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ARTESANÍA EN CRIN, TÉCNICA TRADICIONAL DE RARI
Canasto de Flores, Artesanía en Crin. Colección de Artes Populares y Artesanía. Archivo Fotográfico, Museo Histórico Nacional.
DEPARTAMENTO EDUCATIVO, MUSEO HISTÓRICO NACIONAL.
Origen de la Artesanía en Crin Rari destaca por ser el único pueblo de América que posee una técnica artesanal de cestería en miniatura a base de crin de caballo. Este poblado precordillerano se ubica a 22 kilómetros de Linares, en la VII Región del Maule. Su nombre proviene del mapudungún “rarén”, palabra que hace referencia a un arbusto silvestre de la zona.
Sombrero con Floress, Artesanía en Crin. Colección de Artes Populares y Artesanía. Archivo Fotográfico, Museo Histórico Nacional.
Existen diversas versiones de cómo comenzó esta tradición artesanal, sin embargo todas coinciden en que se ha desarrollado por más de 200 años en Rari. El relato oral, que ha pasado de generación en generación, nos cuenta que hace muchísimos años atrás una mujer se fue a bañar a un río del sector, atraída por sus cualidades medicinales. Mientras tomaba su baño, descubrió en el agua unas largas raicillas que cortó y utilizó para hacer una pequeña figura, siguiendo la técnica del tejido en mimbre. La novedosa figurita llamó la atención de otras mujeres del sector, quienes comenzaron a imitar esta técnica. En algunos relatos cambian los personajes de la historia, indicando como protagonista a una monja belga, un hombre o dos hermanas. También varía el árbol del cual provenían las raíces con las que se fabricó la figurita, mencionando el álamo, el sauce y el espino. Independiente del origen de las raíces, a éstas las llamaban “huiras” (palabra que deriva del vocablo quechua “wiru”, nombre que recibían los tallos de maíz verdes o DEPARTAMENTO EDUCATIVO, MUSEO HISTÓRICO NACIONAL.
tiernos). Al pasar los años se comenzó a utilizar el término “huiras”, para referirse a las tejedoras que utilizan esta técnica. Tal como aparece en la historia, las primeras figuras de cestería en miniatura que se fabricaron en Rari, fueron hechas a base de raicillas de árboles. Es por esto, que las primeras piezas (realizadas durante el siglo XIX y a inicios del siglo XX), fueron de aspecto tosco y más simples en su confección. El uso de la crin teñido de vivos colores, comienza aproximadamente entre 1930 y 1935, para hacer las figuritas más vistosas y llamativas. Así, la crin se utilizó para el “entramado” (tejido), y las raicillas para la “urdimbre” (estructura o esqueleto de las figuras). Sin embargo, la poca flexibilidad de éstas últimas, y su escasez debido a la contaminación de las aguas, hicieron que a mediados del siglo XX fueran reemplazadas por la fibra vegetal de “ixtle” o “tampico”, producto importado desde México, utilizado para fabricar utensilios de limpieza como escobillas, cepillos para lavar ropa, rodillos industriales, etc.
Urdimbre de Tampico y Entramado de Crin. Señora Clara Sepúlveda, artesana originaria de Rari. Fotógrafo Juan César Astudillo. Archivo Fotográfico, Museo Histórico Nacional.
Actualmente la cestería en miniatura de Rari se hace justamente a base de estos dos materiales: crin y tampico. Para obtenerlos las artesanas deben recurrir a lugares fuera de su pueblo. La crin se obtiene en los mataderos ubicados en La Región Metropolitana, o en la
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IX Región de La Araucanía. Mientras que el tampico se distribuye en centros comerciales de Santiago.
Una Tradición Familiar con Labores Bien Definidas La técnica de cestería en miniatura que surgió en Rari, forma parte del saber popular local, que se ha transmitido de generación en generación entre los nueve grandes grupos familiares que conforman el pueblo; los Sepúlveda, Cabrera, Osses, Vergara, Rebolledo, Carter, Parada, Tapia y Guzmán. Convirtiéndose en una tradición familiar desarrollada por las mujeres. Las principales labores vinculadas a la artesanía en crin, consisten en preparar la crin, hacer la urdimbre, hacer el entramado, imitar o diseñar nuevas figuras, rematar el tejido, enseñar a las jóvenes y vender las piezas. Cada uno de estos trabajos corresponde a distintos miembros de la familia según su edad.
Mariposas, Artesanía en Crin Colección de Artes Populares y Artesanía. Archivo Fotográfico, Museo Histórico Nacional.
Generalmente, las mujeres de la casa; madres, hijas y abuelas, se reúnen en espacios comunes para trabajar la crin. La cocina, el comedor, la galería, la sombra de los árboles en verano, son lugares perfectos para socializar y trabajar en familia o en compañía de vecinas y amigas.
