Aportes financieros del sector privado a las Artes Seminario Internacional

Aportes financieros del sector privado a las Artes Seminario Internacional Observatorio Cultural Posgrado en Administración de Artes del Espectáculo

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DEVOLUCIÓN DE APORTES SOCIALES EN LAS ENTIDADES DEL SECTOR COOPERATIVO*
María Elena Grueso Rodríguez Revista Republicana • ISSN: 1909 - 4450 No. 12, Enero-Junio de 2012, pág.: 145-157 145 DEVOLUCIÓN DE APORTES SOCIALES E

SEMINARIO INTERNACIONAL
SEMINARIO INTERNACIONAL TRANSPARENCIA, FISCALIDAD INTERNACIONAL Y APORTES DE LAS EXTRACTIVAS PARA EL DESARROLLO SUSTENTABLE Ama Qhilla, Ama Llulla, Am

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Aportes financieros del sector privado a las Artes Seminario Internacional

Observatorio Cultural Posgrado en Administración de Artes del Espectáculo

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Índice

7 Presentaciones Lic. Carlos M. M. Elia, Dr. Jorge Brugnoli, Ing. Hernán Lombardi 11 Incentivos fiscales a la cultura en Brasil Por José Carlos Barboza de Oliveira (Brasil) 29 ¿Réquiem para las donaciones privadas a la cultura en Chile? La ley Valdés y el régimen chileno de donaciones con fines culturales Por Cristian D. Antoine (Chile) 69 Financiamiento del sector privado a las artes en los Estados Unidos Por Lynn Stirrup (EEUU) 93 Panel I: El aporte empresario a la cultura en la Argentina: ¿hacia dónde vamos? 113 Panel II Cuestiones claves, perspectivas y conclusiones 135 Anexos

Aportes financieros del sector privado a las artes Seminario Internacional Julio de 2008

Coordinación General: Lic. Carlos M.M. Elia – Prof. Héctor Schargorodsky Organización General: Cdora. Graciana Maro Coordinación Editorial: Prof. Héctor Schargorodsky Edición: Lic. Bruno Maccari – Cdora. Graciana Maro

Apoyaron este Seminario:

Presentaciones

Lic. Carlos M. M. Elia Director del Posgrado en Administración de Artes del Espectáculo. Escuela de Posgrado. Facultad de Ciencias Económicas. Universidad de Buenos Aires.

Los artistas, gestores y profesionales de la cultura solemos debatir frecuentemente acerca del rol que le corresponde desempeñar al Estado con respecto al financiamiento de las actividades artísticas y creativas. Más allá de la evidencia y el reconocimiento de la importancia social y la centralidad de la actividad cultural en nuestros días, dichas reflexiones también conllevan la evidencia de que, junto al rol indelegable del Estado, coexiste el trabajo de una serie de actores centrales para el desarrollo de la actividad y la necesidad de que estos protagonistas cuenten con instancias de conocimiento y capacitación respecto al financiamiento de la cultura. En el marco de estas reflexiones, y con la intención de comenzar a recorrer un camino poco transitado en los estudios sobre la gestión de la cultura, desde la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad de Buenos Aires, pensamos que debía  ofrecerse, tanto a la comunidad cultural como empresarial, un espacio de reflexión acerca  de las diversas modalidades de financiamiento privado con las que podemos trabajar los gestores culturales. Desde el Posgrado en Administración de Artes del Espectáculo y el Observatorio Cultural de la Facultad de Ciencias Económicas, tomamos el desafío de llevar adelante este Seminario Internacional de “Aportes financieros del sector privado a las artes”, que comenzó a tomar forma en un encuentro con Jean François Guéganno -Agregado Cultural de la Embajada de Francia en Argentina- y desde entonces se fueron desplegando sus líneas y contenidos principales. A partir de allí, decidimos que como punto de partida, era imprescindible presentar los modelos más salientes y analizar las experiencias más destacadas a nivel internacional, aunque con especial hincapié en el Cono Sur. Con esta intención, logramos contar con la presencia de nuestros vecinos de Brasil y Chile -que poseen una importante legislación y trayectoria en la materia-, y, en virtud de ahondar además en lo diverso, 9

quisimos presentar también el modelo desarrollado en los EEUU y la visión francesa al respecto. No obstante, para evitar que la propuesta resultara sesgada, era imprescindible contar también con representantes del sector privado –como se ha mencionado, actor central para el desarrollo de estos modelos-, mediante la presencia de los responsables del aporte empresario a la cultura y miembros de fundaciones y organismos intermediarios. Finalmente, con la intención de conseguir que los participantes pudieran experimentar –como frente a un espejo global- una visión lo más amplia y abarcadora de las distintas caras actuales del financiamiento cultural, era central contar con la perspectiva del sector académico, con el que trabajamos en forma conjunta día a día y otorgaría el ámbito y el prestigio necesarios para enmarcar la tarea. A partir de ese impulso y confluencias iniciales, se fueron sumando oportunamente a nuestra convocatoria una serie de organismos y colaboradores que resultaron fundamentales para el éxito del Encuentro: la Embajada de los Estados Unidos de Norteamérica, la ya citada Embajada de Francia, el Ministerio de Cultura de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y la Fundación del Banco Ciudad de Buenos Aires. En este sentido, cabe destacar que las dos últimas instituciones no sólo colaboraron desde el aporte económico, sino también mediante la presencia y la activa participación de sus máximos responsables, el Ing. Hernán Lombardi y el Dr. Federico Sturzenegger. Pensamos que esta iniciativa de presentar y complementar perspectivas diversas sobre la cuestión –mediante la confluencia y el intercambio entre especialistas, académicos, gestores y empresarios-  era una forma de armonizar una visión madura sobre un tema complejo y actual, sobre todo si se considera que -en momentos en que esta publicación entra a imprenta- el Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires se encuentra presentando su “Régimen de Promoción Cultural” -creado por la Ley 2264-, iniciativa que representa el primer intento orgánico de una “ley de mecenazgo” realizado en nuestro país. Precisamente, otro impulso para llevar adelante el Encuentro, fue el 10

hecho de considerar que podría resultar de utilidad y tomarse como un insumo importante a la hora de concebir y reglamentar políticas sobre la materia en Argentina, constituir una instancia de análisis y conocimiento, como así también representar una oportunidad para buscar mecanicismos que conduzcan a un aprovechamiento más eficiente de los recursos implicados, tanto públicos como privados.  Además, creemos que el Seminario ha impulsado también una discusión oportuna, y que se ha re-significado en el marco de la grave crisis económica que recorre el planeta y alcanza, por supuesto, a nuestro  país. Los presupuestos oficiales y privados dedicados a la cultura comienzan a sufrir recortes en diversos países y jurisdicciones, con consecuencias profundas en el desarrollo y la modalidad de la actividad. Más allá de opiniones subjetivas sobre modelos, cifras y alcances, quienes gestionamos organizaciones culturales públicas, debemos extremar nuestro ingenio para obtener aportes financieros del sector privado con miras a que no decaiga el nivel de actividad, aunque también sin dejar de tener presente que dichos aportes son, en definitiva, también recursos públicos que el sector privado vuelca a la actividad cultural en forma directa. Creemos que este aspecto no resulta un tema menor, sobre todo en virtud de nuestra convicción sobre el rol indelegable del Estado en materia de generación de políticas culturales públicas y, más aún, en un momento en el que existe el riesgo de que los responsables del manejo de las economías comiencen a analizar la rentabilidad de la cultura desde criterios estrictamente economicistas. En este sentido, es oportuno recordar el concreto interrogante de Francoise Benhamou al respecto:“¿la cultura debe ser un tema más de las mediciones coste-beneficio, o no habrá que ver en lo que se dedica a cultura el símbolo de una nación que avanza?”. Ya en su libro “Economía de la Cultura” (1997), la prestigiosa académica francesa advierte que “sólo en aras del economicismo se puede pretender justificar el gasto cultural en función de los recursos tangibles que éste puede generar como contrapartida. Las ganancias que la vida cultural le puede aportar a la colectividad no siempre cubren los gastos 11

ocasionados. Evidentemente, el interés en estos gastos debe ser evaluado en función de otros criterios que van mas allá de la noción económica”.   A partir de estas reflexiones y complejidades, resulta evidente que se trata de un largo camino por recorrer. Con la publicación del Seminario Internacional “Aportes financieros del sector privado a las artes”, no sólo pretendemos contribuir a la generación de material académico y herramientas para la gestión, sino también dar la bienvenida a próximos trabajos e investigaciones que acrecienten el volumen de estudios en este ámbito poco transitado de la política cultural. Sin dudas, es necesario seguir profundizando y discutiendo la cuestión del financiamiento privado de la cultura que, pese a contar con modelos históricos de mecenazgo y patrocinio, no deja de ser una cuestión naciente en nuestra ciudad y nuestro país. Dr. Jorge Brugnoli Secretario de Relaciones Internacionales. Facultad de Ciencias Económicas. Universidad de Buenos Aires.

Le agradezco mucho al Ministro que esté presente, porque las iniciativas empiezan por la cabeza y, si la cabeza acompaña, las cosas –seguramente- tienen un buen fin. Gracias por eso. Esta actividad que comienza me hace acordar a una actividad que empezó a hace muy poquitos años, que fue la soja. Ustedes son la soja del futuro y aunque ustedes no sean los artistas, están predisponiendo la creación y la creación es una de las cosas más importantes que tiene la humanidad, es lo que hace a la esencia del hombre. Favorecer todo lo relativo a la creación es favorecer la humanización de este mundo. Hubo un ex presidente de la Argentina que dijo que la humanidad de estos tiempos estaba en el umbral de un nuevo y gigantesco Renacimiento, mas importante que el Renacimiento anterior porque el hombre estaba mucho más liberado, más sensible, teniendo una más acabada noción de si mismo. Así que el nuevo Renacimiento iba a ser 12

mucho mayor. Calculen lo que fue el Renacimiento anterior con lo que los Secretarios de Hacienda pueden ahora valuar todas las obras de ese Renacimiento- un David, un Moisés, una Gioconda. También es bueno económicamente hacer esas cosas, además de que busca, exalta y va a la esencia de lo que es el hombre. Aunque ustedes no sean los artistas, son colaboradores y es muy importante porque para preparar la tierra se necesita de ustedes. Gracias por estar, gracias por participar. Yo sé que Carlos Elia tiene una vinculación muy profunda con todos los trabajadores del sector y espero que ello se continúe y sea para siempre. Gracias. Ing. Hernán Lombardi Ministro de Cultura de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires

La cultura: una oportunidad para la inversión En las sociedades más modernas, los aportes significativos al estímulo de la cultura y de las artes parten de una asociación válida entre dos áreas: la privada y la pública, que se complementan y se retro alimentan en términos de financiación y gestión. Cuando uno habla de financiamiento en términos generales, y en particular en torno a actividades o emprendimientos asociados a la cultura, se descuida el concepto de gerenciamiento de los fondos. Pareciera que el origen de los fondos es independiente de su posterior administración. En la Argentina prima una visión que entiende que las políticas culturales están inevitablemente ligadas a la gestión y a los fondos que provienen únicamente del sector público y a su vez subyace una asociación que otorga poco prestigio al rol de la autoridad dentro de este sector, lo cual termina generando un concepto cerrado y sin opción a nuevas alternativas y opciones para el desarrollo de la vida cultural de nuestro país. Esto debería implicar un cambio de conciencia en la responsabilidad que nos compete hacia el mundo de la cultura y de la economía, dos áreas 13

enraizadas fuertemente en el seno de nuestra sociedad actual y en nuestra conducta como ciudadanos ejerciendo un rol activo. Este concepto, más que un sesgo político, guarda un profundo carácter pragmático y de eficiencia en la gestión: se trata de generar el mayor beneficio para el mayor número de ciudadanos posible. El mundo de la cultura tiene la necesidad de vincularse de una forma más profunda con el mundo de la economía. Para ello es necesario salir de esta disociación entre el origen y el gerenciamiento de los fondos en materia cultural, y por otro lado de esta falsa idea de mercantilismo. Una falsa dicotomía en la cual nos movemos es la que nos impide ver y tomar nuevos rumbos. El buen manejo de los fondos es el deber mínimo que tiene cualquier gestor para llevar adelante distintos proyectos. Es cierto que se necesita cierto grado de coraje para construir un espacio donde pueda debatirse sinceramente sobre los recursos, el origen de los fondos y la elección de las políticas públicas a desarrollar para concretar proyectos dentro del vasto universo cultural que posee, como casi ninguna ciudad del mundo, la Ciudad de Buenos Aires. Ley de Mecenazgo La Ciudad tiene una Ley de Mecenazgo que el Gobierno de la Nación no tiene. Generar un espacio para poder discutirla es un buen punto de partida. Es nuestra responsabilidad hacerla operativa y darle cumplimiento a pesar de ciertas dificultades que posee su puesta en marcha y posterior funcionamiento. A veces en la misma trama de la negociación política o en la articulación de las diferentes visiones dentro del poder legislativo se articulan mecanismos que terminan desvirtuando el espíritu original de nuestras leyes. La ley de Mecenazgo está reglamentada para la ciudad de Buenos Aires. Hoy, desde el Ministerio de Cultura, tenemos que asumir el desafío de implementar esta ley que implica facilidades impositivas para quienes, a nivel privado, se dispongan a invertir en Cultura. 14

A mi modo de ver, no es cierta la idea de que solamente tenemos una baja participación de las empresas privadas argentinas en el área cultural porque no tenemos una Ley de Mecenazgo implementada. No creo que el fenómeno extraordinario relativo al financiamiento de las artes- en este punto cito inevitablemente a los EEUU -se deba exclusivamente al marco legislativo. Creo que el sector privado, tanto el norteamericano como el brasileño, han tomado un enorme desafío con las miras puestas en el extraordinario valor que le otorgan al vasto universo cultural de sus respectivos países. En la Argentina esto nos llevaría a una importante reflexión acerca de la confianza que muchas veces no tenemos en torno a los sectores públicos de la gestión cultural y también de las empresas. El Complejo Teatral de Buenos Aires y el Centro Cultural Recoleta, son ejemplos de esta colaboración fructífera. Sin embargo, si analizamos la masa total de inversión del sector privado en la cultura, es una masa mínima. Más allá de los cambios en el marco legislativo y regulatorio, esta situación obedece a conceptos que requieren un cambio de mirada y un entendimiento más acabado de lo que implica la gestión pública en materia cultural. La inversión privada es principalmente el origen del financiamiento de los fondos. Un porcentaje altísimo de los fondos que invierte el sector privado en arte y cultura queda en manos del mismo sector. Bastaría citar ejemplos válidos como la Fundación Proa, el Malba o el Museo Fortabat en Buenos Aires. Cuando la inversión se vuelve sustantiva, el gerenciamiento surge de la misma forma, del sector privado de la sociedad. En una Argentina compleja, pero sobre todo centrados en la sociedad porteña, una extraordinaria productora y consumidora de bienes culturales, el que pierde es el ciudadano. Hay pocas ciudades del mundo que tengan o equiparen el vigor de Buenos Aires en la producción y el consumo que tiene el teatro, la música, las artes plásticas o la literatura en nuestra ciudad. Me cuesta pensar esa otra cuidad donde un Festival de Cine Independiente convoque a 200 mil espectadores en 2 semanas, equivalente a cuatro estadios de fútbol com15

pletos, o que un grupo de rock como Los Fabulosos Cadillacs convoquen a 10 mil personas, en unas pocas horas. La cultura en Buenos Aires es un fenómeno que tiene una fuerza, una potencia de convocatoria, una capacidad de construcción en red y una calidad difícilmente equiparables. A esta capacidad que tenemos, debemos sumarle el tema trascendental del financiamiento y afianzar las relaciones con el sector privado interesado en invertir y generar fondos para las artes dentro de nuestra sociedad. Una ciudad que cuantitativamente tiene altísimos niveles de consumo de su oferta teatral o que puede generar un evento como Arte BA debe desarrollar igual correlato en su nivel de articulación y alianza con los distintos actores del sector privado. A veces por desconocimiento se tergiversa -en particular cuando hablamos de gestión cultural- el concepto de lo público con lo estatal. Es bueno saber que los bienes públicos y los bienes estatales obedecen a parámetros distintos. La mirada y la conciencia deben experimentar una transformación necesaria para que este proceso se cumpla. Un diálogo franco debería intentar vislumbrar la inversión en cultura como lo que realmente es: una verdadera oportunidad, mucho más que una dádiva, como suelen entenderla algunos sectores de la sociedad. Esta es la variable que tienen que integrar los Gobiernos para poder realmente interpretar el fenómeno y darle vida. El debate acerca de las reformas necesarias para cada uno de los actores sociales y económicos involucrados en el desafío de la gestión cultural nos acercaría al análisis de lo que realizan los más importantes operadores del mundo como Francia, EEUU o Brasil, en torno a sus políticas culturales. Marco jurídico, cambio cultural en las formas de gestionar y gerenciar, eliminación de las desconfianzas, son algunos conceptos a tener en cuenta. El tiempo de aunar voluntades en vez de dividirlas, de construir y dejar falsas dicotomías atrás, se impone para encarar grandes proyectos y llevarlos adelante con éxito.

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Incentivos fiscales a la cultura en Brasil Por José Carlos Barboza de Oliveira (Brasil)

Brasil, país con una organización institucional federal, otorga reducciones impositivas que pueden ser consideradas como incentivos al sector de la cultura en todos los niveles. En el nivel municipal, por ejemplo, se puede obtener una reducción del 80% sobre el impuesto sobre los inmuebles, o sea un ahorro significativo, si el impuesto es el 1% del valor del inmueble. Se está ganando una reducción del 0,8% del valor del inmueble, con la exigencia que esta reducción sea utilizada para mantener al inmueble bien conservado. Esto ha sido un éxito en los inmuebles de valor histórico en la ciudad de Río de Janeiro. Por otra parte, tanto a nivel estadual como municipal las empresas pueden deducir hasta el 4% de su impuesto a la renta para patrocinios y, en el caso de personas físicas, el límite es el 3%; o sea, una persona física que hace un patrocinio en un proyecto cultural puede deducir hasta el 3% de su impuesto a pagar a final del año. Esto muestra que las empresas tienen mayor interés en ser consideradas parte de la red de patrocinios. Pero será hasta el límite fijado por el Gobierno, más allá de ese límite no se pueden hacer deducciones. De hecho, lo que esto hace, es reconocer que se trata de una acción de mercado, y no de un incentivo brindado de forma desvergonzada, porque permite que en el presupuesto del proyecto cultural haya hasta un 20% de gastos relacionados a publicidad. O sea que puedo incluir una campaña de publicidad que sirva al proyecto cultural, incluso con la marca de la empresa patrocinadora. Entonces puedo tener pauta en diarios y, por ejemplo, en el caso de una obra teatral, puede incluirse en el presupuesto hasta el 20% del valor del proyecto en publicidad que incluya la marca de la empresa. O sea, torna más atractiva e intensiva la participación de la empresa. A nivel federal, el límite de la renuncia fiscal del conjunto de patrocinios de todas las empresas no puede superar los 600 millones de dólares. No obstante, desde el inicio de este proceso, esa suma nunca fue alcanzada. En el caso de Río de Janeiro, el límite de deducción por el IVA es de aproximadamente 50 millones de dólares. En ese estado, este límite sí viene siendo alcanzado. Entonces cuando se llega a ese tope, las 19

deducciones se detienen y se retoman al año siguiente. Se manifiesta una gran actividad y un gran interés en este tipo de instrumentos. Todo lo referente al proceso es cercano al de otros países, con una gran preocupación por la transparencia. La ley Sarney, justamente, terminó siendo extinta por cierta falta de transparencia, fraudes y carencia de una fiscalización adecuada. Por más elaborada que sea una ley, si no hay fiscalización su aplicación no puede funcionar correctamente. Los proyectos que involucran una modificación del patrimonio inmueble –por ejemplo la restauración de un edificio o la adquisición de equipamientos que signifiquen un incremento de capital- tienen que ser necesariamente sin fines lucrativos y pueden ser presentados tanto por personas físicas como jurídicas. En ambos casos se elabora el proyecto, es decir, lo que se necesita para realizar una restauración, el proyecto de arquitectura, la compra de instalaciones, el diseño de escenarios, se incluye todo en el presupuesto y luego se adjunta el proyecto de incentivo. Un punto relevante: existe una gran diferencia entre el proyecto cultural en sí mismo y el proyecto de incentivo, que debe contener un presupuesto bien detallado y especificado, con el alcance social del proyecto; esta es otra forma de ver al proyecto, de acuerdo a la mirada con la que va a ser juzgado. Únicamente con todo ese detalle puede ser presentado a las autoridades del Ministerio de Cultura -sea éste estadual o municipal-; ellos analizan el proyecto técnico desde una perspectiva cultural que tome en cuenta las leyes de conservación, las leyes municipales, etc. Ese es el análisis del proyecto técnico cultural. De no ser aprobado el proyecto técnico cultural, el proyecto de incentivos ni siquiera es analizado. La primera mirada es al proyecto técnico cultural y recién luego se analiza el proyecto de incentivos. La aprobación es publicada en el Boletín Oficial, procedimiento que es clave para la transparencia otorgada a todos los proyectos aprobados. Hasta este momento, la persona todavía no tiene los recursos, sino que se encuentra en condición de llegar a tener esos recursos. Con la publicación en el Boletín Oficial, se inicia la siguiente etapa: asociar el proyecto con los potenciales patrocinadores. La publicación en el Boletín Oficial implica 20

un apoyo que demuestra que -como mínimo- el gobierno analizó y aprobó el proyecto cultural, con un presupuesto exacto y no exagerado, y por lo cual está en condición de recibir los recursos. Se realiza entonces el contrato y comienzan las acciones de patrocinio como forma de captar más recursos; se hacen anuncios en los diarios y comienza la colecta de los recursos a través de las propuestas del proyecto. En el caso de los proyectos de restauración, es indispensable la realización de una licitación pública. Si se plantea la restauración de un edificio no puede elegirse cualquier empresa para que realice la obra. Resulta obligatorio pasar por un proceso de licitación para transparentar los costos del proceso de ejecución, acompañando una rendición de cuentas a la actividad de los patrocinadores. Dicha rendición debe ser minuciosamente detallada; en ella deben constar todos los movimientos: desde la cuenta bancaria específica y exclusiva para el proyecto hasta la finalización del mismo. Es así que el proponente renuncia al secreto bancario al inicio de la relación, dándole una carta al Ministerio de Cultura para que la cuenta tenga la total transparencia; ello permite que tenga grandes beneficios fiscales. Si esta rendición de cuentas no es aprobada, puede llevar a la devolución de los recursos de la otra parte. El Ministerio de Cultura entonces acompaña y fiscaliza la rendición de cuentas; la Secretaría de Cultura fiscaliza la parte financiera del proyecto, y nuevamente la aprobación de la rendición de cuentas garantizando la transparencia de todo el proceso. Es obvio que esto conlleva un alto grado de burocracia, pero es una precaución que se toma –sobre todo en vistas de lo vivido con la Ley Sarney, que era una buena norma pero no estaba exenta de problemas de fiscalización. Finalmente, quisiera hacer algunos comentarios adicionales. El conjunto de las leyes de incentivo en el Brasil permitió que, en 2007, el total de patrocinio haya alcanzado los 600 millones de dólares, tomando el conjunto de patrocinios en la esfera federal, en la esfera estadual y en la esfera municipal; y considerando el conjunto de proyectos patrocinados por 600 millones de dólares en lo relativo a las diversas áreas: artes, cine, restauración, etc. 21

Antes del inicio de este Seminario, conversábamos sobre esta cuestión. El incentivo fiscal es una de las herramientas que acompaña la actividad cultural. Y no puede ser considerado como la única o la más fuerte de las herramientas de financiamiento, porque tiene vicios de origen natural. Si nos estamos relacionando con empresas y si queremos la participación de empresas a través del Mecenazgo en sistemas de alianzas o en regímenes de inversión, es evidente que estas empresas van a seleccionar los proyectos que revisten algún interés especial para ellas. Así, generalmente, las empresas no emplean los mismos criterios que el Ministerio de Cultura utilizaría para seleccionar proyectos dentro de la actividad cultural. Es claro que un film de vanguardia va a tener mucho menos incentivo fiscal que una película clásica, considerada como un film de mercado. Un edificio histórico en el centro de Río de Janeiro tiene mucho más impacto para obtener patrocinio que la restauración de una pequeña iglesia en un municipio del interior. Por ello me refiero a que el plan general tiene un vicio inherente, no es un programa perfecto, y termina siendo una herramienta de actuación en un segmento del mercado, sometida a las leyes del mercado. Y, evidentemente, se termina imponiendo el punto de vista de los patrocinadores en la búsqueda de compatibilidades con sus mercados. Resulta una obviedad que la mayor parte de los patrocinadores quieran patrocinar proyectos en las grandes ciudades, o donde se encuentren sus clientes más antiguos, sus clientes más poderosos, y así sucesivamente. Ello provoca una concentración de los incentivos en las regiones más ricas, que son justamente las que tienen mayor concentración de actividades culturales. En las regiones más apartadas, en cambio, un proyecto tendrá muchas dificultades para hacerse de un patrocinador. Por ello, me refiero entonces a que no podemos imaginar que el incentivo fiscal sea la solución mágica y definitiva para la cultura. No lo es; es apenas una más de las herramientas para el aporte de recursos al sector cultural. Si lo entendemos de esta manera, encontraremos diversos usos -como por ejemplo la capacitación de recursos humanos- en los que el sector privado generalmente no interviene, y deberemos invertir en equipamientos 22

para la cultura, construir teatros, cines, bibliotecas, edificios, etc. El sector privado suele evitar estos aspectos, simplemente porque tiene otros focos de interés y goza de otras posibilidades. No obstante, han surgido recientemente algunas opciones para la construcción e instalación de cines en el marco de la ley del audiovisual; ahora es posible armar una sociedad, lanzar acciones para la construcción de un cine, etc. Esto ya ha traído beneficios en el Brasil y entonces el sector privado sí se está orientando a invertir en infraestructura. El sector privado, por lo general, va a invertir más en la producción cultural (produciendo obras de teatro, editando libros, produciendo películas, etc.) que en la inversión de lo que -a mi entender- es fomentar la posibilidad del producto cultural. En el caso del Brasil, estamos hablando de un país con una gran desigualdad en la distribución de los ingresos, con una situación que, si bien mejoró mucho en los últimos años, aún es muy difícil. Un libro, una novela, un libro de arte cuestan el 10% de un salario mínimo. Una entrada de teatro cuesta el 15% de un salario mínimo. Evidentemente, esa clase social no tiene un acceso al producto cultural. Y está claro que la empresa, el sector privado, no va a asumir esa responsabilidad. De allí que sea un problema de gobierno, un problema del Ministerio de Cultura y de la Secretaría de Cultura. Por ello sostengo que es necesario establecer una correlación entre las fuentes y los empresarios, de tal forma que todos los segmentos culturales puedan estar incluidos en los beneficios legales. Desde la formación de recursos humanos, hasta lo más sofisticado en términos de producto cultural. Ahora, evidentemente, la fuente de recursos vía el patrocinio empresarial no va a atender a todos estos segmentos y es allí en donde el funcionario de cultura debe atender. ¿A qué? A disponer de incentivos y recursos para intentar una distribución equitativa de los bienes y servicios culturales. Esto implica una visión cultural, una visión estratégica -del mismo modo que tenemos una visión estratégica en energía, en alimentos, en distintas áreas productivas. Estamos en el ámbito de una Facultad de Economía y sabemos entender cómo el país y el mundo sobreviven. Entonces tenemos que dar ese tratamiento macroeconómico a la cultura, ya que se trata de 23

una actividad que está llegando a un nivel significativo en el PBI. Para el consumidor, es el talón de Aquiles en las leyes de incentivo, en tanto no se trasladen a una reducción en el costo del producto cultural. Estas normas no han contribuido en forma significativa al acceso al producto cultural. Una entrada al cine en el Brasil cuesta 20 reales -sea para el Hombre Araña o para una película nacional que contó con el 100% de beneficios fiscales. Evidentemente, nos estamos manejando dentro de un mercado, el film nacional quiere maximizar sus ingresos con sus acciones en la bolsa, y es ahí donde entra el gobierno para establecer, al mismo tiempo, políticas que garanticen la accesibilidad. Necesitamos mirar otros mecanismos fiscales, el incentivo no puede ser la única herramienta, deben existir otros instrumentos paralelos. Creo que la cuestión fiscal aún no ha sido suficientemente pensada, sobre todo en lo relativo a la cadena productiva de cada uno de los productos culturales. Un caso de las artes plásticas: desde el Ministerio de Cultura se detectó aumento elevado en el costo de los pigmentos y comenzaron a estudiarlo. Resultó que la clasificación fiscal de las pinturas y pigmentos usada para producir un cuadro o una obra de arte, era la misma clasificación fiscal que la aplicada a la pintura decorativa. No obstante, el pigmento para las obras de arte es más sofisticado, no es producida en Brasil; en cambio los utilizados para pintura decorativa sí son de producción nacional, y entonces la tributación era una barrera para no ser importadas. Evidentemente la inversión era muy alta y elevaba el valor. Por ello hubo que hacer un acuerdo con el Ministerio de Economía para llegar a dos clasificaciones fiscales diferenciadas: una para las pinturas y pigmentos artísticos y otra para las decorativas -que continuaron con un tributo elevado, mientras las primeras fueron exoneradas. Por ello creo que debe estudiarse cada segmento de la cadena productiva de la cultura para encontrar oportunidades de bajar el costo del producto cultural. Un último tema que creo importante para la cuestión del financiamiento del sector cultural: tuvimos un acuerdo con el Ministerio de Economía -que administra directamente las loterías federales- por el que el 3% de los premios de las loterías federales revierte directamente hacia el Ministerio 24

