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Capital natural y calidad de vida: una perspectiva regional* El proceso de planificación usado hoy, primero fija objetivos económicos, posteriormente estima los posibles daños ambientales y luego trata de minimizarlos. En este artículo se presenta un modelo que revierte este enfoque, estableciendo una relación más precisa entre el uso dado en una región a las diferentes clases de capital natural, y los efectos de largo plazo que éste tiene en la calidad de vida de sus habitantes. Con ello, se avanza hacia un criterio más estricto de sustentabilidad e incorpora una escala de prioridades para el uso de capital natural distinta a la usada actualmente, en la cual el costo directo de extracción es la consideración fundamental. Cecilia Collados Baines.**
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os bienes y servicios ambientales de los ecosistemas que nos rodean y afectan nuestras vidas fueron, inicialmente, el primer y único componente de la calidad de vida, proveyendo, por una parte, materiales, energía y alimentos y, por otra, diversos servicios tales como la mantención de la composición de la atmósfera, la operación del ciclo de aguas, la asimilación de desechos, el reciclaje de nutrientes, la generación de suelos y la mantención de la biodiversidad y del paisaje. Sin embargo, el proceso de construcción de capital social a lo largo de la historia ha establecido una tendencia a separar progresivamente a la gente de la lógica intrínseca de la naturaleza y sus fuerzas de reproducción y, en la actualidad, los servicios ambientales no son considerados en la mayoría de las decisiones sociales para mejorar la calidad de vida.
Disociación entre capital natural y capital cultural En una perspectiva histórica, la construcción de capital social se inicia cuando el hombre agre-
ga a la producción natural de los servicios ambientales, los servicios producidos por él. Luego se introduce la producción de capital artificial para reducir el esfuerzo humano en la generación de dichos servicios. Más tarde comienza el intercambio de productos y los consumidores y productores empiezan a ser personas y grupos diferentes. En el camino —y particularmente con la influencia de la visión de la economía neoclásica— se han ido creando instituciones y mecanismos sociales que no sólo nos ciegan al reconocimiento del valor de los servicios ambientales que no requieren del esfuerzo humano, sino que también refuerzan su propia desarticulación de la naturaleza. Entre esas instituciones se encuentran el complejo sistema de mercado, que asigna los recursos adonde más se necesitan, pero que separa aún más al consumidor del productor y oscurece la información acerca del origen de los productos; los incentivos monetarios para transferir capital natural de la producción de servicios ambientales hacia servicios económicos; y los sistemas de impuestos que muchas veces penalizan la producción de servicios ambientales.
*Extracto de la tesis de la autora en su doctorado de Planificación Urbana y Regional, editado por Ambiente y Desarrollo. **Ingeniero Comercial, Universidad de Chile. Ph.D. en Planificación Urbana y Regional, Universidad de California, Berkeley. Corresponsal de Ambiente y Desarrollo en Estados Unidos. E-mail:
[email protected]. Dirección: 2061 Magnolia Way. Walnut Creek, CA 94595, USA. Tel./Fax: (925) 935-2768.
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VOL XV - Nº 4, pp. 68 - 79 (ISSN 0716 - 1476)
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Esta disociación entre capital natural y capital cultural ha conducido a una destrucción indiscriminada de la fuente de servicios ambientales: el capital natural. La comunidad científica ha venido indicando por décadas las consecuencias presentes y futuras de la destrucción de hábitats, la aniquilación de ciertas especies y el deterioro de los suelos. Sin embargo, en general, este conocimiento ha sido dejado fuera de nuestro sistema institucional y, en los casos en que ha sido incorporado, sólo se le ha asignado un valor subordinado a otros. En consecuencia, las políticas de conservación de capital natural son casi inexistentes. Esta ausencia es notable especialmente en países en desarrollo, donde las estrategias de conservación del capital natural podrían y deberían ser combinadas con políticas de mejoramiento de la calidad de vida para la gente de escasos recursos. Este vacío en la existencia de políticas también se presenta en el ámbito de la teoría, no existiendo, marcos teóricos que vinculen en detalle el capital natural y la calidad de vida al nivel regional. El modelo presentado a continuación —basado principalmente en conceptos de economía ecológica y co-evolucionaria— es una contribución a esta área de estudio, estableciendo una
relación más precisa entre el uso dado a las diferentes clases de capital natural por una región, y los efectos de largo plazo que éste tiene en la calidad de vida de sus habitantes. Por otra parte, intenta proporcionar un marco de referencia para una política regional de desarrollo así como para su evaluación.
