Aplicando los temas de la doctrina social de la Iglesia. Copyright 2014 William H. Sadlier, Inc. Todos los derechos reservados

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Aplicando los temas de la doctrina social de la Iglesia

Aplicando los temas de la doctrina social de la Iglesia

La hermana Joan Hart, SSND, ha estado involucrada en educación por la justicia y la paz por más de 30 años y sirvió en la comisión para la doctrina social de la Iglesia y Educación católica de la NCCB/USCC durante 1996–98.

Por la Hermana Joan Hart SSND

Introducción: “Los principios en acción” La meta de la doctrina social católica es encender la luz del evangelio en los eventos y asuntos actuales para que los discípulos de Jesús puedan mirar a través de lentes claros el mundo a su alrededor y ser inspirados a actuar en mantener clara esa visión. Actuar no será siempre fácil; muchos de esos asuntos son controversiales. Involucrar una evaluación personal honesta de nuestras actitudes y valores si vamos a poner bloqueos que eviten que abracemos la doctrina social de nuestra Iglesia y de que actuemos en consecuencia. Algunos descubrirán que, mientras es relativamente fácil dar un acento intelectual a la teoría, el ponerla en práctica en nuestras vidas puede ser un reto a largo plazo. Esto es, en parte, porque estamos marcados por la cultura en la que vivimos y la doctrina social con frecuencia nos llama a actuar en contra de la cultura. Pero, ¿quién dijo que seguir a Jesús es fácil? Vamos a empezar. . .

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Dignidad humana

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de una espiritualidad fuera del mundo, renuente a ser contaminada con la “mundanalidad”. Para muchos, la nueva llamada a involucrarse y a participar llega como sorpresa. Bienvenida por algunos, para otros una señal de contradicción. La dignidad humana es la pieza clave de la doctrina social; todos los demás temas fluyen de ahí. Es crucial que examinemos cuan profunda esa enseñanza opera en nuestras vidas. Reflexione en las siguientes preguntas: • ¿Qué tan fuerte es su creencia en su propia dignidad humana? • Cuando se relaciona con familiares y amigos, ¿puede honrar y reverenciar la dignidad humana de cada uno? • A nivel nacional e internacional, ¿sigue creyendo en la dignidad humana de cada persona? ¿En todas las naciones? Recuerde que no quiere decir que a usted le guste todo el mundo, sólo tiene que estar abierto a tratar a la gente con el respeto que la dignidad humana merece. Si encuentra obstáculos, tome tiempo para ponderarlos y rezar para vencerlos.

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El documento del Vaticano II Constitución pastoral sobre la Iglesia y el mundo de hoy, describe el papel de la Iglesia en el mundo hoy como el signo de salvaguardia de la dignidad de la persona humana. En un sentido, no había nada nuevo en esto. Si nos vamos a la tradición y nos remontamos hasta el génesis, podemos leer que todos los humanos somos creados “a imagen y semejanza de Dios”. No hay excepciones. Más tarde los profetas señalan algunas de las implicaciones de eso. Debemos tener especial preocupación de defender la dignidad humana de los más vulnerables, las viudas, los huérfanos, los extranjeros. Después en los evangelios, Jesús nos da el gran mandamiento de amor, amar a Dios y a nuestro prójimo. Por siglos, los santos nos han dado ejemplos de cómo actuar como defensores de la dignidad humana, algunas veces a costa de sus propias vidas. Pero el Vaticano II estaba inmerso en un mundo que con frecuencia mostraba poco respeto por lo sagrado de la persona humana. También contiende con el remanente

Cuando en el siglo XVIII, los revolucionarios franceses pidieron que se les reconocieran sus derechos, al principio la Iglesia actuó con precaución, por miedo a que, si esos derechos eran reconocidos, los individuos tendrían un campo de acción libre y perderían el sentido de obligación moral. Pero el grito por los derechos no podía ser silenciado y en 1948 por fin fue codificado en la Declaración Universal de los Derechos Humanos de las Naciones Unidas, aprobada por los miembros del momento. Se vio que la dignidad humana necesitaba protección básica como proponía en ese documento las Naciones Unidas. ¿Han sido esos derechos respetados universalmente? Ciertamente no. Ha habido progreso. En 1963 la encíclica Paz en la Tierra, del papa Juan XXIII, abrazó los derechos humanos y añadió la muy necesitada dimensión de responsabilidad que ayudan a balancear y completar los derechos humanos. Desde ese momento, la Iglesia se ha visto como una voz visible y defensora de los derechos humanos, como elemento crítico en la defensa y custodia de la dignidad humana.

