BIENAVENTURADOS EN APOCALIPSIS APOCALIPSIS 1:3 APOCALIPSIS 22:7

BIENAVENTURADOS EN APOCALIPSIS APOCALIPSIS 1:3 APOCALIPSIS 22:7 Palabraviva ([email protected]) Las mismas palabras encontradas en el principio

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COMENTARIO SOBRE APOCALIPSIS. Capítulo 13
COMENTARIO SOBRE APOCALIPSIS Capítulo 13 Por Cliff Truman Usado con permiso Lindsey ha propuesto la siguiente pregunta: "El capítulo 13 de Apocalipsis

APOCALIPSIS CAPÍTULO I
APOCALIPSIS El Libro del Apocalipsis de San Juan consiste de dos partes principales. —1. Relata “las cosas que son”, esto es, el estado entonces prese

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BIENAVENTURADOS EN APOCALIPSIS APOCALIPSIS 1:3 APOCALIPSIS 22:7 Palabraviva ([email protected])

Las mismas palabras encontradas en el principio del libro, lo encontramos al finalizar de él, así que el estudio del libro de las revelaciones de Juan, son de gran valor, pero no solo un conocimiento teórico, sino una practica en el cumplir la Palabra de Dios es lo que realmente nos lleva a recibir de parte de Él las bendiciones prometidas. Apocalipsis 14:13. Bienaventurados los muertos que de aquí en adelante mueren en el Señor (para que descansen de sus arduos trabajos; pues sus obras les seguirán.) Apocalipsis 16:15. Bienaventurado el que vela, y guarda sus vestidos para que no ande desnudo y vean su vergüenza. Apocalipsis 19:9. Bienaventurados los que han sido llamados a la cena de las bodas del Cordero. (Estas son palabras verdaderas de Dios.) Apocalipsis 20:6. Bienaventurado y santo el que tiene parte en la primera resurrección. (Sobre estos la segunda muerte no tiene ningún poder; sino que serán sacerdotes de Dios y de Cristo, y reinaran con Él por los mil años.) ¿Qué tipo de bendición buscamos en nuestras vidas? Quizás una breve mirada a este libro nos ayude haber lo que en verdad significa ser bendecido por Dios. Apo. 1:4. A las siete iglesias que están en Asia. Eran iglesias reales, cada una con sus propios problemas y dilemas, también es una referencia a la iglesia de Dios a través de los tiempos, pero puede ser la situación en que se encuentre nuestra iglesia local en este momento. Hay una referencia que marca a todas ellas. Apo.1: 4-8.: Nos dice lo que Cristo ha hecho por todos nosotros, y lo que esta haciendo por nosotros, además de lo que hará por nosotros.

Pero aparte de esto vamos a ver las verdaderas bendiciones de las iglesias, una por una. Efeso. (Cap. 2:1-7). La bienaventuranza de esta iglesia es comer del árbol de la vida, que está en medio del paraíso de Dios. ¿Cómo puede ser eso, en una iglesia que con su trabajo y perseverancia, han demostrado ser unos fieles servidores de Dios?, una iglesia que no soporta a los malos, a los falsos apóstoles y a los servidores de mentira. Sufrir por causa del nombre de Jesús, y no desfallecer en todo ello es algo que a muchos de nosotros nos harían ser algo más “espirituales”. Sin embargo como todos nosotros tenían algo que desear, o mejor dicho que habían dejado en el camino,.....el primer amor. ¿Que nos mueve a hacer todo aquello que realizamos? ¿Nos mueve la obra del Señor, o el Señor de la obra? Por eso la bienaventuranza es: la gracia de Dios en sus corazones, Dios es el que da de comer del árbol de la vida, y nosotros hemos de vivir una vida de agradecimiento a Su gracia. Sino.....quitare tu candelero de su lugar. Esmirna: (cap. 2: 8-11.) La bienaventuranza de esta iglesia es la promesa de que jamás recibirá daño de la muerte segunda. Por eso el Señor les recuerda (ver. 8 ) el hecho de su muerte y su resurrección. No todo consiste en lo que vamos a vivir aquí, ni nuestra vida cristiana se limita a lo que aquí podamos servir al Señor, todo se proyecta hacia una eternidad con Dios. Tribulación y pobreza y las blasfemias de los falsos seguidores de Dios, eran signos de su riqueza espiritual. Nada ni nadie les iba a privar de su galardón, aunque para ello el sufrimiento de la cárcel y de la muerte física, les podía hacer temer. --No tengas temor—palabras de Jesucristo hacia una iglesia que era reflejo de sus propios padecimientos en su vida