de Cultura. Es así que, en todas las extracciones de las loterías federales, de dos a tres veces por semana, ingresan sumas a la caja del Ministerio de Cultura. Bien, cierro así el capítulo referido a la Ley Rouanet y la tradición del Brasil para dar lugar al resto de las iniciativas. Muchas gracias. Preguntas del público ¿De los 600 millones de dólares que destinaron las leyes de patrocinio en Brasil, que porcentaje conforma lo destinado por las empresas y cuál es el porcentaje que destinó el Estado? José Carlos Barboza: Los 600 millones de dólares son los recursos totales destinados por las empresas. En el caso del Ministerio de Cultura, en el área federal, el valor del total de patrocinios el año pasado alcanzó unos 300/350 millones de dólares que equivale a dos veces, al doble de los recursos invertidos por el propio Ministerio. Esto es una situación crítica ya que el conjunto de empresas invierte el doble de lo que invierte el Ministerio y entonces esto provoca un desequilibrio grave dadas las concentraciones que las empresas naturalmente introducen en el proceso. Los standards europeos están entre el 10 y el 20% de recursos vía mecenazgo en oposición a la inversión pública. En Brasil entonces, en vez del 20%, es el 200%. Entonces éste es un motivo de preocupación bastante serio. No ha habido un crecimiento significativo, normal, de recursos privados, sino que lo que sucedió fue una retirada parcial y progresiva del poder público de la inversión en cultura, principalmente en función de los ajustes generales en la economía brasileña pensada para forzar la estabilización económica. Entonces esta disminución del superávit primario disminuyó notablemente la inversión del gobierno brasileño en cultura en todos sus sectores llevando a la cultura a una situación perversa. Entonces existe un desequilibrio. En el estado de Río de Janeiro tenemos cerca de 50 millones 25

de dólares de incentivos y la inversión -vean bien-, no los costos, sino la inversión pública es prácticamente nula, casi cero. Prácticamente toda la actividad cultural está en manos del sector privado. Esto trae mucha preocupación: no porque las leyes de mecenazgo hayan propiciado estos valores -valores que son corregidos año tras año, de acuerdo a la inflación-, sino porque el gobierno se ha retirado de la inversión en cultura. ¿Quién gestiona el FICARTE en Brasil, quién paga los costos del Fondo, cómo se rescatan las cuotasparte y qué rentabilidad ha tenido? José Carlos Barboza: El único caso de FICARTE reglamentado fue la ley del audiovisual, del cine. Para los otros sectores no hubo reglamentación. Entonces lo que vale es lo que está funcionando, que es la ley del audiovisual. Las empresas son constituidas, cada film es una empresa temporaria, con sus acciones, que son negociadas en la bolsa, y pueden ser luego renegociadas. En un primer momento son vendidas en un mercado primario, y solamente pueden volver a ser negociadas en bolsa dos años después. La empresa que compra obtiene un beneficio fiscal y es obligada a mantener las acciones durante dos años. La rentabilidad de esas acciones es relativamente pequeña, porque hay una serie de cuestiones complejas dentro de la cadena productiva del cine y posteriormente en la parte de exhibición –el cine padece de una condición por lo menos en el Brasil de la presión de las grandes productoras norteamericanas que fuera de los Estados Unidos ellas pagan el 50% de la boletería para el exhibidor. En Estados Unidos solamente pagan del 10 al 20% al exhibidor. Pero en el exterior, fuera de EEUU; las películas norteamericanas pagan el 50% al exhibidor. Entonces el productor de la película se queda solamente con el 50%. Es obvio que el productor brasileño, cuando trata de exhibir encuentra esta dificultad, no le puede pagar 10% al exhibidor porque los exhibidores entonces preferirían pasar películas extranjeras, sobre todo norteamericanas. Con lo que se ve obligado a dejar el 50% a los exhibidores. Esto provoca una deformación de la rentabilidad de las acciones. Pero 26

considerando que las acciones no costaron nada a las empresas -porque pueden descontar el 100% de sus impuestos- existe un lucro razonable en esta inversión. Aunque el objetivo de las empresas no esté vinculado a la rentabilidad, sí lo está con la posibilidad de vender esas acciones a los dos años. Normalmente, para quienes han comprado las acciones, implica una recompra a futuro, va a disfrutar de la renta  a lo largo del tiempo (cuando salga al mercado internacional e ingrese, por ejemplo, al mercado del video o la exhibición hogareña o los sub-productos del cine. La rentabilidad es gradual, los productores de cine en Brasil están muy bien financieramente, los usuarios, el público en general es quien no se ha visto beneficiado porque las entradas cuestan lo mismo que para una película extranjera que no goza de patrocinio. Entonces la rentabilidad existe, es pequeña por causa de los vicios de la cadena productiva, del escenario económico, y las acciones vienen siendo negociadas normalmente por un precio menor al de su lanzamiento, siendo re-compradas por los propios productores de los filmes.

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¿Réquiem para las donaciones privadas a la cultura en Chile? La Ley Valdés y el régimen chileno de donaciones con fines culturales. Por Cristian D. Antoine (Chile)

I. Introducción ¿Qué tan real es que el régimen chileno de mecenazgo a la cultura estipulado en la Ley de donaciones con fines culturales se encuentra herido de muerte? Tras lo que una buena parte del sector cultural chileno consideró como una serie de desafortunadas reformas legales que tenían al financiamiento de los partidos políticos como principal propósito y que fueron aprobadas durante la pasada administración, quedó instalada la opinión que se había dañando un sistema exitoso que había permitido por más de una década allegar ingentes cantidades de recursos provenientes del sector privado al desarrollo cultural de mi país. Como se sabe, en Chile desde fines de los ochenta existen varias franquicias que permiten deducir una donación como gasto de la base imponible del impuesto, adicionalmente existen otras disposiciones que permiten deducir la donación como crédito contra los impuestos. No obstante, lo que podía ser un halagüeño panorama para la existencia y el funcionamiento de un marco que regulara adecuadamente la contribución de los privados a iniciativas de interés general, como es el caso de la cultura y las artes, hoy en día se encuentra en una situación muy discreta. Considérese nada más la siguiente afirmación del ex senador democratacristiano, Gabriel Valdés Subercaseaux, directo promotor de la legislación que a comienzos de los noventa permitió dotar al país de un régimen excepcionalmente favorable para el estimulo del mecenazgo de las empresas: “Fui autor de una ley pionera en donaciones privadas con objetivos culturales en 1990 y que ahora (2005) fue estrangulada por la nueva ley. Hay que reformarla. Ya no funciona como antes y una de las víctimas fue el Teatro Municipal que dejó de recibir mil millones en un año. Ya no hay estímulo para donar, porque se convirtió en criminal al que se equivoca. Hay tantas dificultades que la gente ya no la usa y se dona menos”. ¿Qué había pasado para que una norma que entre 1991 y el 2004 permitió allegar a proyectos culturales más de 65 millones de dólares pro31

venientes de la empresa privada chilena terminara siendo calificada poco menos que como inoperante? Es cierto que tras la aprobación en 1990, gracias a la iniciativa personal e insistencia del senador Gabriel Valdés, de una disposición menor contenida en la Reforma Tributaria de aquel año, se hizo posible que las empresas y los particulares interesados, pudieran donar dinero al desarrollo de actividades artísticas y culturales y recibir descuentos en los impuestos (Antoine: 2003, 2005). Con los años, una importante cantidad de recursos provenientes de las empresas y los particulares, se destinó al financiamiento de iniciativas que benefician a toda la comunidad. Un tema de no menor relevancia para un país en que el financiamiento de la cultura y el arte han sido asumidos casi exclusivamente por el Estado en buena parte de su vida republicana. El primero de los cambios se produjo en mayo del 2001, cuando una reforma legislativa introdujo las modificaciones con que se buscó perfeccionar el sistema de incentivos tributarios establecidos, tanto a favor de los donantes como de los donatarios, con el propósito de contribuir con el financiamiento de actividades culturales. Más tarde, dos nuevas leyes sobre donaciones aprobadas en agosto de 2003, introdujeron sendos cambios a las reglas del juego. La primera de ellas, N° 19.884, trató sobre la transparencia, límite y control del gasto electoral, y la segunda, N° 19.885, legisló sobre el buen uso de las donaciones para fines sociales y públicos. La ley agregó una serie de sanciones, entre ellas algunas de carácter penal, creando al efecto nuevas figuras delictuales. El resultado; una estampida de los potenciales donantes puso en serios aprietos financieros a organizaciones que descansaban buena parte de sus flujos en las donaciones de las empresas. Aunque desde el gobierno y el organismo fiscalizador de la recaudación de tributos se formularon llamados a los operadores culturales a mantener la calma, y se trato de explicar que el esfuerzo legislativo iba a estar puesto en contribuir precisamente a hacer más eficiente el régimen de donaciones, no se ha conseguido hasta la fecha reducir la molestia 32

entre corporaciones, fundaciones, universidades y municipalidades que se beneficiaban con los aportes del sector privado. Las cifras hablan: en la última década se financiaron proyectos culturales por más de 20 mil millones de pesos, permitiendo el acceso al arte y la cultura de la población con un respaldo financiero que el Estado no habría podido proporcionar por sí solo, dada la urgencia de atender realidades sociales más apremiantes. La decisión del Congreso chileno de concentrar en una sola ley, dedicada al financiamiento de los partidos políticos, una serie de normas referidas a la contribución del sector privado al financiamiento de colegios, universidades, proyectos culturales, iniciativas de beneficencia y deporte, entre otras, causó un retroceso en los evidentes avances que se habían logrado en estos últimos años en conformar un régimen jurídico que normara los modos de relación entre el sector público y privado para iniciativas de interés general. Los beneficiados con la Ley de Donaciones culturales han interpretado esta unilateral modificación de la norma como un paso en falso del sector público, pues las empresas han estado retirando sus apoyos corporativos a proyectos que estaban programados, aduciendo que la Ley 19.885 ha modificado sustantivamente las normas vigentes. A la falta de rigor en el trabajo de leyes de alta especificidad técnica, se suma un desconocimiento del sector, pues en este caso en particular se ha equivocado el legislador, al prohibir aparentemente las contraprestaciones entre donante y donatario, práctica que no reconoce que la exposición pública del donante es factor indispensable en la decisión de contribuir al financiamiento de un proyecto artístico. Un factor adicional que resalta es la fragilidad del sistema que rige al país en materias de desarrollo de una cultura de la colaboración privada y pública, que, como hemos visto, explica el éxito del desarrollo de iniciativas de bien público en otras naciones. Para ojos de algunos atentos observadores, una melodía fúnebre acompaña el transito actual del financiamiento de la cultura en Chile. Me propongo en los siguientes acápites explicar con algún detalle ¿Cuáles eran las características más sobresalientes del régimen de donaciones culturales vigentes en mi país desde 1990 hasta el año 2005?; ¿Qué rasgos 33

me permitían ver en él un incipiente marco de mecenazgo cultural que se había venido formando a lo largo de todo el siglo XX?, ¿Cuáles fueron las modificaciones que lo han puesto en riesgo y porqué fueron adoptadas? Y, por último, ¿Qué se puede esperar en el futuro mediato en torno a la contribución privada en el financiamiento de la cultura? Espero con ellas contribuir al debate y al estudio comparado de los regímenes de mecenazgo, en el contexto del seminario que hoy nos convoca. 2. Antecedentes generales En algunas publicaciones sobre el tema he sostenido que existen al menos dos modelos básicos que orientan las políticas de financiamiento a la cultura en los Estados modernos: a) el Estado orienta y financia directamente la actividad cultural y b) la comunidad financia y apoya las acciones culturales, siguiendo los estímulos que en tal sentido la favorecen desde el aparato público1. “La generación de recursos económicos para la cultura (Garreton 2002), conlleva dos aspectos, cuales son la provisión de recursos propios del Estado y la generación de incentivos para que los sectores privados aumenten sus propios aportes. Ello plantea los diversos modelos de financiamiento de la cultura en una sociedad: el estatal y el de mercado. Cuando existen ambos sin conexión entre sí ya sea en los proyectos o en los resultados de éstos, hablamos de un modelo dual. Cuando existen formas de financiamiento que combinan recursos estatales con recursos del sector privado, hablamos de modelo mixto. Ejemplos de ello son, para el caso chileno, los mecanismos de exención tributaria como el de la Ley de Donaciones Culturales. En efecto, es un antecedente conocido que el apoyo a la cultura constituye una excelente inversión para la empresa privada. Ello ha llevado

1 Ver Garreton, M. A. (2002). “Las Políticas Culturales: Conceptos y Tendencias en Chile.” Revista Latinoamericana de Desarrollo Humano: 13.

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a que en la actualidad, esa antigua práctica del mecenazgo cultural que tan habitual fue en Occidente, prospere hoy con un signo de acentuado interés comunicacional. Sin embargo, este reconocimiento sobre el rol que la empresa privada y el sector asociativo está representando en el financiamiento de actividades culturales, no ha sido resuelto en forma homogénea en Chile generando una panoplia de alternativas legales sobre la materia. En Chile existen siete franquicias que permiten deducir una donación como gasto de la base imponible del impuesto, adicionalmente existen otras tres franquicias que permiten deducir la donación como crédito contra los impuestos. Respecto de las primeras, se desconoce la magnitud de las donaciones que se acogen a esta modalidad, ya que no existe una contabilidad de este aspecto por parte de las instituciones públicas pertinentes. Con relación a las franquicias que sirven como crédito contra los impuestos el año 1997, estas ascendieron a $ 11.100 millones lo que equivale aproximadamente a un 1,2 por ciento de lo recaudado por concepto de Global Complementario e Impuesto de la 1ª Categoría. En otras palabras, el Estado hizo una renuncia fiscal equivalente a ese monto de recursos tributarios, los cuales fueron destinados por los contribuyentes a diversas instituciones sin fines de lucro”2. Aunque en general, en muchas partes del mundo las empresas que realizan acciones de mecenazgo se benefician con leyes que hacen posible las deducciones de impuestos a partir de los montos de las donaciones realizadas, son los beneficios de imagen y notoriedad pública que obtienen las empresas el principal incentivo que ofrecen las donaciones con fines culturales, educacionales o deportivos, entre otras. No son pocos los países que han ido constituyendo regímenes legales favorables al mecenazgo y patrocinio empresarial a la cultura, a partir de legislaciones específicas sobre donaciones modales adscritas a beneficios 2 Ver Informe FOCUS Estudios y Consultorías, “Franquicias tributarias a las Instituciones Privadas Sin Fines de Lucro. Análisis de la experiencia internacional. Informe Final. Fundación Andes, Santiago de Chile, enero de 1999.

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de carácter tributario y la creación de instituciones (públicas y/o privadas) que tienen como objetivo la promoción y estímulo del mecenazgo cultural por la empresa y los particulares. Podemos reconocer la existencia de al menos tres modalidades distintas de configurar estos sistemas que contemplan, de alguna forma, la contribución de la empresa privada y los particulares al financiamiento de iniciativas de interés general, centradas habitualmente en el fomento del arte, la ciencia y la cultura. El primer modelo es el que yo denomino “Modelo de la Filantropía”, definido por la existencia de sistemas consolidados de estímulo al mecenazgo del sector privado, que sin dar origen a leyes específicas sobre el tema, estimulan las donaciones con mecanismos transparentes de acreditación, fiscalización y seguimiento; contando además con una amplia gama de instituciones de fomento a la participación de las empresas en el financiamiento de actividades artísticas y culturales, generalmente de carácter privado. Es el caso de naciones como Canadá, Estados Unidos y Gran Bretaña, entre otras. El segundo modelo es el que llamo “Modelo del Mecenazgo”: caracterizado por la existencia de marcos regulatorios amplios con leyes orientadas claramente a la promoción del mecenazgo empresarial hacia actividades de interés público y que reconocen al patrocinio como mecanismo publicitario; cuentan además con una numerosa institucionalidad de promoción de los mismos, es el caso en la mayoría de las naciones de Europa. Por último, el que llamo “Modelo de las Donaciones” es el que más presencia tiene en nuestro continente. Contempla la existencia de algunos cuerpos legales, generalmente de rango menor o disposiciones subordinadas a leyes de mayor cuantía, en que por la vía de las exenciones tributarias, se estipulan diversos beneficios a las empresas que hacen aportes en dinero para el desarrollo de actividades de interés general bajo la denominación amplia de “donaciones”. Normas que, aunque permiten y anticipan, no consagran en la práctica un marco jurídico específico de mecenazgo empresarial y no contemplan, por lo mismo un procedimiento transparente de acreditación y fiscalización de las donaciones. Las institu36

ciones promotoras, aunque existen, son relativamente escasas y con poco desarrollo. Es el caso de naciones como Chile y Colombia, entre otras. En América Latina, sin embargo, en opinión de los participantes de una Conferencia del PNUD realizada aquí en Buenos Aires hace algunos años, las condiciones y límites que tienen actualmente las franquicias tributarias a las empresas que donan a la cultura y otras actividades de interés general no son satisfactorias. El Estado moderno se ve beneficiado al estimular la apropiación, por parte de la iniciativa privada, de problemas sociales y desafíos públicos. La creación de una cultura de la filantropía requiere de alicientes adecuados no sólo para el estímulo efectivo de los contribuyentes, sino con relación a la capacidad de renuncia del tesoro público. Políticas más flexibles sobre el mecenazgo no se han podido adoptar en América Latina en parte por: • Incapacidad de producir datos estadísticos que permitan planificar y evaluar los efectos de reformas tributarias. • Imperativo de atender a la satisfacción de necesidades más urgentes o fundamentales con los recursos de los impuestos. • Falta de difusión por parte del Estado de las leyes y reglamentos que hacen posible las donaciones con beneficios fiscales. A estas falencias estructurales del sistema se puede sumar la falta de definición de un marco de referencia mayor en la propia legislación que estipule, en igualdad de condiciones, las distintas instancias en que tanto el Estado como los contribuyentes pueden participar para el financiamiento de la cultura en el país. Aunque los esfuerzos internacionales parecen ir encaminados a reconocer la doble dimensión que adquiere la cultura de la filantropía, pues supone no sólo la capacidad de dar de la persona individual, sino que se asume también una actitud de renuncia equivalente en el sector público, que por este medio ve reducido sus ingresos por vía impositiva. Es destacable además el consenso existente en organizaciones como el BID y el 37

PNUD en la necesidad de que el Estado ceda espacios al ámbito privado para la atención de problemas sociales y desafíos públicos. La existencia de un sistema tributario adecuado se considera como un elemento incentivador fundamental para el desarrollo del mecenazgo privado en una comunidad. La posibilidad de obtener crédito tributario por las donaciones efectuadas existe para las personas jurídicas en el caso de Brasil, Chile, Colombia, Ecuador, Paraguay, Perú y Uruguay. Las leyes referidas contemplan la posibilidad de otorgar crédito tributario a los contribuyentes del impuesto global complementario. Esto está restringido a las personas que tributen a base a ingresos efectivos, a través de contabilidad completa o simplificada. En la práctica, esta disposición deja fuera a los contribuyentes que sean personas naturales y presten servicios a cambio de remuneraciones según contrato de trabajo, lo cual abarca a un gran número de contribuyentes. No están exentos de críticas estos aportes de las empresas al financiamiento de actividades culturales con beneficios fiscales. Dagnino Pastore, antiguo ejecutivo del Fondo Nacional de las Artes de Argentina explicaba que estas legislaciones permiten a las empresas y personas deducir -parcial o totalmente- de la base de su impuesto a las ganancias, las donaciones que efectúan para las artes. El efecto financiero de estas legislaciones es inducir al sector privado a que efectúe mayores donaciones para las artes y transferir fondos del sector público al sector privado para que los aplique a ellas. “Una cuestión abierta es la reacción fiscal del Estado para cubrir la merma de la recaudación por esas deducciones: aumentar los impuestos o reducir sus gastos en artes o en otros conceptos”. Otra crítica frecuente, especialmente aplicable al caso chileno es la sobreposición de diferentes leyes respecto de donaciones culturales, educativas y científicas, con principios y mecanismos diferentes y con organismos que se duplican (Garreton 1992). “Por otro lado, la falta de una instancia estatal donde se elabore técnicamente su tramitación, hace que la legislación adolezca de defectos técnicos o introduzca criterios muy discutibles. Un buen ejemplo de esto es la última de estas normativas, la Ley de Donaciones Culturales que fue incluida como un artículo de la ley 38

sobre Reforma Tributaria. Nadie duda del enorme valor e importancia que ella tiene. Sin embargo, algunas de sus disposiciones han impedido su materialización completa, como es la exigencia de gratuidad de los espectáculos a que una donación dé origen, o la imposibilidad de donar en términos no monetarios. Pero más discutible aun es el criterio general que hay detrás, al hacer que recursos del Estado como son los impuestos, se destinen a actividades culturales de acuerdo al criterio de un particular, el donante, con lo que el conjunto de estos aparece orientando el desarrollo cultural general”. En síntesis, el sistema de donaciones con beneficio tributario se justifica en atención a que las naciones, en general, consideran que las instituciones donatarias beneficiadas por dichos incentivos desarrollan actividades de importancia para el bien común, que no pueden o no se quiere sean financiadas o reciban subsidios directos por parte del Estado. El legislador a través del tiempo ha incentivado las donaciones como una forma de financiar ciertos sectores de la economía que el Estado directamente no lo podría hacer por falta de recursos. 2.1 El aporte privado a la cultura en Chile antes de 1990. Chile tiene una tradición de filantropía privada asentada en una rica y variada experiencia histórica. As así como en la segunda mitad del siglo XIX la casi totalidad de los sistemas de salud y educación estaban en manos del sector privado. La labor social privada contribuyó a la creación y financiamiento de hospicios, orfelinatos, hospitales y dispensarios, en su mayoría administrados por instituciones religiosas. Entre quienes se destacaron como gestores de estas iniciativas figuran: Marcial Gómez, Domingo Santa María, FermínVivaceta, Ismael Vergara, Barros Luco, Sergio Anwandter, José Tomás Urmeneta, Agustín Edwards, Matías Cousiño y Miguel Luis Amunátegui, Benjamín Vicuña Mackena, Pedro del Rio Zañartu, Pascual Barburizza, entre muchos otros. Muchas de estas fortunas fueron responsables de un eficiente mece39

nazgo cultural que dotó de teatros y salas para las artes a la mayoría de las ciudades de Chile, financió la venida de artistas de renombre en su época; pagó los costos de festivales de música y representaciones de teatro y estableció fideicomisos para el arte. En los años 40 del siglo pasado, por ejemplo, el empresario alemán Mauricio Hochschild estableció que sus empresas fueran administradas por un trust de fideicomisarios radicado en Liechtenstein. Durante casi veinte años las industrias continuaron generando importantes ingresos. Pero, en 1984 los encargados solicitaron venderlas para crear una fundación que trabajara en América Latina. Así, los más de US$ 250 millones que dejó la operación se destinaron a la Fundación Lampadia. De ella nacieron tres hermanas: Fundación Andes, en Chile; Antorcha, en Argentina, y Vitae, en Brasil. Cada una recibió del orden de los US$ 6,5 millones anuales para invertir en educación, cultura y acción social. La Fundación Andes de Chile invirtió más de 81 millones de dólares en el financiamiento de proyectos y programas en las áreas de educación y ciencia, cultura y desarrollo social, hasta que se cerró hace unos años tras acabarse los fondos del aporte inicial. Otro ejemplo es la de la Corporación Cultural Artistas del Acero. En 1947 comenzó la construcción de la Compañía Siderúrgica Huachipato S.A. en la bahía de San Vicente, en la ciudad de Concepción, en la VIII Región de Chile, convertida hoy en la principal empresa siderúrgica del país. En noviembre de 1958, la revista de la empresa organizó una exposición de las distintas manifestaciones artísticas realizadas por los trabajadores de la empresa acerera. Una nueva muestra colectiva de las obras de los funcionarios de la Compañía fue organizada en octubre de 1959, esta vez, con el apoyo del Departamento de Extensión Cultural de la Universidad de Concepción. El buen resultado de la empresa y la visionaria actitud de los ejecutivos de esa época que comprometieron el patrocinio de la empresa, permitieron que el 4 de diciembre de 1961, con el nº 133924 se constituyera ante las autoridades del Ministerio de Economía, Fomento y Reconstrucción, la Corporación Cultural de Artistas del Acero. Posteriormente, en marzo de 1989 Artistas del Acero, por escritura pública se constituyó en corporación de Derecho Privado. Al año 40

siguiente, en enero de 1990, obtuvo la Personalidad Jurídica por decreto del Ministerio de Justicia. “Artistas del Acero es una institución creada para brindar posibilidades de expansión y recreación a los trabajadores de Huachipato, tendiente por lo tanto a ofrecer enseñanza programada y tutoría en aquellas disciplinas en la Siderúrgica. Pero como institución inserta en la ciudad de Concepción, no queda ajena a las necesidades de ésta y es así, como abre sus puertas para el ingreso a personas con intereses comunes en el plano artístico. Desde su creación, Artistas del Acero ha desarrollado una vasta, activa y eficaz labor en el mundo cultural de la ciudad”3. Como hemos visto, hay antecedentes de una amplía y fructífera relación entre la empresa y los capitales privados y el desarrollo de actividades culturales y artísticas en Chile, tanto como filantropía individual como mecenazgo corporativo que son anteriores, incluso, a la propia existencia de leyes de fomento. Fueron las circunstancias históricas del último cuarto del siglo XX, las que introdujeron, no obstante, elementos nuevos que vale la pena considerar, aun brevemente en este repaso a la génesis de las legislaciones de estímulo a las donaciones culturales en Chile. El paso desde un eje político a un foco en lo económico influyó en la formulación de políticas públicas hacia la cultura a partir de la consolidación en el poder de la administración militar que se impuso desde 1973. El trato economicista hacia este objeto público a nivel global, se manifestó en la retirada del Estado como un actor relevante en el financiamiento de las artes en esta materia, dejándolo a la merced de las fuerzas del libre mercado, de la oferta y de la demanda, de la producción y del consumo4. “Bajo los supuestos del libre mercado y de la racionalidad eco-

3 Corporación Cultural Artistas del Acero, Proyecto de Presupuesto De Financiamiento de Infraestructura Operacional de la Corporación Cultural Artistas del Acero, con el objeto de obtener Certificado de Exención de Impuestos que otorga la Ley nº 18.895, 31 de julio de 1996. 4 Cfr. Henríquez Moya: Rodrigo A. “30 años de políticas culturales: Los legados del autoritarismo”, 21 de Octubre de 2004, disponible en: http://www.sepiensa.cl/edicion/index.php?option=content&task=view&id=174&Itemid=40

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nómica, el Estado cumplió en cultura un rol subsidiario como lo cumplió en otras áreas. Mientras el discurso de Pinochet hacia la cultura mostró un escaso interés en promover políticas en esa área, la acción cultural del régimen no desmiente esta apreciación, confirmada a su vez, por la exigua intención de elaborar una institucionalidad cultural, tanto normativa, como orgánica”5. Como se puede apreciar, y de acuerdo a las distintas concepciones acerca de la cultura que disputaron la hegemonía durante la dictadura, vemos que las acciones oficiales reorganizaron el campo cultural imponiendo diversos criterios de dirección de acuerdo a estas visiones de mundo e intereses que existían en los núcleos de poder, descartando la participación de otros sectores y visiones de la sociedad otorgándole en definitiva a la acción cultural del régimen militar el carácter de autoritario, excluyente y carente de legitimidad6. Ya en democracia y a comienzos de los noventa, se crea la Ley de Donaciones con fines Culturales, más conocida como Ley Valdés en honor a su creador el senador Gabriel Valdés Subercaseux, un reconocido político democratacristiano que ha ocupado importantes cargos en su partido, el Congreso y el Gobierno nacional. Esta legislación es un mecanismo legal que estimula la intervención privada en el financiamiento de proyectos artísticos y culturales, y se logra a través de incentivos tributarios a las empresas que aporten en estas áreas, siempre y cuando se acojan a la norma. El mecanismo legal se encuentra consagrado en el artículo 8° de la Ley 18.985, de la Reforma Tributaria, la cual fue aprobada en junio de 1990 por el Parlamento, y según cuenta en una entrevista realizada el año 2005 el Secretario del Comité Calificador de donaciones culturales, Oscar Agüero, “durante la tramitación de la Reforma Tributaria, cuando ya este proyecto había sido aprobado y estaba en la cámara de diputados, el Senador Gabriel Valdés le propuso al Gobierno que se incorporara un

5 Ib.supra. 6 Ib.supra.

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artículo sobre donaciones culturales, basado en la experiencia internacional que él tenía”. La Ley Valdés fue publicada en el Diario Oficial el 20 de junio de 1990. Luego el 12 de febrero de 1991 se publican en ese medio las operaciones que son posibles realizar a través de esta norma. Además, el Servicio de Impuestos Internos (SII) publica la Circular 33, donde se establece el procedimiento para acreditar la donación para efectos tributarios. Consistía en que las empresas aportaban a través de donaciones que, acogiéndose a la Ley, les permitía deducir el 50% del aporte efectuado, lo que se traducía en que el Fisco aportaba ese 50% que era devuelto a la entidad privada, ya que renunciaba al cobro de esa parte del tributo. De esta forma, a través del aporte de ambas entidades (pública y privada) diversas instituciones consiguieron financiamiento para sus proyectos artísticos y culturales. 2.2 Génesis jurídica y política de la LDC Como hemos visto, la existencia de un sistema tributario adecuado se considera como un elemento incentivador fundamental para el desarrollo de la filantropía en una comunidad. Ello porque el llamado “principio de colaboración”, alcanza toda su significación cuando reconocemos que las necesidades culturales son, a medida que aumenta el nivel de desarrollo social, político y económico de una comunidad, cada vez más numerosas. En la atención de este mosaico de exigencias, cuya satisfacción garantizan los distintos poderes públicos, es donde se ponen en juego los principios de igualdad, de solidaridad y subsidiariedad que van a informar ese otro principio general de colaboración necesaria7.

