DOSSIER DE LA ASOCIACION CULTURAL FESTINHUMOUR- Crítico y social- Suiza EN HOMENAJE
AL ESCRITOR DAVID SANCHEZ JULIAO
David Sánchez Juliao (Lorica, Córdoba, 24 de noviembre de 1945 –Bogotá D.C., 9 de febrero de 2011). Fue un escritor, periodista, cuentista y diplomático colombiano. Sánchez Juliao fue embajador de Colombia en la India durante el gobierno de César Gaviria y en Egiptodurante el gobierno de Ernesto Samper. Entre sus obras más importantes están: El pachanga, El flecha, El flecha II el retorno (2006),Abraham al humor, Fosforito, Historias de Racamandaca y Dulce Veneno Moreno, entre otras. Traducidas a varios idiomas y ganadoras de varios premios literarios, las obras de Sánchez Juliao son un esbozo de la cultura popular de la costa norte colombiana con un enfoque particular en la región cordobesa.[1] David Sánchez Juliao fue el primer escritor en el mundo en grabar un audiolibro en 1975 en un Casete en el cual grabo por un lado Porqué me llevas al hospital en canoa, papá? y por el otro El Flecha ganando varios premios tales como Disco de Oro y el Disco de Platino popularizaron el formato. [2]
Obras publicadas * Por qué me llevas al hospital en canoa, papá? (1973)
Historias de Racamandaca (1974)
El arca de Noé (1976) Cachaco, palomo y gato (1977) El Flecha Pero sigo siendo el rey (1983) Mi sangre aunque plebeya (1986) Buenos días, América (1988) El país más hermoso del mundo Dulce Veneno Moreno Fosforito la cucarachita Martínez El Flecha II En Chimá nace un Santo
DAVID SÁNCHEZ JULIAO HA MUERTO, ¡VIVA EL REY!
Álvaro Serrano Duarte - DirectorCORREveDILE - Barranquilla, Colombia
Al momento de escribir este homenaje póstumo al excelso escritor costeño DAVID SÁNCHEZ JULIAO, no logro recuperarme del impacto de la noticia de su deceso, aunque lo supe 2 horas después de su último suspiro por las noticias de radio de la madrugada del miércoles 9 de Febrero de 2.011. Aún con el estremecimiento propio que produce conocer de la muerte de un amigo, chocada mi mente por la sorpresa triste, revuelta en pensamientos y recuerdos que pasan como en una
pantalla de cine, no logro concentrarme para producir palabras que lo exalten o que digan de lo que fueron nuestros encuentros en Bogotá y su bien amada Lorica, tan llenos de historias que solía contar y que embobaba a sus interlocutores.
Tan imperfecto como cualquier ser humano, abundando en su personalidad ególatra, difícil de tratarlo por sus explosivas reacciones rabiosas, pero bien entendido porque quienes se asoman al mundo creativo en cualquiera de sus manifestaciones son así y es a través de ellas que se sumergen a construir mundos fabulosos que nos permiten a los demás mortales admirarles y aceptar su carácter. Para no hablar más sandeces de un amigo que hace 4 horas partió de este plano existencial, mejor voy a publicar a continuación los títulos y portadas de sus obras, creyendo que es mi mejor manera de mostrar mi admiración y respeto por un hombre de letras, música y pintura. Escritor de Novelas, Cuentos, Fábulas, Ensayos, Columnas Periodísticas, Crónicas, Teatro, Humor, etc., el ex-embajador en la India, David Sánchez Juliao, nos ha dejado un universo costeño sorprendente que eternizará la maravillosa vida del norte colombiano. A continuación reseñas de sus novelas:
CACHACO, PALOMO Y GATO
Cachaco, Palomo y Gato David Sánchez Juliao Primera Edición: Fundación del Caribe [Monteríaa, 1974] Segunda Edición: Editorial Mejoras [Barranquilla, 1975] Tercera Edición: Plaza & Janés [Bogotá, 1977] Cuarta Edición: Plaza & Janés [Bogotá, 1983] Cuarta Edición: Plaza & Janés [Bogotá, 1999] Nuevas ediciones sucesivas hasta el 2009 Los mundos de los tres personajes centrales de Cachaco, Palomo y Gato resultan antagónicos en apariencia. Un advenedizo comandante de aduana, un veterano capitán de goleta de contrabando y un comerciante ganadero acosado por la insatisfacción y la soledad, se presentan ante el lector guardando entre sí las distancias que sus respectivos estilos de vida determinan. Pero la magistral pluma del escritor logra trabarlos en una serie de imbricadas relaciones que, en los conflictos que ellas suscitan, terminan armando un retrato crudo y crítico de la realidad que a los tres personajes rodea.
Primera novela de David Sánchez Juliao, publicada por Plaza y Janés, Bogotá-Barcelona, y que contó con una versión para televisión dirigida por Jaime Botero Gómez y transmitida por Caracol Televisión (Colombia) en su espacio “Teatro Popular Caracol”. La serie, de diez capítulos de una hora, fue transmitida en muchos otros países.
