Arcaísmo como concepto

Romansk Forum Nr. 16 – 2002/2 XV Skandinaviske romanistkongress Oslo 12.-17. august 2002 Monica Strömberg Universidad de Göteborg Arcaísmo como con
Author:  Miguel Luna Toro

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Romansk Forum Nr. 16 – 2002/2

XV Skandinaviske romanistkongress Oslo 12.-17. august 2002

Monica Strömberg Universidad de Göteborg

Arcaísmo como concepto “El fondo patrimonial idiomático [de Hispanoamérica] aparece vivamente coloreado por el arcaísmo y por la tendencia a la acentuación de los rasgos populares” (Zamora Vicente, 1967:378). En la mayoría de los estudios generales que tratan del español americano se habla de los arcaísmos como un rasgo típico del español de América (cf. Wagner (1949:15), Zamora Vicente (1967:378), Lapesa (1991:594), Castro (1941:145)). Sin embargo, varios investigadores modernos consideran que el término arcaísmo es incorrecto para denominar voces que se han empleado siempre en América pero que ya no se usan en España (cf. Lope Blanch (1968-69), Corrales Zumbado (1984), Moreno de Alba (1988), Baldonado (1975)). Hay que considerar el problema de carácter teórico que plantean todos los arcaísmos léxicos. Esto supone determinar qué criterios emplear en el proceso para decidir si una forma lingüística es arcaica o no, si es anticuada o vigente. En opinión de Lope Blanch (1968-69) hay un error fundamental cuando se trata del estudio del español americano. Éste consiste en juzgar todos los hechos de la lengua española identificando la norma madrileña con la norma española. El resultado de eso lleva a que cualquier forma que haya caído en desuso en la norma madrileña se convierte automáticamente en arcaísmo en todo el mundo hispanohablante (Lope Blanch, 1968-69:96s.). La lengua española reúne un conjunto de dialectos generales, cada uno de los cuales está integrado por una serie de dialectos particulares (regionales o locales) muy numerosos. De manera que la lengua es un complejo y muy variado sistema de hablas diversas que están más o menos diferenciadas entre sí, más o menos agrupables en conjuntos dialectales. Por diferentes razones, (históricas, políticas, culturales o económicas) algunos de esos dialectos pueden tener un prestigio superior al de los otros. Según Lope Blanch, el dialecto madrileño goza de un prestigio superior que el dialecto veracruzano o el quiteño, lo que no significa que se deba identificarlo con la lengua española (op. cit.:98s.). Lope Blanch concluye que, el afirmar que el español de América es arcaizante y conservador, por la razón de que en Hispanoamérica se hayan conservado numerosos arcaísmos, resultaría ser una aseveración completamente falsa. Esto es la consecuencia de dos errores de método que, según él, se cometen muy comúnmente. El primero consiste en el valor que se da al concepto del español de América, considerando el español que se habla en los vastos territorios de América como un habla unitaria y uniforme. Zamora Vicente (1967) afirma que “El español americano presenta una sólida homogeneidad.” (Zamora Vicente, 1967:378), pero si se parte de esta verdad relativa se llega a generalizaciones peligrosas. Como hemos señalado antes, la realidad no es tan simple, ya que dentro de esa unidad básica del español americano existe una gran diversidad dialectal (Lope Blanch, 1968-69:101s.). El segundo error de método consiste, según Lope Blanch, en tomar las hablas ‘rurales’ o 183