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Las principales labores vinculadas a la artesanía en crin, consisten en preparar la crin, hacer la urdimbre, hacer el entramado, imitar o diseñar nuevas figuras, rematar el tejido, enseñar a las jóvenes y vender las piezas. Cada uno de estos trabajos corresponde a distintos miembros de la familia según su edad. La preparación de la crin como materia prima y la venta de las figuritas, es una labor que usualmente desarrollan las mujeres mayores (por lo general, mujeres sobre los 60 años de edad), debido a que sus habilidades manuales y su capacidad visual se ven disminuidas después de toda una vida dedicada a esta artesanía, que exige gran precisión y detalle. Las artesanas jóvenes y adultas (entre 15 y 60 años) enseñan la técnica de la crin a las niñas y adolescentes En una primera etapa les enseñan sólo el entramado. Guían y vigilan su técnica con atención, hasta que las aprendices son capaces de fabricar tejidos parejos. Las más jóvenes comienzan elaborando sólo piezas simples (como círculos planos), aumentando paulatinamente la complejidad de sus confecciones. Cuando logran imitar perfectamente una figurita tradicional, sin ayuda de una maestra, dejan de ser aprendices y pasan a ser artesanas. Son las artesanas jóvenes y adultas, quienes hacen la urdimbre (como dijimos anteriormente, el soporte o estructura del tejido). Destacan por ser rápidas y expertas tejedoras de figuritas de crin, quienes además realizan el remate final de las piezas hechas por las más jóvenes, en ocasiones, utilizando aguja y tijeras.
Ramo de Flores de Globo, Artesanía en Crin Colección de Artes Populares y Artesanía. Archivo Fotográfico, Museo Histórico Nacional.
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Etapas de Elaboración de la Crin La preparación de la crin requiere bastante trabajo. El primer paso es la limpieza, ya que al provenir de los mataderos, es común encontrar restos de sangre, grasa u otra suciedad indeseada. Por esta razón, la crin se deja remojando en agua con cloro o detergente, durante un día aproximadamente. Luego se restriega, se enjuaga, se seca y se peina. A la vez, en el peinado se procede a seleccionar la crin, eliminando las hebras que son muy cortas o que están enredadas. La siguiente etapa es el teñido, utilizando anilinas químicas de colores vivos. La crin blanca es la más escasa y la única que sirve para teñir, ya que revela fielmente los colores añadidos. Para el teñido se hace hervir la crin durante aproximadamente 15 min., en un recipiente con agua y sal, o piedra lumbre (materiales que fijan el color). Luego se enjuaga en agua fría y se deja secar a la sombra para proteger el color. Por otra parte, el tampico se trabaja en su color natural, ya que el entramado de crin teñido oculta su color blanquecino. Las figuritas más tradicionales están estrechamente relacionadas con el entorno cotidiano y la cultura de Rari. Entre las más populares están las violetas, camelias, campanitas, flores de globo, copihues, ramos, lauchas, lagartijas, chanchos, burros, gatos, perros, abejas, mariposas, garzas, patos, chunchos, etc. También es posible encontrar figuras humanas, como huasos, bailarinas, ángeles, damas, muñecos y brujas.
Bruja y Dama. Señora Clara Sepúlveda vendiendo sus figuritas de crin en calle Bandera. Fotógrafo Juan César Astudillo. Archivo Fotográfico, Museo Histórico Nacional.
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Las figuritas creadas se venden directamente en las casas de las artesanas, donde las ventanas y galerías sirven de vitrinas para los clientes y turistas que llegan a Rari. Incluso algunas de ellas llevan sus productos hasta las termas cercanas, o bien, trabajan por pedidos y encargos. De esta forma y mediante la migración de algunas artesanas, hoy en día es frecuente encontrar en ciudades como Santiago, piezas de esta particular técnica artesanal. El uso de estas piezas suele ser utilitario; posa vasos, marcadores de páginas, canastos, rosarios, cajitas, etc. Aunque sin duda, el mayor uso es de carácter ornamental, desde adornos para decorar la casa, hasta accesorios femeninos como aros, anillos, prendedores, collares, pulseras, etc. Las figuritas creadas se venden directamente en las casas de las artesanas, donde las ventanas y galerías sirven de vitrinas para los clientes y turistas que llegan a Rari. Incluso algunas de ellas llevan sus productos hasta las termas cercanas, o bien, trabajan por pedidos y encargos. De esta forma y mediante la migración de algunas artesanas, hoy en día es frecuente encontrar piezas de esta particular técnica artesanal en ciudades como Santiago.
Ángeles. Señora Clara Sepúlveda vendiendo sus figuritas de crin en calle Bandera. Fotógrafo Juan César Astudillo. Archivo Fotográfico, Museo Histórico Nacional.
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Bibliografía Galilea, Pilar. “Rari, Artesanas del Crin” Editorial Contrapunto. Santiago 2008. Disponible en la Biblioteca del Museo Histórico Nacional. Olea, Paz y Valladares Jorge. “Artesanía de Rari”. Museo de Arte y Artesanía de Linares, Dirección de Bibliotecas, Archivos y Museos (DIBAM). Santiago, 1985. Disponible en: http://www.dibam.cl/Recursos/Contenidos/De%20Arte%20y%20Artesan%C3%AD a%20de%20Linares/archivos/MAAL-008.pdf Rebolledo, Loreto. “Artesanas de Rari. Tramas en Crin”. Ediciones CEDEM, Colección Artes y Oficios. Santiago, 1991. Disponible en la Biblioteca del Museo Histórico Nacional.
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