Sistema económico y medio ambiente: distintos enfoques Antes de iniciar la explicación del modelo propuesto en este artículo, se debe tener en cuenta los distintos enfoques con que se han abordado las relaciones entre el sistema económico y el medio ambiente. (Ver recuadro en pág. 71) La economía neoclásica ha considerado el sistema económico separadamente de los sistemas naturales y sociales. Bajo este paradigma el capital natural —es decir, todo aquello que no ha sido hecho por el hombre— es solamente una fuente de la cual se extraen los materiales y energía que forman parte de los procesos productivos, a un costo equivalente al costo de extracción. El desarrollo económico es definido como incrementos en el producto nacional, y puede alcanzarse con un sistema de precios eficiente que refleje la esca-
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sez y estimule la innovación tecnológica. El cambio tecnológico contrarresta el agotamiento de recursos a través de sustitutos y abaratando los costos de extracción. En consecuencia, el daño irreversible al capital natural no es un problema: cualquier activo puede reducirse, siempre que otro se incremente para compensar su pérdida. Esto es lo que se ha llamado sustentabilidad muy débil.1 Este paradigma es débil en tres aspectos: utiliza una definición muy restringida de desarrollo, que sólo incluye los servicios económicos; supone la existencia de un sistema de precios que refleja fielmente la escasez; y requiere de un alto grado de sustituibilidad entre las distintas clases de capital. Si un sistema económico funciona bien, asigna los recursos hacia donde más se necesitan, pero los extrae de donde es más barato obtenerlos en términos tradicionales de extracción, sin considerar la pérdida de servicios ambientales. Un modelo regional basado en esta perspectiva se resume en la Figura 1. Los economistas ambientales proponen dos variantes al modelo neoclásico. El primero es el enfoque de impuestos “Pigouvianos”, que controla la contaminación con impuestos al contaminador, y el segundo es el enfoque de los derechos de Resumen El capital natural contribuye a la calidad de vida de la región de dos maneras que se complementan entre sí: primero, proporcionando directamente servicios ambientales que no pueden ser importados, y segundo, poniendo a disposición de sus habitantes los insumos naturales que son transformados en servicios a través de un proceso económico de producción y consumo. Sin embargo, el proceso de construcción de capital social a lo largo de la historia ha establecido una tendencia a separar progresivamente a la gente de la lógica intrínseca de la naturaleza y sus fuerzas de reproducción y, en la actualidad, los servicios ambientales no son considerados en la mayoría de las decisiones sociales para mejorar la calidad de vida. El modelo propuesto en este artículo explica en mayor detalle la relación sistémica que existe entre la calidad de vida de una región y el uso que ésta da a su capital natural, y proporciona una lógica que constituye la base teórica para justificar políticas de conservación, y para definir objetivos de desarrollo sustentable. Abstract Natural capital contributes to the quality of life of the region in a dual and complementary manner: first, by directly providing environmental services that cannot be imported; and second, by placing the natural inputs that are transformed as services at the disposition of its inhabitants through an economic process of production and consumption. Nevertheless, the process of construction of social capital over long historical periods has established a tendency to progressively separate the people from the intrinsic logic of nature and its reproductive forces, and, in actuality, environmental services are not taken into consideration in the majority of social decisions aimed at improving the quality of life. The proposed model in this article explains in more detail the systematic relationship that exits between the quality of life of a region and the use that this provides to its natural capital, providing a logic that constitutes the theoretical base for justification of conservation policies and for defining sustainable development objectives.
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propiedad, que ofrece soluciones de mercado a las externalidades negativas. Este segundo punto de vista mantiene que redefiniendo claramente los derechos de propiedad, los contaminantes y contaminados pueden llegar a resolver sus diferencias sin la intervención del Estado2. Esta solución distribuye los recursos eficientemente, pero no considera el hecho de que hay otras asignaciones de recursos igualmente eficientes, que hay redistribución de ingresos al asignar derechos de propiedad y que los costos de alcanzar un acuerdo pueden ser muy altos. La Escuela de Londres hace numerosas contribuciones donde utiliza “el preponderante acervo de conocimiento económico tradicional para derivar importantes proposiciones ligando la economía y el medio ambiente (…). En vez de buscar distintos enfoques económicos, buscamos expandir los horizontes del pensamiento económico”. Estos economistas argumentan que muchas de las motivaciones para encontrar enfoques alternativos pueden ser acomodadas dentro del pensamiento tradicional.3 La mayoría de las contribuciones teóricas de los economistas ambientales se refieren a los efectos de la contaminación sobre el capital natural, y a cómo internalizar estas externalidades negativas a través del sistema económico. Este cuerpo teórico provee la base para el principio “el que contamina paga” y para políticas como las de permisos transables de contaminación, el uso de incentivos económicos a través de precios, crédito, tarifas de intercambio y cambios en la tenencia de la tierra.4 Estos autores reconocen que el capital natural aporta en forma importante a la calidad de vida humana, generando y regenerando la vida, proporcionando recursos, reciclando desechos y proveyendo entretenciones. La regla de conservación de capital es que la disponibilidad de recursos se mantenga constante5. Para esto el stock de recursos renovables debe mantenerse constante y los recursos no renovables que se van agotando deben reemplazarse por recursos renovables o capital hecho por el hombre (suponiendo sustituibilidad). Esto es lo que se ha llamado sustentabilidad débil.6 Una de las debilidades de estos enfoques es que no especifican las conexiones entre las distintas clases de capital natural de acuerdo a su función como productores de servicios ambientales ni cómo estas relaciones afectan la calidad de vida regional, sin llegar a analizar en detalle los efectos de la destrucción del capital natural por extracción.