Monica Strömberg ‘incultas’ como modalidades lingüísticas representativas del español americano. Muchos de los arcaísmos que se utilizan para ejemplificar el conservatismo americano, son formas o voces que emplean solamente los hablantes ‘rústicos’. Pero entonces, solamente, se puede caracterizar conservador el español americano si se trata de analizar precisamente el habla ‘rústica’. No se puede comparar normas socioculturales distintas de regiones diferentes, ya que si los términos de comparación no son homogéneos tampoco son comparables (op. cit.:103s.). Cuestionamos aquí el uso que Lope Blanch hace de los términos hablas ‘rurales’, ‘rústicas’ e ‘incultas’. Como esos términos pueden tener una connotación negativa se debería denominar y explicar de otra manera la norma sociocultural a la cual se refiere. Sala (1970) distingue entre el vocabulario activo y el vocabulario pasivo, dando a estos términos la acepción corriente. El vocabulario activo del español americano es generalmente idéntico al del español peninsular comtemporáneo, así que los españoles y la gente de Hispanoamérica se pueden entender sin grandes dificultades. Sin embargo, hay muchas palabras cuya distribución y connotación difiere en las dos variedades1, como por ejemplo chico, flaco, lindo. Es muy difícil determinar con ayuda de diferentes diccionarios el lugar que tienen estas palabras en la estructura del vocabulario de las dos variedades, aunque sí se sabe que se usan con más frecuencia en el español americano (Sala, 1970:779s.). Este tipo de diferencias léxicas entre el español peninsular contemporáneo y el español de América son pocas, según Sala, si consideramos el vocabulario activo panamericano2. Sin embargo, si se compara separadamente el español peninsular con el español que se habla en diferentes partes de Hispanoamérica, se encuentra mayor cantidad de diferencias. Sala destaca que la mayoría de estas diferencias no se oponen al vocabulario panamericano sino sólo sus variantes. Por eso, Sala opina que las voces de la última categoría no pertenecen al vocabulario activo panamericano sino solamente al vocabulario activo de ciertas regiones hispanoamericanas, y al nivel del vocabulario panamericano estas voces pertenecen al vocabulario pasivo (op. cit.:781). Si se compara el vocabulario pasivo del español americano con el vocabulario pasivo del español peninsular contemporáneo uno se encuentra con más diferencias. Estas diferencias se deben a que al vocabulario pasivo del español panamericano pertenecen tres diferentes tipos de palabras que tienen una difusión limitada, o sea, se usan de forma activa solamente en ciertas zonas de Hispanoamérica. Los tres grupos de palabras son: las innovaciones del español americano, préstamos de las numerosas lenguas en contacto, y los arcaísmos del español peninsular (op. cit.:782). Cuando se investiga el léxico del español americano Sala

1

Cuando Sala habla del español peninsular y el español americano respectivamente se refiere a los mismos como dos idiomas diferentes. Sin embargo, nosotros preferimos denominarlos variedades de una misma lengua. 2

Nosotros cuestionamos el uso que hace Sala del término panamericano, que significa “perteneciente o relativo a la totalidad de los países americanos” (DRAE, 2001). Si lo usa con la intención de incluir las hablas de grupos de hispanohablantes que residen en los países americanos donde el castellano no es lengua oficial no entendemos el porqué.

184

Arcaísmo como concepto insiste en que se debe considerar que el vocabulario tiene dos estratos (el vocabulario activo y el pasivo) y que el español americano no se puede ver como una unidad lingüística arcaizante ni como una unidad lingüística innovadora. La mayoría de los arcaísmos y las innovaciones pertenecen al vocabulario activo de ciertas zonas y al vocabulario pasivo panamericano. Según Corrales Zumbado (1984) hay que recordar que el arcaísmo es un concepto relativo por ser la consecuencia de la comparación de dos estados del mismo idioma. Tal comparación se ha hecho, tradicionalmente, tomando como modelo de referencia la norma peninsular, a causa de la relevancia particular que tiene el español peninsular como punto de partida histórico (por la preponderencia del eje de la diacronía). Sin embargo, es necesario, según Corrales Zumbado, hacer uso de una nueva referencia, y ésta tiene que ser más amplia y conforme con la lengua española multinacional de hoy. Su opinión es que debemos seguir a Lope Blanch y hablar de una ‘norma hispánica culta’, que sería un conjunto de las distintas normas más prestigiadas que consistuyen la unidad de la lengua española, y sólo en comparación con ella un vocablo determinado podría ser considerado arcaísmo léxico (Corrales Zumbado, 1984:132s.). Si un término se conserva en la mayoría de las variedades hispanoamericanas y, sobre todo, en las de mayor prestigio cultural, pero ha desaparecido del español peninsular, esta sería un falso arcaísmo, o un arcaísmo parcial3 ya que lo sería sólo en relación con el español europeo. Si por el contrario una palabra sólo se usa en ciertas hablas de alguno o algunos países hispanoamericanos y estas áreas idiomáticas son, en palabras de Corrales Zumbado, “muy poco importantes4”, la podemos considerar un auténtico arcaísmo o arcaísmo general5 (op. cit.: 134s.). El análisis de los arcaísmos léxicos del español de América han resultado en numerosos trabajos sin llegar a una delimitación exacta del concepto arcaísmo. Tampoco han producido listas de arcaísmos partiendo de los mismos criterios de selección (Buesa Oliver y Enguita Utrilla, 1992:210). Tradicionalmente, se ha considerado el reemplazamiento léxico ocurrido en el español peninsular como un cambio onomasiológico, que muestra Corrales Zumbado de la siguiente manera: (Corrales Zumbado, 1984:141).