PERO SIGO SIENDO EL REY
Pero sigo siendo el rey David Sánchez Juliao Primera Edición: Plaza & Janés [Bogotá, Junio 1983] Y nuevas ediciones sucesivas hasta el 2009 Premio Plaza & Janés 1983 de Novela Colombiana
Pero sigo siendo el rey fue la obra ganadora del III Concurso de Novela Colombiana Plaza y Janés en l983, y desde entonces se han hecho de ella varias ediciones en Colombia para su circulación en todos los países de habla hispana. Ha sido traducida al chino, al italiano y al griego. Su versión para televisión – con la dirección de Julio César Luna—mereció varios premios India Catalina en el Festival de Cine de Cartagena y partió en dos la historia del género en Colombia. Hasta hoy, ha sido presentada en veinte países doblada a no menos de once lenguas. Merecedora de los más altos elogios de la crítica nacional e internacional, la novela es estudiada en universidades de los cinco continentes debido a que – como reza el acta de jurados en su premiación--, “está acorde con las corrientes contemporáneas de la narrativa latinoamericana, pues tiene proyección universal y encaja dentro de un tratamiento de masas que logra combinar magistralmente lo lírico y lo épico. En ella el autor rescata para la literatura el cancionero popular mexicano, música sentida en todos los países de habla hispana‖. Pero sigo siendo el rey abrió la trilogía de novelas musicales de Sánchez Juliao, cuya segunda obra fue Mi sangre aunque plebeya –sobre la llamada música vieja de los Andes – y que cerró Danza de redención sobre la música tropical colombiana.
“Esta novela está acorde con las corrientes contemporáneas de la narrativa latinoamericana, pues tiene proyección universal y encaja dentro de un tratamiento de masas que logra combinar magistralmente lo lírico y lo épico. En ella el autor rescata para la literatura el cancionero popular mexicano, música sentida en todos los países de habla hispana” (Aparte del Acta del Jurado del Premio Plaza y Janés, 1983)
MI SANGRE AUNQUE PLEBEYA
Mi sangre aunque plebeya David Sánchez Juliao Primera Edición: Editorial Planeta, Bogotá, 1986 Segunda Edición: Editorial Planeta, Bogotá, 1987 Nuevas ediciones hasta hoy
―Mi sangre aunque plebeya sorprenderá a los habituales y a los nuevos lectores de David Sánchez Juliao. Quienes disfrutaron Pero sigo siendo el rey (1.983) encontrarán que el novelista ha dado un giro copérnico en su narrativa, sin por ello abandonar ciertas constantes y cierto virtuosismo de escritura ya adquiridos. Entre las constantes, vale la pena destacar la presencia estructural de la música en el relato, que ahora combina dos mundos: el de la música clásica y el de la música popular. En cuanto al virtuosismo narrativo hay que recordar la destreza de Sánchez Juliao como comunicador: no en vano ha sido el exitoso instaurador de la literatura–casete en nuestro país, con sus series de cuentos extraídos de la tradición oral costeña. Pero, en Mi sangre auque plebeya, Sánchez Juliao abandona el ámbito caribeño para situarse en los andes y ante la gente andina. En este nuevo marco ambiental, el autor, un caribeño, analiza, dibuja y nos entrega un personaje sui generis: un arribista, un hombre inauténtico que exhala esnobismo a los cuatro puntos cardinales. Este protagonista es la bese de un divertido triangulo sentimental, que tiene como vértices a dos figuras femeninas de carácter fuerte y extraño a la vez, trazadas con lápiz maestro.‖
“En Mi sangre auque plebeya, Sánchez Juliao abandona el ámbito caribeño para situarse en los andes y ante la gente andina. En este nuevo marco ambiental, el autor, un caribeño, analiza, dibuja y nos entrega un personaje sui generis: un arribista, un hombre inauténtico que exhala esnobismo a los cuatro puntos cardinales.” Camilo Calderón
BUENOS DÍAS AMÉRICA
Buenos días, América David Sánchez Juliao Primera Edición: Editorial Planeta, Bogotá, 1988 Segunda Edición: Editorial Planeta, Bogotá, 1989 Nuevas ediciones hasta hoy ―Buenos días, América es la confirmación de las calidades narrativas de David Sánchez Juliao. Leer esta novela es como oírsela contar al propio escribidor, un incesante creador de imágenes. No en vano el cuento, esta vez, tiene que ver con el mundo de una emisora de radio en una provincia de macondo. Literatura plácida y llena de buen humor.‖ Camilo Calderón ―En la narrativa de David Sánchez Juliao están vivas y actuantes muchas de las mejores y singulares condiciones de lo que han dado en llamar el modo de ser costeño. Y además, esas condiciones se encuentran allí, en una prosa clara, sencilla, directa. Y en un estilo que recuerda mucho la manera de hablar del propio escritor.‖
Germán Vargas Cantillo
AQUÍ YACE JULIÁN PATRÓN
Aquí yace Julián Patrón David Sánchez Juliao Primera Edición: Editorial El Labrador, Bogotá, 1989 Segunda Edición: Editorial Pijao (Colección 50 novelas colombianas y una pintada), 2008 El puerto petrolero de Coveñas desde los comienzos del siglo XX hasta nuestros días, constituye el tema de ―Aquí yace Julián Patrón‖. En esta novela corta, un anciano relata la historia del pueblo, una vida agreste interrumpida ocasionalmente por la llegada de compañías extranjeras que, una tras otra, explotan las ventajas que les brinda tanto el privilegiado Golfo de Morrosquillo como su gente trabajadora. David Sánchez Juliao regresa aquí a las fuentes de una narración que inició con sus primeras obras ―¿Por qué me llevas al hospital en canoa, papá?‖ e ―Historias de Racamandaca‖, y que retoma ahora con la riqueza y facilidad de quien se mueve en un mundo que ha venido observando desde siempre con cariño y precisión.
