDO ¡Que el Dios de la libertad, cuyo año de gracia fue proclamado por Jesús, esté con todos vosotros! ACTO PENITENCIAL Nos ponemos en presencia del Señor y pedimos que su Espíritu descienda sobre nosotros, nos renueve y nos haga discípulos de su Hijo. - A ti, que proclamas un año de gracia te suplicamos, Señor ten piedad. - A ti, que nos buscas para darnos la verdadera libertad, te decimos, Cristo ten piedad. - A ti, que nos das a tu Hijo para que sigamos sus huellas, te imploramos, Señor ten piedad. Que Dios, que en su infinita bondad, nos busca para que vivamos libres como hijos suyos, tenga misericordia de nosotros, perdone nuestros pecados, y nos lleve a la vida eterna. Amén MONICIÓN A LA PRIMERA LECTURA Esdras lee la ley ante toda la asamblea reunida del pueblo de Israel. Con probabilidad se trata del nacimiento de la Ley como norma suprema para regir la vida del pueblo. Con el tiempo esta ley llegará a ser la única norma de vida tanto civil como religiosa. San Pablo será quien plantee la gran pregunta ¿quién salva, la ley de Moisés o la fe en Cristo Jesús? SALMO RESPONSORIAL (Sal 18) Tus palabras, Señor, son espíritu y vida. La ley del Señor es perfecta y es descanso del alma; el precepto del Señor es fiel e instruye al ignorante. Tus palabras, Señor, son espíritu y vida. Los mandatos del Señor son rectos y alegran el corazón; la norma del Señor es límpida y da luz a los ojos. Tus palabras, Señor, son espíritu y vida. La voluntad del Señor es pura y eternamente estable; los mandamientos del Señor son verdaderos y enteramente justos. Tus palabras, Señor, son espíritu y vida. Que te agraden las palabras de mi boca, y llegue a tu presencia el meditar de mi corazón, Señor, roca mía, redentor mío. Tus palabras, Señor, son espíritu y vida. MONICIÓN A LA SEGUNDA LECTURA San Pablo reflexiona sobre los ministerios y carismas en la comunidad cristiana. Nadie es más que nadie, nadie puede prescindir de los demás; nadie puede despreciar a los demás. Todos participamos activamente en la construcción del Cuerpo de Cristo, que es la Iglesia. De esta forma, el crecimiento de la Iglesia es orgánico y armónico. La Iglesia crece, pero nadie se impone sobre los demás. MONICIÓN A LA LECTURA EVANGÉLICA En la sinagoga de Nazaret, su pueblo natal, Jesús pronuncia un discurso que tiene el valor de ser programático. No es un simple comentario a un texto de la Escritura, sino que afirma que cuando el profeta Isaías habla del ungido de Dios, en realidad está hablando de él. Jesús es el Mesías esperado, que viene a traer la libertad y el año de gracia de Dios. ORACIÓN DE LOS FIELES Oremos con toda la Iglesia, Cuerpo de Cristo, y pidamos al Señor que nos renueve por el Espíritu. Digamos: „Envíanos Señor tu Espíritu‟. - Por la Iglesia, para que escuche al Espíritu Santo que habla en ella y sea fiel servidora del pueblo de Dios, roguemos al Señor.

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Por todos los que tienen ministerios en la Iglesia. Ministerios de servicio, ministerios de la palabra, ministerios de la caridad. Para que desempeñen su tarea con alegría, entrega y sencillez, roguemos al Señor. - Por todos los que sufren en el mundo esclavitud, opresión, violencia, marginación, para que descubran que Dios es el que concede y asegura su verdadera liberación y libertad, roguemos al Señor. - Por todos los misioneros, para que vivan con radicalidad evangélica su vocación y su misión, unidos a Cristo Jesús, roguemos al Señor. Escucha Señor la súplica de tu Pueblo, y haz que busquemos siempre tu rostro. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén. DESPEDIDA El Dios que es libertador de nuestras debilidades y que condona nuestras deudas de forma totalmente gratuita os bendiga.

CANTOS PARA LA CELEBRACION Entrada. Iglesia peregrina. Salmo: LdS; Tu Palabra me da vida Ofertorio. Pan y vino sobre el altar. Santo. Comunión. Cristo nos da la libertad. Libertador de Nazaret. Final. Id amigos.