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Las teorías de desarrollo regional, por su parte, tratan la tierra y otros componentes ambientales como “espacio”, y en la mayoría de los casos tratan al espacio como una abstracción que no incluye factores sociales o características físicas. La degradación ambiental es ignorada o tratada como una consecuencia marginal, y el capital natural es visto sólo como una fuente de recursos. No es reconoci-
do como un componente esencial de un sistema ecológico que tiene un valor per se, o como una fuente de producción de servicios ambientales, cultura y espacio social. Tampoco se reconoce que el desarrollo regional siempre involucra costos de oportunidad y que la sociedad debe enfrentar estos costos de algún modo, ya sea exportándolos a otras sociedades, transfiriéndolos a futuras generaciones
Cinco Enfoques del Sistema Económico y el Medio Ambiente Esta tabla presenta un resumen de cómo las diferentes teorías conceptualizan la relación entre el sistema económico y el sistema ecológico, previenen el daño al capital natural, enfrentan la escasez y definen sustentabilidad. Enfoques
Relación entre los sistemas económico y ecológico
Capital Natural
Economía Neoclásica
Sistemas separados
Fuente de materiales exhaustibles: modelo (Hotelling) - renovables: (cosecha=rendimiento)
Economía Ambiental: London School of Economics*
Sistemas conectados - busca nexos e interacciones
Economía Ecológica
Medidas de prevención y tratamiento del capital natural dañado contaminación tratada como externalidad impuestos mercado (sistema legal)
Soluciones a la escasez
Sustentabilidad
- cambio tecnológico, reciclaje asignación eficiente de recursos y sustitución
muy débil = suma de todos los capitales constante
- recursos receptor de desechos amenidades
Mantenerse dentro de los límites de capacidad asimilativa del ambiente
Sustituir recursos exhaustibles por renovables
débil = recursos renovables se conservan, no renovables se reemplazan por renovables
Sistema económico es un subsistema del sistema ecológico
- recursos receptor de desechos amenidades servicios ambientales biodiversidad Complementario del capital hecho por el hombre
“carrying capacity” es el límite al “throughput’ biofísico
reconoce límites a la sustitución
fuerte= combinación de capital natural y hecho por el hombre debe mantenerse constante
Steady State Economics **
igual
igual
igual
no sustitución
Economía Coevolucionaria***
Relación Coevolucionaria entre ambos
igual
igual
sustitución es parte del proceso de co-evolución, dinámico, impredecible
fuerte = suma de los servicios económicos y ambientales debe hacerse máxima muy fuerte = capital natural y hecho por el hombre mantienen un equilibro al evolucionar
*Pearce, David W. and Turner, R. Kerry. (1991). Economics of Natural Resources and the Environment. The Johns Hopkins University Press, Baltimore. Second paperback edition. **Daly, Herman E. and Cobb. John B. Jr (1994). For the Common Good. Beacon Press, Boston. ***Norgaard, R. B. (1994). Development Betrayed: The End of Progress and a Coevolutionary Revisioning of the Future. London: Routledge.