7 Sigo aquí en líneas generales las ideas expuestas por la Dra. MARIA EUGENIA ZABARTE en “Aproximaciones A La Política Cultura Española. La Ley De Mecenazgo Como Instrumento De Promoción Cultural”, En “Estrategias Para Una Nueva Gestión Cultural. Tres Experiencias Significativas”, Vaa. Eudeba, Buenos Aires, 1999.

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Es necesario unir esfuerzos, planificar conjuntamente e intervenir de manera coordinada, para resolver en mayor y mejor medida las necesidades existentes; para optimizar los resultados obtenidos; y para aprovechar al máximo recursos escasos, evitando con ello el despilfarro y la irresponsabilidad que supone que varios coincidan atendiendo una misma necesidad, al tiempo que otros ámbitos permanecen huérfanos de la atención necesaria. “Por todo ello, porque son muchos los llamados a resolver problemas culturales, porque son muchas diversas las necesidades que demandan las atención correspondiente, porque además los medios de que disponemos para dar respuesta a esas exigencias resultan insuficientes, es imprescindible la cooperación”. Maria Eugenia Zabarte se ha detenido a explicar que es necesario recordar que los poderes públicos no agotan las posibilidades de intervención en el ámbito de la cultura. El sector privado lo hace también en el mismo campo lícitamente, de manera activa y con buenos resultados. Tradicionalmente las relaciones positivas entre el sector público y el sector privado se han ido fraguando a través de la función de fomento que consiste en que el primero incentiva apoya las actividades proyectadas y desarrolladas por el último. Por ello es más pertinente que nunca exigir que los poderes públicos reconozcan de manera eficaz, es decir mediante la puesta en marcha de estímulos concretos y benéficos, la importancia social del mecenazgo cultural a la hora de impulsar, innovar y profundizar en la acción cultural. Y esa reivindicación ha venido invariablemente asociada a la demanda de una ley fiscal especifica y a la justificación de la iniciativa con base en las crónicas insuficiencias presupuestarias del Estado que no le permiten atender campos en los que, como consecuencia de ello, el sector privado/ mecenas habría de sustituirle. Existe un generalizado acuerdo en que la cultura aproxima los valores individuales y colectivos, enriqueciendo la sociedad a través del desarrollo de la persona. Sin embargo, también sabemos que las restricciones presupuestarias de las administraciones públicas, no permiten hacer frente a la creciente demanda de actividades culturales por parte de los ciudadanos. Un empresario atento a los cambios que ha tenido la organización 44

comercial moderna admite y reconoce que hoy a la empresa le incumbe también una responsabilidad moral, cultural y social, donde ya no basta que la empresa asocie su imagen a valores estrictamente económicos, pues la empresa actúa también como un motor del desarrollo científico y tecnológico. El desarrollo del mecenazgo cultural es uno de los resultados de esta toma de conciencia. Las empresas, como grupo humano generador de riquezas, necesitan definir sus relaciones con las demás instituciones. Es un hecho comprobado que el mecenazgo permite mejorar la comunicación externa, a la vez que desarrolla y estimula la comunicación interna al introducir nuevas áreas de diálogo, estimulando la creatividad y si las aportaciones financieras de las empresas favorecen la vitalidad del mundo cultural y reconcilian las motivaciones económicas y las aspiraciones sociales, hay que tener siempre presente que el mecenazgo empresarial no debe sustituir la responsabilidad del Estado y de las administraciones locales. Es un valor añadido. 2.3 Principales aspectos de la norma. Estos principios son los que a mi parecer aparecían consagrados en el mecanismo conocido en Chile como Ley Valdés8. ¿Qué tipo de régimen consagró la LDC en Chile? Desde su creación la La Ley Valdés, fue concebida como un mecanismo de estimuló a la intervención privada (empresas y personas) en el 8 http://www.nuestro.cl/biblioteca/textos/ley_donaciones.htm En lo medular, el Artículo 2ª propone que los donantes que hagan donaciones en dinero a beneficiarios en las condiciones y para los propósitos que se indica en los artículos siguientes, tendrán derecho a un crédito equivalente al 50% de tales donaciones en contra de sus impuestos de primera categoría o global complementario, según sea el caso. También se pueden realizar donaciones de especies. El crédito que se trata este artículo sólo podrá ser deducido si la donación se encuentra incluida en la base de los respectivos impuestos correspondientes a las rentas del año en que se efectuó materialmente la donación. En ningún caso, el crédito por el total de las donaciones de un contribuyente podrá exceder el 2% de la renta líquida imponible del año o del 2% de la renta imponible del impuesto global complementario y no podrá exceder de 14.000 unidades tributarias mensuales del año. En

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financiamiento de proyectos artísticos y culturales. Apuntó a poner a disposición de la cultura nuevas fuentes de financiamiento y se encaminaba a asegurar un acceso regulado y equitativo a las mismas, para beneficiar a la más amplia gama de disciplinas, actividades, bienes y proyectos artísticoculturales. Este cuerpo legal tuvo por finalidad establecer un nuevo modo de financiar la cultura, a saber, el Estado y el sector privado participan por igual en la calificación y el financiamiento de los proyectos que se acogen a este beneficio. El Fisco aporta al financiamiento, mediante un crédito equivalente a la mitad de la donación, lo que significa en la práctica una renuncia del Estado al cobro de esa parte del tributo. Vale decir, para las empresas que tributan por el Impuesto de Primera Categoría, aquella parte de la donación que no pueda deducirse como crédito (50%), constituirá gasto necesario para producir la renta (el otro 50%). Lo que permitirá en la práctica a quienes tributan en Primera Categoría, deducir de su Impuesto a la Renta hasta el 100% del monto donado. Por lo anteriormente expuesto, es indispensable que ese gasto se acredite o justifique en forma fehaciente ante el Servicio de Impuestos Internos y que corresponda al ejercicio en el que se está declarando la renta deducida. La exención tiene un tope anual de 14 mil Unidades Tributarias Mensuales, por contribuy-

otras palabras, cualquier donación en dinero o especies que una empresa realice para financiar un proyecto cultural, previamente aprobado por el Ministerio de Educación (Mineduc), podrá acogerse a los beneficios tributarios que la Ley de Donaciones Culturales otorga. La empresa podrá descontar del pago de sus impuestos la suma equivalente al 50% de la donación efectuada. Este descuento se hará efectivo en la declaración de impuestos correspondiente al año siguiente de la donación. Para tal efecto, la empresa necesita un certificado que acredita la donación y que deberá adjuntar en su declaración de impuestos. Para hacer efectiva una donación y utilizar los beneficios de la ley se debe contar con una Corporación o Fundación autorizada para tales efectos. Las donaciones deben ser en dinero y es la entidad que otorga el certificado y quien compra los bienes necesarios. Antes de realizar la donación se debe hacer un proyecto para el Comité de Donaciones Culturales del Mineduc, quien una vez que lo autoriza, entrega un número a las Corporaciones o Fundaciones, para extender los certificados de donaciones correspondientes. Son estos certificados los que las empresas donantes deben adjuntar en la declaración de impuestos correspondientes al año siguiente.

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ente y es deducible sólo en el momento en que el donante efectúe su declaración anual de impuestos en el mes de abril de cada año. Ahora bien, para el caso de las empresas, las donaciones no pueden exceder en un año al 2% de la Renta Líquida Imponible. En cambio, para los particulares afectos al Impuesto Global Complementario, el 2% se calcula sobre la Renta Neta Global. En conclusión, si un particular desea realizar una donación por un monto superior al de las 14 mil U.T.M. puede hacerlo, pero sólo está habilitado para invocar en este caso los beneficios de la Ley en análisis hasta el límite de las 14 mil U.T.M. Para el excedente de esta suma, la donación no dará derecho a los beneficios tributarios establecidos. Cabe tener presente, que en Chile el Impuesto a la Renta se ordena en dos categorías, a saber, el Impuesto de Primera Categoría afecta las rentas del capital y a los empresas comerciales, industriales, mineras y otras. Por su parte, el Impuesto de Segunda Categoría, grava a las rentas del trabajo, vale decir, a los trabajadores dependientes o por cuenta propia, entre los que se incluyen los profesionales, quienes cancelan el llamado Impuesto Global Complementario. Ahora bien, en Primera Categoría sólo pueden ser donantes quienes tributan sobre renta efectivas, a saber, aquellos que llevan contabilidad completa. Por lo cual, se deja afuera a los agricultores, a los pequeños mineros, a los artesanos y a todos los que cancelan un impuesto único sobre la base de una renta presunta. También están impedidas de realizar donaciones a través de la Ley de Donaciones Culturales, las empresas del Estado o aquellas en las que el Estado tenga una participación fiscal superior al 50%. Sin embargo, quienes cancelan el Impuesto Global Complementario, como contribuyentes de Segunda Categoría no necesitan llevar contabilidad completa para acogerse a los beneficios de dicha ley, porque esta obligación sólo es exigible a quienes se acogen al Impuesto de Primera Categoría. Hay que tener presente, que no todas las empresas pueden usar esta garantía tributaria. Sólo pueden hacerlo aquellas empresas que obtengan utilidades en su ejercicio financiero. Por lo tanto, quedan excluidas las que a pesar de generar excedentes no obtengan utilidades contables por mantener deudas de un ejercicio a otro. 47

Para poder efectuar donaciones, ya sea las empresas o las personas consideradas dentro del concepto de donantes, deben seguir las siguientes pautas: Exigir al beneficiario un Certificado emitido por la Institución Beneficiaria, timbrado por el Servicio de Impuestos Internos, el que lleve impresa la expresión “Certificado que acredita la donación artículo 8 de la Ley N° 18.985”, como también los datos del beneficiario, con su domicilio, RUT e identificación de su representante legal. Individualización del donante, con su RUT, domicilio, giro comercial que desarrolla y representante legal. Señalar en el Certificado, el monto de la erogación, en números y letras, la fecha en que ésta se efectuó y el destino que se dará al dinero recibido. Dicho documento deberá extenderse en cuatro ejemplares, de los cuales uno quedará en poder del donante, otro en poder del beneficiario, un tercero deberá guardarlo el beneficiario para entregarlo al Servicio de Impuestos Internos cuando éste lo requiera y el cuarto ejemplar se remitirá a la Secretaría del Comité, dentro del plazo de 30 días a contar de la fecha de emisión del mismo. Dejar constancia en el Certificado, de la decisión mediante la cual el Comité Calificador de Donaciones Privadas aprobó el proyecto, el título del mismo y la fecha en que se entregó el veredicto. De acuerdo a lo estipulado en la Ley, los beneficiarios de las donaciones pueden ser: Las Universidades e Institutos profesionales, estatales o particulares, reconocidos por el Estado. Las Bibliotecas abiertas al público en general o las entidades que las administran. Las Corporaciones y Fundaciones sin fines de lucro, cuyo objeto sea la investigación, desarrollo y difusión de la cultura y el arte. Las Organizaciones Comunitarias funcionales constituidas de acuerdo a la Ley N° 19.418, que establece normas sobre Juntas de Vecinos y demás Organizaciones Comunitarias, cuyo objeto sea la investigación, desarrollo y difusión de la cultura y el arte. Las Bibliotecas de los establecimientos que permanezcan abiertas al público, de acuerdo con la normativa que exista al respecto y a la aprobación que otorgue el Secretario Regional Ministerial de Educación correspondiente, la cual deberá necesariamente compatibilizar los intereses de la comunidad con los del propio establecimiento. Los Museos estatales y municipales, como asimismo, los museos privados que estén abiertos al 48

público en general, siempre que sean de propiedad y estén administrados por entidades o personas jurídicas que no persigan fines de lucro. El Consejo de Monumentos Nacionales, respecto de los proyectos que estén destinados únicamente a la conservación, mantención, reparación, restauración y reconstrucción de monumentos históricos, monumentos arqueológicos, monumentos públicos, zonas típicas, ya sean en bienes nacionales de uso público, bienes de propiedad fiscal o pública contemplados en la Ley N° 17.288, sobre Monumentos Nacionales. A larga, la Ley de Donaciones Culturales incentivó el aporte privado al financiamiento de proyectos artísticos y culturales permitiendo avizorar un incipiente marco jurídico para el mecenazgo empresarial y particular, especialmente cuando introdujo y reconoció la figura del “patrocinio” como la especie resultante de esta “donación” nominal de, pero sendas modificaciones aprobadas a comienzos de la presente década le introdujeron reformas que la desdibujarían casi completamente. Cuadro N° 1 Financiamiento a actividades culturales realizadas en virtud de la Ley de Donaciones con Fines Culturales, años 1991-1998.

 

Año

Monto Asignado En Miles Millones $Ch

1991 1992 1993 1994 1995 1996 1997 1998

390.494.851 776.698.526 652.442.292 472.551.673 971.740.798 2.748.289.738 1.303.707.111 1.955.000.000

N° de Proyectos 70 50 40 65 76 163 153 147

Fuente: Secretaria Ejecutiva Comité de Donaciones con Fines Culturales, Revista Cultura N°23, Diciembre de 1998, Ministerio Secretaria General de Gobierno, p.17.

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3. Situación actual de la norma. Como hemos visto, durante los años noventa la ley Valdés funcionó de manera positiva haciendo posible concretar numerosas actividades potenciando el desarrollo de la cultura en Chile de una forma nunca antes vista en el país. Esto cambiaría a partir de las modificaciones que sufriría la ley9. La primera modificación fue a partir de la aprobación de la Ley 19.721 publicada en el Diario Oficial el 5 de mayo del 2001, que mediante su articulado cumplió con el anhelo de muchas instituciones de reformar ciertos aspectos de la Ley de Donaciones Culturales original, con el fin de perfeccionar los incentivos tributarios de dicho texto legal e incluir como beneficiarios a nuevas corporaciones. Uno de los aspectos más importantes de esta modificación fue que amplió a más beneficiarios la posibilidad de acogerse a las disposiciones contenidas en la norma. En su versión original, sólo podían ser beneficiados con las donaciones “las universidades o institutos profesionales estatales y particulares reconocidos por el Estado, y o las corporaciones y fundaciones sin fines de lucro cuyo objeto sea la investigación, desarrollo y difusión de la cultura y el arte”, (artículo 1º circular 33, 1991). Pero esta nueva disposición legal agregó a este beneficio a “las bibliotecas abiertas al público en general, las organizaciones comunitarias constituidas de acuerdo a las normas sobre Juntas de Vecinos y demás Organizaciones Comunitarias, cuyo objeto sea la investigación, desarrollo y difusión de la cultura y el arte”. Además agregó a “los museos estatales, municipales y privados que estén abiertos al público en general, siempre que no persigan fines de lucro. Asimismo, se benefició el Consejo de Monumentos Nacionales, respecto de los proyectos que estén destinados únicamente a la conservación, a mantener, reparar, y a la restauración y reconstrucción de monumentos históricos, arqueológicos y públicos, o 9 A partir de un resumen de la norma contenido en Ley de Donaciones Culturales, una asignatura pendiente. Andrés Tirapegui Cabezón, Cátedra Políticas Públicas, Magíster en Ciencia Política, Universidad Tecnológica Metropolitana, inédito.

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de zonas típicas, ya sean en bienes nacionales de uso público, bienes de propiedad fiscal o pública” (Artículo 1° Circular 36, 2001). Antes de ser modificada la Ley Valdés, ya se pensaba que era una severa limitación el hecho de que las empresas sólo podían donar dinero, la reforma legal del 2001 permitió que las entidades privadas donaran especies, es decir, bienes nuevos o usados corporales o incorporales. El nuevo mecanismo facultó además al Comité Calificador para aprobar proyectos cuyo ingreso sea pagado, esto ya lo había incorporado Impuestos Internos el año 1993 debido a las peticiones del ambiente teatral en el marco del XXIII Festival de Teatro de las Naciones en Chile. Las modificaciones permitieron también al fisco contribuir al financiamiento de los proyectos que se ejecuten en regiones distintas de la Región Metropolitana de Santiago, por instituciones que tengan la sede de sus actividades en dichas regiones. (Artículo 9 de la nueva Ley, Circular 57, año 2001). Parecía entonces que el aporte a la cultura por parte de esta política pública seguiría creciendo hasta alcanzar un mayor nivel de compromiso por parte de la empresa privada. Fue en ese contexto optimista cuando comencé la redacción de un libro sobre Mecenazgo y Patrocinio Cultural (2005), convencido de la necesidad de dar un paso más adelante en la modalidad de financiamiento privado, proponiendo la instauración de una ley de mecenazgo que subsumiera las disposiciones contenidas en esas variadas leyes de donaciones que estaban disponibles. Me parecía que una Ley de Mecenazgo podría haber sido un avance sustantivo en la definición de un marco jurídico más claro y definitorio en las relaciones que se establecen entre el sector público y el privado en aras a la consecución de objetivos públicos. No obstante, una nueva modificación a ley hecho por tierra todo mi optimismo. Frente a este mejor panorama cultural, en agosto del 2003, casi sin debate y generando una gran controversia, se promulgó una nueva norma (Ley 19.885), disposición que equivalió a una segunda modificación a la Ley de Donaciones Culturales, pero que, sin embargo, no tuvo el benéfico efecto de la primera de 2001, sino que fue interpretada como un severo revés. La propuesta se enmarcó en la llamada “Agenda pro Transparen51

cia” negociada entre el Gobierno y la Oposición, norme que tenía como finalidad limpiar la imagen del financiamiento a las campañas políticas. La nueva iniciativa legal reglamentó, además, el buen uso de todas las leyes de donaciones con incentivos tributarios, después que el Servicio de Impuestos Internos, junto con el ministro de Hacienda de la época, Nicolás Eyzaguirre detectaran ciertas irregularidades por parte de algunas entidades privadas en el manejo de los beneficios de la Ley. Como he dicho, en forma inesperada, y en el contexto de una negociación política para asegurar el financiamiento estatal a los partidos políticos chilenos, se aprobó la Ley N°19.884, sobre la transparencia, límite y control del gasto electoral y la Ley 19.885, norma esta última que modificó ciertos aspectos de la Ley de Donaciones Culturales, estableciendo además, las bases para nuevos beneficiarios en áreas distintas a la cultura. La nueva Ley (N°19. 885) constó de tres partes. Un capítulo que se refería al aporte en dinero a los partidos políticos que no tenían franquicia tributaria, pero sí una consagración desde el punto de vista legal en el sentido que una empresa puede dar una ayuda económica y eso antes no se podía. Un segundo capítulo que estableció la figura de las donaciones sociales, y un tercero, que reguló el buen uso de las donaciones y que se aplicaría a todas las leyes que tengan beneficios tributarios. Para los efectos de dar una transparencia y debido control a las donaciones en general, esta ley ha diseñado una serie de mecanismos, destacándose los siguientes10: a. Las instituciones que reciban donaciones que otorguen un beneficio tributario al donante, no podrán realizar ninguna contraprestación, tales como el otorgamiento de becas de estudio, cursos de capacitación, asesorías técnicas, u otras, directa o indirectamente, en forma exclusiva, en condiciones especiales, o exigiendo menores requisitos que los que piden

10 Franco Brzovic González, Dos Leyes Sobre Donaciones, Revista Realidad, N77, Oct 2003, Fundación Jaime Guzmán.

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en general, a favor del donante, ni de sus empleados, directores, o parientes consanguíneos de éstos, hasta el segundo grado, en el año inmediatamente anterior a aquél en que se efectúe la donación ni con posterioridad a ésta, en tanto la donación no se hubiere utilizado íntegramente por la institución donataria. Su incumplimiento será sancionado con la pérdida del beneficio al donante y lo obligará a restituir aquella parte del impuesto que hubiere dejado de pagar, con los recargos y sanciones pecuniarias que correspondan de acuerdo al Código Tributario. Para este efecto, se considerará que el impuesto se encuentra en mora desde el término del período de pago correspondiente al año tributario en que debió haberse pagado el impuesto respectivo de no mediar el beneficio tributario. b. No podrán utilizar dichos beneficios cuando, dentro de los dos años anteriores a la donación, hubieren realizado transacciones, operaciones o cualquier otro acto con la entidad donataria, que significaren la cesión del uso o de la tenencia a título oneroso, de él o los bienes donados o, cuando la donación sea de un valor tal que cubra en más de un 30% el monto del impuesto a la renta que habría afectado a las rentas generadas en dichas transacciones de no mediar tal donación, o bien cuando las transacciones se efectúen en condiciones de precio o financiamiento distintas a las normales del mercado. Estas dos restricciones regirán respecto de las contraprestaciones, transacciones, operaciones y donaciones que se efectúen a contar de la fecha de publicación de la presente ley, esto es del 6 de Agosto de 2003. c. Se ha fijado asimismo un límite total y global a las donaciones que puede hacer una empresa al determinar que ellas, las donaciones, no podrán exceder el 4,5% de la renta líquida imponible de la empresa, sea que el beneficio tributario consista en un crédito contra el impuesto de primera categoría o bien en la posibilidad de deducir como gasto la donación, excluyéndose solamente las donaciones que se hagan a los partidos políticos, a los institutos de formación política y a los candidatos a ocupar cargos de elección popular. Aún más, la ley agregó una serie de sanciones, entre ellas algunas de carácter penal, creando al efecto nuevas figuras delictuales. Entre estas 53

últimas trata las siguientes: los contribuyentes que dolosamente y en forma reiterada, reciban de las instituciones a las cuales efectúen donaciones, contraprestaciones directas o indirectas o en beneficio de sus empleados, directores o parientes consanguíneos de éstos, hasta el segundo grado, en el año inmediatamente anterior a aquél en que se efectúe la donación o, con posterioridad a ésta, en tanto la donación no se hubiere utilizado íntegramente por la donataria o simulen una donación, en ambos casos, de aquellas que otorgan algún tipo de beneficio tributario que implique en definitiva un menor pago de algunos de los impuestos referidos, serán sancionados con la pena de presidio menor en sus grados medio a máximo. Para estos efectos, se entenderá que existe reiteración cuando se realicen dos o más conductas de las que sanciona este inciso, en un mismo ejercicio comercial anual. Asimismo, el que dolosamente destine o utilice donaciones de aquellas que las leyes permiten rebajar de la base imponible afecta a los impuestos de la Ley sobre Impuesto a la Renta o que otorgan crédito en contra de dichos impuestos, a fines distintos de los que corresponden a la entidad donataria de acuerdo a sus estatutos, serán sancionados con la pena de presidio menor en sus grados medio a máximo. Aquellos contribuyentes del impuesto de primera categoría de la Ley sobre Impuesto a la Renta, que dolosamente y en forma reiterada, deduzcan como gasto de la base imponible de dicho impuesto donaciones que las leyes no permiten rebajar, serán sancionados con la pena de presidio menor en sus grados medio a máximo. Estos cambios y sanciones establecidas a la Ley Valdés (y a las demás leyes que contemplan rebajas de impuestos en Chile) generaron un aparente estancamiento en el aporte que los empresarios entregan a la cultura, conllevando a negativas consecuencias para el desarrollo de esta área en comparación con el trabajo desarrollado desde su creación y hasta su primera modificación.

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3.1 Impacto en comunidad de GC Con todo, la ley promulgada a mediados del año 2003, significó un retroceso no tanto en la reducción de los montos recaudados –pues no hay forma de estipular una medida que nos indique cuando hay “muchas” o “pocas” donaciones, sino más por cuanto atentó contra un sistema que había probado ser eficiente en la atención de necesidades sociales, al introducir algunos elemento desincentivadores de las mismas11. Pese a que el Gobierno se apresuró en los meses siguientes a reafirmar la idea que las modificaciones introducidas no habían producido mayor impacto en la disposición a donar de las empresas, informes independientes permitieron apreciar y a poco más de un año después de aprobadas las reformas, que los créditos tributarios de empresas por donaciones disminuyeron en un 11,5% real durante el 2003-2004 respecto de la situación 2001-2002. Es decir, la situación promedio a casi dos años después de entrar en funcionamiento la ley es un 11,5% peor que la situación promedio a casi dos años antes de entrar en funcionamiento la ley. La situación del Teatro Municipal de Santiago –una de las instituciones culturales más complejas de financiar dado lo singular de su estatuto de propiedad- fue más grave aún por cuanto, a dos años de haber entrado en funcionamiento la Ley, las donaciones disminuyeron casi un 19% real respecto de la situación promedio dos años antes de la entrada en vigencia de la norma. “Desde la puesta en vigencia de los cambios de la Ley de Donaciones Nº 19,885, las donaciones efectuadas por las empresas disminuyeron ostensiblemente, ya que un simple error efectuado por la institución beneficiada le costaría sanciones a la empresa involucrada. Esta razón fue más que suficiente para que muchas organizaciones vieran afectadas momentáneamente sus recaudaciones en relación a años ante-

11 El Costo de Desalentar las Donaciones, Temas Públicos, Nº 779 - 14 de Julio 2003. ISSN 07171528 (en general). www.lyd.org / e-mail:[email protected]

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riores. Ninguna empresa estaría dispuesta a pagar un costo tan alto por entregar su aporte. Esta Ley para algunos no sólo pone grandes restricciones que pasan a ser insalvables para las empresas que estén dispuestas a hacer un aporte a que esta sociedad sea más equitativa, también para las organizaciones receptoras de esas donaciones”12. Las organizaciones culturales se movilizaron prontamente para hacer sentir su disconformidad ante las modificaciones introducidas a la Ley Valdés. He aquí un repertorio de las mismas13: Milan Ivelic, Director del Museo Nacional de Bellas Artes reconocía que de no ser por la ayuda que reciben del sector privado, el Museo que dirige sólo podría exhibir las colecciones que forman parte de su patrimonio” (Empresas por el Arte-Edición Especial de El Mercurio- Julio 18, 2005). Cecilia García -Huidobro, Vicepresidenta Ejecutiva Corporación de Amigos del Patrimonio Cultural: Declaró que perdió muchas donaciones, pero que sólo gracias al prestigio de 10 años de trabajo ha logrado mantener algunas y conseguir otras. Andrés Rodríguez, Director del Teatro Municipal declaró que perdieron absolutamente todas sus donaciones privadas ($700.000.000) debido al problema de las contraprestaciones. Por lo tanto ni siquiera aparecen en el informe. Karen Connolly, Directora Artística y organizadora del Encuentro Nacional de Escuelas de Danza publicó una Declaración Pública donde explica las razones del cierre de este programa organizado desde 1997. La razón aducida es que la Ley 19.885 ha “perjudicado seriamente cualquier intento de financiamiento del sector privado”.

12 Ley de Donaciones un incentivo para no donar. Prohumana Documentos asociados. 13 Según aparecen consignadas en el documento intitulado INFORME LEY DE DONACIONES CULTURALES, Reunión de Directorio del Consejo Nacional de la Cultura, Agosto 19, 2005.

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Arturo Navarro, Director Ejecutivo, Centro Cultural Estación Mapocho y antiguo Miembro del Directorio del CNCA publicó en la Reseña de este Centro Cultural 2004 que sus ingresos en auspicios de parte del sector privado se redujeron a menos de un 10% de lo obtenido en 2003. 3.2 Recuperación de las donaciones. Oscar Agüero, histórico secretario del Comité Calificador de las Donaciones con Fines Culturales, el organismos creado en la norma de 1990 que califica la pertinencia de los proyectos que aspiran a recibir los beneficios tributarios, opina que lo que más ha afectado la pérdida de donaciones ha sido la falta de claridad en las contraprestaciones permitidas y la existencia de sanciones penales que pudieran considerarse excesivas. Conoce casos específicos como el del Banco de Chile cuyos abogados aconsejaban no donar hasta que este tema se aclarara. Declara que pese a los esfuerzo por parte del SII para precisar el concepto de contraprestaciones (Circular # 55 de 2003), no ha habido una mejora en la percepción de los actores involucrados. Aspecto en el que coincide Cecilia García-Huidobro Freifrau zu Knyphausen, Vicepresidenta Ejecutiva Corporación Patrimonio Cultural de Chile, cuando señala que la prohibición de las contraprestaciones de servicios a las empresas donantes, si se interpretase de una manera pedestre, significaría que la cesión de entradas a los espectáculos culturales a las empresas patrocinadoras o los ejemplares de libros que se les otorgan por publicaciones se eliminarían, dejando un nulo incentivo para seguir una línea que ha dado pie a importantes investigaciones y a la difusión permanente de la música y el teatro14.