Director: Enrique Abad Continente ·Paricio Frontiñán, s/n· Tlf 976458529-Fax 976439635 · 50004 ZARAGOZA Tlf. del Evangelio: www.telefonodelevangelio.blogspot.com - Página web: www.dabar.net - Correo-e: [email protected]

Año XXXIX – Número 13 – Ciclo C – 3 de Febrero de 2013

DOMINGO IV ORDINARIO

PRIMERA PAGINA La misión profética Este domingo vemos en las experiencias de Jeremías y de Jesús la obediencia a la llamada de Dios y su misión profética; y, por otra parte, la dureza y el riesgo que conlleva su aceptación. Dos personalidades unidas por su lucha y fracaso, por su vida y pasión. ¡No es fácil ser profeta de Dios!

Su obediencia en amor, hace de sus vidas una continua lucha personal y social: afrontar la dificultad, la incomprensión, el rechazo, el peligro, la soledad, la duda...y el sufrimiento. ¡Cuánto nos da el amor y cuanto nos pide! Hemos pensado durante años que la vida pública de Jesús fue un alegre transcurrir por los caminos de Palestina acompañado por sus amigos y arropado por multitudes. Un Jesús alegre y dicharachero, encantado con su tarea. Pero... “nadie es profeta en su tierra”. La misión de Jeremías y de Jesús no es un placentero discurrir; es soledad, incomprensión, frustración, duda y sufrimiento. ¿Cuántos de nosotros podemos afirmar que nuestra misión profética como cristianos exige tanto sacrificio? Conforme voy escribiendo voy comprendiendo las palabras de Jesús. “Dichosos vosotros cuando os injurien y persigan y os calumnien de todo por mi causa. Estad contentos y alegres, porque vuestro premio en el Cielo es abundante. Lo mismo persiguieron a los profetas que os precedieron” (Mt 5, 1112) La misión a la que estamos llamados no es fácil, y en ocasiones exige la entrega de la vida. ¿En qué consiste esa misión?, pues en ser instrumentos del Amor del Padre. Al principio, cuando leía las lecturas de hoy, no entendía muy bien qué pintaba la Carta a los Corintios. Ahora lo veo claro. Nuestra misión es vivir y ser testimonios de amor; pero de ese amor del que habla san Pablo, de ese AMOR que es Dios mismo, ¿quién si no puede ser un AMOR de ese calibre? Por eso la misión en obediencia se hace tan dura y difícil, por eso solo algunos lo consiguen; por eso Cristo es el Amado en misión de Amor. Pero yo me pregunto: ¿por qué el amor molesta tanto?, ¿porqué ver a alguien que ama sin condiciones hace salir del hombre lo peor que lleva dentro? El amor nos confronta con nosotros mismos y siempre salimos perdiendo; pero hay dos opciones al sentirnos humillados por él en nuestro ego: la conversión o la aniquilación de aquello que me muestra lo que yo no sé o no puedo conseguir. Asumir la misión profética debería ser una obligación de todo cristiano, siempre entendida como ese AMOR que explica san Pablo al que estamos llamados a vivir, comunicar y transparentar. “Hay tres cosas que permanecen: la fe, la esperanza y el amor; pero la más importante es el amor” CONCHA MORATA [email protected]