“David Sánchez Juliao regresa aquí a las fuentes de una narración que inició con sus primeras obras ¿Por qué me llevas al hospital en canoa, papá? e Historias de Racamandaca” Joe Broderick
DANZA DE REDENCIÓN
Danza de Redención David Sánchez Juliao Primera Edición: Editorial Grijalbo, Bogotá, 1998, ediciones sucesivas hasta 2009 San Fernando de Cumbé, lugar de acción de Danza de Redención, es una localidad mítica del trópico latinoamericano levantada a orillas del un río plagado de caimanes, en cuyos orígenes hay una fundadora-polizonte que, con siete marineros como maridos, prohija los primeros pobladores de la región, luego de plantar una ceiba milagrosa en donde habitan los dioses de los esclavos traídos por los blancos. El nombre del poblado nos remite, como la acción de la obra desde las primeras líneas, a los más remotos orígenes de los géneros musicales del porro y de la cumbia colombianos. En estos ritmos, sus lugares de disfrute y sus personajes fantásticos, se afincan las acciones descritas con profundidad, elegancia de estilo y toques de un humor exquisito. En la medida en que la obra avanza, en San Fernando de Cumbé se van acrisolando los aportes de blancos, indios y negros hasta arrojar un producto musical llamado el cumbé (la cumbia). El relato tiene como espina dorsal la vida del clarinetista Simón Laza y sus diez hijos (músicos los más de ellos) y concluye con el nacimiento del hijo de Gardenias Dos, la que más tarda en casarse, y con un diluvio que inunda el pueblo. El recién nacido, uno de cuyos nombres es precisamente Moisés, es
arrojado a las aguas en un canastillo, junto con la grabación de todas las historias que contendrá el libro. Se supone que el autor encuentra el canastillo y las cintas de la grabación en un día de pesca y ‗desgraba‘ –como mero intermediario– la leyenda del fabuloso poblado y sus extraños habitantes. Las dos generaciones en las que se centra la novela encarnan de algún modo el apogeo y la decadencia de San Fernando de Cumbé: el mayor período mágico y mítico en la generación de los padres y las limitaciones materialistas que trae el progreso (avión, correo, luz eléctrica, radio, discos) en la de los hijos. Por eso, como debe ser, la localidad, que ha dejado de ser fiel a sí misma, a sus raíces y a su propia identidad, es tragada por las aguas.
“Esta es la mejor danza de Sánchez Juliao, puesto que, aunque es la novela cierre de la tan comentada trilogía musical del autor, esta obra específica muestra el arribo a su más acendrada madurez literaria y a su más evidente purificación de estilo’. Carlos Arboleda González
DULCE VENENO MORENO
Dulce Veneno moreno David Sánchez Juliao Primera Edición: Seix Barral (Planeta) Colección Biblioteca Breve, Bogotá, 2005 Cuatro ediciones hasta 2009
En un vuelo de Montería a Bogotá, una pareja tropieza con mesié Poulanc, un parisino desesperado por desahogarse confesando su tormentosa historia de amor con una monumental monteriana de piel melaza llamada Ludisbel. El relato se extiende justo durante la hora que tarda el viaje, y concluye y se cierra de una manera sorprendente cuando el avión comienza a descender hacia el aeropuerto Eldorado de Bogotá. Mientras tanto la historia le ha dado la vuelta a medio mundo, desde París hasta los confines del Oriente, para concluir en las feraces riberas del Sinú. Deleitoso contador de historias, David Sánchez Juliao se ha regodeado en la escritura de esta intensa y divertida novela. La sola anécdota que da pie a Dulce Veneno Moreno nos suscita una risa nerviosa, propia del saber de los duelos del corazón ajeno, y no paramos de sonreír y de saborear cada capitulo, en el mejor sentido: el de apreciar los placeres del amor y del mundo, ya que este relato esta servido en las mejores sábanas y manteles.
En la vena mordaz y deliciosa de su famosa novela Pero sigo siendo el rey, este libro se lee de un envión. Lo cual no quiere decir que al lado de la gracia y la alegría que adoban el relato no se puede paladear también una pizca del cartesianismo que aporta el abatido y herido amor mesié Poulenc, quien, sin duda alguna, aprendió a contar historias con agarre allá en Montería con su compadre Sánchez Juliao.