terrena, unos padecimientos con bienaventuranza.........la corona de la vida. Pérgamo: (cap.2: 12-17.). La bendición de Dios, siempre viene de lo alto, en medio de un mundo que nos atosiga, hemos de mirar a lo alto, y esperar “el maná” de Dios. Una piedrecita con un nombre nuevo...nos recuerda, (seremos semejantes a Él. 1 Juan 3:2.). No llevaremos siempre lo que somos aquí, así que nuestra esperanza tiene que estar puesta en el maná, (lo que Dios nos da cada día), y lo que seremos allá (semejantes a Cristo) para que también “nos purifiquemos a nosotros mismos, como Cristo es puro”. La vida de los creyentes en Pérgamo no era fácil, vivían en medio del poder de Satanás, donde fieles eran muertos (Antipas). Aun así eran fieles y el nombre del Señor era guardado entre ellos. Pero aunque su testimonio fuera de la iglesia era bueno, dentro de ella permitían entrar lobos con piel de ovejas. El numero no hace la fuerza, y si dejamos entrar a cualquier extraño en la iglesia, Cristo mismo vendrá a pelear con ellos para echarlos. El testimonio cristiano, es de dentro hacia fuera, y eso lo sabe Satanás que hará lo imposible para colarse en la iglesia. Esperar “en” Dios, y esperar “a” Dios es nuestra bendición aquí. Tiatira: (cap. 2: 18-29.). La bienaventuranza de reinar con Cristo, debe llevarnos a aferrarnos a la obra que el Señor ha puesto en nuestras manos. El que escudriña la mente y el corazón nos dará a cada uno el verdadero merecimiento de nuestras obras aquí........hasta que yo venga. Jesucristo conoce nuestra obra, amor, fidelidad, servicio y perseverancia, y que vamos a la perfección, pues nuestras ultimas obras son mejores que las primeras. (ver. 19.)

Sin embargo el hecho de las falsas doctrinas es algo que enseguida se presta a entrar en las iglesias, como vimos ya en Pérgamo. En Pérgamo la iglesia era brutalmente perseguida, en Tiatira estaba en pleno crecimiento y en paz. Sin embargo las armas de Satanás eran las mismas: inmoralidad sexual, y sacrificado a los ídolos. Pablo nos recuerda que: “el que se une a una ramera un cuerpo es con ella” y también que la unión matrimonial es igual a la unión de Cristo y la iglesia. Así que: si la inmoralidad entra en nuestra vida, podemos pensar en hacer lo mismo en nuestra relación con el Señor. Si somos infieles en lo poco en lo mucho también. El daño que nos hace la inmoralidad, creo que no lo podemos llegar a saber, llegamos a atentar contra nuestro propio cuerpo, sin saber hasta que el daño ya esta hecho. Pero si no somos fieles en lo material, ¿cómo lo seremos en lo espiritual? Asimismo, el comer de lo sacrificado, nos enseña a compartir nuestra relación con Jesús, con otras religiones. El falsamente llamado ecumenismo, nos lleva, no a compartir experiencias con otras personas, sino a quitarnos responsabilidades de nuestra fe. La carne y la falta de responsabilidad es un arma que Satanás siempre ha introducido en la iglesia por una misma puerta: los falsos profetas. Por eso hemos de pensar en nuestra bienaventuranza: Reinaremos con Cristo. Solo eso puede llevarnos a conservar lo que es nuestro, y mirar a aquel que se merece nuestra eterna fidelidad. Sardis. (cap.3: 1-6.). Que mejor bendición que la que el propio Dios nos dé una vestidura digna del reino. Acordémonos del hijo prodigo, como su padre le vistió después de que volviera al hogar. Que bendición es que nuestro nombre este inscrito en el libro de Dios, que podamos tener la seguridad de que Él no borrará nuestro nombre de él.