DIOS HABLA JEREMIAS 1, 4-5.17-19

En los días de Josías, recibí esta palabra del Señor: «Antes de formarte en el vientre, te escogí; antes de que salieras del seno materno, te consagré: te nombré profeta de los gentiles. Tú cíñete los lomos, ponte en pie y diles lo que yo te mando. No les tengas miedo, que si no, yo te meteré miedo de ellos. Mira: yo te convierto hoy en plaza fuerte, en columna de hierro, en muralla de bronce, frente a todo el país: frente a los reyes y príncipes de Judá, frente a los sacerdotes y la gente del campo Lucharán contra ti, pero no te podrán, porque yo estoy contigo para librarte». Oráculo del Señor. 1 CORINTIOS 12, 31-13, 13 Hermanos: Ambicionad los carismas mejores. Y aún os voy a mostrar un camino excepcional. Ya podría yo hablar las lenguas de los hombres y de los ángeles; si no tengo amor, no soy más que un metal que resuena o unos platillos que aturden. Ya podría tener el don de profecía y conocer todos los secretos y todo el saber, podría tener fe como para mover montañas; si no tengo amor, no soy nada. Podría repartir en limosnas todo lo que tengo y aun dejarme quemar vivo; si no tengo amor, de nada me sirve. El amor es paciente, afable; no tiene envidia; no presume ni se engríe; no es mal educado ni egoísta; no se irrita, no lleva cuentas del mal; no se alegra de la injusticia, sino que goza con la verdad. Disculpa sin límites, cree sin límites, espera sin límites, aguanta sin límites. El amor no pasa nunca. ¿El don de profecía?, se acabará. ¿El don de lenguas?, enmudecerá. ¿El saber?, se acabará. Porque limitado es nuestro saber y limitada es nuestra profecía; pero cuando venga lo perfecto, lo limitado se acabará. Cuando yo era niño, hablaba como un niño, sentía como un niño, razonaba como un niño. Ahora vemos confusamente en un espejo; entonces veremos cara a cara. Mi conocer es por ahora limitado; entonces podré conocer como Dios me conoce. En una palabra: quedan la fe, la esperanza, el amor: estas tres. La más grande es el amor. LUCAS 4, 21-30 En aquel tiempo, comenzó Jesús a decir en la sinagoga: «Hoy se ha cumple esta Escritura que acabáis de oír». Y todos le expresaban su aprobación y se admiraban de las palabras de gracia que salían de sus labios. Y decían: «¿No es éste el hijo de José?» Y Jesús les dijo: «Sin duda me recitaréis aquel refrán: “Médico, cúrate a ti mismo”; haz también aquí en tu tierra lo que hemos oído que has hecho en Cafarnaún. Y añadió: «Os aseguro que a ningún profeta es bien mirado en su tierra. Os garantizo que en Israel había muchas viudas en tiempos de Elías, cuando estuvo cerrado el cielo tres años y seis meses, y hubo una gran hambre en todo el país; sin embargo, a ninguna de ellas fue enviado Elías; más que a una viuda de Sarepta, en el territorio de Sidón. Y muchos leprosos había en Israel en tiempos del profeta Eliseo; sin embargo, ninguno de ellos fue curado, más que Naamán, el sirio». Al oír esto, todos en la sinagoga se pusieron furiosos y, levantándose, lo empujaron fuera del pueblo hasta un barranco del monte en donde se alzaba su pueblo, con intención de despeñarlo. Pero Jesús se abrió paso entre ellos y se alejaba.

EXEGESIS PRIMERA LECTURA Hace dos semanas se proclamaba la alegría del amor de Dios por su pueblo. La ternura inconmovible del Dios fiel en su compromiso. Y la profunda locura de Dios por el hombre, a pesar de la postración, humillación e incluso infidelidad del pueblo. Establecida gozosamente también, el pasado domingo, la presencia definitiva de Dios en su Palabra, se trata ahora de buscar a quien haya de proclamarla. La misión del buen mensajero es esencial para que el mensaje no se pierda en el aire. Se percibe la admiración de Pablo por los mensajeros al conocer por propia experiencia el peso que el Señor echa sobre las espaldas de aquel a quien envía: “Ahora bien, ¿cómo van a invocar a aquel en quien no creen? ¿Cómo van a creer en él si no han oído hablar de él? ¿Y cómo van a oír hablar de él si nadie les predica? Y ¿cómo predicarán si no son enviados? Como dice la Escritura: ¡Bienvenidos los que traen buenas noticias!” (Rom 10,14-15).

Pero Jeremías se rebela ante esta elección que no ha elegido él; sino que se la han impuesto. La experiencia vital de este empeño va a acarrearle graves problemas personales, familiares y sociales. Menospreciado, abandonado, mal comprendido se siente engañado en algún momento; “Jer. 20,7: “Tú me has seducido, Señor, y yo me he dejado seducir; has sido más fuerte que yo, me has podido. Me he convertido en irrisión continua, todos se burlan de mí”. A lo largo de su vida se verá en la necesidad de evocar el pasado, repensar su vocación, acudir al „amor primero‟ cuando, como en el texto de hoy, se le dice claramente que ni el texto ni el mensajero lo son todo; ni siquiera lo principal. La fuente, la base, el fundamento de la misión está en quien envía. Y de nuevo, como en la lectura de hace dos domingos en Isaías se le recuerda que es la predilección de Dios la que determina el lugar de cada uno en esta tarea hermosa de la Salvación. “Antes de formarte… te escogí; antes de salir del seno… te consagré” (1,5). Y la fuerza le viene del Señor, que o convierte en „plaza fuerte, columna de hierro…” (v.18). Sólo hay una condición, al elegido solo se le pide „confiar en Dios‟. “No les tengas miedo que yo te mando”. “Si les tienes miedo, yo te meteré miedo de ellos” (v.17). No se trata del abandono de Dios sino de la cobardía propia. El verdadero obstáculo para llevar con gallardía el mensaje que Dios (que me ha elegido a mí) me confía, soy yo mismo. La diaria constatación de mi impotencia me ofusca la mente y el corazón se acobarda ante la grandeza de la misión ¿creo acaso que es cosa mía y no de Dios? Creerlo así lleva tantas veces a la desconfianza y la queja a Dios: “¡Déjame morir!” (Jb 7,16). El mismo Jeremías tiene la misma tentación apenas el Señor le comunica que lo ha elegido: “!Ay, Señor mío! Mira que no sé hablar, que soy un muchacho” (1,6). Olvida que es el Señor quien está detrás de él, de nosotros. TOMÁS RAMÍREZ [email protected]