14 Cecilia García-Huidobro Freifrau zu Knyphausen, Adversas modificaciones: Ley de Donaciones con fines Culturales, Octubre 2004.

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Uno de los pilares del trabajo de las corporaciones sin fines de lucro, explica la ejecutiva, ha sido el reconocimiento a las empresas que sustentan los proyectos que la animan. Hoy, ese reconocimiento podría verse como un beneficio adicional para ella, desvirtuando un principio fundamental que es la reciprocidad y el agradecimiento. “Nuevamente, no se consultó públicamente a los actores culturales ni se originó un debate público que hubiera considerado matices que a los legisladores que no provienen de esta actividad no les son conocidos. En los últimos años ha habido un florecimiento de la gestión cultural como polo generador de identidad, proyectándose en los más variados estamentos del tejido social. La ley que el Senador Gabriel Valdés visionariamente puso en práctica ha significado un fuerte incremento de la participación del mundo privado en la cultura nacional. Sería contraproducente que un incentivo tan notable, a nivel de todo el continente, se viera mermado por estas modificaciones”. Después de la última modificación, el ex Senador de la República Gabriel Valdés manifestó públicamente su molestia y desilusión por las promesas de restituir el espíritu de la Ley y, aun cuando el Senado aprobó por unanimidad un proyecto de ley presentado por el mismo Gabriel Valdés para devolver la autonomía a la Ley de Donaciones, esta iniciativa a la fecha no se ha concretado15.

15 Senado aprueba por unanimidad devolver autonomía a la Ley Valdés. (2003, noviembre 6), Diario La Segunda.

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Cuadro Nº 2 Donaciones. Mecanismos Legales con Crédito Tributario.(Años 2004-2006)* Donación

Contribuy. Cat 1

Donaciones Global 147

Compl. Donaciones

2004

2005

2006**

182

6.302

5.586

8.742 8.469

Cultural

379

8.560

Educacional

441

8.469

---

---

8.296

8.172

Deportivo

112

4.194

14

14

2.296

5.590

4.208

Social

512

806

---

---

---

584

806(***)

Universidades

463

11.834

239

3.868

18.586

13.354

15.702

Fuente. Secretaría Ejecutiva Comité de Donaciones Culturales, Junio 2008. (*) Inéditas. (**) Año tributario 2007 (***) Datos provisionales

Según la Secretaría del Comité Calificador de Donaciones, en el marco de la Ley de Donaciones, en los últimos años los aportes privados y de personas naturales a la cultura han sufrido algunos altibajos. En 2002 se obtuvieron por esta vía más de 6 mil millones de pesos, mientras que en 2003, fue de 4 mil millones (año de modificación de la ley). En 2004 hubo un ligero repunte, las donaciones llegaron a 6.302 mil millones. “Para el año 2006, incluso, la cifra aumenta a más de ocho mil 700 millones de pesos, probablemente explicadas por las donaciones recibidas para la reconstrucción de Iglesias patrimoniales, tras al terremoto de fines de 2005”, según lo comenta Oscar Agüero, Secretario Ejecutivo del Comité16.

16 En entrevista personal con el autor, 17 de Junio de 2008.

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Si bien al principio algunas empresas manifestaron sus aprehensiones sobre el tenor de lo dispuesto en las normas del 2003 y dejaron de hacer donaciones por un tiempo, las han vuelto a retomar en estos últimos meses. Las que dejaron de donar a cultura lo han seguido haciendo en otros ámbitos. 4. Perspectivas de futuro Tengo dudas sobre la real voluntad del Estado chileno en configurar un régimen auténtico de mecenazgo cultural. Subsisten prejuicios sobre el papel de la empresa privada en el financiamiento de la cultura, pese a las afirmaciones del propio Ricardo Lagos en los 90, cuando en su condición de Ministro de Educación llamaba a la empresa privada a usar los mecanismos legales de reducción de impuestos para financiar proyectos culturales.”La colaboración de lo público y de lo privado en beneficio de la cultura y el arte ha sido posible para el desarrollo de mejores posibilidades. Creemos que es fundamental en materia de financiamiento poder hacer que concurran las voluntades del Estado y del ámbito privado. Más allá de los debates ideológicos, debemos entender que la cultura forma parte de la sociedad toda, y la sociedad toda está compuesta del ámbito público y privado” (Lagos 1992). No han surgido organismos que promuevan una profesionalización de las técnicas de recaudación de fondos; se han hecho algunas capacitaciones, pero de menor impacto, ello se traduce en el hecho de que para muchos gestores culturales, incluso los titulados universitarios, las normas referidas a las deducciones fiscales con fines modales sean todavía poco conocidas. En Chile existía una norma promisoria, había establecido el patrocinio a la cultura, sirvió por más de una década, pero se cambió por algo peor. ¿Fue una reacción excesiva de los actores culturales? No es fácil responder. Hoy los actores no saben a que atenerse, la ley existe pero se duda sobre si usarla o no. Tras las modificaciones quedó herida muerte, al menos en el imaginario de los actores concernidos. Y ello es muy lamentable, 60

especialmente si se considera que estamos a unos años de la celebración del Bicentenario de la Independencia, una fecha más que propicia para el desarrollo de iniciativas culturales que convoquen el interés de la empresa y los particulares. Esta realidad comienza a ser interpretada como una verdadera tragedia. Es claro que en nuestro país falta una institucionalidad tributaria que estimule y multiplique las donaciones con fines culturales (Mercurio Jueves 08 de Mayo de 2008). La modificación a la Ley Valdés en el 2001 fue un avance en el diseño de un modelo mixto de financiamiento de la cultura. Pensamos que podría existir una modalidad más específica de beneficios que apoyen y estimulen en forma clara y eficiente la práctica del mecenazgo cultural privado. Un capítulo aparte es la legislación que se aplica a la restauración del patrimonio y que amerita un análisis más particularizado. Los cambios en las reglas provocaron una estampida (momentánea) entre los donantes. Pero hay más de fondo. La reacción de los empresarios y la sobre reacción de los gestores culturales a las modificaciones del año 2003, al parecer estaba más motivada por una falta de análisis y perspectiva de lo que significa en definitiva el mecenazgo cultural y las verdaderas motivaciones de las empresas cuando están dispuestas a aportar recursos al arte y la cultura. El mecenazgo de actividades culturales es una acción asumida por empresas preocupadas de encontrar nuevos mecanismos de comunicación con sus públicos. Para la empresa moderna, desarrollar una imagen positiva se ha convertido en un reto estratégico, para ellas financiar cultura es una actividad habitual. Esperan con ello recibir beneficios de imagen y de otra índole. Numerosos países han constituido regímenes legales favorables al mecenazgo y patrocinio empresarial a la cultura, a partir de legislaciones de rebajas en los impuestos. El caso chileno no es la excepción. Con algunas fluctuaciones, las donaciones culturales de la empresa privada en Chile han sido sostenidas. Estudios comparables realizados en países de Europa y América Latina (ANTOINE, 03; HATTY, 03; MISURRACO, 06), han demostrado que según la percepción de los empresarios en general, las franquicias existentes no son un incentivo relevante respecto a la disposición de do61

nar por parte de las empresas17. Es decir, y en consonancia con las condiciones generales de compresión de la técnica del mecenazgo cultural, las empresas parecen estar más interesadas en los beneficios de imagen que obtienen a través de la operación, que, en las eventuales rebajas tributarias que podrían recibir. Dado que en Chile no se han realizado investigaciones que hayan podido establecer conclusiones definitivas sobre la manera

17 Se han realizado algunas investigaciones destinadas a recopilar información sobre los motivos e intereses de las empresas que realizan donaciones filantrópicas o inversiones publicitarias en áreas distintas a su giro principal. La aparición de agencias especializadas en la promoción del mecenazgo empresarial, es el factor que ha promovido con mayor intensidad la realización de encuestas para conocer los motivos de las empresas patrocinadores. La primera en su tipo fue la Bussines Comittee for the Arts (BCA), fundada en 1967 por David Rockefeller. En Francia, la Asociación para el Desarrollo del Mecenazgo Social e Industrial (ADMICAL), realiza periódicas pesquisas entre sus asociados. A partir de ellas se ha podido deducir que, a propósito de las motivaciones que manifiestan las empresas para realizar acciones de mecenazgo, un 97% esgrime que lo realizan para mejorar la imagen de la misma, o para promover la participación del personal en temas de valores comunes (52%). Tan sólo un 2% de las empresas consultadas manifiesta que su interés al realizar una donación es la esperanza de pagar menos impuestos. Coincidente, un estudio francés sobre Motivos para realizar Mecenazgo, partiendo de una escala valorativa entre 0 y 3, demostró para el caso francés que la búsqueda de un “Mejoramiento de imagen” concita un 2,76 de las preferencias, seguidas de “Dinamismo comercial” (2,19), “Dinámica social” (1’33) y “Civismo” (1’38). Mientras una encuesta realizada en Italia, descubrió que las preferencias de las empresas para realizar mecenazgos incluían, la posibilidad de efectuar más manifestaciones (25,9%), proporcionar ayuda al arte y a la cultura (10,6%); y liberar a la cultura de las subvenciones estatales (2,7%). En Canadá, por ejemplo, del total de donaciones efectuadas por la empresa, solamente un 40% se destinó para obtener los beneficios tributarios que otorgan las franquicias legales. En 1993 se realizó en Argentina la primera encuesta sobre patrocinio cultural entre empresarios trasandinos. Un estudio reveló que según la percepción de los empresarios en general las franquicias existentes no son un incentivo relevante respecto a la disposición de donar por parte de las empresas. Una encuesta sobre el particular realizada en Argentina por el Instituto Gallup por encargo del Foro del Sector Social, demostró que un porcentaje muy bajo de las empresas transandinas realizan acciones de mecenazgo, toda vez que del total de donaciones particulares que reciben las organizaciones sin fines de lucro, sólo un 2% está destinado a entidades culturales o artísticas. Entre las razones argüidas por las compañías, destaca que los proyectos culturales suelen ser deficitarios y no siempre cuentan con el suficiente apoyo oficial para financiarse. La investigación titulada “El Patrocinio empresarial de la cultura en España”, dirigido por José Emilio Cervera, y que encuestó entre junio-diciembre de 1991, a más de dos mil 300 empresas españolas, ocasión en que se efectuaron además unas 200 entrevistas, encontró resultados más o menos similares.

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cómo las empresas definen sus actividades de mecenazgo/patrocinio, no podemos saber fehacientemente en base a qué consideraciones se toman esas decisiones. No obstante, y a modo de hipótesis, es posible aventurar que el repunte de las donaciones de los años 2004 al 2007, o el menos su mantenimiento en términos relativos, es señal cierta de que no son las disposiciones legales (incluidas en ellas las sanciones y delitos) las que motivan a los empresarios y particulares a donar. Si ese fue el caso, es decir, si los empresarios temieran al brazo fuerte de Impuestos Internos como un fiscalizador eficiente de las normas tributarias (que de hecho lo es), no habrían donado usando la legislación vigente. De todas maneras, deberá seguramente, pasar algún tiempo para poder incorporar a los hábitos ciudadanos la responsabilidad y el deber de participar en el financiamiento y gestión de la cultura; siendo además necesario avanzar en la formación de organizaciones capaces de recibir aportes directos, de empresas y contribuyentes. Pese a lo recaudado, considero que el apoyo al sector cultural por parte de las empresas y los contribuyentes es aún modesto18, principalmente por la tendencia a trocar la filantropía empresarial por aportaciones vinculadas a objetivos comerciales y de marketing; la existencia de niveles bajos de riqueza personal; la ausencia de una tradición de donativos personales y la insuficiente inversión por parte de las organizaciones culturales, en actividades de recaudación de fondos. Se requerirán quizás nuevos modelos que incrementen el capital filantrópico cultural y la emergencia de mecanismos legales innovadores y flexibles que propicien una mayor vinculación entre los actores. Las normas actuales no definen en propiedad un marco jurídico específico de

18 Por ejemplo, en el año 2005 las utilidades de las empresas que tributan en 1Categoría sobrepasaron los 25 mil 500 millones de dólares. “Si consideramos que el crédito fiscal alcanza a un 2% de la utilidad antes de impuestos, la capacidad de inversión del sector privado este año podría haber sido superior a los 320 mil millones de pesos”. Cfr. Enrique Lanterno, Centro de Negocios y Formación Empresarial, U. Andrés Bello, Diario La Segunda, Viernes 7 de Abril de 2006

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mecenazgo empresarial y no contemplan, por lo mismo un procedimiento transparente de acreditación y fiscalización. Seria conveniente entonces comenzar a considerar la promulgación de una legislación más moderna y comprometida que consagre en Chile el mecenazgo empresarial y particular a la cultura y las artes.

Fuentes consultadas Antoine, Cristian: LA EFECTIVIDAD DEL PATROCINIO/SPONSORING EN EL MIX DE PUBLICIDAD, Revista Estudios de Periodismo y Relaciones Públicas, Nº 5, Escuela de Comunicación Universidad de Viña del Mar, Chile, 2006, p. 179-198. LA NUEVA INSTITUCIONALIDAD CULTURAL DE CHILE, Revista IUS Publicum Nº 12/2004, Escuela de Derecho, Universidad Santo Tomas, pp 89-103, 2004. Donaciones con fines culturales, las nuevas reglas, Revista IUS Publicum Nº 13 / Escuela de Derecho, Universidad Santo Tomas, p 139 a 155, 2004. MECENAZGO Y FINANCIAMIENTO DE LA CULTURA. MODELOS JURIDICOS PARA UN ESTUDIO COMPARADO. Revista IUS PUBLICUM, nº 9, Facultad de Derecho, UNIVERSIDAD SANTO TOMAS, Santiago de Chile pp. 71-87, 2002. LA REFORMA A AL LEY DE DONACIONES CULTURALES Y EL PATROCINIO A LA CULTURA DE LA EMPRESA PRIVADA. Revista IUS PUBLICUM, nº 7, Facultad de Derecho, UNIVERSIDAD SANTO TOMAS, Santiago de Chile, p. 64-2001. ÁMBITO JURÍDICO Y PRÁCTICO DEL PATROCINIO CULTURAL EN CHILE, PRESENTACIÓN LIBRE EN SEGUNDA JORNADA DE IN64

VESTIGACIÓN, DIRECCION DE INVESTIGACIÓN. UNIVERSIDAD SANTO TOMAS, 17 de Octubre 2001, ref. R27, p. 44, Santiago de Chile, 2001. PANORAMA LATINOAMERICANO DE POLÍTICAS PÚBLICAS PARA EL INCENTIVO DEL MECENAZGO PRIVADO EN EL SECTOR CULTURAL. Revista APORTES para el Estado y la Administración Gubernamental, N° 23, año 12 p.119 a 136, Asociación de Administradores Gubernamentales de la República Argentina, 2007. MECENAZGO Y PATROCINIO CULTURAL, RIL EDITORES, SANTIAGO DE CHILE, 250 PP. 2005 PATROCINIO Y DONACIONES CON FINES CULTURALES, LA LEY VALDES Y EL APORTE PRIVADO A LA CULTURA. Ediciones U. SANTO TOMAS, SANTIAGO DE CHILE, 184 PP, 2003. CIRCULAR 33: “Tratamiento Tributario de las Donaciones efectuadas con fines Culturales. Santiago de Chile, del 25 de junio de 1991. CIRCULAR 36: “Instrucciones sobre modificaciones introducidas a la Ley sobre donaciones con fines culturales contenida en el artículo 8° de la Ley N° 18.985, por la Ley N° 19.721, del año 2001”. Santiago de Chile, del 8 de junio del 2001. CIRCULAR 55: “Tratamiento Tributario de las Donaciones efectuadas con Fines Sociales y Públicos” Santiago de Chile, del 16 de octubre del 2003. CIRCULAR 59: Complementa circular N° 55, sobre “Tratamiento Tributario de las Donaciones efectuadas con Fines Sociales y públicos”. Santiago de Chile, del 20 de noviembre del 2003. CIRCULAR 24: “Refunde y actualiza instrucciones impartidas sobre beneficios tributarios por donaciones”. Santiago de Chile, del 7 de mayo de 1993. 65

Historia de la Ley 18.985, “Ley de donaciones con fines Culturales”, Valparaíso de Chile, año 1990. Historia de la Ley 19.721, “Modificaciones introducidas a la Ley sobre donaciones con fines culturales contenida en el artículo 8° de la Ley 18.985”, Valparaíso de Chile, año 2001. Historia de la Ley 19. 885, “Norma el buen uso de donaciones de personas jurídicas que dan origen a beneficios tributarios y los extiende a otros fines sociales y públicos”, Valparaíso de Chile, año 2003. MINISTERIO SECRETARIA GENERAL DE GOBIERNO, SECRETARIA DE COMUNICACION Y CULTURA, DEPARTAMENTO DE CULTURA, Manual N° 1 “Ley de donaciones culturales”. Editorial SECC, año 1994. Entrevista a Oscar Agüero Wood, Secretario Ejecutivo del Comité Calificador de Donaciones con fines Culturales, durante el mes de junio del año 2008. Senado aprueba por unanimidad devolver autonomía a la Ley Valdés. (2003, noviembre 6). Diario La Segunda. A ley las modificaciones sobre control del gasto electoral. 17/08/2005. Garreton, M. A. (1992). Seminario políticas culturales en Chile 31 de Julio - 1 de Agosto 1992. . Santiago de Chile, Ediciones División de Cultura - Ministerio de Educación. Garreton, M. A. (2002). “Las Políticas Culturales: Conceptos y Tendencias en Chile.” Revista Latinoamericana de Desarrollo Humano: 13. Lagos, R. (1992). Seminario políticas culturales en Chile 31 de Julio - 1 de Agosto 1992. . Santiago de Chile, Ediciones División de Cultura - Ministerio de Educación. 66

Mercurio, E. (Jueves 08 de Mayo de 2008). El bicentenario y el mundo privado A2. Misurraco, Magela. (2006). Patrocinio: un medio de comunicación alternativa. InMediaciones de la Comunicación, 5(5), pp. 33-38. Hatty, Ivonne. (2003). Mecenazgo en Colombia y Financiación de la Cultura. Kinpress.

Preguntas del público ¿Cómo hizo el Teatro Municipal de Chile, cómo hizo su Director Andrés Rodríguez, para sobrevivir en las circunstancias que se mencionan? Sabemos que el Teatro Municipal de Santiago de Chile es una Fundación del Estado, que lo maneja dentro del derecho privado desde el año 1983, lo cual constituye una experiencia muy interesante que a veces analizamos con mucha envidia aquí en la Argentina. Cristian Antoine: Muchas gracias por la pregunta. El Teatro Municipal está emplazado en la Comuna de Santiago, dentro de la ciudad de Santiago, la Comuna central. Es una Comuna muy peculiar porque casi todo el mundo pasa por ella pero nadie vive allí. O sea que hay muy poca población en la Comuna de Santiago que viva, que sean residentes, el resto es población flotante, millones de personas que acuden todos los días a trabajar al centro pero nadie vive en la ciudad. Se creó una especie de consorcio entre los usuarios del Teatro Municipal, las personas que van al teatro y las que provienen de otras dos Comunas en las cuales se concentra la mayor riqueza entre la población de la ciudad, que son la Comuna de Las Condes y la Comuna de Providencia. Y entre el concordato del Alcalde de la Comuna de Las Condes y el Alcalde de la Comuna de Providencia pudieron hacer frente a esta emergencia que supuso la recaída de los fondos. Pero eso no ha sido exento de problemas, porque los habitantes de las Comunas de Las Condes y de Providencia y los Consejos 67

Comunales, advertidos de que buena parte de sus recursos se iban a financiar un teatro que estaba emplazado en otro lugar de la ciudad, por mucho que hayan sido de ellos los propios usuarios, le han exigido a estas propias autoridades que construyan sus propios teatros. Y eso es lo que está haciendo la Alcaldía de Las Condes: está construyendo un gigantesco teatro propio, mejor y más dotado, con tecnología más reciente que el Teatro Municipal de Santiago; y es lo que va a hacer también la Municipalidad de Providencia. Así que, en lugar de tener un solo problema, probablemente tengamos tres. Otra cosa que ha hecho Rodríguez -y en lo cual ha sido muy valiente-, ha sido enfrentar las presiones de los sindicatos de los artistas. Los artistas del Teatro tenían, a lo largo de los años, un régimen muy privilegiado de tratamiento, de sueldo, de salario, de premios, cobraban catorce sueldos en el año, tenían vacaciones larguísimas, muy pocas funciones. Entonces tenían un régimen de mucho privilegio y el Alcalde ha sido, en ese sentido, muy tenaz; Andrés Rodríguez también. En la gerencia del Teatro, contrataron a un gerente comercial para hacerse cargo de todos esos problemas, que incluso significó en su momento tener huelgas, los artistas salieron a la calle a buscar el clamor popular, tocando e interpretando gratuitamente, con lo cual todo el mundo se benefició con esta forma de espectáculo. Trajeron, no solo una orquesta de Polonia, sino muchos músicos europeos para reemplazar a los músicos locales que no querían sumarse a esta reforma. Pero ha sido la suma de todo esto lo que ha llevado a paliar, en parte, esta situación.

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Financiamiento del sector privado a las artes en los Estados Unidos Por Lynn Stirrup (EEUU)

Buenas tardes damas y caballeros. Primero quiero agradecer a la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad de Buenos Aires por haberme invitado a participar de este panel. Quisiera también agradecer a la Embajada de los Estados Unidos por auspiciar mi viaje. Vaya mi reconocimiento al Centro de Artes del Espectáculo de los Estados Unidos al que voy a denominar BAM, de modo que cuando escuchen BAM, significa la Academia de Música de Brooklyn. En BAM se presentan espectáculos de música, danza, teatro, ópera, cine, programas de educación artística e iniciativas de artes visuales de todo el mundo. Atendemos una audiencia de aproximadamente quinientas mil personas por año. Voy a seguir la agenda que se les ha distribuido. Mi intención es hablar de algunos lineamientos relacionados con la recaudación de fondos y tratar de compartir alguna información práctica y ejemplos que espero puedan incorporar y les sirvan de modelo. Voy a dar algunos detalles y en particular les voy a presentar algunas perspectivas en el área de desarrollo del patrocinio de empresas y donaciones individuales, que considero es lo más relevante de los programas que estamos comenzando a poner en práctica. Verán que en el documento hay créditos por aporte de fondos donde se le hace un reconocimiento a todos los donantes. También utilizamos nuestros folletos para comunicar los beneficios para los miembros y de este modo tratar de atraer al público para que haga contribuciones. Esto está ilustrado allí e incluye descuentos en las entradas y privilegios especiales para los miembros. También se están distribuyendo los folletos de Amigos de la BAM y del cineclub. Hay una grilla de membresía en esos documentos que muestra los beneficios que ofrecemos por cierto nivel de contribuciones y creo que todos ustedes tienen un ejemplo de lo que denominamos lista de investigación que consiste en una lista de materiales de referencia y está especialmente orientada a donaciones individuales y patrocinio de empresas. Traté de seleccionar materiales que tengan relevancia desde el punto de vista internacional y también quería señalar que la Embajada de los Estados Unidos tiene materiales que puede entregar en forma gratuita. Mis colegas me dijeron esto ayer así que pueden con71

tactarse con ellos y ver qué material les pueden facilitar que les resulte de utilidad. En cuanto a los fundamentos de la recaudación de fondos, voy a dirigir mis comentarios a la recaudación de fondos operativos, no para desarrollo de capital. Una de las fuentes posibles de donaciones en los Estados Unidos pueden ser los fondos públicos (que comprenden el apoyo de los distintos niveles de gobierno: municipal, del estado o federal); otra es el apoyo privado, que proviene de fundaciones, empresas o individuos. Si bien las organizaciones pueden variar sustancialmente en cuanto a tamaño o alcance, el proceso básico de recaudación de fondos sigue siendo el mismo. Ustedes deben tratar de identificar y cultivar la relación con las personas u organizaciones que les ofrecen mejores perspectivas. Lo principal es entender la comunidad con la que trabajan y ser lógicos y sistemáticos en el proceso de identificar potenciales donantes a fin de maximizar su efectividad. Además, hay varios elementos básicos en la recaudación de fondos y diversos objetivos que se aplican a todo lo que he mencionado hoy, incluyendo crear y fortalecer una sólida base de apoyo. La estrategia más saludable es tratar de obtener grandes y pequeñas contribuciones de una gran variedad de fuentes en lugar de obtener sólo grandes donaciones de una sola fuente. Es riesgoso depender exclusivamente de la generosidad de unos pocos donantes. En segundo lugar, es fundamental brindar los beneficios que se han prometido. Hay que poner un gran empeño en garantizar que los donantes reciban todo aquello que se les ha prometido a cambio de su compromiso. Los errores evitables pueden deshacer meses o años de trabajo exitoso y casi siempre ponen en riesgo la renovación de donaciones. Mantengan las contribuciones que ya han logrado obtener mediante una prestación responsable y sistemática de los beneficios prometidos. Una vez que han comenzado, las renovaciones son siempre la fuente más promisoria de recaudación y la reputación es uno de los activos más valiosos para una organización, así que aseguren sus mejores posibilidades de éxito procurando la satisfacción de los donantes. Finalmente, muestren gratitud. Nunca está de más decir gracias. Hay 72

que decir gracias de muchas maneras diferentes. Pueden enviar notas de agradecimiento tanto del personal como de los miembros del directorio por correo regular o por correo electrónico. Pueden agradecer a los donantes en las presentaciones en público y pueden agradecerles en persona cuando los vean y, créanme, los donantes nunca se quejan de que les agradezcan demasiado. Pasando a considerar los requisitos institucionales y de liderazgo -antes de identificar en qué forma la organización a la que ustedes pertenecen puede capitalizar sus propias oportunidades- deben asegurarse de poder articular parte de sus propias fortalezas básicas con las de sus donantes y potenciales donantes. Recuerden que existe una importante competencia para conseguir las donaciones que ustedes están buscando así que el objetivo debe ser minimizar las razones por las que el donante pueda denegar el pedido que recibe de su parte. Antes que nada, me gustaría rever la idea de misión. El concepto de misión debe definirse con claridad y en forma breve, y debe ser consensuado por los líderes ejecutivos y el consejo directivo involucrado en este objetivo. La misión debe estar vinculada a un plan de largo alcance que se revise periódicamente y pueda modificarse de acuerdo al crecimiento y las nuevas oportunidades. Ustedes deben compartir periódicamente su declaración de misión y sus planes de largo alcance con sus actuales y potenciales donantes para demostrar que sus contribuciones serán utilizadas en forma responsable. En la pantalla pueden ver la misión de la BAM, que es ser el centro de arte progresivo y artes cinematográficas más importante del siglo XXI, que comprenderá tanto a las comunidades globales como locales. Ahora, voy a continuar con la organización del consejo directivo. Contratar y mantener activo un equipo de profesionales en el consejo directivo también es fundamental para el éxito de las campañas de recaudación de fondos. El desarrollo del consejo directivo implica claramente definir una cantidad de componentes a los efectos del entendimiento interno y externo, así como permitir un esfuerzo integrado de contratación y entendimiento de miembros del consejo directivo, y poder describir claramente 73

el órgano de conducción a los actuales y potenciales donantes. Ustedes deben apuntar a definir claramente la composición del consejo directivo buscando un sano equilibrio entre aquellos que pueden aportar fondos, obtener fondos de otras fuentes, ofrecer asesoramiento profesional, dar credibilidad a la organización y representar los intereses diversos y la composición étnica de la comunidad. Deben buscar definir claramente la estructura del consejo directivo y asegurarse de que el presidente, el vicepresidente y otras funciones estén claramente definidas y que los propios miembros del consejo puedan trabajar en comisiones que satisfagan las obligaciones de las instituciones, tales como una comisión ejecutiva, una comisión de designaciones, una comisión de finanzas, una comisión de recaudación de fondos y así sucesivamente. Ustedes deben procurar definir con claridad el procedimiento de recaudación de fondos del consejo directivo, en qué forma se proponen los miembros, cómo se evalúa y se elige a los candidatos, cómo se familiariza a los candidatos con la organización antes y después de las elecciones, cómo se ponen en claro las responsabilidades y los compromisos esperados antes de que los candidatos sean elegidos para integrar el consejo. Esto lleva a definir con claridad las responsabilidades del consejo directivo, desde el gobierno hasta la selección de otros integrantes de la junta, contratar al personal senior calificado, representar a la organización en el seno de la comunidad y, en especial, participar activamente en el proceso de selección. En la BAM -y en los Estados Unidos en general- es bastante común el requisito mínimo de que cada integrante de la junta debe satisfacer un nivel anual de donaciones. Para nosotros, en la BAM, ese nivel es de 50.000 dólares y los integrantes del consejo directivo pueden colaborar directamente o sostener dicho apoyo a través de su red de contactos. Además, deben definir claramente las opciones de participación de recaudación de fondos para que las personas entiendan cuáles son las opciones que tienen para satisfacer sus obligaciones financieras. Pueden realizar donaciones personales -que por supuesto ayudan a establecer un buen ejemplo para los demás-, buscar el apoyo de otras personas y de los integrantes 74

del consejo directivo, y deben estar entre los mejores recaudadores de fondos. Pero, por favor, tengan en cuenta que es responsabilidad de los integrantes del consejo directivo preparar a los integrantes para el trabajo que van a hacer en nombre de la organización en términos de recaudación de fondos. Y, por último, es importante que los integrantes del consejo directivo concurran a ciertos eventos especiales de recaudación de fondos, inauguraciones, etc. Es muy fructífero dedicar algún tiempo a evaluar en qué forma los integrantes de su consejo directivo se desempeñan frente a este tipo de requisitos y expectativas. En la BAM, realizamos una exhaustiva evaluación anual con respecto a la participación del consejo directivo. Los evaluamos por su asistencia, tanto a los eventos como a las reuniones. Determinamos el volumen de fondos que han recaudado -ya sea directa o indirectamente- y revisamos otros aspectos especiales de compromiso. Luego, realizamos una reunión con tres integrantes senior del personal y los líderes ejecutivos del consejo directivo y analizamos el desempeño de cada integrante del consejo y examinamos estos informes que han sido preparados por el personal. En esa reunión definimos todas las medidas que deben tomarse, ya sea cuando pensamos que existe un potencial que no se ha alcanzado o cuando se presentan problemas, y luego mi equipo realiza el seguimiento para asegurarse de que se tomen dichas medidas. En cuanto al área de análisis de la campaña anual operativa de recaudación de fondos, quiero mencionar que el éxito de la recaudación de fondos depende de que la campaña esté bien concebida y sea bien ejecutada. Estos detalles de campañas generales se aplican a todas las áreas de la recaudación de fondos, incluyendo el patrocinio corporativo y las donaciones individuales. En primer término, ustedes deben estar seguros de que están fijando objetivos, estrategias y cronogramas que tengan sentido. Una campaña anual de recaudación de fondos, ya sea para obtener apoyo general o apoyo restringido para proyectos especiales (como un festival o el lanzamiento de una nueva iniciativa), es un proceso a realizar paso por paso. Se debe fijar el objetivo de juntar una cantidad específica de fondos durante un 75

año fiscal. Para fijar objetivos específicos se debe realizar una evaluación de todo el conjunto de fondos potenciales y analizar el potencial de crecimiento. En la BAM, tenemos informes de proyección de recaudación de fondos, que son los registros según los cuales opera la totalidad del personal de recaudación, y todos los jefes de departamento deben estar familiarizados con todas las piezas del rompecabezas de recaudación de fondos para que éste sea exitoso. Para realizar proyecciones para el año siguiente, empezamos por evaluar lo que hemos logrado en los dos últimos períodos y proyectamos las renovaciones y el crecimiento usando las siguientes pautas. Obviamente, los compromisos firmes de donantes contratados para el año próximo se pueden evaluar al 100% de su valor. Las renovaciones de donantes habituales, con un registro reciente bastante regular de este período de dos años, los evalúo al 90% de su nivel de donación previo, porque tenemos bastante confianza de que obtendremos la renovación de su compromiso. Por último, los potenciales de nuevas donaciones y actualizaciones se evalúan a no más del 25% ya que éstas son las donaciones más difíciles de asegurar. Por lo general, proyectamos que podemos obtener resultados similares para proyectos especiales (como funciones de gala a beneficio, subastas de arte o acciones por el estilo), salvo que existan circunstancias extenuantes que hagan que esa temporada de donaciones resulte fuera de lo común, y todos estos componentes tomados en conjunto nos dan una cifra que debería representar un objetivo ambicioso, pero posible de recaudación de fondos para el próximo año. Después, constantemente realizamos el seguimiento de nuestro avance hacia los objetivos generales y a término, a efectos de evaluar nuestra posición y realizar ajustes, de ser necesario. Esto también sirve para mantener a los integrantes de nuestro consejo directivo, gerencia ejecutiva y otros directivos clave, como los funcionarios elegidos por votación y socios donantes de primer nivel, informados acerca de nuestra posición y nuestra capacidad para satisfacer nuestros objetivos, ya que necesitamos contar con su ayuda en todo momento para tener éxito. 76