EL FLECHA
El Flecha II David Sánchez Juliao Primera Edición: Editorial Planeta, Bogotá, 2006 Segunda Edición, 2006; Tercera Edición, 2007 Nuevas ediciones sucesivas hasta el 2009 Vuelve El Flecha, pero esta vez no se queda quieto en su pueblo, Lorica, sino que emprende un picaresco recorrido por toda la Costa, que lo lleva a Riohacha, Valledupar, Santa Marrrrrrta –como dice él mismo Flecha–, Barranquilla, Cartagena, Sincelejo y Montería. Entre chanzas y bromas, El Fecha registra el carácter peculiar y ocurrente de cada una de estas ciudades y sus regiones, cosa que para un cachaco sería imposible. Perspicaz olfateador de la chispa cotidiana de los costeños, Sánchez Juliao revive en este libro a su querido personaje El Flecha, tan gracioso o más que El Pachanga, otra de sus criaturas literarias con varias versiones en discos. También Gallito Ramírez y los protagonistas de su famosa novela Pero sigo siendo el rey, llevados con gran éxito a la televisión. El Fecha es un seductor natural. Su labia es su magia. Su vida de aventuras y enredos, que no por ser –quizá– inventados dejan de parecer reales, las peripecias de sus compadres y comadres, y sus dichos, exclamaciones y carajadas, conforman una especie de pintoresca y divertida stand-up comedy difícil de olvidar. El Flecha tiene el encanto de esos sabios y sabrosos relatores de historias que han venido desapareciendo en aldeas y campos. Resulta tan elemental pero tan atractivo como esas pinturas naïf que adornan las paredes de los bares de la Costa, o como esos coloridos busecillos escalera de Pitalito que siempre nos arrancan una sonrisa.
El Flecha tiene el encanto de esos sabios y sabrosos relatores de historias que han venido desapareciendo en aldeas y campos. Resulta tan elemental pero tan atractivo como esas pinturas naïf que adornan las paredes de los bares dela Costa, o como esos coloridos busecillos escalera de Pitalito que siempre nos arrancan una sonrisa. “El Fecha es un seductor natural. Su labia es su magia.” --------------------------------El Homenaje Póstumo que CORREveDILE rinde a David Sánchez Juliao no termina aquí. Seguirán siendo publicadas todas las manifestaciones de amigos y admiradores y dando a conocer sus demás obras literarias y periodísticas que fueron abundantes y deliciosas en su construcción. Paz en su tumba, David!!
¡QUE VIVA EL REY!!
Editorial de Eltiempo.com
Sánchez Juliao no solo fue un investigador del folclor costeño, sino una parte integral de este. La última colaboración de David Sánchez Juliao que publicó EL TIEMPO corresponde al 18 de julio del año pasado. Se disputaba el Mundial de Fútbol y el cordobés sorprendió con una deliciosa crónica sobre animales famosos, que empezaba con 'Paul', el pulpo capaz de adivinar resultados deportivos, y terminaba con los perros que viajaban a bordo del 'Titanic' cuando naufragó el famoso barco.
Era una nota de tema atípico, si pensamos que Sánchez Juliao se distinguió sobre todo por sus historias costeñas, pero estaba escrita con la información, la gracia y el dominio del idioma que caracterizó a este loriquero que acaba de fallecer en Bogotá a los 65 años de edad. El autor de múltiples relatos encarnó en forma desbordada, laboriosa y creativa la tradición oral de la Costa Atlántica. Se le recordará sobre todo por sus divertidos relatos grabados y los personajes que los poblaban, como El Flecha, aquel boxeador cobardón y rebuscador. Pero es justo recordar que su pluma se desempeñó en otros campos de las letras.
Fue novelista de éxito, casi siempre en clave de humor, y se ocupó con interés especial en la música popular. Así, escribió una trilogía narrativa que abarca las rancheras mexicanas -Pero sigo siendo el rey-, las melodías andinas -Mi sangre aunque plebeya- y la música tropical -Danza de redención-. La primera marcó un hito en las telenovelas colombianas, cuando se llevó con gran suceso nacional e internacional a la pantalla chica. Si sus cuentos y novelas lo hicieron merecedor de numerosos premios literarios, entre ellos el Dulcinea, que otorga la Asociación Cervantina de Barcelona, sus trabajos en cine y televisión le dejaron 17 estatuillas de la India Catalina, y sus grabaciones, dos discos de oro.
Sánchez Juliao no solo fue un juicioso investigador del folclor costeño, sino una parte integral de este. Su presencia era una especie de embajada permanente del humor y la idiosincrasia del Caribe. Eran célebres, por su simpatía, sus participaciones en mesas redondas y conversatorios y contó entre sus mejores amigos a muchos cachacos que sabían que sus boutades contra el interior no eran más que cariñosas muestras de mamagallismo. Residió en Bogotá en muchas ocasiones y aquí se ha dejado morir. Es una prueba final e inesperada de la acogida general que tenía en todo el país.