SEGUNDA LECTURA Pablo sabe que los dones del Espíritu tienen un gran valor sobrenatural. Quiere que los cristianos se esfuercen por conseguir tales carismas, sobre todo los que contribuyen al servicio de la comunidad. Pero los corintios no pueden olvidar que la perfección y la plenitud de todos los carismas es el amor que procede de Dios. En tres estrofas, describe Pablo la esencia del amor cristiano (13, 1-3; 4-7; 813). Por muy dotada que esté una persona para los carismas espirituales y realizaciones éticas, todo eso sólo tiene valor delante de Dios por el amor y en el amor. Incluso hablar la lengua de los ángeles será algo hueco si no se posee el amor. Al don de la profecía, capacidad de penetrar los misterios de Dios, le sucederá lo mismo. Todos los esfuerzos resultan inútiles cuando el amor falta, incluso los actos más increíbles de sacrificio, la renuncia a la libertad e, incluso a las riquezas, son obras muertas delante de Dios si no les da vida el amor divino (vv. 1-3). Cuando se ama de verdad y en plenitud, se posee una fuerza superior para aguantar a los otros y tener un buen comportamiento. La envidia queda a un lado. No se desprecia a los débiles ni se busca el propio provecho. Incluso no se guarda rencor. Se olvida todo el mal tan pronto como se lo han hecho a uno, y no por debilidad, sino como consecuencia de la seguridad y riqueza que el don de Dios le ha otorgado. Quien ha sido llamado por la misericordia de Dios y ha experimentado la fuerza de su amor puede guardarlo en su corazón, creer en los otros y darles fuerza con su fe. Es un amor lo bastante fuerte como para esperarlo todo, aun lo imposible, y aguantarlo todo (vv. 4-7). El amor es eterno. Existe antes del comienzo de los tiempos y permanecerá cuando todo haya acabado. Los grandes carismas del presente son transitorios. La profecía, el discurso de lenguas, el conocimiento, sólo tienen significado para el tiempo presente que espera el futuro. Ahora conocemos

sólo en parte y sólo en parte profetizamos. Cuando el día del Señor (la Parusía) llegue a nosotros, la revelación será completa. Al cristiano, le ocurre, de momento, como al niño, es decir, su campo de conocimiento está limitado. El conocimiento que ahora poseemos es sólo anticipo del conocimiento al que estamos llamados. De cara al presente, al tiempo de salvación, que aún no se ha consumado, permanecen la fe, la esperanza y el amor, pero en la otra vida, la fe y la esperanza no permanecerán (vv. 8-13) RAFA FLETA [email protected]