3

En adelante usaremos únicamente el término arcaísmo parcial.

4

Corrales Zumbado no da ninguna definición clara de este concepto. Nuestra interpretación es que se refiere a hablas de poco prestigio.

5

En adelante usaremos únicamente el término arcaísmo general.

185

Monica Strömberg A ‘x’

B ‘x’

catar ‘mirar’

A ‘x’

mirar ‘mirar’

catar ‘mirar’

España Hispanoamérica6 Figura 1. (Corrales Zumbado, 1984:141) (Las letras A y B corresponden a lexemas7 y las letras ‘x’ e ‘y’ corresponden a sememas.)

Del esquema arriba derivan dos variantes elementales de las cuales han surgido paralelamente, dos tipos de arcaísmos léxicos: Arcaísmos de expresión, denominados así por la razón de que varía el contenido, con relación al punto de partida, mientras la expresión en sí permanece invariable (ibid.) A ‘x’

B ‘x’

sancochar ‘cocer (la vianda)’

A ‘y’

cocer ‘cocer’

sancochar ‘hacer las cosas a la ligera8’

España Hispanoamérica Figura 2. (Corrales Zumbado, 1984:141)9

Aunque Fontanella de Weinberg no los llama arcaísmos de expresión, tiene que ser a este tipo de arcaísmo al que se refiere cuando habla de las palabras de origen hispánico, que en muchos casos sufrieron cambios semánticos, para ser adaptadas a la nueva realidad (Fontanella de Weinberg, 1992:167). Ese ha sido el caso de la voz estancia, un término hispánico que originariamente tenía otro significado “lugar donde uno está, mansión” pero que, en una etapa temprana de la colonización empezó a usarse con el valor semántico de “finca rural” (op. cit.:102). Otros casos son numerosos términos de origen náutico que llegaron a emplearse con valores nuevos referidos a actividades terrestres, p. ej. embarcar (subir a un vehículo), flete (caballo; costo de un transporte) y botar (tirar) (op. cit.:168).

6

Corrales Zumbado usa en sus figuras las abreviaciones “cast.” y “amer.” en vez de España e Hispanoamérica.

7

Lexema es aquí equivalente a lexía, o sea, la unidad léxica mínima.

8

“Sancochar y los derivados sancocho, sancochado se conservan muy vivos en América desde la Argentina a México, con diversas acepciones relacionadas con cierto cocimiento: Argentina, ‘mezclar’, ‘hacer las cosas a la ligera’…” (Lerner, 1974:222). La acepción ‘hacer las cosas a la ligera’ sólo se da para Argentina. Para los diferentes significados de sancochar remitimos al diccionario de Lerner.

9

El esquema de sancochar es nuestra. Corrales Zumbado menciona sancochar como ejemplo en su artículo pero no muestra su evolución diacrónica en un esquema, ni menciona el significado ‘hacer las cosas a la ligera’.

186

Arcaísmo como concepto Arcaísmos de contenido10, llamados así porque en las normas americanas se ha conservado la voz con su significado original, aunque en la norma castellana la voz sufrió un cambio de valor (Corrales Zumbado, 1984:141). A ‘x’

A ‘y’

lindo ‘bueno’

A ‘x’

lindo ‘bonito’

lindo11 ‘bueno’