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o pagando por ellos hoy y en la región. La economía ecológica es un enfoque que representa un gran desafío a la economía neoclásica, haciendo los sistemas sociales y económicos parte del sistema natural, e investigando las relaciones entre ellos dentro de este marco de referencia. Reconoce que, en general, los problemas ambientales tienen un carácter estructural y no pueden ser enfrentados simplemente usando conceptos tales como externalidades y sustitución. El enfoque de “balance de materiales” introduce la entropía como límite dentro del análisis económico, y explica que la contaminación no es sólo el resultado de una falla de mercado, sino un fenómeno inevitable, dictado por las leyes de la termodinámica.7 En términos muy simples, una baja entropía es la base de todo producto. Esta está a disposición del hombre como stocks terrestres y como flujos desde el sol, ambos limitados en términos prácticos. Se tiene un casi completo control sobre el uso de los stocks, pero casi ningún control sobre el flujo de energía solar interceptado por la tierra.8 Basado en estos conceptos de límites, Herman Daly9 propuso en 1977 el enfoque de “steady-state economics” o «economía de estable»: “Una economía estable es una economía con stocks constantes de gente y cosas, que mantiene los flujos de materia y energía más bajos posibles desde la primera etapa de producción (agotamiento de materiales con baja entropía extraídos del medio) hasta la última etapa de consumo (contaminación del ambiente con desechos de alta entropía y materiales Figura 1
Modelo tradicional neoclásico
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extraños).” Para definir el stock óptimo que debe mantenerse en una economía estable, Daly define primero la dependencia humana del mundo natural: “Esta dependencia se presenta de dos formas: dependencia de una fuente de insumos de baja entropía, y dependencia de un basurero para desechos de alta entropía. De estas dos fuentes se derivan dos servicios: el stock de cosas, y los ecosistemas naturales.» La teoría co-evolucionaria, desarrollada por Richard Norgaard a principios de los ’90, se refiere al proceso de ajuste que ocurre constantemente entre los sistemas sociales y ecológicos a través de ciclos de retroalimentación que determinan las posibilidades del desarrollo de ambos. Esta teoría considera el desarrollo económico como un proceso de adaptación a un medio ambiente cambiante, al mismo tiempo que es en sí mismo una fuente de cambio. La co-evolución puede continuar indefinidamente, alcanzando equilibrios y saliendo de ellos a medida que los sistemas sociales y ecológicos evolucionan. Norgaard10 afirma que la ciencia occidental y la modernización quiebran este patrón de comportamiento, produciendo nuevas maneras de organización y nuevas tecnologías que tienen por objeto un mayor control de la naturaleza, no una relación más profunda con ésta. La economía ecológica y el enfoque coevolucionario enfatizan los límites físicos y los procesos ambientales que son esenciales para la vida humana, así como la incertidumbre que rodea estos procesos. Haciendo confluir diferentes áreas de estudio, identifican tres objetivos mayores: evaluar y asegurar que la escala de actividades humanas sea ecológicamente sustentable; asegurar que la distribución de recursos sea equitativa dentro de la presente generación, entre la presente y futuras generaciones y dentro de las diferentes especies; y asegurar que los recursos (distribuidos directamente o a través del mercado) sean distribuidos eficientemente bajo estos límites. El concepto de sustentabilidad de estos dos últimos paradigmas impone
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Figura 2
Modelo propuesto
como condición que los sistemas que son esenciales para la mantención y reproducción de la vida, así como los sistemas socioeconómicos interrelacionados, se mantengan resistentes al cambio. «No es suficiente proteger el nivel total de capital, además debe protegerse el capital natural, pues al menos una parte de éste es no sustituible».11 Lo que este enfoque destaca es la combinación de factores, no su presencia aislada. Sólo si esta combinación de factores es mantenida podemos tener sustentabilidad. Esto es lo que se ha llamado sustentabilidad fuerte por los autores recién citados.
El modelo propuesto Partiendo por la representación del sistema tradicional —o modelo neoclásico— (Figura 1), se presentan a continuación el modelo propuesto (Fig. 2) —basado en conceptos de economía ecológica y co-evolucionaria— para pasar a enfocar este último en las relaciones entre las distintas clases de capital natural y la calidad de vida a un nivel regional. (Figura 3) De acuerdo a este modelo tradicional, el capital natural genera dos procesos productivos: el proceso A que comienza con una extracción, y el proceso C que obtiene recursos naturales sin destruir la integridad del sistema.12 Una vez que los recursos entran al proceso económico de producción a través de A o C con la intervención del hombre (capital humano) y del capital hecho por el hombre (que incluye las instituciones y otras formas de capital
social), estos recursos son transformados en bienes materiales y energía que se distribuye (a través del mercado, o directamente) a los consumidores y productores. Estos bienes y energía son transformados en servicios a través de un proceso de consumo. Llamaremos a estos servicios “servicios económicos”. Los desechos del proceso económico se representan por las flechas gruesas, y contaminan el capital natural. Los servicios económicos definen la calidad de vida de la región en el modelo neoclásico. La evolución de la calidad de vida así definida, a su vez, determina el concepto de desarrollo regional. En la Figura 2, al igual que en la Figura 1, el capital natural está representado por un círculo para facilitar el análisis, pero está en realidad repartido irregularmente a través de la región, como componentes de ecosistemas. Como en el modelo tradicional, la tasa de regeneración del capital natural y su habilidad para producir servicios ambientales se ve disminuida por la producción de desechos (flechas