EVANGELIO 1. Aclaraciones al texto V.22 Todos expresaban su aprobación. Expresar aprobación traduce un verbo griego que está abierto a un doble matiz, favorable o desfavorable: atestiguar algo a favor o en contra de alguien. En todo caso, el verbo griego no habla de aprobar sino de atestiguar. El texto continúa: Y se admiraban de las palabras de gracia. Admirarse traduce un verbo griego que contiene la idea de sorpresa, abierta también a un doble matiz, positivo o negativo. Sorpresa con matiz positivo de entusiasmo (admirarse); sorpresa con matiz negativo de desconcierto (extrañarse). Con anterioridad a este texto, Lucas ha empleado el mismo verbo en cuatro ocasiones (1,21.63; 2,18.33). En todas ellas la admiración no es de entusiasmo sino de extrañeza. Es en este sentido en el que hay que entender también el verbo en el texto de hoy, quedando así la traducción del mismo: Y todos le testimoniaban su extrañeza (su desconcierto) por las palabras de gracia salidas de sus labios. V.24 Os aseguro; v.25 os garantizo. Dos fórmulas aseverativas, para dar firmeza y garantía a lo que se va decir. Su empleo antepuesto es propio y exclusivo de Jesús en los evangelios y, además, no tuvo continuidad en ninguno de los apóstoles y profetas de la Iglesia primitiva. Por un lado, estamos ante un caso de reminiscencia histórica clara; por otro, ante un caso de veneración y respeto para quien era el único que podía hablar con una tal autoridad. V.26 Fue enviado; v.27 fue curado. Empleos de voz pasiva para evitar pronunciar el nombre de Dios en señal de profundo respeto. El sujeto agente a quien remiten ambas pasivas es Dios. Los beneficiarios de la acción de Dios son una mujer del territorio de Sidón (actual Líbano) y un sirio de nombre Naamán. En la óptica judía de entonces, dos extranjeros, dos gentiles, dos paganos. En ambos casos, Jesús hace uso de un mismo esquema: en Israel había muchas viudas y muchos leprosos en tiempos de Elías y de Eliseo, sin embargo estos solo fueron enviados a una viuda y un leproso no judíos (1Rey.17,8-9 y 2Rey 5,1-14). V.30 Se alejaba. El verbo griego está usado en su significado habitual de seguir caminando hacia el punto de destino. De ahí que sería preferible la siguiente traducción: Pero Jesús se abrió paso ente ellos y siguió su camino. 2. Texto Lo iniciamos donde lo dejábamos el domingo pasado: silencio expectante de los asistentes y enfático hoy de Jesús, haciendo suyo el texto de Isaías en el sentido más estricto del término: Jesús refería a sí mismo y a su misión el texto de Isaías y suprimía de él la palabra venganza y mencionando exclusivamente la palabra gracia. Los oyentes, muy comprensiblemente, se asustaron de esta relación de Jesús con la escritura sagrada, de su pretensión de ser él mismo el punto de referencia intrínseco y la clave de interpretación de las palabras sagradas, de su libertad para omitir palabras importantes del texto sagrado. Y el miedo se transformó desde el primer momento en oposición: ¿No es este el hijo de José? Para los asistentes en la sinagoga Jesús era uno más entre los otros, uno como ellos. La pretensión de Jesús no podía ser más que una presunción. La lectura que Jesús acababa de hacer salía de sus labios, pero no de los del profeta Isaías: este había hablado de gracia y de venganza, mientras que Jesús acababa de hablar solo de gracia. Los asistentes manifestaron a Jesús desde el primer momento su desconcierto y oposición. Jesús así lo captó y también desde el primer momento supo que los asistentes le estaban exigiendo garantías de su pretensión: Me recitaréis el refrán “médico, cúrate a ti mismo”, haz aquí lo que hemos oído que has hecho en Cafarnaún. Y con la misma autoridad de su anterior hoy, Jesús les asegura y garantiza que su escuela de aprendizaje es la propia escritura santa. Con ella en la mano no cabe hablar de gracia de

Dios para unos (los judíos) y de venganza de Dios para otros (los paganos). El año de gracia del Señor es para los unos y para los otros. Los oyentes se pusieron furiosos y expulsaron a Jesús fuera de la ciudad con intensión de despeñarlo. Precisamente con el mensaje de gracia que Jesús trae se inaugura la perspectiva de la cruz. Lucas, que ha redactado con gran cuidado su evangelio, ha puesto muy conscientemente esta escena como una especie de título para toda la obra de Jesús. 3. Relación con el presente El hoy de Jesús fue un desafío entonces y sigue siendo un desafío ahora. ¿Por qué? Porque Jesús era y sigue siendo referente intrínseco y clave de interpretación de Dios; no un referente más o una clave más, sino el referente, la clave. Quién es Dios y cómo es Dios solo lo sabemos con garantía por Jesús, quien, razonando con lógica, no podía ser entonces ni puede ser ahora uno más entre los otros. Pero este es precisamente el punto de arranque del desafío. Aceptar la diferencia esencial de Jesús respecto a nosotros, proclamar que Jesús es el Señor, ¡esto es creer en Jesús! No aceptar la autoridad de Jesús para hablar de Dios es reducir a Jesús a uno más entre los otros, que es lo que hicieron los conciudadanos de Jesús. Y puestas así las cosas, Dios será un desconocido o, lo que sería peor, un dios a la medida de nuestros gustos, lo cual terminaría por significar que nosotros seríamos dioses. ¡La peor de las desgracias! ¿Por qué? Porque nos habríamos convertido en asesinos de Dios y en vez de gracia divina habría venganza humana. ALBERTO BENITO [email protected]