España Hispanoamérica Figura 3. (Corrales Zumbado, 1984:141) Si volvemos un momento a la figura 1, podemos constatar que ya el por Corrales Zumbado denominado cambio onomasiológico tiene como resultado un arcaísmo. Sería un arcaísmo de expresión y contenido, ya que se conserva la voz en su totalidad. Parece que el investigador ve los sucesos demonstrados en las figuras en distintos niveles temporales (diacrónicos). El cambio onomasiológico (fig. 1) ocurre primero, y los arcaísmos de expresión (fig. 2) y de contenido (fig. 3) se desarrollan más tarde en otro nivel temporal. En la fig.1 no hay ningún desarrollo de la palabra en comparación con el punto de partida, lo que ocurre es un cambio en el español europeo donde catar es reemplazado por una palabra nueva, mirar, y el resultado ha sido la existencia de dos palabras con el mismo contenido semántico. Como cesa de ser usada la voz catar en la Península pero sigue usándose en América, desde el punto de vista del español europeo, catar se convierte en un arcaísmo léxico. La fig. 2 muestra un desarrollo del cambio onomasiológico. En el español americano la voz sufre un cambio de valor semántico y sigue empleándose la lexía pero con un significado nuevo. El resultado es un arcaísmo de expresión. Según Corrales Zumbado, ambos tipos de arcaísmo – de expresión y de contenido – derivan de cambios onomasiológicos. Esto no lo vemos posible ya que (y eso se puede ver con claridad en la fig. 3) no precede ningún cambio en el español peninsular antes del desarrollo de un arcaísmo de contenido. En el material que hemos estudiado, Corrales Zumbado es el que más detenidamente ha analizado los arcaísmos desde el punto de vista semántico. Termina su artículo concluyendo 10

Corrales Zumbado prefiere denominarlos así en vez de usar el término arcaísmo semántico que han empleado otros investigadores (Corrales Zumbado 1984:141).

11

Lindo existe en Hispanoamérica también con el significado de ‘bonito’.

187

Monica Strömberg que siempre se debe tomar en consideración la estructura semántica en la que están presentes las voces, y que lo mejor sería estudiar consecuentemente los arcaísmos léxicos dentro del marco de sus correspondientes campos semánticos (op. cit.:143). La más extensa lista de arcaísmos léxicos del español de América hasta ahora reunida es el trabajo de Isaías Lerner, publicado en 1974. Está limitado al léxico y tiene registrado más de 500 voces las cuales han sido elegidas según los siguientes criterios: 1) “han dejado de usarse en el castellano general de España y siguen vivas en la lengua general de América; 2) han dejado de usarse en la lengua general de España y América, pero permanecen en el habla popular y rural de América; 3) han dejado de usarse en el castellano general de España; tuvieron vigencia en la literatura de los siglos XVI y XVII y hoy se oyen en algunas regiones de España como formas dialectales y en el habla rural americana.” (Lerner, 1974:9) Según Lerner “El olvido en el español común de la Península y la generalización en los diversos países americanos es la base firme del estudio de los arcaísmos léxicos en el español de América” (op. cit.:10). Dice que el establecimiento de los usos era problemático ya que los diccionarios pocas veces los señalan. Cuando estaba establecido el empleo en América era necesario evaluar la significación del dato en los diccionarios buscando la presencia de la voz en la literatura y en la lengua hablada. Señales de vitalidad son los ejemplos de la acepción en la lengua oral en los diccionarios americanos, mientras que el encontrar la voz en textos literarios no siempre garantiza su uso en la lengua común. El léxico de una obra literaria siempre depende del propósito del autor (infra.:8). Otro aspecto es que el consultar y reunir datos de diccionarios para 20 países inevitablemente crea desniveles de información tanto de la calidad como de la actualidad de los datos (op. cit.:11s.) Al considerar los arcaísmos léxicos de América, hay que tener en cuenta que los mismos pueden ser tratados simultáneamente en dos planos diferentes. Desde el aspecto del español europeo los arcaísmos son un caso de conservación lingüística, en cambio, desde el punto de vista del español de América los arcaísmos con variación semántica son el resultado de un proceso de innovación léxica (Lerner, 1974:16). Araya (1978) presenta un conjunto de observaciones lexicográficas respecto de Chile surgidas por el libro de Lerner. Las observaciones de Araya se basan en su experiencia propia ya que se refiere al habla de su país, Chile. De las más de 500 voces, 132 necesitan correcciones en cuanto a los datos diatópicos u otros detalles. Concluye que más del 20 % del glosario necesita enmiendas. Subraya que Lerner no discute cómo se define el concepto arcaísmo de una forma precisa y funcional, algo esencial para llevar a cabo este tipo de estudio (Araya, 1978:20).