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Derechos humanos

Hay los que ven eso como contrario al papel de la Iglesia. Creen que la Iglesia debe quedarse en el santuario y no en “medio” de la política. El mensaje de “Un llamado a la acción”, del papa Paulo IV en 1971, en el 80 aniversario de la primera encíclica social (1891) es claro: Se urge a las iglesias individuales y locales a aplicar los principios del evangelio a situaciones actuales y tomar la acción política adecuada. Haga una lista de los derechos humanos y compare su lista con la Declaración Universal de las Naciones Unidas. Después haga una lista de las responsabilidades que acompañan a esos derechos y compare su lista con los establecidos en la encíclica Paz en la tierra, párrafos 28–35.

“En nuestra visión del bien común, un examen moral crucial es como los débiles son tratados. Damos especial importancia a los pobres y vulnerables porque los que tienen la mayor necesidad y trabajos son los primeros en reclamar nuestro esfuerzo común. Al proteger las vidas y promover la dignidad de los pobres y los vulnerables, fortalecemos a toda la sociedad”. (Una llamada al Common Ground for the Common Good, 1993)

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El llamado a una opción preferencial por los pobres se remonta a los profetas. Isaías habló del deseo de Dios de que compartiéramos el pan con el hambriento, diéramos alojamiento a los oprimidos y desamparados, ropa al desnudo. (58:6–7) Jeremías nos reta a “no trate mal a los oprimidos o a los extranjeros, a los huérfanos o la viudas” (22:3–4). San Ambrosio continúa con este tema cuando escribe: “No estás haciendo un regalo de tus posesiones a los pobres. Estas dándole lo que les pertenece. Por lo que se ha dado en común para el uso de todos, lo has tomado para ti mismo. El mundo es dado para todos, no sólo para los ricos”.

Opción por los pobres

La reunión de los obispos católicos de América Latina en Medellín, Colombia, en 1968 nos ayuda a ver este llamado de nuevo. Durante la reunión los obispos dijeron: “La Iglesia, el pueblo de Dios, prestará su apoyo a los atropellados en cualquier clase social para que puedan llegar a conocer sus derechos y cómo hacer uso de ellos”. (20). Un año antes, el papa Paulo VI en su encíclica “Sobre el desarrollo de los pueblos, clamó con gran urgencia: “No se justifica que alguien mantenga el uso exclusivo de lo que no necesita cuando otros están en necesidades de ellas” (23). La Comisión de los Obispos de los Estados Unidos hizo eco del llamado en el documento: “Justicia económica para todos”, cuando dijo que como seguidores de Cristo, somos retados a tomar una fundamental opción por los pobres; hablar por los que no tiene voz, defender a los indefensos, mirar estilos de vida, políticas e instituciones sociales en términos de su impacto en los pobres”. A pesar de estas palabras, la brecha entre ricos y pobres en nuestro mundo se amplía.

• ¿Qué violaciones a los derechos humanos encuentra en los periódicos de hoy?

• Cuando se encuentra con una persona pobre, ¿cómo reverencia su dignidad humana?

• ¿Les han sido negados sus derechos humanos alguna vez? Si es afirmativo, ¿cómo afectó eso su idea de dignidad humana?

• ¿Cómo ayuda a garantizar sus derechos?

• En su oración pública y privada, ¿recordará rezar por los derechos y la dignidad de todas las personas?

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• ¿Qué está haciendo para cambiar las estructuras que oprimen a los pobres?

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Industrias tales como sistemas de alarmas, guardias de seguridad, control de temperatura y humedad y otras, han aparecido recientemente con la finalidad de proteger lo que es valioso. ¿Cómo la comunidad humana ha escogido proteger el tesoro de la dignidad humana?

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En el 80 aniversario de Rerum Novarun, la primera encíclica sobre la sociedad, el papa Paulo VI escribió: “No es suficiente recordar principios, afirmar intenciones, señalar el grito de las injusticias y revelar denuncias proféticas; esas palabras carecerán de peso real a menos que estén acompañadas en cada individuo por un vivo sentido de responsabilidad personal y acción efectiva”. (48.1)

Comunidad y participación

En ese mismo año, un sínodo romano sobre justicia en el mundo dijo: “Acción en el comportamiento de la justicia y la participación en la transformación del mundo totalmente, viene a nosotros como una dimensión constitutiva en la prédica del evangelio, o, en otras palabras, la misión de la Iglesia para la redención de la humanidad y su liberación de toda situación opresiva”. (6) • ¿Vive usted el reto de la Iglesia de participar activamente en la comunidad y en la sociedad? Si es afirmativo, ¿cómo? Si no, ¿qué puede hacer? • ¿Cómo ejerce su papel como participante en las políticas del mundo? • ¿Qué está haciendo para liberar a otros de las situaciones opresivas?