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___________________________ Era conocido por obras como 'El Pachanga', 'El Flecha' y la novela 'Mi sangre aunque Plebeya'. Sánchez Juliao nació el 24 de noviembre de 1945 en Lorica, departamento de Córdoba. Según informó la emisora RCN, el escritor falleció en la Clínica Shaio de Bogotá, tras sufrir una afección cardíaca. De acuerdo a la reseña en su página de Internet, estudió literatura, comunicaciones y sociología, con doctorados en la Universidad Simón Bolívar y la Universidad de Córdoba, y con estudios en CIDOC, Cuernavaca, México, en donde luego se desempeñó como profesor. Entre sus obras más destacadas están las novelas 'Mi sangre aunque plebeya' y 'Pero sigo siendo el rey', ganadora del Premio Nacional de Novela Plaza y Janés. Estas dos obras fueronllevadas con gran éxito a la televisión en los años 80. Además de eso, Sánchez Juliao fue pionero de los audiolibros, en los que mezclaba un libro y un disco con la narración. El primero de ellos fue una serie de cuentos llamada "¿Por qué me llevas al hospital en canoa, papá?", en 1975. Pero sin duda en esta modalidad los más recordados son Abraham Al Humor, 'El Pachanga' y 'El Flecha'. (Escuche acá la grabación de 'El Flecha'). Se trata de tres historias que tienen como fondo su natal Lorica y en las que, como lo reseñó el crítico Pedro Cuadro Herrera en la página de internet del escritor, sus protagonistas se caracterizan por ser "seres atrapados en el círculo vicioso de la pobreza y la desesperanza, pero también por sospechar que -en medio de sus desgracias- no tienen otro remedio que burlarse de su propia suerte". Sus historias grabadas han ganado cinco galardones de Disco de Platino Sonolux y Disco de Oro M.T.M y las adaptaciones de sus obras para cine y televisión lograron 17 Premios India Catalina en el Festival de Cine de Cartagena.
Precisamente, a la pantalla grande fueron llevadas sus obras 'El pargo rojo' y 'Luz de enero'. También escribió cuentos para niños como 'El país más hermoso del mundo', 'La muy divertida historia de la Cucarachita Martínez y su goloso marido el señor don Ratón Pérez', Geografía animal y Roberto el terco, entre otras
Además de su obra literaria, Sánchez Juliao incursionó en la diplomacia: fue embajador de Colombia en la India y en Egipto entre 1991 y 1995, donde además de ejercer la jefatura de esas misiones diplomáticas, fue profesor universitario.
"Fue escritor y amigo con todas las de la ley. Me produce mucha pena su muerte. Era el rey del diálogo. Construía y reconstruía situaciones del ámbito popular de forma admirable. Su robusta humanidad cuando se presentaba era esplendorosa. Era una montaña que se le venía al público", dijo el ex presdidente Belisario Betancur, a través de 'La W'. Lea algunos textos de David Sánchez Juliao
El pargo Rojo Cinco puntos cardinales Fama animal Crónica de la apertura Éxito del criollismo
Título: La muy divertida historia de la Cucarachita Martínez y su goloso marido el señor don Ratón Pérez Editorial: Norma Fecha de publicación: 1/25/2007 Torre de Papel Azul La muy divertida historia de la Cucarachita Martínez y su goloso marido el señor don Ratón Pérez Autor(es) David Sánchez Juliao
Esta es la historia de la dulce y vanidosa Cucarachita Martínez que, después de oír a muchos pretendientes, decide casarse con su adorado Ratón Pérez. Su nueva vida de casados parece ir de maravilla, hasta que los dulces que cocina la Cucarachita, la afición a nadar del Ratón y los sospechosos planes del tío Conejo le dan una curiosa y divertida vuelta a esta historia de animales, que es un ingenioso retrato de la cultura del Caribe.
COLECCIÓN DE CUENTOS Y RELATOS DEL CARIBECOLOMBIANO EN LA VOZ DE SU AUTOR DAVID SÁNCHEZ JULIAO
Pocos meses después de haber lanzado David Sánchez Juliao, Contador de Historias en el 2003, y agotadas sus sucesivas ediciones ante una acogida sin precedentes en todos los países de habla hispana, la compañía de grabación MTM decidió realizar un nuevo CD-doble: David Sánchez Juliao, Contador de Historias DOS en el 2004. Esta segunda grabación ha contado con el respaldo del público y el mismo éxito que el anterior.
Entre las historias que se cuentan en estos discos compactos están algunos cuentos internacionalmente galardonados de Sánchez Juliao como El pargo rojo, con el cual obtuvo el "Premio Dulcinea 2000", otorgado por la Asociación Cervantina de Barcelona, España y su obra de teatro breve Pedrito, el soñador, la cual fue publicada por primera vez en las páginas de la Revista Literaria Baquiana. Leer a David Sánchez Juliao es una experiencia de enriquecimiento personal, pero escuchar a David Sánchez Juliao es un acercamiento a la cultura popular de nuestra América Latina. PRODUCTOR FONOGRÁFICO MTM Ltda Colección de Discos Compactos (CD-DOBLE) MTM 018297-2 www.discosmtm.com Hecho en Colombia (2004)
Blog/ Sardi
09 feb
Dos loriqueros recuerdan a David Sánchez Juliao HB Hoja Blanca
El maestro David Por: Lorena Vergara Agámez, invitada especial a Sardi en Lorica.
Hace más de tres años conocí al maestro David Sánchez Juliao. Recuerdo que mi profesora de periodismo Ginna Morelo me ayudó a contactarlo para llevarlo de invitado a un evento de literatura que estaba organizando en el municipio de San Antero en Córdoba.
La primera vez que hablé con él por teléfono sólo conversamos de Lorica…teníamos en común éste pueblo que nos vio nacer…él estaba en Bogotá y yo estaba ya en Córdoba por lo cual no podríamos vernos hasta el día del evento pero conversamos mucho por teléfono y el día que llegó yo lo fui a recoger al aeropuerto.