188

Arcaísmo como concepto Baldonado (1975) en sus comentarios acerca del diccionario de Lerner se pregunta si realmente es defendible su concepto de arcaísmo. Ella tiene dos objeciones básicas. En primer lugar pone en duda la validez de su terminología, y en segundo lugar la validez de su punto de referencia. Considerando el término arcaísmo indica que se puede poner en cuestión si es prudente o no emplear aquel término al referirse a las voces pertenecientes a las tres categorías de Lerner. Advierte que la noción corriente de arcaísmo abarca palabras que ya no se usan en la lengua general pero son empleadas ocasionalmente por ciertos autores para enriquecer el vocabulario literario, y con este significado arcaísmo no sirve en absoluto para denominar el fenómeno al que nos referimos (Baldonado, 1975:233s.). “One may, of course, argue that the semantic ambits of Sp. arcaísmo “unintentional survival” and Eng. archaism “deliberately archaizing usage” need not coincide; but since this is a technical term and the implication of purposefulness is shared by most languages, there is a danger that the isolated Spanish nuance of arcaísmo may itself soon become an “archaism”. (Op.cit.:234) Baldonado dice que, el significado básico del concepto arcaísmo no es el mismo en español e inglés. Nosotros dudamos que este sea el caso, ya que, en un primer plano arcaísmo significa un uso no deliberado de una palabra que generalmente ha caído en desuso (en una norma en particular de la lengua en cuestión). Esto da lugar, en un segundo plano, al uso deliberado de un arcaísmo – un arcaísmo literario. Por eso, la suposición de que hay un riesgo de que arcaísmo con el valor semántico de “unintentional survival” se convirtiera en un arcaísmo no tiene fundamento. La segunda objeción concierne el punto de referencia usado por Lerner al hacer la necesaria comparación entre dos estados de idioma. Ha usado como tal el habla culta de Madrid, lo que implica el estudio del conservatismo lingüístico hispanoamericano en relación con el habla de un pequeño grupo de habitantes en España (op. cit.:235). No obstante, en la introducción de su trabajo, Lerner indica claramente cuál es su punto de referencia, y no menciona en ningún sitio el habla culta de Madrid. Además, ya hemos podido constatar que el usar como modelo de referencia el español peninsular al calificar una palabra como arcaísmo ha sido muy criticado por numerosos investigadores. Sin embargo, Lerner ha optado por usar el modelo controvertido y lo más importante para nosotros es que haya explicado claramente su punto de partida. Lo que sí hace falta en el trabajo de Lerner - y aquí estamos de acuerdo con Araya - es una discusión acerca de la dificil tarea de definir y aplicar el concepto arcaísmo. Como hemos podido ver, existe un gran problema de definición del mismo término. Por este motivo nos ha interesado indagar y discutir también cómo definen este término algunos diccionarios especializados en terminología lingüística y literaria12. Hemos podido confirmar 12

Al principio consultamos en total 12 diccionarios pero como el término buscado estaba excluido de 5 de ellos al final estudiamos de cerca las definiciones del concepto arcaísmo en 3 diccionarios españoles y 4 ingleses.