En nuestra vida nos hemos sorprendido con la vista de la Tierra desde la luna, una pequeña y frágil esfera azul, rotando en el espacio. Donde no se ven las fronteras nacionales que separan su tierra de mi tierra. No aparecen las diferentes culturas, lenguajes, religiones. Lo que sorprende el ver la Tierra desde tan lejos es la pequeñez y la unidad de este hogar, Tierra, rodeada por un espacio inconmensurable. Se puede concluir de esta contemplación de la Tierra que debemos aprender a vivir juntos en el espacio, o pereceremos en la inmensa oscuridad a nuestro alrededor.

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Solidaridad

La palabra “solidaridad” fue limpiada de su tono comunista en 1987 por el papa Juan Pablo II quien insistió usarla en su encíclica, “Sollicitudo Rei Socialis” (sobre la cuestión social). La verdad que siempre hemos sabido que nuestro Bautismo nos llama a pertenecer al cuerpo místico de Cristo, una familia mundial merece nuestro amor y preocupación. La solidaridad como la describe el Papa añade un dimensión más fuerte aun. “Solidaridad”, dice: “es una firme y perseverante determinación a comprometerse uno mismo al bien común; lo que quiere decir, el bienestar de todos y de cada individuo porque realmente todos somos responsables de todos” (38.4). Claramente, esto no es suficiente para estar bien dispuesto hacia los seis billones de habitantes de la Tierra; nuestro compromiso con ellos debe ser “firme y perseverante”. ¿Es esto difícil de vender? Para estar seguro, “está con nosotros o está contra nosotros”, proclaman nuestros líderes. Trabajos, cuidado de salud y educación parecen tener precedente sobre cualquier preocupación internacional. Lo que les pasa a personas en remotos confines de la Tierra también nos afecta a nosotros, así como nuestra inferencia los afecta a ellos. ¿Es este un nuevo yugo que la Iglesia ha inventado? Lejos de eso. Piense en esto como un noble llamado que ayudará a dar significado a su vida y contribuirá al legado que dejará a la familia humana. Como concluye el papa Juan Pablo II: “El fruto de la solidaridad es la paz”. (39.8) • Pondere en su corazón: En el momento del último desastre natural en una región distante en el mundo, ¿qué hizo para ayudar a las personas que sufrían? • Mientras pasa las páginas de un atlas mundial, ¿hay algunas áreas a las que cierra el corazón porque no puede amar a los que ahí viven? ¿Qué puede hacer? • Empiece en su círculo familiar y en el trabajo y vaya a un círculo más amplio. ¿Dónde es su sentido de solidaridad fuerte y dónde es débil?

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Cuando un bebé es presentado por su padres y padrinos para ser bautizado, el agua, las palabras, el aceite, el vestido blanco y la llama de la vela rodean al nacimiento de un hijo de Dios. Levantado para que todo lo vean, el bebé es bienvenido, algunas veces con aplausos, en la comunidad cristiana. Cuando el niño crece la comunidad lo invita a participar en la Iglesia. No hay duda, el niño no está solo, pero al ser llamado por el Bautismo en adelante va a ser parte de la comunidad y a participar en esa comunidad. La persona bautizada no es un espectador, está ligado a otros en la familia, la parroquia, el lugar de trabajo, el vecindario y a la comunidad global. Los que piensan que el bautizado solo tiene que “rezar, pagar, y obedecer” están equivocados; los que creen que asistir a la iglesia es un “sentirse bien” individual, están equivocados. El llamado a seguir a Jesús es más desafiante y recompensado; está estrechamente ligado a la comunidad en todos los pasos del camino. El llamado no es más ni menos que la transformación de la sociedad.