Recuerdo que todos me decían que era un hombre con un gran sentido del humor pero de carácter muy fuerte, por lo cual por supuesto tenía cierto nerviosismo…una vez me vio mencionó mi primer nombre que casi nadie lo sabe en voz alta y con ese cantadito propio de su voz, me dio un gran abrazo e inmediatamente le pregunté quién le había dicho mi primer nombre ―Tu sabes que uno en Lorica se entera de todo‖ dijo, lo cual respondí ―Es cierto maestro pero usted viene de Bogotá‖. ―Yo vivo en Bogotá en vivo y en Lorica por teléfono‖ dijo. Un rato después me confesó que Ernesto MacCausland, periodista barranquillero amigo y con quien había trabajado meses antes haciendo un cortometraje que recreaba uno de los cuentos del maestro David, le había hablado de mi y entre muchas otras cosas le había contado el pequeño detalle del nombre.
Le caí bien, me lo dijo cuando lo dejé en casa de su madre. Nos volvimos a ver una vez yo aterricé en Bogotá y nos vimos muchas veces más, hablábamos de literatura, de Lorica, de
música, de viajes, nos tomábamos un café ―chorriao‖ que había aprendido a preparar en Costa Rica y que le encantaba… lo llamamos el café de las buenas noticias porque aunque hablábamos por teléfono con cierta regularidad ―los mejores cuentos‖ los dejábamos para cuando nos veíamos.
Podías pasar horas y horas conversando con él y si estabas en su casa sacaba cuidadosamente cada archivo y te mostraba con cuidado sus tesoros, te ubicaba en tiempo y espacio, te pedía opinión sobre como actualizarlos, en el caso de las fotos preguntaba si podría digitalizar todas las fotos de ―El Flecha‖ que tenía en su archivo y que con el paso del tiempo iban perdiendo su color.
No tengo un solo recuerdo del maestro David donde no pueda sonreír con alguna de sus historias. Siempre le dije Maestro porque lo era sin dudas, aunque él decía mi gran amiga ―….. Lorena‖ y siempre mencionaba mis dos nombres aunque le insistiera una y otra vez que el primero no me gustaba. Pero le daba igual, tan igual que envió una foto a un periódico de la reconocida venta de jugos ―El Siboney‖ de Lorica, una foto de hacía mas de 40 años y al pie de la foto puso ―ésta foto para mi amiga ―…. Lorena‖ nos debemos el jugo!!‖. Obviamente una vez llegó nos tomamos el jugo, primero porque me encantaba conversar con él y segundo porque no quería que volviera a boletearme el nombre. Una vez llamó a mi casa, yo estaba de vacaciones en Lorica y mi madre contestó el fijo…recuerdo que mi madre habló como media hora y luego gritó ―te llama David‖ y cuando contesté dijo ―a soy amiguísimo de tu mamá y eso que no nos conocemos en persona‖ y soltó su sonora risa.
Hace una semana, le envié un mail contándole que existía la probabilidad que me fuera del país y quedamos que nos tomaríamos ―el café de las buenas noticias‖ en Bogotá una vez llegara. Me dijo que en diciembre nos debimos haber tomado un jugo donde el Siboney pero ninguno de los dos sabía que el otro estaba en Córdoba, quedamos en el café que quedará para la eternidad porque hoy 9 de febrero día del periodista murió el maestro David, llevándose consigo el secreto del ―café chorríao‖. Un abrazo enorme a su familia, a sus amigos, a los que lo acompañaron, a los que alimentaron sus historias, a los que creyeron y a los que no…un abrazo a todos y cada uno de los que tuvieron contacto con el maestro David…con David…con el viejo Deivid…
El Embajador de la India (El Lord…iquero) Por: Jaime de Vargas Severiche, Sardi, el anfitrión de este blog. Lastimosamente la grandeza de un personaje está ligada a la cantidad de veces que su imagen es expuesta en los medios. De ahí que muchas veces quienes han hecho grandes obras mueran sin dejar de respirar víctimas del olvido.
Hoy despiden a David Sánchez Juliao como un grande de las letras puesto que tiene más que ganado por todo lo que su pluma colocó en el papel. No puedo explayarme en mas elogios porque caería en algo que siempre he criticado: la hipocresía lambona que nos lleva a ir en contravía de nuestros verdaderos sentimientos.
Fue grande sí, pero no el más grande, como algún colega suyo puso en Twitter, ―el más grande de Lorica‖. Ni el más grande, ni de Lorica. Porque al contrario de lo que piensa la gente él no fue un personaje que convivió entre nosotros, es más, tenemos un recuerdo muy poco agradable en donde insultó, megáfono en mano, a quienes acompañaban el sepelio de Manuel Zapata Olivella, otro grande que volvió a su pueblo hecho cenizas.
Insultó a su pueblo porque solo habían hecho presencia 6 canoas del centenar que había pedido para adornar el acto de arrojar las cenizas de Zapata Olivella a las aguas del devaluado Sinú. En la más profunda ignorancia sobre la realidad del pueblo al que le acudía a reciclar las historias que lo hicieron famoso, reclamó la falta de solidaridad al no convocar a los pescadores y sus artesanales embarcaciones. Lo que él nunca se le ocurrió a su pensamiento capitalino seudocachaco fue que el inventario de canoas de pescadores en el casco urbano de Lorica no supera la docena, es más, en todo el bajo Sinú no hay 100 canoas.