189

Monica Strömberg que las definiciones difieren en alto grado de un diccionario a otro en cuanto a consideración de detalles y aspectos del término. En The Encyclopedia of Language and Linguistics (1994) se puede leer: “‘Archaism’ has two main senses, one of particular importance to philologists and lexicographers, the other to literary critics and stylisticians”. Aquí se refiere a la distinción que se hace en varios de los diccionarios entre arcaísmos lingüísticos y arcaísmos literarios. The Encyclopedia of Language and Linguistics (1994) define el anterior de la siguiente manera: In one sence archaism (and its appropriate adjective ‘archaic’) refers to the retention or survival in language of linguistic features no longer in general circulation. These are not yet obsolete, but are outside the common core. Según Estébanez Calderón (1996) también se pueden dividir los arcaísmos lingüísticos en cuatro subgrupos: arcaísmos lexicales, morfológicos, sintácticos y fonológicos. En cuanto a los arcaísmos literarios, no hemos encontrado en los diccionarios consultados una definición satisfactoria y por eso nos atrevemos a dar la siguiente explicación propia de los mismos: Los arcaísmos literarios se producen cuando un autor, conscientemente y con una intención específica, emplea formas de expresión que ya no se conservan en el lenguaje común de la época13. Se dan en los diferentes diccionarios numerosos ejemplos de razones e intenciones que han tenido distintos escritores para valerse de arcaísmos literarios: • para hacer “…referencia a determinados usos sectoriales y codificados…”,“…la imitación del lenguaje de las novelas sentimentales o de caballerías…” (Marchese y Forradellas, 1986) • “…reproducir las peculiaridades lingüísticas de ciertos grupos sociales o áreas dialectales en trance de desaparecer…”, usar un “…léxico perdido con el que enriquecer las posibilidades expresivas del castellano del siglo XX.” (Estébanez Calderón, 1996) • “…use of outdated expressions for poetic, ironic, or elevated connotation” (Bussmann, 1996) En tres de los diccionarios ingleses se menciona un tipo de arcaísmo que podemos denominar “arcaísmo existente sólo en contextos fijos”. Hartmann y James (1998) dicen en su definición

13

La definición dada por nosotros está basada basicamente en las opiniones de tres investigadores estudiados: “…“archaism” -rhetorical or poetic- concerns such words as have dropped out of general speech but are called into service by some writers to enrich their literary vocabulary” (Baldonado, 1975:234), “…palabras anticuadas donde solemos encontrarlas es en la lengua escrita literaria, empleadas de forma esporádica por los escritores como recurso literario” (Corrales Zumbado, 1984:132), “la palabra hallada en textos literarios no es siempre garantía de su empleo en la lengua común. En efecto, en cada caso, el léxico que ofrezcan las obras dependerá de las intenciones del autor” (Lerner, 1974:12).

190

Arcaísmo como concepto de arcaísmo: “A word or phrase which is no longer in current use except in fixed contexts, such as legal documents, nursery rhymes, poetry or prayers…” En un intento de dar una vista del conjunto de los distintos tipos de arcaísmos que existen según los diccionarios consultados y en las opiniones de los investigadores aquí citados, proponemos una descripción gráfica, presentada en el anexo de este artículo. Podemos concluir que hace falta un estudio minucioso para obtener una imágen más completa de los numerosos aspectos existentes del concepto. En los diccionarios consultados para esta discusión no hemos encontrado ninguna definición que contenga la totalidad de los aspectos presentados en la descripción gráfica. Si comparamos las definiciones presentadas en los diccionarios españoles con los de los diccionarios ingleses hay algunas diferencias dignas de consideración: • En ninguno de los diccionarios ingleses se define arcaísmo como un fenómeno diastrático, o sea propio de ciertas clases sociales. • Sólo en los diccionarios ingleses, en lo literario, el uso de arcaísmos se define como una forma de añadir al texto un rasgo irónico o humorístico. • Únicamente en los diccionarios ingleses se afirma que los arcaísmos aparecen en contextos fijos por ejemplo en ‘nursery rhymes’ y en oraciones, y que abundan en el habla jurídico y litúrgico. Finalmente, podemos constatar que lo más importante al calificar una palabra como arcaísmo es recordar que el arcaísmo es un concepto relativo por ser la consecuencia de la comparación de dos estados de un idioma, y que tal comparación se hace tomando como modelo de referencia una norma en particular del idioma en cuestión. El problema consiste en elegir y definir qué modelo de referencia se debe emplear en el proceso. Se debe considerar varios aspectos como el diacrónico, el sincrónico, el diastrático y el diatópico. En el caso del español, tradicionalmente, se ha tomado como modelo de referencia el castellano peninsular, pero es necesario hacer uso de una referencia nueva, más amplia y conforme con la lengua española multinacional de hoy. Corrales Zumbado y Lope Blanch proponen emplear como tal una ‘norma hispánica culta’ que sería un conjunto de las diferentes normas más prestigiadas que constituyen la unidad de la lengua española. No obstante, para poder emplear como modelo de referencia una ‘norma hispánica culta’, es necesario decidir y definir exactamente en qué consiste ese concepto, una tarea que vemos muy difícil y complicada. ¿Cuáles serían los criterios para asignar una norma de mayor o menor grado de prestigio? Más importante que cambiar el modelo de referencia es, para nosotros, subrayar y explicar con exactitud este modelo antes de calificar una voz como arcaísmo. Considerando las grandes dificultades de definición que implica su empleo se puede preguntar si sería mejor evitar el uso del término en cuestión. Según Baldonado los lexicógrafos en la América del Norte han tratado de evitar la calificación arcaísmo y han optado por usar “americanismo por sobrevivencia” (Baldonado, 1975:234). Sin embargo, aunque hemos visto que el concepto arcaísmo, a pesar de ser usado 191