gruesas) y por el proceso productivo A, debido a la extracción y/o fragmentación de sus componentes. Este modelo agrega otro proceso productivo a la visión neoclásica: el proceso B, que genera servicios ambientales sin la participación humana (tales como polinización, la purificación de las aguas, etc.), los cuales afectan directamente la calidad de vida de la gente y, además, regeneran el capital natural. Este proceso productivo también genera desechos, pero éstos son asimilados naturalmente y no dañan irreversiblemente la integridad del capital natural. Algunos de estos servicios son indispensables para la regeneración del capital natural y, de este modo, son críticos para cualquier clase de desarrollo. Desde el punto de vista de la región, todos los procesos productivos se ven afectados si la capacidad del capital natural de producir servicios ambientales se ve disminuida. Los bienes, algunos servicios y la energía pueden ser importados, pero los servicios ambientales no. Las fronteras regionales son permeables a algunos servicios ambientales, pero la región no tiene control sobre esta permeabilidad. En este modelo, el capital natural contribuye a Ambiente y Desarrollo - Diciembre 1999
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la calidad de vida de la región de dos maneras complementarias: primero, proveyendo directamente un flujo de servicios ambientales que no pueden ser importados, y segundo, proporcionando los recursos naturales que, a través de un proceso de producción controlado por el hombre, adquieren valor para éste (servicios económicos). Los servicios ambientales son también determinantes de la habilidad del capital natural para regenerarse. Los ecosistemas y otros componentes del capital natural producen servicios ambientales de regeneración y mantención de la vida que son necesarios para la reproducción de este tipo de capital. A continuación (Figura 3) el modelo se enfoca en la calidad de vida y en el capital natural, detallando los componentes de éstos y sus conexiones. Servicios económicos o hechos por el hombre: son aquéllos producidos directamente por el hombre y los derivados de bienes durante el proceso de consumo. Estos servicios pueden ser necesarios para la vida humana y aquí se les ha llamado esenciales. Hay muchas maneras de definir lo que es esencial para una sociedad. En este estudio, lo importante es que lo esencial es determinado socialmente. Para algunas regiones armas o automóviles pueden ser esenciales, mientras que para otras no. Servicios ambientales: son funciones que proveen los sistemas naturales. No pueden ser importados y forman parte de la calidad de vida. Pueden clasificarse en: servicios de mantención de vida: —por ej., la regeneración de los suelos, la polinización de las plantas, la mantención de la atmósfera, la asimilación de residuos, la purificación natural del agua— que hacen que los ecosistemas se autorregulen manteniendo sus estructuras esenciales ante cambios exógenos (calidad homeostática), adaptándose a los cambios en inputs y outputs (adaptabilidad), y conduciendo a cambios en la composición de las especies (sucesión)13; y otros servicios ambientales —como los recreativos y estéticos que se producen sin intervención humana— que son parte de la calidad de vida, pero no determinan la supervivencia o reproducción de los sistemas ecológicos. Stock de capital natural y su diferenciación: es todo aquello no creado por el hombre y que proporciona la materia prima para todo lo que éste crea, además de ser la fuente de todos los servicios ambientales. De acuerdo a su habilidad para
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producir servicios, y otros atributos, el capital natural se clasifica en este modelo en cuatro categorías: -Capital natural esencial, usado para producir servicios necesarios para la sobrevivencia, tales como alimentos, ropa o el alojamiento. El capital natural que se necesita para la producción de estos servicios varía cuando cambia la población, las expectativas de ésta, o cuando la tecnología permite satisfacer estas mismas necesidades con otro tipo de capital. El “rango de esencialidad” debe ser determinado por la región. La manera en que la región es definida, así como su tamaño, determinarán qué servicios y capital natural son esenciales. El tamaño también cambiará la disponibilidad de este último. Se presenta un problema social cuando hay una yuxtaposición del capital natural esencial de dos o más grupos que habitan una región. Esto no es necesariamente un problema ambiental, pero puede convertirse en tal si el conflicto se resuelve dañando al medio ambiente, como en el caso de conflictos bélicos. -Capital natural de mantención de la vida, o crítico (1, 2, 3, 4): se incluyen aquí a los ecosistemas de ríos, pantanos y bosques que proporcionan hábitat para una gran variedad de especies. Esta característica del capital natural está determinada por la naturaleza. Extracción se define en este modelo como cualquier acción que destruye la integridad del ecosistema, interrumpiendo el flujo de servicios ambientales que mantienen su adaptabilidad y reproducción. -Capital natural no-sustituible (1, 2, 5, 6): es aquél que no puede ser sustituido por capital hecho por el hombre. Ejemplo de esto son los bosques como regeneradores de los suelos, o los pájaros e insectos que polinizan cultivos agrícolas, y sus hábitats. -Capital natural no-reconstituíble (1, 3, 5, 7): es aquél que no se regenera una vez destruido, o es muy costoso de reconstruir; por ejemplo, los minerales y complejos ecosistemas. En el último caso, no sólo existe el problema del costo, sino también el de la pérdida de información al destruirlos. El capital natural que es reconstituíble o sustituible en un momento dado está determinado por los procesos evolutivos de la naturaleza y por las acciones humanas pasadas. Estas características van siendo descubiertas por la ciencia o por otras formas de conocimiento humano. Las categorías presentadas en la Figura 3 no tienen divisiones precisas, presentando un ran-
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Figura 3
Modelo propuesto, enfocado sobre la calidad de vida y el capital natural.