Este conocimiento general de nuestra base de donantes puede aportar información muy valiosa sobre los actuales donantes, así como de los potenciales. Las comparaciones entre el éxito obtenido en las sucesivas campañas de recaudación de fondos año tras año les permitirá controlar las relaciones con los encargados de la recaudación, evaluar su efectividad -comparando con campañas anteriores- y aumentar gradualmente la base de apoyo, a fines de demostrar un patrón de crecimiento y éxito con el tiempo. Voy a referirme al mantenimiento de los registros, pero primero quiero mencionar los distintos tipos de apoyo por su nombre. El apoyo operativo general -al que ya me he referido-, es un fondo muy valioso pero, a menudo, el más difícil de lograr, porque no está restringido a un proyecto en particular y puede usarse en el presupuesto general de gastos proyectado anualmente. El apoyo por proyecto y restringido incluye a la mayoría de los patrocinios corporativos, y estas renovaciones anuales pueden ser más difíciles de obtener si el proyecto exacto no se repite año tras año. Por lo tanto, en ese caso, nuestro trabajo es tratar de lograr la base de apoyo sobre otros elementos del programa y tratar de mantener en marcha el proceso de cultivo y desarrollo, incluso en los años en que no se realice, porque por supuesto ustedes quieren que la relación con el donante se mantenga a largo plazo. Por último, quiero mencionar el apoyo en especie. Si la organización puede ahorrarse un gasto recibiendo una donación de bienes o servicios, es lo mismo que recibir un aporte para cubrir ese gasto y -a menudo- es más fácil para una empresa dar este tipo de apoyo. Esto puede incluir desde las bebidas (incluyendo alcohólicas) para un evento, servicios de imprenta, de consultoría, lugares para presentaciones y actividades. En especial, invito a los grupos que recién empiezan en la actividad del desarrollo de patrocinio corporativo a que consideren la búsqueda de apoyo en especie, ya que puede constituir una verdadera plataforma de lanzamiento para un programa de donaciones empresarias. Con respecto al mantenimiento de los registros, quiero decirles que la exactitud y la actualización periódica de las cuentas de los donantes son fundamentales. Nuevamente, un descuido en los datos de un donante 77

puede echar por tierra gran parte del trabajo de cultivo y desarrollo. Por tanto, es necesario que presten atención a los nombres, domicilios, información de familia, relaciones entre antecedentes profesionales y cuentas personales, antecedentes de donaciones, preferencias en cuanto a asientos, etc. También implica realizar el seguimiento de los intereses de los donantes a efectos de asegurarse de estar al día con el envío de la información que pudiera interesarles. Además, llevar un registro de los detalles del perfil personal puede ser muy importante para el proceso a largo plazo de cultivo y desarrollo personal, para que ustedes puedan identificar los medios adecuados de captar esta información y usarla en el futuro. Alguien que forme parte del personal debe asumir la responsabilidad de llevar este tipo de registros como parte de sus responsabilidades regulares. En cuanto a la identificación de potenciales donantes e investigación, quiero recalcar la importancia de mantener la lógica con respecto a donantes potenciales. Por ejemplo, si la persona adquiere entradas para las presentaciones que ustedes organizan e incluye su nombre en la lista de correo, esto significa que está interesada en los programas que ustedes organizan y es un donante potencial clave, tal como lo indicaría la lógica: asegúrense de hacer el seguimiento de esta persona. Además, si están importando un programa del extranjero, asegúrense de ponerse en contacto con las empresas y los ciudadanos locales que estén directamente relacionados con ese país, ya que el vínculo con el país natal existe naturalmente y es lógico y les da a ustedes el pie para buscar su ayuda y participación. Otros donantes potenciales naturales son aquellos que estarían interesados en el trabajo que ustedes hacen, aquellos interesados en su audiencia o en su región geográfica. Por lo tanto, es importante entender la composición de la audiencia y la comunidad que les toca. Los donantes potenciales también incluyen a los que han demostrado interés en trabajos similares en otros lugares; por lo tanto, no olviden revisar los informes anuales de programas de otras organizaciones y festivales culturales y compararlos con su propia lista de intereses generales. Por último, los integrantes de su consejo directivo deberían entregarle regularmente una lista de nuevos donantes potenciales elaborada a partir 78

de su propio grupo de colegas y conocidos; también deberían reunirse periódicamente para determinar si tienen alguna influencia sobre los contactos que usted ha identificado como potenciales donantes para su organización. Hay un dicho famoso en los Estados Unidos: “la falta de preparación nos prepara para fracasar”. Detectar donantes potenciales e investigar consiste en prepararse lo mejor posible para tener éxito en nuestras actividades de recaudación de fondos. Sólo se tiene una oportunidad para causar la primera impresión, con lo cual es importante estar totalmente preparados y preparar a los integrantes del consejo que realizan el pedido. Para esto, es necesario trazar el perfil del potencial donante, y también obtener el perfil de su familia y sus antecedentes en el caso de que sea una persona particular, es importante saber cuál ha sido su participación anterior dentro de la organización y conocer sus antecedentes de entradas, intentos anteriores de contacto, etc. Si corresponde, usted también querrá investigar otras donaciones filantrópicas similares y la magnitud de las donaciones que puedan haber realizado a otras organizaciones para que su pedido de donación sea compatible con los montos que están habituados a donar. Además, es bueno realizar investigaciones permanentes sobre sus donantes actuales y los que están incluidos en su lista de potenciales donantes para estar al día con las modificaciones que usted necesita saber o las nuevas oportunidades sobre las que usted puede querer actuar. Entonces, hasta ahora les he ofrecido una lista de recursos y espero que algunos de ellos -al igual que otros elementos como los periódicos y los motores de búsqueda de Internet- les puedan resultar de utilidad. Por otro lado –y antes de pasar al tema siguiente-, quiero mencionar que únicamente alrededor del 7% de los pedidos de recaudación de fondos en los Estados Unidos se concreta con una donación, y muchos no llegan a concretarse porque la organización no realiza la investigación suficiente como para saber cuál es la actividad que la fundación está interesada en apoyar. Así que les repito, investigar y hacer la tarea es muy importante. En términos de cultivar, este es un proceso continuo que debe estar incluido en las actividades permanentes. Los eventos especiales pueden 79

ofrecer los medios para cultivar la base de donantes actuales y potenciales. Pueden ser cenas y reuniones sociales; pueden ser ofrecidos por la organización o el consejo directivo u otros patrocinantes, e incluyen la oportunidad de conocer y encontrarse con artistas, otros mecenas de su organización, integrantes del consejo directivo, personal ejecutivo, etc. Todas las oportunidades son valiosas. Pero esto se puede facilitar con listas de invitados que incluyan donantes actuales y potenciales para usarlas cada vez que realice una investigación en lugar de tener que empezar de cero cada vez. Trate de elaborar un sistema de lista A, lista B, lista C, por ejemplo, de tal forma que los integrantes de la lista A sean los donantes de primer nivel (que básicamente son invitados siempre). En la BAM, usamos un sistema similar que nos ha resultado muy útil durante muchos años. La comunicación periódica con los donantes también es importante; es importante mantenerse en contacto con ellos y estar seguro de que los conoce y que ellos lo conocen a usted, porque esto ayuda a mantenerlos a ustedes y a su organización siempre presentes en la mente de sus donantes y a entender mejor sus objetivos y necesidades. En cuanto a solicitar fuentes de financiación, puede parecer obvio, pero quiero alentarlos a pedir las donaciones que necesitan. Si les parece que tienen una buena coincidencia entre sus necesidades, sus donantes potenciales y el nivel de apoyo que están buscando, hagan el pedido y háganlo más pronto que tarde. Leí otra cita del deporte que dice: “puede estar seguro de que perderá el 100% de las apuestas que no haga”, así que no deje de hacer la apuesta. Además, tenga en cuenta que un NO no quiere decir NUNCA. A menudo, un NO es el principio de un proceso o sólo una parte del proceso. A menudo, los primeros pedidos de funcionarios pueden producir contribuciones positivas para el proceso de cultivo a largo plazo y darle la oportunidad de aprender a elaborar un abordaje futuro que puede dar como resultado el compromiso de ese donante. No se olvide de preguntar por qué el programa no tuvo financiación y cómo su próximo abordaje se puede realizar de modo que resulte más convincente para el donante. Escuchar e incorporar la opinión de otros es fundamental para el éxito del proceso. 80

Un comentario adicional sobre el pedido de contribuciones. A veces, puede ser necesario y conveniente defender su existencia y sus necesidades frente a sus actuales y potenciales donantes, no sólo en base al valor de los programas sino también sobre las fortalezas, tal como el hecho de que las artes y la cultura estimulan el turismo, el empleo y el desarrollo económico de la comunidad local. Trate de desarrollar las relaciones y el sentido de pertenencia. El desarrollo de las relaciones es una parte clave del éxito de los esfuerzos de recaudación de fondos y comienza con el desarrollo de las relaciones con los potenciales donantes. Desarrollar el sentido de pertenencia por parte de sus donantes se relaciona con mantenerse en contacto con ellos y mantenerlos informados. Es muy importante, y con frecuencia, un aspecto que se descuida por el tiempo que requiere. Intenten desarrollar sistemas por los cuales sus donantes reciban correspondencia, folletos, programas, invitaciones para eventos especiales, información sobre los nuevos programas, información sobre cambios en los integrantes del consejo directivo, subsidios obtenidos y otros datos importantes. Deben asegurarse de enviar informes parciales y finales que incluyan comparaciones con los objetivos regionales fijados en los proyectos, y que adjunte la información complementaria correspondiente. Todos estos elementos ayudan a fortalecer los vínculos con los donantes, lo cual, a su vez, los ayuda a lograr los objetivos e integrar a los donantes en forma permanente a la familia de su organización. Por último, en términos de evaluación, como ya he señalado, es importante incluir un informe de progreso constante que incluya una comparación con los objetivos e información sobre los ajustes que se realizan según las necesidades. Otro medio de evaluación incluye el seguimiento de los gastos generales de la campaña de recaudación de fondos y la comparación con los ingresos obtenidos. En los Estados Unidos, consideramos que el gasto general de llevar adelante una exploración para recaudar fondos debe ascender a no más del 20% de los ingresos recaudados en la campaña y, a lo sumo, un máximo del 30% considerando todas las categorías de aportes. A continuación, quiero pasar a uno de mis temas preferidos: el patrocinio corporativo. Este campo tiene más de 20 años de antigüedad y está 81

bien establecido; por lo tanto las oportunidades de lograr fondos promocionales para marketing existen a nivel internacional en tanto ustedes puedan desarrollar el precio básico correcto. Fue recién en la década de 1970 que los empresarios de Estados Unidos empezaron a realizar donaciones destinadas a la promoción de las artes. Y fue recién a partir de la década de 1990 cuando la mayor aceptación del patrocinio corporativo en general llevó a nuevas fuentes de financiación para las artes. Tengan en cuenta que no es raro invertir hasta tres años de nuestro tiempo en el cultivo de un nuevo patrocinante corporativo potencial antes de lograr el compromiso. El escenario ideal es poder combinar, dentro de la corporación, las fuentes filantrópicas con las fuentes de comercialización y de promoción, a efectos de poder lograr la mayor donación posible y desarrollar un mayor grupo de socios dentro de la misma organización. Cuando se habla de patrocinio corporativo, más que en ninguna otra área, se habla de asociaciones de beneficio mutuo y realmente quiero hacer hincapié en la palabra asociación. Una organización sin fines de lucro tiene derecho a recibir fondos de un patrocinante corporativo o cualquier contribución de ese tipo. Por lo tanto, es muy importante que ustedes puedan acercarse a su patrocinante corporativo potencial con una actitud humilde. No es cuestión de decir “esto es lo que le estoy vendiendo, ¿qué parte quiere comprar?”, sino “¿cómo podríamos trabajar juntos para lograr objetivos que nos beneficien mutuamente?”. Cuantos más objetivos su programa le permita ofrecer a su socio, mejor será su posición para lograr una relación a largo plazo y mutuamente beneficiosa. Para entender mejor cómo beneficiarse mutuamente en dicha relación (es decir, usted y su socio corporativo) es tan importante escuchar como contar su propia historia. Para asegurar los fondos corporativos, las organizaciones a menudo necesitan educar a los empresarios de sus comunidades sobre los beneficios que reciben haciendo contribuciones, tales como beneficios para sus clientes, clientes y empleados, altruismo comunitario, responsabilidad social (como ya se ha dicho en esta conferencia), tratando de establecer las relaciones entre sus propios intereses 82

y necesidades comerciales, lo cual los ayuda a tomar decisiones en base a fundamentos empresarios sólidos. Por ejemplo, ustedes les dan acceso exclusivo a sus mercados meta al ilustrar el perfil demográfico de los integrantes de su audiencia, que ustedes pueden obtener a través del estudio, y/o ustedes apuntan a su propósito de incluir una iniciativa que llegue a sus mercados meta, tales como programas para los niños o las mujeres o las familias. Con respecto al destinatario, el alcance es muy importante para permitirles identificar la promoción de comercialización de las corporaciones y/o los objetivos de hospitalidad a efectos de hacer la propuesta lo más interesante posible. Ustedes también quieren estar seguros de que están desarrollando y manteniendo los niveles lógicos para su organización. Es normal que las organizaciones artísticas no puedan competir al mismo nivel que los patrocinios deportivos con derechos de televisación. Pero mientras pongan el precio de las cosas en el nivel adecuado, pueden mostrarles a los socios como se llega a la audiencia con sus mensajes. Ustedes pueden considerar y brindar oportunidades únicas de hospitalidad para sus clientes y ellos se pueden beneficiar estando asociados a su organización. Es esencial crear una lista de beneficios y oportunidades que puedan presentar para cada precio básico. Es posible desarrollar también una reseña de beneficios que presente solamente el 10% del valor total del pedido (en términos de gastos directos), para artículos como entradas, publicidad en los programas, creación de banderines y otros elementos. Por lo tanto, cuando consideren la lista de beneficios y entiendan lo que ustedes, como organización, van a tener que gastar para atender al patrocinante, traten de asegurarse de que no sea más del 10% del valor general del patrocinio. Luego, es importante ser coherente sobre todo cuando están negociando y finalizando los paquetes. Es recomendable evitar sentar precedentes que no estén preparados para mantener de manera coherente con los demás patrocinantes. Esto se relaciona con lo que yo decía sobre la estructura piramidal. Ustedes querrán ofrecer tratos definitivos para los beneficios que proponen, de modo que existan incentivos para los pa83

trocinadores que realizan donaciones de mayor nivel. Asegúrense de que ustedes y sus donantes puedan distinguir entre los donantes de 15.000 dólares y los de 100.000 dólares. Pero al mismo tiempo, es importante que los patrocinadores tengan oportunidad de crear una estructura piramidal de sus pedidos. Uno de los materiales que está circulando es nuestro folleto del Festival Next Wave, al que ya nos hemos referido. Allí pueden ver ejemplos de patrocinadores de todos los niveles, desde los que aportan 25.000 dólares hasta los de 500.000 dólares (que en este caso es el Bank of America, nuestro patrocinante principal para todo el Festival). Al hablar de los ejemplos de la BAM, quiero dedicar un momento al desarrollo de propuestas. Me voy a referir a ello brevemente y sin agregar demasiado a la presentación en power point que está en pantalla. Hay dos propuestas: una es la del Proyecto Bridge -una alianza internacional entre la Brooklyn Academy of Music y el Teatro Old Big de Londres- para el que esperamos recaudar aproximadamente seis millones de dólares en un período de tres años. El otro ejemplo es la propuesta de patrocinar el Festival Next Wave. En estos ejemplos encontrarán algunas de las propuestas más importantes que preparamos para la Brooklyn Academy of Music para lograr el patrocinio de empresas. Con respecto al desarrollo de propuestas, quiero remarcar que el objetivo debe ser crear una propuesta focalizada, profesional y precisa. Es especialmente importante que la propuesta sea concisa, sobre todo si va dirigida a una persona que la evaluará con una perspectiva de marketing o emocional. En cada propuesta se debe agradecer al donante por el apoyo brindado en el pasado -en caso de corresponder. La propuesta debe explicar los objetivos del proyecto y los fundamentos para el pedido. Cada propuesta debe definir el impacto de la contribución del donante. Algunas veces la contribución es filantrópica y otras veces se basa en los componentes de marketing o promocionales. Finalmente, también se puede mencionar a otros donantes en la propuesta a modo de referencia. Esto es especialmente importante para las organizaciones que están iniciando los programas de recaudación de fondos. Idealmente, la propuesta debe ser el comienzo de un proceso que in84

cluya reuniones. Además, es importante tratar de buscar oportunidades de encuentros personales con los posibles donantes, por más difícil que resulte. Una vez más, piensen en contar con el apoyo de los miembros del consejo directivo (board) para explotar esa posibilidad de contacto y recuerden que los buenos modales logran mucho, agradezcan a todos por todo, especialmente si se trata de alguien que está considerando su propuesta y ha programado una reunión para conversar sobre ella. En la pantalla están viendo la portada de la propuesta del Proyecto Bridge. Sé que es un estilo muy anglosajón, por lo tanto no les va a servir a todos, pero pueden ver cómo intentamos difundir el programa: mostrando algunas instantáneas de los aspectos más atractivas, mostrando en un formato muy conciso las oportunidades que existen para los donantes a distintos niveles, etc. Esta imagen me ofrece la posibilidad de ilustrar con un ejemplo una de las oportunidades de cultivar relaciones a largo plazo que nos resultó exitosa en la BAM: la relación con el Bank of America, que hoy en día es nuestro principal patrocinante. Ellos han aportado en el rango de los 3 millones de dólares en los últimos tres años. Comenzamos hace tres años una relación de 75.000 dólares con el Bank of America, luego, durante dos años consecutivos aportaron 150.000 dólares y ahora se comprometieron con este programa que se lanza el año próximo. Pude utilizar el conocimiento que tenía sobre su interés en programas internacionales y en la participación de celebridades. Cuando me enteré de esta oportunidad para la BAM fui a verlos y apreciaron mucho que yo me acordara de sus áreas de interés. Un año más tarde aceptaron el compromiso. Otra propuesta es la del Festival Next Wave y, una vez más, los invito a ver a través de Internet cómo presentamos el programa y cómo lo proponemos a los potenciales auspiciantes empresarios. No quiero abrumarlos con estos ejemplos que, como dije, son los programas más importantes para los que estamos recaudando en la BAM en este momento. Lo que ustedes están tratando de hacer es establecer un contacto con sus potenciales auspiciantes, de modo que tienen que apuntar alto pero también tienen que estar dispuestos a analizar temas de dinero con ellos, especial85

mente cuando donan por primera vez, y luego tratar de que superen sus expectativas. Para esto es necesario escuchar sus ideas y comentarios e incorporarlos a la próxima ronda de conversaciones. Ahora quisiera pasar a las donaciones individuales. Los individuos son la fuente más significativa de contribuciones para las organizaciones no gubernamentales en los Estados Unidos. En términos de definiciones, las principales fuentes de fondos de la BAM son las donaciones individuales (al nivel de los 500.000 dólares anuales o más). Pero esto varía de organización en organización. Observen que los principales donantes suelen ser fuentes muy confiables de ingresos anuales durante muchos años. Ellos generalmente no están sujetos al tipo de evaluaciones o restricciones que afectan a las fundaciones, las sociedades, los organismos de gobierno, etc., lo cual los convierte en un buen blanco, especialmente cuando se busca apoyo para los proyectos más riesgosos o más inusuales. Los grandes donantes también pueden ser un valioso recurso para obtener referencias sobre potenciales donantes en todas las categorías, especialmente porque se trata de personas interesadas en la misión y el trabajo de la organización. También puede haber otras razones para donar: desde el glamour o el prestigio, al reconocimiento de ser mencionado en la lista de créditos o desear ayudar a organizaciones más pequeñas y de tipo más experimental o proyectos específicos en los que participen. Estas son todas razones válidas que ustedes pueden explotar y alentar. Una vez más: es importante que conozcan a sus donantes para poder satisfacer sus necesidades. Tengan en cuenta esta advertencia: ninguna organización debería sentir que está siendo empujada a hacer concesiones en cuanto a la integridad de la organización en lo que hace a su objeto o misión por parte de un gran donante o miembro del consejo directivo o cualquier otro donante. No permitan que nadie imponga su propia agenda exigiendo tener influencia en la programación, por ejemplo. Ustedes deben tratar de mantener relaciones mutuamente beneficiosas con todos sus donantes al mismo tiempo que llevan a cabo su propia misión. Traten de identificar donantes individuales de la misma forma que mencioné antes, buscando la participación de los miembros del consejo directivo 86

con otros grandes donantes cuando resulte posible, pero también evalúen cuidadosamente al grupo de donantes más pequeños, evalúen la lista de las personas que compran entradas, la lista de mailing, utilicen las reuniones del consejo directivo y toda oportunidad de recolectar información que les pueda abrir las puertas a nuevas oportunidades de identificar potenciales donantes. Los enfoques de solicitud pueden variar de donante en donante: algunos pueden preferir recibir un pedido a través de una llamada telefónica anual de un miembro del personal ejecutivo, otros pueden preferir recibir propuestas completas; por lo tanto es importante que conozcan las opiniones de los potenciales donantes para entender sus deseos y poder cumplir adecuadamente. Ahora hablaré de los socios. Las asociaciones anuales son una muy buena forma de fortalecer la base de apoyo. En general, hablamos de pequeños pedidos anuales y de eso se tratan los dos folletos que distribuí; nuestra meta primaria, las donaciones de nivel inicial, el ingreso de 60 dólares para el cineclub de la BAM, el nivel de ingreso de 75 dólares para amigos de la BAM. Incluimos los datos para asociarse en las grillas, como dije, y tratamos de hacer una breve reseña para que la gente pueda entender lo que recibirá por los distintos niveles de apoyo. En cuanto a la renovación, actualizaciones y adquisiciones, deben apelar a las personas para aumentar sus donaciones a través de una combinación de ofertas, tratando de ofrecer más beneficios y privilegios (como se ilustra en las grillas). También tienen que atraer a los donantes en función de las necesidades específicas de su organización. Por lo tanto, para crear un paquete de beneficios para los socios, deben considerar qué tienen para ofrecer y diseñar un programa que tenga sentido para su organización: pueden ofrecer descuentos en las entradas, acceso a localidades especiales, invitaciones de cortesía para eventos especiales, acceso a ubicaciones prioritarias o acceso a salas de hospitalidad especiales exclusivas para socios. Sea lo que sea que tengan para ofrecer, eso es lo que pueden usar para crear el programa que estén poniendo en marcha para su organización. Lo importante es que entiendan las razones por las cuales las personas se interesan en asociarse y recuerden que ustedes deben atraerlos sobre dicha base. 87