Monica Strömberg frecuentemente resulta difícil de definir y aplicar, creemos que en ciertas ocaciones el uso del mismo puede cumplir una función importante. Pero para que no siga sirviendo sólo como argumento general y vago para fomentar prejuicios lingüísticos hay que usarlo con precaución y definirlo claramente.

Bibliografía Araya, G. 1978: Sobre arcaísmos del español de Chile a propósito de un libro reciente. Bulletin Hispanique. 80-3, pp.303-309. Baldonado, J. M. 1975: Problems in New World Lexical “Survivals” [Arcaísmos léxicos del español de América, by Isaías Lerner]. Romance Philology. Vol. XXIX, No. 2, November, pp. 229-240. Buesa Oliver, T. y Enguita Utrilla, J. M. 1992: Léxico del español de América: Su elemento patrimonial e indígena. Madrid: Mapfre. Bussmann, H. 1996: Routledge Dictionary of Language and Linguistics. London: Routledge. Castro, A. 1941: La peculiaridad lingüística rioplatense y su sentido histórico. Buenos Aires: Editorial Losada. Corrales Zumbado, C. 1984: Tipología de los arcaísmos léxicos. II Simposio Internacional de Lengua Española. pp. 131-143. Diccionario de la lengua española, Real Academia Española. Vigésima segunda edición. 2001 The Encyclopedia of Language and Linguistics. 1994: Asher, R. E. (ed.) Oxford: Pergamon Press. Estébanez Calderón, D. 1996: Diccionario de términos literarios. Madrid: Alianza Editorial. Fontanella de Weinberg, M. B. 1992: El español de América. Madrid: Mapfre. Hartmann, R. R. K. y Gregory, J. 1998: Dictionary of Lexicography. London: Routledge. Lapesa, R. 1991: História de la lengua española. Madrid: Gredos. Lerner, I. 1974: Arcaísmos léxicos del español de América. Madrid: Insula. Lope Blanch, J. M. 1968-69: El supuesto arcaísmo del español americano. Anuario de Letras. 7, pp. 85-110. Marchese, A. y Forradellas, J. 1986: Diccionario de retórica, crítica y terminología literaria. Barcelona: Ariel. Moreno de Alba, J. G. 1988: El español en América. México: Fondo de Cultura Económica. Sala, M. 1970: Arcaísmos e innovaciones en el léxico del español americano. Actas del Tercer Congreso Internacional de Hispanistas. pp. 779-785. Wagner, M. L. 1949: Lingua e Dialetti dell’America Spagnola. Florence. Zamora Vicente, A. 1967: Dialectología Española. Madrid: Gredos.

ASPECTOS DEL CONCEPTO ARCAÍSMO

192

Arcaísmo como concepto Arcaísmo lingüístico

Arcaísmo

Arcaísmo

Arcaísmo

Arcaísmo

lexical

morfológico

sintáctico

fonológico

Arc.

Arc.

Arc.

Arc.

Arc.

par.

gen.

par.

gen.

par.

Arc.

Cambio onomasiológico (Arcaísmo de expresión y contenido)

Arc. par.

Arc. gen.

Arcaísmo de expresión

Arc. par.

Arc. gen.

gen.

Arcaísmo de contenido

Arc. par.

Arc. gen.

Arc. par.: Arcaísmo parcial Arc. gen.: Arcaísmo general Los arcaísmos pueden ser ejemplos de • sobrevivencias desintensionadas • un uso arcaico deliberado (arcaísmos literarios) • arcaísmos en contextos fijos

193

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