Que bendición, que Jesucristo, nos confiese delante de Su Padre y de Sus ángeles. ¿Quién no quisiera verse así? Pero esta bendición es para los vivos en el Señor. Y para los que no han manchado sus vestidos blancos. ¿Que diferencia hay entre lo que Dios piensa de nosotros, y lo que nosotros pensamos de nosotros mismos?. Puede haber mucha. Por eso Dios nos da seguridad. Un nuevo vestido. Una inscripción eterna, una confesión del santo Hijo de Dios. Es tiempo de arrepentimiento, para aquellos que piensan que están en paz con Dios, y no lo están, piensan que son vivos, pero viven de los recuerdos, piensan que Dios ya está satisfecho con sus obras pasadas, pero todavía no las han acabado, y no pueden acabarlas, porque están manchados. Filadelfia. (cap. 3:7–13) Bienaventurados aquellos que cuando el Señor regrese de las bodas les halle haciendo así. (Lucas 12:43) En el contexto de Lucas, encontramos lo que es un siervo que en verdad sirve de corazón al Señor. Lucas 12:32–34. ¿Dónde esta nuestro tesoro? ¿Dónde nuestro corazón? Lucas 12:35–40. Bienaventurados aquellos siervos.............. ¿Que bendición podía dar el Señor a la iglesia fiel? Guardarle de la prueba que ha de venir sobre los moradores de este mundo. Darle su corona. Ser soporte de la adoración de Dios. No ser echado nunca fuera. Y ser como una carta........ Llevar escrito el nombre del destinatario. Dios El nombre de nuestra futura dirección. La nueva Jerusalén El nombre de nuestro remitente. Jesucristo.

Que bendición para la iglesia fiel, servir al Dios fiel. Laodicea. (cap. 3:14–22.) La bendición de Dios es la que enriquece, y no añade tristeza con ella. (Prover. 10:22). Si la tribulación y la pobreza traen riqueza en Cristo. (Esmirna). La supuesta riqueza nos convierte en desgraciados. “El dinero no trae la felicidad.” Es la famosa frase que corre en boca de todos. Pero que los cristianos no nos sabemos aplicar. “Pero ayuda”. Es la que todos conocemos. No solos somos desgraciados, (somos como los galgos detrás del conejo de trapo). Si no que nos convertimos en miserables. (No a nuestra propia opinión, por supuesto) Pobres. (Nos olvidamos del sermón del monte) Ciegos. (No hay mas ciego que el que no quiere ver) Desnudos. ¿Dónde están esas vestiduras que llevaban los hermanos de Sardis? Estamos llenos de las cosas materiales, y el Señor nos da un consejo. Compra de Mí. Oro: enriquecer nuestra vida. Vestidos blancos: para cubrir nuestra desnudez. (Todos los hombres son iguales delante de Dios, nuestro dinero, no nos hará diferentes). Colirio: para ver. (En este para ver, no soy quien para decir que es lo que tiene que ver cada uno.) El amor del Señor se deja ver en la disciplina. (Hebreos 12 nos habla de ello.) Hermanos pueden vencer, como Él venció, y la bendición es la bendición de Cristo. sentarnos con Él en su trono, hermanos, la bendición de Dios está a la puerta, y llama, si oímos su voz, dejémosle entrar. No solo hemos de vivir de lo que oímos, sino que la bendición viene con la practica de lo que oímos. Apo. 1:3 y 22:7. Bienaventurado. El que guarda las palabras de esta profecía.

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