Añadió unas palabras que aun retumban en los corazones de quienes ese día, desilusionados veían como el escritor al que Lorica y sus historias habían hecho famoso, despreciaba los esfuerzos hechos para el entierro de un personaje al que muchos sentían como ajeno. ―Le quedó grande el entierro de Zapata Olivella a este pueblo‖, dijo para luego rematar diciendo ―a mí que no me entierren en Lorica‖.
A diferencia de la sencillez que pretendía en sus libros (nunca percibí nada de eso), tenía mas perfil de jugador de golf que de tirador de trompo, no se si pretendió ser un lord, sin saber que toda la vida fue un lord…iquero.
Yo hablo del ―síndrome de Gossaín, gran periodista, que denuncio todo en la vida menos lo que han hecho en su pueblo, donde políticos y delincuentes tienen un paraíso para hacer sus fechorías. Así Fue David Sanchez Juliao el mismo personaje que se negó a dejar unas palabras en el mural del maestro Adriano Rios Sossa cuya obra permanece al igual que él, engrandeciendo al pueblo que lo vio nacer.
García Márquez no sería nadie si Aracataca no le regala las historias, al igual que Sánchez Juliao y Zapata con Lorica y Gossaín, recién estrenado escritor con El Viento, pueblo al que dijo que no volvería porque quería recordarlo como él lo dejó. Si es por eso puede volver mañana mismo porque los políticos se han encargado de mantenerlo intacto, yo creo que hasta mas acabado.
Si el deseo de David Sánchez Juliao es igual al de su colega Zapata Olivella, quien pidió que regaran sus cenizas en uno de los símbolos de la tierra que el amo, deberían de regar sus cenizas en el cerro de Monserrate. No sé si ese síndrome sea típico de los intelectuales, también tengo historias de García Márquez quien nuca volvió por las tierras sucreñas de donde sacó muchas de sus historias (Sucre y Sincé) y no creo que Aracataca sea su más cercano destino.
10 de febrero de 2011
La muerte de David Sánchez Juliao
David Sánchez Juliao: palabrero mayor
Por Jorge Eliécer Pardo Jamás he conocido escritor más lleno de amor y vida que David Sánchez Juliao. Siempre, en estos largos y agitados años de amistad, escucharlo al calor de un café relatar historias escritas y por escribir, deleitaba a contertulios y espontáneos que se acercaban. Tampoco he conocido autor de mi generación que llene tanto una sala de conferencia y que su exposición, matizada con referencias intelectuales y populares, no sacara admiración; la gente quería que siguiera hablando, sin papeles ni ayudas audiovisuales. Un verdadero palabrero. Uno de esos escritores colombianos —escasos ya— que no se expresaba en malos términos de nadie; siempre ponderando lo bueno de los demás, en especial de los que lo acompañaban en la literatura.
Carlos Orlando Pardo, Jorge Eliécer Pardo y David Sánchez Juliao en los años 70s
Escuché, en la época de los primeros libros de David, a esos acartonados sociólogos —bautizados por entonces como científicos sociales— que Sánchez Juliao pretendía apropiarse del discurso popular que no beneficiaba ni a la sociología ni a la literatura. Bastó el paso del tiempo para entender que David daba comienzo en Colombia a una nueva lectura donde sus textos vivos y llenos de tejido social y poético, conformaban la idiosincrasia de diferentes zonas del país, sobre todo la de la Costa Caribe. Primero lo tomaron con humor (El Pachanga, El Flechas) y después se dieron cuenta de que su discurso narrativo y estético no sólo estaba impregnado del lenguaje propio de sus protagonistas sino que allí navegaba una juiciosa investigación que leía e interpretaba la sociedad, más allá de los marmóreos estudios o informes de científicos sociales. Y David esperó, no necesitaba más. Insistió en su forma expresiva y en sus contenidos vernáculo. Muchos, como Orlando Fals Borda y la antropóloga Nina de Freidemann comentaron la importancia de esos textos en la cultura colombiana. Allí está la esencia viva de nuestras comunidades, me dijo alguna vez Nina.
Silvia Aponte, Magil, David Sánchez Juliao, Jorge Eliécer Pardo y Fabio Martínez, 2009
Se nos fue David y su parsimonia para relatar viajes y anécdotas, amores y despedidas. En la radio, entrada la mañana cuando supe la noticia, oí un viejo reportaje donde narraba cómo se formaban las identidades. La trascribo de memoria: un negrito que se mira al espejo de frente y se dice: soy chévere. Se mira el perfil izquierdo y se dice: soy chévere. Se mira el perfil derecho y se dice: soy chévere. Un blanco, que está cerca le reprocha: usted no es más que un negro hijueputa. El negro no lo mira, sólo se dice: pero chévere.
Buen viaje David.
David Sánchez Juliao sigue siendo el rey
Por Carlos Orlando Pardo Alguna vez, David Sánchez Juliao dijo que escribía para que la muerte no tuviera la última palabra. Y así será, en su caso, porque toda su obra está impregnada de sabiduría popular, la que supo beber en cada viaje por pueblos de la costa en su continuo ir y venir de trashumante irredimible. Me parece verlo mostrar su incomparable sentido de pertenencia con el orgullo de todo un campeón que levanta un trofeo. Y de reclamar, inclusive, su origen tolimense, porque fue precisamente su abuelo, el gallo Sánchez, nacido en Venadillo, quien diera lugar al comienzo de su origen, muchos años atrás, cuando llegó al Ministerio de Educación a pedir su traslado como educador y allí se vería de frente por primera vez con la señora Margoth Cárdenas que se hallaba en las mismas. Al no existir sino la plaza para un matrimonio tras haber pasado semanas a la espera de una respuesta, se encontrarían los dos y para siempre como una bonita jugada del destino.