NOTAS PARA LA HOMILIA “Lo empujaron fuera del pueblo hasta un barranco del monte en donde se alzaba su pueblo, con intención de despeñarlo”. El domingo pasado presentó Jesús su programa en la sinagoga de Nazaret. A continuación escuchamos hoy el primer rechazo que recibieron Jesús y su Buena Noticia. ¿Qué entendieron para reaccionar con tanta violencia? ¿Les pareció algo imposible el cambio propuesto? Es la actitud de sus paisanos de siempre, incluida su familia que en otro lugar le tratan de loco y de endemoniado, aunque no todos. Nazaret y sus habitantes tuvieron la fortuna de ser el lugar concreto donde “se ha manifestado la gracia de Dios que salva a todos los hombres”. Tito 2, 11. Pues este privilegio único y salvador es rechazado desde el principio. Es un hecho misterioso porque, rechazando a Jesús, rechazan el plan salvador de Dios Padre, preparado por los profetas del Pueblo de Dios desde Abraham hasta el nacimiento del “Dios con nosotros”, el Emmanuel”. “Vino a los suyos y los suyos no le acogieron”. Juan 1, 11. Estamos ante un misterio, pues aunque somos libres los humanos, quien dirige la historia es la sabiduría y el amor de Dios, que en este caso parece haber fracasado también. ¿Tantos siglos de preparación para comenzar fracasando? Añadamos que también su final fue un fracaso en una cruz. No todos los paisanos de Jesús le rechazaron, quedaba su madre con la fidelidad de su amor. Leyendo correctamente el pasaje de la anunciación, Lucas 1, 26-38, descubrimos a la Madre de Jesús como la Madre de todos los creyentes en él. No era la primera vez que ellos dos a solas habían comentado estas ideas; aún así, también a ella le sorprendió la valentía y la libertad total de su Hijo. Seguramente quiso frenarle, al escucharle en la sinagoga; lo habría intentado otras veces para evitarle problemas a él y a la familia, pero confió y siguió a su lado hasta su muerte en la cruz. La fidelidad de la Madre fue tan total y absoluta, que ayudada por su amor maternal, comenzó a ser también madre nuestra al pie de la cruz. Por la fe en su Hijo, después de su resurrección, reunió a sus discípulos para orar juntos y preparar la bajada del Espíritu santo. Sembró así la otra semilla de la

Iglesia, de la que ahora le confesamos Madre. Nacía allí lo que anunció el profeta: “Dejaré en ti, un pueblo pobre y humilde, un resto de Israel que se acogerá al Señor”. Sofonías 3, 12. A veces el rechazo a la fe se explica por la falta de vocación de los que deben contagiarla. Quien no ha entrado en el Reino de Dios no puede proclamarlo. El mensaje de la fe debe comunicarse con palabras inteligibles, con la pasión que contagia y con la coherencia de la vida del testigo de la fe. Pero aun dándose todas estas cualidades, la fe es rechazada a veces porque Dios no fuerza nuestra libertad. Jesús se escapó de los que le rechazaban en su pueblo, respetó su libertad y aceptó su fracaso en Nazaret. A continuación siguió predicando en otros pueblos de Galilea, hasta en Jerusalén. Durante sus predicaciones por Galilea le siguieron otras mujeres, algunas muy importantes, que con sus bienes le cuidaban a él y a sus seguidores con sus bienes. Lucas nombra a tres de ellas: María Magdalena, Juana y Susana. Lucas 8, 2-3. Al pie de la cruz aparecen con otras. Con la parábola del sembrador Jesús da cierta luz sobre el misterio de la fe, del rechazo y de la acogida de la Palabra de Dios. No toda la semilla cae en lugar fértil, no todos acogen la Palabra con la disposición y la apertura correcta. Una conclusión es seguir sembrando lo mejor que se pueda y confiar al Espíritu santo el resto. “Yo planté, Apolo regó, pero era Dios quien hacía crecer”.1 Corintios 3, 6. LORENZO TOUS [email protected]

PARA CONSIDERAR Y REFLEXIONAR EN GRUPOS Son numerosas las parroquias y comunidades que semanalmente se reúnen para compartir la Palabra utilizando dabar, permitidme recordaros que el precio de suscripción se reduce en función del número de ejemplares que se envían (y que resulta más económico que la fotocopia), y pensamos que podrían ser muchas más. Gracias.