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go de variación debido a cambios en el medio ambiente y a nuevos descubrimientos y tecnologías, lo que hace de la planificación del uso del capital natural una tarea compleja que requiere un ajuste constante en la identificación de estas categorías para mantener un desarrollo sustentable. Las categorías 1, 2 y 3 —que resultan de la superposición de capital natural crítico con nosustituible y no-reconstituíble— son de especial interés para las políticas de conservación. La categoría 1 incluye capital natural crítico que no es posible sustituir por otras clases de capital y no puede ser reconstruido, como son los ecosistemas riverinos. La categoría 2 incluye capital natural crítico que no puede ser sustituido por capital producido por el hombre, como los bosques artificiales en su calidad de purificadores del aire. La categoría 3 es capital natural crítico que no puede ser reconstruido, pero podría ser sustituido. Un ejemplo serían los pantanos como purificadores naturales de aguas.
Usos del capital natural La Figura 3 representa una utilización ideal del capital natural. Discrimina el uso de éste de acuerdo a su habilidad para producir servicios ambientales y esenciales: utiliza capital natural esencial solamente para satisfacer necesidades esenciales, y capital natural no-crítico para producir el resto de los servicios económicos a través del proceso económico. En una economía de mercado, sin planificación ambiental, el criterio para usar el capital natural está determinado por el costo de extracción y/o accesibilidad del recurso. El capital natural es extraído en la mayoría de los casos sin consideración de su habilidad para proveer servicios ambientales, siendo éste obtenido indiscriminadamente de todas las categorías de capital natural. Esta práctica conduce a un uso errático del capital natural que puede ser no-sustentable si destruye capital natural crítico. Diferentes interrelaciones entre capital natural Ambiente y Desarrollo - Diciembre 1999
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crítico y esencial definen diferentes escenarios y diferentes problemas de planificación, que requieren enfoques específicos: a) Casos en que el capital natural crítico y esencial no se superponen. Aquellas regiones que usan capital natural crítico, pero podrían satisfacer sus necesidades esenciales con capital natural no crítico, pueden tener incrementos en ambos componentes de la calidad de vida si dejan de utilizar el capital crítico en sus procesos económicos. Este es un problema que puede ser resuelto con instituciones de planificación ambiental adecuadas que administren el capital natural de acuerdo a su habilidad para producir servicios ambientales. b) Casos en que el capital natural crítico y esencial sí se superponen. (Figura 4) En regiones donde el capital natural crítico es a su vez la base para satisfacer necesidades esenciales, hay un problema que no puede ser resuelto en todos los casos con una mejor administración. Éste podría ser el caso de una región que necesita leña como combustible, y puede sacarla sólo del bosque nativo, que proporciona una función crítica como hábitat. Estos casos pueden requerir cambiar la escala geográfica a la cual el problema se define, cambiar los valores sociales, o cambiar los objetivos de los cambios tecnológicos. Al cambiar la escala haciendo la región mayor (de municipio a región, o de región a país), pueden aparecer otras fuentes no críticas para proveer el capital natural esencial, y el problema puede ser resuelto administrativamente transfiriendo capitales entre las subregiones. Sin embargo, si bien aumentar la escala es una buena manera de expandir las fuentes de recursos, también aumenta las demandas sobre el capital natural, lo que complica el proceso de decisión. Si cambiar la escala no es posible, o si no resuelve el problema de superposición, se requieren cambios estructurales más profundos, tales como: -Cambios en las inversiones, para proveer los mismos servicios con capital artificial o natural no crítico. Por ejemplo, invertir menos en plantas productoras de energía y más en eficiencia del consumo energético. -Cambios en la tecnología, para permitir la sustitución de capital natural esencial crítico por no crítico. Por ejemplo, desalinización de aguas en los ambientes desérticos. -Cambios en los valores que determinan qué es
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esencial, de modo que el capital natural necesario para producirlo no sea crítico. Un ejemplo podría ser dedicar más tiempo para movilizarse, de modo de utilizar una bicicleta en vez de un automóvil. Si ninguno de estos cambios es posible, y el capital natural crítico tiene que usarse, deben establecerse prioridades para su uso: primero el número 4, después el 3, el 2, y, como último recurso, el 1. Las instituciones que tenemos hoy en muy pocas oportunidades toman en cuenta estas categorías. En Chile, por ejemplo, destruimos complejos ecosistemas riverinos categoría 1 para producir electricidad.14
Condiciones de Sustentabilidad Como se ha explicado, la clase de capital natural que se utiliza en el sistema económico tiene dos impactos en la calidad de vida de una región: determina la cantidad y calidad de los servicios producidos por el hombre (económicos), y la cantidad y calidad de los servicios ambientales producidos sin intervención de éste. Si la región utiliza su capital natural crítico, está determinando una trayectoria de desarrollo que disminuye la componente ambiental de su calidad de vida en el largo plazo. Si, por el contrario, utiliza el capital natural de tal modo que los ecosistemas se mantienen funcionando y produciendo servicios ambientales, mantendrá o aumentará este componente de la calidad de vida en el largo plazo. En una economía de mercado, donde una importante parte del capital está en manos privadas, hay incentivos económicos para utilizar el capital natural para producir servicios económicos. Estos incentivos no existen para la producción de servicios ambientales, que son considerados una externalidad positiva del capital natural. Ésta asimetría, y los objetivos de desarrollo económico (aumento en los servicios producidos por el hombre), hacen funcionar el sistema en una sola dirección: transfiriendo capital natural de la producción de servicios ambientales a la producción de servicios económicos. Esta transferencia puede hacerse de manera sustentable sólo si el sistema económico no utiliza capital natural crítico. El modelo presentado agrega, entonces, a las condiciones de sustentabilidad fuerte, la condición de no uso de capital natural crítico, definiendo un criterio más estricto de sustentabilidad. Para cumplir con esta condición, el rol de la
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Figura 4
Superposición de capital natural crítico y capital natural esencial.