Ahora que se ha marchado de un momento a otro traicionado por su corazón y despertando no risas sino lágrimas en un país que realmente lo quería, vemos que todos los presupuestos tenían descartada su partida porque si algo hizo fue vibrar con la vida y convertirse, gracias al esfuerzo de su palabra oral y escrita, en un símbolo vital de la alegría, el permanente buen humor y en el traductor del mundo de la cultura del caribe arrancado de las raíces populares.
David con Rubén Blades
Este palabrero entrañable cuya amistad me honró por cuatro décadas, dijo adiós de la manera más inesperada para sacudir nuestro dolor cuando estábamos preparados para recibirlo otra vez en Ibagué con los brazos abiertos. Sólo unas semanas atrás estuvo en Ibagué deleitando con su gracia incomparable, abrazando a sus primos, como llamaba a Benhur y Héctor Sánchez, haciendo las venias y los reconocimientos respetuosos y de admiración al gran Rodrigo Silva, recorriendo el museo de arte bajo el clima grato del barrio Belén mientras se conocía más de cerca con Darío Ortiz, autor de la carátula de su última novela publicada por Pijao Editores y compartiendo agradado el lanzamiento del nuevo libro de Alberto Santofimio.
Desde la pizzería de la plaza de Bolívar o una mesa grande en el Círculo lanzaba sus historias y antes de despedirnos, sin imaginar que era para siempre, entregó uno de sus libros para niños a mi hija menor con la dedicatoria de su tío David porque se consideraba sin dudar mi hermano como yo mismo lo sentía. Salvo el periplo que lo llevaría de embajador a Egipto o la India y su tiempo de profesor invitado a las universidades norteamericanas o de México donde apenas llegamos a escribirnos, estuvimos ahí, a su lado, a partir de las ya lejanas tardes cuando nos presentó el periodista Enrique Córdoba, estrella hoy de la radio en Miami y oriundo de su amada Lorica. Conocí entonces de primera mano su primer libro aún sin empastar ¿Por qué me llevas al hospital en canoa, papá?, firmado en julio de 1974. No dudé en escribir entusiasmado una larga nota cuando las hacía como comentarista en Radio Nacional, adonde le presenté a su director, el inmortal Germán Vargas Cantillo con quien haría una hermosa amistad. De entonces a hoy lo vimos convertirse en una figura emblemática de la literatura colombiana, en el fundador mundial de los libros casete o libros audio con El Flecha y El Pachanga, en el autor de novelas premiadas que fueron llevadas con éxito rotundo a la televisión como Pero sigo siendo el rey con 17 estatuillas de la India Catalina, Gallito Ramírez o Cachaco, palomo y gato, en el conferencista que se rapaban a lo largo del país y en ese viajero por más de setenta países de cuya experiencia como agudo observador y mordaz crítico publicó algunos libros con su sabia y humana visión.
Carlos Vives y Margarita Rosa de Francisco
Su trilogía musical novelística que completara con Danza de redención basado en melodías andinas y dejando los ritmos tropicales como protagonistas en Mi sangre
aunque plebeya, dejaban su obsesión por un tema que habitó buena parte de sus horas y que aprendió a matizar desde tiempos tempranos como locutor. Ahí están palpitantes sus fábulas en El arca de Noé y sus Historias de Raca Mandaca, por ejemplo, que fueron dándole la consistencia de un escritor disciplinado y talentoso, para explicarnos en Por qué somos así su capacidad para la sociología y el arte de comunicar.
Antonio Mora Vélez, Carlos Orlando Pardo y David Sánchez Juliao, 2009
No sólo su empleada wayú que llevaba con él quince años y Katy, su última esposa a lo largo de dos cuatrenios quien administraba con amor su agenda, sino además todos sus innumerables amigos desde expresidentes y políticos hasta colegas en la escritura y gente humilde, hemos sentido su ausencia con un dolor que lastima como si la luz se oscureciera. Antes de partir le dejó a mi hermano Pablo para Caza de libros su primer libro de poemas y a mi el volumen de cuentos Los premios para que fuera parte de la nueva colección de Pijao, adonde apareció su última novela reeditada Aquí yace Julián Patrón.
No habrá sino recuerdos grabados en el mármol y de pronto su mirada perdida en Ambalema cuando Mapy Gutiérrez lo invitó para que recogiera historias sobre El Mohan. Seguro que como dijo su hija Paloma, se fue directo para el cielo a hacer reír a todos en su reino. Ibagué, febrero 11 de 2011
Antonio Mora Vélez, David Sánchez J, Jorge E Pardo, Carlos Perozzo y Magil, 2009
Los primos Sanchez: Héctor, David y Benhur
Jairo Polanco, Fabio Morales, Carlos O Pardo, Héctor Sánchez, David Sánchez J, Benhur Sánchez y Pablo Pardo,2010