Otro método de adquisición que ha funcionado muy bien para la BAM es lo que llamamos asociación in situ. Ponemos una mesa para socios en el hall durante los programas. De este modo no sólo fortalecemos nuestra campaña de socios dándoles visibilidad en el lobby, sino que también les damos a los miembros un lugar para verificar información, podemos informar a los potenciales socios sobre los incentivos especiales que estamos promoviendo en ese momento y podemos aceptar contribuciones de socios en el momento en que las personas están más motivadas a hacerlas, que es después de un excelente espectáculo. Otros métodos de solicitud y adquisición pueden ser el correo regular, el marketing electrónico, incluyendo el correo electrónico o la página de Internet, y campañas telefónicas. Antes de llegar a la sesión de preguntas y respuestas del final, quisiera darles algunas recomendaciones para tener éxito en la recaudación de fondos. Es importante aplicar toda su creatividad y aprovechar sus activos. Evalúen lo que tienen para ofrecer y promuévanlo; utilícenlo para desarrollar las oportunidades especiales que tienen para sus donantes. En la BAM desarrollamos un programa que denominamos “BAM art”. En la Brooklyn Academy of Music tenemos una larga historia de relaciones con artistas plásticos y decidimos transformar esa ventaja en un programa de recaudación de fondos. Hemos desarrollado una fuente de ingresos solicitando donaciones de trabajos de arte de los artistas plásticos y vendiéndolas a beneficio de la BAM. Este año también hemos llevado a cabo exitosamente nuestro cuarto remate silencioso de trabajos de artes plásticas, que incluye desde obras muy accesibles de artistas locales a grandes obras muy valiosas de artistas reconocidos, como Chuck Closen y Annie Liebewitz. Ponemos las obras en exhibición en nuestro hall durante aproximadamente dos semanas hasta el evento de cierre y también ofrecemos la posibilidad de hacer ofertas a través de Internet. Tenemos computadoras dispuestas en el lobby, de modo que terminamos el remate con una fiesta. Los asistentes pueden presentar sus ofertas en el lobby durante el evento. Este es un buen ejemplo sobre la importancia de tomar decisiones propias. Nosotros decidimos adoptar este sistema a pesar de los vaticinios de que no iba a funcionar la combinación de un 88

remate presencial con un remate virtual al mismo tiempo. Ahora, esta modalidad es un enorme éxito que genera más de 200.000 dólares anuales y “BAM art” -como categoría- generó más de 800.000 dólares de ingresos durante el último ejercicio financiero -2007. Este es un ejemplo en el que aprovechamos la oportunidad de nuestra sólida relación con artistas visuales y la transformamos en un canal de recaudación que ha resultado muy lucrativo. También les recomiendo aprovechar todas las oportunidades de cultivar relaciones a nivel individual. Ofrecer a las personas la posibilidad de acercarse a la organización y conocer artistas. También la oportunidad de reunirse con ejecutivos de alto nivel y los trusts del teatro en una reunión más íntima ha dado muy buenos resultados en la Brooklyn Academy of Music. Hace casi diez años inicié un programa que llamé “Cenas con Karen y Joe”, por los nombres de nuestro presidente -Karen Bruce Hopkins- y de nuestro Productor Ejecutivo -Joseph Melillo-; pero denominé al evento “Cenas con Karen y Joe”, para comunicar el carácter íntimo e informal del evento y hacerlo más atractivo para los mecenas que quisieran participar. Organizamos aproximadamente tres cenas anuales con Karen y Joe todos los años y desde hace algunos años -como dije- hacemos una invitación de cortesía a donantes que aportan en el rango de 1.000 dólares anuales o más para asistir a una cena con función. A cada evento asisten entre 40 y 60 invitados, incluyéndome a mí y a otros miembros senior del personal. Le hablamos al grupo para darles la bienvenida y les contamos la historia de la BAM por la que todos sentimos mucha pasión. Recibimos muchísimo apoyo de esos asistentes y podemos afirmar específicamente que en el curso de casi diez años hemos recibido casi un millón de dólares extra de las personas que han asistido a estos eventos. Cada cena con Karen y Joe, en promedio, atrae 30.000 dólares de contribuciones adicionales. Algunas veces la gente decide dar una donación adicional después de asistir, o a veces nos informan que quieren tener más participación y que por lo tanto van a aportar más. Como mínimo, buscamos una contribución mayor en el momento de su renovación. También señalé que es importante ofrecer beneficios exclusivos a los potenciales 89

donantes. Piensen qué tienen para ofrecer que los donantes no podrían obtener por sí mismos y creen el paquete y la invitación y comiencen a elaborar su lista de potenciales donantes. Tienen que asegurarse de estar ofreciendo un excelente servicio al cliente. Es de crucial importancia que les ofrezcan a sus clientes -en este caso a sus donantes- satisfacción total. Lo que hemos hecho en la BAM ha sido crear la División de Servicios a los Mecenas de la BAM, que se inició en 1994 con una persona que fue contratada para atender la venta de entradas a los mecenas y otros servicios para los donantes de más alto nivel. La División se ocupa de conocer a los donantes y hacer todo lo que está a su alcance para brindarles un servicio especial, como, por ejemplo, bloquear localidades para este grupo de mecenas. Tratamos de darles la mayor flexibilidad posible para la reserva de entradas. Estos son beneficios que podemos venderles a los mecenas al solicitar sus contribuciones, y lo hacemos. Qué es lo que ustedes buscan: la combinación correcta entre la solicitud de carácter filantrópico y los beneficios comercializables, que serán distintos para cada donante. En 1994, cuando contraté por primera vez una persona para que asuma estas responsabilidades, teníamos menos de 1.000 hogares donantes, la mitad de los cuales eran “elegibles” para este tipo de beneficios; ahora tenemos más de 700.000 hogares donantes y más de 200.000 son “elegibles” para los servicios a los mecenas. El Equipo de Servicios a los Mecenas también se ocupa de las personas de las fundaciones, las empresas y las agencias de gobierno con las que trabajamos. Otra recomendación es ser muy minucioso y correcto y brindar servicios de alta calidad. Repito, puede parecer muy simple, pero la recaudación de fondos es una tarea que nunca termina. Lo que ustedes tienen por delante es un esfuerzo constante por priorizar su tiempo e identificar cómo lograr la combinación correcta de elementos para lograr sus objetivos. Por lo tanto, siempre ha sido mi filosofía reconocer que no vamos a lograr hacer todo lo que tenemos en la lista, pero tenemos que estar seguros de que lo que hacemos lo hacemos muy bien para ser constantes y cumplir con altos niveles de exigencia en todas nuestras iniciativas. 90

Mi último consejo es ser pacientes. Los resultados sólo se verán gracias a los esfuerzos que hacemos durante un período largo de tiempo, en general de varios años, por lo tanto es importante sostenerlo, es importante no tomarse una respuesta negativa como algo personal y es importante poder construir dando los pequeños pasos que sean apropiados para cada organización. Realmente espero que algunas de estas recomendaciones les resulten valiosas y que puedan incorporarlas en algunos de sus planes, especialmente a medida que las actividades de recaudación de fondos evolucionan y alcanzan un mayor nivel de desarrollo en Buenos Aires y Argentina. Muchas gracias. Preguntas del público Considerando el nivel de los aportes que ustedes logran allí, hasta dónde ustedes les ponen un límite a las empresas que pueden llegar a hacer este tipo de planteos? Tal vez, como las cifras que ustedes están manejando son tan extraordinariamente elevadas para nuestros parámetros, me gustaría que nos cuentes en dónde se plantan ustedes, como por ejemplo, decir “no, el logotipo de la empresa en el telón del teatro no va”. Es decir, la pregunta es ¿Dónde se plantan ustedes para decir esto no, dónde está el límite? ¿Tienen ese tipo de políticas definidas o no? Lynn Stirrup: Nosotros hemos tenido autos en nuestros vestíbulos. Nuestras restricciones para la empresa se trazan en la línea del frente del escenario. No puede haber logos o signos visibles de la empresa que afecten la presentación. Pero en los vestíbulos de las salas y en el material promocional de venta de nuestros shows, permitimos los signos y la visibilidad porque tratamos firmemente de explotar esos dólares dedicados al marketing y la promoción de los cuales les hablaba, además de los dólares ofrecidos en forma filantrópica. De manera que tratamos de combinar ambos a fin de atraer suficiente financiamiento para nuestra organización y poder presentar los programas que presentamos. Es por eso que presta91

mos absoluta consideración a la exposición “marketinera” y promocional de las empresas. Así, para un patrocinio otorgado por una automotriz para hacer una exposición en el vestíbulo, por ejemplo, exigiría una contribución mínima de 75.000 dólares, porque ese tipo de promoción implica un esfuerzo muy grande para nosotros y confiere una gran visibilidad al patrocinante. Hemos recibido patrocinios de automotrices de un valor mucho más alto, de 150 a 200 mil dólares.

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Panel I:

El aporte empresario a la cultura en la Argentina: ¿hacia dónde vamos? Jean François Guéganno

Agregado Cultural de la Embajada de Francia en Argentina

Rodolfo Ceretti

Presidente de la Fundación Teatro Colón

Jorge Polo

Gerente de Marketing de Tersuave

Moderadora: Laura Kulfas

Directora de Marketing y Relaciones Institucionales Subsecretaría de Cultura del Ministerio de Cultura - GCABA

Laura Kulfas: Hola, buenas tardes a todos. Antes que nada quiero agradecerles a nuestros invitados en nombre del Observatorio Cultural y de la Facultad de Ciencias Económicas, que hayan dispuesto en sus ocupadísimas agendas de un tiempo para compartir con nosotros y contarnos sus experiencias. Quisiera decir unas muy breves palabras, antes de presentar a cada uno de nuestros invitados, que están relacionadas con el por qué de esta mesa. Venimos hablando sobre de la necesidad de capacitarnos e informarnos más sobre lo que está pasando en la interacción entre el ámbito privado y el ámbito de las organizaciones culturales, sean públicas o privadas, de gran tamaño o de una menor escala. Normalmente en estos ámbitos escuchamos reflexiones y experiencias de muchos países, pero no escuchamos la voz de la empresa. Entonces, cuando estábamos trabajando para la organización de este seminario, se nos ocurrió que sería muy interesante abrir un espacio para que el sector privado, sobre el cual venimos hablando durante estos encuentros, pueda hacer escuchar su voz y contarnos su mirada sobre este tema. Me gustaría también hacer una breve referencia a las palabras del Ministro de Cultura, Hernán Lombardi, que abrió este encuentro ayer, en donde prácticamente hizo un llamado al diálogo entre estos dos sectores. Él menciono la desconfianza mutua en la articulación que hay entre las dos áreas. Esperamos que esto sea un paso más en la creación de la conciencia que tenemos que tener especialmente quienes estamos trabajando desde el lado de la cultura para acercarnos más a otras áreas de nuestra sociedad y de nuestra economía. Por eso, para el armado del panel quisimos traer miradas desde áreas diversas. Tenemos invitado a Jorge Polo, de la empresa Tersuave, que es una empresa de productos; incorporamos a Rolo Ceretti como representante de una Fundación que trabaja con empresas de manera muy exitosa y sostenida en el tiempo; y a Jean Francois Guéganno, de la Embajada de Francia, que -debo admitir- me da una gran envidia saber que ha trabajado en temas de mecenazgo desde un organismo ministerial desde hace muchos años. Básicamente, la idea es darle unos minutos a cada uno para que 95

pueda explayarse desde su visión y contarnos cómo encaran este tema del que venimos hablando. Lo último que quisiera comentar es que, desde hace ya dos o tres años, el Observatorio Cultural está realizando con la Facultad una serie de encuentros de este tipo sobre Economía de la Cultura y Economía de las Artes del Espectáculo, y vamos percibiendo que cada vez hay más gente participando de estos encuentros. Estamos viendo caras nuevas en cada uno de estos ámbitos de intercambio de ideas. Lo que significa que estamos avanzando, tal vez de a poco y no tan rápidamente como nos gustaría, pero creemos que es un gran privilegio escuchar lo que se está haciendo en otros países y en algunos casos, de nuevo, con envidia sana, como en el caso de esta presentación que ha hecho Lynn recién. Creemos que la mayor cantidad de gente que participa de estos encuentros realmente significa, en lo concreto, que muchas fundaciones, ONG´s, organizaciones culturales -grandes, chicas, públicas, privadas-, están creando conciencia de que es necesario dialogar con el sector de las empresas, y espero que esto sea interesante para todos. Vamos a empezar con Jean Francois Guéganno, quien se desempeña desde septiembre del 2007 como Agregado Cultural de la Embajada de Francia en Argentina, fue Director de las Alianzas Francesas de Asunción, en Paraguay y de La Paz, en Bolivia, y desde septiembre del 2004 a agosto de 2007 fue responsable por la Misión Mecenazgo en la CulturesFrance, que es un organismo operador que está compartido por los Ministerios de Cultura y el Ministerio de Asuntos Exteriores de Francia para la acción cultural en el exterior. Jean François Guéganno: Voy a compartir con ustedes una experiencia anterior a mi llegada a Buenos Aires: la creación de la Misión Mecenazgo. CultureFrance es el operador para la acción cultural de Francia en el exterior, (lo que ustedes han conocido como la AFAA, que era su antiguo nombre: Asociación Francesa de Acción Artística). Su tarea es exportar la cultura francesa, es decir, que el artista salga al exterior en un marco oficial. Cualquier proyecto de intercambio, de ingeniería francesa en el extranjero, se gestiona a través de CulturesFrance. 96

Lo que yo quisiera decir es que, en cierto modo, sobre esta cuestión de mecenazgo y en términos de tradición, de costumbre, de espíritu, los franceses somos casi lo opuesto que los norteamericanos. Acabamos de escuchar la intervención de Lynn, y es obvio que en los EEUU hay una tradición de mecenazgo, de donación, desde joven se empieza a donar para un acto cultural, para una ONG, para un charity, pero existe una tradición. Hasta ahora eso no existía en Francia. La tradición francesa es construir el mecenazgo de una manera pública. Desde el Rey de Francia Luis XIV, quien desarrolla una política activa de mecenazgo es el Estado; el primer mecenas, el primero que apoya a los artistas, es el área pública. Tenemos una tradición de desarrollo de una cultura pública. Si embargo, las cosas están cambiando radicalmente desde la promulgación de la nueva Ley de Mecenazgo para incentivar a las empresas, al sector privado a contribuir, a apoyar las iniciativas en el campo cultural. Quiero compartir con ustedes cómo he vivido la creación de la misión mecenazgo, de esta Ley de Mecenazgo y cómo hemos aprendimos a dialogar con las empresas -que entiendo que es la idea de esta mesa-; cómo hemos intentado construir estrategias para “casar” al sector publico y al sector privado. Lo único que quiero decirles sobre esta norma -para entender en que marco nos estamos moviendo, ya que no voy a hablar del sector privado, es decir de la donación de personas, sino de empresas- es que la Ley hoy en Francia permite que cuando la empresa hace una donación, puede hacer una reducción fiscal sobre el impuesto neto del 60%. Es -en resumen- lo que hay que saber de esta Ley: si la empresa da 100.000 se hace un deducción fiscal de 60.000 sobre su impuesto calculado. Insisto en que es sobre el impuesto neto, porque hay otras normas en que la reducción se hace sobre los beneficios y después se calcula el impuesto. Esta es una Ley que permite una aplicación muy sencilla y para cualquier asociación con fines culturales. No nos estamos manejando, por ejemplo, en el marco de la Ley Rouanet -que es otro ejemplo- donde para beneficiarse por la Ley hay que solicitar un decreto de autorización, que el proyecto sea de interés nacional, etc.; no es el caso de nuestra Ley. El único requisito para poder beneficiarse con esta reducción fiscal es que la contraparte que vaya a recibir la empresa 97

represente como máximo un 25% del monto de la donación. Es decir, que cuando la empresa da 100 vamos a calcular que la contraparte, en términos de visibilidad (ya sea en plazas de un teatro o de una noche privada en un museo), no puede ser superior al 25% –y existe para ello un control del Ministerio de Finanzas. Ello con todos los vacíos y las problemáticas que la Ley puede plantear. Por ejemplo, cuando yo dejé Francia, hubo una polémica sobre la imagen institucional en una campaña de comunicación, con relación a cómo valorizar la presencia de un logo en un afiche. Hubo una intervención de un Banco -que ya no esta más- para una gran campaña de mecenazgo sobre la restauración del Castillo de Fontainebleau. Se pidió al Ministerio que no se contabilice la presencia del logo, y sí todo el resto (la noche privada, la comunicación que el banco podía recuperar), pero tomar la aplicación del logo del banco sobre el documento de comunicación como algo normal. En realidad, el Ministerio no sabía qué contestar porque la Ley no era clara al respecto. Entonces mi misión en CulturesFrance está acompañando cada año 5.000 proyectos en 140 países del mundo. La idea es cómo vamos a trabajar con las empresas, cómo vamos a dialogar con ellas. Yo quisiera insistir, en primer lugar, sobre esta idea del diálogo. Me di cuenta de lo complicado que era hacer dialogar a la gente de cultura con la del sector empresarial, que -en general- tienen mucho menos tiempo que nosotros, que son mucho más pragmáticos, y enseguida quieren saber “qué me vas a proponer, cuánto cuesta, qué recupero” y es tan simple como eso. El artista puede hablar media hora sobre su última coreografía, el empresario mira su reloj y quiere ir al grano. Lo digo así pero era súper importante para la gente de cultura, por lo menos para la gente que trabaja conmigo, aprender a presentar sus proyectos de otra manera, de manera mucho más concreta. Es un drama para alguien del sector cultural francés hablar de plata, decir “mi proyecto cuesta 500.000 euros, tengo 300.000, necesito 200.000 más, y a cambio te voy a dar esto”. Pareciera que dar una cifra o hablar de plata se vuelve vulgar, y que nos salimos del campo cultural. Les juro que para un francés era así. 98

Yo recuerdo -para que entiendan el trauma- que cuando empezamos a tener éxito hicimos un acuerdo con Chanel para la Bienal de Venecia, donde la artista Sophie Calle tenía el pabellón para presentar una obra que representara a Francia. Chanel ponía -no creo que sea un secreto- 300.000 euros, para nosotros ya era una contribución importante. Entonces cuando vemos el tema de la comunicación, pregunto cuál sería la página que íbamos a reservar para Channel, donde íbamos a poner su logo, dentro del catálogo de Sophie Calle. Para mi colega, director de artes plásticas, era un drama que este logo viniera a ensuciar todo el diseño, toda la manera en la cual se había planteado el catálogo. Eso muestra también algo de la dificultad del que tiene que ir a buscar la plata y el que después la gestiona. Yo estoy por una profesión de mecenazgo donde no haya intermediarios, pienso que tiene que ir a buscar la plata el mismo equipo que lleva los proyectos. Yo diría que este diálogo para aprender a conocer a las empresas es fundamental. Hoy los grandes grupos tienen valores definidos, tenemos que saber porqué vamos a dialogar con ellos, saber a priori cuáles son sus intereses. Enviar proyectos a todas las empresas de Francia es energía y tiempo perdidos. Tenemos que aprender a conocer a las empresas, qué tradición de mecenazgo tienen establecido. Societé Generale en Francia es mecenas de la música clásica, no hay que perder el tiempo enviando un proyecto de artes plásticas. Si tenemos que enviar proyectos o proponer una cooperación, hay que hacerlo dentro del campo de mecenazgo que cada empresa eligió. Tuvimos que trabajar y esforzarnos mucho en racionalizar y profesionalizar la presentación de nuestros proyectos. Cuando yo le decía a un colega mío: “dame tu presupuesto, explicáme el mecenazgo que necesitás, cuál es la suma que necesitas, para hacer qué”, escuchaba, el 90 % de la veces como respuesta “dame lo que más puedas”, y esto es muy poco serio. Lo que necesitamos es justo lo que corresponde al proyecto dentro de una economía definida. Era muy importante saber dentro de qué estrategia estamos invitando a la empresa. Tenemos que saber -antes de dialogar- si le estamos proponiendo ser mecenas exclusivo -con contraparte exclusivo, obviamente-, formar parte de un comité de mecenas –con imagen y beneficios compartidos-, o si existe 99

una jerarquía de mecenazgo -algo más norteamericano o anglosajón, y que se practica menos en Francia. Muchas veces encontré estas dificultades de “necesitamos 100.000”, y se logra vender el proyecto a una empresa por los 100.000 con la promesa de que ellos serán los únicos auspiciantes. Y después, a medida que el proyecto avanza, se dan cuenta -casi en el vernisage de la historia- que faltan otros 20.000 para los cuales se busca a otra empresa, sin considerar que ya existe un contrato, un compromiso con la primer empresa que puso los 100.000, y no puede entrar un segundo no previsto. Todo eso porque no sabíamos hacerlo; hemos tenido que aprenderlo de esta manera. Creo que, hoy en día, mis colegas saben dialogar con las empresas. Nuestro miedo de ir a hablar con un Director de Comunicación o de Mecenazgo de un gran grupo, era recíproco: lo tenían también las empresas a la hora de enfrentar a un interlocutor que me va a hablar de una muestra o de la política curatorial, y “no voy a entenderlo, ni puedo decir que no entiendo porque voy a parecer idiota”. Entonces, eso lleva tiempo, aprender a decir claramente, simplemente las cosas, y buscar juntos cuáles son los objetivos que queremos lograr. Y también ponernos en la piel o en el papel de la empresa para acompañarla y para que tenga éxito, porque el hecho de que tenga éxito es también, en cierto modo, una garantía de que vuelva. Y hacer después una evaluación de la manera en la cual hemos trabajado y de que esté con nosotros para otros proyectos. Toda la inversión, todo el tiempo para lograr un mecenas, después es algo ganado, es alguien con quien podremos trabajar en confianza. Lo que ha cambiado también en estos tres últimos años en Francia es que el mecenazgo ya se ha vuelto una profesión, tanto en las grandes instituciones, como en las medianas. Hoy en día no existe museo, galería o teatro que no tenga un Director de Mecenazgo, cuya profesión es ir a trabajar con las empresas y proponer toda su oferta para “casarse” con ellas. Es algo relativamente nuevo para nosotros, pero que se ha vuelto una profesión desarrollar la política de mecenazgo de una empresa. La cultura, en general, no es lo prioritario para la mayoría; siempre viene detrás del medio ambiente o los temas de salud y, en tercer lugar, viene la política de mecenazgo cultural. 100

Otra cosa sobre la que quiero llamar su atención es sobre el tema del incentivo de la Ley, que no es tan simple como ir a la empresa y decir “yo le voy a vender 100 pero en realidad a usted le va a costar 40; pero ¿qué es 40 para usted?”. Quiero insistir en una cosa: hay que entender que quien decide es el dueño y la empresa va donde quiere ir y no donde nosotros queremos que vaya; es algo que tenemos que tener muy claro. No vamos a convencer a una empresa de ser mecenas de pinturas si a la empresa no le interesa la pintura, sobre todo cuando las estrategias de mecenazgo están claramente definidas como es el caso hoy en Francia. Terminó lo que se llamaba “la bailarina del presidente”: el presidente del grupo a cuya esposa le gusta la danza y entonces la empresa apoya esa actividad. Eso -en general- ya pasó y las empresas saben bien qué quieren apoyar, y lo hacen por razones estratégicas de desarrollo de su propio grupo. Además, nos hemos dado cuenta que definen toda una política de mecenazgo que les permite construir toda una estrategia para decir no. A partir del momento en que una empresa decide ser mecenas de la música clásica ya tiene toda una carta lista para decir no a cualquier otro proyecto que no sea música clásica. Tengo un ejemplo, con la empresa EDF, de electricidad de Francia. Hicieron un estudio para ver cuál podía ser el corazón de su mecenazgo. La luz llega a cada pueblito de Francia, entonces reflexionaron que -al igual que la luz- todo pueblo tiene, también, su iglesia. La relación entre iglesias y luz eran los vitrales y se especializaron en esta actividad: son mecenas de la restauración de vitrales de iglesias. Imagínense quién puede tener un proyecto sobre eso, así que el campo de mecenazgo está bien acotado. Después hay, obviamente, algo de la relación humana que uno va a lograr con estos Directores de Mecenazgo. Una vez que uno empieza a tener acceso, a presentar sus proyectos -aún cuando no lo logre- es sumamente importante; incluso el hecho de tener el celular del Director de Mecenazgo de la empresa es sumamente importante, ya es tiempo ganado (“¿te interesa, querés que te lo mande, vale la pena?”). También, como estamos apoyando proyectos culturales, o en mi caso, cuando estaba en CulturesFrance como intermediario entre el campo ar101

tístico y las empresas, puede haber artistas que, por cuestiones éticas -y están en todo su derecho- no quieran aceptar el auspicio de tal o cual empresa; es importante anticiparlo porque puede lograrse el dinero y después el artista no querer trabajar con una petrolera, una tabacalera o una empresa de alcohol, por ejemplo. Fue el caso de Arianne Mnouchkine -cuando yo estaba en Francia buscando auspiciantes para la parte francesa- que no quería empresas de aerosoles -porque dañaban la capa de ozono-, ni tabacaleras, ni empresas de alcohol. Mala suerte porque la empresa francesa más grande que hay en Argentina hace aerosoles, así que fue imposible concluir este mecenazgo. Eso es brevemente cómo, de a poco, aprendimos este diálogo con las empresas y fue un cambio de mentalidad total, esto de decir “¿cómo vamos a trabajar con el sector privado si la cultura es pública?”-en Francia estaba esta idea. Y al final se volvió algo muy lúdico, como un juego: cuando una empresa dice sí es como ganar el juego y si dice no, mala suerte, vamos a buscar otra. Les puedo decir que ha sido una gran experiencia. Hemos tenido muy buenos resultados: CulturesFrance está manejando 25.000.000 de euros de presupuesto público por año y cuando yo me fui unos 7.000.000 de contribución privada; algo que para nosotros era muy significativo. Laura Kulfas: Recuerdo una anécdota que Kive Staiff, Director del Complejo Teatral de Buenos Aires, cuenta que le sucedió hace muchos años en conversaciones con una empresa de bebidas gaseosas de primera línea. Estaban negociando: “bueno vamos a invertir cierta cantidad de dinero para ayudarlos a financiar ciertos proyectos”, y un gerente de patrocinio llegó finalmente a la pregunta: “si nosotros hacemos el aporte ¿cuántas botellas más de bebida ustedes creen que vamos a vender?” Esa es una respuesta que una organización cultural no puede dar. Suponemos y sabemos -y Jorge nos va a hablar un poco de eso- cuáles son los indicadores que utilizan para medir el éxito de las acciones que emprenden con estos proyectos culturales. Es verdad, es una realidad, que quienes estamos trabajando haciendo de facilitadores entre ambos sectores nos encontramos con este tipo de preguntas de ambos lados y muchas veces 102

no tenemos respuesta. La empresa, -de nuevo-, percibe al artista o a la organización cultural como bohemio, que tiene mucho tiempo para hablar, y muchas veces la empresa tiene temor a conectarse con la energía, con la pasión, con la creatividad que son inherentes a todas las organizaciones culturales. Entonces es un debate muy interesante. A continuación, Rodolfo Ceretti, Presidente de la Asociación Amigos del Teatro Colón, que se ha desempeñado como Director de Ventas y Marketing y luego como Director Relaciones Gubernamentales e Institucionales de Ford Argentina, Contador Público, Licenciado en Administración de Negocios, ambas carreras completadas en esta casa de estudios. Miembro titular de la Comisión Ejecutiva de la Asociación de Fabricantes de Automóviles y de diversos directorios como el de la Cámara de Comercio de EEUU, de la Cámara de Comercio Argentina, de la Unión Industrial Argentina, de Junior Achievement y del Consejo Empresario Argentino para el desarrollo sostenible y de Idea. Es también miembro del Consejo Directivo de Festivales Musicales y Tesorero de la Fundación Amigos del Teatro San Martín. Ha participado activamente de muchas entidades culturales entre ellas, la Camerata Vocales, La Fundación Música de Cámara, el Colegium Musicum, la Asociación Wagneriana, entre otras. Como Director de Relaciones Institucionales en Ford tuvo una muy activa participación en el desarrollo de programas relacionados con la cultura en sus diferentes expresiones. Finalmente, en el año 2007 fue designado por la Fundación Konex como una de las cinco mejores figuras de la última década en la disciplina Comunicación Institucional. Rolo, nos gustaría que nos cuentes tu perspectiva sobre este diálogo entre ambos sectores, con tu mirada desde el sector privado, y tu experiencia al frente de una de las Fundaciones más exitosas que tenemos en el país. Rodolfo Ceretti: Durante mi paso en Ford yo traté de imbuir a la empresa de asociarse con proyectos culturales. Tradicionalmente, Ford estuvo más vinculado a la esfera de la educación. Había construido más de 40 escuelas de frontera. Y, en realidad, su participación social estaba dirigida a la educación. Yo traté, por todo los medios, de que fuéramos orientán103

donos cada vez más hacia el apoyo de la cultura, porque creo firmemente que es una necesidad y una conveniencia para las empresas -no para medir cuántas botellas más vamos a vender o cuántos autos más. Su compromiso con el medio y la cultura en ese aspecto es muy importante. Pero tengo que reconocer, ahora viéndolo desde de la Fundación del Teatro Colón o mismo desde el San Martín, -que es donde hoy estoy haciendo mis actividades-, que es una lucha muy dura, porque en general las empresas argentinas no tienen una vocación hacia el mecenazgo, como las francesas o las norteamericanas; o como el norteamericano que es solidario con la cultura, como ciudadano y luego desde la empresa; acá en la Argentina eso no lo encontramos. Después de las últimas crisis económicas por las que atravesó el país, cada vez hay mayor conciencia de ayudar con programas sociales pero no están destinadas a la cultura, están destinados a la salud, a la niñez, a los hospitales, incluso a la seguridad. Estuve, les cuento como ejemplo, la semana pasada participando de una comida de la Fundación Amigos de la Policía. Y para mi gran sorpresa se recaudaron mas de $ 2.000.000, aportados, casi en su totalidad, en el momento de la cena por empresas. Yo lo miré con una sana envidia porque, en la Fundación del Teatro Colón, eso no lo logramos sino en períodos más largos, igual que en la Asociación del Teatro San Martín que recauda aún menos. De manera que, al no tener el aporte de empresas, yo creo que el empresario argentino tiene cierto pudor o vergüenza de volcarse demasiado a programas culturales porque considera que hay necesidades mas vitales en Argentina, cuando hay chicos que se mueren de hambre y los hospitales no tienen gasa o curitas para primeros auxilios, es obvio que esas necesidades debieran estar por encima de las necesidades culturales. De manera que tropezamos -los que estamos en este tipo de organizaciones- con una gran lucha para lograr apoyos. En el caso específico de la Fundación del Teatro Colón, hemos tenido que recurrir más que nada a mecenas individuales, pero no a la gente de fortuna porque, en general, la gente de más dinero ya está asociada a distintas instituciones. Pero estamos tratando de ampliar el espectro a gente de menores recursos y hemos tenido gran éxito en los últimos dos o tres 104