Os aseguro que a ningún profeta es bien mirado en su tierra (Lc 4, 24) Preguntas y cuestiones Jesús fue rechazado en Nazaret porque sus paisanos no supieron trascender la apariencia del joven maestro que les hablaba de parte de Dios. Le habían visto desde pequeño entre ellos y no supieron hacer un acto de fe en su palabra. Es el mismo problema que todos tenemos si querer creer en el Dios que Jesús nos muestra. ¿Qué me impide dar el salto, fiarme de Él y entregarme a su causa? ¿Qué pasos puedo dar o provocar en otros para acercarme a Jesús resucitado, fundamento de la fe cristiana? El Papa en su catequesis sobre la fe del miércoles 14 noviembre 2012 presentó tres peldaños para ayudarnos a creer en Dios: la belleza del mundo, la profundidad del hombre y la vida de fe.

PARA LA ORACION Padre, nos acercamos a tu mesa para recibir el alimento de tu palabra y de tu pan. Nos sentimos débiles ante el ambiente de dolor y de frialdad que nos rodea. Necesitamos experimentar tu amor y tu fuerza para renovar nuestro corazón y seguir fielmente a tu Hijo Jesús en medio de nuestro mundo. Concédenos tu Espíritu para que sepamos aprovechar tu gracia. ---------------------------------Mira, Padre, nuestras debilidades, ignorancias y pobrezas. Sabemos cuánto nos exige la fe y las necesidades de nuestros hermanos los hombres. Que tu Espíritu transforme también con la abundancia de su amor nuestros pobres corazones y enardezca nuestra voluntad. ---------------------------------Padre, nunca podremos agradecerte tus dones como tu mereces.

En tu Hijo Jesús nos ha llegado la salvación de todos nuestros males. Él nos ha hecho hijos tuyos, nos introduce en tu casa y nos sienta a tu mesa. Él nos muestra con su ejemplo los criterios que pueden transformar el mundo en un reino de justicia, de amor y de paz. Él nos sigue acompañando todos los días y nos regala tu Espíritu para que seamos testigos del amor, de la justicia y de la paz. Por todo ello de damos gracias y te alabamos con todos los ángeles y santos del cielo. --------------------------------Padre, al terminar nuestra celebración, volvemos a nuestra vida de cada día, con el corazón alimentado por la fe y nuestra voluntad reforzada con tu gracia. Que tu Espíritu nos siga guiando para que sigamos fieles a Jesús y demos testimonio de su evangelio con nuestras obras.

LA MISA DE HOY MONICIÓN DE ENTRADA Bienvenidos, hermanos, a la celebración de nuestra fe en este Día del Señor. Sintámonos unidos en la misma fe, deseosos de escuchar la Palabra de Dios y recibir su luz para nuestra vida. El Pan bajado del cielo nos dará fuerza para seguir con fidelidad a Jesús. Hoy veremos la reacción que produjo el programa de Jesús en sus paisanos de Nazaret. SALUDO La paz de Dios que satisface todos nuestros deseos, esté con vosotros. ACTO PENITENCIAL “Dios mío, tú conoces mi ignorancia”. Señor, ten piedad. “Dios mío, no se te ocultan mis culpas”. Cristo, ten piedad. “Señor, mi súplica va a ti”. Señor, ten piedad. La bondad de Dios Padre se nos manifieste en su comprensión y su perdón, por Jesucristo nuestro Señor. MONICIÓN A LA PRIMERA LECTURA La vocación del profeta Jeremías sirve de telón de fondo al pasaje del evangelio de hoy. También Jeremías se sintió rechazado por el pueblo, por el rey y por los sacerdotes del templo de Jerusalén. No obstante los planes de Dios, presentados por el profeta, se fueron realizando. SALMO RESPONSORIAL (Sal 70) Mi boca anunciará tu salvación, Señor. A ti, Señor, me acojo: no quede yo derrotado para siempre; tú que eres justo, líbrame y ponme a salvo, inclina a mi tu oído, y sálvame. Mi boca anunciará tu salvación, Señor. Sé tu mi roca de refugio, el alcázar donde me salve, porque mi peña y mi alcázar eres tú, Dios mío, líbrame de la mano perversa. Mi boca anunciará tu salvación, Señor. Porque tú, Dios mío, fuiste mi esperanza y mi confianza, Señor, desde mi juventud. En el vientre materno ya me apoyaba en ti, en el seno tu me sostenías. Mi boca anunciará tu salvación, Señor. Mi boca contará tu auxilio, y todo el día tu salvación. Dios mío, me instruiste desde mi juventud, y hasta hoy relato tus maravillas.