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planificación ambiental es mantener el balance en el uso de capital natural, evitando estrictamente el uso de este último. Este concepto es similar a la idea de co-evolución15 —en la cual los sistemas sociales y ambientales evolucionan y se adaptan entre sí en un balance siempre cambiante—, excepto que pone límites entre los cuales este balance puede mantenerse. Estos límites están determinados por la no-sustituibilidad y la noreconstituibilidad del capital natural crítico, ya que la destrucción de éste puede conducir a un quiebre irrecuperable del sistema, o “distress syndrome” definido por Haskell, Norton y Costanza en 1992.
El modelo como herramienta de planificación El modelo propuesto explica en mayor detalle la relación sistémica que existe entre la calidad de vida de una región y el uso que ésta da a su capital natural, y proporciona una lógica que constituye la base teórica para justificar políticas de conser-
vación, y para definir objetivos de desarrollo sustentable. Las contribuciones de este modelo a la planificación pueden resumirse así: Concepto de desarrollo. Los servicios ambientales y económicos son componentes complementarios de la calidad de vida. Como el desarrollo es la evolución que sigue la calidad de vida, este modelo ayuda a entenderlo en términos más amplios que incluyen la disponibilidad de servicios ambientales como parte del bienestar de la región. Subdividiendo estos servicios en críticos (mantienen la vida), y no críticos, el modelo permite una definición de trayectorias alternativas de desarrollo, sustentables y no sustentables, que pueden transformarse en objetivos de desarrollo regional.16 Si se elige una trayectoria sustentable, el modelo indica qué capital natural está disponible para la producción de servicios económicos, cuál no puede ser extraído, así como aquel cuya reproducción debe ser promovida. Este enfoque implica una reversión del proceso de planificación usado hoy, que primero fija objetivos económicos, posteriormente estima los posibles daños Ambiente y Desarrollo - Diciembre 1999
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ambientales y luego trata de minimizarlos Los flujos de productos y servicios. El modelo muestra los flujos de bienes y servicios que contribuyen a la calidad de vida de una región, indicando su dirección y cómo se relacionan entre sí. Incrementando, por ejemplo, el flujo de productos que utiliza capital natural crítico necesariamente disminuye el ciclo de regeneración del capital, si no hay reciclaje de desechos. También muestra la dirección asimétrica que introducen el mercado y los objetivos tradicionales de crecimiento económico, que tienden a desplazar el capital natural de la producción de servicios ambientales hacia la producción de servicios económicos que reciben compensación económica. Definición de sustentabilidad. El modelo redefine sustentabilidad de acuerdo a la capacidad del capital natural para producir servicios ambientales, sus atributos de sustituibilidad y su posible reconstrucción. Proporciona así una escala de prioridades para el uso de capital natural, la cual también cambia la lógica usada actualmente, en la cual el costo directo de extracción es la consideración fundamental. Definición del problema. Este modelo es una buena herramienta para definir problemas específicos en cualquier proyecto de desarrollo en que hay capital natural crítico involucrado, sea la construcción de infraestructura o el uso de aguas o territorio. La categorización indicada en el modelo puede también usarse en combinación con la tecnología de sistemas de información geográfica, añadiendo detalles importantes a estos análisis que pueden ayudar en la evaluación de planes alternativos. Escalas diferentes. La definición del problema a distintas escalas puede ser útil para el planificador, pues permite ver claramente cómo las visiones difieren, entendiendo mejor cuáles son las fuentes de conflicto, por ejemplo, entre la perspectiva nacional, regional y local.17 Valor heurístico. El modelo también presenta un valor heurístico y didáctico mostrando la relación entre la gente y su medio ambiente en términos simples, e indicando las limitaciones del análisis económico tradicional. Demanda competitiva por capital natural. El modelo presenta explícitamente la relación entre capital natural esencial y crítico, y las posibilidades de cambio en esta relación en caso de superposición. Esta superposición puede explicar, por ejemplo, los ciclos de pobreza creciente en