años en ampliar la base de miembros, con aportes mínimos. El primer año era un importe de $100 anuales, y este año lo estamos haciendo por un mínimo de $300. Es decir que, con una tarjeta de crédito, se paga $25 por mes, suma que en cualquier hogar medio, no va a provocar una desestabilización y además se está apoyando algo en lo que se cree. En el caso específico del Teatro Colón, tenemos un problema más grave hoy en día, y es que, con el Teatro cerrado, muchos miembros orientan su enojo por el hecho de no tener espectáculos hacia la misma Fundación, y nos dicen “el día que vuelva a estar abierto el Teatro volveremos a aportar plata, por ahora, no”. De manera que se nos ha hecho muy difícil la lucha en estos últimos tiempos. En este año hemos tenido que acudir, más que nada a desarrollar proyectos específicos, porque ir a pedirle dinero a la gente sin un fin determinado en la Argentina de hoy es tremendamente difícil. Entonces hemos hecho un Ciclo de Conciertos en Embajadas. Hace poco menos de dos semanas terminamos unas Clases Magistrales para alumnos de Canto del Instituto del Teatro Colón, con Teresa Berganza -una de las grandes mezzosoprano de los últimos años. Para dar esos cursos tuvimos que acudir a una ayuda específica que, en definitiva, era para beneficio exclusivo de los alumnos de la escuela de canto del Teatro. Logramos el apoyo de la Embajada de España. Ahora justamente estamos trabajando con la Embajada de Francia para hacer un evento también para recaudar fondos. Lo íbamos a hacer en la forma tradicional, pero creo que tanto los ciudadanos como también las empresas están muy preocupados por la situación, y eso hace difícil conseguir las adhesiones que en otra época se conseguían. Evidentemente, lo que está jugando en este tema es, por un lado, la costumbre típica del argentino, que se parece mucho más al francés de antes que, en general no aporta tanto para la cultura o no lo considera como un tema prioritario a la hora de colaborar, no así el norteamericano. Pero el norteamericano tiene -como bien explicó Lynn-, la gran ventaja de la deducción impositiva. Todo el que aporta algo en los EEUU, sea empresa o persona, puede deducirlo de sus impuestos. Hubo un proyecto de mecenazgo en Argentina, hace unos años, que finalmente 105

no terminó en nada. El que pone plata en Argentina quiere saber adónde va, para qué va, no la pone en forma indiscriminada, la quiere poner en la medida en que crea en ese proyecto. Entonces poner a una institución gubernamental, que hoy en día tiene bastante descrédito, poner cifras grandes de dinero sin saber a donde va a ir, cuánto de eso se va a gastar en burocracia, en empleados y demás, creo que colaboró en que esa ley no prosperara. Ahora está el proyecto de la Ciudad de Buenos Aires que, obviamente, es mucho mejor que nada, pero todavía no es un instrumento que aliente en forma muy activa a la gente y a las empresas a aportar. Es una deducción bastante menor y solamente del impuesto de ingresos brutos. El día que las deducciones se puedan hacer en mayor medida y en todos los impuestos seguramente que va a haber un mayor aporte de la gente y las empresas. Lo que pasa es que en general el argentino dice “poner para un impuesto que no sé a donde va, lo pongo a regañadientes y muchos evaden”, tenemos una historia de evasión como poco países en el mundo. Pero evidentemente si sabe que el monto que hubiera pagado en impuestos lo puede pagar para hacer una obra concreta, ese día la gente va a estar mucho mas dispuesta a aportar más. De manera que creo que este proyecto hay que avalarlo, pero tenemos que tratar en el futuro de enriquecerlo si queremos que este movimiento de apoyo a la cultura sea mas significativo de lo que es hoy en día. En definitiva, el aportar a la cultura es una de las mejores formas de ayudar a la comunidad. Por supuesto que hay necesidades primarias que vienen antes de la cultura. Pero en general, la gente o los niños o los jóvenes que están cerca de la música, del teatro o de la lectura tienen tendencia a ser gente más pacífica, y no se inclinan a la violencia ni a las atrocidades que hoy estamos viendo en nuestro país y -desgraciadamente- en otras partes del mundo. Creo que a veces aportar a la cultura parece como banal o secundario, y no es así. La gente que está cerca de la música y del teatro desarrolla una sensibilidad y un amor por los demás que no se consigue de otra manera. Así que espero que la gran concurrencia que tenemos hoy acá nos esté indicando que la cultura es una preocupación para todos nosotros y que, en la medida de nuestras 106

posibilidades, vamos a ayudar a que la cultura argentina vuelva a ser lo que fue en alguna época. Laura Kulfas: Antes de empezar con Jorge, yo traje algunos datos que me parecen interesantes y que están relacionados con esto que estamos hablando. Hace poco menos de un mes la Empresa de Encuestas Gallup publicó los resultados de una encuesta dedicada a temas de percepción sobre la demanda de responsabilidad social empresaria e implementación de planos, estrategias y programas en las empresas, en diferentes países. Esta encuesta se hizo con un universo de 32.000 personas, con un promedio de 1000 encuestados por país. La Argentina apareció en uno de los escalones superiores de percepción de demanda con un 60%, seguida por Kenia, con un 57%, o sea que estamos prácticamente en el mismo nivel que países que no tienen cubiertas las necesidades básicas y fundamentales. Después de ese dato tenemos a Chile con 44% y me llamo la atención que están prácticamente iguales la percepción que en Italia con un 45%. Esta es la percepción que tiene la gente sobre la necesidad de que se implementen estos programas. Después no nos tiene que sorprender que países anglosajones como Inglaterra, EEUU y Australia hayan estado en los niveles más bajos de la percepción con promedios entre el 34 y el 37% de la percepción de la necesidad de demanda de estos programas. Sobre esto podríamos agregar otro dato interesante relacionado con el tema en el que se explayó ayer tan magníficamente José Carlos, que es el tema de la Ley Ruanet. Acá hay algunos datos del Ministerio de Cultura de Brasil. En 2007, gracias a esta Ley Ruanet, hubo una participación de 1300 empresas e individuos. Vean la escala o el universo de aportes que se han podido hacer. En primer lugar, la primera aportante, no tiene que sorprender a nadie, ha sido Petrobras con 173.000.000 de reales. En segundo lugar otra empresa pública que es Valle do Río 12 con 33.000.000, y en el puesto 1300, o sea la última empresa que ha aportado, es una cadena de hoteles, hoteles Posta Verde, que han aportado 30.000. Es una ley que ha permitido que diferentes bolsillos hayan podido participar de una manera activa en la cultura. Algunos países han 107

desarrollado otros mecanismos que están relacionados con la vocación de la cultura anglosajona en aportar voluntariamente con entidades culturales. Australia desarrolló un programa muy interesante que se llama el work place giving que es donaciones en el lugar de trabajo. Entonces los empleados que ingresan a ciertas empresas pueden definir que del sueldo que ellos reciben todos los meses pueden aportar un 1, un 2, un 5%, o un 0,5 % a determinadas instituciones culturales que ellos eligen. El empleado sabe que de su sueldo está haciendo todos los meses un aporte concreto a una compañía de danza, un grupo de teatro o una galería de arte. Ellos tienen cerca de 500 empresas que están trabajando bajo este esquema y muchas de ellas promueven el matching fund, que acá en Argentina lo conocemos relacionado a las artes plásticas. Cuando al cabo de un año, los empleados aportaron una cifra X, entre todos los empleados hicieron donaciones por un valor de10.000 dólares australianos, por ejemplo, la empresa al final del año aporta otro tanto al organismo que coordina la distribución de todos estos fondos, y la empresa obtiene el beneficio de exenciones impositivas. Es otro mecanismo interesante como para tener en cuenta y estudiar. Les presento ahora a Jorge Polo, Gerente de Marketing de Tersuarve. Además de responsabilidades relacionadas con el desarrollo de nuevos productos y el trato con los clientes es responsable por las políticas y programas de Responsabilidad Social de Tersuave. Jorge Polo: Buenas tardes. Gracias por la invitación de la Universidad de Buenos Aires. Estuve escuchando conceptos y opiniones que son realmente significativas. Cuál es el rol de la empresa en las tareas de mecenazgo, hasta dónde, y se habló mucho de mercantilismo. Creo que son cosas que tienden a equilibrarse. Nadie puede pedir todo el tiempo y nadie puede dar todo el tiempo. Nosotros lo decimos siempre desde nuestra posición, cuando términos como responsabilidad social no existían, como institución. Yo trato de sintetizar esto como una línea delgada entre el marketing y 108

la acción comunitaria. Creo que tiene que ver con la responsabilidad de las empresas. Las empresas deciden qué hacer, cómo hacer y qué beneficios obtienen de todo esto. Yo partiría de un concepto fundamental, no se si es bueno o es malo, pero sí nos representa en estos términos, de ser una empresa 100% argentina, lo cual es importante desde la visión de todo lo que representa en este caso de lo que vamos a hablar, de patrimonio, algo que es cercano a nuestra actividad por un lado, pero también a nuestro corazón, por decirlo así. Entonces es muy difícil y se juega este término de “de que lado me pongo”. O de qué lado me ve el otro, lo importante es eso, más allá de las intenciones que uno tenga, porque uno puede tener las mejores intenciones, es decir trabajar para la comunidad, que creo que es lo que nosotros intentamos hacer. Pero siempre se juega en una línea muy delgada, en una cuerda floja de volcarse hacia todo lo que pueda representar una acción de marketing. Nosotros vamos a ver ahora algunas de las cosas que hemos venido haciendo. Las empresas pueden participar con la cultura, de hecho lo hemos hecho, el apoyo de una obra, de una exposición, pero también desde nuestro lugar y nuestro conocimiento pudimos trabajar –somos privilegiados en ese sentido- con lo mismo que nosotros hacemos, la pintura. Yo siempre rescato una frase que dice que la cultura somos todos. Y creo que todo es un hecho cultural. La cultura es una línea y todos estamos inmersos en esa línea, no hay cosas mejores o peores, todo es cultura. Nosotros trabajamos en aquellos edificios patrimoniales, en escuelas, que tienen valor histórico, patrimonial. Hace más de 20 años que trabajamos en escuelas rurales, de bajos recursos con este sentido. Lo tomamos como un formato de trabajo, de apoyo a la cultura que viene como aporte. Me reía porque somos los únicos en esta mesa que damos, somos lo que se llama un sponsor, todos vienen a pedir y yo digo siempre que estas cosas se plantean desde la necesidad mutua. Ambos tenemos necesidades de diferentes tipos. Desde el punto de vista cultural hay infinidad de necesidades, y nosotros también tenemos necesidades. Se da un punto de inflexión de este sentido comunitario, porque si uno quisiera hacer marketing estratégico trataría de afincarse en Capital Federal o en zonas de mayor densidad urbana. Hay ejemplos de cosas que 109

nunca tendrían un rédito comercial de ningún tipo pero forman parte de la obligación de las empresas. Hoy pensaba qué bueno sería -incluso incorporando a la competencia-, hacer una serie de llamados, creo que es posible que todo el mundo pueda colaborar. Nosotros no tenemos fundación y lo hemos hecho siempre porque creímos en estos proyectos, en el apoyo a la cultura. Hay muchas posibilidades de mejorar la situación de la Ciudad de Buenos Aires y de todo el país, en cuanto a una Ley de Mecenazgo, y poder apoyar a los “frentistas” a mantener como en Europa las fachadas en mejor estado. Preguntas del público Lynn Styrrup mencionó que en los EU tienen un sistema de evaluación de sus miembros de sus comisiones. Esto es inédito en Argentina, no nos plantearíamos un proceso tan esquematizado de tomar examen a los miembros de los comités ¿Cuál es tu percepción sobre eso? ¿Qué impresión te causa ese concepto? Rodolfo Ceretti: Yo creo que está un poco reñido con nuestra manera de ser, porque el aporte a una fundación tiene que ser algo natural y no porque va a ser sujeto a una evaluación. Creo que todavía no está para nuestra mentalidad. Quizás habría que entender mejor cómo se hace, que criterios se tienen. Porque puede conducir a errores. De pronto el que tiene más valoración es el que más dinero puso, pero no necesariamente el que más consustanciado está con esa fundación. Hay gente que da dinero porque lo puede dar, pero hay mucha gente que da tiempo, que da trabajo. Creo que no hay que ser esquemático en este tipo de evaluaciones. En todas las fundaciones hacen falta las dos cosas. Hacen falta los que aporten dinero pero también los que dan trabajo, los que brindan su ayuda, su conocimiento para enriquecer o mejorar el desempeño de una fundación. Pienso que si se va a dar un puntaje a los miembros hay que ser muy cuidadoso para que todos los aportes sean debidamente evaluados.

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A la hora de elegir programas a apoyar, la cultura “pierde” ante las acciones de responsabilidad social empresaria ¿Cómo convencen a las empresas de que la cultura es responsabilidad social y que tiende a cambiar conductas y genera expectativas? Jorge Polo: Las empresas “apuestan” y hay una devolución hacia la comunidad. Esa devolución hacia la comunidad tiene que ser el eje de la conducta de la empresa. En la medida que la cultura se transforme en un negocio, estamos perdidos. No digo que no tiene que haber métodos sustentables para poder aportar y que esto sobreviva. Todas las empresas tienen una validación propia donde pueden aportar y mejorar un montón de cosas. Nosotros apoyamos muchas acciones, estamos muy bien situados porque la pintura está en todos lados y nos hemos abocado y recostado sobre el lado patrimonial, que es nuestra especialidad. Y es donde mejor vamos a saber jugar. La institución que recibe pintura tiene el compromiso de hacer las cosas bien, en función de compromisos que se planteen previamente a cualquier acuerdo. Ese es el compromiso mutuo. Vuelvo al término de responsabilidad. Todo es cultura, cualquier acción que uno haga en virtud del bien del otro es un hecho cultural. Tenemos que pensar en no especular tanto y en aportar un poco más. Ese es el sentido que tendría el mecenazgo bien entendido. De alguna manera entender esto lisa y llanamente es ir un escalón más arriba. No es cuestión de sumarse, es cuestión de sumar. Rodolfo Ceretti: Yo entendí la pregunta en el sentido de que la cultura puede ser una forma de orientar políticamente a la gente. Y ahí podemos dar el ejemplo de Kive Staiff y el Teatro San Martín, que desde hace 30 años están dando espectáculos valiosos, tanto clásicos como de vanguardia. Yo creo que es una persona indiscutida de nuestra cultura justamente por eso. Ahora, si él orientase todas las obras que se diesen hacia una determinada línea política evidentemente podría dar lugar a otras censuras. Estarían muy de acuerdo los que piensan de esa manera y muy en desacuerdo lo que piensan de otra manera. Esa es un arma de doble filo de la cultura, especialmente, en lo que hace a qué tipo de 111

obras o espectáculos se dan. Si miramos la dirección actual del Teatro Colón es totalmente opuesta a la dirección del año pasado, cuyos directores buscaban orientarse hacia puestas muy modernas, de vanguardia, muy diferentes. La dirección actual quiere las puestas tradicionales, y apartarse de lo que el autor pensó tres siglos atrás lo consideran como un hecho reprobable. Ese es el tipo de discusión que me parece que hay en la cultura y que puede dar lugar a pensar que se quiere orientar a la gente en una tendencia determinada. Muchas veces la empresa presiona a la organización sin fines de lucro que presenta un proyecto cultural con contraprestaciones que son imposibles de cumplir, como por ejemplo ubicar un auto en el hall de un importante museo nacional y si no se puede, no otorgan la ayuda. ¿Qué opina usted de esto? Rodolfo Ceretti: Yo estoy totalmente en desacuerdo con ese tipo de exigencias. Cuando estaba en Ford y trabajaba en relación con el Teatro Colón, no se me hubiera ocurrido exigir poner un auto en el hall de un teatro, cosa que otras empresas sí hicieron. Uno tiene que entender que si está ayudando a la cultura tiene que ser un poco más sutil y tratar de sacar provecho vía prestigio y no con cosas burdas como poner un auto en un lobby.

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Panel II: Cuestiones clave, perspectivas y conclusiones Federico Sturzenegger

(Argentina. Banco Ciudad de Buenos Aires) Lynn Stirrup (EEUU) José Carlos Barboza de Oliveira (Brasil) Cristian Antoine (Chile)

Moderador: Héctor Schargorodsky

Director del Observatorio Cultural. Facultad de Ciencias Económicas. UBA

Héctor Schargorodsky: Vamos a dar comienzo al último panel de estos dos días. Evidentemente, sintetizar todo lo que hemos escuchado es tarea imposible para la duración prevista para este panel; pero a partir de todo lo que fuimos escuchando, nos parece que una buena manera de cerrarlo es proponerles a nuestros tres invitados extranjeros y a quien me acompaña aquí a mi derecha, Federico Sturzenegger -Presidente del Banco de la Ciudad de Buenos Aires-, que volquemos nuestras reflexiones hacia algunos de los aspectos que hemos tratado en estos dos días. Primero, estuvimos escuchando lo que podríamos llamar “el marco público”: las normas que hacen a la relación público-privada en el marco de la cultura; y también escuchamos al otro sector, es decir, al sector privado, las empresas: qué es lo que dan, cómo lo dan, etc. Ahora, me gustaría que el panel que me acompaña reflexione sobre la relación entre estas dos partes. Y para eso les voy a proponer a todos tres preguntas abiertas para que den su opinión, en unos pocos minutos, sobre lo que planteamos y que después haya un intercambio sobre lo que vaya surgiendo. Como siempre, después vamos a dejar un espacio para las preguntas del público. Las preguntas son las siguientes: en primer lugar, cómo evalúan ustedes la existencia de herramientas legales para estimular la participación financiera, el aporte privado, en la cultura. Hemos visto tanto el caso de Estados Unidos, como los otros dos modelos diversos. El segundo tema: si fueran necesarias normas de incentivos y donaciones, ¿qué hace que esas normas tengan que ir específicamente al sector cultural y no sean normas de carácter general? Digamos, una ley general de donaciones, que el beneficiario o el aportante pueda dirigir más a su gusto, hacia la salud, la educación o hacia el área que prefiera. Y el tercer punto, que me llamó el interés durante estos dos días, es la cuestión del estado mediador. ¿Es fundamental el rol de un estado mediador para favorecer o dirigir el aporte privado a la cultura? Yo creo que si nos abocamos a estas tres cuestiones, tanto desde el punto de vista de una mirada internacional sobre el continente americano, como desde el aporte de un especialista del sector

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financiero, vamos a cerrar este ciclo enriquecidos. Así que, en primer lugar, le voy a dar la palabra a Lynn Stirrup. Lynn Stirrup: Si entendí correctamente, su primera pregunta es “¿Es necesario tener incentivos?” Esta es -por cierto- una ventaja que tenemos en los Estados Unidos, ya hace tiempo que existen los incentivos impositivos. Además, respecto de la cultura a la que se ha aludido en los Estados Unidos, es cierto que históricamente nunca hubo un apoyo estatal adecuado para las organizaciones de fomento de las artes. Es así que, a través de la historia de los Estados Unidos, las organizaciones de fomento de las artes han tenido que depender del mecenazgo y otros aportes, y más aún en épocas recientes, durante los últimos 30 o 40 años. De manera que estas iniciativas existen y creo que son muy importantes para que las personas entiendan que hay oportunidades de reducir impuestos mediante la donación de aportes. Por lo tanto, creo que eso es un valor, aunque en la lista de motivos por los cuales un individuo puede hacer contribuciones, de acuerdo con mi experiencia, éste es sólo un componente pero no el más importante, por lo general. Y con respecto a este tema, deseo señalar una cosa: creo que en los Estados Unidos aún menos del 50% de las personas que deben pagar impuesto a los réditos tienen deducciones por contribuciones benéficas en sus declaraciones impositivas. De modo que, según creo, menos de la mitad de los ciudadanos que presentan declaraciones de impuestos, efectúan contribuciones de algún tipo y, de aquellos que lo hacen, creo que el porcentaje de personas que hacen aportes culturales actualmente es incluso menor al 15%. Por lo tanto, todavía competimos con muchas otras necesidades y empresas sin fines de lucro y prioridades en nuestro campo, que es el del apoyo a las artes. Federico Sturzenegger: Bueno, muchas gracias por la invitación, aunque no pensaba que me iban a preguntar aquí, viniendo de un banco, sobre si los incentivos son necesarios porque me pareció que eso iba a estar dado por sentado. Pero voy a tomar el desafío y la respuesta creo que es un contundente: sí, es absolutamente necesario. Y déjenme hacer 116

una analogía del por qué, que viene de la economía, si me permiten la metáfora. Nosotros en desarrollo económico siempre referenciamos una experiencia que es bastante visual: como ustedes saben, Colombia es el exportador de flores más importante del mundo, es la noticia de estos últimos días. Y esto ocurre porque hace unos años una persona que vivía muy cerca del aeropuerto de Bogotá, se dio cuenta que por el horario, a la hora que salían los aviones, los tiempos, etc., era absolutamente factible ubicar esas flores en el mercado norteamericano, y armó un negocio que hoy en Colombia ha llegado a tener ese rol tan importante. Entonces, esa persona que se dio cuenta le hizo una gran contribución a la sociedad colombiana, mucho más que lo que él se benefició individualmente, porque él habrá hecho su negocio y le habrá ido muy bien, pero después muchísimas otras personas se dieron cuenta que era una buena idea y decidieron implementarla. Un buen ejemplo en el contexto local es la persona que inventó la siembra directa de soja, que permitió toda la revolución de la soja, que Argentina pasa de producir 30 millones de toneladas durante 40 años a 100 millones de toneladas en 10 años. Entonces, en desarrollo económico, nosotros decimos que el incentivo a explorar, a descubrir nuevas actividades, en realidad es como que el mercado no te lo va a resolver bien porque el incentivo que hay individual muchas veces es muy inferior al beneficio social que de esa experimentación. Entonces, hay que incentivar la experimentación, la clave del desarrollo es incentivar la experimentación. Y yo creo que en el arte sucede lo mismo, porque un artista que hace una obra, obviamente, tiene un beneficio que puede ser económico -además de la pasión que pone y de todo el beneficio que tiene individualmente-; pero pensemos en los artistas que usan del arte para ganarse la vida, todos los que trabajan seriamente en la actividad, y el beneficio que su trabajo tiene para la sociedad es infinitamente superior al beneficio individual, porque las obras de arte nos estimulan, nos provocan, abren horizontes, nos hacen ver la política de otra manera. Repasando algunas cosas que se me venían a la cabeza, recuerdo cómo impactó a la Argentina una obra como “La familia obrera” de Bony, que nos cambió la manera de ver todo, quizás la obra más 117

importante del arte moderno argentino. O el cine, yo recuerdo cuando era joven, las películas que veía, también sobre la política en Argentina, como “La historia oficial” y todo ese ramillete de películas, que también tenían un impacto muy importante en nuestra manera de pensar y de ver la sociedad. Ese es un beneficio que trasciende mucho más el beneficio económico que pueden tener los artistas involucrados. O lo que fue Enrique Pinti, que acá hay mucha gente de teatro, con su espectáculo “Salsa criolla” y cómo nos impactó, cómo nos movilizó profundamente en esa transición a la democracia que vivimos en el año 1983. Fue una cosa absolutamente impactante. Entonces, claro que tiene que haber incentivos, porque tenemos esta disociación de que la sociedad dejada por sí sola, nos provoca mucho menos, porque el beneficio social que tenemos de la actividad es mucho mayor que el individual. Esto justifica que haya incentivos a la cultura; ahora, sobre la pregunta de si tenía que ser general o no, uno podría decir: “tengamos también un incentivo para cuidar el medio ambiente”, pero en ese sentido uno puede pensar que deberían encargarse las mismas empresas que contaminan. Así que en cuanto a la cultura, yo diría que sí debe haber subsidios para que haya el nivel de cultura que realmente una sociedad necesita, en función de todo lo que la cultura le aporta a la sociedad, que no quiere decir que otros sectores no necesiten apoyo económico. La cuestión no es subsidiar la cultura o subsidiar al resto, porque también hay otros sectores que necesitan subsidios; pero sí me parece importante que podamos entender ese valor tremendo que tiene la cultura en el desarrollo de una sociedad y que me parece que librado simplemente a la inversión individual, no vamos a tener el nivel adecuado de cultura en la sociedad. José Carlos Barboza: La primera cuestión refiere a la necesidad de las normas para incentivos. Bien, lo que notamos es que el contexto es diferente en los diversos países. Principalmente, en los países que tienen una mayor tradición de presencia del Estado -no solamente en la cultura sino en la vida pública en general-, hay una coincidencia en las elevadas cargas fiscales. En los estados en donde esa incidencia es mayor -como 118

en Francia o Italia-, que es donde hay mayores cargas fiscales, como en nuestro caso –Brasil-, donde nuestra carga fiscal no llega al nivel de Francia o Italia, no llega al nivel de la mayoría de los países de la Comunidad Económica Europea pero que también es muy elevada. Entonces esa tradición de intervención del Estado, y la consiguiente carga fiscal elevada, hace que las personas y las empresas tengan una expectativa mayor sobre la presencia del Estado en la cultura, ya que son más reticentes entonces, en cuanto a la presencia individual en la cuestión cultural. Esto hace indispensable la existencia de un incentivo fiscal para estimular la iniciativa privada y la de las personas físicas para participar de un proceso que por tradición atribuyen a la responsabilidad del Estado. Entonces, como bien dijo el representante de Francia aquí, la mudanza en la cultura francesa vino relacionada a la última modificación de la ley de incentivos, que transformó lo que ellos llaman la segunda generación de ley de incentivos con deducciones directas de los impuestos a pagar -y no deducciones de la base de cálculo de los impuestos a pagar, como en la mayoría de los países de origen anglosajón. Entonces, respecto a la primera pregunta: yo diría que es esencial el incentivo, pero que no es suficiente para nuestra cultura latina. El incentivo es, como mencioné ayer, apenas una de las herramientas con las cuales debemos trabajar, sabiendo que trae incluida en su esencia deficiencias graves, entre ellas la concentración de recursos en las zonas de influencia de los mercados de las propias empresas patrocinadoras. Y esto trae una pésima distribución de los recursos, vistas las reales necesidades de los sectores culturales de cada país. Habiendo dicho esto, creo que las normas específicas de la cultura deben ser diferentes de las normas de los otros sectores económicos, principalmente. O sea, si las vemos con una mirada económica, el sistema es muy frágil, y necesita de una cierta protección que sería traída, garantizada por la especificidad de la legislación. Esta legislación debe tomar ciertos recaudos, principalmente que no exista evasión fiscal por culpa de la cultura, pero que también logre alcanzar los objetivos reales de la cultura, y que no nos veamos enfrentando una línea delgada que separa  el hecho de que el incentivo se transforme exclusiva119

mente en un instrumento de marketing. Tiene que ser, sí, un instrumento de marketing para las empresas, pero deben servir a las necesidades del público en general. Y esa línea de equilibrio es esencial que sea preservada sin que comprometa todo el sistema de incentivo a la cultura. La segunda pregunta sobre el rol mediador del estado. El Brasil tiene la característica de tener una ley de incentivo para la cultura, leyes de incentivo para el desarrollo científico, leyes para incentivo del deporte, leyes de incentivo para los niños y el adolescente, etc. Creo que las leyes deben ser específicas y, aunque los instrumentos sean generales -en el fondo de la cuestión todas contemplan una reducción en el impuesto a pagar-, la característica general -el fondo de la cuestión- es la misma, pero la metodología, los detalles y la legislación específica es esencial. En cuanto al Estado mediador, yo creo que si usamos al incentivo como una de las herramientas dentro de una colección de herramientas, entonces es indispensable la definición de una política cultural clara y transparente, en la cual el incentivo va a actuar sobre algunos puntos; entonces, para que esa política se concrete, son necesarios otros instrumentos o herramientas. Y si vemos a la cultura como un sector económico de importancia progresiva -como les decía ayer-, la cultura como generadora de ingresos, de empleos, de intercambios internacionales, en fin, en estos casos la presencia del Estado es fundamental y es claro que su presencia no es mejor en un rol de interventor sino como un mediador. Cristian Antoine: Muchas gracias. Si la cuestión a resolver es el caso de que las normas de incentivo son necesarias, lamentablemente, la investigación disponible no es concluyente en una respuesta unívoca que podría ser políticamente correcta, como tal vez alguno de ustedes esperara. Lo fácil sería decir que sí, que es bueno que haya este tipo de legislación, porque cuando existe las empresas corren a donar y a pedir a cambio de sus donaciones una deducción en sus impuestos. No obstante, los trabajos que se han realizado y a los que he podido tener acceso por fuentes propias de investigaciones en distintos lugares del mundo, no avanzan en esa dirección. Todo parece indicar que entre las motivaciones de las 120

empresas cuando están dispuestas a hacer una contribución al desarrollo de la cultura no aparece el deseo de deducir impuestos como de entre las principales de ellas. Sin embargo, dada la realidad que representa en general el horizonte latinoamericano, creo que la existencia de este tipo de legislación es conveniente y necesaria como una medida de complemento, que vaya a estimular el capital filantrópico que está disponible en todos nuestros pueblos. Las naciones de América Latina son naciones que se han caracterizado por un temperamento, por una personalidad de gente muy generosa, de gente muy abierta a recibir y a acoger las necesidades del otro. No son nuestros pueblos los que se caracterizan por un egoísmo intrínseco. No es el pueblo latinoamericano el de un individualismo exacerbado, aunque claro, son tiempos difíciles también los que nos tocan vivir. Esta época caracterizada por una posmodernidad galopante, que en muchos aspectos no hace perder de perspectiva la vida del otro, el ir al encuentro del otro. No puedo hablarles de Buenos Aires -que para mi es una ciudad muy amistosa-, pero en Santiago ustedes encuentran una farmacia en cada esquina, y eso es sinónimo de una sociedad que se siente enferma, ¿no es así? Los productos que más se venden en nuestras farmacias son los ansiolíticos, productos para combatir el estrés. Algo nos está impulsando a convertirnos en gente un poco más egoísta de lo que quisiéramos. Creo que de existir estas legislaciones deberían tener esa misión. ¿Cómo contribuir a elevar el capital filantrópico? Es necesario que esto exista, es necesario para las personas, también lo es para las empresas -que están compuestas por personas-, que desde allí toman sus decisiones. Cómo hacer, si la pregunta es ¿hay otras formas de estímulo? La disposición a donar debe ser estimulada desde la más temprana edad para las personas. Eso nos podría ayudar a combatir las tendencias al egoísmo y al individualismo que nos afecta. Un camino es la educación; otro camino es también la educación que reciben los expertos en materia de gestión cultural, pero no solamente los que estudian Administración de las Artes, sino también las personas que estudian Economía, Derecho o Ciencias Sociales en general, que debieran tener en su currículum, me imagino, algún acercamiento a todas estas materias. No hay investigaciones en América Latina 121