Mi boca anunciará tu salvación, Señor. MONICIÓN A LA SEGUNDA LECTURA Seguimos escuchando una selección de la primera carta de san Pablo a los Corintios. Hoy escuchamos el famoso y profundo canto al amor. MONICIÓN A LA LECTURA EVANGÉLICA En la sinagoga de Nazaret presentó Jesús su programa según el evangelista Lucas. Llama la atención el rechazo con violencia con que le recibieron sus paisanos. ORACIÓN DE LOS FIELES Ante las grandes necesidades del momento presente en todo el mundo, recurramos a la misericordia y al poder de Dios. ---- La justicia es el principio de la paz. Para que los gobernantes la establezcan con leyes justas. Oremos. ---- La misericordia no es humillante sino necesaria. Para que la justicia sea humana, como la de Jesús. Oremos. ---- Los cristianos hemos de ser luz y sal en medio de las tinieblas. Para que nos dejemos iluminar por las Palabras de Jesús. Oremos. ---- El Año de la Fe pretende que crezcamos en la fe. Para que pongamos los medios y nos aprovechemos de los que el Papa nos ofrece. Oremos. ---- La Nueva Evangelización no consiste en hacer mejor lo de siempre. Para que conozcamos y secundemos la creatividad que el Espíritu santo está promoviendo en la Iglesia. Oremos. ---- Nuestro testimonio es el único medio de hacer válida la palabra. Para que nuestra colaboración en la organización de la solidaridad parroquial sea un hecho. Oremos. ---- La crisis económica está causando muchas víctimas, mucho dolor y mucha injusticia. Para que estemos al lado de las víctimas con una cercanía eficaz. Oremos. ---- El rechazo que sufrió Jesús entre sus paisanos de Nazaret no le frenó de ir a predicar en otros pueblos de Galilea. Para que el fracaso no nos hunda, sino que sigamos sembrando con ilusión. Oremos. ---- La fe en la resurrección de los muertos tiene que animar nuestra peregrinación. Para que los que fallecieron, especialmente los nuestros, nos sigan protegiendo desde el cielo. Oremos. Escucha, Padre, con bondad estas peticiones que te hemos presentado por nuestros hermanos los hombres y no te olvides de las otras que llevamos en el corazón y que tu bien conoces. Por Jesucristo nuestro Señor. DESPEDIDA El Señor que se hizo hombre hasta el punto de verse rechazado por los suyos nos proteja, nos guíe y nos guarde.

CANTOS PARA LA CELEBRACION Entrada: (Se puede escuchar alguna canción apropiada del disco “El Profeta” de Cantalapiedra); Cerca está el Señor (1CLN-731); Me adelantaré (popular); Con nosotros está el Señor (del disco “15 Nuevos cantos para la Misa”); Dios es amor (del disco “Dios es amor” de Erdozáin); Cuando un niño con hambre pide pan. Salmo: LdS; Mi boca proclamará jubilosa. Aleluya: Aleluya, Amén (de Deiss). Ofertorio: Tú, Señor, me llamas (del disco “Cristo libertador”); Me has llamado, Señor (del disco “Habla, Señor”). Santo: de Palazón (del disco “Alrededor de tu mesa”). Comunión: Si me falta el amor (de Madurga); Donde hay caridad y amor (1CLN-O 26); Ubi caritas (Gregoriano o de Taizé).

Final: Por tantas cosas (1CLN-615).

Director: Enrique Abad Continente ·Paricio Frontiñán, s/n· Tlf 976458529-Fax 976439635 · 50004 ZARAGOZA Tlf. del Evangelio: www.telefonodelevangelio.blogspot.com - Página web: www.dabar.net - Correo-e: [email protected]

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