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Ambiente y Desarrollo - Diciembre 1999
RECURSOS NATURALES Y BIODIVERSIDAD
algunas regiones. Los procesos de planificación tradicionales tienden a prescribir el aumento de productividad del trabajo, a menudo destruyendo el capital natural a una tasa más rápida. En estos casos, este modelo muestra que no hay solución interna al problema, y éste sólo puede ser superado estableciendo conexiones con otras regiones, y buscando acuerdos que pueden incluir migraciones, o cambio en los flujos de productos exportados e importados. A menudo se dice que la pobreza es el peor enemigo del medio ambiente. Este modelo muestra que el problema no es la pobreza per se, sino el aislamiento de algunas regiones pobres que tienen acceso limitado a fuentes de capital natural no-crítico fuera de la región. Todos los usos del modelo mencionados requieren cambios profundos en los objetivos de desarrollo, para los cuales puede ser difícil conseguir un acuerdo social. Sin embargo, una vez definidos estos objetivos, este modelo permite implementar políticas sustentables inmediatamente, con el acervo de conocimiento que tenemos actualmente acerca de las cualidades del capital natural, sin necesidad de esperar la asignación de valores de mercado a los servicios ambientales que requieren los modelos cuantitativos. AD Notas y referencias bibliográficas (1) Turner, R.K., Doktor P. and Adger, N. (1994). Sea-Level Rise and Coastal Wetlands in the U.K.: Mitigation Strategies for Sustainable Management. In Jansson, Ann Marie, Hammer, Monica, Folke, Carl and Costanza, Robert, editors. Investing in Natural Capital. The Ecological Economics Approach to Sustainability. Washington DC: Island Press. (2) La base de este enfoque es una interpretación del teorema de Coase, 1960. (3) Pearce, David W. and Turner, R. Kerry. (1991). Economics of Natural Resources and the Environment. The Johns Hopkins University Press, Baltimore. Second paperback edition. (4) Pearce and Turner, 1991. Op. Cit. (5) Fisher, A. and Krutilla, J. (1975). The Economics of Natural Environments. Washington D.C.: Resources for the Future. (6) Turner, R.K., Doktor P. and Adger, N. (1994). Op. Cit. (7) Las ideas de Boulding (Boulding, Kenneth. 1977. Ecodynamics. Beverly Hills: Sage), quien introdujo la relevancia de la termodinámica en la economía en 1966 -expandidas por Nicholas Georgescu-Roegen a principios de los 70- son muy importantes para el desarrollo de este paradigma. (8) Georgescu-Rogen, Nicholas. (1980). The Entropy Law and the Economic Problem. In Herman E. Daly editor, Economics, Ecology, Ethics: Essays Toward a Steady-State Economics. San Francisco: W. H. Freeman
(9) Daly, Herman E. (1991) Steady-State Economics. Washington: Island Press. (10) Norgaard, R. B. (1994). Development Betrayed: The End of Progress and a Coevolutionary Revisioning of the Future. London: Routledge. (11) Turner, R.K., Doktor P. and Adger, N. (1994). Op. Cit. (12) Extracción es definida como cualquier clase de destrucción del ecosistema. (13) Dryzek, John. (1992) (o 1987?. Rational Ecology. Environmental and Political Economy. Cambridge, Massachusetts: Blackwell Publishers. Esta definición de servicios que mantienen la vida se deriva de una concepción dinámica de ecosistema, en que éste está continuamente cambiando y recibiendo humanos y naturales, y que ha sido discutida por muchos autores. Preservar la naturaleza intacta, o en un balance estable, puede ser, en muchos casos, contraproducente, si esto disminuye la capacidad del sistema para reorganizarse y reproducirse. (14) La ley que protege las especies en peligro de extinción en Estados Unidos es una excepción que prohibe la destrucción de capital natural no-reconstituíble y no-sustituible, excepto cuando hay un conflicto inherente entre esta prohibición y una necesidad esencial humana socialmente determinada, pero se invoca solamente después de que la integridad de los ecosistemas ha sido compro-metida. (Collados, Cecilia and Timothy P. Duane. Natural Capital and Quality of Life: A Model for Evaluating the Sustainability of Alternative Regional Development Paths. Journal of Ecological Economics. September 1999, Vol/ Issue 30/3, pages 441-460) (15) Norgaard, R. B. (1994). Op. Cit. (16) Para un análisis detallado, consultar Collados y Duane (1999), Op. Cit. (17) Un ejemplo utilizando el caso del Alto Bío-Bío se presenta en Collados, 1999.
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