sobre materias de mecenazgo y contribución filantrópica de las empresas al desarrollo cultural; hay muy pocas universidades, no hay investigadores que trabajen esto. Casi todo proviene de la experiencia de naciones como Estados Unidos y de algunos trabajos que son muy habituales en Francia e Inglaterra. Pero en nuestro idioma, no sabemos nada. No sabemos qué es lo que ocurre con las empresas mexicanas, cómo toman sus decisiones las empresas en Colombia o en Uruguay, cuáles son las motivaciones que tienen las empresas peruanas. Eso está fuera del campo de investigación, es una tarea que las universidades también deben asumir. La educación es un medio, pero hay otros; también el papel de los medios de comunicación. Los medios de comunicación no deben esconder la presencia de la buena noticia que significa que haya filántropos entre nosotros, que existen mecenas que están haciendo una contribución solidaria por tratar de tener una ciudad mejor, por tratar de tener países mejores. Esa es una muy buena noticia, lamentablemente, a veces mis colegas periodistas no lo entienden así y cuántas veces tenemos que ver, a veces con bastante sorpresa, que las actividades que se realizan aparecen indicados todos los elementos que constituyen una noticia, qué fue lo que ocurrió, dónde va a ocurrir, quienes son los protagonistas, pero no mencionan el nombre de aquel que hizo posible con su dinero, la presencia de ese grupo musical, de esa compañía de teatro, de ese circo que recorre la ciudad; no lo mencionan porque creen que mencionar a los patrocinadores es publicidad. Es un craso error, ahí hay también algo que hacer en la formación de los comunicadores. Darle mayor visibilidad al mecenazgo es la tarea y si estas leyes ayudan a ello bien, bienvenidas sean. La pregunta era ¿es necesaria la acción del Estado como mediador? Pienso que sí, que es bueno y es necesario. El Estado debe dar esas condiciones, el Estado debería estar preocupado en asegurar un funcionamiento más correcto de las instituciones que ha generado. Especialmente, el Estado tendría que tratar de dar muestras más serias de que confía en nosotros, de que confía en las personas, que nos deje de tratar como niños, que nos dé cuenta de en qué está gastando el recurso de nuestros impuestos, que nos informe periódicamente en qué está gastando nuestro 122

dinero; porque el dinero que tiene el Estado no es de ellos, es nuestro dinero. Y que también nos deje -dentro de las disponibilidades de cada Nación y según las particularidades de cada caso-, disponer parte de nuestro trabajo, del fruto de nuestro trabajo, a entregarlo a aquellas obras con las cuales más nos interesa colaborar. Si algunas de ella son obras del área de la cultura, bienvenidas, pero también necesitamos donaciones hacia las universidades, hacia la ciencia, hacia las programas sociales, los niños menesterosos y eso es algo que los ciudadanos debemos poder decidir libremente, en forma responsable, como adultos; no necesitamos que el Estado tome todas las decisiones por nosotros. Federico Sturzenegger: Aprovecho esta nueva intervención para abordar las otras dos preguntas, porque lo primero que dije fue si tenía sentido que hubiera incentivos fiscales o de subsidios a la actividad y la respuesta era que sí. Pero después uno pasa a la práctica y, a veces, de la teoría a la práctica hay un largo trecho. En la Argentina hemos probado muchas cosas y -como decía José Carlos- a veces esas cosas se han distorsionado. Un ejemplo famoso que nosotros teníamos en Argentina era la desgravación de los derechos de autor. Entonces, claro, lo que uno tenía era, por ejemplo, universidades que le pagaban a sus profesores sus cátedras como derecho de autor, le decían preparáme un apunte y entonces yo te pago como derecho de autor, y entonces no pagás impuesto a las ganancias, era una práctica muy común. O, por ejemplo, si había que hacer una contribución a un político se decía preparáme un pequeño documento y te pago derecho de autor, no pagás ningún tipo de impuestos. Entonces, digamos, son esas cosas que tienen nuestras sociedades y que básicamente hacen que todo sea bastante complejo. Ahora, la Ciudad de Buenos Aires tiene una Ley de Mecenazgo, que es una ley bastante agresiva en términos de desgravación fiscal y tendría que generar algún impacto importante; creo que el Ministro Lombardi habló, justamente ayer, del desafío de la gestión de esos recursos y puntualmente va a haber una mediación importante del Estado. Yo, para combinar un poco con lo que decía Cristian, creo hay que entender también que el 123

incentivo fiscal probablemente es sólo una parte del incentivo que tiene una empresa privada para financiar cultura. Y por ahí hay mucho más para hacer, también en la dimensión de entender por qué una empresa querría invertir en cultura y en explotar ese interés por invertir en cultura, que focalizar específicamente en la parte del incentivo fiscal, que -en realidades, si se quiere, un poco más forzada porque está –podríamos decir- como “inducida”. Me parece que hay muchísimo para explorar. En realidad el ejercicio para hacer es ¿por qué una empresa podría invertir en cultura? Tú comentabas el caso de Petrobrás; alguien me comentó que Petrobrás, para insertarse en el mercado argentino, entró mucho por la vía cultural. Básicamente, es una manera de conectarse afectivamente con un público quizás con una cultura un poquito diferente, entonces hay un objetivo de marketing. Ahora, eso no es algo para sentir vergüenza, ni que no sea loable, ni entenderlo como un engaño de ningún tipo, pues es básicamente algo que es natural, algo que es legítimo y me parece que del lado de los hacedores de la cultura, me parece que hay mucho para ganar. Entender, justamente, esas motivaciones y ayudar a las empresas a potenciarlas, estimularlas y a desarrollarlas. Obviamente las empresas pueden invertir en cultura porque tiene un interés interno hacia sus empleados, pueden invertir en cultura porque sienten que le deben algo a la sociedad. Yo les puedo dar un ejemplo nuestro de complementariedad, porque acá no hay un conflicto sino una complementariedad. Es cierto que el Banco Ciudad es un poquito especial, porque nosotros estamos en el mercado de arte, somos unos de los rematadores más importante de arte en Argentina; obviamente tenemos la Fundación que nos interesa, somos una entidad un poquito pública. Entonces nosotros tenemos un interés, que es económico, pero nuestro objetivo trasciende lo económico, entonces aquí no estoy hablando desde la perspectiva puntual de una empresa privada. Pero el ejemplo que voy a dar sí es absolutamente aplicable a una empresa privada, y es que nosotros cuando entramos en la gestión del banco como rematadores, nos dimos cuenta que al arte argentino -y estoy hablando acá básicamente de la plástica- le faltaba visibilidad internacio124

nal. Por supuesto que tenemos muchos artistas que son muy reconocidos, pero cuando uno quiere saber cuánto cotiza un artista argentino, es mucho más fácil encontrar la cotización de artistas brasileños. Es como en el mercado financiero, nosotros decíamos que le faltaba liquidez al instrumento, o sea: no hay liquidez, no hay precio a la obra de arte, y uno diría que no hay precio porque no está cotizando en el mercado que corresponde, donde hay liquidez, donde hay gente que quiera comprar y vender. Entonces lo que nosotros hicimos fue asociar al Banco Ciudad a una red internacional que se llama Artnet, que es una red donde están todas las casas de subasta de arte de todo el mundo, y donde –básicamente- figuran las cotizaciones de todas las obras de arte que se rematan en estas casas de subastas. Entonces, hoy uno entra y tiene un artista argentino -porque lo que nosotros subastamos básicamente es arte argentino-, aparece esa obra de arte, aparece su cotización y eso obviamente le da muchísima visibilidad a la obra, le da un precio, le da un mercado. A nosotros nos interesa porque a nuestros clientes les interesa; entonces eso hace mucho más atractivo rematar vía el Banco Ciudad porque ahora las obras tienen un precio que está reconocido internacionalmente y estamos haciendo un aporte, porque le estamos dando más valor de mercado a los artistas que participan. Entonces acá hay una complementariedad absoluta, estamos haciendo una inversión en cultura que a nosotros nos sirve, al artista le sirve y me parece entonces que esa complementariedad es importante explorarla. Ahora, si el Estado participa de la mediación -y voy a la tercera pregunta, y después sí me callo-, yo digo: en las cosas sociales no soy afín a las recetas rígidas, nos empobrece tratar de encasillarnos en una posición estricta. Yo la verdad es que no sé si el Estado tiene que mediar o no, pero diría: depende de la capacidad de gestión, de lo que se hace, si se hace con reglas claras, si es transparente, si es sano, y bueno, entonces experimentemos. Habrá iniciativas que tendrán que ir con mediación, otras no; que se vea cual es la mejor manera. No me siento obligado a dar una respuesta o tomar una posición respecto a ese punto. Por ejemplo, la Ley de Mecenazgo que estimula la Ciudad de Buenos Aires tiene un elemento de me125

diación muy importante, porque básicamente va a haber un comité que va a definir las obras, las empresas van a poder financiar esas obras elegidas por el comité y entonces ese financiamiento sí se puede aplicar a un impuesto puntual que tenemos nosotros -que es el de ingresos brutos- como una desgravación. Si se da una experiencia exitosa o no, no lo sé, pero en el ánimo aquel de que las sociedades necesitan experimentar mucho más (con lo que empecé, el ejemplo de las flores), bueno, experimentemos también en esto, en los mecanismos de ayuda e iremos encontrando en función de la capacidad de gestión, de la transparencia, de la eficiencia cuál es el mejor mecanismo. Lynn Styrrup: Yo también cubriré ahora un par de puntos restantes, en cuanto a la segunda y tercera preguntas. Primero hablaré sobre la cuestión que se planteó con respecto a hacer que los periodistas usen los nombres de los patrocinadores, y efectúen comentarios o escriban historias sobre una serie en particular presentada por una organización sin fines de lucro para el fomento de las artes. En la década del ’90, en los Estados Unidos, no podíamos lograr que los periodistas usaran el nombre de la empresa antes de nombrar producto, ni siquiera en los patrocinios deportivos. Era un campo muy nuevo, los periodistas no estaban en absoluto dispuestos a utilizar el nombre de la empresa cuando tenían que referirse al estadio o al evento deportivo o la serie. Como hemos visto, en este breve lapso de apenas 18 años, no sólo se ha vuelto fácilmente aceptable, sino que se ha convertido en una práctica común. Las organizaciones de fomento de las artes, las organizaciones sin fines de lucro, actualmente se benefician con los dólares aportados por el patrocinio empresario y también con este campo que evolucionó durante las últimas dos décadas desde una situación en la que era impensable incorporar el nombre de una empresa a una presentación periodística, hasta la situación actual en la cual se ha convertido en la práctica estándar. Ése era un punto. En lo que se refiere a cómo las personas toman sus decisiones en cuanto a los aportes, si lo hacen en forma individual o en nombre de la empresa en la que se desempeñan o como sea, concuerdo con algunos de 126

los comentarios que ya se han hecho en el sentido de que no se trata de competir cabeza a cabeza con otras causas, para decirlo de alguna manera; de lo que realmente se trata es de demostrar cómo se puede mejorar la calidad de vida en base a las artes y al proceso de desarrollo artístico, y cómo las organizaciones de fomento a las artes contribuyen positivamente con una comunidad y, particularmente, en el caso de las empresas. Una empresa que desea invertir en su comunidad puede hacerlo apoyando a una organización de fomento a las artes ubicada en la misma, asegurando su éxito. Así que opino que lo señalado es absolutamente un valor y que ha resultado importante articularlo con patrocinadores empresarios actuales o probables, o con donantes individuales potenciales. Tal vez yo no haya comprendido exactamente la pregunta sobre el intermediario pero sí creo que, además de las entidades estatales que pueden desempeñar el papel de mediador entre un donante y el destinatario final, en mi experiencia y desde un punto de vista artístico, muchos artistas pueden beneficiarse con entendimientos adicionales y pueden buscar y lograr financiamiento en forma mutuamente beneficiosa. Es normal que los artistas no posean las habilidades que permiten negociar efectivamente un aporte, particularmente de una empresa o de alguna entidad donante más formal, como una fundación u organismo estatal y, por ende, sé por experiencia que es útil y necesario tener a alguien que actúe como facilitador entre el potencial donante y el artista, reuniéndolos de forma mutuamente beneficiosa. Héctor Schargorodsky: Respecto a la mediación era justamente eso: si entre el artista y la empresa, el Estado tenía alguna decisión que tomar o si –como tú dices- el artista estaba suficientemente apto para negociar directamente con la empresa y viceversa, pero creo que está para ustedes contestado. José Carlos Barboza: Completando un poco mi opinión sobre la necesidad del incentivo, en lo que con Cristian no estamos muy de acuerdo: parte de este desacuerdo está en que las empresas justamente responden a 127

las encuestas, a las investigaciones, de una forma, pero en la vida práctica funcionan de otra. Porque según la experiencia, yo estoy regresando de Italia -en donde se realizó un seminario cultural en el cual había una sección sobre los incentivos fiscales- y se notaba un reclamo intenso por parte de las empresas italianas contra los incentivos, los métodos que en Italia son totalmente ineficaces y estaban las empresas exigiendo, los agentes culturales exigiendo, una ampliación y una aclaración al sistema de incentivos italiano, razón por la cual me invitaron a presentar el sistema vigente en Brasil.  Entonces, tomando la palabra del representante de Francia, en donde la iniciativa privada solamente apareció luego de esta ley reciente que introdujo un grado más de beneficio; en Portugal acaba de modificarse la legislación, se administra la nueva legislación y ahí también están empezando a aparecer las empresas privadas que se hacen presentes en el sector cultural. Y en Brasil tenemos un ejemplo claro, de cuando fue extinta la Ley Sarney: pasamos 10 años sin leyes de incentivo a la cultura hasta que apareció la Ley Rouanet. Ese fue realmente un período de tinieblas para la cultura. No había prácticamente ningún incentivo. Entonces, si miramos las estadísticas del Ministerio de Cultura, vamos a verificar que la casi totalidad de empresas en Brasil, si no la totalidad, pasaron a realizar inversiones en cultura únicamente después de la reglamentación de la Ley Rouanet.  O sea, las empresas emiten el discurso de que no tienen mucho interés en el incentivo, pero en la realidad, sólo apoyan la cultura cuando existe tal incentivo. De allí, la importancia que yo veo en esta ley de incentivo. Y en cuanto a la mediación, creo que la presencia no es la de intermediario, por si esta es la duda en torno a la palabra mediación. Es de “reglamentador”, o sea, que el Estado reglamente el proceso, porque las empresas tienen un poder de negociación mucho mayor, una capacidad para negociar mucho más fuerte que la de los agentes culturales. Si dependiera solamente de las empresas, y no existiera ninguna reglamentación evidentemente, hasta una bailarina entraría en escena con un enterito como los de los pilotos de fórmula uno con la marca de todas las empresas fijadas en el vestuario, etc. Entonces la reglamentación del Estado es fundamental. En este punto, la Ley Rouanet fue también muy 128

clara: la publicidad está limitada en un 20%. Esta presencia del Estado como elemento reglamentador creo que es fundamental. Héctor Schargorodsky: Para ir cerrando, entonces, Cristian, la pregunta del público es para ti, y con tu respuesta vamos cerrando este encuentro. Cristian Antoine: Yo no sé si es porque probablemente hablo muy rápido, y José Carlos no logró captar exactamente lo que quería decir, pero lo que yo afirmé es que la investigación disponible no es concluyente. O sea, no quiero decir que las legislaciones que hacen posibles los incentivos no sean necesarias. Yo personalmente creo que sí, que son muy necesarias, pero, tal vez lo que hay aquí es una muestra más de la insuficiencia del método de la encuesta; tiene que ver más bien con un problema metodológico de cómo se accede a esa información. Aunque usted tiene razón que en la práctica, allí donde está disponible, permite evidenciar que cuando existen estas legislaciones que hacen posible las contribuciones con cargo a créditos tributarios éstas se usan ampliamente, pero también que hay muchas empresas que donan sin usar las legislaciones tributarias y eso es también una realidad. Lo que pasa es que no podemos saber cuántas son, porque quedan fuera de los registros contables, no hay trazo de ellas. Pero en el caso de la experiencia que tenemos por el comité calificador de donaciones que existe en Chile, el comentario es que al menos es que hay una por una: por una empresa que dona usando los beneficios de la ley Valdés hay otra que lo hace sin usar los beneficios. Preguntas del público Teniendo en cuenta la importante participación del sector privado en Brasil, donde las empresas aportan el doble de presupuesto que la administración pública, ¿cómo el Estado garantiza o preserva su espacio planificador de las políticas culturales?

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José Carlos Barboza: Esta es la gran cuestión del momento en Brasil. La discusión después de la experiencia y del relativo éxito de las leyes de incentivo, el balance realizado, los últimos balances realizados por el Ministerio de Cultura y por otras autoridades culturales -incluyendo una profunda investigación del IBGE, Instituto Brasileño de Geografía y Estadística- , encendieron esa luz roja. Y un primer análisis, lo que se notó, fue que el crecimiento de la participación de las empresas no fue acompañado por un crecimiento de la participación del Estado, porque el gobierno -en nombre de todas estas cuestiones que vivimos en América latina de superávit primario, de cuestiones económicas mayores- retuvo los apoyos de los Ministerios y en el caso de aquellos de menor peso como el Ministerio de Cultura. En los últimos 20 años, el presupuesto para inversión cultural del Ministerio de Cultura creció entre el 10 y el 20%, mientras que los incentivos fiscales en los últimos 10 años crecieron cerca del 500%. Entonces, de hecho, el incentivo fiscal es el recurso natural para la participación de nuevas empresas, para la participación de empresas en la acción cultural -como es el caso de Petrobrás, que ha tenido una evolución exponencial en el volumen de recursos aplicados. El ejemplo de Petrobrás ha influido a otras empresas: hoy tenemos cerca de 1.500 empresas -o más- invirtiendo en cultura, -considerando a nivel estadual-; pero el crecimiento del sector público cultural fue retenido por razones políticas y por cuestiones macroeconómicas. Entonces el presupuesto del Ministerio de Cultura no acompañó ni siquiera la inflación en el Brasil en los últimos 10 años. Entonces, en los hechos, este desequilibrio no fue provocado por la ley de incentivos, al contrario, fue provocado por una retención injusta por parte del sector público en el segmento cultural. Esto es preocupante. Evidentemente es imposible la práctica de una política cultural en donde 2/3 de los recursos los representan el incentivo y el estado el tercio restante. Esos 2/3 de los recursos responden a las leyes del mercado, lo más natural del mundo. O sea, la concentración en las regiones más ricas, manifestaciones culturales respondiendo a los intereses de los más ricos, en las regiones más desarrolladas. Claramente éstas son las reglas del juego. 130

Cuando invitamos a la empresa a que trabaje con nosotros, ella sigue sus propias reglas de mercado.  No podemos transformar a las empresas en organismos públicos. El organismo público debe complementar este análisis. Esto entonces está siendo muy discutido en Brasil. Creo incluso que en algunos casos de forma bastante equivocada en donde el Estado quiere transformarse en intermediario en el procesamiento de los sentidos, no más como regulador pero como intermediario, tratando de decirle a las empresas en donde ellas deben colocar el dinero y obviamente esto provocará una retracción en la participación del sector privado. No podemos violar las reglas del mercado del sector privado. Tenemos que descubrir formas de ampliar el presupuesto público para la cultura. Creo que el gran defecto de nuestros políticos, principalmente en Brasil, es la falta de una visión clara, con la cultura como estructurante de la ciudadanía, esencial para la identidad de un pueblo, que se está transformando cada vez más en un segmento económico cada vez más importante, con la creación de empleos que requieren una muy baja inversión, con una distribución de ingresos inmediata e intensa, en resumen, la falta de una visión política clara de esta naturaleza es lo que está faltando ser colocada sobre el tapete en esta discusión. Hay una preocupación muy grave en los sectores más responsables del Brasil sobre este desequilibrio entre la participación privada y el sector público en el campo de la cultura. Federico Sturzenegger: En la pregunta hay un aparente dejo de preocupación porque el sector privado está poniendo muchos recursos, de alguna manera como eclipsando la participación del sector público. Yo digo: en buena hora, lo que nosotros necesitamos es que la cultura reciba recursos y la cultura tiene que ser caótica y no tiene que ser planificada y en ese caos va a estar la riqueza. Cuando le piden a Marta Minujín que haga una cosa para Tafirol (los extranjeros tal vez no me entiendan, hablo de un remedio para el dolor de cabeza), o cuando Polesello hace el afiche de Telefónica, nos enriquecen a todos plenamente. Entonces me parece, como tu decías, que una regulación excesiva de eso puede –eventualmente- llevar a un resultado 131

no deseado. Si se induce a las empresas a hacer una cosa cultural puntual o en algún lugar, -tu mencionabas el tema de la concentración-, vamos en contra de eso: lo que vamos a lograr es que las empresas van a hacer menos y nosotros lo que necesitamos es estimular al máximo la iniciativa privada, que es muy “desregulada”. A mi me gustó la imagen del pintor que va a su exposición vestido con sus etiquetas, como en la Fórmula Uno; no tengo ningún problema, no creo que tenga que haber ningún límite y coincido en que tenemos que buscar más recursos tributarios que complementen eso. Pero yo creo que en la pregunta –no sé si el resto de los panelistas lo interpretó igual- había cierto dejo de preocupación de que el Estado le suelte la mano o pierda el control. Y yo digo: fantástico, porque la cultura es eso, es caos, son cosas diferentes que salen de cualquier lugar de la sociedad y entonces el Estado, en realidad tiene que estar lo menos involucrado posible. Héctor Schargorodsky: Muy bien. Quisiera entonces que el Lic. Elia cerrara este Seminario. Carlos Elia: Quisiera hacer una reflexión final brevísima. Cuando pensamos en este Encuentro, pensamos en hacer un aporte a la diversidad; es decir: buscamos que nos acompañe gente que tiene distintas opiniones, de países con distintas versiones legales, distintas versiones económicas, etc. Lo escuchaba a Federico Sturzenegger y reflexionaba sobre eso: qué valiosa esta diversidad y cómo nos hubiera gustado debatir un poco más sobre esto que siempre ocurre al final. Cuando el Ministro Lombardi abrió la Jornada, habló sobre dos cosas: una es conseguir los fondos y otra administrarlos. Michael Kaiser -Presidente del Kennedy Center For The Performing Arts-, quien estuvo hace poco en Buenos Aires dando un seminario, tocó también ese tema. Lo mencionábamos antes de que empezara la charla. No es casual que desde el Observatorio Cultural de la Facultad de Ciencias Económicas -que tiene que ver mucho con la visión económica de las circunstancias- y desde el Posgrado que -junto a Héctor- dirijo y está destinado a formar gestores 132

y gerentes de la Administración Cultural, también trabajemos en torno a estas cuestiones. Es decir: no sólo se trata de conseguir dinero –que de por sí es dificilísimo-, sino también de saber utilizarlo con criterio, con racionalidad, para que pueda rendir y maximizarse mucho más. Yo creo que en este encuentro hemos tratado de hablar de las dos cosas. Y me miraba al lado del Doctor Sturzenegger y pensaba que hice algo típico de la cultura: sentarme al lado del que administra más plata. Gracias a todos los que han estado aquí con nosotros y a todos aquellos que han colaborado con este Encuentro. Yo, que algo conozco del tema -no con la riqueza y la especialización de nuestros invitados- he aprendido mucho, y espero que para ustedes haya tenido la misma utilidad. Si fue así, nos iremos muy satisfechos y contentos. Muchas gracias.

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ANEXOS

“APORTES FINANCIEROS DEL SECTOR PRIVADO A LAS ARTES” Seminario Internacional. Facultad de Ciencias Económicas. 2 y 3 de Julio de 2008.

Programa Miércoles 2 de Julio de 2008 16:00 hs. Acto de Apertura Lic. Carlos M.M. Elia (Director del Posgrado en Administración de Artes del Espectáculo). Dr. Jorge Brugnoli (Secretario de Relaciones Internacionales de la Facultad de Ciencias Económicas de la UBA). Ing. Hernán Lombardi (Ministro de Cultura del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires). 16:30 hs. I: Incentivos fiscales a la cultura en Brasil. José Carlos Barboza de Oliveira (Brasil) 17:45 hs. II: La Ley Valdés y el régimen chileno de donaciones con fines culturales. Cristian Antoine (Chile): Jueves 3 de Julio de 2008 16:00 hs. III: Financiamiento del sector privado a las artes en los Estados Unidos. Lynn Stirrup (EEUU). 137

17:00 hs. IV: El aporte empresario a la cultura en la Argentina: ¿hacia dónde vamos? Jean François Guéganno (Agregado Cultural de la Embajada de Francia en Argentina). Rodolfo Ceretti (Presidente de la Fundación Teatro Colón). Jorge Polo (Gerente de Marketing de Tersuave). Moderadora: Laura Kulfas (Ministerio de Cultura del GCBA). 18:30 Hs. V: Mesa debate: cuestiones clave, perspectivas y conclusiones. Federico Sturzenegger (Presidente del Banco Ciudad de Buenos Aires). Lynn Stirrup (EEUU). José Carlos Barboza de Oliveira (Brasil). Cristian Antoine (Chile). Moderador: Hector Schargorodsky (Director del Observatorio Cultural - FCE).

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Acerca de los participantes

Cristian Antoine (Chile) Director del Magíster en Gestión Cultural, Universidad Santo Tomás, Santiago de Chile. Doctor en Periodismo (Universidad Complutense de Madrid), periodista e historiador. Algunas de sus publicaciones son: “Patrocinio y Donaciones con fines culturales. La Ley Valdés y el Aporte privado a la cultura” (2003) y “Mecenazgo y Patrocinio Cultural” (2005). Es investigador FONDECYT y profesor asociado en la Escuela de Periodismo de la Universidad de Santiago y la Escuela de Comunicaciones de la Universidad Andres Bello. José Carlos Barboza de Oliveira (Brasil) Ingeniero. Consultor asesor en materia de incentivos fiscales del Instituto Herbert Levy. Fue Secretario Ejecutivo de la Comisión Estadual de Incentivos a la Cultura. Elaboró y coordinó proyectos de incentivo fiscal tales como la restauración de la Biblioteca del Palacio Itamaraty de Río de Janeiro, la construcción del Teatro da Orquestra Sinfônica de Porto Alegre y la ampliación del Museo Nacional, entre otros. Profesor de Incentivos Fiscales del MBA en Gestión Cultural de la Universidad Cândido Mendes. Jean François Guéganno (Francia) Desde septiembre de 2007 se desempeña como Agregado Cultural de la Embajada de Francia en la Argentina. Fue Director de las Alianzas Francesas de Asunción (Paraguay) y de La Paz (Bolivia). De septiembre  de 2004  a agosto  de 2007 fue responsable de la misión Meceznago en la Dirección de Culturesfrance (operador compartido de los Ministerios de Cultura y Asuntos Exteriores de Francia para la acción cultural exterior). 139

Laura Kulfas (Argentina) Arquitecta y Especialista en Administración de Artes del Espectáculo. Directora de Marketing y Relaciones Institucionales de la Subsecretaria de Patrimonio Cultural del Ministerio de Cultura de la Ciudad de Buenos Aires. Se ha desempeñado en el Complejo Teatral de Buenos Aires como Directora de Marketing y RRII. Es socia fundadora de Theatrica, Management Creativo para las Artes del Espectáculo, consultora en gestión y capacitación para organizaciones escénicas privadas y públicas. Docente de las cátedras “Gestión y comunicación de espectáculos I y II”, Universidad de Palermo. Héctor Schargorodsky (Argentina) Desde 1990, integra el Cuerpo de Administradores Gubernamentales de la Nación. Especialista en la concepción, análisis y gestión de políticas culturales. Entre otras actividades ha sido Director de Industrias Culturales (Secretaría de Cultura de la Nación) y Director de Espacios INCAA (Instituto Nacional de Cinematografía y Artes Audiovisuales). Fundador y actualmente Director del Observatorio Cultural de la Facultad de Ciencias Económicas y Subdirector del “Posgrado en Administración de Artes del Espectáculo” en la misma Facultad. Ha dictado cursos de su especialidad en distintas universidades del país, de Sudamérica y de Europa. Lynn Stirrup (EEUU) Nacida y criada en New Jersey (EEUU). Obtuvo su grado en Relaciones Públicas y Marketing en la Universidad de Syracuse. Reside en Brooklyn desde 1992, cuando fue nombrada “Special Events Manager” en la Brooklyn Academy of Music (BAM). En julio de 1999, fue nombrada “Vicepresidente para el planeamiento y desarrollo de campañas especiales” en dicha institución, cargo que desempeña actualmente. Ha dictado conferencias internacionales sobre estrategias de fundraising y ha participado en distintos paneles sobre el tema, para el National Endowment for the Arts y el Brooklyn Arts Council.

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Se diagramó y se imprimió en

Mayo de 2009 Buenos Aires, Argentina

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