En el siglo XIX cuando la revolución industrial sometió a los trabajadores a explotación extrema, Rerum Novarum, la primera de las “encíclicas sociales” identificó y defendió los derechos de los trabajadores a: el derecho a trabajar, el derecho a una paga justa, el derecho de los trabajadores a organizarse en asociaciones, el derecho a involucrarse en negociaciones colectivas y el derecho a un ambiente de trabajo seguro. Tomó tiempo para que estos derechos se hicieran realidad y están constantemente amenazados por nuevos abusos hacia la fuerza trabajadora. Recientemente, millones de trabajos en los Estados Unidos se perdieron cuando compañías exportaron esos trabajos a países pobres donde pagan mucho menos. Cuando los activistas en los Estados Unidos protestaron, las compañías simplemente movieron sus operaciones a otros países donde el respeto a los derechos humanos no es un problema.

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La dignidad del trabajo y los derechos de los trabajadores

La globalización puede que no se pueda evitar, pero cuando a los trabajadores se les tiene consideración el costo humano de la competencia económica es muy alto. Es trágica la historia de un desempleado de Delaware que aceptó un trabajo en Irak como chofer civil de un camión para poder mantener a su familia y que terminó muerto en las manos de los insurgentes. Esto sucede en todo el mundo porque los trabajadores buscan poner sus habilidades al servicio de la humanidad para poder mantener a sus familias. El lado bueno, hay algunas historias de trabajadores en otros países en huelga en solidaridad global con trabajadores que están en huelga en todas partes. Durante años los líderes de la Iglesia han mantenido que los trabajadores que ofrecen una honesta semana de trabajo a sus empleadores deben ser recompensados con una paga que les ofrece la oportunidad de mantener a sus familias sin tener que buscar un segundo o tercer trabajo. En la actualidad, el salario mínimo en los Estados Unidos está muy lejos de lo suficiente para vivir. La lucha por la justicia para los trabajadores continúa. . .. • ¿Conoce alguna historia de maltrato a los trabajadores? • ¿Qué ha hecho para ayudar a los trabajadores? (Ej, no cruzar una línea de piquete, no comprar un producto boicoteado, escribir a los legisladores, etc.) • Describa su experiencia de orgullo justificado por un trabajo bien hecho. Más allá de la remuneración, ¿qué hizo para contribuir a la comunidad? www.SadlierReligion.com 

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A la obra “La primavera silenciosa” de Rachel Carson, generalmente se le acredita ofrecer la inspiración detrás del movimiento ambiental moderno. Verdaderamente, la industrialización y el desprecio humano han dañado la frágil esfera que llamamos hogar. El libro ayuda a mostrar cuan seriamente la tierra ha sido despreciada por las acciones humanas. Necesitamos trazar la historia hacia los dos recuentos de la creación en el Génesis. En el primer recuento en Génesis 1:26 y 28, leemos: “Llenen la tierra y sométanla; dominen sobre todos los animales que se muevan por la tierra”. Es fácil ver cómo este llamado al dominio ha sido usado erróneamente para justificar la explotación industrial y el despilfarro de los recursos naturales. Parece ser que, para ser “igual” que Dios, los humanos tienen que “seducir” a la creación. En el segundo recuento de la creación en Génesis 2, el énfasis cambia las palabras “No es bueno que el hombre esté solo”. Los seres humanos fueron creados para relacionarse. Somos administradores de este jardín que nos dio el creador, pero también estamos llamados a colaborar con otros seres humanos y no humanos. El ser “creados a semejanza de Dios” nos llama a entrar en una relación que refleje, aunque sea empañado, la vida interna de la Trinidad. La respuesta a esta nueva conciencia ambiental es una gama que va desde no tirar basura y un reciclaje conciente, hasta estilos de vida radicales. Ha dado paso a leyes que condenan a las corporaciones contaminantes, a la preocupación por las especies en extinción y también fieras batallas entre los que están a favor del dominio y los que proponen la cooperación. Es cada día más claro que no podemos continuar abusando de la Tierra, cerrar nuestros ojos al daño causado a todos sus habitantes, como a las futuras generaciones.

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Cuidando de la tierra, la creación de Dios

• ¿Qué pasos ha dado para cuidar de la creación? ¿Qué más ha pensado hacer? • ¿Ha escrito a los legisladores y las corporaciones expresando su preocupación y convicciones sobre el medio ambiente? • ¿Cómo puede predicar la palabra a otros acerca de necesidades críticas de nuestro planeta?

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En los años 50, jóvenes profesionales recién graduados despedidos de sus trabajos tenían esto en común: Una profunda conciencia de lo que podían ofrecer a la comunidad humana la que por el momento parecía no querer o necesitar su contribución. A pesar de que una crisis financiera no se veía llegar, había un potencial y debilitante sentimiento de exclusión. Tan importante como eso,es que necesitamos trabajar, más que por la paga.

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